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La Coleccién Estudios de Editorial La Colmena, propone la lectura de obras que son fruto de investigaciones, en un lenguaje técnico, pero adecuado al gran publico, con el afén de acercar el conocimiento cientifico a mayor cantidad de personas. ‘Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales, presenta tuna serie de trabajos sobre las dos agroindustrias més importantes del noroeste argentino: Ta tabacalera y Ia azucarera. Un equipo de investigadores del Area de Estudios Rurales del Instituto de Investigaciones de Ia Facultad de Ciencias Sociales de 1a Universi- dad de Buenos Aires, que coordina la socisloga Norma Giarracca, abor- da estas dos agroindustrias desde Ia perspectiva de los actores socia- les, El énfasis esta puesto en los agentes sociales: las negociaciones, conflictos y estrategias; los nuevos escenarios a partir de la desregula- cién econémica y de “la retirada del Estado”. EI libro toma los proce- sos econémicos pero nos acerca a la gente del Noroeste; presenta los problemas pero también da cuenta de las acciones, de los proyectos, de las capacidades y de los conflictos entre los actores, para enfrentar las crisis. El Area de Estudios Rurales del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, le- va a cabo programas de investigacién sobre el mundo rural. Es un es- pacio donde se forman recursos humanos y se desarrollan estilos de trabajo que comportan interacciones permanentes con los actores socia- les y las comunidades estudiados. Editorial La Colmena ni - C. Gras - L. Berto: ricio Editorial La Colmena »Giarracea = S. Apai STON, AGROINDUSTRIAS DEL NOROESTE, EL PAPEL DE LOS ACTORES SOCIALES Norma Giarracca - Susana Aparicio - Carla Gras - Leandro Bertoni EDITORIAL LA COLMENA | EL COMPLEJO AGROINDUSTRIAL TABACALERO EN EL NOROESTE Norma Giarracca s Leandro Bertoni Carla Gras {.Evolucién del CAT (Complejo Agroindustrial Tabacalero) La actividad tabacalera ocupa el 14° lugar en el Valor Bruto de la Produccién Agricola Nacional. La importancia econémica del cultivo esti dada no s6lo por los ingresos que genera, sino por la cantidad de mano de obra que utiliza dada su caracteristica de cultivo trabajo inten- ‘tivo . Ademas, como manufactura paga una serie de impuestos internos {que constituyen un importante aporte al Estado, La contribucién del ta- taco en materia impositiva constituye entre un 8 y 10% de la recauda- cién impositiva total. La produccién tabacalera argentina cobraba relevancia a principios de la década del cuarenta, en el contexto del modelo de sustitucién de importaciones. Antes de esa década, el 61% de la demanda interna de tabaco fue abastecida a través de la importacién; hacia 1950, la produc~ ciGn se duplicaba y se alcanzaba el autoabastecimiento. Esta expansion ide la actividad implicé transformaciones en el tipo de tabaco cultivado: los tabacos claros (Burley y Virginia) reemplazaban crecientemente a los oscuros. Este cambio estaba relacionado con la difusién del consu- mo de cigarrillo y del American Blend (gusto -mezcla-americano), El cambio en el tipo de tabaco producido trajo aparejado un despla- zamiento del centro dindmico productivo en el pais: del Noreste (NEA), 2 regin productora de tabac oe i ductora de tabacos claros. aarti ae oe principal pro. Morris del mismo Fae mers Massalin y Celasco; y Ia alemana Reemtsina Cigarettes Fabriken pass a control tar la Manufactu factura de Tabaco Particular VF. Gre Compaiifa Nobleza pertenecia desde ‘Tobbaco, la rama de la produecién de nacionalizada, En Ia misma 46 Especial de Tees ao (957 Se ee transtriament, et Fondo °T), instrumento a través del cual el Estado inte i 28 vendrfa en la actividad tabacalera!, El FET se formé con una retencién (primero una suma fija y luego un porcentaje) del precio final de cada atado de cigarrillo. Los objetivos del Fondo eran: solventar Ia tecnificaci6n de las explo- taciones tabacalera a través de la implementacién de lineas de créditos; la promocién de las exportaciones; el fomento de la investigacién; el impulso a la comercializaci6n; el, manteniendo stocks compensatorios; iacstimulaci6n de sistemas de produccién y comercializacién coopera- tivos entre los productores. El Fondo se proponfa, también, aumentar Jos ingresos de los tabacaleros para compensar incrementos en los cos tos de produccién: se pagaba un sobreprecio al productor por encima del valor del acopio. De este modo, los acopiadores sélo pagaban una parte del precio total del tabaco recibido. Este sobreprecio representé segiin los afios entre un 40% y un 60% del precio total (Ipdernoa: 1992). Desde 1968, se instrumentaban ademds, los Hamados planes especiales desti- nados a financiar proyectos de desarrollo regional, propuestos por las provincias productoras ‘Sucesivas leyes prorrogaron la vigencia del Fondo hasta que, en 1972, se sancioné a Ley Nacional de! Tabaco y se le otorgé al Fondo Especial del Tabaco un carécter permanente: Asf, comenzaba una forma indirecta de regulacién de la actividad tabacalera, proceso que cubriria desde la produccién hasta la comercializacién. Inclufa cuestiones tales como la determinacién del volumen de produccién, la iniciacién y finalizacién del acopio, la habilitacién de nuevas zonas productivas, la tipificacién de tabaco, y Ia distribucién de los fondos del FET. Las cooperativas, favorecidas por la legislacién que daba sustento al FET, fueron apoyadas mediante lineas blandas de eréditos o planes para la instalacién y modernizaci6n de sus plantas de preindustrializacin. Habrian de convertirse en importantes acopiadores de tabaco, contrarres- tando de ese modo el poder oligopdlico de las cigarrilleras. A partir dela ‘década del ochenta, se consolidarian como las principales exportadoras. En 1974 se produjo una superproduccién de tabaco, de 73.577 tone- ~~ ladas en 1973 se pasd a.97.762 toneladas en 1974 (Cuadro I, Grafico 1). 29 tthe mon oenecepapenmieeamacasl Este acontecimiento marcaba el fin de una etapa y el comienzo de un proceso de reestructuracién, fuertemente conectado a un cambio en la relaci6n de la produccién tabacalera con el mereado externo. A partir de estos afios, se observa un aumento de las exportaciones —a fines de los "60 las exportaciones representaban en promedio, cerca del 25% de la produccién total de tabaco; en 1977, representaban alrededor del 37% junto con un cambio en la composicién de los tabacos exportados (Cua. dro XI, Gréfico VII). En efecto, hasta 1975 el principal tabaco exporta. do era el criollo Misionero (oscuro) que irfa perdiendo importancia y seria reemplazado por e! Virginia y en menor medida por el Burley. La creciente orientacién exportadora de los tabacos claros requitié, tanto transformaciones productivas y tecnolégicas, como de la instala. ci6n de una infraestructura, especialmente para la comercializacién, pa- ra que Ia produccidn se adaptara a las exigencias del mercado externo, Ello supuso un cambio de semillas nacionales —desarrolladas por el IN- ‘TA (Instituto Nacional de Tecnologfa A gropecuaria)- por variedades ex. tranjeras; el creciente uso de paquetes tecnolégicos (insumos industria. les); la introduccién de modernas técnicas de manejo cultural; el rea- condicionamiento de la infraestructura de secado (estufas y galpones) y de modificaciones en la tipificacién comercial del tabaco para su venta en los acopios?: Si tomamos los comienzos de los sesenta como el punto de culmina- cin de la etapa sustitutiva de importaciones y le otorgamos a esa cam- Pafia una base 100, podemos observar que la produccién nacional no ha detenido su evolucién ascendente, hasta lograr un fndice de 233 en la campaiia 1992-1993 (Cuadro I, Gréfico 1). Como decfamos anterior- mente, los cambios se observan en la composicién por tipos de tabacos y correlativamente, por regiones productoras. El NOA, pas6 a represen- tar la regidn més importante y actualmente, participa, (1992-1993) con el 65% de produccién nacional (Cuadro X, Gréfico VI)8. La regién pro- duce tabacos claros —Virginia y Burley— que representaron en 1992 el 95% de los tabacos producidos en el pais (Gréfico III). Asimismo, las 30 1 que configuraron este nuevo escena ee cién, dan cuenta del otro gran cambio: el destino de la a ow cate nes del ochent, fundamentalmente desde 1988, i ebilidades otorgadas por los mercados extemnos dinamizaron el dpecrmieato-de la produccién. Entre 1985 y.1989 las exportaciones re- crc von un poco menos del 40% de la producci6n total en tanto en resp e lego a exportar cerca del 67% del total producido (Cuadro XI, Gréfico VID. Segin el Censo Nacional Agiopecuario de 1988, la superficie im- Jantada con tabaco en las tres provincias del NOA alcanzaba, 7 = fata, Jas 32.985.7 hectiireas. De ellas, 41.4% corresponde a Salta; _ 2 Tucumn y 40.1% a Sjuy Salta produca 1.78530 has. de taco Virginia, 430 del Burley y el resto de la superficie i A ee gorfa otros tabacos . De la misma forma, en Jujuy, del total ‘ le ee i jmplantadas, 12.938,70 son para Virginia, 186,70 para Burley. oc mo para el total de Tucumédn, 5.939,30 has. son para Busley y 156. son para Virginia (Cuadros VII, VIII y EX). Mientras en Salta y Jujuy el Virginia es producido por productores de mayor tamafio ~ 49% y 61% de las unidades tienen més de 25 bse ia taco respetivamenie— en Tucumn fa mayor concentacin de a caleros del Virginia esta en el estrato de 5.1- 10 has. Asimismo oe ss a mn, no hay productores de tabaco Virginia en el estrato de m: de 5) ‘has. mientras en el de 25. 1-50 has. aparece el 25%. El Burley es a¢ dopta- do, en mayor medida, por productores intermedios en las tres provincias (estrato de3,1 a 25 has.). Por supuesto, en Tucumén siempre se na una concentracién de productores en el estrato de hasta tres hectéreas (Cua- dros Vil, VIL, IX). ; Los datos del Censo de 1988, nos permiten hacer comparaciones, Por estrato de productores y tipos de tabaco que, con las informaciones més recientes no se logran.4 - La pregunta que cabe formularse es, sobre quiénes fueron los actores a bajo qué estimulos o restriccio- hes actuaron : 31 2.Los actores del CAT Los tabacaleros: sus cooperativas y organizaciones gremiales A fines de los ochenta, producfan tabaco unas 2.691 unidades agrico- Jas del noroeste. Tucuman fue Ja tiltima provincia en ingresar a la pro- duccién, en Salta y Jujuy se encuentran los primeros agricultores que experimentaron con la sustitucién del tabaco claro importado. ‘Como ocurre también en cafia, el Noroeste muestra para tabaco, una heterogénea estructura social. En la regién producen tabaco desde las grandes fincas hasta campesinos propietarios o los medieros (formes encubiertas de trabajo campesino), pasando por medianos y dinamicos productores capitalistas. En cada provincia encontramos casi todas las modalidades de produccién, pero en cada una predomina una u otra for- ma. En Salta y Jujuy, la mayor concentracién de explotaciones tabacale- as esta en el estrato de superficie de 10,1-25 has. con tabaco; acapara el 35% del total de unidades en las dos provincias, en tanto que en Tucu- mén, el estrato predominante es hasta 3 has., donde caen el 60% de las explotaciones. En las enttevistas a distintos actores del CAT, el produc- tor jujefio es reconocido como el més emprendedor. Fue'el primero en incorporar nuevas variedades, en llevar Ia red de gas a la zona producto- ra, en pensar desde Ia Camara de Productores la formacién de la coope- rativa, en mejorar la organizacién comercial, en conectarse directamen- te con los mercados exteriores. La problemética tucumana es diferente, se trata, en gran medida, de un pequefio agricultor con muchas dificulta- des para mantenerse en la produccién frente a los altibajos del mercado, En las tres provincias hay un predominio de explotaciones de propie- dad de una persona fisica (90% en Tucumén; 78% en Salta y 80% en Jujuy). Sin embargo es digno de destacar que la segunda forma de tipo jutidico de productor que aparece en las tres provincias es sociedades de ‘hecho y en tercer lugar las sociedades formales (sociedades anénimas, de responsabilidad limitada etc). En la provincia de Tucumén, las socie- dades de hecho, son muy frecuentes, tanto en la producci6n tabacalera como en la cafiera; generalmente son familias extendidas, que compac- 32 ymi- ton tierra o maquinarias, o algin otro recurso para aprovechar econo! a as de tamafio (Cuadros IV, V, VI). tra caracterfstica de Tucumén son los arreglos entre el bropieario de la tierra y trabajadores de! tabaco. Se los, denomina parcel ver ; ii6n de trabaj - as no-asalariadas de contrataci6n de Al cen realidad son formas pst webaie 1 it tierra y pone los medios de p' rio de la parcela entrega 1 Faro obra en todas as fases del proceso laboral. Son areglos gue crnmiten compartir 108 tiesgos dé produccién y bajar los esi . no de obra. El trabajador acepta el acuerdo, primero por un pro! a Te mercados (Su situacién es tan desventajosa en el meee labor trato le per de tierras) pero, ademas, porque el aa ‘esidad de buscar capi- i :omo productor sin la nece i adiestrarse en el cultivo c Sel aae st ga entre un 35% y 40% de la co: ‘Al propietario se le entrega ent te aan estos arreglos, el que, generalmente, aparece como tabacalero el propietario de la tierra : i : tts agrieutores fueron eapaces de organizar sus propias coopera | agroi der el tabaco. Los distintos yara agroindustrializar y vent 0 Sis presentan en este libro, muestran los procesos sociales donde artes organizaciones fueron constituyéndose. La presencia de las coor: rativas tiene mucho que ver con las politicas ables searralsena i ‘apacidad de demandar y nego« sector y en tal sentido, con la capaci : $ setigores, Las tres cooperativas del Norte la de Saita, Jujuy y Tueu in acttian como empresas y como organizaciones gremiales muy . nectadas con las cémaras de productores. Son fuertes acopiadore le taaco, tienen plants industializadoras con moderns tenologias 1 gran conectarse eficientemente con los mercados internacit : La primera cooperativa tabacalera en el NOA fue la jujefia y.apareci6 en 1969, la saltefia se creé en 1974 y la tucumana en 1979. i iv cign principal para organizar las cooperativas fue la defensa pet ty reses del sector por parte de los productores. Frente a una industia, de tuna de las ramas més concentradas, que se caracterizaba por su corte oligops6nico, los unis la idea de agruparse y aumentar Ia capacidad de negociacién. El aporte de las cémaras fue un recurso de primer: 33, aE EeePC e ee Pree Pr eee PeCe Ce para la aparicién de las cooperativas pero sin duda, los aportes més im- portantes provinieron del FET y de los compradores externos. Las cooperativas tuvieron una fuerte vocaci6n exportadora desde sus comienzos. El proyecto presentaba una doble finalidad: colocar el exce- dente que la industria local no absorbfa, y en segundo lugar, diversificar el destino de la produccién para fortalecer la posicién negociadora fren- tea la industria, La Cooperativa Tabacalera de Salta cuenta con alrede- dor de 2140 socios (aunque admiten que los actives reales son unos 900); la Cooperativa de Jujuy declara como socios a unos 1.800 produc- tores y en Tucuman las estimaciones mas fehacientes —elaboradas con los registros del FET-calculan alrededor de 1.200 productores coopera- tivizados, Las cooperativas son importantes actores sociales de la actividad, cum- plen una funcién importante en la cadena técnica productiva: agroindus- trializan y exportan. Desde un principio se han concentrado en la expor- tacién del tabaco Virginia: el 83% del mismo es exportado por las coo- perativas. En los tiltimos afios la Cooperativa de Tucumdn esta intentan- do aumentar la exportacién del Burley, en un mercado repartido entre las firmas exportadoras (64%) y la industria (34%). Las cooperativas son empresas que sin competir directamente con la industria, permiten que ésta no actiie en forma oligopsénica como ocu- tirfa si las cooperativas no existieran, Se da una divisién de mercados: el externo para las cooperativas y el interno para la industria cigarrera, Pero las cooperativas desarrollan otra importante funcién: actuar como agentes de difusién en los proceso’ de diversificacién. En efecto, por Tazones de complementariedad financiera y de futuras reconversiones, las cooperativas proponen nuevos cultivos para los productores e inten. tan agroindustrializartos y comercializarlos, Estén fuertemente relaci nadas con las Camaras de Productores. En Salta y Jujuy los tabacaleros que asumen tareas dirigenciales en una y otras organizaciones son muy cercanos y en algunos casos rotan en las funciones. Las Camaras procu- raron desarrollar acciones tendientes a fortalecer al sector de la produc- 34 cin agraria; han programado varias veces (sin cumplito) armar una Federacion y abrir una fabrica propia de cigartillos. En Jujuy no existian diferencias importants en ls estategis que seproponen os citnts grupos de los miembros dela Camara y te refleja también en la organizacién y conductién de la Coopera iva Es tste aso Ins dos organizactones presentan un bajo nivel de conflicto interno. Lasitucion es otaen a Cémara de Sata, donde existen fuets conflicts intemosexpresados eh las memoria del rgunizacin, Son conflictos que tienen un doble origen: por un lado, diferencias en es posiciones politico-partidarias y por otto, diferencias ovignades en el intento de traspaso de una conduiceién ligada alos sectores mas tradicio- nales del agro saltefio (asentado en el departamento de Chicoana) a otra figada a una capa de origen inmigratorio, que estarfa en la biisqueda de laconduccién de la Camara (Craviotti, 1991).5 En el caso de Tucumdn, aparecen ademas de la cooperativa, dos or- ganizaciones gremiales representativas de los tabacaleros: la Cmara de Productores de Tabaco ubicada en el departamento de Alberdi y la Aso- ciacién de Productores de Tabaco, ubicada en el departamento de La Cocha, Asimismo, las relaciones entre estas organizaciones y la coope rativa, estén mucho mas mediadas que en los casos de Salta y de Jujuy. La industria cigarrera En 1979 finalizaba el proceso de concentracién de la industria ciga- rreracon la fusi6n de la Compaiifa Nobleza de Tabaco y Manufactura de Tabaco Piccardo, y la absorcién de Imparciales y Particulares V.F. Gre- go por parte de Massalin y Celasco. De esta forma, dos empresas con- troladas por capital transnacional, Nobleza Picardo y Massalin Part culares, pasaban a controlar el mercado interno de cigarrillos Este proceso de coneentracién puede ser analizado como una forma de estrategia empresarial en el nivel internacional, En efecto, las gran- 35 des compaiifas de cigarrillos, en los afios setenta fueron buscando for- mas de repartir los mercados, sobre todo los de los paises subdesarrolla- dos, adonde ms podian expandirse y dentro de ellos, buscaban incorpo- rar alos jévenes y a las mujeres (Ver Goodman, J, 1994; Teubal, et al, 1981). Pero estas estrategias de las empresas transnacionales fueron po- sibles porque confluyeron con politicas internas que las favorecieron de una u otra forma, Hubo en nuestro pats, por ejemplo, nuevas formas de liquidacién del impuesto interno al cigarrillo (acortamiento de los pla- zos de depésito del impuesto interno), que otorgaban mayores ventajas a las empresas de mayor capacidad financiera. Asimismo, el sobrepre- cio pagado por el FET a los agricultores, abaraté el costo de la materia prima basica de la industria cigarrera, El dato més actualizado con el que contamos en relacién con la in- dustria cigarrera®, indica la venta de cigarrillos de produccién nacional, por tipos (negro, rubio y mezcla). Esta serie va desde 1960 —afio al que se le ha asignado el ntimero indice 100— hasta 1992. Como era de espe- rar, es notable el aumento del cigarrillo rubio paralelo a ta disminucion del negro: mientras en 1960 el 52,26% de los paquetes vendidos eran negros (y el 47,74% rubios), la proporcisn se va invirtiendo hasta llegar a 1992 cuando el 92,28% de los paquetes vendidos son de rubios y el 7,72% son de negros. Si analizamos el ntimero indice comprobamos que los afios de mayores ventas de paquetes de cigarrillos fueron en 1985 (cuando se vendieron 77% més que en 1960) y en 1986 (82% mas que en 1960) (Cuadro XII, Gréficos VIII, IX, X). Los datos demuestran una tendencia decreciente en el consumo de cigarrillos de produccién nacional. En efecto, Argentina estaba conside rado uno de los paises de mayor nivel de consumo pér-capita de Améri- ca Latina. Fue un mercado interesante no por su tamafio (comparado con Brasil 0 México) sino por el nivel de consumo de cigarrillos de su poblacién. Sin embargo, en los tltimos treinta afios este nivel ha dismi- nuido. Si medimos el consumo aparente, pér capita en los tiltimos trein- taaiios, observamos que mientras en 1960 cada habitante consumfa 1.103 36 cigarrillos por afio, en 1980 esa cifra baja a 1.001 y en 1991 se reduce a 759 cigarrillos pér-capita® En julio de 1990 se produjo la guerra de las tabacaleras , enmarcada en la feroz competencia entre ambas empresas por el control del merca- do del cigarrillo. Frente a la disminucién tendencial del consumo de cigarrillos, esta disputa que ya habja ocurrido a nivel internacional, se manifesté también en-cl pais!®, La baja del consumo es un fenémeno registrado en el mundo, sobre todo en los paises desarrollados, alentada por las campafias anti-tabaco. Argentina no ha escapado a estas tenden- cias a pesar de que los precios promedios bajaron un 17% y en los titi ‘mos afios observaron el nivel més bajo desde 1976. Es de destacar, que a partir del plan de convertibilidad, la disminu- cién de los niveles inflacionarios privaron a las empresas cigarrilleras de importantes ganancias financieras logradas con el manejo de los fon- dos correspondientes a los impuestos intertfos al cigarrillo. La nueva situacién reinstalé el aspecto productivo y el de comercializacién en el centro de las estrategias de las empresas. Estas comenzaron a gestar una alternativa exportadora de tabaco y en los primeros affos de los "90 lo- graron aumentar su participacién en las exportaciones, a la vez que pro- fundizaron su estrategia de diversificacién econémica, fundamentalmente hacia el sector alimenticio. Creemos que la pérdida de importancia del aspecto financiero, es un factor a tener en cuenta para comprender las sucesivas rebajas en los porcentajes del impuesto interno. Las cigarreras desarrollaron distintas formas de articulaci6n con los tabacaleros. Se buscaba cierta regularidad en 1a entrega de la materia prima y homogeneidad en la calidad del producto. Las empresas adelan- tan a los productores insumos o capital liquido, aseguriindose la entrega de la produccién. En el momento de la entrega, se descuentan las finan- ciaciones realizadas. ‘Las empresas cigarreras estan nucleadas en la Cémara de la Industria del Tabaco (CIT), quien, como actor colectivo, tiéne un importante desem- pefio en los procesos de negociacién con los otros actores del complejo. 37 La demanda constante afio tras afio de la Cémara es la disminucién de la presién fiscal que ronda el 70% del precio de venta de los cigarri- Ios. Decfa la Cémara en 1985: Sélo un 14,81% del precio de venta al pitblico constituyé el ingreso bruto del sector que produjo el bien sujeto a imposicién (CIT, 1986:21). Es conveniente sefialar que la industria del cigarrillo ha sido sucesi- vamente beneficiada con rebajas en las alfcuotas del impuesto interno al cigarrillo, que en 1987 era del 72%, en 1989 del 70% y en la actualidad es del 66%; ésto fue logrado sin que hayan disminuido los precios de! paquete de cigarrillos al consumidor. Aparece asi una transferencia de colosales montos de dinero hacia las dos grandes empresas. Las cifras rondan los 100,000.00 de d6lares anuales, que es aproximadamente el monto que el FET distribuye entre los productores del pais. EI Estado EI Estado ha sido un actor de primera importancia en el CAT. En realidad, la actividad tabacalera de casi todo el mundo mantiene fuertes vinculos con el Estado dada su alta capacidad tributaria. Algunos pafses ccapitalistas como Francia, Jap6n ¢ Italia~ han mantenido empresas es- tatales en puntos claves del complejo. En nuestro pais el Estado no ha participado en forma directa en la produccién tabacalera, pero ha inter- venidy a través de diferentes mecanismos: * genera las politicas puiblicas destinadas al sector; * fija los niveles impositivos que debe tributar la industria cigarrera y recauda los montos resultantes; * a partir de la sancién de la Ley Nacional del Tabaco, regula la actividad en sus distintas etapas de agoindustrializacién; 38, * mediante el Fondo Especial del Tabaco complementa cl precio del tabaco al productor; financia proyectos de infraestructura; promueve Ia investigacién y apoya el accionar cooperativo. hg EI mecanismo de intervencién més importante del Estado es el Fon- do Especial del Tabaco. Este organismo mantiene una fuerte vincula- cién con las cooperativas, con los productores y con otros actores se- cundarios del CAT como el INTA en su papel de extensionista ¢ investi- gador, los comerciantes de tabaco etc. Como veremos en el capitulo siguiente, hubo una constante tensién entre los que apoyaron Ia iniciati- va de creaciGn del FET -productores y cooperativas~ y los que estuvie- ron en contra, la industria. Sin embargo el FET respondis a los intereses de todos los actores en juego. Los cambios que fuimos detallando en Iineas anteriores fueron posi- bles por la participacién estatal. Existe una fuerte discusién acerca de si el FET subsidia al resto de los actores. El impuesto del 7% del precio del cigarrillo que forma el fondo permanente no va a parar a las arcas gene- rales del gobierno sino que, por su carécter de impuesto directo que paga el consumidor, constituye un fondo aparte. Fue una forma imposi- tiva original, son los consumidores, directamente, los que financian la expansién de la exportacién, las cooperativas, los planes especiales y la investigacién. Esto se hace con los cigarrillos porque el Estado no pue- de promocionar el consumo de un producto que trae graves consecuen- cias para la salud; al contrario, lo sanciona impositivamente, Ante esta situacién, podria argumentarse que ese impuesto se destine a otros fines, pero resulta que — como vimos antes el 70% del precio del paquete que va a las arcas del gobierno se destina a otros fines. Si el con- sumidor resiste el impuesto del 7% (Ia demanda es ineldstica), la discu- sién tendria que girar sobre los destinos del fondo y no sobre la existen- cia del mismo. Las cooperativas aducen que ese dinero financié el desa- rrollo regional. Sin embargo, la disparidad de ingresos entre los agricul- tores tabacaleros da cuenta de que no fue un desarrollo con equidad. 39 ESR aamammee azure oan cunaT nama nOEOE 2oP OUESESI SEES ESELEESEIES Los comerciantes internacionales: los dealers En a itima década y como resultado de tos procesos de apertura externa, aparecen nuevos actores en el complejo tabacalero: las empre sas comercializadoras internacionales o dealers. Estas empresas actian en el primer mercado del tabaco: compran la materia prima y la venden a las empresas transnacionales fabricantes de cigarrllos. En la actual, dad, operan en nuestro pais cuatro comercializadoras!2 a creciente importancia que adquieren estos actores en el complejo acalero, no s6lo refleja la orientaciGn exportadora de la actividad si. no que también, da cuenta, de los procesos que conectan el circuito na. cional con los mereados globales!3, En lineas gencrales, los dealers pueden operar en los distintos paises Productores de tabaco de las siguientes formas: pueden comprar directa. mente a los productores; pueden montar su propia empresa donde aco. Pian y procesan tabaco-;o bien, pueden optar por comprar a las coope- rativas agroindustralizadoras;o,rentrlas y agroindustriaizarellos mis. Gee be eda a desarrollaron formas de intervencion i Produccién primaria ni establecieron vineulos con los pro- ictores a través de la comercializaci6n; la exportacién ha estado e manos de las cooperativas. A nuestro juicio, las formas en que los deat. érs se han expandido en el complejo (0 los complejos) desde mediados de los °70, han otorgado,'a cada pais latinoamericano, una expansic, . la pais latin ai . una expansién i Larelacién de los dealers con las cooperativas supone, en la mayort de tes casos, acuerdos. Son contratos que implican adelantos de capital abajo, es decir financian ~a cuenta de la cosecha~ la operatoria de las cooperativas: la compra de tabaco y el adelanto de insumos a sus asociados; la puesta en marcha del proceso de la primera industrializa, ion, ete. Los dealers también han financiado, (junto con el Estado), la 40 instalaci6n y modernizaci6n de las plantas procesadoras de las coopera- tivas. Estos vinculos facilitaron la coexistencia de cooperativas y em- presas cigarrilleras. Para las cooperativas, el apoyo de estas empresas internacionales, es una condicién importante para acceder al mercado externo, Para los dealers, significa poder acceder a la materia prima procesada, sin tener que realizar grandes inversiones en activos fijos!4. Desde mediados de los "80, los dealers comenzaron nuevas relacio- nes con el mercado ¥ con los agentes nacionales, lo cual incluy6, no slo Jas cooperativas, sino también las dos empresas cigarrilleras que actéan ene] mercado interno. En efecto, en algunas provincias tabacaleras (Mi- nes y Jujuy) algunos dealers se han asociado con una de las cigarri- Ieras, instalando bocas de acopio. Pero en Jujuy esta sociedad se disol- vié y los dealers acopian y procesan por su cuenta, Por otra parte, se registran algunas modificaciones en la relaci6n de estos actores con las, cooperativas. Empiezan a privilegiar acuerdos de corto plazo una cam- pafia~y a abandonar las inversiones en infraestructura, a la vez. que re~ ducen los voltimenes comprados. Los dealers han jugado un papel fundamental en la orientaci6n de los cambios productivos y tecnolégicos durante la dltima década. La pre- sencia de los dealers en la actividad tabacalera nacional, tiene la funcién de articularla con los procesos de globalizacién del CAT internacional. Estos actores adquieren una mayor presencia en la negociacién in- tersectorial. En este sentido, durante el tiltimo afio, los dealers han orga- nizado sus demandas alrededor de una figura de reciente creacién: la Asociacién de Comercializadores Internacionales de Tabaco. A través de esta organizacién, participan en las negociaciones que mantienen los agentes tabacaleros (Otras empresas que intervienen en forma secundaria en el CAT son los bancos, entidades financieras, compaiifas proveedoras de insumos, empresas de publicidad y las bocas de expendio. Todas las unidades'y empresas entablan relaciones. El conjunto de relaciones desarrolladas en torno al proceso de transformacién de la materia prima, conforman el 4 = psec vee Cee eee Complejo Agroindustrial Tabacalero. Las relaciones estén condiciona- das por miltiples factores: técnicos, el desempefo de las empresas, las politicas pablicas ete, En nuestros trabajos, enfatizamos la capacidad de 10s distintos actores para controlar recursos que les permitan mejorar la posicidn relativa, dentro de este campo de relaciones, que conceptuali- zamos como complejo Notas 1 Con anterioridad a esta fecha, la relacién del Estado con el complejo tabacaloro se

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