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A diferencia del grupo control, los resultados de los otros grupos fueron
muy interesantes; demostrando que, cuando los sujetos estaban rodeados
de gente que daba respuestas incorrectas a las preguntas dadas, má s de
un tercio de los sujetos se dejaron llevar y manifestaron una opinió n o
respuesta erró nea.
Recientemente realicé con un alumno la lectura del cuento “El traje del
Emperador”.
Solomon Asch, reconocido psicó logo en este campo, llevó a cabo varios
experimentos para comprobar có mo la presió n social ejercida por
compañ eros, bien en el trabajo o en otros campos, puede influir en el
juicio del sujeto a prueba.
En uno de los casos, reunió a ocho sujetos, siete de los cuales eran actores.
La prueba consistía en dar respuesta a una serie de preguntas simples
que nada tenían que ver con el tema de estudio.
La presió n social no tiene por qué ser siempre negativa, pero pueden
influir en el comportamiento. Este término de "presió n social" o de grupo
se utiliza sobre todo para hablar de las conductas que no se consideran
socialmente aceptables o deseables como por ejemplo, el consumo de
drogas en personas jó venes. Este término no se utiliza para describir
comportamientos deseables.
La realidad está en que la influencia que una persona puede ejercer sobre
otra puede ser positiva o negativa por lo que también se podría aplicar en
conductas deseables y no solo en indeseables. Por ejemplo la presió n
social en los adolescentes puede hacer que un joven se involucre má s y
mejor en los deportes, pudiendo llevar una vida más saludable y
siendo un modelo de conducta positiva.
Como has podido entrever entre estas líneas, la presió n social no solo
afecta a niñ os y adolescentes. En estas etapas tempranas de la vida los
chicos y chicas está n estableciendo su personalidad, sus valores y está n
aprendiendo a que el comportamiento tiene consecuencias. Pero también
quieren ser aceptados socialmente y por eso participan en
comportamientos de riesgo para ser aceptados.
Por otra parte, los adultos también pueden ser vulnerables a la presió n
social. Hay adultos que beben o fuman para ser aceptados por su vida
social. Es necesario ser consciente de todo esto para escoger la influencia
que permitimos en nuestras vidas y poder tener experiencias saludables
en la vida.
Este es un á mbito cada vez má s presente. Las redes sociales está n llenas
de estereotipos y estar cada día en contacto con todo este mundo nos
acaba influyendo. Hay personas que incluso se toman el mundo de las
redes sociales muy en serio. En el mundo de los influencers también hay
presió n social; la que ellos mismos provocan, por ejemplo, para cumplir
expectativas que quizá s no quieren o no son capaces de cumplir. Es
cuestió n de có mo los que visitan sus redes sociales se creen lo que ven.
Deberíamos saber que la vida que comparten no es realista y que no hay
que compararse con estas personas.
Creo que no hay nada que hacer,. Querer sentirse aceptados es natural y
siempre habrá personas que juzguen aquello que salga de su zona de
confort. Pero tenemos que vivir con esto y saber que, con una actitud
fuerte y firme, puedes convertirte en quien quieras ser y sentirnos
có modos con nosotros mismos, sin pensar demasiado en lo que piensa el
resto. Tampoco deberíamos juzgar a los demá s y hacer que se sientan mal
por sus ideas, apariencia o actitud. Tampoco debemos sentirnos mal por
querer pedir ayuda si nos encontramos en una situació n complicada
como la que vivimos. Es cuestió n de vivir y dejar vivir.
Los resultados
La mayor parte de los sujetos señ alaban que se habían dejado llevar
porque consideraban que la mayoría estaba en lo cierto, y que ellos
estaban equivocados debido a que no habían entendido bien las
instrucciones o a que su agudeza visual no era buena.
Como dice mi profesor, el psicó logo social Dr. Ricard Faura, “En la
conformidad social no es tan solo vergü enza lo que manifiestan las
personas, es una profunda duda del propio criterio ante el consenso
colectivo”.