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Ponencia inicial para el

V Congreso de Archivología del MERCOSUR


y
XIII Jornadas de Archiveros de Argentina
28-30 agosto 2003

RECORRIDO SATELITAL SOBRE UNA POLÍTICA ARCHÍVISTICA


Introducción

Las áreas que debe cubrir la política archivística han de coincidir con los
objetos de la Archivología, a saber:
- Los documentos de archivo aislados y los conjuntos documentales.
- Los archivos y los sistemas de archivos.
- Los archiveros, las asociaciones y los centros de formación e
investigación archivística.

Trataré en 40 minutos de presentar algunos puntos que considero


característicos del s XXI. Estos, de ninguna manera agotan el asunto y así
quedará probado al oír atentamente a los panelistas que expondrán durante
este Congreso y las Jornadas que simultáneamente se desarrollarán.
Con el agradecimiento a los organizadores de estos eventos por la
invitación a participar, y con mi admiración por el trabajo de ellos que
hemos podido ir descubriendo a todo lo largo de este año, mediante los
Boletines Informativos, me apresuro a desenvolver el tema.

1. APROXIMACIONES

1.1 Qué entendemos por Política Archivística

Política. Conjunto de metas y objetivos que tienden a elevar la calidad de


vida de una comunidad, mediante recursos existentes o a crearse, que se
plasma en directivas y luego legislación.
Comunidades pueden ser municipales, provinciales/estaduales, nacionales,
internacionales/mundiales, organismos o empresas privadas.
Así como hay políticas de salud, seguridad, tránsito, deportes y turismo
también hay una ...
Política Archivística. Es aquella política que formula objetivos y propone
los medios apropiados para servir a los derechos y necesidades de la sociedad
en su conjunto; de las instituciones productoras/receptoras de los documentos;
de los interesados individuales o institucionales y , por último, de los
investigadores retrospectivos.
La Política Archivística no es exclusiva del Estado. Toda institución,
gubernamental o privada, con o sin fines de lucro y hasta cada familia debe
formular y aplicar una política de manejo de documentos nacidos en una
tramitación y de la información que contienen.
La Política Archivística no es una regla inmutable. Hablamos de metas y
objetivos adecuados a las necesidades y a los recursos con que contamos. Es
una herramienta flexible.
En el s XXI debe tender a la homologación –que se opone tanto a la
uniformidad, como a la invención anárquica de documentos y trámites-.
La Política Archivística atiende a dos vertientes: el servicio jurídico-
administrativo y el del Patrimonio Documental.
La archivística que ahora conocemos nació en 1898 como una disciplina
ancilar de la Historia, al inicio del s XXI –por lo menos en Iberoamérica- la
Archivística vuelca su atención fundamentalmente al servicio de emisores y
destinatarios, solicitantes y otorgantes, con el fin de elevar su nivel de vida.
Como feliz consecuencia, reúne registros de los años que nos precedieron
como testimonios de nuestra identidad.

1.2 El poder de los documentos de archivo

Todos los intelectuales de China (¿300 millones?) fueron enviados a


trabajar al campo, cuidando ovejas o cosechando arroz, con UN SOLO
PAPEL DE ARCHIVO emitido por Mao Tse Tung.
Más cerca de nosotros: ¿por qué existen Argentina, Brasil o Uruguay?.
Porque hay un papel que declara la independencia y otros de países
extranjeros que la aceptan y reconocen.
La Constitución Nacional y la de cada Provincia o Estado rigen la vida en
sus respectivas jurisdicciones. Una sentencia quita o da libertad. Un asiento en
el Registro de Propiedad nos hace dueños de nuestras viviendas. Si no existe
nuestra Acta de Nacimiento, somos nadie, carecemos de derechos, no
podemos casarnos, comprar, salir al extranjero, votar, ser elegidos, etc.
Hemos venido destacando tanto el valor histórico y lo que representa de
identidad nacional que únicamente ahora los expertos vamos descubriendo
que los documentos de archivo son palancas y herramientas que curan y
matan. Con ellos los archiveros y los juristas podemos obtener efectos
sociales increíbles.
La Política Archivística debe imponer, hacia dentro de la profesión y en la
sociedad, la idea de que trabajaremos en mejorar la situación de todos los
habitantes (no sólo de los ciudadanos). Sobre todo de los más débiles y
desfavorecidos.
Ofrezco un ejemplo: Las villas o barrios marginales (favelas o cantegriles)
son tales –entre otros factores- porque carecen de documentos de archivo. Si
documentamos la identidad de quienes allí viven, sus terrenos, su estado
escolar, su salud (mediante escuelas y dispensarios) y las ofrecemos a ellos y
a las autoridades respectivas hemos radicado a los habitantes convirtiéndolos
en ciudadanos. Hemos suprimido la marginalidad.
Este es el lugar en que la Política Archivística del s XXI coloca el
compromiso de los archiveros: al servicio de la ciudadanía, de la estructura
jurídica de las instituciones, de los involucrados, sobre todo de los débiles y
marginados.

1. 3. Los Usuarios en el s XXI

El s XXI nos pone frente a nuevas realidades. Hay un usuario más que los que
conocíamos y también reformulación de los antiguos. Veamos:

1.3.1 La sociedad civil


Acabamos de ver el poder y alcance de los documentos de archivo y
deducimos que hay muchísimos documentos que inciden sobre gran número
de usuarios, más allá de la entidad productora y el solicitante o destinatario.
Ejemplos: una empresa fabril que vierte efluentes nocivos sobre un barrio, o
una multinacional que maneja el precio de los combustibles. También una
secta que fanatiza a una comunidad.
Los archiveros y los archivos, conociendo este nuevo usuario, al que
llamaremos sociedad civil, han de adecuar su Política a los requerimientos de
información y apertura a la consulta de toda serie documental de cualquier
institución gubernamental o privada que roce o toque intereses de la
comunidad, sea ésta barrial, municipal o nacional. Esto se llama transparencia
democrática. Bajo ella nos encontramos todos nosotros, en cuanto cumplimos
una función en la sociedad. No puede prevalecer la privacidad, so pena de
convertir los archivos en aguantaderos de corrupción.
Otra novedad de la sociedad actual. Hay ciudadanos e indocumentados.
Estos, de por sí, caen fuera de la sociedad civil, son marginales. Esa
marginación los convierte en infrahabitantes, indefensos, cargados de
obligaciones y desprovistos de derechos. Los archiveros, mediante nuestros
recursos profesionales, impulsaremos su inclusión en la vida ciudadana.

1.3.2 La entidad productora/receptora

Es el primer usuario que conocíamos. Para el s XXI destaco:


- Los archiveros atesoramos los documentos que fundan y sustentan los
derechos y atribuciones de la institución donde trabajamos.
- Pero ella –la institución- funda y sustenta derechos o bienes de quienes
en ella tramitan, solicitando algo.
- La institución no puede exigir todo a los usuarios externos y sentirse con
derecho a incumplir sus obligaciones. Ejemplos: Tranquilamente se
disculpa: “Vuelva de aquí a dos horas. Se ha caído el sistema
(informático)”. Cuando el interesado llega tarde o no pudo ir, también
tranquilamente oye: “Debe pagar intereses” o “El trámite se cerró”.
- A la empresa hay que informarle que, en el s XXI, ella es responsable de
los efectos benéficos o perjudiciales que cause a la sociedad y los
documentos relacionados tienen como involucrados a
los beneficiarios o a los perjudicados que, como tales, pueden acceder a
ellos.

1.3.3. Las personas o entidades involucradas

En el s XXI, hay que trabajar sobre nuevos perfiles de los usuarios


individuales.
Quienes redactan Manuales de Procedimiento, inconscientemente, acumulan
requisitos y formularios como si el interesado fuera siempre un varón, culto,
con facilidad de transporte, tiempo disponible y solvencia para llenar
formularios incomprensibles. La realidad es que a las oficinas de tramitación
concurren madres solteras o viudas, con tres hijos a quienes debe cargar, que
no tienen dinero para boletos de transporte... o discapacitados, o analfabetos
funcionales que desfallecen ante un formulario para llenar.
Introduzcamos el concepto de usuario débil e indefenso. Que la informática
sirva para auxiliarlo.

1.3.4 Los investigadores retrospectivos

A la atención de usuarios de los Archivos Históricos propongo sumarle


dos puntos de Política Archivística.
- Utilizar la tecnología informática para homologar la nomenclatura o
encabezamientos de materias de los inventarios e índices de los archivos
de tradición hispánica (quizás también ibérica) ya que hay suficiente
paralelismo entre los diversos países.
Para los archivos permanentes técnicos como los de arquitectura, salud,
educación, etc. nos ayudarán los tesauros redactados en el s XX.
- El plazo matemático de 30 años para abrir a la consulta los documentos
seleccionados es precientífico. Cada tipo documental cursa un plazo
precaucional diferente. Una vez agotado, es normal –con pocas
excepciones- ofrecerlo a la consulta.

2- POLÍTICA SOBRE LOS DOCUMENTOS DE ARCHIVO

Tres puntos considero característicos para el S.XXI

2.1 La homologación de documentos y trámites


Es uno de los temas centrales de la Política Archivística del S.XXI. Existe
una sola manera de efectuarse: Cuando se homologan previamente las
funciones de las que derivan los documentos.
En el S.XX la mundialización de las comunicaciones ha producido una
asimilación progresiva –que aún continúa- de las burocracias de cada país con
los demás. Todos tienen, por ejemplo Defensoría del pueblo; Ministerios de
Turismo; Deportes; de la Mujer; y otros que hace poco eran desconocidos.
Esta normalización, que también hallamos en las instituciones municipales,
judiciales, universitarias... y en los servicios de telefonía, fábricas de
automotores, cadenas de supermercados -y de allí para abajo en muchos
organigramas- es de signo muy positivo para la Administra- ción de
Documentos, porque favorece la normalización de las actividades
archivísticas y, por ende, de la producción de los documentos y la tramitación.
Dado que esta asimilación no llega –ni debe llegar- a la uniformidad, su
aplicación requiere una política que extraiga todo lo deseable y aceptable para
cada jurisdicción y salve lo característico.
Los archiveros debemos aprovechar esta corriente universal también para
simplificar y agilizar los trámites y para elegir siempre lo más favorable a los
usuarios, sobre todo a los débiles.
La homologación ha de plantearse por círculos concéntricos, comenzando
por ámbitos menores, como las facultades de una Universidad, luego las
universidades de la misma región y así sucesivamente.
Los archiveros de lengua española y portuguesa poseemos una perlita muy
útil para esta coyuntura: el concepto de Tipo Documental (para Brasil, Tipo y
Especie Documental). Aprovechémosla. También nos ayuda la clasificación
en documentos facilitativos, que son comunes a todas las instituciones (en
portugués documentos de funciones “meio”) y documentos sustantivos (de
funciones “fim”) que son característicos de cada familia de instituciones:
documentos bancarios, judiciales, policiales, etc.

2.2 Manuales de procedimiento


La homologación se plasma en lo que llamamos Manuales de
Procedimiento. Hasta ahora entre nosotros, han surgido esporádicamente y
faltan manuales para la Selección Documental y para normas de
Confidencialidad.
Un momento crítico es la tramitación con sus requisitos y el curso
burocrático para poner el documento en vigencia.
Los archiveros deben ser quienes convoquen y coordinen las comisiones
multidisciplinarias que los preparen. Si esto no es posible, ellos solos
prepararán los proyectos y los harán aprobar.
Un punto del Manual especialmente necesario, por causa de la informática
se encuentra en el subtítulo que sigue a continuación.

2.3 La autenticidad de los nuevos soportes


En Argentina no conozco una política sobre requisitos generales ni para la
autenticidad de documentos en papel. Por ejemplo las fotocopias. Para los
documentos informáticos hay organismos que emiten normas aisladas Los
archiveros están ausentes y deben ser convocados, o ellos mismos proponer
cuerpos normativos.
Modestamente lancé, en 1988, a la consideración de los archiveros, un
modelo para determinar, mediante normas, la autenticidad de los originales
fuera cual fuera su soporte. Considero que aún sirve.
Sea esa propuesta u otra, los archiveros, haciendo causa común con los
juristas, han de ofrecer sus conocimientos de Diplomática, que siguen
iluminando estos problemas.

3- POLÍTICA SOBRE CIRCULACIÓN DE INFORMACIÓN


ARCHIVÍSTICA
De modo idéntico a lo dicho sobre la autenticidad, los archiveros están
ausentes cuando se emiten disposiciones sobre temas de difusión y
confidencialidad. Las normas existentes son aisladas y asistemáticas. La
política que me parece básica en este campo se expone en los siguientes
puntos.

3.1 Documentos de difusión obligatoria

Los documentos dispositivos de máximo nivel son publicados en un Boletín


Oficial, porque son de difusión obligatoria. Los organismos de niveles medios
o inferiores no suelen publicarlos.
Nuestra Política supone que todo documento dispositivo es de consulta
obligatoria -o libre por lo menos- para los ciudadanos afectados por la norma.
Si no hay una razón fundada, se tenderá a que sean de libre consulta para toda
la sociedad, ya que vimos que cualquier institución del Estado o privada
puede producir acciones que repercutan directamente en la comunidad que los
rodea. Recuérdese el ejemplo de la fábrica que tira efluentes nocivos fuera de
sus muros.

3.2 Documentos de libre acceso

Los documentos vinculados a una función de interés económico, político,


sanitario, y otros para la comunidad o para un tercero damnificado caerán bajo
la exigencia de transparencia democrática y no podrán hurtarse a la consulta
solicitada por los ciudadanos, incluida la prensa.

3.3 Documentos confidenciales

Los documentos personales o de interés familiar gozan de una privacidad


que debe ser respetada y defendida. No es, sin embargo, un derecho absoluto
porque por algún costado, pueden llegar a relacionarse con un interés externo.
3.4 Documentos secretos

Relaciones Exteriores, Poder Judicial, Fuerzas Armadas y otros organismos


deben formular normas específicas cuyos límites son:
- No pueden abarcar indiscriminadamente a todos los documentos
- Los plazos de secreto deben ser los más breves que sea posible. Nunca
perpetuos.
- Es menester explicitar motivos tales como: “Plazos para tramitar”. No
basta el genérico “razones de Estado” o “seguridad nacional”.
Contrariamente a lo que regía en las primeras décadas del s .XX los
archiveros, con idéntico empeño han de promover normas homologadas para
salvaguardar la confidencialidad y el secreto, como para publicar la
información de difusión obligatoria y abrir la consulta a todos, cuando
encuentre un interés social generalizado de los usuarios
4. POLÍTICA SOBRE LOS ARCHIVOS

4.1 Nuevo concepto de Archivo Intermedio

Teniendo en cuenta que, para los discípulos de Tanodi, el archivo no es el


conjunto de documentos, sino el organismo o repartición que procesa y vela
por ellos, definimos:
Archivo Intermedio es el órgano del Sistema de Archivos (léase el
equipo de expertos) encargado de:
- conducir y supervisar los archivos de oficina, gestión y guarda de
documentos en uso administrativo, que pertenecen a su jurisdicción. (En
uso administrativo están los documentos en trámite, vigencia y plazo
precaucional).
- homologar la producción de documentos y la tramitación dentro del
sistema y, de modo progresivo, con sistemas de archivos que procesen
documentos análogos, en ámbitos cada vez más amplios.
- redactar y adaptar Manuales de Procedimiento homologados para la
institución. Estos Manuales abarcarán todos los aspectos, tales como la
selección documental y la confidencialidad.
- planificar y controlar la selección documental en toda su jurisdicción.
Directamente trabajará sobre los documentos facilitativos e
indirectamente, sobre los sustantivos.
- centralizar la información contenida en los documentos de todos los
archivos de su órbita, administrándola directamente a las autoridades y,
mediante nodos prefijados, a los demás usuarios. Velará por la difusión
o la confidencialidad según las normas del Manual de procedimiento.
- resolver las emergencias archivísticas, a saber: a) Supresión de
secciones o secretarías; b) Catástrofes, como inundaciones o incendios.
El Archivo Intermedio no es un gran depósito, aunque está bien que
disponga de espacios para recoger documentos en emergencia y, a veces,
para tareas de selección y expurgo.

4.2 Replanteo del Sistema de Archivos

Desde 1898 Müller, Feith y Fruin fundaron la Archivística que ahora


conocemos. Esta giraba únicamente alrededor de los Archivos Históricos.
Cuando, en la década de 1970, se comenzó a hablar de Sistema de Archivos,
lógicamente el Archivo Histórico fue visto como la cabeza por ser el destino
final de los documentos administrativos seleccionados.
En el s XXI, acabamos de plantear que es Archivo Intermedio el que
procesa y administra los documentos y la información mientras están
sirviendo a las autoridades, a los involucrados y a la sociedad. La consulta
retrospectiva es una feliz consecuencia no buscada. Por lo tanto el Archivo
Intermedio es el corazón que bombea los documentos y la información por
todo el organismo viviente constituido por el Sistema de Archivos.
Por otra parte, si el mayor caudal de normas, manuales y reglamentos
siempre actualizados ha se salir de su ámbito, ¿por qué hacerlos pasar por la
aprobación del Archivo Histórico?, ¿por qué hacer al Archivo Histórico
cabeza del Sistema?.
El Archivo Histórico se desenvuelve en un dignísimo ambiente cultural.
Requiere investigaciones reposadas y profundas, también publicaciones
científicas. No es, entonces, el más apropiado para dedicar su personal a los
estudios de homologación o de salvataje de archivos en desastre, etc.
La política del s XXI o hace presidir el Sistema de Archivos por el
Archivo Intermedio, dando autonomía al Archivo Histórico; o el Archivo
Histórico preside el Sistema dando gran autonomía al Archivo Intermedio
dentro del Sistema para cumplir su complejo portafolio.
5. POLÍTICA SOBRE LEGISLACIÓN ARCHIVISTICA.

En Argentina, los archivos y los archiveros nos desempeñamos en un


entorno legal y administrativo que nos es dado. En algún lugar del
organigrama y por iniciativa de otros profesionales (entre ellos contadores,
informáticos, microfilmadores, etc.) surgen normas como hongos aislados e
inconexos.
Quienes pueden ofrecer una política orgánica desarrollada mediante una
reflexión sistemática de leyes, reglamentos, normas, Manuales de
Procedimiento y disposiciones burocráticas, somos los archiveros, aunque
somos concientes de que es una tarea multidisciplinaria. Veamos la parte
que nos toca.
Hay tres organismos o núcleos de acción archivística: los archivos, los
centros de formación e investigación archivística y los colegios o
asociaciones de archiveros. Estos tres cuerpos profesionales se
complementan y mutuamente se necesitan para imaginar, formular y aplicar
un sistema regulatorio. Cada uno brinda aportes diferentes.

5.1 Rol de los archivos

Las instituciones archivísticas forman parte de ministerios u organismos


del Estado o de empresas y entidades sin fines de lucro no estatales. Su
perspectiva tiende a estar más cerca de las necesidades de sus autoridades.
Ven a los ciudadanos involucrados como gente “de la otra orilla”.
Pero, a su vez, los archivos son los canales lógicos y normales para llegar
a esas autoridades y a los poderes del Estado, hablarles en su idioma y
perseguir los trámites por los pasillos internos de la aprobación.

5.2 Rol de los centros de formación e investigación archivísticos


Poseen la bibliografía, el espacio de reflexión y una visión panorámica de
los problemas como insertos en un marco internacional. De ellos esperamos
ideas luminosas, una sede de consulta y asesoramiento profesional y el
aporte siempre juvenil y generoso de los estudiantes, para impulsar causas
en la sociedad.

5.3 Rol de los colegios y asociaciones de archiveros

Estos colectivos gozan de independencia personal porque las propuestas


de sus miembros, formuladas en la Asociación o Colegio no están regidas
por su compromiso laboral. Ellos se sienten “en la orilla de los usuarios
llanos” y en la sociedad civil con su sed de transparencia y legalidad.
De los tres miembros de este esquema, las Asociaciones de Archiveros
son los más débiles, sobre todo en lo que toca a recursos económicos, pero
también por la carencia de biblioteca, medios de propaganda y muchas
veces, de local.
Volviendo a la legislación, no olvidemos que objetos de la Política
Archivística no son únicamente los documentos y los archivos, sino las
incumbencias y derechos de los archiveros, de sus Asociaciones y los Planes
de Estudio de los centros docentes.
Para el s XXI, estas tres fuerzas vivas de la Profesión Archivística deben
reconocerse entre sí, respetarse y –más que todo- reunirse y sumar los
aportes de cada una. Inmediatamente luego, conformar círculos de trabajo
entre países. Nosotros, en el Mercosur,

6. POLÍTICA DE INVESTIGACIÓN ARCHIVISTICA

6.1 Relación de la Archivología con otros campos del saber


En el s XXI hemos de salir a proclamar que la Archivología es un campo
del saber que tiene un lugar en todo un planeta donde conviven cientos de
campos del saber.
No somos un área dependiente de un campo principal. Tenemos relaciones
diversas con decenas de ciencias y técnicas –como sucede a todos y cada
uno de los campos-.
Nuestra relación principal está con el Derecho y las Ciencias de la
Administración. Hay conexiones con la Historia y las Ciencias de la
Información y Comunicación pero de ninguna manera la Archivística es
reductible a ellas porque nuestros documentos e información son producidos
y utilizados para sostener la estructura del Estado –más aún, del Orden
Internacional- y los derechos de todas las instituciones y organismos
privados y de los ciudadanos en su cotidiano existir.

6.2 Propuestas de investigación para el s XXI


Por ser una ciencia, la Archivología requiere crecimiento y vigor teórico,
es decir investigación y publicación de trabajos.
La Archivística o Archivología no es un conjunto de destrezas, sino una
actividad profesional que requiere Título de Grado.
Los planes de estudio transmitirán una concepción del amplio servicio que
pueden prestar los documentos de archivo para mejorar la estructura de los
Poderes del Estado y de las instituciones y para ser sustento jurídico de los
habitantes de una comunidad, de modo que todos lleguen a la plenitud de su
desarrollo personal en democracia.
Después del presente V Congreso del Mercosur opino que bien podría
incluirse en los centros de formación e investigación archivística la
asignatura Política Archivística, que da amplitud al nombre y los contenidos
de la actual que se llama Planeamiento Archivístico y no menciona la
Política Archivística.
CONCLUSIÓN

La elección del lema de este Congreso La Política Archivística no podía


ser más acertado.
He tratado de presentar un panorama general . Los aportes de cada uno de
los especialistas nos permitirán salir de Huerta Grande con un área mental
llena de ideas.

BIBLIOGRAFIA

Sobre Política Archivística

COUTURE, Carol y ROUSSEAU, Jean Ives. Capítulo 3 “Política de


tratamiento de documentos”. p 13-25, en Los Archivos en el s XX.
México. Archivo General de la Nación y Universidad de Montreal. 1988,
434 p. MOREIRA FRANCO, Celina do Amaral Peixoto. “Los archivos
públicos y el Archivo Nacional de Brasil. Propuestas para definir una
política nacional”, p 52-59 y GUTIERREZ MUÑOZ, César. “Propuestas
Archivísticas para América Latina”, p 71-84. Ambos trabajos en De
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Organización de los Estados Americanos, l987, 196 p. HEREDIA
HERRERA. Antonia. Cap. 7 “Administración de Archivos”, p l97-233, en
Archivística General. Teoría y Práctica, 5ª. Edición. Sevilla. Diputación
Provincial. 1991, 512 p. JAÉN GARCÍA, Luis Fernando. “Las Políticas
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Caribe”, p 73-88, en Revista del Archivo General de la Nación. Lima.
Ministerio de Justicia. Nº 22. Año 2001. ARÉVALO JORDAN, Víctor
Hugo. El Acto Proyectual de los Archivos. Ensayo. Santa Fe (Argentina),
Asociación de Archiveros de Santa Fe. 1996, 126 p. (El Acto Proyectual
viene definido en p 39 y está relacionado con La Política Archivística).
VAZQUEZ, Manuel. Capítulo 8 “Política Archivística” p 87-92, en
Introducción a la Archivología. Guía de Estudio. Santa Fe de Bogotá.
Archivo General de la Nación (Colombia).1997, 122 p. VÁZQUEZ,
Manuel. “Documentos Electrónicos al Servicio de una Política
Archivística”, p 13-26, en Revista del Archivo General de la Nación.
Lima. Ministerio de Justicia. Nº 23. Año 2001.

Sobre Sistemas de archivos

CRUZ MUNDET, José Ramón. “Los Sistemas archivísticos” (cap.5) p


l05-142, en Manual de Archivística. Madrid, Fundación Germán Sánchez
Ruipérez. Pirámide, l994, 408 p. VASCO de ESCUDERO, Grecia. “El
Archivo Nacional de Ecuador y el SINAR: breve enfoque expositivo”, p
173-176 y CHARAF, Marta “Algunos aspectos de la problemática del
Archivo Intermedio, p 26-36, ambos en De archivos y Archivistas, ya
citado. VAZQUEZ, Manuel“Los Sistemas de Archivos”. P 79-86, en
Introducción a la Archivología ya citado.
Sobre Usuarios

GONZÁLEZ ECHENIQUE, Javier. “La inflación de ususarios y algunos


de sus problemas” p 67-70 y WEILBRENNER, Bernard. “Los Archivos y
los Usuarios” p 186-196, ambos en De Archivos y Archivistas, ya citado.
SILVA, Raquel Miranda da. “Os diferentes tipos de Usuarios de Arquivos”,
p 66-86 y CASAS de BARRÁN, Alicia. “La Nueva Historia y los
Documentos Privados en Países del Mercosur” p 183-197, ambos en
Caderno de arquivologia. Santa Maria (Brasil). Universidade Federal de
Santa Maria. 2002. 230p

Mendiolaza (Córdoba) 20 de marzo de 2003.

Manuel Vázquez

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