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EL PROBLEMA DEL ORIGEN Y VALIDACIÓN DE LOS ENUNCIADOS DE

CIENCIA: IMRE LAKATOS: DEDUCCIÓN Y FALSACIÓN.

MARYAM ALEJANDRA CARRILLO REALES


RAFAEL EDUARDO ORTIZ DURÁN
HUDAY SANTIAGO PEÑARANDA PLATA

PRESENTADO A:
EIMAR ALFONSO PEREZ BOLAÑOS

UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA


FACULTAD DE INGENIERÍA
TEORÍA Y FILOSOFÍA DEL CONOCIMIENTO
SANTA MARTA
2020
“El hombre es curioso por naturaleza”. Frase célebre escrita por Aristóteles en su libro,
“metafísica libro primero”; que refleja el verdadero ser del hombre y nos da como resultado
uno de los mayores tesoros de éste: El conocimiento; Gracias a los avances de la ciencia, la
cual tomó un enfoque más sistemático y basado en el método científico al inicio de la Edad
Moderna (S. XVI y S. XVII). El conocimiento ha buscado perfeccionar dicho “arte”, ya sea
por medio de nuevos equipos que ayudan a agudizar nuestros sentidos o nuevas metodologías;
ya que, siempre habrá cosas nuevas que descubrir, pero muchas veces las formas de hacerlo no
son las adecuadas.

Muchos pensadores a lo largo de la historia han puesto su propio punto de vista hacia este tema,
uno de los más conocidos es Karl Popper: el creador del “falsacionismo”; Corriente la cual
nace como una respuesta a la lógica indicativa imperante en los siglos XIX y XX. Según esta,
las teorías científicas sobreviven de su capacidad de someterse a la “falsación” a través de la
contrastación de sus enunciados ante las evidencias empíricas. “Las teorías se construyen como
conjeturas provisionales que el intelecto humano crea libremente en un intento de solucionar
problemas con que tropezaron las teorías anteriores” y luego “han de ser comprobadas rigurosa
e implacablemente por la observación y la experimentación” (Chalmers 2005: 57).

Este nuevo método va completamente en contra del inductivismo empírico, el cual era el
método científico más utilizado. Se basa en la capacidad de crear, conceptualizar y defender
enunciados generales que surgen después de una influyente cantidad de experiencias sobre
eventos particulares. Cosa que para Copper, seguir con esta metodología significaba: “hacer
descansar a la ciencia sobre un fundamento no científico”. Para él, los métodos no deben
basarse en la verificación de los conocimientos y esperar de manera pasiva casos parecidos en
el futuro inmediato; sino que, asume una actitud autocrítica respecto a sus propias leyes y
teorías.

No existe un sistema científico eterno, ya que la búsqueda de la verdad es infinita. Siempre


aparecerá un problema que la teoría no es capaz de explicar, siendo esta una de las constantes
de la investigación, pues, aparecerán problemas nuevos, más profundos y más generales. Por
ende, las teorías no deben ser verificadas, deben ser autocríticas consigo mismas y buscar los
problemas que empíricamente no son posibles su explicación. Popper propone que las hipótesis
deben ser planteadas por el científico con miras a su eventual negación. No se puede estar
totalmente seguro de la validez de una teoría por mucho que vayamos acumulando casos
confirmatorios; pero una vez que encontramos la excepción, queda claro que la teoría debe
corregirse, o como sucede en muchos casos, negarse.

Este pensamiento de la creación de teorías dependiendo de su posible relevación, está más que
comprobado; Un ejemplo serían las teorías de los sistemas planetarios y las fuerzas que lo
rigen, en un momento la primera teoría fue renovada por otra ya que no era capaz de responder
las observaciones empíricas y se recurre cada vez más a los argumentos para dar explicación a
problemas cada vez más específicos. Si “durante el tiempo en que una teoría resiste
contrastaciones exigentes y minuciosas, siempre y cuando no la deja anticuada otra teoría en la
evolución del progreso científico, podemos decir que ha «demostrado su temple»” (Popper
1991)

El falsacionismo creado por Popper, a pesar de ser una idea revolucionaria e innovadora para
la época, estaba Incompleta. Muchas incógnitas y problemas empezaron a aparecer, como lo
puede ser, la incógnita: ¿cómo se puede limitar el espacio que divide el momento en que una
solución provisional sigue siendo válida y otro en que no da para más? Debido a esto, se buscó
una forma más sofisticada y mejor llevada de la teoría.

Lakatos, discípulo de Popper, sería el encargado de modificar y mejorar la teoría de su maestro,


para de este modo poder resolver la cuestión pendiente de cómo designar y decidir la validación
de una falsación. Para esto, poco a poco se fue “distanciando” de ella. Dándole a esta el nombre
de falsacionismo metodológico ingenuo y al suyo lo llamó, falsacionismo metodológico
sofisticado. Aunque el nombre oficial de su propuesta es metodología de los programas de
investigación.

Esta “nueva teoría” nace con dos grandes bases ideológicas: (i) Conservar el espíritu crítico y
creativo de la idea falsacionista mientras se respeta el dinamismo reinante de las teorías
científicas vigentes y (ii) plantear que “el científico enumera anomalías, pero mientras su
programa de investigación conserve su inercia, las ignora”. Como resultado de implementar
estas dos ideas al modelo falsacionista sofisticado, termina concibiendo la actividad científica
como un programa de investigación que contiene dos facetas claramente diferenciadas entre sí
mientras que operan al unísono; estas facetas son el núcleo central y el cinturón protector. El
núcleo central es la característica definitoria del programa de investigación y está conformada
por las leyes más generales sobre las que se sostiene la teoría, mientras que el cinturón protector
contiene hipótesis menos generales que funcionan como supuestos suplementarios de la teoría
y cuya validez se admite mientras aún no han sido falseadas abrumadoramente por las
evidencias empíricas. Es decir, que las teorías desde el momento de su concepción ya están
falseadas, pero disponiendo con un rango de maniobrabilidad para seguir viables, mientras
tratan de dar respuestas a las mismas anomalías que las falsean, pero evitándose siempre que
puedan.

Contrario de lo que se puede creer, el modelo falsacionista sofisticado no es perfecto, y tiene


grandes huecos que pueden ser tomados como errores de la mismísima teoría. Problemas como
los declarados por Pérez Tamayo. “la falta en el modelo de los programas de investigación
científica que permita identificar a los componentes del núcleo central dentro de la maraña de
teorías que se manejan en un momento dado sobre un tema científico”. Además de este
surgieron varios inconvenientes; siendo el más notable, la para nada razonable actividad del
cinturón heurístico positivo, en su búsqueda de las posibles falsaciones que podrían presentarse
en un futuro y sus posibles refutaciones. cuando la lógica manda que esto debería hacerse
después y no antes; puesto que es casi imposible intentar prevenir los errores de una teoría;
cuando aún hay cosas que ni la misma teoría contempla en su núcleo central.
Ante esto, Feyerabend, otro de los discípulos de Popper, entra en escena con la misión
autoimpuesta de entender a la razón científica liberándola de las ataduras del racionalismo,
plantear una oposición diametral e incansable frente al racionalismo a partir de una postura que
él usualmente denomina, anarquismo epistemológico. Este filósofo, el cual es tildado como “el
enemigo de la ciencia”, expone que el anarquismo epistemológico apuesta por el
antirracionalismo, argumentando que no existe tal método y que, en realidad la ciencia no posee
ninguna característica que la haga necesariamente superior a otras formas de conocimiento.

Así mismo Feyerabend expone su inconformidad con la ambición arquitectónica del


falsacionismo de Lakatos. Frente a esto él propone de forma traviesa la contrainducción. Esta
funciona con dos reglas básicas: 1) desarrollo de hipótesis inconsistentes con las teorías
aceptadas; 2) desarrollo de hipótesis inconsistentes con hechos bien establecidos. A esta forma
de creación de conocimiento se la simplifico con el “todo vale”, quitándole, así como el mismo
planteo; la destrucción del “método” y la implementación de métodos poco ortodoxos y que
poco tiene que ver con la ciencia, amparado en su concepción liberal y artística de esta misma.

En conclusión, Popper fue un revolucionario, que buscaba una visión más allá de la que se
planteaba, buscando ese tan anhelado método único que fuera capaz de crear un “verdadero”
conocimiento y denotando a la búsqueda de la verdad como un proceso infinito. Sus discípulos
por otra parte sentarían formas de verlo completamente distintas; mientras que, Lakatos
profundizó y ayudó a madurar dicho falsacionismo hacia una expresión más sofisticada y
Feyerabend llevó la crítica hasta el radical cuestionamiento de la capacidad de la racionalidad
científica y dudando de la existencia de esta misma. Cada uno de ellos con sus aciertos y sus
fallas; el primero aceptado por quienes creen en la potestad de la razón para darse un método a
sí misma, en base a ciertas reglas; y el segundo, atractivo para los que ven en la razón el campo
más amplio para la expresión libre de nuestras inquietudes. Cualquiera de los dos válidos para
cada punto de vista.

Bibliografía:

Bunge, M. 1998. Philosophy of science: from problem to theory. New Jersey: Transaction
Publishers.

Lakatos, Imre. "La metodología de los Programas de investigación científica". Alianza.


Madrid. 1993.

Toledo, U. 1999.Ciencia y pseudociencia en LakatosCinta moebio 5:51-


60www.moebio.uchile.cl/05/lakatos.html

Arroyo, A. (2018): “La validación de las hipótesis científicas y la filosofía clásica de la


ciencia: entre el justificacionismo y el racionalismo crítico”. Universidad de Costa Rica.

PÉREZ TAMAYO, R. (2010). ¿Existe el método científico? México: SEP / FCE.POPPER, K

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