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BASES DE LA PUNIBILIDAD

CLASES DE INFRACCIONES PENALES: POR COMISIÓN U OMISIÓN, DOLOSAS O IMPRUDENTES (366)

Jurisprudencia suprema

Cuando un hecho denunciado “no constituye delito”, se tiene que la teoría general del delito parte
del código penal, "Son delitos y faltas las acciones u omisiones dolosas o culposas penadas por la
ley". Dicho concepto formal nada dice sobre los elementos que debe contener toda conducta
sancionada por la ley con una pena. Por lo que, se recurre a la doctrina penal, a fin de establecer
que la teoría jurídica del delito es una teoría de la atribución de responsabilidad penal, esto es, un
instrumento conceptual que nos permite determinar jurídicamente si determinado hecho tiene la
consideración de delito y merece, en consecuencia, la imposición de una sanción penal. Se trata,
entonces, de una elaboración de la dogmática jurídico – penal, con bases en el derecho positivo, por
exigencia explicita del principio de legalidad penal que ha ido evolucionando en el decurso del
tiempo y que permite una aplicación racional de la ley, a través de un sistema conceptual unitario.
Con ello, el ciudadano gana la seguridad jurídica en la medida que posibilita una jurisprudencia más
racional, predecible y unitaria en la interpretación y aplicación práctica de la ley penal.

La comisión por omisión o la denominada omisión impropia se encuentra normada en el artículo 13


del Código Penal, el mismo que se encarga de sancionar ciertas conductas omisivas que no evitan
un delito. Se deben desarrollar criterios para determinar cuándo una conducta omisa merece ser
sancionada, puesto que durante el transcurrir del tiempo se han marcado diferencias marginales
por la dogmática jurídica entre omisión y comisión. Es necesario captar el sentido de una conducta
omisa para desarrollar normas legales que posteriormente sancionarán dichas conductas (García,
2012, p. 547)

En efecto, tras la referencia de que: "Son delitos y faltas las acciones u omisiones dolosas o culposas
penadas por la ley", Se esconde un valioso postulado político criminal que establece los tres
principios más importantes del Derecho Penal en cualquier país que se jacte de civilizado y que
marque el rumbo de toda legislación penal, precisando una garantía al ciudadano respecto a las
condiciones y a los presupuestos de toda legislación penal.

tres principios jurídico-penales:

A) EL PRINCIPIO DEL HECHO PROPIO, principio de materialidad de la acción, principio de la


objetividad material del delito, principio de culpabilidad por el hecho aislado, principio del acto.

CAPÍTULO IV, AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN

ARTICULO N°23 Autoría y Coautoría "El que realiza por sí o por medio de otro el hecho punible y los
que lo cometan conjuntamente serán reprimidos con la pena establecida para esta infracción"

El principio del hecho propio representa una garantía política insustituible para el ciudadano en
relación con el Estado. La ejecución de una acción constituye el límite infranqueable para el Derecho
Penal en la fijación de la responsabilidad penal y la imposición de una pena o medida de seguridad.

SOLO EL HOMBRE PUEDE DELINQUIR


Sin la realización de una conducta humana no puede imponerse sanción alguna. La relegación del
principio del hecho en beneficio de un Derecho Penal de ánimo o de un Derecho Penal de la
peligrosidad social traería un perjuicio severo al ordenamiento jurídico-penal de un Estado
democrático, el cual paulatinamente se acercaría a un autoritarismo intolerante y obsecuente. Sin
el principio aludido las fronteras del Derecho Penal y la moral se volverían borrosas por lo
incontrolable, desproporcional y desmedido de las intervenciones estatales en la esfera privada de
los ciudadanos.

B) EL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD SUBJETIVA

la influencia de la teoría finalista de la acción, produjo un cambio de ubicación de las modalidades


más importantes de la responsabilidad subjetiva (dolo y culpa) de la culpabilidad al tipo penal, Pero
si se considera, con la doctrina mayoritaria, que dolo e imprudencia no pertenecen a la culpabilidad,
sino a la parte subjetiva del injusto típico y que constituyen grados diversos del desvalor subjetivo
de la acción, como es lo correcto, entonces no es coherente designar a la exigencia de dolo e
imprudencia principio de culpabilidad, sino principio de responsabilidad subjetiva [por
contraposición a la objetiva, denominación que tiene, además, la ventaja de neutralidad, ya que
sirve tanto para quienes piensan que esto es un problema de injusto como para quienes lo siguen
considerando un problema de culpabilidad.

El principio de responsabilidad subjetiva se caracteriza por exigir que la responsabilidad penal se


construya sobre las consecuencias efectivamente queridas por el sujeto (dolosa) o por los resultados
al menos previsibles que importen la infracción del deber objetivo de cuidado (culpa). Los hechos y
resultados perjudiciales (muertes, lesiones, incendios, daños, etc.) que no sean intencionales o que
no se vinculen a la previsibilidad de un hombre medio, no pueden legitimar una intervención por
parte del Estado en los derechos de los ciudadanos (vida, libertad, patrimonio, etc.). Las
consecuencias no queridas, las que son fruto del azar y se encuentran fuera del ámbito de
protección de la norma, carecen de idoneidad jurídica para fundar un juicio de reproche y la
imposición de una pena.

principio de responsabilidad subjetiva, tal como se halla formulado actualmente, permite distinguir
dos grados de intervención interna en el delito:

la responsabilidad subjetiva dolosa y la responsabilidad subjetiva culposa.

Dicha diferencia se halla avalada por las modernas investigaciones de carácter psicológico, las cuales
acreditan de manera irrefutable que el juicio moral se halla enraizado en la conciencia de nuestra
cultura, siendo imposible desprenderse o mantenerse al margen de él.

La contemplación del dolo y la culpa como formas únicas de responsabilidad subjetiva sobre las que
legítimamente puede imponerse una pena, constituyen un distanciamiento del Derecho Penal
contemporáneo con el de épocas pasadas.

C) EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD

El principio de legalidad representa la garantía penal más importante en el desarrollo del Derecho
Penal contemporáneo al permitir que todo ciudadano conozca, con la debida anticipación y
precisión, qué conductas están prohibidas y se encuentran amenazadas con la imposición de una
sanción y qué comportamientos son Iícitos. Por la ley, y la función de garantía que esta desempeña,
el ciudadano puede saber con exactitud las fronteras entre lo lícito y lo ilícito, orientándose
correctamente en la vida social y en sus relaciones con terceros a través de la adecuada formación
de la voluntad.

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