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FÍSICA

2º BACHILLERATO

Autores de este libro:

JAIME CARRASCOSA ALÍS


SALVADOR MARTÍNEZ SALA
MANUEL ALONSO SÁNCHEZ

Con la participación de Ana Peñuelas


Martínez, en los siguientes contenidos:

Gravitación universal (61)


La contaminación acústica (122)
Arco iris (204)
Trenes de levitación magnética (292)
La masa del universo y su futuro (447)

Revisado en Valencia 29-febrero-2016

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NOTA PREVIA

Los autores manifestamos que:


Los contenidos de esta obra se pueden reproducir total o parcial-
mente de forma libre y gratuita. Los autores no solo lo autoriza-
mos expresamente sino que nos congratulamos de ello. Tan solo
pedimos que se indique la fuente y que, por favor, siempre que
sea posible, se colabore en su difusión dándolos a conocer a
otras personas a las que también pudieran resultar útiles.

Nuestro objetivo es contribuir, en lo que podamos, a la mejora de


la enseñanza y aprendizaje de la Física y Química.

Depósito legal: V-3640-2003-09-01

ISBN: 84-689-1142-9

PERMITIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE ESTE LIBRO,


CITANDO SIEMPRE AUTORES Y FUENTE

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PRESENTACIÓN, PROGRAMA DEL CURSO Y ORIENTACIONES GENERALES

En el curso anterior, utilizando como hilo conductor el estudio de los cambios materiales, tuvimos ocasión
de tratar con cierto detalle algunos temas básicos de física: cinemática, dinámica, trabajo y energía, calor y
electricidad. El nivel matemático no pasó del cálculo vectorial (sin producto escalar ni vectorial) y de las
funciones trigonométricas. Tampoco se utilizaron derivadas ni integrales (inmediatas). Todas estas caren-
cias deberán ser resueltas ahora para poder comprender mejor los temas de que consta este curso de física.

Los contenidos del curso se estructuran en torno a tres grandes núcleos: A El triunfo de la mecánica. B La
óptica y la síntesis electromagnética. C Crisis de la física clásica y surgimiento de la física moderna. Co-
menzaremos por el cuerpo teórico de conocimientos que supuso la mecánica clásica como primera ciencia
moderna, para lo cual completaremos el estudio realizado en el curso anterior incorporando ahora la inter-
acción gravitatoria, vibraciones y ondas. Nos referiremos a la síntesis gravitatoria (que permitió unificar
dos mundos -terrestre y celeste- hasta entonces distintos) y a cómo, las leyes de la mecánica sirven tam-
bién para explicar satisfactoriamente el movimiento ondulatorio (ondas mecánicas). Concretamente, los
temas que forman parte de este núcleo son:
1. Interacción gravitatoria ---------------------------------------------------------------------------------------- 11
2. Movimiento armónico simple --------------------------------------------------------------------------------- 67
3. El movimiento ondulatorio ------------------------------------------------------------------------------------ 85
Seguidamente abordaremos el estudio de la óptica y el electromagnetismo (inicialmente como campos
separados). Al final veremos como ambos campos acaban unificándose en la llamada Teoría Electro-
magnética que se convierte así, junto con la mecánica clásica, en el otro gran pilar de la física de finales
del siglo XIX. Los temas que forman parte de este segundo núcleo son:
4. Óptica geométrica ----------------------------------------------------------------------------------------------- 133
5. Óptica física ------------------------------------------------------------------------------------------------------ 187
6. El campo eléctrico ----------------------------------------------------------------------------------------------- 205
7. El campo magnético -------------------------------------------------------------------------------------------- 257
8. Inducción electromagnética. Síntesis de Maxwell ---------------------------------------------------------- 297

El imponente edificio teórico que era la física clásica no podía explicar, sin embargo, una serie de hechos.
Los intentos de interpretación de los mismos abrieron paso al surgimiento y posterior desarrollo de otro
gran cuerpo de conocimientos: la física moderna. En el tercer bloque haremos una primera aproximación a
algunos de los fenómenos que pusieron en cuestión los fundamentos más básicos de la física clásica y una
introducción a algunos elementos de la física moderna. Los temas que lo forman son:

9. Relatividad ------------------------------------------------------------------------------------------------------- 339


10. Física cuántica --------------------------------------------------------------------------------------------------- 375
11. Física nuclear y partículas elementales ------------------------------------------------------------ ---------- 411
De acuerdo con las consideraciones anteriores y teniendo en cuenta los contenidos mínimos oficiales pu-
blicados en el DOGV del 5 de abril de 2002, a continuación detallaremos los capítulos que conforman el
curso y los contenidos concretos de cada unos de ellos.

1. INTERACCIÓN GRAVITATORIA

1. Los orígenes de la Teoría de la gravitación universal


1.1. El Universo según los antiguos griegos
1.2. La Teoría Heliocéntrica de Copérnico
1.3. Las leyes de Kepler
1.4. Algunas aportaciones de Galileo a la nueva astronomía.

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2. Cantidad de movimiento angular o momento cinético. Principio de Conservación
1.4. Cantidad de movimiento de traslación o cantidad de movimiento lineal
1.5. Cantidad de movimiento angular
2.3. ¿Qué hace falta para que cambie la cantidad de movimiento angular? Principio de conservación de la
cantidad de movimiento angular.
3. Ley de Newton de la Gravitación Universal
3.1. El final de una barrera histórica
3.2. Expresión de la Ley de Newton de la Gravitación Universal
3.3. Diferencia entre masa gravitatoria y masa inercial
3.4. Determinación del valor de G de la Ley de Newton de la Gravitación. Experiencia de Cavendish
4. ¿Cómo tiene lugar la interacción gravitatoria? Concepto de campo gravitatorio
4.1. Intensidad de un campo gravitatorio en un punto del mismo. Expresión general
4.2. Obtención de la intensidad del campo gravitatorio en un punto cuando dicho campo está creado por una o
varias masas consideradas como puntuales
4.3. Representación de un campo gravitatorio mediante líneas de fuerza
5. El campo gravitatorio terrestre
5.1. Intensidad del campo gravitatorio terrestre a distancias del centro de la Tierra mayores o iguales al radio
medio terrestre: Peso de un cuerpo.
5.2. Diferencia entre intensidad del campo gravitatorio terrestre y aceleración de la gravedad
6. Utilidad de la ley de gravitación universal
6.1. Determinación de la masa de la Tierra
6.2. Interpretación de las mareas oceánicas
6.3. Descubrimiento de nuevos planetas
6.4. Deducción teórica de las leyes de Kepler
7. Estudio energético del campo gravitatorio
7.1. Energía potencial gravitatoria de un sistema formado por dos masas puntuales
7.2. Energía potencial gravitatoria para una distribución de varias masas puntuales
7.3. Potencial del campo gravitatorio en un punto dado del mismo. Expresión general
7.4. Obtención del potencial del campo gravitatorio en un punto cuando dicho campo está creado por una o
varias masas consideradas como puntuales
7.5. Energía potencial y potencial en el caso del campo gravitatorio terrestre
8. El movimiento de planetas y satélites
8.1. Consideraciones energéticas en el estudio del movimiento de planetas y satélites
8.2. Velocidad de escape
9. Gravitación universal

2. EL MOVIMIENTO ARMÓNICO SIMPLE

1. Concepto de movimiento armónico simple. Magnitudes necesarias características


2. Ecuaciones cinemáticas del movimiento armónico simple. Obtención de la posición, la rapidez y la
aceleración en cualquier instante para una partícula que realice este movimiento. Representaciones gráfi-
cas. Determinación del periodo
3. Estudio del MAS mediante trabajo y energía. Energía cinética y energía potencial. Variación de estas
magnitudes en el caso de una partícula dotada de MAS. Conservación de la energía

3. ONDAS

1. Establecimiento de un modelo para el movimiento ondulatorio


1.1.La producción y propagación de pulsos o señales
1.2. Descripción de una onda mecánica. Tipos de onda (según el modo de vibración y según la forma del
frente de onda). Magnitudes necesarias para la descripción del movimiento ondulatorio. Influencia del
medio en la velocidad de propagación. Velocidad de propagación de ondas sonoras en diferentes medios
1.3. Ecuación de una onda armónica plana (o unidimensional).
1.4. Doble periodicidad del movimiento ondulatorio
1.5. Concordancia de fase y oposición de fase

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2. Propiedades de las ondas
2.1. Energía transmitida por una onda. Amortiguación
2.2. Intensidad de una onda en un punto del medio por el que se propaga
2.3. ¿Qué pasa cuando dos ondas se encuentran? Interferencias
2.4. ¿Qué pasa cuando una onda atraviesa una rendija? Difracción
2.5. ¿Qué sucede cuando una onda llega a un obstáculo? Reflexión y refracción
2.6. ¿Qué ocurre cuando una onda se propaga por un medio limitado? Ondas estacionarias
2.7. ¿Qué ocurre cuando existe un movimiento relativo entre el foco y un observador? Efecto Doppler
3. Diferencias entre el movimiento ondulatorio y el corpuscular
4. La acústica y algunos aspectos relacionados con el sonido

4. ÓPTICA GEOMÉTRICA

1. ¿Cómo se propaga la luz?


2. Velocidad de propagación de la luz
3. Índice de refracción
4. Reflexión de la luz
5. Refracción de la luz
6. Formación de imágenes en espejos planos
7. Formación de imágenes en espejos esféricos
8. Dioptrio plano
9. Dioptrio esférico
10. Formación de imágenes en lentes delgadas
10.1. Determinación gráfica de la imagen de un objeto en lentes delgadas
10.2. Ecuación de las lentes delgadas
10.3. Potencia de una lente
11. Reflexión total, espejismos y fibra óptica
12. Cámara oscura y cámara fotográfica
13. El ojo humano, funcionamiento y defectos de la visión
13.1. El ojo miope
13.2. El ojo hipermétrope
13.3. Presbicia
14. La lupa
15. El telescopio

5. ÓPTICA FÍSICA

1. Evolución de las ideas acerca de la naturaleza de la luz


2. Interferencias luminosas
3. Difracción de la luz
4. Dispersión de la luz y espectroscopía
5. Absorción de la luz
6. La visión del color
6.1. Mezcla aditiva de colores
6.2.Método sustractivo de mezcla de colores

6. CAMPO ELÉCTRICO

1. ¿De qué depende la fuerza eléctrica que se ejercen dos objetos cargados, en reposo y separados
entre sí?
1.1. Fuerza eléctrica entre dos cuerpos cargados y que puedan considerarse como objetos puntuales. Ley
de Coulomb
1.2. Expresión vectorial de la ley de Coulomb
1.3. Comparación entre la fuerza eléctrica y la fuerza gravitatoria
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2. ¿Cómo se transmite la fuerza eléctrica? El campo eléctrico y su intensidad
2.1. Intensidad del campo eléctrico en un punto
2.2. Obtención de la intensidad del campo eléctrico en un punto cuando dicho campo está creado por una o
varias cargas puntuales
2.3. Obtención del campo eléctrico en un punto en el caso de que la carga generadora del campo no sea una
carga puntual
3. Representación del campo eléctrico en el espacio
3.1. Representación del campo eléctrico mediante líneas de fuerza
3.2. Relación entre intensidad del campo eléctrico y densidad de líneas de fuerza. Flujo electrostático
4. Teorema de Gauss. Aplicaciones
4.1.Teorema de Gauss
4.2. ¿Cómo se distribuye la carga en un objeto conductor cargado y en equilibrio?
4.3. Determinación del campo eléctrico creado por distribuciones de carga sencillas
4.3.1. Campo eléctrico en la superficie de un conductor
4.3.2. Campo eléctrico creado por una esfera conductora y cargada eléctricamente
4.3.3. Campo eléctrico correspondiente a una distribución de carga plana e indefinida
4.4.4. Campo eléctrico que produce un conductor rectilíneo e indefinido
5. Estudio energético del campo eléctrico
5.1. Energía potencial eléctrica de un sistema formado por varias cargas puntuales
5.2. Potencial del campo eléctrico en un punto. Relación con la Energía potencial
5.3. Relación entre el campo eléctrico y la diferencia de potencial
6. Movimiento de cargas en el seno de un campo eléctrico uniforme. Aplicaciones
7. Analogías y diferencias entre el campo eléctrico y el gravitatorio

7. CAMPO MAGNÉTICO

1. Revisión de los fenómenos magnéticos


2. Aproximación cualitativa al concepto de campo magnético
3. La experiencia de Oersted y las líneas de investigación que sugirió
4. Operativización del concepto de campo magnético. Cálculo del campo magnético creado por algunas
distribuciones de corriente eléctrica
4.1 Campo magnético creado por una corriente rectilínea indefinida. Ley de Biot y Savart
4.2. Concepto de flujo magnético
4.3 Campo magnético creado por una espira y por un solenoide.
4.4. Relación entre la intensidad de corriente eléctrica que pasa por un hilo y el campo magnético creado por
ella. Ley de Ampere
5. Explicación del magnetismo natural
6. Acciones entre cargas móviles y campos magnéticos
6.1 Fuerza magnética sobre una carga móvil (fuerza de Lorentz). El espectrógrafo de masas y el ciclotrón.
6.2 Fuerza magnética sobre una corriente eléctrica rectilínea e indefinida. Ley de Laplace
6.3. Fuerza magnética sobre una espira. Instrumentos para medir la corriente.
6.4 Interacciones entre corrientes. Definición de amperio
7. Analogías y diferencias entre campo eléctrico y magnético

8. INDUCCIÓN ELECTROMAGNÉTICA. SÍNTESIS DE MAXWELL

1. ¿Cómo generar una corriente eléctrica en un conductor a partir de un campo magnético? concepto
de inducción electromagnética
2. Determinación del sentido de la corriente inducida. ley de Lenz y ley de Faraday
3. Estudio cuantitativo de la inducción y de sus aplicaciones
3.1. Corriente inducida modificando la superficie limitada por el conductor
3.2. Corriente inducida por un campo magnético variable
3.3 Corriente inducida mediante el movimiento relativo de inductor e inducido. Alternadores y dinamos.
4. El transporte de la corriente alterna. Transformadores

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5. El fenómeno de la autoinducción
6. Teoría electromagnética de Maxwell
6.1 Síntesis de los fenómenos eléctricos y magnéticos. El campo electromagnético.
6.2 Predicción de la radiación electromagnética.
6.3 Comprobación experimental de la emisión y recepción de la radiación electromagnética. Espectro de on-
das electromagnéticas
7. Impacto medioambiental de la energía eléctrica

9. RELATIVIDAD

1. La mecánica de newton y la relatividad. principio de relatividad de Galileo


1.1 Equivalencia entre el reposo y el movimiento rectilíneo y uniforme
1.2 Transformaciones de Galileo
1.3. Conceptos de espacio y de tiempo de la física clásica
2. Predicciones de la Teoría Electromagnética y experimento de Michelson y Morley
2.1 Las predicciones de la teoría electromagnética y la relatividad
2.2 El experimento de Michelson y Morley
3. El surgimiento de la teoría de la relatividad especial
3.1 Crítica a los conceptos de espacio y tiempo absolutos
3.2 Postulados de la relatividad especial
4. Consecuencias del carácter absoluto de la velocidad de la luz
4.1. Es imposible que un cuerpo se mueva a una velocidad igual o superior a la de la luz (la velocidad de
la luz es un límite superior de velocidades)
4.2. El intervalo de tiempo entre dos sucesos depende del estado de movimiento de quien lo mida (el
tiempo también es relativo)
4.3. La longitud o distancia entre dos puntos depende del sistema de referencia.
4.4 El espacio y el tiempo tienen una relación de dependencia mutua (la dilatación del tiempo y la con-
tracción de la longitud son dos vertientes de un mismo hecho).
5. Relación entre cambio de masa y cambio de energía
6. La teoría especial de la relatividad y el "sentido común"
7. Introducción a la relatividad general
7.1 El principio de equivalencia
7.2 Propagación de la luz en el seno de un campo gravitatorio

10. INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CUÁNTICA

1. Efecto fotoeléctrico
1.1. Interpretación clásica del efecto fotoeléctrico
1.2. Corriente de saturación y potencial de frenado
1.3. Determinación de la energía cinética máxima con que salen los electrones
1.4. Predicciones sobre el efecto fotoeléctrico, basadas en el carácter ondulatorio de la luz
1.5. Resultados experimentales obtenidos al estudiar el efecto fotoeléctrico
1.6. Interpretación de Einstein del efecto fotoeléctrico. Concepto de fotón y cuantización de la energía

2. Confirmación de la capacidad explicativa del concepto de fotón. Espectros discontinuos y efecto


Compton
2.1. Explicación de los espectros discontinuos
2.2. El efecto Compton
3. La dualidad onda-corpúsculo
3.1. Hipótesis de De Broglie
3.2. Contrastación de la hipótesis de De Broglie
3.3. Interpretación de la doble naturaleza, ondulatoria y corpuscular, de la materia
4. El principio de incertidumbre de Heisenberg
5. La ecuación de ondas
6. Aplicaciones de la mecánica cuántica: El láser
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11. FÍSICA NUCLEAR

1. El descubrimiento de la radiactividad
2. Naturaleza de las emisiones radiactivas
3. ¿De donde provienen las emisiones radiactivas?
4. El descubrimiento de protones y neutrones
5. Interpretación de las transformaciones nucleares
6. ¿Qué le ocurre a una muestra radiactiva con el paso del tiempo?
6.1. Velocidad de desintegración y periodo de semidesintegración
6.2. Actividad de una muestra radiactiva
6.3. Determinación de la edad de un resto orgánico por el método de 14C
7. ¿Cómo podemos producir transmutaciones nucleares artificiales?
8. ¿Cómo es posible que los protones puedan estar dentro del núcleo siendo que tienen la misma
carga eléctrica y se repelen?
9. Defecto de masa, energía de enlace y estabilidad nuclear
9.1. ¿Cuánta energía “aprovechable” se puede obtener en una reacción nuclear?
9.2. Energía de enlace y estabilidad de los núcleos
10. Aprovechamiento de la energía nuclear. Fisión y fusión
10.1. Las reacciones nucleares de fisión
10.2. Las reacciones nucleares de fusión
11. Algunas aplicaciones de la radiactividad
12. Introducción al estudio cualitativo de las partículas subatómicas
12.1. El descubrimiento del neutrino
12.2. Las antipartículas
12.3. ¿Cómo se ejercen las fuerzas entre partículas?
12.4. ¿De dónde salen tantas partículas? Los quarks y la materia prima del universo
12.5. La masa del universo y su futuro

Los autores somos conscientes de la enorme dificultad que supone impartir todos los contenidos anteriores
en el horario lectivo de un curso académico. Por este motivo hemos procurado limitarnos a desarrollar los
contenidos oficiales y en las escasas ocasiones que por alguna razón hemos estimado conveniente ampliar-
los, se ha advertido expresamente, quedando a criterio del profesor el desarrollarlos o no.

En el libro hemos intentado favorecer una metodología activa, planteando cuestiones y problemas de in-
terés (en cursiva) con el fin de que los estudiantes puedan reflexionar sobre ello antes de seguir leyendo.
De esta forma pensamos que se favorece el aprendizaje al versar éste sobre aspectos que se han planteado
previamente como problemas o interrogantes más o menos abiertas. Por tanto, una condición necesaria
para sacar un mayor provecho del texto es leer con atención, reflexionar sobre los problemas que se plan-
tean, tratar de contestar o avanzar respuestas y luego seguir leyendo para cotejar lo que se ha hecho con la
información que se da siempre en el texto. Ciertamente esta forma de trabajo exige un esfuerzo (especial-
mente a quienes no tienen costumbre de leer y tratar de entender lo que está escrito) pero estamos conven-
cidos de que si se realiza, es gratificante y se obtienen mejores resultados.

Las cuestiones y problemas complementarios que se proponen al final de cada capítulo se han ordenado
siguiendo el propio desarrollo del tema. Por tanto los estudiantes pueden ir haciéndolos progresivamente
conforme se vayan trabajando los conocimientos necesarios o bien al final del capítulo como una especie
de revisión general del mismo.

Los autores hemos hecho el texto a partir de nuestra experiencia en el aula, tratando de incorporar algunos
de los aspectos más relevantes de la didáctica de las ciencias (introducción de conceptos e ideas alternati-
vas, resolución de problemas como investigación, relaciones entre ciencia tecnología y sociedad, etc) de
una manera funcional. Somos conscientes de que será necesario seguir trabajando cada curso en el libro
para continuar mejorándolo. Para ello contamos con la inestimable ayuda de muchos colegas y de nuestros
propios alumnos que con sus comentarios y sugerencias colaboran también en este proyecto.

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A. EL TRIUNFO DE LA MECÁNICA CLÁSICA

Durante la Edad Media Tomás de Aquino unió parte de la filosofía griega con la teología cristiana en
una única filosofía que tenía sus raíces en algunos de los trabajos de Aristóteles. Posiblemente una
de las razones para esa unión es que la visión del mundo que tenía Aristóteles se interpretaba como
un apoyo a las sagradas escrituras. En cuanto a los aspectos físicos, lo esencial de esa visión se pue-
de resumir en la existencia de una neta línea divisoria entre la Tierra junto con los objetos situados
en ella y el mundo de los astros (Luna, Sol, estrellas y planetas conocidos).
Toda la materia terrestre se suponía formada por dos elementos pesados (tierra y agua) y otros
dos ligeros (aire y fuego). Cada uno de ellos tenía un lugar natural, el más bajo (centro del plane-
ta) correspondía a la tierra, luego estaba el agua en la superficie, después el aire y finalmente, en
lo más alto, el fuego. El estado natural de cualquier elemento era el reposo en su lugar natural, la
materia estaba (como la sociedad) jerarquizada, y cada objeto, según la proporción que tuviera de
los distintos elementos, tendía con mayor o menor rapidez a moverse espontáneamente hacia su
lugar natural. Sin embargo, los astros estaban formados por una materia especial (la quinta esen-
cia), transparente, incorruptible y sin peso, su estado natural era un movimiento circular eterno
alrededor de la Tierra que se encontraba inmóvil ocupando el centro del Universo. Esta separa-
ción entre Cielo y Tierra es un ejemplo de barrera histórica contra una visión unitaria de la mate-
ria que forma el Universo, análogamente a la barrera entre persona y animal (derribada por el
evolucionismo) o entre materia inorgánica y orgánica. La superación de las mismas presentó se-
rias dificultades debido en gran parte a sus implicaciones religiosas, sociales e ideológicas.
De acuerdo con la física de Aristóteles si la Luna gira alrededor de la Tierra es porque ese es pre-
cisamente su estado natural, mientras que si una piedra situada a cierta altura cae hacia el suelo
cuando se suelta es porque al contener una elevada proporción del elemento tierra tiene tendencia
a moverse hacia la Tierra y quedarse allí en reposo o si el humo se eleva es porque gana elemento
fuego y el lugar natural de este último es arriba del todo. En la época de Newton (finales del siglo
XVII) la Teoría Heliocéntrica de Copérnico (la Tierra y el resto de los planetas son los que giran
en torno al Sol) se enseñaba ya en algunas universidades, Galileo con su telescopio había descu-
bierto montañas y valles en la Luna y también que el planeta Júpiter tenía lunas orbitando a su
alrededor. Todo ello ya había hecho tambalearse el antiguo sistema, pero fue sin duda la Teoría
de Newton de la Gravitación Universal la que supuso una síntesis entre dos mundos hasta en-
tonces distintos. La idea básica de esta teoría es que todos los cuerpos del universo se ejercen
entre sí fuerzas de atracción. La naturaleza de dichas fuerzas es la misma para los objetos terres-
tres que para los celestes. La fuerza que hace que un proyectil lanzado desde una torre caiga al
suelo, es la misma que la que mantiene a la Luna girando alrededor de la Tierra.
Las leyes de Newton sobre el movimiento de los cuerpos se aplicaron a situaciones muy diversas,
no solo en el mundo macroscópico (lanzamiento de proyectiles, movimiento de los astros, flui-
dos, etc.) sino también en el mundo microscópico estudiando el movimiento y las interacciones
de átomos y moléculas (presión de los gases, producción y propagación del sonido, etc.). De esta
forma se fue desarrollando un gran cuerpo de conocimientos científicos (lo que hoy denomina-
mos como mecánica clásica), capaz de integrar dentro del mismo incluso a los fenómenos calorí-
ficos, dando lugar a la termodinámica.

9
El curso anterior comenzamos ya a estudiar algunos temas de mecánica. En este completaremos
dicho estudio profundizando en la Teoría de la Gravitación Universal y comprobando cómo el
movimiento ondulatorio también se integró dentro de la mecánica clásica.

Las leyes de la mecánica clásica se mostraron también útiles para el estudio de muchos fenóme-
nos eléctricos llegándose (a finales del siglo XIX) en la Teoría Electromagnética a enlazarse la
óptica, la electricidad y el magnetismo.
El desarrollo de la mecánica, con la introducción de conceptos como fuerza, masa inercial y gra-
vitacional, cantidad de movimiento, etc. y las relaciones entre los mismos; la idea de la materia
como compuesta de partículas en continuo movimiento en un espacio infinito lleno de una sus-
tancia muy especial llamada “éter”; la percepción del espacio como un sistema de referencia en
reposo absoluto en una escala temporal también absoluta (independientes de los cuerpos y de sus
interacciones), dio lugar a una imagen mecanicista del Universo, que cabría calificar como de-
terminista: En efecto, la posición y estado de movimiento de cualquier cuerpo en un instante da-
do, vienen predeterminadas por las que presentaba en otro instante anterior y por la fuerza resul-
tante sufrida por dicho cuerpo (debida a sus interacciones con otros) durante el intervalo de tiem-
po transcurrido entre ambos instantes. Como señalaba Laplace:

“Un intelecto que en un instante dado conociese todas las fuerzas que actúan en la naturaleza y la posición
de todas las cosas de que se compone el mundo (y fuera capaz de analizar todos esos datos), abarcaría en
la misma fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del universo y los de los átomos más pe-
queños. Para él, no sería nada incierto y el futuro, lo mismo que el pasado, sería presente a sus ojos”

Así pues, para el mecanicismo que se desarrolló a raíz del triunfo de la mecánica clásica (cuyas
bases fueron las leyes de Newton sobre el movimiento de los cuerpos), no había novedad en el
universo; cualquier estado presente puede derivarse del estado pasado. Los éxitos obtenidos en la
resolución de problemas dinámicos de todo tipo, hicieron que esta concepción mecanicista del
mundo se extendiese incluso a situaciones más complejas (como los propios seres vivos) en las
que se suponía también válida.

10
1. INTERACCIÓN GRAVITATORIA

La interacción gravitatoria tiene una gran influencia en el movimiento de los cuerpos, tanto de los
que se encuentran en la Tierra o sus proximidades como los que se hallan en el espacio (planetas,
estrellas, cometas, etc). El lanzamiento de proyectiles, fenómenos atmosféricos como la lluvia, el
movimiento de las aguas de los ríos hacia el mar, la colocación de satélites en órbita, el despla-
zamiento de los astros en el espacio, etc, son ejemplos en los que la interacción gravitatoria tiene
un papel fundamental.
La propiedad gravitatoria se puede considerar como un principio unificador universal, que go-
bierna el movimiento de toda la materia. Sin embargo llegar a esta conclusión no ha sido fácil.

1. LOS ORÍGENES DE LA TEORÍA DE LA GRAVITACIÓN UNIVERSAL

El establecimiento de la Teoría de la Gravitación Universal supuso la culminación de un proceso


de unificación en el que las leyes de la mecánica se generalizaron a todo el Universo y se derribó
la barrera que separaba el mundo terrestre del celeste.

1.1. El Universo según los antiguos griegos

El filósofo griego Aristóteles, 300 años antes de nuestra era, pensaba que las estrellas se encon-
traban todas encastradas en una gran esfera celeste que giraba alrededor de una Tierra inmóvil
situada en su centro, dando una vuelta entera cada día en dirección de Este a Oeste. Fuera de esa
gran esfera celeste estaba el "Primer Móvil" que la hacía girar con ritmo regular y dentro, había
una serie de esferas concéntricas que contenían a los planetas, el Sol y la Luna, de forma que el
movimiento de la esfera estrellada se transmitía a las interiores.
Esta concepción geocéntrica de Aristóteles estaba enmarcada dentro de un modelo del Cosmos en
el que éste se dividía en dos mundos de distinta naturaleza y propiedades. La esfera que contenía
a la Luna separaba al mundo celeste (más allá de la Luna) del terrestre (de la Luna a la Tierra).
El mundo celeste era incorruptible, eterno y perfecto, formado por una materia especial (llamada
quinta esencia) ligera, transparente e inmutable. Su estado natural era el movimiento de rotación
constante alrededor de la Tierra. Cada planeta y cada estrella giraban alrededor de la Tierra con
movimiento circular y uniforme. Dicho movimiento se consideraba perfecto, sin principio ni fin.

En cambio, el mundo terrestre o sublunar era imperfecto y


perecedero. En él la materia estaba formada por cuatro ele-
mentos básicos (tierra, agua, aire y fuego) cada uno de los
cuales tenía asignado un lugar natural; el más bajo (centro del
planeta) correspondía a la tierra, luego estaba el agua en la
superficie, después el aire y finalmente, en lo más alto, el
fuego. El estado natural de cualquier elemento era el reposo
en su lugar correspondiente, la materia pues, estaba (como la
sociedad) jerarquizada y cada objeto, según la proporción que
tuviera de los distintos elementos, tendía con mayor o menor
rapidez a moverse espontáneamente hacia su lugar propio.

11
1. Interacción gravitatoria

¿Qué observaciones de los astros parecen apoyar la concepción geocéntrica?

En primer lugar, nosotros no percibimos que la Tierra se mueva en el espacio, por el contrario,
nos parece fija y estable. Además, cada día vemos que el Sol sale de un punto situado por el este
y se pone por el oeste. Análogamente ocurre con la Luna. Finalmente, las estrellas parecen encon-
trarse todas sobre un mismo fondo o bóveda celeste que gira alrededor de un eje Norte-Sur en el
que se encuentra la estrella Polar.

No obstante, había algunos hechos que no encajaban bien dentro de


este esquema. Uno de ellos era la complicada trayectoria seguida por
algunos astros especiales cuyas posiciones respecto a las estrellas
fijas cambiaba con el tiempo y a los que se llamó planetas (palabra
que en griego quería decir errantes). A veces incluso, estos cambia-
ban de dirección y sufrían retrocesos. Además, su brillo no era siem-
pre el mismo. En la figura adjunta se puede ver una parte de la tra-
yectoria que el planeta Marte parece describir (sobre el fondo de las
estrellas) cuando se observa desde la Tierra.

¿Con qué postulados de la Cosmología de Aristóteles entraban en contradicción los hechos


anteriores?

De acuerdo con el modelo Aristotélico del Cosmos, los cuerpos celestes sólo pueden tener movi-
mientos perfectos (circulares) y la materia celeste es inmutable (y un cambio de brillo supone
algún tipo de transformación o una variación en la distancia a la Tierra).

¿Cómo podría justificarse, sin cambiar esencialmente el modelo (y por tanto el movimiento
circular) que desde una Tierra inmóvil se viese la trayectoria de un planeta como no circular y
que en algún punto presente, incluso, un movimiento retrógrado? ¿Y el diferente brillo?

Una posibilidad es suponer que el planeta tiene un movimiento circular alrededor de un punto
cercano al mismo a la vez que se va moviendo en torno a la Tierra. Sería como si en la llanta de
una rueda de una bicicleta que circula con rapidez constante y de noche, fijásemos una luz y des-
de lejos observáramos el movimiento de dicha luz. Un cuidadoso análisis de las figuras siguientes
nos permite comprender la trayectoria que a nuestros ojos describiría el punto luminoso.
1 2 3 4 5 6 7 8 9

1 9
2 8

3
7

6 4

12
1. Interacción gravitatoria

La primera de las figuras corresponde a una serie de fotografías de la rueda, realizadas cada vez
que ésta ha dado un octavo de vuelta (se han numerado sólo las 9 primeras). En la segunda se ha
unido mediante una línea continua las posiciones del punto luminoso correspondientes a cada
instantánea. Esa línea nos indica la trayectoria que parecería describir dicho punto. Como puede
verse hay zonas en las que éste parece retroceder.

El planeta sería equivalente al


punto luminoso del ejemplo. Los
pequeños círculos se llamaron
"epiciclos" y la circunferencia
grande o trayectoria seguida por
el centro de los epiciclos en tor-
no a la Tierra recibió el nombre
de "deferente".

En cuanto a las variaciones de brillo, podría pensarse en un movimiento excéntrico, es decir, en


que realmente la Tierra inmóvil no estuviera colocada exactamente en el centro de rotación del
planeta en cuestión, con lo que unas veces el planeta estaría más cerca (y brillaría más) y otras
más lejos (y brillaría menos).
Mediante modificaciones como las que acabamos de comentar y otras similares, Ptolomeo de
Alejandría, en el siglo II antes de nuestra era, elaboró un detallado sistema geocéntrico que poste-
riormente fue traducido y difundido por Europa por los árabes en una recopilación llamada Al-
magesto. Las características esenciales de este sistema eran:
 El Cielo es de forma esférica y tiene movimiento de rotación en torno a la Tierra
 La Tierra también es esférica
 La Tierra está situada en el centro del Cielo
 La Tierra es como un punto si la comparamos con el tamaño de la esfera celeste
 La Tierra no participa en ningún movimiento, es decir, se encuentra en reposo absoluto.
El modelo geocéntrico de Ptolomeo fue útil a navegantes y astrónomos durante más de 14 siglos.
Su éxito se debió fundamentalmente a que daba una descripción bastante precisa de lo que se
podía observar con los instrumentos de entonces. Además cuando fue introducido en Europa, fue
adoptado por la Iglesia Católica ya que era coherente con sus dogmas.

1.2. La Teoría Heliocéntrica de Copérnico

Nicolás Copérnico fue contemporáneo de Cristóbal Colón. Nació en Polonia (1473-1543) y vivió
en un periodo histórico lleno de cambios culturales que, sin duda, influyeron en su atrevimiento
de enfrentarse a la teoría geocéntrica vigente, asociada, como ya hemos señalado, a profundas
creencias religiosas y sociales en el mundo occidental de aquella época (hasta el punto de que
cualquier crítica a dicha teoría se interpretaba como un ataque a las sagradas escrituras).

Para Copérnico el movimiento de los astros debía ser circular y uniforme pero con centro en el
Sol y no en la Tierra. Pensaba que de esa forma podía construirse un sistema de círculos más ra-
zonable, en el que todos los planetas, incluyendo a la Tierra, se movían con movimiento circular
y uniforme alrededor del Sol. Las estrellas estaban inmóviles y lejísimos. La Tierra, además de
girar alrededor del Sol, lo hacía sobre sí misma dando una vuelta sobre su eje N-S cada 24 horas.

13
1. Interacción gravitatoria

Copérnico era consciente de las grandes dificultades que implicaba la aceptación de sus ideas. En
su libro "Revoluciones" escribió:

"Las ideas aquí establecidas son muy difíciles, casi imposibles, de aceptar; están en total contradicción con
las creencias populares, pero, con la ayuda de Dios, pondré todo más claro que el día, al menos para aque-
llos que no ignoran las matemáticas ... "

Sugerid posibles argumentos que pudieron emplearse en contra de la Teoría Heliocéntrica y


tratad de invalidarlos.

Entre las objeciones que se pusieron a la Teoría Heliocéntrica podemos citar las siguientes:

 Lo que se observa es que el Sol sale por el Este y se pone por le Oeste, sin que se note ningún
movimiento de la Tierra.
 Si la Tierra girase a gran velocidad alrededor de su propio eje (hoy sabemos que los cuerpos
situados en el ecuador giran alrededor del eje terrestre a más de 1500 km/h) provocaría que los
pájaros y las nubes se quedarían atrás y además el planeta se pondría incandescente debido al
rozamiento con la atmósfera.
 Si la Tierra girase a gran velocidad alrededor del Sol (hoy sabemos que se traslada en torno a
éste a más de 100 000 km/h) al dejar caer una piedra desde lo alto de una torre debería caer mu-
cho más atrás ya que, mientras la piedra se encontrara cayendo, la torre (sujeta a la Tierra) avan-
zaría rápidamente.
 Si la Tierra se moviera alrededor del Sol, habría
puntos en su largo recorrido desde los que se vería
a una determinada estrella en una posición relativa Estrellas
diferente respecto al fondo de estrellas más aleja-
das, tal y como se muestra en el esquema adjunto
(no a escala). Sin embargo este fenómeno (llamado
"paralaje") realmente no se observaba y cualquier
estrella parecía estar siempre en la misma posición
relativa respecto al fondo de estrellas. Sol Tierra

 Se decía también que debía hacer falta una fuerza colosal para mover la Tierra (grande y pesa-
da) alrededor del Sol.

En la actualidad sabemos responder a las objeciones anteriores. Así, el movimiento aparente del
Sol y de las estrellas (de Este a Oeste) se debe a que es en realidad la propia Tierra la que gira de
Oeste a Este. Por otra parte, la atmósfera permanece ligada a la Tierra y gira solidariamente con
ella por lo que no tiene sentido pensar en fuerzas de fricción. Los objetos que se dejan caer desde
una cierta altura no caen retrasados porque llevan en todo momento el mismo movimiento de
traslación de la Tierra, es lo mismo que ocurre cuando el pasajero de un tren de gran velocidad da
un salto hacia arriba en medio del pasillo, si el tren no acelera, cae siempre en el mismo sitio por-
que cuando va por el aire no pierde la velocidad horizontal que llevaba (la misma que el tren).
Finalmente, la falta de paralaje al observar las estrellas fijas, se podría interpretar suponiendo que
éstas se hallan a enormes distancias de la Tierra (muchísimo mayores que el diámetro de la órbita
terrestre) lo que hacía imposible apreciar ningún fenómeno de paralaje con los instrumentos de la
época.

14
1. Interacción gravitatoria

El propio Copérnico utilizó algunos razonamientos similares a los anteriores para defender su
Teoría. Sin embargo, lo cierto es que, había también otro tipo de objeciones, que podían resumir-
se en que aceptar la Teoría Heliocéntrica suponía rechazar toda una visión del mundo, desplazar a
la humanidad de su posición central, privilegiada, en el centro del Universo. Además, el hecho de
que la estrellas se encontraran a una distancia prácticamente infinita de la Tierra producía una
gran inquietud en una sociedad dominada por fuertes creencias religiosas en la que resultaba poco
confortable tener el infierno tan cerca (en el interior de la Tierra) y el Cielo tan lejos.

La iglesia estaba pues frontalmente en contra de la Teoría Heliocéntrica, la consideraba opuesta a


las sagradas escrituras (por ejemplo, se argumentaba que Josué en la conquista de la ciudad de
Jericó, tal y como se describe en la Biblia, mandó detenerse al Sol y no a la Tierra). Lutero acusó
a Copérnico de hereje y la propia Iglesia Católica incluyó su libro en el Índice de libros prohibi-
dos. Todo ello justifica que, aunque muchos astrónomos comenzaron a utilizar el nuevo sistema
por su mayor simplicidad de cálculo, pasara más de un siglo desde que se publicó en la primera
mitad del siglo XVI hasta que tuvo una aceptación general por la comunidad científica.

1.3. Las leyes de Kepler

Kepler (1571-1630) fue un astrónomo alemán partidario de la Teoría Heliocéntrica de Copérnico.


Parte de su trabajo se basó en el análisis de gran cantidad de datos astronómicos sobre los movi-
mientos de los planetas, mejores de los que utilizó el propio Copérnico. Dichos datos habían sido
recopilados por su maestro Tycho Brae, el cual era un magnifico experimentador y realizó medi-
das astronómicas sobre la posición de los planetas mucho más precisas que Copérnico. A la
muerte de Tycho, Kepler se hizo con sus datos astronómicos y los publicó en un libro llamado
"Las tablas Rudolfinas de Tycho".

Kepler, en el curso de sus investigaciones se encontró con que no podía ajustar los datos que tenía
sobre la órbita de Marte al sistema Heliocéntrico. Después de varios intentos de cambios en la
Teoría de Copérnico para hacerla aplicable a las nuevas observaciones, acabó por rechazar la idea
de órbita circular de un planeta alrededor del Sol y sustituirla por la de órbita elíptica con el Sol
ocupando uno de los focos de la elipse. De hecho esta idea constituye la denominada primera ley
de Kepler según la cual:

1. Todos los planetas describen órbitas elípticas planas con el Sol ocupando uno de sus focos.

La ley anterior permitía eliminar todos los epiciclos y excéntricos dando una representación mu-
cho más sencilla del sistema solar. Kepler estableció también dos leyes más:

2. Si imaginamos una recta trazada desde el Sol a uno de sus planetas podemos afirmar
que el área barrida por dicha recta en un tiempo dado, es la misma, independientemente
de la zona de la órbita en la que el planeta se encuentre. O lo que es equivalente: la velo-
cidad areolar de un planeta en torno al Sol, es constante.

Una consecuencia de la ley anterior es que un planeta, por ejemplo la Tierra, se moverá más rápi-
do en el perihelio (punto de la órbita más cercano al Sol) que en el afelio (punto de la órbita más
alejado del Sol) porque en el primero, al haber un radio menor, tendrá que cubrir más distancia
para barrer (en un tiempo dado) la misma área que en el segundo.
15
1. Interacción gravitatoria

Perihelio Afelio

3. Si "T" es el tiempo que emplea un planeta cualquiera en dar una vuelta completa en tor-
no al Sol (periodo de revolución) y "r" el radio medio de la órbita, se cumple que el cua-
drado del periodo de revolución es directamente proporcional al cubo del radio medio.

Es decir: T2 = C· r3 siendo C una constante de proporcionalidad igual para cualquier planeta.

De acuerdo con la ley anterior, los planetas más alejados tendrán un periodo de revolución mayor
que los planetas más cercanos al Sol.

1.4. Algunas aportaciones de Galileo a la nueva astronomía.

Galileo (1564-1642) fue amigo de Kepler y como él, firme partidario de la Teoría Heliocéntrica.
Fue Galileo el primero en utilizar el telescopio para realizar observaciones sistemáticas de los
astros y aunque el no inventó dicho instrumento, sí que le incorporó notables mejoras técnicas.
Con él hizo varios descubrimientos importantes:

 Observó que el planeta Júpiter poseía cuatro lunas que giraban a su alrededor. Con ello se
mostraba que la Tierra no era el centro de rotación de todos los objetos del Universo (como man-
tenía la Teoría Geocéntrica).

 Comprobó que en la Luna su superficie no era uniforme y esférica sino desigual, rugosa, con
montañas y valles como en la Tierra.

 Galileo también comprobó que todos los cuerpos (en condiciones de rozamiento con el aire
despreciable) cuando se dejan caer desde una misma altura emplean el mismo tiempo en llegar al
suelo (independientemente de la masa que tengan). Este resultado estaba en contra de las ideas de
Aristóteles, ya que según éste, cuanto más elemento tierra tenga un cuerpo, tanto más rápidamen-
te debe moverse hacia el centro del planeta (su lugar natural).

Los trabajos de Kepler y Galileo, supusieron un apoyo a la Teoría Heliocéntrica de Copérnico,


preparando así el camino a una explicación del movimiento planetario en la que se iban a usar las
mismas leyes que en la mecánica de los cuerpos terrestres (Teoría de la Gravitación Universal).

Dado que las trayectorias de los planetas son elipses de poca excentricidad, podemos considerar-
las, en una primera aproximación, como prácticamente circulares, conviene que antes de estudiar
la Teoría de la Gravitación Universal, veamos brevemente algunas magnitudes importantes para
el estudio dinámico de los movimientos curvilíneos en general.

16
1. Interacción gravitatoria

2. CANTIDAD DE MOVIMIENTO ANGULAR. PRINCIPIO DE CONSERVACIÓN

Comenzaremos por revisar el significado físico de la magnitud que se introdujo en el curso ante-
rior llamada cantidad de movimiento o más precisamente: cantidad de movimiento lineal de un
cuerpo o sistema que se traslada respecto de un punto dado O.

2.1. Cantidad de movimiento de traslación o cantidad de movimiento lineal

El curso anterior se introdujo una magnitud para medir la cantidad de movimiento y se definió
operativamente como:
 
p  mv

En la fórmula anterior, p es la cantidad de movimiento de traslación (o cantidad de movimiento

lineal), m la masa del cuerpo que se traslada y v la velocidad con que lo hace.

¿Qué interés tiene introducir esta magnitud?

Consideremos, a modo de ejemplo, lo que le ocurre a un bloque que se encuentra inicialmente en


reposo sobre un plano horizontal sin rozamiento, cuando le disparamos con una proyectil en di-
rección tangente al plano. Si el proyectil queda incrustado en el bloque veremos que el conjunto
comienza a desplazarse a lo largo del plano con una cierta velocidad. ¿De qué dependerá esa ve-
locidad con que sale el sistema formado por el bloque y proyectil?

Podemos comprobar que cuanto mayor sea la velocidad del proyectil en el momento del impacto
contra el bloque, mayor será también la velocidad con que sale el conjunto. Sin embargo, si man-
tenemos constante la velocidad con que el proyectil llega al bloque pero vamos utilizando proyec-
tiles de masa cada vez mayor, también podemos conseguir lo mismo. Luego nos convendrá intro-
ducir una magnitud como la cantidad de movimiento, de la cual dependerá el efecto producido.

v m
p

La cantidad de movimiento del proyectil antes del choque con el bloque será pues
 
p  m  v (mientras que la del bloque, en reposo sobre la superficie, será 0). La cantidad de mo-
vimiento lineal se mide en kg·m/s y es una magnitud vectorial que siempre tiene la misma direc-
ción y sentido que la velocidad.

¿Qué se necesita para que la cantidad de movimiento lineal de un cuerpo cambie?

Para que la cantidad de movimiento de un cuerpo cambie, es preciso que sobre él se ejerza una
fuerza resultante. Cuanto más rápidamente esté cambiando la cantidad de movimiento, mayor
será la fuerza resultante que está actuando. Desde este punto de vista, podemos considerar a la
fuerza resultante sobre un cuerpo o sistema como una magnitud que mide lo deprisa que, en un
instante dado, está cambiando la cantidad de movimiento de éste. Como sabemos esto se puede
expresar como:
 dp
F
dt

17
1. Interacción gravitatoria

Si la cantidad de movimiento p , no cambia en nada (ni en módulo ni dirección o sentido), la

fuerza resultante F es nula, y viceversa: si la fuerza resultante que actúa sobre un cuerpo o siste-
ma dado es nula, su cantidad de movimiento ha de permanecer constante (se conserva).
 
Comprobad cómo la expresión anterior se convierte en la ya conocida F  m  a si sustitui-
 
mos la cantidad de movimiento de traslación p por m  v y derivamos (suponiendo que la masa
permanece constante).

No obstante, existen otras situaciones en las que la cantidad de movimiento lineal p resulta insu-
ficiente, lo que conduce a definir otra magnitud llamada "cantidad de movimiento angular" (o
también "momento cinético" o "momento angular"). El siguiente ejemplo nos permitirá compren-
der el significado de esta magnitud.

2.2. Cantidad de movimiento angular

Consideremos de nuevo el impacto de un proyectil


pero esta vez sobre una barra situada verticalmente y
atravesada por un eje fijo alrededor del cual puede
girar libremente, tal y como se propone en la figura. Es

evidente que tras el impacto el sistema formado por la p
barra y el proyectil girará y que la velocidad con que
comienza a hacerlo dependerá de la cantidad de mo-
vimiento que lleva el proyectil en el momento en que
choca contra la barra, pero ¿sólo de ella?

Analizad las distintas opciones de la figura e indicad qué proyectil producirá mayor velocidad
de giro tras el impacto (la cantidad de movimiento lineal es la misma en los tres casos).

d1 d2 d3
Si realizáramos la experiencia propuesta veríamos que
la velocidad de giro con que sale el conjunto formado
1
por la barra y el proyectil es mayor en el caso del pro-
yectil (3) que en el (2) y en éste mayor que en el (1),
2 es decir, el efecto producido por el proyectil es más
intenso cuanto mayor es el producto d · p siendo "p"
el módulo de la cantidad de movimiento y "d" la dis-
3 tancia más corta entre el punto de giro de la barra
y la línea de acción del proyectil.

Luego nos convendrá introducir una nueva magnitud, de la cual dependerá el efecto producido.

En el ejemplo anterior todos los proyectiles se han disparado de forma que inciden perpendi-
cularmente a la barra. Podemos plantearnos cuál sería el resultado si esto no fuera así.

En las figuras siguientes se han representado tres disparos. En los tres casos el módulo de la can-
tidad de movimiento lineal del proyectil es el mismo ("p") así como el punto de la barra en el que
se produce el impacto. Lo que varía es únicamente la dirección en que se produce el disparo (da-
da por el ángulo ).

18
1. Interacción gravitatoria

p1
O d1 O O
d2 p2
r (180-1) r r d3
(180-3) p3
(180-2)

1 2 3

r r r

Si se hicieran los disparos que se proponen en las figuras anteriores se podría comprobar que la
velocidad de giro tras el impacto va aumentando conforme el ángulo  se va aproximando a 90º.
 
Dicho ángulo es el existente entre los vectores r y p cuando hacemos coincidir el origen de
ambos. Es fácil darse cuenta de que si el ángulo  valiese 180º (o 0º) no se produciría ningún giro
y que, en cambio, el efecto de giro conseguido sería máximo para  = 90º. Ello equivale a admitir
que dicho efecto depende, aquí también, del producto d · p . (En las figuras se ve que cómo di-
cho producto va aumentando al ir aumentando la distancia d desde la primera a la tercera).

Si tomamos como origen de un sistema de referencia cartesiano el punto O situado en el eje de


giro de la barra y tenemos en cuenta que por ser ángulos suplementarios sen (180- ) = sen ,
podemos escribir que: d · p = r sen · p. Sin embargo esto no es otra cosa que el módulo del pro-
 
ducto vectorial r x p .
  
Si llamamos L al vector producto vectorial de r x p habremos definido una nueva magnitud de
la cual dependerá la intensidad del efecto de giro que estamos analizando. Dicha magnitud se
denomina cantidad de movimiento angular respecto de un punto (y también momento cinético o
momento angular). Se mide en kg·m2/s.
       
Así pues: L  r x p  r x mv y L  r  m  v  sen


La representación del vector L se realiza teniendo en cuenta su carácter de producto vectorial tal
y como se muestra en los ejemplos siguientes en los que se ha representado la cantidad de movi-
miento angular de una partícula respecto de un punto O en distintas situaciones (siguiendo las
normas del producto vectorial).
L

O
r
p
r r
O  O r p
p x
r
L= 0

L
19
1. Interacción gravitatoria

De acuerdo con la expresión de la cantidad de movimiento angular, vemos que su módulo se re-
laciona con la cantidad de movimiento lineal y con la distancia r al punto O. Conviene darse
 
cuenta de que cuando r y p sean perpendiculares (a igualdad de los restantes factores) la canti-
dad de movimiento angular tomará su valor máximo. Esto ocurre, por ejemplo, cuando la partícu-
la describe un movimiento circular en torno a O.
 
En el tercer caso, al formar un ángulo de 0º el vector r con el vector p , la cantidad de movi-
miento angular de la partícula respecto del punto O es nula. Ello puede interpretarse también co-
mo que en la situación descrita, al estar el punto O sobre la recta en la que se realiza el desplaza-
miento, la partícula no tiene ninguna posibilidad de giro respecto de O.

Hemos visto en la dinámica de traslación que el agente causante del cambio en la cantidad de
movimiento con que se traslada un cuerpo o sistema es la fuerza resultante que actúa sobre el
mismo. Vamos ahora a estudiar qué magnitud tendrá un papel similar en la dinámica de la rota-
ción.

2.3. ¿Qué hace falta para que cambie la cantidad de movimiento angular? Principio de con-
servación de la cantidad de movimiento angular

Sabemos que el agente causante de que un cuerpo que se traslada respecto de un punto cambie de

velocidad, es la fuerza resultante que actúe sobre él. Es decir, toda aceleración a se debe a la

acción de una fuerza resultante F . Cuando se trata de un cuerpo que tiene un movimiento de giro
respecto de un eje (por ejemplo una puerta), para que cambie su movimiento de rotación, es decir,

para que exista una aceleración angular, se precisa la acción de un momento resultante M que,
  
según se vio en el anexo sobre cálculo vectorial, viene dado por M  r x F . Por tanto: el mo-
mento resultante respecto de un punto juega en la rotación un papel equivalente a la fuerza resul-
tante en la traslación.

Si para que cambie la cantidad de movimiento de traslación p de un cuerpo dado se precisa

la acción de una fuerza resultante F sobre el mismo ¿Qué hará falta para que cambie la canti-
dad de movimiento angular? Proponed una forma de comprobarlo.

De acuerdo con el paralelismo existente entre las distintas magnitudes utilizadas para estudiar la
traslación y la rotación, cabe esperar que para cambiar la cantidad de movimiento angular de un
cuerpo o sistema respecto de un punto dado O, se precise la acción de un momento resultante.
 
 dp  dL
Siguiendo con el paralelismo citado, al igual que F  se debería cumplir que M 
 dt dt
   
dL d (r x p) dr   dp    
En efecto:   x pr x  v x pr xF
dt dt dt dt
 
Como los vectores v y p tienen siempre la misma dirección y sentido, su producto vectorial será
0, de modo que:

 
dL     dL
 r x F  M . Es decir: M 
dt dt

20
1. Interacción gravitatoria

La expresión anterior se conoce como ecuación fundamental de la dinámica de la rotación y esta-


blece que para conseguir que la cantidad de movimiento angular de un cuerpo o sistema cambie
es necesario que sobre él actúe un momento resultante distinto de 0.

L
p = mv
En la figura de la izquierda el momento de
O r r la fuerza representada respecto del punto O,
hace que la cantidad de movimiento angular
F de la partícula respecto de ese mismo punto
vaya disminuyendo.
M

En la ecuación fundamental de la dinámica de la rotación se halla también implícito el principio


de conservación de la cantidad de movimiento angular ya que, como puede verse, si el momento

M resultante fuera 0, ello supondría que la cantidad de movimiento angular total del sistema
considerado sería constante, es decir, no cambiaría ni en módulo ni en dirección ni sentido.

Vamos a continuación a establecer en qué condiciones el momento resultante puede ser 0 y, con-
secuentemente, conservarse la cantidad de movimiento angular total de un cuerpo o sistema.
  
Dado que el momento viene dado por M  r x F , su módulo se podrá obtener mediante la
     
expresión M  r  F  sen  . Si ni r ni F son 0 ¿qué debería ocurrir para que M lo fuera?

 
Como es lógico, el ángulo entre los vectores r y F debería valer 0º o 180º. De ese modo sen 
sería 0 y, consecuentemente, el momento también lo sería. Este es el caso, por ejemplo, de un
cuerpo con movimiento circular y uniforme alrededor de un punto O. Como ya sabemos, en estas
condiciones debe existir sobre el cuerpo una fuerza resultante dirigida siempre hacia el centro
(fuerza centrípeta) responsable del cambio en dirección que experimenta continuamente el vector
velocidad. El módulo de la fuerza resultante vendrá dado aquí por Fn = m·an y como an = v2/r
podemos escribir que: Fn = m·v2/r.

p
O F

 
Como se puede ver en el esquema anterior, los dos vectores r y F formarán siempre un ángulo
de 180º con lo que el momento resultante respecto de O será nulo y, consecuentemente, la canti-
dad de movimiento angular del cuerpo permanecerá constante (no variará ni en módulo ni en di-
rección ni sentido). En ese caso, la trayectoria que describe el cuerpo deberá estar siempre sobre

un único plano ya que al ser L un vector siempre perpendicular al plano formado por los vectores
  
r y p si dicho plano cambiase también lo haría la dirección de L .
21
1. Interacción gravitatoria

3. LEY DE NEWTON DE LA GRAVITACIÓN UNIVERSAL

Newton nació en Inglaterra (1642-1727) poco después de la muerte de Galileo. A pesar de los
grandes avances experimentados por la ciencia en la época de Galileo y Kepler (sobre todo en
mecánica y astronomía) todavía no se disponía de una interpretación unitaria para los movimien-
tos de los objetos terrestres y celestes. Con el nacimiento de Newton se inició un periodo de cre-
cimiento espectacular en las ciencias físicas. Se formaron sociedades científicas y los artesanos
empezaron a interesarse por aplicar nuevos descubrimientos a la mejora de sus métodos de fabri-
cación y sus productos. Comenzó a aumentar el número de científicos trabajando en un mismo
campo y con la posibilidad de comunicarse entre sí.

3.1. El final de una barrera histórica

Recordemos que según la física de Aristóteles si la Luna gira alrededor de la Tierra con un mo-
vimiento circular y uniforme es porque ese es su estado natural, mientras que si una roca situada a
cierta altura cae hacia el suelo al quedar en libertad es porque, debido a la gran proporción del
elemento tierra que contiene, posee una tendencia natural a moverse hacia la Tierra y quedarse
allí en reposo o si el humo se eleva es porque gana elemento fuego y el lugar natural de este últi-
mo es arriba del todo.

En la época de Newton (finales del siglo XVII) la Teoría Heliocéntrica de Copérnico se enseñaba
ya en algunas universidades, Galileo con su telescopio había descubierto montañas y valles en la
Luna y también que el planeta Júpiter tenía lunas dando vueltas a su alrededor. Todo ello ya había
hecho tambalearse a la Teoría Geocéntrica y a la concepción del Universo a la que estaba asocia-
da. El establecimiento de la Ley de Newton de la Gravitación Universal fue lo que culminó el
proceso y vino a poner fin a la barrera que hasta entonces existía entre la Tierra y el Cielo (consi-
derados como dos mundos totalmente diferentes formados por materia distinta y cada uno gober-
nado por sus propias leyes).

Newton, Halley, Hooke y otros estudiaron el problema de los movimientos de los cuerpos celestes
partiendo de las mismas leyes que se aplicaban a los objetos terrestres. Particularmente con la nueva
concepción de fuerza elaborada por Newton, el problema quedaba formulado en términos muy dis-
tintos que anteriormente. Según ésta, si sobre un cuerpo no actúa fuerza alguna debe estar en reposo
o en movimiento rectilíneo y uniforme o, lo que es equivalente: cualquier cuerpo que no tenga un
movimiento rectilíneo y uniforme ha de estar sometido a la acción de una fuerza resultante, de modo
que si un planeta describe, aproximadamente, un movimiento circular uniforme alrededor del Sol, es
lógico, según Newton, plantearse qué fuerza debe estar actuando sobre dicho planeta para que des-
criba esa trayectoria, obligándole a cambiar continuamente la dirección de su velocidad. Análoga-
mente ha de ocurrir con el movimiento de la Luna alrededor de la Tierra.

Indicad la dirección y sentido de la fuerza que debe actuar sobre La Luna para que describa
órbitas circulares con velocidad constante alrededor de La Tierra. Idem para un cuerpo que se deja
en libertad a una cierta altura sobre el suelo.

Para que la Luna describa un movimiento circular y uniforme alrededor de la Tierra ha de existir una
fuerza resultante sobre ella que obligue a la velocidad que lleva a cambiar continuamente de direc-
ción sin que varíe su módulo (evitando así que se "escape"). Para ello, dicha fuerza resultante debe
ser perpendicular en todo momento a la velocidad y dirigida hacia el centro de la circunferencia des-
crita (fuerza centrípeta). Análogamente ocurre con un objeto que se deja en libertad a una cierta
altura. Siempre que el rozamiento con el aire se pueda considerar despreciable, dicho objeto cae cada

22
1. Interacción gravitatoria

vez más aprisa. Su velocidad cambia continuamente de forma lineal de modo que su módulo va au-
mentando uniformemente permaneciendo constante su dirección y sentido, por lo que debe haber
una fuerza hacia abajo responsable de tal cambio en la velocidad, que llamamos fuerza peso. En la
figura siguiente hemos representado, de forma esquemática las situaciones descritas.

F P

Si aplicamos la ecuación fundamental de la Dinámica a las dos situaciones anteriores, tenemos:

a t  0  Fres t  0

Para la Luna. Movimiento circular y uniforme:  v2 v2
 n
a   cte  F  m  cte

res n
r r

De acuerdo con las ecuaciones anteriores debe existir una fuerza sobre la Luna constantemente diri-
gida hacia el centro de su trayectoria (el centro de la Tierra) y de módulo constante.

a t  cte  Fres t  cte



Para el cuerpo. Movimiento uniformemente acelerado y rectilíneo: 
a n  0  Fres n  0

De acuerdo con las ecuaciones anteriores debe existir una fuerza sobre el cuerpo constante y dirigida
hacia el centro de la Tierra.

¿Cuál es la naturaleza de las fuerzas anteriores? ¿A qué se debe cada una?

Una de las grandes aportaciones de Newton es que propuso la misma explicación respecto a la natu-
raleza de las dos fuerzas anteriores, afirmando que:

Todos los cuerpos del universo se atraen unos a otros con una fuerza gravitatoria como la que existe
entre una piedra que cae y la Tierra. Por tanto, la fuerza centrípeta que actúa sobre la Luna no es otra
cosa que la atracción gravitatoria por parte de la Tierra. Análogamente, la fuerza que mantiene a un
planeta en su órbita no es otra que la atracción gravitatoria por parte del Sol.

A la propiedad que tienen los cuerpos materiales de atraerse entre sí se le denomina gravitación o
gravedad. No todos los cuerpos presentan esta propiedad con la misma intensidad. Para medirla se
establece una nueva magnitud denominada “masa gravitatoria”.

23
1. Interacción gravitatoria

3.2. Expresión de la Ley de Newton de la Gravitación Universal

Enunciad hipótesis sobre de qué factores dependerá la fuerza de atracción gravitatoria entre dos
cuerpos cualesquiera de masas gravitatorias m1 y m2, y separados una cierta distancia r entre ellos.

Podemos pensar que cuanto mayores sean las masas y menor la distancia que las separa, más grande
deberá ser la fuerza de atracción gravitatoria existente entre ambas.

m1  
F12 F21 m2
r
p
  
Según el principio de acción y reacción: F12  F21  F
 m m
Newton obtuvo que el módulo de dicha fuerza viene dado por la expresión: F  G 1 2 2
r

En la ecuación anterior G recibe el nombre de constante de gravitación universal (su valor es siem-
pre el mismo independientemente del medio en el que se hallen los dos cuerpos de masas m1 y m2) y
r es la distancia que separa a los dos cuerpos.

La ley de Newton de la Gravitación expresa la fuerza de atracción gravitatoria existente entre dos
masas puntuales. Si se desea determinar la fuerza gravitatoria con que se atraen cuerpos extensos se
deben considerar como compuestos de infinitas masas puntuales (infinitesimales) y proceder a sumar
las infinitas fuerzas correspondientes (integrar). Newton desarrolló este tipo de cálculo. No obstante,
para esferas uniformes, el resultado es que se comportan como si toda la masa estuviera concentrada
en el centro de las mismas, con lo que r será la distancia existente entre sus centros.

Si en la expresión anterior una de las masas correspondiera a la Tierra y la otra a cualquier cuerpo
situado en su superficie, escribiríamos:
 mT  m
F0  G
RT2

siendo mT la masa de la Tierra, m la del cuerpo y RT el radio de la Tierra (distancia existente entre el
centro de la Tierra y el objeto). El valor de la fuerza obtenido corresponderá a lo que designamos
como peso del cuerpo sobre la superficie terrestre.
m

F

r = RT + h
m

F0

mt RT

24
1. Interacción gravitatoria

3.3. Diferencia entre masa gravitatoria y masa inercial

Si aplicásemos una fuerza a un bloque situado sobre una superficie horizontal y sin rozamiento,
comprobaríamos que esta ha de tener un cierto valor para producirle una aceleración determinada.
En ello no interviene la gravedad para nada, es decir, se requeriría una fuerza idéntica, para pro-
vocarle la misma aceleración, si el bloque estuviese situado en un lugar de gravedad nula. A la
propiedad del bloque que hace necesaria la acción de una fuerza resultante para cambiar su estado
de movimiento, se le denomina “masa inercial” y cuanto mayor es su valor, mayor es también la
fuerza resultante que se necesita para producir una determinada aceleración. Dicha masa inercial
es la que figura en la ecuación fundamental de la dinámica:
 
F  mi  a

y, como sabemos, se mide en kilogramos. Su valor, para un objeto dado, se puede obtener fácil-
mente sin más que aplicar sobre dicho objeto una fuerza resultante determinada y medir la acele-
ración producida. A continuación basta dividir el módulo de la fuerza, en N, por el de la acelera-
ción en m/s2, para obtener el valor de la masa inercial, en kg.

Por otra parte, sabemos que todos los cuerpos se atraen gravitatoriamente. En este caso, la inercia
no hace ningún papel. La fuerza gravitatoria con que se atraen dos cuerpos separados entre sí una
cierta distancia r, depende de otra propiedad que denominamos gravitación y para cuantificarla
en cada cuerpo se introduce la "masa gravitatoria". Para un mismo valor de r, cuanto mayores
sean las masas gravitatorias mayor será la fuerza de atracción. Esto queda reflejado en la Ley de
Newton de la Gravitación Universal:
m g1  mg2
FG
r2
¿Son la misma cosa la masa inercial que la gravitatoria?

Para responder a la pregunta anterior supongamos que se dejan en libertad varios cuerpos de ma-
sas inerciales mi1, mi2 ...en la proximidad a la superficie de la Tierra. En ese caso podemos com-
probar experimentalmente que todos ellos caen al suelo con el mismo valor de la aceleración at =
9’81 m/s2 siguiendo una trayectoria rectilínea hacia el centro de la Tierra. Aplicando la ecuación
fundamental de la dinámica podemos obtener el valor (módulo) de la fuerza que estará actuando
sobre cada cuerpo: F1 = mi1 · at; F2 = mi2 · at ...

mi1 mi2
 
F1 F2

Por otra parte, esas fuerzas no son otras que la atracción gravitatoria que ejerce la Tierra sobre
cada uno de los cuerpos:

m gT  m g1 m gT  m g2
F1  G 2
; F2  G ...
R T R T2

25
1. Interacción gravitatoria

Igualando las fuerzas y despejando obtenemos la relación existente entre mi y mg :

m i1 G  m gT m i2 G  m gT mi
 ;  ...   C (siendo C una constante).
m g1 a RT
2
m g2 a RT
2
mg

Como vemos, se cumple que ambas masas son directamente proporcionales: mi = C · mg

Si, arbitrariamente, a la masa inercial de 1 kg le asignamos una masa gravitatoria unidad y a esa
unidad le llamamos “kilogramo gravitatorio”, tendremos que, de la ecuación anterior, la constante
kg inercial
de proporcionalidad valdrá: C  1 .
kg gravitatorio

La decisión anterior es, precisamente, la que se ha adoptado y, en consecuencia, la masa inercial


y la masa gravitacional de cualquier cuerpo siempre van a coincidir numéricamente aunque, co-
mo hemos visto, se trata de dos magnitudes distintas.

La masa inercial es una propiedad de los cuerpos debida a la imposibilidad que tienen, por ellos
mismos, de cambiar su velocidad (cuanto mayor es su valor tanta más fuerza se necesita para
comunicar una determinada aceleración), mientras que la masa gravitatoria es la propiedad a la
que se debe la atracción gravitatoria entre los cuerpos. La proporcionalidad existente entre estas
dos propiedades distintas, se conoce con el nombre de “Principio de equivalencia”. El que dos
propiedades de naturaleza tan distinta, sean directamente proporcionales, se consideró durante
mucho tiempo como una casualidad. Sin embargo, en la actualidad este hecho se interpreta cla-
ramente en la Teoría de la Relatividad Generalizada.

3.4. Determinación del valor de G de la Ley de Newton de la Gravitación. Experiencia de Cavendish

Para determinar el valor de la constante G de la ley de Newton, es necesario obtener experimental-


mente la fuerza con que se atraen dos masas conocidas. La primera medición de G fue realizada por
Cavendish a finales del siglo XIX.

En la figura adjunta se muestra un esquema del


diseño utilizado por Cavendish. Esencialmente
consiste en una balanza de torsión formada por una
barra rígida en cuyos extremos hay dos pequeñas
esferas de la misma masa m cada una. La barra se
halla suspendida por su punto medio de un hilo
metálico fino al que va sujeto un espejo. Sobre
dicho espejo incide un rayo de luz que se refleja y
va a parar a una escala graduada.

Cuando se coloca a uno y otro lado de la varilla dos grandes esferas de plomo de la misma masa M
cada una1, la atracción gravitatoria entre cada pareja m/M produce una torsión del hilo metálico y,
consecuentemente, se observa una desviación en el rayo reflejado por el espejo, la cual se puede
medir mediante la escala.

1
Aunque M es el símbolo del momento de una fuerza, aquí también lo utilizaremos para representar una masa gravi-
tatoria dada cuando queramos dar a entender que se trata de una masa muy grande.

26
1. Interacción gravitatoria

Cavendish había calculado antes qué fuerza correspondía a una determinada torsión de la fibra. Es
decir, era capaz , conocida la torsión experimentada por la fibra, de obtener el valor de la fuerza que
la había originado. De esta forma, midiendo la desviación del rayo luminoso (que indica lo que se ha
torcido la fibra) pudo conocer el valor de la fuerza gravitatoria entre dos cuerpos de masas conocidas
y, aplicando la Ley de Newton de la Gravitación, calcular el valor de la constante G. En la actualidad
el valor aceptado es de 6'67·10-11 Nm2/ kg2 (una cantidad extraordinariamente pequeña).

A partir de la expresión de la Ley de Newton de la Gravitación, expresad cuál es el significado


físico de la constante G.

 m m
Si nos fijamos en la ecuación F  G 1 2 2 podemos ver que G coincide numéricamente con la
r
fuerza gravitatoria con que se atraerían dos masas de 1 kg cada una situadas a un metro de distancia.
Dado el valor tan inmensamente pequeño de dicha fuerza se comprende que las fuerzas de atracción
gravitatoria entre cuerpos ordinarios (dos muebles, dos personas, etc) sea prácticamente despreciable
y no se tenga en cuenta en la mayoría de los casos. La interacción gravitatoria es la más débil de las
fuerzas existentes en la naturaleza, siendo necesario que al menos una de las masas sea muy grande
para que se perciba (como ocurre, por ejemplo, cuando una de esas masas es la Tierra y la otra noso-
tros mismos). Conviene notar también que el valor de G es universal, no depende del medio en el
que se encuentren los cuerpos ni de la composición de los mismos ni de si son terrestres o celestes.

4. ¿CÓMO TIENE LUGAR LA INTERACCIÓN GRAVITATORIA? CAMPO GRAVITATORIO

¿Cómo se explica la interacción gravitatoria entre dos cuerpos que se encuentran separados, sin
tocarse?, es decir: ¿Cómo se “comunican” ambos cuerpos?

A lo largo de la historia se han elaborado distintas explicaciones a este problema. Unas veces se
imaginaba la existencia de una sustancia especial (llamada éter) que debía llenar todo el espacio de
forma similar a como la atmósfera rodea a la Tierra y que, de algún modo, transmitía las fuerzas
entre los cuerpos que se hallaban separados entre sí pero inmersos en ese medio etéreo. También se
manejó la idea de “acción a distancia” lo que equivalía a admitir la existencia de dos tipos de fuer-
zas: las que parecían ejercerse por "contacto directo" entre dos cuerpos y las que claramente se ejer-
cen a distancia, sin necesidad de ningún medio material intermedio entre los cuerpos.

El propio Newton escribió que no hacía ninguna hipótesis al respecto, aunque para él la idea de que
un cuerpo pudiera actuar a distancia sobre otro a través del vacío le resultaba absurda.

En la actualidad el problema de cuál es el mecanismo de la interacción gravitatoria forma parte de la


Teoría de Campos (que engloba también a otras interacciones, como las fuerzas entre cuerpos carga-
dos eléctricamente). De acuerdo con dicha teoría, el espacio que rodea a un cuerpo como, por ejem-
plo, un planeta, o un objeto cargado eléctricamente, no se concibe como un simple receptáculo vacío
sino como algo concreto, que tiene una existencia física real y que es responsable de la interacción .
Se habla así de campo gravitatorio o de campo eléctrico. En una primera aproximación a la idea de
campo gravitatorio se puede describir éste diciendo que la presencia de una masa genera una “per-
turbación” a su alrededor, tanto más intensa cuanto más próximos nos encontramos de dicha masa,
de forma que cualquier pequeña masa que se coloque en esa zona se verá afectada por la perturba-
ción, es decir, se verá sometida a una fuerza.

27
1. Interacción gravitatoria

4.1. Intensidad de un campo gravitatorio en un punto del mismo. Expresión general

Para facilitar el estudio del campo gravitatorio se introduce una magnitud llamada intensidad del

campo gravitatorio g en un punto, cuyo valor nos indica la fuerza que actuaría sobre una masa de 1
kg si la colocásemos en dicho punto.

Para obtener el valor de la intensidad del campo gravitatorio en un punto “P” no es necesario que la
masa que se coloque en ese punto sea precisamente de 1 kg. Podemos utilizar cualquier masa de

prueba de valor m, medir la fuerza F que se ejerce sobre ella y luego obtener la intensidad dividien-
do dicha fuerza entre el valor de m (con lo que el valor obtenido representará la fuerza que actuaría
sobre 1 kg de masa si lo colocáramos en ese punto). Así pues:

 F
g (se medirá en N/kg)
m

Campo gravitatorio Campo gravitatorio P


 P m 
g
x
F

Fijémonos que la masa “m” no tiene que ver con quién crea el campo gravitatorio. Dicho campo
existe y su intensidad en un punto dado es independiente de que en dicho punto se coloque o no ma-

sa alguna. La expresión anterior es general y nos permite, si conocemos g en un punto, obtener la
fuerza gravitatoria que actuaría sobre cualquier masa que colocásemos en dicho punto sin más que
 
hacer: F  m  g

¿Qué quiere decir que la intensidad de un campo gravitatorio en un punto dado es de 25 N/kg?

La respuesta a la cuestión anterior es que si en dicho punto se colocase un objeto (considerado pun-
tual) de una masa de 1 kg actuaría sobre él una fuerza gravitatoria de 25 N.

La intensidad del campo gravitatorio en un punto es una magnitud vectorial. Tal y como ha sido

definida su dirección y sentido coincidirán siempre con los de la fuerza gravitatoria F que actuaría
sobre cualquier pequeña masa de prueba "m" que colocásemos en ese punto.

4.2. Obtención de la intensidad del campo gravitatorio en un punto cuando dicho campo está
creado por una o varias masas consideradas como puntuales

Supongamos el caso de un campo gravitatorio creado por una masa M considerada como puntual. Si
quisiéramos determinar la intensidad del campo a una distancia r de dicha masa M, bastaría con co-
locar en ese mismo punto una pequeña masa de prueba "m" y aplicar la expresión general: 
 F
g
m

28
1. Interacción gravitatoria

  M m
En este caso, sin embargo, el módulo de la fuerza F viene dado por: F  G 2
r

Podemos tener en cuenta el carácter vectorial de dicha fuerza si la expresamos en función de un


vector unitario que siempre tendrá su origen en la masa creadora de campo o "centro de fuerzas"
y su sentido hacia el punto en el que se aplica la fuerza.


ur

  M m 
De acuerdo con lo anterior, podemos expresar el vector F como: F   G  2  ur
r

 F M m   M 
y sustituyendo: g  = G   ur de donde: g   G  2  ur
m mr 2
r

¿Cómo se procedería a calcular la intensidad del campo gravitatorio resultante en un punto,


cuando dicho campo se debe a la acción de varias masas puntuales M1, M2, ... creadoras de campo?
En este caso será preciso obtener los vectores intensidad de campo en ese punto, correspondientes a
cada una de las masas por separado y luego sumarlos todos ellos (teniendo en cuenta su carácter
      
vectorial). Es decir: g  g1  g 2  g3  ... g n o lo que es equivalente: g  1n gi

Y(m)
En la figura adjunta se dan tres hipotéticas
masas consideradas puntuales m1 = 8·103 kg, m1
m2 = 9·103 kg y m3 = 103 kg, Se pide:

a) La intensidad del campo gravitatorio resul-


tante en el punto (4 , 3) m.
b) Fuerza que actuaría sobre una masa de 10
m3 m2 X (m)
kg si la colocásemos en dicho punto.

Como el campo gravitatorio se debe, en este caso, a tres masas, la intensidad en un punto cual-
quiera del mismo, se obtendrá como la suma de la intensidad correspondiente a cada una de las
   
masas por separado, esto es: g  g 1  g 2  g 3

 Y(m)
Para determinar g podemos expresar cada ur1 g1
m1 P
uno de los vectores en función de un vector
 g2
unitario u r que vaya desde la masa que crea g3
el campo hacia el punto en el que se desea ur3
conocer la intensidad, tal y como se propone ur2
en la figura adjunta:
O m3 m2 X (m)
29
1. Interacción gravitatoria

Expresad los vectores intensidad de campo en P, en función de los correspondientes vectores


unitarios:

 Gm  8  103 -
g1   2 1 u r1 = 6'67  1011  2 (1 , 0) = (-3’34·10 8 , 0) N/kg
r1 4

11 9  10
3
 Gm2  -
g 2   2 u r2 = 6'67  10  2 (0 , 1) = (0 , -6’67·10 8 ) N/kg
r2 3

 Gm  
g 3   2 3 u r3 ¿Cómo podemos determinar r3 y u r3 en este caso?
r3

Un procedimiento general que nos permite evaluar r 3 y u r3 (incluso cuando trabajemos con tres
componentes) es el siguiente:

Consideramos el vector OP = (4 , 3) m. Su módulo será OP = 4 2  32 = 5 m y coincidirá con


la distancia r3. Si dividimos ahora dicho vector por su propio módulo, obtendremos el vector uni-

tario u r3 :
 
u r3 = OP/OP = (4/5 , 3/5), de modo que sustituyendo en la expresión de g 3 nos queda:

 Gm  10 3  4 3 - -
g 3   2 3 u r3 =  6'67  10 11  2   ,  = (-2’13·10 9 , -1’6 · 10 9) N/kg
r3 5  5 5
   
Podemos ahora calcular g  g 1  g 2  g 3 simplemente sumando analíticamente los vectores
obtenidos, con lo que resulta:
 - - - - - -
g = (-3’34·10 8, 0)+ (0, -6’67·10 8 )+ (-2’13·10 9 , -1’6 · 10 9 ) = (-3’55·10 8, -6’83·10 8 ) N/kg

¿Cómo podemos hallar la fuerza a que estará sometido un cuerpo cuando se coloque en el punto
P considerado?

La intensidad del campo gravitatorio en un punto, es una característica propia del campo y su
valor coincide con el de la fuerza que actuaría sobre la unidad de masa si la colocásemos en dicho
punto (de este modo, podemos comparar las intensidades correspondientes a distintos puntos del
campo). Esto hace, que si conocemos la intensidad en un punto P, resulte sencillo determinar la
fuerza gravitatoria que actuará sobre cualquier masa que coloquemos en ese punto mediante la
 
expresión: F  m  g , que aplicada a nuestro caso:
  - - - -
F  m  g = 10 · (-3’55·10 8, -6’83·10 8 ) = (-35’5·10 8, -68’3 ·10 8 ) N

4.3. Representación de un campo gravitatorio mediante líneas de fuerza

Para poder visualizar un campo se recurre a usar "líneas de fuerza". Una línea de fuerza de un campo
gravitatorio es una línea tal que al situar una pequeña masa de prueba en cualquiera de los puntos de
la misma, dicha masa sufre una fuerza gravitatoria que resulta ser tangente a la línea es ese punto.

30
1. Interacción gravitatoria

Las líneas de fuerza no son vectores pero llevan una punta de flecha para indicar el sentido de la
fuerza que actuaría sobre la masa de prueba.

Teniendo en cuenta la información anterior representad, mediante líneas de fuerza, el campo


gravitatorio creado por una masa puntual M.

Si nos imaginamos una masa M creadora de


un campo gravitatorio y pensamos en qué le
ocurriría a una pequeña masa de prueba si la M
fuésemos colocando en distintos puntos cer-
canos a M, veremos que las líneas de fuerza
han de ser líneas rectas que llegan radial-
mente a la masa M.

Conviene darse cuenta de que existe una


relación entre la intensidad del campo en
un punto y las líneas de fuerza. En efecto:
la intensidad del campo gravitatorio en un
punto es siempre tangente a la línea de
fuerza que pasa por el mismo y de sentido
la línea de campo. Por otra parte se ob-
serva que allí donde las líneas de fuerza
están más separadas la intensidad del
campo es menor (y viceversa).

 M  M  M   
g1  G  2 ; g 2  G  2 ; g 3  G  2 ... de modo que g1  g 2  g 3 ...
r1 r2 r3

5. CAMPO GRAVITATORIO TERRESTRE

Como hemos dicho anteriormente, el propio Newton ya demostró que cuando la masa creadora de
un campo gravitatorio era homogénea (mismas propiedades en todos sus puntos) y esférica, para
calcular la intensidad del campo gravitatorio en un punto situado a una distancia r (que fuera igual o
mayor que el radio de dicha esfera), se podía proceder como si toda la masa de la esfera estuviera
colocada en el centro de la misma, es decir, tratar a la masa extensa y esférica como si fuera una
masa del mismo valor pero puntual y situada en el centro de dicha esfera.

Aunque la Tierra no es en realidad perfectamente esférica ni homogénea, en una primera aproxima-


ción al estudio del campo gravitatorio terrestre podemos suponer que sí lo es, con lo cual los cálculos
se simplifican.

31
1. Interacción gravitatoria

5.1. Intensidad del campo gravitatorio terrestre a distancias del centro de la Tierra mayores o
iguales al radio medio terrestre: Peso de un cuerpo.

De acuerdo con lo anterior, podemos expresar la intensidad del campo gravitatorio terrestre en un
punto “Q” situado a una distancia "r" mayor o igual que el radio medio de la Tierra RT mediante:

Q  m 
x g  G  2T  ur
 r
g
r

ur

 m
Se trata de un vector dirigido siempre hacia el centro de la Tierra. Su módulo será: g  G  2T o
r
mT
simplemente: g  G  2
r

Como vemos, cuanto más alejado se halle el punto en cuestión de la superficie terrestre, menor será
el valor de la intensidad del campo gravitatorio terrestre en dicho punto. Sin embargo, vale la pena
reflexionar sobre el hecho de que la intensidad no tiene que ver con que estemos fuera o dentro de la
atmósfera terrestre. El que dicho punto pueda estar en lo que se llama "vacío" no significa en modo
alguno que el campo gravitatorio en él sea nulo. Analizando la expresión anterior podemos darnos
cuenta de que la intensidad del campo gravitatorio tiende a 0 cuando r tiende a .

mT 
(RT) g 1 (r1) (r2)
x x ()
O x
g0  g1  g2  0

El módulo de la intensidad del campo gravitatorio terrestre en la superficie del planeta se suele sim-
bolizar por g0 y para conocerlo bastará con que en la expresión general hagamos r = RT con lo que:

mT
g0  G 
RT2

32
1. Interacción gravitatoria

¿Cómo hallar el valor de g0 sin utilizar el valor de la masa de la Tierra para su obtención?

Bastaría con situar un cuerpo de masa m conocida en las proximidades del suelo y medir la fuerza F
con que es atraído por la Tierra (es decir, pesarlo). A continuación, el cociente F/m nos daría el valor
de g0. Medidas experimentales cuidadosas realizadas al nivel del mar muestran que g0 = 9’81 N/kg.

¿Qué relación existirá entre la intensidad del campo gravitatorio terrestre "g" a una altura h
sobre la superficie de la Tierra y la intensidad de dicho campo en la propia superficie terrestre?

G  mT
Dado que r = (RT + h) podemos expresar la intensidad a una altura h como: g 
( RT  h) 2

mT
A partir de g 0  G  2
podemos escribir que: G  mT  g0  RT2 y sustituyendo:
RT
2
 RT  g0
g  g 0    =
 RT  h  
2
h 
1  
 RT 

Analizando la expresión obtenida podemos darnos cuenta de que g será prácticamente igual a g0
cuando h se pueda despreciar frente al radio de la Tierra y que, dado que dicho radio es muy grande
(unos 6370 km), es perfectamente válido considerar que en lo alto de un edificio o en la cima de una
montaña g vale prácticamente lo mismo que al nivel del mar.

Conocer la intensidad del campo gravitatorio terrestre en un punto permite determinar fácilmente la
fuerza gravitatoria que actuaría sobre cualquier masa m que se colocase en ese punto, mediante la
 
expresión ya conocida: F  m  g o en módulo: F = mg.

Como ya hemos indicado, la fuerza con que la Tierra atrae a un cuerpo también se conoce como
 
peso de dicho cuerpo. Habitualmente se la representa por P, de modo que en general P  m  g y en
módulo P = m· g. Como vemos, el valor del peso no es una característica propia del cuerpo (como su
masa) sino que dependerá del valor de la intensidad del campo gravitatorio y, por tanto, de dónde
esté situado dicho cuerpo. A veces también se habla de peso en la Luna, o en otro planeta (como
Marte).

Determinad el peso de un astronauta de 80 kg de masa que se encuentra en una estación orbital


situada a 450 km de altura sobre la superficie de la Tierra. (Datos: g0 = 9'8 N/kg; RT = 6350 km).

Rdo. 683'6 N

Si el peso de una persona fuera de la atmósfera terrestre no es 0, ¿por qué se dice que los astro-
nautas que se encuentran en una estación espacial se hallan en estado de ingravidez?

La sensación física que tenemos acerca de nuestro propio peso se debe a la existencia de otras fuer-
zas que habitualmente lo equilibran. Así, por ejemplo, cuando nos colocamos encima de una balanza
de baño en nuestra casa, la fuerza peso con que la Tierra nos atrae es equilibrada por la fuerza ejerci-
da sobre nosotros por el muelle de la balanza. Nosotros notamos esa fuerza, lo mismo que la que nos
hace el suelo cuando permanecemos de pie en él y esto nos da la sensación de que pesamos. A ve-
ces, la superficie sobre la que estamos nos hace una fuerza mayor que nuestro peso (y nosotros a
33
1. Interacción gravitatoria

ella), por eso notamos como si pesáramos más (aunque la Tierra nos sigue atrayendo con la misma
fuerza y realmente seguimos pesando igual). Esto ocurre, por ejemplo, en el momento en que un
ascensor arranca y acelera hacia arriba. En otros casos ocurre lo contrario y la fuerza que nos hace la
superficie (y nosotros a ella) es menor que nuestro peso y, consecuentemente, nos da la sensación de
que pesamos menos. ¿Qué ocurrirá en aquellos casos en los que la superficie no ejerce ninguna fuer-
za sobre nosotros o, simplemente, no hay ninguna superficie y estamos en caída libre? En esos casos
nos parecería que no pesamos nada. Sentimos un estado de "ingravidez" pero eso, naturalmente, no
debe interpretarse como que no hay gravedad o que la Tierra ha dejado de atraernos y realmente no
pesamos. Esta sensación la experimentan por unos segundos los saltadores de trampolín, los para-
caidistas y también (de forma continua) los astronautas que se hallan en órbita en satélites alrededor
de la Tierra. Así pues cuando se dice que un astronauta está en estado de “ingravidez” debe enten-
derse que se halla en caída libre, sometido a la acción de la fuerza gravitatoria terrestre sin ninguna
otra fuerza que la equilibre, pero no que se encuentre en un lugar donde no exista gravedad.

¿A qué altura (en km) sobre el suelo debería subir una persona para que su peso se redujera a la
mitad de lo que vale cuando se halla en el suelo? (Datos: RT = 6350 km).

Rdo. h = 2630’3 km

Obtened lo que pesaría un astronauta de 120 kg de


masa total en la superficie marciana. La masa de Marte
es 0'108 veces la de la Tierra y su radio 0'53 veces el
radio de la Tierra.

Rdo. P = 452'6 N

¿En qué punto de la recta que pasa por dos astros la intensidad del campo gravitatorio es 0?

Supongamos un sistema formado por dos astros como, por ejemplo, la Tierra y la Luna, separa-
dos entre sí por una cierta distancia. Si una nave se dirige hacia la Luna siguiendo la recta que
pasa por ambos astros, resultará del mayor interés conocer en qué punto del trayecto, la fuerza
gravitatoria resultante que el sistema ejerce sobre la nave, deja de oponerse a su movimiento y
comienza a favorecerlo (análogamente cuando se dirige de la Luna hacia la Tierra). Es evidente
que ello se producirá a partir del punto en el que la intensidad del campo gravitatorio sea 0 y que
dicho punto deberá estar situado entre ambos astros para que los vectores intensidad tengan senti-
dos contrarios y que su suma pueda valer 0.

F1 F2

El problema planteado tiene que ver pues con algo más general cómo es el aprovechamiento de
los campos gravitatorios en el movimiento de naves espaciales.

34
1. Interacción gravitatoria

Nos vamos a centrar en el caso de dos astros de masas m 1 y m2 separados por una gran distancia
“d” tal que ambos se puedan considerar como masas puntuales y vamos a calcular a qué distancia
r1 de m1 el campo gravitatorio de dicho sistema es nulo.

r2
m1   m2
g1 g2

r1
d

Cabe pensar que r1, dependerá de la distancia d, así como de los valores de m 1 y de m2, de tal
forma que: cuanto mayor sea m1 y menor sea m2 tanto mayor será r1; cuanto mayor sea d mayor
será r1. También podemos pensar en algún caso límite o evidente como, por ejemplo: que si m 2
tiende a 0, r1 tenderá a d; o que si las dos masas son iguales, r1 = d/2, etc.

Sabemos que en el caso del campo gravitatorio creado por una masa m puntual (o que pueda con-
siderarse como tal), la intensidad del campo en un punto del mismo es una magnitud vectorial
cuyo módulo viene dado por g = Gm/r2 .
  
En nuestro caso, la intensidad del campo gravitatorio será g  g1  g 2 . Para que la suma de dos
vectores que tienen la misma dirección y sentidos contrarios valga 0, es necesario que sus módu-
los sean iguales. Por tanto una forma de resolver el problema podría ser igualar g 1 con g2 y a par-
tir de la ecuación obtenida hallar r1.

Gm1 Gm2 m m m1 m2
g1 = g2   2  21  22 y como r2 = d - r1 , nos queda que: 
r12
r2 r1 r2 r12
(d  r1 ) 2
d
De la expresión anterior es fácil obtener que: r1 
1  m 2 / m1

A partir de ese punto (suponiendo el caso de la figura anterior), la fuerza con que m 2 atraería a
cualquier objeto de masa m sería mayor que la fuerza con que ese mismo objeto sería atraído por
m1 (recordemos que F = mg).
El resultado se puede cuantificar sin más que sustituir por valores reales. Por ejemplo, m 1 podría
ser la Tierra y m2 la Luna. En el caso de la Tierra y la Luna, sabiendo que la masa de la primera
es unas 81 veces la de la segunda y que la distancia media entre ambos astros es de 384000 km,
nos quedaría que: r1 = 345600 km del centro de la Tierra.
Si nos fijamos en el resultado final obtenido podemos ver en primer lugar que es dimensional-
mente homogéneo (L en ambos miembros). También que se cumplen nuestras hipótesis de parti-
da ya que, por ejemplo: si m1 aumenta, r1 también aumenta; si m2 tiende a 0, r1 tiende a d; si m1 =
m2, r1 = d/2, etc.

5.2. Diferencia entre intensidad del campo gravitatorio terrestre y aceleración de la gravedad

En ocasiones a la magnitud física g (intensidad del campo gravitatorio), cuando nos referimos al
campo generado por la Tierra, se le llama “aceleración de la gravedad”, cuando, conceptualmente
se trata de dos magnitudes distintas (si bien coinciden numéricamente en determinadas circuns-

35
1. Interacción gravitatoria

tancias). La g es una magnitud que se introduce para caracterizar el campo gravitatorio existente
en un punto cualquiera. Dicha magnitud, por tanto, tomará un cierto valor, independientemente
de que en ese punto haya o no masa alguna. Por el contrario sólo podremos hablar de aceleración
cuando en el punto considerado se coloque una masa y se la deje en libertad (sometida exclusi-
vamente a la acción de la fuerza peso).

Para profundizar en la diferenciación de ambos conceptos, analicemos lo que sucede con un


cuerpo de masa inercial mi que se abandona a cierta altura sobre la superficie de la Tierra. Si la
altura es pequeña, comparada con el radio terrestre, el cuerpo se moverá hacia la superficie de la
Tierra con una aceleración constante, que, medida experimentalmente, resulta ser 9’81 m/s 2.
Apoyándonos en la ecuación fundamental de la dinámica, podemos decir que sobre el cuerpo
actúa una fuerza de valor: F = mi · a (siendo a = 9’81 m/s2).

Esta fuerza es, como sabemos, la fuerza gravitacional ejercida por la Tierra sobre el cuerpo, que
se puede expresar como:
G  mgT  mg
F= = mg · g
R 2T
(siendo g la intensidad del campo gravitatorio terrestre en el punto en donde se deja el cuerpo y
mg la masa gravitacional de este). Sustituyendo en la ecuación fundamental de la dinámica:

mi kg m N
mg · g = m i · a  g =  a  iner  9'81 2  9'81
mg kggrav s kggrav

y, dado que la masa inercial mi y la gravitacional mg son conceptualmente diferentes, aunque, por
conveniencia, se hayan hecho coincidir numéricamente (como hemos visto anteriormente), lo
mismo ocurrirá con la aceleración "a" y la intensidad del campo gravitatorio "g". Ambas tendrán
el mismo valor numérico. No obstante, la unidad que conviene que acompañe a la intensidad del
campo gravitatorio será N/kg y no m/s 2 ya que, evidentemente: 1 m/s2 = 1N/kg (masa inercial)
pero 1 m/s2  1 N/kg (masa gravitacional). Si la unidad de masa gravitacional hubiese recibido,
en lugar de kilogramo, otro nombre distinto, esta confusión no se daría.

6. UTILIDAD DE LA LEY DE LA GRAVITACIÓN UNIVERSAL

La ley de Newton de la Gravitación Universal además de las implicaciones en la concepción del


Universo que ya hemos comentado, tuvo otras consecuencias importantes y explicó diversos fenó-
menos naturales. A continuación veremos algunos ejemplos.

6.1. Determinación de la masa de la Tierra

Obtened el valor de la masa de nuestro planeta tomando como valor medio de su radio 6370 km
y sabiendo que G = 6'67 · 10-11 (en unidades internacionales) y la intensidad del campo gravitatorio
terrestre en la superficie del planeta es g0 = 9'81 N/kg.

mT g 0  RT2
Sabemos que: g 0  G  . Despejando la masa de la Tierra obtenemos: mT 
RT2 G
9'81  (6370  103 ) 2
Con lo que sustituyendo los datos del enunciado: mT  11
 6 · 1024 kg
6'67  10

36
1. Interacción gravitatoria

6.2. Interpretación de las mareas oceánicas

Las mareas oceánicas consisten en el movimiento alternativo de ascenso y descenso del nivel del
agua del mar que tiene lugar dos veces al día y que se puede apreciar con mayor o menor intensidad
en las distintas zonas costeras del planeta. Cuando el nivel del agua en una zona determinada alcanza
su valor máximo, se le denomina pleamar o marea alta y cuando llega al mínimo, bajamar o marea
baja.

El fenómeno de las mareas ha sido muy importante para los navegantes de todas las épocas y, en
general, para las gentes que viven del mar (pensemos, por ejemplo, en la llegada y salida de embar-
caciones a zonas costeras y en la recogida de diversos productos del mar que se realiza en algunos
lugares durante la marea baja). En la actualidad existen incluso centrales eléctricas en las que se ge-
nera electricidad aprovechando el movimiento del agua que se produce en las mareas. Sin embargo,
durante muchos años la explicación de las mareas fue un misterio, hasta que finalmente Newton
aplicando la Ley de la Gravitación Universal, fue capaz de dar una interpretación a este fenómeno.

En la figura adjunta se ha dibujado un esquema de nuestro planeta y de su satélite la Luna. ¿A


qué puede ser debido que en las zonas señaladas como P y Q se estén produciendo mareas altas?
(El esquema no está a escala).

bajamar

pleamar

La Luna es un satélite relativamente grande (tiene una masa 81 veces menor que la de la Tierra) y
atrae gravitatoriamente a la Tierra. Las partículas de agua que se encuentran en la zona del planeta
más próxima a la Luna (P), serán (de acuerdo con la ley de Newton de la gravitación) atraídas por la
Luna con mayor intensidad que las que se encuentran en la zona más alejada (Q). Al encontrarse el
agua en fase líquida será fácil que cambie de forma, por lo que el resultado de esta diferente atrac-
ción es que se produce una deformación elipsoidal con los vértices alineados con los centros de la
Tierra y la Luna (pleamar). En realidad este efecto se debe, no solo a la diferente atracción citada,
sino también al hecho de que la Tierra y la Luna giran con un movimiento aproximadamente cir-
cular y uniforme en torno al centro de masas de ambos (situado en el interior de la Tierra), tal y
como se estudia en cursos superiores de física.

Consecuentemente en el círculo máximo con centro en la Tierra y perpendicular a esa línea tendrá
lugar el fenómeno opuesto y en las zonas costeras se podrá apreciar el descenso de nivel del agua
(bajamar).

Naturalmente, las mareas también se producen en la tierra y las rocas del planeta pero al ser mate-
riales que se encuentran en estado sólido son mucho menos deformables y el efecto no es tan percep-
tible como las mareas oceánicas. De hecho mientras el movimiento de ascenso y descenso de los
materiales sólidos puede llegar a ser del orden de 1 m, el desplazamiento del agua de los océanos
puede llegar en algunas zonas (bahía de Fundy en Canadá) a los 20 m.

37
1. Interacción gravitatoria

Una cuestión importante que podemos plantearnos es por qué (en la mayoría de las zonas coste-
ras del planeta) se registran dos mareas altas y dos bajas cada día. ¿Cuál puede ser la causa?

Como la Tierra da una vuelta completa al día, cuando una zona de la misma (P) se encuentre lo más
próxima posible a la Luna, experimentará una pleamar y al cabo de 12 horas ese mismo lugar se
encontrará en el punto opuesto (media vuelta del planeta) que corresponde aproximadamente al
máximo alejamiento de la Luna, por lo que experimentará de nuevo otra pleamar. El efecto resultan-
te es que en una zona determinada, se registren cada día dos mareas altas y dos mareas bajas.

¿Por qué cada día la pleamar de un lugar se retrasa en producirse unos 50 minutos respecto de
la hora que se produjo en el día anterior?

La Luna no está quieta sino que da vueltas alrededor de la Tierra de modo que describe una órbita
completa en torno a nuestro planeta cada 27'3 días. Ello hace que, aunque en un solo día el despla-
zamiento no sea muy grande, la Luna no se encuentre en el mismo punto que estaba 24 h antes.

Vista superior (polo Vista superior (polo


norte terrestre) norte terrestre)

P
P x
N x N

En la figura vemos la posición de la Luna que, en un instante dado, se encuentra alineada con la Tie-
rra y un trío de estrellas fijas que tomaremos como referencia. En ese instante en la zona P se está
produciendo una marea alta. Sin embargo cuando esa zona haya dado una vuelta completa alrededor
del eje N-S, la Luna ya no estará ahí sino que habrá avanzado un poco en su órbita, por lo que la
pleamar en el lugar marcado como P tardará un tiempo extra en producirse (el empleado en dar al-
cance a la Luna y encontrarse de nuevo a la distancia más próxima de la misma).

Supongamos que en la zona marcada como P en la figura anterior se produce una pleamar un
día a las 12:00 de la mañana. ¿A qué hora se producirá al día siguiente? Rdo. A las 12:55

En una misma zona de la costa las mareas no son todos los días iguales. Habitualmente se ob-
serva que las mareas toman valores extremos o máximos dos veces por mes. ¿Por qué ocurre esto?

Si las mareas sólo se debieran a la acción gravitatoria de la Luna, no podríamos explicar este hecho,
pero, hasta ahora, nos habíamos olvidado de que el Sol también atrae gravitatoriamente a la Tierra
por lo que también es responsable (aunque en menor medida) de un efecto similar al de la Luna.
Cuando el Sol, la Tierra y la Luna están más alineados, los efectos de la Luna y el Sol se refuerzan.
Este fenómeno ocurre dos veces al mes (cuando la Luna se encuentra en la fase llamada luna nueva
y luna llena respectivamente) y se denomina "mareas vivas".

38
1. Interacción gravitatoria

Mareas vivas Luna nueva

Luna llena
Sol

Análogamente se puede explicar el fenómeno conocido como mareas "muertas" el cual ocurre cuan-
do el Sol, la Tierra y la Luna se encuentran formando un ángulo recto tal y como se puede ver en el
esquema adjunto2. En este caso los efectos gravitatorios del Sol y de la Luna se oponen y las mareas
toman valores mínimos.

Mareas muertas

Sol

Según hemos comentado anteriormente, la atracción gravitatoria ejercida por el Sol es menos
importante en el fenómeno de las mareas que la atracción ejercida por la Luna. ¿Cómo puede
ser eso posible si la fuerza con que el Sol atrae a la Tierra es unas 175 veces mayor que la fuerza
con que la Luna atrae a la Tierra?

Lo que influye en el fenómeno de las mareas no es la atracción gravitatoria directa sobre la zona
de la Tierra más próxima a la Luna o al Sol, sino la diferencia de atracciones de las aguas de los
dos lados del globo terrestre (la del más cercano menos la del más lejano) y es esa diferencia la
que es mayor en el caso de la Luna que en el del Sol.

2
Los esquemas que se incluyen sólo persiguen ayudar a comprender el fenómeno en cuestión y no están, ni mucho
menos, a escala.

39
1. Interacción gravitatoria

El hecho de que F1 sea mayor que F2


(el agua del lado más cercano a la Lu-
na es atraída por ella con más fuerza
F2 F1 que la del lado más lejano), contribu-
ye a la deformación de la masa de
Luna
agua líquida que hay en nuestro plane-
ta y al consiguiente fenómeno de las
mareas.

Probad que la diferencia entre las intensidades del campo gravitatorio solar en dos zonas
opuestas de la Tierra y alineadas con el Sol es menor que la diferencia entre las intensidades del
campo gravitatorio lunar en dos zonas opuestas de la Tierra y alineadas con la Luna. Datos:
diámetro de la Tierra 12800 km; distancia media entre el centro de la Tierra y el del Sol 149,6
millones de kilómetros; distancia media entre el centro de la Tierra y de la Luna 384000 km; la
masa del Sol es unas 332776 veces la de la Tierra y la masa de la Luna unas 81 veces menor que
la de la Tierra.

Rdo. La diferencia de intensidades en el caso de la Luna es, para estos datos, unas 2'3 veces ma-
yor que la diferencia de intensidades para el caso del Sol.

Vemos pues cómo la ley de Newton de la Gravitación Universal, sirve para explicar satisfactoria-
mente algunas características importantes del fenómeno de las mareas oceánicas. No obstante, una
explicación detallada del mismo, insistimos, es compleja y requiere tener en cuenta otros factores
que también influyen como: la acción gravitatoria de otros planetas sobre la Tierra, la diferente pro-
fundidad de los océanos y distintas formas de las plataformas costeras, la rotación de la Tierra y de la
Luna alrededor del centro de masas de ambas, la diferente distancia a que la Tierra se encuentra del
Sol en distintos periodos del año (cuando en el hemisferio norte es invierno está mas cercana que
cuando es verano), etc.

6.3. Descubrimiento de nuevos planetas

En la segunda mitad del siglo XVIII el astrónomo inglés William Herschel descubrió un nuevo
planeta unas 100 veces mayor que la Tierra y a una distancia del Sol aproximadamente doble que
la de Saturno. Se trataba del planeta Urano. Años después se comprobó que los datos experimen-
tales obtenidos respecto a la órbita de Urano no se acomodaban con los datos teóricos predichos
de acuerdo con la teoría de la gravitación de Newton. Ese comportamiento irregular de Urano
hizo pensar a algunos que dicha teoría no era válida o que no se cumplía para grandes distancias.
Sin embargo no existía ninguna otra teoría mejor y una teoría científica no cambia por el simple
hecho de que falle al intentar explicar algunos datos experimentales.

Otros científicos pensaron que quizás otro planeta más distante, todavía no conocido, podría estar
afectando gravitatoriamente a Urano y ser el responsable de que los datos experimentales no se
ajustarán a los teóricos basados en la teoría de la gravitación (ya que estos últimos habían sido
obtenidos teniendo en cuenta la acción gravitatoria del Sol y de los planetas conocidos hasta en-
tonces). Ello llevó a investigar cuál debería ser la hipotética órbita de ese desconocido planeta
responsable de "perturbar" la trayectoria de Urano, para lo cual se utilizaron la teoría de la gravi-
tación (sin modificar) y las posiciones observadas experimentalmente de Urano. De esta forma se
pudo encontrar en 1846 al planeta Neptuno.

40
1. Interacción gravitatoria

Lo sucedido con Urano se repitió también con Neptuno y mediante un proceso similar se consi-
guió ya en 1930, detectar la presencia de Plutón, el último planeta 3 conocido de nuestro sistema
solar. El descubrimiento de los planetas más lejanos de nuestro sistema solar fue pues una brillan-
te confirmación de la validez de Ley de Newton de la Gravitación Universal.

6.4. Deducción teórica de las leyes de Kepler

Hemos visto anteriormente que, según la primera ley de Kepler, los planetas describen órbitas
planas y elípticas (de pequeña excentricidad) alrededor del Sol (situado en uno de los focos de la
elipse). En cuanto a la segunda ley, en ella se afirma que el área barrida por el radio que une el
planeta con el Sol en un tiempo dado, es siempre la misma independientemente de dónde se en-
cuentre el planeta, lo que equivale a decir que la velocidad areolar de un planeta (superficie barri-
da por el radio vector en cada unidad de tiempo) ha de ser constante.

En la figura adjunta se ha representado la trayectoria de un planeta alrededor del Sol. Como pue-
de verse, a lo largo de toda la trayectoria sobre el planeta actúa la fuerza de atracción gravitatoria
ejercida por el Sol, que lo mantiene en órbita. Dicha fuerza es central y forma en todo momento

un ángulo de 180º con el radio vector r del planeta en cuestión. Con origen en el Sol se ha repre-

sentado también el vector cantidad de movimiento angular L del planeta respecto del Sol. Dado
que las distancias son inmensamente grandes (la Tierra, por ejemplo, se halla a casi 150 millones
de km del Sol), podemos considerar que tanto el Sol como los planetas son masas puntuales.

p = m· v
r F r

Aplicad la ecuación fundamental de la dinámica de la rotación al planeta representado en la


figura anterior y razonad por qué la órbita descrita ha de realizarse en un único plano.

 dL
La ecuación fundamental de la dinámica de la rotación viene dada por: M 
dt

Pero en el caso de un planeta el momento de la fuerza de atracción gravitatoria respecto del Sol

es nulo ya que dicha fuerza es central y en todo instante tiene sentido contrario al vector r de la
figura. En efecto:
     
M  r x F  M  r  F  sen 180º = 0


Así pues como el momento M = 0, concluimos que el vector cantidad de movimiento angular del
planeta respecto del Sol ha de ser constante. Fijémonos que este hecho supone automáticamente

que la órbita ha de ser en un solo plano, ya que si no lo fuese el vector L cambiaría de dirección
(y por tanto no sería constante) tal y como se expone en la figura siguiente:

3
Actualmente Plutón, dado su pequeño tamaño, no se considera ya un verdadero planeta.
41
1. Interacción gravitatoria

A continuación vamos a ver cómo de la conservación de la cantidad de movimiento angular del


planeta respecto del Sol se deriva también que la velocidad areolar del planeta ha de ser constante
(es decir, que su radio vector barre áreas iguales en tiempos iguales).

En la figura adjunta se ha representado un trozo de la órbita descrita por un planeta en torno al


Sol. En ella se puede ver el radio vector del planeta en un instante dado "t" al que hemos designa-
 
do como r(t ) , y la fuerza de atracción gravitatoria F ejercida por el Sol sobre el planeta. Al cabo

de un tiempo infinitesimal "dt" el planeta se encontrará en otro lugar dado por r(t  dt) . Ese lugar
estaría muy próximo al primero (ha transcurrido un intervalo de tiempo muy pequeño, infinitesi-
mal) pero para mayor claridad en la figura, hemos exagerado mucho la separación entre ambos
puntos. El área barrida por el radio vector en el tiempo dt será también infinitesimal y la designa-
remos como "dA" de modo que la velocidad areolar vendrá dada por: dA/dt

 
 dr
F

p
dh 
dA rt  dt

rt

(180º - )

En la figura hemos representado dos posiciones sucesivas del planeta muy próximas aunque no
infinitamente próximas, como correspondería. Cuanto más próxima se encuentre la segunda posi-

42
1. Interacción gravitatoria

ción de la primera, tanto más coincidirá la dirección de dr con la de la tangente y, por tanto, con

la dirección del vector cantidad de movimiento p del planeta.

Tratad de expresar la velocidad areolar dA/dt en función de la cantidad de movimiento angu-


lar con el fin de comprobar que dicha velocidad es constante

De la figura anterior queda claro que el área dA corresponde a un triángulo de base r y de altura

dh = dr · sen (180-). Como los senos de dos ángulos suplementarios son iguales, podemos es-

cribir también la expresión anterior como: dh = dr · sen  con lo que:

      
r  dh r  dr sen  dA r  dr sen  r  v sen 
dA   y la velocidad areolar será:  
2 2 dt 2  dt 2

En la expresión anterior hemos tenido en cuenta que dr /dt representa precisamente el módulo
de la velocidad con que se traslada el planeta. Si multiplicamos y dividimos por la masa m del
planeta, obtenemos finalmente que:

  
dA r  m v sen  L
  = constante
dt 2m 2m

Es decir, la velocidad areolar es igual a una constante (el módulo de la cantidad de movimiento
angular del planeta), dividida por otra constante (2 veces la masa del planeta). Por tanto, la velo-
cidad areolar, tal y como queríamos demostrar, ha de ser constante.

En cuanto a la tercera ley de Kepler, ésta se puede enunciar diciendo que el cuadrado del periodo
de revolución de un planeta en torno al Sol, es directamente proporcional al cubo del valor medio
del radio de la órbita correspondiente.

Supongamos un planeta cualquiera que gira alrededor del Sol con un movimiento que, al ser la
elipse casi circular y la velocidad areolar constante, podemos considerar prácticamente como
circular y uniforme. En ese caso, el periodo de revolución T coincidirá con el tiempo empleado
por el planeta en describir una trayectoria circular completa alrededor del Sol cuya longitud será,
por tanto, 2r. De acuerdo con la ecuación del movimiento circular y uniforme, dicho tiempo se
podrá expresar como: T = 2r/v siendo v la rapidez con que gira el planeta.

Como buscamos una relación entre T y el radio de la órbita r , hemos de tratar de expresar la ra-
pidez v en función de dichas magnitudes.
mp
En el sistema formado por ambos
astros, sobre el planeta (en movi- F
v
miento circular y uniforme) actuará r
una fuerza resultante normal y diri- mS
gida constantemente hacia el Sol
(situado en el centro de la circunfe-
rencia de radio r).

43
1. Interacción gravitatoria

La ecuación fundamental de la Dinámica expresada en componentes intrínsecas y aplicada al


planeta (de masa mp) vendrá dada por:
Fres t = mp·at, 0 = at  M.U.; Fres n = mp · an

La fuerza normal que obliga al planeta a describir un movimiento circular y uniforme alrede-
dor del Sol es la atracción gravitatoria. Teniendo esto en cuenta y que la aceleración normal
viene dada por la expresión an = v2/r, obtened la rapidez con que gira el planeta en función del
radio de la órbita y finalmente la relación existente entre T y el radio r.

ms  m p v2
La ecuación anterior se transforma en: G  mp 
r2 r
G  ms
con lo que la rapidez del planeta en su órbita se podrá expresar como: v 
r
Si ahora sustituimos esta expresión en T = 2r/v nos queda:

2 r 4 2 3
T  o lo que es equivalente: T2   r  T2 = cte · r3
G  ms Gms
r

La expresión anterior nos dice que el cuadrado del periodo de revolución de un planeta es direc-
tamente proporcional al cubo del radio de la órbita y, como ya sabemos, constituye la tercera ley
de Kepler. Su deducción utilizando la ley de Newton de la Gravitación Universal, es una prueba
más de la validez de ésta última y de que para estudiar el movimiento de los astros se pueden
utilizar las mismas leyes que se aplican a los objetos terrestres.

El satélite más interno del planeta Saturno se llama "Mimas" y tiene una órbita prácticamente
circular y de 187 000 km de radio alrededor de Saturno de forma que da una vuelta entera cada 23
h. Con estos datos, obtened la masa de Saturno. Rdo. 5'64 · 1026 kg

El tercer planeta que gira alrededor del Sol es la Tierra. Podemos simplificar su movimiento
suponiendo que describe una órbita prácticamente circular y que da una vuelta completa en un
año. Sabiendo que el radio medio de la órbita terrestre es de unos 150 millones de km. Determi-
nad la masa del Sol. Rdo. 2 · 1030 kg

Algunas características de nuestro sistema solar

Características Mercurio Venus Tierra Marte Júpiter Saturno Urano Neptuno Plutón
Distancia media al Sol 57'9 108'2 149'6 227'9 778'3 1427 2871 4497'1 5913'5
(millones de km)
Periodo de revolución 88 días 224'7 días 365'3 687 días 11'9 años 29'5 años 84'0 164'8 247'7
días años años años
Velocidad orbital (km/s) 47'9 35 29'8 24'1 13'1 9'6 6'8 5'4 4'7
Masa (Tierra = 1) 0'006 0'8 1 0'1 317'9 95'2 14'6 17'2 0'1
Satélites conocidos 0 0 1 2 14 10 5 2 1

44
1. Interacción gravitatoria

7. ESTUDIO ENERGÉTICO DEL CAMPO GRAVITATORIO

Recordemos que existen muchos casos de sistemas cuyas partes están en reposo y que, sin em-
bargo, dichos sistemas son capaces de producir cambios y, más concretamente, de realizar traba-
jo. Este es el caso de una ballesta cargada a punto de ser disparada o de un pantano lleno de agua.
Decimos entonces que el sistema posee una energía potencial (Ep) en el sentido que tiene energía
"latente" o "en potencia" que se libera cuando se deja el sistema libre (se dispara la ballesta o se
abren las compuertas del pantano). Se habla así de energía potencial elástica, gravitatoria, eléctri-
ca, etc. La energía potencial de un sistema se caracteriza por ser función únicamente de la posi-
ción relativa de las partes del mismo, de forma que (una vez establecida la situación a la que co-
rresponde Ep = 0) a cada disposición corresponde de forma unívoca un valor de la energía po-
tencial. Por otra parte, cada energía potencial está relacionada con la existencia de un tipo de
fuerza. Así la energía potencial elástica presente en una ballesta tensa sería impensable si la cuer-
da de la misma no fuese elástica y estuviera haciendo fuerza sobre la flecha. Análogamente si no
existiera la fuerza gravitatoria abriríamos las compuertas de un embalse lleno de agua y no ocu-
rriría nada, etc. A las fuerzas asociadas a las energías potenciales se les llama en general fuerzas
conservativas (porque la energía potencial es una forma de "conservar" o "almacenar" energía).

Recordemos también que cuando un sistema evoluciona (cambia) el trabajo realizado por una
fuerza conservativa es siempre igual y de signo contrario a la variación de la energía potencial
asociada a dicha fuerza y que ello se puede expresar mediante la ecuación: WC = -Ep.

Dado que la energía potencial es función de la posición, el trabajo realizado por una fuerza con-
servativa cuando su punto de aplicación se desplaza desde un punto A a otro B, será siempre el
mismo, independientemente del camino seguido (puesto que el hecho de seguir un camino u otro
no alterará para nada la diferencia EpB - EpA) o, lo que es equivalente: el trabajo que realiza una
fuerza conservativa cuando su punto de aplicación describe una trayectoria cerrada y acaba en el
mismo punto, es nulo (puesto que EpA-EpA = 0). Los razonamientos anteriores permiten afirmar
que el campo gravitatorio es un campo conservativo.

En este tema nos vamos a centrar en el estudio de la energía potencial gravitatoria. Comenzare-
mos obteniendo su expresión para el caso de un cuerpo que se encuentra en un punto dado de un
campo gravitatorio creado por otro (ambos considerados como masas puntuales).

7.1. Energía potencial gravitatoria de un sistema formado por dos masas puntuales

Imaginemos un sistema formado por un cuerpo que pueda considerarse como una masa puntual
m1 creadora de un campo gravitatorio y que vamos a suponer fija en un punto O dado del espacio.
En el seno de dicho campo gravitatorio se coloca otra masa puntual m 2 a una distancia "r" de O y
queremos calcular la energía potencial gravitatoria del sistema formado por ambas masas o lo que
es equivalente: la energía potencial del cuerpo de masa m 2 en un punto dado del campo gravitato-
rio creado por el cuerpo de masa m1. 4
m1 m2 +
r
r
O

4
Esta forma de hablar se debe fundamentalmente al hecho de que a menudo la masa creadora del campo es mucho
mayor que la otra (por ejemplo un planeta y una piedra) y cuando la energía potencial disminuye y aumenta la cinét i-
ca, es en el cuerpo más ligero (la piedra) donde se percibe dicha energía cinética (aunque realmente, la energía ciné-
tica también corresponde a todo el sistema ya que un cuerpo siempre se mueve en relación a otros).
45
1. Interacción gravitatoria

¿Por qué un sistema como el anterior tiene energía potencial gravitatoria? ¿De qué factores
cabe esperar que dependa dicha energía? ¿Qué le ocurrirá a la energía potencial gravitatoria
cuando aumente la distancia entre las masas? ¿Y cuando disminuya?

En el sistema a que nos estamos refiriendo, la masa m 2 está sometida a la acción del campo gravi-
tatorio creado por m1 y sobre ella actúa una fuerza de atracción gravitatoria. Decimos que el sis-
tema tiene energía potencial gravitatoria porque si dejamos libre (y en reposo) a la masa m 2 a una
cierta distancia r de m1, debido a la acción de la fuerza gravitatoria se moverá cada vez más rápi-
do hacia la masa m1 que hemos fijado en el punto O y por tanto, podrá producir cambios, es decir,
podrá realizar trabajo. El proceso se puede interpretar admitiendo que el sistema inicialmente en
reposo tiene energía potencial gravitatoria y que al dejarlo en libertad, esa energía potencial dis-
minuye a la vez que aumenta la energía cinética (que es la que nos sirve para producir cambios,
para realizar trabajo). Cuanto mayor sea la separación inicial de las masas, mayor será también la
energía potencial gravitatoria del sistema (porque podremos obtener más energía cinética con la
que realizar los cambios que queramos).

En la figura adjunta se ha representado un cambio en el que la masa m 2 pasa desde un punto


A a otro punto B en el seno del campo gravitatorio creado por la masa m 1 (fija en el punto O5).
Pensad cómo se podría obtener el trabajo realizado por la fuerza gravitatoria que actúa sobre
la masa m2. (Tened en cuenta que dicha fuerza no es constante sino que varía con la distancia r).

m1 B m2   A +
F n 
rB r rA
O
Sabemos que en el caso de una fuerza de módulo constante y cuyo punto de aplicación se despla-
ce sobre una trayectoria conocida de antemano desde una posición A hasta otra B, el trabajo rea-
lizado por dicha fuerza puede expresarse como: W  Ft  e siendo Ft la componente escalar tan-
gencial del vector fuerza y el e = eB - eA, el desplazamiento sobre la trayectoria (ambos con sus
signos correspondientes según el criterio de signos escogido).

Sin embargo en esta situación la fuerza no es constante. Su módulo va cambiando con la distancia
m m
r de acuerdo con la ecuación: F  G  1 2 2 ¿Cómo se calcula el trabajo en este caso?
r

Conviene descomponer la trayectoria entre A y B en infinitos trozos sumamente pequeños (infini-


tesimales) tales que a lo largo de cada uno de esos trozos se pueda suponer que el valor de la
fuerza no cambia, calcular el trabajo "elemental" o infinitesimal en cada uno de ellos y sumarlos
todos. Esta operación se denomina integrar y dada su utilidad conviene detenerse el tiempo nece-
sario en aprender a resolver las integrales que vayamos a utilizar durante el curso.

Una vez conocido cómo resolver las integrales inmediatas que se nos van a presentar en este cur-
so de física, resulta sencillo aplicar esta herramienta de cálculo para obtener el trabajo que se de-
manda en la actividad anterior.

5
El punto O se encuentra en realidad en el centro de m1, sobre la línea (trayectoria) pero lo hemos desplazado algo
más abajo para que se entienda mejor la figura. En ese punto, como es lógico, r = 0.

46
1. Interacción gravitatoria

B B B m1  m2
El trabajo se podrá obtener como: W  A
dW  
A
Ft  dr   G
A r2
 dr

En la ecuación anterior hemos utilizado el símbolo "r" para designar la posición sobre la trayecto-

ria (su valor absoluto, coincide con la distancia al origen O y con el módulo del vector r ). Con-
viene tener en cuenta que dentro de una integral definida como la anterior Ft ha de expresarse con
el signo que le corresponda (según el criterio arbitrariamente escogido) pero al término "dr" nun-
ca se le pone signo negativo aunque, como en este caso, lo tenga (dr corresponde a un desplaza-
miento infinitesimal sobre la trayectoria en el sentido escogido como negativo, es decir, r va de-
creciendo) porque su signo se halla implícito ya en los límites de la integral (se mueve desde una
posición dada por rA hasta otra dada por rB).

 m m   m m 
La resolución de la integral anterior nos lleva a: W    G 1 2     G 1 2 
 rA   rB 

Ahora bien, dado que la fuerza gravitatoria es una fuerza conservativa, podemos escribir también:

W  Ep AB = -(EpB - EpA) = (EpA - EpB) con lo que igualando las dos expresiones obtenidas:

 m m   m m   Gm1m 2
(EpA - EpB) =   G 1 2     G 1 2  de donde concluimos que Ep = C
 rA   rB  r

La expresión obtenida nos informa que la Ep de un sistema (en una situación determinada) puede
tomar infinitos valores distintos (tantos como distintos valores se puedan asignar a la constante
C). Sin embargo, no ocurre lo mismo con la variación de energía potencial que se produce cuando
un sistema evoluciona cambiando de una situación A a otra B ya que al efectuar la diferencia
EpB - EpA, se elimina la constante C. Lo que tiene sentido pues, son los cambios de energía po-
tencial.

El valor de la constante C dependerá de la situación para la que nos convenga tomar Ep = 0. Lo


habitual, por ser lo más cómodo, es definir dicha situación de modo que C resulte 0. Ello supone
que para r =  hagamos Ep = 0, ya que así se cumple:

 Gm 2 m1  Gm1m 2
0=  C  C = 0 . Si hacemos esto podemos escribir que: Ep =
 r

Una vez que definimos Ep = 0 para r =  ¿qué interpretación física puede tener el afirmar
que la Ep de un cuerpo de masa m2 situado en un punto Q de un campo gravitatorio creado por
otro cuerpo de masa m1 es Ep = -Gm1 m2 /r?

En primer lugar significa que si las masas pasaran de una situación en la que la separación entre
ellas fuese "r" a otra situación en la que la separación entre ellas fuese infinita, la energía poten-
cial del sistema aumentaría justamente en una cantidad dada por Gm 1m2/r. O viceversa: si las
masas pasarán de tener una separación infinita a estar a una distancia r entre sí, la energía poten-
cial del sistema disminuiría en la cantidad Gm 1m2/r.

47
1. Interacción gravitatoria

Por otra parte, si analizamos el trabajo realizado por la fuerza gravitatoria cuando el cuerpo de
masa m2 se traslada desde Q hasta el  (supuesto que el de masa m1 se encuentra fijo), podemos
escribir: WQ  Ep Q  Ep   Ep Q y, de aquí concluimos el significado físico que podemos dar a
la Ep de m2 situada en un punto dado de un campo gravitatorio: Es una magnitud cuyo valor nos
indica el trabajo que realizaría la fuerza gravitatoria cuando esa masa se lleve desde el punto con-
siderado hasta el infinito (lo que en la práctica equivale a una distancia tal que la fuerza gravitato-
ria sobre la masa sea despreciable). Como es lógico ese trabajo siempre resultará negativo ya que
la fuerza gravitatoria se opone a la transformación (tiene sentido contrario al desplazamiento). En
consecuencia, ese traslado se producirá si:

a) En ausencia de otras fuerzas el cuerpo se está ya alejando de m1 y dispone de la energía cinéti-


ca necesaria para llegar al infinito (es decir Ec  Ep). En este caso el cuerpo se moverá hacia la
derecha de la figura cada vez más lentamente.

movimiento
m1 Q F +
m2 
rQ
O

b) Estando el cuerpo inicialmente en reposo en Q, actúa sobre él una fuerza exterior que en todo
instante sea superior a la gravitatoria. En este caso el cuerpo se alejará aumentando su rapidez (si
la fuerza fuera igual a la gravitatoria, bastaría darle una rapidez inicial para que se alejase enton-
ces con velocidad constante).

m1 Q m2  +
F Fext
rQ
O
Sea cual sea el caso, siempre que el trabajo realizado por la fuerza del campo sea negativo, se
dice que la transformación no es espontánea. Alejar m 2 de la masa creadora del campo, tiene el
efecto de "cargar" el sistema, es decir, hacer que aumente la energía potencial (que se vaya alma-
cenando energía en el sistema). Esa energía potencial que ganamos permite (al dejar en libertad
m2) obtener energía cinética con la que producir cambios.

¿Por qué al aumentar la distancia r decimos que aumenta el valor de la energía potencial
gravitatoria y viceversa?

Conviene darse cuenta de que la energía potencial gravitatoria del Ep


sistema formado por dos masas consideradas puntuales es una
cantidad negativa (tal y como hemos tomado el origen de Ep). Si
analizamos la expresión correspondiente, como la distancia r en- r
tre las masas se encuentra en el denominador, ello implica que
cuando dicha distancia aumente, el valor de la energía potencial
también lo hará (se hará menos negativa).

Esta variación continuará indefinidamente mientras siga aumentando r, lo cual se suele expresar
diciendo que la Ep tiende a 0 (su valor máximo) cuando r tiende a infinito.

48
1. Interacción gravitatoria

Por supuesto la energía potencial gravitatoria , como toda energía, se ha de expresar (en unidades
internacionales) en julios (J). Para ello las masas han de venir dadas en kg y la distancia r en m.

Hasta aquí nos hemos limitado a calcular la energía potencial de un sistema formado por dos ma-
sas que podemos considerar como puntuales, pero ¿qué ocurre cuando tenemos más de dos?,
¿cómo calcular la energía potencial gravitatoria en ese caso?

7.2. Energía potencial gravitatoria para una distribución de varias masas puntuales

Para comenzar, supongamos un sistema formado por un conjunto de cuerpos cuyas masas se pue-
dan considerar puntuales. ¿Cuál sería el valor de la Ep gravitatoria de una de esas masas? Éste
debería coincidir con el del trabajo realizado por la fuerza gravitatoria del campo cuando dicha
masa se trasladase desde la posición que ocupa hasta el infinito. Para concretar, vamos a conside-
rar un sistema formado por tres masas m1, m2 y m3, como el que se da en la figura adjunta.

Cuando el cuerpo de masa m1 de traslada desde su posición inicial Q hasta el infinito, el trabajo
realizado por la fuerza gravitatoria que actúa sobre él se podrá evaluar como la suma de los traba-
jos realizados por cada una de las fuerzas gravitatorias actuantes:

 
WQ  WF2 Q  WF3 Q y, por tanto, la Ep de la masa m1 en la distribución será:

Gm 2 m1 Gm 3 m1
Ep1 = Ep12 + Ep13 =  
r12 r13

Es decir: La Ep de m1 será la suma de las energías potenciales que a dicha masa le correspon-
derán por el hecho de encontrarse en el seno del campo gravitatorio de cada una de las restantes
masas que conforman el sistema. De igual forma podríamos evaluar la energía potencial gravita-
toria de la masa m2 y la de la masa m3 como Ep2 = Ep21 + Ep23 y Ep3 = Ep31 + Ep32 respectiva-
mente.

¿Cómo podríamos definir ahora la Ep gravitatoria de una distribución de masas?

Por paralelismo con la definición establecida para una masa en un sistema, podríamos decir que:
La energía potencial gravitatoria de un sistema es una magnitud cuyo valor coincide con el traba-
jo total realizado por la fuerza gravitatoria cuando se trasladen todas estas masas (sucesivamente)
desde la posición que ocupan en la distribución hasta el infinito.

Para evaluarla bastará, pues, con imaginar que vamos llevando sucesivamente cada una de las n
masas puntuales de que consta la distribución, desde su posición inicial hasta el infinito y calcu-
lar, en cada caso, el trabajo realizado por la fuerza gravitatoria del campo creado por las masas
que queden. La suma de todos esos trabajos coincidirá con la Ep gravitatoria del sistema.

49
1. Interacción gravitatoria

Para simplificar los cálculos, supondremos de nuevo


un sistema formado por sólo tres cuerpos considera-
dos como puntuales, de masas m1, m2 y m3, y comen- 
zaremos por calcular el trabajo realizado por la fuerza
gravitatoria cuando el de masa m1 se traslada hasta el
infinito:

Gm 2 m1 Gm 3 m1
WA  Ep 12  Ep 13 =   . Si ahora se traslada m2 hasta el infinito:
r12 r13
Gm 3 m 2
WB  Ep 23 =  (ya que sólo queda m3 en la distribución). Finalmente, para m3:
r23
WC  0 (ya que al estar cada una de las otras masas a una distancia  la fuerza será nula).

Gm 2 m1 Gm 3 m1 Gm 3 m 2
Luego la energía potencial del sistema será: Epsis =   
r12 r13 r23

Comparad la expresión que acabamos de obtener con la que resultaría de sumar las Ep co-
rrespondientes a cada una de las tres masas puntuales consideradas.

Si sumamos las Ep de cada una de las tres masas (Ep 1 + Ep2 + Ep3) obtenemos:

 Gm 2 m1 Gm 3 m1   Gm1 m 2 Gm 3 m 2   Gm1 m 3 Gm 2 m 3 
       +   
 r12 r13   r21 r23   r31 r21 

Como podemos ver: La suma de las energías potenciales de cada una de las masas de un sistema
no coincide con la energía potencial correspondiente a dicho sistema, aunque, ambas magnitudes
están relacionadas, ya que:

1 1 in
Epsis =
2
(Ep 1  Ep 2  Ep 3 ) y, en general: Ep sis   Epi
2 i 1

Otra forma, equivalente, de expresar el resultado anterior es decir que la energía potencial gravi-
tatoria (o de otro tipo) de un sistema formado por más de dos masas (m1, m2, m3) interaccionando
entre ellas, se puede obtener calculando la suma de las energías potenciales de cada pareja de
masas, es decir:

Epsis = (Ep12 + Ep13 + Ep23 ) y, en general: Epsis  ij Epij (i  j)

Conviene diferenciar entre los conceptos de energía potencial gravitatoria (y de cualquier otro
tipo) de un cuerpo considerado como una masa puntual situada en un punto dado de un campo
(obviamente, si no hay campo y cuerpo en su seno no se puede hablar de Ep) y energía potencial
correspondiente a una distribución de varias masas puntuales (energía potencial de todo el siste-
ma). Ambas cosas sólo coinciden cuando el sistema consta únicamente de dos masas puntuales.

50
1. Interacción gravitatoria

7.3. Potencial del campo gravitatorio en un punto dado del mismo. Expresión general

Anteriormente hemos visto una magnitud denominada intensidad del campo gravitatorio en un
punto dado del mismo. Su valor coincide con el de la fuerza que actuaría sobre la unidad de masa

 F
(1 kg) si la colocásemos en dicho punto y se define como: g  . Una de sus ventajas es que si
m
conocemos la intensidad en un punto, podemos saber inmediatamente qué fuerza actuaría sobre
 
cualquier masa puntual que se colocase allí, sin más que aplicar F  m  g . Pues bien, podemos
preguntarnos ahora si no podríamos hacer algo similar desde el punto de vista energético.

Definir una magnitud, que llamaremos potencial del campo gravitatorio (V) en un punto, cuyo
valor coincida con el que tendría la energía potencial gravitatoria de la unidad de masa (1 kg) si
la colocásemos en dicho punto.

Para obtener la magnitud que se demanda bastará con colocar cualquier masa puntual de prueba
en el punto considerado y aplicar:
Ep
V 
m

Conviene darse cuenta de que el potencial no es una magnitud vectorial y que se mide en J/kg.
Por otra parte, en cada punto de un campo gravitatorio existe un potencial independientemente de
que en ese punto se coloque o no masa alguna, es decir, el potencial gravitatorio en un punto tal y
como se ha definido es una característica propia del campo. Conocer su valor en un punto implica
que podemos saber fácilmente la energía potencial gravitatoria que tendría cualquier masa pun-
tual m que colocásemos allí sin más que aplicar: Ep = m·V

¿Qué significa que el potencial del campo gravitatorio en un punto es de -5J/kg?

Que si en ese punto se colocase una masa puntual de 1 kg la energía potencial correspondiente a
dicha masa (en el seno del campo gravitatorio considerado) sería de -5 J.

Obtened la expresión del trabajo realizado por la fuerza de un campo gravitatorio cuando
una masa m se traslada desde un punto A hasta otro B del mismo, en función de la diferencia de
potencial existente entre dichos puntos.

Mediante la expresión WAB  Ep AB  ( EpB  Ep A ) es posible obtener otra que nos da el traba-
jo realizado por la fuerza del campo en función de los potenciales correspondientes a los puntos
A y B, sin más que aplicar Ep = m ·V, con lo que nos queda:

WAB   m (VB  VA )

Utilizad la expresión obtenida para justificar que una masa m cualquiera abandonada en re-
poso en un campo gravitatorio, se moverá espontáneamente hacia potenciales decrecientes.

Como ya hemos visto, una transformación espontánea supone que el trabajo realizado por el
campo es positivo. De acuerdo con la expresión obtenida, para que el trabajo sea positivo, debe
ocurrir que VB sea menor que VA, por tanto m se movería espontáneamente hacia potenciales
decrecientes.
51
1. Interacción gravitatoria

7.4. Obtención del potencial del campo gravitatorio en un punto cuando dicho campo está
creado por una o varias masas consideradas como puntuales

Supongamos el caso de un campo gravitatorio creado por una masa M considerada como puntual. Si
quisiéramos determinar el potencial del campo a una distancia r de dicha masa M, bastaría con colo-
car en ese mismo punto una pequeña masa de prueba "m" y aplicar la expresión general:

Ep
V 
m
Mm
En este caso, sin embargo, la energía potencial viene dada por: Ep   G con lo que:
r

GM
V 
r

A partir de la expresión anterior podemos darnos cuenta de que en todos los puntos del campo situa-
dos a la misma distancia r de la masa creadora del mismo, el potencial gravitatorio tendrá el mismo
valor. Ello hace que las zonas equipotenciales que rodean a la masa M sean superficies esféricas.

En la figura adjunta se ha representado el


campo gravitatorio creado por un cuerpo
de masa M que puede considerarse pun- g3
tual. Podemos ver las líneas de fuerza del
g2
campo que convergen radialmente hacia
M y algunas superficies equipotenciales
que la rodean. El potencial evoluciona de V1 V2 V3
forma que: V1 V2  V3  ... V = 0. Las
líneas de fuerza son perpendiculares a las
superficies esféricas equipotenciales y lo
mismo ocurre con los vectores intensidad
de campo gravitatorio en un punto.

La afirmación anterior se puede justificar si tenemos en cuenta que, cuando una unidad de masa se
traslada desde un punto A a otro B de una misma superficie equipotencial, el trabajo realizado por el
campo W AB   (VB  V A ) debe ser 0 (por ser iguales ambos potenciales). Para que esto ocurra, el
vector intensidad de campo (cuyo valor coincide con la fuerza que actúa sobre la unidad de masa)
debe ser, en todo momento, perpendicular a la trayectoria.

¿Cómo se procedería a calcular el potencial del campo gravitatorio en un punto, cuando dicho
campo se debe a la acción de varias masas puntuales M1, M2, ... creadoras de campo?

En este caso será preciso obtener los valores de los potenciales de campo en ese punto, correspon-
dientes a cada una de las masas por separado y luego sumarlos todos ellos. Es decir:


n
V = V1 + V2 + V3 ... +Vn o lo que es equivalente: V = Vi

52
1. Interacción gravitatoria

Supongamos dos masas m1 = 106 kg Y(m)


y m2 = 4·106 kg. Ambas se hallan sobre
el eje X a 3 m y 4 m del origen respecti- m1 m2 X (m)
vamente. Determinad:

a) Potencial gravitatorio en el origen de coordenadas.


b) Energía potencial gravitatoria de una masa m3 = 105 kg situada en el origen.
c) Energía potencial gravitatoria del sistema formado por m1, m2 y m3.

El potencial que buscamos será la suma de los potenciales en ese punto correspondientes a cada
una de las masas por separado, y, como se trata de una magnitud escalar:

Gm1 Gm2  6'67  10 11  10 6  6'67  10 11  4  10 6


Vo =Vo1 +V02 =  =  = - 8’89·10-5 J/kg
r1 r2 3 4

El potencial del campo gravitatorio en un punto es una magnitud cuyo valor numérico coincide
con el que tendría la energía potencial de una masa unidad colocada en dicho punto. Por tanto, si
conocemos el potencial del campo gravitatorio en un punto, resulta sencillo evaluar la energía
potencial que correspondería a una masa cualquiera colocada en dicho punto, sin más que aplicar
la expresión: Ep = m·V

En nuestro caso la ecuación anterior queda como Ep0 = m3·V0 = 105 · (-8’89·10-5 ) = -8’89 J

¿Cómo podemos hallar la energía potencial gravitatoria del sistema formado por las tres masas?

Podemos utilizar la expresión: Epsis = (Ep12 + Ep13 + Ep23 ) que aplicada a nuestro caso concreto
conduce a:

 m1 m 2 m1 m 3 m 2 m 3  -11  4  10
12
1011 4  1011 
Epsis =  G    = - 6’67·10    
 r21 r31 r32   7 3 4 

y operando obtenemos finalmente que Epsis = - 47 J

Una masa de 1000 kg se desplaza desde un punto de potencial V 1 = -5 J/kg a otro cuyo poten-
cial es V2 = -7 J/kg. Calculad el trabajo realizado por la fuerza gravitatoria e indicad si se trata
de una transformación espontánea o forzada. Ídem si el cuerpo se aleja desde el punto de poten-
cial V1 hasta el infinito. Rdo. W12 = 2000 J (espontánea); W1 = -5000 J (forzada).

7.5. Energía potencial y potencial en el caso del campo gravitatorio terrestre

Un caso especialmente interesante es el sistema formado por la Tierra (masa m T y radio RT) y
cualquier otro cuerpo de masa m situado en sus proximidades a una distancia r del centro de la
Tierra tal que r RT . En ese caso, se puede demostrar que la Tierra se puede considerar como una
masa puntual (igual a la masa del planeta) situada en su centro.

De acuerdo con lo anterior, la energía potencial del sistema (o del cuerpo de masa m situado en el
campo gravitatorio terrestre) vendrá dada por:
53
1. Interacción gravitatoria

mT  m
Ep   G
r
mT
En cuanto al potencial del campo gravitatorio terrestre en un punto, será: V   G
r

Vemos que la expresión correspondiente a la energía potencial gravitatoria de una masa m situada
en el seno del campo gravitatorio terrestre no parece ser la misma que la ya conocida Ep = mgh
en la que h es la altura sobre el suelo a la cual se encuentra la masa m. ¿Se trata de un error?

Naturalmente, no es un error. La expresión Ep = mgh se deduce suponiendo que la fuerza peso


que se ejerce sobre m es constante e igual a su peso en la superficie terrestre, es decir cuando nos
encontramos en puntos en los que h  RT y se puede considerar que g  g0 = 9'81 N/kg.

Comparad la expresión general de la energía potencial gravitatoria Ep = -(GmT m/r) + C


(sistema formado por una masa m y la Tierra cuando m se halla a una distancia del centro de la
Tierra mayor o igual al radio terrestre), con la conocida expresión Ep = mgh y comprobad que
la segunda se puede deducir de la primera.

Para responder a lo que se pide habrá que introducir en la expresión general las condiciones para
las cuales podemos aplicar la expresión particular Ep = mgh. Sabemos que dicha expresión sólo
es válida en aquellos casos en que h  RT y siempre que se tome Ep = 0 para h = 0 (origen de
la Ep en la superficie terrestre). Veamos pues qué valor ha de tomar la constante C en la expre-
sión general para que se cumpla que cuando h = 0 (es decir cuando r = RT) la Ep valga 0.

GmT m GmT m GmT m GmT m


0 C C  luego: Ep =   y operando:
RT RT r RT

 1 1  1 1   h 
Ep  GmT m    GmT m    GmT m  
 RT r   RT RT  h   RT ( RT  h) 

Si ahora introducimos la condición de que al ser h mucho más pequeña que el radio terrestre R T,
se pueda considerar que el valor de h es despreciable frente al de RT, nos queda que:

 h  Gm
Ep  GmT m  2  y si tenemos en cuenta que g 0  2T obtenemos finalmente: Ep = mg0h
 RT  RT

Se deja caer un cuerpo desde una gran altura. ¿Cuál será su rapidez en el instante en que
choque contra el suelo?

Vamos a manejar el sistema formado por un cuerpo de masa m (considerado puntual) y la Tierra
(a la que consideraremos inmóvil). Supondremos que el cuerpo se halla a una altura inicial h lo
bastante grande como para que no se pueda considerar constante a la aceleración de la gravedad.

En cuanto lo soltemos, el cuerpo caerá sometido a la acción de la fuerza gravitatoria ejercida por
la Tierra. Como dicha fuerza siempre va dirigida hacia el centro del planeta, el cuerpo tendrá un
movimiento rectilíneo hacia el centro de la Tierra, aumentando su velocidad respecto de la Tierra
(aunque no de manera uniforme ya que F no es constante sino que va aumentando conforme el

54
1. Interacción gravitatoria

cuerpo se acerca a la Tierra). Se trata pues de un movimiento variado y, como consecuencia, la


determinación cinemático-dinámica de la rapidez al llegar al suelo, no es una tarea sencilla).

A B
m
vA=0
h m 
rA F
m ¿vB?

RT RT RT
mT mT mT

No obstante, cabe esperar que la rapidez v con la que choca, para una masa y un radio de la Tie-
rra que tienen unos valores dados, dependerá de la altura inicial h desde la que lo soltamos de
modo que v aumentará cuanto mayor sea el valor de h. Es evidente que si h fuera 0 la v valdría 0.
Además, en el caso de que la altura fuese lo bastante pequeña como para que pudiésemos consi-
derar constante la aceleración de la gravedad, el objeto llevaría un movimiento rectilíneo unifor-
memente acelerado y la rapidez valdría: v = 2 g 0 h en donde g0 tendría el valor de la acelera-
ción de la gravedad al nivel del mar (9’81 m/s2).

Se trata de un problema que tiene un indudable interés en el tema de lanzamiento de satélites,


proyectiles, e incluso el posible impacto de meteoritos.

En el sistema considerado no hay fuerzas exteriores y, por tanto, el trabajo exterior es 0. Además,
por tratarse de una masa puntual, no se produce calor.

Dado que el trabajo exterior es 0, y no hay calentamiento, podemos concluir que, aunque cambie
la energía cinética y la energía potencial del sistema, la suma de ambas (energía mecánica) per-
manecerá constante. Por tanto, una forma sencilla de obtener la rapidez pedida sería aplicar la
expresión Wext = E (donde E = Ec + Ep), tomando como estado inicial (A) del sistema cuando
se suelta el cuerpo y como estado final (B) la situación del sistema en el momento en que el cuer-
po impacta contra el suelo.

Llamando mT y RT a la masa y radio de la Tierra respectivamente: Wext = E como Wext = 0 

1   GmT m GmT m  2GmT h


E = 0  Ec + Ep = 0   mv B2  0       = 0  v B  .
2   RT rA  rA  RT

Teniendo en cuenta que GmT = g 0  RT2 y que rA = RT + h:

2 g 0 RT  h 2 g 0 RT
vB  . Dividiendo arriba y abajo por h obtenemos que: v B 
RT  h ( RT / h)  1

55
1. Interacción gravitatoria

Tras esta resolución literal del problema, podemos sustituir los datos numéricos que nos den y
obtener el valor de la rapidez que se demanda. Así, por ejemplo, para una altura igual al radio de
la Tierra (6370 km) y suponiendo conocido g0, se obtendría vB = 7905’0 m/s

Si nos fijamos en la última expresión obtenida, podemos ver en primer lugar que es dimensional-
mente homogénea (L/T en ambos miembros); si no lo fuese es seguro que el resultado sería incorrec-
to. Por otra parte, tal y como habíamos supuesto, cuanto mayor sea el valor de h, mayor es el valor
de la rapidez con que el cuerpo choca contra el suelo.

En cuanto a los casos límite considerados, es evidente que si h = 0 la vB = 0. Además si h es muy


pequeño frente a R, podemos despreciar el 1 del denominador frente a R/h con lo que nos quedaría:

2 g 0 RT
vB   2g 0  h
( RT / h)

que es, precisamente, el resultado obtenido cuando se puede hacer la simplificación de suponer
que el movimiento de caída es un movimiento rectilíneo y uniformemente acelerado.

El resultado obtenido también nos permite percatarnos de algo que al comienzo no sabíamos. En
principio, cabe pensar que cuanto más lejos de la Tierra se “deje caer” al cuerpo, mayor será la
rapidez con que impactará contra el suelo. Ahora bien: ¿Se trata de un proceso que no tiene
ningún límite? En otras palabras: ¿la rapidez del impacto crece indefinidamente con la distancia
h?

El resultado literal obtenido nos permite contestar a esta importante cuestión ya que resulta evi-
dente que cuando h  , la vB  2 g0 R T , de modo que, si suponemos R T = 6370 km, obtene-
mos que la máxima rapidez de impacto resulta ser de unos 11’2 km/s (40320 km/h).

Naturalmente los resultados y conclusiones a que hemos llegado sólo son válidos para las condi-
ciones que hemos considerado imperantes en el problema. En la realidad no se puede ignorar la
fricción con la atmósfera, con lo que el problema podría proseguir introduciendo este factor y
viendo cómo afectaría a los resultados.

8. MOVIMIENTO DE PLANETAS Y SATÉLITES

¿Qué interés puede tener el estudio del movimiento de planetas y satélites?

El estudio del movimiento de planetas y satélites tiene un gran interés en distintos campos que
van desde la colocación de un satélite en órbita alrededor de la Tierra al envío de sondas espacia-
les a otros planetas o fuera de nuestro sistema solar. En la actualidad hay un gran número de saté-
lites en órbita alrededor de la Tierra. Sin ellos, por ejemplo, no serían posibles muchas comunica-
ciones, la previsión meteorológica, la orientación de embarcaciones, etc.

Los principios de la dinámica y la Ley de la Gravitación Universal nos permiten comprender el


movimiento de unos astros respecto de otros. Este es el caso, por ejemplo, de las órbitas de los
planetas en torno al Sol y las de los satélites (naturales y artificiales) respecto a los planetas. No
obstante en el movimiento de un astro alrededor de otro influyen una gran cantidad de factores
que harían su estudio excesivamente complejo, por lo que para facilitar una primera aproxima-
ción adoptaremos las siguientes simplificaciones:
56
1. Interacción gravitatoria

 Sólo consideraremos la fuerza gravitatoria existente entre el cuerpo en órbita y el cuerpo cen-
tral ignorando las fuerzas gravitatorias que ejercen el resto de astros próximos a ellos.
 Consideraremos el cuerpo central mucho más masivo (designaremos su masa por M) que el
que gira (cuya masa designaremos como m).
 Supondremos que se trata de objetos puntuales con toda la masa concentrada en el centro del
astro en cuestión.
 Cuando estudiemos el movimiento de un satélite cualquiera o de un planeta en torno al Sol,
supondremos que la órbita es circular en lugar de elíptica.
 Supondremos que las masas son constantes y no tendremos en cuenta (en los lanzamientos
desde la superficie terrestre) el efecto de la fricción con la atmósfera.

Las simplificaciones anteriores nos permiten estudiar, por ejemplo, el movimiento de un satélite
en torno a un planeta como el de una masa puntual que gira alrededor de otra también puntual
situada en reposo en el centro del planeta.6

8.1. Consideraciones energéticas en el estudio del movimiento de planetas y satélites

Obtened la energía mecánica (suma de la energía cinética y potencial) de un cuerpo de masa


m que se encuentra en el seno del campo gravitatorio creado por otro de masa M mucho mayor,
girando con movimiento circular y uniforme alrededor de él, tal y como se indica en la figura
adjunta. El objeto más masivo podría ser la Tierra y el menos masivo un satélite artificial.

Si llamamos E a la energía mecánica, tendremos que


E = Ep + Ec

Sustituyendo las expresiones correspondientes:

E = -GMm/r + mv2/2

Dado que se trata de un movimiento circular y uni-


forme deberá existir una fuerza resultante dirigida
hacia el centro de la órbita. Es decir, el vector fuerza
resultante sobre el cuerpo de masa m sólo tiene
componente normal:
Fn = m·an

Esa fuerza normal no es otra que la fuerza gravitatoria con que m es atraído por M. teniendo esto
en cuenta y que la aceleración normal viene dada por v2/r, la ecuación anterior queda como:

GMm/r2 = mv2/r con lo que obtenemos v2 = GM/r

En la expresión anterior vemos que para cada valor de r habrá una única rapidez posible si que-
remos que el satélite orbite alrededor de la Tierra con movimiento circular y uniforme y que
cuanto mayor sea el radio de la órbita menor debe ser esa rapidez.
Sustituyendo v2 en la expresión de la energía mecánica obtenemos:

6
El análisis y simplificación inicial de los problemas complejos es una característica esencial del trabajo científico.
Los esfuerzos para ampliar, considerar el efecto de nuevas variables, buscar nuevas relaciones, etc, son posteriores.

57
1. Interacción gravitatoria

E = -GMm/r + mv2/2 = -GMm/r + GMm/2r  E = -GMm/2r

El resultado obtenido corresponde a la energía mecánica que posee un cuerpo que se encuentra
en órbita con movimiento circular y uniforme alrededor de un astro de una masa mucho mayor
y sólo es aplicable en esas condiciones. De dicho resultado se deduce que, cuanto mayor sea el
radio de la órbita, mayor ha de ser (menos negativa) la energía mecánica del satélite en movi-
miento circular y uniforme en torno al centro de un planeta.

¿Cómo podremos calcular la energía necesaria para que un satélite que gira en torno a un plane-
ta con MCU cambie de una órbita “A” a otra más externa “B”.

Bastará con obtener E = EB – EA = (-GMm/2rB) – (-GMm/2rA) = (GMm/2rA ) - (GMm/2rB)

Esta energía proviene del propio satélite, se trata, por tanto de una disminución de la energía in-
terna (de origen químico, o eléctrico) que se traduce en un aumento de energía mecánica.

En el caso de que el estado A corresponda a la situación en la que el satélite se halla en la rampa


de lanzamiento sobre la superficie del planeta hay que tener en cuenta que la energía sería única-
mente energía potencial gravitatoria (el satélite parte del reposo) y que rA sería igual al radio del
planeta.

El hecho de que la energía mecánica de un satélite en órbita con movimiento circular y uniforme
sea negativa constituye un resultado válido también para cualquier órbita cerrada (aunque no sea
circular). Es decir, una energía mecánica negativa indica la existencia de un objeto ligado a otro.
Conviene que reflexionemos con un poco más de detalle respecto a esta cuestión. Para ello anali-
zaremos el siguiente ejemplo:

Desde la superficie terrestre lanzamos un satélite hacia arriba y cuando se encuentra a una
distancia r del centro de la Tierra, le comunicamos una cierta velocidad horizontal. Teniendo en
cuenta que la energía potencial gravitatoria, tal y como ha sido definida, es siempre una canti-
dad negativa y la cinética es positiva, analizad qué posibilidades podrán darse en cuanto a la
energía mecánica tras el lanzamiento horizontal y qué le ocurriría al satélite.

Una vez realizado el lanzamiento horizontal y considerando el sistema formado por la Tierra y el
satélite (sistema aislado), caben tres posibilidades:

a) Que la energía mecánica sea negativa. E = -GMm/r + mv2/2  0

En este caso la energía potencial en valor absoluto es mayor que la energía cinética de modo que
al sumar las dos obtenemos un valor negativo para E. Al tratarse de un sistema aislado dicho va-
lor se mantiene constante aunque el sistema evolucione. Eso significa que cuando el satélite se
aleje de la Tierra (aumente su energía potencial) y vaya cada vez más lento (su energía cinética
disminuirá), todo ha de ocurrir de forma que la suma de ambas energías se mantenga constante (y
negativa); por tanto, existirá una distancia máxima, más allá de la cual no podrá alejarse el satéli-
te. Se puede demostrar (mediante razonamientos cuya complejidad excede este nivel) que en esta
situación, el satélite seguiría una trayectoria elíptica con el centro de la Tierra en uno de los focos
de la elipse. Éste es el caso de los planetas en torno al Sol y de los satélites que se encuentran en
órbita alrededor de la Tierra o de las lunas de un planeta. Son objetos que permanecen ligados a
otro más masivo y que, aunque se empleara toda su energía cinética en tratar de alejarlos definiti-
vamente de él, esto no se conseguiría.

58
1. Interacción gravitatoria

b) Que la energía mecánica sea nula. E = -GMm/r + mv2/2 = 0

En este caso el valor absoluto de la energía potencial ha de coincidir en todo momento con el
valor de la energía cinética (que siempre es positivo) de forma que al sumar las dos energías el
resultado sea E = 0. Esto puede interpretarse de la forma siguiente: El satélite se puede alejar in-
definidamente de la Tierra de modo que cuando su velocidad tiende a 0, también tiende a 0 la
energía potencial. En cualquier punto la velocidad que lleve el satélite será tal que sumando las
energías potencial y cinética el resultado sea 0. A una distancia infinita de la Tierra la velocidad
del satélite sería 0 (no tendría energía potencial ni cinética). En este caso, se puede demostrar que
la trayectoria descrita por el satélite sería una trayectoria abierta en forma de parábola. El valor de
2GM
la velocidad horizontal con que sale, se conoce como “velocidad de escape”: ve  .
r

c) Que la energía mecánica sea positiva. E = -GMm/r + mv2/2  0


En este caso la energía cinética siempre supera al valor absoluto de la energía potencial. Ello hace
que al satélite le sobre energía cinética para escapar de la atracción gravitatoria terrestre ya que
para una distancia infinita (energía potencial nula) todavía tendría energía cinética (que coincidir-
ía con el valor de la energía mecánica en cualquier otro punto). Se puede demostrar que en esta
situación, el satélite describiría una trayectoria abierta en forma de hipérbola. Para un satélite
interplanetario, por ejemplo, se requerirá una energía mecánica positiva. Así ocurrió, con el vehí-
culo espacial Pioneer 10, al cual se le comunicó una energía cinética inicial suficiente como para
que, tras su lanzamiento el 3 de marzo de 1972, pudiera escapar de nuestro sistema solar. Dicho
vehículo atravesó la órbita de Plutón el 14 de junio de 1983 y en la actualidad se encuentra ya
muy lejos de nuestro sistema solar, viajando hacia las estrellas.

En la figura siguiente se muestran las posibles trayectorias de un satélite lanzado horizontalmente


desde una altura h sobre la superficie terrestre con una rapidez inicial v0. La trayectoria será una
elipse, una parábola o una hipérbola dependiendo de que la energía mecánica E sea negativa, nula
o positiva. En los tres casos el centro de la Tierra se encuentra en un foco de la trayectoria. Para
una mejor comprensión de la figura conviene que nos planteemos antes la siguiente cuestión:

¿Qué sucede si modificamos la rapidez “v” de un satélite que se encuentra en órbita con movi-
miento circular y uniforme de radio “r” en torno a un planeta?

Cuando el satélite de masa “m” gira con MCU en torno a un planeta la fuerza resultante que actúa
sobre él en el sistema planeta-satélite es Fn = mv2/r. Dicha fuerza es la atracción gravitatoria que
el planeta ejerce sobre el satélite y se dirige hacia el centro de giro (centro del planeta). Su valor
viene dado por la ley de Newton de la gravitación universal, es decir: F = GMm/r 2. El sistema
formado por el planeta y satélite tiene energía potencial y energía cinética y su suma es una can-
tidad negativa que vale, según hemos visto: E = -GMm/2r. Su rapidez en esa órbita circular (voc)
viene dada por: v oc  GM / r

1. Si la rapidez v del satélite aumenta (v  voc), la fuerza gravitatoria (que tiene un valor dado por
GMm/r2) es insuficiente para mantenerlo en órbita en esa trayectoria con lo que el satélite se aleja
aumentando la distancia r al centro del planeta. En este caso pueden ocurrir dos cosas:

1.1. Si v aumenta pero la suma E = Ec + Ep sigue siendo negativa (sistema ligado) el satélite
permanecerá ligado al planeta pero más alejado que antes y describiendo una trayectoria elíptica.

59
1. Interacción gravitatoria

1.2. Si v aumenta de modo que la suma E = Ec + Ep resulta ser igual o mayor que 0, el satélite
describe una trayectoria abierta y escapa.
2. Si v disminuye, la fuerza gravitatoria (que tiene un valor dado por GMm/r 2) es excesiva, por lo
que la distancia al centro de la Tierra disminuye. En este caso describe una trayectoria elíptica
pero cuanto menor sea la Ec (es decir cuanto mayor haya sido la disminución de v) tanto más
estrecha será la elipse, de modo que, podría incluso intersectar con la Tierra (diríamos entonces
que el satélite había “caído”).

V
Elipse E 0

GMm Hipérbola E  0
E
2r
0  v  voc
v  2  voc
Parábola E = 0

v  ve  2  voc

r
v  voc

Circunferencia E  0

GMm GM
Elipse E  0 E ; voc 
2r r
GM

GMm
E0 v oc 
2r 2r

voc  v  2  voc

En la actualidad existen miles de satélites orbitando alrededor de la Tierra. Sin ellos, cosas como
las comunicaciones, el control de la posición de barcos y aviones, la predicción meteorológica,
etc., no serían iguales. También es cierto que existe una gran cantidad de chatarra espacial que
amenaza a esos satélites (algunos ya han sufrido daños por la colisión con esos objetos). Todo
ello plantea la utilización del espacio como algo que es patrimonio de toda la humanidad.

8.2. Velocidad de escape de un objeto lanzado desde la superficie de la Tierra


Se conoce como velocidad de escape de la Tierra a la velocidad mínima con que habría que lan-
zar un cuerpo desde su superficie para que no vuelva a caer en ella (recordemos que hacemos las
simplificaciones de no considerar el rozamiento con el aire ni la interacción con otros cuerpos
celestes). Dicha velocidad puede obtenerse aplicando el principio de conservación de la energía al
sistema formado por el cuerpo y la Tierra, tomando como estado inicial (A) cuando el cuerpo se
lanza desde la superficie terrestre y como estado final (B) cuando el cuerpo llega al infinito (es
decir a un punto donde la atracción gravitatoria terrestre es nula) con velocidad cero.
60
1. Interacción gravitatoria

Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores (y las simplificaciones que venimos mane-
jando), proceder a determinar el valor de la velocidad de escape para el caso de un objeto que se
lanza desde la superficie terrestre.

Debemos considerar que tras lanzar el cuerpo la única fuerza que actúa sobre él es la de atracción
gravitatoria ejercida por la Tierra. Al desplazarse su energía cinética (y por tanto su rapidez) va
disminuyendo, ya que la energía mecánica E debe permanecer constante y la potencial está au-
mentando. En el estado A, correspondiente al instante en que se lanza, existe energía potencial
gravitatoria y energía cinética (el objeto se halla en la superficie de la Tierra y con una velocidad
inicial). En el estado B ambas son 0 (queremos hallar la velocidad “mínima” con que hay que
lanzarlo, lo que equivale a decir que llega al infinito con velocidad final 0 o que “le viene justo”
llegar al infinito). Aplicando el principio de conservación de la energía:

mT m 1 2 2 G mT
EA = E B   G  mve = 0 de donde ve 
RT 2 RT
ve  2 g0 RT
Teniendo en cuenta que GmT  g0  RT2 podemos escribir también que

Sustituyendo las magnitudes por sus valores correspondientes (g0 = 9'81 N/kg y RT = 6370 km)
obtenemos finalmente que ve = 11 179'4 m/s = 40 245'9 km/h.

Determinad con qué velocidad se debería lanzar un cuerpo verticalmente hacia arriba desde
la superficie terrestre para que alcanzase una altura máxima de 400 km. Simplificad el problema
ignorando el efecto de fricción que se produce con la atmósfera. Rdo. 2715'8 m/s

Un satélite artificial, de 103 kg de masa, se eleva hasta cier-


ta altura desde la superficie de la Tierra. Una vez allí, es im-
pulsado mediante cohetes propulsores para que pueda describir
una órbita circular, alrededor de la Tierra, con un movimiento
circular uniforme, de periodo T = 1’5 horas. Determinad:

a) Radio de la órbita que describe.


b) Rapidez con que se mueve en dicha órbita.
c) Energía total suministrada para situarlo en la órbita.
Datos: RT = 6370 km; g0 = 9'8 N/kg

Rdo. a) 6'65 · 106 m; b) 7737'6 m/s; c) 3'2·1010 J

9. GRAVITACIÓN UNIVERSAL

Nuestra galaxia o Vía Láctea está formada por entre 200 000 millones y 400 000 millones de estrellas,
(una de las cuales es nuestro Sol). Tiene un diámetro aproximado de 120 000 años luz (un año luz es
la distancia que recorre la luz en 1 año y la luz en el vacío se propaga a 300000 km/s) y en su centro
se encuentra un agujero negro supermasivo, aunque demasiado lejano para que cause algún efecto en
la Tierra. Todo ese conjunto de estrellas gira lentamente sobre su centro (nuestro Sol tarda unos 300
millones de años en dar una vuelta completa) y se mantiene ligado gracias a la fuerza gravitatoria.

Es razonable pensar que muchas de las estrellas que forman una galaxia tengan planetas a su alrede-
dor, de forma análoga a como sucede con nuestro Sol. De hecho, en el año 2003 ya se habían descu-
bierto más de 100 planetas fuera de nuestro sistema solar, y ese número no ha parado de crecer, de
61
1. Interacción gravitatoria

forma que en la actualidad se estima que el número de planetas en nuestra galaxia puede ascender a
varias decenas de miles de millones. Sin embargo, nuestra galaxia no es sino una más entre miles de
millones de galaxias en el universo observable. Las galaxias forman “enjambres” o conjuntos de va-
rias decenas de galaxias unidas por fuerzas gravitatorias. La fuerza gravitatoria actúa en todo el Uni-
verso y todos los experimentos realizados hasta la fecha parecen mostrar que la constante G presente
en la Ley de Newton es, efectivamente, una constante universal.

Alcanzar gran precisión en la medida de G resulta muy difícil debido a la pequeñez de la interacción
gravitatoria en comparación a otras fuerzas. En la actualidad utilizamos un valor para G cuya preci-
sión es de una parte entre diez mil.

RECAPITULACIÓN

En este capítulo hemos comenzado por estudiar cuáles fueron los orígenes de la Teoría de la Gra-
vitación Universal. Para ello hemos comenzado por analizar cómo se concebía el movimiento de
los astros en la antigua Grecia y concretamente el modelo geocéntrico de Universo. A continua-
ción hemos visto cómo ese modelo empieza a tambalearse con los trabajos realizados por cientí-
ficos como Copérnico, Galileo, Kepler, etc., y se va sustituyendo por el modelo heliocéntrico de
Copérnico. Finalmente, la ley de Newton de la gravitación Universal supuso la culminación de un
largo proceso de unión entre dos mundos que durante mucho tiempo habían sido considerados
como esencialmente distintos (el terrestre o sublunar y el celeste). La mecánica de Newton per-
mitía, en efecto, explicar el movimiento de objetos terrestres y celestes.

Hemos introducido también los conceptos de masa inercial y de masa gravitatoria, analizando sus
diferencias y nos hemos detenido en el análisis de algunas consecuencias importantes de la ley de
Newton de la Gravitación Universal . Concretamente en su utilidad para determinar la masa de
algunos planetas, para interpretar las mareas oceánicas, en el descubrimiento de nuevos planetas
y en la deducción teórica de la tercera ley de Kepler.

Así mismo nos hemos detenido en explicar la interacción gravitatoria entre los cuerpos mediante
el campo gravitatorio. Aunque se ha utilizado una descripción puramente fenomenológica de lo
que es un campo gravitatorio, hemos visto cómo se representa mediante líneas de fuerza y cómo
se puede hallar su intensidad en un punto dado del mismo.

El estudio del campo gravitatorio se ha completado utilizando consideraciones de trabajo y energ-


ía, para lo cual hemos desarrollado los conceptos de energía potencial gravitatoria y de potencial
del campo gravitatorio en un punto dado del mismo.

Para terminar, hemos procedido a aplicar los conocimientos anteriores al estudio del movimiento
de planetas y satélites, introduciendo conceptos como velocidad orbital, velocidad de escape, etc.

En el tema hemos tenido ocasión de cuestionar alguna idea "intuitiva" como, por ejemplo, que en
el vacío no puede haber "gravedad" y qué se quiere decir realmente cuando se afirma que un as-
tronauta en una estación espacial que da vueltas alrededor de la Tierra, se encuentra en estado de
"ingravidez". También se ha tratado de aclarar algunas confusiones como las que se suelen dar
entre la aceleración de la gravedad y la intensidad del campo gravitatorio.

El movimiento de un objeto en el seno de un campo gravitatorio supone el traslado neto de mate-


ria de un punto a otro. Sin embargo existen otros movimientos de una naturaleza más compleja,
tal y como vamos a ver en los temas siguientes (vibraciones y ondas).

62
1. Interacción gravitatoria

1. INTERACCIÓN GRAVITATORIA. CUESTIONES, EJERCICIOS Y PROBLEMAS

1. Imaginad el movimiento de una piedra que está cayendo libremente hacia el suelo y el movimiento de
un astro como la Luna alrededor de la Tierra. Explicad ambos movimientos según: a) Las ideas de Aristó-
teles. b) La mecánica de Newton

2. Algunos españoles saben que nuestro planeta se mueve más deprisa alrededor del Sol en invierno que
en verano. ¿En cuál de los dos casos está más cerca del Sol?

3. El periodo de revolución de Plutón en torno al Sol es de 247'7 años mientras que el en el caso de la Tie-
rra es de 1 año y su distancia media al Sol de unos 149'6·10 6 km. Con estos datos, calculad a qué distancia
media se halla Plutón del Sol. Rdo. 5'9 · 10 9 km.

4. Un móvil de 2 Kg de masa se desplaza según la trayectoria: r = (0, 2t, 3) m (si t en s). Determinad su
cantidad de movimiento angular respeto del origen de coordenadas y comentad el resultado.
  
Rdo. L = (-12 , 0 , 0) kgm2/s; como M = 0, ocurre que L = constante.

5. Un cuerpo de 0'2 kg se desplaza con velocidad v = (2t, t, 1) m (si t en s). Sabiendo que en el instante
inicial se encontraba en el origen de coordenadas, determinad el momento de la fuerza actuante respecto

dicho origen. Rdo. M = (-0'2t , 0'4t , 0) N·m

6. Calculad el valor (módulo) de la cantidad de movimiento angular de la Luna respecto de la Tierra y


explicad por qué no cambia. Datos: mL = 7'4·1022 kg; distancia al centro de la Tierra r = 384000 km;
velocidad de la Luna en su movimiento alrededor de la Tierra vL = 1 km/s.
 
Rdo. L = 2'84·1034 kg·m2/s; como M = 0, ocurre que L = constante.

7. La Tierra en su trayectoria en torno al Sol pasa por dos puntos especiales. Uno, llamado perihelio es el
que se encuentra más cercano al Sol (147 millones de kilómetros). Otro, llamado afelio, es el que se en-
cuentra más alejado del Sol (152 millones de kilómetros). Realizad un esquema representativo y a conti-
nuación, sabiendo que la velocidad de la Tierra en el afelio es de 29'31 km/s, calculad qué velocidad lle-
vará en el perihelio. Rdo. 30'3 km/s.

8. ¿Qué consecuencia tiene en la caída de los cuerpos el hecho de que la masa inercial y la gravitatoria
sean directamente proporcionales? Rdo. Que, en ausencia de rozamiento, todos caigan con la misma acele-
ración.

9. Dos cuerpos de masa elevada se colocan sucesivamente y a la misma distancia entre ellos en diferentes
medios: a) aire, b) vacío, c) agua. Una persona afirma que la fuerza gravitatoria con que se atraerán será
máxima en el caso del agua, menos en el caso del aire y nula en el caso del vacío. Explicad en qué se
equivoca.

10. En ocasiones se dice que un astronau-


ta que se halla en órbita se encuentra en
estado de ingravidez. Otras veces se ha
podido leer en la prensa que en una esta-
ción espacial situada a 400 km de altura
sobre la superficie terrestre las condicio-
nes son de "microgravedad" o incluso que
no hay gravedad. Haz una crítica de estas
afirmaciones y explica qué es lo que se
debe entender científicamente.

63
1. Interacción gravitatoria

11. Hallad la intensidad del campo gravitatorio en la superficie de la Luna sabiendo que su masa es 81
veces menor que la de la Tierra y su radio 3’66 veces menor. ¿Qué pesará en su superficie un astronauta
que en la superficie de la Tierra tiene un peso de 1000 N? (g0T = 9’81 N/kg). Rdo. g0L = 1'62 N/kg.

12. ¿Por qué al actuar sobre un cuerpo la fuerza de atracción gravitatoria debida a la Tierra, la aceleración
que le produce es independiente de la masa que tenga el cuerpo?

13. Una teoría científica no se rechaza automáticamente simplemente porque alguna observación o los
resultados de algún experimento no puedan interpretarse a la luz de la misma. Para que una teoría sea eli-
minada deben darse, al menos, tres condiciones: a) Que exista una reiterada evidencia en contra, b) que se
disponga de otra teoría alternativa capaz de suplirla con ventaja (es decir que explique todo aquello que
explicaba la anterior y también lo que no), c) que exista un clima de libertad y unas condiciones que per-
mitan asumir y defender las nuevas ideas en la comunidad científica de la época y ante la sociedad en ge-
neral. Revisad el tema y localizad alguna situación descrita en el mismo que apoye estas las afirmaciones.

14. A veces se define la energía potencial gravitatoria de una masa m situada en un punto dado de un
campo gravitatorio como el trabajo exterior (cambiado de signo) que, como mínimo, sería necesario reali-
zar para llevar a dicha masa desde ese punto hasta el infinito. Justificad que dicha definición no se contra-
dice con la que se ha dado en el tema.

15. En un punto P de un campo gravitatorio se sitúa una masa (considerada puntual) de 0'5 kg y se com-
prueba que la fuerza gravitatoria sobre ella vale 5 N y que su energía potencial es de -6'15 · 107 J. Con
estos datos, se pide: a) Intensidad (módulo) del campo gravitatorio en P. b) Potencial del campo gravitato-
rio en P. c) Valor de las dos magnitudes anteriores en el mismo punto P si no se colocase en él ninguna
masa. Rdo. a) 10 N/kg. b) -1'23·108 J/kg. c) El mismo.

16. Una masa de 900 kg se desplaza en el seno de un campo gravitatorio desde un punto A (en el que el
potencial es de -5·106 J/kg) hasta otro punto B (en el que el potencial es de -8·106 J/kg. Se pide: a) Trabajo
realizado por la fuerza gravitatoria del campo. b) Justificad si la transformación es espontánea o forzada.
c) ¿Qué trabajo realizaría el campo si la masa m se trasladase desde A hasta el infinito? Rdo. a) 2'7·10 9 J.
b) Al ser positivo el trabajo realizado por el campo, la transformación sería espontánea. c) -4'5 · 109 J.

17. En los vértices de un triángulo equilátero de 5 m de lado se colocan tres masas (una en cada vértice) de
m1 = 5·105 kg, m2 = 106 kg y m3 = 107 kg. Se pide: a) Vector intensidad del campo gravitatorio resultante y
valor del potencial en el baricentro del triángulo. b) Energía potencial del sistema formado por las tres
masas. c) Fuerza que actuaría sobre una masa de 100 kg si la colocásemos en el baricentro y energía po-
tencial que tendría dicha masa. (Suponed que todas las masas se pueden considerar como puntuales).

Rdo. a) g  (6'21  10 5 ,  4  10 5 ) N/kg,

V = -2’66·10-4 J/kg; b) Epsis = -206’77 J c) F  (6'21  10 3 ,  4  10 3 ) N , Ep = -2’66·10-2 J.

18. Dos masas puntuales m1 = 100 kg y m2 = 150 kg se encuentran situadas en los puntos A (-2 , 0) m y B
(3 , 0) m respectivamente. Se pide: a) Intensidad y potencial del campo gravitatorio resultante en el punto
C (0 , 4) m. b) Trabajo que realiza el campo cuando una masa considerada puntual de 10 kg se desplace
desde C (0 , 4) m hasta O (0 , 0) m. ¿Es una transformación espontánea? Rdo. a) (9·10-11 , -6’2·10-10)
N/kg, -3’49·10-9 J/kg; b) 3’19·10-8 J, si.

19. Una masa m1 = 108 kg se halla en el punto de coordenadas (0 , 3) m. Otra masa de valor m2 = 109 kg
está en el punto (4 , 0)m. Considerando ambas masas como puntuales, calculad: a) Intensidad y potencial
del campo gravitatorio resultante en el origen de coordenadas, (es necesario un esquema gráfico con ejes
de coordenadas y masas en sus posiciones). b) ¿En qué punto sería nula la intensidad del campo gravitato-
rio? (dad resultado como distancia a m1 y dibujad esquema aclaratorio). c) Fuerza que actuaría sobre una
masa m = 10 kg colocada en el origen de coordenadas y energía potencial gravitatoria de esa misma masa.

Rdo. a) (4’17·10-3 , 7’4·10-4) N/kg, -1’89·10-2J/kg; b) d1 = 1’2 m; c) (4’17 ·10-2 , 7’4·10-3)N, -0’189 J
64
1. Interacción gravitatoria

20. Los restos de satélites que hay en estos momentos por el espacio que rodea a la Tierra (basura espa-
cial) se cuentan ya por muchos millares y existe un serio peligro de que alguno de ellos impacte contra
alguna estación espacial o cualquier satélite en funcionamiento. Suponed que un satélite se encuentra des-
cribiendo una órbita de radio 1'2·RT y que de pronto sus sensores detectan una colisión inevitable contra
un resto de 10 g de masa que se halla en la misma órbita pero moviéndose en sentido contrario. Determi-
nad con qué energía cinética (medida respecto al satélite) chocará ese resto y comparad el valor obtenido
con la energía de una bala de la misma masa en el momento que sale de la boca de un rifle a 1000 m/s.
Rdo. 1’04·106 J (respecto del satélite) frente a 5·103 J (energía cinética de la bala). Datos: g0 y RT.

21. Si la Luna se encontrara a 10 5 km de la Tierra, ¿cuál sería su periodo de revolución alrededor de la


misma? Rdo. 3'66 días. Datos: g0 y RT.

22. El planeta Marte tiene un satélite llamado Fobos que describe una órbita de 9400 km de radio alrede-
dor del centro de ese planeta. Sabiendo que el periodo de revolución de Fobos es de 7'65 h, calculad cuál
será la masa de Marte. Rdo. 6'48·1023 kg.

23. Sabiendo que la Luna tiene un periodo de revolución T = 27’3 días. Determinad la distancia Tierra-
Luna. (Masa de la Tierra mT = 6 ·1024 kg). Rdo. r = 3’84·108 m = 384.000 km

24. Una sonda espacial de 1200 kg de masa se sitúa en órbita con movimiento circular y uniforme de radio
r = 6000 km alrededor de un planeta. Si la energía cinética de la sonda vale 5’4·10 9 J. Determinad el pe-
riodo orbital y la masa del planeta. Rdo. T = 12501’64 s, m = 8’18·1023 kg.

25. Para que un satélite en órbita permanezca siempre sobre el mismo punto de la superficie de la Tierra
situado en el ecuador, el satélite ha de girar alrededor del centro de la Tierra con el mismo periodo que el
periodo de rotación de la Tierra, es decir, dando una vuelta completa cada 24 h. Se le denomina órbita
geoestacionaria. Determinad el radio de la órbita geoestacionaria de la Tierra . Rdo. 42026 km.

26. Determinad la rapidez con que llegaría a la Tierra un cuerpo de masa m que se abandonase a una altura
igual a la mitad del radio terrestre si no existiera rozamiento con el aire. (Intensidad del campo gravitatorio
en la superficie terrestre g0T = 9’81 N/kg; radio de la Tierra RT = 6350 km). Rdo. 6444'3 m/s.

27. Un objeto de masa m = 1000 kg se acerca en dirección radial a un planeta de radio RP = 6000 km, tal que
la intensidad del campo gravitatorio en su superficie es g0 = 10 N/kg. Cuando el objeto es observado por vez
primera, se encuentra en un punto A, a una distancia rA = 6 RP del centro del planeta. Con estos datos, se pide:
a) Valor de la energía potencial gravitatoria del sistema objeto-planeta cuando la distancia entre ambos es rA.
b) Velocidad del objeto respecto del planeta en la posición A, sabiendo que llega a la superficie del mismo
con v = 12 km/s.

Rdo. a) Ep = -1010 J; b) v = 6633’2 m/s

28. Dos masas puntuales m1 = m2 = 100 kg están situadas en los puntos (0,0) m y (2,0) m respectivamente. Se
pide: a) Valor del potencial gravitatorio resultante en P (1,0) m. Calcula también la intensidad del campo gra-
vitatorio resultante en dicho punto (especificar vector, módulo, dirección y sentido). b) Si la masa m2 se dejase
en libertad partiendo de su situación inicial de reposo y no actuase ninguna otra fuerza sobre ella mas que la
atracción gravitatoria ejercida por m1 (fija), ¿qué velocidad tendría cuando se hallase a 30 cm de m1?

Rdo. a) V = -1’334·10-8 J/kg, g = 0; b) v = 1’94·10-4 m/s

29. Un satélite artificial de 1’2 toneladas de masa se eleva a una distancia de 6.500 km del centro de la
Tierra y a continuación se le suministra la velocidad necesaria para que permanezca en órbita. a) ¿Cuál es
la energía mecánica del satélite en la órbita? Rdo. a) E = - 3’65 ·1010 J.

30. Un satélite se halla en órbita con movimiento circular y uniforme. Justificad qué ocurriría si, de repen-
te disminuyese su velocidad en un cierto valor.

65
1. Interacción gravitatoria

31. Determinad la energía necesaria para situar en órbita terrestre de un radio igual a dos veces el de la
Tierra un cuerpo de 104 kg de masa. Rdo. E = 4’67·1011 J

32. Un satélite artificial de 100 kg está girando alrededor de la Tierra y a una altura de 400 km sobre su
superficie. Calculad: a) La rapidez del satélite. b) Supuesto que no existe rozamiento, la energía necesaria
para situarlo en órbita desde la superficie terrestre. (R T = 6370 km). Rdo. a) v = 7'76·103 m/s. b) E =
3'39·109 J.

33. Un satélite de 104 kg de masa se sitúa en órbita terrestre de periodo 3 horas. Determinad: a) Radio de
la órbita que ocupa, rapidez con la que se desplaza y aceleración a la que se encuentra sometido. b) Si
desde la órbita anterior pasa a otra de radio 15000 km, ¿cuál será el trabajo realizado por la fuerza gravita-
toria? ¿Qué energía habrá sido necesaria? Rdo. a) r = 10.533.388 m, v = 6128 m/s, a = 3’56 m/s2.
b) WFg = -1’13 · 1011 J, E = 5’6 · 1010 J

34. Un trasbordador espacial de 30.000 kg, se encuentra en una órbita circular terrestre de radio rA = 2RT.
Se pide: a) Rapidez con que gira. b) Trabajo que sus motores tendrían que realizar para situarlo en otra
órbita de radio rB = 3RT. c) Peso de un astronauta, de 80 kg de masa, que sale al exterior del trasbordador a
efectuar un reparación cuando éste se halla en su primera órbita.
Datos: Radio de la Tierra: RT = 6350 km; g0 = 9’8 N/kg .
Rdo. a) 5578’1 m/s = 20.081’2 km/h; b) W AB = 1’6·1011 J; c) P = 196 N (equivalente al peso de un niño
de 20 kg situado sobre la superficie terrestre).

35. Un satélite B va detrás de otro satélite A. Ambos se hallan describiendo la misma órbita con movi-
miento circular y uniforme. Una persona afirma que si B desea alcanzar al A lo que tiene que hacer es
aumentar su velocidad. Justificad por qué ese método en concreto no podría funcionar.

36. Hallad cuál debe ser el radio de la órbita terrestre de un satélite para que la energía necesaria para sub-
irlo hasta allí (solo subirlo) sea la misma que la energía cinética que se necesita comunicarle (una vez arri-
ba) para conseguir que describa una órbita de ese radio con MCU. Rdo. r = 1’5 RT.

37. Para que un satélite quede en órbita terrestre a una cierta altura h sobre el suelo, se calcula que una vez
situado a esa altura hay que comunicarle una velocidad horizontal "v". Debido a un fallo informático se le
comunica una velocidad de 1'5 v. ¿Quedará el satélite en órbita? ¿Qué le ocurrirá? Rdo. Escapará de la
atracción gravitatoria terrestre ya que E será mayor que 0.

38. Un satélite de 500 kg gira alrededor de un planeta en una órbita circular con un periodo de 42’47 h y un
radio de 419000 km. Se pide: a) Fuerza gravitatoria que actúa sobre el satélite. b) Energía cinética, energía
potencial y energía mecánica total. c) Si, por cualquier causa, el satélite duplica repentinamente su velocidad
sin cambiar la dirección ¿se alejará indefinidamente del planeta? Razona la respuesta

Rdo. a) F = 353'8 N; b) Ec = 2’358·108 J, Ep = -4’716·108 J; E = -2’358 ·108 J; c) Si

39. Un satélite de 1200 kg se eleva hasta situarse a una distancia de 7500 Km del centro de la Tierra.
a) ¿Qué trabajo mínimo se habrá necesitado para llevarlo desde la superficie de la Tierra hasta esa altura?
b) ¿Qué velocidad horizontal deben comunicarle sus cohetes para que describa una órbita con movimiento
circular y uniforme alrededor de la Tierra?
c) Si se le comunica, por error, una velocidad de 9 km/s ¿escapará a la atracción gravitatoria terrestre?

Datos: RT = 6350 Km y g0 = 9.8 N/kg

Rdo. a) W = 1'145·1010 J; b) v = 72586’5 m/s; c) No, (describirá un órbita elíptica externa a la circular).

40. Calculad la velocidad de escape en km/h de un cuerpo lanzado desde la superficie de la Luna. Datos:
RL = 1'74 · 106 m; g0L = 1'62 N/kg. Para simplificar considerad únicamente el efecto gravitatorio de la
Luna. Rdo. 8547’7 km/h.

66
2. EL MOVIMIENTO ARMÓNICO SIMPLE

Sabemos que hay cuerpos que se mueven de forma que su posición y su velocidad se repiten a
intervalos regulares de tiempo. Este es el caso, por ejemplo, del movimiento de los planetas alre-
dedor del Sol, o el de un objeto que pende del extremo de un resorte elástico sujeto al techo (si
estiramos un poco hacia abajo y a continuación soltamos). También el movimiento de una peque-
ña bola de acero que cuelga de un hilo y a la que se deja libre tras desplazarla de su posición de
equilibrio.

En todos los ejemplos anteriores podemos constatar que el movimiento es cíclico, es decir, se
repite cada cierto tiempo. El tiempo empleado en realizar un ciclo completo (una vuelta del pla-
neta alrededor del Sol, una subida y bajada del objeto que pende del resorte o un vaivén de la
bolita del péndulo), se denomina periodo T y se mide en segundos. Este tipo de movimientos se
denominan "periódicos". Otra magnitud de gran interés es la frecuencia o número de ciclos com-
pletos que se realizan por unidad de tiempo; se mide en ciclos/s, que recibe el nombre de hertzio
(Hz). La frecuencia suele representarse por los símbolos "" o "f", en lo que sigue nosotros utili-
zaremos f. Conviene darse cuenta de que la frecuencia es la inversa del periodo (y viceversa). Las
unidades a que nos hemos referido (segundo y hertzio) son unidades del sistema internacional.

Un objeto realiza un movimiento periódico de frecuencia 5 Hz ¿Cuánto vale el periodo?


Rdo. T = 0'2 s.

Un cuerpo describe una trayectoria circular con una rapidez angular constante de 0'5  rad/s.
Determinad cuánto vale el periodo y la frecuencia de este movimiento. Rdo. T=4s y f = 0'25 Hz
Hay movimientos periódicos en los que el cuerpo se mueve entre dos posiciones simétricas res-
pecto de una central. Se trata de movimientos "oscilatorios". Tanto el movimiento del objeto que
pende del muelle como el de la bolita del péndulo, a los que ya nos hemos referido, entrarían en
esta categoría.
Dentro de los movimientos oscilatorios, tiene un gran interés el estudio de aquellos en los que el
cuerpo vibra siguiendo una trayectoria rectilínea sometido a la acción de una fuerza resultante
que, en todo momento, es directamente proporcional al desplazamiento del cuerpo respecto del
centro de vibración y cuyo sentido siempre apunta hacia dicho centro. Este tipo de movimiento
oscilatorio se denomina "armónico simple" .
El estudio de los movimientos oscilatorios en general y del movimiento armónico simple en par-
ticular, es muy importante en la Física. ¿A qué puede deberse dicha importancia?

67
2. Movimiento armónico simple

 En primer lugar las vibraciones afectan a muchos materiales elásticos (o que se puedan consi-
derar como tales). La palanca de saltos de una piscina, las cuerdas de instrumentos musicales,
los vehículos cuando circulan en una carretera, algunas construcciones como edificios y puen-
tes, etc., son ejemplos de sistemas que (en determinadas condiciones) pueden entrar en vibra-
ción (pensemos en un puente colgante sometido a la acción del viento o en un coche que cir-
cula por una carretera con baches).

 El movimiento vibratorio también se da a escala atómica: en los metales, por ejemplo, sus
átomos no están quietos sino que vibran en torno a posiciones centrales o de equilibrio; los re-
lojes de cuarzo se basan en la vibración periódica de los átomos que integran un cristal de
cuarzo; el sonido se transmite gracias a la vibración de las partículas que forman el medio por
el que se desplazan las ondas sonoras.

 La emisión de ondas electromagnéticas (como son las de telefonía móvil, radio, televisión,
etc.) tiene su origen en la vibración de cargas eléctricas.

Así pues, el interés del movimiento vibratorio se debe fundamentalmente a su utilidad para des-
cribir el movimiento de los materiales elásticos y el de partículas submicroscópicas (como los
iones de una red cristalina) así como para explicar el origen y la propagación de ondas mecánicas
(como el sonido) y electromagnéticas (como las de radio).

En este tema nos centraremos en estudiar el movimiento armónico simple (MAS). Concretamen-
te, trataremos de avanzar en la solución a algunas preguntas como las siguientes:

 ¿Cuáles son las características de este tipo de movimiento?


 ¿En qué se diferencia un MAS de otro?
 ¿Cómo predecir la posición y la rapidez de un cuerpo con MAS en un instante dado?

1. MOVIMIENTO ARMÓNICO SIMPLE. MAGNITUDES CARACTERÍSTICAS

Anteriormente hemos definido el MAS como un tipo de movimiento oscilatorio de trayectoria


rectilínea. A continuación analizaremos con más detalle en qué consiste este movimiento. Para
ello estudiaremos un ejemplo sencillo como es el de un cuerpo sujeto firmemente al extremo de
un muelle elástico (que tiene el otro extremo fijo en la pared) y tal que ambos se hallan sobre una
superficie horizontal.1

El muelle horizontal tiene una longitud natural a la cual no ejerce fuerza alguna sobre el objeto
unido a uno de sus extremos. Cuando la fuerza resultante que actúa sobre un objeto es nula, de-
cimos que éste se halla en una posición de equilibrio. En el ejemplo que estamos tratando dicha
posición coincide con la que ocupa la masa sujeta al muelle cuando éste tiene su longitud natural.
La designaremos como O.

1
Para simplificar supondremos que el cuerpo se puede considerar como una masa puntual y que la fric-
ción y la masa del muelle son despreciables, manteniendo estas aproximaciones a lo largo de todo el tema.

68
2. Movimiento armónico simple

Si a partir de la situación anterior desplazamos el cuerpo de su posición de equilibrio (por


ejemplo hacia nuestra derecha) una cierta distancia y soltamos ¿qué es lo que ocurrirá?

Como vamos a ver, el cuerpo vibrará entre dos posiciones extremas simétricas según una trayec-
toria rectilínea, con un movimiento armónico simple. Podemos estudiar el movimiento tomando
la posición de equilibrio como origen, sentido positivo a la derecha y negativo a la izquierda de la
misma. Designaremos la posición mediante la letra "x" que en adelante llamaremos elongación.
Dicha elongación se mide en metros y su valor absoluto coincide siempre con la distancia a que
se encuentra el cuerpo del origen O. El valor máximo de la elongación se denomina amplitud y
se suele representar por "A".

Cuando tirando del cuerpo hacia la derecha alargamos el muelle hasta x = A y soltamos, el cuerpo
realiza un movimiento armónico simple oscilando continua y periódicamente entre las posiciones x

= A y x = -A sometido a la fuerza elástica F del muelle (el peso y la fuerza normal que le hace el
plano se anulan entre sí). Sabemos que dicha fuerza será paralela al plano, tangente a la trayectoria
y directamente proporcional a la deformación del muelle (que en nuestro caso coincidirá con la
elongación "x"), actuando siempre como si "intentara" llevar al cuerpo hacia la posición central O.

Si llamamos F a la componente escalar tangencial del vector fuerza elástica (al ser la trayectoria
rectilínea la componente normal es nula), podemos escribir que: F = -k · x (ley de Hooke) siendo
k la constante elástica del muelle (expresando x con su signo). O bien en forma vectorial:
 
F  (kx , 0) donde F  k  x .

( x significa valor absoluto de la elongación x ya que el módulo de un vector no puede ser nunca
una cantidad negativa)

Cuando el cuerpo se encuentra en x = A su velocidad es momentáneamente 0, pero la fuerza que


actúa sobre él es máxima y dirigida hacia la izquierda, de modo que el cuerpo comenzará inme-
diatamente a moverse hacia O cada vez con mayor velocidad (aunque el muelle le ejercerá cada
vez menos fuerza ya que x va disminuyendo). De acuerdo con el criterio de signos escogido, en
todo ese trayecto (entre A y O) x es positiva mientras que F será negativa.

En el momento en que el cuerpo alcance la posición central, el muelle tendrá su longitud natural y
no ejercerá ninguna fuerza sobre él. Sin embargo, la velocidad que lleva es máxima (y hacia la
izquierda) de modo que continuará moviéndose, solo que en cuanto sobrepase O, el muelle empe-

69
2. Movimiento armónico simple

zará a ser comprimido por el cuerpo e inmediatamente se opondrá a ello con una fuerza que irá
aumentando de valor (el cuerpo será frenado cada vez con más intensidad).

Así desde O hacia -A el cuerpo se moverá cada vez más lentamente hasta quedar momentánea-
mente en reposo justo en x = -A, punto en el que la fuerza tomará de nuevo su valor máximo y
hará que el cuerpo comience a moverse hacia la derecha (cada vez más rápido) empujado por el
muelle. En todo ese trayecto (entre -A y O) la componente tangencial F es positiva (al ser x nega-
tiva y F = -k·x). Si no hubiera ninguna fricción el proceso se repetiría continuamente. El tiempo
empleado por el cuerpo en realizar una oscilación completa (por ejemplo desde A hasta -A y vol-
ver a A), como ya hemos dicho, se denomina periodo T y el número de oscilaciones completas
realizadas por unidad de tiempo nos mide la frecuencia f (inversa del periodo).

Como hemos visto cuando x es positiva F es negativa (el vector F va en el sentido escogido co-

mo negativo), mientras que cuando x es negativa, F resulta positiva (el vector F va en el sentido
escogido como positivo). El hecho de que la componente escalar tangencial del vector fuerza
elástica y la elongación tengan signos contrarios se debe a que la fuerza elástica tiende siempre a
llevar al objeto hacia la posición de equilibrio, por eso se le llama fuerza "recuperadora".

Obtened la aceleración tangencial o aceleración sobre la trayectoria a que estará sometido


continuamente el objeto del ejemplo que estamos estudiando

El valor de la aceleración tangencial se podrá obtener aplicando la ecuación fundamental de la diná-


mica al objeto que vibra. En el ejemplo considerado la fuerza resultante sobre el cuerpo coincide con
la fuerza elástica ejercida por el muelle luego:

k
F = -k · x = m · at y despejando a t    x es decir: at = -C· x
m

En la ecuación anterior C es una constante llamada constante armónica. A la aceleración tangen-


cial la designaremos en adelante simplemente como "a" porque al ser la trayectoria rectilínea no
existe aceleración normal. Dicha aceleración como vemos es directamente proporcional y de sig-
no contrario a la elongación (definición operativa general de movimiento armónico simple). Al ir
cambiando con la posición, la aceleración tangencial no es constante. Su valor absoluto aumenta
o disminuye según lo hace la elongación x. El MAS es pues un movimiento variado.

También es posible colgar un cuerpo de un muelle elástico ideal (sin masa


apreciable) que pende del techo. Si lo hacemos y acompañamos al cuerpo
suavemente con la mano hasta que quede en reposo, diremos que esa posi-
ción corresponde a la posición de equilibrio (ya que en ella la fuerza resul-
tante sobre el cuerpo será 0). Dicha fuerza resultante será la suma del peso
 
P del cuerpo y de la fuerza elástica F ejercida por el muelle de modo
  
que: Fres  P  F . En la posición de equilibrio el peso y la fuerza elástica
se anulan entre sí.

70
2. Movimiento armónico simple

Sin embargo, si a partir de dicha posición desplazamos el cuerpo un poco hacia abajo, el peso no
cambiará pero la fuerza elástica aumentará de modo que, al soltarlo, sobre el cuerpo actuará una
fuerza resultante hacia arriba.

Al soltarlo desde la posición más baja, comenzará a ascender cada vez más rápido hasta que pase
por la posición de equilibrio, donde se moverá con la máxima velocidad (y la fuerza resultante es
nula) ya que a partir de ella, la fuerza resultante cambia de sentido y hace que el cuerpo vaya
frenándose hasta parar momentáneamente y comenzar a descender incrementando su velocidad
hasta pasar de nuevo por la posición de equilibrio (máxima velocidad). A partir de ahí sigue des-
cendiendo pero sometido a la acción de una fuerza resultante hacia arriba cada vez mayor que irá
frenándolo hasta parar momentáneamente y repetirse todo el proceso. Si tomamos como origen el
punto de equilibrio, el movimiento es un MAS centrado en dicho punto (aunque en este caso la
fuerza resultante "recuperadora" no coincide con la fuerza elástica). Nótese que ni F y P son pare-
ja de acción-reacción ni la fuerza peso es la fuerza que el cuerpo ejerce sobre el muelle.

En resumen, un cuerpo que vibre según una trayectoria rectilínea sometido a una acelera-
ción sobre la trayectoria directamente proporcional a la elongación y de signo contrario a
ella, posee un movimiento armónico simple. Operativamente se escribe como a = -C·x , donde
“a” es la aceleración sobre la trayectoria, “x” la elongación y C la constante de proporcionalidad.

2. ECUACIONES DEL MOVIMIENTO ARMÓNICO SIMPLE

¿Cómo determinar la posición sobre la trayectoria y la rapidez de un objeto con MAS?

Una posibilidad es partir de la aceleración tangencial y tratar de obtener a partir de ella la rapidez
en cualquier instante y luego la posición. Sin embargo cuando lo hacemos resulta:

k dv k k
a x con lo que    x  dv    x  dt
m dt m m

En la ecuación anterior existen tres variables (rapidez v, posición x y tiempo t) lo que hace que
para obtener v = v (t) se requiera un procedimiento matemático de integración que, aunque no es
muy complejo, excede del nivel de este curso. No obstante, podemos hacerlo de una forma más
sencilla si somos capaces de relacionar el MAS con algún otro ya conocido.

71
2. Movimiento armónico simple

¿De los movimientos ya estudiados en otros cursos, cuál es el que, al igual que el movimiento
armónico simple, también es periódico, es decir, la posición del objeto se repite a intervalos re-
gulares de tiempo?

Evidentemente, se trata del movimiento circular y uniforme (MCU). Trataremos pues de relacio-
nar este movimiento con el de un objeto sujeto al extremo de un muelle.
t0 = 0
0 = 0
En la figura de la derecha hay un objeto hipotético
que realiza un MCU de radio A y rapidez angular w.
Dicho objeto emplea un tiempo T en dar una vuelta A
completa a la circunferencia (2 rad). Como el mo- 
vimiento es uniforme: T = 2/w. Para simplificar
supondremos, de momento, que en el instante inicial
O
t0 = 0 la posición angular es 0 = 0 y que el objeto
gira en el sentido señalado en la figura.

El movimiento del objeto anterior es circular y uniforme, pero, supongamos que desde ese
objeto se proyecta continuamente una luz sobre el diámetro horizontal de la circunferencia.
¿Cómo se movería ese punto luminoso? ¿Qué tipo de movimiento tendría?
t0 = 0
0 = 0
Es fácil darse cuenta de que mientras el
objeto realiza un giro completo de radio A, A
el punto luminoso realiza una vibración
completa de amplitud A. Si el objeto gira 
continuamente con un periodo T, el punto
luminoso vibra continuamente sobre el O x
diámetro con el mismo periodo.

Si tomamos como eje X la dirección de ese diámetro, situando el origen en el centro de la circun-
ferencia, la posición del punto luminoso vendrá dada por "x" y su valor oscilaría periódicamente
entre +A y -A de forma que realizaría una oscilación completa cada vez que el punto que se mue-
ve sobre la circunferencia diese una vuelta completa. Si obtenemos la aceleración sobre la trayec-
toria "a" con que se mueve el punto luminoso y resulta ser directamente proporcional y de signo
contrario a la elongación x, concluiremos que dicho punto posee un movimiento armónico sim-
ple, en cuyo caso las ecuaciones deducidas para la posición y la rapidez de ese punto también
corresponderán a las ecuaciones de un MAS.

A partir de la figura anterior obtened la ecuación x = x(t)

Sabemos que sen  = x/A de donde x = A sen  . Por otra parte, de acuerdo con las ecuaciones
del movimiento circular y uniforme y teniendo en cuenta las condiciones iniciales, podemos es-
cribir que  = wt, de modo que x = A sen wt

72
2. Movimiento armónico simple

A partir de la ecuación anterior obtened las ecuaciones de la rapidez y de la aceleración tan-


gencial en función del tiempo, con que se moverá el punto luminoso por el diámetro.

Se trata simplemente de derivar la expresión de la elongación ya que v = dx/dt de modo que:

v = Aw cos wt . Por otra parte a = dv/dt con lo que a = -Aw2 sen wt

Si en la última expresión sustituimos (Asenwt) por x, obtenemos que: a = -w2 · x y como w es


constante, la aceleración tangencial resulta ser directamente proporcional y de signo contrario a la
elongación x. Luego el movimiento del punto luminoso es del mismo tipo que el realizado por el
objeto sujeto al muelle, es decir, se trata de un movimiento armónico simple. La constante w se
denomina frecuencia angular (difiere de la frecuencia f en un factor 2 ya que w = 2/T = 2·f).

Para que el movimiento del punto luminoso coincidiera con el realizado por el cuerpo sujeto al
resorte elástico, se debería cumplir que ambos vibraran con la misma amplitud y aceleración, de
manera que:
k k
-w2 · x = - · x  es decir, la frecuencia angular debería ser w =
m m

En estas condiciones podemos conocer el periodo con que vibrará el objeto ya que:

2 2 k T  2 
m
w con lo que:  
T T m k

En general, para cualquier MAS se deberá cumplir que, -w2· x = - C· x  es decir, la frecuencia
angular debería ser w = C , de modo que:
2
 C y, consecuentemente: T  2 / C
T

Una cuestión interesante es la representación gráfica de las ecuaciones anteriores para ver de
forma global y rápida cómo van cambiando con el tiempo cada una de las tres magnitudes.

Representad cualitativamente las gráficas de las ecuaciones x = x(t); v = v(t) y a = a(t) a lo


largo de un periodo. (Tomad intervalos de tiempo iguales a un cuarto de periodo desde t = 0
hasta t = T).

La resolución de la actividad propuesta nos lleva en primer lugar a utilizar las ecuaciones del MAS
anteriormente deducidas, para elaborar una tabla como la siguiente:

Magnitud 0 T/4 T/2 3T/4 T


x 0 A 0 -A 0
v Aw 0 -Aw 0 Aw
a 0 -Aw2 0 Aw2 0

Utilizando los datos de la tabla, podemos ahora construir las gráficas correspondientes:
73
2. Movimiento armónico simple

2
x(m) v (m/s) a (m/s )
Aw2
Aw
A
0 T/4 T/2 3T/4 T t T/4 T/2 3T/4 T t T/4 T/2 3T/4 T t
-A -Aw
-Aw 2

Las gráficas anteriores muestran claramente la evolución de cada una de las magnitudes con el
tiempo. Podemos ver que en las tres hay una variación periódica de valores, de forma que cada
intervalo de tiempo T el móvil se encuentra en idéntico estado de movimiento (mismos valores de
la elongación "x", la rapidez "v" y la aceleración "a", que T segundos antes).

Un objeto posee un MAS de amplitud 1 m y periodo 2 s. Determinad: a) Ecuación de la posi-


ción en cualquier instante. b) Posición que ocupará en los instantes 1/2, 1, 3/2 y 2 (todos ellos en
s). c) Gráficas de x(t), v(t) y a(t)

Si suponemos que en el instante t = 0, el objeto se halla en x = 0, las ecuaciones serán:

x = A sen wt, que nos da la posición en cualquier instante.


v = Aw cos wt, que nos da la rapidez en cualquier instante.
a = -Aw2 sen wt, que nos da la aceleración en cualquier instante.

Sabemos que la frecuencia angular w viene dada por w = 2/T = 2 · f, siendo T el periodo y f la
frecuencia del movimiento. Partiendo de las ecuaciones anteriores y sustituyendo los datos que
nos dan en el enunciado, obtendremos las ecuaciones que describen el movimiento del cuerpo al
que se refiere el problema:

x = A sen wt = sen  t; v = Aw cos wt =  cos  t; a = -Aw2 sen wt = -2 sen  t

Ahora, simplemente manejando estas últimas ecuaciones es posible contestar a todas las pregun-
tas que se hacen en el enunciado del problema:

a) La ecuación del movimiento, es la ecuación que nos da la posición del móvil en cualquier ins-
tante x = sen  t m (si t en s).

b) ¿Cómo hallar la posición del móvil en los instantes que se piden? Bastará sustituir t por cada
uno de los valores correspondientes, con lo que tendremos:

Para t = 1/2 s  x = sen /2 = 1 m (la partícula se encuentra en x = A)


Para t = 1 s  x = sen  = 0 m (la partícula se encuentra en el origen O)
Para t = 3/2 s  x = sen 3/2 = -1 m (la partícula se encuentra en x = -A).
Para t = 2 s  x = sen 2 = 0 (la partícula se encuentra en el origen O).

De los resultados anteriores es fácil comprobar que, como cabe esperar, cada periodo de tiempo
T, la posición de la partícula se repite.

c) Construcción de las gráficas de x = x (t), v = v (t) y a = a (t).

74
2. Movimiento armónico simple

Para construir dichas gráficas hemos de elaborar primero las tablas correspondientes mediante las
ecuaciones x = x (t), v = v (t), a = a (t) y luego representar:

x (m)
1
t (s) 0 0’5 1 1’5 2
x (m) 0 1 0 -1 0 1 2 t (s)
-1


t (s) 0 0’5 1 1’5 2
v (m/s)  0 - 0 
-

a (m/s2 )
2
t (s) 0 0’5 1 1’5 2
 1 2
2
a (m/s ) 0 - 2
0 2
0 t (s)
-2

¿Qué conclusiones se pueden extraer de las gráficas anteriores?

Podemos ver reflejadas en ellas las principales características de un movimiento armónico sim-
ple. Así, por ejemplo, en el instante en que x vale 0, la velocidad es máxima y la aceleración (y
por tanto la fuerza) es nula. Sin embargo, cuando la x alcanza el valor máximo A, la velocidad es
nula y la aceleración (y por tanto la fuerza) son máximas (en valor absoluto). Este tipo de movi-
miento constituye, pues, un claro ejemplo de cómo un objeto puede moverse con su máxima ve-
locidad y ser nula la fuerza resultante sobre el mismo (o estar momentáneamente en reposo y la
fuerza resultante tomar su valor máximo en ese preciso instante).

Las ecuaciones manejadas hasta aquí corresponden a un caso particular de MAS, aquel en
que el móvil en el instante t=0 se encuentra en el origen O. Naturalmente esto no tiene por qué
ser siempre así. ¿Cómo serían las ecuaciones si en el instante t = 0 no se encontrara en O?

La situación podría representarse por medio de la figura t0 = 0


siguiente en la que, como puede verse, en el instante t = 0
A
la proyección sobre el diámetro de la circunferencia no 0
coincide con O. Para el punto hipotético que se mueve 
sobre la circunferencia con MCU ello supone en el ins-
tante t = 0 se encuentra en la posición 0 con lo que ahora x
O
su ecuación de movimiento será:  = 0 + wt.

75
2. Movimiento armónico simple

Las ecuaciones cambian pues a las siguientes:

x= A sen (wt + 0), v = Aw cos (wt + 0), a = -Aw2 sen (wt + 0)

Las tres ecuaciones últimas son las ecuaciones generales del MAS. Lo que hay dentro del parén-
tesis, es decir (wt + 0) se denomina fase  del movimiento y la constante 0 constante de fase o
fase inicial2. Si dicha constante no vale 0, nos indica que en el instante t=0 el móvil no se encon-
traba en la posición central sino en el punto x0 = Asen 0. (Evidentemente, en el caso de que 0 =
0 nos queda que x0 = 0, es decir, en el instante inicial el punto se halla en el origen). Tanto la fase
como la constante de fase se miden en radianes.

Dos movimientos armónicos simples pueden tener la misma amplitud A y frecuencia f y sin em-
bargo diferir en el valor de la fase inicial 0. Así por ejemplo la ecuación de la posición de un
cuerpo (1) podría venir dada por x1 = A sen (wt + /2) y la de otro cuerpo (2) por x2 = A sen (wt).
Si elaboramos las tablas de la posición frente al tiempo para cada uno de ellos obtenemos:

Cuerpo 0 T/4 T/2 3T/4 T


(1) A 0 -A 0 A
(2) 0 A 0 -A 0

Representad en una misma gráfica de la posición frente al tiempo los dos movimientos ante-
riores y comparadlos.

En la gráfica siguiente se han representado los movimientos anteriores. Con objeto de distinguir-
los se ha dibujado de color azul la del cuerpo (1) y de rojo la del (2).

(1)
(2)

Como podemos ver los dos movimientos tan sólo se diferencian en la fase inicial. El desfase entre
ambos es de /2 rad. Ello puede interpretarse como que el cuerpo (2) va retrasado en un cuarto de
periodo respecto del (1). Así, por ejemplo, cuando el (1) se halla en x = A (ved línea azul), el (2)
se encuentra en x = 0 (ved línea roja). Transcurrido un cuarto de periodo, el (2) se hallará en A.
El movimiento de ambos es pues esencialmente igual, los dos van tomando los mismos valores de
la posición (lo mismo ocurriría con la rapidez y con la aceleración) pero no simultáneamente sino
con un cierto desfase.

2
Se denomina fase inicial al valor de la fase con t = 0, sea expresada mediante la función seno o mediante la función
coseno.

76
2. Movimiento armónico simple

Para que dos MAS sean pues completamente idénticos será necesario que tengan la misma am-
plitud, el mismo periodo (o frecuencia) y la misma fase inicial. Estas se consideran las magnitu-
des esenciales que describen un MAS.

Vale la pena tener en cuenta que las ecuaciones del MAS también pueden expresarse (y de hecho
así se hace en algunos textos) en función del cos en lugar del sen. Así, por ejemplo, la ecuación
de la posición del cuerpo (1) podríamos haberla escrito también como: x1 = A cos wt ya que, co-
mo sabemos, sen (wt + /2) = cos wt. Así pues cuando nos referimos a la fase inicial de un MAS
es necesario aclarar si estamos utilizando la función seno o coseno. Además, también se pueden
utilizar otros símbolos distintos de la "x" para designar la posición (es frecuente, por ejemplo,
usar la letra "y").

Una partícula se mueve con MAS de tal forma que su ecuación de movimiento viene dada por:
y = 5 cos (0'1· t - 0'4) estando todas las magnitudes en unidades internacionales. Determinad los
valores de la amplitud A, el periodo T, la frecuencia f, la frecuencia angular w y la fase inicial
0. Obtened las ecuaciones de la rapidez y de la aceleración en cualquier instante. Calculad la
posición, la rapidez y la aceleración en el instante t = 5 s. Expresad la ecuación del movimiento
mediante la función seno y señalad cuánto valdría en ese caso la fase inicial.

Rdo. A = 5 m; T = 20  s; f = 1/20  Hz; w = 0'1 rad/s; 0 = -0'4 rad. v = -0'5 sen (0'1t - 0'4);
a = - 0'05 cos (0'1t - 0'4). Para t = 5s, y = 4'975 m; v = -0'05 m/s, a = -0'0498 m/s2.
y = 5 sen (0'1t + 1'17).

Un objeto considerado puntual posee un MAS de f = 400 Hz y A = 2 mm. En el instante t = 0


dicho punto se encuentra en la posición x = 2 mm. Calculad los valores de su posición, rapidez y
aceleración en el instante t = 0'5 s.

Rdo. x = 2·10-3 m; v = 0; a = -12 633 m/s2.

3. ESTUDIO DEL MOVIMIENTO ARMÓNICO SIMPLE MEDIANTE TRABAJO Y ENERGÍA

Trataremos ahora de estudiar el movimiento armónico simple, mediante consideraciones de traba-


jo y energía. Para ello vamos a tomar de nuevo el ejemplo del cuerpo sujeto al extremo de un
muelle elástico (de masa despreciable) y ambos colocados sobre una superficie horizontal sin
rozamiento, tal y como se indica en la figura:

Sabemos que si desplazamos el cuerpo hacia un lado (por ejemplo a la derecha de O) hasta un cierto
punto y luego lo soltamos, vibrará entre dos posiciones extremas A y -A con MAS, sometido conti-
nuamente a la acción de una fuerza recuperadora (en este caso la fuerza elástica ejercida por el mue-
lle). Parece lógico asignar un valor nulo a la energía potencial elástica cuando el muelle no esté esti-
rado ni comprimido respecto de su longitud natural (mientras que dicha energía tomará su valor
máximo cuando el alargamiento o la compresión del muelle sean máximos). Análogamente la ener-
gía cinética sería nula en las posiciones extremas (la velocidad del cuerpo en ellas es nula) y máxima
en el centro de oscilación (punto O en el que x = 0 y donde la rapidez del cuerpo alcanza su valor

77
2. Movimiento armónico simple

más alto). Dado que hemos considerado que el muelle tiene masa despreciable su contribución a la
energía cinética del sistema será nula.

Imaginemos ahora el sistema formado por el cuerpo y el muelle en la situación de máximo alarga-
miento del muelle (x = A) y el paso de dicho sistema a la situación en que el muelle recupera su lon-
gitud natural (x = 0). Teniendo en cuenta que la fuerza elástica es una fuerza interna conservativa de
ese sistema, vamos a obtener la expresión de la energía potencial elástica asociada a dicho sistema.

Podemos escribir que cuando el sistema evoluciona desde x = A hasta x = 0, se cumple:

O
WF A  Ep OA   F  dx  ( EpO  Ep A )  Ep A  EpO
O
A

(Recordemos que en la ecuación anterior F es la componente escalar tangencial de la fuerza elás-


tica y "dx" es equivalente a "de")

Sustituyendo ahora F = -kx e integrando entre x = A y x = 0, obtenemos:

0
O 0  kx2  kA2 kA2
A
F  dx    kx  dx  
A
 2 A
 
2
con lo que Ep A  EpO 
2

Si adoptamos el convenio de que cuando x = 0 el valor de la energía potencial elástica sea nula,
tendremos que :
kA2
Ep A 
2
kx2
de donde deducimos que para cualquier posición (x) la energía potencial elástica será: Ep 
2

Considerando el sistema anterior formado por el cuerpo y por el muelle como un sistema ais-
lado en el que no se produce ningún calentamiento, analizad qué es lo que ocurre con la energía
mecánica, la energía cinética y la energía potencial elástica, cuando el cuerpo se halla vibrando
en torno a la posición de equilibrio.

Como sabemos cuando un sistema cambia de estado el trabajo exterior realizado sobre el sistema
es igual al cambio de energía experimentado W ext = E. Si el sistema está aislado y, por tanto,
no hay trabajo exterior, ocurrirá que Wext = 0 y por tanto E = 0, es decir, la energía del sistema
no cambiará, pero eso, no significa que el sistema no pueda evolucionar (con tal de que se cumpla
siempre, que E no cambie).

En nuestro caso, si el cuerpo pasa de una posición x1 a otra posición x2 se cumplirá que:

E12  Ec12  Ep12  0  ( Ec2  Ec1 )  ( Ep2  Ep1 )  0  Ec2  Ep2  Ec1  Ep1

1 2 1 2 1 2 1 2
y sustituyendo: mv2  kx2  mv1  kx1 .
2 2 2 2

En un MAS conforme se mueve el objeto que vibra, cambia la energía cinética y cambia la energ-
ía potencial, pero si el sistema está aislado y no hay calentamiento, ello ocurre siempre de forma
78
2. Movimiento armónico simple

que la energía mecánica (suma de ambas) permanece constante tomando siempre el mismo valor
cualquiera que sea la posición del objeto vibrante. En la figura siguiente vemos que la energía
mecánica del sistema formado por el muelle y el bloque puede encontrarse sólo en forma de
energía cinética (b), sólo en forma de energía potencial elástica (a y c) o bien como una suma de
ambas (d), pero si el sistema está aislado y no hay calentamiento, la energía mecánica siempre
tendrá el mismo valor (E).

Si consideramos pues una de las posiciones extremas (en la que el cuerpo está momentáneamente
en reposo) toda la energía mecánica es potencial, mientras que si consideramos la posición cen-
tral O (en la que el cuerpo se mueve a velocidad máxima y x = 0), toda la energía es cinética. Así
pues, el valor de la energía mecánica en un MAS lo podemos expresar como:

1 1 1 1
E= mv 2  kx 2  mvmax
2
 kA 2
2 2 2 2

Un estudiante de física afirma que una masa de 50 g que oscila con MAS sujeta a un muelle
de constante elástica k = 300 N/m con una amplitud de A = 0'2 m en un plano horizontal, no
puede en ningún caso moverse a más de 15'5 m/s. ¿Estáis de acuerdo con esa limitación? Expli-
cad con el mayor detalle posible vuestra respuesta.

Rdo. vmáx = 15’5 m/s

Aunque las ecuaciones que se han introducido hasta aquí se han hecho considerando un ejemplo
concreto (cuerpo-muelle), también son válidas para cualquier partícula (o masa que se pueda con-
siderar como puntual) que vibre con MAS en un medio elástico, en cuyo caso el medio haría el
mismo papel que el muelle (ejercer una fuerza elástica recuperadora sobre la partícula) y el sis-
tema estaría formado por la partícula y el medio (aunque habitualmente sólo nos refiramos a la
partícula).

Una masa de 10 g considerada puntual se encuentra vibrando con MAS en un medio elástico,
con una frecuencia de 500 Hz y una amplitud de 2 cm. Obtened el valor de la energía mecánica.

Rdo. E = 19'7 J

79
2. Movimiento armónico simple

Un muelle de constante elástica 600 N/m tiene una longitud de 15 cm y se halla sobre una
superficie horizontal y con un extremo fijado a una pared. Colocamos sujeto al otro extremo un
bloque de 80 g (considerado como una masa puntual), empujamos hasta que el muelle tenga una
longitud de 10 cm y, a continuación, soltamos el cuerpo. Determinad: a) rapidez con que se mo-
verá el objeto al pasar por la posición de equilibrio. b) rapidez del objeto cuando la longitud del
muelle sea de 18 cm. c) periodo de oscilación. d) energía mecánica del sistema formado por el
objeto y el muelle. Suponed que no existe fricción y que la masa del muelle es despreciable.

Rdo. a) v = vmax = 4'33 m/s. b) v = 3'46 m/s. c) T = 0'073 s. d) E = 0'75 J

RECAPITULACIÓN

Este capítulo contiene los conocimientos necesarios para poder comenzar a continuación el estu-
dio de las ondas mecánicas.

En él hemos visto en primer lugar cuáles son las características fundamentales de un movimiento
armónico simple, introduciendo las magnitudes necesarias para su estudio (periodo, frecuencia,
elongación, amplitud) utilizando un ejemplo concreto (objeto sujeto a un muelle elástico sobre
una superficie horizontal y sin rozamiento). Hemos definido así el movimiento armónico simple
como el de un objeto cuya aceleración sobre la trayectoria (o aceleración tangencial) es siempre
directamente proporcional y de signo contrario al valor de la elongación: a = -Cx.

A continuación hemos realizado una deducción elemental de las ecuaciones del MAS (posición
sobre la trayectoria o elongación en función del tiempo, rapidez en función del tiempo y acelera-
ción sobre la trayectoria en función del tiempo):

x = A sen (wt + 0); v = Aw cos (wt + 0) y a = -Aw2 sen (wt + 0)

en donde w o frecuencia angular es una constante que viene dada por w = 2/T y 0 es la fase
inicial. Las ecuaciones anteriores sirven para conocer la posición, rapidez y aceleración de una
partícula con MAS en cualquier instante.

Finalmente hemos hecho un estudio de este movimiento variado, mediante consideraciones de


trabajo y energía, llegando a obtener que la energía mecánica de una partícula de masa m que
vibra con MAS en un medio totalmente elástico, viene dada por las expresiones siguientes:

1 2 1 2 1 2 1 2
E= mv  kx  mvO  kA
2 2 2 2

En la expresión anterior k es la constante elástica del medio y v0 la rapidez de la partícula cuando


pasa por el punto medio (en el que x = 0).

Todos los conceptos y expresiones estudiados en este capítulo los vamos a utilizar en el tema si-
guiente, dedicado al estudio de las ondas mecánicas (como el sonido), consideradas como una per-
turbación que se propaga por un medio elástico.

80
2. Movimiento armónico simple

2.MOVIMIENTO ARMÓNICO SIMPLE. CUESTIONES, EJERCICIOS Y PROBLEMAS

1. Mediante flechas de distinto color dibujad en cada uno de los puntos de la figura sendos vectores repre-
sentativos de la velocidad con que se moverá un cuerpo y de la fuerza resultante que actuará sobre él,
sabiendo que su movimiento es armónico simple, siendo las posiciones extremas R y S (de elongaciones -
A y A respectivamente).

R P - O + Q S

2. En la figura adjunta se ha representado el MAS de un objeto que vibra entre dos posiciones extremas R
y S (de elongaciones -A y A respectivamente). Considerad los valores de la elongación x, la rapidez v y la
componente escalar tangencial de la fuerza resultante, en cada uno de los siguientes casos, indicando si sus
valores son positivos, negativos o nulos. Indicad también en dónde toman valores máximos (positivos o
negativos). Utilizad para ello la tabla adjunta.

R P - O + Q S

Situación x v F
a) En O moviéndose hacia S
b) En Q moviéndose hacia S
c) Justo en el punto S
d) En Q moviéndose hacia O
e) En O moviéndose hacia R
f) En P moviéndose hacia R
g) Justo en el punto R
h) En P moviéndose hacia O

3. En el MAS representado en la figura, indicad con el mayor detalle posible qué es lo que le ocurre a la
velocidad y a la fuerza resultante sobre el cuerpo, cuando este se mueve:

a) Desde O hasta S
b) Desde S hasta O
c) Desde O hasta R R O + Q S
P
d) Desde R hasta O

4. Una partícula vibra con MAS de 8 cm de amplitud y frecuencia f = 40 Hz. En el instante t = 0 se en-
cuentra en x = A. Se pide: a) Escribe las ecuaciones de su posición (elongación), rapidez y aceleración en
función del tiempo. b) Determina los valores máximos de la rapidez y de la aceleración.

Rdo. a) x = 0.08 sen (80t + 0’5), v = 6’4 cos (80t + 0’5), a = -5122 sen (80t + 0’5);
b) vmáx = 6’4 m/s; a max = 5122 m/s2

5. Un cuerpo dotado de MAS de 10 cm de amplitud, tarda 0’2 s en realizar una oscilación completa. Si en
el instante t = 0 su velocidad era nula y la elongación positiva, determina: a) ecuación que representan el
movimiento del cuerpo, b) La velocidad del cuerpo en el instante t = 0’25 s.

Rdo. a) x = 0’1 sen (10t + 0’5); b) v = -3’14 m/s


81
2. Movimiento armónico simple

6. Una partícula de masa m = 10 kg realiza un MAS. La figura adjunta es la representación de su elonga-


ción “y” en función del tiempo t. Se pide:

y (mm)

0
0 5 10 15 20 25 30 35

-2

-4

-6

t (s)

a) La ecuación matemática de y en función del tiempo con los valores numéricos correspondientes (que se
han de deducir de la gráfica).
b) La velocidad de la partícula en función del tiempo y su valor concreto para t = 5 s.
 
Rdo. a) y = 0’004 sen ( t + 0’52); b) v = = 0’0021cos ( t + 0’52); v = -0’0021 m/s
6 6

7. Hallad la velocidad y aceleración máximas, de un punto dotado de MAS de A = 10 cm y T = 2 s

Rdo. vmáx = 0’1  m/s; amax = 0'1  2 m/s2

8. Un cuerpo oscila con MAS cuya amplitud y periodo son A = 10 cm y T = 4 s. En el instante inicial t =
0, la elongación vale x = 0 cm y la rapidez es positiva. Determina la elongación para t = 1 s.

Rdo. x = 0'1 m

9. Una partícula posee un MAS tal que cuando pasa por su posición de equilibrio lleva una velocidad de
1'8 m/s. La amplitud es de 1 mm. Determinad la frecuencia de vibración y escribid una ecuación que ex-
prese su posición en función del tiempo. (Suponed que en el instante t = 0 se encontraba en la posición
central moviéndose con velocidad máxima y en sentido positivo). Rdo. x = 10-3 sen 1800 t

10. Un cuerpo que oscila con MAS lleva una rapidez de 80 m/s cuando pasa por el punto medio de su
trayectoria y de 50 m/s cuando la elongación es x = 2 m. Obtened la ecuación del movimiento x = x (t).
(Suponed que la fase inicial es 0). Rdo. x = 2'56 sen 31'25 t.

11. Un cuerpo de 2 g de masa se mueve con un MAS de 3 mm de amplitud. Sabiendo que su aceleración
en uno de los puntos extremos del recorrido es de 500 m/s2, se pide:
a) Frecuencia del movimiento y ecuaciones de x = x(t), v = v(t) y a = a(t). Suponed 0 = 0.
b) Valor máximo de la rapidez. c) Rapidez con que se moverá cuando x = 1'8 mm
Rdo. a) f = 65 Hz; x = 3·10-3 sen (130 t); v = 1'23 cos (130 t); a = -500 sen (130 t). b) vmáx = 1'23 m/s.
c) v = 0'984 m/s

82
2. Movimiento armónico simple

12. Una partícula vibra con una frecuencia de 150 Hz y una amplitud de 4 mm (MAS). Determinad la
rapidez y la aceleración en el punto central y en los extremos de la trayectoria. Obtened la ecuación del
movimiento x = x(t). (Considerad que la fase inicial es nula). Rdo. x = 4·10-3 sen (300t)

13. La elongación de un MAS viene dada por x = 12 sen (3t +) m (para t en s). Se pide:
a) Calcula el periodo y la frecuencia
b) Su elongación, rapidez y aceleración en el instante t = 0.
c) La rapidez en la posición x = 6 m
d) Expresa la ecuación mediante la función coseno.
Rdo. a) T = 2/3 s; f = 1’5 Hz; b) x=0; v = -113’09 m/s; a = 0; c) v =  97’94 m/s; d) x = 12 cos (3t + /2)

14. La rapidez de un MAS viene dada por v = 0’36  cos (24 t + ) m/s (si t en s). Se pide:
a) Periodo, frecuencia y amplitud de este movimiento. b) Ecuaciones de x = x(t) y de a = a(t). c)Valores
máximos de “v” y de “a”.

Rdo. a) f =12 Hz, A= 0’015 m; b) x = 0’015sen(24t+), a = -85’27sen(24t+)


c) vmáx = 0’36 m/s, amax = 85’27 m/s2

15. Un cuerpo de 1 kg de masa, considerado puntual, posee un MAS tal que su posición en cualquier ins-
tante (ecuación del movimiento) viene dada por x = 0'45 sen (7'5 t + 1'6) m (si t en s). Determinad los
valores de la amplitud A, el periodo T, la frecuencia f, la fase inicial y la energía mecánica. (Suponed que
la vibración se realiza en un lugar donde la energía potencial gravitatoria es nula). Expresad la ecuación de
movimiento anterior en función del coseno. Rdo. x = 0'45cos(7'5 t + 1'6 - /2).

16. Se dispone de un resorte elástico ideal sobre una superficie horizontal con uno de sus extremos fijo a
una pared lateral del que sabemos que al ejercer sobre su extremo libre una fuerza de 45 N se alargó 9 cm.
Estando el resorte relajado sobre la mesa colocamos un bloque de 0'5 kg sujeto a su extremo libre y esti-
ramos hasta desplazarlo 10 cm para inmediatamente soltar (suponemos fricción nula, nivel 0 de energía
potencial gravitatoria la superficie de la mesa y el bloque como una masa puntual). Se pide:

a) Fuerza resultante sobre el cuerpo en el instante de soltarlo


b) A, T, f y 0 (constante de fase) si ponemos el cronómetro en marcha al soltar el cuerpo.
c) Valores máximos de la rapidez y de la aceleración con que se mueve
d) Energías cinética, potencial elástica y mecánica, cuando el cuerpo se encuentre en la posición x = 5 cm.
e) Rapidez y aceleración que llevará cuando se encuentre en x = -7 cm moviéndose en sentido positivo

Rdo. a) Fres = 50 N; b) A = 10 cm, T = 0'2 s, f = 5 Hz, 0 = /2 rad; c) vmáx = 3'16 m/s, amáx = 100 m/s2;
d) Ec = 1'875 J, Ep = 0'625 J, E = 2'5 J, ; e) v = + 2'26 m/s, a = 70 m/s2

17. Sobre una superficie horizontal se dispone un resorte ideal de constante elástica k = 220 N/m fijando
uno de sus extremos a una pared lateral. Al otro extremo se sujeta un bloque de 2'4 kg de masa. Se ejerce
entonces una fuerza exterior en sentido positivo sobre el bloque. En el instante t = 0 s en que el bloque se
encuentra en x = 0'08 m moviéndose con v = 0'75 m/s, desaparece la fuerza exterior y el bloque comienza
a oscilar con MAS. Suponiendo despreciable el rozamiento, se pide: Obtened la ecuación del movimiento
x = x (t). Rdo. x = 0'11 sen (3'04  t + 0'79)

18. Un objeto de 0'5 kg (considerado como una masa puntual) se mueve con MAS de frecuencia 8 Hz y
amplitud 20 cm. Calculad la aceleración, la fuerza, la energía potencial y la energía cinética, cuando se
encuentre en la posición x = 7 cm. Rdo. a = -176'86 m/s2; Ft = -88'43 N; Ep = 3'1 J; Ec = 22'17 J.

19. Un cuerpo de 10 kg describe un MAS de A = 30 mm y T = 4 s. Se pide: a) Energía cinética máxima.


b) Valor de la energía potencial cuando la velocidad es máxima y cuándo la velocidad sea nula. c) ¿Para
qué valor de la elongación x, la energía cinética valdrá justo el triple que la energía potencial elástica?

Rdo. a) Ecmax = 0’011 J; b) Ep = 0, Ep = 0’011 J; c) x= 15 mm

83
2. Movimiento armónico simple

20. Un muelle elástico ideal experimenta un alargamiento de 2 cm al ejercerle una fuerza de 400 N. Hallar
el trabajo exterior que como mínimo habría que realizar para conseguir alargar dicho muelle 5 cm respecto
de su longitud natural. Rdo. Wext = 25 J.

21. Sobre un muelle elástico ideal que se encuentra en una superficie horizontal impacta un bloque de 300
g de masa con una rapidez de 15 m/s. ¿Cuánto valdrá la máxima compresión del muelle? Suponed que no
hay ninguna fricción y que la constante elástica del muelle vale k = 350 N/m. Rdo. 0'44 m.

22. Un bloque de 200 g de masa está sujeto a un extremo de un muelle elástico ideal que se halla sobre
una superficie horizontal sin ningún tipo de rozamiento y de forma que su otro extremo está sujeto a una
pared. La longitud normal del muelle es de 50 cm y su constante elástica de 400 N/m. En esas condiciones
se estira del cuerpo hasta que la longitud del muelle se hace de 60 cm y se suelta (t = 0). Se pide:

a) Ecuaciones de x, v, a, en función del tiempo.


b) Valor de v cuando x = 5 cm, x = 0, y x = -10 cm.

Rdo. a) x = 0’1 sen (42’72 t + /2), v = 4’472 cos (42’72 t + /2), a = 200 sen (42’72 t + /2);
b) v =  3’87 m/s, v =  4’472 m/s, v = 0

23. La gráfica siguiente representa la energía potencial de un sistema provisto de un MAS de A = 9 cm en


función de su desplazamiento x respecto de la posición de equilibrio. Se pide: a) Energía cinética del sis-
tema para x = 0 cm. b) Energía mecánica total para x = 4 cm. c) Energía cinética para x = 6 cm.

0,06

0,05

0,04

Ep (J)
0,03

0,02

0,01

0
-10 -8 -6 -4 -2 0 2 4 6 8 10
x (cm)

Rdo. a) Ec = 0’05 J; b) E = 0’05 J; c) Ec = 0’028 J

84
3. EL MOVIMIENTO ONDULATORIO

Sabemos que la energía se puede transferir de unos sistemas a otros mediante procesos como el
trabajo y el calor. Para que se realice trabajo sobre un cuerpo es necesario que éste se desplace
sometido a la acción de alguna fuerza que influya en dicho desplazamiento, mientras que el calor,
se da al poner en contacto dos cuerpos a distinta temperatura.

Podemos pensar en un objeto flotando sobre el agua en reposo en el centro de un estanque. Una
forma de transferirle energía y cantidad de movimiento sería lanzarle piedras que lo golpearan.
Así, le llega energía y cantidad de movimiento. Se realiza trabajo sobre el objeto flotante pudien-
do hacer que se desplace sobre el agua hacia una orilla. La energía que se transfiere al objeto flo-
tante proviene de otros objetos (piedras) en movimiento, es decir, el proceso conlleva un trans-
porte neto de materia desde la orilla del estanque hasta el punto en el que se encuentra el objeto.

Sin embargo, existen también otras formas de movimiento y de propagación de energía en las que
no hay desplazamiento neto de materia de un lugar a otro ni tampoco contacto entre cuerpos a
distinta temperatura, que vale la pena estudiar. Se trata de los llamados fenómenos ondulatorios
o, simplemente, ondas.

Enumerad ejemplos concretos de fenómenos que conozcáis y que vengan calificados habi-
tualmente como ondulatorios, indicando a su vez, los cambios o transformaciones con los que se
asocia cada uno.

Podemos pensar en las oscilaciones que se producen al lanzar una


piedra a un estanque, al pulsar una cuerda tensa, al agitar un extre-
mo de un muelle o resorte, en los terremotos (ondas sísmicas), al
golpear la membrana de un tambor, etc.

En el caso del agua de un estanque podemos conseguir que un objeto que flota en el centro del
mismo se mueva (comunicarle energía cinética y cantidad de movimiento) simplemente dejando
caer piedras en la orilla o metiendo y sacando un palo en el agua. De esta forma se producen una
serie de oscilaciones que avanzan en todas direcciones sobre la superficie del agua y que cuando
alcanzan al objeto le hacen moverse arriba y abajo. Hemos conseguido transmitir energía y canti-
dad de movimiento sin que se haya producido un transporte neto de materia desde la orilla al cen-
tro del estanque.
Tanto en el ejemplo analizado como en los restantes casos propuestos, las oscilaciones que se
producen se propagan desde el punto en el que se originan (foco) a los restantes puntos del me-
dio, sin que parezca existir un transporte neto de materia. Se dice que se ha producido un movi-
miento ondulatorio o, simplemente, que se propaga una onda. A este tipo de ondas que precisan
de un medio material vibrante (agua, aire, la membrana de un tambor, resorte elástico, etc) para
propagarse se les denomina ondas mecánicas.

Existen también otros tipos de ondas, que pueden propagarse incluso por el vacío, se trata de las
ondas electromagnéticas, entre las que se encuentran la luz, las ondas de radio, de televisión, el
radar, etc. Su origen está asociado a la aceleración de cargas eléctricas, que puede conseguirse,

85
3. Movimiento ondulatorio

por ejemplo, haciéndolas vibrar. En ese caso lo que se propaga es un campo eléctrico y uno
magnético de intensidad variable.

¿Qué problemas de interés podemos plantearnos para profundizar en la naturaleza del movi-
miento ondulatorio?

De acuerdo con lo anterior, sabemos que en todo movimiento ondulatorio existe algo, que llama-
remos una perturbación, que se origina en un foco y que se propaga hasta puntos que pueden estar
muy alejados del mismo, de un modo muy distinto al que se mueven habitualmente los cuerpos,
ya que no se aprecia un desplazamiento neto de materia. Surgen pues una serie de preguntas co-
mo:

 ¿Si no hay desplazamiento neto de materia, qué es lo que se propaga?


 ¿Cómo se produce el movimiento ondulatorio? o ¿qué es lo que hace que una perturbación
producida en un punto se propague a otros puntos alejados del mismo?
 ¿Qué propiedades características tienen las ondas?
 ¿Qué le ocurre a una onda cuando se encuentra con otra? ¿Y cuando se propaga en un medio
cerrado? ¿Y cuando pasa de un medio a otro? ¿Qué sucede cuando una onda se encuentra con
un obstáculo? ...
 ¿Cuáles son las semejanzas y diferencias entre los movimientos ondulatorios y los ordinarios?

1. ESTABLECIMIENTO DE UN MODELO PARA EL MOVIMIENTO ONDULATORIO

Este tema estará destinado fundamentalmente a intentar responder a las preguntas planteadas y
profundizar así en la naturaleza del movimiento ondulatorio. Para ello habremos de elaborar un
modelo acerca de cómo se producen y se propagan las ondas y poner a prueba su validez tratando
de explicar con él las propiedades características del movimiento ondulatorio. Estudiaremos prin-
cipalmente las ondas mecánicas (dejando las electromagnéticas para más adelante). Comenzare-
mos por estudiar la propagación de "pulsos" o señales aisladas.

1.1. La producción y propagación de pulsos o señales

Se genera un "pulso" o señal cuando se produce una perturbación de corta duración en el estado
natural de un punto de un medio y ésta, en lugar de permanecer en el punto que ha sido introduci-
da, se transmite a otros puntos de dicho medio. Esto ocurre, por ejemplo, cuando realizamos una
breve sacudida en un extremo de una cuerda, al lanzar una piedra al agua de un estanque, al gol-
pear una mesa, o cuando se produce una detonación en el aire.

Sugerid, a modo de hipótesis, una explicación de cómo se puede propagar un pulso por un
resorte o por una cuerda. Realizad las experiencias que se crean oportunas para ello.

Resulta sencillo utilizar una cuerda o un muelle para poder darse cuenta de que para que se pro-
duzca un pulso de onda es necesario perturbar (modificar) la situación de equilibrio de un punto
(foco) de un medio (que sea elástico para dicha perturbación). Para ello hará falta realizar un tra-
bajo (suministrar una energía) por parte de un agente exterior. Debido a la elasticidad del medio,
la perturbación provocada se transmite a las demás partículas vecinas repitiendo éstas el movi-
miento del foco pero con cierto retraso, como si se convirtieran en nuevos focos. Si el medio no
es elástico nada de esto se produce. Por ejemplo, si alargamos o comprimimos uno de los extre-
mos de un muelle no elástico (como los que hay en algunas libretas) sólo se deforma ese extremo
y ya no vuelve a su posición original.

86
3. Movimiento ondulatorio

Para generar un pulso de onda en una cuerda


basta con realizar un movimiento rápido
hacia arriba y abajo con una mano sujetando
un extremo de la misma (foco). Al tirar hacia
arriba, como la cuerda es continua, el trozo
de al lado también experimentará una fuerza
que le hará desplazarse hacia arriba produ-
ciéndose así una especie de cresta. Al bajar
la mano el extremo de la cuerda vuelve a su
posición inicial y se observa como la cresta
avanza por la cuerda alejándose del foco.

Se trata de un pulso de onda transversal ya que los puntos de la cuerda se mueven perpendicu-
larmente a la dirección en que se propaga la perturbación y como consecuencia del retraso de los
puntos en reproducir el movimiento del foco aparece una cresta o protuberancia que viaja de un
extremo a otro de la cuerda.

La misma experiencia puede realizarse mediante un resorte elástico aunque, en este caso, es posi-
ble generar también un pulso diferente al anterior. En efecto, si con los dedos de una mano jun-
tamos varios anillos del resorte tenso y luego soltamos de golpe, observaremos un pulso de onda
longitudinal en el que el movimiento de los aros del resorte se realiza en la misma dirección que
en la que se propaga la perturbación.

Una forma sencilla de apreciar que no se propaga materia es pintar de color un pequeño trozo de
una cuerda o de un resorte (o atar a él una pequeña cinta). Si generamos un pulso transversal o
longitudinal, veremos como el trozo coloreado o la cinta, cuando le llega la perturbación, se des-
plaza reproduciendo el movimiento del foco pero, evidentemente, no viaja a lo largo de la cuerda
o resorte. El pulso o perturbación se puede desplazar grandes distancias, pero los puntos del me-
dio solo tienen un movimiento limitado mientras la perturbación pasa por ellos.

¿Dado que en una onda, como hemos visto, no existe un desplazamiento neto de materia de un
punto a otro del medio, qué es entonces lo que se propaga?

Para responder a la pregunta anterior podemos imaginar (o mejor hacer) que dos personas cogen
una cuerda muy gruesa y larga, cada una de un extremo y tensándola ligeramente. Si una de ellas
realiza una sacudida y genera un pulso, éste viaja a lo largo de la cuerda y al cabo de un tiempo le
llegará a la otra persona, que notará en ella sus efectos. Si le preguntásemos, diría que le ha llega-
do una energía. Análogamente ocurriría si colgásemos un objeto de una cuerda tensa, como se
aprecia en la figura, y produjéramos un pulso.

87
3. Movimiento ondulatorio

El efecto de la mano al sacudir el extremo de la cuerda es comunicar energía y cantidad de mo-


vimiento al punto en el que se sujeta la cuerda, y ambas se transmiten a lo largo de la cuerda has-
ta llegar al objeto el cual es movido y elevado cuando el pulso llega a la zona donde se encuentra.

Así pues, tanto energía como cantidad de movimiento es lo que se transmite en un movimiento
ondulatorio. Dicha energía y cantidad de movimiento no se hallan asociadas a una partícula u
objeto determinado que se desplaza (movimiento corpuscular), sino que se encuentran repartidas
en cada instante en todos los puntos que forman el pulso. No son trozos de cuerda los que se des-
plazan de un lugar a otro (que puede estar muy distante) trasladando energía y cantidad de movi-
miento, sino la perturbación producida al sacudir un extremo.

Podemos pensar también en lo que ocurre en los terremotos o en las olas del mar. En ambos casos
se aprecia la transmisión de energía y cantidad de movimiento, capaz de derribar casas y de hacer
oscilar una embarcación. Sin embargo los terremotos, en si mismos, son ondas sísmicas que no
suponen un traslado neto de materia de un sitio a otro. De igual forma, una embarcación alcanza-
da por las ondulaciones del agua del mar (si no hay corrientes) se limita a oscilar subiendo y ba-
jando pero no se desplaza en la dirección de la ola.

Conviene distinguir entre la velocidad V a la que viaja el pulso de onda y la velocidad (v) con
que se mueve cada uno de los puntos materiales de la cuerda cuando es alcanzado por este y se
desplaza de su posición de equilibrio. La velocidad V con que avanza la perturbación deberá ser
la misma mientras la situación con la que se encuentre dicha perturbación sea también la misma.
Por tanto, en un medio homogéneo la velocidad de la perturbación ha de ser constante. Ello ex-
plica, por ejemplo, que el hecho de sacudir más fuerte o más rápidamente el extremo libre de una
cuerda, no haga que el pulso de onda generado se mueva más rápidamente (como podemos com-
probar).

Dad algún argumento cualitativo que explique por qué el sonido se propaga más rápido en los
sólidos que en el aire.

Dado que el pulso viaja gracias a las fuerzas elásticas que ligan entre sí a las partículas del medio,
cabe esperar que, cuanto más intensas sean dichas fuerzas, tanto más rápidamente se transmitirá
la perturbación de unos puntos a otros del medio.

Un pulso de onda sonora producida en el aire es


un pulso de onda longitudinal que avanza en todas
direcciones en forma de superficie esférica. Dicho
pulso consiste en una compresión o zona en la que
se agolpan moléculas de los gases que forman el
aire (aumentando la presión). La compresión pro-
ducida tiene su centro en el foco y se aleja de él en
todas direcciones a unos 340 m/s, (si el aire tiene
las mismas propiedades en todos sus puntos).

¿Por qué el sonido en el aire no puede ser una onda transversal?

El aire es una mezcla de gases; las moléculas de los mismos están sueltas, sin fuerzas de cohesión
que las mantengan unidas unas a otras. Por ello en los gases no son posibles ondas transversales.
La perturbación se propagará en la misma dirección en la que unas moléculas chocan con sus
vecinas. El efecto es parecido a lo que ocurre cuando disponemos una serie de péndulos en fila de

88
3. Movimiento ondulatorio

forma que las bolas queden unas al lado de otras pero sin tocarse. Si separamos la de un extremo
en la misma dirección que se encuentran las restantes y la soltamos veremos una compresión
(pulso de onda) que parece viajar de izquierda a derecha (pulso de onda longitudinal). En cambio,
si la separación de la primera bola se realiza en dirección perpendicular a las restantes, al no estar
ligadas, no se produce ningún pulso de onda y la única oscilación posible es la de esa bola.

a) b)

c) d)

Algo similar ocurre con la propagación de una onda en el interior de un líquido ya que las fuer-
zas existentes entre las partículas características de una sustancia en estado líquido no son lo bas-
tante intensas como para permitirles vibrar respecto a una posición central relativamente fija en
una dirección perpendicular a la dirección en que se propaga la perturbación. Por tanto, las ondas
transversales no se propagan por el interior de los fluidos (gases o líquidos) y sí lo hacen las lon-
gitudinales (que se pueden propagar tanto en medios sólidos como en fluidos).

Se denomina frente de onda al conjunto de puntos de un medio que son alcanzados por la per-
turbación en un mismo instante. Todos esos puntos se encuentran en un mismo estado de vibra-
ción. En el caso de una onda sonora en el aire, el frente de onda tiene forma de superficie esféri-
ca, porque al producirse una detonación en un punto, las moléculas de esa zona chocan con todas
las que las rodean y éstas a su vez con las vecinas produciendo una onda de presión que se aleja
del foco en todas direcciones.

¿Cómo podemos generar una onda continua en lugar de un solo pulso de onda?

Tendremos que conseguir que el foco vibre de forma continua en torno a su posición de equilibrio
y que esa vibración se transmita a los puntos vecinos del medio elástico en el que se encuentre el
foco, que a su vez se pondrán también a vibrar transmitiendo esa vibración a otros puntos próxi-
mos a ellos y así sucesivamente.

De acuerdo con lo anterior, una onda mecánica continua está relacionada con la vibración de un
punto llamado foco y con la transmisión de esa vibración a otros puntos del medio que actúan así
como nuevos focos. Si el medio es elástico e introducimos una vibración que sea un movimiento
armónico simple, al avanzar la perturbación las partículas de dicho medio vibrarán también con
movimiento armónico simple. A este tipo de ondas se las denomina ondas armónicas. En ade-
lante nos ocuparemos únicamente de este tipo de ondas.

89
3. Movimiento ondulatorio

1.2. Magnitudes características de una onda armónica

Hemos visto que una onda continua armónica, tiene su origen en una perturbación producida en
un foco que vibra con movimiento armónico simple. Al ser el medio elástico, el tipo de vibración
que tenga el foco será también el que tendrá cada uno de los puntos del medio, que cuando sean
alcanzados por la perturbación, también se pondrán a vibrar con movimiento armónico simple (de
la misma frecuencia que el foco) transmitiendo esta vibración a sus vecinos y así, sucesivamente.

En la figura siguiente se ha representado una onda transversal y una longitudinal producidas en


un resorte elástico. Es como si se hubiese hecho una fotografía de cada uno en un cierto instante
(mientras que en ellos se está dando un movimiento ondulatorio). En la onda transversal vemos
que se producen una serie de "crestas" y de "valles" alternativamente. En el caso de la onda longi-
tudinal lo que se propaga son una serie sucesiva de compresiones y dilataciones o "enrarecimien-
tos". Las compresiones se pueden asimilar a las crestas y los enrarecimientos a los valles. Si ana-
lizáramos la evolución de la forma de los muelles con el tiempo veríamos como, en cualquier
punto del muelle, las crestas y los valles se irían alternando regularmente y lo mismo ocurriría
con las compresiones y los enrarecimientos.

cresta Longitud de onda

valle

Longitud de onda
expansión compresión

En las ondas de la figura anterior el frente de onda es puntual, es decir, en cada instante solo entra
en vibración un punto del medio. No obstante existen otros tipos de frente de onda como, por
ejemplo, los de las ondas que se producen en la superficie de un líquido (como el agua de un es-
tanque) al hacer vibrar un punto del mismo de forma continuada, que son circulares y concéntri-
cos y que parecen ir extendiéndose, o los frentes de las ondas sonoras en el aire que tienen, como
ya hemos visto, forma esférica, etc.

En el esquema siguiente se ha representado (a la izquierda) un corte transversal de parte de la


superficie de un estanque en distintos instantes. A la derecha de cada uno está lo que se vería
desde arriba (a vista de pájaro): una serie de crestas y valles sucesivos que se van alternando cada
cierto tiempo. Hemos representado el foco u origen de la onda por un punto vibrante y, para sim-
plificar, sólo se ha dibujado un pequeño trozo de los frentes de onda originados hacia la derecha
del foco1.

1
Se han seleccionado, como es habitual, aquellos frentes de onda correspondientes a los máximos (centro de las
crestas) y los mínimos (centro de los valles) usando trazos continuos y discontinuos respectivamente.

90
3. Movimiento ondulatorio

El foco (y posteriormente otros puntos vecinos conforme se vaya propagando la onda) tiene un
movimiento vibratorio armónico simple. En la figura podemos ver que cuando el foco ha realiza-
do una vibración completa el primer valle se ha convertido en una cresta y de nuevo en valle
mientras que la primera cresta se ha convertido en valle y luego otra vez en cresta. Visualmente
da la sensación de que en ese tiempo (periodo T) el foco ha emitido un valle y una cresta que
avanzan radialmente por la superficie del agua en todas direcciones dando lugar a frentes de onda
circulares cuyo radio va aumentando 2.

Corte transversal de la zona en la que se produce Representación de lo que se vería a vista de pájaro
la perturbación, en diferentes instantes sobre la superficie del estanque

A la vista de las figuras anteriores, enumerad qué posibles magnitudes serían necesarias para
estudiar y caracterizar un movimiento ondulatorio.

Parece razonable pensar que dichas magnitudes serán las propias del movimiento armónico sim-
ple, junto con otras relativas a la propagación de la perturbación por el medio. Concretamente:

El tiempo que tarda cualquier punto del medio (alcanzado por la perturbación) en realizar una
vibración completa, se le denomina periodo "T" y se mide en segundos.

Al numero de vibraciones completas que un punto dado del medio realiza cada segundo, se le
denomina frecuencia "f" y se mide en hertzios (Hz).

Tal y como han sido definidos, el periodo y la frecuencia son magnitudes inversamente propor-
cionales. En efecto, si nos dicen, por ejemplo, que una onda (mecánica) tiene una frecuencia de
100 Hz, significa que un punto dado del medio (alcanzado por la perturbación) realizará 100 osci-
laciones completas cada segundo y, por tanto, que el tiempo que tarda en realizar una sola oscila-
ción será de 0,01 s. Así pues: T = 1/f

En general a la perturbación o distancia que se desplaza un punto del medio respecto de su posi-
ción de equilibrio la designaremos por "x" (aunque también se usan otros símbolos). Al valor
máximo de la perturbación producida en un punto del medio, se le llama amplitud y se represen-
ta por A. En los ejemplos anteriores podemos ver que cada punto del medio (muelle o agua del
estanque) cuando es alcanzado por la perturbación oscila de forma que su distancia x (elonga-

2
En la superficie del agua existe una fuerza llamada tensión superficial que permite que el movimiento periódico de
las partículas en dicha superficie sea una combinación de movimiento vibratorio transversal y longitudinal, aunque
nosotros, para simplificar, sólo nos hemos referido al transversal.
91
3. Movimiento ondulatorio

ción) a su posición ordinaria o de equilibrio cambia entre los valores extremos A y -A. En el caso
de una ola (onda superficial) "A" correspondería a su altura máxima.

La longitud que avanza la onda en un tiempo T se denomina longitud de onda y se representa


mediante la letra griega  (lambda) midiéndose en metros. También podemos decir que es la dis-
tancia existente entre los centros de dos crestas contiguas (o entre los centros de dos valles conti-
guos).

Otra magnitud de interés es la velocidad V con que se propaga la onda por el medio (distinta,
como ya hemos señalado) de la velocidad v con que vibra una partícula del medio cuando es al-
canzada por la onda. Dado que V es constante para una onda dada que se propaga en un medio
determinado (homogéneo), tendremos que V = e/t = /T o bien, lo que es equivalente: V=·f .

En el movimiento ondulatorio nos encontramos pues con una doble periodicidad. Por un lado, la
posición x de cada punto del medio que vibra (respecto de su posición central o de equilibrio) se
repite a intervalos regulares de tiempo (periodo T de oscilación) variando entre dos valores ex-
tremos A y -A. Por otro, en un determinado instante, cada cierta distancia regular (longitud de
onda) se repite el estado de movimiento de los distintos puntos del medio. Se dice que el movi-
miento ondulatorio es doblemente periódico (en el tiempo y en el espacio).

Fotografía del medio en un cierto instante Representación de las posiciones de un


x
x punto dado del medio, en función del tiempo

A  A

-A d T/4 3T/4 T t
-A

Periodicidad en el espacio. Longitud de onda : A Periodicidad en el tiempo. Periodo T: En dos ins-


distancia  de un punto, nos encontramos con otro en tantes que se diferencian en T, el punto se halla en
idéntico estado de movimiento (igual posición, veloci- idéntico estado de vibración (igual posición, veloci-
dad y aceleración respecto al centro de vibración) dad y aceleración respecto al centro de vibración)

Resumiendo lo visto hasta aquí, podemos pensar que el movimiento ondulatorio continuo se debe
a las vibraciones que se producen regularmente en un punto dado (foco) de un medio elástico. La
perturbación originada por dichas vibraciones, debido a la elasticidad del medio se transmite a las
partículas vecinas y de éstas a otras y así sucesivamente, sin que haya un transporte neto de mate-
ria. Es como si cada partícula del medio, alcanzada por la perturbación, se convirtiera en un nue-
vo foco (foco secundario). La energía y la cantidad de movimiento que transporta un frente de
onda se hallan repartidas homogéneamente por todo el mismo y la velocidad de propagación de la
onda sólo depende del medio (de su naturaleza y propiedades).

En el estudio que hemos realizado sobre el movimiento armónico simple en el tema anterior,
hemos aprendido a determinar las ecuaciones del movimiento de un punto que vibre con ese tipo
de movimiento. Ahora se trata de obtener la posición "x" (o valor de la perturbación) de una
partícula de un medio por el que se propaga una onda armónica, en cualquier instante (ecuación
del movimiento ondulatorio).

92
3. Movimiento ondulatorio

1.3. Ecuación del movimiento ondulatorio para una onda armónica unidimensional

Es la ecuación que nos permite conocer la elongación “x” de un punto cualquiera del medio en
cualquier instante. Para obtenerla realizaremos la simplificación de considerar que la amplitud
permanece constante al avanzar en el medio.

La ecuación de la elongación del foco en cualquier instante vendrá dada en general por:

 2 
xF = Asen (wt + 0) o las equivalentes: xF = A sen   t   0  o bien xF = A sen (2·f·t + 0)
T 

Recordemos que 0 se denomina fase inicial. En el caso de que en el instante t=0 comenzase a
vibrar el foco, el valor de 0 sería 0. Si no es así, al sustituir en la ecuación anterior 0 por su va-
lor, obtendremos la posición del foco en el instante t=0.

Si consideramos el foco como origen, todos los puntos del medio por el que se propaga la onda
irán adquiriendo el mismo tipo de movimiento con cierto retraso a medida que vaya llegando a
ellos la perturbación.

Proponed una ecuación para la elongación x de un punto "P" del medio en cualquier instante
t (situado a una distancia "d" del foco) al que le llega la onda un tiempo t' después de haber sido
"emitida" por el foco. Considerar t como el tiempo transcurrido desde que el foco comenzó a
vibrar a partir de su posición de equilibrio.

X
A

F P
(d)
-A

Si la perturbación emplea un tiempo t' en alcanzar al punto P desde que fue emitida por el foco (al
que situamos en el origen de distancias), en el instante t (mayor que t'), dicho punto P habrá esta-
do vibrando durante un tiempo: t - t'. Por tanto, para ese punto:

 2 
x = A sen w (t - t') + 0 ; o lo que es equivalente: : x = A sen   (t  t ' )  0 
T 

Transformad la ecuación anterior expresando el tiempo t' o retraso con que comienza a vibrar
el punto P respecto al foco, en función de la velocidad V con que se propaga la onda y la distan-
cia "d" a la que se encuentra P del origen (situado en el foco).

Como sabemos, la velocidad de propagación de la onda por un medio dado es constante. En este
caso, podemos expresar dicha velocidad como: V = d/t' con lo que t' = d/V y sustituyendo:

 2  d 
x = A sen w (t - d/V) + 0 ; o lo que es equivalente: x = A sen    t     0 
T  V 
93
3. Movimiento ondulatorio

Si introducimos T dentro del paréntesis y tenemos en cuenta que, como ya hemos visto anterior-
mente,  = VT, podemos escribir la última ecuación obtenida como:

 t d 
x  Asen 2     0 
 T   

que en adelante será, para nosotros, la ecuación básica del movimiento ondulatorio correspon-
diente a una onda unidimensional y armónica en la que el origen de distancias está situado en el
foco. El valor de la perturbación (elongación) en un punto cualquiera "P" del medio, dependerá
de lo que valga 2(t/T-d/)+0, que recibe el nombre de "fase" y se representa por .

Conviene tener en cuenta que la ecuación anterior, al igual que ocurría con la del movimiento
armónico simple, puede expresarse de formas muy diferentes. Así, es frecuente que en lugar de la
función seno aparezca el coseno. También que en lugar de "x" se utilicen otros símbolos como,
por ejemplo, "y", "", etc. En esos casos, a veces, en lugar de "d" se utiliza "x" para indicar que
la perturbación se propaga a lo largo del eje X. Puede ocurrir que la fase inicial 0 sea nula, etc.
Es habitual, por ejemplo, que para indicar una onda unidimensional transversal que se propaga a
lo largo del eje x, se utilice la ecuación:

  t x 
y  A sen 2      0  y si es longitudinal se sustituya "y" por .
 T   

Otra de las formas habituales que puede adoptar la ecuación de una onda unidimensional armóni-
ca es:
x = A sen  (wt - kd) + 0

en la que, como ya sabemos w = 2/T. La constante k que aparece en la ecuación, se llama


"número de onda" y vale 2/. Representa el número de longitudes de onda (expresada en me-
tros) que habría en una longitud de 2 metros.

Sabiendo que la función de una onda viene dada en metros y el resto de magnitudes en unida-
des internacionales. Determinad las características de los movimientos ondulatorios cuyas ecua-
ciones de propagación son:

a)  = 2 sen 2 (t/0’01- x/30)


b) x = 0’03 sen 2 (60t -2d)
c) y = sen 2 (t/2 + x/20)
d) y = 0’01 sen (x - t/2)

Cada onda está caracterizada por unos valores de A (amplitud), T (periodo),  (longitud de onda)
y 0 (fase inicial), no siendo necesario explicitar los valores de la frecuencia f ni de la velocidad
de propagación de la onda V, puesto que están relacionados con los anteriores mediante las ex-
presiones f = 1/T y V = /T.

¿Como deberíamos proceder si lo que conocemos es la ecuación de propagación y queremos


determinar los valores de las magnitudes características?

94
3. Movimiento ondulatorio

Es razonable pensar, que tendremos que comparar la ecuación dato con la expresión general e
identificar los coeficientes.

a)  = 2 sen 2 (t/0’01- x/30). Identificando coeficientes tenemos:

A = 2 m (ya que  va en m y la función sen no tiene unidades).


T = 0’01 s (porque t va en segundos y el ángulo debe ir en radianes).
 = 30 m (porque x va en m y el ángulo debe ir en radianes).
0 = 0 (en la ecuación no figura ninguna fase inicial).

Se trata de una onda longitudinal que se desplaza según Ox +. Sus magnitudes características son
A = 2m, T = 0’01 s,  = 30 m, 0 = 0. Se propaga con V = /T = 3000 m/s, siendo su frecuencia
f = 1/T = 100 Hz .

b) x = 0’03 sen 2 (60t -2d).

Se trata de una onda que se desplaza en una cierta dirección. Identificando coeficientes:

A = 0’03 m; 1/T= 60  T= 1/60 s; 1/ = 2   = 0’5 m; 0 = 0. Por otra parte: V =/T = 30 m/s
y f = 1/T = 60 Hz.
 t d 
Otra posibilidad es poner la ecuación en la forma x = 0'03 sen 2    e identificar los
 1 /60 1 /2 
coeficientes directamente.

c) y = sen 2 (t/2 + x/20).

Esta expresión presenta una novedad respecto de las anteriores y es que la x lleva signo positivo.
Cuando suceda esto, significa que el foco no se encuentra en el origen de coordenadas O y que la
-
perturbación se propaga según Ox . Ello supone que el punto O comenzará a vibrar después que
otro punto P de mayor valor de "x", tal y como se indica en la figura:
y

P F
O x X+

La ecuación para el punto O será: yO = A sen 2 f t, siendo t el tiempo que está vibrando O

Si la perturbación emplea un tiempo t' en llegar desde P hasta O, tendremos que la ecuación para
el punto P vendrá dada por:

yP = A sen 2 f (t + t') ya que (t + t') será el tiempo que está vibrando el punto P puesto que cuan-
do O comienza a vibrar, P ya hace t' segundos que lo está haciendo.

Dado que t' = x/V, sustituyendo en la ecuación que describe la elongación en P, tendremos:

  t x 
yP = A sen 2 f (t + x/V) o lo que es equivalente: yP = A sen 2   
  T  
95
3. Movimiento ondulatorio

Así pues concluimos que se trata de una onda transversal que se propaga en el eje X en sentido
negativo. Identificando coeficientes: A = 1 m, T = 2 s, f = 0’5 Hz y 0 = 0. Además es fácil ob-
tener que  = 20 m y V = 10 m/s,

d) y = 0’01sen (x - t/2)

Se trata de una onda transversal que viaja en el sentido positivo del eje X, en la que observamos
que en la fase figuran cambiadas de signo la x y la t. Si consideramos las relación trigonométrica
sen  = sen (- +), veremos que la ecuación anterior puede expresarse como:

 t  
y  0'01sen   x    
 2  

La expresión anterior se puede escribir de forma coincidente con la general como:

  t x  
y  0'01 sen 2       con la que resulta muy sencillo identificar coeficientes:
  4 2  

A = 0’01 m, T = 4 s,  = 2 m y 0 =  rad. Además f = 1/4 Hz y V = 0’5 m/s.

La ecuación de propagación de una onda plana armónica según el eje X viene dada por la
expresión  =3’5 sen (0’3x -  t + 0’2) mm (si "t" se expresa en s y "x" en m. Expresad de tan-
tas formas como sepáis la ecuación de este movimiento y señalad cuáles son sus características.

  t x 
Anteriormente hemos visto que la ecuación   Asen 2      0 
 T  

nos sirve para representar una onda armónica unidimensional que se propaga en un medio elásti-
co. La ecuación que se nos da en el enunciado no presenta la misma forma. No obstante no se
trata de un error ya que una ecuación de este tipo puede ser expresada mediante otras formas dis-
tintas pero todas ellas equivalentes. Para comprobarlo, vamos a escribir la ecuación del enuncia-
do de tres formas diferentes haciendo uso de las conocidas relaciones trigonométricas:

a) sen  = sen ( - )
b) sen  = cos (/2- )
c) cos  = cos (-)

Aplicando las relaciones anteriores la ecuación que se nos da en el enunciado de este ejercicio,
 = 3’5sen (0’3x- t + 0’2), se puede expresar de tres formas distintas:

a)  = 3’5sen (t- 0’3x - 0’2+) = 3' 5sen t  0' 3x  (  0' 2)
b)  = 3’5cos (-0’3x+ t - 0’2 + /2) = 3'5cos t  0'3x  ( / 2  0'2)
c)  = 3'5 cos  t  0'3x  ( / 2  0'2) = 3'5cos 0'3x   t  (0'2   / 2)

Si consideramos la primera de ellas, veremos que se presenta en la forma en que habitualmente


  t x 
trabajamos: x  Asen 2      0 
 T  
96
3. Movimiento ondulatorio

En efecto, x = 3' 5sen t  0' 3x  (  0' 2) y comparando con la ecuación general:

A = 3’5 mm; 2/T=  T= 2 s f = 0’5 Hz; 2/ =0’3  =20’9 m; V = /T = 10’5 m/s

En cuanto a la fase inicial, 0 =  - 0’2 = 2’9 rad. Se trata pues de una onda armónica monodi-
mensional que se desplaza según Ox+ con una amplitud de 3’5 mm, una frecuencia de 0’5 Hz y
una longitud de onda de 20’9 m, a una velocidad de 10’5 m/s.

Dada una onda armónica plana de amplitud A = 0’2 m y frecuencia f = 0’5 Hz que se propa-
ga con rapidez V = 0’25 m/s en un medio dado, se pide:
a) Ecuación de la perturbación  en un punto P situado en x = 3 m del foco sabiendo que el
cronómetro se puso en marcha al iniciarse la perturbación en el foco.
b) Valor de la perturbación en P en los instantes 5, 13 y 15’5 (todos ellos en segundos).

t 
Rdo. a)  P  0' 2sen2   6 ; b) Para t =5 s: P = 0, para t = 13 s: P=0, para t =15'5 s: P= - 0’2 m.
2 

1.3.1. Doble periodicidad del movimiento ondulatorio

Como ya vimos anteriormente, el movimiento ondulatorio es periódico en el tiempo y en el espa-


cio. Si la ecuación que hemos deducido es correcta, en ella debe quedar contemplada esa doble
periodicidad.

En efecto, en la ecuación del movimiento ondulatorio vemos que aparecen dos variables: el tiem-
po "t" y la distancia "d". Si se mantiene fija la distancia d, es decir, si se considera un punto de-
terminado del medio, la ecuación nos indicará cómo varía la posición de ese punto con el tiempo
(como si se grabara un vídeo del movimiento de ese punto y luego lo pasáramos). Si se mantiene
fijo "t", la ecuación proporcionará la posición, en un instante dado, de cualquier punto del medio
por el que se está propagando la onda (como si se tomara una foto de todo el medio).

Comprobad que la ecuación obtenida para el movimiento ondulatorio contempla la periodicidad


en el tiempo, es decir, que los estados de vibración para un punto dado del medio se repiten a
intervalos regulares de tiempo. Para facilitar los cálculos suponed que 0 = 0.

Para comprobar la periodicidad en el tiempo, nos situamos en un punto, a una distancia dada "d"
del origen (que fijamos en el foco) y consideramos el valor de la perturbación en un instante t 1:

t d
x1  A sen 2  1  
T  

Para que en un instante posterior t2, el punto se encuentre en el mismo estado de vibración (x 2 =
x1) será necesario que:

t d   t1 d  t d  t d
sen 2  2   = sen 2    lo que exige que: 2  2   - 2  1   = n2
T   T   T   T  

siendo n = 1, 2, 3...

La diferencia anterior se puede simplificar hasta llegar finalmente a t2 - t1 = n T


97
3. Movimiento ondulatorio

El resultado final anterior nos indica que el estado de vibración de un punto dado del medio se
repetirá cada intervalo de tiempo mínimo de T (periodo), o lo que es equivalente: Un punto dado
del medio volverá a encontrarse en el mismo estado de vibración cuando transcurra un tiempo
que sea un número entero de veces el periodo. Al mismo resultado se llega si 0  0.

Siguiendo un procedimiento análogo al anterior, comprobad que la ecuación del movimiento


ondulatorio contempla la periodicidad en el espacio, es decir, que para un instante dado t, los
estados de vibración (o valores de la perturbación) de distintos puntos coinciden cada cierto
intervalo de distancia entre ellos.

Para comprobar la periodicidad en el espacio consideraremos la ecuación del movimiento ondula-


torio para dos puntos distintos del medio situados a una distancia d1 y d2 del foco (tomado como
origen), de forma que d2 d1, con lo que en un instante dado t:

t d  t d 
x1  A sen 2   1  y x2  A sen 2   2 
T   T  

t d  t d 
Para que x1 = x2 se deberá cumplir que sen 2   1  = sen 2   2  lo que exige que:
T   T  

t d  t d 
2   1  - 2   2  = n · 2 siendo n = 1, 2, 3...
T   T  

La diferencia anterior se puede simplificar hasta llegar finalmente a d2 - d1 = n 

El resultado final anterior nos indica que existe una distancia mínima igual a  que representa la
menor separación entre dos puntos del medio que se encuentran en idéntico estado de vibración
en un instante dado. En otras palabras: entre dos puntos del medio que se encuentren en idéntico
estado de vibración en un instante dado, debe existir una distancia igual a un número entero de
veces la longitud de la onda. Al mismo resultado se llega si 0  0.

1.3.2. Diferencia de fase entre dos puntos: Concordancia de fase y oposición de fase

 t d 
En la ecuación del movimiento ondulatorio x  A sen 2      0  se denomina fase y se
 T   
t d
suele representar por  a: 2      0 de modo que podemos escribir abreviadamente:
T  
x = A sen 

Vamos a determinar la diferencia entre las fases de dos puntos (1) y (2) del medio en un mismo
instante “t”.

Foco (1) (2)

 t d    t d   2
 1   2  2   1    0   2   2    0   (d 2  d 1 )
 T     T    

98
3. Movimiento ondulatorio

Si dos puntos del medio por el que se desplaza la onda se encuentran vibrando de forma que, en
cualquier instante, su elongación es la misma, se dice que están en concordancia de fase o sim-
plemente en fase. Si, por el contrario las elongaciones tienen el mismo valor pero con signo cam-
biado (cuando uno se encuentra, por ejemplo, en A, el otro se halla en -A) se dice que están en
oposición de fase.

Considerad la ecuación del movimiento ondulatorio y deducid a partir de ella cuál debe ser la
diferencia de distancias entre dos puntos del medio por los que pasa una onda para que éstos se
encuentren en concordancia de fase.

Si el estado de vibración de ambos puntos es idéntico, se deberá cumplir que en cualquier instan-
te: x1 = x2, lo que exige que: sen 1 = sen 2 . Esto se cumplirá siempre que la diferencia entre
las fases sea igual a un número entero de veces 2 radianes, es decir: 1 - 2 = n 2

2
Sustituyendo en la expresión anterior: (d 2  d 1 ) = n 2

Operando obtenemos que la diferencia de distancias ha de ser igual a un número entero de longi-
tudes de onda, es decir:
d2 - d1 = n .

Ésta será, pues, la condición para que dos puntos se encuentren en concordancia de fase. Al mis-
mo resultado podríamos haber llegado de forma cualitativa, simplemente analizando la figura
correspondiente a la periodicidad en el espacio de un movimiento ondulatorio. En ella se puede
ver que la distancia entre dos puntos cualesquiera que se encuentren en idéntico estado de vibra-
ción (mismo valor de x y moviéndose en el mismo sentido), ha de ser un múltiplo entero de .

Considerad la ecuación del movimiento ondulatorio y deducid a partir de ella cual debe ser la
diferencia de distancias entre dos puntos del medio por los que pasa una onda para que éstos se
encuentren en oposición de fase.

Si el estado de vibración de ambos puntos es opuesto, se deberá cumplir que en cualquier instan-
te: x1 = -x2, lo que exige que: sen 1 = - sen 2. Esto ocurrirá siempre que la diferencia entre las
fases sea igual a un número impar de veces  radianes, es decir: 1 - 2 = (2n+1)

2
Sustituyendo de nuevo en la expresión de la diferencia de fases: (d 2  d 1 ) = (2n+1)

Operando obtenemos que la diferencia de distancias ha de ser igual a un número impar de veces
la semilongitud de onda, es decir:

d 2  d1  (2n  1) 
2

Ésta será, pues, la condición para que dos puntos se encuentren en oposición de fase. Al mismo
resultado podríamos haber llegado de forma cualitativa analizando la figura correspondiente a la
periodicidad en el espacio de un movimiento ondulatorio. En ella se puede ver fácilmente que la
distancia entre dos puntos cualesquiera que se encuentren estados de vibración opuestos ha de ser
igual a un número impar de semilongitudes de onda.
99
3. Movimiento ondulatorio

Determinad la diferencia de fase que habrá en un mismo instante entre dos puntos de un me-
dio por el que se propaga una onda, sabiendo que se encuentran a 10 m y de 16 m del foco y que
la velocidad de propagación de la onda es de 300 m/s y su periodo T = 0'04 s. Rdo.  rad

El modelo de movimiento ondulatorio que hemos elaborado, nos ha permitido obtener una ecua-
ción para dicho movimiento con la que podemos calcular el valor de la elongación x que tendrá
un punto cualquiera de un medio elástico por el que se desplaza una onda monodimensional y
armónica.

Esto, evidentemente, no es siempre así. El sonido, por ejemplo, se propaga en el aire mediante
frentes de onda en forma de superficies esféricas con centro en el foco y la perturbación no se
mide mediante la elongación sino mediante el valor de una presión. Además, la amplitud (valor
máximo de la presión), en este caso va disminuyendo con la distancia al foco. Análogamente ocu-
rre con las ondas electromagnéticas en las que la perturbación que se propaga es un campo eléc-
 
trico y uno magnético, cuyas intensidades ( E y B respectivamente) se pueden representar me-
diante vectores perpendiculares entre sí que cambian con el tiempo. Por otro lado, en general, los
medios materiales no son perfectamente elásticos y una parte de la energía que transporta una
onda se queda en el medio (absorción). En cursos superiores se estudiarán todos estos fenómenos
con más detalle.

2. PROPIEDADES DE LAS ONDAS

El modelo que hemos elaborado para el movimiento ondulatorio proporciona una primera expli-
cación acerca de cómo se produce y cómo se propaga una onda en un medio. No obstante, la va-
lidez del modelo aumentará si mediante el mismo somos capaces de realizar predicciones que
luego se pueden confirmar experimentalmente, o bien explicar satisfactoriamente determinados
fenómenos y propiedades características de las ondas.

2.1. Energía transmitida por una onda. Amortiguación

Sabemos que las ondas transmiten energía de un punto a otro del medio por el que se propagan.
Esa energía pasa de una partícula a otra del medio y si éste se considera perfectamente elástico, la
energía de cada frente de onda debe ser la misma.

Supongamos una embarcación que se encuentra en medio del mar sometida a la acción de las olas
(ondas superficiales y planas en un líquido). La embarcación se mueve oscilando arriba y abajo
debido a la energía que transportan las olas, parte de la cual es comunicada a la embarcación.

¿De qué factores dependerá la energía que recibe la embarcación en un tiempo determinado?

En principio podemos pensar que dependerá no sólo de la altura de las olas que le lleguen (ampli-
tud A) sino también del número de olas que reciba por unidad de tiempo (frecuencia f), de modo
que cuanto mayor sea la amplitud y mayor sea la frecuencia, mayor será también la energía.

Veremos a continuación que esta hipótesis es una consecuencia del modelo elaborado para expli-
car el movimiento ondulatorio.

Considerad el caso de una onda que se propaga por un medio elástico y tratad de expresar la
energía de una de las partículas del medio en función de la frecuencia y de la amplitud.

100
3. Movimiento ondulatorio

Supongamos una onda (longitudinal o transversal) unidimensional que se propaga por un medio
perfectamente elástico. Como las partículas del medio tienen en ese caso un movimiento armóni-
co simple, la energía de una de ellas (de masa m i) en cualquier instante se podrá evaluar (según
vimos en el tema anterior) como la suma de la energía que tenga en virtud de su movimiento
(energía cinética) y de la que tenga en virtud de su posición por estar sometida a la acción de una
fuerza elástica (energía potencial elástica). Por tanto:

1 1 1 1
Ei = mi vi2  mi Cx 2 = mi vi20  mi CA 2
2 2 2 2

Considerando la última de las expresiones anteriores y expresando C en función de la frecuencia


2
de la onda, si utilizamos la relación general ya vista en el tema anterior de T = y sustitui-
C
mos T por 1/f, nos queda: Ei = 22mi · f2 A2

La energía que se está propagando en un medio dado se obtendrá sumando las E i correspondien-
tes a todos los puntos que estén vibrando.

Cada frente de onda podemos considerar que está formado por un número “n” muy grande de
partículas muy próximas unas a otras. Como todas ellas vibran con la misma frecuencia y la
misma amplitud, podemos pensar que la energía que transporta el frente de ondas será:

E = (22 m) f2A2

En la expresión anterior, m representará la masa total de partículas existente en el frente de ondas


considerado (m = m1 + m2 + .... mn ). Este resultado nos muestra que la energía que transporta
una onda, según el modelo de movimiento ondulatorio que estamos manejando, deberá ser di-
rectamente proporcional a los cuadrados de la frecuencia y de la amplitud de dicha onda.
Esta predicción ha quedado plenamente confirmada experimentalmente.

Ordenad de mayor a menor la energía que transportan las ondas representadas en cada una
de las figuras siguientes, explicando el criterio utilizado en cada caso. En todos los casos se tra-
ta de una onda transversal que se propaga por una misma cuerda con una cierta velocidad.

a) P P P

b) .
Q
.
Q
.
Q

101
3. Movimiento ondulatorio

Un breve análisis de las dos situaciones planteadas permite darse cuenta de que en el caso a) las
tres ondas tienen igual longitud de onda y, al ser la velocidad de propagación la misma, tendrán
también la misma frecuencia (ya que V =  · f) pero su amplitud va aumentando hacia la derecha,
luego la tercera sería la onda que transporta más energía. Por el contrario, en el caso b) podemos
ver que la amplitud se mantiene constante mientras que la longitud de onda va aumentando hacia
la derecha lo que significa que la frecuencia va disminuyendo, luego la primera sería la que
transporta más energía.

Existen muchas situaciones en las que el frente de ondas, conforme nos vamos alejando del foco,
va aumentando de tamaño, abarcando cada vez a más partículas (con lo que la masa m será cada
vez mayor). Este es el caso, por ejemplo, de los frentes de onda circulares producidos en la super-
ficie del agua de un estanque o de los frentes de onda esféricos en el caso de la propagación del
sonido en el aire.

En todas esas situaciones podemos percibir que, aunque el medio sea elástico, la onda se va
amortiguando conforme se aleja del foco ¿Cómo se puede explicar este hecho?

Como la energía que transporta un frente de onda viene dada por E = (22 m) f2A2, podría pensar-
se que al ir aumentando el valor de m, aumenta también la energía transportada, pero eso está
totalmente en contra del principio de conservación de la energía. En efecto, si el medio es elástico
la energía asociada a cualquier frente de onda ha de ser la misma (se transmite íntegramente de
unas partículas a otras) y además, lo que percibimos experimentalmente es que la onda se amorti-
gua conforme el frente está más alejado del foco y no que se refuerce.

El efecto percibido se puede explicar admitiendo que, aunque la energía asociada a cada frente de
onda ha de ser la misma, ésta se halla repartida homogéneamente por todo el frente, con lo que, si
el frente se va agrandando, dicha energía habrá de repartirse cada vez entre más partículas, por lo
que la amplitud de la onda (la frecuencia de una onda determinada está relacionada con la natura-
leza de la perturbación y, por tanto, no cambia) deberá ser cada vez más pequeña, lo que hace que
percibamos la onda con la misma frecuencia pero cada vez más atenuada conforme nos coloca-
mos en puntos más alejados del foco. Así se explica que la energía de cada frente valga igual pe-
ro, al mismo tiempo, la onda se vaya amortiguando. El razonamiento se puede operativizar si
consideramos la energía de dos frentes de onda (el 1 y el 2) tales que el segundo abarque una ex-
tensión mayor que el primero. De acuerdo con el principio de conservación de la energía:

E1 = E2 de donde: 22 m1 f2 A12 = 22 m2 f2 A22 y simplificando: m1 A12 = m2 A22

De la última expresión obtenida concluimos que como m 2  m1 debe cumplirse que A2  A1.
Además, podemos ver que si queremos averiguar qué relación existe entre las dos amplitudes
tendremos que hallar la relación existente entre las masas m 1 y m2.

Suponiendo frentes de ondas esféricos que se propagan en un medio homogéneo obtened la


relación existente entre las amplitudes A 1 y A2 y las distancias de cada uno de los frentes al foco
(situado en el centro) R1 y R2.

La densidad superficial, en cada uno de los frentes vendrá dada por:

m1 m2
1  y 2  , pero como el medio es homogéneo ambas serán iguales con lo que
4R12 4R22

102
3. Movimiento ondulatorio

m1 m2 m1 R 12 m1 A22 A 22 R 12 R A
2
= 2
, luego  2
y como  2
nos queda que: 2
 2  1  2
R1 R2 m2 R 2 m2 A1 A1 R 2 R2 A1

R1
Despejando de A2 de la última ecuación obtenida: A 2  A 1
R2

La expresión anterior nos informa de cómo va disminuyendo la amplitud de una onda cuyos fren-
tes tengan forma de superficies esféricas, conforme nos vamos alejando del foco (situado en el
centro). Por tanto, el modelo de movimiento ondulatorio explica también de forma satisfactoria el
fenómeno en el que la amplitud de una onda va disminuyendo conforme nos alejamos del foco,
ya que la misma cantidad de energía se ha de repartir entre un número cada vez mayor de partícu-
las. Esta forma de amortiguamiento recibe el nombre de atenuación.

¿Por qué una onda unidimensional armónica que se propagase por un hipotético medio per-
fectamente elástico no se atenuaría?

Al tratarse de un medio perfectamente elástico toda la energía se transmite íntegramente de unas


partes a otras. Además, como la onda es unidimensional (por ejemplo una onda que se propague
por un resorte elástico), cualquier frente de onda abarca una masa igual del medio y por tanto, la
energía que transporta siempre se reparte entre la misma masa, lo que hace que la amplitud per-
manezca constante.

Sin embargo, como ya hemos señalado, en la realidad no hay medios que sean completamente
elásticos y siempre existe, por ejemplo, algo de rozamiento y de otros factores que hacen que
parte de la energía que transporta la onda se quede en el medio por el que se propaga, con lo que
la onda se va amortiguando. Este fenómeno de amortiguación, debido a que ningún medio mate-
rial es perfectamente elástico se denomina absorción, y se presenta independientemente de que el
frente de onda se vaya o no expandiendo conforme nos alejamos del foco. En ocasiones nos in-
teresa mucho que se produzca una gran absorción, por ejemplo, cuando queremos aislar una vi-
vienda de las ondas sonoras que le llegan del exterior (contaminación acústica), para lo cual se
recubren las paredes de materiales muy absorbentes del sonido.

2.2. Intensidad de una onda en un punto del medio por el que se propaga. Absorción

Cuando el foco de un movimiento ondulatorio entra en vibración emite al medio que le rodea una
cierta cantidad de energía por unidad de tiempo. A dicha magnitud se le denomina potencia de
emisión y se representa por "P". Como es lógico, en unidades internacionales dicha potencia se
mide en vatios (W).

En muchos casos la cantidad de energía que emite el foco se va distribuyendo en zonas cada vez
más amplias conforme avanza el frente de onda por lo que la cantidad de energía que llegaría a un
punto dado del espacio por unidad de tiempo sería, en estos casos, menor cuanto más alejado se
encontrase dicho punto del foco. Para cuantificar este efecto se introduce una nueva magnitud
llamada intensidad.

La intensidad I de una onda en un punto se define como la cantidad de energía que atraviesa cada
segundo una superficie unidad colocada perpendicularmente a la dirección de propagación de la
onda y con centro en dicho punto.

La intensidad de una onda en un punto será también directamente proporcional a f 2 y A2.


103
3. Movimiento ondulatorio

Para simplificar nos centraremos en el caso de una onda esférica que se propaga por un medio
homogéneo e isótropo y supondremos que el foco emite siempre con la misma potencia. En ese
caso, podemos escribir que:

P
I  siendo R la distancia al foco desde el punto considerado. I se medirá en W/m 2
4 R 2

De acuerdo con la ecuación anterior, vemos que si P es constante, la intensidad disminuirá con el
cuadrado de la distancia al foco.

Deducid (para el caso que estamos analizando) la relación que existirá entre las intensidades I 1
e I2 de una onda en dos puntos situados respectivamente a distancias R1 y R2 del foco emisor.

I 2 R12
Rdo. 
I1 R22

El resultado de la actividad anterior nos va a permitir conocer la relación entre la intensidad y la


amplitud para el caso de una onda esférica. En efecto, como ya sabemos, para una onda esférica
se cumple que:

A 2 R1 I 2 A 22
 y teniendo en cuenta el resultado anterior se obtiene fácilmente: 
A1 R 2 I1 A12

Un foco sonoro emite con una potencia de 20 W. Calculad la intensidad en dos puntos situa-
dos a 10 m y a 20 m de él. ¿Cuál será la relación entre las amplitudes? (Suponed que la amorti-
guación se debe sólo a la atenuación). Rdo. I1 = 0'016 W/m2; I2 = 0'004 W/m2; A1 = 2A2.

¿Qué ocurrirá con la intensidad y la amplitud en el caso de ondas planas?

Si los distintos frentes de onda son planos, la energía se reparte en áreas siempre iguales ya que
los frentes de onda no se van extendiendo conforme nos alejamos del foco. Por tanto, si el medio
es perfectamente elástico, la intensidad de la onda será la misma en cada punto del medio sin im-
portar lo lejos que se encuentre del foco y, por tanto, lo mismo ocurrirá con la amplitud.

En la figura (a) se ha representado una onda plana. Los planos representan frentes de onda espa-
ciados en una longitud de onda. La onda es unidimensional porque propaga energía en una sola
dirección, que es la indicada por los rayos (líneas imaginarias perpendiculares a los frentes de
onda). En este caso la intensidad y amplitud en cada frente toman los mismos valores.

104
3. Movimiento ondulatorio

En la figura (b) se ha representado una onda esférica (para simplificar sólo hemos dibujado trozos
de distintos frentes de onda). La distancia entre dos de dichos frentes consecutivos también es la
longitud de la onda. Sin embargo aquí la onda es tridimensional y tanto la intensidad como la
amplitud van disminuyendo conforme nos alejamos del foco.

Sin embargo, aunque una onda no sufra atenuación, sabemos que los medios no son perfectamen-
te elásticos y que debido a rozamientos, viscosidad y otros factores, la intensidad en realidad irá
disminuyendo porque parte de la energía emitida por el foco será absorbida por el medio. Así
pues, en realidad, una onda plana también se amortigua cuando atraviesa un medio determinado
(que supondremos homogéneo e isótropo). No obstante, como vamos a ver a continuación, no
todos los medios tienen la misma capacidad para debilitar una onda plana que los atraviesa.

Al hacer incidir una onda plana con intensidad I0 sobre una lámina de espesor x, si medimos la
intensidad "I" de la onda que sale después de atravesar dicha lámina, podemos comprobar que es
menor que I0, es decir, la intensidad disminuye.

Son muchos los casos en los que ocurre esto. A modo de ejemplo podemos pensar en el amorti-
guamiento que experimentan las ondas sonoras al atravesar paredes y ventanas de diferentes ma-
teriales y grosores y en el interés práctico que tiene el estudio de este fenómeno para poder aislar
acústicamente viviendas, salas música, etc.

¿Cómo se podría investigar la relación existente entre I, I0 y x?

I
Una posibilidad es tomar una lámina de un cierto I0
material y hacer incidir sobre ella una onda de
una cierta intensidad I0, midiendo la intensidad I
a la salida. Si lo hiciésemos así y midiéramos I
para distintos espesores, veríamos que al repre- I0/2
sentar gráficamente los valores de I frente a los
B
valores del espesor atravesado por la onda "x", la A
curva obtenida se ajusta a una función exponen- dA dB
cial decreciente en la que se observaría cómo la
intensidad va disminuyendo con el espesor.

Realizando la experiencia con distintos materiales A, B, etc, se obtendrían curvas distintas pero
en todos los casos se observaría que la intensidad I va decreciendo exponencialmente con el espe-
sor x tal y como se puede apreciar en la gráfica anterior.

Estas funciones tienen la forma analítica: I = I0 · e-x

En la expresión anterior,  es una constante característica de cada sustancia, llamada coeficiente


de absorción. En la gráfica hay dos materiales distintos A y B y a cada uno de ellos le corres-
ponde experimentalmente una curva diferente. Ello supone que a distinto material corresponderá
también distinto coeficiente de absorción para un tipo de ondas dado. Así, el plomo, por ejemplo,
es un excelente aislante del sonido.

¿Qué espesor debería atravesar una onda para ser absorbida totalmente?

105
3. Movimiento ondulatorio

Basta observar las curvas de la gráfica anterior en las que I se acerca cada vez más al eje de abci-
sas pero sin llegar a tocarlo nunca, para darse cuenta de que fuera cual fuese la sustancia, haría
falta un espesor infinito de la misma para conseguir que la intensidad se anulase totalmente, de
forma que esto no sirve para diferenciar entre el distinto poder de absorción que tienen los mate-
riales respecto de una onda dada. Por ello, en la práctica se utiliza el llamado: espesor de semi-
absorción, que corresponde al espesor “d” que debería de atravesar la onda para que su intensi-
dad quedara reducida a la mitad (por efecto exclusivo de la absorción).

En el caso de ondas esféricas al amortiguamiento ocasionado por la repartición de la energía entre


cada vez más puntos del medio (atenuación) se ha de sumar el amortiguamiento debido a la ab-
sorción. En cualquier caso, el amortiguamiento se pone de manifiesto por una disminución en la
amplitud de la onda. (Lo que no cambia es la frecuencia de vibración).

El espesor de semiabsorción de un cierto material para un cierto tipo de onda es 30 cm. ¿Qué
espesor deberemos situar para que al ser atravesado por una onda plana armónica su intensidad
se reduzca de 0’8 W/m2 a 0’3 W/m2 ?

Cuando una onda plana atraviesa un medio de espesor x, se produce una variación en su intensi-
dad que viene dada por la expresión: I = I0·e-x. Sin embargo en ella no figura para nada el espe-
sor de semiabsorción “d” .

¿Cómo podríamos relacionar  con d?

Si en la expresión anterior hacemos I = I0/2 el valor de x coincidirá con d, por tanto:

I0/2 = I0·e-x y tomando logaritmos neperianos: -ln 2 = -d  d = 0’693/

Como en este caso conocemos d, tendremos que:  = 0’693/d = 0’693/0’3 = 2’31 m-1
y sustituyendo en la expresión que da la intensidad emergente:

I = I0·e-d  0’3 = 0’8 · e 2'31x  ln 0’375 = -2’31x  x = 0’42 m

Así pues deberemos de utilizar un espesor de 42 cm del material dado en el enunciado para con-
seguir reducir la intensidad de la onda de 0’8 W/m2 a 0’3 W/m2.

¿Cuál es el coeficiente de absorción del agua del mar si un buceador comprueba que a 10 m
de profundidad la luminosidad ha decrecido al 13% de la existente en la superficie?
Rdo.  = 0’2 m-1

2.3. ¿Qué ocurre cuando dos ondas se encuentran? Interferencias

Basándonos en el modelo de movimiento ondulatorio podemos explicar lo que ocurre cuando dos
ondas alcanzan (en un instante dado) un mismo punto del medio por el cual se propagan (por
ejemplo, tras lanzar dos piedras al agua de un estanque o tras producir dos pulsos en una cuerda,
cada uno en un extremo de la misma). Cuando esto sucede se dice que tiene lugar una interfe-
rencia. Antes de analizar el fenómeno conviene que pensemos en lo que ocurre cuando en lugar
de dos ondas, se encuentran dos cuerpos.

¿Qué ocurre cuando se encuentran dos cuerpos que se estaban moviendo libremente?

106
3. Movimiento ondulatorio

Como sabemos, en el encuentro se producen fuerzas que modifican la velocidad de cada uno de
ellos, de forma que tras el mismo cada uno se mueve de forma distinta a como lo hacía antes. El
encuentro se denomina "choque" y en él se conserva tanto la cantidad de movimiento total del
sistema formado por ambos cuerpos como la energía total (aunque cambian la cantidad de movi-
miento y la energía de cada uno de ellos).

¿Sucederá lo mismo cuando se encuentren dos ondas?

Si utilizamos el modelo de movimiento ondulatorio para predecir lo que sucederá cuando se en-
cuentren dos ondas, hemos de pensar que cuando un punto del medio sea alcanzado a la vez por
dos perturbaciones, su elongación no será otra cosa que la suma de las elongaciones que cada
una de las perturbaciones produciría por sí sola.

La interferencia de dos ondas es un fenómeno distinto al encuentro entre dos cuerpos en movi-
miento. En el caso de las ondas no se produce un choque, sino un "solapamiento" o "superposi-
ción". Tras producirse la interferencia cada perturbación prosigue su trayecto sin sufrir modifica-
ción alguna, es decir, exactamente de igual modo que si no se hubiese producido la interfe-
rencia. Ello hace posible que, por ejemplo, dos parejas de personas puedan mantener a la vez y
en un mismo lugar dos conversaciones distintas y entenderse aunque los sonidos se "crucen".

Las dos conclusiones anteriores constituyen el "Principio de superposición de ondas"

Predecid qué ocurrirá cuando dos pulsos producidos en los extremos de una misma cuerda,
que avanzan en sentidos opuestos, coincidan en un punto de la misma. Analizar las distintas po-
sibilidades.

En la situación propuesta vamos a diferenciar los dos casos posibles:

a) Que los dos pulsos sean crestas: Cuando se encuentren, el valor de la elongación en los puntos
en que se produzca el encuentro será la suma de las elongaciones que cada una produciría por
separado. En este caso como coincide una cresta con otra cresta, en cada punto la elongación
será mayor que la correspondiente a cada uno de los pulsos por separado, produciéndose una in-
terferencia "constructiva". Éste fenómeno sólo ocurre en la zona de encuentro ya que luego cada
pulso sigue su camino inalterado, igual que lo hacía antes de superponerse con el otro.

Esto puede ser visualizado fácilmente utilizando una cuerda larga (de unos 10 m) y gruesa con la
que producir pulsos. Se puede situar la cuerda en el suelo y pedir a dos personas que produzcan
un pulso de onda en cada uno de los extremos observando qué ocurre cuando las dos crestas se
encuentran.

b) Que un pulso sea una cresta y el otro un valle: Cuando se encuentren, el valor de la elongación
en los puntos en los que se produzca el encuentro será también la suma que cada una de las per-
turbaciones produciría por separado. No obstante, ahora, la elongación de los puntos del valle se
considera negativa y la elongación resultante en la zona de superposición podría ser incluso nula
(si los dos pulsos fueran simétricos, como se muestra en la figura siguiente). Dicha interferencia,
en la que las dos elongaciones se restan, se denomina "destructiva". Luego, al igual que en el caso
anterior, cada pulso sigue su camino inalterado.

107
3. Movimiento ondulatorio

Análogamente ocurre cuando en lugar de pulsos intervienen ondas continuas armónicas. Por
ejemplo cuando lanzamos simultáneamente dos piedras a un estanque o bien hacemos vibrar dos
focos coherentes3 en una cubeta de ondas. Es el caso más sencillo de interferencias con ondas
armónicas y se producen como se indica en la figura siguiente:

B
C
A

F1 F2

Como podéis observar, hay una serie de puntos a los que una y otra onda llegan en el mismo es-
tado de vibración (están en fase). Esto significa que cuando, por ejemplo, a uno de estos puntos
llega una cresta procedente de uno de los focos, también llega otra cresta procedente del otro. En
estos puntos la perturbación tendrá una amplitud que será la suma de las amplitudes (interferencia
constructiva). También cabe señalar la existencia de otros puntos a los que una y otra onda llegan
en oposición de fase (cuando llega una cresta procedente de un foco, llega un valle procedente del
otro). En estos puntos se produce una interferencia destructiva, de modo que la perturbación
tendrá una amplitud que será la diferencia de las dos amplitudes. En el caso particular de que las
amplitudes fuesen iguales, la interferencia constructiva produciría una amplitud doble mientras
que la destructiva daría lugar a una amplitud nula, es decir, en esos puntos no habría perturbación
(se les denomina puntos nodales).

En cursos superiores veréis cómo se puede calcular matemáticamente el valor de la perturbación


resultante en un punto en el que coinciden dos ondas (sean o no coherentes). En este nivel será
suficiente con darse cuenta cualitativamente de que en el caso de ondas coherentes producidas
por dos focos separados, ocurre que la concordancia de fase se da en aquellos puntos en los que la
diferencia de distancias a cada uno de los focos es un múltiplo entero (n) de la longitud de onda,
es decir, cuando d2 - d1 = n . Análogamente la oposición de fase se da cuando la diferencia de
distancias anteriores es igual a un número impar de semilongitudes de onda: d2-d1 = (2n+1)/2.

3
Focos en un medio dado, cuyas oscilaciones están sincronizadas o lo que es equivalente: en todo instante
la fase de ambos coincide. Ello supone que los dos vibran del mismo modo, de forma que, por ejemplo,
cuando en uno la elongación es máxima en el otro también. Las ondas producidas en cada uno tienen la
misma frecuencia y longitud de onda.

108
3. Movimiento ondulatorio

Averiguad analizando la figura anterior el tipo de interferencia, constructiva o destructiva, y


la diferencia de distancias correspondiente (en longitudes o semilongitudes de onda respectiva-
mente) en el caso de los puntos A, B, C y D. Rdo. A destructiva (d2-d1 = 3/2); B, C y D constructiva
(d2-d1 = 0,  y 2 respectivamente)

2.4. ¿Qué le pasa a una onda al atravesar una rendija? Difracción

En el modelo de movimiento ondulatorio que hemos elaborado el avance de una onda por un me-
dio se explica considerando que cada punto del medio alcanzado por la onda se convierte, a su
vez, en un nuevo foco emisor o foco secundario, es decir, se pone a vibrar actuando sobre las
partículas que le rodean y así sucesivamente.

El científico holandés Christian Huygens en la segunda mitad del siglo XVII ya elaboró un método
geométrico para explicar la propagación de ondas planas y esféricas que básicamente coincide con la
idea anterior (Principio de Huygens). La infinidad de ondas secundarias que se producen, no se per-
ciben normalmente, sino tan solo su envolvente (o resultante de la interferencia de las ondas secun-
darias procedentes de todos los puntos de un mismo frente de onda) tal y como se aprecia en los si-
guientes esquemas en los que se han construido dos frentes de ondas según este método.

t+T t+T
 t+T/2
t  t+T/2
foco t

Un inconveniente del Principio de Huygens es que si cada punto del medio se convierte realmen-
te en un nuevo foco, debería producir también ondas en sentido contrario al que se propaga la
perturbación y éstas no se observan. Posteriormente se demostró que las ondas secundarias hacia
atrás (en sentido contrario al de la propagación) no eran activas.

Considerad una onda plana que se dirige hacia una barrera (por ejemplo un muro o pared
situado en un estanque con agua) que dispone de una pequeña abertura y dibujad los frentes de
onda antes y después de la barrera.

Como ya hemos indicado, las ondas que se generan en los focos secundarios o puntos del medio
alcanzados por la perturbación, no se perciben y observamos únicamente su envolvente (vemos
avanzar el frente de onda). Sin embargo, al interponer una barrera con una abertura lo bastante
estrecha, las ondas secundarias de los puntos que están al lado de la abertura no pueden avanzar;
de modo que, al otro lado de la barrera, sólo se verá la envolvente consecuencia de la interferen-
cia de las ondas correspondientes a algunos focos secundarios (los del trozo de frente de onda que
cabe por la abertura).

109
3. Movimiento ondulatorio

Así pues, de acuerdo con lo anterior, tras la abertura se verían frentes de onda que tendrían una
forma semicircular tanto más completa cuanto más estrecha fuese la abertura, es decir, cuantos
menos focos secundarios participen.

En la figura siguiente hemos intentado plasmar las ideas que acabamos de exponer:

Podemos comprobar fácilmente las predicciones anteriores si disponemos de una cubeta de on-
das, en la cual podemos producir ondas planas y disponer frente a ellas una pequeña rendija. Este
fenómeno (en el que aparece perturbación en lugares que no debería haberla, considerando la
propagación rectilínea de la perturbación), se conoce como difracción y es característico de las
ondas. En efecto, si en lugar de una onda llegase a una abertura un haz de corpúsculos éstos no
sufrirían ninguna difracción produciendo sombras nítidas (zonas en las que no impactaría ninguna
partícula) al otro lado de la barrera tal y como se observa en la figura adjunta.

Experimentalmente se puede comprobar que para que se


pueda apreciar bien el fenómeno de la difracción, el ta-
maño de la rendija o abertura ha de ser menor o del mismo
orden que la longitud de la onda. Esto explica que, por
ejemplo, una conversación que tiene lugar en una habita-
ción de paredes gruesas pero que tiene una puerta abierta,
pueda ser escuchada desde fuera de ella (en lugares desde
los que no se ve a las personas que hablan) ya que la longi-
tud de onda del sonido de las voces es del orden del metro,
similar a la anchura de las puertas y, en consecuencia, se
produce difracción de las ondas sonoras.

Los mismos razonamientos se pueden aplicar cuando lo que se interpone en el camino de una
onda es un obstáculo (también del mismo orden de tamaño que la longitud de onda). En ese caso,
la onda se difracta y prosigue inalterada, sin producirse sombras (zona no afectada por la onda)
detrás del obstáculo. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, cuando se interpone al avance de las olas
una embarcación pequeña. Las olas la bordean y detrás de la embarcación no hay "sombras". Sin
embargo, si se trata de una embarcación muy grande, mucho mayor que la longitud de onda de
las olas, no se produce difracción y detrás de ella aparece una zona de sombra.

En resumen, la difracción consiste en una propiedad, característica de las ondas, que hace que se
produzca también perturbación (ondas) en aquellas zonas en las que debería haber sombra (si
consideramos la propagación rectilínea como ocurre con los corpúsculos). Tiene lugar tanto con
aberturas como con obstáculos y es más importante cuando el tamaño de la abertura o del obstá-
culo es del mismo orden que la longitud de la onda. Ésta propiedad permite que las ondas puedan
transportar energía y cantidad de movimiento a zonas existentes detrás de obstáculos, cosa que no
puede hacerse con la energía que transportan los cuerpos cuando se desplazan. Así, por ejemplo,
un combatiente dentro de una trinchera no puede ser alcanzado por las balas pero sí oye el sonido
de los disparos (es alcanzado por las ondas sonoras).

110
3. Movimiento ondulatorio

¿Por qué razón la luz no se difracta al tropezarse con un objeto ordinario y detrás de él apa-
rece una zona de sombra?

De acuerdo con los razonamientos anteriores, esto ocurre porque la longitud de onda de la luz es
tan pequeña que la mayoría de los objetos ordinarios resultan ser miles de veces mayores y, en
consecuencia, la difracción no se aprecia. La longitud de onda de la luz es del orden de unos 10 -7
m. Sólo con rendijas o pequeños obstáculos de ese tamaño o menor ha sido posible observar bien
la difracción en ondas luminosas.

2.5. ¿Qué le ocurre a una onda cuando llega a un obstáculo grande? Reflexión y refracción

La reflexión y la refracción son los fenómenos ondulatorios más conocidos. Se producen cuando
una onda al propagarse se encuentra con una superficie que separa dos medios distintos (por
ejemplo aire y agua).

La reflexión consiste en el rebote que sufre una onda (incidente) cuando llega a la superficie de
separación de dos medios, convirtiéndose así en una onda reflejada. Es lo que ocurre, por ejem-
plo, con las ondas sonoras que se propagan por el aire y chocan contra un obstáculo (como una
pared) produciendo el conocido fenómeno del eco, o con la luz que incide sobre un espejo, una
pared, la superficie del agua, etc.

La refracción consiste en el cambio de dirección (consecuencia del cambio de velocidad) que


sufre una onda cuando pasa de un medio a otro distinto. Este fenómeno está relacionado, por
ejemplo, con el hecho habitualmente observado de ver un palo como si estuviera quebrado cuan-
do se introduce parcialmente en el agua, o que el fondo de una charca nos parezca menos profun-
do de lo que realmente está.

Aunque los frentes de onda en el caso de la luz o del sonido sean esféricos, si estamos muy aleja-
dos del foco y estudiamos la interacción de esos frentes en zonas de pequeña superficie, podemos
suponer que se trata de frentes de onda planos. Análogamente ocurrirá en los frentes de onda cir-
culares (como los que se producen en la superficie de un líquido).

Supongamos un frente de onda plano que incide sobre una superficie formando un ángulo iˆ
tal y como se indica en la figura adjunta. Aplicad el principio de Huygens (inherente al modelo

111
3. Movimiento ondulatorio

de movimiento ondulatorio que venimos manejando) para construir la onda reflejada. Para sim-
plificar el razonamiento considerar que sólo hay reflexión

iˆ iˆ

Cuando los puntos de la superficie de separación son alcanzados por el frente de onda, se convierten
en nuevos focos de emisión o focos secundarios emitiendo nuevas ondas. En la figura anterior se ha
representando un frente de ondas llegando a la superficie de separación de forma que comienza a
"tocarla" en el punto A. En ese mismo instante dicho punto se convierte en un nuevo foco que co-
mienza a emitir ondas secundarias. También en ese mismo instante, el punto B del frente de ondas se
halla a una distancia BC de la superficie de separación.

Para facilitar el razonamiento hemos dibujado dos rayos que encierran al trozo de frente de onda
incidente considerado (frente AB).

A medida que transcurre el tiempo, N N


conforme el frente AB incida en la
superficie, todos los puntos que hay en
la superficie de separación compren- D B
didos entre A y C se irán convirtiendo
en sucesivos focos secundarios que
iˆ r̂ iˆ r̂
emitirán ondas, formándose así un
frente de ondas reflejado o envolvente
de esas ondas secundarias (frente DC) iˆ r̂
como se indica en la figura adjunta. A C

Una cuestión importante es que, como la onda no cambia de medio, la velocidad no se modifica
siendo igual en la onda incidente que en la reflejada. Por otra parte, el intervalo de tiempo t que
la onda secundaria emitida por B emplea en llegar a C es el mismo que el empleado por la prime-
ra onda secundaria reflejada emitida por A en llegar D. Por tanto, la distancia AD deberá ser la
misma que la distancia BC (y valdrá V·t, siendo V la velocidad de propagación de la onda en el
medio considerado).

Considerad la figura anterior para deducir la relación que deberá existir entre el ángulo de
incidencia iˆ y el de reflexión r̂

112
3. Movimiento ondulatorio

En el triángulo de vértices ABC se cumple que sen iˆ = BC/AC. Análogamente, en el triángulo


ADC se cumple que sen r̂ = AD/AC y, como resulta que BC = AD, concluimos que sen iˆ = sen r̂
y, por lo tanto que iˆ = r̂ .

La conclusión anterior ha sido obtenida aplicando el modelo ondulatorio que hemos introducido
al comienzo del tema y se comprueba experimentalmente en todas las experiencias de reflexión
de ondas. Constituye una de las leyes de la reflexión que se puede enunciar diciendo que los
ángulos de incidencia y de reflexión son iguales (otra es que los rayos incidentes, los reflejados y
la normal están en un mismo plano).

Supongamos un frente de onda plano que incide sobre la superficie de separación de dos me-
dios formando un ángulo iˆ tal y como se indica en la figura siguiente. Aplicad el principio de
Huygens (inherente al modelo de movimiento ondulatorio que venimos manejando) para cons-
truir la onda refractada. Suponed que la velocidad de la onda en el segundo medio es menor que
en el primero, e ignorad la onda reflejada.

El razonamiento en este caso es similar al anterior, cuando el punto A es alcanzado por el frente
de ondas incidente, se comporta como un nuevo foco emisor de ondas. Como estamos estudiando
el fenómeno de la refracción consideraremos las ondas secundarias emitidas por A hacia el se-
gundo medio. En el instante en que A emite una primera onda secundaria hacia el segundo medio,
el punto B del frente de ondas incidentes se halla a una distancia BC de la superficie de separa-
ción.

En este caso, no ocurre como en la reflexión. Al tratarse de medios distintos, las velocidades de
propagación de la onda incidente y refractada serán diferentes (arbitrariamente hemos supuesto
que en el segundo medio la onda se propaga más lentamente que en el primero, es decir: v2 v1).

Los puntos de la superficie de separa- N N


ción de los dos medios situados entre A
y C se irán convirtiendo sucesivamente
en nuevos focos secundarios que emi- 
B
tirán ondas refractadas hacia el segundo v1
medio, de modo que cuando la onda iˆ iˆ
secundaria emitida por B alcance la su-
perficie de separación (punto C), el fren- iˆ C
A
te de la primera onda secundaria emitida r̂ '
por A (hacia el segundo medio) pasará v2
por un punto como el E. Dicho punto E
está más próximo a la superficie de se- E '
paración que el B, porque la velocidad r̂ ' r̂ '
de propagación de la onda hemos su-
puesto que es menor en el segundo me-
dio que en el primero.

En la figura anterior, el intervalo de tiempo entre B y C es el mismo que entre A y E. Por lo tanto:

BC = v1·t
AE = v2·t

113
3. Movimiento ondulatorio

A partir de la figura y de las ecuaciones anteriores, tratad de obtener la relación que deberá existir
entre el ángulo de incidencia y el de refracción.

En el triángulo de vértices ABC se cumple que sen iˆ = BC/AC. Análogamente, en el triángulo


AEC se cumple que sen r̂ ' = AE/AC de donde dividiendo obtenemos que:

seniˆ BC v1  t seniˆ v1
  y simplificando: 
senrˆ ' AE v 2  t senrˆ ' v 2

La expresión obtenida se comprueba experimentalmente en los fenómenos de refracción y consti-


tuye un nuevo apoyo a la validez del modelo de movimiento ondulatorio que estamos manejando.
Conviene darse cuenta de que, según la expresión obtenida, cuando la velocidad de propagación
de la onda sea mayor en el segundo medio que en el primero, el ángulo de refracción también
será mayor que el de incidencia, con lo que en ese caso los rayos refractados se alejarían de la
normal en lugar de acercarse.

En el caso de las ondas luminosas es habitual modificar la expresión anterior expresándola en


función de una nueva magnitud denominada índice de refracción de un medio dado, que indica
el número de veces que la velocidad de la luz es mayor en el vacío que en ese medio, por lo que
se obtiene como n = c/v siendo n el índice de refracción, c la velocidad de la luz en el vacío y v la
velocidad de la luz en el medio. Así, por ejemplo, decir que el índice de refracción del agua es 1'5
equivale a afirmar que la luz en el vacío se propaga 1'5 veces más rápido que en el agua.

Para introducir n en la expresión anterior basta con sustituir v1 = c/n1 y v2 = c/n2 con lo que:

seniˆ v1 sen iˆ n2
de  obtenemos:  . Esta última expresión se conoce como ley de Snell.
senrˆ ' v 2 sen rˆ ' n1

2.6. ¿Qué ocurre cuando una onda se propaga en un medio limitado? Ondas estacionarias

A veces, al estudiar un movimiento ondulatorio se supone que la onda avanza en un medio abier-
to, sin límites. Sin embargo, en el mundo que nos rodea esto no suele ocurrir y lo habitual es que
las ondas se encuentren en medios con algún límite u obstáculo y se produzcan reflexiones. Así,
en una sala llena de personas hablando, el sonido de las voces se refleja en las paredes lo mismo
que ocurre con las ondas producidas en la superficie del agua de un estanque cuando llegan a
alguna orilla. En ese proceso, se producen interferencias entre las ondas emitidas por el foco y
ondas reflejadas que se desplazan en sentido contrario.

Las ondas estacionarias son un caso particular de interferencias que se pueden producir cuando
dos ondas de igual frecuencia se desplazan en sentido contrario por una misma cuerda. Este
fenómeno también se produce en situaciones en las que una onda que se propaga en un medio
limitado interfiere con su onda reflejada.

Un ejemplo de onda estacionaria es la que puede generarse cuando se sujeta una cuerda a una
pared por uno de sus extremos y se hace vibrar con una pequeña amplitud el otro extremo. Si
somos capaces de producir un pulso transversal veremos que éste viaja por la cuerda hasta que al
llegar a la pared se refleja y vuelve. Si hacemos que la cuerda siga en vibración, será recorrida
por dos ondas (la que viaja hacia la pared y la que regresa) produciéndose interferencias y, en
general, una oscilación bastante desordenada.

114
3. Movimiento ondulatorio

No obstante, es posible conseguir un efecto


bien distinto. Para ello haremos vibrar el ex-
tremo con una frecuencia creciente hasta que (1)
se forme la figura (1). Si continuamos aumen-
tando la frecuencia llegará a aparecer la figura
(2), luego la (3) y así sucesivamente.

En todos los casos se aprecia que, todos los (2)


puntos situados entre dos nodos consecutivos
vibran en concordancia de fase y que, los pun-
tos situados a un lado y otro de un mismo nodo
vibran en oposición de fase. Además, la ampli- 
tud toma un valor máximo en unas zonas (los (3)
centros de los vientres) y nulo en otras (los
nodos). La onda que aparece en cada caso es
un ejemplo de onda estacionaria.

Se llama estacionaria porque no parece moverse (a diferencia del resto de las ondas en las que se
aprecia cómo avanzan las crestas y los valles). La frecuencia de vibración más baja que origina
una onda estacionaria produce sólo un vientre, pero son también posibles frecuencias mayores.
Así por ejemplo, en la tercera figura la frecuencia es triple que en la primera (correspondiente a la
más baja).

Las frecuencias a las que se originan ondas estacionarias se denominan frecuencias propias o
frecuencias de resonancia de la cuerda. El aumento que se produce en la amplitud se puede com-
prender mejor si pensamos en lo que ocurre cuando una persona empuja a otra que se está colum-
piando. Si la frecuencia con que la empuja coincide con la frecuencia propia de oscilación del
columpio, es posible con muy poco esfuerzo incrementar notablemente la amplitud con que oscila
el columpio. Por el contrario, dicha oscilación se dificultaría si empujásemos a destiempo (por
ejemplo, cuando el columpio vuelve hacia nosotros). Este fenómeno se halla presente en todas las
ondas estacionarias y se debe a la coincidencia entre la frecuencia del agente causante de la vi-
bración y alguna de las frecuencias naturales (o propias) correspondientes al medio.

Las ondas estacionarias tienen una gran importancia. El viento, por ejemplo, puede producir on-
das estacionarias en un puente colgante haciendo que la amplitud de oscilación aumente y provo-
cando su rotura. En general los edificios muy altos han de proyectarse teniendo en cuenta las on-
das estacionarias que pueden tener que soportar, lo mismo que los aviones. Los instrumentos de
música dependen de las ondas estacionarias para producir sonidos musicales, desde los de cuerda
(guitarra, violín, etc) a los de viento (saxofón, trompeta, etc) o de percusión.

Dibujad en sucesivos esquemas las cuatro primeras ondas estacionarias que se pueden pro-
ducir en una cuerda elástica (por ejemplo la de una guitarra) que se halla sujeta por sus dos
extremos (fijos). A continuación, deducid la relación existente entre la longitud L de la cuerda y
la longitud de la onda producida en cada caso.

115
3. Movimiento ondulatorio

Como los extremos de la cuerda están fijos,


serán dos nodos. En la figura adjunta se
representan los cuatro esquemas pedidos.

Analizando los esquemas anteriores es fácil darse cuenta de que la distancia entre dos nodos con-
secutivos coincide con la mitad de la longitud de onda y de la relación existente entre la longitud
de la cuerda y la longitud de la onda en cada uno de ellos.

Esquema 1: L = 1·1/2  1 = 2L/1


Esquema 2: L = 2·2/2  2 = 2L/2
Esquema 3: L = 3·3/2  3 = 2L/3
Esquema 4: L = 4·4/2  4 = 2L/4

Las expresiones anteriores pueden englobarse en una sola ecuación:  = 2·L/n con n = 1, 2, 3...

Obtened las frecuencias correspondientes a cada una de las situaciones descritas en los esque-
mas anteriores.

Para obtenerlas, basta con tener en cuenta la relación existente entre  y f según la cual  = V/f

Sustituyendo en cada una de las expresiones anteriores obtenemos:

Esquema 1: L = 1·V/2f1  f1 = 1V/2L


Esquema 2: L = 2·V/2f2  f2 = 2V/2L
Esquema 3: L = 3·V/2f3  f3 = 3V/2L
Esquema 4: L = 4·V/2f4  f4 = 4V/2L

Las expresiones anteriores pueden englobarse en: f = n·V/2L con n = 1, 2, 3...

Las distintas frecuencias obtenidas se denominan de resonancia y corresponden a las distintas


frecuencias naturales o propias del medio en el que se produce una onda estacionaria. A la menor
de todas ellas (f1 = V/2L) se la denomina frecuencia fundamental o "primer armónico" y las
siguientes se designan sucesivamente como segundo armónico, tercer armónico, etc. (la letra n
indica directamente el número de armónico). En términos musicales al segundo armónico se le
denomina como "primer sobretono", al tercero como "segundo sobretono" y así sucesivamente.

Las ondas estacionarias también se producen en el caso de una cuerda que sólo tenga fijo uno de
sus extremos y el otro esté libre. En esas condiciones las expresiones obtenidas para las posibles
longitudes de onda y frecuencias varían con respecto a las anteriores.
116
3. Movimiento ondulatorio

Considerad una cuerda elástica de longitud L fija por un extremo, mientras que el otro está
libre y construid los cuatro esquemas correspondientes a las cuatro primeras ondas estaciona-
rias que se pueden producir en dicho medio. A continuación, mediante un procedimiento similar
al caso anterior, deducid las expresiones generales de la longitud de onda y de la frecuencia.

Rdo.  = 4L/n y f = nV/4L para n = 1, 3, 5...

Un tubo sonoro abierto por uno de sus extremos, se comporta como una cuerda elástica con un
extremo libre. El extremo del tubo que está abierto correspondería al extremo libre de la cuerda y
en él se produce un vientre. El extremo del tubo que está cerrado correspondería al extremo fijo
de la cuerda y en él se produce un nodo. Otra posibilidad es disponer de tubos sonoros abiertos
por dos extremos. En éste caso, también se pueden generar ondas sonoras estacionarias en la co-
lumna de aire de su interior pero en cada extremo habría un vientre. Variando la longitud del tubo
(y consecuentemente de la columna de aire que encierra) mediante teclas o agujeros que pueden
taparse o destaparse con los dedos y soplando por un extremo, se pueden conseguir ondas esta-
cionarias sonoras de distintas frecuencias fundamentales.

2.7. Movimiento relativo entre el foco y un observador. Efecto Doppler

Una característica fundamental del movimiento ondulatorio es que la velocidad V con que una
onda de una naturaleza determinada (sonora, luminosa, etc.) se propaga por un medio dado de-
pende únicamente del medio. Así, por ejemplo, la velocidad con que se propaga el sonido en el
aire es (aproximadamente) de unos 340 m/s independientemente de la frecuencia o la amplitud de
la onda sonora o de si el foco emisor está en movimiento o en reposo.

La velocidad de propagación de una onda por un medio se puede expresar como:

V = /T y dado que f = 1/T también como: V = ·f

Una consecuencia de lo anterior será que si de alguna forma cambia la longitud de la onda, de-
berá cambiar también su frecuencia de modo que el producto siga valiendo lo mismo, es decir V.

Posiblemente hayáis observado alguna vez que el tono (frecuencia) de la sirena de una ambulan-
cia que se acerca hacia nosotros a gran velocidad cambia de manera que se hace más bajo en el
momento en que nos sobrepasa y se aleja de nosotros. También ocurre algo similar en el sonido
emitido por un coche de carreras cuando pasa delante de un espectador en una competición.
¿Cómo interpretar estos hechos?

En las figuras adjuntas se pueden observar algunas de las ondas sonoras emitidas por la sire-
na de una ambulancia en reposo y otra en movimiento. ¿Por qué en el caso de la que se está mo-
viendo los frentes de onda se agolpan en el sentido del movimiento (delante de la ambulancia) y
se distancian en el sentido contrario (detrás de la ambulancia)?

117
3. Movimiento ondulatorio

La sirena de la ambulancia en reposo emite sonido de una frecuencia particular (que llamaremos
f) en todas direcciones. La longitud de onda, como sabemos, coincidirá con la distancia existente
entre dos frentes de onda consecutivos y en este caso es la misma a cualquier lado de la ambulan-
cia (). A los dos observadores R1 y R2 les llegarán el mismo número de frentes de onda por se-
gundo, el cual coincidirá con la frecuencia f con que emite el foco (sirena).

En cambio, en el caso de la ambulancia que se mueve hacia la derecha, la sirena emite sonido de
la misma frecuencia f, pero en el tiempo transcurrido en emitir dos frentes de ondas consecutivos
(llamado periodo T), la sirena o foco se habrá desplazado una cierta distancia dada por V F ·T
siendo VF la velocidad con que se mueve la ambulancia, luego el segundo frente debe estar más
próximo del primero, justamente en esta distancia, con lo que dos frentes de onda consecutivos
no se encontrarán a una distancia  sino a  -VF ·T, y, por tanto, su longitud de onda será ahora
menor: '= -VF ·T.

Detrás de la ambulancia se produce el efecto contrario. En esa zona las ondas están más separa-
das de lo normal ya que el vehículo se aleja de ellas mientras está emitiendo sucesivos frente de
onda, por tanto la longitud de onda aumenta hacia atrás del vehículo y valdrá ' =  + VF ·T.

118
3. Movimiento ondulatorio

En la figura anterior se muestra en primer lugar tres frentes de onda correspondientes a una posi-
ción fija de la sirena (ambulancia en reposo). La distancia entre dos frentes de onda consecutivos
es  y es la misma en cualquier dirección. A continuación, se representan estos frentes de onda y
las tres posiciones que ocupaba la sirena cuando los emitió estando desplazándose hacia la dere-
cha. El frente 1 fue emitido cuando la sirena se encontraba en la posición 1, el frente 2 se emitió
cuando la sirena se encontraba en la posición 2 y así sucesivamente. Como podemos ver, la longi-
tud de onda detrás del vehículo en movimiento es mayor que  mientras que delante es menor
que .

En la figura siguiente se reproduce la misma situación, pero solo con dos frentes de onda sucesi-
vos y detallando las distancias entre los mismos. Los dos frentes de onda coloreados en negro
corresponden a una situación en la que el foco se encuentra inmóvil. Si, por el contrario el foco se
moviese hacia la derecha, el frente de onda (1) será el emitido por el foco cuando se hallaba en la
posición inicial, mientras que el frente de onda (2) corresponderá al emitido por el foco cuando
éste se hallaba alejado de su posición inicial una distancia dada por V F ·T y será el que hemos
coloreado de azul.


(1)

(2) (2)

VF·T VF·T
R2 ’ VF·T ’ R1

 F 

Analizando la figura anterior es fácil comprobar que se cumplen las relaciones que habíamos su-
puesto anteriormente. En efecto:

La longitud de onda que mediría el observador R1 sería '= -VF ·T


La longitud de onda que mediría el observador R2 sería '= + VF ·T

Deducid qué relación deberá existir entre la frecuencia f con que emite la sirena de la ambu-
lancia y la frecuencia f ' que percibe un observador cuando la ambulancia se mueve respecto del
mismo. Razonar cómo será f ' en relación a f según la ambulancia se acerque o se aleje del ob-
servador.

Si denominamos  y f a la longitud de onda y frecuencia correspondientes al sonido emitido por


la sirena estando la ambulancia en reposo, la velocidad con que propagará dicho sonido vendrá
dada por V =  · f. Dicha velocidad será la misma aunque el vehículo se mueva (ya hemos dicho
que la velocidad de propagación de una onda sólo depende del medio), por lo que podremos es-
cribir V = ' · f ' . Igualando pues las dos expresiones obtenemos que:

f 
 · f = ' · f ' y despejando: f ' 
'
119
3. Movimiento ondulatorio

La expresión obtenida permite comprender que el observador R 1 al que se le acerca la ambulan-


cia, perciba un tono (frecuencia) de la sirena superior (más agudo) al normal ya que en la zona
donde él está situado '   y, por tanto, f ' será mayor que f. Por el contrario, en la zona en que
se encuentra el observador R2, los frentes de onda están más distanciados entre sí, la longitud de
onda es '  y, por tanto, la frecuencia que percibe f ' será menor que la frecuencia f con que
emite la sirena. Así pues, el número de frentes de onda que le llegan a R 1 por segundo es sensi-
blemente mayor que el que le llegan a R 2 y cuando la ambulancia sobrepase a R1, éste notará un
cambio de tono (de más agudo a más grave).

En la práctica conviene expresar f ' en función de la velocidad con que se mueve el foco emisor
VF. A continuación veremos cómo se puede hacer esto.

Teniendo en cuenta lo visto anteriormente obtened una expresión que nos de la frecuencia f '
percibida por un observador cuando el foco emisor se acerca a él (emitiendo con frecuencia f),
en función de la velocidad VF con que dicho foco se le aproxima.

V  VF
Como ' =  -VF ·T, expresando  como V·T obtenemos: ' = (V-VF)·T o bien:  ' 
f
V
Sustituyendo ahora ésta expresión en f ' =
'
 
V  1 
nos queda: f '  f y simplificando, obtenemos finalmente: f '   f
V  VF  1  VF 
 
 V 

Ésta última expresión permite darse cuenta de que cuanto mayor sea la velocidad V F con que se
acerca el foco emisor a un observador, tanto mayor será la frecuencia percibida por éste. También
contempla el hecho de que si VF = 0 (foco en reposo) ambas frecuencias coinciden. (La expresión
sólo es válida mientras que VF sea menor que V).

Siguiendo un procedimiento similar al anterior obtened la frecuencia f' ' percibida por un ob-
servador cuando el foco emisor se aleja de él (emitiendo con frecuencia f), en función de la velo-
cidad VF con que dicho foco aleja e interpretadla.

 
 
1
Rdo. f '    f
 VF 
1 
 V 

¿Qué ocurre cuando el foco emisor se encuentra en reposo y es el observador el que se


aproxima a él con una rapidez VO?

En este caso el observador percibirá que la onda viaja hacia su encuentro con una rapidez dada
por V ' = V + VO . La longitud de la onda que el observador apreciará (distancia entre dos frentes
sucesivos) será siempre la misma y la frecuencia vendrá dada por:

V' V V  V0
f ' . Sustituyendo  por su valor (   ) tendremos: f '  f
 f V

120
3. Movimiento ondulatorio

Analizando la última expresión, podemos ver que en el caso propuesto el observador apreciará
una frecuencia superior a la frecuencia real con que emite el foco.

Siguiendo un procedimiento similar al anterior, obtened la frecuencia que percibirá un obser-


vador que se esté alejando del foco emisor con una rapidez V

V  V0
Rdo. f '   f (es decir, una frecuencia inferior a la frecuencia real con que emite el foco)
V

El cambio que un observador percibe en la frecuencia cuando se produce un movimiento relativo


entre dicho observador y el foco emisor de ondas se denomina efecto Doppler, debido a que este
efecto fue descubierto por el austriaco Christian Doppler (en la primera mitad del siglo XIX) en
las ondas sonoras, aunque en realidad se presenta en todo tipo de ondas. De hecho el descubri-
miento por el astrónomo Hubble de la existencia de este fenómeno en las ondas luminosas que
nos llegan de las galaxias, ha tenido una gran importancia para la elaboración de la teoría del big
bang según la cual el universo se encuentra en expansión y las galaxias se alejan unas de otras a
grandes velocidades tras una gran explosión ocurrida hace unos 13700 millones de años.

3. DIFERENCIAS ENTRE EL MOVIMIENTO ONDULATORIO Y EL CORPUSCULAR

Con lo que hemos estudiado hasta aquí, deberíamos ser capaces de apreciar las principales
diferencias existentes entre el movimiento ondulatorio y corpuscular. En la tabla siguiente se han
incluido seis características importantes del movimiento de objetos ordinarios (grandes o peque-
ños). Completad la tabla rellenando las casillas vacías correspondientes al movimiento de una
onda mecánica.

Movimiento de objetos ordinarios Movimiento ondulatorio

1 Son los propios objetos los que se desplazan


haciendo que exista un transporte neto de materia
de un lugar a otro
2 La energía y la cantidad de movimiento se trans-
miten asociadas a los objetos que se desplazan de
un lugar a otro
3 Un mismo objeto puede desplazarse por un medio
dado, con diferentes velocidades
4 La energía es tanto mayor cuanto mayor es la masa
y la velocidad de los objetos que se desplazan.
5 Tras chocar dos objetos, se mueven de forma dis-
tinta a como lo hacían antes del choque.
6 Los objetos que se desplazan libremente no pueden
contornear los obstáculos.
7 La velocidad de un objeto (respecto del suelo) que
se lanza desde un vehículo en marcha, varía según
fuese la velocidad del vehículo en el instante del
lanzamiento.

121
3. Movimiento ondulatorio

La realización de la actividad anterior ha de conducir a propuestas análogas a las siguientes:

1. Son las partículas del medio las que vibran respecto a una posición central o de equilibrio con
un movimiento muy limitado, sin que exista un transporte neto de materia pero haciendo posible
la propagación de una perturbación a grandes distancias del foco.

2. La energía se transmite repartiéndose uniformemente por todo el frente de onda (en un medio
que por todas partes es igual, con las mismas propiedades en todos sus puntos). Análogamente
ocurre con la cantidad de movimiento.

3. Una onda que se desplaza en un medio dado sólo puede hacerlo con una velocidad determinada
que viene impuesta por la naturaleza y propiedades que tenga ese medio, para un tipo determina-
do de perturbación. Así, por ejemplo, la luz se propaga en el aire a unos 300.000 km/s mientras
que el sonido lo hace a unos 340 m/s.

4. La energía es mayor cuanto mayor es la frecuencia de la onda y la amplitud. Una onda de una
frecuencia determinada puede tener distintos valores de la amplitud, dando lugar a una perturba-
ción de tanta mayor intensidad cuanto mayor sea dicha amplitud. Así, por ejemplo, un sonido de
400 Hz puede ser más fuerte o menos, una misma luz monocromática (cada color equivale a una
frecuencia) puede ser más o menos intensa, etc.

5. En el caso de que dos ondas interfieran en un punto se produce una superposición de ambas
dando lugar a una interferencia (que puede ser constructiva o destructiva) pero después si las on-
das tenían direcciones distintas afectan a otros puntos del medio exactamente igual a como lo
harían si no hubieran interferido y sin que cambie la velocidad de propagación.

6. Las ondas pueden bordear los obstáculos cuando se dan las condiciones para que se produzca
el fenómeno de la difracción.

7. La velocidad de una onda es independiente de la velocidad que pueda tener el foco.

4. LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA: UN PROBLEMA SOCIAL IMPORTANTE

La degradación del medio ambiente es uno de los grandes problemas actuales que tiene plantea-
dos la humanidad. El consumo desorbitado en algunos países así como las grandes concentracio-
nes humanas provocadas por la explosión demográfica incontrolada se apuntan como factores
fundamentales de esa degradación que está causando un descenso en la calidad de vida de mu-
chas personas. Un indicador típico de dicho descenso es el aumento incesante del ruido en la ma-
yoría de las grandes ciudades.

El sonido es interpretado como una onda mecánica mediante la que se transmiten vibraciones en
un medio material ordinario. Cuando ese sonido produce en las personas una sensación auditiva
molesta se le califica de ruido.

La sensación fisiológica que produce un sonido depende, además de su intensidad, de su frecuen-


cia (cuanto mayor sea ésta, tanto más agudo será el sonido). Tanto es así que los sonidos con fre-
cuencias inferiores a los 20 hertzios (Hz) o infrasonidos y los de frecuencias superiores a 20 000
Hz (ultrasonidos), sea cual sea su intensidad, no son detectados por las personas (valores aproxi-
mados). Esta capacidad auditiva varía de unos seres vivos a otros, el perro, por ejemplo, puede
captar sonidos de hasta 50 000 Hz y el murciélago de hasta 100 000 Hz.

122
3. Movimiento ondulatorio

Nuestra percepción fisiológica de un sonido no es directamente proporcional a su intensidad físi-


ca, sino que varía logarítmicamente. Por ello se ha hecho un esfuerzo para objetivar la sensación
sonora introduciendo una magnitud denominada “nivel de intensidad” cuya unidad habitual es el
decibelio (dB). Un sonido de 1000 Hz de frecuencia, comienza a percibirse por el oído humano
medio a partir de una intensidad física de 10 -12 W/m2 ( conocida como intensidad umbral) a la
que se asigna un “nivel de intensidad” de 0 dB. El “nivel de intensidad” de cualquier sonido se
determina con el logaritmo del cociente entre su intensidad y la umbral.

En una conversación se pueden producir hasta unos 50 dB, en zona comercial muy concurrida
unos 80 dB, en las cercanías de una máquina taladradora unos 100 dB y un avión a reacción o
trueno muy fuerte entre 110 dB y 120 dB. De acuerdo con los ejemplos anteriores es fácil com-
prender que, para niveles de intensidad sonora iguales o superiores a los 70 dB, se pueda afirmar
que exista contaminación acústica. De hecho, el umbral de dolor se considera a partir de unos
110- 120 dB, lo que correspondería al ruido de construcción o a un concierto de rock.

¿Qué efectos produce la contaminación acústica? Entre otros cabe citar: alteraciones en la pre-
sión arterial y en el sistema nervioso, trastornos en el sueño impidiendo un descanso adecuado
que puede repercutir después en accidentes laborales y de tráfico (pensemos que una sola moto a
escape libre, de madrugada y atravesando una ciudad, puede perturbar el sueño de miles de per-
sonas) y también, por supuesto, provoca pérdidas de audición (cada vez son más los jóvenes afi-
cionados a escuchar música con un volumen muy alto que tienen problemas de sordera).

¿Cuáles son las principales fuentes de este tipo de contaminación?

Debemos citar, en primer lugar, la contaminación acústica producida por algunos medios de lo-
comoción como coches, motos y aviones. En ella influye mucho la puesta a punto de los vehícu-
los. Existen, por ejemplo pequeñas motocicletas a escape libre que emiten un intenso ruido. Tam-
bién influye la mala planificación urbanística de muchas ciudades (calles estrechas y edificios
muy altos) que han sido diseñadas sin tener en cuenta este problema. A esto hemos de añadir los
edificios construidos con un aislamiento acústico muy deficiente. Finalmente, no podemos olvi-
dar el ruido causado por obras, sirenas, bocinas, gritos, industrias bares discotecas, terrazas al aire
libre, reuniones multitudinarias en zonas de moda dentro de las ciudades, etc.

En el interior de una discoteca el nivel de sonido alcanza los 96 dB lo que, tras una exposición
continuada, puede dañar seriamente el oído. Otro ejemplo de nivel sonoro excesivo al que nos
sometemos frecuentemente en Valencia, son los ruidos propios de las fallas. Durante una mas-
cletà, por ejemplo, el nivel sonoro alcanza los 120 dB, lo cual sobrepasa el umbral de dolor, por
lo que puede causar daños físicos.

¿De quién es la responsabilidad del control del ruido? En algunos países como España, el ruido
es un problema muy grave. Sin embargo mucha gente todavía no es consciente del mismo y ni
siquiera piensa en el ruido como un tipo de contaminación. No cabe duda de que la responsabili-
dad principal de su control es de las autoridades y especialmente de los ayuntamientos. Existen
medidas de tipo urbanístico como, por ejemplo: poner aislamientos acústicos en los edificios,
aumentar las zonas ajardinadas y peatonales, delimitar áreas de recreo y diversión, etc.; otras ad-
ministrativas como, por ejemplo: limitar los horarios de cierre y apertura de locales públicos si-
tuados en zonas de viviendas, restringir el tráfico ruidoso y, sobre todo, hacer cumplir de forma
más efectiva las normas que ya existen sobre el ruido. También es muy importante en este sentido
la educación y la colaboración ciudadana. Todos podemos, por ejemplo: bajar el tono de voz, no
poner música demasiado alta, no hacer sonar el claxon innecesariamente, etc.

123
3. Movimiento ondulatorio

RECAPITULACIÓN

Al comienzo del tema, nos hemos hecho una serie de preguntas sobre el movimiento ondulatorio.
El estudio que hemos realizado nos debe haber permitido contestar a la mayoría de ellas. Concre-
tamente, debe haber quedado claro que:

En los fenómenos ondulatorios se propaga energía y cantidad de movimiento pero sin que se de-
tecte ningún desplazamiento neto de materia de un sitio a otro. Para explicar cómo se puede pro-
ducir el desplazamiento de una perturbación de ésta forma, hemos elaborado un modelo simple
acerca de cómo se producen y cómo se propagan las ondas mecánicas.

Al elaborar el modelo ondulatorio hemos introducido algunos conceptos fundamentales para la


descripción de las ondas, como, por ejemplo, pulso de onda, foco, periodo, frecuencia, longitud
de onda, velocidad de propagación, frente de onda etc. También hemos clasificado a las ondas en
función de la forma de sus frentes (esféricas, circulares, unidimensionales, etc.) o de cómo vibran
las partículas del medio con respecto a la dirección en que se propaga la onda (transversales y
longitudinales).

El modelo elaborado consiste esencialmente en explicar la propagación de la sondas mecánicas


por un medio elástico, mediante el movimiento vibratorio armónico simple de las partículas de
dicho medio y la transmisión de esa vibración desde el foco a las partículas vecinas y así sucesi-
vamente. Dicho modelo nos ha llevado a deducir la ecuación de una onda armónica unidimensio-
nal, como algo que nos permite obtener la intensidad de la perturbación en un punto dado del
medio, más o menos alejado del foco.

Hemos podido apreciar cómo la ecuación del movimiento ondulatorio utilizada se podía escribir
de diversas formas y también hemos procedido a comprobar la validez del modelo elaborado,
deduciendo del mismo una serie de consecuencias contrastables y utilizándolo para explicar algu-
nas propiedades características de las ondas (amortiguación o dispersión de la energía, interferen-
cias, difracción, reflexión y refracción). Así mismo hemos analizado, de acuerdo con el modelo,
qué ocurre cuando una onda se propaga por un medio limitado (ondas estacionarias) y cuando
existe un movimiento relativo entre el foco y un observador (efecto Doppler).

Hemos realizado un estudio comparativo entre el movimiento ondulatorio y el corpuscular, anali-


zando cuáles son sus diferencias más importantes y, para terminar, hemos procedido a una re-
flexión sobre un problema importante de la sociedad actual, como es la contaminación acústica.

124
3. Movimiento ondulatorio

3. MOVIMIENTO ONDULATORIO. CUESTIONES, EJERCICIOS Y PROBLEMAS

1. En general se asume que un terremoto se origina en un punto del interior de la Tierra llamado foco o
hipocentro. Desde ese punto se propagan dos tipos de ondas llamadas P (primarias) y S (secundarias). Esas
ondas se propagan y viajan en todas direcciones. Las ondas P son longitudinales mientras que las S son
transversales. Experimentalmente se observa que cuando hay un terremoto en un lugar nunca llegan ondas
secundarias a sus antípodas. Los científicos explican este hecho suponiendo que el material que envuelve
al núcleo interno sólido de nuestro planeta (llamado núcleo externo) se halla en estado líquido. Da algún
argumento que permita apoyar dicha hipótesis.

2. Obtened la longitud de onda de una onda electromagnética de 100 kHz cuando se propaga en el aire. ¿Y
en el agua? ( c = 3.108 m/s ; va=2,25·108 m/s ). Rdo. En el aire  = 3000 m ; en el agua  = 2250 m

3. El oído humano es capaz de apreciar sonidos de frecuencias comprendidas entre 20 y 20000 Hz,
aproximadamente. ¿Cuáles son las longitudes de onda correspondientes a estas frecuencias en el aire? ¿Y
en el agua? (vaire= 340 m/s ; vagua =1500 m/s). Rdo. En el aire 17 m y 0'017 m; en el agua 75 m y 0'075 m.

4. En la superficie de un lago se genera una onda armónica que tarda 8 s en recorrer 20 m. Si la distancia
entre dos crestas consecutivas es de 0’5 m, calculad el periodo y la frecuencia. Rdo. T = 0’2 s, f = 5 Hz

5. En una onda armónica la frecuencia angular o pulsación es w = 100 s -1 y el número de ondas k = 50 m-1.
Determinad la velocidad, frecuencia y periodo de la onda. Rdo. T = 0’0628 s, f =15’9 Hz, V = 2 m/s.

6. La ecuación de una onda que se propaga por una cuerda es y = 8 sen  (100 t – 8x) m (para t en s y x en
m). Calcula el tiempo que tardará la onda en recorrer una distancia de 25 m. Rdo. t = 2 s.

7. Determinad las características de una perturbación que avanza por una cuerda sabiendo que la ecuación
de propagación es: x = 0'04 sen2 (10t – 0'5d), donde x y d van en metros y t en segundos. Rdo. A = 0'04
m; f = 10 Hz; V = 20 m/s

8. ¿Qué características tiene una onda cuya ecuación de propagación viene dada por
x = 2 cos2 (500t - 0’5d) (donde x y d van en m y t en s)? Rdo. A = 2m; f = 500 Hz;  = 2m; V= 1000 m/s

9. Una emisora de radio emite una onda electromagnética cuyo campo eléctrico viene dado por la ecua-
ción: E = 10-3 cos (x - .... t). Completa la ecuación sabiendo que la velocidad con que se propaga la onda
es c = 3·108 m/s. Rdo. E =10-3 cos (x - 3108 t).

10. El desplazamiento transversal de los puntos de un medio material está descrito por la ecuación:
y = 1'2 cos (x-420t + 3) cm (si t en s y x en m). Se pide:

a) Expresa la ecuación mediante la función sen


b) Características del movimiento ondulatorio (amplitud, longitud de onda, periodo, frecuencia, velocidad
de propagación y fase inicial)
c) La elongación y la velocidad de un punto situado en x = 10 m en el instante t = 1 s.

Rdo. a) y = 1’2 sen (420t-x-1’43); b) A = 1’2 cm, T = 0’015 s, f = 66’67 Hz,  = 6’25 m, 0 = -1’43 rad,
V = 416’67 m/s; c) y = 0’194 cm, v = 497’3 cm/s

11. La ecuación de una onda viene dada por y (x,t) = A sen (2πbt – cx).
a) ¿Qué representan los coeficientes b y c? ¿Cuáles son su unidades en el SI?
b) ¿Qué interpretación tendría que el signo dentro del paréntesis fuese positivo en vez de negativo?

Rdo. a) El coeficiente b representa la frecuencia f y el c el número de ondas k, b) Significa que la onda


avanza en el sentido de x decreciente.

125
3. Movimiento ondulatorio

12. La ecuación del movimiento de una onda transversal que se propaga por un medio elástico viene dada
por la expresión: y = 0’4 sen (0’7 t – 0’3 x) m ( si t en s y x en m). Se pide:
a) Características de ese movimiento (amplitud, periodo, frecuencia, longitud de onda, velocidad de pro-
pagación y fase inicial). b) Rapidez de un punto del medio situado a 2 m del foco en el instante t = 5 s.
Rdo. a) A = 0’4 m, T = 8’98 s, f = 0’11 Hz,  = 20’94 m, V = 2’33 m/s, 0 = 0; b) v = -0’272 m.

13. La ecuación de una onda transversal que se propaga por una cuerda es y = 10cos (2x-4t) cm (si t en s y
x en m). Determinad:
a) Todas las características de la onda (amplitud, periodo, frecuencia, longitud de onda, velocidad de pro-
pagación y fase inicial).
b) Da un valor de t para el que la velocidad de vibración de un punto situado a 1 m del foco sea nula.
Rdo. a) A = 10 cm, T = /2 s, f = 2/ Hz,  =  m, V = 2 m/s, 0 = /2 rad (para función seno); b) t=0’5 s

14. La ecuación de una onda que se propaga por una cuerda es y = 0’20sen 2’51(x-100t) en unidades in-
ternacionales. Determinad:
a) Todas las características de la onda (amplitud, periodo, frecuencia, longitud de onda, velocidad
de propagación y fase inicial). b) Valores máximos de la velocidad y de la aceleración de un pun-
to cualquiera de la cuerda.
Rdo. a) A = 0’2 m, T = 0’025 s, f = 40 Hz,  = 2’5 m, V = 100 m/s, 0 =  rad; b) vmax = 50’2 m/s, amax =
12.633’1 m/s2

15. La ecuación de una onda que se propaga por una cuerda es: y = 0'05 sen (10  t + 4  x) expresado
todo en el sistema internacional. Se pide: a) Todas las características de la onda. b) Velocidad de un punto
P situado en x = 0'5 m , en el instante t = 0'3 s.
Rdo. b) v = -1'57 m/s

16. Obtened la ecuación de propagación de una onda que se desplaza a 80 m/s, de 2 cm de amplitud (cons-
tante) y frecuencia 4 Hz. Suponed que la fase inicial es nula 4. Rdo. x = 0'02 sen 2(4t – d/20)

17. Una onda sonora de una frecuencia de 486 Hz se propaga en el aire con amplitud constante de 0'25
mm. Sabiendo que su longitud de onda es de 70 cm, calculad la velocidad de propagación de la onda y la
de vibración de las partículas del medio. Rdo. V = 340'2 m/s; v = 0'763 cos 2 (486t – 1'43d)

18. Hallad la ecuación de propagación de una onda armónica de 2 mm de amplitud y 400 Hz de frecuen-
cia, que se propaga a lo largo del OX (+) con una velocidad de 840 m/s. Calculad también la velocidad
con que vibra un punto que dista 5 m del foco, 0’01 s después de comenzar la vibración del foco.
  x 
Rdo.  = 2sen 2  400t   ; v = -3’66 m/s
  2'1 

19. Una onda armónica longitudinal se propaga a lo largo de un resorte horizontal en el sentido negativo
de OX, siendo 20 cm la distancia entre dos puntos sucesivos que están en fase. El foco emisor vibra con
una frecuencia de 25 Hz y una amplitud de 3 cm. Determinad:
a) Ecuación de propagación sabiendo que el foco emisor se encuentra en el origen de coordenadas y que
en el instante 0'1 s su elongación es nula y su rapidez positiva.
b) Velocidad y aceleración máximas de cualquier partícula del resorte.
  t x  
Rdo. a)  = 0'03  sen 2       ; b) vmax = 4’71 m/s, amax = 740 m/s2
  0'04 0'2  

4
En general cuando en un enunciado no nos digan nada respecto al valor de la fase inicial 0, supondremos, para
simplificar, que 0 = 0.

126
3. Movimiento ondulatorio

20. Una onda plana armónica y longitudinal de 178'26 Hz de frecuencia y 6 mm de amplitud se propaga
con una velocidad de 560 m/s.
a) Escribid la ecuación correspondiente a dicha onda (suponed fase inicial 0).
b) Determinad la elongación y la velocidad de un punto situado a 200 m del origen en el sentido de avance
de la onda (que tomaremos como sentido positivo) en el instante t = 10 s.
c) Calculad el valor en m de la longitud de la onda.
Rdo.  = 0’006sen2(178’26 t – x/3’14); b)  = -3’35·10-3 m, v = 5’58 m/s

21. Determinad la ecuación de una onda armónica unidimensional de amplitud 10, frecuencia 600 y velo-
cidad de propagación 3·103 (todo en unidades internacionales). Rdo:  = 10 sen 2(600t – x/5)

22. Determinad la ecuación de una onda que se desplaza según OX + sabiendo que su amplitud es 20 cm,
su frecuencia 2’5 Hz y su longitud de onda 20 m. Rdo.  = 0’2 sen 2(2’5t – x/20)

23. Una onda plana, armónica y longitudinal se propaga por un medio elástico. Su frecuencia vale 50 Hz,
la amplitud A = 0’05 m, y la distancia entre dos frentes de onda consecutivos es de 0’16 m. Se pide:
a) Velocidad de propagación de la onda por dicho medio.
b) Suponiendo que se propague según OX+, que el foco esté en el origen y que en el instante t=0 dicho
foco se encontrase en la posición de máxima elongación positiva, escribid la ecuación de la onda.
Rdo. a) V = 8 m/s; b)  = 0’05 sen [2(50t–6’25x)+/2]

24. A lo largo de una cuerda que coincide con el eje de coordenadas OX se propaga en sentido positivo una
onda armónica transversal de 300 Hz, con una velocidad de 8 m/s. Si el desplazamiento máximo de cualquier
punto de la cuerda es de 2’5 mm, se pide:
a) Escribir la ecuación de la onda.
b) Velocidad de un punto de la cuerda situado en x = 0, en el instante t = 2 s.
Rdo. y = 0’0025 sen 2(300t–37’5x); b) v = 4’71 m/s

25. Una onda armónica plana viaja a 30 m/s en la dirección positiva del eje X con una amplitud de 0’5 m y
una longitud de onda de 0’6 m. Escribid la ecuación del movimiento como una función del tiempo para un
punto al que le llega la perturbación y que está situado en x = 0’8 m.
Rdo.  = 0’5 sen 2(50t–1’33), suponiendo que en x = 0, 0 = 0.

26. Determinad la diferencia de fase entre las perturbaciones existentes en dos puntos situados a distancia
de 4 y 6 m del foco sabiendo que la perturbación se desplaza a 100 m/s y su frecuencia es de 10 Hz.
Rdo. La diferencia de fase es 2/5 rad

27. Una onda que se propaga a 180 m/s tiene una frecuencia de 450 Hz. ¿Qué distancia separa a dos pun-
tos (en la dirección de propagación) cuya diferencia de fase sea de /2 rad?
Rdo. La distancia que los separa es de 0'1 m

28. Una onda cuya frecuencia es de 500 Hz tiene una velocidad de propagación, en un cierto medio, de
350 m/s. ¿Qué distancia hay entre dos puntos de ese medio que en un instante dado tienen una diferencia
de fase de 600 ? Rdo. d = 0’117 m

29. Una onda viene dada por: y = 2 cos 2 (t/4 + x/160) (donde x e y van en cm y t en s). Determinad:
a) Características de la onda.
b) Diferencia de fase para dos posiciones de la misma partícula cuando el intervalo de tiempo transcurrido
sea de 2 s.
c) Diferencia de fase en un mismo instante para dos partículas separadas entre si 120 cm en la dirección de
avance de la onda.
Rdo. a) Onda plana transversal que se mueve hacia x decreciente A=2 cm; T= 4s; =160 cm, V = 0’4 m/s;
b)  =  rad; c)  = 3/2 rad.

127
3. Movimiento ondulatorio

30. La ecuación de una onda es y (x ,t) = 2 sen ( t + x/80) donde x e y se expresan en cm y t en s. De-
terminad: a) Características de la onda. b) Elongación, velocidad y aceleración del punto situado en x
=160 cm para t = 5 s. c) Diferencia de fase entre dos puntos separados 120 cm en un mismo instante. Rdo.
a) Onda armónica unidimensional y transversal moviéndose hacia x decreciente, A=2 cm, f = 0’5 Hz, T=2
s, = 160 cm, V = 80 cm/s; b) y = 0, v = -2 cm/s, a = 0; c)  = 1’5 rad.

31. Una onda armónica y transversal tiene una amplitud de 3 cm, una longitud de onda de 20 cm y se pro-
paga con una velocidad de 5 m/s. Sabiendo que en el instante t = 0 la elongación en el origen vale y = 3
cm, se pide: a) Ecuación de la onda. b) Velocidad de un punto situado a 40 cm del foco para t = 1 s.
c) Diferencia de fase entre dos puntos separados 5 cm, en un instante dado.

 
Rdo. a) y = 0’03 sen 2 25t  5 x   ; b) v = 3’75·10-3 m/s; c)  = 1’57 rad.
 2 

32. El vector campo eléctrico E(t) de una onda luminosa que se propaga por el interior del vidrio viene
dado por la ecuación:
  x 
E (t )  E 0  cos   1015  t  
  0'65  c 

En la ecuación anterior c indica la velocidad de la luz en el vacío (3·108 m/s), E0 es una constante y la
distancia y el tiempo se expresan en m y s respectivamente. Se pide:
a) Las características de la onda y el índice de refracción del vidrio.
b) La diferencia de fase entre dos puntos del vidrio distantes entre sí 130 nm en un mismo instante.
Rdo. a) A= E0, T = 2·10-15 s, f = 5·1014 Hz,  = 3’9·10-7 m, V = 1’95·108 m/s, n = 1’54; b)  =2’09 rad

33. Una onda armónica plana que se propaga en el sentido positivo del eje OX, tiene una frecuencia de 5 Hz.
En un instante dado, la diferencia de fase entre dos puntos separados entre si 60 cm, es igual a  rad. Se pide:
a) Longitud y velocidad de propagación de la onda
b) Diferencia de fase entre los estados de vibración de un mismo punto, separados por un intervalo de
tiempo de 2 s.
Rdo. a)  =1’2 m, V = 6 m/s; b)  = 62’83 rad.

34. En este capítulo se ha deducido que la energía de una partícula de un medio elástico por el que se pro-
paga una onda unidimensional y armónica viene dada por Ei = 22mif2A2 en donde mi es la masa de la
partícula, f la frecuencia con que vibra y A la amplitud. Ello se hizo considerando que la energía mecánica
de la partícula en cualquier instante debía coincidir con el valor máximo de la energía potencial elástica.
Volved a obtener el mismo resultado pero, esta vez, partiendo de que la energía mecánica de la partícula
en cualquier instante habrá de coincidir con el valor máximo de la energía cinética.

35. Un foco emite sonido en un medio homogéneo e isótropo (frente de onda esférico) con una potencia de
100 W. ¿Cuál es la intensidad de la onda a una distancia de 10 m del foco? (Supóngase que no hay absor-
ción). Rdo. I = 0'08 W/m2.

36. Un foco sonoro emite con una potencia de 20 W. Calculad la intensidad en dos puntos situados a 10 m
y 20 m del foco. ¿Cuál será la relación entre las amplitudes? (Supóngase que no existe absorción del me-
dio). Rdo. I1 = 0’016 W/m2 ; I2 = 0’004 W/m2; A1 =2 A2

37. Una onda armónica unidimensional que tiene una amplitud de 2 mm y una frecuencia de 400 Hz se
propaga a lo largo del eje X con una velocidad de 340 m/s, y se sabe que en el punto x = 0 alcanza su
máxima velocidad positiva en el instante t = 0. Su intensidad en un punto P es de 2’7 W/m 2. Determinad:
a) La elongación y la velocidad de la vibración del punto de x = 5 m del origen en el instante t = 0’1 s.
b) Si se duplica f dejando A constante, ¿cuáles serán las nuevas longitud de onda e intensidad?
Rdo. a)  = 1'35 · 10-3 m, v = 3'72 m/s; b) ' = 0'425 m (la mitad que antes), I ' = 10'8 W/m2

128
3. Movimiento ondulatorio

38. Explicad la diferencia con que en el texto se distingue a la atenuación de la absorción.

39. El espesor de semiabsorción de un material es 30 cm. ¿Qué espesor deberemos situar para que al ser
atravesado por una onda plana armónica su intensidad se reduzca de 0’8 W/m2 a 0’3 W/m2 ? Rdo. 42 cm.

40. Una onda plana atraviesa una lámina de 10 cm de espesor. Si la intensidad al llegar a la lámina es de 6
pW/cm2 y el espesor de semiabsorción del material de que está hecha la lámina es de 3 cm, ¿cuál será la
intensidad emergente? Rdo. 0'6 pW/cm2

41. Una onda penetra en un medio cuyo coeficiente de absorción es 0’4 cm -1. ¿Qué espesor recorrerá para
que su intensidad se reduzca a la cuarta parte? Rdo. 3’47 cm

42. Una onda plana tiene una intensidad de 0’64 W/m2 cuando llega a una chapa de un cierto material de 1
cm de espesor, y de 0’03 W/m2 cuando emerge de ella. Se pide:
a) Coeficiente de absorción de ese material.
b) Espesor de chapa necesario para reducir la intensidad de la onda a la mitad.
Rdo. = 3’06 cm-1; b) x = 0’226 cm.

43. Desde los puntos P y Q se emiten ondas planas armónicas de periodo 0'2 s que se propagan con una
velocidad de 20 m/s y cuyas amplitudes son 15 mm y 8 mm respectivamente. Sabiendo que inicialmente
ambos focos se hallaban en fase, se pide:
a) Amplitud de la onda resultante en el punto medio M de la recta que une los focos
b) Ídem en un punto que dista 0'5 m de P y 6'5 m de Q
Rdo. a) A = 23 mm. b) A=7 mm

44. Dos pulsos de onda iguales (pero uno "cresta" y el otro "valle") se mueven sobre una misma cuerda al
encuentro uno del otro. Dibuja la situación en sucesivos instantes, de la interferencia que se producirá
desde el momento en que se empiezan a encontrar hasta que se separan.

45. Cuando los dos pulsos de la figura (a) se encuentran superpuestos la cuerda se ve plana como en la
figura (b) en la que se puede apreciar que la elongación, en dicho instante, en cualquier punto de la cuerda
es cero.

¿Qué ha sucedido con la energía y la cantidad de movimiento que transportaban las ondas? (Su desapari-
ción violaría las leyes de conservación).

46. Dos fuentes sonoras iguales A y B emiten en fase ondas armónicas planas de igual amplitud y frecuen-
cia, que se propagan a lo largo de OX+. Se pide:
a) La frecuencia mínima del sonido que deben emitir las fuentes para que en un punto C situado a 7 m de
la fuente A y a 2 m de la B, la amplitud resultante sea máxima
b) Si ambas fuentes emiten sonido de 1530 Hz, calcula la diferencia de fase en el punto C. ¿Cómo será la
amplitud del sonido en ese punto?
Rdo. a) f = 68 Hz, b)  = 45 rad, A = 0.

47. Dos focos coherentes F1 y F2 situados en un medio dado, emiten con una frecuencia de 500 Hz. Sa-
biendo que la velocidad de propagación de ambas ondas en ese medio es de 50 m/s y que A 1 = 12 mm y
A2 = 8 mm, se pide:
a) Diferencia de fase con que interfieren en un punto P que dista 25’2 m de F 1 y 27’7 m de F2.
b) La amplitud resultante en ese punto P.
Rdo.  = 50 rad; b) A = 20 mm
129
3. Movimiento ondulatorio

48. Obtened la frecuencia y la longitud de onda del campo eléctrico definido por la ecuación: E = 10 -3 cos
(200x - 5·1010 t), donde x se mide en m y t en s. ¿Cuál es el índice de refracción del medio? (c = 3 ·108
m/s). Rdo. f = 7’96·109 Hz;  = 0’031 m; n =1’2

49. Una cuerda de guitarra tiene una longitud de 80 cm y su frecuencia fundamental es de 200 Hz. Deter-
minad la velocidad con la que se propaga en ella la perturbación. Si reducimos su longitud a 60 cm, man-
teniendo su tensión ( la velocidad será la misma), ¿qué valor tendrá ahora su frecuencia fundamental?
Rdo. V = 320 m/s; f = 266,7 Hz

50. Determinad la frecuencia de los cuatro primeros armónicos de un tubo de órgano de 5 m de longitud
que está abierto por ambos extremos. ¿Cuáles serían las frecuencias si se tapase uno de sus extremos?
(velocidad del sonido en el aire 340 m/s). Rdo. Abierto en ambos extremos: 34, 68, 102 y 136 Hz. Abierto
en un solo extremo 17, 51, 85 y 119 Hz.

51. Una cuerda de 4 m de longitud está sujeta por ambos extremos y se encuentra vibrando en su tercer
armónico. Sabiendo que la perturbación se propaga en ella a 50 m/s, determinad su longitud de onda y
frecuencia. Rdo.  = 2'67 m; f = 18'75 Hz.

52. Se tiene un tubo cilíndrico de 80 cm de largo y con uno de sus extremos cerrado. Si, manteniéndolo
verticalmente, vamos añadiendo agua (para modificar la longitud del tubo sonoro) a la vez que aproxima-
mos a su boca un diapasón que vibra con una frecuencia de 440 Hz, ¿para qué longitudes del tubo se apre-
ciará resonancia? (Tomad para la velocidad del sonido en el aire 340 m/s). Rdo. 19'3 cm y 58 cm.

53. A comienzos del S. XX se descubrió que la luz que nos llegaba de las galaxias lejanas tenía una fre-
cuencia menor que la luz que se origina en las estrellas que forman otras galaxias más cercanas a nosotros.
Este hecho se interpretó diciendo que dichas galaxias se están alejando de nosotros (algunas de ellas a
velocidades fantásticas, del orden de más de 100.000 km/s). ¿En qué pudieron basarse los científicos para
proponer tal interpretación?

54. Estando parados se aproxima un vehículo a 108 km/h y tocando el claxon. Si percibimos una frecuen-
cia de 450 Hz, ¿Cuál es la frecuencia del claxon? Rdo. f = 410'3 Hz.

55. ¿Con qué velocidad debería aproximarse un vehículo a un semáforo en rojo para que le pareciese a su
conductor que está en verde? ( frojo= 4'84·1014 Hz ; f verde= 5'55·1014 Hz). Rdo. v = 4'4 · 107 m/s, lo que
equivale a 158.400.000 km/h.

56. En el arcén de un tramo recto de autopista se encuentra estacionado un vehículo. Otro vehículo se le
aproxima tocando el claxon de modo que la frecuencia apreciada por el conductor del vehículo estacionado es
6/5 de la frecuencia que aprecia cuando el otro vehículo, tras rebasarlo, se aleja de él. Determinad la velocidad
del vehículo. Rdo. v = 30'9 m/s.

57. Una persona "A" se acerca a un foco sonoro (en reposo) que emite sonido de una frecuencia f = 440
Hz, dicha persona se mueve con la misma rapidez (en valor absoluto) con que el sonido se desplaza en el
aire (340 m/s). En otro lugar, una persona "B" se halla en reposo y es un foco sonoro idéntico al anterior el
que se aproxima a ella; dicho foco se desplaza a 340 m/s (valor absoluto). Determinad la frecuencia de las
ondas sonoras que llegarían a cada una de esas personas, así como la rapidez del sonido respecto de cada
una de ellas.
Rdo. f 'A = 880 Hz; f 'B = . El sonido se desplazaría a 680 m/s respecto de A y a 340 m/s respecto de B.

58. Hallad la velocidad con que se aleja un observador de un foco sonoro sabiendo que la frecuencia que
él percibe es un 10% inferior a la frecuencia con que realmente emite el foco. Tómese como velocidad del
sonido en el aire 340 m/s. Rdo. 34 m/s.

130
B. ÓPTICA Y ELECTROMAGNETISMO

¿Qué pueden tener en común fenómenos como la atracción o repulsión entre dos cuerpos carga-
dos eléctricamente, empujar un objeto, el choque entre dos cuerpos, las uniones existentes entre
átomos o entre moléculas, la atracción o repulsión entre dos imanes, la atracción o repulsión
entre dos conductores por los que circula corriente eléctrica, o la misma propagación de la luz?

En todos los fenómenos enumerados anteriormente interviene la interacción electromagnética


que, junto con la gravitatoria, la nuclear fuerte y la nuclear débil, se considera una de las cuatro
fuerzas fundamentales existentes en la naturaleza. Sin embargo esto no ha sido siempre así.

En la antigüedad se habían estudiado cualitativamente muchos fenómenos eléctricos y fenómenos


magnéticos elementales, pero estos se consideraron durante siglos como independientes, debido a
las diferencias que se observaban entre ambos fenómenos. Mucho más adelante, a mediados del
siglo XVIII, Coulomb (1738-1806) inició el desarrollo de las leyes cuantitativas de la física sobre
la electricidad. Constató que las cargas eléctricas interaccionan con unas fuerzas análogas a las
fuerzas de gravitación y estableció una ley que da cuenta de esta interacción. En el transcurso del
siglo siguiente se produjo un conjunto de avances decisivos para el estudio cualitativo y cuantita-
tivo del magnetismo, así como de las relaciones entre los fenómenos eléctricos y magnéticos. A
estos avances contribuyeron, entre otros, los científicos Oersted, Ampere y Faraday. Este último
realizó una aportación fundamental consistente en utilizar por primera vez de una manera clara el
concepto de campo para interpretar las interacciones entre objetos separados y cargados. Final-
mente, este conjunto de avances tuvo una brillante rúbrica a finales del siglo XIX, cuando Henry
Maxwell realizó una síntesis de las leyes sobre los fenómenos eléctricos y magnéticos. Dicha
síntesis consolidó el concepto de campo electromagnético y permitió la construcción de un gran
cuerpo teórico de conocimientos (la teoría electromagnética) en el que quedaban integradas de
forma coherente la electricidad, el magnetismo y la óptica que, hasta entonces, se habían conside-
rado como campos de conocimientos muy distintos. La teoría electromagnética se convirtió así
(junto con la mecánica newtoniana), en uno de los dos pilares fundamentales de la Física Clásica.

Seguiremos en parte la lógica que se deduce de este proceso histórico en la construcción de los co-
nocimientos sobre el electromagnetismo. Para ello, a través de los cinco capítulos que siguen, trata-
remos de contestar algunas preguntas como:

 ¿Cómo se propaga la luz y con qué velocidad? ¿Qué le ocurre cuando pasa de un medio a
otro? ¿Cómo podemos ver? ¿Cómo funcionan algunos instrumentos ópticos? y finalmente:
¿Qué es la luz?

Los capítulos sobre óptica geométrica y óptica física tratan de responder, entre otras, a las preguntas
anteriores. En primer lugar, sin hacer hipótesis sobre la naturaleza de la luz sino tan solo basándonos
en algunas leyes y datos experimentales (óptica geométrica). En segundo lugar, tras realizar una bre-
ve revisión histórica sobre las ideas principales acerca de la naturaleza de la luz, se estudian algunos
fenómenos luminosos relacionados con su carácter ondulatorio.

 ¿A qué se deben las fuerzas de atracción o de repulsión entre dos cuerpos cargados eléctri-
camente, en reposo y separados entre sí? ¿Cómo medir dichas fuerzas? ¿Cómo tiene lugar
esa interacción? ¿Qué importancia tiene? ¿Con qué hechos relevantes de la vida cotidiana
podemos relacionarla?

131
Para responder a las interrogantes anteriores se habrá introducido y manejado el concepto de campo
eléctrico. Sin embargo, en la naturaleza también se observa otro tipo de interacción que tiene un cier-
to parecido con la anterior. Nos referimos a la interacción magnética que se produce entre imanes o
entre imanes y algunos metales, sobre la cual también conviene que nos hagamos algunas preguntas,
como:

 ¿Cómo se miden las fuerzas magnéticas? ¿A qué se deben? ¿Cómo tiene lugar la interac-
ción magnética? ¿Cómo se explica el magnetismo natural? ¿Existe alguna relación entre
electricidad y magnetismo?

Al avanzar en el estudio del magnetismo veremos que toda corriente eléctrica genera un campo
magnético y analizaremos algunas de las importantes líneas de investigación que se abrieron paso a
raíz de este hecho. Concretamente nos detendremos en estudiar las fuerzas entre cargas móviles y
campos magnéticos, así como algunas aplicaciones prácticas.

Una vez que hayamos estudiado las interacciones entre cargas eléctricas en reposo y/o en movimien-
to, habrá quedado patente que las cargas eléctricas en movimiento generan campos magnéticos y
cómo los campos magnéticos son capaces de ejercer fuerzas sobre cargas que se muevan en su seno.
No obstante quedarán algunas preguntas abiertas, como:

 Si las corrientes eléctricas crean campos magnéticos, ¿no podría ser que, de alguna mane-
ra, pudiéramos conseguir el efecto recíproco? Es decir: ¿Será posible inducir una corriente
eléctrica a partir de un campo magnético?

Vale la pena reflexionar en la importancia que tiene una repuesta afirmativa a la pregunta planteada
ya que ello abre las puertas (como de hecho ocurrió) a la producción industrial de corriente eléctrica
y, por tanto, a la posibilidad de disponer (de forma prácticamente instantánea) de energía donde se
quiera y cuando se quiera sin más que apretar un interruptor.

Finalmente, analizaremos de forma elemental cómo Maxwell mostró que los campos eléctrico y
magnético no son sino dos aspectos de una misma realidad: el campo electromagnético. Veremos
también de qué forma se producen y cómo se propagan las ondas electromagnéticas y que la luz no
es sino un caso particular de este tipo de ondas (como ya se avanzó en el capítulo de óptica física),
realizando así una primera aproximación a la Teoría Electromagnética de Maxwell (en la que quedan
incluidas la óptica, la electricidad y el magnetismo), así como a algunas de las consecuencias que
dicha teoría ha tenido en la ciencia y la sociedad.

132
4. ÓPTICA GEOMÉTRICA

El tema de la luz ha sido objeto de estudio desde la antigüedad y además puede decirse que los gran-
des avances de la física se hallan asociados a grandes avances en este campo de conocimientos (co-
mo veremos a lo largo del curso cuando estudiemos la relatividad y el efecto fotoeléctrico).

¿Qué problemas de interés podemos plantearnos acerca de la luz?

Un primer problema esencial relacionado con la luz es explicar cómo vemos, tanto en lo que es la
visión directa de los objetos como en la visión indirecta mediante las imágenes que se forman en
espejos o mediante diversas lentes y cómo podemos mejorar la calidad de nuestra visión. Concreta-
mente podemos plantearnos preguntas como las siguientes:

 ¿Qué hace la luz para que podamos ver? Es decir: ¿De dónde sale? ¿Cómo se propaga?¿A qué
velocidad? ¿Qué le ocurre cuando pasa de un medio a otro?
 ¿Cómo funciona el ojo?¿Cómo se corrigen algunos defectos de la vista como, por ejemplo, la
miopía, la hipermetropía o la vista cansada?
 ¿Cómo funcionan los espejos y las lentes? ¿Qué aplicaciones tienen?
 ¿Cómo funcionan algunos instrumentos ópticos (lupa, telescopio, etc.?
 También podemos tratar de explicar algunos fenómenos como la formación de eclipses, la de-
formación observada al sumergir parte de un palo alargado en el agua, los espejismos, etc.

Veremos que para avanzar en la solución a tales preguntas, no es necesario hacer ninguna hipótesis
sobre cuál es la naturaleza de la luz es decir qué es o de qué está hecha. Bastará con que conozcamos
cómo se propaga y algunas leyes experimentales como la reflexión y la refracción. Todo ello forma
parte de un extenso campo de conocimientos denominado óptica geométrica, que es el tema que
vamos a desarrollar a continuación.

1. ¿CÓMO SE PROPAGA LA LUZ?

Existen diversas experiencias cotidianas que conducen a suponer que cuando la luz se propaga en un
medio transparente determinado, por ejemplo aire, vidrio o agua, lo hace de forma rectilínea. A mo-
do de ejemplo, podemos referirnos a los haces de luz que se pueden percibir a través de las rendijas
de una persiana o de las hojas de los árboles de un bosque. También a la luz emitida por los punteros
láser. Conviene tener en cuenta que en realidad lo que vemos no es la luz en si misma sino las partí-
culas que hay en suspensión en el aire, que la reflejan.

Sugerid otros fenómenos u experiencias que podamos realizar y que sirvan también para mostrar
la propagación rectilínea de la luz.

133
4. Óptica geométrica

Un fenómeno típico es la formación de zonas de sombra y de penumbra que se pueden recoger si-
tuando pantallas detrás de objetos iluminados, tal y como se muestra en las figuras siguientes en las
que se ha utilizado un foco puntual y un foco extenso.

Las figuras anteriores se han construido basándose en la propagación rectilínea de la luz. Como pue-
de verse, a la zona de sombra no llega ningún rayo. En la de penumbra solamente llegan algunos
rayos procedentes del foco.

Los eclipses de Sol y de Luna, se pueden explicar de forma similar a como acabamos de hacer en
la formación de sombra y penumbra. Así, por ejemplo, se produce un eclipse total de Luna cuan-
do ésta entra dentro del cono de sombra de la Tierra tal y como se muestra en la figura adjunta
(en la que no hemos representado el Sol).

Luna llena
no eclipsada

Cono de sombra
de la Tierra

Eclipse de Luna

Realizad un esquema en el que se justifique de forma sencilla un eclipse total de Sol en una cierta
zona del planeta Tierra, cuando la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra.

134
4. Óptica geométrica

En este caso es la Luna la que se interpone entre el Sol y la Tierra. El fenómeno se ha representado
(no a escala) en la figura siguiente. Como puede comprobarse existirían unas zonas del planeta
(sombra) en la que el eclipse sería total mientras que en otras (penumbra) sería parcial y en el resto
no se apreciaría.

Eclipse de Sol

Una experiencia muy sencilla para constatar la propagación rectilínea de la luz consiste en colocar
una serie de cartulinas iguales y opacas con una pequeño agujero en el centro alineadas frente a un
foco luminoso como una pequeña bombilla encendida, tal y como se indica en la figura adjunta.

Sólo cuando los tres orificios están alineados es posible ver el foco de luz.

En lo que sigue consideraremos que la luz transporta energía de tal forma que es capaz de impresio-
nar nuestra vista y, de alguna manera, se forman las imágenes de los objetos que la emiten (bien
porque son focos luminosos o bien porque la reflejan) en nuestra retina. Para representar la propaga-
ción rectilínea de la luz se hace uso de los rayos, que son líneas rectas que parten del punto luminoso
en todas direcciones (dibujaremos sólo el número de ellos que sea necesario). Cualquier objeto que
emite luz se considera como un conjunto de puntos luminosos o focos puntuales.

2. VELOCIDAD DE PROPAGACIÓN DE LA LUZ

Cuando observamos desde lejos un castillo de fuegos artificiales nos damos cuenta claramente de
que primero vemos la explosión y luego oímos el sonido correspondiente a la misma. Tenemos la
sensación de ver la explosión en el mismo instante que ocurre y que, en cambio, el sonido tarda un
cierto tiempo en llegarnos a los oídos.

Una interpretación superficial podría llevar a pensar que la luz se propaga instantáneamente mientras
que el sonido no. Sin embargo, no podemos estar seguros de esta hipótesis ya que también podría ser
que la luz se propagara con una velocidad finita pero muchísimo mayor que la del sonido y que eso
fuera la causa de la diferencia de tiempos observada entre ver la explosión y oírla.

De hecho, la velocidad de la luz es tan grande que los primeros intentos que se hicieron para medirla
no dieron ningún resultado. Algunos científicos, como Kepler, pensaban que se propagaba de forma
instantánea.

No obstante, en la segunda mitad del siglo XVII se idearon algunos métodos con los que se pudo
determinar la velocidad de la luz en el vacío y en distintos medios materiales como agua y vidrio. A
continuación describiremos dos de ellos.
135
4. Óptica geométrica

En 1675, el astrónomo Olaf Roëmer comprobó que la luz en el vacío no se propaga de forma ins-
tantánea, basándose en observaciones astronómicas sobre el periodo de una de las lunas de Júpiter.
Dicho periodo se determina midiendo el tiempo que transcurre entre dos eclipses sucesivos de dicha
luna. El valor obtenido fue de unas 42‟5 horas.

Sol
Júpiter
A
C satélite

Roëmer hizo la simplificación de suponer que la posición de Júpiter era prácticamente la misma
mientras la Tierra describía una órbita completa alrededor del Sol (la órbita de Júpiter tiene un radio
mucho mayor que la de la Tierra por lo que éste se traslada en torno al Sol mucho más lentamente
que nuestro planeta).

Cuando la Tierra se encontraba en la posición A, Roëmer midió el periodo de la luna (42‟5 h) y con
este dato calculó cuándo debería comenzar a ocultarse dicha luna en el cono de sombra de Júpiter
medio año después (cuando la Tierra se encontrase en la posición C) suponiendo que la luz se pro-
pagase de forma instantánea. Al realizar las medidas experimentales, encontró que el eclipse comen-
zaba 22 minutos más tarde de la hora prevista. Roëmer interpretó este hecho correctamente, afir-
mando que la luz se propagaba con una velocidad muy grande pero finita, y que el retraso se debía al
tiempo empleado por la luz en recorrer una distancia igual al diámetro de la órbita terrestre.

Poco tiempo después, Huygens utilizó los datos obtenidos por Roëmer para hacer el primer cálculo
de la velocidad de la luz.

Huygens combinó el valor obtenido por Roëmer de 22 minutos para que la luz reflejada por el
satélite de Júpiter recorriese una distancia igual al diámetro de la órbita terrestre, con el valor que
él mismo atribuía a dicho diámetro (unos 3·1011 m) ¿Qué valor obtuvo Huygens para la velocidad
con que se debía propagar la luz en el vacío? (Dad el resultado en km/s).

Rdo. 227.272.7 km/s

El hecho de que la luz se propague a una velocidad tan grande hacía muy difícil que ésta pudiera ser
medida directamente en un laboratorio terrestre. Para ello hubo que esperar hasta mediados del siglo
XIX, como veremos a continuación.

En 1849 el físico francés Fizeau fue el primero en medir la velocidad de la luz por un método no
astronómico. En la figura siguiente hemos representado esquemáticamente (no a escala) una versión
simplificada del ingenioso dispositivo que utilizó. En ella, la distancia entre el ojo y la rueda es des-
preciable frente a la distancia L entre la rueda y el espejo.

136
4. Óptica geométrica

E
L

La luz procedente del foco F se hace incidir sobre el espejo semiplateado E (se llama así porque
su capa reflectora es tan delgada que sólo refleja la mitad de la luz que le llega y transmite la otra
mitad). La luz reflejada por el espejo se mueve a tan gran velocidad que puede pasar por un hue-
co de la rueda dentada, reflejarse en el espejo de la derecha y regresar por el mismo camino (y el
mismo hueco) hacia el espejo semitransparente que transmitirá de nuevo la mitad de ella, la cual
entrará al ojo del observador formándose en la retina de éste una imagen de la bombilla emisora.
El tiempo empleado en ir al espejo desde la rueda dentada y volver a ella vendrá dado por:

2L
t 
c

En el experimento original la distancia L (entre la rueda dentada y el espejo de la derecha) fue de


algo más de 8‟5 km. Midiendo el tiempo t se podría determinar el valor de c, sin más que despejar
de la expresión anterior y sustituir los datos correspondientes.

Para medir el tiempo que tarda la luz en ir y regresar, se recurrió a hacer girar la rueda dentada cada
vez más deprisa hasta conseguir que la porción de luz que regresa del espejo de la derecha se en-
cuentre con un diente en lugar de con el mismo agujero por donde pasó. En ese caso la luz reflejada
que regresa no llegará al observador.

Así pues el experimento consistió en ir aumentando la velocidad w de la rueda dentada hasta conse-
guir que la imagen de la fuente que ve el observador, desaparezca.

Al utilizar el dispositivo que acabamos de comentar, en una de las experiencias se comprobó que
la rapidez angular mínima a la que desparecía la imagen de la fuente luminosa era de 12‟6 vuel-
tas/s. Sabiendo que el ángulo entre el centro de un hueco y el de un diente era de 0‟25 º y la distan-
cia L entre la rueda y el espejo de 8630 m, calculad el valor de c que se obtuvo.

El tiempo que tarda el centro de un hueco en ser ocupado por el centro de un diente vendrá dado por:

 0'25  
t  siendo  = 0‟25º = rad y w = 12‟6 vueltas/s = 12‟6·2 rad/s
w 180

137
4. Óptica geométrica

Dicho tiempo debe ser el mismo que el empleado por la porción de luz que pasó por el agujero en ir
al espejo de la derecha y regresar para tropezar con el diente, es decir:

2L
t  . Por tanto igualando las dos expresiones anteriores:
c

 2 L 2 Lw 2  8630 12'6  2 180


 c   = 3‟13·108 m/s = 313.000 km/s
w c  0'25  

En la actualidad se ha podido medir la velocidad de la luz por distintos métodos mucho más precisos
y se acepta como valor de la velocidad de la luz en el vacío el de c = 299.792‟5 km/s. En el aire se
propaga con una velocidad algo menor. Para simplificar, es habitual (en problemas que no requieren
mucha precisión) considerar que la luz se propaga en el vacío y en el aire con una velocidad de
300.000 km/s (o 3·108 m/s).

Así pues la velocidad de la luz en cualquier medio material es menor que en el vacío. La luz amarilla
emitida por las lámparas de sodio se propaga en el agua a 225.000 km/s y en el diamante a 124.481
km/s.

Aunque la velocidad de la luz tiene un valor tan grande, las distancias astronómicas son tan enormes
que la luz tarda años o incluso miles de millones de años en llegar de unas estrellas a otras. Es por
ello que a menudo, para medir distancias tan grandes se usan unidades como el año luz o distancia
que recorre la luz en un año. Así, por ejemplo, la galaxia de la Andrómeda (el objeto más lejano que
en una noche clara podemos ver a simple vista) se encuentra de nosotros a más de 2‟3 millones de
años luz lo que significa que cuando la observamos la estamos viendo como era hace ese tiempo.
Nuestra propia galaxia tiene un diámetro de unos 120.000 años luz y la estrella polar se halla a unos
300 años luz.

Las ondas de TV y de radio viajan por el espacio con la misma velocidad que la luz. Un astro-
nauta se encuentra en Marte viendo un partido de fútbol que se juega en la Tierra y en un momento
dado ve que su equipo marca un gol. ¿Cuánto tiempo hace que en realidad se produjo dicho gol?
(dad el resultado en minutos). En el momento del partido la distancia entre los planetas era de
80.000.000 km. Rdo. 4'4 minutos

3. ÍNDICE DE REFRACCIÓN

Para poder comparar la velocidad de la luz en el vacío y en otro medio dado, se introduce una mag-
nitud denominada índice de refracción (simbolizada por “n”).

El índice de refracción absoluto “n” de un medio transparente determinado expresa el número de


veces que la velocidad de la luz en el vacío “c” es mayor que la velocidad de la luz “v” en dicho
medio.1

Matemáticamente, se define como: n = c/v y siempre resulta un numero mayor que 1 (excepto en
el vacío que valdrá precisamente 1).

1
En realidad la velocidad de la luz en un medio material depende del tipo de luz (color) de que se trate. Habitual-
mente los valores de los índices de refracción se refieren a la luz amarilla del sodio.

138
4. Óptica geométrica

¿Qué significa que el índice de refracción absoluto del agua es 1‟333?

De acuerdo con la definición establecida significa que la luz en el vacío se propaga 1‟333 veces más
rápido que en el agua. En la tabla siguiente se dan los índices de refracción de algunos medios:

Aire Agua (líquida) Hielo Vidrio Diamante


1 1‟33 1‟4 1‟5 2‟42

4. REFLEXIÓN DE LA LUZ

Se produce cuando un rayo de luz alcanza la superficie de separación con otro medio y no lo atravie-
sa sino que retrocede propagándose en el mismo medio.

El comportamiento de un rayo de luz en una reflexión está contemplado en las llamadas leyes de la
reflexión, cuyos enunciados son los siguientes:

 El rayo incidente, la normal (N) y el rayo reflejado, están en un mismo plano.

 Los ángulos de incidencia ( iˆ ) y de reflexión ( r̂ ) son iguales.

Normal
N
Rayo incidente
iˆ Rayo reflejado

La reflexión de un haz de rayos puede ser especular o dirigida (cuando la luz incide sobre una su-
perficie lisa como, por ejemplo, un espejo o un metal muy pulido) y difusa (cuando la luz incide
sobre una superficie que presenta irregularidades).

En el primer caso, un haz de rayos paralelos (provienen de un punto lo bastante alejado como para
poder considerar que llegan paralelos) salen reflejados paralelamente en una misma dirección todos
ellos por lo que sólo es posible que entren al ojo (ver el objeto del que provienen) cuando orientemos
el ojo en esa dirección (por eso se llama reflexión dirigida), tal y como se indica en la figura adjunta:
A B

Normal
Rayo incidente Rayo reflejado
C

La luz reflejada sería apreciada por los observadores A y B pero no por el observador C.
139
4. Óptica geométrica

En el segundo caso un haz de rayos paralelos se reflejan en todas direcciones. Se trata de la situación
más común: muchos objetos cotidianos (cuadros, paredes, muebles ...), personas y animales, produ-
cen reflexión difusa y en consecuencia pueden ser vistos desde cualquier punto. En la figura siguien-
te se ha dibujado (exageradamente) una superficie rugosa y la reflexión difusa que origina.

Las piedras, los árboles, los pájaros, las paredes, etc, no son fuentes primarias de luz pero, cuando se
iluminan (gracias al sol u otro foco luminoso), emiten luz por reflexión difusa en todas direcciones y
desde todos sus puntos (sobre los que incide luz) de modo que se convierten en fuentes secundarias
de luz y pueden ser vistos desde cualquier posición.

En realidad los rayos luminosos que llegan a un objeto ordinario (como un lápiz, por ejemplo), no
tienen todos la misma dirección (como hemos dibujado en la figura anterior) sino muchas direc-
ciones distintas ya que pueden provenir tanto de algunas fuentes primarias de luz (solar, eléctrica)
como de muchas fuentes secundarias (los objetos que le rodean). Por tanto, de cada punto del
lápiz salen rayos de luz en muchas direcciones diferentes y sólo un pequeño haz de esos rayos
puede penetrar en el ojo de una persona que mira al lápiz. Si la persona cambia de posición se-
guirá viendo el lápiz pero los pequeños haces de luz que penetran en sus ojos procedentes de cada
punto del lápiz, serán ahora otros.

140
4. Óptica geométrica

5. REFRACCIÓN DE LA LUZ

La refracción de la luz es el cambio de dirección y de velocidad que experimenta la luz cuando pasa
de un medio transparente a otro medio también transparente pero de distinto índice de refracción. El
fenómeno se produce en el instante en que los rayos de luz incidente alcanzan la superficie de sepa-
ración de ambos medios. Los rayos de luz que se propagan por el segundo medio reciben el nombre
de rayos refractados.

Las leyes de la refracción fueron establecidas de modo teórico y experimental por el matemático W.
Snell hacia el año 1620. Son las siguientes:

 El rayo incidente, la normal y el rayo refractado están contenidos en un mismo plano.

 La relación entre los senos de los ángulos de incidencia y refracción es constante e igual a la
relación entre la velocidad de la luz en uno y otro medio respectivamente.

sen iˆ v1
Matemáticamente la segunda ley se puede expresar como: 
sen rˆ v 2

c sen iˆ n 2
Teniendo en cuenta que n  obtenemos: 
v sen rˆ n1

o bien: n1  sen iˆ  n2  sen rˆ


N

Rayo incidente

medio 1

medio 2
r̂ Rayo refractado

Experimentalmente se comprueba que cuando la luz pasa de un medio como el aire a otro como
el agua, el rayo refractado se acerca a la normal (y viceversa). Explicar este resultado experimental
mediante la ecuación anterior.

sen iˆ n 2
Según la ecuación 
sen rˆ n1

queda claro que si se cumple n2  n1 se deberá cumplir también que iˆ  r̂ , es decir: que el rayo re-
fractado se acerque a la normal (y viceversa).

141
4. Óptica geométrica

Un caso especialmente interesante es el fenómeno de la reflexión total. Como acabamos de ver,


cuando un rayo de luz pasa de un medio a otro de menor índice de refracción, se aleja de la normal.
Por otra parte, de acuerdo con la ley de Snell de la refracción, si se va aumentando el ángulo de inci-
dencia también aumentará el de refracción, tal y como se observa en la figura siguiente:

n1  n2
n2

L
iˆ r̂

n1

El ángulo de incidencia tal que el ángulo de refracción correspondiente valga 90º, se denomina ángu-
lo límite y se simboliza por “L”.

Obtened el valor del ángulo límite L en función de los índices de refracción n1 y n2. ¿Qué ocu-
rrirá cuando el ángulo de incidencia sea mayor que L?

Para conocer el valor del ángulo límite, bastará sustituir en la ley de Snell iˆ = L y r̂ = 90º con lo
que:

sen L n n
 2  sen L  2
sen 90º n1 n1

Si los rayos incidentes lo hacen con un ángulo de incidencia superior a L, en lugar de refractarse se
reflejarán. Este fenómeno se denomina reflexión total.

De acuerdo con lo que hemos visto hasta aquí, consideraremos a la luz como algo que se propaga en
línea recta, con una gran velocidad (distinta según el medio) y que experimenta fenómenos de re-
flexión y refracción cuando pasa de un medio a otro (cumpliendo una serie de leyes). Para represen-
tar la luz y su marcha lo hacemos mediante un modelo de rayos luminosos. Los objetos ordinarios
reflejan la luz que les llega de forma que de cada uno de sus puntos podemos considerar que salen
rayos en todas direcciones.

Como puede verse lo anterior constituye un modelo sobre el comportamiento de la luz, en el que no
hemos hecho ninguna hipótesis respecto a qué es la luz. Forma parte del cuerpo de conocimientos de
la óptica geométrica y es suficiente, como vamos a ver, para contestar muchas de nuestras preguntas
iniciales.

142
4. Óptica geométrica

6. FORMACIÓN DE IMÁGENES EN ESPEJOS PLANOS

Los espejos planos son superficies planas pulimentadas (lisas) capaces de reflejar la luz (reflexión
dirigida).

¿Cómo podemos apreciar un objeto puntual situado frente a un espejo plano?

El ojo puede apreciar el punto por observación directa o por reflexión sobre el espejo. En este último
caso se aprecia como si el punto O, estuviera situado al otro lado del espejo formando una imagen
O‟ virtual y simétrica de O, que es de donde parecerían provenir los rayos tal y como se aprecia en la
figura adjunta.2

O‟

Probad que efectivamente tal y como hemos dicho el punto imagen O‟ es simétrico respecto del
punto objeto O.

Para comprobar lo que se demanda, ampliaremos la figura anterior de forma conveniente, con lo que
tendremos:

O
N1 N2

iˆ1 r̂1 iˆ2 r̂2


P P1 P2

O‟

2
Como se verá más adelante, el ojo es capaz de “ubicar” el punto luminoso del que proviene el haz de rayos que
entran a través de su pupila.
143
4. Óptica geométrica

Los triángulos OPP1 y O‟PP1 son iguales porque tienen los tres ángulos iguales y un lado (PP1)
común, luego: PO = PO‟ y los ángulos con vértice en P son rectos, lo que demuestra que el punto
O‟ es simétrico de O (tomando como eje de simetría la superficie del espejo).

Conviene tener en cuenta que cualquiera que sea el pequeño haz de luz seleccionado (de la luz que
emite O en todas direcciones), el punto imagen O‟ sería el mismo. Decimos entonces que un espejo
plano es estigmático (formador de imágenes).

O‟

¿Cómo se deberá proceder para construir la imagen de un objeto extenso como, por ejemplo, un
lápiz?

P
En estos casos deberíamos
obtener la imagen de cada uno
de sus puntos siguiendo el O
procedimiento establecido
anteriormente. No obstante, se
suelen considerar sólo los
extremos, tal y como se mues-
tra en la figura adjunta.
O‟

P‟

144
4. Óptica geométrica

Conviene darse cuenta de que la imagen del lápiz es una imagen virtual (no se puede recoger en una
pantalla y sólo puede ser apreciada por el ojo que sitúa la imagen donde se cortan las prolongaciones
de los rayos) y del mismo tamaño que el lápiz. Con la imagen se produce un hecho curioso conocido
como “perversión”. Podéis comprobar este efecto fácilmente si os miráis en un espejo y os dais
cuenta de que, por ejemplo, vuestra oreja derecha es la oreja izquierda de la imagen o bien colocan-
do una frase escrita frente a un espejo y viendo que en la imagen aparece escrita al revés. Es por eso
que en algunos vehículos se escriben nombres al revés para que cuando los conductores los miren
por el espejo retrovisor puedan leerlos con facilidad.

En general, para simplificar se representan los objetos simbólicamente por flechas. Esto será lo que
haremos de ahora en adelante. Para formar la imagen en un espejo plano, bastará con trazar dos ra-
yos desde la punta de la flecha (uno de ellos perpendicular a la superficie del espejo y el otro en
cualquier otra dirección) y ver dónde se cortan las prolongaciones de los rayos reflejados, tal y como
se ha hecho en la figura siguiente:

(1)
Q Q‟

P O P‟
(2)

Como vemos, la imagen producida en un espejo plano es virtual, dista de la superficie especular lo
mismo que el objeto, tiene idéntico tamaño que éste y está igualmente orientada (se dice que es de-
recha). Para construirla hemos utilizado los rayos (1) y (2).

7. FORMACIÓN DE IMÁGENES EN ESPEJOS ESFÉRICOS

Las superficies reflectoras no tienen por qué ser planas sino que pueden ser también curvas. Los
espejos curvos más comunes son casquetes esféricos pulimentados por el interior (espejos cónca-
vos) o por el exterior (espejos convexos).

145
4. Óptica geométrica

Espejo convexo
Espejo cóncavo

C O O C

En un espejo como los anteriores debemos distinguir los siguientes elementos:

 Centro de curvatura “C”. Es el centro de la esfera a la que pertenece el espejo


 Centro del espejo “O”. Es el polo del casquete esférico que forma el espejo
 Eje principal. Es la recta que pasa por los puntos C y O.
 Eje secundario. Es cualquier recta (que no sea el eje principal) que pase por C.

Para construir la imagen de un objeto en un espejo esférico como los anteriores habrá que dibujar
rayos que saliendo del objeto se reflejen en el espejo de acuerdo con las leyes de la reflexión. No
obstante, antes de proceder a ello, conviene que nos detengamos en analizar qué ocurrirá en algunos
casos particulares.

Analizad cómo serán los rayos reflejados cuando los incidentes sean:

a) Paralelos al eje principal


b) Coincidentes con algún eje (principal o secundario)

El primer caso (rayos incidentes paralelos al eje principal) corresponde a los rayos luminosos que
llegan al espejo procedentes de un punto objeto que se halla sobre el eje principal y a una distan-
cia infinita (en realidad se trata de una situación límite de un punto que estuviera muy alejado, de
modo que cuanto más alejado esté más paralelos serán los rayos que partiendo de él inciden en el
espejo). Si aplicamos las leyes de la reflexión a unos cuantos de esos rayos, obtendremos una
figura como la siguiente:

C O

146
4. Óptica geométrica

Como puede verse los rayos que proceden del punto objeto, tras reflejarse, no coinciden todos ellos
en un mismo punto (como ocurría en el caso de los espejos planos). Decimos entonces que los espe-
jos esféricos son sistemas ópticos no estigmáticos. Como consecuencia las imágenes no se formarán
bien (se producen aberraciones). No obstante, los rayos paralelos muy próximos al eje principal (ra-
yos paraxiales) sí se cortan (una vez reflejados) en el mismo punto. Si tomamos un casquete cuya
altura sea despreciable frente al radio, todos los rayos paralelos al eje que incidan en el, se cortarán
en un mismo punto. En estas condiciones el espejo esférico será estigmático. En adelante siempre
trabajaremos con espejos que cumplan esta condición.

C hR
F O

En un espejo como el de la figura anterior, los rayos paralelos se reflejan pasando todos ellos por un
mismo punto del eje principal, llamado foco F. Por tanto el foco es el punto imagen de un punto ob-
jeto situado sobre el eje principal y en el infinito. A la distancia existente entre el foco y el centro O
del espejo se le llama distancia focal y se simboliza por “f”

Para calcular f volveremos a utilizar la situación representada en la figura anterior pero dibujando
solo dos rayos para poder trabajar con mayor comodidad:

B

C iˆ F 2iˆ O

despreciable

147
4. Óptica geométrica

En las condiciones establecidas el ángulo iˆ debe ser muy pequeño, lo que obliga a que tg iˆ tenga
también un valor muy pequeño y permite considerar tg2 iˆ despreciable frente a 1, con lo que:

2 tg iˆ BO BO BO
tg 2iˆ  2 ˆ
 2 tg iˆ . Como por otra parte tg 2iˆ   y tg iˆ 
1  tg i FO f R
BO BO
Sustituyendo: 2  f = R/2
f R

En los faros de los vehículos las bombillas van situadas en el foco de un espejo cóncavo, de esta
forma todos los rayos que se reflejan en él, salen paralelos (análogamente ocurre en las linternas).

Por otra parte, si tomamos un espejo cóncavo y lo orientamos hacia el Sol, los rayos que inciden
sobre el espejo (paralelos al eje principal por provenir de un objeto extraordinariamente lejano) se
cortarán en el foco (en esto se basa el funcionamiento de los hornos solares).

En los espejos convexos los resultados son similares con la diferencia de que los rayos paralelos
divergen y son sus prolongaciones las que se cortan en el foco. Naturalmente, si pusiéramos una
pantalla en F, no aparecería luz (ningún rayo atraviesa el espejo). Si desde la izquierda mirásemos
hacia el espejo recibiríamos los rayos divergentes y “veríamos” un punto luminoso en F (la imagen
es virtual).


iˆ B

O 2iˆ F iˆ C

Mediante un procedimiento análogo al que utilizamos con los espejos cóncavos comprobad que
en los convexos también se cumple que f = R/2.

148
4. Óptica geométrica

Antes de obtener la imagen de un objeto en un espejo esférico, conviene hacer algunas consideracio-
nes prácticas:

a) En el caso de rayos incidentes que coincidan con un eje (principal o secundario), es fácil darse
cuenta de que el rayo reflejado ha de tener la misma dirección que el incidente ya que si iˆ = 0, como
los ángulos de incidencia y de reflexión son iguales, r̂ = 0.

b) Dado que cuando el rayo incidente es paralelo al eje principal se refleja pasando por el foco; si el
rayo incidente antes de llegar al espejo pasa por el foco, deberá reflejarse paralelamente al eje prin-
cipal (principio de reversibilidad).

Podemos plantearnos ahora cómo proceder para determinar gráficamente una imagen. Para ello ten-
dremos en cuenta los siguientes casos:

a) Objeto puntual situado fuera del eje principal

Atendiendo a las consideraciones anteriores, se buscará la intersección de al menos dos de los si-
guientes rayos:

1. Paralelo al eje principal (que se reflejará de modo que él o su prolongación pasa por el foco F)

2. Un rayo dirigido al foco (que se reflejará paralelo al eje)

3. Un rayo dirigido hacia el centro de curvatura (que se refleja siguiendo el mismo trayecto).

Como se puede apreciar en la figura anterior, basta utilizar dos de los tres rayos dibujados para de-
terminar perfectamente el punto imagen. En la práctica se puede hacer con dos y añadir un tercero
para comprobar que el punto imagen obtenido es el correcto. Conviene recordar que para que el es-
pejo sea estigmático hay que dibujar un casquete con muy poca curvatura.

149
4. Óptica geométrica

b) Objeto puntual situado en el propio eje principal

En este caso buscaremos la intersección de dos rayos, uno según el eje principal (1) y otro según
cualquier otra dirección (2). Podemos determinar el rayo reflejado de (2) haciendo uso de la ley de la
reflexión de forma que el ángulo de reflexión valga lo mismo que el de incidencia. A veces, para
determinar el rayo reflejado de (2) se recurre también a dibujar dos rayos auxiliares paralelos al rayo
incidente de tal forma que uno pase por C y el otro por F, donde se corten los rayos reflejados de
estos dos rayos incidentes auxiliares será el punto por donde deberá pasar el rayo reflejado que se
busca (ved figura siguiente).

(2)
Punto objeto

C F O
(1)

rayo auxiliar
Punto imagen
rayo auxiliar

c) Objeto extenso

Cuando el objeto es extenso se busca la imagen de cada uno de sus puntos. En el caso particular de
que el objeto pueda ser considerado como un segmento vertical apoyado sobre el eje principal, bas-
tará con determinar la imagen del extremo ya que la imagen del segmento vertical será otro segmen-
to vertical también con origen en el eje.

Aplicando las consideraciones anteriores vamos a determinar la imagen de una flecha vertical con
origen en el eje principal en el caso de un espejo cóncavo. Se pueden dar los siguientes casos:

a) El objeto se encuentra a la izquierda de C


b) El objeto se encuentra justo en el punto C
c) El objeto se encuentra entre C y F
d) El objeto se encuentra en F
e) El objeto se encuentra a la derecha de F

Construid la imagen producida en cada una de las situaciones anteriormente expuestas

En el esquema siguiente hemos reproducido las imágenes que se producirían en un espejo cóncavo
para cada una de las posibilidades que se han considerado, indicando cómo es la imagen obtenida en
cada caso.

150
4. Óptica geométrica

Imágenes producidas por un espejo cóncavo

a) Objeto a la izquierda de C b) Objeto en C

C F O C F O

c) Objeto entre C y F d) Objeto en F

F O C F O
C

e) Objeto entre F y O
a) Imagen real, invertida, menor

b) Imagen real, invertida, igual

c) Imagen real, invertida, mayor


C F O
d) Imagen se forma en infinito

e) Imagen virtual, derecha, mayor

151
4. Óptica geométrica

En la última de las situaciones planteadas (objeto a la derecha del foco) hemos visto que la imagen
era virtual (no se puede recoger en una pantalla y sólo puede apreciarla el ojo situado conveniente-
mente), derecha y más grande que el objeto. Ello hace que una de las aplicaciones de interés de estos
espejos sea su empleo en casos en los que interesa observar imágenes ampliadas (por ejemplo, para
depilarse, afeitarse o maquillarse).

Cabe plantearse ahora cómo serán las imágenes formadas en los espejos convexos.

Determinad la imagen de una flecha vertical situada sobre el eje principal, en un espejo convexo

Si tratamos de construir la imagen veremos que cualquiera que sea la posición del objeto, siempre se
produce una imagen: virtual, derecha y de menor tamaño que el objeto, situada entre el foco F y el
centro O del espejo, tal y como se muestra en la figura siguiente.

O C

Como podemos ver en la figura anterior, en los espejos convexos las imágenes siempre son virtua-
les, derechas y de menor tamaño que el objeto. Ello, unido a que con este tipo de espejos se consigue
un campo de visión muy amplio, explica que sean especialmente útiles como espejos retrovisores en
los vehículos, o en los cruces de calles, en los comercios, etc.

Hasta aquí tan solo hemos realizado un estudio cualitativo de las imágenes producidas por espejos
esféricos. No obstante sería muy importante disponer de expresiones que nos permitieran hacer pre-
dicciones teóricas acerca del tamaño y de la posición de una imagen en función del objeto, de su
posición y de las características del espejo. Se trata de ser capaces de contestar cuantitativamente
preguntas tales como: ¿Dónde se formará la imagen y cómo será cuando situemos tal o cual objeto
en una determinada posición frente a un espejo dado? Y todo ello sin necesidad de realizar ningún
montaje experimental.

152
4. Óptica geométrica

Concretamente los problemas que nos vamos a plantear serán:

 ¿Qué relación existe entre el tamaño del objeto y el tamaño de la imagen?

 ¿Existe alguna expresión que relacione las posiciones del objeto y la imagen con las característi-
cas del espejo (radio de curvatura o su distancia focal)?

Para relacionar cuantitativamente el tamaño (y) de un objeto con el tamaño (y‟) de su imagen se de-
fine una magnitud denominada “aumento lateral” (A) como el cociente entre ambos. Es decir:

A = y‟/y

Como además conviene que A nos informe de la orientación de la imagen (el objeto siempre lo to-
maremos derecho) consideraremos valores positivos de y‟ los correspondientes a imágenes derechas
y negativos los correspondientes a imágenes invertidas (en éste último caso A será negativo).

Para medir la posición (s) del objeto y la posición (s’) de la imagen, utilizaremos un sistema
de referencia centrado en el sistema óptico (punto O) y coincidiendo con su eje principal.
Tomaremos como semieje positivo a la derecha de O y negativo hacia la izquierda. La luz
incidente siempre haremos que vaya en sentido positivo.

Q‟
y
y‟
( ) (+)
P O P‟ F
s s‟ C

En la figura anterior el rayo que va desde Q hasta O se refleja simétricamente respecto del eje prin-
cipal. Los triángulos QPO y Q‟P‟O son semejantes y se cumplirá:

P' Q' OP'


 , pero teniendo en cuenta que: P‟Q‟ = y‟ ; PQ = y; OP‟ = s‟; OP = -s 
PQ OP

y' s'
podremos escribir la expresión anterior como: A  
y s


Como OP es un valor absoluto y s es negativo, para poder sustituir OP por s, debemos poner –s.
153
4. Óptica geométrica

Para obtener una expresión matemática que relacione las posiciones del objeto y de la imagen (s y
s‟) con la distancia focal (o el radio de curvatura), partiremos de la figura anterior, a la cual hemos
añadido dos nuevos puntos (M y N).

Q M

Q‟
y
y‟
( ) F C (+)
P O P‟
s N s‟

Los triángulos NMF y P‟Q‟F también son semejantes, cumpliéndose que:

P ' Q' P ' F


 y como P‟Q‟ = y‟; NM = y; P‟F = f-s‟; NF  OF = f, nos queda que:
NM NF

y ' f  s'
 y si igualamos ahora con la expresión anteriormente obtenida para A:
y f

s' f  s' s' s' s' s' 1 1 1


    1   1  y finalmente:  
s f s f s f s s' f

Las ecuaciones anteriores, aunque han sido obtenidas partiendo del caso de un espejo convexo, son
igualmente válidas para los espejos cóncavos.

Comprobad que un espejo plano cumple la condición de espejo esférico con R = 

Hasta aquí hemos estudiado dos sistemas ópticos como son el espejo plano y el espejo esférico, en
los que los rayos que llegan a su superficie procedentes de un punto luminoso se reflejan de acuerdo
con las leyes de la reflexión. A continuación estudiaremos otros dos sistemas ópticos llamados diop-
trio plano y dioptrio esférico en los que los rayos procedentes de un punto luminoso, al llegar a la
superficie de separación de dos medios transparentes, pasan de uno al otro sufriendo una desviación
regida por las leyes de la refracción.

8. DIOPTRIO PLANO

Se conoce como dioptrio plano el sistema óptico constituido por dos medios transparentes cuya su-
perficie de separación es plana. Un ejemplo concreto de dioptrio plano es el agua en reposo de un
estanque y el aire que hay sobre ella.
154
4. Óptica geométrica

Queremos saber cómo se forma una imagen en un dioptrio plano y cómo podemos determinar su
posición.

Consideremos el caso representado en la figura adjunta en el que la luz pasa de un medio (1) de ma-
yor índice de refracción a otro medio (2) de menor índice de refracción (sería el caso de un punto
luminoso en el interior de una piscina) y donde los rayos que parten del punto luminoso P, tras sufrir
la desviación correspondiente, siguen dispersándose en el segundo medio y, por tanto, no se formará
una imagen real; aunque podemos plantearnos si se producirá o no una imagen virtual y cómo.

n2

n1
P

Consideremos un estrecho haz de luz cuyo ángulo de incidencia llamaremos iˆ1 . Si tras sufrir la re-
fracción dibujamos las prolongaciones de estos rayos, apreciaremos que se cortan en un punto O‟1
que se encuentra en la vertical de O y, en este caso, más próximo a la superficie de separación. Este
punto O‟1 sería la imagen virtual de O que apreciaría un observador A que se situara de forma que le
llegase el haz. En cambio otro observador B recibiría un haz distinto y apreciaría la imagen en otro
punto O‟2 (el sistema, por tanto, no es estigmático).

r̂1

iˆ1
O‟1

O‟2

La ecuación que relaciona la posición del


objeto con la posición de la imagen se obtie- r̂
ne de la figura adjunta al considerar que: P Q

O‟
PQ PQ iˆ
tg iˆ  tg rˆ 
OP O' P
O

155
4. Óptica geométrica

tg iˆ O' P
Dividendo las ecuaciones anteriores:  y si llamamos O‟P = s‟ y OP = s:
tg rˆ OP

tg iˆ s '
 que junto con n1 sen iˆ  n2 sen rˆ nos determinará la posición de la imagen.
tg rˆ s

Nótese que para una misma posición del objeto, según el ángulo de observación tendremos distintas
posiciones de la imagen ya que, como hemos dicho, el sistema no es estigmático. Para que el sistema
se comporte como estigmático deberemos considerar que la observación se realiza siempre desde
una posición para la que los rayos son poco inclinados (para valores de r̂ menores de 20º). En ese
caso se cumplirá que:

tg iˆ sen iˆ s' sen iˆ sen iˆ n 2


 lo que equivale a:  y, teniendo en cuenta que  :
tg rˆ sen rˆ s sen rˆ sen rˆ n1

La ecuación obtenida se conoce como ecuación del dioptrio plano


s' n 2
 y, como hemos visto, su campo de validez se limita a aquellos
s n1 casos en los que los rayos sean poco inclinados.

Analizando la ecuación del dioptrio plano es fácil darse cuenta de que siempre que la observación se
realice desde un medio de menor índice (es decir n2 n1) la imagen se apreciará más próxima de lo
que está el objeto (s‟ s) y viceversa.

¿Qué ocurrirá si tenemos un objeto extenso en lugar de un objeto puntual?

Para determinar su imagen virtual bastará considerarlo descompuesto en puntos y obtener la imagen
de éstos. En la práctica el objeto se asimila a una flecha, con lo que bastará con determinar la posi-
ción de la imagen de su origen y de su punta. Esto puede hacerse de dos formas:
n2
a) Aplicando la ecuación del dioptrio
plano a cada uno de esos dos puntos
extremos y una vez obtenidos los dos O‟ Q‟
n1
puntos imagen correspondientes, O Q
unirlos

b) Dibujando los rayos que partan de cada


extremo de la flecha como se aprecia en la n2
figura (para dibujar el rayo inclinado habría
que aplicar la ley de la refracción) y, una
vez obtenidas las imágenes (puntos de cor-
te) de dichos extremos, unirlos para dibujar n1
la imagen de la flecha.

156
4. Óptica geométrica

Determinad el tamaño y la posición de la imagen de la flecha representada en la figura anterior,


que apreciará el observador sabiendo que tiene 10 cm de larga y que se halla a 40 cm de profundi-
dad paralelamente a la superficie del agua (nagua = 4/3).

Rdo. 10 cm y estará situada paralelamente a la superficie, a 30 cm de profundidad.

9. DIOPTRIO ESFÉRICO

Si la superficie de separación de los dos medios transparentes es esférica en lugar de plana, tenemos
un dioptrio esférico. Un ejemplo concreto sería el caso de una pecera esférica (de espesor desprecia-
ble) llena de agua y el aire que la rodea.

Al igual que hicimos con los espejos esféricos, se definen el vértice, el centro de curvatura, el eje
principal y los ejes secundarios de la misma forma que allí. Para que el sistema se comporte como
estigmático trabajaremos sólo con rayos paraxiales (siempre propagándose en sentido positivo).

M

h r̂
(-)   ‟ (+)
P O N C P‟

n1 n2

A continuación obtendremos la ecuación del dioptrio esférico, que nos sirve (entre otras cosas) para
determinar la posición de la imagen de un objeto en este sistema óptico.

9.1. Ecuación del dioptrio esférico

Consideraremos el caso de la figura anterior en el que n1 n2. La imagen (P‟) de un objeto puntual
(P) la obtendremos aplicando la ley de la refracción a dos rayos cualesquiera que partan de P y atra-
viesen el dioptrio (nos convendrá tomar uno según el eje).

En la figura se aprecia que el ángulo de vértice M del triángulo PMC es suplementario del ángulo iˆ
y, por tanto, se cumple que: iˆ     . De igual modo el ángulo de vértice C del triángulo MCP‟ es
suplementario de  y se cumple que:   rˆ   ' .

Si consideramos la ley de la refracción aplicada a rayos paraxiales: n1  iˆ  n2  rˆ y sustituimos los


valores de iˆ y de r̂ tenemos: n1 ( + ) = n2 ( - ‟).

En la figura se aprecia también que:

157
4. Óptica geométrica

h h
tg   y para rayos paraxiales   tg  (ya que PN  -s)
PN s
h h
tg  '  y para rayos paraxiales  '  tg '  (ya que NP‟  s‟)
NP' s'
h h
tg   y para rayos paraxiales   tg  (siendo R el radio).
NC R

 h h  h h  1 1 1 1
Sustituyendo: n1      n2      n1      n2   
 s R  R s'   s R  R s' 

y operando:
n1 n 2 n1  n 2
 
s s' R

La ecuación anterior se conoce como ecuación del dioptrio esférico. Para determinar gráficamente
la imagen de un objeto en un dioptrio esférico, hemos de conocer previamente la posición de los
focos.

9.2. Focos y distancias focales

Foco objeto (F) es un punto del eje óptico cuya imagen está sobre dicho eje y en el infinito. Los ra-
yos que partan de F (o que sus prolongaciones pasen por F), tras refractarse, emergen paralelamente
al eje, de modo que la imagen se halla en el infinito y s‟ = .

La posición de F viene dada por f (distancia focal objeto) cuyo valor absoluto coincide con la
distancia entre el foco F y el vértice O.

Obtened el valor de f a partir de la ecuación del dioptrio esférico.

n1
Si en tal ecuación hacemos s‟ =  y s = f, obtenemos fácilmente: f  R
n1  n 2

Podemos utilizar la expresión anterior para localizar el foco objeto en los cuatro casos que se pueden
dar en el dioptrio esférico:

a) Si R  0 y n1 n2 obtenemos que f  0, es


decir, en este caso, el foco objeto está a la iz-
quierda del vértice O del dioptrio.

b) Si R 0 y n1  n2 obtenemos que f  0, con


lo que, en este caso, el foco objeto F también
está a la izquierda del vértice O del dioptrio.

158
4. Óptica geométrica

c) Si R  0 y n1  n2 obtenemos que f 0, es decir,


en este caso, el foco objeto está a la derecha del
vértice O del dioptrio y los rayos cuyas prolonga-
ciones pasan por F se refractan paralelamente el eje
óptico.

d) Si R 0 y n1 n2 obtenemos, al igual que en el


caso anterior, que f 0.

Los dioptrios a) y b) se conocen como convergentes y los c) y d) como divergentes

Se denomina foco imagen (F‟) a un punto del eje que es la imagen de un punto situado en el eje y en
el infinito. Los rayos que proceden de dicho punto se propagan paralelamente al eje y, tras refractar-
se, emergen de forma que concurren en F‟.

La posición de F‟ viene dada por f ‟ (distancia focal imagen) cuyo valor absoluto coincide con la
distancia entre el foco F‟ y el vértice O.

Obtened el valor de f ‟ a partir de la ecuación del dioptrio esférico.

 n2
Si en tal ecuación hacemos s = -  y s‟ = f „, obtenemos fácilmente: f '  R
n1  n 2

Igual que hicimos anteriormente con el foco objeto, podemos hacer ahora con el foco imagen:

a) Si R  0 y n1 n2 obtenemos que f „  0, es decir,


en este caso, el foco imagen está a la derecha del
vértice O del dioptrio.

Comprobad que en el caso b) en que R 0 y n1  n2 se cumple también que f „ 0

c) Si R  0 y n1  n2 obtenemos que f „ 0, es decir,


en este caso, el foco imagen está a la izquierda del
vértice O del dioptrio.

Comprobad que en el caso d) en que R 0 y n1  n2 , se cumple también que f „ 0

159
4. Óptica geométrica

Un dioptrio de R = 20 cm, separa dos medios de índices de refracción n1 = 1 y n2 = 4/3. Deter-


minad sus distancias focales. Rdo. f = -0‟6 m y f ‟ = 0‟8 m.

Un aspecto interesante son las relaciones existentes entre f y f ‟. Dichas relaciones pueden obte-
nerse fácilmente sin mas que dividir y sumar las expresiones anteriores entre ellas. Comprobad que
dividiéndolas se obtiene f/f ‟ = -n1/n2, mientras que al sumarlas se obtiene f + f ‟ = R (cada magni-
tud con su signo correspondiente).

n1
 R
f n 2  n1 n f n
Dividiendo:   1   1
f' n2 n2 f' n2
R
n 2  n1

El resultado anterior (negativo siempre) nos muestra que necesariamente los focos objeto e imagen
han de hallarse a uno y otro lado del dioptrio.

n1 n2
Sumando: f  f '   R  R  R  f  f ' R
n 2  n1 n 2  n1

Por otra parte, si multiplicamos la ecuación del dioptrio esférico por la inversa de su segundo miem-
bro:
R R
n1  n2 
n1 R n R n  n2 R n1  n 2 n1  n 2
  2   1  1   1
s n1  n 2 s' n1  n 2 R n1  n 2 s s'

f f'
Con lo que:  1
s s'

Ésta última ecuación se denomina fórmula general (o de Gauss) del dioptrio esférico.

9.3. Determinación gráfica de las imágenes

Para determinar la imagen haremos uso de dos rayos de entre los tres siguientes:

 El que incide paralelamente al eje óptico y, tras refractarse, pasa por el foco imagen.
 El que pasa por el foco objeto y, tras refractarse, sale paralelo al eje
 El que incide normalmente al dioptrio pasando por su centro de curvatura C (no se refracta).

Determinad la gráficamente la imagen en los dos casos que se plantean a continuación:

O F‟ O F‟
F C F C

160
4. Óptica geométrica

Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, es fácil construir las siguientes figuras:

Como podemos ver en las figuras anteriores, la imagen puede ser:

 Real e invertida, si el objeto está a la izquierda de F, como es el caso (a).


 Virtual y derecha, si el objeto está entre F y el vértice O.

Nos queda finalmente, analizar la relación existente entre el tamaño de la imagen y el del objeto.

9.4. Aumento lateral

Como ya vimos anteriormente A = y‟/y , y para conocer su valor dibujaremos el rayo que pasa por
el vértice.

iˆ F‟
O P‟

P C y‟

Q‟

En la figura anterior proceded a calcular el aumento lateral A en función de las distancias foca-
les y las posiciones del objeto y la imagen.

y '  s'tg rˆ s'sen rˆ


Partiendo de A = y‟/y , en la figura vemos que:  
y  s  tg iˆ s  sen iˆ

n 2 sen iˆ
y considerando la ley de la refracción para rayos paraxiales: 
n1 sen rˆ
y ' n1 s'
se obtiene que: A   
y n2 s

161
4. Óptica geométrica

Finalmente, teniendo en cuenta la relación ya vista f/f ‟ = -n1/n2 se llega a:

f s'
A 
f' s

Determinad la situación y el tamaño de la imagen de un pez que se encuentra en el centro de una


pecera de 25 cm de radio (y espesor despreciable), al observarlo desde el exterior (nagua = 4/3).

Rdo. s‟ = -25 cm (se forma en el mismo lugar); y‟ = 4/3 y

Un objeto de 2 cm se encuentra situado sobre el eje y a una distancia de 30 cm de un dioptrio


esférico convexo de 5 cm de radio que separa dos medios de índices de refracción n 1= 1 y n2 =
1‟5. Determinad las distancias focales así como la posición y tamaño de la imagen.

Rdo. f = –10 cm; f‟ = 15 cm; s‟ = 22‟5 cm; y‟ = –1 cm

Comprobad que el dioptrio plano es un caso de dioptrio esférico con R = 

En efecto, si en la ecuación del dioptrio esférico hacemos R = , se obtiene que:

n 2 s'
 que es la ecuación del dioptrio plano.
n1 s

Si sustituimos en las expresiones de los focos y del aumento lateral, obtenemos que:

f = - ; f „= ; A = 1.

Análogamente, podemos comprobar que los espejos son un caso particular de los dioptrios, en los
que se cumple que n2 = -n1.

Volved a obtener la ecuación de los espejos esféricos a partir de la ecuación del dioptrio esféri-
co, teniendo en cuenta que en este caso n2 = -n1 y que en los espejos esféricos existe un solo foco
situado en el punto medio que une el vértice O con el centro de curvatura C.

Introduciendo n2 = -n1 en la ecuación del dioptrio esférico, nos queda que:

1 1 2
 
s s' R

Haciendo lo mismo en las expresiones de las distancias focales:

f = f ‟ = R/2

162
4. Óptica geométrica

Es decir, vemos que en los espejos esféricos ambas distancias son iguales y valen la mitad del radio.
Ello permite utilizar sólo una distancia focal y escribir que:
1 1 1
 
s s' f

que es la ecuación que ya obtuvimos por otro método para los espejos esféricos.

f s'
En cuanto al aumento lateral: A    si hacemos f = f ‟, obtenemos: A = -s‟/s.
f' s

10. FORMACIÓN DE IMÁGENES MEDIANTE LENTES DELGADAS

Una lente es un sistema óptico constituido por un medio transparente limitado por dos superficies
esféricas o una esférica y la otra plana.

Cuando el espesor de la lente es pequeño en comparación con el radio de curvatura de sus caras se
denominan lentes delgadas. Éste tipo de lentes es, sin duda, el dispositivo óptico simple más impor-
tante. Su uso se remonta al siglo XIV fecha de la que datan las primeras gafas. En la actualidad, jun-
to con los distintos tipos de gafas existen muchos otros dispositivos ópticos que utilizan lentes del-
gadas tales como la cámara fotográfica, la lupa, el microscopio, el telescopio, etc. Las lentes son
esencialmente dispositivos para formar imágenes de objetos.

Según la forma de las caras las lentes se clasifican en: convergentes y divergentes. Las siguientes
lentes son todas más anchas por el centro que por los extremos. Se comportan como lentes conver-
gentes.

Representación simbólica:

Biconvexa Plano convexa Menisco convergente

Las siguientes lentes son más anchas por los extremos que por el centro. Se comportan como lentes
divergentes.

Representación simbólica:

Bicóncava Plano cóncava Menisco divergente

163
4. Óptica geométrica

En lo que sigue supondremos que las lentes son de vidrio o de plástico transparente y se encuentran
en el aire, por lo que el índice de refracción de la lente será mayor que el del medio exterior a ella.

¿Qué le ocurre a un haz de rayos paralelos que inciden sobre una lente convergente situada ver-
tical y perpendicularmente a los mismos?

Cualquiera de los rayos incidentes sufrirá dos refracciones sucesivas, una primera aire-vidrio (por lo
que se acerca a la normal) y una segunda vidrio-aire (por lo que se aleja de la normal). El resultado,
como se muestra en la figura siguiente, es que el haz de rayos paralelos (procedentes de un objeto
situado en el eje a una distancia infinita del centro de la lente) después de esas dos refracciones
emergen de la lente y convergen en un punto del eje F‟ llamado foco imagen.

F‟ Eje
C2 C1

Teniendo en cuenta los resultados anteriores, analizad qué es lo que ocurre si cambiamos la lente
convergente por una divergente.

Repitiendo el mismo proceso tendríamos que el haz de rayos paralelo sufre también dos refraccio-
nes, pero en este caso los rayos que emergen de la lente divergen, de modo que sus prolongaciones
se cortan en un punto del eje (foco imagen) anterior a la lente.

F‟ Eje
C1 C2

164
4. Óptica geométrica

Los esquemas anteriores se han realizado para justificar la desviación que producen a los rayos
luminosos las lentes convergentes y las divergentes. Naturalmente, una vez comprendido esto,
conviene utilizar las representaciones simbólicas de ambos tipos de lente, lo cual simplifica mu-
cho la construcción de esquemas. Las figuras anteriores quedan entonces como:

F‟ F‟

La distancia del foco imagen al centro de la lente se denomina distancia focal f ‟. Análogamente se
llama foco objeto F a un punto del eje principal tal que los rayos que parten del mismo o los rayos
cuyas prolongaciones pasan por él, tras atravesar la lente, salen paralelamente al eje principal. A la
distancia entre F y el centro de la lente se la denomina distancia focal objeto y se simboliza por f.
Los focos F y F‟ (como más adelante comprobaremos), son simétricos respecto al centro de la lente.

F F

10.1. Determinación gráfica de la imagen de un objeto en lentes delgadas

La forma más sencilla es utilizando lo visto anteriormente, es decir: considerar la marcha de tres
rayos que partiendo de un mismo punto objeto:

a) Incida paralelamente al eje principal de la lente (se refractará, él o su prolongación, pasando por el
foco F‟)
b) Pase por el centro O de la lente (con lo que no se desvía)3
c) Se refracte paralelamente (pasa, él o su prolongación, por el foco objeto F)

En realidad con dos cualesquiera de los tres rayos anteriores bastaría para localizar el punto imagen.
(No obstante el trazado de un tercer rayo puede servir de comprobación).

3
Para un rayo que incida en el centro se puede considerar que las caras son paralelas y el rayo sólo sufre un despla-
zamiento que, al ser la lente delgada, se considera despreciable
165
4. Óptica geométrica

Atendiendo a las consideraciones anteriores proceder a construir las imágenes formadas por
lentes delgadas convergentes en los siguientes casos:

a) Objeto situado a una distancia del centro de la lente mayor que 2f


b) Objeto situado a una distancia del centro de la lente igual a 2f
c) Objeto situado entre 2F y F
d) Objeto situado justo en el foco F
e) Objeto situado entre el foco F y el centro de la lente

Formación de imágenes por lentes convergentes

a) Objeto izquierda de 2F b) Objeto en 2F

F‟ 2F‟ F‟ 2F‟
2F F 2F F

c) Objeto entre 2F y F d) Objeto en F

F‟ 2F‟ F‟ 2F‟
2F F 2F F

e) Objeto entre F y centro lente


a) Imagen real, invertida y de menor tamaño

b) Imagen real, invertida y del mismo tamaño

F‟ 2F‟ c) Imagen real, invertida y de mayor tamaño


2F F d) Imagen en el infinito

e) Imagen virtual, derecha y de mayor tamaño

Cabe plantearse ahora cómo serán las imágenes formadas por las lentes divergentes.

Determinad la imagen formada por una lente divergente

166
4. Óptica geométrica

Si tratamos de construir la imagen veremos que cualquiera que sea la posición del objeto, siempre se
produce una imagen: virtual, derecha y de menor tamaño que el objeto, tal y como se muestra en la
figura siguiente.

F‟ F

Es fácil ver que con las lentes divergentes en todos los casos (esté donde esté situado el objeto res-
pecto de la lente) la imagen resulta ser virtual, derecha y de menor tamaño que el objeto. En conse-
cuencia dicha imagen no se podrá recoger sobre una pantalla y sólo se podrá apreciar directamente
por el ojo.
Hasta aquí tan solo hemos realizado un estudio cualitativo de las imágenes producidas por lentes
delgadas pero, análogamente a como hicimos con los espejos, es posible profundizar más y realizar
también un tratamiento cuantitativo. Para ello seguiremos las mismas normas y criterios de signos
que hemos venido utilizando.

10.2. Ecuación de las lentes delgadas

Una lente se puede considerar como un sistema óptico formado por dos dioptrios uno de los cuales,
al menos, suele ser esférico.
Para deducir la relación entre la posición del objeto (s) y la posición de la imagen (s‟) con las carac-
terísticas de la lente, consideraremos el caso de la figura siguiente en donde n1 n2, el espesor de la
lente es despreciable (lente delgada) y R10, R20.

P C2 C1 P‟ P‟1
S‟
S
S‟1

167
4. Óptica geométrica

En la figura anterior, P‟1 es la imagen de P que se formaría si sólo estuviera el primer dioptrio, pero
como hay dos dioptrios, la imagen de P se forma realmente en P‟. El proceso se puede estudiar con-
siderando que la imagen del primer dioptrio hace de objeto para el segundo.

Aplicad la ecuación del dioptrio esférico a cada superficie de la lente considerada y tratad de
deducir la relación que liga las magnitudes s y s‟ con los índices de refracción y los radios.

n1 n2 n1  n2 n 2 n1 n 2  n1
Para el primer dioptrio:   . Para el segundo dioptrio:  
s s1, R1 s1, s' R2

n1 n1  1 1 
Si sumamos miembro a miembro:   (n1  n 2 )    
s s'  1
R R 2 

La expresión anterior se conoce como la ecuación fundamental de las lentes delgadas. En el caso
particular de que la lente se encuentre en el aire (n1 = 1), la ecuación toma la forma:

1 1  1 1 
  (1  n )    
s s'  1
R R 2 

Sabemos que la imagen de un punto situado a una distancia infinita de la lente, se formará en el
foco imagen (F‟). Teniendo esto en cuenta, junto con la ecuación anterior, obtened una expresión
que nos permita calcular la distancia focal imagen f ‟.

Basta con sustituir en la ecuación de la lente las condiciones s =  y s‟ = f „ con lo que

1  1 1 
 (n  1)     (Ecuación del constructor de lentes)
f'  1
R R 2 

Mediante un procedimiento análogo al seguido en la actividad anterior proceded a obtener otra


expresión que nos permita calcular la distancia focal objeto f.

En este caso bastará con sustituir en la ecuación de la lente s = f y s‟ = , con lo que:

1  1 1 
 (1  n)    
f  R1 R2 

De las dos últimas expresiones obtenidas concluimos que f = -f „, lo que significa que los focos de
cualquier lente (sea convergente o divergente) se hallan a igual distancia de la lente (a uno y otro
lado de ella).

168
4. Óptica geométrica

Si introducimos los resultados obtenidos para f „ o para f en la ecuación fundamental de las lentes
delgadas (para el caso habitual de que la lente se encuentre en el aire), tenemos:

1 1 1 1
  
s s' f f'

1 1 1
Multiplicando por f en la expresión   y teniendo en cuenta que f = - f „
s s' f
f f'
llegamos a :  1 (expresión que coincide con la obtenida para el dioptrio esférico).
s s'

10.3. Aumento en las lentes delgadas


En la figura adjunta se
muestra un esquema que Q
incluye una lente delgada, el
objeto y la imagen. y
F‟ P‟
Obtened la relación existente P F O y‟
entre el tamaño de la imagen
y el del objeto (aumento) en Q‟
función de las posiciones
respectivas de ambos sobre el
eje principal.

 y ' s' y' s'


Dado que los triángulos QPO y Q‟P‟O son semejantes, se cumplirá que:   A 
y s y s

10.4. Potencia de una lente

En óptica se utiliza la inversa de la distancia focal imagen para caracterizar las distintas lentes. A
dicha magnitud se le conoce con el nombre de potencia (o convergencia) de una lente y se simboliza
por P, de modo que: 1
P
f'
De acuerdo con la definición anterior, para una lente divergente P será negativa, mientras que
para una convergente será positiva. En el sistema internacional, la unidad de la potencia es el m -1
que se denomina “dioptría”, es decir: 1 dioptría es la potencia de una lente cuya distancia focal
imagen es 1 m.

Hemos visto que con sólo la propagación rectilínea de la luz, la reflexión y la refracción (y sin hacer
ninguna hipótesis respecto a su naturaleza), se pueden explicar algunos fenómenos (como la forma-
ción de sombras o los eclipses) así como el funcionamiento de los espejos (planos y curvos) y de las
lentes delgadas (convergentes y divergentes). Completaremos ahora este estudio elemental de la
óptica geométrica, tratando de interpretar otros fenómenos (como los espejismos), viendo algunas
aplicaciones técnicas importantes (fibras ópticas, cámara oscura, cámara fotográfica, lupa y telesco-
pio), el funcionamiento del ojo humano (cómo vemos) y cómo podemos corregir (usando lentes)
algunos defectos de la visión (como la miopía y la hipermetropía).

169
4. Óptica geométrica

11. REFLEXIÓN TOTAL, ESPEJISMOS Y FIBRA ÓPTICA

Al estudiar la refracción de la luz vimos que cuando un haz de rayos luminosos penetra en un segun-
do medio transparente y de mayor índice de refracción que el primero, se desvía acercándose a la
normal y viceversa. Ello tiene varias consecuencias de interés.

Cuando los rayos luminosos pasan N


del agua al aire (mayor a menor índice
de refracción) se desvían alejándose de
la normal. Utilizad este hecho para ex-
plicar por qué un palo recto metido en r̂
n2 n2 n1
el agua nos parece doblado cuando lo
observamos desde fuera y por qué la O' n1
profundidad de un estanque nos parece ’ iˆ
menor de lo que realmente es.
O

Como se puede apreciar en la figura anterior, hemos dibujado dos de los infinitos rayos lumino-
sos que salen del final del palo (que está tocando el fondo del estanque). El punto imagen de O
para el observador se forma en O‟ (de donde parecen provenir dichos rayos), por lo que apreciará
que el final del palo (y el fondo del estanque) se encuentran a menor profundidad de lo que real-
mente están. Algo similar ocurre con los restantes puntos del palo hasta llegar a la superficie. Ello
explica la sensación de que el palo esté como quebrado en la superficie del agua y que el estanque
parezca menos profundo.
Otra consecuencia interesante (que ya hemos estudiado) es el fenómeno de la reflexión total.

En ocasiones (como algunos días de vera-


no muy calurosos) el asfalto de una carre-
tera o la arena del desierto se calientan
mucho. Ello hace que el aire en contacto
con el suelo aumente mucho su tempera-
tura y se encuentre más caliente que la
capa de aire de encima y ésta a su vez más
que la que tiene encima de ella y así suce-
sivamente. El índice de refracción del aire
caliente es menor que el del aire frío.

Revisad el fenómeno de la reflexión total y junto con estos datos tratad de explicar el espejis-
mo que ve la persona de la figura anterior.
Cuando un rayo luminoso pasa de un medio a otro cuyo índice de refracción es menor, sabemos
que se aleja de la normal. Dado que las sucesivas capas inferiores de aire tienen un índice de re-
fracción más pequeño conforme se hallan más cerca del suelo muy caliente, los rayos (solo
hemos representado uno) se refractan alejándose poco a poco de la normal hasta que el ángulo de
incidencia supera el valor del ángulo límite y se produce la reflexión total, con lo que el rayo re-
flejado va pasando hacia capas de aire más frías (mayor índice de refracción) sufriendo sucesivas
refracciones que lo van acercando a la normal. El beduino de la figura ve una imagen de la pal-
mera invertida, situada en la arena, como si ésta fuese un espejo que la reflejase.

170
4. Óptica geométrica

La reflexión total también permite conducir la luz mediante reflexiones sucesivas a través de las
“fibras ópticas”. Se trata de fibras de vidrio o plástico muy delgadas (apenas unas milésimas de
milímetro de diámetro) de forma que la luz que se propaga por su interior choca oblicuamente con
las paredes produciéndose reflexión total, por lo que la luz se puede transmitir de un extremo a otro
sin apenas pérdidas.

Un haz de tales fibras se denomina tubo de


luz. Se utilizan en la telefonía y otras seña-
les de telecomunicación (como, por ejem-
plo, televisión). También en medicina para
poder ver órganos internos del cuerpo sin
necesidad de operar (endoscopias).

12. CÁMARA OSCURA. ORIGEN DE LAS CÁMARAS FOTOGRÁFICAS

Una consecuencia de la propagación rectilínea de la luz es la formación de una imagen dentro de una
caja en una de cuyas paredes se ha practicado un orificio por el que entra la luz procedente de un
cierto objeto.

Si el orificio se hace grande, en la cara


opuesta aparece una iluminación más o
menos uniforme sin que se aprecie nin-
guna imagen nítida. Ello se explica por-
que desde cada punto del objeto penetra
en la caja un haz de luz, colimado por el
orificio, que incide en la cara opuesta.
Si los haces son amplios (como es el
caso de la figura de la derecha), a un
mismo punto de la pared llegarán haces
procedentes de muchos puntos distintos
del objeto, lo que producirá una ilumi-
nación bastante uniforme en todos los
puntos de la pared situados frente al
orificio.

Si vamos reduciendo el tamaño del orificio se


reducirá también el tamaño del haz, apreciándo-
se que la iluminación será cada vez menos uni-
forme, hasta que se forma una imagen del objeto
tanto más nítida cuanto más estrechos sean los
haces que llegan a la superficie (al mismo tiem-
po, al entrar menos luz, la imagen se hace me-
nos luminosa). La imagen que se forma es real e
invertida y colocando una película fotográfica se
podría obtener una foto del objeto (aunque haría
falta mucho tiempo de exposición).

171
4. Óptica geométrica

Una máquina fotográfica tradicional es básicamente una cámara oscura a la que se le han realiza-
do diversas mejoras que permiten obtener imágenes más nítidas con tiempos de exposición muy
cortos.

Delante del orificio se coloca una lente convergente u objetivo (con distancia focal comprendida
entre 30 mm y 300 mm) de manera que la imagen de un objeto situado a una distancia de entre 2f y
el infinito, será real e invertida. Para que la imagen coincida con la película existe un dispositivo que
permite alejar o aproximar el objetivo a la misma (proceso que recibe el nombre de “enfocar”).

La distancia imagen es mínima para los objetos situados en el infinito (en la práctica los objetos le-
janos) y es igual a la distancia focal imagen (ved cuadro con la formación de imágenes mediante
lentes convergentes). Para los objetos más próximos, la distancia imagen es mayor que la focal por
lo que para que la imagen coincida con la película habrá que alejar el objetivo de ella (cosa que en
algunas cámaras se realiza girando un anillo).

El tamaño del orificio de la cámara por donde entra la luz se puede regular mediante un diafragma
de diámetro variable. En los días de poca luz el diafragma está más abierto y viceversa. En cualquier
caso, para conseguir que el tiempo de exposición de la película a la luz sea el adecuado, existe una
cortinilla (obturador) que se puede abrir y cerrar a voluntad controlando así dicho tiempo (cuanto
menor sea la abertura del diafragma mayor debe ser el tiempo de exposición y viceversa).

visor
objetivo

diafragma obturador película

La película fotográfica contiene productos químicos sensibles a la luz los cuales sufren un cambio al
ser alcanzados por ella. Posteriormente, en el revelado, ciertas reacciones químicas hacen que las
partes alteradas por la luz se ennegrezcan (obtención del “negativo”).

Desde hace ya años, las cámaras fotográficas tradicionales han sido sustituidas mayoritariamente por
otras cámaras digitales en las que no hay carrete o película de fotos, utilizando en su lugar un sensor
de imagen y programas informáticos para su tratamiento.

172
4. Óptica geométrica

13. EL OJO HUMANO, FUNCIONAMIENTO Y DEFECTOS DE LA VISIÓN

El ojo humano es parecido a una cámara fotográfica en cuanto a que se trata de un espacio cerrado a
cuyo interior pasa la luz a través de una lente convergente (el cristalino). El orificio por donde entra
la luz es la pupila (se ve siempre negra porque es un agujero) y la parte coloreada que hay a su alre-
dedor se llama iris y actúa como un verdadero diafragma ya que varía automáticamente de tamaño
para regular la entrada de luz. Cuando hay demasiada luz el iris se ajusta haciendo que la pupila se
contraiga y viceversa. La retina es la capa más interna del ojo y actúa de forma parecida a la película
de la cámara. En la retina hay unas células receptoras de luz (llamadas conos y bastones) que trans-
forman la energía luminosa que les llega en impulsos eléctricos que a través del nervio óptico se
propagan al cerebro, en donde principalmente se realiza la construcción de la imagen y se interpreta
lo que vemos.

El ojo humano es un cuerpo esférico de unos 2‟5 cm de diámetro y la pupila un orificio cuyo
diámetro varía según la intensidad luminosa que llega al ojo, pudiendo hacerlo entre unos 2 mm y
unos 8 mm. La capa más externa del ojo se llama esclerótica y se trata de una membrana blanca
que en su zona anterior se abomba y se hace transparente (córnea). En realidad es la córnea quien
proporciona prácticamente toda la convergencia necesaria para que la imagen se forme en la reti-
na. La luz penetra en el ojo a través de la córnea por la pupila y el cristalino se encarga de realizar
una especie de “ajuste fino” para complementar, en la medida necesaria, la acción de la córnea y
conseguir que la imagen se forme justamente en la retina.

Cristalino Retina
Córnea Iris Nervio
Pupila óptico

Iris Pupila

Globo ocular Esclerótica Músculos


ciliares Esclerótica

Si el objeto se encuentra a mucha distancia (lo que en la práctica equivale a decir en el infinito), los
músculos ciliares de un ojo normal (emétrope) están relajados y la imagen se forma en la retina: El
foco del sistema óptico del ojo está en la retina.

F‟ (Foco del sistema


óptico del ojo)

173
4. Óptica geométrica

Si el ojo no cambiase en nada, al acercar el objeto la imagen se formaría detrás de la retina (ved
formación de imágenes por lentes convergentes en pág 166 ), y la visión sería borrosa.

F‟

Afortunadamente eso no ocurre ya que cuando el objeto se acerca, de inmediato actúan los músculos
ciliares sobre el cristalino produciéndole el abombamiento necesario para que al aumentar su con-
vergencia el punto F‟ se encuentre delante de la retina y la imagen se sitúe de nuevo en la retina
siendo la visión nítida. Este es el procedimiento que tiene el ojo de enfocar los objetos y se denomi-
na acomodación.

F‟

La acomodación del ojo se halla limitada por las características físicas del cristalino (lente biconvexa
constituida por una materia gelatinosa de n = 1‟4). Un ojo normal puede acomodar objetos situados
entre el infinito4 (los músculos ciliares están relajados y el ojo presenta la mínima convergencia) y a
25 cm del ojo (los músculos ciliares producen la máxima convergencia). Dichos puntos reciben el
nombre de punto remoto y punto próximo respectivamente. Así pues, en adelante diremos que el
punto remoto es la distancia máxima a la cual podemos ver claramente un objeto (en un ojo normal
está en el infinito) y el punto próximo es la distancia mínima a la cual podemos ver claramente un
objeto (en un ojo normal de una persona joven está a 25 cm del ojo).

Anteriormente nos hemos referido a un ojo “normal”. Sin embargo esto es más un concepto ideal
que algo común. Cuando hablamos de ojo normal nos estamos refiriendo a una especie de valor
promedio para toda la población mundial. Existen muchísimas personas, por ejemplo, para las que el
punto próximo de sus ojos no está a 25 cm. Un niño puede tenerlo a 7 cm mientras que un anciano
(al perder capacidad para aumentar la convergencia tanto como lo hacía de joven) lo puede tener
incluso a 200 cm del ojo. Además, aparte de la edad, otros factores pueden influir en que la acomo-
dación no se realice dentro del rango de 25 cm al infinito. A continuación analizaremos dos de los
más corrientes.

4
El ojo sólo puede formar sobre la retina la imagen de un punto cuyos rayos lleguen al ojo paralelos (en cuyo caso el
cristalino se aplana al máximo) o divergentes (el cristalino se abomba lo necesario)

174
4. Óptica geométrica

13.1. El ojo miope

La miopía es un defecto de la visión consistente en que el ojo relajado tiene el foco imagen de-
lante de la retina en lugar de en la retina. Un miope no ve bien “de lejos”.

F‟

La causa puede ser una curvatura de la córnea demasiado pronunciada o, lo que es más habitual, que
el globo ocular sea demasiado largo.

Los objetos situados en el infinito (es decir los muy lejanos) no pueden ser vistos con nitidez. El
punto remoto no está pues en el infinito sino a menor distancia del ojo. Al ir acercando un objeto
desde el infinito hacia el ojo, la imagen se acerca a la retina. En cierta posición la imagen se formará
justo en la retina. Dicha posición corresponde al punto remoto de ese ojo miope (varía según el gra-
do de miopía).

F‟
Punto remoto
Ojo miope sin
acomodar

Si seguimos acercando el objeto desde el punto remoto hacia el ojo, el miope puede verlo con
nitidez acomodando el ojo para que la imagen se siga formando en la retina, pero su punto
próximo no está a 25 cm del ojo sino a una distancia menor (ya que empieza a acomodar con el
objeto a menor distancia que el infinito). En ese punto la acomodación es la máxima posible y
más cerca del ojo la imagen será borrosa. Por tanto, un miope ve bien objetos muy cercanos al ojo
(objetos que otras personas verían borrosos).

F‟
Punto remoto 25 cm Punto próximo
Ojo miope con
acomodación

175
4. Óptica geométrica

Así pues el miope no ve con nitidez los objetos situados entre su punto remoto y el infinito. Ello
hace que, por ejemplo, los rostros de las personas situadas en esa zona le resulten borrosos.

Revisad lo que se vio sobre lentes delgadas y haced una propuesta fundamentada sobre cómo
se puede corregir la miopía, es decir, qué tipo de lente hemos de poner delante del ojo de un
miope para que los rayos que provienen del infinito parezcan proceder del punto remoto y, con-
secuentemente, se forme la imagen en la retina en lugar de antes de la retina.

Para corregir la miopía se utilizan lentes divergentes de modo que el foco imagen de las mismas
coincida con el punto remoto. De esta forma un objeto situado en el infinito equivale a un objeto
situado en el punto remoto del miope ya que la lente divergente actúa formando una imagen virtual,
derecha y de menor tamaño que el objeto, más próxima a la lente de lo que está el objeto. Se trata,
por tanto, de buscar una lente divergente adecuada para conseguir que su foco imagen coincida con
el punto remoto en cuestión.

Ojo miope sin


acomodar
F‟ lente

Punto remoto

F‟ del ojo

13.2. El ojo hipermétrope

Se trata de un defecto opuesto a la miopía. En este caso el ojo relajado tiene el foco imagen detrás de
la retina. La causa también es la contraria a la de la miopía.

F‟

Ojo hipermétrope
sin acomodar

Acomodando el ojo, un hipermétrope puede conseguir que la imagen se forme en la retina y ver níti-
damente un objeto situado en el infinito (como ocurre en un ojo normal), pero el punto próximo es-
tará más alejado que en el ojo normal (puesto que un ojo hipermétrope comienza a acomodar antes).

176
4. Óptica geométrica

F‟

Ojo hipermétrope
con cierta acomodación

El hipermétrope no ve con nitidez los objetos situados más cerca que su punto próximo. Se dice que
un hipermétrope no ve bien “de cerca”. Por tanto hay una zona que va desde los 25 cm (punto
próximo para un ojo normal) hasta la distancia a la que tenga el punto próximo el hipermétrope, en
la que éste no ve con claridad.

Revisad lo que se vio sobre lentes delgadas y haced una propuesta fundamentada sobre cómo
se puede corregir la hipermetropía, es decir, qué tipo de lente hemos de poner delante del ojo de
un hipermétrope para que los rayos procedentes de un objeto situado a 25 cm de su ojo parezcan
provenir de su punto próximo y así se forme la imagen en su retina.

Recordemos que para alejar la imagen de un objeto y que sea derecha hemos de situar el objeto
entre el foco y el centro óptico de una lente convergente. En ese caso la imagen es virtual, dere-
cha y de mayor tamaño que el objeto. Por tanto utilizando una lente convergente con una distan-
cia focal mayor que 25 cm podemos conseguir lo que queremos.

F‟
Punto Flente 25 cm
próximo
Acomodación
máxima

13.3. Presbicia

La presbicia es un defecto que todas las personas adquieren con la edad (se denomina también
vista cansada). Se produce porque el cristalino pierde flexibilidad y los músculos ciliares se debi-
litan, por lo que el poder de acomodación disminuye y el punto próximo se aleja.

Para corregir la presbicia hará falta una lente convergente (igual que en el caso anterior). La dife-
rencia con la hipermetropía es que una persona con la vista cansada para ver bien de lejos ha de
quitarse la lente. Por ello es frecuente ver a muchas personas de mediana edad que se ponen las
gafas sólo cuando tienen que leer o ver bien algo muy de cerca. Naturalmente una persona miope
o hipermétrope también sufre, con la edad, de vista cansada. Un miope con vista cansada no ve
bien los objetos lejanos por ser miope y no ve bien los cercanos por tener la vista cansada. Como

177
4. Óptica geométrica

para corregir ambos defectos se utilizan lentes diferentes (divergentes y convergentes respecti-
vamente) debería usar dos modelos de gafas o unas gafas con lentes bifocales.

14. LA LUPA

Cuanto mayor sea el tamaño de la imagen en la retina, de mayor tamaño nos parece el objeto que
observamos.

En las figuras siguientes se puede apreciar que, siendo el objeto el mismo, el tamaño de la imagen
retiniana es tanto mayor cuanto más próximo se encuentre el objeto del ojo (entre el punto remoto
y el punto próximo).

y
1 
d1 C 1 y‟1

y
2

d2 C 2 y‟2

El mayor valor posible de la imagen retiniana para un ojo normal se obtendrá cuando el objeto
formador de la imagen se halle situado a 25 cm de C (distancia que corresponde, como ya sabe-
mos, al punto próximo para un ojo normal).

Una medida del tamaño de la imagen retiniana la proporciona la tangente del ángulo visual  ya que:

tg = y‟/  y‟ = ·tg


Como también se cumple que tg = y/d, podemos escribir que y '  y
d

178
4. Óptica geométrica

Para un ojo normal, el mayor valor de  con el que podremos apreciar nítidamente un objeto corres-
ponderá a cuando éste se encuentre a 25 cm del centro óptico del ojo C. Si designamos por 0 a di-
cho valor tendremos que en ese caso:

 (Máximo tamaño que puede tener la imagen retiniana


tg0 = y/0‟25  y ' 0  y de un objeto por observación directa)
0'25

El tamaño de la imagen retiniana de un objeto puede aumentarse si utilizamos una lente convergente
con determinadas condiciones. En efecto:

Consideremos un objeto de tamaño “y” situado a cierta distancia de nuestro ojo. El tamaño de la
imagen retiniana dependerá, como acabamos de ver, del ángulo .

y

y‟

Si ahora intercalamos una lente convergente de modo que el objeto quede dentro de su distancia
focal, se formará una imagen (virtual, derecha y mayor) que servirá de objeto para el ojo, de modo
que su ángulo ‟ es mayor y, en consecuencia, la imagen retiniana también será mayor, tal y como se
muestra en el esquema siguiente:

‟
F y‟

Una lupa no es sino una lente convergente que permite observar un objeto bajo un ángulo mayor que
el que corresponde a la visión directa del mismo.

El aumento visual MA que proporciona una lupa se define como el cociente entre el tamaño de la
imagen retiniana cuando observamos un objeto con la lupa y cuando lo observamos sin ella. Por
tanto:

MA = y‟(con lupa)/y‟(sin lupa) = ·tg‟/·tg = tg‟/tg

179
4. Óptica geométrica

Habitualmente  y ‟ son ángulos pequeños y se puede suponer que tg   y tg‟‟

Haciendo la simplificación anterior, podemos escribir: MA = ‟/, razón por la cual a la magnitud
anterior también se la denomina aumento angular.

Cuando se utiliza una lupa, lo más cómodo es situar el objeto en F de modo que la imagen virtual
(que hace de objeto para el ojo) se forma en el infinito y así el ojo la puede apreciar sin necesidad de
acomodación alguna.

y
‟ ‟ F‟
F

En las condiciones anteriores se cumplirá que: tg‟= y/f „ o bien (teniendo en cuenta que tg‟‟)
que: ‟ = y/f „

El aumento angular comparado con la mejor observación sin lente vendrá dado por:

' y/f ' 0'25 P


MA     donde P es la potencia de la lente.
 y / 0'25 f' 4

P
Así pues, cuando situamos un objeto en F, el aumento angular es: M A 
4

Al cociente P/4 se le llama número de aumentos. Una lupa de, por ejemplo, 2 aumentos (abreviada-
mente 2x) tiene una potencia de 8 dioptrías (y viceversa).

Puede dar la impresión de que con una lupa podríamos obtener aumentos visuales tan grandes como
queramos (bastaría utilizar lentes convergentes de distancia focal muy pequeña). Sin embargo esto
en la práctica no es posible ya que para ello se tendría que aumentar la convergencia y las lentes ser-
ían muy gruesas dando lugar a aberraciones en la imagen.

180
4. Óptica geométrica

15. EL TELESCOPIO

El llamado telescopio de refracción (o anteojo astronómico) se utiliza para obtener imágenes aumen-
tadas de objetos muy lejanos (en particular los astros).

Consta de dos lentes convergentes llamadas objetivo y ocular. Los rayos que parten de un punto del
objeto llegan al objetivo paralelos (por estar el objeto a tan gran distancia) y su imagen (real, inverti-
da y menor) se formará en el plano focal imagen del objetivo. Dicha imagen actúa como objeto de la
segunda lente (ocular) la cual se comporta como una lupa. Es decir: se tratará de una lente de peque-
ña distancia focal y el “objeto” se sitúa en su foco objeto. De este modo el ojo apreciará una imagen
(virtual, invertida y mayor) que se forma en el infinito (por lo que su visión no requiere acomoda-
ción).
Objetivo

Ocular
F‟OB , FOC

 ‟
 ‟

y‟

En cuanto al aumento angular que se consigue será:

tg  '  y ' / f oc f ob' f f'


MA      ob   ob
tg   y ' / f ob' f oc f oc f ' oc

Nótese que en este caso el signo menos del comienzo se debe a la inversión de la imagen y que con-
sideramos dos sistemas ópticos contiguos de modo que a la izquierda de cada lente (según el lector)
la posición es negativa mientras que a la derecha de cada lente es positiva. Por eso hemos puesto
signo menos a foc y positivo a f ‟ob .
181
4. Óptica geométrica

Como el objetivo y el ocular se hallan en los extremos del telescopio es evidente que la longitud de
éste será L = f ‟Ob + f ‟Oc (en valores absolutos).

La imagen que vemos a través de un telescopio es invertida, pero eso no tiene gran importancia en la
observación de los astros.

¿Qué característica principal ha de tener un telescopio para ser de gran aumento?

De acuerdo con la expresión anterior obtenida para el aumento angular, convendrá que la distancia
focal del objetivo sea grande y la del ocular pequeña.

RECAPITULACIÓN

En este capítulo hemos visto algunos aspectos importantes sobre la luz como su propagación en
línea recta y las leyes experimentales sobre la reflexión y refracción al pasar de un medio a otro. Con
estas ideas hemos podido avanzar en la comprensión de algunos fenómenos naturales como los
eclipses o los espejismos y también hemos podido explicar la formación de imágenes en espejos y
lentes, así como el funcionamiento del ojo humano y de algunos instrumentos ópticos como las gafas
para corregir defectos de la visión, la cámara fotográfica, la lupa y el telescopio.

Todo lo anterior hemos podido hacerlo sin plantearnos la cuestión de qué es la luz. Este problema lo
hemos postergado para abordarlo al comienzo del tema siguiente en el que, tras una breve revisión
sobre la evolución histórica de las principales hipótesis acerca de la naturaleza de la luz, se estu-
diarán algunos fenómenos en los que la luz se comporta de forma típicamente ondulatoria.

182
4. Óptica geométrica

4. ÓPTICA GEOMÉTRICA. CUESTIONES, EJERCICIOS Y PROBLEMAS

1. Una bombilla encendida está


separada de tres observadores 1, 2 y
3, por medio de pantallas negras 1
totalmente opacas tal y como se
muestra en la figura adjunta. En
esas condiciones:

¿Quién o quienes de los tres obser- A 2


vadores podrá ver el agujero A
iluminado?
3

pila

2. Un árbol de 5 m de altura, al ser iluminado por el Sol, proyecta sobre el suelo una sombra de 1‟5 m. Deter-
minad el ángulo con el que le llegan los rayos solares. Rdo. 16‟7º (con la vertical)

3. Un foco luminoso circular de 2 cm de diámetro está situado a 40 cm de una pantalla. Si a la mitad de


distancia entre uno y otra se sitúa una lámina circular opaca de 20 cm de diámetro. Determinad el diáme-
tro de las zonas de sombra y de penumbra que se proyectará sobre la pantalla. Rdo. 38 cm y 42 cm

4. Una persona de 1‟8 m de altura está situada en el borde de una piscina de modo que los rayos del Sol pro-
yectan su sombra sobre la superficie y sobre el fondo de la piscina. Sabiendo que los rayos le llegan formando
un ángulo de 40º con la horizontal, representar gráficamente la sombra sobre la superficie y calculad su longi-
tud. Si la piscina tiene una profundidad de 2 m, determinad la distancia entre el extremo de la sombra proyec-
tada sobre el fondo y la pared de la piscina sobre la que se encuentra la persona. Rdo. 2‟15 m y 3‟55 m.

5. Determinad el radio mínimo que deberá tener un disco opaco para que, al colocarlo sobre la superficie de
una piscina, impida ver una moneda que se encuentra a 1 m de profundidad. Rdo. 1‟13 m

6. ¿Con qué ángulo, r, con respecto a la vertical, debe mirar un submarinista, que está debajo del agua, para
ver un pequeño objeto que está sobre su superficie? (vagua = 2‟3·108 m/s). Rdo. 50‟06º (Selectividad junio-99)

7. Un rayo de luz monocromática que se propaga en el aire incide sobre la superficie del agua de una piscina.
Determinad su ángulo de incidencia para que el rayo reflejado sea perpendicular al rayo refractado. Rdo.
53‟13º (Selectividad junio-00)

8. Un rayo de luz monocromática incide en una de las caras de una lámina de vidrio, de caras planas y parale-
las, con un ángulo de incidencia 30º. La lámina de vidrio, situada en el aire, tiene un espesor de 5 cm y un
índice de refracción de 1‟5. Se pide:

a) Dibujad el camino seguido por el rayo.


b) Calculad la longitud recorrida por el rayo en el interior de la lámina.
c) Calculad el ángulo que forma con la normal el rayo que emerge de la lámina.

Rdo. 5‟3 cm y 30º (Selectividad junio-01)

9. Un foco luminoso puntual se encuentra a 40 cm de profundidad en un estanque lleno de agua. Hallad el


diámetro del círculo máximo en la superficie del agua a través del cual puede salir luz al exterior. Rdo. 91 cm.

183
4. Óptica geométrica

10. Un prisma de sección recta triangular, de ángulos: 30º, 60º y


90º, se encuentra en el vacío. Sobre una de sus caras incide un rayo
de luz, con un ángulo de incidencia de 15º, tal y como se indica en
la figura. Determinad si se producirá el fenómeno de reflexión
total cuando el rayo alcance la cara mayor del prisma cuyo índice
es 1‟5. Rdo. Se produce reflexión total. (S. septiembre-99)

11. La superficie de un estanque está cubierta por una capa de aceite. a) Si un haz de luz pasa del aire al aceite
con un ángulo de incidencia de 40º, calculad el ángulo de refracción en el agua. b) Si un haz de luz procedente
del fondo del estanque pasa del agua al aceite, calculad el ángulo mínimo de incidencia en el agua para que el
rayo no llegue al aire. Datos: (nagua =1‟33; naceite = 1‟45). Rdo. 28‟9º y 48‟75º (selectividad septiembre-97)

12. Un foco luminoso puntual está a 2 m de profundidad en una piscina totalmente llena y a 1‟5 m de una de
sus paredes. ¿Con qué ángulo sale la luz del agua en el borde de la piscina? Rdo. 53‟13º

13. Un rayo incide con un ángulo de 40º sobre una lámina de caras planas y paralelas de índice 1‟4 y espesor
10 cm. Determinad el desplazamiento lateral que sufrirá el rayo. Rdo. 2‟47 cm

14. Un rayo incide en una de las caras de un prisma óptico de 60º con un ángulo de 50º. Determinad el índice
de refracción del prisma sabiendo que emerge formando un ángulo de 30º. Rdo. 1‟27

15. Una persona de 1‟80 m de estatura está situada delante de un espejo plano y rectangular. Sabiendo que sus
ojos están a 1‟70 m del suelo, determinad: a) Mínima longitud vertical que deberá tener el espejo para que
pueda verse de cuerpo entero. b) Altura sobre el suelo a que deberá encontrarse el lado inferior del espejo.
Rdo. 0‟90 m y 0‟85 m

16. Delante de un espejo cóncavo de 100 cm de radio y a 30 cm se sitúa, perpendicularmente al eje, un objeto
de 1 cm de altura. Obtened: La posición del foco, la posición de la imagen y el tamaño de la imagen. Después
comprobad gráficamente los resultados anteriores. Rdo. -50 cm; 75 cm; 2‟5 cm

17. Calculad la posición de un objeto que está situado sobre el eje de un espejo cóncavo sabiendo que su ima-
gen es real, invertida y de doble tamaño que el objeto y se forma a 120 cm del espejo ¿Cuál es la distancia
focal del espejo? Construid el esquema gráfico correspondiente. Rdo. f = - 40 cm; s = -60 cm.

18. Determinad en qué posición del eje óptico principal de un espejo convexo de 60 cm de radio, debemos
situar un objeto de 3 cm, para que la imagen tenga un tamaño de 2 cm. Rdo. s = -15 cm

19. ¿Cómo podemos identificar si un espejo esférico es cóncavo o convexo? ¿Qué tipo de espejo se utiliza
para verse el rostro aumentado?

20. Mediante un espejo cóncavo se proyecta un objeto de 1 cm sobre una pantalla plana que está colocada a 2
m del objeto. Sabiendo que la imagen es invertida y de 3 cm, determinad: a) Distancias del objeto y de la
imagen al espejo. b) Distancia focal del espejo. Rdo. a) -1m y -3 m. b) -3/4 m

21. De un objeto situado a cierta distancia de un espejo cóncavo se forma una imagen real, invertida y triple
que el objeto, situada a 12 cm del espejo. Obtened: a) El radio del espejo y la posición del objeto. b) Lo mis-
mo que en el apartado anterior pero gráficamente. Rdo. a) R = -6 cm; s = -4 cm. b) Dibujamos y‟ a 12 cm,
trazamos la paralela al eje …

22. Un espejo de los utilizados para verse el rostro con aumento tiene un radio de 50 cm. ¿Cuál es el aumento
con que apreciaremos un objeto situado a 20 cm del espejo? Rdo. 5

23. Indicad las características de la imagen de un objeto situado ante un espejo cóncavo que se encuentra en el
punto medio entre el foco y el centro del espejo. Rdo. Virtual, derecha y el doble. (Selectivo septiembre-98)

184
4. Óptica geométrica

24. Dado un espejo esférico cóncavo y un objeto de altura h, construid el esquema de rayos que proporcione
su posición (real o virtual, derecha o invertida) y su tamaño (menor o mayor), en los siguientes casos:
a) El objeto se encuentra entre el foco y el centro de curvatura.
b) El objeto se encuentra a una distancia del espejo menor que la distancia focal.
c) El objeto se encuentra del espejo a una distancia mayor que el radio de curvatura.
Rdo. a) real, invertida y mayor; b) virtual, derecha y mayor; c)real, invertida y menor.

25. Por el retrovisor de un coche parado vemos aproximarse a otro que se desplaza con movimiento uniforme.
Cuando el vehículo se encuentra a 12 m del espejo se aprecia una imagen virtual, derecha y de 1/10 del tama-
ño real. Obtened: a) Radio de curvatura del espejo y posición de la imagen. b) Si 2 s más tarde la imagen
observada se ha duplicado (respecto de su tamaño anterior), ¿cuál es la rapidez del vehículo que se nos
aproxima? Rdo. 8/3 m y 1‟2 m; 10/3 m/s

26. Con un espejo cóncavo se obtiene una imagen invertida tres veces mayor que el objeto. La distancia entre
el objeto y la imagen es de 28 cm. ¿A qué distancia del centro del espejo se halla el objeto y cuánto vale la
distancia focal del espejo? Rdo. s = -14 cm; s‟ = -42 cm; f = -10‟5 cm.

27. Un médico precisa de un espejo tal que cuando esté a 2 cm del objeto produzca una imagen derecha de
6x. ¿Qué tipo de espejo debe usar y cuál habrá de ser su radio de curvatura? Rdo. Cóncavo; R = 4‟8 cm.

28. Determinad gráfica y analíticamente la imagen que aire


apreciaría un observador, situado fuera del agua, del obje-
to de la figura cuya longitud es 10 cm. Rdo. y‟=7‟5 cm
agua

29. Un submarinista observa desde bajo del agua un avión que vuela a 200 m de altura sobre la superficie
del mar en calma. (Para ello, parte de la luz reflejada por el avión en todas direcciones debe incidir sobre
la superficie del agua y, tras refractarse, llegar al ojo del buceador, formando una imagen en su retina).
Dibujad un esquema de la situación y calculad a qué altura sobre el mar le parecería que vuela el avión,
en el caso de que los rayos luminosos que le llegan al ojo procedentes del mismo hubieran incidido pre-
viamente sobre la superficie del agua formando un ángulo con la normal ( o ángulo de incidencia):
a) de un valor muy pequeño,
b) de un valor de 60º.

Rdo. a) 266‟7 m. b) 405‟52 m.

30. Un dioptrio esférico, de radio –20 cm, separa dos medios de índices n1 = 1 y n2 = 4/3. Determinad sus
distancias focales y comprobad que se cumplen las relaciones: f /f ‟ = -n1/n2 y f + f ‟ = R.
Rdo. f = 0‟6 m y f ‟ = -0‟8 m.

31. Un objeto de 4 cm de altura se encuentra situado a 50 cm de un dioptrio esférico cóncavo de 20 cm de


radio que separa dos medios de índices 1 y 4/3. Determinad la posición y el tamaño de la imagen.
Rdo. s‟ = -36‟4 cm; y‟ = 2‟2 cm

32. En una lente, a 30 cm del centro óptico, se halla un objeto de 1 cm y situado perpendicularmente al eje
óptico. Determinad la posición y tamaño de la imagen sabiendo que la distancia focal de la lente es de 25
cm: a) Si la lente fuese convergente. b) Si la lente fuese divergente.
Rdo. a) s‟= 150 cm, y‟= - 5 cm; b) s‟= -13‟64 cm; y‟= 0‟455 cm

33. Frente a una lente convergente de 50 cm de distancia focal y a 25 cm de su centro óptico se encuentra
un objeto cuya altura, perpendicular al eje, es de 1 cm. Determinad la posición y tamaño de la imagen.
Rdo. s‟= -50 cm; y‟= 2 cm.

185
4. Óptica geométrica

34. Delante de una lente de 5 dioptrías y a 50 cm del centro óptico se encuentra un objeto cuya altura,
perpendicular al eje óptico, es de 2 cm. Determinad la posición y tamaño de la imagen, en los siguientes
casos: a) Si la lente fuese convergente. b) Si la lente fuese divergente.
Rdo. a) s‟= 0‟33 m, y‟= -1‟3 cm; b) s‟= -14‟3 cm; y‟= 0‟57 cm.

35. Una lente convergente forma la imagen de un objeto muy lejano (haces de luz incidente paralelos) a
una distancia de 20 cm de la misma. Se pide: a) Distancia focal de la lente. b) Si se coloca un objeto a una
distancia de la lente superior a la distancia focal ¿cuáles serán las características de la imagen?
(Selectividad junio 1997). Rdo. a) f ‟ = 20 cm, f = -20 cm; b) Real e invertida.

36. Sea una lente convergente de distancia focal 10 cm. Obtened gráficamente la imagen de un objeto y
comentad sus características cuando esté situado a: a) 20 cm antes de la lente; b) 5 cm antes de la lente.
Hallad también la potencia de la lente. Rdo. a) Real, invertida e igual; b) Virtual, derecha, mayor. P=10 D
37. Un coleccionista de sellos desea utilizar una lente convergente, de 5 cm de distancia focal, como una
lupa. Calcula a qué distancia debe colocar los sellos respecto de la lente si se desea obtener una imagen
virtual, diez veces mayor que la original. Rdo. A 4‟5 cm de la lente
38. La distancia focal de la lente convergente de un proyector de diapositivas es de 16 cm. La imagen se
forma en una pared situada a 5 m de la lente y la figura de la diapositiva mide 1‟6 cm de altura. Se pide:

a) ¿A qué distancia de la lente debe ser colocada la diapositiva?


b) ¿Cuál será la altura de la imagen proyectada en la pantalla?
c) ¿Por qué la diapositiva ha de colocarse invertida?
Rdo. a) 16‟5 cm; b) 48‟48 cm; c) Para que la imagen se vea ...

39. La imagen que de un objeto proporciona una lente convergente es real, de doble tamaño que el objeto
y está situada a 50 cm de la lente. Determinad la posición del objeto y la potencia de la lente.
Rdo. s = -25 cm; 6 dioptrías.
40. Una persona miope desde niño puede, en algunos casos, tener una visión prácticamente normal (de cerca)
cuando se hace mayor. ¿Cómo es eso posible? ¿Podría ocurrir también en el caso de una persona que en lugar
de miope fuese hipermétrope?
41. Una persona con vista cansada sólo distingue con claridad las letras situadas a una distancia superior a 75
cm de sus ojos. ¿Qué lentes debe usar? Rdo. f = -37‟5 cm (convergente).

42. Un miope no distingue con claridad más allá de 0‟5 m de distancia. ¿Qué lentes necesitará para ver de
lejos? Rdo. P = -2 D.
43. Sabiendo que un ojo normal puede acomodar desde el infinito hasta 25 cm, determinad el poder de
acomodación, es decir, la potencia de una lente que, colocada ante el ojo, permitiera ver el punto próximo
sin necesidad de acomodación. Rdo. 4 dioptrías.
44. Determinad el poder de acomodación de un ojo miope que tiene el punto remoto a 50 cm y el próximo
a 15 cm. Rdo. 4‟67 dioptrías
45. Un ojo hipermétrope tiene su punto remoto a 25 cm de su sistema óptico (detrás de la retina) y su pun-
to próximo a 1 m. Determinad la potencia de las lentes que deberemos utilizar para corregir su visión en
uno y otro caso. Rdo. 4 y 3 dioptrías.
46. ¿A qué distancia de una lente convergente de distancia focal 10 cm debemos situar un objeto para ver-
lo, a través de ella, sin acomodación? ¿Y si el ojo fuera miope y tuviera su punto remoto a 1‟1 m?
Rdo. -10 cm y - 9‟17 cm

Nota: En algunos ejercicios se han tomado como datos el índice de refracción del agua (4/3) y/o el del aire (1),
aunque no figuran explícitamente como tales en el enunciado.

186
5. ÓPTICA FÍSICA

En el tema anterior hemos considerado a la luz como algo que transporta energía de un lugar a otro.
Así, la luz que proviene del Sol suministra a la Tierra toda la energía necesaria para que sea posible
la vida en ella y cuando vemos los objetos que nos rodean es porque la luz que reflejan penetra en
nuestros ojos y la energía que transporta impresiona nuestra retina y es transformada en impulsos
eléctricos que viajan a nuestro cerebro.

Por otra parte, sabemos que existen dos formas básicas de transportar energía de un sitio a otro. Se
puede hacer mediante un movimiento de partículas materiales, es decir, acompañada de un transpor-
te neto de materia (como es el caso de la energía del viento, de una corriente de agua, etc) o bien
mediante ondas, sin que exista un transporte neto de materia, sino una perturbación que se propaga
por un medio dado (como el sonido o las olas en la superficie del mar).

Cabe plantearse pues en cuál de las dos categorías anteriores queda la luz: ¿Es un chorro de partícu-
las “lumínicas” que salen del foco? o por el contrario, se trata de una onda, de una perturbación que
se origina en la fuente luminosa y se extiende rápidamente por el medio que la rodea.

Resolver el problema sobre la naturaleza de la luz fue algo bastante complejo y largo. De hecho am-
bas hipótesis (la corpuscular y la ondulatoria) tuvieron a lo largo de la historia periodos de más o
menos aceptación, a la vez que se iba desarrollando la óptica geométrica, y no fue hasta ya entrado el
siglo XIX que se resolvió la pugna entre ambas con el triunfo de la hipótesis ondulatoria. No obstan-
te ese triunfo no fue total ya que a principios del siglo XX hubo que cuestionar la teoría ondulatoria
de la luz (pero eso es otra historia que veremos en los capítulos de física moderna).

Comenzaremos pues este tema con una breve revisión a la evolución histórica de algunas ideas sobre
la naturaleza de la luz.

1. EVOLUCIÓN DE LAS IDEAS ACERCA DE LA NATURALEZA DE LA LUZ

La luz siempre ha despertado un gran interés y desde la antigüedad se han elaborado distintas
explicaciones acerca de su naturaleza que sirvieron para interpretar toda una serie de fenómenos
tales como su propagación rectilínea, la reflexión y la refracción, los eclipses, la formación del
arco iris, la formación de imágenes ... y el propio mecanismo de la visión.

No obstante, a veces los mismos hechos experimentales pueden ser interpretados de formas distintas
que pueden ser, incluso, contrapuestas. Este es el caso de los fenómenos luminosos en donde es po-
sible encontrar ya desde los antiguos filósofos griegos, distintos modelos acerca de la naturaleza de
la luz y de cómo vemos los objetos.

Demócrito y los atomistas pensaban que de los objetos emanaban unas imágenes ya formadas que
eran transportadas por la luz hasta nuestros ojos.

Alrededor del año 1000 de nuestra era, el árabe Alhazen pensaba que la luz era el agente causante de
la visión y que los objetos iluminados eran fuentes secundarias de luz ya que emitían rayos de luz.
Para explicar la visión relacionaba cada punto del objeto con un punto del ojo a partir de la emisión
de un rayo que va del primero al segundo. De esta forma, la imagen del objeto se formaba en el ojo.

205
5. Óptica física

En el siglo XVII el astrónomo Kepler supuso que desde cada punto luminoso se proyecta al exterior
una esfera de luz que se expande. Para Kepler, los rayos luminosos no tienen existencia física real
sino que son tan solo elementos geométricos que muestran la propagación de la luz en línea recta y
en todas direcciones, de forma instantánea.

A partir de Kepler, se desarrollaron de forma más elaborada dos modelos fundamentales sobre la
naturaleza de la luz. Según el modelo ondulatorio, la luz se propaga en el éter -sustancia especial
que, según se suponía, impregnaba todo el espacio- como ondas esféricas, con una cierta velocidad
(que depende del medio); por tanto, la luz no es algo sustancial que se proyecta desde el foco al exte-
rior sino una perturbación que se origina en el foco luminoso y se propaga como una onda por los
restantes puntos del espacio debido a las vibraciones del éter que todo lo impregna. Según el modelo
corpuscular la luz estaría formada por partículas de diferentes formas y tamaños de forma que en
cada color las partículas serían idénticas entre sí y diferentes a las de los demás colores; la velocidad
de las partículas de luz sería diferente según el tipo de partículas y según el medio por el que se pro-
pagasen.

Por otra parte, durante el siglo XVII se fabricaron diversos tipos de lentes con los que pudieron cons-
truirse instrumentos ópticos como telescopios y gafas. Desde esa época hasta comienzos del siglo
XX, las teorías ondulatoria y corpuscular de la luz fueron cambiando su grado de aceptación entre la
comunidad científica internacional dependiendo de su capacidad para interpretar los hechos experi-
mentales y también del prestigio de los científicos que apoyaban una u otra interpretación. No obs-
tante eso no fue un obstáculo para que se desarrollara todo un cuerpo de conocimientos (la óptica
geométrica) en el que basándose únicamente en algunos hechos (como la propagación rectilínea de
la luz y las leyes de la reflexión y refracción), se puede explicar satisfactoriamente cómo se forman
las imágenes de los objetos, el mecanismo de la visión y el funcionamiento de muchos instrumentos
ópticos (cámara oscura, lupas, microscopios, telescopios, cámaras fotográficas ... y el propio ojo).
Todo ello al margen de si la luz estaba formada por corpúsculos o era una onda.

La teoría corpuscular era defendida por Newton (1642-1727) el cual consideraba que la luz estaba
formada por corpúsculos de distinto tipo (según el color de la luz) que se emitían por el foco lumino-
so y que se movían siempre en línea recta por un medio dado o por el vacío, de acuerdo con las leyes
de la mecánica.

Utilizad la teoría corpuscular de la luz para explicar:

a) Su velocidad de propagación. b) La formación de sombras nítidas detrás de los objetos ilumina-


dos. c) La reflexión y la refracción

a) En un medio homogéneo e isótropo dado (o en el propio vacío), la velocidad de la luz no es sino


la velocidad a la que se propagan los corpúsculos luminosos en ese medio (o en el vacío).

b) La formación de sombras nítidas tras los objetos opacos iluminados se explica por el hecho de que
los pequeños corpúsculos de luz no puedan atravesarlos, con lo que detrás de ellos se producirá una
zona perfectamente delimitada a la que no llegará ninguna luz.

c) La reflexión no sería sino la consecuencia del choque de las partículas que forman la luz contra
una superficie especular. Esos choques se producirían de acuerdo con las leyes de la mecánica (prin-
cipio de conservación de la cantidad de movimiento) que dan cuenta perfectamente de los hechos
experimentales observados (leyes de la reflexión).

188
5. Óptica física

En cuanto a la refracción, las leyes de la mecánica predicen que cuando una partícula pasa de un
medio a otro en el que se mueve más lentamente, se debe alejar de la normal. Experimentalmente se
observa que la luz, cuando pasa del aire al agua, se acerca a la normal, luego, según la teoría corpus-
cular, la velocidad de la luz en el agua debería ser mayor que en el aire.

La teoría ondulatoria de la luz fue defendida por otros científicos, como el holandés Huygens (1629-
1695) que consideraba a la luz como una onda longitudinal que se propagaba desde el foco luminoso
hasta el observador. No obstante, inicialmente, este modelo no gozó de mucho éxito permaneciendo
relegado a un segundo plano entre la comunidad científica durante bastante tiempo. Ello se debió
fundamentalmente a que:

 En aquella época toda onda conocida (por ejemplo el sonido) requerían un medio material por el
que propagarse, pero la luz era capaz de hacerlo por el vacío.
 Si la luz fuera una onda, debería presentar las propiedades características de éstas y entre ellas, la
difracción y las interferencias y éstas no se habían observado. Así, por ejemplo, la existencia de
una sombra nítida detrás de un objeto iluminado mediante un foco puntual, podía interpretarse
como que la luz no se difractaba y como un claro apoyo a la teoría corpuscular.
 Finalmente, también hay que considerar el enorme prestigio científico de Newton, defensor de la
teoría corpuscular.

No obstante, la situación cambió hacia mediados del siglo XIX. Entre las causas que contribuyeron a
dicho cambio, cabe resaltar las siguientes:

a) Las experiencias realizadas por Young y Fresnel que demostraron claramente que las sombras
producidas por orificios muy pequeños no eran nítidas y también que, en determinadas condiciones,
luz más luz podía dar lugar a menos luz o incluso a oscuridad. Estos fenómenos de difracción e in-
terferencias, solo podían interpretarse con la teoría ondulatoria. El hecho de que no se hubieran de-
tectado antes se debía, sin duda, a que la luz era una onda de muy pequeña longitud con lo que para
apreciar bien la difracción había que disponer de agujeros o rendijas de un tamaño igual o menor
(cosa técnicamente bastante complicada en la época).

b) Fizeau en 1849 y Foucault en 1862, pusieron a punto diversos métodos experimentales para medir
la velocidad de la luz en distintos medios. Los resultados experimentales mostraron que la velocidad
de la luz en el agua, al contrario de lo predicho por la teoría corpuscular, era menor que en el vacío.

Así pues, la teoría ondulatoria de la luz comenzó a imponerse sobre la teoría corpuscular, aunque a
mediados del siglo XIX, la primera todavía presentaba una dificultad grave: Como la luz se propa-
gaba en el vacío, había que suponer la existencia de una sustancia hipotética “el éter” que impregna-
ba todo el espacio y que (para explicar los hechos experimentales) debía tener unas propiedades muy
especiales (como ser a la vez muy rígido y muy elástico y tan tenue que no frenase el movimiento de
los astros en su seno).

La dificultad anterior se superó cuando, a finales del siglo XIX, Maxwell estableció que la luz no era
sino un tipo de onda electromagnética (como lo son, por ejemplo, las ondas de radio o de televisión).
Por tanto, al igual que cualquier onda electromagnética, se podía propagar perfectamente por el vac-
ío. Así pues, a principios del siglo XX, parecía que la controversia acerca de la naturaleza corpuscu-
lar u ondulatoria de la luz había quedado definitivamente zanjada y toda la comunidad científica
aceptaba que la luz era una onda electromagnética que se propagaba en el vacío con una velocidad
aproximada de unos 300.000 km/s.

189
5. Óptica física

2. INTERFERENCIAS LUMINOSAS

Experimentalmente se puede observar que cuando dos ondas luminosas procedentes de dos focos
coherentes coinciden en un punto P dado, la intensidad resultante puede ser mayor o menor que la de
cualquiera de las dos. A este efecto se le denomina interferencia luminosa. En el primer caso se de-
nomina interferencia constructiva y en el segundo destructiva.

Una forma sencilla de estudiar las interferencias luminosas es utilizar luz monocromática (un solo
color y, por tanto, una sola longitud de onda) que se hace pasar a través de dos pequeñas rendijas.
De esta forma, de acuerdo con el principio de Huygens, se consigue que esas dos rendijas se
comporten como dos focos coherentes (lo único que hacen es separar el haz de luz original en dos
haces idénticos).

Una de las primeras evidencias experimentales de que en la luz se podía producir un fenómeno típi-
camente ondulatorio como el de las interferencias, se la debemos Thomas Young quien en 1801
utilizó un sistema de doble rendija similar a lo anteriormente expuesto con el que obtuvo en un pan-
talla un sistema de franjas de interferencia y además pudo calcular las longitudes de onda de la luz
visible.

Si la luz utilizada es monocromática, las franjas luminosas de interferencia que se recogen en la pan-
talla tendrán el color correspondiente a la longitud de onda de la luz utilizada. Por ejemplo, si es luz
roja, en la pantalla aparecen una serie de franjas brillantes de color rojo alternadas con franjas oscu-
ras. Las franjas brillantes son el resultado de interferencias constructivas y las oscuras corresponden
a interferencias destructivas.

Conviene darse cuenta de que mediante la hipótesis corpuscular de la luz en el experimento de la


doble rendija no se obtendrían las franjas de interferencia mencionadas sino que las partículas de luz
reproducirían en la pantalla las rendijas mediante dos franjas igualmente brillantes.

Una explicación elemental y cualitativa de las franjas de interferencia que aparecen en la pantalla en
el experimento de la doble rendija se da en la figura siguiente en la que, como es habitual, las líneas
punteadas corresponden a valles (amplitud máxima y negativa) y las continuas a crestas (amplitud
máxima y positiva).

190
5. Óptica física

La coincidencia de crestas con valles dan lugar a interferencias destructivas que se recogen en la
pantalla como franjas oscuras. Cuando lo que se produce es una coincidencia entre dos crestas o dos
valles lo que se producen son interferencias constructivas que dan lugar a las franjas brillantes.

A continuación realizaremos un estudio más cuantitativo de la experiencia de Young de la doble


rendija y trataremos de interpretar los resultados experimentales utilizando las ecuaciones sobre in-
terferencias que ya vimos en el tema de ondas. Recordemos que según estas se producía una interfe-
rencia constructiva en aquellos puntos en los que la diferencia de distancias a cada uno de los focos
era un múltiplo entero de la longitud de onda, mientras que si dicha diferencia era igual a un número
impar de semilongitudes de onda la interferencia era destructiva.

Pantalla
S1

d A O

S2

En la figura anterior tenemos dos rendijas S1 y S2 separadas una distancia “d” entre ellas y que se
comportan como dos fuentes de luz coherentes. Las rendijas son lo bastante estrechas como para que
cada una pueda considerarse como una línea de fuentes puntuales de luz. De tales rendijas salen infi-
nitos rayos, muchos de los cuales llegan a la pantalla situada a una distancia “D” a la derecha de las
mismas. Como la diferencia de distancias S1O y S2O es 0, tendremos que en el punto O de la panta-
lla la interferencia será constructiva y se recogerá siempre una franja brillante.

191
5. Óptica física

Podemos analizar ahora qué es lo que puede ocurrir en cualquier otro punto de la pantalla, en el que
inciden otros dos rayos.

r1
y
S1

 r2

d A O

S2 B

En esta figura los dos rayos luminosos que llegan al punto P lo hacen desfasados, debido a la dife-
rencia de distancias de P a cada uno de los focos. El que la interferencia en P resulte constructiva o
destructiva dependerá, como ya sabemos, del número de longitudes de onda contenido en esa dife-
rencia de distancias. Si con P como centro y PS1 como radio trazamos un arco de circunferencia, éste
corta a S2P en el punto B, de modo que la distancia BP = S1P y la diferencia de camino entre los dos
rayos r2 y r1 será S2B.

Si S2B = m· donde m = 0, 1, 2, 3 ... la interferencia en P será constructiva.

Si S2B = (2m+1)·/2 donde m = 0, 1, 2, 3 ... la interferencia en P será destructiva.


La expresión anterior también suele escribirse como: S2B = (m +1/2)· 

En realidad la distancia D entre las rendijas y la pantalla es mucho mayor que la existente entre am-
bas rendijas (que suele ser de menos de 1 mm, aunque en la figura, para mayor claridad, se ha exage-
rado). Ello hace que los dos rayos estén muy próximos entre sí y que S1B pueda considerarse como
un segmento perpendicular a PS1, PA y PS2. Con estas condiciones, los triángulos sombreados
S1S2B y AOP son semejantes y, por tanto:

Los ángulos con vértices en S1 y en A se pueden considerar iguales.

Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores expresad las condiciones de interferencia


constructiva y destructiva en función del ángulo  con que inciden los rayos en la pantalla.

De acuerdo con las aproximaciones realizadas, podemos escribir que S2B = d·sen. Por tanto:

Interferencia constructiva: d·sen = m·  sen = m·/d (m = 0, 1, 2, 3 ...)

Así pues, en la pantalla se observarán franjas brillantes siempre que se cumpla:

 2 3
sen  , , ...
d d d

192
5. Óptica física

Interferencia destructiva: d·sen = (m +1/2)·  (m = 0, 1, 2, 3 ...)

Así pues en la pantalla se observarán franjas oscuras siempre que se cumpla:

 3 5
sen  ,, ...
2d 2d 2 d

También es posible determinar la posición de las distintas franjas brillantes y oscuras al centro de la
pantalla o punto O.

Teniendo en cuenta las expresiones obtenidas anteriormente, determinad la posición “y” de las
franjas brillantes y oscuras respecto del punto O de la pantalla, en función de las distancias d y D y
de la longitud de onda.

Si tenemos en cuenta que, por ser  un ángulo muy pequeño se cumple que:

sen  tg = y/D, podemos escribir:

Interferencia constructiva: y/D = m·/d, con lo que se obtendrá una franja brillante en aquellas
posiciones que cumplan la condición:

D
y br  m  
d

Interferencia destructiva: y/D = (m +1/2)· /d, con lo que se obtendrá una franja oscura en aque-
llas posiciones que cumplan la condición:

 1 D
y os   m     
 2 d

Naturalmente todo lo que hemos hecho para ángulos por arriba de la línea AO podemos hacerlo
también para ángulos situados por debajo, por lo que es evidente que las franjas de interferencia se
extienden en la pantalla por arriba y por debajo del punto O.

Como ya hemos comentado, la experiencia de la doble rendija no sólo constituyó una evidencia
muy importante acerca de la naturaleza ondulatoria de la luz sino que, además, permitió medir
longitudes de onda de la misma, tal y como se puede comprobar realizando el ejercicio que ser
propone a continuación.

Una luz monocromática atraviesa dos rendijas separadas 0‟1 mm, que a su vez se encuentran
equidistantes de una pantalla situada a 4‟2 m del centro de la distancia que separa a ambas rendi-
jas. Sabiendo que la franja brillante correspondiente a m = 1 se encuentra a 3 cm de la línea cen-
tral, determinad el valor de la longitud de onda de la luz utilizada. Rdo.  = 7‟14·10-7 m

193
5. Óptica física

3. DIFRACCIÓN DE LA LUZ

Unos 15 años después de que Young realizara sus experiencias de interferencias de la luz al pasar
por una doble rendija, Fresnel presentó en la Academia Francesa de las Ciencias un trabajo sobre la
teoría ondulatoria de la luz en el que se predecían que esta debía experimentar fenómenos de interfe-
rencias y de difracción. Los oponentes de la teoría ondulatoria de la luz ridiculizaron dicho trabajo
argumentando que, de ser cierto lo que en el se decía, se debería producir un hecho absurdo, consis-
tente en que la sombra de un objeto opaco debería tener un punto claro en su centro. Sin embargo
unos años después se pudo constatar experimentalmente la aparición de ese punto brillante, lo cual
fue otro gran apoyo a la teoría ondulatoria de la luz.

Ya hemos comentado que la difracción de la luz no es fácilmente apreciable debido a que, como ya
sabemos, los efectos de la difracción son tanto más importantes cuanto mas parecidos son el tamaño
del obstáculo (o de la rendija) y la longitud de la onda y resulta que la longitud de onda de las radia-
ciones que constituyen el espectro de la luz visible son muy pequeñas (aproximadamente entre 400
nm y 750 nm).

Sin embargo, cuando el tamaño de un obstáculo o de una rendija es lo bastante pequeño, sí se puede
observar bien la difracción de la luz y podemos apreciar luminosidad en zonas en las que, de acuerdo
con la propagación rectilínea, no debería haberla.

La figura anterior representa esquemáticamente la imagen de difracción de un disco opaco muy pe-
queño iluminado por un foco puntual de luz monocromática. Como puede observarse en el centro de
la sombra aparece un punto brillante (impensable en la teoría corpuscular de la luz). Además rode-
ando a la sombra geométrica del disco aparecen anillos alternativamente brillantes y oscuros.

En general, cualquier objeto que tenga un perfil bien definido cuando se ilumina con un foco puntual
de luz monocromática da una imagen con franjas de difracción (alternativamente brillantes y oscu-
ras) cerca de los bordes.

En el caso de que se haga pasar una luz como la anterior a través de una rendija lo bastante estre-
cha, también se observa una figura de difracción como la que se muestra, de forma esquemática,
en la figura siguiente.

194
5. Óptica física

Una forma sencilla de comprobar experimentalmente la difracción a través de una rendija es juntar el
dedo pulgar con otro dedo de la misma mano, hasta que las yemas de ambos casi se toquen y mirar a
través de esa rendija hacia un foco de luz potente. Las líneas oscuras que se ven entre ambos dedos
son causadas por la difracción. También podemos iluminar con un puntero láser (no enfocar nunca a
los ojos), una fina rendija producida con un nonius situado delante de una pantalla (o simplemente
de la pared) en una habitación a oscuras, y ver la figura de difracción que se forma en ella. Otra po-
sibilidad, fácil de llevar a cabo y bastante espectacular, es cambiar la rendija por un obstáculo como
un cabello, el cual se puede colocar a modo de diámetro en el agujero de un disco compacto, su-
jetándolo con cinta adhesiva. Si hacemos que el fino haz de luz láser choque con el cabello, veremos
que en la pantalla o pared de la habitación se forma una figura de difracción constituida por franjas
alternativamente brillantes y oscuras, formando una línea vertical u horizontal según el pelo esté
colocado horizontal o verticalmente.

A continuación, profundizaremos un poco más en el fenómeno de la difracción y trataremos de ex-


plicar por qué se producen las franjas alternativamente brillantes y oscuras cuando luz monocromáti-
ca pasa a través de una rendija lo suficientemente estrecha. Supondremos también que los rayos lu-
minosos que inciden sobre la rendija son paralelos y que la pantalla está muy alejada de la rendija.
Ello es equivalente a considerar frentes de ondas planos y se conoce como difracción de Fraunhofer.
Una forma de conseguir esas condiciones es utilizar dos lentes convergentes como se indica en la
figura siguiente (mediante la primera se convierten en paralelos los rayos divergentes que provienen
del foco y mediante la segunda se hace converger en un punto los rayos paralelos que emergen de la
rendija). Conviene tener en cuenta que cada punto de la rendija que es alcanzado por un frente de
onda se convierte en un nuevo foco secundario que emite en distintas direcciones.

Pantalla


a 
O

195
5. Óptica física

Los rayos de luz que llegan al punto P, salen de la rendija (de anchura “a”) con un ángulo . En el
caso de los rayos que llegan al punto O, el ángulo anterior vale 0 = 0. Todos esos rayos están en
fase puesto que la distancia del punto de la rendija en que se originan a O es la misma para todos
ellos, por lo que habrá una franja brillante en la parte central de la pantalla enfrentada a la rendija.
Analizaremos a continuación qué ocurrirá para ángulos diferentes. Para una mayor claridad dibuja-
remos sólo la parte de los rayos entre la rendija y la segunda lente.
A
3 O
1 A 2 A C
D
O B
O C
/2
/2 B 2/2
/2 B 2/2 3/2 3
1 3/2 2 2
(1)  (2) (3)

A A A
ID O
O
ID O C
ID C
ID D

B B B

En la figura (1) se ha elegido un ángulo 1 tal que la diferencia de camino recorrido hasta coincidir
en la pantalla entre el rayo superior A y el inferior B sea igual a  (o lo que es equivalente a 2/2).
En este caso es evidente que el rayo A y el central O interfieren destructivamente (ya que la diferen-
cia de caminos entre ambos es justo media longitud de onda) y lo mismo ocurrirá con cualquier rayo
ligeramente por debajo de A y otro ligeramente por debajo de O. De hecho para cada rayo que pro-
ceda de la primera mitad de la rendija siempre podremos encontrar otro que proceda de la mitad in-
ferior tal que la diferencia de caminos entre ambos sea /2. Por tanto si denominamos P1 al punto de
la pantalla donde llegan los rayos de la figura (1), diremos que ahí la intensidad luminosa es nula, lo
que da lugar a una franja oscura.

Observemos que en este caso: sen1 = /a (interferencia destructiva)

En la figura (2) se ha elegido un ángulo 2 tal que la diferencia de camino recorrido entre el rayo
superior A y el inferior B sea igual a 3/2. Si consideramos dos tercios consecutivos (por ejemplo
los dos tercios superiores) es evidente que el rayo A y el O interfieren destructivamente (ya que la
diferencia de caminos es /2) y que lo mismo ocurrirá con cualquier rayo ligeramente por debajo de
A y otro ligeramente por debajo de O. De modo que para cualquier rayo del tercio superior siempre
habrá otro del tercio de en medio tal que la diferencia de caminos entre ambos sea /2 y, en conse-
cuencia, interfieran destructivamente. Por tanto podemos decir que los rayos que salen de los dos
tercios superiores (o inferiores) de las tres partes iguales en que se ha dividido la rendija, interfieren
destructivamente. Sin embargo, los rayos del tercio restante siguen llegando a la pantalla, confluyen-
do en un punto P2 (por arriba del P1 anterior), dando lugar a una franja brillante (aunque menos in-
tensa que la central debido a que llegan menos rayos).

En este caso: sen2 = 3/2a

196
5. Óptica física

En la figura (3) se ha seguido aumentando el ángulo que forman los rayos difractados con la hori-
zontal hasta alcanzar un valor 3 tal que la diferencia de distancias entre el rayo superior e inferior
sea de 4/2 (es decir 2). Veamos que ocurre con los rayos que salen bajo ese ángulo:

Análogamente a como hemos hecho anteriormente, dividiremos ahora la rendija en cuatro partes
iguales. Si consideramos dos cuartos consecutivos podremos hacer exactamente el mismo razona-
miento que hicimos para la figura (1) y lo mismo con los dos cuartos restantes. Por tanto, los rayos
que salen del cuarto superior de la rendija interferirán destructivamente dos a dos con los que salen
del cuarto siguiente a él y lo mismo ocurrirá entre los rayos de los dos cuartos inferiores. Los rayos
de la figura llegan a un punto P3 de la pantalla (por encima de P2), de modo que si consideramos
todos los rayos que salen de la rendija bajo este ángulo de 3 comprenderemos que den lugar en la
pantalla a una franja oscura.

En este caso vemos que sen3 = 2/a (interferencia destructiva)

Razonad qué es lo que ocurre para ángulos 4 y 5 tales que la diferencia de caminos entre el
rayo superior e inferior sea de 5/2 y de 6 /2 respectivamente.

Rdo. sen4 = 5/2a y sen5 = 3/a. En el primer caso llega algo de luz a la pantalla y en el segundo
nada.

Naturalmente, lo mismo que hemos hecho para rayos que salen por arriba del eje central podríamos
haberlo hecho con rayos que salen por debajo, de ahí que la imagen de difracción de la rendija sea
simétrica respecto de una franja brillante central.

Proponed una expresión general para los diferentes ángulos que dan lugar a franjas de difrac-
ción oscuras (llamadas mínimos o zonas de nula intensidad luminosa).

Generalizando lo visto hasta aquí, podemos concluir que los mínimos o zonas de intensidad lumino-
sa nula (oscuridad) tienen lugar para ángulos que cumplen: sen = m/a siendo m = 1, 2, 3, ...

sen =3/a
El resultado anterior es
coherente con la gráfica sen =2/a
de la derecha que nos da sen =/a
la intensidad en la ima- 
a sen = 0
gen de difracción de una
rendija en función del sen = -/a
ángulo  que forman los sen = -2/a
rayos difractados con el
eje principal. Intensidad luz sen = -3/a

Como puede verse para m = 0 hay un máximo muy intenso y entre cada dos mínimos existen
siempre máximos con brillo menor que el de la franja central.

197
5. Óptica física

Cuando en lugar de una rendija se dispone de un gran número de ellas (puede ser del orden de
104) paralelas e igualmente separadas, se habla de rejilla de difracción. Una forma de construir
tales sistemas de rendijas múltiples es rayando en un vidrio con una punta de diamante una serie
de líneas paralelas muy finas y próximas con lo que se consigue que los espacios que hay entre
las rayas actúen como verdaderas rendijas (es habitual tener más de 10.000 rayas en cada centí-
metro).

Si sobre una rejilla de difracción incide luz compuesta de varias longitudes de onda (es decir, no
monocromática), para cada valor de m distinto de 0 cada longitud de onda producirá un máximo a
un ángulo  diferente. El sistema de franjas que aparecerá en la pantalla se llama en este caso
espectro de la luz incidente.

4. DISPERSIÓN DE LA LUZ Y ESPECTROSCOPIA

Cuando un haz de luz solar (o luz blanca) atraviesa un prisma óptico podemos comprobar que se
descompone en las tonalidades básicas del arco iris (rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, añil y
violeta). En general cuando una luz compleja atraviesa un prisma se dispersa en los distintos co-
lores que la integran. Cada uno de ellos corresponde a una luz de una frecuencia característica y
el conjunto de ellos recogido en una pantalla se denomina espectro de la luz en cuestión. En la
figura siguiente podemos ver un esquema de la dispersión de la luz blanca por un prisma y el es-
pectro correspondiente. Experimentalmente se comprueba que los colores rojos son los que me-
nos se desvían y los violetas los que más.

En el espectro visible de la luz blanca, la longitud de onda de cada una de las radiaciones va dismi-
nuyendo desde la luz roja hasta la violeta (con la frecuencia ocurre lo contrario). En el vacío (y muy
aproximadamente en el aire) todas las radiaciones luminosas se propagan con la misma velocidad
(c). Sin embargo en los demás medios no ocurre lo mismo y la velocidad con que se propaga una
onda luminosa por ellos depende de la longitud de onda, de tal forma que a mayor longitud de onda
la velocidad es también mayor. Por tanto en un medio como el vidrio (por ejemplo) la luz roja se
propaga con mayor velocidad que la violeta.

Aplicad las leyes de la refracción estudiadas en el tema anterior para dibujar el camino de un
rayo de luz que incide sobre una cara de un prisma como el de la figura anterior. A continuación
justificad el orden en el que aparecen los colores del espectro de la luz blanca cuando una haz de la
misma atraviesa un prisma.

sen iˆ n 2 v1
Recordemos que de acuerdo con la ley de la refracción:  
sen rˆ n1 v 2

198
5. Óptica física

En la figura de la derecha
se puede seguir la marcha N1 A
dirección inicial
de un rayo de luz mono- n1 n2
cromática a través de un

prisma. En la primera re- iˆ1
fracción el rayo refractado r̂1 iˆ r̂2
2
se acerca a la normal por-
A
que pasa de un medio co-
mo el aire a otro de mayor N2
índice de refracción. En la rayo emergente
segunda refracción ocurre rayo incidente n1  n2
lo contrario.

Como puede verse en la figura anterior la desviación que sufre el rayo luminoso al atravesar el pris-
ma viene dada por el ángulo  existente entre el rayo emergente y el rayo incidente.

El índice de refracción del vacío (y muy aproximadamente el del aire) vale 1, por lo que cuando la
luz pasa del aire a otro medio, la ecuación anterior se puede escribir como:
sen iˆ
 n2
sen rˆ

Como la luz roja es la de mayor longitud de onda del espectro visible, será la que se propague más
rápido por el vidrio, por lo que le corresponderá un menor índice de refracción (n = c/v) y por tanto
será la que menos se desvíe al pasar del aire al vidrio (al contrario ocurre con la luz violeta). Cuando
la luz pasa del vidrio al aire, los rayos refractados se alejan de la normal y como este alejamiento es
menor cuanto mayor sea la longitud de onda, los rojos serán los menos desviados y los violetas los
que más, lo que implica un incremento de la dispersión, explicando la figura observada.

Sobre un prisma triangular equilátero incide un rayo de luz monocromática con un ángulo de
45º. Determinad la desviación  o ángulo entre el rayo emergente y el incidente. (El índice de re-
fracción del vidrio para ese color es de n = 1‟5). Rdo.  = 37‟38º

¿Qué ocurrirá si la luz dispersada por un prisma se hace pasar por una lente convergente o por
otro prisma invertido?

Cabe esperar, como de hecho así ocurre, que las distintas radiaciones se combinen de nuevo para
volver a dar la luz compleja original. Este fenómeno se denomina “síntesis” de la luz y muestra que,
efectivamente, la luz blanca está formada por una mezcla de esos 7 colores simples.

pantalla

199
5. Óptica física

Un ejemplo espectacular de la dispersión de la luz lo tenemos en el Arco Iris que se produce como
resultado de la dispersión de la luz solar a través de las gotitas de agua y que podemos observar
cuando miramos la lluvia teniendo el sol a nuestra espalda.

Los instrumentos que permiten descomponer un haz complejo de luz en las distintas radiaciones
monocromáticas que lo forman, se denominan espectroscopios y pueden construirse utilizando
prismas o rejillas de difracción. Cuando disponen de una escala graduada con la que se puede deter-
minar el valor de la longitud de onda correspondiente a cada radiación simple, se denominan es-
pectrómetros.

Una aplicación muy importante de la espectroscopia es la identificación de átomos o moléculas. En


efecto, cualquier elemento en estado gaseoso e incandescente emite luz que al ser analizada por un
espectroscopio se nos revela como un espectro de rayas brillantes (espectro discontinuo de emisión).
No obstante, lo más importante es que a cada elemento químico le corresponde un espectro carac-
terístico, diferente de los de los demás elementos y, por tanto, que sirve para identificarlo. Ello hace
que el espectro discontinuo de un elemento en estado gaseoso sea algo así como su seña de identi-
dad. Así, por ejemplo, por análisis espectroscópico se ha podido determinar qué elementos se hallan
presentes en la atmósfera de algunos planetas de nuestro sistema solar.

5. ABSORCIÓN DE LA LUZ

Al igual que otras ondas (como el sonido) cuando la luz pasa de un medio a otro medio material de-
terminado no solo puede experimentar reflexión y refracción sino que también ocurre que una parte
de la energía que transporta puede quedar en ese medio (en forma de energía interna de las partículas
que lo forman). Este fenómeno se denomina, como ya sabemos, absorción.

Cuando una onda luminosa incide en un medio material dado de un cierto espesor x, la relación entre
la intensidad I0 del haz incidente y la intensidad I del haz emergente viene dada por la ecuación:

 x
I  I0  e

En la ecuación anterior I es siempre menor que I0 y  es una constante denominada coeficiente de


absorción del medio, cuyo valor depende del tipo de radiación y de la naturaleza del medio.

Existen materiales que cuando se hace incidir sobre ellos un haz de luz blanca, absorben prácti-
camente todas las radiaciones visibles que la componen. Los cuerpos que se comportan así son
negros. Por el contrario, otros materiales son muy poco absorbentes y lo que hacen fundamental-
mente es reflejar las radiaciones visibles. Los cuerpos que se comportan así, cuando los observa-
mos a la luz del sol, son blancos.

6. LA VISIÓN DEL COLOR

Mucha gente piensa que el color es una propiedad intrínseca de los cuerpos, es decir, que depende
sólo de su naturaleza. Esto se refleja en calificativos como “cobrizo” para referirse por ejemplo a un
tono de pelo, azul cielo, verde esmeralda, etc. También se piensa a menudo que la luz se ve y, noso-
tros mismos, hemos hablado a lo largo del tema del espectro de la luz visible. No obstante existen
algunas experiencias sencillas que nos pueden hacer dudar de estas ideas.

200
5. Óptica física

En primer lugar, todos hemos podido comprobar que el color de una tela cambia según el tipo de luz
con el que se la ilumine. Ello hace, por ejemplo, que algunas personas cuando van a comprar una
prenda de ropa la acerquen a una ventana para ver el color que presenta a la luz natural. Este mismo
efecto se percibe en las discotecas cuando se utilizan diferentes tipos de luz.

Por otra parte, para poder “ver un haz de luz” es necesario que esa luz sea reflejada por algo. Así, por
ejemplo, en una habitación oscura y sin polvo en el ambiente no podemos ver la marcha del haz de
luz que sale de un puntero láser sino tan solo un punto rojo en la pared (y otro en el puntero). Sin
embargo, basta que haya un poco de humo en el aire para poder visualizar el haz luminoso. Algo
similar ocurre con la luz solar que entra a una habitación en penumbra y es reflejada por las partícu-
las de polvo en suspensión en el aire.

¿Podríamos ver un objeto que refleje solo luz ultravioleta o infrarroja?

No sería posible ya que esas radiaciones no forman parte de lo que se denomina espectro visible.

De acuerdo con lo anterior el color de los objetos no es una propiedad intrínseca y característica de
cada uno de ellos, sino que se debe a las diferentes radiaciones luminosas visibles que esos objetos
emiten o reflejan y al efecto que su impresión en la retina produce en el cerebro. Lo que distingue
una sensación de color u otra es, pues, la longitud de onda (o la frecuencia) de la radiación luminosa
que llega a nuestra retina.

El papel del cerebro es crucial para interpretar los colores. Así, por ejemplo, hay personas que debi-
do a una lesión, son incapaces de distinguir el color verde del rojo (daltonismo).

La mayor parte de los objetos que aparecen a nuestra vista con algún tono de color los observamos
gracias a la luz reflejada (especular o difusamente) por la superficie de los mismos. Por tanto es el
color resultante de esta luz lo que determina el color que apreciamos tiene el objeto. Claro está que
las radiaciones luminosas que refleja un objeto dependen de la naturaleza del mismo y del tipo de luz
incidente sobre él.

En resumen pues, el color que percibimos de un cuerpo depende del tipo de luz bajo la cual se reali-
za la observación (supondremos siempre que es lo bastante intensa) y de la naturaleza de su superfi-
cie.

¿Qué puede suceder cuando se ilumina un cuerpo opaco?

Sabemos que los cuerpos opacos, al contrario que los transparentes, no transmiten la luz. Por tanto
cabe pensar, en principio, en las siguientes posibilidades:

a) Que refleje todas las radiaciones monocromáticas que le lleguen


b) Que sólo refleje una o varias absorbiendo todas las restantes
c) Que absorba todas las radiaciones monocromáticas que le lleguen

¿Qué color presentará el cuerpo según cada una de las situaciones anteriores si la luz incidente
es blanca?

En el caso a) como refleja todas las radiaciones el cuerpo será blanco. En el caso b) será del color de
la radiación que refleje o bien del color mezcla o suma de las radiaciones (si refleja varias). Final-
mente, en el caso c), como absorbe todas las radiaciones, el cuerpo no presenta ningún color y será
negro.
201
5. Óptica física

Un estudiante se ha comprado una camiseta blanca, se la pone y se va a una discoteca. En un


momento dado se apagan todas las luces de los focos menos las verdes. ¿De qué color se verá su
camiseta?¿y si hubiera sido negra?

El material de que está hecha la camiseta refleja todas las radiaciones que le llegan (por eso es blan-
ca a la luz del sol), de modo que si sólo le llega luz verde, la camiseta reflejará ese color y, por tanto,
se verá verde. Por eso se dice también que los cuerpos blancos no tienen color propio ya que presen-
tan el color correspondiente a la luz con que se les ilumina.

Si la camiseta hubiera sido negra, absorbería todas las radiaciones que le lleguen y por tanto, al ser
iluminada con luz verde seguiría siendo negra.

Imaginemos un cuerpo que absorbe todas las radiaciones de la luz visible menos el rojo. Como
es lógico, cuando se ilumine con luz solar o luz roja, presentará color rojo. Se dice que su color
“propio” es el rojo. ¿Qué ocurrirá si se ilumina con luz azul o de otro color distinto del rojo?

Como lo absorberá, el cuerpo será negro. Lo mismo ocurriría si lo iluminásemos con una luz com-
pleja pero sin el color rojo.

Existen materiales que actúan como filtros que sólo dejan pasar un color y absorben todos los
demás. Imaginemos que se dispone de un filtro para el color rojo y se observa a través de él un to-
mate maduro y un melón ¿de qué color se verá cada uno?

Rdo. El tomate se verá rojo mientras que el melón se verá negro.

Hasta aquí hemos visto lo que sucede con cuerpos opacos. Cabe plantearse ahora que sucede con los
transparentes.

Un cuerpo transparente deja pasar luz a través del mismo. Un vidrio incoloro no presenta ningún
color porque deja pasar sin problema la luz blanca a través del mismo (es lo que ocurre con el vidrio
común). Sin embargo hay otros materiales transparentes que aparecen con un color determinado.
Esto ocurre, por ejemplo, con algunas piedras preciosas, como el rubí (rojo) o la esmeralda (verde).
Ello se debe a que en estos casos solo dejan pasar luz de un determinado color y éste es el mismo
que presentan cuando se observan con luz blanca. Una esmeralda iluminada con luz solar presenta
color verde porque absorbe todos los colores y sólo deja pasar el verde.

6.1. Mezcla aditiva de colores

Si sobre una superficie que refleje toda


luz que le llegue proyectamos tres
A+B
haces de distintas luces monocromáti- A B
cas A, B y C, la luz reflejada por una
A+B+C
zona que esté iluminada por más de un
foco estará constituida por una mezcla A+C B+C
aditiva, de forma que el color resultan-
te será diferente de A, B o C y también C
de cualquier otra mezcla que se pueda
formar con dichos colores.

202
5. Óptica física

Experimentalmente se comprueba que con los colores rojo magenta


(=6200 Å), amarillo verdoso (=5500 Å) y azul (= 4500
Å) se logra obtener una gama muy amplia de colores y que
la combinación de los tres da blanco. Por esta razón a los azul
colores anteriores se les denomina colores primarios. La
televisión en color se basa precisamente en esta técnica de cyan
mezclar tres colores en las proporciones adecuadas.

En la figura adjunta podemos ver que al mezclar el rojo con rojo verde
el verde se obtiene amarillo, el verde con el azul da cyan y amarillo
el azul con el rojo produce da el color magenta. También
vemos que al mezclar los tres colores se obtiene el blanco.

También es posible obtener blanco mediante la mezcla de dos colores en la proporción adecuada. En
este caso a dichos colores se les denomina complementarios. Esto se puede conseguir, por ejemplo,
con rojo y cyan, azul y amarillo, etc.

6.2. Método sustractivo de mezcla de colores

Si en el camino de un haz de luz blanca vamos interponiendo diversos filtros iremos eliminando
distintos colores (aquellos que no deja pasar el filtro). Mediante la colocación de filtros adecuados,
en un orden determinado, podemos conseguir luz predominantemente de la longitud de onda que nos
interese.

Un filtro azul deja pasar fundamentalmente las longitudes de onda correspondientes al azul y en par-
te también las de los colores verde y violeta. Si a continuación colocamos un filtro amarillo, éste deja
pasar fundamentalmente el color verde. Por tanto, de esta forma la luz obtenida después del segundo
filtro será predominantemente verde. Este método de obtener colores se denomina sustractivo.

Los colores obtenidos mezclando tintas y pinturas son producidos por un proceso sustractivo en el
cual actúan como filtros finos unas partículas teñidas o pigmentos que se añaden a la pintura blanca.
Si, por ejemplo, se mezcla pintura azul con pintura amarilla, sucederá algo análogo a lo expuesto
anteriormente, es decir, la luz difundida por la pintura aparecerá con un tono verde.

RECAPITULACIÓN

En este capítulo hemos comenzado por revisar la evolución histórica de las dos teorías rivales
sobre la naturaleza de la luz: la ondulatoria y la corpuscular y hemos visto que a finales del siglo
XIX pareció quedar definitivamente zanjada la controversia aceptándose que la luz era de natura-
leza ondulatoria. A continuación hemos profundizado un poco en cómo la luz experimenta dos
fenómenos típicamente ondulatorios como son las interferencias y la difracción. También hemos
estudiado otros fenómenos como la dispersión y la absorción de la luz cuando atraviesa un medio
y finalmente hemos hecho una pequeña introducción sobre la visión de los colores.
203
5. Óptica física

UN EJEMPLO ESPECTACULAR DE LA DISPERISIÓN DE LA LUZ: EL ARCO IRIS

Numerosas gotitas de agua presentes en el aire al lado de una cata-


rata o en un día lluvioso, pueden comportarse como pequeños
prismas y dispersar la luz solar, tal y como hemos visto en este
tema. En ese caso es posible que podamos observar un bonito arco
iris como el de la foto adjunta.

¿A qué se debe que sobre el arco iris más marcado pueda verse a
veces otro, más débil, con los colores invertidos? ¿De qué está
hecho un arco iris? ¿Por qué tiene esa forma?

Trataremos de contestar aquí algunas de las preguntas anteriores.

El arco iris es un fenómeno natural que ha llamado la atención desde el inicio de la humanidad, pero no co-
mienza a explicarse científicamente hasta que no se dispone de los conocimientos necesarios de óptica. Pen-
sadores y científicos como Descartes, Newton y Young, estudiaron dicho fenómeno.

En el esquema siguiente (figura1), se da una explicación sencilla del fenómeno admitiendo que cada gota de
agua en la atmósfera se comporta como un pequeño prisma que dispersa la luz solar que entra en ella. Según
hemos visto, la luz roja (de mayor longitud de onda) es la que menos se desvía, por lo que llegará al observa-
dor procedente de las gotitas situadas a mayor altura, mientras que con la luz violeta (de menor longitud de
onda) ocurre todo lo contrario. Por eso, la parte superior del arco iris se ve roja y la inferior violeta, estando el
resto de colores entre ambos y distribuidos según su longitud de onda.

Secundario
Luz del Sol
3ª reflexión interna
Luz incidente
Luz del Sol

1ª reflexión interna
Rojo
2ª reflexión interna
Violeta figura 1 figura 2
Primario

La figura 2 es un esquema de lo que ocurre en una gota de agua, donde una parte de la luz solar que incide
sobre ella, entra y se refracta. Esa luz atraviesa la gota hasta que al llegar a la superficie de separación una
parte de ella se refleja hacia el interior de modo que al alcanzar de nuevo la superficie de separación, sufre otra
refracción saliendo parte de ella hacia el exterior (el resto se refleja, repitiéndose estas reflexiones-refracciones
innumerables veces, pero cada vez con menos cantidad de luz). El arco iris principal (o primario), se debe a la
luz que sale de la gota después de haberse reflejado una vez en su interior, mientras que el secundario procede
de la que sale después de dos reflexiones internas. Como la cantidad de luz es menor, lo vemos más tenue.

Cada gota de agua dispersa la luz solar en todos los colores del espectro visible que la integran, pero el obser-
vador solo puede percibir un color de cada gota, el cual depende de la posición de ésta respecto del Sol y del
observador. Lo que hay, pues, son gotas de agua como las demás pero que presentan para el observador distin-
tos colores. Se puede comprobar experimentalmente (y también explicar de forma teórica) que para ver el arco
iris primario, el observador ha de situarse (de espaldas al Sol) de forma que los rayos refractados que le llegan
formen un ángulo de entre 40º y 42º con respecto a los rayos (paralelos) de luz solar incidente.

204
6. CAMPO ELÉCTRICO

En cursos anteriores se han estudiado los fenómenos relativos a la electrización y se ha introduci-


do el concepto de carga eléctrica: una propiedad general de la materia que permite interpretar las
fuerzas eléctricas entre objetos. Comenzaremos con un repaso muy breve de estos conocimientos,
que serán el punto de partida de este capítulo.

Siguiendo las indicaciones del profesor, construid un versorio, un péndulo electrostático y un


electroscopio. Investigad qué sucede cuando frotamos una regla de plástico y la acercamos a:
a) otra regla de plástico no frotada situada en el versorio.
b) otra regla de plástico también frotada con lana o con papel y situada en el versorio.
c) una varilla de vidrio no frotada y situada en el versorio.
d) una varilla de vidrio frotada con una bolsa de plástico y situada en el versorio.
e) la pequeña laminilla o esferita metálica del péndulo electrostático.
f) la bola metálica del electroscopio.
A continuación repetir las mismas experiencias utilizando una varilla metálica a la que se frota por
un extremo, en lugar de la regla de plástico. Finalmente sustituid la varilla metálica por un círculo
metálico sujeto a un mango de plástico o madera.

En la primera figura de las tres que siguen se muestra un tipo de versorio muy sencillo de construir.
Consta de una plataforma estable (por ejemplo, de corcho, madera o plastilina) en la que se clava
una aguja larga, como las utilizadas para tejer. Sobre la aguja se coloca un tubo de ensayo (que pue-
de girar casi sin fricción) y sobre él se inserta una pequeña base ligera (por ejemplo de corcho blan-
co). Encima de ésta última se han de poder colocar objetos como reglas de plástico.
La segunda consiste en un péndulo electrostático construido con plastilina, una pajilla de las que se
utilizan para beber refrescos, hilo fino y papel de aluminio sujeto a un extremo de dicho hilo.
Finalmente en la tercera figura se muestra un electroscopio construido con un bote de cristal un
alambre y papel de aluminio. El alambre se introduce doblado por la tapa del bote y se sujeta con
plastilina. La bola puede ser simplemente de papel de aluminio (lo mismo que la laminilla doblada
que se dispone en el alambre dentro del bote).

La utilización de los instrumentos diseñados nos habrá permitido comprobar que:


 Cuando se frotan objetos metálicos sujetándolos directamente con una mano, parecen no electri-
zarse.

205
6. Campo eléctrico

 En algunos materiales como el plástico, sólo se observa la existencia de propiedad eléctrica en la


parte que se frota.
 Entre objetos frotados del mismo material, se producen fuerzas de repulsión.
 Entre un objeto neutro y otro frotado se producen fuerzas atractivas.
 En algunos casos, como cuando se utiliza una regla de plástico y una varilla de vidrio ambas
frotadas, se producen fuerzas atractivas, pudiéndose notar a simple vista que la intensidad de ta-
les fuerzas es mayor que cuando sólo se frota uno de los dos objetos.
 Aunque no podemos hacer que adquiera la propiedad eléctrica una varilla metálica cuando la
cogemos con la mano por un extremo y la frotamos por el otro, sí que es posible que los objetos
metálicos se carguen eléctricamente por otros medios. Esto ocurre cuando se acerca por ejemplo
el extremo frotado de una regla de plástico, a la laminilla metálica del péndulo electrostático. En
este caso se puede observar como esta es atraída pero que cuando toca la regla es posteriormente
repelida con gran intensidad.
 Los metales sí se pueden electrizar también por frotamiento si no tienen puntas y si en lugar de
sujetarlos con la mano lo hacemos mediante un mango de madera o plástico.
 Al acercar una barra electrizada a la bola de un electroscopio vemos cómo las laminillas se sepa-
ran (y vuelven a acercarse si la alejamos). En el caso de que lleguemos a tocar la bola, las lamini-
llas se quedan separadas.
 La intensidad de las fuerzas eléctricas disminuye rápidamente con la distancia.

¿Cómo se pueden interpretar los hechos anteriores?

Sabemos que a lo largo del tiempo se han manejado distintas hipótesis, pero también que en la actua-
lidad la explicación se basa en atribuir a la materia una propiedad general, denominada carga eléctri-
ca. Históricamente dicha explicación está asociada al desarrollo la teoría atómica y molecular de la
materia y, concretamente, al conocimiento de la estructura del átomo.

Recordemos que en la parte central de todos los átomos hay unas partículas extraordinariamente
pequeñas y con carga positiva (protones) que se hallan confinadas en una zona muy reducida (en
comparación con el tamaño total del átomo) llamada núcleo. Junto con los protones hay otras partí-
culas sin carga y de masa parecida llamadas neutrones. Unos y otros reciben el nombre general de
"nucleones". Los protones no se dispersan (a pesar de tener todos cargas del mismo signo y estar en
una zona tan próximos) porque entre todos los nucleones existen otras fuerzas atractivas (fuerzas
nucleares) que a pequeñísimas distancias son más intensas que las eléctricas. Los átomos son habi-
tualmente neutros porque en el exterior del núcleo hay electrones. Un electrón tiene la misma carga
que un protón pero de distinto signo (negativa). Los electrones se mueven a gran distancia del centro
del átomo (en comparación con el radio del núcleo), por lo que se suele decir que el átomo está in-
mensamente vacío. Además los electrones están organizados en niveles de energía, siendo relativa-
mente sencillo arrancar electrones (o comunicarlos) cuando se trata del último nivel energético.
Cuando un átomo pierde uno o varios electrones se convierte en un ion positivo (catión) mientras
que cuando los gana se convierte en un ion negativo (anión).

Al frotar un determinado material como el plástico con lana, pasan electrones de la lana al plástico
con lo que éste adquiere una carga neta negativa. Por el contrario, al frotar otro material como el
vidrio con un paño de seda, pasan electrones del vidrio al paño, con lo que el extremo frotado de la
barra de vidrio se carga positivamente.

Los metales se caracterizan por tener electrones que pueden moverse con bastante libertad por ellos
son buenos conductores). Así mismo, en el cuerpo humano la piel está cubierta de sales (es decir de
iones) y con el sudor y la transpiración hacen que nuestra piel sea bastante también buena conducto-
ra. No es esto lo que ocurre con otros materiales como la madera, la goma, el plástico, etc, por los

206
6. Campo eléctrico

que los electrones encuentran muchas dificultades para moverse (se dice que son materiales aislan-
tes). El suelo, por otra parte, es un buen conductor.

Utilizad lo que sea necesario de la información anterior para interpretar los resultados de las
experiencias realizadas.

La fuerza eléctrica entre cuerpos cargados está presente en muchos fenómenos, desde los rayos
que se producen en las tormentas a las descargas que sufrimos a veces cuando salimos del coche
después de circular en él en un día seco y tocamos por fuera su carrocería metálica. También tie-
ne muchas aplicaciones industriales como el rociado electrostático de pintura, las impresoras por
chorro de tinta, las fotocopiadoras, el pararrayos, los condensadores eléctricos, etc.

1. ¿DE QUÉ DEPENDE LA FUERZA ELÉCTRICA QUE SE EJERCEN DOS OBJETOS


CARGADOS, EN REPOSO Y SEPARADOS ENTRE SÍ?

Hemos visto cómo podemos cargar un objeto con carga positiva o negativa, simplemente por frota-
miento. La carga del electrón es la carga negativa más pequeña que existe. Ello hace que cualquier
carga existente deba ser un múltiplo entero de la del electrón. No obstante como la carga de un
electrón es tan pequeña, a efectos prácticos y en los fenómenos del mundo macroscópico, no se suele
tener esto en cuenta y en principio se manejan cargas de cualquier valor. Es algo similar a lo que
ocurre cuando nos sumergimos en el agua: sabemos que ésta se halla formada por moléculas pero no
podemos sentirlas por separado debido a su pequeño tamaño y nos parece toda continua.

Una cuestión importante es establecer de qué factores va a depender y cómo es la fuerza con que se
atraen o repelen dos cuerpos cargados eléctricamente. Para simplificar vamos a suponer, en princi-
pio, que se trata de dos objetos que se pueden considerar como puntuales.

1.1 Fuerza eléctrica entre dos cuerpos cargados y que puedan considerarse como objetos pun-
tuales. Ley de Coulomb.

Emitid hipótesis acerca de qué factores pueden influir en el valor de la fuerza eléctrica entre
dos objetos cargados que se puedan considerar puntuales, y que se encuentran en reposo y sepa-
rados entre sí.

Sean dos objetos, previamente electrizados, que se puedan considerar puntuales. Por ejemplo, dos
pequeñas esferas cargadas que se sitúan a una cierta distancia bastante mayor que sus radios. Depen-
diendo del tipo de carga que posean, del mismo signo o de signos opuestos, los objetos manifiestan
una fuerza de atracción o de repulsión (respectivamente). Es lógico suponer que la intensidad de esta
interacción debería ser mayor cuanto mayor sea la carga acumulada por cada uno de los objetos y
menor cuanto mayor sea la distancia que los separa. Más concretamente, por lo que se refiere a la
dependencia del módulo de la fuerza con las cargas, es razonable plantear que si se duplica el valor
de cualquiera de ambas cargas q1 o q2 también se debería duplicar el módulo de la fuerza que se
ejercen. Esto significa que el módulo de la fuerza electrostática ha de ser proporcional a cada una de
las cargas, q1 y q2.

Para plantear el tipo de dependencia entre el módulo de la fuerza y la distancia entre las cargas, se
razona igual que se hizo respecto de la fuerza gravitatoria en el capítulo 1. Igual que entonces, hay
tener en cuenta que la fuerza que ejerce, por ejemplo, la carga q1 sobre la carga q2 es la misma en
todos los puntos del espacio que estén a la misma distancia de q1 y disminuye al aumentar esa dis-
tancia. Esto equivale a decir que la atracción o la repulsión que puede ejercer la carga q1 sobre la
207
6. Campo eléctrico

carga q2 es la misma en todos los puntos de una esfera, de superficie S=4r2, centrada en q1. Esta
fuerza disminuye al alejarnos hacia esferas de mayor superficie. Por lo tanto, planteamos que el
módulo de la fuerza ha de ser inversamente proporcional a la cantidad 4r2.

q1  q2
El conjunto de estas hipótesis se puede operativizar escribiendo: F  cte 
4 r 2
y si decidimos incorporar el factor 4 dentro de la constante (con lo que tendremos una nueva cons-
tante que llamaremos K), llegamos a la expresión:
q q
F K 1 2 2
r
Como resultado de los experimentos realizados por Coulomb y de otros mucho más precisos lleva-
dos a cabo posteriormente, se pudieron confirmar las hipótesis anteriores, con lo que la última expre-
sión anterior pasó a denominarse ley de Coulomb.

Respecto a la asignación de unidades a las magnitudes involucradas en la ley de Coulomb, así


como a la atribución de un valor para la constante K (llamada constante electrostática), conviene
tener en cuenta que en dicha ley eran conocidas, de entrada, las unidades mecánicas de la fuerza
F y la distancia r, pero se desconocían las de la constante K y la carga q. Así pues, para obtenerlas
se pueden considerar de forma general dos posibles procedimientos: o bien se da a K un valor
arbitrario y experimentalmente se deduce la unidad de carga, o bien se fija un valor arbitrario
para la unidad de carga y se determina experimentalmente el valor de la constante K.

El sistema internacional de unidades (en adelante SI) utiliza el segundo de estos procedimientos, de
manera que las unidades de fuerza (el newton, N) de distancia (el metro, m) y de carga están ya defi-
nidas. Concretamente la unidad de carga en el SI se denomina, en honor a Coulomb, culombio (C) y
conviene saber que no es una unidad fundamental de este sistema de unidades, sino una unidad deri-
vada. Como se verá en el capítulo siguiente, la unidad eléctrica fundamental es la unidad de intensi-
dad de corriente (llamada amperio), de modo que a partir de ella se puede definir el culombio.

En definitiva, partiendo de los valores conocidos de la unidad de distancia, de fuerza y de carga, y


usando la ley de Coulomb, se obtiene en el SI el valor de la constante K, cuyo valor para el vacío
resulta ser:

K= 8'9874 · 109 Nm2/C2 . Aunque habitualmente, tanto para el vacío como para el aire se utiliza el
valor aproximado de: K = 9 · 109 Nm2/C2

¿Cuál es el significado físico de la constante K que aparece en la ley de Coulomb?

Si en la ley de Coulomb hacemos q1 = q2 = 1 C y la distancia r = 1 m, obtenemos que F = K. Por


tanto, podemos decir que el valor de la constante coincide con el de la fuerza que se ejercerían dos
hipotéticas cargas puntuales de 1 C separadas por una distancia de un metro.

En el SI a menudo se escribe la constante K en la forma K=1/4, que tiene la ventaja de simpli-


ficar muchos cálculos al hacer desaparecer el factor irracional 4 de ciertas expresiones que se
derivan de la ley de Coulomb (como veremos más adelante). De acuerdo con ello otra expresión
de la Ley de Coulomb es:
1 q1  q2
F  2 (Obviamente,  = 1/4 K)
4 r

208
6. Campo eléctrico

Cuando nos encontramos en el vacío o en el aire es habitual designar a la constante K (y a la )


mediante los símbolos K0 y 0. De acuerdo con ello:
1
0  C2/N·m2
4  9·10 9

La constante  se denomina "constante dieléctrica". Su valor (como el de la constante K) depende


del medio en cuestión en el que se hallen las cargas.

¿Qué significa que la constante dieléctrica de un medio dado sea muy grande?

Como dicha constante se encuentra en el denominador, el que un medio dado tenga una constante
dieléctrica más alta que otro significa que, a igualdad de los restantes factores, la interacción eléc-
trica entre dos cargas será más intensa en el segundo que en el primero. Es decir, un medio con
una constante dieléctrica alta transmite mal la interacción eléctrica. Podríamos decir que es un
medio "no eléctrico" o "dieléctrico".

El menor valor posible de la constante dieléctrica corresponde al vacío. Ello implica que es en el
vacío donde la interacción eléctrica entre cargas se ejerce con mayor intensidad o lo que es equi-
valente: cualquier medio material produce una disminución de la fuerza eléctrica con que se atra-
en o repelen dos cargas determinadas separadas por una cierta distancia. Es por ello que resulta
habitual hablar de la constante dieléctrica relativa ' de un medio como el número de veces que la
constante dieléctrica de dicho medio es mayor que la del vacío, es decir:

' = /0

1.2. Expresión vectorial de la ley de Coulomb

Hasta aquí nos hemos limitado a calcular el módulo de la fuerza con que interaccionan dos obje-
tos cargados y que puedan considerarse como puntuales (habitualmente se suele decir simplemen-
te dos cargas puntuales). Sin embargo, son muchos los casos en los que hemos de calcular la
fuerza resultante (en módulo dirección y sentido) que actúa sobre una carga sometida a la acción
de otra u otras. En estos casos es necesario tener en cuenta el carácter vectorial de la fuerza, tal y
como vamos a ver a continuación.

En los esquemas adjuntos se han dibujado dos cargas puntuales. Representad mediante un
vector la fuerza ejercida sobre q2 en cada caso.

+ + - +
q1 q2 q1 q2

La realización de la actividad anterior permite comprender que la dirección y el sentido de la


fuerza electrostática sobre una carga dada depende de la situación y signo relativo de las dos car-
gas. En el primer caso las dos cargas se repelen entre sí por lo que el vector fuerza sobre q 2 irá
hacia la derecha. En el segundo caso las dos cargas se atraen por lo que el vector fuerza sobre q2
irá aquí hacia la izquierda.

209
6. Campo eléctrico

Para determinar el vector fuerza podemos adoptar los siguientes criterios:

 Definiremos como "centro de fuerzas" el punto en el que se encuentre la carga que ejerce la
fuerza (en los ejemplos anteriores la carga q1).

 Definiremos como vector r un vector que siempre tendrá origen en el centro de fuerzas y el
extremo en el punto donde se halla la carga sobre la cual queremos hallar la fuerza (en los
ejemplos anteriores el punto donde se halla q2).

 r
 Definiremos también en cada caso el vector unitario ur  
r

De acuerdo con lo anterior en los dos ejemplos descritos tendríamos:

ur r F ur F
+ + - r
+
q1 q2 q1 q2

  
(En las figuras anteriores los vectores F , r , u r deberían encontrarse todos sobre la recta que pasa
por las dos cargas, pero para facilitar su distinción se han desplazado ligeramente).

 q q 
Observemos que en ambos casos es posible obtener el vector fuerza como: F  K  1 2 2  ur
r

donde cada carga ha de expresarse con su signo correspondiente. En efecto, en el primer ejemplo
el producto de las cargas resulta un numero positivo y por tanto el vector fuerza tiene (como es de

esperar) la misma dirección y sentido que el vector u r . Por el contrario, en el segundo, al haber
una carga negativa, el producto de las cargas es un número negativo y el vector fuerza tendrá sen-

tido contrario al vector u r .

La expresión anterior es una forma vectorial de la ley de Coulomb y su utilidad radica en que en
ella se halla implícita la información acerca de la dirección y sentido de la fuerza. Su uso, tal y
como se ha expuesto, es fundamental en aquellos casos en que sean varias las cargas que ejercen
fuerzas sobre otra dada.

Y (m)
Si son varias las cargas puntuales y deseamos hallar la
fuerza resultante que actuaría sobre una de ellas. ¿Cómo q1
deberíamos proceder? Concretadlo para el ejemplo propues-
to en la figura adjunta en el que: q1 = 10-3 C, q2 = -10-3 C y q3
q3 = 10-4 C y queremos hallar el módulo, la dirección y sen-
X (m)
tido (y dibujar un vector representativo) de la fuerza elec-
trostática resultante que actuaría sobre la carga q 3. (Las tres q2
cargas se hallan en el vacío).

210
6. Campo eléctrico

Naturalmente habría que tener en cuenta que la expresión vectorial de la ley de Coulomb se cum-
pliría para cada par de cargas. De acuerdo con ello y una vez establecido (si es necesario) un sis-
tema de coordenadas cartesianas apropiado, hemos de obtener la fuerza que cada una de las car-
gas ejerce sobre la carga en cuestión y finalmente sumar vectorialmente todas ellas, es decir:
   
F  F1  F2      Fn

La expresión anterior es la descripción matemática de un principio denominado "principio de


superposición" según el cual la fuerza que una carga ejerce sobre otra, no depende para nada de la
presencia o no de más cargas en las proximidades.1

Y
q1 ur1
En la figura de la derecha hemos representado
  
los vectores F , r , u r correspondientes al pro-
blema propuesto. De acuerdo con dicha figura, r1
podemos expresar analíticamente estos vecto-
res como: q3

 103  104  O X
F1  9  109   ur 1
( 13 )2 F2 F1
ur2 r2
 3 4
 10 10 
F2  9 109   ur 2 q2
( 13 )2

¿Hacía dónde iría el vector fuerza resultante sobre q 3?

Dada la simetría existente en el problema (las cargas q1 y q2 son iguales pero de distinto signo y
la carga q3 está situada frente a ellas, en el eje X, y a la misma distancia de cada una), es fácil
darse cuenta de que la fuerza resultante que se demanda sólo tendrá componente Y, que dicha
componente será negativa y que valdrá justo el doble que la componente Y de cualquiera de las
dos fuerzas. En efecto, si determinamos los vectores unitarios:

 
 r1 (3 ,  2)  r2 (3 , 2)
ur 1     (0'83 ,  0'55) ur 2     (0'83 , 0'55)
r1 13 r2 13

Sustituyendo ahora los vectores obtenidos en los vectores fuerza y sumando se obtiene:
  
F  F1  F2  (57'46 ,  38'08)  (57'46 ,  38'08)  (0 ,  76'16) N

1
La validez de dicho principio no es general. No se cumple, por ejemplo, cuando las fuerzas son muy intensas

211
6. Campo eléctrico

1.3 Comparación entre la fuerza eléctrica y la fuerza gravitatoria.

Una vez vistas algunas características básicas de la fuerza eléctrica, que se hace operativa a través
de la ley de Coulomb, es interesante compararla con la fuerza gravitatoria, estudiada en el capítu-
lo 1.

Señalad algunas semejanzas y diferencias que se aprecian entre las fuerzas eléctricas y las
fuerzas gravitatorias. Comparad también el orden de magnitud de ambas interacciones.

La semejanza entre la fuerza eléctrica y la gravitatoria resulta evidente, comenzando por la expre-
sión operativa de la ley de Newton de la Gravitación Universal y la ley de Coulomb:

m1  m2 q1  q2
F  G (interacción gravitatoria) F K (interacción electrostática)
r2 r2

Ambas leyes tienen la misma forma matemática: el producto de una constante por una propiedad
general de la materia (las masas o las cargas) correspondientes a dos objetos que pueden conside-
rarse como puntuales, divididas por el cuadrado de la distancia de separación.

Por lo que se refiere al aspecto vectorial de ambas fuerzas, también coinciden en orientarse en la
dirección de la recta que une las partículas u objetos que interactúan.

Junto con estas similitudes, existen también diferencias importantes entre ambas interacciones.
Una diferencia de carácter fundamental proviene del hecho de que es necesario concebir dos tipos
de carga eléctrica (positiva y negativa) frente a un solo tipo de masa. Como consecuencia de ello
la fuerza gravitatoria entre dos objetos es siempre atractiva, mientras que la fuerza electrostática
entre dos cuerpos cargados puede ser atractiva (entre cuerpos con cargas de signo opuesto) o re-
pulsiva (entre objetos cargados con cargas del mismo signo). Además, la existencia de dos tipos
de carga provoca que la mayoría de los materiales sean eléctricamente neutros y, en consecuen-
cia, no se evidencien fuerzas eléctricas globales entre ellos. Para poner de manifiesto las fuerzas
electrostáticas es necesario que los objetos se polaricen o que exista un desequilibrio entre sus
cargas positivas y negativas. Algo distinto de lo que ocurre con la atracción gravitatoria, que se
ejerce entre todos los objetos.

Una segunda diferencia entre ambos tipos de fuerzas se refiere a la influencia del medio inter-
puesto entre los objetos que interactúan. El medio existente entre dos objetos cargados tiene una
influencia relevante sobre la fuerza eléctrica entre ellos y, en consecuencia, la constante K (o la )
que aparece en la ley de Coulomb tiene un valor diferente en cada medio. En cambio, la constante
G que aparece en la ley de gravitación de Newton tiene un valor unívoco.

Teniendo en cuenta los valores de G y de K, comparad el orden de magnitud de la fuerza gra-


vitatoria con el de la fuerza electrostática correspondiente a dos partículas cargadas y en repo-
so. Suponed, por ejemplo, que se trata de dos núcleos de He. Datos: Considerad que la carga de
un núcleo de He es de 3'2·10-19 C y su masa de 6'7·10-27 kg.

Rdo. La fuerza electrostática es más de 3·1035 veces mayor que la gravitatoria.

212
6. Campo eléctrico

La diferencia en cuanto a la intensidad en la fuerza electrostática y la gravitatoria hay que buscar-


la pues en la enorme diferencia existente entre los valores de las constantes K y G, que en ambos
casos nos indican el valor de la fuerza entre dos objetos considerados como puntuales separados a
1 metro de distancia y cargados cada uno con 1 culombio (en el caso de la interacción electrostá-
tica), o teniendo cada uno una masa gravitatoria de 1 kilogramo (en el caso de la interacción gra-
vitatoria).

Conviene saber que, aunque es fácil hablar de 1 kg de masa, una carga de 1 C es muy grande (de
ahí que habitualmente se utilicen submúltiplos). No obstante, un valor normal que puede alcanzar
la carga de un objeto ordinario al ser frotado puede ser del orden de 1nC a 1C (10-9 C a 10-6 C).
Aunque estos valores son mucho menores que la unidad de carga en el S.I (1 culombio), la dife-
rencia entre el valor de la fuerza eléctrica para dos cargas de ese orden de magnitud y la fuerza
gravitatoria entre dos objetos ordinarios situados a la misma distancia entre ellos, sigue siendo
todavía enorme (a favor de la fuerza eléctrica). Este hecho, combinado con la tendencia de los
objetos a ser eléctricamente neutros, determina qué tipo de interacción se ha de considerar entre
según qué objetos. Por ejemplo, si se trata de objetos habituales (como un trozo de papel y un
bolígrafo) que se han cargado tras haber sido electrizados por frotamiento y, mucho más aún, si
se trata de partículas cargadas de orden subatómico (como electrones, protones, etc) o atómico
(como iones, moléculas polares, etc), la fuerza eléctrica entre ellos predomina de tal manera sobre
la fuerza gravitatoria que se pueden tratar las situaciones como si en realidad sólo se ejerciera la
primera. En cambio, cuando se estudian las interacciones entre objetos neutros o no electrizados
(como son la mayoría de objetos macroscópicos) y más aún si intervienen objetos “celestes”
(como planetas, estrellas, satélites, etc) la fuerza relevante es la fuerza gravitatoria. Para estos
últimos, las masas son suficientemente grandes para que ya sea muy apreciable la interacción
gravitatoria y a ello se añade la neutralidad eléctrica que normalmente poseen los mismos.

2. ¿CÓMO SE TRANSMITE LA FUERZA ELECTRICA? EL CAMPO ELÉCTRICO Y


SU INTENSIDAD.

Hemos aprendido a calcular la fuerza entre dos cargas separadas entre sí. Ahora bien: ¿Cómo
tiene lugar la interacción? ¿Qué es lo que atrae una carga hacia otra o las repele si éstas no se
tocan o incluso pueden estar situadas en el vació? En otras palabras: ¿Qué tira de una carga en
una determinada dirección?

Durante mucho tiempo se pensó que se trataba de una fuerza que se ejercía simplemente "a dis-
tancia" y de forma "instantánea", hasta que Faraday (en el siglo XIX) elaboró el concepto de
"campo eléctrico" como una realidad física a través de la cual se propaga la interacción. Si nos
limitamos a una descripción fenomenológica podemos pensar que una carga Q crea "algo" a su
alrededor, una "perturbación" que llamamos campo eléctrico y que atraviesa el espacio y la mate-
ria que pueda rodear a dicha carga, pero que sin embargo sólo puede ser detectado cuando colo-
camos una pequeña carga de prueba "q" en un punto de dicho espacio.

De acuerdo con ello cada carga no interacciona directa e instantáneamente con otra sino más bien
con el campo eléctrico generado por esta última, con lo cual el problema de hallar la fuerza que
una carga ejerce sobre otra se traduce ahora en determinar por una parte el campo eléctrico gene-
rado por la primera en cada punto del espacio y por otra calcular la fuerza que ese campo ejerce
sobre la otra carga cuando se coloque en un punto dado.

213
6. Campo eléctrico

2.1. Intensidad del campo eléctrico en un punto

¿Cómo se puede detectar la presencia de un campo eléctrico en un punto? Definid, análoga-


mente a como se hizo para el campo gravitatorio, el concepto de intensidad del campo eléctrico.

Dado que sólo podemos detectar una campo eléctrico en un punto colocando en él una pequeña
carga de prueba y comprobando si sobre ella actúa o no alguna fuerza, podríamos pensar en colo-

car en ese punto una carga testigo "q" y medir la fuerza F que el campo ejerce sobre ella. Sin
embargo dicha fuerza es obvio que dependerá del valor de la carga testigo y que, por tanto, para
 
una carga de 2q, 3q, etc, se obtendrían fuerzas de 2 F , 3 F , etc. Podemos solucionar este incon-
veniente si definimos la intensidad del campo eléctrico en un punto de una forma similar a como
hicimos para con la intensidad del campo gravitatorio.

La intensidad del campo eléctrico en un punto es una magnitud cuyo valor coincide con el de la
fuerza que actuaría sobre la unidad de carga positiva 2 si se colocase en dicho punto.

 F
Operativamente la definición anterior se expresa como: E
q

Según esta definición la unidad de intensidad de campo eléctrico es el N/C. En la expresión ante-
rior la carga q va siempre acompañada de su signo lo que hará que cuando dicha carga sea nega-
tiva el vector fuerza que hace el campo sobre q, tenga sentido contrario al vector intensidad de
dicho campo existente en el punto en el que se sitúa q.

¿Qué significa que la intensidad del campo eléctrico en un punto valga 5·10 6 N/C?

De acuerdo con lo dicho hasta aquí querrá decir que si en ese punto colocásemos una carga posi-
tiva de 1 C el campo haría sobre ella una fuerza de 5·10 6 N en la misma dirección y sentido que

tenga el vector E en ese punto.

Al colocar en un punto A de un campo eléctrico una carga testigo q = -10-5 C se observa que
sobre ella actúa una fuerza de 20 N en la dirección y sentido indicados. ¿Cuánto vale la intensi-
dad del campo eléctrico en A? Dibujad un vector (de tamaño arbitrario) que la represente. ¿Qué
le pasaría a la intensidad del campo eléctrico en A si, manteniendo todo lo demás igual, duplicá-
semos el valor de q?

A F
q

El módulo del vector intensidad de campo en A se puede calcular fácilmente sin más que hacer:

 F 20
E  =  5 = 2·106 N/C.
q 10

2
Dado que la carga puede ser positiva o negativa, arbitrariamente se escogió referir la intensidad del campo eléctrico
a la unidad positiva de carga. Nótese que este problema no se dio con la masa (que no puede ser negativa).

214
6. Campo eléctrico

Es importante darse cuenta de que como estamos calculando el módulo, la carga q debe expresar-
se en valor absoluto. Sin embargo no podemos olvidar que la fuerza se ejerce sobre una carga

testigo negativa por lo que el vector intensidad de campo deberá tener sentido contrario a F .

E A F
q

Naturalmente la intensidad del campo eléctrico en un punto no depende para nada de la carga
testigo que pueda colocarse en dicho punto (siempre suponemos que esa carga es lo bastante pe-
queña para no alterar al agente o agentes creadores del campo). Si en lugar de una carga testigo
de -10-5 C hubiéramos puesta otra de -2·10-5 C la intensidad del campo eléctrico sería la misma (y
la fuerza sobre ella valdría el doble). Podríamos incluso no poner ninguna carga en A y la inten-
sidad del campo eléctrico seguiría valiendo lo mismo (mientras no alterásemos para nada la carga
o cargas que crean el campo, de las cuales no se dice nada en el enunciado).

Una de las ventajas de utilizar la intensidad del campo eléctrico en un punto es que cuando dicha
magnitud se conoce podemos determinar fácilmente la fuerza que actuaría sobre cualquier carga
 
de prueba que colocásemos en ese punto sin más que aplicar la expresión F  q  E

En la figura adjunta E = 6·104 N/C. Hallad el módulo de la fuerza que actuaría sobre una
carga q = 10-8 C si la colocásemos en ese punto y dibujad un vector (no a escala) que pudiera
representarla. Repetid para el caso de q = -10-8 C.

A E
x

Rdo. Si la carga q es positiva el módulo de la fuerza que se demanda vale 6·10 -4 N y estará diri-
gida hacia la derecha, teniendo por tanto la misma dirección y sentido que el vector intensidad del
campo en dicho punto. Si la carga q fuese igual pero negativa ello no afectaría a la intensidad del
campo en ese punto (que es independiente de la carga que situemos en él) pero sí a la fuerza que
dicho campo haría sobre q, ya que en ese caso el módulo seguiría valiendo lo mismo pero el vec-
tor fuerza tendría sentido contrario al vector intensidad de campo en el punto considerado.

 F
La expresión E  tiene una validez general. Con ella podemos determinar la intensidad del
q
campo eléctrico en un punto dado del espacio independientemente de quien sea la carga o cargas
creadoras de dicho campo y de cómo estén distribuidas. No obstante, resulta del mayor interés

averiguar cómo podemos determinar E en un punto dado del espacio, en función de la carga o
cargas que lo originen (y de cómo estén distribuidas) y de la distancia a que se halle dicho punto.
El caso más sencillo corresponde a cuando el campo es creado por una sola carga puntual Q.

215
6. Campo eléctrico

2.2. Obtención de la intensidad del campo eléctrico en un punto cuando dicho campo está
creado por una o varias cargas puntuales.

Deducid, análogamente a como se hizo en el capítulo de gravitación, una expresión que cal-
cule la intensidad de campo creada en un punto por una carga puntual Q.

Supongamos una carga puntual Q fija en un cierto lugar. Para determinar el campo que produce
en un punto a una distancia determinada r de la carga Q hay que colocar en ese punto una carga

 F
de prueba q y aplicar la definición operativa de intensidad de campo E  . En la figura adjunta
q
se ha representado esquemáticamente a modo de ejemplo, la situación para el caso de que ambas
cargas sean del mismo signo.

ur r F
Q q

Sustituyendo la fuerza por su expresión vectorial según la ley de Coulomb nos queda:

 Qq 
 F 2
 ur  Q 
E = K r y simplificando: E  K  2  ur
q q r

Vale la pena darse cuenta de que al tratarse de una expresión vectorial, la carga Q ha de ir acom-
pañada del signo correspondiente. Si es negativa, el vector intensidad del campo en el punto don-
de hemos colocado la carga testigo q tendría sentido hacia Q (y al contrario si Q fuera positiva).

La expresión nos dice también que la intensidad del campo eléctrico en un punto, cuando éste
campo es creado por una carga puntual Q, aumenta con Q y disminuye con el cuadrado de la dis-
tancia a Q. Ello supone que el valor de dicha intensidad disminuye conforme nos alejamos de Q
de forma que cuando r se duplica, la E se hace cuatro veces menor (tendiendo a 0 cuando r tiende
a infinito).

¿Cómo se ha de calcular la intensidad del campo eléctrico resultante en un punto cuando di-
cho campo está producido por varias cargas Q1, Q2, etc.?

Sabemos que al situar una pequeña carga testigo "q" en un punto actuará sobre ella una fuerza F
que será la resultante de las fuerzas que sobre ella ejercerán cada una de las cargas generadoras.
   
F = F1  F2      Fn luego la intensidad del campo en ese mismo punto será:
   
 F F1 F2 Fn    
E     , es decir: E  E1  E2      En
q q q q

216
6. Campo eléctrico

Así pues, la intensidad del campo en un punto se obtiene como la suma de las intensidades que
cada carga generaría en él si estuviera sola.
Y(m)
q1 q2
Dadas las cargas: q1 = -7‟2 C, q2 = - 40 C
y q3 = 6‟4 C representadas en la figura adjunta,
determinad:

Intensidad del campo eléctrico en el origen de co-


ordenadas y fuerza que actuaría sobre una carga q3
de -10-6 C situada en dicho punto.
X(m)

En este caso tenemos un sistema formado por tres cargas puntuales. Como sabemos, asociado a di-
cho sistema existirá un campo eléctrico. Supondremos que el medio en el que se hallan las cargas es
el aire (K  9·109 U.I.). En el problema se nos pide que calculemos la intensidad de dicho campo en
un punto determinado (el origen de coordenadas).¿Cómo podríamos hacerlo?

Para obtener la intensidad E del campo eléctrico en cualquier punto bastará con que calculemos los
  
vectores E 1 , E 2 y E 3 en dicho punto y los sumemos.

Calculad la intensidad del campo eléctrico generada por cada una de las cargas en el origen de
  
coordenadas de la figura y, obtened E = E 1 + E 2 + E 3

Sabemos que la intensidad del campo eléctrico en un punto, cuando la carga generadora del campo
sea una carga puntual, se puede determinar como:
 q 
E  K 2 ur
r
 
siendo u r un vector unitario que siempre tiene la misma dirección y sentido que el vector r que va
desde la carga generadora del campo hasta el punto donde se desea calcular su intensidad (no con-
fundirlo con el vector de posición de las cargas).

Aplicando al expresión anterior tendremos:


Y(m)
 Kq  9  10 9  (7'2  10 6 )    q1 q2
E 1  2 1 u r1 =  u r1 = -1800· u r1 u r1 
r1 6 2
ur2

 Kq  9  10 9  ( 40  10 6 )  
E 2  2 2 u r2 = 2
 u r2 = -3600· u r2 E1
r2 10
E3 E2 q3
 6 
Kq  9  10  (6'4  10 ) 
9
 ur3 X(m)
E 3  2 3 u r3 = 2
 u r3 = 900· u r3
r3 8
 
La determinación de los vectores u r1 y u r3 es inmediata ya que de la figura anterior se desprende
  
que u r1 = (0, -1) y u r3 = (-1, 0). Por el contrario la determinación del vector u r2 es algo más labo-
riosa:
217
6. Campo eléctrico

  
r2 = (-8, -6) m; r2 = 8 2  6 2 = 10 m; u r2 = r2 /r2 = (-8, -6)/10 = (-0‟8, -0‟6)

Sustituyendo los vectores unitarios en las expresiones que nos dan las intensidades de campo y su-
mando obtenemos:
   
E = E 1 + E 2 + E 3 = (0, 1800) + (2880, 2160) + (-900, 0) = (1980, 3960) N/C

El resultado coincide numéricamente con la fuerza que actuaría sobre la unidad de carga positiva si
se colocase en el origen de coordenadas. Si en lugar de la unidad de carga positiva se sitúa una carga

q, la fuerza que actuará sobre la misma viene dada por: F  q  E , de modo que sustituyendo los va-
lores correspondientes a este caso:
 
F  q  E = -10-6 · (1980, 3960) = (-1‟98·10-3, -3‟96·10-3) N

Dos cargas puntuales q1=2C y q2 = -4C están fijas a una distancia de 20cm. Determinad
en qué punto P se anula el campo eléctrico creado por estas cargas.

Para que la suma de los vectores intensidad sea nula deberán tener la misma dirección y sentidos
contrarios. Esto restringe los puntos a los contenidos en la recta que une a las dos cargas, con
 
excepción de los comprendidos entre ellas (ya que en ese segmento los dos vectores E1 y E2
tienen el mismo sentido). Además los módulos de ambos vectores deberán ser iguales. Éste últi-
mo dato es esencial ya que nos indica que la zona en la que se encuentra el punto que buscamos
ha de ser necesariamente la que se encuentra a la izquierda de q 1.

q1 20 cm q2
E1 P E2
x
d2
d1

En efecto, dado que E = Kq/d2 y que en valor absoluto q2q1, para que los módulos de los vecto-
res intensidad de campo sean iguales se ha de compensar el mayor valor de q 2 con una menor
distancia desde P hasta q1. En otras palabras:

 q  q
Si E1  K 12 y E2  K 22 han de ser iguales, como q2  q1 será necesario que d2d1
d1 d2
(En las expresiones anteriores hemos representado valor absoluto de q por el símbolo q )

Nótese que los vectores intensidad de campo, en la situación descrita, jamás podrían anularse en
 
un punto situado a la derecha de q2 ya que en esa zona siempre se cumple que E2  E1

q1 q 
De acuerdo con lo anterior es posible esta- K  K 22  y resolviendo obtenemos que
d12
d2 
d 2  d1  0'2 
blecer el siguiente sistema de ecuaciones: d1 = 0'48 m

218
6. Campo eléctrico

Mediante estos ejemplos, hemos visto que no ofrece demasiada dificultad obtener el campo elec-
trostático producido por sistemas de cargas, mientras cada una de ellas se pueda considerar como
una carga puntual. Sin embargo, cuando las características del problema en estudio no permitan
considerar la carga como puntual el problema es bastante más complejo.

2.3. Obtención del campo eléctrico en un punto en el caso de que la carga generadora del
campo no sea una carga puntual.3

¿Qué estrategia podríamos seguir con el fin de hallar la intensidad del campo eléctrico en un punto
cuando dicho campo es creado no por una carga puntual (o varias ) sino por una distribución conti-
nua de carga?

Podemos descomponer la carga total q en infinitas cargas dq que sí podrán considerarse como pun-
tuales, hallar la expresióndel campo eléctrico dE correspondiente
 a cada una (en el punto considera-
do) y finalmente obtener E como la suma de todos los dE (es decir integrando). A modo de ejemplo
plantearemos el caso del campo eléctrico creado por un anillo lineal de carga:

Dado un anillo de radio R que se encuentra cargado con una carga q, uniformemente distri-
buida, determinad la intensidad del campo eléctrico que crea en un punto de la recta perpendicu-
lar al plano del anillo y que pasa por su centro.

Si suponemos el grosor del anillo despreciable frente a su longitud L, podemos simplificar el pro-
blema y considerar el anillo como una distribución lineal de carga. En ese caso para descomponer la
carga q bastará que dividamos el anillo en elementos de longitud dL a cada uno de los cuales le co-
rresponderá una carga dq,

En la figura adjunta podemos ver la intensidad del campo


eléctrico generado en el punto P por uno de tales elemen-
tos de carga dq.

Podemos pensar cómo sería la contribución del resto de


los elementos que conforman el anillo y preguntarnos
hacia dónde iría dirigida la intensidad del campo eléctri-
co resultante en P. 

Por la simetría que presenta


 la figura, es fácil darse cuen-
ta de que el vector E se encontrará sobre la recta perpen-
dicular al plano del anillo que pasa por su centro y dirigi-
do hacia afuera.

3
Este subapartado no es esencial para comprender los contenidos mínimos oficiales de que consta el capítulo. Tan
solo se persigue mostrar que el cálculo de la intensidad del campo eléctrico en las situaciones que se plantean en él,
puede ser bastante laborioso. Ello permite comprender mejor después la utilidad del teorema de Gauss que, de una
forma muy simple, permite llegar a los mismos resultados.

219
6. Campo eléctrico

En efecto, cada vector dE puede ser descompuesto en dos vectores, uno de los cuales será horizontal
 
y el otro vertical dE z . Por otra parte, dada la simetría de la figura todo vector dE puede enfrentarse

a otro simétrico dE ' . Las componentes horizontales de tales vectores se anularán por pares y, en
consecuencia, sólo existirá intensidad del campo en la dirección del eje Z, por lo que para calcular
 
E bastará con sumar todos los dE z .

En la figura adjunta hemos procedido a dibujar los vectores dE y

dE ' aunque no hemos incluido las componentes de éste último
vector, pero es fácil ver que la componente vertical tiene el mismo
 
módulo dirección y sentido que dE z mientras que la componente
horizontal tiene el mismo módulo y dirección pero sentido contra-

rio a dE y .

Teniendo en cuenta lo anterior proceded a calcular el vector E que se pide.

 dq    q dq 
dE z  K  2 cos  u z y la suma será: E =
e  dE z = 
0
K
e 2
cos  uz

 K  cos  q  q 
Sacando fuera de la integral las constantes: E = 2
u z  dq  E  K  2 cos  u z
e 0 e

El resultado también se puede expresar en función de la distancia z existente desde el centro del ani-
z
llo hasta el punto P si tenemos en cuenta que cos   y que e = z 2  R 2 :
e
 q 
E = K z  uz
 
3
z2  R2 2

La determinación de la intensidad del campo eléctrico en el ejemplo anterior no es más que una
de entre otras muchas posibles distribuciones continuas de carga eléctrica. Podríamos pensar, por
ejemplo, en un objeto esférico, cilíndrico, plano o simplemente en una varilla, cargados eléctri-
camente e intentar calcular la intensidad del campo eléctrico correspondiente en un punto próxi-
mo a ellos. El cálculo matemático sería de una complejidad similar o mayor al caso que acaba-
mos de analizar. Es por ello que resultaría especialmente útil disponer de otro método alternati-
vo más sencillo con el que poder hallar la intensidad del campo eléctrico creado por distribucio-
nes de carga como las anteriores. Afortunadamente ello puede conseguirse mediante el llamado
"Teorema de Gauss" tal y como veremos más adelante.

3. REPRESENTACIÓN DEL CAMPO ELÉCTRICO EN EL ESPACIO

3.1 Representación del campo eléctrico mediante líneas de fuerza.

Igual que se hizo con el campo gravitatorio, para visualizar el campo eléctrico recurriremos al
concepto de líneas de fuerza, es decir, dibujaremos, en las proximidades de las cargas productoras
del campo, líneas tangentes al vector campo eléctrico en cada punto. El concepto de líneas del
campo eléctrico es similar al de líneas del campo gravitatorio. Por lo tanto, las líneas del campo

220
6. Campo eléctrico

eléctrico representan en cada punto la dirección y el sentido de la fuerza eléctrica que se ejercería
sobre una pequeña carga de prueba o carga testigo (recordemos positiva) colocada ahí.

Representad las líneas del campo eléctrico generado por una carga puntual positiva. Idem
negativa.

Al colocar en un punto más o menos próximo a una carga positiva Q otra de igual signo q, que
actuará como testigo del campo producido por Q, la carga testigo q sufrirá una fuerza de repul-
sión. Por lo tanto, las líneas del campo generado por la carga Q, son, en este caso, líneas rectas
radiales con origen en Q y dirigidas hacia el infinito. El mismo razonamiento aplicado al caso de
que la carga que genera el campo sea negativa, conduce a la conclusión de que, en dicho caso, las
líneas del campo serán también rectas radiales, pero ahora dirigiéndose desde el infinito hacia la
carga.

La figura anterior situada a la izquierda representa el campo eléctrico creado por una carga Q
positiva y la derecha el campo creado por otra carga negativa y de menor valor que la anterior.
Conviene notar que en los ejemplos anteriores:

 Las cargas se han representado (para facilitar la comprensión) más como pequeñas esferas de
carga que como puntos matemáticos. Las líneas de fuerza salen de la carga positiva (fuente de
líneas de fuerza) y entran en la negativa (sumidero de líneas de fuerza).

 Las líneas de fuerza dan la dirección del campo eléctrico en cualquier punto (en casos más
complejos veremos que es la tangente en dicho punto a la línea de fuerza lo que en realidad da
la dirección del vector intensidad de campo).

 Aunque el dibujo está en dos dimensiones, las líneas de fuerza estarían dirigidas en las tres
direcciones del espacio. Como el módulo de la intensidad del campo eléctrico creado por una
carga puntual Q viene dado por E = kQ/r2, las zonas en las que la intensidad del campo tendrá
el mismo valor son superficies esféricas concéntricas.

 También es fácil darse cuenta de que conforme nos alejamos de la carga creadora del campo,
la intensidad disminuye a la vez que las líneas de fuerza se hallan menos agrupadas (la disper-
sión aumenta, se encuentran más alejadas unas de otras). Esta relación entre mayor "agrupa-
miento" de líneas de fuerza con mayor valor de la intensidad del campo eléctrico es funda-
mental ya que en ella radica gran parte de la utilidad de este concepto de líneas de fuerza
(como veremos al introducir el teorema de Gauss).

221
6. Campo eléctrico

 El que en un punto dado no se dibuje una línea de fuerza no debe interpretarse como que ahí
no hay campo eléctrico. En todos los puntos que rodean a las dos cargas existe un campo
eléctrico, pero no podemos dibujar infinitas líneas de fuerza sino tan solo unas cuantas para
"visualizarlo". No obstante, como ya hemos insistido, un mayor agrupamiento de líneas de
fuerza se relaciona con una mayor intensidad de campo. Por convenio el número de líneas de
fuerza que se dibujan saliendo de una carga positiva o entrando a una negativa es proporcio-
nal al valor de dicha carga. Es por ello que alrededor de la carga negativa (que arbitrariamente
hemos supuesto menor que la positiva) hemos dibujado menos líneas de fuerza y a ello se de-
be también que para una carga dada, conforme aumenta la distancia r, las líneas de fuerza se
vayan dispersando más y más.

Dibujad las líneas del campo eléctrico generado por un sistema de dos cargas Q1 y Q2 de
igual magnitud y signo. Idem para el caso de la misma magnitud y signo contrario.

Para dibujar las líneas del campo eléctrico producido por un conjunto de varias cargas que se
puedan considerar puntuales, es necesario determinar el vector intensidad de campo eléctrico

generado por cada una de ellas en un punto dado y sumarlos todos para hallar el vector E en ese
punto dibujando dicho vector. El proceso se repite con tantos puntos del medio como se considere
conveniente, de modo que seamos capaces de dibujar las líneas que resultan tangentes a los vec-

tores E correspondientes a cada punto. Con estas consideraciones es fácil llegar a la conclusión
de que las líneas de fuerza correspondientes al campo eléctrico generado por dos cargas puntua-
les, positivas e iguales puede representarse mediante un esquema como el que se reproduce a con-
tinuación.

La figura anterior también puede interpretarse como si las dos cargas positivas estuvieran ini-
cialmente muy separadas entre sí (de modo que su influencia mutua fuera despreciable) y luego
se fueran aproximando hasta que se produjera la situación mostrada en el dibujo de forma que las
líneas de fuerza que originalmente estaban entre las cargas sufrieran una desviación hacia los
lados.

222
6. Campo eléctrico

En el caso de que las cargas fueran iguales pero de signos opuestos, siguiendo los mismos crite-
rios que anteriormente obtendríamos una figura como la siguiente:

En el esquema podemos ver que las líneas de fuerza salen de la carga positiva y acaban en la ne-
gativa. En este caso sucede al contrario que en el anterior, ya que la mayor concentración de líne-
as de fuerza se da en la zona situada directamente entre las cargas. También puede interpretarse
como que las dos cargas inicialmente muy alejadas la una de la otra se van aproximando de modo
que las líneas de fuerza, originalmente muy separadas, se van uniendo y se agrupan más en la
región central, donde son casi paralelas.

Para construir la figura anterior hemos de pensar en el vector intensidad del campo eléctrico re-
sultante en cada punto del espacio que rodea a las dos cargas. Como ya sabemos, dicho vector ha
de ser tangente a la línea de fuerza que pasa por el punto considerado. Para facilitar la interpreta-
ción, podemos despojar a la figura de casi todas las líneas de fuerza y centrarnos sólo en algunos
puntos, dibujando los correspondientes vectores intensidad de campo en cada uno:

223
6. Campo eléctrico

Supongamos que se dispone de una placa metálica plana y cargada positivamente con una
carga Q distribuida de manera uniforme por la superficie de la misma. Si junto a ella, a una
cierta distancia "d" situamos otra placa igual con la misma carga pero de signo opuesto, ¿cómo
serán las líneas de fuerza del campo eléctrico entre las placas? Haced, a título de hipótesis un
posible dibujo de la situación propuesta.

Rdo. Las líneas de fuerza entre ambas placas (lejos del borde) serían paralelas y perpendiculares a
las placas, saliendo de la placa cargada positivamente y yendo hacia la placa negativa.

3.2 Relación entre intensidad del campo eléctrico y densidad de líneas. Flujo electrostático

En los esquemas anteriores hemos podido apreciar que cuanto más agrupadas o juntas estaban las
líneas de fuerza en una zona, mayor era la intensidad del campo eléctrico; y hemos dicho que esta
relación entre concentración o "densidad" de líneas de fuerza e intensidad del campo eléctrico
tenía una gran importancia. A continuación veremos el porqué.

En primer lugar podemos definir la densidad superficial de líneas de fuerza en un cierto lugar de
un campo eléctrico como una magnitud que nos indica el número de líneas que atraviesan una
superficie unidad situada perpendicularmente a las líneas de campo.

Si consideramos el campo producido por una sola carga Q puntual, es fácil comprender que la
densidad de líneas de fuerza irá disminuyendo conforme nos alejemos de la carga, de tal forma
que para una distancia cualquiera "r" de la carga la densidad se podrá obtener como: d = N/4r2,
siendo N el total de líneas de fuerza que se han dibujado saliendo de la carga y que atraviesan la
superficie esférica de radio r en cuyo centro se haya situada la carga Q generadora del campo.

En la figura adjunta podemos ver que el número de líne-


as de fuerza que atraviesan la primera superficie esférica
es el mismo que el que atraviesa la segunda (de mayor
radio), sin embargo la concentración o densidad de líne-
as de fuerza es mayor en la primera, donde evidentemen-
te están más juntas unas de otras que en la segunda.
Numéricamente haríamos:

N N
d1  mientras que d 2 
4 r12
4 r22

donde queda claro que d2  d1

Se trata ahora de analizar qué es lo que sucede con la intensidad del campo eléctrico en la situa-
ción anterior. No resulta difícil darse cuenta de que al igual que ocurre con la densidad de líneas
de fuerza, la intensidad del campo eléctrico creado por Q va disminuyendo con r2. En efecto:

A una cierta distancia r de la carga Q el vector intensidad de campo será tangente a la línea de
fuerza en ese punto y su módulo vendrá dado por E = KQ/r2, de modo que para las dos superfi-
cies esféricas consideradas se cumpliría que:

Q Q
E1  K  2
mientras que E2  K  2 donde queda claro que E2  E1
r1 r2

224
6. Campo eléctrico

Cómo vemos, en el ejemplo considerado, tanto la densidad de líneas de fuerza como la intensidad
del campo eléctrico, son inversamente proporcionales al cuadrado de la distancia. Incluso podr-
íamos hacer que numéricamente coincidieran si arbitrariamente tomásemos el acuerdo de hacer
que N = K·Q·4 o lo que es equivalente, que: N/Q = K· 4 (es decir, si hacemos que el número
de líneas de fuerza por cada unidad de carga creadora de campo, sea igual a K·4).

En general, como hemos podido apreciar, a mayor densidad de líneas de fuerza que atraviesan
una superficie cualquiera, corresponde una mayor intensidad de campo.

En principio podemos designar el flujo electrostático "" a través de cualquier superficie dada
como una magnitud indicativa del número neto de líneas de fuerza que entran o salen atravesando
dicha superficie, cuanto mayor sea ese número, mayor resultará el flujo. Si la densidad "d" de
líneas de fuerza es constante, el número de líneas de fuerza que atraviesan una superficie "S" per-
pendicular a las líneas de campo se puede evaluar como el producto d · S, pero dada la relación
existente entre la densidad de líneas de fuerza y la intensidad del campo, también podríamos uti-
lizar E·S y definir el flujo electrostático como E·S.

Fijémonos que nos hemos limitado al caso de una superficie perpendicular a las líneas de campo.
Sin embargo esto es una situación particular en la que el ángulo formado entre los vectores super-
ficie4 e intensidad del campo es de 0º o 180º. ¿Qué ocurre en los demás casos? ¿Cómo calcular el
flujo cuando el ángulo no tome ninguno de esos dos valores? ¿Podemos deducir una expresión
general válida para cualquier ángulo comprendido entre 0º y 360 º?

En la figura adjunta se han representado las


líneas de fuerza de un campo eléctrico de intensi-
dad constante. Dibujad dos superficies iguales de
manera que el flujo que las atraviesa sea en un
caso máximo y en el otro nulo.

Está claro que si colocamos la superficie perpendicularmente a las líneas de fuerza, será atravesa-
da por el mayor número posible de éstas, es decir el flujo será el máximo (en ese caso el vector
superficie y el vector intensidad de campo forman un ángulo de 0º). Sin embargo, si colocamos la
superficie paralelamente a las líneas de fuerza, no será atravesada por ninguna de ellas, es decir el
flujo será nulo (en ese caso el vector superficie y el vector intensidad de campo forman un ángu-
lo de 90º). Para cualquier otra posición intermedia entre las anteriores el flujo tomará un valor
comprendido entre 0 y el máximo, tal y como se observa en las tres figuras siguientes:

S S

4
El módulo del vector coincide con el valor de la superficie. Para representarlo se sitúa con origen en el centro de la
superficie y dirigido siempre de la parte cóncava hacia la convexa (si la superficie es plana es indiferente).
225
6. Campo eléctrico

Vamos ahora a tratar de obtener una expresión para calcular el flujo a través de cualquier superfi-
cie situada en un campo eléctrico uniforme, sea cual sea el ángulo entre el vector superficie y el
vector intensidad de campo. Para ello partiremos de la situación planteada en el siguiente esque-
ma en el que, para simplificar, sólo hemos dibujado uno de los lados de la superficie.

Línea de fuerza
E

S
Superficie S
vista de lado

Démonos cuenta que si proyectamos S sobre


E Proyección de S
un plano perpendicular a las líneas, obtenemos
S
la superficie S' (cuyo valor es S' = S · cos ) S'

y que S' es atravesada por el mismo número 
de líneas de fuerza que S, por lo que el flujo se
podrá obtener como:

  E  S '  E  S  cos 

Es decir: Podemos calcular el flujo a través de cualquier superficie plana S situada en un campo
eléctrico uniforme, mediante un producto escalar:

 
  E  S  E  S  cos 

Fijémonos que la expresión obtenida es coherente con las consideraciones anteriores. Por ejem-
plo: el flujo será máximo (y positivo) cuando, a igualdad de los restantes factores, el ángulo 
entre los vectores superficie e intensidad de campo eléctrico valga 0º (cos 0º = 1) mientras que si
el ángulo es 90º, el flujo será nulo (cos 90º = 0).

Una superficie plana de 25 cm2 se encuentra en el interior de un campo eléctrico uniforme de


104 N/C. Sabiendo que el plano de la superficie forma un ángulo de 60º con el vector intensidad
de campo. ¿Qué flujo la atraviesa?

Rdo. 21'65 Nm2/C

226
6. Campo eléctrico

Dado un campo eléctrico uniforme representado por las líneas de fuerza de la figura adjunta,
obtened el flujo electrostático a través de cada una de las superficies, sabiendo que E = 5·10 5
 
N/C y S = 0'1 m2 en todos los casos. El ángulo entre los vectores E y S es el que se deduce de
cada dibujo para los casos a, c y e; de 45º en el caso b y de 135º en el d.

b c
a S
S
S

d e

S S

Rdo. a)  = 5·104; b)  = 3'54·104; c)  = 0; d)  = -3'54·104; e)  = -5·104 . (Todos en Nm2/C).

Hasta aquí hemos supuesto que la intensidad del campo eléctrico era constante, es decir, que
se trataba de un campo eléctrico uniforme como el que existe entre dos placas conductoras con
cargas iguales pero opuestas. Sin embargo hay muchos casos en los que la intensidad del campo
eléctrico no toma el mismo valor en todos los puntos de la superficie considerada. ¿Cómo se
podría calcular el flujo en esa situación?

Siempre podemos descomponer la superficie S en


infinitos elementos de superficie dS de tal forma
que dado el carácter infinitesimal de una de tales
superficies, podamos decir que la intensidad del
campo eléctrico es uniforme en toda ella, con lo
que el flujo a su través podría evaluarse como:
 
d  E  dS y el flujo total como la suma de las
infinitas contribuciones d a lo largo de toda la
superficie S, es decir:
 
   d   E  dS

La integral anterior da cuenta esencialmente del número de líneas de fuerza del campo que atra-
viesan una cierta superficie.

227
6. Campo eléctrico

Considerad una carga Q puntual (por ejemplo positiva). Dibujad las líneas del campo eléctri-
co que produce. Después dibujad superficies arbitrarias que encierren a la carga Q. ¿Qué puede
decirse del flujo del campo electrostático a través de estas superficies?.

Las líneas del campo producido por la carga Q


son radiales y se dirigen hacia el exterior. En
consecuencia, cualquier superficie cerrada que
contenga a la carga Q es atravesada por el S1 S2
mismo número de líneas, independientemente
de qué forma tenga dicha superficie. De acuer-
do con ello el flujo a través de las diversas su-
perficies que puedan haberse dibujado tendrá
S3
que ser el mismo. Es decir: 1= 2 = 3

La constancia del flujo electrostático a través de cualquier superficie cerrada en cuyo interior se
disponga una carga, sugiere que dicho flujo se relaciona directamente con la carga encerrada (que
es lo único que tampoco cambia). Esta conclusión es la base de un teorema fundamental de la
electrostática llamado teorema de Gauss. Estudiaremos en el próximo apartado este teorema y
veremos que tiene una gran utilidad para facilitar el cálculo del campo eléctrico producido por
determinadas distribuciones de carga.

4. TEOREMA DE GAUSS. APLICACIONES

4.1. Teorema de Gauss.

En el apartado anterior hemos visto que el flujo eléctrico a través de cualquier superficie que en-
cierre una carga es constante. La carga encerrada actúa como manantial de las líneas del campo
(si es positiva) o como sumidero de ellas (si es negativa) y, como veremos, esta constancia del
flujo está relacionada con la constancia de la carga.

Mostrad que, si tomamos el acuerdo de que el número de líneas de fuerza por unidad de carga
sea precisamente N/Q = K· 4 , el flujo electrostático generado por dicha carga a través de
cualquier superficie que la englobe será constante e igual a Q/ .

En efecto, anteriormente ya hemos visto que podíamos igualar el flujo a través de una superficie
con el número de líneas de fuerza que la atravesaban, por tanto:
   
   d   E  dS = N y como N = K· 4 ·Q nos queda que:    d   E  dS = K· 4 ·Q

Si tenemos en cuenta ahora que K = 1/4 y sustituimos, obtenemos finalmente que:

 
   d   E  dS = Q/

228
6. Campo eléctrico

La expresión anterior se conoce como teorema de Gauss. En ella  representa el número (neto)
de líneas de fuerzas que entran o salen a través de una superficie cerrada debido a las cargas que
puedan existir dentro de dicha superficie. Ello implica, por ejemplo, que si dentro de la superficie
considerada hubiesen varias cargas, Q sería la carga total o suma de todas las cargas puntuales
responsables de las líneas de fuerza, es decir: Q = Q 1 + Q2 + ... + Qn (expresadas cada una de
ellas con el signo correspondiente). De acuerdo con ello, una expresión más general del teorema
de Gauss es:

   d   E  dS =  i
  Q

Conviene tener en cuenta que cada una de las cargas puntuales Q i ha de ir acompañada de su sig-
no correspondiente. Ello permite comprender que el flujo a través de una determinada superficie
que encierra varias cargas pueda ser nulo. Bastaría con que hubiera la misma carga positiva que
negativa, lo cual equivale a decir que el número de líneas de fuerza que salen de la superficie es
el mismo que el que entran. Naturalmente, si dentro de una superficie cerrada no hubiese ninguna
carga, el flujo neto de líneas de fuerza a su través también debería ser nulo (aunque dicho superfi-
cie estuviera situada en el seno de un campo eléctrico).

Sea una carga eléctrica positiva Q en reposo, que se pueda considerar puntual. Dibujad una
superficie esférica S, de radio r, centrada en la carga Q y obtened por integración de
 
   d   E  dS , la expresión del flujo que la atraviesa.

El módulo del campo eléctrico producido por la carga Q a la dis-


tancia r es el mismo en todos los puntos e igual a E=Q/4r2. E
Por su parte, el área de la superficie esférica a esa distancia de Q
es S=4r2. Como el vector que representa dicho campo es radial y dS
 
dirigido hacia fuera, los vectores E y dS tienen la misma dirección
y el mismo sentido en todos los puntos de la superficie S. Por lo
tanto, el flujo del campo electrostático producido por la carga Q a
través de la superficie S vale:

       
   d   E  dS =  E  dS  E   dS  E  S

 
Si sustituimos E = Q/4  r2 y la superficie por S = 4 r2 nos queda finalmente que:  = Q/

La expresión obtenida concuerda con la que habríamos obtenido sin más que aplicar directamente
el teorema de Gauss. Conviene tener en cuenta que si la carga Q fuera negativa, el flujo sería
 
igual, pero también negativo ya que en ese caso los vectores E y dS seguirían teniendo la misma
dirección, pero sentidos opuestos.

229
6. Campo eléctrico

Dadas las cargas Qa = 10-5 C y Qb = -2·10-5 C de la figura adjunta y supuesto que se hayan
situadas en el vacío, se pide: Hallad el flujo a través de las superficies cerradas de la figura (S1,
S2, S3 y S4)

S2
Rdo.

1 = 3'6·105 Nm2/C

2 = 0

3 = -7'2·105 Nm2/C
S4
S3 4 = -3'6·105 Nm2/C
S1

Una cuestión importante es ¿para qué sirve el teorema de Gauss? Anteriormente dijimos que una
de las aplicaciones más importantes de este teorema es que sirve para calcular la intensidad del
campo eléctrico creado por determinadas distribuciones de carga, de una forma muy sencilla, sin
necesidad de utilizar el cálculo integral. También permite justificar cómo se distribuye la carga
eléctrica en los objetos conductores y cargados. A continuación trataremos estos aspectos.

4.2. ¿Cómo se distribuye la carga en un objeto conductor cargado y en equilibrio?

Imaginad un conductor de forma arbitraria, cargado y aislado. ¿Dónde cabe esperar que se
sitúe su carga eléctrica?

Como las cargas libres de un material conductor se pueden desplazar por su seno con enorme
facilidad, cargar un conductor significa descompensar su carga nula añadiendo o extrayendo elec-
trones. A partir de ahí es lógico suponer que el exceso de carga de un signo determinado se dis-
tribuirá por la superficie exterior, dado que se ejercen fuerzas eléctricas de repulsión entre las
cargas que suman la carga neta "Q" y, en consecuencia, éstas tienden a separarse lo más posible
unas de otras hasta que alcanzan una situación final de equilibrio electrostático. Esta situación se
obtiene cuando dichas cargas se han distribuido por toda la superficie exterior del conductor y
quedan lo más alejadas posible unas de otras. Este proceso de movimiento de los electrones hasta
alcanzar la situación de equilibrio electrostático puede durar una pequeña fracción de segundo.

Vector E en un punto P P
exterior al cuerpo Electrón añadido

E=0
Línea de fuerza perpen-
Q=0 dicular a la superficie

Superficie S interior e
infinitamente próxima
a la exterior

230
6. Campo eléctrico

Es fácil comprender que en cualquier punto del interior del conductor, una vez que se ha alcanza-
do el equilibrio electrostático, el campo eléctrico será nulo, es decir: no habrá ningún campo eléc-
trico, ya que si lo hubiese provocaría un movimiento de electrones, incompatible con el hecho
experimental observado de equilibrio electrostático. En ocasiones algunos estudiantes se pregun-
tan cómo puede ser esto si resulta que la carga Q se halla en la superficie exterior del conductor.
Conviene no olvidar que Q es la carga "neta" es decir la carga que se le comunica a un objeto
conductor inicialmente neutro. Sin embargo no hay que confundir el no tener carga neta inicial
con no tener electrones. Cualquier conductor, aunque esté neutro, posee como sabemos trillones
de electrones "libres" (mar de electrones) que, bajo la acción de un campo eléctrico se moverían
por su interior como un todo creando una corriente eléctrica interna.

Así pues, en el interior de un conductor cargado, aislado y en equilibrio, se cumple que E  0 .

A este mismo resultado es posible llegar de forma operativa simplemente aplicando el teorema de
Gauss a la superficie de trazos de la figura anterior. En efecto:
 
   d   E  dS = Q/ y como resulta que, según hemos argumentado antes, la intensidad del
campo eléctrico en cualquier punto del interior tiene que ser nula, el flujo a través de dicha super-
ficie será 0 y, por tanto Q/ = 0, de donde concluimos que la carga neta Q no puede encontrarse
nunca en el interior de un conductor cargado, aislado y en equilibrio, luego entonces, sólo puede
estar en su superficie exterior. En cambio, el campo eléctrico en la superficie exterior del conduc-
tor o en cualquier otro punto fuera de ella no es nulo ya que si rodeamos al conductor con una
superficie exterior cerrada, la carga encerrada por dicha superficie es precisamente la carga neta
Q y, consecuentemente, el flujo a través de ella no será nulo.

La propiedad anterior tiene aplicaciones prácticas muy importantes, así por ejemplo, cuando en
un aparato eléctrico se desea proteger a algún componente de la acción de campos eléctricos, se
recurre a encerrarlo dentro de una caja metálica. El mismo Faraday describe una experiencia
según la cual se encerró dentro de una jaula metálica cargada eléctricamente con una carga Q
muy elevada (y montada sobre unos soportes aislantes), sin notar él ningún efecto, a pesar de las
chispas y descargas que se producían en la superficie de la jaula. En la actualidad existen algunos
refugios de alta montaña que son pequeñas casas metálicas y constituyen lugares muy seguros
para resguardarse de las tormentas con gran aparato eléctrico ya que un rayo que cayese sobre
una construcción de este tipo afectaría sólo a la superficie exterior.

Otra cuestión de interés es la dirección del campo eléctrico en el exterior. ¿Cómo han de ser
las líneas de fuerza en relación a la superficie del conductor cargado?

Es fácil razonar que la intensidad del campo eléctrico en la superficie del conductor ha de ser
siempre un vector perpendicular a la misma. La forma de comprender esto es razonar qué es lo
que deberíamos observar si no fuera así.

En la figura adjunta podemos ver que un conductor aislado, E1


cargado con una carga neta y positiva Q, que se halla en equi-
librio electrostático. Si el vector en un punto dado fuera como E= 0

el representado por E2 la componente tangencial (representa-
da en la figura) de dicho campo, haría que las cargas de la
superficie se movieran por ella. E2

231
6. Campo eléctrico

Dado que experimentalmente no se observa ningún movimiento de carga (equilibrio electrostáti-


co), la única explicación posible es que en cualquier punto de la superficie del conductor el vector
intensidad del campo no puede tener componente tangencial alguna que pueda provocar dicho

movimiento. No ocurre lo mismo con el vector E1 que es perpendicular a la superficie en el pun-
to considerado y, por tanto, compatible con la situación de equilibrio electrostático descrita.

4.3. Determinación del campo eléctrico creado por distribuciones de carga sencillas

Una aplicación fundamental del teorema de Gauss es que permite calcular con bastante sencillez
el campo eléctrico creado por distribuciones continuas de carga cuando el objeto cargado tiene
una forma geométrica con un alto grado de simetría. Para ello conviene que aprendamos primero
a expresar la intensidad del campo eléctrico en función de la "densidad de carga".

4.3.1. Campo eléctrico en la superficie de un conductor

Supongamos un punto P cualquiera en el exterior de un conductor de forma arbitraria pero situa-


do infinitamente próximo a su superficie. Dicho conductor está aislado, posee una carga neta Q
positiva en equilibrio electrostático y conocemos cuánto vale la densidad de carga superficial 
existente. ¿Cuánto valdrá la intensidad del campo eléctrico en el punto P?

dS3

P dS1
dS2
E1

dl

conductor Trozo infinitesimal de la


superficie del conductor

Consideremos un cilindro elemental (infinitesimal) de superficie total dA de modo que su genera-


triz (de valor dl) sea perpendicular a la superficie del conductor y su intersección con éste sea una
superficie circular dS que contiene al punto P. Las bases son respectivamente dS 2 (izquierda y
situada en el interior) y dS1 (derecha y situada en el exterior). Naturalmente las dos tienen el
mismo valor (aunque sus vectores correspondientes sean opuestos), es decir dS1 = dS2 = dS. Por
otra parte, a la superficie lateral de dicho cilindro la designaremos como dS 3, de modo que: dA =
dS1+dS2+dS3.

Como ya hemos visto, la intensidad del campo eléctrico en el interior es nula, mientras que en el
punto P será un vector de módulo E y perpendicular a la superficie. Por otra parte, la carga ence-
rrada en el cilindro infinitesimal vale dQ = dS.

De acuerdo con el teorema de Gauss, el flujo que atraviesa el cilindro vale: d = dQ/ = dS/

Por otra parte, el flujo total a través del cilindro puede descomponerse en tres sumandos según la
superficie que se considere:

232
6. Campo eléctrico

 El flujo a través de la superficie dS1, que vale d1 = E1· dS1· cos 0º = E1· dS1
 El flujo d2 a través de la superficie dS2, que vale 0 ya que E2 en el interior del conductor es
nulo.
 El flujo d3 a través de la superficie lateral dS3, que también es 0 por ser nulo el campo eléc-
trico en la parte de superficie interior al conductor y perpendiculares los vectores intensidad
de campo y superficie lateral en la parte exterior al conductor, esto es: d3 = 0.

Así pues el flujo total a través del cilindro considerado queda reducido a d = d1

Si tenemos en cuenta que dS1 = dS y designamos E1 como E, obtenemos que: d = E·dS

Igualando ahora las dos expresiones correspondientes al flujo:

dS/ = E· dS de donde: E = /

La expresión obtenida nos informa que la intensidad del campo eléctrico en la superficie de un
conductor cargado en equilibrio electrostático y situado en un medio dado, depende únicamente
de la densidad de carga, de modo que cuanto mayor sea dicha densidad, mayor será la intensidad
del campo.

¿La intensidad del campo eléctrico tiene el mismo valor en todos los puntos de la superficie
de un conductor cargado y en equilibrio electrostático?

Sabemos que las cargas eléctricas que conforman la carga Q neta de un conductor se repelen en-
tre sí de modo que al tratarse de un conductor se separan lo más posible unas de otras. Si la super-
ficie del conductor es esférica la carga Q se distribuye homogéneamente por toda ella hasta que
se alcance la situación de equilibrio electrostático. Cabe plantearse pues qué ocurre cuando la
superficie del conductor tiene zonas con distinta curvatura. ¿Se distribuirá en este caso la carga
Q también de manera uniforme?

Dado que las cargas se repelen entre ellas, la situación de equilibrio debe corresponder a una dis-
tribución de "máximas distancias de separación" lo que implicará que en las "puntas" la acumula-
ción de cargas sea mayor que en las zonas de curvatura menos pronunciada. Podemos compren-
der esto si pensamos en lo que ocurriría con la carga de una esfera conductora si poco a poco va-
mos aplastando dicha esfera cada vez más. Al principio la carga se hallará uniformemente distri-
buida, pero conforme se vaya comprimiendo la esfera, las cargas se irán acumulando en las zonas
de mayor curvatura, tal y como se indica en el esquema siguiente:

+ + + + +
+ + +
+ + + + + +
+ + + + + ++
+
+ + ++
+ + + + + ++
+ + + + +
+ + + +
+
+ +
+ + +

233
6. Campo eléctrico

Así pues, en las "puntas" la densidad de carga superficial  será mayor y, por tanto, también lo
será la intensidad del campo eléctrico correspondiente.

E2

E1  E2 = E3 E4 E1
E4

E3

Hemos obtenido que el módulo de la intensidad del campo eléctrico en un punto cualquiera de la
superficie de un conductor cargado viene dado por la expresión E = /. Estamos ahora en condi-
ciones de comprobar la potencia del teoremas de Gauss en el cálculo de la intensidad del campo
eléctrico correspondiente a ciertas distribuciones de carga concretas (caracterizadas por su eleva-
da simetría).

4.3.2. Campo eléctrico creado por una esfera conductora y cargada eléctricamente

Supongamos una esfera metálica de radio R y cargada con una carga neta Q. Obtened el módulo
de la intensidad del campo eléctrico en un punto P cualquiera situado a una distancia r  R del
centro de la esfera.

Por tratarse de una esfera, la carga Q se distribuirá uniformemente en toda la superficie de modo
que la densidad de carga superficial será constante y valdrá:

 = Q/S = Q/4 R2

El resultado anterior nos permite obtener el valor de la intensidad del campo en cualquier punto
de la superficie de la esfera (o infinitamente próximo a ella) sin más que sustituir:

E = / = Q/ 4  R2

Si el punto P considerado estuviese situado a una distancia r mayor que R, bastaría escoger una
superficie esférica imaginaria concéntrica con la esfera conductora y de radio r. Aplicando el teo-
rema de Gauss a esta superficie:

P
Superficie de Gauss
(esfera de radio r)
dS

Esfera conductora de radio R


(cargada positivamente)

234
6. Campo eléctrico
 
   d   E  dS = Q/. Como la intensidad del campo eléctrico en cualquier punto de la su-
perficie de Gauss escogida debe tener el mismo módulo y ser radial (por la simetría de la distri-
bución de carga en la esfera conductora) se obtiene fácilmente que:

E · 4r2 = Q/ y despejando: E = Q/ 4 r2

Así pues, la intensidad del campo eléctrico creado por una esfera conductora y cargada en cual-
quier punto situado de su centro a una distancia r igual o mayor que el radio de la esfera, se puede
calcular como si toda la carga neta Q de la esfera estuviese localizada en el centro de la misma.

¿Cuánto vale la intensidad del campo en un punto P situado en el interior de la misma?

Si P estuviese a una distancia r  R, el campo eléctrico ahí sería nulo. En efecto, recordemos que
este resultado ya lo hemos demostrado anteriormente cuando razonamos que en el interior de
cualquier conductor cargado y en equilibrio electrostático el campo ha de ser 0.

Representar de forma cualitativa la gráfica correspondiente a la intensidad E del campo eléc-


trico creado por una esfera conductora y cargada de radio R, en función de la distancia "r" al
centro de la misma, desde r = 0 hasta r  R.

4.3.3. Campo eléctrico correspondiente a una distribución de carga plana e indefinida

Supongamos una lámina plana conductora cargada homogéneamente con una carga neta Q y en
equilibrio electrostático, situada en el vacío. Aplicad el teorema de Gauss para deducir la expre-
sión del módulo de la intensidad del campo eléctrico en un punto próximo a dicha superficie (que
supondremos indefinida).
En la figura de la izquierda hemos dibujado
un trozo de una lámina plana uniformemen-
te cargada. Conviene darse cuenta de que
en ese caso las líneas de flujo serán parale-
las entre sí, perpendiculares a la lámina y su
sentido alejándose de ella por ambos lados.
Ello implica, de acuerdo con el paralelismo
existente entre densidad de líneas de fuerza
e intensidad de campo eléctrico, que la in-
tensidad del campo eléctrico no dependerá
de la distancia a que nos encontremos de la
lámina.

Como queremos calcular el módulo de la intensidad del campo eléctrico en un punto P a una
cierta distancia de la lámina, dibujamos un cilindro infinitesimal perpendicular a la lámina y apli-
camos el teorema de Gauss. En el esquema siguiente se ha dibujado tal cilindro pero vista la
lámina de perfil.

235
6. Campo eléctrico

Trozo de lámina plana


visto de perfil

dS2 dS1
dS1 = dS2 = dS
E2 E1

E1 = E2 = E
Cilindro infinitesimal
dQ = · dS visto lateralmente

De acuerdo con el teorema de Gauss el flujo a través del cilindro valdrá:


   
d = d1 + d2 + dL = E1  dS1  E2  dS2  0 = E·dS + E·dS = dQ/

Por tanto, sustituyendo dQ = · dS y despejando E, obtenemos que: E = /2

Es decir, la intensidad del campo eléctrico vale lo mismo en todos los puntos (no depende de la
distancia a la lámina).

4.4.4. Campo eléctrico que produce un conductor rectilíneo e indefinido

Para terminar vamos a ver que el teorema de Gauss también permite obtener de forma rápida y
sencilla la intensidad del campo eléctrico en las proximidades de un hilo conductor (cargado con
carga neta Q, aislado y en equilibrio electrostático). Supondremos, para simplificar, que dicho
hilo es indefinido. Si escogemos un trozo infinitesimal (dl) del mismo contendrá una carga neta
dQ y las líneas de flujo serán perpendiculares al hilo y en todas direcciones, tal y como se mues-
tra en el esquema adjunto.

236
6. Campo eléctrico

Podemos simplificar la figura si disponemos el trozo de hilo (de longitud infinitesimal) horizon-
talmente y nos situamos a un lado del mismo observándolo, tal y como se indica en el esquema
siguiente, en el cual sólo hemos dibujado algunas de las líneas del campo coincidentes con el
plano del papel. Nuestro objetivo es determinar el valor de la intensidad del campo eléctrico en
un punto situado a una distancia "a" del hilo. Para ello consideraremos un cilindro imaginario de
radio "a" cuyo eje coincida con el conductor y calcularemos el flujo a través del mismo.

Superficie lateral dS
E
P
S2 S1

En este caso, queda claro que por ser la intensidad del campo eléctrico perpendicular a las bases
del cilindro, el flujo a través de cualquiera de ellas es nulo. Por tanto, sólo existe flujo a través de
la superficie lateral del cilindro.

Si designamos como  a la densidad lineal de carga del hilo, tendremos que: dQ = ·dl siendo dl
la longitud del trozo de hilo considerado. Si aplicamos el teorema de Gauss:

dL = E·dS = dQ/ = ·dl/ y teniendo en cuenta que: dS = 2 a· dl (superficie lateral del cilin-
dro infinitesimal considerado), obtenemos que:

E = /2 a·

En el ejemplo que acabamos de comentar hemos considerado que el hilo conductor tenía una lon-
gitud infinita y anteriormente hablábamos de un plano indefinido ¿Qué utilidad práctica pueden
tener estos artificios si resulta que en la realidad no es posible disponer de tales cosas? La res-
puesta a esta cuestión es que no solo es útil sino que es la forma en que se desarrolla el conoci-
miento científico (idealizando y simplificando casos reales). Es cierto que no podemos disponer
de hilos conductores de longitud infinita pero también lo es que si nos aproximamos lo suficiente
al mismo ("a" tan pequeña como sea necesario) en un hilo de longitud finita y en un punto aleja-
do de sus extremos, tendremos una situación prácticamente equivalente y en la que sería aplicable
la expresión obtenida.

5. ESTUDIO ENERGÉTICO DEL CAMPO ELÉCTRICO

Otra forma de caracterizar el campo eléctrico es mediante la utilización de los conceptos de traba-
jo, energía y las relaciones entre ambos (de forma análoga a como ya hicimos en el campo gravi-
tatorio). Éste método tiene la ventaja de ser más simple ya que se utilizan magnitudes escalares
evitando así todo el tratamiento vectorial. Comenzaremos por analizar qué es lo que ocurre en un
sistema tan sencillo como dos cargas puntuales y en reposo.

237
6. Campo eléctrico

5.1. Energía potencial eléctrica de un sistema formado por varias cargas puntuales

Supongamos un sistema formado por dos cargas eléctricas puntuales Q y q, del mismo signo,
separadas entre sí por una cierta distancia "r". Razonad si tal sistema tendrá o no energía po-
tencial eléctrica y que le ocurrirá a dicha energía potencial si la distancia entre las cargas dis-
minuye o aumenta.

No es difícil razonar que el sistema descrito tiene energía potencial eléctrica ya que a distintas
distancias tendremos diferentes "capacidades" de realizar trabajo. En efecto: Si las cargas se
hallan inicialmente en reposo separadas por una cierta distancia r y se dejan evolucionar libre-
mente, la fuerza de repulsión eléctrica entre ellas hará que se vayan separando y que aumente la
energía cinética (a costa de disminuir la energía potencial eléctrica). Cuanto más separadas estén
menor será la energía potencial eléctrica. Si queremos que las cargas se aproximen deberá ser a
costa de suministrar una energía desde el exterior. Ello podemos hacerlo realizando una fuerza
exterior adecuada en sentido contrario a la fuerza eléctrica. Cuanto más próximas se hallen las
cargas mayor será la energía potencial del sistema.

Para simplificar, podemos imaginar que una de las cargas (Q) está fija y es la otra (q) la que pue-
de moverse sometida a la acción del campo eléctrico creado por Q. Como q se moverá espontá-
neamente hacia la derecha siguiendo una trayectoria rectilínea previamente conocida, realizare-
mos un tratamiento escalar a lo largo de dicha trayectoria tomando el punto donde se halla Q co-
mo origen de espacios y escogiendo (arbitrariamente) como positivo hacia la derecha.

Al dejar q en A, la fuerza que le hará el campo creado por Q le producirá un movimiento hacia la
derecha. El trabajo realizado por la fuerza eléctrica del campo (conservativa) hará que la energía
potencial eléctrica disminuya. Queremos obtener cuánto cambia la energía potencial del sistema
de la figura cuando q se traslada desde la posición rA hasta la rB.

O
Q A q F B 
rA r rB
- +

B B B Qq
El trabajo se podrá obtener como: W  A
dW  A
Ft  dr  
A
K
r2
 dr (1)

Por otra parte, al tratarse de una fuerza conservativa dicho trabajo estará relacionado con la varia-
ción de la energía potencial eléctrica, en la forma:

W  Ep AB = - (EpB - EpA) (2)

De manera que, siguiendo el mismo procedimiento con las ecuaciones (1) y (2) anteriores que el
que utilizamos en el campo gravitatorio, se puede llegar a que:

 Qq  Qq
(EpA - EpB) =  K  K 
 rA   rB 
Qq
De la ecuación anterior concluimos que Ep = K C
r

238
6. Campo eléctrico

Si tomamos el acuerdo de asignar el valor 0 a la energía potencial del sistema correspondiente a una
separación infinita de las cargas (análogamente a como hicimos en el campo gravitatorio) entonces
la constante C = 0 y podemos escribir que la energía potencial del sistema formado por ambas cargas
cuando estas se hallen separadas por una cierta distancia "r" vendrá dada por:

Qq
Ep  K
r

En la ecuación anterior K es la constante de proporcionalidad de la ley de Coulomb, Q y q las


cargas en culombios y r la distancia entre ambas en metros. De ese modo obtenemos la energía
potencial en julios. Conviene tener en cuenta que en dicha expresión las cargas van acompañadas
de sus correspondientes signos, de modo que la energía potencial podrá ser negativa (si las cargas
son de distinto signo) o positiva (si las cargas son de igual signo). En la gráfica siguiente, hemos
representado de forma cualitativa la evolución de la energía potencial con la distancia en ambos
casos.
Ep
Cargas de igual signo

0
r

Cargas de distinto signo

Como vemos en la gráfica anterior se refleja el hecho de que para dos cargas del mismo signo la
Ep es positiva y va aumentando conforme disminuye la distancia "r" entre ambas, mientras que
para dos cargas de distinto signo, la energía potencial es negativa y va aumentando conforme
aumenta la distancia "r", tendiendo a 0 cuando r tiende a .

Teniendo en cuenta que, según hemos definido, la Ep eléctrica correspondiente a una separación
infinita de dos cargas es 0, ¿qué significará que la energía potencial de una carga "q" situada en un
punto dado "A" de un campo eléctrico generado por otra carga Q, valga 10 J?

Si en la expresión WF  Ep AB  ( EpB  Ep A ) hacemos que B corresponda a una separación


infinita de la carga q respecto de la carga Q, sucede que EpB = 0 con lo que el valor de la EpA coin-
cidirá con el del trabajo que realizaría el campo eléctrico cuando esa carga "q" se trasladase desde el
punto A hasta el infinito (en este caso 10 J).

También podría razonarse al revés y decir que EpA nos informa del trabajo exterior que sería necesa-
rio realizar para trasladar q a velocidad constante desde el infinito hasta el punto A (dado que para
ello habría que realizar una fuerza exterior igual y de sentido contrario a la fuerza del campo).

Al mismo resultado anterior se puede llegar aplicando la expresión: Wext A  EA donde E = energ-
ía mecánica (suma de cinética y potencial).
239
6. Campo eléctrico

En efecto: Wext A  Ec A  Ep A  Ep A  Ep A  0  Ep A

¿Cómo se calcularía la Ep correspondiente a un sistema formado por más de dos cargas puntua-
les?

Supongamos que tenemos un sistema formado por tres cargas puntuales tal y como el que se especi-
fica en la figura adjunta, siguiendo un procedimiento similar al utilizado en el caso del campo gravi-
tatorio para determinar la Ep correspondiente a un sistema de más de dos masas, podemos llegar a la
misma conclusión, esto es:
q1 r 12

r13
q2
q3 r23

La energía potencial del sistema puede obtenerse simplemente sumando las energías potenciales de
todas las parejas de cargas distintas que conformen el sistema considerado. En el ejemplo sería: Epsis
= Ep12 + Ep13 + Ep23 y sustituyendo:

q1q 2 qq qq
Epsis = K K 1 3 K 2 3
r12 r13 r23

Se sitúan tres cargas eléctricas q1 = 0'1 C, q2 = -0'4 C y q3 = 0'2 C respectivamente en los pun-
tos A(0,0,0)m, B(0,4,0)m y C(0,4,3)m. Calculad la energía potencial eléctrica del sistema y la
energía potencial eléctrica asociada a cada una de las cargas (y campo eléctrico en el que se halla).

Rdo. Epsis = -2‟89·108 J; Ep1 = -5'4·107 J, Ep2 = -3'2·108 J, Ep3 = -2'04·108 J

5.2. Potencial del campo eléctrico en un punto. Relación con la Energía potencial

El trabajo realizado por el campo eléctrico cuando una carga q pasa de la posición A en un campo
eléctrico a otra B, dependerá del valor que tenga la carga q (puesto que la fuerza que el campo ejerce
 
sobre ella viene dada por F  q  E ). Por tanto no nos da ninguna información respecto a la intensi-
dad del campo. Sin embargo, si dividimos por la carga q lo que tenemos es el trabajo realizado por
unidad de carga sea cual sea el valor de la carga q que se traslade de un punto a otro del campo. Así
pues:

WF  Ep Ep 
WF  ( Ep B  Ep A )    B  A 
q  q q 

A la magnitud Ep/q se le designa con el nombre de potencial del campo eléctrico en un punto y se
simboliza mediante V, es decir: V = Ep/q.

El potencial del campo eléctrico en un punto se define como una magnitud cuyo valor coincide con
el de la energía potencial que tendría el sistema cuando en ese punto del campo se colocara una uni-
dad de carga positiva. Dicho valor, para un campo dado, sólo depende de la situación del punto en

240
6. Campo eléctrico

cuestión y existe (al igual que ocurre con la intensidad del campo eléctrico) independientemente de
que en ese punto se coloque o no carga alguna.

El trabajo a que nos referimos puede escribirse como: WF   q  (VB  V A )

o también como WF  qV y WF  q  (VA  VB )

El valor numérico de la diferencia de potencial entre dos puntos de un campo eléctrico nos indica la
variación en la energía potencial que se producirá en el sistema cuando la unidad de carga positiva se
traslade desde un punto a otro. Dicho valor (para un campo dado) sólo depende de la posición inicial
y final.

Dado que V = Ep/q el acuerdo tomado respecto al valor 0 de la Ep electrostática (separación infinita
de cargas) vale también para el potencial. Ello implica, por ejemplo, que a una distancia infinita de la
carga creadora del campo eléctrico el potencial ha de ser 0.

La unidad internacional para medir el potencial es el J/C que recibe el nombre de "volt" o voltio y se
simboliza por V. Si expresamos la diferencia de potencial en V y la carga en C, el trabajo vendrá
dado en J.

Otra unidad para medir el trabajo es el electrón-voltio (eV) o trabajo realizado por el campo
cuando un electrón (q = -1‟6·10-19 C ) se mueve de un punto a otro entre los que existe una diferen-
cia de potencial de 1 V. Calculad a cuántos julios equivale 1 eV.

¿Qué significa que el potencial del campo eléctrico en un punto dado del mismo valga 50 V?

La respuesta a la pregunta anterior puede darse de distintas formas: Que si en ese punto pusiéramos
una hipotética carga puntual positiva de q = 1 C, el valor de la Ep eléctrica del sistema formado por
dicha carga y el campo sería de 50 J o bien que si dicha carga se trasladase desde el infinito a ese
punto, la Ep aumentaría en 50 J. También podríamos utilizar la expresión WFe  q  (VA  VB ) y
hacer en ella que el punto B fuese el infinito con lo que V en el punto A sería una magnitud cuyo
valor numérico coincidiría con el trabajo que realizaría el campo cuando la unidad de carga positiva
se trasladase desde dicho punto hasta el infinito (en este caso 50 J).

¿Qué significa que entre dos puntos dados de un campo eléctrico exista una diferencia de poten-
cial de 250 V?

Según la expresión anterior eso implica que al llevar la unidad de carga positiva desde el punto a
mayor potencial al de menor potencial la fuerza eléctrica del campo realizaría un trabajo de 250 J.

Razonad hacia donde se movería espontáneamente una pequeña carga positiva de prueba aban-
donada (inicialmente en reposo) en el seno de un campo eléctrico ¿hacia potenciales crecientes o
decrecientes? Idem para una carga negativa.

Si la carga es positiva, de acuerdo con la expresión que venimos utilizando, hace falta que VAVB
para que el trabajo realizado por el campo eléctrico sea positivo (condición necesaria para que una
transformación sea espontánea). Por tanto, toda carga q positiva, de prueba, que se abandone libre-
mente en el seno de un campo eléctrico, se moverá espontáneamente hacia potenciales decrecientes.

241
6. Campo eléctrico

Con una carga q negativa ocurriría lo contrario, ya que, al ser negativa, para que el trabajo sea posi-
tivo (es decir para que la fuerza eléctrica del campo favorezca el desplazamiento de la carga) VB ha
de ser mayor que VA y por tanto, las cargas negativas se mueven espontáneamente hacia potenciales
crecientes cuando se abandonan en reposo en el seno de un campo eléctrico.
Naturalmente una carga positiva en un campo eléctrico puede moverse hacia potenciales crecientes y
una negativa hacia decrecientes, pero para ello (si parten del reposo) es necesario que sobre ellas
actúe una fuerza exterior que las mueva venciendo la acción de la fuerza eléctrica que ejerce el cam-
po y que realice el trabajo exterior necesario que, como mínimo, deberá ser igual y de signo contra-
rio al trabajo realizado por el campo.
Una cuestión importante es obtener la expresión del potencial del campo eléctrico en un punto
cuando dicho campo está creado por una carga Q que puede considerarse como puntual.

Imaginad una carga puntual Q creadora de un campo eléctrico y obtened el potencial a una
distancia r de la misma.

De la expresión general V = Ep/q podemos particularizar a nuestro caso sustituyendo Ep por la


expresión correspondiente, con lo que nos quedaría:

Qq
Ep K Q
V  r → VK
q q r

La expresión anterior nos informa que el potencial debido a una carga puntual positiva es positivo
y disminuye conforme aumenta la distancia r a la misma.

O
(-) (+)
A B C 
Q VA   VC  0
VB

Por el contrario, si Q es negativa, el potencial es negativo y aumenta conforme aumenta r hasta


valer 0 para r = .

(-) O (+)
A B C 
Q VA  VB  VC  0

Analizad las dos figuras anteriores con el fin de comprobar hacia dónde se movería espontá-
neamente una carga positiva abandonada en reposo en el seno de un campo eléctrico (por ejem-
plo el punto B de las figuras anteriores). Idem una pequeña carga negativa.

Rdo. Basta pensar hacia dónde se movería espontáneamente una carga abandonada en el punto B
de las figuras anteriores para comprobar que si se tratara de una carga q positiva lo haría hacia
potenciales decrecientes (sin importar el signo de la carga Q creadora del campo) y que si se tra-
tara de una carga q negativa lo haría hacia potenciales crecientes (sin importar tampoco el signo
de la carga Q).

242
6. Campo eléctrico

De la expresión V = KQ/r se deduce que el lugar geométrico de lo puntos que tengan el mismo
potencial será una superficie esférica en cuyo centro se situaría la carga Q creadora del campo, tal
y como se expone en las figuras siguientes:

E1 E2 V1 V2 E1  E2
V1 V2
E2 E2
Línea de fuerza
E1 E1

V1 V2 V2
V1

Superficies
equipotenciales

De las figuras anteriores queda claro que el trabajo realizado por el campo cuando nos desplaza-
mos por una superficie equipotencial ha de ser 0 ya que W = -q· V y si V=0 hemos de con-
cluir que W = 0. Ello implica también que, tal y como se observa en el dibujo, las líneas de fuerza
(y por tanto el vector intensidad de campo eléctrico) han de ser perpendiculares a las superficies
equipotenciales. En efecto, el trabajo realizado por el campo en un trayecto infinitesimal se puede
expresar como: dW = Ft · de = q Et · de y si nos movemos por una superficie equipotencial hemos
visto que el trabajo realizado por el campo es 0, luego si dW = 0, debe suceder que E t = 0 lo que

equivale a afirmar que el vector E necesariamente ha de ser perpendicular a la trayectoria consi-
derada (situada sobre la superficie equipotencial).

Una de las ventajas de utilizar el concepto de potencial es que si conocemos cuánto vale éste en
un punto podemos calcular inmediatamente la Ep del sistema formado por cualquier carga eléc-
trica q colocada en dicho punto y el campo, sin más que aplicar la expresión Ep = q·V

¿Qué ocurre cuando queremos obtener el potencial en un punto y el campo eléctrico es pro-
ducido por varias cargas puntuales?

En este caso actuaremos calculando el potencial en ese punto debido a cada una de las cargas
creadoras del campo, como si las demás no existiesen y sumaremos las cantidades así obtenidas
(cada una con su signo correspondiente). Es decir: V = V1 + V2 + ... Vn

Tres cargas puntuales q1 = -2·10-5 C, q2 = 10-5 C y q3 = -10-5 C se hallan en los vértices de un


triángulo equilátero de 2 m de lado. Elegid un sistema de coordenadas apropiado y determinad:
a) Vector intensidad del campo eléctrico y potencial en el centro del triángulo
b) Energía potencial del sistema formado por las tres cargas
c) Ep de una carga puntual de 10-8C (y del campo) si se colocara esta en el centro del triángulo.

Rdo. a) E = (1'17·105 , 1'35·105) N/C, V = -1‟56·105 V; b) Epsis = -0'45 J; c) Ep = -1'56·10-3 J

(Las componentes de E pueden ser distintas, dependiendo de dónde se halla colocado cada carga).

243
6. Campo eléctrico

5.3. Relación entre el campo eléctrico y la diferencia de potencial



Resulta claro, después de ver que tanto E como V son dos formas distintas de caracterizar el
campo eléctrico, que entre ambas magnitudes ha de existir algún tipo de relación.

Tened en cuenta la expresión que relaciona el trabajo y con la diferencia de potencial eléctri-
co, así como la relación entre la fuerza y el campo. Partiendo de ambas expresiones, estableced
una relación directa entre el campo y el potencial eléctrico.

Sabemos que el trabajo realizado por las fuerzas del campo eléctrico cuando se traslada una carga
testigo desde un punto A hasta otro punto B, se relaciona con la diferencia de potencial entre esos
dos puntos, de acuerdo la ecuación siguiente:

B
W = -q (VB - VA) o lo que es equivalente: W  q  dV (1)
A

B B B
El mismo trabajo se puede expresar también como: W  A
Ft  de   A
qEt  de  q  Et  de (2)
A

B B
Igualando las dos expresiones anteriores obtenemos que:   dV   Et  de y por tanto:
A A

B
 V   Et  de o bien para un desplazamiento infinitesimal: -dV = Et · de
A

dV
La última expresión obtenida también suele escribirse como Et  
de

Cuando se escribe de esta forma es fácil comprender que el cambio de V con la posición sobre la
trayectoria "e", nos indica (cambiado de signo) el valor de la componente tangencial del vector
intensidad de campo eléctrico.

A partir de las expresiones anteriores deducid otras que relacionen la variación de energía
potencial con la fuerza eléctrica realizada por el campo.

B
Rdo. - Ep = 
A
Ft  de y - dEp = Ft · de

Comprobad que la intensidad del campo eléctrico en un punto ha de ser perpendicular a la


superficie equipotencial que contiene a dicho punto.

Un caso especialmente interesante se produce cuando el campo eléctrico es uniforme, esto es,

cuando E es constante. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, entre dos placas metálicas planas con
cargas iguales y de signo opuesto. Como ya hemos visto las líneas de fuerza en ese caso son para-
lelas, lo que nos indica ya una intensidad de campo constante entre ambas placas y que las super-
ficies equipotenciales serán planos paralelos a las placas.

244
6. Campo eléctrico

Determinad el módulo de la intensidad del campo eléctrico creado por dos placas conducto-
ras planas y paralelas con cargas iguales y de distinto signo, en un punto cualquiera situado
entre ambas. Suponed que se conoce la diferencia de potencial y la distancia entre ambas placas.

VA  VB

E
A B
(+)

VA VB

Cabe esperar que la intensidad del campo eléctrico entre las placas sea mayor cuanto mayor sea la
diferencia de potencial entre ellas y menor la distancia "d" que las separa. Para determinar dicha
intensidad podemos partir de las expresiones ya conocidas:

(1) WAB = -q (VB - VA)

(2) WAB = qE·d

Ambas corresponden al trabajo realizado el campo eléctrico entre las placas cuando una carga q
positiva se traslada desde A hasta B. Por tanto, basta igualar las dos expresiones y despejar E, con
lo que se obtiene fácilmente que:
V  VB
E= A
d

De acuerdo con la expresión obtenida, vemos que, tal y como pensábamos, la intensidad del cam-
po eléctrico entre las placas aumenta con la diferencia de potencial y disminuye con la distancia
entre las mismas. Si las placas están al mismo potencial no habrá campo eléctrico entre ellas. Por
otra parte, la expresión permite comprender el porqué a veces se utiliza la unidad voltio/metro
(V/m) para el campo eléctrico.

¿Qué hubiese ocurrido si, en lugar de A y B, hubiésemos escogido otros puntos C y D situados
entre las placas pero no sobre ellas?

Rdo. En ese caso la intensidad del campo eléctrico valdría, obviamente, lo mismo pero su módulo
vendría dado por: E = (VC-VD)/d', siendo VC VD y d' la distancia horizontal entre las superficies
equipotenciales correspondientes en donde se hallan C y D.

6. MOVIMIENTO DE CARGAS EN UN CAMPO ELÉCTRICO UNIFORME

Ahora estudiaremos el movimiento de cargas en el seno de un campo eléctrico, que tiene mucha
importancia, entre otros motivos, por sus aplicaciones técnicas. Consideraremos siempre el caso
de un campo eléctrico uniforme.

245
6. Campo eléctrico

En los dibujos adjuntos se ha representado una partícula de carga q que penetra en una re-

gión del espacio donde existe un campo eléctrico uniforme E . Representad en cada caso la fuer-
za eléctrica que actúa sobre la partícula, así como su trayectoria.(Considerad el peso de la
partícula despreciable frente a la fuerza eléctrica).

 E
v0
E

v0

 
En el primer caso, como la partícula tiene carga positiva, la fuerza que sufre, F  q  E tiene la

misma dirección y sentido que el campo y que la velocidad inicial v0 de la partícula. Por tanto, el
movimiento de la partícula en el seno del campo es rectilíneo y uniformemente acelerado.

v0 v1 v2
E

F F F

 
En el segundo caso la partícula tiene una carga negativa, de modo que la fuerza F  q  E tiene la
misma dirección que el campo, pero sentido opuesto. Esta fuerza es perpendicular a la velocidad
inicial de la partícula. Se cumplen condiciones cinemáticas y dinámicas análogas a cuando lan-
zamos horizontalmente un objeto y la partícula describe una trayectoria parabólica. Esta trayecto-
ria, según vimos el curso pasado, se puede construir como una superposición de las trayectorias
que corresponden a dos movimientos teóricos: uno rectilíneo y uniforme horizontal, a la veloci-
dad vo; el otro rectilíneo y uniformemente acelerado vertical (con velocidad inicial 0).

v0

v1
F
F

v2
F


E


F v3

246
6. Campo eléctrico

Suponed que, en el segundo caso, la partícula que penetra en el campo es un electrón. Sea
E=0'02N/C y vo =105 m/s. a) Escoged un sistema de referencia adecuado y escribid las ecuacio-
nes del movimiento del electrón. b) Calculad la desviación que sufre para un desplazamiento
horizontal de 50cm. (Datos: me = 9‟1·10-31 kg; qe = -1‟6·10-19 C)

Rdo. El electrón se desvía 43'96 mm por debajo de su trayectoria horizontal inicial.

Mencionad aplicaciones tecnológicas del movimiento de electrones en el seno de campos eléc-


tricos que tengan una situación semejante al ejemplo estudiado.

Una aplicación del movimiento de electrones en el seno de campos eléctricos bastante semejante
al caso teórico que acabamos de estudiar es el tubo de rayos catódicos que se empleaba en las
pantallas de los antiguos televisores y monitores de ordenadores. En concreto, el tubo de rayos
catódicos genera en su extremo un haz de electrones en una placa caliente llamada cátodo. Estos
electrones son acelerados por otra placa llamada ánodo a la que atraviesan por una pequeña aber-
tura. Así, el extremo del tubo funciona como un cañón de electrones que, en esa zona, tienen un
movimiento similar al primer caso teórico de los dos que acabamos de considerar.

Esquema del tubo de rayos catódicos de un televisor antiguo

Placas de
Cátodo Ánodo desviación
vertical
Filamento

Pantalla fluo-
Placas de rescente
Rejilla Electrones
desviación
horizontal

Una vez atraviesan los electrones la ranura y entran en el tubo propiamente dicho, se les aplica un
campo eléctrico horizontal cuya intensidad podemos variar a voluntad (cambiando la diferencia
de potencial entre las placas) y otro campo eléctrico vertical también variable. Finalmente, estos
electrones inciden sobre una pantalla fluorescente en la que producen un destello de una intensi-
dad que depende de la propia intensidad del haz. Cada uno de los campos eléctricos aplicados al
haz de electrones, por ser perpendicular a la velocidad inicial de los mismos, produce una desvia-
ción de dicho haz. En consecuencia, variando la intensidad de estos campos adecuadamente se
puede conseguir la desviación que se desee, tanto vertical como horizontal. De este modo, se con-
sigue que el haz barra toda la pantalla proporcionando a la misma puntos de intensidad luminosa
variable. El conjunto de estos puntos luminosos extendidos a lo largo de la pantalla durante una
fracción muy breve de tiempo produce la sensación visual de una imagen. Una de las propiedades
físicas del proceso que influía de manera importante en la calidad de la imagen es la frecuencia
con la que se barre la pantalla formando una imagen. Un valor habitual de dicha frecuencia era de
50Hz. Esto significa que el haz barre la pantalla 50 veces cada segundo o, lo que es equivalente,
que genera 50 imágenes durante un segundo. También había otros modelos más avanzados con
frecuencias de 100 Hz. Toda esta tecnología, vigente durante muchos años, ha quedado obsoleta
con el desarrollo de las pantallas de plasma y de LED, pero fue la que permitió disfrutar de la
televisión desde su inicios hasta bien avanzado el siglo XX.

247
6. Campo eléctrico

Para terminar los comentarios relativos a las aplicaciones del estudio del movimiento de cargas
en el seno de campos eléctricos, nos referiremos a los aceleradores lineales de partículas carga-
das. Un acelerador de este tipo es un dispositivo que consigue que un haz de partículas cargadas
consiga una gran energía cinética. Esto resulta de gran utilidad, porque los haces de partículas de
gran velocidad se utilizan, además de en monitores, osciloscopios, etc, para investigar la estruc-
tura subatómica de la materia. Estas investigaciones precisan de experimentos en los que dichos
haces inciden sobre determinados materiales.

Básicamente, el fundamento de
los aceleradores es el mismo
que el del cañón de electrones
que tiene en su extremo un
tubo de rayos catódicos. Es
decir, consiste en un tubo más
o menos largo en el que se hace
el vacío para que las partículas
aceleradas se puedan desplazar
sin encontrar obstáculos. Las
partículas son aceleradas me-
diante la aplicación de un cam-
po eléctrico que se produce
entre dos o más placas cargadas
paralelas.

248
6. Campo eléctrico

7. ANALOGÍAS Y DIFERENCIAS ENTRE CAMPO ELÉCTRICO Y GRAVITATORIO

CAMPO ELÉCTRICO CAMPO GRAVITATORIO


Se debe a la carga eléctrica. Actúa sobre cargas Se debe a la masa gravitatoria. Actúa sobre masas
La fuerza eléctrica puede ser repulsiva (cargas del La interacción gravitatoria es siempre atractiva.
mismo signo) o atractiva (cargas de distinto signo)
La fuerza entre dos cargas q1 y q2 consideradas pun- La fuerza entre dos masas m1 y m2 consideradas
tuales es inversamente proporcional al cuadrado de puntuales es inversamente proporcional al cuadrado
la distancia que las separa y viene dada por la ley de de la distancia que las separa y viene dada por la ley
 q1 q 2  m1 m2
Coulomb: F  K  de Newton de la Gravitación : F  G 
r2 r2
La constante K depende del medio. Su valor en el La constante G no depende del medio (es una cons-
vacío es K = 9·109 N·m2/C2. Dos hipotéticas cargas tante universal). Su valor es G = 6‟67·10 -11
puntuales de distinto signo y de 1 C cada una, sepa- N·m2/kg2. Dos masas puntuales de 1 kg cada una,
radas 1 m y en el vacío, se atraerían con una fuerza separadas 1m, se atraerían con una fuerza gravitato-
eléctrica de 9000 millones de newtons. ria de unas 67 billonésimas de newton.
En cada punto la intensidad del campo toma un En cada punto la intensidad del campo toma un
valor determinado, que coincide con el de la fuerza valor determinado, que coincide con el de la fuerza
que actuaría sobre la unidad de carga positiva si se que actuaría sobre la unidad de masa si se la coloca-
la colocase en dicho punto. En el caso de un campo se en dicho punto. En el caso de un campo creado
creado por una carga Q puntual, la intensidad del por una masa m puntual, la intensidad del mismo
mismo disminuye con el cuadrado de la distancia r a disminuye con el cuadrado de la distancia r a la
 Q  m
la carga Q, según la expresión: E  K  masa m, según la expresión: g  G 
r2 r2
Las líneas de fuerza en el caso del campo creado por Las líneas de fuerza en el caso del campo gravitato-
una carga puntual Q, salen radialmente de la misma rio creado por una masa puntual “m” llegan siempre
(cuando Q es positiva) o llegan radialmente a la radialmente a dicha masa.
misma (cuando Q es negativa).
La energía potencial electrostática de un sistema La energía potencial gravitatoria de un sistema for-
formado por dos cargas eléctricas puntuales es in- mado por dos masas puntuales es inversamente pro-
versamente proporcional a la distancia r entre am- porcional a la distancia r existente entre ambas. Si
bas. Si se define que para r =  la Ep = 0, para cual- se define que para r =  la Ep = 0, para cualquier
q1  q 2 m  m2
quier distancia r se cumple que: Ep  K  . distancia r se cumple que: Ep  G  1 . Es
r r
Puede ser positiva (cargas del mismo signo) o nega- siempre negativa.
tiva (cargas de distinto signo).
En cada punto de un campo el potencial “V” toma En cada punto de un campo el potencial “V” toma
un valor determinado, que coincide con el de la un valor determinado, que coincide con el de la
energía potencial que tendría una carga unidad posi- energía potencial que tendría una masa unidad (y el
tiva (y el campo) si esta se colocase en dicho punto. campo) si esta se colocase en dicho punto. En el
En el caso de un campo creado por una carga Q caso de un campo creado por una masa “m” puntual,
puntual, el potencial varía con la distancia r a la el potencial varía con la distancia r a la masa, según:
carga, según: V = KQ/r. El valor de V puede ser V = -Gm/r. El valor de V es negativo.
positivo o negativo (según lo sea Q).
En el caso del campo creado por una carga puntual En el caso del campo creado por una masa puntual
Q, las líneas de fuerza son siempre perpendiculares “m”, las líneas de fuerza son siempre perpendicula-
a las superficies equipotenciales. res a las superficies equipotenciales.
Cuando en el seno de un campo eléctrico se despla- Cuando en el seno de un campo gravitatorio se des-
za una carga a lo largo de un trayecto cerrado, el plaza una masa a lo largo de un trayecto cerrado, el
trabajo realizado por la fuerza eléctrica es nulo. Se trabajo realizado por la fuerza gravitatoria es nulo.
dice que el campo eléctrico es conservativo. Se dice que el campo gravitatorio es conservativo.

249
6. Campo eléctrico

RECAPITULACIÓN

En este capítulo hemos comenzado por realizar una breve revisión de algunos fenómenos de elec-
trización por frotamiento, lo que nos ha permitido recordar que la carga eléctrica como una pro-
piedad más de la materia y la interacción entre cuerpos cargados eléctricamente como una de las
fuerzas presentes en la naturaleza.

A continuación hemos planteado un par de problemas relacionados con la fuerza eléctrica:

¿De qué depende la fuerza eléctrica entre dos objetos cargados y en reposo?

¿Cómo se transmite la fuerza eléctrica?

La búsqueda de respuesta a los problemas anteriores nos llevó a introducir la ley de Coulomb y a
señalar la semejanza existente entre esta y la ley de Newton de la gravitación universal, compa-
rando la intensidad de ambas fuerzas. Además hemos comprobado la utilidad del concepto de
campo eléctrico y cómo podemos determinar cuantitativamente la intensidad del mismo en un
punto, en diversos casos más o menos complejos.

Seguidamente aprendimos a representar los campos eléctricos mediante líneas de fuerza. La rela-
ción existente entre la densidad de líneas de fuerza y la intensidad del campo, nos permitió definir
el flujo de líneas de fuerza a través de cualquier superficie como:
 
   E  dS

y a continuación mostrar que el flujo del campo eléctrico a través de cualquier superficie cerrada
que contenga a una carga neta Q es constante e igual a Q/ (teorema de Gauss).

Una vez introducido el teorema de Gauss, procedimos a su manejo en distintas situaciones para
comprobar su utilidad para explicar cómo se distribuye la carga eléctrica neta en un conductor
cargado y en equilibrio así como en la determinación (de forma rápida y simple) de la intensidad
del campo eléctrico generado por determinadas distribuciones de carga sencillas.

Después iniciamos un estudio del campo eléctrico mediante consideraciones de trabajo y energía,
introduciendo los conceptos de energía potencial y de potencial, así como la relación existente
entre la intensidad del campo eléctrico y la diferencia de potencial entre dos puntos.

Hemos analizado también el movimiento de partículas cargadas en el seno de un campo eléctrico


uniforme en distintos casos y hemos comentado algunas de las aplicaciones relacionadas (televi-
sión, aceleradores de partículas).

El capítulo finaliza con un análisis comparativo entre los campos gravitatorio y eléctrico en el
que se señalan algunas de sus semejanzas y diferencias más importantes.

En el capitulo siguiente nos plantearemos el estudio de una interacción que, en principio, presenta
ciertas semejanzas con la eléctrica: la interacción magnética.

250
6. Campo eléctrico

6. CAMPO ELÉCTRICO. CUESTIONES, EJERCICIOS Y PROBLEMAS

1. A veces, al bajar de un automóvil y tocar la carrocería se experimenta una cierta "sacudida" (como si
nos diese la corriente). Explicad por qué.

2. Algunos camiones que transportan gasolina arrastran una cadena metálica, cuya finalidad es evitar la
acumulación de carga eléctrica en el chasis. Explicad cómo se produce dicha acumulación de cargas y
cómo funciona la cadena.

3. Frotad un globo hinchado con lana o con el pelo de la cabeza y tocad con él el techo. ¿Por qué se queda en
el techo y no cae?

4. Calculad cuantas veces es mayor la repulsión electrostática que la atracción gravitatoria entre dos protones
separados por una distancia "r". (m =1'67·10-27 kg; q =1'6·10-19 C). Rdo. 1‟25·1036 veces mayor.

5. Dos pequeñas esferas idénticas, de la misma masa y con cargas iguales y del mismo signo, se suspenden del
mismo punto por medio de dos hilos de la misma longitud L. Deducid una relación entre la carga q de una
esfera y el ángulo  que forma el hilo con la vertical, una vez alcanzada la posición de equilibrio.

mg tg
Rdo. q   2 L sen 
K

6. Dos cargas puntuales q1 = 4·10-6 C y q2 = -10-6 C están fijas en P1 (0,0,0) m y P2 (0,1,0) m, respectivamente.
Calculad la fuerza eléctrica a que está sometida una carga q3 = 8·10-6 C situada en el punto A(1,1,0) m.

Rdo. F  (0'028 , 0'1 , 0) N

7. Una carga Q1 = –3 C se halla en el origen de coordenadas, una segunda carga Q2 = 4 C está a 20 cm de


la primera sobre el eje OX+ y una tercera carga Q3 está a 32 cm de la primera también sobre el eje OX+. La

fuerza total que actúa sobre la carga Q2 resulta ser F  (120 , 0) N. Determina el valor de Q3.
Rdo. Q3 = - 49‟08 C

8. Dos cargas puntuales, q1=2C y q2=-3C están fijas a una distancia de 40cm. Obtened el campo eléctrico
en el punto medio del segmento que las une.

Rdo. E  (1'125  106 , 0 , 0) N/C (suponiendo ambas cargas en el eje X).

9. Dos cargas puntuales Q1 = 4C y Q2 = 1C se encuentran situadas respectivamente en los puntos (-3 , 0) m
y (3 , 0) m. Calculad en qué punto de la recta que las une es nula la intensidad del campo eléctrico resultante.
Rdo. En el punto de coordenadas (1 , 0) m.

10. Se sitúan tres cargas eléctricas q1, q2 y q3 en los puntos A (0,0,0) m, B (0,4,0) m y C (0,4,3) m. Si q1= 0'1C,
calculad q2 y q3 para que el campo eléctrico en el punto P (0,0,3) m, sea nulo.
Rdo. q2 = -0'46 C, q3 = 0'236 C.

11. Dibujad las líneas del campo eléctrico creado por: a) una carga q; una carga 2q. Hacedlo de modo que la
representación permita distinguir cuantitativamente entre ambos (suponed las dos cargas puntuales).

12. ¿Por qué no es posible que por un mismo punto de un campo eléctrico pasen dos líneas de fuerza?

13. ¿Por qué las líneas de fuerza que salen de un objeto conductor, cargado y en equilibrio (es decir la
carga neta se halla en la superficie del mismo y en reposo) han de ser necesariamente perpendiculares a la
superficie del mismo?

251
6. Campo eléctrico

14. Una superficie plana de 40cm2 se encuentra situada en una región en la que existe un campo eléctrico

uniforme de 30N/C. Sabiendo que el vector superficie S forma un ángulo de 30º con el vector intensidad del

campo E , dibujad un esquema de la situación y calculad el flujo electrostático que atraviesa la superficie.
Rdo. 0'104 Nm2/C
 
15. Sea un campo eléctrico uniforme E = 2000 i N/C. Obtened el flujo neto de ese campo a través de un
cubo de 20 cm de arista orientado de modo que sus aristas son paralelas a los ejes de coordenadas cartesianas.
Rdo. El flujo total es nulo.

16. El flujo saliente a través de la superficie de una caja es 6·103 Nm2/C. Deducid el valor de la carga neta en
el interior de la caja. Rdo. Q = 5'3·10-8 C.

17. Explicad por qué en los edificios construidos con cemento armado se escucha mal la radio si no poseen
antena exterior.

18. El pararrayos, descubierto por Franklin, está constituido por barras metálicas terminadas en puntas y
conectadas al suelo. Tiene por misión proteger a los edificios de las chispas eléctricas. Explicad el fundamento
del pararrayos.

19. Se sitúan tres cargas eléctricas q1= 0'1C, q2= -0'4 C y q3=0'2C en los puntos A(0,0,0) m, B(0,4,0) m y
C(0,4,3) m respectivamente. Calculad el trabajo realizado por el campo debido a esas tres cargas cuando una
carga unitaria y positiva se traslade desde el infinito hasta el punto P(0,0,3). Decid si sería una transformación
espontánea o forzada. Rdo. El trabajo realizado por el campo es de -3·107 J y el proceso es forzado.

20. Una carga eléctrica de 0'4C está situada en un punto de un campo eléctrico creado por otra carga y su
energía potencial es 20J. Obtened el potencial eléctrico en ese punto y deducid el signo de la carga creadora
del campo. Rdo. V = 50 V y carga creadora positiva.

21. Explicad qué significa: a) que el potencial eléctrico en un punto sea igual a 60V; b) que el potencial
eléctrico en un punto sea igual a –20V; c) que la diferencia de potencial entre dos puntos sea igual a 12V.

22. Dada una carga puntual de 2·10-9 C situada en el vacío, dibujad a escala las superficies equipotenciales de
1800V, 140V, 1000V y 600V. Rdo. Las superficies equipotenciales serán esferas de radios 1, 12'8, 1'8, y 3
respectivamente (todos ellos en cm).

23. Dos cargas puntuales q1=2C y q2 = -2C están sobre el eje X en x1 = 3 cm y x2 = -3 cm. Calculad el vec-
tor campo y el potencial eléctrico: a) En un punto de la mediatriz del segmento que las une distante 5 cm de
cada carga. b) En un punto situado en la prolongación del segmento que las une y a 2 cm de la carga positiva.
 
Rdo. a) E  (8'64·10 6 , 0 , 0) N/C, V = 0; b) E = (4'22·107 , 0 , 0) N/C, V = 6'75·105 V.

24. El potencial a una cierta distancia de una carga puntual es 600V y el campo eléctrico es 200N/C. Obtened
el valor de la carga puntual y de la distancia al punto. Rdo. q = 2·10-7 C y r = 3 m.
 
25. Sea un campo eléctrico E = 500 i N/C. Se pide: a) ¿Cómo serán las superficies equipotenciales de dicho
campo? b) Calculad el trabajo realizado por el campo cuando una carga de 2C se traslada desde el punto
P(2,3,0) m al punto Q(6,5,0) m. c) Calculad la distancia entre las superficies equipotenciales V1=10V y
V2=20V. Rdo. a) Planos perpendiculares al eje OX (paralelos al plano ZOY); b) W = 4·10-3 J; c) d = 0'02 m

26. Una carga q positiva se encuentra bajo la acción de un campo eléctrico uniforme E . Si la carga se despla-
za en la misma dirección y sentido del campo eléctrico ¿qué ocurre con la energía potencial eléctrica? ¿Y si
movemos la carga en dirección perpendicular al campo? Justifica ambas respuestas.

252
6. Campo eléctrico

27. Una carga q1 = 1 nC se encuentra situada en el origen de coordenadas y otra q2 = -20 nC en el punto A (0 ,
1) m. Determinad:

a) Punto, si existe, en el que la intensidad del campo generado por ambas cargas sea nula
b) Potencial e intensidad del campo en el punto B (2 , 0) m
c) Trabajo realizado por el campo al situar una carga q 3 = 1 pC en el punto B (se supone que parte de un
punto situado a una distancia "infinita" de B). ¿Se trata de un proceso espontáneo?

Rdo. a) 0'29 m de q1 y 1‟29 m de q2; b)V= -76 V, E  (30 , 16'1 , 0) N/C; c) W = 7'6·10-11J, si.

28. Dado el esquema de dos cargas puntuales Q1=4C y Q2 = -6C de la figura adjunta, se pide:

a) Vector intensidad del campo eléctrico resultante y un dibu-


jo representativo del mismo, en el punto A.

b) Módulo de la fuerza que actuaría sobre una pequeña carga


puntual q = -2 nC si la colocásemos en A.

c) Trabajo realizado por el campo eléctrico cuando q se des-


plazara desde A hasta B.


Rdo. Para origen coordenadas en Q1: a) E  (1'3 , 0'5)  107 N/C; b) F = 2‟79·10-2 N; c) W = -9·10-4 J

29. En el rectángulo mostrado en la figura los lados tienen una longitud de 15 cm y de 5 cm y las cargas son
Q1 = -5 C y Q2 = 2 C. Tomando como origen de coordenadas el punto B, se pide:
A
Q1

B Q2
a) Vector campo eléctrico en los vértices A y B.
b) Potencial eléctrico en los vértices A y B
c) Trabajo mínimo que sería necesario realizar para trasladar una carga q = -3 C desde A hasta B
 
Rdo. a) E A  ( 2  106 , 7'2  106 ) N/C, EB  ( 0'8  106 , 18  106 ) N/C; b) VA = 6·104 V,
VB = -7‟8·105 V; c) W = 2‟52 J
 
30. Se tiene un campo eléctrico uniforme E 0  3000 i V/m que se extiende por todo el espacio. Se introdu-
ce una carga Q = 4 C que se sitúa en el punto (2 , 0) m.
a) Calcula el vector campo eléctrico resultante en el punto P (2 , 3) m y su módulo.
b) A continuación se añade una segunda carga Q‟ en el punto (0 , 3) m. ¿Qué valor ha de tener Q‟ para que el
campo eléctrico resultante en P no tenga componente X?

 4
Rdo. a) E  (3  10 3 , 4  10 3 ) N/C, E = 5·103 N/C; b) Q‟ =   10 6 C
3

253
6. Campo eléctrico

31. Cargamos una esfera conductora de 50 cm de radio conectándola a -500 V. Se pide:

a) Dibujad algunas superficies equipotenciales y líneas del campo que genera a su alrededor. ¿Qué inten-
sidad presenta el campo en un punto situado a 1'5 m de su superficie?
b) Si colocamos en el punto considerado en el apartado anterior una carga de 1 C, sugerid un posible
desplazamiento a lo largo del cual la fuerza eléctrica del campo realice un trabajo de 3·10 -4 J

Rdo. a) E = 62'5 N/C; b) Basta con que se aproxime 1'41 m radialmente hacia la esfera.

Z (m)
32. Dadas las cargas de la figura determinad: q2 = -2·10-5
C
a) Vector intensidad del campo eléctrico en el
punto (0 , 3 , 0) m y fuerza (vector) que ac-
tuará sobre una carga q3 = - 1C situada en di-
cho punto.
b) Si una vez situada la carga q3 se desplazara Y (m)
hasta el origen de coordenadas ¿qué trabajo q1 = 10-5 C
realizaría la fuerza electrostática?
X (m)

Rdo. a) E  (3795 ,1407 , 5760) N/C; b) W = 1'1·10-2 J

33. Sabiendo que el aire se hace conductor (se ioniza), cuando se encuentra en un campo eléctrico cuya inten-
sidad sea igual o mayor de 3·106 V/m, determinad: a) Máxima carga que podrá almacenar un conductor esfé-
rico de radio R en el aire; b) Potencial máximo que podrá alcanzar.

Rdo. a) qmax = E·R2/K =3·106 · R2/9·109 = 10-3 · R2/3; b) Vmax = 3·106 · R

34. Dos conductores esféricos A y B de 10 cm de radio cada uno, están separados una distancia de 2 m (de
centro a centro) y con las cargas q1 = 3·10-8 C y q2 = - 6·10-8 C respectivamente.
B
A q1 q2

Determinad el potencial en cada uno de los conductores (suponed que la distancia entre las esferas es lo sufi-
cientemente grande, comparada con el radio, para que no afecte a la distribución de las cargas en su superfi-
cie). Rdo. VA = 2430 V, VB = -5265 V.

35. Determinad lo que sucederá cuando una esfera conductora de 10 cm de radio se conecte al polo positivo
de un generador que suministra una diferencia de potencial de 900 V, estando el polo negativo conectado a
tierra (potencial 0). Rdo. Adquirirá una carga de q = 10 nC.

36. Entre las dos placas de la figura existe una diferencia de potencial de 5000 V. La
distancia entre ellas es 20 cm y en medio se sitúa un péndulo eléctrico cuya esfera
metálica tiene 1 mm de radio y una densidad de 5 g/cm3. Determinad el ángulo que
formará el péndulo si la esfera del mismo se cargó a 2000 V. Rdo.  = 1‟5º

254
6. Campo eléctrico

37. Un electrón (me = 9'1·10-31 kg y qe = -1' 6·10-19 C ) penetra con v0 = 106 m/s, en una región en la que exis-
te un campo eléctrico uniforme (E = 200 N/C). Comprobad que la fuerza peso es despreciable frente a la fuer-
za eléctrica que actúa sobre él y, a continuación:

a b
v0 v0

1º) Dibujad cualitativamente el movimiento del electrón en ambos casos.


2º) Obtened la ecuación de movimiento (posición en función del tiempo) del electrón en ambos casos (tras
elegir un sistema referencial apropiado).

Rdo. 1º) e = 106 t - 1'76·1013 t2 (trayectoria rectilínea tomando como sentido positivo el del movimiento y

origen de espacios la posición cuando entra al campo, t0 = 0). 2º) r  (106 t ,  1'76  1013 t 2  h , 0)
escogiendo un sistema de coordenadas cartesianas tal que el electrón inicialmente (t0 = 0) se halla en

r0  (0 , h , 0) m

38. Dos cargas puntuales fijas Q1=20·10-9C y Q2= -12·10-9C distan 5cm. Sobre el segmento que las une, a
1cm de la carga negativa, se abandona sin velocidad inicial un electrón. Obtened la velocidad del electrón
cuando se encuentre a 1cm de la carga positiva. Datos: q e= -1.6·10-19C; me = 9.1·10-31kg. Rdo. 8‟6·107
m/s

39. Disponemos de dos láminas conductoras, planas y paralelas, separadas entre sí 80 cm. Las cargamos
conectándolas a una diferencia de potencial de 4000 V. Se pide:

C
B
20 cm

A D
20 cm

a) Dibujad algunas líneas del campo y dos superficies equipotenciales entre las que la diferencia de po-
tencial sea de 1000 V. ¿Cómo resultan? Razona el resultado obtenido.
b) Si se deja un protón (q = 1'6 ·10 -19 C y m = 1'67·10-27 kg) inicialmente en reposo en un punto equidis-
tante de ambas láminas ¿cuál será su rapidez en el instante en que llegue a la lámina correspondiente?
(Para resolver este apartado comprobad primero que el peso del protón es despreciable comparado con
la fuerza electrostática que actúa sobre él).
c) Trabajo realizado por la fuerza electrostática cuando se desplace una carga de -2 nC en cada uno de
los siguientes trayectos: ADC, ABC, CBA, ADCBA

Rdo. b) v = 6'19·105 m/s; c) -2·10-6 J, -2·10-6 J, 2·10-6 J , 0, respectivamente.


255
6. Campo eléctrico

40. Las láminas de la figura están conectadas a una diferencia de potencial de 10 7 V. Tras dejar
libre, junto a la lámina positiva, una esfera conductora de 10 mg que tiene una carga de 10 nC, se aprecia
que impacta en la lámina negativa 20 cm por debajo de la horizontal. Determinad:

+
+
+ 20 cm
+ X

a) Distancia entre las láminas y ecuación de la trayectoria descrita por la esfera.


b) Energía cinética de la esfera en el momento del impacto.

Rdo. a) 14'14 m, y = (-mgd/qV)·x (trayectoria rectilínea); b) Ec = 0'1 J

41. La esfera de la figura tiene una masa de 2 mg. Al


dejarla en libertad en la lámina inferior asciende y
llega a la superior al cabo de 0‟4 s. Si la diferencia
de potencial aplicada entre las láminas es de 103 V y
la distancia entre ellas es de 20 cm, ¿Qué carga tiene
la esfera? Rdo. 5 nC

256
7. MAGNETISMO

En el tema anterior se ha estudiado la fuerza eléctrica, una interacción que se ejerce entre objetos
cargados. Esta fuerza se interpreta como una consecuencia de la existencia de un campo eléctrico
producido por las cargas y consiste en una interacción atractiva entre objetos con cargas de signos
opuestos y repulsiva entre objetos con cargas del mismo signo.

Existe otra interacción, conocida desde la antigüedad, cuya fenomenología presenta semejanzas
notables con la fuerza eléctrica: la fuerza magnética. Estas semejanzas propiciaron un proceso
de búsqueda histórica de una posible relación entre la electricidad y el magnetismo. Dicho proce-
so consiguió finalmente reducir a una única interacción el origen de ambos fenómenos. Se esta-
bleció así una teoría global electromagnética, que, junto con la mecánica newtoniana, se erigió en
el segundo gran pilar de la física clásica.

El estudio de las relaciones existentes entre electricidad y magnetismo abrió la puerta, a finales del
siglo XIX, al desarrollo de importantes aplicaciones tecnológicas como, por ejemplo, la construcción
de potentes electroimanes, la producción de corriente eléctrica a escala industrial y la fabricación de
motores eléctricos. También condujo, como hemos dicho, a la construcción de un gran cuerpo de
conocimientos científicos: la Teoría Electromagnética, en la que quedaron englobados los
fenómenos eléctricos, magnéticos y luminosos. Uno de los frutos más importantes que se derivaron
de dicha teoría fue la posibilidad de producir ondas electromagnéticas y su utilización para enviar
información a distancia, sin cables, (radio, radar, televisión, teléfonos móviles, etc). En la actualidad
el magnetismo tiene un gran uso práctico, desde los imanes existentes en algunos electrodomésticos
(como los microondas) a las cintas magnéticas, electroimanes, etc.

Por otra parte, se trata de un fenómeno muy generalizado ya que se halla presente desde los átomos
hasta en objetos tan grandes como nuestro planeta (que actúa como un gran imán) y las estrellas.

1. REVISIÓN DE LOS FENÓMENOS MAGNÉTICOS

Hace ya varios milenios que los griegos se dieron cuenta de que la magnetita (un mineral de hierro
que descubrieron en una región del Asía Menor llamada Magnesia) tenía la propiedad de atraer
pequeños trozos de hierro. Se sabe también que alrededor del año 1000 los chinos ya habían
descubierto que si disponían un trozo alargado de magnetita sobre algo que flotase en el agua y
pudiera moverse libremente, siempre se alineaba en la misma dirección (Norte-Sur). A este mineral
posteriormente se le llamó imán natural. Estos conocimientos propiciaron la invención de la brújula
magnética, cuyo uso para orientarse se extendió pronto a Europa través de Oriente Medio. Sin
embargo, la explicación de la naturaleza física del magnetismo se mantuvo durante mucho tiempo
como un enigma de la naturaleza.

A finales del siglo XVI encontramos el primer gran estudio sistemático de los fenómenos
magnéticos. Este estudió lo realizó W. Gilbert, médico de la reina Isabel I de Inglaterra, quien en el
periodo que va desde el año 1581 al 1600 efectuó numerosos experimentos de electricidad y
magnetismo, recopilando ordenadamente los resultados más importantes de esas experiencias en un
libro que tituló "De Magnete". A continuación se plantean una serie de cuestiones que nos ayudarán
a revisar el comportamiento y propiedades de los imanes.

¿Qué sustancias pueden actuar como imanes? ¿Sobre qué sustancias ejercen su acción
magnética?
257
7. Magnetismo

Uno de las primeros hechos evidentes del magnetismo natural es que existen algunas sustancias,
como la magnetita, que son imanes muy potentes aunque se encuentren en una pequeña cantidad.
También es conocido que la Tierra entera actúa como un gran imán y que astros como el Sol ejercen
acciones magnéticas muy importantes. Todos estos imanes se ejercen entre sí interacciones
magnéticas, pero también actúan sobre otros objetos. Las observaciones sobre el comportamiento de
los imanes permiten constatar que ejercen una fuerte acción atractiva fundamentalmente sobre el
hierro y el acero y, con menor intensidad, sobre otros metales como, por ejemplo, el níquel y el
cobalto. Un estudio más riguroso muestra que la acción de los imanes afecta también al resto de
materiales pero en la mayoría de los casos suele ser una fuerza de repulsión y muy débil.

¿Cómo se ejerce la fuerza magnética de los imanes sobre los metales?

Si tomamos un trozo de magnetita y lo acercamos a limaduras de hierro apreciaremos que éstas son
atraídas hacia dos zonas opuestas a las que se denominan polos magnéticos del imán. En dichos
puntos la fuerza magnética resulta más intensa que hacia la zona central.

Es habitual recortar los imanes en forma de barras de tal modo que los polos queden situados en los
extremos.

La fuerza magnética disminuye con la distancia existente entre el polo magnético y el trozo de hierro
o acero que se le aproxima de forma que a mayor distancia menor se hace la fuerza de atracción
magnética. Es fácil comprobar experimentalmente como algunos objetos de hierro o acero son
atraídos por igual por cualquiera de los dos polos de un imán.

¿Cómo se ejerce la acción magnética entre dos imanes?

Ya hemos dicho que los imanes ejercen una acción mucho más intensa en los extremos o polos. Esto
ocurre también cuando se trata de acciones de un imán A sobre otro imán B. En este caso se
comprueba que enfrentando ciertos polos de los imanes A y B, los dos imanes se atraen y dando la
vuelta a uno de ellos para enfrentar el mismo polo de A con el opuesto de B, respecto de la posición
anterior, los imanes se repelen. Este comportamiento permite distinguir entre dos tipos de polos de
cada imán. Para diferenciarlos podríamos llamarlos positivo y negativo, blanco y negro, etc. No
obstante, como al montar un imán sobre un eje alrededor del cual pueda girar libremente en un plano

258
7. Magnetismo

horizontal, sucede que se orienta siempre de forma que uno de sus polos señala el Norte geográfico y
el otro el Sur geográfico, se les denomina respectivamente polo NORTE y polo SUR.

Experimentalmente se observa que cuando se enfrentan polos iguales de los dos imanes (polo norte
de A con polo norte de B o polo sur de A con polo sur de B), los imanes se repelen. Si se enfrentan
polos distintos de los dos imanes (polo norte de A con polo sur de B o polo sur de A con polo norte
de B), los imanes se atraen.

Como consecuencia de este comportamiento resulta que cuando se fijan dos imanes a una cierta
distancia uno del otro y con una orientación arbitraria, si pueden girar libremente en torno a un eje,
lo hacen hasta quedar enfrentados por polos opuestos. Esta es una característica única de las fuerzas
magnéticas que las distingue de otras fuerzas estudiadas hasta ahora, como las fuerzas gravitatorias o
las fuerzas electrostáticas. En efecto: los imanes no se atraen ni se repelen solamente, sino que se
orientan al mismo tiempo.

F1
orientación

orientación F2

En la figura adjunta se muestran los efectos de orientación y de fuerzas existentes entre dos ima-
nes. La aguja imantada (que puede girar libremente en el plano horizontal pero no trasladarse)
quedará orientada frente al imán de la izquierda.

La propiedad que tienen los imanes de ejercer fuerzas más intensas en los extremos o polos puede
sugerir la idea de que un imán fuera como un dipolo eléctrico, es decir, podría pensarse en una
interpretación del magnetismo que atribuya el comportamiento de los imanes a una posible
concentración de carga eléctrica de signo positivo en un extremo de un imán y otra concentración de
carga eléctrica de signo negativo en el otro extremo. Si esta explicación fuera correcta, el
magnetismo sería simplemente un caso particular de fuerzas eléctricas ejercidas entre objetos
cargados de una forma peculiar. En este caso se podrían aislar las zonas donde se concentra la carga
de cada signo (es decir, los polos) y estos pedazos obtenidos del imán se comportarían como objetos
cargados, uno con carga negativa y el otro con carga positiva.

¿Qué sucede si se fragmenta un imán con objeto de separar sus polos?

Cuando se parte un imán con objeto de separar sus polos se produce un hecho curioso: cada
fragmento queda convertido en otro nuevo imán, a su vez dotado de dos polos. Por mucho que se
repita este proceso, es decir, por mucho que se vuelva a partir el imán, todos los pedazos obtenidos

259
7. Magnetismo

actúan, cada uno de ellos, como un imán entero con sus correspondientes polo norte y polo sur. Lo
mismo ocurre si el proceso se realiza en sentido inverso, es decir, si se transforman dos imanes en
uno solo poniéndolos en contacto. En este caso, los cuatro polos iniciales (dos en cada imán de
partida) se reducen a dos en el imán obtenido. En resumen: todo imán o todo pedazo de imán actúa
con un polo norte y un polo sur, siendo estos polos inseparables.

Al cortar un imán en dos trozos no se obtie-


nen un polo norte y un polo sur aislados, sino
que se producen dos nuevos imanes, cada
uno con su polo norte y su polo sur. Si se
sigue partiendo el proceso continua. Así pues
no es posible fabricar imanes con un solo
polo.

Este hecho, junto con otros, pone en evidencia que el magnetismo no es una simple manifestación de
fuerzas electrostáticas ejercidas entre cargas situadas en los polos de un imán, sino que se trata de
algo diferente.

¿Qué le ocurre a los materiales, como el hierro, después de ser atraídos o frotados con un imán?

Otro fenómeno interesante y específico del magnetismo es lo que les sucede a algunos materiales
como consecuencia de haber sido sometidos a la acción de un imán. Los materiales, como el hierro o
el acero, que son atraídos por los imanes, pueden a su vez imantarse (es decir, se convierten en
imanes) por el hecho de haber estado en contacto con un imán o, también, si son frotados con él y el
frotamiento se realiza siempre en el mismo sentido. Esta imantación desaparece rápidamente en casi
todos los casos, pero en otros, como el acero, permanece durante bastante tiempo.

2. APROXIMACIÓN CUALITATIVA AL CONCEPTO DE CAMPO MAGNÉTICO

La fenomenología del magnetismo natural da pie para interpretar inicialmente las fuerzas magnéticas
como fuerzas ejercidas entre imanes. Estas fuerzas se pueden considerar entonces como una
interacción sobre la que tiene sentido plantear el concepto de existencia de un campo: el campo
magnético.

¿Cómo podemos caracterizar el campo magnético creado por un imán?

Podemos pensar en situar un imán en una zona determinada del espacio. Para estudiar el campo
magnético que genera a su alrededor podemos hacer uso de una brújula (que como sabemos consiste
en una pequeña aguja imantada montada sobre un eje y de forma que ésta pueda girar libremente en
un plano horizontal). Al situarla en un punto cualquiera próxima al imán cuyo campo magnético
queremos estudiar, se orientará poniendo de manifiesto la existencia de dicho campo. Del mismo

modo que para caracterizar el campo eléctrico se define el vector E , para caracterizar el campo
magnético se define otra magnitud llamada vector campo magnético o inducción magnética y

simbolizada por B . El módulo del campo magnético en un punto está relacionado con la intensidad
del campo magnético en dicho punto (en el espacio libre son directamente proporcionales). En
cuanto a su dirección y sentido, estos son coincidentes con los que tendría una pequeña aguja

260
7. Magnetismo

imantada (imán testigo) colocada en ese mismo punto (si estuviera sometida exclusivamente a la
acción del campo magnético que estamos estudiando).

Por analogía con otros campos ya estudiados, las líneas del campo magnético son tangentes en todos

sus puntos al vector B . Para intentar conocerlas es útil situar alrededor del imán creador del campo
varias pequeñas brújulas o pequeños imanes testigo. Teniendo en cuenta que éstos se orientan de
modo que los polos N y S se aproximan hacia los polos S y N (respectivamente) del imán que
origina el campo se deduce que las líneas de fuerza magnéticas son cerradas.


Por definición, el vector inducción B , tiene en cada punto la dirección sur-norte del imán testigo
que podemos imaginar colocado ahí. En cuanto a las líneas de fuerza del campo, en cada punto son

tangentes a dicho vector B y se considera que salen del polo N y entran por el polo S.

El dibujo representativo de las líneas de fuerza del campo magnético creado por un imán rectangular
muestra que la densidad de líneas o, similarmente, el flujo de líneas atravesando una superficie
perpendicular a ellas, es mucho mayor en las proximidades de los polos. Esto revela que en esas

zonas el campo magnético es más intenso (el módulo de B será mayor). Por otra parte, hay que
considerar que si el imán productor del campo se dividiera en pedazos, cada uno de tales pedazos
sería un nuevo imán con sus correspondientes polos norte y sur. Entre cada uno de estos pedazos
existiría un campo magnético, cuyas líneas serían continuación de las que hemos dibujado. Esto
quiere decir, que las líneas del campo magnético producido por el imán rectangular también
atraviesan el interior del imán. Por lo tanto, se trata de unas líneas cerradas, sin origen ni fin. Incluso
la línea del campo que atraviesa el imán en la propia dirección de éste es una línea cerrada, aunque,
por ser una línea recta, se cierra a una distancia infinita.

Para visualizar el campo magnético creado por un imán de estas características se puede realizar un
experimento muy sencillo consistente en espolvorear pequeñas limaduras de hierro en las
proximidades del imán (por ejemplo, sobre una hoja o una cartulina colocada encima del imán). Las
limaduras se imantan y actúan como pequeños imanes testigo, que quedan colocados en una
disposición reveladora de la forma de las líneas de fuerza del campo producido por el imán.

Una forma de conseguir un campo magnético prácticamente uniforme es disponer frente a frente dos
polos distintos de dos imanes como los de la figura. Como puede verse las líneas de fuerza represen-

tadas son prácticamente paralelas. En esa zona B se puede considerar constante.

N S

261
7. Magnetismo

Para determinar con precisión la dirección y el sentido de los campos magnéticos se utiliza una
brújula. Dicho instrumento fue usado primeramente en China, de dónde pasó a Europa hacia el siglo
XIV. Consiste básicamente en un pequeño imán en forma de aguja que puede girar alrededor de un
eje central. Cualquier brújula se orienta de modo que su polo N señala aproximadamente el norte
geográfico terrestre (existe una desviación de unos 20º), lo que confirma que la Tierra actúa como un
gran imán, cuyo polo sur magnético está muy cerca del polo norte geográfico y viceversa.

sur magnético norte geográfico

sur geográfico norte magnético

Las brújulas se han venido utilizando históricamente para orientarse (han tenido un papel muy im-
portante en la navegación) sin necesidad de guiarse por la posición de las estrellas u otros indicado-
res.

3. LA EXPERIENCIA DE OERSTED Y LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN QUE SUGIRIÓ

La analogía entre el magnetismo y la electricidad promovió la búsqueda de una relación entre ellos
que pudiera explicar sus características comunes.

Pensad qué tipo de experimentos se pueden realizar para investigar una posible relación entre
cargas eléctricas e imanes.

Los primeros intentos de poner en evidencia una posible relación entre los fenómenos eléctricos y
los fenómenos magnéticos consistieron en poner objetos cargados en presencia de imanes. Pero,
cuando se coloca un imán en las proximidades de un objeto cargado, la única fuerza que se muestra
es una fuerza de atracción global entre ambos, similar a la que hace cualquier objeto cargado sobre
otro neutro (como es el imán). Es decir, en este caso el imán y el objeto cargado se atraen, pero no se
orientan, lo que indica que no tiene lugar una interacción magnética entre ellos.

Fue el científico danés H.C. Oersted quien en el año 1820 realizó un célebre experimento que por
vez primera mostró la existencia de una relación entre electricidad y magnetismo. El experimento
consistió en colocar una brújula cerca de un cable por el que circulaba una corriente eléctrica. Se
comprobó que en estas condiciones la aguja de la brújula se orienta tendiendo a colocarse en la
dirección perpendicular al cable por el que circula la corriente. Las experiencias realizadas
demuestran que si se coge el cable con la mano derecha de forma que el dedo pulgar extendido
señale el sentido de la corriente, los restantes dedos de la mano nos indicarán el sentido de las líneas
del campo, con lo que la aguja magnética girará de tal forma que dichas líneas entren por su polo sur
y salgan por su polo norte (regla de la mano derecha).

262
7. Magnetismo

S
S
N
N

¿Qué diferencia la experiencia de Oersted de otras experiencias que intentaron encontrar una
relación entre el magnetismo y la electricidad, y obtuvieron un resultado negativo?

La diferencia fundamental entre la experiencia de Oersted y otras anteriores que dieron un resultado
negativo radica en el hecho de que en la primera las cargas que interaccionan con el imán están en
movimiento. Esto indica que no son las cargas eléctricas “per se”, sino el hecho de que estén en
movimiento (respecto del imán), la causa de que el imán sufra una fuerza magnética. Este hecho fue
confirmado por el físico estadounidense H.A. Rowland, quien en el año 1876 realizó un experimento
que consistió en hacer girar una esfera cargada alrededor de una brújula. Comprobó que la brújula se
desviaba e incluso pudo constatar que la intensidad del campo magnético generado por la esfera
cargada al girar era proporcional al valor de la carga de dicha esfera y a su velocidad.

De acuerdo con lo anterior podemos decir pues que:

Las cargas eléctricas en movimiento producen un campo magnético y, por lo tanto, ejercen fuerzas
magnéticas sobre los imanes.

La conclusión anterior abrió importantes líneas de investigación para establecer la naturaleza del
magnetismo, profundizando en el estudio de las relaciones entre éste y la electricidad.

¿Qué posibles problemas de interés pudieron plantearse como consecuencia de los resultados
obtenidos en la experiencia de Oersted?

Una vez se puso en evidencia que las cargas eléctricas en movimiento producen campos magnéticos,
pareció necesario avanzar, con este dato como punto de partida, hacia una comprensión más
profunda del fenómeno del magnetismo. En este sentido, algunos de los problemas que se plantearon
fueron los siguientes:

 ¿Cómo determinar de forma cuantitativa el campo magnético producido por una corriente
eléctrica? Esencialmente se trata de obtener expresiones algebraicas que permitan calcular el
valor del campo magnético generado por determinados tipos de corriente eléctrica (rectilínea,
circular, rectangular, etc.) en distintos puntos. Ligado a este problema teórico de operativización
del concepto de campo magnético aparecía una necesidad de producción de campos magnéticos
con una intensidad y una disposición de sus líneas de fuerza controlables, que pudieran sustituir
y mejorar las prestaciones de los imanes naturales.

 ¿Cómo se pueden aprovechar las fuerzas existentes entre corrientes eléctricas e imanes? Ligado
a la posibilidad de construir motores eléctricos y también instrumentos para medir la intensidad
de la corriente.
263
7. Magnetismo

 ¿Cómo explicar el magnetismo natural? Se trata de buscar una interpretación del magnetismo
natural basada en el conocimiento acumulado acerca de la estructura de la materia y el hecho de
que toda corriente eléctrica genera en sus proximidades un campo magnético.

 Si una corriente eléctrica (que no es sino un movimiento de cargas) produce un campo


magnético, ¿no podría conseguirse el efecto recíproco?, es decir, ¿sería posible obtener corriente
eléctrica a partir de un campo magnético? Esta línea de investigación abrió el camino a la
obtención industrial de corriente eléctrica y a su aprovechamiento por la mayoría de la
población.

En lo que resta de este tema comprobaremos que estas líneas de investigación, iniciadas en el siglo
XIX) resultaron ser muy fructíferas. Estudiaremos concretamente los desarrollos realizados en
relación con las tres primeras y dejaremos el tema siguiente para desarrollar con detalle la
posibilidad de engendrar (inducir) corriente eléctrica con campos magnéticos. Allí veremos también
que el conjunto de todos estos avances contribuyó a la construcción de un cuerpo de conocimientos
científicos de gran solidez y coherencia interna: La teoría Electromagnética, en el que se produjo la
síntesis del magnetismo con la electricidad y la óptica (dominios científicos que hasta entonces se
habían desarrollado por separado, sin mucha relación entre ellos).

4. OPERATIVIZACIÓN DEL CONCEPTO DE CAMPO MAGNÉTICO. CÁLCULO DEL


CAMPO MAGNÉTICO CREADO POR ALGUNAS DISTRIBUCIONES DE CORRIENTE
ELÉCTRICA

Partiendo del conocimiento de que las corrientes eléctricas producen campos magnéticos, no resulta
difícil establecer expresiones operativas adecuadas para determinar el campo magnético creado por
determinados tipos de corriente. El primer estudio que se realizó con este propósito, cuyo resultado
además puede servir de base para otros casos más complicados, fue el de la determinación del
campo magnético generado por una corriente rectilínea.

4.1. Campo magnético creado por una corriente rectilínea indefinida. Ley de Biot y Savart

El resultado de la experiencia de Oersted y el análisis cualitativo de la geometría de la situación


permiten predecir la distribución de las líneas del campo magnético creado por una corriente
rectilínea indefinida.

Sea una corriente eléctrica rectilínea e indefinida. ¿Cómo cabe esperar que sean la líneas del
campo magnético que genera dicha corriente?

El resultado de la experiencia de Oersted indica que el campo magnético producido por una
corriente rectilínea es perpendicular a dicha corriente, ya que la brújula se coloca perpendicular al
cable en todas las experiencias. Además, el magnetismo natural muestra que las líneas de fuerza del

campo magnético (tangentes al vector inducción magnética, B , en cada punto) son cerradas. Por lo
tanto, teniendo en cuenta la geometría de la situación, todo indica que las líneas del campo son
circunferencias con centro en el conductor y contenidas en planos perpendiculares al mismo.

Para comprobar que esto es así, se puede hacer circular una corriente eléctrica por un hilo conductor
rectilíneo situado verticalmente y colocar en un plano horizontal cerca del hilo, pequeños imanes
testigo o agujas imantadas que puedan girar libremente. También se puede espolvorear limaduras de
hierro sobre una cartulina atravesada por un cable por el que circule una corriente de intensidad

264
7. Magnetismo

elevada. Ambos procedimientos confirman la hipótesis, ya que tanto las agujas, como las limaduras,
quedan efectivamente dispuestas en círculos concéntricos alrededor del conductor.

Para conocer el sentido de las líneas del campo magnético producido por una corriente eléctrica
rectilínea, hemos visto que se puede utilizar la regla de la mano derecha. Recordemos que ésta
consiste en coger el cable con la mano diestra y extender el pulgar en el sentido de la corriente
(como se sabe contrario al sentido del movimiento real de los electrones). Entonces, los dedos
restantes señalan el sentido de las líneas de fuerza alrededor del cable. Esta regla de la mano derecha
también se llama a veces regla del sacacorchos o, podríamos denominarla, de cualquier rosca. Esto
se debe a que haciendo girar una rosca ordinaria en el sentido que indican las líneas de fuerza del
campo magnético, la rosca avanza en el sentido de la corriente productora de ese campo magnético.

Como es lógico, la regla de la mano derecha contempla el hecho de que si se invierte el sentido de la
corriente, también se invierte el sentido del campo magnético que esa corriente produce.

Como a menudo los campos magnéticos son perpendiculares a las corrientes que los generan, los
dibujos de campos magnéticos ligados a corrientes eléctricas o a cargas en movimiento normalmente
requieren tener en cuenta las tres dimensiones espaciales. Para hacerlo de manera sencilla, es
costumbre dibujar los vectores perpendiculares al plano de la hoja con un punto o con una cruz
según su sentido sea perpendicular a ésta, saliendo de la hoja hacia el lector (·), o entrando y
alejándose del lector (x).

265
7. Magnetismo

. . . . . .

. . . .I . .
x x x x x x

x x x x x x

x x x x x x

Señalad, a título de hipótesis, de qué factores cabe esperar que dependa el módulo del vector

inducción magnética B en un punto dado de un campo magnético creado por una corriente
rectilínea.

Cabe suponer que aumente con la intensidad de corriente I que circula por el conductor y disminuya
con la distancia r. Además, como las fuerzas magnéticas se ejercen a distancia, se entiende que el
campo magnético se transmite por el espacio por lo que, es de esperar, que el medio que pueble
dicho espacio (aire, agua, etc, o el vacío) también tendrá también influencia en el valor de la
inducción magnética existente en un punto dado del mismo. Todo ello se puede expresar de forma
breve como: B = f (I, r, ) donde  es una constante llamada "permeabilidad magnética" la cual
toma diferentes valores para cada medio y representa la mayor o menor capacidad del mismo para
transmitir la interacción magnética. La permeabilidad magnética del vacío se designa como 0.

Para indicar la forma como se concretan estas dependencias, tenemos en cuenta en primer lugar, por
lo que se refiere a la intensidad de corriente I, que si ésta se duplica, lo lógico es suponer que la
corriente producirá un campo magnético de doble intensidad. Por lo tanto, planteamos que B ha de
ser proporcional a I. En segundo lugar, para plantear la dependencia concreta de B con la distancia,
nos fijamos en la disposición que muestran las líneas de fuerza del campo. Esta disposición indica
que el campo magnético disminuye al alejarnos del conductor teniendo el mismo valor en todos los
puntos de cada circunferencia concéntrica que se considere alrededor de él. Dicho de otro modo, el
campo magnético que produce el conductor se va debilitando al alejarnos de él, como si se
"repartiera" en circunferencias, de longitud  = 2 r, cada vez mayores a medida que aumenta r. Por
lo tanto, planteamos que B ha de ser inversamente proporcional a la cantidad 2 r.

El conjunto de estos razonamientos conduce a la siguiente expresión para calcular el módulo del
vector inducción correspondiente al campo magnético producido por un conductor rectilíneo
indefinido:

I Ley de Biot y Savart


B
2  r

En el último apartado de este tema introduciremos la unidad de corriente eléctrica como una unidad
fundamental del sistema internacional (S.I). Hasta entonces, conviene saber que en dicho S.I. de
unidades, la intensidad de corriente se expresa en amperios (A) y, como ya sabemos, la distancia en
metros (m). En este caso, la unidad de inducción magnética se denomina "tesla" (T) y si estamos en
el vacío, 0 = 4·10 -7 Tm/A

266
7. Magnetismo

¿Qué indica el hecho de que un medio tenga una permeabilidad magnética alta o baja?
Relacionad el valor de la constante  de un medio dado con la densidad de líneas del campo
magnético que lo atraviesan.

Como ya se ha señalado, la información que proporciona el valor de la constante  o permeabilidad


magnética es indicar la capacidad del medio para que se manifieste en su interior el campo
magnético. Para caracterizar a las sustancias por esta propiedad se acostumbra a comparar su valor
de  con el que tiene esta constante en el vacío, o. La mayoría de las sustancias tienen un valor
inferior y se llaman "diamagnéticas", esto significa que la inducción del campo magnético creado en
uno de estos medios, es menor que la que habría si se cambiara ese medio por el vacío
(permaneciendo todo lo demás igual). Pero, para otras sustancias, llamadas "paramagnéticas", el
valor de la constante  es algo superior a o y para un número muy reducido de materiales (entre los
que se encuentra el hierro)  toma valores muy elevados, del orden de miles de veces superior a o.
Estas últimas sustancias se imantan muy fácilmente y reciben el nombre de "ferromagnéticas". Para
comparar la permeabilidad magnética de una sustancia con la del vacío, se introduce una magnitud
denominada permeabilidad magnética relativa ' la cual se define operativamente como ' =  /0 y
nos indica el número de veces que la permeabilidad magnética del medio en cuestión es mayor que
la del vacío.

PERMEABILIDAD MAGNÉTICA RELATIVA DE ALGUNAS SUSTANCIAS

Diamagnéticas (' 1) Paramagnéticas (' 1) Ferromagnéticas (' 1)


Cobre 0'999991 Platino 1'000036 Hierro 300.000
Bismuto 0'999824 Aluminio 1'000023 Níquel 300

La permeabilidad magnética también se puede relacionar con la densidad de líneas del campo
magnético que atraviesa dicho medio. Dicha densidad, lógicamente, es mayor cuanto mayor sea su
‟. En este caso, también es mayor el flujo de líneas de dicho campo magnético a través de cualquier
superficie perpendicular a dichas líneas.

N S N S N S

Diamagnéticas Paramagnéticas Ferromagnéticas

4.2. Concepto de flujo magnético

Teniendo en cuenta cómo se introdujo en el tema anterior el flujo del campo eléctrico, definid
ahora una magnitud que represente el flujo de campo magnético a través de una superficie dada.

El flujo magnético a través de una superficie se representa por el símbolo B y se define de forma
análoga a la que se utiliza para expresar el flujo de líneas del campo eléctrico. En consecuencia
 
podemos expresarlo como el producto escalar del vector inducción magnética B por el vector S ,
perpendicular a la superficie considerada y de una magnitud igual a la de dicha superficie.

267
7. Magnetismo

 
B = B  S = B·S cos 

donde  es el ángulo que forma el vector S con las líneas del campo. La expresión anterior
corresponde al flujo del campo magnético que atraviesa una superficie en el caso de que el vector
campo magnético sea el mismo en todos los puntos de dicha superficie. Representa el número de
líneas de inducción magnética que atraviesan la superficie ya que, por convenio, se considera que el
número de líneas de fuerza que atraviesa cada m2 de superficie perpendicular al vector campo
magnético, coincide precisamente con el módulo de dicho vector.

En la figura anterior se ha representado una superficie S en el seno de un campo magnético


constante. En el primer caso los vectores inducción magnética y superficie forman un ángulo de  =
90º y el flujo magnético es 0 (ninguna línea de fuerza atraviesa la superficie). Por el contrario el flujo
es máximo en el tercer caso donde el ángulo entre ambos vectores es de  = 0º. En el segundo caso
el ángulo es de  = 45º y el flujo toma un valor entre 0 y el máximo.

En el SI la unidad de flujo magnético se llama weber (Wb). Por lo tanto, un weber es igual a un tesla
por un metro cuadrado y representa el flujo magnético que atraviesa una superficie de 1m2 colocada
normalmente a un campo magnético en un lugar en el que la inducción magnética valga 1 tesla. El
concepto de flujo magnético permite medir el módulo de la inducción magnética como una
"densidad de flujo" ya que de la ecuación anterior se desprende que:
B = B /S·cos 

De acuerdo con esta última expresión, el campo magnético se puede expresar también en Wb/m2.

Aplicaremos ahora la expresión que calcula el campo magnético generado por corrientes eléctricas
rectilíneas a un ejemplo particular.

Dos conductores rectilíneos, paralelos al eje OZ, pasan respectivamente por los puntos (0,0,0) y
(0,6,0) m. Por ellos circulan corrientes eléctricas del mismo sentido e intensidades I 1=2 mA e I2=4
mA. Dibujad las líneas del campo magnético generado por estas corrientes sobre el plano XY y
calculad el valor de la inducción de dicho campo magnético en los puntos (0,3,0) m y (0,9,0) m.

Obviamente, cuando circula corriente eléctrica por varios conductores, el campo magnético en cada
punto del espacio se obtiene sumando la contribución de cada uno de ellos, de modo que el vector
inducción magnética resultante es igual a la suma vectorial de los vectores inducción debidos a cada
corriente. En el caso particular de dos conductores paralelos, recorridos por corrientes eléctricas del
mismo sentido, tras dibujar las líneas del campo magnético que produce cada una de ellos, se ve que,
en los puntos de una recta perpendicular a ambos conductores, los vectores inducción magnética
tienen sentidos opuestos en todos aquellos puntos comprendidos entre ambos conductores, y el
mismo sentido en el resto de puntos.

268
7. Magnetismo

El punto (0,3,0) se encuentra entre los dos conductores. Por lo tanto, para obtener el valor del campo
magnético resultante de la contribución de ambos conductores, primero calculamos los módulos
   
B1 y B2 para después, teniendo en cuenta que los vectores B1 y B2 tienen en ese punto sentidos
opuestos, obtener el módulo del campo resultante como diferencia entre los módulos.

I1 I2
B1  0  ; B2  0  Como B2  B1  B  B2  B1
2 r1 2 r2
0 
Sustituyendo: B  ( I 2  I1 ) = 1‟33·10-10 T (con dirección y sentido de B2 )
2 r

Proceded análogamente hasta obtener para el punto (0,9,0) m un valor B = 3‟1·10-10 T. (Es
necesario dibujar primero los vectores inducción correspondientes en dicho punto).

4.3. Campo magnético creado por una espira y por un solenoide

Las conclusiones obtenidas acerca del cálculo del campo magnético creado por uno o varios
conductores rectilíneos servirán ahora como punto de partida para estudiar campos magnéticos
producidos por otras corrientes de forma más complicada, no rectilíneas. En primer lugar nos
detendremos brevemente en analizar cuál puede ser el interés de esto.

En el caso del campo magnético creado por una corriente eléctrica rectilínea hemos visto que la
inducción magnética en un punto era directamente proporcional al valor de la intensidad de la
corriente. Ello hace que una forma de aumentar el valor del campo magnético en un punto dado sea
aumentando el valor de la intensidad de la corriente que genera dicho campo. Sin embargo, podemos
pensar también en otros procedimientos.

Teniendo en cuenta cómo son las líneas de inducción magnéticas que rodean a una corriente
eléctrica, sugerid un procedimiento de aumentar el campo magnético producido por dicha corriente
en un punto próximo a la misma, sin necesidad de aumentar la intensidad I de dicha corriente.

Podemos conseguirlo sin más que doblar el cable dándole una forma circular (espira) o mejor aún,
arrollándolo como si fuese un muelle de muchos anillos (solenoide) para que así todo el cable se
encuentre más cerca del punto considerado.

Pensad como serán las líneas del campo magnético producido por una espira circular a la que
recorre una corriente eléctrica.

269
7. Magnetismo

Para dibujar las líneas del campo magnético creado por una espira circular, se puede imaginar a
dicha espira dividida en pequeños tramos casi rectilíneos. Las líneas del campo creado por cada uno
de estos tramos de conductor se dibujan aplicando los resultados del apartado anterior y así se
obtiene la consecuencia lógica de que la densidad de líneas del campo magnético (y por tanto la
inducción magnética) es mayor en el interior y menor en el exterior de la espira. También se ve que
en el plano que contiene a la espira, el campo magnético en su interior es perpendicular a ella y se
dirige en un determinado sentido (por ejemplo, hacia nosotros), mientras el campo magnético en el
exterior también es perpendicular a la espira y se dirige en el sentido opuesto.

Comparando esta disposición del campo magnético producido por una espira con la que tienen los
imanes naturales, se observa que una cara de la espira (por la que, dibujada sobre el papel, el campo
magnético se dirige hacia nosotros) actúa como el polo norte de un imán, pues por ahí salen las
líneas del campo magnético. Del mismo modo, la cara opuesta, por la que entran las líneas del
campo, actúa como el polo sur de un imán. Una regla útil para establecer de modo rápido cuál es la
cara N y la cara S de una espira consiste en dibujar una letra N o una letra S de modo que los
extremos de estas letras acaben en puntas de flecha. La letra cuyas puntas de flecha coincidan con el
sentido de la corriente indica qué polo es la cara de la espira que estamos mirando. De acuerdo con
todo ello, en las figuras anteriores la cara de la espira que nosotros vemos actúa como polo N.

Si mirásemos la misma espira por el otro lado, veríamos la cara que actúa como polo S. Las figuras
correspondientes en ese caso serían las siguientes:

270
7. Magnetismo

Así pues, a una espira por la que circula una corriente eléctrica se le pueden asignar polos
magnéticos exactamente igual que se le atribuyen a un imán natural. Esta importante conclusión se
puede contrastar de manera experimental, por ejemplo, colocando una brújula en diversos puntos
cercanos a la espira o también enfrentando dos espiras y analizando sus interacciones. Con
cualquiera de ambos procedimientos se constata que, efectivamente, una espira produce un campo
magnético similar al que puede producir un imán natural y, por lo tanto, entre dos espiras o entre una
espira y un imán se ejercen fuerzas de interacción magnéticas similares a las que tienen lugar entre
dos imanes naturales: se atraen si se enfrentan por polos distintos y se repelen si se enfrentan por
polos iguales.

Plantead de qué factores cabe esperar que dependa el valor del campo magnético creado por
una espira circular en el centro de la misma.

El cálculo del campo magnético B creado por una espira es bastante más complicado que en el caso
de una corriente rectilínea. Pero existe un punto, justamente en el centro de la espira, dónde tiene
especial interés poder evaluarlo y dónde además no resulta muy difícil hacerlo porque goza de una
simetría de la que carece cualquier otro lugar. En efecto, como ocurre en el caso de un conductor
rectilíneo, es lógico plantear que el valor mayor o menor de B en ese punto dependa del valor mayor
o menor que tengan la intensidad de corriente I y la permeabilidad magnética . Pero además, en ese
lugar también cabe plantear que B será mayor cuanto menor sea una distancia que ahí está bien
definida: la distancia a la espira, es decir, el radio R de ésta.

El conjunto de estas hipótesis permite avanzar una expresión del tipo B  I/R. La experiencia y un
desarrollo formal que aquí omitiremos demuestran que esta hipótesis es correcta y que, para el
centro de una espira de radio R recorrida por una corriente eléctrica de intensidad I constante, el
módulo del vector campo magnético en ese punto viene dado por:

I
B Campo magnético en el
centro de una espira
2R
Idead un dispositivo adecuado para proporcionar un campo magnético intenso y, a ser posi-
ble, uniforme.

Partiendo del hecho de que el campo magnético que produce una espira en su interior es, en el plano
que la contiene, perpendicular a la espira y mucho más intenso que en el exterior, se deduce que si se
juntaran varias espiras y por todas ellas circulara una corriente eléctrica en el mismo sentido, en la
zona interior el campo magnético sería muy intenso y prácticamente uniforme. Una forma de
conseguir este efecto es arrollar un conductor en forma de hélice apretada (equivalente a la
asociación de muchas espiras). El dispositivo obtenido se llama, como ya hemos mencionado
anteriormente, solenoide (o también bobina).

En la figura hemos representado esquemáticamente el corte


longitudinal de una bobina. Para facilitar su interpretación
se han dibujado las espiras exageradamente separadas unas
de otras. Conviene tener en cuenta que, en tales esquemas
los puntos y las cruces nos sirven para indicar el sentido de
la corriente eléctrica que circula por las espiras que forman
la bobina y no el de las líneas de fuerza magnéticas.

271
7. Magnetismo

Utilizando el mismo esquema de la figura anterior, podemos visualizar las líneas de fuerza
magnéticas en el interior de la bobina o solenoide si pensamos en el efecto que tendría cada una de
las espiras por separado. En la figura siguiente hemos intentado mostrar este efecto. Recordemos que
ahora, los puntos y las cruces nos indican el sentido de la corriente eléctrica.

Como vemos, las contribuciones al campo magnético de cada una de las espiras se refuerzan y
proporcionan un campo magnético de líneas prácticamente paralelas y equidistantes, por lo tanto,
casi uniforme. Además, en la zona que queda entre las espiras el campo es casi nulo (las
contribuciones de espiras contiguas son opuestas) y en el exterior del solenoide el campo es mucho
más débil. De este modo, el solenoide genera un campo magnético cuya distribución de líneas es
muy similar a la de un imán rectangular en el exterior y también en el interior, pero con la ventaja de
que ahí dentro, donde el campo es uniforme y de intensidad controlable, se tiene acceso.

Si los anillos que constituyen las distintas espiras que forman el solenoide se aproximan al máxi-
mo entre ellos, la situación expuesta anteriormente se intensifica y en la práctica podemos consi-
derar que el campo magnético en el interior del solenoide es constante y que las líneas de induc-
ción magnéticas en dicho interior son rectilíneas, paralelas y se hallan muy juntas.

S N

Plantead a modo de hipótesis los factores que determinarán el valor del campo magnético
producido por un solenoide en el interior del mismo (en puntos alejados de los extremos).

En puntos del interior de un solenoide suficientemente alejados de los extremos, es lógico pensar
que el campo magnético se pueda evaluar como una suma de las contribuciones aportadas por cada
espira del arrollamiento. Por lo tanto, B debería ser proporcional a la intensidad de corriente que
circula por las espiras I, a la permeabilidad magnética del medio  y a la densidad lineal de espiras,

272
7. Magnetismo

es decir, el número de espiras por unidad de longitud N/ (donde N es el número de espiras y es la
longitud del solenoide). Un desarrollo formal que omitiremos aquí y las experiencias realizadas al
efecto, demuestran que, efectivamente, la inducción magnética producida por un solenoide en el
interior viene dada por la siguiente expresión:

Campo magnético en el
B =IN/ interior de un solenoide
(zona central)

Este valor de B sólo corresponde a puntos del interior del solenoide alejados de los extremos. En
estos extremos, las líneas salen divergiendo y, por lo tanto, la intensidad del campo magnético es
menor ( se puede demostrar que vale exactamente la mitad que en el interior):

Campo magnético en el
B extremo = IN/2 interior de un solenoide
(cerca de un extremo)

En la zona exterior al solenoide el cálculo del campo magnético es bastante más complicado, tiene
un valor diferente en cada punto y, de modo general, decrece al alejarnos del solenoide.

Como el campo magnético depende del medio, con objeto de aumentar aún más el valor del campo
magnético producido por un solenoide se puede incluir en su interior un pedazo de hierro dulce. La
permeabilidad magnética de este material es muy elevada, de modo que su presencia en el interior
del solenoide aumenta notablemente la inducción del campo magnético. El dispositivo resultante se
conoce con el nombre de electroimán.

Arrollando sobre una barra de hierro o acero un


hilo conductor (recubierto de un aislante) y
conectándolo a una corriente continua (como la
que proporciona una pila o batería) podemos
fabricar un electroimán. Éste dispositivo sustituye
con ventaja a los imanes naturales. Podemos
conseguir electroimanes de más o menos potentes
haciendo circular más o menos corriente por el
cable.

El electroimán posibilita disponer de campos magnéticos variables. Ello permite desde la


construcción de timbres hasta la construcción de potentes grúas magnéticas con las que levantar y
trasladar objetos metálicos pesados (por ejemplo en un desguace de coches).

4.4. Relación entre la intensidad de corriente eléctrica que pasa por un hilo y el campo
magnético creado por ella. Ley de Ampere

La ley de Biot y Savart expresa la relación que existe entre la intensidad I de una corriente eléc-
trica rectilínea (de valor constante) y el campo magnético B que dicha corriente crea a una cierta
distancia “r” de la misma. Recordemos que dicha relación venía dada por:
I
B
2  r

273
7. Magnetismo

Cabe plantearse si existirá alguna relación general entre B y la I sea cual sea la forma del conductor
por el que circula una corriente de intensidad constante. El científico francés Ampere, inspirándose
en la ley anterior, estableció dicha relación general en la forma:
 
  dl     I i
B

La ecuación anterior se conoce como ley de Ampere para el campo magnético. En ella se establece
que la “circulación” del vector campo magnético a lo largo de una línea cerrada es igual al producto
de la permeabilidad magnética del medio por la intensidad eléctrica resultante creadora de dicho
campo o suma algebraica de las intensidades de corriente que atraviesan la superficie limitada por
esa línea cerrada. (Se consideran positivas las corrientes que en un punto dado de la curva originan
un campo magnético del mismo sentido que el del recorrido de la curva y viceversa).
La integral de la izquierda de la igualdad se llama circulación del campo magnético y físicamente
representa la suma de infinitos términos B  d  a lo largo de una línea cerrada de longitud total  de
forma que se parte de un punto de ella y se vuelve al mismo punto (lo que se expresa mediante la
pequeña circunferencia de la integral).

Utilizad la ley de Ampere para obtener a partir de ella las expresiones, ya conocidas, del campo
magnético creado por una corriente rectilínea e indefinida y del campo magnético en el interior de
un solenoide (no cercano de ningún extremo).

I Aplicando la ley de Ampere a la situación descrita en


la figura de la izquierda:
B  
  dl     I i
B
d
I
B   d    I  B  2 r    I  B 
2 r

Análogamente podemos proceder en el caso de un solenoide como el de la figura siguiente:

b c

a d

Aplicando la ley de Ampere a lo largo de la línea cerrada a,b,c,d de la figura y teniendo en cuenta
que en el exterior del solenoide el campo  magnético es despreciable y que en los tramos ab y cd el
vector campo magnético y el vector d  son perpendiculares entre sí, el único tramo en donde la
integral no es nula resulta ser el bc por lo que:
274
7. Magnetismo

    N bc  I
  d      I i  B   bc    Nbc  I  B   bc
B

Si tenemos en cuenta que Nbc/bc es el número de espiras por unidad de longitud y que, por tanto,
coincide con N/l en donde N es el total de espiras y  la longitud del solenoide, obtenemos
finalmente, la expresión de B en el interior del solenoide (en puntos no próximos a los extremos).

NI
B

Utilizad la ley de Ampere para comprobar que en el caso de un solenoide toroidal (es decir, que
se cierra sobre sí mismo circularmente) el campo magnético en su interior vale: B =  N·I/2r
donde r es el radio de la circunferencia que pasa por los centros de todas las espiras del solenoide.

5. EXPLICACIÓN DEL MAGNETISMO NATURAL

Cuando se descubrió que las corrientes eléctricas producen campos magnéticos similares a los que
producen los imanes naturales se abrió la puerta al estudio del origen del magnetismo natural.
Lógicamente, una explicación adecuada del comportamiento de los imanes debía congeniar la
relación entre las corrientes eléctricas y los imanes con el conocimiento acumulado acerca de la
estructura de la materia.

Sugerid una explicación del magnetismo natural.

El conocimiento de que las cargas eléctricas en movimiento producen campos magnéticos hace
pensar que el magnetismo natural debería estar asociado también al desplazamiento de cargas en el
interior de los imanes. Para apoyar esta idea se puede utilizar como modelo inicial de referencia un
modelo atómico rudimentario como fue el modelo de Rutherford. De acuerdo con esta imagen de la
materia cada átomo de cualquier material se puede considerar como un pequeño imán, puesto que,
según este modelo atómico, sus electrones girarían alrededor del núcleo. Desde luego, esta propuesta
ha de ser muy matizada, no sólo porque el modelo atómico de Rutherford está hoy totalmente
superado, sino también, porque resulta una imagen demasiado simplificada una configuración
interna de la materia que la asimile a una distribución de átomos simples, sin tener en consideración
el papel fundamental que juegan en dicha estructura los enlaces entre los átomos. A pesar de todo
esto, la idea de atribuir el campo magnético de un material a una suma de contribuciones de campos
magnéticos elementales producidos por pequeñas corrientes electrónicas se corresponde bastante
bien con las interpretaciones actuales acerca del magnetismo natural.

Admitamos que el magnetismo natural sea debido a corrientes electrónicas a nivel atómico.
Entonces, ¿ por qué unas sustancias se comportan como imanes y otras no?

Si en todas las sustancias existen pequeñísimas corrientes electrónicas (o, lo que es equivalente,
pequeñísimos imanes), cada una de ellas producirá un pequeño campo magnético. Entonces, el
hecho de que la mayoría de los materiales no se comporten como imanes indica que estos campos
magnéticos elementales normalmente están orientados al azar. Solamente así, la inducción
magnética B, obtenida como resultado de la suma vectorial de inducciones elementales, puede ser
prácticamente nula en cada punto. Esta es, en efecto la razón de que el carácter magnético de la
mayoría de las sustancias o materiales sea muy débil. La aplicación en sentido opuesto de este
mismo razonamiento conduce a plantear que en las sustancias, como la magnetita, que actúan como
275
7. Magnetismo

imanes naturales, los átomos deben estar orientados de tal forma que los efectos magnéticos
individuales se refuercen, para que la suma de los vectores que representan la inducción magnética
de cada imán elemental proporcione en cada punto un campo magnético resultante importante.

Justificad, a partir del modelo elemental propuesto para explicar el magnetismo natural, el
hecho de que no se puedan separar los polos de un imán.

Esta explicación del magnetismo natural muestra coherencia con los aspectos principales de la
fenomenología del magnetismo y, por ejemplo, aclara el misterio que presentó en su día el hecho de
que no se puedan separar los polos de un imán, sea este natural o artificial. En efecto, de acuerdo con
este modelo, cualquier imán natural se puede imaginar con una estructura, que, por ejemplo, podría
estar compuesta de espiras elementales, todas ellas orientadas igual. Como hemos visto, si se
considera individualmente cualquiera de estas espiras, una de sus caras actúa como polo norte de ese
pequeño imán y la cara opuesta actúa como polo sur. Estas mismas espiras agrupadas (tal como
ocurre en un solenoide) se han de considerar conjuntamente, pues en esta disposición forman un
único gran imán en el que un extremo actúa como polo norte y el otro como polo sur. Entonces,
admitiendo que un imán natural tenga una estructura interna así, al dividirlo en pedazos, cada pedazo
mantendría esa misma estructura, es decir, cada pedazo seguiría estando constituido por pequeñas
corrientes eléctricas todas ellas orientadas igual. En consecuencia actuará globalmente como un
imán, con sus polos norte y sur.

Tratad de explicar por qué los imanes atraen magnéticamente a metales, como el hierro, y por
qué esos metales quedan a su vez imantados después de ser atraídos (o frotados) por un imán
potente.

Otro hecho del magnetismo natural que se puede justificar utilizando este modelo, es el tipo de
interacciones que se ejercen entre los imanes naturales y algunos metales. Como es lógico, no es
casualidad que sean precisamente los metales (en general, buenos conductores de la electricidad)
quienes interactúen magnéticamente con los imanes con más intensidad. De hecho, se ha
comprobado experimentalmente, que un pedazo cualquiera de ciertos metales, como el hierro o el
cobalto, se puede considerar constituido por grandes grupos de átomos (del orden del trillón),
llamados dominios, alrededor de los cuales circulan corrientes eléctricas que producen campos
magnéticos de la misma orientación. Estas regiones o dominios están entre sí orientadas al azar, de
modo que, habitualmente, el efecto magnético global en un pedazo de hierro o de cobalto es casi
nulo. Ahora bien, sometidos a un campo magnético externo, los dominios evidentemente actúan
como lo que son, pequeños imanes, y, por lo tanto, se orientan en la dirección del campo magnético
aplicado. En consecuencia, sus campos magnéticos, que estaban distribuidos al azar, se refuerzan y
producen un campo magnético global que a su vez refuerza a dicho campo externo.

La figura izquierda anterior representa esquemáticamente un trozo de hierro no imantado. Podemos


ver que está formado por dominios distribuidos al azar (la punta de cada flecha indica el polo norte
del dominio). En cambio, en la figura de la derecha (un trozo de un imán) se observa cómo los
dominios están orientados preferentemente en una dirección determinada.

276
7. Magnetismo

En resumen, el magnetismo es un fenómeno natural producido por corrientes eléctricas elementales


que ocurren en todos los materiales. Por lo tanto, es una propiedad general de la materia, aunque se
manifiesta con mayor o menor intensidad dependiendo de la estructura de cada material. Esta
estructura puede favorecer que los campos magnéticos elementales generados por las corrientes
eléctricas de nivel atómico se refuercen o provocar que se compensen entre ellas. Como
consecuencia, el valor del campo magnético existente puede variar sobre unos márgenes muy
amplios. La tabla adjunta recoge algunos valores típicos de la inducción magnética.

Valores de la inducción magnética (T)


Sala blindada magnéticamente 10-14
Espacio interestelar 10-10
Campo magnético terrestre 10-4
Imán potente 0'1-0'5
Electroimán industrial 1-2
Imán superconductor 5
Estrella de neutrones 108

6. ACCIÓNES ENTRE CARGAS MÓVILES Y EL CAMPO MAGNÉTICO

Hemos visto que el experimento de Oersted explicó el origen electrodinámico del campo magnético,
mostrando que toda corriente eléctrica produce un campo magnético. El éxito de esta interpretación
del magnetismo animó a profundizar en la comprensión de las relaciones entre el campo magnético
y las corrientes eléctricas. Una de las primeras vías de investigación fue el estudio de las fuerzas
magnéticas que sufren las cargas en movimiento. Ligado a este estudio se vislumbraba, como así
fue, una oportunidad de producir importantes aplicaciones tecnológicas del campo magnético.

6.1. Fuerza magnética sobre una carga móvil. El espectrógrafo de masas y el ciclotrón

Como ya hemos visto anteriormente, toda corriente eléctrica genera a su alrededor un campo
magnético. Esto también es cierto para cualquier carga libre en movimiento. Cabe esperar pues que
los campos magnéticos ejerzan fuerzas sobre cargas que se muevan en su seno.

A continuación vamos a estudiar la fuerza magnética que actúa sobre una carga puntual que se
desplaza dentro de un campo magnético. Para simplificar, supondremos que el campo magnético
considerado es uniforme en todo el espacio por el que se mueve la carga en cuestión.

Las experiencias realizadas con diversas partículas cargadas en movimiento dentro de un campo
magnético, dan los resultados siguientes respecto a la fuerza magnética que actúa sobre ellas.

A igualdad de los restantes factores se comprueba que:

 La fuerza es proporcional al valor de la carga "q" de la partícula.


 La fuerza es proporcional al módulo "v" de la velocidad con que se desplaza dicha partícula.
 El módulo de la fuerza y también su dirección y sentido, dependen de la dirección y sentido del

vector velocidad v de la partícula cargada.
 Cuando la partícula se mueve en una dirección coincidente con alguna línea de inducción del
campo, la fuerza magnética sobre ella es nula. En los restantes casos no lo es.
277
7. Magnetismo

 Cuando sobre la partícula el campo ejerce una fuerza magnética, se comprueba que dicha fuerza
 
es siempre perpendicular al plano formado por los vectores B y v estando su sentido
 
determinado por el del producto vectorial v x B .
 El módulo de la fuerza magnética sobre la partícula toma su valor máximo siempre que la
partícula se mueva perpendicularmente al vector campo magnético.
 La fuerza sobre una partícula cargada negativamente tiene sentido contrario a la ejercida sobre
otra partícula con la misma carga pero positiva que se mueva con la misma velocidad.

Teniendo en cuenta los resultados experimentales anteriormente expuestos, proponed una



expresión coherente con ellos, para calcular la fuerza magnética F que un campo magnético ejerce
sobre una partícula con carga "q" que se mueve en el seno del mismo, en un punto en el que se
 
conoce la velocidad de la partícula v y el vector campo magnético B .
  
Una expresión en la que se contemplan todos los resultados anteriores es: F  q (v x B)

En ella, el valor de q ha de venir afectado por el signo que le corresponda. De acuerdo con dicha
expresión, la fuerza magnética corresponde a un producto vectorial y su módulo vendrá dado por:

F = q v B· sen 

En donde  es el ángulo existente entre los vectores velocidad e inducción magnética cuando los
disponemos con origen común y q la carga de la partícula (aquí en valor absoluto, ya que el módulo
de un vector no puede ser negativo).

 

Además de conocer cómo se realiza un producto vectorial, existe también otra regla útil para
establecer de forma rápida la dirección y sentido de la fuerza magnética. Se denomina como "regla
de la mano izquierda" y se puede enunciar diciendo que: si se dispone la mano izquierda de manera

que el dedo índice señale el sentido del vector campo B , los restantes dedos (excepto el pulgar) el
sentido del movimiento de la carga (si es negativa hay que considerarla como si fuera una positiva
moviéndose en sentido contrario), entonces el dedo pulgar (colocado perpendicularmente a los otros)
señala el sentido de la fuerza magnética actuante sobre la carga.

¿Qué ocurre si además de un campo magnético sobre la partícula actúa un campo eléctrico?

En ese caso, si despreciamos el peso de la partícula, la fuerza resultante sobre ella vendrá dada por
       
F  qE  q(v x B)  F  q  ( E  v x B) . A dicha fuerza se la conoce como Fuerza de Lorentz.

278
7. Magnetismo

En una zona del espacio en la que existe un campo magnético uniforme entra una partícula
cargada positivamente. Considerad las tres situaciones expuestas en las figuras siguientes y
razonad:

a) En cuáles actúa una fuerza magnética sobre la partícula


b) La dirección y sentido de la fuerza magnética en los casos que ésta exista. ¿Qué le ocurrirá a la
velocidad de la partícula en cada caso? ¿Cuál será la forma de la trayectoria que describirá la
partícula mientras permanezca en el seno del campo magnético indicado?

.v . . . x x x x

. . . . x x x x

. . . . x
v x x x

. . . . x x x x
v
(1) (2)
. (3)

(1) Representa un campo magnético uniforme perpendicular al papel y dirigido hacia el lector
(2) Representa un campo magnético uniforme perpendicular al papel y dirigido hacia adentro
(3) Representa el campo uniforme en el interior de un solenoide.

Para comprobar experimentalmente los efectos de un campo magnético sobre partículas cargadas en
movimiento se puede utilizar un tubo de rayos catódicos que encierre una pantalla fluorescente
inclinada de modo que en ella se muestre la trayectoria rectilínea de los electrones que salen del
cátodo. Acercando al tubo un imán, se observa la desviación de los rayos electrónicos, una
desviación que depende de la orientación del imán respecto del haz. Al realizar la experiencia se
 
constata que efectivamente, la desviación es máxima cuando v es perpendicular a B , menor al ir
 
disminuyendo el ángulo  entre v y B llegando a ser nula cuando  es 0º o 180º, es decir, cuando
los vectores velocidad e inducción magnética tienen la misma dirección.

Como la fuerza magnética sobre una carga móvil siempre es perpendicular a la velocidad, el
movimiento de una carga sometida únicamente a un campo magnético uniforme sólo tiene
 
aceleración normal, de modo que la trayectoria de la partícula es circular si v y B son
 
perpendiculares o helicoidal si v y B forman cualquier otro ángulo.

En una región en la que existe un campo x x x x x x x x


magnético uniforme de 4·10-6T se introduce una
partícula de masa 9·10-28 kg y carga 3·10-15 C x x x x x x x x
con velocidad de 2·106 m/s, tal como se indica
en la figura adjunta. Determinad el módulo, la x x x x x x x x
dirección y el sentido de la fuerza que actúa 
v
sobre la partícula y dibujad la trayectoria de la x x x x x x x x
misma. Calculad el radio de curvatura.

279
7. Magnetismo

El módulo de la fuerza se calcula aplicando directamente la expresión de la fuerza magnética, lo que


proporciona el siguiente resultado:

F =q v B · sen  = (3·10-15)· (2·106 )· (4·10-6) sen 90º = 2'4·10-14 N.


  
Para dibujar el vector F hacemos girar v sobre B por el camino más corto y aplicamos la regla del
sacacorchos (producto vectorial). Obtenemos así una fuerza perpendicular a la velocidad en todos
los puntos. Esta fuerza le produce a la partícula una aceleración normal y, en este ejemplo, tanto
  
v como F y an se encuentran en el plano de la hoja. Por lo tanto, el movimiento es circular y
uniforme y se realiza en ese mismo plano.

x x x x x x x x x x x x x x x x
v
x x x x x x x x x x x x x x x x
F
F
x x x x x x x x x x x x x x x x
v
x x x x x x x x x x x x x x x x

Para hallar el radio de curvatura aplicaremos la ecuación fundamental de la dinámica a la partícula.

Si trabajamos en componentes intrínsecas podemos expresar dicha ecuación escalarmente como:



Fres t = m·at  at = 0 (ya que el vector F no tiene en este caso componente tangencial)
Fres n = m·an  F = m·an  F = mv2/R

Como el módulo de la fuerza magnética viene dado en este caso por F = qvB, sustituyendo en la
expresión anterior obtenemos que:

qvB = mv2/R y despejando: R = mv/qB.

Sustituyendo ahora los valores numéricos se obtiene fácilmente que R = 0'15 m

Una aplicación importante de esta ecuación que calcula


el radio de curvatura del movimiento de partículas
cargadas en el seno de un campo magnético fue la
invención de un dispositivo, llamado espectrógrafo de
masas, que se utiliza para medir la masa de iones. El
primer espectrógrafo de masas fue fabricado por el físico
americano F.W. Aston en el año 1919 y mejorado
posteriormente por K. Bainbridge. El espectrógrafo
acelera los iones mediante un campo eléctrico
(normalmente generado por dos placas cargadas) y los
desvía con un campo magnético uniforme generado por
un electroimán que actúa en dirección perpendicular al
movimiento de los iones.

280
7. Magnetismo

Si los iones parten del reposo, entre las placas A y B hay una diferencia de potencial VA-VB y
despreciamos el valor de la fuerza peso, podemos concluir que la energía mecánica del sistema
formado por dichos iones y el campo eléctrico entre las placas se conservará y, por tanto:

Ec + Ep = 0  EcB = -Ep = EpA - EpB  EcB = q· (VA-VB)

mv2
Si hacemos EcB = mv2/2 y (VA-VB) = V, podemos escribir que:  qV
2

La expresión anterior proporciona la velocidad de entrada de cada ion en la zona donde se les aplica
el campo magnético. Una vez ahí, los iones describen una trayectoria circular con movimiento
uniforme de distinto radio (según sea el valor de q/m de cada ion), lo que permite utilizar este
dispositivo para separar partículas cargadas que tengan distinta relación q/m.

Se puede conocer el valor del radio R porque cada partícula deja una señal al incidir sobre una placa
fotográfica. Por lo tanto, se puede obtener una relación entre la carga y la masa de cada partícula
utilizando la ecuación R = mv/qB, que podemos expresar como: q/m = v/RB.

En efecto, despejando el valor de v en función de la diferencia de potencial entre las placas tenemos
que v2 = 2qV/m. Podemos entonces escribir la expresión anterior como:

q2/m2 = v2/R2B2 = 2qV/mR2B2 y simplificando: q/m=2V/B2R2

De este modo, la masa de un ion se puede determinar si se conoce su carga q. En bastantes casos
esto puede ser relativamente sencillo, pues la carga de un ion atómico es un múltiplo entero de la
carga del electrón. Por eso, el espectrógrafo tiene especial utilidad para comparar las masas de
isótopos, es decir, de distintos tipos de átomos de un elemento.

Otra aplicación muy importante del movimiento de cargas en campos eléctricos y magnéticos es un
tipo de acelerador de partículas llamado ciclotrón. Fue inventado en el año 1934 por los físicos
estadounidenses M.S Livingston y E.O Lawrence (por este motivo, este último recibió en 1939 el
premio Nóbel) y se utiliza para acelerar partículas hasta conseguir que tengan una energía cinética
muy elevada. Estas partículas con una energía alta son de gran utilidad en el ámbito de la física
nuclear, pues, por ejemplo, se usan como proyectiles para bombardear núcleos atómicos y deducir la
estructura de los mismos, para producir materiales radiactivos, con fines médicos, etc.

La figura adjunta muestra un dibujo muy esquemático de un


ciclotrón. Consta de dos cámaras metálicas huecas con forma
de semicírculo. Estas cámaras se llaman “des” (D) a causa de
su forma y tienen los bordes de sus diámetros paralelos lige-
ramente separados. Están contenidas en una cámara de vacío
para que las partículas que viajen por ellas no sean dispersa-
das en choques con moléculas de los gases que forman el
aire. Sobre las "des" actúa un campo magnético uniforme y
perpendicular, generado por un potente electroimán, y entre
ambas se aplica un campo eléctrico cuyo sentido se va alter-
nando de forma que en todo instante la fuerza actúe en el
sentido del movimiento de las partículas. (El campo eléctrico
en el interior de las "des" es 0).

281
7. Magnetismo

Desde una fuente de iones "S", situada cerca del centro del campo magnético, las partículas cargadas
se inyectan al ciclotrón inicialmente a una velocidad moderada. La fuerza magnética les proporciona
una aceleración normal y, por lo tanto, un movimiento circular por una de las "des". Al salir de ahí,
se les aplica el campo eléctrico que acelera a las partículas y las lleva a la otra mitad del ciclotrón a
una velocidad superior. A esa velocidad recorren otra semicircunferencia de radio mayor que la
primera y vuelven a acceder a la zona entre las "des", donde se les aplica de nuevo el campo
eléctrico (ahora en sentido contrario al anterior), que las vuelve a acelerar. Este proceso se repite una
y otra vez hasta que las partículas salen finalmente del ciclotrón a una velocidad muy elevada, tras
haber realizado en el ciclotrón del orden de 50 a 100 revoluciones.

Obviamente, para conseguir este resultado es necesario que el sentido del campo eléctrico que se
aplica a los iones cuando van de una a otra “D” coincida con el de su movimiento. Cuando las
partículas tienen velocidades no excesivamente elevadas esto es bastante sencillo de conseguir.
Como hemos visto, en estas circunstancias su movimiento dentro de cada "D" es circular y
uniforme, y se cumple bastante bien la ecuación qB = mv/R. Entonces, la rapidez angular del
movimiento es constante y vale w = v/R = qB/m. Como este valor de w no depende de la velocidad
del ion, ni del radio de la circunferencia que describe, hay que disponer un campo eléctrico alterno
que invierta su valor al cabo de intervalos de tiempo iguales al tiempo necesario para que el ion
realice una semicircunferencia con esa rapidez angular.

Deducid el valor del intervalo de tiempo en el que se debe producir el cambio de polaridad a
que nos hemos referido en el párrafo anterior.

Basta con tener en cuenta que T = 2/w = 2m/qB  t = T/2 = m/qB

La regularidad de los intervalos de inversión se realiza automáticamente por un circuito de radio-


frecuencia conectado a las “des”. Sin embargo, a medida que la velocidad de las partículas se hace
más y más elevada, la ecuación que hemos estudiado aquí, basada en la aplicación conjunta de leyes
del electromagnetismo y las leyes de la mecánica clásica, deja de cumplirse. Para resolver el
problema es necesario tener en cuenta las leyes de la teoría de la relatividad.

6.2. Fuerza magnética sobre una corriente eléctrica rectilínea e indefinida

Una corriente eléctrica consiste esencialmente en un conjunto de cargas en movimiento. Así pues, un
conductor recorrido por una corriente y situado en el seno de un campo magnético, se verá sometido
a la acción de una fuerza magnética puesto que cada una de sus cargas en movimiento sufrirá la
acción del campo magnético. Por eso, tiene sentido plantear una ley que calcule la fuerza total que
un campo magnético ejerce sobre un hilo conductor por el que circula una corriente y tratar de
obtener dicha ley a partir de la expresión que sirve para calcular la fuerza magnética sobre una carga
puntual.

Utilizad la expresión de la fuerza magnética sobre una carga puntual, para obtener una ecuación
que calcule la fuerza magnética neta sobre un corriente rectilínea de longitud .

El módulo de la fuerza magnética ejercida sobre una carga puntual "q" se calcula, como ya sabemos,
mediante la ecuación F =qvB·sen  (en la que la carga q se expresa siempre en valor absoluto) . Una
corriente eléctrica que circula por un hilo conductor es en realidad un flujo de electrones que se
mueven por el hilo en sentido contrario al que, por convenio, se otorga a la corriente, pero eso es
equivalente a imaginar que dicha corriente consiste en un flujo de hipotéticas cargas positivas
recorriendo al conductor en el sentido contrario a los electrones. Supongamos ahora que N es el

282
7. Magnetismo

número de cargas libres que durante un cierto intervalo de tiempo, t, recorre un tramo de conductor
rectilíneo de longitud . 
q v

Las cargas se imaginan desplazándose en el sentido de la corriente y, por eso, el módulo de la fuerza
neta sobre ese tramo del conductor es la suma de los módulos de las fuerzas ejercidas sobre cada
carga y vale F=NqevB· sen . Ahora bien, la velocidad de desplazamiento de las cargas (o velocidad
de arrastre) se relaciona con la longitud del conductor mediante la expresión v=/t, de modo que
F=NqeB·sen/t. En esta expresión, la cantidad Nqe/t representa la carga que atraviesa cualquier
sección del conductor por unidad de tiempo, es decir, es la intensidad I de la corriente. Por lo tanto,
se obtiene finalmente la siguiente expresión para el módulo de la fuerza magnética neta sobre el
tramo de conductor: F= I Bsen .

Como se hizo al escribir la expresión de la fuerza magnética sobre una carga puntual, aquí también
hay que incorporar el carácter vectorial de la fuerza magnética sobre una corriente. Para ello se

define un vector  , de módulo igual a la longitud  del tramo recto de conductor considerado y
orientado en el mismo sentido de la corriente eléctrica. Entonces, la fuerza magnética sobre la
corriente se escribe vectorialmente como:

   Primera ley de Laplace


F  I (  x B)

Esta ley recoge a la anterior y tiene en cuenta que la fuerza magnética es perpendicular al plano
formado por el conductor y el vector inducción. (Su dirección y sentido vienen dados por la ya
conocida regla para determinar el producto vectorial de dos vectores).

Determinad la fuerza magnética que se ejercerá (módulo, dirección y sentido) sobre un trozo de
conductor de 10 cm de longitud situado en el seno de un campo magnético de 4·10-2 T en los casos
que se especifican en las figuras (en todos ellos por el conductor circula una corriente de 2 A).

(a) (b) (c)


I
N S I I
N S N S
60º

(e)
(d)
x x x x x x x x x x x
. . . . . . . . . . .
x x x x x x x x x x x . . . . . . . . . . .
I I
x x x x x x x x x x x . . . . . . . . . . .
x x x x x x x x x x x . . . . . . . . . . .

. . . . . . . . . . . 283
. . . . . . . . . . .
7. Magnetismo

Rdo. (a) F = 8·10-3 N (perpendicular al papel y hacia adentro); (b) F = 7·10-3 N (perpendicular al
papel y hacia adentro); (c) F = 8·10-3 N (en el plano del papel y vertical hacia abajo); (d) F = 8·10-3
N (en el plano del papel, vertical y hacia arriba); (e) F = 0.

6.3. Fuerza magnética sobre una espira. Instrumentos para medir la corriente

El resultado obtenido para una corriente rectilínea, se puede utilizar como punto de partida para
determinar las acciones que ejerce el campo magnético sobre corrientes que circulen por
conductores de geometría más complicada. Un caso de particular interés es una espira colocada en
un campo magnético uniforme.

Sea una espira rectangular colocada en un campo magnético uniforme tal y como se muestra en
las figuras adjuntas. Calculad el módulo y la dirección de la fuerza que actúa sobre cada uno de sus
cuatro lados. Después, obtened el momento resultante que actúa sobre la espira (respecto del centro
de la misma) y señalad qué efecto produce.


.

En la primera de las dos figuras anteriores se ha representado el cuadro de la espira situado entre los
polos de un imán en una posición arbitraria (que no sea ni perpendicular ni paralela a las líneas de
inducción). Suponemos que dicha espira está recorrida por una corriente eléctrica de intensidad
constante I, en el sentido indicado. Dos de los lados de la espira se han designado como "a" y "b" .
Cada uno de ellos está enfrentado con otro paralelo (a' y b' respectivamente). Como es lógico, al ser
la espira rectangular, se cumplirá que las longitudes de a y de a' serán iguales, esto es: a = a' y
análogamente sucede con los otros dos (b = b'). Las líneas de inducción magnética se han
representado por líneas discontinuas que salen del polo N del imán y entran por el polo S.

En la segunda figura anterior se ha representado la misma espira, pero vista de frente. Desde esta
perspectiva resulta sencillo imaginarse el efecto de las fuerzas magnéticas que actúan sobre los lados
de la espira y calcular los momentos de dichas fuerzas respecto del centro de la espira.
  
La fuerza que actuará sobre el lado b vendrá dada por: Fb  I (  b x B) . En la figura podemos ver
 
que los vectores b y B forman entre ellos un ángulo de 90º . Al aplicar el producto vectorial
anterior obtenemos que la fuerza magnética sobre el lado "b" vendrá dada por Fb = IbB siendo
 
perpendicular al plano formado por los vectores b y B y dirigida hacia arriba.

284
7. Magnetismo
  
La fuerza que actuará sobre el lado b' vendrá dada por: Fb '  I ( b ' x B) . En la figura podemos ver
 
que los vectores  b ' y B forman entre ellos un ángulo de 90º . Al aplicar el producto vectorial
anterior obtenemos que la fuerza magnética sobre el lado b' vendrá dada por Fb' = Ib' B siendo
 
perpendicular al plano formado por los vectores  b ' y B y dirigida hacia abajo. Las fuerzas
magnéticas que se ejercen sobre los lados a y a' son iguales y de sentidos contrarios, y como sus
rectas de aplicación coinciden, su efecto sobre la espira (rígida) es nulo y no las hemos dibujado.

Las fuerzas que actúan sobre los lados b y b' son iguales y de sentido contrario pero sus rectas de
aplicación son distintas y paralelas (constituyen lo que se denomina un "par de fuerzas") y provocan
un movimiento de giro a la espira que, en el caso representado, coincide con el sentido de las agujas
   
del reloj. Así pues podemos escribir que: Fb = - Fb ' y en cuanto a sus módulos Fb  Fb '  F

La espira, que se encuentra inicialmente en reposo, girará alrededor del eje con una cierta
aceleración angular cuyo valor dependerá del momento resultante (momento del "par de fuerzas").
¿Cuánto valdrá dicho momento?

El momento resultante sobre la espira vendrá dado por:


Fb

      
M  M b  M b ' = rb x Fb  rb' x Fb' 
rb S

Como ambos productos vectoriales dan un vector perpendicular eje  B
al plano del papel y dirigido hacia adentro, el vector momento
rb'
resultante tendrá en este caso dicha dirección y sentido y su
módulo será la suma de los módulos:

Fb' 
M = Mb + Mb' = rb  Fb  sen  + rb '  Fb '  sen  = F sen (r b + r b' )
y como (r b + r b') = a , nos queda que: M = a F sen

Si en la expresión anterior sustituimos F = IbB obtenemos que M = I ab B sen. Si tenemos en


cuenta ahora que a·b es precisamente la superficie "S" de la espira llegamos finalmente a:

M = ISB sen

El vector momento resultante se podrá expresar como un producto vectorial si definimos el vector

S como un vector perpendicular al plano de la espira y sentido dado por la regla de la mano derecha

(el pulgar indica el sentido de S y el resto de los dedos el sentido en que circula la corriente). De
esta forma, podemos escribir que:
  
M  I ( S x B)
 
ya que el ángulo  es también el ángulo existente entre los vectores S y B .

285
7. Magnetismo

De acuerdo con la expresión obtenida, el momento resultante sobre la espira toma su valor máximo
cuando el plano de la espira es paralelo a las líneas de inducción magnéticas ( = 90º) y es nulo
cuando el plano de la espira es perpendicular a las líneas de fuerza magnéticas ( = 0º o bien  =
180º). En la primera situación el flujo magnético a través de la espira es nulo y en la segunda
(posición de equilibrio) es máximo.

Comprobad que si la corriente circulase en el sentido contrario al supuesto en el ejemplo, la


expresión anterior para obtener el momento resultante sigue siendo válida pero ahora, la espira
gira al contrario que antes y el vector momento es el opuesto al anterior.

Si en lugar de colocar sólo una espira, disponemos de N espiras juntas recorridas por la misma
corriente I, la situación es la misma que la que hemos descrito sólo que el momento de giro resul-
tante se hace entonces N veces mayor. Así pues en este caso tendríamos que:
M = ISBN sen

Como vemos, el momento que hace girar a un cuadro de espiras como el anterior es directamente
proporcional a la intensidad I de corriente que pasa por él. Dicho momento le hace girar tendiendo a
orientar al cuadro de forma que el flujo de líneas de fuerza magnéticas a través del mismo sea
máximo o, lo que es equivalente: que el campo magnético creado por el cuadro de espiras tenga la
misma dirección y sentido que el campo magnético externo.

En las figuras siguientes se ha representado una espira por la que circula una corriente de 1'5 A
inicialmente en reposo en el seno de un campo magnético. Sabiendo que la espira tiene una
superficie de 0'5 m2 y que la inducción magnética vale en todos los casos 5·10-3 T, se pide:

eje eje
x x x x x
I I x x x x x
I x x x x x
I
x x x x x
x x x x x
(1) (2) x x x x x
(3)

a) Razonar si la espira girará o no y en el caso de hacerlo en qué sentido lo hará.


b) Módulo del momento del par de fuerzas que actúa en la situación de las figuras.

Rdo. (1) Girará alrededor del eje en sentido contrario al de las agujas del reloj, con M = 3'75·10-3 N·m.
(2) Girará alrededor del eje en el mismo sentido que las agujas del reloj, con M = 3'75·10-3 N·m.
(3) El momento resultante es nulo y, por tanto, no gira.

Una aplicación del efecto de un campo magnético sobre una espira rectangular es la construcción de
unos aparatos llamados galvanómetros, utilizados para medir la intensidad de la corriente eléctrica
(amperímetros) o la diferencia de potencial existente entre dos puntos de un circuito (voltímetros).
Su fundamento es muy sencillo y se basa en incorporar un impedimento, como, por ejemplo, un
muelle, al giro que una espira o un cuadro de espiras debería efectuar sometido al campo magnético
uniforme producido por un imán. Cuando pasa corriente por el cuadro de espiras, éste se desvía, pero
no completamente, sino girando un cierto ángulo  con el que el momento del par de fuerzas
magnético que lo hace desviarse es igual al momento del par recuperador de los muelles. En estas
condiciones el ángulo  es proporcional a la intensidad de corriente que circula por el cuadro de

286
7. Magnetismo

espiras ( es proporcional al momento M, y éste, como hemos visto, es proporcional a la intensidad


de corriente I).

N S N S

En consecuencia, si se intercala el galvanómetro en serie en un circuito, el ángulo  proporciona una


medida directa de la intensidad de corriente de ese circuito y si se coloca en paralelo con un tramo de
circuito, la corriente que circule por él proporciona una medida de la diferencia de potencial
existente entre los puntos que se ha conectado.

6.4. Interacciones entre corrientes. Definición de amperio

Hemos visto que las corrientes eléctricas producen y "sienten" la acción del campo magnético. En
consecuencia, cabe esperar que entre dos corrientes se ejerzan interacciones magnéticas, puesto que
cada una de ellas produce un campo magnético que, lógicamente, actúa sobre la otra.

Por dos conductores rectilíneos, paralelos e indefinidos circulan en el mismo sentido sendas
corrientes eléctricas de intensidades I1 e I2 . Dibujad las líneas del campo magnético generado por
la corriente de intensidad I1 y deducid la dirección y el sentido de la fuerza magnética sobre la
corriente de intensidad I2 .

Ya sabemos que las líneas del campo magnético generado por una corriente rectilínea e indefinida
son circunferencias concéntricas, perpendiculares a la corriente, y cuyo sentido viene dado por la
regla del sacacorchos. Por lo tanto, la corriente 1 crea un campo magnético que actúa sobre la
corriente 2 en una dirección perpendicular a ella y también perpendicular a la hoja.

El sentido de la fuerza magnética que actúa sobre


dicha corriente 2, se deduce como consecuencia de la
   I1
aplicación de la expresión F21  I 2 (  2 x B1 ) en la

que en este caso  2 es un vector orientado en el
 I2
sentido de la corriente 2 y B1 es el vector inducción B1
F21
del campo magnético generado por la corriente 1. Por
tanto, el sentido de la fuerza magnética que sufre la B1
corriente 2 a consecuencia del campo generado por la
corriente 1 es el que indica la regla del sacacorchos al
 
girar el vector  2 hacia el vector B1 por el camino
más corto. Esto nos da una fuerza perpendicular al
conductor 2 y dirigida hacia el 1.

287
7. Magnetismo

Razonando igual, se puede deducir la orientación de la fuerza magnética F12 que se ejerce sobre el
conductor 1 debida al campo generado por el conductor 2. En este caso dibujaríamos las líneas del
campo magnético producido por la corriente 2 y usaríamos la misma ley para deducir el sentido de la
fuerza que se ejerce sobre el conductor 1. Haciéndolo, se obtiene que esa fuerza es perpendicular al
conductor 1 y se dirige hacia el conductor 2. Por tanto, se concluye que dos conductores rectilíneos e
indefinidos, por los que circulan corrientes eléctricas del mismo sentido se atraen.

I1
I2

B2
F12

B2

Podemos comprobar que este resultado es lógico, extrapolándolo al caso de dos espiras enfrentadas
por las que también circulen corrientes del mismo sentido. En este caso, las espiras también se atraen
(cada dos conductores paralelos enfrentados así lo hacen), lo que resulta coherente con el hecho de
que, consideradas como imanes, las espiras estarían enfrentadas por sus polos magnéticos opuestos
(es decir, la cara que corresponde al polo sur de una de ellas está enfrentada a la cara que
corresponde al polo norte de la otra).

Deducid una expresión para calcular el módulo de la fuerza de interacción magnética entre dos
conductores rectilíneos e indefinidos.

El módulo del campo magnético creado por cualquier corriente rectilínea indefinida se calcula con la
expresión B=I/2r. Por lo tanto, el módulo del vector inducción del campo magnético que crea la
corriente 1 a la distancia a que se encuentra el conductor 2 es B1=I1/2r. Ahora aplicamos la ley
anterior para obtener el módulo de la fuerza magnética sobre la corriente 2, teniendo en cuenta que el
campo magnético que crea el conductor 1 atraviesa perpendicularmente al conductor.

F21= I2 2B1sen90º =  I1I22/2r

Razonando igual se puede obtener una expresión para calcular el módulo de la fuerza F12 que se
ejerce sobre el conductor 1 debido al campo magnético que genera el conductor 2, obteniéndose
fácilmente que F12= I1I21/2r. Por lo tanto, las fuerzas magnéticas por unidad de longitud ejercidas
sobre cada conductor son iguales y de sentidos opuestos.

Podemos pues escribir que dos corrientes rectilíneas y paralelas en el mismo sentido, se atraerán con
una fuerza por unidad de longitud dada por: F/ =  I1I2/2r

Dos corrientes eléctricas, rectilíneas y paralelas, separadas por una distancia de 10 cm. Por
ellas circulan corrientes eléctricas de sentidos opuestos e intensidades 1A y 2A. a) Dibujad las
líneas del campo magnético producido por la corriente de 1A. b) Hallad la fuerza magnética que,
por unidad de longitud, se ejerce sobre la corriente de 2A.

288
7. Magnetismo

Una vez dibujadas las líneas del campo magnético generado por la corriente de 1A, se comprueba
que la fuerza magnética que se ejerce sobre el conductor 2 es, en este caso, repulsiva, como cabía
esperar dado que aquí las corrientes circulan en sentidos opuestos.

I1 I2

B1

F21

Para hallar el módulo de esta fuerza se utiliza la expresión: F/ =  I1I2/2r

Sustituyendo los valores correspondientes se obtiene que F/ = 4·10-6 N/m

La expresión, que proporciona la fuerza de interacción entre dos corrientes, tiene una evidente
analogía formal con las leyes fundamentales que calculan respectivamente la fuerza de interacción
gravitatoria entre dos masas (ley de gravitación de Newton) y la fuerza de interacción electrostática
entre dos cargas (ley de Coulomb). De hecho, podríamos haber comenzado el desarrollo de este
tema planteándola como una ley fundamental del electromagnetismo. Si no lo hemos hecho es
porque durante mucho tiempo el magnetismo fue un hecho físico rodeado de misterio y que sólo se
asimiló a las interacciones entre corrientes eléctricas cuando el experimento de Oersted mostró que
los imanes se orientan sometidos a la acción de una corriente. Para entonces, bastantes conceptos,
como por ejemplo el de polo magnético, ya estaban establecidos. Pero, fue Ampere quien, muy poco
después de conocer el resultado del experimento de Oersted, demostró que dos corrientes eléctricas
se repelen si circulan en sentidos opuestos y se atraen si lo hacen en el mismo sentido. Por eso, una
vez establecida la ley operativa que calcula la fuerza de interacción entre corrientes, se optó por
adoptar la intensidad de corriente como una de las magnitudes fundamentales de la física y definir su
unidad, llamada amperio, adoptando como ley de referencia la ecuación que proporciona el valor la
interacción entre corrientes.

Definid la unidad de intensidad de corriente a partir de la ley que calcula la fuerza de


interacción entre dos conductores rectilíneos indefinidos.

Ya hemos visto que, en unidades del SI, es decir, dando la intensidad de corriente en amperios, la
distancia entre corrientes en metros y la fuerza en newtons, la permeabilidad magnética en el vacío
vale 0 = 4·10-7 (UI).

De acuerdo con la ecuación F/ =  I1I2/2r podemos definir el amperio como:


La intensidad de corriente constante que debe circular por dos conductores rectilíneos,
paralelos e indefinidos, situados en el vacío y separados 1 m, para que se atraigan o se repelan
con una fuerza de 2·10-7 N por cada metro de longitud.
289
7. Magnetismo

7. ANALOGÍAS Y DIFERENCIAS ENTRE CAMPO ELÉCTRICO Y MAGNÉTICO

En la tabla siguiente se dan de forma breve y en orden aleatorio algunas de las analogías y
diferencias más importantes que existen entre el campo eléctrico y el campo magnético. Conviene
leerlas con atención y aclararlas si es necesario consultando la información correspondiente incluida
en estos temas.

ANALOGÍAS Y DIFERENCIAS ENTRE CAMPO ELÉCTRICO Y CAMPO MAGNÉTICO


El campo eléctrico se debe a la carga eléctrica y actúa sobre El campo magnético se debe a cargas eléctricas en
cargas, independientemente de su estado de reposo o de movimiento y actúa sobre cargas eléctricas en
movimiento. movimiento.
La intensidad del campo eléctrico creado por una carga puntual Q El campo magnético creado por una corriente
en un punto dado del mismo es inversamente proporcional al rectilínea e indefinida es inversamente proporcional
cuadrado de la distancia r entre dicho punto y la carga Q. Es decir a la distancia r a la misma. B = I/2r.
el campo eléctrico disminuye con el cuadrado de la distancia.
E = KQ/r2
Los campos eléctricos ejercen fuerzas sobre todas las cargas Los campos magnéticos sólo ejercen fuerzas sobre
eléctricas que estén en su seno (independientemente del estado de cargas eléctricas cuando estas se mueven en su seno
movimiento o reposo de dichas cargas). (no si están en reposo).
El campo eléctrico es un campo conservativo. Ello implica que el El campo magnético no es conservativo ya que, de
trabajo realizado por la fuerza que el campo ejerce sobre una acuerdo con la ley de Ampere, en una trayectoria
carga q, que en el seno del mismo recorre una línea cerrada (sale cerrada se cumple que:
de un punto y vuelve al mismo punto), ha de ser siempre nulo (tal
y como ya vimos en el caso del campo gravitatorio).  
 
B·d     I i que puede no ser nula.
 
Ello se puede expresar como  F ·dr  0 y también como:
   
 q E ·dr  0   ·dr  0
E
La fuerza que un campo eléctrico ejerce sobre una carga q, La fuerza que un campo magnético ejerce sobre una
 
inmersa en el mismo viene dada por F  q  E por lo que carga que se mueve en su seno viene dada por
  
 Fm  q  v x B por lo que no tiene por qué tener
siempre tiene la misma dirección que el vector E . 
la misma dirección que el vector B . Es decir: la
fuerza magnética sobre q depende también de la
dirección en que se mueva q, pudiendo ser nula
cuando dicha dirección sea la misma que la del

vector B.
En el campo eléctrico creado por un dipolo las líneas de fuerza Las líneas de fuerza magnéticas son siempre
salen de la carga positiva y entran a la negativa. En todos los cerradas sobre sí mismas. Al tratarse de un campo
casos las líneas de fuerza son perpendiculares a las superficies no conservativo no cabe hablar de energía potencial
equipotenciales. ni potencial.
Un medio que tenga una constante dieléctrica  alta significa que Un medio que tenga una permeabilidad magnética 
no transmite bien la propiedad eléctrica. Los distintos medios alta significa que transmite bien la propiedad
materiales tienen constantes eléctricas diferentes pero siempre magnética. Los distintos medios materiales tienen
mayores que la del vacío 0 = 1/4·9·109 UI. permeabilidades magnéticas diferentes (desde algo
menores que 1 en los diamagnéticos a valores muy
altos en los ferromagnéticos).
Las cargas eléctricas que constituyen un dipolo se pueden separar. Los polos que constituyen un imán no se pueden
separar.

290
7. Magnetismo

RECAPITULACIÓN

A raíz de la experiencia de Oersted se desveló el misterio que envolvía a los fenómenos magnéticos
y se dio una explicación coherente del magnetismo el cual se asimiló a la existencia de fuerzas entre
corrientes eléctricas o, más sencillamente, entre cargas en movimiento. Este gran avance se mostró a
través de logros tan importantes como la operativización del concepto de campo magnético, el
cálculo de las fuerzas que ejerce el campo sobre corrientes y sobre cargas eléctricas puntuales en
movimiento y el cálculo de las fuerzas de interacción entre corrientes eléctricas.

Se generaron también otras importantes vías de investigación relacionadas con estos hechos, a saber:

a) La investigación sobre un posible efecto recíproco a la generación mediante corrientes de campos


magnéticos. Como el magnetismo tiene su origen en el movimiento de cargas, parece razonable
plantear que a su vez el movimiento de cargas se pueda generar utilizando campos magnéticos.
Confirmar esta hipótesis significaría establecer un vínculo todavía más estrecho entre la electricidad
y el magnetismo.

b) Ligada al mismo tema, la investigación en el plano teórico de una posible relación operativa entre
las fuerzas eléctricas y las magnéticas. Profundizar en el plano teórico en el estudio preciso de las
relaciones entre la electricidad y el magnetismo (más precisamente, de las relaciones entre el campo
eléctrico y el campo magnético) aparecía como algo necesario, no sólo porque hay una gran analogía
entre la electricidad y magnetismo, sino además porque, una vez establecido que el magnetismo
tiene su origen en las fuerzas que se ejercen entre sí las cargas móviles, resulta realmente difícil
separar la esencia de la electricidad de la del magnetismo. Esto pone en evidencia la necesidad de
profundizar en el estudio de las relaciones entre el campo eléctrico y el magnético y, además, sugiere
que sería conveniente hacerlo con la intención de resumirlos en una sola interacción.

En el tema siguiente veremos que los estudios realizados en relación con estos problemas fueron
muy fructíferos y permitieron finalmente establecer una teoría electromagnética que, junto con la
mecánica de Newton, constituye uno de los pilares más sólidos de la física clásica.

291
7. Magnetismo

LOS TRENES DE LEVITACIÓN MAGNÉTICA

Una aplicación actual del magnetismo, aún en desarrollo, son los trenes de levitación magnética.
Éstos utilizan la atracción y repulsión magnética mediante imanes para sustentarse y propulsarse.

Shanghai Transrapid Photo by Yosemite

En primer lugar, el tren se eleva unos centímetros de la vía gracias a la repulsión entre los electroi-
manes del tren y los de la vía. Una vez que el tren se ha elevado se utilizan los electroimanes del tren
para crear fuerzas de atracción en la parte delantera del tren y de repulsión en la trasera, acelerando
así el tren hasta más de 500 km/h.

Con este sistema de transporte se elimina el rozamiento entre el tren y las vías, de forma que la úni-
ca fricción a considerar es la del tren con el aire. Este hecho, junto con su escaso ruido y la elevada
rapidez con la que puede desplazarse, son las principales ventajas de dicho sistema. No obstante,
también hay algunos inconvenientes como los costes de la infraestructura necesaria y el consumo
energético, que son demasiado altos frente a otros medios de transporte. Existen trenes de levitación
magnética funcionando regularmente para el transporte de pasajeros en Japón y China.

292
7. Magnetismo

7. CAMPO MAGNÉTICO. CUESTIONES, EJERCICIOS Y PROBLEMAS

1. Obtened el flujo de un campo magnético uniforme de 3·10-4T a través de una superficie cuadrada de 40 cm
de lado cuyo vector superficie forma un ángulo de 30º con las líneas del campo. Rdo. 4'16·10-5 Wb

2. Por un conductor largo rectilíneo circula una corriente de 2'4A. Obtened el valor del campo magnético a 2m
de distancia. Haced un dibujo representando las líneas de fuerza del campo. Rdo. B = 2'4·10-7 T.

3. Por una espira de 10cm de radio circula una intensidad de 2A. Si el medio es el vacío, obtened el módulo
del campo magnético en el centro de la espira y haced un dibujo con la líneas del campo.
Rdo. B = 1'26·10-5 T.

4. Una carga de 2·10-6 C describe una trayectoria circular de 40 cm de radio a 10 r.p.m. Calculad el valor de
la inducción magnética que genera en su centro. Rdo. B = 5'2·10-13 T.

5. Razonad qué le ocurrirá al campo magnético B en el centro de un solenoide en los siguientes casos
(a igualdad de los restantes factores):

a) Se duplica la intensidad de corriente


b) Se juntan más las espiras hasta conseguir que la longitud del solenoide valga la mitad
c) Se hace el doble de grande el radio de cada espira
d) Se mete dentro del solenoide una barra de hierro.

6. Por un solenoide de 2000 espiras y 10cm de longitud circula una corriente de intensidad 0'2A. Obtened el
valor de B en el interior y en los extremos del solenoide. Rdo. 5·10-3 T y 2'5·10-3 T respectivamente.

7. Calculad el número de espiras de un solenoide de 40 cm de longitud sabiendo que cuando circula por él una
corriente de 2 A el campo magnético en su interior vale 5 · 10-4 T. Rdo. 250 espiras.

8. Dibujad en un punto cualquiera del plano del papel las líneas de los campos eléctrico y magnético creados
por una carga positiva "q" que emerge del papel con una velocidad "v".
 
9. Una partícula cargada se introduce con velocidad v = v  i en una región del espacio en que existe un
   
campo magnético B  0'2 k T y un campo eléctrico E  100 j N/C. Calculad el valor de la velocidad para
que la trayectoria de la partícula sea rectilínea. Rdo. v = 500 m/s.

10. Contestad razonadamente las siguientes cuestiones:


a) ¿Puede ser 0 la fuerza magnética que actúa sobre una partícula cargada que se mueve en el seno
de un campo magnético?
b) ¿Puede ser 0 la fuerza eléctrica sobre una partícula cargada que se mueve en el seno de un campo
eléctrico?

11. Los buenos altavoces tienen un sistema de apantallamiento magnético para evitar que sus imanes afecten a
otros aparatos, como por ejemplo, aparatos de televisión. Explicad por qué el campo magnético perturba a las
pantallas de televisión, distorsionando la imagen.

12. Una partícula cargada positivamente es lanzada con velocidad v0  (0 , v0 , 0) en una zona donde
  
existen un campo electrostático E  ( E0 , 0 , 0) y un campo magnético B . Determinad un posible vector B
(módulo, dirección y sentido) para que la partícula mantenga constante su velocidad en módulo y dirección.

Rdo. B  (0 , 0 , -E0/v0)

293
7. Magnetismo

13. Un electrón (q = -1‟6·10-19 C, m = 9‟1·10-31 kg), se mueve según el eje Y en sentido positivo
con una rapidez de 1‟266·107 m/s cuando entra en una zona en la que existe un campo magnético
 
dado por B  9  10 4 i T. Se pide:

a) Calcula la fuerza magnética que actúa sobre él, en el momento en que entra en el campo.
b) Explica en qué caso (o casos) dicha fuerza sería nula.
c) Calcula el radio de curvatura de la trayectoria descrita por el electrón.
 
Rdo. F  1'82  10 15 k N; c) Describe una trayectoria circular de 0‟08 m de radio.

14. Un hilo conductor rectilíneo y muy largo, está sobre el eje OZ y por él circula una corriente de 2
A en el sentido positivo de dicho eje. Una partícula con carga positiva q = 5 nC, se encuentra, en un
instante dado, en el punto P de coordenadas (0 , 0‟25 , 0) m, moviéndose a 105 m/s en el sentido de
OY+. Se pide:

a) Un esquema de la situación inicial planteada


b) Fuerza magnética sobre la partícula en ese instante (y dibujar el vector correspondiente).
 
Rdo. b) F  8  10 10 k N

15. Se lanzan partículas con carga -1‟6·10-19 C dentro de una región en la que hay un campo magnético y otro
 
eléctrico constantes y perpendiculares entre sí. El campo magnético aplicado es B  0'1 k T. El campo eléc-
trico uniforme, con la dirección y sentido Oy+, se genera aplicando una diferencia de potencial de 300 V entre
dos placas paralelas separadas 2 cm.

a) Calcula el valor del campo eléctrico.


 
b) Si la velocidad con que entran las partículas en dicha región es v  10 6 i m/s, determina la fuerza resul-
tante que actúa sobre una de dichas partículas (se desprecia la fuerza peso) justo al entrar.
c) ¿Qué velocidad deberían llevar las partículas para que atravesaran la región entre las placas sin desviarse?
   
Rdo. a) E  15000 j ; b) Fres  1'36  10 14 j ; c) una velocidad de 1‟5·105 m/s

16. Por un hilo recto muy largo circula una corriente de 10A. Un electrón se halla a 2 cm del hilo moviéndose
a 5·106 m/s. Determina la fuerza magnética sobre el electrón en ese instante, cuando se mueve:

a) Paralelo al conductor en sentido opuesto a la corriente,


b) Perpendicular al conductor y alejándose de él.

Rdo. a) F = 8·10-17 N; b) F = 8·10-17 N (y perpendicular a la anterior).

17. Un protón (m = 1‟67·10-27 kg) se mueve en una órbita circular de radio 80 cm perpendicular a un campo
magnético uniforme de valor 0'5T.

a) Hallad la velocidad del protón y su energía cinética.


b) Obtened el periodo del movimiento.

Rdo. a) v = 3'8·107 m/s, Ec = 1'2·10-12 J; b) T = 1'32·10-7 s.

294
7. Magnetismo

18. Un electrón (m = 9‟1·10-31 kg) de energía cinética 25 keV se mueve en una órbita circular en el interior de
un campo magnético de 0'2 T.

a) Hallad el radio de la órbita.


b) Hallad la rapidez angular y el periodo del movimiento.

Rdo. a) R = 2'67·10-3 m; b) w = 3'5·1010 rad/s, T = 1'8·10-10 s.

19. Una partícula de 1‟67 · 10-27 kg de masa y carga positiva pero de valor desconocido, es acelerada
por una diferencia de potencial de 19128 V. Seguidamente, penetra en una región donde existe un
campo magnético uniforme de 0‟2 T perpendicular al movimiento de la partícula. Si la partícula
describe una trayectoria circular de 10 cm. de radio, calcula:

a) La carga de la partícula y el módulo de su velocidad


b) El módulo de la fuerza magnética que actúa sobre ella

Rdo. a) q = 1‟6·10-19 C, v = 1‟916·106 m/s; b) Fm = 6‟13·10-14 N

20. Un conductor de 20 cm. por el que circula una corriente de 8 A se sitúa en un campo magnético de 0‟6 T
perpendicular a él. Halla la fuerza (vector) que actúa sobre el conductor si la corriente circula en el sentido

positivo del eje Ox y el campo actúa en el sentido positivo del eje Oz. Rdo. F  (0 ,  0'96 , 0) N

21. Se dispone una espira cuadrada de 5cm de lado situada en el


b
plano YZ por la que circula una corriente de 2A en un campo
magnético uniforme de 1'5 T dirigido según OY+ , tal como se
indica en la figura adjunta. Dibujad y calculad las fuerzas que c a
actúan sobre cada lado de la espira, indicad el sentido de giro de la Y
misma y calculad el momento del par inicial que la hace girar. d

-
Rdo. Fa = 0‟15 N según OX+; Fb = 0; Fd = 0‟15 N según OX ; Fd = 0; M = 7‟5·10-3 N·m

Z
22. La espira cuadrada de la figura tiene 10 cm de
lado y se halla recorrida por una corriente de 2 A y en
  S
el seno de un campo magnético de B  0'4 j T.
Determinad el momento del par de fuerzas que ac- B
tuará sobre ella en la situación representada.
Y
50º
Rdo. M = 5‟14· 10 N·m. El vector momento estará
-3

en la dirección del eje OZ, sentido negativo.



M  (0 ,0 ,  5'14  10 3 ) N·m X

295
7. Magnetismo

23. Un motor de corriente continua consta de una bobina de 100 espiras de 25 cm2 de superficie cada una. Sus
características nos indican que el momento máximo es de 0'5 N·m para un campo de 0'4 T. ¿Qué intensidad
deberá circular por la bobina en este caso? Rdo. I = 5 A.

24. Por dos conductores rectilíneos situados a una distancia de 10 cm circulan corrientes eléctricas del mismo
valor. Se repelen entre sí con una fuerza por unidad de longitud de 8·10-6 N/m. Decid si las corrientes son del
mismo sentido o de sentido contrario y calculad el valor de la intensidad que las recorre. Rdo. Son de sentido
contrario y la intensidad vale I = 2 A.

25. El conductor rectilíneo y la espira cuadrada (de 10


cm de lado) de la figura son coplanarios. Si por uno y
otra circula una corriente de 5 A en el sentido represen-
tado ¿cuál será el módulo de la fuerza resultante que 5 cm
actuará sobre la espira?

Rdo. F = 66'7·10-7 N

26. Por dos conductores rectilíneos, paralelos y de longitud infinita, circulan en el mismo sentido dos
corrientes eléctricas de intensidad 55A. Los conductores se encuentran en el plano Z=0, paralelos al eje OX,
pasando uno de ellos por el punto (0,d,0) y el otro por el punto (0,-d,0). Calculad el campo magnético creado
por dichas corrientes en el punto P (0, 0, 2d). (d=2m, o = 4 ·10-7 U.I.)

Rdo. B  (0 ,  4'4·10 6 , 0) T (considerando que ambas corrientes circulan en sentido OX+ )

27. Por dos conductores rectilíneos y paralelos situados a 2 m de distancia circulan corrientes de igual sentido,
y de valores 3A y 4 A. Determinad el campo magnético resultante en un punto situado a 1 m de distancia de
cada conductor. Rdo. B = 2·10-7 T

28. Cuando un muelle de forma helicoidal es recorrido por una corriente eléctrica, se contrae. Comprobad
experimentalmente este hecho y explicadlo.

296
8. INDUCCION ELECTROMAGNETICA. SINTESIS DE MAXWELL

En el tema anterior se han estudiado algunos logros que se produjeron a raíz de las investigacio-
nes promovidas por la experiencia de Oersted, que mostró que toda carga eléctrica en movimien-
to genera un campo magnético. Este hecho fue el punto de partida para estudiar el campo magné-
tico generado por distintas distribuciones de corriente eléctrica (rectilínea, espira y bobina), para
dar una explicación elemental del magnetismo natural y para analizar las interacciones entre ima-
nes y cargas móviles o entre corrientes. Quedó pendiente, no obstante, el estudio de otros hechos
relacionados con una vía de investigación muy importante, que también promovió la experiencia
de Oersted: la posibilidad de producir corriente eléctrica mediante campos magnéticos.

En este tema se estudiará este posible efecto, recíproco al observado por Oersted. Comprobare-
mos que los avances logrados en el estudio de este fenómeno, llamado inducción electromagnéti-
ca, contribuyeron a la producción industrial de corriente eléctrica, con todo lo que ello implica
(posibilidad de disponer en las casas de una energía “limpia 1 y barata” en el momento que se ne-
cesite, iluminación, motores eléctricos, etc.). Veremos cómo estos estudios también contribuye-
ron a completar la unificación de los campos eléctrico y magnético, favoreciendo la elaboración
por Maxwell de un gran cuerpo de conocimientos (Teoría Electromagnética) que se convirtió,
junto con la mecánica de Newton, en uno de los dos grandes pilares de la Física Clásica.

La segunda parte del tema se dedicará a estudiar algunos aspectos de la Teoría Electromagnética,
entre cuyas implicaciones se encuentra la predicción de la existencia de ondas electromagnéticas
que, como sabemos, se utilizan cotidianamente en medios como la radio, la televisión, los mi-
croondas o la telefonía móvil.

1. ¿CÓMO GENERAR UNA CORRIENTE ELÉCTRICA EN UN CONDUCTOR A PARTIR DE


UN CAMPO MAGNÉTICO? CONCEPTO DE INDUCCIÓN ELECTROMAGNÉTICA

Según mostró la experiencia de Oersted toda corriente eléctrica (movimiento de cargas) origina un
campo magnético. Podemos pues plantearnos en qué condiciones cabe esperar el efecto recíproco,
esto es: que un campo magnético pueda producir un movimiento organizado de cargas (corriente
eléctrica).

Teniendo en cuenta que sobre las cargas que se mueven en el seno de un campo magnético
(siempre que lo hagan en una dirección diferente a las líneas de inducción) dicho campo ejerce
fuerza, pensad en qué condiciones un campo magnético inducirá una corriente en una varilla recta
y conductora que se desplaza en él. ¿Cuándo cesaría dicha corriente?

x x x x
a B + b B
b
x x x x Fe
v v e-
x x x x v
Fm
x x x x

1
Al final del capítulo se trata con cierto detalle el impacto medioambiental de la energía eléctrica
297
8. Inducción electromagnética

Recordemos que la fuerza que un campo magnético ejerce sobre una carga que se mueve en su seno
  
viene dada por la expresión Fm  q (v x B) . La varilla conductora de las figuras anteriores no está
cargada pero por ser metálica contiene un inmenso número de electrones desligados de los restos
atómicos positivos (por comodidad sólo hemos representado uno de ellos) los cuales se pueden
considerar, por tanto, como cargas libres que se desplazan en el seno de un campo magnético con la
misma velocidad que la varilla. En el caso (a) de la figura anterior no se ejercerá sobre ellos ninguna
fuerza por el campo magnético ya que la velocidad (macroscópica o global) de los electrones es
 
paralela a las líneas de inducción; concretamente en el ejemplo propuesto, los vectores v y B
  
forman un ángulo de 0º y, por tanto, Fm  qe (v x B) = 0. Sin embargo, en el caso (b) sí actuaría una
fuerza sobre los electrones de la varilla. De acuerdo con el producto vectorial anterior esa fuerza
haría que los electrones (cargas negativas) se moviesen por la varilla hacia el extremo inferior con lo
que éste se cargaría negativamente y, consecuentemente, el extremo opuesto se iría cargando
positivamente. El proceso continuaría generándose así una diferencia de potencial entre los extremos
de la varilla (un campo eléctrico en su interior) que iría aumentando conforme fuese aumentando la
carga en los extremos. Sobre los electrones de la varilla actuaría pues una fuerza magnética hacia
abajo (constante mientras la varilla se desplace con la misma velocidad y de la misma forma en el
 
campo dado) y una fuerza debida a la acción del campo eléctrico dada por Fe  qe  E hacia arriba, y

como E iría aumentando (desde 0), dicha fuerza también lo haría.

Mientras que la fuerza de origen magnético fuera mayor que la fuerza ocasionada por el campo
eléctrico existente en el interior de la varilla, existiría un desplazamiento neto de electrones hacia la
parte inferior (y, por tanto, una "corriente eléctrica" hacia la superior).

Experimentalmente se puede comprobar que el desplazamiento neto de los electrones a lo largo de la


varilla conductora cesa rápidamente, ya que las dos fuerzas a que nos hemos referido pronto se
igualan y aunque se siga moviendo la varilla (siempre con la misma velocidad) y exista una
diferencia de potencial constante entre sus extremos, no hay corriente eléctrica.

¿De qué forma podríamos conseguir inducir una corriente eléctrica constante en la varilla?

Una forma de conseguirlo es hacer que la varilla se mueva apoyándose sobre una guía metálica en
forma de "U" tumbada tal y como se indica en las figuras siguientes:

x x x x x x x x x x x x

x x x x x x x x x x x x

x x x x x x x x x x x x

x x x x x x x x x x x x

En la primera de las figuras anteriores los electrones de la varilla comenzarían a moverse hacia su
extremo inferior, lo que es equivalente a una corriente eléctrica en sentido contrario. No obstante,
ahora la situación es diferente ya que la varilla junto con la guía forman una especie de espira cuya
superficie va aumentando y los electrones no se acumularán en el extremo inferior de la varilla ya
que al llegar al punto de contacto con la guía encuentran una cómoda vía por la que desplazarse

298
8. Inducción electromagnética

hacia el extremo con exceso de carga positiva sin que sobre ellos se ejerza la fuerza magnética que
actuaba cuando estaban sobre la varilla móvil, pero sí la fuerza ejercida por el campo eléctrico en el
interior del bastidor fijo2. Así pues los electrones se moverán por la espira formada en el sentido de
las agujas del reloj. El resultado es equivalente a tener una corriente eléctrica en un circuito cerrado y
circulando en sentido contrario.

+
x x x x x x

x x x x x x
I v
x x x x x x
varilla móvil
x x x x x x

En la segunda figura el efecto es similar, pero ahora, debido a que la varilla se mueve al revés que en
el primer caso, los electrones libres de la misma se desplazarían hacia el extremo superior
induciéndose así una corriente eléctrica en el mismo sentido que el de las agujas del reloj.

Fijémonos que al mover la varilla en la forma indicada (hacia la derecha o la izquierda) lo que
estamos haciendo en producir una variación en el flujo magnético que atraviesa la espira formada.
En el primer caso el flujo aumenta y en el segundo disminuye.

¿Será entonces la variación de flujo magnético lo que induce la corriente?

Para comprobarlo se pueden diseñar otras experiencias en las que en lugar de variar la superficie del
conductor cambien otras magnitudes de forma tal que se produzca una variación en el flujo
magnético que atraviesa una espira (recordemos que el flujo magnético viene dado por la expresión
 = BScos ).

Diseñad posibles experiencias para comprobar la hipótesis según la cual toda variación de flujo
magnético a través de una espira o bobina induce en ella una corriente eléctrica.

1. Podemos pensar en aproximar y alejar un imán a una bobina en reposo tal y como se aprecia en la

figura siguiente. De esa forma hacemos que varíe el valor de la inducción magnética B y,
consecuentemente, el flujo magnético que atraviesa el solenoide con lo que, si la hipótesis es cierta,
el galvanómetro debería señalar el paso de corriente eléctrica.

2
En realidad sí que actúa una fuerza magnética sobre los electrones cuando se mueven por el bastidor puesto que
son cargas moviéndose perpendicularmente a un campo magnético externo, pero dicha fuerza es muchísimo menor
que la debida a la velocidad de la varilla ya que, como sabemos, la velocidad del "mar de electrones" (a cuyo movi-
miento se asocia la corriente eléctrica), es muy pequeña.
299
8. Inducción electromagnética

I I

En la figura (en la que sólo hemos dibujado unas cuantas líneas de inducción magnética) vemos
como el polo N de una barra imantada se acerca a una bobina a la que hemos conectado un
galvanómetro (instrumento capaz de detectar pequeñas intensidades de corriente informándonos del
sentido en que circula).

Al acercar el polo N al inducido aumenta B en el lugar en que se hallan las espiras (aumenta el
número de líneas de inducción magnética que atraviesan la bobina) y, consecuentemente, el flujo
magnético que atraviesa la bobina aumenta. Mientras dura este incremento de flujo, el galvanómetro
señala el paso de corriente inducida por la bobina de tanta mayor intensidad cuanto más rápidamente
se realiza la aproximación. El movimiento puede continuar hasta introducir la barra imantada dentro
de la bobina. Si a continuación, la movemos en sentido contrario veremos que vuelve a inducirse una
corriente de sentido opuesto a la anterior (la aguja del galvanómetro se desvía en sentido contrario a
como lo hacía antes) tanto más intensa cuanto más rápidamente alejemos el imán. En este caso lo

que induce la corriente es la disminución de flujo que se produce al disminuir B en el lugar en el
que se encuentran las espiras (disminuye el número de líneas de inducción magnética que atraviesan
la bobina).

Si repetimos la experiencia pero esta vez aproximando y alejando el polo S de la barra a la bobina en
lugar del polo N, se observan los mismos efectos que anteriormente pero las respectivas corrientes
inducidas tienen sentido contrario a sus homólogas anteriores. Así, por ejemplo, al aproximar el polo
S se induce una corriente de sentido contrario a la que se obtiene al aproximar el polo N.

También podemos recurrir a mantener fijo el imán y aproximar a él la bobina. Si lo hacemos así
comprobaremos que aproximar (o alejar) la bobina hacia el polo N del imán produce los mismos
efectos que aproximar (o alejar) éste de la bobina y lo mismo se puede decir referido al polo S.


2. Otra forma de modificar el valor de B y,
por tanto (a igualdad de los restantes factores)
de cambiar el flujo, es utilizar un electroimán
formado por una bobina con un núcleo de
hierro y conectada a una pila o generador de
corriente continua a través de una resistencia
variable (reostato), tal y como se propone en
la figura adjunta:

300
8. Inducción electromagnética

Realizad un montaje como el que se propone en la figura anterior o similar y proceded a variar
el valor de la inducción magnética en el interior de la bobina conectada al galvanómetro,
analizando qué ocurre.

Ello puede conseguirse mediante el reostato ya que si disminuimos la resistencia R la intensidad de


corriente eléctrica que pasa por la bobina de la izquierda aumentará y, en consecuencia, también lo

hará B en el interior del núcleo de hierro, produciendo un incremento en el flujo magnético a través
de la segunda bobina. En ese caso podemos observar que mientras dura este aumento de flujo se
induce una corriente en la segunda bobina (indicada por el galvanómetro) y que dicha corriente
cambia de sentido cuando lo que hacemos es aumentar R (lo que producirá una disminución de flujo
a través del inducido). Conviene observar qué sentido tiene la corriente inducida en cada caso
(cuando aumenta y cuando disminuye el flujo) y recordar este dato. Análogamente conviene fijarse
en lo que ocurre en los instantes en que se conecta y desconecta la pila o generador.

3. También podríamos realizar una experiencia en la que modificáramos el flujo magnético a través
de un inducido mediante una variación del ángulo formado entre los vectores inducción y superficie
(por ejemplo haciendo girar una espira colocada en el seno de un campo magnético). Si lo hacemos,
podemos comprobar que en la espira se induciría una corriente eléctrica.

Así pues, en todos los casos llegaríamos a la misma conclusión:

Siempre que en un circuito se produce una variación en el valor del flujo magnético que lo
atraviesa, se induce en él una corriente eléctrica o, lo que es equivalente: se produce una fuerza
electromotriz inducida que da lugar a una corriente eléctrica inducida.

En la figura se ha representado esquemáticamente


una espira entre los polos de un imán. Indicad si el
galvanómetro señalaría o no la existencia de una
corriente inducida en los siguientes casos:

a) La espira se mueve verticalmente y hacia arriba.


b) La espira se mueve horizontalmente hacia la derecha
hasta que la sacamos totalmente fuera del imán.
c) Mantenemos la espira entre los polos del imán pero
haciéndola girar alrededor de un eje que coincida con
su diámetro y sea perpendicular a las líneas de
inducción
d) Sólo modificamos el valor de la superficie de la espira
aumentándola o disminuyéndola.

Las experiencias para producir corriente eléctrica mediante el magnetismo fueron realizadas durante
la primera mitad del siglo XIX por diversos científicos. En realidad los primeros intentos con éxito
fueron llevados a cabo por el científico estadounidense Joseph Henry. Sin embargo es al inglés
Michael Faraday a quien la comunidad científica reconoce como descubridor de la inducción
electromagnética, no sólo porque se adelantó a Henry en publicar los resultados de sus experimentos
sino, principalmente, porque fue el que realizó una investigación exhaustiva acerca del tema.

301
8. Inducción electromagnética

Los experimentos de Faraday mostraron que la intensidad de la corriente inducida en una espira y,
por tanto, la fuerza electromotriz inducida, era tanto mayor cuanto más rápidamente se producía la
variación de flujo magnético que atravesaba la espira.

Este hecho conduce a definir operativamente el valor medio de la fuerza electromotriz inducida,
como:
m =  / t

y si quisiéramos conocer su valor en un instante determinado bastaría hacer:  = d / dt

La ecuación anterior, tal y como la hemos expresado, sólo nos indica el valor de la fuerza
electromotriz inducida pero no nos dice nada acerca del sentido en que circulará la corriente
inducida el cual, como sabemos, viene determinado por la polaridad de la fuerza electromotriz.

2. DETERMINACIÓN DEL SENTIDO DE LA CORRIENTE INDUCIDA. LEY DE LENZ Y


LEY DE FARADAY

A continuación nos plantearemos qué es lo que debemos hacer para averiguar el sentido en que
circulará la corriente inducida.

La fuerza electromotriz inducida en el circuito puede tener dos polaridades (que determinan los dos
sentidos posibles de circulación de la corriente) y podemos establecer un criterio que nos permita
diferenciarlas considerando a una fuerza electromotriz positiva y a la otra negativa.

En 1934 el físico ruso Heinrich Lenz, después de repetir algunos de los experimentos de Faraday,
enunció una regla que se conoce como "ley de Lenz" y que puede expresarse como:

"El sentido de la corriente inducida es tal que ésta con sus efectos magnéticos se opone a la variación
de flujo que la produjo"

Es decir: si lo que produjo la corriente inducida fue un aumento de flujo, el sentido de dicha
corriente será tal que con sus efectos magnéticos "tratará" de evitar ese aumento de flujo. En cambio,
si lo que produjo la corriente inducida fue una disminución de flujo, la corriente inducida tendrá un
sentido tal que con sus efectos magnéticos "tratará" de evitar dicha disminución.

El criterio adoptado respecto al signo de la fuerza electromotriz inducida fue el siguiente:

 Positiva cuando la corriente inducida correspondiente genere un campo magnético cuyo flujo a
través del circuito tenga el mismo sentido que el del flujo cuya variación dio lugar a dicha fuerza
electromotriz.

 Negativa cuando la corriente inducida correspondiente genere un campo magnético cuyo flujo a
través del circuito tenga sentido opuesto al del flujo cuya variación dio lugar a dicha fuerza
electromotriz.

De acuerdo con la ley de Lenz y con el criterio establecido respecto al signo de la fem inducida, la
variación de flujo y la fuerza electromotriz inducida han de tener siempre signos contrarios ya que:

302
8. Inducción electromagnética

a) Si  disminuye (es decir si d/dt 0), según la ley de Lenz, la corriente inducida debe generar un
flujo en el mismo sentido que el existente y por tanto, de acuerdo con el criterio anterior, deberá ser
positiva.

b) Si  aumenta (es decir si d/dt  0), según la ley de Lenz, la corriente inducida debe generar un
flujo en sentido contrario al existente y por tanto, de acuerdo con el criterio anterior, deberá ser
negativa.

De acuerdo con las consideraciones anteriores, la definición operativa de la fuerza electromotriz


inducida en una espira queda como:

d d
  y, en el caso de tratarse de N espiras, como:   N
dt dt

A la expresión anterior se la conoce habitualmente como: Ley de Faraday de la Inducción.


El valor medio de la fuerza electromotriz inducida vendrá expresado como: m  N
t

(Naturalmente, si la variación de flujo con el tiempo es constante, la fuerza electromotriz inducida


también lo será y su valor medio coincidirá con el valor en cualquier instante).

Una espira de 10 cm2 se halla en el seno de un campo magnético de 0'05 T de forma que su
superficie es atravesada perpendicularmente por las líneas de inducción magnéticas. Si sacamos
fuera del campo magnético a dicha espira y tardamos 0'02 s en hacerlo, ¿cuál será el valor medio
de la fuerza electromotriz inducida en ella? Rdo.  m = 0’0025 V

x x x x x x x x x x x x
x x x x x x Fext x x x x x x
x x x x x x x x x x x x Fext
x x x x x x x x x x x x
x x x x x x x x x x x x
x x x x x x x x x x x x

Para profundizar en el significado de la


ley de Lenz, podemos retomar el ejem-
plo de la varilla conductora moviéndose
en el seno de un campo magnético sobre
unos rieles en forma de U. Supongamos
que dicho campo es constante y que las
líneas de inducción son perpendiculares
al papel y dirigidas hacia adentro. Ad-
mitamos también que movemos la vari-
lla sobre el riel hacia la derecha con
velocidad constante

303
8. Inducción electromagnética

Considerad la situación expuesta en la figura anterior y razonad el sentido de la corriente


inducida

a) A partir de la fuerza que actuará sobre los electrones libres de la varilla en movimiento.
b) A partir de la Ley de Lenz

a) Como ya hemos visto al comienzo del tema los electrones


libres de la varilla son cargas eléctricas en movimiento en el B
seno de un campo magnético y sobre ellos actuará una
   v
fuerza dada por F  q e (v xB) y, por tanto, dirigida hacia la
parte inferior de la varilla. Ello es equivalente a una
corriente eléctrica hacia arriba y como la varilla móvil forma F
parte de un circuito cerrado, a una corriente eléctrica en
sentido contrario a las agujas del reloj.

b) Al mover la varilla hacia la derecha se produce un aumento del flujo a través del inducido. Por
tanto la corriente eléctrica inducida deberá ir en sentido contrario a las agujas del reloj. De esa forma
las líneas del campo magnético creado por la corriente inducida tienen, en este caso, sentido
contrario a las del campo magnético externo cuando atraviesan el plano del circuito inducido y el
flujo tendrá signo opuesto. Se puede interpretar como si la corriente inducida "intentara" oponerse a
la variación de flujo que precisamente es la causa que la produce, tratando así de mantener el valor
original del flujo a través del circuito.

La ley de Lenz también se puede interpretar como una consecuencia del principio de conservación
de la energía tal y como se plantea en la siguiente cuestión:

Imaginemos que lo correcto fuese lo opuesto a la ley de Lenz y que, por tanto, la corriente
inducida favoreciera con sus efectos magnéticos la causa que la origina. Considerad la fuerza que
el campo magnético exterior ejercería sobre la varilla y mostrad que se produciría una situación
incompatible con la conservación de la energía.

Supongamos que en la figura anterior partiésemos de una situación inicial en la que la varilla se
encontrase en reposo y la empujáramos hacia la derecha. Si se cumpliera lo opuesto a la ley de
Lenz se induciría una corriente en el mismo sentido que las agujas del reloj. En ese caso sobre la
varilla de longitud  (elemento de corriente situado en el seno de un campo magnético) aparecería
una fuerza magnética hacia la derecha que la aceleraría aumentando así su velocidad, con lo que
el flujo variaría cada vez más rápidamente y la intensidad de corriente inducida crecería.

x x Ixsupuestax x x varilla
x x x x x x
B   
x x x x x x
Fm  I (  x B)
x x x x x Fm x
x x x x vx x

x x x x x x I
x x x x x x

304
8. Inducción electromagnética

Pero si I aumenta, también lo haría la fuerza magnética que el campo exterior ejerce sobre la varilla
móvil (recordemos que F = IB), con lo que la velocidad de la varilla (y por tanto su energía
cinética) crecería indefinidamente sin ningún aporte de energía externo, lo cual es absurdo. Además,
habríamos descubierto un modo de generar una corriente eléctrica de intensidad creciente (que
podríamos aprovechar para calentar, iluminar, etc.) sin ningún aporte energético.

Así pues, en el ejemplo que estamos analizando la corriente inducida ha de ir en sentido contrario a
las agujas del reloj. Ello hace que sobre la varilla (elemento de corriente de longitud ) el campo
magnético ejerza una fuerza magnética de módulo IB y hacia la izquierda, de modo que para
conseguir que se mueva hacia la derecha con velocidad constante será preciso empujarla con una
fuerza exterior igual y de sentido contrario; así la energía se estará suministrando por el agente
externo que realiza la fuerza.

Aplicad la Ley de Lenz a cada una de las situaciones que, de manera esquemática, se reproducen
en la figura adjunta para indicar el sentido de la corriente inducida.

a) b) c)
S espira fija

S
N

imán fijo N espira fija

Rdo. Observando desde arriba el plano superior de la espira, la corriente inducida circula: a) en sentido antihorario; b) en
sentido horario; c) en sentido horario.

3. ESTUDIO CUANTITATIVO DE LA INDUCCIÓN Y DE SUS APLICACIONES

Una vez clarificada la cuestión de cómo podemos inducir una corriente eléctrica, de qué dependerá y
cuál será su sentido, conviene que nos detengamos en un estudio más detallado y cuantitativo del
fenómeno de la inducción y también de algunas de sus aplicaciones prácticas. Para ello utilizaremos
la ley de Faraday en las distintas situaciones en las que se puede inducir una corriente eléctrica.

3.1. Fuerza electromotriz inducida modificando la superficie limitada por el circuito


x
Una forma sencilla de cambiar la
superficie encerrada por el inducido es
la situación descrita anteriormente de
una varilla conductora móvil que se S 
desplaza sobre otro conductor en forma  v
de U en el seno de un campo magnético
exterior, tal y como se aprecia en la
figura adjunta.

305
8. Inducción electromagnética

En la figura anterior conocemos el valor de la inducción magnética B , la longitud de la varilla 

y el módulo de la velocidad v con que se desplaza. Para simplificar consideraremos que tanto el
vector inducción magnética como la velocidad son constantes. Obtened la fuerza electromotriz
inducida en función de las magnitudes anteriores.

Si llamamos x a lo que se desplaza la varilla en un tiempo t, podemos escribir x = v·t. Por
tanto, la superficie del inducido en ese tiempo habrá aumentado en S = ·x =  · v·t.

El aumento de flujo en el intervalo de tiempo considerado vendrá dado por:  =  (B·S) = B·S
siendo B el módulo de la inducción del campo magnético externo (constante).

 B  S Bvt
Aplicando ahora la ley de Faraday tenemos que, en un t:  m       Bv
t t t

Como tanto B como  y v, son constantes, también lo será la fuerza electromotriz y, por tanto, su
valor en cualquier instante coincidirá con el valor medio hallado y podemos escribir:  = -B  v

Como vemos en este caso la fuerza electromotriz es negativa (se origina por un aumento de
flujo). ¿Qué resultado se obtendría en el caso de que la varilla se desplazara en sentido contrario al
considerado en el caso anterior? Rdo.  = B  v (ya que S sería negativo).

3.2. Fuerza electromotriz inducida por un campo magnético variable

d
La fuerza electromotriz inducida en cualquier instante viene dada por   
dt

Teniendo en cuenta que  = B·S·cos, podemos pensar en una situación en la que se produjera
una fuerza electromotriz inducida mediante una variación de flujo magnético causada únicamente
por un cambio en el valor de la inducción magnética B, es decir, mediante un campo magnético
variable. En ese caso la ley de Faraday tomaría la forma de:

dB
   S  cos  
dt

Un caso particular de aplicación de esta ecuación del máximo interés corresponde a la inducción
de corriente mediante un campo magnético que varíe de una forma armónica, es decir, cuya de-
pendencia con el tiempo sea de tipo sinusoidal.

Un campo magnético variable con el tiempo, de módulo B=2cos(300t)T (para t en s), forma
un ángulo de 45º con el plano que contiene a una espira conductora circular de radio R=10cm.
Calculad la fem inducida en la espira.

En este caso, es decir, cuando el campo magnético inductor varía con el tiempo de forma armónica,
la fem y la intensidad de la corriente inducidas también varían con el tiempo de esta misma manera.
Así, en este ejemplo, la fem inducida es:

dB
   S  cos   =  0'12  cos 45º 600  sen 300 t = 13’3 sen 300 t
dt

306
8. Inducción electromagnética

Conviene darse cuenta de que un campo magnético sinusoidal implica un campo magnético en el
que B cambia armónicamente a lo largo del tiempo, es decir, varía entre B, 0 y -B tomando idénticos
valores a intervalos regulares de tiempo (periodo) y que, de acuerdo con el resultado anterior,
mediante un campo magnético de esas características se podrá inducir una fuerza electromotriz (y
por tanto una corriente) que también varía armónicamente, es decir, que alternativamente pase por
valores de , 0, y - . Una corriente eléctrica de esas características se denomina corriente alterna.
En ella, la intensidad de la corriente inducida cambia de sentido regularmente y su valor varía de
forma armónica (pasando por I0, 0 y -I0).

3.3. Corriente inducida mediante el movimiento relativo de inductor e inducido. Alternadores


y dinamos.

El flujo de campo magnético a través de un circuito inducido puede cambiar sin modificar el valor
de B ni deformar el circuito. Para lograrlo hay que producir un movimiento relativo entre el inducido
y el campo magnético, provocando que las líneas del campo que atraviesan dicho circuito inducido
se aproximen, se alejen, o cambien su orientación respecto de la superficie S encerrada por el
mismo.

Una forma sencilla y muy útil de producir una variación continua de flujo por el movimiento relativo
entre el inductor y el inducido consiste en hacer girar un conductor cerrado (o espira) en el seno de
un campo magnético.

Una espira conductora rectangular gira con una rapidez angular constante w en el seno de un
campo magnético uniforme generado por un imán. Deducid el valor de la fem inducida.

En esta situación se induce una fem en la espira, porque el flujo del campo magnético que la
atraviesa varía continuamente. El flujo se calcula mediante la expresión  =B S cos. En este caso,
el campo magnético B y la superficie de la espira S son constantes, pero el ángulo  varía con el
tiempo dado que la espira rota con una rapidez angular w constante. Por lo tanto, dicho ángulo
vendrá dado por  = wt (si tomamos = 0 para t = 0) y el flujo magnético variará con el tiempo
según  =B S cos wt.

En las dos figuras siguientes hemos reproducido, de forma esquemática, la situación que estamos
considerando, en un instante dado:

eje de giro

307
8. Inducción electromagnética

La figura de la derecha es la misma que la de la izquierda. Para obtenerla basta imaginar que la
primera se corta por un plano vertical. Esta forma esquemática de representar una espira que gira en
el seno de un campo magnético es muy cómoda y nos permite visualizar rápidamente lo que ocurre
durante un giro completo de la espira, tal y como se puede comprobar en las figuras siguientes:

  
B   B B
S B
 
S  S
1 2 3 S 4
t=0 t = T/4

S 
 S
 S 
 B  B
S 
B B

5 6 7 8
t = T/2 t = 3T/4

Hemos representado esquemáticamente un giro completo de la espira par-


 tiendo de la situación inicial (1) hasta volver a la misma posición (9). Es
B 
S fácil observar cómo va cambiando el ángulo existente entre el vector super-
ficie y el vector inducción, conforme va girando la espira. Dado que el flu-
jo magnético que la atraviesa está cambiando continuamente, se inducirá
9 una fuerza electromotriz y por tanto una corriente.
t=T

Aplicando la ley de Faraday, se obtiene la siguiente expresión para la fem inducida en la espira:

d
     BSw  sen wt (fuerza electromotriz inducida en cada instante).
dt

Construid las gráficas del flujo en función del tiempo y de la fuerza electromotriz en función del
tiempo, suponiendo conocido el valor del periodo T (tiempo que tarda la espira en dar una vuelta
completa alrededor de su eje). ¿Qué valores máximos toma ? ¿Cuándo se anula? ¿A qué
posiciones de la espira corresponden?

Si vamos dando valores a t, a partir de las ecuaciones  = BS cos wt y  = BSw sen wt (y teniendo
en cuenta que w = 2/T) se puede construir la siguiente tabla:

t=0 t = T/4 t = T/2 t = 3T/4 t=T


 = BS cos (2t/T) BS 0 -BS 0 BS
 = BSw sen (2t/T) 0 BSw 0 -BSw 0

308
8. Inducción electromagnética

Es fácil darse cuenta de que los instantes considerados en la tabla anterior (0, T/4, T/2, 3T/4 y T)
corresponden respectivamente a las figuras 1, 3, 5, 7 y 9 anteriores, en las que cada intervalo de
tiempo T/4 corresponde a un cuarto de vuelta de la espira. Si representamos gráficamente los valores
de  y de  en función del tiempo, obtenemos:


BS  = BS cos 2t/T

t
T/4 T/2 3T/4 T
-BS


BSw  = BSw sen 2t/T

0
T/4 T/2 3T/4 T t
-BSw

Vemos pues que las gráficas son de tipo sinusoidal. Los valores máximos de  son BSw y - BSw que
corresponden a los valores extremos +1 y -1 de la función sen 2t/T, lo que ocurre cuando el plano
de la espira es paralelo a las líneas de inducción (posiciones 3 y 7, cuando el flujo es nulo). En
cuanto a  = 0, sucede cada vez que sen 2t/T = 0 es decir, cuando 2t/T = 0 o bien un múltiplo
entero de  rad, lo que ocurre cuando el plano de la espira es perpendicular a las líneas de inducción
(posiciones 1,5 y 9, cuando el flujo es máximo).

Una aplicación importante de este resultado es la producción de corriente alterna. Un generador de


corriente alterna o "alternador" consta básicamente de un cuadro de N espiras arrolladas muy
próximas que se hace girar alrededor de un eje perpendicular a un campo magnético uniforme
(normalmente producido por un imán) con rapidez angular w también uniforme. Los terminales del
cuadro se conectan a sendos anillos que giran solidariamente junto con el cuadro de espiras y que,
mediante contactos deslizantes (escobillas), se pueden conectar a un circuito exterior, tal y como se
observa en el esquema siguiente.

B
A

b
a

En la figura anterior no hemos dibujado el circuito exterior, el cual suponemos que equivale a una
resistencia R conectada entre los terminales a y b.
309
8. Inducción electromagnética

En cada una de las espiras del alternador se induce una fem que viene dada por la expresión que
acabamos de obtener, es decir, de tipo sinusoidal. Por lo tanto, como en cada una de dichas
espiras se obtiene esta fem y todas las espiras están conectadas en serie, la fem resultante en el
cuadro es la suma de todas ellas o, lo que es lo mismo, N veces la fem de una espira:

 = NBSw sen wt

La ecuación anterior se suele expresar en la forma:  = 0 sen wt, donde 0 = NBSw es el valor
máximo que toma la fem. Si representamos  en función del tiempo, y la diferencia de potencial V
entre los extremos a y b de la resistencia que representa el circuito exterior, tendremos:

El cambio de signo de la fem inducida y, consecuentemente, el cambio de la polaridad de los


terminales a y b, se produce cada medio periodo de rotación de la espira.

El alternador se utiliza como fuente de energía eléc-


trica, conectándolo, por ejemplo, a un hilo conductor
de resistencia R. El circuito elemental así formado
está esquematizado en la figura adjunta, en la que el I
símbolo  representa el generador de corriente alter-
na y R es la resistencia exterior al mismo. R

Para obtener la intensidad de corriente que circulará por el circuito anterior, aplicamos la ley de Ohm
generalizada, con lo que:

  0  sen wt
I   I = I0 sen wt
R R

El cuadro de espiras de un alternador gira con una rapidez angular constante de 50 vueltas/s.
Averiguad cuántas veces cambiará la intensidad de corriente de sentido, cada segundo.

La corriente cambiará de sentido tantas veces como lo haga la polaridad de los bornes o terminales
del generador. Como ello, según hemos visto, ocurre 2 veces cada periodo T (es decir, cada vuelta),
la corriente cambiará de sentido 100 veces cada segundo. En general, pues, una corriente alterna
cambia de sentido 2f veces cada segundo (f es la frecuencia).

Conviene señalar que el generador actúa como fuente de energía y si, como hemos supuesto, la
suministrara totalmente a la resistencia R (generador ideal), la diferencia de potencial V entre sus
extremos coincidiría con la fuerza electromotriz. En efecto, igualando la energía suministrada por el
generador por unidad de tiempo (potencia suministrada) a la energía "consumida" por unidad de
tiempo en la resistencia (potencia consumida), tendríamos en este caso que:

310
8. Inducción electromagnética

Psum = Pcon   I = R I2   = RI   = V

No obstante, hay que tener en cuenta que la corriente también circula por el interior del generador y,
por tanto, aunque sus espiras presenten poca resistencia, en ellas también se "consumirá" una cierta
cantidad de energía (generador real). Así pues, siempre que no se considere despreciable la
resistencia interna del generador, hay que escribir la ecuación anterior como:

Psum = Pcon   I = R I2 + rgI2   = V + Irg  V =  - Irg

La última expresión obtenida indica que V es menor que  . Naturalmente, aunque V no coincida
con , variará sinusoidalmente con el tiempo lo mismo que , tal y como se observa en las gráficas
anteriores.

Más de un 95% de la electricidad utilizada por la humanidad la generan alternadores. La frecuencia


es de 50Hz en la mayoría de los países. En las centrales eléctricas más habituales la bobina o
inducido está montada normalmente sobre un eje unido a una turbina. Dicha turbina suele contener
un buen número de paletas sobre las que se aplican fuerzas cuyo momento respecto del eje de
rotación hace girar a la bobina en el seno de un campo magnético. Por ejemplo, en una central
hidroeléctrica, la turbina gira cuando el agua que cae de un embalse empuja a las paletas; en una
central eólica es el aire el que hace girar las aspas de unos molinos y en una central de vapor, la
quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo o gas natural) o una reacción nuclear, hace hervir
agua, produciendo vapor de agua a una gran presión que, al golpear a las paletas de la turbina, la
hace girar.

Los generadores de alterna tienen la misma utilidad que los de continua para hacer lucir una
bombilla, girar un motor, etc., Pero hay aplicaciones como la carga de una batería, electrólisis,
obtención de campos magnéticos constantes, etc., que exigen disponer de corriente eléctrica continua
(que circule en un solo sentido) en lugar de alterna. Un generador de corriente continua o dinamo es
análogo a un alternador, pero sustituyendo los dos anillos de contacto por un solo anillo dividido en
dos mitades (conmutador). De este modo, aunque la fem inducida en el cuadro de espiras de la
dinamo es alterna, entre los contactos a y b la polaridad será siempre la misma. En efecto, cada vez
que se invierte el sentido de la corriente inducida en la espira (cada media vuelta) cada terminal (a y
b) del inducido deja de hacer contacto con un semianillo y pasa a hacerlo con el otro, con lo que
conseguimos que se mantenga la polaridad. Con ello la corriente eléctrica en el circuito exterior
fluirá siempre en el mismo sentido (aunque su intensidad irá cambiando con el tiempo ya que la
diferencia de potencial o tensión entre los bornes a y b no es constante).

a b

311
8. Inducción electromagnética

En las figuras siguientes se ha seguido la vuelta de la espira de una dinamo situada en el seno de un
campo magnético. Para poder visualizar mejor cómo es que la corriente inducida tiene siempre el
mismo sentido en el circuito exterior a pesar de que no lo tiene en la espira, hemos procedido a
dibujar el conmutador arriba y hemos supuesto que las líneas de inducción magnéticas se dirigen

horizontalmente hacia la derecha (sólo hemos dibujado el vector B ).

a b a b a b a b a b
+ + +

  
 S   S S 
 B
S B B S  
B B

1 2 3 4 5

a b a b
+
a b
+a b +

 
   S B
B B B
 
S S 
S

6 7 8 9

En la figura 1 el flujo magnético es máximo, la fuerza electromotriz inducida es nula y no hay


intensidad de corriente. Al girar la espira en el sentido indicado el flujo comienza a disminuir, por lo
que se induce una corriente que con sus efectos magnéticos tratará de impedir dicha disminución.
Ello hace que esa corriente circule en el sentido indicado en la figura 2, por lo que el semianillo
derecho se carga negativamente y el izquierdo positivamente estableciéndose entre ambos una
diferencia de potencial que irá aumentando desde 0 hasta un valor máximo en la figura 3 (donde el
flujo magnético es 0). A continuación el flujo magnético sigue disminuyendo (se hace cada vez más
negativo) hasta que en la figura 5 el flujo es el mismo que en la 1, pero negativo. En todo ese
trayecto (media vuelta) la corriente inducida en la espira no ha cambiado de sentido.

312
8. Inducción electromagnética

Cuando la espira sigue girando, a partir de la figura 5, la corriente inducida en la espira cambia de
sentido ya que a partir de ahí el flujo magnético comenzará a aumentar (se hace cada vez menos
negativo). Sin embargo como se puede apreciar, los terminales a y b del inducido (circuito exterior,
no representado) han cambiado de semianillo por lo que al terminal de la izquierda (a) continua
llegándole corriente (sigue siendo positivo) y al contrario con el (b) de la derecha (que seguirá
siendo negativo). Cuando se haya completado otra media vuelta volverá a cambiar el sentido de la
corriente en la espira a la vez que los terminales cambian de semianillo repitiéndose así el proceso
indefinidamente.

Así pues, con este sistema la diferencia de potencial entre los bornes de la dinamo es siempre
positiva pero sigue pasando por valores máximos y mínimos tal y como se indica en la figura
siguiente, de modo que hay que mejorarlo para producir una corriente más uniforme.

Vab
V0

Esto se consigue utilizando varias espiras montadas sobre el mismo eje pero de modo que sus planos
formen entre ellos un cierto ángulo. Así los valores de la tensión en el circuito exterior pueden llegar
a ser prácticamente constantes a lo largo del tiempo. En la figura adjunta se ha dibujado un esquema
de sólo dos espiras, pero lo normal es colocar un gran número de ellas.

Una dinamo es pues un generador que suministra corriente continua aunque la fuerza electromotriz
inducida en el cuadro de espiras sea sinusoidal y vaya cambiando de valor y de signo
periódicamente.

313
8. Inducción electromagnética

4. EL TRANSPORTE DE LA CORRIENTE ALTERNA. TRANSFORMADORES

Supongamos que en un circuito se induce una corriente alterna tal y como se ha expuesto
anteriormente. Dicha corriente tiene también efectos magnéticos, es decir, como cualquier otra
corriente crea un campo magnético. Sin embargo en este caso hay que tener en cuenta que la
intensidad de la corriente eléctrica no es constante sino que varía sinusoidalmente con el tiempo y
como la inducción magnética B depende de la intensidad de la corriente que la origina, sucede que el
campo magnético asociado a dicha corriente también variará sinusoidalmente con el tiempo. Si en
esas condiciones situamos un segundo circuito en las proximidades del primero de forma que su
superficie sea atravesada por las líneas de inducción magnética del campo variable, se inducirá en él
otra corriente eléctrica, de características similares a las del primer circuito.

Para conseguir este resultado de manera que se pierda la mínima energía posible entre el circuito
inductor (denominado primario) y el circuito inducido (secundario) se utiliza un dispositivo llamado
"transformador". Básicamente consta de dos agrupaciones de espiras (primario y secundario)
rodeando a un mismo núcleo de hierro dulce. Si generamos una corriente alterna en el circuito
primario se produce un campo magnético, también alterno, cuyas líneas de fuerza se cierran por el
núcleo de hierro y, por lo tanto, atraviesan el arrollamiento del circuito secundario; de este modo, en
el circuito secundario se genera una corriente inducida, también alterna, y, al quedar las líneas del
campo magnético “atrapadas” en el núcleo de hierro, la pérdida de potencia en el traslado de la
corriente del primario al secundario es mínima.

primario secundario

V2 R
V1
A1 A2

El nombre de transformador se debe a que este dispositivo permite modificar los valores
característicos de una corriente alterna dada. Concretamente mediante su uso se puede elevar o
reducir el valor de una tensión o fuerza electromotriz alterna.

Si despreciamos las pérdidas de flujo magnético al exterior del núcleo de hierro, podemos
suponer que el flujo magnético que atraviesa una espira del circuito primario de un transformador
es el mismo que el que atraviesa una espira del circuito secundario. Teniendo en cuenta este hecho
y suponiendo que la resistencia de las espiras es despreciable, utilizad la ley de Faraday para
obtener una relación entre los números de espiras de los circuitos (primario y secundario) y las
tensiones correspondientes por cada uno de ellos.

Sea Np el número de espiras del circuito primario y Ns el número de espiras del circuito secundario.
El flujo magnético que atraviesa el circuito primario será p = Np· siendo  el flujo que atraviesa
cada espira o vuelta del primario. Del mismo modo, el flujo que atraviesa al circuito secundario será
s = Ns·. Dividiendo entre sí las expresiones anteriores es fácil obtener que:

p Np

s Ns

314
8. Inducción electromagnética

Si aplicamos la ley de Ohm al circuito primario considerando que, además de la fem real del
generador de alterna existirá una fem inducida de valor -dp/dt, tendremos:

p - dp/dt = Ip·Rp y si consideramos despreciable la resistencia de las espiras: p - dp/dt = 0

Así pues, en el circuito primario: p = dp/dt  p = Np · d/dt (1). Por otra parte en el secundario
se induce una fem dada por: s = -ds/dt  s = -Ns·d/dt (2)

Dividiendo entre sí las ecuaciones (1) y (2) obtenemos:

s  Ns N
   s   s   p y si tenemos en cuenta que p = 0p· sen wt, nos queda:
p Np Np
Ns
s     0 p sen wt  s = - 0s sen wt
Np

Vemos que la fem que se induce en el secundario es de igual frecuencia que la del primario, está en
oposición de fase (signo menos) y su valor máximo es:
N
 0s  s   0 p
Np

Finalmente, suponiendo despreciable la resistencia de las espiras (con lo que la fem coincidirá con la
diferencia de potencial), podemos escribir:
N
V0 s  s  V0 p
Np

La última expresión obtenida es la ecuación del transformador y nos informa de la relación existente
entre la tensión alterna de salida (secundario) y la de entrada (primario).

Analizad la ecuación del transformador y razonad que ocurrirá cuando Ns sea mayor que Np.

En el caso propuesto es evidente que la tensión de salida será también mayor que la de entrada y el
transformador funcionará como un elevador de tensión. Naturalmente también puede ocurrir lo
contrario, es decir, que Ns  Np, en cuyo caso el transformador funcionaría como un reductor.

Una cuestión de gran interés es obtener la relación existente entre las tensiones de entrada y salida y
las intensidades de corriente correspondientes. En efecto, si disponemos una resistencia eléctrica en
el circuito secundario la intensidad de corriente que circulará por ella estará necesariamente
relacionada con la intensidad que recorre el circuito primario. Podemos obtener la relación entre una
y otra si despreciamos las posibles pérdidas de energía al exterior e igualamos la potencia
suministrada por el generador de alterna conectado en el primario (Vp·Ip) con la potencia
suministrada a la resistencia por el secundario (Vs·Is). De este modo, obtenemos que:

Vp·Ip = Vs·Is

La expresión anterior nos dice que mediante tensiones de salida muy altas, podemos obtener
intensidades de corriente muy pequeñas. Aunque los valores son instantáneos, se puede demostrar
que en el caso de un transformador ideal la igualdad también se cumple para los valores máximos,
esto es:
V0p·I0p = V0s·I0s
315
8. Inducción electromagnética

Las centrales eléctricas normalmente están alejadas de las poblaciones en las que se utiliza la energía
que producen. Por ejemplo, las centrales hidroeléctricas se encuentran dónde existe una presa, las
centrales nucleares se ubican en lugares alejados de las poblaciones porque necesitan mucha agua
para su refrigeración y por motivos de seguridad, etc. En consecuencia, la electricidad generada en
las centrales se tiene que transportar, muchas veces a grandes distancias. Esto se hace utilizando
cables de transmisión a lo largo de los cuales se produce inevitablemente una cierta pérdida de
energía al exterior.

Si transportásemos corriente eléctrica tal y como se produce en las centrales (a unos 5000 voltios)
para llevar mucha potencia (mucha energía por unidad de tiempo) haría falta que la intensidad de
corriente fuese muy elevada ya que P = V · I y una tensión de 5000 voltios no es excesivamente
grande. Sin embargo, eso tendría el grave inconveniente de incrementar sensiblemente las pérdidas
por efecto Joule, puesto que, según vimos el curso anterior, la potencia que se pierde a causa de
dicho efecto viene dada por I2 R, en donde al estar la intensidad elevada al cuadrado hace que si su
valor se duplica la potencia disipada se multiplique por 4.

Una posible solución sería aumentar la sección de los cables utilizados para el transporte de la
corriente, con lo que disminuiríamos su resistencia R (recordemos que la resistencia eléctrica de un
hilo conductor al paso de la corriente es inversamente proporcional a la sección del mismo). No
obstante, este procedimiento, aunque posible teóricamente, en la práctica no es viable porque
resultaría demasiado caro. (Los cables gruesos exigen mayor cantidad de cobre y el costo económico
aumenta).

¿Cómo podríamos utilizar transformadores de corriente para tratar de solucionar el problema


anterior y poder transportar corriente eléctrica (manteniendo la potencia) a lo largo de grandes
distancias sin que se produzcan graves pérdidas por efecto Joule?

Si utilizamos transformadores elevadores en la central y aumentamos mucho la tensión de salida


antes de transportar la corriente (por ejemplo hasta unos 300.000 voltios), conseguiremos mantener
la potencia pero que la corriente tenga una intensidad lo bastante pequeña como para conseguir
minimizar el efecto Joule. Esto es precisamente lo que se hace en la realidad y por eso a las líneas
eléctricas que transportan corriente a las ciudades se las llama líneas de "alta tensión". Al acercarnos
a una población, la tensión de las líneas se va reduciendo progresivamente en subestaciones
eléctricas dotadas de transformadores de baja, hasta una tensión de 2000 V a 3000 V. Finalmente
esta tensión se reduce al valor de consumo habitual (220 V) mediante otros transformadores, desde
los que se transfiere a los domicilios.

¿Podría funcionar un transformador en el que por el circuito primario circulase sólo una
corriente continua (es decir corriente eléctrica de intensidad constante)?

No sería posible puesto que si la corriente no cambia no se producirá ninguna variación de flujo
magnético y, por tanto, no se inducirá ninguna corriente en el secundario.

En ocasiones algunas personas no comprenden bien que el transporte de energía eléctrica desde
la central hasta las poblaciones convenga hacerlo con una gran diferencia de potencial. Para ello
argumentan que si en vez de expresar la energía disipada por efecto Joule como I2R, aplicamos la
ley de Ohm y la expresamos como V2/R, cuanto mayor sea la diferencia de potencial mayor debería
ser la energía disipada. ¿Dónde está el fallo de esa argumentación?

316
8. Inducción electromagnética

En los cables de alta tensión, la gran diferencia de potencial a que nos referimos es la existente entre
un cable y otro (de los dos que salen del generador) y no a la que existe entre dos puntos del mismo
cable.

En la figura adjunta se ha representado de forma muy esquemática la situación. El generador de


alterna está situado en la central. Mediante un elevador (no representado) hacemos que la diferencia
de potencial existente entre a y b sea muy grande. R es la resistencia de los cables (o resistencia de la
línea) mientras que Rc es la resistencia de todos los aparatos e instalaciones en general existentes en
una población (o resistencia de carga).

a
R

V Rc

Es evidente que para una ciudad determinada (con unos ciertos requerimientos de energía eléctrica)
el generador deberá proporcionar una cierta cantidad de energía por unidad de tiempo (o potencia
suministrada). Sin embargo, la potencia que realmente llega a la población (o potencia útil) siempre
es menor debido a las pérdidas que por efecto Joule se producen por el camino. Por ello si dividimos
la segunda entre la primera, el cociente siempre es inferior a 1.

Pu
 1
Ps

Tanto la resistencia de carga Rc, como la de línea R y la potencia suministrada, son cantidades fijas.
Lo que nosotros queremos es que  se aproxime a 1 tanto como sea posible. Veamos cómo podemos
hacerlo:

La potencia útil se puede expresar como IV siendo I la intensidad de corriente y V la diferencia de


potencial existente entre a y b. Así pues: Pu = IV.

La energía que se pierde en la línea por unidad de tiempo, debido al efecto Joule la podemos
P2
denominar como PR y viene dada por I2R. Así pues PR = I2R o, lo que es equivalente: PR  R  u2
V

La potencia suministrada deberá ser Ps = Pu + PR. Por tanto, la eficacia en el proceso de transporte de
energía eléctrica desde la central hasta las puertas de la ciudad, se podrá expresar como:

Pu Pu 1 1
   y sustituyendo:  
Ps Pu  PR P R  Pu
1 R 1
Pu V2

317
8. Inducción electromagnética

Como tanto R, como Pu son fijos, la expresión obtenida nos muestra que la eficiencia energética
aumenta radicalmente con la diferencia de potencial entre a y b (que aparece elevada al cuadrado) y
por eso se recurre a utilizar líneas de alta tensión.

En la realidad la diferencia de potencial que llega a la resistencia de carga es mucho más pequeña
que la de salida del generador (sería peligrosísimo utilizar diferencias de potencial muy altas en los
hogares) y para conseguirlo se utilizan transformadores como reductores entre la central y la
población. Sin embargo ello no invalida los razonamientos utilizados ya que, como hemos señalado
anteriormente, en los transformadores apenas se pierde energía.

5. EL FENÓMENO DE LA AUTOINDUCCIÓN

Hemos estudiado la inducción de corriente en un circuito (inducido) producida por un imán o por
otro circuito (inductor). Su origen está en la variación del flujo del campo magnético que genera el
inductor y que atraviesa a la superficie limitada por el inducido. Ahora bien, consideremos un solo
circuito recorrido por una corriente eléctrica arbitraria. Dicho circuito produce su propio campo
magnético y las líneas de este campo magnético también lo atraviesan a él mismo. Entonces, si la
intensidad de corriente varía, provoca también una variación en ese campo magnético y
consecuentemente, una variación del flujo magnético que atraviesa al circuito. En consecuencia,
deberá inducirse una fuerza electromotriz extra que dará lugar a un corriente eléctrica adicional a la
corriente inicial y en el mismo circuito. Este fenómeno se llama autoinducción.

¿Qué sentido tiene la corriente eléctrica producida por autoinducción en un circuito? Tenedlo
en cuenta para representar cualitativamente una posible curva de la evolución de la intensidad
de corriente en un circuito de corriente continua I = f(t), desde que se conecta dicho circuito
(cierre) hasta que, transcurrido un cierto tiempo funcionando, se desconecta (apertura).

Evidentemente, para la autoinducción también se cumple la ley de Lenz, que dice que la corriente
inducida tiene el sentido adecuado para producir un campo magnético que contrarreste, en parte, la
variación del flujo magnético que la ha engendrado. Esto quiere decir que la corriente autoinducida
en un circuito tiene sentido opuesto a la variación de la corriente que provoca la autoinducción. Por
lo tanto, la corriente autoinducida es de sentido contrario a la corriente que circula mientras dicha
corriente aumenta y es del mismo sentido cuando disminuye.

Fue el físico Joseph Henry quien descubrió el fenómeno de la autoinducción y lo hizo precisamente
cuando constató que en los momentos de cierre (conexión) y de apertura (desconexión) de un
circuito eléctrico, la intensidad crece o disminuye respectivamente, de una forma más lenta a lo que
en principio cabría esperar. En efecto, si no se produjera el fenómeno de la autoinducción, la gráfica
que representaría la intensidad de corriente en función del tiempo debería ser como se muestra en la
figura:

318
8. Inducción electromagnética

Sin embargo, la gráfica real, obtenida experimentalmente, refleja un retraso, tanto en el tiempo de
establecimiento de la corriente, como en su desaparición. Esto es así porque en cada instante la
intensidad de corriente resultante en el circuito es igual a la suma de la intensidad teórica que debería
tener si no hubiera autoinducción, más la intensidad de la corriente autoinducida, que, como
acabamos de decir, tiene sentido opuesto a la variación de intensidad.

t
En la gráfica anterior se puede observar cómo al conectar un circuito de corriente continua y
constante, la intensidad de corriente crece exponencialmente hasta alcanzar un valor estable,
mientras que al desconectarlo, el valor de dicha intensidad decrece también exponencialmente hasta
anularse.

El fenómeno de la autoinducción puede llegar a ser muy intenso en los momentos de cierre y de
apertura de los circuitos. En estos procesos la fem autoinducida puede tener valores muy elevados,
sobre todo, si la variación de la intensidad (y con ella del campo magnético B) se produce de forma
muy rápida. Ello puede tener como consecuencia que se produzcan chispas entre los bornes del
interruptor ya que si, por ejemplo, al desconectar un circuito la corriente no se anula
instantáneamente, se puede producir una acumulación de cargas en los bornes del interruptor abierto
y la diferencia de potencial entre ellos aumentar hasta ser lo bastante grande como para que se ionice
el aire y salte la chispa entre ellos. Una de las formas de evitar este efecto (peligro de incendio) es
mediante interruptores con mecanismos que hacen que aumente el tiempo de cierre y apertura. En el
proceso de conexión o cierre de un circuito no se producen chispas pero sí un cierto retardo en que la
intensidad alcance un valor estacionario. Por este motivo, cuando se produce un "apagón" en una
zona muy amplia de una ciudad, el restablecimiento de la corriente se hace por etapas dividiendo la
zona en partes más pequeñas, con el fin de que la variación de intensidad no sea tan grande que
ocasione una fuerza electromotriz autoinducida tan alta que se tarde demasiado tiempo en alcanzar el
valor adecuado o de funcionamiento estacionario de la intensidad de corriente.

La autoinducción tiene particular importancia en la corriente alterna. Para este tipo de corriente la
autoinducción se produce permanentemente, puesto que la intensidad de la corriente se está
modificando en todo momento. Como la corriente autoinducida es siempre opuesta a la variación de
la corriente que la provoca, el resultado es que toda corriente eléctrica alterna se encuentra con un
impedimento o resistencia provocado por el fenómeno de la autoinducción. En consecuencia, la
intensidad de la corriente y la fem del circuito serán en todo momento menores de lo que cabría
esperar si no se produjera el fenómeno de la autoinducción.

Teniendo en cuenta la expresión que calcula el campo magnético que produce un conductor
recorrido por una corriente de intensidad I, deducid una expresión para calcular la fem autoin-
ducida cuando varía dicha intensidad.

Ya sabemos que el campo magnético B producido por un circuito cuando lo recorre una corriente
eléctrica de intensidad I es proporcional a dicha intensidad (por ejemplo, si se trata de un conductor
rectilíneo el campo vale, según hemos visto, B=I/2r y si se trata de una espira, B=I/2r). En
consecuencia, el flujo de dicho campo , atravesando el propio circuito, también es proporcional a la
319
8. Inducción electromagnética

intensidad de la corriente. Toda variación en el valor de  será debida en este caso (un solo circuito)
a una variación en el valor de B que depende, como hemos visto de la intensidad de la corriente, de
modo que si la intensidad de la corriente varía por cualquier causa, también lo hará B y, por tanto .
Así pues podemos escribir que:
=L·I

En esta expresión, L es una constante de proporcionalidad entre el flujo del campo magnético
producido por autoinducción y la intensidad de corriente del circuito. Se llama coeficiente de
autoinducción y representa una característica de cada circuito, que, como es lógico, depende de
propiedades como la forma y las dimensiones del circuito, el número de espiras o el medio en el
que el circuito se encuentra.

Para obtener una expresión que calcule la fem autoinducida se aplica la ley de Faraday y Henry a
la ecuación anterior. Esto proporciona el siguiente resultado:
d dI
   L 
dt dt

De acuerdo con el resultado obtenido, la fem autoinducida (opuesta a la fem de la corriente


inicial) es tanto mayor cuanto mayor sea el coeficiente de autoinducción L del circuito y cuanto
más rápida sea la variación de la intensidad de corriente que lo recorre. Por otra parte, de esta
expresión que proporciona la fem autoinducida se deduce la unidad en el sistema internacional de
unidades (SI) del coeficiente de autoinducción, así como la interpretación física que hay que
atribuir a dicho coeficiente.

Definid la unidad de autoinducción en el SI. Aplicadlo al caso de un circuito en el que circula


una corriente de 2A y en el que aparece una fem autoinducida de 0'2V cuando la intensidad de la
corriente se hace cero al cabo de 0'02s.

De la expresión de la fem autoinducida se obtiene L = -/(dI/dt). Por lo tanto, la unidad de


autoinducción en el SI es el (voltio·segundo/amperio) o Vs/A. Esta unidad se llama "henrio" (en
honor a Henry) y se representa como H. Así pues, 1 H es la autoinducción de un circuito tal que,
cuando varía su intensidad de corriente a un ritmo de un amperio por segundo, genera una fem
autoinducida de 1 voltio. Así, por ejemplo, si abrimos un circuito recorrido por una intensidad de
corriente de 2A, la corriente desaparece al cabo de 0'02s, y se provoca una fem autoinducida de
0'2V, el coeficiente de autoinducción de este circuito será:

L= -/(I/t)= -0'2·0'02/-2 = 0'002 H.

Hallad el coeficiente de autoinducción de un solenoide de 3000 espiras cuya longitud es de 15


cm y la superficie de cada espira de 6 cm2. Rdo. 0'0114 H

En un circuito por el que circula una corriente de 1 A se produce una fem autoinducida de 0'2 V
cuando al desconectarlo la intensidad de corriente se anula en 0'01 s. ¿Valor de L? Rdo. 0'0005 H.

6. TEORÍA ELECTROMAGNÉTICA DE MAXWELL

La culminación de los avances realizados durante el siglo XIX en relación con el estudio de los
fenómenos de la electricidad y el magnetismo fue la elaboración a finales del siglo de la gran teoría
electromagnética de Maxwell. Esta teoría recogió de una forma coherente los hechos conocidos

320
8. Inducción electromagnética

sobre el electromagnetismo, completó el paradigma científico que constituye la física clásica y abrió
el campo de investigación a nuevos fenómenos.

En buena medida, la teoría electromagnética de Maxwell realiza una síntesis de los principales
avances que se habían aportado acerca de la electricidad, el magnetismo y sus relaciones, por parte
de científicos como Coulomb, Oersted, Ampere, Faraday y otros; unos avances que hemos estudiado
a lo largo de los dos temas anteriores y de éste. Ahora realizaremos un resumen muy esquemático de
estos conocimientos con una orientación que nos permitirá perfilar algunos de los rasgos principales
de la teoría de Maxwell. Esta orientación se basa en destacar, como hizo Maxwell, el papel de los
campos eléctrico y magnético como entidades físicas causantes de los fenómenos del
electromagnetismo.

6.1. Síntesis de los fenómenos eléctricos y magnéticos. El campo electromagnético

Resumid esquemáticamente en que consiste la interacción eléctrica y la interacción magnética.


Volved a definir los conceptos de campo eléctrico y campo magnético.

Atendiendo a las interacciones que puede haber entre cargas eléctricas y a los campos asociados a
dichas interacciones, los fenómenos que se han estudiado en estos temas acerca de la electricidad,
del magnetismo y de sus relaciones, se pueden resumir en dos hechos principales:

1) El hecho, en primer lugar, de que se ejerce una interacción entre cargas en reposo o interacción
electrostática. Los trabajos de Coulomb permitieron expresar de forma operativa la magnitud de esta
interacción, que se manifiesta como una fuerza atractiva entre objetos con cargas de signos opuestos
y una fuerza repulsiva entre objetos con cargas del mismo signo. Hemos interpretado esta

interacción como consecuencia de la existencia de un campo eléctrico E , producido por las cargas.
Esta interpretación plantea que cualquier carga o cualquier conjunto de cargas produce a su

alrededor un campo eléctrico E , que "puebla" el espacio. Recíprocamente, al colocar en un punto

del espacio afectado por la presencia de un campo eléctrico de intensidad E una carga q, dicha
  
carga sufre la acción de una fuerza eléctrica Fe dada por: Fe  qE

2) En segundo lugar, está el hecho que pusieron de manifiesto los trabajos de Oersted, Laplace y
Ampere de que también existe una interacción entre cargas en movimiento o entre corrientes
eléctricas, a la que hemos llamado interacción magnética. Hemos interpretado esta interacción
expresando que una carga o un conjunto de cargas en movimiento produce un campo magnético

B que "puebla" el espacio. De acuerdo con esta interpretación, al colocar en un punto del espacio
 
afectado por la presencia de un campo magnético B una carga q en movimiento con velocidad v ,

dicha carga sufre la acción de una fuerza magnética Fm que se calcula mediante la expresión:
  
Fm  q(v xB) .

Al considerar conjuntamente estos hechos, nos damos cuenta de que cualquier carga produce un
 
campo eléctrico E y, si está en movimiento, un campo magnético B . Por lo tanto, concluimos que
se puede concebir un único campo (campo electromagnético), producido por las cargas y
 
representado por los vectores E y B . Como en cualquier punto del espacio el vector que

proporciona el campo eléctrico E producido por un carga está en la dirección que une el punto con
la carga y el vector que proporciona el campo magnético está en una dirección perpendicular a
 
aquella, dichos vectores E y B del campo electromagnético son siempre perpendiculares entre sí.

321
8. Inducción electromagnética

Bajo este planteamiento, decir que en un punto del espacio existe un campo electromagnético
equivale a decir que una carga q, colocada en ese punto, sufrirá la acción de un fuerza
electromagnética (fuerza de Lorentz) que se ha de calcular mediante la expresión:
       
F  qE  q(v xB)  F  q( E  v xB)

Si la carga está en reposo en ese punto (respecto de un cierto sistema de referencia), la fuerza que

sufre es totalmente eléctrica (en ese caso v = 0 y la fuerza magnética es nula) y si está en
movimiento, la fuerza es, habitualmente, eléctrica y magnética.

Esta concepción del campo electromagnético como una sola entidad física de la cual emergen el
campo eléctrico y el campo magnético se refuerza notablemente cuando se tiene en cuenta el
carácter relativo del movimiento de las cargas productoras del campo y/o de las cargas que pueden

sufrir sus acciones. En efecto, una carga eléctrica en movimiento, que tenga una velocidad v en un

determinado sistema de referencia, tiene otra velocidad v ' diferente en otro sistema de referencia, e
incluso está en reposo en un tercer sistema de referencia ligado a ella. Por lo tanto, el campo
electromagnético que genera aparece ante observadores situados en cada uno de estos sistemas de
referencia de manera diferente, a saber, como un campo únicamente eléctrico en el sistema de
referencia respecto al cual la carga está en reposo y como un campo eléctrico y magnético respecto
de todos los demás sistemas de referencia. Este hecho, por sí solo, justifica la necesidad de hablar de
 
un único campo electromagnético, cuyas componentes eléctrica E y magnética B dependen del
sistema de referencia escogido para determinarlo.

Todavía se puede matizar un poco más el concepto de campo electromagnético si se analizan las
relaciones físicas entre la parte que para un determinado observador corresponde al campo eléctrico
y la que para ese mismo observador corresponde al campo magnético. Para realizar este análisis hay
que adoptar un punto de vista que atribuya respectivamente a los campos eléctrico y magnético el
papel de entidades físicas agentes, capaces, no sólo de ejercer fuerzas sobre las cargas, sino también
de afectarse mutuamente. Entonces, las relaciones entre el campo eléctrico y el campo magnético
quedan en total evidencia y se puede dar un paso más en la caracterización del campo
electromagnético y sus propiedades.

Según mostraron los descubrimientos acerca del fenómeno de la inducción electromagnética.


¿Cómo tiene que ser el campo magnético para que, considerado como agente, engendre un
campo eléctrico?

No fue casualidad que fuera Faraday quien utilizó por primera vez de una manera bastante clara el
concepto de campo, pues los experimentos sobre el fenómeno de la inducción electromagnética
tienen una interpretación muy precisa cuando se utiliza particularmente el concepto de campo
magnético como una entidad física agente, que actúa precisamente sobre el campo eléctrico. Como
hemos visto, para que se produzca la inducción en un conductor cerrado (espira) es necesario que el
flujo del campo magnético externo que lo atraviesa varíe (cosa que podemos hacer haciendo que

varíe B ). Si esto ocurre, sobre los electrones del conductor se ejerce una fuerza eléctrica que
produce la corriente eléctrica inducida. Esto indica que, en estas condiciones, ha aparecido un campo
eléctrico responsable de producir la corriente. Por lo tanto, el fenómeno se puede interpretar diciendo
que el campo magnético que atraviesa el conductor, al variar, ha engendrado un campo eléctrico. La
generalización de esta interpretación de la ley de Faraday acerca de la inducción electromagnética,
se puede expresar así:

Un campo magnético variable genera un campo eléctrico.

322
8. Inducción electromagnética

Los primeros comentarios que avalaron esta interpretación del fenómeno de la inducción
electromagnética corresponden a Faraday. Se trata de una interpretación notable del fenómeno, en la
medida en que añade un matiz fundamental al concepto de campo, porque lo considera, por primera
vez, como una entidad física dotada de una capacidad para actuar, no sólo sobre objetos materiales
(como son las partículas cargadas), sino también sobre otros campos.

Como sabemos, una carga produce un campo eléctrico y si está en movimiento produce también
un campo magnético. Por lo tanto, ¿considerado como una entidad agente, cómo tiene que ser el
campo eléctrico para que genere un campo magnético?

Los experimentos de Oersted mostraron que cualquier carga o conjunto de cargas en movimiento
produce un campo magnético. Como esa carga (en movimiento o no) produce también un campo
eléctrico, se puede entender que es el movimiento en el espacio de ese campo eléctrico lo que genera
un campo magnético. Ahora bien, si fijamos la atención específicamente en cualquier punto del
espacio afectado por la presencia de ese campo eléctrico que crea la carga móvil, nos damos cuenta
de que en ese punto dicho campo eléctrico está variando con el tiempo, puesto que la distancia de
ese punto a la carga móvil también está modificándose. Es en estas condiciones, es decir, mientras
varía el campo eléctrico generado por la carga en un punto, cuando esa carga también produce en ese
mismo punto un campo magnético. Por lo tanto, podemos afirmar que: no sólo el movimiento de un
campo eléctrico en el espacio, sino también su posible variación con el tiempo engendra un campo
magnético.

Se debe a Maxwell esta interpretación del fenómeno de la generación de campos magnéticos. Para
defender este punto de vista, Maxwell no aludió, como acabamos de hacer, a los experimentos de
Oersted, sino que prefirió apoyarse en los estudios posteriores de Faraday y en una apuesta personal
a favor de un cierto orden o simetría del Universo. Puesto que, como había mostrado el fenómeno de
la inducción descubierto por Henry y Faraday, un campo magnético variable genera un campo
eléctrico, decía que lo más lógico es suponer que, recíprocamente:

Un campo eléctrico variable también ha de generar un campo magnético.

Al presentar así esta propuesta Maxwell daba un paso decisivo en la caracterización del campo
electromagnético, destacando que el campo eléctrico y el campo magnético se generan el uno al
otro. En resumen: hemos de concluir que cualquier carga eléctrica produce en el espacio un campo
 
electromagnético, representado por medio de los vectores E y B , que son perpendiculares entre sí.

En el sistema de referencia ligado a la carga el vector B es igual a cero y el campo se manifiesta

como un campo eléctrico de intensidad E . En cualquier otro sistema de referencia se manifiesta
 
habitualmente como un campo eléctrico E y magnético B . Para cualquier sistema de referencia, si
nos fijamos específicamente en un punto del espacio, un posible campo eléctrico variable en el
tiempo engendra un campo magnético y, recíprocamente, un posible campo magnético variable
engendra también un campo eléctrico.

6.2 Predicción de la radiación electromagnética.

Acabamos de ver que la teoría de Maxwell dio una interpretación clara a la interacción entre car-
gas mediante la conceptualización del campo electromagnético. Partiendo de esta interpretación
Maxwell dedujo otra consecuencia importantísima:

El campo electromagnético debería propagarse por el espacio trasmitiendo su energía en forma de


ondas

323
8. Inducción electromagnética

Para argumentar esta consecuencia tuvo en cuenta la relación existente entre los componentes del
campo eléctrico y magnético, junto con otra idea fundamental: el campo electromagnético porta
una energía, esta energía se transmite cuando el campo puebla el espacio y, por lo tanto, el cam-
po debería tardar un cierto tiempo en transmitirse a puntos lejanos.

Dos varillas conductoras se conectan a


través de un interruptor (no representado
en la figura) a los terminales opuestos de
una batería, de modo que al cerrar dicho
interruptor se carga positivamente la vari-
lla superior y negativamente la inferior. +
Dibujad las líneas del campo magnético y -
el campo eléctrico engendrados al cerrar el
interruptor. ¿Hasta dónde se extienden es-
tos campos?

Al cerrar el interruptor la varilla superior


adquiere carga positiva y la varilla inferior . . . x x x x
adquiere carga negativa. Por lo tanto, se +
I +
crea un campo eléctrico cuyas líneas de
fuerza van de la varilla superior hacia la . . . + x x x x
inferior, tal como indica la figura adjunta.
Mientras tanto por las varillas circula una + . x x x x
corriente eléctrica de abajo hacia arriba y, -
en consecuencia, se genera también un
campo magnético, cuyas líneas de fuerza
. . . x x x x

son circulares alrededor de las varillas y de -


I
tal modo que en el plano de la hoja el vec-

. . . -
-
x x x x

tor inducción magnética B se dirige hacia


nosotros a la izquierda de la varilla y se
aleja de nosotros en el lado derecho.

En definitiva pues, al cerrar el interruptor puebla el espacio circundante a las varillas un campo
electromagnético. En el sistema de referencia ligado a las varillas, el campo aparece de modo

que, en el plano de la hoja, en cada punto el vector intensidad del campo eléctrico E está conte-
nido en dicho plano y el vector inducción magnética B es perpendicular al mismo.

Ahora podemos plantear la siguiente pregunta: ¿hasta donde se extiende este campo? Maxwell se
dio cuenta de la enorme importancia de esta pregunta. Mientras los físicos habían estudiado las
acciones eléctricas y magnéticas como interacciones entre cargas, entre imanes o entre corrientes,
esta cuestión no había preocupado. Pero una vez se introdujo el concepto de campo electro-
magnético, la cuestión de saber cómo se establece dicho campo en el espacio (por ejemplo, si lo
hace de modo instantáneo o como una entidad que viaja desde las cargas hacia los alrededores)
no podía obviarse. Como hemos visto al estudiar la gravitación, la electricidad y el magnetismo,
la invención de este concepto fue inducida por la necesidad de explicar de una manera satisfacto-
ria cómo objetos alejados se pueden ejercer fuerzas entre sí. La respuesta que dio a este problema
la invención del concepto de campo fue decir que una entidad física (el campo mismo) debería ex
324
8. Inducción electromagnética

tenderse al espacio desde cada uno de tales objetos. En una situación estática, por ejemplo, cuan-
do se analiza la disposición del campo generado por una carga o por una corriente estable, se en-
tiende que el campo ha tenido tiempo suficiente para extenderse hasta el infinito y no preocupa el
proceso mediante el cual el campo se haya establecido por el espacio. Sin embargo, en una situa-
ción dinámica, como, por ejemplo, el estudio de lo que ocurre durante el breve intervalo de tiem-
po en el que se conecta el interruptor de este ejemplo, tiene sentido y es del mayor interés tener
en cuenta que el campo porta e instala en el espacio una energía procedente de las cargas o de las
corrientes. En consecuencia, resulta lógico plantear que al cabo de un cierto tiempo de iniciarse el
proceso, el campo sólo haya podido poblar una determinada zona alrededor de las cargas o co-
rrientes que emiten esa energía.

Las dos varillas metálicas del ejemplo anterior se conectan a un generador de corriente alter-
na. Representad el campo electromagnético generado en intervalos de tiempo iguales a medio
ciclo de la corriente.

Supongamos que en el intervalo de tiempo que corresponde al primer semiciclo de la corriente


eléctrica la varilla superior se carga positivamente y la varilla inferior de carga negativamente.
Durante este proceso el campo eléctrico y el campo magnético tienen una disposición similar a la
que acabamos de relatar para el proceso de cierre de un interruptor entre las varillas y llega a po-
blar una determinada zona alrededor de ellas. Esta disposición se representa en la primera de las
dos figuras siguientes, en las que, por simplicidad, sólo se dibujan líneas del campo al lado dere-
cho del generador a pesar de que el campo se propaga desde éste en todas las direcciones. En el
segundo semiciclo, la fem cambia de signo y la intensidad de corriente de sentido, la varilla supe-
rior se carga negativamente y la varilla inferior se carga positivamente según se muestra en la
segunda figura. Por lo tanto, aunque el proceso es continuo, podemos interpretarlo de una manera
esquemática diciendo que se ha generado un nuevo campo electromagnético, cuya componente
eléctrica y magnética tienen sentidos contrarios a las anteriores.

Los campos (eléctrico y magnético) que se originaron en la primera figura no han desaparecido sino
que se siguen moviendo alejándose de la fuente seguidos por los originados en la segunda figura. El
proceso se repite una y otra vez conforme cambia la polaridad. Este esquema simplificado del
proceso de generación y propagación hacia el exterior del campo electromagnético, muestra que:

 En cada punto del espacio alcanzado por dicha propagación el campo eléctrico y el campo
magnético son perpendiculares entre sí y perpendiculares a la dirección de propagación.

325
8. Inducción electromagnética

 Los campos alternan su sentido de unos puntos a otros, de manera que en un determinado

instante el campo magnético B se dirige hacia nosotros en unos puntos y hacia dentro del papel

en otros, mientras, por su parte, el campo eléctrico E se dirige hacia arriba o hacia abajo.

Como ya sabemos, si la variación de la corriente eléctrica con el tiempo es de tipo sinusoidal, los
 
valores de E y de B en un punto dado del medio, también evolucionan a lo largo del tiempo de esta
forma. En este caso la propagación del campo electromagnético adopta una forma ondulatoria típica,
tal como se muestra en la figura siguiente. Dicha figura muestra que en cada punto alcanzado por la
perturbación el campo eléctrico y el campo magnético se encuentran en fase, es decir, son máximos
y nulos en los mismos instantes. Muestra también que esta propagación del campo electromagnético
 
tiene las características de las ondas transversales, porque los vectores E y B son en todo momento
perpendiculares a la dirección de propagación de la onda.

z 
c
Dirección propagación onda

En definitiva, las cargas oscilantes o, más en general, las cargas aceleradas dan lugar a un proceso de
emisión y propagación por el espacio de un campo electromagnético oscilante, una propagación que
es de tipo ondulatorio. Estas ondas se llaman ondas electromagnéticas. Una diferencia fundamental
entre estas ondas electromagnéticas y las ondas mecánicas es que en el caso de las primeras, la
entidad física que viaja (el campo) no está asociada al movimiento de partículas, de manera que no
se precisa necesariamente de un medio material para transmitir estas ondas. De hecho, los campos
eléctricos y magnéticos pueden propagarse a través del vacío y también en medios materiales como,
por ejemplo, el agua, el aire o el vidrio.

La teoría de Maxwell no se limitó a realizar un desarrollo cualitativo acerca del campo


electromagnético y su mecanismo de propagación. Además de esto se concretó de forma operativa
en cuatro ecuaciones fundamentales, cuya expresión matemática no veremos aquí, porque excede al
nivel de un segundo curso de bachillerato. Dichas ecuaciones relacionan los vectores campo
eléctrico y campo magnético con sus fuentes, que son las cargas, las corrientes eléctricas y los
propios campos variables. En el electromagnetismo estas leyes juegan un papel semejante al papel
que tienen las leyes de Newton en la mecánica clásica. Esto significa que, al igual que los problemas
de la mecánica clásica se resuelven a partir de las leyes de Newton, en principio, todos los problemas
de electromagnetismo se pueden resolver a partir de las ecuaciones de Maxwell.

Uno de los problemas de mayor interés que resuelve la aplicación de las ecuaciones de Maxwell del
electromagnetismo es la predicción en términos matemáticos de las ondas electromagnéticas, así
como el cálculo de su velocidad de propagación.

¿Qué factores podrían determinar la velocidad con que se propagan las ondas electromagnéticas?

326
8. Inducción electromagnética

Combinando las cuatro ecuaciones de Maxwell, se deduce una ecuación de ondas para la
propagación del campo electromagnético y se obtiene además una ley que calcula la velocidad “c”,
de dicha propagación:
1
c


En la expresión anterior  es la permeabilidad magnética y  la constante dieléctrica del medio por


el que se propaga la onda.

La expresión resulta bastante lógica si se tiene en cuenta que, tal como se estudió en el tema de
ondas, la velocidad de propagación de cualquier movimiento ondulatorio ha de depender
exclusivamente de la capacidad que tenga el medio para transmitir la perturbación. En este caso lo
que se transmite a través del medio es un campo electromagnético. Por lo tanto, la velocidad a la que
se produce la transmisión ha de depender de las propiedades del medio que determinan su capacidad
para transmitir el campo eléctrico y el magnético, resumidas por las constantes  y .

Calculad la velocidad de propagación de las ondas electromagnéticas en el vacío.

La constante  en el vacío vale o=1/4K siendo K = 9·109 (en unidades del SI). Por su parte la
permeabilidad magnética del vacío es o = 410-7 (también en unidades internacionales). Por lo
tanto, el valor teórico que predice la teoría de Maxwell para la velocidad de las ondas
electromagnéticas en el vacío es:

c =3·108 m/s, es decir: 300000 km/s

Resulta un hecho muy notable que este valor teórico de la velocidad de propagación de las ondas
electromagnéticas en el vacío coincide exactamente con el valor experimental de la velocidad de la
luz en el espacio. Maxwell se dio cuenta de que este hecho no podía tratarse de una casualidad, sino
que, en realidad, estaba anunciando un origen electromagnético de las ondas luminosas. En
consecuencia, afirmó que la luz debería ser tan sólo un caso particular de onda electromagnética.
Esta afirmación constituyó un hito en el avance científico, pues abrió la posibilidad de integrar la
óptica como un capítulo del electromagnetismo. Al producirse esta integración, los fenómenos
estudiados por la física podrían ser estudiados mediante la utilización de dos únicos grandes cuerpos
de conocimientos: la mecánica de Newton y el electromagnetismo de Maxwell. Para conseguirlo
resultaba esencial producir ondas electromagnéticas de frecuencias asimilables a la radiación
luminosa.

6.3. Comprobación experimental de la emisión y recepción de la radiación electromagnética.


Espectro de ondas electromagnéticas

La comprobación experimental de las predicciones de Maxwell acerca de la radiación


electromagnética encontró inicialmente bastante dificultad. Hay que tener en cuenta que la
frecuencia de la onda electromagnética ha de coincidir con la frecuencia a la que vibran las cargas
que las producen o, lo que es lo mismo, ha de coincidir con la frecuencia de la corriente alterna
productora de la radiación. En concreto, para emitir luz visible para el ojo humano, la frecuencia de
la vibración debería ser como mínimo del orden de 4·1014 oscilaciones por segundo, que corresponde
con luz de color rojo. Esta frecuencia es casi infinitamente superior a la de una corriente alterna
ordinaria y resultaba inalcanzable con los medios técnicos de la época. Esto hizo que durante algún
tiempo los resultados del trabajo de Maxwell, publicados en el año 1873 en un texto llamado
“Tratado de electricidad y magnetismo”, aunque fueron siempre muy bien valorados, no recibieran

327
8. Inducción electromagnética

toda la atención que, sin duda, merecían. Esta situación cambió cuando en el año 1887, ocho años
después de la muerte de Maxwell, el científico alemán Heinrich Hertz inició una serie de
experimentos destinados a contrastar las principales predicciones de la teoría electromagnética.

Para producir ondas electromagnéticas Hertz utilizó lo que hoy se denomina como "circuito
oscilante" capaz de emitir ondas electromagnéticas de elevada frecuencia (aunque todavía inferior a
la de la luz visible). Puesto que de lo que se trataba era de demostrar empíricamente la existencia de
tales ondas y su propagación por el espacio, Hertz utilizó una antena receptora para recibirlas a unos
metros de distancia.

El experimento tuvo un éxito rotundo y Hertz también comprobó que las ondas electromagnéticas,
además de ser emitidas y recibidas por este procedimiento, tenían otros comportamientos ya
conocidos de la radiación luminosa, como, por ejemplo, el hecho de que se propagan en dirección
rectilínea y el hecho de que verifican la ley de la reflexión. Concretamente, para comprobar la ley de
la reflexión en las ondas electromagnéticas, Hertz utilizó unas superficies parabólicas de zinc que
reflejaron dichas ondas del mismo modo que la luz visible se refleja en un espejo que tenga esta
geometría.

El 13 de diciembre de 1888 Hertz dio a conocer en la Real Academia de Ciencias de Berlín un


informe detallado de estos resultados que por primera vez confirmaban las hipótesis de Maxwell
acerca de la radiación electromagnética. Con ello se inició la era de la llamada comunicación sin
hilos, un tipo de comunicación basado en la posibilidad que ofrecen las ondas electromagnéticas de
transmitir información a grandes distancias en un tiempo muy corto. El primero que se dio cuenta de
esta posible aplicación de las ondas electromagnéticas fue el físico e inventor italiano Marconi quien
patentó el primer sistema práctico de radiotelegrafía y recibió el Nóbel en 1909.

En honor a Hertz la unidad de frecuencia en el SI se denomina, como ya sabemos, hertzio (Hz), de


manera que un hertzio equivale a una oscilación por segundo. Ya hemos comentado también que las
ondas electromagnéticas que generó Hertz en sus experimentos correspondieron a frecuencias hasta
un valor máximo del orden de 109 Hz. Ahora bien, las frecuencias y las longitudes de onda de la luz
visible se habían medido en la primera década del siglo XIX, mucho antes de que nadie imaginara
que la luz es una onda electromagnética. Por procedimientos ópticos se encontró que las longitudes
de onda estaban comprendidos entre 400 y 750 nm (1 nm = 10-9 m).

Una vez que sabemos que la luz es una onda electromagnética, para hallar las frecuencias de las
ondas luminosas que puede ver el ojo humano utilizamos la ley que relaciona la velocidad de
propagación de las ondas con la longitud de onda y el periodo o la frecuencia, c=/T=f.
Sustituyendo c por el valor de la velocidad de propagación de las ondas electromagnéticas en el
vacío (c =3·108 m/s) y  por el rango de valores de la longitud de onda de los colores visibles por el
ojo humano, se obtiene un rango de valores de la frecuencia de la radiación visible que va desde
4'0·1014 Hz hasta 7'5·1014 Hz.

Este pequeño rango de valores de la frecuencia o de la longitud de onda que corresponden a la luz
visible por el ojo humano, indica que está luz sólo cubre una pequeñísima parte del conjunto de
ondas electromagnéticas posibles, es decir, el conjunto de radiaciones electromagnéticas que se
pueden considerar en función del valor de su frecuencia o de su longitud de onda. Como los colores
que corresponden a valores extremos de la luz visible por el ojo son el rojo y el violeta, a las ondas
electromagnéticas no visibles, cuya frecuencia sobrepasa ligeramente por defecto o por exceso estos
extremos se les denomina, según el caso radiación infrarroja o radiación ultravioleta. Sin embargo,
las radiaciones electromagnéticas posibles se extienden en un abanico de valores mucho más amplio

328
8. Inducción electromagnética

(desde unos pocos hertzios hasta el orden de 1022 Hz) conformando lo que se denomina el "espectro
electromagnético".

En la tabla adjunta se dan los intervalos de las longitudes de onda correspondientes a diversas
ondas electromagnéticas, completadla señalando los correspondientes intervalos de frecuencias.

Radiación Intervalo aproximado longitud de onda Frecuencia (Hz)


Radiofrecuencia Entre 1 m y varios km
Microondas en general Entre 10-3 m y 1 m
Luz infrarroja Entre 7·10-7 m y 10-3 m
Luz visible Entre 4 ·10-7 m (violeta) y 7 ·10-7 m (rojo)
Luz ultravioleta Desde 0'01 · 10-7 m hasta 4 ·10-7 m
Rayos X Entre 10-11 m y 10-9 m
Rayos  (gamma) Desde 10-14 m hasta 10-11 m

Por lo que se refiere a los procedimientos más habituales de producción de ondas electromagnéticas,
ya hemos comentado que las ondas de frecuencia bastante inferior a la luz visible, es decir, las ondas
de radio, se pueden generar experimentalmente utilizando, como lo hizo Hertz, circuitos oscilantes.
Actualmente, estas radiaciones y otras de frecuencia también inferior a la luz visible, como las
microondas y los rayos infrarrojos, se generan utilizando componentes electrónicos, que emulan y
mejoran las prestaciones del dispositivo eléctrico original de Hertz. En cuanto a las aplicaciones de
estos tipos de ondas de frecuencias inferiores a la de la luz visible, las denominadas ondas cortas de
radio se utilizan para transmitir señales de radio y televisión. Las microondas se utilizaron en el radar
y actualmente se emplean en hornos de cocina (permiten calentar alimentos de forma rápida y
uniforme). Por su parte, las radiaciones infrarrojas tienen aplicaciones en campos como la industria,
la medicina o la astronomía. Poseen además la propiedad de que no pueden traspasar los cuerpos
opacos y, por eso, resultan de gran utilidad en los equipos de mando a distancia, para conectar sin
cables equipos y terminales, etc.

En cuanto al espectro visible al ojo humano, las ondas electromagnéticas correspondientes son
producidas por emisiones atómicas y moleculares y, también mediante procesos de aceleración de
electrones. No hace falta destacar la importancia de estas ondas en la visión (producen distintas
sensaciones llamadas colores que dependen de la frecuencia), instrumentos ópticos, etc.

Las ondas de frecuencias mayores a la luz visible resultan algo más difíciles de producir
artificialmente, tanto más cuanto mayor se la frecuencia. Sin embargo, todas ellas se generan
espontáneamente mediante algún tipo de proceso natural, como son las emisiones por átomos, por
moléculas o por núcleos atómicos, que trataremos en los temas de física moderna. En particular, la
radiación ultravioleta emitida desde las estrellas, como el Sol, y desde no hace demasiado tiempo
con un tipo de lámparas especiales. Por la magnitud de su energía produce muchos efectos químicos
y, por ello, se puede utilizar en la esterilización de instrumentos.

329
8. Inducción electromagnética

Es interesante señalar que el Sol emite tanto luz visible como radiación infrarroja y ultravioleta.
Pero, la luz que hace resonar a nuestras moléculas, aumentando su energía cinética y, por lo tanto,
nuestra temperatura corporal, es principalmente luz infrarroja. Como esta luz no atraviesa objetos
opacos como las nubes, en días nublados tenemos frío y, no obstante, podemos ponernos morenos o
llegar a quemarnos, porque la luz ultravioleta sí traspasa las nubes y, aunque nos calienta muy poco,
ejerce una acción sobre nuestra piel que sí provoca estos efectos. Una exposición corta a la luz
ultravioleta puede producir quemaduras en la piel, pero exposiciones prolongadas y frecuentes
producen efectos muy graves (entre ellos el cáncer de piel).

Finalmente, respecto a los rayos X y los rayos gamma, conviene saber que la radiación gamma () se
produce mediante procesos de desintegración nuclear. Los rayos X, muy utilizados en medicina, se
generan cuando electrones rápidos son bruscamente frenados (desaceleración de electrones).

En conclusión: Maxwell elaboró una gran teoría científica a partir de la cual se pueden describir
todos los procesos eléctricos y magnéticos. Dicha teoría se puede resumir en cuatro ecuaciones
fundamentales y predice la existencia de ondas electromagnéticas. Al afirmar además que la luz es
una onda electromagnética, la confirmación de la teoría de Maxwell supuso la integración de la
óptica como un capítulo mas del electromagnetismo.

7. IMPACTO MEDIOAMBIENTAL DE LA ENERGÍA ELÉCTRICA

El consumo de fuentes de energía no renovables como el petróleo y sus derivados y, en general el


uso creciente de energía por parte de más de 6000 millones de seres humanos, está produciendo un
impacto tremendo sobre el medio ambiente, tan grande, que nuestra supervivencia como especie
corre un serio peligro.

La energía eléctrica se ha definido en ocasiones como una energía limpia que no afecta al medio
ambiente. A ello contribuye sin duda, el hecho de que seamos capaces de usarla en nuestras casas
para iluminar, calentar, refrigerar, etc., tan solo apretando un interruptor y sin que veamos generarse
ningún tipo de residuo. Cabe plantearse si esto es realmente así o si, por el contrario, el proceso de
obtención de energía eléctrica tiene algún impacto perjudicial en el medio ambiente y en qué medi-
da.

Considerad de qué posibles formas se puede producir energía eléctrica y elaborad una lista
con todos los efectos positivos y negativos que puedan tener sobre el medio ambiente.

En este capítulo hemos dicho que más del 95% de la electricidad que utiliza la humanidad se ge-
nera mediante alternadores. Ahora bien, para que ello ocurra hemos conseguir que la bobina o
inducido se mueva en el seno de un campo magnético, lo cual exige una energía. Actualmente,
dicha energía proviene a veces de un salto de agua (central hidroeléctrica) y más raramente de
otras fuentes (como el viento). De hecho, lo más habitual es que se utilice el vapor generado
quemando carbón, fuel o gas (central térmica de combustible fósil) o bien mediante la fisión de
un material radiactivo como el uranio (central térmica de combustible nuclear). Por tanto, aunque
la energía eléctrica que se usa en las industrias y en las casas no produzca directamente residuos
que tengan un impacto medioambiental negativo, hemos de pensar en los diversos daños ocasio-
nados al medio ambiente a causa de la forma de obtener dicha energía y las materias primas utili-
zadas.

¿Cuál es el impacto medioambiental de las centrales térmicas?

330
8. Inducción electromagnética

Una central eléctrica que utilice carbón tiene, entre otros, dos graves inconvenientes sobre el me-
dio ambiente:

 Contribuye a aumentar la lluvia ácida debido, sobre todo, a que el


carbón contiene azufre como impureza y al quemarlo se producen
óxidos de azufre que van a parar a la atmósfera y que reaccionan con
el agua presente en el aire. Ello hace que el agua de lluvia sea ácida y
pueda destruir bosques enteros y aumentar la acidez de lagos hacien-
do imposible la vida de plantas y animales en ellos.

 Contribuye a aumentar el efecto invernadero debido a que cuando se


quema carbón se produce CO2 (el principal causante de este efecto). La
energía procedente del Sol que llega a la Tierra calienta el planeta y éste
refleja al espacio parte de dicha energía en forma de radiación infrarro-
ja. Sin embargo el CO2 presente en la atmósfera dificulta el paso de esa
radiación reflejándola de nuevo al suelo con lo que está aumentando la
temperatura media del planeta. El proceso se ha intensificado en gran
parte debido a la quema de carbón y de otros combustibles fósiles como
el petróleo y todos sus derivados que está haciendo aumentar mucho la
concentración de CO2 en la atmósfera.

En la generación de electricidad mediante la combustión de fuel, además de los efectos anteriores


hay que tener en cuenta que el fuel se extrae del petróleo y que el transporte del crudo de petróleo
desde los yacimientos hasta las refinerías tiene unos riesgos indudables sobre el medio ambiente
(recordad los accidentes ocurridos al encallar algunos superpetroleros y los desastres ecológicos
producidos al verterse miles de toneladas de crudo frente a las costas, la rotura de oleoductos,
etc..). No podemos olvidar tampoco la destrucción directa de los ecosistemas allí donde se extrae
el petróleo, como está ocurriendo, por ejemplo, en Rusia y África. Por otra parte este proceso de
agotar rápidamente todas las reservas de petróleo quemándolo, cuando a partir del mismo se ob-
tienen tantos productos necesarios (desde fibras sintéticas a plásticos y medicamentos) no parece
que sea una actitud muy inteligente.

Una central eléctrica que utilice un reactor nuclear no contribuye tanto al efecto invernadero ni a la
lluvia ácida pero, en cambio, supone un grave riesgo para el medio ambiente y las personas debido a
un posible accidente nuclear (recordad el de Chernobyl entre otros) y también debido a que generan
residuos radiactivos que estarán activos durante muchos años. ¿Dónde enterrar con seguridad du-
rante miles de años la gran cantidad de residuos radiactivos que estamos generando? ¿No es eso
una bomba de relojería para nuestros descendientes?

¿Cuál es el impacto medioambiental de las centrales hidroeléctricas?

En general una central hidroeléctrica aprovecha el desnivel existente en un cierto tramo de un río
para producir energía eléctrica, lo cual supone la transformación de una zona fluvial en una zona con
un embalse de agua más o menos grande, con todas las consecuencias para el medio ambiente que
de ello se derivan. A continuación se exponen algunas de ellas.

 Pérdida de suelo por la erosión provocada por las obras


 Destrucción de parte de la vegetación de la zona debido a las obras de acceso a la central (pistas
o carreteras, presa, edificios anexos, etc.) y al tendido eléctrico.

331
8. Inducción electromagnética

 Desaparición de parte de la flora y fauna de la zona debido a la alteración de su hábitat natural


 Contaminación “estética” causada por las alteraciones paisajísticas (caminos, obras, tendido
eléctrico, tuberías, etc.).
 Impacto del tendido eléctrico sobre las aves de la zona.
 Efecto “barrera” de la presa sobre algunas especies piscícolas que realizan migraciones.
 Desaparición de la actividad agropecuaria en la zona embalsada.
 Posible desaparición de pueblos que llevan viviendo en la zona inundada durante muchísimos
años y traslado forzoso de sus gentes a otros lugares.

Como es lógico, a pesar de las consecuencias anteriores, el impacto sobre el medio ambiente de las
centrales hidroeléctricas (y sobre todo de las pequeñas o “minicentrales”) es bastante menor que el
de las térmicas ya que no emiten CO2 ni óxidos de azufre (no contribuyen a aumentar el efecto in-
vernadero ni la lluvia ácida) y además su funcionamiento se basa en la energía cinética del agua y no
en el consumo de combustibles fósiles o uranio (con todos los inconvenientes que ello implica). Sin
embargo, el peso de las centrales hidroeléctricas frente a las térmicas es, en la actualidad, muy esca-
so.

Por otra parte, las centrales hidroeléctricas también tienen algunos efectos positivos sobre el ambien-
te como, por ejemplo:

 En el agua de los embalses se eliminan materias sedimentables por decantación lo que las hace
utilizables para el abastecimiento de agua potable a las poblaciones.
 Control de posibles avenidas de agua evitando inundaciones en zonas situadas aguas abajo.
 Incremento en el nivel de agua en pozos próximos al embalse
 Al poder regular el caudal de agua después del embalse, es posible disponer de un caudal míni-
mo de agua en el río incluso durante el verano y también se pueden controlar los regadíos.

¿Conocéis otras formas de obtener energía eléctrica? ¿Qué impacto ambiental pueden tener?

La energía eléctrica también se puede obtener de otras formas como por ejemplo: aprovechando las
mareas, la energía cinética del aire en movimiento (aerogeneradores) o la energía solar. El impacto
medioambiental de las centrales eólicas y solares es mucho menor que en los otros casos. No obstan-
te también existe ya que los enormes molinos de viento colocados sobre las cimas de las montañas o
en las costas, tienen un indudable impacto estético y también afectan a las aves, generan ruido en sus
proximidades y producen interferencias en las comunicaciones. En cuanto a las centrales solares el
impacto sobre el medio ambiente se deriva de la gran cantidad de terreno que se precisa. Así, en una
zona con al menos 2500 horas de sol al año, se precisaría ocupar en total unos 10 km2 de terreno
para obtener una potencia de 100 MW. Eso significa una gran cantidad de suelo que queda sin som-
bra (lo que puede afectar a la flora y fauna local), además de la modificación paisajística importante.
El hecho de que se suelan construir en zonas desérticas contribuye a paliar estos efectos negativos.
332
8. Inducción electromagnética

No debemos olvidar tampoco que la energía eléctrica también se puede originar mediante reac-
ciones químicas (pilas y baterías). Se trata de una forma habitual de obtener pequeñas cantidades
de energía eléctrica. Millones de juguetes, de aparatos e instrumentos funcionan con pilas. Las
pilas permiten disponer de energía con mucha autonomía (solo con transportarlas allá donde va-
yamos) pero contienen sustancias contaminantes para el medio ambiente.

Recientemente también se habla de los posibles efectos negativos sobre la salud de las personas, de
las radiaciones electromagnéticas emitidas por las antenas de radiotelefonía y las que emiten y reci-
ben los teléfonos móviles. Aunque se trata de un tema sujeto a estudio conviene aplicar el principio
de precaución mientras no estemos bien seguros respecto a su inocuidad.

¿De qué formas se puede disminuir el impacto ambiental negativo (directo o indirecto) de la
energía eléctrica?

Existen muchas medidas que se pueden tomar (y que desgraciadamente no se llevan a cabo en la
medida que haría falta) para reducir el impacto medioambiental de la energía eléctrica. Nosotros
mismos podemos contribuir a este objetivo de forma fundamental (somos muchos millones de per-
sonas y si todas hacemos algo, en total es muchísimo). A modo de ejemplo:

 Utilizar pilas recargables y lámparas de bajo consumo


 No tirar las pilas (de ningún tipo), lámparas, o tubos fluorescentes a la basura, sino depositarlos
en los contenedores que existen al efecto (o pedir que instalen esos contenedores en el barrio, la
escuela, comercios, etc.).
 Impulsar las minicentrales hidroeléctricas (de mucho menos impacto sobre el medio ambiente
que las grandes centrales que exigen construir enormes embalses).
 Favorecer el uso de energías renovables. Hemos de tener en cuenta que España es considerado
como uno de los países con mayor potencial para generar energía eléctrica mediante el viento, el
sol y el agua. Sin embargo, más del 90 % de la energía que consumimos se basa en materias pri-
mas no renovables (y que además nosotros prácticamente no tenemos) como el petróleo, carbón,
uranio y gas. Ello nos hace ser un país excesivamente dependiente de los demás en cuanto a la
energía, con todo lo que eso implica. El uso de paneles solares para la calefacción en los nuevos
edificios debería ser obligatorio. También habría que favorecer la instalación por particulares
(allí donde fuese posible) de aerogeneradores y paneles solares así como la venta por ellos de la
energía sobrante a las grandes compañías eléctricas.
 Utilizar electrodomésticos de bajo consumo.
 En las ciudades los equipos de gobierno municipal deberían de ser conscientes del problema y
no derrochar tanta energía eléctrica. En algunas de ellas, como Valencia, las farolas han prolife-
rado tanto que es difícil conciliar el sueño por la noche si no se baja la persiana o se corre la cor-
tina y la contaminación lumínica impide ver el cielo.

333
8. Inducción electromagnética

 No tener en la casa más luces encendidas de las que sean necesarias.

La mayor parte de las propuestas anteriores se pueden englobar en sólo tres palabras que empiezan
por la misma letra: Reducir, Reutilizar y Reciclar.

Para terminar, conviene realizar una pequeña reflexión: El uso de la energía en general y de la energ-
ía eléctrica en particular está muy desigualmente repartido en la humanidad. Existen muchos millo-
nes de familias que no disponen de energía eléctrica en sus casas y es justo que aspiren a la mejor
calidad de vida que esta les proporcionaría. Podemos preguntarnos qué es lo que ocurriría si mañana
todo ser humano viviente dispusiera de la misma energía eléctrica y aparatos eléctricos que un nor-
teamericano medio manteniendo las mismas formas de obtener energía eléctrica y en la misma pro-
porción de energía renovable frente a no renovable así como la misma tasa de crecimiento de la po-
blación mundial. Con toda seguridad, el agotamiento de recursos y el impacto ambiental ocasionado
producirían un desastre de proporciones incalculables en muy pocos meses. La diferencia de la reali-
dad con este supuesto tan sólo radica en el tiempo (en lugar de pocos meses, si no tomamos medidas
ya, serán unos años).

De acuerdo con las consideraciones anteriores el uso y la generalización de energías más respetuosas
con el medio ambiente y políticas sociales más justas (diseñadas para conseguir un desarrollo soste-
nible para todos) junto con un control de la natalidad (políticas demográficas responsables por parte
de todos los gobiernos), son hoy en día más necesarios que nunca en un planeta que antes parecía no
tener límites pero que ahora se nos ha quedado pequeño.

RECAPITULACIÓN

La experiencia de Oersted abrió la posibilidad de producir corriente eléctrica mediante campos


magnéticos. En este tema hemos visto que toda variación en el flujo magnético que atraviesa un cir-
cuito induce en él una corriente eléctrica y hemos analizado las distintas formas de producir esos
cambios de flujo: modificando la superficie del conductor, modificando el campo magnético y me-
diante un movimiento relativo del inductor e inducido. Ello nos ha permitido comprender el funcio-
namiento de los transformadores, los alternadores y dinamos, así como el fenómeno de la autoinduc-
ción.

Para obtener la fuerza electromotriz inducida y el sentido de la corriente, hemos introducido las leyes
de Faraday y de Lenz. También hemos estudiado la teoría electromagnética de Maxwell desde la
síntesis de los fenómenos electromagnéticos a la predicción y comprobación experimental de la ra-
diación electromagnética y el espectro de ondas electromagnéticas. Finalmente hemos terminado el
capítulo tratando acerca del impacto medioambiental de la energía eléctrica.

Con este tema hemos finalizado los dos primeros bloques del curso que se engloban dentro de la
física clásica. Los siguientes pretenden una primera aproximación a la física moderna.

334
8. Inducción electromagnética

8. INDUCCIÓN ELECTROMAGNÉTICA. CUESTIONES, EJERCICIOS Y PROBLEMAS

1. La espira rectangular de la figura está situada sobre el plano XY y tiene dos lados móviles de 1 m de longi-
tud cada uno que se desplazan en sentidos contrarios con una velocidad de 3 m/s. La espira se encuentra in-
mersa en un campo magnético uniforme de 1 T, inclinado 60º respecto del eje Z. Sabiendo que la longitud L
inicial es de 2 m, se pide:
Z 60º B

V V

L
a) Calcula el flujo del campo magnético, que atraviesa la espira en el instante inicial.
b) Calcula la fuerza electromotriz inducida en la espira y razona el sentido de la corriente.
(Selectivo, junio, 2008)

Rdo. a)  = 1 Wb; b)  = - 3V, corriente en sentido horario.

2. En una región en la que el campo magnético terrestre vale 4·10-5 T y es prácticamente vertical, se encuentra
volando horizontalmente un avión cuya envergadura de alas es de 50 m ¿Qué diferencia de potencial se indu-
ce entre los extremos de las alas si la velocidad del avión es de 1224 km/h? Rdo. 0'68 V

3. Una espira de 30 cm2 de área gira en un campo magnético de 3·10-2 T con una velocidad angular de /8
rad/s. Obtened la fem inducida en función del tiempo y calcular su valor en los instantes t=2s, t=4s y t=5s.
Rdo. 2'5 ·10-5 V, 3'53 ·10-5V y 3'26 ·10-5 V respectivamente

4. Un campo magnético variable de módulo B = 3·cos (200t) T (para t en s), forma un ángulo de 30º con el
plano que contiene a una espira circular de 12 cm de radio.

a) Hallar la fem inducida en la espira y su valor para t = 1s


b) Frecuencia de la corriente alterna inducida en la espira
c) Valores de la fem inducida para t = 0, t = T/4, t = T/2, t = 3T/4 y t = T

Rdo. a)  = 13’57 sen (200 t), = -11’85 V; b) f= 31’83 Hz ; c) 0, +13’57, 0, -13’57, 0, respectivamente (V)

5. El flujo magnético que atraviesa a una espira conductora viene dado por  = (t2-4t)·0’1 Wb (si t en s). Se
pide: a) fem inducida en función del tiempo. b) ¿En qué instantes de tiempo se hace 0 el flujo? ¿Cuánto vale la
fem en esos instantes? Rdo. a)  = 0’4 – 0’2t; b) Para t = 0,  = 0’4 V y para t = 4 s,  = -0’4 V.

6. Colocamos un cuadro circular formado por 10 espiras de 5 cm de radio cada una en el seno de un campo
magnético constante B = 0’08 T perpendicularmente a las líneas de fuerza. Determina el valor medio de la
fem que se inducirá cuando:
a) Giremos 180º el cuadro de espiras (es decir le demos media vuelta) en 0’1 s
b) Anulemos B en 0’1 s
c) Invirtamos el sentido de las líneas de fuerza en 0’1 s
Rdo. a)  = 0’1257 V; b)  = 0’0628 V; c)  = 0’1257 V

7. Una bobina de 200 espiras circulares de 2 cm de radio medio, cuya resistencia es de 8 ohmios se coloca en
el entrehierro de un electroimán. Cuando éste se conecta, el campo magnético alcanza un valor máximo B =
0’5 T en 0’1 s. Determinad el valor medio de la fem inducida. Rdo. m = -0’4 V

335
8. Inducción electromagnética

8. La bobina de un generador tiene 200 espiras de un área de 400 cm2 cada una y gira en un campo magnético
B=0'5 T. a) Obtened la velocidad angular a la que ha de girar la bobina para generar una fem máxima de
200V. b) Calculad la frecuencia de la corriente alterna obtenida y decir cuántas veces por segundo cambiará
de sentido la corriente por un posible circuito conectado a dicho generador.
Rdo. a) 50 rad/s. b) 7'96 Hz y 16 veces cada segundo (aproximadamente).

9. El inducido de un alternador de 50Hz gira en un campo magnético de 0'30 T. Si el área encerrada por la
bobina es de 4·10-2 m2, ¿cuántas espiras ha de tener para que la fem máxima sea 150V? Rdo. N  40.

10. Una varilla conductora de 20 cm de largo gira en torno a uno de sus extremos que se halla fijo a un punto a
razón de 50 r.p.m. en el seno de un campo magnético de 0'8 T, normal al plano de giro. Calculad la diferencia
de potencial entre sus extremos. Rdo. 0'084 V

11. Para que funcione una radio de transistores es necesario reducir la diferencia de potencial del enchufe de
220 V a una diferencia de potencial de 9 V. Si para ello utilizamos un transformador que tiene 660 espiras en
el primario ¿cuántas espiras debe tener en el secundario? Hallad la intensidad de corriente que debe circular
por el primario si la radio funciona con 300 mA. Rdo. 27 espiras, 12 mA.

12. La bobina de inducción de un coche debe elevar los 12 V que suministra la batería hasta 25000 V. ¿Qué
relación debe existir entre el número de espiras del primario y del secundario? Rdo. Ns/Np = 2083'3

13. Un transformador tiene 20 espiras en el primario y 600 en el secundario. La tensión de entrada es de 25 V


y la intensidad a la salida es de 3’8 mA. Suponiendo que el rendimiento del aparato sea del 100%, calcula la
tensión a la salida, la potencia transformada y la intensidad a la entrada. Rdo. 750 V, 2850 W y 114 mA

14. Una cierta central termoeléctrica genera una potencia de 144 kW a una diferencia de potencial de 12000
V. Si utilizamos un transformador para elevar el voltaje hasta 120000 V antes de transportar la energía eléctri-
ca mediante una línea de transmisión cuya resistencia es de 200 , se pide: a) La intensidad de corriente por la
línea. b) ¿Qué pérdida de potencia se produce por efecto Joule? c) ¿Qué pérdida se hubiera producido de no
haber elevado la diferencia de potencial antes del transporte?
Rdo. a) IS = 1'2 A; b) 288 W; c) 28800 W

15. Calcula la potencia disipada en una línea de alta tensión cuya resistencia es de 280 , sabiendo que la
línea suministra una potencia de 100 kW, en los siguientes casos:
a) La diferencia de potencial entre los cables es de 5000 V
b) La diferencia de potencial entre los cables es de 150.000 V
Rdo. a) 112.000 W; b) 124’4 W

16. Deducid la relación entre el flujo magnético y la intensidad en un circuito formado por un solenoide de N
espiras. Dad el coeficiente de autoinducción L del solenoide. Rdo. L = 0 N2S/l (siendo l la longitud del sole-
noide y S la superficie de una de sus espiras).

17. Calculad la autoinducción de un circuito que, colocado en el aire, tiene una bobina de 4000 espiras con
una longitud de 20cm y 10cm2 de superficie. Rdo. 0'1 H

18. Al girar una dinamo, se establece una corriente eléctrica continua de 2'5A al cabo de 0'01s, apareciendo
una fem autoinducida de 0'25V. Hallad el coeficiente de autoinducción de la dinamo. Rdo. 0'001 H.

19. Por una bobina con una autoinducción de 0'4 H circula una corriente que varía a razón de 200A/s hasta
alcanzar un valor de 1'5 A. Hallad la fem inducida mientras dura la variación y el flujo magnético que atra-
viesa el solenoide. Rdo.  = 80 V,  = 0'6 Wb

20. Cuando hablamos por teléfono móvil a una persona que esté a 2000 km de distancia, ¿cuánto tiempo como
mínimo tarda la voz en llegarnos? Rdo. 0'0067 s

336
C. CRISIS DE LA FÍSICA CLÁSICA Y SURGIMIENTO DE LA FÍSICA MODERNA

A finales del siglo XIX se llegó a considerar a la Física como una ciencia prácticamente acabada,
con unas leyes y principios sólidamente establecidos que ya nadie cuestionaba. Formaba así un
extenso y coherente cuerpo de conocimientos que se basaba en dos grandes pilares o teorías
científicas: La Mecánica de Newton y la Teoría Electromagnética de Maxwell. Como hemos podido
ver a lo largo de este curso y el anterior, dichas teorías se pueden aplicar al estudio de diversos
fenómenos, algunos de los cuales se concebían antes como de muy distinta naturaleza de tal modo
que cada uno estaba regido por sus propias leyes. Así, por ejemplo, sabemos que la mecánica
newtoniana se aplicó con éxito a situaciones tan aparentemente diferentes como el lanzamiento de
proyectiles, el movimiento de los planetas o los movimientos de partículas como átomos y
moléculas (relacionados con la presión de los gases, los procesos caloríficos o la producción y
propagación de ondas sonoras). También hemos visto cómo la teoría electromagnética integró
teorías anteriores sobre la electricidad, sobre el magnetismo y sobre la óptica (que inicialmente
aparecían como campos científicos distintos, sin relación entre ellos), y propició el desarrollo de
nuevas tecnologías tales como, la bombilla de incandescencia, los electrodomésticos en general, la
televisión, el teléfono, etc., que cambiaron enormemente y de forma muy rápida el modo de vida de
una gran parte de la humanidad.

Así pues, la física de finales del siglo XIX, disfrutó de un periodo de gran éxito propiciado por el
hecho de haber construido a lo largo de más de dos siglos (desde Galileo hasta Maxwell) un cuerpo
global de conocimientos dotado de una gran coherencia interna, capaz de explicar la mayoría de los
fenómenos conocidos y de impulsar importantes avances tecnológicos. Sin embargo, esa misma
física (a la que, en adelante llamaremos física clásica) no tardó en sufrir una gran crisis, que afectó
incluso a sus conceptos más básicos. Dicha crisis fue inducida (en parte) por la aparición de hechos
nuevos que no se pudieron interpretar satisfactoriamente utilizando las leyes de la física clásica.
Entre ellos cabe destacar, el fracaso en la búsqueda de un sistema de referencia en reposo absoluto,
el llamado efecto fotoeléctrico y la emisión de energía de forma aparentemente continuada (sin
ninguna aportación exterior) por algunos elementos químicos. La investigación de cada uno de estos
hechos tuvo un papel importante en el surgimiento de la teoría de la relatividad, la física cuántica y
la física nuclear, respectivamente, que constituyen los fundamentos de lo que se ha venido en
denominar como física moderna. En los tres capítulos siguientes trataremos de aproximarnos de
forma elemental a dichos fundamentos.

337
338
9. INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA ESPECIAL DE LA RELATIVIDAD

Como señalábamos en la presentación de este bloque, a comienzos del siglo XX, la física pasó por
una situación bastante difícil. Esta situación fue causada inicialmente por algunos hechos
experimentales, de difícil explicación con los conocimientos vigentes en ese momento, pero pronto
se pudo comprobar que la culpable de dicha crisis era en realidad la, hasta entonces, incuestionable
mecánica newtoniana.
Resulta curioso que la mecánica newtoniana que comenzó como una "herejía", como algo que
cuestionaba profundas convicciones (incluso de tipo religioso) pasara luego a ser unánimemente
aceptada por toda la comunidad científica y terminara, a comienzos del siglo XX, por convertirse en
un "prejuicio" que dificultaba el desarrollo de la física moderna.
Uno de los problemas a los que no pudo dar respuesta la física clásica fue la imposibilidad de
detectar experimentalmente la existencia del espacio (entendiendo como tal lo que quedaría si
pudieran desaparecer todos los cuerpos del universo) como sistema de referencia en reposo absoluto.
La génesis de la teoría de la relatividad está, como vamos a ver, relacionada con el intento de
explicar este problema.

Como ya vimos, tan correcto es afirmar que la pizarra está en reposo, por ejemplo, respecto de un
sistema de referencia con origen en una esquina del aula, como decir que tiene un movimiento. Este
movimiento puede ser, por ejemplo, circular (respecto del eje de rotación de la Tierra) o de
trayectoria más complicada (por ejemplo, respecto de un sistema de coordenadas con origen en el
centro del Sol).
Algo parecido ocurre cuando analizamos el movimiento de una bola de acero dejada caer desde el
techo de un vagón de tren que avanza rápidamente y en línea recta. La descripción será muy
diferente según le preguntemos a un pasajero que se mueve solidariamente con el tren o a una
persona que parada junto a un árbol observa desde fuera del tren el movimiento de la bola. Los
valores de la velocidad o de la posición de la bola en un cierto instante de su movimiento, diferirán
según a qué observador le preguntemos y, sin embargo, los dos tendrán razón.
Por lo tanto, el estado y el tipo de movimiento de cualquier cuerpo no es un hecho absoluto
atribuible a dicho cuerpo, sino que depende del sistema de referencia que se utilice para estudiarlo.
Este hecho, la relatividad de los movimientos, es evidente y casi elemental, y era conocido desde la
antigüedad. Sin embargo, plantea una dificultad importante al estudio de los movimientos. En efecto,
339
9. Teoría de la relatividad

una característica fundamental del trabajo científico es la búsqueda de relaciones generales, de forma
que las mismas relaciones puedan ser utilizadas con éxito en la más amplia variedad de casos
posible.

¿Será posible encontrar unas leyes generales sobre los movimientos que valgan para explicar el
movimiento de un cuerpo sea cuál sea el sistema de referencia escogido?

Durante un largo periodo, que situamos entre las primeras contribuciones de la astronomía antigua
(siglo V antes de nuestra era) y la época inmediatamente anterior al establecimiento de la mecánica
newtoniana (siglo XVII), predominó una imagen del universo que consideró a la Tierra en reposo
absoluto en el centro del universo y al resto de cuerpos celestes girando a su alrededor (sistema
geocéntrico). En consecuencia, en la antigüedad no tuvo importancia la relatividad de los
movimientos ya que todos ellos podían, en última instancia, referirse a un mismo sistema de
coordenadas en reposo absoluto con el origen situado en el centro de nuestro planeta. Con lo cual
todos los observadores coincidirían al medir la posición y la velocidad de cualquier cuerpo respecto
de dicho origen.

Fue a comienzos del siglo XVI cuando empezó a cuestionarse el sistema geocéntrico y Copérnico
propuso su teoría heliocéntrica según la cual era el Sol quien ocupaba el centro del universo y todos
los planetas (incluyendo a nuestra Tierra) y estrellas giraban a su alrededor. Sin embargo, el tránsito
del geocentrismo al heliocentrismo no introdujo un cambio sustancial en relación con la relatividad
de los movimientos. El modelo heliocéntrico arrebató a la Tierra el privilegio de ser el centro del
universo y se lo traspasó al Sol, de modo que ahora también todos los movimientos podían referirse
a dicho astro.

Así pues, mientras la humanidad creyó que un objeto (la Tierra, el Sol) ocupaba en reposo absoluto
el centro del universo, la relatividad de los movimientos no constituyó un problema científico. Sin
embargo, poco después de asumir el movimiento de la Tierra, hubo que reconocer que el Sol
también se mueve alrededor del centro de nuestra Galaxia, que ésta se mueve a su vez respecto de
otras galaxias, etc.. Todo ello en un universo en el que la interacción gravitatoria gobierna el
movimiento de los astros que lo forman. Se planteó entonces si habría en el universo "algo" que
verdaderamente se encontrase en reposo absoluto.

Si no hubiera en todo el universo nada que pudiera tomarse como sistema de referencia en reposo
absoluto, sería fundamental conseguir que mediante las mismas leyes pudieran interpretarse las
distintas descripciones que harían del movimiento de un cuerpo observadores situados en distintos
sistemas de referencia en movimiento relativo uno respecto del otro.

Como ya sabemos, la mecánica de Newton logró unificar dos mundos hasta entonces distintos (el
sublunar y el celeste) y explicar satisfactoriamente mediante las mismas leyes toda una serie de
hechos diversos como las mareas, el movimiento de los planetas alrededor del Sol, el movimiento de
objetos terrestres, etc., mostrando reiteradamente su validez. Cabe pues que nos preguntemos si
dicha mecánica aportó también alguna solución al problema de la relatividad, es decir:

¿Consiguió Newton que las leyes de su mecánica se adapten a la variedad de descripciones que tiene
todo movimiento según el sistema de referencia elegido o, por el contrario, mantuvo el concepto de
existencia de un sistema de referencia privilegiado en reposo absoluto? A continuación abordaremos
este problema.

340
9. Teoría de la relatividad

1. LA MECÁNICA DE NEWTON Y LA RELATIVIDAD. EL PRINCIPIO DE RELATIVIDAD DE


GALILEO

Se ha visto que el carácter relativo de los movimientos plantea un problema a la física: Como todo
movimiento tiene una descripción distinta dependiendo del sistema de referencia que se utilice para
estudiarlo, las leyes físicas deberían ser capaces de adaptarse a esta diversidad. Veremos ahora que
las leyes de la mecánica de Newton poseen esta cualidad.

1.1. Equivalencia entre el reposo y el movimiento rectilíneo y uniforme

En un cierto lugar, un observador "O" deja caer una piedra al suelo. Dentro de un vehículo (por
ejemplo, un tren) otro observador "O' " hace lo mismo. ¿Cómo se tiene que mover el tren para que
no haya diferencias en la forma en que ambos miden el movimiento de sus respectivas piedras?

Todas nuestras experiencias cuando viajamos en coche, en tren, en avión, etc., dicen que mientras un
vehículo no cambie de velocidad, es decir, mientras se mueva en línea recta y con rapidez constante
(movimiento rectilíneo y uniforme), para un observador O' situado en el interior del mismo, todo
ocurre igual que si dicho vehículo estuviera parado o, lo que es equivalente: el movimiento que mide
O' en esas circunstancias, en nada se diferencia del que mide el observador O con respecto a su
propia piedra.

De este hecho se deduce una conclusión importante: el reposo y el movimiento rectilíneo y uniforme
son equivalentes y no se puede atribuir prioridad en el movimiento a uno de ellos. Lo único que se
puede asegurar es la velocidad relativa que hay entre ambos. En el caso que estamos considerando
esto significa que no se puede afirmar que el observador O está absolutamente quieto y es O' el que
se mueve alejándose de él hacia la derecha. Tan válido sería decir eso como que es O' quien está
quieto y O quien se aleja de él hacia la izquierda. En ambos casos la rapidez relativa con que uno de
ellos se aleja del otro sería la misma (en valor absoluto).

Para la relatividad, la equivalencia entre el reposo y el movimiento rectilíneo y uniforme es muy


importante, porque indica que ha de ser posible establecer varios sistemas de referencia diferentes en
los que el comportamiento mecánico de los objetos se podrá interpretar utilizando las mismas leyes.

341
9. Teoría de la relatividad

En nuestro ejemplo no se puede afirmar si está en reposo un sistema de referencia exterior (ligado a
la superficie de la Tierra), u otro sistema de referencia interior (ligado al propio vehículo). Por lo
tanto, unas leyes mecánicas que interpreten los movimientos desde el suelo exterior, también se han
de poder aplicar dentro del vehículo. Esto es lo que sucede precisamente con los principios de la
dinámica de Newton.

Usando los principios de la dinámica de Newton, interpretad el movimiento de la piedra que cae
dentro de un tren. Hacedlo primero según el punto de vista de O' (es decir, adoptando un sistema de
referencia interior, ligado al tren) y después según el punto de vista de O (es decir, adoptando un
sistema de referencia exterior, ligado al suelo terrestre) respecto del cual el tren se aleja con
movimiento rectilíneo y uniforme. Para simplificar, despreciar el rozamiento de la piedra con el
aire.

La piedra de masa "m", cuando deja de estar sujeta por la mano de O', cae debido a que sobre ella
actúa una fuerza resultante que cambia su velocidad (primer principio). En el caso que se plantea,
la fuerza resultante es debida a la interacción gravitatoria existente entre ella y el planeta (tercer
principio). Por otra parte, de la ecuación fundamental de la dinámica (segundo principio) aplicada
a la piedra, se deduce que ésta tendrá una aceleración dada por:

 Fres
a
m 
  P
donde la fuerza resultante sobre la piedra no será otra que la fuerza peso P de modo que: a 
m

Las consideraciones anteriores son válidas tanto para O como para O'.

Si le preguntamos a O', dirá que para él, la velocidad inicial de la piedra es 0 (la piedra inicialmente
está en reposo respecto de cualquier punto del tren y respecto de O'), luego encuentra perfectamente
lógico que la piedra caiga verticalmente con movimiento rectilíneo y uniformemente acelerado.

Si, por el contrario, le preguntamos a O cómo es el movimiento de la piedra dejada caer dentro del
vehículo, aplicará las mismas leyes que O' pero dirá que para él la velocidad inicial de la piedra no es
0 sino que coincide con la velocidad del tren. Dicha velocidad no desaparece por el hecho de que la
piedra deje de sujetarse por O' (ya que no existe ninguna componente de la aceleración en la
dirección del movimiento del tren) y permanece constante durante todo el movimiento de caída de
la piedra. Por tanto, según O, la piedra se mueve horizontalmente a la misma velocidad constante
que lo hace el tren a la vez que está cayendo, por lo que, para O, describe una trayectoria parabólica
(sería equivalente a un tiro horizontal) hasta llegar al suelo a los pies de O'.

342
9. Teoría de la relatividad

Así pues, cuando el tren tiene un movimiento rectilíneo y uniforme, se puede interpretar
satisfactoriamente el movimiento de la piedra que se deja caer dentro del mismo, adoptando un
sistema de referencia interior, ligado a dicho tren, y, también, adoptando un sistema de referencia
exterior, ligado al suelo terrestre. En los dos sistemas de referencia se usan los mismos principios de
la dinámica de Newton como punto de partida de los razonamientos, y en cada uno de ellos se
deduce una descripción del movimiento de la piedra diferente, que se adecua a su carácter relativo.
Las posiciones y velocidad con que se mueve la piedra en cada instante, así como el tipo de
movimiento, serán diferentes según cada observador, pero la aceleración que miden ambos será la
misma.

Esta es la solución que aportó la física clásica al problema de la relatividad de los movimientos: sus
leyes fundamentales, los principios de la dinámica de Newton, se aplican igual en distintos sistemas
de referencia, y en cada uno de ellos proporcionan una descripción diferente de un mismo
movimiento. Sin embargo no en todos los sistemas de referencia el movimiento de un cuerpo se
puede interpretar utilizando los principios de la dinámica de Newton. No lo podríamos hacer, por
ejemplo, si desde dentro de un autobús que de repente frena, quisiéramos explicar la aceleración que
experimentaría una persona hacia delante (no encontraríamos ninguna fuerza resultante
responsable). Podemos preguntarnos entonces:

¿En qué sistemas de referencia son aplicables los principios de la dinámica para explicar el
movimiento de un cuerpo?

En aquellos en los que ocurra que todo cuerpo sobre el que la fuerza resultante sea cero se halle en
reposo o en movimiento rectilíneo y uniforme. A dichos sistemas se les denomina inerciales. Una
consecuencia de la definición anterior es que necesariamente dos sistemas de referencia inerciales
cualesquiera, deberán encontrarse el uno con respecto del otro en reposo o con movimiento
rectilíneo y uniforme.

La afirmación de que las leyes de la mecánica de Newton son las mismas en todos los sistemas de
referencia inerciales, se denomina Principio de Relatividad de Galileo, porque fue éste quien
señaló por primera vez, que no se puede diferenciar con experimentos mecánicos un sistema en
reposo de otro con movimiento rectilíneo y uniforme. Así, por ejemplo, si en el interior de un vagón
de tren se está jugando una partida de billar, ninguno de los jugadores podrá diferenciar si el tren se
encuentra en reposo o en movimiento rectilíneo y uniforme, respecto del suelo exterior, basándose
únicamente en el movimiento de las bolas, ya que el comportamiento de éstas es idéntico en ambos
casos.
343
9. Teoría de la relatividad

¿Se cumple el principio de relatividad de Galileo en sistemas de referencia no inerciales o


acelerados? Para responder a esta pregunta, analizad qué ocurriría si en el caso anterior el tren
aumentara o disminuyera de velocidad mientras que la piedra se encuentra en el aire.

Si mientras la piedra está en el aire el tren frena lo que sucede es que caerá en un punto del suelo del
tren situado delante del observador O', tanto más delante cuanto mayor sea la aceleración de frenado.
Por el contrario, si la velocidad del tren aumentara estando la piedra en el aire, ésta caería retrasada
respecto de O'. Sin embargo el movimiento de la piedra está gobernado por las mismas leyes y
condiciones que antes, la fuerza resultante sobre la misma y la aceleración con que cae tienen el
mismo valor que cuando el tren se desplazaba con movimiento rectilíneo y uniforme. Por tanto,
desde el punto de vista de O', la piedra debería caer con movimiento rectilíneo y uniformemente
acelerado. Dado que no sucede así, concluimos que ni en el tren acelerado ni en ningún otro sistema
de referencia no inercial, se pueden aplicar las leyes de Newton para describir un movimiento y en
ellos no se cumple el principio de relatividad de Galileo. Naturalmente, al observador O, le daría
igual la aceleración que pudiera experimentar el tren mientras la piedra está en el aire. Para él el
movimiento de la piedra (respecto del suelo exterior al tren) no se ve afectado por éste hecho.

1.2. Transformaciones de Galileo

Para expresar el principio de relatividad de Galileo en el lenguaje moderno, podemos pensar en dos
sistemas de referencia inerciales imaginarios que llamaremos K y K' en los que supondremos que K'
se aleja respecto de K con movimiento rectilíneo y uniforme de rapidez "u", según una dirección
coincidente con el eje X. En el origen de coordenadas de K situaremos un observador O ligado al
mismo, y en el origen de coordenadas de K' otro observador O' también ligado al mismo. Ambos
observadores pueden realizar en cada instante mediciones de diversas magnitudes como posición,
tiempo, masa, etc. Así mismo, supondremos que en el instante inicial t = t' = 0, el origen de
coordenadas de K' coincidió con el del sistema K, es decir, que en ese instante x = x' .

Si en las condiciones expresadas anteriormente O' se está alejando de O ¿cuáles serán las
ecuaciones que relacionan las coordenadas de un móvil P (por ejemplo un pájaro) medidas por el
observador O (coordenadas x, y, z) con las que mide el observador O' (coordenadas x', y', z')?

Como el sistema de referencia inercial (en adelante SRI) K' se aleja con rapidez constante "u" del
otro sistema de referencia inercial K, en un instante t, posterior a cuando ambos orígenes
coincidieron, el origen de K' (y por tanto el observador O' ligado a él) se hallará a una distancia dada

344
9. Teoría de la relatividad

por u · t del origen de K (y por tanto del observador O ligado a él). Si tenemos esto en cuenta y nos
fijamos en el esquema anterior, podemos escribir que:

x = x' + ut y=y' z=z' t=t'

Las ecuaciones anteriores se llaman Transformaciones de Galileo y expresan la ley que utiliza la
física clásica para trasladar las coordenadas que dan la posición de cualquier objeto P entre dos SRI,
K y K', donde K' se mueve con rapidez constante "u" respecto de K, en la dirección del eje OX. La
cuarta ecuación ( t = t' ) se añade para resaltar que para la física clásica existe un tiempo universal
que transcurre con independencia de los posibles sistemas de referencia y de los movimientos. Por lo
tanto, el instante de tiempo en el que ocurre un suceso determinado, medido por los dos
observadores O y O', será siempre el mismo (si ambos sincronizaron sus relojes en el momento que
coincidieron).

Tomando derivadas en las ecuaciones de Galileo, deducid una relación entre las velocidades y,
luego, otra entre las aceleraciones del punto móvil, medidas en ambos SRI.

Derivando respecto del tiempo ambos miembros de las ecuaciones anteriores se obtiene
directamente la ley clásica de transformación de las velocidades.

dx dx' d (ut )
En efecto: vx     vx  vx'  u (ya que u es constante)
dt dt dt

Análogamente obtenemos que: v y  v 'y y que vz  vz'

Dado que tal y como se mueven los sistemas de coordenadas considerados, las componentes
escalares de los vectores velocidad según los ejes Z e Y no cambian, nos limitaremos a estudiar lo
que ocurre a lo largo del eje X y se sobreentenderá el subíndice, de modo que en adelante,
escribiremos:
v=v'+u

Derivando otra vez respecto del tiempo en las ecuaciones anteriores se obtiene la ley clásica de
transformación entre aceleraciones.

dvx du dv
En efecto: ax    ax  x  ax = a'x (ya que al ser "u" constante, su derivada es 0)
dt dt dt

Análogamente obtenemos que: a y  a 'y y que az  az'

Estas últimas ecuaciones nos informan de que el vector aceleración de cualquier objeto es el mismo
independientemente del SRI desde donde se realice la medición (se dice que es invariante). Como
además, para la física clásica, el valor de la masa de un cuerpo es constante, se deduce que la
 
ecuación fundamental de la dinámica F  m  a y todas las expresiones que se derivan de ella, se
escriben igual en todos los sistemas de referencia inerciales.

345
9. Teoría de la relatividad

Podemos decir pues que dos observadores O y O' situados en sendos SRI en movimiento relativo
uno respecto del otro, ante un determinado suceso (por ejemplo un choque entre dos objetos),
medirán valores distintos de magnitudes relativas como la posición, la velocidad o la cantidad de
movimiento de los objetos implicados en ese evento, pero ambos aplicarán las mismas leyes para
obtenerlos (principio de conservación de la cantidad de movimiento, conservación de la energía,
ecuación fundamental de la dinámica, etc.).

Así pues, la física clásica aportó una solución excelente al problema de la relatividad. Esta solución
se concreta mediante las ecuaciones de Galileo, que transforman los valores de las magnitudes
relativas al pasar de un SRI a otro, garantizando que las leyes fundamentales de la mecánica sean
iguales en todos los SRI. O lo que es equivalente: aplicando las mismas leyes fundamentales de la
mecánica, en cada SRI se obtiene, para un mismo movimiento, una descripción diferente,
adecuándose así al carácter relativo que parece tener todo movimiento. De esta forma, el que hubiera
o no un sistema de referencia en reposo absoluto al que poder referir el movimiento de cualquier
objeto, no era ningún obstáculo para el desarrollo de la mecánica. No obstante, podemos plantearnos
si, de acuerdo con la mecánica de Newton, tiene sentido o no hablar de la posible existencia en el
universo de un sistema de referencia privilegiado en reposo absoluto.

1.3. Conceptos de espacio y de tiempo de la física clásica

Siguiendo los principios de la mecánica de Newton, ¿puede existir algún objeto en el mundo en
reposo absoluto?

Sabemos que, de acuerdo con los principios de la dinámica, para que un cuerpo permanezca en
reposo (en un cierto sistema de referencia inercial) se necesita lo mismo que para que se halle con
movimiento rectilíneo y uniforme (respecto de ese mismo sistema): que a lo largo del tiempo no se
ejerza ninguna fuerza sobre él o que la resultante de todas las que se ejercen sea nula. En el universo
existen miles de millones de astros en movimiento relativo que se ejercen mutuamente fuerzas de
atracción gravitatoria lo que hace imposible que la fuerza resultante sobre uno de ellos en particular
pueda ser siempre nula. Por tanto ningún astro tiene el privilegio de encontrarse permanentemente en
reposo absoluto en el universo. Además, si tal objeto existiera, tan correcto sería decir que se halla
en reposo como en movimiento rectilíneo y uniforme.

Hemos visto que, según los principios de la dinámica de Newton, no puede haber ningún objeto
del universo en reposo absoluto. ¿Es posible, no obstante, concebir algo en el mundo que sí
permanezca en reposo absoluto?

Como a ningún objeto celeste se le puede atribuir el privilegio de estar en reposo absoluto, la
tendencia espontánea del ser humano es intentar concebir otra cosa, distinta de un objeto material,
que sí pueda estar en reposo. Con esta intención se puede pensar en despojar imaginariamente al
universo de todos los objetos que "lo pueblan". Lo que queda entonces, es el "espacio mismo", que sí
podría ser un SRI. Tal espacio, entendido como el lugar donde están los objetos, donde ocurren las
cosas, etc., fue el sistema de referencia privilegiado que adoptó la física de Newton y se denomina
espacio absoluto.

La mecánica de Newton se sustentó sobre el concepto del espacio absoluto y, también, sobre el
concepto de un tiempo absoluto o universal que fluye independientemente de todo lo demás y de
igual forma para todos los observadores que lo miden sea cual sea el estado de movimiento de
dichos observadores.

346
9. Teoría de la relatividad

2. PREDICCIONES DE LA TEORIA ELECTROMAGNETICA Y EXPERIMENTO DE


MICHELSON Y MORLEY

A continuación veremos por qué la solución que dio la mecánica de Newton al problema de la
relatividad de los movimientos no fue definitiva y cuál fue la causa de que la relatividad moderna se
generara tras el establecimiento, a finales del siglo XIX, de la teoría electromagnética.

2.1. Las predicciones de la teoría electromagnética y la relatividad

Comenzaremos con una revisión de las predicciones que hace el electromagnetismo acerca de la
propagación de la luz.

¿Qué dice la teoría electromagnética de Maxwell sobre la naturaleza de la luz? ¿En qué consiste
su propagación? ¿A qué velocidad se produce?

Sabemos que según la teoría electromagnética de Maxwell, la luz consiste en una propagación
ondulatoria de un campo eléctrico y un campo magnético variables. Dicha propagación se inicia en
una fuente emisora o foco luminoso y tiene lugar en línea recta y en todas las direcciones.

Para la relatividad, la consecuencia más importante de esta concepción sobre la naturaleza de la


luz es el hecho de que su velocidad de propagación ha de tener un valor definido en cada medio.
Las ondas transmiten energía desde una fuente hacia los puntos circundantes, de éstos a los cir-
cundantes a ellos, etc., y la velocidad a la que ocurre esa transmisión depende únicamente de la
capacidad del medio para traspasar tal energía de unos puntos a otros y no de la velocidad con
que pueda desplazarse el foco respecto al medio en cuestión. Dicha velocidad en el caso de las
1
ondas electromagnéticas se calcula mediante en la que  es la permitividad eléctrica del
 
medio y  su permeabilidad magnética.

Todas las ondas conocidas hasta finales del siglo XIX eran ondas mecánicas, basadas en la
posibilidad de traspasar energía entre partículas materiales de un medio dado. Por ello, como la luz
viaja por todo el espacio (por ejemplo, nos llega luz de las estrellas), se pensó que debería existir un
medio material ocupándolo. A este hipotético medio transmisor de la luz en el espacio se le llamó
éter. La hipótesis de existencia del éter tuvo muchas dificultades porque por ser muy grande el valor
de la velocidad de la luz (3·108 m/s), ese éter debería ejercer unas fuerzas de recuperación
elevadísimas y para ello tendría que ser muy rígido. Al mismo tiempo, el hecho de que no se pueda
detectar y la evidencia de que los planetas se mueven por el espacio sin perder velocidad año tras
año, sugerían que ese mismo éter debería ser muy tenue. Estas dificultades preocuparon a los físicos,
pero, durante bastante tiempo se mantuvo la hipótesis del éter. Hoy en día esta hipótesis ha quedado
descartada y se sabe que el campo eléctrico y el campo magnético se propagan en medios materiales
y también en el vacío. De todos modos, considerar o no tal hipótesis no modifica en lo esencial el
debate sobre la relatividad. Tanto si se imagina a la luz propagándose en un espacio vacío, como si
lo hiciera en un espacio ocupado por el hipotético éter, lo importante para este debate es que, debido
a que la luz tiene una velocidad definida en el espacio y que ésta es independiente del estado de
movimiento que tenga la fuente luminosa en él, debería ser posible determinar la existencia de dicho
espacio como un sistema de referencia en reposo absoluto.

347
9. Teoría de la relatividad

En efecto, si suponemos que el espacio es un sistema de referencia en reposo absoluto, un hipotético


observador que se moviera con una rapidez v respecto de dicho espacio debería medir (si fuera
posible) una velocidad diferente para un pulso de luz emitido por un foco, que pasaría de valer: (c +
v) cuando el observador se acercara al foco a valer (c - v) cuando se alejara de él. Por tanto, si
pudiéramos realizar un experimento en el que fuéramos capaces de medir cuánto vale la velocidad
relativa con que se propaga la luz respecto de un observador que se acerca o se aleja del foco emisor,
podríamos obtener fácilmente la velocidad con que dicho observador se mueve en el seno del
espacio o, lo que es equivalente, habríamos encontrado un modo de determinar un sistema de
referencia en reposo absoluto y, por tanto, una forma de poder conocer si un sistema dado, en el cual
nos encontramos, se halla en reposo o en movimiento rectilíneo y uniforme.

V
c

V
c

De acuerdo con la mecánica clásica, si los viajeros de la figura anterior pudieran medir la velocidad
de la luz, deberían obtener resultados diferentes (c + v) el de arriba y (c - v) la de abajo. No obstante,
aunque se puede imaginar tal experimento, éste resulta difícilmente realizable en la práctica.

2.2. El experimento de Michelson y Morley

La Tierra, en su movimiento de rotación alrededor del Sol se traslada con una velocidad
relativamente grande (unos 30 km/s). Aunque la trayectoria no sea rectilínea, debido a lo grande que
es el radio medio de la órbita (unos 150 millones de km), podemos considerar que para intervalos de
tiempo pequeños, prácticamente se mueve en línea recta.

Si el espacio en sí mismo pudiera considerarse como un sistema de referencia totalmente en reposo,


entonces, la velocidad de un pulso de luz (medida por un observador terrestre) cuando la Tierra
avanzara al encuentro de dicho pulso, debería ser distinta a cuando la Tierra se alejara de él. Ésta fue
la idea básica de una original experiencia óptica llevada a cabo por Michelson y Morley en 1887
para detectar el movimiento relativo de la Tierra en el seno del "éter". Dicha experiencia (que no
vamos a detallar aquí) tenía un dispositivo capaz de poner de manifiesto las diferencias esperadas
entre ambas velocidades (en caso de que las hubiera).

348
9. Teoría de la relatividad

El resultado del experimento fue un golpe mortal para la hipótesis del "éter" (o del propio espacio)
como sistema de referencia en reposo absoluto, en cuyo seno se moverían todos los cuerpos con
velocidades absolutas. En efecto: no pudo observarse ninguna dependencia entre la velocidad de la
luz y el sentido en el que se moviera el observador capaz de medirla. Daba igual que el observador
se moviese al encuentro del pulso de luz o no, el resultado siempre era el mismo: "c".

El resultado del experimento de Michelson y Morley era por otra parte inaceptable, a no ser que se
pusieran en duda predicciones fundamentales de la mecánica de Newton o de la teoría
electromagnética de Maxwell.

3. EL SURGIMIENTO DE LA TEORÍA DE LA RELATIVIDAD ESPECIAL

Para la mayoría de los físicos, a finales del siglo XIX, pareció descabellado dudar siquiera de la
mecánica de Newton. Esta teoría había producido durante mucho tiempo resultados excelentes y los
conceptos básicos en los que se sustenta, estaban bien asumidos. Sin embargo, fue justamente en
algunos de sus conceptos fundamentales, dónde la física clásica presentó su punto débil.

3.1. Crítica a los conceptos de espacio y tiempo absolutos

Ahora veremos que los conceptos tradicionales sobre el espacio y el tiempo que asumió la mecánica
de Newton se pueden poner en duda cuando se analizan en relación con el problema de la relatividad
de los movimientos. Einstein siguió esta línea de razonamiento como punto de apoyo para
desarrollar la relatividad moderna.

¿Es coherente el concepto clásico del espacio absoluto con el hecho de que el reposo y el
movimiento rectilíneo y uniforme son equivalentes?

Como sabemos, de los principios de la dinámica de Newton se deduce la equivalencia entre el


reposo y el movimiento rectilíneo y uniforme. Por lo tanto, aunque existiera el espacio absoluto en
reposo, éste no se podría localizar mediante experimentos mecánicos. Con experimentos como, por
ejemplo, dejar caer una piedra y estudiar su movimiento, no se puede atribuir a un laboratorio el
privilegio de ser él y no otro SRI cualquiera el que está en reposo en el espacio. Esto lo sabía
Newton así que podemos preguntarnos ¿por qué defendió la hipótesis de la existencia del espacio
absoluto? Una de las razones es que aún quedaba una posibilidad de localizar tal espacio absoluto:
hacerlo mediante experimentos que no aplicaran leyes de la mecánica newtoniana, por ejemplo,
mediante experimentos ópticos. Esto fue lo que se intentó y no se pudo conseguir con el
experimento de Michelson y Morley.

Pero, el resultado de este experimento no resulta tan sorprendente si se tiene en cuenta, como señaló
Einstein, que ningún experimento de física es solamente mecánico o únicamente electromagnético.
En los experimentos sobre fenómenos electromagnéticos (por ejemplo sobre corrientes eléctricas,
con imanes, etc.) intervienen movimientos (de electrones, de la luz) y en los experimentos
mecánicos intervienen fenómenos electromagnéticos (por ejemplo, interviene la luz si usamos
nuestros propios ojos para hacer una medida). Entonces, como el reposo absoluto no se puede
localizar mediante experimentos "mecánicos", es bastante razonable plantear que tampoco debería
poder hacerse con ningún otro tipo de experimento. Einstein, razonando de este modo, pensó que se
debería generalizar la equivalencia entre el reposo y el movimiento rectilíneo y uniforme de la
mecánica de Newton a toda la física. Entonces, el concepto de espacio absoluto deja de tener interés
ya que no puede ser detectado mediante ningún tipo de experimento físico.

349
9. Teoría de la relatividad

Mediante razonamientos similares criticad la idea de un tiempo absoluto o universal, que


transcurre igual para todos en cualquier circunstancia.

Para medir el tiempo se utilizan relojes, que son esencialmente mecanismos más o menos
complicados (un péndulo, un reloj atómico, la Tierra en su rotación,..) que realizan algún
movimiento periódico. Para dar intervalos de tiempo, se toma como unidad de referencia un ciclo
del reloj (por ejemplo, un tictac de un péndulo puede ser igual a un segundo). ¿Es este tiempo igual
al tiempo universal y absoluto? La respuesta clásica a esta pregunta y la opinión mayoritaria que
dicta el sentido común es sí. Pero, como mostró Einstein, la evidencia de esta respuesta oculta algo
que se debe tener en cuenta: los tiempos que miden los relojes son medidas de procesos o, más
sencillamente, de movimientos (el movimiento de un péndulo, por ejemplo) y ¡los movimientos son
relativos!, es decir, varias de las magnitudes que los caracterizan (como son la posición o la
velocidad del móvil) tienen valores distintos según el sistema de referencia adoptado. ¿Podemos
estar seguros de que los tiempos medidos en distintos sistemas de referencia serán iguales?

En resumen, reflexionando sobre la relatividad de los movimientos, es bastante razonable poner en


duda dos de los conceptos más básicos de la mecánica de Newton: el espacio y el tiempo absolutos.
Estos conceptos sustentan a las transformaciones de Galileo y a los mismos principios
fundamentales de la dinámica clásica. Por eso, la relatividad de Einstein se estableció como una
teoría nueva, alternativa a la mecánica de Newton. Y, del mismo modo que la mecánica de Newton
parte de tres principios fundamentales (los principios de la dinámica), la teoría de la relatividad
especial se puede deducir de dos únicos postulados.

3.2. Postulados de la relatividad especial

En el año 1905 Einstein formuló dos postulados de los que se deduce la teoría de la relatividad
especial. Estos postulados, ligeramente actualizados, dicen:

1. Las leyes fundamentales de toda la física (la mecánica y el electromagnetismo) son las
mismas en todos los sistemas de referencia inerciales, no habiendo manera alguna de
distinguir si un sistema de referencia dado se halla en reposo absoluto o en movimiento
rectilíneo y uniforme.

2. La luz se propaga en el espacio con una velocidad "c" que es independiente del posible
estado de movimiento de la fuente emisora.

Como vemos, el primero generaliza una propiedad que ya poseía la mecánica de Newton, a toda la
física. Ya hemos visto que las leyes fundamentales de la mecánica clásica se escriben igual en todos
los SRI y se adaptan al carácter relativo de los movimientos. Einstein planteó: ¿por qué sólo ellas y
no las leyes fundamentales de toda la física? De acuerdo con ello, si un observador realiza un
experimento dentro de un SRI, dicho experimento (sea de la naturaleza que sea), no podrá indicar al
observador cuál es el estado de movimiento de su sistema de referencia respecto de cualquier otro
SRI.

El segundo postulado, por su parte, expresa la independencia de la velocidad de la luz respecto del
movimiento de la fuente emisora, algo que ya había establecido el electromagnetismo y que, como
ya hemos visto, es característico de las ondas. Por ejemplo, la velocidad con que se propaga el
sonido en el aire depende de las propiedades del aire pero no del posible estado de movimiento de la
fuente sonora respecto del observador. Sin embargo la combinación de los dos postulados anteriores
tiene una consecuencia muy importante (en el caso de las ondas electromagnéticas en general y de la
luz en particular):

350
9. Teoría de la relatividad

La velocidad de la luz también es independiente del movimiento que tenga el observador


respecto de la fuente luminosa.

En efecto: Supongamos un foco que emite luz y dos observadores en la situación representada en la
figura (a) siguiente. Vemos que O se halla en reposo respecto de F y que O’ se mueve hacia F con
una rapidez v.

(a)
O’
V

¿Qué velocidad de la luz mide el observador O?

Naturalmente, la respuesta es c = 3·108 m/s.

Podemos plantearnos ahora qué velocidad medirá O’, pero para contestar a esta pregunta apli-
cando los postulados de Einstein, podemos hacer lo siguiente:

De acuerdo con el primer postulado, la figura (a) es equivalente a la figura (b) representada a con-
tinuación:

O
V
F
V

O’ (b)

La equivalencia de las situaciones (a) y (b) se deduce del primer postulado ya que, de acuerdo
con éste, para el observador O’ es él quién se encuentra en reposo y la fuente de luz se le aproxi-
ma con una rapidez v mientras que su compañero O se aleja de él con la misma rapidez v. Ambas
descripciones (a) o (b) son perfectamente posibles.

Aplicando ahora el segundo postulado a la situación (b) queda claro que la velocidad de la luz que
medirá O’ debe ser también c = 3·108 m/s, puesto que, de acuerdo con dicho postulado, la velocidad
de la luz es independiente del estado de movimiento del foco.

Por tanto, podemos afirmar que: la velocidad de la luz es independiente del movimiento relativo
de fuentes y de observadores.
351
9. Teoría de la relatividad

Conviene darse cuenta de la importancia de una consecuencia como la anterior, que contradice
nuestras ideas intuitivas sobre el movimiento relativo.

A partir de los dos postulados anteriores, Einstein construyó una gran teoría científica (la teoría de la
relatividad especial). Lo acertado de dicha teoría puede apreciarse no sólo porque fue capaz de
explicar satisfactoriamente toda una serie de resultados experimentales conocidos cuando Einstein la
formuló a principios del siglo XX (algunos de los cuales eran de difícil o imposible interpretación
dentro de la física clásica), sino además porque permitió predecir nuevos hechos, que fueron
confirmados con posterioridad.

4. CONSECUENCIAS DEL CARÁCTER ABSOLUTO DE LA VELOCIDAD DE LA LUZ

A continuación analizaremos algunas consecuencias que se pueden deducir directamente de los


postulados de la teoría de la relatividad, sintetizados por el hecho de que la velocidad de la luz en el
espacio sea la misma para todos los sistemas de referencia inerciales aunque se encuentren en
movimiento relativo.

4.1. Es imposible que un cuerpo se mueva a una velocidad igual o superior a la de la luz (la
velocidad de la luz es un límite superior de velocidades)

Para comprender la consecuencia anterior podemos pensar en la siguiente situación:

Un vehículo A, inicialmente en reposo en un cierto SRI, aumenta progresivamente su velocidad.


Una persona B, en reposo en el mismo SRI, enciende una linterna justo cuando el vehículo A (que
había arrancado algo antes) pasa por donde está B. ¿Qué velocidad tiene el haz de luz H respecto
de A y respecto de B?

Aplicando el segundo postulado de la relatividad se tiene que las ondas luminosas H se han de alejar
respecto de A y respecto de B a la velocidad c. Esto sólo es posible si el vehículo A no alcanza, ni
adelanta, a esas ondas H. Por lo tanto, se concluye que el vehículo A no puede nunca alcanzar la
velocidad c respecto de B. De modo que c es un límite superior a la velocidad, que respecto un SRI
dado, puede alcanzar A o cualquier otro objeto.

El resultado anterior (que deriva directamente de los postulados de la teoría de la teoría de la


relatividad) no es compatible con la mecánica clásica donde nada se opone a que un cuerpo sometido
a la acción continuada de una fuerza resultante vaya aumentando la velocidad con que se traslada
respecto de un cierto punto, de manera continua y se pueda alcanzar cualquier valor.

352
9. Teoría de la relatividad

4.2. El intervalo de tiempo entre dos sucesos depende del estado de movimiento de quien lo
mida (el tiempo también es relativo)

Imaginemos ahora un "reloj de luz" consistente en una cámara cilíndrica que tiene dos espejos, uno
en cada base, separados una distancia "d". En la base inferior se coloca una fuente capaz de emitir un
pulso de luz. Cuando ese pulso alcance el espejo superior se produce un "tic" del reloj y cuando el
mismo pulso reflejado alcance el espejo inferior se produce un "tac" repitiéndose el proceso
indefinidamente.

Dentro de un reloj de luz K' existe un observador solidario a él (que llamaremos O'). El reloj junto
con su observador, se alejan con movimiento rectilíneo y uniforme a una rapidez "v" respecto de
otro reloj idéntico K en el que hay otro observador (que llamaremos O).

Teniendo en cuenta la constancia de la velocidad de la luz y analizando la figura siguiente, obte-


ned la relación entre el tiempo que dura un tictac del reloj de O’, según sea medido por el propio
O’ o por O.

El observador O’, solidario a su reloj, medirá para un tictac de su reloj una duración de t0 segundos.
En su sistema de referencia, el camino recorrido por el pulso de luz en un tictac de su reloj es
precisamente "2d" y como la velocidad de la luz es "c", obtendrá que:
2d
t0 
c

A dicho intervalo de tiempo se le denomina tiempo propio de O’. Un intervalo de tiempo propio,
t0, representa, en un cierto SRI, el intervalo de tiempo transcurrido entre dos sucesos (en este

353
9. Teoría de la relatividad

ejemplo, la emisión del pulso de luz y su recepción) que tienen lugar en el mismo punto de ese
SRI y puede ser medido por un observador solidario al mismo (en nuestro ejemplo O’).
Evidentemente, el observador O puede en su SRI utilizar su propio reloj para obtener un intervalo de
tiempo propio en su SRI.

Para establecer la comparación entre el intervalo de tiempo propio medido por O’ y ese mismo
intervalo de tiempo, cuando es medido por O, tenemos en cuenta que, según el punto de vista de O,
tanto O’ como su reloj K' se están alejando de él con una rapidez "v". Por lo tanto, O medirá para un
tictac del reloj de O’, un intervalo de tiempo t mayor que t0. En efecto, dado que, para O, el pulso
de luz ha de recorrer una distancia 2L (mayor que 2d) desde que parte del espejo inferior hasta que
llega reflejado de nuevo a él, y teniendo en cuenta que la velocidad de la luz sigue siendo "c",
obtendrá que:
2L
t 
c

Nótese que tal intervalo de tiempo, según este punto de vista (el punto de vista del SRI ligado a O),
es el de un proceso en el que el suceso que lo inicia (la emisión del pulso de luz) y el suceso que lo
culmina (la recepción del pulso de luz), ocurren en dos puntos distintos de ese SRI. Dicho
intervalo de tiempo se denomina tiempo impropio y es siempre mayor que el tiempo propio
correspondiente a ese mismo proceso.

Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que para O el tiempo en el reloj que utiliza O’ (un reloj que
se está alejando de él) transcurre más lentamente que en el suyo. Recíprocamente, para O’ el tiempo
del reloj que utiliza O (que se está alejando de él) transcurre más lentamente que el suyo. A este
hecho se le llama “dilatación del tiempo”. Todo ello siempre y cuando se mida la duración de un
suceso que comienza, según el observador, en un lugar y termina en otro distinto. Así pues, el
tiempo (al contrario de lo que se da por sentado en la física clásica), no es un invariante.

A partir de la figura anterior obtened la relación existente entre los tiempos t e t0 .

 v  t 
2

De la figura se tiene que: L  d 2    y teniendo en cuenta que 2L = c·t


 2 

c 2  ( t ) 2 c 2  ( t 0 ) 2 v 2  (t ) 2  t0
y que 2d  c  t0 obtenemos   de donde: t 
4 4 4 v2
1 2
c
1
A la expresión se le suele designar mediante el símbolo “” con lo que t =  · t0
v2
1 2
c

Vale la pena darse cuenta que, dado que v siempre ha de ser menor que c, ocurrirá que  siempre
será mayor que 1 y, por tanto, el valor de t (tiempo impropio) siempre será  veces mayor que
t0 (tiempo propio). Por otra parte, conviene tener en cuenta que al cociente v/c, en muchos textos
se le suele designar como .

¿Qué ocurriría en la expresión anterior conforme la rapidez "v" se fuera haciendo más y más
pequeña?, ¿y si fuera aumentando?

354
9. Teoría de la relatividad

Es fácil darse cuenta de que conforme v disminuya los intervalos de tiempo se van aproximando, de
forma que, dado el enorme valor de c, ocurrirá que para valores de "v" pequeños (comparados con
c), las diferencias entre los dos tiempos serían prácticamente indetectables (tal y como ocurre en la
mayoría de los sucesos que observamos cotidianamente). Por el contrario, si "v" fuera aumentando
(siempre con el límite "c") también aumentaría la diferencia entre los tiempos medidos (como
sucede con el tiempo que tarda en desintegrarse una determinada partícula según se encuentre en
reposo o moviéndose con una velocidad cercana a la de la luz).

4.3. La longitud o distancia entre dos puntos depende del sistema de referencia

Imaginemos una habitación o laboratorio


que fuera totalmente rígido y ligado a un
sistema de referencia inercial K' que se
aleja con rapidez "v" de otro sistema de
referencia inercial K. Dentro de ese labo-
ratorio hay un observador O' en la pared
izquierda junto a un foco emisor de deste-
llos luminosos, capaz de registrar el tiem-
po empleado por un pulso de luz en ir al
espejo de la pared derecha y volver refle-
jado al mismo punto de salida.

Utilizad la expresión anterior, obtenida para la dilatación del tiempo, para deducir la relación
entre la longitud "L" del laboratorio que medirá el observador O y la longitud L0 que medirá O'.

Si le preguntamos a O' dirá que para él la distancia recorrida por un pulso de luz emitido por el foco
viene dada por: c·t0 = 2 L0 , siendo L0 la longitud del laboratorio respecto de O' (longitud propia)
y t0 el tiempo empleado por el pulso luminoso en el trayecto de ida y vuelta al mismo punto de su
sistema de referencia (tiempo propio).

Si le preguntamos a O dirá que el foco emite un destello de luz que llega al espejo en un tiempo t1,
de modo que la distancia total recorrida por la luz en ese intervalo vendrá dada por c·t1 (para él la
luz también se mueve a velocidad c), que podrá expresarse como la longitud L del laboratorio (según
O) más la distancia que avanza el espejo en ese tiempo v·t1. Es decir: c ·t1 = L + v·t1. Durante el

355
9. Teoría de la relatividad

viaje de vuelta desde el espejo hasta el detector situado junto al mismo foco, el pulso de luz emplea
(siempre según O) un tiempo t2 y en ese tiempo recorre una distancia de c·t2, que debe ser igual a
la longitud L del laboratorio menos la distancia v·t2 que avanza O' en ese tiempo. Es decir: c·t2 =
L - v·t2.

De las ecuaciones anteriores obtenemos fácilmente que:

L L 2L 1
t = t1 +t2 =   
cv cv c v2
1 2
c

Por otra parte, sabemos que la relación entre los tiempos medidos por ambos observadores es:

 t0 2 L0
t  Introduciendo en esta ecuación que t0 = 2 L0 /c se tiene: t 
v 2
v2
1 2 c  1 2
c c

Finalmente igualando las dos expresiones obtenidas para t:

2L 1 2 L0 v2
 = de donde obtenemos que: L  L0  1 
c v 2
v2 c2
1 2 c  1 2
c c

o bien: L = L0/

Es decir, la longitud propia L0, que obtiene un observador (como O') que se halle en reposo respecto
del objeto (mejor, respecto de sus extremos), siempre es mayor que la longitud impropia L, que
obtiene un observador en movimiento relativo respecto de O'. En otras palabras: todos los
observadores que se hallen en movimiento respecto de O', medirán una longitud más corta. Este
hecho se conoce como "contracción de la longitud" y supone que para el observador O de nuestro
ejemplo, no sólo la cámara que se desplaza respecto de él le resultaría más corta sino también todo lo
que viajara solidario a la misma (incluyendo el observador O' que, según su punto de vista,
"adelgazaría").

Conviene tener en cuenta que la contracción de la longitud sólo se manifiesta en la dirección del
movimiento y no ocurre en direcciones perpendiculares (así, en el ejemplo anterior, O' le resultar-
ía a O más delgado pero igual de alto).

356
9. Teoría de la relatividad

Completad las siguientes proposiciones en las que se manejan los conceptos de tiempo propio e
impropio que hemos introducido anteriormente, para medir la duración de un suceso.

a.1. Si el suceso comienza y termina en el mismo punto para un cierto observador, éste medirá una
duración llamada .................................. y simbolizada por ...........

a.2. Si para un observador el suceso comienza y acaba en puntos distintos, éste medirá una duración
llamada ................................. y simbolizada por ............

a.3. La relación entre los tiempos anteriores viene dada por la ecuación ......................................, en la
que se puede comprobar que el tiempo ................... es siempre mayor que el tiempo
...............................

Completad las siguientes proposiciones en las que se manejan los conceptos de longitud pro-
pia e impropia que hemos introducido anteriormente.

a.1. Si el objeto cuya longitud se va a medir permanece en reposo respecto del observador, éste
medirá una longitud llamada ................. y simbolizada por ...........

a.2. Si el objeto cuya longitud se va a medir se mueve respecto del observador, éste medirá una
longitud llamada ................. y simbolizada por .............

a.3. La relación entre las longitudes anteriores viene dada por la ecuación ......................................, en
la que se puede comprobar que la longitud ................... es siempre mayor que la longitud
.........................

4.4. El espacio y el tiempo tienen una relación de dependencia mutua (la dilatación del
tiempo y la contracción de la longitud son dos vertientes de un mismo hecho)

En realidad esta implicación de los postulados de la relatividad especial viene a ser una síntesis
de las anteriores o, si se prefiere, podría ser el punto de partida de todas ellas. Una forma de poner
en evidencia la relación de dependencia que hay entre el espacio y el tiempo es mostrar que, en
relación con un determinado proceso físico, la contracción de la longitud y la correspondiente
dilatación del tiempo son, en realidad, dos vertientes de un mismo hecho. Para comprobarlo con-
sideraremos, como ejemplo de proceso físico, el viaje de una nave espacial desde la Tierra hacia
otro planeta (P) a gran velocidad y haciendo la simplificación de suponer que no existe movi-
miento relativo de un planeta respecto del otro.

P
V

L0

357
9. Teoría de la relatividad

Un observador terrestre dice que la nave recorre una distancia L0 entre la Tierra y el planeta. Dicha
distancia L0 es la distancia propia entre La Tierra y el planeta, ya que es medida por un observador
terrestre que se halla en reposo en dicho sistema de referencia. Para este mismo observador la
duración del viaje es un tiempo impropio (el viaje empieza en un lugar de su sistema de referencia,
la Tierra, y termina en otro, el planeta) y la nave se aleja de él con una velocidad dada por v = L0/t,

Para un observador situado en la nave es él quien se halla en reposo y es la Tierra quien se aleja de él
a la vez que P se le acerca. El tripulante de la nave puede interpretar el proceso como si una varilla
con extremos en la Tierra y en P se moviera atravesando la nave. Según su punto de vista, la
distancia entre la Tierra y P será una distancia impropia L (puesto que los extremos de esa
hipotética varilla que le atraviesa la nave se están moviendo respecto de él). En cambio, para ese
mismo observador, la duración del suceso es un tiempo propio t0 ya que comienza y termina en el
mismo lugar (su nave) y determinará que el planeta P se acerca (o que la Tierra se aleja) con una
velocidad dada por v = L/t0.

V V
P

Comprobad que los dos observadores, a pesar de que miden longitudes y tiempos diferentes,
obtendrían el mismo valor para la velocidad.

Basta tener en cuenta que L = L0/ y que t = ·t0 con lo que v = L/t0 = L0/·t0 = L0/t. Es
decir: ambos observadores aprecian que el proceso se ha realizado a la misma velocidad, solo que
uno (el tripulante de la nave) mide menos distancia y, como consecuencia, menos tiempo; mientras
que el otro (el observador terrestre) mide más distancia y, como consecuencia, más tiempo.

El resultado anterior pone en evidencia la existencia de una relación de mutua dependencia entre el
espacio y el tiempo.

Un astronauta se halla en una nave que se aleja de la Tierra con una rapidez de 0'8·c, hacia un
planeta exterior que dista de la Tierra 10 años luz (un año luz es la distancia que recorre la luz en
un año). Calculad: a) La duración del viaje medida según un observador terrestre y según el
astronauta. b)La distancia entre los dos planetas según ambos observadores.

Lo primero que conviene tener en cuenta es que para resolver el ejercicio aplicando las leyes de la
relatividad especial es imprescindible imponer unas condiciones simplificadoras a la situación. En
efecto, puesto que la relatividad especial se aplica en SRI, es necesario suponer que la Tierra y la
nave lo son. En caso contrario no podremos utilizar las leyes sobre la contracción de la longitud y
sobre la dilatación del tiempo, en cada uno de estos referenciales. Esto significa que se considerarán
despreciables los procesos de despegue y de aterrizaje de la nave (necesariamente acelerados).
Además se supondrá también despreciable la influencia de todos los objetos del cosmos (incluida la
358
9. Teoría de la relatividad

propia Tierra y el planeta) sobre la nave. Esta influencia se ejerce mediante fuerzas gravitatorias que
producen aceleraciones a la nave a lo largo de su movimiento. Por último, se despreciará el
movimiento relativo entre la Tierra y el planeta, con objeto de considerar que la distancia propia
entre ambos es constante.

Si se admiten estas condiciones, el ejercicio se puede resolver en el marco de la relatividad espe-


cial y, para ello, conviene adoptar sendos SRI, K, ligado a la Tierra y K’, ligado a la nave.

Según el punto de vista de un observador terrestre, ligado al SRI K, la distancia entre la Tierra y el
planeta es Lo =10 años-luz (distancia que recorre la luz en 10 años), una distancia propia, puesto que
el planeta y la Tierra son puntos fijos del SRI K. La nave se traslada en este SRI a la velocidad v =
0'8 años-luz/año1. Por lo tanto, la duración del viaje que se obtiene en la Tierra es:

t=Lo/v =10/ 0'8 = 12'5 años.

Esta duración del viaje, medida en la Tierra, es impropia, dado que corresponde a un proceso (el
movimiento de la nave) que comienza en un punto del SRI K (la Tierra) y termina en otro punto
distinto de ese SRI K (el planeta).

Para el astronauta, en cambio, son la Tierra y el planeta quienes están en movimiento respecto de su
nave. Por lo tanto, interpreta el viaje como un desplazamiento de una hipotética varilla con extremos
en la Tierra y el planeta. Este proceso tiene lugar a la misma velocidad v = 0'8 (recordemos que la
velocidad relativa de K’ respecto de K es la misma que tiene K respecto de K’, precisamente por eso
no tiene prioridad el punto de vista de K sobre el de K’ y viceversa), comienza cuando la Tierra
pasa por el origen de su SRI K’, ligado a la nave, y termina cuando pasa por ese mismo punto el
planeta.

Así pues, para el astronauta, la distancia entre la Tierra y el planeta, L, es impropia y se relaciona
con la distancia propia (medida en la Tierra) según L = L0/. Calculando  se obtiene el siguiente
resultado,  =1/ 0'6, de modo que:

L=L0/ =10· 0'6 = 6 años-luz

En cuanto a la duración del viaje, obtiene el siguiente valor: t’ = L/v = 6/ 0'8 =7'5 años.

Se trata de un intervalo de tiempo propio, t’= to, pues, según el punto de vista del astronauta, el
proceso (recordemos, consistente en el desplazamiento de la Tierra y el planeta) comienza y termina
en un mismo lugar de su sistema de referencia (la nave).

Se comprende que, aunque la distancia pudiera ser mucho mayor, se podría pensar en recorrerla en
un tiempo razonable en comparación con la vida de una persona. Todo consiste en hacer el trayecto
a una velocidad suficientemente alta (respecto de los lugares de partida y de llegada). No obstante,
esto es difícilmente realizable por sus evidentes dificultades técnicas. Por ejemplo: para alcanzar
velocidades de crucero comparables con “c” habría que iniciar y terminar el viaje produciendo unas
aceleraciones enormes, difíciles de conseguir, y, seguramente, mortales para los astronautas.

1
Cuando c se mide en años-luz/año, es evidente que c = 1 (año-luz/año) y que v = 0’8c = 0’8 (años-luz/año).

359
9. Teoría de la relatividad

5. RELACIÓN ENTRE CAMBIO DE MASA Y CAMBIO DE ENERGÍA

Al igual que ocurre con los conceptos de la cinemática (como tiempo, longitud o velocidad), los
conceptos de la dinámica en relatividad no son los mismos que los antiguos conceptos de la
mecánica de Newton. Un ejemplo de esto es la incompatibilidad del concepto newtoniano de fuerza
con la existencia de un límite superior de velocidades y, relacionado con ello, el concepto de una
relación de equivalencia entre masa y energía.

A un objeto inicialmente en reposo se le aplica una fuerza resultante constante. Representad en


una gráfica la evolución de la velocidad del objeto (en módulo) respecto del tiempo v = v(t) según
las leyes de la física clásica y de la relatividad especial.
 
Para adecuarse a las leyes de la física clásica (en concreto a la ley Fres  m  a ), un cuerpo,
inicialmente en reposo, al que se le aplique una fuerza constante, debería aumentar progresivamente
su velocidad a medida que transcurre el tiempo (un tiempo absoluto). La relación entre el módulo de
la velocidad y el tiempo debería ser lineal (v = a·t) y, por lo tanto, se obtendría una recta al
representar la gráfica v = f(t). En cambio, la relatividad nos enseña que existe un límite superior de
velocidades, c, de modo que la relación v = f(t) (donde t no es un tiempo absoluto, sino, por ejemplo,
medido en el sistema de referencia del laboratorio) se ha de concretar mediante una curva que tienda
asintóticamente a la recta que da el valor c. Además, la zona inicial de la curva casi debería coincidir
con la predicción clásica, pues para valores pequeños de la velocidad, ambas teorías proporcionan
resultados muy próximos.

v
clásica

c
relatividad

t
Razonando en términos newtonianos, la gráfica anterior indica que para producir una determinada
aceleración a un cuerpo, se necesitaría mayor fuerza resultante cuanto mayor fuera la velocidad con
que éste se mueva. Es decir, para provocar a un cuerpo un determinado cambio de velocidad, el
tiempo que debe estar actuando una misma fuerza es mayor a medida que aumenta la velocidad del
cuerpo. Esto es contradictorio con la ecuación fundamental de la dinámica de Newton según la cual
debe existir una proporcionalidad directa entre la fuerza resultante que actúa sobre un objeto y la
aceleración que le produce, independientemente de su estado de movimiento. Por lo tanto, en la
medida en que se verifique la predicción relativista, se pone de manifiesto una inconsistencia del
segundo principio de la dinámica de Newton.

Se han realizado numerosos experimentos con partículas subatómicas cuando se mueven a grandes
velocidades y se ha comprobado reiteradamente la existencia del límite superior de velocidades. Uno
de los experimentos más famoso de este tipo, fue realizado por Bertozzi en el año 1962. La
experiencia consistió esencialmente en acelerar electrones en un acelerador lineal de partículas y
comprobar que la relación entre el trabajo realizado por el campo eléctrico al que eran sometidos y la
velocidad alcanzada se ajustaba a la predicción relativista.

360
9. Teoría de la relatividad

En el plano teórico, estos hechos muestran que los conceptos de la dinámica de Newton, como la
fuerza, la energía cinética clásica, y leyes que los relacionan, como, los principios clásicos de
conservación de la energía y de la cantidad de movimiento, deben ser corregidos. La obtención
precisa de los nuevos conceptos de la dinámica relativista sobrepasa el nivel y los objetivos de un 2º
de bachillerato por lo que tan solo se hará una breve aproximación hacia ellos.

En la teoría especial el impulso lineal o cantidad de movimiento se evalúa en la forma:


 
p  m   v

Esta definición tiene en cuenta que c es un límite superior de velocidades, dado que, como sabemos,
al aumentar v el factor  también aumenta y si v c,   .

Otra contribución de la teoría de la relatividad es la referida a la energía que se determina mediante


la siguiente expresión:
E  m   c2

Estas definiciones tienen también en cuenta el hecho de que, en relatividad, los principios de
conservación se expresan de una forma diferente a como se hace en la mecánica clásica. Mientras en
la física clásica se verifican por separado un principio de conservación de la masa, un principio de
conservación del impulso lineal o cantidad de movimiento y un principio de conservación de la
energía mecánica, en relatividad existe un único principio de conservación en el que la masa, la
energía y el impulso tienen una relación de interdependencia. Por lo demás, las definiciones
relativistas del impulso y de la energía se aplican a partículas individuales y también a sistemas de
partículas más o menos complejos (por ejemplo, un átomo, un gas, etc.).

Resulta interesante analizar el hecho de que, en el caso de una partícula o de un sistema que se halle
en reposo, al sustituir en la expresión que calcula su energía v = 0, se obtiene:

E0 = m·c2

¿Qué conclusión podemos extraer de esta expresión?

Toda partícula o sistema de partículas en reposo tiene una energía de valor E0, llamada “energía
propia”. Como la masa en relatividad es una cantidad escalar e invariante (es decir: la masa de un
cuerpo o de un sistema es la misma en cualquier sistema de referencia), también lo será la energía
propia, a diferencia de lo que sucede con la energía cinética que, como ya sabemos, depende del
sistema de referencia desde el que se mida.

Así pues, en relatividad la masa y la energía propia son magnitudes proporcionales, siendo la
constante de proporcionalidad, c, una constante universal. Se dice, por ello, que existe una relación
de equivalencia entre masa y energía (propia) de cualquier partícula o sistema de partículas. De
donde se deduce que cualquier cambio en la energía propia de un sistema deberá ir acompañado de
un cambio en su masa y viceversa, cumpliéndose que:

E0= m·c2

La expresión anterior se suele interpretar diciendo que establece una equivalencia entre masa y
energía.

361
9. Teoría de la relatividad

Utilizad la equivalencia anterior entre masa y energía para deducir la expresión de la energía
cinética en relatividad.

Una consecuencia que se puede obtener de la equivalencia entre la masa y la energía en la forma
como la hemos presentado aquí es el modo en como se calcula la energía cinética “relativista”. Sea
un objeto de masa m. De acuerdo con la relación de equivalencia tiene una energía propia E0= mc2.
Ambas cantidades m y Eo se refieren a una propiedad (masa-energía) del objeto que se puede
determinar en un SRI en el que el objeto está en reposo. Ahora bien, en cualquier otro SRI, el objeto
tiene una determinada velocidad, de modo que en ese sistema su energía E es la suma de Eo y la
correspondiente energía cinética Ec. Luego:

E = Eo + Ec  mc2 = mc2 + Ec  Ec = mc2- mc2

Una partícula tiene una velocidad de 0'8c. Obtened la relación entre su energía cinética clásica y
su energía cinética relativista. Rdo. Ec (relativista) = 2’1 · Ec (clásica)

Utilizad la equivalencia entre la masa y la energía para interpretar procesos en los que podr-
ía variar la masa (energía propia) de: a) Un muelle. b) Un dipolo eléctrico (dos cargas de signo
opuesto separadas por una pequeña distancia).

a) En equilibrio, un muelle tiene una masa m, lo que equivale a una energía propia Eo = mc2. Un
proceso sencillo para aumentar la energía del muelle consiste en desplazarlo de su posición de
equilibrio, estirándolo o comprimiéndolo. Así, según la mecánica clásica, se le comunica una energía
kx2/2 que almacena como energía potencial, donde x es el desplazamiento del extremo del muelle
respecto de la posición de equilibrio2. En la física relativista, la energía potencial elástica
almacenada es energía propia y, por tanto: kx2/2 = E0 = m·c2, que podemos expresar como:

E'o = Eo+kx2/2
m' = m+kx2/2c2

Para los valores habituales de "k" y de "x" el aumento de masa-energía del muelle es insignificante,
por ser tan elevado el coeficiente c2.

b) Análogamente, un dipolo eléctrico tiene una masa igual a la suma de las masas de las cargas, más
la masa equivalente a la energía potencial eléctrica de dicho sistema de cargas.

E'0 = Eo+ Kq1q2 /r


m' = (m1+m2) + Kq1q2 /c2r

Este último ejemplo revela una propiedad relativista importante, que no tiene en cuenta la mecánica
de Newton: El hecho de que la masa de un sistema no es igual a la suma de las masas de los
constituyentes. En este ejemplo es menor, puesto que la energía potencial eléctrica anterior, al ser
cargas de distinto signo, es negativa. La diferencia entre ambas cantidades es justamente la energía-

2
Atención: La expresión kx2/2 será la Ep elástica del muelle para cualquier sistema que se desplace (respecto de él)
con v mucho menor que c. Si v se aproxima a “c” la Ep elástica tiene otra expresión más complicada, cuyo valor
sería el mismo para todos los observadores inerciales. (La Ep de un sistema es una propiedad interna del mismo y
por tanto, su valor es invariante para cualquier sistema de referencia inercial desde el que se mida).

362
9. Teoría de la relatividad

masa que hace que el dipolo sea más estable que las cargas aisladas (separadas a una distancia
infinita). En estos casos se dice que se trata de un sistema “ligado”.

Comparad la masa-energía de los siguientes sistemas físicos con la de sus constituyentes: a) Una
cierta cantidad de un gas encerrado en un recipiente en reposo b) Un átomo en reposo

a) La energía cinética interna de un gas es energía propia (es energía cinética de las moléculas que lo
forman respecto del centro de masas del gas y eso no depende del sistema de referencia exterior). El
gas se halla dentro de un recipiente cerrado que se encuentra en reposo respecto de un cierto sistema
m  v2
de referencia. Por tanto:  i i  E 0  m  c 2 , que podemos expresar como:
2

E ' 0  E 0  1 mi vi2 /2
n

m'  1 mi  1 mi vi2 / 2c 2
n n

La masa del gas es mayor que la suma de las masas de sus moléculas aisladas y en reposo, lo cual se
interpreta diciendo que no es un sistema ligado (las moléculas tienden a separarse por lo que será
necesario mantener el gas dentro de un recipiente cerrado).

b) Suponiendo que fuera correcto el modelo atómico de Rutherford, la masa de un átomo sería igual
a la suma de las masas de sus nucleones (protones y neutrones) y de sus electrones, mas las masas
equivalentes a las energías cinéticas de los electrones, las energías potenciales eléctricas de los pares
electrón-núcleo y las energías potenciales nucleares de los pares de nucleones.

En este caso, la energía cinética de todos los electrones (positiva) es mucho menor que el valor
absoluto de la suma de todas las energías potenciales (que es negativa), entre las cuales son
particularmente apreciables las energías potenciales nucleares. Por eso, la masa del átomo es inferior
a la suma de las masas de sus constituyentes y se trata de un sistema ligado. A la diferencia entre la
energía-masa de las partículas que constituyen un átomo y la energía-masa del átomo se la denomina
energía de enlace del átomo.

En todos estos ejemplos como el coeficiente c2 es muy elevado, las variaciones de masa de un
sistema respecto de sus constituyentes (aislados y en reposo) son muy pequeñas. Por tanto, cuando
este coeficiente actúa como factor de multiplicación, existe la posibilidad de liberar grandes
cantidades de energía al disminuir la masa de un sistema. Por ejemplo, la energía de un gramo de
materia es de 0'001(3·108)2 = 3·1014J. El conocimiento de este hecho abrió la puerta a la explotación
de reacciones con "defecto de masa", tales como la fisión o la fusión, en las cuales se liberan
cantidades muy importantes de energía.

Escribid p y E en función de m y v. Eliminad "v" de ambas expresiones para obtener una relación
directa entre E y p.

La cantidad de movimiento (en módulo) de una partícula es: p =  · m·v. Análogamente la energía
de dicha partícula es: E =  · m·c2.
1 c2
Sustituyendo  y elevando al cuadrado en la primera : p 2   m 2
 v 2
  m 2  v 2 (1)
v2 c2  v2
1 2
c

363
9. Teoría de la relatividad

c2
Haciendo lo mismo en la segunda, nos queda: E 2   m 2  c 4 (2)
c2  v2
p 2c 2
Despejamos v de la (1): p 2 c 2  p 2 v 2  c 2 m 2 v 2  p 2 c 2  ( p 2  c 2 m 2 )v 2  v 2 
2
p 2  m2c 2
c2 m2c6
Sustituyendo en la (2): E  2
m c
2 4
= = ( p 2  m2c 2 )  c 2
 p 2c 2  2 4
m c
c   2
2

 p m c
2 2
 p  m2c 2
2

de donde obtenemos finalmente: E 2  p 2c 2  m2c 4

Esta ecuación expresa una relación fundamental de la dinámica relativista e informa de que en esta
teoría, la energía, E, la masa m, y la cantidad de movimiento, p están interrelacionadas. Esta ley
fundamental se puede utilizar como punto de partida para estudiar dinámicamente sistemas más o
menos complejos (una partícula, un pulso de luz, una sistema de partículas, etc.).

Aplicad la ecuación anterior a: a) una partícula en el SRI propio de ella; b) un pulso de luz

a) Al aplicar esta ecuación a una partícula en el SRI propio de ella, se obtiene Eo=mc2 (pues en ese
SRI p=0), es decir, se constata la equivalencia entre la masa y la energía propia de la partícula.

b) También interpreta perfectamente esta ecuación el caso particular de la luz. Como la luz no tiene
masa (m = 0), su energía y su cantidad de movimiento se relacionan mediante la expresión E = pc.
Ya hemos dicho que esta expresión también puede deducirse desde la teoría electromagnética de
Maxwell y, de hecho, fue un punto de apoyo para argumentar el fenómeno de la presión de la
radiación. La relatividad enseña que el hecho de que la luz no tenga masa, no impide que tenga
cantidad de movimiento p=E/c y, por tanto, empuje a la materia.

6. LA TEORÍA ESPECIAL DE LA RELATIVIDAD Y EL "SENTIDO COMÚN"

A lo largo de este tema hemos tenido oportunidad de cuestionar algunas ideas "de sentido común"
pero que, sin embargo, no sirven para explicar una serie de hechos experimentales. Vale la pena una
breve revisión de las más importantes.

 Existencia de un sistema de referencia en reposo absoluto. Hemos visto cómo ese privilegio
pasó de la Tierra al Sol y más tarde al "éter" o al espacio vacío en el que se hallan inmersos todos
los cuerpos. Con el establecimiento de la relatividad hubo que admitir finalmente que no existe
ningún sistema de referencia de tales características y, por tanto, tampoco es posible hablar de
velocidades absolutas (las que tendrían los cuerpos respecto a un tal sistema de referencia). En
realidad, la teoría de la relatividad especial, más que admitir esto, lo proclamó como una
propiedad que realza la equivalencia entre los puntos de vista de todos los sistemas de referencia
inerciales.

 Velocidad límite. En la mecánica clásica no existe ningún límite a la velocidad que puede
alcanzar un cuerpo. Desde un punto de vista cinemático, que un objeto tenga una velocidad
arbitrariamente elevada es cuestión de elegir un sistema de referencia adecuado, que se mueva
con esa velocidad respecto del objeto en cuestión. Con un planteamiento dinámico, que un
364
9. Teoría de la relatividad

objeto alcance cualquier velocidad sería únicamente una cuestión de tiempo, si al objeto se le
aplica una fuerza constante de la misma dirección y sentido que su velocidad. En cambio, la
teoría de la relatividad plantea que la velocidad de la luz en el vacío es un límite insuperable para
el movimiento de cualquier cosa en la naturaleza. Esto tiene consecuencias sobre el concepto de
espacio-tiempo en el que se basan todos los conceptos de la cinemática y de la dinámica. Por
ejemplo, sobre el concepto cinemático de simultaneidad o sobre el concepto dinámico de sólidos
rígidos. La simultaneidad y el propio concepto del tiempo son conceptos relativos en lugar de
absolutos y carece de sentido el concepto de cuerpo rígido, porque, si existiera se podrían
transmitir señales a velocidad infinita. En efecto, al ejercer una fuerza resultante sobre uno de los
extremos de, por ejemplo, una varilla rígida, dicho extremo se pondría en movimiento pero,
simultáneamente con él comenzaría a moverse también el otro situado en la parte opuesta.

 Carácter relativo del tiempo. En la mecánica clásica hay un tiempo universal y absoluto que
transcurre uniformemente sin tener nada que ver con lo que pueda ocurrir en el universo. En la
teoría de la relatividad el intervalo de tiempo transcurrido entre dos sucesos que ocurren en un
cierto sistema de referencia inercial, es menor cuando se mide por un observador ligado a dicho
sistema que cuando se mide desde otro sistema de referencia. Debemos recordar aquí que la
determinación de intervalos de tiempo consiste en una comparación con un movimiento unidad
del sistema de referencia (por ejemplo, el movimiento de las agujas de un reloj) y muchas
magnitudes que caracterizan a los movimientos son relativas.

 Carácter relativo de la longitud. Cuando se determina una distancia o la longitud de algo,


según la mecánica clásica, no importa el estado de movimiento relativo entre lo que se mide y el
observador. Por ejemplo: una barra de 1 m de longitud situada dentro de un tren en movimiento,
tiene un metro de longitud tanto para un pasajero como para alguien situado en el andén. Sin
embargo, en la teoría de la relatividad, cuando se da la longitud de una barra por cualquier
observador en movimiento relativo respecto de la misma se obtiene una longitud menor que
cuando se determina por alguien en reposo respecto de ella. Una vez más, esto se debe al
carácter relativo del tiempo o, mejor, de la simultaneidad, puesto que para obtener la longitud de
un objeto hay que proporcionar las posiciones de sus extremos en un cierto instante (el mismo
para ambos extremos en el sistema de referencia en el que se obtenga dicha longitud).

 Concepto de espacio-tiempo. Para la física de Newton el espacio y el tiempo eran


independientes, de modo que la determinación de longitudes o distancias no tenía relación con la
determinación de intervalos de tiempo. La relatividad enseña que las medidas de distancias y las
de intervalos de tiempo están mutuamente relacionadas.

 Conceptos de masa, de cantidad de movimiento y de energía. En la mecánica clásica la masa,


la cantidad de movimiento y la energía son magnitudes físicas independientes, en el sentido de
que cumplen por separado tres principios de conservación. En la teoría de la relatividad, la masa,
la energía y la cantidad de movimiento son magnitudes interrelacionadas. Como consecuencia de
esto, la masa de toda partícula es equivalente a una energía (según E o=mc2), y, cuando un
sistema de partículas dado, gana o pierde cierta energía propia E0, también gana o pierde una
masa equivalente (dada por E0/c2) sin que por ello deba cambiar el número de partículas que lo
forman.

A modo de síntesis de todos estos conceptos, conviene tener en cuenta el hecho de que los conceptos
de la relatividad se basan en la realidad de que dos observadores en movimiento relativo tienen que
atribuir distintos valores a las magnitudes en la medida en que estas dependen del tipo de espacio-
tiempo, desde las más fundamentales que proporcionan intervalos de tiempo y de longitud entre un
par de sucesos, hasta otras que dependen de estas como, por ejemplo, la energía cinética de una
365
9. Teoría de la relatividad

partícula. La relatividad enseña simplemente que el movimiento afecta a estas magnitudes y, por eso,
el estado de movimiento del sistema de referencia desde el que obtienen las magnitudes respecto del
suceso o proceso físico que se estudia, influye en el valor de esas magnitudes. Podemos plantearnos
entonces si, por ejemplo, la contracción de la longitud de una barra en movimiento (respecto al
sistema de referencia en el que se da esa longitud) es real o aparente. Esto sería similar a
preguntarnos si el aumento de velocidad que tiene un vehículo cuando se mide desde el suelo, en
relación a la que tiene respecto de una persona montada sobre él (velocidad cero) es real o aparente.
El efecto de contracción de longitud es tan real como puedan serlo los puntos de vista de dos
observadores situados en sistemas de referencia diferentes. Y a la barra (como al vehículo) no le
pasa nada raro. Ciertamente, su longitud propia es invariable.

7. INTRODUCCION A LA RELATIVIDAD GENERAL

Con la teoría de la relatividad especial se consiguió que las leyes fundamentales del
electromagnetismo y las de la nueva mecánica relativista se escriban igual en todos los sistemas de
referencia inerciales. Pero el problema es que resulta difícil localizar un sistema de referencia que
sea realmente inercial. Nuestro propio planeta no lo es, puesto que al girar alrededor del Sol su
velocidad cambia continuamente. Nuestro sol se parece más a un SRI que la Tierra. Sin embargo,
sabemos que el Sol también gira en torno al centro de la galaxia. Para encontrar un cuerpo que se
mueva en línea recta, con velocidad constante, tendríamos que estar lo suficientemente lejos de
todos los restantes cuerpos materiales, de modo que pudiéramos despreciar toda influencia exterior
y, ya hemos comentado, que en el universo impera la interacción gravitatoria entre los cuerpos que
lo forman. Por otra parte, a las dificultades existentes para encontrar un sistema en movimiento
verdaderamente rectilíneo y uniforme, hay que sumar el hecho de que hasta aquí, no hemos pensado
qué es lo que ocurrirá con las leyes de la física cuando se apliquen en sistemas de referencia no
inerciales (también llamados sistemas de referencia acelerados).

De acuerdo con el primer postulado de la relatividad especial, las leyes de la física han de ser
las mismas en todos los SRI. Una consecuencia de ello es que, dados dos SRI en movimiento
relativo, no tiene sentido decir que uno está en reposo y el otro en movimiento. Los observadores
ligados a cualquiera de los dos sistemas pueden afirmar que son ellos los que están en reposo y los
otros los que se mueven, y ningún experimento físico le puede quitar la razón a uno u otro. ¿Es esto
cierto también cuando se trata de sistemas no inerciales?

La igualdad de las leyes de la física en los SRI se basa en el hecho de que no se pueden realizar
experimentos que permitan distinguir entre un sistema de referencia en reposo de otro con un
movimiento rectilíneo y uniforme. En cambio, las experiencias diarias en sistemas de referencia no
inerciales o acelerados, muestran que en ellos sí se pueden hacer pruebas que revelen su aceleración
(por ejemplo, un pasajero de un vehículo nota la fuerza que le hace el suelo si el vehículo arranca, si
frena o al dar una curva).

Einstein fue quien primero se sintió insatisfecho con el hecho de su teoría de la relatividad especial
sólo se pudiese aplicar en los SRI. Por ello, se propuso replantear la relatividad para extenderla a
los sistemas de referencia acelerados. Avanzar hacia este objetivo le resultó especialmente difícil,
pero, tras diez años de trabajo, creó una nueva teoría de la relatividad, llamada teoría de la
relatividad general. Y, fue analizando el tema de la gravitación, una fuerza que es la causa de que no
existan en el universo objetos que puedan ser verdaderos SRI, como logró su propósito.

366
9. Teoría de la relatividad

7.1. El principio de equivalencia

Para entender cómo logró Einstein generalizar la relatividad a todo tipo de sistemas de referencia
(inerciales o no), conviene recordar una propiedad importante y exclusiva del campo gravitatorio.

Utilizando la ley de Newton de la gravitación y el segundo principio de la dinámica clásica


interpretad el hecho de que todos los cuerpos, sobre los que actúe sólo la fuerza gravitatoria y se
encuentren a la misma distancia r del centro del planeta, se hallen sometidos a la misma
aceleración.

Sean dos objetos, A y B, situados a una cierta altura del suelo terrestre. La Tierra atrae a cada uno
con una fuerza que calculamos usando la ley de Newton de la gravitación:

M g  mg
Fg  G 
r2

En la ley anterior, como ya sabemos, el subíndice "g" indica


que se trata de masas gravitatorias, es decir, representan la
cualidad física que hace que la Tierra y el objeto se atraigan
gravitatoriamente. De aquí se deduce que si la masa mg de
cada objeto es distinta, la Tierra no los atrae igual. Esto se
puede comprobar colgando los objetos de muelles idénticos x
y llevándolos al reposo en la posición de equilibrio. Si, por
2x
ejemplo, la masa (gravitatoria) del objeto B es el doble que mgA A
la del objeto A, B produce sobre el muelle un estiramiento
también doble que A. mgB
B

Supongamos ahora que se sueltan los objetos A y B de los muelles que los sujetan, y se dejan caer
libremente de forma que podamos considerar el rozamiento con el aire despreciable. Podemos
comprobar que ambos descienden con la misma aceleración. Para calcular el módulo de esa
aceleración usamos el segundo principio de la dinámica clásica a=Fres/mi, dónde mi es la masa
inercial de cada objeto, es decir, la cualidad por la que un objeto adquiere aceleración mayor o
menor cuando sobre él se ejerce una fuerza resultante dada. Como durante la caída la única fuerza
que actúa sobre los objetos es la fuerza de atracción que les hace la Tierra, se cumple Fres = Fg. Por lo
tanto, se deduce que:

M g  mgA M g  mgB
Fg A G G  M g mgA Fg B G G  M g mgB
aA   r2   aB   r2  
miA miA r2 miA miB miB r2 miB

La aceleración es la misma para ambos cuerpos porque, como ya sabemos, entre su masa inercial,
mi, y su masa gravitatoria, mg existe una proporcionalidad directa.

mgA mgB GM g


  cte con lo que aA = aB ya que es común para ambos.
miA miB r2

El resultado anterior se puede generalizar a todos los cuerpos, sean cuales sean sus masas.

367
9. Teoría de la relatividad

El hecho de aportar la misma aceleración a todos los cuerpos es una propiedad exclusiva de la
interacción gravitatoria, de modo que un objeto sometido a otro tipo de fuerzas, por ejemplo, fuerzas
eléctricas, no comparte con los demás la aceleración. Sea, por ejemplo, un objeto cargado, de carga
eléctrica, q, que es atraído por otro de carga eléctrica, Q. Calculamos la fuerza de atracción con la
ley de Coulomb, Fe=KQq/r2, y se obtiene una aceleración a=Fe/mi = KQq/r2mi. Esta aceleración es
distinta para cada objeto, porque entre la masa (inercial) "mi" y la carga eléctrica "q" no hay
proporcionalidad (un cuerpo con cierta masa mi puede tener distintos valores de carga "q").

En resumen, la equivalencia entre los conceptos clásicos de masa inercial y masa gravitatoria dota al
campo gravitatorio de la siguiente propiedad: en él todos los objetos sufren la misma aceleración (en
ausencia de otras fuerzas).

Sean dos laboratorios: uno en reposo en la superficie terrestre o próximo a ella, el otro en un
hipotético lugar no sometido a la acción de fuerzas gravitatorias. ¿Cómo se tiene que mover este
segundo laboratorio para que el comportamiento mecánico de los cuerpos ahí sea igual al que
tienen en el laboratorio terrestre?

Una forma de analizar el comportamiento mecánico en el laboratorio terrestre es imaginar que se


sueltan ahí dentro algunos cuerpos. Entonces, todos ellos caerán con la misma aceleración "g" igual
a 9'8 m/s2. En cambio, en un laboratorio aislado y no sometido a ningún campo gravitatorio los
cuerpos que se suelten quedarían en reposo y, proporcionando a ese laboratorio una aceleración a = g
"hacia arriba", se conseguirá que ahí dentro los cuerpos se vean caer "hacia abajo" con esa misma
aceleración.

Laboratorio terrestre en reposo y Laboratorio no sometido a la acción


sometido exclusivamente a la acción de la gravedad pero acelerado hacia
de la gravedad "arriba" con una aceleración a = g

Generalizando el razonamiento anterior, se llega a la conclusión de que no se puede distinguir por


experimentos mecánicos (como, soltar objetos y estudiar sus movimientos) entre un sistema de
referencia inercial en el que exista un campo gravitatorio constante de intensidad g, y otro sistema de
referencia que, en ausencia de campos gravitatorios, tenga una aceleración también constante e igual
a g. Si esta conclusión se pudiera extender a cualquier tipo de experimentos (no sólo mecánicos)
ambos laboratorios serían totalmente equivalentes. Einstein dio a esta afirmación la categoría de
principio fundamental y lo llamó: "principio de equivalencia". Fijémonos que esta equivalencia es
posible debido a la identidad entre masa inercial y gravitatoria. Si no fuese así, sí que sería posible
distinguir entre ambos laboratorios ya que en el laboratorio exento de gravedad sí se verían caer
todos los cuerpos con la misma aceleración con que se moviese el laboratorio pero no ocurría lo

368
9. Teoría de la relatividad

mismo en el laboratorio terrestre en el que los cuerpos que teniendo igual masa inercial tuvieran
mayor masa gravitatoria, caerían antes. El principio de equivalencia se puede enunciar así:

Por medio de experimentos de física no se puede distinguir entre un sistema de referencia K,


sometido a un campo gravitatorio uniforme y otro sistema de referencia K', que se acelera
uniformemente con respecto a K, pero en el que no actúa ningún campo gravitatorio.

El principio de equivalencia relaciona la aceleración uniforme con la gravedad uniforme. Esto


permite imitar los campos gravitatorios adoptando laboratorios acelerados. Pero, los campos
gravitatorios de las estrellas, planetas, etc., no son uniformes. Por ejemplo, el campo gravitatorio
creado por la Tierra no tiene el mismo valor en todos los puntos de su superficie, por la forma
achatada de nuestro planeta y, además, varía notablemente con la distancia. Por lo tanto, este campo
gravitatorio (o el creado por otros objetos del cosmos) no puede ser imitado tomando un laboratorio
y acelerándolo. No obstante, si se puede reproducir localmente un campo gravitatorio no uniforme,
adoptando muchos laboratorios muy pequeños durante intervalos de tiempo también muy pequeños.

En resumen, el principio de equivalencia iguala un sistema de referencia inercial inmerso en un


campo gravitatorio a otro sistema de referencia convenientemente acelerado.

Sea un laboratorio cerca de la superficie terrestre. ¿Cómo se tiene que mover para que en su
interior todo ocurra igual que en un SRI?

Debido a la equivalencia entre la masa inercial y la masa gravitatoria, todos los cuerpos caen hacia la
Tierra con la misma aceleración. Entonces, dejando caer un pequeño laboratorio, los objetos que se
suelten ahí dentro y el propio laboratorio quedarán en una situación de reposo relativo, la misma
situación que ocurriría si el laboratorio fuera un verdadero SRI. Este razonamiento permite expresar
el principio de equivalencia de esta otra manera: Un sistema de referencia sometido a un campo
gravitatorio, y cayendo libremente en él, es localmente equivalente a un SRI.

En efecto, imaginemos un ascensor que cae libremente con


unos pasajeros dentro. Si uno de ellos deja caer dos objetos
distintos como, por ejemplo, un zapato y un lápiz, los que
viajan en el ascensor verán que la distancia de esos objetos
al suelo del ascensor no varía. Ambos se quedan flotando en
el punto donde su propietario los abandonó, en reposo,
como si estuvieran en un SRI ya que si uno de los pasajeros
da un pequeño empujón al zapato o al lápiz en cualquier
dirección , éste se mueve en esa dirección y con velocidad
constante (hasta que choque contra una de las paredes).

Insistimos en que una diferencia entre un verdadero SRI y un minilaboratorio que cae libremente en
un campo gravitatorio es el carácter local del segundo, que sólo se puede ser un SRI para un
intervalo suficientemente pequeño del espacio-tiempo. Si, por ejemplo, el laboratorio fuera "muy
grande" se podría detectar el campo gravitatorio porque al dejar caer dos objetos en dos puntos
diferentes del mismo (situados a distinta altura sobre el suelo del laboratorio) se moverían con
distinta aceleración.

369
9. Teoría de la relatividad

7.2. Propagación de la luz en el seno de un campo gravitatorio

El principio de equivalencia y, más concretamente, la invención del concepto de minilaboratorios


que, cayendo en el campo gravitatorio, son equivalentes a los SRI fue la clave que permitió a
Einstein generalizar la relatividad.

¿Cómo se podrían estudiar fenómenos físicos del mundo real (afectado por la existencia de
campos gravitatorios) aplicando la relatividad?

Sabemos que la teoría de la relatividad especial sólo se puede aplicar en SRI y que ningún objeto del
cosmos lo es. Sin embargo, el principio de equivalencia, nos dice que es posible establecer unos
minilaboratorios que, cayendo libremente en un campo gravitatorio, son equivalentes a SRI.
Entonces, los fenómenos físicos se podrán estudiar usando la relatividad especial en esos
minilaboratorios y trasladando luego la descripción a sistemas de referencia reales, como, por
ejemplo, uno ligado a un planeta, una estrella, etc.

Un haz de luz avanza en las proximidades de un objeto celeste. Utilizad el principio de


equivalencia para deducir su trayectoria.

Para deducir la trayectoria de la luz al pasar cerca de un objeto celeste, se adopta ahí un laboratorio
cayendo libremente hacia él. Por el principio de equivalencia, ese laboratorio es localmente
equivalente a un SRI. Por lo tanto ahí dentro se cumple la relatividad especial, que dice que la luz
viaja en línea recta a la velocidad c. Así pues, trasladando esta conclusión a un sistema de referencia
ligado al objeto celeste se deduce que el haz de luz ha de tener ahí una trayectoria curva, es decir,
una trayectoria que sufre una desviación en el sentido del campo gravitatorio.

La desviación de los rayos de luz en presencia de campos gravitatorios indica que la luz "cae", es
decir, que su trayectoria se curva cuando se somete a la atracción gravitatoria de los objetos del
universo. Es posible que este hecho produzca una cierta sorpresa, porque la luz no tiene masa. No
obstante, la luz sí tiene otras propiedades de tipo corpuscular, como, por ejemplo, posee cantidad
de movimiento y puede interaccionar con determinadas partículas colisionando con ellas como
ocurre en los choques entre partículas, tal y como veremos en el próximo tema.
370
9. Teoría de la relatividad

Los primeros experimentos ideados para comprobar la desviación de los rayos de luz en presencia de
un campo gravitatorio intentaron medir esta desviación para el caso de luz procedente de las estrellas
al pasar cerca del Sol. Estas observaciones fueron difíciles de realizar porque la luz procedente de
estrellas queda ocultada por la propia luz emitida por el Sol. Por eso, Einstein propuso que se
realizara la experiencia en época de eclipses totales del Sol y en el año 1919 los científicos Edignton
y Dyson organizaron dos expediciones a las islas Sobral, en Brasil, y Principe, en el golfo de Guinea,
para observar un eclipse el 29 de mayo. Aquellos resultados y otros posteriores mucho más precisos
han confirmado plenamente las predicciones teóricas.

La curvatura de la luz debida al campo gravitatorio dice algo muy importante acerca de la geometría
del espacio-tiempo y acerca de la relación que hay entre la relatividad especial y la relatividad
general. Como se ha estudiado, la relatividad especial es aplicable únicamente en SRI, de modo que
sólo se podría aplicar a lo largo del universo real si éste estuviera vacío. En este caso, cada punto del
universo podría ser origen de un SRI, la luz viajaría en línea recta a la velocidad c, y el camino más
corto entre dos puntos A y B sería el que dibuja un haz de luz que viaje de A hacia B. El espacio-
tiempo que existiría en un universo hipotético que fuera así, se dice que es plano.

En el universo real, como se sabe, poblado de materia. ¿Qué tipo de línea definirá la separación
mínima entre dos puntos?

El universo real no está vacío, sino poblado de materia, que se concentra en objetos, como estrellas,
planetas, granos de polvo, y en agrupaciones de estos, como galaxias. Por lo tanto, debido a la
influencia gravitatoria de la materia, los rayos de luz describen trayectorias curvas, tanto más curvas
cuanto mas cerca nos situemos de las agrupaciones de materia y cuanto mayor sea la masa de éstas.
Estas líneas curvas se denominan geodésicas y el espacio-tiempo del universo se dice que es curvo.
Esto significa que la teoría de la relatividad especial se puede aplicar como caso límite de la
relatividad general en la medida en que la curvatura del espacio-tiempo sea despreciable (por
ejemplo, en lugares alejados de las concentraciones de materia).

371
9. Teoría de la relatividad

RECAPITULACIÓN

En resumen, primero la teoría de la relatividad especial y finalmente la teoría de la relatividad


general aportaron a la física un avance impresionante. La relatividad moderna supuso una revolución
del pensamiento y de la física, que se concretó a través de nuevas concepciones sobre aspectos tan
fundamentales como el espacio y el tiempo, las relaciones entre ellos y todos los conceptos físicos
que de ellos se deducen. Además, amplió el abanico de aplicaciones de la física al mostrarse como
una teoría eficaz para resolver problemas también allí donde la anterior física de Newton fracasa. En
relación con esto hemos mencionado en este tema algunos experimentos que, en ciertos momentos,
evidenciaron la superioridad de la relatividad respecto de la física anterior. Hay que decir que,
además de esos experimentos, se realizaron en su día otros relacionados con el carácter límite de la
velocidad de luz, con las implicaciones dinámicas de la teoría, etc. Pues bien: siempre se han
confirmado las predicciones relativistas, por lo que, desde hace ya mucho tiempo, tanto los
dispositivos experimentales para trabajar, por ejemplo, en el ámbito de la física de partículas, como
las expresiones operativas que se utilizan para interpretar los experimentos, quedan dentro del marco
de la relatividad.

372
9. Teoría de la relatividad

9. RELATIVIDAD. CUESTIONES, EJERCICIOS Y PROBLEMAS

1. Una nave A se aleja en línea recta de la Tierra a una velocidad de 298.000 km/s, mientras que otra nave B
se acerca directamente hacia la Tierra con la misma velocidad. Desde la Tierra (considerada como una masa
puntual) se manda una señal luminosa hacia ellas. Si desde cada una de las naves se midiese la velocidad con
que se les aproxima esa señal luminosa, ¿qué resultados se obtendrían? (suponed c = 300.000 km/s).

2. Dos sucesos se producen en un mismo punto pero en dos instantes distintos en un cierto sistema inercial k'.
¿A qué velocidad debería de trasladarse k' respecto de otro sistema inercial k para que desde éste último el
intervalo de tiempo medido entre los dos sucesos fuese el triple que el medido desde k'? Rdo. v = 0'94 c

3. Comentad algunas de las consecuencias que tendría el hecho de que la velocidad de la luz fuese infinita.
Rdo. El tiempo sería absoluto, la cantidad de movimiento y la energía cinética relativistas coincidirían con las
expresiones correspondientes de la mecánica clásica...

4. ¿A qué velocidad deberíamos movernos respecto de una moneda para que al pasar junto a ella la viésemos
no como un círculo sino como un elipsoide cuyo diámetro mayor fuese el doble que el diámetro menor?
Rdo. v = 0'886 c

5. Vemos pasar un tren cuya longitud en reposo es de 105 m. Si se desplazase con una rapidez de 0'99c, ¿qué
longitud mediaríamos? Rdo. 14'8 m.

6. Disponemos de un cilindro hueco de 2 m de longitud. ¿Con qué velocidad deberíamos lanzar a través de él
una varilla de 3 m de longitud para que, en un determinado instante, viéramos coincidir sus extremos?
Rdo. v = 0'75 c

7. ¿Con qué velocidad respecto de un cierto observador inercial ha de moverse un rectángulo de lados a y b en
la dirección del lado b, para que éste al medir su superficie obtenga como resultado la mitad del valor que
obtendría en caso de encontrarse en reposo uno respecto del otro? Rdo. v = 0’866 c.

8. Una nave espacial viaja a un planeta P situado a 10 años luz de la Tierra. Si a la llegada al planeta el tripu-
lante aprecia que la duración de su viaje ha sido de 3 años, determinad: a) Velocidad de la nave respecto de la
Tierra. b) Duración del viaje medido desde la Tierra; Rdo. a) 0'958 c. b) 10'44 años;

9. Suponiendo que un astronauta pudiera realizar un viaje de ida y vuelta con una velocidad constante de 0'98
c y admitiendo que la duración de tal viaje medida por un reloj situado en la nave ha sido de 5 años, se pide: a)
Duración del viaje para una persona que ha permanecido en la Tierra; b) Distancia recorrida por la nave según
el astronauta y según un observador terrestre. (Simplificad el problema realizando los cálculos sólo para el
viaje de ida y luego multiplicad por 2 los resultados obtenidos).
Rdo. a) 25’1 años; b) 24’6 años luz para el observador terrestre y 4'9 años luz para el astronauta.

10. El pión es una partícula muy inestable: Se observa que la vida media de los piones en reposo es tan solo de
26 ns (1 ns = 10-9 s). ¿Cuál sería el valor de dicha vida media si los piones fuesen acelerados hasta moverse a
0'9 c? Rdo. 5'96·10-8 s = 59’6 ns.

11. El muón es una partícula subatómica inestable que cuando está en reposo se desintegra en 2'2 · 10-6 s. En
la parte alta de la atmósfera (a más de 10 km de la superficie terrestre) se originan muones de alta velocidad
(0'999c) que son capaces de llegar a la superficie terrestre sin desintegrarse. ¿Cómo se puede explicar este
hecho siendo que en 2'2·10-6 s apenas podrían recorrer 1 km sin desintegrarse? Rdo. Para un observador liga-
do a la Tierra los muones de alta velocidad tardarían 49'2·10-6 s en desintegrarse y en ese tiempo pueden reco-
rrer 14'745 km.

12. El centro de nuestra galaxia se encuentra de nosotros a una distancia de unos 23000 años luz. ¿A qué velo-
cidad tendría que viajar una persona para llegar allí en 40 años (medidos por ella misma)? ¿Cuánto tiempo
habría durado el viaje según los que se quedan en la Tierra?
Rdo. v = 0'9999985c; el viaje duraría 23000’03 años.
373
9. Teoría de la relatividad

13. Un astronauta desea hacer un viaje al futuro. Para ello cuenta con un vehículo capaz de trasladarse a cual-
quier velocidad (siempre menor que c) y decide hacer un viaje de ida y vuelta viajando alejándose de la Tie-
rra en línea recta y con velocidad constante durante medio año (medido por él) y luego regresar de nuevo a la
Tierra también en línea recta y con la misma velocidad. ¿A qué velocidad debería realizar el viaje para llegar
de nuevo a la Tierra 1000 años terrestres después de su partida? (Simplificad el problema realizando los cálcu-
los para el viaje de ida y suponiendo que la velocidad es constante durante todo el viaje). Rdo. v = 0'9999995c

14. Sobre una partícula inicialmente en reposo en un cierto sistema de referencia inercial, se ejerce una fuerza
resultante constante continuamente. Explicad qué es lo que ocurre con la velocidad de la partícula conforme
va transcurriendo el tiempo, según la mecánica clásica y según la mecánica relativista.

15. Un protón (m = 1'67·10-27 kg) se desplaza con una rapidez de 0'2c. Mediante consideraciones relativistas
determinad: a) su energía en reposo; b) su cantidad de movimiento; c) su energía cinética. Calculad también el
valor de la energía cinética clásica. Rdo. a) 939’4 MeV; b) 1'02·10-19 kg·m/s; c) Ec (relativista) = 19’37 MeV.
Ec (clásica) = 18’79 MeV.

16. Determinad la energía cinética de un electrón respecto de un observador del que se aleja con una rapidez
de 0'98c (masa del electrón 0'00055 u.m.a). Rdo. Ec = 2 MeV.

17. Determinad a qué velocidad ha de trasladarse un objeto respecto de un observador para que éste aprecie
que la energía de dicho objeto es superior en un 20 % a la que midió cuando se encontraba en reposo.
Rdo. v = 0'55 c.

18. Si la energía total de un electrón es triple que su energía cinética. ¿Cuál es su velocidad?
Rdo. v = 0’745c

19. Una nave espacial tiene una masa de 1000 kg. Si se aleja de la Tierra con una rapidez de 0'4 c, ¿cuál sería
su energía para un observador terrestre? ¿y para un tripulante de la misma?
Rdo. 9’82·1019 J y 9·1019 J, respectivamente.

20. Sobre el muelle representado en la figura se lanzan dos cuerpos de igual masa e igual rapidez. Cuando
ambos cuerpos se detienen el muelle alcanza la compresión máxima. Interpretad lo que sucede desde el punto
de vista clásico y desde el relativista.

21. Un muelle de constante elástica 5000 N/m se comprime 80 cm. Determinad la variación que se producirá
en su masa. Rdo. m = 1'78·10-14 kg.

22. ¿Qué sucede cuando un protón y un electrón libres (que se hallan separados a una distancia infinita) se
aproximan hasta formar un átomo de hidrógeno?

23. ¿Qué energía habría que comunicar a un neutrón para aumentar su velocidad desde 0'25 c hasta 0'26 c? ¿y
desde 0'85 c hasta 0'86 c? (masa neutrón 1’675 ·10-27 kg). Rdo. 4'22·10-13 J y 9'24·10-12 J respectivamente.

374
10. INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CUÁNTICA

En el capítulo anterior hemos visto cómo el fracaso en la búsqueda de un sistema de referencia en


reposo absoluto fue un problema que la física clásica no pudo resolver y cómo los intentos de
solución de dicho problema contribuyeron al surgimiento de la teoría de la relatividad, un cuerpo
nuevo de conocimientos en el que se cuestionaban algunos de los conceptos y pilares más sólidos
de la física clásica como los conceptos de espacio y tiempo o la propia teoría electromagnética de
Maxwell. Veremos ahora algunos hechos que también tuvieron un papel muy importante en la
crisis de la física clásica y en el surgimiento de la física moderna.

A comienzos del siglo XX aparecieron nuevos fenómenos físicos cuya interpretación, dentro del
marco teórico vigente, resultaba muy difícil. Uno de ellos era la emisión de radiación electromagné-
tica por los cuerpos y la forma en que dicha emisión dependía de la temperatura del cuerpo. Otros
fueron el llamado “efecto fotoeléctrico”, la producción de rayos X y el “efecto Compton”. Éstos
fenómenos no se podían explicar adecuadamente aplicando los conocimientos de física conocidos
hasta ese momento (física clásica). Los trabajos y las investigaciones llevadas a cabo por científicos
como Planck, Einstein, De Broglie, Heisenberg, Schrödinger, etc., permitieron que se desarrollase un
nuevo campo de conocimientos: La Mecánica Cuántica, capaz de explicar estos fenómenos anali-
zando mediante unas nuevas leyes el comportamiento de la materia a nivel submicroscópico (molé-
culas, átomos y partículas subatómicas).

Podemos plantearnos pues, qué es lo que la física clásica no podía explicar en alguno de los fenóme-
nos citados (nos centraremos en el efecto fotoeléctrico, los espectros discontinuos y el efecto Comp-
ton) y veremos, de forma elemental, cómo dichos fenómenos sí pueden ser explicados mediante la
mecánica cuántica. Para ello tendremos que introducir algunos conceptos básicos y principios fun-
damentales de dicha mecánica, tales como la dualidad onda-corpúsculo y el principio de incertidum-
bre de Heisenberg. De acuerdo con ello surgen preguntas como las siguientes:

¿En qué consiste el efecto fotoeléctrico? ¿Qué es lo que la física clásica no podía explicar de dicho
efecto? ¿Qué nuevas ideas y conceptos hubieron de construirse para poder explicarlo?

Preguntas similares podemos hacernos respecto a los espectros discontinuos y también respecto del
efecto Compton.

Finalmente, cabe plantearse qué interés ha tenido todo este proceso y qué aplicaciones prácticas se
han derivado (y qué otras se pueden producir en un futuro) de los nuevos conocimientos.

1. EFECTO FOTOELÉCTRICO

En 1897 Hertz realizó un famoso experimento mediante el cual se confirmó la teoría electromagnéti-
ca de Maxwell. En, efecto, en dicho experimento se pudieron producir y detectar las ondas electro-
magnéticas predichas por esa teoría. Sin embargo, en el experimento se observó también que una
descarga eléctrica entre dos electrodos se producía más fácilmente cuando se iluminaba uno de ellos.
Hertz no prestó demasiada atención a este hecho, pero en él está presente el efecto fotoeléctrico cuya
interpretación posterior por Einstein llevó a la descripción corpuscular de la luz y, por tanto, al cues-
tionamiento de la propia Teoría Electromagnética.

375
10. Mecánica cuántica

Al año siguiente, Hallwachs y sus colaboradores comprobaron que al iluminar con luz de alta fre-
cuencia (ultravioleta) una lámina metálica que estuviera conectada a un electroscopio cargado nega-
tivamente, éste perdía rápidamente la carga. En cambio, si el electroscopio estaba cargado positiva-
mente, no se producía la descarga.

En 1898 el fenómeno anterior fue interpretado por Lenard considerando que al iluminar un metal
con luz de alta frecuencia se consigue arrancar de él electrones y le dio el nombre de “efecto foto-
eléctrico”. Para el estudio de este efecto, Lenard diseñó en 1900 un dispositivo como el que, de for-
ma esquemática, se presenta en la figura adjunta.

Luz
incidente

Placa Ampolla de cuarzo


emisora (A) -
e Placa colectora (B)

A Amperímetro
Voltímetro
V

Resistencia
variable

+
Generador

En la figura anterior se puede ver un aparato que consta de dos placas metálicas situadas dentro de
una ampolla de cuarzo en la que se ha hecho el vacío. Las placas se conectan a un generador capaz
de suministrar una diferencia de potencial (VB-VA) entre ellas. Dicho generador tiene un dispositivo
mediante el cual se puede aumentar o disminuir a voluntad el valor de esa diferencia de potencial
(incluso cambiarla de signo). Si tomamos como origen de potencial el de la placa A (VA = 0), la dife-
rencia VB-VA coincidirá con el valor de VB que, en adelante, designaremos simplemente como V. El
voltímetro y el amperímetro (de gran sensibilidad) miden respectivamente la diferencia de potencial

376
10. Mecánica cuántica

aplicada y la intensidad de la corriente eléctrica generada cuando los electrones emitidos por la placa
iluminada (o emisora) alcancen la otra placa (colectora) y se cierre así el circuito.

Haciendo uso de este aparato (conocido como célula fotoeléctrica) se puede observar y estudiar el
efecto fotoeléctrico. A continuación analizaremos los resultados más importantes que se obtuvieron
y cómo la física clásica fue incapaz de explicar algunos de ellos.

1.1. Interpretación clásica del efecto fotoeléctrico

Una cuestión que surge inmediatamente es cómo es posible que, por el simple hecho de iluminar la
placa metálica cargada negativamente, se liberen electrones y éstos se muevan hacia la placa de en-
frente, cargada positivamente, produciendo así una corriente eléctrica (fotocorriente) cuya intensidad
podemos medir con el amperímetro.

Utilizad vuestros conocimientos sobre las ondas y concretamente sobre las ondas electromagné-
ticas, para proponer una primera explicación de cómo se produce el efecto fotoeléctrico.

Hasta aquí hemos considerado a la luz como un caso particular de onda electromagnética y sabemos
que toda onda se caracteriza por transportar energía (uniformemente repartida en todo el frente de
onda). La intensidad de una onda o energía que transporta por unidad de superficie y de tiempo es
directamente proporcional a los cuadrados de su amplitud y de su frecuencia. A cada color del espec-
tro le corresponde una frecuencia distinta, aumentando desde el infrarrojo al ultravioleta. Para una
luz de determinada frecuencia (es decir, para un color dado), podemos obtener un haz luminoso más
o menos intenso aumentando o disminuyendo su amplitud. Es posible hablar así, por ejemplo, de un
haz de luz roja más o menos intenso. Un haz más intenso supone que sobre la placa iluminada incide
más energía por unidad de superficie y de tiempo.

Una primera interpretación del efecto fotoeléctrico consiste en admitir que la energía que trans-
porta la luz se comunica a los electrones de la placa. Cuando uno de esos electrones adquiere la
energía suficiente, puede saltar fuera de la placa, es decir, puede escapar venciendo así las fuerzas
de atracción que le ejercen los iones positivos de la red metálica. Si la diferencia de potencial
entre las placas es lo suficientemente grande, el campo eléctrico existente hará que muchos de
esos electrones (fotoelectrones) se desplacen desde la placa A iluminada (en principio la negati-
va) hasta la de enfrente (B) con lo que se cierra el circuito.

¿Qué cabe esperar que ocurra si, una vez que se presenta el efecto fotoeléctrico, hacemos que
aumente la diferencia de potencial V entre las placas?

Recordemos que al conectar dos placas metálicas paralelas a los extremos de un generador, se car-

gan eléctricamente de modo que entre ellas se genera un campo eléctrico uniforme cuyo vector E
irá dirigido de la placa de mayor potencial (cargada positivamente) a la de menor potencial (cargada
negativamente) y cuyo módulo viene dado por E = V/d siendo V la diferencia de potencial (en valor
absoluto) existente entre las placas.
 
Si aumentamos V, hacemos que aumente E y, consecuentemente, la fuerza F  qe  E que el campo
eléctrico ejerce sobre cada electrón liberado. Ello hará que aumente así el número de electrones libe-
rados que llegan finalmente a la placa B ya que, aunque no salgan exactamente en dirección a esa
placa, si la fuerza eléctrica sobre ellos es lo bastante grande, los puede desviar hacia ella. Esto pro-
vocará un aumento en la intensidad de la fotocorriente (que podemos medir con el amperímetro).

377
10. Mecánica cuántica

Fijémonos que en el ejemplo que estamos considerando, la fuerza eléctrica que el campo ejerce so-
bre los electrones liberados, tiene sentido contrario al vector intensidad de campo (la carga del
electrón es negativa).
Luz
incidente


A E B
-
 +
e F

¿Por qué conviene, en principio, iluminar la placa negativa o de menor potencial?

La respuesta a la cuestión anterior es bastante evidente: Para un metal dado, el que se liberen más o
menos electrones depende sólo de la luz incidente, pero si iluminamos la placa negativa (A) aquellos
electrones que se liberen, en cuanto abandonen el metal, se verán sometidos a la acción de una fuer-
za eléctrica en el sentido de A hacia la placa B, que favorece que se cierre el circuito ya que dicha
fuerza no frena a los electrones sino que les "empuja" hacia la placa de enfrente. Es decir, los elec-
trones son atraídos por la placa B y repelidos por la A.

¿Podría presentarse también el efecto fotoeléctrico iluminando la placa positiva (o de mayor po-
tencial) en lugar de la negativa (o de menor potencial)?

Luz
incidente


A E B
-
 +
e F

Es fácil de comprender que si iluminamos, en las mismas condiciones que antes, la placa positiva
(recordemos que positiva no quiere decir que no tenga electrones) los electrones liberados se encon-
trarán sometidos a la acción de un campo eléctrico que les provocará una fuerza dirigida hacia la
propia placa positiva, de modo que los electrones que no salten con la suficiente velocidad serán
captados de nuevo por esta placa y sólo aquellos que tengan la velocidad inicial adecuada podrán
llegar a la placa negativa cerrando así el circuito. Si hiciéramos la experiencia veríamos que el efecto
fotoeléctrico sería más débil que el que conseguiríamos (a igualdad de las restantes condiciones)
iluminando la placa negativa (debido a que la proporción de electrones liberados que conseguirían
alcanzar la placa de enfrente sería menor). Por tanto, la intensidad de fotocorriente también sería
menor.

378
10. Mecánica cuántica

1.2. Corriente de saturación y potencial de frenado

Para hacer un estudio cuantitativo del efecto fotoeléctrico podríamos pensar, en primer lugar, en
variar la diferencia de potencial V entre las placas metálicas manteniendo constante la amplitud y la
frecuencia de la luz incidente (es decir: misma iluminación y mismo tipo de luz). Si realizásemos la
experiencia utilizando luz capaz de extraer electrones y representáramos gráficamente la intensidad
de la fotocorriente obtenida frente a la diferencia de potencial existente entre las placas, obtendría-
mos una figura como la siguiente:

Intensidad de
saturación

-Vf 0+ V

Tratad de interpretar la figura anterior.

La figura muestra cómo va cambiando la intensidad I de la fotocorriente (proporcional al número de


electrones liberados que llegan a la otra placa) con la diferencia de potencial "V" entre las dos pla-
cas. A la vista de los resultados y teniendo en cuenta la naturaleza ondulatoria de la luz, podemos
establecer que:
a) Si partimos de V = 0, podemos ver que conforme V aumenta también lo hace la intensidad de la
fotocorriente. Ya hemos razonado antes el porqué ocurre esto. Sin embargo, también vemos que
llega un momento en que dicha intensidad alcanza un valor constante y ya no aumenta más aun-
que sigamos aumentando la diferencia de potencial entre las placas (siempre sin rebasar un cierto
límite en el que el campo eléctrico sería tan intenso que haría saltar la chispa entre ambas provo-
cando su descarga inmediata). Al valor máximo que podemos conseguir de intensidad de fotoco-
rriente se le llama corriente de saturación y su existencia se puede interpretar admitiendo que
el número de electrones que salen de la placa emisora y llegan a la colectora no puede ser nunca
mayor que el número de electrones liberados. En efecto: el número de electrones que se liberan
depende de la luz incidente (que aporta la energía necesaria para ello) y no se ve afectado por la
diferencia de potencial entre las placas. Lo que ocurre es que, en principio, no todos los elec-
trones liberados llegan a la placa de enfrente (salen en distintas direcciones), pero si aumentamos
la diferencia de potencial también aumenta la fuerza que actúa sobre ellos,1 y dicha fuerza se di-
rige de la placa negativa hacia la positiva (sentido contrario a la intensidad del campo eléctrico),
de modo que puede conseguir desviar a aquellos electrones que inicialmente no salie-

1
Sabemos que F = qe-· E y que E = V/d (“d” es la distancia entre las placas), con lo que: F = q e-·V/d. Así pues,
cuanto mayor sea V (en valor absoluto), mayor será F (módulo de la fuerza que el campo eléctrico ejerce so-
bre cada electrón liberado).

379
10. Mecánica cuántica

ron en la dirección adecuada y reconducirlos a la placa positiva. Claro está que, cuando todo
electrón liberado llegue a la placa positiva (sea cual sea la dirección inicial en la que salió) se
habrá alcanzado el límite y, aunque sigamos aumentando la diferencia de potencial, la intensidad
de la fotocorriente ya no podrá aumentar.

Luz
incidente


A E B
  +
v
 F
F
 V0
v0

b) Si nos situamos en V = 0, vemos que también en ese caso existe corriente y se debe a que, a pe-
sar de no haber una fuerza eléctrica actuando sobre los electrones liberados, la energía cinética
con que salen muchos de ellos (y la dirección inicial en que se mueven) son adecuadas para con-
seguir que lleguen a la otra placa. Sin embargo, a la izquierda de V = 0 la diferencia de potencial
entre las placas es negativa (cambia la polaridad del generador). Ello implica que la intensidad
del campo eléctrico tiene ahora sentido contrario al caso anterior, por lo que la fuerza eléctrica lo
que hace ahora es frenar a los electrones liberados (que cada vez se moverán más lentamente
según avanzan hacia la otra placa). Es por eso que conforme nos situamos más hacia la izquierda
de V = 0, la intensidad de fotocorriente irá disminuyendo, ya que los electrones serán frenados
con una fuerza cada vez mayor y muchos se pararán antes de alcanzar la placa B y retrocederán
bajo la acción del campo.

Luz
incidente


A E B

+  
v
F

V0

c) El hecho de que el número de electrones que llegan a la placa colectora cuando ésta se halla ne-
gativamente cargada, vaya disminuyendo conforme V se va haciendo cada vez más negativa
(aumentando su valor absoluto), nos indica que no todos los electrones liberados salen del metal
con la misma energía cinética inicial. En efecto, al aumentar la fuerza de frenado sobre los elec-
trones sólo los que salgan con una cierta energía cinética (y en la dirección adecuada) serán ca-
paces de llegar a la placa negativa venciendo la barrera de potencial, pero como esa fuerza va

380
10. Mecánica cuántica

en aumento, los electrones con suficiente energía cinética como para llegar a la otra placa irán
siendo más y más escasos, hasta que (para V = -Vf), ni siquiera los que salen con la máxima
energía cinética posible, serán capaces de alcanzar la placa colectora. Evidentemente, el máximo
valor de la energía cinética con que puede salir un electrón de la placa emisora, se producirá
cuando este pueda hacerlo sin ninguna pérdida energética a causa de posibles "colisiones" con
los restos atómicos de la red metálica. La energía cinética con que sale un electrón también de-
pende de si se trata de un electrón externo o interno. Cuanto más interno sea el electrón tanto más
ligado se encuentra al átomo, por lo que se precisará más energía para extraerlo. Ello explica que
(a igualdad de los restantes factores) los electrones mas internos salgan del metal con una energía
cinética menor.

d) Así pues, cuando nos encontramos a la izquierda de V = 0, la diferencia de potencial entre las
placas es negativa y supone una barrera u obstáculo que han de vencer los electrones que se libe-
ran de la placa emisora (A) para llegar a chocar contra la placa colectora (B). En principio, puede
haber muchos electrones que salgan con energía cinética de sobra como para superar esa barrera
(otros no), pero ya hemos visto que si seguimos “aumentando la altura de la barrera” (si segui-
mos haciendo V cada vez más negativa), cada vez habrá menos electrones capaces de "saltarla"
y llega un momento (que en la gráfica corresponde a V = -Vf ) que ni siquiera los electrones libe-
rados que salen con la máxima energía cinética pueden hacerlo. Esa energía cinética máxima se-
ría, pues, la energía necesaria para que un electrón pudiera recorrer prácticamente la distancia
existente entre A y B pero, justo cuando alcanza B, tuviera velocidad 0 y no pudiera quedarse en
ella. Al valor absoluto Vf se le denomina potencial de frenado (es una magnitud que, por defi-
nición, nunca es negativa). El razonamiento anterior sugiere la existencia de una relación entre la
energía cinética máxima y el potencial de frenado: cuanto mayor sea la energía cinética máxima,
mayor resultará el valor de Vf.

1.3. Determinación de la energía cinética máxima con que salen los electrones

Supongamos que la placa A está cargada positivamente (hemos invertido la polaridad). Si la ilumi-
namos con un haz de luz incidente capaz de producir el efecto fotoeléctrico, veremos que el am-
perímetro señala el paso de fotocorriente y podemos plantearnos realizar un estudio cuantitativo del
efecto, comenzando por medir la energía cinética máxima con que salen los electrones liberados.

Si depreciamos el peso de los electrones, la única fuerza que actúa sobre ellos será la fuerza eléctrica

F (conservativa) que, en este caso, los frena.
 B
+ A  v
F
-
e

Podemos ir variando la diferencia de potencial suministrada por la fuente (haciéndola cada vez más
negativa) hasta el preciso momento en que la intensidad de la fotocorriente se anule. En ese instante
el amperímetro marcará 0 y el voltímetro indicará el valor del potencial de frenado, es decir: (VB -
VA) = -Vf. Si en esas condiciones aplicamos la expresión Wext = E al sistema formado por el
electrón liberado y el campo eléctrico existente entre ambas placas, es evidente que Wext = 0 y, por
tanto, que la energía deberá conservarse, con lo que:

Ecmax A + EpA = EcB + EpB  Ecmax A = (EpB - EpA) = qe (VB - VA) = -qeVf
0

381
10. Mecánica cuántica

La expresión anterior proporciona pues el valor máximo de la energía cinética con que salen los
electrones. El valor de dicha energía (como es lógico) resulta positivo puesto que qe = -1‟6·10-19 C.
No obstante es habitual escribir la energía cinética máxima como:
Ecmáx = qe·Vf

y no poner signo a la carga del electrón. (Esto será también lo que haremos nosotros). Así pues, el
potencial de frenado y la energía cinética máxima son siempre directamente proporcionales.
Hasta aquí hemos hecho una descripción del efecto fotoeléctrico y hemos aprendido cómo medir
algunas magnitudes que intervienen en el mismo tales como la intensidad de la corriente que se pro-
duce y la energía cinética máxima con que salen los electrones liberados. Podemos ahora plantear-
nos qué influencia debería tener, de acuerdo con la teoría ondulatoria de la luz, la intensidad del haz
luminoso incidente sobre el valor de la energía cinética con que salen los electrones.

1.4. Predicciones sobre el efecto fotoeléctrico, basadas en el carácter ondulatorio de la luz

Según la naturaleza ondulatoria de la luz (aceptada por los físicos a comienzos del siglo XX), la
energía transportada por el haz de luz (monocromática) incidente ha de distribuirse uniformemente
por toda la placa, no liberándose electrones hasta que éstos no hayan absorbido la energía suficiente
como para vencer las fuerzas que los retienen en el metal. Por otra parte, está claro que sea cual sea
la frecuencia correspondiente de la luz utilizada, podemos hacer que ésta sea más o menos intensa.
Recordemos que la intensidad de una onda determinada es directamente proporcional al cuadrado de
su amplitud y de su frecuencia (I  A2f2) y que a cada "color" del espectro le corresponde una fre-
cuencia determinada. Podemos pues aumentar la intensidad luminosa que recibe la placa, de dos
formas:

 Utilizando distintos tipos de luz de una frecuencia cada vez mayor (pasar, por ejemplo, de luz
roja a luz azul y de ésta a ultravioleta) pero manteniendo la amplitud constante.
 Utilizando cada vez más luz (es decir una luz más "fuerte", más iluminación) pero siempre el
mismo tipo de luz monocromática, lo que equivale a mantener constante la frecuencia e ir au-
mentando la amplitud.

De acuerdo con lo anterior, cabe plantearse las siguientes preguntas:

¿A igualdad de los restantes factores, cómo cabe esperar que influya la intensidad de la luz inci-
dente si vamos utilizando distintos tipos de luz de una frecuencia cada vez más alta ?

Es de esperar que el efecto fotoeléctrico sólo se presente a partir de una cierta frecuencia (es decir,
cuando la luz incidente sea lo bastante intensa como para arrancar electrones del metal), distinta para
cada metal, y que al aumentar la frecuencia vaya aumentando la energía cinética con que salen de la
superficie de la placa metálica iluminada.

¿A igualdad de los restantes factores, cómo cabe esperar que influya la intensidad de la luz inci-
dente si no cambiamos el tipo de luz pero vamos aumentando su amplitud?

Se trata ahora de utilizar siempre luz de la misma frecuencia (el mismo color del espectro luminoso).
Partimos de una luz muy débil y mediante un regulador la vamos convirtiendo en una luz más y más
fuerte. En efecto, todos nosotros podemos imaginarnos luz roja muy tenue (decimos que hay "poca"
luz) y luz roja muy fuerte (decimos que hay "mucha luz"). Ello se consigue variando la amplitud de
la onda luminosa en cuestión. De esta forma conseguimos luz más intensa sin cambiar la frecuencia.

382
10. Mecánica cuántica

En este caso es de esperar que el efecto fotoeléctrico se presente sea cual sea la frecuencia de la luz
que se utilice (sea roja, verde o ultravioleta) con tal de que dicha luz sea lo bastante intensa. A partir
de ese momento, conforme vaya aumentando la intensidad, también debería ir aumentando la energ-
ía cinética de los electrones liberados.

1.5. Resultados experimentales obtenidos al estudiar el efecto fotoeléctrico

Al realizar las experiencias pertinentes se pudo comprobar que:

 Existe una frecuencia f0, llamada frecuencia umbral, distinta para cada metal, por debajo de
la cual no se produce el efecto fotoeléctrico sea cual sea la intensidad de la onda luminosa
incidente.2

 Para luces de una frecuencia superior a f0 el efecto fotoeléctrico se produce de modo ins-
tantáneo, por pequeña que sea la intensidad de la onda luminosa incidente.

 Si utilizamos siempre un mismo tipo de luz, de una frecuencia mayor que f0, y vamos au-
mentando su intensidad (hacemos incidir más luz), vemos que el número de electrones que
se liberan aumenta (crece la intensidad de la fotocorriente) pero sin embargo, no lo hace la
energía cinética máxima, que permanece constante mientras no cambiemos la frecuencia.

El resultado anterior se refleja en la siguiente gráfica que nos da la intensidad de la fotocorriente


obtenida en función de la diferencia de potencial entre las placas, para distintos grados de ilumina-
ción, siempre con una luz de una misma frecuencia f  f0.

Intensidad de Iluminación (2)


saturación
(b)

Intensidad de Iluminación (1)


saturación
(a)
Iluminación (2)  iluminación (1)

Mismo tipo de luz, f  f0


-Vf 0+ V

La curva (b) corresponde a una situación en la que la placa emisora ha sido iluminada con una luz
incidente de la misma frecuencia pero de doble intensidad luminosa que en el caso de la curva (a). El
hecho de aumentar la iluminación sólo tiene como efecto extraer más electrones (de ahí que la inten-
sidad de saturación en la curva “b” sea mayor que en la curva “a”.

La energía cinética máxima de los electrones arrancados no depende de la iluminación ya que, como
se puede observar, el potencial de frenado no cambia. (Recordemos que Ecmax = qe·Vf).

2
El enunciado anterior, dado que f = c/, equivale a afirmar que existe una longitud de onda umbral 0, por encima
de la cual no se presenta el efecto fotoeléctrico sea cual sea la intensidad de la luz incidente.

383
10. Mecánica cuántica

 Si utilizamos distintos tipos de luz (siempre de


frecuencia mayor que la umbral) de una frecuen-
I (2)
cia cada vez más alta, la energía cinética con que
se liberan los electrones va aumentando lineal- (1)
mente con la frecuencia, independientemente de
lo tenue o fuerte que sea la luz utilizada. En otras
palabras: si, por ejemplo, utilizamos luz azul muy
intensa en un caso y luz ultravioleta muy débil en f2f1f0
otro, en el primero se podrán liberar muchos
electrones y en el segundo muy pocos, pero la
energía cinética de los segundos será mayor que -Vf (2) -Vf (1) 0+ V
la de los primeros.

Análogamente, si disminuimos la frecuencia se observa que el valor de Vf va disminuyendo


hasta que, para f = f0 se cumple que Vf = 0 (y por tanto que Ecmáx = 0) y por debajo de f0
ningún electrón es arrancado.

El resultado anterior se refleja en la siguiente gráfica que nos da cómo cambia la energía cinética
máxima con la frecuencia:

Ecmáx (eV)

f0 f (Hz)

Analizad los resultados anteriores y comentad qué es lo que no puede entenderse en términos de
la teoría ondulatoria de la luz.

Esencialmente se plantean los siguientes problemas:

a) Los electrones deberían poder ser extraídos con luz de cualquier frecuencia, para ello tan solo
sería necesario que cuanto menor fuera la frecuencia de la luz utilizada se compensará aumentando
la iluminación (se puede suministrar la misma energía utilizando luz de menor frecuencia pero ma-
yor amplitud).

b) Si la energía de una onda está repartida por todo el frente ¿Cómo es posible que se transmita una
cantidad de energía apreciable al electrón siendo que éste interacciona con una pequeñísima superfi-
cie del frente? Podría entenderse que se fuera acumulando energía en el electrón poco a poco con-
forme fuera recibiendo frentes de onda sucesivos hasta que finalmente dispusiera de la necesaria
para escapar del metal pero, en ese caso, el efecto fotoeléctrico debería tardar un tiempo en producir-
se, contrariamente a la evidencia experimental que muestra que es prácticamente instantáneo.

384
10. Mecánica cuántica

1.6. Interpretación de Einstein del efecto fotoeléctrico. Concepto de fotón y cuantización de la


energía

En el año 1900 el físico alemán Max Planck, para explicar el comportamiento de la materia al absor-
ber o emitir energía en forma de radiación electromagnética formuló la hipótesis de que esta energía
era siempre un múltiplo entero de una cantidad a la que dio el nombre de “quantum” y que venía
dada por h·f, donde “h” era una constante (a la que se denominó constante de Planck) de valor
6‟63·10-34 J·s y “f” la frecuencia de la radiación electromagnética.

En el año 1905 Einstein elaboró una hipótesis sorprendente acerca de la naturaleza de la luz, por la
que más tarde (en 1921) recibiría el premio Nóbel de Física. Según dicha hipótesis los “quantum” o
“cuantos” de energía existían no solo cuando un cuerpo absorbía o emitía energía mediante radiación
electromagnética (como pensaba Planck), sino que constituían dicha radiación cuando ésta se propa-
gaba por el espacio. De acuerdo con esta hipótesis, la luz (al igual que cualquier otra radiación elec-
tromagnética) se comporta como si la energía que transporta no estuviese uniformemente distribuida
por el espacio en el que se propaga (como corresponde a una onda) sino más bien como si dicha
energía estuviera concentrada en paquetes individuales o cuantos de energía submicroscópicos, de
energía E = h·f (a los que más tarde se llamó “fotones”). Con esta hipótesis volvía a cuestionarse la
naturaleza ondulatoria de la luz y de las radiaciones electromagnéticas en general y, por tanto, la
teoría electromagnética de Maxwell.

Considerad en qué medida la hipótesis del fotón de Einstein explica los resultados experimenta-
les del efecto fotoeléctrico que no podían interpretarse con la teoría ondulatoria de la luz.

a) En cuanto al problema mismo de la existencia de una frecuencia umbral por debajo de la cual no
se presenta el efecto fotoeléctrico, éste tiene una explicación muy clara con el concepto de fotón. En
efecto, si la energía del fotón es inferior a la que se necesita para extraer el electrón del metal (a la
que, en adelante llamaremos "trabajo de extracción"), por muy intensa que sea la luz utilizada (es
decir, por muchos fotones que lleguen a la placa) no se arrancará ningún electrón.

b) Inversamente, aunque la luz utilizada sea muy débil, si su frecuencia es más alta que f0, habrá
algunos fotones que chocarán contra electrones. Como esos fotones tendrán energía superior al tra-
bajo de extracción, el efecto fotoeléctrico se producirá (aunque la intensidad de fotocorriente que
logremos sea muy baja). Si en esas condiciones (de f f0) aumentamos la intensidad de la luz inci-
dente (sin cambiar la frecuencia) haremos que incidan más fotones y, por tanto, que se liberen más
electrones, con lo que la intensidad de la fotocorriente aumenta.

c) Además, el hecho de que la energía del fotón sea directamente proporcional a la frecuencia, expli-
ca que la energía cinética máxima con que salen los electrones del metal iluminado dependa de la
frecuencia de la luz utilizada, de modo que a mayor frecuencia mayor será la energía que el fotón le
transfiere al electrón y por tanto, con mayor energía cinética podrá éste abandonar el metal. Aumen-
tar la intensidad del haz de luz incidente sin cambiar su frecuencia no tiene ningún efecto sobre la
energía cinética con que salen los electrones del metal porque lo único que conseguimos es aumentar
el número de electrones que escapan pero no le damos más energía a cada uno.

d) Finalmente, como la energía está concentrada en cada fotón, si éste tiene la suficiente energía
como para liberar un electrón, el proceso se realiza de forma casi instantánea ya que el choque entre
fotón y electrón tiene una duración sumamente corta.

Una cuestión importante es la relación cuantitativa existente entre la energía del fotón incidente y la
energía cinética máxima del electrón liberado.
385
10. Mecánica cuántica

Suponiendo una frecuencia f mayor que la umbral f0, proponed una ecuación que ligue la energía
del fotón incidente con la energía cinética con que sale el electrón sobre el cual incide dicho fotón.

Un balance energético sencillo, permite comprender que la energía del fotón incidente deberá repar-
tirse entre la que, como mínimo, hace falta para extraer el electrón del metal y la energía cinética con
que escapa dicho electrón del mismo: E = E0 + Ec

La energía del fotón incidente viene dada por E = h·f . El trabajo de extracción indica la energía
E0 que como mínimo se necesita para arrancar el electrón del metal (la cual a su vez depende del tipo
de sustancia, de su carácter más o menos metálico). Como es lógico el trabajo de extracción podre-
mos evaluarlo como h·f0. Dicho trabajo se refiere siempre a los electrones menos ligados. Los
electrones más internos, para ser liberados, precisan una energía mucho mayor (y salen, inevitable-
mente, con menos energía cinética que la máxima).

Si después de incidir un fotón sobre un electrón externo éste no pierde parte de la energía suminis-
trada a causa de posibles colisiones internas antes de escapar del metal, la diferencia hf-hf0 corres-
ponderá a la energía cinética máxima que el fotoelectrón puede tener en el instante que escapa del
metal.

De acuerdo con los razonamientos anteriores, podemos escribir que: hf = hf0 + Ecmáx

Dado que Ecmáx = qe·Vf, la expresión anterior también se suele escribir como: hf = hf0 + qe·Vf

Cualquiera de las dos expresiones anteriores recibe el nombre de ecuación de Einstein del efecto
fotoeléctrico.

La primera de ellas da cuenta de la gráfica que anteriormente presentamos al exponer los resultados
experimentales relativos al efecto fotoeléctrico ya que a partir de ella podemos escribir que:

Ecmáx = h (f -f0)

que corresponde a la ecuación de una recta cuya pendiente es h y que corta al eje de abcisas en el
punto f = f0.

h
Análogamente la segunda expresión se puede rescribir como: V f  ( f  f0 ).
qe

De acuerdo con ella, al representar el potencial de frenado Vf frente a los valores de la frecuencia f
de la luz incidente, se debe obtener (como así ocurre) una recta cuya pendiente es h/qe. Esto abrió la
posibilidad de medir la constante h y comprobar que su valor concordaba con el obtenido anterior-
mente por Planck por otro método. Dicha medida fue realizada por Millikan en 1916, lo cual supuso
un apoyo evidente a la hipótesis del fotón de Einstein. Sin embargo inicialmente, tanto Planck como
Millikan y otros científicos, eran reacios a admitir dicha hipótesis ya que ésta ponía en cuestión toda
una teoría sólidamente establecida: La Teoría Electromagnética de Maxwell.

386
10. Mecánica cuántica

Vf (V)
La gráfica adjunta representa el potencial de
frenado Vf de una célula fotoeléctrica frente a
la frecuencia f de la luz incidente. El valor de
la ordenada en el origen es de -1'8 V. Deter-
minad cuánto vale el trabajo de extracción. (qe 0
f (Hz)
= 1’6·10-19 C)
-1'8

Aunque Vf no puede ser nunca negativo, conocer el valor de la ordenada en el origen de la gráfica
dada, prolongando la recta hasta cortar al eje de ordenadas, nos permite contestar a la pregunta plan-
teada ya que en ese punto f = 0, con lo que:

h h
Vf   ( f  f 0 )  1'8   f 0  Wext = h·f0 = 1‟8· (1‟6·10-19) = 2‟88 · 10-19 J
qe qe

Los trabajos de extracción de tres metales diferentes son: 1'9 eV, 4'2 eV y 5'0 eV. Se tiene una
fuente de luz monocromática de  = 514 nm. Se pide:

a) ¿De cuál de los tres metales anteriores se podrán extraer electrones?


b) Si se desea obtener una fotocorriente de 2 mA ¿qué potencia deberá tener la luz incidente?

Para poder extraer un electrón es necesario que la energía del fotón incidente E = h·f supere a la
energía mínima necesaria para liberar al electrón, dada por h · f0 (donde f0 es la frecuencia umbral,
característica de cada metal). El valor de esa energía coincide con el trabajo de extracción. Por tanto,
lo primero que tendremos que hacer será conocer la frecuencia de la radiación utilizada y, a conti-
nuación, calcular la energía en eV y compararla con los trabajos de extracción que se nos dan en el
enunciado.

f = c/ = 3·108/(514·10-9) = 5‟84·1014 Hz

La energía del fotón sería E = h·f = 6‟63·10-34 · 5‟84·1014 = 3‟87·10-19 J = 2‟4 eV

El resultado anterior muestra que, con ese tipo de luz, sólo podrán extraerse electrones del primer
metal que es el que tiene un trabajo de extracción inferior a la energía del fotón incidente.

Para hallar la potencia de la luz incidente que se necesita (potencia óptica), hemos de averiguar qué
relación liga dicha potencia con la intensidad de fotocorriente que se desea obtener.

Supongamos el caso más favorable en el que cada fotón incidente extrajera un electrón y que éste
llegase a la otra placa. Si consiguiéramos relacionar por una parte el número de fotones incidentes en
un tiempo t con la potencia óptica y por otra el número de electrones liberados con la intensidad de
saturación, tendríamos resuelto el problema. En efecto:

Sabemos que P = E/t = N·Efotón/t = N·h·f/t donde N es el número de fotones que inciden en t.
Por tanto:
N P
 (1)
t h  f

387
10. Mecánica cuántica

Por otra parte, la intensidad de corriente I = Q/t = N·qe/t donde N es el número de electrones que
atraviesan una sección dada del conductor en un tiempo t. Por tanto:

N I
 (2)
t q e

P I I h f
Igualando las expresiones (1) y (2), obtenemos que:  P
h  f qe qe

Sustituyendo valores nos queda que: P = 4‟8·10-3 W

La idea de la cuantización de la energía no se limita a los procesos en los que interviene la luz
sino que se extiende a toda absorción o emisión de energía sea cual sea la naturaleza del fenóme-
no implicado. Así, cuando un cuerpo disminuye su temperatura también emite energía a su alre-
dedor de forma discontinua, lo mismo que cuando un péndulo oscilante se va parando por efecto
del rozamiento o cuando una batería eléctrica se descarga.

El efecto fotoeléctrico supone la posibilidad de construir circuitos eléctricos que funcionen o se inte-
rrumpan cuando se establezca o se corte un haz de luz. Ello, permite aplicaciones prácticas que van
desde algunas alarmas antirrobo a la apertura o cierre automático de puertas (como ocurre en la ma-
yoría de los ascensores). Así, cuando una persona interrumpe el paso de un fino haz luminoso, se
produce una caída repentina de la intensidad de fotocorriente que puede activar una alarma o accio-
nar un mecanismo de apertura. Se utiliza este efecto también en la fabricación de algunos detectores
de humo o en los aparatos de fotografía que sirven para medir la intensidad de la luz (fotómetros),
etc. Se trata pues no solo de algo que ha tenido una enorme importancia histórica (su interpretación
teórica tuvo una gran influencia en la crisis de la física clásica y surgimiento de la física moderna),
sino que además de él se han derivado numerosas aplicaciones prácticas de gran interés.

Justificad que la masa del fotón sea nula

Del fotón sabemos que viaja con rapidez “c” y que su energía viene dada por E = h·f.

Por otra parte, de acuerdo con la Teoría Especial de la Relatividad, la energía de cualquier partícula
libre viene dada por la expresión: E = mc2. Si queremos aplicarla al caso del fotón, bastará sustituir
en ella v por c, con lo que:

1 1 1 2
E m  c2  m   c2  m   c  m    c2
1  v/ c  1  c/ c  0
2 2

Según el resultado obtenido, cualquier valor de “m” distinto de 0 haría que su energía E fuera infini-
ta. Como la expresión E = h·f nos indica explícitamente que eso no es así, será necesario que la masa
del fotón sea nula.

Conviene tener en cuanta que la energía del fotón no podrá obtenerse con la expresión E = mc2 ya
que en ese caso, E = mc2 = 0· ·c2 = indeterminado.

388
10. Mecánica cuántica

Determinad el valor de la cantidad de movimiento de un fotón.

Como ya vimos en la Teoría Especial de la Relatividad, la expresión de la cantidad de movimien-


to de traslación de una partícula es p = m··v, que aplicada al caso del fotón resulta p = 0· ·c =
indeterminado.

Así pues no podemos conocer la cantidad de movimiento de un fotón haciendo uso de la expresión
anterior. Sin embargo, sí podemos hacerlo utilizando la expresión:

E2 = p2c2 + m2c4, obtenida en la Teoría Especial de la Relatividad. En efecto, aplicándola al caso de


un fotón, nos queda que:

E
E = p·c con lo que: p
c

Para terminar, indicar tan solo que si, equivocadamente, hubiésemos utilizado la expresión p = m·v,
válida únicamente para casos en los que v  c, habríamos obtenido p = 0·c = 0, en franca contradic-
ción con las experiencias que señalan inequívocamente que el fotón tiene cantidad de movimiento.

La teoría del fotón, permitió también interpretar adecuadamente algunos hechos para los que hasta
entonces no se disponía de explicación satisfactoria. Uno de estos casos fue, como veremos a conti-
nuación, el de los espectros discontinuos de emisión, característicos de las sustancias en estado ga-
seoso e incandescente y otro el denominado “Efecto Compton”

2. CONFIRMACIÓN DE LA CAPACIDAD EXPLICATIVA DEL CONCEPTO DE FOTÓN.


ESPECTROS DISCONTINUOS Y EFECTO COMPTON.

2.1. Explicación de los espectros discontinuos

El curso pasado vimos que los elementos químicos cuando se encuentran en fase gaseosa e incan-
descente emiten luz y que cuando se hacía pasar un haz de la luz emitida por uno de tales elementos
por un espectroscopio se observaba un conjunto discreto de rayas de distintos colores (espectro dis-
continuo). Cada una de esas rayas individuales corresponden a una luz de determinada frecuencia y
longitud de onda. Cada elemento químico tiene un espectro de rayas de emisión característico (es
como su seña de identidad).

A finales del siglo XIX se sabía que toda carga eléctrica acelerada emite radiación electromagnética
y que la luz era un caso particular de radiación electromagnética. Los átomos de los gases muy poco
densos están muy separados entre sí por lo que cabía pensar que los espectros discontinuos de emi-
sión se debían a la existencia de cargas eléctricas aceleradas en el interior de los átomos y el hecho
de que cada elemento químico tuviese un espectro característico debía estar relacionado con la orga-
nización interna de las cargas (electrones) en sus átomos (diferente a las de los demás).

f en aumento

 en aumento
389
10. Mecánica cuántica

Los espectros de rayas parecían pues, a finales del siglo XIX, claves para explicar la estructura inter-
na de los átomos.

¿Qué es lo que hace que un elemento en estado gaseoso e incandescente emita luz sólo de deter-
minadas frecuencias? ¿Cuál es el mecanismo por el que se emite dicha luz?

Dado que el hidrógeno es el elemento químico más sencillo, al comienzo la investigación se centró
en este elemento (al que también le corresponde el espectro de emisión más sencillo). Fue el científi-
co suizo Balmer quien, en 1885 y de forma empírica, encontró una relación que daba cuenta de las
longitudes de onda de las cuaro rayas del espectro de emisión del hidrógeno que se conocían en
aquella época. Dichas longitudes de onda habían sido medidas con bastante precisión por otro cientí-
fico (Amstrong) y eran 656, 486, 434 y 410 (todas ellas en nm). Balmer comprobó que los valores
anteriores podían obtenerse a partir de una fórmula sencilla, análoga a la siguiente:

1 1 1
 R   2  2  con n = 3, 4, ...
 2 n 

En la fórmula anterior R es una constante llamada constante de Rydberg, que vale 1'097·107 m-1.

Los valores experimentales de  se ajustaban muy bien a los calculados mediante la expresión ante-
rior. Ello hizo pensar a Balmer si no sería posible la existencia en el espectro del hidrógeno de otras
series de rayas brillantes todavía por descubrir y que se ajustarían a la fórmula anterior sin más que
sustituir (para cada serie) 1/22 por 1/32, por 1/42 y así sucesivamente. Si esta hipótesis resultara cier-
ta, la fórmula anterior debería poder escribirse como:
1  1 1
 R 2  2 
 n 
 f ni 

donde nf es el número característico de la serie de rayas y ni es un número que toma valores enteros
mayores que nf.

En efecto, al aumentar la precisión de los espectroscopios fueron descubriéndose las nuevas series
espectrales predichas desde nf = 1 hasta nf = 5, que recibieron respectivamente los nombres de Ly-
man (en la zona ultravioleta), Balmer (visible), Paschen, Brackett y Pfund (las tres últimas series en
la zona infrarroja).

El modelo atómico de Rutherford, vigente en aquella época, era incapaz de dar cuenta de los espec-
tros de emisión de rayas. En concreto porque si el electrón giraba continuamente alrededor del
núcleo, estaría permanente acelerado (su velocidad cambiaría continuamente de dirección) por lo
que, de acuerdo con la teoría electromagnética, debería emitir radiación electromagnética (y por tan-
to energía) y acabaría por caer sobre el núcleo. Además, conforme se fuera acercando al núcleo de-
bería describir espirales cada vez más deprisa, con lo que la frecuencia de la radiación emitida deber-
ía aumentar de forma continuada, lo que era incompatible con los resultados experimentales (para
cada elemento solo se dan determinadas frecuencias).

El científico danés Niels Bohr había estado trabajando como discípulo de Rutherford y estaba con-
vencido de la validez de su modelo atómico. Sin embargo también conocía los trabajos de Planck y
de Einstein sobre la emisión y absorción discontinua de energía, por lo que pensó que quizás los
electrones de los átomos tampoco podían perder o ganar energía de forma continua sino que debían
hacerlo también por "cuantos". Con base en esta idea modificó el modelo atómico de Rutherford

390
10. Mecánica cuántica

elaborando el suyo propio. De acuerdo con ello estableció una serie de postulados, entre los que se
encuentran los siguientes:

 Los electrones se mueven alrededor del núcleo describiendo órbitas circulares, pero sólo están
permitidas ciertas órbitas, es decir, un electrón no puede estar a cualquier distancia del núcleo. A
las órbitas permitidas las llamó estados estacionarios.

 Un electrón mientras gira en una órbita permitida tiene una energía definida y constante, es de-
cir, gira sin perder energía. (Nótese que este postulado no se admitiría en la física clásica).

 Sólo se emite luz (un único fotón) cuando un electrón pasa de un estado estacionario superior (de
energía Ei) a otro inferior (de menor energía Ef) . Por tanto la energía de dicho fotón vendrá dada
por h·f = Ei – Ef donde Ei y Ef corresponden a las energías de los estados estacionarios superior
(o inicial) e inferior (o final) respectivamente. Si lo vemos en términos de distancia al núcleo, el
estado estacionario superior correspondería a una órbita más alejada del núcleo que la órbita co-
rrespondiente al estado estacionario inferior.

Ei

Fotón E = Ei-Ef = h·f


electrón
Ef

núcleo

 Bohr supuso también que la cantidad de movimiento angular o momento cinético de un electrón
respecto al centro del átomo (más precisamente, su módulo) no podía tener cualquier valor sino
que éste debía ser un múltiplo entero de h/2. Concretamente:

h
L  n donde L es el módulo del momento cinético, h la constante de Planck y n = 1,2,3...
2

Por otra parte, como L = mvr (m es la masa del electrón, v su rapidez lineal y r el radio de la
órbita que describe), sustituyendo en la expresión anterior se obtiene que:

h
mvr  n  donde n = 1,2, 3...
2

Teniendo en cuenta lo visto hasta aquí y que el electrón describe órbitas circulares con movi-
miento circular y uniforme, deducid la expresión para calcular el radio de una órbita permitida en
el átomo de hidrógeno (despreciad la atracción gravitatoria entre núcleo y electrón).

h2
Rdo. r   n2
4 mKqe
2 2

391
10. Mecánica cuántica

Hallad la energía total del electrón en el átomo de hidrógeno cuando dicho electrón gira con
movimiento circular y uniforme de rapidez lineal v en una órbita de radio r alrededor del núcleo.
Dad la expresión obtenida en función del radio. (Considerad como energía total del electrón la su-
ma de su energía cinética y de la energía potencial electrostática).

1 Kq 2
Rdo. E    e
2 r

A partir de la fórmula obtenida en la actividad anterior, sustituid en ella el valor de r hallado


anteriormente para obtener así una expresión de la energía total del electrón en función del número
cuántico n.

2 2 K 2 qe4 m 1
Rdo. E    2
h2 n

Partiendo de la última expresión obtenida y teniendo en cuenta que h·f = Ei – Ef y que f = c/,
deducid la fórmula de Balmer (ya conocida) que permite calcular los valores de la longitud de onda
del espectro del hidrógeno.

1 2 2 K 2 qe4 m  1 1
Rdo.   2  2
 ch 3 n 
 f ni 

(en donde lo que hay delante del paréntesis corresponde a la constante de Rydberg “R”).

La gran importancia del modelo de Bohr consistió en que, por primera vez, se explicaba con preci-
sión el porqué los átomos emiten espectros de rayas (cada raya luminosa sería el resultado de millo-
nes de electrones de otros tantos átomos que realizan el mismo "salto") y en que se dedujeron de
forma teórica los valores de las longitudes de onda (y por tanto de las frecuencias) correspondientes
a algunas de las líneas de emisión del hidrógeno. Así mismo, el modelo permitió obtener, también de
forma teórica, los valores de otras magnitudes como, por ejemplo, la energía primera de ionización
del átomo de hidrógeno (desde el nivel n = 1 hasta el n = ).

No obstante, el modelo de Bohr tenía también muchas limitaciones: Sólo funcionaba (y no del todo)
con el átomo de hidrógeno y no explicaba toda una serie de hechos como, por ejemplo, el diferente
brillo y grosor de distintas rayas del espectro o las direcciones privilegiadas en las que se suelen en-
lazar distintos átomos. En realidad, Bohr elaboró sus postulados para que su modelo concordará con
los resultados experimentales ya establecidos y no pudo dar ninguna explicación del porqué las órbi-
tas atómicas de su modelo debían estar cuantizadas, es decir, por qué las órbitas descritas por los
electrones no podían situarse sino a ciertas distancias del núcleo y en cada caso correspondía una
energía determinada. Posteriormente (como veremos más adelante) otro científico, el francés De
Broglie, elaboró una explicación que daba cuenta de este hecho.

2.2. El efecto Compton

Compton comprobó en 1923 que, al hacer incidir rayos X (radiación electromagnética de elevada
frecuencia) sobre un cristal de calcita, la radiación emergente sufría una cierta desviación respecto a
la dirección original, pero lo que resultaba más sorprendente, era que salía con una frecuencia me-
nor que la que tenía al incidir sobre el cristal. Este último hecho era absolutamente inexplicable si se
concebía la radiación como una onda (la frecuencia de una onda no cambia cuando ésta pasa de un

392
10. Mecánica cuántica

medio a otro). En cambio, se justifica fácilmente si se interpreta como un choque elástico3 entre dos
partículas, una el fotón incidente y la otra un electrón de la corteza de los átomos presentes en la
calcita. En efecto, el electrón gana energía mientras que el fotón la pierde, como la energía del fotón
viene dada por h·f, si pierde parte de la misma su frecuencia debe disminuir.

‟

Compton comprobó experimentalmente que las frecuencias de la radiación incidente f y emergente


f ' estaban relacionadas a través de la expresión:

1 1 h h
   (1  cos  ) o lo que es equivalente que:  '   (1  cos  )
f ' f mc 2
mc

siendo m la masa correspondiente al electrón.

Como f‟ f se cumplirá que ‟  , luego la variación de la longitud de onda (‟- ) que se produce
será positiva y dependerá del ángulo de desviación . En el caso de que la desviación sea máxima (
=  rad) tendremos que  = 2h/mc y si la desviación es nula ( = 0), tendremos que  = 0.

A las expresiones anteriores se puede llegar también de forma teórica 4 considerando el fenómeno
como un choque elástico y oblicuo entre un fotón incidente y un electrón. Por tratarse de un cho-
que, se cumplirá el principio de conservación de la cantidad de movimiento y por ser elástico se
conservará también la energía cinética. En la figura siguiente se ha reproducido de forma es-
quemática el choque entre un fotón y un electrón que suponemos inicialmente en reposo.

fotón incidente
Y fotón emergente
Ef
pf  ; Ef  h f E 'f
c p  '
f ; E 'f  h  f '
c

 X

electrón tras el choque


p'    mv; E    mc 2

E   E' E' 
Conservación cantidad de movimiento:  f , 0    f  cos  , f  sen    p ' cos  ,  p ' sen   
 c   c c 

3
Un choque elástico es aquel en el que además de la cantidad de movimiento se conserva la energía cinética. Es
decir: Aunque varíe la energía cinética de algunas partes del sistema, la energía cinética total del sistema tras el cho-
que es la misma que antes del choque.
4
La deducción que sigue no entra dentro de los contenidos mínimos oficiales.
393
10. Mecánica cuántica

Conservación energía cinética (el choque es elástico): Ef + Ec = E‟f + E‟c

y suponiendo despreciable la energía cinética del electrón antes del choque: Ef = E‟f + E‟c

Descomponiendo la ecuación vectorial en dos escalares, nos queda:

E f E'f
  cos   p'  cos  h·f = h·f ‟ cos + p‟·c cos (1)
c c
E'
0  f  sen  p'  sen  0 = h·f ‟ sen - p‟·c sen (2)
c

En cuanto a la energía cinética: h·f = h·f ‟+ E‟c  E‟c = h·f – h·f ‟ (3)

Despejando en (1) y en (2):

p‟·c cos = h·f - h·f ‟cos


p‟·c sen = h·f ‟sen

Elevando al cuadrado y sumando: p‟2c2 = (hf)2 -2 hf · hf ‟· cos + (hf ‟)2 (4)

Por otra parte, la energía del electrón (E‟) y su cantidad de movimiento p‟, están relacionados, según
vimos en la Teoría Especial de la Relatividad, en la forma: E‟2 = p‟2c2 + m2c4 y despejando p‟2c2 =
E‟2 - m2c4. Si además consideramos que E‟ = E0 + E‟c = mc2 + E‟c nos queda:

p‟2c2 = (mc2 + E‟c) 2 - m2 c4  p‟2 c2 = E' c2 + 2mc2 E‟c

Sustituyendo en la expresión anterior la E‟c dada por la ecuación (3):

p‟2 c2 = (h·f - h·f ‟)2 + 2m c2 (h·f - h·f ‟) y operando nos queda:

p‟2 c2 = (hf)2 -2 hf · hf ‟+ (hf ‟)2 + 2mc2 (hf – hf ‟) (5)

Podemos ahora igualar las expresiones (4) y (5) y simplificar:

(hf)2 -2 hf · hf ‟· cos + (hf ‟)2 = (hf)2 -2 hf · hf ‟ + (hf ‟)2 + 2m c2 (hf – hf ‟)

hf · hf ‟· (1- cos) = m c2 (hf – hf ‟) y dividiendo por h2c2 obtenemos:

mc  1 1 
  f  f ' 
1 m 1
(1  cos  )  (1  cos  )    
 ' h  ' h   ' 

y multiplicando en ambos miembros por ‟ y despejando obtenemos finalmente que:

h
 '   (1  cos  )
mc

394
10. Mecánica cuántica

Tanto el efecto Compton como los espectros discontinuos así como el propio efecto fotoeléctrico se
pueden interpretar considerando la naturaleza corpuscular de la luz. Sin embargo los fenómenos de
interferencia y difracción que experimenta la luz seguían sin poder explicarse mediante la teoría cor-
puscular. Como vamos a ver, el problema se resolvió brillantemente mediante una nueva teoría que
asignaba a la luz una doble naturaleza ondulatoria y corpuscular.

3. LA DUALIDAD ONDA - CORPÚSCULO

Los estudios llevados a cabo por Planck, Einstein, Bohr y otros científicos habían confirmado la
naturaleza cuántica de la luz y que la emisión de energía por cualquier sistema se realiza de forma
discontinua. Dichos estudios fueron realizados a finales del siglo XIX y principios del XX y prepara-
ron el camino para el desarrollo de un nuevo gran cuerpo de conocimientos en la física, denominado
Mecánica Cuántica. La mayoría de los físicos coinciden en señalar que el establecimiento de dicho
cuerpo de conocimientos se inició en 1924 con la publicación de la tesis doctoral del científico
francés Louis de Broglie, en la cual introdujo una nueva y atrevida hipótesis.

3.1. Hipótesis de De Broglie

Entre los precedentes al trabajo realizado por De Broglie conviene destacar los siguientes hechos:

 La luz en unas ocasiones se comportaba como una onda (por ejemplo sufre interferencias y di-
fracción) y en otras como si estuviera formada por partículas (por ejemplo, el efecto fotoeléctrico
y el efecto Compton). Parece tener, por tanto, una doble naturaleza que se manifiesta en un sen-
tido o en otro según el fenómeno en que intervenga.

 Un electrón que forma parte de un átomo, no se comporta como un objeto ordinario cargado
eléctricamente. Por ejemplo, se sabía que, de acuerdo con la teoría electromagnética, toda partí-
cula cargada y acelerada debía emitir radiación electromagnética y un electrón, mientras gira en
una órbita (con lo que tiene aceleración) no lo hace.

 Los electrones en los átomos sólo pueden ocupar ciertas órbitas estables que vienen determina-
das por una serie de números enteros. Hasta ese momento los únicos fenómenos físicos en los
que aparecía una serie de números enteros eran de naturaleza ondulatoria (interferencias y ondas
estacionarias).

Es muy posible que los hechos anteriores influyesen en la hipótesis que elaboró De Broglie la cual,
en esencia, propone extender la doble naturaleza ondulatoria y corpuscular del fotón también a los
electrones y, en general, a toda la materia. De acuerdo con ello afirma que tanto fotones como elec-
trones, átomos y, en general, cualquier objeto material ordinario, sea éste tan pequeño como una
mota de polvo o tan grande como un planeta, participan todos ellos de propiedades corpusculares y
ondulatorias. Como corpúsculo podemos hablar, por ejemplo, de su energía y de su cantidad de mo-
vimiento, como onda podemos referirnos a su longitud de onda y a su frecuencia.

Inmediatamente nos surgen algunas cuestiones respecto a la hipótesis planteada:

 ¿Qué relación existe, si es que la hay, entre las propiedades ondulatorias y corpusculares de un
mismo sistema?
 ¿De qué formas se puede comprobar la hipótesis?

395
10. Mecánica cuántica

Sabemos que la energía de un fotón viene dada por E = h·f. Por otra parte, ya hemos visto que la
cantidad de movimiento de un fotón se puede calcular como p = E/c. A partir de las expresiones
anteriores deducid la relación existente entre la longitud de onda de un fotón (propiedad ondulato-
ria) y su cantidad de movimiento (propiedad corpuscular).

h
Rdo.   donde h es la constante de Planck y p la cantidad de movimiento lineal del fotón.
p

De Broglie generalizó la expresión anterior (obtenida para un fotón) a cualquier objeto material.

Así es posible escribir que para un objeto material de masa m y que se mueva con rapidez v, la lon-
gitud de onda vendrá dada por:  = h/mv (expresión general que, en el caso particular de que v 
c, se convierte en  = h/mv)

Una cuestión importante es: Si toda la materia tiene (al igual que las radiaciones) doble naturaleza y
por tanto objetos en movimiento como electrones, proyectiles, vehículos, planetas, etc, poseen tam-
bién propiedades ondulatorias ¿por qué éstas no se ponen de manifiesto?, es decir, ¿por qué no po-
demos detectar, por ejemplo, el comportamiento ondulatorio de una piedra que se deja caer desde
una cierta altura? Para contestar a esta pregunta, no tenemos mas que aplicar la relación anterior a
algunos casos, tal y como se propone a continuación.

Determinad el valor de la longitud de onda correspondiente a:

a) La Tierra en su movimiento de traslación alrededor del Sol. (Masa aproximada de la Tierra


6·1024 kg, rapidez lineal respecto del Sol 29'8 km/s.
b) Una pelota de 150 g lanzada a 200 km/h
c) Una mota de polvo de 10-10 g de masa moviéndose a 1 cm/s
d) Un electrón de energía cinética igual a 49 eV (masa aproximada del electrón 9·10-31 kg)

Rdo. a) 3‟7·10-63 m; b) 7‟96·10-35 m; c) 6‟63·10-19 m; d) 1‟75·10-10 m

Como se muestra en el ejercicio anterior, debido al valor extraordinariamente pequeño de la cons-


tante de Planck, la longitud de onda correspondiente a objetos ordinarios en movimiento bien
sean éstos grandes como un planeta o de reducido tamaño como una pelota de tenis, es demasiado
pequeña como para poder ser detectada. Sin embargo ello no ocurre para objetos muy diminutos,
como los electrones. En consecuencia, en cuanto al comportamiento ondulatorio del electrón sí
era posible pensar en alguna experiencia capaz de ponerlo de manifiesto.

3.2. Contrastación de la hipótesis de De Broglie

¿Qué tipo de experiencia podría llevarse a cabo para poder poner de manifiesto la naturaleza ondula-
toria de los electrones?

Una posibilidad sería comprobar que los electrones experimentan algún fenómeno típicamente ondu-
latorio, como puede ser la difracción. Sin embargo, como ya sabemos, para que dicho fenómeno
tenga lugar de manera apreciable el tamaño del obstáculo o rendija interpuesto ha de ser comparable
a la longitud de la onda.

396
10. Mecánica cuántica

Se plantea pues el problema de encontrar una rendija de dimensiones del orden de 10-10 m. La ver-
dad es que tras la publicación del trabajo de De Broglie en 1924, ya se sabía cómo disponer de tales
rendijas puesto que hacia 1912 ya se había comprobado la difracción de rayos X (radiación electro-
magnética de elevada frecuencia) al atravesar una red cristalina (la distancia entre los iones de la red
es comparable a la longitud de onda de los rayos X). Sin embargo los electrones, aunque pueden
tener una longitud de onda similar a los rayos X, no son radiación electromagnética y no pueden
atravesar tan fácilmente una red cristalina.

A pesar de las dificultades mencionadas en el párrafo anterior, en 1926 los científicos Davisson y
Germer, ya habían puesto a punto una serie de técnicas para conseguir la difracción de los electrones
y habían podido medir la longitud de onda asociada a los mismos, comprobando cómo los valores
experimentales coincidían con los valores teóricos obtenidos por De Broglie. Poco más tarde (en
1927) G.P. Thomson (hijo de J.J. Thomson, al cual se le atribuye el descubrimiento del electrón y es
el creador de uno de los primeros modelos atómicos) obtuvo también la difracción de electrones por
otro método experimental distinto, lo cual apoyaba la validez de los resultados obtenidos. Además,
posteriores experimentos pronto demostraron que no sólo los electrones sino también otras partículas
como los neutrones, protones y núcleos atómicos pesados, presentaban también este fenómeno típi-
camente ondulatorio

La conclusión de que la doble naturaleza ondulatoria y corpuscular afectaba no solo a las radiaciones
(fotones) sino a todos los objetos materiales, permitió explicar satisfactoriamente algunos problemas
hasta entonces sin resolver. Uno de los más importantes era, sin duda, el porqué del carácter cuanti-
zado de las órbitas que describen los electrones según el modelo atómico de Bohr.

En efecto, recordemos que Bohr, sin ninguna justificación teórica previa, afirmaba que el momento
cinético de un electrón en órbita alrededor del núcleo no podía tomar cualquier valor sino que éste
debía ser un múltiplo entero de la cantidad h/2.

De Broglie pensaba que la onda asociada a un electrón que describe una órbita circular debía
ser una onda estacionaria (una circunferencia es un medio limitado) que se cerrara sobre sí misma
(de otra manera se produciría interferencia destructiva y la onda cesaría rápidamente). De acuerdo
con lo anterior ¿Qué relación matemática deberá existir entre la longitud de la órbita circular y la
longitud de la onda asociada al electrón que describe dicha órbita?

Parece evidente que la circunferencia de la órbita que sigue el electrón deberá tener una longitud
igual a un número entero de longitudes de onda.

Sólo ciertas longitudes de onda


se podrán ajustar a lo largo de
r la circunferencia

Así pues las únicas ondas posibles serán aquellas que cumplan la relación: 2r = n siendo r el ra-
dio de la órbita y n = 1, 2, 3 ...

397
10. Mecánica cuántica

Utilizad el resultado anterior y la relación ya establecida  = h/mv para obtener la cuantifica-


ción del momento cinético impuesta por Bohr en su modelo como un postulado ad hoc.

Si en la expresión 2r = n sustituimos  = h/mv no es difícil obtener que mvr = nh/2 que es , pre-
cisamente, uno de los postulados de Bohr. Además, conviene tener en cuenta que es a partir de dicho
postulado de donde se obtuvieron los radios de las órbitas permitidos, así como los valores de energ-
ía permitidos.

3.3. Interpretación de la doble naturaleza, ondulatoria y corpuscular, de la materia

La idea de la dualidad onda-corpúsculo planteaba no obstante nuevas interrogantes, como, por ejem-
plo, en qué podían consistir las ondas asociadas a los objetos. Conviene señalar que se han dado va-
rias interpretaciones erróneas. Una de las más frecuentes consiste en imaginar fotones y electrones
como partículas clásicas que se mueven acompañadas de una onda, cuando en realidad partícula y
onda son dos formas distintas de manifestarse la materia en general, es decir, el concepto clásico de
partícula material y de onda no existe aisladamente. De hecho, todos los sistemas físicos tienen po-
tencialmente los dos comportamientos de modo que, según el tipo de fenómeno que estemos anali-
zando, podremos apreciar el ondulatorio o el corpuscular. A diferencia de lo establecido en la Mecá-
nica Clásica, estos comportamientos no son excluyentes sino complementarios. Es algo así como si
sólo nos mostrasen un cilindro en dos posiciones tales que en unos casos nos pareciese un rectángulo
y en otros un círculo, aunque sabemos que en realidad no es lo uno ni lo otro ni tampoco la simple
suma de ambas cosas.

Para aproximarnos a la idea actual sobre el significado de la onda asociada a cualquier sistema mate-
rial en movimiento, podemos reflexionar sobre el hecho de que, al analizar una figura de difracción
de electrones, no podemos enunciar de antemano en qué punto de la pantalla va a incidir el electrón.
Tan sólo sabemos que hay unas zonas en las que la probabilidad de que se produzca el choque es
mucho menor que en otras. Ello supone admitir una cierta deslocalización del electrón y rechazar la
idea de éste como un corpúsculo bien definido que sigue una trayectoria determinada. En este senti-
do la onda de un electrón en movimiento es lo que da cuenta de esa deslocalización que solo permite
referirse a la posición del electrón en términos de probabilidad (que no hay que confundir con total
aleatoriedad).

La figura adjunta muestra, esquemáticamente la


difracción de electrones que se produce cuando un
haz de éstos pasan por un pequeño orificio circu-
lar e inciden en una pantalla situada detrás del
mismo.

398
10. Mecánica cuántica

4. EL PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE DE HEISENBERG

El principio de incertidumbre, de Heisenberg afirma la imposibilidad de conocer simultáneamente y


con una precisión absoluta la posición y la cantidad de movimiento de una partícula determinada
como, por ejemplo, un electrón.

Se trata de algo contrario a los postulados de la Mecánica Clásica en donde, como sabemos, si se
conocen la posición y velocidad de un objeto en un instante dado y la fuerza resultante que actúa
sobre el mismo, es posible conocer con total exactitud la posición y la velocidad que dicho objeto
tendrá en cualquier instante posterior y, por tanto, la trayectoria que seguirá.

El principio de incertidumbre es una consecuencia de la dualidad onda-corpúsculo de la materia. En


efecto, dicha dualidad conlleva, como hemos visto, una cierta deslocalización de todos los objetos
en movimiento (aunque sea apreciable sólo en partículas submicroscópicas como, por ejemplo, los
electrones), que nos impide hablar de trayectorias perfectamente definidas.

Heisenberg demostró que dada una partícula que se desplace según el eje OX, el producto de la im-
precisión x con que se conozca su posición en un instante dado y la imprecisión p de su cantidad
de movimiento (p = mv) en ese mismo instante, debe ser siempre mayor o igual que h/2, es decir:

p·x  h/2

De la ecuación anterior se desprende que si, en un instante dado, conseguimos determinar la posición
de una partícula en movimiento con mucha exactitud (x pequeñísimo), ello será a cuenta de una
mayor imprecisión en la cantidad de movimiento y viceversa (para que el producto de ambos facto-
res permanezca siempre mayor o igual que h/2).

Hemos de señalar que nada se opone a que podamos determinar con la precisión que queramos, la
posición o la velocidad de, por ejemplo, un electrón (este principio se refiere a la determinación si-
multánea de ambas con precisión absoluta).

El principio de incertidumbre tal y como acaba de ser formulado, establece unos límites a la preci-
sión con que podemos determinar los valores de las magnitudes cantidad de movimiento y posi-
ción de un móvil, con lo que, cabe esperar que esos límites vuelvan a aparecer cuando se midan
otras magnitudes relacionadas con las anteriores. De hecho, el principio de indeterminación no solo
se cumple para la cantidad de movimiento y posición sino para cualquier par de magnitudes cuyo
producto tenga las mismas dimensiones que éste. Observemos que el producto anterior tiene dimen-
siones de energía · tiempo (kg · m/s · m = kg · m/s2 · m · s = N · m · s = J · s ). Por tanto, otro par
de magnitudes que cumplen dicho principio son la energía y el tiempo. Así, si la energía de un sis-
tema se mide con una imprecisión E y dicha medida se realiza durante un intervalo de tiempo t,
se cumplirá que:

E·t  h/2

Según la expresión anterior, la determinación simultánea de la energía y el tiempo viene afectada de


un cierto límite, de tal forma que la imprecisión en el valor de la energía de un objeto es tanto mayor
cuanto menor es el intervalo de tiempo considerado y viceversa. Un caso límite especialmente inte-
resante es que, si queremos medir con absoluta precisión la energía de un sistema, será necesario
utilizar un tiempo infinito.

399
10. Mecánica cuántica

Conviene tener presentes algunas interpretaciones erróneas que se relacionan con el Principio de
Incertidumbre. Una de ellas, consiste en atribuir la indeterminación en él implícita al hecho (por otra
parte cierto) de que toda medida perturba aquello que se mide. Podemos pensar, por ejemplo, en una
partícula de la que deseamos saber su posición y cantidad de movimiento en un cierto instante. Un
modo ordinario de medir la posición de un objeto es examinarlo con un haz luminoso (enviándole
fotones). Cabe pensar que si el objeto es muy grande, ni su posición ni su velocidad se verán afecta-
das por este hecho, pero ¿podemos afirmar lo mismo si se trata, por ejemplo, de un electrón? Sabe-
mos que, debido al efecto de la difracción, para poder medir una distancia que nos de la posición con
precisión hemos de utilizar una luz cuya longitud de onda sea inferior al tamaño de aquello que se
quiere medir. Aunque en principio no hay ningún inconveniente en disponer de luz con una longitud
de onda muy corta, resulta que cuanto más pequeña sea , mayor será la frecuencia y, por tanto, la
energía de los fotones incidentes sobre el electrón, que afectarán a su cantidad de movimiento. Podr-
íamos tratar de disminuir la perturbación utilizando una luz de longitud de onda mayor, pero en ese
caso, debido a la difracción, la imprecisión en la determinación de la posición aumentaría.

El fenómeno anterior, no obstante, no debe ser identificado con el principio de incertidumbre, que se
seguiría cumpliendo aún en el hipotético caso de que pudiésemos observar el movimiento de partícu-
las sin “perturbarlo” o aunque tuviésemos instrumentos de medida totalmente precisos. No son estas
las causas del límite a la precisión con que podemos conocer la trayectoria de una partícula sino la
propia naturaleza dual de la materia, su carácter ondulatorio y a la vez corpuscular.

Determinad el límite que impone el Principio de Incertidumbre de Heisenberg a la localización


de una partícula macroscópica de 1 mg de masa y 10-6 m de diámetro, que se desplaza a lo largo del
OX con rapidez de 10 m/s, medida con una imprecisión de 10-3 m/s. (Considérese que la masa de la
partícula se ha medido con la suficiente exactitud como para no influir en la imprecisión de la can-
tidad de movimiento).

Según el principio de incertidumbre el producto de las imprecisiones con que se midan para un ins-
tante dado la posición y la cantidad de movimiento de una partícula debe ser igual o mayor que h/2:

x·p  h/2 de donde x  h/2·p

Como vemos, para conocer el límite que impone este principio a la localización de la partícula, ne-
cesitamos conocer la imprecisión con que se mide la cantidad de movimiento (p). Ahora bien, la
cantidad de movimiento no es una magnitud que se haya medido directamente, sino que se obtiene al
sustituir los valores de m y de v en la expresión p = mv, de forma que la imprecisión en p dependerá
de la imprecisión con que se midan m y v. Si, como se dice en el enunciado, la imprecisión cometida
al medir la masa se puede considerar despreciable frente a la de v, tendremos que:

p = m· v = 10-6·10-3 = 10-9 kg·m/s y sustituyendo en la expresión inicial:


-
x  h/2·p  6‟63·10 34/2·10-9 = 1‟06·10-25 m.

Como vemos, el límite que impone el principio de incertidumbre es totalmente irrelevante en el


mundo macroscópico ya que, ni somos capaces de alcanzar tal nivel de precisión ni, por otra parte,
nos interesaría. Una cuestión que podemos plantearnos es:

¿Cómo cambiaría el resultado si en lugar de la partícula considerada se tratase de un electrón


que se desplaza con igual rapidez y medida con la misma imprecisión?

400
10. Mecánica cuántica

Un análisis superficial de la situación (una partícula que se desplaza con la misma rapidez, etc),
podría llevarnos a contestar que el resultado debería ser del mismo orden. Sin embargo, es preciso
tener en cuenta que la masa de un electrón es de 9‟1·10-31 kg lo que hace que al sustituir en la expre-
sión que nos da la imprecisión con que vendrá afectada su posición, obtengamos:

6'63 10 34


x  h/2·p   0'12 m
2  9'110 31 10 3

Es fácil comprender que el límite impuesto por el principio de incertidumbre es muy importante en
este caso ya que tendríamos el electrón (que se considera como si fuera prácticamente puntual) des-
localizado en una longitud de 12 cm.

Un láser cuya longitud de onda es 630 nm emite un pulso de duración 10 ns. Hallad la impreci-
sión mínima de la frecuencia del pulso.

h h E
E  t   E  . Por otra parte, E = h · f  E = h · f  f 
2 2  t h
E h 1 1
Sustituyendo: f     = 1'59  10 7 Hz
h 2  t  h 2  t 2 10 8

5. LA ECUACIÓN DE ONDAS

Una onda equivale a una perturbación que se propaga en el espacio y de tal forma que el valor de
dicha perturbación varía en el espacio y en el tiempo. En efecto, en el tema de ondas (armónicas) nos
hemos referido a la onda que se propagaba por una cuerda y hemos identificado la perturbación con
el desplazamiento transversal "y" de un punto de la cuerda (que varía sinusoidalmente con el tiempo
entre y = A e y = -A). Análogamente ocurre en una onda electromagnética (en donde lo que varía
sinusoidalmente es la intensidad E de un campo eléctrico). Cabe plantearse ahora:

¿Qué es lo que varía en el espacio y en el tiempo en el caso de las ondas asociadas a partículas en
movimiento?

El problema anterior ha llevado a introducir en las ondas que representen a partículas una función de
onda  (x, y, z, t). Cuando para una partícula cualquiera como, por ejemplo, un protón que se des-
plaza en un acelerador de partículas o un electrón alrededor del núcleo de un átomo, conocemos el
valor de su función de onda en cada punto del espacio y en cada instante, ello equivale a conocer
todo lo que puede saberse sobre dicha partícula.

Sabemos que la intensidad de una onda dada es directamente proporcional al cuadrado de su ampli-
tud (o valor máximo que puede tomar la perturbación que se propaga). Así, en el caso de una onda
luminosa podemos escribir que I  E2 siendo I la intensidad de la onda y E la amplitud (valor máxi-
mo del campo eléctrico).

Por otra parte, desde el punto de vista corpuscular, la luz son fotones y su intensidad es directamente
proporcional al número de fotones N por unidad de tiempo y superficie, es decir: I  N

Igualando las dos expresiones anteriores podemos concluir que N  E2. Por tanto, el cuadrado de la
intensidad (máxima) del campo eléctrico es un valor indicativo del numero N de fotones. Cualitati-

401
10. Mecánica cuántica

vamente eso puede interpretarse admitiendo que cuanto mayor sea E2 en un punto tanto más proba-
ble será que en dicho punto haya un fotón.

Las ondas "materiales" se pueden interpretar de una forma análoga y relacionar  con una amplitud
tal que su cuadrado nos indica la probabilidad, por unidad de volumen, de que una partícula se en-
cuentre en un punto dado del espacio. Más concretamente:

Si, para simplificar, suponemos una partícula que se mueve sobre el eje X, 2·dx representa la pro-
babilidad de que dicha partícula en un instante t dado se encuentre entre las posiciones dadas por (x)
y (x + dx). En este caso particular la función de onda se expresaría como  (x, t). Naturalmente ello
implica que la posición de la partícula viene afectada de una cierta imprecisión. No obstante eso no
ha de interpretarse como que el comportamiento de las partículas submicroscópicas es caótico, sino
más bien que está regulado por leyes de probabilidad.

La ecuación  (x, t) describe el estado de un sistema físico en el instante t, ¿qué expresión determina
en la mecánica cuántica cómo evoluciona estesistema y, por tanto su , con el tiempo? En la diná-
mica clásica la ecuación de Newton F  m  a o ecuación fundamental de la dinámica, determina
cómo evoluciona un sistema físico macroscópico con el tiempo. Para la mecánica cuántica, fue
Schrödinger quien formuló la ecuación fundamental que describe cómo evoluciona un sistema físi-
co. Dicha ecuación puede escribirse para una partícula como:

d 2 4 m
 E  U ( x)  0
dx 2 h

en la que x representa el valor de la coordenada X, E la energía total, m la masa de la partícula y U la


energía potencial a que está sometida. Se trata de una ecuación que, como se puede apreciar presenta
una cierta complejidad. Sin embargo ha tenido una importancia extraordinaria en el estudio de la
estructura subatómica de la materia y se la considera, con toda razón, como la ecuación fundamental
de la mecánica cuántica.

6. Aplicaciones de la mecánica cuántica: El láser.

En la actualidad muchas personas conocen o han manejado punteros láser, han visto cómo mediante
una luz roja se interpretan los códigos de barras en las cajas registradoras de algunos comercios, han
corregido problemas de visión (como miopía o cataratas) mediante operaciones con luz láser o se
han percatado de esos haces de luz en movimiento que iluminan el cielo saliendo desde modernas
discotecas. Se trata en todos los casos de aplicaciones prácticas de la luz láser o luz obtenida median-
te la interacción, en ciertas condiciones, de fotones y materia.

La luz láser tiene también otras múltiples aplicaciones. Así, se utiliza, por ejemplo, en la comunica-
ción mediante fibras ópticas, para la investigación de la fusión nuclear controlada, en mediciones
precisas de longitud y velocidades, en el corte de telas, en la generación de hologramas, en la lectura
de los discos compactos y, desgraciadamente, en la industria bélica para aumentar la precisión de los
bombardeos, etc.

Cabe plantearse, qué es la luz láser, cómo se origina y a qué se deben sus numerosas aplicaciones.

A principios del siglo XX los científicos pensaban ya en la posibilidad de crear haces de luz de mu-
cha intensidad. Sin embargo la realización práctica de esta idea hubo de esperar hasta 1960, con la
creación de la luz láser. Entre las características de este tipo de luz se encuentran las siguientes:

402
10. Mecánica cuántica

 Los fotones que forman una determinada luz láser son idénticos en todos los aspectos (misma
energía, misma dirección) dando lugar a haces de luz extraordinariamente coherentes (concor-
dancia de fase).
 Es prácticamente monocromática (una sola frecuencia).
 Apenas se dispersa, es decir: mientras que un haz de luz cualquiera cuando es emitido por un
foco se va abriendo poco a poco haciéndose cada vez más ancho, un fino haz de luz láser apenas
sufre esa separación. Una consecuencia es que se pueden obtener haces extraordinariamente fi-
nos (con luz láser se puede iluminar zonas tan pequeñas como una célula, con gran precisión).

Las características anteriores permiten comprender muchas de las aplicaciones tecnológicas del
láser. Así, por ejemplo, la posibilidad de concentrar con precisión la luz láser junto con la gran inten-
sidad que puede tener, justifica su utilización médica como bisturí, para quemar tejidos malignos en
zonas muy pequeñas, para depilación, etc.

Sabemos que cuando la corriente eléctrica pasa por el filamento de una bombilla, éste se calienta
aumentando mucho su temperatura con lo que los átomos que lo forman se “excitan” es decir, au-
mentan su energía. Este aumento de energía se traduce en que hay electrones que se sitúan en niveles
de energía más altos. La forma que tienen esos átomos de volver a su estado de energía inicial es
mediante la emisión de fotones.

El proceso de emisión de luz láser tiene lugar cuando a un átomo excitado (de una forma determina-
da) le llega un fotón y el átomo excitado se comporta de forma que vuelve a su estado inicial de
energía más bajo. El resultado es que ahora existen dos fotones idénticos al fotón incidente (que es el
estimulador o desencadenante del proceso). Esos dos fotones podrían incidir a su vez sobre otros dos
átomos excitados, dando lugar a cuatro fotones idénticos que pueden originar a su vez más emisio-
nes estimuladas de nuevos fotones, produciendo así un proceso en cadena, es decir a una luz co-
herente amplificada por emisión estimulada de radiación o luz láser.

A continuación trataremos de profundizar un poco más en cómo se realiza este proceso.

En condiciones ordinarias (temperatura ambiente) los átomos de un cierto material (o sustancia acti-
va) están en su inmensa mayoría en un estado fundamental o de mínima energía que designaremos
como E1. No obstante, también hay un cierto número de ellos que se hallan en estados “excitados”
de energía E2, E3, E4, etc., superior a E1, debido a que tienen electrones en niveles energéticos más
altos. Cuando esos electrones “caen” a otro nivel energético más bajo, lo hacen emitiendo fotones
(uno por cada electrón) de energía igual a la diferencia energética entre los niveles inicial y final.
Este fenómeno se llama emisión espontánea de radiación. Los fotones emitidos de esta forma
(emisión espontánea y aleatoria de radiación) no son todos idénticos y los hay de distinta energía y
que salen en distintas direcciones (luz no coherente).

También puede ocurrir que un fotón de energía h·f = E2-E1 incida sobre un átomo que se encuentra
en un estado de energía E1 (lo más probable, ya que estos son la gran mayoría). En ese caso dicho
átomo pasa del estado fundamental al estado excitado (absorción estimulada) tal y como se mues-
tra en el esquema adjunto:

E2 E2

E1 E1

403
10. Mecánica cuántica

Aunque mucho menos probable, también podría suceder que un fotón de energía h·f = E2-E1 incidie-
ra sobre un átomo excitado (energía E2). El proceso es análogo al anterior pero ahora el átomo pasa a
su estado de energía fundamental E1 y existen dos fotones idénticos donde antes sólo había uno dan-
do lugar a un proceso en cadena tal y como se explicó anteriormente.

E2 E2

E1 E1

El problema es que la emisión estimulada de radiación es mucho menos probable que la absorción
estimulada. Un átomo excitado puede emitir un fotón de energía h·f = E2-E1, pero la probabilidad de
que dicho fotón incida sobre un átomo con una energía E2, es muchísimo menor que la de que incida
sobre un átomo de energía E1 (mucho más abundantes), impidiéndose así el proceso en cadena a que
nos referíamos anteriormente. Por tanto, es necesario invertir la población y conseguir que el número
de átomos excitados (de energía E2) sea mucho más numeroso que el de átomos en su estado funda-
mental (energía E1).

E2 E2
(a) (b)
E1 E1

El paso de la situación (a) de la figura anterior a la situación (b) se puede hacer hoy en día mediante
técnicas especiales (que no vamos a detallar aquí). Por tanto, una vez lograda la situación (b), el pro-
ceso dominante será el de la emisión estimulada de radiación.

En 1960 se consiguió por primera vez un láser de rubí (una piedra preciosa que contiene iones Cr3+
como impureza). Para ello se sometía a un cristal de rubí a la luz emitida por una lámpara de xenón,
con lo que los iones Cr3+ se llevaban a un estado excitado momentáneo de energía E3, del cual pasa-
ban rápidamente a otro más estable (de energía E2) lográndose a sí la inversión de la población. La
estabilidad de ese estado intermedio permitió la emisión de luz roja coherente cuando los átomos
pasaban de E2 a E1.

En la actualidad existen muchas sustancia activas para la obtención de luz láser. Unas son sólidos
cristalinos (como el rubí) o semiconductores, pero también se utilizan gases (como el argón) y mez-
clas de gases (como helio-neón).

RECAPITULACIÓN

En este tema hemos visto como la teoría del fotón de Einstein fue capaz de explicar satisfactoria-
mente el efecto fotoeléctrico. La potencia explicativa del concepto de fotón se comprueba también
en la explicación de otros hechos tales como los espectros discontinuos y el efecto Compton. Todo
ello parecía mostrar que la luz tiene una naturaleza corpuscular aunque otros fenómenos como la
difracción y las interferencias no se podían explicar si no era considerando una naturaleza ondulato-
ria. La hipótesis elaborada por De Broglie vino a zanjar esa vieja polémica sobre la naturaleza de la
luz ya que a partir de dicha hipótesis pronto se pudo establecer la doble naturaleza (ondulatoria y
corpuscular) no solo de cualquier tipo de radiación sino también de la materia ordinaria. De esta
forma comenzó a desarrollarse la física cuántica.

404
10. Mecánica cuántica

Un aspecto fundamental de la física cuántica es el principio de incertidumbre de Heisenberg. Éste se


considera una consecuencia de la dualidad onda-corpúsculo y se puede enunciar diciendo que resulta
imposible conocer a la vez y con total exactitud la posición y la cantidad de movimiento de una
partícula. También puede interpretarse diciendo que si insistimos en considerar a una partícula tan
pequeña como un electrón como si fuese un corpúsculo, eso no es sino una visión muy simplificada
de la realidad y que debido a ello tiene sus limitaciones en cuanto a la determinación simultánea de
su posición y su cantidad de movimiento.

Las fotos siguientes corresponden a físicos cuyos trabajos tuvieron una gran importancia para el desarro-
llo de la mecánica cuántica. Intentad averiguar quién es cada cual, emparejando letras y números corres-
pondientes. (1 Einstein; 2 Planck; 3 Heisenberg; 4 Schrödinguer; 5 De Broglie; 6 Bohr).

a b

d
c

e f

405
10. Mecánica cuántica

Todos los físicos anteriores asistieron en 1927 a un famoso congreso. Tratad de identificarlos en la foto-
grafía siguiente en la que se encuentran los asistentes a dicho congreso (Solvay 1927). ¿Quién es la científica
que aparece en la foto?

Rdos. a-5; b-2; c-1; d-3; e-6; f-4.


De izquierda a derecha: a (7º fila 2); b (2º fila1); c (5º fila 1); d ( 9º fila 3); e ( 9º fila 2); f (6º fila 3)
La científica es la María Sklodowska (más conocida como Madame Curie).

406
10. Mecánica cuántica

10. MECÁNICA CUÁNTICA. CUESTIONES, EJERCICIOS Y PROBLEMAS

(Ved antes nota al final)


I
1. La figura adjunta representa la “fotoco-
rriente” I obtenida en una experiencia
sobre efecto fotoeléctrico, en función del
“potencial aplicado a la placa” V. Expli-
cad brevemente dicha figura destacando
sus rasgos más importantes.

0 V

2. Que un determinado metal presente o no efecto fotoeléctrico, al ser iluminado con una radiación de una
cierta frecuencia, depende de (señala la proposición correcta y explica el porqué):

a) La amplitud de la onda incidente.


b) El valor de la frecuencia.
c) Otros factores (especificar en su caso).

3. La energía cinética máxima de los electrones emitidos en el efecto fotoeléctrico para un cierto metal, de-
pende de (señala la proposición correcta y explica el porqué):

a) La diferencia de potencial aplicada entre las placas


b) La luminosidad (utilizar una misma luz pero más o menos intensa)
c) La frecuencia de la luz incidente
d) El valor de la intensidad de saturación

4. Una superficie metálica emite electrones cuando sobre ella incide luz verde pero no lo hace cuando es ama-
rilla ¿Emitirá cuando la luz incidente sea azul? ¿Y si es roja? (justificad). Rdo. Con azul si y con roja no.

5. Un horno de microondas doméstico utiliza radiación de frecuencia 2‟5·10 3 MHz. La frecuencia de la luz
violeta es de 7‟5·108 MHz. ¿Cuántos fotones de microondas necesitamos para obtener la misma energía
que un solo fotón de luz violeta? Rdo.3·105 fotones

6. Si los fotoelectrones del cinc exigen un trabajo de extracción de 4‟3 eV, ¿podrán liberarse electrones utili-
zando una luz monocromática cuya longitud de onda sea de 324 nm? Rdo. No, porque …

7. Se desea producir una corriente eléctrica de 1 mA empleando el efecto fotoeléctrico en una superficie de
2‟5 ·10-3 m2 de un metal cuyo trabajo de extracción es de 2 eV. Dad valores numéricos concretos de  y de la
intensidad luminosa adecuados para generar la corriente deseada.
Datos: h = 6‟63·10-34 J · s; carga del electrón qe- = -1‟6·10-19 C; velocidad de la luz en el vacío c = 3·108 m/s.
Rdo. Cualquier 0 = 6‟2·10-7 m. En cuanto a la intensidad de la radiación incidente, utilizando, por ejemplo,
una radiación de  = 3·10-7 m, se tendría que Ionda = 1‟66 W/m2.

8. Se dispone de cuatro fuentes distintas de luz monocromática de diferentes longitudes de onda y potencias
luminosas. A saber:
a) 1 = 780 nm; P1 = 1 mW. b) 2 = 633 nm; P2 = 2 mW.
c) 3 = 820 nm; P3 = 2 mW. d) 4 = 488 nm; P4 = 2‟5 mW
¿Cuál dará mayor fotocorriente al iluminar un metal cuyo trabajo de extracción es de 1‟9 eV?
Rdo. Se pueden extraer electrones con b y con d. La b es la que da mayor intensidad de corriente.

407
10. Mecánica cuántica

9. Calculad la energía cinética máxima de los electrones liberados por un metal que forma parte de una célula
fotoeléctrica si el potencial de frenado es de 5 V. ( Carga del electrón en valor absoluto:1‟6·10-19 C).
Rdo. Ecmáx = 5 eV = 8·10-19 J

10. La gráfica representa el potencial de frenado V f de una célu- Vf (V)


la fotoeléctrica en función de la frecuencia f de la luz incidente.
Sabiendo que la ordenada en el origen de la recta representada
es de –2‟5 V. Determinad el valor de la longitud de onda umbral
para esa célula. Otros datos: carga del electrón qe- = -1‟6·10-19
C; c = 3·108 m/s; h = 6‟63·10-34 J·s. Rdo. 0 = 497‟3 nm O f (Hz)

11. Los fotones de una luz cuya frecuencia es la umbral (f 0) para un cierto metal, tienen una energía (cada
uno) de 2 eV. ¿Cuánto vale la energía cinética máxima (en eV) con que puede ser emitido un electrón de
ese metal cuando éste sea iluminado con luz cuyos fotones tienen una energía de 3 eV? Rdo. 1 eV.

12. La frecuencia umbral de un determinado metal es de 8‟5·1014 Hz. Determinad la energía cinética máxima
de los electrones emitidos cuando éste se ilumina con luz de 1‟3·1015 Hz. Rdo. Ec = 1‟86 eV

13. El trabajo de extracción para el aluminio es 4‟2 eV. Si se ilumina una superficie de aluminio con radiación
de 2·10-8 m. Determinad: a) Longitud de onda umbral para el aluminio. b) Potencial de frenado necesario
para detener los fotoelectrones. Rdo. a) 0 = 2'96 ·10-8 m; b) Vf = 57‟8 V

14. Un metal emite fotoelectrones de energía cinética 2 eV al iluminar con luz de frecuencia 1‟1·1015 Hz. Cal-
culad la frecuencia de la luz con que hay que iluminar para que la energía máxima de los fotoelectrones sea
superior, en un 25%, a la del caso anterior. Rdo. f ‟ = 1‟22·1015 Hz.

15. La frecuencia umbral para la plata es 1‟13 ·1015 Hz, ¿Cuál deberá ser la frecuencia de la radiación inciden-
te para que la energía cinética de los electrones emitidos sea de 2‟6 eV? Rdo. f = 1‟75·1015 Hz

16. La frecuencia umbral de una superficie metálica es 4‟63·1014 Hz, determinad la rapidez inicial con que son
emitidos los fotoelectrones al iluminar la superficie con una frecuencia de 8·1014 Hz.
Datos: ( h = 6‟63·10-34 J · s; me = 9‟1·10- 31 kg).
Rdo. v = 7·105 m/s

17. El trabajo de extracción para el caso del metal sodio es de 2‟3 eV. Se pide:
a) ¿Cuál será la máxima longitud de onda que producirá emisión de fotoelectrones en ese metal?
b) Si la luz incidente fuera de 200 nm, ¿Cuál sería la Ecmáx de los electrones extraídos?
Rdo. a) 0 5‟4·10-7 m; b) Ec = 3‟91 eV

18. Para anular la fotocorriente producida al iluminar una placa metálica con luz de 1‟2·10 15 Hz, es nece-
sario aplicar un potencial de frenado de 1‟32 V. ¿Cuál es la frecuencia umbral de dicho metal?
Rdo. f0 = 8‟81·1014 Hz

19. El potencial de frenado para los fotoelectrones emitidos por una cierta superficie metálica al iluminarla
con luz de 491 nm es de 0‟71 V. Cuando se cambia a otro tipo de luz se comprueba que el potencial de
frenado aumenta a 1‟43 V. Calcula la frecuencia de ambos tipos de luz.
Rdo. 6‟11·1014 Hz y 7‟85·1014 Hz respectivamente.

20. Se ilumina la superficie de un metal con luz de longitud de onda 180 nm y se comprueba que la energ-
ía cinética máxima de los electrones emitidos es de 1‟5 eV. También se observa que a partir de una longi-
tud de onda de 230 nm deja de presentarse el efecto fotoeléctrico. Con estos datos calcula el valor de la
constante de h de Planck. Dato: 1 eV = 1‟6·10-19 J
Rdo. h = 6‟63·10-34 J·s

408
10. Mecánica cuántica

21. El trabajo de extracción de un determinado metal es de 3‟3 eV. Sabiendo que h = 6‟63·10-34 J·s,
masa del electrón = 9‟1·10-31 kg y que 1 eV = 1‟6·10-19 J; se pide:
a) La velocidad máxima con que son emitidos los electrones del metal cuando sobre su superficie incide
un haz de luz de 0‟3 m de longitud de onda.
b) La frecuencia umbral y la longitud de onda umbral
Rdo. a) v = 5‟45·105 m/s; b) f0 = 7‟96·1014 Hz, 0 = 3‟77·10-7 m.

22. Una fuente de luz monocromática emite una radiación de longitud de onda 4‟8·10 -7 m, con una potencia
de 20 W ¿Cuántos fotones emite por segundo? Rdo. 4‟83·1019 fotones/s

23. Un fotón posee una longitud de onda de 2·10 -11 m. Calculad su energía y su cantidad de movimiento.
Rdo. E = 9‟945·10-15 J, p = 3‟315·10-23 J·s/m

24. Un electrón de un átomo de hidrógeno pasa desde un estado cuya energía es -0‟85 eV a otro en el que es
de -10‟2 eV ¿Cuánto valdrá la cantidad de movimiento del fotón emitido? (c = 3·108 m/s).
Rdo. p = 5·10-27 J·s/m

25. Determinad la longitud de onda de la radiación emergente que se produce en el efecto Compton para un
ángulo de dispersión de  = 300, sabiendo que la radiación incidente tiene una frecuencia f = 3·1020 Hz.
Datos: h = 6‟63·10-34 J · s; m = 9‟1·10-31 kg (masa del electrón). Rdo. ‟ = 1‟3·10-12 m.

26. ¿Para qué ángulo de dispersión es máxima la transferencia de energía en el efecto Compton? ¿Cuál es la
variación relativa de la longitud de onda que experimenta un haz de rayos X de  = 7‟1 nm, cuando es disper-
sado en dichas condiciones? Rdo.  = 1800 ; („- ) /  = 6‟8·10-4

27. Calculad la longitud de onda asociada a un electrón que se desplaza con una rapidez de c/25. (Considerad
que la expresión relativista se utiliza a partir de v  0‟2c). Rdo.  = 6·10-11 m

28. Calculad la longitud de la onda asociada a una pelota de 150 g que se lanza a 200 km/h y comparadla
con la de un electrón que se moviera con la misma velocidad.
Datos: masa del electrón 9‟1·10-31 kg. Rdo.  = 7‟96·10-35 m; e = 1,31·10-5 m.

29. Una luz de  = 5·10-7 m incide sobre una placa metálica (A). Sabiendo que el trabajo de extracción es de 2
-31 -34 -19
eV, masa del electrón = 9‟1·10 kg, h = 6‟63·10 J·s, y que 1 eV = 1‟6·10 J; se pide:
a) Energía cinética máxima con la que salen los electrones de la placa.
b) Si frente a la placa A hay otra placa B cuyo potencial es 20.000 V mayor, calculad la longitud de onda aso-
ciada a un electrón al llegar a B después de ser acelerado por dicha diferencia de potencial. (Utilizad expresio-
nes clásicas para energía cinética y cantidad de movimiento).
Rdo. a) Ec = 7‟78·10-20 J; b)  = 8‟7·10-12 m.

30. Determinad el cociente entre las longitudes de onda asociadas a un neutrón y a un electrón de igual energ-
ía cinética (supuesto el límite no relativista). Datos: masa del neutrón mn = 1‟675·10 - 27 kg; masa del electrón
me = 9‟11·10- 31 kg. Rdo. n /e = 2‟33·10- 2

31. Determinad qué relación existe entre la longitud de onda de un protón y de un electrón si ambos tienen
la misma energía cinética (supuesto el límite no relativista). Datos: La masa de un protón es 1840 veces la
del electrón.
p 1
Rdo. 
e 1840

32. Determinad la longitud de onda asociada a un electrón, un fotón y un neutrón, si todos tienen una energía
cinética de 1 MeV. Datos: masa del neutrón mn = 1‟675·10 - 27 kg; masa del electrón me = 9‟11·10- 31 kg.
Rdo. e = 8‟78·10-13 m; f = 1‟24 ·10-12 m; n = 2‟86·10-14 m.

409
10. Mecánica cuántica

33. Los electrones de un microscopio electrónico son acelerados con una diferencia de potencial de 120 kV
¿Cuál será su longitud de onda asociada? (suponed condiciones no relativistas).
Datos: masa del electrón me = 9‟11·10- 31 kg; carga qe = -1‟6·10-19 C
Rdo.  = 3‟55·10-12 m

34. Dadas las longitudes de onda de un electrón y de un protón. ¿Cuál es menor? Si las partículas tienen:

a) La misma velocidad
b) La misma energía cinética.
c) La misma cantidad de movimiento
Datos: h = 6‟63·10-34 J · s; me = 9‟1·10-31 kg ; c = 3·108 m/s; qe = 1‟6·10-19 C; (suponed condiciones no
relativistas).

Rdo. a) la del protón; b) la del protón; c) iguales

35. El principio de incertidumbre de Heisenberg establece para la energía y el tiempo, la relación:

h
E  t 
2

donde h es la constante de Planck. Se dispone de un láser que emite pulsos de luz cuyo espectro de longitudes
de onda se extiende de 783 nm a 817 nm. Calculad la anchura de las frecuencias f y la duración temporal
mínima de esos impulsos. Datos: h = 6‟63·10-34 J·s; c = 3·108 m/s.
Rdo. Entre 3‟67·1014 Hz y 3‟83·1014 Hz; t mínimo = 9‟98·10-15 s

36. Sabiendo que un electrón invierte un tiempo de 10-9 s en pasar del estado n = 2 al estado n = 1. Determinar
la incertidumbre mínima en la energía del fotón que se genera. Rdo. 1‟06 · 10-25 J.

Nota: En todos los enunciados anteriores se supone (a menos que se demande explícitamente calcular su va-
lor) que h, c, qe y la equivalencia entre eV y J, son datos.

410
11. FÍSICA NUCLEAR

La aplicación de la mecánica cuántica al estudio del átomo ha propiciado un avance espectacular en


el campo de la química desde principios del siglo XX. Sin embargo, la mecánica cuántica también es
útil para estudiar el núcleo de los átomos (que, como ya sabemos, no interviene directamente en las
reacciones químicas) y las partículas subatómicas, como por ejemplo los protones y los neutrones
(comunes en todos los núcleos).

¿Qué interés puede tener el estudio del núcleo de los átomos?

Investigar acerca del núcleo de los átomos ha tenido y tiene actualmente una gran importancia teóri-
ca y práctica. Relacionado con este estudio se halla, por ejemplo, la posibilidad de disponer de
energía de origen nuclear, tanto con fines pacíficos (reactores nucleares, medicina, etc) como, des-
graciadamente, con fines bélicos (bombas atómicas). La física nuclear también se usa para estudiar
las estrellas y los procesos que ocurren en ellas. El estudio de las partículas "subnucleares" es esen-
cial para comprender nuestro universo, su origen y su evolución. Un problema grave que se da al
producir reacciones nucleares es la generación de residuos radiactivos altamente contaminantes que
tienen graves efectos para la salud (contaminación radiactiva). Además muchos de esos residuos
pueden resultar peligrosos durante miles de años y no se conocen métodos para eliminarlos por lo
que no hay más remedio que encerrarlos en bidones y enterrarlos (a veces se lanzan al mar).
La primera indicación de que el núcleo atómico debía tener una estructura interna y no ser simple-
mente una zona muy pequeña de carga positiva donde estaba la mayor parte de la masa del átomo, se
obtuvo gracias a la observación (a finales del siglo XIX) de un hecho problemático no conocido has-
ta entonces: la radiactividad.

1. EL DESCUBRIMIENTO DE LA RADIACTIVIDAD

Hacia 1896, un físico francés (H. Becquerel) después de conocer el descubrimiento de los rayos X
(radiación electromagnética de frecuencia elevada), se planteó el problema de averiguar si ciertas
sustancias fosforescentes (que resplandecían en la oscuridad tras haber sido iluminadas durante un
tiempo) emitían o no este tipo de radiación.
Becquerel sabía que los rayos X eran capaces de atravesar cuerpos opacos como una cartulina negra
y velar placas fotográficas. Para investigar el problema diseñó el siguiente experimento:
Se trataba de envolver totalmente con cartulina negra una placa fotográfica. Luego había que dispo-
ner sobre ella un trozo de un determinado mineral de uranio (el cual debía haber sido iluminado an-
tes durante cierto tiempo por la luz solar) y ver si en la zona de contacto, a pesar de la protección de
la cartulina, la placa se velaba.
Becquerel realizó varias veces la experiencia y siempre encontró que en la zona de la placa situada
bajo el mineral previamente iluminado por la luz solar, se producía una mancha oscura (se velaba la
placa debido a lo que él pensaba que eran rayos X).
Sin embargo, un día que no lucía el Sol, guardó una placa fotográfica (en perfecto estado) envuelta
en cartulina, junto con el trozo del mineral de uranio, dentro de un cajón (con el propósito de utili-
zarlos cuando mejorase el tiempo) y así permanecieron durante varios días. Cuando Becquerel ob-
servó la placa posteriormente, pudo comprobar que también estaba velada.

411
11. Física nuclear

¿Por qué la observación anterior le resultaba a Becquerel muy problemática?

Él pensaba que para emitir radiación el mineral se debía iluminar bien previamente (ya que de otra
forma no resplandecía apenas), pero si no era así, estaba claro que esa radiación se había ido produ-
ciendo todo el tiempo y salía del propio mineral continuamente, sin tener nada que ver el hecho de
que éste se iluminara o no antes. Ello planteaba serias interrogantes:

 ¿Cómo era posible que un simple trozo de mineral, sin hacerle nada, emitiese una radiación tan
penetrante, capaz de atravesar un grueso trozo de cartulina negra?

 ¿En qué consistía esa radiación? ¿Eran también rayos X? ¿De donde salía?

Nuevos experimentos confirmaron que la radiación emitida por el mineral de uranio era capaz de
atravesar otros cuerpos más gruesos y opacos que la cartulina negra. Además, Becquerel pudo com-
probar que aunque el mineral se calentara o enfriará intensamente, se pulverizase o se le sometiera a
la acción de ácidos muy fuertes, seguía emitiendo la misma radiación y con la misma intensidad que
antes. Por otra parte, la radiación era emitida también de forma continua por distintos compuestos de
uranio (lo que indicaba que se debía a este elemento en concreto).

¿Qué podía sugerir todo esto?

De acuerdo con los hechos experimentales relatados, cabía pensar que esa misteriosa radiación debía
estar relacionada no con la forma en que los átomos se unen unos a otros (lo que tiene que ver direc-
tamente con su "corteza" ) sino más bien con lo más profundo de los mismos, con lo que no se puede
modificar mediante ninguna reacción química ni tampoco por ninguno de los procesos físicos enton-
ces conocidos: el núcleo atómico.

A esa nueva propiedad de la materia se la denominó radiactividad.

La importancia del descubrimiento pronto llamó la atención de otros científicos que se dedicaron a
estudiar el fenómeno siguiendo el trabajo iniciado por Becquerel. Entre ellos estaba la química Ma-
ría Sklodowska que ayudada por su esposo, el físico francés Pierre Curie, logró descubrir dos nuevos
elementos químicos también radiactivos. Uno fue bautizado como "polonio" (la señora Curie había
nacido en Polonia aunque trabajaba con su marido en París) y el otro como "radio" (debido a su alta
radiactividad).

Otros investigadores, tras los esposos Curie, descubrieron posteriormente nuevos elementos radiac-
tivos como, por ejemplo, el actinio. La existencia de tales sustancias planteaba en primer lugar la
cuestión de en qué consistían las emisiones radiactivas, cual era su naturaleza.

2. NATURALEZA DE LAS EMISIONES RADIACTIVAS

En 1899, Rutherford (que por aquel entonces tenía 28 años), pudo comprobar que lo que se conocía
como emisiones radiactivas estaba formado en realidad por tres tipos de radiación de diferente natu-
raleza a las que se denominó , , y 

412
11. Física nuclear

Un fino haz radiactivo penetra en una zona en la que existe un campo magnético tal y como se
representa en el esquema adjunto. A la vista de los resultados ¿qué puede decirse en cuanto a la
naturaleza de las emisiones , , y ?

x x x x x  x
Colimador x x x x x x

x 
Cámara de plomo
x x x x x

x x x x x x
Muestra radiactiva
x x x  x x x

Si recordamos lo que le sucedía a las partículas cargadas que penetraban en un campo magnético
como el representado, hemos de concluir que la radiación  está formada por partículas cargadas
positivamente, mientras la radiación  lo está por partículas con carga negativa. En cuanto a la radia-
ción , como no se desvía no tiene carga eléctrica.

Mediante un instrumento llamado "espectrómetro de masas" fue posible profundizar en el conoci-


miento de las emisiones radiactivas.

Placa positiva
+
x x x x
Cámara de plomo
x x x x
Fe x x x x
Muestra radiactiva x x x x
x x x x
Fm1
x x x x
x x x x

Placa negativa x x x x
-

En la figura anterior se ha representado esquemáticamente lo que le ocurre a una partícula cargada


negativamente en un espectrómetro de masas. En primer lugar la partícula pasa por un campo eléc-

trico y magnético variables. Ajustando la intensidad del campo eléctrico E y el campo magnéti-

co B1 de la figura, es posible compensar la fuerza eléctrica con la fuerza magnética y conocer así la

rapidez con que la partícula pasa por la rendija y penetra en el campo magnético B 2 situado a la dere-
cha de la misma.

Determinad la rapidez con que se desplaza la partícula representada en el esquema.

Igualando los módulos de las fuerzas eléctrica y magnética obtenemos:

Fe = Fm1  qE = qvB1  v = E/B1

413
11. Física nuclear

En el momento en que la partícula cargada pasa por la rendija queda sometida exclusivamente a

la acción del campo magnético B 2 . Suponiendo que la carga de la partícula sea negativa, razonad
qué fuerza actuará sobre ella y qué tipo de movimiento producirá.

La partícula entra al campo magnético B 2 con una velocidad de módulo “v” y perpendicular a las
líneas de dicho campo. Por tanto sobre ella se ejercerá una fuerza magnética dada por:
  
Fm 2  q  (v x B2 )

El módulo de la fuerza anterior será Fm 2 = qvB2 y su dirección perpendicular a la velocidad, por lo


que (despreciando la fuerza peso) se tratará de una fuerza resultante normal, que dará lugar a que la
partícula se desplace con un movimiento circular y uniforme de radio R en el seno del campo
magnético B2 tal y como se ha indicado en el esquema anterior.

Aplicando las ecuaciones de la mecánica correspondientes obtened la relación q/m para la


partícula anterior en función de las magnitudes fácilmente medibles E, B1, B2 y R.

En el movimiento circular y uniforme se cumple: Fn = man = mv2/R = Fm 2

Así pues: mv2/R = qvB2 de donde q/m = v/RB2 y si tenemos en cuenta que v = E/B1 obtenemos:

q/m = E/RB1B2.

El científico J.J. Thomson determinó de una forma similar a la aquí descrita la relación q/m para la
radiación , obteniendo un valor muy cercano a la del electrón. Dicho resultado se vio confirmado
también por otros experimentos. De esta forma pronto se pudo establecer que:

 La radiación de tipo  está formada por electrones que se mueven muy rápidamente y que son
capaces de atravesar placas de aluminio de varios milímetros de espesor.

 La radiación de tipo  estaba formada por partículas positivas, equivalentes a núcleos de átomos
de helio (es decir partículas con carga 2+ y 4 unidades de masa atómica). Este tipo de radiación
no es muy penetrante (es detenida por simples hojas de papel).

 La radiación de tipo  son fotones (lo mismo que los rayos X) pero muy energéticos, capaces de
atravesar fácilmente las paredes de una habitación o incluso placas de plomo de varios centíme-
tros de espesor. Se trata, por tanto, de una radiación electromagnética de muy alta frecuencia (re-
cordemos que E = h·f).

Por otra parte, la energía cinética con que son emitidas las radiaciones es del orden de un millón de
electronvoltios (nos referimos a la energía cinética de una partícula ,  o un fotón ). Esto resultaba
muy llamativo ya que dicha energía es muy superior a la correspondiente a cualquier proceso quími-
co. Así, por ejemplo, sabemos que en la ionización de un átomo de hidrógeno (H H+ + 1e-) se
precisan 14 eV y en la formación de una molécula de agua se liberan 2 eV. (Recordemos que 1 eV =
1'6·10-19 J )

414
11. Física nuclear

3. ¿DE DONDE PROVIENEN LAS EMISIONES RADIACTIVAS?

Los datos que se fueron conociendo respecto a la naturaleza de las emisiones radiactivas pronto
plantearon diversos problemas. Uno muy importante era averiguar de donde provenían. Ya hemos
comentado antes que el hecho de que un elemento radiactivo no se viese afectado en su actividad a
pesar de ser sometido a las más duras pruebas químicas (combinación con otras sustancias para dar
distintos compuestos, ataque por ácidos, etc) o físicas (altas temperaturas, cambios de fase, etc), su-
gería que dichas emisiones debían proceder de una parte del átomo inaccesible a dichas transforma-
ciones (el núcleo).

Los datos que pudieron obtenerse posteriormente apoyaban claramente dicha hipótesis. En efecto:

 Al menos las partículas  estaba claro que no podían proceder de la corteza de los átomos ya que
dicha corteza está formada exclusivamente por electrones y las partículas  son positivas.
 Las partículas  cabría pensar que, por ser electrones idénticos a los que se mueven en torno al
núcleo, sí que pueden proceder de la corteza de los átomos. Sin embargo, cuando un elemento
radiactivo emite este tipo de partículas se comprueba experimentalmente que los átomos emiso-
res se convierten en átomos de otros elementos y sabemos que cuando un átomo pierde un
electrón de su corteza lo que queda es el mismo átomo pero con una carga positiva (ion) es decir,
seguimos teniendo el mismo elemento químico.
 Sabemos que, de acuerdo con el modelo atómico de Bohr, la emisión de fotones por los átomos
se produce cuando un electrón salta de una órbita permitida a otra órbita de menor energía. De
esta forma, por ejemplo, se producen los espectros de emisión. No obstante, la energía de los fo-
tones  (del orden del MeV) es muy superior a la energía correspondiente a los fotones emitidos
por estos saltos electrónicos (del orden del eV), lo que hace impensable que la radiación  pueda
provenir de la corteza del átomo.

Todo lo anterior, además de la enorme diferencia de energía de las emisiones radiactivas con respec-
to a la energía implicada en cualquier proceso químico, apoyaba la hipótesis de un origen nuclear de
dichas emisiones, aunque no se comprendiese el proceso concreto que producía cada una en el inter-
ior del núcleo, el cual debía tener una estructura capaz de dar cuenta de tales emisiones. (Conviene
recordar que, aunque el modelo atómico de Bohr fue elaborado hacia 1913 y las emisiones radiacti-
vas comenzaron a estudiarse a partir de 1896, la constatación experimental de que el núcleo atómico
no era simplemente una masa positiva sin estructura interna sino que estaba formada por protones y
neutrones se produjo bastantes años después).

Por otra parte seguía existiendo un serio problema no resuelto: ¿Cómo puede una muestra radiactiva
emitir tanta energía de forma ininterrumpida y sin ninguna aportación exterior? Fijémonos que si eso
fuera posible se dispondría de fuentes de energía inagotables y, en todo caso, el hecho de que hubie-
se muestras radiactivas emitiendo energía durante mucho tiempo permitía especular con el posible
aprovechamiento de una nueva fuente de energía de gran duración.

4. EL DESCUBRIMIENTO DE PROTONES Y NEUTRONES

El estudio sobre la naturaleza de las emisiones radiactivas podría llevar a pensar, en principio, que el
núcleo de los átomos estaba formado por partículas  y por electrones. Sin embargo un modelo así
no podría explicar la constitución del átomo más simple (el del hidrógeno) que tiene una masa
aproximadamente igual a la cuarta parte de la de la partícula  (que, es del orden de 6'6·10-27 kg).

415
11. Física nuclear

Además, estaba el hecho de que, para cualquier elemento, su masa atómica resultaba ser muy
aproximadamente un múltiplo entero de la masa del átomo de hidrógeno, lo que llevaba a pensar que
el núcleo de los átomos (donde se concentra prácticamente toda su masa) debía estar formado por un
cierto número de núcleos de hidrógeno y por electrones.

El hecho de disponer de partículas  con una elevada energía hizo pensar a Rutherford, que ya las
había usado para investigar el modelo atómico de Thomson, en la posibilidad de volverlas a utilizar
como proyectiles contra el núcleo de los átomos. Podríamos decir que se trataba de "romperlos" para
ver qué es lo que había dentro.

En 1919, bombardeando núcleos de nitrógeno con partículas , Rutherford pudo detectar la presen-
cia de partículas cuya masa y carga coincidían con las de los núcleos del hidrógeno, aunque allí ini-
cialmente no había nada de éste elemento. A dichas partículas las llamó protones. La masa de uno de
ellos era unas 1836 veces mayor que la del electrón. Como los protones podían obtenerse no sólo
empleando como blanco nitrógeno sino también otros elementos, Rutherford sugirió que la carga
positiva de los núcleos atómicos se debía a la existencia de protones como constituyentes del núcleo
de todos los átomos.

No obstante se planteaban otras preguntas. Por ejemplo: Sabemos que la masa del átomo de nitróge-
no es 14 veces mayor que la del hidrógeno, pero los 7 protones que tiene el nitrógeno aportan sólo la
mitad de esa masa ¿de donde viene la otra mitad? Éste hecho, entre otros, llevó a Rutherford en
1920 a sugerir que junto con los protones debía existir en el núcleo de los átomos otro tipo de partí-
culas igualmente pesadas pero sin carga (a las que llamó neutrones). Finalmente la existencia del
neutrón pudo probarse experimentalmente por el inglés J. Chadwick en 1932. Los neutrones no sólo
daban cuenta del valor experimental de la masa atómica sino que además, como luego veremos,
permitieron explicar que desde el núcleo se pudiera emitir radiación  (electrones).

5. INTERPRETACIÓN DE LAS TRANSFORMACIONES NUCLEARES

Una vez establecida la naturaleza compleja de los núcleos atómicos y que tanto protones como neu-
trones son los componentes comunes de todos ellos, fue posible explicar el hecho de las transmuta-
ciones radiactivas (tanto naturales como artificiales) es decir, que un elemento químico, pudiera dar
lugar a otro elemento distinto. Este fue, precisamente, un sueño acariciado por los primeros químicos
(los alquimistas) que durante mucho tiempo buscaron en vano "la piedra filosofal" algo que, según
decían, les permitiría transformar otros metales en oro.

Como ya sabemos, el número de protones de un átomo cualquiera de un elemento químico se llama


número atómico y es lo que caracteriza a dicho elemento ya que determina su comportamiento quí-
mico. Decir elemento oxígeno equivale a decir átomos en los que en el núcleo hay 8 protones. Dicho
número se designa por Z. Por otra parte, el número de neutrones se designa por N. Éste último puede
variar en átomos de un mismo elemento. Así, por ejemplo, existen átomos de oxígeno con 8 neutro-
nes, otros con 9 y otros con 10 (aunque todos ellos tienen 8 protones). Como ambos (protones y neu-
trones) son las "partículas" constituyentes de cualquier núcleo atómico, se llaman "nucleones". El
número total de nucleones es pues la suma Z+N, se llama número másico y se simboliza por A, de
modo que A = Z + N.

416
11. Física nuclear

Al especificar el número atómico Z y el número másico A (y por lo tanto el número de neutrones N


= A-Z) identificamos una única especie nuclear en particular o núclido. Un núclido de un elemento
X dado se suele representar como ZA X . Por ejemplo: en el carbono se ha podido detectar la existen-
cia de los siguientes núclidos:

11
6 C, 126C, 136C, 146C, 156C, 166C

Naturalmente, no todos los núclidos se encuentran en la misma proporción. Por seguir con el mismo
ejemplo, diremos que en el caso del carbono, el 98'9 % de los núclidos son de 12C . Fijémonos que
hemos escrito 12C sin especificar Z. Esta notación es también frecuente puesto que el símbolo C ya
nos está diciendo que se trata del carbono, en el cual Z siempre vale 6.

Dos núclidos con el mismo Z pero con N y A diferentes se denominan isótopos. Éste concepto fue
introducido por Soddy para explicar el hecho de que las transformaciones radiactivas parecían dar
lugar a nuevos elementos que, sin embargo, tenían propiedades químicas idénticas (a pesar de tener
distinta masa atómica) que otros elementos ya conocidos.

En el caso del hidrógeno, por ejemplo, existen tres isótopos. Uno está formado por 11H (el protón) y
los otros dos corresponden a 12 H y 13 H llamados respectivamente deuterio y tritio. Observemos que
en los tres el número atómico Z = 1 (lo que caracteriza al elemento hidrógeno). En un isótopo dado
sólo existe un tipo de núclidos, es decir todos los átomos que lo forman son idénticos (no solo igual
Z sino también igual A).

En el boro hay dos isótopos, el 10B y el 11B . Sabiendo que la masa atómica del boro es de 10'8 u
(1 u = 1 unidad de masa atómica1), determinad en qué proporción se halla cada isótopo.

Rdo. El 20% de 10B y el 80% de 11B

En química el núcleo del átomo de helio se representa como 24 He 2 . Sin embargo, en física nuclear,
dicho núcleo (o partícula ) se representa simplemente mediante 24 He (o bien 24 ) donde el 2 no
representa ya el número atómico, sino el número de unidades naturales de carga (se entiende por
unidad natural de carga la carga del protón). En adelante pues, aunque usemos la notación ZA X , Z
representará el número de unidades naturales de carga de la partícula X. Así, por ejemplo, un
electrón (partícula ) se representará mediante las notaciones: 10 e = 10 

En 1913 el físico inglés F.Soddy, ayudante de Rutherford, tras estudiar distintos procesos radiactivos
llegó a la conclusión de que en todos ellos se cumplían tres reglas (que en la actualidad se conocen
como “leyes del desplazamiento radiactivo”). Concretamente Soddy constató que:

a) Cuando un núcleo X emite una partícula  se convierte en otro núcleo Y (y por tanto se
forma un nuevo elemento químico) cuyo número másico es 4 unidades menor y cuyo número
atómico es dos unidades menor.

b) Si un núcleo X emite una partícula  se convierte en otro núcleo (y por tanto se forma un
nuevo elemento químico) del mismo número másico y cuyo número atómico es una unidad
mayor.

1 12
1u es la masa de la doceava parte del átomo de C . 1 u equivale, aproximadamente, a 1'66·10-27 kg
417
11. Física nuclear

c) Cuando un núcleo X emite radiación , no cambia su número másico ni su número atómico.

Con lo que ya sabemos acerca del núcleo y sobre la naturaleza de las emisiones radiactivas, resulta
sencillo interpretar las leyes del desplazamiento radiactivo anteriores, como vamos a ver:

A
Supongamos un cierto núclido Z X . Escribid la ecuación correspondiente a la emisión por dicho
núclido de una partícula .

Ya hemos señalado antes que las partículas  eran núcleos de helio. Por tanto, se pueden representar
como 24 He (un paquete individual de dos neutrones y dos protones fuertemente ligados). De acuerdo
con ello, el resultado deberá ser la formación de un nuevo núclido con un número másico A-4 y un
número atómico de Z-2, es decir:

A 4
A
Z X Z 2 Y  24He

Así, por ejemplo, en el caso de la emisión de una partícula  por el núclido 238
92 U se tiene:

238
92 U  234
90 Y  24He en donde el núclido 234
90 Y resulta ser un isótopo del torio. Es decir: 234
90 Th

A
Supongamos un cierto núclido Z X escribir la ecuación correspondiente a la emisión por dicho
núclido de una partícula .

Como sabemos, una partícula  es un electrón. El hecho que desde el núcleo de un átomo se pueda
emitir un electrón, se interpreta admitiendo que uno de los neutrones se transforma en un protón y un
electrón, emitiéndose este último. Ello supone, por tanto, que el número atómico del núclido resul-
tante aumenta en una unidad con respecto al anterior que lo origina (y su número másico no varía).
Esto puede escribirse como:
Z X Z 1 Y  1 e
A A 0

En la ecuación anterior 0
1 e representa una partícula 

212
El razonamiento que acabamos de hacer, permite comprender, por ejemplo, que el Pb pueda
transformarse en 212Bi mediante el siguiente proceso:

212
82 Pb 212
83 Bi 
0
1e

Pronto se vio que en cualquier transformación radiactiva se cumplía un nuevo principio de conserva-
ción: el número de nucleones, antes y después del proceso, debía ser el mismo (aunque un tipo
de nucleón pueda pasar a otro, por ejemplo un neutrón a un protón o al revés). Aplicando este crite-
rio es posible resolver ejercicios como el siguiente:
218
Hallad el número atómico y la masa atómica del elemento producido a partir del 84 Po después
de emitir 4 partículas  y 2 partículas .

Las ecuaciones anteriores aplicadas al caso descrito en el enunciado conducen a:

218
84 Po  424 He  201e  AZY

418
11. Física nuclear

De donde resulta sencillo concluir que el número másico y el número atómico del núclido Y vendrán
dados por:

218 = 16 + A  A = 218-16 = 202 nucleones


84 = 8 + 2·(-1) + Z  Z = 84-8+2 = 78 protones

202
Por tanto, el núclido Y que se forma corresponde al platino 78 Pt

Sabemos que no todos los núclidos de los distintos elementos del sistema periódico son radiactivos.
Sin embargo, los que lo son pueden dar lugar, de forma natural, a otros que también lo son y estos a
su vez a otros, hasta llegar finalmente a un núclido estable, formándose así series o familias radiacti-
vas más o menos largas. Ello explica que toda muestra radiactiva, no aislada recientemente, esté
contaminada por toda una serie de núclidos de distintos elementos químicos que son descendientes
de un "padre" original. En la naturaleza existen unos 70 núclidos radiactivos, pero casi todos ellos
provienen de la desintegración de 4 núclidos distintos que dan lugar a otras tantas familias.

Por su extensión, destacan tres familias o series radiactivas formadas a partir de isótopos naturales:
la del actinio 227 238 232
89 Ac , la del uranio 92U y la del torio 90Th . Todas ellas acaban en un isótopo estable

del plomo. Por ejemplo, la del uranio, comienza con el U-238, que tras 8 emisiones de partículas  y
seis emisiones , termina en 206 82 Pb .

90Th se emiten las siguientes radiaciones hasta llegar al Pb: ,  , ,


En la serie radiactiva del 232
,,,. ¿Cuál es el número másico y el número atómico del elemento que precede al Pb en dicha
serie?

Rdo. 216 y 84 respectivamente

Al comienzo del tema vimos que una muestra de una sustancia radiactiva parecía estar emitiendo
siempre con la misma intensidad y de forma continuada. Naturalmente eso no puede ser ya que iría
en contra del principio de conservación de la energía. Por otra parte la emisión de una partícula 
(carga 2+ y masa 4 u) por un núcleo, hace que éste se transforme en otro núcleo correspondiente a un
elemento situado dos lugares a la izquierda del sistema periódico y cuya masa atómica es inferior en
4u a la del átomo emisor. Si se produce una emisión  (un electrón), el nuevo núcleo corresponderá
al elemento situado un lugar a la derecha del emisor y el número másico permanecerá inalterado.
Cuando un núcleo realiza una de las emisiones anteriores y se transforma en otro, decimos que se
desintegra (que no equivale a desaparecer, sino a un cambio de identidad, una transmutación). Cabe
plantearse, pues, si la desintegración en un cierto núclido radiactivo se realiza siempre al mismo rit-
mo (con la misma velocidad) o no y qué ocurre conforme va transcurriendo el tiempo.

6. ¿QUÉ LE OCURRE A UNA MUESTRA RADIACTIVA CON EL PASO DEL TIEMPO?

Supongamos que disponemos de una muestra de un cierto núclido radiactivo. Según hemos visto
antes, algunos de los núcleos se desintegrarán transformándose en núcleos correspondientes a otro
núclido distinto. Dependiendo del número de núcleos presentes en la muestra y de su naturaleza se
producirán (en un instante dado) un cierto número de desintegraciones por unidad de tiempo, a lo
que llamaremos velocidad de desintegración de dicha muestra en dicho instante.

Consideremos a título de ejemplo el caso del núclido 146C que es  radiactivo: 14


6C 147N  10e
419
11. Física nuclear

Es un hecho comprobado experimentalmente que, dada una muestra de este núclido, el que un cierto
núcleo de carbono de entre los existentes en un momento dado, se desintegre emitiendo una partícula
 y dando lugar a un átomo de nitrógeno, es algo totalmente independiente del tiempo transcurrido
desde el instante inicial en que se obtuvo la muestra de carbono.

No podemos hablar pues, en ningún momento, de la probabilidad de que un núcleo dado se desinte-
gre o no, ya que se trata de un fenómeno totalmente aleatorio. Lo que sí podemos referirnos es al
tiempo necesario para que el número inicial de átomos de 14C se reduzca a la mitad de los que había
en un instante dado. Ese tiempo es siempre el mismo para cada núclido y distinto de unos núclidos a
otros. Se denomina periodo de semidesintegración.

El número de núcleos sin desintegrar (presentes en una muestra dada) disminuye con el tiempo y
consecuentemente también disminuye el número de los que se desintegran (por unidad de tiempo),
tal y como se muestra de forma esquemática en el ejemplo de la figura siguiente:

e-
e-
e-
e-
e-

e-

En la figura anterior el círculo de color gris podría ser un núcleo de C-14 y el de color rojo un núcleo
de N-14 resultante de la emisión  por parte del primero. Como puede verse, conforme transcurre el
tiempo va disminuyendo el número de núcleos de C-14 sin desintegrar.

6.1. Velocidad de desintegración y periodo de semidesintegración

La variación o cambio en el número de átomos que se produce en una cierta muestra radiactiva en un
intervalo de tiempo infinitesimal t , t  dt  se puede expresar como:

N(t+dt) - N(t) = dN

que corresponde a un incremento infinitesimal "dN" el cual es negativo porque el número de átomos
sin desintegrar en el instante t+dt es algo menor que el que había en el instante t.

Por tanto, podemos designar el número de átomos que se desintegran en un tiempo dt como -dN y el
que se desintegran por unidad de tiempo ( o velocidad de desintegración) como -dN/dt.

¿De qué cabe esperar que dependa la velocidad de desintegración?

A título de hipótesis podemos pensar que la velocidad de desintegración (para un cierto núclido) en
un instante dado es tanto mayor cuanto mayor sea el número de núcleos sin desintegrar (N) existente
en ese mismo instante. Concretamente podría tratarse de una proporcionalidad directa y en ese caso
podríamos escribir que:
dN
v=   N
dt

420
11. Física nuclear

en donde la constante de proporcionalidad  (o constante de desintegración) tomaría distintos valo-


res dependiendo de la naturaleza del núclido que se desintegre.

Si experimentamos con muestras de diversos núclidos radiactivos, medimos el número de núcleos


sin desintegrar (N) existentes a intervalos regulares de tiempo y representamos los valores obtenidos
en una gráfica N-t obtendríamos unas curvas como las siguientes:

N0

N0/2
B

TA TB t

Extraed toda la información posible de las curvas experimentales que se muestran en la gráfica
anterior, correspondientes a la desintegración de dos núclidos radiactivos A y B.

Podemos apreciar que de los dos núclidos representados, el A es el que se desintegra más rápido. El
número de núcleos de cualquiera de ellos va disminuyendo gradualmente con el tiempo, aunque
nunca llega a ser 0 ya que las curvas se van acercando asintóticamente al eje de tiempos pero sin
llegar nunca a él (sólo hemos representado un trozo de ellas). Tal y como se formuló en la hipótesis,
la velocidad de desintegración en cada instante (dada por la pendiente de la curva en dicho instante)
disminuye a medida que lo hace el número de núcleos sin desintegrar (N). También podemos apre-
ciar que, en cualquier instante dado, la velocidad a la que se desintegra la muestra A es mayor que la
de la muestra B, lo que indica que A B. Por otra parte, aunque no podemos saber nada acerca de
la probabilidad de que un núcleo determinado se desintegre o no en un instante dado, sí que pode-
mos conocer cuánto tiempo ha de transcurrir para que el número inicial de núcleos sin desintegrar
(N0 en ambos casos) se reduzca a la mitad. Ese tiempo se denomina, como hemos dicho, periodo de
semidesintegración. Su símbolo es T y, como podemos ver en la gráfica, TB TA (al contrario de lo
que sucede con ).

dN
La ecuación     N se confirma tras el análisis de curvas experimentales anteriores.
dt

N dN t
Si separamos variables e integramos se obtiene dN/N = - · dt  N0 N
     dt
0

N
De donde ln    t  N = N0 · e-t N  N0  e λt
N0

La ecuación exponencial anterior se llama ecuación de desintegración y es la forma analítica de la


gráfica N-t. Si en esta expresión vamos dando valores a "t" (para ciertos N0 y ) y representamos

421
11. Física nuclear

gráficamente obtenemos precisamente una curva como las presentes en la gráfica que acabamos de
analizar.

Utilizad la ecuación de desintegración para comprobar que no existe ningún valor finito de tiem-
po para el cual desaparecería toda la muestra radiactiva.

Dado que no podemos hablar de tiempo total de desintegración de una muestra radiactiva de un isó-
topo dado, podemos intentar calcular su periodo T.

Utilizad la ecuación anterior para obtener el periodo de semidesintegración en función de la


constante de desintegración .

Rdo. T = ln2/ = 0'693/

El resultado anterior muestra que T y  son dos magnitudes inversamente proporcionales y que si
conocemos una de ellas podemos determinar fácilmente la otra.

El periodo de semidesintegración varía ampliamente de unas sustancias a otras. Así, por ejemplo, el
periodo de semidesintegración del 14C es de unos 5600 años, lo que significa que, si en un cierto
instante, existen N0 núcleos de 14C en una muestra dada, al cabo de 5600 años habrá la mitad, es
decir, N0/2. En la tabla siguiente se dan los periodos de semidesintegración (aproximados) de algu-
nos isótopos radiactivos.

Isótopo Periodo de semidesintegración


Nitrógeno-13 13
7 N 10 minutos

Uranio-234 234
98 U 250.000 años

Uranio-235 235
98 U 691 millones de años

Uranio-238 238
98 U 4510 millones de años

Carbono-14 14
6 C 5570 años

Estroncio-90 90
38 Sr 28 años

Yodo-131 131
53 I 8 días

Oxígeno-15 15
8 O 1'2 segundos

La ecuación de desintegración anterior también puede expresarse en función del número de moles y
de la masa (en lugar del número de núcleos).

¿Cómo podemos introducir en la expresión N = N0 · e-t el número de moles de núcleos?

Basta con tener en cuenta que en cada mol de núcleos hay un total de NA núcleos (NA es el número
de Avogadro 6‟02·1023 partículas/mol). Por tanto, si dividimos por NA en ambos miembros de la
igualdad, nos queda:

422
11. Física nuclear

N N
 0  e t  n  n0  e t
NA NA

siendo n el número de moles un núclido dado que hay sin desintegrar existentes en el instante t.

¿Cómo podemos introducir en la expresión N = N0 · e-t la masa de la muestra radiactiva?

Como la masa de una cierta muestra de un núclido se puede expresar en función del número de mo-
les de núcleos (n) y de la masa molar de dicho núclido (M) mediante: m = n · M, la expresión ante-
rior (moles de núcleos) se puede escribir también en función de la masa:

n  M  n 0  M  e  t  m = m0 ·e-t

Tenemos así tres ecuaciones de desintegración: N = N0 ·e-t ; n = n0·e-t ; m = m0 ·e-t

En este tipo de funciones, ya que la exponencial no puede tener unidades, será muy cómodo trabajar.
Bastará con que la unidad en que se mide  sea precisamente la inversa de la unidad en que se mide
el tiempo y con que en los dos miembros se trabaje con partículas, moles, gramos, etc.
t
Sabiendo que N(t) = N0 · e - 0.02 (donde t viene en segundos), es la ley de desintegración de una
determinada sustancia radiactiva ¿Qué tiempo deberá transcurrir para que N0 se reduzca a la mi-
tad? ¿y para que se reduzca a la quinta parte?

Nos interesa conocer el tiempo que debe transcurrir para que una muestra que contiene N0 núcleos
pase a tener N0/2. Para ello bastará con sustituir en la ecuación de desintegración correspondiente,
que, en este caso, nos dicen que es N = N0·e-0‟02t, el número de núcleos N por N0/2 y determinar el
tiempo que debe transcurrir para que esto suceda.

N0/2 = N0 ·e-0‟02t simplificando, tomando logaritmos neperianos y despejando:

1 ln2
 e0' 02t  ln1  ln2  0' 02t  ln2  0' 02t  t   34' 65s
2 0' 02

En este caso, el tiempo obtenido será el periodo de semidesintegración del núclido con el que este-
mos trabajando.

Sugerid un procedimiento para calcular el tiempo necesario para que el número inicial de núcleos
N0 se reduzca a la quinta parte y llevadlo a cabo.

El procedimiento será, como es lógico, similar al anterior, de forma que bastará con utilizar la misma
expresión pero esta vez sustituyendo N por N0/5, de modo que:

N0/5 = N0 ·e-0‟02t‟ de donde obtenemos t‟ = 80‟47 s

Un aspecto importante a considerar es el valor del numero de núcleos sin desintegrar N0 presentes en
la muestra inicialmente. Si este hubiera sido muy pequeño, por ejemplo de sólo 10, ¿seguirían siendo
válidos los resultados obtenidos?

423
11. Física nuclear

En principio podríamos responder afirmativamente y decir que para que la muestra se redujera a 5
núcleos o a 2, deberían transcurrir 34‟65 s y 80‟47 s respectivamente. Pero si se procediese a com-
probarlo experimentalmente, nos sorprenderíamos de los resultados ya que podría darse una multitud
de posibilidades distintas, desde, por ejemplo, que todos se hayan desintegrado al cabo de un segun-
do hasta que ninguno de los 10 lo haya hecho en todo un año. ¿A qué puede deberse esto?

La ley de la desintegración radiactiva N = N0 ·e-t se obtiene a partir de muestras que contienen un


número mínimo de núcleos (de un cierto núclido) que sea lo suficientemente grande como para re-
sultar estadísticamente significativo, de modo que las predicciones que se hacen respecto a la desin-
tegración son de tipo estadístico, es decir, no sabemos si un núcleo determinado va a tardar un se-
gundo o mil años en desintegrarse, sino que cuando hay un gran numero de ellos (muestra estadís-
tica), al cabo de un tiempo t, de N0 que había al principio quedarán N sin desintegrar.

6.2. Actividad de una muestra radiactiva

Cada vez que un núcleo se desintegra para convertirse en otro distinto, lo hace emitiendo una partí-
cula  o , dependiendo de su naturaleza. (La emisión  no corresponde a una desintegración sino
que es posterior a ella y se debe a un reajuste energético en el núcleo resultante). Parece lógico iden-
tificar la actividad de una muestra radiactiva con el número de partículas ( o ) que ésta emite
por unidad de tiempo (A).

Razonad qué relación deberá existir entre la actividad (A) de una muestra radiactiva (de un cier-
to núclido) en un instante dado y su velocidad (v) de desintegración en ese mismo instante.

De acuerdo con el razonamiento anterior el valor numérico de A coincidirá con el número de desin-
tegraciones producidas por unidad de tiempo, es decir, con la velocidad de desintegración (v) ya que
cada desintegración supone la emisión de una partícula ( o ).

Así pues, la actividad de una muestra radiactiva en un instante dado se podrá determinar como:

A = -dN/dt

La actividad se mide en desintegraciones/s. La desintegración/s se denomina "becquerelio" y se


simboliza como Bq. También es muy frecuente utilizar el "curio", cuyo símbolo es Ci.

1 Ci = 3'7 · 1010 Bq.

Como el curio es una unidad muy grande, se suelen utilizar submúltiplos como el milicurio (mCi) y
el microcurio (Ci) que equivalen a 10-3 Ci y 10-6 Ci respectivamente.

¿Qué relación existirá entre la actividad A de una muestra radiactiva y el número de átomos sin
desintegrar presentes en un instante dado?

Anteriormente hemos visto que la velocidad de desintegración cumplía la relación:

v = -dN/dt = ·N

424
11. Física nuclear

Dada la equivalencia numérica existente entre ambas magnitudes, se cumplirá también que:

A = ·N

¿Cómo podremos calcular la actividad de una muestra al cabo de cierto tiempo?

Si en la ecuación de desintegración N = N0 ·e t multiplicamos en ambos miembros por :


-

·N = ·N0 ·e t de donde:


-
A  A 0  e  λt

La última ecuación obtenida es formalmente idéntica a lo que hemos denominado ecuación de desin-
tegración. Nos indica que la actividad de una muestra radiactiva también decrece exponencialmente
con el tiempo y que al cabo de un tiempo T se habrá reducido a la mitad. Es lógico que así suceda ya
que la actividad en cualquier instante es siempre directamente proporcional al número de núcleos sin
desintegrar N existentes en dicho instante, por tanto A debe disminuir con el tiempo al mismo ritmo
y de la misma forma que N.

Calculad la actividad de una muestra de 1 mg de radio 226Ra sabiendo que el periodo de semi-
desintegración es de 1590 años y su masa atómica 226 u. (NA = 6’022 · 10 23 átomos/mol).

La actividad inicial se evalúa mediante la expresión A0 = ·N0. Sin embargo, en este caso no nos
indican el número de núcleos que existen en la muestra sino su masa.

¿Cómo podemos obtener N0 ?

Podemos obtener en primer lugar el número de moles de átomos mediante la expresión n = m/M (m
masa de la muestra y M masa molar) y a continuación multiplicar por el número de Avogadro NA
para obtener el número total de átomos de 226Ra presentes.

N0 = n0·NA = (m0/M)·NA, luego:

A0 = · N0 = ·(m0/M)·NA . Teniendo en cuenta que  = 0‟693/T y sustituyendo:

0'693 0'001
A0 =   6'02  1023 = 1‟16·1015 d/año
1590 226

Para medir experimentalmente la actividad radiactiva existen diversos instrumentos. Uno de ellos
(quizás el más conocido) es el llamado contador Geiger. Este aparato tiene un dispositivo tal que,
cuando en él penetra una partícula cargada, se produce rápidamente un chorro de electrones que se
transforma en una señal eléctrica que puede mandarse a un contador electrónico, el cual lo registra.
A menudo, cada registro se acompaña de un chasquido audible característico.

¿Cuál es el periodo de semidesintegración de una muestra radiactiva que en un momento deter-


minado da 3850 señales/s en un contador y que al cabo de 5 minutos da solamente 2600 señales/s?

Rdo. T = 8‟83 min.

La desintegración radiactiva tiene muchas aplicaciones interesantes. Una de ellas es la determinación


de la edad de un material.

425
11. Física nuclear
14
6.3. Determinación de la edad de un resto orgánico por el método del C

Como sabemos, las plantas verdes absorben el CO2 del aire mediante el proceso de la fotosíntesis.
Los átomos de C de este compuesto son fundamentalmente de 126 C pero una pequeñísima parte
(aproximadamente uno por cada billón) son de 146 C que es radiactivo y se desintegra.

La cantidad de 146 C en la atmósfera se mantiene estable, pese a que éste se va desintegrando, porque
los neutrones de la radiación cósmica, al colisionar con los núcleos de los átomos de nitrógeno pre-
sentes en la atmósfera, hacen que se genere 146 C según el proceso 147 N  01n 146 C  11H compensan-
do así la desintegración del carbono (14). Esto hace que la proporción de este isótopo en los seres
vivos (plantas y animales que las ingieren) se mantenga constante. Sin embargo al morir, dejan de
reponer 146 C por lo que su proporción disminuye con el tiempo (al ir desintegrándose con un periodo
de 5570 años) y, en consecuencia, también lo hará su actividad.

¿Cómo es posible utilizar estos datos para conocer la antigüedad de un fósil?

Sabemos que la actividad de una muestra radiactiva viene dada por la expresión:

A = A0·e t
-

Si tomamos como instante inicial 0 s el correspondiente a cuando el organismo murió y conocemos


su actividad A0 en ese instante, podemos utilizar la ecuación anterior para, conocida su actividad
presente poder calcular el tiempo transcurrido desde entonces.

En efecto, tomando logaritmos neperianos y despejando t obtenemos:

A0
ln
ln A/A0 = -·t  t  A

En un hueso procedente de un animal que acaba de morir, la velocidad de


desintegración del 146 C es de 15d/min por cada gramo. Por otra parte, sa-
bemos que el periodo de semidesintegración del 146 C es de 5570 años. Te-
niendo en cuenta estos datos, determinad la antigüedad de un hueso de 200 g
de masa, sabiendo que la velocidad de desintegración  del 146 C en él pre-
sente es de 400 d/min.

En este ejercicio el hueso presenta una actividad A = 400 d/min. En el momento de morir el ser al
cual pertenecía dicho hueso, su actividad debía ser:

A0 = 200 · 15 = 3000 d/min. Este primer resultado nos muestra que el hueso debe tener más de 5570
años (tiempo que ha de transcurrir para que el número de núcleos de 14 C -y por tanto su actividad-
se reduzca a la mitad.

Por otra parte  = 0‟693/T = 0‟693/5570 = 1‟2442·10-4 años-1

426
11. Física nuclear

Sustituyendo en la expresión de “t” anterior obtenemos así la antigüedad del hueso:

A0 3000
ln ln
A = 400 ln 7'5
t  = 16194 años
 1'2442  10 4
1'2442  10  4

La determinación de la antigüedad con éste método sólo es factible para muestras orgánicas (huesos,
tejidos, restos de plantas, etc) de menos de unos 50000 años. Ello se debe a que la cantidad de 14C
presente en muestras anteriores a ese tiempo es demasiado pequeña como para poder hacer medidas
aceptablemente precisas.

Para objetos más antiguos en ocasiones se recurre a otros radioisótopos que tengan un periodo de
semidesintegración mucho mayor. Éste es el caso, por ejemplo, del 238U ( T = 4510 millones de
años). Podemos pensar en la formación de una roca hace millones de años a base de la solidificación
de un material fundido en el que había presente una cierta cantidad del radioisótopo anterior. Éste es
muy pesado y queda fijado a la roca para lentamente ir produciendo una serie de desintegraciones
hasta llegar al isótopo estable del plomo Pb-206. Hallando la razón existente entre el Pb-206 y el U-
238 los científicos pueden determinar aproximadamente los años que hace desde que la solidifica-
ción tuvo lugar (instante t = 0). El U-238 antes de la solidificación también producía Pb-206 pero
éste (más ligero que el U-238) se escapó del magma hirviente de modo que sólo comienza a fijarse
en la roca a partir de que ésta solidifica.

De esta forma se ha podido determinar que la edad de las rocas más antiguas de la Tierra es del or-
den de 4000 millones de años. También se ha podido comprobar que la edad de las rocas más anti-
guas que contienen fósiles procedentes de mamíferos es de unos 200 millones de años. Todo ello
suministra una información muy valiosa respecto a cuándo se formó la Tierra y cuando aparecieron
determinadas especies de animales.

En lo que va del tema hemos podido avanzar en la solución a una serie de interrogantes que nos
planteábamos al comienzo (en qué consisten las emisiones radiactivas, de dónde salen, qué le ocurre
a una muestra radiactiva conforme va transcurriendo el tiempo) y hemos visto alguna aplicación
práctica (cómo medir la edad de un material determinado).

Hasta aquí nos hemos referido principalmente a la radiactividad natural, es decir a la emisión radiac-
tiva de forma espontánea por sustancias que se encuentran en la naturaleza. Podemos plantearnos
ahora como se puede conseguir la radiactividad de forma artificial y qué aplicaciones tiene ese pro-
ceso.

7. ¿CÓMO PODEMOS PRODUCIR TRANSMUTACIONES NUCLEARES ARTIFICIALES?

Rutherford fue uno de los primeros en darse cuenta de que la radiactividad natural implica que un
elemento químico se transforma espontáneamente en otro. Por eso no es de extrañar que fuese a él
también a quien se le ocurrió la posibilidad de "cascar" el núcleo de un elemento químico estable
utilizando como proyectiles partículas  con el fin de convertirlo, artificialmente, en otro elemento
químico. Con ello se abría, como ya hemos señalado, la posibilidad de realizar el viejo sueño de los
alquimistas (transformar metales en oro) y producir los elementos que nos interesen a partir de otros
más abundantes o baratos.

427
11. Física nuclear

Por otra parte, aunque Rutherford nunca pensó en ello como algo factible, la transmutación nuclear
abría también la posibilidad de aprovechar las enormes cantidades de energía que se generan en al-
gunos de estos procesos. Finalmente, poder romper un núcleo atómico artificialmente, permite in-
vestigar cómo son los núcleos atómicos por dentro así como producir diversas "partículas" subnu-
cleares2.

Desde que Rutherford realizó en 1919 la reacción nuclear: 4


2 He  147N  17
8 O  11H

se han realizado otras muchas transmutaciones nucleares en los laboratorios. En dichas transmuta-
ciones suele ocurrir que los nuevos núcleos producidos no son estables y se desintegran a su vez,
produciendo lo que se conoce como radiactividad artificial. De hecho muchos de los isótopos ra-
diactivos (o radioisótopos) que se utilizan en la actualidad no existen en la naturaleza sino que se han
obtenido mediante reacciones nucleares.

El desarrollo de las reacciones nucleares fue posible gracias a la invención de los aceleradores de
partículas, que son sistemas mediante los cuales es posible lanzar, a grandes velocidades, proyectiles
adecuados contra el núcleo de los átomos con el fin de romperlos. Entre estos proyectiles se encuen-
tran no solo las partículas  sino también protones, neutrones, etc. Ello permitió constatar la existen-
cia de un gran número de "partículas" (que estudiaremos al final de este tema) procedentes de la
ruptura de los núcleos atómicos bombardeados.

Una reacción nuclear se puede interpretar en general como una redistribución de los nucleones de
dos o más partículas (de las cuales una, al menos, es un núcleo) que interaccionan, dando lugar a
otras partículas. Por extensión, se suele considerar también como reacción nuclear a todos los proce-
sos de desintegración radiactiva (naturales o artificiales).

En las reacciones nucleares habitualmente se utiliza un núcleo como blanco y sobre él se lanza con
una gran energía cinética (para vencer así la posible repulsión electrostática que se produce hasta
penetrar en el núcleo y poder romperlo) una partícula que suele ser muy ligera, como, por ejemplo:
1 1 4
0 n, 1H, 2 He,etc .

Experimentalmente se comprueba que en toda reacción nuclear se conserva:

- El número total de nucleones.


- La carga nuclear total.
- La (masa-energía) total del sistema.
- La cantidad de movimiento del sistema.
- El momento cinético del sistema.

Igual que existen métodos de ajuste en las reacciones químicas, para escribir correctamente la ecua-
ción que representa a una reacción nuclear, será necesario ajustarla para que en ella se cumpla la
conservación del número de nucleones y de la carga.

2
En lo que sigue hablaremos muchas veces de partículas pero ello no debe hacernos olvidar que en realidad se trata
de "entes" con doble naturaleza (corpuscular y ondulatoria) . Para hacer hincapié en ello es por lo que a menudo
pondremos la palabra partículas entrecomillada.

428
11. Física nuclear

Completad las siguientes reacciones nucleares:

13 Al 0 n  2 He  
a) 27  11 Na 12 Mg    92 U  0 n  56 Ba  36 Kr   
1 4
c) 24 24
e) 235 1 141 92

b) 126 C   42 He  48 Be 12 Mg 1 H 12 Mg  
d) 26 1 26

En este ejercicio se pide que completemos ciertas reacciones nucleares. Para ello bastará con que
tengamos en cuenta la conservación del número de nucleones y de la carga (conviene tener en cuenta
que cuando aquí se habla de la carga nos estamos refiriendo siempre a la carga nuclear).

Así pues:

13 Al 0 n  2 He  Z X
a) 27 1 4 A

Conservación del número de nucleones: 27 + 1 = 4 + A  A = 24


Conservación de la carga: 13 = 2 + Z  Z = 11

24
Al tratarse de un núcleo con 11 protones, X corresponderá a un isótopo del sodio: 11 Na

b) 126C     24He  48Be

En este caso, como se puede apreciar, se conserva ya el número de nucleones y la carga. Por tanto el
proyectil utilizado ha de ser un fotón  ya que necesariamente deberá de ser muy energético para
provocar una reacción nuclear.

c) 24
11 Na  24
12 Mg  Z X
A

Conservación del número de nucleones: 24 = 24 + A  A = 0


Conservación de la carga: 11 = 12 + Z  Z = -1

Se trata de un proceso radiactivo en el que se emite un electrón2, es decir A


Z X = 0
1 e.

d) 26
12Mg 11H 12
26
Mg  ZAX

En este caso es evidente que ZA X 11H y que, por tanto, sólo habrá modificación en la cantidad de
movimiento y energía de las partículas.

e) 235
92 U  01n141
56 Ba  36 Kr  Z X
92 A

Conservación del número de nucleones: 235 + 1 = 141 + 92 + A  A = 3


Conservación de la carga: 92 = 56 + 36 + Z  Z = 0

2
En realidad este proceso se explica admitiendo que un neutrón se transforma en un protón, un electrón y una
tercera partícula denominada antineutrino de acuerdo con la siguiente ecuación:

1
0 n11 H 01 e   (antineutrino).

429
11. Física nuclear

Como no conocemos ninguna partícula que teniendo número atómico 0 tenga de número másico 3,
hemos de pensar que en este caso se trata de 3 neutrones (3 01 n ).

Al bombardear 27Al con partículas , se produce 30P. Expresad la ecuación del proceso com-
pletándola adecuadamente. A continuación, sabiendo que 30P es radiactivo y que se desintegra
transformándose en 30Si, identificad la partícula que se emite

La ecuación correspondiente al primer proceso será: 27


13 Al  24 He  15
30
P 01n

30 30
En cuanto al segundo proceso, si el 15 P da lugar a 14 Si , la partícula emitida ha de tener A = 0 y Z =
1, es decir, sería como un electrón pero con carga positiva. Tal partícula se denomina “positrón” y
se representa como 10 e . (Los núclidos radiactivos artificiales pueden emitir otro tipo de partículas
distintas a las , , , como es el positrón).

La ecuación correspondiente al segundo proceso será pues: 30


15 P Si  10 e
30
14

Ligada a la posibilidad de realizar reacciones nucleares, está también la posibilidad de aprovechar la


energía que se libera en algunas de ellas. Para comprender cómo se produce esa liberación de ener-
gía y el porqué mediante ese sistema se puede disponer de grandes cantidades de energía, es necesa-
rio que primero nos detengamos en analizar las fuerzas que actúan entre las partículas que forman el
núcleo de los átomos.

8. ¿CÓMO ES POSIBLE QUE LOS PROTONES PUEDAN ESTAR DENTRO DEL


NÚCLEO SIENDO QUE TIENEN LA MISMA CARGA ELÉCTRICA Y SE REPELEN?

Hasta aquí hemos admitido sin más que el núcleo atómico está formado por protones y neutrones.
Sin embargo el núcleo de un átomo es algo extraordinariamente pequeño (tiene un radio de entre 1
fm y 10 fm)3, los protones son partículas cargadas positivamente y puesto que existen núcleos con
decenas de protones en su interior, la cuestión es:

Al ser cargas del mismo signo y muy próximas se repelerán entre sí con gran intensidad. ¿Qué es
pues lo que los mantiene confinados en un espacio tan reducido?

Es evidente que, junto con la fuerza de repulsión electrostática debe haber otra fuerza de mayor in-
tensidad y de atracción, que mantenga unidos a los protones evitando que estos se separen.

En efecto, este tipo de fuerza fue descrito en 1935 por Yukawa. Se le conoce como interacción nu-
clear fuerte. Hoy sabemos que dicha interacción es una mas de las interacciones fundamentales que
existen en la naturaleza y se caracteriza principalmente por:

 Ser muy intensa (del orden de 100 veces la electromagnética).


 Ser independiente de la carga eléctrica. Por tanto se da igualmente entre dos protones que entre
dos neutrones o entre un par neutrón-protón. No afecta, sin embargo, a los electrones.
 Ser de muy corto alcance. Concretamente su valor disminuye rápidamente con la distancia de
separación entre nucleones, de modo que para distancias mayores que 1fm (10-15 m) decrecen
muy rápidamente y prácticamente se anulan para distancias del orden de 100 fm (10-13 m).
3
1 fm (un fermio) equivale a 10-15 m, esto es a la milésima parte de una billonésima de metro.

430
11. Física nuclear

 Para distancias sensiblemente por debajo del fermio, la fuerza nuclear entre nucleones llega a
hacerse repulsiva. Así se genera un equilibrio que evita el colapso del núcleo hacia adentro.
 Es una fuerza de carácter "local" o "saturado" es decir: se ejerce fundamentalmente entre nu-
cleones vecinos, de manera que en los núcleos grandes más que hablar de una fuerza nuclear
fuerte que se extiende a todo el núcleo, hemos de considerar que existen "cadenas de unión" en-
tre cada nucleón y sus vecinos.

Un hecho experimental es que los núcleos muy pesados (con gran número de protones) son, en
general, más inestables. ¿A qué puede deberse?

Al ir aumentando el número de protones aumenta también la repulsión eléctrica entre ellos. El


núcleo del 56Fe tiene 26 protones y 30 neutrones (es decir unas 1'2 veces más neutrones que proto-
nes). Sin embargo, el 238U tiene 92 protones y 146 neutrones (es decir unas 1'6 veces más neutrones
que protones). Al aumentar la proporción de neutrones se atenúa, en parte, la repulsión electrostática
creciente entre los protones. Sin embargo, debido al carácter saturado de la interacción nuclear fuerte
(en contraste del alcance infinito de la fuerza electromagnética entre cargas), ello es cada vez más
difícil haciendo que la inestabilidad nuclear de los núcleos muy pesados sea mayor que en los de
tamaño medio (en los que la interacción nuclear fuerte actúa de modo óptimo). Es decir: un determi-
nado protón que se halle dentro de un núcleo repele a todos los demás (aunque estén "lejos" de él),
pero un determinado nucleón sólo atrae fuertemente a sus vecinos.

9. DEFECTO DE MASA, ENERGÍA DE ENLACE Y ESTABILIDAD NUCLEAR

Sabemos que todo aumento o disminución de energía interna de un sistema (la energía de todo tipo
medida por un observador que está en reposo respecto al centro de masas del sistema, también lla-
mada energía propia) va acompañada, respectivamente, de una ganancia o pérdida de masa, cuyo
valor vendrá dado por la ecuación de Einstein Eo = mc2.

Tanto en la formación de un núcleo a partir de los nucleones que lo forman como en una reacción
nuclear, las variaciones de masa y de la correspondiente energía interna que se producen pueden ser
muy grandes, lo que plantea dos cuestiones que vamos a tratar aquí:

 ¿Cuánta energía “aprovechable” se puede obtener en una reacción nuclear?


 ¿Qué información podemos extraer sobre la energía de enlace y la estabilidad nuclear a partir
del cambio de masa?

9.1. ¿Cuánta energía “aprovechable” se puede obtener en una reacción nuclear?

En las reacciones nucleares se produce un cambio de identidad de las partículas, de manera que, en
algunas ocasiones, las masas de los productos de la reacción son tan distintas de las masas de los
reaccionantes que la variación de la energía propia del sistema es enorme. Puesto que la energía total
se conserva en un sistema aislado, la energía total antes de la reacción (de los reaccionantes) ha de
ser igual a la energía total después de la reacción (de todos los productos, incluyendo la posible ra-
diación). Es decir:

Eor + Ecr = Eop + Ecp

En la igualdad anterior Eo representa la energía propia, dada por Eo = mc2.

De modo que podemos expresarla como: mr· c2 + Ecr = mp· c2 + Ecp y de aquí obtener que:
431
11. Física nuclear

Ec = Ecp - Ecr = (mr - mp)·c2

Así pues: siempre que en una reacción nuclear la masa de los productos sea inferior a la masa de los
reaccionantes, la disminución de energía debida a esta disminución de masa se transformará en un
aumento de la energía cinética que, no olvidemos, es energía aprovechable para producir cambios.
Esa energía cinética es la energía cinética de todos los productos de la reacción (núcleos y, en su
caso, otras especies posibles como, por ejemplo, fotones). A la cantidad m = (mr - mp) se la deno-
mina "defecto de masa" del proceso. (No confundir con un “incremento matemático” que siempre
es “final – inicial”).

9.2. Energía de enlace y estabilidad de los núcleos


El razonamiento anterior es también válido para explicar la mayor o menor energía de enlace y la
estabilidad de un núcleo, si analizamos su proceso de formación a partir de los nucleones que lo
forman.

Cuando se mide individualmente la masa de los nucleones (protones y neutrones) que forman un
núcleo, la suma de la masas individuales de todos ellos es mayor que la masa del núcleo consti-
tuido por ese mismo número de nucleones. Eso significa que en el proceso de unión de los nu-
cleones para formar el núcleo se ha debido desprender (mediante radiación, por ejemplo) una
cantidad de energía igual a mc2, siendo m, la diferencia entre la masa de todos los nucleones
libres y la del núcleo que forman. Lógicamente, para descomponer el núcleo separando todos los
nucleones que lo forman será necesario suministrar la misma energía que se ha desprendido en el
proceso de su formación. Por ello a dicha cantidad de energía (m·c2) se le llama energía de en-
lace nuclear (que representaremos por Eb):

Eb = m·c2 = (m nucleones – m núcleo)·c2

Aunque sabemos que la unidad de energía en el sistema internacional es el julio (J), en física nuclear
es habitual utilizar otras unidades como el electrón-voltio (eV) y el megaelectrón-voltio (MeV).

En el proceso de formación de un núcleo se produce un defecto de masa de una unidad de masa


atómica. Sabiendo que 1 eV = 1'6022·10-19 J, obtened en MeV la energía de enlace de dicho núcleo
(1 u = 1'6605·10-27 kg, c = 2'9979·108 m/s). Rdo. 931'5 MeV

Cuanto mayor sea el defecto de masa de un núcleo, mayor será su energía de enlace. Experimen-
talmente se puede comprobar que la energía de enlace aumenta con el número de nucleones.

No obstante, aunque la energía de enlace va aumentando con el número de nucleones, hay núcle-
os más ligeros que otros que, en cambio, son más estables (cuesta más arrancarles un nucleón).
De manera que la energía de enlace no es un buen indicador de la estabilidad nuclear. En cambio,
la energía de enlace por nucleón (Eb/A ) sí que es un buen indicador de la estabilidad de los
distintos núcleos, permitiendo realizar predicciones y comparaciones sobre la estabilidad nuclear
que se confirman experimentalmente.

432
11. Física nuclear

La energía de enlace por nucleón no resulta ser mayor para los núcleos más pesados tal y como se
puede apreciar en la gráfica adjunta, en la que se han representado los valores de Eb/A en función
del número de nucleones (A).

Eb/A
(MeV)

0
0 100 150 200 A

Analizad la curva anterior señalando los aspectos más relevantes que se aprecien en ella. A con-
tinuación tratad de interpretarlos.

En primer lugar llama la atención que hasta 20 nucleones, la energía de enlace por nucleón va au-
mentando muy rápidamente con el número de nucleones y que entre 40 y 100 nucleones presenta su
máximo (unos 8‟6 MeV para A = 56) para, a continuación decrecer lentamente.

La interpretación de estos hechos se basa fundamentalmente en el muy corto alcance de la interac-


ción nuclear frente al alcance ilimitado de la fuerza electrostática de repulsión entre los protones:

Si nos movemos en la curva anterior desde el máximo de estabilidad hacia la derecha nos encontra-
mos con núcleos cada vez más voluminosos en los que no existe una unión general entre todos los
nucleones sino sólo entre cada nucleón y sus vecinos. A este hecho se añade el aumento en el núme-
ro de protones (un protón actúa sensiblemente sobre todos los demás) con el consecuente aumento
de la repulsión eléctrica.

Por el contrario en el caso de los núcleos más ligeros, las fuerzas de cohesión (atracción general en-
tre los nucleones que están todos cercanos) predominan sobre las desintegradoras (repulsión entre
protones) por lo que la estabilidad va creciendo con A hasta alcanzar una zona de gran estabilidad
para los núcleos medios (A entre 40 y 100).

433
11. Física nuclear

10. APROVECHAMIENTO DE LA ENERGÍA NUCLEAR. FISIÓN Y FUSIÓN

El cambio de energía que se produce en una reacción nuclear, vimos que viene dado por:

Ec = Ecp - Ecr = (mr - mp)·c2 (1)

y que, de acuerdo con dicha ecuación, siempre que mrmp podremos obtener energía.

No obstante, el cambio energético en una reacción nuclear también puede ser expresado en función
de las energías de enlace de reaccionantes y productos.

Revisad la definición de energía de enlace y expresad el Ec de la ecuación anterior en función


de las energías de enlace.

La energía de enlace viene dada por Eb = (m nucleones – m núcleo)·c2.

Podemos hacer que en la ecuación Ec = (mr - mp)·c2 aparezca la energía de enlace si la escribimos
como:

Ec = (mr - mp + mnucleones - mnucleones)·c2  Ec = (mnucleones - mp)·c2 - (mnucleones - mr)·c2

Así pues: Ec = Ebp - Ebr (2)

De acuerdo con la ecuación anterior: en todo proceso nuclear en el que la Eb de los productos finales
sea mayor que la de los reaccionantes, deberá producirse un desprendimiento de energía.

El manejar la ecuación (1) o la (2) para calcular la energía asociada a una reacción nuclear, depen-
derá tan solo de los datos de que dispongamos.

Hasta aquí hemos visto la posibilidad teórica de obtener energía mediante reacciones nucleares, no
obstante en la práctica, tal y como vamos a ver mediante los ejemplos siguientes, surgen algunas
dificultades.

Al bombardear núcleos de Li con protones, se forman dos partículas . Calcúlese la energía


cinética en MeV de esas partículas. Datos: masa del protón 1’00783 u, masa del Li 7’01601 u,
masa del He 4’00260 u.

La ecuación correspondiente al proceso nuclear del que nos hablan será: 7


3 Li 11 H  2 42 He

En este proceso se produce una variación de la masa que nos permitirá conocer la variación de la
energía cinética mediante la expresión ya manejada anteriormente:

Ec = (m r - m p )·c2

En este caso: m r - m p = (m Li + m H )- 2 m He = (7‟01601 + 1‟00783) - 2 · 4‟00260 = 0‟01864 u.

La variación de energía cinética producida se podrá calcular sustituyendo en la expresión anterior


(utilizando unidades internacionales, teniendo en cuenta que 1 u = 1‟6605·10-27 kg y c = 3·108 m/s) .

434
11. Física nuclear

Otra posibilidad es que, como ya hemos calculado la variación de energía correspondiente a una
cambio de masa igual a 1 u (931‟5 MeV), podemos hacer:

Ec = 0‟01864 · 931'5 = 17‟363 MeV

Si suponemos que la energía cinética de los reactivos es despreciable y que los productos de la reac-
ción sólo son las dos partículas  que se forman, toda la energía anterior estará asociada al movi-
miento de esas dos partículas.

La energía anterior en julios es de sólo 2‟8 · 10-12 J, un valor muy pequeño, lo que plantea una duda
importante: ¿A qué se debe entonces que se atribuya a las reacciones nucleares una gran capacidad
de “obtención” de energía útil?

El interés de las reacciones nucleares como proceso para obtener energía útil radica en que si bien la
energía anterior es muy pequeña, hay que tener en cuenta que corresponde a la desintegración de un
sólo átomo de Litio. Podemos plantearnos:

¿Qué energía se obtendría si se desintegrasen 10 moles (o 70 g) de 73 Li ?

En sólo 70 g del isótopo 73 Li hay más de 6·1024 núcleos. Cuando se desintegre este número de
núcleos por bombardeo con protones se liberará una energía de:

Ec = 2‟8 · 10-12 · 6'02·1024 = 1‟68·1013 J en forma de energía cinética de las partículas  . Pode-
mos darnos cuenta de la enorme cantidad de energía que ello significa si pensamos que para obtener
la misma energía quemando carbón se necesitarían más de 500000 kg.

Aunque este tipo de procesos eran conocidos desde 1930 lo cierto es que no se han utilizado para
obtener energía ya que era mayor la energía que se precisaba para conseguir que se produjera el pro-
ceso que la que se obtenía a partir del mismo. Así en el ejemplo analizado, para romper un solo
núcleo de Li había que bombardear la muestra con más de 1 billón de protones (que previamente es
necesario acelerar empleando una energía), por lo que en conjunto se tenía que gastar más energía
que la que se producía.

Otro proceso que, en principio, podría suministrar gran cantidad de energía sería formar un
núcleo a partir de los nucleones que lo constituyen. En ese caso se desprendería la energía de en-
lace de dicho núcleo. Por ejemplo:

La masa del núcleo de 4298 Mo es 97’88310 u. y las masas del protón y neutrón son respectiva-
mente 1’00727 u y 1’00867 u. Determinad la energía (en MeV) desprendida en la formación de
un núcleo (Eb) a partir de sus nucleones aislados y en reposo.

Datos: una variación de masa de 1 u equivale a una variación de energía de 931'5 MeV

Rdo. Eb = 845'58 MeV

435
11. Física nuclear

En el proceso anterior hemos visto que se desprenden unos 846 MeV por cada núcleo de 98Mo que
se forme, pero de nuevo existe un inconveniente: desconocemos el procedimiento para conseguir
aproximar los nucleones hasta que se forma el núcleo.

Así pues en la práctica, nos encontramos con el inconveniente de que en la mayoría de los casos la
energía que se debe utilizar para que tenga lugar el proceso nuclear en cuestión, es mucho más alta
que la que obtenemos y, en otros casos, desconocemos la tecnología que permitiría realizar el proce-
so. ¿Qué procedimientos pues han permitido obtener grandes cantidades de energía de origen nucle-
ar?

La respuesta a la cuestión anterior se halla implícita en la gráfica que hemos visto de la Eb/A en fun-
ción de A. En efecto, si nos fijamos en ella de nuevo apreciaremos que la energía de enlace por nu-
cleón de los núcleos más pesados (A  200) es del orden de 7‟5 MeV mientras que la de los núcleos
intermedios (A  100) es del orden de 8‟5 MeV. Ello significa que si, de algún modo, consiguiéra-
mos fraccionar un núcleo pesado en dos núcleos intermedios se desprendería aproximadamente 1
MeV por cada nucleón.

También podríamos pensar que si tomamos dos núcleos muy ligeros (A  2) cuya energía de enlace
por nucleón es del orden de 1 MeV y los unimos formando otro más pesado (A  4) cuya energía de
enlace por nucleón es del orden de 7 MeV, deberá desprenderse aproximadamente 6 MeV por cada
nucleón.

Ambos procesos han podido llevarse a la práctica con éxito y reciben el nombre, respectivamente, de
proceso de fisión y proceso de fusión.

10.1. Las reacciones nucleares de fisión

En la década de 1930 el científico italiano Enrico Fermi y sus colaboradores llevaron a cabo diversas
experiencias en las que consiguieron producir varios isótopos nuevos a base de bombardear con neu-
trones diferentes elementos. La utilización de neutrones como proyectiles presentaba grandes venta-
jas, ya que al no tener carga no se ven repelidos por la carga positiva del núcleo (como sucedería con
los protones o las partículas ) y, por tanto, la probabilidad de que un neutrón impacte contra un
núcleo es mayor.

Este trabajo se vio interrumpido en 1938 cuando Fermi aprovechando su viaje a Suecia para ser ga-
lardonado con el premio Nóbel de Física, se marchó de Italia huyendo del fascismo.

No obstante otros científicos siguieron los estudios que estaba realizando Fermi y en 1939 los ale-
manes Otto Hahn y Fritz Strassman bombardeando uranio 235U (presente en un 0‟7% del uranio na-
tural) con neutrones detectaron la presencia de núcleos más pequeños (concretamente de bario, un
elemento de número atómico 56).

Fueron otros dos alemanes, la física Lise Meitner y su sobrino (que trabajaba con ella) que se encon-
traban en Suecia tras haber huido de la Alemania nazi, los que interpretaron este fenómeno señalan-
do que lo que habían observado su compatriotas se debía a la fisión del uranio en dos partes tras ser
impactado por un neutrón. Es decir, el núcleo de un átomo de uranio (blanco) es golpeado por un
neutrón (proyectil), lo absorbe y sufre una fisión, rompiéndose en dos partes de tamaños no muy
distintos. Hasta entonces, en las reacciones nucleares sólo se producía la expulsión de algún pequeño
fragmento (por ejemplo una partícula ) desde el núcleo golpeado. A este nuevo proceso se le de-
nominó, como ya hemos indicado, fisión nuclear.

436
11. Física nuclear

Una de las varias formas en que puede producirse la fisión del uranio es la siguiente:

1
0 n U  141
235
92 56Ba  Kr  301n
92
36

En una reacción de fisión como la anterior, se desprende una gran cantidad de energía ya que la ma-
sa del 235U es mayor que la de los productos de la reacción. Poco después de emigrar a Estados Uni-
dos en 1939, Fermi se dio cuenta de la posibilidad de utilizar los mismos neutrones liberados en cada
fisión de un núcleo de uranio como proyectiles para romper nuevos núcleos y conseguir así que la
reacción se automantenga. En efecto, por cada neutrón que es absorbido por un núcleo, el núcleo se
fisiona y expulsa otros dos o tres neutrones que pueden a su vez originar nuevas fisiones y así ininte-
rrumpidamente, dando lugar a una reacción en cadena.

En realidad, no todos los neutrones que se


liberan en la fisión de cada núcleo, inciden en
otros núcleos (se trata de partículas sumamen-
te pequeñas y muchas pueden pasar entre los
núcleos sin producir ningún impacto), por lo
que siempre se producirá una pérdida de neu-
trones que será tanto menor cuanto mayor sea
el tamaño de la muestra (más núcleos haya en
el camino que recorran los neutrones).

Existe un tamaño de la muestra físil, llamado tamaño crítico, para el cual el número de neutrones que
se pierden por la superficie de la muestra es igual al de neutrones que se producen. Para muestras
cuyo tamaño sea igual o superior al crítico, una vez iniciada la fisión, el proceso se automantiene.
Esta circunstancia se aprovecha para darle dos usos bien distintos: uno como objeto destructor
(bomba nuclear) y otro para obtener energía eléctrica (reactor nuclear).

En una bomba nuclear, se busca un desprendimiento de energía lo más brusco posible. Una forma
de conseguirlo es utilizar dos o más masas de material fisionable inferiores el valor crítico, pero
que juntas lo superen. Se produce la activación cuando se unen estas masas y se lanza un chorro
de neutrones. Se desarrolla una reacción en cadena totalmente descontrolada, produciéndose un
brusco desprendimiento de una cantidad de energía enorme que provocará una onda térmica y de
presión de gran poder destructor.

Conviene tener en cuenta también que en las bombas atómicas se producen grandes cantidades de
residuos radiactivos que estarán activos durante mucho tiempo y que se dispersan en grandes ex-
tensiones (con efectos muy nocivos sobre los seres vivos por las radiaciones que emiten).

En las centrales nucleares se produce energía eléctrica a partir de una reacción nuclear que, de
modo controlado, tiene lugar en el interior del reactor. Dicha reacción se controla mediante unas
barras (llamadas barras de control) de un material que absorbe neutrones. Introduciéndolas más o
menos en el núcleo del reactor, se consigue que la energía que se desprende no sea excesiva y que
se pueda extraer para su utilización. A continuación se representa un esquema de un reactor nu-
clear.

437
11. Física nuclear

Vapor de agua
Vasija
turbina
Moderador
de grafito Corriente
eléctrica

Generador
Uranio
enriquecido
Condensador

Bomba

Barra control
Agua
Contención primaria refrigerante
de acero

En la figura anterior se ha representado esquemáticamente un reactor del tipo de agua en ebullición.


El elemento combustible es uranio enriquecido (en forma de óxido). Las barras de grafito hacen de
moderadores frenando a los neutrones que se producen (ya que para que éstos puedan provocar
nuevas fisiones es necesario que no vayan demasiado rápido). Para controlar la energía que se libera
se utilizan barras de algún material capaz de absorber neutrones como, por ejemplo, el cadmio o el
boro. Esas barras de control son deslizantes y se pueden introducir más o menos (si se introdujeran
totalmente absorberían casi todos los neutrones deteniendo así la reacción en cadena). La energía de
fisión hace hervir agua en el interior del núcleo del reactor. El vapor producido se separa del caudal
del agua refrigerante y a continuación fluye hacia la turbina para generar electricidad y, luego, es
enfriado por el condensador.

El primer reactor nuclear fue construido en Chicago con la dirección de Fermi en 1942. Posterior-
mente los Estados Unidos en 1945 atacaron con bombas nucleares las ciudades japonesas de Hiros-
hima y Nagassaki. Desde entonces, han ocurrido diversos accidentes gravísimos (como las catástro-
fes de Chernóbil en 1986 y de Fukushima en 2011), se han generado grandes cantidades de residuos
radiactivos, se ha contaminado el medio ambiente, se produce y se usa energía nuclear a gran escala,
existen miles de armas atómicas y se utilizan emisiones radiactivas con fines médicos (como en el
tratamiento del cáncer por radioterapia).

Una reacción de fisión del 235U ocurre según: 235U + n  137Te + 97Zr + 2 n. En dicho proceso se
pasa de energías de enlace por nucleón en el 235U de 7’6 MeV a otras del orden de 8’6 MeV para los
núcleos del 137Te y del 97Zr resultantes. Calculad la energía total liberada en la fisión de un solo
núcleo del 235U.

Rdo. 226‟4 MeV

Teniendo en cuenta los resultados de la actividad anterior, calculad la energía liberada por 1 kg
de 235U al fisionarse y las toneladas de carbón que se necesitan para liberar la misma energía (1 kg
de carbón de hulla proporciona al quemarse unas 8000 kcal). Rdo. 9‟6 · 1013 J y 2875 toneladas.

438
11. Física nuclear

Determinad la masa en kg de 235U que se ha de fisionar para obtener una bomba de 1 Mt (106
toneladas de trilita) sabiendo que 1 Mt (megatón) equivale a 5·1018 J y que de la fisión de un núcleo
de 235U se liberan 226'4 MeV.

En el ejercicio se pide qué masa de 235 U hay que fisionar para obtener una bomba cuyos efectos des-
tructores inmediatos (después son todavía peores: alteraciones genéticas, malformaciones, cánceres
y contaminación radiactiva en grandes áreas, durante muchos años), sean equivalentes a los de la
explosión de 1000 millones de kg de trilita (5·1018 J).

Como con un núcleo de 235 U se obtienen 226‟4 MeV, será sencillo determinar el número de átomos
necesarios para obtener 5·1018 J.

EcT  N  Ecatom  5·1018 = N·226‟4·106 ·1‟6·10-19  N = 1‟3803·1029 átomos y para conocer


su masa, bastará multiplicar los moles de átomos por la masa molar M:

N 1' 3803 1029


m= M  235  103 = 53‟882 kg
NA 6' 02 10 23

Utilizando el Principio General de Conservación de la Energía, calculad la cantidad mínima


de uranio U-235 que debemos fisionar para llevar a 100ºC 1 hectómetro cúbico (un cubo de 100
m de lado) de agua que se encuentra inicialmente a 15 ºC. (Considerad que en la fisión del U-
235 la masa disminuye en un 0'1 %). Dato: calor específico del agua c=4180 U.I.

Si suponemos un sistema aislado, formado por el uranio-235 y el agua, aunque se produzcan


cambios en las propiedades del sistema (en la temperatura del agua y en la masa del “combusti-
ble”), la variación total de energía será cero. Eso significa que el aumento de energía interna
térmica del agua debe ir acompañado por una disminución de igual valor de la energía propia del
combustible. Es decir:

E 0  U term agua  0  m  c 2  m H 2O  c  T  0  m  c 2  109  4180 85  0


109  4180 85
de donde, la variación de masa será: m    3'95 10 3 kg
3 10 
8 2

Pero dicho m es el 0'1 % de la masa “m” de U-235 mínima necesaria, por lo que la masa de U-235
que debe sufrir fisión será:

0'1 100
m   m  m    m = 1000·3‟95·10-3 = 3‟95 kg.
100 0'1

Como el sistema está aislado, también la masa total debe permanecer constante: los 3‟95 g que ha
disminuido la masa del sistema debido a la fisión del U-235, coincide con el aumento de masa expe-
rimentado por el agua (el aumento de masa debido al aumento de su energía interna térmica). Como
vemos, el principio de conservación de la energía en un sistema aislado es equivalente al principio
de conservación de la masa. No obstante, como ya se vio en el tema de relatividad, cuando varía la
energía cinética de un sistema como “un todo”, debido a su interacción con el exterior, su masa no
varía (dicha energía cinética, no es energía propia).

439
11. Física nuclear

10.2. Las reacciones nucleares de fusión

Un análisis cuidadoso de la gráfica anterior de la energía de enlace por nucleón frente al número
másico, sugiere otra posibilidad de obtención de energía basada en la unión de dos núcleos ligeros
para dar otro de tamaño mayor (más alta energía de enlace por nucleón y, por tanto, más estable).
Este proceso recibe el nombre de fusión nuclear.

Una reacción típica de fusión es la formación de helio a partir de hidrógeno: 12 H  12H 24He
En nuestro Sol y las estrellas en general se producen procesos de fusión nuclear en los que el hidró-
geno se transforma en helio, con gran desprendimiento de energía.

Calculad la energía liberada en la formación de un núcleo de 4He a partir de dos núcleos de deu-
terio. ¿Qué energía se liberará al formarse por fusión 1 gramo de 4He a partir de deuterio? (Eb/A =
1 MeV para el 2H y Eb/A = 7 MeV para el 4He). La masa de un núcleo de deuterio es 2'01355 u y la
de un núcleo de helio es de 4'00150 u. Por otra parte 1 u equivale a 931'5 MeV.

El proceso que tendrá lugar es: 21 H  21 H  42 He y la variación de energía que se producirá será:

Ec  m  c 2 = (2m H - m He )·c2 = 0‟0256 · c2 y si consideramos que una variación de masa de 1 u.


supone un cambio de energía de 931‟5 MeV, podemos escribir:

Ec = m · 931‟5 = 0‟0256 · 931‟5 = 23‟8 MeV

Otra forma de resolver el ejercicio hubiera sido a partir de los datos de energía de enlace por nucleón
en el deuterio (1 MeV) y en el Helio (7 MeV). ¿Cómo se procedería en ese supuesto?

Bastaría con restar la energía de enlace de los reactivos de la reacción, de la energía de enlace de los
productos, es decir:

Ec = Ebp - Ebr = 4·7- 4·1 = 24 MeV (el resultado no coincide totalmente con el anterior porque los
valores de las energías de enlace por nucleón utilizados son aproximados).

¿Cuál sería la variación de energía producida al obtener, mediante la reacción anterior, una
masa de 1 g de Helio?

Para realizar el cálculo que se pide será necesario conocer el número N de núcleos de 42 He que hay
en un gramo de dicha sustancia y luego multiplicar N por el valor de la variación de energía corres-
pondiente a la formación de uno de dichos núclidos, es decir:

E‟c = N · Ec y como N = n · NA = (m/M) · NA nos queda que:

E‟c = (m/M) · NA · Ec = (1/4)· 6‟02·1023 · 23‟8 = 3‟6·1024 MeV = 5‟7·1011 J

Este incremento de energía cinética (útil) proviene de la transformación de parte de la energía aso-
ciada a la masa que poseen los reaccionantes en energía cinética de los trillones de núcleos de helio y
fotones  generados por la fusión de los mismos. Conviene darse cuenta de la enorme cantidad de
energía directamente aprovechable que se produce al formarse sólo 1 g de helio (más de medio
billón de julios) equivalente a la que se obtendría al quemar unas 17 toneladas de carbón de hulla.

440
11. Física nuclear

Buscad en el texto los datos necesarios y luego comparad la energía obtenida en la fisión de 1 g
de U con la obtenida en la fusión de 2H y 3H para formar 1 g de 4He según el proceso:
235

2
H + 3H  4He + n + 17’6 MeV

Rdo. 9‟6· 1010 J y 4‟2 · 1011 J (Se obtiene una energía unas 4 veces superior en la fusión).

Después de la segunda guerra mundial se construyó un arma más mortífera que las bombas atómi-
cas: la bomba de hidrógeno o termonuclear que utiliza la energía liberada en una explosión atómica
de fisión como detonante de una bomba de fusión. Sin embargo, no es posible todavía la utilización
a gran escala y de forma controlada de toda esa energía que se libera en las reacciones nucleares de
fusión (algunas estimaciones señalan que en torno al 2030 el proceso será rentable industrialmente).

La fusión requiere elevadísimas temperaturas para producirse. Ello se debe a que hay que acercar
núcleos ligeros a una distancia extraordinariamente corta, venciendo la repulsión eléctrica, para que
actúen las fuerzas nucleares atractivas y se pueda producir la fusión. Si la temperatura es lo bastante
alta (como ocurre en el interior de las estrellas o al hacer estallar una bomba atómica) los núcleos
ligeros disponen de bastante energía cinética como para vencer las fuerzas de repulsión eléctricas
entre ellos. El problema es cómo conseguir mantener a los núcleos confinados a temperaturas del
orden de 109 ºC. La fusión nuclear presenta la ventaja de que sus productos no son radiactivos y que
los reactivos (al contrario que en la fisión) son abundantes y baratos.

11. ALGUNAS APLICACIONES DE LA RADIACTIVIDAD

A lo largo del capítulo hemos visto cómo es posible aprovechar la energía de las reacciones nuclea-
res de fisión para fines pacíficos (centrales nucleares) y también, desgraciadamente, con fines béli-
cos (armas atómicas).

Una cuestión que se suele plantear es ¿por qué las radiaciones que se emiten por los isótopos radiac-
tivos pueden ser tan perjudiciales para los seres vivos? Y también ¿qué es la contaminación radiacti-
va? ¿Cómo se produce esa contaminación al estallar una bomba atómica o al tener lugar un acciden-
te nuclear? Trataremos de contestar a dichas cuestiones.

En primer lugar conviene tener en cuenta que además de


los efectos inmediatos (onda expansiva y gran aumento
de la temperatura), cuando una bomba de fisión se hace
estallar se producen muchos isótopos radiactivos los cua-
les se liberan al medio ambiente. Si la explosión ha ocu-
rrido en el aire, esos radioisótopos pueden viajar a miles
de kilómetros, y encontrare en el agua de lluvia y en el
aire, de donde pueden pasar a las plantas y animales. Lo
mismo puede ocurrir cuando se producen escapes en el
reactor de una central nuclear o cuando se rompen los
bidones con residuos radiactivos que se han hundido en
el mar, etc.

Existen radioisótopos de un periodo de semidesintegración muy grande (miles de años). Cuando de


alguna manera (respiración, alimentación) se incorporan a un ser vivo siguen emitiendo radiación.
Por radiación nos referimos a las partículas  y  a los fotones y también a otras "partículas" como
protones y neutrones.
441
11. Física nuclear

Las partículas  y  están cargadas y se mueven con una gran energía cinética (del orden de 1 MeV).
Si tenemos en cuenta que arrancar un electrón a un átomo o una molécula exige una energía de entre
10 eV y 50 eV, comprenderemos que cuando una partícula como las anteriores incida sobre un tejido
de un ser vivo lo pueda atravesar dejando tras de sí miles de átomos y moléculas ionizados (a causa
de la fuerza eléctrica que tales partículas ejercen sobre los electrones). En cuanto a los fotones (rayos
X o rayos ) pueden arrancar electrones de los átomos mediante el efecto fotoeléctrico.
En un tejido de un ser vivo, los átomos y moléculas forman parte de células. Por ejemplo, pueden ser
moléculas de aminoácidos que forman las proteínas. Pues bien, si esas moléculas se ionizan o si se
arrancan los electrones de enlace entre átomos, ello puede dar lugar a la producción de radicales
libres4 o a la ruptura de moléculas. Ambas cosas pueden producir graves daños, ya que los radicales
libres son muy reactivos y pueden originar reacciones químicas no convenientes; en cuanto a la rup-
tura de moléculas puede hacer que las células de las que forman parte mueran o queden defectuosas,
con lo que no realizan bien su función normal. Dichas células pueden proliferar y producir cáncer.
Los daños también afectan a los genes dando lugar a malformaciones en los descendientes de los
individuos afectados. La propia Madame Curie, murió de cáncer, posiblemente causado por las altas
dosis de radiación que recibió en el curso de sus experimentos en una época en la que se desconocía
este efecto.
Por otra parte, la radiación sin carga (por ejemplo neutrones) también afecta tanto a los seres vivos
como a los materiales inertes. Así los neutrones pueden romper los núcleos con los que chocan y
producir fragmentos cargados que a su vez salen con gran velocidad y pueden ionizar muchos áto-
mos. Dicha ionización afecta también a los átomos de materiales como metales, cemento, etc, cau-
sando su deterioro, siendo preciso tener esto en cuenta cuando se construye un reactor nuclear o una
estación espacial (sometida a una intensa radiación "cósmica").
Las consideraciones anteriores pueden haber mostrado una imagen catastrófica de la radiactividad.
Sin embargo, ésta también tiene aplicaciones muy beneficiosas. Entre ellas se encuentra la radiotera-
pia. Hemos visto que la radiación puede producir cáncer, pero resulta que también se usa para com-
batirlo. ¿Cómo puede ser esto? Las células cancerosas son células que se reproducen rápidamente.
Es posible enfocar un fino haz de radiación a un tumor canceroso y destruir así esas células malignas
(se suele utilizar la radiación  emitida por el 60Co). El problema es que al hacerlo se destruyen tam-
bién otras células vecinas sanas, lo que suele originar efectos secundarios perjudiciales.

12. INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO CUALITATIVO DE LAS PARTÍCULAS SUBATÓMICAS

Cuando en el siglo XIX se desarrollaba el sistema periódico de los elementos, se pensaba que toda la
materia estaba constituida por los cerca de un centenar de átomos distintos correspondientes a los
elementos entonces conocidos. Más tarde, a comienzos del siglo XX, se comprobó que el átomo no
era la partícula fundamental que se pensaba sino que estaba formado por electrones y un núcleo ma-
sivo cargado positivamente. En las reacciones químicas intervienen los electrones más externos de
los átomos por lo que durante un tiempo el núcleo permaneció inaccesible. Sin embargo, como sa-
bemos, el descubrimiento de la radiactividad suministró los proyectiles adecuados con los que "cas-
car" el núcleo de los átomos y "ver" qué había dentro. De esta forma hacia 1930 se llegó a establecer
que la materia estaba en realidad formada por los protones y neutrones (constituyentes del núcleo de
los átomos) y los electrones. Por otra parte estaban los fotones como los constituyentes de las radia-
ciones electromagnéticas. Parecía pues que en la década citada, todo se reducía a protones, neutro-
nes, electrones y fotones. Sin embargo esta situación pronto iba a cambiar.

4
Un radical es una porción de una molécula que se caracteriza por tener, al menos, un electrón desapareado

442
11. Física nuclear

12.1. El descubrimiento del neutrino

Al estudiar la radiación  (electrones) emitida espontáneamente por los núcleos de algunos elemen-
tos radiactivos, se pudo establecer que dicha emisión correspondía a la transmutación de un neutrón
del núcleo en un protón y un electrón. El protón quedaba en el núcleo (haciendo que el número ató-
mico Z aumentase en una unidad, es decir generando otro núclido) y el electrón se emitía fuera for-
mando la radiación :
0 n1 H  1 e
1 1 0

Sin embargo en la mayoría de las experiencias realizadas se pudo constatar que el valor de la energía
del electrón emitido era menor del calculado teóricamente. Además tras la desintegración, las partí-
culas (el electrón y el nuevo núcleo producido) tampoco se movían en las direcciones que cabía es-
perar. Es decir, parecía que en el proceso descrito, no se conservaban dos principios fundamentales
de la física: el de conservación de la energía y el de la conservación de la cantidad de movimiento.

Dado que esos principios habían mostrado reiteradamente su validez, se pensó en otra posibilidad: la
existencia de una partícula (todavía no detectada) que explicara ese déficit de energía y esas direc-
ciones anómalas tras la desintegración. La hipótesis sobre la existencia de tal partícula fue enunciada
en 1931 por W. Pauli. Sin embargo no se pudo confirmar experimentalmente hasta 1956. Se llamó
neutrino y se le asignó el símbolo . Es una partícula que interacciona muy débilmente con el resto
de la materia, no tiene carga eléctrica y su masa parecía ser nula5. Además se mueve a velocidades
muy cercanas a la de la luz.

Fue Fermi quien en 1934 elaboró una teoría sobre la desintegración . En ella postulaba la existencia
de una cuarta fuerza fundamental en la naturaleza (las otras tres son la gravitatoria, la electromagné-
tica y la nuclear fuerte). La llamó fuerza nuclear débil. Actualmente la existencia de dicha fuerza
está plenamente aceptada por los científicos y es a ella a la que se le hace responsable de la desinte-
gración .

Una desintegración de este tipo es la siguiente:

14
6C 147N  0
1e 

En la ecuación anterior el guión que aparece sobre el símbolo del neutrino es para indicar que, en
realidad, en este caso se trata de un "antineutrino" es decir de una antipartícula. Vale la pena que nos
detengamos brevemente en aclarar de forma cualitativa que son las antipartículas.

12.2. Las antipartículas

Hacia 1920 Dirac propuso la existencia de la "antimateria". Según dicha hipótesis, para cada tipo de
partícula debía existir una "antipartícula" con igual masa y carga opuesta. La existencia de tales anti-
partículas pudo ser confirmada años más tarde con el uso de los aceleradores de partículas.

Los aceleradores de partículas son unos ingenios que se utilizan para acelerar partículas cargadas
(como protones o electrones) y lanzarlas a gran velocidad contra núcleos de átomos con el fin de
romperlos. Son pues dispositivos para "cascar" núcleos. Después de romper un núcleo, los restos
resultantes se pueden estudiar e identificar mediante diversos métodos. Uno de ellos es la "cámara de
burbujas" en la que se utiliza un líquido sobrecalentado (a punto de hervir). Cuando una partícula

5
Actualmente se sabe que el neutrino sí que tiene masa, aunque extraordinariamente pequeña (podría ser casi dos
millones de veces inferior a la masa del electrón).
443
11. Física nuclear

cargada (emitida tras la ruptura de un núcleo) pasa por ese medio deja un rastro de burbujas, las
cuales se generan alrededor de los iones que va produciendo esa partícula cargada a lo largo de su
trayectoria.

El uso de aceleradores de partículas muy potentes permitió detectar la existencia de otras partículas o
fragmentos que no se conocían hasta entonces. De esta forma, hacia 1960 se había descubierto ya
más de un centenar de especies de partículas subnucleares.

Una de estas partículas es el "positrón" el cual se designa a veces como e+ o también +, es decir: se
trata de algo igual al electrón (misma masa) pero con carga opuesta. El positrón se detectó en 1932 y
es considerado la antipartícula del electrón porque cuando choca contra éste se aniquilan y toda su la
masa y energía inicial se transforman en radiación electromagnética. Un ejemplo de desintegración
+ lo tenemos en:
10 Ne 9 F  1 e  
19 19 0

Conviene darse cuenta que en la desintegración  anterior se emitía un antineutrino mientras que en
la desintegración + que acabamos de escribir lo que se emite es un neutrino. Existe pues una cierta
simetría.

Posteriormente se descubrió que muchas partículas subnucleares tienen sus correspondientes anti-
partículas. Así, por ejemplo, en 1955 se pudo detectar la existencia del antiprotón p : una partícula
idéntica al protón pero con carga negativa. Más tarde se detectaron también antineutrones n (aun-
que el neutrón no tiene carga si tiene otra propiedad, llamada número bariónico, que tiene el mismo
valor pero con distinto signo en el neutrón que en el antineutrón).

Es posible pues pensar en átomos formados por antiprotones, antielectrones y antineutrones, es de-
cir, en la existencia de antimateria, como una imagen especular de la materia ordinaria. Esos átomos
tendrían las mismas propiedades que los de la materia ordinaria, existirían los mismos compuestos,
etc, pero si se produjera una colisión entre materia y antimateria, tendría lugar una gran aniquilación
con un enorme desprendimiento de energía (asociada a radiaciones).

Los neutrinos no tienen carga eléctrica de modo que no "sienten" la fuerza electromagnética. Por
otra parte, ni los neutrinos ni lo electrones "sienten" la fuerza nuclear fuerte. La comprensión de
cómo pueden interaccionar las diversas partículas conocidas ha tenido una gran importancia en la
clasificación de las partículas subnucleares.

12.3. ¿Cómo se ejercen las fuerzas entre partículas?

En los últimos años se ha llegado a la conclusión de que el mecanismo mediante el cual interaccio-
nan las partículas cargadas (fuerza electromagnética), los nucleones (fuerza nuclear fuerte), se pro-
duce la desintegración  (fuerza nuclear débil), o la atracción gravitatoria entre distintas masas (fuer-
za gravitatoria), no es otro que el intercambio de otro tipo de "partículas".

De esta forma, la interacción electromagnética entre dos partículas cargadas se relaciona con el in-
tercambio de fotones entre ellas. El fotón actúa pues como "mediador" en la interacción electro-
magnética.

En 1935 el científico japonés Yukawa enunció una hipótesis en la que proponía la existencia de un
"mediador" también para la interacción nuclear fuerte. Mediante consideraciones teóricas calculó
que debería tener una masa 200 o 300 veces mayor que la del electrón y carga eléctrica. Posterior-

444
11. Física nuclear

mente se pudo comprobar la existencia de tal mediador, al que se le llamó "mesón pi" o "pión" y se
la simbolizó como  Ello supuso la concesión del premio Nóbel de física para Yukawa en 1949. En
la actualidad se han detectado piones con carga positiva +, con carga negativa - y neutros 0.

De forma análoga a como el fotón es el mediador de la fuerza electromagnética y el pión de la nu-


clear fuerte, se pensó que también debía existir un mediador de la fuerza débil. Los neutrinos en su
interacción con la materia pueden transformarse en electrones. También es posible que en ciertas
situaciones los neutrinos de un haz se dispersen sin sufrir ninguna transformación. En ambos proce-
sos la fuerza responsable es la fuerza débil y el mediador es una nueva partícula subnuclear a la que
se le denomina "bosón" (bosón W para el primer caso y bosón Z para el segundo). El bosón W es
una partícula cargada ,con una masa 80 veces la del protón, de la que se tuvo evidencia en 1983,
mientras que el bosón Z es neutro.

En cuanto a la fuerza gravitatoria la especie mediadora de la misma se ha denominado "gravitón",


sin embargo su existencia todavía no ha podido ser probada experimentalmente.

Tras la segunda guerra mundial el descubrimiento de nuevas especies subnucleares siguió en aumen-
to (muones, kaones, etc) de forma que en la actualidad se conocen ya centenares. Como no todas
ellas participan de las mismas interacciones, se utilizó este hecho para clasificarlas. Así, se distingue
entre aquellas que no experimentan la interacción fuerte (como los electrones y los neutrinos) se las
denomina leptones. Por el contrario, las que sí la experimentan forman un grupo llamado los
hadrones. Entre los hadrones nos encontramos a los protones, neutrones, piones y un gran número
de otras partículas. Los hadrones se dividen en dos subgrupos, el de los bariones (como el protón) y
el de los mesones (como el pión). Finalmente están los fotones, que forman un grupo por sí mismos.
Además, se ha observado la existencia de diversas antipartículas.

12.4. ¿De dónde salen tantas partículas? Los quarks y la materia prima del Universo

Una cuestión esencial es ¿De dónde salen tantas partículas? ¿Se encuentran todas como tales en el
núcleo de los átomos?

La verdad es que resulta difícil imaginar que en un núcleo pueda existir más de dos centenares de
partículas. Por otra parte, es extraño que sólo haya cuatro leptones6 (el electrón, dos neutrinos y un
muón) y más de un centenar de hadrones.

Los leptones (por ejemplo el electrón) se consideran entidades elementales, es decir, hasta la fecha
no se ha detectado que estén compuestos por "partes" o tengan una estructura interna y tampoco se
ha podido medir su "tamaño". Esta situación no se da con los hadrones (por ejemplo el protón) que
son entidades más complejas.

Por otra parte, una posible explicación de la existencia de tantos hadrones es que al menos la mayor-
ía de ellos no son elementales sino que están formados por diferentes combinaciones de otras "partí-
culas" más simples. Además, excepto los nucleones, no se hallarían en el núcleo como tales sino que
se formarían como resultado de la ruptura de un núcleo o una desintegración.

Murray Gell-Mann y George Zweig propusieron en 1963 y de forma independiente que ninguno de
los hadrones era una partícula elemental sino que estaban formados por la combinación de tres "en-
tes" más simples a los que llamaron quarks. Todos los hadrones que se conocían en aquella época
se podían construir por combinación de esos tres quarks, a los que se denominó up (arriba), down

6
Existen evidencias de la existencia de otro leptón de masa unas 2000 veces la del electrón y símbolo  (tau).
445
11. Física nuclear

(abajo) y strange (extraño). Los quarks deberían tener carga eléctrica fraccionaria de la del protón, es
decir, menor que la carga más pequeña que hasta entonces se pensaba podía existir. Ello hizo que la
hipótesis de los quarks fuese recibida por los físicos de la época con cierto escepticismo.

En la actualidad la existencia de los quarks es admitida sin reservas por la comunidad científica in-
ternacional a pesar de que no se tiene una evidencia experimental directa de los mismos. Además su
número ha sido ampliado a 6 quarks (up, down, strange, charme, top y bottom). Se considera pues
que los hadrones son agrupaciones de quarks de forma análoga a como los átomos son agrupaciones
de un núcleo y electrones. Hasta la fecha no ha sido posible separar los quarks que forman ningún
hadrón (la energía necesaria es enorme y eso genera problemas difíciles de resolver). Se piensa que
los quarks, al igual que los leptones, no tienen una estructura interna.

Los quarks se hallan confinados en los hadrones mediante fuerza muy intensas. En realidad es a esa
fuerza a la que hay que llamar interacción nuclear fuerte. Desde este nuevo punto de vista, la fuerza
existente entre los nucleones no sería sino un "remanente" de dicha fuerza. Es algo similar a lo que
ocurre con las fuerzas intermoleculares que son de naturaleza electromagnética pero cuyo origen hay
que situarlo en las interacciones entre electrones y núcleos atómicos que puede producir la existencia
de moléculas con una cierta polaridad eléctrica.

Los mediadores de la fuerza nuclear fuerte entre quarks se denominan gluones.

Átomo Nucleones Quarks

Núcleo n
p

Electrones

Breve descripción de la interacción fundamental Mediadores Partículas que la sienten


Gravitatoria. Se ejerce entre todas las partículas. Se debe a Gravitones
la masa. Es responsable de que el sistema solar se mantenga Todos los objetos con masa
ligado. Actúa desde la escala subatómica a la astronómica. (Hasta la fecha
Es la más débil. Alcance infinito. Sólo de atracción. 1040
sin detectar)
veces menos intensa que la nuclear fuerte.
Electromagnética. Se debe a la carga y se ejerce sólo entre
partículas cargadas eléctricamente. Puede ser de atracción y Fotones Todos los objetos cargados
repulsión. Mantiene a los electrones ligados al núcleo. 100 eléctricamente
veces menos intensa que la nuclear fuerte.

446
11. Física nuclear

Nuclear fuerte. Se debe a una propiedad denominada color.


Mantiene al núcleo cohesionado actuando sobre los quarks Gluones Hadrones
que se hallan en los protones y neutrones.
Nuclear débil. Es la que provoca la desintegración radiacti-
va de algunos núcleos. Un neutrón se desintegra convirtién- Bosones Hadrones y leptones
dose en un protón y un electrón. 1013 veces menos intensa
que la nuclear fuerte.

Podemos suponer que el universo visible está, en última instancia, constituido por unas entidades
que parecen ser elementales y que se denominan leptones y quarks (la materia prima del universo).
Por el momento se reconoce la existencia de 6 leptones y 6 quarks. Además estarían las correspon-
dientes antipartículas (antileptones y antiquarks) y los mediadores de las fuerzas fundamentales: los
fotones para la electromagnética, bosones para la nuclear débil, gluones para la nuclear fuerte y,
quizás (no se han podido detectar) gravitones para la gravitatoria.

Mediante estudios teóricos se ha sugerido que la fuerza nuclear débil y la fuerza electromagnética no
serían sino dos manifestaciones de una interacción llamada electrodébil. Algunos equipos de cientí-
ficos trabajan hoy en día en la elaboración de una teoría que englobe a la interacción electrodébil con
la nuclear fuerte (gran unificación). También se especula con incluir a la interacción gravitatoria
(superunificación).

12.5. La masa del universo y su futuro

En la actualidad se admite que el universo que conocemos se formó hace aproximadamente unos
13500 millones de años a partir de una gran explosión. Antes de eso no sabemos nada.
Existen en el universo miles de millones de galaxias (que a su vez contienen miles de millones de
estrellas cada una). Esas galaxias se alejan en general, unas de otras, es decir: el universo está en
expansión. Dicha expansión se ve influida por la fuerza gravitatoria que es una fuerza de atracción y
que afecta a todas las partículas con masa.
Hasta hace poco se habían barajado dos opciones con respecto al destino final del universo, según
fuese la masa real del mismo, cuyo valor dependía (en principio) de si los neutrinos no tenían (o sí
tenían) masa:
La primera opción (no hay masa suficiente) suponía que el universo acabaría dentro de unos 1030
años ya que, de acuerdo con la teoría de la gran unificación, este es el tiempo que tarda la materia en
desintegrarse (por ejemplo la vida media del protón, según esta teoría, sería del orden de 1032 años).
Transcurrido este tiempo toda la materia se habría convertido en radiación.
La segunda opción (sí hay masa suficiente) suponía que, debido a la gravedad, la expansión se va
frenando lentamente hasta que se invierte el movimiento y finalmente se produce el colapso gravita-
torio. Este comportamiento del universo se daría si finalmente resultaba que los neutrinos tenían
masa. En el universo hay tal cantidad de neutrinos que bastaría que la masa de uno de ellos fuera del
orden de tan solo 10-10 eV para que el universo evolucionase de esta forma.
Actualmente sabemos que los neutrinos sí tienen masa, aunque extraordinariamente pequeña y difí-
cil de medir. La masa de un neutrino es inferior a 5'5 eV, lo que significa menos de una milmilloné-
sima parte de la masa de un átomo de hidrógeno. Es por esta masa tan reducida por lo que no se ven
apenas afectados por las fuerzas del mundo físico. En ningún caso sufren las consecuencias de la
fuerza electromagnética y de la nuclear fuerte, aunque sí les afecta la nuclear débil y la gravitatoria.
447
11. Física nuclear

También sabemos ahora que, a pesar de la masa de los neutrinos, el universo va a continuar expan-
diéndose y que además dicha expansión es acelerada (cada vez más rápida). Los científicos ganado-
res del Nobel de Física del año 2011, llegaron a esta conclusión gracias a una serie de datos de carác-
ter experimental relacionados con observaciones cosmológicas de un tipo de supernovas. La causa
de esta expansión acelerada es algo que los físicos llaman "energía oscura". En realidad se sabe muy
poco acerca de en qué consiste, pero lo que sí está claro es que forma el 72% de nuestro universo y
que actúa como una especie de "antigravedad" siendo la causante de su expansión acelerada.

El modelo científico que mejor describe las partículas elementales se denomina Modelo Estándar.
Según dicho modelo ninguna partícula elemental debería tener masa. Una partícula sin masa, como
es el fotón, viajaría siempre a la velocidad de la luz en cualquier situación, pero sabemos que mu-
chas partículas elementales como los neutrinos, los quarks o los electrones, realmente sí que tienen
masa y no se mueven a la velocidad de la luz.

Es debido al problema anterior por lo que es tan importante para el Modelo Estándar la existencia de
una partícula llamada bosón de Higgs. Esta partícula tendría como propiedades que interactuaría con
quarks, muones, neutrinos, etc., mientras que no lo haría con los fotones. Ello implica que una partí-
cula que interaccione con el bosón de Higgs tenga masa y una que no interaccione (fotón) no la ten-
ga y se mueva a la velocidad de la luz.

Durante años los científicos se han dedicado a buscar esta partícula mediante aceleradores de partí-
culas como es el LHC (Gran Colisionador de Hadrones) del CERN. El pasado 4 de julio del 2012 se
anunció que se había encontrado una partícula que podría ser el bosón de Higgs (actualmente el gra-
do de certidumbre es del 99'9999 por ciento).

RECAPITULACIÓN

A lo largo de este tema nos hemos planteado (entre otras) las siguientes cuestiones:

 ¿Qué es la radiactividad?
 ¿Cuál es la naturaleza de las emisiones radiactivas?
 ¿De donde proceden las emisiones radiactivas?
 ¿Cómo se explica que un elemento químico pueda dar lugar a otro distinto?
 ¿Qué es lo que le ocurre a una muestra radiactiva con el tiempo?
 ¿Cómo puede saberse la edad de un fósil o de una determinada roca?
 ¿En qué consiste una reacción nuclear?
 ¿Cómo es posible que los protones puedan estar tan cercanos unos de otros en el núcleo?
 ¿Cómo es posible obtener energía a partir de reacciones nucleares?
 ¿Qué peligros presenta el uso la obtención de energía mediante reacciones nucleares de fisión?
 ¿En qué consiste y cómo se propaga la contaminación radiactiva?
 ¿Qué aplicaciones prácticas tiene en medicina la radiactividad?
 ¿Cuáles son las fuerzas fundamentales existentes en la naturaleza y cómo se ejercen?
 ¿Se expandirá indefinidamente el universo?

Intentad contestar ahora brevemente a cada una de las preguntas anteriores revisando, si es necesa-
rio, los contenidos del capítulo.

448
11. Física nuclear

11. FÍSICA NUCLEAR. CUESTIONES, EJERCICIOS Y PROBLEMAS

1. ¿Por qué hubo que descartar que las emisiones ,  y  pudieran provenir de la corteza de los átomos?

2. Explicad los conceptos de elemento químico, núclido e isótopo.

3. En el sistema periódico encontramos que el magnesio (de número atómico 12) tiene una masa atómica de
24'305 u. Por otra parte sabemos que en el magnesio hay tres isótopos: El 24Mg cuya masa atómica es
23'985042 u, el 25Mg cuya masa atómica es 24'985837 u y el 26Mg cuya masa atómica es 25'982594 u. La
proporción de 25Mg es de 10'01 %, calculad en qué proporción se hallan los otros dos isótopos.
Rdo. 26Mg el 11'00 % y 24Mg el 78'99 %

4. ¿Por qué razón un mismo núcleo no podría emitir una partícula  seguida de una ? ¿Y un fotón seguido
de una partícula ?

5. El periodo de semidesintegración de un núclido es de 28 años. ¿Cuánto tiempo tiene que transcurrir para
que su número de átomos se reduzca al 75% de los que hay en una muestra inicial? Rdo. 11‟62 años

6. Se preparan 250 g de una sustancia radiactiva y se observa que al cabo de 24 horas se ha desintegrado el
15% de la masa original. Se pide: a) La constante de desintegración de la sustancia. b) El periodo de semides-
integración y la vida media. c) Masa que quedará sin desintegrar al cabo de 10 días.
Rdo. a)  = 6‟67·10-3 h-1; b) T = 102‟36 h,  = 147‟7 h; c) m = 50‟47 g.

7. ¿Qué proporción de los núcleos de 53Co de una muestra se desintegrarán en un mes, sabiendo que su perio-
do es de 70‟8 días? Si inicialmente tuviésemos una muestra de 1 g de dicho núclido, ¿cuántos núcleos del
mismo permanecerían sin desintegrar al cabo de una semana?
Rdo. 25‟5 % de los núcleos de Co-53 iniciales.

8. Dos radioisótopos A y B tienen periodos de semidesintegración de 60 y de 180 años respectivamente. Si


partimos de 2 moles de átomos de cada uno de ellos, se pide: a) ¿Cuál será el valor de su constante de desinte-
gración? b) ¿Cuántos moles de átomos de cada elemento quedarán a los 500 años?
Rdo. a) A= 0'0115 años-1, B = 0'0038 años-1. b) nA= 6'63·10-3 moles, nB= 0'299 moles

9. Cuando se formó la Tierra la proporción entre U-235 y U-238 era de 0‟30, mientras que en la actualidad esa
proporción es de 0‟0072. Sabiendo que los periodos de semidesintegración son, respectivamente, 0‟704·109
años y 4‟47·109 años ¿cuántos millones de años hace que se formó la Tierra? Rdo. 4499 millones de años.

10. La desintegración de un cierto núclido se realiza de tal manera que en 100 minutos la muestra se reduce a
la cuarta parte de su valor inicial, calcula el valor del periodo de semidesintegración. ¿Cuánto tiempo ha de
transcurrir para que la muestra se reduzca a la octava parte de su valor inicial? Rdo. T = 50 min. t = 150 min.

11. Una muestra de 1 g de KCl tiene una actividad de 1600 Bq en un cierto instante. La desintegración pro-
viene del potasio radiactivo K-40 que contiene en parte. Sabiendo que este isótopo radiactivo constituye (en
ese instante) el 1‟18 % del potasio total, determina: a) La constante de desintegración, el periodo de semides-
integración (en años) y la vida media del K-40 contenido en la muestra. Dato: Masa molar del KCl = 74‟9
g/mol. Rdo. T=1‟3·109 años.

12.Un dispositivo utilizado en medicina para combatir mediante radioterapia ciertos tipos de tumor contiene
60
una muestra de 0‟5 g de 27 Co . El periodo de semidesintegración de este núclido es 5‟72 años. a) La actividad
de esta muestra en la actualidad, b) La actividad al cabo de 128 años. c) Tiempo que debe transcurrir para que
se desintegre el 40% de los núcleos de la muestra. (NA = 6·1023).
Rdo. a) A = 6‟06·1020 d/año; b) A = 1‟12·1014 d/año; c) t = 4‟2 años

13. Una roca determinada tiene la misma cantidad de U-238 que de sus núclidos hijos. ¿Cuánto tiempo hace
que se formó? (El periodo de semidesintegración del U-238 es de 4'5·109 años). Rdo. Se formó hace …
449
11. Física nuclear

14. Contesta las siguientes cuestiones: a) ¿Qué significa que la constante radiactiva  de un cierto isótopo sea
doble que la de otro? b) ¿Por qué la actividad de un radioisótopo va disminuyendo con el tiempo? c) Una
muestra de un isótopo radiactivo está formada tan solo por 6 átomos; sabiendo que el periodo de semidesinte-
gración de dicho radioisótopo es de 1 hora ¿cuántos átomos de éste quedarán al cabo de media hora?

15. Una muestra de 100 g de radio 27688 Ra produce al cabo de 1 día 1‟08·10 cm de helio (medido en condi-
-2 3

ciones normales de presión y temperatura). Determinad el valor del número de Avogadro N A, sabiendo que 1
88 Ra emite 3‟4·10 partículas  cada segundo. Dato: Un mol de cualquier gas en condiciones norma-
g de 276 10

les ocupa un volumen de 22'4 litros. Rdo. NA = 6‟09·1023 partículas/mol

16. Una muestra de madera tiene una masa de 40 g y posee una velocidad de desintegración del 14C de 100
desintegraciones/min. Determinad cuál es su antigüedad sabiendo que en una muestra de la misma madera,
recién cortada, se producen 12 desintegraciones/min por cada gramo de muestra. (T del 14C = 5370 años).
Rdo. 12.152 años.

40 40 40
17. El 19 K radiactivo se desintegra transformándose en 18 Ar estable. El contenido en 19 K de ciertas rocas
puede ser utilizado para averiguar la fecha de su formación (mientras el material estaba fundido todo el Ar que
40
se producía por desintegración del 19 K se escapaba, pero en cuanto se solidificó dando lugar a la roca, el
40
18 Ar fue quedando retenido en ella). Al estudiar ahora una roca antigua se comprueba que la cantidad de
40 40
18 Ar actual es 200 veces menor que la cantidad de 19 K actual.

Con estos datos y sabiendo que el periodo de semidesintegra-


40
ción del 19 K es de T = 1‟3 ·109 años, determina si es posible
que un dinosaurio tropezase con esa roca. (Los dinosaurios se
extinguieron hace unos 60 millones de años).

Rdo. No, porque la roca se formó hace 9‟355 millones de años

18. ¿Por qué mediante ninguna reacción química se consiguió transmutar un elemento químico en otro y, sin
embargo, esto sí que es posible mediante reacciones nucleares?

19. Completad las siguientes reacciones nucleares de forma adecuada:

27
13 Al     12
25
Mg  24He 10
5 B     37Li   235
92 U + 01 n = 139
54 Xe + 94
38 Sr + ¿?
27
13 Al  24He  15
30
P  6
3 Li     47Be  01n 15
8 O = 14
7 N + ¿?
31
15 P12H  11H    14
7 N    178O  ZAX 19
10 Ne = 19
9 F + ¿?
30
15 P  14
30
Si    9
4 Be  11H    ZAX 6
3 Li + ¿? → α + α
35
17 Cl     16
32
S  24He 14
6 C ZAX  0
1 e  2
1 H  13H  X  01n

20. ¿Por qué cuando un átomo de un núclido radiactivo emite una partícula  el nuevo átomo que se forma es
un ion con una carga positiva?

21. Cuando un núcleo de 235


92 U captura un neutrón, se produce un isótopo del bario (número másico 141), un
isótopo del criptón (número atómico 36) y 3 neutrones. Escribe la reacción nuclear debidamente ajustada.

450
11. Física nuclear

22. El 239
93 Np emite una partícula ß, dando lugar a otro núcleo que a su vez se desintegra dando lugar a
235
U.
92
¿Qué emitió el segundo núcleo? Rdo. Emitió ….

23. ¿Cómo es posible que teniendo los protones carga positiva puedan estar tan próximos ocupando un espa-
cio tan sumamente reducido como es el núcleo de un átomo?

24. ¿Qué es lo que se quiere decir realmente cuando se afirma que un núcleo tiene una masa de 11178 MeV?

25. ¿Por qué la fuerza de repulsión eléctrica entre los protones del núcleo tiene una importancia cada vez ma-
yor frente a la nuclear fuerte, según va aumentando el número de nucleones que lo integran?

26. ¿Qué es la energía de enlace por nucleón? ¿Para qué sirve? ¿Por qué la diferencia entre las energías de
enlace de los productos y los reaccionantes nos indica la energía de una reacción nuclear?

27. El 168 O tiene una masa atómica de 15‟99491u. Determinad su energía de enlace y su energía de enlace por
nucleón. Datos: masa del protón 1‟00783 u, masa del neutrón 1‟00867 u, masa del electrón 0‟00055 u.
Rdo. Eb = 131'77 MeV, Eb/A = 8‟24 MeV/nucleón.

28. Un alumno, que no es muy buen estudiante, afirma que el 13 H de masa 3‟016049 u es un núclido menos
estable que el 23 He de masa 3‟016029 u. Recuerda lo que sabes sobre estabilidad nuclear y demuéstrale que
se equivoca. Masa del protón 1‟007825 u; masa del neutrón: 1‟008665 u.

29. Una pieza de cobre tiene una masa de 20 g. Determinad la energía que se precisaría para separar comple-
tamente todos los neutrones y protones que hay en ella. Para simplificar despreciar la masa de los electrones y
suponed que los átomos son todos de 63Cu. Datos: Masa del protón 1'007825 u. Masa del neutrón: 1'008665
u. Masa de un núcleo 62'929599 u. Rdo. 1'054·1026 MeV

30. En la reacción nuclear: 10


B  01n  7Li  4He  1'83 MeV . Las masas del 10
B, del 4He y del neutrón
son respectivamente: 10‟0167 u, 4‟00386 u y 1‟00894 u. Determina el valor de la masa del 7Li en unidades
de masa atómica, apreciando hasta las diezmilésimas. Dato: 1 u equivale a 931‟5 MeV. Rdo. 7‟0198 u.

31. Un núcleo de U-238 experimenta espontáneamente una desintegración . Se pide:


a) Escribid la ecuación correspondiente.
b) Calculad la energía que se libera en este proceso. ¿En dónde se halla esa energía?
c) ¿Por qué es posible que este núcleo emita espontáneamente una partícula  y sin embargo no puede emitir
espontáneamente un protón?
(Masas atómicas: 238U 238'050785 u, 4He 4'002603 u, 234Th 234'043593, 1H 1'007825, 237Pa 237'051143).
Rdo. b) 4‟27 MeV; c) Sugerencia: calculad qué variación se produciría en la masa.

32. Una bomba atómica de plutonio explota de modo que la masa de los productos de la reacción es inferior a
las de los reaccionantes de partida en una diezmilésima de kg. ¿Qué cantidad de energía se libera en la explo-
sión? Rdo. 9·1012 J.

33. Sabemos que cualquier reacción nuclear exotérmica la cantidad de energía que se transfiere al medio am-
biente es inmensamente más grande que en cualquier reacción química. ¿Por qué razón entonces sólo se utili-
zan como fuente de energía aquellas reacciones nucleares que se producen mediante un proceso en cadena?

34. ¿Qué tienen de particular los neutrones para que sean considerados buenos proyectiles con los que romper
núcleos atómicos?

35. Explicad cómo se puede producir y propagar la contaminación radiactiva y por qué las emisiones radiacti-
vas pueden ser perjudiciales para muchos seres vivos.

451
11. Física nuclear

36. Cuando un núcleo de U-235 se fisiona se transfiere al medio ambiente una energía aproximada de 200
MeV y cuando se quema un kilogramo de carbón la energía que se transfiere al medio ambiente mediante
calor es de unas 7000 kcal. ¿Cuántos kg de ese carbón deberíamos quemar para obtener la misma energía que
la que correspondería a la fisión de 1 kg de U-235? Rdo. 2'8·106 kg de carbón.

37. Supongamos que en una casa el consumo medio de energía eléctrica al día es de 10 kWh. ¿Qué masa de
235
U se necesitaría fisionar, como mínimo, para suministrar a dicha casa la energía que consume durante un
año? ¿Cuántos kg de carbón se necesitarían para conseguir lo mismo? (Suponed que cada kg de carbón que se
quema genera una energía de 3·107 J y que un núcleo de U-235 suministra al ser fisionado una energía de 200
MeV). Rdo. 160 mg de U-235 frente a 438 kg de carbón.

38. Dad alguna razón por la que existen submarinos y portaviones propulsados por motores que utilizan
energía nuclear y, sin embargo, no existen trenes, aviones o automóviles, que utilicen el mismo sistema.

39. El sol se supone que se formó hace unos 5000 millones de años. Actualmente
radia energía con una potencia de 3‟9·1027 W. Admitiendo que el proceso se debe
a la conversión de 4 protones en Helio según el siguiente proceso:
411H  24 He 2 10 e +26‟7 MeV.

a) ¿Cuánto tiempo tardaría el sol en agotarse si continuara radiando a ese ritmo?


Admitid que los protones constituyen la mitad de la masa del sol y que ésta vale
aproximadamente 2·1030 kg. Dad el resultado en millones de años. Dato: 1 eV =
1‟6·10-19 J.

b) Una persona que no ha estudiado física piensa que el sol es una enorme bola de carbón ardiendo. Supon-
gamos que toda la masa del sol (2·1030 kg ) fuese de carbón y que tuviera una atmósfera con oxigeno sufi-
ciente para quemarlo totalmente. Si radiara con la misma potencia ¿cuánto tiempo duraría? Dato: La combus-
tión de 1 kg de carbón libera una energía aproximada de 2‟9 ·107 J. Dad el resultado en años y comentadlo.

Rdo. a) 5228 millones de años; b) 469‟3 años

40. Mediante el bombardeo de núcleos atómicos con proyectiles adecuados ha sido posible constatar la exis-
tencia de un gran número de diversas "partículas" además de los protones, neutrones y electrones. Así entre
éstas podemos citar a neutrinos, positrones, partículas , etc. ¿Todas esas partículas forman parte como tales
del núcleo atómico?

41. Si los núcleos de los átomos no se disgregan debido a la fuerte repulsión eléctrica existente entre los pro-
tones se debe a la interacción nuclear fuerte entre los nucleones. Los mediadores de dicha interacción son los
mesones pi (o piones). Sabemos que la masa de un pión está comprendida entre la de un electrón y un protón.
Si ello es así ¿por qué cuando se calcula la masa de las partículas que componen un átomo no se contabiliza
explícitamente la masa de los piones?

452

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