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Bases de DIR

Perfil único: incluyen el nivel de desarrollo de las capacidades emocionales funcionales, las dife-
rencias individuales (regulación y procesamiento sensorial, desarrollo del lenguaje funcional y
aspectos biomédicos, etc.), y las relaciones familiares. En cada componente se valoran debilidades
y fortalezas.

Actuación del afecto en el desarrollo infantil: para conocer el estilo de interacción de la familia y
su participación en el plan de trabajo son elementos indispensables para la intervención.

Capacidades emocionales funcionales: La integración de todas las áreas, orquestada por el


afecto, va a permitir a la persona actuar de manera funcional en su entorno, es decir, interactuar
con propósito con sus personas cercanas para transmitir sus necesidades, su afecto, deseos,
ideas, emociones, pensamientos, etc.

Equipo interdisciplinar: Modelo DIR defiende la necesidad de contar equipos interdisciplinares, lo


que supone la colaboración de diversas y diferentes disciplinas tradicionales. Este intercambio de
conocimientos permitirá una intervención más global y lo más ajustada posible a las necesidades
de la cada niño/a y su familia.

Protagonismo familiar: Son ellos quienes mejor conocen a sus hijos y quienes van a poder llevar
a cabo una intervención intensiva a partir de las consignas acordadas con el equipo de
profesionales.
La metodología principal del Modelo DIR se denomina Floortime. Se trata de una técnica sistemáti-
ca que, a través del juego espontáneo y mediante el planteamiento de desafíos adecuados, estimu-
la el desarrollo las capacidades emocionales funcionales (habilidades relacionadas con la
interacción, la comunicación y el pensamiento). Destaca por el apoyo que ofrece a las familias para
que sean ellas quienes establezcan interacciones lúdicas favorecedoras del desarrollo (regulación,
vinculación, comunicación de emociones e ideas, etc.). El principal objetivo que se persigue es el
crear relaciones placenteras y conexión, poniendo el foco en la motivación intrínseca y en las
emociones versus conducta. El rol de adulto será el de interactuar y favorecer y no el de entre tener
o enseñar.

La metodología del Floortime consiste en una serie de técnicas para ayudar a los padres y
profesionales a abrir y cerrar círculos de comunicación, con el objeto de fomentar la capacidad
interactiva y de desarrollo del niño. Para formularlo de modo sencillo, el tiempo del suelo es una
interacción no estructurada, dirigida por los propios intereses del niño. Los profesionales o los
miembros de la familia pueden turnarse para trabajar con el niño en sesiones de 20-30 minutos,
hasta llegar como máximo a ocho sesiones diarias, según las necesidades del niño. El objetivo del
tiempo del suelo es estimular la interacción cara a cara, uno-auno. Esto puede implicar un “cortejo”
activo al niño, para que éste responda a sus señales.
El Floortime moviliza las capacidades interactivas del niño, así como su capacidad relacionada con
la percepción, el lenguaje, la exploración motora y el proceso sensorial.

Las interacciones deben implicar siempre un dar y recibir. La meta es abrir y cerrar muchos,
muchos círculos de comunicación. Una vez que el niño haya dominado esta interacción de doble
vía, él puede utilizarla para superarse hacia otros niveles adicionales del desarrollo, incluyendo el
juego imaginativo o simulado, el diálogo verbal y el pensamiento lógico.

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