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Universidad metropolitana de Xalapa

Arquitectura

Docente: ARQ.

García Miranda Jesús Guadalupe

Arquitectura moderna

Culturas del posclásico

10-03-22
Civilizaciones que se desarrollaron en Mesoamérica
durante el periodo posclásico

El período Posclásico es la última etapa del


desarrollo independiente de la civilización
mesoamericana. Como la cronología
mesoamericana, el inicio de este período varía en
200 años , aunque se suele señalar la caída de
las ciudades-estado del Epiclásico del centro de
Mesoamérica como el principio del Posclásico
Por esto se concluyó con el abandono de las
grandes ciudades o "metrópolis", como Monte
Albán en Oaxaca o las ciudades mayas de las Tierras Altas. Por otra parte, el Norte
de Mesoamérica fue escenario de un desastre ecológico producto de prolongadas
sequías, que implicó el abandono completo de esa región. Ante estos hechos, las
migraciones fueron un fenómeno que marcó el inicio del Posclásico. Estos cambios
sociales que marcaron a las sociedades mesoamericanas ocurrieron entre los siglos
VIII y X.
El final del Posclásico ocurrió con la llegada de los españoles hacia la segunda
década del siglo XVI. A partir de entonces ocurrió un proceso
de transculturación que remodeló las culturas indígenas y sentó las bases de las
culturas mestizas de México y Centroamérica.
Patrón de sequías en el centro de México, determinado a partir de los anillos de
crecimiento de Ahuehuetes de la barranca de Amealco, estado de Querétaro,
México.
Antiguamente, se solía presentar al Posclásico como una época dominada por
Estados bélicos; con los pacíficos Estados del Clásico. Las nuevas interpretaciones
de las evidencias arqueológicas sobre varios pueblos del Clásico —es el caso de
los teotihuacanos y mayas— han dejado claro que la guerra también fue una
actividad importante entre esas sociedades.
Es especial la imagen de los mayas, a los que se solía imaginar como un pueblo
gobernado por sacerdotes entregados a actividades intelectuales. En la actualidad,
aunque se reconocen las diferencias entre las sociedades mesoamericanas
clásicas y posclásicas, la oposición entre Estados militaristas y Estados Teocracia
teocráticos ha dejado de tener validez explicativa.
El Posclásico es el contexto histórico en el que florecieron pueblos como
los mexicas y cultura tolteca en el Centro; los cultura mixteca mixtecos en Oaxaca;
los cultura tarasca en el Occidente; los huastecas en el norte de la llanura del Golfo
de México, y los mayas en la península de Yucatán.

Cultura tolteca:
La cultura tolteca se caracterizó por:
• Su red comercial. Los toltecas comerciaban productos textiles y cerámicos
con vecinos cercanos y lejanos,
aunque a menor escala en
comparación con la red comercial
del imperio maya. Se han
encontrado muestras de cerámica
en lugares muy lejanos, como
Nicaragua y la costa del Golfo de
México.
• Su pueblo de guerreros. Los
toltecas eran guerreros religiosos que difundieron el culto a su dios
Quetzalcóatl en todos los rincones de su imperio. Los guerreros vestían
placas para el pecho, un pequeño escudo en un brazo, usaban varias armas
cortas y una muy pesada de forma curva, similar a lo que conocemos como
hacha.
• Sus prácticas de sacrificio humano. Los toltecas dejaron gran evidencia
acerca de sus prácticas religiosas, que realizaban de manera regular con el
fin de satisfacer a sus dioses. Una de las más destacadas es la estatua de
Chac Mool, constituida por la figura de un humano reclinado que sostiene un
cuenco, donde se depositaban diferentes ofrendas para los dioses, entre
ellas, los sacrificios humanos.
• Sus prácticas de culto a Quetzalcóatl. Los toltecas no crearon el culto al dios
Quetzalcóatl. Su representación con las imágenes de serpientes
emplumadas se remonta a los antiguos olmecas, la primera gran cultura
mesoamericana. Sin embargo, fueron los toltecas quienes proliferaron la
adoración al dios en varios territorios, desde Tula hasta Yucatán.
• Sus artistas y escultores de máxima grandeza. Los toltecas se destacaron
por sus esculturas, como las estatuas de los atlantes que representaban a
los guerreros y las columnas que muestran a los gobernantes vestidos para
la guerra. A pesar de que el sitio arqueológico de Tula ha sido saqueado en
reiteradas ocasiones, han perdurado los vestigios de la grandeza de su arte.
• Su conexión con Chichén Itzá. Los toltecas se asentaron en Tula (al norte de
la actual Ciudad de México). Sin embargo, la ciudad de Chichén Itzá (en
Yucatán) comparte similitudes con la ciudad tolteca, de tipo arquitectónicas
y temáticas que van más allá del culto mutuo a los dioses. Algunos
arqueólogos suponen que los toltecas conquistaron Chichén Itzá o que los
nobles exiliados se establecieron allí y difundieron sus conocimientos.

• Su misterioso declive. Los toltecas fueron agresivos y violentos. Eso hace


suponer que alrededor del 1150 d.C. la ciudad de Tula fue incendiada a modo
de represalia, tanto por parte de los estados o tribus vecinas de Chichimeca,
como por las guerras civiles o los conflictos internos.
• Sus tesoros escondidos. Los toltecas desaparecieron hace casi mil años. Sin
embargo, luego de los numerosos saqueos (primero por los aztecas y luego
por los españoles) aún podrían encontrarse tesoros enterrados en el territorio
que habitaron. En 1993 se encontró un cofre decorativo que contenía la
famosa “coraza de Tula”, una armadura hecha de conchas marinas.

Arquitectura:
Los toltecas fueron una cultura de importancia para la arquitectura mesoamericana
precolombina, ya que introdujeron el trabajo artístico de las columnas que sostienen
el techo, ya sea en forma antropomorfa o de serpiente emplumada.
Destaca la Pirámide B en Tula, ciudad que se estima albergaba a 30.000 habitantes
en largas edificaciones de una planta con techo plano, elaboradas con tierra y
piedras y acabados de adobe. Se distinguía entre los grupos de casas, las unidades
residenciales y las residencias palaciegas de la élite.
Agricultura:
Los estudios indican que el amaranto era un alimento clave en la dieta tolteca, rasgo
que compartía con muchas poblaciones distintas mesoamericanas y que hoy en día
perdura en la elaboración de las “alegrías” mexicanas, mezclado con miel, maní y
pasas.
El amaranto también podría tener usos rituales y comerciales, ya que es posible
almacenarlo por mucho más tiempo que el maíz y los frijoles, otros productos
centrales en la dieta tolteca.
Cultura mexica:

El Imperio mexica floreció entre el c.


1345 y 1521 y, su máxima extensión,
cubría la mayor parte del norte de
Mesoamérica. Los guerreros mexicas
fueron capaces de dominar a sus
estados vecinos y permitir que
gobernantes como Moctezuma II
impusieran los ideales y religión
mexicas a lo largo de México. Altamente
exitosos en agricultura y comercio, la última de las grandes civilizaciones
mesoamericanas también se destacó por su arte y arquitectura, que se encuentran
entre los mejores jamás producidas en el continente.
El Estado mexica es, en realidad, la civilización mesoamericana mejor documentada
con fuentes que incluyen arqueología, libros nativos (códices) y los relatos extensos
y detallados de sus conquistadores españoles, tanto militares como del clero
cristiano. Es posible que estas últimas fuentes no siempre sean confiables, pero la
imagen que tenemos de los mexicas, sus instituciones, prácticas religiosas, guerra
y su vida cotidiana es rica y continua expandiéndose constantemente con detalles
que se agregan a través de los esfuerzos de los arqueólogos y eruditos del siglo
XXI.
Arte y arquitectura:
Los mexicas apreciaban las bellas artes y
recolectaban piezas de todo su imperio
para ser traídas a Tenochtitlan y, a
menudo, enterrarlas ceremonialmente. El
arte mexica era más que nada ecléctico y
abarcaba desde objetos preciosos con
grabados en miniatura hasta enormes
templos de piedra. Las esculturas
monumentales eran las favoritas, y podían
ser monstruosidades temibles como la
colosal estatua de Coatlicue, o ser muy realistas como la famosa escultura de un
Xochipilli sentado.

Organizados en gremios y adscritos a los palacios principales, los artesanos podían


especializarse en trabajos en metal, tallado de madera o escultura en piedra,
usando materiales como amatista, cristal de roca, oro, plata y plumas exóticas.
Quizás algunos de los objetos de arte más llamativos fueron los que emplearon
mosaicos turquesas como la famosa máscara de Xiuhtecuhtli. Las formas comunes
de la cerámica incluían vasijas antropomorfas en colores brillantes, siendo la más
notable la fina y apreciada cerámica de Cholula.

El arte mexica representaba todo tipo de temas, pero eran especialmente populares
los animales, las plantas y los dioses, particularmente aquellos relacionados a la
fertilidad y la agricultura. El arte también podía usarse como propaganda para
difundir el dominio imperial de Tenochtitlan. Ejemplos como la Piedra del Sol, la
Piedra de Tízoc y el trono de Moctezuma II retratan la ideología mexica y buscan
correlacionar estrechamente a los gobernantes políticos con los eventos cósmicos,
e incluso con los propios dioses. Hasta la arquitectura podría lograr este objetivo;
por ejemplo, la pirámide del Templo Mayor buscó replicar la montaña de serpientes
sagradas de la mitología mexica, Coatepec; es así que se establecieron templos y
estatuas con símbolos mexicas en todo el imperio.

Colapso
El Imperio mexica, que controlaba
alrededor de 11,000,000 de personas,
siempre había tenido que lidiar con
rebeliones menores, por lo general cuando
nuevos gobernantes tomaban el poder en
Tenochtitlan, pero estas siempre habían
sido rápidamente aplastadas. Sin
embargo, la marea comenzó a cambiar cuando los mexicas fueron fuertemente
derrotados por Tlaxcala y Huexotzingo en el 1515. Con la llegada de los españoles,
algunos de estos estados rebeldes volverían a aprovechar la oportunidad para
lograr su independencia. Cuando los conquistadores finalmente llegaron desde el
Viejo Mundo navegando en sus palacios flotantes y liderados por Hernán Cortés,
sus relaciones iniciales con el líder de los mexicas, Moctezuma II, fueron amistosas
y se intercambiaron valiosos obsequios. Sin embargo, las cosas cambiaron cuando
un pequeño grupo de soldados españoles fue asesinado en Tenochtitlan mientras
Cortés estaba en Veracruz. Los guerreros mexicas, infelices con la pasividad de
Moctezuma, lo derrocaron y establecieron a Cuitláhuac como el nuevo tlatoani. Este
incidente fue justo lo que necesitaba Cortés y regresó a la ciudad para liberar al
resto de españoles que se encontraban sitiados, pero fue obligado a retirarse el 30
de junio de 1520 en lo que se conoció como la Noche Triste. Reuniendo aliados
locales, Cortés regresó diez meses después y en 1521 puso sitio a la ciudad. Sin
comida y devastados por las enfermedades, los mexicas, ahora liderados por
Cuauhtémoc, finalmente colapsaron el fatídico día del 13 de agosto de 1521.
Tenochtitlan fue saqueada y sus monumentos destruidos. De las cenizas surgió la
nueva capital de la colonia de la Nueva España y la larga línea de civilizaciones
mesoamericanas, que se remontaban hasta los olmecas, llegó a un dramático y
brutal final.

Cultura: huasteca: a cultura huasteca es el


nombre con el que se conoce al pueblo
teenek, una cultura de origen maya que se
asienta en la región cultural de la Huasteca,
repartida entre varios estados de México. A
diferencia de lo que ha sucedido con otros
pueblos prehispánicos, los huastecas o
teenek han conseguido sobrevivir al paso
del tiempo, manteniendo su lengua,
tradiciones e identidad étnica, pero
incorporando a su cultura influencias europeas.

El nombre de huasteca no proviene del idioma de este pueblo, sino del náhuatl,
concretamente de la palabra “cuextécatl”, la cual podría tener dos significados: o
bien “caracol pequeño”, en caso que venga de “cuachalolotl”, o bien “guaje”, un
tipo de leguminosa, teniendo como origen etimológico la palabra “huaxitl”.

Se cree que esta cultura tiene unos 3.000 años de antigüedad, desarrollando sus
rasgos más distintivos cerca del 750 d.C. Una de las prácticas más llamativas de
los ancestros de los actuales huastecos es la deformación craneal como indicador
de estatus dentro de la jerarquía política. Además de ello, también se mutilaban
los dientes y se perforaban nariz y orejas. Otra de las características más
llamativas de esta antigua cultura fue la de que tenían una configuración política
similar a la de las antiguas polis helénicas.

Conquista azteca
Antes de la llegada de los españoles y de su conquista de América, el Imperio
Azteca ya inició esta tendencia. Los mexicas, bajo el mando del tlatoani (rey)
Moctezuma Xocoyotzin, comenzaron una campaña en 1454 para conquistar la
región de Xiuhcoac.
Esta guerra fue larga, durando incluso hasta después de la llegada de los
españoles al Nuevo Mundo en 1492 y finalizando en 1506, cuando el sucesor de
Moctezuma, el rey Ahuizotl, pudo derrotar a los habitantes de la zona.
Desde entonces, la Huasteca quedó dominada por los mexicas, lo cual fomentó el
intercambio cultural entre huastecos y aztecas.

Llegada de Hernán Cortés


La dulce victoria que había logrado el Imperio Azteca poco le duró. En 1521 los
españoles conquistan Tenochtitlán, capital mexica, provocando el fin de la época
dorada de dominio azteca y el colapso de esta civilización.
Aprovechando el caos que acababan de generar en la administración azteca, los
conquistadores europeos enviaron expediciones para someter a los pueblos de la
costa del golfo e iniciar la colonización de sus territorios.
La conquista hispánica sobre los territorios mexicas no fue tarea sencilla, y más en
tierras huastecas. El propio Hernán Cortés tuvo que ponerse al mando de un
ejército compuesto por indígenas aliados para conseguir vencerlos el mes de
octubre de 1522.
A partir de ese momento la región de la Huasteca quedó bajo dominio español,
ordenando Cortés que se levantaran nuevos asentamientos y repartiendo grandes
extensiones de terreno entre sus oficiales.
Los colonos españoles, quizás empujados por el mito de las Siete Ciudades de
Cíbola, fueron a tierras huastecas en búsqueda de oro. Sin embargo, quedaron
decepcionados al ver que en la Huasteca no abundaban los metales preciosos, así
que comenzaron a esclavizar a los nativos como método para aumentar sus
riquezas.
Agricultura: Ya el hecho de que los mexicas llamaran a la región huasteca como
Tonacatlapan, que significa “tierra de comida”, nos viene a decir cómo de próspera
era la agricultura huasteca. La causa de ello era la gran fertilidad de la región, que
permitía el cultivo de diversidad de plantas alimentarias.

Entre los cultivos que más producían tenemos el maíz, las calabazas, los frijoles,
los chiles, la yuca y las batatas, y usaban una agricultura de temporada, cuando
comenzaban las lluvias. Antes de plantar, tenían la costumbre de quemar las
tierras de cultivo.

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