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Problemas de psicomotricidad en niños

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¿Qué son los problemas de psicomotricidad en niños?

Cada vez son más conocidos los problemas de psicomotricidad en niños, gracias al mejor
entendimiento de qué es la psicomotricidad. Sin embargo, este era un concepto que hasta
recientemente no ha empezado a extenderse. Así, entendemos por psicomotricidad la relación
entre el pensamiento y el movimiento. En conjunto, comprende el proceso que une la función
cognitiva, las emociones, el cuerpo y el movimiento del mismo. Es, en definitiva, el proceso por
el cual una persona piensa en ejercitar un movimiento y este finalmente se ejecuta.

El progreso de un niño en su psicomotricidad le permite ser capaz de controlar mejor sus


movimientos e impulsos emocionales, así como una mejor adaptación al medio social, familiar
y escolar. Los problemas psicomotrices son también un elemento que puede obstaculizar el
aprendizaje, lo que hace fundamental una intervención precoz; por este motivo trabajar la
psicomotricidad permite mejorar la relación y comunicación del niño con los demás.

De manera general, los trastornos psicomotrices están muy ligados a dificultades emocionales
o afectivas. Por este motivo, suele ser necesario trabajar ambos aspectos de manera conjunta.

¿A qué se deben los problemas de psicomotricidad en niños?

Cuando nos referimos a los problemas de psicomotricidad en niños, hablamos realmente de


que no ha habido un desarrollo adecuado. Esto significa que, por algún motivo, no se ha
producido un correcto aprendizaje de las habilidades motoras. Este aprendizaje consiste en ir
alcanzando y superando determinados hitos; en consecuencia, el problema se da si no se
consigue llegar a esos objetivos en el tiempo adecuado.

Algunos de estos hitos serían, por ejemplo, fijar la vista, gatear, caminar, coordinar
movimientos, etc. Cada una de estas etapas suele alcanzarse en unos plazos más o menos
estables; por ejemplo, lo normal es que los bebés comiencen a gatear entre los 6 y los 10
meses de edad. Por lo tanto, hablaríamos de problemas de psicomotricidad en niños si estos
hitos se desvían sensiblemente de los promedios habituales.

Las causas que pueden dar lugar a estas dificultades de desarrollo pueden ser muy variadas.
Algunos problemas de psicomotricidad en niños pueden deberse a alteraciones genéticas o
metabólicas. En otros casos, pueden ser debidas a dificultades experimentadas durante la
gestación o el parto. Otras veces, encontramos a niños que sufren determinadas patologías o
enfermedades. Sea como sea, en cada caso concreto tanto la causa como las consecuencias
pueden variar enormemente.
En la mayor parte de los casos, los problemas de psicomotricidad en niños no se pueden evitar.
Sin embargo, sí que cabe realizar una intervención temprana, ya que cuanto antes se detecte
mejor pronóstico tendrá el problema. Por ello, resulta de vital importancia el diagnóstico
precoz y la intervención inmediata.

¿Cuáles son los síntomas de los problemas de psicomotricidad en niños?

En primer lugar, cabe señalar que no hay que alarmarse si nuestro hijo presenta un desarrollo
un poco tardío. Esto no necesariamente significa que nos encontremos ante un problema
psicomotor, sino que puede ser algo normal. Únicamente hablaríamos de problemas de
psicomotricidad en niños cuando el retraso es constante y muy prolongado.

De este modo, son varios los signos que pueden indicar que nos encontremos ante uno de
estos problemas. Así, más allá de los ya mencionados hitos del desarrollo psicomotor, existen
ciertos síntomas habituales. Algunos de los más característicos serían los siguientes:

El niño tiene problemas para reconocer el cuerpo o la cara, ya sean el suyo propio o el de
otros.

Problemas a la hora de diferenciar la lateralidad del cuerpo o distinguir entre derecha e


izquierda.

Dificultad para comprender para qué sirve cada parte el cuerpo o cómo se usa.

Imposibilidad de permanecer inmóvil o dificultad para mantener el equilibrio.

Dificultad para percibir, entender o reproducir un determinado ritmo o cadencia.

El menor tiene dificultad con la abstracción espacial, le cuesta entender y procesar información
relacionada con volúmenes o superficies.

Dificultad en la identificación o reconocimiento de formas u objetos.

Problemas con la “psicomotricidad fina”, esto es, movimientos pequeños y precisos como por
ejemplo usar los dedos.

Se experimentan grandes dificultades con la coordinación de movimientos de diferentes partes


del cuerpo.

Dificultad en el movimiento facial, poco control sobre los gestos o las expresiones.

Problemas de concentración o dificultad para realizar esfuerzos cognitivos.

¿Qué tipos de trastorno de problemas de psicomotricidad en niños hay?

Existen multitud de trastornos diferentes dentro de los problemas de psicomotricidad en


niños. Además, la manifestación y los síntomas de cada uno de ellos puede variar en cada caso
en concreto; por este motivo, cualquier clasificación que se realice no es sino un simple
ejercicio orientativo.
Debilidad motriz. Se trata de casos en los que predominan la torpeza de movimientos, la
dificultad para relajar los músculos o la aparición de movimientos involuntarios.

Inestabilidad motriz. El niño tiene dificultad para inhibir sus movimientos o para mantener un
esfuerzo de manera continuada. Es frecuente que tenga hiperactividad y alteraciones en los
movimientos. Suele tratarse de niños con dificultades de adaptación escolar.

Inhibición motriz. Los niños con este problema suelen mostrarse rígidos, tensos y pasivos.
Evitan la relación con otras personas, motivo por el que adoptan este patrón.

Apraxias. Esto se da cuando el niño sabe qué movimiento quiere hacer, pero es incapaz de
ejecutarlo.

Dispraxias. Son apraxias cuyos síntomas se muestran de manera más leve. Más que de
incapacidad para controlar el cuerpo, hablaríamos aquí de movimientos desorganizados.

Trastornos del esquema corporal. Estos consisten en la dificultad para comprender el cuerpo,
ya sea de uno mismo o de otro. También consisten en los problemas en relación al uso del
cuerpo con el espacio adyacente.

Disarmonías tónico-motoras. Aquí hablamos de aquellos casos en los que hay problemas con el
tono muscular. Se da en aquellos casos en los que el niño está permanentemente tenso o
constantemente relajado.

Retrasos de maduración. Se refieren a retrasos respecto a la consecución de hitos específicos


en el desarrollo psicomotor. Esto significa que pueden tener carencias en un determinado
aspecto, pero no necesariamente en otros.

¿Cómo se puede prevenir y tratar los problemas de psicomotricidad en niños?

Tal y como ya hemos mencionado, el aspecto más importante para el tratamiento de los
problemas de psicomotricidad en niños consiste en su diagnóstico temprano y su intervención
inmediata. Esto se debe a que está demostrado que, cuanto antes se inicie el tratamiento,
mayor efectividad tendrá.

La psicomotricidad parte de la base de la necesidad de trabajar sobre el conocimiento, la


emoción y el movimiento. Esto implica un enfoque holístico que va más allá de la simple
terapia psicológica o de la terapia física. Se trata, por tanto, de una visión que engloba ambas
perspectivas.

La manera de desarrollar la intervención tiene dos vertientes principales, la educativa y la


terapéutica. Con el uso de la primera, se trata de desarrollar esencialmente una labor
preventiva. Así, se ayuda al niño a desarrollar habilidades personales, emocionales y sociales
que facilitarán su crecimiento y maduración.

Por el contrario, con el enfoque terapéutico lo que se persigue es intervenir sobre problemas
ya existentes. Esto, lógicamente, implica una intervención más especializada que
generalmente se realiza en centros específicamente enfocados a esta actividad. En ocasiones,
si nos encontramos ante problemas más severos, suele ser necesaria una intervención
multidisciplinar. En estos supuestos, es frecuente que la terapia se desarrolle conjuntamente
por fisioterapeutas, psicólogos, terapeutas ocupacionales, pediatras, etc.

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