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Ya hace bastante tiempo, en la edad clásica para ser exactos se dio un hallazgo el cual

permitió que se fuese desarrollando una idea que permite ver o entender el cuerpo como
un objeto y un blanco de poder. Un cuerpo dócil que a través de diferentes ejercicios o
estrategias se puede moldear y educar con intensiones que pueden ir desde la búsqueda
de un cuerpo perfecto hasta la búsqueda de un cuerpo que sea fácil de manipular o
someter. Foucault (2000) “Es dócil un cuerpo que puede ser sometido, que pude ser
utilizado, que puede ser transformado y perfeccionado” (Pág. 125).

A partir de lo mencionado anteriormente se puede empezar a entender al cuerpo


como un objeto que se puede moldear con diferentes objetivos, que pueden ser bien o
mal intencionados, es así que el cuerpo es encadenado y sometido por los poderes que
se ejercen en una sociedad Foucault (2000) “En toda sociedad, el cuerpo queda rendido
en el interior de poderes muy ceñidos, que le imponen coacciones, interdicciones u
obligaciones” (Pág. 125). Para ejercer este poder la sociedad empieza a implementar
diferentes técnicas, a primera de ellas la escala de control la cual se encargara de tratar
al cuerpo de forma fragmentada o por partes ejerciendo sobre este una coerción mínima
que le permitirá asegurarlo como un sujeto mecanizado, esta es la segunda técnica la
cual permitirá moldear al individuo para que este tenga unos respectivos movimientos,
gestos y actitudes. Por último el objeto de control el cual se centrara en la efectividad y
organización de los movimientos, en esta técnica el ritual más importante es el ejercicio.
Estas técnicas o métodos es lo que se puede entender como “disciplinas” las cuales
impondrán en el cuerpo una relación entre la docilidad y la utilidad. Foucault (2000)
“Las disciplinas han llegado a ser en el transcurso de los siglos XVII y XVIII unas
formulas generales de dominación” (Pág. 126).

Las disciplinas llegaron para crear un vínculo el cual permitirá que el cuerpo se haga
más obediente y más útil. Es así que el cuerpo humano se adhiere a un mecanismo de
poder el cual lo inspecciona, lo descompone y lo recompone, mecanismo que lo hace
presa de los demás y lo dispone para la utilidad de otros individuos los cuales trabajaran
con este cuerpo de la forma y con las técnicas que deseen. Foucault (2000) “La
disciplina forma así cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos dóciles” (Pág. 126).

El mecanismo disciplinario mencionado con anterioridad se puede ver inmerso y a su


vez dirigido en diferentes entidades que hacen parte de la sociedad, las iglesias, las
fábricas, los cuarteles y los colegios. Estos son lugares en los cuales el cuerpo se verá
sometido y moldeado en diferentes aspectos psicológicos y corporales. Estos
mecanismos se pueden desarrollar y actuar sobre el cuerpo de manera consiente pero
también inconsciente tratando y manipulando en ocasiones el cuerpo del individuo sin
que este se dé por enterado.

Se evidencia entonces como el poder se ve inmerso en el cuerpo del individuo


sometiéndolo y direccionándolo con diferentes intenciones que quitaran libertad al
individuo haciendo de su cuerpo un objeto dócil, manipulable y moldeable ante los
intereses de otros. Foucault (2000) “Un cuerpo anulado y reducido a polvo y arrojado al
viento, un cuerpo destruido trozo a trozo por el infinito del poder soberano, constituye
el limite no solo ideal sino real del castigo.” (Pág. 48)

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