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Repensando Oriente-Occidente Susana B. Murphy RACIALIDAD, COLONIALISMO Y ARQUEOLOGIA, ENEL SIGLO XIX" ‘La eradel imperio que define al siglo XIX tuvo como protagonistas desta 1 Francia. Inglaterra y, en menor medida, a Alemania, Bélgica, Holanda, Espatia, Portu- gal, Rusia. El dominio imperial y colonial tiene como fundamento -el estado naci6n-,¢] capitalismo y la idea de progreso y a ello se anexa otto importante campo de lz actividad humana, fa cultura, La funcién del Estado en el siglo XIX, es la “iprotecciénde Ja pureza de la raza”, cuyo fundamento es el racismo biol6gico y centralizado. Las excavaciones arqueolégicas en los dominios coloniales fueron subsidiadas por orga- rnismos oficiales. En consecuencia, es posible detectar como se reproducen las ideas de racialidad.y superioridad al ponerse en contacto con los “otros”. Los indicios del imperialismo y colonialismo europeo del siglo XIX tienen entre sus antecedentes la expansién y dominacién continental de Napoleén Bonaparte, sn embargo, la coronacién de la gloria napoiednica seria el avance hacia el Este, cuando emprendié la conquista de Egipto que quedé documentade en la obra Campagnes d Egypte et de Syrie 1798-1799, dictada por Napoleén a uno de sus genérales. {Por qué Fgipto? {Cusies eran las razones que impulsaron esta conquista? Lahistoriografia clésica, -Plutarco, Flavio Arriano yotros-, habia impuesto una figura paradigmética, Alejandro Magno, a quien en sus escritos se lo presenta como un estratega militar brillante, conquistador de Oriente y Occidente. La construccién de este mito se plasmé, en momentos coyunturales, por ejemplo, la expansién y conquista de Roma llevada a cabo por César, o los inicios de la era augustal. En consecuencia es posible establecer una comparacién entre ambos estrategas, ;AAcaso Napole6n no in- tentaba identificarse con el modelo alejandrino En este sentido, se tiene conocimiento de las lecturas realizadas por Napoleén sobre fa Histoire des arabes de Marigny, y aticularmente el Voyage en Egypre et en Syrie del conde de Volney, lo que segura. mente alimenté su atraccién y fantasia referidas a Oriente, yen el transcurso de los altos Jogré realizar un sueio, que fue la conquista de Egipto, resignificando asi las glorias del pasado alejandrino mediante la unién de Oriente-Oceidente La expansién inglesa penetré en Asia, sobre todo en India. Francia; porsu parte, se establecié en Africa del Norte, con centro en Tiine2 y al mismo tiempo emprendié expediciones en el sudeste de Asia, para fortalecer las bases de su imperio. El surgimiento del nacionalismo oficial europeo se vi6 favorecido por la indus- twializacién, la modemnizacién de los medios de comunicacién, Asi nacié una nueva organizacién -el estado Nacién-, euya préctica politica y moral se basé en la idea de Progreso y el auge del capitalismo'. El objetivo de la empresa coloniel e imperialista europea estuvo ligada e la obtencién de materias primas, la busqueda de nuevas fuen, tes de enerala, y la promocién y ampliacidn de los mereados, gracias al desarrollo del barco a vapor y de los ferrocarriles, fo que permitié una disminucién de las tarifas de {tansporte. Se promovi6 ademas la inversidn en empresas. Todo ello aceleré el progreso industrial europeo. A la nueva préctica politica y econémica se anexa otto importante campo de la vided humana, la cultura. En el curso del siglo XIX se produjo una revolucion lexicogréfica y filolgica que tuvo su origen enel naciente nacionalismo europeo sobre le base de las ideas deh comamticismo herderiano, la exaltacién del racismo y lanacién, le obsesidn por la lengua y la expresién hablada, como manifestaciones del genio y sentir de un pueblo, a lo que se aftadia el desarrollo y la admiracién por la lingufstica indoeuropea, Es notoria la influencia y postura euroeéntrica de Montesquieu y Rousseau, due sostenian que la virtud y I capacidad politica de un pueblo dependian del clima y 'a geografia, por lo tanto, Europa era un continente “‘cientifico™ y “progresista" por las bondades dé su clima templado?. Se impone ast un “nacionalismo linguistico” que se imanifiesta en la elaboracién de diccionarios monolingtes y posterionmente bilingtes tegrados por lenguas con un status comiin, que ponen en evidencia la realidad poli, ica cultural y el interés por combatir las estados dindsticos y sus lenguas de prestizio como el francés parisino, el aleman,e! inglés*. E! dominio politico, econémico y cultural europeo en Oriente promovi en la metrépolis francesa Ia apertura de nuevas escuclas ¢ insttutos, consagrados a los estudios semitistas y a la enseftanza del érabe, lengua indispensable para afirmar la conquista de Egipto en la etapa napolesnica, y para el dominio de Argelia, campafia que se emprendié en 1830. Se fundaron la Ecole de Langues Orientales Fivantes, la Societé Asiatigue, bajo la direccién del romantice Silvestre de Sacy, pionero arabista que legé obras fundamentales como Prineipes de Sranmaire générale y los volimenes de la Chrestomathie arabe'. Los estudios filolégicos semiticos fueron realizados porel semitista Renan en la Histoire générale or Sstéine comparé des langues sémitiques, en lz que afirmaba que existian tazones de 2 indole lingtistica y geogréficas para explicar a incapactdad de ciertos pueblos: asi la lengua semitica desconoce la abstraccién por lo que la metafisica es imposible, y agrega que al vivir en zonas desérticas y calurosas, sus habitantes eran sujetos simples y fanaticos, Mediante el instrumento de la comparacién, Renan sostiene que: Ja lengua indoeuropea es una “norma viva y orgénica” mientras que la lengua semnitica es “inorganica” y “no regenerativa”. La comparacién la realizé tomando como patrdn la relacién entre la lingifstica y la biologia’, lo que denota los rasgos de racialigad cuyo fandamento lo aporta la filologia y la etnologia en tanto ciencias que establecen las diferencias acerca de las razas. Renan consideré que sdlo los representantes de la raza blanca construyeron lacivilizacién mundial, “los judfos, sitios, arabes... desempefiaron su papel como parte integrante de la gran raza perfectible: lo cual nc puede decirse de la raza negra... tértara... china”. A estos iltimos os consider6 una civilizacién apart. lo que pondria en evidencia la desigualdad entre los hombres. En su obta, La réforme imellectualle et Morale de la France justificé el dominio colonial en el nombre de la superioridad. Textualmente sefialé: “La conquista de un pais de raza inferior hecha por uno de raza superior que se establece en él para gobernarto, nada tiene de chocante’ Ello pone en evidencia la fucion del Estado en el sigto XIX, ‘protector de la pureza de ” cuyo fun es el racismo biolégicoy centralizado!. Elenfoque culturaliste enmascara la alteridad, privilegia un lenguaje segregacionista y se niegan los derechos del “otro” y el respeto por las diferencias, en bereficio del juego de la represién y exclusion, para asi consolidar “los circuitos reservados del saber” que operan ¢ interior de la institucion estatal dominante® En la €poca existia un profundo desconocimiento de las tradiciones historiogréficas orientales, promovido por la dominacién colonial europea; yla idea de progreso condujo en parte a Ia negacion de Ia historia de estos pueblos o @ una nueva representacién histérica bajo las pantas de la mirada occidental. En 1926 el misionero briténico Edward Thompson, en su libro The Other Side of the Medal, expuso criticamente Ia politica colonial briténica implementads en India y la consecuente nege- cin de su historia, o bien la cergiversacién de los hechos acaecidos"®. El conocimiento de la historia de las regiones conquistadas en el Oriente aftoasiatico era limitado ef pasado de las “antiguas” civilizaciones mesopotémicas (asitia- neobabilénica) se conservaba fragmentado en las fuentes clasicas y en los libros bibli- cos de Reyes, Esdrés y Nehemias, Herédoto, siglo V a. C, en su obra Los Nueve Libros de la Historia, tuvo por objetivo central, “evitar que los hechos de los hombres se borren y dejen de ser relata dos”. Los cuatro primeros libros offecen una visiéa del mundo conocido para la época Jos ldgoi refieren a las formas de vida, costumbres, tradiciones de los “otros”, los, barbaros, los que no hablan griego, Su discurso histérico parte dela alteridad, mediante el distanciamiento del otro, (muthos). con el fin de que la historia de los griegos sea mas ible. Asi narré sus impresiones sobre los babilonios. asirios y su estancia en 3 Babilonia’t; su retorica se despliega entre e1“yo vi" y el “yo of”, es el testimonio ocular el que prima, y el ofdo del pablico y las sucesivas inversiones para lograr transcribir la alteridad. En la etapa helen{stica, Beroso, sacerdote babilonio, escribié en griego la obra Babiloniaca en la que registré a lo largo de tres volimenes la historia de Babilonia. Por su parte Estrabén, ge6yrafo, entre el siglo I aC. y el siglo I d.C., en un pasaje de su Geografia, relaté el abandono y el ruinoso estado en que se hallaba la ciudad de Babilonia, Los testimonios se interrumpen, y lo largo de un milenio la historia de estas civilizaciones, las ruinas de sus efudades, palacios y monumentos quedarin enterrados bajo el polvo y un olvido latente. Los relatos biblicos familiares entre la poblacién cristiana, judia, contienen una rica informacién sobre la Torre de Babel y la ciudad de Babilonia. En el siglo XIX s consideraba que la localizacién del Jardin del Edén estaba situada en la Mesopotamia entre los rios Euffates y Tigris; en el libro biblico de II Reyes, se conserva la memoria d= la dominacién asiria de la ciudad principal del reino de Israel, Samaria; y el ataque, destraccién y deportacién de poblacién realizada por el rey babil6nico Nabwcodonosor en Jeruzalén. A su vez en Ios libros de Esdras y Neheinias se alude al Edicto de Ciro en favor de tos judios deportados por los asirios y neobabilénicos a Persia. Lashuellas de la memoria de Ia historia de Mesopotamia en Occidente la retoma enel siglo XIel rabf Benjamin de Tudela, al realizar una peregrinacién ala regién del Tigris y el Eufrates sobre la base de los datos que offece la Biblia. Posteriormente eseribi6 un relato en el que condensé sus impresiones, acertadas unas, y equivocas otras, pese a lo cual seconacemos el valor de su aporte en tanto que recobré el hilo de Ariadna en tomo a la historia de ese Oriente distante y desconocido. Entre los siglos XVIII y XIX se despertard un verdadero interés por estas regiones. Los relatos de visjeros, mercaderes y diplométicos describieron las diferen- cias, con una mirada occidental, y se incorpora un nuevo tipo de Viajero: el literato. El surgimiento de un nuevo género, la novela, y en particilar la “colonial”, promueve la biisqueda de material ex6tico. El viaje tiene la particularidad de combinar el movimiento y la mirada; las imagenes que se transmiten en los relatos testimonian la realidad y' el éxtasis que provoca ver esos monumentos enigmiéticos, las ruinas de las ciudades, los templos vactos, que a su vez se mezclan con las anéedotas sobre lo desconocido, Estas arraciones de los viajeros se ubican espacialmente en la escena del no-lugar y su relacion con el “otro”, ese “otro” que en la escenificacién del relato, es espectacularizado!. La alteridad se develé al penetrar en el espacio oriental y hallar una geogratia distinta, espacios extrafios, algunos habitados y otros desérticos, atravesar camirios escabrosos y tal vez peligrosos, lugares desconocidos y mégicos para los ojos europeos. Asi se eslabonaron sucesivas preguntas, ;quignes habrén sido : que ya no estén, {qué dioses habitaban en ese mundo? Estos interrogantes provoca- ron en algunos casos. deslumbramiento, y en otros temor al exotismo y’ lejania. Esa visin heterogénea fue la que se transmitié a una Europa imperialista y colonial. Este 4 ‘movimiento de expansién colonial y cultural propicid grandes rivalidades entre las ppotencias francesa’e inglesa entre 1870 y 1914 en todos los ambitos". D.K. Fieldhouse, sostuvo en su obra The Colanial Empires: A Comparative Survey from the Eighteenth Century que: “la base de la autoridad imperial, resilia en la actitud mental del colonizado. Su acepiacién de la subordinacién ya a través det sentimiento positivo del interés connin con el estede padre, ya a través de su imposibi- dad de concebir otra alternativa- hizo que el imperio durara’”, Fue fundamental la idea de que el imperium debia ser aceptado por la poblacién nativa dada su inforioridad atraso y posicién desventajosa. ‘Como puede observarse, la construccién de las formas de representacién actuar les estén articuladas con las antiguas, Curiosamente, también la cartografie admite elementos insospechados; en ella llegan a introducirse hasta connotaciones miticas al considerar la frontera Oriente-Occidemte": es asi que la geografia, el espacio y el terri- torio dominado por los estados europeos es percibida como un saber estratézico, al ual que la cartografia y la documentacién oficial que da una representacién precisa el pais y. en consecuencia, estd resecvada a la minoria dirigente para que se pueda ejercerel poder eficazmente™. goriascensales presenta paral époce un marcado earécter decrecié oe ee ee en re Los descubrimientos arqueolégicos en la Mesopotamia fueron realizadas por Jos funcignarios dal estado coicnial, ‘el cnsul de Francia en Mosul, E. Botts y A. H Layard, funcionario cofonial inglés, quien realizé2xcavaciones arqueotégicas en Nimrud), o bien por individuos procedentes de camposy actividades distintas. No eran pre mente arquedlogos formados en un ambito académico, aunque por lo general este grupo tenia un conocimiento preciso de la Biblia y de la historia clisica. Como sostiene Bruce Trigger, en el siglo XIX jos estudiosos que se dedicaban a la arqueologia se Formaban en ciencias fisicas y blel.dgiess, y enistia una preocupacicn l6gica en torno a los origenes de la humanidad que se debatia entre el relato de creacién del Genesis biblico y el pensamiento'evolucionistal. :Quiénes estaban interesados en subsidiar las excavaciones arqueolégicas? Los recursos financieros en el siglo XIX los proven las instituciones pertenecientes al estado imperial para justificar el ejercicio del poder colonial. Al mismo tiempo se atrae aun piblice intelectual y. se enriquecen las mettépo- lis y sus museos. a los que se destinan todo tipo de artefacto arqueolégico. tablillas, estelas, monumentos". Las excavaciones arquealégicas y los hallazgos realizados en Mesopotamia tienen un claro antecedente en Claudius Rich. inglés. que residié en Bagdad entre los afios 1808-1821. En Mosul exploré las ruinas de la ciudad de Ninive. uno de los centros ‘més importantes de lacivilizacion asia, v descubris un bajorretieve con representacio- 5 nes de hombres y animales que cubrian una piedra del tamafo de la altura de dos. hombres. Rich hizo que se cortara en pedazos, y se cree que los pequefios fragmentos, enviadosa Londres habrian sido parte de le escultura hallada en Ninive, junto un mapa de Babilonia, Todo ello se concentrd y pas6 a ser pattimonio del British Museum; de cesta manera se inauguré le coleccién mesopotémica, que se irla acrecentando con nuevas excavaciones hasta convertirse en el centro mas importante de preservacién de la cultura de Ja Mesopotamia en la actualidad, cuando mediante exposiciones, libros, ‘manuales escolares, documentales, colecciones de diapositivas, difision en television de la rigueza extraida de las excavaciones, no se hace sino mas que resignificar las glorias del pasado colonial. La organizacién de las excavaciones realizadas por los mencionados Emile Botta en Mostl, y las del funcionario inglés, Austen Henry Layard en Ninive, reflejan el desequilibrio de las relaciones de poder entre las distintas culturas. La impronta de la politica nacionalista e imperialista del siglo XIX se manifiesta en el envio de los princi- pales hallazgos a Jas metrépolis sin consultar previamente a los gobiemos locales. Las actividades arqueolégicas realizadas por Botta y Layard fijaron el madelo imperialista y fueron apoyadas por los patrocinantes oficiales, Stratford Canning (Inglaterra) y Jules Moh, (Francia). Las excavaciones se levaron a cabo secretamente y no hubo interven- cin ni antorizacion del godiemo local, lo que ilustra el dominio europeo por sobre tas autoridades locales. Esta politica se refleja en los escritos de Mohl a raiz de los descu- brimientos asirios cuando sealé, “E] momento mds favorable para la exploracién de un pais es cuando se hace accesible por primera vez, y esto es asi hoy en gran parte del Oriente: lo que sorprende es el terror casi supersticioso después de su contacto con Europa” ‘Al comparar les précticas imperiales inglesas y francesas en los dominios co- loniales se establecen diferencias que devienen logicamente de historias socio-cultura- les especificas, y ¢s preciso coniprenderlas para entender las distintas visiones y reac- cciones ante la presentacién de las colecciones del arte asirio en el Museo del Louvre, en Francia y en el British Museum, en Inglaterra, El elemento andlogo que surge de la comparacign es la impronta “nacional” que se asignd a los descubrimientos. En Francia el acceso a la muestra estuvo restringido a la élite como evoca E. Zola en su novela L’Asomvnoir, “.. Las parejas avanzan despaciosamente... parpadean y tapan sus ojos, entre los colosos de piedra, los dioses de mérmol negro, mudos,rigido, hierdticosy las bestias monstruosas mitad mujer y mitad gato, con rostros de muerte, narices encogi- as y labios hinchados..." el fragmento permite evocar la telacion desfavorable que se rmanifestS entre el puiblico y las antigtiedades exhibidas. La muestra de A. H. Layard en Inglaterra provocé una sensacién distinta; mediante la palabra y ls ilustraciones reve- 16 alla scciedad briténica el pasado asirio, la literatura através del género novelistico refle)6 el impacto de los descubrimientos. Thomas Hardy con su novela The Hand of Enhelberta, pone en boce de la protagonista, Faith, la impresién que causé la exposi- 6 cin en el piiblico la coleccién dé arte perteneciente ala ciudad de Ninive, sefala que: “estaba en Ninive y caminaba entre las ruinas”, lo que devela la fascinacion ante los hallazgos. La revista Household Words publicada por Charles Dickens (1851). cuya orientacién tenia un cardcter popular, dramatiz6 en uno de sus nimeros a autobiografia del Toro de Ninive; una de las frases dice: “Yo soy el Toro de Ninive... mi memoria es como las figuras en la bruma de la mafiana”. Las imagenes ocupaban un lugar central en las construcciones mesopotémicas; elas conservan Ia memoria del pasado-presente ppara que se transmita el recuerdo a las futuras generaciones proceso mnemotéenico visual que tiene un significativo valor historiografico”. A elle se suma la escritura grabada en las paredes de los palacios y en las estatuas de los colosos que contienen informacién sobre los sucesivos reinados™. En el siglo XIX, la memoria se resignifica al instala-se el coloso en el British ‘Museum. En este caso la imagen se asocia con el poder colonial inglés y la transmisién de la gloria y el éxito a las generaciones siguientes y al mismo tiempo se equipara con la actitud y la vision imperial del publico inglés frente al “otro”. En otros de los fragy tos de la autobiografia nuevamente se reseltael poder imperial inglés al compararlo con el poder del pasado acitio, (..) Estoy’ lejos de mi casa que fue violada, en una ciudad corgullosa, grande y mas gloriosa que mi espacio nativo"™'. Sin embargo los fantésticos dibujos de la reconstruccién de Asiria que a menudo acompafian la descripcién de la activided arqueolégica no tenfan nada que ver con la realidad de ese pasado, esa representacién romantica produjo en el siglo XIX a “invencién de Asiria™. Las imége- nes recreadas se expusieron en el Palacio de Cristal con motivo de la Gran Exhibietén {que se realizé en Inglaterra, Los franceses reaiizaron La Exposicién Internacional de Parls, muestra en la que se expresaba el etnocentrismo francés y el ejercicio del poder colonial en Cereano Oriente affoasiatico, bajo el lems de “paz, trabajo, agricultura mercio e industria”, Las representaciones son un elemento esencial de Ja comuni- cacién hurhang; la representacién pictorica encierra una dimension visual, ¢s un len- jaje subjetivo que se externaliza con el fin de llegar al pifblico que las observa. Las ‘exposiciones universales fueron le representacién de la ideologta “universalista” de la colonizacién y la manifestacién de la misién civilizadora europea frente a la barbarie. Las representaciones estin vinculadas a la estrategia geopolitica inglesa y a sus intere+ ses en la Mesopotamia, Las antigtedades extraidas en las distintas excavaciones ar- queolégicas y larecreacién visual mediante dibujos gozaron de importancia, en primer lugar en Paris, y mas tardiamente en Berlin. La coleccién arqueolégica y la instrumenta- cidn visual significaban el apogeo cultural logrado mediante la idea de progreso y la lucha contra la barbarie, lo que se manifestaba en la proteccidn que se daba a lariqueza de los grandes descubrimiencos arqueolégicos, al resguardarlo en los principales niu 5€08 europeos yal mismo tiempo se fumndamentaba yjustficaba una vez mas el ejereicio del poder colonial. 7 Con respecto a la barbarie, es util diferenciar los conceptos de salvaje y barba- ro; el hombre naturaleza es el salvaje, que vive en un estado de libertad absoluta y que fuera asimilado por Rousseau a los animales; carece de historia y pasado, es el sujeto ‘que sobrevive gracias al intereambio elemental y al trueque. Su adversario, el birbaro, aquel que invade las fronteras del estado y domina, tiene una historid previa que es su relacién con la civilizacién a la que ataca. La relacién que diferencia al selvaje del barbaro es el contacto con la civilizacién y la historia’, conceptos que se promovieron enel siglo XVIII y XIX y se instituyeron en fuentes legitimantes de dominacién, James Fergusson, arquitecto, se ocupé de la reconstruccién de plantas y estruc- turas de los edificios de la ciudad de Nimrud en las excavaciones dirigidas por Layard, con motivo de la publicacién del libro Monuments of Nineveh en 1849 de este arquedlogo, ilustré a reconstruccién de Babilonia con una idilica acuarela, representa- ida pictérica que segin Bahrani ¢s la expresién de una “historia invertida”™. La acua- rela realizada en el siglo XIX otorgaba una mayor autoridad histérica que lo que la arqueologia efectivamente habia descubierto. Paralelamente, el pintor John Martin, evacé los sucesos biblicos como si fuesen dramas épicos, (“La caida de Babilonia”,“La caidade Ninive"); su rasgo caracteristico es Is exageracién y dramatizacién. Al compa- rar a Fergussony Martin es posible detectar elementos comunes: los dibujos del siggurat, los palacios, los detalles arquitecténicos comparten una misma imagen en la que s¢ combina la fantasia y la investigacién cientifica de Oriente. El discurso visual expresa, al igual que el discurso oral y escrito las imagenes de fantasia, exotismo, magia inferio- ridad de esa realidad qxe es Oriente vista por ojos europeos. Fergusson en su obra The History of Architecture inall Countries pone en evidencia las marcas del nacionalismo racial al adoptar el término de “arquitectura etnogréfica” para referinse a determinadas construcciones, Las formas se asocian y dividen de acuerdo a las razas de Jos construc tores, sean arios o semitas: la técnica esta determinada por el espiritu de la raza, Los estos hibridos son producto de sazas que se han degenerado™. Los antecedentes de raza, racialidad y racismo atraviesan el pensamiento del siglo XIX se manifiestan en todos los Ambitos de la cultura y la politica es asi que en el nombre del progreso y la cultura se cometieron usurpaciones, saqueos, robos, apropiaciones, sustentado todo ello por la marcacién de la diferencia, es decir la dicotome racial y la inferioridad. E coneepto de racialismo comprende la doctrina europea, en que se asocia la biologia a Ja cultura, mientras que el vocablo racismo denota una forma de comportamiento y es asi como la categoria semita se asimil6 a raza. Como seflalamos estas ideas marcan una historia que tiene su apogeo e influencis en el pensamiento europeo del siglo XIX. perdura en el siglo XX y se manifiesta violentamente con e! nazismo, y el profunde antisemitismo que culminé en ei Holocausto, Lamemtablemente esa realidad de discriminacién cultural y racial se mantiene hrasta la actualidad y se oculta bajo la faz de un proceso de integracion. Por lo tanto, los modernos vocablos “emocidio” y" genocidio” que expresan el horror, la aculturacién y 3 la muerte, ya tenian antecedentes silenciosos en la historia de Ia exclusien, deportacio- nes, destierro, matanzas, ola adopeién de formas maniqueas como fue ia de dotar a las, poblaciones sometidas de estatutos especiales con el objeto de privarlos de sus dere- chos politicos, de participacién y formas de expresién, bajo el disfraz de Ia integracién, practice implementada por el mundo colonial europeo dei siglo XIX" y que en la etualidad se resignifica mediante el vocablo “democracia” para justficar {a guerra, dominio, el saqueo. NOTAS Una primera versidn del presente trabajo fue publicado en el Primer Congreso de Antropotogia Latinoamericana, Rosario, juli» de 2005. +B, Anderson, Jmagined Communities. Reflections on the Origin and Spread of Nationalism, London-New York, Verso, 1991, p. 46. M. Bernal, Atenea Negra. Las raices aftoasidticas de la civilizacién cldsica, Bar- celona, Critica, 1995, pp. 199-200. *B.Anderson, ob. cit, pp. 78-79. : E,W, Said, Orientalismo, Madrid, Prodhufi, 1990, pp. 157-164, 4 B.Anderson, ob. cit. p. 170. * P.Todorov, Nasotras los otros, México, Siglo XX1, 1991, p. 135. 7 Ibid.,p: 138 P.Burke, Formas de Historia Cultural, Madrid, Alianza, 2000, pp. 80-81 + $B. Murphy, “El concepto de emocidio en las fuentes asirias del milenioa. C” en N. Boulgourdjian-Toufeksian, J. C. Toufeksian, C. Alemian (eds.), Genocidios det siglo XXy formas de la negacién, Buenos Aires, Centro Armenio, 2002, pp. 131- 143, 5 B,W, Said Orientalismo, Madrid, Prodhufi, 1990, p. 75. © J. Lomba Fuentes, La re ‘Madrid, Akal, 1997, pp. 5-6. 7 5. Fontana, Europa ante el espejo, Barcelona, Critica, 2001, pp. 10-11. emitica de lo europeo: Islam y judaismo medievales, * La geografia de Asia era la causante de la existencia de grandes imperios mientras ‘que Ia idea de libertad favorecia la fragmentacién territorial europea. * Frangois Hartog, Memoria de Ulises. Relatos sobre la frontera en la antigua Grecia, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econémica, 1999, p.23. 19 J. Kristeva, El porvenir de la revuelta, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econémi- ca, 1998. ' R Koselleck, Futuro-pasado para una seméntica de los tiempos histéricos, Bar- celona, Paidds, 1993, pp. 206-266. J. Goody, L'Orient en Occicent, Paris, Du Seuil, 1999, pp. 35-36. Cf J. Lomba Fuen- tes,ob. ct, pp. 15-16. © B,W.Said, ob cit, pp. 84-85. 20. ' J; Goody, 1’Orienten Occident, ob. cit, pp 1 R, Ortiz, Otro werritorio, Ensayos sobre el murdo contemportineo, Buenos Aires, UNQ,2002,p.69, “6 J, Fontana, Lahistoria de los hombres, Barcelona, Critica, 2001, pp.13-23, 107-334. 13 "$B, Murphy y M.A. Ochoa, “En el nombre del pueblo: Ia prictica dela violencia en ahistoria” en N. Boulgourdjian-Toufeksian }.C. Toufeksian, C.Alemian (eds), Genocidios del sigho XXy formas de la negacién, Buenos Aires, Centro Armenio, 2002, pp. 182-189. © R Ortiz, ob. cit, pp. 52-55-64 S. Bessis, Occidente y los otros. Historia de una supremacia, Madrid, Alianza, 2002, pp. 25-26, 245,252-251. Ibid, p.31. ‘Vd. el relato del Génesis X, en el Antiguo Testamento, la representacién epigrafica del mundo conocido por los babilonios en el 700 a.C y la imagen cartografica del siglo V expresada por Herodoto (Libro IV, parégrafo 36), enel que pone el acento en Ja centralidad del mundo griego frente al extranjero (zénos) al barbaro, Ios dioses, semidioses, monstruos y animales. La idea del mundo conocido por Homero y Hesiodo man fiesta la presencia del mar que acerca y aleja, que incluye y excluye ¥ en el que habitan las tinieblas, el mundo de lo desconocido,

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