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MINISTERIO PÚBLICO Y ORGANOS AUXILIARES

El Ministerio Público es el conjunto de funcionarios a quienes se halla confiada, como


misión esencial, la defensa de intereses vinculados al orden público y social.
Origen y evolución
Para considerar en qué situación institucional se debe encontrar el Ministerio Público, si
es un agente del Poder Ejecutivo ante el Judicial o un órgano del segundo, conviene
recordar la evolución que ha recorrido desde su origen a través del tiempo. Pese a los
intentos que se han realizado para demostrar que los orígenes remotos del Ministerio
Público se encuentran en ciertas magistraturas del Derecho Romano Imperial, o de la
Legislación Visigótica, la opinión mayoritaria reconoce que esta institución surgió o parece
(pues no se resolvió el problema del origen) de la Francia Medieval, como un órgano del
monarca que primero defendió los intereses económicos y después se de-dicó a la
represión de los delincuentes, ocupando el lugar de ACUSADOR PRIVADO.
El rey designó procuradores para que defendieran en los juicios sus intereses, o trata-ran
de asegurar la recaudación de multas impuestas a los delincuentes, esos procura-dores
transitorios luego fueron permanentes.
Mucho tiempo después, cuando el rey asumió la soberanía y la representación del Estado
debía asegurar la represión de los crímenes, de este modo sus procuradores asumían por
un lado, la defensa de los intereses del rey, y por el otro la defensa de los intereses
generales del Estado.
En los países monárquicos e imperiales el Ministerio Público sigue siendo: o represen-
tante del rey o del emperador, pero defendiendo ya un interés público de justicia; y
cuando se implantó la República triunfando el principio de soberanía nacional, se
transformó en un representante de la sociedad y agente del Poder Ejecutivo.
Ahora bien, el determinar si el Ministerio Público depende del Poder Ejecutivo o del Poder
Judicial, es un problema de política legislativa, por lo tanto debemos tener en cuente la
naturaleza, fines y efectos de las funciones más importantes que se le acuerdan.
Organización
El Ministerio Público está integrado por el Procurador General de la Provincia, por dos (2)
Fiscales ante la Corte de Justicia, por los Fiscales de Cámara, por los Fiscales ante los
Jueces de Primera Instancia, los agentes Fiscales y los Defensores. (Arts. 2º de la Ley Nº
6477/87 y 157 de la Constitución de la Provincia de Salta).
El modelo receptado por nuestra Constitución Provincial legislativamente reglamenta una
estructura u organización a cargo de un Procurador General de la Provincia, con el auxilio
de los Fiscales, Defensores, Asesores y demás funcionarios que establece la ley, la que
determina su orden jerárquico, su número, sede atribuciones, responsa-bilidades y
normas de funcionamiento.
En cuanto a su designación el Procurador General es propuesto por el Poder Ejecutivo
con acuerdo del Senado. Los demás miembros del Ministerio Público son designados por
el Poder Ejecutivo a propuesta del Procurador General requiriéndose acuerdo del
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Senado para aquellas a las que la ley otorgue estabilidad relativa, no mayor a 6 años,
pudiendo ser designados nuevamente.
El Procurador General de la Provincia y el Fiscal de Corte deberán reunir las mismas
condiciones que para ser Juez de la Corte de Justicia: ser ciudadano argentino, con título
de abogado y tener por lo menos treinta años de edad, con diez años en el ejer-cicio de la
profesión de abogado o de la magistratura o del Ministerio Público y cuatro años de
residencia en la Provincia si no hubiere nacido en ella (art. 150 de la Const. Prov.).
Asimismo la ley exige que para ser Fiscal de Cámara se requiere cinco años de
antigüedad en el ejercicio de la profesión de abogado y demás condiciones para ser Juez
de Cámara; para Fiscal ante los Jueces de Primera Instancia, Agentes Fiscales y
Defensores, se requiere la mayoría de edad, ser ciudadano argentino y abogado con tres
años de ejercicio en la profesión o funciones judiciales que requieren ese título.
Tanto el Procurador General como los demás integrantes del Ministerio Público duran seis
años en el ejercicio de sus funciones, pudiendo ser designados nuevamente. En cuanto al
tiempo de duración en las funciones, la mayoría de las constituciones pro-vinciales lo
dejan librado a la ley, otras ponen plazo de ejercicio como las constitucio-nes de Jujuy y
Tucumán.
Remoción
El Procurador General es removido de la misma forma que los Jueces de la Corte de
Justicia, está sujeto a Juicio Político con idéntico procedimiento que el previsto para la
remoción de Gobernador por las causales del delito común, mala conducta, retardo de
justicia, mal desempeño o falta de cumplimiento de los deberes a su cargo. Los demás
miembros del Ministerio Público que gozan de estabilidad relativa son removidos por las
mismas causales y la misma forma que los jueces, pudiendo ser acusados por cualquiera
del pueblo por las mismas causales previstas para los jueces de la Corte (delito común,
mala conducta, retardo de justicia, etc.), por ante el Jurado de Enjui-ciamiento.
Atribuciones y deberes
La Ley de Ministerio Público (art. 9), en concordancia con la Constitución de la Provin-cia
(art. 159), enumera las atribuciones y deberes:
a) Intervenir en toda causa judicial en la que esté interesado el orden público.
b) Vigilar el respeto de los derechos, deberes y garantías constitucionales.
c) Velar por el cumplimiento de los plazos procesales, la celeridad y buena marcha de la
Administración de Justicia, teniendo facultades para acusar a los miembros del Poder
Judicial ante el Tribunal de Juicio Político o Jurado de Enjuiciamiento.
d) Velar por el correcto cumplimiento de las leyes y la garantía de los Derechos Hu-manos
en las cárceles y todo otro establecimiento de reclusión.
e) Ejercitar las acciones para hacer efectiva la responsabilidad penal en que hubiesen
incurrido los funcionarios públicos con motivo del ejercicio de sus funciones.
f) Ejercer la acción penal en los delitos de acción pública.
Contribuciones para el debate
La Constitución de Córdoba en el artículo 172 inc. 1º, en la de Salta en el artículo 159 inc.
a), en la Ley de Ministerio Público artículo 9 inc. 6º; establecen que compete al Ministerio
Público intervenir en toda causa judicial en que esté interesado el orden público. El
Proyecto de Jorge R. Vanossi en el artículo 13 inc. a) dice: “Representar y defender al
interés público de oficio o a pedido de parte interesada- sean particulares o en
representación del Estado quienes efectúan la representación- o por denuncia de
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cualquier ciudadano, tanto en sede judicial como administrativa. Bastará la justificación
del interés simple para legitimar el pedido de los particulares”.
Es buena la ocasión para definir siguiendo a Llambías lo que es el Orden Público: un
conjunto de principios eminentes sociales, políticos, económicos, religiosos, a los cua-les
se vincula la digna subsistencia de la organización social establecida. Hay otros que
entienden de Orden Público como “principios” que se encuentran en la Constitu-ción y que
corresponde a los jueces su valoración. Como conclusión de lo expuesto podemos decir
que el Orden Público es un conjunto de principios, como ya fueron ca-racterizados “ut
supra” que hacen a la existencia, plenitud y desenvolvimiento de la sociedad en un
momento determinado.
Siguiendo con el análisis, le corresponde vigilar el respeto a los derechos, deberes y
garantías constitucionales (Ley y Constitución de la Provincia, art. 9 inc. 2 y art. 159 inc.
b), respectivamente. En este caso (art. 9 inc.2), el Ministerio Público actuará al pedido de
parte personalmente interesada y cuando las particularidades del caso auto-ricen a
considerar que se ha producido, o es inminente a la producción de una efectiva privación
de derechos subjetivos o de garantías emergentes, directamente de las constituciones de
la Nación o de la Provincia. En estos casos el Ministerio Público es-cogerá la vía de
actuación más apta para el cese de la privación y no podrá interferir en la acción de los
otros Poderes del Estado.
Nuestra Constitución le da la facultad al Ministerio Público para acusar a los miembros del
Poder Judicial ante el Tribunal de Juicio Político o Jurado de Enjuiciamiento (art. 153 Ap.
2º).
Con respecto a los derechos humanos en las cárceles y en cualquier otro estableci-miento
de reclusión es una atribución del Procurador General de la Provincia, realizar en
coordinación con la Corte de Justicia de la Provincia, cuatro veces al año, por lo menos,
visitas a cárceles y a todo otro establecimiento de corrección, detención, pri-sión o
reclusión, para verificar el correcto cumplimiento de las leyes y la garantía de los derechos
humanos. A este efecto, dictará un reglamento de visitas que contendrá instrucciones
respecto al modo de reactivarlas y su frecuencia, con el objeto de cum-plir los fines
perseguidos en la Constitución (art. 12 inc. 6º).
Es deber del Ministerio Público promover de oficio la acción, salvo que ésta dependa de
una instancia privada sin necesidad de acción extraña y siempre que aparezca co-metido
un delito. De acuerdo al principio de legalidad que disciplina su actuación inicial y
posterior, la acción penal debe ser ejercida cuando aparezca violada la ley y no pue-de
ser suspendida, interrumpida o hecha cesar más que en los casos establecidos en la ley.
La intervención del Ministerio Público en el Proceso no se funda en hacer valer un interés
propio sino que se inspira en el criterio objetivo de la justicia.
Inmunidades e incompatibilidades
Los miembros del Ministerio Público gozan de las mismas inmunidades y tienen las
mismas incompatibilidades que los jueces (art. 158 in fine de la Constitución Provin-cial).
No pueden realizar actividad política partidaria, ni profesión, empleo u actividad lucrativa,
salvo la docencia, las comisiones de carácter honorario, técnicas y transito-rias que les
encomienden los poderes públicos nacionales, provinciales o municipales, y la defensa en
juicio de derechos propios (art. 151 Const. Prov.).
El art. 154 establece que los jueces gozan de las mismas inmunidades que los miem-bros
del Poder Legislativo y su retribución no puede ser suspendida ni disminuida sino por las
leyes de carácter general extensivas a todos los poderes del estado. Ellas son: la
inmunidad de opinión art. 117 y la inmunidad de arresto art. 118.
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Autonomía e independencia
Nuestra Constitución contempla la autonomía e independencia del Ministerio Público en
su art. 160, manifestando que en el ejercicio de sus funciones no depende de los demás
poderes públicos. Siguiendo a la ley, es una institución extra poder, no sujeto a
instrucciones formuladas por ninguno de ellos. Lo que sí corresponde a los poderes
públicos de la provincia es prestar al Ministerio Público la colaboración que requiera para
el mejor cumplimiento de sus funciones.
En lo que respecta a la organización del Ministerio Público en el actual derecho com-
parado se observan distintos sistemas:
a) Judicialista, que ubica al Ministerio Público en un ámbito de dependencia del Poder
Judicial que condiciona su autonomía funcional.
b) Gubernativo, lo sitúa dentro de la órbita del Poder Ejecutivo, y por ende, condicio-nado
por criterios o exigencias de oportunidades impuestos por este último.
c) Extra poder, en el que se reconocen marcadamente algunas tendencias:
1) como una institución totalmente independiente,
2) como una institución independiente con autonomía funcional.
Nuestra experiencia provincial, nos demuestra que el Ministerio Público es un órgano
extrapoder.
Es de destacar, en el desarrollo de este tema, las conclusiones a las que se arribó en el
VIII Congreso Interamericano del Ministerio Público llevado a cabo en la ciudad de Mar
del Plata en Noviembre de 1983:
a) Insistir en la necesidad de que el Ministerio Público posea un régimen jurídico autó-
nomo que le permita ejercer en plenitud las competencias que le sean asignadas, es
decir, que contemple su composición, estructura, integración, jerarquía y atribu-ciones;
b) mantener la delimitación funcional del Ministerio Público vinculada al concepto de
orden público y de defensa del interés social, que permiten una elasticidad en el marco de
la actuación de esta magistratura de control para facilitar su adaptación a las realidades
actuales;
c) extender las funciones de control del Ministerio Público tradicionalmente admitidas,
incluyendo su participación en el control de constitucionalidad;
d) señalar la conveniencia de atribuir las funciones referentes a la representación del
Estado en juicios a órganos especializados distintos del Ministerio Público, a fin de
preservar la independencia de éste y procurar una más eficaz defensa de los dere-chos
patrimoniales del primero;
e) la independencia funcional del Ministerio Público debe estar asegurada por la cons-
titución de cada estado.

TRIBUNAL DE CUENTAS - FISCALIA DE ESTADO -


ORDEN NACIONAL
TRIBUNAL DE CUENTAS
Introducción
El sistema político representativo y republicano adoptado por la Nación Argentina y
correlativamente por las autonomías provinciales en nuestro sistema federal, impone
como una de las obligaciones inherentes al sistema, el control de la inversión y de los
gastos públicos. Esto está basado en los principios de responsabilidad de los funcio-
narios y la publicidad de los actos emanados de éstos, tanto en el Estado Nacional como
en los Estados Provinciales.
Hay un interés del ciudadano en la recaudación e inversión de los fondos públicos. Hay un
interés del funcionario que pretende ser exonerado de toda responsabilidad, y hay un
interés del Estado para documentar su actividad de recaudación e inversión conforme a
las disposiciones legales.
Todo ello encaminado a los fines superiores de la búsqueda del Bien Común.
De la necesidad surge la función y se asienta en el principio jurídico según el cual quien
administre patrimonio ajeno está obligado a rendir cuentas de sus actos y del resultado de
su gestión. No nos olvidemos las crecientes demandas de una sociedad que requiere un
nuevo Estado con una nueva administración, y por supuesto, un nue-vo control de la
gestión.
El control público es un requisito de la gestión de la hacienda pública en democracia.
Muchas veces este control no es nada más que una parte del control parlamentario.
La función de fiscalización se realiza básicamente por sistemas de control interno y
externo. Es interno cuando se efectúa por quienes realizan la gestión o por órganos que
dependen de él. Es externo cuando se efectúa por órganos ajenos al que realiza el acto
que se fiscaliza y con independencia del mismo. De todo el sistema de leyes relacionadas
con la hacienda nacional, provincial y municipal podemos extraer como síntesis que las
Contadurías Generales y el Tesoro constituyen los órganos máximos encargados del
control interno de los distintos entes, con la obligación de no autorizar ni efectuar pagos
que no sean arreglados a la Ley General de Presupuesto o leyes especiales de
contabilidad, En cuanto al control externo nos podemos referir a los Tri-bunales de
Cuentas provinciales y a la Auditoría General de la Nación.
Para comenzar, podemos adelantar algunas definiciones. Para Pedro Frías, el Tribu-nal
de Cuentas se concibe como un órgano auxiliar del Estado con autarquía legal y
financiera cuyos miembros deben ser profesionales universitarios del Derecho, Cien-cias
Económicas o Administración Pública que, al menos en las provincias, deben es-tar
asimilados a los miembros del Tribunal Superior de Justicia en cuanto a su desig-nación,
enjuiciamiento, incompatibilidades y régimen previsional. Roberto Dromi lo define como
órgano extra poder vinculado con el órgano auxiliar del poder al que se le ha confiado el
control de la gestión de la Hacienda Pública, y que actúa con indepen-dencia de los
poderes del Estado en el cumplimiento de las potestades que le asigna-ron. Casi todos
los autores coinciden en ciertas aspiraciones para estos órganos:
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a) Que el órgano esté en la Constitución.
b) Que sea independiente de los poderes del Estado, pero sin constituirse en otro po-der.
c) Que la función de control sea universal.
d) Que su accionar sea libre de presiones.
e) Que haya real garantía de estabilidad de sus miembros.
Tribunal de Cuentas de la Provincia
El Tribunal de Cuentas de la Provincia es un órgano auxiliar de naturaleza constitucio-nal.
El mismo se encuentra prescripto en el art. 163 de nuestra Constitución Provincial. Para el
Dr. Pedro Frías, el Tribunal de Cuentas “se concibe como un órgano auxiliar del Estado,
con autarquía legal y financiera...”. Tiene a su cargo el control externo de la gestión
económica, financiera y patrimonial de la hacienda pública, provincial y mu-nicipal. Está
integrado por cinco VOCALES de los cuales uno es el presidente, regula-do esto por ley
orgánica 6511, modificada por ley 6758 y decreto 2240. Es requisito esencial que dos de
los vocales posean título de abogado y dos de contador público pudiendo el restante ser
graduado con otro título universitario que asegure idéntica idoneidad.
La PRESIDENCIA será de rotación anual de los vocales y estará a su cargo el go-bierno
interno del Tribunal y su representación. Los vocales serán designados por el Poder
Ejecutivo con acuerdo del Senado, teniendo las mismas inmunidades e incon-tabilidades
que los jueces, durarán cuatro años en sus funciones, pudiendo ser nom-brados
nuevamente por el mismo período y removidos por las mismas causas que éstos y
mediante juicio político. Para ser designado se requiere poseer una edad mí-nima de 30
años, una antigüedad no inferior de diez años en el ejercicio de la profe-sión y cuatro años
de residencia en la provincia.
Competencia
Corresponde al Tribunal de Cuentas:
a) Ejercer el control legal y técnico de la gestión económico, financiero y patrimonial de la
hacienda pública provincial, en los poderes del Estado, municipalidades sin tribu-nal de
cuentas y de los entes desconcertados, descentralizados, autárquicos, em-presa pública,
sociedades del estado o con participación estatal, haciendas para estatales, beneficiarios
de aportes o subsidios.
b) Entender en forma originaria en los juicios de cuentas y responsabilidad administra-
tiva.
c) Observar en forma originaria y aprobar o desaprobar las cuentas de percepción e
inversión de los fondos públicos y formular en su caso los cargos correspondientes.
d) Expedirse inicialmente sobre cuenta general del ejercicio de la Administración Pro-
vincial y Municipal mediante informe que dentro del plazo de sesenta días de reci-bida,
deberá remitir a la Legislatura. El Poder Ejecutivo deberá enviar la menciona-da cuenta
general, al Tribunal de Cuentas hasta antes del 31 de mayo de cada año.
e) Analizar los actos administrativos que se refieren a la hacienda pública y formularles
observación legal dentro de los sesenta días de haber tomado conocimiento oficial de los
mismos, cuando violen disposiciones legales o reglamentarias.
f) Dictaminar con carácter previo, dentro de los quince días de notificado, en las
transacciones patrimoniales administrativas que realice la provincia y en los judicia-les,
cuyo monto exceda en cincuenta (50) veces el sueldo mensual del Gobernador.
g) Nombrar y remover a su personal y dictar su propio reglamento interno.
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Atribuciones y deberes
El Tribunal de Cuentas puede:
1) Dirigirse directamente a los Poderes Públicos.
2) Solicitar dictámenes e informaciones.
3) Colaborar a solicitud de las Cámaras Legislativas o Concejos Deliberantes.
4) Efectuar comprobaciones y verificaciones.
5) Comunicar a las autoridades superiores de los órganos controlados toda transgre-sión
a normas sobre la gestión financiero-patrimonial.
6) Dictar las normas sobre la presentación de las rendiciones de cuentas, conminar su
presentación y fijar plazos a los cuentadantes, vencido el emplazamiento, im-poner multas
cuyo importe no exceda el diez por ciento del haber del agente. For-mular de oficio el
juicio de cuentas sin perjuicio de solicitar, al superior del agente obligado, la aplicación de
medidas disciplinarias.
7) Dictar reglamentos internos sobre el funcionamiento del cuerpo.
8) Resolver las cuestiones de competencia entre las salas.
9) Nombrar, promover y remover al personal.
10) Confeccionar su propio presupuesto que remitirá al Poder Ejecutivo.
11) Remitir anualmente la memoria de su gestión a las Cámaras Legislativas hasta el 31
de mayo.
El Tribunal de Cuentas funcionará dividido en salas integradas por vocales. El mismo
actuará en plenario para que el ejercicio de las competencias previstas en los puntos b),
d) y e); 6), 8), 10) y 11) de anterior mención. Para que el plenario pueda sesionar será
necesaria la presencia de por lo menos tres vocales. Las decisiones se adoptarán por
simple mayoría.
PRINCIPIOS QUE DEBERAN GOBERNAR EL FUNCIONAMIEN-TO
DE LOS ENTES DE FISCALIZACION EXTERNOS
Institucionalización de los Tribunales de Cuenta como órganos constitu-
cionales
No existe mejor garantía de estabilidad institucional que el ejercicio verdaderamente
relevante de un régimen de contralor que, en los aspectos económicos financieros de la
función de los servicios públicos de la administración centralizada, desconcentrada,
autárquica y autónoma, caen dentro de las atribuciones de los Tribunales de Cuentas.
Esta función de tutela de la hacienda pública debe ser ejercitada con verdadera inde-
pendencia funcional, y dada su función propia y autónoma, para lo cual se requiere que la
fuente normativa de atribución de ese derecho sea la Constitución. Dicha postu-ra recibió
la calurosa aprobación de todos los Congresos de la especialidad y es de destacar el
anteproyecto del Dr. Pedro Frías (La Falda - Primeras Jornadas de Actua-lización
Doctrinaria - 1975). Los aportes doctrinarios determinaron el contenido pre-ceptivo que
debía consagrarse en la Constitución, ya sea de la Nación o de las Pro-vincias.
Resumiendo el anteproyecto del doctor Frías
Bases Mínimas: Insertarse en la parte orgánica de las constituciones entre los órganos
auxiliares del Estado.
1) Autonomía funcional y financiera.
2) Designación de los miembros, enjuiciamiento, inmunidad, remuneración y régimen
previsional iguales a los de los superiores Tribunales y financiera.
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3) Competencia originaria para observar la cuenta de inversión.
4) Competencia originaria y exclusiva para aprobar la inversión de fondos.
5) Competencia originaria en los juicios de responsabilidad de los agentes.
Solo quedan Corrientes y Tucumán con Tribunales de Cuentas sin base constitucional. El
número de miembros varía de acuerdo a las provincias. Desde 3 hasta 5 o 7 miem-bros
se dan en la generalidad. Asimismo, los sistemas de nombramiento: Cámara de
Senadores a propuesta del Ejecutivo; Asamblea Legislativa; propuestas del Poder
Ejecutivo y acuerdo Legislativo; por el Pueblo (Córdoba); Consejo de la Magistratura con
Poder Ejecutivo y Poder Legislativo.
Independencia Funcional
El mejor sistema para garantizar el efectivo control de las cuentas de la administración de
los fondos públicos resulta ser el que se realiza a través de órganos que gozan de
autonomía funcional. Para ello el sistema ideal resulta aquel que acuerda a estos ór-
ganos carácter de extra poder.
Ello asegura el imperio necesario para afirmar y mantener la inviolabilidad de la fun-ción
en relación a los poderes del Estado. No puede haber contra sus relaciones re-curso
jerárquico alguno, por no existir órgano superior.
La legitimidad y justicia de sus resoluciones pueden ser revisadas judicialmente por las
Cortes de Justicia mediante las acciones y recursos por y ante ella, previstas por las
Constituciones y las leyes que la reglamentan.
Competencia de los Tribunales
Sosteniendo el criterio que los Tribunales de Cuenta como tribunales administrativos
carecen de poder jurisdiccional, no obstante lo cual ejercen funciones sujetas a control
judicial suficiente, corresponde analizar cuál es la competencia de dicha función.
La competencia de estos entes de fiscalización debe comprender:
El Juicio de Cuentas se concreta en la aprobación, desaprobación y sanción por la
recaudación e inversión de los fondos del Estado en su más amplia acepción. En el Juicio
de cuentas, la competencia tiene por objeto actos o hechos, no personas, por lo que
cobra un sentido objetivo. Puede derivar en subjetivo cuando, del estudio de la cuenta o
de hechos o actos extraños a la misma, emerjan circunstancias generadoras de
responsabilidad. En este último supuesto, el Juicio de Cuentas deviene en el juicio de
responsabilidad del funcionario. Su objeto está orientado a la comprobación de
irregularidades atribuidas a agentes públicos o privados, de la administración de la
hacienda, en perjuicio del erario público, determinantes de responsabilidad administra-
tiva, civil o penal. La resolución puede ser absolutoria o condenatoria, imponiendo mul-ta,
cargo o indemnización para la reparación del daño patrimonial. En la Ley Nacional 24.156
el Juicio de Responsabilidad es materia judicial.
Prejudicialidad de sus resoluciones
Importa determinar si un hecho es atribuido a una persona o funcionario público que se
encuentra sometido al Juicio de Cuentas o de responsabilidad de competencia del
Tribunal de Cuentas, puede ser juzgado judicialmente en sede civil, penal o adminis-
trativa, antes de que exista fallo del Tribunal de Cuenta, dado que lo que se resuelva por
éste, influirá decisivamente en la causa por constituir cuestión prejudicial. La solu-ción
dista de ser pacífica en la doctrina judicial o procesal. La Corte Suprema de Justi-cia de la
Nación ha rechazado la existencia de cuestiones prejudiciales en las rela-ciones de las
resoluciones en sede administrativa respecto de la judicial, señalando
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que no existen más cuestiones prejudiciales que las establecidas expresamente por la
Ley.
Alcances de las resoluciones de los Tribunales
El Tribunal de Cuentas de Salta, en la Constitución de 1986, impuso como marco de sus
decisiones el Control de Gestión (Art. 163). Se aparta de esta manera de los lími-tes de
control de legalidad, atribuyendo así al ente de fiscalización la responsabilidad de juzgar
la eficacia económica y la conveniencia financiera de las decisiones que se adoptan en la
administración de la hacienda pública provincial y municipal.
Es por eso que, dentro de lo que podríamos llamar modernización de los elementos
esenciales de la Administración Pública y dentro de ella en la administración del con-
tralor, bien podemos alcanzar otros objetivos que se relacionan no solamente con la
“legalidad” del gasto público sino también con su “eficiencia”, es decir, con el buen uso del
dinero de los contribuyentes.
Marcelo Lazcano aconseja modificar los sistemas de decisión y control, terminando con
los controles de mera legalidad para adjudicarles también a los Tribunales de Cuenta un
rol protagónico, respecto del control de eficiencia en el manejo del dinero. Este examen
de legalidad tiende a convertirse en rutina. No hay que pensar que el control de legalidad
es incompatible con más avanzadas técnicas que superen sus justificados pero estrechos
límites. Cualquier transacción debe ser considerada no solamente con referencia al rígido
y limitado concepto de legalidad, sino también al más sutil, flexible y amplio examen de
“economía”, “mérito” y eficiencia.
Revisión judicial de los fallos de los Tribunales de Cuenta
Para asegurar el cumplimiento de la garantía constitucional de la defensa en juicio, la
Constitución Nacional sienta las siguientes reglas:
1) La inviolabilidad de la defensa en juicio de la persona y de los derechos.
2) La prohibición de privar a ninguna persona de su propiedad sino en virtud de sen-tencia
fundada en Ley.
3) La prohibición al Presidente de la Nación de ejercer funciones judiciales.
4) La asignación de competencia de la CSN y tribunales inferiores de la Nación en los
asuntos en que la Nación sea parte.

FISCAL DE ESTADO
Requisitos - Nombramiento - Inamovilidad
Artículo 236
Para ser Fiscal de Estado se requieren las mismas condiciones que para los miembros
del Superior
Tribunal de Justicia. Es nombrado por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado, por
el término de
cuatro años.
Puede ser removido de su cargo por el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados
conforme a las
causales previstas en esta Constitución.
Funciones
Artículo 237
El Fiscal de Estado es encargado de defender los intereses de la Provincia.
A tal efecto:
1) Interviene en el contralor de legitimidad del acto administrativo.
2) Es parte legítima y necesaria en los juicios contencioso-administrativos y en toda
controversia
Judicial y/o administrativa en que puedan resultar afectados los intereses provinciales.
3) En su caso acciona ante quien corresponda, para que se declare la
inconstitucionalidad de toda
ley, decreto, carta municipal, ordenanza, resolución o acto administrativo.
CAPÍTULO XXV

TRIBUNAL DE CUENTAS

Jurisdicción y competencia
Artículo 238
El Tribunal de Cuentas con jurisdicción en toda la Provincia tiene las siguientes
atribuciones:
1) Examina y fiscaliza las cuentas de percepción, gastos e inversión de las rentas
públicas
provinciales, reparticiones autárquicas, entes descentralizados y municipalidades,
aprobándolas o
desaprobándolas; en este último caso, determina los responsables, como también el
monto, las
causas y los alcances respectivos.
2) Inspecciona a los efectos de las cuentas, los organismos provinciales y municipales
que
administran fondos, como así también requiere la revisión de la documentación que
estime
pertinente.
3) Fiscaliza la correcta inversión de los fondos del Estado que se otorgan a las
instituciones privadas.

Sentencia - Recursos
Artículo 239
Página Nº 44
Los fallos que emite hacen cosa juzgada en cuanto a si la percepción e inversión de
fondos es hecha
o no de acuerdo a esta Constitución y las normas legales respectivas, siendo sólo
susceptible de los
recursos que la ley establece, por ante el Superior Tribunal de Justicia.

Ejecutoriedad
Artículo 240
Los fallos del Tribunal de Cuentas quedan ejecutoriados treinta días después de su
notificación y las
acciones a que den lugar se ejercen por el Fiscal de Estado ante quien corresponda.

Integración
Artículo 241
Está integrado por cinco miembros con título habilitante, tres de ellos en ciencias
económicas y dos
en abogacía, inscriptos en sus respectivas matrículas, tener veinticinco años de edad y
cinco años en
el ejercicio de la profesión o en el desempeño de un cargo que requiera tal condición.
Elección y duración
Artículo 242
Los miembros del Tribunal de Cuentas se eligen de la siguiente manera:
1) Tres de ellos por la Cámara de Senadores a propuesta del Poder Ejecutivo,
conservan sus cargos
mientras dura su buena conducta y cumplan las obligaciones legales conforme a las
disposiciones
de esta Constitución.
2) Los dos miembros restantes por la Asamblea Legislativa a propuesta, uno de la
mayoría y el otro
por la minoría. Duran dos años en sus funciones, coincidiendo su mandato con las
renovaciones
legislativas.

Presidencia - Elección
Artículo 243
El Presidente de este cuerpo se elige anualmente por todos sus miembros de entre los
contemplados
en el Art. 242 Inc.1 de este capítulo.

Independencia
Artículo 244
La Ley Orgánica del Tribunal de Cuentas garantiza:
1) La independencia e inviolabilidad funcional del Tribunal.
2) La intangibilidad de los sueldos de sus miembros.
3) La facultad de elaborar su propio presupuesto, de designar y remover el personal
con arreglo a
esta Constitución, estructurando carreras técnico-administrativas internas.

Incompatibilidades - Remoción
Artículo 245
Los miembros del Tribunal de Cuentas tienen las mismas incompatibilidades y
prohibiciónes que los
miembros del Poder Judicial. Son removidos por el Jurado de Enjuiciamiento de
magistrados, según
el procedimiento allí establecido.

Funciones preventivas - Allanamiento


Artículo 246
Son funciones propias del Tribunal de Cuentas impartir las instrucciones y
recomendaciones
necesarias para prevenir cualquier irregularidad en la administración de fondos
públicos en la forma
y con arreglo al procedimiento que la ley determina. Cuando en el desempeño de su
actividad,
disponga allanar domicilios debe requerir en forma previa, la correspondiente
autorización del Juez
competente.

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