Leopoldo Alas Clarín: La Regenta Jane Austen: Orgullo y prejuicio Paul Auster: Leviatán Julián Ayesta: Helena o el mar del verano
Pío Baroja: Las inquietudes de Shanti Andía
Giorgio Basanni: El jardín de los Finzi-Contini Ambrose Bierce: Cuentos de soldados y civiles Adolfo Bioy Casares: La invención de Morel Jorge Luis Borges: Ficciones Ray Bradbury: Farenheit 451 Emily Brönte: Cumbres borrascosas A. Bryce Echenique: La vida exagerada de Martín Romaña Mijail Bulgakov: El maestro y Margarita Dino Buzzati: El desierto de los tártaros
G. Cabrera Infante: La Habana para un infante difunto
Louis F. Celine: Viaje al fin de la noche James M. Cain: El cartero siempre llama dos veces Albert Camus: El extranjero Blaise Cendrars: La mano cortada Italo Calvino: Las ciudades invisibles Truman Capote: A sangre fría Lewis Carroll: Alicia en el País de las Maravillas Camilo J. Cela: La familia de Pascual Duarte Miguel de Cervantes: Don Quijote de la Mancha J.M. Coetzee: Desgracia Wilkie Collins: La dama de blanco Joseph Conrad: El corazón de las tinieblas Benjamín Constant: Adolfo Julio Cortázar: Rayuela Raymond Chandler: El largo adiós Anton Chéjov: Cuentos Chesterton: El hombre que fue jueves John Cheever: La edad de oro Ágata Christie: El asesinato de Roger Ackroyd
Charles Dickens: Papeles póstumos del Club Pickwik
Daniel Defoe: Robinson Crusoe Denis Diderot: Jacques el fatalista Alfred Döblin: Berlín Alexanderplatz John Dos Passos: Mannhatan Transfer Fiodor Dostoievski: Crimen y castigo
Umberto Eco: El nombre de la rosa
William Faulkner: Santuario
Gustave Flaubert: Madame Bovary
H. G. Wells: La guerra de los mundos
Carlo Emilio Gadda: El zafarrancho aquel de Vía Merulana G. García Márquez: Cien años de soledad Wolfgang Goethe: Werther Graham Green: El poder y la gloria H
Dassiell Hammett: Cosecha roja
Nathaniel Hawtorne: Wakefield y otros cuentos Ernest Hemingway: París era una fiesta Patricia Highsmith: Extraños en un tren Aldous Huxley: Contrapunto
John Irving: El mundo según Garp
Henry James: La copa dorada
James Joyce: Retrato del artista adolescente
Phillip K. Dick: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Frank Kafka: La metamorfosis
Carmen Laforet: Nada
G.T. di Lampedusa: El Gatopardo Jack London: La llamada de la selva
Norman Mailer: Los desnudos y los muertos
Thomas Mann: La montaña mágica Juan Marsé: Si te dicen que caí Hermann Melville: Moby Dick Eduardo Mendoza: La ciudad de los prodigios M. Mujica Láinez: Bomarzo
Vladimir Nabokov: Lolita
Juan Carlos Onetti: Dejemos hablar al viento
George Orwell: 1984
Benito Pérez Galdós: Fortunata y Jacinta
Thomas Pynchon: La subasta del lote 49 Marcel Proust: En busca del tiempo perdido
Raymond Queneau: Zazie en el metro
Mercè Rodoreda: Espejo roto
Joseph Roth: La marcha Radetzky Philip Roth: El lamento de Portnoy Juan Rulfo: Pedro Páramo
Françoise Sagan: Buenos días, tristeza
A. de Saint-Exupery: El Principito J.D. Salinger: El guardián entre el centeno Leonardo Sciascia: Todo modo F. Scott Fitzgerald: El gran Gatsby William Saroyan: La comedia humana Ramón J. Sender: Imán William Shakespeare: Hamlet John Steinbeck: Las uvas de la ira Stendhal: La Cartuja de Parma Laurence Sterne: Aventuras del caballero Tristram Shandy Robert L. Stevenson: La isla del tesoro
Leon Tolstoi: Guerra y paz
Mark Twain: Las aventuras de Tom Sawyer
Mario Vargas Llosa: Conversación en la catedral
Julio Verne: La vuelta al mundo en 80 días Boris Vian: La espuma de los días Voltaire: Cándido Kurt Vonnegut: Matadero Cinco
Mika Waltari: Sinuhé el egipcio
Virginia Woolf: La señora Dalloway
Marguerite Yorcenar: Memorias de Adriano
Nota.- Es evidente que cada autor mencionado tiene más de una obra resaltable y que cada lector podría escoger otra distinta. Que se prefiera, por poner un ejemplo, Un mundo para Julius, de Bryce Echenique, es normal, y eso no cambia el sentido de esta lista.