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tecnos
E L Sistema de Derecho civil es una obra que pretende, en sus cuatro volúmenes,
dar una visión sistemática y ordenada del Derecho civil, sobre el presupuesto
del Código civil. Dicho cuerpo legal sigue siendo, pese a la proliferación de leyes
especiales, el núcleo donde residen los principios e instituciones fundamentales,
como Derecho común. Es básico el establecimiento de un sistema para entender la
multitud de disposiciones que han ido completando y reformando aquel Código.
Ello ha obligado a dividir los volúmenes, con excepción del primero, en dos tomos
cada uno, en la creencia de que esa división facilitará su estudio.
La jurisprudencia que se recoge no es toda la producida por el Tribunal Supremo
en la interpretación y aplicación de las leyes civiles, sino la que aparece como más
consolidada, o como la que parece iniciar una nueva dirección.
En suma, el lector debe comprender que hay algo más allá del texto que se le ofrece,
que el Derecho civil no es una materia ya cerrada y completamente construida.

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ISBN 978-84-309-6876-3

7 8 8 4 3 0" 9 6 8 7 6 3
tecmos 1209911
www.tecnos.es
L ¿>ú

LUIS DIEZ-PICAZO ANTONIO GULLON


Catedrático de Derecho Civil Catedrático de Derecho Civil
Ex Magistrado del Tribunal Constitucional Magistrado del Tribunal Supremo (jubilado)

SISTEMA
DE

DERECHO CIVIL
VOLUMEN I
X2, \?¿ W PARTE GENERAL
DEL DERECHO CIVIL
Y PERSONAS JURÍDICAS

DECIMOTERCERA EDICIÓN

A
técnos
Diseño de cubierta:
J. M. Domínguez y J. Sánchez Cuenca

ÍNDICE SISTEMÁTICO
1.a edición, 1976
a
13. edición, 2016
ABREVIATURAS Pág. 23
Reimpresión, 2017

I
INTRODUCCIÓN. CÓDIGO CIVIL Y DERECHOS FORALES O ESPECIALES

1. EL DERECHO CIVIL 27
I. El sentido histórico del Derecho civil 27
A) La significación de la expresión «Derecho civil» en Roma 27
B) La idea de Derecho civil en la Edad Media 28
C) El Derecho civil de la Edad Moderna 30
II. La codificación del Derecho civil 31
A) La idea de un Código civil 32
B) El desarrollo histórico de la codificación civil 33
III. El Derecho civil en la actualidad 36
IV El Derecho civil como Derecho privado 38
V. El Derecho civil como Derecho común 42
Bibliografía sumaria 43

2. EL DERECHO CIVIL ESPAÑOL 44

I. La formación histórica del Derecho civil español 44


II. La codificación en España: los precedentes de la labor codificadora 45
III. El Proyecto de Código de 1851 . 46
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está
protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, IV. La codificación después del fracaso del Proyecto de 1851 47
además de las correspondientes indemnizaciones por daños y V El sistema de una Ley de Bases 49
perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o VI. La Ley de Bases de 11 de mayo de 1888 49
comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria,
artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución A) El procedimiento para la redacción y publicación del Código según la
artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través Ley de Bases 49
de cualquier medio, sin la preceptiva autorización. B) Las relaciones entre el Código y las legislaciones forales según la Ley
de Bases 50
C) Las bases para la redacción del Código civil : 50
© ANTONIO GULLÓN y herederos de Luis DÍEZ-PICAZO, 2016
© EDITORIAL TECNOS (GRUPO ANAYA, S.A.), 2017 VIL El Código civü 51
Juan Ignacio Luca de Tena, 15 - 28027 Madrid
ISBN: 978-84-309-3669-4 (obra completa) A) La estructura del Código civil. 52
ISBN: 978-84-309-6876-3 del Volumen I B) El contenido del Código civil 52
Depósito Legal: M-5299-2016
Printedin Spain [7]
SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) ÍNDICE SISTEMÁTICO 9
8
C) El significado del Código civil 53 III. El problema de la determinación de las fuentes del Derecho 88
D) La derogación de la legislación anterior por el Código civil 55 IV. El artículo 1.° del Título Preliminar del Código civil y la Constitución de 1978 .. 89
V. El sentido funcional de la enumeración de las fuentes del artículo 1.° del Có-
VIII. Las reformas del Código civil 55 digo civil i. 91
VI. La Ley 92
A)Los procedimientos de reforma 55
B)La reforma del Título Preliminar del Código civil 56 A) Requisitos de las leyes y demás disposiciones en cuanto normas jurídicas . 93
C)La promulgación de la Constitución y su influencia en el ordenamiento B) La jerarquía normativa y sus consecuencias jurídicas 94
jurídico civil 58 C) Los límites temporales de las normas jurídicas 95
Bibliografía sumaria 59
VIL Otras fuentes del Derecho 96
VIII. La ley interna y los tratados internacionales 97
3. LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 60 Bibliografía sumaria 98

I. Antecedentes de la llamada «cuestión foral» 60


5. LOS CAMBIOS LEGISLATIVOS Y LAS NORMAS DE TRANSICIÓN 99
II. La codificación del Derecho foral: los apéndices, las compilaciones y la línea
evolutiva de estas últimas 64 I. Concepto y significado del Derecho transitorio 99
III. La reforma del Título Preliminar del Código civil de 1974 y los Derechos
forales 66 A) Retroactividad e irretroactividad de la ley nueva 99
IV. La Constitución de 1978: los Derechos civiles autonómicos 67 B) Los sistemas de Derecho transitorio: teorías 100
V. Las exclusivas competencias del Estado en materia de legislación civil 69
VI. Las relaciones entre el Código civil y los Derechos forales 70 II. La regla general de irretroactividad de las leyes y sus excepciones. El apar-
tado 3 del artículo 9.° de la Constitución 101
A) Precedentes de la cuestión 70 III. La retroactividad de la ley: los grados de la retroactividad 103
B) El artículo 13 del Código civil en la reforma de su Título Preliminar en IV. Los casos de retroactividad tácita de la ley nueva 104
1974 71 V. Las disposiciones transitorias del Código civil 105
C) El problema en la Constitución de 1978 y en los Estatutos de Auto-
nomía 73 A) El alcance y el ámbito de aplicación de las disposiciones transitorias 106
B) Clases de disposiciones transitorias 107
VIL Los Derechos civiles autonómicos en particular 74 C) Las reglas de transición concernientes a las disposiciones sobre existencia
y contenido de los derechos 107
A) El Derecho civil de Cataluña 74 D) Las reglas de transición concernientes a las disposiciones sobre el ejercicio
B) El Derecho civil de Aragón 74 de los derechos 109
Q El Derecho civil de Navarra 75 E) Las reglas de transición concernientes a las disposiciones sobre validez
D) El Derecho civil especial de las Islas Baleares ,. 76 y eficacia de los actos jurídicos 110
E) El Derecho civil especial del País Vasco 77 F) Las reglas de transición concernientes a las disposiciones sancionadoras... 111
F) El Derecho civil especial de Galicia 79 G) Las reglas de transición concernientes a las sucesiones por causa de
muerte 112
VIII. Las referencias al Derecho civil en determinados Estatutos de Autonomía .... 80 H) Las reglas de transición concernientes a la prescripción de derechos
IX. El Derecho interregional 81 y acciones 113
Bibliografía sumaria 83 I) Las reglas de transición concernientes a la emancipación y a la patria
potestad 113
J) Las reglas de transición concernientes a las disposiciones sobre tutela y
II cúratela 113
FUENTES DEL DERECHO. INTERPRETACIÓN, APLICACIÓN Y EFECTOS Bibliografía sumaria 114
DE LAS NORMAS JURÍDICAS

4. TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL. FUENTES DEL DERECHO. LA 6. LA COSTUMBRE COMO FUENTE DEL DERECHO 115
LEY 87
I. Las normas consuetudinarias: su caracterización 115
I. El significado y alcance del Título Preliminar del Código civil 87 II. Los requisitos de la costumbre como fuente del Derecho y como norma jurí-
II. Significado de la expresión «fuentes del Derecho» 88 dica 116
SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) ÍNDICE SISTEMÁTICO 11

III. El problema de la llamada opinio iuris seu necessitatis o convicción jurídica ... 118 G) La regla in claris nonfit interpretatio 159
IV. Los caracteres de la costumbre como fuente del Derecho 119 H) Interpretación de la norma desde la Constitución 159
V. La relación de la costumbre con la ley y las diferentes clases de costumbres.
La costumbre a la que se remite especialmente la ley 120 IV Clases de interpretación por sus resultados 159
VI. El uso 122 V. La interpretación y sus diferentes perfiles según el plano de situación del
intérprete 161
A) El uso de los negocios 123 VI. Integración de las normas jurídicas 162
B) Las funciones de los usos de los negocios 124
C) El uso como modelo de conducta 125 A) El problema de las lagunas legales , 162
Bibliografía sumaria 126 B) Los procedimientos de integración: autointegración y heterointegración
del sistema jurídico 163
LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO 127 VII. La analogía como procedimiento de aplicación del Derecho: clases 163

I. Los principios generales del Derecho como fuente del ordenamiento jurídico .. 127 A) La consagración de la analogía en el artículo 4.° del Título Preliminar del
II. La naturaleza de los principios generales del Derecho: diversas posiciones doc- Código civil 164
trinales sobre la materia 129 B) El ámbito de admisibilidad del procedimiento analógico 165
III. Los principios generales del Derecho y su consagración como tales 131
IV. Los principios generales del Derecho en el Título Preliminar del Código VIII. La idea de equidad y su utilización en el campo de la aplicación del De-
civil . 134 recho 165
V. Los principios generales del Derecho y las reglas, máximas y apotegmas jurí- Bibliografía sumaria 166
dicos 135
Bibliografía sumaria 136
10. LOS EFECTOS DE LAS NORMAS JURÍDICAS 167

LA JURISPRUDENCIA 138 I. Los efectos esenciales de las normas jurídicas 167


II. El deber jurídico de cumplimiento de la norma 167
I. La jurisprudencia: su puesto y significado dentro del ordenamiento jurídico .... 138
A) La inexcusabilidad del cumplimiento 167
A) Concepto amplio y concepto estricto de la jurisprudencia 138 B) La ignorancia de las normas y el error de derecho 168
B) La jurisprudencia como fuente del Derecho 139 C) El deber especial de los funcionarios 169
C) El papel de la jurisprudencia en el Título Preliminar del Código civil 141 D) La exclusión voluntaria de la ley aplicable 170
D) La jurisprudencia y la Constitución ... 142
III. La infracción de las normas jurídicas 171
II. Los requisitos de la jurisprudencia como complemento del ordenamiento IV. El concepto jurídico del fraude de la ley 172
jurídico 143 V La eficacia sancionadora de las normas 174
III. Valor de la doctrina jurisprudencial 144
IV. La jurisprudencia y el Tribunal Constitucional 145 A) Concepto de sanción 174
V. La jurisprudencia y el recurso de casación 147 B) La nulidad como sanción de carácter general en materia civil 174
Bibliografía sumaria 148 VI. La eficacia constitutiva de las normas jurídicas 176

LA APLICACIÓN DE LAS NORMAS JURÍDICAS 149 A) El fenómeno jurídico y la institución jurídica 176
B) Las situaciones y relaciones jurídicas 178
I. Las actividades de aplicación de las normas jurídicas 149 Bibliografía sumaria 181
II. La interpretación jurídica y sus fines 150
III. Los criterios hermenéuticos. Examen del artículo 3.°1 del Código civil 152
III
A) El sentido propio de las palabras 154 DERECHO DE LA PERSONA
B) El contexto 155
C) Los antecedentes históricos y legislativos 155 11. LA PERSONA.... 185
D) La realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas las normas .... 156
E) El espíritu y la finalidad de las normas 157 I. Persona y ordenamiento jurídico ..,.v 185
F) Interpretación lógica 158 II. La capacidad de la persona 185
SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) ÍNDICE SISTEMÁTICO 13

A) Capacidad jurídica y de obrar 186 VIII. La publicidad de las resoluciones judiciales sobre la incapacitación y sus efec-
B) Las llamadas «capacidades especiales» y las prohibiciones legales 187 tos : 217
IX. El internamiento del presunto incapaz 218
III. El comienzo de la personalidad 187 X. Los cargos tutelares: objeto, características y prohibiciones que les afectan ... 219
IV. La situación jurídica del concebido y no nacido . 189

A) Significado y alcance de la protección 190


B) Las donaciones hechas a los concebidos 191 14. LA INCAPACITACIÓN (CONTINUACIÓN) 221
Q La herencia a la que es llamado un concebido 192
D) La capacidad procesal del concebido 192 I. La tutela...... 221
E) La retroacción de los efectos del nacimiento al momento de la concep-
ción 192 A) Constitución de la tutela. Nombramiento del tutor 221
B) Capacidad para ser tutor: Causas de inhabilidad y de exclusión 223
V. Prueba del nacimiento 193
VI. El estado civil de la persona ......; 193 C) Las excusas de la tutela 224

A) Los estados civiles en nuestro Derecho 194 II. El ejercicio de la tutela: Obligaciones de inventariar y de prestar fianza 225
B) El título de estado civil 196
C) Efectos del estado civil 197 A) Representación del incapacitado. El tutor de su patrimonio 226
D) Las facultades y acciones de estado 198
B) Poderes y obligaciones del tutor respecto a la persona del incapacitado . 227
Bibliografía sumaria . 199
C) Las autorizaciones judiciales en el ejercicio de la tutela 227
D) Pluralidad de tutores 229
E) Remoción del tutor 230
LA EDAD DE LA PERSONA. EL SEXO 200
F) Remuneración del tutor 231
I. La edad de la persona y su significación jurídica .-„.... 200 G) Fiscalización del ejercicio de la tutela 231
II. El cómputo de la edad 201 III. Extinción de la tutela 232
III. La mayor edad 201
IV. La menor edad 201 A) Causas 232
V. La emancipación 203
B) Rendición de cuentas 232
A) Causas de emancipación 203
B) Efectos de la emancipación. Las restricciones del artículo 323 204 IV. La cúratela 234

VI. Emancipación por vida independiente 206 A) Personas sometidas a cúratela 234
VIL El sexo 207 B) Objeto de cúratela 235
A) El principio general de no discriminación 207 C) Régimen jurídico de la cúratela 235
B) El problema de la transexualidad 207
Bibliografía sumaria 209 V. El defensor judicial 235

A) Supuestos en que procede 236


LAINCAPACITACIÓN 210 B) Nombramiento y atribuciones 236
C) Régimen jurídico del defensor judicial 236
I. El estado civil de incapacitado: características generales 210 VI. La guarda de hecho 236
II. Las causas de incapacitación 211 Bibliografía sumaria 237
III. El carácter graduable de la incapacitación 212
IV. El problema de la titularidad de las acciones tendentes a promover la incapa-
citación 213 15. LA DISCAPACITACIÓN 238
V La demanda de incapacitación promovida por la propia persona en previsión
de ser incapacitada 214 I. Introducción 238
VI. Las garantías procesales en materia de incapacitación 215 II. Incapacidad y discapacidad 238
VIL Modificación y extinción de la incapacidad 216 III. El patrimonio protegido del discapacitado 239
14 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) ÍNDICE SISTEMÁTICO 15
A) Naturaleza y fines 239 III. Los problemas jurídico-políticos en materia de nacionalidad y las sucesivas
B) Beneficiario y titular del patrimonio protegido 239 reformas del Código civil en la materia 259
C) Constitución del patrimonio protegido 239 IV. La nacionalidad como estado civil de la persona 260
V. Los fundamentos políticos de la nacionalidad 261
IV. Aportaciones al patrimono protegido 240
V. Administración del patrimonio protegido. Destino de sus bienes y de sus frutos. A) Ius sanguinis y ius soli 261
Fiscalización de la administración 241 B) La nacionalidad española y las relaciones de Derecho de familia 262
VI. Constancia registral 242
VII. Extinción del patrimonio protegido y destino de los bienes que lo componen ... 242 VI. La nacionalidad española de origen 262
VIII. Preferencias entre normas recayentes sobre el patrimonio del discapacitado .. 243 VIL La adquisición originaria de la nacionalidad española por filiación 263
IX. Otras normas protectoras del discapacitado en la Ley 41/2003 243 VIII. La adquisición de la nacionalidad española de origen por nacimiento en Es-
X. Protección de la persona del discapaz distinta de la de su patrimonio 243 paña 264
Bibliografía sumaria 244 IX. La adopción y la adquisición de la nacionalidad española de origen 265
X. La adquisición derivativa de la nacionalidad española 265
XI. La adquisición de la nacionalidad española en virtud de opción 265
16. EL DOMICILIO. LA AUSENCIA 245 A) Los beneficiarios de la opción de nacionalidad 266
B) La legitimación para el ejercicio de la opción 267
I. El domicilio: significado, concepto y requisitos 245 C) Plazo de ejercicio de la opción 267
II. Los domicilios especiales .„ , 246
XII. La naturalización 268
A) Domicilio de las personas casadas 246
B) Domicilio del sometido a patria potestad : 247 A) La carta de naturaleza 268
C) Domicilio del incapacitado y del menor sujeto a tutela 247 B) La adquisición por residencia 268
D) Domicilio de los diplomáticos 248
XIII. Los sefardíes y la adquisición de la nacionalidad española 270
III. Pluralidad de domicilios 248 XIV. Los requisitos comunes a todas las adquisiciones derivativas 271
IV. El domicilio electivo 248 XV. La nulidad de la adquisición de la nacionalidad 271
V. La residencia 248 XVI. La posesión continuada de la nacionalidad española 272
VI. Protección constitucional del domicilio 249 XVII. La pérdida de la nacionalidad española 273
VIL La ausencia: concepto y significado 249
VIII. Fases legales de la ausencia 250 A) La pérdida por adquisición de otra nacionalidad 273
IX. La defensa de los bienes de un desaparecido 250 B) La renuncia expresa de la nacionalidad española 274
C) La falta de declaración de la voluntad de conservar la nacionalidad en la
A) Presupuestos legales 250 segunda generación de españoles nacidos en el extranjero 274
B) Nombramiento y actuación del defensor 251 D) La pérdida de nacionalidad por vía de sanción 274
C) Terminación de la situación de defensa de los bienes 252
XVIII. La recuperación de la nacionalidad 275
X. La ausencia legal 252 Bibliografía sumaria 276

A) El representante del ausente 253


18. LA VECINDAD CIVIL 277
B) Adquisición de derechos. La sucesión a la que ha sido llamado un au-
sente 254 I. Concepto de vecindad civil y diferencia con otros análogos 277
C) Fin de la ausencia legal 255 II. Adquisición originaria de la vecindad civil 277
XI. La declaración de ausencia en el Registro Civil y en la Ley Hipotecaria 256 A) Por ius sanguinis 278
Bibliografía sumaria 256 B) FOT ius soli ..., 278
C) Por aplicación de la regla favorable a la vecindad común 278
D) Por atribución de los padres 278
17. NACIONALIDAD 257
III. La vecindad civil y el principio de unidad jurídica de la familia 279
I. El significado de la nacionalidad 257 IV. La opción como medio de adquisición de la vecindad civil 279
II. Los principios constitucionales en materia de nacionalidad 259 V. La adquisición de la vecindad por residencia 279

I
16 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) ÍNDICE SISTEMÁTICO 17
VI. Pérdida y recuperación de la vecindad civil 280 III. Las características de los derechos de la personalidad ..... 299
VII. Vecindad civil del que adquiere la nacionalidad española 280 IV. Derechos de la personalidad y derechos fundamentales proclamados por la
VIII. La vecindad local 281 Constitución 300
IX. Prueba de la vecindad 281 V. La tutela de los derechos de la personalidad 301
Bibliografía sumaria 281 Bibliografía sumaria 303

19. FIN DE LA EXISTENCIA DE LA PERSONA 282 IV


AUTONOMÍA PRIVADA Y PATRIMONIO
I. La muerte .. 282
II. Premoriencia y comoriencia 282 22. LA AUTONOMÍA PRIVADA 307
III. Inscripción en el Registro Civil de la muerte de una persona 283
IV. La declaración de fallecimiento 284 I. Concepto de la autonomía privada 307
V. Los supuestos de la declaración de fallecimiento 284 II. Contenido de la autonomía privada 307
III. Significado institucional de la autonomía privada 308
A) Los casos de ausencia prolongada 284 IV. Los límites de la autonomía privada 309
B) Los casos de desaparición en situación deriesgode muerte 284
C) Efectos de la declaración de fallecimiento ..• 286 A) El límite legal . 310
D) Hechos posteriores a la declaración de fallecimiento 287 B) Lamoral 311
C) El orden público 312
VI. La declaración de fallecimiento y el Registro Civil 287
Bibliografía sumaria 287 V. Los cauces de exteriorización de la autonomía privada 313
Bibliografía sumaria 314
20. EL REGISTRO CIVIL 288

I. El Registro del estado civil: su fundamento jurídico y su origen histórico 288 23. EL PATRIMONIO 315
II. Legalidad vigente 289
III. Organización y competencia del Registro Civil '. 289 I. El concepto de patrimonio ,.... 315
IV. Principios de funcionamiento del Registro Civil 290 II. Contenido del patrimonio 317
V Hechos y actos inscribibles 290
VI. Los asientos del Registro Civil 291 A) Bienes y derechos como objeto del patrimonio 317
B) Patrimonio y esfera jurídica de la persona 317
A) Inscripciones y sus efectos jurídicos .. 291 C) Las obligaciones del titular 317
B) Anotaciones 292
C) Cancelaciones . 292 III. Las teorías sobre el patrimonio 318
D) Declaraciones con simple valor de presunciones ... 292 IV. Los caracteres del patrimonio 319
V La subrogación real 320
VII Rectificación de los asientos del Registro Civil 292 VI. Los tipos de patrimonios 321
VIII. Publicidad del Registro Civü 293 Bibliografía sumaria 323
IX. El derecho al nombre 293
A) La imposición del nombre 294 24. LOS BIENES PATRIMONIALES 324
B) Cambio de nombre * 294
C) Los apellidos : 294 I. Los bienes y las cosas 324
D) Reglas comunes al cambio de nombre y apellidos 295
Bibliografía sumaria ...............v...... 295 A) Los derechos 325
B) Bienes inmateriales 325
21. LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD 296 II. La categoría de las cosas fuera del comercio 326
III. Bienes públicos y bienes privados 327
I. Protección jurídica de la persona 296 IV. La distinción entre bienes inmuebles y muebles 327
II. Construcción jurídica de los derechos de la personalidad 297 V. Los bienes inmuebles. Criterios de clasificación 329
SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) ÍNDICE SISTEMÁTICO 19

A) Inmuebles por naturaleza 329 D) La colisión de derechos . 355


B) Inmuebles por incorporación 329 Bibliografía sumaria 356
C) Inmuebles por destino 330
D) Inmuebles por analogía 331
26. LOS LÍMITES DEL DERECHO SUBJETIVO 357
VI. Los bienes muebles 331
VIL Las aplicaciones de la distinción 331 I. Los límites del derecho subjetivo 357
VIII. El concepto jurídico de finca 332 A) Los límites llamados «naturales» 357
IX. El dinero 333 B) La buena fe y el abuso del derecho ;... 357
X. Las cualidades de las cosas 334
II. La buena fe 358
A) Cosas fungióles e infungibles 334 III. El abuso del derecho 360
B) Cosas genéricas y específicas 334 IV Los límites temporales de los derechos 363
C) Cosas consumibles e inconsumibles .. 334 Bibliografía sumaria 364
D) Cosas divisibles e indivisibles 335
XI. Relaciones entre las cosas 335 27. LA PRESCRIPCIÓN Y LA CADUCIDAD . 365
A) Cosas simples y cosas compuestas . 335 I. La prescripción extintiva en el Código civil: presupuestos y fundamento 365
B) Las universalidades 336 II. Objeto de la prescripción extintiva. El problema de las excepciones 367
C) Cosa principal y cosa accesoria .. 337 III. Personas perjudicadas por la prescripción extintiva 368
D) Partes integrantes y pertenencias 337 IV Comienzo del plazo prescriptivo y su cómputo 369
V. Interrupción y suspensión de la prescripción extintiva 371
XII. La renta del patrimonio . 339
VI. Efectos y funcionamiento de la prescripción extintiva 372
A) El concepto de frutos 339 VIL Autonomía privada y prescripción 372
B) Gastos de producción de los frutos 340 VIII. Plazos legales de prescripción ¿.......... .;..... 373
C) Existencia de los frutos 341
A) La prescripción de las acciones reales 373
D) Adquisición de los frutos 341
B) La prescripción general de las acciones personales 374
Bibliografía sumaria 342
C) La prescripción quinquenal , 375
D) La prescripción trienal 375
EL DERECHO SUBJETIVO 343 E) La prescripción anual 377
IX. La renuncia a la prescripción 378
I. El concepto de derecho subjetivo y problemas subyacentes 343 X. La caducidad 379
II. El derecho subjetivo como poder jurídico. Otros poderes distintos 344 Bibliografía sumaria 381
III. Los tipos de derechos subjetivos 346
A) Derechos absolutos y relativos 346 28. LAS VICISITUDES DEL DERECHO SUBJETIVO 382
B) Los llamados «derechos potestativos» 347
I. Adquisición 382
IV. El sujeto del derecho subjetivo. Los llamados «derechos sin sujeto» ' 348
V. El objeto de derecho subjetivo. Derechos sobre derechos 349 A) Adquisición ex legé y adquisición negocial 382
VI. El contenido del derecho subjetivo 349 B) Adquisición originaria y adquisición derivativa 383
C) Adquisición instantánea y adquisición sucesiva de los derechos 383
A) Contenido abstracto 350
B) El contenido específico. Limitaciones legales 351 II. Sucesión y transmisión 385
C) Consideración del poder o facultad de disposición 352 III. La modificación objetiva 386
IV La modificación del contenido 387
VIL El ejercicio del derecho subjetivo 352 V Extinción ..........: ..;...... 387
VI. La renuncia 388
A) Los requisitos del acto de ejercicio 353
B) Protección de la apariencia jurídica 354 A) Concepto y caracteres 388
C) Los requisitos objetivos del ejercicio del derecho 355 B) Clases ... 390
SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) ÍNDICE SISTEMÁTICO 21
20
C) Objeto. El artículo 6.°2 del Código civil 391 VIII. Capacidad civil de la persona jurídica 427
D) Límites de la renuncia 392 IX. Domicilio de las personas jurídicas 429
E) Los efectos de la renuncia.—La irrevocabilidad 392 X. Nacionalidad de las personas jurídicas 429
Bibliografía sumaria . 393 XI. Ejercicio de la capacidad civil de las personas jurídicas: sus órganos 430
XII. Patrimonio de las personas jurídicas 430
XIII. Extinción de las personas jurídicas. El destino de sus bienes 431
29. EL NEGOCIO JURÍDICO ...... 394 Bibliografía sumaria 432

I. Introducción a la teoría del negocio jurídico 394


II. La autonomía privada y el concepto de negocio jurídico 397 LA ASOCIACIÓN 433
III. Los efectos del negocio jurídico 398
IV. Acto y hecho jurídico. El acto jurídico en sentido estricto: clasificaciones y I. Concepto de asociación 433
efectos .....;..., 399 II. El derecho fundamental de asociación 433
V. El negocio como acto y el negocio como norma 401 III. El régimen legal de las asociaciones 435
VI. El negocio jurídico y la relación negocial 401 IV. La constitución de la asociación 436
VIL Esencia del negocio jurídico: voluntad y declaración de voluntad. Los llama-
dos «negocios de voluntad» 402 A) La capacidad de los constituyentes 436
VIII. Relación entre la voluntad y la declaración: su respectivo valor 404 B) El acuerdo de constitución 436
IX. Especies de la declaración de voluntad. Valor jurídico del silencio 406 C) Domicilio 437
X. Clasificación de los negocios jurídicos 407 D) La denominación 437

A) Negocios patrimoniales 407 V. La personalidad jurídica de la asociación 438


B) Negocios familiares 409 VI. Los órganos de la asociación 438
C) Negocios unilaterales, bilaterales y plurilaterales 410 VIL Los acuerdos sociales y sus impugnaciones 439
D) Negocios formales y no formales . 410 VIII. Actividades de la asociación 439
E) Negocios onerosos y lucrativos, aleatorios y conmutativos 411 IX. El patrimonio de la asociación 439
F) Negocios inter vivos y mortis causa 411 X. Responsabilidad de las asociaciones inscritas 440
G) Negocios conexos y negocios coligados 412 XI. La condición de asociado: derechos y deberes 441
H) Negocios típicos y atípicos 412 XII. Disolución de la asociación 442
Bibliografía sumaria 413 XIII. Registro de asociaciones 443
XIV. Las asociaciones no inscritas 443
XV. Asociaciones de utilidad pública 444
V Bibliografía sumaria 444
LA PERSONA JURÍDICA

30. LA PERSONA JURÍDICA 417


LA FUNDACIÓN 445
I.Personificación. El fenómeno de la personificación de las realidades sociales ... 417
I. Introducción 445
II.El debate sobre la esencia de las personas jurídicas 417
II. El concepto legal de fundación 447
III.Extensión y deformación del concepto de persona jurídica 419
III. Fines fundacionales y beneficiarios de las actividades de la fundación 448
IV.La utilización abusiva o fraudulenta de la personalidad jurídica y la llamada
doctrina del levantamiento del velo , 421 IV. La constitución de las fundaciones 449
V. Los tipos de personas jurídicas 422
VI. La persona jurídica en el Código civil y sus clases 423 A) Capacidad para crear fundaciones 449
B) El negocio jurídico fundacional y su naturaleza 449
A) Corporaciones, asociaciones y fundaciones .V.... 423 C) Estatutos de la fundación 451
B) Personas jurídicas de interés público y personas jurídicas de interés pri- D) Dotación 451
vado 424
C) Personas jurídicas con o sin fin lucrativo 425 V. Personalidad jurídica de las fundaciones 452
VI. Fundaciones en proceso de formación 452
VIL El reconocimiento o atribución de la personalidad jurídica en el Código civil... 426 VIL Gobierno de la fundación: el Patronato y el Protectorado 453
22 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)

A) El Patronato .. 453
B) El Protectorado 454

VIII. Patrimonio de la fundación . 454 ABREVIATURAS


A) Titularidad de bienes y derechos 455
B) Adquisición de bienes y derechos , 455 A.A.M.N. Anales de la Academia Matritense del Notariado.
C) Enajenación y gravamen de los bienes 455 A.D.C. Anuario de Derecho Civil.
IX. Funcionamiento y actividad de la fundación 456 Ce. Código civil.
X. Actividades mercantiles o industriales de la fundación 456 C. de c. Código de comercio.
XI. Modificaciones de las fundaciones 457 CE. Constitución Española.
XII. Fusión de fundaciones 457 Comp. Compilación de Derecho civil especial.
XIII. La extinción y liquidación de las fundaciones ............. 458 L.A. Ley de Asociaciones.
L.A.R. Ley de Arrendamientos Rústicos.
A) Las causas de extinción 458 L.A.U. Ley de Arrendamientos Urbanos.
B) Liquidación de las fundaciones . 459 L.E.C Ley de Enjuiciamiento Civil.
L.G.T. Ley General Tributaria.
XTV. Registro de fundaciones 459 L.H. Ley Hipotecaria.
Bibliografía sumaria 460 L.O.E. Ley Orgánica del Estado.
L.R.J.A.E. Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado.
R.C.D.I. Revista Crítica de Derecho Inmobiliario.
R.D.M. Revista de Derecho Mercantil.
R.D.N. Revista de Derecho Notarial.
R.D.P. Revista de Derecho Privado.
R.D.G. Revista General del Derecho.
R.G.L.J. Revista General de Legislación y Jurisprudencia.
R.H. Reglamento Hipotecario.
R. J.C. Revista Jurídica de Cataluña.
R. J.N. Revista Jurídica del Notariado.
R.T.D.C Revue Trimestrielle de Droit Civil.
R.T.D.P.C Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura Civile.
R.R.A.L.J. Revista de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia.

[23]
I
INTRODUCCIÓN.
CÓDIGO CIVIL Y DERECHOS
FORALES O ESPECIALES
1. EL DERECHO CIVIL

I. EL SENTIDO HISTÓRICO DEL DERECHO CIVIL

Nosotros entendemos que lo que hoy llamamos Derecho civil no es otra cosa
que una manera o una forma de estudiar una parte o un sector del ordenamiento
jurídico aunque, naturalmente, retrato de una idea que es también aplicable a otras
disciplinas jurídicas, y que, tanto el criterio lógico para aislar dentro de la totalidad
del ordenamiento jurídico esta parte y llamarla de un determinado modo, como
los criterios para analizarla y entenderla, se encuentran en función de la evolución
histórica de nuestra civilización.

A) LA SIGNIFICACIÓN DE LA EXPRESIÓN «DERECHO CIVIL» EN ROMA

La expresión «Derecho civil» traduce la denominación latina Ius Civile. Los


distintos fragmentos del Derecho romano que han llegado hasta nosotros, ofrecen
a la pregunta sobre el significado del Ius Ciyile, respuestas que, por lo menos a pri-
mera vista, parecen dispares aunque los estudiosos se hayan esforzado por encon-
trar en ellas un sentido unitario.
d) Según EHRLICH originariamente se llamó Ius Civile a un debate que se
abrió en el foro sobre la interpretación de las leyes que la ciudad se había dado. De
un modo parecido, para D E FRANCISCI el Derecho civil primitivo estuvo consti-
tuido por una serie de principios consagrados por la jurisprudencia, religiosa pri-
mero y laica después, de los prudentes.
b) Un grupo de textos numerosos y reiterados colocan la nota característica
del Ius Civile en la nacionalidad del pueblo que lo crea y de los individuos a los
que se aplica, porque el Ius Civile se aplicaba sólo a los ciudadanos romanos. Por
eso se dice que Ius Civile es el que cada pueblo ha creado para sí mismo y el que
es propio de cada ciudad, añadiéndose que, así como las leyes que Solón dictó
para los atenienses pueden justamente ser llamadas Derecho civil ateniense, el
Derecho que usa el pueblo romano se llama Derecho civil de los romanos (Insti-
tuciones, 1, 2.2).

[27]
28 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL 29
c) En el sentido indicado, Ius Civile se contrapone a Ius Gentiwn. Este último Todo ello significa que durante muchos años va a existir un acusadísimo par-
se define como un Derecho común a todos los pueblos o a todas las naciones por ser ticularismo jurídico. Hay costumbres y fueros en el sentido de normas jurídicas de
producto de la razón natural, si bien, como se ha señalado, el Ius Gentium fue un un determinado lugar, estatutos de las ciudades o incluso estatutos de corporacio-
sistema estrictamente romano. Como el Ius Civile sólo se aplicaba en las relaciones nes o gremios.
entre ciudadanos, se hizo necesario crear un nuevo ordenamiento para aplicarlo a las Afinalesdel siglo XI y principios delxil se produce un fenómeno importante
relaciones entre ciudadanos romanos y extranjeros con los que se tenían relaciones, en grado sumo que es la llamada «recepción del Derecho romano». El Derecho
llamados peregrinL El Ius Gentium fue así la obra del llamado praetor peregrina que romano va a ser redescubierto, y una serie de estudiosos, los glosadores, se van a
se creó en el año 242 a.C. Era un Derecho más sencillo y menos formalista y se fun- dedicar a profundizar en él, mediante glosas y exégesis, aplicando las técnicas es-
daba, según se decía, en la razón natural. Al Ius Gentium se debe, por ejemplo, la li- colásticas de los silogismos, las distinciones y subdistinciones, pero también la ob-
beración de formalidades en las transmisiones de propiedad y en la contratación. tención de algunas reglas generales cuando, relacionando diferentes textos, se en-
d) Otros textos contraponen Ius Civile a Ius Praetorium o Ius Honorarium. cuentra una ratio idéntica. Se trataba de un Derecho que no tenía vigencia directa,
PAPINIANO dice (Digesto, 1.1.7.1) que el Derecho Pretorio lo introdujeron los pre- pero que poseía la auctoritas que le otorgaba su origen y su propia grandeza, de
tores por utilidad pública con el propósito de suplir, ayudar o corregir al Ius Civi- suerte que, insensiblemente, fue siendo aplicado por los abogados y los tribunales.
le. No hay en realidad una verdadera contraposición pero sí es cierto que el Ius A partir de ese momento se va a denominar «Derecho civil» al Derecho romano
Honorarium significaba una renovación del Ius Civile provocada por las nuevas reencontrado y la obra de Justiniano va a recibir el nombre de Corpus Iuris Civilis.
necesidades y los nuevos hechos, aunque también es cierto, como observó SAVIG- Aunque la Compilación justinianea contenía textos en los que se trataban cuestio-
NY, que el Pretor no creaba Derecho, porque no tenía poderes para ello, y se limi- nes públicas (magistraturas, crímenes, jurisdicción y administración, etc.), tales
taba, en su Edicto, a declarar solemnemente las reglas que seguiría en el ejercicio cuestiones habían perdido actualidad e interés y no eran ya aplicables a la sociedad
de sus funciones y las acciones que otorgaría. del tiempo de la recepción. De ahí que los glosadores y comentaristas mostrasen
é) Hay que decirfinalmenteque, en toda la evolución del Derecho romano, mayor dedicación hacia las normas e instituciones privadas (circulación de los bie-
Ius Civile no se identifica con Derecho privado. El genio de la jurisprudencia ro- nes, derecho sobre ellos, situación de las personas, etc.). De este modo empieza a
mana construyó con preferencia instituciones privadas (personas, familia, propie- abrirse camino la idea de que Derecho civil coincide sustancialmente con Derecho
dad, contratos, herencias) pero dentro del Ius Civile se encontraron instituciones privado.
sobre crímenes y delitos, sobre el ejercicio de la jurisdicción o sobre materias es- El Derecho civil, entendido como Derecho romano, va a desempeñar en la
trictamente administrativas. Edad Media un papel político y social especialmente importante: el de Derecho
común o, si se prefiere decirlo de otro modo, el Derecho común del Occidente eu-
ropeo. Como hasta ese momento reinaba un absoluto particularismo jurídico, de-
B) LA IDEA DE DERECHO CIVIL EN LA EDAD MEDIA ; cir que el Derecho civil es el Derecho común significaba, según CALASSO, decir que
era el Derecho normal frente a las particularidades que se presentan como anoma-
En el año 476 d.G, punto en el que los historiadores colocan el comienzo de la lías o como excepciones.
Edad Media, se produce la caída del Imperio romano de Occidente, con la invasión Por otra parte, hay que destacar que la fuerza del Derecho civil provenía tam-
de los pueblos bárbaros que la provocó. El Imperio romano subsistió en Oriente, bién de una necesidad política: el concepto de Sacro Imperio Romano Germánico,
en Bizancio, donde entre los años 528 y 533, siendo emperador Justiniano, se pro- restaurado por Carlomagno en el año 800 y continuado después por los empera-
dujo una Compilación del Derecho tal y como en esa época se entendía, que esta- dores alemanes. De algún modo la sociedad medieval va a vivir la idea de que era
ba formada por: las Instituciones, que es un libro de carácter escolar, el Digesto o un todo unitario bajo el Imperio, y tenía un único Derecho.
Pandectas, que es una selección de textos extraídos de los escritores antiguos; el Junto a la idea de Imperio, adquiere vigencia en el Occidente europeo, en la
Código, que es una recopilación de constituciones imperiales, y las llamadas Nove- época a que estamos aludiendo, la idea de Cristiandad, que expresa la unidad de
las o leyes nuevas. todos los pueblos desde el punto de vista religioso y la comunidad que por esta
En el Occidente, el Derecho de Roma desapareció, aunque hay que recordar razón forman y, al mismo tiempo, su sujeción al papado de Roma, como potestad
que no todos los pueblos invasores tenían las mismas características y que algunos espiritual e intemporal que muchas veces aparece en continuas tensiones con el
de ellos, como los visigodos, estaban fuertemente romanizados. Imperio, como ocurrió con el conflicto de las investiduras o con las luchas italia-
30 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL 31
ñas entre güelfos y gibelinos. La potestad del papado sobre los pueblos a él so- jaban. Esta crítica puso de manifiesto cómo las fuentes no eran genuinas y cómo
metidos se realizaba también, además de los postulados dogmáticos, por la vía asimismo las glosas y comentarios de los textos eran cada vez más contradictorios
del Derecho de la iglesia y su consideración como un Derecho común. Este De- y abundantes, de suerte que la aplicación del Derecho se había convertido en una
recho de la iglesia denominado «Derecho Canónico», evidentemente romano, tarea sobremanera insegura ante tantas dispares interpretaciones. A partir de los
adquirió una importancia muy especial a partir de las Decretales de Gregorio IX inicios de la denominada «Edad Moderna», los Estados, convertidos en soberanos
(1234). Se trataba de un Derecho que no se limitaba a regular el foro interno de absolutos, inician una labor de consolidación de sus Derechos nacionales, que en
losfieles,sino que se extendía también a aspectos de su vida ordinaria. Sus prin- Castilla llevan a cabo las Ordenanzas de Montalvo (1484) y la Nueva Recopilación
cipios espiritualistas (buena fe, obligación de cumplir la promesa y la palabra (1567). En Francia, las antiguas costumbres son recopiladas y reducidas a textos
dada, etc.) ejercerán una influencia decisiva en la inteligencia de los textos de la escritos (Costumbres de Normandía, Costumbre de Orleans, Costumbre de París),
Compilación justinianea y en el Derecho civil que hoy conocemos y estudiamos. continuándose posteriormente esta tarea defijacióndel Derecho nacional a través
Puede decirse que entre el Ius Civile y el Ius Canonicum va a darse una influencia de las Ordenanzas de Colbert y D'Aguessau.
recíproca y continua y ambos serán estudiados como materia central en las uni- No obstante todo ello, en las viejas definiciones de los siglos XVI y XVII, se con-
versidades medievales. tinúa llamando Derecho civil al Derecho romano, que se contrapone al Derecho
nacional, que en Castilla sería llamado Derecho real. Lafijaciónlegislativa de este
Como Derecho común se consideró también el Derecho feudal. El sistema de Derecho es el primer paso en el ciclo de nacionalización del Derecho civil, y el se-
vasallaje propio de la época obligó a utilizar normas, sobre todo de carácter con- gundo se dará cuando el estudio del Derecho real se imponga en las universidades,
suetudinario, para resolver los litigios entre señores y vasallos. Y el estudio de éste donde los teóricos y los eruditos, sin abandonar, por supuesto, el estudio del De-
Derecho feudal por los juristas va a constituir un tercer elemento del naciente De-
recho común, junto al romano y al canónico, aunque menos importante que ellos recho civil y canónico, estudian y comentan el Derecho real. La sustitución se va
(TOMÁS Y VALIENTE). operando insensiblemente y, a partir de determinado momento, la idea de Derecho
civil ya no se identificará con el Derecho romano del Corpus Iuris, sino con el De-
Aunque la idea de Imperio va perdiendo en la baja Edad Media la fuerza pri- recho que es propio y exclusivo de cada Estado.
mitiva que trató de tener, no por ello el Derecho romano dejó de tener el valor de Paralelamente, cabe anotar que la idea de Derecho civil se va identificando cada
Derecho común del Occidente europeo. A partir de este momento se considera vez más con la de Derecho privado, pues, por una parte, las normas atinentes a la
como ratio scripía. Se trata de un Derecho que se estudia más como sistema con- organización política, que comienzan a denominarse desde principios del si-
ceptual, al encontrarse racionalmente construido, que como sistema genuinamen- glo XVIII como «Derecho público», se estudian con separación del Derecho civil,
te normativo. De esta suerte, la idea de Derecho civil (= Derecho romano) va ad- lo mismo que las reglas de organización de las Administraciones públicas, cuando
quiriendo el sentido de un Derecho que contiene los principios tradicionales, del aparezca él Derecho administrativo. Desde el siglo XVI se desligan también del De-
que van a ir saliendo desgajados otras ramas que atienden más a la evolución social recho civil las reglas concernientes al Derecho penal y al Derecho procesal, en par-
y económica que comienza a producirse en los siglos XIV y xv, como ocurre seña- te debido a la falta real de vigencia de los textos romanos en esta materia y, en
ladamente con el Derecho mercantil, porque las compañías mercantiles, la letra de parte, también a la existencia de una especialización, pues se trata de materias que
cambio o el comercio marítimo exigían regulaciones que no se encontraban conte- tienen sus propios técnicos. Finalmente hay que consignar que el Derecho mercan-
nidas en los textos romanos. til continúa con su evolución y desarrollo separado, que se había iniciado con su
nacimiento en la baja Edad Media.

C) EL DERECHO CIVIL DE LA EDAD MODERNA


II. LA CODIFICACIÓN DEL DERECHO CIVIL
Con el Renacimiento, los Estados nacionales van convirtiéndose en Estados
absolutos y tienden a que sus Derechos nacionales sean exclusivos y predominan- La cristalización definitiva del Derecho civil como Derecho nacional y privado
tes, razón por la cual sufre un cierto eclipse la idea de Derecho civil entendida como es el momento histórico conocido como «codificación». Cuando los Códigos se
Derecho romano, aunque hay que observar que todo ello se encontraba ya prepa- elaboren, se redactará un Código civil, un Código penal, un Código de comercio
rado por la crítica culta a que fueron sometidas las fuentes romanas que se mane- y un Código de procedimiento civil y de procedimiento penal.
SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL 33
32
A) LA IDEA DE UN CÓDIGO CIVIL 3.a La clara y sencillafijaciónde las normas jurídicas, sobre todo en lo que
concierne al mundo de la propiedad y de los contratos, conseguía también —y la
La idea de llevar a cabo la obra de un Código civil pertenece de lleno al pensa- idea sigue siendo de M. WEBER— alcanzar la máxima seguridad en los negocios.
miento de la Ilustración y del racionalismo que dominó en Europa a partir del si- Quien emprende o se aventura en un negocio, desea la certidumbre de que éste
glo xviii. Hasta ese momento se acostumbraba, como ya hemos visto, a recoger marche y funcione como se había previsto, y de que, si surgen dificultades, los jue-
las diversas leyes vigentes en un determinado momento en un solo texto, recopi- ces fallarán de acuerdo con las previsiones iniciales, respondiendo de este modo a
lándolas. La idea de la codificación es, sin embargo, más amplia que la de una pura las aspiraciones de la emergente clase burguesa.
recopilación de textos. Recopilar es reunir en un texto, por orden sistemático o por 4.a Para ello era necesario implantar los ideales del liberalismo económico.
orden cronológico, las leyes que hasta un determinado momento han sido dictadas. Nadie mejor que los interesados pueden conocer aquello que éstos quieren, y lo
Codificar es una tarea más ambiciosa. Una codificación, dice SÁNCHEZ ROMÁN, que concordemente establezcan debe constituir para ellos la ley, lo que, a su vez,
es la reunión de todas las leyes de un país o las que se refieren a una determinada encontraba su fundamento en el pensamiento smithiano, según el cual el correcto
rama jurídica, en un solo cuerpo presididas en su formación por una unidad de y libre funcionamiento del mercado favorece la mayorriquezay prosperidad de las
criterio y de tiempo. Según esto, un Código civil es un cuerpo de leyes racional- naciones.
mente formado y asentado sobre unos principios armónicos y coherentes. Un £ó- Para conseguir estos ideales, el mejor camino era seguramente recoger los ma-
digo es siempre una obra nueva, que recoge de la tradición jurídica aquello7 que teriales que había elaborado el iusnaturalismo de corte racionalista, que, arrancan-
debe ser conservado y que da cauce a las ideas y aspiraciones de todo signo vigen- do de Hugo GROCIO, llegó después hasta PUFENDORF y THOMASIO, pues sus raí-
tes en la época en que se realiza. ces filosóficas se encontraban en perfecta consonancia con la idea de progreso
Las características centrales que parecen presidir la idea de la codificación en- económico y de libre comercio a que algunas naciones de Europa (Holanda, Ingla-
tendida como proceso histórico conducen a pensar que se trataba de cuerpos de terra) aspiraban desde los albores al siglo xvii.
leyes en los que se cumplían los ideales que, procedentes del racionalismo, fueron 5.a Porque significaban la renovación de los ideales de vida, los Códigos
acogidos después con entusiasmo por la Revolución francesa. Muy esquemática- debían constituir obras unitarias. Ello exigía la derogación de todo el Derecho an-
mente expuestas son las siguientes: terior, y la prohibición o interdicción de una heterointegración del sistema con el
1.a La simplificación y la reducción del material normativo que hasta enton- recurso a los llamados Derechos supletorios, sustituyéndola por una autointegra-
ces se encontraba disperso en infinitos textos del Corpus Iuris Civilis o de los De- ción, en virtud de la cual el Código se basta a sí mismo.
rechos particulares, con las glosas, las postglosas y los comentarios de los juristas 6.a En los Códigos se encuentra presente la idea de progreso, entendida no
humanistas, que hacían extraordinariamente difícil su conocimiento y aplicación, sólo como progreso económico y social, sino también como progreso del Derecho
utilizando fórmulas concisas y lapidarias, que fueran lo más breves posible, facili- mismo, suponiendo que el orden jurídico sigue una línea evolutiva de mejora. Los
taban indiscutiblemente él manejo de dicho material. Códigos pretenden así, como alguna vez se dijo, poner la legislación a nivel de «los
adelantos de la ciencia jurídica».
2.a Con la simplificación y facilitación del material normativo, se produjo,
como señaló Max WEBER, un cambio de sentido en la pedagogía jurídica, que su-
puso un paso desde la formación artesanal de los juristas, en lo que el propio WE-
B) EL DESARROLLO HISTÓRICO DE LA CODIFICACIÓN CIVIL
BER denomina «una justicia de cadí», que resuelve los casos concretos sin dar es-
peciales razones que funden el fallo, a una educación de carácter abstracto en la
que se consigue la interiorización por la clase jurídica de las proposiciones como No resulta fácil establecer el punto de arranque histórico de la codificación ci-
manifiestas o evidentes. vil, aunque tal vez pueda colocarse en el denominado «Derecho territorial general»
Al mismo tiempo, la facilitación del conocimiento del material normativo y de de los Estados prusianos, que fue puesto en vigor en Prusia por Federico II en 1795.
su aplicación debía permitir la asequibilidad del ordenamiento a la totalidad de los Se trata de un cuerpo legal que acusa un enorme influjo de la escuela del Derecho
natural racionalista, aunque alguna parte apunte hacia ideas propias de un régimen
ciudadanos, tratando de cumplir sin especial dificultades la vieja regla nemo ius
político del despotismo ilustrado. Con independencia de todo ello, resulta claro
ignorare censetur, así como la idea revolucionaria de una justicia popular que des- que el punto de arranque de los Códigos civiles hay que situarlo con la promulga-
pojara a la nobleza de toga de los privilegios que el Antiguo Régimen le había otor- ción, el 21 de marzo de 1804, del Código civil francés, que fue denominado «Có-
gado.
SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL 35
34
digo Napoleón» en recuerdo del hombre genial que lo llevó a cabo en los días del más de ser un gran jurista, era profesor en la Universidad de Berlín y Ministro de
Legislación en Prusia, le replicó con su obra De la vocación de nuestro tiempo para
Consulado, presidiendo en persona e interviniendo directamente en muchas de las la legislación y para la jurisprudencia. Sostenía SAVIGNY que el Derecho es un pro-
discusiones del Consejo de Estado, como recordó después en Santa Elena, donde ducto histórico, una obra del espíritu del pueblo y no un producto de laboratorio
esperaba la muerte. El Código refleja una fusión de elementos iusnaturalistas y re- como sería un Código civil. Así apostaba por la continuación de los pandectistas
volucionarios, recibidos los primeros sobre todo a través de la obra de su más co- y de la actualización del Derecho romano, en el cual se suponía que se plasmaba
el espíritu del pueblo alemán.
nocido representante doctrinal, pues iusnaturalista y jansenista había sido Jean Retrasada la unidad nacional alemana, a lo largo del siglo XDC se promulgaron
DOMAT, e influido por las ideas racionalistas había estado Roberto Luis POTHIER. algunos Códigos civiles en algunos de los Estados alemanes, pero la hora de la co-
El Código es también el resultado de la tenaz voluntad del primer Cónsul de verlo dificación general sólo se inicia una vez instaurado en 1870 el Imperio. El Código
hecho realidad tras los fracasos de anteriores proyectos de la época revolucionaria, civil, que se realiza a través de dos proyectos, se promulgafinalmenteen 1896, para
comenzar a regir el 1.° de enero de 1900. Es con el Código civil francés el prototipo
y el resultado también de la intuición certera del primer Cónsul al escoger a los de los Códigos civiles modernos europeos. Influye en él, de manera decisiva, el pan-
redactores juristas que podían redactarlo y defenderlo. dectismo, con todas sus características como son la técnica más depurada y su ca-
rácter un tanto esotérico, abstracto, positivista y logicista. El Código civil alemán ha
El Código francés fue una obra capital, de enorme influencia en todo el mun- influido en otros Códigos del centro de Europa y en algunos Códigos americanos
do a lo largo del siglo XDC. Entró en vigor en Bélgica y en Holanda; influyó en el (Brasil).
Código portugués y en el español, en los Códigos preunitarios italianos y en la ^
codificación de este país, así como en un gran número de países iberoamericanos. Como paradigma de los Códigos civiles europeos ha de mencionarse también
Fue el vehículo de las ideas de la Revolución francesa, y responsable de una
ideología típica del liberalismo burgués, pues no en balde fue la burguesía la que el Código civil suizo. En Suiza la codificación se retrasó como consecuencia de la
inició la Revolución y la que, a la postre, salió vencedora. Es un Código que afirma autonomía cantonal. Algunos cantones elaboran sus propios Códigos y la codifi-
el primado del individuo, la igualdad ante la ley de todos los hombres, sin acepción cación general comenzó mediante la unificación del Derecho de Obligaciones (Có-
de personas por circunstancias dimanantes de su condición social y de su libertad digo de Obligaciones). Conseguido este último, la redacción de un proyecto de
individual. Con base en ello, los pilares básicos del Código son las ideas de libertad
contractual, el carácter absoluto del derecho de propiedad y la responsabilidad por Código civil, bajo la dirección de HUBER, se realizó ya dentro del siglo XX (1908).
daños fundada en la culpa. Es un Código que ha merecido los elogios de los profesionales del Derecho y que
El matrimonio se sustrae a la Iglesia católica, adquiriendo el carácter de una ha sido también adoptado como modelo por algunos países.
institución laica fundada en el contrato. Asimismo se sustrae a la Iglesia el registro La codificación italiana tomó como modelo a la codificación francesa. El Có-
de los estados civiles, tradicionalmente organizados como registros parroquiales,
y se funda y regula detalladamente un Registro del Estado Civil. No obstante lo digo de 1865 seguía fielmente al Código de Napoleón. El régimen fascista se pro-
dicho, el Código Napoleón no rompió con la tradición jurídica francesa, recogida puso reformarlo y sirviéndose de la gran tradición jurídica italiana así como de los
en el Derecho romano y en las antiguas costumbres, sino que las continuó adap- trabajos de los más notables juristas de aquel país, tras una larga elaboración de
tándolas a las nuevas ideas. Es de este modo una sabia combinación de tradición, más de quince años, dio cima a su obra en 1942. El Código es una obra de gran
principios racionalistas y postulados revolucionarios.
En el área de los países germánicos, la codificación civil se encuentra teñida perfección técnica, que permitió que, no obstante la caída del régimen fascista, si-
por el evidente reflejo político que la ideologías típicas del liberalismo burgués guiese en vigor con algunas muy leves modificaciones. Ha servido también de ejem-
acarreaban, como podía ser la existencia de una Constitución o de una represen- plo y de modelo a algunos Códigos civiles, como puede ser, por ejemplo, el Código
tación parlamentaria. Por eso, en Austria, dominada a la sazón por una monarquía civil de Venezuela de 1947.
absolutista, se elabora un Código civil de indudable perfección técnica influido por
las ideas del Derecho natural racionalista, aunque preservado de cualquier influen- El ciclo de la codificación ha continuado hasta nuestros días. Algunos países
cia de los postulados de la Revolución francesa. sustituyen sus antiguos Códigos decimonónicos por otros más técnicos y perfectos,
En Alemania, el siglo XDC se abre con una conocida polémica entre SAVIGNY como el de Portugal de 1966, que empezó a regir en 1967. Otros readaptan su De-
y THIBAUT, en torno a la conveniencia de la codificación. No debe olvidarse que recho civil a sus nuevas condiciones sociales y políticas como Polonia en 1966.
en Alemania la unidad nacional no se logra hasta 1870 y que en los comienzos del
siglo xix existía un mosaico de Estados diferentes, por más que en aquel momen- No puede cerrarse este apartado sin señalar que el movimiento de la Codifica-
to hubiera de reconocerse la pujante primacía del Estado prusiano. THIBAUT pu- ción civil, originariamente europeo, trascendió casi inmediatamente a la América
blicó en 1814 un opúsculo denominado Sóbrela necesidad de un Código civil para Latina, continente del que sería injusto no recordar la obra de dos grandes juristas
Alemania, en el que sostenía la conveniencia de redactar un Código civil sobre el como fueron BELLO, autor del Código chileno, y VÉLEZ SARSFIELD, autor del Có-
modelo francés inspirado en la razón, que pudiera constituir el vínculo para con-
seguir, sobre tales postulados, la unidad de la nación alemana. SAVIGNY, que, ade- digo argentino, uno y otro con clara resonancia e influencia en el Código español.
36 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL 37
III. EL DERECHO CIVIL EN LA ACTUALIDAD Uno y otros factores determinan que el Estado intervenga, a veces decisiva-
mente, en la vida económica y jurídica, y que las normas que vaya creando no san-
La evolución histórica coloca ante nosotros el Derecho civil como sector del cionen ya la autonomía de la voluntad individual, sino que la tratan de dirigir y
ordenamiento jurídico, que forma fundamentalmente parte del Derecho privado coartar en beneficio de los intereses colectivos o para evitar que sea un instrumen-
que se ocupa de las personas y de sus diferentes estados civiles, del patrimonio de to de dominación de las clases económicamente débiles. Así, frente al derecho de
las personas, con referencia especial a los derechos de propiedad y a los demás de- propiedad de carácter absoluto reconocido en los códigos, aparecerán deberes y
rechos sobre los bienes, del intercambio de bienes y de servicios a través del mundo límites en la actuación de los propietarios (v. gr., en materia agraria y en materia
de la contratación, junto con las normas concernientes a la regulación de la fami- urbanística), y no sólo se le va a prohibir que hagan o no hagan, sino que se les va
lia y de las sucesiones por causa de muerte. aplicar acciones positivas. Al empresario se le impondrán los contratos de trabajo,
Más importante que el determinar en estos momentos de qué sé ocupa el De- sin que pueda discutir sus cláusulas.
recho civil, es seguramente tratar de esbozar cuáles son los criterios o los principios Por otra parte, a causa del desarrollo industrial y del gran número de víctimas
inspiradores con los que lo hacen, porque hay un..conjunto de datos que permiten de daños sin indemnizar que origina un sistema de responsabilidad civil que se ob-
Nv
caracterizar el Derecho civil del siglo que acaba de terminar. - jetiva en la llamada «responsabilidad por culpa», se abre el camino hacia el prin-
a) Ante todo, creemos que se puede hablar de una cierta crisis del Derecho cipio de la responsabilidad sin culpa, o bien, manteniendo el de la responsabilidad
civil que había quedado plasmada en la codificación. Ésta se fundaba, como hemos por culpa, se elaboran jurisprudencialmente nuevos criterios de aplicación que de
dicho, en la afirmación del individuo frente al Estado sin cuerpos intermedios. El hecho aseguran a todo damnificado una indemnización. Y en materia contractual
Código civil aseguraba el ubre desenvolvimiento del individuo a través de su vo- se permite, bien que excepcionalmente, la intervención de los jueces para resolver
luntad, por lo que era central el principio el autonomía de la voluntad, con su re- o reformar el precepto de autonomía privada que el contrato había organizado,
flejo en el derecho de propiedad, que se concebía como un derecho absoluto y con especialmente en aquellos casos en que se han producido extraordinarios impre-
las menores excepciones posibles a este carácter absoluto. De esta suerte, como vistos y cambios de circunstancias que suponen una excesiva onerosidad.
señaló ORESTANO, el sistema jurídico de la codificación iba a ser en realidad el sis- b) Las líneas de evolución que antes se han expuesto escuetamente, producen
tema de los derechos subjetivos o poderes del individuo. Desde el punto de vista un impacto en el Derecho civil que se traduce en una disgregación de su contenido,
de la responsabilidad civil, el sistema se estructura sóbrela base de que se indem- que fue ya señalado por F. DE CASTRO, y después estudiado con algún detenimien-
nizan daños y perjuicios sólo si se demuestra que el autor de los hechos o daños to por N. IRTT, que llegó a hablar de una «edad de la descodificación». Las nuevas
había sido negligente. necesidades prácticas y las nuevas necesidades económicas, desarrollan nuevas
La evolución social, sin embargo, fue por otros caminos. Los ideales de la bur- normas a la luz de nuevos criterios. Se habla así de un Derecho del trabajo, de un
guesía, que, detentadora de los bienes económicos y de producción, quería un sis- Derecho de la economía, de un Derecho agrario, de un Derecho de arrendamien-
tema que le permitiese su libre y omnímodo disfrute, no fueron aceptados por in- tos, de un Derecho urbanístico, o de tantas otras ramas como se quiera hacer apa-
mensas capas de la sociedad carentes de poder económico, para las cuales el juego recer. La disgregación como puro fenómeno externo, e índice de una especializa-
de la autonomía de la voluntad sólo significaba la sumisión del débil al más fuerte ción técnica o científica, no tiene trascendencia grave: la gravedad se produce
y para quienes los derechos subjetivos reconocidos por el ordenamiento jurídico cuando los desmembramientos se consolidan, porque entonces se ha roto la unidad
no eran más que abstracciones. Nacen de este modo una serie de conflictos prota- internaj lo especial termina creciendo y en la práctica se hace Derecho común, y a
gonizados por las clases obreras representadas por las organizaciones sindicales, éste se le asigna un carácter residual.
que van a introducir, aparte de conjuntos especiales de normas como el Derecho c) Desde elfinalde la Segunda Guerra Mundial (1945), las Constituciones, en
laboral o el Derecho sindical, fuertes dosis de políticas sociales que se reflejan a la mayor parte de los países de la Europa occidental, han nacido con la pretensión
través del ordenamiento jurídico entero. de impedir los totalitarismos que habían desencadenado aquélla, y pasan a ser no
Al lado de ello, tampoco pueden olvidarse las profundas crisis económicas que solamente los cuerpos normativos de la organización política de los Estados, sino
a lo largo del siglo XX han sacudido a buena parte del mundo occidental, a partir también cuerpos de normas que establecen reglas y principios, garantías institucio-
de los problemas que creó la restructuración europea del Tratado de Versalles, pa- nales, libertades públicas y derechos fundamentales de las personas, de suerte que
sando por la gran crisis de 1929, las subsiguientes a la Segunda Guerra Mundial, como norma fundamental irradian sus efectos a la totalidad el ordenamiento jurí-
y todas las demás de las que la historia económica pueda dar cuenta. dico, que queda, todo él, sujeto a la Constitución. La Constitución española de 1978
38 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL 39
responde a esos esquemas y, por consiguiente, desde su promulgación se puede de- conocido pasaje de ULPIANO (D. 1,1,2)b parece inexacta, tanto si el interés se pre-
cir que el Derecho civil experimenta el influjo de la Constitución, lo que, por una dica de las normas que componen uno u otro sector del ordenamiento, como si se
parte, puede determinar la falta de validez sobrevenida de alguna de sus normas refiere al interés o a la utilidad existente en las relaciones o situaciones contempla-
principales, por sobrevenir en la inconstitucionalidad y, por otra, la necesidad de das por esas normas. Efectivamente, si el interés o la utilidad se predica de las nor-
que la legislación postconstitucional se atenga a los valores, principios y normas mas, parece claro que todas las normas jurídicas pretenden y buscan un interés de
de la Constitución, lo cual ha sido especialmente importante en el influjo que ejerce tipo general, sin perjuicio de que puedan contemplar también intereses particula-
sobre la totalidad del ordenamiento jurídico el principio de igualdad ante la ley, sin res, respecto de los cuales tratan de encontrar un punto de equilibrio. Aun cuando
discriminaciones inadmisibles, y, por otra parte, en la consagración constitucional la norma postule o prefiera un interés particular con respecto a otro, lo hará siem-
del Derecho de familia. pre por estimar que ello es lo más conveniente para el interés general. En las nor-
d) El incremento de las relaciones de todo tipo entre los diferentes Estados mas que regulan, por ejemplo, la sucesión monis causa se dan cita evidentes inte-
ha producido el nacimiento de entidades supranacionales, de las cuales la más des- reses de carácter particular (del causante-testador, de sus familiares, de sus
tacada es la que hoy se conoce como Unión Europea, a la que España pertenece acreedores, etc.), pero la regulación total del fenómeno se hará siempre en aras de
desde 1985. La inserción en las organizaciones supranacionales determina el que un interés general. Hay una carga evidente de sentido político y social en el fenó-
el Derecho privado reciba, a su vez, el influjo de las normas de ellas emanadas. Las meno sucesorio, que puede ir desde la conservación de unas determinadas estruc-
turas sociales, pasando por la perpetuación del poder económico o de la riqueza
reglas jurídicas puestas en vigor por la Comunidad o Unión Europea han sido muy
en unas manos, hasta lo que cabe llamar el interés general en la continuidad de la
importantes en la medida en que han tratado de preservar la libertad de circulación
vida jurídica (que las relaciones jurídicas no se extingan por la muerte de su titular
de personas y de mercancías, produciendo también, por la vía de las directivas, toda
activo o pasivo).
una serie de normas que han encontrado su reflejo en materia contractual (contra-
tos con consumidores, cláusulas abusivas, contratos fuera de establecimientos mer- A la inversa, si el interés o la utilidad se predican no tanto de las normas cuan-
cantiles, etc.), o en el Derecho de la responsabilidad extracontractual (responsabi- to de las relaciones o situaciones contempladas por esas normas, la distinción tam-
lidad del fabricante, etc.). poco parece exacta. La realidad nos muestra relaciones jurídicas indudablemente
incardinadas en el Derecho público, donde puede perseguirse un interés particular
Al mismo tiempo, el fenómeno hoy conocido como «globalización de la eco-
o donde los intereses particulares están también presentes. Así, v. gr., las normas
nomía» determina la existencia de impulsos tendentes a la creación de normas ju-
que reconocen una pretensión de acceso a un empleo público prevén el interés de
rídicas con una extensión muy amplia, que tratan de tener vigencia en la mayor
las personas que tratan de acceder a dicho empleo. Lo mismo cabría decir de las
parte de los países, por la vía de los tratados o convenios internacionales. Se puede normas que establecen una reducción o una exención del pago de un impuesto, de
señalar de manera muy especial el Convenio de Viena sobre Compraventa Inter- las que permiten una concesión sobre un bien de dominio público, etc.
nacional de Mercaderías, de 1980. b) La quiebra de las teorías que pretenden distinguir el Derecho público del
Derecho privado a través de la naturaleza del interés o de la utilidad que median-
IV. EL DERECHO CIVIL COMO DERECHO PRIVADO te ellos se realiza, ha inducido a la doctrina a buscar un camino de mayor segu-
ridad. La nota decisiva se colocará en la intervención del Estado. Esta interven-
La distinción entre Derecho privado y Derecho público —que es para los estu- ción del Estado puede producirse en la creación de las normas. El Derecho
diosos del Derecho la distinción por antonomasia— es quizá una de las cuestiones público sería el conjunto de normas creadas e implantadas por el Estado (v. gr.,
más oscuras, complejas y difíciles de la teoría general del Derecho. Durante siglos leyes, ordenanzas, etc.), mientras que el Derecho privado sería el Derecho creado
se han enconado las diferentes direcciones doctrinales, se han propuesto las fórmu- por los particulares para regular entre ellos sus específicas relaciones: normas
las más dispares y no se ha llegado a la deseada solución. Complica, desde luego, nacidas de contratos, de negocios jurídicos, de estatutos de sociedades, etc. Esta
el problema su estrecha conexión con las doctrinas y constituciones políticas, que distinción teóricamente parece posible, pero terminológicamente no cuadra con
viene a hacerlo radicalmente inseguro. lo que desde el punto de vista general se suele entender por Derecho público y
a) El Derecho privado es, se ha dicho, el Derecho de la utilidad de los par- Derecho privado. Nadie duda que es Derecho privado la mayor parte, por lo me-
ticulares, frente al Derecho público, que realizaría la utilidad general. Esta prime- nos, del Derecho civil o del Derecho mercantil. Sin embargo, tanto el Código
ra formulación, que tiene hondas raíces en los textos clásicos y que deriva de un civil como el Código de comercio son normas creadas por el Estado a las que,
SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL 41
40
por consiguiente, habría que calificar como de Derecho público. En realidad, el materia de puestos de trabajo, trabajo a desarrollar, etc. La idea de igualdad jurí-
Estado crea normas que pueden ser de Derecho público o de Derecho privado. dica, hay que aclararlo incidentalmente, es muchas veces una idea absolutamente
De ahí que la distinción no puede estar en el origen o en la forma de producción formal y, además, engañosa, pues esconde situaciones que realmente son de clara
de las normas, sino en el objeto de dichas normas, según otro sector doctrinal. desigualdad. En el mundo de la contratación, la igualdad entre los contratantes no
Es decir, en las instituciones por ellas reguladas o en las relaciones jurídicas por pasa muchas veces de ser una quimera.
ellas contempladas. é) Para salvar los obstáculos de las posiciones doctrinales antes indicadas se
c) Desde este punto de vista se ha pensado que la norma es de Derecho pú- ha propuesto otra fórmula. El Derecho público es el Derecho de la necesidad. En
blico o de Derecho privado según regule relaciones de uno y otro tipo. Las rela- el Derecho privado domina la autonomía de los particulares, y la norma jurídica
ciones jurídicas son públicas cuando se dan entre el Estado y sus subditos. Son sólo funciona como supletoria de la voluntad individual. En el Derecho público,
de carácter privado las relaciones entre particulares. Sin embargo, esta distinción por el contrario, domina la necesidad. Sus normas han de serrigurosasy exacta-
tampoco está exenta de inconvenientes. No es cierto que la relación de Derecho mente cumplidas. El Derecho privado es el Derecho de las normas dispositivas. El
público sea necesariamente una relación entre Estado e individuo. Tampoco lo Derecho público es ius cogens. Derecho imperativo o Derecho necesario. Pero la
es que la relación de Derecho privado sea siempre una relación entre particulares. distinción así trazada tampoco es exacta. Hay en el Derecho privado extensas zo-
En primer lugar, el Estado es en ocasiones sujeto de relaciones de Derecho pri- nas dominadas por normas esencialmente imperativas o insustituibles por pactos
vado, como ocurre siempre que interviene en el tráfico jurídico al mismo nivel o en contrario de los particulares. En cambio, en el Derecho público hay esferas en
en la misma forma que las demás personas ($ ej., compra, vende, arrienda, etc.). que la imperatividad de las normas no es absoluta, bien porqué se otorgan facul-
En segundo lugar, se admite que pueda existir una relación de Derecho público tades discrecionales o bien porque se admite la posibilidad de establecer pactos (p.
aun cuando en ella no intervenga el Estado. Se tiene entonces que recurrir a la ej., entre entes públicos).
idea de los «entes públicos» o «entes de Derecho público», bien sean éstos in- La distinción entre Derecho público y Derecho privado es oscura y dificultosa.
fraestatales o supraestatales. Por ejemplo, la relación del ciudadano con un mu- Una parte de la doctrina ha renunciado a establecerla, bien negándola de un modo
nicipio, con la llamada administración institucional o con una organización su- categórico o bien admitiendo, en lugar de la clásica bipartición, cualquier criterio
praestatal o extraestatal (p. ej., la Iglesia católica, la Comunidad Económica de división entre las normas del Derecho objetivo.
Europea, etc.). En estos términos, ¿qué podemos nosotros decir? Ante todo, que hay que par-
d) Partiendo de esta idea, se dirá que lo decisivo no es la presencia del Estado tir de la radical unidad del ordenamiento jurídico, que no queda nunca fragmen-
en una relación, cuanto la diversa posición que los sujetos asuman dentro de la tado o dividido. La distinción no es una escisión, sino que, como ya decía ULPIA-
relación. Para que una relación pueda considerarse como de Derecho público es NO, da lugar a posiciones o puntos de vista para su estudio. En segundo lugar, qué
preciso que los sujetos asuman una posición de superioridad frente a otros que se la línea de frontera no se puede nunca establecer con nitidez. Como en el arco iris,
encuentran en situación de inferioridad. En la relación de Derecho público hay entre el verde y el azul hay una zona que no se sabe si es verde o es azul. En tercer
siempre una situación de imperium, de autoridad o de soberanía. Por el contrario, lugar, que más que criterios lógicos de distinción, lo que hay que señalar son puras
en las relaciones de Derecho privado los sujetos se encuentran siempre en pie de directrices metodológicas de adscripción. En este sentido nosotros creemos en lo
igualdad. De otro modo se dirá que las relaciones de Derecho privado son relacio- que DE CASTRO llamó principio de personalidad frente al principio de comunidad
nes de coordinación, y las relaciones de Derecho púbüco de subordinación. Sin o viceversa. Dicho de otro modo, lo que hay son instituciones enderezadas a regu-
embargo, también este modo de pensar puede ser fácil blanco para la crítica. Aun- lar la persona y el cumplimiento de susfines,y otras destinadas a regular la orga-
que algunos autores lo hayan pretendido, no parece posible calificar como de De- nización de la comunidad y de susfines.En líneas generales llamamos Derecho
recho público las relaciones de familia, como lafiliacióno la tutela, donde la au- privado al conjunto de normas que regulan la vida humana y losfinesque le son
toridad y la subordinación existen. Tampoco parece posible comprender en el propios. Por eso, las instituciones centrales del Derecho privado son: la persona,
Derecho privado situaciones que presuponen una absoluta situación de igualdad sus estados civiles, capacidad, libertad o poder de autonomía y responsabilidad; la
jurídica y de coordinación, como puede ocurrir en una mancomunidad de munici- familia, como reducto último de la intimidad del hombre; la cobertura de las ne-
pios o en una cuestión de competencia entre funcionarios. En el campo del Derecho cesidades primarias (p. ej., vivienda, trabajo, actividad profesional, etc.); el estatu-
del trabajo también se reconoce una cierta autoridad al empresario y una cierta to de los bienes económicos, y el intercambio de los bienes y de los servicios o coo-
subordinación al trabajador, sin que por ello sea Derecho público. Por ejemplo, en peración social.
42 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL 43
V. EL DERECHO CIVIL COMO DERECHO COMÚN BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
Por la amplitud de las disposiciones en que se encuentran contenidas, cabe cla- AMORÓS GUARDIOLA: DOS etapas en la evolución del Derecho civil, Libro-Homenaje a
sificar las normas en normas de Derecho común y normas de Derecho especial. Roca Sastre, I, p. 493; BUSNELLI: El Derecho civil entre código y leyes especiales, R.G.L.J.,
Son normas de Derecho común aquellas que están destinadas a regular la realidad 1985, p. 752; CARRASCO PERERA: El Derecho civil; señas, imágenes y paradojas, Madrid,
jurídica y social en todas sus facetas o aspectos, es decir, la vida social considerada 1988; CASTÁN: La ordenación sistemática del Derecho civil; DE FRANCISCI: Idee vechie e
nuove intorno alia formazione del diritto romano, Scritti Ferrini, Milán, 1947; I, p. 192; GIL
en su totalidad. El Derecho especial está constituido por normas cuya finalidad es RODRÍGUEZ: Anotaciones para un concepto de Derecho civil, A.D.C., 1989, p. 317; DÍEZ-
regular materias o relaciones determinadas y concretas (p. ej., la legislación hipo- PlCAZO: El sentido histórico del Derecho civil, R.G.L.J., 1962, p. 596; HERNÁNDEZ GIL: El
tecaria, la legislación mercantil, etc.). concepto de Derecho civil, Madrid, 1943- iRTl: La edad de la descodificación, trad. esp. de
ROJO AJURIA, Barcelona, 1992; Mozos, DE LOS: El «Derecho común» en la formación del
En nuestro ordenamiento jurídico se considera como Derecho común al Có- Derecho civil, Estudios Serrano, vol. I, p. 157; RODRÍGUEZ GumÁN: DelDereco civil deci-
digo civil. La Exposición de Motivos del Decreto de 31 de mayo de 1974 que san- monónico al Derecho civil actual, en Estudios Díaz-Picazo, 1.1; ROMÁN GARCÍA: Codifica-
ciona con fuerza de ley el texto articulado del Título Preliminar del Código civil, ción, descodificación y recodificación en el Derecho civil, en Estudios en Homenaje al profe-
dice que el Código civil es «exponente todavía de los principales rasgos caracteri- sor Díéz-Picazo, t. 1; TORRALBA SORIANO: El Derecho civil desde la Codificación hasta el
tiempo presente, R.G.L.J., 1975 (septiembre y octubre); PASCUAL QUINTANA: En torno al
zados del derecho común». Sin embargo, lo cierto es que el Código civil, pese a concepto de Derecho civil, Salamanca, 1951.
sus pretensiones originarias, no ha regulado por completo la vida social conside-
rada en su totalidad. Existen fuera de él muchas leyes que afectan a cuestiones
puramente civiles, además de las que el propio Código declaró subsistentes al
promulgarse (art. 1.976). Quizá sea el arraigo en la conciencia social de sus nor-
mas como las básicas de la convivencia y el hecho de que de su tronco van desga-
jándose Derechos que frente a él presentan una especialidad marcada, pero con-
servando conceptos y principios que en última instancia son del Código civil, lo
que lleva a convencernos de que no es totalmente inexacto hablar del Código civil
como Derecho común.
El artículo 4.3 del Título Preliminar, en razón precisamente a aquel carácter,
preceptúa que «las disposiciones de este Código se apücarán como supletorias en
las materias regidas por otras leyes». Hay que entender, no obstante, que si esas
leyes establecen otros criterios de supletoriedad, la disposición citada estará subor-
dinada a los mismos.
Desde otro punto de vista completamente distinto se habla de Derecho común:
como contrapuesto al Derecho foral, materia que examinaremos en su momento.
Hay que destacar que los foralistas hablan de un Derecho común para referir-
se al Derecho civil de sus Compilaciones. De la misma manera que el Código civil,
se dice, es Derecho común para los territorios en querige,el Derecho civil foral es
Derecho común en el territorio foral. Criterio éste que ha prosperado en la senten-
cia de 28 de junio de 1968, a propósito de la interpretación del término «Derecho
común», que utilizan los artículos 2.° y 50 del Código de comercio para indicar su
carácter supletorio respecto del Código de comercio, en contra de una jurispru-
dencia anterior que con mejor acierto no lo había estimado así.
EL DERECHO CIVIL ESPAÑOL 45
y en Vizcaya, por la vigencia del Fuero General puesto en vigor por los señores de
esta tierra en el año 1314.
El contenido propio y específico de cada uno de estos Derechos civiles es ma-
teria que se estudia en la Historia General del Derecho Español, disciplina a la que
2. EL DERECHO CIVIL ESPAÑOL es obligada la remisión, lo mismo que el de su evolución histórica.

I. LA FORMACIÓN HISTÓRICA DEL DERECHO CIVIL ESPAÑOL II. LA CODIFICACIÓN EN ESPAÑA: LOS PRECEDENTES
DE LA LABOR CODIFICADORA
Como todos los ordenamientos jurídicos, el Derecho civil español es sustan-
cialmente un producto histórico. Como producto histórico, el Derecho civil espa- El fenómeno codificador se inicia en España al mismo tiempo que en el resto
ñol se forma con la confluencia sucesiva de dos ingredientes distintos: el Derecho de Europa, aunque en su evolución tropezara con una síerie de dificultades que son
romano y el Derecho germánico. características de nuestro país. Afinalesdel siglo xvni aparece ya el ideal codifica-
El Derecho romano penetró en la Península en los primeros siglos de nuestra dor entre los autores que se sitúan dentro del pensamiento ilustrado (p. ej., Jove-
era, como una consecuencia de la conquista y la colonización romana. Influyó en llanos). En el momento en que redactan la Constitución de 1812 las Cortes de Cá-
el Derecho visigodo y rebrotó durante la Baja Edad Media —en la llamada época diz, se concreta el ideal codificador en el artículo 258 del texto constitucional, con
de la Recepción—, período en el cual, bajo su influencia, se redactó el Código de arreglo al cual los Códigos civil, criminal y de comercio deberían ser unos para
las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio. El Derecho romano ejerció además un toda la monarquía, sin perjuicio de las variaciones que por particulares circuns-
influjo muy destacado en el Derecho catalán y en el balear, donde ha sido siempre tancias pudieran hacer las Cortes. Aparece así en sus comienzos el movimiento
considerado, hasta nuestros días, como Derecho supletorio. codificador como algo ligado a las ideas reformistas del liberalismo político que
recibe en buena parte las tendencias de la Revolución francesa. Por esta razón, la
El Derecho germánico se asentó en España con la caída del Imperio Romano
reacción absolutista de 1814 hace desaparecer el propósito de la codificación, que
y con la invasión de los pueblos bárbaros. Cristalizó sobre todo en el ordenamien-
no reaparece hasta el segundo período constitucional, de 1820 a 1823. En este pe-
to visigótico, dentro del cual destaca el llamado Líber judiciorum, que durante la
ríodo se redacta el primer Código penal (1822) y se publica un avance de los traba-
Edad Media fue traducido al castellano con el nombre de Fuero Juzgo y concedi-
jos de un Proyecto de Código civil redactado por la comisión nombrada al efecto.
do como fuero a diversas ciudades reconquistadas de la morisma. El Derecho ger-
Este Proyecto, de características muy especiales, sólo comprende una pequeña par-
mánico ejerció además decisiva influencia en muchos de los fueros municipales que
te del Derecho civil, precedida de un Título Preliminar que era una curiosa fusión
durante la Edad Media van apareciendo.
de principios progresistas y criterios tradicionales.
Un hecho jurídico-político de gran importancia, que ha influido decisivamen-
te en la evolución posterior del Derecho civil de España, lo constituye la fragmen- El segundo período absolutista (1823-1833) vuelve a conocer la desaparición
tación de la Península en una serie de reinos diversos, cada uno de los cuales ha del propósito codificador. Sin embargo, en los últimos años de reinado de Fernan-
poseído a lo largo de su historia, y hasta nuestros días, independencia en materia do VII, el absolutismo se suaviza para dar paso a una especie de despotismo ilus-
jurídico-privada. Por esta razón, más que hablar de un Derecho civil español, se trado, en el cual vuelven a infiltrarse las ideas codificadoras. En esta época (1829)
debe hablar de una serie de Derechos civiles españoles o peninsulares, entre los se lleva a cabo la redacción del primer Código de comercio, que es obra fundamen-
cuales existen evidentes analogías por poseer todos ellos unas mismas raíces, pero tal de SAINZ DE ANDINO y que estará vigente hasta 1885.
entre los cuales hay también algunas diferencias, producto de la idiosincrasia de Con el advenimiento de Isabel II y con el comienzo de la guerra carlista a que
cada una de las regiones y de su especial configuración social y económica. da lugar el pleito dinástico, la labor codificadora se facilita en parte por cuanto
Los Derechos civiles peninsulares fueron fundamentalmente: el Derecho cas- que los gobiernos de la Reina serán todos ellos constitucionales, sean progresistas
tellano, el aragonés, el catalán, el balear y el navarro. Dentro del primero, existían o sean moderados. En 1833 se encargó a CAMBRONERO la redacción de un Proyec-
particularidades en el antiguo reino de Galicia, donde regían antiguas costumbres, to de Código civil, que fue concluido por otros jurisconsultos (TAPIA, VIZMANOS
y AYUSO), quienes dieron fin a su trabajo en 1836. Este Proyecto de 1836 no llegó
[44] a ser discutido por las Cortes.
46 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL ESPAÑOL 47
III. EL PROYECTO DE CÓDIGO DE 1851 sentación de la demanda de nulidad y la sentenciafirmeacordando la misma pro-
ducen unos efectos civiles que corresponde a los tribunales civiles poner en juego.
El trabajo codificador no encontró el debido clima hasta la llamada década Como característica del Proyecto se ha señalado siempre la de su afrancesa-
mientb. Este afrancesamiento se puede medir en varios sentidos. En primer lugar,
moderada que se inicia en 1843. Se crea entonces la Comisión General de Códigos, el Proyecto se inspira directamente en el Código civil francés en cuanto a la forma.
que tras varias vicisitudes redacta un Proyecto de Código civil que se remite al Go- La división en libros, títulos, capítulos y secciones está claramente inspirada en el
bierno en 1851. Este Proyecto (Proyecto de 1851) constituye un hito fundamental Código francés. El articulado es también de inspiración francesa y muchos de los
artículos son traducciónfielde preceptos franceses, como reconoce el propio GART
en el movimiento codificador de nuestro país, en primer lugar, porque es el antece- CÍA GOYENA al establecer las concordancias, donde aparecen siempre las del Pro-
dente inmediato de nuestro actual Código, y, además, porque en el momento de yecto con el Código francés y con otros Códigos que a su vez fueron de inspiración
redactarse el vigente Código, el propio legislador (Ley de Bases) ordenó a los re- francesa, como el holandés, el napolitano, el sardo o el de Luisiana. El afrancesa-
dactores que se atuvieran a dicho Proyecto en la medida en que éste recogía el es- miento es muy claro también en cuanto a la doctrina en que se inspiran el Proyec-
to y sus redactores. Por último, se recogen una serie de principios jurídicos y de
píritu y las tradiciones jurídicas de nuestro país. Los autores del proyecto fueron instituciones de claro origen francés y sin ningún precedente en la tradición espa-
GARCÍA GOYENA, BRAVO MURILLO, LUZURIAGA y SÁNCHEZ PUY. GARCÍA G O - ñola. Así, por ejemplo, el sistema de la tutela familiar con tres órganos, tutor, pro-
YENA publicó una obra titulada Concordancias, motivos y comentarios del Código tutor y consejo de familia, la admisibilidad del testamento ológrafo o el sistema
civil español, que es hoy un libro clásico para el conocimiento de este importante de transmisión de la propiedad por el solo consentimiento de las partes.
Por último, es también importante destacar que en el Proyecto se quería intro-
precedente de nuestro Código civil. ducir por primera vez un sistema de Registro de la Propiedad, para consagrar los
principios de publicidad y especialidad en cuanto a las transmisiones del dominio
¿Cuáles son las características o notas diferenciales de este Proyecto de Código y a la creación, modificación y extinción de los derechos reales sobre bienes inmue-
civil de 1851? El profesor DE CASTRO las resume diciendo que, aparte la tendencia bles. Por influjo probablemente de LUZURIAGA el Proyecto se apartó en este pun-
unificadora que en él se manifestaba, era decididamente liberal, moderadamente to de la tradición romanista y adoptó ideas y criterios de inspiración germánica.
progresista y claramente afrancesado.
El Proyecto recoge, en primer lugar, una clara tendencia unificadora según la
cual debían quedar derogados todos los fueros, leyes, usos y costumbres anteriores
a la promulgación del Código, en todas las materias que eran objeto del mismo, IV. LA CODIFICACIÓN DESPUÉS DEL FRACASO
quedando sin fuerza de ley, aunque no fueran contrarias a las disposiciones del DEL PROYECTO DE 1851
Código.
El liberalismo del proyecto se manifiesta sobre todo en la regulación del dere-
cho de propiedad, de signo marcadamente individualista, de acuerdo con la ideo- El Proyecto no llegó a convertirse en Código, El Gobierno, probablemente para
logía imperante, y en la preocupación por consagrar el principio de libertad de no agudizar el conflicto con las regiones que poseían sus fueros, vivo aún comq
comercio y de libre circulación de los recursos que lleva al establecimiento de las consecuencia de la guerra carlista, se limitó a someterlo a información de autori-
mismas ideas en que se habían fundado las leyes desvinculadoras y desamortiza-
doras. No sólo se prohiben todas aquellas cargas que puedan obrar como remora dades y corporaciones. Esta decisión política paralizó la corriente codificadora y
del libre comercio de los bienes, sino que además el artículo 608 establece que las la actividad jurídica tomó otros rumbos, dedicándose los legisladores a redactar
iglesias y cabildos eclesiásticos, los ayuntamientos y concejos, los establecimientos una serie de leyes especiales. Se ha atribuido a veces a BRAVO MURILLO esta frase:
de hospitalidad, beneficencia e instrucción pública y todas las denominadas «ma- «Hagamos el Código civil por partes».
nos muertas», para adquirir bienes inmuebles necesitarían autorización especial
del Gobierno. La primera de estas leyes especiales es la Ley Hipotecaria de 1861, que recogía
El carácter moderado, dentro de su liberalismo, es consecuencia del momento la aspiración de establecer un Registro de la Propiedad para la publicidad de las
histórico en que aparece, pues la época que va desde 1843 a 1854 es una época de transmisiones dominicales y de los gravámenes existentes sobre los bienes inmue-
largo predominio del partido moderado. La moderación se observa sobre todo en bles, con el fin de dotar de seguridad a las adquisiciones y al crédito territorial. Es
lo que se refiere a la regulación del matrimonio. El Proyecto sigue admitiendo
como única forma de matrimonio la canónica. El artículo 48 dice que el matrimo- probablemente ésta una aspiración de la burguesía enriquecida con la desamorti-
nio ha de celebrarse según disponen los cánones de la Iglesia Católica admitidos zación. Desde este punto de vista vale la pena observar que la Ley Hipotecaria
en España. Sin embargo, se atribuían a la jurisdicción ordinaria las materias rela- aparece inmediatamente después de la desamortización de MADOZ (1855), en 1861,
tivas a lo que se pueden llamar efectos civiles del matrimonio. Así, corresponde a y que, a su vez, es el presupuesto de la creación del Banco Hipotecario (1872). El
los tribunales civiles el conocimiento de las causas de divorcio (art. 75). En cambio, citado Banco contribuyó en ^ a n medida al fomento del crédito hipotecario, pues
la nulidad del matrimonio serigepor las leyes de la Iglesia y las demandas de esta
clase corresponde conocerlas a las autoridades eclesiásticas. No obstante, la pre- ya se prestaba con garantías seguras.
48 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL ESPAÑOL 49
Otras leyes especiales pertenecientes a la misma época son la Ley del Notaria- V. EL SISTEMA DE UNA LEY DE BASES
do de 1862, la Ley de Aguas de 1866, etc.
No obstante, en los últimos años del reinado de Isabel II, se sigue consideran- Para facilitar la aprobación de un Código, evitando la discusión parlamentaria
do que la codificación debe aspirar a establecer un único Código para toda la mo- en la medida de lo posible, ideó ALONSO MARTÍNEZ el sistema de una Ley de Ba-
narquía. Sin embargo, ya en esta época, por obra sobre todo de la actividad de los ses, entendiendo que los órganos parlamentarios podían discutir o establecer las
foralistas y por el influjo que en ellos ejerce la Escuela Histórica, especialmente en bases o principios sobre los cuales habría de redactarse el Código, pero que, en
DURAN Y BAS, la unificación comienza a considerarse compatible con la voluntad cambio, la labor de redacción de éste es una labor estrictamente técnica, que debe
de los interesados de conservar las instituciones forales. \ ser obra de una comisión muy reducida y especializada. De este modo, en 1881
La Revolución de 1868 da lugar a una nueva Constitución política (1869) que se presentó un Proyecto de Ley de Bases para el Código civil, que no fue aprobado
caracteriza por ser más liberal y avanzada que las anteriores. Por una parte, proclama por el Parlamento, lo que le obligó al año siguiente a volver al viejo sistema envian-
por primera vez la libertad religiosa, lo cual obliga a redactar una Ley de Matrimo- do a las Cortes los libros 1.° y 2.° de un Código civil, que tampoco llegaron a ser
nio Civil (Ley de 18 de junio de 1870), que no solamente regulaba la forma del ma- aprobados (Proyecto de 1882).
trimonio, sino que regulaba también el régimen patrimonial y personal de los cón- En 1885 es FRANCISCO SILVELA quien emplea el sistema de la Ley de Bases.
yuges, la filiación legítima y la ilegítima y la patria potestad, modernizando los Su Proyecto tenía con el de ALONSO MARTÍNEZ dos importantes diferencias: am-
preceptos de esta materia y convirtiéndose en el precedente inmediato, en este punto, plias concesiones a los foralistas y una fórmula de coexistencia del matrimonio
de nuestro Código civil. El principio de la libertad religiosa impuso también la nece- canónico con el matrimonio civil. Este Proyecto llegó a ser aprobado por el Sena-
sidad de un Registro Civil, pues hasta aquel momento la publicidad de los nacimien- do, pero no fue nunca discutido por el Congreso a causa de la disolución de las
tos, matrimonios y defunciones se encontraba en manos de la Iglesia a través de los Cortes. Sin embargo, en la siguiente legislatura volvió a ser presentado, siendo esta
correspondientes registros parroquiales. Aparece así la Ley del Registro Civil de 17 vez aprobado y convirtiéndose en la Ley de 11 de mayo de 1888.
de junio de 1870. En esta época continúan los trabajos codificadores y existe un Pro-
yecto de Código, de ROMERO ORTIZ, que sólo comprendía el libro primero.
En aquellos años se vuelve a agudizar el problema del regionalismo y la defen- VI. LA LEY DE BASES DE 11 DE MAYO DE 1888
sa de las autonomías regionales en materia jurídica. Esta idea se desarrolla sobre
todo en Cataluña, donde encuentra su portaestandarte en DURAN Y BAS, prohom- Esta Ley es un texto que contiene, en primer lugar, una autorización al Gobier-
bre del partido conservador y buen conocedor de las doctrinas de SAVIGNY. Este no para que redactara y publicara un Código civil, de acuerdo con las condiciones,
directrices y bases establecidas en ella; en segundo lugar, contiene la Ley normas
grupo regionalista replantea en nuestro país la polémica que en 1814 se había sus- relativas al procedimiento de redacción del referido cuerpo legal y a su publicación
citado en Alemania y ataca la idea misma de un Código civil como contrario a las y entrada en vigor (arts. 2.° a 4.°) y reglas relativas a la colisión y respectivo ámbi-
tradiciones sociales y jurídicas. to de competencias del Código civil y los Derechos forales (arts. 5.° a 7.°), así como
los principios que debían inspirar la regulación de cada una de las instituciones,
Con la restauración borbónica en la persona de Alfonso XII se abre un período recogidos en veintisiete bases, que forman parte del artículo 8.°
de paz que hará posible la definitiva redacción del Código civil. Sobresale además en
esta época la figura de ALONSO MARTÍNEZ, prohombre del partido liberal, a quien
debe considerarse en muy buena medida como el autor del Código civil. A) E L PROCEDIMIENTO PARA LA REDACCIÓN Y PUBLICACIÓN
El problema más importante con que el Código tropezaba seguía siendo la DEL CÓDIGO SEGÚN LA LEY DE BASES
cuestión foral. Para intentar resolverla, se dictó un Real Decreto en 1880 en el que
se mandaba que se incorporaran representantes foralistas a la Comisión General El Código debía redactarlo la Comisión General de Códigos del Ministerio de
de Códigos y se ordenaba como método de trabajo que se realizaran una serie de Justicia. El texto del proyecto debía formularlo la Sección de Derecho civil de la
Comisión, «oyendo —se decía— en los términos que crea más expeditos y fruc-
memorias o de estudios sobre las instituciones forales que todavía conservaban en tuosos a todos los individuos de la Comisión». Debía publicarse en la Gaceta de
aquella época vigencia y actualidad. ALONSO MARTÍNEZ llegará sobre este punto Madrid, con las modificaciones que el Gobierno considerara necesarias (art. 2.°).
a la conclusión de que no había entre el Derecho castellano y los Derechos forales Una vez publicado el Código en la Gaceta, el Gobierno debía dar cuenta a las
sustanciales diferencias y que las más notables radicaban en materia sucesoria (le- Cortes, si estuvieran reunidas o en otro caso en la primera reunión que celebraran,
señalando aquellos puntos en los cuales hubiera modificado, ampliado o alterado
gítimas y libertad de testar) y en materia de régimen económico del matrimonio. el criterio de la comisión redactara.
50 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL ESPAÑOL 51
El Código no empezaría a regir hasta cumplidos los sesenta días siguientes a ordena la incorporación de instituciones propias de las provincias forales (p. ej.,
aquel en que se hubiera dado cuenta a las Cortes de su publicación (art. 3.°). Sin base 13, en materia de servidumbres; base 17, en materia de usufructo vidual; base
embargo, el artículo 4.° permitía una prórroga de ese plazo de sesenta días por ra- 22, en materia de contratación de los futuros cónyuges sobre los bienes del matri-
zones justificadas de utilidad pública, bien a propuesta del Gobierno ó bien a pro- monio). La base 27 señala el carácter fundamental y exclusivo que ha de tener el
puesta de las propias Cortes. Código, estableciendo que la disposición final derogatoria que el Código contu-
viera, habría de ser general para todos los cuerpos legales, usos y costumbres que
constituían el Derecho civil llamado de Castilla, en todas las materias objeto del
Código, aunque no fueran contrarias a él, quedando sin fuerza ni vigor tanto en
B) LAS RELACIONES ENTRE EL CÓDIGO Y LAS LEGISLACIONES el concepto de leyes directamente obligatorias como en el de Derecho supletorio.
FORALES SEGÚN LA LEY DE BASES

Esta materia se encuentra regulada en los artículos 5.°, 6.° y 7.° de la Ley, que VIL EL CÓDIGO CIVIL
con algunas modificaciones se convirtieron después en los artículos 12 y 13 del
Código. La tónica general es la de una plena subsistencia de los Derechos forales,
que se conservarían íntegramente, aplicándose el Código únicamente como Dere- El Código civil se manda publicar por el Real Decreto de 6 de octubre de 1888.
cho supletorio, en defecto de los Derechos supletorios que los Derechos forales Lleva esta disposición la firma de ALONSO MARTÍNEZ, quien estima «como un
poseyeran de acuerdo con sus leyes especiales. Se preveía una inmediata aplicación halago de la fortuna» ser él quien tenga la honra de someter a la aprobación de la
del Código en todas las provincias del Reino en cuanto a los efectos de lasVleyes y Reina Regente el Código civil redactado ya por ía Comisión de Códigos. Resulta
de los estatutos y reglas generales para su aplicación (Título Preliminar del Códi-
go) y en cuanto a las disposiciones que se dictaran para el desarrollo de la base 3.a inaudito que, después de casi un siglo de intentos de codificación, el Código se re-
relativa a las formas del matrimonio, y se establecía un régimen especial para Ara- dactara en el corto espacio de tiempo que media entre la Ley de Bases de 11 de
gón y las Islas Baleares, donde el Código debía empezar a regir en todo aquello mayo de 1888 y el Real Decreto de 6 de octubre de aquel año. Esta circunstancia
que no se opusiera a las disposiciones forales y consuetudinarias que estuvieran sería inexplicable si la Comisión de Códigos no lo tuviera redactado con anterio-
vigentes.
Se preveía también un sistema de codificación de las instituciones forales que ridad y el expediente de la Ley de Bases no hubiera sido otra cosa que una manera
conviniera conservar en cada una de las provincias o territorios en que existían, en de eliminar la discusión parlamentaria.
uno o varios proyectos de Apéndices del Código, que el Gobierno, oyendo a la Una vez publicado el Código civil y una vez que el Gobierno dio cuenta a las
Comisión de Códigos, debía presentar a las Cortes. Cortes, se suscitó en éstas una fuerte discusión sobre la manera cómo el Gobierno
había cumplido el mandato contenido en la Ley de Bases. En la deliberación parla-
mentaria, llevada a cabo en las dos Cámaras, se hicieron numerosas críticas contra
C) LAS BASES PARA LA REDACCIÓN DEL CÓDIGO CIVIL
el Código civil. Resultado de estos debates fue la propuesta de que se hiciera una
Son, como hemos dicho, veintisiete y se encuentran contenidas en el artículo edición corregida del Código. Entretanto, próximo a vencer el plazo de sesenta días
8.° de la Ley. Se refieren a cada una de las instituciones que el Código había de desde que el Gobierno hubiera dado cuenta a las Cortes de la publicación, que de-
contener (matrimonio, investigación de la paternidad, ausencia, tutela, propiedad, terminaba la automática entrada en vigor del Cuerpo legal, fue dicho plazo prorro-
etc.). Un examen más detallado de estas bases no puede hacerse en este lugar sino, gado hasta el día 1.° de mayo por virtud de un Real Decreto de 11 de febrero de 1889.
en la medida en que sea necesario, al estudiar las particulares instituciones. Con-
viene, sin embargo, hacer alguna alusión respecto de algunos puntos concretos. Como resultado de la discusión producida en las Cámaras, una Ley de 26 de
La base primera establece las líneas generales del Código. Lafinalidadde éste mayo de 1889 mandó que se hiciera una nueva edición del Código civil, con las
no es una renovación del Derecho español, sino que no se le asigna «otro alcance enmiendas y adiciones que, ajuicio de la Sección de lo Civil de la Comisión Gene-
y propósito que el de regularizar, aclarar y armonizar los preceptos de nuestras ral de Codificación, fueran necesarias o convenientes, según el resultado de la dis-
leyes, recoger las enseñanzas de la doctrina en la solución de las dudas suscitadas
por la práctica, y atender a algunas necesidades nuevas» (base 1.a). Como punto cusión habida en ambos cuerpos colegisladores, y que esta edición se publicaría lo
de partida debe tomarse el Proyecto de 1851 en cuanto en él se encuentre conteni- más pronto posible, dentro del plazo de dos meses. Cumpliendo el mandato de
do «el sentido y capital pensamiento de las instituciones civiles del Derecho histó- dicha Ley, el Real Decreto de 24 de julio de 1889 mandó publicar la nueva edición
rico patrio». Debía, pues, el legislador servirse en lo fundamental de la tradición del Código civil.
jurídica, introduciendo novedades sólo cuando tuvieran un fundamento científico
o un precedente autorizado en legislaciones propias o extrañas y hubieran obteni- Han existido, según esto, dos ediciones de nuestro Código civil: la primera,
do común asentimiento entre nuestros jurisconsultos. Si bien el puntó de partida mandada publicar el 6 de octubre de 1888, que entró en vigor el. 1.° de mayóle
es el Derecho castellano, se quiere que el Código tenga sentido nacional y así se 1889, y la segunda, publicada el 24 de julio de dicho año.
52 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL ESPAÑOL 53
La diferencia entre ambas ediciones no es sustancial, pero existen múltiples civil, sino que el Código es lo que se ha podido llamar «nuestro primer cuerpo le-
preceptos que han sido modificados. La segunda edición va precedida de una Ex- gal» y contiene por ello normas aplicables de manera general a todas las materias
posición de Motivos (de las enmiendas y adiciones hechas en la nueva edición) fir- jurídicas. Por esta razón, el Código civil puede ser considerado como Derecho co-
mún. Son aplicables a cualesquiera materias o situaciones jurídicas las normas
mada por M A N U E L A L O N S O MARTÍNEZ, FRANCISCO D E C Á R D E N A S , SALVADOR contenidas en el Título Preliminar que trata, como hemos dicho, acerca de las le-
D E ALBACETE, G E R M Á N G A M A Z O , HILARIO D E IGÓN, SANTOS D E ISASA, JOSÉ yes, de sus efectos y de las reglas generales para su aplicación. Es claro que tras-
M A R Í A M A N R E S A y E D U A R D O GARCÍA GOYENA. Comprende también trece dis- cienden igualmente al Derecho civil las normas relativas a la nacionalidad (arts.
27 a 28), que poseen un evidente carácter político e internacional; las normas re-
posiciones transitorias, que desarrollan convenientemente la única regla que sobre
lativas a la persona jurídica, que no se refieren sólo a las personas jurídicas de
este punto contenía la primera edición, con arreglo a la cual las variaciones intro- Derecho privado, sino también a las personas de Derecho público; las normas
ducidas por el Código no perjudicarían los derechos adquiridos. relativas a la prueba, que tienen aplicación también en el Derecho procesal, etc.
Este carácter de Derecho común que el Código civil posee, queda reflejado en
el artículo 16 (actual artículo 4.°3), según el cual las disposiciones de este Código
son supletorias de las leyes especiales. Ello significa no sólo que el Código es el
A) LA ESTRUCTURA DEL CÓDIGO CIVIL Cuerpo supletorio de los demás textos y cuerpos legales que pueden contener nor-
mas de Derecho privado (v. gr., Código de comercio, Ley Hipotecaria, Ley de
El texto del Código civil, siguiendo el modelo del Código francés, aparece di- Arrendamientos Urbanos, etc.), sino que también es supletorio respecto de los
vidido en libros, títulos, capítulos y a veces en secciones. Dentro de cada una de textos y cuerpos legales que contengan normas de Derecho público (v. gr., Ley de
éstas, la división se hace en artículos. Contiene el Código 1975 artículos, una dis- Patrimonio del Estado, Ley de Contratos del Estado, etc.).
posición final derogatoria que es el artículo 1976, trece disposiciones transitorias De la misma manera que el Código no contiene sólo Derecho civil, tampoco
y tres disposiciones adicionales. puede decirse que se contenga en él todo el Derecho civil. Han quedado fuera del
En cuanto a la sistemática, el Código sigue la tradicional en su tiempo. Había Código toda una serie de leyes especiales que habían sido dictadas con anteriori-
sido clásica en el Derecho civil la clasificación de GAYO —personas, cosas y accio- dad a su promulgación (v. gr., Ley del Registro Civil, Ley Hipotecaria, Ley de
nes—, e inspirándose en ella el Código civil francés se divide en tres libros que se Aguas, Ley de Minas, Ley de Propiedad Intelectual, etc.). La publicación del Có-
refieren respectivamente a las personas, a los cosas y a los modos de adquirir la digo no ha impedido, además, como es natural, que para ir atendiendo a nuevas
propiedad. Nuestro Código civil introduce la novedad de desdoblar el ultimo libro necesidades y a nuevas realidades sociales hayan tenido que dictarse múltiples leyes
en dos, acaso por una razón de simetría, pues el libro tercero del Código civil fran- especiales que son también Derecho civil (v. gr., Ley de Arrendamientos Rústicos,
cés es excesivamente largo y contiene más de las dos terceras partes del articulado Ley de Arrendamientos Urbanos, etc.).
total. Nuestro Código civil consta así de cuatro libros que se refieren: el primero, Por todo ello, podemos concretar que el Código civil, en cuanto Derecho co-
a las personas (arts. 19 a 332); el segundo, a los bienes, la propiedad y sus modifi- mún, constituye el primer cuerpo legal del ordenamiento jurídico español y, en
caciones (arts. 333 a 608); el tercero, a los diferentes modos de adquirir la propie- cuanto Derecho civil, contiene la mayor parte y además lo más sustancial de nues-
dad (arts. 609 a 1.088); el cuarto, a las obligaciones y contratos (arts. 1.089 a 1.975). tra disciplina.
El libro primero va precedido por un Título Preliminar (arts. 1.° a 16), que versa
acerca de las leyes, sus efectos y las reglas generales para su aplicación, modificado
profundamente en 1973-1974.
La sistemática del Código es defectuosa. Falta un tratamiento especial del C) EL SIGNIFICADO DEL CÓDIGO CIVIL
Derecho de familia, que en el Código se encuentra en parte incluido en el libro
primero de las personas y en parte en el libro cuarto relativo a las obligaciones y El significado del Código civil puede examinarse desde un punto de vista po-
contratos. Falta igualmente un tratamiento autónomo del Derecho de sucesiones, lítico o desde un punto de vista estrictamente técnico-jurídico.
que se encuentra incluido en el libro tercero relativo a los modos de adquirir la a) Examinado el Código desde el punto de vista político, aparece como una
propiedad. En otros muchos aspectos, que iremos examinando al hacer el estudio obra inspirada en las ideas o ideologías predominantes en la época en que se llevó
de cada una de las instituciones concretas, la sistemática del Código dista mucho a cabo. Ésta época es, no puede olvidarse, la época de la restauración borbónica,
de ser perfecta. de la Regencia de la Reina María Cristina, del Pacto del Pardo, que estableció el
pacífico turno de los partidos liberal y conservador. Es una época en la que cul-
mina el siglo XIX, con un momento de relativa paz y de también relativo progreso
económico. Pero es también la época inmediatamente anterior al desastre colonial
B) EL CONTENIDO DEL CÓDIGO CIVIL y a los brotes revolucionarios. Como obra política, el Código civil es obra de los
partidos turnantes y tiene por ello la tónica de un liberalismo conservador y de un
El Código civil contiene, como es lógico, un sistema de normas destinadas a individualismo templado. Reconoce el Código el derecho de propiedad como un
regular las instituciones de Derecho civil o de Derecho privado. Ello, sin embargo, derecho básico y fundamental (art. 348), y establece la libertad contractual, tam-
no permite establecer una ecuación según la cual Derecho civil sea igual a Código bién como un principio básico, declarando que los contratos son ley para las par-
SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL ESPAÑOL 55
tes contratantes y que éstas pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones Por todas estas razones ha podido decir DE CASTRO que si no es la obra que
que tengan por conveniente (art. 1.225). Como una herencia de la ideología liberal cabía esperar de la gloriosa tradición jurídica española, es por lo menos «una bue-
recibe el Código la preocupación de mantener la libertad del comercio de la tierra, na obra española».
suprimiendo las vinculaciones que la impidan (véase especialmente art. 785). Tra-
ta también de proteger la seguridad del comercio jurídico, recogiendo los princi-
pios en que se había inspirado la primera Ley Hipotecaria (arts. 605 ss.).
No puede encontrarse en el Código una preocupación social, extraña a su épo- D) LA DEROGACIÓN DE LA LEGISLACIÓN ANTERIOR
ca. La regulación de los contratos de trabajo y de servicios es particularmente es- POR EL CÓDIGO CIVIL
casa e incluso en ocasiones irritante (véase art. 1.584). Responde a la ideología de
la época y a una estructura económica en la que el trabajo es fundamentalmente La disposición final del Código, contenida en el artículo 1.976, deroga «todos
trabajo apícola o servicio doméstico. Algún asomo de preocupación económica los cuerpos legales, usos y costumbres que constituyen el Derecho civil común en
puede encontrarse en materia de retracto de colindantes (art. 1.523), donde hay
un atisbo de fomento de la concentración parcelaria, y en la conservación indivisa todas las materias que son objeto de este Código, y quedarán sin fuerza ni vigor
de las propiedades industriales o fabriles en el artículo 1.056. así en su concepto de leyes directamente obligatorias, como en el de derecho suple-
b) Por lo demás, el Código no es una obra renovadora. Se limita a conservar torio». «Esta disposición —sigue diciendo el precepto— no es aplicable a las leyes
el Derecho nacional dándole la forma doctrinal correspondiente a su época. En que en este Código se declaran subsistentes». Hay, pues, una eficacia general dero-
materia sucesoria y en materia de relaciones económicas entre los cónyuges se li-
mita a recoger el Derecho anterior, buscando únicamente una aproximación entre gatoria del Código civil, que es plena y absoluta respecto del Derecho anterior
los diversos sistemas jurídicos españoles. Es, pues, en gran medida, un Código (v. gr., Partidas, Leyes de Toro, Recopilaciones, etc.). La derogación se refiere tan-
tradicional, en cuanto que recoge la tradición jurídica española, cumpliendo en to al Derecho escrito como al Derecho consuetudinario, pues el artículo 1.976
este punto los dictados de la Ley de Bases. menciona especialmente los «usos y costumbres».
En materia de matrimonio sigue también una línea muy conservadora, al estable-
cer en el artículo 42 una forma canónica del matrimonio para los que profesan la reli- La eficacia general derogatoria del Código presenta, sin embargo, algunos lí-
gión católica y una forma civil subsidiaria para los que no profesan aquella religión. mites:
Por lo que se refiere al significado del Código en su aspecto técnico-jurídico, 1.° Los Derechos forales, cuya plena subsistencia se establece en los artícu-
se le ha clasificado generalmente entre el grupo de los códigos latinos que se ins- los 12 y 13.
piran en el patrón napoleónico. Esto es cierto en muy buena medida, pues al tomar
como base el Proyecto de 1851, formalmente el Código quedó dentro del grupo de 2.° Los cuerpos legales que tenían por objeto materias distintas de las regu-
Códigos inspirados en el francés. El afrancesamiento de nuestro Código en cuan- ladas por el Código (v. gr., Ley de Enjuiciamiento Civil, Código de comercio).
to a su forma es evidente. Sin embargo, internamente este juicio merece ser revisa- 3.° Las leyes especiales que el Código declara subsistentes (Ley Hipotecaria,
do. Junto al Código francés e italiano de 1865, han ejercido notable influencia en del Registro Civil, etc.).
la redacción del nuestro el Código portugués y el Código argentino, así como el
anteproyecto belga de LAURENT. En materia de Derecho de familia y de Derecho Aparte de la eficacia derogatoria expresamente establecida por el artículo 1.976,
de sucesiones el afrancesamiento de nuestro Código es casi inexistente. En esta el Código posee la eficacia derogatoria normal de toda disposición o ley posterior,
materia, como hemos dicho, el Código ha sido másfiela la tradición jurídica es- que deja sin efecto las normas anteriores que estén en contraposición o sean in-
pañola que a los Códigos extranjeros. Pero también en materia de Derecho patri- compatibles con las suyas.
monial el Código es muchas veces másfiela la tradición española que a la inspi-
ración francesa. Así, por ejemplo, rechaza el sistema francés de transmisión
consensual del dominio, que había aceptado el Proyecto de 1851, y lo sustituye por
el sistema clásico de transmisión por medio de tradición o entrega de la posesión. VIII. LAS REFORMAS DEL CÓDIGO CIVIL
A nuestro Código civil se le han opuesto graves reparos de técnica jurídica. No
sólo en cuanto a su sistemática, muy imperfecta, como ya hemos dicho, sino tam-
bién en la utilización de la terminología, el Código es claramente defectuoso. Hay A) LOS PROCEDIMIENTOS DE REFORMA
dentro de él supuestos claros de falta de sistema, de utilización de una terminolo-
gía poco depurada, y hay incluso antinomias entre algunos de sus preceptos (cfr. El Código civil español nació en 1889 un poco consciente de su modestia. Es
arts. 759 y 799). Es cierto que no llega a la perfección técnica del Código alemán cierto que conservó la esencia tradicional de nuestro Derecho, haciendo, como se
ni mucho menos; no es un Código técnico, porque ha sido hecho por abogados y
juristas prácticos. Es en gran medida un Código de carácter popular, asequible al ha dicho, «elegantemente, con los mínimos medios, una buena obra española»,
pueblo cuya vida había de regir. Desde este punto de vista, su lenguaje y su estilo pero es cierto también que «no fue la obra cumbre que corresponde a nuestra glo-
son extraordinariamente correctos y poseen un evidente valor literario muy supe- riosa tradición jurídica». Además de aquella modestia, se atribuyó a sí mismo un
rior al de los demás textos legales de su tiempo e incluso a los posteriores. cierto aire de provisionalidad. Por ello, las disposiciones adicionales del Código
56 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL ESPAÑOL 57
establecieron un sistema de reforma periódica del mismo. El Presidente del Tribu- pecto de la eficacia de las normas en el espacio, los tratados y conferencias inter-
nal Supremo y los de las Audiencias Territoriales debían elevar anualmente al Mi- nacionales».
nisterio de Justicia una Memoria señalando las deficiencias y dudas encontradas Con independencia de esos manifestados propósitos del legislador, debe seña-
en la aplicación del Código. El Ministro de Justicia debía pasar estas Memorias a larse que la reforma era, sin duda, necesaria en materia de Derecho internacional
la Comisión General de Codificación. En vista de estos datos, de los progresos rea- privado. Los criterios y normas de conflicto de los antiguos artículos 8-¿° a 11 eran
lizados en otros países que fueran utilizables en el nuestro y de la jurisprudencia insuficientes para resolver los múltiples problemas y cuestiones que un acentuado
del Tribunal Supremo, la Comisión de Codificación debía elevar al Gobierno, cada tráfico y una multiplicación de las relaciones internacionales habían planteado. En
diez años, las reformas que conviniera introducir. cambio, la oportunidad de la reforma era dudosa en lo que se refiere al sector cen-
El sistema no funcionó y han sido las puras y simples leyes las que han ido mo- tral de nuestro ordenamiento jurídico. Codificar materias tales como las fuentes
dificando el texto del Código, en numerosas ocasiones. Es de destacar que en cua- del Derecho, o la aplicación e interpretación de las leyes, o la eficacia de las normas,
renta y siete años de vigencia (1889-1936) fue modificado en sólo dos ocasiones. en que no termina de saberse nunca si los criterios del legislador poseen un genui-
no valor normativo o son más bien postulados doctrinales, es probablemente algo
que puede hacerse en épocas en las que existe una gran estabilidad y un básico
B) LA REFORMA DEL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO ClVIL consenso ideológico, pero que es difícil, por no decir imposible, de llevar a cabo
con acierto en épocas en que reinaba un gran pluralismo.
En los últimos años del régimen político anterior (1973-1974) se acometió la De lo dicho se desprende que la reforma presenta dos partes completamente
reforma del Título Preliminar del Código civil. Aun cuando este Título quiso ser distintas. Por una parte, hay que situar las normas relativas a los conflictos de leyes
considerado por algunos escritores jurídicos como una especie de mini-Constitu- en el espacio o Derecho internacional privado, con su secuela relativa al llamado
ción y guardaba sin duda alguna relación con materias que habían sido recogidas Derecho interregional (cap. 4.°, arts. 8.° a 11 y art. 16). No es esta materia objeto
en la «llamada Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado», no propio del Derecho civil, ya que su estudio específico corresponde al Derecho in-
puede descubrirse, en la labor legislativa que en dichos años se realizó, ningún sig- ternacional privado al que nos remitimos.
nificado político especial, y más bien parece haber sido iniciativa de doctos profe- Un juicio general sobre la reforma sólo puede hacerse formulando algunas re-
sores instalados por entonces en la Comisión de Codificación. servas. Es muy posible, como hemos dicho, que la redacción del nuevo Título Pre-
La reforma se realizó en dos fases o etapas: la primera, siguiendo el mismo mo- liminar se pueda considerar una iniciativa de profesores, dando soluciones teóricas
delo que se había ya utilizado en 1888, que consistió en la presentación por el Go- a problemas teóricos, de suerte que, desde este punto de vista, la reforma propia se
bierno a las Cortes de una Ley de Bases, que fue aprobada el 17 de marzo de 1973; entendía como de pura elegantia iuris. Sin embargo, hay que tener en cuenta tam-
tras ello, cumpliendo la autorización y el mandato de dicha Ley de Bases, el Go- bién que en la reforma se produce una facilitación o una apertura hacia un sistema
bierno, por Decreto 1.836/1974, de 31 de mayo, sancionó con fuerza de ley el texto de mayor arbitrio judicial en la decisión de los litigios, con la mengua de la seguri-
articulado del nuevo Título Preliminar del Código civil, en cuya elaboración había dad jurídica que siempre empaña el principio de legalidad en estos casos. El inten-
intervenido la Comisión General de Codificación y el Consejo de Estado, este úl- to de dinamización de la costumbre, de los usos sociales, de los principios genera-
timo con el fin de dictaminar, por ser preceptivo, si el Gobierno había o no cum- les del Derecho y de la equidad, se puede leer en esta clave, y en el mismo sentido
plido los mandatos de la Ley de Bases. se puede también interpretar la consideración de las cláusulas generales como las
En la Exposición de Motivos de ésta, la reforma se justificaba por dos órdenes relativas al fraude de la ley, el abuso de derecho o la implantación de un principio
de razones. Por un lado, se dice que, una vez que se había dado cima a la labor de general de buena fe, que, si bien en sí mismas no constituyen germinas novedades,
compilación de los distintos regímenes civiles coexistentes en el territorio nacional, situadas en el pórtico del Código civil, hacen más fácil su reiterada alegación y su
procedía cumplir el mandato de regular los conflictos interregionales. Por otro también reiterada utilización por los jueces.
lado, dice también la Exposición de Motivos de la Ley que «las normas del Título Desde este punto de vista, algún autor ha puesto en relación la reforma con lo
Preliminar [se refiere, naturalmente, al antiguo] son susceptibles de perfecciona- que se ha llamado la «crisis del legalismo» y un intento de apertura del sistema. La
miento, sin alterar sus directrices esenciales, ya completando lo que en el texto reforma se acoge así con optimismo, señalándose que con ella el ordenamiento ju-
ahora vigente sólo aparece bosquejado, ya acomodando éste a la doctrina más au- rídico se pone en contacto con la realidad y respirará, se dice, necesariamente rea-
torizada y a la jurisprudencia del Tribunal Supremo, ponderando igualmente, res- lidad. Este carácter más abierto del sistema se evidencia en la introducción de
58 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO CIVIL ESPAÑOL 59
fórmulas genéricas, que, en cuanto tales, comportan un reenvío de parámetros y existía. Finalmente, la Constitución ha dotado de un nuevo sentido a instituciones
criterios exteriores al ordenamiento. La relativización que todo ello implica de los de raigambre civil muy antiguas, como ocurre, en especial, con la filiación, el ma-
datos normativos, se dice también, no debe pensarse como un ataque a la certeza trimonio o la sucesión monis causa.
del Derecho, sino como un factor propicio a la búsqueda de una certeza más con- Han sido numerosas las leyes que han modificado el Código civil desde en-
creta. En el mismo sentido se podría añadir también que, aunque el legislador no tonces.
haya sido plenamente consciente de ello, en la base misma de la reforma parecen
estar las nuevas necesidades y demandas de una sociedad en trance de cambio por
obra de la segunda revolución industrial o tecnológica, a la que las soluciones rígi- BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
damente legalistas, que pudieron constituir una exigencia de un momento anterior,
ya no satisfacen. De todas maneras, la amenaza para la seguridad jurídica, en la CADARSO: Reforma de la ley y renovación del ordenamiento en el Título Preliminar del
medida en que ello no comporte la revisión de los preceptos específicos sino que Código civil, A.D.C., 1976, p. 55; CASTÁN VÁZQUEZ: La génesis de la reforma del Título Pre-
liminar del Código civil, R.D.P., 1976, p. 3; COMAS: La revisión del Código civil español, Ma-
actúe en cada momento de aplicación según el criterio del juzgador, es evidente. Era drid, 1985; DE LOS MOZOS: Los precedentes dé la codificación: la unificación del Derecho en
razonable, pues, el optimismo con el que algunos saludaron el Título Preliminar. los propósitos de la Ilustración española, A.D.C., 1988, p. 637; DISCUSIÓN PARLAMENTARIA:
Por último, la crítica debe poner de relieve un cierto eclecticismo y un cierto El Código civil, Madrid, 1889; FUENMAYOR: La revisión periódica del Código y de las Com-
pilaciones civiles, A.D.C., 1973, p. 215; GlBERT: La Codificación civil en España (1752-1889),
gusto por las soluciones intermedias que en el nuevo texto aparecen y que le hace en el vol. «La formazione storica del diritto moderno in Europa», II, Firenze, 1977, p. 907;
no ser, en alguna medida, enteramente coherente. Desde ese ángulo se puede seña- HERRERO DE MIÑÓN: Marginales al nuevo Título Preliminar del Código civil, «Revista Es-
lar la contradicción que existe en la sucesiva aparición de figuras tales como los pañola de Derecho Administrativo», 3,1974, p. 359, LALAGUNA: Aplicación del Código civil
principios generales del Derecho, la jurisprudencia, la equidad, la analogía, que, como derecho supletorio de otras leyes, R.D.P., 1976, p. 598; LASARTE ÁLVAREZ: El Derecho
como formas de integración del ordenamiento jurídico, obedecen a conceptos pro- civil en la época codificadora y vicisitudes posteriores, en «Libro del Centenario del Código
civil», 1.1, p. 1105; MALUQUER: La codificación civil en España, R.D.P., 1981, p. 1083; MON-
fundamente diferentes y que no son plenamente armonizables entre sí. TILLA: La codificación como técnica de producción legislativa, R.D.P., 1987, p. 545; PÉREZ
DE VARGAS: La codificación civil: breve referencia a sus bases socioeconómicas yfilosófico-
jurídicas, Estudios en Homenaje al profesor Diez-Picazo, t. 1, p. 755; PESET REIG: Análisis
y concordancias del Proyecto de Código civil de 1821, A.D.C., 1975, p. 29; Ruiz VADILLO:
C) L A PROMULGACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN Y SU INFLUENCIA La Constitución y el Derecho civil, R.D.P., 1979, p. 233; SACCO: Codificare, modo superato
EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO CIVIL di legiferare, R.D.C., 1983; SALVADOR CODERCH: El Proyecto de 1851 y el Derecho civil ca-
talán, R.J.C., 1980, p. 49; SANTOS BRIZ: El Derecho civil, evolución de su concepto y tenden-
La Constitución de 1978 nació, como la mayor parte de las Constituciones sur- cias actuales, R.D.P., 1977, p. 14; TORRALBA: El Derecho civil desde la Codificación hasta el
tiempo presente, R.G.L.J., 1975, p. 293 ss. y p. 337 ss.; VALLET DE GOYTISOLO: Influjo de la
gidas tras la posguerra de 1945, con pretensiones de ser un corpus iuris inmediata- Revolución Francesa en el Derecho civil Su incidencia en la codificación, A.D.C., 1989, p. 261.
mente actuante en las materias por ella reguladas que no atañan sólo a la organi- Son importantes las conferencias pronunciadas en la Academia de Jurisprudencia y Le-
zación política del Estado, o de los entes públicos, ni a las libertades públicas, sino gislación con motivo del Centenario del Código civil, que se recogen en sus Anales de 1988
que regulan, junto con los derechos fundamentales, entendidos como derechos del y 1989.
hombre, garantías institucionales sobre una serie de instituciones que luego han de
ser reguladas legalmente en el ordenamiento jurídico de base legislativa. De esta
suerte, el influjo de la Constitución ha consistido en dinamizar la idea de los dere-
chos fundamentales o derechos del hombre, especialmente en aquellas partes que,
en materia de derechos civiles se solía denominar «derechos de la personalidad»,
produciendo al mismo tiempo una legislación reguladora de la mayor parte de ellos.
Por otro lado, la Constitución, que establece mecanismosclirigidos a que todas
las normas anteriores a su vigencia que se encuentran en oposición con ella se en-
tiendan derogadas y sean, en su caso, declaradas nulas por inconstitucionales, ha
incidido en algunos preceptos del Código civil en que, aunque aisladamente, la ju-
risprudencia constitucional llegó a la conclusión de que la inconstitucionalidad
LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 61
habían quedado al mismo tiempo suprimidas y cegadas la fuentes de producción,
de manera que estos Derechos de las regiones quedaron imposibilitados de reno-
vación o de modernización y en alguna medida se fosilizaron, por decirlo así. Al
mismo tiempo, su conocimiento, que resultaba de textos muy antiguos y con esca-
sa difusión, se hacía extraordinariamente difícil, todo lo que, es evidente, favoreció
3. LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES la aplicación del Derecho general.
O FORALES Un caso aparte lo constituye el Reino de Navarra. Navarra había participado
en las guerras de Sucesión al lado de las fuerzas de Felipe V, y, por ello, no sufrió
los embates de los llamados «Decretos de Nueva Planta». Conservó sus propias
I. ANTECEDENTES DE LA LLAMADA «CUESTIÓN FORAL» instituciones políticas y jurídicas hasta finales de la primera guerra carlista (1839).
Las Leyes de 25 de octubre de 1839 y de 16 de agosto de 1841, que fueron conse-
Una de las peculiaridades de España en materia jurídico-privada es la coexis- cuencia del Convenio de Vergara, de 31 de agosto de 1839, con el que había termi-
tencia dentro de su territorio de ordenamientos jurídicos privados diferentes. Tuvo nado la primera guerra carlista, supusieron la pérdida de la potestad legislativa
ello una evidente motivación de tipo histórico como fueron, fundamentalmente, la propia del reino que, aun con peculiaridades sobre todo administrativas y de orden
existencia durante mucho tiempo de diferentes reinos con especiales características tributario, quedó, en la práctica, convertido en una provincia.
y con sus propias instituciones políticas y jurídicas. Desde 1469 a 1707 en España Peculiar fue también la situación de los territorios hoy comprendidos en el lla-
hubo unidad de monarquía y pluralidad de naciones, cada una de ellas con sus pe- mado País Vasco. Como en el caso de Navarra, también estos territorios en las
culiaridades y con sus propios ordenamientos jurídicos (reinos de Castilla y León, guerras de Sucesión estuvieron del lado de Felipe V, no sufrieron ninguna norma
de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Navarra, Principado de Cataluña, y Se- derogatoria; y las Leyes de 1839 y 1841 tampoco los mencionaban especialmente.
ñorío de Vizcaya). Los Decretos de Espartero de 1841, que reorganiza la administración de lo que
El advenimiento de la monarquía borbónica y la guerra de Sucesión en la Co- luego fueron denominadas «Provincias Vascongadas» y que lo hicieron en un sen-
rona de España, en que las distintas regiones tomaron partido por diferentes ban- tido verdaderamente unitario, guardaron silencio sobre los ordenamientos jurídi-
dos, modificó esta situación. La monarquía borbónica implantó por primera vez cos civiles de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, por lo que resultaba discutible si habían
una auténtica unidad política de la nación española, lo que, lógicamente, había de quedado derogados por opuestos a la unidad constitucional que Espartero quería
aplicar férreamente, pese a que habían sido confirmados por la Ley de 25 de octu-
influir en los ordenamientos jurídicos hasta entonces existentes. Así, en efecto, en
bre de 1839, junto con los de Navarra.
el Decreto de 29 de junio de 1707, Felipe V manifestó su propósito «de reducir to-
dos mis reinos de España a la uniformidad de unas mismas leyes, usos y costumbres Por consiguiente, a principios del siglo XIX existía en nuestro país una serie de
y tribunales, gobernándose igualmente por las leyes de Castilla, tan loables y plau- ordenamientos jurídico-privados de naturaleza especial o diferencial. Sus decisio-
nes se remontaban por lo menos a cien años atrás y, en ocasiones, a un tiempo muy
sibles en todo el universo». Esta obra fue resultado de una serie de decretos, cono-
anterior, y sus fuentes de producción y de renovación se encontraban cegadas. El
cidos en bloque como «Decretos de Nueva Planta», en los cuales, en un primer
movimiento liberal que dominó la política en los comienzos del siglo XIX fue deci-
momento, se derogaron los Derechos de las regiones que lo tenían y, en un segun-
didamente centralizado^ de suerte que acaso fuera ésta una de las causas por las
do momento, con la llamada «Nueva Planta de las Audiencias» se restablecieron
que se alzaron contra él las provincias periféricas. La defensa de los fueros consti-
algunas.
tuye uno de los motores de las guerras civiles de aquel siglo, frente al centralismo
El resultadofinalde todo eUo, fue la desaparición del Derecho civil de Valen- liberal, que fue inequívocamente unificador. Unificadora era la Constitución de
cia, que nunca volvió a restablecerse. Se mantuvieron, en cambio, los Derechos Cádiz de 1812, al consagrar que los Códigos civil, penal y de comercio serán unos
civiles de Aragón (que, si se suprimió en 1707, se restableció en 1711\ de Cataluña para la monarquía, y unificadores fueron también todos los Proyectos de Código
(Decreto de 16 de enero de 1716) y de Mallorca (Decreto de 1715). Los Derechos
de las regiones continuaban vigentes para la resolución de pleitos civiles básica- civil que a lo largo de la primera mitad del siglo se fueron llevando a cabo, incluido
mente. Quedando suprimidas las instituciones políticas de los reinos o principados, el de 1851, cuya Disposición Final (art. 1.992) decía expresamente que «quedan
derogados todos los fueros, leyes, usos y costumbres anteriores a la promulgación
[60] de este Código, en todas las materias que son objeto del mismo; y no tendrán fuer-
62 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 63
za de ley aunque no sean contrarios a las disposiciones del presente Código», has- y a principios del actual se realizan algunos trabajos para la preparación de estos
ta el punto de que se ha señalado que este afán unificador, y el deseo de no reavivar Apéndices, pero tales trabajos quedan prácticamente abandonados hacia los años
los rescoldos de la guerra civil carlista, poco tiempo antes concluida, fueron las 1904-1905. Únicamente en Aragón se culminó el trabajo, y el Apéndice fue apro-
causas de que el Proyecto no llegara a convertirse en Código. bado y publicado en virtud de Real Decreto-ley de 7 de septiembre de 1925, en-
En la segunda mitad del siglo XDC por una serie de razones de orden económi- trando en vigor en 1.° de enero de 1926. Este Apéndice, que ha constituido el cuer-
co-político cuyo estudio es competencia de la Historia general, se produjo un nue- po básico del Derecho aragonés de 1926 hasta 1967, era técnicamente defectuoso
vo florecimiento de los regionalismos en algunos sectores de la Península. Desde y en ocasiones demasiado prolijo, fue objeto de críticas muy duras y no satisfizo a
el punto de vista político-jurídico, estos movimientos encontraron sus bases teóri- los foralistas.
cas en las ideas de SAVIGNY sobre el espíritu del pueblo y, por ello, como la Escue- Con el advenimiento de la Segunda República, la Constitución de 1931 no sólo
la Histórica, fueron anti-codificadores. Se trata, en definitiva, de preservar las par- no impidió la existencia de Derechos especiales, sino que consagró políticamente
ticularidades regionales, salvando los «hechos diferenciales» como son el idioma o las legislaciones civiles de aquellas regiones a las que se otorgaran Estatutos autó-
el Derecho. La Escuela Histórica no era demasiado partidaria de la labor codifi- nomos permitiendo la producción de nuevas leyes por sus propios órganos.
cadora, de acuerdo con sus postulados de entender el Derecho más que nada como Terminada la guerra civil en 1939, lo que siempre se había llamado «la cuestión
una manifestación del espíritu del pueblo, puesta de relieve en sus tradiciones y en foral» perdió parte de su carga política y pudo ser enfocada desde otras perspecti-
sus sentimientos, en sus modos de comportarse y resolver los conflictos. En la gé- vas. No desapareció, ciertamente, el apego que los juristas de las regiones tenían
nesis de un Código hay siempre una voluntad política que se impone a aquel espí- por sus propios Derechos. Y así, en el año 1944, el Consejo de Estudios de Derecho
ritu, y más si aspira a sustituir el Derecho propio y peculiar del pueblo. Aragonés propuso la celebración de un Congreso Nacional de Derecho civil, que
A partir de estas fechas, la conservación de las peculiaridades jurídicas regio- el Ministerio de Justicia autorizó por medio de una Orden de 13 de agosto de aquel
nales gana la partida y ya se trata sólo de decidir cuál ha de ser el procedimiento año. El Congreso había de tener como tema fundamental el estudio de la situación
más conveniente para llevarlo a cabo. En un primer momento (Real Decreto de 2 actual y futura de las legislaciones forales.
de febrero de 1880) se trata de hacerlo incorporando vocales foralistas a la Comi- El Congreso se celebró en Zaragoza los días 3 a 6 de octubre de 1946, y aprobó
sión General de Codificación y encargándoles la redacción de unas «memorias» como conclusión la idea de la elaboración de un Código civil de España que «recoja
sobre las particularidades forales que interesaba conservar y que bebían integrarse las instituciones de Derecho común, del Derecho territorial o foral y las peculiarida-
dentro del Código civil. ALONSO MARTÍNEZ cree entonces, probablemente con ra- des de algunas regiones, teniendo en cuenta su espíritu y forma tradicional, su arrai-
zón, que la única diferencia real entre los diferentes Derechos españoles atañía al go en la conciencia popular y las exigencias de su evolución jurídica y social».
sistema de legítimas sucesorias, a la libertad de testar y al régimen económico del Como un primer paso para la ejecución de este ideal codificador se propuso
matrimonio. No consintieron, sin embargo, los foralistas la integración de sus De- que se compilaran las instituciones forales o territoriales, teniendo en cuenta no
rechos en el Código civil y, a partir del Proyecto de Ley de Bases de 1885 —como sólo su actual vigencia, sino también el restablecimiento de las normas decaídas
después en la definitiva Ley de 11 de mayo de 1888—, se admitió que el Derecho por el desuso, según las necesidades del momento. La idea fue acogida por el Go-
foral subsistiera de momento en su integridad. Los artículos 5.° y 6.° de la Ley de bierno, y fruto de la labor de las Comisiones de juristas de las regiones forales1 fue
Bases de 1888 respetaron el régimen jurídico foral «por ahora», sin que quedase
afectado por la publicación del Código, «que regirá tari sólo como derecho suple-
torio en defecto del que lo sea en cada una de aquéllas (regiones o territorios fora- 1
Mediante Decreto de 23 de mayo de 1947 y Órdenes de 24 y 25 de junio del mismo año
les) por sus leyes especiales». Estos principios pasan al Código civil (arts. 12 y 13), se dispuso la constitución de las Comisiones de Juristas en Aragón, Cataluña, Navarra, Ba-
que realiza un esfuerzo de aproximación a los Derechos forales recogiendo institu- leares, Galicia, Álava y Vizcaya, afinde que formularan los anteproyectos en que se debían
ciones de éstos desconocidas en la legislación castellana. recoger las «instituciones de Derecho foral de actual observancia». Otra Orden de 10 de
febrero de 1948 procedió al nombramiento de los miembros de cada una de estas Comisio-
La conservación de las leyes y normas forales debía hacerse según el sistema nes. Es importante destacar que, así como a los miembros de las Comisiones correspondien-
preconizado en 1880, recopilándolas en pequeños códigos que recibieron el nombre tes a Aragón, Cataluña, Baleares, Galicia, Vizcaya y Álava los nombró directamente el Mi-
de «Apéndices», y que, como su nombre indica, debían ser como pequeños satélites nisterio de Justicia, en Navarra se autorizó a la Diputación foral para que fuera esta entidad
quien hiciera los nombramientos.
del Código civil «en los que se contengan las instituciones forales que conviene Pocos años después, el nuevo Decreto Orgánico de la Comisión General de Codificación,
conservar». El sistema de los «Apéndices» fracasó también. A finales del siglo XIX de 23 de octubre de 1953, ordenó la incorporación de vocales foralistas a dicha Comisión,
64 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 65
la promulgación de una serie de leyes estatales en las que se contenían las Compi- En el proceso de codificación de los Derecho forales, que arranca en 1959 se
laciones de los Derechos civiles especiales o forales. Es curioso consignar cómo un pueden, sin embargo, distinguir dos fases o etapas hasta cierto punto distintas, con
régimen férreamente centralista como el del general Franco, enemigo del separa- un período intermedio de transición: la primera fase está formada por las Compi-
tismo, fue finalmente el promotor de una nueva vida de los Derechos privados de laciones de Vizcaya y Álava, Cataluña y Baleares (1959-1961); la segunda fase la
las regiones españolas, aunque puede pensarse que pudo ser una compensación marcan las Compilaciones de Aragón y Navarra (1967-1973), y la fase de transición
por la paz mantenida en el ámbito político. de la Compilación de Galicia (1963).

Las primeras Compilaciones se limitaron a recoger las instituciones forales y


señalaron de manera expresa que, en todo lo no previsto por ellas, se aplicarían los
II. LA CODIFICACIÓN DEL DERECHO FORAL: preceptos del Código civil. Se decía también que las normas del Derecho civil es-
LOS APÉNDICES, LAS COMPILACIONES pecial, escrito o consuetudinario, principal o supletorio, anteriores a las promul-
Y LA LÍNEA EVOLUTIVA DE ESTAS ÚLTIMAS gadas por la Compilación, quedaban sustituidas por las contenidas en ella (vid.
disposiciones finales de las citadas Compilaciones).
La Compilación de Galicia constituyó un caso aparte y determina lo que he-
El artículo 6.° de la Ley de Bases de 1888 ordenaba que el Gobierno, oyendo a mos llamado una fase de transición. En Galicia no había existido nunca un Dere-
la Comisión de Códigos, presentara a las Cortes, en uno o varios proyectos de ley, cho civil especial escrito, sino simplemente un Derecho consuetudinario ubicado
unos «Apéndices» del Código civil, en los que se contuvieran aquellas instituciones dentro del ámbito del Derecho común general. Por ello, más que auténtica «Com-
pilación», la de Galicia fue una legalización de las costumbres anteriores, que re-
forales que conviniera conservar de cada una de las provincias o territorios en que cibieron desde entonces rango de ley. Por lo demás se mantuvo la línea de sustituir
existían. totalmente las normas del Derecho civil especial por las de Compilación, y de
Aquel sistema, preconizado con la Ley de Bases de 1888, se caracterizaba por aplicar en todo lo no previsto por ella el Código civil.
su valor «apendicular». Las normas forales se integraban dentro del sistema del La segunda fase de esta evolución que estamos analizando, se abre con la Com-
pilación de Aragón de 1967. Aragón tenía, como sabemos, un Apéndice desde
Código civil, como algo yuxtapuesto en éste y en cierta medida periférico o epidér- 1925, tal vez estrecho y reducido, pero con una vigencia de más de cuarenta años.
mico y con un sentido particularista o de excepción. El sistema tenía además un Aragón había admitido, además, desde la promulgación del Código civil la apli-
carácter limitativo, ya que imponía un sacrificio parcial de los Derechos forales, al cación inmediata de éste en todo lo que no se opusiera a las disposiciones forales
prever sólo la codificación de aquello que «conviniera conservar». Tal vez en ello vigentes (antiguo art. 13). Por ello, parece claro que en 1967 Aragón llevó a cabo,
no tanto una genuina «Compilación» cuanto una considerable ampliación de su
radicaran las causas del fracaso del sistema de los Apéndices, que, como hemos Derecho particular. Y ello no sólo desde el punto de vista numérico o cuantitativo,
visto, salvo en Aragón, no llegaron a concluirse ni, por tanto, a promulgarse. donde pasa de setenta y siete artículos a ciento cincuenta y dos, sino también en
El «sistema de Compilaciones», propuesto por el Congreso de Derecho civil de la medida en que en la Compilación de Aragón de 1967 se establece un nuevo y
singular orden de fuentes de su Derecho civil.
1946, adoptó una línea distinta, mucho más favorable al Derecho foral. Por una
La evolución llega a su punto máximo con la Compilación del Derecho civil
parte, excluía toda idea de sacrificio o de limitación. Antes al contrario, el Derecho de Navarra, que no sólo recoge el Derecho peculiar de la región, sino también su
foral debía resultar notablemente ampliado. Para «compilar» no se tenía necesa- peculiar modo de entender el Derecho común, y que se presenta como un pacto
riamente en cuenta la actual vigencia de las normas. Se hacía posible el restablecí* entre el Poder central y una región que de alguna suerte se quiso considerar autó-
noma en 1973, siendo,así que todas las anteriores Compilaciones eran producto
miento de instituciones, siempre que no estuvieran decaídas por el desuso. En otro de leyes del Estado.
sentido, hay que destacar que, no obstante la terminología, la labor no sería de Estas últimas cotas a las que había llegado el movimiento foralista en los últi-
simple «compilación» entendida como mera recopilación de textos antiguos. Ade- mos años eran graves desde el punto de vista de la unidad civil legislativa, pero
más de llevarse a cabo una traducción de las normas a un lenguaje actual, se rea- eran graves también por el efecto de repercusión que producían en aquellas regio-
nes que habían anticipado sus compilaciones y que lo habían hecho siguiendo una
lizaba también una modernización y una puesta al día de las normas forales. De línea mesurada, como Vizcaya, Cataluña o Baleares, que, a la vista de las nuevas
esta suerte se favoreció extraordinariamente al Derecho foral, que dejó de estar Compilaciones, sintieron probablemente una justificada frustración o insatisfac-
olvidado en unos textos de difícil acceso y siempre mal conocidos, para situarlo en ción.
otros de fácil manejo y de sencilla inteligencia.
Con todo ello, el ideal unificador y la idea de un Código civil de España pare-
para que, en el seno de la misma, se estudiasen los anteproyectos de compilaciones elabora- cían definitivamente abandonados, y la contraofensiva de las normas e institucio-
dos, con elfinde someterlos después al Gobierno. nes forales ponía en peligro la unidad jurídica del país.
66 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 67
Nosotros creemos que era conveniente el mantenimiento de normas jurídico- y actual reflejo jurídico de realidades perceptibles en nuestro modo de ser y existir
privadas que poseían efectivo arraigo en las provincias y que cumplían unas fun- colectivos».
ciones económico-sociales merecedoras de tutela del ordenamiento jurídico. No Con estos antecedentes, el artículo 13 del nuevo Título Preliminar se redactó en
nos parece, en cambio, que fuera prudente romper la unidad civil que existía ya en dos párrafos. En el primero, se ordenaba la aplicación general y directa a toda Espa-
múltiples materias. La línea de las Compilaciones de 1959-1961 era, por ello, la más ña de las normas del Título Preliminar, en cuanto determinan los efectos de las leyes
idónea. Convertir en autónomas a algunas regiones por la vía de la promulgación y las reglas generales para su aplicación, así como las del Título IV del Libro I, con
de un Derecho civil especial era una puerta falsa del regionalismo. La autonomía excepción de las normas relativas al régimen económico del matrimonio. En el se-
regional era un problema jurídico-constitucional, que sólo en la Constitución po- gundo párrafo se ordenaba también la aplicación del Código civil, pero con pleno
lítica del país se podía resolver. En la materia estricta del Derecho privado, el hecho respeto a los Derechos especiales o forales de las provincias o territorios en que están
diferencial, como en los tiempos de ALONSO MARTÍNEZ, se centraba básica- vigentes, por lo que aquél regirá como supletorio de segundo grado, es decir, «en de-
mente en los regímenes económico-conyugales y en la materia sucesoria. Creemos, fecto del que lo sea en cada una de aquéllas, según sus normas especiales».
por ello, que no tiene sentido la idea de que pueda existir un orden público econó- Así pues, es evidente que el régimen autoritario del general FRANCO supuso
mico diferente, o un tratamiento diferente del Derecho relativo al tráfico de los una consolidación definitiva de la realidad foral. Ya no se mantenía provisional-
bienes, por ejemplo, dentro del Estado español. mente como en los tiempos del Código civil liberal, y en 1974 resultaba ya notorio
que las Compilaciones no serían afectadas por un Código civil único en España,
idea que jamás pasó de ser mera retórica oficial.
III. LA REFORMA DEL TÍTULO PRELIMINAR
DEL CÓDIGO CIVIL DE 1974 Y LOS DERECHOS FORALES
IV. LA CONSTITUCIÓN DE 1978: LOS DERECHOS CIVILES
Hasta aquí hemos visto la evolución reciente del Derecho foral en la que con- AUTONÓMICOS
viene sintetizar varias etapas. La primera, hasta la aparición de la política de las
Compilaciones, se caracteriza por el carácter provisional con que se mantiene el A partir de la promulgación de la Constitución de 1978, los Derechos civiles
Derecho foral. El artículo 12 del Código civil, antes de su modificación por el nue- especiales de las regiones españolas han experimentado un muy sensible giro, como
vo Título PreHminar, decía que en «las provincias y territorios en que subsiste el consecuencia del reconocimiento y garantía de la autonomía de las «nacionalida-
derecho foral, lo conservarán por ahora en toda su integridad», y respecto de Ara- des y regiones que integran la Nación española» (art. 2.° CE.), creando el llamado
gón y Baleares el artículo 13 ordenaba que el Código civil empezase a regir al mis- «Estado de las Autonomías» (art. 143 CE.).
mo tiempo que en las demás provincias no aforadas, «en cuanto no se oponga a Desarrollando el precepto mencionado, el artículo 143 de la Constitución dis-
aquellas de sus disposiciones forales o consuetudinarias que actualmente estén pone que «en el ejercicio del derecho a la autonomía reconocido en el artículo 2.°
de la Constitución, las provincias limítrofes con características históricas, cultura-
vigentes».
les y económicas comunes, los territorios insulares y las provincias con entidad
Frente a esta orientación del Código civil, la política de las Compilaciones, que
regional histórica, podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunida-
se desarrolla paradójicamente bajo el régimen autoritario del general FRANCO, des Autónomas con arreglo a lo previsto en este Título y en sus Estatutos».
refuerza el Derecho foral de hecho, aunque de palabra fuesen un paso para la ela-
La asunción de competencias por las Comunidades Autónomas, una vez crea-
boración de un Código civil de España. das, debía corresponder a los Estatutos de Autonomía, y éstos, a su vez, a lo que
En los últimos años del régimen del general FRANCO se modificó el Título sobre la materia de distribución de competencias dispusiese la Constitución.
Preliminar del Código civil y con ello los artículos 12 y 13 del mismo, que pasan a Con el fin de obtener el mayor amplio acuerdo posible, la materia, trasladada
ser el artículo 13 del texto articulado de aquel Título, aprobado por Decreto de 31 al artículo 149, quedó situada en el apartado 1.8.a de dicho artículo, donde se es-
de mayo de 1974. Su Exposición de Motivos decía que el reconocimiento de los tablece como competencia exclusiva del Estado lo siguiente:
Derechos forales no hace resentirse «la fortaleza de la integración histórica y polí-
tica de España», al contrario, «alcanza su completa realización». Además, recha- «Legislación civil, sin perjuicio de la conservación, modificación y desarrollo
zaba expresamente la consideración de los Derechos forales como formas privile- por las Comunidades Autónomas de los derechos civiles, forales o especiales, allí
giadas y residuos personalistas de normas anacrónicas, y ve en ellos «el verdadero donde existan. En todo caso, las reglas relativas a la aplicación y eficacia de las
SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 69
68
normas jurídicas, relaciones jurídico-civiles relativas a las formas de matrimonio, Derecho civil, a salvo siempre lo que hemos llamado «reserva final», está en fun-
ordenación de los registros e instrumentos públicos, bases de las obligaciones con- ción de los Estatutos de Autonomía.
tractuales, normas para resolver los conflictos de leyes y determinación de las
fuentes del Derecho, con respeto, en este último caso, a las normas de derecho fo-
ral o especial.» V. LAS EXCLUSIVAS COMPETENCIAS DEL ESTADO
El precepto transcrito ha sido siempre de difícil inteligencia^ porque se produ- EN MATERIA DE LEGISLACIÓN CIVIL
ce a través de una serie de rodeos. En nuestra opinión, la mejofr comprensión del
Se encuentran establecidas en el artículo 149.1.8.a CE., y son las siguientes:
precepto aconseja distinguir en él tres reglas:
1. Las reglas relativas a la aplicación y eficacia de las normas jurídicas.
1 .a La regla general, que es la competencia exclusiva del Estado en materia de Se trata de una enumeración de muy difícil determinación. Literalmente se uti-
legislación civil, que debe entenderse como un principio general. liza la misma terminología que en los Capítulos II y III del Título Preliminar del
2.a La regla de salvaguarda sobre la conservación, modificación y desarrollo Código civil tal como quedó después de la reforma del mismo en 1973 y 1974. Sin
por las Comunidades Autónomas de los Derechos forales en ellas existentes, con embargo, una expresión muy parecida se encontraba en la Constitución republica-
una atribución de competencias a estas Comunidades Autónomas. na de 1931, lo que tal vez podría permitir darle otro sentido. En cualquier caso,
3.a Finalmente, lo que se puede llamar la «reservafinal»,pues el precepto dice resulta muy difícil que las normas jurídicas aludidas sean normas exclusivamente
que «en todo caso» son competencia exclusiva del Estado las que la segunda parte civiles, por lo que hay que entenderlo referido a normas de toda clase, incluidas las
del precepto menciona. legales y consuetudinarias.
Ello, no obstante la inteligencia del precepto, ha dado lugar a variantes de in- 2. Las relaciones jurídico-civiles relativas a las formas del matrimonio.
terpretación. Para la primera, que coloca el centro de gravedad en lo que hemos Es otra denominación llamada a producir equívocos porque las relaciones ju-
llamado «cláusula de salvaguarda», cualquier competencia regional en materia de rídico-civiles surgen del matrimonio y no sólo de sus formas, ni son tampoco las
Derecho civil pasa, como presupuesto imprescindible, por la preexistencia, en el relativas a las formas. Es claro que queda excluido de la competencia del Estado y
momento de la promulgación de la Constitución, de Derecho foral en tal Comu- pueden pertenecer a los Derechos autonómicos, cuando así deba ocurrir, la regu-
nidad, y lo que hemos llamado «reserva final» es el límite infranqueable de las lación del régimen económico conyugal, por lo cual ha de entenderse que es mate-
competencias de desarrollo del Derecho foral. De esta suerte, como hemos visto, ria de la legislación del Estado la regulación del matrimonio y de las diferentes
la preexistencia del Derecho foral es presupuesto de la competencia de cualquiera formas de contraerlo, así como los derechos y deberes existentes entre los cónyuges,
de las Comunidades Autónomas y, por tanto, no puede ni podrá tener competencia con exclusión de los citados regímenes económico-conyugales.
en materia de Derecho civil aquella Comunidad Autónoma donde no existía (ni, 3. La ordenación de los Registros e instrumentos públicos.
más aún, donde nunca hubiera existido) Derecho foral. Por Registros debe entenderse aquellos que producen efectos en la ordenación
Una segunda forma de entender el precepto, que encuentra su fundamento en juridico-privada y, en especial, el Registro Civil y el Registro de la Propiedad, así
los antecedentes y en los trabajos de las Cortes Constituyentes, entiende que la com- como otros registros secundarios (Registro de Hipoteca Mobiliaria, Registro de Bie-
petencia exclusiva del Estado se encontraba y se encuentra en lo que antes hemos nes Muebles y Ventas a Plazo, etc.). No se refiere, indudablemente, a los Registros de
llamado «reservafinal»,mientras que la «cláusula» de salvaguarda se introdujo para carácter puramente administrativo. La referencia a los instrumentos públicos com-
despejar los recelos foralistas, aunque, lógicamente, atribuyó a alguna Comunidad prende la legislación notarial, pero también todas aquellas normas donde pueda re-
Autónoma competencias que de otra suerte no parece que pudiera haber tenido. gularse la forma de redactar los documentos públicos, así como sus efectos.
La conclusión de todo este proceso de interpretación del precepto es que los La STC 74/1989, de 24 de abril, dictada en un conflicto positivo de competen-
antiguos Derechos civiles especiales han pasado a formar parte del ordenamiento cia entre el Estado y la Generalidad de Cataluña, entendió que la competencia del
jurídico de las Comunidades Autónomas y son, por consiguiente, Derechos auto- Estado sobre los instrumento públicos se refiere «al aseguramiento normativo uni-
nómicos. La segunda conclusión, que resulta obvia también, es que, a partir de la tario y común de los documentos públicos notarialmente autorizados».
aprobación de los Estatutos de Autonomía, las competencias legislativas, en orden 4. Las bases de las obligaciones contractuales.
a la modificación o al desarrollo y en general a la legislación que los Estatutos per- Aunque se trata de una cláusula general de no fácil comprensión, debe enten-
mitan, son obra de las Asambleas parlamentarias de las Comunidades Autónomas. derse, por exigirlo así el principio de unidad de mercado, que es legislación unitaria
La tercera conclusión es que la delimitación de las competencias en materia de
70 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 71
y estatal todo lo relativo a las reglas generales sobre las obligaciones contractuales, forales, en defecto de los que lo fueran en cada uno de ellos por sus leyes especiales.
la regulación de los contratos y las obligaciones extracontractuales. Significaba esto, como es claro, que el Código civil era un Derecho supletorio de
5. Las normas para resolver los conflictos de leyes. segundo grado, pues los Derechos forales conservaban no sólo su Derecho propio,
Es indiscutible que, en virtud de esta cláusula, el Estado se reserva la compe- sino también el que venía siendo en ellos Derecho supletorio (p. ej., Derecho ro-
tencia exclusiva para establecer las normas del llamado «Derecho interregional» mano, Derecho canónico, doctrina de los autores, etc.).
que regula conflictos de leyes del Estado en el espacio, o conflictos en orden a la El artículo 13 de la redacción primitiva preveía un régimen especial para Ara-
aplicación de cada uno de los ordenamientos jurídicos vigentes en el territorio es- gón y las islas Baleares, ordenando que el Código entrara a regir en ellos sin per-
pañol. Más difícil es entender que la norma se refiere también a los conflictos de juicio de las especialidades forales, de manera que en estas dos regiones el Código
leyes en el tiempo y, por consiguiente, a las normas de Derecho transitorio. Las civil era un Derecho supletorio de primer grado.
reglas sobre irretroactividad derivan directamente del artículo 94e la Constitución, El problema, que ahora nos ocupa, comenzó a cambiar de color al promulgar-
y fuera de este límite no se ven razones especiales para que el legislador autonómi- se las Compilaciones. En las primeras de ellas (Compilación de Vizcaya y Álava,
co no pueda dictar normas de transición. Compilación de Cataluña, Compilación de Baleares, y de Galicia) se estableció la
6. La determinación de las fuentes del Derecho. sustitución del Derecho anterior por la Compilación y la supletoriedad del Código
El comentario de este inciso (art. 149.1.8.a CE.) puede hacerse en varios senti- civil respecto de ésta. Por tanto, la regla era: Compilación y, tras ella, el Código
dos. Ante todo, como después habrá ocasión de ver, la determinación de las fuen- civil. Sin embargo, esta situación se alteró con la Compilación de Aragón de 1967
tes del Derecho con carácter general para todo un ordenamiento jurídico no es una y la de Navarra de 1973, pues estas Compilaciones establecieron su propio sistema
materia civil, por lo cual la expresión del precepto comentado debe entenderse li- de fuentes señalando la supletoriedad del Código civil tras tales fuentes, entre las
mitada a las fuentes del Derecho civil o, si se prefiere de otro modo, a los medios que se encontraban la costumbre y los principios generales (Aragón) o estas mis-
para integrar lagunas de cada ordenamiento jurídico civil. mas fuentes y la analogía (Navarra). Llegamos de este modo a la reforma del Tí-
En segundo lugar, puede observarse en el precepto que se comenta que las nor- tulo Preliminar del Código civil, Ley de Bases de 17 de marzo de 1973 y texto ar-
mas que determinan las fuentes del Derecho están claramente separadas de las ticulado aprobado por Decreto de 31 de marzo de 1974, donde se ocupa de la
relativas a la aplicación y eficacia de las normas jurídicas, lo que, si bien en el Tí- cuestión el artículo 13.
tulo Preliminar del Código civil aparece con claridad, fuera de él se sitúan las cosas
en una zona de penumbra. Se observará también que, así como respecto de las re-
glas sobre la aplicación y eficacia de las normas la competencia del Estado es ex- B) EL ARTÍCULO 13 DEL CÓDIGO CIVIL EN LA REFORMA
clusiva, sin límite, por lo que se refiere a las fuentes del Derecho el artículo dice que DE su TÍTULO PRELIMINAR EN 1974
esta competencia se produce «con respeto a las normas de Derecho foral o espe-
cial»; ello significa que cada uno de los ordenamientos jurídico-civiles peninsulares El artículo 13, colocado en el Capítulo V del Título Preliminar reformado, bajo
puede regular su propio sistema de fuentes y hacerlo con criterios distintos de la la rúbrica tan expresiva de «ámbito de aplicación de los regímenes jurídico civiles
legislación civil general, porque lo que no puede entenderse, por lo menos con cla- coexistentes en el territorio nacional», se ocupa del tema que ahora estudiamos.
ridad, es que las fuentes se refieran a la totalidad de los ordenamientos estatales y El artículo 13 contiene tres reglas: que las disposiciones del Título Preliminar,
autonómicos. en cuanto determinan los efectos de las leyes y las reglas generales para su aplica-
ción, tienen aplicación general y directa en toda España; que igualmente tienen
aplicación general y directa en toda España las disposiciones del Título IV del Li-
VI. LAS RELACIONES ENTRE EL CÓDIGO CIVIL bro I, con excepción de las normas de este Título relativas al régimen económico
Y LOS DERECHOS FORALES matrimonial; y que, con pleno respeto a los Derechos forales o especiales de los
territorios en que estén vigentes, regirá el Código civil como Derecho supletorio,
A) PRECEDENTES DE LA CUESTIÓN en defecto del que lo sea, en cada uno de aquéllos, según sus normas especiales.
á) Las disposiciones del Título Preliminar que se habrían de aplicar eran las
Cuando se publicó el Código civil en 1889, el artículo 12 de la redacción enton- que «determinan los efectos de las leyes y las reglas generales para su aplicación».
ces vigente establecía la supletoriedad del Código civil respecto de los Derechos La cuestión que se suscitó enseguida fue la de la compatibilidad de ese mandato
72 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 73
con el de «pleno respeto» a los Derechos forales, criterio inspirador del artículo 13, C) EL PROBLEMA EN LA CONSTITUCIÓN DE 1978
pues de acuerdo con él no se podían desplazar las normas que sobre efectos de las Y EN LOS ESTATUTOS DE AUTONOMÍA
leyes y reglas generales para su aplicación contuviesen las Compilaciones en vigor.
El tema es ya pura historia porque, según veremos, el artículo que comentamos ha Ha sido dicho, seguramente con acierto, que el artículo 13 del Código civil,
sido de hecho desplazado por la evolución legislativa de los Derechos forales y los aunque nunca haya sido formalmente derogado, ha quedado superado por la pro-
Estatutos de Autonomía de las Comunidades que los poseían. mulgación de la Constitución, los Estatutos de Autonomía y la legislación emana-
Por lo que respecta al tema de las fuentes del Derecho, el artículo 13 omite toda da de las Comunidades Autónomas.
referencia sobre la aplicación de sus normas sobre la materia a la generalidad del Efectivamente, el problema no puede ser hoy contemplado como una cuestión
territorio nacional. Por supuesto que es evidente que estamos ante un grupo de de relaciones entre el Código civil y los Derechos especiales o forales, sino como
normas distintas por completo de las concernientes a los efectos délas leyes y reglas un problema de relaciones entre el Derecho del Estado, del que el Código civil for-
generales para su aplicación. Por ello, las normas sobre fuentes del Derecho civil ma parte, y Derechos autonómicos, de los que forman parte los Derechos civiles
foral no quedaban sustituidas ni modificadas tampoco por las del nuevo Título especiales o forales, cuestión que ha de resolverse a través de los dictados del ar-
Preliminar, pero su juego se circunscribía al puro ordenamiento civil foral en cues- tículo 149 de la Constitución.
tión y no a las leyes de general aplicación en toda España. Es ésta la interpretación En la actualidad, en aquellas materias jurídico-civiles que sean competencia
más probable en 1974, en que el Estado erarígidamentecentralista, jerarquizado exclusiva del Estado, el Código civil o la legislación civil general no son Derecho
y autoritario. supletorio, ni Derecho recibido por los Derechos forales, sino Derecho del Estado
Así, por ejemplo, si una Compilación como la de Navarra admite la costumbre de aplicación general y directa. En cambio, en las materias que sean competencia
contra ley, es claro que prevalecerá la costumbre contra una norma del ordena- de las Comunidades Autónomas, hay una supletoriedad del Derecho del Estado,
miento civil foral navarro, pero no frente a una disposición que fuese aplicable a que se produce como un resultado del imperio del artículo 149.3 de la Constitución,
toda España. y no por virtud de lo establecido en el Código civil. El mentado precepto constitu-
b) El artículo 13 declara de aplicación general y directa en toda España las cional declara expresamente esa supletoriedad ya que dice en su último inciso que
normas del Título IV del Libro I, con excepción de las normas del mismo relativas «el Derecho del Estado será en todo caso Derecho supletorio de las Comunidades
al régimen económico matrimonial. Autónomas». Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la supletoriedad no cons-
Este precepto tenía sentido en la redacción primitiva del Código que, en el ci- tituye una cláusula universal atributiva de competencias al Estado para legislar
tado Título IV del Libro I, contenía alguna norma sobre régimen económico ma- sobre cualesquiera materias, sino que es simplemente una norma ordenadora de la
trimonial. Ha dejado de tenerlo después de la reforma de 1981, en que dicho Títu- preferencia en la-aplicación de las normas, según declaró la STC 103/1989, de 8 de
lo ha quedado purgado de normas sobre régimen económico del matrimonio. Es junio.
claro, en todo caso, que las reglas sobre sistema matrimonial, sobre celebración del Hay que señalar, asimismo, que la supletoriedad del Derecho del Estado se ve
matrimonio y requisitos para ello, sobre efectos personales de la relación matrimo- en cierta medida empañada por el hecho de que el artículo 149.1.8.a de la Consti-
nial entre los cónyuges y sobre nulidad y disolución del matrimonio, son Derecho tución haya otorgado a las Comunidades Autónomas competencias sobre el siste-
de general aplicación. ma de fuentes del Derecho anterior a sus Derechos civiles especiales, como conse-
c) El artículo 13, que estudiamos, dispone en su párrafo 2.°: «en lo demás y cuencia de lo cual han ido apareciendo algunas normas que establecen criterios de
con pleno respeto a los derechos especiales y forales de las provincias o territorios integración y que, en particular, buscan la autointegración de sus ordenamientos
en que estén vigentes, regirá el Código civil, como derecho supletorio, en defecto a través de los llamados «principios generales» de cada ordenamiento foral o se
del que lo sea en cada una de aquéllas según sus normas especiales». Se consagra recurre a las tradiciones. De esta suerte se va produciendo la pretensión de que el
así el respeto al Derecho civil foral en todo aquello que no ha quedado explici- Derecho civil autónomo se erija en Derecho común en el respectivo territorio de la
tado en el párrafo 1.° y se sienta la supletoriedad de segundo grado del Código manera que lo fue el Código civil para toda España. Y, por otra parte, cuando no
civil. Pero este criterio, tras la etapa de las Compilaciones, no era exacto, porque hay más remedio que acudir a la supletoriedad del Código civil, se procura que ello
las Compilaciones carecían de normas supletorias de mejor rango que el Código tenga lugar en la menor medida posible, integrando, con diversos expedientes téc-
civil. Tampoco es exacto tras la Constitución de 1978, como veremos a continua- nicos, su propio Derecho. Esta idea ha tenido la consagración en los nuevos Esta-
ción. tutos de Autonomía.
74 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 75
El Derecho civil foral del País Vasco lo constituyen, además del mismo, la cos- Posteriormente, en la época de las Compilaciones, se aprobó, por Ley de 8 de
tumbre y los principios generales del Derecho, que lo inspiran, de acuerdo con su abril de 1967, la Compilación aragonesa, que, por una parte, derogó el Apéndice
tradición, completado por la jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia del
País Vasco sobre el Derecho civil foral vasco. Sólo en defecto de la norma foral foral y, por otra, amplió en cierto modo su contenido para mantener, según se de-
aplicable regirá como supletorio el Código civil y demás disposiciones de carácter cía, la actual vigencia de la institución familiar aragonesa. En esta Compilación de
general, pero acomodándose a los «principios generales del Derecho Civil Vasco» 1967 apareció por primera vez la regla de la autointegración del Derecho civil es-
(arts. 1.° y 3.° de la Ley 3/1992, de 1 de julio, del Parlamento Vasco, del Derecho pecial a través de los llamados «principios generales» en los que tradicionalmente
civil del País Vasco). se inspira su ordenamiento jurídico, además de las fuentes que se permitían en De-
recho consuetudinario, incluso contra legem.
En el Estatuto de Autonomía, que para Aragón fue aprobado por Ley Orgáni-
VIL LOS DERECHOS CIVILES AUTONÓMICOS EN PARTICULAR ca 8/1982, de 10 de agosto, se estableció como competencia exclusiva de la Comu-
nidad Autónoma de Aragón (art. 35, apartado 4.°) la conservación, modificación
A) EL DERECHO CIVIL DE CATALUÑA y desarrollo del Derecho civil aragonés sin perjuicio de las competencias exclusivas
del Estado, así como del Derecho procesal civil derivado de las peculiaridades de
Por Ley de 21 de julio de 1960, las Cortes Generales de España aprobaron la su Derecho sustantivo.
Compilación de Derecho civil de Cataluña, que sustituyó a los antiguos Derechos En el ejercicio de estas competencias autonómicas, las Cortes de Aragón por
tanto escritos como consuetudinarios, si bien en el artículo 1.2 se mandó tomar en Ley 3/1985, de 21 de mayo, integraron en el ordenamiento jurídico aragonés la
cuenta la tradición jurídica catalana encarnada en sus leyes, costumbres y doctri- Compilación de 1967, con algunas modificaciones.
nas, de manera que, si bien los antiguos textos, costumbres y doctrinas habían per- Por último, el nuevo Estatuto de Aragón promulgado por Ley Orgánica 5/2007,
dido valor normativo directo, conservaban la función de criterios hermenéuticos. de 20 de abril (Jefatura de Estado), de reforma del Estatuto de Autonomía de
Posteriormente, por Ley 13/1984, de 20 de marzo, del Parlamento de Catalu- 8/1982, de 10 de agosto, otorga a la Comunidad Autónoma la competencia exclu-
ña, se aprobó un nuevo texto en el que se recogió el de la Compilación y las mo- siva sobre conservación, modificación y desarrollo del Derecho foral aragonés
dificaciones que aquella Ley 13/1984 introdujo, ejerciendo la competencia exclu- (art 71,2.a), con respeto a su sistema de fuentes (art. 71.2).
siva de la Generalidad de Cataluña sobre la materia (art. 9.2 del Estatuto de
Cataluña de 1979).
El nuevo Estatuto de Cataluña, promulgado por Ley Orgánica 6/2006, de 19
de julio, dispone en su artículo 129, bajo la rúbrica «Derecho civil», que la compe- C) EL DERECHO CIVIL DE NAVARRA
tencia exclusiva en materia de Derecho civil corresponde a la Generalitat, con ex-
cepción de las materias que el artículo 149.1.8.a de la Constitución atribuye en todo En la época de las compilaciones, que, como sabemos, se abrió alrededor de
caso al Estado. La competencia de la Generalidad incluye la determinación del 1959, y en referencia al Derecho civil de Navarra, se promulgó con el título de Fue-
sistema de fuentes del Derecho civil de Cataluña. ro Nuevo la última de ellas, tras los trabajos que efectuó una Comisión compila-
Además de todo ello, la producción legislativa de su Parlamento ha sido muy dora designada por la Diputación Foral, junto con la Comisión General de Codi-
abundante en Derecho civil desde la vigencia de la Constitución de 1978. ficación del Ministerio de Justicia.
La Compilación del Derecho civil de Navarra, o Fuero Nuevo, se promulgó
por Ley de 1 de marzo de 1973, y perteneció a las denominadas «leyes de prerro-
B) EL DERECHO CIVIL DE ARAGÓN gativa», que el general Franco en cuanto que Jefe del Estado, en virtud de las atri-
buciones excepcionales que le reconocía la Disposición Transitoria h* de la Ley
En el siglo XX Aragón fue la única de las regiones españolas que se atuvo al Orgánica del Estado, estaba facultado para llevar a cabo. Como razón de fondo de
llamado «sistema de apéndices», que se había previsto en la Ley de Bases de 1888. haber eludido la aprobación de las Cortes, parece que se pensó en la idea de que
Para entrar a regir en 1926, se aprobó un Apéndice foral cuyo origen hay que en- las leyes que afectaban al antiguo Reino eran leyes paccionadas o debían serlo,
contrar en la jurisprudencia de Tribunal Supremo, que no reconocía la existencia aunque, como se ha puesto de manifiesto por los hitoriadores, no puede hablarse
de un ordenamiento legislativo especial en materia de sucesión abintestato. sino de un «mito de las leyes paccionadas».
76 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 77

Con la entrada en vigor de la Constitución, Navarra fue dotada de un régimen La Ley Orgánica 1/2007, de 28 de febrero, de reforma del Estatuto de Autono-
jurídico autonómico, y se erigió en Comunidad Autónoma en virtud de la Ley mía de las Islas Baleares, determina su competencia exclusiva (art. 30.27) para «la
Orgánica 13/1982, de 10 de agosto, que no fue denominada como en los demás conservación, modificación y desarrollo del derecho civil propio de las Ules Balears
casos, Estatuto de Autonomía, sino «Ley de Reintegración y Amejoramiento del incluida la determinación de su sistema de fuentes, excepto las reglas relativas a la
Régimen Foral de Navarra». En este Estatuto de Autonomía (art. 48), se estable- aplicación y eficacia de las normas jurídicas, las relaciones juridícos-civiles relativas
ció que «Navarra tiene competencia exclusiva en materia de Derecho civil foral», a las formas de matrimonio, la ordenación de los registros y de los instrumentos
y que «la conservación, modificación y desarrollo de la vigente Compilación de públicos, las bases de las obligaciones contractuales, las normas para resolver los
Derecho civil foral o Fuero Nuevo de Navarra se llevará a cabo, en su caso, me- conflictos de leyes y la determinación de las fuentes del derecho de competencia
diante ley foral». estatal».
Por Ley foral 5/1987, de 1 de abril, se modificó la Compilación de 1973 a fin
de adaptarla a los principios constitucionales y a la actual realidad social de Na-
E) EL DERECHO CIVIL ESPECIAL DEL PAÍS VASCO
varra, introduciendo al mismo tiempo determinadas reformas de carácter técni-
co derivadas de su aplicación práctica y de interpretación doctrinal y jurispru-
La historia del Derecho civil especial o foral del País Vasco es diferente en cada
dencial.
uno de los territorios históricos que constituyen esta Comunidad.
Tras la publicación del Código civil, se dio en Vizcaya, en un principio, cum-
D) EL DERECHO CIVIL ESPECIAL DE LAS ISLAS BALEARES plimiento a lo mandado por el Real Decreto de 17 de abril de 1879 y se constituyó
la comisión que habría de redactar un Proyecto de Apéndice. Posteriormente la
En el momento de la promulgación del Código civil, el antiguo artículo 13, or- Diputación y el Colegio de Abogados nombraron comisiones especiales para ter-
denó la aplicación de dicho Código como único Derecho supletorio, con respeto minar el Proyecto, que había iniciado la Comisión, en el año 1901, y el Colegio de
naturalmente, del que fuera Derecho especial. Tras la promulgación del Código Abogados emitió su informe, aunque todas esta iniciativas no dieron nunca lugar
civil, una Comisión especial confeccionó un Proyecto de Apéndice, siguiendo esta a la aprobación de un Apéndice foral.
técnica, que no llegó nunca a convertirse en ley. En la época de las compilaciones, por Ley de 30 de julio de 1959 se aprobó la
En la época de las Compilaciones, la del Derecho especial civil de las Islas llamada «Compilación del Derecho Civil Foral de Vizcaya y Álava», dedicada, por
Baleares fue efectuada por Ley de 19 de abril de 1961, que se caracterizaba por lo que se refiere al Derecho civil de Vizcaya, fundamentalmente a regular la tron-
haber incorporado tanto el Derecho autóctono como el Derecho romano, de calidad de los bienes, el régimen jurídico del matrimonio y las especialidades suce-
aplicación consuetudinaria en las islas, en la forma en que resultaba aplicable. sorias. El Libro 2.° de la Compilación de 1959, referido a las disposiciones aplica-
bles en Álava, declaró de aplicación en los términos municipales de Llodio y
Como en los demás casos, las normas compiladas se referían básicamente al
Aramayona, como ya habíamos dicho, el Derecho civil de Vizcaya y, posteriormen-
régimen de la sucesión por causa de muerte y al régimen económico del matri-
te, para la llamada «Tierra de Ayala» se mantuvo la norma de la absoluta libertad
monio.
de testar de los ayaleses.
Por otra parte, la Compilación distinguió un Derecho especialmente aplicable
En el Estatuto de Autonomía del País Vasco, aprobado por Ley Orgánica 3/1979,
a la Isla de Mallorca (Libro Primero), otro a la Isla de Menorca (Libro Segundo),
de 18 de diciembre, se establecieron, como compentencias exclusivas de la Comuni-
y otro,finalmente,a las Islas de Ibiza y Formentera (Libro Tercero).
dad Autónoma del País Vasco, la «conservación, modificación y desarrollo del De-
Las Islas Baleares fueron dotadas de Estatuto de Autonomía por Ley Orgáni-
recho civil foral y especial, escrito o consuetudinario propio de los Territorios His-
ca 2/1983, de 25 de febrero, en la cual se reconoció a la Comunidad Autónoma la tóricos que integran el País Vasco, y lafijacióndel ámbito territorial de su vigencia»
competencia exclusiva para la «conservación, modificación y desarrollo del Dere- (art. 10.5). Con independencia de ello, alguna de las cláusulas del mencionado pre-
cho civil de la Comunidad Autónoma Balear» (art. 23). Tras ello, se integra la cepto legal establecieron también competencias exclusivas de la Comunidad Autó-
Compilación de 1961 en el ordenamiento jurídico balear, por Ley 8/1990, de 28 de noma para algunas instituciones de índole civil, como, por ejemplo, fundaciones y
junio; se modificaron gran número de preceptos, y por virtud de Decreto Legisla- asociaciones de carácter docente, cultural, artístico, benéfico, asistencial y similares,
tivo 79/1990, de 6 de septiembre, del Gobierno balear, se aprobó el Texto Refundi- en tanto desarrollen principalmente sus funciones en el País Vasco (art. 10.13).
do de la Compilación.
78 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 79
Posteriormente, la Ley 3/1992, de 1 de julio, del Parlamento Vasco, se ha dis- aplicación general contenido en el Código civil, ya que el Derecho consuetudinario
puesto un nuevo régimen del llamado «Derecho Civil Foral del País Vasco». En su existente estaba, en su mayor parte, formado por costumbres contra legem.
Exposición de Motivos se justifica este nuevo texto diciendo que el legislador vas-
co tiene la tarea de dar forma nueva y adaptar al mundo de hoy el viejo Derecho
foral, que en Vizcaya y Álava es Derecho escrito y en Guipúzcoa es Derecho con- F) EL DERECHO CIVIL ESPECIAL DE GALICIA -
suetudinario, lo que, a juicio del preámbulo, debe desarrollarse con el mayor res-
peto a la sociedad vasca actual, a la que ni se le puede privar de sus instituciones Ocurre con Galicia, considerada como región foral, algo que, si bien se mira,
más queridas ni se le deben imponer las que estén carentes de arraigo, porque, si resulta extrañamente curioso La región formó siempre parte de los Reinos de
en otras materias la necesidad puede imponer cambios drásticos, el Derecho civil León y de Castilla; no tuvo autonomía legislativa, de manera que las únicas nor-
solamente avanza a través de la aceptación del pueblo y la asimilación general de mas jurídicas especiales, diferentes del Derecho castellano, fueron siempre de De-
sus instituciones. recho consuetudinario, aun cuando hay que reconocer que muchas veces de Der
La nueva Ley se abre con un Título PreUminar. Se desarrolla en tres libros, el recho consuetudinario contra legem. Cuando el Real Decreto de 2 de febrero de
primero de los cuales se refiere al Derecho civil de Bizkaia (arts. 5 a 130); el segun- 1880 ordenó que en cada una de las regiones Torales se redactara una Memoria
do, al Fuero civil de Álava (arts. 131 a 146), y el tercero, al llamado Fuero civil de sobre el Derecho foral, se incluyó expresamente a Galicia, y por otro Real Decre-
Gipuzkoa (arts. 147 a 188). El llamado «Fuero civil de Bizkaia»rigeen el Infanzo- to de 17 de abril de 1899, al ordenar la formación de las comisiones especiales que
nado o Tierra Llana. Con esta denominación se designa (art. 6) todo el Territorio debían redactar los proyectos de Apéndice, tal como ordenaba el artículo 6 de la
Histórico de Bizkaia, con excepción de la parte no aforada de las Villas que se se- Ley de Bases, se constituyó en Galicia esta comisión, la cual, tras varias vicisitu-
ñalaban expresamente (Bilbao, Orduña, etc.), disponiéndose que el territorio no des, dio cima a su obra y publicó en 1915 un «Proyecto de Apéndice al Código
aforado (en el querigela legislación civil general) estará integrado por el perímetro civil» que no llegó a ser aprobado. En la época de las Compilaciones, sin embargo,
actual del respectivo núcleo urbano originario y el suelo contiguo al mismo que se llevó a cabo y se aprobó por Ley de 2 de diciembre de 1963 una Compilación
esté calificado como «urbano», sin que la modificación posterior del planeamien- del Derecho civil especial de Galicia, que versaba sobre algunas instituciones par-
to urbanístico altere la extensión del territorio aforado (art. 8). Se permite, no obs- ticulares.
tante, de acuerdo con la llamada «Concordia de 1630», que los municipios en que La Compilación de 1963 dispuso que se aplicaría en el ámbito que comprendía
rige la legislación civil general puedan optar por la aplicación del Fuero civil, siem- la actual jurisdicción de la Audiencia Territorial de La Coruña, y admitió, además,
pre que exista acuerdo de la Corporación adoptado por mayoría simple, audiencia que las normas relativas a los foros y a la compañía familiar gallega pudieran apli-
de las Juntas Generales, aprobación por los vecinos por mayoría simple y aproba- carse en las provincias limítrofes de Oviedo, León y Zamora, siempre que se acre-
ción por ley del Parlamento Vasco. ditara la existencia y el uso en ellas de las referidas instituciones.
Por lo que se refiere al Derecho civil del territorio de Álava, se distingue el Fue- En el Estatuto de Autonomía de Galicia, aprobado por Ley Orgánica 1/1981,
ro de Ayala, que continúa conteniendo normas expresas sobre la Ubre disposición de 6 de abril, dentro del marco de las competencias exclusivas de la Comunidad
de bienes (art. 134-145), y que se aplica en el llamado Territorio de Ayala, formado Autónoma se establecen (art. 27.4) la conservación, modificación y desarrollo de
por los municipios de Ayala, Amurrio y Okondo, y en poblados de Mendieta, Re- las instituciones del Derecho civil gallego. Además, se dio competencia a la Comu-
tes de Tudela, Santa Coloma y Sojoguti, del municipio de Artziniega. Respecto de nidad Autónoma respecto del régimen jurídico de los montes vecinales en mano
otros, también nombrados, se establece la continuación de la vigencia del Derecho común, las aguas minerales y termales y las fundaciones de interés gallego; y, de
civil de Bizkaia. acuerdo con las bases y la ordenación de la actuación económica general y la po-
En los municipios de Llodio y Aramaio (art. 146) se establece la continuación lítica monetaria del Estado, se atribuye también competencia a la Comunidad Au-
de la vigencia del Derecho civil de Bizkaia. tónoma en materia de «defensa del consumidor y del usuario».
Ha de terminarse haciendo mención de la Ley 3/1999, que modifica la citada Tras la entrada en vigor del Estatuto, el Parlamento de Galicia aprobó la Ley
Ley 3/1992 en lo relativo al Fuero Civil de Gipuzkoa. Hay que señalar que repre- 4/1995, de 24 de mayo, denominada «Derecho civil de Galicia». Se trata de una ley
senta una especial novedad la regulación del Fuero Civil de Gipuzkoa, pues, como que amplia las materias propias del Derecho civil gallego. Contiene normas atinen-
ya hemos dicho anteriormente, en el momento de la promulgación del Código civil, tes el régimen económico familiar y al Derecho de sucesiones; y, además, algunas
se entendió que esta provincia estaba inmediatamente regida por el Derecho de materias en temas de contratos (arrendamientos rústicos, aparcerías y vitalicio) y
80 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 81

la compañía familiar gallega junto con una regulación de diferentes formas de co- consuetudinaria preexistente a la CE.». Por ello estima que la impugnada Ley
munidades y de servidumbres. 6/1986, de 15 de diciembre de la Generalidad Valenciana no es inconstitucional por
referirse al Derecho consuetudinario que subsistía en el territorio de la Comunidad
Autónoma Valenciana, ni porque otorgue ello un rango de ley autónoma (prefe-
VIII. LAS REFERENCIAS AL DERECHO CIVIL rente, por tanto, a la civil) a lo que antes se regía por costumbre (que está subordi-
EN DETERMINADOS ESTATUTOS DE AUTONOMÍA nada a la ley estatal) (S.T.C. 121/1992, de 28 de septiembre, Pleno).
2. En algunos Estatutos dé Autonomía se hacen referencias al Derecho con-
La descripción del Derecho foral concluía tradicionalmente con una referencia suetudinario que, aunque no se califica especialmente como civil, no cabe duda de
al llamado Fuero del Baylío. Es ésta una norma con vigencia en algunas localida- que puede comprenderlo. Ocurre así en el Estatuto de Autonomía de Asturias (art.
des de la provincia de Badajoz (Alburquerque, Jerez de los Caballeros) y, según 16), donde se dice que «el Principado de Asturias impulsará la conservación y la
algún sector de la doctrina, también en Ceuta. Se duda si es de origen consuetudi- compilación del Derecho consuetudinario asturiano»; en el Estatuto de Autonomía
nario o si fue otorgado por alguna disposición del Baylío de la Orden del Temple, de la Región de Murcia, donde se dice (art. 8) que la Comunidad Autónoma pres-
a que parece deber su nombre. En todo caso su existencia y vigencia están recono- tará especial atención al Derecho consuetudinario de la región; y en el Estatuto de
cidas por una pragmática de Carlos III de 1778 recogida en la Novísima Recopi- Autonomía de Extremadura, donde se dice (art. 12) que «corresponderá a la Co-
lación. Contiene en materia de Derecho privado una única institución que es la munidad Autónoma la defensa y protección de las peculiaridades de su Derecho
comunidad universal de bienes en el matrimonio. Con arreglo a ella, los bienes que consuetudinario». Es claro que las referidas disposiciones para nada se refieren a
los casados aportan al matrimonio y los que después adquieren por cualquier títu- un Derecho civil especial o foral, inexistente en esas Comunidades desde siempre,
lo, se comunican y someten a partición como gananciales. y no parece que la doctrina del Tribunal Constitucional anteriormente recogida
El Estatuto de Autonomía de Extremadura, de 28 de enero de 2011, dice que lleve a una solución contraria.
esa Comunidad Autónoma tiene competencia exclusiva para la «conservación, de-
fensa y protección del Fuero de Baylio e instituciones de derecho consuetudinario»
(art. 9.4). IX. EL DERECHO INTERREGIONAL
El panorama descrito a partir de la Constitución de 1978 ha resultado, sin em-
bargo, complicado por las menciones que al Derecho civil hacen algunos Estatutos De manera análoga a lo que ocurre con el Derecho internacional privado, pue-
de Autonomía. den darse conflictos interregiónáles.
Entre otras, pueden destacarse las siguientes: En efecto, la pluralidad de sistemas jurídicos estatales origina que una relación
1. En el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana, el artículo o situación jurídica tenga elementos que la conecten a diversas legislaciones aptas
49.2.a establece que la Generalidad valenciana tiene competencia exclusiva sobre para regularla. También ocurre que cuando coexisten en el territorio nacional es-
«conservación, modificación y desarrollo del Derecho civil valenciano» (Ley Or- pañol diversas legislaciones civiles, la regulación de la relación o situación creada
gánica 1/2006, de 10 de abril, de reforma de la Ley Orgánica 5/1982, de 1 de julio). presenta la misma problemática anteriormente descrita. Y todo ello porque el hom-
Se trata de una norma de constitucionalidad más que dudosa, porque el ar- bre nunca vive exclusivamente dentro de sus fronteras nacionales como tampoco
tículo 149.1.8.a de la Constitución, como en su momento vimos, permite la conser- en la provincia o territorio aforado. Se relaciona con otros hombres de diversas
vación, modificación y desarrollo del Derecho foral allí donde existiera y era ab- nacionalidades o de otras provincias o territorios, o con cosas sitas en otro lugar
solutamente imposible hablar de la preexistencia en el momento de promulgarse la distinto de su nación o provincia.
Constitución de un Derecho civil valenciano. El problema fue abordado por el No es éste el momento de entrar en la polémica doctrinal sobre la naturaleza
Tribunal Constitucional, al plantearse la constitucionalidad de la Ley de Arrenda- de los conflictos de leyes aplicables a una relación o situación jurídica cuando
mientos Históricos Valencianos de la Generalidad Valenciana, en uso de las com- aquéllas rigen en un mismo territorio nacional y no entre leyes de distintos Es-
petencias exclusivas estatutarias sobre Derecho civil valenciano. El Tribunal afirma tados. Hay que reconocer previamente en toda su profundidad el Derecho inter-
que la competencia autonómica sobre Derecho civil alcanza no sólo a los que ha- nacional privado. En cambio, sí tenemos que resaltar que el nuevo Título Preli-
bían sido objeto de compilación al tiempo de la entrada en vigor de la Constitu- minar del Código civil se ha ocupado de los conflictos de leyes interregionales en
ción, «sino también a normas civiles de ámbito regional o local y de formación el artículo 16.
82 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS CIVILES ESPECIALES O FORALES 83

En su apartado 1.° sienta un criterio general: aplicación de las normas del De- El Tribunal Constitucional ha declarado que las normas para resolver conflic-
recho internacional privado para resolverlos (Capítulo IV del Título Preliminar). tos de leyes, tanto constituyan materia de Derecho Internacional Privado como
Pero esa aplicación, dice el precepto legal, ha de hacerse con las siguientes matiza- Interregional, son de competencia exclusiva del Estado, lo mismo que la vecindad
ciones: civil, que es el punto de conexión que sirve para determinar el estatuto personal.
1 .a La ley personal (de los sujetos en la relación o situación jurídica) será de- Las Comunidades Autónomas no pueden establecer regímenes peculiares para la
terminada por su vecindad civil, que es la que determina, a su vez, la sujeción al resolución de conflictos de leyes, ya por la vía de articular puntos de conexión dis-
Derecho civil común o al especial o foral (art. 14.1). tintos a los dispuestos en la legislación estatal, ya, en otras hipótesis, por medio de
2.a No aplicación de la norma de calificación del número 1.° del artículo 12, la redefinición, alteración o manipulación de tales puntos de conexión (S. 156/1993,
que ordena que «la calificación para determinar la norma de conflicto se hará de 26 de mayo).
siempre con arreglo a la ley española».
Explica CARRILLO SALCEDO que si una norma de conflicto, como el aparta- BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
do 8.° del artículo 9.° del Título Preliminar, establece que la sucesión serigepor la
ley nacional del causante, para calificar si en un determinado supuesto hay sucesión
y el término nacionalidad se utilizará la ley española, porque es necesario en el ACTUALIZACIÓN DEL DERECHO CIVIL (I Congreso de Derecho civil vasco), A.D.C.,
proceso de aplicación de aquella norma de conflicto definir los términos utilizados. 1983, p. 473; ARCE JANÁRIZ: Constitución y Derechos civiles forales, Madrid, 1987; BER-
COVITZ: Las competencias de las Comunidades Autónomas en materia de Derecho civil, Pri-
Así pues, no hay norma específica de calificación en los conflictos interregio- mer Congreso de Derecho Vasco, Oñate, 1983; CONGRESO DE JURISCONSULTOS SOBRE LOS
DERECHOS CIVILES TERRITORIALES EN LA CONSTITUCIÓN, A.D.C, 1982, p. 375; DE CAS-
nales porque todas las legislaciones civiles de España son españolas, no extranjeras. TRO: El término Derecho común en el Código de comercio, A.D.C, 1969, p. 839; DELGADO
3.a No aplicación de la norma de remisión del apartado 2.° del artículo 12. ECHEVARRÍA: LOS Derechos civiles forales en la Constitución, R.J.C, 1979, p. 643; DÍEZ DEL
Tal norma preceptúa que el envío que la ley española haga a una extranjera se en- CORRAL: El Derecho foral como supletorio del Derecho mercantil, A.D.C, 1969, p. 692; DU-
RAN RlVACOBA: Derecho Interregional, 1996; ELIZALDE Y AYMERICH: Prelación de normas
tiende a su ley material, sin tener en cuenta el que la ley extranjera reenvíe a otra civiles en el sistema de fuentes de las Comunidades Autónomas, en el libro «La Constitución
distinta salvo en el caso de que sea la española. española y las fuentes del Derecho», Instituto de Estudios Fiscales, vol. II, p. 726; ELIZAL-
4.a No aplicación del apartado 3.° del artículo 12, que impide la aplicación de DE: El Derecho Civil en los Estatutos de Autonomía, A.D.C., 37,2,1984, p. 389; FERNÁNDEZ
la norma extranjera cuando sea contraria al orden público. DE VILLAVICENCIO: La materia civil desde elpunto de vista competencia!, R.J.C, 1983, p. 181;
GARCÍA AMIGO: La competencia legislativa civil según la Constitución, R.D.P, 1983, p. 435;
Creemos que el Derecho civil foral no es equivalente a derecho extranjero, cuya LASARTE: Autonomías y Derecho privado en la Constitución española, Madrid, 1980; LÓPEZ
prueba corresponde al que lo alega (arts. 217 y 281.2 L.E.C.). JACOISTE: El Derecho foral como Derecho agrario, en Estudios Serrano, Valladolid, I, p. 843;
MORENO QUESADA, R: Competencia en materia civil de las Comunidades Autónomas, 1988;
Si en la Exposición de Motivos del Decreto de 1974, que aprobó el texto refun- ROCA I TRIAS, E.: El antiguo artículo 12 del Código civil y la historia del derecho supletorio,
dido del Título Preliminar, se justifica la exclusión de las normas relativas al reen- en el Libro del Centenario del Código civil, t. 2, Madrid, 1990; SALVADOR CODERCH: La
vío, calificación y orden público por la distinta naturaleza de los conflictos de leyes disposición final tercera de la Compilación catalana y la técnica de las remisiones estáticas,
en un mismo Estado frente a los que se originan entre leyes de diferentes Estados, A.D.C, 37,4,1984, p. 975; SÁNCHEZ GONZÁLEZ: Competencias de los Parlamentos autóno-
es lógico que esa misma ratio obligue a seguir el principio iiira novit curia. El juez mos en la elaboración del Derecho civil, A.D.C, 39,4,1986, p. 1121; VALLET DE GOYTISOLO:
español no puede ignorar ninguna norma española. Plenitud y equilibrio de recepción sensorial en las antiguas fuentes del Derecho foral, A.D.C,
1970, p. 459; YZQUIERDO TOLSADA: El Fuero del Baylio, vigente pero no viable, Actualidad
Por último, el artículo 16 contiene en su apartado 2.° unas reglas relativas a Civil, 1991, p. 239; Los nuevos Estatutos de Autonomía y legiferación civil, Derecho Privado
y Constitución, 2007, n.° 21, p. 331.
Aragón y para una institución específica (el derecho de viudedad), cuyo examen
Además, los n.os 1.° y 2.° de la Revista de Derecho Privado y Constitución (años 1993 y
no es propio de este lugar. 1994).
La regulación de los conflictos de leyes interregionales que ha hecho el Código
civil ha sido criticada por la doctrina, sobre todo por insuficiente. Se reclama una
ley concreta y especial en la materia. La Ley 11/1990, de 15 de octubre, sobre re-
forma del Código civil en aplicación del principio de no discriminación del sexo,
ha aprovechado la ocasión para regular sólo en el nuevo apartado 3 del artículo 16
los efectos del matrimonio entre españoles.
II
FUENTES DEL DERECHO.
INTERPRETACIÓN, APLICACIÓN
Y EFECTOS DE LAS NORMAS
JURÍDICAS
4. EL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO
CIVIL. FUENTES DEL DERECHO.
LA LEY

I. EL SIGNIFICADO Y ALCANCE DEL TÍTULO PRELIMINAR


DEL CÓDIGO CIVIL

Nuestro Código civil, en su primitiva redacción, se abría con un Título Preli-


minar (arts. 1 a 16), en el que, bajo la rúbrica «De los efectos de las leyes, de los
estatutos y de las reglas generales para su aplicación». Al operar de este modo, se
seguía la pauta establecida por el Código civil francés, que en 1804 iba precedido
también de un Título Preliminar de cinco artículos que versan sobre la publicación,
los efectos y la aplicación de las leyes en general.
El mismo criterio había sido seguido entre nosotros por el Proyecto de 1851.
Históricamente, se explica si no se olvida que el Derecho civil (y el Código civil)
continuaba siendo el Derecho común y, por ello, el sector del ordenamiento en que
se contenían normas aplicables a todo él. Por la misma razón se pudo decir que el
Código civil fue él primer cuerpo legal, aunque nunca se explicó la justificación y
el alcance de esta primacía. Ello no obstante, en las postrimerías del régimen au-
toritario del general Franco era frecuente entender que las normas del Título Pre-
liminar contenían mandatos de valor al menos cuasiconstitucional. En 1973 y en
1974 se consideró conveniente modificar el susodicho Título. Aunque no se cono-
cen suficientemente las razones de esta modificación, todo parece indicar que no
había en ella ningún designio político especial, de manera que se trató más bien de
cumplir un objetivo, que puede llamarse de elegantia iuris o, si se prefiere, pedagó-
gico o didáctico.
También es difícil de explicar en estrictos términos de Derecho positivo. Las
normas contenidas en él no constituyen mandatos dirigidos al legislador, que éste
tenga que obedecer necesariamente. Como contenidas en una ley (que no es otro
el rango del Código), puede el legislador alterarlas, modificarlas o derogarlas. Se
trata, más bien, de normas dirigidas a los intérpretes y aplicadores; que éstos tienen
que observar en la interpretación y aplicación de las leyes vigentes.

[87]
88 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL. FUENTES DEL DERECHO... 89

El problema se complicó al haberse puesto en vigor —en 1978— la Constitu- cer—, que en última instancia es un poder de naturaleza política. La discusión so-
ción. Ésta, como todas las que han aparecido tras la posguerra de 1945, no es sólo bre la enumeración y la jerarquía de las fuentes del Derecho ha sido siempre un
la organización de las bases de la actuación del poder legislativo, sino que se crea problema de tensiones de diferentes grupos para alcanzar el poder. Así, por ejem-
plo, durante la Edad Media, la lucha entre la ley y la costumbre es una lucha entre
con la pretensión de ser un corpus iuris con eficacia normativa inmediata. Por ello el poder real, encarnado en la ley, y el poder de los señores feudales y de las ciuda-
es claro que al Título Preliminar del Código civil no se le puede asignar ningún des, encarnado en sus costumbres. Del mismo modo, a partir de la Revolución fran-
valor cuasiconstitucional del que carece. Son normas legales subordinadas a la cesa la lucha entre la ley y las costumbres representa la lucha entre el espíritu de
renovación del Estado revolucionario de la burguesía liberal (la ley) y el manteni-
Constitución y sin eficacia de vinculación para el poder legislativo. Por eso hay que miento de las tradiciones defendidas por las fuerzas conservadoras (la costumbre).
concluir que el actual Título Preliminar sigue cumpliendo la limitada función de Es, además, un problema sociológico porque, eri el fondo y en la realidad, de
recoger una serie de reglas y criterios que han de tener en cuenta los intérpretes y lo que se trata es de luchas entre grupos sociales (grupos industriales o capitalistas,
los operadores jurídicos en la aplicación de las normas. jueces y juristas, sindicatos y corporaciones profesionales, etc.) por la hegemonía
social. Esto es algo que en la realidad se comprueba fácilmente. Pensemos en las
condiciones generales de los contratos, que regulan la contratación de las grandes
empresas o de un conjunto de ellas que poseen una situación de hegemonía en el
II. SIGNIFICADO DE LA EXPRESIÓN «FUENTES DEL DERECHO» mercado de un determinado producto o de un determinado servicio (Bancos,
p. ej.). Son redactadas por estas poderosas fuerzas económicas con la pretensión
no sólo de imponerse por las vías de hecho (el que contrata con ellas generalmen-
Cuando la palabra «fuente» se utiliza en el lenguaje jurídico, se hace en un sen- te es persona de capacidad económica muy limitada frente al poder económico
tido metafórico, pues por «fuente», en el lenguaje usual, se entiende el lugar por que representan, y por eso Se encuentran en situación de pleitear con aquél hasta
donde mana o sale el agua, lo que es un hecho completamente natural. Pero en un extremos que no pueda o quiera soportar), sino también por las vías de Derecho.
sentido traslaticio designa aquello que es cabal fundamento o principio de algo, lo Se hacen, además, con caracteres análogos a los de una disposición legal (abstrac-
ción y generalización). En su defensa se ha esgrimido que son Derecho objetivo, y
mismo que la fuente natural es el punto de surgimiento del agua. que regulan de modo uniforme determinadas relaciones jurídicas desplazando a
También hay otro significado usual de «fuente», equivalente al lugar al que se va las normas emanadas de los poderes del Estado cuando son simplemente disposi-
a buscar el agua, incluso a beber. Se dice «beber en buenas fuentes» incluso en la li- tivas, o bien creando nuevas normas cuando la materia esté huérfana de las ante-
teratura jurídica. Este significado del que hablamos es utilizado en la labor histórica riores. Otro tanto ocurre con los convenios colectivos de trabajo, que tienden a ser
la normativa de la relación laboral en todos sus aspectos incluso los sociales (al
para designar los materiales en los que se encuentra la necesaria información. Para trabajador se le concede ayuda para su formación, estudios de sus hijos, pensiones
los historiadores, las fuentes son documentos, testimonios o monumentos. Dentro de retiro, etc.), procurando desplazar la actividad del Estado. En el mundo regido
del campo de la información cabe decir algo muy semejante. Las fuentes de una no- por una economía de mercado, esas grandes fuerzas sociales y económicas (aso-
ticia periodística, por ejemplo, son los puntos donde se ha confirmado. En suma, ciaciones empresariales y sindicatos de trabajadores) aspiran indudablemente a
una hegemonía cada vez más creciente.
entendidas en esta línea, las «fuentes» son fuentes de conocimiento.
JERÓNIMO LÓPEZ y GONZÁLEZ ENRÍQUEZ han destacado desde otro punto
En la órbita jurídica, la expresión «fuentes del Derecho» significa cuáles son de vista que el vacío que en cierto modo provoca una ley inadecuada (por oscuri-
las directas e inmediatamente creadoras. En modo alguno se refiere, en el artículo 1, dad o dudoso sentido, por su falta de adecuación a las circunstancias en que se ha
al problema del origen del nacimiento del Derecho. de aplicar, etc.), tiende a ser llenado por las fuerzas sociales más ágiles y dinámicas,
lo mismo que por la Administración, que se introduce así en órbitas que no le co-
La citada expresión «fuentes del Derecho» también puede entenderse como los rresponden mediante su potestad reglamentaria.
medios de expresión a través de los cuales las normas se manifiestan al exterior En nuestro Derecho positivo la enumeración de las fuentes del Derecho se en-
(mediante una ley o mediante una costumbre). cuentra contenida en el artículo 1.° del Título Preliminar, que examinaremos a
continuación, lo mismo que la repercusión en él de la Constitución de 1978.

III. EL PROBLEMA DE LA DETERMINACIÓN


DE LAS FUENTES DEL DERECHO IV. EL ARTÍCULO 1.° DEL TÍTULO PRELIMINAR
DEL CÓDIGO CIVIL Y LA CONSTITUCIÓN DE 1978
Es, ante todo, un problema eminentemente político por una parte y, por otra,
una cuestión de índole sociológica. La enumeración y el establecimiento de la jerar-
quía de las fuentes es, ante todo, un problema político porque entraña el especial El artículo 1.° del Título Preliminar del Código civil dice que «las fuentes del
reconocimiento de un ámbito de poder —poder mandar y poder hacerse obede- ordenamiento jurídico» son la ley, la costumbre y los principios generales del De-
90 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL. FUENTES DEL DERECHO... 91

recho. La expresión «fuentes del ordenamiento jurídico» no se utiliza más que De un principio de legalidad se suele hablar sólo en algunos sectores del orde-
como referencia al bloque normativo como un conjunto, pero también, probable- namiento: en aquellos en que sólo la ley es fuente del Derecho y no hay más normas
mente, considerando ese bloque o conjunto como un todo cuyas partes se encuen- que las normas legales. Así, cuando se habla del principio de legalidad en el Dere-
tran, o deben encontrarse, en armónica coherencia o estructura entre sí1. cho penal, recogiendo la doctrina de la necesaria tipificación de los delitos y de las
El artículo 1.° hace una enumeración de las fuentes del Derecho pero también penas para castigarlos; en el Derecho financiero o tributario, cuando se indica que
una jerarquización u orden de prioridad de las mismas, si bien esta afirmación debe no hay más tributos ni cargas tributarias que los establecidos por ley; o en el De-
entenderse en un sentido relativo, pues, aunque los principios generales del Dere- recho administrativo (principio de legalidad de la Administración), que significa
cho se aplican en defecto de ley y de costumbre, también se les reconoce un carác- la necesidad de que la Administración realice sus actos de conformidad con la ley
ter informador de todo el ordenamiento jurídico. o la presunción de que actúa de este modo.
El artículo 1.° aplica a la ley, costumbres y principios generales el calificativo de Pero de un principio de legalidad resulta muy difícil hablar con referencia a lo
fuentes del ordenamiento jurídico español. Sin embargo, puede detectarse que ese que el artículo 9.° de la Constitución, en su apartado 1, ha denominado el ordena-
calificativo, referido al sector del ordenamiento jurídico español denominado civil, miento jurídico. No parece que la idea de un principio de legalidad pueda enten-
es verdadero, pero que no lo es referido a otros sectores del mismo ordenamiento, derse como una exclusión de las fuentes del Derecho diferentes de la ley o como la
pues hay algunos que están dominados por un estricto sentido de legalidad (p. ej., el consideración de la ley como única fuente del Derecho. Esta conclusión resulta,
ordenamiento penal, donde no cabe en consecuencia la costumbre ni los principios por otra parte, corroborada por algún texto constitucional al que más adelante nos
generales del Derecho en su función de norma subsidiaria, o como ocurre en el or- referimos (art. 103.1).
denamiento jurídico tributario). Incluso, como es sabido, es muy discutible la fuerza El principio de legalidad podría considerarse como sinónimo de «supremacía
de las normas consuetudinarias en el Derecho administrativo y procesal. de la ley» o, lo que es lo mismo, de subordinación a la ley de todas las demás fuen-
En 1974 (Decreto 1.836/1974, de 31 de mayo, que aprueba con fuerza de Ley el tes del Derecho. Esta supremacía de la ley, respecto del Derecho general del Estado,
texto articulado del Título Preliminar), el artículo 1.° destacaba la primacía de la no parece haber inconveniente en admitirla, ni tampoco en la relación de la ley con
ley como correspondía a un Estado centralista que aspiraba al monopolio de crea- la costumbre, pero la cuestión se torna más dudosa si la ley se pone en relación con
ción de la norma jurídica. La Constitución de 1978 ha variado sustancialmente ese los principios generales del Derecho. No es éste el momento de examinar esta cues-
planteamiento. Ya no es el Estado quien tiene ese monopolio, sino que ha pasado tión con mayor detenimiento, pero creemos ya desde ahora que puede anticiparse
en gran medida a las diferentes Comunidades Autónomas en que se ha estructura- una respuesta negativa en aquellos sectores del ordenamiento (v. gr., Derecho pri-
do. Sin embargo, sigue siendo de su competencia exclusiva, a tenor del número 8.° vado) en que la legalidad no lo es todo. No tendría sentido en campos donde rige
del apartado 1 del artículo 149 de la Constitución, «la determinación de las fuen- el principio de la autonomía de la voluntad.
tes del Derecho, con respeto, en este último caso, a las normas de Derecho foral o Por ello, la idea del «principio de legalidad» que la Constitución garantiza ha
especial». En el Derecho vigente en estos momentos, se lleva a cabo a través del ar- de ser matizada. Existirá un principio de legalidad en aquellos sectores del orde-
tículo 1.° del Título Preliminar mientras otra cosa no se establezca, es decir, que no namiento que, según la naturaleza de las cosas, reclaman tal principio de legali-
ha sido derogado por la Constitución. dad, pero no respecto del ordenamiento globalmente considerado o en su tota-
El comienzo de apartado 3 del artículo 9.° de la Constitución contiene una ex- lidad.
presión un tanto ambigua cuando dice que la misma garantiza «el principio de En cualquier caso, hay que destacar que el juego del principio de legalidad des-
legalidad», por lo que parecen contradictorias con tal garantía las afirmaciones truye cualquier tentación de Derecho libre o búsqueda del Derecho por el juez,
acabadas de hacer. El «principio de legalidad» no se define, es como si se diera por prescindiendo de lo normado.
supuesto que se conoce su significado. Sin embargo, no es así.

V. EL SENTIDO FUNCIONAL DE LA ENUMERACIÓN


1
Ninguna tesis específica sobre el significado del término fue considerada por la Comi- DE LAS FUENTES DEL ARTÍCULO 1.° DEL CÓDIGO CIVIL
sión General de Codificación durante las sesiones que dedicó a la reforma del Título Preli-
minar, según autorizadas palabras de su presidente (A. HERNÁNDEZ GIL: El ordenamiento
jurídico y la idea de la justicia, Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, Madrid, La cuestión de las fuentes del Derecho puede concebirse como un problema de
1980, p. 35). teoría general del Derecho o, según hemos visto, como un problema político-cons-
92 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL. FUENTES DEL DERECHO... 93

titucional. Por ello, es legítima la pregunta por el sentido normativo del artículo 1.° concebir la palabra «ley» ha de ampliarse, ya que las Comunidades Autónomas
del Código civil. dentro del Estado poseen facultad de dictar normas dentro de sus competencias.
A nuestro juicio, como todo el Título Preliminar, el citado precepto va dirigido 5.° Por último, con la palabra «ley» se alude a un determinado tipo de norma
primordialmente a los operadores jurídicos y, en especial, a los órganos jurisdic- que ocupa, dentro del conjunto de disposiciones emanadas del Estado o de las Co-
cionales del Estado. Por eso, su sentido normativo debe encontrarse en el aparta- munidades Autónomas, un lugar primordial o preponderante por la solemnidad
do 7, donde se ordena que los jueces y Tribunales fallen o resuelvan los litigios de su confección y por el órgano del que emana. Las leyes son normas emanadas
ateniéndose al sistema de fuentes establecido. Si los jueces o Tribunales infringieran del Parlamento o poder legislativo. En este sentido se contrapone «ley» a reglamen-
ese dictado, por resolver sin atenerse al sistema de fuentes, quedaría violado el de- to, decreto, orden ministerial o resoluciones de un órgano de un Ministerio.
recho fundamental de las personas establecido en el artículo 24 de la Constitución, Al llegar aquí no tenemos más remedio que remitirnos en bloque al Derecho
que, según lo ha entendido la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, es un constitucional y administrativo, pues los problemas del reparto de la potestas nor-
derecho fundamental a obtener una resolución judicial que se encuentre jurídica- mandi, por una parte, entre el Estado y las Comunidades Autónomas, y por otra
mente motivada. Por ello, un fallo que vulnere el sistema de fuentes establecido, es la distinta naturaleza que tiene aquella potestas según los poderes y órganos a los
un fallo arbitrario y no se encuentra jurídicamente motivado (S. de 22 de febrero que se atribuye, exigen una exposición de la Constitución que no es propia de esta
de 1988). disciplina.
El sentido normativo del artículo 1.° ha de encontrarse también en la proscrip-
ción de las posibles y eventuales normas o fuentes de normas que en el precepto
no aparecen mencionadas. No es admisible, en nuestro ordenamiento, un sistema A) REQUISITOS DE LAS LEYES Y DEMÁS DISPOSICIONES
de libre creación judicial del Derecho. Tampoco son admisibles otras posibles fuen- EN CUANTO NORMAS JURÍDICAS
tes a las que más adelante aludiremos. El deber inexcusable de los Jueces y Tribu-
nales de resolver ateniéndose al sistema de fuentes impide que el fundamento de la Para que las leyes y demás disposiciones jurídicas puedan ser consideradas
decisión se encuentre en fuentes no reconocidas. como verdaderas normas, es preciso que concurran unos requisitos de interna le-
gitimidad y unos requisitos externos de solemnidad.
La legitimidad interna viene dada desde el punto de vista formal por la obser-
VI. LA LEY vancia de los preceptos constitucionales o de otras leyes en cuanto conceden la
potestas normandi al poder, órgano o autoridad que las emiten, así como la con-
La palabra «ley» no posee un significado unívoco. Tanto en el lenguaje usual formidad de su contenido con los principios establecidos en normas de carácter
como en el jurídico admite una pluralidad. superior.
1.° Se habla de «ley» como regla a la que se ajustan los fenómenos naturales Desde el punto de vista externo, es necesario lo que se ha llamado la solemni-
y también humanos. Así, por ejemplo, se habla de las leyes del mundo físico (p. ej., dad de la confección de la norma, que significa que se debe haber seguido en el iter
la ley de gravedad), de las leyes de la economía, de las leyes morales, etc. de su elaboración los trámites o procedimientos señalados al efecto para la misma.
2.° En segundo lugar, la palabra «ley» se utiliza para designar las normas es- Las leyes han de ser sancionadas, promulgadas y publicadas. Respecto de las
pecíficamente jurídicas, comprendiendo dentro de ellas tanto las de origen positivo leyes aprobadas por las Cortes Generales, el artículo 91 de la Constitución reserva
como las normas jurídicas extrapositivas (v. gr,, se habla de la «ley natural»). la sanción, promulgación y la orden de su inmediata publicación al Rey. Señala
3.° En tercer lugar, con la palabra «ley» se designa frecuentemente toda nor- Ignacio DE OTTO que la sanción, cuando la potestad de hacer las leyes era com-
ma jurídica de Derecho positivo. En tal sentido, la palabra ley comprende todas partida entre el Rey y las Cortes (art. 15 de la Const. de 1812), implicaba que el
las normas del ordenamiento jurídico y por consiguiente también las consuetudi- Rey podía denegar su consentimiento a una ley aprobada por las Cortes y, cuando
narias. el Rey tenía la potestad de veto, la ley quedaba formada si el Rey no lo oponía. En
4.° En un sentido más preciso yriguroso,la palabra «ley» se ha utilizado para nuestro Derecho, la sanción es un acto debido («sancionará»), y no es manifesta-
designar las normas jurídicas nacidas de la potestas normandi del Estado, es decir, ción de potestad alguna, ni siquiera de una potestad vacía de contenido; es un sim-
las normas de origen estatal decretadas por la organización política constituida en ple tributo a la historia y al valor simbólico de la Monarquía. Por lo que respecta
forma de Estado. Sin embargo, a la vista de la Constitución de 1978, este modo de a la promulgación, dice el citado autor, no es más que el acto por el que el Rey hace
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constar que las Cortes han aprobado la Ley, lo que conlleva un control mínimo y bunal Constitucional, mientras que un reglamento que conculque una ley abrirá
puramente externo de que se ha producido el acto de aprobación. Por último, la la vía de la jurisdicción contencioso-administrativa. De nuevo nos volvemos a en-
publicación: el Rey cumple el mandato constitucional ordenando que se haga pú- contrar aquí con la necesidad de una remisión a las especialidades del Derecho
blica la ley2. constitucional y administrativo.
La Constitución no se refiere a las leyes de las Comunidades Autónomas, por
lo que habrá que estar a lo que dispongan los Estatutos de Autonomía.
Requisito esencial de toda norma jurídica es su publicación, garantizada por C) LOS LÍMITES TEMPORALES DE LAS NORMAS JURÍDICAS
la Constitución (art. 9.°3). Con arreglo al artículo 2.°1 del Título Preliminar, la
publicación ha de hacerse necesaria e íntegramente en el Boletín Oficial del Estado Como todo fenómeno humano, las normas jurídicas en general vienen dentro
para su vigencia, lo que debe ser entendido después de la Constitución de 1978 y de unos límites temporales y, por consiguiente, dentro del tiempo que media entre
de la subsiguiente promulgación de los Estatutos de Autonomía de las Comunida- el momento de su aparición y el momento de su desaparición o extinción.
des Autónomas, como referido a las normas jurídicas estatales. Para las proceden- El Título Preliminar del Código civil contiene la normativa sobre la cuestión
tes de dichas Comunidades habrá de estarse ante todo a sus Estatutos3. que analizaremos a continuación, advirtiendo que lo que afecta a la procedente de
las Comunidades Autónomas regirán ante todo los preceptos sobre la cuestión
contenidos en sus Estatutos de Autonomía.
B) LA JERARQUÍA NORMATIVA Y SUS CONSECUENCIAS JURÍDICAS
a) La entrada en vigor de las leyes.—El nuevo Título Preliminar del Código
La existencia de las múltiples normas obliga necesariamente al establecimiento civil determina en el artículo 2.°1 que «las leyes entrarán en vigor a los veinte días
de una prelación entre las mismas a efectos de su eficacia y aplicación, tanto más de su completa publicación en el Boletín Oficial del Estado, si en ellas no se dispo-
cuanto que la Constitución de 1978 en el artículo 9.°3 garantiza los principios de ne otra cosa». Instaura, pues, un sistema de vacatio meramente subsidiario, pues
legalidad y de jerarquía normativa. la propia ley puede mandar que se aplique inmediatamente o que el plazo de vaca-
El principio de jerarquía normativa se cumple en el artículo l.°l al enumerar tio sea mayor o menor.
las fuentes del Derecho. La jurisprudencia ha interpretado en una línea continua La disposición es aplicable a toda clase de normas jurídicas (ley, decreto, órde-
y uniforme que la ley ha de considerarse aquí como sinónimo de normas jurídicas nes ministeriales, etc.), según tradicional interpretación de la jurisprudencia (S. de
estatales en general (decretos, órdenes ministeriales, etc.). 19 de diciembre de 1958, entre otras).
La Constitución de 1978 cambió el panorama. Por una parte, la propia Cons- El artículo 2.°1 señala implícitamente que la norma es aplicable desde el mo-
titución es la norma suprema del ordenamiento jurídico. Por otra, estructura un mento de su entrada en vigor, cualquiera que sea el ámbito en que deba producir-
reparto de competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas para hacer se. Así, tanto a los españoles en España como en el extranjero.
viable jurídicamente el Estado de las Autonomías que configura. Por último, hay Hay que observar también que el artículo 2.°1 establece una norma de entrada
que tener en cuenta la diversidad de normas (leyes orgánicas, ordinarias, decretos- en vigor de las disposiciones legales sin distinción de si son imperativas, prohibiti-
leyes, etc.) que se derivan de ella. vas o permisivas.
Las consecuencias jurídicas de la jerarquía normativa se recogen en el artículo
1 .°2 del nuevo Título Preliminar, a cuyo tenor «carecerán de validez las disposicio- b) El término de vigencia de las normas jurídicas.—Las normas jurídicas de-
nes que contradigan otras de rango superior». Esta carencia de validez es una pura jan de tener vigencia cuando desaparecen como tales normas. Las normas jurí-
enunciación de un principio, que habrá que integrar con las consecuencias que para dicas de carácter legal cesan por mandato del propio legislador (derogación). El
cada caso establezca el propio ordenamiento jurídico. Así, por ejemplo, una ley artículo 2.°2 de nuestro Código civil dice que «las leyes sólo se derogan por otras
que viole algún principio constitucional será declarada inconstitucional por el Tri- posteriores» y que «la derogación tendrá el alcance que expresamente SQ dispon-
ga y se extenderá siempre a todo aquello que en la ley nueva, sobre la misma ma-
2
Derecho Constitucional (Sistema de Fuentes), Barcelona, 1987, pp. 109 ss. teria, sea incompatible con la anterior». El precepto concluye diciendo que «por
3 la simple derogación de una ley no recobran vigencia las que ésta hubiere dero-
Vid. sentencias del Tribunal Constitucional 179/1989, de 2 de noviembre, recurso de
inconstitucionalidad, y 56/1990 de 29 de marzo, recurso de inconstitucionalidad. gado».
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Caben las siguientes formas o modalidades de derogación de una ley anterior: actúan como lo que se ha llamado «un legislador negativo», pues, al declarar la in-
1.° El legislador manifiesta expresamente su voluntad derogatoria y determina constitucionalidad de una ley, la expulsa del ordenamiento jurídico. También actúa
concretamente el objeto de la derogación (p. ej., queda derogada la Ley de 17 de oc- como «legislador negativo» cuando dicta sentencias interpretativas, en la medida en
tubre de 1935). Existe entonces una derogación expresa que no plantea problemas. que el Tribunal constitucional señala entre las posibles variantes en la interpretación
2.° El legislador manifiesta expresamente su voluntad derogatoria, pero no de una norma cuál es conforme a la Constitución, excluyendo, como contrarias a
determina de una manera concreta cuáles sean las disposiciones derogadas, sino la misma, otras interpretaciones distintas.
que se limita a referirse a ellas con una fórmula amplia (p. ej., «quedan derogadas
cuantas leyes y disposiciones se opongan a la presente ley»). En este caso la dero-
gación continúa siendo expresa por cuanto que la voluntad derogatoria ha sido VIII. LA LEY INTERNA Y LOS TRATADOS INTERNACIONALES
expresamente manifiesta. Sin embargo, la indeterminación relativa de las disposi-
ciones que se entienden derogadas —las que se «opongan o sean incompatibles con Prescindiendo de la problemática que plantea el tratado internacional en sí
la presente ley»— plantea un delicado problema de interpretación que tendrá que mismo y de los mecanismos constitucionales para la prestación del consentimien-
ser en cada caso resuelto por el intérprete. to del Estado, materias propias del Derecho internacional y constitucional, en re-
3,° El legislador no ha manifestado de una manera expresa su voluntad dero- lación con su inserción en el sistema jurídico interno hay que destacar que el ar-
gatoria. Sin embargo, por su contenido, alcance y significación resulta que la ley tículo l.°5 del Título Preliminar le da fuerza directa de obligar en España siempre
nueva viene a sustituir a una disposición anterior. En este caso existe una deroga- que haya pasado a formar parte del ordenamiento jurídico mediante su publicación
ción tácita y se aplica la regla según la cual la ley posterior deroga a la anterior (lex en el Boletín Oficial del Estado.
posterior derogat anterior), y se plantea el mismo problema interpretativo anterior Fue doctrina del Tribunal Supremo (antigua Sala 4.a) que en nuestro ordena-
en cuanto al alcance de la derogación. miento jurídico los tratados objeto de ratificación legislativa tienen la categoría de
En los casos de los números 2.° y 3.°, y como consecuencia de la apreciación leyes internas, si bien con la preeminencia de que sólo pueden ser derogados en los
interpretativa, la conclusión podrá ser que la ley nueva produce una derogación casos y con las formalidades previstas en sus propios textos o en otras normas in-
total de la ley anterior o una derogación simplemente parcial, por virtud de la cual ternacionales equivalentes aceptadas como ley del país y subsidiariamente aplica-
queden derogadas sólo algunas normas o disposiciones o quede limitado el alcan- bles (Ss. de 17 de diciembre de 1968, 27 de febrero de 1970 y 17 de abril de 1971).
ce de la ley anterior en cuanto a su aplicación a determinados supuestos. Esta doctrina es la que ha venido a consagrar el artículo 96 de la Constitución
El término de vigencia de una norma legal puede resultar también, aun sin de- de 1978, que preceptúa: «Los tratados internacionales válidamente celebrados, una
rogación en sentido estricto, en los dos casos siguientes: vez publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento jurídico.
1.° Cuando la ley nació con un plazo predeterminado de vigencia y dicho pla- Sus disposiciones sólo podrán ser derogadas, modificadas o suspendidas en la for-
zo ha transcurrido. La expiración del término produce el fin de la vigencia de la ley. ma prevista en los propios tratados o de acuerdo con las normas generales del De-
2.° Cuando la ley se dictó en atención y en contemplación de una determina- recho internacional». Por otra parte, hay que tener en cuenta que el artículo 94
da situación que posteriormente ha desaparecido (p. ej., guerra, calamidad pública, requiere la previa autorización de las Cortes Generales para la prestación del con-
etc.). La desaparición de la situación que constituía la razón de ser de la ley hace sentimiento del Estado cuando los tratados o convenios supongan «modificación
que la ley pierda su eficacia (cessante ratione legis cessat lex ipsáf. o derogación de alguna ley o exijan medidas legislativas para su ejecución», con lo
que no se produce ninguna omisión en la competencia legislativa del Parlamento.
También se prevé en el artículo 93 de la Constitución el que una Ley Orgánica
VIL OTRAS FUENTES DEL DERECHO autorice la celebración de tratados «por los que se atribuya a una organización o ins-
titución internacional el ejercicio de competencias derivadas de la Constitución», lo
Importantes sectores doctrinales colocan hoy entre las fuentes del Derecho las que conlleva el ejercicio directo de estas competencias sin el intermedio del Estado5.
sentencias del Tribunal Constitucional dictadas en los recursos y cuestiones de ins-
titucionalidad. Tal afirmación puede hacerse en la medida en que tales sentencias
5
Sobre la constitucionalidad de las leyes internas en función de tratados internaciona-
4
les, véase la sentencia del Tribunal Constitucional 270/2015, de 17 de diciembre de 2015
Vid. DÍEZ-PlCAZO GIMÉNEZ, La derogación de las leyes, Madrid, 1991. (Pleno).
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BIBLIOGRAFÍA SUMARIA

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nal, 1988, p. 47; DÍEZ-PlCAZO PONCE DE LEÓN: La doctrina de las fuentes del Derecho,
A.D.C., 1984, p. 933; GALLEGO ANABITARTE: Ley y Reglamento en el Derecho público oc- 5. LOS CAMBIOS LEGISLATIVOS
cidental, Madrid, 1971; GARCÍA DE ENTERRÍA: Legislación delegada, potestad reglamentaria
y controljudicial, Madrid, 1970; La Constitución como norma jurídica, A.D.C., 1979, p. 291; Y LAS NORMAS DE TRANSICIÓN
GORDILLO CAÑAS: Ley, principios generales y Constitución. Apuntes para una relectura, des-
de la Constitución, de la teoría de las fuentes del Derecho, A.D.C., 1988 (2), p. 469; INSTITU-
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nes, Madrid, 1979; El Tribunal Constitucional, tres volúmenes, Madrid, 1981; PÉREZ-ROYO,
Las fuentes del Derecho, Madrid, 1984; NOVALDOS: Fuentes materiales como elementos inte- I. CONCEPTO Y SIGNIFICADO DEL DERECHO TRANSITORIO
gradores de la ley, R.D.R, 1978, p. 1056; VALLET DE GOYTISOLO: Las expresiones «fuentes
del Derecho» y «ordenamiento jurídico», A.D.C., 1981, p. 825. Todo cambio legislativo o, en general, la sustitución de una ley anterior por
otra posterior, plantea un difícil y delicado problema, consistente en decidir por
cuál de las dos legislaciones, la antigua o la nueva, han de regularse los actos rea-
lizados y las situaciones creadas o nacidas bajo el imperio de la antigua ley, cuyos
efectos todavía persisten al entrar en vigor la ley nueva. Es éste el problema que
tratan de resolver las llamadas normas de transición o normas de Derecho transi-
torio, que son normas de carácter formal, en cuanto que no regulan ellas mismas
de una manera directa la realidad, sino que son normas de colisión que tratan de
resolver los conflictos intertemporales. Son, por consiguiente, normas de remisión
a otras normas. Esto es, normas indicativas de las normas que deben ser aplicables.

A) RETROACTIVIDAD E IRRETROACnVIDAD DE LA LEY NUEVA

El problema del Derecho transitorio permite, en términos generales, dos res-


puestas posibles. La nueva ley se dice que es retroactiva cuando se aplica a los actos
jurídicos realizados bajo el imperio de la ley antigua y a las situaciones jurídicas
nacidas o hechos acaecidos bajo la vigencia de aquélla. En cambio, la ley nueva se
llama irretroactiva cuando sólo debe ser aplicada a los actos que se realicen o a las
situaciones o hechos que se creen o realicen después de su entrada en vigor.
Prima facie puede pensarse que el sistema de la irretroactividad de la ley nueva
responde mejor a las exigencias de la justicia y de la seguridad jurídica. No es jus-
to aplicar una ley nueva a actos que fueron realizados en el momento en que dicha
ley no había sido dictada, y, por tanto, no era conocida ni tenía aplicación. Este
criterio de la irretroactividad aparece sobre todo como una exigencia de justicia
cuando se trata de leyes penales o de leyes sancionadoras. Si un determinado acto
no era punible en, el momento en que fue realizado, parece injusto que una ley ex
postfacto lo sancione. Esta consideración lleva, a partir de la «Declaración de los

[99]
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derechos del hombre y del ciudadano» de 1789, a considerar la irretroactividad de rias» que «las variaciones introducidas por este Código que perjudiquen derechos
la ley como una consecuencia ineludible del principio de legalidad, que debe do- adquiridos según la legislación civil anterior, no tendrán efecto retroactivo».
minar el Estado de Derecho, y como una especie de superley o de garantía consti- La dificultad fundamental de esta teoría reside en precisar cuándo se entiende
tucional en favor del derecho del ciudadano a la seguridad jurídica. En este sentido adquirido un derecho, y no reina la unanimidad en las soluciones. Por ejemplo,
lo recoge ahora el artículo 9,° de la Constitución de 1978. nuestro Código civil estableció trece disposiciones transitorias con el intento de
El problema, sin embargo, no es tan sencillo como a primera vista parece, porque aplicar la teoría.
si bien existen casos en que la retroactividad conduciría a consecuencias injustas —el b) La teoría del hecho jurídico realizado (factum praeteritum).—Las dificulta-
de ley penal que sanciona por primera vez un hecho antes no punible es el más cla- des de todo orden a que condujo la teoría de los derechos adquiridos, obligaron a
ro—, hay otros, por el contrario, en que la injusticia se produciría con una absoluta la doctrina a tratar de buscar nuevos derroteros. Se formuló así la llamada teoría
irretroactividad de la ley. Piénsese, por ejemplo, en una legislación dirigida a abolir del hecho jurídico realizado o del hecho cumplido. Su formulación inicial es muy
la esclavitud. Una irretroactividad absoluta conduciría a manumitir sólo a los que sencilla. Cada hecho jurídico debe quedar sometido y ser regulado por la ley vi-
nacieran hijos de esclavos después de la entrada en vigor de la ley, mientras que, en gente en el momento en que dicho hecho se produce o acontece (tempus regit fac-
cambio, los que fueran esclavos con anterioridad a la promulgación de la ley de abo- tum). Si el hecho se produce bajo la vigencia de la ley antigua, debe quedar some-
lición deberían continuar siéndolo hasta su muerte. Piénsese igualmente en una ley tido y ser regulado por la ley antigua, y si se produjo bajo el imperio de la ley
que tratara de establecer un régimen jurídico para las sociedades anónimas y que sólo nueva, debe ser regulado por la ley nueva. Sin embargo, la claridad es sólo aparen-
se aplicara a las que se constituyeran después de su promulgación o entrada en vigor. te, porque ocurre que los hechos jurídicos producen unos determinados efectos
En igual sentido, una ley que pretendiera introducir una reforma agraria, si fuera jurídicos, que pueden haberse agotado y consumado en el momento de entrar en
absolutamente irretroactiva, sólo podría afectar a los derechos de propiedad territo- vigor la nueva ley (efectos agotados), haberse derivado ya, pero sin haberse todavía
rial que se adquirieran con posterioridad a su entrada en vigor y, en cambio, tendría agotado o consumado (efectos pendientes) o no haberse todavía ni siquiera produ-
que respetar a los propietarios que lo fueran antes de ser la ley promulgada. cido (efectos futuros). De aquí que, aun partiendo de la máxima tempus regit fac-
Se desprende de ello que el problema no puede ser resuelto en absoluto con un tum, la extensión que se da a esta teoría es muy diversa, según los autores.
criterio apriorístico y con carácter general, sino que, por el contrario, existen casos
de injusticia de la retroactividad (ley penal) y casos de injusticia de la irretroactivi-
dad (p. ej., esclavitud). II. LA REGLA GENERAL DE IRRETROACTIVIDAD
Este planteamiento ha motivado a la doctrina para tratar de establecer criterios DE LAS LEYES Y SUS EXCEPCIONES.
que permitan deslindar los casos en que la ley pueda ser retroactiva y los casos en EL APARTADO 3 DEL ARTÍCULO 9.° DE LA CONSTITUCIÓN
que por el contrario debe considerarse irretroactiva, y con estefinse han elabora-
do los llamados sistemas de Derecho transitorio. Con carácter general, nuestro Código civil contiene, en su artículo 2.°3, una
regla que establece un principio de irretroactividad. «Las leyes —dice— no tendrán
efecto retroactivo si no dispusieren lo contrario.»
B) LOS SISTEMAS DE DERECHO TRANSITORIO: TEORÍAS Esta regla hay que entenderla como subsidiaria («si no dispusieren lo contra-
rio»); sólo encontrará aplicación cuando la ley nueva nada haya establecido sobre
Las líneas generales más importantes son las siguientes: su posible efecto retroactivo.
a) La teoría de los derechos adquiridos.—Puede considerarse como la posición Este criterio general y subsidiario de la irretroactividad puede considerarse
doctrinal clásica en esta materia, muy difundida y considerada como indiscutida so- como el criterio más justo y más acorde con las exigencias de la seguridad jurídica.
bre todo en el momento histórico de la codificación. Su formulación resumida sería Por otra parte, respeta el poder del legislador para ordenar la aplicación déla ñor*
la siguiente: la posible retroactividad de la ley nueva encuentra su límite en el respe- ma al pasado. El problema está enfijarlos límites del mismo, que halla su solución
to de los derechos adquiridos de conformidad con la ley anterior. La ley nueva no en la Constitución:
puede nunca violar o lesionar derechos adquiridos con anterioridad, sino que los El artículo 9.°3 de la Constitución consagra como principio básico del orden
derechos adquiridos deben ser respetados. Es en el fondo la idea que está latiendo en jurídico que articula la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no fa-
nuestro Código civil, cuando dice en el párrafo 1.° de sus «Disposiciones Transito- vorables o restrictivas de derechos individuales. Dicho principio, además de operar
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en favor de los derechos de los ciudadanos, se erige en valor sustantivo del ordena- el artículo 1.° de la Constitución. Dicho Tribunal ha declarado que el artículo 9.3
miento y es de algún modo consecuencia de la proclamación del principio de segu- Const. se refiere a las limitaciones introducidas en el ámbito de los derechos funda-
ridad jurídica que el propio precepto constitucional hace también. Es evidente la mentales y de las libertades públicas o en la esfera general de protección a la persona
relación que existe entre retroactividad y seguridad, pues si la seguridad comporta (S. de 5 de abril de 2006, que recoge otras). Ha declarado también el Tribunal Cons-
certidumbre del Derecho aplicable a los actos, consecuentemente exige que el De- titucional que lo que prohibe el artículo 9.°3 es la incidencia de la ley nueva en los
recho aplicable a unos actos sea el que exista en el momento en que tales actos se efectos jurídicos ya producidos de situaciones anteriores, pero no que se extienda dicha
realizaron a su amparo. ley nueva a los efectos no consumados (S. de 29 de noviembre de 1998). La sentencia
El precepto constitucional es igualmente un límite del poder legislativo. Ningún del Tribunal Constitucional, de 17 de diciembre de 2015 (Pleno), declara que la irre-
legislador podrá pretender dotar a las leyes que dicte de efecto retroactivo, cuando troactividad sólo es aplicable a los derechos consolidados, asumidos e integrados en
sean leyes sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales. La el patrimonio del sujeto y no a los pendientes, futuros, condicionados y expectativas.
ley que así lo hiciere seríarigurosamenteinconstitucional. Y lo mismo que se dice Volviendo al tema de la retroactividad de la norma, y suponiendo que no sea
de la ley puede aplicarse a cualquier norma jurídica, pues el artículo 9.°3 de la ni sancionadora no favorable ni restrictiva de derechos individuales, cabe pregun-
Constitución habla en términos generales de «disposiciones». tarse si tal retroactividad debe ser necesariamente expresa o es posible afirmarla
La irretroactividad cubre un campo muy concreto: las normas sancionadoras no por vía interpretativa. El artículo 2.°3 del nuevo Título Preliminar dice solamente
favorables o restrictivas de los derechos individuales. Quiere ello decir que en todo lo «si no dispusieren lo contrario», y no aclara si ese «disponer» debe ser expreso o
demás la Constitución deja al legislador un amplio margen de actuación, y que fue- tácito. Se aplica no sólo a las leyes civiles sino a todas las de este rango e incluso a
ra de esas coordenadas el legislador es soberano para dotar a las normas que dicta disposiciones de entidad inferior a ellas (S. de 22 de febrero de 1980 y las que cita).
de efecto retroactivo. Por ello es necesario precisar el alcance de las excepciones. Con anterioridad a la vigencia del nuevo Título Preliminar, el artículo 3.9 se
Se refiere en primer lugar a las disposiciones sancionadoras y no parece existir expresaba casi en los mismos términos del actual artículo 2°3, y tanto la doctrina
dificultad para entender que dentro de la fórmula se comprenden las normas de como la jurisprudencia no dudaban en afirmar la posibilidad de una retroactividad
carácter penal (de lo que hace aplicación concreta el artículo 25 de la Constitución), tácita o implícita si así se deducía del espíritu yfinalidadde la norma. El subjeti-
así como aquellas otras en que exista una sanción de carácter administrativo. La vismo y arbitrariedad a que puede conducir la interpretación debe ser frenada con
misma regla debe seguirse, en nuestra opinión, si la sanción que se impone es de estos criterios: a) el sentido del artículo 2.°3, que debe ser, según se desprende de
naturaleza civil (p. ej., nulidad de actos jurídicos). sus propios términos, el de que la retroactividad es un efecto jurídico excepcional,
El precepto constitucional citado habla de disposiciones sancionadoras «no por lo que en la duda hay que decidirse por la irretroactividad; b) la utilización de
favorables». Quiere ello decir que las disposiciones sancionadoras favorables no se los criterios hermenéuticos del artículo 3.°1 del Título Preliminar.
encuentran afectadas por la interdicción de la irretroactividad, sin que, por otra La retroactividad expresa, frente a la tácita o implícita, se da cuando dicho
parte, se signifique que deben considerarse legalmente retroactivas en todo caso. efecto se consagra de esa forma en la norma, y puede ir acompañada de otras nor-
Se debe considerar disposición sancionadora favorable a aquella cuya sanción mas que regulen la incidencia en situaciones pasadas o no. En esta última hipótesis,
es menor, cuantitativamente o cualitativamente, a la que imponía la ley vigente en el recurso a las disposiciones transitorias del Código civil es insustituible. Dígase
el momento de realizarse los hechos. lo mismo, con más razón, en la retroactividad tácita o implícita, en la que por de-
El segundo y último campo que se encuentra cubierto por la irretroactividad finición no existan aquellas normas.
absoluta es el de las normas restrictivas de derechos individuales. Aquí la interpre-
tación se torna todavía más difícil. ¿Qué debe entenderse por «derechos individua-
les» en el sentido del artículo 9.°3? Es obvio que no puede referirse la Constitución III. LA RETROACTIVIDAD DE LA LEY: LOS GRADOS
a los derechos pertenecientes a los individuos, pues de un modo u otro todos los DE LA RETROACTIVIDAD
derechos tienen sujeto y en ese sentido son individuales.
El Tribunal Constitucional ha negado reiteradamente que pueda identificarse En las líneas anteriores hemos señalado que la ley nueva es retroactiva cuando
«derecho individual» con «derecho adquirido», porque supone que los constituyentes se aplica a hechos o actos jurídicos realizados o a situaciones jurídicas creadas bajo
soslayaron esta expresión en la Constitución, ya que no casaba con lafilosofíade la el imperio de la ley antigua. Sin embargo, la retroactividad admite graduaciones o
misma, ni responde a las exigencias acordes con el Estado de Derecho que proclama matizaciones en función de la incidencia de la ley nueva.
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Tomemos, por vía de ejemplo, los siguientes casos. Una ley que considera in- segundo lugar, a la interpretación, jugando como criterio rector de carácter último
admisible un determinado tipo de interés en los préstamos (v. gr., un interés supe- o subsidiario el de la irretroactividad consagrado por el artículo 2.°3 Ce.
rior al 10 por 100), podría ser retroactiva en una medida muy diversa. Podría, en La doctrina y la jurisprudencia nos enseñan, sin embargo, que existen casos en
primer lugar, aplicarse a los préstamos concertados con anterioridad a su entrada los cuales la retroactividad de la ley nueva viene impuesta de una manera tácita.
en vigor, pero sólo en cuanto a los intereses que se devengaran con posterioridad ¿Cuáles son estos casos de retroactividad tácita de la ley nueva? Los más impor-
a su promulgación. Podría también aplicarse a los préstamos concertados con an- tantes son los siguientes:
terioridad, en cuanto a los intereses devengados antes pero aún no pagados por el 1.° Las normas meramente interpretativas de una disposición anterior son
deudor. Y podría, por último, aplicarse a los préstamos concertados con anterio- tácitamente retroactivas, en el sentido de que se aplican no sólo a partir del mo-
ridad a su entrada en vigor respecto de los intereses que ya hubiera abonado. En mento en que son dictadas, sino desde el momento en que se dictó la ley o dispo-
rigor, dicha ley sólo sería irretroactiva cuando se aplicara únicamente a los présta- sición por ellas interpretada.
mos convenidos después de su entrada en vigor y los anteriores siguieran hasta su 2.° En el mismo caso se encuentran las disposiciones de carácter complemen-
plena consumación regidos por la ley antigua. tario, dictadas para el desarrollo o mejor cumplimiento de una disposición de ca-
Dentro del eoncepto genérico de retroactividad caben, pues, grados o tipos. La rácter anterior. No obstante, entendemos que los actos realizados con anterioridad
retroactividad puede ser de esta manera: basados en la disposición que se complementa o desarrolla no pueden quedar afec^
a) Retroactividad de grado máximo.—La ley nueva se aplica a la relación o tados por las normas de este tipo, si no los reconocen o regulan de otra manera
situación básica, creada bajo el imperio de ley antigua, y en cuanto a todos sus (tempus regit actum).
efectos, lo mismo consumados que no consumados (p. ej., intereses ya pagados o 3.° Se ha señalado también que son tácitamente retroactivas las normas de ca-
actos de disposición ya ejecutados). rácter procesal. Sin embargo, en este punto conviene hacer una salvedad. Es cierto
b) Retroactividad de grado medio.—La ley nueva se aplica a las situaciones que las normas de carácter procesal son tácitamente retroactivas en el sentido de que
creadas bajo el imperio de la ley antigua, pero sólo en cuanto a los efectos nacidos a los procedimientos o trámites por ellas establecidos han de someterse los actos de
con anterioridad, que no se hayan todavía consumado o agotado (p. ej., intereses ejercicio de derechos, aunque éstos hayan nacido con anterioridad al momento de
devengados, pero aún no pagados; actos de disposición convenidos, pero aún no dictarse la ley procesal en cuestión. Sin embargo, no hay una verdadera retroactividad
ejecutados). de la ley procesal en cuanto al procedimiento mismo, que es la materia directa de su
c) Retroactividad de grado mínimo.—La, ley nueva se aplica a las situaciones reglamentación, pues si estuviera ya iniciado, deberá seguir tramitándose con arreglo
jurídicas creadas bajo el imperio de la ley antigua, pero sólo respecto de los efectos a los trámites de la ley antigua o bien ajustarse sólo en su continuación a los trámites
futuros, es decir, de los efectos que se produzcan con posterioridad a la entrada en de la ley nueva, pero ni en uno ni en otro caso puede hablarse de una verdadera re-
vigor (p. ej., intereses devengados después de la promulgación). troactividad. En el primer supuesto, porque se sigue aplicando la ley antigua a todo
Tampoco el legislador suele preocuparse por aquilatar el alcance de la retroac- el procedimiento. En el segundo, porque si el proceso se va desarrollando a través de
tividad en el supuesto de que haya limitado a conceder sin más este efecto a la nue- una serie de actos, éstos deben conformarse a la ley existente en el momento de su
va norma, por lo que se plantea el problema de su alcance. Lo mismo que el de la realización, sin perjuicio de respetar los efectos jurídicos nacidos de actos procesales
retroactividad tácita o implícita, ha de resolverse con los criterios expuestos en el ya completos cuando se pone en vigor la nueva legislación. Nos remitimos además a
epígrafe anterior. De todas formas, la jurisprudencia descarta la retroactividad de lo que diremos después sobre la Disposición Transitoria 4.a del Código civil.
grado máximo (S. de 13 de febrero de 1990). 4.° Por último, se consideran tácitamente retroactivas las normas que preten-
den establecer un régimen uniforme para una institución, o que pretenden desterrar
por inmorales o abusivas otras determinadas prácticas (p. ej., usura).
IV. LOS CASOS DE RETROACTIVIDAD TÁCITA
DE LA LEY NUEVA
V. LAS DISPOSICIONES TRANSITORIAS DEL CÓDIGO CIVIL
Según hemos visto, el problema de decidir si la nueva ley posee o no posee un
efecto retroactivo, y, en su caso, cuál es el grado de retroactividad que debe conce- En su primitiva redacción *—primera edición— nuestro Código civil contenía,
dérsele, queda, en primer lugar, sometido a la discrecionahdad del legislador, y, en como segundo párrafo de la Disposición Final Derogatoria o artículo 1.976 una
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norma, coincidente con la base 27 de la Ley de 11 de mayo de 1888, según la cual El carácter de modelo de estas disposiciones radica en el hecho de que presu-
las variaciones introducidas por el Código que perjudicaran derechos adquiridos no ponen una derogación general de la legislación anterior, y una normativa para las
tendrían efecto retroactivo. hipótesis de que la nueva varíe aquélla. ¡Cuántas disposiciones se hallan en el mis-
Al plantearse en las Cámaras la discusión parlamentaria sobre la forma en que mo caso pero sin esas normas de acomodo! Por otra parte, al ser el Código civil el
el Gobierno había cumplido el mandato de la Ley de Bases, observaron algunos se- Derecho común, sus disposiciones transitorias deben ser consideradas como un
nadores y diputados muy acertadamente la insuficiencia de la abstracta regla del Derecho transitorio común, por lo cual deben aplicarse a todos aquellos cambios
párrafo segundo del artículo 1.976 para resolver las arduas cuestiones que había de de legislación, extraños a las materias del Código, que no posean sus propias nor-
plantear el tránsito de la legislación antigua a la nueva, y se sugirió la conveniencia mas especiales de esa naturaleza.
de que el Código contuviera una serie de disposiciones que, desarrollando la idea de
que las variaciones introducidas en la legislación civil no debían perjudicar los dere-
chos adquiridos, determinaran al mismo tiempo con regularidad y juicio las conse- B) CLASES DE DISPOSICIONES TRANSITORIAS
cuencias concretas del paso de la antigua a la nueva legislación. La observación se
consideró fundada, y en la segunda edición del Código civil, que se ordenó hacer y Dentro de las disposiciones transitorias del Código civil pueden distinguirse
publicar por la Ley de 26 de mayo de 1889, se incorporaron al texto del Código tre- dos grupos, que aparecen claramente distintos: el primero de ellos se encuentra
ce disposiciones transitorias, que aparecen insertadas inmediatamente antes de las constituido por el párrafo inicial, que recoge la idea anteriormente aludida de que
tres disposiciones adicionales. Aparte de ellas, algunos preceptos del Código contie- las variaciones introducidas por el Código no perjudicarán los derechos adquiridos,
nen también reglas de Derecho transitorio (v. gr., arts. 1.608,1.611 y 1.639). según la legislación anterior, y por las disposiciones 1 .a a 4.a, que poseen un carác-
ter general. En cambio, las disposiciones 5.a a 12.a lo tienen especial por regular
problemas concretos relativos a instituciones particulares (p. ej., tutela, emancipa-
ción, mayor de edad, etc.).
A) EL ALCANCE Y EL ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LAS DISPOSICIONES
TRANSITORIAS
Cerrándolas, aparece la Disposición Transitoria 13.a que establece un criterio
de analogía para resolver los demás: «los casos no comprendidos directamente en
Las disposiciones transitorias del Código civil tuvieron por objeto inmediato las disposiciones anteriores —dice—, se resolverán aplicando los principios que les
sirven de fundamento».
resolver el problema del tránsito de la legislación anterior al sistema del Código,
en virtud del cambio producido en 1889, ya que el artículo 1.976 deroga expresa- Un examen pormenorizado de las disposiciones transitorias del Código civil
mente todo el Derecho civil anterior en las materias reguladas por el Código civil. nos impone hacer algún hincapié en las reglas de carácter general (disps. transito-
De esta manera, su ámbito de aplicación directo se refiere a los hechos realizados rias 1.a a 4.a) y después alguna referencia a las disposiciones de carácter particular
o concreto (disps. transitorias 5.a a 12.a y art. 1.939).
o a las situaciones creadas antes de 1889. No cabe duda de que bajo este aspecto
las disposiciones transitorias del Código civil conservan hoy un valor relativo, por-
que es muy raro que se planteen litigios o conflictos derivados de actos o situacio- C) LAS REGLAS DE TRANSICIÓN CONCERNIENTES A LAS DISPOSICIONES
nes anteriores a aquella fecha. SOBRE EXISTENCIA Y CONTENIDO DE LOS DERECHOS
Sin embargo, el valor y alcance de las disposiciones transitorias del Código no
debe quedar limitado a los problemas del cambio de legislación operado en 1889. Nuestro Código civil se ha inspirado en la idea cardinal del respeto de los de-
Las disposiciones transitorias se aplican también en los cambios producidos por rechos adquiridos. El párrafo inicial de las disposiciones transitorias dice, de este
las posteriores reformas introducidas en el texto del Código, que no han poseído modo, que «las variaciones introducidas por este Código, que perjudiquen dere-
su propio sistema de transición. Ocurre así, v. gr., con la reforma introducida por chos adquiridos según la legislación anterior, no tendrán efecto retroactivo».
la Ley de 24 de abril de 1958. Esta ley, que reformó más de un centenar de artículos Si conforme a la legislación anterior un derecho tenía existencia y se encontra-
del Código civil, no contenía ninguna regla de transición, por lo cual el cambio de ba atribuido a una persona (ius quasetum firmum), la modificación legislativa no
legislación producido en 1958 debía quedar sometido a las disposiciones transito- perjudica a este derecho. Lo cual quiere decir que el derecho continúa existiendo
rias generales del Código. Lo mismo ocurrirá con las demás reformas del texto del no obstante el cambio legislativo, y que continúa además existiendo con la misma
Código que no vayan acompañadas de especiales reglas de transición. extensión y con el mismo contenido que en la legislación anterior tuviera.
108 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS CAMBIOS LEGISLATIVOS Y LAS NORMAS DE TRANSICIÓN 109

Consecuente con dicho criterio, la Disposición Transitoria 1.a manda que se va el derecho de un hecho ocurrido bajo la vigencia de la ley antigua. Por ejemplo,
rijan por la legislación anterior al Código «los derechos nacidos, según ella, de he- aunque el Código reconociera unos especiales derechos de legítima al cónyuge viu-
chos realizados bajo su régimen, aunque el Código los regule de otro modo o no do, tales derechos no podrán ser esgrimidos respecto de una sucesión abierta antes
los reconozca». Y el inciso 1.° de la Disposición Transitoria 4.a establece en la mis- de entrar a regir la ley nueva, porque perjudicarían los derechos adquiridos por los
ma línea que «las acciones y derechos nacidos y no ejercitados antes de regir el Có- demás herederos en dicha sucesión.
digo subsistirán con la extensión y en los términos que les reconociera la legislación
precedente».
El sistema general es, pues, un sistema de irretroactividad. Los derechos nacidos D) LAS REGLAS DE TRANSICIÓN CONCERNIENTES A LAS DISPOSICIONES
bajo la legislación anterior subsisten, no obstante el cambio legislativo, se conser- SOBRE EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS
van con la extensión y en los términos que les reconociera la legislación bajo la cual
nacieron, y continúan rigiéndose por ella aún después de la entrada en vigor de la Se refiere a ellas de una manera especial la Disposición Transitoria 4.a, que dice
ley nueva. Pero el problema está en determinar cuándo existe un «derecho nacido». que los derechos y acciones nacidos bajo el imperio de la legislación anterior que
La Exposición de Motivos de la edición reformada del Código civil dice que es no hubieran sido ejercitados, se sujetan en cuanto a su ejercicio, duración y proce-
peligrosa la noción abstracta de los derechos adquiridos, y por eso se atiene a la fecha dimientos para hacerlos valer, a lo dispuesto en el Código.
de nacimiento del hecho, ya que «todo derecho nace necesariamente de un hecho vo- Si la Disposición Transitoria 1 .a se refería, según vimos, al fenómeno de exis-
luntario o independiente de la humana voluntad». De ahí que «la fecha de este hecho, tencia, de adquisición o de atribución de los derechos, la Disposición Transitoria
que puede ser anterior o posterior a la promulgación del Código, es la que debe de- 4.a se refiere a ellos y a la acción para hacerlos valer, en cuanto a los actos de ejer-
terminar la legislación que ha de aplicarse al derecho que de aquel hecho naciera». cicio, a los procedimientos y a su duración. La Exposición de Motivos de la edición
Por ejemplo, los hijos naturales nacidos antes de entrar en vigor el Código civil reformada del Código se expresa así: «Pero si es justo respetar los derechos adqui-
tenían derecho a ser reconocidos con arreglo a la Ley 11 de la Ley de Toro, en lu- ridos bajo la legislación anterior, aunque no se hayan ejercitado, ninguna conside-
gar de quedar sometidos al artículo 135 C e , más riguroso y restrictivo. ración de justicia exige que su ejercicio posterior, su duración y los procedimientos
La citada Exposición de Motivos olvidó, sin embargo, como criticó SÁNCHEZ para hacerlos valer, se eximan de los preceptos del Código. Todas estas disposicio-
ROMÁN, que el supuesto de hecho al que se atribuye o reconoce por la ley como nes tienen carácter adjetivo, y sabido es que las leyes de esta especie pueden tener
efecto jurídico la adquisición de un derecho puede depender en su perfección de la efecto retroactivo». Pero es dudoso calificar siempre las normas sobre duración
influencia de elementos accidentales, que tengan cumplimiento vigente el Código como disposiciones adjetivas, cuando conciernen precisamente a la desaparición o
(v. gr., una condición, un plazo). Entendía el ilustre civilista que el sentido que ins- extinción del derecho, materia eminentemente sustantiva1. Por otra parte, según
piró la Disposición Transitoria 1 .a era atender a la fecha «en que el hecho produc- D E CASTRO, el precepto abarca también, en cuanto habla de «ejercicio», a derechos
tor, de modo más inmediato y remoto, del derecho de que se trate, se haya realiza- que son duraderos, de tracto sucesivo. Han de someterse a las nuevas disposiciones.
do». En igual sentido se pronuncia D E CASTRO, afirmando que «dentro de la Hay, pues, una clara admisión del efecto retroactivo, por la necesidad —dice D E
protección a los derechos nacidos han de entenderse comprendidas las situaciones CASTRO— de no demorar en exceso la implantación de la nueva regulación y de
jurídicas interinas que existan o ya hayan nacido», entre las que coloca las deriva- uniformar la vida jurídica.
das de la condición y los derechos aplazados. En orden a su adquisición y atribución, el derecho se rige por la ley vigente en
El sistema general de irretroactividad en orden a la existencia de los derechos el momento en que tal atribución o adquisición se lleva a cabo, y en principio aque-
encuentra una excepción en el inciso 2.° de la Disposición Transitoria 1.a Si un de- lla normativa, como determinante de la configuración del derecho, subsiste, no
recho aparece declarado por primera vez en el Código, «tendrá efecto desde luego, obstante el cambio legislativo. En materia, en cambio, de ejercicio de los derechos
aunque el hecho que lo origine se verificara bajo la legislación anterior, siempre y acciones que de ellos nacen, se pasa de la irretroactividad a una cierta retroacti-
que no perjudique a otro derecho adquirido de igual origen». Por igual origen se vidad, aunque de grado mínimo. La ley nueva se aplica a los actos de ejercicio por-
entiende «bajo la legislación anterior». En este caso «es más digno de respeto el que se realizan bajo su imperio.
que va a sufrir el daño que el que va a recibir un beneficio gratuito».
Se aplica la disposición nueva como más beneficiosa, puesto que atribuye o 1
Dice la sentencia de 8 de noviembre de 1995 que la «duración» está directamente re-
declara el derecho por primera vez. Y se aplica con efecto retroactivo porque deri- lacionada con la prescripción extintiva y la caducidad.
110 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS CAMBIOS LEGISLATIVOS Y LAS NORMAS DE TRANSICIÓN 111

Si el ejercicio del derecho o de la acción se encuentran pendientes de un procedi- la Disposición Transitoria 4.a hemos visto que sujeta el procedimiento para hacer
miento judicial comenzado bajo la vigencia de la legislación anterior y este pro- valer derechos (o facultades) a la nueva legislación.
cedimiento es diferente del establecido por la ley nueva, se admite que los interesa- b) El segundo de los supuestos que al principio deslindábamos —la nueva ley
dos puedan optar por un procedimiento o por otro. En principio, pues, los considera como válidos actos que eran nulos bajo el imperio de la ley antigua—, no
procedimientos siguen sometidos a la ley en vigor cuando se iniciaron, incluidos aparece de manera directa cubierto por ninguna de las disposiciones transitorias.
los recursos, por ser más razonable y menos perturbador que lo contrario (Ss. de En pura teoría, el problema admite las siguientes soluciones: la primera, considerar
8 de abril de 1983 y 24 de octubre de 1988). que si los actos nacieron nulos y eran por consiguiente ineficaces, la ley nueva no
Una aplicación particular de esta regla se hace en la Disposición Transito- puede tener el alcance de convalidarlos y de hacerlos eficaces, pues siendo su inefi-
ria 11.a, donde se dispone que los expedientes de adopción, los de emancipación cacia originaria, automática y radical, la sanación no es posible. A la misma con-
voluntaria y los de dispensa de ley, pendientes ante el Gobierno o ante los Tribu- clusión se podría llegar mediante la aplicación subsidiaria, por falta de una dispo-
nales en el momento del cambio legislativo, «seguirán su curso con arreglo a la le- sición especial, de la regla general de irretroactividad del artículo 2.°3 C.c.
gislación anterior, a menos que los padres o solicitantes de la gracia desistan de A la solución contraria, en cambio, esto es, a admitir la validez, a partir de la
seguir este procedimiento y prefieran el establecido en el Código». nueva ley, de tales actos, nos podría llevar la consideración de la nulidad de un
negocio jurídico como una sanción o penalidad civil y, consiguientemente, la apli-
cación del criterio de la ley más benigna acogido en la Disposición Transitoria 3.a,
E) LAS REGLAS DE TRANSICIÓN CONCERNIENTES A LAS DISPOSICIONES infine.
SOBRE VALIDEZ Y EFICACIA DE LOS ACTOS JURÍDICOS

En materia de validez y de eficacia de determinados actos jurídicos el paso de F) LAS REGLAS DE TRANSICIÓN CONCERNIENTES A LAS DISPOSICIONES
una antigua legislación a una nueva puede plantear dos problemas fundamentales: SANCIONADORAS
a) la ley nueva considera como nulos actos que antes eran válidos; b) & la inversa,
la ley nueva considera como válidos actos que antes eran nulos. Se encuentran contenidas, como hemos dicho, en la Disposición Transitoria
a) El primero de los supuestos —la ley nueva considera como nulos actos 3.a, en la cual se establece que «las disposiciones del Código que sancionan con
que antes eran válidos— es el que aparece resuelto por la Disposición transitoria penalidad civil o privación de derechos, actos u omisiones que carecían de sanción
2.a: «los actos y contratos celebrados bajo el régimen de la legislación anterior, y en las leyes anteriores, no son aplicables al que, cuando éstas se hallaban vigentes,
que sean válidos con arreglo a ella, surtirán todos sus efectos según la misma». hubiese incurrido en la omisión o ejecutado el acto prohibido por el Código. Cuan-
El criterio que sigúela regla transcrita es un criterio de irretroactividad, fundado do la falta está también penada por la legislación anterior, se aplicará la disposición
en la máxima tempus regitfactum. Si el acto o contrato era válido en el momen- más benigna».
to de celebrarse, el cambio de legislación no puede afectar a su validez y a su efi- En materia de disposiciones sancionadoras, que establecen una penalidad civil o
cacia. una privación de derechos, para determinar su régimen transitorio se deben distinguir
Como consecuencia de la regla citada, declara el Código válidos determinados tres supuestos distintos: a) la sanción aparece por primera vez implantada por la ley
actos y negocios jurídicos que aparecen prohibidos en él y declarados nulos (como nueva, mientras que en la ley antigua el acto o la omisión carecían de sanción; b) el
el testamento mancomunado, los poderes para testar, las memorias testamentarias, acto o la omisión aparecen sancionados en ambas legislaciones, la antigua y la nueva,
las cláusulas ad cautelam y losfideicomisospara aplicar bienes según instrucciones pero la sanción es diferente en una y en otra; c) la ley nueva no sanciona ya tales he-
reservadas del testador). chos, que, en cambio, se encontraban penados por la legislación antigua.
La única limitación que el Código establece consiste en señalar que «la revoca- a) El primero de los supuestos es el que contempla y regula el párrafo 1 .o de
ción o modificación de estos actos o de cualquiera de las cláusulas contenidas en la Disposición Transitoria 3.a Si la sanción aparece por primera vez en la ley nueva*
ellos no podrá verificarse, después de regir el Código, sino testando con arreglo al tal sanción no debe aplicarse a los actos ejecutados bajo el imperio de la ley anti-
mismo». Esta regla, sin embargo, no abre un portillo a la retroactividad, sino que gua, que no establecía sanción alguna. Se trata de un claro criterio de irretroacti-
se mantiene en la misma línea de tempus regitfactum, pues el acto de revocación o vidad de la ley sancionadora, que encuentra su fundamento inmediato en el prin^
de modificación es ya un acto realizado bajo el imperio de la nueva legislación, y cipio de legalidad (nullapoena sine lege).
112 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS CAMBIOS LEGISLATIVOS Y LAS NORMAS DE TRANSICIÓN 113
b) El segundo supuesto —ambas legislaciones sancionan el hecho, pero exis- hubiese fallecido antes de hallarse en vigor el Código, los derechos a la herencia
te entre ellas una diversidad de sanción— es el que resuelve el párrafo final de la (legítimas, derechos hereditarios, derecho a suceder abintestato, etc.) se rigen por
Disposición Transitoria 3.a, que, en aras del principio indubiopro reo, ordena apli- la legislación anterior. Si el causante fallece después, los derechos a la herencia se
car la disposición más benigna. Si la disposición más benigna era la de la ley anti- rigen con arreglo al Código civil, respetando únicamente, en cuanto sea posible, la
gua y la ley nueva ha agravado o reforzado la sanción, nos encontraremos también voluntad testamentaria.
en presencia de un caso de verdadera irretroactividad. En cambio, si la sanción más
benigna es la de la ley nueva, porque ha suavizado o disminuido la sanción, la ley
nueva será retroactiva, por ser la más favorable para el sancionado. H) LAS REGLAS DE TRANSICIÓN CONCERNIENTES A LA PRESCRIPCIÓN
c) El tercero de los supuestos que más arriba deslindamos—el hecho era san- DE DERECHOS Y ACCIONES
cionado en la ley antigua, pero, sin embargo, ya no lo está en la ley nueva— no
aparece previsto en la Disposición Transitoria 3.a Sin embargo, debe entenderse Conforme al artículo 1 939 Ge, «la prescripción comenzada antes de la pro-
mulgación del Código se regirá por las leyes anteriores al mismo». Sin embargo,
aplicable la regla de disposición más benigna y, por consiguiente, debe aplicarse la si desde que fuera puesto en Observancia el Código «transcurriese todo el tiempo
ley nueva, que no sanciona tal hecho (por la nulidad, sin embargo la S. de 8 de en él exigido para la prescripción, surtirá esta su efecto, aunque por dichas leyes
marzo de 1996). anteriores se requiera mayor lapso de tiempo».
Modificando en cierta medida el principio general según el cual la prescripción
se rige por aquella ley que estaba vigente en el momento en que la prescripción
comenzó, el inciso 2.° del artículo 1.939 establece una regla especial: Si desde la
G) LAS REGLAS DE TRANSICIÓN CONCERNIENTES A LAS SUCESIONES entrada en vigor del Código transcurriese todo el tiempo que dicho Código exige
POR CAUSA DE MUERTE para la prescripción, ésta surte todos sus efectos, aunque la ley anterior exigiese
un mayor lapso de tiempo.
No hay, pues, una retroactividad del plazo más corto, sino una especie de au-
Regula esta materia la Disposición Transitoria 12.a: «Los derechos a la heren- torización para que, no obstante haber comenzado la prescripción bajo la ley an-
cia del que hubiese fallecido, con testamento o sin él, antes de hallarse en vigor el tigua, se inicie, con la entrada en vigor de la ley nueva, un nuevo cómputo de la
Código, se regirán por la legislación anterior. La herencia de los fallecidos después, prescripción. Según la sentencia de 16 de noviembre de 1988, el artículo 1.939 debe
sea o no con testamento, se adjudicará y repartirá con arreglo al Código; pero cum- ser considerado como Derecho transitorio común.
pliendo, en cuanto éste lo permita, las disposiciones testamentarias. Se respetarán,
por tanto, las legítimas, las mejoras y los legados; pero reduciendo su cuantía, si
de otro modo no se pudiera dar a cada partícipe de la herencia lo que le correspon- I) LAS REGLAS DE TRANSICIÓN CONCERNIENTES A LA EMANCIPACIÓN

da según el Código.» Y A LA PATRIA POTESTAD


La Disposición antecedente, junto con la última parte de la Disposición Tran- El Código dedica a esta materia las Disposiciones Transitorias 5.a y 6.a
sitoria 2.a, que ya conocemos, constituye lo que podríamos denominar el Derecho El criterio de ambas disposiciones es un criterio de retroactividad en orden a
transitorio de las sucesiones por causa de muerte. Para determinar cuáles son las la adquisición de la mayoría de edad, como sistema más favorable para la persona,
normas aplicables a una sucesión monis causa al producirse un cambio legislativo, pero de irretroactividad y de respeto a los derechos adquiridos por los padres sobre
los bienes de los hijos en las circunstancias que se prevén.
conviene deslindar dos momentos claramente diversos: uno, que se refiere a los
negocios jurídicos de ordenación de la sucesión, y otro, que se refiere a la apertura
de la sucesión misma. El primer momento, es decir, el de la celebración del negocio
J) LAS REGLAS DE TRANSICIÓN CONCERNIENTES A LAS DISPOSICIONES
jurídico de ordenación de la sucesión (testamentos, codicilos, memorias testamen-
SOBRE TUTELA Y CÚRATELA
tarias, poderes para testar, etc.) es el tenido en cuenta por la Disposición Transito-
ria 2.a con el fin de dilucidar la validez y la consiguiente eficacia de tales negocios El Código civil introdujo en el régimen jurídico de la tutela una reforma muy
jurídicos. Se rigen, en términos generales, por la ley aplicable en el momento en que amplia, lo que explica que dedique en esta materia cuatro disposiciones transitorias
fueron otorgados. El segundo momento, es decir, el de la apertura de la sucesión o (Disps. Trans. 7.a a 10.a). Las reglas más importantes en esta materia son las si-
guientes:
fallecimiento del causante, es el que la Disposición Transitoria 12.a señala para de-
a) Los tutores y curadores nombrados bajo el régimen de la legislación ante-
cidir la legislación aplicable en punto a los «derechos a la herencia». Si el causante rior y con sujeción a ella, conservarán sus cargos, pero en el ejercicio de la tutela
114 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)
o cúratela deberán someterse en adelante a las disposiciones del Código (Disp.
Trans. 8.a). Es una consecuencia de la Disposición Transitoria 4.a El ejercicio de
los cargos (como allí el ejercicio de las acciones y derechos) debe someterse al Có-
digo civil en adelante.
b) Si la constitución definitiva de la tutela o de la cúratela se encontrara pen-
diente de resolución de los tribunales en el momento de empezar a regir el Código, 6. LA COSTUMBRE COMO FUENTE
la constitución debe realizarse con arreglo a la legislación anterior (Disp. Trans.
9.a). Es una emanación de la Disposición Transitoria 2.a Los curadores tomarán DEL DERECHO
el nombre de tutores, y el ejercicio de su cargo se hará conforme a la ley nueva (E.
deM.).
c) No se procederá de oficio al nombramiento de consejo de familia sino res-
pecto de aquellas tutelas que no estuvieran aún definitivamente constituidas al
empezar a regir el Código (Disp. Trans. 10.a). Es una regla que se justifica por la I LAS NORMAS CONSUETUDINARIAS: SU CARACTERIZACIÓN
novedad que supone la introducción del consejo de familia en la tutela. Respecto
a las tutelas constituidas antes de la vigencia del Código, se procederá al nombra- El antiguo artículo 6.° C.c. establecía como segunda fuente del Derecho la «cos-
miento del consejo de familia cuando lo solicite cualquier persona con derecho a tumbre del lugar» de forma indirecta, en cuanto que mandaba que los jueces y Tri-
formar parte de él, o el tutor (E. de M.). bunales acudieran a ella para resolver los litigios y controversias planteados en
todos aquellos casos en que no existiera una ley expresamente aplicable al punto
controvertido.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
Sin embargo, en el actual artículo 1.° del nuevo Título Preliminar, la costumbre
HERNÁNDEZ-GIL ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS: Comentarios al artículo 1.976 C e , en el se menciona explícitamente como segunda fuente del Derecho, señalándose des-
libro de varios autores, Comentarios del Código civil, t. 2, Ministerio de Justicia, Madrid, pués que «la costumbre sólo regirá en defecto de ley aplicable, siempre que no sea
1991; FIORE: De la irretroactividad e interpretación de las leyes, trad. esp., Madrid, 1927; contraria a la moral o al orden público y que resulte probada» (apartado 3, párra-
a
GABBA: Teoría della retroattivitá delle leggi, 4 volúmenes, 3. edición, Turín, 1891-1899; fo 1.°).
GARCÍA VALDECASAS: Sobre la significación del principio de no retroactividad de las leyes,
A.D.C., 1966, p. 45; GAYA SICILIA: El principio de irretroactividad de las leyes en la jurispru- ¿Cómo pueden caracterizarse estas normas jurídicas (normas consuetudina-
dencia constitucional, Madrid, 1986; LÓPEZ MENUDO: El principio de irretroactividad en las rias) afirmadas o manifestadas a través de la costumbre? En nuestro Derecho his-
normas jurídico-administrativas, Sevilla (Instituto García Oviedo), 1982; MONTES PENADÉS: tórico, las Leyes de Partidas contenían una definición, con arreglo a la cual «cos-
Comentarios a las reformas del Derecho de familia, E. Tecnos, II, 1983, p. 2011; PEÑA BER- tumbre es derecho o fuero que no es escrito, el cual han usado los hombres luengo
NALDO DE QUIRÓS: Comentarios, citados anteriormente, p. 1979; ROUBIER: Le Droit tran- tiempo, ayudándose de él en las cosas y en las razones porque lo hicieron». Pres-
sitoire, 2.a edición, París, 1960 (comentario crítico de Federico de Castro, A.D.C., 1961,
P- 731). cindiendo ahora de su mayor o menor exactitud, esta histórica definición nos pue-
de servir como un punto de partida para examinar la caracterización de las normas
consuetudinarias.
La primera vía que se ha intentado es la de considerarlas como un Derecho no
escrito («derecho o fuero que no es escrito»). Sin embargo, es completamente in-
suficiente. Ciertamente, puede constituir la escritura un carácter diferencial entre
las leyes y las costumbres. Normalmente, las leyes quedan fijadas por escrito y,
además, así ha de ocurrir por imperio del artículo 2.° C.c, pero nada impide una
redacción por escrito de las normas consuetudinarias. La escritura es una simple
forma de fijación y posee el carácter formal de una manifestación hacia el exterior
de las normas, y nada se opone a que las costumbres se recopilen o se fijen por es-
crito, fenómeno éste que ha sido históricamente frecuente (recopilación del Droit
Coutumier"francés en los siglos XVI y XVII y de muchos fueros municipales y cos-

[115]
116 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA COSTUMBRE COMO FUENTE DEL DERECHO 117
tumbres locales en el Derecho histórico español). Es igualmente un fenómeno fre- lo que permitía seguir los pasos de la doctrina tradicional, especialmente de la na-
cuente en el mundo contemporáneo. Determinadas reglas del comercio internacio- cida en la glosa de las Partidas, que contenían al respecto un tratamiento muy com-
nal, que no tienen otro valor que el de puros usos mercantiles, quedanfijadaspor pleto.
escrito para su mejor conocimiento y su másfielaplicación. El actual apartado 3.° del artículo 1.° dice, en cambio, como sabemos, que la
Otra vía de caracterización de la costumbre puede ser la consideración del De- costumbre regirá en defecto de ley aplicable, que no podrá ser contraria a la moral
recho consuetudinario como un Derecho de origen extraestatal. Las normas con- y al orden público y que deberá resultar probada. No se ha pretendido, sin embar-
suetudinarias son reglas nacidas sin la intervención del Estado o, por decirlo de go, según se desprende de los trabajos parlamentarios y especialmente del dictamen
otro modo, no legislativas, con una efectiva vigencia social. Pero, de seguirse esta de la Ponencia en la Comisión de Justicia de las Cortes, haber hecho una completa
idea, también deberían incluirse dentro del concepto del Derecho consuetudinario enumeración de los requisitos. Especialmente se han dejado fuera —se dice expre-
los precedentes judiciales, las opiniones doctrinales, las convicciones generales de samente en el dictamen— algunos que podían resultar evidentes y otros que han
los grupos sociales y las reales prácticas de los mismos en orden a la vida jurídica. resultado siempre discutidos (racionalidad, opinio iuris, etc.).
Sin embargo, como señala D E CASTRO, en los tiempos modernos el Estado ha li- En realidad, el presupuesto básico de la costumbre es la existencia de un uso
mitado el poder de las fuerzas sociales para la creación de normas jurídicas, de social. Las normas consuetudinarias son normas jurídicas creadas y establecidas
forma que sólo les permite como modo de crear Derecho «una actuación uniforme por el uso social. Por uso social debe entenderse la actuación o el comportamiento
y continuada, a la que han acomodado su conducta por estimarla reguladora de de un grupo social o de la mayor parte de él, que se ajusta a un determinado mo-
su proceder». delo de conducta. Ha de tratarse de una actuación o comportamiento efectivo,
De esta manera, las normas consuetudinarias no se caracterizan sólo por su uniforme y continuado, sin perjuicio de que dentro de él pueden existir algunas
origen extraestatal, es decir, por el hecho de ser creadas por grupos sociales no in- desviaciones.
corporados en el organismo o estructura político, sino también por la forma o me- La tradición jurídica refiere este uso al «pueblo» y por ello en algún momento
dio de producción y de manifestación. La costumbre se caracteriza por la forma se ha pensado que el soporte del uso debía ser la totalidad de la comunidad políti-
de su producción: se trata de un Derecho nacido en los grupos sociales. Y se carac- ca. Sin embargo, con mejor acuerdo, otros autores refieren el llamado soporte po-
teriza, además, por la forma de exteriorización o manifestación, en cuanto que ese pular del uso a grupos sociales determinados. Por ejemplo, los moradores de un
Derecho creado debe manifestarse a través de un uso, o lo que es igual, de una lugar, grupos profesionales, comerciales, industriales, etc.
efectiva acomodación, continuada y uniforme, de la conducta a tales reglas. El uso social que posee valor determinante en materia de Derecho consuetudi-
Se desprenden así las siguientes notas distintivas que las normas consuetudi- nario es la utilización de un modelo de conducta como norma, lo cual lleva a pen-
narias reúnen: sar que ha de tratarse de un criterio utilizado espontáneamente y reiteradamente
1,° Son auténticas normas jurídicas, lo que permite diferenciarlas frente a los en la solución de controversias o de conflictos o en el arreglo negocial de situacio-
meros usos sociales, normas de cortesía, etc. nes jurídicas. El caso más claro es el de reiteración de un determinado tipo de pac-
2.° Su origen es siempre extraestatal. Se trata de normas jurídicas creadas por to entre las partes o de ajuste de los negocios jurídicos con determinados criterios,
grupos sociales no incluidos en el mecanismo estatal. que se consideran obligatorios por la fuerza de su repetición. Por ejemplo, a la hora
3.° Se caracterizan por su forma de producción y de expresión o manifesta- de hacer testamento, de partir una herencia, etc. También lo es su reiterado empleo
ción: nacimiento en los grupos sociales y el uso, respectivamente. como criterio de decisión. «Dos juicios dados consejeramente», requería la glosa
a las Leyes de Partidas para que existiese costumbre.
Nuestras Leyes de Partidas señalaban que las costumbres deben ser «con justa
II. LOS REQUISITOS DE LA COSTUMBRE COMO FUENTE razón y no contra la Ley de Dios, ni contra el Derecho natural, ni contra pro co-
DEL DERECHO Y COMO NORMA JURÍDICA munal de toda tierra del lugar donde se hace». Se ha señalado que este requisito
de racionalidad de la costumbre, que permitía desterrar por muy antiguas que fue-
En la redacción primitiva de nuestro Código civil no aparecían enumerados los ran las costumbres que debieran considerarse «malas e irracionales», como las lla-
requisitos que la costumbre debe llenar para constituir auténtica fuente del Dere- maba GREGORIO LÓPEZ, se encontraba cargado de sentido en un momento histó-
cho y poder ser considerada como norma jurídica consuetudinaria. Por ello, los rico en que se admitía todavía la costumbre contra legem y la derogación de las
comentaristas entendían que el Código no había innovado nada en esta materia, leyes por el desuso o desuetudo. El limitado ámbito que a la costumbre se recono-
118 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA COSTUMBRE COMO FUENTE DEL DERECHO 119
ce en el Derecho moderno —sólo praeter legem— hace que, a nuestro juicio, el re- que la Escuela Histórica concede a la costumbre, en tanto es la más genuina ma-
quisito de subsidiariedad de la costumbre respecto de la ley deba bastar. No lo ha nifestación del espíritu del pueblo, que era para dicha Escuela el creador del Dere-
entendido así, sin embargo, la reforma del Título Preliminar del Código civil, don- cho. Pero, fuera de todo romanticismo, habría entonces que ver la influencia que
de se ha impuesto, como exigencia, que la costumbre no sea contraria ni a la moral el instinto mimético del ser humano desempeña en la creación de una costumbre.
ni al orden público. La oportunidad del primer requisito parece más que dudosa. Seguramente es exacto el pensamiento de JELLINEK, que observaba cómo los he-
Si la costumbre es una norma jurídica, parece imposible hablar de costumbres in- chos tienen una fuerza normativa. Cuando un hábito social se prolonga, dice, aca-
morales, a menos que se esté utilizando el equívoco de llamar costumbres en sen- ba por producir en la conciencia de los individuos que lo practican la creencia de
tido jurídico a los puros hábitos o modos de vida. Se replantea además la cuestión que es obligatorio, transformándose lo acostumbrado en lo debido. También ha-
teórica de las relaciones entre Moral y Derecho, en la que no puede por menos de bría que ver, por último, si en la creación de la costumbre interviene más que nada
admitirse un parcial ya que no un total deslinde o separación. No se comprende una imposición de fuerzas sociales dominantes que han adoptado esa norma de
que el ajuste entre las categorías de Moral y Derecho se impone sólo con respecto conducta, y que se siguió por influjo de aquéllas en la vida de la colectividad.
a las normas consuetudinarias y no con respecto de la totalidad de las normas ju- Si de la noche de los tiempos pasamos a la realidad actual, nos encontramos
rídicas. Si las normas legales pueden en ocasiones no concordar con criterios o con con conductas reiteradas y uniformes que repiten un cierto modelo, una cierta re-
valores de carácter ético, no hay razón para no admitir la misma discordancia tra- gla. Este modelo o regla ha de haber servido para decidir conflictos o controversias,
tándose de normas jurídicas consuetudinarias. o para la regulación de actos o negocios jurídicos (en su formación, contenido o
Difícil es también discernir qué ha querido establecer el legislador al imponer extinción). Esto es lo que efectivamente se ha de probar para dar fe de la existencia
que las normas consuetudinarias no sean contrarias al «orden público». Como por de una costumbre y no, además, un requisito tan subjetivo como la opinio iuris.
hipótesis la costumbre sólo funciona en defecto o a falta de ley, el orden público a
que se refiere el artículo 1.°, apartado 3, del Código civil no está encarnado en nor-
mas jurídicas, sino en unos puros principios generales del Derecho que no fuesen IV. LOS CARACTERES DE LA COSTUMBRE
más que unas convicciones jurídicas, meramente ideológicas y no trasladadas a la COMO FUENTE DEL DERECHO
práctica o a hechos efectivos porque serían ya costumbres. Delodas formas, des-
pués de la promulgación de la Constitución de 1978, se debe entender el «orden Pueden establecerse del modo siguiente:
público» como el orden constitucional, es decir, la costumbre no podrá ser contra- 1.° La costumbre es una fuente independiente del Derecho. Nace y se desa-
ria a la efectividad de los valores y principios consagrados en la norma suprema rrolla con absoluta independencia de la ley.
(no discriminación por razón de raza, religión, sexo, etc.). 2.° La costumbre es una fuente subsidiaria. Quiere ello decir que cumple una
función supletoria de la ley. A falta de ley exactamente aplicable al punto contro-
vertido se aplicará la costumbre, decía el antiguo artículo 6.°, y el actual artículo
III. EL PROBLEMA DE LA LLAMADA OPINIO IURIS 1.° dice que «regirá en defecto de ley».
SEU NECESSITATIS O CONVICCIÓN JURÍDICA 3.° La costumbre era entre nosotros una fuente de Derecho de alcance limi-
tado, pues nuestro Derecho positivo hasta 1973 admitía solamente las costumbres
Con arreglo a un pensamiento muy extendido, uno de los requisitos constitu- de carácter local. El antiguo artículo 6.° invocaba especialmente a «la costumbre
tivos de la costumbre es la opinio iuris. Dice FERRARA que se entiende por tal en del lugar» y la disposición final derogatoria que contiene el Código civil en el ar-
la doctrina o bien la convicción de que la regla que se practica debe valer como tículo 1.976, se decía que había derogado las costumbres de carácter general.
Derecho (pero que no lo es), o bien que esa regla es ya Derecho, es decir, una nor- Esta situación ha quedado profundamente modificada tras la reforma del Tí-
ma vinculante a la que se le presta obediencia practicándola o de la que se siente tulo Preliminar. En el actual artículo 1 ° no se menciona para nada el carácter local
el deber de cumplirla. Esta última es la dirección más seguida. de la costumbre, y de sus antecedentes legislativos resulta con claridad que la su-
En realidad, la cuestión de la opinio debe trasladarse a otra más general: el pro- presión se ha hecho con el fin de hacer posibles las costumbres generales, por la
ceso formativo de la costumbre, el fundamento de su obligatoriedad. Desde este creencia en el valor dinámico y evolutivo de las normas consuetudinarias. Cabrían,
punto de vista, efectivamente se ha sostenido que la costumbre obliga porque se pues, costumbres generales y también otras que sean regionales y comarcales, ade-
considera una norma jurídica que hay que obedecer. De ahí la gran importancia más de las simplemente locales. Además, la supresión del carácter local parece sig-
120 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA COSTUMBRE COMO FUENTE DEL DERECHO 121
niñear que se admite que una costumbre general o regional puede aplicarse en un revolucionarios, en la lucha de los elementos que han conquistado el poder y las
punto, aunque en él no haya tenido vigencia efectiva. fuerzas contrarrevolucionarias. El sentido contrarrevolucionario de SAVIGNY y
En realidad, todos los problemas que pueden suscitarse se reducen a uno: apli- de la Escuela Histórica del Derecho, que hace depender el fundamento de toda
cación de una costumbre a lugares donde no se ha practicado, lo que parece con- norma en el espíritu del pueblo y en las tradiciones jurídicas, aparece así en toda
trario a la misma esencia de aquélla. Seguramente y así es factible deducir de los su claridad. En los tiempos modernos la costumbre se esgrimirá como un arma
trabajos parlamentarios, se identificó en este punto la costumbre con lo que ocurre contra las reformas parlamentarias y como un medio de defensa de los regionalis-
en el uso de los negocios, concretamente los de las profesiones. mos, de los separatismos y, en definitiva, como un medio de defensa del statu quo.
4.° La costumbre es una fuente secundaria. Norigepara ella la máxima iura Se trata, como decimos, de un problema que es fundamentalmente político y
novit curia, y quien alega ante los Tribunales la aplicabilidad de las normas con- que presenta un evidente carácter constitucional, que, en el Derecho moderno, se
suetudinarias deberá probar la existencia, el contenido y alcance de tales normas. resuelve reconociendo la primacía de la ley.
La jurisprudencia de nuestro Tribunal Supremo había reiterado la necesidad de la Por su relación con la ley, las costumbres pueden ser: 1.°, costumbres contrarias
prueba de la costumbre por el que alega su aplicación y ahora acoge el mismo cri- a la ley o costumbres contra legem; 2.°, costumbres que se limitan a interpretar de
terio el apartado 3 del artículo 1.° del Ce. Sólo si el litigante la prueba, la costum- un modo determinado una disposición legal o costumbre conforme con la ley (cos-
bre podrá ser aplicada. Por lo demás, para dicha prueba podrán las partes servirse tumbre secundum legem); 3.°, costumbres que regulan situaciones sobre las cuales
de todos los medios a su alcance (v. gr., declaraciones de testigos, confesión, dictá- no existe ley alguna (costumbres extra legem opraeter legem). Sobre estas costum-
menes de corporaciones, institutos, etc.). bres han de hacerse las siguientes precisiones:
Sin embargo, la posterior Ley de Enjuiciamiento Civil, de 7 de enero de 2000, 1.° La costumbre contra legem se encuentra rechazada por el artículo 1.° Ge.,
dentro de las disposiciones generales que dedica a la prueba, aunque en su artículo según el cual la costumbre sólo regirá en defecto de ley aplicable (imperativa o dis-
281.2 insiste en que la costumbre ha de ser probada, dice:«[...] la prueba de la cos- positiva).
tumbre no será necesaria si las partes estuviesen conformes en su existencia y con- 2.° La costumbre secundum legem es, según hemos dicho, una costumbre que
tenido y sus normas no afectasen al orden público». Algunos autores abogan por se produce de conformidad con una ley, pero que fija, por vía interpretativa, una
que la costumbre tenga el mismo tratamiento, en cuanto a la prueba, que el Dere- determinada manera de entender la ley. La costumbre secundum legem es, pues, una
cho extranjero que se alegue en un litigio. «costumbre interpretativa». Nuestro Código civil no dice nada respecto de ella,
pero este silencio no debe entenderse como admisión. El hecho de que una deter-
minada manera de interpretar la ley venga favorecida por la costumbre no puede
V. LA RELACIÓN DE LA COSTUMBRE CON LA LEY entenderse como vinculante, sino que los jueces y tribunales conservan su libertad
Y LAS DIFERENTES CLASES DE COSTUMBRES. LA COSTUMBRE para aplicar e interpretar las leyes con arreglo a los criterios hermenéuticos gene-
A LA QUE SE REMITE ESPECIALMENTE LA LEY rales, como lo demuestra el que la interpretación usual no aparezca mencionada
en el artículo 3.° entre ellos.
En el establecimiento de las relaciones entre la costumbre y la ley, como formas 3.° La costumbrepraeter legem o extra legem es aquella que regula situaciones
de originación de normas, existe un problema político subyacente, que es el de ten- o materias respecto de las cuales no existe ninguna disposición legal. Se encuentra
siones y de luchas por el predominio entre los diversos grupoa sociales que se sirven admitida de modo general por el artículo 1.° Ce.
de uno y otro tipo de normas. Se trata, en definitiva, de una lucha o tensión entre Hasta aquí nos hemos ocupado de la costumbre considerándola como una
los grupos sociales incorporados a la organización política, que utilizan el meca- fuente independiente del Derecho: la costumbre que nace y se desarrolla con inde-
nismo estatal y, por consiguiente, el poder de dictar leyes, y los grupos sociales que pendencia de la ley. Existen, sin embargo, casos en los cuales es la propia ley la que
acampan fuera y que para la defensa de sus intereses o privilegios invocan el res- realiza una especial remisión a las costumbres en orden a la regulación de una de-
peto a las costumbres y a las tradiciones. Este esquema aparece con claridad en las terminada materia. La regulación de la costumbre debería desaparecer ante la que
luchas medievales entre el emperador y los reyes, que encarnan la ley, frente a los la ley hiciese, pero el legislador lo que hace es dejar que la materia serijapor ella.
señores feudales y a las ciudades Ubres que se amparan en sus costumbres. La mis- La costumbre a la cual la ley se remite de manera expresa posee la particulari-
ma idea aparece de nuevo en las luchas entre el absolutismo monárquico y las lla- dad de que la remisión legal le otorga un valor normativo especial y le señala el es-
madas noblesse d'épée y noblesse de robe. El esquema se repite en los momentos pecial ámbito de aplicación que se le reserva. La remisión puede ordenar que sea
122 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA COSTUMBRE COMO FUENTE DEL DERECHO 123
preferida a la ley, como ocurre, v. gr., en el artículo 1.599, según el cual «si no hu- Por ejemplo, un uso funerario o un uso nupcial, es decir, una determinada ma-
biese pacto o costumbre en contrario, el precio de la obra deberá pagarse al hacer- nera de proceder a enterrar a los difuntos o a contraer matrimonio, no son en
se la entrega». De esta suerte la costumbre es una norma de aplicación preferente principio más que meros usos sociales. Sus funciones jurídicas pueden ser muy
distintas. Así, podrán ser utilizados para interpretar declaraciones negocíales de
a la ley en orden a la determinación del momento del pago del precio en el contra- voluntad o contratos, cuando éstos hayan sido celebrados y su contenido resulte
to de arrendamiento de obra, o bien, en el lugar X es costumbre que el pago de una ambiguo (v. gr., para interpretar«1 contrato efectivamente celebrado con una em-
obra determinada se realice mediante certificaciones periódicas giradas a medida presa de pompas fúnebres o un contrato de capitulaciones matrimoniales). En
que se construyen o terminan partes también determinadas de la obra. La norma otros casos el mismo uso puede actuar como elemento integrador de un negocio
jurídico en el cual las disposiciones concretas al respecto faltan. Y en otros casos
legal de remisión determina también su ámbito (local, etc.). finalmente el mismo uso puede funcionar como elemento objetivo de determina-
ción del alcance de un derecho (v. gr., el albacea puede ordenar los sufragios del
testador siempre que se atenga a la costumbre del lugar según el artículo 902, y el
que hubiera costeado el servicio funerario según el uso del lugar puede repetir lo
VI. EL USO gastado frente al que tenía hacia el difunto una obligación de alimentos según el
art. 1.887).
La Ley de Bases de 17 de marzo de 1973 para la reforma del Título Preliminar
ordenaba que se valorase la eficiencia creadora de «los usos sociales con trascen- ¿Existen diferencias entre el uso y la costumbre? Desde el punto de vista jurí-
dencia jurídica» y el artículo 1.°, apartado 3, párrafo 2, dice ahora que «los usos dico, un sector de la doctrina entiende que la diferencia se halla en la existencia de
jurídicos que no sean meramente interpretativos de una declaración de voluntad opinio iuris en la costumbre y su inexistencia en el uso. En este sentido, decía D E
tendrán la consideración de costumbre». De esta suerte parece que se establece DIEGO qué no hay en el uso, como en la costumbre, el sentimiento de sumisión, el
como una especie de escalonamiento o de graduación: los meros usos sociales, sin reconocimiento del carácter imperativo de lo que se hace, el respeto y la adhesión,
ningún efecto jurídico (p. ej., reglas de la cortesía, etc.); los usos sociales que poseen «sino pura y simplemente un sentimiento de utilidad o conveniencia, de ahorro de
ya alguna trascendencia jurídica, porque de alguna manera los recogen algunas tiempo y energías, que conduce a incorporarse a un estilo dominante». Sin embar-
normas jurídicas o se extraen de ellos algunos efectos jurídicos (v. gr., art. 1.044); go, dado que la opinio iuris no es requisito constitutivo de la costumbre, la única
los usos jurídicos, dentro de los cuales parece que ahora hay que distinguir los que diferencia que puede existir es que el valor normativo del uso se lo dala propia ley,
son meramente interpretativos de declaraciones de voluntad y los que tienen otro por la-remisión que hace a ellos para regular determinadas materias, mientras que
alcance diferente. De acuerdo con el artículo precitado habría que llamarles no in- la costumbre es una fuente de Derecho directa e independiente. El uso sólo obliga
terpretativos y coincidirían con lo que parte de la doctrina anterior ha llamado de forma indirecta, en cuanto que ha sido recogido por otra norma como elemen-
usos normativos, es decir, usos que regulan o reglamentan una determinada situa- tó de ella.
ción. Esta graduación o escalonamiento de los usos y especialmente la distinción
Pese a esa diferenciación literal del artículo 1.°, apartado 3, entre la costumbre
entre usos interpretativos y normativos se había puesto en conexión también con y los usos, se «consideran», los que no sean interpretativos, como costumbres, lo
diferentes grados de consolidación de tales usos. En estado inicial no habría más que implica que el legislador quiere que se guarden las limitaciones que para su
que conductas repetidas, en un momento posterior pasarían a ser usos interpreta- eficacia señala a la costumbre (vid. S. de 16 de noviembre de 1985).
tivos y finalmente consolidados como usos normativos.
Dentro de los usos tienen una especial relevancia los usos negocíales, llamados
Nosotros creemos que no se puede establecer ninguna distinción objetiva entre también convencionales.
los usos con arreglo a sus perfiles exteriores o a su grado de5consolidación y que
tampoco es legítima la distinción entre usos sociales y usos jurídicos. Los usos son
siempre usos sociales y como tales usos existen o no. Desde el punto de vista del A) E L USO DE LOS NEGOCIOS
Derecho, lo único que hay son funciones diferentes que se pueden asignar a un
mismo uso. Quiere decirse que un mismo uso podrá en ocasiones ser meramente Los usos de los negocios, llamados también usos convencionales o usos del trá-
interpretativo o en otras ser normativo. Por ello, hablar de usos interpretativos o fico, son el modo usual y acostumbrado de proceder en el tráfico jurídico. Observa
no interpretativos es un grave error. Lo decisivo no son los tipos de usos, ya que la D E DIEGO eme la razón de su trascendencia jurídica «está en la verdad de expe-
tipología no se puede establecer, sino las funciones que desempeñan o que se les riencia de que los hombres, sin razón especial, no suelen apartarse de lo usual y
encomiendan. corriente, y que el autor o autores de un acto jurídico omiten frecuentemente toda
124 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA COSTUMBRE COMO FUENTE DEL DERECHO 125
expresa estipulación sobre aquellos puntos que van incluidos usualmente en estos no habían sido expresamente pactadas. Aquí entra enjuego para esclarecer o atri-
actos, porque los consideran comprendidos por sí mismo en ellos». buir un sentido y una significación a unas declaraciones que han sido expresamen-
te realizadas.
En su segunda parte, sin embargo, el artículo 1.287 atribuye al uso negocial una
B) LAS FUNCIONES DE LOS USOS DE LOS NEGOCIOS función más amplia. Por virtud del uso se suple en los contratos la omisión de
aquellas cláusulas que de ordinario suelen establecerse. El uso de los negocios tie-
Con carácter general se puede asignar a los usos de los negocios una doble fun- ne así una función supletoria, que actúa en defecto del pacto de las partes. La hi-
ción, a la que cabe denominar función reguladora y función interpretativa, que se pótesis de la norma supone que existe una laguna en el contrato —omisión de una
encuentra consagrada y descrita en los artículos 1.258 y 1.287 del Ce. cláusula— y trata de integrar dicha laguna haciendo entrar a formar parte del con-
a) Función reguladora e integrativa.—Conforme al artículo 1.258, los contra- tenido del contrato aquella cláusula usual, aunque las partes no la hayan incluido.
tos se perfeccionan por el mero consentimiento y desde entonces obligan no sólo Se supone que existe normalmente una voluntad dirigida a querer la cláusula omi-
al cumplimiento de lo expresamente pactado, «sino también a todas las consecuen- tida, lo que admite prueba en contrario.
cias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley». Se El problema que puede entonces plantearse consiste en averiguar si existe algu-
establece así lo que se pueden llamar las fuentes de la reglamentación contractual, na diferencia entre esta función supletoria del uso, consagrada por la segunda par-
es decir, las normas de donde surgen los deberes y obligaciones de los contratos. te del artículo 1.287, y la función reguladora según el artículo 1.258. La diferencia
De este modo, el artículo 1.258 distingue nítidamente por una parte la voluntad existe y debe ser destacada. En el artículo 1.258 el uso es una norma dispositiva
contractual estricta (lo expresamente pactado), y por otra parte, una serie de reglas que funciona de manera automática y objetiva, con total independencia de la vo-
que obligan a los contratantes con independencia de aquella voluntad. Basta que luntad de las partes. En cambio, en la segunda parte del artículo 1.287 la función
lo establecido por tales reglas sea consecuencia del contrato estipulado, de acuerdo supletoria se produce por vía de integración de la declaración de voluntad. Supone
con la naturaleza de éste. Entre ellas (que integran el contenido de un contrato), se una normal voluntad dirigida a querer la cláusula omitida y, por consiguiente, su
encuentra expresamente mencionado el uso. actuación podría quedar excluida demostrando la inexistencia de tal voluntad (p.
Ahora bien, de la misma forma que la ley (dispositiva) puede ser desplazada ej., las partes ni siquiera conocían tal uso). Por ello, la función del uso de los nego-
por la voluntad de las partes, también pueden serlo los usos. No constituyen éstos cios en el segundo párrafo del artículo 1.287 puede ser considerada como una «fun-
normas imperativas. ción de interpretación integradora». Además, y en apoyo de la diferencia con los
¿Es preferente el uso a la ley dispositiva? Salvo que ésta lo disponga o así lo usos del artículo 1.258, puede ser conveniente resaltar que estos últimos son usos
quieran los partes, el uso se pospone a la ley dispositiva, pues la jerarquización de de los negocios, de carácter general, mientras que los del artículo 1.287, en función
las fuentes del Derecho (art. 1 .°1) así lo indica. de interpretación integradora, son unos usos concretos y determinados; los del
b) Función interpretativa.—Está recogida en el artículo 1.287. Según dicho país, los locales, seguramente los del lugar de la celebración.
precepto, el uso o la costumbre del país se tendrá en cuenta para interpretar las
ambigüedades de los contratos, supliendo la omisión de cláusulas que de ordina-
rio suelen establecerse. En el artículo mencionado, pueden distinguirse dos partes C) EL USO COMO MODELO DE CONDUCTA
claramente distintas. La primera de ellas establece una función interpretativa: El
uso o la costumbre del país se tendrá en cuenta para interpretar la ambigüedad A veces, los usos son utilizados por la ley como punto o criterio de remisión,
de los contratos. En su función interpretativa el uso constituye un canon o criterio cuando se trata de fijar un modelo de conducta social. La conducta usual pasa a
hermenéutico al cual debe acudirse para determinar el sentido que poseen las de- ser el tipo de conducta que una persona debe tener dentro de una relación jurídica
claraciones de voluntad de las partes en un negocio jurídico. Cuando dichas de- o el límite que una actuación no puede sobrepasar lícitamente. Otras veces, con la
claraciones de voluntad son ambiguas o de significado dudoso, es lícito y razona- remisión a los usos y costumbres locales se hace referencia a la conducta que es
ble atribuirles, de manera objetiva, aquel significado que coincide con el sentido normal dentro de una localidad y que posee, por tanto, un valor de ejemplaridad.
usual en cada país (o en cada localidad). La función del uso en el artículo 1.287, Finalmente, los usos pueden aparecer también como medios de imputación o de
inciso 1.°, es claramente distinta de la que se establece en el artículo 1.258 que vi- exclusión de la responsabilidad de una persona (v. gr., diligencia normal, diligencia
mos antes. Allí el uso entraba en juego para determinar unas consecuencias que de un buen padre de familia).
126 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)

Con carácter general podemos decir que la conducta usual puede ser: a) una
conducta debida y, por tanto, el contenido o el módulo de fijación del contenido
de una obligación (p. ej., arts. 1.801, 1.894, etc., C.c); b) límite de una conducta
permitida y, por tanto, el módulo del ejercicio de un derecho y de sus límites (arts.
485,902, 1.750 C.c). 7. LOS PRINCIPIOS GENERALES
DEL DERECHO
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA

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únicamente laque se practique en el lugar donde ha de aplicarse, Academia Matritense del
Notariado, Estudios sobre el Título Preliminar del Código civil (varios autores), 1.1,1977, COMO FUENTE DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO
p. 55; ALCALÁ-ZAMORA: La prueba del Derecho consuetudinario, R.D.P, 1934, p. 145;
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nar del Código civil de 1889, en «Libro del Centenario del Código civil», 1.1, Madrid, 1990, «principios generales del Derecho»? Hay que confesar que esta idea, no obstante
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tini, 1992 (21), Milán; PENA LÓPEZ: La prueba de la costumbre en nuestro ordenamiento ju-
rídico, en Estudios en homenaje al profesor Diez-Picazo, t. 1, p. 739; Ruiz VADILLO: La
bajado, adolece de una falta de claridad. Parte de las dificultades que en esta ma-
costumbre en el Código civil español después de la reforma del Título Preliminar, Pretor, julio- teria se presentan tienen su raíz, en muy buena medida, en la dificultad de perfilar
agosto, 1974. el concepto, que, a su vez, depende de las concepciones filosóficas sobre el Derecho
y los fenómenos jurídicos en general. El problema de los principios generales del
Derecho guarda además una relación muy estrecha con el fenómeno denominado
de las «lagunas de la ley». Una laguna legal aparece como un fenómeno de inexis-
tencia de una ley aplicable a una determinada materia o a una determinada insti-
tución, o como una falta de previsión, por una ley efectivamente existente, de un
determinado punto que aparece como controvertido. La inexistencia de la ley o la
falta de previsión por la ley de un punto controvertido, puede encontrar, en orden
a sü integración, dos respuestas distintas. Para una corriente de pensamiento de
signo positivista, la laguna legal habrá de resolverse acudiendo a la fuerza expan-
siva de textos legales que regulan materias o puntos semejantes por aplicación de
las reglas de la lógica (v. gr., analogía). Cabe, en cambio, una respuesta no positi-
vista del problema, por virtud de la cual sea necesario acudir en ocasiones a crite-
rios no legislativos ni consuetudinarios. Aparece así la necesidad de decidir o de
resolver con arreglo a criterios extralegales, lo cual no quiere decir ni mucho menos
que estos criterios «extralegales» deban considerarse como «extrajurídicos».
Pero no es sólo la integración de las posibles lagunas de un texto legal lo que
obliga en muchas ocasiones a recurrir a criterios extralegales. También la determi-
nación del verdadero alcance, sentido o significación que dentro del ordenamiento
jurídico posee una determinada disposición legal, solamente puede hacerse, en

[127]
128 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO 129

ocasiones, acudiendo a aquéllos. Cuando hablamos, pues, de «principios generales jurídicos que el Tribunal apÜca y enumera los siguientes: 1.° Los convenios inter-
del Derecho» estamos haciendo referencia, prima facie, a estos criterios o valores nacionales, tanto generales como especiales. 2.° La costumbre internacional, como
no legislados, ni consuetudinarios. prueba de una práctica generalmente aceptada como Derecho. 3.° Los principios
Esta necesidad de acudir a criterios o valores extralegales ha existido en todos generales del Derecho reconocidos por las naciones civilizadas.
los momentos históricos. En Grecia se admitió la existencia, junto a la ley escrita, El tema de los principios generales del Derecho ha cobrado fuerza como medio
de una ley no escrita (agrafos nomos), derivada de la naturaleza y de las conviccio- de superación del positivismo y legalismo, y como instrumento utilizable para una
nes morales y religiosas. Este concepto de la ley no escrita fue heredado por Roma, politización de la aplicación del Derecho.
donde además fueron acuñadas otras ideas, como las de la ratio iuris, la natura
rerum o el Derecho constituido more et aequitate. En el pensamiento jurídico y fi-
losófico de la Edad Media se admitió con carácter general la idea de un «Derecho II. LA NATURALEZA DE LOS PRINCIPIOS GENERALES
natural», consagrada por la escolástica y recibida en el terreno jurídico, plenamen- DEL DERECHO: DIVERSAS POSICIONES DOCTRINALES
te, por los canonistas. En aquella época, entre los juristas de Derecho civil el pro- SOBRE LA MATERIA
blema central fue siempre el de la integración de las lagunas de los Derechos par-
ticulares (estatutos, fueros, etc.), que solía ser resuelto, en muchas ocasiones, La inteligencia de los principios generales del Derecho ha pasado en la actua-
admitiendo el carácter supletorio del Derecho romano justinianeo por reconocér- lidad a una etapa en la que se hace más fácil debido a la Constitución de 1978.
sele el valor de «ratio scripta» o bien simplemente (como en Aragón) ordenando Hasta entonces, la generalidad de la expresión era campo abierto para cualquier
acudir a la «razón natural». tendencia doctrinal.
El problema continúa siendo todavía debatido al llegar el momento de las co- Al tratar de concretar lo que entendemos por principios generales del Derecho
dificaciones. Al redactarse el Código francés se discutió mucho cuáles debían ser en aquella primera etapa, hay que destacar que, pese a la gran cantidad de opinio-
las fuentes supletorias del mismo, existiendo entre sus redactores alguna contro- nes, en esencia se reducen a dos las direcciones doctrinales, radicalmente distintas.
versia sobre si dicho valor supletorio había de atribuirse a la equidad, a la ley na- Para entendernos, podemos denominar a estas dos direcciones doctrinales, respec-
tural o a la razón. Las dificultades del intento, las protestas de algunos tribunales tivamente, dirección positivista y dirección iusnaturalista.
y probablemente la idea del Código como obra racional que se autointegra hicieron a) Para la dirección positivista los principios generales del Derecho son nor-
que en el Código civil francés el tema se omitiera. mas obtenidas mediante un proceso de abstracción de las propias leyes, de manera
La idea de unos «principios generales del Derecho» aparece por primera vez que délas leyes pueden o podrían derivarse. Los principios jurídicos generales son
en el Código civil austríaco de 1811, muy inspirado en la Escuela de Derecho na- en realidad «principios científicos» o «principios sistemáticos», o, dicho de otra
tural racionalista. Según el Código austríaco (art. 7.°), «si no se puede decidir una manera, los principios generales del Derecho son «principios del ordenamiento
cuestión jurídica, ni conforme a las palabras, ni según el sentido natural de una ley, jurídico», que resultan, por vía de sucesivas abstracciones, del conjunto de las nor-
se tendrá en cuenta lo que se decide por la ley en los casos análogos y en los fun- mas particulares. En ellos, las mismas normas particulares habrán encontrado ins-
damentos de otras leyes semejantes. Si resultare aún dudoso el caso, se decidirá piración. Dicho con otras palabras: son los antecedentes del ordenamiento positi-
de acuerdo con las circunstancias cuidadosamente recogidas y maduramente pe- vo, en los cuales el legislador se ha inspirado. Han penetrado en el ordenamiento
sadas, según los principios jurídicos naturales». Por su parte, el Código civil ita- jurídico a través de una legislación concreta, pero constituyen, en aquél, una suer-
liano de 1865, en el artículo 3.°, párrafo 2.°, de sus Disposiciones Preliminares, te de muros maestros o de pilares fundamentales de su estructura. En este sentido,
decía que «si una controversia no se puede decidir mediante una precisa disposi- los principios generales del Derecho son «los principios generales del ordenamien-
ción legal, se recurrirá a las disposiciones que regulan casos semejantes y materias to jurídico del Estado» en el Código civil italiano de 1942 (art. 12).
análogas y si el caso es aún dudoso, se decidirá conforme a los principios genera- b) Para la dirección iusnaturalista, en cambio, los «principios generales del
les del Derecho». Derecho» equivalen a las normas del «Derecho natural». Son normas que no tie-
Esta idea de los principios generales del Derecho hace fortuna y pasa a otros nen formulación positiva ni sanción estatal, pero que poseen innegable vigencia,
Códigos civiles más modernos, recogiéndosefinalmenteen el Derecho internacio- validez y obligatoriedad por formar parte de un sistema superior e ideal, al que de
nal. Efectivamente, el artículo 38 del Estatuto del Tribunal Internacional de Justi- aquella manera se le denomina. El Derecho positivo tiene como misión la determi-
cia, que forma parte de la Carta de las Naciones Unidas, señala los fundamentos nación y concreción de aquel Derecho natural, que es el iustum.
130 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO 131
Ninguna de estas dos direcciones son certeras si se les da carácter exclusivo y 2.° Los principios sociales y tradicionales, que expresan la convicción de un
excluyente. pueblo y que se impone a sus miembros; son creación del vivir de la comunidad, y,
No es exacta la asimilación de los principios generales del Derecho a los obte- a la vez, su autoridad deriva de la misma comunidad. Las naciones van creando
nidos mediante sucesivas abstracciones de las formas singulares de un ordenamien- valores y acumulando caracteres, que dejarán su impronta y constituirán el sello
to. La abstracción será un medio técnico en todo caso para descubrir qué principios de su personalidad a través de su largo vivir.
han sido los inspiradores de tales normas en algunos casos pero no en todos, tanto 3.° Los principios políticos, que son los impulsores de toda la maquinaria del
porque hay muchas normas que no son más que recursos circunstanciales para or- Estado y fuerza renovadora de la vida social. Son principios constituyentes que, al
denar la convivencia (LACRUZ), como porque las normas lo que normalmente re- cambiar, determinan que las leyes, aunque no alteren sus textos, tengan nuevo ca-
flejan es un aspecto parcial de los principios generales. Además, pueden existir rácter y sentido.
principios que no hayan agotado su potencialidad normativa por no haber tenido Por todo ello, no se puede afirmar rotundamente que los principios generales
cumplido desarrollo. se hallan fuera ni, por el contrario, dentro del ordenamiento jurídico. Lo que sí
La identificación de los principios generales del Derecho con las reglas del De- resplandece enlodo caso es su función vertebradora o estructuradora del mismo
recho natural no parece que pueda admitirse. Si aquéllos son los informadores del porque: 1.° Tienen un carácter básico y fundamental en la organización del grupo
ordenamiento jurídico (art. l.°4 del nuevo Título Preliminar), no cabe dudar de humano que por él se conduce. 2.° Revelan de modo espontaneo el sistema de
que, junto a las reglas del Derecho natural, juegan otros principios. Piénsese en el creencias y convicciones en que reposa la organización de tal grupo social. Y ello
ordenamiento de una sociedad de ideología liberal y en el de otra de ideología so- porque si el Derecho es una ordenación organizadora de la comunidad social, no
cialista. Es claro que las normas de sus instituciones serán distintas al serlo sus hay que olvidar que descansa en definitiva en un conjunto de creencias o de con-
principios informadores. Repárese también en la gran influencia que ejercen en un vicciones del grupo humano a que va destinado. La norma jurídica, en una con-
sector del ordenamiento unos principios bajo los que tradicionalmente se han des- cepción democrática, no es más que la expresión de la voluntad de la comunidad,
envuelto determinadas instituciones. No es igual, por ejemplo, nuestro Derecho que plasma así sus convicciones.
sucesorio, bajo cuyo subsuelo corren todavía criterios romanos, que el alemán, re- Los principios generales del Derecho no son exclusivamente meros criterios
gido por principios completamente diferentes. Además, aun admitiendo la equiva- directivos, ni juicios de valor simplemente, ni escuetos dictados de razón. Son au-^
lencia, la concepción que se tenga del Derecho natural determinará una manera de ténticas normas jurídicas en sentido sustancial, pues suministran pautas o modelos
entender los principios generales. Ha dicho Erik WOLFF certeramente, aludiendo de conducta. Cuando se dice, por ejemplo, que nadie puede enriquecerse injusta-
a las diversas concepciones del Derecho natural que pueden inclinar al escepticis- mente, o que nadie puede ejercitar abusivamente sus derechos, o que los pactos han
mo en cuanto a su misma existencia, que «nadie sabe nada seguro de ese Derecho de ser observados, es claro que se están proponiendo modelos de conductas a se-
natural, pero todo el mundo siente con seguridad que existe»1. guir.
Fuera del planteamiento radical que se ha expuesto, se han dado en la doctrina Estas normas gozan de una característica especial: no se encuentran fundadas
civilista otros conceptos de los principios generales, más amplios y reales. CLEMENTE en la autoridad del Estado, como ley, ni en los usos o prácticas de determinadas
DE DIEGO decía que «eran dictados de razón y convicciones jurídicas» y DE BUEN fuerzas o grupos sociales, como la costumbre. Tienen su fundamento en la comu-
admitía tres tipos: los inspiradores de nuestro Derecho positivo; los elaborados y aco- nidad entera, a través de sus convicciones y creencias, de forma que es ella el au-
gidos por la ciencia del Derecho; los que resulten de la conciencia social. Ha sido la téntico poder creador de las normas de que tratamos.
obra del profesor DE CASTRO Y BRAVO la que ha puesto un mayor énfasis en los prin-
cipios generales del Derecho, pues imponen la subordinación de los textos legales «a
los mandatos eternos de la Justicia, al sentimiento permanente nacional y a los fines III. LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO
constructivos del Estado». Distinguía DE CASTRO tres tipos de principios generales: Y SU CONSAGRACIÓN COMO TALES
1.° Los de Derecho natural, estimando que era ese Derecho la base del Dere-
cho positivo y había de informar todo el ordenamiento jurídico del Estado. La sustancia de los principios generales del Derecho consiste en que constitu-
yen normas básicas reveladoras de las creencias y convicciones de la comunidad
respecto de los problemas fundamentales de su organización y convivencia. Se
El problema del Derecho natural, trad. esp., Barcelona, 1961, p. 15. comprende en seguida que sean principios generales del Derecho: la dignidad y el
132 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO 133
respeto de la persona; el deber de indemnizar los daños culposamente causados; el Precisamente por la interrelación entre los principios generales del Derecho y
deber de restituir el enriquecimiento injusto; el ejercicio de los derechos conforme ordenamiento jurídico entendiendo aquéllos en el sentido que hemos expuesto rei-
a su función social, etc. teradamente, existe muchas veces una tensión entre Derecho y sociedad, cuando las
Para que una norma constituya un auténtico principio general del Derecho normas han nacido dentro de una determinada concepción del mundo (o sea, de las
basta su arraigo como una norma fundamental en la conciencia social. Por otra relaciones sociales y económicas o de producción), que ha cambiado paulatinamen-
parte, los principios generales son informadores del ordenamiento jurídico en ma- te, y al aplicarlas a una sociedad «distinta» se revelan inactuales. Piénsese en el prin-
yor o menor medida, pues si todo él reposa en un sistema de creencias y conviccio- cipio de la responsabilidad por culpa, cimiento de la normativa del Código civil en
nes del grupo humano al que afecta, es evidente la interrelación entre principios y la materia (art. 1.902). Las concepciones sociales imperantes no admiten que nadie
ordenamiento. De ahí que aquéllos puedan estar acogidos de una manera expresa que haya sido lesionado quede sin indemnización, prescindiendo de toda averigua-
en el texto de las leyes positivas o implícitos en la normativa concreta de las insti- ción sobre el calificativo que merezca (culposo ó doloso) el actuar del agente pro-
tuciones. ductor de la lesión. Se ha pasado, pues, a una objetivización de la responsabilidad,
Lo usual es que las leyes constitucionales modernas proclamen de forma so- con trascendencia en determinadas leyes y en la interpretación de la jurisprudencia
lemne los valores, creencias y convicciones del país. En nuestra Constitución de en materias no específicamente sujetas a ellas, de tal manera que un análisis de la
1978 su artículo 1.° propugna como valores superiores de nuestro ordenamiento misma muestra cómo su atención se centra en la reparación del daño, valorando
jurídico «la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político». Quiere ello para ello con un extremo rigor los factores causantes del mismo, en el sentido de
decir que la normativa que se dé ha de tratar de alcanzarlos, hacerlos realidad. Por detectar casi siempre fallos en el «deber de prever» que incumbe a toda persona, sin
su parte, el artículo 10.1 declara que «la dignidad de la persona, los derechos in- considerar que las conductas diligentísimas no son las que todos siguen.
violables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a Sin embargo, debemos insistir en que el carácter del principio general del De-
la Ley y a los demás son fundamento del orden político y de la paz social»2. recho no se lo da la norma que la formule, ni el rango o categoría del texto que lo
También se pueden señalar como principios el respeto a los derechos funda- haya recogido, en el caso de que lo haya recogido. A los principios generales del
mentales y libertades públicas recogidos en el Capítulo 2.° del Título I. El Capítu- Derecho quien les dota de valor es la convicción social, que es quien los crea y
lo 3.° de ese Título especifica los principios rectores de la política social y econó- quien en definitiva los mantiene. Ahora bien, al positivizarse no hay duda de que
mica, que informarán, dice el artículo 533, la legislación positiva, la práctica se convierte en una norma básica, principal, formuladora de un deber ser jurídico,
judicial y la actuación de los poderes públicos. En fin, la Constitución positiviza sin ligarse a un supuesto de hecho concreto o ligándose a un supuesto de hecho
en realidad los principios superiores del ordenamiento, que, si bien tienen distinta muy general o indeterminado.
naturaleza (principios políticos, de Derecho natural, económicos, legales como los La aplicación por la jurisprudencia (ciencia jurídica; actividad de los Tribuna-
del art. 9.°), todos tienen en común poseer el máximo rango. Es un texto legal lleno les) de un principio general es tarea delicada cuando no están positivizados, tanto
de principios, cuyo alcance y significado no es el mismo en todo caso. por la dificultad de detectar cuándo se está ante un principio que merezca esa con-
Otras veces los principios aparecen en textos que no tienen un rango constitu- ceptuación, como por la necesidad de evitar que se produzcan decisiones basadas
cional. Así, por ejemplo, el Código civil reconoce el principio de la autonomía de en puras convicciones personales de moralidad o justicia o incluso políticas del
la voluntad y libertad en la contratación en el artículo 1.255; el de la obligación de intérprete o del que aplica el Derecho.
reparar el daño causado por culpa o negligencia en el artículo 1.902; el de la segu- El Tribunal Supremo ha establecido de modo reiterado y constante que para
ridad del tráfico, que lleva a veces a sacrificar al titular legítimo de un derecho en casar una sentencia por aplicación indebida de un principio general, o por su falta
beneficio del que adquiere de un no titular si ha confiado honestamente en una de aplicación, es necesario que se trate de un principio recogido en la ley o en la
apariencia de titularidad en éste, etc. doctrina jurisprudencial, es decir, que su vigencia se infiera de la ley o de las sen-
tencias del Tribunal Supremo que lo hayan reconocido (Ss. de 29 de enero y 13 de
2
diciembre de 1962, y 10 de junio de 1966, entre otras). En cuanto a la jurispruden-
Dice el Tribunal Constitucional que constituyen el fundamento mismo del orden po- cia tiene aquí valor la afirmación de ESSER de que «desde y en la medida en que
lítico-jurídico del Estado (S. de 14 de julio de 1981). Señala GORDILLO CAÑAS que, en la han sido encarnados en una institución, por un acto constitutivo del poder legis-
medida en que esos valores se corresponden con la naturaleza humana, la norma constitu-
cional cumple su función de Derecho natural, en su subrogado imprescindible, o la media- lativo, de la jurisprudencia, o de la vida jurídica» poseen el carácter de Derecho
ción necesaria, de dicho Derecho. positivo.
134 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO 135
De esta manera ciertamente que se controla la positivización o, en otras pala- anteriores», pero que «además de desempeñar ese cometido, único en el que cum-
bras, la inserción defacto en el ordenamiento jurídico de los principios generales, plen la función autónoma de fuente del Derecho, pueden tener un significado in-
pero a cambio de una mutilación de sus funciones más genuinas, lo que parece ad- formador de la ley o de la costumbre».
misible en aras de la seguridad jurídica. Por consiguiente, de acuerdo con tales directrices, cabe señalar que, en nuestro
actual Derecho positivo, los principios cumplen dos funciones en cierta medida
No obstante, hay que tener en cuenta que esta limitación en el juego de los
principios generales del Derecho opera sólo en la materia civil, vinculada a la téc- diferentes: 1.° Una función autónoma de fuente del Derecho, que es subsidiaria y
nica del recurso de casación. En la jurisprudencia administrativa, por el contrario, se produce siempre que un supuesto de hecho que requiera una regulación o un
tiene una mayor desenvoltura la aplicación de los principios generales del Derecho. tratamiento jurídico no se encuentre contemplado o recogido por una norma jurí-
dica de carácter legal o de carácter consuetudinario. 2.° Una función o un signifi-
Los principios generales del Derecho, en cuanto plasmados o recogidos en la cado «informador», que los textos que hemos mencionado refieren indistintamen-
Constitución, tienen una verdadera función directiva e informadora de la legisla- te a las otras fuentes, ley y costumbre (base 1.a L.B. 1973 y Exposición de Motivos
ción, que ha de acomodarse a la norma suprema. De ahí que en cuanto queden del texto articulado), o al ordenamiento jurídico considerado en forma global
vulnerados o desconocidos en las normas jurídicas, darán lugar a su mantenimien- como sistema o estructura (art. 1.°, apartado 4). Tal significado «informador»parece
to y defensa por el Tribunal Constitucional a través de los cauces procesales espe- consistir en su posible utilización en la función interpretativa de las demás normas,
cialmente previstos (recursos de inconstitucionalidad). Lo mismo cabe decir en así como en su función de criterio de indicación del carácter y rango que a tales
cuanto a la violación de los derechos fundamentales y de las libertades públicas normas se les debe asignar (normas de Derecho común¿ excepcional, etc.).
(arts. 14 a 29 Constitución), si bien la vía procesal será el recurso de amparo ante Con mayor precisión y agudeza, DE CASTRO señalaba a los principios genera-
aquel Tribunal (vid. arts. 41 a 47 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional). les del Derecho una triple función:
Su vulneración o desconocimiento en los negocios jurídicos entre particulares im- 1.° Los principios generales del Derecho constituyen el fundamento de todo
plicará una extralimitación de la autonomía de la voluntad, no amparada por la el ordenamiento jurídico. Son desde este punto de vista las bases últimas de todo
ley (art. 1.255 del C e ) . el Derecho positivo. Son ellos «los que convierten al ordenamiento jurídico de con-
junto inorgánico en unidad vital».
2.° Los principios generales del Derecho son normas orientadoras de la fun-
IV. LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO ción interpretativa, en cuanto señalan los motivos y los criterios de interpretación
EN EL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL de las demás normas, indicando las fórmulas interpretativas que se deben elegir, v.
gr., una norma concorde con los principios generales del Derecho deberá ser obje-
La Ley de Bases para la modificación del Título Preliminar del Código civil de to de una interpretación extensiva y amplia mientras que, en cambio, cuando la
17 de marzo de 1973 ordenaba que se enumeraran de modo directo, sistemático y norma concreta aparezca en contradicción con un principio general su interpreta-
jerarquizado las fuentes del ordenamiento jurídico, manteniendo las ya recogidas ción deberá ser restrictiva.
en el Código y manteniendo también la primacía de la ley sobre las demás fuentes. 3.° Los principios constituyen un sistema de integración de las lagunas de la
El párrafo final del apartado 1 de la base 1 .a decía, además, que «los principios ge- ley. Cuando no existe ley aplicable a un punto controvertido y no existe tampoco
nerales del Derecho, sin perjuicio de su carácter informador de las demás fuentes, norma consuetudinaria que permita resolverlo, debe el juez decidir de acuerdo con
se aplicarán en defecto de normas legales y consuetudinarias». los principios generales del Derecho.
El texto articulado de 31 de mayo de 1974 se ha limitado en este punto a seguir
la pauta de la Ley de Bases, sin hacer de ella desarrollo alguno. Los principios ge-
nerales del Derecho se mencionan dentro de la enumeración de las tres fuentes en V. LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO
el apartado 1 del artículo 1.°, y en el apartado 4 del mismo artículo se dice que «los Y LAS REGLAS, MÁXIMAS Y APOTEGMAS JURÍDICOS
principios generales del Derecho se aplicarán en defecto de ley o costumbre, sin
perjuicio de su carácter informador del ordenamiento jurídico». Los principios generales del Derecho no deben confundirse con las llamadas
Glosando la norma, dice la Exposición de Motivos del texto articulado que los «reglas» o máximas jurídicas. Dentro de la expresión «reglas del Derecho» (regulae
principios generales del Derecho «actúan como fuente subsidiaria respecto de las iuris), que tienen su origen en el Derecho romano justianianeo, se comprenden
136 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO 137
fragmentos de afirmaciones de antiguos autores, de decisiones judiciales o de for- dinamento giuridico, Scritti, Milán, 1952,1, p. 125; GARCÍA DE ENTERRÍA: Reflexiones sobre
mulaciones doctrinales, que sólo tienen en común su forma concisa y fácil de rete- la ley y los principios generales del Derecho en el Derecho Administrativo, Estudios Serrano,
ner. En el Digesto (50,17,1) se las definía así: «es regla la que describe brevemente vol. II, p. 211; La Constitución como norma jurídica, A.D.C., 1979, p. 291; GARCÍA VALDE-
CASAS: La naturaleza de los principios generales del Derecho, «Rev. Inst. D Comp.», 19,1962,
cómo es u n a cosa. N o que el derecho derive de la regla, sino que ésta se abstrae del
p. 48; Los principios generales del Derecho en el nuevo Título Preliminar del Código civil,
derecho existente». Y a continuación se consignan una abundante enumeración de A.D.C., 1975, pp. 331; GORDILLO: Ley, principios generales y constitución, A.D.C., 1988, p.
ellos. Por ejemplo: «quodad initium vitiosum est nonpotest íractu tempore conveles- 469; LALAGUNA: Jurisprudencia y fuentes del Derecho, Pamplona, 1969; LEGAZ: Los princi-
cere»; «nemo plus iura ad alium transferre potest quam ipse habet»; «nullus videtur pios generales del Derecho, «Rev. Inst. D. Comp.», 19,1962, p. 51; MARÍN CASTÁN: Algunas
reflexiones de los principios generales del Derecho, Estudios Amorós Guardiola, 1.1, p. 185;
dolo faceré qui suo iure utitur», Qtc. MINISTERIO DE JUSTICIA: Jornadas de estudio sobre el Título Preliminar de la Constitución,
Con una expresión gráfica podemos decir que las reglas son refranes jurídicos 5 vols., Madrid, 1988; PRIETO SANCHÍS: Sobre principios y normas, Madrid, 1992; RUBIO
o fórmulas concisas que comprenden una experiencia jurídica. No tienen valor ju- LLÓRENTE y otros: Derechos fundamentales y principios constitucionales, Barcelona, 1995;
rídico propio y son simples recursos nemotécnicos o pedagógicos. No forman por VALLET DE GOYTISOLO: LOS principios generales en la interpretación del Derecho según el
profesor Federico de Castro, A . D C , 1994 (2), p.5.
sí mismas parte del ordenamiento jurídico, sino de la ciencia del Derecho.
Las reglas pueden tener, según su contenido, muy diversos sentidos:
a) Una regla puede ser una fórmula que sirva de vehículo a un principio ge-
neral del Derecho. Así, por ejemplo, la expresión «pacta sunt servando» es una ma-
nera concisa de enunciar el principio de obligatoriedad de los contratos. Aun en
este caso no es posible confundir la regla con el principio. La regla, por sí sola, es
algo que carece de valor, y es el hecho de que de alguna manera contenga y expre-
se una convicción normativa básica lo que le atribuye el valor de principio.
b) Una regla de Derecho puede ser también un vehículo de expresión resumi-
do del sentido de una institución o de un complejo de normas. Entonces las reglas
encierran en sí, resumidamente, como un recurso nemotécnico, una o varias nor-
mas jurídicas concretas, de carácter legal o consuetudinario.
c) Finalmente, hay reglas que aparecen vacías de propio contenido normativo
y que son, dice D E C A S T R O , «puras abstracciones o simplificaciones de una doc-
trina jurídica». Su significación es, en este caso, puramente doctrinal y se limita a
expücar o resumir una teoría formulada para solucionar un problema de inteligen-
cia o de comprensión de una institución o de un mecanismo jurídico.

BIBLIOGRAFÍA SUMARIA

ARCE Y FLÓREZ-VALDÉS: Los principios generales del Derecho y su formulación consti-


tucional, Madrid, 1990; CADARSO PALAU: Comentarios a las reformas del Código civil (varios
autores), vol. I, Madrid, 1977, p. 70; D E CASTRO: Fuentes del Derecho e interpretación,
A.D.C., 1958, p. 235; DE DIEGO: Los principios generales del Derecho, R.D.P., 1916, p. 285;
D E LOS MOZOS: Norma, principio y sistema en la integración del sistema en la integración del
ordenamiento jurídico. Estudios De Castro, 1976, II, p. 321; DEL VECCHIO: Los principios
generales del Derecho, Barcelona, 1933; DÍEZ-PlCAZO, en Comentarios a las reformas del
Código civil, I, E. Tecnos, Madrid, 1977; Los principios generales del Derecho en el pensa-
miento de Federico de Castro, A.D.C., 36, 4, 1983, p. 1263; DORAL: La noción de orden pú-
blico en el Derecho español, Pamplona, 1967; ESSER: Principio y norma en la elaboración
jurisprudencial del Derecho privado, Barcelona, 1961; FERRARA: I principi generali delV or-
LA JURISPRUDENCIA 139
pilarlas y, en su caso, de compararlas y analizarlas. 3.° Descontento respecto de la
actuación del poder legislativo, no sólo por su contenido sino por su imposición
estatal, y por su inestabilidad y arbitrariedad. 4.° La admiración desmedida hacia
el sistema de la commonlaw, olvidando que el llamado «Derecho del caso», por la
8. LA JURISPRUDENCIA inseguridad jurídica que origina, entre otros defectos, ha originado un aumento
creciente y acelerado de la producción legislativa en todos los países de common
law. En Estados Unidos, acompañado de un movimiento importantísimo favorable
a la codificación y unificación jurídica.
I. LA JURISPRUDENCIA: SU PUESTO Y SIGNIFICADO
DENTRO DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO
B) LA JURISPRUDENCIA COMO FUENTE DEL DERECHO
A) CONCEPTO AMPLIO Y CONCEPTO ESTRICTO DE LA JURISPRUDENCIA

Entre nosotros existe ya una antigua discusión en torno a si la jurisprudencia


Cuando se habla de jurisprudencia, la expresión se puede utilizar en un doble
es o no fuente del Derecho, discusión en la que las dos posibles tesis, afirmativa y
sentido. En un sentido amplio, se acuñó dicha expresión en el Derecho romano y
negativa, han sido mantenidas. La polémica quedó a medias zanjada en el Título
se utiliza todavía modernamente entre los alemanes y los anglosajones. La juris- Preliminar del Código civil, y limitada concretamente a la jurisprudencia del Tri-
prudencia es la prudentia iuris, que en las fuentes romanas se define como noticia bunal Supremo.
de las cosas divinas y humanas (divinarían atque humanarum rerum notitid) y como
Para KELSEN, los jueces dictan normas individuales con sus sentencias, deter-
el arte o la ciencia de lo justo y de lo injusto (iusti atque iniusti scientid). Sin que
minadas en su contenido por las normas generales, al estatuir una sanción concre-
sea necesaria una precisión mayor, se puede identificar esta idea de jurisprudencia
ta. La creación de una norma individual se presenta así como una etapa final en el
con lo que en ocasiones se llama también la «ciencia del Derecho».
proceso iniciado con la erección de la Constitución (norma superior de la que de-
En un sentido más restringido y concreto, especialmente en los países latinos,
rivan todas, en una jerarquía o escalonamiento) y que, pasando por la legislación
la expresión jurisprudencia se ha utilizado para designar el conjunto de criterios
y la costumbre, lleva a la sentencia judicial y de ésta a la ejecución de la sanción.
de interpretación y aplicación de las normas, costumbres y principios generales
El juez crea la norma individual observando las condiciones que al efecto le impo-
del Derecho establecidos por el ususfori o por los tribunales de justicia. En for-
ne la norma superior. El mandato contenido en la sentencia de que Pedro pague a
ma todavía más restringida, se utiliza la noción para aludir a tales criterios cuan-
Juan el millón de pesetas que recibió en préstamo, es tan norma como la general y
do provienen del órgano jurisprudencial al que se atribuye la misión de controlar
abstracta que ordena al prestatario devolver lo prestado2. Cuando una norma ge-
la aplicación de las leyes por los órganos judiciales y de uniformar en la medida
neral enlaza una determinada pena al delito de homicidio, no es el hecho en sí de
de lo posible los criterios de interpretación, que entre nosotros es el Tribunal que un hombre haya matado a otro, sino el hecho de que un órgano competente
Supremo. según el orden jurídico haya establecido, conforme a un procedimiento determina-
En cualquiera de estos dos últimos aspectos goza en la actualidad de una va- do por ese orden, que un hombre ha cometido un homicidio, lo que configura la
loración extraordinaria. Federico DE CASTRO1 destaca como causas más relevantes sanción estatuida.
del fenómeno las siguientes: 1.° Desengaño y reacción contra el positivismo lega-
En un sentido diametralmente opuesto se manifiestan las teorías que conciben
lista y dogmático; no todo el Derecho brota de la ley, lo que origina el amplio mo-
la función judicial como una mera aplicación del Derecho. El juez no crea normas
vimiento del «Derecho libre». 2.° Desgana teórica y pérdida de autoridad de los
jurídicas con su sentencia, se limita a descubrir y aplicar al caso concreto el Dere-
autores; después de una época de gran producción científica, una nueva generación
cho vigente. La configuración de las consecuencias jurídicas, por tanto, no es obra
cansada o escéptica deja la crítica de las sentencias y se entrega a la tarea de reco-
suya. Podrá moverse con mayor o menor libertad en la determinación de si el su-
puesto real es el que previo la norma para enlazarle efectos jurídicos, o incluso
Fuentes del Derecho e interpretación jurídica, A.D.C., 1958, pp. 245-252.
2
KELSEN se refiere a la sentencia que no puede ser ya discutida en otro procedimiento,
[138] la que tiene autoridad de cosa juzgada.
140 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA JURISPRUDENCIA 141
modalizar o matizar éstos si dicha norma se lo permite. Pero el juez nunca impone son siempre decisiones concretas sobre casos concretos. Los órganos jurisdiccio-
su voluntad, sino la voluntad del Derecho objetivo, es su viva voz. nales de un Estado podrían anunciar en un edicto, como cada año hacía el pretor
Esta concepción de la labor judicial no parece adecuarse en la actualidad a la romano, las directrices de su actuación y, con ello, dar normas. Al decidir litigios,
realidad jurídica. La frecuencia cada vez mayor con que el legislador deja los su- deciden casos concretos y sus decisiones lo son sólo de casos concretos. No son,
puestos de hecho de la norma poco dibujados, el frecuente uso de los conceptos por consiguiente, verdaderas normas. Cuando las sentencias se tienen que fundar
jurídicos indeterminados (buena o mala fe, interés público, etc.), e incluso el poner o motivar, al lado de las decisiones aparecen las motivaciones, y en ellas afirma-
en manos del juez el que se produzca o no la consecuencia jurídica establecida en ciones que son de tipo argumentativo o formas de razonamiento jurídico. Estas
la ley3, desmienten que el juzgar sea una operación mecánica de subsunción del afirmaciones contienen importantes criterios sobre el material normativo, al que
hecho real en el figurado en la norma. Hay, por el contrario, una cierta dosis de depuran, al que limitan, interpretan, etc., pero sin ser normas jurídicas.
poder creador o, si se quiere, de configuración, en una palabra, de voluntad. Otra
cosa es que su actividad origine normas jurídicas, y como tales, obligatorias.
Es evidente que la decisión judicial carece de los caracteres de abstracción y C) E L PAPEL DE LA JURISPRUDENCIA EN EL TÍTULO PRELIMINAR
generalidad en grado mínimo, es decisión sobre un caso, y por ello no afectante a DEL CÓDIGO CIVIL
quien no es parte en el procedimiento judicial. Si a esto se le quiere llamar norma
individual, no hay inconveniente, pero hay que precisar de inmediato que se trata La Exposición de Motivos del texto articulado del Título Preliminar de 1974
de una norma especial, sin los requisitos de las generales. No propone ni manda dice que a «la jurisprudencia, sin incluirla entre las fuentes, se la concede la misión
un modelo de conducta a seguir. de complementar el ordenamiento jurídico». En efecto, añade la Exposición de
Otra grave dificultad deriva del cambio de la jurisprudencia. Dice al respecto Motivos, la «tarea de interpretar y aplicar las normas en contacto con las realida-
Federico DE CASTRO que una ley deroga a la anterior clara y públicamente y va des de la vida y los conflictos de intereses da lugar a la formulación por el Tribunal
acompañada de reglas que señalan, limitan o impiden su eficacia retroactiva. Con Supremo de criterios que si no entrañan la elaboración de normas en sentido pro-
el sistema de jurisprudencia-fuente, toda regla queda bajo la amenaza de que sin pio y pleno, contienen desarrollos singularmente autorizados y dignos, con su re-
anuncio ni promulgación resulte derogada en el momento mismo de dictarse la iteración, de adquirir cierta trascendencia normativa».
sentencia. Como en la concepción jurídica absolutista, los jueces guardarían in El apartado 6 del artículo 1.° del texto articulado, siguiendo esta pauta, dice
scrinio pectoris la disposición por la que habrán de decidir, cuando el caso llegue, que «la jurisprudencia complementará al ordenamiento jurídico con la doctrina
sobre la vida, el honor y la fortuna de cada uno. que, de modo reiterado, establezca el Tribunal Supremo al interpretar y aplicar la
Otra tesis sobre el valor de la jurisprudencia como fuente del Derecho, especial- ley, la costumbre y los principios generales del Derecho». La línea que ha seguido
mente cara a la doctrina francesa, es su consideración como costumbre. Tampoco el Título Preliminar del Código civil parece de algún modo como una línea inter-
parece que pueda acogerse entre nosotros, porque sólo son costumbres las normas media o transaccional entre las dos corrientes contrapuestas antes citadas —es, no
creadas e impuestas por los usos sociales, lo que excluye de su campo las directrices es fuente del Derecho—. Transacción o línea intermedia que no llega a poseer una
de los órganos del Estado como en definitiva son los jueces y tribunales de justicia. total coherencia, como todos los eclecticismos.
En suma, las sentencias no crean normas jurídicas que puedan situarse en un Si quisiéramos resumir de algún modo las ideas que el Código civil establece
plano de igualdad o de hermandad con las normas legales e incluso con las normas en este punto, lo podríamos hacer estableciendo las siguientes proposiciones:
consuetudinarias. Lo que hasta aquí hemos llamado normas jurídicas son reglas 1.° La jurisprudencia no es fuente del Derecho, porque no se encuentra den-
que poseen un importante grado de generalidad y de abstracción tanto en sus su- tro de la enumeración de fuentes del apartado 1 del artículo 1.°
puestos de hecho como en las consecuencias jurídicas que con tales supuestos de 2.° Se aproxima, sin embargo, a las fuentes del Derecho en cuanto que se la
hecho hay que ligar. Estas reglas pueden, en ocasiones, deberse a una previa crea- menciona en el mismo artículo y capítulo que se refiere a ellas.
ción jurisprudencial, no hay para ello especiales dificultades teóricas. Lo que pa- 3.° La función que se le asigna es la de complemento o de integración del orde-
rece claro es que no pueden aparecer o manifestarse nunca en las sentencias, que namiento jurídico. No está entre las fuentes de éste, pero le sirve de complemento.
La jurisprudencia complementa al ordenamiento jurídico con la doctrina que
3
Lo que se comprueba en la Ley de 24 de octubre de 1983, reformadora de la tutela en establezca el Tribunal Supremo sobre aplicación de las fuentes, decía la base 4.a de
el Código civil, que estudiaremos en el capítulo dedicado a la incapacitación. la Ley de 1973, que es desenvuelta en el texto articulado como doctrina que, de
142 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA JURISPRUDENCIA 143
modo reiterado, establezca el Tribunal Supremo al interpretar y aplicar la ley, la ción de la jurisprudencia en un puesto aproximado al de las fuentes del Derecho.
costumbre y los principios generales del Derecho, es decir, el Derecho emanado de Así, al regular el recurso de inconstitucionalidad contra las leyes, el artículo
esas fuentes. Por tanto, no es una propia fuente del Derecho. Las fuentes del De- 161.1 .a) dice que la inconstitucionalidad de una norma jurídica con rango de ley,
recho son lo que la jurisprudencia interpreta y aplica. Además, no se debe olvidar «interpretada por la jurisprudencia, afectara a ésta, si bien la sentencia o senten-
que la Exposición de Motivos del texto articulado advierte que «no entraña la ela- cias recaídas no perderán el valor de cosa juzgada». Es especialmente lógico en-
boración de normas en sentido propio y pleno», aunque la ambigüedad se produ- tender que la doctrina creada por los tribunales en relación con una ley decae
ce a continuación, al decir que los criterios del Tribunal Supremo «contienen de- por sí sola si tal ley es declarada insconstitucional. Sin embargo, el constituyen-
sarrollos autorizados y dignos, con su reiteración, de adquirir cierta trascedencia te creyó necesario aclararlo, para que no hubieran dudas al respecto, con lo cual,
normativa». En realidad, aquí lo que se hace es una concesión formal y retórica a evidentemente, reconocía lo que antes hemos llamado «el valor normativo de la
la tesis de que la jurisprudencia es fuente del Derecho, porque no se especifica en juriprudencia».
ningún lugar qué es esa trascendencia normativa. En otras palabras, con aquellas
expresiones lo que se hace es recoger el valor que defacto poseen los criterios del
Tribunal Supremo en la interpretación y aplicación de las reglas jurídicas, cuyo II. LOS REQUISITOS DE LA JURISPRUDENCIA
conocimiento es indispensable para el jurista. COMO COMPLEMENTO DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO

Para que la jurisprudencia cumpla su función complementaria es necesario que


D) LA JURISPRUDENCIA Y LA CONSTITUCIÓN posea los siguientes requisitos, según doctrina constante del Tribunal Supremo:
1.° Una cierta dosis de estabilidad de los criterios o doctrinas, manifestada
Los artículos 117 a 122 de la Constitución, dedicados al poder judicial, contie- en la reiteración de su utilización o aplicación. En forma más concreta se dice que
nen, en relación con nuestro actual tema, algunos preceptos que nos interesan es- es menester que existan, por lo menos, dos fallos o sentencias. No hay jurispruden-
pecialmente. En ellos se proclama la especial sujeción del poder judicial a la ley, lo cia cuando las afirmaciones se encuentran contenidas en una sola sentencia.
que implica la terminante prohibición de creación judicial del Derecho. No es po- Hay que advertir que no está obligado el Tribunal Supremo a seguir siempre
sible la invasión del poder legislativo por parte del judicial, como corresponde a un con una misma doctrina jurisprudencial; puede variarla o modificarla, fundamen-
sistema de separación de poderes. tando suficiente y razonablemente las causas de la modificación (SSTC, Ss. 25/1988,
Además de encontrarse sometido al imperio de la ley, el poder judicial, como de 24 de marzo, Sala 2.a; y 1/1990, de 15 de enero, Sala 2.a; en recursos de amparo
un poder del Estado, lo está «a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídi- ambas por pretendida vulneración del principio constitucional de igualdad ante la
co» (art. 9.1 CE.), por lo que es lógico entender que se le impone el deber de res- ley, recogido en el art. 14 CE.).
petar el sistema de fuentes, dentro del cual, con las matizaciones que antes hemos 2.° Es necesario que los criterios o doctrinas hayan sido utilizados como ra-
señalado, puede incluirse la jurisprudencia del Tribunal Supremo. zón básica para adoptar la decisión iratio decidendi). No tienen, por consiguiente,
En el artículo 117 aparece también la idea de que los órganos jurisdiccionales valor de jurisprudencia las afirmaciones que el Tribunal puede haber hecho con
juzgan y hacen ejecutar lo juzgado, de manera que aplican el Derecho en los casos carácter incidental o como argumentaciones subsidiarias o a mayor abundamiento
concretos, pero no lo crean. En ese mismo sentido el apartado 4 del artículo 117 (obiter dicta). La distinción entre lo que en cada sentencia es verdadera ratio deci-
CE., al preceptuar de forma categórica que «los Juzgados y Tribunales no ejerce- dendi y lo que son puros obiter dicta constituye una delicada tarea de interpretación
rán más funciones que las señaladas en el apartado anterior y las que expresamen- de la sentencia que no es nunca fácil de hacer.
te les sean atribuidas por ley en garantía de cualquier derecho», ordena, consecuen- 3.° Debe existir sustancial identidad entre los casos concretos decididos por
temente, que cualquier función distinta de la de juzgar y ejecutar lo juzgado debe las sentencias y aquel otro al que se le quiere aplicar la doctrina jurisprudencial.
ser expresamente atribuida por una ley, y es menester también que tal atribución Aun cuando el razonamiento haya sido hecho en aplicación de un mismo precepto
tenga como finalidad la de garantizar «cualquier derecho», con lo que se alude legal, no llega a constituir un cuerpo de doctrina si tal aplicación se realiza sobre
únicamente a derechos subjetivos concretos. supuestos diferentes.
Ello no obstante, no puede negarse que en la Constitución existe algún rastro Dentro del Tribunal Supremo, sólo es jurisprudencia civil la emanada de la Sala
de la idea del valor normativo de la jurisprudencia o, por lo menos, de la ubica- Primera. Las afirmaciones hechas por otras Salas, aunque se refieran a la interpre-
144 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA JURISPRUDENCIA 145
tación o aplicación de preceptos civiles para la solución de los casos de su especí- sión de la jurisprudencia la de crear o producir tales principios, puesto que los
fica competencia, no son jurisprudencia civil. principios, como fuente autónoma, preexisten a la jurisprudencia y son producto
Hay que señalar también que sólo es jurisprudencia civil la que se contiene en de las convicciones y de las creencias sociales imperantes o de los juicios dé valor
las sentencias de la Sala Primera que resuelvan recursos de casación, y no lo es la generalizados en la sociedad. La jurisprudencia, sin embargo, lleva a cabo lo que
doctrina contenida en otras resoluciones o fallos de dicha Sala. se puede llamar una consagración de los principios, de manera que en un momen-
to dado pueden existir principios generales ya recibidos en la jurisprudencia, al
lado de otros que se encuentren en situación latente en las normas y ella los descu-
III. VALOR DE LA DOCTRINA JURISPRUDENCIAL bre. Por ejemplo, cuando el Tribunal Supremo consagra las reglas de que nadie
puede enriquecerse torticeramente o sin causa en daño de otro, de que nadie puede
En nuestra opinión, la doctrina jurisprudencial constituye, como su nombre ir en contra de sus propios actos o de que pueden revisarse los contratos duraderos
indica, un cuerpo de doctrina, que posee la autoridad que le proporciona el órgano cuando se produce una notable e imprevista modificación de las circunstancias.
del que emana y que debe entroncarse en las funciones que dicho órgano realiza
en relación con el ordenamiento jurídico o con el sector del mismo en el que actúa.
A la doctrina jurisprudencial se le pueden asignar tres tipos de funciones: IV. LA JURISPRUDENCIA Y EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
1.° Una función de simple interpretación o de interpretación en sentido es-
tricto. Mediante ella, el Tribunal Supremo establece el alcance y la inteligencia o la El Título IX de la Constitución de 1978 contiene los preceptos atinentes al Tri-
significación de una expresión ambigua u oscura de un determinado precepto legal. bunal Constitucional que crea, y que ha sido objeto de regulación por la Ley Or-
Por ejemplo, cuando el artículo 1.976.2.° Ce. habla de «profesores» en relación gánica de 3 de octubre de 1979, modificada por otras Leyes Orgánicas posteriores.
con la prescripción de la acción para recibir los emolumentos u honorarios, se en- Su artículo Lo lo califica de «intérprete supremo de la Constitución», «sometido
tiende que lo son no sólo quienes imparten una enseñanza, sino quienes profesio- sólo a la Constitución y a la presente Ley Orgánica», «único en su orden y extien-
nalmente se dedican al ejercicio de una actividad (v. gr., los médicos, S. 7 de no- de su jurisdicción a todo el territorio nacional». Por lo que respecta a la jurispru-
viembre de 1940). dencia como fuente del Derecho, hay que examinar el efecto que produce en ella
2.° Una labor de interpretación integradora de las normas, cuando se intro- las resoluciones del Tribunal Constitucional.
ducen en ellas variantes que, sin aparecer expresamente en las mismas, son exigidas Dice la Constitución que, si una norma jurídica con rango de ley ha sido interpre-
por su coherencia sistemática dentro del ordenamiento jurídico o por cualquier tada por la jurisprudencia, su declaración de inconstitucionalidad efectará a dicha
otro tipo de razones. jurisprudencia, si bien la sentencia o sentencias recaídas no perderán el valor de cosa
Por ejemplo, en los supuestos de doble venta, los párrafos 1.° y 3.° del artículo juzgada [art. 161.1.a)]. Por su parte, el artículo 38.1 L.O.T.C. dispone: «Las sentencias
1.473 Ce. atribuyen la propiedad al comprador que primero haya tomado posesión recaídas en procedimiento de inconstitucionalidad tendrán el valor de cosa juzgada,
de la cosa siempre que exista buena fe. En cambio, el párrafo 2.° de dicho artículo, vincularán a todos los Poderes Públicos y producirán efectos generales desde la fecha
tratándose de bienes inmuebles, atribuye la propiedad al primero que haya logrado de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.» SQgímáoctúasi del Tribunal Cons-
la inscripción en el Registro, sin hacer mención para nada de la buena fe. El Tribu- titucional, «tendrán efectos vinculantes y generales tanto los pronunciamientos con-
nal Supremo, sin embargo, ha dicho en reiteradas ocasiones que también para al- tenidos en el fallo, cualquiera que sea su sentido, como la doctrina jurisprudencial
canzar la propiedad en los casos de doble venta en aplicación del párrafo 2.° del en que se basen dichos pronunciamientos» (S. 15/1991, de 28 de enero).
artículo 1.473 es necesaria la buena fe. Refiriéndose a la doctrina derivada de las sentencias y autos que resuelvan recur-
Es en esa jurisprudencia integradora donde se realiza una función creadora, sos y cuestiones de inconstitucionalidad, el artículo 40.2 L.O.T.C. preceptúa: «En
pero siempre dentro del respeto de la ley, pues es de ella de donde se han de extraer todo caso, la jurisprudencia de los Tribunales de Justicia recaída sobre Leyes, dis-
los criterios aplicables al caso, buscando siempre la efectividad de los valores sobre posiciones o actos enjuiciados por el Tribunal Constitucional habrá de entenderse
los que se asienta el ordenamiento jurídico (art. 1 .°1 CE.). corregida por la doctrina derivada de las sentencias y autos que resuelvan los pro-
3.° Por último, la jurisprudencia tiene una muy notable misión cuando a fal- cesos constitucionales.» En realidad, la jurisprudencia queda sustituida por la doc-
ta de especiales normas legales o consuetudinarias, ha de llevar a cabo la decanta- trina del Tribunal Constitucional, no se integra en aquélla; emana de un órgano
ción y aplicación de los principios generales del Derecho. No creemos que sea mi- distinto, el Tribunal Constitucional, no es doctrina propia del Tribunal Supremo.
146 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA JURISPRUDENCIA 147
Así pues, con arreglo al precepto acabado de citar la jurisprudencia puede ver- tucionalistas, pues se ve en él un nuevo juicio que se hace sobre su actuación, segu-
se afectada por «sentencias y autos» resolutorios de recursos y cuestiones de in- ramente necesario en muchos casos para detectar si ha existido infracción
constitucionalidad del Tribunal Constitucional, mientras que sólo las sentencias constitucional o no.
recaídas en procedimiento de inconstitucionalidad tienen una eficacia general. Es
evidente que la afección de la jurisprudencia en el primer caso es mucho más in-
tensa. V. LA JURISPRUDENCIA Y EL RECURSO DE CASACIÓN
La declaración de inconstitucionalidad no permite «revisar procesos fenecidos
[...] salvo en el caso de los procesos penales o contencioso-administrativos referen- En su prístino originario sentido, el recurso de casación fue introducido tras la
tes a un procedimiento sancionador en que, como consecuencia de la nulidad de la Revolución francesa como un instrumento de defensa de la ley entendida como ex-
norma aplicada, resulte una reducción de la pena o de la sanción o una exclusión, presión de la voluntad general y, por consiguiente, de la soberanía nacional. Signifi-
exención o limitación de responsabilidad» (art. 40.1 L.O.T.G). ca ello que el recurso de casación tema que fundarse, necesariamente, en la existencia
La propia jurisprudencia no es susceptible de impugnación por la vía de la in- de una violación de ley. El recurso de casación español, introducido en la Ley de
constitucionalidad ante el Tribunal Constitucional. La Constitución no ha recogido Enjuiciamiento Civil de 1881, nunca fue un recurso de casación puro, ya que, al lado
—ni, por supuesto, la L.O.T.C— esta posibilidad, pues fracasaron en el transcurso de la violación de ley, admitió también, como posible fundamento, el error de hecho
de su elaboración las propuestas de extensión del recurso de inconstitucionalidad a o de derecho de la apreciación de las pruebas. Del mismo modo, al lado de la estric-
la jurisprudencia complementaria del ordenamiento jurídico. ta violación de ley, se admitió también la infracción de «doctrina legal». Esta expre-
Panorama distinto es el que presentan las sentencias del Tribunal Constitucio- sión, notablemente confusa, dio lugar a diferentes interpretaciones.
nal en los recursos de amparo que ante él se sustancien por violación de los dere- La reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil introducida por la Ley de 8 de
chos y libertades recogidos en los artículos 14 a 29 de la Constitución y del de ob- agosto de 1984 eliminó la alusión al perturbador término «doctrina legal», que-
jeción de conciencia. Si tiene su origen directo e inmediato en un acto u omisión dando sustituido por «jurisprudencia».
de un órgano judicial, el artículo 54 L.O.T.C. limita la función de la Sala del Tri- Por consiguiente, tras la Ley de 1984, se admitió el recurso de casación por in-
bunal Constitucional que conoce del recurso, «a concretar si se han violado dere- fracción de jurisprudencia que fuera aplicable para resolver las cuestiones objeto
chos o libertades [...] y se abstendrá de cualquier otra consideración sobre la actua- del pleito, si bien el legislador no otorgó valor normativo directo a la jurispruden-
ción de los órganos jurisdiccionales». Se quiere así evitar cualquier intromisión en cia, toda vez que pareció separar las «normas del ordenamiento jurídico» y la ju-
la potestad jurisdiccional de juzgar, salvo, naturalmente, en lo que se refiere al des- risprudencia.
conocimiento de aquellos derechos y libertades. De hecho, sin embargo, esta última Distinta es la situación creada por la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil (mo-
limitación priva de absoluta libertad al órgano jurisdiccional para conocer y fallar, dificada por la Ley 37/2011, de 10 de octubre, de medidas de agilización procesal):
originando que el recurso de amparo se quiera convertir en otro recurso de casa- el recurso de casación tiene que fundarse siempre, como motivo único, en la infrac-
ción más a todo evento. ción de normas aplicables para resolver las cuestiones objeto del proceso.
La sentencia que otorgue el amparo deberá contener alguno o algunos de estos Pero la sentencia que se recurre en casación puede serlo bien porque la cuantía
pronunciamientos a tenor del artículo 55.1 L.O.T.C: del pleito sea superior a 600.000 euros, o bien porque presente interés casacional.
a) Declaración de nulidad de la decisión, acto o resolución que hayan impe- En este segundo supuesto no se exige que el pleito alcance aquella cuantía. Habrá
dido el pleno ejercicio de los derechos o libertades protegidos, con determinación interés casacional cuando la sentencia recurrida se oponga a doctrina jurispruden-
en su caso de la extensión de sus efectos. Por ejemplo, nulidad de todas las actua- cial del Tribunal Supremo o resuelva puntos y cuestiones sobre los que existe juris-
ciones posteriores a la resolución impeditiva del pleno ejercicio. prudencia contradictoria de las Audiencias Provinciales, o aplique normas que no
b) Reconocimiento del derecho o libertad, de conformidad con su contenido llevan más de cinco años en vigor, siempre que, en este último caso, no existiera
constitucionalmente declarado. doctrina jurisprudencial del Tribunal Supremo relativa a normas anteriores de
c) Restablecimiento del recurrente en la integridad de su derecho o libertad igual o similar contenido (art. 477).
con la adopción de medidas apropiadas, en su caso, para su conservación. De lo expuesto se desprende que el recurso de casación tiende ahora a equipa-
El proceso de amparo constitucional contra las resoluciones de los órganos ju- rarse a las normas legales que puede haber infringido la sentencia con la doctrina
risdiccionales es el que más críticas ha suscitado en los juristas que no son consti- jurisprudencial del Tribunal Supremo, a través del «interés casacional».
148 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)
Atendiendo a la organización territorial del Estado y subsiguiente creación de
las Autonomías, donde en sus Estatutos se contiene la organización judicial, y,
dentro de ellas, se considera a los Tribunales Superiores de Justicia como vértices
de aquella organización, el artículo 477.3 LEC, en su último párrafo, dice: «Cuan-
do se trate de recursos de casación de los que deba conocer un Tribunal Superior de 9. LA APLICACIÓN
Justicia, se entenderá que también existe interés casacional cuando la sentencia
recurrida se oponga a la doctrina jurisprudencial o no exista dicha doctrina del
DE LAS NORMAS JURÍDICAS
Tribunal Superior sobre normas de Derecho especial de la Comunidad Autónoma
correspondiente». Por tanto, al existir interés casacional por esos motivos, cabrá el
recurso de casación4. I. LAS ACTIVIDADES DE APLICACIÓN DE LAS NORMAS
JURÍDICAS

BIBLIOGRAFÍA SUMARIA Las normas jurídicas tratan, sobre todo, de ser aplicables a la realidad.
El conjunto o la serie de actividades llevadas a cabo para ajustar la realidad
ALCALÁ-ZAMORA TORRES: La jurisprudencia y la vida del Derecho, «R. Acad. de C.
Morales», Discursos, Madrid, 1924, p. 477; ÁNGLADA: La jurisprudencia como fuente del social a los dictados de las normas jurídicas se suele conocer con el nombre de
Derecho, Est. Castán, Pamplona, 1969, IV, p. 69; BOEHMER:El Derecho a través de la juris- «aplicación» del Derecho. Se habla de «aplicación» porque en esta serie de activi-
prudencia, Barcelona, 1969; COCA PAYERAS: Sobre el origen y el desarrollo del concepto de dades o de operaciones el Derecho o las normas se presentan como un prius, asu-
doctrina legal, R.J.C., 1980, p. 611; DE CASTRO: La ciencia libre del Derecho, ¿es fuente pri- men el carácter de factor determinante, mientras que la sentencia o la decisión del
maria del Derecho? A.D.C, 1948, p. 565; Fuentes del Derecho de interpretación jurídica,
A.D.C, p. 245; DE LA OLIVA SANTOS: La jurisprudencia en el nuevo Título Preliminar del caso es el resultado final. Las normas se «aplican» al ser puestas en contacto con
Código civil, A.D.C, 1975, p. 437; DE LA VEGA BENAYAS: La doctrina de las fuentes del De- las realidades concretas.
recho en el nuevo Título Preliminar del Código civil, en Estudios de homenaje a ROCA SAS- El Título Preliminar de nuestro Código civil ha destacado el aspecto o la fase
TRE, I, p. 673; ELIZALDE: El Tribunal Constitucional y la jurisprudencia, A.D.C, 34,2,1981, de aplicación del Derecho. Lo ha hecho, en primer lugar, al rotular el propio Títu-
p. 227; FERNÁNDEZ MARTÍN-GRANIZO: La jurisprudencia en el Código civil después de la
reforma de 1974, A.D.C, 1976, p. 337; GULLÓN: El valor de la jurisprudencia en la obra de lo Preliminar con la rúbrica «De las normas jurídicas, su aplicación y eficacia». Y
Federico de Castro, A.D.C, 36,4,1983, p. 1269; LÓPEZ VILAS: La jurisprudencia y su actual lo ha hecho también al contraponer de algún modo el Capítulo 1°, comprendido
eficacia normativa, en el libro «Centenario del Código civil», t. II, Madrid, 1990, p. 1177; bajo la rúbrica «Fuentes del Derecho», y el Capítulo 2.°, que lleva precisamente
LALAGUNA: Jurisprudencia y fuentes del Derecho, Pamplona, 1969; PÉREZ TREMPS: Tribu- como rótulo «Aplicación de las normas jurídicas». Parece como si se quisiera con-
nal Constitucional y Poder Judicial, Madrid, 1985; PUIG BRUTAU: La jurisprudencia como traponer la norma jurídica en abstracto a la norma jurídica que hay que aplicar,
fuente de Derecho, Barcelona, 1951; REQUEJO PAGÉS: Sistemas normativos, Constitución y
Ordenamiento, Madrid, 1995; RODRÍGUEZ DEL BARCO: La jurisprudencia como fuente jurí- considerando este último momento (el de la aplicación) como digno de destacar,
dica en el nuevo Título Preliminar del Código civil, R.D.P., 1975, p. 993; SILVA MELERO: Ju- frente al silencio que sobre el mismo existía en la antigua redacción del Título Pre-
risprudencia y evolución, R.G.L.X, 1974, p. 383. liminar del Código civil.
Son muy interesantes la colección de estudios a cargo de diversos autores editados por
el INSTITUTO DE ESTUDIOS FISCALES, bajo los siguientes títulos: La Constitución española No obstante, el Título Preliminar no aborda en su integridad la materia. Sólo
y las fuentes del Derecho, 3 volúmenes, Madrid, 1979; El Tribunal Constitucional, 3 volúme- contiene preceptos sóbrela interpretación de las leyes y su aplicación equitativa o
nes, Madrid, 1981; El poder judicial, 3 volúmenes, Madrid, 1983. analógica, pero la labor de aplicación del Derecho es más amplia y compleja. Cier-
tamente que puede resumirse en la subsunción del supuesto acontecido en la realidad
al previsto en la norma, para dotarle de consecuencias jurídicas. Pero esto, que tan
fácilmente se esquematiza, es una tarea radicalmente difícil en la que intervienen una
multitud de factores de toda índole: emocionales, culturales, ideológicos, etc.
En efecto, dada la realidad constatada de que el supuesto de hecho de la norma
4
Sobre la admisión por la Sala Primera del Tribunal Supremo de un recurso de casación jurídica no es preciso en muchas ocasiones, no puede entenderse la tarea de apli-
por «interés casacional», son importantes los Acuerdos de dicha Sala, no jurisdiccionales,
de 12 de diciembre de 2000 y 30 de diciembre de 2011. [149}
150 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA APLICACIÓN DE LAS NORMAS JURÍDICAS 151
cación de la norma como meramente técnica, limitada a la confrontación entre el te escisión entre los hechos y la norma, pues ésta está predeterminada por la valo-
hecho acaecido y el previsto por el legislador. Incluir el primero en el ámbito del ración que a aquéllos se dé. No es posible, pues, confinar la interpretación al cam-
segundo es producto de un proceso, que obliga al apücador del Derecho a un es- po de lo estrictamente normativo, porque el supuesto de hecho previsto en la
fuerzo que grosso modo puede calificarse de creativo en tanto perfila, para un su- norma forma parte de ella, y el aplicador del Derecho ha de reconocer que el su-
puesto concreto, el previsto ambiguamente por la norma. puesto que se ha dado en realidad tiene un encaje en el previsto por la norma.
Todo lo que se ha expuesto se puede repetir ante la realidad de que los múltiples Federico DE CASTRO escribe que es preciso saber qué es lo que se busca a través
supuestos de hecho previstos en múltiples leyes no están separados por abismos de los signos que la exteriorizan, qué es lo que se estima como esencia de la misma.
infranqueables, sino que guardan entre sí una mayor o menor dosis de semejanza. Y en este punto aparecen dos líneas claramente diferentes: la interpretación
La tarea del «encaje» en ellos de lo acontecido en la realidad no es ni puede ser subjetiva (búsqueda de la voluntad del legislador) y la interpretación objetiva (bús-
mecánica, depende de criterios que el aplicador del Derecho utiliza para hallar la queda de la voluntad de la ley).
solución que estima justa o adecuada. La primera respuesta que al interrogante apuntado cabe dar, posee un marcado
Si pasamos al segundo elemento de la norma, a la consecuencia jurídica que matiz subjetivista. Toda vez que la ley es un mandato del legislador, lo que debe ser
prevé para un supuesto de hecho, la tarea de la aplicación no es tampoco fácil. En indagado por el intérprete es cuál ha sido la verdadera voluntad que guió al legis-
primer lugar, porque no hay un claro deslinde entre lafijaciónde los hechos y se- lador al dictar el mandato. Se trata de saber cuáles eran los propósitos concretos
lección de norma aplicable. La selección de la norma es un problema cuando el que el legislador tuvo a la vista y cuál fue el espíritu que presidió según ello la re-
ordenamiento jurídico está compuesto por un conjunto numerosísimo de ellas, dacción de la ley. El objetivo de la interpretación es la voluntas legislatoris. Inter-
entre las que desarrolla su labor guiado, en numerosas ocasiones, por la solución pretar —decía SAVIGNY— es colocarse en el punto de vista del legislador y repetir
que ya ha adelantado in mente para el caso, a medida que busca y desecha. artificialmente la actividad de éste. La interpretación, según WINDSCHEID, es la
Expuestos alguno de los principales problemas que suscita la aplicación de la «fijación del sentido que el legislador ha unido a sus palabras», de tal manera que
norma jurídica, y que no se pueden abordar en el Derecho civil sino que son parte el intérprete tiene que penetrar lo más completamente que sea posible «en el alma
de la Fisolofía del Derecho, de su Metología o de la Política del Derecho, bien se del legislador». Y REGELSBERGER, por su parte, enseñaba que la ley es la expresión
ve que el Título Preliminar no ha sido afortunado al rotular con el pomposo título de la voluntad del legislador y el contenido de la ley es lo manifiestamente querido
«De la aplicación de las normas jurídicas» dos preceptos que sólo se ocupan de por el legislador.
una parte de esa tarea, en la que la interpretación de la norma es una fase destaca^ La búsqueda de la voluntad real que guió la creación de la ley no cabe duda de
da, pero de ninguna manera la que absorbe a todas las demás. que contribuye a una mejor realización de los designios de quien la dictó. Política-
mente, tal punto de vista cuadra muy bien con los postulados de un Estado abso-
luto o totalitario. El intérprete, como servidor de un príncipe o de un jefe, debe
II. LA INTERPRETACIÓN JURÍDICA Y SUS FINES tratar de averiguar qué es lo que éste ha querido y complacerle. El subjetivismo, sin
embargo, tropezó ya de antiguo con algunos graves inconvenientes de orden prác-
Dentro del conjunto de actividades que deben desenvolverse en el cuadro de la tico. Cuando lo que debe ser aplicado son normas muy antiguas, mantenidas en
aplicación del Derecho, la interpretación constituye la operación jurídica básica. vigor por una larga tradición, la voluntad del originario legislador pierde todo in-
Si la interpretación en general es sobre todo la atribución de sentido o signifi- terés. Por otro lado, cuando a un legislador unipersonal —un príncipe, un monar-
cado a algo (realidad, fenómenos, sucesos, sensaciones, etc.), la interpretación ju- ca absoluto— sucede un legislador colegial —una Cámara, un Parlamento—, ha-
rídica sería la actividad dirigida a la búsqueda del sentido o significado de la nor- blar de «voluntad del legislador» no deja de ser una auténticaficción.Ni siquiera
ma a través de los textos o signos de exteriorización. Según BETTI, la interpretación la mayoría que ha dado su aprobación a la ley puede configurar una genuina «vo-
jurídica es una interpretación para obrar, para decidir, no es una actividad teoré- luntad».
tica dirigida a provocar una experiencia contemplativa; es una actividad práctica La dirección objetiva ha ido por todo ello ganando cada día más terreno.
dirigida a decidir y a tomar posición en una situación determinada. No se trata de encontrar la voluntad del legislador» sino de encontrar una vo-
Así entendida, la interpretación se desenvuelve exclusivamente en el campo de luntad objetiva e inmanente en la propia ley (voluntas legis). La ley, se dice, una
las normas o de los preceptos subordinados a ellas. Sería,rigurosamentehablando, vez que ha sido promulgada, se separa de su autor y alcanza una existe
una interpretación normativa. Sin embargo, no es posible llevar a cabo una tajan- jetiva. El autor de la ley ha jugado ya su papel y ha quedado detrás de
152 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA APLICACIÓN DE LAS NORMAS JURÍDICAS 153
Su obra es el texto de la ley, su voluntad se ha hecho texto. Las representaciones que se trata es de descubrir o de reconstruir la voluntad real de un legislador his-
mentales, las expectativas y los propósitos del legislador que no han alcanzado tórico. El estudio de los trabajos de preparación y las exposiciones de motivos de
expresión en la ley, carecen de obligatoriedad. Se dice en este sentido que sólo los textos legales pueden proporcionar para ello datos de inestimable valor, lo mis-
las manifestaciones de voluntad vertidas en las normas tienen valor vinculante. mo que los antecedentes —textos—- anteriores, leyes anteriores.
Por tanto, sólo vale la voluntad que resulta del texto legal. Además, los subditos Desde SAVIGNY se acepta como moneda corriente que los elementos o criterios
deben poder confiar razonablemente en que la ley se aplicará según su sentido de la interpretación son el gramatical, el lógico, el histórico y el sistemático, si bien
objetivo, es decir, según aquel sentido que, razonablemente, la ley suscite en los advertía que no eran cuatro tipos entre los cuales podría cada uno elegir según su
destinatarios, al cual ellos amoldan su conducta, pues de otro modo su confian- gusto y volutad, «sino diversas actividades que tienen que estar reunidas para que
za y su derecho a la seguridad se verían lesionados, especialmente si sobre la la interpretación tenga éxito», pero como nota ENGISH, con ello no se hace más
base de una voluntad del legislador averiguada ex post y no descubrible según que encubrir el problema de una forma elegante, problema que consiste en la inexis-
el texto, se les imponen obligaciones o sanciones que eran difíciles de esperar o tencia actual de una ordenación y una jerarquía segura entre los criterios interpre-
de suponer, dado el sentido objetivo del texto legal. En un Estado de Derecho tativos, y por ello hay que contar con que su aplicación conduzca a resultados
—se dice—, el autor de la ley está también sometido a ella y debe dejarla actuar contradictorios.
incluso contra sí mismo. El apartado 1 del artículo 3.° del Título Preliminar del Código civil dice que
Por último —se añadirá—, la interpretación objetiva constituye el sistema más «las normas se interpretarán según el sentido propio de las palabras, en relación
idóneo para completar y facilitar el progreso del ordenamiento jurídico. Sólo una con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos, y la realidad social del
interpretación objetiva es capaz de hacer frente a los problemas planteados por tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo fundamentalmente al espíritu o
fenómenos y situaciones que el legislador histórico no ha conocido ni ha tenido finalidad de aquéllas». Se introduce así un factor de limitación en la tarea del apli-
por qué conocer. El intérprete debe adaptar incesantemente el ordenamiento jurí- cador del Derecho (jueces, funcionarios, arbitros), con el que se pretende sustraer
dico, que está él mismo en incesante renovación, pues dentro de su seno cada nue- a la interpretación de la órbita del arte, mecanizándola por así decirlo. La Exposi-
va disposición irradia una fuerza sobre las anteriores y, en definitiva, sobre el en- ción de Motivos del Decreto de 31 de mayo de 1974, que sancionó con fuerza de
tero conjunto. ley el texto articulado del Tituló Preliminar, dice que «en punto a la pertinencia o
¿Qué dirección sigue el Código civil? Partiendo del artículo 3.°1 del Título Pre- no de que los Códigos contengan normas predeterminadas de los criterios a utili-
liminar, en el que se enumeran criterios hermenéuticos para llevar a cabo la labor zar en la interpretación no hay una actitud dominante sólidamente consolidada.
de interpretación, no es posible una contestación segura, aunque sí parece orien- La tesis negativa tiene en cuenta las ventajas de una mayor libertad por parte del
tado hacia la dirección objetiva. En efecto, al decir que en la interpretación ha de intérprete y remite el problema de los criterios utilizables al campo de la doctrina.
tenerse en cuenta la realidad social existente en el momento de aplicación de la La tesis afirmativa pondera los beneficios de cierta uniformidad en el modo de
norma, parece claro que con ella deben afrontarse unas situaciones que el legisla- proceder. Por ésta ha sido preciso inclinarse, dado el mandato de la Ley de Bases,
dor histórico no previo; en otras palabras, que la norma vive una existencia que no que se ha convertido en norma articulada, tal y como en ella aparece; es decir, sin
se vincula exclusivamente al supuesto que aquél contempló, por lo que cuando se mayores especificaciones, por temor a que los criterios perdieran el carácter esen-
aplica no se realiza su voluntad. cial yflexiblecon que vienen enunciados, pues en ningún caso es recomendable una
fórmula hermenéutica cerrada y rígida».
Las palabras transcritas son la confesión velada de la falta de utilidad de la
III. LOS CRITERIOS HERMENÉUTICOS. norma interpretativa, pues sólo ha de conseguirse «una cierta uniformidad en el
EXAMEN DEL ARTÍCULO 3.° 1 DEL CQDIGO CIVIL modo de proceder», no una uniformidad total. Por otra parte, los criterios que
en ella se acogen no son cerrados, luego se deja al intérprete la utilización de otros
El intérprete, para llevar a cabo su tarea, cualquiera que sea la óptica bajo la y, sobre todo, se le deja en libertad respecto a su utilización (uno en lugar de otro,
que se sitúe, debe valerse de unos medios o instrumentos, que son los criterios her- p. ej.). Cabe preguntarse para qué el artículo 3.°1 en estas condiciones, habida
menéuticos. Aquella óptica sólo hará que resalten más unos que otros. Por ejemplo, cuenta además de que con anterioridad la doctrina y la jurisprudencia habían
si se busca la voluntad del legislador, los subjetivistas puros preconizarán un mé- elaborado los criterios hermenéuticos sobre las clásicas pautas marcadas por SA-
todo de investigación histórica y una jurisprudencia historicista, puesto que de lo VIGNY.
154 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA APLICACIÓN DE LAS NORMAS JURÍDICAS 155
Sin embargo, lo cierto es que la norma está ahí, pero hay que considerarla como la comunidad de bienes de los artículos 392 y siguientes del Código civil. A los
integrativa o complementaria de la que se interpreta. Su incumplimiento por el conceptos de esta última clase se suele denominarlos conceptos normativos, y en
aplicador del Derecho no genera una infracción del artículo 3.°1, sino del precepto ellos el «uso propio» de las palabras también es trascendido por su significado
interpretado1. Vamos a analizarla, porque se da la paradoja que una norma sobre específicamente jurídico.
la interpretación necesita a su vez ser interpretada. El sentido literal no basta casi nunca como criterio interpretativo porque las pa-
labras pueden tener distintos significados. Pero como dice LARENZ, el sentido literal
posible, es decir, la totalidad de aquellos significados que pueden ser vinculados, se-
A) EL SENTIDO PROPIO DE LAS PALABRAS gún el lenguaje general, a una expresión, marca el límite de la interpretación. Lo que
no es compatible con el texto —es decir, lo que no es compatible con el sentido literal
El punto de partida de toda norma plasmada o recogida en un texto está ob- posible— no participa de la autoridad de lo ordenado por el legislador.
viamente constituido por un elemento literal yfilológico,que es la letra o el tenor
de aquélla. Para aludir a este aspecto de la interpretación se ha venido hablando
siempre de «interpretación gramatical». En esta interpretación cabe la aplicación B) EL CONTEXTO
de las reglas de la semántica o semiótica, que tratan de fijar el sentido o los posi-
bles sentidos que posee cada una de las palabras intercaladas en el texto. Al orde- El artículo 3.°1 ordena que el intérprete atienda al sentido propio de las pala-
nar el artículo 3.°1 exclusivamente que se atienda al «sentido propio», lo que quie- bras, pero a continuación manda que lo relacione con el «contexto».
re decir es que se esté al significado de la palabra en el lenguaje usual, ante todo. En segundo lugar, el «contexto» es un término con el que se alude a la tradi-
Pero el legislador también tiene su propio lenguaje, que pudiéramos llamar técni- cional interpretación sistemática de la norma. La ubicación de su texto dentro de
co-jurídico. En este punto hay que decir que estamos en pro del uso del lenguaje una determinada materia arroja luz sobre su entendimiento. Por ejemplo, el título,
convencional más que del técnico-jurídico, pues las normas deben ser compren- el capítulo o la sección del Código donde se sitúa permite entender comprendidos
didas fácilmente para su mejor cumplimiento por los destinatarios y para que dentro de la norma elementos que quedan sobreentendidos o implícitos, bastando
existan las menores causas de roce entre los miembros de la comunidad. Además, con observar la sedes materiae. Desde este punto de vista, la interpretación según
el uso de un lenguaje especializado supone la vuelta a los primitivos tiempos del el contexto aconseja poner en conexión todos los preceptos legislativos que tratan
Derecho romano, en que la jurisprudencia era un monopolio reservado a cierta de una determinada cuestión, por presuponerse que entre ellos hay una coherencia
clase de ciudadanos, lo que carece de toda justificación intrínseca. Si el legislador y una interdependencia. Ya desde CELSO (D. 1,3,24), se viene afirmando que es
emplea palabras que tienen un preciso significado en el lenguaje jurídico, es obvio incivil juzgar o responder por sólo la expresión de una ley, sin haberla considerado
que huelga remitir al intérprete al «uso propio», y es obvio también que el artículo entera atentamente.
3.°1 no puede impedir la atribución del significado que posean en aquel lenguaje.
Así, por ejemplo, el artículo 346 C e , cuando interpreta la palabra «muebles» uti-
lizada en la ley, o el «repetir» del artículo 1.904, equivalente grossomodo a. recla- C) LOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y LEGISLATIVOS
mar, o la «tradición» del artículo 609. Por otra parte, hay que tener en cuenta el
uso por el legislador de conceptos, que tanto pueden servir de expresión o para la De acuerdo con el artículo 3.°1 del Código civil, el sentido propio de las pala-
comprensión de una realidad extrajurídica como jurídica. Con los primeros, bras hay que ponerlo en relación no sólo con el contexto, sino también con los an-
la norma intenta circunscribir o delimitar su supuesto de hecho (p. ej., el animal tecedentes históricos y legislativos de la norma.
del art. 1.905 C.c, el nacimiento en el art. 29 o la muerte en el 32 Ce). En cam- La invocación de los antecedentes históricos y legislativos tiene por objeto co-
bio, si se habla de «nulidad» de un contrato o de «comunidad por cuotas», estamos nocer la problemática a la que la norma trata de dar una solución y el espíritu que
ante conceptos que expresan una realidad exclusivamente jurídica: la disciplina anima a ésta, o dicho en otros términos, los criterios directivos para la resolución
normativa de la nulidad de los contratos y no la de su rescisión o la normativa de de las cuestiones a que se debe su nacimiento. Es claro que aquí el nuevo Título
Preliminar rinde tributo a la interpretación subjetiva de la interpretación de la ley,
llamando a la historia remota y próxima de la institución, plasmada esta última en
1
Vid. la sentencia del Tribunal Supremo de 11 de octubre de 1982. anteproyectos, proyectos de ley, trabajos parlamentarios, etc.
156 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA APLICACIÓN DE LAS NORMAS JURÍDICAS 157

D) LA REALIDAD SOCIAL DEL TIEMPO EN QUE HAN DE SER con las nuevas exigencias de los tiempos; en otros términos, también el texto de la
APLICADAS LAS NORMAS norma jurídica debe sufrir la ley de la evolución y adaptarse al ambiente histórico
en un momento determinado.»
El artículo 3.°1 dice que en la interpretación de las normas habrá que atender
a otro criterio: el de «la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas». La De ahí que la jurisprudencia vaya cambiando conforme lo hace el entorno eco-
Exposición de Motivos del texto articulado señala que ello «introduce un factor nómico, sociológico o cultural.
Un ejemplo significativo lo tenemos en la jurisprudencia sobre daños. Según el
con cuyo empleo, ciertamente muy delicado, es posible en alguna medida acomo- artículo 1.902 del C.c, el que por acción u omisión causa un daño a otro, intervi-
dar los preceptos jurídicos a circunstancias surgidas con posterioridad a la forma- niendo cualquier género de culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño
ción de aquéllos». causado. Es la traducción al Derecho positivo de uno de los tres principios básicos
De lo que se trata básicamente es de que la aplicación de la ley no vaya contra de todo ordenamiento jurídico, y como tal sentido por cualquier comunidad y vi-
vido: neminem hederé.
la realidad social en el tiempo en que se efectúa, que puede ser distinta de la que Pues bien, la jurisprudencia interpretó durante mucho tiempo que el deman-
existía cuando se promulgó. Esa realidad contra la que la aplicación de la norma dante no sólo había de probar el daño y su relación de causalidad con la conduc-
no debe chocar está constituida por los factores políticos, sociales, económicos, ta del demandado, sino también la culpa o negligencia de éste. En cambio, poco a
culturales, estados de conciencia u opinión pública, y convicciones y creencias im- poco ha ido modificando los criterios interpretativos, que incluso han culminado
en recientes leyes en la admisión del criterio objetivo que impone la obligación de
perantes en un momento dado en determinada sociedad. Por ello, la interpretación resarcir el daño a quien lo causa simplemente, y así se ha pasado a exigir que el
de la norma se matiza lo suficiente para evitar aquel efecto. Por otra parte, el Tí- demandado es el que tiene que probar la ausencia de culpa o negligencia o, en otras
tulo Preliminar lo que ha hecho ha sido consagrar el elemento sociológico en la palabras, que puso todo de su parte para impedir el daño. No se ha salido del man-
interpretación de las normas, recogido con anterioridad en la doctrina jurispru- dato legal, que sigue siendo el mismo, pero lo interpreta acomodado a la era del
maqumismo. Hay una necesidad social de defender y amparar a la persona frente
dencial del Tribunal Supremo. Las sentencias de 24 de enero de 1970 y 21 de no- a un maquinismo industrial desatado en beneficio de determinadas partes de la
viembre de 1934 declararon que los resultados de la interpretación han de ser «re- sociedad, y sólo indirectamente a la totalidad de ellas.
forzados y controlados por la aplicación del que suele llamarse elemento
sociológico, integrado por aquella serie de factores —ideológicos, morales y eco-
nómicos^— que revelan y plasman las necesidades y el espíritu de la comunidad en E) EL ESPÍRITU Y LA FINALIDAD DE LAS NORMAS
cada momento histórico».
El elemento sociológico a lo que obliga es a un ajuste de la interpretación de Dice, por último, el artículo 3.°1 C.c, que en la interpretación se atienda fun-
los preceptos, pero no a una modificación o inaplicación de los mismos (S. de 8 de damentalmente al espíritu y finalidad de las normas, expresión que también suscita
marzo de 1982). Las sentencias precitadas así lo reconocen expresamente (hablan algunas dificultades porque es susceptible de reflejar muy diferentes ideas. En efec-
concretamente de que permite suavizar la norma «hasta donde permita el conte- to, la existencia en la ley de un «espíritu» es en alguna medida pura metáfora, uti-
nido del texto que entra enjuego»), advirtiendo que se requiere para su utilización lizada inicialmente para superar el puro literalismo. Se dice que la letra mata y el
mucho tino y prudencia, «porque envuelve grave riesgo de arbitrariedad el entregar espíritu vivifica. Tras las palabras, más allá de las palabras, hay que encontrar otra
al criterio subjetivo del Juez apreciaciones tan delicadas como la de la conciencia cosa. En otro sentido, se ha hablado también de un espíritu de la ley (mens legis,
moral de un pueblo», pero «se ha de reconocer que su aplicación se hace más se- voluntas legis) para designar algo objetivo e independiente de los propósitos e in-
gura y decisiva cuando se trata no de estados de conciencia todavía nebulosos o en tenciones del autor de la ley, punto de vista desde el cual la llamada a este espíritu
vías de formación, sino de tendencias o ideas que han penetrado ya en el sistema de la ley tiene el alcance de expresar el predominio de una interpretación objetiva,
de la legislación positiva o han tenido un reconocimiento de manera inequívoca en por encima de lo subjetivo o de la voluntad que tuviere el legislador.
la Ley suprema del Estado». En realidad, al hablar del «espíritu y finalidad» de la norma, el legislador aco-
En definitiva, el artículo 3.°1 C.c. lo que está preconizando es el método histó- ge el criterio teleológico en la interpretación de la misma. Sin embargo, hay que
rico-evolutivo. «Consiste —dice COVIELLO— en dar al texto de la ley no ya el hacer notar inmediatamente que tal criterio es algo que en numerosas ocasiones el
sentido que tenía al tiempo de su formación, sino el que puede tener al tiempo en propio intérprete ha de descubrir, no le viene dado como un dato más a tener en
que surge la necesidad de aplicarla. Y así, continúa el autor citado, permaneciendo cuenta en su tarea como el texto legal o los antecedentes legislativos próximos. Y
inmutable la letra de la ley, debe considerarse mudado su espíritu, en conformidad lo ha de descubrir con ayuda precisamente de los otros criterios hermenéuticos,
158 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA APLICACIÓN DE LAS NORMAS JURÍDICAS 159
principalmente el histórico. Por eso no parece correcta la premisa sobre la que se G) LA REGLA IN CLARIS NON FITINTERPRETATIO
asienta el artículo 3.°1 del Código civil, pues no es que el espíritu yfinalidadde la
norma debe ser el faro que guíe al intérprete. En la inmensa mayoría de los casos ¿Quidde la regla in claris nonflt interpretatiol Si, como dice el artículo 3.°1, hay
es la interpretación la que ha de descubrir aquel espíritu y finalidad. que atender al espíritu yfinalidadde la norma fundamentalmente en la interpreta-
Por vatio legis puede entenderse el resultado que se quiere alcanzar a través ción, tiene razón BETTI al afirmar que al elemento teleológico hay que darle ca-
de una determinada norma, lo que supone la tarea previa de centrar el problema bida desde el principio, y así podremos decir si la ley es clara o no.
a qué obedece su promulgación. De ahí que interpretarla con arreglo a su espí- En otras palabras, siempre ha de concordar el resultado, aparentemente claro,
ritu y finalidad obligue a rechazar todo lo que obstaculice la obtención de aquel de la interpretación literal o gramatical con la finalidad de la norma. Por eso la
resultado. claridad no elimina en modo alguno la búsqueda del sentido de la ley.

F) INTERPRETACIÓN LÓGICA H) INTERPRETACIÓN DE LA NORMA DESDE LA CONSTITUCIÓN

Por interpretación lógica se ha entendido la que se hace guiada por la ratio de La promulgación de la Constitución de 1978 obliga a todo intérprete a tener
la norma (S. de 7 de noviembre de 1940). Pero también, y hoy preferentemente, se en cuenta su carácter de norma fundamentadora de todo el orden jurídico, «por
quiere aludir al empleo de las reglas del correcto razonar humano. La aplicación cuanto incorpora el sistema de valores esenciales que ha de constituir el orden de
al Derecho de la lógica formal ha adquirido hoy un auge importante, «producto la convivencia pacífica y de informar todo el ordenamiento jurídico», dice la sen-
quizá de la proliferación de normas y del quebranto que ello supone para la segu- tencia del Tribunal Constitucional de 31 de marzo de 1981. De ahí la necesidad de
ridad jurídica y para el principio de igualdad ante el Derecho, que son los dos pi- interpretar todo el ordenamiento de conformidad con la Constitución y en la in-
lares fundamentales sobre los que se apoya actualmente el consenso social de todo constitucionalidad sobrevenida de aquellas normas anteriores incompatibles con
el sistema jurídico» (VILLAR PALASÍ). ella (S.T.C de 1 de junio de 1981), si bien han de agotarse todas las posibilidades
De las reglas de la lógica formal deben destacarse en su aplicación al razona- de interpretación en conformidad con la Constitución antes de declarar la incons-
miento jurídico las que proscriben la contradicción y los resultados absurdos (hi- titucionalidad (Ss. T.C. de 26 de enero y 13 de febrero de 1981, entre otras).
pótesis del legislador razonable). Más discutible es el papel de otras para la reso-
lución de casos no previstos expresamente. Los argumentos utilizados son: 1.° A
simili adsimile (si el supuesto de hecho A coincide con el AA en ciertas notas co- IV CLASES DE INTERPRETACIÓN POR SUS RESULTADOS
munes, a, b y c, aunque AA no tenga alguna que A posee además, la consecuencia
jurídica C, prevista para A, deberá ser también de AA). 2.° A maiore adminus (se Sabemos que toda interpretación debe ir dirigida básicamente a la búsqueda
ha de tener por ordenado o permitido aquello que es menor que lo que está orde- del sentido yfinalidadde la norma que ha sido formulada por medio de un texto
nado o permitido expresamente). 3.0 A minore admaius (si no se ordena o permi- o ínsita en unas conductas (costumbres, usos). Refiriéndonos al texto, aunque con
te lo menos, tampoco se entenderá ordenado o permitido lo más). 4.° A contrario la aclaración de que toda interpretación versa sobre normas jurídicas cualquiera
(la inclusión de un caso supone la exclusión de los demás). 5.° Apari (cuando la que sea la fuente de su producción, el resultado obtenido por el intérprete da lugar
razón es la misma, idéntica debe ser la consecuencia). a una interpretación declarativa, si el sentido de la norma coincide con el que se
Estos argumentos tienen un papel más discutible que el juego del principio de desprende de su texto, y a una interpretación que grosso modo puede denominarse
contradicción y el de evitar el absurdo, porque la lógica del Derecho no es siempre modificativa si introduce en él alguna corrección. En realidad, como dice BARBE-
una lógica estricta. Aquellos argumentos nos darían una respuesta inmediata al RO, el intérprete no puede corregir el contenido de la ley; puede extender o restrin-
problema, pero la lógica jurídica, que debe ser la lógica de lo justo, nos ha de obli- gir su formulación literal, si resultase inadecuada, para adecuarla a su contenido
gar a preguntarnos si hay alguna razón para que el legislador haya regulado un sustancial, a su ratio (matizaríamos nosotros).
caso y no otro al que pretendemos aplicar una solución basados en las reglas de la La corrección de la que hablamos da lijgar a una interpretación restrictiva si
lógica; en otras palabras, si la aplicación de la consecuencia jurídica dada para otro encerramos el texto dentro de unos límites más estrechos de lo que permite su tenor
caso o supuesto de hecho es justa o no. literal, y a una interpretación extensiva si, por el contrario, extendemos ese tenor.
160 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA APLICACIÓN DE LAS NORMAS JURÍDICAS 161
En un caso la ley dice más de lo que quiere, y en otro dice menos. ¿Cuándo proce- espíritu, sin importar la clase de normas en que se opere. Las normas excepcionales
de una u otra interpretación? El Código civil no lo resuelve, ni el artículo 3.°1 alu- deben desplegar su fuerza obligatoria en los límites que el legislador quiso estable-
de siquiera a ellas. Habrá que aplicar los criterios hermenéuticos generales para ver cer. Si no se pueden traspasar esos límites, tampoco es lícito no llegar a ellos, y eso
se desconoce cuando se ordena al intérprete que se quede más acá de tales límites.
si se puede dar una interpretación restrictiva o extensiva. Será, en último término,
el sentido y finalidad de la norma la que oriente la labor del intérprete. La interpretación extensiva y restrictiva no se deben confundir con la interpre-
tación lata y con la estricta. Habrá interpretación lata si a una palabra que tiene
Tenemos el caso del antiguo artículo 317 (323 actual), en el que se limitaba la
capacidad de obrar del menor emancipado, pese a ser considerado como persona diversos significados se le da el más extenso. Estricta, por el contrario, si se le da el
mayor para regir su persona y sus bienes. El emancipado no puede, decía el pre- más estricto. Así, por ejemplo, la sentencia de 7 de noviembre de 1940 da a la pa-
cepto, gravar ni vender bienes inmuebles por sí solo. El sentido de la norma era el labra «profesor» del artículo 1.967.2.a el significado más extenso de los gramatica-
de prohibirle la disposición sobre bienes raíces, por lo que le estaba vedado todo les: persona que ejerce o enseña una ciencia o arte.
acto de disposición, no exclusivamente la venta; permuta, donación, dar en pago
de una deuda ese bien, transmitir su propiedad a cambio de que el adquirente le Por último, puede darse una interpretación abrogante, cuando del resultado de
pague una renta vitalicia, etc. En todos estos negocios jurídicos existe la salida de la misma se llegue a la conclusión de que es inaplicable por ser incompatible con
un inmueble del patrimonio del emancipado como en la venta. La ley, se ve, expre- otras normas o con el sistema (antinomias).
saba menos de lo que quería.

Un ejemplo de interpretación restrictiva es el artículo 1.459.2.° del Código civil, V. LA INTERPRETACIÓN Y SUS DIFERENTES PERFILES
que prohibe a los mandatarios la compra de los bienes de cuya enajenación o ad- SEGÚN EL PLANO DE SITUACIÓN DEL INTÉRPRETE
ministración estuviesen encargados. Dado que el motivo de la prohibición es velar
por los intereses del mandante, pues si el encargado de enajenar los comprase para Los órganos del Estado pueden llevar a cabo también una función interpreta-
sí podría defraudar aquéllos, cuando es el propio dueño el que vende al mandata- tiva, bien se realice desde un plano general o bien se concrete en la solución de ca-
rio no rige la prohibición, ya que el peligro que se trata de conjurar desaparece. La sos singulares. En el primer caso se suele hablar de una «interpretación auténtica»,
ley aquí dice más de lo quiere. de la que, en sentido propio, sólo puede serlo cuando la declaración con función
No obstante la falta de determinación precisa de cuándo hay que proceder en interpretativa emana de la misma persona o del mismo órgano del que emanó la
sentido restrictivo o extensivo en la interpretación, algunas máximas de experien- declaración interpretada. Si este requisito se cumple, la interpretación auténtica
cia, admitidas por la doctrina y jurisprudencia, dicen que las normas prohibitivas tiene eficacia vinculante. Por ejemplo, es el mismo legislador quien en una dispo-
(S. de 9 de noviembre de 1967), las sancionadoras (Ss. de 4 de febrero y 10 de no- sición posterior aclara pasajes oscuros o textos ambiguos de una ley anterior.
viembre de 1964), y las limitativas de la capacidad de obrar y del libre ejercicio de Suele hablarse también de interpretación auténtica cuando la declaración con
los derechos (Ss. de 30 de abril de 1920,20 de marzo de 1923 y 6 de mayo de 1944, función interpretativa emana de un órgano subordinado al que dictó la disposición
entre otras) no son susceptibles de interpretación extensiva. En cambio, las normas interpretada, a quien se confiere la competencia para la ejecución de aquélla. Por
de Derecho singular o excepcional admiten, con las adecuadas reservas, esa inter- ejemplo: El ministro de Hacienda dicta disposiciones interpretativas o aclaratorias
pretación (Ss. de 7 de noviembre de 1940, 28 de septiembre de 1968 y 24 de enero de las leyes en materia tributaria. En este caso no hay una verdadera interpretación
de 1970). Por su parte, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ha reiterado, auténtica. La disposición interpretativa o aclaratoria poseerá un valor autorizado,
en las resoluciones de los recursos de amparo, que las normas han de ser interpre- pero su eficacia vinculante quedará limitada a los órganos y personas jerárquica-
tadas (siempre que los términos lo consientan, claro está) en el sentido más favo- mente subordinados al autor de la disposición interpretativa. Por ejemplo, en el
rable que posibilite el ejercicio de los derechos fundamentales de la persona, reco- caso anterior, los órganos de gestión de la administración financiera, pero, en cam-
nocidos en la Constitución (S. 148/1988, de 14 de julio, recurso de amparo). bio, no los tribunales de justicia.
La interpretación llevada a cabo por los órganos del Estado en la solución de
El principio según el cual las normas excepcionales no son susceptibles de in-
terpretación extensiva no se funda, dice CoviELLO, ni en la razón ni en alguna dis- los casos singulares se concreta también en la que realizan los órganos jurisdiccio-
posición del Derecho positivo, sino sólo en una confusión de ideas. Si la interpre- nales en la resolución de los litigios. Se puede hablar entonces de una interpretación
tación tiene por finalidad averiguar el sentido de la ley, cuando una palabra es judicial del Derecho. A veces se la llama también «interpretación usual», porque
inadecuada para expresarlo hay que darle el significado correspondiente a aquel procede del ususfori o uso del foro.
162 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA APLICACIÓN DE LAS NORMAS JURÍDICAS 163

VI. INTEGRACIÓN DE LAS NORMAS JURÍDICAS Así lo dice la Exposición de Motivos del texto articulado del nuevo Título Prelimi-
nar del Código civil (Decreto de 31 de mayo de 1974): «La formulación de un sis-
Si la interpretación es la atribución de sentido a una norma de formulación tema de fuentes implica la exclusión de las lagunas del Derecho». De ese sistema
conocida (v. gr., un texto legal), la integración constituye una actividad de signo de fuentes ha de obtenerse la solución para la laguna de la ley, sin que el juez o
diferente. Mediante ella no se trata de establecer el significado de una norma, sino Tribunal pueda en absoluto negarse a fallar (art. l.°7). Por tanto, se admite la exis-
de suplir o salvar un defecto del material normativo del que de modo inmediato se tencia de una laguna legal, pero no de lagunas en el ordenamiento jurídico.
dispone. Por ello, el tema general de la integración de las normas se conoce en la
técnica con el nombre de lagunas del Derecho, y abarca también el modo o proce-
dimiento para suplir o llenar tales lagunas. B) LOS PROCEDIMIENTOS DE INTEGRACIÓN: AUTOINTEGRACIÓN
Y HETÉROINTEGRACIÓN DEL SISTEMA JURÍDICO

A) EL PROBLEMA DE LAS LAGUNAS LEGALES Se habla de una heterointegración cuando el sistema jurídico recurre a otro sis-
tema diferente para llevar a cabo la labor de complemento. En seguida se compren-
La expresión «laguna» se utiliza, por supuesto, en un sentido metafórico, para de que éste es un procedimiento propio de sistemas jurídicos poco desarrollados,
aludir a la existencia de posibles oquedades o vacíos. El punto de referencia de los que presupone otro mejor y más perfecto al que recurrir. Es el sistema de los lla-
mismos es tanto una ley concreta y determinada como el ordenamiento legislativo. mados Derechos supletorios, muy usado hasta el tiempo de la codificación.
La laguna se presenta cuando existe una deficiencia en la ley o, como decía el Considerando, sin embargo, el ordenamiento como unidad total, la heteroin-
antiguo artículo 6.° C.c, cuando nos encontramos con una inexistencia de ley apli- tegración hoy en día no se admite y se entiende que el sistema debe autointegrarse.
cable al punto controvertido. Es un hecho innegable que la ley presenta estas defi- La autointegración del sistema se puede hacer a través de diferentes métodos: uno
ciencias en todo tiempo y lugar, porque no puede abarcar en su supuesto de hecho es el de la expansión lógica del Derecho positivo. Este sistema coincide con lo que en
general y abstracto todos los posibles casos que nacen durante su vigencia y que términos generales puede llamarse método analógico y es el preconizado sobre todo
no pudieron ser previstos por el legislador (p. ej., la Ley de Propiedad Intelectual por una concepción rígidamente positivista del ordenamiento que no admite, por
de 1879 no podía prever los inventos de la televisión o la radio). Otras veces la ley consiguiente, la existencia de otras normas que no sean las positivamente dadas.
ha sido redactada con un descuido apreciable a medida que más se necesita, o la Diferente es el sistema de integración del ordenamiento mediante la búsqueda
ley que regula un determinado supuesto de hecho es contradictoria con otra (an- y aplicación de principios generales del Derecho, en el sentido en que nosotros los
tinomia). Enfin,la enumeración de las causas por las que una determinada situa- entendemos. Con ellos se llega a lo que se puede llamar una integración principial,
ción no encuentra su regulación legal sería interminable. Aquí nos basta con con- puesto que, a falta de toda norma o costumbre, siempre habrá un principio general
signar que estamos en presencia de una laguna de la ley cuando carezca un del Derecho que sea aplicable (cfr. art. 1.° y antiguo art. 6.° C.c).
supuesto de hecho concreto y determinado de regulación legal, y, sin embargo, ¿Qué criterio preside nuestro Código civil en esta difícil materia de la integra-
como advierte LARENZ, tal regulación se presenta como necesaria en la concepción ción de las normas? La consideración de los principios generales del Derecho como
jurídica y cultural de una comunidad en un momento dado. fuente sitúa a nuestro ordenamiento jurídico en el campo de lo que antes hemos
Cuestión distinta de las lagunas de la ley son las lagunas del ordenamiento ju- llamado una autointegración del sistema por la vía de una integración principial.
rídico. Aquí de lo que se trata es de preguntarse si el ordenamiento jurídico puede Este sistema, tradicional entre nosotros desde la puesta en vigor del Código civil,
o no tener lagunas. Pensemos, para seguir con el ejemplo anterior, que no hubiese se mantuvo básicamente en la reforma del Título Preliminar.
ninguna regulación de la propiedad intelectual.
Sin entrar aquí en el problema de fondo que ha sido objeto de múltiples con-
troversias en lafilosofíajurídica (el dogma positivista de la plenitud del ordena- VIL LA ANALOGÍA COMO PROCEDIMIENTO
miento jurídico estatal), hemos de señalar que nuestro Derecho positivo se inclina DE APLICACIÓN DEL DERECHO: CLASES
por la tesis de la ausencia de lagunas en el ordenamiento jurídico, pero no consi-
derando a éste exclusivamente como un conjunto de normas o disposiciones lega- La analogía consiste en aplicar al hecho no regulado normativamente la norma
les, sino integrado también por la costumbre y los principios generales del Derecho. establecida para el hecho análogo o similar. Tres serían* de este modo, las caracte-
164 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA APLICACIÓN DE LAS NORMAS JURÍDICAS 165
rísticas generales del procedimiento analógico: a) ninguna norma contempla de sido lo que antes hemos llamado analogía legis. La aplicación del procedimiento
una manera directa el caso planteado; b) hay una norma que contempla un supues- analógico, según el artículo 4.°1, se funda en la concurrencia de los factores o ca-
to distinto de tal caso; c) hay, sin embargo, semejanza o similitud (analogía) entre racterísticas que más arriba hubimos de exponer.
el supuesto de hecho de esa norma y el caso a decidir. Respecto de la analogía iuris, hay que entenderla implícita en los principios ge-
Inmediatamente se comprende que la pura relación de semejanza o de similitud nerales del Derecho, en este caso del Derecho positivo, cuando han de aplicarse
entre el caso y el supuesto de hecho constituye una base endeble para la aplicación como fuente del Derecho por imperativo del artículo 1.°
de una norma. ¿Cuándo se da esa similitud? ¿Cuál es el número de factores de un
supuesto que en el otro han de concurrir o que pueden faltar? En todo caso, se exi-
ge un cierto juicio de valor sobre la conveniencia de tal aplicación o, dicho de otro B) EL ÁMBITO DE ADMISIBILIDAD DEL PROCEDIMIENTO ANALÓGICO
modo, un juicio de valor sobre el hecho de que la solución que el caso debe recibir
o es justo que reciba, es la misma estatuida en la norma análoga. El artículo 4°2 del Título Preliminar del Código civil ha recogido gran parte
La analogía puede ser legis o iuris. de_ las máximas de experiencia, limitativas del ámbito de actuación de la analogía,
La analogía legis supone que se toma como premisa mayor del razonamiento diciendo que «las leyes penales, las excepcionales y las de ámbito temporal no se
jurídico únicamente una norma jurídica concreta. La premisa menor estaría for- aplicarán a supuestos ni en momentos distintos a los comprendidos expresamente
mada por dos proposiciones ligadas entre sí: una, de acuerdo con la cual el caso a en ellas». No prohibe, pues, el juego de la analogía dentro de las leyes especiales.
decidir no es igual al supuesto de hecho de la norma tomada como premisa mayor, Tampoco es susceptible de aplicación analógica la doctrina jurisprudencial (S.
pero es semejante a éste o guarda similitud con él, y otra, que afirma que existe la de 28 de febrero de 1989).
misma razón para decidir en el mismo sentido uno y otro supuesto. De este plan-
teamiento se puede deducir la conclusión de que la consecuencia jurídica prevista
por el supuesto de hecho normativo debe darse también para el caso concreto a VIII. LA IDEA DE EQUIDAD Y SU UTILIZACIÓN
resolver. EN EL CAMPO DE LA APLICACIÓN DEL DERECHO
La analogía iuris procede de otro modo. No toma como punto de partida la
norma existente, sino una serie o conjunto de normas, y de ese conjunto trata de En el Título Preliminar, la idea de equidad aparece recogida en el párrafo 2.°
inducir un principio general del Derecho, aplicable a un supuesto de hecho no re- del artículo 3.°, donde se dice que «la equidad habrá de ponderarse en la aplicación
gulado por entender que no lo rechaza según criterios de razonabilidad. En rea- de las normas, si bien las resoluciones de los Tribunales sólo podrán descansar de
lidad, aquí el procedimiento analógico no sería más que una búsqueda y explica- manera exclusiva en ella cuando la ley expresamente lo permita».
ción de una fuente del Derecho, pues los principios generales del Derecho figuran La equidad, como criterio de ponderación en la aplicación de las normas, no
enumerados en el Código civil con tal fuente, en defecto de ley y de costumbre puede en ningún caso significar la destrucción de éstas, ni la privación de su senti-
aplicable. do o de su valor. Puede ser un criterio interpretativo o hermenéutico, un criterio
de moderación del rigor, pero nunca un criterio de supresión de la norma. Por ello,
nos parece muy acertada la idea del profesor D E CASTRO, cuando trataba de pre-
A) LA CONSAGRACIÓN DE LA ANALOGÍA EN EL ARTÍCULO 4.° cisar el concepto de equidad estableciendo un engarce entre equidad y principios
DEL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL generales del Derecho. Puesto que los principios generales del Derecho tienen un
carácter «informador del ordenamiento jurídico», es la actuación del principio ge-
Según el precepto legal citado, «procederá la aplicación analógica de las nor- neral del Derecho lo que puede, en cada caso, intervenir como un factor de correc-
mas cuando éstas no contemplen un supuesto específico, pero regulen otro seme- ción o de rectificación de las consecuencias de la aplicaciónrigurosade una norma
jante entre los que se precie identidad de razón». jurídica.
Situada dentro del Capítulo II —aplicación de las normas jurídicas—aparece Esta manera de entender la equidad nos parece más exacta y tiene además la
la analogía en el Título Preliminar del Código civil, con una evidente substantivi- ventaja de no perturbar la seguridad jurídica mediante individuales juicios de valor
dad y autonomía como procedimiento u operación jurídica. Del texto legal parece que siempre habrá implícitos en la idea de equidad como apreciación o como jus-
desprenderse que lo que nuestro legislador ha tenido principalmente a la vista ha ticia del caso concreto.
166 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)

BIBLIOGRAFÍA SUMARIA

BETTI: Interpretación de la ley de los actos jurídicos, trad. esp. por De los Mozos, Madrid,
1975; CASTÁN: Teoría de la aplicación e investigación del Derecho, Madrid, 1947; DE CAS-
TRO, Federico: Naturaleza de las reglas para la interpretación de la ley, A.D.C., 1977, p. 809;
DE LA VEGA: Teoría, aplicación y eficacia de las normas en el Código civil, Madrid, 1976; 10. LOS EFECTOS DE LAS NORMAS
DÍEZ-PlCAZO: La interpretación de la ley, A.D.C., 1971; GENY: Méthode d'interpretation et
sources en Droit Privé positif, París, 1914 (trad. esp. Madrid. 1925); HERNÁNDEZ GIL: Me-
JURÍDICAS
todología de la ciencia del Derecho, Madrid, 1973; LARENZ: Metodología de la ciencia del
Derecho, trad. esp. de Rodríguez Molinero, Barcelona, 1980; A. LÓPEZ: Comentarios al Có-
digo civil y Compilaciones Forales, EDERSA, 1981, t. XVII, vol. 2.°; PERELMAN: La lógica
jurídica y la nueva retórica, trad. esp. de Diez-Picazo, Madrid, 1979; Ruiz VADILLO: El nue- I. LOS EFECTOS ESENCIALES DE LAS NORMAS JURÍDICAS
vo Título Preliminar del Código civil, en el Libro-Homenaje a Roca Sastre, I, p. 781; SALVA-
DOR CODERCH: LOS materiales prelegislativos: entre el culto y la polémica, A.D.C., 36, 4, Los efectos esenciales de las normas jurídicas pueden escalonarse de la siguien-
1983, p. 1657; SANTOS BRIZ: La aplicación de las normas jurídicas en el nuevo Título Preli- te manera:
minar del Código civil, en el Libro-Homenaje a Roca Sastre, I, p. 753; SOTO NIETO: El razo-
1.° Existe, en primer lugar, el deber jurídico de cumplimiento o de observan-
namiento jurídico y la interpretación del Derecho, R.J.C., 1980, p. 447; VALLET DE GOYTI-
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Jurisprudencia y Legislación, 1996; VILLAR PALASÍ: La interpretación y los apotegmas jurí- norma).
dico-lógicos, Madrid, 1975. 2.° Existe, en segundo lugar, un repertorio de consecuencias que el ordena-
Además, BOBBIO: Teoría delVordinamento giuridico, Turín, 1960; D E DIEGO: De las la-
miento jurídico liga a la falta de cumplimiento del deber primario de observancia
gunas de la ley, R. Acad. Jurisp., 1945; D E LOS Mozos: La equidad en el Derecho civil espa-
ñol, R.G.L.J., 1972, p. 7; GARCÍA DE ENTERRÍA: Una nota sobre el interés público como con- (eficacia sancionadora de las normas).
cepto jurídico indeterminado, en Revista Española de Derecho Administrativo, n.° 89, marzo, 3.° En tercer lugar, la norma acota una porción de la realidad social y, en
1996; NOVALDOS: Las lagunas jurídicas, R.D.P, 1980, p. 637; SAINZ MORENO: Conceptos cuanto planea para ella un determinado orden jurídico, la transmuta o convierte
jurídicos, interpretación y discrecionalidad administrativa, Madrid, 1976; PANIAGUA: Ley y
en realidad jurídica (eficacia constitutiva de las normas).
Derecho (Interpretación e integración de la ley), Madrid, 1976; TORRALBA SORIANO: Co-
mentarios a la reforma del Código civil (varios autores), I, Madrid, 1977, p. 194; VALLET DE El Título Preliminar del Código civil dedica un capítulo, el tercero, a lo que en
GOYTISOLO: La analogía en el derecho, A.D.C., 1995 (3), p. 1039. él se llama «eficacia general de las normas jurídicas»,

II. EL DEBER JURÍDICO DE CUMPLIMIENTO DE LA NORMA

Uno de los efectos esenciales de toda norma jurídica es el establecimiento de


un deber, puesto a cargo de los destinatarios de la misma, que consiste en ajustar
a ella su comportamiento. La consecuencia primaria de toda norma jurídica es, por
consecuencia, un deber jurídico, que no es más que la exigencia de observar una
determinada conducta o un determinado comportamiento considerado como ne-
cesario para la consecución de un orden jurídico.

A) LA INEXCUSABILIDAD DEL CUMPLIMIENTO

Si la norma jurídica contiene un deber jurídico de observancia de una determi-


nada conducta o comportamiento, es claro qué el comportamiento o la conducta

[167]
168 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS EFECTOS DE LAS NORMAS JURÍDICAS 169
debido no puede ser dejado al arbitrio de su destinatario. De ahí que la ignorancia que el sujeto se haya decidido a actuar como lo ha hecho a causa de aquella igno-
de la existencia o del contenido o alcance de la norma no puede servir de excusa rancia o falso conocimiento.
de la falta de cumplimiento. Esto es, cabalmente, lo que dice el artículo 6.°1 del Tí- La jurisprudencia del Tribunal Supremo, con anterioridad a la vigencia del
tulo Preliminar del Código civil, al establecer que la ignorancia de las leyes no ex- nuevo Título Preliminar, había admitido la trascendencia del error de Derecho,
cusa de su cumplimiento. pero insistiendo especialmente en que había de ser excusable, dadas las circunstan-
En buena parte de la doctrina tradicional esta inexcusabilidad de la ignorancia cias concretas del caso (Ss. de 6 de abril de 1962 y 21 de mayo de 1963), y aceptado
ha querido fundarse en la existencia de un previo deber de conocimiento de las con extraordinaria cautela (S. de 6 de abril de 1962).
normas jurídicas. La ignorancia de las leyes no puede servir de excusa o de pretex- El error de Derecho ha sido acogido legislativamente en el Título Preliminar
to para su incumplimiento —se piensa—porque todos los ciudadanos tienen el del Código civil. En el artículo 6.°1 se distingue nítidamente entre este error y la
deber y la posibilidad de conocer las leyes que se dictan. ignorancia de la ley, siguiendo las orientaciones de la doctrina y jurisprudencia
Esta idea no parece aceptable. No puede hablarse seriamente de un previo de- antes expuestas. Pero también se especifica: «El error de Derecho producirá única-
ber de conocimiento de todas las normas que componen un ordenamiento jurídico, mente aquellos efectos que las leyes determinen.» Es obvio que el legislador ha
completamente imposible. Cabría hablar de una inabarcabilidad del ordenamiento querido decir algo distinto de lo que literalmente se deduce de la norma, puesto
jurídico. No puede establecerse por ello un genuino deber de conocimiento de las que toda figura o institución jurídica no produce más efectos que los que las leyes
normas. La regla de la inexcusabilidad de la ignorancia no deriva del deber de co- determinan. Es de suponer que apunta hacia la excepcionalidad del error de Dere-
nocer, sino del criterio objetivo de que las normas deben o tienen que tener una cho, en su admisión restringida; en otras palabras, que sólo ha de tomarse en con-
efectividad social con independencia de que sean o no realmente conocidas. sideración cuando la norma jurídica lo permita.
Claro está que ello plantea un problema: el de la adecuada interpretación de
las normas que atañen al error cuando no distingan entre error de hecho y de De-
B) LA IGNORANCIA DE LAS NORMAS Y EL ERROR DE DERECHO recho, sino que hablen simplemente de error como ocurre normalmente. Afirmar
entonces que el error de Derecho no tiene juego porque la norma no determina sus
Al fundarse la regla de la inexcusabilidad del cumplimiento de las leyes en ra- efectos, implica una interpretación exclusivamente literal de la misma que no está
zones objetivas de efectividad social, se hace posible deslindar claramente la irre- permitida por el artículo 3°1 del Título Preliminar. Por tanto, será el resultado de
levancia de la ignorancia de la ley como excusa del no cumplimiento de la misma la interpretación efectuada con arreglo a los cánones de hermenéutica la que acla-
y la posible relevancia del error de Derecho como base de la falta de validez de rará si la norma, pese a su silencio, incluye o no en su supuesto de hecho al error
determinados actos jurídicos. La ignorancia de una ley no puede alegarse como de Derecho. Si menciona exclusivamente al error de hecho, ello es índice de que
excusa para justificar el no haber cumplido (v. gr., sino yo no pago un impuesto o excluye el de Derecho (cfr. arts. 1.234 y 1.817.2.° Ce.) 1 .
vulnero una prohibición de tráfico, no puedo decir que no conocía la norma que
me imponía dicha obligación o dicha prohibición). En cambio, una falta de cono-
cimiento acerca de las normas o de las consecuencias jurídicas de un acto puede C) EL DEBER ESPECIAL DE LOS FUNCIONARIOS
ser tenida en cuenta para determinar la ineficacia de dichos actos (p. ej., si pago
por creerme obligado a ello, podré reclamar la restitución de aquello que indebi- Si bien las normas jurídicas tienen como destinatarios a todos los ciudadanos
damente había pagado; la ignorancia sobre la sustancia del matrimonio puede y generan un deber jurídico de cumplimiento que abarca a la generalidad de los
constituir una base que anule el consentimiento de uno de los contrayentes; si com- miembros de la comunidad jurídica, no deja de ser cierto que existe un especial
pro un solar para edificar ignorando que una ley lo prohibe, no podré desde luego deber de cumplimiento impuesto a los funcionarios públicos, y por ello se les exige
edificar, pero podré pedir la nulidad de la compra por error). el conocimiento de las normas y la correspondiente responsabilidad por las infrac-
El error de hecho se diferencia del de Derecho. El primero recae sobre circuns- ciones. El servicio público que funcione defectuosamente por estas causas origina-
tancias de hecho del acto. Así, v. gr., el error sobre cualidades que se atribuyen al rá las reacciones legales contra el funcionario que pondrá en marcha la Adminis-
objeto de un contrato o a la persona del otro contratante. En cambio, el error de
Derecho radica en la ignorancia o falso conocimiento de la norma jurídica en cuan- 1
Vid. MORALES MORENO: La incidencia del error de derecho en el contrato, en el libro
to a su contenido, existencia, interpretación o aplicación al caso concreto, siempre «Centenario del Código civil», vol. II, Madrid, 1990, p. 1455.
170 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS EFECTOS DE LAS NORMAS JURÍDICAS 171
tración, pero también una responsabilidad de ésta frente al administrado lesionado, la ley se tendrían o llegarían a tener, debiéndose entender por «derechos» también
sin perjuicio de la acción de regreso contra el funcionario. Esta materia se explica las simples facultades, acciones, titularidades, etc.
y desarrolla en el Derecho administrativo. Un comentario del artículo 6.°2 debe también observar que nuestro Código
Este deber especial comprende, también, a los jueces y magistrados. Los jueces civil no llega a establecer una regla de presunción del carácter dispositivo de las
y magistrados responden civil y criminalmente de las infracciones de las leyes que normas frente al carácter imperativo o necesario, deja intacta la cuestión, por lo
cometan y no les exime de esta responsabilidad alegar su obediencia a las disposi- que habrá de ser resuelta, en cada caso, en virtud del expreso mandato contenido
ciones del poder ejecutivo, en lo que sean contrarias a las leyes. La responsabilidad en cada norma o por aplicación de las reglas generales sobre interpretación. Cabe
de los jueces y magistrados por las infracciones de la ley puede ser una responsa- todavía observar que si algún atisbo hay en el artículo 6.°2, parece precisamente
bilidad penal, en todos aquellos casos en que el hecho constituya delito de preva- contrario a la generalidad del Derecho dispositivo, pues a la exclusión voluntaria
ricación, y puede ser también una responsabilidad simplemente civil cuando por de la ley aplicable parece atribuírsele una cierta excepcionalidad («sólo será válida
ignorancia o negligencia inexcusables se cause un daño o perjuicio a otra persona cuando...»).
(Ley Orgánica del Poder Judicial 6/1985, objeto de modificaciones posteriores). En relación con el alcance de la exclusión, hay que señalar que tal vez sea conve-
niente distinguir entre la ley aplicable como un bloque de reglamentación de una
materia o situación y la-ley aplicable como sinónima de cada una de las reglas de ese
D) LA EXCLUSIÓN VOLUNTARIA DE LA LEY APLICABLE bloque. Para excluir el bloque entero, es preciso preordenar la reglamentación susti-
tutoria porque la materia forzosamente ha de regirse por reglas. Si el bloque perma-
La regula el apartado 2 del artículo 6.°, distinguiéndola de la renuncia a los nece, la exclusión voluntaria de alguna norma particular dentro del bloque, supues-
derechos en ella reconocidos, aunque el tratamiento sea igual. La regla es que la to que sea dispositiva, parece admisible, en la medida en que tal renuncia habrá de
exclusión voluntaria de la ley aplicable sólo será válida cuando no contraríe el in- entenderse siempre como sustitución de la norma dispositiva legal por la norma
terés o el orden público, ni perjudique a terceros, y se refiere, sin duda, al Derecho justamente contraria. Así, si en materia de compraventa en el Código civil se dice que
interno y a relaciones jurídicas reguladas por el Derecho interno, porque en mate- se excluye la aplicación de las normas sobre evicción y saneamiento, ello significará
ria de Derecho internacional privado existe otra regla diferente, contenida en el la sustitución de la norma dispositiva legal por una norma contraria del tipo de «en
artículo 10.5, que presenta la característica de que exige una sumisión expresa a esta compraventa no habrá acciones de evicción o de saneamiento».
otra ley, se aplica únicamente a las obligaciones contractuales y requiere que la ley Cuando se ha excluido el bloque de reglamentación y en su lugar se ha acogido
a la que se realiza la expresa sumisión tenga alguna conexión con el negocio de que otro, este último debe permitir aplicación a la materia que por él se quiere regular2.
se trate.
En el artículo 6.°2 se habla únicamente de «exclusión voluntaria de la ley aplica-
ble», lo que parece presuponer una declaración de voluntad contraria a la aplicación III. LA INFRACCIÓN DE LAS NORMAS JURÍDICAS
de tal ley y un supuesto dado de acuerdo con el cual la ley debería ser aplicable si tal
declaración de voluntad no existiera. La declaración de voluntad de exclusión de la La contravención de las normas jurídicas se produce en todos aquellos casos
ley aplicable puede ser unilateral o bilateral por quedar convenida por el interesado en que el sujeto destinatario adopta un comportamiento que es contrario a lo pre-
con otra persona, puesto que la norma no hace distinción y donde la ley no distingue venido en ellas: realiza aquello que la norma prohibe o deja realizar aquello que la
tampoco nosotros debemos distinguir. norma ordena.
El tema sólo puede comprenderse debidamente poniéndolo en relación con la Para designar la característica de un acto que aparece como contrario al con-
distinción entre Derecho dispositivo y Derecho imperativo o necesario. Para que junto de las normas jurídicas o del ordenamiento jurídico, la teoría general del
una ley aplicable pueda quedar excluida por voluntad de los afectados, será menes-
ter que se trate de una ley dispositiva.
La mención de la exclusión voluntaria de la ley al lado de la renuncia de los 2
La S.T.S. de 7 de junio de 1979 declara que las partes no pueden renunciar a una nor-
derechos, significa en reaüdad que hay dos formas de renuncia: la renuncia de los mativa dispositiva de la relación que las une para acogerse a la especial de la misma, pese a
derechos que han sido ya adquiridos, y la renuncia de la ley, entendida como vo- no reunir los requisitos exigidos para ello en esta última (en el caso de autos, un arrenda-
miento sometido al Código civil quieren las partes que se regule por la Ley de Arrendamien-
luntad de no llegar a adquirir aquellos derechos que por la normal aplicación de tos Urbanos, aunque su objeto—un solar— no es el previsto en ella —edificaciones—).
172 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS EFECTOS DE LAS NORMAS JURÍDICAS 173
Derecho utiliza el término «antijuridicidad». En un sentido material, la antijuridi- un préstamo). Como descubierta la simulación el acto es claramente contra legem,
cidad se define como el juicio de desvalor obtenido del ordenamiento jurídico, que se recurre a montar un complejo sistema de negocios o actos para alcanzar el re-
expresa el carácter objetivamente indeseable que para el ordenamiento jurídico sultado prohibido, a un coligamento entre ellos que los hace ilícitos en su conjun-
tiene una lesión o puesta en peligro de un bien jurídico. Puede ser un juicio de va- to aunque individualmente no lo sean.
lor acerca de una conducta, cuando ésta puede ser considerada peligrosa ex ante, La figura del fraude a la ley es objeto de regulación en el artículo 6.o4 del Tí-
o un juicio de desvalor acerca del resultado de tal conducta. tulo Preliminar, que vamos a examinar.
Los actos o acto —porque no hay ninguna necesidad de que sea siempre com-
plejo el supuesto de hecho al que se pretende tachar de fraudulento— han de ser
IV. EL CONCEPTO JURÍDICO DEL FRAUDE DE LA LEY realizados al amparo del «texto» de una norma. Se refiere el legislador con esta
palabra tanto a la ley de cobertura como a la aparente concordancia entre el su-
El fraude de ley se caracteriza por implicar la vulneración de una norma impe- puesto de hecho producido y el previsto en aquella ley.
rativa o prohibitiva oblicuamente. Se realiza un determinado acto o actos con el Se nos dice también que han de perseguir los actos «un resultado prohibido por
propósito de conseguir un resultado que prohibe aquella norma, buscando la co- el ordenamiento jurídico, o contrario a él», pero a continuación, después de con-
bertura y amparo de la que regula el acto que se realiza y protege el resultado nor- siderarlos fraudulentos, el precepto señala la consecuencia jurídica: «no impedirán
mal de él, pero que en el caso concreto satisface el interés de las partes por ser coin- la debida aplicación de la norma que se hubiese tratado de eludir». Existe una cier-
cidente en última instancia con el vedado. No se quiere en realidad el acto ta contradicción que desdibuja lafigura,pues una cosa es un resultado prohibido
formalmente realizado, que sólo es instrumento de ocultación de la intención frau- por el ordenamiento jurídico en bloque o contrario a él en bloque —lo que podrá
dulenta. ocurrir sin ley prohibitiva concreta, por pura contradicción con los principios ge-
Generalmente, el fraude se pretende a través de la técnica de la simulación. To- nerales del Derecho o del proceso de interpretación sistemática de un conjunto
memos, por ejemplo, la prohibición legal del pacto comisorio. Cuando para garan- normativo— y otra cosa distinta es un acto que trata de eludir una norma concre-
tizar una deuda se constituye un derecho de prenda, de hipoteca o de anticresis en ta. La contradicción denunciada puede salvarse, no obstante, estimando que la
favor del acreedor, una vez llegado el vencimiento, si el deudor no paga, aquél no alusión al ordenamiento jurídico no pasa de ser el recuerdo de un criterio de inte-
puede apropiarse sencillamente de las cosas dadas en garantía (arts. 1.858 y 1.884 pretación de la norma concreta defraudada, que habrá de hacerse por tanto no
C.c.). Ha de seguir el procedimiento marcado legalmente para la satisfacción de su aisladamente, sino en relación con las más del ordenamiento para hallar su verda-
interés: enajenación forzosa, mediante subasta, del objeto de la garantía, etc. dero sentido y alcance.
Para eludir esta norma imperativa se utiliza la figura de la compraventa con Es un tema discutido si el resultado ha de ser idéntico o sólo análogo al prohi-
pacto de retro. El prestatario (A) concierta la venta de la cosa con el prestamista bido. Desde luego, es más seguro lo primero para no extender insospechadamente
(B), reservándose el derecho de recuperarla (pacto de retro) en un plazo determi- el ámbito en los efectos de normas imperativas.
nado (el de la duración del préstamo), y por un precio (el importe de lo prestado), ¿Es necesaria la intención o propósito de violar la norma? La sentencia de 13
figurando como contraprestación de estas obligaciones el importe del préstamo de junio de 1959, recogiendo la mejor doctrina (DE CASTRO), declaró que no es
que ha hecho al prestatario. Si al expirar el plazo el deudor-vendedor no hace uso necesario «que la persona que realice el acto o actos en fraude tenga la intención
del retracto, el acreedor-comprador adquiere irrevocablemente el dominio (art. o conciencia de burlar la ley, ni consiguientemente la prueba de la misma, porque
1.509). elfinúltimo de la doctrina del fraude es la defensa del cumplimiento de las leyes,
Vemos, pues, cómo se ha buscado, a través de la realización de un negocio per- no la represión del concierto o intención maliciosa de que se encargan otras insti-
mitido —la venta con pacto de retro; artículo 1.527 C.c—, el resultado prohibido tuciones». Además, dice D E CASTRO, tendríamos la dificultad, casi imposible de
por las normas imperativas sobre nulidad del pacto comisorio. La ley de cobertura superar, de la prueba de la intención. Sin embargo, el artículo 6.°4 se coloca, por
(la que regula la venta con pacto de retro) se utiliza para disfrazar la vulneración lo menos, a primera vista, en una línea subjetiva, pues se dice en él que los actos
de la norma prohibitiva. Por eso en el mecanismo del fraude a la ley siempre exis- han de perseguir un resultado prohibido. Toda la evolución moderna del fraude
te este juego: protección con la ley de cobertura de la elusión de la ley imperativa consiste* por el contrario, en despegarse de aquella línea, sin tener que entrar a dis-
o prohibitiva. También se detectará para este objetivo una simulación negocial en cernir cuáles fueron las intenciones o las motivaciones que impulsaron a los sujetos
la mayoría de las ocasiones (en el ejemplo anterior, la venta es simulada, encubre (vid. S. de 28 de enero de 2005).
174 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS EFECTOS DE LAS NORMAS JURÍDICAS 175
La sanción del acto fraudulento es el sometimiento del mismo al imperio de la a) La nulidad afecta a toda clase de actos. Afecta, en primer lugar, a los con-
ley defraudada. En consecuencia, una precisión sobre el alcance de los efectos san- tratos y a los demás negocios jurídicos, así como a las declaraciones de voluntad,
cionatorios (nulidad, rescisión, etc.) no puede obtenerse de la tacha de fraude, ha- pero también a los actos jurídicos de cualquier otra especie.
brá que investigar para ello la ley imperativa que se eludió. b) La sanción de nulidad deriva de toda clase de normas, tanto si pertenecen
al Derecho público como si pertenecen al Derecho privado. La norma infringida
debe ser una norma imperativa o de ius cogens, pues las normas dispositivas, por
V. LA EFICACIA SANCIONADORA DE LAS NORMAS su propia naturaleza, permiten que la autonomía privada establezca pactos o dis-
posiciones contrarios y distintos a lo en ellas prevenido, siempre que se mueva den-
A) CONCEPTO DE SANCIÓN tro de sus límites institucionales: ley, moral y orden público (art. 1.255). En otro
caso, el Derecho dispositivo conserva su vigencia y ha de ser tan observado como
Hemos dicho anteriormente que toda norma jurídica impone de una manera el imperativo.
primaria el deber jurídico de cumplimiento o de observancia de la prevención o c) La aplicación de la sanción de nulidad exige una contradicción entre el acto
prevenciones establecidas por ella. Si ese deber no se cumple, se desencadenan una ejecutado y lo dispuesto por la norma. Para que exista una contradicción es me-
serie de consecuencias mediante las cuales se trata de reprobar la conducta antiju- nester que la norma aparezca dirigida a impedir el acto de que se trate y que éste
rídica y de condenar al autor de la misma. La consecuencia que acarrea para el haya sido realizado con elfinde obtener un resultado contrario a lo ordenado por
infractor el acto antijurídico puede denominarse en sentido general «sanción». Las aquélla.
normas, en la medida en que establecen un repertorio de sanciones que se ligan a ¿Ha de constar expresamente en la ley la sanción de nulidad para que pueda
la falta de cumplimiento del deber jurídico de observancia, puede decirse que pro- imponerse? La jurisprudencia del Tribunal Supremo de una manera reiterada lo
ducen una eficacia sancionadora. niega. Aunque la ley no disponga expresamente la nulidad de los actos de contra-
Como sanción de carácter civil debe considerarse también la nulidad de los ac- vención a la misma, esa sanción puede imponerla el juzgador, si bien ha de extre-
tos jurídicos realizados o ejecutados en contra de lo dispuesto en la ley. La nulidad mar entonces sus precauciones. Como supuestos que llevan consigo la nulidad se
es, en líneas generales, una «ineficacia» del acto y, por consiguiente, una privación citan: 1.° El acto constitutivo de un estado o condición personal para cuya eficacia
de todos los efectos que el acto estaría normalmente llamado a producir. exige la ley determinados requisitos y falta alguno esencial (p. ej., arts. 317 y 318).
2.° Cuando la materia, objeto ofinalidaddel acto implican fraude de ley, o un aten-
tado contra la moral u orden público (Ss. de 10 de noviembre de 1964 y 27 de abril
B) LA NULIDAD COMO SANCIÓN DE CARÁCTER GENERAL EN MATERIA CIVIL de 1970, entre otras muchas).
Con carácter general hay que afirmar que lo importante será descubrir el ca-
La nulidad se encuentra establecida por el artículo 6.°3 del nuevo Título Preli- rácter imperativo o prohibitivo de la norma y poner entonces en parangón su fina-
minar del Código civil como sanción de tipo general en materia civil. Dispone que lidad y la del acto. Si existe contradicción, la aplicación del artículo 6.°4 tío debe
«los actos contrarios a las normas imperativas y a las prohibitivas son nulos de encontrar ningún obstáculo. La jurisprudencia del Tribunal Supremo ha declarado
pleno derecho, salvo que en ellas se establezca un efecto distinto para el caso de reiteradamente, sin embargo, que no toda disconformidad del acto con la norma
contravención». El significado hay que encontrarlo en la protección y supremacía lleva consigo la sanción de nulidad, salvo que sea gravemente contrario a la ley,
de la ordenación legal frente al arbitrio individual. La consecuencia de la nulidad moral o buenas costumbres (S. de 17 de octubre de 1987).
de los actos contrarios a la ley consiste no sólo en la calificación de los mismos d) A pesar de existir la contradicción de la que hemos hablado, la norma in-
como actos ilícitos, sino también en su falta de protección o de amparo y en la pri- fringida puede establecer un tipo de sanción que no sea la de la nulidad absoluta,
vación de la eficacia que en otro caso deberían desplegar. bien de una manera expresa, bien deducida del contexto de las disposiciones apli-
Los presupuestos de la aplicación de la sanción de nulidad prevenida son: a) cables al caso.
un acto realizado; b) la existencia de una norma imperativa o prohibitiva; c) la con- La consecuencia de la contradicción es la nulidad de pleno derecho de los actos
tradicción o contrariedad entre el acto ejecutado y lo dispuesto en la norma, y d) realizados, lo que significa su absoluta carencia de efectos ad initio. Ahora bien,
la inexistencia de otra sanción diferente para la contravención. Estos requisitos puede ser necesaria la vía judicial para la obtención de una sentencia que declare
requieren algunos comentarios. simplemente la nulidad del acto, porque ha creado una apariencia que es preciso
176 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS EFECTOS DE LAS NORMAS JURÍDICAS 177
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destruir , o porque la ley lo imponga así expresamente. Por ejemplo, un matrimo- lidad. Es, además, un acontecimiento vital. Constituye un modo de ser o un modo
nio, aun siendo nulo por contravenir disposiciones imperativas como la de los im- de vivir dentro de un grupo social.
pedimentos, necesitará necesariamente una sentencia judicial en la que se declare Cuando un fenómeno jurídico se repite y constituye lo que se ha llamado una
su nulidad para que los cónyuges modifiquen su estado civil. forma básica del vivir social, aparece la institución. CARBONNIER observa que con
¿Puede declarar de oficio la autoridad la nulidad del acto sin necesidad de peti- la palabra «institución» podemos referirnos al conjunto de normas o bloque de
ción de parte supuesto de que consten acreditadas las violaciones de las prescripcio- Derecho, disponible de antemano, para ser aplicado a todos los casos de la misma
nes legales? La contestación afirmativa es un derivado del carácter de nulidad de naturaleza. Así, por ejemplo, tras la palabra «matrimonio» pueden comprenderse
pleno derecho que el artículo 6.°3 predica del acto, pero hay que coordinarla con la dos realidades diferentes; el compuesto de reglas, el modelo o esquema que está en
necesidad de que la otra parte del negocio nulo pueda defenderse alegando en favor los Códigos, y la formación y existencia de una pareja determinada, su situación
de su validez lo que estime conveniente, salvo que haya una infracción de un precep- particular. A la primera le llama fenómeno-institución, y a la segunda fenómeno-
to legal claro y terminante (Ss. de 5 de abril de 1986 y 3 de febrero de 1992). caso. Por tanto, la institución puede decirse que es una realidad social típica regu-
lada por normas jurídicas.
La ciencia del Derecho —y por ello también la ciencia del Derecho civil— apa-
VI. LA EFICACIA CONSTITUTIVA DE LAS NORMAS JURÍDICAS
rece de esta manera como una actividad tendente a realizar el análisis, la disección
y la búsqueda de sentido de estos fenómenos que son las instituciones. El estudio
Toda norma jurídica viene a acotar idealmente una porción o un sector de la
del Derecho civil es así el estudio de las instituciones del Derecho civil.
realidad social, para planear en cuanto a ella un determinado orden. La norma
Por su íntima estructura, los fenómenos jurídicos pueden diversificarse en dos
impone, pues, para la realidad social que contempla, unas determinadas conse-
grandes categorías: los hechos y las situaciones jurídicas.
cuencias jurídicas. Aparece así lo que hemos denominado la «eficacia constitutiva
a) El «hecho» es un fenómeno de signo dinámico que se caracteriza por cons-
de las normas jurídicas».
tituir un acontecer o un ocurrir, es decir, una mutación o una modificación que se
La realidad social, en cuanto realidad contemplada o de alguna manera prevista
produce en el mundo de la realidad (p. ej., lluvia, inundación, nacimiento; pero
por el ordenamiento jurídico, toma el carácter de «realidad jurídica». La conversión
también robo, acuerdo, declaración, etc.).
de la realidad social en realidad jurídica se produce cuando las normas derivan de ella
b) La «situación» es un modo de estar en la vida, un especial estado de las
unas determinadas consecuencias jurídicas, y este acotamiento que se realiza de una
personas o de las cosas. Es un fenómeno de carácter estático. Hay una «situación
parte o de un sector de la realidad social, hace nacer dentro de la misma como dos
jurídica» cuando las personas o las cosas se encuentran o están de una determina-
zonas que primafacie parecen diversas: la realidad jurídica y la realidad extrajurídica.
da manera en la vida social que el ordenamiento jurídico valora y reglamenta. Son
El mundo exterior al hombre lo constituyen los otros hombres y las cosas, pero
situaciones el ser propietario, el ser deudor, el ser heredero o el ser mayor de edad.
todo él, en cuanto posee un valor cultural o económico, es objetivamente un «bien»
Por último, ha de decirse que el ordenamiento jurídico no queda indiferente
que genera un «interés» en cuanto es objeto de una tendencia o de una aspiración
ante todo ello.
de la persona hacia él. Le sirve o puede servir para satisfacer una necesidad o para
Denominamos hecho jurídico a todo suceso que acaece en la vida social y que
conseguir una determinada finalidad económica o cultural.
produce un efecto jurídico, como, por ejemplo, nacimiento (art. 29), muerte (art. 32),
la corriente de las aguas (art. 369), etc. Los hechos pueden ser independientes de toda
A) EL FENÓMENO JURÍDICO Y LA INSTITUCIÓN JURÍDICA voluntad humana o producidos por ella. En el primer casa hablamos de simples he-
chos jurídicos, mientras que en el segundo caso hablamos de actos jurídicos.
El fenómeno jurídico es todo acontecimiento vital al cual el ordenamiento ju- Los hechos jurídicos pueden ser hechos simples y hechos complejos. Son hechos
rídico liga una determinada reglamentación. El fenómeno jurídico es, en primer simples aquellos que están formados por un solo elemento fáctico, como, por ejem-
lugar, un «acontecer», es decir, algo que sucede o que pasa en el mundo de la rea- plo, la muerte de una persona, mientras que hechos complejos son aquellos que
contienen elementos diversos que requieren la concurrencia de varios sucesos.
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Mientras un acto jurídico creado no se declare ineficaz, no puede establecerse que se Los hechos pueden considerarse también como hechos positivos, cuando con-
halle carente de acción quien emane de él sus pretendidos derechos (S. de 22 de marzo de sisten en un suceder, y hechos negativos, cuando consisten en la falta de producción
1983). de un acontecimiento o en un no suceder.
178 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS EFECTOS DE LAS NORMAS JURÍDICAS 179
Los hechos jurídicos se denominan actos cuando son producidos por la inter- intersubjetivas, cuando lo que el Derecho reglamenta y valora es la situación en
vención de una voluntad humana y, además, respecto de ellos el Derecho valora el que una persona se encuentra respecto de otra u otras.
acontecimiento en cuanto que ha sido voluntariamente producido (v. gr., la muer- Lo que hemos llamado situación unisubjetiva puede ser un modo de estar o
te de una persona en cuanto ocasiona la sucesión hereditaria es un simple hecho «ser» de la persona, jurídicamente valorado (p. ej., ser mayor de edad, o casado,
jurídico, pero en cuanto ha podido ser voluntariamente causada —asesinato- etc.) o un modo de estar la persona respecto de los bienes (p. ej., propiedad).
puede constituir un acto jurídico). Dentro de las situaciones del segundo tipo, es decir, aquellas situaciones en que
Además de los actos en sí mismos considerados, el Derecho puede tener en una persona se encuentra frente a o respecto de otra u otras personas, merece es-
cuenta también la «conducta». En rigor, la «conducta» es algo distinto del «acto». pecial consideración la idea de «relación jurídica».
«Conducta» es un acto o una serie de actos, pero no en sí mismos considerados, En la doctrina es tradicional y muy frecuente definir las relaciones jurídicas
sino en cuanto reflejan una actitud de la persona, o también la actitud reflejada como las relaciones sociales o vitales, de persona a persona, en cuanto son recono-
por sus actos. Cabe también identificar la conducta con el sentido que deriva de cidas o reguladas por el Derecho objetivo o por el ordenamiento jurídico y de ellos
los actos de una persona (p. ej., buena fe, aquiescencia, oposición, silencio, etc.). se extraen efectos o consecuencias jurídicas. Se destaca que la relación se da siem-
BETTI señala que, bajo el aspecto de su estructura social y jurídica, los actos se pre entre dos personas o más.
pueden distinguir en actos con efectos psicológicos y actos con efecto material. Los La definición aludida presenta, sin embargo, alguna dificultad. Decir simple-
actos de la primera especie son aquellos por medio de los cuales el sujeto se dirige mente que son relaciones entre personas de las que se extrae alguna consecuencia
a otra u otras personas para comunicarse con ellas. Son, pues,rigurosamenteactos jurídica es a nuestro juicio decir poco. Sobre todo, no permite diferenciar la rela-
de comunicación social que reciben el nombre de «declaraciones». ción jurídica genuina de lo que son meras formas de contacto social esporádico,
Los actos de la segunda especie son actos de comportamiento puramente ma- aunque con consecuencias jurídicas, y de aquellas otras situaciones que, aun te-
terial. La persona no se dirige a otra u otras ni se comunica con ellas, sino que se niendo muy profunda valoración como fenómenos sociales, en materia jurídica no
limita a hacer algo por sí misma (p. ej., colocar estatuas en su fundo, art. 334.4.°; poseen tanta trascendencia.
hacer excavaciones, art. 350; encontrar un tesoro, art. 351; edificar, plantar o sem- Hay que excluir del concepto de relación jurídica las relaciones sociales o vita-
brar, art. 358, etc.). les que el ordenamiento jurídico contempla sólo para extraer de ellas algunos late-
Las «declaraciones» se subclasifican en declaraciones de conocimiento o de rales y episódicos efectos (amistad, enemistad, noviazgo, relaciones amorosas, etc.).
ciencia y declaraciones de voluntad. Las declaraciones del primer tipo son aquellas Además de ello, conviene también perfilar el concepto de relación jurídica, sepa-
mediante las cuales el declarante trata únicamente de hacer saber o de hacer cono- rándolo de las meras relaciones de interconexión o de contacto interpersonal que
cer al destinatario un juicio u opinión, una creencia o un suceso. el Derecho regula: Así, lo que se han llamado «relaciones» de vecindad, y, más
Las declaraciones de voluntad son, en cambio, declaraciones dirigidas a obte- claramente, la situación en que se encuentran dos o más acreedores cuando persi-
ner alguna consecuencia o implantar o establecer algo. Por ejemplo, el llamado a guen el patrimonio del deudor común o pretenden sobre ese patrimonio una pre-
una herencia la acepta para asumir los derechos y obligaciones de heredero; com- lación o preferencia para el cobro. Esta situación de los acreedores en conflicto no
prador y vendedor emiten declaraciones de voluntad para dotar de un determina- es en puridad una relación jurídica. La relación sólo es tal cuando es cauce para la
do contenido al contrato de compraventa. realización de funciones económicas o sociales.
Dentro de los actos jurídicos ocupa especial relevancia el negocio jurídico, que Por todo ello, creemos que la relación jurídica puede definirse como una situa-
será objeto de consideración específica en otro capítulo posterior. ción en la que se encuentran dos o más personas, que aparece regulada como una
unidad por el ordenamiento jurídico, organizándola con arreglo a determinados
principios, y que la considera, además, como un cauce idóneo para la realización
B) LAS SITUACIONES Y RELACIONES JURÍDICAS de una función merecedora de la tutela jurídica.
Toda relación jurídica es un cauce de realización de una función social o eco-
La «situación jurídica» es un determinado modo o una determinada manera nómica. Para que esta función social o económica perseguida con la relación pue-
de estar las personas en la vida social, que el ordenamiento jurídico valora y regu- da lograrse se atribuyen a los sujetos situaciones de poder jurídico, mediante las
la. Las situaciones jurídicas pueden ser: situaciones unisubjetivas, cuando son ma- cuales se posibilita a uno de los interesados para el logro de sus aspiraciones (p. ej.,
neras de estar o estados de la persona en sí misma considerada; o bien situaciones el arrendatario puede utilizar la cosa arrendada, el usufructuario puede percibir
180 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS EFECTOS DE LAS NORMAS JURÍDICAS 181
los frutos de lafincausufructuada, el marido puede exigirfidelidada su mujer y el BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
padre obediencia a sus hijos) y situaciones de deber, por virtud de las cuales los
interesados deben adoptar necesariamente una determinada conducta (p. ej., el AMORÓS GUARDIOLA: en Comentarios a las reformas del Código civil, I, Tecnos, 1977;
arrendatario debe pagar las rentas, el usufructuario debe evitar el menoscabo y BONET CORREA: De los actos contrarios a las normas y sus sanciones, A.D.C., 1976, p. 309;
COSTA: El problema de la ignorancia del derecho, Madrid, 1980; GlTRAMA: La corrección del
deterioro de la cosa y conservarla con diligencia, el marido debe proteger a su mu- automatismo jurídico mediante las condenas defraude a la ley y del abuso del Derecho, Valen-
jer y el padre debe prestar alimentos a sus hijos). cia, 1975; LALAGUNA: en Comentarios a las reformas de Código civil, I, Tecnos, Madrid
El contenido de toda relación jurídica aparece, pues, como una «posición jurí- 1977; MARTÍ MIRALLES: Dejuris etfacti ignorantia, A.D.C., 1969, p. 441; MARTÍN PÉREZ'
dica» de los sujetos, que se encuentra compuesta por una «situación de poder» y La renuncia al beneficio de la ley en el Derecho civil, A.D.C, 1962, p. 849; MORENO QUESA-
DA: Sobre la exclusión voluntaria de la ley aplicable, R.G.L.J., 1977, p. 101; NAVARRO FER-
por una «situación de deber». NÁNDEZ: El fraude a la ley. Su tratamiento jurisprudencial, Madrid, 1988; RODRÍGUEZ
1.° El contenido de toda la relación jurídica puede ser, en primer lugar, una ADRADOS; El fraude a la ley (ensayo de una dirección pluralista), en sus Estudios Jurídicos,
situación de poder jurídico. El poder jurídico existe siempre que el ordenamiento t. V, p. 11; SOLS: El fraude a la ley en la reciente jurisprudencia, R.J.C., 1987, p. 1023.
jurídico atribuye a una persona la posibilidad de que, mediante un acto de su vo- Además, BAGOLINI: Notas acerca de la relación jurídica, A.D.C, III, p. 7; CASTÁN TOBE-
luntad, exija de otra u otras un cierto comportamiento o imponga unas determi- ÑAS: Situaciones jurídicas subjetivas, Madrid, 1944; D E BUEN: La teoría de la relación jurí-
dica en el Derecho civil, en «Estudios en homenaje a Clemente de Diego», Madrid, 1940;
nadas consecuencias jurídicas. FERREIRA: Algunas reflexiones acerca de la relación jurídica, R.G.L.J., 1982, p. 3; MARTÍN
Los poderes jurídicos pueden ser: 1.° Derechos subjetivos, que son situaciones BLANCO: El concepto de situación jurídica en Karl Larenz, R.D.R, 1950, p. 670; ROUBIER-
de poder jurídico, institucionalizadas por el ordenamiento jurídico y compuestas Droits subjectifs et situations juridiques, París, 1963.
por un haz o grupo de facultades unitariamente agrupadas, que se entregan a su
titular, dejando al arbitrio de éste su ejercicio y su defensa (p. ej., propiedad, usu-
fructo, derecho de crédito, etc.). 2.° Potestades, que son poderes jurídicos que se
atribuyen a la persona no para que ésta realice mediante ellos sus propios intere-
ses, sino para la defensa de los intereses de otras personas, de suerte que su ejer-
cicio y su defensa no son libres y arbitrarios, sino que vienen impuestos en función
de los intereses a cuyo servicio se encuentran (p. ej., potestad paterna, etc.). 3° Fa-
cultades, que son posibilidades de actuación que se atribuyen a la persona como
contenido de un derecho subjetivo más amplio o bien con independencia de cual-
quier clase de derecho (p. ej., facultades declarativas o modificativas de un estado
civil, etc.).
2.° El contenido de la relación jurídica puede ser, en segundo lugar, una si-
tuación de deber. El deber jurídico es la necesidad en que la persona se encuentra
de adoptar una determinada conducta o un cierto comportamiento, en cuanto está
previsto como necesario para el orden jurídico.
A la idea de deber jurídico acompaña siempre la de «responsabilidad». Por res-
ponsabilidad entendemos la necesidad de soportar las consecuencias (sanción) que
acarrea el incumplimiento del deber jurídico. Se dice que el deudor responde con
sus bienes del cumplimiento de sus obligaciones (p. ej., art. 1.911 Ce), pero tam-
bién se es responsable de los daños y perjuicios que el incumplimiento puede aca-
rrerar (art. 1.101 Ce).
III
DERECHO DE LA PERSONA

I
!
1 1 . LA PERSONA

I. PERSONA Y ORDENAMIENTO JURÍDICO

El hombre y la vida social son la razón del Derecho, pues sin hombres y sin
vida social el Derecho no puede cumplir su función de instrumento de la organi-
zación justa de la convivencia.
Desde el punto de vista jurídico ha de sostenerse que todo hombre es persona.
La personalidad no es mera cualidad que el ordenamiento jurídico pueda atribuir
de una manera arbitraria, es una exigencia de la naturaleza y dignidad del hombre
que el Derecho no tiene más remedio que reconocer. JUAN XXIII, en su encíclica
Pacem in tenis, dice exactamente: «En toda humana convivencia bien organizada
y fecunda hay que colocar como fundamento el principio de que todo ser humano
es persona, es decir, una naturaleza dotada de inteligencia y de voluntad libre.»
¿Qué significa en el orden jurídico reconocer al hombre como persona? Signi-
fica reconocerle la aptitud para ser sujeto de derechos y de obligaciones o, si se
quiere, de relaciones jurídicas. Pero significa sobre todo que las normas jurídicas
han de darse y aplicarse teniendo en cuenta la dignidad del hombre como persona
y sus atributos. Por tanto, el reconocimiento de la persona condiciona la misma
producción de la persona, su interpretación y aplicación.
En España, la Constitución de 1978 recoge el valor central que posee la perso-
na. Su artículo 10 dice que «la dignidad de la persona y los derechos inviolables
que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a
los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social».
Por eso todas las leyes civiles posteriores a la Constitución aparecen fuertemente
influidas por aquellos principios.
El Código civil también fue consciente de ello, por supuesto, como no podía
ser menos por la ideología liberal en que se desenvuelve nuestra codificación, y de-
dica su Libro Primero a tratar «De las personas». Sin embargo, sus normas eran
incompletas en grado sumo, como en las codificaciones del siglo XIX, pues lo que
se refería a la persona en sí misma considerada, sus derechos y libertades funda-
mentales, se relegaba al ámbito constitucional, más programático que efectivo ju-
rídicamente.

[185]
186 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA

II. LA CAPACIDAD DE LA PERSONA B) LAS LLAMADAS «CAPACIDADES ESPECIALES»


Y LAS PROHIBICIONES LEGALES
El ordenamiento jurídico reconoce ante todo y sobre todo capacidad a la per-
sona, que puede ser de varios tipos: La capacidad de obrar plena se refiere de una manera indeterminada al con-
junto de actos y negocios jurídicos que puede realizar una persona. Ocurre, sin
embargo, que la peculiar naturaleza de algunos de ellos puede exigir determinadas
A) CAPACIDAD JURÍDICA Y DE OBRAR condiciones de aptitud, generalmente concretadas en la posesión de una determi-
nada edad mayor que la que señala la adquisición de la plena capacidad de obrar,
La capacidad jurídica es la aptitud o idoneidad para ser titular de derechos y que es la mayor de edad (p. ej., para adoptar; art. 175.1). Se habla entonces de una
obligaciones. Toda persona, por el mero hecho de serlo, posee capacidad jurídica. «capacidad especial». El no tenerla no significa que la persona vea su capacidad
La capacidad jurídica, en tal sentido, es un atributo o cualidad esencial de ella, re- de obrar limitada, ni mucho menos que sea un incapacitado. Simplemente, no po-
flejo de su dignidad. drá realizar eficazmente el acto o negocio para el que se exige.
La capacidad de obrar, en cambio, es la aptitud o idoneidad para realizar efi- En algunos casos, el ordenamiento jurídico prohibe que ciertas personas, que
cazmente actos jurídicos, o, en otros términos, la capacidad para adquirir o ejerci- se encuentran en determinada situación o circunstancias, realicen concretos actos
tar derechos y asumir obligaciones, que puede ser plena o encontrarse limitada si jurídicos. Por ejemplo, el artículo 1.459 establece una serie de prohibiciones para
el sujeto no puede realizar por sí mismo con plena eficacia actos o negocios jurídi- comprar bienes, que afectan a determinadas personas. Se plantea así el problema
cos o algún tipo de ellos (p. ej., los de enajenación o gravamen). de distinguir entre las limitaciones de la capacidad de obrar y los impedimentos
La capacidad de obrar se presume plena como principio general, como corres- para la realización de un acto jurídico resultantes de una prohibición legal. A nues-
ponde al principio constitucional del libre desarrollo de la personalidad. Por tanto, tro juicio, la incapacidad o la limitación de la capacidad está en función del estado
las limitaciones han de ser expresamente establecidas (por ley o sentencia), y han civil, es general, mientras que la prohibición afecta a actos jurídicos concretos en
de interpretarse en casos dudosos de modo restrictivo (S. de 6 de julio de 1987). los que concurran determinadas circunstancias, presuponiendo la capacidad para
Las únicas limitaciones de la capacidad de obrar que hoy reconoce el Derecho realizarlos. Así, por ejemplo, el artículo 1.459 se refiere sólo al negocio jurídico de
son la menor edad y la falta de aptitud de la persona para gobernarse a sí misma, compraventa y la prohibición afecta a las personas en las que concurran los cargos
que darán lugar a los estados civiles de la menor edad e incapacitación, respecti- que en él se mencionan. Las prohibiciones han de establecerse expresamente y son
vamente. La extensión de esta incapacidad de obrar la veremos posteriormente. de interpretación restrictiva.
La declaración judicial de concurso de una persona por insolvente no origina
ningún estado civil, sino el sometimiento de su patrimonio a un proceso especial
por sus acreedores para el cobro de sus créditos. Por ello se le priva, siendo susti- III. EL COMIENZO DE LA PERSONALIDAD
tuido por los administradores concúrsales, de las facultades de administración y
disposición sobre sus bienes, o se la somete a la intervención de los mismos, según Desde el Proyecto de Código civil de 1851 se ha mantenido el criterio del naci-
que el concurso sea necesario o voluntario. En cualquier caso, la suspensión o in- miento. El artículo 29 Ce. así lo dice en su inciso primero: el nacimiento determi-
tervención se refiere a los bienes que han de integrar la masa del concurso y, en su na la personalidad. Por tanto, se es persona desde el nacimiento.
caso, a los que correspondan al deudor con la sociedad o comunidad conyugal Sin embargo, ha sido una tradición jurídica la de resolver el problema sucesorio
(art. 40.1, 2 y 6, Ley Concursal de 9 de julio de 2003). que se presentaba cuando el nacido moría inmediatamente, pues determinaba una
La falta de una plena capacidad de obrar no significa que el ordenamiento ju- distinta trayectoria de los bienes hereditarios aquel acontecimiento, lo que se juz-
rídico se desentienda de la protección de los intereses y derechos del que la sufre. gaba poco racional e injusto. El artículo 30,fiela esa tradición, resolvía la cuestión
Establece, por el contrario, normas apropiadas a estosfines,instituyendo la repre- diciendo: «Para los efectos civiles, sólo se reputará nacido el feto que tuviere figura
sentación legal del incapacitado (p. ej., el titular de la patria potestad es el que re- humana y viviere veinticuatro horas enteramente desprendido del claustro mater-
presenta al menor de edad, o el tutor al incapacitado), o exigiendo un complemen- no». De ahí que sólo fueran inscribibles los nacimientos en que concurran las con-
to de su capacidad (v. gr., el menor emancipado por concesión de sus padres diciones establecidas en el artículo 30 Ce. (art. 40 L.R.C de 1957), y que se llamen
necesita para vender o gravar bienes inmuebles el consentimiento de éstos). criaturas abortivas a las que no las reúnan (art. 745.1.° C e ; art. 171 R.R.C).
188 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA 189
Así pues, aunque el origen de la norma fue la cuestión de los derechos suceso- primero de los nacidos, lo que es aplicable en los casos, por ejemplo, en que la ley
rios que podía adquirir un nacido aunque muriese al poco tiempo, el criterio adop- conceda una preferencia para ocupar ciertos cargos o ejercitar ciertas funciones al
tado se ha generalizado; la adquisición de la personalidad en el orden civil se hace mayor de edad sobre el menor.
depender de aquellos dos requisitos que recogía el artículo 30: tener figura huma-
na y vivir veinticuatro horas enteramente desprendido del seno materno1.
La Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea Ge- IV LA SITUACIÓN JURÍDICA DEL CONCEBIDO Y NO NACIDO
neral de las Naciones Unidas el 20 de noviembre a 1989, ratificada por España
{B.O.E. de 31 de diciembre de 1990), obliga a que el niño sea inscrito inmediata- Si partimos de la premisa de que la personalidad se adquiere con el nacimiento
mente después de su nacimiento, y tendrá derecho, desde que nace, a un nombre, a en las condiciones que señala el artículo 30 C.c, quedará impedida toda adquisición
adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y de derechos, especialmente sucesorios, por un ser que se encontrará solamente con-
ser cuidado por ellos (art. 7.°, p. 1,°). Al obligarse los Estados Partes de la Conven- cebido, pero aún no nacido, en el momento en que la adquisición debió producirse.
ción a la aplicación de estos derechos «en conformidad con su legislación nacional» Históricamente fue el problema de los derechos del hijo postumo en la herencia pa-
(art. 7.°, p. 2.°), podría modificarse la muestra. terna el núcleo en torno al que se formuló la regla general de protección al concebi-
Lo previsible ocurrió. La Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil do y no nacido. Si en el momento de la muerte del progenitor se encontrara sólo
(B. O.E. de 22 de julio de 2011), ha modificado profundamente el artículo 30 del concebido, no podría heredarle, porque uno de los requisitos de la sucesión monis
Código civil, que ahora dice: «La personalidad se adquiere en el momento del na- causa es el de que el llamado a la misma sobreviva al causante.
cimiento con vida, una vez producido el entero desprendimiento del claustro Para evitar esta rigurosa consecuencia, que sería evidentemente injusta, el De-
materno.» Además, dicha redacción, que aparece con la Disp. final 3. a de la Ley recho romano dispuso ya una cierta protección del concebido y no nacido. No es
20/2011, entró en vigor el día siguiente al de su publicación en el Boletín Oficial que se le reconociese estrictamente hablando personalidad, pero se protegieron los
del Estado, mientras se daba una vacatio legis muy larga a los demás preceptos intereses de la futura persona (propter spem nascendi). Como consecuencia de ello,
(Disp. Final 10.a). la doctrina romanista formuló la máxima nascituruspro iam nato habetur, quotiens
Así pues, con arreglo al nuevo artículo 30, el nacido no ha de vivir veinticuatro de commodis eius agitur, que expresa la idea de una cierta equiparación entre los
horas enteramente desprendido del claustro materno; basta con esto último para concebidos y los nacidos en relación con efectos o consecuencias jurídicas que les
que se adquiera la personalidad desde el nacimiento con vida. fueran favorables a los primeros.
La regla fue recibida por la tradición jurídica occidental. En España, la acogen
Durante la vigencia del antiguo artículo 30 el tema de si la viabilidad es un re- las Partidas (4,26, 3), pero en el Proyecto de 1851 no se le da carácter general, sino
quisito exigible al nacido, para lo cual se acudía a determinados preceptos del Có-
digo civil, dictados para preservar los derechos hereditarios de los que serían per- que se hace simplemente una aplicación de ella en materia de Derecho de sucesio-
judicados por el nacimiento del concebido y no nacido a la muerte del causante, nes. La primera edición del Código civil, sin abandonar este casuismo, estableció
en los cuales se menciona reiteradamente la «viabilidad del nacido» (arts. 960 y que «el nacimiento determina la personalidad, sin perjuicio de los casos en que la
964). Históricamente se han distinguido dos clases de viabilidad: una, que requie- ley retrotrae a unafecha anterior los derechos del nacido». Ante la crítica de las Cor-
re que el feto haya tenido un período mínimo de gestación, que sefijaen seis me-
ses; otra, que requiere que el feto carezca de vicios o defectos funcionales que le tes a la labor de la Comisión Codificadora, se redacta el artículo 29 con el siguien-
impidan seguir viviendo. El parecer, con contadísimas excepciones, de nuestra te tenor: «El nacimiento determina la personalidad; pero el concebido se tiene por
doctrina fue favorable a la llamada viabilidad legal, es decir, que el feto había de nacido para todos los efectos que le sean favorables, siempre que nazca con las
vivir en las condiciones del artículo 30. condiciones que expresa el artículo siguiente.» Gana el precepto en generalidad,
pues no es ya la ley la que en cada caso concreto ha de dispensar protección al con-
El artículo 31 resuelve la cuestión del cuál de los nacidos en partos dobles o cebido, basta que haya un efecto favorable, aunque pierde por eso mismo en pre-
múltiples tiene los derechos de primogenitura. Determina que es primogénito el cisión.
Modernamente el problema de la protección del concebido y no nacido, que
1
GARCÍA GOYENA comentando el artículo 107 del Proyecto de 1851, dice: «Para los
tradicionalmente se había considerado como un problema civil, ha trascendido a
efectos legales: sobre herencias: en este sentido han hablado todos los Códigos antiguos y otra órbita del ordenamiento jurídico y en especial a la interpretación del artículo
modernos» {Concordancias, I, p. 123). 15 de la Constitución, según el cual «todos tienen derecho a la vida y a la integri-
190 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA 191
dad física y moral». La cuestión ha sido especialmente debatida en relación con la ambos progenitores su filiación (art. 122 al aplicarse únicamente al supuesto de
constitucionalidad o no de las leyes despenalizadoras del aborto. que un progenitor hiciere el reconocimiento por sí solo; art. 124)2.
Limitaremos nuestro estudio a lo que podemos denominar «la protección civil». Tampoco aclara el artículo 29 si los efectos favorables han de darse directamen-
En este sentido la sentencia del Tribunal Constitucional 53/1985, de 11 de abril, te para el concebido, o bien puede ser un beneficio indirecto. El Código civil no
mantuvo que no puede estimarse fundada la tesis de que al nasciturus corresponda hace ninguna distinción, que interpretamos como argumento en favor del beneficio
la titularidad del derecho a la vida, pero, en todo caso, la vida del nasciturus es un indirecto3.
bien jurídico constitucionalmente protegido por el artículo 15 de la Norma funda-
mental, puntualizando que la protección que la Constitución dispensa al nasciturus
implica para el Estado dos obligaciones: la de abstenerse de interrumpir o de obs- B) LAS DONACIONES HECHAS A LOS CONCEBIDOS
taculizar el proceso natural de gestación, y la de establecer un sistema legal para la
defensa de la vida que suponga una protección efectiva de la misma y que, dado el El artículo 627 Ce. establece que «las donaciones hechas a los concebidos y no
carácter fundamental de la vida, incluya también, como última garantía, las nor- nacidos pueden ser aceptadas por las personas que legítimamente los representarían,
mas penales. Ello no significa que dicha protección haya de revestir carácter abso- si se hubiera verificado ya su nacimiento». La posibilidad de que estas donaciones
luto; pues, como sucede en relación con todos los bienes y derechos constitucio- sean aceptadas inmediatamente se autoriza para impedir que el donante, no vincu-
nalmente reconocidos, en determinados supuestos puede y aun debe estar sujeta a lado por la aceptación del donatario, retire o revoque la donación, pero en modo
limitaciones. alguno implica el precepto un reconocimiento de la personalidad desde el momento
de la concepción y, en consecuencia, la existencia de un representante legal del con-
cebido por éste incapaz de obrar. El Código se limita a decir que puedan aceptar las
A) SIGNIFICADO Y ALCANCE DE LA PROTECCIÓN donaciones las personas que legítimamente le representarían si hubiere nacido.
La donación al concebido no significa que el donante pierda la titularidad ac-
El artículo 29 no reconoce al concebido personalidad desde el momento de la tual del bien donado. Ello ocurrirá si el nacimiento se verifica en las condiciones
concepción, aunque fuese provisional y resoluble si no nace en las condiciones del del artículo 30. Tampoco obliga el precepto a que se desprenda de lo donado y pase
artículo 30, como lo demuestra el que carezca de representante legal. El artículo al patrimonio del que ha aceptado la donación para, en su caso, pasarlo posterior-
627, respecto a la donación hecha al concebido, legitima para aceptarla a la perso- mente al concebido una vez que nazca. Ahora bien, si el donante no pierde su ti-
na que le representaría si viviese, no lo tiene por tanto en esa fase de su vida. Si es tularidad actual, es evidente que no sigue ostentando, desde la aceptación de la
llamado a una herencia y está concebido a la muerte del causante de la misma, el donación, la misma que tenía hasta entonces. Ante todo, debe custodiar o guardar
ius delationis, que es el derecho de aceptarla o repudiarla, no es ejercitado en su por lo menos (ya que el Código no le impone la administración o gestión en bene-
representación por nadie (arts. 959 a 967), no tiene ningún derecho actual sobre ficio del concebido) lo donado hasta que el concebido nazca o no nazca. Entretan-
ella, y lo que pretende el ordenamiento jurídico es asegurar, prescribiendo las co- to, su titularidad se halla sometida a ese evento.
rrespondientes medidas, que lo pueda adquirir si nace con los requisitos legales del
artículo 30. 2
DE CASTRO señala que el nacido tiene derecho a ser indemnizado por los daños sufri-
El alcance de la protección al concebido es amplísimo: para todos los efectos que
dos durante el período de gestación en los bienes que le correspondan, en su situación fa-
le sean favorables. La donación y la sucesión hereditaria no son más que casos par- miliar (muerte del padre o de la madre al dar a luz) y respecto a su misma persona (defectos
ticulares que se arrastran desde una antigua tradición histórica, pero no únicos. No físicos, lesiones orgánicas que le fueran ocasionadas). No obstante, siempre habrá de tener-
obstante, de su regulación se obtiene que el mecanismo de protección, tratándose de se en cuenta, para responder, la previsibilidad del daño, juicio que debió hacer el causante
de la acción u omisión.
bienes y derechos a él atribuibles, discurre por el establecimiento de unas medidas 3
La sentencia de 5 de junio de 1926 aplicó el artículo 29 C.c. para deducir que una viu-
de protección para que, hasta que nazca, aquéllos no se pierdan o destruyan. da encinta debía ser considerada como viuda con hijos a los efectos de percibir una indem-
Efectos favorables son las adquisiciones basadas en títulos no onerosos, aunque nización en materia de accidente de trabajo (que era mayor que la hubiera correspondido
no hay base legal para una separación, dentro de ellos, de lo perjudicial (p. ej., de como viuda sin hijos). La indemnización reconocida a la viuda como consecuencia del ac-
una herencia a la que ha sido llamado un concebido no pueden separarse las deu- cidente sufrido por el padre no beneficiaba directamente al hijo y no era en este sentido un
efecto beneficioso para él. Sin embargo, al beneficiar directamente a la madre, quedaba
das), pero no son los únicos. Así, es incuestionable que puede ser reconocida por también indirectamente beneficiado el hijo.
192 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA 193
G) LA HERENCIA A LA QUE ES LLAMADO UN CONCEBIDO Es importante por todo ello fijar el momento de la concepción. En ausencia de
norma expresa en esta materia de protección al concebido, debe de acudirse a las que
Se refieren a ella los artículos 959 y Siguientes C.c, colocados bajo una rúbrica: resuelven la cuestión con la finalidad de establecer cuándo un hijo tiene la filiación
«De las precauciones que deben adoptarse cuando la viuda quede encinta». matrimonial. Acogen los términos mínimos y máximos de gestación de ciento ochen-
Aunque el Código civil habla de viuda (del causante) porque piensa en la hipó- ta y trescientos días, respectivamente (arts. 116 y 117 C.c). Pero si el Código civil, a
tesis normal de la participación de un postumo en la herencia paterna, las mismas partir de su reforma por Ley de 13demayode 1981, permite en los juicios de filiación
reglas deben aplicarse por extensión en todos los casos de participación de un nas- toda clase de pruebas, incluidas las biológicas (art. 127), cuando trasladamos a otro
citurus en una herencia, aunque la madre no sea viuda del causante (p. ej., el abue- ámbito aquellos plazos, hemos de operar como si fuesen presunciones iuris tantum,
lo dispone que en un tercio de su herencia le sucedan sus nietos y no los padres de susceptibles de impugnación por el interesado en alegar otros plazos distintos.
éstos, y en el momento de su muerte existe un concebido y no nacido).
Las reglas están dictadas en beneficio del nasciturus y «de los que tengan a la
herencia un derecho de tal naturaleza que deba desaparecer o disminuir por el na- V. PRUEBA DEL NACIMIENTO
cimiento del postumo [o nasciturus]» (art. 959), y son:
1 .a Se suspende la división de la herencia (si el concebido concurre con otros La inscripción de nacimiento en el Registro Civil, que reúna los requisitos del
herederos a aquélla) hasta que verifique el parto o el aborto, o resulte por el trans- artículo 30 del Código civil, hace fe del hecho, hora y lugar de nacimiento, identi-
curso del tiempo que la viuda no estaba encinta (art. 966). dad, sexo y en su caso, filiación del inscrito (art. 44 Ley 20/2011, de 21 de julio, del
2.a En el tiempo que media hasta que se verifique el parto, o se adquiera la Registro Civil).
certidumbre de que éste no tendrá lugar, ya por haber ocurrido aborto, ya por ha- La inscripción de los nacimientos en el Registro Civil en cuanto a su mecánica
ber pasado con exceso el término máximo de gestación, se proveerá a la seguridad se regula en dicha Ley 20/2011 (arts. 44 a 49), modificada por la Ley 19/2015, de
y administración de los bienes (art. 965 C.c). 13 de julio.
3.a Pueden adoptarse medidas para evitar la suposición del parto, o que la Dice el artículo 44 que la inscripción de nacimiento se practicará en virtud de
criatura pase por viable no siéndolo en realidad (arts. 960 y 961 C.c). Aquí se atien- declaración firmada por el o los declarantes, acompañada del parte facultativo. En
de básicamente a la situación de los interesados en la herencia a que ha sido llama- defecto de parte facultativo, deberá aportarse la documentación acreditativa en los
do el postumo o nasciturus. términos que reglamentariamente se determinen.
El artículo 45 de la Ley establece quiénes son los obligados a promover la ins-
cripción; el 46 regula la comunicación al Registro Civil de los centros sanitarios de
D) LA CAPACIDAD PROCESAL DEL CONCEBIDO
los nacimientos que en ellos hayan tenido lugar; en el artículo 47 la inscripción de
El artículo 6 L.E.C. reconoce capacidad para ser parte de los procesos ante los tri- los nacimientos habidos fuera de los centros sanitarios, o cuando no se haya remi-
bunales civiles a «el concebido no nacido, para todos los efectos que le sean favorables». tido el plazo y forma al Registro -Ovil del documento detallado en el artículo 46; y
El artículo 7 señala que, en materia procesal, por los concebidos y no nacidos compa- en el artículo 49 el contenido de la inscripción de nacimiento.
recerán las personas que legítimamente los representarían si ya hubieren nacido.

VI. EL ESTADO CIVIL DE LA PERSONA


E) LA RETROACCIÓN DE LOS EFECTOS DEL NACIMIENTO AL MOMENTO
DE LA CONCEPCIÓN La locución «estado civil» es utilizada reiteradamente por el Código civil y la
Ley del Registro Civil, pero no se da en ningún momento un concepto ÚQ él. En el
Si el concebido nace en las condiciones del artículo 30, se ha de entender que la lenguaje vulgar, el estado civil se relaciona exclusivamente con el matrimonio. Se
personalidad la tiene no desde el nacimiento sino desde la concepción para todos los habla así de estado civil de soltero, casado, viudo, divorciado o incluso separado,
efectos favorables. Así, por ejemplo, la aceptación de la donación es como si la hu- pero no es enteramente exacta esta idea.
biese hecho su representante legal estando él ya nacido; si ha sido llamado a una Si todas las personas poseen la misma capacidad jurídica pero no la misma ca-
herencia, que ha sobrevenido al causante, requisito necesario para poder heredar, etc. pacidad de obrar, hay que encontrar la causa o razón de esta desigualdad, que no
194 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA 195
puede obedecer hoy a la jerarquización social. La igualdad de todos ante la ley, Existe en la doctrina una tendencia extendida que configura dos únicos esta-
conquista de la Revolución francesa, obliga a buscar aquella causa en la persona dos: civitatis y familiae. Es decir, la distinta manera de vivir en la comunidad
misma y no en accidentes externos de tipo social (v. gr., noble o plebeyo, libre o proviene de la pertenencia a los grupos sociales constituidos como nación y fa-
siervo, etc.). En otras palabras, debe obedecer a cualidades personales que hacen milia. Esta concepción es estrecha e injustificada, no se ve razón para referirla a
que la persona viva o esté en la comunidad de una manera diferente respecto de estos dos grupos. La situación de incapacitado o de menor de edad no sometido
otra en que no concurran. El menor de edad o el incapacitado, por ejemplo, viven a la patria potestad reúne los mismos caracteres que todo estado civil, y hace vi-
o están sometidos en mayor o menor grado al poder de otra persona, aunque haya vir a la persona de una forma distinta en la comunidad por los derechos y obli-
de ejercitarlo en beneficio y defensa de aquéllos (patria potestad, tutela, cúratela), gaciones que en ella confluyen, sin ninguna relación con su pertenencia al Esta-
mientras que el mayor de edad vive con completa independencia. Por otra parte, do o a una familia.
las cualidades configurativas del estado civil poseen un cierto carácter de perma-
nencia y estabilidad, opuesto a lo instantáneo o transitorio. De ahí que el artículo Dice FERRARA de la identificación del estado civil de la persona con la especial
200 C e , cuando señala como causas de incapacitación las enfermedades o defi- posición que ocupa en la familia y en la sociedad política, no es más que un resi-
duo de la idea del Derecho Romano sobre el estatus. En él, la capacidad jurídica
ciencias de carácter físico o psíquico que impidan a una persona gobernarse por sí se adquiría cuando en la persona coincidiesen tres status: de libertad (ser libre, no
misma, exige que sean persistentes. Por último, hay que destacar que aquellas cua- esclavo), de ciudadanía (ser ciudadano, no extranjero, que quedaba fuera del ius
lidades de donde proviene el estado civil pueden ser adquiridas por la persona en avile); de familia (ser sui iuris: los hijos estaban subpotestaté). El estado era un
el desarrollo de su personalidad (v. gr., se casa, cambia de nacionalidad, le sobre- presupuesto para adquirir la personalidad. Pero hoy la personalidad es reconocida
indistintamente a todos los hombres, por lo que el estatus no es más que un modo
viene una causa por la que se la incapacita). de ser, una cualidad jurídica de la persona.
De todo lo expuesto se deduce que el estado civil es una cualidad de la persona.
Toda persona tiene un estado civil como cualidad propia, protegido por el Código
penal, que, en el artículo 401, castiga especialmente la «usurpación de estado civil». A) LOS ESTADOS CIVILES EN NUESTRO DERECHO
Además, se encuentra protegido también a través del artículo 1.902 C.c. cuando la
conducta cause daño. Ello no quiere decir que sólo se pueda tener un estado civil. ¿Cuáles son los estados civiles admitidos en nuestro Derecho? No hay una con-
En una persona es posible que confluyan múltiples estados (p. ej., mayor de edad, testación categórica a esta pregunta. Pudiera pensarse que la Ley del Registro Ci-
de nacionalidad española, de vecindad catalana, etc.). vil de 2011 es la que debe suministrarla, dado que es el instrumento para la cons-
El estado civil no es sólo lo determinante de una diferente capacidad de obrar tancia oficial de la existencia, estado civil y condición de las personas según su
de las personas, sino también fuente de derechos y deberes. La capacidad de obrar Exposición de Motivos. Pero en su artículo 1.° no enumera propiamente los estados
del nacional español es cierto que viene determinada por la ley española, lo mis- civiles; se refiere a la inscripción de «los hechos» que afectan al estado civil de las
mo que la del inglés por la ley inglesa, pero no lo es menos que ese estado de na- personas, y expresamente dice que se inscribirán aquellos otros que determina la ley,
cional español le concede derechos y le impone deberes. Es más, en algunos esta- y enumera hasta quince «hechos y actos» susceptibles de inscripción, entre los cua-
dos civiles predomina más este último aspecto que el de la influencia sobre la les es difícil destacar los que reúnen la cualidad jurídica de estado civil.
capacidad de obrar. Piénsese, por ejemplo, en el estado de casado. Desde el mo- Creemos que han de estimarse como estados civiles de la persona los siguientes:
mento en que el matrimonio ha perdido su significación como causa modificativa a) La nacionalidad y la vecindad. Por la nacionalidad se determina la ley que
de la capacidad de obrar de los cónyuges, por virtud de su equiparación jurídica, ha de regir y regular su capacidad de obrar (art. 9°1 del Título Preliminar), y por
ese estado va siendo más relevante como fuente de obligaciones. Algo análogo se la vecindad el sometimiento al Código civil o al Derecho foral (art. 14.1 del Título
puede decir del estado de filiación. Cuando el hijo es mayor de edad, son los de- Preliminar), lo que trasciende a la capacidad de obrar de los españoles. Así, por
beres (de respeto, de alimentos, etc., hacia sus padres) los que ocupan el primer ejemplo, la amplísima libertad para disponer monis causa que reconoce la Compi-
plano4. lación de Derecho Civil de Derecho Foral de País Vasco para los habitantes de la
tierra de Ayala, no es la misma que tienen los castellanos o andaluces sometidos al
4
Sobre la base de estas consideraciones, vid. GORDILLO CAÑAS {Capacidad, incapacidad Código civil.
y estabilidad de los contratos, Madrid, 1986), que se manifiesta por una devaluación del es- b) El matrimonio. La familia asentada o construida sobre el matrimonio da
tado civil como concepto central. a sus miembros un status familiae según la posición que ocupan en ella (padres,
196 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA 197
hijos, etc.), de donde derivan limitaciones a la capacidad de obrar, derechos y de- b) Por título de legitimación se entiende el acto o la situación que faculta a
beres cuyo examen es propio del Derecho de familia. una persona para actuar en la vida jurídica como titular de un determinado estado
Dentro del estado familiar derivado de filiación, es decir, originado por el civil. En principio, para ello sería menester probar de una manera suficiente el tí-
vínculo que une a los procreadores con el procreado, hay que tener en cuenta que tulo de atribución, lo cual en la práctica resultaría no sólo extraordinariamente
la Constitución suprime toda discriminación entre los hijos nacidos dentro del ma- incómodo, sino a veces muy difícil. Por ello, el ordenamiento jurídico tiende a fa-
trimonio y los nacidos fuera del mismo, pero el status familiae de estos últimos no cilitar el ejercicio del estado civil.
es el mismo de los primeros si el progenitor está casado. A su cónyuge no se le im- El título de legitimación por excelencia son las actas del Registro Civil. El ar-
pone ninguna relación filial ni el hijo no matrimonial tiene un status familiae con tículo 17 de la Ley del Registro Civil de 2011 dice, bajo el epígrafe «Eficacia pro-
relación a la familia de aquél. batoria de la inscripción», que la misma constituye prueba plena de los hechos ins-
c) La edad. De acuerdo con la edad, hay que señalar el estado civil de la ma- critos (apartado 1). Tal carácter de prueba plena tiene, que sólo en los casos de
yor edad frente al estado civil de la menor edad5. Entre uno y otro cabe el estado falta de inscripción o en los que no sea posible certificar el asiento, se admitirán
civil de menor emancipado, cuya situación es semejante a la del estado civil de la otros medios de prueba. En el primer caso, será requisito indispensable para su
mayor edad, pero no idéntica en vista de algunas restricciones a su capacidad de admisión la acreditación de que previa o simultáneamente se ha instado la inscrip-
obrar que impone la ley. ción omitida o la reconstrucción del asiento y no una mera solicitud (apartado 2).
d) La incapacitación o modificación judicial de incapacidad de obrar. Es un Título de legitimación es también la posesión de estado que es la situación en
estado civil que se origina en cuanto la autoridad judicial la declara en sentencia la que existe, por una parte, un ejercicio habitual de las facultades de estado civil
por concurrir en la persona causas que la motive. y, por otra parte, un reconocimiento virtual de que tal o cual persona la posee. En
otras palabras, la posesión de estado significa la confluencia de los factores: el com-
portamiento de la persona y el trato que de los demás recibe.
B) EL TÍTULO DE ESTADO CIVIL El Código civil conoce este título de legitimación. Así, en la legitimación activa
para ejercitar la acción de reclamación de la filiación (arts. 131a 134); y es utiliza-
Cuando la expresión «título» se utiliza en relación con el estado civil de las per- do también en materia de nacionalidad (art. 18).
sonas, puede tener un doble significado que fue en su momento esclarecido por el
profesor D E CASTRO: título de adquisición y título de legitimación.
a) Por título de atribución de un estado civil se entiende aquel hecho o serie C) EFECTOS DEL ESTADO CIVIL
de hechos que determinan la originación de un estado civil para una determinada
persona. Puede ser un simple hecho jurídico (v. gr., el nacimiento, el trascurso del La trascendencia del concepto de estado civil es muy considerable y se desplie-
tiempo necesario para la adquisición de la mayor edad). Puede ser también un acto ga en varias direcciones. A muy grandes rasgos, esta trascendencia se puede sinte-
jurídico de declaración de voluntad (v. gr., la adquisición de la nacionalidad espa- tizar así: primero, los problemas relativos al estado civil de la persona tienen carác-
ñola por virtud de opción, o la emancipación por concesión del que ejerce la patria ter de cuestión de orden público. Se trata de una noción que importa a la sociedad
potestad). en tanto que fija el puesto de la persona en ella y, por consiguiente, no es algo que
Puede ser, finalmente, un acto administrativo, como la concesión de la nacio- le atañe exclusivamente a ésta como cualquier otra cosa de su propiedad. De esta
nalidad, o un acto judicial, como la sentencia de incapacitación de un demente. consideración de las cuestiones de estado civil como cuestiones de orden público
El título de atribución es el hecho de adquisión del estado civil. Si falta el títu- derivan algunas importantes consecuencias:
lo de atribución o si éste es nulo, el estado civil será inexistente. Si el título de atri- 1 .a El estado civil queda sustraído al juego de la voluntad y es indisponible,
bución se encuentra viciado, el estado civil que en él se funde podrá ser sometido de donde deriva la nulidad de los contratos que recaigan sobre él. Se considera
a impugnación. como una cosa que está fuera del comercio a los efectos del artículo 1.271 C.c. y,
en especial, no se puede celebrar transacción sobre el estado civil de la persona
5 (art. 1.811).
El párrafo 2 del artículo 32, antes de que se suprimiese por la Ley de 24 de octubre de
1983, reformadora de la tutela, conceptuaba a la menor edad y la incapacitación como un 2.a Corresponde al Ministerio Fiscal «tomar parte, en defensa de la legalidad
estado de la persona. y del interés público o social, en los procesos relativos al estado civil (art. 3.6 del
198 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA 199
Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal de SO de diciembre de 1981, modificado La Ley de Enjuiciamiento Civil de 2000 dedica un capítulo, el I del Título I del
por Ley 24/2007, de 9 de octubre). Libro IV, en el que se contienen las normas generales de los procesos sobre capa-
3.a Los conflictos sobre el estado civil sólo pueden ventilarse directamente cidad, filiación, matrimonio y menores. En ellos se ejercitan las acciones de estado
ante los órganos de la jurisdicción nacional del Estado, y no pueden ser sometidos correspondientes.
a arbitraje (v. gr., art. 2.° de la Ley 60/2003, de 23 de diciembre, de Arbitraje, mo-
fleada por Ley 11/2011, de 20 de mayo).
4.a El estado civil tiene una eficacia general o erga omnes, lo que se concreta BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
en la ruptura del principio general de eficacia relativa de la cosa juzgada al exten-
derse la autoridad de la cosa juzgada de la sentencia sobre el estado civil a los ter- ALISTE SANTOS: La tutela Judicial efectiva del nasciturus en el proceso civil, 2011; ARRO-
YO Y AMAYUELAS: La protección al concebido y no nacido en el Código civil, Madrid, 1992;
ceros aunque no hayan litigado (art. 222.3 L.E.C.). Y en la publicidad a través de COSSÍO Y CORRAL: Evolución del concepto de personalidad y sus repercusiones en el Derecho
un registro público, denominado Registro del Estado Civil (art. 325 C.c.) o, más privado, R.D.P., 1942, p. 749; El moderno concepto de la personalidad y la teoría de los «es-
sencillamente, Registro Civil. tados» en el Derecho civil R.D.P., 1943, p. I; DE CASTRO Y BRAVO: Derecho civil de España,
5.a Del carácter de orden público de la materia relativa al estado civil deriva, t. II, Parte Primera, Madrid, 1952; GÓMEZ ARBOLEYA: Sobre la noción de persona, Revista
de Estudios Políticos, vol. 27, p. 104; Más sobre la noción de persona, en la misma Revista,
asimismo, que la normativa legal ostenta un carácter manifiestamente imperativo, vol. 29, p. 107; GORDILLO CAÑAS: Capacidad, incapacidades y estabilidad de los contratos,
porque sólo el legislador puede establecer las causas por las que se adquiere, mo- Madrid, 1986; GUASP: El individuo y la persona, R.D.P., 1959, p. 3; LÓPEZ Y LÓPEZ: Lapo-
difica o se pierde un estado civil, lo mismo que sus efectos. sesión de estado familiar, Sevilla, 1971; PARRA LucÁN: El estado civil hoy: orientaciones
actuales, Barcelona, 1992; RAMOS CHAPARRO: La persona y su capacidad civil, Madrid,
6.a La persona tiene una serie de derechos y obligaciones ante el Registro Ci- 1955; RpCA JUAN: El deber general de respeto a la persona, A.D.C, 1986, p. 763; SANCHO
vil, que la Ley de 2011 enumera prolijamente (arts. 11 y 12). REBULLIDA: El concepto de estado civil, en Estudios en homenaje al profesor Serrano y Se-
rrano, I, p. 742; STORCH DE GRACIA: Acerca de la naturaleza jurídica del concebido, La Ley,
1987, p. 1100.
D) LAS FACULTADES Y ACCIONES DE ESTADO

Para la protección del estado civil se conceden a la persona unas determindas


facultades y acciones. Dentro de ellas merecen consideración especial:
á) Las facultades declarativas, dirigidas a obtener una declaración oficial o
una constatación de un determinado estado civil
b) Las facultades modificativas, bien por propia voluntad del interesado
cuando el ordenamiento así lo admita (p. ej., cambio de nacionalidad, de vecindad
civil), o bien por medio de una impugnación en vía judicial de un estado civil por
falta de los requisitos necesarios para ostentarlos, o por la existencia de vicios en
el título de atribución.
Al mismo tiempo se puede hablar también de una facultad de defensa del esta-
do civil cuando éste resulte desconocido o lesionado por un tercero. El titular dis-
pone de acciones para remover la injusta situación creada y, eventualmente, para
reclamar indemnización de los daños y perjuicios sufridos. Todas las acciones de
estado son, como el estado civil mismo, indisponibles, lo que significa decir que
son inalienables, irrenunciables e imprescriptibles6.

6
Vid. STC 311/2000, de 18 de diciembre, sobre el carácter personalísimo de las acciones
de estado y sus excepciones.
LA EDAD DE LA PERSONA. EL SEXO 201

II. EL CÓMPUTO DE LA EDAD

Para computar la edad pueden seguirse dos sistemas. Establecerla de momento


a momento, teniendo en cuenta el del nacimiento, o bien contar utilizando como
12. LA EDAD DE LA PERSONA. EL SEXO unidad no susceptible de división el día del mismo. A este último sistema se le llama
de «computación civil» y al primero «computación naturab>. El cómputo civil es el
que recoge el artículo 315'Ce, que dice en su párrafo 2.°: «Para el cómputo de los
años de la mayoría de edad se incluirá completo el día del nacimiento». Aunque se
I. LA EDAD DE LA PERSONA Y SU SIGNIFICACIÓN JURÍDICA refiere de manera directa a la llegada a la mayor edad, deberá seguirse para compu-
tar otras edades. Por consiguiente, el día del nacimiento se cuenta como el primero
La edad es tenida en cuenta por el ordenamiento jurídico en tanto que la evo- de los vividos, sea cual fuere la hora de dicho nacimiento. Aunque el artículo citado
lución de la vida humana entraña la aparición de cambios importantes en la per- guarde silencio, es opinión común que la edad se alcanzará en el momento en que
sona, que repercuten en su capacidad de obrar. La capacidad de entender y, por comienza el día del aniversario (por consiguiente, no ha de transcurrir), lo cual es
tanto, la de querer conscientemente, esencial para obrar, no es la misma evidente- lógico, dado que el día del nacimiento tampoco hubo de transcurrir por entero.
mente en la infancia que en la juventud o madurez.
Por ello, la edad es tenida en cuenta por el Derecho porque asocia a este dato
objetivo la posesión de la aptitud que cree exigióle para realizar determinados ac- IIL LA MAYOR EDAD
tos y negocios. En el Código civil, en su redacción originaria, éste es el sano criterio
rector; no hay concesión de una capacidad de obrar en función de la aptitud de La mayor edad se caracteriza por ser un estado civil cuyo contenido es la plena
cada persona. Sin embargo, se está olvidando en las modernas leyes reformadoras independencia de la persona y la adquisición de una plena capacidad de obrar. La
del mismo, que se inclinan por una dependencia entre capacidad y aptitud concre- plena independencia es consecuencia de la extinción automática de la patria potes-
ta de la persona que se trate, prescindiendo del dato objetivo de la edad. Tal orien- tad o, en su defecto, de la tutela, a que está sometido todo menor. La plena capa-
tación puede ser arbitraria e insegura, pues deja la apreciación de la capacidad real, cidad obedece al alcance de la madurez psíquica.
que se traducirá en el reconocimiento de capacidad de obrar jurídica, a un juicio El artículo 322 establece en tal sentido que «el mayor de edad es capaz para
subjetivo, pero atiende a un objetivo justo, cual es la de procurar la ampliación de todos los actos de la vida civil, salvo las excepciones establecidas en casos especia-
la capacidad de obrar del menor en lo que no le perjudique y suponga desarrollo les por este Código». De ahí que, fuera de esos casos especiales, la capacidad de
de su personalidad1. obrar del mayor de edad es la regla general, y la incapacidad una excepción que
La edad da lugar a la configuración de dos estados civiles: el de la mayor y el habrá de alegar, probar e interpretar restrictivamente.
de la menor edad. Dentro de este último debe señalarse otro que es el de menor La mayoría de edad se alcanza hoy a los dieciocho años cumplidos (art. 315,
emancipado. La mayor y la menor edad y la emancipación son estados civiles por- p.l.°).
que significan una diferente manera de inserción o del estar el individuo en la so-
ciedad, un diferente ámbito de poder y responsabilidad.
IV LA MENOR EDAD

1
Es tan importante el dato objetivo de la edad, que después de normativizarse concre- Si la mayoría de edad se caracteriza por la independencia de la persona para
tamente cuándo un menor tiene madurez suficiente, se dice: «Se considera, en todo caso, regir su persona y bienes (art. 323), con el reconocimiento de la plena capacidad
que tiene (el menor) suficiente madurez cuando tenga doce años cumplidos» (apartado de obrar para todos los actos de la vida civil (art. 315), la menor edad se significa
cuarto del Capítulo I de la Ley Orgánica 8/2015, de 23 de julio, de modificación del sistema por ser una fase de su vida en la que está bajo la dependencia o sujeción de los ti-
de protección a la infancia y a la adolescencia. Dicha Ley Orgánica modifica la Ley Orgá-
nica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, art. 9). tulares de la patria potestad o, en su caso, bajo tutela. Tanto aquéllos como el tutor
tiene la obligación de velar por el menor en el más amplio sentido (alimentarlo,
[200] formarlo, protegerlo, etc.), pero también administran su patrimonio y lo represen-
202 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA EDAD DE LA PERSONA. EL SEXO 203
tan como principio general (arts. 162,164,167), debiéndoseles por aquél obedien- vista de sus derechos de la personalidad (honor, intimidad, propia imagen, derecho
cia y respeto (arts. 155 y 268). Esta diferencia de tratamiento jurídico descansa en a la información, libertad ideológica, derecho de asociación, participación y reu^
que el ordenamiento jurídico, a partir de una cierta edad, considera a una persona nión, derecho a la libertad de expresión), y en este sentido obliga a los padres o
con madurez suficiente para conocer y querer con todas sus consecuencias, y que tutores del menor a ejercer su patria potestad y tutela con las restricciones que el
por debajo de esa edad no la posee. La falta de esa madurez ocasiona que la per- reconocimiento de aquellos derechos lleva consigo, y al de ser oído en los procedi-
sona esté integrada en la comunidad con sujeción o dependencia de otra. Cierta- mientos que puedan afectarle. Según su artículo 2, las limitaciones a la capacidad
mente que el criterio legal puede no corresponder con la realidad, pero de él no de obrar del menor se interpretarán de forma restrictiva. Dicha Ley Orgánica
cabe prescindir, al igual de que la patria potestad o tutela existe para los menores 1/1996 ha sido modificada por la Ley Orgánica 8/2015, de 23 de julio, y por la Ley
hasta determinada edad, con abstracción de que su capacidad natural sea superior 26/2015, de 28 de julio. Ambas atañen «a la modificación del sistema de protección
o inferior al que por la ley es mayor de edad2. a la infancia y adolescencia».
Fuera de las coordenadas expuestas, nada se puede afirmar respecto de un prin- La Ley 26/2015, citada anteriormente, ha modificado el artículo 1.263 del Có-
cipio general de incapacidad de obrar del menor. El Código civil no contiene nin- digo civil recortando la falta de capacidad del menor de edad para prestar consen-
gún precepto que así se pronuncie, sino supuestos concretos y específicos en que timiento contractual que lucía en la redacción primitiva. En efecto, en ella se decía
únicamente se permite la actuación de los menores que tengan una cierta edad, que los menores no emancipados no podían prestar consentimiento para la perfec-
bien por sí solos, bien junto con sus padres o tutor, es decir, éstos no suplen la vo- ción de un contrato. Ahora, en cambio, el artículo 1.263 dice: «salvo en aquellos
luntad del menor. contratos que las leyes les permiten realizar por sí mismos o con asistencia de sus
Tales preceptos no son excepciones a un hipotético principio general de inca- representantes (legales), "y los relativos a bienes y servicios de la vida corriente
pacidad de obrar del menor, que sería consecuencia de su minoría de edad y carac- propia de su edad de conformidad con los usos sociales"»,
terizaría su estado civil. Creemos que éste es relevante como limitación a una ca-
pacidad de obrar solamente.
En cuanto al ámbito de la responsabilidad del menor, la idea que preside la re- V LA EMANCIPACIÓN
gulación de la misma es la de la protección de aquél. De ahí que, por ejemplo, cuan-
do se declara la nulidad de un contrato celebrado con un menor, éste no está obli- La emancipación atribuye al menor de edad un estado civil propio, distinto del
gado a restituir «sino en cuanto se enriqueció con la cosa o precio recibido» (art. de la mayor edad.
1.304), es decir, el incremento causado por una inversión provechosa o justificado
empleo en la satisfacción de sus necesidades. De ahí también que, respecto de los
daños causados a terceros por su culpa o negligencia, no responda él, sino los pa- A) CAUSAS DE EMANCIPACIÓN
dres que lo tienen bajo su guarda o el tutor en cuya compañía habita y esté bajo su
autoridad, salvo que éstos prueben que emplearon toda la diligencia de un buen La atribución al menor de edad del estado civil de emancipado puede origi-
padre de familia para prevenir el daño (art. 1.903). El patrimonio del menor puede narse:
ser responsable directo en aquellos casos en que la responsabilidad no se funde en a) Por concesión de los que ejerzan la patria potestad sobre el menor.—Es en-
una acción u omisión culposa o dolosa, sino en su condición de propietario o po- tonces un acto jurídico de Derecho de Familia que exige que el menor tenga dieci-
seedor de la cosa o animal productor del daño (arts. 1.905 y 1.908.3.° Ce). Pero séis años cumplidos y la consienta, y se otorgará por escritura pública o por com-
no cabe desconocer entonces la responsabilidad frente al menor de los que tienen parecencia ante el juez encargado del Registro Civil (art. 317). Es un acto
la obligación de administrar y vigilar sus bienes (titulares de la patria potestad, irrevocable (art. 318, p. 2.°).
tutor) por culpa in vigilando. La concesión de emancipación ha de ser inscrita en el Registro Civil, no pro-
La situación del menor ha sido contemplada específicamente en la Ley Orgá- duciendo entre tanto efectos contra terceros (art. 318, p. 1.°). Es inoponible, pues,
nica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, desde el punto de a quien deriva sus derechos de un acto o negocio jurídico celebrado con los que
eran representantes legales del menor, que quedaránfirmese inmutables. Fuera de
esta excepción, que sólo debe de favorecer a los terceros de buena fe, la emancipa-
2 ción no inscrita es eficaz, y por consiguiente los actos o negocios que el emancipa-
Vid. nota 1 anterior.
204 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA EDAD DE LA PERSONA. EL SEXO 205
do haya hecho, tanto entre partes como respecto de terceros. La inscripción no es El gravamen del establecimiento mercantil, en cambio, cuando se concreta en
constitutiva del estado civil de emancipado (vid. R. de 14 de mayo de 1983). su hipoteca, no plantea el problema de su significado. La Ley de 15 de diciembre
de 1954 regula la hipoteca mobiliaria y admite entre sus objetos el establecimiento
Si el menor está sujeto a tutela, alcanza la emancipación por la concesión judi- mercantil. Para la Ley éste es la basefísicaen la que se asienta la empresa, con sus
cial del beneficio de la mayor edad, si la solicitare el mayor de dieciséis años, según instalacionesfijasy permanentes, pero lo que queda hipotecado no es el inmueble
el artículo 321. En él se requiere informe del Ministerio Fiscal. sino el derecho de arrendamiento4. Junto a estos elementos que necesariamente se
b) Por concesión judicial.—Dice el artículo 320 que el juez podrá conceder la afectan, la Ley permite a las partes la extensión de la garantía a otros que formen
parte de la empresa, tales como nombre comercial, rótulo del establecimiento,
emancipación de los hijos mayores de dieciséis años que la solicitaren y previa au- marcas distintivas, maquinaria, mobiliario, utensilios y demás instrumentos de
diencia de los padres: producción y trabajo, mercaderías y materias primas (arts. 21 y 22). Como se ve,
1.° Cuando quien ejerce la patria potestad contrae nuevas nupcias o convivie- el concepto de establecimiento es mucho más reducido a losfinesde su hipóteca-
bilidad si quieren las partes.
re maritalmente con persona distinta del otro progenitor.
2.° Cuando los padres vivieren separados.
Las restricciones a la capacidad del menor emancipado se levantan si consien-
3.° Cuando concurra cualquier causa que entorpezca gravemente el ejercicio
ten los padres. El llamamiento a los padres debe de entenderse que se hace bajo el
de la patria potestad. presupuesto de que ejercían antes de la emancipación la patria potestad, porque
aquí han de prestar una asistencia, tuitiva del emancipado. Si uno de ellos estaba
B) EFECTOS DE LA EMANCIPACIÓN. LAS RESTRICCIONES DEL ARTÍCULO 323 privado de la patria potestad o de su ejercicio, no parece lógico que sea requerido
por el artículo 323 para prestar su consentimiento.
La emancipación habilita al menor «para regir su persona y bienes como si
En caso de desacuerdo entre los padres, el juez debe decidir, oyendo al hijo, si
fuera mayor», señala el artículo 323. Pero a continuación enumera los siguientes
atribuye la facultad de decidir al padre o a la madre (art. 156, p. 2.°, por analogía).
negocios que no puede realizar por sí solo hasta que alcance la mayoría de edad,
Ante la «falta» de ambos, el llamamiento se hace al curador, que se nombra ju-
pues necesita el consentimiento «de sus padres y, a falta de ambos, el de su cura-
dicialmente para los emancipados cuyos padres hubieran fallecido o quedaren im-
dor»: tomar dinero a préstamo, gravar o enajenar bienes inmuebles y establecimien-
pedidos para el ejercicio de la asistencia prevenida en la ley y para los que hubieren
tos mercantiles o industriales u objetos de extraordinario valor.
obtenido el beneficio de la mayor edad (art. 286.1.° y 2.°), sin más objeto que asis-
Por tanto, el articulo 323 no restringe la capacidad del menor para obligarse,
tirles en los actos que no pueden realizar por sí solos, no suplirles. El artículo 323
ni puede así interpretarse alegando que el menor emancipado compromete lá exis- dice «a falta» de ellos, que hay que traducirla por fallecimiento o por estar impedi-
tencia en su patrimonio de los bienes inmuebles, pues si no paga el acreedor podrá dos (v. gr., ausencia, incapacitación). Si en uno de ellos concurre cualquiera de estas
proceder contra ellos embargando y enajenándolos forzosamente para lograr la circunstancias, el otro prestará la labor asistencial, no han de ser necesariamente los
satisfacción de su interés3. dos o ninguno (art. 163, p. 1.°). Lo mismo se ha de decir cuando uno de los padres
El menor emancipado tiene personalidad para comparecer enjuicio (art. 323, tiene en el negocio intereses contrapuestos a los del hijo (art. 163, p. 2.°). En cambio,
p.2.°). si el conflicto, es con ambos, parece que hay un impedimento para prestar la labor
La enajenación o gravamen de establecimientos mercantiles o industriales re- asistencial que obligará al nombramiento del curador, en lugar de un defensor ju-
quiere un breve comentario sobre el significado de estos términos. Parece que va dicial (aplicando el artículo 163, párrafo 1.°, por analogía).
más allá de la basefísicaen que se asienta el comercio o la industria, pues no ten-
dría sentido entonces la distinción que hace el artículo 323 entre inmuebles y los ¿Qué consecuencias produce el negocio celebrado sin el consentimiento com-
susodichos establecimientos. Más bien es la enajenación o gravamen del «todo» lo plementario de la capacidad? Teniendo en cuenta que su finalidad es la protección
que constituya la explotación mercantil o industrial, pero la enajenación de algu- del emancipado, debe ser tratado por la vía de la anulabilidad, en otras palabras,
no o algunos elementos que comprometan la existencia o sustancia económica de
la explotación debe de estar sujeta a la restricción. El «todo» es un conjunto de ele- 4
mentos organizados que componen una unidad patrimonial dirigida al comercio Es decir, de acuerdo con la Ley citada en el texto, el deudor hipotecario es solamente
o a la industria. arrendatario del local con derecho a su traspaso (subrogación de un tercero en el contrato
de arrendamiento), queda hipotecado el derecho de arrendamiento. Si es propietario, al hi-
3
potecar lo que en realidad consiente es en que, en caso de impago de la deuda, se subaste un
La sentencia de 27 de junio de 1941 negó al menor emancipado capacidad para avalar arrendamiento, que por ello ha de quedar configurado previamente en la constitución de la
o afianzar deuda ajena porque de esa manera comprometería los bienes inmuebles. hipoteca.
206 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA EDAD DE LA PERSONA. EL SEXO 207
aplicando por analogía la normativa de los contratos celebrados por los menores La revocación de la situación del menor no puede ser caprichosa o arbitraria,
de edad. Sería una incongruencia que si el menor de edad celebra un contrato me- sino por beneficio suyo. Ésta es la directriz que preside la regulación del poder de
rezca la calificación de anulable, es decir, productor de sus efectos normales hasta los padres sobre sus hijos menores (art. 2 de la Ley 1/1996, de 15 de enero, de Pro-
que no se ejercite la acción de nulidad y con posibilidad de confirmación, el de un tección jurídica del Menor, modificada según indicamos antes en este Capítulo).
emancipado, estado civil mucho más amplio que el de la menor edad, fuese nulo Por clara analogía, el artículo 319 debe ser aplicado si el menor está sometido
absolutamente ab initio. Ésta es la tesis que acepta el artículo 293 si el acto o nego- a la autoridad del tutor.
cio jurídico se realiza por un incapacitado sometido a cúratela sin la intervención
del curador.
Hasta aquí las restricciones a la capacidad de obrar del menor emancipado, VIL EL SEXO
que se extienden también al menor que hubiese obtenido el beneficio de la mayor
edad (art. 323, párrafo último). Pero existen otras restricciones: A) EL PRINCIPIO GENERAL DE NO DISCRIMINACIÓN
1 .a El menor emancipado no puede ser tutor ni curador porque no está en el
pleno ejercicio de sus derechos civiles, o sea, no tiene plena capacidad de obrar El sexo ha sido»-a.lo largo de un gran período de la historia del Derecho, una
(arts.241y291). de las cualidades naturales de la persona sobre la que los ordenamientos han esta-
2.a No puede ser defensor de un desaparecido ni representante del declarado blecido una profunda diferencia en el trato jurídico, concretada en una mayor ca-
ausente (arts. 181 y 184). pacidad de obrar del varón, hasta el punto de que han existido épocas en que la
3.a No puede otorgar testamento ológrafo (art. 688). mujer era considerada como persona incapaz {imbecilitas sexus, imbecilitas mu-
4^a No puede aceptar ni repudiar por sí sólo una herencia porque no tiene la lierum), a quien se sometía siempre a un poder tuitivo (del marido, del padre, de
libre disposición de sus bienes (art. 992), según la interpretación más seguida. un tutor, etc.).
5.a Se discute si puede pedir la partición de la herencia sin el complemento de Si bien nuestro Código civil heredó en alguna medida esta concepción, supuso
su capacidad por no tener la libre disposición de sus bienes, o hacerla con los de- una mejora en su condición al levantar ciertas incapacidades afectantes a la mujer
más coherederos (arts. 1.052 y 1.058). En favor de la tesis permisiva en el primer y, sobre todo, aumentó la capacidad de obrar de la mujer casada en algunos pun-
supuesto, se alega que el artículo 323 no señala ninguna restricción al efecto, y que tos, en beneficio suyo y de su familia.
pedir la partición o partir no equivale a disponer, que es lo que el precepto citado La evolución posterior de los ordenamientos jurídicos ha ido, sin embargo, con
no consiente al menor emancipado. una gran rapidez hacia el logro de un objetivo: equiparación jurídica de los sexos.
El artículo 14 de la Constitución de 1978 culmina esta tendencia, que ha tenido
influjo en sucesivas reformas del Código civil, al proclamar que los españoles son
VI. EMANCIPACIÓN POR VIDA INDEPENDIENTE iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de
sexo. Desarrollo de esta norma constitucional es la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de
Dice el artículo 319 que «se reputará para todos los efectos como emancipado marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.
al hijo mayor de dieciséis años que con el consentimiento de los padres viviere in- Según la Exposición de Motivos de la citada Ley, su mayor novedad radica en
dependientemente de éstos. Los padres podrán revocar este consentimiento». la prevención de conductas discriminatorias y en la previsión de políticas activas
Se trata de una emancipación de hecho, pues a esa edad el hijo pudiera estarlo para hacer efectivo el principio de la igualdad de sexos, proyectado en los diversos
de derecho con el consentimiento de sus padres y de él mismo. Sus efectos no al- ámbitos del ordenamiento de la realidad social, cultural y artística en que pueda
canzan a la esfera personal y familiar (S. 7 de junio de 2007). Por ello es dudoso generarse o perpetuarse la desigualdad.
que, pese a las expresiones legales, la patria potestad quede por completo extingui-
da. Si así fuera, ¿en qué basar entonces la revocación de la situación del menor?
Por «vida independiente» ha de entenderse «economía doméstica separada» B) EL PROBLEMA DE LA TRANSEXUALIDAD
(SÁNCHEZ ROMÁN) O, como dice D E CASTRO, más que el tener propio domicilio
o la separaciónfísica,ejercitar una profesión, empleo, oficio, comercio o industria, J. DÍEZ DEL CORRAL, uno de los primeros autores de nuestra doctrina que se ha
que es administrado por sí y para sí. ocupado del tema, señala que el «síndrome transexual» se caracteriza esencialmente
208 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA EDAD DE LA PERSONA, EL SEXO 209

por el deseo obsesivo de cambiar de sexo como consecuencia de un sentimiento ínti- edad que imposibiliten su seguimiento y se aporte certificación médica de tal cir-
mo y auténtico de pertenencia al sexo opuesto y de un verdadero disgusto hacia sus cunstancia.
órganos genitales. Según este autor, en el individuo existe un conflicto dramático por Los efectos de la rectificación son los siguientes (art. 5):
la divergencia entre su sexo aparente (masculino o femenino) y el sentimiento pro- 1.° La resolución que la acuerde tendrá efectos constitutivos a partir de la
fundo e inexplicable que tiene de su género femenino o masculino. Su profunda ano- inscripción en el Registro Civil.
malía, sigue diciendo DÍEZ DEL CORRAL, permanece limitada al campo sexual y no 2.° Permitirá a la persona ejercer todos los derechos inherentes a su nueva
se extiende a las actividades intelectuales, profesionales y sociales del transexual, de condición.
modo que no puede ser considerado como un enfermo mental. Y tampoco es un 3.° No alterará los derechos y obligaciones jurídicos que pudieran correspon-
homosexual, pues, mientras éste busca deliberadamente la ambigüedad sexual, el der a la persona con anterioridad a la inscripción del cambio registral.
transexual quiere huir de ella. El problema adquiere una complejidad extraordinaria El artículo 7 de la Ley 3/2007 ordena que no se dé publicidad sin autorización
en los tiempos modernos, en que es posible, por medio de una intervención quirúr- especial de la mención relativa al sexo de la persona5.
gica, llegar a poseer las características externas o aparentes del otro sexo. Por ello, se La resolución que acuerde la rectificación registral del sexo tendrá efectos cons-
señala que en buen número de transexuales, señaladamente los operados, se crea un titutivos a partir de su inscripción en el Registro Civil (art. 5.1 y 2).
especial conflicto desde el punto de vista de su identificación, pues el transexual pre-
tende llevar un nombre propio que corresponda al sexo por él buscado, y un proble-
ma de constatación oficial de la transformación, por la vía del Registro Civil, recti- BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
ficando la inscripción de nacimiento en el dato del sexo.
En nuestro Derecho, la transexualidad está regulada por la Ley 3/2007, de 15 BATLLE VÁZQUEZ: Estudio sobre la regla de determinación o cómputo de la edad en la le-
de marzo, de la rectificación registral del sexo de las personas. En realidad, en los gislación civil, R.D.P., 1933, p. 79; BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO: La vida independiente del
menor no emancipado, A.D.C., 1972, p. 1083; DE ÁNGEL YÁGÜEZ: Transexualidad y cambio
litigios promovidos antes de su vigencia, los demandantes pedían que se les reco- de sexo, La Ley, 1987 (14 de octubre); DE CASTRO Y BRAVO: Derecho civil de España, t. II,
nociera su pertenencia al sexo contrario al inscrito, con el subsiguiente cambio de Parte Primera, Madrid, 1952; DÍEZ DEL CORRAL: La transexualidad y el estado civil, A.D.C.,
nombre por otro de acuerdo a su sexo real. 1981,p. 1077; Estado civil y sexo. Transexualidad, A.C., 1987, p. 2135; La transexualidad en
el Derecho español, A.C., 1986, p. 2549; FUENMAYOR: Alcance del principio constitucional
La Ley 3/2007 concede legitimación para la solicitud de la rectificación de la de igualdad, A.D.C., 1983, p. 1327; GULLÓN BALLESTEROS: Sobre la Ley 111996, de protec-
mención registral del sexo a toda persona, de nacionalidad española, mayor de ción jurídica del menor, La Ley, 1986 (febrero); JORDANO FRAGA: La capacidad general del
edad y con capacidad suficiente para ello. La rectificación del sexo conllevará el menor, R.D.P., 1984, p. 833; MARTÍNEZ AGUIRRE: La protección jurídico-civil de la persona
cambio del nombre propio de la persona, a efectos de que no resulte discordante por razón déla menor edad, A.D.C., 1992, p. 1391; PÉREZ DE CASTRO: El menor emancipado,
Madrid, 1988; RODRÍGUEZ ADRADOS: Reforma del Código civil en materia de emancipación,
con su sexo registral (arts. 1 y 2). R.D.N., 1981, p. 357; SÁNCHEZ GONZÁLEZ: La intersexualidad como problema jurídico, en
La rectificación registral de la mención del sexo se acordará una vez que la per- Estudios en homenaje al profesor Diez-Picazo, t. 1.
sona solicitante acredite (art. 4):
1.° Que le ha sido diagnosticada disforia de género. El informe de médico o
psicólogo clínico, colegiados en España o cuyos títulos hayan sido reconocidos u
homologados en España, deberá hacer referencia: a) a la existencia de disonancia
entre el sexo morfológico o género fisiológico inicialmente inscrito y la identidad
de género sentida por el solicitante o sexo psicosocial, así como la estabilidad y
permanencia de esta disonancia; b) a la ausencia de trastornos de la personalidad
que pudieran influir, de forma determinante, en la asistencia de la disonancia rese-
ñada anteriormente.
2.° Que haya sido tratada médicamente durante al menos dos años para aco-
modar sus características físicas a las correspondientes al sexo reclamado. No será
necesario que el tratamiento médico haya incluido cirugía de reasignación sexual.
Tampoco lo serán los tratamientos médicos cuando concurran razones de salud o En cuanto al procedimiento, vid. art. 90.2 de la Ley del Registro Civil de 2011.
LA INCAPACITACIÓN 211
en la que la actuación familiar es sustituida por la autoridad judicial. Pudiéramos
decir que deja de considerarse el asunto como específico de la familia del incapa-
citado y, por el contrario, por afectar a los intereses generales se estima necesario
encuadrarlo en la órbita de la autoridad judicial. Posteriormente, la Ley de 11 de
13. LA INCAPACITACIÓN noviembre de 1987, por la que se reforma la adopción en el Código civil, da pro-
tagonismo también al Ministerio Fiscal.
La reforma de 1983 ha basado el desarrollo de la tutela sobre dos cargos funda-
mentalmente: el tutor y el curador. El primero suple a la propia persona del incapa-
I. EL ESTADO CIVIL DE INCAPACITADO: citado con su actuación, puesto que es su representante legal, salvo para aquellos
CARACTERÍSTICAS GENERALES actos en que este último puede obrar por sí solo, por disposición expresa de la ley o
de la sentencia de incapacitación (art. 267), y administra como norma general su pa-
La incapacitación es un estado civil de la persona física que se declara judi- trimonio (art. 270). El curador, en cambio, es un cargo de alcance mucho más limi-
cialmente cuando concurre en ella alguna de las causas establecidas por la ley. El tado, pues no suple a la persona del incapacitado, es decir, no puede actuar por él a
mismo término de «incapacitación» suscita la idea de algo externo a la persona, modo de representante legal, ni administra su patrimonio. Partiendo de que en una
que no es otra cosa que la declaración judicial, resultado de un proceso o proce- sentencia de incapacitación la autoridad judicial puede Colocar bajo esta forma de
dimiento seguido para alcanzarla. El loco, por ejemplo, no cambia su estado civil protección al incapacitado en atención a su grado de discernimiento y no bajo tute-
de capaz por el de incapaz hasta que no termine el procedimiento judicial. En tal la (art. 287), el artículo 289 especifica que «la cúratela de los incapacitados tendrá
sentido, dice el artículo 199 que «nadie puede ser declarado incapaz, sino por sen- por objeto la asistencia del curador para aquellos actos que expresamente imponga
tencia judicial en virtud de las causas establecidas en la Ley»1. La sentencia mo- la sentencia de incapacitación». Labor asistencial, en suma, no de representación
difica el estado civil; a partir de su firmeza, queda constatada erga omnes la inca- legal, y circunscrita sólo a los actos que la autoridad judicial haya determinado.
pacidad, lo que no quiere decir que, si no existe, el realmente loco sea una Otro cargo tutelar regulado en la reforma de 1983 es el defensor judicial. Tiene
persona capaz. Lo que ocurre es que ha de probarlo quien lo alegue para la ob- en relación con el estado civil de incapacitación una misión subordinada y residual,
tención de unos concretos fines. pues sólo actúa en los casos en que el tutor o curador coyunturalmente no lo pue-
El estado civil de incapaz supone, en lo que respecta a la capacidad de obrar de den hacer (p. e j , ha muerto el tutor; hay conflicto de intereses entre éste y el tute-
la persona, una limitación de la misma, pero no idéntica para todos los incapaces. lado, etc.).
El artículo 760.1 L.E.C. preceptúa claramente que la sentencia que declare la in-
capacitación determinará «la extensión y límites de ésta, así como el régimen de Este régimen legal de la incapacitación puede ser sustituido por otro más ape-
tutela o guarda a que haya de quedar sometido el incapacitado». Por tanto, cual- gado a los términos de la Convención de Nueva York, de 13 de diciembre de 2006,
quiera que hubiese sido la causa por la que se haya declarado la incapacitación, sobre los derechos de las personas con discapacidad, ratificado por España el 23
de noviembre de 2007, publicado en el B. O.E. de 21 de abril de 2008. El citado
ese estado civil debe ser siempre graduado por la autoridad judicial que la haya Convenio obliga a garantizar a todas las personas con discapacidad igual protec-
pronunciado. ción jurídica, y, además, efectiva contra la discriminación.
La limitación de la capacidad que sufre el incapacitado judicialmente ha de ser Vigente aún el Código civil se va deslizando la terminología de «personas con
necesariamente sustituida o completada por otra persona. La profunda reforma capacidad modificada judicialmente», en lugar de la de «persona incapacitada» (Ex-
posición de Motivos de la Ley de la Jurisdicción voluntaria 15/2015, de 2 de julio,
operada en el Código civil por la Ley de 24 de octubre de 1983 en materia de tute- por ejemplo), lo que fue con anterioridad admitido y llevado a sus efectos jurídicos
la parte de un principio contrario al que estructuraba la primitiva normativa: se por el Pleno de la Sala Primera del Tribunal Supremo de 29 de abril de 2009.
pasa de una tutela ejercida básicamente por la familia a una tutela de autoridad,

1 II. LAS CAUSAS DE INCAPACITACIÓN


Contra el carácter constitutivo de la sentencia de incapacitación, vid. GORDILLO CAÑAS:
Capacidad, incapacidad y estabilidad de los contratos, Madrid, 1986, en especial pp. 59-82.
Según el artículo 200, son causas de incapacitación «las enfermedades o deficien-
[210] cias persistentes de carácter físico o psíquico, que impidan a la persona gobernarse
212 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA INCAPACITACIÓN 213
por sí misma». Con esta fórmula, la reforma de 1983 abandonó el sistema originario IV. EL PROBLEMA DE LA TITULARIDAD DE LAS ACCIONES
del Código civil, que era de estricta tipificación de las causas de incapacitación. TENDENTES A PROMOVER LA INCAPACITACIÓN

La regulación del Código civil (antiguo art. 200) era, sin duda, defectuosa. Es discutible que, en la declaración de incapacidad de una persona, existan in-
Ante todo, porque podían existir situaciones que no encajaban, enrigor,en nin-
guna de las definiciones típicas, como ocurría con las personas que padecen un tereses públicos o generales, y más bien parece que se trata de una cuestión atinen-
coma profundo. Se señaló también que en los términos «locura o demencia», ca- te al estricto círculo familiar, a quien compete el cuidado de los asuntos de la per-
rentes de valor en psiquiatría, no cubrían todos los tipos de enfermedades y, sobre sona que adolezca de problemas físicos o psíquicos que le impidan gobernarse por
todo, de anomalías mentales, como en los casos de oligofrenia o de retraso mental. sí mismo.
Por otra parte, el legislador de 1983 consideró que se debía suprimir la interdicción
civil, que había sido siempre una pena accesoria de la pena en el Código penal y Tradicionalmente, sin embargo, se había venido entendiendo que algunas en-
que había quedado ya suprimida en su reforma llevada a cabo por la Ley Orgáni- fermedades mentales o alguna forma de locura, por decirlo en términos vulgares,
ca de 25 de junio de 1983. Finalmente, no se situó la prodigalidad entre las causas pueden plantear problemas para la generalidad de los ciudadanos. En este sentido,
de incapacitación, aunque se la dotó de un régimen jurídico especial.
el artículo 215 C e , en la redacción primitiva, establecía la obligación del Ministe-
rio Público de pedir la incapacitación de los enfermos mentales cuando se tratara
de los que denominara «dementes furiosos», mientras que en los demás casos la
III. EL CARÁCTER GRADUABLE DE LA INCAPACITACIÓN eventual legitimación del Ministerio Fiscal iba dirigida únicamente a suplir a las
personas que forman parte del círculo familiar.
Bajo el imperio de la redacción primitiva del Código civil se solía entender que La reforma de 1983 siguió, en la práctica, la misma línea que el antiguo artículo
la incapacitación, una vez recaída la decisión judicial, era total y absoluta, pues la 215, si bien suprimió la obligación del Ministerio Fiscal de pedir la incapacitación
ley no daba base alguna para adoptar otra solución. Sólo en el caso de la prodiga- de los llamados «dementes furiosos», por no poder definirse tal categoría como un
lidad, el antiguo artículo 221 decía que «la sentencia determinará los actos que término técnico en psiquiatría y, además, porque el problema podría ser de inter-
quedan prohibidos al incapacitado, las facultades que ha de ejercer el tutor en su namiento, pero no de incapacidad.
nombre y los casos en que por uno o por otro habrán de ser consultados en conse- La cuestión referida aparece ahora regulada en el artículo 756 L.E.C de 2000,
jo de familia». Sin embargo, a partir de la Sentencia del Tribunal Supremo de 5 de por considerarse que ésta es materia procesal, aunque pueda legítimamente dudar-
marzo de 1947 se abrió una línea jurisprudencial en la que, en especial respecto se de ese calificativo. La L.E.C. de 2000, además, ha derogado los artículos 202 a
de personas con bajos niveles intelectivos, se admitió la graduación, por la senten- 214 C.c, que han quedado sustituidos por los artículos 757 a 763. Por lo que se
cia, de la incapacidad a que la persona quedaba sujeta. refiere en concreto a la denominada «legitimación», la ley dice ahora lo siguiente:
La mencionada sentencia lo fundaba en que el Código había omitido la distin- 1.° La declaración de incapacitación puede promoverla el cónyuge o quienes
ción entre el estado de demencia y el de retraso o debilidad mental, comprendidos se encuentren en situación de hecho asimilable —lo que se suele denominar convU
bajo la calificación técnica de oligofrenia. Partiendo de la existencia de una supues- vente more uxorio en las llamadas parejas de hecho—, los descendientes, los ascen-
ta laguna legal, esta línea jurisprudencial se inclinaba a aplicar por analogía lo es- dientes o los hermanos del presunto incapaz. La L.E.C. de 2000 no sólo ha reco-
tablecido para los supuestos de sordomudez y de prodigalidad. Esta última es la gido sino que ha modificado el artículo 220. En éste, la declaración de incapacidad,
línea que finalmente triunfa en la reforma de 1983. Así, el artículo 210 Ce. dice la promoción de la declaración de incapacidad, correspondía al cónyuge y a los
que «la sentencia que declare la incapacitación determinará la extensión y los lími- descendientes y, sólo en defecto de aquéllos, a los ascendientes o a los hermanos,
tes de ésta, así como el régimen de tutela o guarda a que haya de quedar sometido mientras que ahora todos son colocados en la misma situación. No parece plausi-
el incapacitado». Se prevé de esta manera la posibilidad de una incapacitación ble la reforma, toda vez que, como más arriba dijimos, sólo el círculo familiar es-
completa y de una incapacitación que sea sólo limitada; en este último caso, se deja tricto tiene el deber de reaccionar ante los problemas personales o patrimoniales
a la sentencia la integración del régimen jurídico a que el incapacitado debe quedar que la incapacidad plantea. Colocando, además, a todos los parientes en el mismo
sometido y, por consiguiente, el señalamiento de los actos para los que, efectiva- plano, no es difícil que se puedan crear artificiales conflictos entre ellos.
mente, resulta incapacitado y, frente a ello, de aquellos otros respecto de los cuales 2.° El Ministerio Fiscal está obligado a promover la incapacitación («debe-
conserva la capacidad (p. ej., gobernar la persona, gobernar los bienes, realizar rá») en el caso de que las personas antes mencionadas no existieran o no lo hubie-
actos de administración pero no de disposición, etc.). ran solicitado.
214 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA INCAPACITACIÓN 215
3.° Cualquier persona está facultada para poner en conocimiento del Minis- introducir esta posibilidad, pero no se hizo así por entender que la regla no tuviera
terio Fiscal los hechos que puedan ser determinantes de la incapacitación. fundamento, sino por considerar que la hipótesis cabía en el supuesto del artícu-
Naturalmente, el Ministerio Fiscal deberá valorar las informaciones que se le lo 204, aunque lo que hace es permitir que cualquier persona ponga los hechos en
faciliten, practicar aquellas otras que requiera y, finalmente, decidir, bajo su res- conocimiento del Ministerio Fiscal para que sea éste el que promueva la incapaci-
ponsabilidad, si es procedente o no la promoción del proceso de incapacitación. tación.
4.° Las autoridades y funcionarios públicos que, por razón de sus cargos, co- La cuestión volvió a ser considerada y resuelta en la Ley 41/2003, de 18 de no-
nocieran la existencia de posible causa de incapacitación en una persona, deberán viembre, que dispuso, dando una nueva redacción al artículo 223 del Código civil:
ponerlo en conocimiento del Ministerio Fiscal. Aunque el precepto no lo diga ex- «Asimismo, cualquier persona con capacidad de obrar suficiente, en previsión de
presamente, hay que entender que se refiere a cualquier tipo de relación existente ser incapacitada judicialmente en el futuro, podrá en documento público notarial
entre el presunto incapaz y la autoridad y funcionario público, siempre que el co- adoptar cualquier disposición relativa a su propia persona y bienes, incluida la de-
nocimiento y la relación se haya producido por razón de los cargos de aquéllos. signación de tutor. Los documentos públicos a los que se refiere este artículo se
5 ° La incapacitación de los menores de edad, en los casos en que procede con comunicarán de oficio por el notario autorizante al Registro Civil, para su indica-
arreglo a la ley, sólo puede ser promovida por quienes ejerzan la patria potestad o ción en la inscripción de nacimiento. En los procedimientos de incapacitación, el
la tutela. juez recabará certificación del Registro Civil, y, en su caso, del registro de actos de
6.° La declaración de prodigalidad sólo puede ser instada por el cónyuge, los última voluntad, a efectos de comprobar la existencia de las disposiciones a las que
descendientes o ascendientes que perciban alimentos del presunto pródigo o se en- se refiere este artículo.»
cuentren en situación de reclamárselos y los representantes legales de cualquiera Consecuencia de la modificación del artículo 223 ha sido la del artículo 234,
de ellos. Si no lo pidieren tales representantes legales, habrá de hacerlo el Ministe- que señala el orden de preferencia para ser nombrado tutor, figurando en primer
rio Fiscal (art. 757.5.° L.E.G. de 2000). lugar la persona designada por el propio tutelado, conforme al párrafo 2.° del ar-
La norma es consecuente con la fundamentación dada, tras la reforma de 1983, tículo 223.
a la incapacitación por prodigalidad, que no es la defensa de una expectativa sobre La Ley de Enjuiciamiento Civil de 2000 ratifica que el presunto incapaz está
el patrimonio del pródigo, sino sólo respecto de la percepción de alimentos en la legitimado para promover su propia incapacitación (art. 757.1.1).
medida establecida por el artículo 142. La L.E.C., además, limita la legitimación a
aquellos acreedores de los alimentos que estén percibiendo éstos y a aquellos otros
que se encuentren en situación de reclamarlos.
VI. LAS GARANTÍAS PROCESALES EN MATERIA
DE INCAPACITACIÓN
V. LA DEMANDA DE INCAPACITACIÓN PROMOVIDA
Había sido tradicional en el Código civil la regulación de algunos aspectos
POR LA PROPIA PERSONA EN PREVISIÓN procesales y de algunas garantías de este tipo, pero la Ley de Enjuiciamiento Civil
DE SER INCAPACITADA de 2000 ha considerado la materia procesal y ha trasladado las normas a este úl-
timo cuerpo legal.
En algunos ordenamientos jurídicos se admite que, en prevención de una even- Lo que hemos denominado «garantías procesales» en la incapacitación pueden
esquematizarse del siguiente modo:
tual situación de incapacitación, pueda ser la misma persona que se dé cuenta de 1.° La libertad de defensa de aquel cuya incapacitación se demanda. Como-
su ineptitud para gobernarse la que esté legitimada para provomer el procedimien- quiera que la demanda supone siempre en algún sentido un ataque a la personali-
to. Ocurre así en el Código civil suizo y es una medida plausible, porque, de no ser dad, debe permitirse que el afectado pueda defenderse en el proceso. Así, el ar-
así, los únicos mecanismos que el incapacitado consciente dé su situación puedan tículo 758 L.E.C dice que puede comparecer en el proceso con su propia defensa
y representación, de suerte que será representado y defendido por el profesional
adoptar pendulan entre la representación, siempre revocable, o las formas de fidu- que él mismo designe.
cia, siempre peligrosas. Se trata, además, de una medida que puede ser muy útil en Si no hubiera defensor designado, lo defenderá el Ministerio Fiscal, salvo cuan-
los supuestos de drogodependencia, respecto de personas sometidas a tratamiento do haya sido promotor de la incapacitación. Cuando no tenga defensor propio y
hospitalarios. En la tramitación parlamentaria del proyecto de ley que reformó el no lo pueda defender el Ministerio Fiscal por haber sido el promotor del procedi-
miento, la ley dice que «se designará un defensor judicial, a no ser que estuviere
Código civil en esta materia en 1983, se desecharon las propuestas que trataban de ya nombrado» (art. 758 L.E.C).
SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA INCAPACITACIÓN 217
Este curioso «defensor», de que habla el precepto, parece más un curator litis cunstancias, pueda instarse un nuevo proceso que tenga por objeto dejar sin efecto
y no es en ningún caso el abogado que lo defienda o deba dirigir el procedimiento. o modificar el alcance de la incapacitación ya establecida».
Se regirá por las normas relativas al defensor judicial (arts. 299 y ss. Ce).
2.° La necesaria intervención del Ministerio Fiscal. En los procesos sobre Hay, pues, dos variantes: la primera es que la incapacitación desaparezca y la
incapacitación es preceptiva la intervención del Ministerio Fiscal (art. 749 L.E.C.). persona sea reintegrada a su capacidad; la segunda consiste en la modificación de
En la medida en que compete al Ministerio Fiscal la defensa de la ley y de los in- la extensión y de los límites de la incapacitación, y ello en el doble sentido de am-
tereses generales, con su intervención quedan éstos salvaguardados. Esa interven-
ción se produce, lógicamente, en aquellos casos en que, por otras razones, no sea pliarlos o de reducirlos, así como en un eventual cambio del régimen a que el inca-
parte en el procedimiento, bien como promotor (art. 757 L.E.C.) o como defensor pacitado está sometido (v. gr., pasar de tutela a cúratela o viceversa).
del incapaz (art. 748 L.E.C). La legitimación para iniciar este proceso de modificación o extinción de la in-
3.° Prueba y audiencias preceptivas en los procesos de incapacitación. El ar- capacitación corresponde a las mismas personas a quienes correspondía promover
tículo 759 L.E.C recoge una norma tradicional en la materia, procedente del Có-
digo civil, que establece, como garantía de la capacidad, las siguientes medidas la incapacitación y, además, a quienes ejercieran cargos tutelares, al propio inca-
indeclinables: pacitado al Ministerio Fiscal y a las personas que tuvieran bajo su guarda al inca-
a) ludí audiencia de los parientes más próximos del presunto incapaz, que no pacitado (guardador de hecho).
hayan sido parte en el procedimiento y no hayan declarado en él. El artículo 761 L.E.C. aclara que, si con anterioridad la persona estuviera pri-
b) El examen personal por el juez del presunto incapaz. Se trata de una me-
dida que garantiza la capacidad, en la medida en que sólo a través del examen vada de la capacidad para comparecer en juicio, «deberá obtener expresa autori-
personal puede el juzgador formarse una idea definitiva. zación judicial para actuar en el proceso por sí mismo». También dice que en este
c) Los dictámenes periciales necesarios o pertinentes en relación con las pre- proceso «se practicarán de oficio las pruebas preceptivas a que se refiere el artícu-
tensiones. La L.E.C dice que «nunca se decidirá sobre la incapacitación sin previo lo 759, tanto en la primera instancia como, en su caso, en la segunda».
dictamen pericial médico, acordado por el tribunal».
Además de las garantías anteriormente mencionadas, eí juzgador puede adop-
tar, de oficio, las medidas necesarias para la adecuada protección de la persona del
presunto incapaz y de su patrimonio (art. 752, p. 2). VIII. LA PUBLICIDAD DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES
Hay que poner de manifiesto que no se trata de simples trámites procesales, SOBRE LA INCAPACITACIÓN Y SUS EFECTOS
sino, como declaró la S.T.S. de 20 de febrero de 1989, de normas que poseen un
valor sustantivo, derivado de la dignidad de la persona.
Además, no han de ser observadas sólo por el juzgador de primera instancia, Dice el artículo 755 L.E.C que «cuando proceda» el Secretario judicial acor-
sino también por el tribunal de apelación, cuando, en contra de lo decidido en dará que las sentencias y demás resoluciones dictadas en estos procedimientos se
aquél, considere que existe causa de incapacitación (S.T.S. de 12 de junio de comuniquen de oficio a los Registros Civiles para la práctica de los asientos que
1989).
correspondan. Respecto a otros Registros Públicos (como puede ser el de la Pro-
piedad) se comunicarán a petición de parte.
La legislación hipotecaria permite el acceso al Registro de la Propiedad
VIL MODIFICACIÓN Y EXTINCIÓN DE LA INCAPACIDAD tanto de la sentencia de incapacitación como de la demanda dirigida a promo-
verla, en forma de inscripción y anotación preventiva respectivamente (arts. 2.°
Las causas determinantes de la incapacitación no tienen por qué ser duraderas y 42.5 L.H.). El objeto del asiento de inscripción es exclusivamente favorecer
y pueden, por el contrario, desaparecer o, por lo menos, aliviarse la situación del la labor de calificación del Registrador en cuanto a la capacidad de los otor-
incapacitado. Además, establecida la incapacitación en exclusivo interés del inca- gantes del título que pretende registrarse, en el sentido de que, si la sentencia
pacitado, puede ocurrir, coincidiendo con la sanación o con la mejoría, que tales no estuviese inscrita y fuese de buena fe el adquirente, quedaría protegido por
intereses requieran modificar o extinguir el contenido de la incapacitación. Por otra haber confiado en la publicidad registral. El objeto de la anotación es poner
parte, es también perfectamente claro que la sentencia de incapacitación no puede en conocimiento de los terceros el procedimiento entablado, lo que de momen-
tener para siempre el valor absoluto de cosa juzgada, pues, si la incapacitación se to cuestiona la capacidad del demandado, y las consecuencias que se deriva-
declaró por la concurrencia de una causa prevista legalmente, la desaparición de rían de una sentencia de incapacitación, que constituiría una prueba suma-
éstas debe incidir en el régimen jurídico de la persona. mente eficaz de su consentimiento viciado cuando contrató, si se dedujese
En este sentido, el artículo 212 del Código civil decía y el 761 L.E.C dice aho- después acción para anular lo realizado por el incapacitado antes de la senten-
ra que «la sentencia de incapacitación no impedirá que, sobrevenidas nuevas cir- cia firme.
218 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA INCAPACITACIÓN 219
IX EL INTERNAMIENTO DEL PRESUNTO INCAPAZ Además, la persona afectada por la medida de internamiento puede disponer
de representación y defensa en los mismos términos señalados por el artículo 758
Tradicionalmente, el tratamiento médico-psiquiátrico de los enfermos mentales para la incapacitación.
ha propendido al internamiento de los mismos en centros especializados (manico- Las mismas medidas deben ser tomadas, aposteriori y en los casos de interna-
mios, casas de salud, etc.), aunque sobre la conveniencia de tales medidas existan mientos urgentes. El internamiento del menor ha de realizarse siempre en estable-
modernamente notorios debates en psiquiatría. Por otra parte, puede ocurrir que cimiento de salud mental adecuado a su edad y previo informe de los servicios de
la completa libertad de un enfermo mental cree problemas a los demás que hagan asistencia del menor.
aconsejable su internamiento. El precepto dispone la obligación de los facultativos que atiendan a la persona
La regulación de éste ha resultado siempre problemática. enferma mental, de informar periódicamente al tribunal sobre la necesidad de man-
Por otra parte, se trata de medidas que deben estar rodeadas de garantías, pues tener la medida, informe periódico que debe ser emitido cada seis meses a no ser
no es insólito el caso en que personas sanas y cuerdas han sido objeto, en estable- que el tribunal señale un plazo inferior y, una vez recibidos los informes, el tribunal,
cimientos médicos, de lo que penalmente hay que denominar «detenciones ilega- previa en su caso la práctica de las actuaciones que estime imprescindibles, acuer-
les», especialmente a merced de parientes sin escrúpulos y de facultativos compla- da lo procedente sobre la continuación o no del internamiento.
cientes. El problema de los internamientos de los enfermos mentales había sido Por último, se establece que, cuando los facultativos que atiendan a la persona
tratado siempre con escaso rigor. En nuestro Derecho, un Decreto de 3 de julio de internada consideren que no es necesario mantener el internamiento, lo comuni-
1931 lo admitió con fundamento en la prescripción facultativa junto con la con- carán inmediatamente al tribunal competente.
formidad y solicitud por escrito del pariente, representante legal o persona con
quien el enfermo conviviera. Cabía, además, la posibilidad de que la persona per-
maneciera indefinidamente internada en el establecimiento psiquiátrico sin que X. LOS CARGOS TUTELARES: OBJETO, CARACTERÍSTICAS
mediara declaración judicial alguna sobre su incapacitación. Esta situación fue Y PROHIBICIONES QUE LES AFECTAN
objeto de críticas muy duras y, además, chocaba con el derecho a la libertad per-
sonal del artículo 17 de la Constitución, y, como ha señalado ROCA GUILLAMÓN, El artículo 215 enumera como cargos tutelares la tutela, la cúratela y el defen-
con principios recogidos en convenios internacionales ratificados por España, sor judicial, diciendo que a través de ellos se realizará, en los casos que proceda,
como era, en especial, el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos «la guarda y protección de la persona y bienes o solamente de la persona o de los
Humanos, de 1950. Por esta razón, la reforma de 1983 atrajo hacia la órbita de la bienes de los menores o incapacitados». Dejando por ahora aparte la situación de
autoridad judicial el tema del internamiento de los enfermos mentales, sustrayén- los menores yfijándonossólo en los incapacitados, hay que decir que esta defini-
dolo a cualquier competencia puramente administrativa o médico-familiar y pre- ción de objetivos a cumplir por los cargos tutelares es muy general, y será objeto
ceptuando la autorización judicial. En este sentido, el artículo 211 C.c, tras la ci- de matizaciones específicas al estudiarlos en particular.
tada reforma, establecía las normas consiguientes: En cualquier caso, la reforma de 1983 concibe a los mismos como auténticas
La L.E.C. de 2000 ha dedicado a esta materia el artículo 763, que ha derogado potestades, o si se quiere, como derechos que están al servicio de una labor de pro-
el artículo 211 C.c. tección del incapacitcado, no sirven intereses de sus titulares, de manera análoga a
En este precepto el internamiento por razón de trastornos psíquicos de perso- la patria potestad. El artículo 216, en esta línea, señala que «constituyen un deber,
nas que no estén en condiciones de decirdirlo por sí, aunque estén sometidas a pa- se ejercerán en beneficio del tutelado y estarán bajo la salvaguarda de la autoridad
tria potestad o a tutela, requiere autorización judicial, que será recaba del tribunal judiciab), aunque se permite la excusa para su desempeño en los supuestos legal-
del lugar donde las personas afectadas por el internamiento residan. mente prevenidos (art. 217). No obstante la imposición del deber de aceptar los
La autorización ha de ser previa al internamiento, salvo que existieran razones cargos tutelares, el artículo 220 protege a la persona que en el ejercicio de los mis-
de urgencia que hagan necesaria la inmediata adopción de esta medida. mos sufra daños y perjuicios sin culpa por su parte, pues «tendrá derecho a la in-
Antes de conceder la autorización, el tribunal debe oír a la persona afectada, demnización de éstos con cargo a los bienes del tutelado, de no poder obtener por
al Ministerio Fiscal y a cualquier otra cuya comparecencia se estime conveniente otro medio su resarcimiento». Tales daños no son los que se originen por el hecho
o sea solicitada por el afectado por la medida. Se debe oír el dictamen de un facul- mismo de desempeñar el cargo tutelar (p. ej., tiempo que a ello dedique y no a sus
tativo y practicar cualquier prueba que estimen relevante. propias actividades), que ya es recompensado cuando impliquen una dedicación
220 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)

relevante (vid. art. 274). El precepto está pensado para los daños que provengan
de acciones u omisiones de terceros (p. ej., el tutor es atropellado por un vehículo
cuando va a realizar una gestión en favor del tutelado) si de éstos no puede obtener
indemnización (porque son insolventes; porque en la acción concurren los carac-
teres del caso fortuito, etc.). Lo único que excluye la responsabilidad es la culpa del 14. LA INCAPACITACIÓN
que sufre los daños.
Las resoluciones judiciales sobre los cargos tutelares (nombramiento, remo-
(Continuación)
ción, etc.) habrán de inscribirse en el Registro Civil no con carácter constitutivo,
sino para su oponibilidad a terceros según el artículo 218. En él se dice «que dichas
resoluciones no serán oponibles a terceros mientras no se hayan practicado las I. LA TUTELA
oportunas inscripciones», pero debe interpretarse que se refiere a terceros de buena
fe, que son los que desconocen la verdadera situación o la situación real del cargo La declaración judicial por la que se incapacita a una persona lleva como con-
tutelar. Así, por ejemplo, el que contrató un arrendamiento sobre un bien del tu- secuencia inmediata el sometimiento de la misma a la tutela o a la cúratela, según
telado con un tutor que aparece como tal inscrito en el Registro Civil, no puede disponga la autoridad judicial «en atención a su grado de discernimiento».
sufrir las consecuencias de que ese tutor hubiese sido removido antes de su cargo,
si la resolución judicial de remoción no se hubiese publicado en el Registro Civil,
salvo que aquel arrendatario conociese la verdadera situación. A) CONSTITUCIÓN DE LA TUTELA. NOMBRAMIENTO DEL TUTOR
Por último, ha de tratarse de las prohibiciones que afectan a los que desempe-
ñen cualquier cargo tutelar (si bien la letra del precepto se refiere al tutelado, como El juez —dice el art. 231 del Código civil— constituirá la tutela, previa audien-
si el sujeto por la prohibición fuese el tutor). El artículo 221 enumera las siguientes: cia de los parientes más próximos, de las personas que considere oportuno, del
1 .o Recibir liberalidades del tutelado o de sus causahabientes, mientras no se tutelado si tuviese suficiente juicio, y en todo caso si fuera mayor de doce años
hayan aprobado las cuentas definitivas de su gestión. No obstante, hay que tener (art. 231).
en cuenta la excepción que recoge el artículo 753 del Código civil, por lo que res- Dice el artículo 759.2 L.E.C. que cuando se hubiese solicitado en la demanda de
pecta a las disposiciones testamentarias. incapacitación el nombramiento de persona o personas que hayan de asistir o re-
2.° Representar al tutelado cuando en el mismo acto intervenga en nombre presentar y velar por él al incapaz, sobre esta cuestión se oirá a los parientes más
propio o de un tercero, y existiera conflicto de intereses. Son dos, pues, los condi- próximos del presunto incapaz, a éste, si tuviera suficiente juicio, y a las demás
cionantes que se han de dar conjuntamente. personas que el tribunal considere oportuno.
3.° Adquirir por título oneroso bienes del tutelado o trasmitirle por su parte La sentencia que declara la incapacitación nombrará a la persona o personas
bienes por igual título. que, con arreglo a la Ley, hayan de asistir o representar al incapaz y velar por él
(art. 760.2 L.E.C).
En la discusión parlamentaria del artículo 221 del Proyecto de Ley se endureció Si no se ha solicitado, se ha de aplicar la Ley de la Jurisdicción Voluntaria de
su redacción, no permitiendo que la autorización judicial salvara el conflicto de 2015(arts.44a52).
intereses en las hipótesis del número 3.°, lo que carece absolutamente de sentido,
pues la operación pudiera ser beneficiosa para el tutelado. El derogado artículo El Código civil (arts. 228 a 230) señala una serie de personas obligadas a pro-
275.4.° C.c. permitía razonablemente al tutor la compra si hubiese sido autorizado mover la constitución de la tutela o facultadas para poner el hecho origen de la
expresamente por el Consejo de Familia, órgano tutelar sustituido hoy por la au- misma en conocimiento del Ministerio Fiscal. Estas disposiciones legales se sola-
toridad judicial.
pan con la de la legitimación en los procesos de incapacitación, y son a éstas a las
que se atiende.
El artículo 234 señala el siguiente orden de preferencia para el nombramiento
del tutor:

[221]
222 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)
LAINCAPACITACIÓN(CONT) 223
1.° Al designado por el propio tutelado conforme al párrafo segundo del ar-
con anterioridad su autor. Por el mismo motivo, esa privación debe de ser total y
tículo 223.
no parcial (vid. art. 170). En cambio, y de acuerdo con la ratio de la prohibición,
2.° El cónyuge que conviva con el tutelado. en el artículo 226 deben comprenderse las hipótesis de exclusión legal de la patria
3.° Los padres. potestad (art. 111).
4.° La persona o personas designadas por éstos en sus disposiciones de última
voluntad.
5.° El descendiente, ascendiente o hermano que designe el juez.
B) CAPACIDAD PARA SER TUTOR: CAUSAS DE INHABILIDAD Y DE EXCLUSIÓN
Este orden de preferencia vincula al juez, salvo que excepcionalmente, en reso-
lución motivada, lo altere o prescinda de las personas mencionadas, si el beneficio
El artículo 241 sienta la regla general de capacidad para el nombramiento: po-
del incapacitado así lo exigiere. El precepto agrega: «Se considerará beneficiosa
drán ser tutores todas las personas que se encuentren en el pleno ejercicio de sus
para el menor la integración en la vida de la familia del tutor.»
derechos civiles, es decir, han de tener plena capacidad de obrar. El artículo 242
Es dudoso si el número 4 entraña también un orden de preferencia o todos los permite que las personas jurídicas puedan ser tutores si cumplen estos dos requi-
parientes en él nombrados están en igualdad. Por la redacción y el contexto del sitos: 1.°, que no tengan finalidad lucrativa; 2.°, que entre sus fines figure la pro-
precepto, parece que debe prevalecer esta última interpretación. tección de menores e incapacitados. Naturalmente que el ejercicio de la tutela se
En el número 3 hay una contradicción con el artículo 223, ya que en este pre- llevará a cabo por una persona física designada por la jurídica, que es en quien
cepto se permite a los padres la designación de tutor no sólo por testamento, sino recae, a todos los efectos, la cualidad de tutor.
también por documento público notarial Esa contradicción obedece a que a última
hora en el Senado se añadió esta última posibilidad, pero no se corrigieron los Son causas de inhabilidad para el nombramiento de tutor, según los artícu-
preceptos correspondientes, basados en la designación testamentaria exclusiva- los 243 y 244:
mente. Por eso hay que integrar el número 3, extendiéndolo al supuesto de desig- 1.° Los que estuvieran privados o suspendidos en el ejercicio de la patria po-
nación en documento público notarial.
testad o total o parcialmente de los derechos de guarda y educación, por resolución
judicial. La prohibición afecta a los que estuvieran, no a los que hubieran estado, y
En defecto de todas las personas mencionadas en el orden de preferencia ex-
es de aplicación a los casos en los que exista una exclusión de la patria potestad por
puesto, el juez, dice el artículo 235, desginará tutor a quien, por sus relaciones con las causas legalmente determinadas, que no exigen resolución judicial (art. 111). La
el tutelado y en beneficio de éste, considere más idóneo. La misma regla se aplica- ratio de la prohibición obliga a esa extensión1.
rá, creemos, si el juez prescinde en resolución motivada de aquellas personas.
2.° Los que hubieren sido legalmente removidos de una tutela anterior.
La intervención de los padres en el nombramiento de tutor se reconoce en el ar-
3.° Los condenados a cualquier pena privativa de libertad, mientras están
tículo 234, si bien su eficacia depende en último término de la autoridad judicial. cumpliendo la condena.
No es necesario que ambos padres hagan conjuntamente la designación, lo que úni-
4.° Los condenados por cualquier delito que haga suponer fundadamente que
camente será posible en documento público notarial, no en testamento, dado su no desempeñarán bien la tutela.
carácter de acto personalísimo y de la prohibición de testar mancomunadamente o
5.° Las personas en quienes concurra imposibilidad absoluta de hecho.
en un mismo instrumento (arts. 669 y 670, p. 1.°). Ante la posibilidad de disposicio-
6.° Los que tuvieren enemistad manifiesta con el incapacitado.
nes unilaterales del padre y de la madre, el artículo 225 dispone que «se aplicarán
conjuntamente en cuanto fueran compatibles». De no serlo, se adoptarán por el 7.° Las personas de mala conducta o que no tuvieren manera de vivir co-
nocida.
juez, en decisión motivada, las que considere más convenientes para el tutelado. Si
el juez no juzga conveniente ninguna, lo ha de decir en resolución motivada, y es 8.° Los que tuvieren importantes conflictos de intereses con el menor o inca-
pacitado, mantengan con él pleito o actuaciones sobre el estado civil o sobre la
entonces cuando puede imponer su propia y personal decisión (vid. art. 224).
titularidad de los bienes, o los que le adeudaren sumas de consideración.
Para que sean eficaces las disposiciones del padre o de la madre, no deben de
estar privados de la patria potestad «en el momento de adoptarlas». Esta regla del
artículo 226 hay que interpretarla restrictivamente por su carácter sancionador, y
1
de ahí que no deba extenderse a la hipótesis en la que la disposición se adopte so- Por otra parte, la «suspensión» fue eliminada por la Ley de 13 de mayo de 1981, pero
bre un hijo salido ya de la patria potestad, aunque hubiese sufrido privación de ella ha vuelto a resurgir en la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del
Menor (disp.final5.a, que reforma el art. 172 C e ; véase su apartado 1).
224 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA INCAPACITACIÓN (CONT.) 225
9.° Los quebrados y concursados no rehabilitados, salvo que la tutela lo sea La alegación de la excusa que pudiéramos llamar inicial debe hacerse en el pla-
solamente de la persona, no del patrimonio. Hoy ha de entenderse por la Ley Con- zo de quince días a contar desde que tuviera conocimiento del nombramiento. Si
cursal de 2003, que será la declaración judicial de concurso a la que habrá de estarse. la causa es sobrevenida, podrá ser alegada en cualquier momento (arts. 252 y 255).
Mientras se resuelve sobre la excusa, el que la haya propuesto está obligado a
De la Disp. Adicional l.a3.a de la Ley Concursal, de 9 de julio de 2003, puede ejercer la función. No haciéndolo así, el juez nombrará un defensor judicial que le
obtenerse la idea de que la prohibición del número 9 ha de referirse a personas
sometidas a un proceso de concurso en el que se haya abierto la fase de liquidación. sustituya, quedando el sustituido responsable de todos los gastos ocasionados por
la excusa si ésta fuera rechazada. Admitida, se procederá al nombramiento de un
Las causas de inhabilidad legal de los números 4.° y 9.° no afectan al tutor desig- nuevo tutor (arts. 256 y 258).
nado «en las disposiciones de última voluntad de los padres cuando fueron conocidas
por éstos en el momento de hacer la designación», aunque por el principio de auto-
ridad bajo el que se organiza la institución tutelar, el juez, en resolución motivada, II. EL EJERCICIO DE LA TUTELA: OBLIGACIONES
pueda disponer otra cosa en beneficio del menor o del incapacitado (art. 246)2. DE INVENTARIAR Y DE PRESTAR FIANZA
Junto a las causas legales de inhabilidad, el artículo 246 reconoce otra de origen
voluntario: la exclusión expresa realizada por el padre o la madre en testamento o Sabemos que uno de los pilares de la reforma de 1983 es la sustitución de la tute-
documento notarial, si bien, como en el caso anterior, el juez puede dejarla sin la de familia por la tutela de autoridad. Como consecuencia de este cambio de orien-
efecto en resolución motivada (art. 245). tación, todo el sistema de controles y autorizaciones que en el Código civil correspon-
dían al Consejo de Familia, pasan a la autoridad judicial. Por otra parte, el artículo 232
Ce. reformado decía que la tutela «se ejercerán bajo la vigilancia del juez, que actua-
C) LAS EXCUSAS DE LA TUTELA
rá de oficio, a solicitud del Ministerio Fiscal o a instancia de cualquier interesado».
Sin embargo, la Ley de 11 de noviembre de 1987 modificó el precepto, confiando al
Aunque los cargos tutelares son obligatorios, se admiten causas por las que el Ministerio Fiscal aquella vigilancia, pudiendo actuar de oficio o a instancia de cual-
designado puede excusarse del nombramiento o del desempeño del cargo, según quier interesado. Ello no anula las facultades del juez, pues excepto en lo que se refie-
que la causa exista en aquel momento o sobrevenga posteriormente. re a esa declaración de principios sobre el ejercicio de la tutela, en lo demás tiene las
Las causas no están enumeradas taxativamente, pero el denominador común mismas facultades que el Ministerio Fiscal.
es que hagan «excesivamente gravoso el ejercicio del cargo». A modo ejemplifica- Para que la tutela se ejerza es necesario el nombramiento de la persona que
tivo señala el Código civil la edad, la enfermedad, las ocupaciones personales o vaya a desempeñarla y la toma de posesión de su cargo (art. 259), que la dará la
profesionales y la falta de vínculos de cualquier clase entre tutor y tutelado. Las autoridad judicial.
personas jurídicas, sin embargo, sólo podrán excusarse «cuando carezcan de me- Posesionado del cargo, el tutor está obligado a hacer inventario de los bienes
dios suficientes para el adecuado desempeño de la tutela» (art. 251). del tutelado dentro del plazo de sesenta días, a contar de aquél en que hubiese to-
De la Disp. Adicional 1 .a de la Ley Concursal de 9 de julio de 2003 (modifica- mado posesión (art. 262).
da por R.D. Ley 3/2009, de 27 de marzo) puede obtenerse que la prohibición ha de El tutor que no incluya en el inventario los créditos que tenga contra el tutela-
referirse al concursado, pues los procedimientos anteriores de quiebra y concurso do, se entenderá que los renuncia (art. 266). No hay una simple presunción de con-
de acreedores han sido sustituidos por el regulado en las citadas normas. donación, susceptible de destruirse mediante la prueba de que no se tenía voluntad
Si la causa sobreviniera al tutor cuando está desempeñando el cargo, la excusa
procederá «siempre que hubiera persona de parecidas condiciones para sustituirle»
(art. 253), lo que lógicamente tendrá que ser apreciado por el juez3. para ellas de excusarse cuando ya están desempeñándola. Como esto carece de sentido
porque la insuficiencia de medios para el cometido, única causa de excusa para las personas
2 jurídicas, puede perfectamente presentarse entonces, y no hay razón para perjudicar al tu-
Por coherencia con lo dispuesto en el artículo 223, el artículo 246 debe aplicarse aun- telado obligándolas no obstante a seguir con la tutela, cabe interpretar que lo que no se
que la designación se haya hecho en documento público notarial. aplica del artículo 253 es el condicionante para la admisión de la excusa consistente en que
3
Dice el artículo 254 que lo dispuesto en el artículo 253 «no se aplicará a la tutela en- «hubiera persona de parecidas condiciones» para sustituirla. El juez puede nombrar como
comendada a las personas jurídicas», lo que pudiera interpretarse como una prohibición nuevo tutor a una persona física.
226 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA INCAPACITACIÓN (CONT.) 227
de renunciar, sino extinción de la deuda por el hecho objetivo de la no inclusión de telado para establecer las reglas de administración de los mismos y la persona ó
la deuda en el inventario. personas que hayan de ejercitarla. Las funciones no conferidas al administrador
¿La obligación de inventariar es previa al ejercicio de la tutela? No parece ab- corresponderán al tutor.
solutamente necesario que así sea. No se ve qué sentido tiene el que el tutor no La administración del patrimonio del tutelado requiere la posesión por el tu-
pueda velar por el cuidado del incapacitado hasta que no se haga el inventario. El tor de los bienes que lo componen. También aquí la autoridad judicial tiene am-
inventario será previo, entendemos, al desarrollo de la administración de sus bienes plias facultades, pues puede señalar algunos que han de depositarse en «estable-
solamente. cimiento destinado al efecto». Son estos bienes: dinero, alhajas, objetos preciosos
El artículo 260 faculta al juez para exigir al tutor la constitución defianzaque y valores mobiliarios o documentos (art. 265). Pero ese depósito lo único que
asegure el cumplimiento de sus obligaciones y determinar la modalidad y cuantía significa es que el tutor no tendrá la posesión, pero no que estén fuera de su con-
de la misma, pero no dice nada sobre el momento en que ha de formular esa exi- trol y administración.
gencia, por lo que no quedan coartadas sus decisiones (v. gr., podrá exigirla si el El tutor que administre debe rendir al juez anualmente cuentas de su adminis-
desenvolvimiento de la actividad del tutor lo aconseja, aunque en un principio hu- tración (art. 269.4.°).
biese creído que no era necesario en razón a sus cualidades personales, o porque el
tutelado no tenía bienes). También goza el juez de la facultad de dejar sin efecto o
modificar en todo o en parte la garantía prestada, «en cualquier momento y con B) PODERES Y OBLIGACIONES DEL TUTOR RESPECTO
justa causa» (art. 261). A LA PERSONA DEL INCAPACITADO
De la prestación de lafianzaestán excepcionadas únicamente la entidad públi-
ca que asuma la tutela de un menor por ministerio de la ley o por decisión judicial Dice el artículo 268 que «los tutores ejercerán su cargo de acuerdo con la per-
(art. 261). sonalidad de sus pupilos, respetando su integridad física y psicológica», lo que
El Secretario judicial está facultado para señalar el dinero, alhajas y objetos hay que entender referido a la tutela sóbrela persona. Asimismo, el citado pre-
cepto faculta a los tutores para recabar el auxilio de la autoridad en el ejercicio
preciosos, valores mobiliarios o documentos que no se quedarán en poder del tutor,
de su cargo.
sino depositados en establecimiento público al efecto (art. 265).
En relación con la persona del tutelado, se le impone al tutor en el artículo 269
una obligación que se califica genéricamente de «velar por el tutelado», y se particu-
A) REPRESENTACIÓN DEL INCAPACITADO. EL TUTOR DE SU PATRIMONIO larizan en ese precepto algunos aspectos de la misma, que son los siguientes:
1.° Procurarle aumentos, expresión esta última que debe ser entendida en el
La Ley de 1983 ha dado a lafiguradel tutor un carácter amplísimo por lo que amplio sentido del párrafo 1.° del artículo 142.
respecta a la representación legal del incapacitado. Según el artículo 267, «el tutor 2.° Promover la adquisición o recuperación de la capacidad del tutelado y su
es el representante legal del menor o incapacitado, salvo para aquellos actos que mejor inserción en la sociedad.
pueda realizar por sí solo, ya sea por disposición expresa de la ley o de la sentencia También tiene el tutor la obligación de informar anualmente al juez sobre la
de incapacitación». Además de ser el representante legal, el tutor es el administra- situación del incapacitado, sin perjuicio de que éste o el Ministerio Fiscal puedan
dor legal del patrimonio de los tutelados y está obligado a ejercer dicho cargo con exigirle en cualquier momento esa información (arts. 232 y 233).
la diligencia de un buen padre de familia (diligencia media), no con la misma que
pondría en sus propios asuntos (art. 270).
Pero en la nueva normativa sobre la tutela se admite que pueda nombrarse a C) LAS AUTORIZACIONES JUDICIALES EN EL EJERCICIO DE LA TUTELA
un tutor del patrimonio exclusivamente (art. 236.1.°). Tal tutor será entonces el
administrador legal del mismo, dotado de las facultades de representación legal El Código civil contenía con anterioridad a la reforma de la tutela una serie de
atinentes a su misión, sin perjuicio de las que correspondan al tutor de la persona preceptos en los que se obliga al tutor a contar con la autorización del Consejo de
del incapacitado. Familia para determinadas actuaciones. Desaparecido el Consejo de Familia y asu-
Otro supuesto en el que el tutor no es administrador es el contemplado en el midas sus funciones por la autoridad judicial, aquellos controles siguen existiendo,
artículo 227. Autoriza a quien disponga de bienes a título gratuito en favor del tu- pero es el juez quien habrá de otorgar la autorización, oído el Ministerio Fiscal y
228 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA INCAPACITACIÓN (CONT.) 229
el tutelado si fuese mayor de doce años o lo considerara oportuno, recabando ade- tando la acción de anulabilidad en el primer caso. Pero para este resultado sobra-
más los informes que estime pertinentes (art. 273)4. ba la norma que impone la autorización judicial, que revela que ese juicio lo ha
Los actos para los que el tutor necesita autorización judicial son los siguientes de hacer el juez5. ••> •
(arts. 271 y 272):
1.° Para internar al tutelado en un establecimiento de salud mental o de edu-
D) PLURALIDAD DE TUTORES
cación o formación especial.
2.° Para enajenar o gravar bienes inmuebles, establecimientos mercantiles o
El principio general es el del ejercicio de la tutela por un solo tutor, que se re-
industriales, objetos preciosos y valores mobiliarios de los incapacitados, o celebrar coge en el artículo 236. Pero a continuación señala el mismo precepto las siguientes
contratos o realizar actos de disposición susceptibles de inscripción (en el Registro excepciones:
de la Propiedad). Se exceptúa la venta del derecho de suscripción preferente de ac- 1.° El supuesto, ya conocido, de tutela de la persona y tutela de su patrimonio.
ciones. 2.° Guando la tutela corresponda al padre y a la madre.
3.° Para renunciar derechos, así como transigir o someter a arbitraje cues- 3.° Cuando se designe a un hermano como tutor de los hijos de otro hermano
tiones en que el tutelado estuviese interesado (vid. art. 2.025 L.E.C.). y se considere conveniente que el cónyuge del tutor ejerza también la tutela. La
4.° Para realizar la partición de la herencia o la división de una cosa común hipótesis está pensada en realidad para tutela de menores, no de incapacitados, y
no se necesitará autorización judicial, pero, una vez practicadas, requerirán la apro- además para la tutela de más de un hijo. Se pretende con ello aliviar las cargas de
bación judicial. la tutela en beneficio de ellos.
5.° Para aceptar sin beneficio de inventario cualquier herencia, o para repu- 4.° Guando los padres del tutelado hayan designado en testamento o en do-
diar ésta o las liberalidades (vid. art. 2.025 L.E.C.). cumento público notarial a más de una persona para ejercer conjuntamente la tu-
6.° Para hacer gastos extraordinarios en los bienes. tela, y el juez lo haya aceptado.
7.° Para entablar demanda en nombre de los sujetos a tutela, salvo en los Si existe una pluralidad de tutores en los supuestos legalmente previstos, el prin-
asuntos urgentes o de escasa cuantía. cipio general es el de la actuación conjunta, si bien valdrá también lo que acuerde
8.° Para ceder bienes en arrendamientos por más de seis años (vid. art. 1.548). el mayor número. A falta de tal acuerdo (presupuesta naturalmente la imposibilidad
9.° Para dar y tomar dinero a préstamo. de actuación conjunta), el juez, después de oír a los tutores y al tutelado si tuviese
10.° Para disponer a título gratuito de bienes o derechos del tutelado. suficiente juicio, resolverá sin ulterior recurso lo que estime procedente. Para el caso
11.° Para ceder a terceros los créditos que el tutelado tenga contra él, o ad- de que los desacuerdos fuesen reiterados y entorpeciesen gravemente el ejercicio de
quirir a título oneroso los créditos de terceros contra el tutelado. la tutela, podrá el juez reorganizar su funcionamiento e incluso proveer de nuevo
No se determina específicamente la sanción de los actos y contratos que rea- tutor (art. 237, p. 2.°). Facultades amplísimas, como se ve, que incluso pueden llegar
lice el tutor sin contar con la autorización judicial, por lo que ha de tener vigor la a la implantación de la tutela unipersonal. De lo contrario, carecería de sentido ha-
reiterada doctrina jurisprudencial de que en estos casos el juzgador ha de analizar blar de «reorganizar» la tutela o de nombrar «nuevo tutor».
la índole y finalidad del precepto contrariado y la naturaleza, móviles y circuns-
tancias y efectos previsibles de los actos realizados para determinar la sanción
procedente (S. de 17 de octubre de 1987 y las que cita). No hay duda de que el 5
A propósito del artículo 166 C e , que obliga a los padres que ejercen la patria potestad
control de la autoridad judicial sobre la actuación del tutor obedece a la protec- sobre sus hijos menores (y en este concepto son administradores legales de su patrimonio)
ción a ultranza de los intereses del incapacitado, por lo que parece que esta fina- a contar con la autorización judicial para determinados actos y contratos, la jurisprudencia
lidad es lo suficientemente relevante para sostener la nulidad del acto que no es oscilante en cuanto a la sanción si se ejecutan los mismos sin este control. Unas veces dice
que son simplemente anulables (S. de 30 dé marzo de 1957), y otras que son actos realizados
cuenta con ella. La sanción de la anulabilidad dejaría que produjese sus efectos sin poder suficiente, pero que pueden ser ratificados cuando el menor alcanza la mayoría de
hasta que el incapacitado, una vez que haya salido de ese estado civil por recobrar edad (S. de 21 de mayo de 1984). Estas discutibles soluciones jurisprudenciales (dado que el
la capacidad, juzgase si le conviene o no mantenerlo, confirmándolo o no ejerci- art. 166 habla de una autorización judicial previa, lo que refuerza la imperatividad del re-
quisito) han sido las bases jurídicas de la sentencia T.S. de 24 de abril de 2010, que se inclina
4
La Ley de la Jurisdicción Voluntaria 15/2015, de 2 de julio, regula la solicitud de au- por la tesis de la ratificación posterior por el propio interesado. Mientras, sus efectos son
torización judicial (arts. 61 a 66). claudicantes (Pleno de la Sala 1 .a).
230 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA INCAPACITACIÓN (CONT.)
231
Si la tutela se ejerce conjuntamente por el padre y la madre, las reglas a aplicar La remoción es consecuencia de un expediente judicial que se regula en la !«#
por analogía son las del ejercicio de la patria potestad (art. 236.1.°). de la Jurisdicción Voluntaria de 2 de julio de 2015. . *.iB
Si existe una diversificación entre la tutela de la persona del incapacitado y la Declarada judicialmente la remoción, se procederá al nombramiento de nuevo
de su patrimonio, las decisiones que conciernan a ambos tutores «deberán tomar- tutor en la forma establecida en el Código (art. 250).
las conjuntamente» (art. 236.1.°), aunque creemos que en caso de desacuerdo se
aplicará la regulación de la tutela conjunta.
Cuando los tutores tengan atribuidas sus facultades conjuntamente, el artículo F) REMUNERACIÓN DEL TUTOR
237 bis, y para la hipótesis en que hubiese incompatibilidad u oposición de interés
de alguno de ellos para un acto o contrato, dice que «podrá éste ser realizado por El artículo 274 establece el derecho del tutor a una remuneración, siempre que
el otro tutor o, de ser varios, por los demás en forma conjunta». El precepto se el patrimonio del tutelado lo permita. Corresponde al juez fijar su importe y el
aplica para la realización de un concreto acto o negocio, no elimina otras prohibi- modo de percibirlo, para lo cual tendrá en cuenta el trabajo a realizar y el valor y
ciones generales o causas de inhabilidad para la tutela. En suma, parece referirse rentabilidad de los bienes, procurando en lo posible que la cuantía de la retribución
a la prohibición del artículo 221.2.° solamente. no baje del 4 por 100 ni exceda del 20 por 100 del rendimiento líquido de los bienes.
Si bien la tutela conjunta es principio general que rige el fenómeno de la plu- Respecto a los llamados «frutos por alimentos», fórmula que consiste en que
ralidad de tutores, la reforma de 1983 no desconoce la tutela solidaria con carácter el tutor haga suyos todos los frutos que produzcan los bienes del tutelado a cambio
de excepción. Sólo en dos casos cabe su establecimiento: 1.°, cuando siendo tutores de prestarle los alimentos (en el extenso sentido del párrafo Lo del art. 142), el ar-
el padre y la madre, ambos lo solicitasen del juez y éste lo determinase así al efec- tículo 275 faculta para adoptarla a los padres, «y en sus disposiciones de última
tuar el nombramiento; 2.°, cuando los padres designasen en testamento o en do- voluntad», salvo que el juez, en resolución motivada, disponga otra cosa.
cumento público notarial a más de un tutor, disponiendo de modo expreso el ca-
rácter solidario (art. 237.1.°). El condicionamiento de que se haga en disposiciones de última no creemos que
Con la denominación de tutela solidaria puede entenderse la situación en la obedezca más que al desajuste que produjo en el texto aprobado por el Congreso
que varios tutores están facultados para ejercitar individualmente todas las fun- de los Diputados las enmiendas posteriores introducidas en el Senado sobre el
modo en que los padres podían establecer disposiciones sobre la tutela de sus hijos.
ciones anejas a su cargo como si fuesen tutores únicos. No sólo se admitió el testamento sino el documento público notarial. Desgracia-
Cualquiera que sea la clase de tutela (conjunta o solidaria), en el caso de que damente, no se corrigieron con minuciosidad los correspondientes preceptos. De
por cualquier causa cese alguno de los tutores, dispone el artículo 238 (que no dis- ahí que no pugne con el espíritu de la norma que los «frutos por alimentos» se
puedan ordenar en documento público notarial, además de en testamento.
tingue entre una u otra tutela) que la tutela subsistirá con los restantes «a no ser
que al hacer el nombramiento se hubiera dispuesto otra cosa de modo expreso».
No hay que olvidar que el nombramiento siempre lo efectúa el juez. El tutor que obtenga «frutos por alimentos» no debe considerarse dispensado
de la obligación de rendir cuentas anuales de su administración. La reforma de
1983 no ha seguido en este punto al derogado artículo 279, al no contener igual
E) REMOCIÓN DEL TUTOR
disposición, lo que parece lógico. Así podrá comprobar el juez que no hay un ma-
nifiesto enriquecimiento del tutor a costa del tutelado, lo que le permitiría alterar
El tutor no sólo puede cesar en el ejercicio de su cargo si durante el mismo so- el sistema de retribución, fundado en el artículo 275, el cual no dice que la resolu-
breviene una causa de excusa de la tutela, según estudiamos en el capítulo anterior, ción contraria a la fórmula deba de adoptarse al inicio de la tutela, ni que sea in-
sino también por la remoción, que es la declaración judicial por la que se cesa a un alterable la aceptación inicial de aquélla.
tutor en virtud de la concurrencia de los supuestos legalmente previstos.
El artículo 247 ordena la remoción («serán removidos de la tutela», dice), los
que después de deferida incurran en causa legal de inhabilidad, o se conduzcan mal G) FISCALIZACIÓN DEL EJERCICIO DE LA TUTELA
en su desempeño, por incumplimiento de los deberes propios del cargo o por no-
toria ineptitud en su ejercicio, o cuando surgieran problemas de convivencia graves Uno de los pilares de la reforma de 1983 fue la sustitución de la tutela de fami-
y continuados. lia por la tutela de la autoridad. Como consecuencia de este cambio de orientación,
232 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA INCAPACITACIÓN (CONT.) 233
todo el sistema de controles y autorizaciones que en el Código civil correspondían La rendición de cuentas, pues, es un deber del tutor que administra el patrimo-
al Consejo de Familia, pasan a la autoridad judicial. nio del sometido a tutela cuando cesa en la misma por cualquier causa (v. gr., re-
En coherencia con este principio, y tras sucesivas modificaciones legales, el moción, aceptación de la excusa para seguir desempeñándola, reintegración de la
artículo 232 del Código civil dice que la tutela se ejercerá bajo la vigilancia del capacidad del tutelado, etc.). Aunque se mencione al tutor como sujeto pasivo de
Ministeriofiscal,que actuará de oficio o a instancia de cualquier interesado. Dice este deber, no es de carácter personalísimo, por lo que puede serle exigido a sus
el precepto citado que en cualquier momento podrá exigir del tutor que le infor- herederos. Téngase en cuenta que se trata de un deber de claro contenido patrimo-
me sobre la situación del incapacitado y del estado de la administración de la nial, pues es atinente a la administración de un patrimonio. Por las mismas razones,
tutela. los legitimados para exigir el cumplimiento de este deber si el tutor no lo hace en
Pero este precepto convive con el artículo 233, que faculta al juez para estable- el plazo legal o en el prorrogado, deben ser tanto el ex tutelado como sus herederos,
cer las medidas de vigilancia que estime oportunas en beneficio del tutelado. Asi- si la tutela se extingue por alcanzar la plena capacidad el tutelado o por su falleci-
mismo podrá exigir del tutor que informe sobre la situación del incapacitado y del miento. Si la situación de tutela no se extingue, sino que sólo hay un cese del tutor
estado de la administración de la tutela. en funciones, los legitimados serán los nuevos representantes legales.
Además de lo preceptuado, se permite a los padres que, en testamento o docu- El artículo 279 no exime a ningún tutor de la rendición general de cuentas, por
mento público notarial, establezcan órganos defiscalizaciónde la tutela (art. 233). lo que el que haya obtenido la fórmula «frutos por alimentos» está obligado.
La aprobación de la cuenta de la tutela la hace el juez, si a ello estima que hay
lugar. En el procedimiento debe oír antes de adoptar una decisión al nuevo tutor,
III. EXTINCIÓN DE LA TUTELA al curador (si la tutela ha pasado a ser cúratela), al defensor judicial (que pueda
haberse nombrado coyunturalmente, p. ej.> hasta el nombramiento de un nuevo
A) CAUSAS tutor), y a la persona que hubiese estado sometida a tutela o a sus herederos. Así
lo dispone el artículo 280, bajo el presupuesto de que se está ante el cumplimiento
Los artículos 276 y 277 enumeran las causas por las que se extingue la tutela, voluntario por el tutor de su deber de rendir cuentas en un procedimiento no con-
refiriéndose tanto a la de los menores no emancipados no sujetos a la patria potes- tencioso, sino de jurisdicción voluntaria.
tad como a la de los mayores incapacitados. Los gastos necesarios de la rendición de cuentas correrán a cargo del que estu-
Respecto a estos últimos, la tutela se extingue: vo sometido a ella (art. 281).
1.° Por fallecimiento del tutelado. El saldo de la cuenta general de tutela devengará el interés legal en favor o en
2.° Al dictarse la resolución judicial que ponga fin a la incapacitación, o que contra del tutor. Si es en favor, desde que el que estuvo sometido a tutela sea re-
modifique la sentencia de incapacitación en virtud de la cual se sustituye la tutela querido para el pago previa entrega de sus bienes. Si es en contra, desde la aproba-
por la cúratela. ción de la cuenta (arts. 282, 283 y 284). La entrega dé los bienes es necesaria para
poder imputar el retraso en el pago que obliga al de los intereses, suponiendo el
legislador que entonces es cuando se puede pagar por no tener otros bienes con
B) RENDICIÓN DE CUENTAS que hacerlo el obligado.
La aprobación judicial no impedirá el ejercicio de las acciones que recíproca-
Además de la rendición anual de cuentas que ha de efectuar el tutor que admi- mente puedan asistir al tutor y al tutelado o a sus causahabientes por razón de la
nistre el patrimonio del tutelado ante la autoridad judicial (art. 269.4.°), el artículo tutela (art. 285). Así, por ejemplo, los daños que al tutor se le hayan causado en el
279 dispone que «el tutor al cesar en sus funciones deberá rendir cuenta general desempeño de la tutela, o los deterioros en los bienes que administró ocasionados
justificada de su administración ante la Autoridad judicial en el plazo de tres me- por mala administración.
ses, prorrogable por el tiempo que fuere necesario si concurriere justa causa. La Es dudosa la cuestión de si el ex tutelado, una vez reintegrado en su plena ca-
acción para exigir la rendición de esta cuenta prescribe a los cinco años, contados pacidad, puede renunciar a la rendición de cuentas. La opinión negativa se funda-
desde la terminación del plazo establecido para efectuarlo». En consecuencia, la menta básicamente en el artículo 221.1.°, estimándose que la exención equivale a
falta de cumplimiento del deber legal por el tutor abre la posibilidad de un proce- una liberalidad. Pero no hay precepto legal que le oblige a exigírselo, si el tutor no
so contencioso para exigírselo. rinde cuentas voluntariamente.
234 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA INCAPACITACIÓN (CONT.) 235
Lo que desde luego será totalmente ineficaz es una dispensa de rendición de Señaló DE CASTRO que se crea, por la interposición de la demanda, un perío-
cuentas que se conceda al tutor de modo preventivo, porque no es admisible que do durante el cual los actos del presunto pródigo quedan bajo la tacha de sospe-
los intereses del tutelado queden a su merced. chosos. Termina ese período con la sentencia firme. Si se declara la prodigalidad
y se prohibe al pródigo, dice D E CASTRO, realizar actos de la naturaleza de los
hechos después de la demanda, son sospechosos, son atacables, pudiendo pedirse
IV. LA CÚRATELA una anulación.

La reforma de 1983 ha introducido en el Código civil el antiguo instituto, que


este cuerpo legal no recogió de nuestra tradición histórica, de la cúratela, y lo con- B) OBJETO DE LA CÚRATELA
cibe como un cargo tutelar de asistencia al sometido a ella, pero sin que el curador
le supla o sustituya como el tutor, o, si se quiere, le represente. En los casos del artículo 286, es la intervención del curador en los actos que los
menores (emancipados o habilitados de edad) o pródigos no puedan realizar por
sí solos (art. 288). En análogo sentido, se dispone que la cúratela de los incapaci-
A) PERSONAS SOMETIDAS A CÚRATELA tados tendrá por objeto la asistencia del curador para aquellos actos que expresa-
mente imponga la sentencia que la haya establecido. Si no hubiera especificado
Están sujetos a cúratela según el artículo 286: dichos actos, se entenderá que se extiende a los mismos en que los tutores necesitan
1,° Los emancipados cuyos padresfallecieran o quedaran impedidos para el ejer- la autorización judicial (arts. 289 y 290).
cicio de la asistencia prevenida por la Ley. Sabemos que si bien la emancipación
habilita al menor para obrar como si fuera mayor, en determinados supuestos re-
quiere la ley un complemento de su capacidad de obrar, que es la asistencia que sus C) RÉGIMEN JURÍDICO DE LA CÚRATELA
padres le han de prestar (vid. art. 323).
2.° Los que obtuvieren el beneficio de la mayor edad. —El beneficio de la ma- Son aplicables a los curadores las normas sobre nombramiento, inhabilidad,
yor edad es el equivalente de la emancipación para el sometido a tutela (vid. art. excusa y remoción de tutores (art. 291). No obstante, si el sometido a cúratela hu-
323, párrafo último), sujeto por tanto a las mismas limitaciones en el obrar que biere estado con anterioridad bajo tutela, desempeñará el cargo el mismo que hu-
el emancipado. Hay que interpretar, por tanto, que el nombramiento de curador biese sido su tutor, a menos que el juez disponga otra cosa (art. 292).
será necesario cuando haya que completar la capacidad de obrar del habilitado El régimen jurídico de los actos realizados sin intervención del curador cuando
de edad. ésta sea preceptiva es el de la anulabilidad, es decir, producen sus efectos hasta que
3.° Los declarados pródigos.—La reforma de 1983 ha modificado profunda- no sean anulados por las personas legitimadas para ello, que son el propio curador
mente la regulación de la prodigalidad. En lugar de incapacitar al declarado judi- o el sujeto a cúratela desde que salga de ella (art. 293).
cialmente pródigo, se le somete a cúratela.
La cúratela también se ha estructurado en la reforma de 1983 como cargo tu-
telar aplicable di judicialmente declarado incapaz, siempre que su grado de discerni- V. EL DEFENSOR JUDICIAL
miento lo consienta. En tal sentido dice el artículo 287: «Igualmente procede la
cúratela para las personas a quienes la sentencia de incapacitación o, en su caso, la Otro de los cargos tutelares es el defensor judicial,figuraque en el Código civil
resolución judicial que la modifique, coloquen bajo esta forma de protección en desempeñaba una labor de representación, asistencia y protección en determinados
atención a su grado de discernimiento.» supuestos que no tenían un denominador común. Así, por ejemplo, era distinto el
defensor judicial previsto por la desaparición de una persona (art. 181), que el de-
De la derogación de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 2000, de los preceptos
signado en caso de conflicto de intereses sobre el titular de la patria potestad y su
sobre cúratela de los pródigos, se excepciona el artículo 297, que dice: «Los ac-
hijo, cuando aquél lo debía de representar en un acto o negocio jurídico. La refor-
tos del declarado pródigo anteriores a la demanda de prodigalidad no podrán
ma de 1983 sigue estas mismas pautas (nombramiento de defensores judiciales en
ser atacados por esta causa». Así se expresaba también el primitivo Código civil determinados preceptos), si bien regula unitariamente por primera vez el cargo.
(art. 225).
236 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA INCAPACITACIÓN (CONT.) 237
A) SUPUESTOS EN QUE PROCEDE persona, sin nombramiento al efecto, se encarga de la guarda en su más extenso
significado de un menor no sometido a la patria potestad o de alguien en quien
Dice el artículo 299 que se nombrará un defensor judicial que represente y am- concurre una causa de incapacitación.
pare los intereses de quienes se hallen en alguno de los siguientes supuestos: El artículo 303 faculta a la autoridad judicial que tenga conocimiento de esa
1.° Cuando en algún asunto exista conflicto de intereses entre los menores o guarda para requerir al guardador a fin de que informe de la situación de la persona
incapacitados y sus representantes legales o el curador. En el caso de tutela con- y de los bienes del menor o de la persona que pudiera precisar de una institución de
junta ejercida por ambos padres, si el conflicto de intereses existiere sólo con uno apoyo, y de su actuación en relación con los mismos, pudiendo (la autoridad judicial)
de ellos, corresponde ai otro por Ley, y sin necesidad de especial nombramiento, establecer asimismo las medidas de control y vigilancia que estime oportunas.
representar y amparar al incapacitado. Lo mismo ocurrirá en cualquier otro su- Cautelarmente, y mientras se mantenga la situación de guarda de hecho, se po-
puesto de tutela conjunta (art. 237 bis). drán otorgar facultades tutelares a los guardadores.
2.° En el supuesto de que, por cualquier causa, el tutor o el curador no des- Como el guardador de hecho puede hacer realizado en representación del me-
empeñare sus funciones, hasta que cese la causa determinante o se designe otra nor o presunto incapaz actos o negocios jurídicos se plantea el problema de su va-
persona para desempeñar el cargo (vid. arts. 249 y 256). lidez o nulidad. El artículo 304 dice que los realizados «en interés» de los mismos
3.° En todos los demás casos previstos en el Código. Desborda este precepto «no podrán ser impugnados si redundan en su utilidad». Creemos que lo que quie-
el ámbito de la tutela y cúratela, pero es acertada la idea de acoger aquellos «demás re significar el precepto es que no podrán ser declarados nulos en esa hipótesis,
casos» para llegar a una regulación unitaria. pues carece de lógica que se niegue una legitimación para accionar apriori, siendo
Según el artículo 299 bis, «cuando se tenga conocimiento de que una persona así que la prueba de la utilidad debe producirse en el proceso, a cargo de quien sos-
debe ser sometida a tutela, y en tanto no recaiga resolución judicial que ponga fin tenga la validez del acto impugnado. También estimamos que la norma se refiere
al procedimiento, asumirá su representación y defensa el Ministerio Fiscal. En tal a actos qué haga el guardador de hecho como titular de una representación que no
caso, cuando además del cuidado de la persona hubiera de procederse al de los tiene legalmente.
bienes el Secretario podrá designar un defensor judicial que administre los mismos, Por último, el artículo 306 declara aplicable al guardador de hecho lo dispues-
que deberá rendirle cuentas de su gestión una vez concluida». to en el artículo 220 sobre la indemnización de los daños y perjuicios que pueda
sufrir el guardador en el desempeño de su actividad.
B) NOMBRAMIENTO Y ATRIBUCIONES

A petición del Ministerio Fiscal, del propio menor o de cualquier persona ca- BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
paz de comparecer en juicio, nombrará defensor a quien estime más idóneo para
el cargo (art. 300). ARCE FLÓREZ-VALDÉS: La incapacidad eventual de autogobierno y las declaraciones de
voluntad anticipadas (la tutela del siglo XXI), en Escritos Jurídicos en homenaje al profesor
El defensor judicial tendrá las atribuciones que le haya concedido el juez, al que Diez-Picazo, 1.1; BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO: La incapacidad legal de personas afectadas
deberá rendir cuentas de su gestión una vez concluida (art. 302). por enfermedades cíclicas, Poder Judicial, 1986, p. 107; BLANCO PÉREZ RUBIO: La capacidad
de las personas jurídicas para ser tutoras, en Estudios Jurídicos en homenaje al profesor Diez-
Picazo, 1.1; GARCÍA CANTERO: Notas sobre la cúratela, R.D.P. 1984, p. 787; El nuevo régimen
C) RÉGIMEN JURÍDICO DEL DEFENSOR JUDICIAL de la tutela, en la misma Revista, 1984, p. 465; COMENTARIOS A LAS REFORMAS DE NACIO-
NALIDAD y TUTELA (varios autores), Tecnos, Madrid, 1986; GONZÁLEZ RIVAS: La supresión
Son aplicables al defensor judicial las causas de inhabilidad, excusa y remoción de la pena de interdicción civil, La Ley, 1984, p. 1088; MARTÍNEZ ÁGUIRRE: En torno a la
enfermedad mentalfísica como causa de incapacitación, A.D.C., 1987, p. 716; MONTSERRAT
de tutores y curadores (art. 301). VALERO: Notas sobre la eficacia jurídica de la inscripción de la sentencia de incapacitación en
el Registro Civil, R.D.P. 1990, p. 671; MORENO MARTÍNEZ: El defensor judicial, Madrid,
1989; OSSORIO SERRANO: La prodigalidad, Madrid, 1987; SILLERO CROVETTO: Tratamien-
VI. LA GUARDA DE HECHO to jurídico de la incapacitación de las personas de edad avanzada, en Estudios Jurídicos en
homenaje al profesor Diez-Picazo, tomo 1, Madrid, 2003, p. 975; VENTOSO ESCRIBANO: La
La reforma de 1983 ha dedicado alguna atención a la figura que era conocida reforma de la tutela, Madrid, 1985.
bajo la denominación de «tutela de hecho». Se trata de situaciones en las que una
LA DISCAPACITACIÓN 239
participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con los
demás. Dice, además, que a toáoslos efectos, tendrán la consideración de personas
con discapacidad aquellas a quienes se haya reconocido un grado de discapacidad
superior al 33 por 100. Dicho reconocimiento deberá ser efectuado por el órgano
15. LA DISCAPACITACIÓN competente en los términos desarrollados reglamentariamente.

El citado artículo 4 da una definición de discapacidad a todos los efectos, lo


que supone una mayor amplitud que el señalado en el artículo 2 de la Ley 41/2003,
que se refiere al objeto de dicha ley, que es meramente patrimonial, por lo que la
I. INTRODUCCIÓN interpretación puede inclinarse hacia la compatibilidad entre ambas definiciones.
La figura jurídica del discapacitado como distinta de la del incapacitado surge Son, por tanto, situaciones independientes. Una persona puede ser judicialmen-
cuando un conjunto de normas pretenden responder, siquiera parcialmente, a la te incapacitada y no haber sido valorada, en la forma que previene el reglamento
especial situación de las personas con discapacidad. Tal motivación es la que ha de la Ley, en su minusvalía y grado de la misma, aunque hay una relación estrecha
dado lugar a la Ley 41/2003, de 18 de noviembre, de protección patrimonial de las en la práctica entre una y otra situación, pues lo general es que el incapacitado sea
personas con discapacidad. Dice, entre otras cosas, la Exposición de Motivos: un discapacitado, no así a la inversa.
«Esta ley tiene por objeto regular nuevos mecanismos de protección de las personas
con discapacidad, centrados en un aspecto esencial de esta protección, cual es el
patrimonial; [...] el objeto inmediato de esta ley es la regulación de una masa pa- III. EL PATRIMONIO PROTEGIDO DEL DISCAPACITADO
trimonial, el patrimonio especialmente protegido de las personas con discapacidad;
[...] se trata de un patrimonio de destino en cuanto que las distintas aportaciones A) NATURALEZA Y FINES
tienen como finalidad la satisfacción de las necesidades vitales de sus titulares.»
Posteriormente ha sido la protección del discapacitado en los demás aspectos Es un patrimonio de destino, pues se constituye para la satisfacción de las nece-
objeto de atención legislativa, y ha de citarse el R. Decreto Legislativo 1/2013, de sidades vitales del incapacitado; carece de personalidad jurídica propia, y es un pa-
29 de noviembre, que aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos trimonio separado del de su titular-beneficiario, sometiéndolo a un régimen de ad-
de las personas con discapacidad y de su inclusión social. ministración y disposición (Exposición de Motivos de la Ley 41/2003, Apartado II).
Todos los bienes y derechos que integran el patrimonio protegido, así como sus
frutos, rendimientos o productos, deberán dedicarse a la satisfacción de las nece-
II. INCAPACIDAD Y DISCAPACIDAD sidades vitales de un beneficiario, o al mantenimiento de la productividad del pa-
trimonio protegido (art. 5.4).
La incapacidad se caracteriza porque la persona no es capaz de gobernarse a
sí misma, y además debe declararse judicialmente (arts. 199 y 200 C.c). En cambio,
a los efectos de la Ley 41/2003, únicamente las personas afectadas por minusvalía B) BENEFICIARIO Y TITULAR DEL PATRIMONIO PROTEGIDO
psíquica igual o superior al 33 por 100, o por una minusvalía física o sensorial su-
perior al 65 por 100, y cualquiera de estos grados se acreditará mediante certifica- Tendrá como beneficiario, exclusivamente, a la persona en cuyo interés se cons-
do expedido conforme a lo establecido reglamentariamente o por resolución judi- tituya, que será su titular (art. 2.1).
cial firme (art. 2 Ley).
El artículo 4 del Texto Refundido citado indica que son personas con discapa-
cidad aquellas que presentan deficiencias físicas, mentales o sensoriales, previsible- C) CONSTITUCIÓN DEL PATRIMONIO PROTEGIDO
mente permanentes que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su
El artículo 3 de la Ley regula esta materia, señalando las personas que lo pue-
[238] den constituir y la forma de hacerlo.
240 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA DISCAPACITACIÓN 241
Pueden constituir el patrimonio: Las aportaciones de bienes y derechos al patrimonio protegido después de su
a) La propia persona con discapacidad beneficiaría del mismo siempre que constitución estará sujeta a las mismas formalidades establecidas para aquélla
tenga capacidad de obrar suficiente. Este último requisito debe de referirse al ma- (art. 4.1).
yor de edad que no esté incapacitado judicialmente, o si lo está, que la sentencia Se permite al aportante establecer el destino de los bienes aportados en caso de
que le constituye en ese estado no aprecie un grado de incapacidad que haga que extinción del patrimonio conforme ala Ley, siempre que hubieran quedado bienes
los actos, que debe especificar, no los pueda realizar. Sin esa graduación que hace y derechos suficientes y con las limitaciones establecidas en las normas del Código
la sentencia no tiene sentido el requisito examinado. civil o en normas de derecho civil foral o especial que, en su caso, fueren aplicables
b) Los padres, tutores o curadores cuando no tenga capacidad de obrar sufi- (art. 4.3).
ciente.
c) El guardador de hecho de una persona con discapacidad psíquica podrá
V. ADMINISTRACIÓN DEL PATRIMONIO PROTEGIDO.
constituir en beneficio de ésta un patrimonio protegido con los bienes que los pa-
DESTINO DE SUS BIENES Y DE SUS FRUTOS.
dres o tutores le hubieran dejado por título hereditario o hubiera de recibir en vir- FISCALIZACIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN
tud de pensiones constituidas por aquéllos y en los que hubiera sido designado
beneficiario. La administración se sujetará a las reglas contenidas al efecto en el documento
d) Cualquier persona con interés legítimo podrá solicitar de la persona con público de constitución, aun cuando el patrimonio se constituya por el propio be-
discapacidad o, en caso de que no tenga capacidad de obrar suficiente, de sus padres, neficiario del mismo (art. 5.1).
tutores o curadores, la constitución de un patrimonio, ofreciendo al mismo tiempo Fuera del caso que acabamos de exponer, aquellas reglas deberán prever la
una aportación de bienes y derechos adecuados, suficiente para esefin.En caso de obligatoriedad de autorización judicial en los mismos supuestos que el tutor la re-
negativa injustificada de los padres o tutores, podrá acudir alfiscal,quien instará quiere conforme a los artículos 271 y 272 del Código civil o, en su caso, conforme
del juez lo que proceda atendiendo al interés de la persona con discapacidad. a lo dispuesto en las normas de Derecho civil. No será necesaria la autorización
Dicho patrimonio se constituirá en documento público, o por resolución judicial judicial cuando el beneficiario (del patrimonio protegido) tenga la capacidad de
en el supuesto de que haya instado la constitución cualquier persona interesada, obrar suficiente (art. 5.1 y 2).
según acabamos de exponer. El documento público o resolución judicial contendrá
El patrimonio protegido puede ser dado en administración según las reglas de
un inventario de los bienes y derechos que inicialmente constituyan el patrimonio
su constitución. Dice el artículo 5.5 de la Ley de 2003 que en ningún caso podrán
protegido; la determinación de las reglas de administración y, en su caso, de fisca-
ser administradores las personas o entidades que no puedan ser tutores, conforme
lización; procedimiento para designar a las personas que hayan de integrar los ór-
a lo establecido por el Código civil, o, en su caso, en las normas de derecho civil,
ganos de administración o, en su caso, defiscalización.Dicha determinación se
foral o especial, que en su caso fueran aplicables.
realizará conforme a lo establecido en el artículo 5 de esta Ley (art. 3.3).
El administrador, cuando no sea el propio beneficiario del patrimonio protegi-
do, tendrá la consideración de representante legal de éste para todos los actos de
IV. APORTACIONES AL PATRIMONIO PROTEGIDO administración de sus bienes, y no requerirá el concurso de los padres o tutor para
su validez y eficacia (art. 5.7).
Cualquier persona con interés legítimo, con el consentimiento de la persona Cuando no se pueda nombrar administrador conforme a las reglas del documen-
con discapacidad, o de sus padres o tutores si no tuviera capacidad de obrar sufi- to público de constitución del patrimonio o resolución judicial a los mismosfines,el
ciente, podrá aportar bienes y derechos al patrimonio, aportación que deberá rea- juez proveerá lo que corresponda, a solicitud del Ministerio Fiscal (art. 5.6).
lizarse siempre a título gratuito y no podrá someterse a término (art. 4.2). La regla El administrador, cuando no lo sea el propio beneficiario del patrimonio, de-
parece destinada a aportaciones de terceros, que no sean los padres, tutores o guar- berá rendir cuentas de su gestión al Ministerio Fiscal cuando éste lo determine y,
dadores. en todo caso, anualmente (art. 7.1).
Si ellos negasen injustificadamente el consentimiento, el que quiere aportar También le corresponde al Ministerio Fiscal la supervisión de la administración
podrá acudir alfiscal,que instará del juez lo que proceda, atendiendo al interés de del patrimonio protegido, quien instará del juez lo que proceda en beneficio de la
la persona con discapacidad. persona con discapacidad (art. 7.1).
242 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA DISCAPACITACIÓN 243

VI. CONSTANCIA REGISTRAL VIII. PREFERENCIAS ENTRE NORMAS RECAYENTES


SOBRE EL PATRIMONIO DEL DISCAPACITADO
La representación legal del patrimonio protegido se hará constar en el Registro
Civil, excepto cuando el constituyente sea el propio beneficiario del mismo. Sin Dice el artículo 1.2 de la Ley de 2003 que el patrimonio protegido de las per-
embargo, respecto del dominio de un inmueble o cualquier otro derecho real sobre sonas con discapacidad se regirá por lo establecido en dicha Ley y en sus disposi-
el mismo que se integre con el patrimonio protegido, se hará constar esta cualidad ciones de desarrollo, cuya aplicación tendrá carácter preferente sobre lo dispuesto
en la inscripción que se practique a favor de la persona con discapacidad en el Re- para regular los efectos de la incapacitación en los Títulos IX y X del Libro I del
gistro de la Propiedad correspondiente. La misma mención se hará constar en los Código civil. Claro está que es una disposición legal que presupone dos declara-
restantes bienes que tengan el carácter de registrables (vehículos, aeronaves, etc.). ciones (discapaz y sentencia de incapacitación).
Si se trata de participaciones en fondos de inversión o instituciones de inversión
colectiva, acciones o participaciones en sociedades mercantiles, se notificará su in-
tegración en el patrimonio protegido por el notario autorizante o por el juez (la IX. OTRAS NORMAS PROTECTORAS DEL DISCAPACITADO
integración puede ser por constitución del patrimonio o, una vez constituido, por EN LA LEY 41/2003
su aportación al mismo), a la gestora de los mismos, o a la sociedad, su nueva cua-
lidad (art. 8.1 y 2)1. La Ley 41/2003, de 18 de noviembre, no sólo contiene la normativa del patri-
monio protegido del discapacitado que esquemáticamente hemos expuesto, sino
también normas del Derecho de Familia o del Derecho de Sucesiones.
VIL EXTINCIÓN DEL PATRIMONIO PROTEGIDO Y DESTINO Como deben entenderse en su contexto, nos limitamos a remitirnos a las ma-
DE LOS BIENES QUE LO COMPONEN terias que por razones obvias no tienen encaje en este volumen de Sistema de De-
recho Civil.
Se extingue por la muerte o declaración de fallecimiento de su beneficiario, o
por dejar éste la condición de persona con discapacidad de acuerdo con el artícu-
lo 2.2 de la Ley (art. 6.1). X. PROTECCIÓN DE LA PERSONA DEL DISCAPAZ DISTINTA
En caso de muerte o declaración de fallecimiento de su beneficiario, se entende- DE LA DE SU PATRIMONIO
rá comprendido en su herencia. Si el patrimonio protegido se hubiera extinguido por
dejar de cumplir su beneficiario las condiciones establecidas en el artículo 2.2, segui- Dicha protección está recogida en el R. Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de
rá éste siendo titular de los bienes y derechos que lo integran, con sujeción a las ñor* noviembre, que aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las
mas del Código civil o derecho foral o especial que fuesen aplicables (art. 6.2). personas con discapacidad. Está toda ella regida por una serie de principios que se
Sin embargo, el artículo 6.3 de la Ley permite a los aportantes de bienes o de- desarrollan en el texto legal (art. 3), que son:
rechos establecer el destino que deba darse a tales bienes o derechos o, en su caso, a) El respeto a la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la li-
el equivalente, una vez extinguido el patrimonio protegido conforme al artículo 6, bertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas (disca-
siempre que hubieran quedado bienes y derechos suficientes. En el caso de que no pacitadas).
pudieran darse a tales bienes y derechos la finalidad prevista, se les dará otra, la b) La vida independiente.
más análoga y conforme a aquélla. c) La no discriminación.
d) El respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapaci-
1
La Ley del Registro Civil, de 21 de julio de 2011, dice que se inscribirán en el Registro dad como parte de la diversidad y la condición humana.
Civil el documento público o la resolución judicial relativos a la constitución y demás cir- é) La igualdad de oportunidades.
cunstancias relativas al patrimonio protegido, y a la designación y modificación de admi- f) La igualdad entre hombres y mujeres.
nistradores de dicho patrimonio (art. 7.6). g) La normalización.
La Ley de la Jurisdicción Voluntaria, de 2 de julio de 2015 (Ley 15/205), da normas de h) La accesibilidad universal.
procedimiento para los expedientes que tengan por objeto algunas de las actuaciones judi-
ciales previstas en el Capítulo 1 de la Ley 4/2003, de 18 de noviembre. i) Diseño universal o diseño para todas las personas.
244 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)

j) Participación o inclusión plenas y efectivas en la sociedad.


k) El diálogo civil.
/) El respeto al desarrollo de la personalidad de las personas con discapaci-
dad y, en especial, de las niñas y los niños con discapacidad y de su derecho a pre- 16. EL DOMICILIO. LA AUSENCIA
servar su identidad.
m) La transversalidad en las políticas en materia de discapacidad.

I. EL DOMICILIO: SIGNIFICADO, CONCEPTO Y REQUISITOS


BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
El concepto de domicilio es fundamental para el Derecho. Y lo es porque la
A A . W : La encrucijada de la discapacitación y la discapacidad, Madrid, 2011, La Ley;
CORDERO CUTILLAS: La discapacidade incapacitación judicial, Actualidad Civil, mayo 2006, persona necesita un determinado lugar para ejercer sus derechos y cumplir sus
pp. 1157 ss.; SERRANO GARCÍA: Protección patrimonial de las personas con discapacidad obligaciones. Imaginemos que los acreedores persiguen judicialmente al deudor
(Tratamiento sistemático de la Ley 41/2003), Madrid, 2008. para que pague los créditos: ¿dónde se le demandará? Sin ese elemento que es el
domicilio, que sitúa al hombre en el espacio, que lo relaciona con un lugar (locali-
zándolo), las relaciones jurídicas serían especialmente precarias. De ahí que la ge-
neralidad de la doctrina afirme que el domicilio es la sede jurídica de la persona.
El Código civil no es ajeno a esta finalidad o significado del domicilio.
El artículo 40, al dar el concepto, señala al mismo tiempo aquel significado: «Para
el ejercicio de los derechos y cumplimientos de las obligaciones civiles». Pero no se
ha de ver en este último calificativo un objetivo limitado del domicilio, pues el que
define el citado artículo 40 servirá también para todas las materias que se rijan por
leyes especiales en defecto de normas sobre el mismo, en virtud de la fuerza atrac-
tiva del Derecho civil como Derecho común (art. 4.°3).
El domicilio se define en el artículo 40 como el lugar de la residencia habitual
de las personas naturales.
¿Qué ha de entenderse por residencia habitual? No, desde luego, una residencia
prolongada durante un espacio de tiempo. Se daría entonces el absurdo de que una
persona que se traslada a vivir a una ciudad no adquiere domicilio hasta que no
haya transcurrido un lapso de tiempo, consideración que repugna a la conciencia
social. ¿Por qué?
La doctrina de la Glosa pensó que junto al hecho material de la residencia, del
vivir en un lugar, se necesitaba para fijar el domicilio una cierta voluntad, una cier-
ta intención, un elemento espiritual en suma. Estos requisitos se repiten en la doc-
trina y la jurisprudencia por lo común. La sentencia de 25 de septiembre de 1954
exige no sólo la permanencia más o menos larga en un mismo lugar, sino la volun-
tad de establecerse la persona efectiva y permanentemente. De voluntad de perma-
necer —animus manendi— habla la de 21 de abril de 1972. De residencia perma-
nente e intencionada la de 20 de enero de 1993.

[245]
246 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DOMICILIO. LA AUSENCIA 247
Ahora bien, ese animus (del que seguramente se habla por tradición histórica) micilio de las mujeres casadas no separadas legalmente era el de sus maridos
exigido para constituir domicilio no es simplemente una intención interna. Es una (art. 64 L.E.C de 1881). La jurisprudencia del Tribunal Supremo, sin embargo,
voluntad exteriorizada, objetivada, que debe resultar de las circunstancias del vivir. suavizó una norma contundente, entendiendo que sólo existía la presunción de
En otras palabras, debe plasmarse en una conducta significativa de que se reside o que el domicilio de la mujer casada era el del marido, pero que esta presunción
se va a residir permanentemente. Por tanto, el requisito del animus como voluntad cedía ante la prueba de tener otro distinto aun en el caso de no existir separación
de permanecer establemente en el lugar, en realidad se reduce a una interpretación1. legal, pues la residencia habitual es la que decide el domicilio de cada persona,
de suerte que la mujer casada tenía el domicilio allí donde residiera habitual-
mente de forma independiente del marido, con el consentimiento expreso o tá-
II. LOS DOMICILIOS ESPECIALES cito de éste.
En la actualidad, regulan esta materia los artículos 69 y 70 Ce. El primero de
El artículo 40 C e , después de decir que el domicilio de las personas naturales ellos presume, salvo prueba en contrario, que los cónyuges viven juntos, y el segun-
es el del lugar de su residencia habitual, concluye con una remisión a la Ley de En- do preceptúa que ambos fijarán de común acuerdo el domicilio conyugal y que, en
juiciamiento Civil. Esta remisión tenía sentido cuando el legislador la efectuó al caso de discrepancia, debe resolver el juez teniendo en cuenta el interés de la fami-
promulgar el Código, pues en la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881 existía una lia. Cuando no exista un acuerdo o decisión de carácter expreso, el domicilio con-
serie de reglas para determinar el domicilio de la persona que se encontrara en las yugal se constituirá por el comportamiento de los interesados, en el que presenta
situaciones por dichas normas previstas (mujeres casadas, hijos sometidos la patria especial relevancia la residencia del conjunto de la familia.
potestad, menores o incapacitados sujetos a tutela, comerciantes, empleados y mi- Aunque la ley no lo diga de manera especial, puede entenderse que existe una
litares, etc.). Era discutible si esta regulación del domicilio se establecía exclusiva- presunción de que la persona casada tiene como domicilio el llamado «domicilio
mente con carácter procesal, es decir, para fijar el lugar en que las personas han de conyugal» o «domicilio familiar», aunque, naturalmente, deba mantenerse el cri-
ser demandadas y emplazadas para un juicio, o si poseía un carácter sustantivo. terio de la antigua jurisprudencia sobre la preferencia de la residencia habitual de
En la actualidad, la L.E.C. de 2000 no contiene ninguna regulación sobre do- cada persona, de suerte que el domicilio de cada uno de los cónyuges será el lugar
micilios especiales, por lo que la remisión del artículo 40 Ce. se produce al vacío. donde habitualmente resida cada uno de ellos, sin especial acepción a que la vida
Pero existen especialidades por razón de otras normas sustantivas, que vamos sea por completo independiente o que se cuente con un consentimiento tácito o
a exponer. expreso.

A) DOMICILIO DE LAS PERSONAS CASADAS


B) DOMICILIO DEL SOMETIDO A PATRIA POTESTAD
Las normas de la codificación, especialmente influidas por una concepción
autoritaria de la familia y por la idea de autoridad marital, establecía que el do- Debe entenderse que es el de los progenitores que ejerzan la referida potestad
y, por tanto, el lugar donde la misma sea ejercida. Uno de los deberes que impone
1 es el de tener a los hijos menores en su compañía (art. 154.2).
En muchas ocasiones la jurisprudencia ha tratado de objetivizar de una manera más o
menos completa la voluntad de permanencia. Así, el Tribunal Supremo ha dicho que el do- Las vicisitudes jurídicas que puedan darse en la relación matrimonial (p ej.,
micilio es el lugar en que consta que la persona tiene su familia y sus bienes y su residencia procesos de divorcio, etc.) repercutirán en el ejercicio de la patria potestad.
efectiva salvo algunas temporadas (p. ej., Ss. de 3 de diciembre de 1955 y 12 de mayo de 1956);
el lugar en que se establece con residencia de la mujer y los hijos (S. de 12 de julio de 1989);
el lugar que una persona traslada su casa y familia para ejercer en él una profesión u oficio,
por tiempo indeterminado, dejando su domicilio anterior (S. de 20 de noviembre de 1906). C) DOMICILIO DEL INCAPACITADO Y DEL MENOR SUJETO A TUTELA
La prueba del domicilio compete al tribunal valorando libremente y en conjunto la to-
talidad de los elementos de juicio que le hayan sido facilitados. No son decisivos los docu-
mentos de orden administrativo como el censo de población, el censo electoral, el padrón Será el del tutor. Sin embargo, esta disposición es sólo aplicable a la tutela que
de habitantes del término municipal, los documentos de identidad, losfiscales,tributarios, se extienda exclusivamente a la persona del incapacitado porque está sujeto a la
etc., aunque no se les puede negar importancia. guarda del tutor.
248 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DOMICILIO. LA AUSENCIA
249
D) DOMICILIO DE LOS DIPLOMÁTICOS tualidad», pero en todo caso durante un lapso temporal más o menos dilatado para
no confundirse con el paradero, que es simplemente el lugar donde se encuentra
El párrafo 2.° del artículo 40 C.c. dice que el domicilio de los diplomáticos que una persona, aunque no existen obstáculos para que la residencia sea domicilio, si
residan por razón de su cargo en el extranjero y gocen del derecho de extraterrito- se dan los requisitos para constitución de éste.
rialidad será el último que hubiesen tenido en territorio español.
Se trata de una consecuencia de la regla de la extraterritorialidad y de la no
sujeción a la potestad de las autoridades del territorio en el cual ejerzan sus fun- VI. PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL DEL DOMICILIO
ciones, por lo cual la norma no debe ser entendida con carácter absoluto,
El artículo 18.2 de la Constitución de 1978 dice: «El domicilio es inviolable.
Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento del titular o
III. PLURALIDAD DE DOMICILIOS resolución judicial, salvo en caso deflagrantedelito».
El Tribunal Constitucional interpreta que la idea de domicilio constitucional-
De acuerdo con la concepción realista que sostiene nuestro Código civil, no hay mente protegido no es plenamente coincidente con la que se utiliza en materia de
inconveniente en que una persona pueda tener más de un domicilio siempre que se Derecho privado, y en especial con el artículo 40 del Código civil. Lo protegido
den en cada caso las notas de habitualidad de la residencia. No hay que olvidar constitucionalmente es el espacio en el cual el individuo vive sin estar sujeto nece-
que no se siguió a su modelo, el Código Napoleón, que define el domicilio como sariamente a los usos y convenciones sociales y ejerce su libertad más íntima (SS.
el lugar del establecimiento principal de 17 de febrero de 2002, 2 de noviembre de 2004 y 24 de septiembre de 2007). El
Tribunal Europeo de Derechos Humanos (S. de 16 de noviembre de 2004) extiende
la inviolabilidad del domicilio en el sentido de que se atenta contra él cuando hay
IV. EL DOMICILIO ELECTIVO una vulneración inmaterial o incorporal, como los ruidos, las emisiones, los olores
y otras injerencias.
Es la sede jurídica de la persona, determinada voluntariamente para todos o al-
gunos de los efectos que surgen de un acto o negocio. Es un domicilioficticio,creado
por la declaración de voluntad, y que desempeña el mismo papel que el domicilio
real en la esfera para la que se le ha designado. Se utiliza al efecto de determinar el VIL LA AUSENCIA: CONCEPTO Y SIGNIFICADO
lugar donde debe cumplirse una obligación, practicar requerimientos y notificacio-
nes, para que un litigio entre las partes se someta a los tribunales de ese sitio, etc. La ausencia, en sentido material* es una falta de presencia. Está ausente quien
Por ello ha dicho nuestra jurisprudencia que para los efectos procesales no se en un momento determinado no se encuentra en el lugar donde ha de estar. Pero
entiende necesariamente por domicilio el real o efectivo, sino que también puede jurídicamente se requiere algo más: la incertidumbre sobre su existencia, originada
serlo aquel que se hayafijadoen un contrato (S. de 15 de diciembre de 1914), y por por el tiempo transcurrido y la falta de noticias sobre él.
ello también el artículo 40 C.c. no impide que, en ocasiones, bien por prescripción El ausente, en sentido jurídico, es una persona que no sabemos si existe, ni dónde
de la ley o bien por conveniencia de los interesados, se establezca con efectos limi- existe; hay una duda sobre este punto fundamental, que es la determinante de la ac-
tados un domiciüo especial. Así ocurre, p. ej., en materia de hipoteca. tuación de las normas del Código civil. Esta duda nace oficialmente cuando media
Este llamado «domicilio electivo» o también «domicilio de elección» no es un una declaración judicial, que da nacimiento a la situación de ausencia declarada.
verdadero domicilio, sino que se trata más bien de domiciliación de los efectos de Algún sector de la doctrina ha considerado la ausencia como una causa modi-
un contrato o de un negocio jurídico. ficativa de la capacidad de obrar. Pero si tenemos en cuenta el artículo 188, párra-
fo 2.°, notaremos que el ausente tiene capacidad de obrar plena, tanto sobre los
bienes que adquiera donde se encuentre como sobre los que dejó. Sólo así se expli-
V LA RESIDENCIA ca que un contrato de venta sobre éstos sea plenamente eficaz y haya que entregár-
selos al comprador. La declaración de ausencia no modifica en nada la capacidad
Es un término que aparece con alguna frecuencia en el Código civil (arts. 14.5, del ausente, sino que origina un régimen especial de administración de su patrimo-
15, 21,26,107), y debe entenderse como estancia en un lugar sin la nota de «habi- nio abandonado. No es, por ella, un estado civil de la persona.
250 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DOMICILIO. LA AUSENCIA 251
VIII. FASES LEGALES DE LA AUSENCIA más noticias». Autoriza entonces al juez, a instancia de cualquier persona interesa-
da o del Ministerio Fiscal, para nombrar un defensor «que ampare y represente al
La ausencia estaba regulada en los artículos 181-198 C e , que fueron reforma- desaparecido en juicio o en los negocios que no admitan demora sin perjuicio grave».
dos por la Ley de 8 de septiembre de 1939 inmediatamente después de finalizar la Exceptúa el precepto los casos en que la persona estuviese legítimamente represen-
guerra civil y como consecuencia de la extraordinaria cantidad de personas desapa- tada (por hallarse sometida legalmente a ella como el menor o incapacitado lo está
recidas que las vicisitudes de la contienda bélica había producido. La reforma del a la patria potestad, o por la parte sometida a la tutela o patria potestad, p. ej.), o
Código fue acompañada por otra que afectó a los preceptos de la antigua Ley de voluntariamente, conforme al artículo 183. Es decir, que cuando ha dejado un apo-
Enjuiciamiento Civil de 1881 (arts. 2.031 a 2.047) que regulaban aspectos procesales derado encargado de administrar todos sus bienes, no hay razón para el nombra-
de la materia de acuerdo con los textos introducidos por la Ley de 30 de diciembre miento de defensor.
de 1939. Estos preceptos ya no rigen en la actualidad, pues la Ley 15/2015, de 2 de
julio, de la Jurisprudencia Voluntaria, ha vuelto a regular los aspectos civiles y pro- De este precepto nos ocuparemos posteriormente. Sin embargo, han de consi-
cesales de la ausencia. derarse las hipótesis en que el apoderado haya cesado en sus funciones (muerte,
finalización del plazo para que se otorgó el poder, etc.), o la de que la representa-
Bajo la rúbrica general «de la ausencia», comprende el Código tres situaciones ción en juicio o el negocio que no admita demora no entre en el círculo de facul-
diferentes: tades que se le dieron. No hay duda de que, entonces, es admisible la figura del
defensor.
1 .a Situación de defensa de los bienes de un desaparecido, constituida por una
serie de medidas para evitar daños a su patrimonio. No hay ninguna duda oficial
sobre su vida. El párrafo último del precitado artículo 181 dice: «También podrá adoptar [el
Si bien esta situación está regulada legalmente en atención preferente a los in- juez], según su prudente arbitrio, las providencias necesarias para la conservación
tereses patrimoniales del desaparecido, no hay inconveniente en extenderla para de su patrimonio.» Aunque la regulación de la materia gire implícitamente en tor-
comprender otro tipo de intereses con fundamento en la amplitud con la que se no al nombramiento del defensor, y por ello aquellas medidas se adoptan efectuán-
expresa el artículo 181 C e , que permite que el defensor que se le nombre judicial- dolo, no hay inconveniente en que se dicten, siempre a instancia de parte interesa-
mente lo ampare o represente en «juicio o en los negocios», sin ninguna restricción da o del Ministerio Fiscal, prescindiendo de que haya o no defensor si por la
por su índole. Únicamente es necesario que no admitan demora sin perjuicio grave. índole de las mismas no se necesita.
2.a Situación de ausencia legal, que requiere la declaración judicial al efecto La «falta de noticias» la refiere impropiamente el artículo 181 al lugar del do-
sobre la base de que se den los requisitos del artículo 183 Ce. El patrimonio del micilio o de la última residencia del desaparecido. Literalmente, si faltan allí, aun-
ausente se somete a un régimen de administración especial, teniendo su titularidad que se sepa eí paradero, se aplicaría el precepto. Pero con razón se interpreta que
provisional un representante nombrado judicialmente. En lo que respecta a la vida «en ella» debe entenderse «de ella», o sea, se exige falta de noticias de la persona,
del ausente, la declaración de ausencia legal significa la apertura de un estado de no el simple hecho de que no se hayan recibido en aquellos lugares. Además, la
duda oficial sobre ella. falta de noticias supone la imposibilidad de informarla de sus asuntos y recibir
3.a Declaración de fallecimiento. Es una declaración judicial por la que se instrucciones sobre su dirección (Cossío, D E CASTRO, SERRANO). De ahí que sa-
declara oficialmente a una persona fallecida, abriéndose su sucesión. ber sólo de la existencia de la persona, por tanto, pueda equivaler a falta de noticias
Estas tres situaciones son independientes. Así, por ejemplo, para pedir la decla- si no se puede comunicar con ella.
ración de fallecimiento no se requiere la previa de una declaración de ausencia legal. Los efectos de esta situación se sustancian en el nombramiento de un defensor
del desaparecido por el Secretario judicial, de acuerdo con los trámites de la Ley
de la Jurisdicción Voluntaria de 2015 (art. 69 L. J.V.).
IX. LA DEFENSA DE LOS BIENES DE UN DESAPARECIDO

A) PRESUPUESTOS LEGALES B) NOMBRAMIENTO Y ACTUACIÓN DEL DEFENSOR

El Código contempla en el artículo 181 el supuesto de que una persona «desa- El artículo 181, párrafo 2.°, del Código civil dice que el cónyuge mayor
parezca de su domicilio o del lugar de su última residencia sin haberse tenido en ella no separado legalmente será el representante y defensor nato del desapa
252 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DOMICILIO. LA AUSENCIA 253

por su defecto, el pariente más próximo hasta el cuarto grado, también mayor de 2.° Transcurso de tres años (desde aquellos momentos) si hubiese dejado en-
edad. En defecto de parientes, no presencia de los mismos o urgencia notoria, el comendada la administración de todos sus bienes a un apoderado.
Secretario judicial nombrará persona solvente y de buenos antecedentes, previa No creemos, sin embargo, que obste al juego de los plazos el que la persona
audiencia del Ministerio Fiscal. La Ley de la Jurisdicción Voluntaria en caso de haya nombrado varios apoderados cuya suma de facultades significa que todo su
urgencia «por seguirse perjuicio si se esperase para el nombramiento hasta la com- patrimonio esté administrado.
parecencia», faculta al Secretario Judicial para designarlo (art. 69.2 L.J.V.). La muerte o renuncia justificada del mandatario, o la caducidad del mandato,
Ni el Código civil ni la Ley de la Jurisdicción Voluntaria de 2015 dicen nada so- determina la ausencia legal, si al producirse aquéllas se ignorase el paradero del
bre la actuación del defensor del desaparecido. Creemos que es posible la aplicación desaparecido y hubiere transcurrido desde que se tuvieron las últimas noticias y,
analógica de lo dispuesto por el Código civil al regular el defensor judicial (art. 302). en su defecto, desde la desaparición. Inscrita en el Registro Civil la declaración de
Por lo que respecta a las causas de inhabilidad, excusa o remoción, también ausencia, quedan extinguidos de derecho todos los mandatos generales o especia-
creemos aplicables por analogía las de la tutela, cuando la defensa no recae en el les otorgados por el ausente.
defensor nato (vid. art. 181). La extinción del único (contemplado en el Código civil) apoderamiento antes
¿Tiene derecho a remuneración? No hay disposición legal que diga que el ejer- de esos tres años constituye presupuesto legal para solicitar la declaración judicial,
cicio del cargo es gratuito, por lo que puede entenderse que ha de ser remunerado si al producirse aquélla se ignorase el paradero del desaparecido y hubiere transcu-
como el del tutor (art. 274). rrido un año desde que se tuvieron las últimas noticias y, en su defecto, desde su
desaparición (art. 183, p. 2.°).
La declaración judicial ha de ser solicitada por las personas obligadas a ello o
C) TERMINACIÓN DE LA SITUACIÓN DE DEFENSA DE LOS BIENES por las personas interesadas. Los obligados son indistintamente el cónyuge del au-
sente no separado legalmente, y los parientes consanguíneos hasta el cuarto grado.
Dada la índole de la misma,finalizala situación cuando aparece el desapare- Los interesados son los que racionalmente estimen «tener sobre los bienes del des-
cido, o cuando se le declara judicialmente en estado de ausencia legal o fallecido, aparecido algún derecho ejercitable en vida del mismo o dependiente de su muerte».
o cuando termina el encargo para el que fue designado. El Ministerio Fiscal estará siempre obligado, bien de oficio o a virtud de denuncia
Ha de ser reembolsado de las cantidades que haya empleado en su gestión y ser (art. 182).
indemnizado de los perjuicios sufridos sin su culpa (art. 220, por analogía). Dice el artículo 71 de la Ley de la Jurisdicción Voluntaria de 2015 que el Secre-
tario judicial, si por el resultado de la prueba procediera, dictará decreto de decla-
ración de ausencia legal y nombrará al representante del ausente con arreglo a lo
X. LA AUSENCIA LEGAL dispuesto en el artículo 184 del Código civil.

La situación de ausencia legal de una persona presupone una declaración judicial


que así lo establezca, resultado de un expendiente judicial que se sigue al efecto. A) EL REPRESENTANTE DEL AUSENTE
Durante el transcurso de aquel procedimiento subsistirá lafiguradel defensor,
si se ha acudido previamente a su nombramiento, y las medidas que se hayan to- La declaración de ausencia legal no tiene como misión abrir la sucesión mortis
mado durante la situación de desaparición de la persona, a no ser que se conside- causa del ausente, sino básicamente la protección y defensa de su patrimonio. Por
re conveniente modificarlas. Si no hubiesen adoptado, podrá acordarlas el Secre- ello, la medida a adoptar consiste en el nombramiento de un representante, y cuyas
tario judicial en tanto no se ultima el expediente (art. 72 L J.V.). obligaciones son: a) la representación del declarado ausente; b) la pesquisa de su per-
La declaración judicial de ausencia legal exige la concurrencia de determinados sona; c) la protección y administración de sus bienes. Ha de conservar y defender el
requisitos. patrimonio del ausente, y obtener de él los rendimientos normales de que fuera sus-
En primer lugar, el cumplimiento de los plazos del artículo 183, que son: ceptible. Además, ha de ajustarse en esa administración a las normas del Código
1.° Transcurso de un año desde las últimas noticias de la persona o a falta de civil y de la Ley Procesal Civil; d) el cumplimiento de las obligaciones del ausente.
éstas desde su desaparición, si no hubiese dejado apoderado con facultades de ad- El nombramiento se hace por el Secretario judicial con arreglo a lo dispuesto
ministración de todos sus bienes. en el artículo 184 del Código civil (art. 71.1 L.J.V.).
254 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DOMICILIO. LA AUSENCIA 255
Este último precepto señala a las siguientes personas: a) el cónyuge mayor de to constitutivo del supuesto de hecho que produce como efecto una adquisición
edad no separado legalmente o de hecho; b) el hijo mayor de edad, con preferencia para él.
del mayor; c) el ascendiente más próximo de menos edad, de una u otra línea; d) a Un caso particular es el de la herencia o sucesión a la que estuviera llamado un
los hermanos mayores de edad que hayan convivido familiarmente con el ausente, ausente, y cuya apertura tiene lugar después de haberse creado la situación de in-
con preferencia del mayor sobre el menor. Finaliza el artículo 184 disponiendo que certidumbre o duda sobre su vida, es decir, después de la declaración de ausencia.
en defecto de tales personas expresadas, la representación corresponde a la perso- Siendo necesario que el llamado sobreviva al causante de la herencia, es obvio que
na solvente de buenos antecedentes que el Secretario judicial designe, oído el Mi- aquí, al no probarse la existencia del ausente, no se puede adquirir nada para su
nisterio Fiscal, a su prudente arbitrio. patrimonio. Pero la misma incertidumbre de la que hemos hablado se proyecta sobre
Estos últimos son llamados por la ley representantes dativos, y los otros ante- la titularidad de los bienes que pudiera aquél haber adquirido, y que se confiere a
dichos representantes legítimos. otro. El artículo 191 dice que «acrecerá la parte de éste [del ausente] a sus cohere-
Tanto unos como otros, una vez aceptado el cargo, han de proceder al inven- deros,,al no haber persona con derecho propio para reclamarla», lo que significa
tario de los bienes (art. 73 L.IY). que aquella parte sigue las normas del Derecho sucesorio en cuanto a su atribución
Los representantes del ausente que son sus representantes legítimos (art. 184, a otras personas distintas del ausente por no poder éste heredar. Sin embargo, como
p. 1.° C.c.), están exceptuados de la prestación de fianza, excepto a los hermanos la incertidumbre sobre la existencia del mismo se proyecta sobre la titularidad a que
(art. 185, p. 1.° C.c). Gozan también de la posesión temporal de los bienes del au- ha sido llamado otro en defecto del ausente, el que la adquiere se encuentra obliga-
sente y tienen derecho a los productos líquidos de sus bienes en la cuantía que el do a reserva. Según el artículo 191, estará obligado a hacer inventario de los bienes,
Secretario judicial señale, conforme a las particularidades que legalmente se fijan con intervención del Ministerio Fiscal, «los cuales se reservarán hasta la declaración
(art. 186 C.c). Cuando es un hermano, «en ningún caso podrá retener más de los de fallecimiento», aunque cabe extender el supuesto de extinción de la reserva para
dos tercios de los productos líquidos reservándose el tercio restante para el ausen- comprender todos aquellos que ponen fin a la situación de ausencia legal. En la
te o, en su caso, para sus herederos o causahabientes» (art. 186, p. 2.°, C.c). inscripción que se haga en el Registro de los bienes inmuebles adquiridos se expre-
Los representantes dativos han de presentar la fianza, y le son aplicables, en sará la circunstancia de quedar sujetos a la reserva (vid. art. 192, infiné)2.
cuanto se adapten a su especial representación, los preceptos que regulan el ejer- Ahora bien, el hecho de que la titularidad sobre los bienes que correspondería
cicio de la tutela y las causas de inhabilidad, remoción y excusa de los tutores al ausente pase a otras personas no significa que aquél carezca ya de toda facultad
(art. 185, p. final, C.c). para recobrar los que debía de haber heredado cuando se presente, o sus herederos
Tanto los representantes legítimos como dativos, que son poseedores tempora- cuando se pruebe que existía al tiempo de abrirse la sucesión habiendo fallecido
les de los bienes del ausente, no podrán venderlos, gravarlos, hipotecarlos donarlos después, salvo que los terceros contra los que se dirijan los hayan adquirido por
en prenda, sino en caso de necesidad o utilidad evidente, reconocida y declarada usucapión. De ahí que el artículo 192 diga que «lo dispuesto en el artículo anterior
por el Secretario judicial, quien, al autorizar dichos actos, determinará el empleo se entiende sin perjuicio de las acciones de petición de herencia u otros derechos
de la cantidad obtenida (art. 186, p,final,C.c). que competan al ausente, sus representantes o causahabientes».
\

B) ADQUISICIÓN DE DERECHOS. LA SUCESIÓN A LA QUE HA SIDO LLAMADO C) FIN DE LA AUSENCIA LEGAL


UN AUSENTE
El Código civil, en el artículo 198, contempla el caso de que se pruebe la muer-
El artículo 190 C.c dispone que «para reclamar un derecho en nombre de per- te del ausente, ordenando que se abra su sucesión. También regula la hipótesis de
sona constituida en ausencia, es preciso probar que esta persona existía en el tiem-
po en que era necesaria su existencia para adquirirlo», precepto que es coherente
2
con el articulado relativo a la ausencia, puesto que su declaración legal abre una No regula el Código civil el contenido de la reserva, pero cabe acudir analógicamente
incertidumbre sobre la vida de la persona, y no presenta ninguna especialidad sino a las normas de la reserva que pesa sobre el cónyuge viudo cuando contrae nuevas nupcias,
que es una aplicación del régimen general de la carga de la prueba; el demandan- respecto de los bienes y derechos adquiridos de su difunto consorte, en favor de los hijos y
descendientes del anterior matrimonio (arts. 968 a 980). La remisión al Derecho sucesorio
te o reclamante del derecho ha de probar la existencia cuando ello sea un elemen- es aquí obligada.
256 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)

la presentación de un tercero acreditando por documento fehaciente haber adqui-


rido, por compra u otro título, bienes del ausente, preceptuando la cesación de la
representación respecto de dichos bienes, que quedarán a disposición de sus legí-
timos titulares.
La Ley de la Jurisdicción Voluntaria de 2015 se ocupa, bajo la rúbrica de «he- 17. NACIONALIDAD
chos posteriores a la declaración de ausencia», del procedimiento que hay que se-
guir si se presentase alguna persona que diga ser el declarado ausente, o si se tuvie-
sen noticias de su supuesta existencia en paradero conocido (art. 75 L.J.V.). I. EL SIGNIFICADO DE LA NACIONALIDAD
Si apareciese el ausente, deberá restituírsele su patrimonio, pero no los produc- La idea moderna de nacionalidad tiene su origen histórico en el concepto ro-
tos percibidos, salvo mala fe interviniente, en cuyo caso la restitución comprende- mano o romanista del status civitatis, que se configura en las fuentes cómo ciuda-
rá también los frutos percibidos y los debidos a percibir a contar del día en que danía romana o condición de cives, que era uno de los hechos determinantes de la
aquélla se produjo, según declaración del Secretario judicial (art. 187, p. 2.°, C.c). capacidad de obrar de la persona junto con el estado de libertad y el de familia,
aunque los romanistas tienden a subsumir el primero en el de cives.
Durante la Edad Media, por influjo de la constitución feudal de la sociedad,
XI. LA DECLARACIÓN DE AUSENCIA EN EL REGISTRO CIVIL tuvo trascendental importancia el vínculo personal que liga al vasallo respecto de
Y EN LA LEY HIPOTECARIA su señor natural o, en la época de las Monarquías absolutas, del soberano. Este
vínculo se proyecta de modo diferente en los diversos países, pues había algunos
Dice el artículo 198 del Código civil, en su párrafo 1.°, que las declaraciones, que consagraron el principio nemo potest exulere patriam y que en virtud de ello
entre otras, de ausencia legal se hará constar en el Registro Civil, así como las re- establecían su carácter perpetuo (perpetual allegeancé), mientras que otros, en cam-
presentaciones legítimas y dativas. bio, admitían la posible ruptura del vínculo de feudalidad y, por consiguiente, la
Según el párrafo 2.° del precepto citado, asimismo se anotará en dicho Registro posibilidad de adquisición de otra naturaleza. Con la caída del Antiguo Régimen,
lo que en dicho párrafo se especifica. el vínculo dejó de ser concebido como un lazo de sumisión de la persona del vasa-
Por su parte, el artículo 2.4 de la Ley Hipotecaria incluye la declaración de au- llo a la del soberano en que se había transformado la relación feudal en la Edad
sencia entre las resoluciones judiciales que indica, que se inscriben en el Registro Moderna, y a partir de este momento, que puede situarse a principios del siglo XIX,
de la Propiedad. comienza a dibujarse la idea moderna de nacionalidad, que posee, en el pensamien-
to de los autores, una doble carga ideológica.
La primera es la idea de un vínculo que liga a un individuo o subdito con un
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA determinado Estado. Este modo de concebir la nacionalidad, que se puede llamar
ÁLVAREZ VlGARAY: El domicilio, A.D.C., 1972, p. 549; COSSÍO: La teoría general de la
positivista y formal, comporta dos consecuencias importantes. La primera de ellas
ausencia, R.D.P., 1942, p. 85; El patrimonio del ausente, R.D.R, 1942, p. 369; D E CASTRO Y consiste en que todo el contenido de ese lazo o vínculo será fundamentalmente
BRAVO: Remuneración del representante legítimo del ausente, A.D.C., 1948, p. 100; PUIG F E - jurídico-político, quedando en la sombra el influjo que respecto del status de la
RRIOL; Cuestiones en torno al domicilio civil de las personas, R.D.R, 1978, p. 235; SERRANO persona pueda determinar. La segunda consecuencia consiste en que cada Estado
SERRANO: La ausencia en Derecho español, Madrid, 1943; Las declaraciones de ausencia y
o cada legislador puede a su arbitrio decidir cómo pura cuestión de Derecho posi-
fallecimiento, R.D.R, 1951, p. 285.
tivo quiénes son o quiénes le conviene que sean sus nacionales o subditos. Otra
dirección, en cambio, piensa que por encima y por debajo del Estado existe o pue-
de existir una realidad histórica, cultural y social llamada Nación, qué constituye
una auténtica comunidad natural de carácter orgánico, en razón de la unidad de
destino, de historia y de características culturales de sus componentes. La perte-
nencia a esta comunidad nacional no tiene que coincidir necesariamente con la

[257]
258 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) NACIONALIDAD 259
sumisión al Estado como organización política y no puede ser nunca arbitraria- II. LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES EN MATERIA
mente calificada por un Derecho positivo, sino que es una resultante sociológica DE NACIONALIDAD
condicionada por una serie de factores, como el linaje o el lugar de nacimiento, que .... : . . . . . . \
no se pueden desconocer. Con ello, la nacionalidad deja de ser un vínculo jurídico- En la tradición del siglo XIX, el régimen jurídico de la nacionalidad se encon-
político entre el Estado y sus subditos, y adquiere relieve como una condición o traba regulado en las Constituciones políticas y era, en puridad, un tema de Dere-
cualidad de la persona que impone en ésta su sello. cho Constitucional. Así ocurrió entre nosotros hasta la Constitución de 1876. En
el momento de redactarse la Ley de Bases de 1888, la base segunda ordenó, entre
El Tribunal Internacional de Justicia, en su decisión de 6 de abril de 1955 (asun-
to Nottebohm), dice: «Según la práctica de los Estados, las decisiones arbitrales y otras cosas, que la nacionalidad y la naturalización se regularan en el Código civil,
judiciales y las opiniones doctrinales, la nacionalidad es un vínculo jurídico que ajustándose a los preceptos constitucionales. Se siguió, como señaló MANRESA, el
tiene por fundamento un hecho social de relación; una solidaridad efectiva de exis- camino marcado por algunas legislaciones hispanoamericanas que, si bien se refe-
tencia, de intereses, de sentimientos, junto a una reciprocidad de derechos y debe- rían a la nacionalidad en la Constitución política, consagraban a esta materia un
res. Es, se puede decir, la expresión jurídica del hecho de que el individuo al que le
ha sido conferida, bien directamente por la ley; bien por un acto de autoridad, está título en el Código civil.
de hecho más estrechamente unido a la población del Estado que se la ha confe- Tras ello, las posteriores constituciones españolas se limitaron a establecer al-
rido, que a la de cualquier otro [...]. Conferida por un Estado, no le da título para gunas reglas fundamentales sobre nacionalidad dejando el desarrollo del régimen
el ejercicio de la protección [del nacional] respecto a otro Estado más que si cons- jurídico al Código, lo que tiene la ventaja de subrayar el relieve jurídico-privado
tituye la traducción en términos jurídicos de la relación del individuo considerado
con el Estado que le ha hecho su nacional.» que la materia tiene.
En la Constitución de 1978, la nacionalidad se regula en el Título I, que lleva
La nacionalidad es el estado civil fundamental de la persona, influyente en su por rúbrica «De los derechos y deberes fundamentales». La regulación constitu-
capacidad de obrar, pues de acuerdo con la nacionalidad se aplican las leyes relativas cional lo que hace básicamente es proclamar el principio de reserva de ley para la
a los derechos y deberes de familia, estado, condición y capacidad legal de la perso- adquisición, conservación y pérdida de la nacionalidad, de manera que no cabe
na y la sucesión por causa de muerte; es la ley nacional la reguladora de estas mate- regulación por otra fuente que no sea la ley; proscribir que un español de origen
rias para los españoles en el extranjero y para los extranjeros en España (art. 9.°1 del pueda ser sancionado con la pérdida de nacionalidad española como permitía la
Título Preliminar del Código civil). Sin embargo, la nacionalidad no es sólo un esta- legislación anterior y permitir el principio de la doble nacionalidad. Como conse-
do civil, posee ante todo un carácter constitucional y político evidente, aunque por cuencia de ello se dictó la Ley de 13 de julio de 1982, que reformó el Código civil
una tradición histórica se ubique su regulación en el Código civil. en ésta materia, que, a su vez, había sido objeto de una profunda reformada por
En el Derecho civil, la nacionalidad, se concibe como la «cualidad que infunde Ley de 15 de julio de 1954.
a una persona de hecho de pertenecer a una comunidad nacional organizada en La Ley 18/1990, de 17 de diciembre, volvió a reordenar la nacionalidad, siguien-
forma de Estado» ( D E CASTRO). También se ha dicho quedes un vínculo jurídico do la tradición histórica de modificar los preceptos del Código civil atinentes, sin
entre los individuos y nación respectiva, engendrador de derechos mutuos de carác- promulgar una ley específica. Reformas, no obstante, como veremos, que se han
ter público y privado, así como de los deberes relativos (S. de 10 de febrero de 1926). tenido que seguir introduciendo en los últimos años. La última es la producida por
En virtud del estado civil de nacional, se establece también una diferenciación la Ley 12/2015, de 24 de junio, de concesión de la nacionalidad española a los se-
entre nacional y extranjero. Es cierto que la mayor parte de los ordenamientos con- fardíes originarios de España.
temporáneos propenden hoy a la igualdad y a la no discriminación, y en este sen-
tido el artículo 27 de nuestro Código civil dice que los extranjeros gozan en Espa-
ña de los mismos derechos civiles que los españoles, salvo lo dispuesto en las leyes III. LOS PROBLEMAS JURÍDICO-POLÍTICOS EN MATERIA
especiales y en los tratados internacionales. Aunque las diferencias sean excepcio- DE NACIONALIDAD Y LAS SUCESIVAS REFORMAS
nales, sin embargo existen. Hay que recordar, por ejemplo, las leyes y reglamentos DEL CÓDIGO CIVIL EN LA MATERIA
especiales que establecen normas de carácter excepcional respecto de actos y nego-
cios jurídicos realizados por extranjeros (v. gr., la adquisición de fincas en deter- Los puntos centrales del régimen jurídico de nacionalidad no pueden ser regu-
minadas zonas estratégicas, inversiones de capital, etc.) o la exigencia administra- lados arbitrariamente, ni depender del mayor provecho que un Estado pueda ob-
tiva de permisos de residencia y de trabajo. tener de uno y otro sistema. No puede, sin embargo, discutirse el influjo que en la
260 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) NACIONALIDAD 261
regulación de la nacionalidad ejercen sobre todos los factores demográficos. Espa- estos últimos deben diferenciarse según que se trate de ciudadanos pertenecientes
ña fue, tradicionalmente, un país de emigrantes (emigración americana y europea) a la Unión Europea o a terceros países.
y ha pasado a convertirse en los últimos años en un país que experimenta de ma- La mayor parte de los ordenamientos contemporáneos propenden a la igualdad
nera muy clara los flujos migratorios procedentes de lo que tópicamente se conoce y a la práctica de la no discriminación y, en este sentido, el artículo 27 Ce. dice que
como Tercer Mundo. No puede olvidarse, tampoco, que constituyen territorio es- los «extranjeros gozan en España de los mismos derechos civiles que los españoles,
pañol las llamadas plazas de soberanía en el norte de África (Ceuta y Melilla) y salvo lo dispuesto en las leyes especiales y en los Tratados». Ello no obstante, al-
que la facilidad de los transportes y comunicaciones favorecen la presencia de in- gunos de los factores que antes se mencionan han impuesto la adopción de una
dividuos que, por razón de las actividades a las que se dedican, pueden resultar no Ley de extranjería, que condiciona la permanencia de los extranjeros en el territo-
deseables (terroristas, narcotraficantes, etc.). El hecho, además, de la pertenencia rio español a la obtención de un permiso de residencia y que faculta a las autori-
de España a la Unión Europea hace que nuestro país tenga que seguir en este pun- dades administrativas o judiciales para la expulsión de los extranjeros que no cum-
to las políticas generales de la Unión. plan las condiciones legales.
En los últimos años, como es bien sabido, en España, que se ha convertido en
un país de destino deflujosmigratorios procedentes de países americanos con los
que España ha tenido siempre raíces históricas y de personas procedentes del nor- V LOS FUNDAMENTOS POLÍTICOS DE LA NACIONALIDAD
te de África, la política de acogida de emigrantes, bajo ciertas condiciones, ha sido
favorecida por los gobiernos, en la medida en que respondía a necesidades econó- A) lUS SANGUINIS Y IUS SOLÍ
micas de nuestro país.
Todo ello ha provocado que la materia de la nacionalidad haya sido en los úl- Partiendo de la idea de que en el Derecho moderno la nacionalidad no es per-
timos años objeto de múltiples reformas, en las que algún influjo tiene el hecho de petua y que no hay, ni puede haber, ningún inconveniente técnico, ni político, para
que el Ministerio de Justicia sea el organismo de la Administración que se ocupa impedir los cambios de nacionalidad, pueden dibujarse dos modos o causas de
de la materia y que haya pretendido resolver a través del Código sus problemas adquisición: una adquisición originaria o automática, en virtud de la cual sefijaa
cotidianos, hasta convertirlo, en este punto, en una especie de reglamento. De esta una determinada persona una determinada nacionalidad desde el momento de su
sumisión de la regulación de la nacionalidad a un influjo constante reformista dan nacimiento; y unos modos subordinados o derivativos que se producen en virtud
fe las reformas introducidas en el Código por las Leyes de 15 de julio de 1954,2 de de los cambios o modificaciones. Los modos originarios obedecen a dos tipos de
mayo de 1975,13 de julio de 1982,17 de diciembre de 1990,2 de noviembre de 1995 criterios, que son: lá filiación o linaje (ius sanguinis) y el lugar de nacimiento (ius
y 8 de octubre de 2002. solí). De acuerdo con el primer criterio, la nacionalidad se adquiere como conse-
cuencia de lafiliacióncon independencia del lugar donde se nazca. Son españoles
los hijos de españoles cualquiera que sea el territorio donde hayan nacido. Con
IV LA NACIONALIDAD COMO ESTADO CIVIL DE LA PERSONA arreglo al segundo criterio, el factor determinante es el lugar del nacimiento con
independencia de la nacionalidad de los padres.
La nacionalidad es un estado (status civitatis), que influye en la capacidad de Se ha discutido cuál de estos dos factores debe preponderar y se ha señalado
obrar de la persona. De acuerdo con la nacionalidad se aplican las leyes relativas que, tanto en el orden individual como en el colectivo, la pertenencia a un grupo
a los derechos y deberes de familia, estado y condición de capacidad de las perso- nacional, la inserción en él y lá vinculación con él vienen dadas más por la filiación
nas y sucesión por causa de muerte. o el linaje que por el suelo en que se nazca. Sin embargo, es cierto también que es
Es la ley nacional la reguladora de estas materias para los españoles en el ex- completamente diferente la perspectiva del fenómeno en los países de emigración y
tranjero y para los extranjeros en España (art. 9 Ce). Como consecuencia de ser en los de inmigración. Los primeros tratan de mantener los vínculos con sus ciuda-
la nacionalidad un estado civil, las cuestiones relativas a ella quedan sometidas al danos de origen, mientras los segundos tratan de absorber a los pobladores. Se tra-
régimen general de las cuestiones del estado civil. Se trata de una materia de orden ta de una cuestión que no puede ser resuelta de forma teórica y que debe regularse
público que queda excluida de la autonomía privada (p. ej., no es válido un conve- de acuerdo con las convicciones imperantes en una sociedad o grupo social. España
nio por el cual una persona se obliga a cambiar de nacionalidad). En virtud de esta y la mayor parte de los países europeos occidentales adoptan un principio general
condición civil, se establece una diferencia entre nacionales y extranjeros. A su vez, de ius sanguinis junto con el reconocimiento de una serie de supuestos de ius soli.
V

262 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) NACIONALIDAD 263

B) LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA Y LAS RELACIONES no lo son, desconocida en nuestra tradición jurídica, ha adquirido una especial im-
DE DERECHO DE FAMILIA portancia por obra de la Constitución, que otorga a los españoles de origen un trata-
miento diferenciado. En efecto, el español de origen no puede ser privado de su na-
Señalaba DE CASTRO que uno de los temas que había suscitado más enconados cionalidad (art. 11.2 CE.) y puede naturalizarse en los países iberoamericanos y otros
debates en torno al régimen jurídico de la nacionalidad es el relativo a la relación que vinculados con España, sin perder la nacionalidad española (art. 11.3 CE.). Además,
deben guardar los vínculos familiares y la nacionalidad. En esta materia, caben tres se exige la condición de español de origen para ser tutor del Rey (art. 60.1 Ce).
concepciones diferentes. Con arreglo a una primera, debe concederse primacía al Es cierto, sin embargo, que estas diferencias no pueden extenderse a otros su-
vínculo familiar y al mantenimiento de la unidad jurídica de la familia, de manera puestos, yaque ello contravendría la interdicción de discriminación establecida por
que todos los miembros de ella ha de estar sometidos a las mismas leyes y formar el artículo 14 de la Constitución.
parte del mismo Estado. De acuerdo con una segunda idea, no es el interés familiar
sino el interés y la voluntad individuales los que deben respetarse, sin que tenga es-
pecial trascendencia que los miembros de una misma familia posean diferentes na- VIL LA ADQUISICIÓN ORIGINARIA DE LA NACIONALIDAD
cionalidades. Por último, una tercera dirección entiende que es el interés del Estado ESPAÑOLA POR FILIACIÓN
el que debe predominar sobre el interés individual y sobre los vínculos familiares.
a) En materia de matrimonio, la regla inicial del Código era que la mujer ex- Es el primero de los criterios utilizados por el artículo 17 C e , de acuerdo con
tranjera que contrajera matrimonio con español adquiríala nacionalidad española, el cual «son españoles de origen los nacidos de padre o madre españoles».
y la mujer española que contrajera matrimonio con extranjero adquiría la naciona- La atribución de nacionalidad puede venir tanto por vía paterna como por vía
lidad extranjera. Esta última solución fue, desde 1954, considerada insuficiente para materna, lo que es consecuencia del artículo 14 CE., que impide la discriminación
los casos en que la ley de nacionalidad del marido no otorgaba a la mujer la nacio- por razón de sexo que se produciría si la atribución de nacionalidad dependiera
nalidad de aquél, aunque de este modo no todos los problemas habían quedado sólo de uno de ellas.
resueltos, pues, con independencia de que la obligación de seguir la nacionalidad La atribución de la nacionalidad porfiliaciónes automática. Es independiente
del marido puede considerarse discriminatoria, se daba el caso de mujeres españolas del hecho de que lafiliaciónsea matrimonial o extramatrimonial y, según la opi-
casadas con extranjeros, que nunca habían salido de su país y a las que su condición nión que parece dominante,; no la determina lafiliacióncomo estado civil, sino
de extranjería les podía privar de cargos o empleos. Por eso, a partir de 1975, y más como condición derivada del hechofísicode la procreación. No se tiene en cuenta
acentuadamente después, se ha venido entendiendo que el matrimonio no influye el hecho de que la ley extranjera dellugar del nacimiento, o la del otro progenitor
por sí solo en la nacionalidad de los cónyuges. extranjero, le pueda atribuir una diferente nacionalidad.
b) Por lo que se refiere a los hijos sujetos a patria potestad, la regla tradicional
de unidad jurídica de la familia era que los hijos, mientras permanezcan bajo la pa- El dato de la nacionalidad del padre o de la madre queda referido por la ley al
momento del nacimiento. Por esta razón, no se aplica la regla del artículo 29 Ge.',
tria potestad, deban ostentar la misma nacionalidad que los padres. De esta suerte, según la cual al concebido se le tiene por nacido a todos los efectos que le sean
la naturalización se extendía a los hijos del naturalizado, y la pérdida de la naciona- favorables. Con independencia de que la nacionalidad española sea considerada
lidad española por un español se extendía también a los hijos sujetos a su potestad. como un efecto favorable, es claro que la ley se refiere a la nacionalidad de los pa-
En las últimas reformas, la regla de la unidad jurídica se ha roto en este punto. dres en el momento del nacimiento.
La adquisición de la nacionalidad por filiación es consecuencia del hecho de la
Según el artículo 8 de la Ley de Registro Civil de 1957: «En tanto no conste la
procreación y no de las relaciones jurídicas familiares. Han desaparecido también
extranjería de los padres, se presumen españoles los nacidos en territorio español
las reglas que extendían a los hijos sujetos a patria potestad la adquisición por na-
de padres también nacidos en España.>> Esta presunción fue establecida en la
turalización y la pérdida de la nacionalidad. L.R.C de 1957 para evitar una prueba diabólica en la adquisición de la naciona-
lidad por ius sanguinis1:
VI. LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA DE ORIGEN
1
Como ha señalado J. DÍEZ DEL CORRAL (Comentarios del Código Civil, Ministe- Sobre el carácter de presunción iuris tantum la nacionalidad española de su titular que
tiene el Documento Nacional de Identidad, con efectos muy limitados en esta materia, vid.
rio de Justicia, tomo I, p. 176), la distinción entre unos españoles de origen y otros que Resolución de 5 de septiembre de 1994.
264 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) NACIONALIDAD 265
VIII. LA ADQUISICIÓN DE LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA a la determinación del lugar de nacimiento, sino también a la determinación de
DE ORIGEN POR NACIMIENTO EN ESPAÑA la afiliación.

Los tres supuestos del artículo 17 C.c, constituyen aplicaciones del juego del
criterio del ius soli para atribuir la nacionalidad española de origen. IX. LA ADOPCIÓN Y LA ADQUISICIÓN DE LA NACIONALIDAD
1.° La doble generación de extranjeros nacidos en España.—Se trata de un ESPAÑOLA DE ORIGEN
supuesto introducido en el Código en la reforma de 1954 con la finalidad de que
no se perpetúen estirpes de extranjeros. Según el precepto legal, «son españoles de La adopción, como título para adquirir la nacionalidad española, ha plantea-
origen los nacidos en España de padres extranjeros si, al menos, uno de ellos hu- do siempre problemas toda vez que, admitida por el ordenamiento jurídico la adop-
biera nacido también en España». ción de mayores de edad, puede constituir un fácil instrumento para burlar otras
Pese a que la norma se refiere a «padres extranjeros», hay que interpretar, por disposiciones legales. Frente a ello, negar la virtualidad de la adopción cuando ésta
coherencia con el ius sanguinis, que el requisito legal lo mismo puede concurrir en es un modo legítimo de crear una relación defiliacióntampoco parece justo. Por
los dos que en uno de los progenitores. esta razón, el artículo 19 Ge., establece que «el extranjero menor de dieciocho años
El precepto excluye de la adquisición de nacionalidad a «los hijos de funciona- adoptado por un español adquiere, desde la adopción, la nacionalidad española
rio diplomático o consular acreditado en España». de origen», ya que se supone que la adopción de menores es aquella que configura
2.° La evitación de las situaciones de apatridia.—Se atribuye la nacionalidad mejor una auténtica relación de filiación.
española a los nacidos en España de padres extranjeros, si ambos carecieran de na- Él precepto exige que exista un adoptante español, por lo cual en la adopción
cionalidad o si la legislación de ninguno de ellos atribuye al hijo una nacionalidad. conjunta bastará que uno de los adoptantes sea español.
Se tiende con ello a conseguir el objetivo de la eliminación de los casos de apa- A los adoptados que sean mayores de dieciocho años, el artículo 19 no les otor-
tridia, pues, de acuerdo con los principios de la Declaración Universal de los De- ga automáticamente la nacionalidad española de origen. Les compete sólo la fa-
rechos Humanos (adoptada y proclamada por la 183.a Asamblea General de la cultad de optar en el plazo de dos años, a partir de la constitución de la adopción.
O.N.U., el 10 de diciembre de 1948), «toda persona tiene derecho a una nacionali-
dad»; y el Pacto Internacional de Derecho Civiles y Políticos, de 19 de diciembre
de 1966 (Instrumento de Ratificación de 13 abril de 1977, B.O.E. de 30 de abril), X. LA ADQUISICIÓN DERIVATIVA DE LA NACIONALIDAD
en su artículo 24.3 establece que «todo niño tiene derecho a adquirir una naciona- ESPAÑOLA
lidad».
3.° Lafiliaciónque no resulte determinada.-—Según el artículo 17 C.c, son Frente a los modos de adquisición originaria que determinan una atribución
españoles de origen los nacidos en España cuyafiliaciónno resulte determinada. de la nacionalidad española de origen desde el nacimiento (o desde la adopción),
Se trata de personas cuyos padres son ignorados realmente en el momento del na- los llamados modos derivativos significan una adquisición sobrevenida de la na-
cimiento, puesfiliaciónno determinada no puede considerarse comofiliaciónque cionalidad española por una persona que anteriormente había poseído una nacio-
no consta en el Registro Civil, porque no se requiere que lafiliaciónsea legal. nalidad distinta. Constituyen, por tanto, casos de adquisición por modificación o
Para favorecer la aplicación de este precepto en el mismo se establece que «se cambio de nacionalidad. En el sistema de nuestro Código civil, los modos deriva-
presumen nacidos en territorio español los menores de edad cuyo primer lugar co- tivos de adquisición son fundamentalmente dos: la opción de nacionalidad y la
nocido de estancia sea territorio español». naturalización.
La aplicación de las reglas de adquisición de la nacionalidad por nacimiento
en España supone, lógicamente, la determinación de este hecho, que podrá pro-
ducirse mediante cualquier tipo de pruebas. No obstante, según el incisofinaldel XI. LA ADQUISICIÓN DE LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA
artículo 17, si esta determinación se produce después de haber cumplido la perso- EN VIRTUD DE OPCIÓN
na dieciocho años, no se adquiere la nacionalidad española de origen, sino un
«derecho a optar por la nacionalidad española de origen» en el plazo de dos años La opción es un beneficio o facultad que la ley española otorga a determina-
a contar desde aquella determinación. El precepto citado se refiere, pues, no sólo dos extranjeros cuando éstos se encuentran en unas ciertas condiciones, permi-
266 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) NACIONALIDAD 267
tiéndoles adquirir una nacionalidad española mediante una declaración unilateral B) LA LEGITIMACIÓN PARA EL EJERCICIO DE LA OPCIÓN
de voluntad.
En la tradición histórica se consideraba que el ejercicio de la facultad de op-
La concesión de una facultad de optar por la nacionalidad aparece histórica- ción era un acto personalísimo que sólo podía realizar el interesado, lo cual oca-
mente, como recuerda DE CASTRO, en el Derecho francés, donde fue una fórmula sionaba evidentes dificultades en relación con los menores de edad y con los in-
transaccional entre los partidarios de atribuir la nacionalidad a todos los indivi- capacitados porque el carácter personalísimo hacía imposible el ejercicio de la
duos nacidos en el territorio (que era la opinión del Primer Cónsul, deseoso sin facultad de opción por representación.
duda de incrementar el número de sus soldados) y los enemigos de tal sistema que
lo consideraban como una reminiscencia feudal. En nuestro país se introdujo por No obstante, esta última posibilidad fue admitida ya en alguna de las sucesivas
primera vez la opción de nacionalidad en la Constitución del año 1837, de donde reformas del artículo 20 y éste la prevé ahora como una de las modalidades de ejer-
pasó más tarde en la Ley del Registro Civil de 1870 y fue,finalmente,recogida en cicio que contiene. Según dicho precepto, la declaración de opción se formulará:
el Código civil. a) por el representante legal del menor de catorce años o incapacitado. En este caso
Tradicionalmente, se ha entendido que opción es una facultad de adquirir la
nacionalidad que se atribuye a determinados subditosextranjeros. la opción requiere autorización del encargado del Registro Civil del domicilio del
declarante, previo dictamen del Ministerio Fiscal. Dicha autorización se concede-
rá en interés del menor o incapacitado; b) por el propio interesado asistido por su
A) LOS BENEFICIARIOS DE LA OPCIÓN DE NACIONALIDAD
representante legal, cuando aquél sea mayor de catorce años o cuando, aun estan-
do incapacitado, así lo permita la sentencia de incapacitación; c) por el propio in-
De acuerdo con el artículo 20 C.c, tras la reforma introducida por la Ley 36/2002, teresado, si está emancipado o es mayor de dieciocho años.
de 8 de octubre, son los siguientes:
l.° Las personas que estén o hayan estado sujetas a la patria potestad de un C) PLAZO DE EJERCICIO O DE LA OPCIÓN
español.
Basta que esta situación se haya dado en cualquier momento5 aunque no sub- Tradicionalmente la facultad de opción se ha encontrado sujeta a un plazo de
sista en aquel en que la opción se ejercita; y es aplicable a los hijos sujetos a la pa- ejercicio que la ley considera como plazo de caducidad.
tria potestad de un extranjero cuando éste adquiera la nacionalidad española de Tras la reforma introducida por la Ley 36/2002, de 8 de octubre, esta regla se
un modo sobrevenido. ha matizado. El artículo 20.3 dice ahora que el ejercicio del derecho de opción no
2.° Las personas cuyo padre o madre hubiera sido originariamente español y está sujeto a ningún límite de edad en el caso del apartado \.b)\ es decir, cuando lo
nacido en España. ejerciten aquellas personas cuyo padre o madre hubiera sido originariamente es-
Se trata de favorecer la posibilidad de adquisición de la nacionalidad española pañol y nacido en España.
cuando existe en la familia un origen español, aunque limitado a primera genera- En los demás casos, los plazos del ejercicio del derecho de opción establecidos
ción (originariamente españoles y nacidos en España). en el artículo 20 son los siguientes:
3.° Las personas comprendidas en el segundo apartado de los artículos 17 y 1.° Cuando la facultad de opción la ejercita el interesado por sí solo, la opción
19, que son: caduca cuando cumple veinte años de edad, pero, si el optante no estuviera eman-
cipado según su ley personal al llegar a los dieciocho años, el plazo se prolongará
a) Las personas cuya filiación o nacimiento en España se determine después
hasta que transcurran dos años desde la emancipación.
de haber cumplido los dieciocho años.
2.° Cuando la ejercite el interesado por sí solo como consecuencia de la recu-
b) El extranjero adoptado por un español después de haber llegado a la ma- peración de lá plena capacidad, el plazo es de dos años a partir del mencionado
yoría de edad. momento, salvo que haya caducado el derecho de opción conforme a lo dispuesto
La Ley 52/2007, de 26 de diciembre, llamada usualmente Ley de la Memoria en el párrafo anterior.
Histórica, ha concedido un derecho de opción a las personas cuyo padre o madre Por lo demás, no existe una regla expresa que establezca la caducidad de la op-
hubiese sido originariamente español, y a los nietos de quienes perdieron o tuvieron ción cuando se ejercite por representantes legales o con su asistencia. Se supone
que renunciar a la nacionalidad española como consecuencia del exilio. En la propia que, en tales casos, la caducidad se cuenta desde el momento de cesación de la re-
ley se señala el plazo de ejecución que se ha ido prorrogando en sucesivas reformas. presentación legal.
268 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) NACIONALIDAD 269
XII. LA NATURALIZACIÓN Según el artículo 22 C.c, la residencia ha de ser legal, continuada e inmediata-
mente anterior a la petición.
Se denomina «naturalización» la adquisición de la nacionalidad española que se El requisito del carácter legal de la residencia significa que ésta no es una situa-
realiza en virtud de una concesión del Estado español. Reviste dos formas: la carta ción meramente fáctica, sino que el extranjero debe haber cumplido los requisitos
de naturaleza y la adquisición de nacionalidad por residencia en España durante el establecidos en las leyes para entrar en el territorio español y establecerse en él.
tiempo marcado leglamente. En ambos casos, la naturalización exige una petición o El carácter continuado de la residencia no queda excluido por la existencia de
solicitud, cuya tramitación se regula en la legislación del Registro Civil2. ocasionales viajes fuera de España que no interrumpan la presencia real ofísicadel
extranjero en España. Esta afirmación de la sentencia del Tribunal Supremo de 19
de octubre de 1978 ha sido aceptada por la doctrina y por las resoluciones de la Di-
A) LA CARTA DE NATURALEZA rección General de los Registros y del Notariado, por entender que permite ponde-
rar equitativamente las circunstancias de cada caso. Permite, igualmente, valorar las
En las primeras redacciones del Código civil se trataba de un privilegio conce-
interrupciones con mayor o menor rigor según el alcance de los plazos.
dido por el Jefe del Estado como consecuencia del hecho de haber prestado el in-
teresado especiales servicios al arte, la cultura o la economía nacionales. b) Plazo.—El artículo 22 establece tres tipos de plazos de la residencia, uno
de carácter general y dos especiales.
Tras la reforma de 1982 la carta de naturaleza es otorgada por el Gobierno me-
a) El plazo general es de diez años.
diante Real Decreto y se concede con carácter discrecional cuando en el interesado
concurren circunstancias excepcionales a petición del mismo (art. 21.1 C.c). b) El plazo es de cinco años para los que hayan obtenido la «condición de
refugiado». Sobre dicha condición se estará a lo dispuesto en la normativa legal
reguladora del derecho de asilo.
B) LA ADQUISICIÓN POR RESIDENCIA3 Se trata de un compromiso internacional, ya que España ratificó la Convención
de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, de 28 de julio de 1951 (B. O.E. de
En la tradición jurídica a que responden las primitivas redacciones del Código, 21 de octubre de 1978).
el hecho de «ganar vecindad» unido al arraigo del interesado en el territorio espa- c) Se exige un tiempo de dos años cuando se trate de nacionales de origen de
ñol atribuía el derecho a adquirir la nacionalidad. El fenómeno de la inmigración países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal o de se-
y sus secuelas obligaron, a partir de 1982, al Estado a reservarse la facultad de se- fardíes.
leccionar a los candidatos a este modo de adquisición de nacionalidad, de suerte El trato de favor a los países iberoamericanos apareció en la reforma de 1954
que, en la actualidad, no se trata de un auténtico derecho de adquisición por el y se extendió en 1982 a los nacionales de origen de Andorra, Filipinas, Guinea
hecho de la residencia continuada, sino que es una concesión del Estado. Ecuatorial y Portugal, por considerar que España mantiene con esos países víncu-
En la última reforma por Ley 36/2002, de 8 de octubre, se exige que el intere- los muy estrechos.
sado justifique en el expediente administrativo buena conducta y suficiente grado En la reforma de 1982 se incluyó a los sefardíes dentro del plazo de dos años,
de integración en la sociedad española, dejando también abierta, frente a la dene- porque se trataba de mantener los vínculos de España con los descendientes de las
gación, la vía contencioso-administrativa (art. 22.4). familias expulsadas de nuestro país en tiempo de los Reyes Católicos. En la actuali-
dad los sefardíes son objeto de especial consideración, como veremos a continuación.
a) La residencia y sus requisitos.—El presupuesto fundamental de la solicitud d) Se establece el plazo de un año en una serie de supuestos en que, como se-
es el tiempo de residencia que consiste en el hecho de vivir o morar en el territorio ñalaba DÍEZ DEL CORRAL, el punto de conexión es revelador de una especialísima
español. Se trata de un requisito que no puede ser dispensado graciablemente. vinculación con España. Este plazo de residencia se exige para los siguientes casos:
1.° El que haya nacido en territorio español.
2
Sobre concesión de la nacionalidad española de origen a hijos y nietos de exiliados 2.° El que (disponiendo por la facultad de optar por la nacionalidad españo-
españoles por la guerra civil en un determinado plazo, ampliado por sucesivas disposiciones la) no la hubiese ejercitado oportunamente.
administrativas, vid. Disp. Adic. 7.a ¿e la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, y Disp. Final 6.a 3.° El que haya estado sujeto legalmente a la tutela, la guarda o el acogimien-
de la Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil.
3
Para las cuestiones que puedan surgir sobre el concepto de residencia habrá que acudir to de un ciudadano español o de instituciones españolas durante dos años conse-
a la legislación sobre extranjería. cutivos, incluso si continuara en esta situación en el momento de la solicitud.
270 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) NACIONALIDAD 271

4.° El que al tiempo de solicitud llevara un año casado con español o españo- XIV. LOS REQUISITOS COMUNES A TODAS LAS ADQUISICIONES
la y no estuviese separado legalmente o de hecho. A estos efectos se entenderá que DERIVATIVAS
tiene residencia legal en España el cónyuge que conviva con funcionario diplomá-
tico o consular español acreditado en el extranjero. El artículo 23 Ce. impone unos requisitos que son comunes a todas las ad-
5.° El viudo o viuda de español o española si a la muerte del cónyuge no exis- quisiciones derivativas y que se aplican, por tanto, según expresamente señala el
tiera separación legal o de hecho. precepto legal, a la adquisición por opción, a la carta de naturaleza o residencia
6.° El nacido fuera de España de padre, madre, abuela o abuelo que origina- por residencia. El precepto dice, además, que son requisitos de validez de suerte
que hay que atribuirles carácter constitutivo, por lo que su carencia impide la
riamente hubieran sido españoles. adquisición.
Estos requisitos son tres:
XIII. LOS SEFARDÍES Y LA ADQUISICIÓN DE LA NACIONALIDAD 1.° El juramento o promesa defidelidadal Rey y de obediencia a la Consti-
ESPAÑOLA tución y a las leyes.
El Código lo impone a todas las personas que sean mayores de catorce años y
La Ley 12/2015, de 24 de junio, en materia de concesión de la nacionalidad es- capaces de prestar una declaración. En consecuencia, no lo han de prestar los me-
pañola a los sefardíes originarios de España, les da un trato privilegiado que se nores o incapacitados, por ser tal declaración o juramento de carácter personalísi-
explica ampliamente en la Exposición de Motivos de dicha Ley 12/2015. mo. Tampoco parece necesario esperar a que los menores cumplan catorce años.
Ya hemos visto que desde la reforma de la nacionalidad por Ley 36/2002, de 8 2.° La renuncia de la nacionalidad anterior. Se trata de un requisito de carác-
de octubre, se exigió para la concesión de la nacionalidad por residencia en Espa- ter formal porque es independiente de los efectos que de acuerdo con la anterior
ña que ésta fuese de dos años. ley personal del renunciante pudiera desplegar.
Ahora, la Ley 12/2015 quiere abordar de una forma específica la situación de El Código deja a salvo de este requisito a los naturales de los países de Ando-
los judíos llamados sefardíes. La Exposición de Motivos de dicha Ley dice que son rra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y Portugal, por considerar que respecto de ellos
«los judíos que vivieron en la Península Ibérica, y, en particular a sus descendien- es admisible en términos generales la doble nacionalidad4 y a los sefardíes origina-
tes, aquellos que tras los Edictos de 1492 que compelían a la conversión forzosa o rios de España.
a la expulsión tomaron esta drástica medida». 3.° La inscripción de la adquisición en el Registro Civil.
El artículo 1.1 de la susodicha Ley 12/2015 dispone: «A los efectos previstos en Por su parte, el artículo 68 de la Ley el Registro Civil de 2011 dice en su apar-
el apartado 1 del artículo 21 del Código civil, en cuanto a las circunstancias excep- tado 1 que las inscripciones de adquisición de la nacionalidad por residencia, car-
cionales que se exigen para adquirir la nacionalidad española por carta de natura- ta de naturaleza y opción tendrán carácter constitutivo.
leza, se entiende que tales circunstancias concurren en los sefardíes originarios de
España que prueben dicha condición y una especial vinculación con España, aun
cuando no tengan residencia legal en nuestro país». XV LA NULIDAD DE LA ADQUISICIÓN DE LA NACIONALIDAD
La Ley regula el modo de acreditar la condición de sefardí originario de Es-
paña y su especial vinculación con ella, que además de las pruebas para ello dis- La adquisición de la nacionalidad es nula cuando no han concurrido los ele-
puestas en la propia Ley, exigirá (la especial vinculación con España) la supera- mentos establecidos en el supuesto de hecho de las normas o cuando sea nulo el
ción de las pruebas, que se detalla minuciosamente (art. 1.2.3.4.5). También se título en virtud del cual la nacionalidad resulte atribuida (p. ej., nulidad de la adop-
regula el procedimiento de concesión de la nacionalidad española (art. 2), el pla- ción). En todos estos casos, aunque la ley no lo dice expresamente, se deduce de
zo de ejercicio para la concesión (Disps. Adics. 1.a y 3.a) y la nueva redacción que ella que, como ocurre por regla general en las materias de Derecho civil, pueden
se da al artículo 23 del Código civil, de la que nos ocupamos a continuación, con- darse acciones declarativas (o de declaración negativa) y acciones de impugnación.
sistente en no exigir del solicitante la renuncia a la nacionalidad que tuviera an-
teriormente. 4
También quedan exentos los voluntarios integrantes de las Brigadas Internacionales en
Posteriormente se han dado diversas disposiciones administrativas en desarro- la guerra civil (1936-1939) a los que se concedió la nacionalidad española (art. 17 Ley 52/2007,
de 26 de diciembre).
llo de la Ley 12/2015.
272 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) NACIONALIDAD 273
Un supuesto especial se encuentra contemplado en el artículo 25.2 C.c, según adquisición, sino una limitación de los efectos de la declaración de nulidad o de la
el cual la adquisición de la nacionalidad española puede impugnarse si el interesa- anulación del título, pues no afectará a la nacionalidad española consolidada.
do hubiera incurrido en falsedad, ocultación o fraude.
En tales casos, el precepto ordena que la acción de nulidad se ejercite por el
Ministerio Fiscal de oficio o en virtud de denuncia, lo que debe entenderse como XVII. LA PÉRDIDA DE LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA
una obligación ex lege del Ministerio Fiscal y no como una exclusión de la legiti-
mación de quienes tengan un interés legítimo para demandar ellos tal nulidad. Este La nacionalidad española no es un estado civil o una condición personal que
tipo de acciones queda sujeto a un plazo de caducidad de quince años. deba considerarse perpetuo e inalterable. El hecho de que la persona tenga derecho
La nulidad de la adquisición sólo se produce cuando ha recaído sentencia fir- a un libre desarrollo de su personalidad (art. 10 CE.), le debe consentir la adqui-
me. La nulidad de la adquisición no produce efectos perjudiciales para terceros que sición voluntaria de otra nacionalidad. Tampoco existe inconveniente para que, en
sean de buena fe. determinados casos, la legislación del Estado español pueda imponer la sanción de
la pérdida de nacionalidad, ya que el artículo 11.2 de la Constitución sólo prohibe
que los españoles de origen puedan ser sancionados con aquella privación.
XVI. LA POSESIÓN CONTINUADA DE LA NACIONALIDAD Las causas de pérdida de nacionalidad española se encuentran reguladas en los
ESPAÑOLA artículos 24 y 25 C.c. Su inscripción en el Registro Civil tiene carácter meramente
declarativo (art. 68 L.R.C. de 2011).
Según el artículo 18 C.c, «la posesión y utilización continuada de la naciona-
lidad española durante diez años, con buen fe y basada en un título inscrito en el
Registro Civil, es causa de consolidación de la nacionalidad, aunque se anule el A) LA PÉRDIDA POR ADQUISICIÓN DE OTRA NACIONALIDAD
título que la originó».
Se trata de una norma introducida en el Código en la reforma de la nacionali- Según el artículo 24.1 C.c., «pierden la nacionalidad española los emancipados
dad de 1990. Con ella, se ha tratado de evitar una automática eficacia retroactiva que, residiendo habitualmente en el extranjero, adquieran voluntariamente otra
de nulidad de la adquisición de la nacionalidad española, poseída iure sanguinis o nacionalidad o utilicen exclusivamente la nacionalidad extranjera que tuvieran
iure soli, por nulidad del título de atribución. Por ejemplo, en los casos del artícu- atribuida antes de la emancipación».
lo 17 no existía lafiliaciónque había servido de base para considerar existente una La aplicación de este precepto requiere la concurrencia de dos requisitos indis-
nacionalidad española o no se daban las condiciones para haberla adquirido por pensables:
nacimiento en el territorio. 1.° La mayoría de edad o emancipación.
Para que entre enjuego lo dispuesto en el artículo 18, se exige que la naciona-
lidad española haya sido poseída y utilizada por el interesado. De esta suerte, no La regla no se aplica a los menores de edad, que no siguen, en este punto, la
condición del progenitor que ejerza la patria potestad, si éste pierde la nacionali-
se exige sólo la posesión como posesión del estado civil, que puede derivar de he- dad española.
chos ajenos al interesado (por ejemplo, la consideración social), sino también la
utilización, que es una conducta activa y personal del sujeto que ha ejercido los 2.° La residencia habitual en el extranjero.
derechos y cumplido los deberes que la condición de español comporta.
La consolidación exige una duración de diez años de la posesión y utilización; La aplicación de la regla exige una suerte de desarraigo y se entiende que no
la buena fe, es decir, la ignorancia sobre la existencia de las causas de anulación y puede perderse la nacionalidad española si se continúa residiendo en España.
la existencia de un título inscrito en el Registro Civil (que funde tanto la buena fe
como la posesión). La inscripción no se refiere lógicamente a la nacionalidad, sino Además, se ha de producir la adquisición voluntaria de la nacionalidad extran-
al hecho que la provocó. jera o la utilización exclusiva de la nacionalidad extranjera que tuvieran atribuida
La Exposición de Motivos de la Ley de 1990 entendió que se había introducido antes de la emancipación.
una nueva forma de adquisición de la nacionalidad española en virtud de la pose- Quedan fuera de la previsión de la norma los supuestos en que la nacionalidad
sión del estado civil. Sin embargo, debe entenderse que no hay una nueva forma de extranjera venga impuesta imperativamente por la aplicación de normas extranjeras.
274 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) NACIONALIDAD 275
El artículo 24 somete la pérdida de la nacionalidad española a un plazo. La los supuestos que recoge el artículo 25 C e , que pueden colocarse dentro de un
pérdida se produce «una vez que transcurran tres años a contar respectivamente epígrafe como el que nosotros hemos utilizado, se refieren exclusivamente a espa-
desde la adquisición de la nacionalidad extranjera o desde la emancipación». Se ñoles que no reúnan aquella condición. Estas causas de pérdida de la nacionalidad
trata de un plazo que no presenta una explicación clara y trata, probablemente, de española para españoles que no lo sean de origen son las siguientes:
paliar la situación de los emigrantes y de los hijos de emigrantes. 1) Cuando durante el período de tres años utiliza exclusivamente la naciona-
La adquisición de la nacionalidad de países iberoamericanos, Andorra, Filipi- lidad a la que hubiera declarado renunciar al adquirir la nacionalidad española.
nas, Guinea Ecuatorial o Portugal no es bastante para producir conforme a las 2) Cuando entren voluntariamente al servicio de las armas o ejerzan cargo
reglas antes señaladas, la pérdida de la nacionalidad española de origen (art. 24.1.2). político en un Estado extranjero contra la prohibición expresa del Gobierno.
Dice DIEZ DEL CORRAL que esta causa de pérdida no puede tildarse de «pri-
vación», prohibido por el artículo 11.2 CE. para los españoles de origen. La pri-
vación ha de entenderse limitada a los casos de sanción judicial o administrativa, XVIII. LA RECUPERACIÓN DE LA NACIONALIDAD
pero no a las consecuencias que el legislador español deriva del hecho de que los
ciudadanos tengan otra nacionalidad. Como señalaba MUCIUS SCAEVOLA recogiendo una frase de BOULAY, quien
ha sido ciudadano nacional en un momento anterior, debe ser libre para recobrar
aquella nacionalidad a la que renunció. El que esto desee no debe ser considerado
B) LA RENUNCIA EXPRESA DE LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA como un extranjero, sino como un hijo que vuelve al seno de su familia. Sobre esta
base ha sido tradicional la facilitación de la recuperación de la nacionalidad por
El artículo 24.2 C.c. dice que «en todo caso pierden la nacionalidad española
quienes en un momento anterior la habían poseído. Sin embargo, el Código con-
los españoles emancipados que renuncien expresamente a ella, si tienen otra nacio- dicionaba la recuperación a un nuevo arraigo en el territorio español, aunque este
nalidad y residen habitualmente en el extranjero». requisito había sido objeto de alguna crítica por parte de los comentaristas. El an-
Se trata de una fórmula de cierre, que funciona en aquellos casos en que no tes citado M. SCAEVOLA, que se declaraba abiertamente contrario a la exigencia
entren claramente enjuego las previsiones de los apartados anteriores. legal, señalaba que puede ocurrir que una persona descendiente de españoles tenga
interés en el país donde viva, sin que le sea posible abandonarlo y que se le pone
C) LA FALTA DE DECLARACIÓN DE LA VOLUNTAD DE CONSERVAR
en el duro trance de elegir entre satisfacer su deseo de recuperar su condición de
español o abandonar las actividades a que se venía dedicando, muchas veces con
LA NACIONALIDAD EN LA SEGUNDA GENERACIÓN
notable acierto. El problema se ha acentuado cuando quienes quieren recuperar la
DE ESPAÑOLES NACIDOS EN EL EXTRANJERO
nacionalidad española han sido emigrantes o hijos de emigrantes para quienes el
De acuerdo con el apartado 3 del artículo 24 C.c, pierden la nacionalidad espa- retorno puede ser extraordinariamente difícil. Estos problemas han determinado
ñola los que habiendo nacido y residido en el extranjero ostenten la nacionalidad que el artículo 26 C.c, que es el que establece el régimen jurídico de la recuperación
española por ser hijos de padre o madre españoles nacidos en el extranjero, cuando de la nacionalidad española, haya sido innumerables veces retocado.
las leyes del país donde residan les atribuya la nacionalidad del mismo «si no decla- De acuerdo con este artículo, quien haya perdido nacionalidad española podrá
ran su voluntad de conservar la nacionalidad española ante el encargado del Registro recuperarla cumpliendo los requisitos que a continuación se mencionan.
Civil en el plazo de tres años, a contar desde su mayoría de edad o emancipación». El precepto se refiere a quien haya perdido la nacionalidad española y aplica el
Tanto en estos supuestos como en los recogidos anteriormente, no se perderá mismo régimen a los que fueron nacionales de origen o a los que habían adquirido
la nacionalidad española si España se hallare en guerra (art. 24.4). la nacionalidad española por vía derivativa.
Los requisitos de la recuperación son los siguientes:
1.° La residencia legal en España. La tradicional exigencia del retorno y del
D) LA PÉRDIDA DE NACIONALIDAD POR VÍA DE SANCIÓN nuevo arraigo se sustituye por la residencia legal, lo que, como en los casos de ad-
quisición derivativa, significa haber cumplido los requisitos establecidos por la le-
Hemos citado ya varias veces el artículo 11 de la Constitución, según el cual gislación de extranjería para la entrada del territorio español y para la permanen-
ningún español de origen puede ser privado de la nacionalidad española. Por eso, cia en él.
276 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)

Este requisito no se aplica a los emigrantes, ni a los hijos de emigrantes, quienes


lógicamente habrán de acreditar esta condición. En los demás casos el requisito es
dispensable por el Ministerio de Justicia cuando concurran circunstancias excep-
cionales.
2.° La declaración de voluntad de recuperación de la nacionalidad española.
18, LA VECINDAD CIVIL
Se realiza ante el encargado del Registro Civil.
3.° La inscripción de la recuperación en el Registro Civil, que poseerá carác-
ter constitutivo (art. 68. L.R.C. de 2011). I. CONCEPTO DE VECINDAD CIVIL Y DIFERENCIA
En todo caso ha de tenerse en cuenta que no podrán recuperar o adquirir, en su CON OTROS ANÁLOGOS
caso, la nacionalidad española sin previa habilitación concedida discrecionalmente
por el gobierno, los españoles que no lo sean de origen incursos en cualquiera de Es un hecho la diversidad normativa civil que acontece en España. Se impone,
los supuestos previstos en el artículo 25, de pérdida de la nacionalidad (art. 26.2). por tanto, la tarea ineludible de precisar qué españoles están sometidos al Derecho
común y cuáles a las normas del Derecho foral o especial, lo que se hace atendien-
do a la vecindad civil.
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA Esta finalidad de la vecindad está reconocida en el actual artículo 14.1 del Tí-
Comentarios a las reformas de nacionalidad y tutela, Ed. Tecnos, Madrid, 1986; DÍEZ DEL tulo Preliminar, a cuyo tenor «La sujeción al derecho civil común o al especial o
CORRAL, en Comentario del Código civil, t. 1, Ministerio de Justicia, Madrid, 1991; DÍAZ foral se determina por la vecindad civil»1.
GARCÍA: La reforma de la nacionalidad, Madrid, 1991. Concepto distinto de la vecindad civil es el de «condición política» que pueden
tener los ciudadanos de las Comunidades Autónomas, en las que se vertebra el Es^
tado español a partir de la Constitución de 1978. Los diferentes Estatutos de Au-
tonomía definen quienes tienen aquella «condición política» a efectos sólo del goce
de los derechos políticos que determinan tales Estatutos, que se asienta sobre la
vecindad puramente administrativa. Por tanto, la vecindad civil supone un status
civil que determina el sometimiento de la persona a uno de los ordenamientos ci-
viles existentes en España, mientras la condición política de miembro de una Co-
munidad Autónoma configura un status político.
Por último, también ha de diferenciarse la vecindad civil de la vecindad admi-
nistrativa, pues ésta designa simplemente quién es habitante de un Municipio o
vecino del mismo.

II. ADQUISICIÓN ORIGINARIA DE LA VECINDAD CIVIL

Regula esta materia el citado artículo 14, que sirve tanto para la vecindad co-
mún (sometidos al Derecho civil común) como para la foral o especial (sometidos

1
El Tribunal Constitucional (S. 156/1993, de 6 de mayo) dice que es de competencia es-
tatal y no de las Comunidades Autónomas su regulación, y que está fuera de la autonomía
de la voluntad (STS de 14 de septiembre de 2009).

[277]
278 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA VECINDAD CIVIL 279

al Derecho foral o especial). Según la Exposición de Motivos del Decreto de 31 de ejerza o le haya sido atribuida la patria potestad, determinar la vecindad civil del
mayo de 1974, que aprobó con fuerza de ley el texto articulado del Título Prelimi- hijo dentro de los seis meses siguientes al nacimiento o adopción (art. 14.3, párra-
nar del Código civil, «son tratados con recíproca equivalencia los diversos regíme- fo 2.°). En caso de desacuerdo entre ambos progenitores, se impondrá el recurso al
nes jurídicos coexistentes». La Ley 11/1990, de 15 de octubre, ha vuelto a reformar juez (art. 156).
el artículo 14 para «eliminar las discriminaciones que por razón de sexo aún per-
duran en la legislación civil y perfeccionan el desarrollo normativo del principio de
igualdad» (Exposición de Motivos). III. LA VECINDAD CIVIL Y EL PRINCIPIO DE UNIDAD JURÍDICA
A continuación, el artículo 14 vafijandoimperativamente las siguientes causas DE LA FAMILIA
de adquisición originaria de la vecindad.
La Ley 11/1990, de 15 de octubre, ha seguido la misma línea que en la regula-
ción de la nacionalidad, declarando que el cambio de vecindad por los padres, o el
A) POR IUS SANGUINIS
hecho de que sean privados o suspendidos en el ejercicio de la patria potestad, no
«Tienen vecindad civil en territorio de derecho común, o en uno de los de dere- afecta a la vecindad civil de los hijos (art. 14.3, p. 3.°). Tampoco el matrimonio al-
cho especial o foral, los nacidos de padres que tengan tal vecindad. Por la adop- tera por sí mismo la vecindad civil (art. 14.4). Así pues, no existe el principio de
ción, el adoptado no emancipado adquiere la vecindad civil de los adoptantes» unidad jurídica que la famiüa seguía hasta la citada Ley.
(art. 14.2). La norma parte de la base de que ambos padres tienen la misma vecin-
dad, cualquiera que sea el modo de adquisición.
Si no tienen la misma vecindad al nacer el hijo o al ser adoptado, tendrá éste IV. LA OPCIÓN COMO MEDIO DE ADQUISICIÓN
la vecindad de aquel progenitor respecto del cual la filiación se haya determinado DE LA VECINDAD CIVIL
antes —por ejemplo, en lafiliaciónno matrimonial el que primero lo haya recono-
cido— (art. 14.3). El hijo, desde que cumpla catorce años y hasta que transcurra un año después
de su emancipación, podrá optar bien por la vecindad civil del lugar de su naci-
miento, bien por leí última vecindad de cualquiera de sus padres. Si no estuviere
B) POR IUSSOLÍ emancipado, habrá de ser asistido por su representante legal (art. 14.3, párrafo 4.°).
En los casos de diversas vecindades de los progenitores en los que no pueda El ejercicio de la opción se produce por la correspondiente declaración ante el en-
cargado del Registro Civil (arts. 225 a 231 R.R.C.).
aplicarse la atribución prioritaria al nacido de la de uno de ellos, la regla es la atri-
bución de la del lugar de nacimiento (art. 14.3). Por su colocación sistemática y por las palabras utilizadas («[...] por la última
vecindad de cualquiera de sus padres»), el precepto parece aplicable sólo en el su-
puesto de que, al nacer, los padres ostenten distinta vecindad.
C) POR APLICACIÓN DE LA REGLA FAVORABLE A LA VECINDAD COMÚN También tiene opción para adquirir la vecindad civil del otro cónyuge cualquie-
ra de ellos, siempre que no estén separados, ya legalmente, ya de hecho (art. 14.4).
Cuando no puedan entrar en juego las reglas de la atribución de la vecindad La norma legal preceptúa que la opción puede ejercitarse en todo momento.
por aplicación del ius sanguinis o ius soli, se atribuye al nacido la vecindad de De-
recho común (art. 14.3). Es una regla subsidiaria que hace de mejor condición al
Derecho civil común frente al foral o especial, aunque no es fácil encontrar para el V. LA ADQUISICIÓN DE LA VECINDAD POR RESIDENCIA
caso otro criterio objetivo más correcto.
La vecindad civil se adquiere, de acuerdo con el artículo 14.5:
D) POR ATRIBUCIÓN DE LOS PADRES 1.° Por residencia continuada durante dos años, siempre que el interesado
manifieste ser esa su voluntad.
Si los padres tienen distinta vecindad, la normativa legal expuesta con anterio- 2.° Por residencia continuada de diez años sin declaración de voluntad en
ridad no es imperativa, pues tiene como excepción el permitir a los padres, o al que contrario durante ese plazo.
280 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA VECINDAD CIVIL 281
Ambas declaraciones se harán constar en el Registro Civil y no necesitan ser La opción deberá realizarse al inscribir la adquisición de la nacionalidad en el
reiteradas. En realidad, hay una declaración de voluntad: la de querer ganar la ve- Registro Civil español, y se formulará, atendiendo a la capacidad del interesado para
cindad. Otra, la voluntad en contra de esa adquisición. Debe de entenderse que la adquirir la nacionalidad, por el propio optante, por sí o asistido del representante
no reiteración se refiere a la segunda declaración, pese a seguir residiendo en el legal, o por este último. Cuando la adquisición de la nacionalidad se haga por de-
mismo lugar. Por eso, si se cambia éste, en nada puede afectar la declaración que claración o a petición del representante legal, la autorización necesaria «deberá
se hizo (en el segundo sentido); puede adquirirse la vecindad correspondiente a la determinar la vecindad civil por la que se ha de optar» (art. 15.1, párrafo último).
nueva residencia, o sea, vuelven a contarse los plazos legales. Se establece un régimen específico cuando se adquiere la nacionalidad por car-
ta de naturaleza. Es el propio Real Decreto de concesión (discrecional, como sabe-
El artículo 225 R.R.C. de la Ley del Registro Civil de 1957 estimó que la resi-
dencia había de ser la habitual. Además, no contaba para el plazo de diez años el mos) el que ha determinar la vecindad que adquirirá (art. 15.2). Se tendrá en cuen-
tiempo en que el interesado no pudo regir su persona legalmente, es decir, estaba ta la opción del adquirente de la nacionalidad, de acuerdo con lo preceptuado para
incapacitado. la declaración de opción por la vecindad que adquiere la nacionalidad española
(art. 15.2).

VI. PÉRDIDA Y RECUPERACIÓN DE LA VECINDAD CIVIL


VIII. LA VECINDAD LOCAL
No hay casos específicos de pérdida de la vecindad por un español, que sólo
ocurrirá indirectamente cuando pierda la nacionalidad española. Mientras, todo La dependencia personal respecto a una comarca o localidad con especialidad
español tiene una vecindad. Lo único posible es la pérdida de la misma para ad- civil, propia o distinta, dentro de la legislación especial o foral del territorio corres-
quirir otra, es decir, el cambio. pondiente, se regirá por las disposiciones de los artículos 14 y 15 (art. 15.4).
A diferencia de lo que ocurre con la nacionalidad, en el artículo 14 no se regu-
la la posibilidad de recuperar la vecindad que se tuvo de forma especial, salvo acu-
diendo a las normas sobre el cambio de vecindad por residencia. IX. PRUEBA DE LA VECINDAD CIVIL
El profesor DE CASTRO alega dos razones convincentes para justificar la fal-
ta de preceptos dedicados a la recuperación de la vecindad, en contraste con los El artículo 14.6 sienta una regla general imperativa para caso de duda: «preva-
que existen en materia de nacionalidad: la ausencia de todo interés, pues todas las lecerá la vecindad civil que corresponda al lugar de nacimiento». Esta disposición
legislaciones determinadas son igualmente nacionales, y la desconfianza hacia los ha de encuadrarse entre las de atribución de la vecindad a españoles.
cambios bruscos de vecindad.
Una aparente excepción ha introducido el nuevo artículo 15.3. Cuando se re-
cupera la nacionalidad española, dispone que ello «lleva consigo la de aquella ve- BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
cindad civil que ostentara el interesado al tiempo de su pérdida». Pero aquí no hay
pérdida de una vecindad para recuperar otra, sino que el efecto de la recuperación BERCOVITZ, R., en Comentarios del Código civil, t. 1, Ministerio de Justicia, Madrid,
1991; DURAN RrvACOBA: El nuevo régimen de la vecindad civil y los conflictos interregionales,
de la nacionalidad se extiende a la vecindad perdida anteriormente con la nacio- Madrid, 1992; ROCA TRÍAS: La vecindad local como estado civil, Revista Jurídica de Cata-
nalidad española. Las excepciones a esta norma las veremos a continuación. luña, 1971, p. 647.

VIL VECINDAD CIVIL DEL QUE ADQUIERE LA NACIONALIDAD


ESPAÑOLA

El nuevo artículo 15.1, párrafo 1.°, obliga al extranjero que adquiera la nacio-
nalidad española a optar por la vecindad civil de cualquiera de los lugares que
enumera.
FIN DE LA EXISTENCIA DE LA PERSONA 283
Aunque en el Registro Civil conste la muerte de una antes que la de otra, la
sentencia de 4 de diciembre de 1948 dice que al ponerse en entredicho la verdad
registral (la actora en el pleito pretendía que se declarase la muerte simultánea de
dos personas), no despliegan sus efectos las inscripciones regístrales. Es posible,
pues, plantear y probar el estado de duda con las consecuencias expuestas.
19. FIN DE LA EXISTENCIA
DE LA PERSONA La presunción de comoriencia lo mismo es aplicable al supuesto de que dos o
más personas hayan fallecido en un mismo suceso (naufragio, accidente aéreo, etc.)
como en cualquier otra circunstancia (muerte en diferentes lugares, p. ej.). El Có-
digo civil no delimita el supuesto de hecho en que encuentran la muerte.
I. LA MUERTE

Conforme al artículo 32 C.c, «la personalidad civil se extingue por la muerte III. INSCRIPCIÓN EN EL REGISTRO CIVIL DE LA MUERTE
de la persona». Se excluyen, pues, las formas de extinción que conoció el antiguo DE UNA PERSONA
Derecho (esclavitud, muerte civil, etc.), y se señala además que la muerte pone fin
a la capacidad jurídica, pero no determina cuándo muere una persona, dejando la De acuerdo con la Ley del Registro Civil de 21 de julio de 2011, la inscripción
cuestión a las reglas de la ciencia médica. Será fundamentalmente la normativa en dicho Registro de la defunción es obligatoria, y hace fe de la muerte de una per-
sobre trasplante de órganos a la que habrá de acudirse. sona, y de la fecha, hora y lugar en que se produce. En la inscripción debe figurar
la identidad del fallecido (art. 62.1).
La inscripción dé la defunción se practicará en virtud de declaración
II. PREMORIENCIAYCOMORIENCIA
documentada en el formulario oficial, acompañada del certificado médico
(art. 62.2 y 3).
Dice el artículo 33 que «si se duda, entre dos o más personas llamadas a suce-
La inscripción de la defunción cerrará el registro individual. En ningún caso el
derse, quién de ellas ha muerto primero, el que sostenga la muerte anterior de una
código personal volverá a ser asignado (art. 62.4).
o de otra, debe probarla; a falta de prueba, se presumen muertas al mismo tiempo
La Ley del Registro Civil determina las personas que están obligadas a promo-
y no tiene lugar la transmisión de derechos de uno u otro». Esta presunción de co-
ver la inscripción (art. 63). También se establece la obligación de comunicar la de-
moriencia opera, pues, bajo los siguientes presupuestos:
función, de la dirección de los hospitales, clínicas y establecimientos sanitarios
1.° Que las personas fallecidas están llamadas a sucederse entre sí. Como es
requisito esencial que el heredero sobreviva al causante para poder heredar, de ahí respecto de los fallecimientos que hayan tenido lugar en un centro sanitario. La
la importancia de probar la premoriencia o, en su caso, la entrada en juego de la comunicación se hará por medios electrónicos dentro del plazo que reglamentaria-
presunción de comoriencia. Sin embargo, como dice D E CASTRO, el artículo 33 mente se señala mediante el envío del formulario oficial debidamente cumplimen-
también es aplicable a todos los casos en que es requerida la supervivencia para la tado, acompañado del certificado médico (art. 64).
adquisición de una facultad o derecho, siempre y cuando lo permita expresa o tá- El Encargado del Registro Civil, una vez recibida y examinada la documenta-
citamente la voluntad del que exige la susodicha supervivencia. ción, practicará la inscripción, dará licencia para el entierro o incineración en el
2.° Existencia de un estado de duda acerca de quién ha muerto primero. Es plazo que reglamentariamente se establezca (art. 62.3).
entonces cuando juega la presunción de comoriencia siempre y cuando a quien La Ley del Registro Civil recoge supuestos especiales de la defunción. Se fijan:
interese la misma pruebe la existencia de la duda, probando los hechos de los que a) cuando el cadáver hubiese desaparecido; b) cuando se hubiere inhumado antes
resulte. En cambio, el que alegue la premoriencia, debe probar la muerte de una de la inscripción; c) muerte violenta; d) en cualquier caso en que deban incoarse
antes que otra (S. de 4 de diciembre de 1948). diligencias judiciales. En las situaciones c) o d) la inscripción de la defunción no
supondrá por sí misma la concesión de licencia para el enterramiento o incinera-
ción. Dicha licencia se expedirá cuando se autorice por el órgano judicial compe-
[282] tente (art. 67).
284 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) FIN DE LA EXISTENCIA DE LA PERSONA 285

IV. LA DECLARACIÓN DE FALLECIMIENTO a fecha, sin haberse tenido, con posterioridad a la violencia, noticias suyas. En caso
de siniestro, este plazo será de dos meses (art. 193, párr. 2, núm. 3.°)
La declaración de fallecimiento es el resultado de un expediente judicial que se
tramita conforme a lo dispuesto en la Ley 15/2015, de 2 de julio, de la Jurisdicción El citado precepto fue modificado por la Ley 4/2000, de 7, de enero, pues los
Voluntaria (arts. 74 a 77). Tiene por objeto comprobar si se dan los supuestos de plazos que contenía se estimaba largos. La Exposición de Motivos de la citada Ley
hecho en que, con arreglo al Código civil, procede aquella declaración, lo que hará, decía que el ejercicio de las actividades marítimas y aéreas, tanto de transporte
como de pesca extractiva, suponen un mayorriesgopara la vida y la integridad
en su caso, el decreto dictado por el Secretario judicial (art. 74 L. J.V.). física de los trabajadores del sector.
La declaración de fallecimiento crea una situación jurídica en la que se califica Junto a la regulación anterior se estableció la de otros tipos de siniestros, bien
a una persona como fallecida y se abre su sucesión. por accidentes laborales, explosiones o catástrofes naturales (inundaciones o tor-
La declaración de fallecimiento no presupone y exige que antes se hubiese de- mentas de montaña), u otros similares que suelen ocasionar la desaparición de
personas sin dejar rastro alguno.
clarado el estado legal de ausencia. Por todo ello el artículo 193, párrafo 2.°, número 3, parece distinguir la situa-
ción deriesgoiriminente de muerte por causa de violencia contra la vida y los si-?
niestros por causas naturales.
V. LOS SUPUESTOS DE LA DECLARACIÓN DE FALLECIMIENTO
Se establece una presunción de violencia si en una subversión de orden político
El Código civil (arts. 193 y 194) normativiza la declaración de fallecimiento o social hubiese desaparecido una persona sin volverse a tener noticias suyas du-
sobre la base de la existencia de una gran probabilidad de que aquél se haya efec- rante el tiempo expresado, siempre que hayan pasado seis meses desde la cesación
tivamente producido. Teniendo para ello en cuenta, básicamente, la situación de de la subversión (art. 193, párr. 3).
desaparición y el hecho de que, en el momento en que la resolución judicial ha de Otros supuestos de riesgo inminente de muerte se recogen en el artículo 194 y
dictarse, la persona haya alcanzado lo que en términos generales puede conside- son:
rarse la esperanza media de vida, aunque deba reconocerse que, en el momento en 1.° De los que perteneciendo a un contingente armado o unidos a él en cali-
que la ley se dictó (1939), ésta era muchísimo menor, por existir los supuestos en dad de funcionarios auxiliares voluntarios, o en funciones informativas, habían
que la probabilidad de muerte ha sido máxima por haberse encontrado la persona tomado parte en operaciones de campaña y desaparecido en ellas luego que hayan
en alguna especial situación de riesgo o catastrófica. transcurrido dos años, contados desde la fecha del tratado de paz, y en caso de no
haberse concertado, desde la declaración oficial de fin de la guerra.
A) LOS CASOS DE AUSENCIA PROLONGADA 2.° De los que se encuentren a bordo de una nave naufragada o desaparecidos
por inmersión en el mar, si hubieren transcurrido tres meses desde la comprobación
Los recoge el párrafo 1.° del artículo 193, y son fundamentalmente dos: del naufragio o de la desaparición sin haberse tenido noticias de aquéllos.
1.° Que hayan transcurrido por lo menos diez años desde las últimas noticias Se presume ocurrido el naufragio si el buque no llega a su destino o si, carecien-
habidas del ausente o, a falta de éstas, desde su desaparición. do de punto de arribo, no retornase, luego que en cualquiera de los casos hayan
2.° Que hayan pasado cinco años desde las últimas noticias o, en su defecto, transcurrido seis meses contados desde las últimas noticias recibidas o, por falta
desde la desaparición, si al expirar el referido plazo el ausente hubiera cumplido de éstas, desde la fecha de salida de la nave del puerto inicial del viaje.
ya setenta y cinco años. 3.° De los que se encuentren a bordo de una aeronave siniestrada, si hubieren
Los plazos expresados «se computarán desde la expiración del año natural en transcurrido tres meses desde la comprobación del siniestro, sin haberse tenido no-
que se tuvieron las últimas noticias o, en su defecto, de aquel en que ocurrió la des- ticias de aquéllos o, en caso de haberse encontrado restos humanos, no hubieran
aparición». podido ser identificados.
Se presume el siniestro si en el viaje sobre mares, zonas desérticas o inhabitadas,
B) LOS CASOS DE DESAPARICIÓN EN SITUACIÓN DE RIESGO DE MUERTE transcurrieran seis meses contados desde las últimas noticias de las personas o de
la aeronave y, en su defecto, desde la fecha de inicio del viaje. Si éste se hiciere por
La persona debe haberse encontrado con una situación de riesgo inminente de etapas, el plazo indicado se computará desde el punto del despegue del que se re-
muerte por causa de violencia contra la vida, cumplido un año, contado de fecha cibieron las últimas noticias.
286 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) FIN DE LA EXISTENCIA DE LA PERSONA 287
Bajo la vigencia del anterior redacción del artículo 194, se cuestionaba si a par- dosas en sufragio del alma del testador y legados en favor de instituciones de be-
tir de la finalización del plazo establecido para las presunciones de naufragio o neficencia, que son de cumplimiento inmediato (art. 196).
siniestro de la aeronave, había que contar el plazo que se señala para el naufragio Otra consecuencia importante es la del artículo 85: el matrimonio se disuelve
o siniestro comprobados, pues ya había pasado del estado de presunción. Contra por la declaración de fallecimiento.
ello cabe decir que la finalidad de la Ley 4/2000, de 7 de enero, fue la de acorta-
miento de los plazos para la declaración de fallecimiento.
D) HECHOS POSTERIORES A LA DECLARACIÓN DE FALLECIMIENTO

C) EFECTOS DE LA DECLARACIÓN DE FALLECIMIENTO La Ley de la Jurisdicción Voluntaria de 2 de julio de 2015 regula los siguientes
casos (arts. 75 y 76).
Se produce la apertura de la sucesión del declarado fallecido, porque hay una 1.° Presentación de alguna persona que dijese ser el declarado fallecido.
declaración oficial sobre su muerte. En cambio, en el estado de ausencia declarado 2.° Noticias de su supuesta existencia en paradero conocido.
judicialmente no se origina este efecto. Vimos que el patrimonio del ausente se po- 3° Se tienen noticias de la muerte del desaparecido después de la declaración
nía en administración. de fallecimiento.
Éste es el sentido que tiene el artículo 195, párrafo l.o, cuando dice que mien- La citada Ley establece los procedimientos a seguir en tales casos. En el primer
tras no se produzca la declaración de fallecimiento del ausente (declarado judicial- caso, el Secretario judicial dejará sin efecto la declaración de fallecimiento o se ra-
mente como tal) se presume que ha vivido. No es que se destruya el presupuesto tificará la resolución por la que se hizo; en el segundo dictará la resolución que
constitutivo de esa situación (duda sobre la existencia del ausente), sino que no se proceda; y en el tercero resolverá sobre la revocación de la resolución que declaró
abre su sucesión, su patrimonio no se convierte en herencia. el fallecimiento.
La declaración de fallecimiento expresará la fecha a partir de la cual se entien-
de sucedida la muerte, con arreglo a lo preceptuado en los artículos 193 y 194, sal-
vo prueba en contrario (art. 195, p. 2.°). Se admiten, en consecuencia, pruebas VI. LA DECLARACIÓN DE FALLECIMIENTO
conducentes a fijar otro momento de la muerte como más real que el que resulta Y EL REGISTRO CIVIL
de aplicar los plazos legales de los preceptos citados1.
Ahora bien, si se abre la sucesión del ausente, no por ello los llamados están Dispone el artículo 77 de la Ley de la Jurisdicción Voluntaria, que «se remitirá
exentos de toda cortapisa en el disfrute de los bienes. Se ponen precisamente por- al Registro Civil los testimonios, para hacer constar en el cuanto se previene en el
que cabe la posibiüdad de que el declarado fallecido aparezca. artículo 198 del Código civil».
Ante todo, es necesario inventariar los bienes notarialmente, describiendo el
estado de los inmuebles. Además, los herederos no podrán disponer a título gra-
tuito en cinco años desde la declaración de fallecimiento y se aplaza la entrega de BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
los legados hasta el transcurso de ese mismo plazo, careciendo dentro de él los le-
gatarios del derecho a exigirlos. De esta regla última se exceptúan las mandas pia- CORRAL TALCIANI: La declaración defallecimiento, Madrid, 1991; COSSÍO: La teoría
general de la ausencia, R.D.P., 1942, p. 85; El patrimonio del ausente, R.D.P., 1942, p. 369;
DE CASTRO Y BRAVO: Remuneración del representante legítimo del ausente, A.D.C., 1948,
1 p. 100; PADIAL ALBAS: La presunción de vida en la declaración defallecimiento, R.D.P., 1991
Dice DE CASTRO (Derecho civil de España, IM. a parte, Madrid, 1952, p. 549,nota2): (diciembre); SERRANO SERRANO: La ausencia en Derecho español, Madrid, 1943; Las de-
«Cabe tener en cuenta todos los datos, parafijarcon la posible mayor probabilidad el mo- claraciones deausencias y fallecimiento, R.D.P., 1951, p. 285.
mento del fallecimiento; así, por ejemplo, aquel en que el desaparecido fuera víctima direc-
ta de la violencia, en el que fue visto caer en la batalla, desaparecer en las llamas de un in-
cendio o entre las aguas después de un naufragio, el señalado por los peritos como el
momento del accidente aéreo, según el estado de los restos no identificados, etc.».
Lafijacióndel momento de la muerte es de suma importancia, porque para que el here-
dero pueda suceder al causante, ha de sobrevivirle. Por tanto, ha de existir en aquel momen-
to y no en otro anterior.
EL REGISTRO CIVIL 289

II. LEGALIDAD VIGENTE

La Ley de 8 de junio de 1957 del Registro Civil en España trató de poner al


día al organización derivada de la legislación de 1870, corrigiendo alguno de los
20. EL REGISTRO CIVIL defectos que la práctica había detectado en ella, y convenía también unificar en
una sola ley multitud de disposiciones de diferente rango que a lo largo de los
años se habían venido dictando, así como refundir en un único registro algunos
registros especiales que habían aparecido en el Código o en leyes singulares,
I. EL REGISTRO DEL ESTADO CIVIL: SU FUNDAMENTO JURÍDICO como el Registro de Tutelas o el de Ausentes, que carecían de un rango suficien-
Y SU ORIGEN HISTÓRICO te para una existencia dispersa y separada.
La Ley del Registro Civil fue inmediatamente acompañada del Reglamento, de
Si los estados civiles de la persona constituyen cualidades o situaciones que 14 de noviembre de 1958, que ha experimentado varias reformas en su articulado
poseen una eficacia general o erga omnes, no es difícil extraer la conclusión de que a lo largo de su existencia.
ello determina un legítimo interés de los terceros y de todo el grupo social en su Dicha Ley de 1957 será derogada al entrar en vigor la última Ley 20/2011, de
conocimiento y en su constatación. 21 de julio, del Registro Civil. La vacatio legis de la misma llama la atención, pues
Este interés se concreta en la facilitación del conocimiento de los estados civiles no entrará en vigor hasta el 30 de junio de 2017, excepto determinados preceptos
y en una clara y unívoca constatación de los mismos. Es necesario para ello un ins- que se especifican (Disp. Final 4.a de la Ley de la Jurisdicción Voluntaria 15/2015,
trumento de publicidad que la ley se cuida de organizar mediante un oficina o ins- de 2 de julio).
titución administrativa a través de la cual pueda cumplir aquellas finalidades. El
Registro Civil es, de esta manera, la oficina o institución administrativa que cumple
la función de ser instrumento de publicidad de los estados civiles de las personas. III. ORGANIZACIÓN Y COMPETENCIA DEL REGISTRO CIVIL
En nuestro país, hasta el siglo xrx se utilizaron los registros y los libros parro-
quiales como medio de prueba del estado civil, pero a partir de ese momento, y Dice la Exposición de Motivos de la Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro
sobre todo en las épocas de gobiernos liberales, comenzó a sentirse la necesidad del Civil, que la misma suprime el tradicional sistema de división del Registro Civil en
registro estatal. Le ley municipal de 1823 ordenó que en cada municipio hubiese un Secciones — nacimientos, matrimonios, de funciones, tutelas y representaciones
libro registro de nacimientos, matrimonios y defunciones, si bien con la Revolución legales— y creará un registro individual para cada persona a la que desde la pri-
liberal nunca llegó a tener real aplicación. De nuevo en 1841 se quiso poner en mar-
cha un registro civil pero tampoco este intento llegó a verse coronado por el éxito. mera inscripción que se practique se le asigna un código personal.
El Proyecto de Código civil de 1851 regulaba un registro inspirado en el modelo En coherencia con ello, la L.R.C. dice que se abrirá con la inscripción de naci-
francés aunque lo ponía a cargo de los curas párrocos, que, en este aspecto, poseían miento o con el primer asiento que se practique. En dicho registro individual se
el carácter de funcionarios como «oficiales del estado civil». El Proyecto, en este
punto, como en su totaliad, no llegó, según sabemos, a entrar en vigor. inscribirán o anotarán, continuada, sucesiva y cronológicamente, todos los hechos
Por ello, en nuestro país no fue posible la instauración de un registro civil has- y actos que tengan acceso al Registro Civil (art. 5).
ta la Revolución de 1868 y la Constitución de 1869, que proclamaba el principio También preceptúa la L.R.C. que a cada registro individual abierto con la pri-
general de libertad religiosa y de libertad de cultos, lo que hacía urgente el estable- mera inscripción que se practique se le asignará un código personal constituido
cimiento de un registro. Se dictó en esta época la Ley de 17 de junio de 1870, que, por la secuencia alfanumérica que atribuye el sistema informático vigente para el
si bien se promulgó con el carácter de ley provisional, estuvo vigente durante más
de setenta años y fue la norma que habilitó el registro y lá que lo institucionalizó. documento nacional de identidad (art. 6).
De ella se ha podido decir, con justicia, que tiene méritos suficientes para figurar El Registro Civil es un registro público dependiente del Ministerio 4e Justicia.
dignamente entre otras más modernas a las que superaba por su técnica legislativa Todos los asuntos referentes al Registro Civil están encomendados a la Dirección
y por la solidez y equilibrio de sus principios inspiradores. El Código la dejó ex-
presamente subsistente (cfr. art. 332) y subsistente continuó hasta el año en que General de los Registros y del Notariado. El Registro Civil es único para toda Es-
fue derogada y sustituida por la Ley de 8 de junio de 1957. paña y es electrónico. Los datos serán objeto de tratamiento automatizado y se
integrarán en una base de datos única cuya estructura, organización y funciona-
[288] miento es competencia del Ministerio de Justicia conforme a la L.R.C. de 2011 y
290 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL REGISTRO CIVIL 291
normas de desarrollo. Serán de aplicación al Registro Civil las normas vigentes en ñas y aquellos otros que determine «la presente Ley». Por lo tanto, no tiene senti-
materia de protección de datos de carácter personal (arts. 2 y 3 L.R.C.). do el pretender dilucidar a través de los hechos y actos inscribibles los que se refie-
La competencia general del Registro Civil se determina en el artículo 9 L.R.C ran enrigora estados civiles. Tales hechos y actos son inscribibles si la L.R.C, bajo
de 2011. Según el mismo, constarán los hechos y actos inscribibles que afecten a la rúbrica «Hechos y actos inscribibles» los que enumera:
los españoles y los referidos a extranjeros acaecidos en territorio español. Igual- 1.° El nacimiento.
mente se inscribirán los hechos y actos que hayan tenido lugar fuera de España, 2.° La filiación.
cuando las correspondientes inscripciones sean exigidas por el Derecho español 3.° El nombre y apellidos y sus cambios.
(art. 9). • - . • • - 4.° El sexo y el cambio de sexo.
5.° La nacionalidad y la vecindad civil.
6.° La emancipación y el beneficio de la mayor edad.
IV. PRINCIPIOS DE FUNCIONAMIENTO DEL REGISTRO CIVIL 7.° El matrimonio. La separación, nulidad y divorcio.
8.° El régimen económico matrimonial legal o pactado.
La L.R.C. de 2011 enumera los siguientes: 9.° Las relaciones paterno-filiales y sus modificaciones.
a) Principio de legalidad.— Los encargados del Registro Civil comprobarán 10.° La modificación judicial de la capacidad de las personas, así como la que
de oficio la realidad y legalidad de hechos y actos cuya inscripción se presentó, se- deriva de la declaración de concurso de las personas físicas.
gún resulta de los documentos que los acrediten y certifiquen, examinando en todo 11.° La tutela, la cúratela y demás representaciones legales.
caso la legalidad y exactitud de dichos documentos (art. 13). 12.° Los actos relativos a la constitución y régimen del patrimonio protegido
b) Principio de oficialidad.— Los encargados del Registro Civil deberán de las personas con discapacidad.
practicar la inscripción oportuna cuando tengan en su poder los títulos necesa- 13.° La autotutela y los apoderamientos preventivos.
rios (art. 14). 14.° Las declaraciones de ausencia y fallecimiento.
15.° La defunción.
c) Principio de publicidad.—El Registro Civil es público, teniendo Ubre acceso
a los datos que en elfiguren,quedando exceptuados los datos especialmente pro-
tegidos, que serigenpor un sistema legal de acceso restringido (art. 15). VI. LOS ASIENTOS DEL REGISTRO CIVIL
d) Principio de exactitud.— Se presume que los hechos inscritos existen y
los actos son válidos mientras el asiento correspondiente no sea rectificado o Los asientos del Registro Civil son las inscripciones, las anotaciones y las can-
cancelado en la forma prevista por la Ley. Los encargados del Registro están celaciones.
obligados a velar por la concordancia entre los datos inscritos y la realidad ex-
trarregistral (art. 16).
e) Principio de integridad.— El contenido se presume exacto o íntegro respec- A) INSCRIPCIONES Y SUS EFECTOS JURÍDICOS

to de los hechos y actos inscritos (art. 19.1).


Mediante la inscripción acceden al Registro los hechos y actos referentes al es-
í) Principio de inoponibilidad.— En los casos legalmente previstos, los hechos y
tado civil de las personas y aquellos otros determinados por la Ley del Registro
actos inscribibles serán oponibles a terceros desde que accedan al Registro (art. 19). Civil. Sus efectos son los previstos en los artículos 17 y 18 L.R.C.
g) Eficacia probatoria y eficacia constitutiva de la inscripción. La inscripción El artículo 17 dá un valor probatorio a la investigación, pero de prueba plena
tiene siempre un valor probatorio máximo. Sólo tendrá eficacia constitutiva en los de los hechos inscritos. Sólo en los casos de falta de inscripción o en los que no
casos previstos en la Ley (art. 17). fuera posible certificar el asiento se admitirán otros medios de prueba, pero en el
primer caso es requisito indispensable para la admisión (de tales pruebas) la acre-
V. HECHOS Y ACTOS INSCRIBIBLES ditación de que previa o simultáneamente se ha instado la inscripción admitida o
la reconstrucción del asiento y no su mera solicitud.
El artículo 2.2 L.R.C. de 2011 dice que el Registro Civil tiene por objeto hacer El artículo 18 L.R.C. preceptúa qué la inscripción en el Registro Civil sólo ten-
constar oficialmente los hechos y actos que se refieren al estado civil de las perso- drá eficacia constitutiva en los casos previstos en la Ley.
292 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL REGISTRO CIVIL 293

B) ANOTACIONES La mención registral relativa al nombre y sexo de las personas cuando se cum-
plan los requisitos del artículo 4 de la Ley 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de
Son una modalidad de asiento que en ningún caso tendrá el valor probatorio la rectificación registral relativa al sexo de las personas, se rectificará mediante
de la inscripción. Tendrá valor simplemente informativo, salvo los casos en que la procedimiento registral. En tales casos, la inscripción tendrá eficacia constitutiva
Ley les atribuya valor de presunción (art. 42.1). (art. 91.2 L.R.C).
Las anotaciones se extenderán a petición del Ministerio Fiscal o de cualquier
interesado (art. 42.2).
La L.R.C. determina los hechos y actos que pueden ser objeto de anotación VIH. PUBLICIDAD DEL REGISTRO CIVIL
(art. 42.3).
Los medios de publicidad del Registro Civil son objeto del precepto del artículo
80 L.R.C, que regula las formas a través de las cuales se realizará aquella publici-
C) CANCELACIONES dad. Según el precepto citado, son dos:
1.a Mediante el acceso de las Administraciones públicas y funcionarios pú-
Los asientos de cancelación privan de su eficacia, total o parcial, al asiento regis- blicos, en el ejercicio de sus funciones y bajo sus responsabilidad, a los datos que
tra! de cualquier clase por nulidad del propio asiento, por ineficacia o inexistencia del constan en el Registro Civil.
hecho o del acto o por cualquier otra causa establecida por la Ley (art. 41.1 L.R.C). 2.a Mediante certificación.
La cancelación se practicará en virtud de título adecuado, ya sea de oficio o a Con carácter excepcional y con fines de investigación familiar, histórica o cien-
solicitud del interesado (art. 41.2 L.R.C). tífica, se podrá autorizar el acceso a la información registral en los términos que
reglamentariamente se establezcan.
Se regulan también los datos regístrales sometidos a un régimen de protección
D) DECLARACIONES CON SIMPLE VALOR DE PRESUNCIONES especial. Así, el artículo 83 L.R,C determina cuáles son los datos con publicidad
restringida, y el artículo 84, el acceso a los mismos.
Previo procedimiento registral, puede declararse con valor de presunción iuris A partir de la entrada en vigor de la Ley del Registro Civil de 2011 no se expe-
tantum los hechos que se especifican en el artículo 92, y su publicidad queda sometida dirán más Libros de Familia (Disp. Transitoria 3.a)1.
a las restricciones que la Ley del Registro Civil prevé para las inscripciones (art. 93).

IX. EL DERECHO AL NOMBRE


VIL RECTIFICACIÓN DE LOS ASIENTOS DEL REGISTRO CIVIL
La Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil dedica numerosos preceptos
Los asientos regístrales pueden rectificarse judicialmente o por procedimiento a la regulación del nombre y apellidos (arts. 50 a 57, inclusive), dentro de la nor-
registral. mativa que dedica al «contenido de la inscripción de nacimiento».
Como principio general, la L.R.C dice que los asientos están bajo la salvaguar- La L.R.C considera el nombre y apellidos como un elemento de identidad del
da de los Tribunales y su rectificación se efectuará en virtud de resolución judicial nacido derivado del derecho de la personalidad, y como tal se incorpora a la ins-
firme de conformidad con lo prevenido en el artículo 781 bis L.E.C (art. 90.1). cripción de nacimiento (apartado V de la Exposición de Motivos). El artículo W.a)
No obstante lo previsto anteriormente, cabe la rectificación a través de un pro- L.R.C dice, al enumerar los derechos de las personas ante el Registro Civil, que el
cedimiento registral en los siguientes casos (art. 91 L.R.C): individuo tiene derecho al nombre y a ser inscrito mediante la apertura de un regis-
d) Las menciones erróneas de datos que deben constar en la inscripción. tro individual y la asignación de un código personal. Además, según la Ley 20/2011,
b) Los errores que procedan de documento público o eclesiástico ulteriormen- las personas son identificadas por su nombre y apellidos.
te rectificado.
1
c) Las divergencias que se aprecien entre la inscripción y los documentos en Sobre el Libro de Familia, tradicional por otra parte, en la publicidad registral, fue ob-
jeto de normativa específica en los arts. 6 a 40 del R.R.C. de la Ley del Registro Civil de 1957.
cuya virtud se haya practicado.
294 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL REGISTRO CIVIL 295
De todo ello se sigue que el nombre y apellidos sirven para identificar a la per- El cambio puede producirse si se dan los supuestos previstos legalmente. La
sona, y de ahí que se considere un derecho de la personalidad ejercitable ante el Ley citada reconoce (arts. 53 a 55 L.R.C):
Registro Civil: derecho a la identidad. 1.° El cambio de apellidos puede ser autorizado por el Encargado del Registro
Civil, mediante declaración de voluntad del interesado.
2.° El cambio de apellidos puede ser autorizado por el Encargado, previo ex-
A) L A IMPOSICIÓN DEL NOMBRE pediente instruido en forma reglamentaria.
La Ley del Registro Civil de 2011 se ocupa tan sólo de los principios que rigen Se faculta también el cambio de apellidos por orden del Ministerio de Justicia
la libertad de elección del nombre propio y cuándo procede la imposición. No dice en las circunstancias excepcionales que prevé el artículo 55 de la Ley de 2011.
nada expreso acerca de quién lo ha de elegir, seguramente porque al estar ligada a Por último, y en cuanto a los extranjeros que adquieran la nacional española,
la imposición del nombre con la inscripción de nacimiento, es razonable que los conservarán los apellidos que ostenten en forma distinta de la legal, siempre que así
lo declaren en el acto de adquirirla o dentro de los dos meses siguientes a la adqui-
obligados a la elección del nombre coincidan con los obligados a promover la su-
sición o a la mayoría de edad, y que los apellidos que se pretendan conservar no
sodicha inscripción de nacimiento.
resulten contrarios al orden público internacional (art. 56, p. 1.°, L.R.C).
La libertad en la elección del nombre está limitada por los siguientes principios
En caso de ciudadanos españoles que tengan igualmente la nacionalidad de
(art. 51 L.R.C.): otro estado miembro de la Unión Europea, los cambios de apellidos realizados
1.° No podrán consignarse más de dos nombres simples o uno compuesto. de conformidad con las reglas relativas a la determinación de apellidos aplicables
2.° No podrán imponerse nombres que sean contrarios a la dignidad de la en este último estado, serán reconocidos en España, salvo cuando dicho cambio
persona ni los que hagan confusa y la identificación. sea contrario al orden público español, o bien si sea resultado de una resolución
3.° No podrá imponerse al nacido nombre que ostente de uno de sus herma- judicial y ésta no haya sido reconocida en España (art. 56, p. 2.°, L.R.C):
nos con idénticos apellidos, a no ser que hubiese fallecido.
De oficio ha de imponer el Encargado del Registro Civil un nombre y apellidos
de uso corriente al nacido cuya afiliación se desconozca. Igualmente impondrá, D) REGLAS COMUNES AL CAMBIO DE NOMBRE Y APELLIDOS
tras haberles apercibido y transcurrido un plazo de tres días, un nombre de uso
corriente cuando los obligados a su fijación no lo hicieren (art. 50.3 L.R.C.) Se dan las siguientes reglas (art. 57 L.R.C):
1 .a El cambio de apellidos alcanza a todas las personas sujetas a la patria po-
C) CAMBIO DE NOMBRE
testad y también a los demás descendientes que expresamente lo consientan.
2.a El cambio de nombre y apellidos se inscribirá en el registro individual de
La Ley del Registro de 2011 regula el cambio de nombre a petición del interesado. cada persona. Dicha inscripción tiene carácter constitutivo.
1.° A petición del interesado o de su representante legal, el Encargado del Re- 3.a Los cambios señalados en los párrafos anteriores podrán ser solicitados
gistro sustituirá el nombre propio de aquél por su equivalente en cualquiera de las por el propio interesado, si es mayor de dieciséis años.
lenguas españolas (art. 50.4 L.R.C).
2.° El Encargado del Registro Civil, mediante el procedimiento registral, po-
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
drá autorizar el cambio de nombre previa petición del interesado, que deberá pro-
bar el uso habitual del nuevo nombre, y siempre que concurran las demás circuns- BADÍA: Legislación del Registro Civil, Barcelona, 1959; BATISTA: La nueva Ley del Re-
tancias exigidas en la legislación del Registro Civil (art. 52 L.R.C). gistro Civil, R.G.L.J., 1957, II, p. 286; DÍEZ DEL CORRAL: Lecciones prácticas sobre Registro
Civil, Madrid, 1983; Observaciones a la reforma del Registro Civil, Actualidad Civil, 1986,
pp. 3133 y 3197; DURAN RlVACOBA; Codificación y Registro Civil, en el «Libro del Cente-
C) LOS APELLIDOS nario del Código civil», t; 1, p. 745; LINACEROS DE LA FUENTE: Tratado del Registro Civil
Adoptado a la Ley 2012011, de 21de julio, del Registro Civil, Tirant lo Blanch, Valencia, 2013;
La Ley del Registro Civil de 2011 regula solamente el cambio de apellidos, por- LUCES GIL: Derecho Registral civil, Barcelona, 1991; PERÉ RALUY: Derecho del Registro
Civil, 2 vols., Madrid, 1962.
que así como es libre la elección de nombre, la filiación determina los apellidos
(art. 49.2 L.R.C).
LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD 297
contrario las relaciones interpersonales adolecerán de un gran margen de insegu-
ridad en este aspecto. De ahí el acierto, en este punto, de nuestro moderno Derecho
constitucional, al desarrollar mediante leyes orgánicas los derechos fundamentales
y libertades que el texto de nuestra Constitución enumera amplísimamente, sin que,
21. LOS DERECHOS por otra parte, en el texto constitucionalfigurentodos los derechos de la persona-
DE LA PERSONALIDAD lidad.
Es de justicia resaltar,finalmente,que, si bien los Códigos civiles decimonóni-
cos no contemplaron las facetas de la persona cubiertas por los derechos de la per-
sonalidad —debido a su absorción por el Derecho público—, una jurisprudencia
I. PROTECCIÓN JURÍDICA DE LA PERSONA evolutiva condenó al resarcimiento de los daños que su violación acarreaba a quien
los padecía, concretamente el honor, fama y dignidad de la persona.
La persona no es exclusivamente para el Derecho civil el titular de derechos y
obligaciones o el sujeto de relaciones jurídicas. Si esta rama del ordenamiento ju-
rídico se caracteriza básicamente por ser la dedicada a la persona en sí misma con- II. CONSTRUCCIÓN JURÍDICA DE LOS DERECHOS
siderada, debe ocuparse de la protección de sus atributosfísicosy morales, de su DE LA PERSONALIDAD
libre desarrollo y desenvolvimiento. Se trata, en otras palabras, en derechos que se
basan en una concepción de la persona como ser de naturaleza racional y de vo- Para los cultivadores del Derecho público, los derechos de la personalidad
luntad. Los derechos de la personalidad son, dice exactamente FERRARA, los de- presentan una problemática distinta de las que poseen para los del Derecho pri-
rechos supremos del hombre, los que le garantizan el goce de sus bienes personales, vado. Aquéllos ponen el acento en la fundamentación ética,filosóficay política
o sea, el goce de sí mismo,, la actuación de sus propias fuerzasfísicaso espirituales. de tales derechos, mientras que los últimos hacen denodados esfuerzos para en-
Hasta tiempos muy recientes ha quedado residenciada esa protección o garan- cajarlos en las categorías tradicionales en que siempre se han desenvuelto en el
tía en el ámbito del Derecho público, en los textos constitucionales, que proclaman estudio de los derechos patrimoniales, concretamente en el derecho subjetivo, en-
el respeto a la persona, a sus derechos y libertades. Se reconoce así una esfera que tendido como poder jurídico reconocido o concedido por la norma jurídica a la
el Estado no puede avasallar y que, además, ha de procurar su fortalecimiento y persona (física o jurídica) que le permite una actuación lícita sobre un objeto del
actuación. Sin embargo, hoy se ha extendido hacia el campo del Derecho privado mundo exterior, o la exigencia a otra persona de una prestación, en ambos casos
la preocupación por la defensa de la persona, porque con visión más amplia se la para la satisfacción de intereses dignos de tutela, confiando su defensa y protec-
sitúa no sólo en relación con el Estado, sino también en relación con las demás ción al titular de este poder.
personas. Así, por ejemplo, el principio de no discriminación por razón de sexo Ciertamente, se observa que la independencia entre el sujeto y el objeto del de-
obligará a que el contenido de determinadas relaciones jurídicas (v. gr., contrato recho subjetivo es indudable. Pero, si se aplica la categoría de derecho subjetivo a
de trabajo) no sea distinto para el hombre y la mujer en razón exclusivamente de los derechos de la personalidad, la oscuridad se presenta de inmediato por varias
aquella condición. razones, que se pueden resumir en su heterogeneidad y en lo inseguro y arbitrario
Por otra parte, ha de ponerse de relieve la necesidad de una regulación legisla- que es en muchas ocasiones distinguir el objeto del sujeto del derecho. No es lo
tiva de los derechos de la personalidad, a fin de hacer posible y no conflictivo el mismo el derecho de la persona a expresar libremente sus opiniones que sobre sus
ejercicio de los de todas las personas. Si yo tengo un derecho a mi imagen, ¿quiere atributosfísicos,por ejemplo, ni el hombre tiene una relación con su mano o con
ello decir que nadie y en ningún caso y circunstancia podrá obtenerla? Por poner su honor semejante a la que tiene sobre unafincade su propiedad, pues la mano
otro ejemplo, ¿hasta dónde se extiende la intimidad de un personaje famoso que y el honor son él y están en él.
busca la publicidad como medio para mantenerse o subir en su oficio o profesión? Para salvar estos obstáculos algunos tratadistas antiguos hablaron de un dere-
No basta con un reconocimiento, que se traduce en una enumeración, de los dere- cho del hombre sobre sí mismo o de un derecho general de la personalidad. Otros
chos de la persona; es necesaria una precisión sobre sus contenidos, pues de lo recurrieron a la construcción de múltiples derechos sobre facetas o atributos de la
persona. El profesor D E CASTRO Y BRAVO utilizó como figura central la del bien
[296] jurídico, en lugar de la de derecho subjetivo. Se trataría, en su sentir, de un tipo de
298 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD 299

bienes no materiales, que podrían ser designados como bienes de la personalidad, El recurso a los principios generales permitió al Tribunal Supremo en la famo-
dentro de los que distinguía los esenciales a la persona (vida, integridad corporal, sa sentencia de 6 de diciembre de 1912 (que tuvo enorme influencia en otras pos-
teriores sobre el mismo tema) acordar la protección del honor.
libertad); los sociales e individuales, separables del propio ser de la personalidad En la antigua Alemania Federal, el Tribunal Supremo federal fue completando
(honor, intimidad, imagen y condición de autor); y otros bienes corporales y psí- la insuficiencia del Código civil mediante un desenvolvimiento progresivo de los
quicos secundarios (salud psíquica y física, sentimientos, estima social). artículos 1.° y 2.° de la Ley Fundamental que declaran, respectivamente, intangible
También se ha pensado que los derechos de la personalidad en realidad lo que la dignidad del hombre y el derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad.
configuran son poderes de exclusión del Estado o de los terceros sobre la propia per-
sona o sobre lo que pudiera llamarse su esfera personal (inviolabilidad del domicilio;
no atentar contra su integridad física; no privarla de libertad de movimientos, etc.). III. LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS DERECHOS
Aunque no se pueda establecer una completa identidad con el arquetipo de de- DE LA PERSONALIDAD
recho subjetivo —construido sobre base patrimonial—, parece preferible continuar
utilizando la expresión «derecho o derechos de la personalidad» para designar el Es hoy generalmente admitido que los derechos de la personaüdad pertenecen
ámbito de protección de la persona y de sus atributos o cualidades, con indepen- a la categoría de los[derechos absolutos. Son derechos absolutos, ante todo, en la
dencia de que su arbitrio o libre decisión sobre algunos de ellos sea mayor o menor. medida en que producen eficaciageneral o ergaomnes. Generan en todos los demás
Parece que no pueden caracterizarse simplemente por aquellos poderes de exclu- un deber general de respeto de la persona y <Je sus atributos. Se puede discutir en
sión a los que antes nos hemos referido, porque su existencia exige como premisa el plano de la filosofía del Derecho si ese deber de respeto es previo a la existencia
previa reconocer una potestad de actuación al favorecido con ella, de la misma del derecho subjetivo o bien si ocurre a la inversa, pero es previa la constancia de
forma que cuando el ordenamiento jurídico prescribe que los terceros han de res- que todos tienen deber de respetar la personalidad ajena y sus atributos. Por ello,
petar la propiedad ajena es porque reconoce al propietario poderes sobre un bien. son lesiones a los derechos de la personalidad las producidas por cualquier perso-
Claro es que el objeto de los derechos de la personalidad no es exterior, pero en na y cualquiera que sea la relación (o falta de relación) en que se encuentre con el
ningún sitio dice el legislador que sea una exigencia ineludible para poder hablar sujeto lesionado. El hecho de que se trate de derechos absolutos determina, además,
de derecho subjetivo. Los bienes que satisfacen tanto las necesidades como los de- que los beneficios obtenidos de una indebida invasión o lesión de derechos de la
personalidad han de ser considerados como enriquecimiento injustificado y se debe
seos y aspiraciones del hombre lo mismo pueden pertenecer al mundo exterior que
al titular de los derechos la restitución de los lucros.
al que él mismo forma.
Los derechos de la personalidad van siendo tipificados por los ordenamientos Los derechos de la personalidad se consideran tradicionalmente innatos, esen-
jurídicos en lugar de proclamar un único derecho de la personalidad. Pero, como ciales a la persona, intransmisibles, irrenunciables e imprescriptibles. De estas
dice GIAMPICCOLO, no confiemos en encontrar en ellos todos los aspectos que características se desprende que en ellos sufre una notable restricción el radio de
concurren en aquélla. Advierte que su protección debe alcanzar a todas las legíti- acción de la autonomía de la voluntad. En algunos casos, el ordenamiento jurídi-
mas expectativas de respeto que el hombre puede esperar en relación al tiempo en co estatuye la nulidad de los actos y negocios jurídicos que los vulneren (arts. 793
y 1.593 C e ) . De manera genérica existe el recurso técnico a las leyes de orden
que vive, con las razonables limitaciones que lleva consigo la convivencia humana
público, moral y buenas costumbresque realiza el artículo 1.255 Ce. para intro-
y con las restricciones que exige el interés colectivo1.
ducirlos en las limitaciones de la autonomía privada. No obstante, como veremos
Ese deber de respeto, esa facultad de exigir el cese de toda perturbación, el
al estudiar en concreto algunos casos, las características antes mencionadas no
poder sobre nuestros atributos, cuanto no aparezca expresamente recogido por
funcionan con tanta rigidez (p. ej., derecho al honor, a la intimidad y derecho a la
el ordenamiento jurídico, se fundamentará en los principios generales del Dere-
imagen)2.
cho, informadores, entre otras misiones, de la vida jurídica de la comunidad, entre
los cuales figuran los constitucionales, que proclaman el respeto a los derechos La actuación o goce de los derechos de la personalidad se torna polémico cuan-
inviolables de las personas, a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad do afectan a la moral, el orden público y las buenas costumbres. El juzgador se
(art. 10 CE.). encuentra obligado en numerosas ocasiones, cuando hay ausencia de una concre-

1 2
La tutelagiuridica dellapersona umana e il cosí detto diritto alia riservatezza, R.T.D.P.C, Vid. ALFARO ÁGUILÁ-REAL: Autonomía privada y derechos fundamentales, A.D.C.,
1958, pp. 458 ss. 1993, pp. 57 ss.; HESSE: Derecho constitucional y Derecho privado, trad. esp., Madrid, 1995.
300 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD 301
ción legal, a recurrir a las convicciones sociales imperantes en relación con el su- El Título I de la Constitución lleva como rúbrica «De los derechos y deberes fun-
puesto de hecho contemplado, para introducir en esta materia las necesarias limi- damentales», constando de cinco Capítulos; el Primero, titulado «De los españoles
taciones. y extranjeros; el Segundo, «Derechos y libertades», se divide en dos secciones, llama-
da la 1.a «De los derechos fundamentales y de las libertades públicas», y la 2.a «De
los derechos y deberes de los ciudadanos»; el Tercero, «De los principios rectores de
IV. DERECHOS DE LA PERSONALIDAD Y DERECHOS la política social y económica»; el Cuarto, «De las garantías de las libertades y dere-
FUNDAMENTALES PROCLAMADOS chos fundamentales»; y el Quinto, «De la suspensión de los derechos y libertades».
POR LA CONSTITUCIÓN Los derechos fundamentales se han ido tipificando poco a poco mediante leyes
orgánicas, reguladoras de su ejercicio y protección. En otro caso, deben recibir la
En nuestra Constitución se utiliza la idea de derecho fundamental (o derechos concreción y el desarrollo por vía jurisprudencial. En este sentido, interesa destacar
fundamentales, que procede probablemente de la Ley Fundamental de Bonn) para que el artículo 10.2 de la Constitución dice que «las normas relativas a los derechos
designar un ámbito de protección constitucional de la persona. Y algunas de las fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de
proclamaciones constitucionales enlazan directamente con lo que aquí estamos conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados
llamando derechos de la personalidad, aunque en otros aspectos la protección y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España».
constitucional se incline más hacia el terreno de las libertades públicas o los dere- Aunque literalmente el precepto produce la remisión sólo para cumplir una función
chos de los ciudadanos a obtener prestaciones de los poderes públicos, que son interpretativa, la jurisprudencia constitucional ha entendido que igualmente puede
auténticos derechos subjetivos públicos. producirse la remisión para integrar los defectos de la regulación española. Todo
La cuestión de establecer con nitidez las relaciones que existen entre los dere- ello, como es evidente, da lugar a una interpretación extensiva de las normas que
chos de la personalidad y los derechos fundamentales reconocidos por la Consti- desarrollan los derechos constitucionales3.
tución, depende mucho del concepto que de estos últimos se tenga, problema res- Los derechos fundamentales tienen su lugar en la actualidad, por lo que por su
pecto del cual, por obvias razones, nosotros no podemos llevar a cabo ningún tipo estudio hemos de remitirnos al Derecho Constitucional4.
de profundización. Si se adopta la línea algunas veces seguida por el Tribunal
Constitucional, de acuerdo con la cual los derechos fundamentales son derechos
públicos subjetivos de los ciudadanos frente al Estado que consisten en la preser- V. LA TUTELA DE LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD
vación de esferas de libertad en las cuales los poderes públicos no pueden penetrar,
y en la garantía de prestaciones que son necesariamente puestas a cargo del Estado, La infracción de los derechos de la personalidad puede dar lugar a su correc-
la distinción puede parecer clara. Habría, según ella, unos derechos del ciudadano ción por diversas vías:
frente al Estado (los derechos fundamentales) y unos derechos de cada persona a) La infracción del deber de respeto a la persona y la lesión de algunos de-
frente a las restantes (los derechos de la personalidad). Naturalmente, esta distin- rechos de la personalidad (tal vez, de la mayoría de ellos) se tipifican, en numerosas
ción posible no excluye las coincidencias entre el régimen jurídico de unos y otros, ocasiones, como conductas delictivas sancionadas por el Código penal. Por ejem-
ni las posturas metodológicas que propugnan que las insuficiencias legislativas de plo, el homicidio, como lesión del derecho a la vida; las lesiones, como atentado al
los derechos de la personalidad sean subsanadas por las de los derechos fundamen- derecho a la integridad física; las detenciones ilegales, como violación del derecho
tales. Pero esa distinción no es del todo real. Muchos derechos de la personalidad a la libertad personal. La declaración legal de que los hechos son constitutivos de
se encuentran recogidos como derechos fundamentales por lá Constitución, y, si delito, además de producir la consecuencia de la imposición de una pena, acarrea
ésta es un cuerpo normativo directamente actuable, sólo se podrá hablar de dere-
cho de la personalidad cuando no lo ha sido como derecho fundamental por el 3
Son básicos: Convención para la Protección del Hombre y Libertades Fundamentales
legislador constitucional. Otras veces es el propio legislador el que quiere distinguir de 4 de noviembre de 1950 (B. O.É de 10 de octubre de 1979); Pacto Internacional de Dere-
entre derecho de la personalidad y derecho fundamental. Así, por ejemplo, la Ley chos Civiles y Políticos (B.O.E. de 30 de abril de 1979); Pacto Internacional de Derechos
del Registro Civil regula el derecho al nombre, que es un derecho de la persona a Económicos, Sociales y Culturales (B. O.E. de 30 de diciembre de 1977): Carta de los Dere-
chos Fundamentales de la Unión Europea de 14 de diciembre de 2007.
su identidad como derecho de la personalidad (arts. 50 a 57 de la Ley 28/2011, de 4
Vid. DIEZ-PICAZO GIMÉNEZ: Sistema dederechos fundamentales\ 3.a ed., Madrid,
21 de julio). 2008.
302 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD 303
una determinada responsabilidad civil (obligación de reparar el daño causado). La daños, sino también la facultad de hacer cesar, si es posible, el acto injurioso, y de
prosecución de las vías penales se regula por lo dispuesto en el Código penal y en hacer suprimir el medio con el que el mismo haya sido realizado y pueda ser di-
vulgado.
la Ley de Enjuiciamiento Criminal. La mayor parte de los delitos contra los dere-
chos de la personalidad son perseguibles de oficio y la acusación corresponde al
c) Son aplicables a los derechos de la personalidad las vías de protección de
Ministerio Fiscal, sin necesidad de que el ofendido ejercite particulares acciones.
los derechos fundamentales que la Constitución reconoce, cuando aquéllos sean
Lo mismo ocurre con la responsabilidad civil dimanante de delito, que es solicita-
de esta última especie. Tal protección se lleva a cabo, por mandato del artículo 53.2
da por el Ministerio Fiscal, si el interesado no la ejercita personalmente o no se la
de la Constitución, a través de un procedimiento basado en los principios de pre-
reserva para hacerla valer en otro procedimiento.
ferencia y sumariedad en cuanto a las libertades y derechos reconocidos en el ar-
b) Existe, con carácter general, una tutela civil de los derechos de la persona- tículo 14 y en la Sección 1.a del Capítulo II del Título I. El recurso de amparo, al
lidad que corresponde a los Tribunales de aquel orden. Pueden ejercitarse las ac- que se alude así por la Constitución, protege a los ciudadanos frente a las violacio-
ciones de resarcimiento de los daños y perjuicios causados por las violaciones del nes de aquellos derechos y libertades que tengan su origen en disposiciones, actos
derecho de la personalidad, al amparo del artículo 1.902 C e , cuando los hechos jurídicos o simples vías de hecho de los poderes públicos del Estado, las Comunidades
no constituyan delito o cuando la acción de resarcimiento de la responsabilidad Autónomas o de sus autoridades, funcionarios o agentes (art. 41.2 de la Ley Orgáni-
civil derivada de delito no haya sido especialmente ejercitada en la vía penal. Para ca del Tribunal Constitucional, de 3 de octubre de 1973, modificada por la Ley
el resarcimiento de los daños se otorga al sujeto un derecho instrumental, el dere- Orgánica 15/2015, de 16 de octubre).
cho a obtener una reparación, que es un auténtico derecho subjetivo con todas las Ello ha planteado el problema relativo a si pueden residenciarse en el recurso
características de este tipo. de amparo constitucional las lesiones a los derechos fundamentales que no tengan
El daño puede ser tanto material como moral. Es de este último tipo cuando su origen en el Poder Público. Aunque con alguna vacilación inicial, la jurispru-
la lesión recae sobre un bien de orden personalísimo (v. gr., la vida) o afectivo, es- dencia del Tribunal Constitucional se ha inclinado por una respuesta afirmativa,
piritual o sentimental, esto es, sobre bienes inmateriales, categoría dentro de la cual si media un acto judicial que no repare las lesiones verificadas, o de otro poder
encajan los derechos de la personalidad. No hay obstáculo alguno para que una público (Ss. 51/1988, de 22 de marzo, y 6/1988, de 21 de enero)5.
misma lesión dé lugar a ambas clases de daño. Piénsese en unas lesiones que pro-
ducen incapacidad para el trabajo al que las sufre, con su consiguiente disminución
de ingresos (daños materiales), y, al mismo tiempo, dolores o sufrimientos en su BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
cuerpo, o pérdida del bien de la integridad física (daño moral).
La reparación del daño moral se logra a través de su compensación pecuniaria, DE CASTRO Y BRAVO: LOS llamados derechos de la personalidad, A.D.C., 1959, p. 1237;
de libre apreciación por el juzgador. Hoy es este principio unánimemente admitido DÍEZ-PlCAZO GIMÉNEZ: Sistema de derechos fundamentales, 3.a ed., Madrid, 2008.
por las legislaciones y la jurisprudencia, desechando los escrúpulos doctrinales pa-
sados sobre la valoración pecuniaria de un bien no material.
En todo caso es preciso tener en cuenta que cuando hablamos de indemnizar
nos referimos a la idea amplia de «dejar indemne» al perjudicado, finalidad que
puede alcanzarse tanto por vía de compensación en dinero como a través de la eli-
minación de la fuente de donde proviene el daño. Esta última fórmula de repara-
ción tiene un interés muy relevante en el caso del daño moral, a veces más que la
primera, aunque una y otra no se excluyen. Piénsese, por ejemplo, en la importan-
5
cia que para el perjudicado por una publicación injuriosa, o por la reproducción Sobre la extensión del recurso de amparo a las relaciones jurídico-privadas, vid. QUA-
no autorizada de su imagen, posee la retirada de la circulación o destrucción de la DRA SALCEDO: El recurso de amparo y los derechos fundamentales en las relaciones entre
particulares, Madrid, 1981; EMBID IRUJO: El Tribunal Constitucional y la protección de las
publicación ofensiva. libertades públicas en el ámbito privado, en la obra «El Tribunal Constitucional», Instituto
de Estudios Fiscales, I, p. 903; GARCÍA TORRES y JIMÉNEZ-BLANCO: Derechos fundamen-
La sentencia de 7 de febrero de 1962 dijo que la tutela al honor otorga al ofen- tales y relaciones entre particulares. La «Drittwirkung» en la jurisprudencia del Tribunal Cons-
dido no sólo el poder de accionar contra el ofensor para el resarcimiento de los titucional, Madrid, 1986.
IV
AUTONOMÍA PRIVADA
Y PATRIMONIO
22. LA AUTONOMÍA PRIVADA

I. CONCEPTO DE LA AUTONOMÍA PRIVADA

La autonomía privada es el poder de dictarse uno a sí mismo la ley o el precep-


to, el poder de gobernarse uno a sí mismo. Podría también definirse como un poder
de gobierno de la propia esfera jurídica, y como está formada por relaciones jurí-
dicas, que son el cauce de realización de intereses, la autonomía privada puede
igualmente conceptuarse como el poder de la persona para reglamentar y ordenar
las relaciones jurídicas en las que es o ha de ser parte.
La autonomía privada es libertad individual. Reconocer libertad significa per-
mitir hacer, dar al individuo una esfera de actuación, pero reconocer autonomía es
decir algo más: que el individuo no sólo es libre, sino que es además soberano para
dictar su ley en su esfera jurídica. En otras palabras, un reconocimiento del valor
jurídico de sus actos, que serán vinculantes y preceptivos.
La autonomía es un poder de la persona como realidad eminente. Conviene en
este punto observar que cuando se habla, como es usual entre nosotros, de «auto-
nomía de la voluntad», no deja de incurrirse en algún equívoco. Porque el sujeto
de la autonomía no es la voluntad, sino la persona como realidad unitaria. La au-
tonomía no se ejercita queriendo —función de la voluntad— sino estableciendo
disponiendo, gobernando. La voluntad o el querer es un requisito indudable del
acto de autonomía (que ha de ser siempre libre y voluntario), pero para ejercitar
la autonomía es preciso el despliegue de las demás potencias.
La autonomía es, por último, un poder de ordenación de la esfera privada de
la persona, entendiendo por tal el conjunto de derechos, facultades, relaciones, etc.,
que ostente o que se le hayan atribuido, aunque no se quiere decir con ello que el
poder sea total y absoluto. Existen posiciones de dicha esfera para las cuales el De-
recho excluye la autonomía como poder ordenador.

II. CONTENIDO DE LA AUTONOMÍA PRIVADA

No cabe reconocer a la autonomía privada como fuente de normas jurídicas si


por norma jurídica entendemos el mandato con eficacia social organizadora o con
[307]
308 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA AUTONOMÍA PRIVADA 309
significado social primario. El poder individual carece de aptitud para crear nor- Desde un punto de vista institucional, la autonomía privada reviste el carácter
mas de Derecho. Puede, sin embargo, manifestarse como poder de creación, mo- de principio general del Derecho, porque es una de las ideas fundamentales que
dificación o extinción de las relaciones jurídicas y como poder de reglamentación inspira toda la organización de nuestro Derecho privado. Este carácter de principio
de las situaciones creadas, modificadas o extinguidas. jurídico, unánimemente aceptado, ha plasmado en una pluralidad de reglas y afo-
Esta última eficacia preceptiva de la autonomía privada ha hecho que algunos rismos. No parece necesario insistir sobre ello, pero sí puntualizar la naturaleza y
autores la consideren como fuente del Derecho objetivo, es decir, como poder de el puesto que el principio de autonomía privada tiene dentro de los principios ge-
creación de normas jurídicas, lo que tiene hondas raíces en la historia del Derecho. nerales del Derecho. Siempre que se habla del principio de autonomía privada se
Ya en Roma se colocan los pacta en el mismo plano que las leyes o las costumbres, quiere ver en él un principio de orden político y, más concretamente, un principio
y se da al acto de autonomía privada el gráfico calificativo de lex privata. Tal di- característico del orden político liberal. Es frecuente la afirmación de que el prin-
rección ha tenido modernamente fuerte aceptación. Y así se afirma que entre la cipio de autonomía de la voluntad es un principio de signo individualista y liberal,
norma creada por el legislador, por la autoridad administrativa o por las partes de que debe ser sustituido por un principio intervencionista más conforme con las
un negocio jurídico hay una simple diferencia de grado (KELSEN, MANIGK). concepciones sociales. No se va a negar que el principio de autonomía alcanzó ex-
La observación sólo parcialmente es cierta. Claro que tanto el legislador al dic- traordinario vigor dentro de las direcciones políticas de matiz liberal, como tam-
tar una ley como las partes al celebrar un contrato establecen una regla de conduc- bién es cierto que la corrección de las exageraciones a que condujo su imperio bajo
ta obligatoria, un precepto. Pero la diferencia entre los preceptos de uno y otro tipo el reinado de las ideas liberales y la misma enemiga contra éstas, son las causas del
no sólo es de grado en una escala jerárquica, sino sustancial. Estriba en que los aumento de las restricciones que ha sufrido en la época moderna. Lo que debe ne-
preceptos del primer tipo (leyes, costumbres, etc.) tienen una eficacia primaria de garse es que el principio de autonomía privada sea un puro principio político y que
organización social que les otorga el rango de normas jurídicas, mientras que los sea un principio liberal. El liberalismo acogió el principio y por así decirlo lo libe-
preceptos del segundo tipo —los preceptos privados, los negocios jurídicos— ca- ralizó. El principio de autonomía privada es un principio de Derecho, porque el
recen de aquel significado, limitándose a servir de reglas de conducta en las rela- respeto a la persona y su reconocimiento como ser definesexigen su vigencia, y es
ciones entre particulares, lo que les priva de relevancia para la comunidad en el dentro de su marco donde puede el hombre realizarse plenamente. La supresión de
sentido organizativo de una convivencia justa. la autonomía privada como principio general del Derecho llevaría consigo la total
La función reglarrientadora de la autonomía privada se halla reconocida en anulación de la persona y su conversión en puro instrumento de la comunidad. El
nuestro Derecho positivo. El artículo 1.091 contiene el principio de eficacia precep- principio de autonomía de la persona es además un principio tradicional del De-
tiva de los actos de autonomía. Las obligaciones que nacen de los contratos, dice, recho español, que ha reconocido y defendido siempre el valor del individuo y la
tiene fuerza de ley entre las partes contratantes y deben cumplirse a tenor de los necesidad de protección jurídica de la realización de sus fines.
mismos. No es que nuestro Código civil equipare el contrato a la ley (lex contractus, En cuanto al significado técnico, deriva del sentido institucional, por lo que cabe
lex privata). El contrato y la ley son cosas distintas. Lo que hace es otorgar al con- afirmar que por ser un principio general del Derecho deberá ser aplicado a falta de ley
trato «fuerza de ley», fuerza de precepto de imperativo cumplimiento para los in- y en defecto de costumbre. En consecuencia, las personas pueden crear libremente re-
teresados. El poder reglamentador de la autonomía privada se halla reconocido laciones jurídicas de todas clases y establecer libremente también el régimen de estas
asimismo en el artículo 1.255; los contratantes pueden establecer los pactos, cláu- relaciones en principio, cuando no haya disposición legal en contrario o costumbre.
sulas y condiciones que tengan por convenientes siempre que no sean contrarios a El principio general debe funcionar asimismo como criterio inspirador de toda
las leyes, a la moral ni al orden público. labor interpretativa. Quiere ello decir que todas las normas jurídicas deberán in-
terpretarse en la forma que resulte más conforme al principio general. Las que re-
presenten una excepción al principio de autonomía —normas prohibitivas, normas
III. SIGNIFICADO INSTITUCIONAL DE LA AUTONOMÍA PRIVADA limitadoras— deberán interpretarse de manera restrictiva.

Es doble, pues es una realidad básica y fundamental dentro del orden jurídico, IV. LOS LÍMITES DE LA AUTONOMÍA PRIVADA
y puede hablarse en este aspecto de un significado institucional de la autonomía
privada, y juega un destacado papel en la mecánica de la aplicación del Derecho, La autonomía privada no es una regla de carácter absoluto. Otorgar carácter
razón por la cual debe hablarse de un significado técnico. absoluto a la autonomía privada sería reconocer el imperio sin límite del arbitrio
310 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA AUTONOMÍA PRIVADA 311
individual. El problema de la autonomía privada es un problema de límites. La se contempla son las leyes de contenido imperativo. Por tanto, las leyes dispositivas
naturaleza del hombre y el respeto a la persona exigen el reconocimiento de la au- permitirían el desplazamiento de su eficacia por aquella autonomía. No obstante,
tonomía, pero el orden social precisa que esta autonomía no sea absoluta, sino li- esta conclusión fue sometida a revisión inmediatamente que se aceptó la premisa
mitada. La cuestión radica por ello en el señalamiento de los límites, de tal mane- de la intervención del Estado en todos los ámbitos de la vida social para salvaguar-
ra que no sean tan amplios que otorguen al individuo una libertad desmesurada dar el bien general. La concepción liberal, que dejaba al Estado en un mero papel
con la consiguiente perturbación del orden, ni tan angostos que lleguen a suprimir de arbitro en el desarrollo de las libertades e iniciativas individuales porque se es-
la propia autonomía. Es una cuestión de equilibrio dependiente de la prudencia de timaba que son los propios individuos los que equilibran sus encontrados intereses
la política gobernante. dentro de la dinámica social, deja paso a otra en la que el Estado va a tener un
¿Cuáles son los límites de la autonomía privada? El artículo 1.255 señala tres: protagonismo relevante en la dirección de la economía, la sociedad, etc. Uno de
la ley, la moral y el orden público. los frutos de este cambio de actitud ha consistido en una nueva fundamentación
Lo primero que se observa es la falta defijezaabsoluta de los límites de la au- de las leyes dispositivas. No se ve en ellas exclusivamente unas normas que tienen
tonomía. Son siempre líneas fluctuantes* porque tanto el concepto de orden públi- como característica la posibilidad de ser desplazadas por las creadas por la auto-
co como la concreción de lo moral o inmoral en materias de Derecho privado, son nomía privada, sino una reglamentación justa y equilibrada de situaciones jurídicas
variables que están en función de las coordenadas históricas vigentes. De ahí el que debe imperar mientras no se sustituya por otra por lo menos igual de justa y
relevante papel que asume la autoridad judicial como intérprete o portavoz de las equilibrada, o mientras no exista causa que justifique la sustitución. El peligro de
corrientes sociales, políticas o económicas de la época, y de ahí también, no hay esta concepción es la facilidad que ofrece para el control del juego de la autonomía
razón para negarlo, la inseguridad que provocan estas normas con supuestos de privada, que ya no tendría que respetarse por estar íntimamente vinculada a la na-
hecho tan abiertos. Los institutos jurídicos corren elriesgode funcionalizarse se- turaleza de la persona como ente racional y libre, sino en cuanto sirva a losfinese
gún los criterios discrecionales del juez. intereses de la colectividad. Las ideologías totalitarias dieron y dan así extraordi-
nario impulso a la destrucción del dogma de la autonomía de la voluntad.

A) EL LÍMITE LEGAL
B) LA MORAL
Si la autonomía privada permite tanto la constitución de relaciones jurídicas
como la determinación de su contenido, la limitación se produce en un doble sentido. Otro de los límites institucionales de la autonomía de la voluntad es la moral,
En efecto, la ley puede limitar el poder de constitución de relaciones jurídicas término que emplea el artículo 1.255. Otras veces el Código civil se refiere a las
de estas maneras: o prohibiéndolas (p. ej., art. 1.654) o imponiendo determinadas «buenas costumbres» (arts. 1.271, párrafo último; 1.116; 1.328). En cualquier caso,
relaciones jurídicas a los individuos. Nos hallamos en tal caso ante los actos de es evidente que al no positivizarse la moral de una forma concreta, el margen del
constitución forzada de relaciones, también llamados contratos forzosos (un arren- intérprete y juzgador para su aplicación es teóricamente amplísimo.
damiento, una venta, etc.). Parece claro que la moral no puede identificarse con los preceptos de este tipo
Puede también la ley limitar el poder de determinación del contenido de las de una determinada concepción religiosa. El pluralismo en esta materia, eLreco-
relaciones que la autonomía privada crea. Nos hallamos, ahora, en presencia de nocimiento del principio de igualdad de todas las confesiones ante la ley, el derecho
relaciones libremente creadas es decir, de negocios permitidos —no prohibidos— y de la persona a profesar cualquier credo religioso o a no profesarlo, impediría
libres —no forzosos—. Pues bien en ellos la restricción puede también ser doble: aquella identificación.
o prohibiendo determinado contenido (v. gr., art. L691), o imponiéndolo. Las re- También es rechazable una identificación de la moral con la ética de cada indi-
laciones se crean voluntariamente pero lo que la voluntad crea es un esquema, y su viduo. Si la norma jurídica se propone una ordenación uniforme de las conductas
contenido está regulado imperativamente por la ley. En estos casos de determina- para alcanzar valores superiores como la justicia, carecería de sentido que al mismo
ción coactiva del contenido de una relación, la norma constituye la fuente directa tiempo permitiese con sus efectos jurídicos las conductas que subjetivamente los
de la reglamentación de la misma. destinatarios de las normas creyesen más ajustadas a sus personales juicios éticos.
Conviene resaltar, al hablar de los límites legales al juego de la autonomía pri- Una dirección doctrinal que cuenta con numerosos seguidores se remite como
vada en cualquiera de las facetas que hemos considerado anteriormente, que lo que canon de la moral a lo que ordinariamente se practica por la generalidad de las
312 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA AUTONOMÍA PRIVADA 313
personas honestas en una determinada comunidad y en un determinado momento. absolutamente obligatorios para la conservación del orden social en un pueblo y
En este sentido, dice D E CASTRO que «se trata de la conducta moral exigióle y exi- en una época determinada (Ss. de 5 de abril de 1966 y 31 de diciembre de 1979).
gida en la normal convivencia de las personas estimadas honestas». Por tanto, no Una mayor concreción se observa en la siguiente formulación de DE CASTRO: prin-
hay una pura remisión a la opinión pública como quiera la dirección sociológica, cipios o directivas que en cada momento informan las instituciones jurídicas.
siempre manipulable y difícil de detectar como no sea a base de tests perfectamen- En realidad, teniendo en cuenta el amplio concepto de principios generales del
te elaborados y completamente objetivos e imparciales, que impidan dar a las res- Derecho que se ha acogido en capítulo anterior de esta obra, el orden público no
puestas una soterrada pero inequívoca dirección. Es el criterio general de las per- viene a ser más que la expresión que se le da a la función de aquellos principios en el
sonas honestas, rectas en su proceder. ámbito de la autonomía privada, consistente en limitar su desenvolvimiento en lo
Seguramente hay todavía alguna dosis de incertidumbre en esta formulación que los vulnere. Básicamente han de tenerse en cuenta hoy, como integrantes del or-
(¿cuál es el patrón que señale a las personas como honestas y rectas?). Por eso no den público, los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución1.
estará de más recordar lo que resaltaba ESMEIN: en las sociedades de civilización Dentro de la literatura jurídica sobre el orden jurídico ha adquirido relieve des-
europea, hay un cuerpo de doctrina moral, formado por lafilosofíaantigua y las tacado desde principios de este siglo el tema del orden público económico, conse-
tradiciones cristianas, sobre el cual las divergencias son mínimas. cuencia de la intervención del Estado en la vida económica, que no se abandona
ya al puro juego de los intervinientes en el mercado. Entre dos extremos se mueve
esta intervención: o el Estado planifica rígida y centralmente toda la actividad eco-
C) EL ORDEN PÚBLICO nómica (sistema soviético), o el Estado se cuida de eliminar los obstáculos y cor-
tapisas que imposibiliten la actuación de las leyes del mercado (neoliberalismo).
Es otro de los conceptos reiteradamente aludido en el Código civil como lími- Es evidente que la intervención del Estado a la que nos estamos refiriendo se
te de la autonomía privada, y presenta la mayor dificultad en su concreción por la producirá a través de normas jurídicas imperativas. Pero al lado de ellas, o fuera de
desconexión entre la noción vulgar de lo que se entiende por «orden público» (si- ellas, existen unos principios en que se asienta el orden social en su faceta econó-
tuación de tranquilidad y paz exterior) y aquella función limitadora. mica. Así, por ejemplo, un Estado que acepte lo que se ha denominado «economía
Se ha pretendido la inclusión del orden público en el ámbito de las leyes impe- social de mercado» dirige la vida económica partiendo del postulado de la eficacia
rativas, siendo en consecuencia éstas de orden público. Pero la sinonimia entre leyes de la iniciativa privada, y oponiéndose a la creación de trabas artificiales para su
imperativas y orden público no la acepta el Código civil, que distingue siempre las juego en el mercado (p. ej., concierto entre varios industriales para eliminar la com-
leyes y el orden público como límites diferentes de la autonomía privada (vid. arts. petencia entre ellos, bienfijandoun precio de venta para su producto, bien estable-
1.255 y 594). En efecto, existen normas en las que falta todo pronunciamiento gra- ciendo condiciones que han de observar en sus relaciones con terceros), tiene unos
matical acerca de su carácter imperativo, pero no se duda de que constituyen lími- principios básicos del orden económico, aunque no se hayan traducido en normas
tes a la autonomía de la voluntad porque son de orden público. Así, por ejemplo, imperativas, que deben limitar la autonomía privada en el sentido de que no puede
las relativas a la patria potestad. En ninguno de los preceptos que el Código civil desenvolverse en contra de los mismos.
dedica al instituto se dice nada sobre su imperatividad, pero es evidente que todo
acto de autonomía de la voluntad que los contradiga será tachado de nulo. Ade-
más, no toda norma imperativa es de orden público. Es una norma imperativa la V. LOS CAUCES DE EXTERIORIZACIÓN DE LA AUTONOMÍA
que proclama la redimibilidad de los censos que graven unafinca(art. 1.608 C.c), PRIVADA
pero no parece que la cuestión de la redimibilidad de tales cargas afecte al orden
público. Si la autonomía privada es un poder del individuo que le permite el gobierno
En realidad, como dice FERRI, los criterios de orden público y de las buenas de su esfera jurídica, los cauces fundamentales de su realización se pueden encon-
costumbres están destinados a operar en el campo que las normas imperativas de- trar en las siguientes instituciones:
jan libre, como criterios residuales de valoración que encuentran aplicación sola-
mente si faltan aquéllas.
El Tribunal Supremo acepta como concepción del orden público la siguiente: 1
ALFARO ÁGUILA-REAL, I: Autonomía privada y derechos fundamentales, A.D.C., 1993
principios jurídicos, públicos y privados, políticos, morales y económicos que son (l),pp. 57-122.
314 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)

1.° El patrimonio, en cuanto que esta idea engloba la totalidad de los poderes
jurídicos del individuo sobre bienes y relaciones jurídicas de naturaleza económica.
2.° El derecho subjetivo, en cuanto significa la concesión de un poder jurídi-
co sobre bienes de todo tipo y una garantía de libre goce de lo mismos, como medio
de realización de los fines e intereses del hombre. 23. EL PATRIMONIO
3.° El negocio jurídico, en cuanto que es el acto por virtud del cual se dicta
una reglamentación autónoma para las relaciones jurídicas, o se crean, modifican
o extinguen las mismas.
I. EL CONCEPTO DE PATRIMONIO
A partir de este momento iremos estudiando sucesiva y separadamente cada
uno de estos cauces de realización de la idea básica de autonomía privada.
El concepto de patrimonio no forma parte de los términos técnicos utilizados
en el momento de la redacción de nuestro Código civil, donde aparece sólo muy
esporádicamente (arts. 342, 343, 506). Es más frecuente en él la utilización de los
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
términos «bienes», «capital» o «capitales», «fortuna» u otros semejantes. La idea
AMORÓS GUARDIOLA: Las limitaciones de la autonomía de la voluntad según el pensa- de patrimonio, con un significado técnico preciso, aparece en las obras de la lite-
miento de Federico de Castro, A.D.C.; 1983, p. 1129; BALLARÍN HERNÁNDEZ: Limitaciones ratura jurídica de finales del siglo XIX y a lo largo del XX. En los últimos tiempos,
de la autonomía privada, en Libro Homenaje a J. Vallet de Goytisolo, t. 2, p. 7; CANO TELLO: parece, sin embargo, haber encontrado reflejo en las leyes.
El Derecho civil, cauce y límite de la autonomía privada, R.C.D., 1977, p. 787; DE CASTRO Y
BRAVO: Las condiciones generales de los contratos y la eficacia délas leyes, A.D.C., 1961, Para explicar el concepto de patrimonio parece necesario, antes de nada, tratar
p. 295; El arbitraje y la nueva «lex mercatoria», A.D.C., 1979, p. 619; Notas sobre las limita- de señalar cuáles son los tipos de problemas prácticos que con este concepto se in-
ciones intrínsecas de la autonomía de la voluntad, A.D.C., 1982, p. 987; DORAL: La noción de tentan resolver.
orden público en el Derecho civil español, Pamplona, 1967; FERRl: La autonomía privada, á) Ante todo, la idea de patrimonio como un presupuesto de la idea de he-
trad. esp. de Sancho Mendizábal, Madrid, 1969.
rencia. No es que el patrimonio se transmita a los herederos. El patrimonio se
transforma en herencia y sólo la herencia les es transmitida. Sin embargo, el con-
cepto de herencia presupone necesariamente la idea de patrimonio. En este sentido
parece básico el artículo 659 C.c: «La herencia comprende todos los bienes, dere-
chos y obligaciones de una persona, que no se extingan por su muerte»; hay una
unidad que se transmite al heredero.
b) La idea de patrimonio es necesaria para perfilar lo que nosotros llamamos
el soporte objetivo de la responsabilidad de un deudor. No creemos que a los acree-
dores incumba un derecho de garantía como el de prenda sobre el patrimonio del
deudor, pero el patrimonio constituye la base de su responsabilidad (cfr. art. 1.911).
Y, en este sentido, es, por una parte, el posible objeto del poder de agresión de aqué-
llos por la vía del embargo o de la ejecución de los bienes que lo componen y, por
otra, existe una serie de medidas de control para impedir la preparación o la con-
sumación de una insolvencia. El precepto básico es el artículo 1.911 del C.c, según
el cual «del cumplimiento de sus obligaciones responde el deudor con todos sus
bienes presentes y futuros». Cuando el deudor deviene insolvente es objeto de una
ejecución universal (concurso) y el conjunto de sus bienes es sometido a una espe-
cial administración o liquidación en beneficio de todos los interesados.

[315]
316 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL PATRIMONIO 317

c) La idea global y unitaria de patrimonio tiende a posibilitar la subrogación II. CONTENIDO DEL PATRIMONIO
real cuando un conjunto de bienes es objeto de una demanda o de una obligación
de restitución. La subrogación real supone la sustitución, dentro del conjunto de A) BIENES Y DERECHOS COMO OBJETO DEL PATRIMONIO
ellos considerados en abstracto como una unidad, de unos concretos bienes por
otros, existiendo una conexión jurídica entre la salida y la entrada (p. ej., el precio FERRARA decía que el patrimonio es un complejo de derechos y no un com-
que se recibe por la enajenación; la indemnización que se cobra del seguro por su plejo de bienes, porque los objetos exteriores se toman en consideración desde el
destrucción). punto de vista jurídico por la relación en que se encuentran con una persona. Sin
Además de estas tres básicas funciones, recordadas por los autores, existen a embargo, DE CASTRO señala que «derechos subjetivos y bienes no son elementos
nuestro juicio otras dos en las que la idea de patrimonio juega o puede jugar un distintos, que, como tales, puedan excluirse entre sí, sino que son aspectos de una
importante papel. misma realidad jurídica». Los bienes, dice el mismo autor, importan al Derecho en
En primer lugar, hay muchas veces que justificar, y al mismo tiempo delimitar, cuanto son bienes jurídicos patrimoniales o, lo que es lo mismo, en cuanto son ob-
los especiales poderes de gestión, administración y disposición que, en concretas jeto de un derecho subjetivo. Son los bienes los que pueden ser dañados y exigirse
por ello indemnización. Y los bienes constituyen también materia de embargo y
circunstancias, pueden atribuirse a una persona respecto de bienes de ella misma,
ejecución y es lo suficiente o insuficiente de su valor lo que determina la solvencia
de bienes de otra o de bienes comunes. Así, v. gr., el patrimonio del que es someti-
o insolvencia patrimonial.
do a una ejecución colectiva por todos sus acreedores; la administración de los
representantes legales (p. ej., el tutor sobre los bienes del incapacitado o del menor Nosotros entendemos que el objeto inmediato incorporado al patrimonio son
no sometido a patria potestad), la suerte de los diferentes grupos de bienes perte- los derechos, pero que, referidos éstos directamente a bienes, no hay especial incon-
necientes a los cónyuges (privativos, gananciales, etc.). veniente en considerar a los bienes como objetos patrimoniales.
En segundo lugar, hay que justificar el fenómeno, que es sin duda excepcio- Asi, si tomamos como ejemplo el reflejo contable del patrimonio (inventarios,
nal pero que bajo ciertas condiciones admite el Derecho positivo, de que grupos balances) podrá consignarse en él, v. gr., una casa en lugar de la propiedad de una
de bienes, pertenecientes a una misma persona, puedan ser objeto de diferentes casa o cien mil pesetas en lugar de un crédito de esa cuantía.
ámbitos de responsabilidad, de manera que una deuda sólo puede ser efectiva
sobre unos bienes y otras sobre otros. Éste es, por ejemplo, el caso de la heren-
B) PATRIMONIO Y ESFERA JURÍDICA DE LA PERSONA
cia aceptada a beneficio de inventario, que, según el artículo 1.023, no se con-
funde para ningún efecto en daño del heredero con los bienes particulares que
pertenezcan a éste, produciéndose además estas consecuencias: que el heredero Dice FERRARA que la totalidad de los derechos que pertenecen a un sujeto for-
man la esfera jurídica de éste. En la esfera jurídica se comprenden todos los dere-
sólo queda obligado a pagar las deudas y demás cargas de la herencia hasta
chos y, por consiguiente, los derechos de cualquier tipo que sean. Así, derechos de
donde alcancen los bienes de la misma; y que conserva contra el caudal here-
naturaleza personal, derechos de familia o derechos de carácter público. La esfera
ditario (que en puridad es suyo) todos los derechos y acciones que tuviera con- jurídica la forma la totalidad del poder jurídico que al sujeto le es reconocido del
tra el difunto. derecho objetivo.
Sin embargo, no toda la doctrina está de acuerdo con la necesidad de construir
Dentro de la esfera jurídica aparece como un círculo más restringido el grupo
una teoría del patrimonio para justificar estos fenómenos. Pero las críticas no evi-
o conjunto de los derechos que poseen valor pecuniario. A este grupo se le llama
tan que en determinados casos previstos por la ley haya una masa de bienes com-
patrimonio y es, por tanto, una parte de la esfera jurídica del sujeto.
puesta por elementos heterogéneos a los que se hace objeto de un mismo tratamien-
to jurídico. Su consideración como unidad no pasa desde luego de ser un modo de
pensarlos, no porque la constituyan realmente, es decir, no se forma un objeto ju- C) LAS OBLIGACIONES DEL TITULAR
rídico distinto e independiente de sus elementos componentes.
Un concepto de patrimonio que pueda servir para ulteriores desarrollos, cabría
Es un problema discutido si las deudas u obligaciones del titular del patrimonio
formularlo así: por patrimonio se entiende el complejo o conjunto de relaciones
forman o no parte constitutiva del mismo. Entendemos que están dentro del mis-
jurídicas valuables en dinero que pertenecen a la esfera jurídica de una persona,
mo, dado que los bienes responden de su cumplimiento (art. 1.911), y son su ele-
activa o pasivamente.
318 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL PATRIMONIO 319
mentó pasivo. Bienes y derechos constituyen el activo patrimonial y las deudas y para los acreedores. Además, esas masas de bienes de distinta naturaleza están uni-
obligaciones el pasivo. Bienes y deudas, como un todo, determinan el estado gene- das a su titular, o separadas o independizadas por su destino a unfindeterminado.
ral del patrimonio y su juego permite la idea de solvencia o capacidad patrimonial
del titular.
Tal titular ha de cuidar por las deudas patrimoniales, evitando que se agraven IV. LOS CARACTERES DEL PATRIMONIO
o aumenten y puedan destruirlo total o parcialmente en perjuicio de sus acreedores.
De lo contrario se verá sometido a procedimientos concúrsales para que se satis- El patrimonio presenta los siguientes caracteres:
fagan sus acreedores y, eventualmente, a una responsabilidad penal cuando a esta 1.° Legalidad.—-El patrimonio es una creación del Derecho objetivo. Es él
situación se haya llegado por su evidente culpa. quien únicamente autoriza en ciertos casos a considerar unitariamente un conjun-
to de relaciones jurídicas activas y pasivas, lo que alcanzará especial reüeve cuando
ese conjunto aparezca independizado del patrimonio personal. Dentro de este úl-
III. LAS TEORÍAS SOBRE EL PATRIMONIO timo patrimonio no cabe la creación por voluntad de su titular de otros varios y
distintos con relevancia jurídica. Particularmente podrá contar con un patrimonio
Partiendo de los datos y problemas a los que hemos procurado aproximarnos inmobiliario y con otro mobiliario, pero ello sólo a efectos de su mejor control o
se han elaborado las teorías doctrinales, que, para su exposición académica, se administración, nunca con trascendencia ante el Derecho.
pueden escindir en dos grupos: las teorías subjetivas o teorías personalistas y las
teorías objetivas. En realidad, revisten básicamente un carácter metajurídico. 2.° Instnanentalidad.—La creación jurídica del patrimonio no se lleva a cabo
La teoría personalista del patrimonio es un exponente significativo de lo apunta- caprichosamente, sino parala consecución de determinados fines, que es lo que pro-
do. AUBRY y RAU identifican el patrimonio con la aptitud de la persona para adqui- voca el nacimiento de distintos tipos de patrimonios como veremos seguidamente.
rir bienes, con potencialidad económica. Por eso no comprende sólo los bienes ya 3.° Autonomía.—Al hablar de patrimonio se denomina autonomía su
adquiridos, sino también (potencialmente) los que se podrán adquirir en el futuro.
PLANIOL, seguidor en un principio de la teoría personalista, expresa gráfica- independencia en el orden específico de la responsabilidad por deudas, y significa
mente que una persona puede poseer muy pocas cosas, no tener derechos ni bienes la exclusión de posibles interferencias en este orden de un patrimonio respecto de
de ninguna clase, y hasta, como ciertos aventureros, no tener más que deudas. Sin otros. Desde este punto de vista, hay que reconocer que, al lado de casos en que la
embargo, tiene un patrimonio. Patrimonio no significariqueza;un patrimonio no autonomía y la independencia son totales, hay otros supuestos en que sólo es im-
encierra necesariamente un valor positivo, puede ser una bolsa vacía y no contener
nada. El patrimonio es un continente, dicen BAUDRY-LACANTINERIE y CHAU- perfecta o de segundo grado, pues hay veces en que deudas de un patrimonio pue-
VEAU, distinto de su contenido activo y pasivo; el contenido es variable en cantidad den hacerse efectivas sobre otro.
y calidad; el patrimonio en sí mismo no cambia nunca. 4.° Unidad.—El patrimonio es conceptuado como una unidad ideal, una uni-
Debido a esa conexión entre patrimonio y personalidad, la teoría personalista versitas iuris, un modo lógico (porque no tiene la universitas realidad sustancial,
no concibe nunca un conjunto constitutivo de un patrimonio sin una persona que
sea titular, y afirma que toda persona posee un patrimonio y nada más que uno. ontológica) de aprehender la pluralidad de relaciones activas y pasivas. En tal sen-
La unificación de sus elementos, consecuencia también de aquella conexiónase tido es distinto de los elementos que lo componen.
produce porque están todos sujetos a la acción de una única voluntad, de un úni- Por ello posee el patrimonio una identidad sustancial, cualquiera que fueren en
co poder jurídico. un momento determinado los bienes que en él se hallen, lo que explica que el ar-
Reacción contra esta doctrina es la tesis objetiva del patrimonio. Se prescinde
ahora radicalmente de todo ligamen con la persona, y se ve en él una masa de bie- tículo 1.911 del C.c. diga que el deudor responde del cumplimiento de sus obliga-
nes afecta a un fin. Lo que crea la cohesión entre sus elementos no es la sujeción ciones con todos sus bienes presentes y futuros. La garantía de los acreedores es el
al poder de la voluntad de la persona, sino su afectación a un destino (PLANIOL y patrimonio d$ su deudor, no este o aquel bien que en el momento de contraer la
RIPERT). De esa suerte cabe un patrimonio sin titular o que una persona tenga deuda esté allí (o en el momento de hacerla efectiva por la vía judicial). Claro está
varios patrimonios.
Tanto una tesis como otra son claramente unilaterales, presentan resaltadas que, como consecuencia del carácter ideal de la unificación, los acreedores no se
dos facetas de un mismo problema, de una misma cuestión. Es más acertado un dirigirán contra el patrimonio* sino contra los singulares y concretos bienes que en
punto de vista intermedio como el mantenido por DE CASTRO. él encuentren.
A su juicio, el patrimonio supone la existencia en una masa de bienes de una
doble faz: activa y pasiva. Desde la faz activa, el patrimonio representa poder, ám- La unidad ideal fundamenta también la posibilidad de la subrogación real en
bito de libertad sobre las relaciones que lo componen. Desde la faz pasiva, el patri- los elementos patrimoniales. Todos éstos son fungióles dentro de un mismo patri-
monio implica un ámbito de responsabilidad respecto a las mismas, una garantía monio, porque se reducen a la idea común de valor. De ahí que la salida de un bien
320 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL PATRIMONIO 321
por su venta, por ejemplo, opere una sustitución inmediata de ese bien por el pre- jeto de una demanda de restitución (v. gr., el heredero verdadero reivindica la he-
cio recibido o por la acción para exigirlo, sin que se afecte al patrimonio en sí mis- rencia a quien la tiene como heredero aparente, dado que el testamento en que se
mo considerado. le designó fue revocado por otro en que se le omitió).
5.° Intransmisibilidad.—El patrimonio, en cuanto tal, es intransmisible. Se 2.° Existen masas patrimoniales que hay que conservar en su integridad
podrán transmitir, en mayor o menor grado, los bienes que lo componen, pero pertenecientes a unas mismas personas, evitándose el enriquecimiento de una a
nunca aquél. costa de la otra. Así, el patrimonio propio del marido y de la mujer o el patrimonio
Esto que es cierto en las transmisiones ínter vivos ha de matizarse en las trans- ganancial de ambos. Un inmueble adquirido con dinero privativo es privativo, y
misiones mortis causa. En ellas, la herencia es en sí misma un patrimonio que pue- ganancial si lo es con dinero ganancial.
de integrarse con el del único heredero designado o estar durante cierto tiempo en Sin embargo, la subrogación real opera en ocasiones sin consideración a la exis-
indivisión hasta la partición cuando son varios herederos. Entonces, antes de ella tencia previa de un patrimonio. Existen bienes concretos y específicos afectos a
cada uno tiene una cuota ideal que es transmisible. determinados derechos, cuya pérdida origina que el bien que lo sustituya siga afec-
to a aquel derecho. Por ejemplo, el bien hipotecado se destruye por un incendio, y
la indemnización del seguro servirá también de garantía para el cobro de su crédi-
V. LA SUBROGACIÓN REAL to al acreedor hipotecario.
La subrogación real opera en realidad cuando efectivamente hay una sustitu-
Para comprender debidamente el tema de la subrogación real, tal vez convenga ción de un bien concreto por otro concreto, lo mismo que cuando con el bien su-
comenzar la exposición con referencia a supuestos concretos. El artículo 197 Ce. brogado se adquiere otro (así, el representante del ausente que vende una finca de
dice que si después de la declaración de fallecimiento se presentase el ausente, re- su patrimonio, y con el precio adquiere una casa). En cambio, es dudoso el empleo
cobrará sus bienes en el estado en que se encuentren y tendrá derecho al precio de del concepto de subrogación real cuando la cosa se sustituye por dinero si no que-
los que se hubieren vendido o a los bienes que con este precio se hayan adquirido. da individualizado, porque puede confundirse en otro patrimonio, consumirse o
La hipótesis es obviamente la declaración judicial respecto a una persona a la perderse. Más bien lo que existirá será un derecho de crédito dirigido a obtener en
que se da por fallecida concurriendo determinadas circunstancias. El declarado su momento aquel importe.
fallecido tiene derecho a recobrar o recuperar su patrimonio, sus bienes, como con- La subrogación no somete al objeto subrogado a la misma disciplina que su-
junto global. El patrimonio ha podido, sin embargo, experimentar modificaciones jetaba al que ha salido del patrimonio en todos los casos. Piénsese en que el in-
mientras (por sustitución, dentro de él, de unos bienes por otros). Así, se han ven- mueble hipotecado se ha destruido por un incendio y se obtiene una suma de di-
dido bienes y ha ingresado el precio; con el precio se han adquirido otros bienes. nero si estaba asegurado. Esta suma no puede ser objeto de hipoteca porque no
En el artículo 197 estas modificaciones, que se operan dentro del patrimonio, no recae sino sobre inmuebles. Lo que sí es correcto decir es que el bien subrogado
afectan a éste como conjunto, ni al derecho del ausente a su recuperación. está afecto a la mismafinalidadque el que reemplaza, lo que puede dar lugar a la
De una manera similar, el artículo 812 dice que los ascendientes suceden, con ex- constitución de un derecho de garantía distinto (en el ejemplo anterior, prenda en
clusión de otras personas, en las cosas dadas por ellos a sus hijos o descendientes vez de hipoteca).
muertos sin posteridad. Dejando aparte ahora el debatido tema de su naturaleza ju- La subrogación real en cualquiera de las modalidades expuestas opera ante
rídica, lo cierto es que este derecho de reversión al donante tiene como objeto los todo por la convención de las partes y por la disposición de la ley. No obstante, en
«mismos objetos donados», cuando éstos «existen en la sucesión». Sin embargo, el los casos en que ésta no la señale no hay inconveniente en que juegue por aplican
artículo 812 añade a renglón seguido que «si hubieran sido enajenados, sucederán en ción de la analogía.
todas las acciones que el donatario tuviera con relación a ellos, y en el precio si se hu-
bieren vendido, o en los bienes con que se hayan sustituido, si los permutó o cambió».
El reemplazo de un bien por otro es la esencia de la subrogación real, que ca- VI. LOS TIPOS DE PATRIMONIOS
rece de importancia cuando estamos contemplando el patrimonio general de una
persona, pero la adquiere si: Pueden esbozarse a grandes trazos cuatro tipos de patrimonios: el llamado pa-
1.° Existe una masa patrimonial que hay que entregar (p. ej., el representante trimonio personal o patrimonio general de la persona; el patrimonio separado; el
del declarado ausente que ha de entregar su patrimonio cuando regresa) o es ob- patrimonio colectivo y los patrimonios en situación excepcional o interina.
322 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL PATRIMONIO 323
a) El patrimonio personal.—Se caracteriza no sólo por su atribución a una gestión y administración y para el favorecimiento de los intereses del titular defi-
persona, física o jurídica, sino también por su función de servicio respecto de los nitivo. Así, por ejemplo, el patrimonio del ausente durante la ausencia legal, que
fines de la persona. Posee claramente fuerza expansiva y generalidad para com- se conserva en su beneficio si retorna o en el de sus sucesores, si se produce el even-
prender o englobar la totalidad de las relaciones jurídico-económicas de las perso- to que determina la apertura de la sucesión; la herencia pendiente de aceptación;
nas que no estén sometidas a un régimen jurídico especial. las herencias sometidas a algún tipo de condición en orden a la determinación de
b) Los patrimonios separados.—Presentan un carácter excepcional, por lo que su titular definitivo, etc.
la figura del patrimonio separado se encuentra marcada por un principio de lega-
lidad. Únicamente el Derecho objetivo autoriza en ciertos casos a considerar uni-
tariamente un conjunto de relaciones jurídicas activas y pasivas independientes del BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
patrimonio general. No cabe su creación por voluntad del titular ni tampoco por
convenio o por negocio jurídico realizado con otras personas. A efectos del mejor BlbNDl: Los bienes, trad. esp., Barcelona, 1961; CASTÁN TOBEÑAS: En torno a la teoría
del patrimonio, Academia Legislación y Jurisprudencia, 1952; CÁTALA: La transferibilité du
control de los bienes^ de su contabilización, administración, una persona puede de patrimoine, R.T.D.C., 1966, p. 189; COSSÍO: La teoría del patrimonio, en Estudios en home-
facto establecer distinciones dentro de su patrimonio (v. gr., los bienes inmuebles naje al profesor Serrano y Serrano, I, p. 125, y con anterioridad en Anales de la Universidad
los administra A y los valores mobiliarios B). Pero ello no tiene nunca trascenden- Hispalense, 1940 y 1941; DE CASTRO: Temas del Derecho civil, Madrid, 1972, p. 35. DE LOS
cia para el Derecho. Sólo hay una separación de patrimonios cuando excepcional- MOZOS: Aproximación a una teoría general del patrimonio, R.D.P. 1991 (julio-agosto); DO-
NADÍO: Patrimoni separan, Barí, 1940; DORAL GARCÍA: El patrimonio como instrumento
mente el ordenamiento jurídico los crea. técnico-jurídico, A.D.C., 1983, p. 1269; FAIRÉN MARTÍNEZ: Patrimonio y responsabilidad
Se ha discutido cuál es el fundamento de la separación. En este punto las opi- patrimonial, R.D.N., abril-junio, 1962, p. 241; PINO: II patrimonio separato, Padua, 1950;
niones son dispares. Para algunos es decisiva la diferente responsabilidad por deu- ROCA SASTRE: El patrimonio, R.C.D.I., 1926, p.171.
das: hay patrimonios separados allí donde hay deudas de las que responden núcleos
patrimoniales distintos o diferentes. Sin embargo, en nuestra opinión esta tesis no
es decisiva. La razón de la separación puede venir impuesta por regímenes especia-
les de responsabilidad, pero también en atención a formas especiales de gestión y
administración o a la presencia de intereses diferentes de los del titular.
c) Los patrimonios colectivos.—Se denomina así a aquellos que pertenecen a
una colectividad o pluralidad de personas, cuya unión o asociación no se personi-
fica especialmente, es decir, no da lugar a una persona jurídica independiente de
sus componentes. Su característica fundamental estriba en la titularidad y porque
viene dada por la concurrencia de más de una persona en ella. A nuestro juicio, es
obvio que, por esa misma razón, estos patrimonios aparecen también separados de
cada uno de los patrimonios personales de los cotitulares.
d) Los patrimonios en situación interina.—Existen casos en que una masa de
bienes y derechos se unifica en atención a su destino que parece llamado a agotar-
se pronto o en razón a una situación anormal que ha de desaparecer. Se puede lla-
mar a este tipo de fenómeno patrimonio en situación excepcional o en situación
interina.
Generalmente la excepcionalidad o interinidad se produce porque todavía no
es conocido el titular definitivo. Son así patrimonios en espera de una definitiva
concreción de la titularidad y por ello en un estado de pendencia.
Por esta razón aparecen como distintos de todos los anteriores, porque no hay
titularidad colectiva de nadie, ni tampoco verdadera titularidad personal de nadie.
Se trata sobre todo de impedir la disgregación y de mantener la unidad, para su
LOS BIENES PATRIMONIALES 325
nómico de la persona. Por poseer un valor económico están dentro del patrimonio.
Por consiguiente, quedan, en este sentido, fuera del concepto aquellos bienes que
el Derecho protege pero que, de acuerdo con la conciencia social, no son suscepti-
bles de valoración, como los llamados derechos de la personalidad (vida, honor,
24. LOS BIENES PATRIMONIALES intimidad, etc.). Es cierto que cuando resultan lesionados se impone una obligación
de resarcimiento del daño causado traducido en dinero, pero no porque los mismos
tengan un valor per se económico, sino como medio de compensación del daño.
Los derechos de la personalidad se encuentran dentro de la total esfera jurídica de
I. LOS BIENES Y LAS COSAS la persona, pero no en su patrimonio en sentido estricto.
El patrimonio se compone, según hemos puesto de relieve en el capítulo ante-
rior, de derechos y obligaciones. Referidos los derechos a los bienes (p. ej., se es A) LOS DERECHOS
propietario de tal cosa o usufructuario de aquellafinca),no hay inconveniente en
hablar de bienes como contenido del patrimonio. Los derechos forman parte indudablemente de las cosas o bienes. Los romanos,
Ahora bien, lo que es necesario saber es las características que debe reunir un en la categoría de res incorporalis, incluían ya los derechos.
determinado bien para poder estar en un patrimonio, o más exactamente, para En realidad, cuando se habla de derechos como algo distinto de las cosas no es
poder ser objeto de derechos. Interesa también precisar si la noción de bien es idén- tanto porque se circunscriben usualmente éstas al ámbito material (se perciben por
tica a la noción de cosa, ya que el Código civil habla indistintamente de bienes y los sentidos) como porque se alude o a derechos distintos del de la propiedad (de-
cosas (cfr. arts. 333, 338,1.271 y 1.936). rechos reales en cosa ajena, como el usufructo o la servidumbre), o al poder de
Por lo que respecta a esta última cuestión, no parece que desde el punto de vis- exigir una prestación de otro sujeto (v. gr., el vendedor que exige al comprador que
ta del Código civil pueda afirmarse que existe una distinción entre cosa y bienes. le pague el precio; el empresario que exige al trabajador que preste su actividad en
El artículo 333 C e , en este sentido, dice: «Todas las cosas que son o pueden ser la empresa).
objeto de apropiación se consideran como bienes muebles o inmuebles» (también El Código civil considera, en esa línea, a los derechos como bienes (arts. 334.10
arts. 336 y 346). y 336).
El bien o la cosa, para que alcance consideración jurídica como objeto de de-
rechos, ha de poder ser objeto de apropiación, según se deduce del artículo 333. Es
evidente que esta posibilidad de apropiación no debe interpretarse en el sentido de B) BIENES INMATERIALES
que sean por naturaleza aprehensibles materialmente, pues no se explicaría enton-
ces cómo un derecho real (usufructo, hipoteca, etc.) sobre una cosa se conceptúa Como categoría distinta de las cosas y los derechos se presenta la de los bienes
por el legislador como un bien inmueble (art. 334.10). Hay que referir la idea a que inmateriales. Efectivamente, hay supuestos en los que el hombre obtiene una utilidad
la cosa o el bien admita el ejercicio por el hombre de un señorío, de un sometimien- que es apreciada y protegida por el Derecho de algo que ni es cosa material ni dere-
to a su voluntad, que será distinto según el tipo de derecho de que sea titular. No cho. Así, por ejemplo, de una obra literaria que crea, o de un invento industrial, de
es lo mismo, por ejemplo, el poder de un propietario sobre su finca que el de un la energía eléctrica o nuclear. En esta noción se incluyen una heterogeneidad de bie-
acreedor sobre el derecho que posee de exigir al deudor una prestación. nes, objeto de regímenes jurídicos diversos, y como más destacados podemos citar:
También, bajo la noción de apropiabilidad, el legislador ha querido decir que a) Las obras del ingenio.—Las creaciones de la inteligencia plasman efectiva-
el bien o la cosa es apto para la producción de alguna utilidad al hombre. Si nos mente en realidades materiales (un libro, una máquina, etc.), pero el Derecho prote-
apropiamos de las cosas, es porque las consideramos susceptibles de utilidad. ge específicamente además la creación. Por ello existe una legislación sobre propie-
Por último, la cosa o el bien ha de tener un valor económico, sin que ello dad intelectual y sobre propiedad industrial que obedece a esa protección, con unos
signifique por supuesto que tengan que satisfacer necesariamente un interés eco- matices no solamente patrimoniales, sino también personales porque en estos bienes
inmateriales se encuentra siempre la huella personal del autor que hay que proteger
[324] (p. ej., él es el único que tiene poder para decidir si la obra se publica o no).
326 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS BIENES PATRIMONIALES 327

b) Las energías.—Las energías que se hallan en la naturaleza (solar, térmica, III. BIENES PÚBLICOS Y BIENES PRIVADOS
nuclear, etc.) se convierten en bienes en el sentido jurídico cuando el hombre las
utiliza y explota por los procedimientos que descubre o inventa, porque es cuando El artículo 338 C.c. dice lacónicamente que los bienes son de dominio público
producen utilidad para el mismo. o propiedad privada. La enumeración y la concreción de los primeros aparece he-
Esta categoría tiende a extenderse a medida que el progreso técnico avanza. cha inmediatamente en el artículo 339, donde se incluyen los bienes destinados al
c) El trabajo.—El desarrollo económico moderno ha puesto de manifiesto el uso público (como los caminos, los ríos y torrentes, los puertos y puentes construi-
importante valor económico que poseen los servicios, entendidos como prestacio- dos por el Estado, lasriberas,playas, radas y otros análogos), y los que pertenecen
nes de hacer o como despliegue de la energía humana. No obstante, y como seña- privativamente al Estado sin ser de uso común y están destinados a algún servicio
la FERRARA, los servicios no son entidades aislables del hombre que los presta y público o al fomento de lariquezanacional (como las murallas, fortalezas y demás
puedan caer bajo el señorío jurídico de otra persona. Son únicamente objetos de obras de defensa del territorio y las minas, mientras no se otorgue su concesión).
contratación, su valor económico queda contractualmente fijado y se puede ser Según el Código (arts. 343 y 344), hay también bienes de uso público de las
acreedor de ellos con las consecuencias propias de una obligación: constreñir al provincias y délos pueblos, como son los caminos provinciales y los vecinales, las
que les ha prometido para que los preste, con la obligación de indemnizar en caso plazas, calles, fuentes y aguas públicas, los paseos y las obras públicas o de servicio
contrario, pero no hay un derecho sóbrelos servicios o sobre los trabajos porque general construidos por los mismos pueblos o provincias. Todos los demás bienes
sería tanto como predicar un derecho sobre la persona. de las provincias y de los pueblos son de su propiedad.
Se observará que la característica de estos bienes se hace depender de su afec-
ción o destinación y que hay dos tipos posibles de destino: el destino al uso gene-
II. LA CATEGORÍA DE LAS COSAS FUERA DEL COMERCIO ral y el destino al funcionamiento de los servicios públicos o fomento de la rique-
za. El destino o la destinación puede haberse llevado a cabo de una manera
Nuestro Código civil se refiere a esta categoría, aunque lo hace en forma espo- expresa o de forma tácita o implícita, o resultar de la naturaleza del bien (p. ej.,
rádica, un poco tangencial y dándola por supuesta, (arts. 1.271,1.936 y 865). los ríos o las minas). En cualquier caso, mientras la afectación o destinación al
El concepto no es, sin embargo, todo lo claro que sería de desear. Puede enten- servicio público exista, tales bienes no pueden ser objeto de ninguna clase de de-
derse que se confunde con lo que el artículo 333, a contrario, considera como cosas rechos subjetivos, fuera de la propiedad pública cuya gestión es de la Administra-
que no son o no pueden ser objeto de apropiación, pero entonces no tendría sen- ción, o, en su caso, de las Comunidades Autónomas, según dispongan los Estatu-
tido la categoría porque no serían ni siquiera cosas ante el ordenamiento jurídico. tos de Autonomía.
Puede entenderse también, de manera más limitada, como referido a aquellas cosas Esta tradicional idea configura los bienes públicos a través de las notas carac-
cuyo tráfico se encuentra prohibido por alguna disposición del Derecho positivo. terísticas de inalienabilidad, inembargabilidad e imprescriptibilidad.
Por tanto, habría algunas cosas cuya extracomercialidad procedería de su natura- La exposición más detallada del régimen jurídico de este tipo de bienes es ma-
leza y otras, en cambio, de una concreta prohibición legal. teria propia del Derecho administrativo, en relación sobre todo con el Derecho
El problema estriba en que, no delimitada legislativamente la categoría, la mis- constitucional, pues la Constitución de 1978 reconoce la posibilidad de que las
ma tiene que hacerse por vía consuetudinaria o tradicional, lo que equivale a in- Comunidades Autónomas asuman determinadas competencias sobre bienes de i
troducir en ella alguna suerte de arbitrio. Por ello, en el momento actual parece dominio público.
preferible trasladar de campo esa distinción, incluyéndola con aquella otra a la que
enseguida nos referiremos, que separa los bienes públicos y los privados.
En cualquier caso, debe quedar claro, según nuestra opinión, que las cosas IV. LA DISTINCIÓN ENTRE BIENES INMUEBLES Y MUEBLES
extra commercium están absolutamente fuera del tráfico patrimonial y que hay
que distinguirlas de las cosas de tráfico prohibido. Estas últimas pueden estar La distinción tradicional desde el punto de vista jurídico entre los bienes es la
dentro del patrimonio de alguna persona. Lo que está prohibido es comerciar que los clasifica como muebles e inmuebles. En nuestro ordenamiento jurídico la
con ellas (p. ej., los derechos de uso y habitación, art. 525; el derecho a pedir au- distinción asume el papel de una verdadera summa rerum divisio, y así el artículo
mentos al pariente que los debe cuando otro pariente se encuentra precisado de 333 del Código civil dice que «todas las cosas que son o pueden ser objeto de apro-
ellos). piación se consideran como bienes muebles o inmuebles».
328 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS BIENES PATRIMONIALES 329

La distinción no es meramente escolástica, sino que posee gran trascendencia ción de su proximidad a centros de producción industrial o mercado o vías de co-
jurídica. El régimen jurídico aplicable a los derechos que recaen sobre unas y otras municación, no por sí mismos.
cosas es distinto, hasta el punto de que se ha hablado de una propiedad mobiliaria,
como institución diversa de la propiedad inmobiliaria. Basta recordar en este pun-
to que para el tráfico jurídico de los bienes inmuebles existe el Registro de la Pro- V. LOS BIENES INMUEBLES. CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN
piedad, con el que aquel tráfico debe contar, mientras que el de los bienes muebles
se desenvuelve al margen de toda constancia registral. Los bienes inmuebles se encuentran enumerados en el artículo 334 C.c, que no
La distinción originariamente no se aplica más que a la cosas corporales o ma- define previamente qué sea un bien inmueble. Se trata, pues, de una «considera-
teriales, y parece hallarse su raíz en la naturaleza de las cosas: los bienes muebles ción» jurídica de las cosas, que no tiene por base un carácter indeleble plasmado
son susceptibles de desplazamiento de un lugar a otro; los inmuebles son bienes de en ellas unívocamente.
situación fija e inmodificable en el espacio. Es clásica la distinción siguiente entre los mismos:
También obedece la distinción a criterios económicos de la época de la codifi-
cación. Los bienes muebles eran considerados de menos envergadura y valor que
los inmuebles. A) INMUEBLES POR NATURALEZA
Tanto una razón como otra se han entendido tradicionalmente como causas
explicativas del diferente régimen jurídico a que hemos aludido en líneas anteriores. Son:
Sin embargo, la evolución económica que se inicia con la revolución industrial y 1.° Las tierras (núm. 1.°). Obviamente el vuelo y el subsuelo son los únicos
prosigue en nuestros días no hay duda de que modifica estos puntos de vista clási- inmuebles por naturaleza.
cos, con repercusión en el ordenamiento jurídico. 2.° Las minas, canteras y escoriales, mientras su materia pertenece unida al
En efecto, la facilidad del desplazamiento de los bienes muebles con su posi- yacimiento, y las aguas vivas o estancadas (núm. 8.°). No obstante, por lo que res-
bilidad de ocultación y con la consiguiente dificultad de persecución por los pecta a los escoriales, que son acumulaciones constituidas por residuos de activi-
acreedores es claro que no se puede predicar ni de una aeronave ni de un buque, dades mineras (vid. art. 23.4 de la Ley de Minas de 21 de julio de 1973), si se en-
por ejemplo. De ahí que la legislación conceda la cualidad de bien inmueble al cuentran depositados en la superficie de unafincason bienes muebles (S. de 18 de
buque a efectos de su hipotecabilidad (Ley de 2 de julio de 2014) y que determi- febrero de 1970; los escoriales o escombreras se encontraban en una finca donde
nados bienes muebles susceptibles de identificación (vehículos de motor, tranvías, se explotaron minas de plomo).
vagones de ferrocarril, aeronaves y maquinaria industrial) puedan ser hipoteca- Las aguas vivas tanto pueden ser superficiales como subterráneas y, como dice
dos (Ley de 16 de diciembre de 1954). Se abandona, pues, el criterio de la facili- BIONDI, han de correr naturalmente, dotadas de fuerza propia, renovándose pe-
dad del desplazamiento y en su lugar se atiende al de la posibilidad de identifi- rennemente, aun permaneciendo inalterables en $u realidad objetiva.
cación para aplicar un instituto como el de la hipoteca propio de los bienes
inmuebles.
Por otra parte, la consideración de los bienes inmuebles como los de mayor im- B) INMUEBLES POR INCORPORACIÓN
portancia y valor hoy es discutible. El auge de las sociedades mercantiles que con-
trolan sectores de la producción o de los servicios y que a su vez pueden ser con- Son:
troladas mediante la posesión de títulos representativos de su capital (acciones de 1,° Los edificios, caminos y construcciones de todo género adheridas al suelo
una sociedad anónima, p. ej.), hace que tenga mucha más importancia y valor ese (núm. 1.°).
paquete de acciones (que ni siquiera ha de ser mayoritario, sobre todo en las socie- 2.° Los árboles y plantas y frutos pendientes, mientras estuvieren unidos a
dades en que el capital social se encuentra diluido entre gran número de personas) tierra o formaren parte integrante de un inmueble (núm. 2.°).
que la propiedad de la tierra en sí misma contemplada. Además, la valoración de 3.° Todo lo que esté unido a un inmueble de una manera fija, explicando el
la tierra como el bien más importante es propia de una economía agraria rústica. legislador a continuación lo que entiende por esafijeza:«de suerte que no pudiera
Hoy la tierra es importante y valiosa en tanto que se realicen inversiones de capital separarse de él sin quebrantamiento de la materia o deterioro del objeto» (núm. 3.°).
en maquinaria, instalaciones, etc. Y respecto de los inmuebles, su valor está en fun- De ahí que la adherencia al suelo de una construcción, de las que habla el núme-
330 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS BIENES PATRIMONIALES 331
ro 1.° del artículo 334, ha de participar de estas mismas características, al igual que 5.° Los diques y construcciones que, aun cuando sean flotantes, estén desti-
la unión o parte integrante a que se refiere el número 2.° El criterio de la incorpo- nados por su objeto y condiciones a permanecer en un punto fijo de un río, lago o
ración puede plantear dudas respecto de los elementos de un edificio o de una costa (núm. 9.°).
construcción diferentes de los puros materiales utilizados. Son elementos que po-
seen autonomía por sí mismos, por se utilizan al servicio de aquél a través de una
determinada técnica constructiva (p. ej., inodoros, lavabos, radiadores de calefac- D) INMUEBLES POR ANALOGÍA
ción). Se ha dicho que desde el momento en que se incorporan al inmueble pierden
su naturaleza peculiar y adquieren la consideración jurídica de inmueble al quedar Por analogía se consideran como inmuebles las concesiones administrativas, las
unidos a él de manera duradera y precisa (S. de 18 de marzo de 1961). La cuestión servidumbres y demás derechos reales sobre inmuebles (art. 334.10.°).
es discutible, no es clara la línea divisoria entre la incorporación y la adherencia. El común denominador de esta categoría es que son bienes de naturaleza in-
Si se recurre al criterio del número 3.°, habrá que decidir qué es lo que se quebran- corporal o derechos. Dado su carácter incorporal, en puridad no se puede hablar
ta, si el inmueble o el objeto que se le unió. de ellos como bienes inmuebles o muebles. Lo único que ocurre es que se les asimi-
la a los inmuebles a efectos de la aplicación de su régimen jurídico. Así, por ejem-
plo, para ceder el usufructo sobre una finca se necesita la misma capacidad que
C) INMUEBLES POR DESTINO para enajenarla.

A diferencia de los inmuebles por incorporación, en los inmuebles por destino


no existe la adherencia o inseparabilidad. Esos inmuebles son los siguientes, ejem- VI. LOS BIENES MUEBLES
plificativamente enumerados en el artículo 334 C e :
1.° Las estatuas, relieves, pinturas u otros objetos de uso u ornamentación, co- Según el artículo 335 C e , se reputan muebles los susceptibles de apropiación
locados en edificios o heredades por el dueño del inmueble en tal forma que revele no comprendidos en el capítulo anterior y, en general, todos los que se pueden
el propósito de unirlos de un modo permanente al fundo (núm. 4.°). transportar de un punto a otro sin menoscabo de la cosa inmueble a que estuvieran
2.° Las máquinas, vasos, instrumentos o utensilios destinados por el propietario unidos.
de lafincaa la industria o explotación que se realice en un edificio o heredad y que di- Son dos criterios diferentes. El primero es residual: son muebles los bienes que
rectamente concurran a satisfacer las necesidades de la explotación misma (núm. 5.°). no encajan en la enumeración de inmuebles del artículo 334. El segundo es el de la
movilidad o transporte cuando la cosa está unida a un inmueble.
Advierte CLAVERÍA que no se alude aquí al requisito de la permanencia, pero
éste parece reconocerse implícitamente en el tenor del texto: la naturaleza de los La unión a la que alude el legislador es evidentemente física (la mesa reposa
accesorios a que se refiere nos muestra que se trata de cosas suceptibles de ser usa- sobre el suelo lo mismo que la silla, p. ej.), pero en esta unión falta la adherencia o
das repetidas veces, así como la expresión adverbial «directamente». inseparabilidad que convertiría al bien en inmueble por incorporación, o la desti-
nación (art. 335).
La explotación agrícola entendemos que está incluida en el precepto (pues ha- El artículo 336 enumera ejemplificativamente una serie de bienes que seiconsi-
bla de la que se realice en la «heredad», palabra que en el Código civil tiene también deran como muebles. Fuera de esa enumeración, la calificación de un determinado
el significado de finca rústica, como contrapuesta a la urbana que suele identificar bien debe realizarse con arreglo a los criterios generales expuestos.
con «edificio»). Los instrumentos de explotación, cualquiera que sea su naturaleza
(animales, maquinaria, etc.), están incluidos como inmuebles por destino.
3.° Los viveros de animales, palomares, colmenas, estanques de peces o VIL LAS APLICACIONES DE LA DISTINCIÓN
criaderos análogos, cuando el propietario los haya colocado o los conserve con el
propósito de mantenerlos unidos a la finca y formando parte de ella de un modo La distinción delineada por los artículos 334 y 335 Ce. constituye una premisa,
permanente (núm. 6°). que puede ser utilizada para la inteligencia de disposiciones legales y para la inter-
4.° Los abonos destinados al cultivo de una heredad, que estén en las tierras pretación de declaraciones de voluntad individual o en negocios jurídicos. Por eso,
donde hayan de utilizarse (núm. 7.°). el alcance interpretativo de la distinción se esclarece en los artículos 346 y 347 Ce.
332 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS BIENES PATRIMONIALES 333

Cuando en una disposición de la ley o en una declaración individual se usan cuyo criterio no resulta fácil de establecer, especialmente en momentos como los
los términos de cosas o bienes muebles y de cosas o bienes inmuebles, se entienden actuales, de gran expansión de los núcleos urbanos. Un criterio uniforme puede ser
incluidos todos los que se han señalado en los artículos 334 a 336 C.c. como tales. el que proporcione la legislación urbanística.
Sin embargo, si se emplea sólo la palabra «mueble» no se deben incluir aquellas
cosas que no tengan por principal destino amueblar o alhajar las habitaciones, sal-
vo en el caso de que del contexto de la ley o de la disposición individual resulte IX. EL DINERO
claramente lo contrario.
Aplicando una idea parecida, el artículo 347 C.c. dice que cuando en una ven- El dinero desempeña fundamentalmente estas funciones económicas: medida
ta, donación, legado u otra disposición en que se haga referencia a cosas muebles del valor económico que se atribuye a las cosas y a los bienes en general; un
o inmuebles, se transmita su posesión y propiedad con todo lo que en ellas se halle instrumento de intercambio de bienes y de servicios; medio general de pago.
no se entenderán comprendidos el metálico, valores, créditos y acciones cuyos do- El dinero es una unidad de medida. Es decir, es una pura entidad intelectual,
cumentos se encuentren en la cosa transmitida, a no ser que conste claramente la cuyafinalidades establecer el valor económico que se asigna a los bienes. Para esta
voluntad en contrario. función no tiene por qué concretarse en realidades materiales o en cosas.

Se ha señalado, por ejemplo, la costumbre inglesa de determinar algunos va-


VIII. EL CONCEPTO JURÍDICO DE FINCA lores en guineas, cuando la guinea como moneda desapareció hace mucho tiempo.
Del mismo modo, en algunas zonas de nuestro país subsiste la costumbre de con-
tar en reales que, como objeto, desapareció hace ya algún tiempo. Se trata de unas
La expresión «finca» es utilizada en multitud de ocasiones por el Código civil y, unidades de cuenta o de valor, que como tal son puramente intelectuales.
por supuesto, por las leyes especiales, pero no la define, con lo que parece remitirse
al lenguaje usual, donde, a su vez, probablemente había penetrado procedente del El dinero es, además, un medio o instrumento de intercambio. Los bienes y los
lenguaje jurídico, pues, según el Diccionario de la Lengua, «finca es una propiedad servicios se cambian por dinero, porque el que los recibe podrá, a su vez, benefi-
inmueble». Conviene, sin embargo, establecer alguna diferenciación entre finca e ciarse mediante la adquisición de otros bienes y servicios. Se dice, por ello, que el
inmueble para lo que da base al artículo 334 C.c. (vid. especialmente núm. 6.°: «Uni- dinero tiene un poder adquisitivo. Como medio de cambio no es ya una entidad
do a la finca y formando parte de ella de un modo permanente»). Supuesto que los intelectual, sino que se concreta en realidades materiales a las que se equipara. Sin
inmuebles pueden serlo no sólo por naturaleza y por incorporación, sino también embargo, habrá siempre que distinguir la realidad material de aquello que lleva
por destinación y por analogía, creemos que el concepto de finca debe reservarse incorporado, que continúa siendo ideal o intelectual (el valor) En términos gene-
para los inmuebles por naturaleza o por incorporación (partes integrantes). rales, las cosas que incorporan el concepto de dinero pueden denominarse mone-
Constituye, pues, lafincauna porción de superficie terrestre, con lo que puede da, cuando son metálicas, o papel moneda o billetes, cuando plasman en docu-
arrastrar como cosas incorporadas. En cuanto superficie se determina a través de mentos. '
linderos, que no son nunca otra cosa que líneas de definición o de identificación, El dinero, por último, es un medio de pago de las obligaciones, precisamente
de creación convencional, aunque en ocasiones puedan utilizarse signos de clara por su valor y por su aptitud para el intercambio de bienes.
identificación, a los cuales en algunos casos se llaman (vid. art. 298 R.H.) linderos Considerado como cosa, el dinero es una cosa mueble y es, además, una cosa
fijos (p. ej., una vía pública, un cauce de agua, etc.). fungióle, puesto que es eminentemente sustituible, y una cosa genérica.
Lafincano tiene que ser necesariamente continua. Por el contrario, se admite De la exposición que hemos hecho se deduce que el dinero es siempre un
que constituyen una únicafincalas explotaciones agrícolas, con o sin casa de labor, concepto jurídico. Como afirma KNAPP, el dinero es creación del ordenamiento
que formen una unidad orgánica, aunque estén constituidas por predios no colin- jurídico y obra exclusiva del Estado, y GARRIGUES observa que quien define en
dantes; y las explotaciones industriales que formen un cuerpo de bienes unidos y último término lo que es dinero es siempre la ley. Sin embargo, aunque sin negar
dependientes entre sí, aunque pueda existir entre ellos alguna separación (cfr. esta afirmación, conviene observar que, como toda norma jurídica, la norma de
art.8.°L.H.yart.44R.H.). creación del dinero o de asignación del carácter dinerario a determinadas realida-
La distinción entrefincasrústicas y urbanas es utilizada en muchas ocasiones des precisa de un reconocimiento efectivo en el orden social. Por ello, sólo es dine-
por las leyes (Código civil, leyes arrendaticias, Ley Hipotecaria, leyesfiscales)y ro aquello que es efectivamente usado como dinero. Y el Estado no podrá seguir
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manteniendo formalmente como dinero aquello que, por su desvalorización o por cosa consumible con cosa fungióle, es claro en este punto: «No puede hacerse el
otras causas, hubiera sido socialmente desterrado por completo. uso adecuado a su naturaleza sin que se consuman.» No es cosa consumible un
cuadro por el hecho de que yo lo utilice como leña, ya que no he respetado su des-
tino normal.
X. LAS CUALIDADES DE LAS COSAS Además, jurídicamente es posible que una cosa se consuma permaneciendo
inalteradafísicamente.Así, el dinero, la moneda. Su uso se realiza cuando se gasta
A) COSAS FUNGIBLES E INFUNGIBLES o invierte, y el consumo, en el mismo hecho de salir del patrimonio; se trata de una
consunción puramente jurídica.
Son fungibles las cosas que en el tráfico se tratan como cosas homogéneas y
equivalentes, por lo que son perfectamente sustituibles entre sí. Tenemos, por ejem-
plo, el dinero. Al acreedor le es indiferente que el deudor le devuelva los mismos D) COSAS DIVISIBLES E INDIVISIBLES
billetes que él le ha prestado o bien otros diferentes, con tal de que cumpla la pres-
tación. Tampoco coinciden la noción jurídica y la nociónfísicade cosa divisible. Físi-
Las fuentes romanas atribuyen a las cosas fungibles la cualidad de determinar- camente, cualquier cosa es divisible. Si se llega hoy incluso a la descomposición del
se ordinariamente por su número, peso o medida. Por eso son sustituibles entre sí. átomo, está claro que ninguna cosa se sustrae a la posibilidad de división.
La cosa infungible es una cosa individualizada por ciertas cualidades propias Jurídicamente, por el contrario, una cosa es divisible cuando las partes resul-
que le dan un valor distinto de otras. Así, v. gr., un cuadro de Picasso, una estatua tantes de la división tienen la misma función que el todo. Si se divide unafinca,las
de Rodin, etc. partes resultantes siguen siendofincas:habrá una diferencia de cantidad, pero no
El Código civil confunde, en el artículo 337, la noción de cosa fungióle con la de calidad sustancial. En cambio, si dividimos una máquina, las partes resultantes
de consumible. Define los bienes fungibles como «aquellos de que no puede hacer- serán piezas o mecanismos, pero no pueden cada una cumplir la misma misión que
se el uso adecuado según su naturaleza sin que se consuman». Sin embargo, en la la máquina.
normativa de algunas relaciones jurídicas concretas demuestra seguir el criterio Esta distinción de las cosas tiene especial reheve cuando las mismas son objeto
romano (arts. 1.448 y 1.452). de una concurrencia de derechos pertenecientes a distintos titulares, cuando están
en comunidad. El ordenamiento jurídico condiciona entonces la división a espe-
ciales principios, como modo de extinción de aquélla. El principio básico es el de
B) COSAS GENÉRICAS Y ESPECÍFICAS la prohibición de dividir la cosa cuando resulte inservible para el uso a que se des-
tina (art. 401). Otro criterio es el desmerecimiento de la cosa por la división, que
En principio, cosa genérica, por oposición a cosa específica, es aquella que no impide que se practique asignando a cada comunero una parte para salir de la si-
aparece determinada individualmente sino tan sólo por su pertenencia a un género tuación jurídica de comunidad (art. 1.062).
determinado. Pero el género es algo que no se encuentra en la naturaleza, sino que Otras veces la divisibilidad o indivisibilidad depende de criterios de política le-
constituye más bien un concepto lógico, mentalmente construido en cuanto aisla gislativa. Así, por ejemplo, en nuestra legislación agraria tenemos las llamadas
notas comunes a diferentes objetos, a los que por un procedimiento meramente es- «unidades mínimas de cultivo». Lasfincasque tengan la extensiónfijadacomo tal
peculativo se reduce a una unidad en el pensamiento. Por ello diremos que la cosa unidad mínima no pueden dividirse.
genérica es la que determina por su definición lógica, señalando su género y, a lo
sumo, alguna de sus características (te vendo un caballo, te vendo un caballo blanco).
XI. RELACIONES ENTRE LAS COSAS

C) COSAS CONSUMIBLES E INCONSUMIBLES A) COSAS SIMPLES Y COSAS COMPUESTAS

Jurídicamente son consumibles aquellas cosas que, usadas de acuerdo a su fun- BIONDI dice que cosa simple es aquella que continetur uno spiritu, recordando
ción o destino, se destruyen. El artículo 337 precitado, pese al error de identificar la clasificación de POMPONIO, que así llamaba a aquélla. Spiritu, agrega, no ha de
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ser entendido como alma o esencia natural, sino como individualidad orgánica Dice BARBERO que las universalidades de derecho toleran la sustitución en un
unitaria, considerada como tal en la vida común (p. ej., el cuadro, el pan, la planta, momento determinado de un bien por otro de distinta naturaleza (v. gr., se vende
la piedra). En cambio, cosa compuesta es el resultado de la unión material de más un inmueble de la herencia y se sustituye por su precio), y de ahí el principio in uni-
cosas que dan lugar a un complejo que prácticamente no es la suma de los elemen- versalibus iuris praetium succedit in locum rei et res in locum praetti, que no es apli-
tos que lo componen (p. ej., el edificio, la nave, el mueble). cable, sin embargo, a las universalidades de hecho, ya que el agregado material
La cosa compuesta no es divisible si pertenece a varios que quieren salir de esa admite la sustitución de uno de sus elementos con otro de la misma especie o de
situación de comunidad, pues se hace inservible para su uso y, por tanto, se regula especie no incapaz de agregarse a los elementos originarios. En la biblioteca, un
otro procedimiento para alcanzar aquella finalidad (arts. 401 y 404). Un buque, libro puede ser sustituido por otro libro, pero no con su precio, pues éste no podrá
por ejemplo, es evidente que siendo cosa compuesta no es suceptible de repartirse ser elemento constitutivo de una bilioteca.
entre todos los copropietarios.
Si los elementos que se han usado para constituir la cosa compuesta son pro-
piedad de diversas personas, el ordenamiento jurídico da normas para solucionar C) COSA PRINCIPAL Y COSA ACCESORIA
el conflicto de intereses entre ellas si no se han puesto de acuerdo para la mencio-
nada constitución, normas que se estudian en materia de derecho de propiedad La idea de cosa accesoria implica una relación de subordinación entre las cosas,
bajo el nombre de accesión y que reconocen a los propietarios el derecho de sepa- de manera que una cumple respecto a la principal una determinada función. El
ración de sus cosas si ello es posible sin detrimento. Código civil no dice qué clase de función ha de ser ni menciona específicamente
esta distinción, aunque tiene una trascendencia manifiesta. Así, el artículo 1.097
dice que el vendedor está obligado a entregar la cosa al comprador con todos sus
B) LAS UNIVERSALIDADES accesorios, y en el artículo 883 determina que la cosa legada también debe ser en-
tregada con todos sus accesorios. Sin embargo, en el 376 es posible hallar un crite-
Suponen la unión o pluralidad de cosas para hacerlas objeto de un mismo tra- rio válido. En él el legislador establece la regla de que se reputa principal, entre dos
tamiento jurídico (legal o voluntario). Pero esa unión es meramente ideal, por lo cosas incorporadas, aquella a que se ha unido otra por adorno, o para su uso o
que no cabe confundirla con la cosa compuesta. En aquélla sigue existiendo la plu- perfección. Aunque el precepto parte de la unión entre dos cosas muebles que se
ralidad de cosas; en ésta, una unidad, que es la síntesis de las cosas conjuntas. En unen para formar una sola perteneciendo a distintos propietarios, y ha de deter-
aquélla no hay conexión física entre las cosas; pero en la cosa compuesta, sí. Pen- minar entonces quién se hace propietario de esta última en virtud de la regla lo
semos en una colección de cuadros, de sellos, o de libros. Es claro que se ha forma- accesorio sigue a lo principal, creemos que sienta una directriz válida para otros
do una cosa individualizada meramente ideal (pinacoteca, colección o biblioteca), supuestos en los que se tenga que fijar qué es una cosa accesoria.
nunca una cosa compuesta, pues las cosas que forman la universalidad siguen te-
niendo su propia individualidad económica y jurídica, algo que no ocurre en la
cosa compuesta hasta que deja de ser tal (v gr., hasta que el propietario del buque D) PARTES INTEGRANTES Y PERTENENCIAS
separe las diferentes cosas que concurren a su existencia).
La universalidad no es un objeto distinto de las cosas que lo componen. Tiene Son partes integrantes de una misma cosa:
sólo una realidad lógica, no ontológica. N o es una nueva entidad ni una nueva cosa 1.° Los inmuebles por incorporación* ya examinados.
jurídica, sino que es un modo de considerar una pluralidad de cosas. 2.° El que dos cosas muebles se unan de tal manera que vengan a formar una
Las universalidades se dividen tradicionalmente en universalidades de hecho sola (art. 375).
(universitates facti) y de derecho (universitates iuris), según la naturaleza de las co- Las partes integrantes no pueden ser objeto de un derecho separado como nor-
sas que entran en el complejo. Las primeras son agregados materiales de cosas por ma general, ni tampoco pueden embargarse aisladamente. N o se admite que el
obra del hombre (un rebaño, una pinacoteca, una biblioteca). Las segundas supo- acreedor embargue, por ejemplo, las tejas del edificio ni las barandillas de las es-
nen la agregación de cosas materiales, bienes inmateriales o derechos, por obra de caleras.
la ley (p. ej., la herencia de una persona que se compone de bienes, derechos y obli- Las pertenencias, en cambio, constituyen un caso de unión de cosas más laxa
gaciones según el art. 659). que el de las partes integrantes. En la unión perteneiicial conservan su independen-
338 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS BIENES PATRIMONIALES 339
ciafísicay económica, y forman una unidad con el inmueble por un acto de desti- sino más bien preceptos que lo admiten. Así, la Ley de Hipoteca Mobiliaria y
nación. Prenda sin Desplazamiento (de posesión) permite la hipoteca de máquinas, insta-
Las pertenencias son los inmuebles por destino que hemos estudiado en páginas laciones o utensilios que son pertenencias de una explotación industrial (art. 42),
precedentes. y la prenda sin desplazamiento sobre máquinas y aperos de explotaciones agrícolas
En la relación pertenencial es posible distinguir entre la cosa principal y la ac- (art. 52). Una vez rota la unidad pertenencial, lo que era pertenencia vuelve a su
cesoria, que es la pertenencia. Según nuestro Código civil, la cosa principal es un carácter mobiliario.
inmueble y la pertenencia un bien mueble, si bien hay que señalar que no existe
dificultad alguna para concebir una relación pertenencial entre cosas muebles. En
tal sentido, el artículo 39 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplaza- XII. LA RENTA DEL PATRIMONIO
miento de Posesión de 16 de diciembre de 1954 admite que la aeronave tenga sus
pertenencias. A) EL CONCEPTO DE FRUTOS
En la relación pertenencial subyace la idea de un servicio que la pertenencia
presta a la cosa principal, que el Código civil lo refiere a su uso u ornamentación En la dogmática jurídica es tradicional la utilización del concepto de frutos
(art. 334.4.°), a la industria o explotación que se realice en ella (art. 334.5.°) o a la para designar los rendimientos o las percepciones que la titularidad de una cosa
explotación y cultivo de una finca rústica (art. 334.6.° y 7.°). permite obtener o, por lo menos, los que reúnen determinadas características.
El Código civil habla de que la unión entre la pertenencia y la cosa principal La noción de frutos es útil cuando alguien tiene derecho a los mismos frente al
ha de ser permanente (art. 334.4.° y 6.°), que no debe interpretarse como tendencial que ostenta u ostentaba una titularidad sobre la cosa que los produce, y es indife-
perpetuidad, sino que la unión tienda a ser duradera, no transitoria. rente cuando nos movemos dentro del patrimonio de una persona exclusivamente,
La relación de servicio propia de la unidad pertenencial reposa en un acto de en otras palabras, cuando no hay conflicto de intereses entre dos o más personas.
destinación del propietario que ha de tener traducción real u objetiva: así, la es- Por ejemplo, el propietario que reivindica su cosa tiene derecho a que se le res-
tatua o la maquinaria debe colocarse en el inmueble. Es precisamente la coloca- tituyan también los frutos percibidos por el poseedor de la misma de mala fe; el
ción de la pertenencia la que debe revelar que se pretende una relación estable usufructuario tiene derecho a los frutos y no el propietario.
(cfr. 334.4.0 y 7.°).
El acto de destinación es, para el Código civil, del propietario de la cosa prin- Nuestro Código civil no da una definición de fruto, sino que se contenta sólo
cipal (art. 334.4.°, 5.° y 6.°). La doctrina más extendida exige también que sea pro- con establecer una clasificación. Dice en este sentido el artículo 355 que son frutos
pietario de la pertenencia (vid. S. de 3 de julio de 1987). naturales las producciones espontáneas de la tierra y las crías y demás productos
Ahora bien, presupuesto el acto de destinación, hay que decir que la voluntad no de los animales; frutos industriales-los que producen los predios de cualquier espe-
puede ser caprichosa, pues lo que la ley tutela en la pertenencia es la objetiva relación cie a beneficio del cultivo o del trabajo; y frutos civiles el alquiler de los edificios, el
económica que existe entre las cosas según su destino, siendo las concepciones socia- precio del arrendamiento de tierras y el importe dé las rentas perpetuas, vitalicias
les y económicas las que servirán para interpretar cuándo existe relación pertenen- u otras análogas.
cial. La estatua colocada en el jardín de la casa o el cuadro que adorna una habita- Se observa que tanto los frutos naturales como industriales son producciones
ción son pertenencias del inmueble, porque su destino es tal ornamentación con esa de la naturaleza, diferenciándose en que los primeros son espontáneos y los segun-
colocación, lo mismo que la maquinaria ubicada en una explotación industrial. dos requieren el cultivo o trabajo. Las crías y productos de los animales se incluyen
La relación pertenencial se rompe cuando falta el destino de la cosa accesoria entre los frutos naturales.
a la principal. La estatua retirada del jardín a un desván supone, es obvio, la rup- Sin embargo, esta clasificación de frutos carece de importancia, no solamente
tura de la relación. En otras palabras, la desafectación de la pertenencia implica porque las producciones espontáneas de la tierra no tienen interés en la inmensa
que ha quedado extinguido el servicio que daba a la principal, lo que debe tradu>- generalidad de los casos y los productos de los animales se deben (cuando impor-
cirse (lo mismo que el acto de destinación) en realidades objetivas (p. ej., el llevar tan) al trabajo y cuidado del hombre, sino porque el Código civil aplica el mismo
la estatua al desván). régimen jurídico para una y otra clase frutos.
Por lo que afecta a la pertenencia en sí misma considerada no hay precepto que Ahora bien, la producción de la cosa debe reunir determinadas características
prohiba que pueda ser objeto de tráfico jurídico independiente de la cosa principal, para ser considerada como fruto, que son las siguientes:
340 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS BIENES PATRIMONIALES 341
a
I Periodicidad.—No significa que los frutos han de obtenerse a intervalos La regla del artículo 356 C.c. implica que cuando alguien tiene derecho a los
regulares y constantes, sino que debe existir cierta habitualidad en la percepción. frutos en su valor, no en su individualidad, de la cantidad que aquél representa se
2.a Conservación de la sustancia.—Esta nota no debe entenderse en sentido deducen los gastos. Así, por ejemplo, el poseedor de mala fe debe abonar los frutos
absoluto, ya que ninguna cosa, a excepción de la tierra en sí misma considerada, percibidos y que ha consumido o vendido al que le vence en la posesión. La suma
rinde frutos y se conserva. Por eso debe comprenderse en sentido relativo, esto es, a pagar será la diferencia que quede entre el valor de aquéllos (prescindiendo aho-
que a la producción del fruto no acompañe una disminución sensible de la cosa ra del problema de cómo se determina) y el importe de los gastos del artículo 356
madre. (S. de 22 de enero de 1980).
3.a Observancia del destino económico de la cosa.—El fruto ha de ser produ-
cido siguiendo el destino económico de la cosa, que decide libremente el propieta-
rio o acuerda con el titular del derecho que establece sobre ella (p. ej., el usufruc- C) EXISTENCIA DE LOS FRUTOS
tuario).
4.a Accesoriedad.—El fruto es cosa accesoria respecto de la cosa que lo pro- Para acabar con los posibles litigios acerca del momento en que existen los frutos,
duce, es una utilidad de la misma. el Código sienta, en el artículo 357, una regla general. «No se reputan frutos natura-
5.a SeparabiHdad—El fruto es parte de una cosa que se separa de ella confor- les, o industriales, sino los que están manifiestos o nacidos.» Es decir, ha de ser apre-
me a su destino económico. ciable por los sentidos la creación de esa cosa accesoria, que aparece de momento
No es característica la reproductibilidad (de la cosa madre), pues hay frutos unida a la principal y está destinada a separarse de ella.
orgánicos en los que no se da (la leche, la lana, etc.). Los frutos civiles, de acuerdo con el artículo 451 C.c, se consideran producidos
Hasta aquí los frutos naturales e industriales. Respecto a los frutos civiles, el por días. Así, si A arrienda por 12.000 pesetas anuales una casa, pagaderas al fina-
Código civil se limita a una enumeración evidentemente ejemplificativa, de la que lizar el año, y al cabo de los seis meses ha de entregarla a su legítimo dueño (A ig-
podemos deducir que es una categoría residual donde encajar todos los que no noraba que el que se la vendió, p. ej., no era verdadero propietario) hace suyas las
tengan cabida en las anteriores y, además, que son percepciones que se obtienen rentas de los seis meses, como poseedor de buena fe, porque los frutos civiles se
por la cesión a otro del disfrute de bienes o derechos. El fruto civil, en esencia, es producen por días.
un derecho de crédito que se tiene a cambio de una contraprestación (el arrenda-
tario debe pagar la renta al arrendador porque le ha cedido el goce de la finca).
De los caracteres que hemos predicado de los frutos naturales e industriales, el D) ADQUISICIÓN DE LOS FRUTOS
fruto civil no posee los de accesoriedad ni separabilidad. La renta por el arrenda-
miento de una cosa ni es accesoria de ésta ni está destinada a separarse de ella. En Los frutos naturales e industriales se entienden percibidos desde que se alzan o
cambio, se detectan en él el criterio de la periodicidad (en la inmensa generalidad separan (art. 451 C.c). Entre tanto se consideran pendientes, como bienes inmue-
de los casos), la conservación de la sustancia (por lo que no es fruto civil el impor- bles (art. 334.2.° C.c).
te que se obtuviere por el propietario por el seguro del edificio que arrendó, si se No obstante, cabe que sean objeto de tráfico jurídico distinto de su fuente de
destruye), y la observancia del destino económico que él ha impuesto a la cosa producción como expectativa de cosa o cosas futuras (v. gr., venta de la cosecha
(darla en arrendamiento, p. ej.). que se producirá el año que viene), pero como norma general se enajenan y gravan
con la cosa principal en tal estado.
En cuanto a los frutos civiles, se entienden producidos por días. Por ello veía-
B) GASTOS DE PRODUCCIÓN DE LOS FRUTOS mos en el ejemplo anterior cómo la cantidad se dividía por el número de días que
había durado la posesión (art. 451 C.c).
Según el artículo 356 C.c, «el que percibe los frutos tiene la obligación de abonar
los gastos hechos por un tercero para su producción, recolección y conservación».
Una aplicación concreta la tenemos en el usufructo. Al extinguirse, si existen
frutos pendientes, son del propietario, pero ha de pagar al usufructuario los gastos
ordinarios de cultivo, simiente y otros semejantes que haya hecho (art. 472).
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342 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)

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Y PROBLEMAS SUBYACENTES
nencias en el Derecho español, A.D.C., 1976, p. 3; CONTURSI LlSl: Le pertinenze, Padua,
1952; DÍEZ-PlCAZO: Naturaleza de los minerales, A.D.C., p. 355; GARCÍA CANTERO: Notas La idea de «derecho subjetivo» o simplemente de «derecho», como se utiliza en
sobre la individualizacióndelasfincas, A.D.C., 1965, p. 853; Los frutos en el Código civil es- el lenguaje usual, encierra en sí tanto un problema de estricta técnica jurídica como
pañol, R.D.N., 1955 (julio-diciembre), p. 61; La finca como objeto de derecho real, R.C.D.I., de organización social.
1966, p. 281; MARTÍN-RETORTILLO: Notas sobre el concepto de frutos, R.D.R, 1932, pp. 86
y 350; Clases de frutos en el Código civil, A.D.C, 1951, p. 139; MORENO QUESADA; Régimen Desde el primer punto de vista hay que tratar de dar un concepto que agrupe
jurídico de los frutos pendientes, R.C.D.I., 1967, p. 963; PUGLIATTI: Riflessioni in tema di o que sea válido para calificar determinadas situaciones en las que la persona se
«universitas», R.T.D.P.C, 1955, p. 955; SANCHO REBULLIDA: El usufructo de montes, Bar- encuentra y en la que le es reconocido por la norma jurídica un ámbito de libre
celona, 1960; SAVATIER: La propiedad del espacio, R.D.U., 1967, núm. 1, p. 17.
actuación con la secuela de una serie de posibilidades de acción (agere liceré), jun-
to con una correspondiente protección o tutela para su defensa. Y ello porque
existen situaciones en las que es posible detectar aquellas características también,
pero que no son derechos subjetivos para el legislador.
En efecto, en los textos legales la locución derecho se usa con una extraordinaria
frecuencia. A la propiedad, por ejemplo, se la califica como derecho (art. 348 Ce),
lo mismo que al derecho real de usufructo (art. 467 Ce). En cambio, a la patria po-
testad que tienen los padres sobre sus hijos se le denomina potestad (art. 154 Ce),
y a determinadas posibilidades de actuación de la persona se les da el nombre de
facultad o de acción (v. gr., en el art. 384 Ce. se llama facultad a la posibilidad de re-
clamar el deslinde de la finca por su propietario, y en el art. 652 Ce. acción a la con-
cedida al donante para pedir la revocación de la donación por ingratitud). Es eviden-
te que se impone la diferenciación conceptual de toda esta serie de poderes jurídicos
que la persona tiene, aunque en el lenguaje jurídico se emplee indistintamente la
palabra derecho porque es a aquél, observa CARBONNIER, lo que los pronombres
personales al lenguaje vulgar. Sin dichos pronombres este lenguaje quedaría impo-
sibilitado de funcionar, lo mismo que el jurídico sin derecho.
Decíamos también que la idea del «derecho subjetivo» implicaba un problema
de organización social, porque con su aceptación optamos por dar a la persona un
ámbito de poder en el que puede desenvolverse libremente, lo que es acorde con su
dignidad. El orden social que pretenden establecer las normas jurídicas para una
justa convivencia puede teóricamente alcanzarse con una reglamentación minucio-

[343]
344 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO SUBJETIVO 345

sa de la conducta humana, de modo que la persona fuese sólo el instrumento para personas. Sin embargo, el derecho subjetivo no puede ser definido simplemente
concretarla en la realidad, o bien dando un amplio margen a la misma para su des- como un «interés jurídicamente protegido». THON y sus seguidores han observado
envolvimiento dentro de las fronteras trazadas por la norma. Apostar por el dere- certeramente que en el derecho subjetivo lo básico no es el interés, ni aun tampoco
cho subjetivo es apostar por la libertad, aunque hay que destacar que hoy, y previ- la protección dispensada a un interés. Un interés individual puede estar protegido
siblemente en un futuro próximo, el ordenamiento jurídico va cercenando la por el simple efecto de una norma. La ley que establece un arancel elevado para la
libertad de la persona, va obligando a que se mueva a través de las pautas marcadas importación de productos extranjeros es una norma que protege el interés de los
por la norma cuando quiere desenvolverse en el ámbito patrimonial. En cambio, fabricantes interiores del mismo producto, pero no puede decirse que éstos tengan
la libertad tiende a ser máxima en el desarrollo de la personalidad, y de ahí la acu- por ello un derecho. Hay un interés protegido jurídicamente, pero no hay un dere-
sada proliferación de los «derechos humanos» en sus múltiples facetas (sociales, cho. Lo decisivo para la existencia de un derecho estriba en que la protección y la
políticos, económicos, etc.). tutela jurídica del interés sean puestas a disposición del sujeto. En realidad, la única
idea que califica correctamente al derecho subjetivo es la idea de «poder» jurídico.
En favor del derecho subjetivo expone CARBONNIER el ejemplo del viajero que
está sentado en el autobús al lado de la ventanilla, rodeado de otros. Alcanzar la Una caracterización del derecho subjetivo como poder jurídico nos obliga, sin
salida convenientemente es un problema, que el derecho podría reglamentar en- embargo, a deslindarlo frente a otras formas de poder jurídico: potestad, facultad
trando en un montón de minucias. Se podría prever que el que sale debe colocar y acción. Este deslinde se puede hacer del siguiente modo:
sus talones a 0,18 metros del asiento de partida y a 0,04 y 0,08 metros, respectiva- Potestades son los poderes jurídicos que se atribuyen a la persona no para que
mente, de la pared o ventana y después girar ligeramente hacia el pasillo, etc.
¡Cuánto más claro, más sencillo y más eficaz es exigir que nadie marche pisando ésta realice mediante ellos sus propios intereses, sino para la defensa de los intere-
los pies de sus vecinos! ses de otra persona, de suerte que su ejercicio y su defensa no son libres y arbitra-
rios, sino que vienen impuestos en atención a los intereses en cuyo servicio se en-
En la actualidad es predominante en la doctrina la consideración del papel cen- cuentran dados (p. ej., potestad paterna, potestad administrativa).
tral del derecho subjetivo para construir el sistema del Derecho privado, si bien se Facultades son las posibilidades de actuación que se atribuyen a la persona
contempla desde otra óptica distinta, no estática sino dinámica. Observa COMPOR- como contenido de un derecho subjetivo más amplio o, aisladamente, con indepen-
Ti que la investigación sobre el derecho subjetivo ha pasado de la fase estática a la dencia de cualquier tipo de derecho.
dinámica, en el sentido de que lo que interesa hoy es considerar el ejercicio del de- Por último, la acción es la posibilidad que el individuo tiene de acudir ante los
recho, la realización de determinados valores que están en la base de su reconoci- Tribunales de Justicia y reclamar de ellos el pronunciamiento de una decisión.
miento, la posibilidad de un adecuado control por parte del Estado. Las indaga- El poder jurídico que representa el derecho subjetivo es una situación que ha-
ciones bajo el aspecto estático, o sea, sobre el concepto o sobre la esencia de la bilita a la persona, permitiéndole adoptar una serie de posibilidades de obrar. Si a
figura, tenían su significado con referencia a la ideología liberal, que tutelaba po- cada una de estas posibilidades de obrar la llamamos, como ya hemos dicho, «fa-
siciones subjetivas individuales como garantía de un reconocimiento formal de la cultad», podemos decir que el derecho subjetivo está compuesto por un conjunto
libertad del sujeto por parte del Estado. Pero cuando, sigue COMPORTI, entra en o haz de facultades unitaria y armónicamente agrupadas. Por ejemplo, el derecho
crisis la idea del Derecho como sistema de límites y de defensa de la libertad indi- de propiedad comprende la facultad de usar, la de disfrutar, la de disponer, etc.
vidual, sale a la luz la nueva problemática del Derecho como factor institucional El derecho subjetivo se da dentro de una relación jurídica básica, lo que per-
de un renovado orden social. mite escindir la situación de poder de la misma y considerarla como una unidad
independiente. Por ejemplo, el crédito o el usufructo pueden circular en el tráfico
con independencia de la relación básica que ligue al usufructuario o al acreedor
II. EL DERECHO SUBJETIVO COMO PODER JURÍDICO. con el propietario o deudor respectivamente.
OTROS PODERES DISTINTOS La autonomía del derecho subjetivo conduce también alo que se ha llamado
la «elasticidad» del derecho subjetivo, cuyo supuesto más llamativo es la elasticidad
Constituye un mérito de IHERING haber puesto de relieve la importancia que del dominio. El derecho subjetivo se considera como una unidad jurídica, aunque
tiene la idea de interés y su estrecha relación con el concepto de derecho subjetivo. en cada momento posea un contenido diverso (v. gr., dominio pleno, dominio li-
Los derechos no son un simple campo de actuación de la voluntad. Si son algo es mitado por un usufructo al que faltan el ius utendi y el iusfruendi atribuidos al
precisamente por su carácter de instrumentos al servicio definese intereses de las usufructuario, dominio sin poder de disposición, etc.).
346 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO SUBJETIVO 347

El poder jurídico que tiene el titular de un derecho subjetivo es evidente que B) LOS LLAMADOS «DERECHOS POTESTATIVOS»
se ha de asentar en la norma jurídica. Pero ésta ha de reconocer a la persona
un campo de actuación libre por su misma naturaleza. La norma jurídica no Al lado de los derechos subjetivos normales o plenos, desdefinalesdel pasado
debe de limitarse a ordenar conductas o establecer rígidamente pautas de ac- siglo la doctrina situó una categoría de poderes jurídicos, por virtud de los cuales
tuación de la conducta humana, porque desaparecería la libertad de la persona su titular queda facultado para influir sobre situaciones jurídicas preexistentes,
y con ella el derecho subjetivo, no existiendo entonces más que situaciones ju- modificándolas, extinguiéndolas o creando otras nuevas, y todo ello mediante una
rídicas ventajosas para aquellos a los que aproveche la observancia de la con- unilateral declaración de voluntad y sin que frente a la misma corresponda una
ducta impuesta por la norma. La idea de derecho subjetivo implica que el hom- verdadera obligación de otro sujeto, sino más bien un estado de sujeción. A estos
bre tiene libertad para decidir y actuar (p. ej., si usará y gozará de su propiedad, tipos de fenómenos jurídicos se les calificó como «derechos potestativos». No pro-
o cederá ese goce a otro; si exigirá o no la deuda, etc.), que por serle reconoci- porcionan un señorío sobre un objeto, sino que ofrecen la posibilidad de crear,
da por el ordenamiento jurídico le da derechos subjetivos al formular la norma modificar o extinguir una relación jurídica.
en que se apoyan. Una enumeración de estos derechos la hizo MESSINA de la siguiente forma:
1.° Derechos negativos. Son derechos que producen como efecto suspender o
resolver otros derechos (p. ej., el poder de impugnar la eficacia de un negocio jurídico).
III. LOS TIPOS DE DERECHOS SUBJETIVOS 2.° Derechos de adquisición. Permiten a su titular adquirir la propiedad u
otro derecho subjetivo (p. ej., derecho de preferencia, derecho de aceptar una he-
Los más importantes tipos son: rencia, etc.).
3.° Derechos constitutivos. Facultan a su titular para crear una relación jurí-
A) DERECHOS ABSOLUTOS Y RELATIVOS dica (p. ej., el derecho de aceptar una oferta de contrato, el de exigir la constitución
de una servidumbre de paso, etc.).
Los derechos subjetivos se han clasificado también en derechos absolutos y 4.° Derechos modificativos. Facultan para modificar una relación jurídica
derechos relativos. Dice ENNECERUS que hay derechos que se dirigen únicamen- anterior (p. ej., el derecho de elegir en la obligación alternativa, el derecho de cons-
te contra persona singularmente determinada y especialmente obligada (p. ej., el tituir en mora al deudor, etc.).
derecho del acreedor contra el deudor), mientras que, en cambio, otros derechos 5.° Derechos extintivos. Permiten dar por terminada la relación jurídica
dan a su titular una situación de señorío y no se imponen sólo a una persona preexistente (p. ej., el derecho de pedir la división de la cosa común, la disolución
concreta y determinada. Se dan, en general, contra todos o contra cualquiera de la sociedad, etc.).
(erga omnes). La categoría de los llamados «derechos potestativos» no es en la actualidad
El primer tipo de derechos se conoce con el nombre de «derechos relativos», y pacífica. Según el profesor DE CASTRO, SU mayor defecto es la falta de homoge-
el segundo como «derechos absolutos». A los derechos relativos corresponde una neidad de los supuestos que bajo ella tratan de ser agrupados. En buena parte se
especial obligación de una concreta persona o, lo que es lo mismo, en ellos hay un quiere comprender bajo la rúbrica de «derechos potestativos» lo que son sólo re-
sujeto pasivo especialmente obligado. En los derechos absolutos no hay una espe- flejos de la capacidad general de obrar de la persona o de la autonomía privada,
cial obligación, sino un deber de respeto, que es general, de no inquietar el señorío comOj por ejemplo, el poder de hacer una oferta de contrato o de aceptarla, el po-
del titular. Por ello son derechos absolutos los de la personalidad, pues también der de hacer testamento o de aceptar una herencia. En buena parte también mu-
han de ser respetados por todos, excepto en los casos en que entren en colisión con chos de los llamados derechos potestativos no son derechos subjetivos indepen-
un derecho de la misma naturaleza que tenga, por las circunstancias del caso, una dientes, sino simples facultades jurídicas que forman parte de un derecho o de una
preferencia (p. ej., el derecho a dar y recibir información sobre el derecho a la inti- situación jurídica más amplia (p. ej., de socio, comunero, contratante, etc.)1. Todas
midad privada). estas razones inducen a abandonar una categoría que, sin embargo, goza del favor
Son derechos absolutos los derechos reales (v. gr., la propiedad), y los derechos de algún sector de la doctrina y de la jurisprudencia.
de la personalidad. Son derechos relativos los derechos de crédito.
Como veremos al estudiar los derechos reales, esta distinción clásica está hoy
sometida a discusión. 1
Cfr. artículos 1.700.4.°, 1.521 y 1.522 y 1.124 Ce.
348 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO SUBJETIVO 349
No obstante el abandono de la categoría en cuestión como categoría dogmá- se organiza, a fin de mantener la cohesión de una masa patrimonial o de defender
tica, conviene recoger alguna de sus enseñanzas, entre las cuales puede ser la prin- los eventuales intereses de los posibles titulares definitivos, una especial situación
cipal la posibilidad de deslindar, dentro del concepto genérico de las facultades interina o de pendencia durante aquella indeterminación.
contenidas en un derecho subjetivo más amplio, la idea de las «facultades de con-
figuración jurídica» para designar con ella aquellas facultades que posibilitan a
su titular para crear, modificar o extinguir una relación o una situación jurídica V EL OBJETO DE DERECHO SUBJETIVO.
(p. ej., el poder de anular o resolver un contrato, el de adquirir con preferencia a DERECHOS SOBRE DERECHOS
otro una cosa).
Constituyen objeto de derechos subjetivos todas aquellas realidades qué pue-
den ser sometidas al poder del titular o idóneas para satisfacer los intereses suyos.
IV. EL SUJETO DEL DERECHO SUBJETIVO. LOS LLAMADOS En particular, son objeto de derecho subjetivo:
«DERECHOS SIN SUJETO» 1..° La conducta o comportamiento de otras personas, en la medida en que la
satisfacción de los propios intereses requiere una cooperación ajena (servicios, tra-
El sujeto del derecho subjetivo es la persona a quien el ordenamiento jurídico bajo personal, etc.).
atribuye la especial situación de poder en que consiste. 2.° Los bienes económicos, considerando como tales todos aquellos que son
El derecho subjetivo presupone la personalidad. Puede atribuirse tanto a los susceptibles de satisfacer necesidades humanas y que son valiosos en relación con
hombres (personas físicas) como a las realidades sociales que por una u otra razón su escasez. Dentro de esta rúbrica se pueden comprender las cosas materiales, las
el Derecho personifica (persona jurídica). energías, aunque no sean en sentido propio cosas (v. gr., la electricidad), y las puras
La cualidad que a la persona le confiere el hecho de ser sujeto de un derecho creaciones intelectuales o bienes inmateriales (v. gr., un invento industrializable,
subjetivo recibe el nombre de titularidad. una marca de fábrica, etc.).
Se ha discutido si cabe admitir o no la existencia de derechos subjetivos que Ha sido uno de los temas predilectos de la jurisprudencia de conceptos la cons-
carezcan de sujeto. Aunque, a primera vista, ello no deja de parecer un absurdo trucción de los derechos sobre derechos. La reacción contraria también ha sido
lógico, la cuestión tiene repercusiones prácticas. Históricamente surgió el problema radical: negación de su posibilidad.
por la contemplación de dos fenómenos: el caso de los derechos destinados a un Nuestro Derecho positivo reconoce indudablemente en determinados supuestos
concebido y no nacido y el de la herencia yacente. la figura de los derechos sobre derechos. El artículo 507 C.c. regula aspectos del
En el primero de ellos, como la personalidad no se adquiere hasta el nacimien- derecho real de usufructo sobre un derecho personal o de crédito; el artículo 1.868
to, se piensa que los bienes destinados al concebido para el caso de que nazca son del mismo Código admite implícitamente, al hablar de un objeto dado en prenda
derechos sin sujeto. En el segundo caso, los derechos han dejado de tener sujeto que produce interés, que este derecho real de garantía recaiga sobre un crédito; el
desde que el titular fallece y, por lo menos en la tradición romanista, no son adqui- artículo 1.872, párrafo 2°, alude ya expresamente a una prenda de valores cotiza-
ridos por los herederos sino cuando éstos manifiestan su voluntad de aceptar la bles (p. ej., una obligación emitida por una sociedad anónima), y el artículo 107 de
herencia, por lo cual, en el interregno entre la muerte del causante y la aceptación la Ley Hipotecaria considera como objeto del derecho real de hipoteca a otros de-
del heredero, se dice que la herencia está yacente y que los derechos que la compo- rechos reales que enumera taxativamente.
nen son derechos sin sujeto. La teorización y abstracción en esta materia de los derechos sobre derechos no
es conveniente. Han de estudiarse las particularesfigurasreguladas positivamente,
Supuestos concretos de derechos dejados al concebido y no nacido se tienen
en los artículos 627 (donación al concebido y no nacido) y 959 y siguientes (el con- lo que se hará en los volúmenes II, III y IV de este Sistema.
cebido que tiene derecho a heredar a una persona fallecida con anterioridad a su
nacimiento).
VI. EL CONTENIDO DEL DERECHO SUBJETIVO
Ahora bien, la existencia de determinados casos en que unos derechos se en-
cuentran sin titular no significa que sea aceptable, como figura estable, el derecho Denominamos «contenido» de un derecho subjetivo al ámbito y a las posibili-
sin sujeto. Son más bien supuestos de indeterminación transitoria del titular, en que dades de actuación que, en virtud de la titularidad de tal derecho, se confiere o re-
350 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO SUBJETIVO 351

conoce al sujeto a quien corresponde respecto del objeto, interés o bien jurídico de un interés a la que aspira. Así, si quiero que el juez condene al demandado a que
sobre el que recae. Un análisis más pormenorizado del contenido puede hacerse me pague unos daños, he de probar que se me han causado.
siguiendo dos vías. La primera consiste en analizar abstractamente el posible con- c) La protección jurídica.—Todo derecho subjetivo es siempre una situación
tenido de lafiguratambién abstracta del derecho subjetivo, sin referencia a los tipos jurídica especialmente protegida. Por eso se puede decir que forma parte del dere-
concretos. La segunda vía, en cambio, será esta última, esto es, la del contenido de cho subjetivo la especial protección que éste recibe. La protección debe entenderse
los tipos concretos de derecho subjetivo y la forma y manera de su delimitación. como una posibilidad de reclamar ante los órganos del Estado a fin de que éstos
intervengan en defensa del interés. Por regla general, en materia de Derecho priva-
do, esta protección y esta defensa se lleva a cabo ante los órganos de la Adminis-
A) CONTENIDO ABSTRACTO tración de Justicia y la especial protección del derecho subjetivo significa el otor-
gamiento de una «acción», entendida la acción como el poder de mover a los
Desde el punto de vista primero, es decir, en una consideración abstracta, po- órganos jurisdiccionales y acudir a ellos. Al hablar de que en materia de Derecho
demos apuntar la idea de que todo derecho subjetivo comporta los tres siguientes privado, como hemos dicho, la protección sea ordinariamente judicial, no excluye
planos o niveles: un conjunto o haz de facultades jurídicas; un conjunto o una se- que, en ocasiones, se permita también acudir a la Administración Pública o a las
rie de deberes; y unos determinados mecanismos de protección jurídica. Autoridades gubernativas (ver, p. ej., art. 7.°2, que habla de medidas judiciales o
a) Las facultades.—Inicialmente, el contenido de todo derecho subjetivo administrativas).
está formado por una serie de posibilidades de acción o de actuación que a la
persona se le concede o reconoce. Cada una de estas posibilidades de actuación
que se integran en el derecho es lo que se suele denominar «facultad», aunque el B) EL CONTENIDO ESPECÍFICO. LIMITACIONES LEGALES
legislador de nuestro Código civil y en general el conjunto legislativo no haya
distinguido entre derechos y facultades. Así, puede decirse, por ejemplo, que el Prima facie puede decirse que es la ley la definidora de cada derecho. De esta
propietario tiene la facultad de goce y de disfrute (cfr. art. 348), la de adquirir manera habría una tipicidad de los derechos y un principio de legalidad de éstos.
todo aquello que los bienes producen o se les unen o incorporan (cfr. art. 353), Habrá que acudir a la ley para encontrar en ella la definición de contenido. Así,
la de deslindar las propiedades territoriales (cfr. art. 384) o la de cerrar o cercar por ejemplo, cuando el artículo 348 C.c. define el derecho de propiedad como el
las heredades (cfr. art. 388). derecho de gozar y disponer de una cosa.
b) Los deberes y las cargas.^Los deberes son el reverso de las facultades y Pero esta delimitación del contenido por la vía legal no puede deducirse sin más
constituyen la situación especial que el derecho impone a otras personas. Por regla de las definiciones o disposiciones generales que las leyes o los códigos puedan ha-
general son deberes de respeto de la situación del titular (v. gr., el deber de respetar cer, por lo que es preciso poner en conexión toda una serie muy amplia de normas
la propiedad ajena) y pueden ser también deberes especiales de conducta impuestos para ir encontrando la extensa panorámica del contenido de los derechos. En el
a personas determinadas (p. ej., el deudor ha de entregar una cantidad de dinero citado caso de la propiedad es evidente que no nos bastaría con la simple enume-
al titular del derecho subjetivo de crédito). ración del párrafo 1.° del artículo 348 C.c., sino que habría que seguir con el pá-
Los deberes que se integran en el contenido del derecho subjetivo parece que rrafo 2.°, con las normas respecto a la expropiación forzosa, o respecto a los frutos,
son siempre deberes a cargo de otras personas, los sujetos pasivos de los derechos. las accesiones, etc. Por otra parte, hay que hacer constar las limitaciones de esta
No obstante, existen situaciones en que se colocan deberes a cargo de la misma investigación, pues en ocasiones las leyes no desarrollan suficientemente el tipo
persona que es titular de las facultades. Así el propietario, al mismo tiempo que es (así, p. ej., respecto a los derechos de la personalidad, que, reconocidos antes de la
titular de facultades, aparece sometido a obligaciones y responsabilidades (cfr. en Constitución de 1978, no se especificaba su contenido concreto) o la autonomía de
el Código civil los arts. 389 ó 1.906 a 1.908). la voluntad introduce variaciones importantes en aquél (v. gr., en materia de servi-
En el mismo sentido en la Ley del Suelo se imponen especiales obligaciones a dumbres en la que rige con toda su fuerza el art. 594 C.c).
los propietarios de suelo urbano y de suelo urbanizado (p. ej., ceder parte del sue- Ahora bien, la libertad del legislador para configurar el contenido específico
lo para usos generales, etc.). de los derechos subjetivos no es siempre omnímoda. La Constitución obliga a res-
Las cargas son conductas que el titular del derecho subjetivo ha de cumplir (no petar un contenido esencial de los derechos y libertades que reconoce en el Capítu-
surge de ellas obligación alguna que se le pueda exigir) para obtener la satisfacción lo 2.° del Título I, al decir el artículo 53.1 que sólo por ley podrá regularse suder»*-
/

352 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO SUBJETIVO 353

cicio, «que en todo caso deberá respetar el contenido esencial». Concretar ese derecho por el ordenamiento jurídico. Por ejemplo, el propietario edifica una casa
contenido esencial es tarea delicada de la interpretación y aplicación de la norma, en sufinca,extrae agua, utiliza los frutos producidos en ella, formula una reclama-
para saber si viola o no la Constitución. La sentencia del Tribunal Constitucional ción frente a un tercero que le perturba, etc. El obrar en el ejercicio de un derecho
de 8 de abril de 1981 declara que «contenido esencial» es aquella parte del conte- determina el carácter lícito y justo del acto que la persona realiza. El obrar en el
nido de un derecho subjetivo sin la cual éste pierde su peculiaridad, o también ejercicio del derecho es considerado también como una causa de justificación de la
aquella parte que es ineludiblemente necesaria para que el derecho permita a su conducta (cfr. art. 20 del C.p. de 1995) y, consiguientemente, como una causa de
titular la satisfacción de aquellos intereses para cuya consecución se le otorga. Se exclusión de la responsabilidad, aunque se siga un daño para otra persona, siem-
rebasa o se desconoce el contenido esencial cuando el derecho queda sometido a pre, naturalmente, que el acto de ejercicio sea correcto y no abusivo, como veremos
limitaciones que lo hacen impracticable, lo dificultan más allá de lo razonable, o lo más adelante.
despojan de la necesaria protección. El acto de ejercicio del derecho subjetivo por medio del cual el titular se dirige
a otra persona exigiendo de ella una acción, una omisión o la imposición de un
resultado se llama «pretensión». La pretensión puede ser satisfactiva cuando el ti-
C) CONSIDERACIÓN DEL PODER O FACULTAD DE DISPOSICIÓN tular del derecho reclama del sujeto pasivo que éste dé satisfacción a su interés (p.
ej., el acreedor reclama del deudor el pago de la deuda; el propietario reclama,
Confiado el derecho subjetivo al arbitrio de su titular, éste tiene, por regla gene- frente a quien posee indebidamente, Ja restitución de la cosa). Las pretensiones
ral, la posibilidad de realizar actos que afecten a la sustancia y a la subsistencia mis- pueden dar lugar aun ejercicio judicial de los derechos (v. gr., se demanda en jui-
ma del derecho. Llamamos a esta posibilidad poder o facultad de disposición y, en cio) o formularse privadamente (v. gr., requerimiento, intimidación, etc.).
síntesis, consiste en enajenar o transmitir el derecho a otra persona, constituir a par- El ejercicio de un derecho subjetivo en ocasiones puede determinar su consu-
tir de él otros derechos limitados o menores y extinguir el derecho renunciándolo. mación, pues una vez realizado se extingue. Por ejemplo, el derecho de crédito que-
Normalmente, la facultad de disposición radica en el mismo titular del derecho da consumido y extinguido una vez que el acreedor cobra aquello que se le debe.
y se identifica con él. Sin embargo, en ocasiones, la titularidad del derecho puede En otras ocasiones, en cambio, el acto de ejercicio, en lugar de agotar y consumir
pertenecer a una persona y a otra la facultad dispositiva. Por ejemplo, la propiedad el derecho, lo consolida y prorroga. Por ejemplo, el goce de la propiedad determina
pertenece a un menor y el poder dispositivo lo tiene su representante legal. De aquí la continuación del derecho y excluye la prescripción del mismo.
se ha seguido una larga discusión doctrinal, en la que se han sostenido diferentes
posiciones. Según unos, el poder de disposición no es más que una de las facultades
que se integran en el contenido del derecho subjetivo. Según otros, se trata de un A) LOS REQUISITOS DEL ACTO DE EJERCICIO
fenómeno distinto, separado y autónomo, que unos identifican con la capacidad
de obrar y que otros califican como derecho o potestad autónomos (el derecho a Pueden referirse a las condiciones de la persona que ejercita el derecho y de la
disponer del derecho). persona frente a quien se ejercita (requisitos subjetivos), o a las condiciones del
A nuestro juicio, es preferible seguir la primera línea. El poder de disposición es derecho en sí mismo considerado (requisitos objetivos).
una de las facultades integradas en el contenido del derecho subjetivo. El hecho de El requisito subjetivo más importante es la legitimación. La legitimación puede
que excepcionalmente la disposición sea realizada por una persona distinta del titular definirse como el reconocimiento que el ordenamiento jurídico hace en favor de
no cambia la cuestión, sino que se reconduce a un problema de legitimación. Como una persona de la posibilidad de realizar con eficacia un acto jurídico, derivando
veremos inmediatamente, en ocasiones el ordenamiento jurídico legitima a persona dicha posibilidad de la relación existente entre el sujeto que actúa y los bienes o
distinta del titular para llevar a cabo los actos de ejercicios del derecho subjetivo. intereses a que su acto afecta.
Dentro del concepto genérico de legitimación se distingue entre activa y pasiva.
La legitimación activa es la idoneidad para realizar actos de ejercicio de un derecho
VIL EL EJERCICIO DEL DERECHO SUBJETIVO y se determina por la relación existente entre el autor del acto y la titularidad de la
esfera a la que el derecho pertenece. La legitimación pasiva es la idoneidad para so-
Se entiende por ejercicio del derecho subjetivo la realización del acto o serie de portar el ejercicio del derecho. Responde a la cuestión: ¿frente a quién tiene que ser
actos o actividades para los que faculta o autoriza el poder concedido al titular del ejercitado el derecho? En los derechos absolutos corresponde a la persona que ha
354 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL DERECHO SUBJETIVO 355
violado o lesionado el derecho; en los derechos relativos, corresponde al sujeto es- Las hipótesis más notables son las siguientes:
pecial y directamente obligado por el derecho (p. ej., deudor frente al acreedor). 1 .a El titular, según el Registro de la Propiedad, del dominio de un inmueble,
La legitimación puede ser también directa o indirecta. La legitimación es direc- aunque sea non dominus^ puede trasmitir la propiedad o constituir un derecho real
ta cuando existe una total coincidencia entre titular del derecho y sujeto del acto si el adquirente es de buena fe (es decir, ignora que el titular registral no es el ver-
de ejercicio. Existen, sin embargo, casos en los cuales una persona está legitimada dadero titular civil), a título oneroso, y si, a su vez, inscribe la adquisición en el
sin ser el titular del derecho que ejercita. Aparece así la llamada legitimación indi- Registro (art. 34 de la Ley Hipotecaria).
recta, que es el reconocimiento de la posibilidad de que una persona realice actos 2.a El poseedor de una cosa mueble non dominus puede transmitirla á un ter-
jurídicos inmediatamente eficaces en la esfera de otra. Significa una derogación de cero, que estará a salvo de la reivindicación de su verdadero propietario, si aquel
la regla general de legitimación directa, determinada por la necesidad de realiza- tercero adquiere de buena fe, y el propietario no prueba que la ha perdido o ha sido
ción de fines sociales y prácticos (cooperación, colaboración, gestión, etc.). privado ilegalmente de ella (art. 464 C e ) .
Los casos más importantes de legitimación indirecta son los siguientes: 3.a El que compra una mercadería en una tienda o en un almacén abierto al
1.° La representación. El representante, como gestor de los asuntos del prin- público adquiere la propiedad de la cosa comprada, aunque el vendedor no fuera
cipal o dominus negotii, ejercita los derechos de éste actuando en su nombre o por el propietario de ella (art. 85 C e ) , o el deudor de buena fe que pague al acreedor
su cuenta. aparente (el que se halla en la posesión del crédito), hace un pago válido y extingue
2.° La sustitución. Una persona, sustituía, ejercita los derechos de otra, sus- la obligación (art. 1.164 C e ) .
tituida, produciendo efectos en la esfera jurídica de esta última, pero actuando en Esta legitimación extraordinaria de la que hablamos supone siempre una ex-
su propio nombre e interés, que, excepcionalmente, el ordenamiento jurídico tute- cepción al principio de irrelevancia para una esfera jurídica de los actos llevados a
la de un modo especial. Por ejemplo, los acreedores ejercitan los derechos de su cabo por quien no es titular de ella, ni está autorizado por éste.
deudor con el fin de cobrar de este modo lo que se les debe (art. 1.111 C e ) ; el
acreedor pignoraticio ejercita las acciones que competen al dueño de la cosa pig-
norada para reclamar o defenderla frente a terceros (art. 1.869 C e ) , y así conser- C) LOS REQUISITOS OBJETIVOS DEL EJERCICIO DEL DERECHO
var la prenda.
Para la eficacia del acto de ejercicio del derecho se requiere que éste sea objeti-
vamente ejercitable. Las condiciones objetivas de ejercitabilidad del derecho ven-
B) PROTECCIÓN DE LA APARIENCIA JURÍDICA drán dadas por su plena y definitiva adquisición, y por consiguiente, por la exigi-
bilidad de la conducta impuesta al sujeto pasivo (v. gr., que se haya cumplido la
La seguridad del tráfico jurídico impone en ocasiones que los actos y los ne- condición suspensiva de que el derecho de crédito dependía). Entre las condiciones
gocios jurídicos puedan realizarse válidamente confiando en la apariencia de ti- objetivas de ejercicio del derecho revisten especial trascendencia aquellas relativas
tularidad de aquellas personas que pública y notoriamente se presentan como a la oportunidad o tempestividad del ejercicio. El derecho debe ser ejercitado opor-
titulares, sin necesidad de investigar minuciosamente los verdaderos títulos de que tunamente, ni retrasada ni anticipadamente.
están investidas, pues tal investigación haría imposible el tráfico. El ordenamien-
to protege la publicidad nacida de la apariencia en virtud de estas consideraciones:
la normalidad estadística, según la cual el titular aparente es el verdadero titu- D) LA COLISIÓN DE DERECHOS
lar; la idea de que cuando el titular aparente no es el titular real, este último ha
permitido, aunque sea por pura omisión, la creación de la apariencia y, por con- Una limitación del derecho subjetivo puede producirse por el hecho de que el
siguiente, es responsable de ella; la idea de que aquel que de buena fe lleva a cabo derecho entre en colisión con otro derecho perteneciente a distinta persona. Los
un acto adquisitivo con el titular aparente merece ser protegido, en atención pre- supuestos de colisión de derechos son muy frecuentes e inevitables.
cisamente a su buena fe.
En todos los casos aludidos, en que resulta protegida la confianza en la apa- Piénsese en los siguientes supuestos: 1.° Los titulares de dos hipotecas sobre la
mismafincapretenden al mismo tiempo realizar el valor de lafincapara satisfacer
riencia jurídica, puede hablarse de una legitimación extraordinaria del titular apa- el crédito garantizado por ella; 2.° Dos personas son al mismo tiempo titulares de
rente para ejercitar el derecho que en rigor corresponde al titular real. un derecho de retracto sobre la misma cosa (p. ej., un arrendatario y un colindan-
356 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)
te); 3.° Dos personas son al mismo tiempo titulares de un derecho a la entrega o a
la adquisición de la propiedad de una misma cosa (p. ej., doble venta; art. 1.473
Ce).

La colisión entre varios derechos subjetivos se resuelve por el legislador de mo- 26. LOS LÍMITES DEL DERECHO
dos muy distintos, condicionados por razones de política jurídica. Caben, en prin-
cipio, estas soluciones:
SUBJETIVO
1.a El ordenamiento jurídico establece un rango o una jerarquización entre
los diversos derechos en colisión, prefiriendo al derecho de superior rango y sacri-
ficando al de rango menor. La distinción a estos efectos de los derechos por su I. LOS LÍMITES DEL DERECHO SUBJETIVO
rango puede hacerse por: a) La mayor antigüedad del derecho: el derecho más an-
tiguo es preferido al más moderno (prior tempore potior iuré). b) Circunstancias Definido el derecho subjetivo como una situación de poder que el ordenamien-
relacionadas con la causa o con la naturaleza del derecho. Así, v. gr., en los artícu- to jurídico atribuye o concede a la persona como un cauce de realización de legíti-
los 1.922 a 1.924, el Código civil clasifica los créditos que han de hacerse efectivos mos intereses y fines dignos de la tutela jurídica, resulta evidente que este poder
sobre un patrimonio para su cobro con preferencia frente a otros. tiene que estar de algún modo limitado, pues sin límites sería justificada la absolu-
2.a El ordenamiento jurídico protege al que se haya adelantado en el ejercicio ta arbitrariedad. ¿Cuáles son estos límites a que debe someterse o entenderse so-
del derecho subjetivo frente a quien no haya sido tan diligente. metido el derecho subjetivo?
3.a El ordenamiento jurídico establece la igual condición de todos los dere-
chos en colisión, de tal manera que ésta impone un parcial y proporcional sacrifi-
cio de todos ellos. Si varios acreedores, por ejemplo, concurren sobre el patrimonio A) LOS LÍMITES LLAMADOS «NATURALES»
del deudor y éste es insuficiente para cubrir todos los créditos, los acreedores que
no tengan una preferencia cobran a prorrata (par conditio creditorum). Hay, en primer lugar, unos límites a los que se puede llamar «naturales», toda
vez que derivan de la naturaleza propia de cada derecho y de la manera en que es
configurado de acuerdo con la función económica o social que a través de él se
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA trata de realizar. El derecho aparece definido en la ley en virtud de esta naturaleza
y la definición legal implica ya el establecimiento de sus linderos o confines.
BELTRÁN DE HEREDIA CASTAÑO: El usufructo sobre usufructo en la legislación española,
R.D.P., 1941, p. 226; CABANILLAS SÁNCHEZ: Las cargas del acreedor en el Derecho civil y Por ejemplo: el derecho de propiedad se define en el artículo 348 C.c. como el
en el mercantil, Madrid, 1988; CANO MARTÍNEZ DE VELASCO: La disponibilidad del derecho derecho de gozar y disponer de una cosa sin más limitaciones que las establecidas
subjetivo, R,D.N., núm. 127,1985, p. 55; CASTÁN TOBEÑAS: Situaciones jurídicas subjetivas, por las leyes; el derecho de usufructo se considera en el artículo 467 C.c. como el
Madrid, 1963; El concepto de derecho subjetivo, R.D.P., 1940, p. 121;DABIN: El derecho sub- derecho de usar y disfrutar los bienes ajenos con la obligación —límite— de con-
jetivo, trad. esp., Madrid, 1963; FERNÁNDEZ DE VILLAVICENCIO: La facultad de disposición, servar su forma y sustancia; la servidumbre concede al titular de un predio domi-
A.D.C., 1950, p. 1025; F. FERRARA: L'usufrutto dei crediti nel diritto civile italiano, en sus nante un derecho de utilización del predio sirviente (v. gr., pasar por él, tomar
«Scritti», t. II, Milán, 1954, p. 229; GORDILLO CAÑAS: La representación aparente (una luces o vistas, etc.), pero el titular del derecho no puede alterar ni hacer más gra-
aplicación del principio general de la apariencia jurídica), Sevilla, 1978; GUASP: La pretensión vosa la servidumbre y debe elegir el tiempo y la forma de utilización que ocasionen
procesal, A.D.C., 1952, p. 7; GULLÓN BALLESTEROS: El derecho real de subhipoteca (las hi- la menor molestia al dueño del predio sirviente (art. 543 C.c).
potecas sobre hipotecas), Barcelona, 1957; JORDANO BAREA: La teoría del heredero aparen-
te, A.D.C., 1950, p. 668; LADARIA: Legitimación y apariencia jurídica, Barcelona, 1952;
LORCA GARCÍA: Concepto de acción procesal civil, I, l, 1974, p. 493; MAIORCA: L'oggetto B) LA BUENA FE Y EL ABUSO DEL DERECHO
deidiritti, Milán, 1939; VALLET DE GOYTISOLO: Hipoteca del derecho arrendando, Madrid,
1951.
Al lado de los límites que hasta ahora hemos mencionado, es posible encontrar
unos límites genéricos aplicables a todos los derechos y que se fundamentan en la

[357]
358 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS LÍMITES DEL DERECHO SUBJETIVO 359
idea misma de lo que el derecho sea y de lafinalidadpara la cual es concedido o .1. a Ha de examinarse en cada caso si no existe remedio jurídico directo apli-
atribuido al particular. cable al controvertido, pues la excepción de dolo debe tener carácter subsidiario.
Estos límites genéricos o institucionales se apoyan sobre estas bases: Así, por ejemplo, no hay duda de que actúa contra la buena fe el acreedor que de-
1.a El ejercicio del derecho debe hacerse conforme a las convicciones éticas manda de su deudor el cumplimiento de la obligación sin haber cumplido él por
imperantes en la comunidad. su parte. Pero la excepción de dolo no cabe aquí porque el artículo 1.124 Ce. per-
2.a El ejercicio de un derecho debe ajustarse a lafinalidadeconómica o social mite oponer frente a aquella pretensión la exceptio inadimpleti contractus (excep-
para la cual ha sido concedido o atribuido al titular. ción de contrato no cumplido).
La primera consideración lleva a la exigencia de que el ejercicio de un derecho 2.a Si se reconociese la procedencia de la excepción de dolo siempre que el
subjetivo se ajuste a los dictados de la buena fe. La segunda impone la prohibición resultado del ejercicio del derecho se estimase injusto o poco equitativo, prácti-
del abuso del derecho. camente las normas del Derecho positivo quedarían al arbitrio del juez, lo que
en modo alguno puede admitirse en aras de una elemental seguridad jurídica.
Habrá que considerar si aquel resultado que se reputa injusto en el caso concre-
II. LA BUENA FE to ha sido querido por el legislador, es decir, si es consecuencia natural de la nor-
ma establecida.
El artículo 7.°1 Ce. preceptúa que «los derechos deberán ejercitarse conforme 3.a Ha de existir buena fe recíproca, por lo que no procederá la exceptuación
a las exigencias de la buena fe». cuando se da dolo también en quien la propone.
La buena fe es un modelo de conducta social o, si se prefiere, una conducta so- La doctrina moderna* sobre todo la doctrina alemana, ha elaborado, sobre la
cialmente considerada como arquetipo, o también una conducta que la conciencia base de la jurisprudencia de los Tribunales, una serie de supuestos típicos a los que
social exige conforme a un imperativo ético dado. El ejercicio de un derecho sub- parece aplicable la idea de que la buena fe opera como límite del ejercicio de los
jetivo es contrario a la buena fe cuando se ejercita de una manera o en unas cir- derechos subjetivos. Estos casos pueden enumerarse del siguiente modo:
cunstancias que lo hacen desleal, según las reglas que la conciencia social impone 1.° Prohibición de ir contra los actos propios.—Con ello se quiere decir que el
al tráfico jurídico. Con relación a los derechos subjetivos que nacen de una relación acto de ejercicio de un derecho subjetivo o de una facultad es inadmisible cuando
obligatoria, dice LARENZ que es inadmisible todo ejercicio que contravenga en con él la persona se pone en contradicción con el sentido que objetivamente y de
cada caso concreto las consideraciones que cada parte está obligada a adoptar res- acuerdo con la buena fe había que dar a su conducta anterior. La regla veda una
pecto de la otra. pretensión incompatible o contradictoria con esa conducta anterior. Así lo ha sos-
Señala Cossío que lo que aspira a conseguir (el principio de la buena fe) es que tenido el Tribunal Supremo en multitud de sentencias.
el desenvolvimiento de las relaciones jurídicas, el ejercicio de los derechos y el cum- 2.° El retraso desleal (Verwirkung).—Según han establecido la doctrina y la
plimiento de las obligaciones se produzca conforme a una serie de principios que jurisprudencia alemanas, un derecho subjetivo o una pretensión no puede ejerci-
la conciencia jurídica considera como necesarios, aunque no hayan sido formula- tarse cuando el titular no sólo no se ha preocupado durante mucho tiempo de
dos por el legislador, ni establecidos por la costumbre o por el contrato; principios hacerlos valer, sino que incluso ha dado lugar con su actividad omisiva a que el
que están implícitos o deben estarlo en el ordenamiento positivo, que tienen carác- adversario de la pretensión pueda esperar objetivamente que el derecho ya no se
ter general, pero que exigen una solución distinta en cada caso concreto. ejercitará. El ejercicio del derecho en tales casos se torna inadmisible. Tres son los
El derecho subjetivo debe, pues, ejercitarse siempre de buena fe. Más allá de la elementos de la figura que examinamos: la omisión del ejercicio del derecho, el
buena fe, el acto de ejercicio de un derecho se torna inadmisible y es antijurídico, transcurso de un período de tiempo y la objetiva deslealtad e intolerabilidad del
y ello obliga a reconocer al lesionado unos medios de defensa, aunque no únicos, posterior ejercicio retrasado. Esta doctrina es aplicada por nuestro Tribunal Su-
que le legitiman para enervar, repeler o detener la pretensión del titular del derecho, premo en las sentencias de 21 de mayo de 1982, 29 de abril de 1987, 29 de enero
medios a los que se puede llamar exceptio dolí. Cossío1 señala las siguientes limi- de 2010 y 19 de febrero de 2014.
taciones en su ejercicio: 3.° El abuso de la nulidad por motivosformales.—Cuando un negocio jurídico
ineficaz a consecuencia de un defecto formal es voluntariamente cumplido, puede
ser contrario a la buena fe ejercitar después la acción de nulidad. Quien, a pesar de
1 conocer el defecto de forma, cumple el negocio jurídico nulo por esta causa o acep-
El dolo en el Derecho civil, Ed. Revista de Derecho Privado, Madrid, 1955.
360 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS LÍMITES DEL DERECHO SUBJETIVO 361

ta el cumplimiento realizado por la otra parte, no puede ya poner en duda ni im- Es clásica, dentro de esta última dirección, la sentencia de la Corte de Amiens
pugnar la validez del negocio. Nuestro Tribunal Supremo ha consagrado esta doc- (1913) en el asunto Clément-Bayard. Coquerel era colindante prácticamente con
el terreno que Clément-Bayard poseía y en el que despegaban y aterrizaban dirigi-
trina respecto a los vicios de forma en el testamento (Ss. de 26 de noviembre de bles. Para obligarle a venderle ese terreno, Coquerel construyó armazones de ma-
1901 y 15 de marzo de 1951, entre otras). dera de gran altura y sobrevolados con hierros punzantes, lo que dificultaba, sobre
todo con fuerte viento, las maniobras de los dirigibles. Coquerel no obtenía pro-
vecho alguno, pero perjudicaba a Clément con esos artilugios. Aunque la Corte
admitió la legitimidad del deseo del primero (querer comprar el terreno), estimó
III. EL ABUSO DEL DERECHO que había obrado ilícitamente, empleando medios ilegítimos e inspirados exclusi-
vamente en una intención maliciosa.
El acto realizado en el ejercicio de un derecho es, por principio, un acto lícito
y justo. Como consecuencia de ello, la actuación es considerada como una causa La doctrina del abuso del derecho cristaliza posteriormente en una orientación
suficiente de justificación y, por consiguiente, de exclusión de la responsabilidad. puramente objetiva, que abarca en su seno todos los supuestos que hemos visto. Si
Si del acto de ejercida del derechase sigue un daño para otra persona, como exis- el derecho subjetivo es un poder que se concede a la persona para lograr la satis-
te causa de justificación y exclusión de la responsabilidad, no se debe reparación o facción de sus necesidades o intereses o, en general, para cumplir los fines que el
indemnización. Por esto desde tiempos antiguos se elevó a la categoría de dogma Derecho objetivo pretende, ño es admisible un ejercicio que esté en contra de la
la idea de que «el que usa de su derecho no causa daño a nadie» (neminen laedit qui finalidad para la que le es concedido, o, en su formulación más radical, un ejercicio
suo iure utitur). No hay daño porque no hay lesión injusta. El hecho de actuar en en forma antisocial (CORNIL).
el ejercicio de un derecho excluye el carácter ilícito del acto y, por consiguiente, la
responsabilidad por los daños que se pueden seguir. Legislativamente se consagró este giro en la teoría del abuso del derecho en el
El anterior dogma aparecía, sin embargo, demasiado estrecho frente a los casos artículo 74 del Proyecto franco-italiano de obligaciones y contratos de 1927, a cuyo
tenor debe reparación «aquel que ha causado un daño a otro excediendo, en el
en los cuales el acto de ejercicio había sido inequívocamente guiado por el propó- ejercicio de su derecho, los límitesfijadospor la buena fe o por elfinen vista del
sito de causar daño. Para salvar estas hipótesis, la doctrina jurídica medieval cons- cual ese derecho le ha sido conferido».
truyó la figura de los «actos de emulación», comprendiendo dentro de ella aquellos
actos que aun siendo realizados en el ejercicio de un derecho (normalmente de un La formulación del abuso del derecho en estos términos no cabe duda que deja
derecho de propiedad), se hacen sin propia utilidad y con la intención manifiesta gran margen de inseguridad por la necesidad de que sea el arbitrio judicial el que
de perjudicar o de causar a otro daño. Son clásicos los ejemplos del que almacena señale los límites del derecho subjetivo de acuerdo con su fin. El ideal sería que la
estiércol con el fin exclusivo de causar mal olor en el fundo contiguo o del que le- propia norma jurídica trazase el contenido de los derechos subjetivos de forma ex-
vanta una pared con el único propósito de privar de luz a su vecino. Se comprende haustiva, pero esto es una utopía (JOSSERAND). La labor del juez se revela necesa-
enseguida que los actos de emulación, aun realizados en el ejercicio de un derecho, ria en estas condiciones.
no son actos lícitos y deben ser reprimidos. La doctrina del abuso del derecho ha tomado carta de naturaleza ya en el or-
La doctrina de los actos de emulación ha sido la preponderante durante un denamiento jurídico español. Tanto la jurisprudencia como la ley la han aceptado.
largo período de tiempo, pero no es más que un capítulo, dice D'AMELIO, en la Es muy importante en este sentido la sentencia del Tribunal Supremo de 14 de fe-
historia del abuso del derecho, supervalorado seguramente por su secular tradición. brero de 1944.
Poco a poco se va superando su carácter restrictivo. En primer lugar, porque ante
la imposibilidad de probar algo tan subjetivo como el ánimo de dañar, se repara El supuesto de hecho fue el siguiente: El Consorcio de la Zona Franca de Bar-
exclusivamente sobre la falta de utilidad del acto de ejercicio para su autor, dedu- celona tenía una concesión en exclusiva para extraer arenas de las playas del litoral
ciéndose de esa inutilidad la existencia del animus nocendi. En segundo lugar, por- de dicha ciudad.
La sociedad demandante poseía una central eléctrica en San Adrián de Besos,
que la intención de perjudicar rara vez se presenta aislada en toda su nitidez, siem- situada junto a la desembocadura delríode ese nombre y frontera a una playa en
pre va acompañada, o casi siempre, de otra intención confesable, la de obtener una la que el Consorcio comenzó la extracción de arenas, en uso de su derecho.
utilidad o ventaja, que no hace al acto menos reprobable. Con razón observa Jos- La extracción de arenas, en gran volumen y por procedimientos mecánicos,
SERAND que no considerarlo así sería brindar una gran facilidad a la malicia hu- produjo una disminución de la superficie de la playa y la desaparición de las de-
fensas naturales contra las avenidas delríoy la acción del mar. Como consecuen-
mana. cia de ello, en el mes de marzo de 1932 los temporales produjeron importantes
362 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LOS LÍMITES DEL DERECHO SUBJETIVO 363
daños en la central y la sociedad demandante pretendía que el Consorcio los in- Por lo que respecta al abuso que daña a un tercero, el artículo 7.p2 no especifi-
demnizara. ca en qué consiste. Es evidente que la violación de un derecho subjetivo no entrará
La Audiencia de Barcelona estimó la demanda, y el Tribunal Supremo declaró
no haber lugar al recurso de casación interpuesto por el Consorcio. en su órbita, ya que el tercero tendrá expeditas todas las acciones que lo protegen
El Alto Tribunal, siguiendo fundamentalmente lo expuesto por Calvo Sotelo ante una vulneración. Por eso estimamos que el daño ha de ser a un simple interés
en su tesis doctoral sobre el abuso del derecho, declaró que «los derechos subjeti- legítimo o, como con justeza dijo la sentencia de 14 de febrero de 1944, «a un inte-
vos, aparte de sus límites legales, con frecuencia defectuosamente precisados, tie- rés no protegido por una específica prerrogativa jurídica». Basta, pues, el daño a
nen otros de orden moral, teleológico y social, y que incurre en responsabilidad el situaciones no especialmente tuteladas. Si un vecino levanta, por ejemplo, una al-
que, obrando al amparo de una legalidad externa y de un aparente ejercicio de su
derecho, traspasa, en realidad, los linderos impuestos al mismo por la equidad y tísima pared en su finca y me priva de vistas a las cuales no tengo ningún derecho,
la buena fe, con daños para tercero o para la sociedad». A continuación, el Tribu- el acto puede ser abusivo. Por otra parte, el daño ha de ser causado por el traspaso
nal Supremo recoge los siguientes requisitos que dados conjuntamente, tipifican de los límites normales en el ejercicio del derecho.
un abuso del derecho:
1.° Uso de un derecho objetiva o externamente legal. El Consorcio, en el caso Ya hemos señalado lo indefinido y vago de estos límites. Seguramente es buen
Ktigioso, usaba al extraer la arena de la playa de un derecho concedida por la Ad- camino interpretativo acudir de nuevo a la sentencia de 14 de febrero de 1944, que
ministración. determinaba, según vimos, las características que había de reunir el daño para ser
2.° Daño a un interés no protegido por una específica prerrogativa jurídica. indemnizable (inmoralidad o antisocialidad).
Evidentemente, la sociedad propietaria de la central no tenía ningún derecho sobre El daño puede que se ocasione al ejercitar abusivamente un derecho por medio
la playa que protegía naturalmente la instalación, sólo un interés, no jurídicamen- de un negocio jurídico. Es posible, entonces, que el perjudicado pretenda, más que la
te protegido de forma expresa, a que no desapareciese. indemnización, la nulidad de ese negocio, lo que debe ser amparado por los tribuna-
3.° Inmoralidad o antisocialidad del daño, manifestada en forma subjetiva les admitiendo su legitimación para ejercitar la correspondiente acción de nulidad.
(cuando el derecho se actúa con la intención de perjudicar o, sencillamente, sin un La cuestión se planteó en la sentencia de 24 de febrero de 1959. La usufructa-
fin serio y legítimo) o bajo forma objetiva (cuando el daño proviene de exceso o ria de unos bienes poseía la facultad, atribuida por el testador que se los dejó, de
anormalidad en el ejercicio del derecho). enajenarlos en caso de necesidad. Con el exclusivo propósito de perjudicar los de-
rechos del nudo propietario, el cual consolidaría su plena propiedad en los bienes
En el Título Preliminar del Código civil, artículo 7.°2, aparece plenamente aco- que quedasen a la extinción del usufructo y de los que aquélla no hubiera dispues-
gida la figura del abuso del derecho con carácter general. En esa norma se contem- to, procedió a unas enajenaciones. Solicitada la nulidad por el nudo propietario,
pla como sinónimo de ejercicio antisocial, y se conceptúa como tal todo acto u se accedió a ello sobre la base del abuso del derecho detectado en la conducta ena-
jenante, pero el Tribunal Supremo, si bien se muestra de acuerdo en esa fundamen-
omisión que por la intención de su autor, por su objeto o por las circunstancias en tación y en la nulidad consecuente, declara que en el caso de autos no procedía
que se realice, sobrepase manifiestamente los limites normales áú ejercicio de un estimarla, porque los adquirentes de los bienes desconocieron los móviles, el abu-
derecho. Se afirma, pues, implícitamente que hay un ejercicio normal y otro anor- so del derecho que mediaba.
mal de los derechos subjetivos, y es este último el que debe reprimirse. Es anormal Afirma el Tribunal Supremo, con carácter general, que «[la] aplicación [de la
doctrina del abuso del derecho] lleva o a la nulidad del acto de extralimitación de
cuando traspasa los límites normales del ejercicio. facultades jurídicas o a su limitación dentro de los cauces del normal ejercicio del
Claro está que la concreción de esos límites ha de ser obra de la jurisprudencia, derecho o, en último término, a la indemnización del perjuicio indebidamente cau-
tarea en la que no deben olvidarse los resultados a que había llegado con anterio- sado [...]».
ridad. En tal sentido posiblemente han de tenerse presentes, para calificar de ex-
tralimitado un ejercicio, los límites del propio derecho subjetivo que nazcan de su El abuso del derecho es también reconocido en el ámbito procesal por la Ley
verdadero espíritu y finalidad, o de las exigencias de orden moral y social (Ss. de Orgánica del Poder Judicial de 1 de julio de 1985, que ordena a los Juzgados y Tri-
14 de febrero de 1944, 24 de febrero y 21 de septiembre de 1959). bunales rechazar «fundadamente las peticiones, incidentes y excepciones que se
El artículo 7.°2 contiene dos incisos cuya distinción es conveniente resaltar. En formulen con manifiesto abuso de derecho» (art. 11.2).
el primero declara que «la ley no ampara el abuso del derecho o el ejercicio antiso-
cial del mismo». En el segundo, el abuso del derecho que produce daño a tercero IV. LOS LÍMITES TEMPORALES DE LOS DERECHOS
genera una obligación de indemnizar y legitima para solicitar las medidas judicia-
les o administrativas que impidan la persistencia en el abuso. Parece así que el daño Los derechos subjetivos están con frecuencia sometidos a un límite temporal,
a tercero, no es requisito esencial de la figura del abuso, sino de un supuesto espe- que puede afectar a su existencia misma o bien a la admisibilidad de los actos de
cífico dentro del ámbito del abuso del derecho. ejercicio.
364 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)

Desde el primer punto de vista puede decirse que un derecho está sometido a
un límite temporal en la medida en que es preciso el paso de un determinado pe-
ríodo de tiempo para que pueda considerarse plena y definitivamente adquirido
por su titular (p. ej., derecho aplazado), o cuando el paso de un período de tiempo
determina la extinción del derecho. Por ejemplo, los derechos de propiedad inte- 27. LA PRESCRIPCIÓN Y LA CADUCIDAD
lectual duran un determinado número de años.
El tiempo, puede, además operar como una condición o límite de los actos de
ejercicio del derecho. El derecho subjetivo debe ejercitarse tempestivamente y en
tiempo oportuno. Se considera intempestivo el ejercicio retrasado, que adopta dos I. LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA EN EL CÓDIGO CIVIL:
formas básicas: la prescripción y la caducidad. PRESUPUESTOS Y FUNDAMENTO

El Título XVIII del Libro IV del Código civil, dedicado a las obligaciones y
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA contratos, lleva por rúbrica general «De la prescripción». Su Capítulo II regula la
«prescripción del dominio y demás derechos reales», llamada también prescripción
A) CASTRO LUCINI: Algunas consideraciones sobre la buena fe en la obra del profesor adquisitiva o usucapión, y el Capítulo III la «prescripción de acciones», conocida
Federico de Castro, A.D.C., 1983, p. 1227; COSSÍO: El dolo en el Derecho civil, Madrid, 1955; también como prescripción extintiva o simplemente prescripción. Ambos Capítu-
DE LOS MOZOS: El principio de la buena fe, Barcelona 1965; DÍEZ-PlCAZO: La doctrina de los están precedidos por otro, el I, que contiene una serie de normas comunes a
los propios actos, Barcelona, 1963; GÓMEZ ACEBO: La buena y la mala fe: su encuadramien-
to en la teoría del Derecho y su eficacia en el Código civil, R.D.P., pp. 101 y 192.
ambas prescripciones.
B) CALVO SOTELO: La doctrina del abuso del derecho, Madrid, 1917; DÍEZ-PlCAZO: La usucapión está considerada como un modo de adquirir la propiedad y de-
Abuso del derecho y fraude a la ley en el nuevo Título Preliminar del Código civil, I.J., 1974 rechos reales mediante la posesión que ha durado un determinado tiempo y otras
(octubre-diciembre), p. 203; FAIREN MARTÍNEZ: El abuso del derecho, R.D.N. (enero-mar-
condiciones que señala la ley, mientras que la prescripción extintiva es una causa
zo), 1960, p. 425; JORDANO BAREA: Dictamen sobre abuso del derecho y fraude a la ley,
A.D.C., 1960, p. 958; JOSSERAND: De Vabus de droit, París, 1914; LLUIS Y NAVAS: El ejerci- de extinción de acciones, o, según un amplio sector de la doctrina, de derechos1. El
cio antisocial del derecho, R.G.L.1,1980, p. 115; Código civil considera la prescripción extintiva como un modo de extinción de ac-
ciones y derechos (arts. 1.930, p. 2, y 1.932). Sin embargo, sucesivamente regula la
de acciones.
¿Por qué sé produce la extinción de un determinado derecho o acción por la
prescripción? Porque se dan «las condiciones determinadas en la ley», según expre-
sa el artículo 1.930.2.° C.c. o «por el mero lapso de tiempo fijado en la ley», con-
creta más el artículo 1.961 C.cv
Pero el transcurso del tiempo fijado en la ley no es suficiente para perfilar la
prescripción. Es uno de sus dos presupuestos. El otro lo constituye la falta de ejer-
cicio del derecho.
La falta de ejercicio del derecho es la inercia o la inactividad del titular (p. ej.,
acreedor que no reclama el pago déla deuda, propietario que no impide que un ter-
cero usufructúe su finca). No obstante, esta falta de ejercicio debe ir unida a una
falta de reconocimiento del derecho por parte del deudor o sujeto pasivo de la pre-

1
Sobre las relaciones entre prescripción adquiri4a y extintiva, vid. DÍEZ-PlCAZO: La
prescripción extintiva, Cívitas, 2003, pp. 53 ss.

[365]
366 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PRESCRIPCIÓN Y LA CADUCIDAD 367

tensión que contra él se tiene. Por esto algunos autores hablan de la necesidad del II. OBJETO DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA.
«silencio de la relación jurídica» (ALAS, D E BUEN, RAMOS). Esta idea es más apro- EL PROBLEMA DE LAS EXCEPCIONES
piada para los derechos de crédito que para los derechos reales. En aquéllos, el
acreedor no exige y el deudor no cumple ni reconoce nada; en los últimos, hay una El Código civil lleva como rúbrica de su Capítulo III del Libro XVIII «De la
actividad del tercero sobre la cosa (la posee), sin que su propietario reaccione. prescripción de acciones», y todos los preceptos que lo desarrollan mencionan a
En realidad, la prescripción extintiva no sanciona tanto la inercia del titular del las acciones como objeto de la prescripción. La acción hay que considerarla aquí
derecho como la falta de defensa del mismo, según observó CARNELUTTI. El pro- como la facultad o poder de exigir a otro un comportamiento, activo o positivo,
pietario que no goza de la finca no pierde nada, sólo si frente al goce de un tercero para la satisfacción de nuestro interés, y se reclama del órgano judicial. En otros
que se inmiscuye en ella no reacciona ejercitando la acción oportuna. términos, la acción es el derecho a la tutela concreta de un determinado derecho
Por lo que respecta al fundamento de la prescripción parece acertada la idea de subjetivo o parte del mismo (p. ej., quedará sujetas a la prescripción extintiva las
que es una institución necesaria para el orden social y para la seguridad jurídica, acciones para reclamar rentas atrasadas, pero no el derecho de arrendamiento).
introducida en atención al bien público. No es justo que una persona resucite pre-
Frente a la tesis de la prescripción de acciones se alza otra, más seguida, según
tensiones antiguas, de las cuales incluso puede haberse perdido la memoria, y que la cual lo que prescribe es el derecho. Se argumenta que un derecho subjetivo que
ponga en peligro con ello la situación quieta y pacíficamente mantenida por otras no pudiese hacerse valer en juicio es ún derecho desnaturalizado. ¿Qué sentido
personas durante largo tiempo. Por el contrario, es justo que el titular de un derecho tiene afirmar que el acreedor puede exigir extrajudicialmente el pago, cuando el
sea diligente en orden a su ejercicio, y que si no lo es, el perjuicio deba pararle a él. deudor al negarse no está sujeto a la posibilidad de que judicialmente se le obligue?
Los defensores de esta tesis entienden que el derecho subjetivo prescrito da lugar
En suma, la prescripción impide el ejercicio intempestivo de un derecho. a una «obligación natural». El deudor está moralmente obligado a pagar, aunque
El fenómeno de la prescripción ha sido ügado en ocasiones con la voluntad real el acreedor carezca del poder jurídico de exigir el cumplimiento de la prestación.
o presunta de la persona. Se considera como fundamento de la prescripción la pre- Pero el argumento no es convincente ni resuelve el problema, porque en esta obli-
sunción de abandono o de renuncia que la prolongada inercia del titular suscita. Aun gación falta precisamente aquel poder, en otras palabras, todo derecho subjetivo.
Su único efecto es la soluti retentio; si el deudor paga espontáneamente carece de
cuando esta tesis ha sido utilizada frecuentemente por la jurisprudencia del Tribunal acción para repetir el pago alegando qufe no estaba obligado.
Supremo, no es exacta. Un derecho no prescribe porque su titular haya querido re- La tesis de la «prescripción de derechos» considera que la prescripción deter-
nunciar o porque esta renuncia se presuma, sino porque objetivamente ha transcu- mina la extinción del derecho subjetivo, definido como poder jurídico que agrupa
rrido un determinado período de tiempo sin que el derecho se haya ejercitado, cua- unitariamente un conjunto de facultades. Pero a veces no se extingue por entero el
derecho subjetivo, sino que se limita o reduce. Así, por ejemplo, el arrendador que
lesquiera que hayan podido ser las causas de la falta de ejercicio. Si el fundamento se retrasa en exigir el pago de rentas no pierde en modo alguno el poder de exigir
de la prescripción estuviera en una presunta voluntad del titular del derecho, no de- las sucesivas, lo mismo que si un tercero adquiere por usucapión un derecho de
bería funcionar si se demostrara que no había existido la voluntad de renuncia. Sin usufructo .(art, 468 C.c), porque durante todo el tiempo de su posesión como usu-
embargo, es claro que funciona de una manera objetiva y con total independencia fructuario el propietario no hizo uso del poder de defender la libertad de su predio
contra injerencias extrañas. Este propietario no ha perdido el derecho subjetivo de
de esa voluntad. Si existe, sólo puede manifestarse interrumpiendo la prescripción, profHedad, sino aquellas facultades de uso y goce de su cosa que serán en adelan-
de la forma prevenida legalmente, no bastando el mero hecho de tenerla. te del usufructuario por todo el tiempo que dure su derecho, por no haber ejerci-
La interpretación de las normas sobre la prescripción, se ha sostenido reitera- tado contra él las oportunas acciones de condena2.
damente en la jurisprudencia, ha de hacerse en un sentido restrictivo pues es una No está claro en el régimen del Código civil lo que es objeto de la prescripción
extintiva, pues si por una parte insiste en que por ella se extinguen «derechos y
institución que no se basa estrictamente en la justicia, lo que quiere decir qué debe acciones» (arts. 1.930 y 1.932), por otra no organiza ni se refiere más que a la «pres-
tener como finalidad el mantenimiento de la acción presuntamente afectada. Pero cripción de acciones». Esta oscuridad ha llevado a que se mantengan en la doctri-
esta dirección interpretativa no puede llevar a afirmar que ha existido interrupción na interpretaciones diversas. Lo cierto y evidente es que si la acción ejercitada no
de la prescripción cuando no se está en presencia de los hechos que la ley conside-
ra como tales y únicamente ellos. 2
DÍEZ-PlCAZO (Laprescripción en el Código civil Barcelona, 1964, p. 37) afirmó que la
Por último, ha de observarse que las normas generales sobre la prescripción prescripción, en cuanto afecta a facultades, sólo afecta al derecho subjetivo mediatamente
(que es el Título XVIII del Libro IV del Código civil) se entienden, dice el artículo porque lo modifica, limita o reduce. Pero cuando la facultad que prescribe es la que podría-
mos llamar central o esencial del derecho subjetivo, como es, por ejemplo, la de reivindicar
1.938, sin perjuicio de lo que en este Código civil o en leyes especiales se establezca respecto del derecho de dominio o la de reclamar la deuda respecto del derecho de crédito,
respecto a determinados casos de prescripción. la pérdida de la facultad coincide necesariamente con la pérdida del derecho.
368 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PRESCRIPCIÓN Y LA CADUCIDAD 369

es más que uno de los poderes que da el derecho (por ejemplo, en un contrato de extinguen por la prescripción en perjuicio de toda clase de personas, incluso las
arrendamiento se pacta que el arrendatario pague cada mes x euros de renta, du- jurídicas, en los términos prevenidos por la ley», aunque a continuación establece
rante el contrato de un año), sería absurdo afirmar que se ha extinguido el derecho
de arrendamiento por prescripción extintiva. que «quedan siempre a salvo a las personas impedidas para administrar sus bienes
el derecho a reclamar contra sus representantes legítimos, cuya negligencia hubie-
¿Qué derechos son los sometidos a prescripción? La regla general del artícu- se sido causa de la prescripción». Consecuencia de este criterio es el artículo 1.934
lo 1.930 Ce. es la prescriptibilidad de todos los derechos y acciones «de cualquier G.c.j a cuyo tenor «la prescripción produce sus efectos jurídicos a favor y en contra
clase que sean». No obstante, la disposición legal debe entenderse referida a derechos de la herencia antes de haber sido aceptada y durante el tiempo concedido para
relativos o de créditos y derechos reales, es decir, derechos de naturaleza patrimonial. hacer inventario y para deliberar». Es decir, no hay interrupción por el hecho de
También ha de excepcionarse de la prescripción extintiva la acción para reclamar que el titular del derecho que está prescribiendo haya fallecido y sus herederos no
alimentos al que debe prestarlos por disposición legal en los supuestos de deuda alimen- hayan aceptado todavía la herencia o hayan solicitado un plazo para deliberar so-
ticia entre parientes, si bien lo imprescriptible aquí es el derecho a reclamarlos, no las bre si aceptan o repudian a la vista del inventario que hay que hacer.
pensiones devengadas y no exigidas. Se considera que el derecha a pedir alimentos es
esencial para la vida del necesitado de ellos y no puede extinguirse nunca (art. 151 Ce).
Es imprescriptible la acción para obtener la declaración de nulidad absoluta (o IV COMIENZO DEL PLAZO PRESCRIPTIVO Y SU CÓMPUTO
inexistencia) de un negocio jurídico. Sin embargo, los efectos restitutorios que se
persigan como consecuencia de la nulidad están afectados por la prescripción. Las La determinación del momento inicial del cómputo de la prescripción ha sido
acciones restitutorias que se ejercitan con la de nulidad de un contrato, por ejem- siempre una cuestión discutida en la doctrina. Para resolverla, los antiguos autores
plo, para lograr la restitución de la cosa entregada, prescriben como cualquier otra formularon la llamada «teoría de l&actionata», conforme a la cual, para que pueda
acción (Ss. de 27 de febrero de 1964 y 13 de abril de 1988). comenzar a contarse el tiempo de la prescripción es menester que la acción haya ya
Según el artículo 1.965 C e , no prescriben entre coherederos la acción para nacido. El problema radica en determinar cuándo nace. Nuestro Código civil se li-
pedir la división de herencia, entre comuneros la de división de la cosa común, y la mita a preceptuar con carácter general: «El tiempo para la prescripción de toda cla-
de deslinde entre propiedades contiguas. Mientras se mantenga la comunidad de se de acciones, cuando no haya disposición especial que otra cosa determine, se conta-
bienes o la indivisión de la herencia o las propiedades colindantes, ninguna razón rá desde el día en que pudieron ejercitarse» (art. 1969). Pero hay que determinar éste.
hay para establecer la prescripción. La teoría más antigua es la llamada de la «lesión», con arreglo a la cual el de-
¿Prescriben las excepciones? Las mismas son, en términos generales, medios de de- recho subjetivo ha de ser lesionado por un tercero. Pero como existen derechos que
fensa en el proceso del demandado, que no implican pretensión alguna del mismo fren- pueden ser lesionados sin acción (p. ej., el deudor que se niega simplemente a pagar
te al actor, sólo alega hechos impeditivos o extintivos que destruyen la acción o sus la deuda a su vencimiento), la teoría de la «insatisfacción» sostiene que el inicio del
efectos jurídicos, o bien la paralizan temporalmente (excepciones dilatorias). Si lo que plazo prescriptivo debe arrancar desde la insatisfacción del derecho.
se alega por vía de excepción pudo alegarse por vía de acción, la excepción debe pres- Bien miradas las cosas, insatisfacción y lesión son dos formas de violación del
cribir. Si la excepción envuelve al ejercicio de un derecho para el que no cabe la vía de derecho, que se corresponden con la naturaleza y estructura de éste. Por lesión pue-
la acción, la excepción no prescribe. Así ocurre, por ejemplo, con el derecho de reten- de decirse que se viola cuando hay un acto positivo del tercero, y, en cambio, por
ción que tiene el poseedor de buena fe vencido enjuicio por el verdadero propietario insatisfacción cuando el comportamiento del tercero es omisivo. Hay lesión por com-
(art. 453 Ce): no se le puede acusar de inercia mientras que no se le pida la restitución3. portamiento positivo en los derechos reales y en los derecho de crédito cuyo conte-
nido sea una prestación de no hacer que deba cumplir el deudor u obligado, que
éste incumple ejecutando lo prohibido hacer. Hay comportamiento omisivo en el
III. PERSONAS PERJUDICADAS POR LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA deudor que no cumple su prestación.
¿La posibilidad de ejercicio de la acción ha de estimarse en sentido subjetivo u
El Código civil no ha seguido la vieja regla contra non valentem agere non currit objetivo? Dicho en otros términos, ¿basta que exista la lesión o insatisfacción que
praescriptio, por lo que dice en el artículo 1.932 que «los derechos y acciones se hemos comentado anteriormente, o es necesario que el titular la conozca? la sen-
tencia de 10 de octubre de 1977 declaró que «un derecho no está en condiciones de
3
Vid. Ss. de 12 de marzo de 1965,19 de noviembre de 1994 y 17 de febrero de 1996. ser reclamado en tanto no se conozca su existencia, contenido, alcance y efecto»,
370 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PRESCRIPCIÓN Y LA CADUCIDAD 371

pero estas circunstancias han de interpretarse de una manera objetiva, prescindien- c) Conforme al artículo 1.972 C e , el tiempo para la prescripción de las accio-
do de las condiciones personales del que puede ejercitarlo. Así lo exige la necesidad nes para exigir rendición de cuentas «corre desde el día en que cesaron en sus cargos
de dar firmeza cuanto antes a las relaciones jurídicas, el no resucitar pretensiones los que debían rendirlas». En cambio, la que tiene por objeto exigir el resultado de
cuya memoria se haya perdido con el transcurso del tiempo, en definitiva, la paz y las cuentas, «desde la fecha en que esté reconocido por conformidad de las partes».
seguridad jurídica,finalidadesalas que en última instancia sirve la prescripción. El Por último, en cuanto al cómputo de los plazos de prescripción el Código civil
Tribunal Supremo ha seguido ese criterio interpretativo precisamente cuando la li- establece las siguientes reglas (art. 1.960): 1.a El día en que comienza a contarse el
teralidad del Gódigo civil constituiría una base para la interpretación subjetiva. Nos plazo se tiene por entero. 2.a El último día debe cumplirse en totalidad. En lo de-
referimos al artículo 1.968.2.°, que señala el dies a quo del plazo prescriptivo de la más, rige el artículo 5.° del Título Preliminar.
acción para reclamar la responsabilidad civil derivada de los delitos de calumnia o
injuria, o por culpa o negligencia extracontractual, «desde que lo supo el agraviado»4.
Después de haber sentado el artículo 1.969 Ce. la regla general para el comien- V. INTERRUPCIÓN Y SUSPENSIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN
zo del plazo prescriptivo, establece las siguientes paticularidades: EXTINTIVA
a) Dice el artículo 1.970 en su párrafo 1.° que «el tiempo para la prescripción
de las acciones que tienen por objeto reclamar el cumplimiento de obligaciones de Si la causa de la prescripción es el «silencio de la relación jurídica», es claro que
capital, con interés o renta, corre desde el último pago de la renta o interés». Decía la ruptura del silencio impedirá que la prescripción se produzca. Por «interrupción
GARCÍA GOYENA que «hasta que se deje de pagar el interés o renta hay un reco- de la prescripción» conocemos, pues, las causas que determinan un impedimen-
nocimiento indudable, de parte del deudor, de la obligación de pago». Por tanto, to de la prescripción e imponen que el tiempo tenga que volver a contarse de nuevo
lo que quiere decir el legislador es que mientras se esté pagando interés o renta, la por entero.
acción para reclamar el capital no prescribe. Por otra parte, para que se dé esta La interrupción esfiguranetamente distinta de la suspensión de la prescripción.
prescripción es necesario que la obligación de pagar el capital sea ya exigióle: la En la suspensión hay una paralización del plazo prescriptivo, pero conserva su efi-
simple falta del pago del interés no determina automáticamente el vencimiento y cacia, pues el tiempo posterior a la suspensión se suma a él. La interrupción, por
exigibilidad de aquella obligación, salvo que se haya pactado expresamente. Tam- el contrario, lo borra, y el tiempo debe contarse de nuevo una vez cesada la eficacia
bién conviene resaltar que la disposición se refiere exclusivamente a la fijación del de la causa interruptiva.
momento en que empieza a correr la prescripción de la acción para exigir el capital, Las causas de interrupción de la prescripción están enumeradas en el artículo
no los intereses, cuyo dies a quo será el del vencimiento siguiente al que se ha satis- 1.973 del Código civil, y son las siguientes:
fecho, pues no puede decirse que se deja de pagar la renta o interés precisamente 1 .a El ejercicio judicial del derecho. Bajo esta rúbrica hay que entender inclui-
cuando se acaba de pagar un plazo. do el hecho de la formulación de la demanda, como la solicitud de conciliación
Los párrafos 2.° y 3.° del artículo que comentamos fijan el comienzo de la pres- admitida (art. 143 de la Ley 12/2015, de 2 de julio, de la Jurisdicción Voluntaria).
cripción de la acción para reclamar el capital del censo (vid. arts. 1.605, 1.606 y No se requiere el triunfo de la acción ejercitada. También debe estimarse como
1.607 Ce. para la definición de sus diferentes especies), desde el último pago de la causa el planteamiento de la cuestión ante arbitros ya que su laudo tiene los efectos
renta o pensión. En realidad se trata de la prescripción extintiva del derecho del de una sentencia5.
censo (derecho a exigir la pensión), y la consiguiente liberación de la carga censal, 2.a El ejercicio extrajudicial del derecho. Cualquier reclamación por el titular
por lo que la acción que prescribe es una acción real (art. 1.620 C e ) . del derecho a sujeto pasivo interrumpe la prescripción (v. gr., un requerimiento
b) El artículo 1.971 Ce. contiene otra regla especial al declarar que «el tiem- notarial, una carta). El problema será el probar la fecha del acto interruptivo.
po de la prescripción de las acciones para exigir el cumplimiento de obligaciones 3.a El reconocimiento del derecho. Puede ser expreso o tácito, y haberse hecho
declaradas por sentencia, comienza desde que la sentencia quedó firme». Es juris- con lafinalidadde interrumpir la prescripción que corre en favor del que reconoce,
prudencia reiterada que la sentencia ha de ser notificada para que comience la o con otra distinta. Por ejemplo, el deudor que paga en el plazo de prescripción los
prescripción. intereses de la deuda está reconociendo ésta.

4 5
Existe jurisprudencia no muy clara. Véanse las sentencias de 28 de octubre de 1994,31 Respecto de la eficacia interruptiva de la vía penal, vid. las sentencias de 30 de octubre
de marzo de 1955,11 de noviembre 2012 y 14 de enero de 2014. de 1993, 7 de febrero de 2006 y 19 de febrero de 2013.
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372 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PRESCRIPCIÓN Y LA CADUCIDAD 373
El acto interruptivo no ha de ser necesariamente efectuado por el titular del Si solamente se considera que la prescripción sirve a la paz jurídica, a la seguridad
derecho. Es eficaz el ejecutado por su representante legal o mandatario (Ss. de 18 general y al bien público, y que son razones de utilidad social las que la fundamen-
de enero de 1968 y 27 de junio de 1969), incluso por mandatario que manifieste tan, como las normas dirigidas a ello no pueden quedar al arbitrio de los particulares,
obrar en nombre del titular (S. de 9 de diciembre de 1983). se deduciría inmediatamente la idea de la absoluta imperatividad de las que compo-
nen el régimen legal en materia de prescripción y, por consiguiente, la invalidez de
cualesquiera negocios o convenios destinados a modificarlo inter partes.
VI. EFECTOS Y FUNCIONAMIENTO DE LA PRESCRIPCIÓN Esta conclusión puede ser criticada. Si bien es cierto que en la prescripción
EXTINTIVA existe una razón de utilidad social, no lo es menos que tutela un interés privado; el
interés del demandado o sujeto pasivo del derecho. La prescripción es un medio de
¿Es preciso para que la prescripción tenga lugar que la invoque expresamente defensa o de tutela de que éste dispone para paralizar o enervar la pretensión del
el interesado en servirse de ella o puede, en cambio, el juez acogerla de oficio una demandante. De ahí la admisibilidad al menos de algunos negocios jurídicos sobre
vez que aparezcan probados los hechos en que ella se asienta? Érente a la norma la prescripción como el de su renuncia. La admisibilidad de la renuncia a la pres-
clara (art. 1.943) del Proyecto de 1851 en el primero de los sentidos, el Código civil cripción ganada está reconocida por el artículo 1.935 C.c. Esta renuncia es un ne-
guarda un completo silencio. Pero si tenemos en cuenta que el favorecido con la gocio jurídico que se realiza por una manifestación de voluntad del sujeto favore-
prescripción puede renunciar a ella expresa o tácitamente (art. 1.935 C.c), es claro cido por la prescripción. Puede ser un negocio jurídico unilateral. Pero puede ser
que no es institución que el juez pueda estimar de oficio, sino que su juego se deja también —no hay en ello ningún inconveniente— bilateral, y resultar de un conve-
a voluntad exclusiva del interesado o favorecido, que es quien ha de oponerla fren- nio del beneficiado por la prescripción con el perjudicado por ella.
te a la reclamación o ejercicio intempestivo del derecho. De ahí se deduce también En la medida en que una prescripción en curso supone ya una prescripción
que el cumplimiento del plazo legal de prescripción produce el efecto automático parcialmente consumada no hay dificultad en admitir que también sobre ella pue-
de atribuir al interesado la facultad de oponer la prescripción, cuyas consecuencias den las partes disponer lo que tengan por conveniente.
se retrotraen al momento de aquel cumplimiento. En los negocios jurídicos sobre la prescripción que pueda ocurrir en el futuro las
La invocación o alegación de la prescripción no tiene que hacerse necesaria- cosas presentan un cariz diferente. El artículo 1.935 C.c. declara la irrenunciabilidad
mente dentro de un juicio. Es posible un ejercicio extrajudicial de la facultad de del «derecho a prescribir para lo sucesivo», pero esta norma no es prohibitiva, por sí
oponerla, como sucederá si el deudor rehusa pagar la deuda ante la reclamación sola, de toda clase de aquellos negocios. Enrigor,lo único que hace es impedir que
de su acreedor, o el que ejerce un derecho real en cosa ajena se niega a variar de un derecho legalmente prescriptible sea imprescriptible por voluntad de las partes.
conducta ante la reclamación del propietario que se lo exige (v. gr,, quien goza y También deben considerarse ineficaces los pactos que traten de convertir un derecho
usa como usufructuario unafincarústica). imprescriptible en prescriptible, porque la imprescriptibilidad se halla fuera de la au-
Aunque la prescripción extintiva es un medio de defensa del demandado en un tonomía de la voluntad de los particulares y es la ley la que la determina.
proceso, y así suceda en la gran mayoría de casos, nada se opone a que el favoreci-
do con la prescripción tome la iniciativa judicial, pidiendo al juez que declare la
situación jurídica que la prescripción ha creado en su favor. VIII. PLAZOS LEGALES DE PRESCRIPCIÓN

El Código civil ha establecido una gama extensa de plazos de prescripción en


VIL AUTONOMÍA PRIVADA Y PRESCRIPCIÓN atención a la naturaleza del derecho o acción que prescribe.

La naturaleza yfinalidadde la prescripción obliga a determinar las relaciones A) LA PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES REALES
existentes entre su ordenamiento legal y la autonomía privada. Se trata de averiguar
si poseen validez los negocios jurídicos celebrados por los particulares con elfinde Como tales se conceptúan:
establecer entre ellos un régimen de prescripción de derechos y acciones diferente 1.° La acción para la defensa del derecho de propiedad cuando su titular pre-
del legal. Desde luego, el Código civil no da ninguna regla prohibitiva. Esta cues- tende la restitución de la cosa de quien la posee sin ningún título para ello. Es la
tión puede recibir soluciones diversas. acción reivindicatoría. ^
374 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PRESCRIPCIÓN Y LA CADUCIDAD 375

Según el artículo 1.692, las acciones reales sobre bienes muebles prescriben a La modificación de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 2000, llevada a cabo por
los seis años, salvo que el poseedor haya ganado por menos tiempo el dominio, la Ley 42/2015, de 15 de octubre, ha establecido el plazo de cinco años «desde que
conforme al artículo 1.955, y excepto los casos de extravío o venta pública, y los de pueda exigirse el cumplimiento de la obligación». Dice, además, que «en las obli-
hurto o robo, en que se estará a lo dispuesto en el párrafo 3.° del mismo artículo gaciones continuadas de hacer o no hacer, el plazo comenzará cada vez que se in-
citado. cumplan» (Disp. Final 1.a).
Hacemos la referencia a la interpretación del artículo 464 del Código civil, que El radio de acción del precepto es amplísimo por la supletoriedad del Código
un sector doctrinal relaciona con la reivindicación de bienes muebles. civil (art. 4.°3).
Respecto de los bienes inmuebles, dice el artículo L963 que las acciones reales
sobre ellos prescriben a los treinta años, sin perjuicio de lo establecido para la ad-
quisición del dominio o derechos reales por prescripción, es decir, por la usucapión. C) LA PRESCRIPCIÓN QUINQUENAL
Según la sentencia del Pleno de la Sala 1.a del Tribunal Supremo de 19 de no-
viembre <le 2012, la-acción declarativa déla propiedad no prescribe aisladamente El artículo 1,966 dispone la prescripción de cinco años para las acciones que
considerada. Mientras el demandante sea portador de un interés legítimo y resulte tienen por objeto exigir el pago de las siguientes obligaciones:
ser el propietario, estará legitimado para reclamar la declaración judicial de su de- 1 .a La de pagar pensiones alimenticias.
recho. La acción declarativa de un derecho constituye la proyección procesal de la Se refiere sin duda a las pensiones indebidas y no pagadas de obligaciones ali-
facultad de defenderlo, dotándole de certeza, de modo que sigue la suerte del mis- menticias. El derecho a exigir alimentos es imprescriptible (art. 148, p. 2).
mo. 2.a La de satisfacer el precio de los arriendos, sean de fincas rústicas o ur-
2.° La acción negatoria, que es la que corresponde al propietario contra quien banas.
se está comportando como si tuviese un derecho real (v. gr., usufructo, servidum- 3.a La de cualesquiera otros pagos que deban hacerse por años o en plazos
bre, etc.) sobre su cosa. más breves.
3.° La acción confesoria, que es la propia del titular de un derecho real en El precepto no hace ninguna distinción entre el pago de obligaciones principa-
cosa ajena contra quien lo perturbe o no lo reconozca. les y el de obligaciones accesorias. Ejemplo típico es una obligación de devolver el
El plazo de prescripción extintiva se computa desde la pérdida de la posesión capital recibido en un contrato de préstamo y la de pagar los intereses que se hayan
convenido al año o cada año.
(art. 1.962 Ce.).
Una regla especial sienta el artículo 1.964 Ce. para la acción hipotecaria (ac- Respecto a los intereses, la jurisprudencia se orienta en el sentido de que han
ción real), es decir, para la acción que tiene el acreedor hipotecario de dirigirse de ser los compensatorios por el recibo de capital, no los moratorios, por el incum-
contra la cosa hipotecada para realizar su valor y cobrar de esta manera el impor- plimiento de la obligación principal que genera daños y perjuicios (S. de 17 de
te de la deuda que aquélla garantizaba. Esta acción prescribe a los veinte años, marzo de 1994). Tampoco se aplica el artículo 1.966.3.° cuando los intereses se
capitalizan, pues han perdido su naturaleza propia ya que forman parte del capital,
siendo así que el crédito que garantizaba lo hace a los quince años, contradicción constituyendo un todo con éste (S. de 23 de septiembre de 2010).
que ha dado lugar a múltiples interpretaciones6. Por lo que respecta a una prestación principal que es única, pero para facilitar
el cumplimiento del deudor se previo que se harían entregas periódicas de dinero,
vid. la sentencia de 31 de mayo de 2003.
B) LA PRESCRIPCIÓN GENERAL DE LAS ACCIONES PERSONALES
i
El Código civil, en su redacción originaria, establecía el plazo de quince años D) LA PRESCRIPCIÓN TRIENAL
para todas las acciones personales que no tuviesen señalado en la ley un plazo es-
pecial de prescripción (art. 1.964). El fundamentó jurídico de estas prescripciones está en que los créditos se pagan
habitualmente de manera inmediata o muy rápida, de manera que la inactividad
en reclamarlos conduce al olvido (S. de 14 de febrero de 2011).
6
Sobré el cómputo del plazo de la acción personal del acreedor, habiéndose ejercitado Según el artículo 1.967 del C e , por el transcurso de tres años prescriben las
(infructuosamente) la acción hipotecaria, vid. sentencia de 26 de mayo de 2014. acciones para el cumplimiento de las obligaciones siguientes:
376 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PRESCRIPCIÓN Y LA CADUCIDAD 377

1.a La de pagar a los jueces, abogados, registradores, notarios, escribanos, tual7. Hay que destacar que, en ambos casos, el Código civil no exige que la venta
peritos, agentes y curiales sus honorarios y derechos, y los gastos y desembolsos se haga al contado ni en el establecimiento del comerciante vendedor.
que hubiesen realizado en el desempeño de sus cargos u oficios en los asuntos a El número 4 del artículo 1.967 contiene un segundo párrafo que fija el dies a
que las obligaciones se refieran. quo de la prescripción de las acciones a que se refieren los tres párrafos anteriores,
Suscita dudas el significado de algunos de los términos empleados. A nuestro que es desde que se dejaron de prestar los servicios. Por tanto, es claro que se han de
juicio, los «jueces» a los que se alude no son los órganos de la Administración eliminar de su órbita de aplicación todo lo que suponga entregas por compraventa
de Justicia, porque están ligados con el Estado por una relación de servicio pú- (p. ej., productos farmacéuticos, la de un comerciante a su cliente). Pero queda la
blico. Deben comprenderse sólo los que ejercitan una función decisoria de un cuestión, ampliamente debatida en la doctrina, de si los tres párrafos anteriores
litigio privadamente (los llamados arbitros), o los que componen cualquier con- excluyen el número 4 o al número 1, o bien abarcan todo el artículo 1.967, no sien-
flicto entre particulares aviniéndolos (los mediadores). Tampoco, por razones do necesario que el legislador especificase que se comprendía el número 4 porque
análogas, los agentes son los «agentes judiciales», que están nombrados en el era un párrafo de él. Se va orientando la jurisprudencia en el sentido de que la regla
precepto implícitamente como «curiales». Entre los «curiales» se hallan los pro- déla parte final del artículo 1.997 resulta aplicable a todos los casos que el mismo
curadores, no el personal al servicio de la Administración de Justicia que no co- regula, en los que el derecho que prescribe tenga su causa en la prestación de ser-
bra a los litigantes. vicios (S. de 22 de enero de 2007).
El ámbito propio de la prescripción trienal es el de la prestación de servicios La jurisprudencia ha visto el problema en litigios sobre reclamaciones de ho-
por profesionales (Ss. de 10 de julio de 1995 y 14 de febrero de 2011). norarios por abogados aplicando la regla subrayada, y hay que resaltar que no
2.a La de satisfacer a los farmacéuticos las medicinas que suministraron; a los obliga a que efectúen la reclamación desde el momento en que han llevado a cabo
profesores y maestros sus honorarios y estipendios por la enseñanza que dieron, o actos de su profesión concretos (p. ej., redactar la demanda, proponer pruebas, etc.)
por el ejercicio de su profesión, arte u oficio. La sentencia de 7 de noviembre de 1940 mientras la relación profesional con su cliente no se ha extinguido8.
interpretó la frase subrayada como comprensiva de un supuesto amplio, en el que
se cobija la reclamación de honorarios y estipendios por quienes ejercen una técnica
profesional (p. ej., el médico). E) LA PRESCRIPCIÓN ANUAL
3.a La de pagar a los menestrales, criados y jornaleros el importe de sus
servicios, y el de suministros y desembolsos que hubiesen hecho concernientes a los El artículo 1.968 Ce. engloba estos supuestos en que el plazo prescriptivo es
mismos. En la actualidad el campo de aplicación del precepto se encuentra suma- de un año.
mente restringido, puesto que el contrato de trabajo se halla sujeto a la disciplina 1.° La acción para recobrar o retener la posesión. Todo poseedor, cualquiera
del Derecho del trabajo. Por otra parte, la norma no se aplica al que se obüga a que sea la causa por la que posea, es amparado y mantenido en su posesión. El que
ejecutar una obra, poniendo los materiales, para otro, si se vale de operarios a sus se crea con derecho a ella debe acudir a los Tribunales en demanda de lo que estime
órdenes, aunque él también trabaje en ella (S. de 31 de marzo de 1943). oportuno, pero no proceder por las vías de hecho (art. 441 C e ) . El poseedor que
4.a La de abonar a los posaderos la comida y habitación, y a los mercaderes sea despojado contra su voluntad, o que sea inquietado en su posesión por actos
el precio de los géneros vendidos a otros que no lo sean, o que, siéndolo, se dedi- que manifiesten intención de inquietarle o de despojarle o que tiene fundados mo-
quen a distinto tráfico.
El primer supuesto abarca los créditos cuyos titulares son los dedicados profe-
7
sionalmente a la hostelería, y deben referirse no sólo a la «comida y habitación», La expresión legal «o que, siéndolos, se dediquen a tráfico distinto» procede del ar-
tículo 1.973 del Proyecto de 1851, que lo toma del artículo 2.006 del antiguo Código civil
sino a todas las prestaciones que, en virtud del hospedaje, se hayan proporcionado holandés, a fin de beneficiar de la prescripción corta a los comerciantes que adquieren para
al hospedado. sus necesidades personales, domésticas, o familiares. Sobre la cuestión, MUÑOZ-PLANAS:
El segundo supuesto se refiere a las ventas que realicen del género en que tra- La prescripción del derecho al precio en las venías al consumo, Oviedo, 1979.
8
fiquen los comerciantes a otros que no lo sean, o que, siéndolos, «se dediquen a Vid. la sentencia de 8 de abril de 1997 y los que en ella se citan.
Por otra parte, la sentencia de 4 de noviembre de 1991 declaró que el artículo 1.967, en
tráfico distinto». El primer caso no presenta especial dificultad, no así el segundo. su referencia a los abogados, hay que entenderlo en sus relaciones con sus clientes, no entre
En este último se contempla en realidad una venta de un comerciante a otro, pero quien ha vencido en un proceso y el vencido, condenado además al pago de las costas pro-
no para que éste trafique o revenda lo comprado porque no es su ocupación habi- cesales de aquél, entre las que se incluyen minutas de abogados.
378 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PRESCRIPCIÓN Y LA CADUCIDAD 379
tivos para creer que lo será, posee legitimación para^jercitar unas acciones de efec- pone: «Los acreedores, y cualquiera otra persona interesada en hacer valer la pres-
to rápido, los llamados clásicamente interdictos, para conseguir la restitución o el cripción, podrán utilizarla a pesar de la renuncia expresa o tácita del deudor o pro-
cese de la perturbación, respectivamente9. pietario.» Obsérvese que no impone el precepto que la renuncia perjudique al
2.° La acción para exigir la responsabilidad civil por injuria o calumnia, y la acreedor o persona interesada, sino únicamente que se dé cualquiera de esas cua-
que tiende a la reparación del daño ocasionado por cualquier acción u omisión en lidades, ni exige que se impugne para que se declare ineficaz. Pero su interés mar-
la que haya intervenido culpa o negligencia, sin estar las partes ligadas por relación cará el límite del derecho que les concede el precepto para que se ejercite sin abuso.
jurídica (responsabilidad extracontractual; arts. 1.902 y ss. del Código civil). El En lo que exceda de aquél, no podrá utilizarse la prescripción.
plazo del año se cuenta desde que lo supo el agraviado10.
En cambio, si se ejercita la acción de responsabilidad civil derivada de un deli- Si eltitulardel derecho prescrito poseía una preferencia para el cobro sobre un
to o falta sancionado penalmente (vid. art. 109 C.p.) ante la jurisdicción civil y no bien del deudor frente a otro acreedor de éste, la renuncia a hacer valer la prescrip-
ción hará que el primero cobre efectivamente, pero no con preferencia al segundo,
en la que conoce del mismo, el plazo de prescripción es el general de quince años si éste alega para impedirlo la prescripción.
(Ss. de 27 de marzo y 2 de julio de4979 entre-otras muchas), que no empezará a
correr mientras la jurisdicción penal esté conociendo. Esta dirección jurispruden- El renunciante ha de tener capacidad para enajenar (art. 1.935).
cial es objeto de crítica, pues no hay diferencia intrínseca entre la responsabilidad
civil nacida de una acción u omisión penada por la ley y ese mismo suceso, que, si
bien no está penado, vulnera el principio general del Derecho neminem laedere. X. LA CADUCIDAD

Una institución distinta de la prescripción extintiva es la caducidad. Se trata


IX. LA RENUNCIA A LA PRESCRIPCIÓN también de una forma de extinción de las acciones y de los derechos por el trans-
El artículo 1.935 permite la renuncia a la prescripción ganada, no al derecho de curso del tiempo, pero se distingue de la prescripción porque no le es aplicable en-
prescribir en el futuro. Esta renuncia, negocio jurídico unilateral, significa una re- teramente el régimen jurídico de ésta. Singularmente, porque no es susceptible de
nuncia a hacer valer la prescripción. Si el cumplimiento del plazo prescriptivo ge- interrupción y porque puede ser acogida de oficio por el juez aunque el interesado
nera una facultad de operar la prescripción, parece claro que la llamada renuncia no la alegue.
a la prescripción no es más que una renuncia a aquella facultad. El derecho subje- El Código civil, en su redacción primitiva, no mencionaba la caducidad. Es
tivo se extingue automáticamente por el transcurso del tiempo. De otra manera se verdad que en alguno de sus preceptos no habla de prescripción y utiliza otro tipo
llegaría al resultado de que un derecho subjetivo extinguido nace y se atribuye, sin de expresiones. Así, por ejemplo, la acción «dura» o «durará» cuatro años (arts.
contar siquiera con su voluntad, al anterior titular... 1.299 y 1.301); las acciones se «extinguirán» a los seis meses (art. 1.590); o «no po-
La renuncia lo mismo puede ser expresa que tácita. «Entiéndese tácitamente drá ejercitarse el derecho» sino dentro del plazo marcado (art. 1.594), La construc-
renunciada la prescripción —dice el párrafo 2.° del artículo 1.935— cuando la re- ción del instituto de la caducidad fue primeramente doctrinal, a partir de la obra
nuncia resulta de actos que hacen suponer el abandono de derecho adquirido». D E BUEN, ALAS y RAMOS, y después sobre todo jurisprudencial, a partir de la
Una renuncia tácita es, por ejemplo, la no oposición de la excepción de prescripción sentencia de 30 de abril de 1940.
a la reclamación de una deuda prescrita. Dice así el primero de los considerandos de esta sentencia:
El artículo 1.937 C.c. consagra la ineficacia relativa de la renuncia respecto a
otras personas distintas del titular del derecho y del obligado o sujeto pasivo. Dis- Dos maneras tiene la ley procesal civil de impedir que prosperen ante los tri-
bunales los derechos cuya virtualidad se ha extinguido por el transcurso del tiem-
po prefijado, su eficaz ejercicio, la caducidad y la prescripción, conceptos no bien
9
El artículo 1.968.1.° se refiere a acciones interdíctales, no a otros juicios declarativos diferenciados ni definidos, pero que, aun respondiendo ambos a la misma finalidad
sobre posesión (S. de 10 de marzo de 1994). de que no permanezcan indefinidamente inciertos los derechos y fundándose en
10
En la hipótesis de daños que se están produciendo continuamente, el año no empieza una común presunción de abandono, ofrecen la nota diferencial, entre otras, de
a correr mientras no desaparezca la causa determinante (S. de 16 de enero de 1989). El con- que mientras la prescripción es renunciable, por lo que sólo cuando se alega puede
cepto de daño continuado se distingue del de daño permanente (S. de 20 de octubre de 2015; ser estimada, la caducidad no requiere su alegación y opera por sí misma, obligan-
daños causados por la talidomida). do al juzgador a declararla de oficio.
380 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PRESCRIPCIÓN Y LA CADUCIDAD 381
Una extensa jurisprudencia posterior ha insistido en la distinción entre cadu- interrumpida y puede ser renunciada. La caducidad protege un interés general, que
cidad y prescripción, subrayando que la caducidad se caracteriza por que entra en es el interés comunitario en la pronta certidumbre de una situación jurídica, que
función automáticamente por ministerio de la ley y con independencia de la volun- se encuentra pendiente de una posible o eventual modificación12. Esto explica que
tad del sujeto afectado, por lo que es acogible de oficio por el juez y no es suscep- la caducidad se considere automática, y los poderes del juez para acogerla de oficio
tible de interrupción (vid. S. de 7 de mayo de 1981). aunque el interesado no la alegue.
Esta consagraciónjurisprudencial y doctrinal del instituto ha dado lugar a que, Ahora bien, este criterio general que acaba de exponerse no obliga al legislador,
en las más recientes reformas del Código civil, la idea de caducidad, ausente, como el cual puede calificar determinado plazo de caducidad aun no concurriendo en el
habíamos dicho de la redacción primitiva, aparezca ya (cfr. arts. 43, 76 y 141). supuesto el ejercicio de un derecho potestativo o de configuración jurídica, porque
El problema básico que la caducidad plantea es el de determinar cuándo esta- lo que quiere es establecer un plazo fijo y definitivo para deducir la acción, sin po-
mos en presencia de ella o de la prescripción, en otras palabras, si una norma que sibilidad de interrupción y que de nuevo vuelva a contarse, caso de que el plazo se
establece un plazo para el ejercicio de un derecho es de caducidad o de prescripción reanude. Así lo hace en el artículo 43 reformado del Código civil en cuanto a una
ante la falta de calificación por el legislador. Las consecuencias prácticas, aparte acción de reclamación de daños y perjuicios y el artículo 9.°5 de la Ley de 5 de mayo
de las ya enunciadas, son evidentes. En el primer caso, el ejercicio del mismo ha de de 1982 respecto a las acciones protectoras frente a intromisiones ilegítimas en el
hacerse precisamente dentro del plazo marcado, bajo pena de su extinción. honor, intimidad y propia imagen.
Un criterio de distinción aceptable es el derivado de la naturaleza del derecho La caducidad no sólo tiene un origen legal sino también voluntario, según la
objeto de presunta caducidad, pues ésta recae sobre lo que en su momento hemos jurisprudencia, que admite que cuando por convenio entre particulares no se pueda
llamado derechos potestativos o facultades de configuración o modificación de una ejercitar un derecho pasado cierto plazo, hay una válida caducidad convencional
situación jurídica preexistente. Pendiente el ejercicio, la situación jurídica afectada (Ss. de 20 de mayo de 1972, de 18 de octubre de 1988 y 10 de noviembre de 1994).
se encuentra en una fase provisional o transitoria, que exige un rápido tránsito a
la situación definitiva. Piénsese en un contrato viciado por alguna de las causas
que dan lugar a su anulabilidad (error, dolo, etc.). Origina una situación jurídica BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
claudicante, porque produce efectos mientras no sea impugnado. Al ordenamiento
jurídico le interesa que cuanto antes se aclare la situación, para que sean firmes e ALAS, DE BUEN y RAMOS: De la prescripción extintiva, Madrid, 1918; DE ÁNGEL YÁ-
inacatables las consecuencias jurídicas que despliega. No puede tolerar que duran- GÜEZ: Caducidad y autonomía privada, La Ley, 1986, 4, p. 1005; La interrupción de la pres-
cripción extintiva por reclamación del acreedor en el Derecho comparado, La Ley, 1986, 4,
te un lapso de tiempo indefinido estén sujetas a su desaparición, al restablecimien- p. 1048; DÍEZ-PICAZO: La prescripción en el Código civil, Barcelona, 1963; La prescripción
to de la situación existente antes de su celebración, que será más difícil a medida extintiva en el Código civil y en la jurisprudencia del Tribunal Supremo, Cívitas, 2003; Do*
que nos alejamos del momento de la perfección del contrato. En cambio, en la MÍNGUEZ LUELMO: Alteración convencional de los plazos de prescripción extintiva en derecho
prescripción nada impide que la duración de un derecho se prolongue indefinida- de obligaciones, en Estudios Jurídicos en homenaje al profesor Diez-Picazo, 1.1; MORENO-
TORRES: La interrupción de la prescripción por el reconocimiento del derecho, en Estudios en
mente: un derecho de crédito prescribe a los quince años, pero no hay obstáculo homenaje al profesor Diez-Picazo, 1.1, Madrid, 2003; PuiG BRUTAÜ: Caducidad y prescrip-
para que mediante sucesivos requerimientos del acreedor o continuos reconoci- ción extintiva, Barcelona, 1986; SANTI ROMANO: Fragmentos de un diccionario jurídico, trad.
mientos del deudor, el derecho se prolongue sin límite alguno11. esp., Buenos Aires, 1964, p. 121; OROZCO PARDO: La interrupción de la prescripción extin-
tiva en el Código civil, Granada, 1986; TEDESCHI: Lineamenti della distinzione traprescrizio-
En definitiva, podemos decir que la diferencia entre la figura de la caducidad ne estintiva e decadenza, Milán, 1948.
y de la prescripción se explica desde el punto de vista del interés jurídico protegido.
La prescripción protege a un interés estrictamente individual, que es el interés del
sujeto pasivo de los derechos o de las acciones, consistente en poder oponerse a un
ejercicio tardío, cuando razonablemente no podía ya esperarse o cuando los medios
de defensa han desaparecido o son de difícil actualización. Por ello, la prescripción
ha de ser siempre alegada por el sujeto que trata de defenderse con ella, puede ser
12
Los rígidos rasgos y efectos de la caducidad aparecen debilitados en algunas senten-
11
Este criterio es acogido en la sentencia de 10 de noviembre de 1994, apoyada en las cias que permiten la suspensión de los plazos por acuerdo de las partes (Ss. de 30 de mayo
numerosas que cita sobre el instituto de la caducidad. de 1984 y 24 de enero de 1986).
LAS VICISITUDES DEL DERECHO SUBJETIVO 383

gocial, cuando el derecho es adquirido como consecuencia de un negocio jurídico


celebrado con tal objetivo.

28. LAS VICISITUDES DEL DERECHO B) ADQUISICIÓN ORIGINARIA Y ADQUISICIÓN DERIVATIVA


SUBJETIVO
La adquisición de un derecho es originaria cuando el derecho del adquirente
no se funda en uno anterior preexistente de otra persona, sino que por virtud del
supuesto de hecho contemplado en la norma nace ex novo para el adquirente (p.
I. ADQUISICIÓN ej., adquisición de la propiedad por la ocupación de una cosa nullius; adquisición
de un derecho de propiedad por crear una obra literaria o artística).
Un derecho subjetivo nace cuando se han cumplido todos los presupuestos Por el contrario* la adquisición es derivativa si preexiste el derecho de un titular
previstos en la norma para este resultado. Normalmente se produce su adquisición, anterior, y aquélla deriva causalmente del mismo. Hay una relación jurídica entre
que es la atribución de su titularidad a una persona. ambos titulares, una conexión (v. gr., por una compraventa o donación) entre el
Fijándonos en los presupuestos requeridos por la norma para el nacimiento de título del anterior titular (transmitente) y el título del nuevo (adquirente). Es deri-
un derecho, se puede observar que en un buen número de casos es un simple hecho vativa la adquisición porque el derecho adquirido deriva del transmitente, razón
jurídico, es decir, un acontecimiento independiente de la voluntad humana que por la que a éste se le llama causante, y al adquirente, causahabiente. Las conse-
origina efectos jurídicos. Así, por ejemplo, el nacimiento determina la adquisición cuencias de la adquisición derivativa son las siguientes:
del derecho al nombre, la muerte de una persona determina para otra la adquisi- 1.° Si el título del transmitente es ineficaz, el adquirente realiza una adquisi-
ción de un derecho a sucedería o heredarla. En otras ocasiones, en cambio, el na- ción ineficaz.
cimiento del derecho se liga no a un simple hecho jurídico, sino a un acto jurídico, 2.° El derecho se adquiere con las mismas limitaciones que tenía en manos
o sea, a un acontecimiento que depende de la voluntad humana. Puede ser un acto del transmitente.
ilícito (v. gr., el acto negligente por el que se causa daño a otro da lugar para éste 3.° Nadie puede transferir a otro más derechos que los que él mismo tiene
al nacimiento del derecho a ser indemnizado), o puede ser realizado precisamente (nemo plus iura aliwn transferre potest quam ipse habet).
con el propósito de crear el derecho, en otras palabras, por un negocio jurídico (v. Estas consecuencias quiebran en ocasiones en que hay que proteger la seguri-
gr., el acreedor adquiere el derecho a exigir una prestación del deudor como con- dad del tráfico jurídico y la confianza de los terceros en situaciones en que aparece
secuencia del contrato celebrado con éste; préstamo, compraventa, etc.). Incluso como titular de un derecho quien no lo es.
es posible que el acto humano no se haya hecho con ese propósito, pero la ley le La adquisición derivativa puede ser: a) una adquisición traslativa (p. ej., el pro-
otorga eficacia bastante para el nacimiento de un derecho. Así, por ejemplo, el pietario transmite su dominio a otra persona); b) una adquisición constitutiva (p.
acreedor que exige al deudor el pago de una deuda lo coloca jurídicamente en ej., el propietario, conservando su derecho de propiedad, constituye en favor de
mora, teniendo entonces derecho a exigir daños y perjuicios aunque no hubiera otra persona un derecho de usufructo sobre sufinca).Algún sector de la doctrina
hecho el requerimiento con ese fin (arts. 1.100 y 1.101 Ce). estudia esta última figura dentro de la sucesión en el derecho subjetivo.

A) ADQUISICIÓN EX LEGE Y ADQUISICIÓN NEGOCIAL C) ADQUISICIÓN INSTANTÁNEA Y ADQUISICIÓN SUCESIVA DE LOS DERECHOS

De esta manera podemos distinguir: a) una adquisición legal o ex lege de los El supuesto de hecho de la norma jurídica, al cual ésta liga el nacimiento y la
derechos, en todos los supuestos en que un derecho se adquiere como consecuencia adquisición del derecho subjetivo, puede ser un hecho simple de producción ins-
de un hecho o de un acto humano no realizado con esefin;b) una adquisición ne- tantánea (p. ej., muerte, producción de un daño). En estos casos, la adquisición es
instantánea también. Sin embargo, en ocasiones, puede ser un supuesto complejo,
[382] de formación sucesiva y compuesto de varios hechos singulares. Si A lega en su
384 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LAS VICISITUDES DEL DERECHO SUBJETIVO 385
testamento a B una casa si concluye la carrera de Derecho, B no es propietario los acreedores. Un heredero instituido bajo condición suspensiva es evidente que
hasta que A muera y él termine la carrera. Pero hasta entonces cabe preguntarse si tiene un valor en su patrimonio, por la expectativa de llegar a ser titular definitivo
B tiene algún derecho. de los bienes hereditarios, perfectamente transmisible a terceros, si bien bajo la
La teoría tradicional manteniene que en ese paréntesis el llamado a adquirir el misma condición a que él estaba sujeto1.
derecho subjetivo tiene una expectativa jurídica, que hade ser protegida por el or- La situación interina, dice DE CASTRO, concluye cuando se produce el evento
denamiento. La expectativa jurídica es distinta de la simple esperanza, que no me- del que dependía la adquisición final del derecho (v. gr., cumplimiento de la con-
rece esa protección porque en aquélla se han comenzado a producir alguno o al- dición suspensiva). La terminación de la situación de interinidad implica que uno
gunos de los componentes del supuesto de hecho imprescindible para la adquisición de los titulares preventivos se convierta en titular definitivo y que se extingan los
del derecho subjetivo. En el ejemplo anterior, hasta la muerte de A no tendrá B más derechos eventuales y las titularidades interinas. El titular interino debe entregar
que una mera esperanza, pero desde la muerte ya tiene una posibilidad de llegar a los bienes y rendir cuentas al titular definitivo. Lo hecho por éste durante la situa-
ser propietario. ción de interinidad en la que sólo tenía un derecho eventual queda consolidado (p.
La proteceión<ie esas^xpectativas se construye tomando como base la regula- ej., si el heredero vendió la herencia, el comprador la adquiere en firme). En cam-
ción legal de las obligaciones sujetas a condición suspensiva, en la que el acreedor bio, si no llega a adquirir la titularidad definitiva, queda ineficaz.
no lo es todavía hasta que aquélla no se cumpla.
En nuestra doctrina, D E CASTRO ha elaborado la categoría de las situaciones
jurídicas interinas, «que nacen con el signo de la limitación y su propia naturaleza II. SUCESIÓN Y TRANSMISIÓN
señala sufinalidadtransitoria: la de mantener un cierto statu quo, mientras que no
se den las circunstancias necesarias, para que sea sustituida la situación interina La transmisión consiste en un traspaso o traslado del derecho de una persona
por la definitiva». Dentro de las situaciones interinas coloca D E CASTRO las situa- a otra, y es lo que antes hemos llamado una adquisición traslativa. La sucesión es
ciones jurídicas de pendencia, que se presentan, escribe, como «una situación de una sustitución —sub-caedere~~de una persona en el lugar que otra ocupaba. Se
protección jurídica interina en favor del sujeto transitoriamente indeterminado de comprende que cuando se habla de transmisión se contempla un fenómeno diná-
un derecho subjetivo». Hay en ellas titularidades preventivas, que son las que co- mico, en el cual el derecho se piensa como algo que se moviliza y cambia de manos,
rresponden a los posibles sujetos del derecho cuya titularidad definitiva aun no se mientras que cuando se habla de sucesión se piensa en un fenómeno estático, en el
ha concretado, y titularidades interinas, en favor de los encargados de la defensa cual el derecho permanece inmóvil.
de los bienes sobre los que tal derecho recae. Se habla también de «derecho even- La transmisión puede obedecer a una disposición negocial de las partes, trans-
tual», al considerarse desde el punto de vista de la posibilidad de que una de las mitente o tradens (anterior titular del derecho) y adquirente o accipiens (nuevo ti-
titularidades preventivas se consolide en definitiva al producirse el evento decisor. tular del derecho). El negocio por virtud del cual la transmisión se causa es un
La organización de la situación interina se realiza, en suma, reconociendo unas negocio traslativo, que pertenece al género de los negocios de disposición y debe
titularidades eventuales. Estas titularidades —dice DE CASTRO— son de dos tipos. cumplir los requisitos especiales de este tipo de negocios (capacidad, poder de dis-
Cabe, en primer lugar, hablar de una titularidad interina, que es aquella que se con- posición, forma, publicidad, etc.).
fiere a la persona a quien se encomienda la representación y defensa de la situación, La sucesión puede ser ínter vivos y monis causa. Se distingue también entre una
otorgándole la ley poderes que normalmente son de administración y gestión sobre sucesión universal y una sucesión particular, según que se refiera a la totalidad de
la masa patrimonial o bienes. En el caso, por ejemplo, del heredero instituido bajo los bienes y derechos de una persona o a bienes concretos y determinados. En el
condición suspensiva, puede encargarse un tercero de la administración de la he- Derecho actual, la sucesión universal es monis causa siempre.
rencia hasta que se cumpla la condición a que ha sido llamado (art. 803 C e ) .
En segundo lugar existen unas titularidades preventivas, que se dan a las perso- La regla general en el Derecho moderno es la transmisibilidad de los derechos
de naturaleza patrimonial. Los derechos de la personalidad y los derechos de fa-
nas que tienen posibilidad de llegar a ser titulares definitivos. La titularidad pre-
ventiva se concreta en un derecho eventual* que, por una parte, permite a su titular
adoptar o pedir la adopción de medidas de garantía para la conservación del de- 1
Según la Resolución de 15 de abril de 1980, la titularidad preventiva participa del ca-
recho subjetivo y, por otra, significa ya un valor patrimonial que ingresa en su pa- rácter del derecho principal (en el caso de autos, usufructo condicional sobre un inmueble,
trimonio, y puede ser objeto de actos de disposición y de agresión por la acción de el derecho eventual era inmobiliario también).
386 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LAS VICISITUDES DEL DERECHO SUBJETIVO 387
milia son, por lo general, intransmisibles. La regla de la transmisibilidad de los acreedor y deuda acuerdan rebajar el monto de la deuda); y una modificación uni-
derechos patrimoniales se encuentra consagrada en el artículo 609 Ce., según el lateral, cuando se origina por iniciativa exclusiva del titular del derecho que posee
cual la propiedad y los demás derechos sobre los bienes se adquieren y transmiten la facultad de modificar el objeto del mismo.
por la ley, por donación, por sucesión testada e intestada y por consecuencia de
ciertos contratos mediante la tradición, y en el artículo 1.112 C.c, con arreglo al
cual todos los derechos adquiridos en virtud de una obligación son transmisibles
con sujeción a las leyes si no se hubiese pactado lo contrario. IV. LA MODIFICACIÓN DEL CONTENIDO
La intransmisibilidad puede proceder de una disposición legal o de una dispo-
sición negocial. Es una prohibición legal de transmitir la que afecta, v. gr., a los
derechos reales de uso y de habitación (cfr. art. 525 C.c). Afecta al haz de facultades que el derecho contiene. Cabe pensar en los siguien-
La intransmisibilidad negocial puede derivar de una disposición del transmi- tes supuestos: ampliación del ámbito o círculo de facultades de derecho; restricción
tente en una transmisión gratuita —donante, testador— o de un pacto entre trans- de las facultades; transformación o conversión del derecho; suspensión o quiescen-
mitente y adquirente —pacto de no enajenar—. Puede tener efectos reales, hacien-
do ineficaz la posterior transmisión realizada violando la prohibición, o puros cia del derecho.
efectos obhgacionales, caso en ei cual ia posterior transmisión determina única- á) Ampliación de las facultades del titular del derecho. Puede producirse por
mente el incumplimiento de una obligación y, por consiguiente, el deber de resar- causas muy diversas. Por ejemplo, la insolvencia del deudor permite al acreedor
cir daños y perjuicios. dar por vencida la deuda y poner en marcha una serie de medidas de protección de
su interés.
III. LA MODIFICACIÓN OBJETIVA b) Restricción de las facultades del titular del derecho. Es el fenómeno inver-
so del anterior. Puede producirse por la constitución de un derecho filial limitado
El derecho queda modificado objetivamente cuando se produce una variación que restringe el derecho matriz (p. ej., la constitución del usufructo convierte al
o una alteración en su objeto. ¿De qué manera puede producirse una modificación pleno dominio en nuda propiedad), o a causas de otro tipo. Por ejemplo, si el usu-
objetiva? Son muy diversas las posibilidades y muy difíciles de someter a esquema fructuario no presta fianza, no entra a poseer los bienes usufructuados, que se po-
sistemático. Por vía de enumeración cabe citar las siguientes: nen en depósito y administración (art. 494 C.c).
1 .a El cambio de objeto en el derecho.—El usufructo de un crédito se convier- c) Conversión o transformación del derecho. Por ejemplo, el derecho de usu-
te en usufructo del capital cobrado (cfr. art, 507 C.c). El derecho de hipoteca sobre fructo legal del cónyuge viudo se conmuta por una renta vitalicia o por un capital
lafincase convierte en derecho sobre la indemnización debida al propietario en caso en efectivo (cfr. art. 839 Cc) 4
de siniestro. Con carácter general funciona lafigurade la llamada subrogación real. d) Quietud o suspensión del derecho. Como dice MESSINEO* es un estado de
2.a La concreción o concentración del objeto del derecho.—El derecho ini- inactividad, en el cual el derecho no se ha extinguido, pero ha sido privado tempo-
cialmente tiene varios objetos posibles y pasa a tener uno solo determinado poste- ralmente de su eficacia. El fenómeno contrario es la reviviscencia del derecho (vid.
riormente. Por ejemplo, elección en la obligación alternativa (por cien pesetas pue- un ejemplo en el art. 564.3.° C e ) .
de el comprador elegir entre varios objetos, p. ej.); especificación en la obligación
genérica (si compro un kilo de trigo, hay que separarlo de una masa mayor).
3.a La ampliación del objeto del derecho.—La propiedad y los derechos rea- Y EXTINCIÓN
les en la cosa (v. gr., usufructo, enfiteusis) se extienden a los incrementos experi-
mentados en el fundo por accesión (art. 353 C.c). El acreedor hipotecario con Como la adquisición, es también un effecturríiuris que debe ligarse a la apari-
hipoteca legal tiene derecho a pedir ampliación de la hipoteca (p. ej., art. 163 de la ción del supuesto de hecho previsto para ello en una norma jurídica. El supuesto
Ley Hipotecaria). de hecho extintivo del derecho puede ser un simple hecho jurídico, o un acto jurí-
4.a La reducción del objeto del derecho.—Ocurre en todos los casos de pér- dico. Cabe de esta suerte distinguir una extinción voluntaria de derechos y una
dida parcial de las cosas sobre las que el derecho recaía. extinción no voluntaria.
De acuerdo con el mecanismo de la modificación o, si se prefiere, con los even- ¿Cuáles son los supuestos de hecho extintivos de los derechos? Sin ningún afán
tos modificativos, puede distinguirse: una modificación legal, cuando se produce sistemático ni clasificatorio, cabría agruparlos bajo los siguientes apartados:
ope legis; una modificación convencional, cuando se realiza a virtud de un negocio 1 ° La desaparición de la base subjetiva del derecho. La muerte del titular es
jurídico celebrado por el titular del derecho con el sujeto pasivo del mismo (p. ej., una causa de extinción del derecho en todos aquellos casos en que, bien por natu-
388 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LAS VICISITUDES DEL DERECHO SUBJETIVO 389

raleza, bien por una disposición legal o negocial, el derecho deba considerarse tinción del derecho. Supone el ejercicio de la facultad de disposición de su titular
como personalísimo y, por tanto, como intransmisible. para dar lugar a ese efecto jurídico, y por eso el que renuncia dispone siempre de
2.° La desaparición de la base objetiva del derecho. La pérdida o desaparición lo suyo.
de las cosas sobre las cuales el derecho recaía determina la extinción del derecho. La La renuncia es un negocio jurídico unilateral. Como negocio jurídico su asien-
pérdida de la cosa puede producirse por su destrucción en sentidofísicoo por su to está en la declaración de voluntad expresa o tácita del titular del derecho (p. ej.,
destrucción en sentido jurídico, es decir, por quedar la cosa fuera del comercio. La tirar la pluma al suelo para abandonarla, etc.). Y es unilateral porque su efecto
pérdida de la cosa está prevista como causa de extinción de la posesión (art. 460.3.° extíntivo se ocasiona únicamente por su voluntad. En todo caso la renuncia debe
C.c.), del usufructo (art. 513.5.° Ce), del uso y de la habitación (art. 529 C.c), de las ser clara, explícita y terminante, sin que sea lícito deducirla de expresiones de du-
servidumbres (art. 546.3.° C.c), de las obligaciones de dar (art. 1.182 C.c). doso significado o de actos que no sean concluyentes ni inequívocos (S. de 28 de
3.° El transcurso del tiempo fijado como término de duración del derecho. enero de 1995 y las que cita).
Cuando el derecho estaba sometido a un plazo de vida determinado, legal o con- Sin embargo, es problema discutido si se necesita también para su eficacia la
vencionahnente, el transcurso de dicho aplazo determina la extinción del derecho. voluntad del sujeto que puede ser favorecido por la renuncia. Piénsese en los dere-
Así, por ejemplo, el usufructo se extingue «por expirar el plazo por el que se cons- chos sobre cosa ajena (un usufructo o una hipoteca) o en un derecho de crédito. No
tituyó» (art. 513.2.° C.c), y las servidumbres «por llegar el día», si la servidumbre hay duda de que la renuncia ocasiona un aumento del patrimonio de otro sujeto; el
fuese temporal (art. 546.4.°). propietario ve que su derecho de propiedad recupera la plenitud de sus facultades
4.° La satisfacción plena del interés del titular del derecho. Es el pleno cum- al desaparecer la limitación que lo comprimía; el deudor disminuye el pasivo de su
plimiento de la finalidad del mismo (extinción satisfactiva); por ejemplo, cobro por patrimonio al liberarse de la obligación de realizar la prestación en favor del acree-
el acreedor de todo cuanto el deudor le debía. dor. ¿Es posible esa incidencia favorable en su esfera jurídica sin su consentimiento?
5.° La consolidación o confusión. El derecho queda extinguido cuando la titu- La doctrina se inclina por la afirmativa respecto de la renuncia de derechos reales
laridad del derecho y la cualidad del sujeto directamente obligado se reúne en un sola en cosa ajena (R. de 3 de agosto de 1944), pero aparece dividida en cuanto a los de-
persona. Esto puede ocurrir porque el sujeto obügado adquiere la titularidad del de- rechos de crédito. En pura teoría no hay inconveniente para que el acreedor, renun-
recho o viceversa, por suceder el titular del derecho al obligado. Nuestro Código civil ciando a la exigencia de la prestación, extinga el derecho de crédito con la consi-
contempla dicho fenómeno con el nombre de «confusión» cuando se produce entre guiente liberación del deudor. Si el acreedor no quiere recibir la prestación, no hay
acreedor y deudor, y con el nombre de «consolidación» cuando se produce entre el precepto legal que a ello le obligue. Del derecho subjetivo de crédito nace la facultad
propietario y el titular de un derecho real en cosa ajena (vid. arts. 1.192 y 546.1.°). de exigencia de la prestación, nunca la obligación de exigirla. El deudor, en la rela-
ción obligatoria considerada abstractamente, posee un derecho de liberación, por
lo que se le impone al acreedor la carga de cooperar a ello recibiendo la misma. Pero
VI. LA RENUNCIA las normas que gravan con esa carga al acreedor parten del supuesto de que la deu-
da exista, y el acreedor entorpezca la liberación del deudor (p. ej., se niega arbitra-
Dentro de las causas de extinción de los derechos subjetivos tiene la renuncia riamente a recibir la cantidad por estimar que se paga fuera de plazo, que es inferior
un especial relieve e interés, por ser acaso una de lasfigurasjurídicas en que con a la pactada, etc.). Si el acreedor renuncia a la facultad de exigir el crédito, no rigen
una mayor pureza se presentan prácticamente los caracteres del derecho subjetivo. porque el supuesto de hecho es distinto: aquí la deuda sería inexistente. Desde el
La renuncia constituye —se ha dicho— uno de los aspectos con los cuales se afir- punto de vista positivo, el problema planteado está íntimamente ligado a la regula-
ma más en la vida la libertad en que consiste el derecho subjetivo; el titular se des- ción que el Código civil hace de lafigurade la remisión o condonación de deuda (arts.
prende de él, lo expulsa de su patrimonio. 1.187 a 1.191), en cuyo examen no podemos entrar en esta Parte General.
Otro carácter del negocio jurídico de renuncia es la ausencia de receptividad.
La renuncia no debe ser notificada, ni a quienes beneficie indirectamente, para que
A) CONCEPTO Y CARACTERES surta sus efectos extintivos, ya que son automáticos. La tesis debe ser contraria* sin
embargo, si se estimase que la renuncia al derecho de crédito debe contar con la
La renuncia es un negocio dispositivo, que tiene por efecto inmediato producir aceptación del deudor. La no receptividad quedaría confinada a la órbita de la re-
una sustancial modificación en la situación jurídica preexistente: la pérdida o ex- nuncia de derechos reales.
390 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LAS VICISITUDES DEL DERECHO SUBJETIVO 391
La buena fe, sin embargo, obliga en determinadas ocasiones a la notificación, Algunos afirman que la renuncia o repudiación de la herencia extingue el lla-
no para su eficacia, sino para liberarse de responsabilidades el renunciante. Ima- mado ius delationis, que es derecho que posee el llamado a una herencia para acep-
ginaremos que un usufructuario renuncia a su derecho de usufructo sin comuni- tarla o repudiarla, transmisible a sus herederos (art. 1.006 Ce.)'. Ni así cabe hablar
cárselo al propietario. Éste se entera con posterioridad, y en el intervalo la cosa de renuncia, dado que la misma implicaría el ejercicio simplemente de ese ius de-
necesita reparaciones urgentes para su conservación. Según el artículo 501 C e , es lationis en forma negativa.
el usufructuario el que debe notificárselo al propietario para que las efectúe. No
lo hace porque considera que renunció ya el usufructo y no se le aplica el artículo
501 Ce. La cosa perece o se deteriora gravemente mientras el propietario conoce
la renuncia. ¿No ha existido una infracción de las normas que obligan a un proce- C) OBJETO. E L ARTÍCULO 6.°2 DEL CÓDIGO CIVIL
der leal, honrado y diligente en las relaciones jurídicas? ¿No sería justa la imposi-
ción de reparar el daño causado? El objeto de la renuncia lo constituyen desde luego los derechos subjetivos de
que sea titular el renunciante. Pero su campo es más amplio, ya que cabe la renun-
cia de: derechos potestativos o facultades de configuración jurídica (la renuncia a
B) CLASES la acción de anulabilidad dé un contrato por error); las situaciones de pendencia
(el titular de un derecho eventual, como el del que será propietario de una casa si
Hasta aquí hemos analizado la renuncia propia y genuina, la renuncia abdica- se cumple una condición suspensiva); las excepciones que se posean para enervar
tiva oextintiva. Pero algún sector de la doctrina menciona junto a ella la renuncia un derecho del acreedor o reducir su pretensión.
traslativa, que es la que se hace atribuyendo el derecho a otra persona. En realidad No pueden renunciarse las situaciones de poder que constituyan al mismo tiempo
no hay aquí una verdadera renuncia, sino un negocio patrimonial o traslativo, para un deber jurídico, supuestos que suelen denominarse de función jurídica o potestad,
cuya eficacia es imprescindible el consentimiento del favorecido. por cuanto que en ellos la situación de poder se otorga sólo como instrumento de la
La renuncia liberatoria es un subtipo de la renuncia abdicativa, reconocida por realización de un interés distinto del propio del titular, realización a la cual se encuen-
el Código civil en diversos supuestos. Consiste, sustancialmente, en un abandono de tra aquélla vinculada. Asi, por ejemplo, los padres que tienen la patria potestad sobre
la titularidad de un derecho subjetivo para liberarse del cumplimiento de ciertas obli- sus hijos menores ño pueden renunciar a la administración de su patrimonio.
gaciones a que está sujeto el renunciante precisamente por ser su titular. Ejemplo Son igualmente irrenunciables las simples facultades jurídicas que carecen de
típico de esta renuncia es el artículo 395. El comunero está obligado a contribuir a independencia por estar unidas a una situación jurídica principal (v. gr., el propie-
los gastos de conservación y mantenimiento de la cosa común. Se trata de una obli- tario no puede renunciar a la facultad de gozar o usar de su piso conservando la
gación personal, que se vincula en su nacimiento a la situación jurídica del comune- propiedad). .
ro. Pero admite el Código civil que si éste no quiere contribuir a tales gastos (ya pro- La renuncia no es regulada en el Código civil de modo general. Sólo contempla
ducidos), puede liberarse de su obligación abandonando (renunciando) su parte en la de los derechos reconocidos en una ley, y dice que será válida cuando no contra-
la comunidad. Generalmente se acepta por la doctrina la renuncia liberatoria en ríe el interés o el orden público ni perjudique a terceros. El artículo 6.°2> que así lo
estas obligaciones (llamadas también ob rem opropter reñí) cuya nota esencial se ha- expresa, distingue esta renuncia de derechos de la renuncia a la ley aplicable (al acto,
lla en la concreción del sujeto obligado de una manera mediata, indirecta, pues lo situación, etc.).
será sólo quien ostente la titularidad de un derecho subjetivo (cfr. arts. 395 y 544). No hay duda de la conexión de esta figura con la renuncia de derechos recono-
Son obligaciones conexas con esa titularidad, y surgen derivadas de la misma. cidos por la ley, ya que quedan sin vigor ni efectos.
Por último, se habla también de una renuncia preventiva, que es la manifestación La renuncia a la ley plantea la cuestión de cuál es el régimen sustituto, y en este
de voluntad de no admitir un derecho que no ha entrado todavía en nuestro patri- punto nos hemos de fijar en lo pretendido por las partes: sustituir una normativa
monio. Es, en otras palabras, un negarse a adquirir. Pero no es una renuncia en su legal por otra construida por ellos, o bien han querido que rija la disposición que
sentido técnico, aparte de otras razones, por esta decisiva: no hay extinción del de- sería la contraria al contenido de la derogada.
recho subjetivo por una disposición de su titular, ya que ese derecho no formaba
parte de su patrimonio. Quien renuncia a la herencia a que ha sido llamado en un Algunas veces se exige que la renuncia vaya acompañada de determinada for-
testamento, por ejemplo, deja de enriquecerse, pero no disminuye su patrimonio en ma. Así, la Ley de Arrendamientos Urbanos, de 24 de noviembre de 1994, modi-
nada, no abdica de ningún derecho subjetivo. Hasta que no haya aceptación nada ficada por la Ley 4/2013, de 4 de junio, dice en el apartado 4 del artículo 4: «la
exclusión de la aplicación de los preceptos de esta ley, cuando ello sea posible, de-
ha adquirido. Si en lugar de aceptar repudia, es claro que nada extingue. berá hacerse de forma expresa respecto de cada uno de ellos».
392 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LAS VICISITUDES DEL DERECHO SUBJETIVO 393
Pese a la forma de expresarse el artículo 6.°2 en cuanto al ámbito de la renuncia, del renunciante, por lo que tiene que ser irrevocable. La revocación supondría una
no hay duda de que abarcará igualmente a los originados por la autonomía privada, resurrección, sin causa alguna, de un derecho ya extinguido, una adquisición infun-
que es capaz de dar lugar al nacimiento de derechos subjetivos (p. ej., el testador or- dada de un derecho por el ex renunciante.
dena un legado de usufructo sobre su finca en favor de su amigo). Son derechos re- No obstante, como quiera que la renuncia es un negocio jurídico, le deben ser
conocidos por la ley bajo el presupuesto de que permita a la autonomía de la volun- aplicadas las reglas generales en materia de nulidad y anulabilidad de los mismos.
tad crearlos. Reconocer esa autonomía es reconocer lo actuado en su ejercicio. Igualmente le serán aplicables las normas sobre el fraude de acreedores, por vía de
interpretación extensiva de los artículos 1.291.3.° y 1.297 C.c. Cuando sea nula o
resulte anulada o rescindida, la renuncia habría sido ineficaz y subsistirá el derecho
D) LÍMITES DE LA RENUNCIA renunciado.

En cualquier caso, los límites de validez de la renuncia son el interés u orden


público, y el perjuicio a tercero. Pero conviene tener en cuenta en esta materia que BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
se observa una disminución progresiva del principio favorable a la renunciabilidad,
a medida que se reduce el ámbito de la autonomía privada como consecuencia de A) DEMOGUE: Des droits éventuels, R.XD.C, 1905, p. 745; IGLESIAS CUBRÍA: Los de-
la legislación protectora de determinadas personas (inquilinos y arrendatarios en rechos patrimoniales eventuales, Oviedo, 1961; LAURIOL: La subrogación réelle, 2 vols París
las Leyes de Arrendamientos Urbanos y Rústicos, trabajador en la legislación labo- 1954; ROCA SASTRE: La subrogación real, R.D.P., 1949, p. 281; STOLFI: Note sul concetto di
successione, R.T.D.P.C, 1959, p. 535.
ral, etc.). Los derechos concedidos por la norma al beneficiado se hacen irrenuncia-
B) BAYLOS GRAU: La presunción irresistible de voluntariedad de la renuncia, La Ley,
bles apriori, aunque tiene libertad para ejercitarlos o no cuando se den los requisi- 1984, p. 414; BONET CORREA: La renuncia exonerativa y el abandono liberatorio del Código
tos legales para ello, e incluso renunciarlos entonces, pero no anticipadamente. civil, R.G.L.J., 1961, II, p. 241; J. GONZÁLEZ: La renuncia en el Derecho inmobiliario,
El orden o interés público sabemos ya que es un concepto jurídico indetermina- R.C.D.J., 1931, pp. 35, 113 y 269; GRAMMATIKAS: Théorie genérale de la renonciation en
Droit civil, París, 1971; PRIETO-CASTRO: Para el estudio de los derechos irrenunciables,
do. De todos modos entran en él la irrenunciabilidad al estado civil, las normas ju- A.D.C., 1948, p. 261; ROCA JUAN: La renuncia liberatoria del comunero, A.D.C 1957 p 91 •
rídicas del Derecho de familia no patrimoniales, y los derechos de la personalidad. TRAVIESAS: La renuncia, R.G.L.l, 1929, II, p. 553. '
Las consecuencias jurídicas de una renuncia que traspase los límites impuestos
en el artículo 6.°2 es la falta de validez. Esta sanción se traduce a veces con respec-
to al perjudicado, en la subsistencia de su derecho, y en otras en la posibilidad de
impugnación de la renuncia.
Ejemplo de lo primero lo hallamos en el artículo 107.1 de la Ley Hipotecaria.
La renuncia del usufructuario que había hipotecado su derecho no lo extingue por
pérdida de su objeto, como sería procedente, sino que continúa gravando el usu-
fructo. El propietario adquiere la plenitud del goce por la renuncia, aunque en
relación con el acreedor no hay consolidación de su derecho con el de usufructo.
Es, en términos gráficos, como si hubiese sucedido al usufructuario en la titulari-
dad del usufructo hipotecado.
Ejemplo de lo segundo lo tenemos en el deudor que renuncia a derechos sub-
jetivos en fraude de sus acreedores. Estos podrán utilizar el remedio subsidiario de
la rescisión contra el negocio jurídico de renuncia, cuando les sea imposible cobrar
de otro modo lo que se les debe (arts. 1.291.3.° y 1.297 C.c).

E) LOS EFECTOS DE LA RENUNCIA.—LA IRREVOCABÍLIDAD

El afecto normal de la renuncia es la extinción de un determinado derecho sub-


jetivo o de una determinada titularidad. Este efecto se produce por la sola voluntad
EL NEGOCIO JURÍDICO 395
to de negocio jurídico, más que un término legislativo en sentido propio, es una
construcción de carácter científico. En Europa occidental, hasta el siglo XX sólo el
Código civil alemán contiene preceptos que disciplinan de manera especial él ne-
gocio jurídico. Nada semejante podía encontrarse en los Códigos civiles de influen-
29. EL NEGOCIO JURÍDICO cia francesa. En ellos hay normas que regulan los contratos, los testamentos, los
matrimonios, etc., pero no existen sobre el negocio jurídico, ni esta expresión es
utilizada por el legislador. No obstante, sea o no empleada en la legislación, el ne-
gocio jurídico es una construcción que tiene como presupuesto básico la agrupa-
I. INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA DEL NEGOCIO JURÍDICO ción de actuaciones o manifestación de voluntad de la persona con caracteres co-
munes, a fin de estudiar y aplicar unas mismas reglas para la regulación de los
Para comprender y situar el concepto de negocio jurídico parece necesario es- fenómenos agrupados en razón al papel relevante que se concede a la voluntad de la
tablecer algunas ideas que permitan encuadrarlo dentro de la panorámica del De- persona en orden a la producción de efectos jurídicos. La teoría general del negocio
recho civil. jurídico, ha dicho D E CASTRO, permite que se acuda a la aplicación analógica de
La primera de las características que lafiguraconceptual del negocio jurídico disposiciones legales cuando están en cuestión supuestos en que juega la autono-
presenta es su historicidad. La construcción teórica y racional del negocio jurídi- mía de la voluntad. El conocimiento de las reglas básicas y generales que la rigen,
co aparece a principios del siglo XDC entre los juristas alemanes porque en Alema- añade D E CASTRO, permite cubrir lagunas de los textos codificados y establecer,
nia no había tenido lugar todavía el fenómeno de la Codificación. Con ese sistema de alguna manera, la disciplina defigurashuérfanas de normativa legal, por ejem-
puramente racional, cuyo presupuesto de partida es la declaración de voluntad de plo el apoderamiento, la renuncia, etc.
la persona, se pretende resolver una serie de problemas prácticos, y presupone una
La crítica desde el punto de vista técnico-jurídico a la construcción del negocio
evolución determinada del pensamiento jurídico, muy marcada por su tendencia
jurídico se fundamenta en la duda razonable de que sea posible la unificación de
hacia el racionalismo y hacía la abstracción.
figuras heterogéneas para obtener de ellas unas soluciones unificadas a sus proble-
En la abstracción se encuentra la segunda de las características que aparecen
mas. Si éstos no son idénticos, aquéllas tampoco pueden serlo. A ello es posible
sustanciales para la adecuada comprensión del concepto que nos ocupa. El negocio
responder que la teoría del negocio jurídico es una pieza muy útil del sistema jurí-
jurídico aparece como un oberbegriffo supraconcepto. La teoría del Derecho se
dico para su mejor comprensión, y que, si bien no ofrece soluciones uniformes, es
mueve a impulsos de sucesivas abstracciones y de sucesivas generalizaciones. Cada
posible, al menos, establecer criterios o directrices que faciliten la solución a los
concepto procede de una abstracción de experiencias concretas. Los diferentes fe-
casos concretos, ajustando a cada caso la suya propia.
nómenos de cambio voluntario de cosas por dinero determinan la idea del contra-
Piénsese en la renuncia de derechos, en la repudiación de la herencia, en las de-
to de compraventa. Las diferentes formas de intercambio de bienes y servicios lle-
claraciones por las que el progenitor reconoce su paternidad respecto de un hijo
van al concepto general de contrato. Los diversos fenómenos de ordenación
no matrimonial, en el reconocimiento de una deuda, en el pago de la misma, etc.
voluntaria por una persona de su sucesión produjeron el concepto general de tes-
¿Qué capacidad se requiere, o cuáles son los vicios que pueden ser relevantes, o a
tamento. El concepto de negocio jurídico se presenta como una generalización de
qué régimen de invalidez o ineficacia quedan sometidas? El recurso a la teoría del
segundo o tercer grado. Mediante él se trata de englobar en una figura unitaria
negocio jurídico se estima necesario y es entonces cuando comienzan las dudas y
todos aquellos hechos o supuestos en los cuales el papel de la voluntad individual
vacilaciones, porque dista mucho de ser una construcción unitaria a causa de la
es relevante y en cierta medida condiciona y determina los efectos jurídicos que los
heterogeneidad de los supuestos sobre los que se elabora. El contrato, por ejemplo,
actos del hombre han de producir. Se trata, en definitiva, de unafigurajurídica que
tiene una estructura, una función y una dinámica completamente distinta del tes-
trata de englobar los contratos, los testamentos, y otros actos análogos, como las
tamento, pese a que ambos son productos de una voluntad que crea efectos jurídi-
renuncias de derechos, aceptación de herencia, etc.
cos. En aquél hay que proteger las expectativas creadas por ambas partes; en el
Del planteamiento anterior se sigue que la tercera de las connotaciones que la testamento no hay que proteger expectativas de nadie, sino sólo el exacto cumpli-
figura presenta es la de su instrumentalidad. Con ello quiere decirse que el concep- miento de la voluntad del testador. De ahí que no sea posible la extensión pura y
simple de su reglamentación a los demás negocios mortis causa, haciendo caso
[394] omiso de sus diferencias estructurales y de sus funciones. Nada digamos del matri-
396 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL NEGOCIO JURÍDICO 397
monio, por poner el ejemplo más significativo de la autonomía de la voluntad en mo régimen jurídico uniforme negocios y actos dispares como el contrato, matri-
el Derecho de familia. monio y testamento, por lo que desde aquí nos remitimos a los volúmenes II, III y
El Código civil ignora lafigurapero orienta implícitamente con una regla impor- IV de este Sistema. Otra cosa es que se acuda a las normas generales de las obliga-
tantísima: la de expansión de las normas sobre el contrato en general a las hipótesis ciones y contratos por ser las más minuciosas y específicas y que, por tanto, pueden
en que la producción de efectos no tiene origen contractual (art. 1.090)1. La discipli- servir para obtener la solución de problemas que se puedan plantear por el silencio
na del contrato en general se encuentra más elaborada, y constituye un auténtico o ambigüedad de las normas concernientes a otros negocios. Esta última solución
paradigma. El propio legislador ha dado muestras de esa indiferencia a la categoría es la que aquí acogemos en esta obra de carácter general, impropia para construc-
del negocio jurídico en tiempos actuales. En efecto, las recientes reformas del Código ciones abstractas.
civil en 1981 y 1983 en materia de Derecho de familia y de tutela, de lo único que
hablan es de acto, terminología utilizada siempre en la doctrina francesa.
Esta posición de extender la regulación general del contrato sin necesidad de II. LA AUTONOMÍA PRIVADA Y EL CONCEPTO DE NEGOCIO
crear otra para el negocio jurídico es la que siguió el Código civil suizo (art. 7.Q), y JURÍDICO
la que acogió el Código civil italiano de 1942, pese a que la doctrina italiana había
dedicado muchos estudios, tras las huellas de la alemana, a la figura en cuestión. La autonomía privada es el poder conferido o reconocido (según la concepción
El artículo 1.324 preceptúa que, salvo otras disposiciones legales al efecto, las nor- del Derecho que se tenga) a la persona por el ordenamiento jurídico para que go-
mas que regulan los contratos se observen, en cuanto sean compatibles, para los bierne sus propios intereses o atienda a la satisfacción de sus necesidades. El nego-
actos entre vivos que tengan contenido patrimonial. cio jurídico es la expresión máxima de esa autonomía, en tanto que a través de él
La categoría del negocio jurídico queda en los Derechos que no han regulado se cumple una de sus funciones: el nacimiento, modificación o extinción de las re-
con carácter general la declaración de voluntad, con abstracción del instrumento laciones jurídicas para la satisfacción de aquellos intereses o necesidades. La auto-
en que se expresa (contrato, testamento, etc*), como una construcción doctrinal, nomía privada, por medio del negocio jurídico, crea, modifica o extingue relaciones
en la que se analiza cumplidamente su estructura y funcionamiento, pero sin una jurídicas, y autorreglamenta las mismas. Establece la regla de conducta o precepto
real operatividad. En tales Derechos la tiene, por el contrario, la teoría general del por el cual debe regirse la conducta, es fuente, en otras palabras, de una regla jurí-
contrato, y los problemas prácticos se presentan a la hora de aplicarla a situaciones dica, de un precepto de autonomía privada. La autonomía privada funciona aquí
creadas por la autonomía privada que no entran en los moldes contractuales. en otro de sus aspectos; la conformación de la relación jurídica o, en términos ge-
Hay que resaltar, sin embargo, que en los nuevos Códigos europeos, como el nerales, del acto realizado. Se nos presenta, pues, completa, porque el poder de la
portugués y el holandés, se dedican sendos y precisos articulados a la regulación persona no lleva consigo ahora la creación de relaciones jurídicas, por ejemplo,
en general del negocio jurídico, volviendo al ejemplo del Código civil alemán. Esta sino también la determinación de su contenido.
orientación es más racional que la de dejar en libertad al intérprete para que apli- En una concepción publicista de la autonomía privada se fundamenta la opi-
que o no aplique las normas de los contratos según su punto de vista. La inseguri- nión de cierto sector de la doctrina que ve la misma como poder atribuido a los
dad y la anarquía obligarán, más tarde o más temprano, a seguir el camino em- individuos parala creación de normas jurídicas (no otra cosa es, según esta doc-
prendido por los Códigos modernos precitados. trina, el precepto negocial). El negocio jurídico sería origen de normas jurídicas
En conclusión, no nos parece útil la exposición de la teoría del negocio jurídico, (fuente del Derecho en sentido técnico; de Derecho objetivo). Sin embargo, el ne-
pues por la propia naturaleza de su regulación legal es imposible someter a un mis- gocio crearía normas para su autor o autores (cfr. art. 1.091 C e ) , pero carecen de
los requisitos necesarios para ser equiparadas a las normas jurídicas propiamente
1 dichas, porque ni poseen una eficacia general obligatoria, ni los caracteres de abs-
Federico DE CASTRO (El negocio jurídico, Madrid, 1967, p. 22) dice que si el Código
civil en el artículo 1.090 ordena la aplicación de las normas generales sobre las obligaciones tracción y generalidad indispensables. Son reglas para el autor o autores del nego-
y contratos a las obligaciones impuestas por la ley (es decir, no nacidas de la autonomía de cio y para supuestos concretos en que aquél o aquéllos están inmersos.
la voluntad) en lo que en ella no se hubiere previsto, con mucha más razón se aplicarán a Otra concepción del negocio jurídico que se disputa con la expuesta el predo-
otras obligaciones nacidas de declaraciones de voluntad, pero no de un contrato. Nada im- minio es la que entiende por tal la manifestación de voluntad que tiende a producir
pide, por tanto, que se acuda a la aplicación analógica de las disposiciones legales sobre
contratos y testamentos y délos principios que las inspiran, respecto a los demás supuestos efectos jurídicos consistentes en la adquisición, modificación o extinción de un
en que juega la autonomía de la voluntad. derecho subjetivo. Pero no debe de abrirse un foso insuperable entre ambas con-
398 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL NEGOCIO JURÍDICO 399
cepciones, pues en realidad es la voluntad humana, tanto en una como en otra, lo hecho con arreglo a lafinalidadpráctica que se pretende alcanzar (p. ej., se ha que-
decisivo, lo que tiende a conseguir un determinado efecto. La teoría preceptiva del rido un intercambio de cosa por dinero, o gozar de un inmueble), y atribución de
negocio, que es la que hemos expuesto en líneas anteriores, lo que hace simplemen- las oportunas consecuencias jurídicas, cuya concreción puede reconocerse o dejar
te es destacar el resultado que produce, mientras la subjetiva se fija sobre todo en a los interesados, supliendo las normas legales esa falta de concreción. Dice D E
la causa o motor de ese cambio. La primera tiende a la desconexión entre lo crea- CASTRO que la regulación de los negocios jurídicos se hace atendiendo al propósi-
do y su autor, y la segunda, en cambio, mantiene entre estos dos fenómenos una to práctico o realidad social del negocio, porque conforme a él se protege a las
relación casi inescindible. mismas partes y se valora su alcance como título de derechos y obligaciones en
relación con terceros interesados. Las partes, en suma, se proponen con el negocio
conseguir un resultado, que el Derecho tutelará si lo estima digno.
III. LOS EFECTOS DEL NEGOCIO JURÍDICO

Uno de los problemas más debatidos en la doctrina es el de determinar si los IV. ACTO Y HECHO JURIDÍCO. EL ACTO JURÍDICO
efectos del acto de autonomía privada que denominamos negocio jurídico se fun- EN SENTIDO ESTRICTO: CLASIFICACIONES Y EFECTOS
damentan en ese mismo acto o en la ley. También se discute vivamente si el autor
del negocio debe tender a la consecución de fines prácticos o jurídicos. Tanto el negocio como el acto jurídico en sentido estricto participan de la mis-
En realidad, la afirmación correcta parece ser la de que derivan de la ley. La ma naturaleza: son actos jurídicos porque derivan de una actuación (declaración,
voluntad privada no tiene el poder de creación de efectos, sino el ordenamiento conducta) humana realizada con conciencia y voluntad. El acto jurídico se distin-
jurídico, bien de manera directa o indirecta. gue del simple hecho natural que produce consecuencias jurídicas (p. ej., la muerte,
Si se tienen en cuenta los elementos de toda norma jurídica (supuesto de hecho el nacimiento) precisamente por esa conciencia y voluntad que lo acompaña. Aque-
y consecuencias jurídicas), es claro el fundamento de la tesis expuesta. El negocio llos hechos son relevantes jurídicamente sin tener para nada en cuenta la voluntad
jurídico crearía el supuesto de hecho (p. ej., los contrayentes intercambian sus con- humana.
sentimientos matrimoniales; A se obliga a entregar a B una casa y éste, a su vez, a La línea divisoria entre el negocio jurídico y el acto jurídico en sentido estricto
pagar un precio; A cede a B el goce de su piso a cambio de una cantidad de dinero, se deriva de la propia definición de aquél. En el negocio, el autor o autores auto-
etc.) que desencadena la consecuencia jurídica, prevista por la ley, que lo hace pre- rregulan sus propios intereses, establece o establecen una norma de conducta vin-
via calificación de lo llevado a cabo por las personas una vez constatado lo que han culante para su satisfacción. En cambio, en el acto jurídico que consideremos se
querido. Pudiera pensarse, por el contrario, que los efectos jurídicos nacen ex vo- halla ausente todo contenido normativo. El agente no tiene el poder de configurar
lúntate cuando la ley permite que el autor o autores del acto de autonomía privada las consecuencias jurídicas porque éstas están predeterminadas por la ley. A la ley
determinen el contenido de una relación jurídica, lo que sucede en el ámbito de los no le preocupa lo que quiera el sujeto, sino sólo su comportamiento externo. Por
negocios jurídicos patrimoniales (contratos, testamentos). En este aspecto convie- ejemplo, no se ocupa de lo que haya querido el acreedor que reclama del deudor el
ne hacer algunas observaciones. En primer lugar, no es enteramente exacto que cumplimiento de la obligación. Basta esa reclamación para que se desencadenen
siempre el precepto de autonomía originado (no otra cosa es la regulación del con- los efectos de la mora (vid. arts. 1.101 y 1.108 C e ) .
tenido precitado) abarque a la totalidad de la situación jurídica. Existen, como se Así pues, estaremos ante un acto jurídico en sentido estricto cuando los efectos
comprueba en el examen de las normas que disciplinan las distintas figuras o ins- del mismo sean obra exclusiva de la norma jurídica.
tituciones, disposiciones que se imponen a las partes de un negocio, aunque sea en Esta concepción deja evidentemente fuera del ámbito del negocio jurídico a los
grado mínimo, o complementan sus lagunas o insuficiencias. En segundo y último actos de autonomía de la voluntad que afectan a relaciones familiares puras, al es-
lugar, incluso también la causa de los efectos reside en la ley, porque autoriza el tado civil de las personas. Piénsese que, con arreglo a ella, ni el matrimonio ni la
ejercicio de aquella facultad de regular la situación creada, lo que equivale a hacer emancipación, por poner ejemplos significativos, son negocios jurídicos en reali-
suyos los efectos queridos por las partes. Es decir, el que la norma admita un juego dad. Las personas utilizan aquí la autonomía para crear un estado civil, una rela-
más amplio de la autonomía (en el sentido de que ésta ya no se limita a poner el ción familiar, pero no poseen el poder para conformar el contenido. La ordenación
supuesto de hecho, sino también en mayor o menor medida las consecuencias ju- de la relación surgida está ya en la ley, es ella la que atribuye los efectos correspon-
rídicas) no desplaza su fuerza directiva y ordenadora; calificación del supuesto de dientes en vista de los intereses generales de la comunidad.
400 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL NEGOCIO JURÍDICO 401
No obstante, tanto la mayoría de la doctrina como la jurisprudencia siguen aquéllos lo consientan, es decir, en cuanto admitan la analogía, salvo disposición
calificando actos jurídicos de Derecho de familia como negocios jurídicos, y así en contrario del legislador (expresa o inducida de la regulación que haga del acto
haremos nosotros, pero con la salvedad indicada2. jurídico que se contempla en concreto).

La eausa de que ninguna definición o concepto jurídico se adapte a la esfera


familiar radica seguramente en los orígenes de la misma construcción de la figura.
Es producto de una abstracción, que ha operado con los caracteres comunes de V. EL NEGOCIO COMO ACTO Y EL NEGOCIO COMO NORMA
los actos regulados positivamente en la materia contractual y testamentaria, espe-
cialmente sobre la primera. Entonces es clara y evidente la teoría expuesta del ne- En el concepto de negocio jurídico confluyen dos tipos de ideas diferentes. El
gocio jurídico. negocio es, por una parte, un hacer humano, y, desde este punto de vista, pertene-
ce a la categoría de los actos jurídicos, dentro de los cuales constituye una de las
Los actos jurídicos en sentido estricto son, por su propia naturaleza, múltiples más importantes y destacadas especies. El negocio es, ante todo, un acto humano.
y heterogéneos. La doctrina ha ideado numerosas clasificaciones con el afán de Además, el negocio constituye también un precepto. En el negocio plasma una
sistematizarlos y someterlos a una disciplina general. Pero excepto en la unanimi- regla o una serie de reglas, que son en puridad reglas de conducta y que entrañan
dad existente entorno a un subgrupo llamado «actos reales» (ENNECERTJS) O «ac- formalizaciones de un deber^ser. Desde esta perspectiva todo negocio jurídico es una
tos puramente exteriores» (MANIGK), en todos los demás no hay acuerdo. tabla de los deberes que los interesados han de cumplir y observar entre sí, y corre-
Los «actos reales» o «actos puramente exteriores» son las acciones que dan lativamente, de los derechos que en virtud de tal situación habrán de ostentar. Un
lugar a consecuencias jurídicas solamente por los efectos que producen en el mun- contrato de compraventa es, de ese modo, una reglamentación en la cual se enuncia
do exterior. El Derecho exige la presencia de una voluntad humana, pero se desen- el deber jurídico de Ticio de facilitar a Cayo la posesión del fundo eorneliano; el de-
tiende de la intención con que se actúa o del fin que se persigue3. Ejemplos de ellos ber jurídico de Cayo de proporcionar a Ticio una determinada suma de dinero, etc.
son la accesión (art. 361 C.c.), la especificación (art. 383 C.c) o la conmixtión (art. Originalmente el negocio es un acto, que se celebra y realiza, pero la acción
382C.c). En cuanto a su normativa general, se estima que nada tienen que ver con plasma en una reglamentación constituida por una serie de reglas o preceptos de
las declaraciones de voluntad que son negocios jurídicos, por lo que no pueden autonomía privada.
aplicarse sus reglas (que en nuestro Derecho serían las generales de los contratos).
Ni el que construye en suelo ajeno, ni el que crea una obra nueva con materia aje-
na, ni el que hace la mezcla de líquidos han de tener plena capacidad de obrar, ni VI. EL NEGOCIO JURÍDICO Y LA RELACIÓN NEGOCIAL
son relevantes los vicios de su voluntad; los efectos previstos por la ley se producen
en todo caso (MANIGK, ENNECERTJS, MIRABELLI). El negocio considerado como acto y considerado también como regla incide
Respecto a los demás actos jurídicos, parece necesario aplicar a la voluntad en sobre una situación jurídica. Es la situación o estado en que se encuentra el autor
la que se asientan las normas de la declaración de voluntad contractual en lo que del negocio y la situación o el estado en que a su vez se encuentran otras personas.
Cuando dichas respectivas situaciones se conectan entre sí puede hablarse de una
2 relación jurídica. El negocio incide sobre una relación jurídica a la que se puede
DE CASTRO (Derecho civil de España, l, Madrid, 1949, p 621, nota 6) apunta que con-
servan el significado del negocio más que por el ámbito de libertad dejado a la voluntad, llamar «relación negocial».
por el valor básico que se da a la voluntad, en cuanto a su significación y eficacia. La relación negocial, sin embargo, no debe ser confundida con el negocio. El
Cabe suponer también que la calificación del negocio jurídico sea el resultado de un he- negocio es un acto y la relación es una situación. La relación negocial puede ser un
cho constatado: la aplicación de la teoría negocial a las declaraciones de voluntad operante prius, si existía antes de realizarse el negocio (p. ej., un contrato modificativo del
en las relaciones familiares o estado civil de las personas, dada la necesidad que se siente de
llenar el vacío legal en numerosos casos (p. ej., vicios del consentimiento en el reconocimien- anterior existente entre las partes), y puede ser también un posterius cuando resul-
to de un hijo extramatrimonial o en la adopción, etc.). ta creada o constituida por obra del negocio.
3
Dice L. FERRI (La autonomíaprivada, trad. esp. de Sancho Mendizábal, 1968, p. 324): El negocio proyecta su eficacia sobre la relación negocial; la constituye, la mo-
«Se trata, ciertamente, de actos, y por consiguiente de comportamientos voluntarios, pero dificación o la extingue. Al mismo tiempo, el negocio es la fuente de determinación
la voluntariedad no va más allá del acto, mientras que es ciega respecto al efecto jurídico, el
cual le es conectado sin que deba existir entre éste y la voluntad del agente ningún punto de del contenido, conjunto de derechos y deberes, que por virtud de dicha relación las
contacto, incluso contra la misma voluntad del agente.» partes ostentan y asumen.
402 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL NEGOCIO JURÍDICO 403

Si bien el negocio jurídico puede en ocasiones nacer mediante la emisión de una actúa. En otras palabras, el núcleo central del negocio jurídico está constituido por
o varias declaraciones de voluntad por el autor o autores del negocio, de manera una declaración de voluntad o por un comportamiento que es valorado como tal.
que a través de ella se trata de hacer conocido o de comunicar el propósito del de- No obstante, para que los efectos jurídicos se produzcan no basta en ocasio-
clarante y su voluntad de elevar lo declarado a la categoría de regla preceptiva, cabe nes la declaración o comportamiento negocial, sino que se requiere, además, la
también que la reglamentación negocial de intereses se exteriorice por medio de un concurrencia de otros hechos jurídicos. Así, por ejemplo, el testamento es un ne-
puro comportamiento. La distinción entre «declaración de voluntad» y «negocio gocio jurídico en el que se ordena una disposición de los bienes para después de
de voluntad» fue apuntada por MANIGK, quien encontró el elemento característi- la muerte, pero sus efectos jurídicos se originan por el hecho de la muerte de su
co de la declaración de su función de comunicación frente a otros, mientras que en autor (art. 667 C.c).
los llamados «negocios de voluntad» la reglamentación que se instaura se exterio- La declaración de voluntad o comportamiento negocial es el vehículo impres-
riza a virtud de un puro y simple comportamiento, que no aparece realizado con cindible para dar a conocer lo querido, y debe tener la importancia jurídica que
el fin de ser transmitido o de hacerse conocido de otras personas, sino que es una deriva del hecho de que mediante él conocemos el propósito de las partes de alcan-
modificación objetiva, reconocible socialmente y jurídicamente, relevante, como zar unafinalidadpráctica que el Derecho tutela, estableciendo su eficacia jurídica
dice BETTI, de un estado de cosas preexistentes. Es, más que una declaración, una conforme sea el mismo.
mutación del mundo exterior, que recibe un cierto significado en el ambiente social. Por tanto, hay que alejarse tanto de una concepción subjetiva radical, como de
Ejemplos de ellos son la aceptación tácita de la herencia (art. 999 C.c.) o la confir- una concepción objetiva a ultranza.
mación de un contrato anulable por su ejecución (art. 1.311 C.c). Para la concepción subjetiva, el negocio jurídico descansa en el querer interno
Sin embargo, la diferencia entre los negocios de declaración y los negocios de del sujeto, siendo necesario una envoltura: la declaración. Esta es secundaria res-
actuación de la voluntad no parece decisiva ni sustancial. En realidad, en ambos pecto a aquel querer.
casos lo que existe es una valoración jurídica de un determinado fenómeno social. Para la concepción objetiva, también en su formulación más absoluta, debe
En uno y otro caso, el ordenamiento atribuye significado y dota de valor precepti- distinguirse la voluntad encaminada a hacer la manifestación y la voluntad que
vo a la situación creada por los particulares, bien haya sido creada por medio de constituye el contenido de tal manifestación (que suele llamarse con más propie-
signos, palabras o ideas o bien lo haya sido mediente la adopción de un determi- dad, intención, voluntad interna). Aquí ésta es la secundaria, no pasa de ser un
nado comportamiento. En uno y otro caso hay, igualmente, negocio jurídico. pensamiento o acto mental, y, en consecuencia, sólo la voluntad dirigida a la ma-
La distinción entre los negocios de declaración y los negocios de comporta- nifestación sería esencial para la perfección del negocio jurídico y no la voluntad
miento o de actuación no debe, sin embargo, perderse de vista. En muchas ocasio- interna. Por esta razón, se dice, quien ha llevado a cabo un acto de declaración no
nes el tratamiento jurídico de uno y otro tipo de negocio puede ser diverso. Los es dueño ya de los efectos que de ella se derivan y se ha de someter a los mismos,
negocios de declaración permiten un tratamiento más acorde con la línea volunta- cualquiera que sea su voluntad interna.
rista y consienten que se preste una mayor atención a la verdadera voluntad de los En realidad, la declaración de voluntad indica el hecho de aparecer la intención
sujetos en sede de interpretación y una mayor protección de la libertad y de la es- o propósito negocial del interior al exterior o, en otras palabras, el acto o compor-
pontaneidad de la voluntad y de su carencia de vicios o de defectos. En cambio, los tamiento que hace socialmente reconocible la intención o propósito negocial.
negocios de comportamiento o de actuación reclaman un tratamiento mucho más Una declaración es ante todo una comunicación social. El contenido de una
objetivo, de acuerdo fundamentalmente con el sentido social que a la regla de con- declaración es, pues, un mensaje dirigido a dar a conocer a otros nuestro pensa-
ducta creada por el negocio se debe atribuir por la recognoscibilidad del fenómeno, miento o nuestra intención. La declaración de voluntad es un mensaje en el que
lo que repercutirá en la valoración jurídica que debe poseer. plasma la intención de lo declarado. Sobre esta base los conceptos de negocio ju-
rídico y de declaración de voluntad puden diversificarse.
VIL ESENCIA DEL NEGOCIO JURÍDICO: Puede existir un negocio jurídico que aparezca formado por varias declaracio-
VOLUNTAD Y DECLARACIÓN DE VOLUNTAD. nes de voluntad. Ocurre así señaladamente en todos aquellos casos en los cuales
LOS LLAMADOS «NEGOCIOS DE VOLUNTAD» para la formación del negocio es menester el consentimiento de varios sujetos de
derecho y manifestación por tales sujetos de su voluntad. El ejemplo más claro
La esencia o pilar básico de todo negocio jurídico es la voluntad. Pero no una de ello es el contrato, que aparece formado por las declaraciones de voluntad dé
voluntad encerrada en el interior del sujeto, sino una voluntad que se manifiesta o los contratantes.
404 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL NEGOCIO JURÍDICO 405
VIII. RELACIÓN ENTRE LA VOLUNTAD Y LA DECLARACIÓN: ción, es decir, se hubiera evitado con el empleo de la diligencia que exigían las
SU RESPECTIVO VALOR circunstancias concretas del caso, y los destinatarios han creído razonablemente en
su valor y eficacia, el declarante queda vinculado por la declaración como si la vo-
Cuando la voluntad interna no coincida con las declarada, ¿cuál debe prevalecer? luntad declarada coincidiese con la voluntad interna.
Para la concepción subjetiva, encabezada por SAVIGNY, habrá que atender Nuestro Tribunal Supremo da supremacía a la voluntad real sobre la declarada;
siempre a la voluntad interna. Para la concepción objetiva, a la declaración. La pero si la divergencia entre ésta y aquélla obedece o es imputable al declarante por
voluntad interna —piensa esta segunda teoría— es algo remoto y desconocido. En malicia o por haber podido ser evitada con el empleo de una mayor diligencia, en-
el tráfico, la declaración es lo único que puede y debe tenerse en cuenta. Dice PlE- tonces atribuye plenos efectos a la voluntad declarada siempre que, además, exista
TROBON que los pilares en que se basa la teoría de la declaración son: el respeto buena fe en la otra parte. Todo ello en aras de la protección de la buena fe y de la
que merecen las expectativas de quien recibe la declaración, la necesidad de dar seguridad del tráfico jurídico (Ss. de 23 de mayo de 1935, 27 de octubre de 1951,
certeza a las relaciones jurídicas, y el deber ético fundamental de ser fieles a la pa- 13 de marzo de 1953 y 16 de noviembre de 1956, entre otras).
labra dada. Las cosas suceden así en los negocios jurídicos bilaterales inter vivos de conte-
Tanto una como otra concepción llegan a resultados injustos. La teoría voliti- nido patrimonial. En los unilaterales de las mismas características, se aplicarán
va debe negar todo valor a las expectativas o a la confianza que produce en la otra idénticos principios cuando tengan carácter recepticio, porque entonces es esencial
parte la declaración: tendría que dar relevancia a un error inexcusable en que haya el conocimiento de los destinatarios para que produzcan efectos. Las expectativas
podido incurrir el autor de la declaración y admitir la validez de las reservas men- de los mismos, suscitadas por la declaración o conducta (o el comportamiento que
tales con que éste restringe o anula los efectos jurídicos de lo declarado. La teoría hayan adoptado como consecuencia de la notificación), deben ser protegidas.
declaracionista habría de negar todo relieve jurídico a la simulación y a la influen-
cia del error, dolo, violencia e intimidación en el proceso formativo del querer. En los negocios a título lucrativo es discutible si los principios de la autorres-
Consecuencias extremas, de una y otra teoría, que el ordenamiento positivo y la ponsabiMdad y confianza deben imperar sobre la voluntad real, pues los intereses
práctica jurisprudencial no acogen. del que recibe una atribución patrimonial sin ningún sacrificio por su parte son
La solución quizá esté en una vía media. El conflicto de intereses entre el autor inferiores, en una estricta valoración, a los del que efectúa la atribución, debiendo
ceder en todo caso para la prevalencia de éstos.
de la declaración (interesado en que no valga) y el destinatario de la misma (inte- Ello no quiere decir que el que sufre eí error, qué haya podido evitar, está libré
resado en mantener su eficacia), cuando hay divergencia entre lo querido y decla- dé toda responsabilidad. Piénsese en una donación, prescindiendo ahora del pro-
rado, debe resolverse con arreglo a estos principios: blema de su naturaleza jurídica. Una cosa es que la donación se anule, y otra que
1.° Nadie debe quedar vinculado por un negocio si su voluntad no se ha for- no responda el donante de las consecuencias dañosas para el donatario que la
anulación produzca. Así, por ejemplo, si éste ha celebrado un contrato de compra-
mado libre y espontáneamente (principio de la voluntad). venta sobre el objeto donado, que todavía nó ha entregado al comprador, al anu-
2° La buena fe y la efectiva confianza de los destinatarios de una declaración larse la donación se coloca en la imposibilidad de cumplirlo. Habrá una responsa-
en la validez y regularidad de la misma también merecen protección. Debe valo- bilidad del donante por los daños y perjuicios que se deriven para el donatario del
rarse a este fin si el destinatario conoció o no conoció que lo declarado divergía de incumplimiento en que incurre.
la voluntad interna o pudo conocerlo. Caso positivo, la declaración de voluntad se
anula. Caso de que no conociera la divergencia, la confianza merece ser protegida En los negocios jurídicos puros de Derecho de familia debe de protegerse ante
y el declarante debe quedar vinculado (principio de la confianza). todo la voluntad real del que los realiza, dada su trascendencia al afectar al estado
3.° Debe valorarse igualmente el comportamiento del declarante y de la civil. Sería inconcebible que al cónyuge que pide la nulidad de su matrimonio por
responsabilidad que a él le cabe en la divergencia. Si actuando diligentemente error en la persona o cualidades personales del otro cónyuge (art. 73.4.° Ce.) se le
pudo y debió desvanecer la confianza que en los terceros suscitaba su declaración opusiese su carácter inexcusable, lo mismo que al padre que reconoce la filiación
y no lo hizo, responde de la eficacia de la declaración (principio de la autorres- de un hijo por error (art. 141C e ) .
ponsabilidad). Idéntica posición ha de reiterarse en el negocio jurídico testamentario, en el que
Combinando los principios de la confianza y autorresponsabilidad puede es- se tiene en cuenta únicamente la voluntad del testador, soberana para disponer de
tablecerse la siguiente afirmación general: si la divergencia entre la voluntad decla- sus bienes post mortem. La protección de la confianza despertada en los llamados
rada y la voluntad interna se ha producido por negligencia del autor de la declara- a la sucesión debe subordinarse al respeto absoluto de aquella voluntad.
406 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL NEGOCIO JURÍDICO 407
IX. ESPECIES DE LA DECLARACIÓN DE VOLUNTAD. plica el deber de hablar, ya que si el que puede y debe hablar no lo hace, se ha de
VALOR JURÍDICO DEL SILENCIO reputar que consiente en aras de la buena fe. Esta doctrina intermedia es la que
goza de predicamento jurisprudencial (Ss. de 24 de noviembre de 1943,24 de ene*
Las declaraciones de voluntad constitutivas de un negocio jurídico pueden ser, ro de 1957, 14 de junio de 1963 y 17 de noviembre de 1995). La valoración del si-
según la doctrina más autorizada, expresas o tácitas. Una declaración de voluntad lencio como declaración de voluntad dependerá fundamentalmente de las siguien-
es expresa cuando se dirige de modo directo o inmediato, mediante los signos ade- tes circunstancias: existencia o no de relaciones entre las partes; usos generales del
cuados según común experiencia, a dar a conocer la voluntad interna del declaran- tráfico y usos individuales de aquellas partes4.
te. La declaración de voluntad es tácita, en cambio, cuando el sujeto no manifiesta
de modo directo su voluntad mediante los signos adecuados para ello, sino que
realiza una determinada conducta que por presuponer necesariamente tal. voluntad X. CLASIFICACIÓN DE LOS NEGOCIOS JURÍDICOS
es valorada como declaración por el ordenamiento jurídico.
Se habla, por ejemplo, de «tácita^econducción», que se produce por el mero A) NEGOCIOS PATRIMONIALES
hecho de continuar el arrendatario en el disfrute de la cosa arrendada con aquies-
cencia del arrendador a la terminación del contrato (art. 1.566 C e ) ; de «acepta- Un negocio jurídico es patrimonial cuando recae sobre una relación jurídica
ción tácita» de la herencia (art. 996 C e ) , que es aquella que se hace por actos del patrimonial, es decir, cuando verse acerca de bienes o de intereses de naturaleza
llamado a la misma que suponen necesariamente la voluntad de aceptar o que no económica.
habría derecho a ejecutar sin la cualidad de heredero; de «mandato tácito» (art. Atendiendo a su función económica, los negocios jurídicos patrimoniales pue-
1.710 C e ) , cuando el encargo de una gestión o de su aceptación son deducidos de den clasificarse en categorías muy diversas. Estudiaremos las siguientes por creer-
los actos del mandante o del mandatario. las más usualmente utilizadas:
En realidad, las declaraciones tácitas de voluntad son conductas, valoradas por a) Negocios dispositivos y obligatorios. —Negocio jurídico dispositivo es el que
el ordenamiento jurídico como manifestaciones de voluntad al revelar una cierta produce un cambio en la situación patrimonial preexistente; afecta a un derecho
toma de posición respecto a algunos intereses que afectan a la esfera jurídica ajena. subjetivo (ya sea real o de obligación) integrado en un patrimonio, ya que por el
La conducta no tiene la función de hacer conocer a los interesados la voluntad in- negocio va a ser transferido, modificado o extinguido. Así, v. gr., la condonación
terna, pero por una deducción necesaria y unívoca se colige aquella toma de posi- de la deuda; la renuncia a un derecho real como el usufructo o la servidumbre; la
ción vinculante. segregación de una finca en varias para constituir fincas independientes. Son ne-
Las declaraciones de voluntad pueden ser recepticias y no recepticias. Las pri- gocios extintivos del derecho de crédito o real o modificativos. En el último ejem-
meras han de ser dirigidas necesariamente a una o más personas (determinadas o plo, al variar el objeto del derecho subjetivo de propiedad nacen tantos derechos
indeterminadas) y no producen efectos jurídicos si no llegan a su conocimiento. de esta índole como fincas independientes.
Las segundas, por el contrario, no requieren este requisito, y por tanto, sus efectos Especial relevancia tienen, dentro de la categoría de los negocios dispositivos,
se dan desde el momento en que exista la declaración de voluntad, independiente- los negocios traslativos, por los que el titular del derecho subjetivo lo transmite a
mente del conocimiento que de ella tengan o no otros sujetos. Es una orientación otra persona (una compraventa, una donación), y los constitutivos, que se dirigen
pacífica en la doctrina que el requisito de la receptividad constituye la excepción, a la constitución de un gravamen o un derecho real sobre la cosa (v. gr., el negocio
y las manifestaciones no receptivas representan la regla (BARASSI, DURMA, GlAM- de constitución de un usufructo o de una hipoteca).
PICCOLO).
¿Qué valor jurídico tiene el silencio? El Tribunal Supremo ha admitido el valor 4
Afirma CARBONNIER {Derecho civil, t. II, vol. II, trad. esp. de Zorrilla Ruiz, p. 179)
que el silencio, como conducta omisiva, puede tener ante el Derecho. Afirma que qué la propensión a aceptar consentimientos tácitos y aceptaciones en virtud del simple si-
si bien la doctrina científica no ha llegado a establecer en esta materia fórmulas de lencio no es necesaria consecuencia del principio de autonomía de la voluntad. El arte de
general aceptación suficientemente seguras y precisas, entre las dos teorías extre- interpretar los signos y su mutismo es familiar a los sistemas arcaicos, y, a la inversa, la Es-
mas, una, que el calla ni afirma ni niega, y otra, el que calla otorga, surgió una in- cuela del Derecho Natural practicó una especie de semiología («no cabe defraudar la con-
fianza que los demás hombres hayan puesto en nuestras palabras y actitudes») hasta que el
termedia, que considera el silencio como declaración de voluntad cuando dada una siglo XIX principió a apuntar un germen de desconfianza frente a los abusos derivados de
determinada relación entre dos personas, el modo corriente y usual de proceder im- una aceptación presumida con excesiva facilidad.
408 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL NEGOCIO JURÍDICO 409
Frente al negocio dispositivo, el negocio obligatorio se caracteriza por no dar bienes sujetos a administración nos haya de dar la pauta para estimar dónde deben
lugar a un cambio en la posición de los sujetos respecto a los bienes, sino a una llegar los poderes del administrador. Si se administra una finca, es obvio que el
forma de cooperación entre ellos, coordinada al interés recíproco o al unilateral de aspecto dinámico no puede autorizar al administrador a realizar ningún negocio
una de las partes (BETTl). Por ejemplo, un arrendamiento de servicios, un manda- de disposición del bien. En cambio, la administración de una empresa mercantil o
to. El negocio obligatorio es producto de meras relaciones obligatorias. industrial exigirá inexcusablemente la realización de negocios de disposición para
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en nuestro sistema positivo la pro- la obtención de los debidos rendimientos y para la conservación de la misma (ven-
piedad y otros derechos reales se adquieren y transmiten como consecuencia de ta de mercancías o productos, sustitución de maquinaria por otras, etc.).
ciertos contratos seguidos de la tradición o entrega de la cosa (arts. 609 y 1.095 c) Negocios de atribución patrimonial—Según VON TUHR, en el concepto de
Ce). Por tanto, un negocio obligatorio puede ser llamado también negocio dispo- atribución deben comprenderse aquellos negocios jurídicos por medio de los cua-
sitivo si genera obligaciones conducentes a una modificación patrimonial. Así su- les una persona proporciona una ventaja o un beneficio patrimonial a otra. Esto
cede en el contrato de compraventa, que obliga al vendedor a transmitir la propie- puede acontecer dé muy diversas formas. Por ejemplo, una persona transfiere a otra
dad de la cosa. No se transmite la propiedad por el mero hecho de la perfección la propiedad de una cosa o la titularidad de un crédito, constituye en su favor un
del contrato, sino desde que se cumple la obligación de entrega. derecho real (v. gr., un usufructo, una servidumbre) o le presta un determinado
b) Negocios de administración.—La expresión de «actos de administración» servicio o un determinado trabajo. El concepto de atribución no coincide necesa-
aparece reiteradamente en el Código civil, sin que se dé un concepto explicativo de riamente con el de disposición. Un acto puede ser al mismo tiempo de atribución
la misma. Sin embargo, puede extraerse: y de disposición (p. ej., la transmisión de un crédito). Pero existen disposiciones
a) Que el administrador legal de un patrimonio de otro debe custodiarlo, con- que no son atribuciones (v. gr., la renuncia abdicativa de un derecho) y, a la inversa,
servarlo y defenderlo, y obtener de sus bienes las rentas y productos que corres- atribuciones que no son disposiciones, como cuando se presta un servicio o se rea-
pondan (art. 185.1.° Ce). liza un trabajo.
b) Que el administrador puede celebrar contratos de arriendo de los bienes
que administra siempre que no excedan de seis años (art. 1.548 Ce), y vender los
frutos que recolecte como productos de su administración, y los que recaudare en B) NEGOCIOS FAMILIARES
concepto de rentas. Se produce así una concreción muy significativa de la genérica
conservación a la que está obligado todo administrador. Por lo que respecta al Frente a los negocios que tienen un contenido patrimonial es posible contra-
arriendo, el Tribunal Supremo extiende las facultades del mismo no sólo a concer- poner los negocios jurídicos familiares.
tarlos, sino a resolverlos (S. de 5 de marzo de 1982). Se suele afirmar que en tales negocios la voluntad de las partes tiende a la crea-
De este breve recorrido por los textos legales se deduce que no existen negocios ción o modificación del estado civil de las personas. En otras palabras, el negocio
que por su intrínseca naturaleza sean de administración, sino que se clasificarán jurídico familiar es el que afecta al estado civil. El matrimonio crea un nuevo esta-
como tales según lafinalidadperseguida. Podemos decir, por tanto, que los nego- do civil, el de casado, fuente de derechos y obligaciones; la emancipación por con-
cios de administración son los que tienen porfinalidadla conservación y defensa cesión del titular de la patria potestad con consentimiento del menor le atribuye la
de los bienes administrados, y los dirigidos a obtener de los mismos las rentas, uti- condición de mayor para regir su persona y sus bienes, aunque con ciertas limita-
lidades o productos que correspondan de acuerdo con su destino económico. Fren- ciones ya examinadas, etc.
te a ellos, se definen en la doctrina más aceptada los negocios dispositivos como Esta idea necesita, sin embargo, ser completada, porque se dan negocios jurí-
los que comprometen la existencia o individualidad o valor de los bienes. Así, por dicos familiares que poseen indudable carácter patrimonial. Así, los pactos por los
ejemplo, el hipotecarlos (porque como consecuencia de la ejecución de la hipoteca que los futuros contrayentes estipulan el régimen económico por el que se regirá el
puede salir del patrimonio del hipotecante), o el segregarlos para formar varios, o matrimonio.
el arrendarlos por largo tiempo en cuanto se deprecian. La distinción permite, además, afirmar el diferente radio de acción de la auto^
Sin embargo, no se pueden contraponer de una manera rígida automática am- nomía de la voluntad en unos y otros. Cuando repercuten en el estado civil de la
bas categorías, de tal modo que el administrador no tenga nunca facultades de persona, la autonomía individual está sensiblemente disminuida, porque los efectos
disposición. Hay que recordar que la administración no es estática sino productiva, jurídicos están ya predispuestos en la mayoría de las ocasiones en la misma ley. En
lo que equivale a dinamismo. De ahí que por la naturaleza del bien o conjunto de cambio, en los de carácter patrimonial, la misma ley consiente a las partes que do-
410 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL NEGOCIO JURÍDICO 411
ten al negocio de los efectos que tengan por conveniente, salvo lo que fuere contra- Por el contrario, no son negocios jurídicos formales los que tienen una validez,
rio a las leyes o a las buenas costumbres (art. 1.328 Ce). perfección y eficacia subordinadas únicamente a la existencia del consentimiento,
cualquiera que sea la forma en que se haya manifestado.

C) NEGOCIOS UNILATERALES, BILATERALES Y PLURILATERALES


E) NEGOCIOS ONEROSOS Y LUCRATIVOS, ALEATORIOS Y CONMUTATIVOS
Esta diferencia entre los negocios jurídicos se relaciona con las partes de los
mismos. El concepto de parte es distinto del de sujeto o persona. Así, por ejemplo, Un negocio jurídico es oneroso cuando los sacrificios que mutuamente realizan
en un contrato de compraventa pueden ser varios los vendedores (porque la pro- las partes están compensados o encuentran su equivalente en el beneficio que ob-
piedad del objeto vendido corresponda a todos) y un único comprador o viceversa. tienen. En otras palabras, cada una de las partes proporciona a la otra una utilidad
Las partes siguen siendo dos: comprador y vendedor, si bien en la primera o segun- o ventaja patrimonial a cambio de otra que ella obtiene o espera obtener.
da aparecen varias personas. Aparecen unificadas bajo una misma denominación En el negocio lucrativo, por el contrario, el beneficio de una de las partes no
(parte) al tener el mismo interés. está acompañado de ningún sacrificio que sea su contrapartida. Así, por ejemplo,
Los negocios jurídicos son unilaterales cuando la declaración de voluntad o el la donación, el préstamo sin interés, la prestación gratuita de un servicio.
comportamiento que le da vida es obra de una sola parte (v. gr., el testamento, la El negocio jurídico patrimonial de carácter oneroso puede ser conmutativo o
renuncia de un derecho). aleatorio. Conmutativos son aquellos en los que la relación de equivalencia entre
Los negocios jurídicos unilaterales son recepticios o no recepticios, según que las prestaciones a cargo de ambas partes se encuentra de antemanofijadapor ellos
la declaración de voluntad negocial deba, para ser eficaz, ser recibida por otra u (en la compraventa, p. ej,, el comprador paga el precio que cree valer la cosa, y el
otras personas o no. El testamento es un negocio jurídico unilateral no recepticio, vendedor se desprende de ella porque estima que aquel precio cubre el valor que
ya que se dan sus efectos sin necesidad de que la voluntad testamentaria haya de tiene para él). Los negocios son aleatorios cuando la efectiva ejecución de la pres-
ser recibida. tación de una de las partes queda pendiente de un acontecimiento incierto, pues
Los negocios jurídicos bilaterales son los que nacen de la declaración de voluntad depende de la suerte o del azar. En un contrato de apuesta hay aleatoriedad, en
o comportamiento de dos partes. El contrato es el ejemplo clásico de negocio bilateral. tanto que la prestación del apostante se halla subordinada en su ejecución al resul-
Los negocios jurídicos plurilaterales son obra de la voluntad o comportamien- tado del juego en el que se haya cruzado.
to de más de dos partes. Así, v. gr., la creación de una sociedad anónima exige le-
galmente tres personas, por lo menos.
Dentro de los negocios plurilaterales adquieren especial reüeve los llamados F) NEGOCIOS ÍNTER VIVOS Y MORTIS CAUSA
acuerdos o convenciones. Su característica se hace residir en que las partes no tie-
nen intereses enfrentados, como en los contratos de cambio (p. ej., una compraven- Los negocios mortis causa son los que implican una ordenación o disposición de
ta), sino que sus intereses son paralelos y convergentes hacia un propósito común: bienes para después de la muerte. Su prototipo es el testamento, que va a regular la
creación de una sociedad, de una asociación. Por eso se diee que la sociedad no es situación del patrimonio del testador cuando se produzca aquel hecho natural.
propiamente un contrato (al no existir intereses contrapuestos que se regulan me- Pero caben también otros negocios jurídicos, que reglamentarán otras situaciones
diante ese negocio jurídico), sino un acuerdo o convención. No es pacífica, sin em- jurídicas después de la muerte de su autor. Así, el nombramiento por el padre de un
bargo, esta categoría. tutor para sus hijos menores de edad que quedan huérfanos (art. 223 Ce), o el re-
conocimiento de la filiación no matrimonial de un hijo (arts. 120.1.° y 741 Ce).
Los negocios inter vivos despliegan sus efectos sin esperar a la muerte de las
D) NEGOCIOS FORMALES Y NO FORMALES partes o de cualquiera de ellas. No obstante, existen negocios de esta clase que pre-
suponen la muerte de una de las partes, pero no para su eficacia —porque entonces
Son negocios jurídicos formales todos aquellos en los que la plena validez y serían mortis causa—, sino para su ejecución. Caso típico es el seguro de vida. El
eficacia jurídica se alcanza cuando la voluntad se ha manifestado a través de las beneficiario recibe la suma como consecuencia de la prestación que a su favor se
especiales solemnidades previstas (p. ej., el testamento). pactó en el contrato. Tal contrato ha surtido efectos en vida del asegurado (ha pa-
412 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) EL NEGOCIO JURÍDICO 413
gado las primas, etc.) pero la prestación del asegurador tiene lugar después de su sagra por vía doctrinal o jurisprudencial (p. ej., el contrato de mediación). Se habla
muerte. en tal sentido de tipicidad social de tales negocios jurídicos.
Los negocios jurídicos atípicos regirán por las normas generales de las obliga-
ciones y contratos, por las consagradas por vía jurisprudencial y usual (cfr. art.
G) NEGOCIOS CONEXOS Y NEGOCIOS COLIGADOS 1.258 C.c.) y por la de los negocios típicos más afines. Pero ante todo debe aten-
derse en primer término a las estipulaciones de las partes.
Sucede a veces que varios negocios, autónomos y distintos, se encuentran en
una estrecha relación de dependencia, bien por su misma naturaleza, bien por la
voluntad de las partes. De ahí la clasificación entre negocios necesariamente cone- BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
xos y negocios coligados.
En los negocios necesariamente conexos el ligamen ente los mismos se basa ALBALADEJO: El negocio jurídico, Barcelona, 1958; BETTI: Teoría general del negocio ju-
rídico, traducción española por Martín Pérez, Madrid, s. f; CARIOTA FERRARA: El negocio
en una razón objetiva. Prototipo de esos negocios son los llamados negocios ac- jurídico, trad. esp. por Albaladejo, con notas, Madrid, 1956; DE CASTRO Y BRAVO: El nego-
cesorios, en tanto que requieren un negocio principal para su existencia y efecti- cio jurídico, Madrid, 1967; DE LOS MOZOS: El negocio jurídico, Madrid, 1987; FERRÁNDIZ:
vidad. Así, los contratos de garantía (fianza, prenda, hipoteca, anticresis) siguen Perfección, sustantividady eficacia de las declaraciones de voluntad, R.J.C., 1986, p. 105; L.
FERRI: La autonomía privada, trad. esp., por Sancho Mendizábal, Madrid, 1969; W. FLUME:
la suerte del negocio principal. Extinguida la relación de deuda nacida de éste, el Allgemeiner Teil des bürgerlichen Rechts, I, Das Rechtsgescháft Berlín-Heidelberg-Nueva
negocio accesorio deja de tener razón de ser. No puede garantizar una deuda que York, 1965; GALGANO: Ilnegozio giuridico (T. Cicu-Messineo), Milán, 1988, y trad. espa-
no existe. ñola de Blasco Gaseó y Prats Albentosa, Valencia, 1992; GULLÓN BALLESTEROS: Curso de
Dentro de los negocios conexos se incluyen la categoría de los negocios de cum- Derecho civil El negocio jurídico, Madrid, 1969; LARENZ: Allgemeiner Teil des deutschen
Rechts, Munich, 1967; MORALES MORENO: La idea de negocio jurídico en Federico de Cas-
plimiento, en tanto que presuponen también un negocio principal que le sirve de tro, A.D.C., 1983, p. 1529; SCIALOJA: Negocios jurídicos, trad. esp., por De Pelsmaeker, Se-
base. Los negocios de cumplimiento son los destinados a la actuación y desenvol- villa, 1942; SCOGNAMIGLIO: Contributo alia teoría del negozio giuridico, Ñapóles, 1950;
vimiento de aquel negocio base. El pago de una obligación (si se admite que es un STOLFl: Teoría del negocio jurídico, trad. esp., Madrid, 1959.
negocio jurídico) es un negocio de cumplimiento. Sobre los distintos tipos de negocios jurídicos, ASCARELLI: El contrato plurilateral, trad.
En los negocios coligados, el ligamen entre ellos es instituido por la voluntad esp., Méjico, 1949; DÍEZ-PlCAZO: El negocio jurídico de Derecho de familia, R.G.L.J., 1962,
I, p. 771; GlTRAMA GONZÁLEZ: La administración de la herencia en el Derecho español, Ma-
de las partes a fin de alcanzar un determinado resultado. Conciben un negocio en drid, 1959; JORDANO BAREA: Teoría general del testamento, en «Estudios en homenaje al
función de otro, de tal modo que la inexistencia o ineficacia de éste hace desapare- profesor Serrano y Serrano» I, p. 431; Los contratos atípicos, R.G.L.X, 1953, p. 51.
cer la razón de existir de aquél. El ligamen es puramente funcional o teleológico. Sobre la distinción entre acto y negocio jurídico, TESAURO: Atti e negozi giuridici, Milán,
Sin embargo, detectar cuándo hay esa voluntad entre las partes que han con- 1933; TRIMARCHI: Atto giuridico e negozio giuridico, Milán, 1940.
cluido determinados negocios es problema arduo. Un criterio aceptable puede ser
el de considerar un supuesto de negocios coligados siempre que la realización del
fin perseguido con un negocio presuponga la existencia o eficacia del otro.

H) NEGOCIOS TÍPICOS Y ATÍPICOS

Los negocios típicos son aquellos que tienen una especial disciplina normativa
(compraventa, donación, arrendamiento, etc.). Por el contrario, son negocios atí-
picos los que carecen de reconocimiento legal y de disciplina normativa (v. gr.,
hospedaje, garaje, portería, etc.). No obstante, existen negocios que aunque carecen
de una disciplina normativa consagrada por la ley, poseen una reiteración o una
frecuencia en orden a su aparición como fenómeno social, de manera que ello les
dota de Wínomen iuris, por el que son conocidos, y de una disciplina, que se con-
T
V
LA PERSONA JURÍDICA
30. LA PERSONA JURÍDICA

I., PERSONIFICACIÓN. EL FENÓMENO DE LA PERSONIFICACIÓN


DE LAS REALIDADES SOCIALES

Son personas jurídicas las realidades sociales a las que el ordenamiento jurídi-
co atribuye o reconoce una individualidad propia, distinta de sus mienibros com-
ponentes, y a ias que trata como sujeto de derechos y deberes, con capacidad de
obrar en el tráfico jurídico por medio de sus órganos y representantes.
Según lo expuesto, el concepto de persona, original en el hombre, con su capa-
cidad de obrar, se usa en el mismo sentido, de un modofigurado,en aquellas rea-
lidades sociales.
¿En qué se fundamenta la personificación de tales realidades? En que el hombre
por sí solo no puede alcanzar muchos de losfinesque el desarrollo de su propia
personalidad requiere. Necesita unirse a otros hombres, que sientan la misma fina-
lidad para ello (por ejemplo, una sociedad para explotación de una mina, una aso-
ciación cultural o de recreo...).
También se justifica la personificación de realidades sociales porque el hombre
pretende remediar con su patrimonio, de una manera estable y no esporádica, si-
guiendo normales impulsos de humanismo y generosidad, a un grupo indetermi-
nado de personas (pobres, enfermos de Alzheimer, etc.)1.

II. EL DEBATE SOBRE LA ESENCIA DE LAS PERSONAS JURÍDICAS

En la doctrina del siglo XIX constituyó un tema predilecto la cuestión relativa


a si las personas jurídicas poseen una existencia real y efectiva o si, por el contrario,
son una creación artificial de la Jey y, al mismo tiempo, tratar de decidir cuáles son
los elementos en los que se puede situar su existencia.

1
Vid. CAPILLA RONCERO: La personalidad jurídica: funciones y disfunciones, Madrid,
1984.
[417]
418 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA JURÍDICA 419
La más antigua respuesta parece haber sido la que se denomina «teoría de la atribución de personaüdad jurídica a los mismos es un sello que viene a sobrepo-
ficción», para la cual la persona jurídica no es más que una creación legal, que no nerse a aquellos fenómenos. La persona jurídica sería la traducción jurídica de un
existe como tal persona dentro del mundo real. Es la ley la que finge que determi- fenómeno empírico. El legislador no hace masque traducir a términos jurídicos lo
nadas organizaciones son personas. Los orígenes de este modo de pensar se remon- que ya existe en la práctica social.
tan al canonista medieval Sinibaldo de FlESCHl, que fue después Papa con el nom- En esta misma dirección, COVIELLO afirma que uno de los modos de proteger
bre de INOCENCIO IV. Para evitar que el castigo de las ciudades o corporaciones la actividad encaminada al logro de intereses sociales es la de tratar a los individuos
que se rebelaban contra el papa o el emperador se extendiera a cada uno de sus unidos entre sí como si fuesen una sola persona. Es ésta sin duda una abstracción,
ciudadanos o componentes y que fuesen culpables o inocentes, escribió que la imi- pero que se funda en la realidad, por cuanto es real la unidad de los intereses y fi-
versitas (nombre con que se designaba la unión de personas), no era más que un nes que persiguen. La abstracción, dice COVTELLO, no es una ficción. La ficción se
mero nombre, algo incorporal, que no podía pecar, ni cometer delitos. Y en este apoya en una invención, detrás de ella no hay nada real. La abstracción se apoya
sentido, una vez siendo ya papa, en el Concilio de Lyon (1245), prohibió la exco- en un hecho, si bien contemplado de modo diverso de como es.
muniónnión de los colegios y de las universidades. Al lado de la discusión o debate sobre la existencia de las personas jurídicas,
La equiparación de la persona jurídica a la «persona física» o «persona repre- ficción o realidad, se ha producido en la doctrina del siglo XIX otro fuerte debate
sentada» va a dominar en la historia del Derecho, porque, como observó Federico sobre los elementos que constituyen la esencia de la persona jurídica que ha llega-
D E CASTRO, la corriente más fuerte y común consideraba que con la universitas do a numerosísimas opiniones. Así, fueron apareciendo la teoría de la voluntad
nace algo distinto a la suma de sus miembros qué funciona como unidad y tiene —la persona jurídica existe allí donde es posible encontrar una voluntad colec-
una propia individualidad. Así, con referencia a lo que después hemos llamado por tiva diversa de las voluntades de cada uno délos individuos (ZIETTELMANN) —;
antonomasia universitas, BARTOLO dice que tiene personalidad («representat unam la teoría del fin o el interés —la persona jurídica exige un fin o interés suprain-
personam») distinta de los escolares. dividual y es el fin, como dijo IHERING, el verdadero soporte, el verdadero sostén
La llamada teoría de la ficción Fue también aceptada por SAVIGNY, para quien de los derechos—; la teoría del patrimonio —la persona jurídica requiere la exis-
las personas jurídicas —llamadas así porque sólo existen para fines jurídicos— son tencia de una masa de bienes destinados al cumplimiento de un fin, es un patri-
entes ficticios que aparecen al lado de los individuos, como sujetos de relaciones monio destinado a un fin (BRINZ)—; o la teoría de la organización —la esencia
de Derecho. Sin embargo, SAVIGNY estaba ya lejos de considerar que la persona de la persona jurídica es la combinación o disposición de los medios materiales
jurídica era siempre una pura creación artificial de la ley, en cuanto que al clasifi- e instrumentales necesarios para la consecución y el logro de los fines persegui-
carlas distinguía las que tienen una existencia real y necesaria (p. ej., las ciudades) dos—, etc.
y las que poseen una naturaleza artificial o contingente.
Sobre estas ideas se construye la llamada teoría de la realidad defendida sobré
todo por GlERKE. Las personas jurídicas no son pura creación ideal, sino seres III. EXTENSIÓN Y DEFORMACIÓN DEL CONCEPTO
reales que poseen en el mundo una realidad. GlERKE, además, desarrolló lo que DE PERSONA JURÍDICA
puede llamarse la teoría orgánica de la persona jurídica. Las personas jurídicas son
organismos vivos, organismos sociales y, de la misma manera que el hombre, tienen La idea de persona jurídica había sido reservada tradicionalmente a las reali-
que servirse de sus órganos para desarrollar su propia vida. dades sociales que persiguen fines o intereses de carácter general. Sin embargo,
FERRARA trató de superar tanto la teoría de la ficción como la antropomórfi- desdefinalesdel siglo xvill o principios del XDC, se aplicó también a las Compañías
ca. A su juicio, la personalidad es un producto del orden jurídico y surge por el de comercio. Inicialmente parece que se concedió personalidad jurídica a las lla-
reconocimiento del Derecho objetivo. El hombre es persona por obra del Derecho, madas Reales Compañías, que eran objeto de una concesión real o de privilegio
si bien su cualidad natural —ente racional y capaz de voluntad— es la base ética otorgado por la Corona, y, posteriormente, a la mayor parte de las sociedades mer-
para que el ordenamiento jurídico, en un cierto estadio de la cultura, reconozca a cantiles, aunque, en este punto, hayan existido diferencias entre los distintos orde-
todos los hombres la personalidad. Y, si ello es así, nada se opone a que la perso- namientos jurídicos existentes en el Derecho comparado, pues en alguno de ellos
nalidad pueda ser concedida a otros entes que no sean hombres, sino formas de la concesión de personalidad jurídica se limitó a las sociedades anónimas. Como
convivencia humana, surgidas natural e inconscientemente por el instinto mismo consecuencia de ello, se considera persona jurídica a la unión de personas con la
del hombre. Esos entes se piensan como unidad, aunque no lo son realmente. La puesta en común de bienes para la realización de fines de lucro con y se produce el
420 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA JURÍDICA 421
nacimiento de un patrimonio (el propio de la sociedad) distinto del de los asocia- de imputación, en cuanto los efectos y consecuencias de los actos y negocios de la
dos, aislamiento patrimonial que alcanza su máxima expresión en la teoría y prác- persona jurídica son para ella y no para sus componentes2.
tica de la sociedad anónima, en la que de las deudas sociales no responden los so- Este movimiento ha tenido su consagración legal en la admisión de la sociedad
cios sino el patrimonio de la de la sociedad. anónima unipersonal y de la sociedad de responsabilidad limitada unipersonal
Con ello, como observó DE CASTRO, se alteró la fundamentación teórica de la (arts. 12 a 17 de la Ley de Sociedades de Capital, texto refundido aprobado por
persona jurídica y su nota distintiva no va a ser ya el «interés público y permanen- R.D. Legislativo 1/2010, de 2 de julio).
te», que se cumplía, por ejemplo, en el caso de las ciudades, los municipios o los
gremios, sino el de tener un patrimonio propio distinto del de sus componentes.
Antes —dice COSSÍO— el problema de la persona jurídica no era un problema pa- IV. LA UTILIZACIÓN ABUSIVA O FRAUDULENTA
trimonial, sino de capacidad normativa y jurisdiccional. Se trataba de organizacio- EN LA PERSONALIDAD JURÍDICA Y LA LLAMADA DOCTRINA
nes capaces de darse a sí mismas un ordenamiento y de conseguir, por sus propios DEL LEVANTAMIENTO DEL VELO
medios, la realización 4e sus normas y de los estatutos. En la era de las sociedades
mercantiles, el elemento patrimonial pasa a primer término, la capacidad jurisdic- El hecho de que, según se ha dicho alfinaldel epígrafe anterior, la creación de
cional desaparece y la capacidad normativa se ve muy reducida. De ello se ha de- una persona jurídica resulte extraordinariamente sencilla —celebrar un contrato
ducido que se produce una deformación de la esencia y del concepto de persona de sociedad en escritura pública e inscribirlo en el Registro Mercantil—junto con
jurídica, que, al introducir entre las personas jurídicas a las sociedades mercantiles, el radical hermetismo que el sustrato personal de la personalidad jurídica presen-
descansará sobre la autonomía patrimonial, el tener patrimonio distinto del de sus taba en la regulación tradicional, ha determinado no sólo la proliferación de per-
componentes, que se consigue con el cumplimiento de unos requisitos muchas ve- sonas jurídicas, sino también el hecho de que puedan ser utilizadas, abusivamente,
ces formales impuestos por la ley. Así, las sociedades mercantiles alcanzarán per- para llevar a cabo fraudes de ley o actividades ilícitas.
sonalidad jurídica por el mero hecho de celebrar el contrato de sociedad en escri- Se lleva a cabo un fraude de ley si se interpone una personafísicajurídica para
tura pública e inscribirlo en el Registro Mercantil (arts. 116 y 119 C. de c), y las eludir la aplicación de normas imperativas determinadas. En otras ocasiones, me-
sociedades civiles siempre que no mantengan sus pactos secretos entre los socios diante la sociedad mercantil se puede también tratar de producir un fraude de
(art. 1.669 Ce). acreedores eludiendo la norma del artículo 1,911 del Código civil, según el cual el
No obstante lo dicho con anterioridad, no puede desconocerse que la utiliza- deudor responde de sus obligaciones con todos sus bienes presentes y futuros (res-
ción por las organizaciones del capitalismo moderno del concepto de persona ju- ponsabilidad ilimitada). Se recurre para ello a la formación de una sociedad en la
rídica ha servido para dinamizar la economía y proporcionarle un instrumento que suscribe el capital el único constituyente real con sus amigos (y en algunas
muy eficaz en su desarrollo, hasta el punto de que pueda dudarse que el desarrollo ocasiones empleados). Se logra así, que su actividad se desenvuelva sin peligro al-
del capitalismo hubiera sido posible sin el concepto de persona jurídica. guno bajo el velo de una sociedad anónima. En otras ocasiones, puede producirse
Por otra parte, el concepto de persona jurídica tiene un amplio campo de apli- también un fraude de los derechos de los socios de una sociedad cuando se crean
cación dentro del Derecho público y, en especial, en el Derecho administrativo, sociedadesfiliales,con propia personalidad jurídica y con propio patrimonio, y se
donde comprende no solamente el Estado y las comunidades autónomas, las pro- trasladan a ellas los beneficios derivados de determinados negocios.
vincias y los municipios, sino también las denominadas entidades estatales autó- Como reacción contra el abuso de la personalidad jurídica, la jurisprudencia
nomas y las empresas públicas, que han utilizado en forma extraordinaria la misma permitió en algunos casos, el llamado disregardof legal entity, es decir, el descartar
idea. lafigurade la entidad legal o de la persona jurídica, para llegar hasta el fondo del
Las sociedades mercantiles, y en especial la sociedad anónima, se transforman sustrato personal, cuando la figura de la persona jurídica ha sido utilizada abusi-
en un puro instrumento para intervenir en la vida económica, sin que exista nin- vamente.
guna reaüdad social que exija la personificación. Las personas de los socios son
por completo irrelevantes hasta el punto de que se da carta de naturaleza sin nin- 2
gún escrúpulo a la sociedad anónima de un solo socio y a su personalidad jurídica Vid. los comentarios de Paz-Ares a los artículos 1.665 y 1.669 Ce, en el Comentario
porque se conceptúa a la persona jurídica como una técnica instrumental que sir- del Código civil, t. 2, Ministerio de Justicia, Madrid, 1990. Vid. sobre el carácter instrumen-
tal de la personificación las agudas intuiciones de A. DE Cossío en 1954: Hacia un nuevo
ve para separar el patrimonio propio de sus elementos personales, y aislar la esfera concepto de la persona jurídica, A.D.C, 1954, especialmente pp. 651-654.
422 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA JURÍDICA 423
En la doctrina europea, la obra más importante fue la de Rolf SERICK, quien 2.p Se puede distinguir, en segundo lugar, entre personas jurídicas de Derecho
dice: «si la estructura formal de la persona jurídica se utiliza de una manera abu- público y personas jurídicas de Derecho privado. Las primeras se insertan en la
siva, el juez puede descartarla para que fracase el resultado contrario a derecho organización general del Estado (el Estado^ las Comunidades Autónomas, las pro-
que se persigue, para lo cual se ha de prescindir, en tales casos, de la radical sepa- vincia^ los municipios), ejercen funciones correspondientes al Estado (entidades
ración entre la persona jurídica y sus miembros componentes. El abuso existe cuan- estatales autónomas, empresas públicas) o cumplen funciones que en algún sentido
do la persona jurídica se utiliza para burlar la ley, para quebrantar obligaciones, deben considerarse atinentes al Derecho público, como es el caso de las llamadas
para conseguir fines ilícitos y, en general, para defraudar. corporaciones de Derecho público. Las personas jurídicas de Derecho privado son
Esta línea doctrinal fue recogida por la jurisprudencia del Tribunal Supremo, ajenas a todo ello y desenvuelven su actividad dentro del terreno del Derecho pri-
a partir sobre todo de los años ochenta, y es conocida como «doctrina del levan- vado sin ejercitar funciones públicas o prerrogativas especiales.
tamiento del velo»3. 3.° Se puede distinguir también entre personas jurídicas de interés general y
Dice la sentencia de 12 de junio de 1995 que la aplicación de la mencionada de interés particular, a las que nos referiremos después.
doctrina no sólo debe llevarse a cabo desde «recto sentido» y con «moderación»,
sino que no debe aplicarse cuando se pueda encontrar un «ánimo defraudatorio»,
reiterando que siempre que los tribunales han optado por llevar a cabo tal aplica-^ VI. LA PERSONA JURÍDICA EN EL CÓDIGO CIVIL Y SUS CLASES
ción, ha sido por «haber hallado una conducta defraudatoria, maliciosa o de ánimo
de dañar por parte de los integrantes del ente». Son numerosas las sentencias en A) CORPORACIONES, ASOCIACIONES Y FUNDACIONES
las que no se duda en prescindir de la apariencia formal y entrar a conocer su sub-
trato personal a fin de evitar el fraude, engaño o enriquecimiento injusto de los que El ambiente reinante en la sociología y en la doctrina jurídica en la época de
las componen, siendo entonces la persona jurídica un mero instrumento4. promulgación del Código civil era el de entusiasmo por las personas jurídicas, en
las que se veían unas cualidades excepcionales para el desarrollo económico y di-
Debe destacarse que en casi todas las sentencias en que se aplicó la llamada namización de la vida social. No es extraño pues que el Código civil no siguiera en
doctrina del levantamiento del velo, lo hacían para llevar a cabo una «comunica-
ción de responsabilidad», desde la personalidad jurídica a los miembros compo- este punto a los que habían sido sus modelos en tantas ocasiones, que guardaban
nentes de ésta, haciéndoles responsables de las deudas del ente. Hay, no obstante, silencio sobre el fenómeno de la personalidad jurídica, y dedicara los artículos 35
alguna sentencia en la que el levantamiento del velo y la «comunicación de respon- a 39 ál tratamiento legal «De las personas jurídicas», según reza la rúbrica bajo el
sabilidad» se producen también entre diferentes personas jurídicas pertenecientes que están colocados.
a un mismo grupo en razón de la «identidad de los intereses en juego». Se pueden
citar en este sentido, las de 7 de junio de 1995 y 13 de diciembre de 1996. El artículo 35 conceptúa como personas jurídicas a las «corporaciones,
asociaciones y fundaciones de interés público reconocidas por la ley», y a las
«asociaciones de interés particular, sean civiles, mercantiles o industriales, a las
V. LOS TIPOS DE PERSONAS JURÍDICAS que la ley conceda personalidad propia e independiente de la de cada uno de de
los asociados».
Los criterios de distinción entre diferentes tipos de personas jurídicas son de Del artículo 35 se obtiene: que la persona jurídica de interés público ha de ser
gran diversidad. Expondremos los más importantes. reconocida por la ley; que la persona jurídica de interés privado requiere también
1.° Se distingue, en primer lugar, entre persona jurídica de base asociativa o el reconocimiento de la ley, pues ha de conceder la personalidad independiente de
corporativa (universitas personarum) y personas jurídicas en el que el sustrato ma- la propia de los asociados.
terial predominante está formado por un conjunto de bienes que se destinan a un El precepto se refiere a las corporaciones, fundaciones y asociaciones, de interés
fin (universitas rerum). público estas últimas o de interés privado. Aparece la fundación entre las personas
jurídicas, que no son más que adscripciones de bienes al cumplimiento de un fin
3 benéfico o asistencia! (en la época de la promulgación del Código civil).
Rof SERICK: Apariencia y realidad de las sociedades mercantiles, Barcelona, 1959, que
fue traducida y anotada por José PUIG BRUTAU. El artículo 35 plantea, sin embargo, algún tipo de problemas porque menciona
4 como cosas distintas las corporaciones y asociaciones y porque parece distinguir
Vid. DE ÁNGEL YÁGÜEZ: La doctrina del «levantamiento del velo» de la persona jurí-
dica en la reciente jurisprudencia, 2.a ed., Madrid, 2006. asociaciones de interés público y asociaciones de interés particular. Ante todo, hay
424 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA JURÍDICA 425
que volver a decir que corporaciones y asociaciones no tienen una base distinta y poración incide en los intereses de la colectividad. Lo mismo se puede afirmar de
ambas son agrupaciones de personas. La corporación presenta un sustrato también la fundación, pues los bienes se adscriben al cumplimiento de fines benéficos o
personal al igual que la asociación y es una unión de personas para la consecución asistenciales, por tanto, en beneficio del interés general.
de fines comunes. Basta pensar en las corporaciones locales, en las que los vecinos La cuestión se torna discutible cuando el Código civil se refiere a las asociacio-
pertenecientes a un mismo territorio aparecen agrupados (v. gr., municipio o dipu- nes de interés público a las que contrapone las asociaciones de interés particular.
tación provincial) para fines colectivos, o en las corporaciones profesionales, en las Estas últimas asociaciones dice que «se regirán por las disposiciones relativas al
que se integran para la defensa de intereses comunes y generales por razón de su contrato de sociedad según su naturaleza». Elemento esencial de estas asociaciones
misma profesión determinadas personas (v. gr., colegios profesionales de abogados, es que persigan fines de lucro.
de médicos, etc.). En este sentido es clara su aproximación a la asociación y su di- Por tanto, falta en el Código civil una definición de lo que sea «asociación de
ferencia con la fundación. interés público», pues una asociación de interés particular ha de perseguirlo5.
Sería, sin embargo, equivocado trasladar todas las corporaciones al campo del Pudiera pensarse que el Código civil alude a intereses que promueven de algu-
Derecho público, pues cuando poseen este carácter por regla general las normas na manera el bien general cuando alude al «interés público». En efecto, la corpo-
lo adicionan y suelen ser denominarlas como corporaciones de Derecho público, ración era, en la época de su promulgación, fundamentalmente una persona jurí-
por lo cual, no puede excluirse que algunas otras se mantengan en el terreno del dica de Derecho público, que se creaba o reconocía por la ley precisamente por
Derecho privado. incidir en los intereses de la colectividad. Lo mismo se puede afirmar, más clara-
Para el Código civil, sin embargo, el dato que diferencia a la corporación de la mente, de las fundaciones, que, como patrimonios dedicados a fines benéficos o
asociación parece que es de carácter meramente formal: mientras que la primera asistenciales, por su misma naturaleza interesan a la colectividad. La cuestión era
es creada o es reconocida por la ley (o por otras disposiciones estatales), la asocia- más oscura en las asociaciones, porque existían y existen un gran número de ellas
ción lo es por la voluntad de los miembros integrantes de la misma. Así se deduce que persiguen fines lícitos no lucrativos, pero completamente privados. Cuando se
del artículo 37, a cuyo tenor la capacidad civil de las corporaciones se rige por las promulgó el Código civil estaba vigente la Ley de Asociaciones de 30 de junio de
leyes que las hayan creado o reconocido, mientras que la de las asociaciones se rige 1887, que sometía a sus normas las sociedades para fines religiosos, políticos, ar-
por sus estatutos, expresión ésta que alude a aquella la voluntad de los asociados. tísticos o de recreo. Son fines ajenos al ánimo de lucro, pero no parece correcto
predicar de ellos su interés público. No se puede identificar la asociación sin fina-
Eduardo GARCÍA DE ENTERRÍA y Tomás-Ramón FERNÁNDEZ dicen que las lidad de lucro con asociación de interés público.
corporaciones públicas, a las que parecen identificar exactamente como las aludi-
das por el artículo 35 precitado, son creadas, o bien directamente por la ley, caso La legislación posterior al Código civil ha abandonado la expresión interés pú-
por caso, o bien por resolución administrativa que opera en el cuadro de una ley blico (la Ley Orgánica de Asociaciones 1/2002, arts. 1 y 2.1; la Ley 50/2002, de 26
reguladora de géneros corporativos concretos; en este último caso es posible que de diciembre, de Fundaciones, artículos 2 y 3).
dicha ley exija una iniciativa previa de los futuros miembros, pero tal iniciativa no
es propiamente un pacto asociativo privado, puesto que no alcanza a configurar Por último, ha de anotarse que el Código civil alude a las personas jurídico-
elfinespecífico y las funciones a desarrollar por la corporación, que están fijadas públicas cuando dice que son personas jurídicas «las corporaciones [...] de interés
preventivamente por la ley; es posible también, y no excepcional, que se remita a público reconocidas por la ley», aunque en sus preceptos se mencionen «los esta-
esa iniciativa previa, que juega como requisito administrativo de creación del ente, blecimientos públicos». En esta materia es obligada la remisión al Derecho Admi-
una determinación de su organización; pero éste, una vez surgido, se integra sin nistrativo.
más en un sistema organizativo más amplio, que le trasciende.

C) PERSONAS JURÍDICAS CON O SIN FIN LUCRATIVO


B) PERSONAS JURÍDICAS DE INTERÉS PÚBLICO Y PERSONAS JURÍDICAS
DE INTERÉS PRIVADO En muchas leyes modernas ha sido frecuente aludir a esta calificación de las
entidades o personas jurídicas, mas la expresión de animo de lucro referida a en-
El artículo 35 Ce. separa, por una parte, las corporaciones, asociaciones y fun- tidades o personas jurídicas dista de tener un significado claro o inequívoco. Es
daciones de interés público y, por otra parte, las asociaciones de interés particular.
Por lo que respecta a la corporación y fundación, la exigencia del interés públi- 5
Véase sobre la cuestión en los precedentes legales del artículo 36, entre otros, exami-
co es razonable. En la época de la promulgación del Código civil, y ahora, la cor- nados por PANTALEÓN PRIETO: Asociación y Sociedad, A.D.C., 1993, pp. 6 ss.
426 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA JURÍDICA 427

probable que, en su origen, en el lenguaje legislativo penal se utilizara para tipificar ga que haber ningún acto específico de concesión. Por lo que se refiere a las perso-
determinados delitos, pero en lenguaje legislativo civil la cosa resulta algo más nas jurídicas peculiares de Derecho privado, asociaciones y fundaciones, ello
complicada. En él, lucro significa ganancia, provecho o utilidad de naturaleza eco-
nómica y, por tanto, actuar con ánimo de lucro equivale a actuar con el objetivo resulta hoy indiscutible. Por lo que se refiere a las personas jurídicas de Derecho
de enriquecerse. No es, sin embargo, claro establecer qué requisitos deben darse público, la atribución de personalidad ha de resultar de lo que disponga al efecto
para poder decir que una actividad persigue utilidad económica, y ello ocurre es- el Derecho Administrativo.
pecialmente cuando se trata de personas jurídicas respecto de las cuales hay que Las asociaciones de interés particular son las sociedades civiles o mercantiles,
distinguir entre losfinesdel ente colectivo y losfinesde sus miembros.
Cuando se dice de una persona jurídica que carece de ánimo de lucro, cabe en- que persiguen un fin de lucro o ganancia partióle entre los socios. El Código civil
tender al menos dos cosas que no son estrictamente coincidentes. Por una parte, atribuye con gran generosidad esta personalidad a la sociedad civil, siempre que
cabe entender que la entidad debe llevar a cabo las actividades que le son propias no se mantengan sus pactos secretos entre los socios (art. 1.699), y el Código de
de una manera gratuita de suerte que la exclusión del ánimo de lucro coincidirá comercio, a las sociedades mercantiles que se constituyan en escritura pública y se
con la idea de liberalidad y beneficencia. Mas, por otra parte, cabe entender tam- inscriban en el Registro Mercantil (arts. 116 y 119)»
bién que carecer de ánimo de lucro no significa estrictamente que la entidad deba
llevar a cabo sus actividades deformagratuita—o, en sucase, a^)reck>de coste—,
sino que las ganancias que eventualmente obtenga no pueden distribuirse entre los
miembros o socios de la entidad, ya que deben permanecer dentro del patrimonio VIII. CAPACIDAD CIVIL DE LA PERSONA JURÍDICA
de la entidad misma y destinarse a losfinessupraindividuales que le sean propios.
En este sentido, la expresión «ánimo de lucro» impide que los miembros o asocia-
dos de la entidad Utilicen ésta como un instrumento para su enriquecimiento per- El Código civil reconoce ampliamente la capacidad jurídica de las personas
sonal, pero no que la entidad misma obtenga ganancias económicas. Dicho de otra jurídicas en el orden civil y desde el puntó de vista patrimonial. El artículo 38.1.°
manera, en el primer sentido, la exclusión del ánimo de lucro es una regla relativa dispone que «pueden adquirir y poseer toda clase de bienes, así cómo contraer
a las relaciones que, dentro de su giro o tráfico, la entidad entabla con terceros,
mientras, en el segundo sentido, la exclusión del ánimo de lucro es, más bien, una obligaciones y ejercitar acciones civiles o criminales, conforme a las leyes y reglas
regla organizativa que incide sobre las relaciones entre la entidad y sus miembros. de su constitución». Lo subrayado indica que la capacidad general que se recono-
En un sentido similar, algunos autores, como Francesco GALGANO hablan re- ce a la persona jurídica por él Código civil no impide que las leyes, entendidas como
petidamente de «lucro objetivo» y «lucro subjetivo», según se trate de búsqueda sinónimo de normas jurídicas de carácter en general, o las reglas de su constitución
de la ganancia o del reparto de la misma. Habrá que concluir pues que, por lo me-
nos en la mayor parte de los casos en que la expresión se utiliza, la referencia se (referidas fundamentalmente, en el Código civil, a las asociaciones, sociedades y
hace más a lo que hemos llamado lucro subjetivo que a lucro objetivo. fundaciones instituidas por los particulares), la restrinja o modifique 6, además de
que pueden señalar el modo de actuarla (p. ej., determinando qué órgano de una
sociedad puede adquirir por ella o contraer obligaciones). Esto ocurre, sobre todo,
en las fundaciones privadas, en las que la existencia de una intervención del Estado
VIL EL RECONOCIMIENTO O ATRIBUCIÓN DE LA PERSONALIDAD
(el protectorado) impone importantes cortapisas a su órgano de gestión y repre-
JURÍDICA EN EL CÓDIGO CIVIL
sentación (el patronato).
El artículo 35 del Código civil sólo considera {nwnerus clausus) personas jurí- Precisamente con esta interpretación aparece claro el significado del artículo
dicas a las reconocidas por la ley o a las que conceda una personalidad propia. 37 sobre la capacidad civil de las personas jurídicas. Dice que la de las corporacio-
nes se regulará por las leyes que las hayan creado o reconocido; la de las asociacio-
Parece desprenderse de ello que el reconocimiento de personalidad jurídica resulta
nes, por sus estatutos; y la de las fundaciones, por las reglas de su institución, de-
siempre de la ley.
bidamente aprobadas por disposición administrativa, cuando este requisito sea
En la tradición jurídica era frecuente entender que las personas jurídicas surgen
necesario. El precepto en realidad es una concreción de la excepción que a la regla
siempre con aprobación del Estado. Así, por ejemplo, el Derecho inglés acuñó la
general de capacidad establece el posterior artículo 38.
rea regla nocorporation exists without thekings consent. La regla citada parece in-
En cuanto a la capacidad civil de las personas jurídicas, el párrafo 2.° del
dicar que la atribución de personalidad jurídica es siempre objeto de una concesión
artículo 38 hace dos excepciones. Según él, la Iglesia (católica) se regirá en este
especial. Sin embargo, la referencia que el Código hace a la ley parece inclinar el
punto por lo acordado con el Estado, y los establecimientos de instrucción y be-
criterio hacia una posición normativista, en virtud de la cual la personalidad jurí-
neficencia por lo que dispongan las leyes especiales, alusión esta última referida
dica se adquiere cumpliendo los requisitos normativamente impuestos sin que ten-
a las fundaciones, y que aparentemente es inútil porque ya en el párrafo anterior
428 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA JURÍDICA 429
del precepto se ha hecho la reserva. Pero tiene el sentido de recordar lo dispuesto generen, con arreglo al artículo 1.902 C e , la obligación de indemnizar el daño que
en la legislación desamortizadora anterior al Código civil, que impedía a las fun- causen. La doctrina que consagra su responsabilidad, tanto por hechos de sus de-
daciones ser titulares de bienes inmuebles, excepto los necesarios para el cumpli- pendientes o empleados como por los de sus órganos, a través de los cuales se mue-
miento de sus fines. Estos tormentosos problemas jurídico-políticos son ya del ve el tráfico jurídico, es la generalmente admitida doctrinal y jurisprudencialmen-
pasado, pues en la actual legislación de fundaciones se reconoce su capacidad para te (Ss. de 16 de abril de 1963, 29 de septiembre de 1964, 3 de junio de 1968, 13 de
tener un patrimonio propio compuesto de toda clase de bienes y derechos (art. 19 junio y 20 de diciembre de 1989).
Ley 50/2002, de 26 de diciembre). Obsérvese, en favor del criterio expuesto, que el artículo 38 C.c. establece la ca-
pacidad de las personas jurídicas para contraer obligaciones, y la de responder del
La Ley Orgánica 7/1980, de 5 de julio, de Libertad Religiosa, dispone en el ar- daño causado es una auténtica obligación (art. 1.089). Cierto que la persona jurí-
tículo 5: «Las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas y sus Federaciones
gozarán de personalidad jurídica una vez inscritas en el correspondiente Registro dica como tal carece de voluntad y conciencia, pero no lo es menos que si actúa
público, que se creará a tal efecto en el Níinisterio de Justicia (apartado 1)», si bien por medio de sus órganos, que son personasfísicascon todos sus atributos, respon-
«el Estado reconoce la personalidad jurídica y plena capacidad de obrar de las de como si la voluntad de éstas fuese la suya. Dice la sentencia de 29 de abril de
entidades religiosas que gocen de ella en la fecha de entrada en vigor de la presen-
te Ley». 1988 que se desplaza la autoría al representante legal sin perjuicio de asumir la
El Registro de Entidades Religiosas aparece regulado en el Real Decreto propia persona jurídica la responsabilidad patrimonial.
594/2015, de 3 de julio, y regula también la declaración de notorio arraigo de las
confesiones religiosas en España, desarrollando el artículo 7.1 de la Ley de Liber-
tad Religiosa de 1980, a efectos de que el Estado pueda acordar lo precedente con IX. DOMICILIO DE LAS PERSONAS JURÍDICAS
ellas, estando ya inscritas en el Registro de Entidades Religiosas.
Para fijar el domicilio de las personas jurídicas hay que tener en cuenta estos
¿Constituye el objeto para el que nace la persona jurídica, o el fin que persigue,
tres criterios (art. 41 C.c).
un límite de su capacidad? La contestación positiva significaría que no podrá ac-
1.° El domicilio será el que determine la ley que las ha creado o reconocido
tuar la capacidad jurídica en actos o negocios jurídicos que no estén destinados a
(caso de las corporaciones) o el que fijen los estatutos (en las asociaciones) o las
cumplir aquel objeto o fin y que se realicen ultra vires, según suele decirse.
reglas de la fundación (en la fundación).
El fin u objeto de la persona jurídica es el que limita su capacidad, cuando el
tercero, a quien se le supone esta circunstancia para no quedar obligado, es de bue- 2.° Si con arreglo a las normas anteriores no puede fijarse el domicilio, lo
na fe y no podía conocer el objeto social6. Esta tesis favorable a los terceros que lo tendrán en el lugar en que se encuentre establecida su representación legal, o don-
sean de buena fe es la que ha prevalecido en el R. D. Legislativo 1/2010, de 2 de de ejerzan las principales funciones de su instituto. Este último criterio es subsidia-
julio, que aprueba el texto definitivo de la Ley de Sociedades de Capital (art. 234). rio de los anteriores (S. de 28 de enero de 1994).
Una de las cuestiones más debatidas sobre la capacidad de las personas jurídi-
cas es si civilmente pueden ser declaradas responsables de actos u omisiones que
X. NACIONALIDAD DE LAS PERSONAS JURÍDICAS

6 Es un hecho indudable que las personas jurídicas tienen una nacionalidad. La


El supuesto litigioso de la sentencia de 5 de noviembre de 1958 consistió en un arren-
damiento concertado por una sociedad anónima con otra, siendo el objeto social de la pri- importancia de la atribución de la condición de «nacional» es clara, pues, con arre-
mera la construcción de casas baratas. Ante la falta de pago de alquileres, la sociedad arren- glo al artículo 9.°11 del Título Preliminar del Código civil, «la ley personal corres-
dadora los reclama judicialmente, pponiendo la arrendataria, entre otras razones, la nulidad
del contrato porque aquélla carecía de capacidad según sus estatutos. Oponía la falta de pondiente a las personas jurídicas es la determinada por su nacionalidad, y regirá
capacidad de la sociedad arrendadora para concertar arrendamientos dado elfinsocial se- en todo lo relativo a capacidad, constitución, representación, funcionamiento,
gún sus estatutos. Pero la demandada «conocía la capacidad —dice el Tribunal Supremo— transformación, disolución y extinción. En la fusión de sociedades de distinta na-
de la entidad (arrendadora) o pudo conocerla en todo momento y la proclamaba su propia cionalidad se tendrá en cuenta las respectivas leyes personales».
denominación social (La Vivienda Económica, S. A.)». A la vista de ello, cabe la duda sobre
si la ratio decidendi de la sentencia pudo ser la imposibilidad de que prosperase la conducta Sin embargo, el criterio de atribución de la nacionalidad es dudoso en nuestro
de la demandada, que conocía o podía haber conocido el objeto social de la sociedad de- ordenamiento. El Código de comercio, en el artículo 15, dice que las compañías
mandante. constituidas en el extranjero podrán ejercer el comercio en España en la forma que
430 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA PERSONA JURÍDICA 431
el propio precepto determina. El Código civil, posterior al de comercio, dice en su porta sus propias deudas y responsabilidades. No quiere ello decir que el Derecho
artículo 28 que «las corporaciones, fundaciones y asociaciones, reconocidas por la no pueda imponer en algunos supuestos la afección del patrimonio de las personas
ley y domiciliadas en España, gozarán de la nacionalidad española, siempre que físicas (v.gr., los socios de una sociedad civil por las deudas sociales), pero es una
tengan el concepto de personas jurídicas con arreglo a las disposiciones del presen- responsabilidad que concurre con la de la persona jurídica.
te Código. Las asociaciones domiciliadas en el extranjero tendrán en España la
consideración y los derechos que determinen los tratados o leyes especiales».
No basta, pues, para tener la nacionalidad española el que esté domiciliada la per- XIII. EXTINCIÓN DE LAS PERSONAS JURÍDICAS.
sona jurídica en España. Además, que sea tal persona jurídica porque la ley la recono- EL DESTINO DE SUS BIENES
ce como tal, y ello se puede producir cuando se constituye conforme a la ley española.
Dicha ley es la que puede crear personas jurídicas en el territorio al que se aplica. El artículo 39 Ge. enumera genéricamente las causas de extinción de la perso-
Criterio distinto se sigue para las sociedades de capital. Basta con que tengan na jurídica, pero ha de ser completado, en su caso, por las normas que sobre este
su domicilio en territorio español, cualquiera quesea el lugar en que se hubieren mismo fenómeno jurídico existen para las personas jurídicas de determinado tipo
constituido (art. 8 R.D. Legislativo 1/2010, por el que se aprueba el Texto Refun- (v. gr., art. 1.700 C e , en relación con las causas de extinción de la sociedad civil;
dido de las sociedades de capital). Se dispone también que «las sociedades de ca- art. 17 de la Ley 1/2002 de Asociaciones; art. 31 de la Ley 50/2002 de Fundaciones;
pital cuyo principal establecimiento radique dentro del territorio español deberán arts. 360 y 363 del R.D. Legislativo 1/2010, de 2 de julio, que aprueba el texto re-
tener su domicilio en España» (art. 9.°2). fundido de las sociedades de capital).
Las causas de extinción son:
1 .a Expiración del plazo establecido para funcionar legalmente.
XI. EJERCICIO DE LA CAPACIDAD CIVIL DE LAS PERSONAS 2.a Haber realizado el fin para el que se constituyó la persona jurídica.
JURÍDICAS: SUS ÓRGANOS 3.a Ser imposible aplicar al fin antedicho la actividad y los medios de que se
disponían7.
La persona jurídica necesita, para actuar su capacidad de obrar y para conse- La extinción no provoca automáticamente la desaparición de la persona jurí-
guir susfines,la existencia de unos órganos que creen, emitan y ejecuten su volun- dica. A continuación sucede el período de liquidación, durante el cual sigue sub-
tad. Esta labor es propia de las personas físicas que componen aquéllos; su volun- sistiendo jurídicamente, pero parafinalizaroperaciones pendientes (p. ej., pago de
tad debe considerarse jurídicamente como la voluntad del ente. El órgano, en todas las deudas) y preparar el patrimonio para un destino ulterior.
realidad, personifica a una asociación o fundación, por ejemplo. No hay, como en En cuanto al destino del patrimonio, también da normas el artículo 39. Deter-
la simple representación, dos personas (representante y representado). Es ésta la mina que, cuando dejen de funcionar las corporaciones, asociaciones y fundacio-
teoría orgánica, dominante en doctrina. nes, se dará a sus bienes la aplicación que las leyes, los estatutos o las cláusulas
La jurisprudencia del Tribunal Supremo parece inclinada en favor de la teoría fundacionales (respectivamente) les hubiesen asignado en esta previsión. Si nada
del órgano (Ss. de 21 de marzo de 1946,19 de junio de 1965 y 26 de mayo de 1982, se hubiere establecido previamente, se aplicarán bienes a la realización de fines aná-
entre otras). Pero admite que también pueda otorgar poderes como una persona logos, en interés de la región, provincia o municipio que principalmente debían
física para realizar determinados actos o negocios jurídicos (p. ej., el Consejo de recoger los beneficios de las instituciones extinguidas.
Administración de una sociedad anónima apodera a un empleado de la misma para
que compre un determinado inmueble o cumpla una obligación), y no por ello el
representante se convierte en órgano.

7
XII PATRIMONIO DE LAS PERSONAS JURÍDICAS La sentencia de 12 de noviembre de 1956 declara la extinción de un Gremio de Cereros,
es decir, de una asociación de personas por desaparición de profesionales. Con razón obser-
va CAFFARENA que la desaparición de los elementos personales, como ocurrió en el supues-
El patrimonio de la persona jurídica sirve para el cumplimiento de susfines,y to de hecho litigioso, es causa de extinción de distinta virtualidad según la clase de persona
es distinto del de cada uno de los elementos personales que en ella se integran; SO- jurídica.
432 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)

BIBLIOGRAFÍA SUMARIA
Además de la citada en el texto de este Capítulo:
ARIÑOORTIZ: Corporaciones profesionales y Administración Pública, R.A.P., 1973, sep-
tiembre-diciembre, 1973, p. 27; BLANQUER UBEROS: La unificación subjetiva, R.D.N., 1978
(julio-diciembre), p. 17; CAFFARENA LAPORTA: Comentario a los arts. 35-40 del Código
32. LA ASOCIACIÓN
civil, en Comentario del Código civil, 1.1, Madrid, 1990, Ministerio de Justicia; COSSÍO: Ha-
cia un nuevo concepto de la persona jurídica, A.D.C., 1954, p. 623; DE CASTRO Y BRAVO: La
persona jurídica, Madrid, 1981; DORAL-MARTÍN: La persona jurídica, hoy, R.G.L.J., 1984,
p. 279; EGEA IBÁÑEZ: Nacionalidad de las sociedades, R.C.D.I., 1984, p. 1155; F. FERRARA: I. CONCEPTO DE ASOCIACIÓN
Teoría de las personas jurídicas, trad. esp., Madrid, 1929 (hay edición italiana en el T. Vasa-
lli, a cargo de F. FERRARA, jr., Turín, 1965); GALGANO: Struttura lógica e contenuto norma-
tivo del concetto di persona giuridica, R.D.G, 1965,1, p. 553; GARCÍA DE ENTERRÍA y T. R. En el capítulo anterior hemos hecho ya referencia al fenómeno asociativo y a
FERNÁNDEZ: Curso de Derecho Administrativo, I, Madrid, 1974; GARCÍA-TREVUANO FOS: los impulsos y necesidades a que responde. En síntesis, se puede definir la asocia-
Tratado de Derecho Administrativo, II, Madrid, 1967, p. 2K6; GARRIDO FALLA: Corporación, ción como un conjunto establemente organizado de personas que se unen para
N.E.J.S., t. V, p. 753; MlNERVlNl: Alcune riflessione sulla teoría degji organi delle persone alcanzar un fin común.
giuridiche prívate, R.T.D.P.C., 1953, p. 935; REPOSO: Igualdad constitucional y personas ju-
rídicas, R.G.L.J., 1988, p. 169; SANTI ROMANO: Fragmentos de un diccionario jurídico, trad. De esta suerte, son características de la figura de la asociación:
esp., Buenos Aires, 1964, p. 225; SCALFI: L'idea di persona e le formazioni sociali titolari di 1.a La existencia de una base personal formada por una pluralidad de per-
rapporti nel diritto privato, Milán, 1968. sonas.
2.a La organización, que la distingue del mero conglomerado y es el entrama-
do normativo por el que se va a regir la actividad de los asociados en cuanto tales
y que, al mismo tiempo, contiene las prescripciones correspondientes a los órganos
encargados de dirigir y desarrollar la actividad y, al mismo tiempo, representar al
ente jurídico creado.
3.a El fin que con la asociación se trata de conseguir.
4.a La idea de estabilidad o permanencia que la diferencia también de los gru-
pos de carácter puramente esporádicos.
Como ha sido acertadamente dicho, el reconocimiento de la asociación im-
plica que el universo jurídico no se agota en el binomio Estado-ciudadanos, sino
que éstos pueden agruparse y organizarse libremente para perseguir sus propios
objetivos al margen de los poderes públicos, constituyendo lo que en la tradición
jurídica se han denominado «cuerpos intermedios». Ello supone roce con las
ideologías ..políticas, incluso negación de las asociaciones en los regímenes tota-
litarios.

II. EL DERECHO FUNDAMENTAL DE ASOCIACIÓN

El artículo 22 CE., situado en la Sección 1.a del Capítulo Segundo, que trata
«De los derechos fundamentales y de las libertades públicas», dice, en su aparta-

[433]
434 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA ASOCIACIÓN 435
do 1, lapidariamente, que «se reconoce el derecho de asociación», que es, como se del Estado pidiendo una adecuación de los actos internos a las reglas de la aso-
ha señalado, tanto el derecho de asociarse libremente como el de no asociarse, aun- ciación o que resuelven los conflictos internos que puedan plantearse en los aso-
que se haya admitido que, excepcionalmente, la ley pueda introducir al respecto ciados.
alguna obligación (S.T.C. 244/1991, de 16 de diciembre)1. Esta libertad tiene los límites en la ley y los Estatutos sociales. De ahí que el
El reconocimiento de la asociación como derecho fundamental conlleva el de- artículo 40 L.A. legitime a cualquier asociado o persona que acredite un interés le-
recho fundamental de que la regulación de las asociaciones sólo pueda hacerse por gítimo para impugnar en la jurisdicción civil los pactos y acuerdos de las asocia-
ley, que debe poseer el carácter de ley orgánica, y que, además, ha de respetar el ciones si los estimasen contrarios al ordenamiento jurídico, legitimación que se
contenido esencial de este derecho de acuerdo con el artículo 52 C.C. (S.T.S. restringe a favor de los socios, si se estimasen contrarios a los Estatutos. Es en esta
173/1988, de 23 de julio). esfera, concretamente, en la de expulsión de socios, donde es frecuente la litigio-
Ese reconocimiento significa: a) libertad de creación de asociaciones y de ads- sidad. En la vía judicial civil sólo se podrá juzgar si la medida es arbitraria, no
cripción a las ya creadas; b) libertad de no asociarse y dejar de pertenecer a las racional (Ss. de 3 de julio de 2007 y 28 de noviembre de 2011).
mismas; c) libertad de organización interna sin injerencias públicas (S.T.C. de 23
dejuliodel998).
Constitucionalmente, el derecho de asociación no tiene más cortapisa que las
señaladas constitucionalmente. La Constitución sólo declara ilegales las asociacio- III. EL RÉGIMEN LEGAL DE LAS ASOCIACIONES
nes que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito (apartado 2) y pro-
hibe las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar (apartado 5). Las asociaciones fueron reguladas por primera vez en el Derecho español,
Por lo demás, en la Constitución, el artículo 22, en su apartado 3, dice que «las como ya se ha dicho, por la Ley de 30 de junio de 1887, que rigió durante cerca de
asociaciones constituidas al amparo de este artículo deberán inscribirse eü un re- sesenta años. Posteriormente, dicha ley fue sustituida por la Ley de 24 de diciembre
gistro a los solos efectos de publicidad», lo que no debe entenderse en el sentido de 1964, dictada de acuerdo con la ideología del gobierno autoritario del general
estricto de una obligación, sino en el de una carga para obtener el efecto positivo Franco. Era, por ello, extraordinariamente intervencionista y permitía que la Ad-
de la publicidad. La asociación tiene así el derecho a tal publicidad mediante el ministración pública interviniera no sólo en el momento del nacimiento de la aso-
cumplimiento de la carga de su previa inscripción. ciación, sino también durante la vida asociativa. Aun cuando la promulgación del
Finalmente, el apartado 4 del artículo 22 señala que «las asociaciones sólo po- artículo 22 de la Constitución exigía seguramente de inmediato la sustitución de
drán ser disueltas o suspendidas en sus actividades en virtud de resolución judicial aquella ley por otra distinta, de hecho la práctica se amoldó a una interpretación
más liberal de la ley, que subsistió hasta que se promulgó la Ley Orgánica 1/2002,
motivada».
de 22 de marzo, reguladora del derecho de asociación. Se trata de una ley que tie-
Del conjunto del artículo 22 CE. parece deducirse que el derecho de asocia-
ne por objeto desarrollar, como dice su artículo 1, el derecho de asociación reco-
ción no es solamente libertad para asociarse y para constituir asociaciones o para
nocido en el artículo 22 de la Constitución y establecer, al mismo tiempo, las nor-
organizarías, sino también el derecho de acotar un espacio jurídico en el cual las
mas de régimen jurídico de las asociaciones. Aun cuando se trata de una ley que
Administraciones públicas carecen de poderes decisorios. Dicho de otro modo,
regula el fenómeno asociativo con carácter general, la propia ley reconoce que hay
comprende la libertad de organizarse del modo que los asociados estimen más
algunas asociaciones con normativas específicas que quedan fuera del campo de
conveniente para alcanzar los fines perseguidos por ellos, siempre que no se uti-
aplicación de la misma (art. 1.3 y 4).
licen medios ilícitos. El derecho fundamental quedaría mermado si el Estado
pudiera, a través de cualesquiera de sus órganos, coartar dicha libertad. Conse- La Ley de Asociaciones 1/2002 se aplica a las asociaciones que se constitu-
cuencia de ello es que en principio no cabe acudir a los órganos jurisdiccionales yen para poner en común conocimientos, medios y actividades para conseguir
unas finalidades lícitas, comunes a los asociados, de interés general o particular
(art. 5.1L.A.).
1
La sentencia del Tribunal Constitucional citada en el texto declara que no se puede La Ley Orgánica reguladora del derecho de asociación, siguiendo nuestra tra-
negar al Estado una intervención en sectores de la vida social a través de la creación de en- dición jurídica, limita su ámbito de aplicación a las asociaciones sin fin de lucro
tes de estructura asociativa cuando ello sea necesario para la consecución de determinados
fines públicos de relevancia constitucional que justifiquen esa limitación de la libre disposi- (Exposición de Motivos II). Naturalmente, ello se refiere en a las asociaciones su-
ción de los privados (asociarse o no asociarse). jetas a la Ley 1/2002, de 22 de marzo.
436 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA ASOCIACIÓN 437
IV. LA CONSTITUCIÓN DE LA ASOCIACIÓN vida a las obligaciones y determinar los medios necesarios para alcanzar los fines
que la agrupación se propongan conseguir.
A) LA CAPACIDAD DE LOS CONSTITUYENTES Doctrinalmente se ha discutido si el negocio jurídico constitutivo de una asocia-
ción pertenece o no a la regulación de los contratos o, si dada la falta de intereses o
Según el artículo 3 L.A., pueden constituir asociaciones, y formar parte de ellas, pretensiones contrapuestos y, por el contrario, de la existencia de unafinalidadco-
tanto las personasfísicascomo las personas jurídicas, sean éstas públicas o priva- mún y de una dirección paralela en todas las voluntades concurrentes, debe hablarse
das, de acuerdo con las siguientes reglas: más bien de convenio. La Ley se limita a denominarlos «acuerdos», aunque habrá
1 .a Las personasfísicasnecesitan tener la capacidad de obrar y no estar suje- que reconocer que, a falta de una regulación legal específica, le serán de aplicación
tas a ninguna condición legal para el ejercicio del derecho. las reglas que se sigan para regular los contratos plurilaterales.
2.a Los menores no emancipados de más de catorce años pueden concurrir a Dice el artículo 5 de la Ley que las asociaciones se constituyen mediante acuer-
la constitución de asociaciones siempre que lo hagan con el consentimiento, docu- do de tres o más personasfísicaso jurídicas legalmente constituidas que se com-
mentalmente acreditado, de las personas que deban suplir su capacidad2. prometen a poner en común conocimientos, medios y actividades para conseguir
3.a Los miembros de las fuerzas armadas o de los institutos armados de na- unasfinalidadeslícitas, de interés general o particular, y se dotan de los Estatutos
turaleza militar habrán de atenerse a lo que dispongan las Reales Ordenanzas y al querigenel funcionamiento de la asociación. El acuerdo de constitución, que in-
resto de sus normas especificas reguladoras de la misma. cluirá la aprobación de los Estatutos, habrá de formalizarse mediante acta funda-
4.a Los jueces, magistrados yfiscaleshabrán de atenerse a lo que dispongan cional, en documento público o privado.
sus normas específicas para el ejercicio del derecho de asociación en lo que se re- La Ley determina lo& requisitos que debe reunir el acta fundacional y el conte-
fiere a asociaciones profesionales. nido de los Estatutos (arts. 6 y 7 L. A.).
La ley reconoce la capacidad para asociarse de personas jurídicas, sean éstas Respecto a los Estatutos hay que destacar que deben contener precisiones res-
públicas o privadas. pecto de los extremos que determina la propia Ley de Asociaciones (art. 8). Per-
Para las personas jurídico-públicas, el reconocimiento es de carácter general, mite además otras disposiciones lícitas, siempre que no se opongan a las leyes «ni
siempre que intervengan como medida de fomento y apoyo, y lo hagan en condi- contradigan los principios configuradores de la asociación». Así pues, el contenido
ciones de igualdad con los particulares, evitando posiciones de dominio en el fun- de los Estatutos no puede ser contrario al orden jurídico (art. 7.3).
cionamiento de la asociación (art. 2.6).
Para las personas jurídico-privadas de naturaleza asociativa, se requiere el
C) DOMICILIO
acuerdo expreso del órgano competente y, para las de naturaleza institucional,
el acuerdo de su órgano rector [art. 3.Le)].
Es el domicilio uno de los extremos que han de contener los estatutos, así
La ley admite que las asociaciones puedan constituir federaciones, confedera-
como el ámbito territorial en que hayan de realizar principalmente sus funciones
ciones o uniones, previo el cumplimiento de los requisitos exigidos para la consti- (art. 7.1 L.A.).
tución de la asociación [art. 3.1./)].
Las asociaciones que se constituyan en España tendrán en este país su domici-
lio. También ordena la Ley de Asociaciones que tengan su domicilio en España las
B) EL ACUERDO DE CONSTITUCIÓN asociaciones que desarrollen sus actividades principalmente dentro de su territorio
(art. 9).
La creación de una estructura y de un organismo asociativo requiere la existen-
cia de voluntad negocial en cada uno de los concurrentes, que es la voluntad de
establecer la mencionada estructura y el mencionado organismo, así como de dar D) DENOMINACIÓN

2
Según el artículo 31.6), las asociaciones infantiles, juveniles o de alumnos se rigen por El artículo 8 L. A. ordena que la denominación de la asociación no incluya tér-
lo dispuesto en el artículo 72 de la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurí- minos o expresiones que puedan inducir a error o confusión acerca de su identidad
dica del Menor. o naturaleza.
438 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA ASOCIACIÓN 439
El mismo artículo preceptúa que no serán admisibles las denominaciones que VIL LOS ACUERDOS SOCIALES Y SUS IMPUGNACIONES
incluyan expresiones contrarias a las leyes o que puedan suponer vulneración de
derechos fundamentales de las personas. El acuerdo social es la expresión de la voluntad decisoria del órgano de la aso-
Se ordena también que la denominación de una asociación no coincida o se ciación, bien se trate de asamblea general o de órgano de representación, y presu-
asemeje, de manera que pueda crear confusión, con ninguna otra previamente ins- pone la correcta composición del mismo, su adecuación a las disposiciones estatu-
crita en el Registro, ni con cualquier otra persona jurídica pública o privada, ni con tarias y al régimen previsto legalmente. -
entidades preexistentes, sean o no de nacionalidad española, ni con personas físi- La Ley de Asociaciones es muy parca en esta materia, seguramente por el am-
cas, salvo con el consentimiento expreso del interesado o sus sucesores. Tampoco plísimo contenido que tiene el derecho a asociarse, y el gobierno de la asociación
puede coincidir con un marca registrada notoria, salvo que se solicite por el titular basado en su autonomía de voluntad. Sólo se reconoce con carácter general a los
de la misma o con su consentimiento. asociados a impugnar los acuerdos de los órganos de la asociación que estimen
contrarios a la ley y a los estatutos.
Una concreción se halla en el artículo 40, dentro del Capítulo VII, dedicado a
V. LA PERSONALIDAD JURÍDICA DE LA ASOCIACIÓN «garantías jurisdiccionales». Después de declarar la competencia de la jurisdicción
civil en relación con las pretensiones derivadas del tráfico jurídico de las asociacio-
Según el artículo 5.2 L.A., con el otorgamiento de la llamada «acta fundacional» nes, y de su funcionamiento interno (apartado 1.°), se legitimaba a los asociados
la asociación adquiere personalidad jurídica y plena capacidad de obrar, aunque el para impugnar los acuerdos y actuaciones de la asociación que estimen contrarios
precepto dice «sin perjuicio de la necesidad de su inscripción a los efectos del artícu- a los estatutos dentro del plazo de cuarenta días a contar desde la fecha de adop-
lo 10». Este último establece que la asociación ha de inscribirse en el correspondien- ción, instando su rectificación o anulación y la suspensión preventiva en su caso,
te registro a los solos efectos de su publicidad y que, por tanto, la inscripción registral o acumulando ambas pretensiones (apartado 3).
hace publica la constitución y los estatutos de la asociación y es garantía tanto para También se legitima a los asociados y personas que acrediten un interés legítimo,
los terceros que con ellas se relacionan como para sus propios miembros. si estimasen los acuerdos y actuaciones de la asociación contrarios al ordenamiento
No parece, pues, que la inscripción en el Registro sea condición de la adquisi- jurídico.
ción de la personalidad jurídica, ni respecto de los propios asociados, ni tampoco
respecto de terceros.
VIII. ACTIVIDADES DE LA ASOCIACIÓN

VI. LOS ÓRGANOS DE LA ASOCIACIÓN El artículo 13 de la L.A. obliga a las mismas a la realización de las actividades
necesarias para el cumplimiento de susfines.Les permite obtener beneficios, deri-
La L. A. prevé dos tipos de órganos, aunque en su funcionamiento se remite a vados de aquel ejercicio, incluidas las prestaciones de servicios, pero deberán desti-
las disposiciones de los Estatutos: la Asamblea General y el órgano de representa- narse al cumplimiento de susfines,sin que quepa en ningún caso el reparto entre
ción. Aquella Asamblea es el órgano supremo de la asociación. Se rige por el prin- los asociados ni entre sus cónyuges o personas que convivan con ellos en análoga
cipio mayoritario, o de democracia interna. La integran la totalidad de los asocia- relación de afectividad, ni su cesión gratuita a personasfísicaso jurídicas con in-
dos (art. 11 L. A.). terés lucrativo.
No obstante el susodicho principio, la L.A. exige mayorías cualificadas en la La L.A. obliga a la asociación a cumplir las obligaciones documentales y con-
modificación de Estatutos, disposición o enajenación de bienes y de remuneración tables que señala en el artículo 14.
del órgano de representación.
El órgano de representación, que puede adoptar la denominación que los Es-
tatutos elijan, gestiona y representa los intereses de la asociación, de acuerdo con IX. EL PATRIMONIO DE LA ASOCIACIÓN
las disposiciones y directrices de la Asamblea General. Sus miembros pueden reci-
bir remuneración siempre que así lo establezca los Estatutos, y conste en las cuen- La Ley 1/2002 no ha sido muy expresiva al regular el patrimonio de la asociación.
tas anuales, aprobadas en Asamblea General (art. 11.5 L.A.). Solamente en el artículo 14 se obliga a la asociación a llevar una contabilidad que
440 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA ASOCIACIÓN 441
permita «obtener la imagenfieldel patrimonio». Naturalmente, el patrimonio está Más difícil de entender es la referencia a «deudas contraídas por actos dolosos,
constituido por el conjunto de bienes y derechos que pertenezcan a la asociación. La culposos o negligentes», pues aquí la referencia no se hace al dolo o la culpa que
asociación tiene capacidad para adquirir y ser titular de toda clase de bienes y dere- se pueda haber producido en el cumplimiento de obligaciones, sino al dolo o culpa
chos. No hay limitación ninguna para que pueda adquirir por donación o por suce- en el nacimiento de las deudas. La primera hipótesis posible es la existencia de deu-
sión testada. El artículo 993 del Código civil exige la aprobación judicial, con audien- das de la asociación que resultan de actos en los que interviene dolo o culpa del
cia del Ministerio Fiscal, para repudiar herencias, aunque se trata de un precepto representante y, en tal caso, la regla ño es otra cosa que una aplicación de las reglas
claramente inapropiado para las asociaciones que persigan unfinparticular. de responsabilidad de representantes y de mandatarios. Más difícil es aplicarla a
obligaciones en que la asociación resulte acreedora y el dolo o la actuación culpo-
sa guarden relación con la persona con quien la asociación hubiere contratado y
X. RESPONSABILIDAD DE LAS ASOCIACIONES INSCRITAS que tuviera, por esta razón, derecho a una indemnización de daños y perjuicios por
la existencia de responsabilidad preeontractual.
El artículo 15 LA. se abre con una norma —«las asociaciones inscritas respon- El apartado cuarto hace responsables a los miembros o titulares de los órganos
den de sus obligaciones con todos sus bienes presentes y futuros»— de carácter in- de gobierno y representación, de las consecuencias de todos los actos y omisiones
necesario, porque no es otra cosa que una repetición de lo que dispone con carácter realizados en el ejercicio de sus funciones, y por las consecuencia de los acuerdos
general para todos deudores el artículo 1.911 del Código civil y, si la asociación es que hubiesen votado. En el primer caso, la responsabilidad parece derivar de la
una persona jurídica, el mencionado artículo del Código Civil le es aplicable sin ne- extralimitación y, en el segundo, del mero hecho de haber votado un acuerdo que
cesidad de ninguna reiteración. El patrimonio de las asociaciones sirve de garantía para producir responsabilidad tendrá que ser ilegal o antiestatutario.
a los acreedores para el cobro de sus créditos y es, además, patrimonio propio de la Finalmente, el apartado quinto del artículo 15 L.A. hace responsables, en los
persona jurídica e independiente del de cada uno de sus miembros componentes. casos antes mencionados, solidariamente a todos los miembros de los órganos de
Mas el artículo 15 L.A. se refiere a «asociaciones inscritas», lo que parece que- gobierno y de Tepresentación¿ pero no a los asociados que no formen parte de él.
rer decir aquellas que hayan alcanzado personalidad jurídica. Aunque, como he- Esta responsabilidad es solidaria a menos que cada uno pueda acreditar no haber
mos dicho ya, personalidad jurídica e inscripción no son términos que coincidan participado en la aprobación y ejecución de los acuerdos o de los actos o haber
necesariamente. formulado una expresa oposición a los mismos.
Consecuencia de la regla del artículo 15.1 L.A. es la que contiene el apartado
segundo, pues, si el patrimonio de la asociación es el que responde de las obliga-
ciones de ésta, lógicamente los asociados no tienen por qué ser responsables per- XI. LA CONDICIÓN DE ASOCIADO: DERECHOS Y DEBERES
sonalmente de las deudas.
El apartado tercero del antes citado artículo 15 L.A. hace responsables a los La participación de una persona en una asociación, o la posterior integración
miembros o titulares de los órganos de gobierno, y a las personas que hayan actua- en la misma, crea una red de derechos y deberes entre los asociados y de cada uno
do en nombre y representación de la asociación, de «los daños causados y las deu- de ellos con la asociación. La Ley dice que la condición de asociado es intransmi-
das contraídas por actos dolosos, culposos o negligentes», precepto sobremanera sible, salvo que los Estatutos dispongan otra cosa, por causa de muerte o a título
confuso y nada fácil de desentrañar. Ante todo hay que decir que, si han actuado gratuito (art. 20). La Ley vigente dedica a esta materia los artículos 20 a 23.
en nombre y representación de la persona jurídica con facultades suficientes, es la A) De acuerdo con el artículo 21, todo asociado ostenta los siguientes derechos:
asociación la que habrá quedado obligada. 1,° A participar en las actividades de la asociación y en los órganos de gobier-
Los supuestos en que esta especial responsabilidad del apartado tercero del ar- no y representación, cuando corresponda ejercer el derecho de voto, y a asistir a la
tículo 15 L.A. se produce son básicamente dos: daños causados y deudas contraí- asamblea general, de acuerdo con los estatutos.
das por actos dolosos, culposos o negligentes. La expresión «daños causados» debe 2.° A ser informado de la composición de los órganos de gobierno y represen-
entenderse referida tanto a la responsabilidad extracontractual por daños que pue- tación de la asociación, de los estados de cuentas y del desarrollo de las actividades.
dan causarse a terceras personas, como a la responsabilidad estrictamente contrac- 3.9 A ser oído con carácter previo a la adopción de medidas disciplinarias
tual cuando los daños sean consecuencia del incumplimiento de obligaciones pre- contra él y a ser informado délos hechos que den lugar a tales medidas, debiendo
viamente contraídas. ser motivado el acuerdo que, en su caso, imponga la sanción.
442 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA ASOCIACIÓN 443
4.° A impugnar los acuerdos de los órganos de la asociación que estime con- el juez que, en su caso, acuerde la disolución. El artículo 18 L.A. especifica las obli-
trarios a la ley o a los estatutos. gaciones de los liquidadores.
Además de ello, el artículo 23 otorga a los asociados el derecho a separarse vo-
luntariamente de la asociación en cualquier tiempo, permitiendo que los estatutos
establezcan que en caso de separación voluntaria el asociado pueda percibir la par- XIII. REGISTRO DE ASOCIACIONES
ticipación patrimonial inicial u otras realizadas posteriormente, siempre que la
reducción patrimonial no implique perjuicios a terceros. La Ley 1/2002, de 22 de marzo, instituye un Registro de Asociaciones en el que
B) Los deberes de los asociados los establece el artículo 22, diciendo que son: se procede a la inscripción de la existencia de la asociación y de los demás conte-
1.° Compartir lasfinalidadesde la asociación y colaborar para la consecución nidos que la ley marca (art. 28).
de las mismas. Se prevén dos tipos de Registros. El primero es un Registro nacional de asocia-
2.° Pagar las cuotas, derramas y otras aportaciones que, con arreglo a los es- ciones, cuya dependencia orgánica la ley no determina y remite a las disposiciones
tatutos^ puedan corresponder a cada socio* reglamentarias, en el que se inscriben asociaciones, federaciones, confederaciones
3.° Cumplir el resto de las obligaciones estatutarias. y uniones de asociaciones de ámbito estatal; y las asociaciones extranjeras que de-
sarrollen actividades en España, de forma estable o duradera.
4.° Acatar y cumplir los acuerdos válidamente adoptados por los órganos de
gobierno y representación de la asociación. En segundo lugar, hay Registros autonómicos de asociaciones cuyo objeto de
inscripciones son las asociaciones que desarrollen principalmente sus funciones en
el ámbito territorial de aquellas y cuya dependencia orgánica parece remitida a
normas autonómicas.
XII. DISOLUCIÓN DE LA ASOCIACIÓN
La inscripción de las asociaciones deberá contener los asientos y sus modifica-
Según el artículo 17, las asociaciones se disuelven por las siguientes causas: ciones determinados en el artículo 18 de la Ley.
1.a Por las causas previstas en los estatutos. Naturalmente, los registros de asociaciones son públicos y la publicidad se hace
2.a Por la voluntad de los asociados expresada en asamblea general convoca- efectiva mediante certificación del contenido de los asientos, por nota simple in-
da al efecto. formativa o por copia de los asientos y de los documentos depositados en ellos o
3.a Por las mismas causas establecidas en el artículo 39 del Código civil, entre por medios informáticos o telemáticos (art. 29 L.A.).
las cuales se encuentra la expiración del plazo, la completa realización delfinpara
el que se constituyeron o la completa imposibilidad de aplicar a éste la actividad y XIV. LAS ASOCIACIONES NO INSCRITAS
los medios de que se disponía.
• 4.a Por sentencia judicial firme. No existe diferencia entre una asociación inscrita y otra no inscrita desde el
El precepto legal comentado no puntualiza los supuestos por los cuales la sen- punto de vista de la adquisición de la personalidad jurídica, pues ambas la tienen
tencia judicialfirmees causa de disolución. En puridad, cuando exista debate sobre (art. 10 L.A.). Se encuentra aquella diferencia en el régimen de responsabilidad de
las causas antes mencionadas, la sentencia será meramente declarativa y no pro- la asociación.
ducirá la liquidación de la asociación. Por ello, hay que entender que la referencia Los promotores de la asociación han de realizar las actuaciones precisas para
a «sentencia judicialfirme»se hace a aquellos preceptos que ordenen y faculten a su inscripción, respondiendo en caso contrario de las consecuencias de la misma
jueces y tribunales para acordar la disolución de asociaciones. (art. 10.3). A continuación, la L.A. dice: «Sin perjuicio de la responsabilidad de la
En este caso se encuentran sólo, en el vigente Código penal, las normas que propia asociación, los promotores de asociaciones no inscritas responderán perso-
ordenan a jueces y tribunales acordar la disolución de asociaciones ilícitas» enten- nal y solidariamente de las obligaciones contraídas con terceros. En tal caso, los
diendo por tales las tipificadas en el artículo 515 del Código penal. asociados responderán solidariamente por las obligaciones contraídas por cual-
La disolución de la asociación abre el período de liquidación, hasta el fin del quiera de ellos frente a terceros, siempre que hubieran manifestado actuar en nom-
cual la entidad conservará su personalidad jurídica, y los miembros del órgano de bre de la sociedad (art. 14.4)».
representación en el momento de la disolución se convierten en liquidadores, salvo No es fácil ni unívoca una interpretación de las palabras de la ley. Si un socio
que los Estatutos establezcan otra cosa, o bien los designe la Asamblea General o ha actuado el nombre de la asociación, ¿por qué la responsabilidad de los demás
444 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)
asociados, incluidos los promotores? Por otra parte, ¿cómo se puede explicar el que
los asociados respondan con los promotores de la asociación sea dejaron de ser
socios?
33. LA FUNDACIÓN
XV. ASOCIACIONES DE UTILIDAD PÚBLICA

Las asociaciones que persigan fines de interés general enumeradas ejemplifica-


I. INTRODUCCIÓN
tivamente en el artículo 32 L. A. pueden ser declaradas de utilidad pública, disfru-
tando así de exenciones y bonificaciones fiscales, subvenciones, asistencia jurídica
gratuita, además del uso de la mención «Declarada de utilidad Publica». Durante mucho tiempo la fundación se ha definido como la persona jurídica
La L. A. las regula en los artículos 32 a 36, pero no establece para la constitu- formada por un conjunto de bienes destinados permanentemente al cumplimien-
ción y funcionamiento de las mismas reglas especiales. to de un fin benéfico de interés general. En la tradición jurídica, que ha llegado
casi hasta nuestros días, la fundación es obra de la voluntad unilateral de un fun-
dador, que, inter vivos o mortis causa, se desprende de una parte de sus bienes y
BIBLIOGRAFÍA SUMARIA los destina a la realización de los antes mencionados fines benéficos de interés
general. Sin embargo, las líneas seguidas por la evolución de los últimos tiempos
Además de la citada en el texto de este Capítulo: han permitido, por una parte, la existencia de una pluralidad de fundadores, sean,
CARPIÓ MATEO: El patrimonio de la asociación y los derechos de los asociados, R.C.D.I., a su vez, éstos personas físicas o personas jurídicas; y, al mismo tiempo, que la
1972, p. 767; FERNÁNDEZ FARRERES: Asociaciones y Constitución, Madrid, 1987; LÓPEZ- creación del patrimonio fundacional se pueda hacer mediante dotaciones sucesi-
NlETO Y MALLO: La ordenación legal de la asociación, Barcelona, 1974; LASARTE ÁLVAREZ: vas. De esta suerte, se ha ido produciendo, en las fundaciones que sean obra de
Notas sobre el derecho de asociación y la regulación jurídica de las asociaciones, La Ley, 1984,
p. 1135; LÓPEZ ALARCÓN: Régimen jurídico de las entidades eclesiásticas católicas, R.D.P., varios fundadores, una aproximación entre la persona jurídica de tipo asociación
1983; LLUIS Y NAVAS: Derecho de asociaciones, Barcelona, 1967; LUCAS MURILLO DE LA y la de tipo fundación, de manera que, en algunos casos, puede considerarse que
CUEVA: El derecho de asociación, Madrid, 1996; SERRERA CONTRERAS: Algunas dudas sobre sólo hay dos técnicas jurídicas distintas, puestas al servicio de los intereses y aspi-
la legislación de asociaciones, R.C.D.L, 1971, p. 9; RUBINO: Las asociaciones no reconocidas, raciones de los particulares.
trad. esp. con notas de GITRAMA GONZÁLEZ, Madrid, s.f.
Durante mucho tiempo, la figura de la fundación, que encontraba su anclaje
legal en la antigua legislación de beneficencia, se encontraba prácticamente huér-
fana de tratamiento legal. El Código civil se limitó a mencionarla y regularla junto
con las demás personas jurídicas en los artículos 35 a 39. Esta penumbra legislati-
va fue ocupada por una serie de disposiciones de rango reglamentario, de origen
predominantemente administrativo, no obstante regularse en ellas aspectos clara-
mente civiles1.
En la Constitución, el artículo 34 reconoció «el derecho de fundación para fines
de interés general con arreglo a la ley»? No obstante su literalidad, nosotros enten-
demos que no puede hablarse rigurosamente de un auténtico derecho subjetivo a

1
Se trataba del Decreto de 14 de marzo de 1899, relativo a las fundaciones de benefi-
cencia general, y el Real Decreto de 27 de septiembre de 1912, sobre fundaciones benéfico-
docentes, más tarde sustituido por el Decreto ?.930/l972, de 21 de julio, que contenía el
Reglamento de las fundaciones culturales y docentes privadas.

[445]
446 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA FUNDACIÓN 447
crear fundaciones que son obra de la libertad individual, pero no cabe duda de que, 3.° Dinamizar y potenciar el fenómeno fundacional como cauce a través del
por una parte, en la Constitución existe una garantía institucional de lafiguraju- cual la sociedad civil coadyuva con los poderes públicos en la consecución de fines
rídica denominada «fundación» y, por otra parte, se establece, tanto en el mismo de interés general.
artículo 34 como en el artículo 53, una reserva de ley que impone la confección y En este sentido se recuerda que el Parlamento Europeo, en su Resolución
promulgación de una norma que tengo precisamente este rango. 304/93, había ya señalado que «merecen apoyo especial las fundaciones que parti-
Tras algunas iniciativas procedentes de las Comunidades Autónomas en cuyos cipen en la creación y desarrollo de respuestas e iniciativas, adaptadas a las nece-
Estatutos de Autonomía se les había reconocido competencia sobre la materia, la sidades sociológicas de la sociedad contemporánea». Particularmente, las que «lu-
regulación general se hizo por Ley estatal, de carácter no orgánico, que fue la Ley chan por la defensa de la democracia, el fenómeno de la solidaridad, el bienestar
30/1994, de 24 de noviembre, denominada «de fundaciones y de incentivos fiscales de los ciudadanos, la profundización de los derechos humanos, la defensa del me-
a la participación privada en actividades de interés general». dio ambiente, lafinanciaciónde la cultura, las ciencias y prácticas médicas y la
Inmediatamente después, el Real Decreto 316/1996, de 23 de febrero, aprobó el investigación».
Reglamento de Fundaciones de Competencia Estatal. La Exposición de Motivos recuerda también que la S.T.C. 18/1984 había señala-
Los objetivos de la Ley 30/1994, tal y como los enuncia su Exposición de Mo- do cómo una de las notas características del Estado social de Derecho es que los in-
tivos, son: la acomodación de la regulación de las fundaciones a la Constitución y tereses generales se definen por una interacción entre el Estado y los agentes sociales
la distribución de competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas; la y que esta interpenetración entre lo público y lo privado trasciende al campo de lo
regulación sistemática, ordenada y precisa de las fundaciones, acorde con la tras- organizativo, en el que las fundaciones desempeñan un papel de primera magnitud.
cendencia económica, jurídica y social del hecho fundacional, y la unificación del
régimen aplicable a todas las fundaciones con objeto de garantizar el cumplimien-
to de los imes fundacionales. II. EL CONCEPTO LEGAL DE FUNDACIÓN
La Ley 30/1994 se propuso también estimular la iniciativa privada en la reali-
zación de actividades de interés general, sobre todo atendiendo a las dificultades El artículo 2 L.F. define las fundaciones conio «organizaciones constituidas sin
con que los poderes públicos se encuentran para realizar todo tipo de actividades fin de lucro que, por voluntad de sus creadores, tienen afectado de modo duradero
en este terreno, reconociendo, además, lo que la Exposición de Motivos denomi- su patrimonio a la realización definesde interés general».
naba «el protagonismo que la sociedad reclama». Ésa es la razón de que, en la mis- De esta suerte, las notas características del concepto de fundación parecen ser
ma ley, se regulen los incentivosfiscalespara favorecer la constitución y manteni- las siguientes:
miento de las fundaciones. 1 a Una organización creada libremente, con un patrimonio propio distinto
El movimiento de creación de fundaciones ha sido muy amplio en los últimos del de los fundadores, destinado por éstos a la consecución de fines de interés
años y ello ha determinado que la Ley de 1994 haya tenido que ser casi inmediata- general.
mente modificada por la Ley 50/2002, de 26 de diciembre, que constituye en la ac- Como consecuencia de ello, en los casos de pluralidad de fundadores, cuales-
tualidad el conjunto legal rector de la materia con el Reglamento de Fundaciones quiera que puedan haber sido las razones entre ellos, ninguno se constituye en
de competencia estatal (R.D. 1.337/2005, de 11 de noviembre). miembro de la persona jurídica y no existen vínculos asociativos o, dicho de otro
De acuerdo con la Exposición de Motivos de la Ley 50/2002, los objetivos que modo, una vez constituida la persona jurídica, no existe en ella, desde el punto de
pretende alcanzar la nueva regulación son básicamente tres: vista jurídico, un sustrato personal.
1.° Reducir la intervención de los poderes públicos en el funcionamiento de 2.a La fundación se constituye sin fin de lucro y, además, desarrolla sus acti-
las fundaciones. Así, en un gran número de casos se sustituye por una simple co- vidades en el mismo sentido.
municación la anterior exigencia de la actuación previa para determinados actos 3.a La afectación del patrimonio a la realización de losfinesfundacionales ha
y negocios jurídicos por parte del Protectorado. de ser «duradera», es decir, estable, aunque no se imponga la perpetuidad, ni se
2.° Flexibilizar y simplificar los procedimientos, especialmente los de carácter prohiba el establecimiento de un plazo de duración de la vida de la fundación (vid.
económico yfinanciero,eximiendo a las fundaciones de menor tamaño o enverga- art.31L.F).
dura del cumplimiento de ciertas obligaciones que se consideran sólo exigióles para 4.° Es elemento imprescindible de la idea de fundación, el que ésta realice fines
las de mayor entidad. de interés general, que puedan beneficiar a colectividades genéricas de personas.
448 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA FUNDACIÓN 449

III. FINES FUNDACIONALES Y BENEFICIARIOS IV. LA CONSTITUCIÓN DE LAS FUNDACIONES


DE LAS ACTIVIDADES DE LA FUNDACIÓN
La persona jurídica del tipo fundación nace a la vida del Derecho cuando los
Acabamos de decir que la idea legal de fundación se caracteriza por el interés fundadores, esto es^ persona o personas a las que la ley reconoce capacidad al efec-
general que existe en la realización de losfinesque la fundación se propone. El ar- to, realizan el negocio fundacional, en la forma y con los requisitos exigidos por la
tículo 3 L.F., tras reiterar que «las fundaciones deberán perseguirfinesde interés ley, y se lleva a cabo la inscripción en el oportuno registro público.
general», no concreta específicamente la idea y se limita a llevar a cabo una enu-
meración ejemplificativa: asistencia social; promoción del voluntariado; promoción
de la acción social, de defensa del medio ambiente, etc. A) CAPACIDAD PARA CREAR FUNDACIONES
No se trata, por consiguiente, como parecía ocurrir en la legislación preconsti-
tucional, de actividades realizadas por pura beneficencia, entendida ésta como El principio general es que pueden constituir fundaciones tanto las personas
socorro de necesidades, si ñó que se pueden promover intereses muy diversos, con fískas^omo las jurídicas, sean estas últimas públicas o privadas (artículo 8 L.F.).
tal que revistan ese carácter de generalidad. a) Las personas físicas necesitan capacidad general de obrar y capacidad
Por lo menos parcialmente, la generalidad del interés se precisa al aludir la ley para disponer gratuitamente de los bienes y derechos en que consista la dotación
a los eventuales beneficiarios de las actividades fundacionales. El artículo 3 L.F. (art.OLE). r
dice que lafinalidadfundacional debe beneficiar a colectividades genéricas de per- Esta capacidad de disponer gratuitamente es la capacidad para donar, pues la
sonas. Se trata, por consiguiente, de grupos de personas indeterminadas, aunque donación es el prototipo de negocio jurídico gratuito. Si la fundación se constitu-
puedan poseer unos rasgos definidores comunes (v. gr., víctimas del terrorismo, yera por testamento, deberá entenderse que se trata de la capacidad para testar,
pues no se exige en ningún precepto del Código civil que el testador haya de tener
miembros de una determinada profesión, etc.).
capacidad para disponer gratuitamente sobre los bienes a los que señala un destino
Consecuencia de esta exigencia es la prohibición de las llamadas «fundaciones pasa después de su muerte.
familiares».
b) Las personas jurídicas de carácter privado y de índole asociativa necesitan
El artículo 3.3 L.F. dice categóricamente que «en ningún caso podrán consti- un acuerdo expreso del órgano que sea competente para disponer gratuitamente
tuirse fundaciones con lafinalidadprincipal de destinar sus prestaciones al funda- desús bienes con arreglo a sus Estatutos o a la legislación que les resulte aplicable.
dor o a los patronos, a sus cónyuges o personas ligadas con análoga relación de Habrá que observar que no se trata del órgano competente para disponer de los
afectividad, o a sus parientes hasta el cuarto grado inclusive, así como a personas bienes en que consistan las concretas dotaciones fundacionales sino, con carácter ge-
jurídicas singularizadas que no persiganfinesde interés general». neral y abstracto, para llevar a cabo disposiciones de carácter gratuito, lo cual supone,
En este punto el legislador siguefiela los criterios que presidieron las leyes des- en nuestra opinión que han de ser acuerdos de la junta general o asamblea de socios.
vinculadoras y desamortizadoras del siglo XX e impide que por la vía de una fun- c) Las personas jurídicas de índole institucional necesitan el acuerdo de su
dación se vinculen bienes dentro de una familia, apartándolos del tráfico jurídico órgano rector,
y de la circulación. La ley prohibe también que puedan constituirse fundaciones d) Por lo que se refiere a las personas jurídico-públicas, el artículo 8 L.F. per-
cuyo objeto sea destinar sus prestaciones a otras personas jurídicas singularizadas mite que tengan, con carácter general, capacidad para constituir fundaciones, sal-
que no persiganfinesde interés general. vo que sus normas reguladoras establezcan lo contrario. Esta regia no parece muy
Las reglas mencionadas anteriormente presentan dos singulares excepciones: acorde con la finalidad dé las fundaciones, pues tales personas jurídico-públicas
por una parte, se permiten «fundaciones cuya finalidad exclusiva o principal sea tienen por su misma naturaleza que alcanzarfinesde interés público.
la conservación y restauración de bienes del patrimonio histórico artístico espa-
ñol, siempre que cumplan las exigencias de Ley 16/1985, de 25 de junio, del Pa-
trimonio Histórico Español, en particular respecto de los deberes de visita y ex- B) EL NEGOCIO JURÍDICO FUNDACIONAL Y SU NATURALEZA
posición pública de dichos bienes» y, por otra parte, se permiten las fundaciones
cuyos beneficiarios sean «colectivos de trabajadores de una o varias empresas y La constitución de la fundación puede realizarse por actos ínter vivos o monis
sus familias». causa (art. 9 L.F.).
450 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA FUNDACIÓN 451

La constitución por actos'ínter vivos requiere, como formalidad ad solemnita- No se puede discutir, en cambio, que sean aplicables las causas generales de
tem el otorgamiento de una escritura pública. ineficacia de los negocios jurídicos gratuitos, como, en especial, las causas de revo-
Por lo que se refiere a la constitución de una fundación por actos mortis causa, cación de las donaciones o las de ineficacia por inoficiosidad, si con los bienes
la Ley es extraordinariamente parca. El artículo 9 L.F dice que «se realizará tes- aportados a la fundación sufrieran merma las legítimas de los herederos forzosos
tamentariamente», y que habrán de cumplirse en el testamento los requisitos esta- del fundador.
blecidos para la escritura pública de constitución, de suerte que el testador habrá
de dotar de contenido al negocio jurídico fundacional, que en estos casos es un
negocio jurídico testamentario. C) ESTATUTOS DE LA FUNDACIÓN
Si el testador se hubiera limitado a manifestar su voluntad de crear una fun-
dación y de disponer de los bienes y derechos necesarios para la dotación, será En la escritura de constitución han de contenerse los Estatutos de la fundación,
necesario el otorgamiento de una escritura pública, en que se contengan los re- que son el conjunto de reglas de autonomía privada por las que la fundación ha de
quisitos exigidos por 4a Ley* que se otorgará por los albaceas. o¿por los herederos regir su actividadtanto interna como externa y por las que se estructura la orga-
(cfr. art. 9.4 L.F.). nización que la sustenta y mediante las cuales se articulan sus medios al cumpli-
En caso de que no haya albacea, ni herederos testamentarios, o en el caso de miento de los fines.
que unos y otros incumplan la obligación, la escritura fundacional la otorga el Los Estatutos son obra unilateral del fundador o fundadores, pero en ellos ha
Protectorado previa autorización judicial (art. 9.4 LE). de constar como mínimo el que señala la Ley en su artículo 11.
Para los negocios ínter vivos se requiere la escritura pública de fundación, que Subrayando el carácter imperativo de la Ley, el artículo 11.2 dice que «toda
la Ley regula detalladamente en el artículo 10 especificando su contenido. disposición de los Estatutos de la fundación o manifestación de la voluntad del
La Ley no requiere sólo que se exprese la voluntad de constituir una fundación, fundador que sea contraria a la Ley se tendrá por no puesta, salvo que afecte a la
sino también que se realice la dotación^ porque el ente «fundación» es la personi- validez constitutiva de aquélla». En este último caso, no se procederá la inscripción
ficación de un patrimonio adscrito a un fin. El fundador, pues, no crea el ente y de la fundación en el correspondiente Registro de Fundaciones.
coetánea o posteriormente lo dota, sino que aquél surge a la vida por una concre- Se acoge así la técnica de la nulidad parcial con sustitución de lo nulo por los
ta destinación de bienes a la realización del fin de interés general que se propone. preceptos legales correspondientes. En cambio, cuando se trata de disposiciones
La escritura pública recoge el negocio jurídico fundacional como forma sus- relacionadas con la «validez constitutiva», el efecto de la voluntad contraria pro-
tancial del mismo. A la vista de los requisitos legales, puede decirse que se trata de hibida no se califica, sino que simplemente se imposibilita que adquiera persona-
un negocio jurídico de destinación de bienes a un determinado fin, ofines,de in- lidad jurídica por no poderse inscribir en el Registro de Fundaciones, que es en
terés general, de carácter dispositivo y gratuito, y no recepticio, pues la voluntad realidad la máxima sanción.
no necesita ser notificada a nadie para que produzca efectos. En suma, toda disposición estatutaria o voluntad del fundador o fundadores
Es dudosa la posibiüdad de revocar el negoció jurídico fundacional Natural- que resulte opuesta a la Ley, si afecta a la denominada «validez constitutiva» de la
mente, si la realización se ha hecho testamentariamente, es aplicable el principio de fundación, no da lugar a tenerla por no puesta, sino que produce la ineficacia del
la eficacia dé la voluntad revocatoria del testador hasta su muerte (art. 737 C.c). negocio y la falta de nacimiento de la fundación.
En los negocios jurídicos ínter vivos es claro que la cuestión sólo podrá plantearse
antes de la inscripción de la escritura constitutiva en el Registro de Fundaciones,
porque desde ese momento se crea la personalidad jurídica, distinta de la del fun- D) DOTACIÓN
dador o fundadores.
La Ley no se ha ocupado especialmente del problema, porque regula lo que Es uno de los elementos constitutivos del negocio jurídico fundacional. La Ley
llama «fundaciones en proceso de formación». De las normas legales se extrae la (art. 12 L.E) permite que pueda consistir en bienes y derechos de cualquier clase,
idea de que, con el otorgamiento de la escritura pública de constitución y hasta la pero exige que sea adecuada y suficiente para el cumplimiento de los fines funda-
inscripción en el Registro, existe ya un patrimonio sujeto a una especial responsa- cionales. Se presume que es suficiente cuando su valor económico alcance los
bilidad y la conservación del mismo para su destino, de donde se desprende, en 30.000 euros. Si es inferior a esa suma, el fundador deberá justificar su adecuación
principio, la irrevocabilidad. y suficiencia a losfinesfundacionales, mediante la presentación del primer p r o ^ ^ í ^
452 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA FUNDACIÓN 453
ma de actuación, junto con un estudio económico que acredite su viabilidad utili- El artículo 13 L.F. faculta al Patronato de la fundación para realizar, en ese pe-
zando dichos recursos. ríodo intermedio, los actos necesarios para la inscripción, los que resulten indis-
Para las aportaciones de carácter dinerario, la Ley permite que pueda efectuar- pensables para la conservación del patrimonio y aquellos que no admitan demora
se en forma sucesiva. En tal caso, el desembolso inicial debe ser, al menos, del 25 sin perjuicio para la fundación. En este caso, los actos son válidos y se entienden
por 100, y el resto se debe hacer efectivo en un plazo no superior a cinco años des- realizados por la fundación como persona jurídica, una vez que la personalidad
de el otorgamiento de la escritura fundacional. jurídica se haya obtenido.
Para las aportaciones no dinerarias, la Ley señala que hay que incorporar a la En el supuesto de que hayan transcurrido seis meses desde el otorgamiento de
escritura de constitución, junto con la voluntad dispositiva de los bienes o dere- la escritura pública fundacional sin que los patronos hubiesen instando la inscrip-
chos, una tasación realizada por un experto independiente. Puede formar parte de ción y, lógicamente, en todos aquellos casos en que la inscripción no se haya pro-
la dotación el compromiso de aportaciones de terceros siempre que la obligación ducido, los patronos responden solidariamente de las obligaciones contraídas en
de éstos conste en título que lleve aparejada ejecución. nombre de la fundación y de los perjuicios que ocasione la falta de inscripción,
Tanto en el caso de aportaciones dinerarias como no dinerarias, jdeberáacredi- debiendo procederé] Protectorado a su cese.*
tarse o garantizarse su realidad ante el notario autorizante de la escritura pública.
Forman parte de la dotación los bienes y derechos de contenido patrimonial
que durante la existencia de la fundación se aporten en tal concepto por el funda- VIL GOBIERNO DE LA FUNDACIÓN: EL PATRONATO
dor o por terceras personas y los que se afecten por el Patronato, con carácter per- Y EL PROTECTORADO
manente, a losfinesfundacionales.
En ningún caso se considerará dotación el mero propósito de recaudar dona- De acuerdo con la Ley y con la tradición jurídica de nuestro Derecho positivo,
tivos (art. 12.5 L.E). en las fundaciones existen dos tipos de órganos, que inciden en la actividad y en el
desarrollo de la personalidad jurídica fundacional. Por una parte se encuentra el Pa-
tronato o los patronos, a quienes corresponde el gobierno y la representación de la
V. PERSONALIDAD JURÍDICA DE LAS FUNDACIONES fundación, de acuerdo con sus Estatutos y, por consiguiente, de acuerdo con la vo-
luntad fundacional. A su lado, toda vez que históricamente un gran número de fun-
Según el artículo 4 L.F., la fundación es persona jurídica desde la inscripción
daciones se constituían mortis causa, y quedaban, por consiguiente, fuera del cam-
de la escritura pública en el Registro de Fundaciones. La adquisición de la perso-
po de actuación del fundador, y teniendo en cuenta, además, que las fundaciones
nalidad jurídica opera, pues, de acuerdo con una secuencia de formación sucesiva
pueden desarrollar actividades que no cuadren con losfinesbuscados en el momen-
que comprende el otorgamiento de la escritura pública de constitución y la inscrip-
to fundacional o que no sean propios de una fundación, nuestro ordenamiento jurí-
ción de la misma en el correspondiente Registro.
dico creó y sigue manteniendo la figura del Protectorado, que es ejercido por las
La inscripción no es un acto discrecional de la Administración pública, que
Administraciones públicas, y que tiene por objeto velar por la legalidad de la cons-
pueda, a su arbitrio, acceder o no a la inscripción. Se trata de una actividad regla- titución de la fundación y por el correcto funcionamiento de la misma.
da, en la que, por consiguiente, hay solamente un examen de legalidad. Según el
citado artículo 4 L.F., «la inscripción sólo podrá ser denegada cuando dicha escri-
tura no se ajuste a las prescripciones de la ley».
A) EL PATRONATO

VI. FUNDACIONES EN PROCESO DE FORMACIÓN En toda fundación deberá existir con la denominación de Patronato un órgano
de gobierno y representación de la misma, que adoptará sus acuerdos por mayoría
El hecho de que la personalidad jurídica se adquiera con la inscripción en el en los términos establecidos en los Estatutos (art. 14.1. L.F.).
Registro, abre una fase provisional o transitoria entre el momento del otorgamien- La composición del Patronato, las reglas para la designación y sustitución de
to de la escritura de constitución y la inscripción registral en el que la fundación sus miembros, las causas de su cese, sus atribuciones y la forma de deliberar y
no tiene todavía personalidad jurídica, pero no puede razonablemente impedirse adoptar acuerdos, todo ello ha de formar parte imperativamente de los Estatutos
la realización de actos jurídicos que resulten necesarios. [art, 1 Le) L.F.].
454 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA FUNDACIÓN 455
El Patronato, si los Estatutos no lo prohiben, puede delegar sus facultades en siempre que ello no implique limitación injustificada del ámbito de sus posibles
uno de sus miembros, aunque no son delegables nunca la aprobación de las cuentas beneficiarios (art. 26).
y del plan de actuación, la modificación de los Estatutos, la fusión y la liquidación Naturalmente, la administración y disposición del patrimonio corresponde al
de la fundación y los actos que requieran la autorización del Protectorado. Patronato «en la forma establecida en los Estatutos y con sujeción a lo dispuesto
en la Ley» (art. 19.2 L.E).

B) EL PROTECTORADO
A) TITULARIDAD DE BIENES Y DERECHOS
Es el órgano de la Administración pública que facilita el recto ejercicio del de-
recho de fundación, asegura la legalidad de la constitución y del funcionamiento La fundación debefigurarcomo titular de todos los bienes y derechos integran-
de aquélla, vela por el cumplimiento de los fines fundacionales y suple provisional- tes de su patrimonio, que deberán constar en su inventario anual (art. 20.1 L.E).
mente al Patronato cuando por cualquier motivo faltasen las personas llamadas a Además, la Ley ordena que los órganos de gobierno promuevan bajo su res-
integrarlo. ponsabilidad la inscripción a nombre de la fundación de los bienes y derechos que
integran el patrimonio de ésta en los registros públicos correspondientes (art. 20.2).
Ha sido siempre una cuestión discutida el alcance de esta intervención pública
en una persona jurídica que, por su origen y por lasfinalidadesque realiza, perte-
nece al ámbito del Derecho privado. Aun cuando las razones para su existencia no B) ADQUISICIÓN DE ÉIENES Y DERECHOS
son discutibles, la determinación del ámbito mayor o menor de su facultades ha
sido siempre una cuestión sumamente debatida y han luchado en este campo las La L E dicta únicamente normas para las adquisiciones gratuitas, por lo que
tendencias intervencionistas y las liberalizadoras. las que se realicen a título oneroso no quedan sujeta a ningún tipo de limitación.
La Ley 50/2002, de 26 de diciembre, señaló, según hemos dicho ya, como uno En materia de herencias y donaciones, en la ley se establecen dos tipos de reglas:
de sus objetivos «reducir la intervención de los poderes públicos en el funciona- a) La aceptación dé herencias por las fundaciones se entiende hecha siempre
miento de las fundaciones» y sustituir la exigencia de autorización previa de actos a beneficio de inventario y los patronos son responsables frente a la fundación si
por la de simple comunicación. se llegara a perder el beneficio de inventario por los actos a que se refiere el artícu-
Aparte su intervención en numerosas actividades de la fundación, el Protecto- lo 1.02*C.c. (art. 22.1).
rado tiene legitimación para instar la acción de responsabilidad contra los patronos b) La aceptación de legados con carga o donaciones onerosas o remunerato-
por su actuación dañosa para la fundación; para cesarlos si no desempeñan el car- rias y la repudiación de herencias, donaciones o legados ha de ser comunicada por
go con la diligencia debida, y para impugnar los acuerdos del Patronato que sean el Patronato al Protectorado en el plazo máximo de los diez días hábiles siguientes,
contrarios a los preceptos legales o estatutarios (arts. 34 y 35 L.E), pudiendo éste ejercitar las acciones de responsabilidad que correspondan contra los
patronos, si ios actos del Patronato fueran lesivos para la fundación (art. 22.2. LE).

VIII. PATRIMONIO DE LA FUNDACIÓN


C) ENAJENACIÓN Y GRAVAMEN DE LOS BIENES

Según el artículo 19 L.E, el patrimonio de la fundación está formado por todos Es lógico no permitir libremente a los órganos de gobierno y representación de
los bienes, derechos y obligaciones susceptibles de valoración económica que inte- la fundación realizar actos de enajenación y gravamen de los bienes pues favorecen
gren la dotación, y por aquellos otros que la fundación adquiera con posterioridad la volatilización del patrimonio o la realización de actos abusivos, imposibilitán-
a su constitución tanto si se afectan a la dotación como si esto no ocurre. dose u obstaculizándose el fin fundacional. Por ello, la Ley establece importantes
Por esta razón, el patrimonio de la fundación no debe identificarse con la do- cortapisas que, en términos generales, significan en qué casos se ha de exigir, y en
tación, pues, además de existir las aportaciones dotacionales, pueden ingresar en qué casos no, la autorización del Protectorado.
el patrimonio bienes por otro titulo y forman parte del patrimonio las rentas o in- Para resolver esta cuestión, la Ley distingue tres tipos dé bienes: los bienes y
gresos de los bienes, ya que se permite que se obtengan ingresos por sus actividades derechos que forman parte de la dotación; los bienes y derechos que se encuentran
456 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA FUNDACIÓN 457
directamente vinculados al cumplimiento de losfinesfundacionales; y los bienes y Si la fundación recibiera por cualquier título, bien como parte de la dotación
derechos de especial importancia económica o de interés cultural (art. 21). En fun- inicial, bien en un momento posterior, participaciones en sociedades en las que los
ción de ello dicta las cortapisas pertinentes. socios respondan personalmente de las deudas sociales, debe enajenar estas parti-
cipaciones, a menos que en el plazo máximo de un año se produzca la transforma-
ción de tales sociedades en otras en las que quede limitada la responsabilidad de la
IX. FUNCIONAMIENTO Y ACTIVIDAD DE LA FUNDACIÓN fundación.
b) En sociedades no personalistas en las que la responsabilidad de los socios
El artículo 23 L.F. establece, como principio de actuación de las fundaciones, se encuentre limitada, la fundación puede participar, cualquiera que sea el grado
una serie de obligaciones que impone a éstas y que son las siguientes: o alcance de esta participación, pero si la participación es mayoritaria debe dar
a) Destinar efectivamente el patrimonio y sus rentas a losfinesfundacionales. cuenta al Protectorado (cfr. art. 24.2 L.F:)..
b) Dar información suficiente de sus fines y actividades para que unos y otros
sean conocidos por sus eventuales beneficiarios y por los demás interesados.
c) Actuar con criterios de imparcialidad y no discriminación en la determi- XI. MODIFICACIONES DE LAS FUNDACIONES
nación de sus beneficiarios.
La Ley establece, asimismo, una serie de obligaciones de carácter contable. La Modificar una fundación es modificar los Estatutos por los que se rige, lo cual
fundación debe llevar una contabilidad ordenada y adecuada a su actividad que significa apartarse de la voluntad del fundador. De ahí que la posibilidad de mo-
permita un seguimiento cronológico de las operaciones realizadas y, para ello, ne- dificación de Estatutos no pueda ser realizada libremente. La Ley lo permite siem-
cesariamente un libro diario, un libro inventario y un libro de cuentas anuales. pre que el fundador no lo haya prohibido (o incluso condicionado) y siempre que,
además, resulte conveniente para la fundación. Por ello, la modificación debe ser
aprobada por el Protectorado (cfr. art. 29).
X. ACTIVIDADES MERCANTILES O INDUSTRIALES En el caso de que las circunstancias que presidieron la constitución de la fun-
DE LA FUNDACIÓN dación hayan variado de manera que ya no pueda actuar satisfactoriamente con
arreglo a los Estatutos iniciahnente aprobados, es deber del Patronato acordar la
Ha sido controvertido en la doctrina anterior a la Ley de 1994, si las fundacio- modificación, salvo que, para este supuesto, el fundador hubiera previsto la extin-
nes, cuyo objetivo es alcanzar fines de interés general y, en términos vulgares, de ción (art. 29 L.F). La previsión del fundador constituye una causa de extinción
beneficencia, pueden o no dedicarse a realizar actividades mercantiles o industria- que, sin embargo, como veremos a continuación, no opera en modo alguno de for-
les. En concreto, si cabe o no la denominada «fundación-empresa». ma automática.
La Ley vigente ha dado a esta interrogante una contestación positiva, aunque Si, en los casos mencionados, el Patronato no acuerda la modificación, puede
lo ha realizado en forma tácita. Como hemos visto, el artículo 21 contempla la hi- hacerlo el Protectorado, bien de oficio o a instancia de persona interesada.
pótesis de que la fundación sea titular de «establecimientos mercantiles o indus- La modificación o nueva redacción de Estatutos se debe comunicar por el Pa-
triales». Con carácter general, el artículo 24 permite a las fundaciones desarrollar tronato al Protectorado, que sólo puede oponerse por razones de legalidad y me-
actividades económicas «cuyo objeto esté relacionado con los fines fundacionales diante acuerdo motivado. La modificación o nueva redacción de los Estatutos debe
o sean complementarias o accesorias», aunque siempre con sometimiento a las formalizarse en escritura pública e inscribirse en el Registro de Fundaciones
normas reguladoras de la defensa de la competencia. (art. 29.4).
Además, la Ley les permite «intervenir en cualesquiera actividades económicas
a través de su participación en sociedades». Esta participación, además, ha de ade-
cuarse a las siguientes normas: XII. FUSIÓN DE FUNDACIONES
a) Las fundaciones no pueden tener participación en sociedades mercantiles
en las que los socios respondan personalmente de las deudas sociales. Basta, para La Ley permite (art* 30) la fusión de fundaciones siempre que no lo haya pro-
que la prohibición entre en juego, que exista responsabilidad personal del socio, hibido ninguno de los fundadores, que exista acuerdo de los respectivos Patronatos
cualquiera que sea el grado de ésta. y que este acuerdo se comunique al Protectorado. El Protectorado puede comuni-
458 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I) LA FUNDACIÓN 459

car en cualquier momento de forma expresa su no oposición al acuerdo de fusión B) LIQUIDACIÓN DE LAS FUNDACIONES
y puede también oponerse a él en el plazo máximo de tres meses, pero sólo por
razones de legalidad y mediante acuerdo motivado, lo que excluye una oposición Una vez producida la extinción, salvo que lo sea por fusión, la fundación entra en
por razones de oportunidad. un proceso de liquidación, que se realizara por el Patronato bajo el control del Pro-
La Ley prevé, además, una fusión obligatoria en aquellos casos en que la fun- tectorado (art. 33.1). Por supuesto, la liquidación requiere la consumación de las ope-
dación resulte incapaz de alcanzar sus fines. Si así ocurriera, el Protectorado la raciones pendientes, el pago de deudas que puedan existir y el cobro de los créditos.
requerirá para que se fusione con otra de análogosfinesque hubiera manifestado Los bienes y derechos resultantes de la liquidación se deben destinar a funda-
ante el Protectorado su voluntad favorable a la fusión, siempre que el fundador no ciones o entidades no lucrativas privadas que persigan fines de interés general,
lo hubiera prohibido. En este caso, si la fundación se opusiera a la fusión, el Pro- cuando se encontraran designadas en el negocio fundacional o en los Estatutos de
tectorado podrá solicitar de la autoridad judicial que la ordene. la fundación extinguida. Si tales fundaciones o entidades no se encontraran desig-
La fusión requiere siempre el otorgamiento de escritura pública en la que deben nadas en el negocio fundacional o en los Estatutos, el destino podrá ser decidido,
contenerse los Estatutos de la fundación resultante de la fusión y la identificación a favor del mismo tipo de entidades, por el Patronato, si tiene reconocida esta fa-
de los miembros de su primer Patronato. Esta escritura debe inscribirse en el Re- cultad por el fundador o, en otro caso, por el Protectorado.
gistro de Fundaciones. Se deduce de ello que la ley no permite la reversión de los bienes al fundador o
fundadores, ni a los herederos de éstos, ni a otras personasfísicaso jurídicas que
hubiesen sido al efecto llamadas en el negocio jurídico fundacional.
XIII. LA EXTINCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LAS FUNDACIONES
XIV. REGISTRO DE FUNDACIONES
A) LAS CAUSAS DE EXTINCIÓN
La ley creó un Registro de Fundaciones de competencia estatal, como organis-
De acuerdo con el artículo 31 L.E, las fundaciones se extinguen: mo dependiente del Ministerio de Justicia. En el Registro de Fundaciones de com-
1 ° Por expiración del plazo para el que fue constituida, que es causa que ac- petencia estatal han de inscribirse los actos relativos a las fundaciones que desa-
túa de pleno derecho (art. 32.1). rrollen sus actividades en todo el territorio del Estado o en el territorio de más de
2.° Cuando se hubiese realizado íntegramente el fin fundacional. una Comunidad Autónoma (R.D. 1.611/2007, de 7 de diciembre).
3.° Cuando sea imposible la realización delfinfundacional, salvo la posibili- Se permite, por tanto, la existencia de registros autonómicos para las fundacio-
dad de modificación o fusión. nes que realicen sus actividades dentro del territorio de una Comunidad Autóno-
4.° Cuando la extinción resulte de una fusión. ma, aunque los registros autonómicos deben dar traslado al Registro de Fundacio-
5.° Cuando concurra cualquier otra causa prevista en el acto constitutivo o nes de competencia estatal de las inscripciones de constitución y de extinción de
en los Estatutos, aunque haya que recordar en este punto la limitación de la auto- fundaciones.
nomía de la voluntad del fundador. El Registro, además de publicar la constitución de las asociaciones y, en su caso,
6.° Cuando concurra cualquier otra causa establecida en las leyes. la fusión, modificación o extinción, es también un registro de los bienes de la fun-
Como ya hemos dicho, la primera de las causas de extinción funciona automá- dación y un registro en el que depositan las cuentas.
El Registro de Fundaciones es público y la publicidad se lleva a cabo mediante
ticamente.
certificación del contenido de los asientos o por nota simple informativa o por co-
Las mencionadas en los números 2.° y 3.° y 5.° requieren un acuerdo del Patro-
pia de aquéllos y de los documentos depositados. Se permite que la publicidad se
nato ratificado por el Protectorado. En caso de que falte uno u otro, la extinción realice por medios informáticos o telemáticos.
requiere resolución judicial motivada que podrá ser instada por el Protectorado o Por lo que se refiere a la eficacia de los asientos, aparte lo que en su momento
por el Patronato según los casos. señalamos respecto a la personalidad jurídica, la Ley establece la inoponibilidad
También requiere resolución judicial motivada el supuesto del apartado 6° de los actos sujetos a inscripción que no se hubieran inscrito. Según el artículo
El acuerdo de extinción o la resolución judicial se inscribirá en el Registro de L.F., estos actos no perjudican a terceros que sean de buena fe. La buena H^-^^ p
Fundaciones (art. 32 L.F.).
460 SISTEMA DE DERECHO CIVIL (I)
tercero se presume en tanto no se prueba que conocía el acto sujeto a inscripción
no inscrito, pero este efecto «se entiende sin perjuicio de la normativa reguladora
de otros Registros públicos existentes», cuya aplicación parece por ello preferente
(cfr. las normas de la Ley Hipotecaria por lo que se refiere al Registro de la Pro-
piedad).

BIBLIOGRAFÍA SUMARIA

CAFFARENA LAPORTA: El régimen jurídico de las fundaciones. Estudios para su reforma,


Madrid, 1992; El negocio fundacional, A.A.M.N., 1995, p. 87; DE CASTRO Y BRAVO: Sobre
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DÍEZ-PlCAZO: Potestad legislativa en materia de fundaciones en España tras lapromulgación
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