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Eres quien decides ser

AUTOR: Iman Salame

Vivimos en un mundo donde la depresión social juega un rol importante y


principal en la vida de cada ser humano, muchas veces nos encontramos en
situaciones en la que no tenemos ni la menor idea del por qué estamos en ella o
porque estamos realizando alguna actividad, vivimos en una monotonía que no
nos permite estar en sintonía con lo que realmente somos seres humanos, no solo
con pensamientos, sino con corazón.

Desde pequeños nos enseñan que debemos luchar por nuestro futuro, que
debemos ser grandes personas, incluso, nos clasifican por carreras, algo así como
que la persona es lo que estudia, y no lo que realmente es como ser humano; las
carreras con más prestigio social y muy bien vistas son la ingeniería y la medicina,
principalmente, y si alguien estudia alguna de estas carreras, es automáticamente
“bien visto”.

Muchos jóvenes se encuentran estudiando carreras que realmente no son su


vocación, al preguntarles ¿Por qué escogiste esta carrera? Una respuesta muy
común es, por ejemplo, “porque mis padres son ingenieros, y yo debo serlo
también”. Más que un “deber serlo” es un “querer serlo”, porque cuando las cosas
que se hacen, se quieren, son hechas con cariño, su resultado, sin lugar a duda,
es el mejor de todos.

Una persona podrá estudiar una carrera por obligación, obtener las mejores
calificaciones, pero al momento de desempeñarse laboralmente, el rendimiento y
resultado de su trabajo no será como el de aquella persona que, quizás
obteniendo menores calificaciones, haya estudiado por amor y vocación, el
resultado de sus labores serán sin duda alguna contrastantes.

Ser grande y tener éxito en la vida no se mide por el título que tengas
enmarcado en tu pared, sino más bien, por la pasión con la que realizas las cosas.
Un pequeño gesto, una buena labor que se haga desde el corazón, vale más que
miles de actividades que se hagan por obligación, así que, sea cual sea tu carrera,
tu vocación, tu interés en la vida, la pasión con la que lo realices determinará tu
éxito y satisfacción, y es que en resumidas cuentas, el éxito es una definición muy
subjetiva, y el sentido a la vida, se lo das tú con tu percepción de ella.

Detente un segundo, piensa, ¿Qué estás haciendo y por qué?, pregúntate, ¿Es
esto lo que realmente quiero?, ¿Estoy yendo por el camino que me llevará a
alcanzar mi meta en la vida?, ¿Soy feliz con lo que hago?, ¿Qué opinas?,
¿Estudiar por vocación o por obligación?.

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