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TEOLOGIA MORAL
CURSO FUNDAMENTAL
DE LA MORAL CATÓLICA
EL SUJETO MORAL
(I, 425-501)
l. LA ACCIÓN MORAL
1. La acción moral
, 1 nfrentarse con la eticidad de la
. ºd d l
ª
Tanto la filosofía como la teologia: d
an es
qué acciones humanas
ah ctiv1 a umana, o p. nmero que diluci C ste fin se distingue en-
pueden calificarse malas» on e ,
buenas» 0
. . • ¡odo lo que el hombre hace, y
de« «
tre «actos del hombre» (actus hominis).
Teología Moral
t30 esd ecir. ,el que se ejecuta con conocimient O .
tu s hurnansu», h s on morales, Y hb
«ac humanos» los «ac tu s ominis» Pore 1ee0ttad.
S o ¡ 0 5 «actos li'dad dado que no son conscientes ' y
ol . en mora ' l'b
I re ntra.
J· untos» (
b) Socialidad
Ser hombre es vivir con otros hombres, pues el hombre «vive y «con
vive», hasta el punto de que se diferencia del animal porque «vive en so
ciedad». Esta realidad existencial es el logro de Aristóteles al definir
al hombre como «ser social».
Se discute sobre cuál de las dos definiciones aristotélicas: «animal ra
cional» y «ser político», definen mejor al ser humano. Pues bien, parece
que ambas se integran, pues lo consideran bajo aspectos distintos: si
la
«inteligencia» supera cualitativamente el instinto de los animales, de
modo semejante, el «con-vivir» del hombre marca una diferencia tam
bién cualitativa respecto a vivir en manada o en rebaño de los animales.
Tal es la anotación de Aristóteles. Estas consideraciones del filósofo
griego son subrayadas por Tomás de Aquino y por grandes sect?r s de la
filosofía actual (III, 166-170; 351-353, etc.). El origen de la soc idad es
precisamente el alma, dado que una de las cualidades del espintu es la
«autocomunicación» (cfr. I, 447-450). ,.
1
•a
La socialidad radical de la persona humana en relacion con ª vi ª
moral tiene, al menos estas dos consecuencias:
d 1h b r s, ¡ no .se tiene .
' . . en cuenta
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- N o cabe plantear la vida moral e om t e del « indi v iduo», si no e
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su condición •
social. La moral no es, propiamen
la l n ser' social
. Por11 e o, tam bº,
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«per sona», y la persona por na tura ez . · .d , 0_
es . s de la a econ
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soc1 '
VI
so 0 bJeto de juicio ético las múltiples re cione . Santo Tomás
mica, política' etc·'e incluso de las instituciones
.• que 1ª gen.
h b la de «virtudes políticas» y las justifica ene S ts términos:
ª
º
Teología Moral
134
t uraleza un animal político tal
l h mbre es por n . . . ' es Vir
«y puesto quee o . él en las cond1c10nes propias a su nat -
tudes, en ue existenlí en . . ca que, confonnánd llra.
cuantoq . s» lo cual s1gm 6
leza, se llaman ·rtudes «po oca, . . ose a
Vl rt rectamente en las actividades hurna
estas vi·rtudes, el hombre se poa n as
(I-II, q. 61, a. 5).
y 1
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papa Bene d .icto XVI J·ustifica por qué 1 del bcreyente
d . en Cristoy 1a
d. d d creyentes tiene e e er e intervenir enI
Iglesia, como comunia e ' a
vida pública:
« a rel
. 'ón cn·stiana y las otras religiones pueden contribuir al desa
L 1g1 , • •
rrollo solamente si Dios tiene un lugar en la esfera publica, con específica
referencia a la dimensión cultural, social, económica y, en particular,
polí
t ica. La doctrina social de la Iglesia ha nacido para reivindicar esa
«carta de ciudadanía» de la religión cristiana. La negación del derecho a
profe. sar públicamente la propia religión y a trabajar para que las
verdades de la fe inspiren también la vida pública tiene consecuencias
negativas sobre el verdadero desarrollo. La exclusión de la religión del
ámbito público [... ] impide el encuentro entre las personas y su
colaboración para el pro greso de la humanidad[...]. En el laicismo y en el
fundamentalismo se pierde la posibilidad de un diálogo fecundo y de una
provechosa colabo ración entre la razón y la fe religiosa. La razón necesita
siempre ser puri ficada por la fe, y esto vale también para la razón política,
que no debe creerse omnipotente. A su vez, la religión tiene siempre
necesidad de ser purificada por la razón para mostrar su auténtico rostro
humano. La rup
tura de este diálogo comporta un coste muy gravoso para el desarrollo de
la humanidad» (CV, 56).
lº d
. El ho.mbre se rea i ad persa 1 . . y é1
mismo tiene historia de f na e histórica: vive en la historia .,,¡.
,
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orma qu 1 h.
istoricidad no toca tange
0
El sujeto moral
135
d) Elevación a la gracia
1. Conocimiento
2. Libertad
La acción mora}
se ejecuta . ' además d
be , l'Cqu1ere, ade e conocer lab ue
de
moralidad dla voluntad · Larnás,
Üb el «canse t· .
n 11n1entandad o malicia del actoq
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es el el emento»., Para ello se exigea de1 a
O
pierde el ª se ve lirnit d n que seU mas determinante 0
Carácter de «rn a a o anulad eva a cabo de modo violento
oral» (Vs, 31). a Por la Pasión, el miedo, etc-,
El sujeto moral
141
La libertad es un tem. a lleno de
aporías Las difi ' cult a es surgen a
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cada paso, por lo. que e. xhisten muchos errores en torno a ella·. es e 1os
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que niegan su existenci a as t a lo s que demandan una libertad absol ut a.
. . ,. d
Algunos con funden la limitacion e la libertad con la heteronomíay h
quienes, en aras de la libertad, pretenden demandar para el hombre u:
libertad sin limitación alguna, a pesar de que el hombre como tal es un
ser limitado. Otros reclaman las libertades formales O reales (libertad de
pensamiento, política, etc.) Y no cuidan la libertad personal O la niegan,
y, al contrario, hay quien defiende la libertad del individuo, pero niega
las libertades formales... El contorno de las ideas falsas en toda esta te
mática se agranda, porque nuestra cultura y el hombre de nuestro
tiempo es particularmente sensible a la libertad (cfr. I, 468-479).
El hecho es que algunos de estos equívocos han salpicado la moral
teológica, lo cual es grave, porque en el recto sentido de la libertad se si
túan hoy no pocos problemas morales:
a) Libertad y verdad
da. dE n e1eetc o, si· «lo real» es solo la «realidad, m• aterial» •Y los valores mo-
rales son subjetivos, solo existirá la «verdad física quei terpre_ta la rea-
lidad material; el resto serán opiniones que cambian segun el tiempo, el
lugar o el sujeto que las interpreta.
Ahora bien, cuando la razón descubre los valores morales, que en sí
mismos son reales, con independencia de la libertad del hombre, si la li
bertad acepta ese orden objetivo real, entonces adquiere su más alto
rango, dado que descubre y acepta la verdad, como expresa la sentencia
bíblica (Jn 8, 32).
b) Libertad y ley
e) Libertad y bien
l. El «voluntan .
o m causa»
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No se sepa 1 icaa los casos en a. in•
dan seguu-g d
que el efec 8e u acción, sino
se impute al eguido (no querido t a:
trata de juzgar to d
1
que se actúa con
consecuencias remotas c1 e-
«ignoranque
so O de los efectos inmediatos. d )
agente se requiere q pero que se sigue de la acción realiza
;2
El su je to moral 145