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De la agresividad al acuerdo La agresividad es la resultante de un conflicto entre el deseo de afirmacién por la accién y los obstéculos y vetos que encuen- tra dicha afirmacién. Los obstdculos, a los que hemos Mamado las “imitaciones objetivas”, son exteriores al sujeto. No implican a su equilibrio psiquico. Por experiencia, él aprende a superarlos, esquivarlos o aceptarlos. Las prohibiciones, por el contrario, una vez han sido inte- Tiorizadas, se hacen internas e inconscientes. Pucden ser sélo superadas por la transgresién, que es un acto agresivo, culpabi- lizado y angustiante. El déseo muismi deb temsgresién es ya angustiante, inhibiendo cualquier tipo de agresividad, y si la prohibicién es demasiado amplia, toda -posibilidad de afirmacién. Llegamos asi a esas actitudes de dimisién, abandono, desin- terés y “pereza”, acompaiiados de una profunda angustia, y a me- nudo de una inhibicién del gesto, alteraciones psicosomiticas y del lenguaje. Con los nifios, nosotros favorecemos e incluso provocamos la agresividad bajo una forma simbélica que nosotros podamos y especialmente ellos, puedan aceptar. La aceptaremos incluso has- ‘a la agresién real, el acto brutal, cuando empiecen a defenderse homoys dings, CO eitn, — trorrqrtalig 93 “ Hmong ¥ & afirmarse en el grupo. Es’ una fase indispensable para su “desbloqueo”. Para evitar esa involucién del deseo de accién, son posibles dos actitudes, que ademds pueden ser complementarias y son, por un lado, Ia aceptacién de a agresividad y por el otro la supresin del méximo de prohibiciones. ee LA AGRESIVIDAD ACEPTADA: MEDIO DE RELACION La agresividad es un modo de relacién con el otro, una co- municaciGn, E¥ imetuso probablemente el miodo-més pri manda de relacién. Es un medio de “dar” y de “recibir”, aunque ‘no sean més que golpes... Si para ciertos nifios muy perturbados lecer una relacién, es éste el tinico medio, debemos ‘mismo orden por no se puede encontrar més que con personas encerradas en ese modo de relaci6n. Se trata en estos casos de una actitud indisociablemente ya que lo que se busca inconscientemente es que ellos provocan contra ellos mismos como la que infigen. Es una bisqueda del “castigo”. Prohibir la agresién, 0 reprimitla por medios coercitivos, es entrar en el juego sadomasoquista y, por ende, reforzaria. 94 *eresiGn sin darle uma respuesta representa aumen- fad, ya que lo que el interesado pretende es eso, tuna relacién, que al no dérsela le incita a acte- nda agresiva, “no peli- imentos a esos jue; como tas. le desequilibrio, la conquista y defensa de su espacio, has de traccién, presién, tensi6n, etc, = " Tiberan Ia violencia del r & pl, balm queso bota muy Tues ents ot see en que haga mucho ruido... Franquearemos’ una nueva etapa hacia la simbolizacién a través del mimo, los gestos de agresin y de defensa inmdvies, la agresiGn a través del grito, la palabra, etc, Iremos atin mis lejos cuando la agresion se manifieste énica- mente por la “puesta en dficultad” del otto, por ejemplo, en un Peloteo con balones 0 lanzamiento de objetos, que él deberd Parar, atrapar y volver a lanzar de acuerdo con las modafidades ‘Que le imponga 1a accién del compatiero, o en las miltiples st tuaciones en las que no se ejerce la fuerza bruta, sino la het lidad, la destreza, la imaginacién. A través del dominio de Ia agresividad empieza la adaptacién al otro, el encontrar los limites de la tolerancia del otro... y imismo hacerle conocer sus propios limites. ‘Tolerancia fisica, cuando se esti proximo a pasar al acto, en el enfrentamiento personal, pero también tolerancia afectiva ue el otro no pueda munca cogetla, conduciré inevitablemente & que el otro rehise jugar; hay que adaptarse a sus posbilidades, Gosificar 1a dificultad para que el juego conserve el interés. No 95 prepara esto para Ia bisqueda de la tolerancia intelectual con- descubrimiento de la armonfa, de los juegos, tanto de adultos como de nifios, simbélica de una agresividad subyacente, mo- tacién de las reglas y el respeto al adversario, Los juegos intelectuales no son mas que una transposicién de la agresiGn a ese nivel. LA LIBERTAD DE EXPRESION de ser libre de sus actos, , mo juzgado y no sometido Le deben ser.dejados amplios eda expresarse con toda liber- ae proponer objetos, materia, LA BUSQUEDA DEL ACUERDO I nif, Wiberado de su agresividad primaria, que ha podido al fin expresar, y Hberado de su agresividad secundaria, reaccio- 96 nal, por Ia sexpacin adulto, esth yn disponible para ta bés- queda de ge pc ig al ty lace aloe fon lucién de su relacién agresiva con el otro, y por otro Tado, por Ins bisquedas de “acuetdos t6nicos” que hemos descrito en los rimeros capftulos. En ef acuerdo desembocamos siempre, inicialmente, a partir de situaciones agresivas. Hemos visto ua ejemplo en las traccio- ‘es ejercidas en las cuerdas por el grupo, que terminan por legar un acuerdo de equilibrio reciproco. He aqui otro ejemplo, vivido con un grupo especialmente agresivo: ‘Los pafuelos que proponemos son inmediatamente utilizados ‘como medios de agresiOn; pelean, se dan golpes de pafiuelo en medio de una agitacién jubilosa. Dejamos durante mucho rato ‘que siga Ia agitacién sin intervenir, participando un poco para demostrar nuestra aceptaci6n. Con el tiempo, el dinamismo va disminuyendo y algunos ‘empiezan a hacer restallar 1os pafiuelos en el aire 0 contra el suelo, Entonces decimos simplemente: “bay un muido de pafiue- Jos"... Esta Uamada de atencién al ruido tiene la virtud de desviar Ia agresién al otro y encaminar el dinamismo hacia una expresiGn més simbélica de Ia agresividad, Muy pronto se forma un grupo que intenta sincronizar sus ‘chasquidos, El animador indica su aprobacién por medio de una intervencién gestual, uniéndose a ellos... Nace un ritmo que se Propaga progresivamente a todo el grupo. ‘La estructura espacial del grupo se modifica espontineamen- te; diferentes ritmos van naciendo de los subgropos asf forma- os... algunos conatos de agresividad surgen expresados por Ia ‘oposicién de esos ritmos de grupos que quieren imponerse unos a otros y a todos. Hay finalmente una aceptacién de un ritmo ‘comin y un agrupamiento colectivo, Moderacién progresiva de los ritmos salvajes del principio, bisqueda del acuerdo a través de ritmos més lentos, més suaves, en donde ha desaparecido toda la agresividad, : Basta con introducir en ese momento una misica suave y Jenta para ver formarse de nuevo grupos que buscan exponté- ‘eamente el acuerdo de los gestos.... hasta que renacen tensio- de percusi6n, muy primit del grupo para expresarse libremente. La evolucién de esta situaci6n, que no es més que un ejemplo ¥ no un modelo (ya que con otro grupo o en otro dia habria odio evolucionar de manera muy diferente), demuestra la importancia del ritmo espontineo en Ia bisqueda del acuerdo. El acuerdo es, en principio, iniial y esponténeamente, una _bisGeda-de simultane, es “hacer Jo mismo al mismo tem- po". Puede ser una identifiacién con el otro, pero en todo caso ‘es una escucha permanente del otro que permite un ajuste rect proco y constante. Partiendo de esa simultaneidad descubriremos, en un mo- ‘mento dado, 10s acuerdos altemnativos que son un ritmo binario, fen el que cada uno de los tiempos pertenece a uno de los dos ‘componentes. Ritmos temnarios para tres, cuatemarios para cua- tro, pero asimismo vuelta al ritmo binario por la simultancidad de dos a dos. A partir de abi las combinaciones son infnitas... a poco hacia acuerdos se trata de “hacer lo mismo’ complementaiedad] en donde ya no , sino de completar el gesto del otro, ‘comin que evolu- de ese momento entramos en un acuerdo de coope- racién ¥ colaboracién, que puede transponerse a todas las acti- vidades d& construccién y bisqueda, incluso La biisqueda del acuerdo es para nosotros, durante mucho tiempo, una biisqueda de adaptacién corporal y rmotiz, no estructurada previamente, no programada intelectual- rmente, dejando un sitio & todas las iniciativas espontineas. Sola- |. Mente en estas condiciones obtenemos una situacién de adapta- 98 ci6a reciproca totals.onte centrada sobre: el otro 0 sobre los ‘otros y 20 con consignas preestablecidas y por ello intelectuall- zadas. Esta falta do programaciOn de las actividades es el principio general y esencial de todo nuestro trabajo. Unicamente de esta manera puede establecerse una comonicacién directa, esponténes, ‘No queremos con esto decir ‘temporal en Jo abstracto no revista Ese objetivo es el acuerdo mévil, evolutivo, el didiogo a tra- vvés de gestos improvisados, verdaderos, cargados con el con- tenido emocional del momento, Es aprendet_a_tener_confianza icién de una armonia de comunicacién, Si el lider se impone al principio, a través de su gestualidad, bien pronto queda relegado a un segundo término ea provecho de un reparto més armonioso de las iniciativas. El acuerdo 00 se alcanza, con todo su valor emocional, hasta el momento en ‘que, como dicen los nifios, “no sabemos quién es el que manda”, loun, neguetod 9 Acqhon bide, gaan hangr coor » Son miltiples las situaciones que permiten sleanzar ese acuerdo, entre dos o més, de las que citaremos solamente algu- al. {én en comiin de uno 0 varios objetos. taneidad o de altemancia en los botes cequilbracién reeiproca, directa 0 a través Precisemos de todas maneras que si tos objetivos constantes que nosotros pers decir que To impongamos. Respetamios al fiere trabajar solo, estando siempre atentos y prestos a acogerlo, pero sin forzar jamés las cosas. El acuerdo, en efecto, deb ser-on placer y_no un obliga ib Es el placer de ser aceptado, a a vez, como svjeto dese0so F camo objeto del deseo del otro, es un intento de armonizacién de los deseos. Es el expacio y el tempo puestos en comin; la ivencia de lo “nvestro” y del “nosotros”, pero acaso y de ma- rnera muy especial sea el placer del placer del otro. LA SoctaLizacion Esta bisqueda del acuerdo va a conducimos hacia una verds- ddera sociaizacién, que no es Ja mera sumisién a una regia comin, sibilidad de auténticos intercambios con Tos demés, de dd fases de evolucién que pueden en evalquier momento ponedla fen evidencia. Siguiendo y respetando Ia evoluciGn de esas fases ayvdaremos al niio a superarlas. se y en toda comunidad se crean . is. Fieles a nuestro principio de partir de lo que be Es en principio, Ja importa muy poco que es cones inconscientes, a una complementariedad neurética. Es con ‘con aque, que el acuerdo es mis fécil... 0 el menos fosotros vamos a aceptar y favorecer esa relaciém para, deseubierto ol placer del acuerdo. Pero a menudo este acuerdo se hace en detrimento de los ‘Seri dos contra los otros. Esta nueva fase de agres- también una etapa, guizi la puesta a prucba de la otra, 101 1 descubrimiento de 1a confianza. Nosotros la respetamos, aun- aque intentando haveria evotucionar. ‘Mis tarde, y sin que por ello cesen es0s vinculos privilegia- dos, las parejas rin encontrindose, ssociéndose, esructuréndose en_ propos. mis-mumeros0s, Uegando incluso” en ocasiones hasta ta constitucién, dentro de Ta clase, de dos grupos hostiles, con frecuentes eonilictos de liderazpo. escubren entonces el “clan”, Ia banda, fuerte- rada en su solidaridad y su acuerdo interno, pero para cuanto Je es exterior. Es una etapa habitual agresivided pero que se mos aparece como , a una nueva autoridad encamada por imagen hipervalorizada del “padre”, 0 pafieros y de adversarios, Ia nocién de eq la nocién de competicién (hacerlo mejor que et otro grupo). ero ésta es una etapa que debe ser superada y no puede haber superacién si no se la da una nueva investidura, Esa raja combativa”, bajo cualquiera de sus formas y en todas smpre la expresién de Ia pulsién del vital incial. Se hace preciso invests izin sito 50 pena de perder todo su dinamismo y de que enciorre en la regresion y In depresién. 102 Debercmos esforzarhos por orientar esa energla combativa, tant Sg ene contra el mundo exterior, pero no para destruislo, por el con ciencia y de la técnica. + El nifio debe ser confrontado muy pr dio, en una palabra, a una produccién. Es también adquirie eono- cimicntos para ponerlos al servicio de una tarea comin, al servicio de los otros, y no para dominarios. ‘es cuando el grupo se hace plenamente productivo y puc der al placer connin de una obra comin, sfmbolo de una de los descos. Aceesmy fr Guf ae Prats ah posodivamotar

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