La Coleccién Estudios de Editorial La Colmena, propone la lectura
de obras que son fruto de investigaciones, en un lenguaje técnico, pero
adecuado al gran publico, con el afén de acercar el conocimiento
cientifico a mayor cantidad de personas.
‘Agroindustrias del Noroeste, el papel de los actores sociales, presenta
tuna serie de trabajos sobre las dos agroindustrias més importantes del
noroeste argentino: Ta tabacalera y Ia azucarera.
Un equipo de investigadores del Area de Estudios Rurales del Instituto
de Investigaciones de Ia Facultad de Ciencias Sociales de 1a Universi-
dad de Buenos Aires, que coordina la socisloga Norma Giarracca, abor-
da estas dos agroindustrias desde Ia perspectiva de los actores socia-
les, El énfasis esta puesto en los agentes sociales: las negociaciones,
conflictos y estrategias; los nuevos escenarios a partir de la desregula-
cién econémica y de “la retirada del Estado”. EI libro toma los proce-
sos econémicos pero nos acerca a la gente del Noroeste; presenta los
problemas pero también da cuenta de las acciones, de los proyectos,
de las capacidades y de los conflictos entre los actores, para enfrentar
las crisis.
El Area de Estudios Rurales del Instituto de Investigaciones de la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, le-
va a cabo programas de investigacién sobre el mundo rural. Es un es-
pacio donde se forman recursos humanos y se desarrollan estilos de
trabajo que comportan interacciones permanentes con los actores socia-
les y las comunidades estudiados.
Editorial La Colmena
ni
- C. Gras - L. Berto:
ricio
Editorial La Colmena
»Giarracea = S. Apai
STON,
AGROINDUSTRIAS DEL NOROESTE,
EL PAPEL DE LOS ACTORES SOCIALES
Norma Giarracca - Susana Aparicio - Carla Gras - Leandro Bertoni
EDITORIAL LA COLMENA|
EL COMPLEJO AGROINDUSTRIAL
TABACALERO EN EL NOROESTE
Norma Giarracca
s Leandro Bertoni
Carla Gras
{.Evolucién del CAT (Complejo Agroindustrial Tabacalero)
La actividad tabacalera ocupa el 14° lugar en el Valor Bruto de la
Produccién Agricola Nacional. La importancia econémica del cultivo
esti dada no s6lo por los ingresos que genera, sino por la cantidad de
mano de obra que utiliza dada su caracteristica de cultivo trabajo inten-
‘tivo . Ademas, como manufactura paga una serie de impuestos internos
{que constituyen un importante aporte al Estado, La contribucién del ta-
taco en materia impositiva constituye entre un 8 y 10% de la recauda-
cién impositiva total.
La produccién tabacalera argentina cobraba relevancia a principios
de la década del cuarenta, en el contexto del modelo de sustitucién de
importaciones. Antes de esa década, el 61% de la demanda interna de
tabaco fue abastecida a través de la importacién; hacia 1950, la produc~
ciGn se duplicaba y se alcanzaba el autoabastecimiento. Esta expansion
ide la actividad implicé transformaciones en el tipo de tabaco cultivado:
los tabacos claros (Burley y Virginia) reemplazaban crecientemente a
los oscuros. Este cambio estaba relacionado con la difusién del consu-
mo de cigarrillo y del American Blend (gusto -mezcla-americano),
El cambio en el tipo de tabaco producido trajo aparejado un despla-
zamiento del centro dindmico productivo en el pais: del Noreste (NEA),
2regin productora de tabac
oe
i ductora de tabacos claros. aarti ae oe
principal pro.
Morris del mismo
Fae mers Massalin y Celasco; y Ia alemana Reemtsina Cigarettes
Fabriken pass a control
tar la Manufactu
factura de Tabaco Particular VF. Gre
Compaiifa Nobleza pertenecia desde
‘Tobbaco, la rama de la produecién de
nacionalizada,
En Ia misma 46
Especial de Tees ao (957 Se ee transtriament, et Fondo
°T), instrumento a través del cual el Estado inte
i
28
vendrfa en la actividad tabacalera!, El FET se formé con una retencién
(primero una suma fija y luego un porcentaje) del precio final de cada
atado de cigarrillo.
Los objetivos del Fondo eran: solventar Ia tecnificaci6n de las explo-
taciones tabacalera a través de la implementacién de lineas de créditos;
la promocién de las exportaciones; el fomento de la investigacién; el
impulso a la comercializaci6n; el, manteniendo stocks compensatorios;
iacstimulaci6n de sistemas de produccién y comercializacién coopera-
tivos entre los productores. El Fondo se proponfa, también, aumentar
Jos ingresos de los tabacaleros para compensar incrementos en los cos
tos de produccién: se pagaba un sobreprecio al productor por encima del
valor del acopio. De este modo, los acopiadores sélo pagaban una parte
del precio total del tabaco recibido. Este sobreprecio representé segiin
los afios entre un 40% y un 60% del precio total (Ipdernoa: 1992). Desde
1968, se instrumentaban ademds, los Hamados planes especiales desti-
nados a financiar proyectos de desarrollo regional, propuestos por las
provincias productoras
‘Sucesivas leyes prorrogaron la vigencia del Fondo hasta que, en 1972,
se sancioné a Ley Nacional de! Tabaco y se le otorgé al Fondo Especial
del Tabaco un carécter permanente: Asf, comenzaba una forma indirecta
de regulacién de la actividad tabacalera, proceso que cubriria desde la
produccién hasta la comercializacién. Inclufa cuestiones tales como la
determinacién del volumen de produccién, la iniciacién y finalizacién
del acopio, la habilitacién de nuevas zonas productivas, la tipificacién
de tabaco, y Ia distribucién de los fondos del FET.
Las cooperativas, favorecidas por la legislacién que daba sustento al
FET, fueron apoyadas mediante lineas blandas de eréditos o planes para
la instalacién y modernizaci6n de sus plantas de preindustrializacin.
Habrian de convertirse en importantes acopiadores de tabaco, contrarres-
tando de ese modo el poder oligopdlico de las cigarrilleras. A partir dela
‘década del ochenta, se consolidarian como las principales exportadoras.
En 1974 se produjo una superproduccién de tabaco, de 73.577 tone- ~~
ladas en 1973 se pasd a.97.762 toneladas en 1974 (Cuadro I, Grafico 1).
29tthe mon oenecepapenmieeamacasl
Este acontecimiento marcaba el fin de una etapa y el comienzo de un
proceso de reestructuracién, fuertemente conectado a un cambio en la
relaci6n de la produccién tabacalera con el mereado externo. A partir de
estos afios, se observa un aumento de las exportaciones —a fines de los
"60 las exportaciones representaban en promedio, cerca del 25% de la
produccién total de tabaco; en 1977, representaban alrededor del 37%
junto con un cambio en la composicién de los tabacos exportados (Cua.
dro XI, Gréfico VII). En efecto, hasta 1975 el principal tabaco exporta.
do era el criollo Misionero (oscuro) que irfa perdiendo importancia y
seria reemplazado por e! Virginia y en menor medida por el Burley.
La creciente orientacién exportadora de los tabacos claros requitié,
tanto transformaciones productivas y tecnolégicas, como de la instala.
ci6n de una infraestructura, especialmente para la comercializacién, pa-
ra que Ia produccidn se adaptara a las exigencias del mercado externo,
Ello supuso un cambio de semillas nacionales —desarrolladas por el IN-
‘TA (Instituto Nacional de Tecnologfa A gropecuaria)- por variedades ex.
tranjeras; el creciente uso de paquetes tecnolégicos (insumos industria.
les); la introduccién de modernas técnicas de manejo cultural; el rea-
condicionamiento de la infraestructura de secado (estufas y galpones) y
de modificaciones en la tipificacién comercial del tabaco para su venta
en los acopios?:
Si tomamos los comienzos de los sesenta como el punto de culmina-
cin de la etapa sustitutiva de importaciones y le otorgamos a esa cam-
Pafia una base 100, podemos observar que la produccién nacional no ha
detenido su evolucién ascendente, hasta lograr un fndice de 233 en la
campaiia 1992-1993 (Cuadro I, Gréfico 1). Como decfamos anterior-
mente, los cambios se observan en la composicién por tipos de tabacos
y correlativamente, por regiones productoras. El NOA, pas6 a represen-
tar la regidn més importante y actualmente, participa, (1992-1993) con
el 65% de produccién nacional (Cuadro X, Gréfico VI)8. La regién pro-
duce tabacos claros —Virginia y Burley— que representaron en 1992 el
95% de los tabacos producidos en el pais (Gréfico III). Asimismo, las
30
1
que configuraron este nuevo escena
ee
cién, dan cuenta del otro gran cambio: el destino de la
a ow cate nes del ochent, fundamentalmente desde 1988,
i ebilidades otorgadas por los mercados extemnos dinamizaron el
dpecrmieato-de la produccién. Entre 1985 y.1989 las exportaciones re-
crc von un poco menos del 40% de la producci6n total en tanto en
resp e lego a exportar cerca del 67% del total producido (Cuadro XI,
Gréfico VID.
Segin el Censo Nacional Agiopecuario de 1988, la superficie im-
Jantada con tabaco en las tres provincias del NOA alcanzaba, 7 =
fata, Jas 32.985.7 hectiireas. De ellas, 41.4% corresponde a Salta; _
2 Tucumn y 40.1% a Sjuy Salta produca 1.78530 has. de taco
Virginia, 430 del Burley y el resto de la superficie i A ee
gorfa otros tabacos . De la misma forma, en Jujuy, del total ‘ le ee i
jmplantadas, 12.938,70 son para Virginia, 186,70 para Burley. oc
mo para el total de Tucumédn, 5.939,30 has. son para Busley y 156.
son para Virginia (Cuadros VII, VIII y EX).
Mientras en Salta y Jujuy el Virginia es producido por productores de
mayor tamafio ~ 49% y 61% de las unidades tienen més de 25 bse ia
taco respetivamenie— en Tucumn fa mayor concentacin de a
caleros del Virginia esta en el estrato de 5.1- 10 has. Asimismo oe ss a
mn, no hay productores de tabaco Virginia en el estrato de m: de 5)
‘has. mientras en el de 25. 1-50 has. aparece el 25%. El Burley es a¢ dopta-
do, en mayor medida, por productores intermedios en las tres provincias
(estrato de3,1 a 25 has.). Por supuesto, en Tucumén siempre se na una
concentracién de productores en el estrato de hasta tres hectéreas (Cua-
dros Vil, VIL, IX). ;
Los datos del Censo de 1988, nos permiten hacer comparaciones, Por
estrato de productores y tipos de tabaco que, con las informaciones més
recientes no se logran.4 -
La pregunta que cabe formularse es, sobre quiénes fueron los actores
a bajo qué estimulos o restriccio-
hes actuaron
: 312.Los actores del CAT
Los tabacaleros: sus cooperativas y organizaciones gremiales
A fines de los ochenta, producfan tabaco unas 2.691 unidades agrico-
Jas del noroeste. Tucuman fue Ja tiltima provincia en ingresar a la pro-
duccién, en Salta y Jujuy se encuentran los primeros agricultores que
experimentaron con la sustitucién del tabaco claro importado.
‘Como ocurre también en cafia, el Noroeste muestra para tabaco, una
heterogénea estructura social. En la regién producen tabaco desde las
grandes fincas hasta campesinos propietarios o los medieros (formes
encubiertas de trabajo campesino), pasando por medianos y dinamicos
productores capitalistas. En cada provincia encontramos casi todas las
modalidades de produccién, pero en cada una predomina una u otra for-
ma. En Salta y Jujuy, la mayor concentracién de explotaciones tabacale-
as esta en el estrato de superficie de 10,1-25 has. con tabaco; acapara el
35% del total de unidades en las dos provincias, en tanto que en Tucu-
mén, el estrato predominante es hasta 3 has., donde caen el 60% de las
explotaciones. En las enttevistas a distintos actores del CAT, el produc-
tor jujefio es reconocido como el més emprendedor. Fue'el primero en
incorporar nuevas variedades, en llevar Ia red de gas a la zona producto-
ra, en pensar desde Ia Camara de Productores la formacién de la coope-
rativa, en mejorar la organizacién comercial, en conectarse directamen-
te con los mercados exteriores. La problemética tucumana es diferente,
se trata, en gran medida, de un pequefio agricultor con muchas dificulta-
des para mantenerse en la produccién frente a los altibajos del mercado,
En las tres provincias hay un predominio de explotaciones de propie-
dad de una persona fisica (90% en Tucumén; 78% en Salta y 80% en
Jujuy). Sin embargo es digno de destacar que la segunda forma de tipo
jutidico de productor que aparece en las tres provincias es sociedades de
‘hecho y en tercer lugar las sociedades formales (sociedades anénimas,
de responsabilidad limitada etc). En la provincia de Tucumén, las socie-
dades de hecho, son muy frecuentes, tanto en la producci6n tabacalera
como en la cafiera; generalmente son familias extendidas, que compac-
32
ymi-
ton tierra o maquinarias, o algin otro recurso para aprovechar econo!
a
as de tamafio (Cuadros IV, V, VI).
tra caracterfstica de Tucumén son los arreglos entre el bropieario
de la tierra y trabajadores de! tabaco. Se los, denomina parcel ver
; ii6n de trabaj -
as no-asalariadas de contrataci6n de Al
cen realidad son formas pst webaie 1
it tierra y pone los medios de p'
rio de la parcela entrega 1
Faro obra en todas as fases del proceso laboral. Son areglos gue
crnmiten compartir 108 tiesgos dé produccién y bajar los esi
. no de obra. El trabajador acepta el acuerdo, primero por un pro! a
Te mercados (Su situacién es tan desventajosa en el meee labor
trato le per
de tierras) pero, ademas, porque el
aa ‘esidad de buscar capi-
i :omo productor sin la nece i
adiestrarse en el cultivo c Sel aae
st ga entre un 35% y 40% de la co:
‘Al propietario se le entrega ent te
aan estos arreglos, el que, generalmente, aparece como tabacalero
el propietario de la tierra : i :
tts agrieutores fueron eapaces de organizar sus propias coopera
| agroi der el tabaco. Los distintos
yara agroindustrializar y vent 0
Sis presentan en este libro, muestran los procesos sociales donde
artes organizaciones fueron constituyéndose. La presencia de las coor:
rativas tiene mucho que ver con las politicas ables searralsena
i ‘apacidad de demandar y nego«
sector y en tal sentido, con la capaci : $
setigores, Las tres cooperativas del Norte la de Saita, Jujuy y Tueu
in acttian como empresas y como organizaciones gremiales muy .
nectadas con las cémaras de productores. Son fuertes acopiadore le
taaco, tienen plants industializadoras con moderns tenologias 1
gran conectarse eficientemente con los mercados internacit :
La primera cooperativa tabacalera en el NOA fue la jujefia y.apareci6
en 1969, la saltefia se creé en 1974 y la tucumana en 1979. i iv
cign principal para organizar las cooperativas fue la defensa pet ty
reses del sector por parte de los productores. Frente a una industia, de
tuna de las ramas més concentradas, que se caracterizaba por su corte
oligops6nico, los unis la idea de agruparse y aumentar Ia capacidad de
negociacién. El aporte de las cémaras fue un recurso de primer:
33,aE EeePC e ee Pree Pr eee PeCe Ce
para la aparicién de las cooperativas pero sin duda, los aportes més im-
portantes provinieron del FET y de los compradores externos.
Las cooperativas tuvieron una fuerte vocaci6n exportadora desde sus
comienzos. El proyecto presentaba una doble finalidad: colocar el exce-
dente que la industria local no absorbfa, y en segundo lugar, diversificar
el destino de la produccién para fortalecer la posicién negociadora fren-
tea la industria, La Cooperativa Tabacalera de Salta cuenta con alrede-
dor de 2140 socios (aunque admiten que los actives reales son unos
900); la Cooperativa de Jujuy declara como socios a unos 1.800 produc-
tores y en Tucuman las estimaciones mas fehacientes —elaboradas con
los registros del FET-calculan alrededor de 1.200 productores coopera-
tivizados,
Las cooperativas son importantes actores sociales de la actividad, cum-
plen una funcién importante en la cadena técnica productiva: agroindus-
trializan y exportan. Desde un principio se han concentrado en la expor-
tacién del tabaco Virginia: el 83% del mismo es exportado por las coo-
perativas. En los tiltimos afios la Cooperativa de Tucumdn esta intentan-
do aumentar la exportacién del Burley, en un mercado repartido entre
las firmas exportadoras (64%) y la industria (34%).
Las cooperativas son empresas que sin competir directamente con la
industria, permiten que ésta no actiie en forma oligopsénica como ocu-
tirfa si las cooperativas no existieran, Se da una divisién de mercados:
el externo para las cooperativas y el interno para la industria cigarrera,
Pero las cooperativas desarrollan otra importante funcién: actuar como
agentes de difusién en los proceso’ de diversificacién. En efecto, por
Tazones de complementariedad financiera y de futuras reconversiones,
las cooperativas proponen nuevos cultivos para los productores e inten.
tan agroindustrializartos y comercializarlos, Estén fuertemente relaci
nadas con las Camaras de Productores. En Salta y Jujuy los tabacaleros
que asumen tareas dirigenciales en una y otras organizaciones son muy
cercanos y en algunos casos rotan en las funciones. Las Camaras procu-
raron desarrollar acciones tendientes a fortalecer al sector de la produc-
34
cin agraria; han programado varias veces (sin cumplito) armar una
Federacion y abrir una fabrica propia de cigartillos.
En Jujuy no existian diferencias importants en ls estategis que
seproponen os citnts grupos de los miembros dela Camara y te
refleja también en la organizacién y conductién de la Coopera iva Es
tste aso Ins dos organizactones presentan un bajo nivel de conflicto
interno. Lasitucion es otaen a Cémara de Sata, donde existen fuets
conflicts intemosexpresados eh las memoria del rgunizacin, Son
conflictos que tienen un doble origen: por un lado, diferencias en es
posiciones politico-partidarias y por otto, diferencias ovignades en el
intento de traspaso de una conduiceién ligada alos sectores mas tradicio-
nales del agro saltefio (asentado en el departamento de Chicoana) a otra
figada a una capa de origen inmigratorio, que estarfa en la biisqueda de
laconduccién de la Camara (Craviotti, 1991).5
En el caso de Tucumdn, aparecen ademas de la cooperativa, dos or-
ganizaciones gremiales representativas de los tabacaleros: la Cmara de
Productores de Tabaco ubicada en el departamento de Alberdi y la Aso-
ciacién de Productores de Tabaco, ubicada en el departamento de La
Cocha, Asimismo, las relaciones entre estas organizaciones y la coope
rativa, estén mucho mas mediadas que en los casos de Salta y de Jujuy.
La industria cigarrera
En 1979 finalizaba el proceso de concentracién de la industria ciga-
rreracon la fusi6n de la Compaiifa Nobleza de Tabaco y Manufactura de
Tabaco Piccardo, y la absorcién de Imparciales y Particulares V.F. Gre-
go por parte de Massalin y Celasco. De esta forma, dos empresas con-
troladas por capital transnacional, Nobleza Picardo y Massalin Part
culares, pasaban a controlar el mercado interno de cigarrillos
Este proceso de coneentracién puede ser analizado como una forma
de estrategia empresarial en el nivel internacional, En efecto, las gran-
35des compaiifas de cigarrillos, en los afios setenta fueron buscando for-
mas de repartir los mercados, sobre todo los de los paises subdesarrolla-
dos, adonde ms podian expandirse y dentro de ellos, buscaban incorpo-
rar alos jévenes y a las mujeres (Ver Goodman, J, 1994; Teubal, et al,
1981). Pero estas estrategias de las empresas transnacionales fueron po-
sibles porque confluyeron con politicas internas que las favorecieron de
una u otra forma, Hubo en nuestro pats, por ejemplo, nuevas formas de
liquidacién del impuesto interno al cigarrillo (acortamiento de los pla-
zos de depésito del impuesto interno), que otorgaban mayores ventajas
a las empresas de mayor capacidad financiera. Asimismo, el sobrepre-
cio pagado por el FET a los agricultores, abaraté el costo de la materia
prima basica de la industria cigarrera,
El dato més actualizado con el que contamos en relacién con la in-
dustria cigarrera®, indica la venta de cigarrillos de produccién nacional,
por tipos (negro, rubio y mezcla). Esta serie va desde 1960 —afio al que
se le ha asignado el ntimero indice 100— hasta 1992. Como era de espe-
rar, es notable el aumento del cigarrillo rubio paralelo a ta disminucion
del negro: mientras en 1960 el 52,26% de los paquetes vendidos eran
negros (y el 47,74% rubios), la proporcisn se va invirtiendo hasta llegar
a 1992 cuando el 92,28% de los paquetes vendidos son de rubios y el
7,72% son de negros. Si analizamos el ntimero indice comprobamos
que los afios de mayores ventas de paquetes de cigarrillos fueron en
1985 (cuando se vendieron 77% més que en 1960) y en 1986 (82% mas
que en 1960) (Cuadro XII, Gréficos VIII, IX, X).
Los datos demuestran una tendencia decreciente en el consumo de
cigarrillos de produccién nacional. En efecto, Argentina estaba conside
rado uno de los paises de mayor nivel de consumo pér-capita de Améri-
ca Latina. Fue un mercado interesante no por su tamafio (comparado
con Brasil 0 México) sino por el nivel de consumo de cigarrillos de su
poblacién. Sin embargo, en los tltimos treinta afios este nivel ha dismi-
nuido. Si medimos el consumo aparente, pér capita en los tiltimos trein-
taaiios, observamos que mientras en 1960 cada habitante consumfa 1.103
36
cigarrillos por afio, en 1980 esa cifra baja a 1.001 y en 1991 se reduce a
759 cigarrillos pér-capita®
En julio de 1990 se produjo la guerra de las tabacaleras , enmarcada
en la feroz competencia entre ambas empresas por el control del merca-
do del cigarrillo. Frente a la disminucién tendencial del consumo de
cigarrillos, esta disputa que ya habja ocurrido a nivel internacional, se
manifesté también en-cl pais!®, La baja del consumo es un fenémeno
registrado en el mundo, sobre todo en los paises desarrollados, alentada
por las campafias anti-tabaco. Argentina no ha escapado a estas tenden-
cias a pesar de que los precios promedios bajaron un 17% y en los titi
‘mos afios observaron el nivel més bajo desde 1976.
Es de destacar, que a partir del plan de convertibilidad, la disminu-
cién de los niveles inflacionarios privaron a las empresas cigarrilleras
de importantes ganancias financieras logradas con el manejo de los fon-
dos correspondientes a los impuestos intertfos al cigarrillo. La nueva
situacién reinstalé el aspecto productivo y el de comercializacién en el
centro de las estrategias de las empresas. Estas comenzaron a gestar una
alternativa exportadora de tabaco y en los primeros affos de los "90 lo-
graron aumentar su participacién en las exportaciones, a la vez que pro-
fundizaron su estrategia de diversificacién econémica, fundamentalmente
hacia el sector alimenticio. Creemos que la pérdida de importancia del
aspecto financiero, es un factor a tener en cuenta para comprender las
sucesivas rebajas en los porcentajes del impuesto interno.
Las cigarreras desarrollaron distintas formas de articulaci6n con los
tabacaleros. Se buscaba cierta regularidad en 1a entrega de la materia
prima y homogeneidad en la calidad del producto. Las empresas adelan-
tan a los productores insumos o capital liquido, aseguriindose la entrega
de la produccién. En el momento de la entrega, se descuentan las finan-
ciaciones realizadas.
‘Las empresas cigarreras estan nucleadas en la Cémara de la Industria
del Tabaco (CIT), quien, como actor colectivo, tiéne un importante desem-
pefio en los procesos de negociacién con los otros actores del complejo.
37La demanda constante afio tras afio de la Cémara es la disminucién
de la presién fiscal que ronda el 70% del precio de venta de los cigarri-
Ios. Decfa la Cémara en 1985: Sélo un 14,81% del precio de venta al
pitblico constituyé el ingreso bruto del sector que produjo el bien sujeto
a imposicién (CIT, 1986:21).
Es conveniente sefialar que la industria del cigarrillo ha sido sucesi-
vamente beneficiada con rebajas en las alfcuotas del impuesto interno al
cigarrillo, que en 1987 era del 72%, en 1989 del 70% y en la actualidad
es del 66%; ésto fue logrado sin que hayan disminuido los precios de!
paquete de cigarrillos al consumidor. Aparece asi una transferencia de
colosales montos de dinero hacia las dos grandes empresas. Las cifras
rondan los 100,000.00 de d6lares anuales, que es aproximadamente el
monto que el FET distribuye entre los productores del pais.
EI Estado
EI Estado ha sido un actor de primera importancia en el CAT. En
realidad, la actividad tabacalera de casi todo el mundo mantiene fuertes
vinculos con el Estado dada su alta capacidad tributaria. Algunos pafses
ccapitalistas como Francia, Jap6n ¢ Italia~ han mantenido empresas es-
tatales en puntos claves del complejo. En nuestro pais el Estado no ha
participado en forma directa en la produccién tabacalera, pero ha inter-
venidy a través de diferentes mecanismos:
* genera las politicas puiblicas destinadas al sector;
* fija los niveles impositivos que debe tributar la industria cigarrera
y recauda los montos resultantes;
* a partir de la sancién de la Ley Nacional del Tabaco, regula la
actividad en sus distintas etapas de agoindustrializacién;
38,
* mediante el Fondo Especial del Tabaco complementa cl precio del
tabaco al productor; financia proyectos de infraestructura; promueve
Ia investigacién y apoya el accionar cooperativo.
hg
EI mecanismo de intervencién més importante del Estado es el Fon-
do Especial del Tabaco. Este organismo mantiene una fuerte vincula-
cién con las cooperativas, con los productores y con otros actores se-
cundarios del CAT como el INTA en su papel de extensionista ¢ investi-
gador, los comerciantes de tabaco etc. Como veremos en el capitulo
siguiente, hubo una constante tensién entre los que apoyaron Ia iniciati-
va de creaciGn del FET -productores y cooperativas~ y los que estuvie-
ron en contra, la industria. Sin embargo el FET respondis a los intereses
de todos los actores en juego.
Los cambios que fuimos detallando en Iineas anteriores fueron posi-
bles por la participacién estatal. Existe una fuerte discusién acerca de si
el FET subsidia al resto de los actores. El impuesto del 7% del precio del
cigarrillo que forma el fondo permanente no va a parar a las arcas gene-
rales del gobierno sino que, por su carécter de impuesto directo que
paga el consumidor, constituye un fondo aparte. Fue una forma imposi-
tiva original, son los consumidores, directamente, los que financian la
expansién de la exportacién, las cooperativas, los planes especiales y la
investigacién. Esto se hace con los cigarrillos porque el Estado no pue-
de promocionar el consumo de un producto que trae graves consecuen-
cias para la salud; al contrario, lo sanciona impositivamente,
Ante esta situacién, podria argumentarse que ese impuesto se destine
a otros fines, pero resulta que — como vimos antes el 70% del precio
del paquete que va a las arcas del gobierno se destina a otros fines. Si el con-
sumidor resiste el impuesto del 7% (Ia demanda es ineldstica), la discu-
sién tendria que girar sobre los destinos del fondo y no sobre la existen-
cia del mismo. Las cooperativas aducen que ese dinero financié el desa-
rrollo regional. Sin embargo, la disparidad de ingresos entre los agricul-
tores tabacaleros da cuenta de que no fue un desarrollo con equidad.
39ESR aamammee azure oan cunaT nama nOEOE 2oP OUESESI SEES ESELEESEIES
Los comerciantes internacionales: los dealers
En a itima década y como resultado de tos procesos de apertura
externa, aparecen nuevos actores en el complejo tabacalero: las empre
sas comercializadoras internacionales o dealers. Estas empresas actian
en el primer mercado del tabaco: compran la materia prima y la venden
a las empresas transnacionales fabricantes de cigarrllos. En la actual,
dad, operan en nuestro pais cuatro comercializadoras!2
a creciente importancia que adquieren estos actores en el complejo
acalero, no s6lo refleja la orientaciGn exportadora de la actividad si.
no que también, da cuenta, de los procesos que conectan el circuito na.
cional con los mereados globales!3,
En lineas gencrales, los dealers pueden operar en los distintos paises
Productores de tabaco de las siguientes formas: pueden comprar directa.
mente a los productores; pueden montar su propia empresa donde aco.
Pian y procesan tabaco-;o bien, pueden optar por comprar a las coope-
rativas agroindustralizadoras;o,rentrlas y agroindustriaizarellos mis.
Gee be eda a desarrollaron formas de intervencion
i Produccién primaria ni establecieron vineulos con los pro-
ictores a través de la comercializaci6n; la exportacién ha estado e
manos de las cooperativas. A nuestro juicio, las formas en que los deat.
érs se han expandido en el complejo (0 los complejos) desde mediados
de los °70, han otorgado,'a cada pais latinoamericano, una expansic,
. la pais latin
ai . una expansién
i Larelacién de los dealers con las cooperativas supone, en la mayort
de tes casos, acuerdos. Son contratos que implican adelantos de capital
abajo, es decir financian ~a cuenta de la cosecha~ la operatoria de
las cooperativas: la compra de tabaco y el adelanto de insumos a sus
asociados; la puesta en marcha del proceso de la primera industrializa,
ion, ete. Los dealers también han financiado, (junto con el Estado), la
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instalaci6n y modernizaci6n de las plantas procesadoras de las coopera-
tivas. Estos vinculos facilitaron la coexistencia de cooperativas y em-
presas cigarrilleras. Para las cooperativas, el apoyo de estas empresas
internacionales, es una condicién importante para acceder al mercado
externo, Para los dealers, significa poder acceder a la materia prima
procesada, sin tener que realizar grandes inversiones en activos fijos!4.
Desde mediados de los "80, los dealers comenzaron nuevas relacio-
nes con el mercado ¥ con los agentes nacionales, lo cual incluy6, no slo
Jas cooperativas, sino también las dos empresas cigarrilleras que actéan
ene] mercado interno. En efecto, en algunas provincias tabacaleras (Mi-
nes y Jujuy) algunos dealers se han asociado con una de las cigarri-
Ieras, instalando bocas de acopio. Pero en Jujuy esta sociedad se disol-
vié y los dealers acopian y procesan por su cuenta, Por otra parte, se
registran algunas modificaciones en la relaci6n de estos actores con las,
cooperativas. Empiezan a privilegiar acuerdos de corto plazo una cam-
pafia~y a abandonar las inversiones en infraestructura, a la vez. que re~
ducen los voltimenes comprados.
Los dealers han jugado un papel fundamental en la orientaci6n de los
cambios productivos y tecnolégicos durante la dltima década. La pre-
sencia de los dealers en la actividad tabacalera nacional, tiene la funcién
de articularla con los procesos de globalizacién del CAT internacional.
Estos actores adquieren una mayor presencia en la negociacién in-
tersectorial. En este sentido, durante el tiltimo afio, los dealers han orga-
nizado sus demandas alrededor de una figura de reciente creacién: la
Asociacién de Comercializadores Internacionales de Tabaco. A través
de esta organizacién, participan en las negociaciones que mantienen los
agentes tabacaleros
(Otras empresas que intervienen en forma secundaria en el CAT son
los bancos, entidades financieras, compaiifas proveedoras de insumos,
empresas de publicidad y las bocas de expendio. Todas las unidades'y
empresas entablan relaciones. El conjunto de relaciones desarrolladas
en torno al proceso de transformacién de la materia prima, conforman el
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Complejo Agroindustrial Tabacalero. Las relaciones estén condiciona-
das por miltiples factores: técnicos, el desempefo de las empresas, las
politicas pablicas ete, En nuestros trabajos, enfatizamos la capacidad de
10s distintos actores para controlar recursos que les permitan mejorar la
posicidn relativa, dentro de este campo de relaciones, que conceptuali-
zamos como complejo
Notas
1 Con anterioridad a esta fecha, la relacién del Estado con el complejo tabacaloro se