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La reforma constitucional en materia eléctrica “se queda como está, porque incluye lo que ellos
tienen como preocupación, lo de la transición energética. Por eso les vamos a enviar la iniciativa,
para que la conozcan bien”, advirtió el presidente Andrés Manuel López Obrador, al relatar el
encuentro del jueves con funcionarios y empresarios de Estados Unidos.
Durante la conferencia matutina de ayer, el mandatario comentó que “no hubo realmente
protestas, fueron muy respetuosos”. Sobre el tema del tratado comercial de América del Norte,
aseveró: “No hay nada que signifique que nosotros estamos incumpliendo. Nada”.
López Obrador fue tajante en rechazar la integración de un grupo de enviados de la Casa Blanca
para “vigilar” el desarrollo de la iniciativa de reforma, la cual será votada este mes en la Cámara
de Diputados.
–¿No lo aceptaron?
–No se aceptó. –Es como si yo voy a Estados Unidos y le propongo al presidente Biden que
reduzca el precio de las gasolinas por decreto, en Estados Unidos; (él) con razón me diría: ‘Y tú
qué te metes, deja de estar de zalamero’.
Aclaró que una cosa es comunicarse, mensajes de ida y vuelta y otra “imponer un grupo para
vigilarnos, observarnos. Eso no lo permite nadie. A lo mejor sí, a lo mejor en otros tiempos,
gobiernos sumisos, entreguistas, pero ya no son los tiempos de antes”.
La conferencia de prensa de este viernes se inició con la inquietud de los asistentes por conocer
más detalles de la sesión de cinco horas, realizada en Palacio Nacional, con la delegación
encabezada por John Kerry, enviado especial de la Casa Blanca para el cambio climático, quien
estuvo acompañado de ejecutivos de consorcios como AES, Sempra Energy, Invenergy, New
Fortress Energy, Blackstone, General Motors, Johnson Controls, Talos y Ford.
Dijo que sus invitados “se sintieron atendidos y satisfechos, porque no es cierto que la iniciativa
tenga que ver con promover las energías sucias; no es cierto que no nos importe producir energía
solar, eólica, energía con agua en las hidroeléctricas”.
Se habló del T-MEC, “porque se dice que nosotros no estamos cumpliendo con el tratado, por
este tema (de las energías limpias)”, pero aclaró que México no participará en nada que
signifique corrupción, como los contratos de autoabasto. “Eso también está en el tratado”,
recordó López Obrador.
El decálogo
En el decálogo que elaboró México, el primer punto ofrece la garantía del gobierno de respetar
los permisos de importación a las petroleras ExxonMobil, Valero, Koch, Shell y Tesoro, siempre
que acaten las condiciones de precios justos y legalidad, “es decir, no vender huachicol ni hacer
contrabando”.
La administración federal propuso, como gesto de buena voluntad, retirar las denuncias y
levantar las clausuras derivadas del presunto huachicol, pero habría fuertes sanciones por
reincidencia. El gobierno reveló incluso que hay terminales construidas sin permisos, por lo que
la única opción para éstas sería la adquisición por parte de Pemex.
Como segundo aspecto se reitera que no se otorgarán nuevos permisos en el sector, porque el
objetivo es fortalecer a Pemex y a la CFE, mismas que en adelante tendrán prioridad “por el bien
del pueblo y de la nación”. “Así de claro”, expresó el mandatario al leer los 10 puntos.
En el tercero, el gobierno mexicano pide a las petroleras de Estados Unidos con permisos para
extraer petróleo y gas de México invertir, porque de las 112 concesiones entregadas el sexenio
pasado, en el marco de la reforma eléctrica, sólo lo hacen dos. Por primera vez se indica que las
estadunidenses (Talos, Fieldwood, ExxonMobil, Murphy Sur, Chevron, Verdad y Roma Energy)
están en esa inmovilidad.
El punto cuatro plantea que el yacimiento Zama, compartido por Pemex y Talos Energy, inicie
sus operaciones de exploración y perforación. Si Talos se desiste (de una demanda en rechazo a
la participación de Pemex en la administración) la empresa pública mexicana iniciará los trabajos
de perforación en este yacimiento con potencial de entre 550 y 650 millones de barriles de
petróleo equivalente a casi 5 mil millones de dólares después de impuestos.
En el quinto se confirma el plan de que la CFE genere 54 por ciento de la electricidad y el sector
privado el 46 por ciento restante. “¿Dónde está la estatización si estamos compartiendo el
mercado?”, preguntó el jefe del Ejecutivo.
No se trata, añadió, de una iniciativa estatista ni expropiatoria, “lo que se busca es rescatar a
Pemex y CFE por seguridad nacional y para mantener precios justos para los consumidores, para
evitar crisis como las de Texas o España”.
El sexto se refiere al caso Sempra y otras empresas que tienen acuerdos con la CFE y contratos
de transporte en gasoductos; les proponen invertir en Topolobampo, Salina Cruz y Coatzacoalcos
para construir tres plantas de licuefacción y exportar gas a países de Asia, América y Europa. Las
interesadas deberán llegar a acuerdos con la CFE a más tardar en un mes, de lo contrario la
empresa pública licitará.
Los puntos siete y ocho se refieren a propuestas para la producción conjunta de energía con la
iniciativa privada.
“Recuerden lo que decía el general Cárdenas: ‘quien entrega los recursos naturales del país a
extranjeros es traidor a la patria’”.
Confió en que los legisladores priístas voten en absoluta libertad, “y que no sea un asunto
cupular”, que no los obliguen.
Es la segunda vez que la embajada emite información que apunta a que hay posiciones
encontradas en las conversaciones entre ambos gobiernos sobre la reforma.
Al día siguiente la embajada difundió declaraciones en las que Granholm enfatizó que expresó
abiertamente “las preocupaciones reales de la administración Biden sobre el potencial impacto
negativo” de la iniciativa.
Ayer, la representación diplomática detalló que Kerry y Salazar defendieron los proyectos y
contratos existentes que una gran cantidad de proveedores de energía renovable de Estados
Unidos tienen con el gobierno mexicano con el argumento de que “representan una base sólida
para el desarrollo del futuro de la energía limpia de América del Norte”.
Kerry y Salazar señalaron a López Obrador que “la plena implementación y adhesión a nuestros
acuerdos comerciales es necesaria para promover nuestros intereses compartidos y la
competitividad regional”, detalla el comunicado.
También abordaron los principios básicos que su gobierno considera que deben guiar la política
en el sector energético, incluida la aceleración de transición a la energía renovable, el fomento de
la integración económica de América del Norte y el cumplimiento del T-MEC.
“El presidente López Obrador coincidió en que estos son principios importantes”, resaltó la
representación diplomática del gobierno de Biden, que agregó que este es el tercer viaje de Kerry
a México en cinco meses, “lo que destaca la importancia que el gobierno de Estados Unidos le
brinda a esta relación bilateral en la lucha global para evitar las peores consecuencias de la crisis
climática”.
Kerry reafirmó que los proyectos de energía renovable liderados por Estados Unidos ejemplifican
el despliegue rápido y significativo de energía renovable que puede generar miles de empleos en
México, reducir los costos de energía para el pueblo mexicano y reducir las emisiones de gases
de efecto invernadero para ayudar a limitar el calentamiento global a menos de 1.5 grados
Celsius.