DEUTSCHE SCHULE LA SERENA

SPRACHE/ Lenguaje y Comunicación

Literatura General
Introducción al Romanticismo

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El Romanticismo fue un movimiento cultural originado en Alemania y el Reino Unido de finales del siglo
XVIII, en franca oposición al racionalismo imperante en la Europa de la época, fruto de la Ilustración y
el Neoclasicismo.

En ese sentido, el Romanticismo privilegió los sentimientos y la individualidad artística, así como
la libertad auténtica del hombre como una búsqueda incesante, que rompía con la idea racionalista
de una realidad formulada a partir de la razón humana y el buen gusto exclusivamente.

El Romanticismo cubrió la totalidad de Europa en su desarrollo formal durante la mitad del siglo
XIX, reafirmando la idea de lo nacional y de las tradiciones y el folklore, en contra del cosmopolitismo
de la Ilustración, y dando origen así a numerosas vertientes estéticas y literarias, que sembraron el
camino para el surgimiento posterior de las vanguardias artísticas y del Modernismo latinoamericano.
Sus principales aportes artísticos ocurrieron en el campo de la pintura, la música y la literatura.

Características del Romanticismo

El Romanticismo en sus distintas variantes se caracterizó por:
• La exaltación de los valores del Yo, de la subjetividad y las emociones, por encima de la razón
dieciochesca y del clasicismo. Esto sería retomado años después por el Surrealismo, que llevaría
dichos postulados al máximo.
• La valoración de lo onírico, lo fantástico, lo folklórico y de figuras pesadillescas como el monstruo,
el vampiro, o la amada difunta. Así se da origen al Gótico.
• La proposición del genio del artista como demiurgo, es decir, como creador de un universo
propio e irrepetible.
• La valoración de la originalidad y la creatividad en contra de la repetición de los moldes clásicos
provenientes de la Grecia antigua.
• La búsqueda nostálgica de paraísos perdidos (la infancia de los hombres y las naciones).
• La valoración de la obra imperfecta e inacabada por encima de las obras concluidas, cerradas
y milimétricas.
• El culto al carácter nacional o Volkgeist, que condujo a la exaltación de la superstición y de los
relatos despreciados por el espíritu Ilustrado.
• La valoración de lo exótico y lo extravagante, de lo feo y lo monstruoso, alejándose de la
perfección clásica de formas proveniente de la cultura grecorromana.
• La exaltación de la naturaleza y el campo, por encima de la civilización y la ciudad.
Comprendidas como la pureza y la corrupción respectivamente.
• La revaloración de la Edad Media y del imaginario cristiano.

En la lírica, se aprecian importantes obras:

1.- “Acuérdate de mí” por Lord Byron (Ingaterra, 2. “Las hadas”, de William Blake (Inglaterra,
1788-1821) 1757-1827)

Llora en silencio mi alma solitaria, Acudid, gorriones míos,

excepto cuando esté mi corazón flechas mías.
unido al tuyo en celestial alianza Si una lágrima o una sonrisa
de mutuo suspirar y mutuo amor. al hombre seducen;
si una amorosa dilatoria
Es la llama de mi alma cual aurora, cubre el día soleado;
brillando en el recinto sepulcral: si el golpe de un paso
casi extinta, invisible, pero eterna… conmueve de raíz al corazón,
ni la muerte la puede mancillar. he aquí el anillo de bodas,
transforma en rey a cualquier hada.
¡Acuérdate de mí!… Cerca de mi tumba
no pases, no, sin regalarme tu plegaria; Así cantó un hada.
para mi alma no habrá mayor tortura De las ramas salté
que el saber que has olvidado mi dolor. y ella me eludió,
intentando huir.
Oye mi última voz. No es un delito Pero, atrapada en mi sombrero,
rogar por los que fueron. Yo jamás no tardará en aprender
te pedí nada: al expirar te exijo que puede reír, que puede llorar,
que sobre mi tumba derrames tus lágrimas. porque es mi mariposa:
he quitado el veneno
del anillo de bodas.
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3. “El argumento del suicidio” por Samuel
Taylor Coleridge (Inglaterra, 1772-1834)
Sobre el comienzo de mi vida, si lo deseaba o no,
nadie jamás me lo preguntó —de otro modo no
podía ser—
Si la vida era la pregunta, una cosa enviada para
intentar
y si vivir es decir SI, ¿qué puede ser el NO sino
morir?
Discurrió largo tiempo –el error nos aguzó el
ingenio– y el mito dejó ya de ocultarnos la verdad.
Feliz quien se ha hecho sabio y ha dejado su
obsesión por el mundo, quien por sí mismo anhela
la piedra de la sabiduría eterna.
El hombre razonable se convierte entonces en
discípulo auténtico, todo lo transforma en vida y
en oro, no necesita ya los elixires.

Respuesta de la naturaleza: Bulle dentro de él el sagrado alambique, está el

rey en él, y también Delfos, y al final comprende lo
¿Se retorna igual que al ser enviado? ¿No es peor que significa conócete a ti mismo.
el desgaste?
¡Piensa primero en lo que ERES! ¡Sé consciente de 6. “Don Juan en los infiernos” por Charles
lo que tú ERAS! Baudelaire (1821-1867)
Te he dado inocencia, te he dado esperanza,
Te he dado salud, y genio, y un amplio porvenir, Cuando Don Juan descendió hacia la onda
¿Retornarás culpable, aletargado, desesperado? subterránea
Haz un inventario, examina, compara. Y su óbolo hubo dado a Caronte,
Entonces muere —si es que a morir te atreves—. Un sombrío mendigo, la mirada fiera como
Antístenes,
4. “Amor inquieto” por Johann Wolfgang von Con brazo vengativo y fuerte empuñó cada remo.
Goethe (Alemania, 1749-1832)
Mostrando sus senos fláccidos y sus ropas abiertas,
A través de la lluvia, de la nieve, Las mujeres se retorcían bajo el negro firmamento,
A través de la tempestad voy! Y, como un gran rebaño de víctimas ofrendadas,
Entre las cuevas centelleantes, En pos de él arrastraban un prolongado mugido.
Sobre las brumosas olas voy, Sganarelle riendo le reclama su paga,
¡Siempre adelante, siempre! Mientras que Don Luis, con un dedo tembloroso
La paz, el descanso, han volado. Mostraba a todos los muertos, errante en las
riberas,
Rápido entre la tristeza El hijo audaz que se burló de su frente nevada.
Deseo ser masacrado, Estremeciéndose bajo sus lutos, la casta y magra
Que toda la simpleza Elvira,
Sostenida en la vida Cerca del esposo pérfido y que fue su amante,
Sea la adicción de un anhelo, Parecía reclamarle una suprema sonrisa
Donde el corazón siente por el corazón, En la que brillara la dulzura de su primer juramento.
Pareciendo que ambos arden, Erguido en su armadura, un gigante de piedra
Pareciendo que ambos sienten. Permanecía en la barra y cortaba la onda negra;
Pero el sereno héroe, apoyado en su espadón,
¿Cómo voy a volar? Contemplaba la estela y sin dignarse ver nada.
¡Vanos fueron todos los enfrentamientos!
Brillante corona de la vida, 7. “Amor eterno” por Gustavo Adolfo Bécquer
Turbulenta dicha, (España, 1836-1870)
¡Amor, tú eres esto!
Podrá nublarse el sol eternamente;
5. “Conócete a ti mismo” por Novalis Podrá secarse en un instante el mar;
(Alemania, 1772-1801) Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Una cosa sólo ha buscado el hombre en todo
Cubrirme con su fúnebre crespón;
tiempo, y lo ha hecho en todas partes, en las
Pero jamás en mí podrá apagarse
cimas y en las simas del mundo.
La llama de tu amor.
Bajo nombres distintos –en vano– se ocultaba
siempre, y siempre, aun creyéndola cerca, se le 8. “Canción de la muerte” (fragmento) por
iba de las manos. José de Espronceda (España, 1808-1842)

Hubo hace tiempo un hombre que en amables Débil mortal no te asuste

mitos infantiles revelaba a sus hijos las llaves y el mi oscuridad ni mi nombre;
camino de un castillo escondido. en mi seno encuentra el hombre
un término a su pesar.
Pocos lograban conocer la sencilla clave del Yo, compasiva, te ofrezco
enigma, pero esos pocos se convertían entonces lejos del mundo un asilo,
en maestros del destino. donde a mi sombra tranquilo
para siempre duerma en paz.
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Isla yo soy del reposo
en medio el mar de la vida, Permanece a mi lado, cuando el camino se
y el marinero allí olvida acabe.
la tormenta que pasó; Y lo recorrido no sea más que un recuerdo,
allí convidan al sueño un instante suspendido en el tiempo, en la
aguas puras sin murmullo, eternidad.
allí se duerme al arrullo Y la verdad me alcance, y la vergüenza se rinda.
de una brisa sin rumor (…)
Permanece a mi lado, cuando todos se hayan ido.
9. “Era apacible el día” (fragmento) por Y la soledad me amenace,
Rosalía de Castro (España, 1837-1885) y la oscuridad me envuelva.
Cuando el sonido de tu voz sea el último nexo con
Era apacible el día la vida.
Y templado el ambiente, Y tus ojos me miren y tus labios me besen.
Y llovía, llovía
Callada y mansamente; Permanece a mi lado, cuando la vida me deje,
Y mientras silenciosa y no pueda cantar, y no pueda gritar.
Lloraba y yo gemía, Cuando las olas del mar no me lleguen
Mi niño, tierna rosa y la brisa desprenda la verdad de mis días.
Durmiendo se moría.
Al huir de este mundo, ¡qué sosiego en su frente! Permanece a mi lado, cuando todo parezca
Al verle yo alejarse, ¡qué borrasca en la mía! sucumbir al hastío.
Y el tedio se canse y la esperanza no nazca.
Tierra sobre el cadáver insepulto Y la música se ahogue, callada, lenta, mojada,
Antes que empiece a corromperse… ¡tierra! en mi burlada garganta.
Ya el hoyo se ha cubierto, sosegaos,
Bien pronto en los terrones removidos Permanece a mi lado para no perderte ahora,
Verde y pujante crecerá la yerba (…) para quererte siempre, y así protegerte
de la llama incandescente que derriba las puertas
10. “Poema a una joven italiana” de Théophile y aplasta las vidas, dejándolas muertas,
Gautier (Francia, 1811-1872) en espantosa huida.

12.- “Amor sin Descanso” de Goethe (1749-1832)

Aquel mes de febrero tiritaba en su albura
de la escarcha y la nieve; azotaba la lluvia
con sus rachas el ángulo de los negros tejados;
¡A través de la lluvia, de la nieve,
tú decías: ¡Dios mío! ¿Cuándo voy a poder
A través de la tempestad voy!
encontrar en los bosques las violetas que quiero?
Entre las cuevas centelleantes,
Nuestro cielo es llorón, en las tierras de Francia
Sobre las brumosas olas voy,
la estación es friolera como si aún fuera invierno,
¡Siempre adelante, siempre!
y se sienta a la lumbre; París vive entre fango
La paz, el descanso, han volado.
cuando en tan bellos meses ya Florencia desgrana
sus tesoros que adorna un esmalte de hierba.
Rápido entre la tristeza
Deseo ser masacrado,
Mira, el árbol negruzco su esqueleto perfila;
Que toda la simpleza
se engañó tu alma cálida con su dulce calor;
Sostenida en la vida
no hay violetas excepto en tus ojos azules,
Sea la adicción de un anhelo,
y no hay más primavera que tu rostro encendido.
Donde el corazón siente por el corazón,
Pareciendo que ambos arden,
11.- “Poema 50” de Alfred Tennyson (1809-1896) Pareciendo que ambos sienten.

Permanece a mi lado, cuando se apague mi luz, ¿Cómo voy a volar?

y la sangre se arrastre y mis nervios se alteren ¡Vanos fueron todos los enfrentamientos!
con punzadas dolientes. Brillante corona de la vida,
Y el corazón enfermo Turbulenta dicha...
y las ruedas del tiempo giren lentamente. ¡Amor, tu eres esto!

Permanece a mi lado, cuando a mi frágil cuerpo

le atormenten dolores que alcanzan la verdad.
Y el tiempo maniaco siga esparciendo el polvo.
Y la vida furiosa siga arrojando llamas.

Permanece a mi lado, cuando vaya

apagándome.
Y puedas señalarme el final de mi lucha.
Y el atardecer de los días eternos
en el bajo y oscuro borde de la vida.