Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PRESENTADO A:
EIMAR ALFONSO PEREZ BOLAÑOS
Muchos pensadores a lo largo de la historia han puesto su propio punto de vista hacia este tema,
uno de los más conocidos es Karl Popper: el creador del “falsacionismo”; Corriente la cual
nace como una respuesta a la lógica indicativa imperante en los siglos XIX y XX. Según esta,
las teorías científicas sobreviven de su capacidad de someterse a la “falsación” a través de la
contrastación de sus enunciados ante las evidencias empíricas. “Las teorías se construyen como
conjeturas provisionales que el intelecto humano crea libremente en un intento de solucionar
problemas con que tropezaron las teorías anteriores” y luego “han de ser comprobadas rigurosa
e implacablemente por la observación y la experimentación” (Chalmers 2005: 57).
Este nuevo método va completamente en contra del inductivismo empírico, el cual era el
método científico más utilizado. Se basa en la capacidad de crear, conceptualizar y defender
enunciados generales que surgen después de una influyente cantidad de experiencias sobre
eventos particulares. Cosa que para Copper, seguir con esta metodología significaba: “hacer
descansar a la ciencia sobre un fundamento no científico”. Para él, los métodos no deben
basarse en la verificación de los conocimientos y esperar de manera pasiva casos parecidos en
el futuro inmediato; sino que, asume una actitud autocrítica respecto a sus propias leyes y
teorías.
Este pensamiento de la creación de teorías dependiendo de su posible relevación, está más que
comprobado; Un ejemplo serían las teorías de los sistemas planetarios y las fuerzas que lo
rigen, en un momento la primera teoría fue renovada por otra ya que no era capaz de responder
las observaciones empíricas y se recurre cada vez más a los argumentos para dar explicación a
problemas cada vez más específicos. Si “durante el tiempo en que una teoría resiste
contrastaciones exigentes y minuciosas, siempre y cuando no la deja anticuada otra teoría en la
evolución del progreso científico, podemos decir que ha «demostrado su temple»” (Popper
1991)
El falsacionismo creado por Popper, a pesar de ser una idea revolucionaria e innovadora para
la época, estaba Incompleta. Muchas incógnitas y problemas empezaron a aparecer, como lo
puede ser, la incógnita: ¿cómo se puede limitar el espacio que divide el momento en que una
solución provisional sigue siendo válida y otro en que no da para más? Debido a esto, se buscó
una forma más sofisticada y mejor llevada de la teoría.
Esta “nueva teoría” nace con dos grandes bases ideológicas: (i) Conservar el espíritu crítico y
creativo de la idea falsacionista mientras se respeta el dinamismo reinante de las teorías
científicas vigentes y (ii) plantear que “el científico enumera anomalías, pero mientras su
programa de investigación conserve su inercia, las ignora”. Como resultado de implementar
estas dos ideas al modelo falsacionista sofisticado, termina concibiendo la actividad científica
como un programa de investigación que contiene dos facetas claramente diferenciadas entre sí
mientras que operan al unísono; estas facetas son el núcleo central y el cinturón protector. El
núcleo central es la característica definitoria del programa de investigación y está conformada
por las leyes más generales sobre las que se sostiene la teoría, mientras que el cinturón protector
contiene hipótesis menos generales que funcionan como supuestos suplementarios de la teoría
y cuya validez se admite mientras aún no han sido falseadas abrumadoramente por las
evidencias empíricas. Es decir, que las teorías desde el momento de su concepción ya están
falseadas, pero disponiendo con un rango de maniobrabilidad para seguir viables, mientras
tratan de dar respuestas a las mismas anomalías que las falsean, pero evitándose siempre que
puedan.
En conclusión, Popper fue un revolucionario, que buscaba una visión más allá de la que se
planteaba, buscando ese tan anhelado método único que fuera capaz de crear un “verdadero”
conocimiento y denotando a la búsqueda de la verdad como un proceso infinito. Sus discípulos
por otra parte sentarían formas de verlo completamente distintas; mientras que, Lakatos
profundizó y ayudó a madurar dicho falsacionismo hacia una expresión más sofisticada y
Feyerabend llevó la crítica hasta el radical cuestionamiento de la capacidad de la racionalidad
científica y dudando de la existencia de esta misma. Cada uno de ellos con sus aciertos y sus
fallas; el primero aceptado por quienes creen en la potestad de la razón para darse un método a
sí misma, en base a ciertas reglas; y el segundo, atractivo para los que ven en la razón el campo
más amplio para la expresión libre de nuestras inquietudes. Cualquiera de los dos válidos para
cada punto de vista.
Bibliografía:
Bunge, M. 1998. Philosophy of science: from problem to theory. New Jersey: Transaction
Publishers.