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1) Colectivización --la eliminación de los kulaks como clase.

-2) La Oposición se convierte en un instrumento en manos de la reacción, el imperialismo y el fascismo.

-3) Stalin y la guerra contra el cerco capitalista y la agresión fascista.

COLECTIVIZACIÓN

La colectivización fue central para el primer plan quinquenal puesto en práctica en 1929. Fue central para el programa

de industrialización de la Unión Soviética y sin ella no había solución posible al atraso de la economía. En 1928 el

número de granjas colectivas se había elevado de 14.830 a 33.258, lo que suponía un incremento de 194.200 a

416.700 propiedades campesinas colectivizadas. Pero esta tasa de crecimiento era inaceptable. A medida que el

invierno de 1928-29 se acercaba, la amenaza del hambre se hizo seria.

La resistencia de los Kulaks (campesinos ricos) constituyó una grave amenaza para el plan quinquenal y para la propia

construcción del socialismo. El 27 de diciembre de 1929, Stalin proclamó: "hemos pasado de una política de limitación

de las tendencias de explotación de los Kulaks a una política de liquidación de los kulaks como clase". Los Kulaks

destruían el grano y el ganado antes de permitir que fuera puesto bajo la autoridad de las granjas colectivas. Se

tomaron medidas indudablemente severas, que incluían la confiscación de la propiedad y la deportación a Siberia y las

regiones árticas. Éste fue un período de intensa lucha de clases que, una vez en marcha, tuvo que ser completado en el
tiempo más corto posible para restaurar y ampliar la producción en el campo. No había ninguna escapatoria para la

resistencia de los Kulaks, y la campaña para completar la colectivización de toda la producción del grano alcanzó su

punto culminante en el otoño de 1932. En octubre de 1929, el 4.1 por ciento de las propiedades campesinas habían

sido colectivizadas. En marzo de 1930, el número era superior al 50 por ciento, y en julio de 1934 representaba el 71.4

por ciento de las tierras de labranza y de las propiedades campesinas. Stalin hizo un alto en el proceso de

colectivización en marzo de 1930, cuando publicó en el Pravda su famoso artículo "El Vértigo del Éxito", en el que

criticaba el celo excesivo de los funcionarios del partido y reclamaba un paréntesis en el fuerte proceso de

agrupamiento de campesinos y de ganadería en las granjas colectivas. Criticó las distorsiones en la línea del partido y

exigió el mayor cuidado en el trato a los campesinos, y declaró que en particular debía cesar el tratamiento de miles de

campesinos pobres y medios como kulaks. Esto causó un retraso en el número de colectivizaciones pero la campaña

siguió adelante, de modo que, a mediados de 1931, el 52.7 por ciento de las propiedades campesinas habían sido

colectivizadas. Aproximadamente 4 años más tarde el número se había elevado al 90.5 por ciento.

La colectivización en la era de Stalin. Izda.: mujeres campesinas conduciendo tractores en una granja colectiva de

Ucrania (1930). Dcha.: granja colectiva de Azerbaijan (1937).

La colectivización era la piedra angular del primer plan quinquenal y de la propia construcción del socialismo. Pero la

resistencia salvaje de los kulaks creó problemas enormes. Sólo en los primeros meses de 1930, 14 millones de cabezas

de ganado fueron sacrificadas, y de los 34 millones de caballos existentes en la Rusia soviética de 1929 se sacrificaron

18 millones. Este sabotaje hizo de la industrialización de la agricultura una necesidad desesperada para prevenir el

hambre. Pero ésta no podía prevenirse totalmente, y en realidad surgió antes de la campaña de colectivización. El

invierno de 1932-33 fue un período de hambre terrible, pero fue seguido por una cosecha récord en 1933, que siguió

mejorando en los años siguientes.

La colectivización era esencial para la industrialización socialista de la Unión Soviética. Pero era también esencial para

liberar la mentalidad del campesinado del atraso de la economía rural existente. La formación de las colectividades,

mientras todavía existía una relación mercantil con el estado, hizo que los campesinos se asociasen y minó el

aislamiento individual de los campesinos, creando ocasiones para desarrollar la conciencia social. Éste es precisamente

el efecto que tuvo la colectivización, y una vez que se vio que las colectividades mejoraban las condiciones de vida de

los campesinos, éstos las defendieron como suyas. La vida cultural en el campo se amplió con la creación de cines y

centros culturales para fomentar todo tipo de actividades colectivas.

Fue Lenin quien creó el lema de que el socialismo era la electrificación más el poder de los Soviets. La electrificación,

igual que la industria, generalmente se hallaba en un estado sumamente atrasado en la Rusia Zarista. La industria a

gran escala es inconcebible sin la energía que la ponga en movimiento. Lo que se llamó el Plan Goelro, consistente en

la construcción de 30 nuevas centrales eléctricas con una capacidad total de 1.5 millones de kilovatios, fue puesto en

marcha por Lenin para ser completado en diez años. En una serie de proyectos quinquenales iniciados por Stalin, estas

propuestas fueron ampliadas enormemente. En 1937, la URSS era ya el tercer productor de energía del mundo.
La industria se desarrolló a un ritmo impresionante. La utilización de tractores y maquinaria agrícola estaba en el centro

de la campaña de colectivización. Ya en 1927 los niveles de producción habían alcanzado los niveles de antes de la

guerra. A finales del último año del primer plan quinquenal, la industria a gran escala experimentó un notable aumento

del 113 por ciento. Uno de los rasgos de este desarrollo, que demostraría ser crucial en la guerra de resistencia contra

la Alemania nazi, fue el desarrollo de nuevas industrias para asegurar una más adecuada distribución de la industria por

todo el país. Se reconoció que la concentración de la industria en la Rusia europea hacía vulnerable a la URSS en caso

de un ataque desde el oeste. Ian Grey, en su biografía Stalin: Man of History [Stalin: Hombre de la Historia], escribió:

"La redistribución de la industria condujo al desarrollo de una segunda industria siderúrgica y del carbón en la zona del

Ural-Kuznetsk. Magnitogorsk, el centro de una nueva región industrial de los Urales, comenzó en 1931 como una

colección de barracones que albergaban a los trabajadores encargados de construir los hornos y los trenes de

laminado; ocho años más tarde era una ciudad de 146.000 habitantes. Kuznetsk en Siberia, conocida en 1932 como

Stalinsk, y Karagandá en Karakhstan, se convirtieron en grandes ciudades industriales en el mismo breve período"

(Pagina 253).

La industrialización en la era de Stalin (años 30). Izda.: Acería de Kerch (Crimea). Dcha.: Planta Siderúrgica de

Makeevka (Ucrania).
La colectivización, la electrificación y la industrialización se desarrollaron a un ritmo acelerado. En 1937, la industria de

construcción de maquinaria soviética era la primera de Europa y la segunda en la producción mundial. En la metalurgia,

la URSS alcanzó el segundo puesto de Europa y el tercer lugar del mundo. La industria química soviética ocupó el

primer lugar de Europa y el segundo del mundo. Mucho se habla hoy de que la Unión Soviética no tenía ningún respeto
por el medio ambiente. Esto no era así en tiempos de Stalin. El calor generado en la producción de energía se empleaba

para calentar las casas de los trabajadores en las ciudades nuevas que aparecían junto a los nuevos complejos

industriales. Las energías alternativas --el agua y la energía eólica-- también fueron utilizadas.

Junto a esta producción industrial intensiva, existía la necesidad de erradicar totalmente el analfabetismo y de

conseguir una clase obrera culta y técnicamente competente. En 1929 había todavía aproximadamente un 51 % de

analfabetos entre los 5 y los 50 años. En 1939 se habían reducido al 18.8 por ciento. En marzo de 1931,

aproximadamente 5.000 especialistas extranjeros fueron empleados en la industria soviética. Cientos de ingenieros y

estudiantes soviéticos recibieron instrucción en el extranjero, en particular en los Estados Unidos (lo cual no resultó del

todo satisfactorio). En 1933, aproximadamente 200.000 estudiantes estaban matriculados en las escuelas técnicas

superiores y unos 900.000 estudiantes asistían a escuelas técnicas secundarias. Las escuelas fabriles y los cursos de

especialistas instruían a un millón de trabajadores cada año.

La urgencia y el ritmo de construcción indudablemente requirieron una cantidad enorme de esfuerzos y sacrificios. Pero

en 1933 Hitler se convirtió en Canciller de Alemania, y el partido Nazi comenzó su campaña de guerra: no había

ninguna duda de la amenaza que el joven estado socialista soviético afrontaba tras poco más de una década de

construcción pacífica. Los enormes sacrificios del primer plan quinquenal daban su fruto y las condiciones de vida

mejoraban, mientras la Depresión hacía presa de Occidente.

En este tiempo crítico para la Unión Soviética, la Oposición, que había esperado que Stalin y el Partido no lograsen

colectivizar la agricultura, aumentó sus actividades subversivas. En cada etapa se había demostrado su postura errónea

y tenía muy poco apoyo entre las masas. Para alcanzar sus objetivos recurrió ahora al terrorismo.

EL ASESINATO DE SERGEI KIROV

El 1 de diciembre de 1934 Sergei Kirov, mientras trabajaba en el Instituto Smolny, fue asesinado por Leonid Nikolaev,

un miembro del Partido que había sido funcionario del Comisariado de Inspección en Leningrado, pero que había sido
degradado desde la abolición del mismo. Sus protestas le valieron ser expulsado del Partido. Era asimismo un

incompetente y había estado implicado en diversas actividades irregulares. Pero fue admitido de nuevo dos meses más

tarde, tras prometer que acataría la disciplina del Partido. Con toda claridad no se había reconciliado con el Partido, y

terminaría recurriendo al terrorismo para lograr su venganza. Era un elemento descontento que fácilmente se prestó a

trabajar para la Oposición.

Kirov era el jefe del Soviet de Leningrado. En la dirección del Partido se le consideraba el sucesor más probable de

Stalin. Su asesinato, por lo tanto, no podía ser visto únicamente como un acto de venganza. Fue principalmente un

acto de terror político. El atentado contra la vida de Lenin en 1918 había sido realizado por un Social-Revolucionario y

no por un miembro del Partido. Kirov fue asesinado por un miembro del Partido. Stalin se tomó este asunto muy en

serio, y él mismo se encargó de dirigir la investigación de las actividades de la Oposición. Zinoviev fue acusado de estar

directamente implicado en el complot contra Kirov. Pero en este momento no podía demostrarse aún su culpabilidad. La

Oposición, mientras estaba ocupada en reclutar a saboteadores y planear asesinatos, negaba enérgicamente su

participación alegando que el terrorismo individual es incompatible con el marxismo. Zinoviev, sin embargo, aceptó que

sus actividades habían contribuido a incitar actos de terrorismo. Fue condenado a 10 años.

En este punto, me gustaría señalar algunos aspectos de las lecciones históricas que los marxistas-leninistas extraen de

la continuación de la lucha de clases en la etapa del socialismo. El socialismo no es el objetivo final del marxismo-

leninismo. Marx, en El Manifiesto Comunista, señala que el socialismo es el período de la dictadura revolucionaria del

proletariado en el que la clase obrera, como clase dirigente, busca amoldar el mundo a su propia perspectiva proletaria.

Para hacer esto, el proletariado necesita su propio estado --un estado que en última instancia debe desaparecer, ya que

el proletariado no tiene ninguna necesidad de mantener un poder opresivo sobre sí mismo. Sin embargo, el estado

soviético era muy poderoso, lo que no podía ser de otro modo a consecuencia del cerco capitalista de la Unión

Soviética. Pero la continuación de la lucha de clases también tiene lugar dentro del estado proletario y sobre todo

dentro del Partido dirigente, que es la avanzadilla de su clase --el proletariado. Siendo éste el caso, puesto que siempre

habrá necesidad de lucha y controversia dentro del partido de la clase obrera, debe reconocerse que esta controversia

también reflejará la lucha de clases en la sociedad y que los desposeídos y los nuevos elementos burgueses procurarán

ganar poder para defender sus intereses dentro del Partido. Cuando los miembros de la Oposición recurrieron al

sabotaje y el terror, al no poder ganar apoyos dentro del Partido, se convirtieron en instrumentos, quizás sin ser

conscientes algunos de ellos, en manos de los que intentaban derrocar al Poder soviético.

El asesinato de Kirov marcó el principio de un cambio cualitativo en el método de lucha de los opositores dentro del

Partido. La oposición del bloque Trotsky-Zinoviev, al no lograr el apoyo dentro del Partido, esperaba el fracaso del

primer plan quinquenal para derrocar a Stalin. Cuando esta esperanza se vio decepcionada, no vieron otra opción que

recurrir al terrorismo. Los Procesos del grupo terrorista trotskista-zinovievista celebrados en Moscú del 19 al 24 de

agosto de 1936 demostraron con claridad lo anterior. Los historiadores burgueses pueden mofarse de estos juicios y

calificarlos de farsas, pero los periodistas y los comentaristas de la época quedaron impresionados por el hecho de que

las admisiones de los acusados eran genuinas. Reflejaban una realidad: que en la sociedad socialista el Partido, para

continuar al lado de las masas, debe purgarse de elementos putrefactos, desmoralizados y burgueses. Tras el asesinato
de Kirov se llevaron a cabo tales purgas, y es también un reflejo de la continua lucha de clases que algunos buenos

comunistas fueran acusados injustamente y expulsados del Partido. Pero es inevitable la necesidad de tales purgas en

la etapa del socialismo, para prevenir la restauración capitalista y la degeneración de la dirección de la clase obrera.

Quizás el individuo más siniestro de la Oposición, que ostentó el poderoso cargo de Vicepresidente de la Policía de

Seguridad --la OGPU--, era Henry G. Yagoda. Sistemáticamente protegía de la investigación a los miembros de la

oposición, y era renombrado por su preferencia por el uso del envenenamiento y de los "tratamientos" médicos para

quitar de en medio a los miembros leales y de confianza del Gobierno soviético. Fue responsable del asesinato del

presidente de la OGPU Vyacheslav R. Menzhinsky, utilizando su poder para intimidar a un tal doctor Leo Levin de modo

que consiguiera la adhesión de un físico leal, el Dr. Kazakov, a la conspiración médica contra Menzhinsky. Menzhinsky

sufría de angina de pecho y asma, y debido a la administración de tratamientos incorrectos, su corazón se debilitó y su

muerte fue apresurada. Murió en mayo de 1934, 6 meses antes del asesinato de Kirov y después de que Yagoda

hubiera asumido su cargo.

De hecho el asesino de Kirov, Leonid Nikolayev, fue detenido por agentes de la OGPU sólo unas semanas antes del

asesinato de Kirov. Se le encontraron un arma y una carta con la ruta que Kirov seguía a diario. Yagoda ordenó su

liberación.

Genrikh Yagoda

Yagoda fue responsable del asesinato de Máximo Gorki y de su hijo. Máximo Gorki era leal a Stalin y al Partido, y sus

escritos eran muy respetados internacionalmente. Por esta razón se convirtió en un objetivo para los miembros de la

Oposición, que temieron que Gorki les denunciara en sus escritos. Los motivos de la Oposición eran venales y bajos.

Estaban en alianza directa e indirecta con los enemigos del poder de la clase obrera en la Unión Soviética y en el

extranjero. Yagoda declaró durante su juicio que sus acciones tenían como objetivo ayudar a que la oposición alcanzara

el poder, y no contribuir a su propio engrandecimiento personal. Incluso confesó a su secretario y cómplice, Pavel

Bulanov, que consideraba al Mein Kampf "un libro que merece la pena" y que le impresionaba el hecho de que Hitler

hubiera llegado a la cima empezando como un simple "sargento mayor". Yagoda había comenzado su carrera como

sargento mayor en el ejército ruso.


La purga de estos elementos que se habían infiltrado en el Partido y en el estado era no sólo una necesidad, sino

asimismo una prioridad en el ambiente de tormenta que se avecinaba con la amenaza internacional de la Alemania nazi

y de las potencias del Eje, una amenaza terrible que la Unión Soviética debía afrontar ahora. Trotsky tenía una posición

totalmente elaborada acerca de que el terrorismo por sí solo no derribaría al Gobierno soviético. Los partidarios del

terrorismo, la actividad desviacionista y el sabotaje tuvieron que aliarse con los que estaban dispuestos a ir a la guerra

contra la Unión Soviética. Esto significaba la alianza con las potencias militares del Eje --en particular Alemania y

Japón. Esta alianza se consideró como un asunto de necesidad histórica para derribar a Stalin y colocar a la oposición

en el poder. Incluso tuvieron lugar conversaciones secretas entre miembros de la Oposición rusa y representantes de

Alemania y Japón.

Adolf Hitler, arengando a miles de tropas en el Congreso del Partido Nazi de Nuremberg el 12 de septiembre de 1936,

proclamó públicamente su intención de invadir la Unión Soviética. El 25 de noviembre de 1936, los Ministros de Asuntos

Exteriores de Alemania y Japón firmaron el Pacto Anti-Comintern. Pero ya en la primavera y el verano de 1936, las

autoridades soviéticas habían sorprendido a espías nazis, saboteadores y terroristas en una serie de incursiones por

todo el país. Paso a paso, la quinta columna antisoviética de Trotsky fue destapada y destruida en los meses siguientes.

Trotsky había predicho una guerra contra la Rusia soviética en 1937. Como la conspiración fue destapada ante el

mundo entero en los Procesos celebrados contra el grupo terrorista trotskista-zinovievista, así como en los juicios

subsiguientes, Trotsky únicamente pudo lanzar sus broncos improperios contra Stalin y la Unión Soviética. Surgieron

entonces comités para defender a Trotsky, cuya plataforma de propaganda debía presentar a Trotsky como un mártir

injustamente acusado. Pero pronto se reveló que dichos comités estaban compuestos por elementos antisoviéticos y

fascistas que coordinaban la propaganda con el fin de desviar la atención lejos de la amenaza de guerra contra la Unión

Soviética.

En 1941, tras la invasión nazi de la URSS, Joseph E. Davies, ex-Embajador americano en la Unión Soviética, escribió:

"Todos estos juicios, purgas y liquidaciones, que parecieron tan violentos en aquel tiempo y sobresaltaron al mundo,

ahora se revelan con bastante claridad como parte de un esfuerzo vigoroso y decidido del gobierno de Stalin para

protegerse... En 1941 no había ya ningún quintacolumnista en Rusia" ( The Big Conspitacy [La Gran Conspiración], pag.

326).

LA OPOSICIÓN SE CONVIERTE EN UN INSTRUMENTO EN MANOS DE LA REACCIÓN, EL IMPERIALISMO Y EL FASCISMO

Trotsky y el odio virulento del trotskismo hacia Stalin nunca se basaron en un conjunto de principios sólidos. Trotsky

era arrogante y presuntuoso. Trotsky se consideraba a sí mismo como el igual de Lenin, y posteriormente como su

sucesor. Se unió a los bolcheviques sólo después de que su propio grupo fracasara en el intento de dirigir la revolución

y desplazar a Lenin y los bolcheviques. No mostró más que desprecio y prejuicio de clase hacia Stalin, a quien

consideraba un georgiano inculto. En cuanto a la pretensión de Trotsky de ser el sucesor de Lenin, no fue aceptada en

ningún momento por los compañeros de partido bolcheviques, que eran demasiado conscientes de las divergencias
fundamentales entre Lenin y Trotsky sobre cuestiones de principio. Trotsky se unió a los bolcheviques en agosto de

1917, sólo dos meses antes de la Revolución Bolchevique de Octubre.

Tras 14 años de oposición a Lenin y a los bolcheviques, Trotsky todavía se consideraba como el sucesor natural de

Lenin. En Brest-Litovsk, Trotsky había sido enviado por Lenin como Comisario de Asuntos Exteriores con instrucciones

categóricas de firmar la paz con Alemania. Pero Trotsky se negó a firmar la declaración: ni paz ni guerra. Dijo a los

alemanes que el ejército ruso no podía luchar más y seguiría siendo desmovilizado, pero que no firmaría la paz.

Después de la Revolución Bolchevique los británicos enviaron a un agente para establecer relaciones con funcionarios

soviéticos, pero sin reconocimiento oficial. Este agente especial del Gabinete Británico de Guerra era R. Bruce Lockhart,

que escribió en sus memorias --tituladas The British Agent [El Agente Británico]-- que el Ministerio de Asuntos

Exteriores británico estaba muy interesado en las "disensiones entre Lenin y Trotsky --disensiones en las cuales nuestro
Gobierno tenía puestas muchas esperanzas". Lockhart estableció contacto personal con Trotsky en cuanto éste volvió

de Brest-Litovsk. Trotsky le concedió una entrevista de dos horas en su oficina privada de Smolny. Según las memorias

de Lockhart, aquella misma noche registró en su diario sus impresiones personales sobre Trotsky:

"Me parece un hombre que de buen grado moriría luchando por Rusia, con la única condición de que haya un público

bastante amplio para contemplarlo" (citado en The Big Conspiracy [La Gran Conspiración], p. 31).

Inmediatamente después de la Revolución de Octubre, cuando la gente anhelaba la paz y cuando la revolución

necesitaba un plazo para organizar el Ejército Rojo, Trotsky jugó irresponsablemente a aventurerismos izquierdistas

con los imperialistas alemanes, amenazándoles con la guerra y la revolución en vez de firmar una paz con Alemania,

que exigía una serie de demandas territoriales a Rusia. El resultado fue que se firmó en Brest-Litovsk una paz todavía

más áspera, que implicaba aún mayores sacrificios territoriales en beneficio de Alemania. El hecho era que la revolución

en Alemania no había madurado, y los trotskistas, al jugar con frases "izquierdistas" para asustar a los imperialistas

alemanes, que conocían muy bien el débil estado en que se encontraba el joven poder soviético, por poco causaron el

completo fracaso de la revolución rusa.

Tampoco el odio de Trotsky hacia Stalin, como algunos afirman, estaba basado en su supuesto talante democrático

frente a los métodos de mando centralistas de Stalin, supuestamente dictatoriales. Trotsky era un exponente fanático

de la política del comunismo de guerra. Ian Grey, en su libro Stalin: Man of History [Stalin: Hombre de la Historia],

escribe sobre Trotsky:

"Trotsky insistía en que el trabajo estuviera sujeto a la misma disciplina estricta impuesta en el Ejército Rojo.

Totalmente autoritario en su perspectiva y sin el menor entendimiento ni comprensión de las necesidades y emociones

humanas, empezó a imponer esta disciplina. El resultado inmediato fue una tormenta airada de protestas y

rebeliones...

”Trotsky entró en conflicto frontal con los sindicatos... Había movilizado a los ferroviarios usando la disciplina del

ejército. Allí, de nuevo ante la oposición del sindicato, estableció su propia autoridad, el Comité Central del Transporte,

conocido como Tsektran. Su tratamiento arbitrario de este sindicato y sus amenazas de hacer lo mismo con los demás

sindicatos --sometiéndolos a todos a la disciplina militar-- enfurecieron a los sindicalistas miembros del Partido...

“Lenin, apoyado por diez de los diecinueve miembros del Comité Central que incluían a Stalin, Zinoviev y Kamenev,

propuso establecer una moderación en el gobierno del partido. La abolición inmediata del odiado Tsektran de Trotsky

debía ser el primer paso. Trotsky se opuso virulentamente a esa política "liberal". Fue apoyado por Bujarin,

Dzerzhinsky, y los tres miembros entonces responsables de la Secretaría del Partido" (p. 144).

La imagen que los historiadores burgueses oficiales suelen presentar de Trotsky como un revolucionario íntegro, un

hombre de principios expulsado y perseguido por Stalin, pertenece al reino de los cuentos de hadas. Trotsky era

despiadado. La importancia que pudo haber tenido y la contribución que hizo en las semanas de Octubre se vuelven
insignificantes ante el hecho de que cada vez con más intensidad entró en contradicción con el poder soviético y, desde

luego, con el liderazgo de Stalin. La ola revolucionaria había disminuido y el poder soviético se enfrentaba con

problemas inmensos para establecer los fundamentos y construir el socialismo por vez primera en la historia, o de lo

contrario capitular ante el imperialismo y la reacción blanca rusa. Trotsky había perdido fuerza dentro del Partido. Éste

era para él toda su vida y desesperadamente intentó recuperarlo. Se preparó para emplear medidas despiadadas y

exigirlas de otros, tal como había estado dispuesto a utilizar los mismos métodos de los oficiales zaristas con el fin de

mantener la disciplina en la Guerra Civil --si era necesario ejecutando a uno de cada diez soldados para hacer cumplir

la disciplina.

Trotsky siguió oponiéndose a Lenin y a los bolcheviques tras su ingreso en el Partido en agosto. Trajo consigo a muchos

elementos anticomunistas que entraron a formar parte de la Oposición. Sin embargo, durante la Revolución de Octubre

era importante la unión de tantas personas como fuera posible, y Trotsky era visto como un agitador habilidoso. Su

entrada en el Partido tuvo lugar con una espectacularidad tal que satisfizo su personalidad y sus ansias de grandeza.

Lenin observó sardónicamente que era como llegar a un acuerdo con una gran potencia. Después de su fracaso en

Brest-Litovsk, fue relevado del cargo de Comisario de Asuntos Exteriores y se le concedió el de Comisario de Guerra.

Contaba con poderes de mando muy elevados sobre los comandantes bolcheviques, quienes obligaron al Comité

Central a intervenir para evitar que Trotsky fusilara a todos los que consideraba que rompían la disciplina militar.

A menudo el comisario de guerra Trotsky es elogiado por su capacidad de liderazgo durante la Guerra Civil. Sin

embargo, en el verano de 1919 Trotsky afirmó que Kolchak ya no era una amenaza en el este, y propuso utilizar todas

las fuerzas del Ejército Rojo en la campaña contra Denikin en el sur. Stalin advirtió que esto daría a Kolchak un gran

respiro, así como la oportunidad de reorganizarse y equiparse para una nueva ofensiva. El Comité Central rechazó el

plan de Trotsky y éste no tomó parte alguna en la campaña del este, que condujo a la derrota de Kolchak. Lo mismo

ocurrió con su plan de dirigir una campaña contra Denikin a través de las estepas del Don, una región casi sin caminos

e infestada de bandas de cosacos contrarrevolucionarios. Stalin rechazó el plan de Trotsky y propuso avanzar a través

de la cuenca del Donetz, con su densa red de ferrocarriles, buenas provisiones de carbón y una población de clase

obrera que simpatizaba con la causa bolchevique. El plan de Stalin fue aceptado por el Comité Central. Trotsky fue

retirado del Frente Sur y se le ordenó no interferir con las operaciones que condujeron a la derrota de Denikin.

En 1921, en el X Congreso, el Comité Central, encabezado por Lenin, proscribió todas las facciones dentro del Partido

por poner en peligro el liderazgo revolucionario. Lenin esperaba que todos los miembros del Partido apoyaran las

decisiones de la mayoría sobre la pena de expulsión. Trotsky, cuyas actividades faccionalistas suponían la oposición

abierta a la mayoría de las decisiones, fue advertido expresamente. El poder se le escapaba a Trotsky de las manos. La

oposición siempre había estado implicada en actividades abiertas y secretas contra el Poder de los soviets. Pero en

1921-22, el General Hans von Seeckt mantuvo contactos con un líder trotskista, Nicolai Krestinsky, a la sazón

embajador soviético en Alemania, a quien ofreció financiación para la camarilla de Trotsky. Esta oferta le fue

comunicada a Trotsky, que se mostró de acuerdo. Krestinsky pidió 250.000 marcos de oro a Seeckt, que acordó

concederlos a cambio de importantes secretos militares y visados para los espías alemanes que operaban dentro de la

Unión Soviética. La coincidencia de intereses entre la Oposición y el imperialismo alemán en su odio hacia el
bolchevismo y el poder soviético eran una realidad. Sin duda hay quienes intentarán justificar tal colaboración,

comparándola con la que permitió a Lenin obtener un coche sellado para volver a la Rusia revolucionaria en 1917. Pero

lo que hizo Lenin aseguró la victoria de la revolución bolchevique. Lo que hizo Trotsky iba dirigido contra ella. Cualquier

sencillo trabajador o campesino soviético era capaz de ver la diferencia.

Tras la muerte de Lenin, Trotsky intentó tomar el poder en el Congreso del Partido de 1924. Exigió que él y no Stalin

fuese el sucesor de Lenin, y obligó a que el asunto se decidiera por votación. Stalin fue votado unánimemente por 748

delegados bolcheviques para continuar siendo el Secretario General. Incluso Bujarin, Zinoviev y Kamenev se sintieron

obligados a votar con la mayoría. La oposición se disolvió, pero volvió a reunirse como Nueva Oposición unos meses

más tarde y continuó movilizando a una mezcolanza de oposicionistas, arribistas y guardias blancos en células secretas

que comenzaron a aprovisionarse de armas.

A pesar de la prohibición de las facciones y del partidismo, la Oposición encontró muchas oportunidades de continuar su

campaña contra la dirección del Partido. En Mi Vida, Trotsky escribe: "Durante el año 1926 la lucha del Partido se

desarrolló con intensidad creciente. En el otoño la Oposición salió abiertamente a la palestra en las reuniones de los

miembros del Partido". Esto, sin embargo, sólo despertó la hostilidad de los trabajadores, que acallaron a la Oposición.

En 1927, cuando la Rusia soviética afrontaba nuevas amenazas de guerra en el oeste, Trotsky públicamente declaró en

Moscú:

"Debemos recuperar la táctica de Clemenceau, quien, como es sabido, se sublevó contra el Gobierno francés cuando los

alemanes estaban sólo a 80 kilómetros de París".

Stalin denunció las declaraciones de Trotsky como traición y declaró que "se ha formado algo así como un frente unido

desde Chamberlain a Trotsky".

Un referéndum de todos los miembros del Partido Bolchevique rechazó a la Oposición por un resultado de 740.000

votos frente a 4.000. De hecho, en ningún momento la Oposición recibió el menor apoyo por parte de la masa de

militantes del Partido ni de la clase obrera. Esto no era sorprendente, en realidad. La Oposición estuvo siempre en

contra de todos los intentos de construir el socialismo, declarándolo imposible en la "atrasada Rusia". Exigieron que la

revolución rusa se convirtiese en un depósito de la revolución mundial para promover revoluciones en otros países.

Despojada de su retórica "izquierdista" la Oposición llevó a cabo una lucha salvaje por el poder, en la línea de la

dictadura militar que Trotsky había tratado de imponer como comisario de guerra.

El 7 de noviembre de 1927, en el décimo aniversario de la Revolución Bolchevique, durante el desfile anual de masas

en la Plaza Roja tuvo lugar una manifestación política contra el Gobierno soviético organizada por la Oposición de

Trotsky. Debía señalar una amplia insurrección en toda la nación. Pero esta insurrección popular sólo existía en la

imaginación febril de Trotsky. Las autoridades actuaron rápidamente y los trabajadores se volvieron contra los

manifestantes, mientras éstos declaraban la toma del poder por parte del nuevo mando concentrado en la Plaza.

Siguieron las redadas y detenciones. Uno de los seguidores de Trotsky, el diplomático Joffe, que había sido embajador
en Japón, se suicidó. En algunos sitios los trotskistas fueron detenidos dentro de células de antiguos oficiales blancos,

terroristas social-revolucionarios y agentes extranjeros. Trotsky fue expulsado del Partido Bolchevique y enviado al

exilio en Alma Ata, Siberia. Posteriormente fue deportado a Turquía, en 1929, y terminó sus días en México, donde fue

asesinado por uno de sus propios partidarios, que llegó a odiar su extremo egoísmo y vanidad.

STALIN Y LA GUERRA CONTRA EL CERCO CAPITALISTA Y LA AGRESIÓN FASCISTA

Antes del triunfo de los bolcheviques, los marxistas creían que la revolución socialista ocurriría primero en las naciones

industrialmente desarrolladas de Europa y América y que se extendería rápidamente, transformando el mundo y

llevando el progreso a las naciones atrasadas. Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial reveló que los partidos

socialistas de Europa habían abandonado la lucha para derrocar al capitalismo, así como la solidaridad de la clase

obrera internacional. La II Internacional Socialista se derrumbó cuando sus partidos apoyaron la victoria de su "propia"

clase dirigente en la guerra. Sólo Lenin y los bolcheviques denunciaron la guerra como una guerra imperialista y

llamaron a los trabajadores a volver sus armas contra la burguesía. El foco de la actividad revolucionaria se trasladó a

Rusia. Los bolcheviques fueron capaces de tomar el poder, y las potencias imperialistas beligerantes que participaban

en la guerra no pudieron hacer nada para impedirlo. Después del armisticio, un ejército intervencionista de 14

potencias se reunió para apoyar a los ejércitos blancos en una guerra civil que tenía por fin derrocar a los bolcheviques.
Fracasaron debido al apoyo del pueblo soviético a su nuevo gobierno, al apoyo y la simpatía internacional hacia el Poder

soviético, y a las contradicciones entre los ejércitos imperialistas intervencionistas y los contrarrevolucionarios blancos.

La utilización de estas contradicciones para debilitar a los enemigos de la Unión Soviética, por lo tanto, siempre

figuraría entre las consideraciones de la política exterior de la Unión Soviética. No podía haber otro camino.

La Oposición trotskista de la época se embarcó en una conspiración para asumir el poder tras la agresión de las

potencias del Eje. Trotsky predijo una guerra contra la Unión Soviética en 1937. Deseaba una guerra temprana contra

la Rusia soviética, porque creía que llevaría a Stalin y a los bolcheviques a la derrota inevitable. Y podría haber

acertado. La condonación a Alemania de las restricciones del tratado de Versalles en 1935, que permitió a Hitler

aumentar la máquina de guerra de Alemania, era una señal clara para Stalin de que Gran Bretaña, Francia y América

estaban animando a los nazis a atacar a la Rusia soviética. La guerra entre la Unión Soviética y la Alemania nazi podía

ser inevitable, dada la gran cantidad de simpatías y apoyos con que contaban los nazis en Occidente, pero no era

inevitable una guerra temprana. La política exterior de Stalin pretendía establecer tratados de seguridad colectiva

contra el expansionismo alemán y, si esto fallaba, como de hecho ocurrió, explotar las contradicciones entre las

potencias imperialistas. No hay ninguna disputa sobre el grado de amenaza a que la Unión Soviética se enfrentaba, y si

Stalin hubiera afrontado la guerra en 1937, probablemente con la quinta columna oposicionista todavía en acción, la

Unión Soviética habría sufrido pérdidas aún mayores y la guerra habría tomado un curso completamente diferente. Esto

podría haber satisfecho los proyectos de Trotsky para la Rusia soviética. Pero Stalin, naturalmente, no hacía caso de

ningún consejo de Trotsky sobre lo que era mejor para la Unión Soviética. Tampoco nosotros deberíamos aceptar

ningún consejo de los seguidores modernos de Trotsky que piensan que es suficiente vociferar contra el pacto alemán-

soviético, sin hacer la menor referencia a la situación que Stalin y la Unión Soviética afrontaban.

Stalin siempre previó que habría una alianza entre Alemania y el Occidente dirigida contra la Unión Soviética. En los

años 20 se establecieron buenas relaciones con Alemania. La república de Weimar buscaba mantener buenas relaciones

con el Este y con Occidente. En 1932 Rusia adquirió el 30.5 % de las exportaciones de maquinaria alemana. Cientos de

técnicos e ingenieros alemanes trabajaban y daban clases en Rusia, y oficiales alemanes entrenaban a las tropas rusas.

En 1932, Alemania aportó el 46.5 % del total de las importaciones de Rusia. En 1935, la cifra cayó al 9%, mientras las

exportaciones de Gran Bretaña a la Unión Soviética aumentaban. América también incrementó su comercio con la

Unión Soviética, en particular después de que Roosevelt subiera al poder. La depresión obligó al capitalismo occidental

a aumentar su comercio con la Unión Soviética. Incluso la Alemania nazi procuró maximizar el comercio con la Rusia

soviética y logró aumentar su cuota de mercado en un 22.8 % en 1936. Sin embargo, este comercio pronto decayó con

la formación de los pactos anti-Comintern entre Alemania, Japón, Berlín y Roma, y la intervención de Alemania al lado

de Franco en la guerra civil española.


Los choques con las tropas japonesas en la frontera con Manchuria obligaron a Stalin a actuar con suma cautela para

detener la agresión japonesa y evitar las provocaciones en las fronteras orientales y occidentales.

En marzo de 1938, Hitler invadió Austria y se produjo una crisis en los Sudetes alemanes de Checoslovaquia. Stalin

propuso entonces que Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética formaran un frente unido para defender

Checoslovaquia. Pero Gran Bretaña y Francia seguían una política de apaciguamiento, animando a Alemania a

expandirse hacia el este, y esperaban poder cosechar las ventajas de que la Unión Soviética y Alemania se destrozasen

mutuamente en un enfrentamiento armado. No compartían en absoluto el antifascismo de Stalin. Hicieron caso omiso

de la propuesta de Stalin y, en la importante conferencia de Múnich, entregaron Checoslovaquia a Alemania. Francia

incluso dejó de cumplir sus tratados con Checoslovaquia, lo cual horrorizó a Stalin. Cuando Alemania invadió

Checoslovaquia, el mundo entero se sintió ultrajado. La tibia condena de Chamberlain produjo un alboroto en el

Parlamento. Visiblemente sobresaltado por la hostilidad, exigió que la Unión Soviética y Gran Bretaña conjuntamente

diesen garantías a Polonia y Rumania. Estas garantías no ofrecían ninguna seguridad a la Unión Soviética.

Las ulteriores propuestas soviéticas de un pacto británico-francés-soviético de ayuda mutua, que garantizara la
independencia de todos los estados a lo largo de la frontera soviética del Báltico al Mar Negro, fueron rechazadas por

Chamberlain alegando que esto molestaría a Polonia y Alemania. La cuestión estaba clara. Gran Bretaña y Francia

deseaban un pronto ataque de la Alemania nazi contra la Rusia soviética para derribar el socialismo soviético. Litvinov

fue destituido como Comisario de Asuntos Exteriores y se nombró a Molotov el 3 de mayo de 1939. En esta situación,

Stalin se vio obligado a considerar la firma de la paz con el diablo en 1939, antes que enfrentarse en solitario a una

guerra en dos frentes. Hitler estaba deseoso de invadir Polonia y, con este objetivo en mente, Ribbentrop fue enviado a

Moscú para negociar un pacto de no agresión entre Alemania y la Unión Soviética. El 23 de agosto de 1939, Stalin

recibió a Ribbentrop y aceptó el texto del acuerdo en una fría y nada amistosa reunión. Los Gobiernos británico y

francés quedaron atónitos, y la máquina de propaganda occidental alcanzó un frenesí histérico de calumnias e insultos

contra la Unión Soviética. El 1 de septiembre, Hitler invadió Polonia, obligando a Chamberlain a declarar la guerra a

Alemania para cumplir los tratados con Polonia.

Seguramente Stalin esperaba que la Unión Soviética pudiera evitar entrar en el conflicto y que los países capitalistas

quedaran exhaustos a causa de la guerra, lo que daría lugar a levantamientos y revoluciones en todas partes de

Europa. Pero tras la facilidad con que los ejércitos alemanes conquistaron Europa, sobre todo tras el total derrumbe de

los ejércitos franceses y la evacuación de los británicos en Dunquerque, Stalin no albergó ya ninguna duda de que la

guerra con Alemania era inevitable. Sin embargo, desesperadamente intentó evitar cualquier provocación que

precipitara un conflicto temprano, que Stalin pretendía impedir al menos hasta la primavera de 1942. Por lo tanto, fue

un gran golpe para la preparación de la Unión Soviética la decisión de Hitler de atacar la Unión Soviética el 22 de junio

de 1941. La ventaja suprema de los agresores era el ataque sorpresa. Pero el tratado de no agresión había dado a

Stalin y a la Unión Soviética un tiempo valiosísimo para asegurar sus fronteras. La guerra con Finlandia, cuando este

estado pro-nazi se negó a permitir el acceso soviético al Báltico a cambio de un área mayor del territorio soviético,

resultó ser una lucha mucho más difícil de lo previsto, que requirió una gran cantidad de tropas soviéticas. Sin

embargo, los ejércitos derrotados aprenden mediante las experiencias amargas las razones de su fracaso, y esto no fue

menos cierto en el caso del Ejército Rojo. Stalin veía claramente que el Ejército Rojo necesitaba oficiales que

entendieran la guerra moderna, y llevó a cabo medidas urgentes para que el Ejército Rojo se organizase y contase con

personal capaz de enfrentarse a la terrible amenaza que se cernía sobre la Unión Soviética.

Poco antes del ataque alemán, Molotov se entrevistó con Hitler en una gélida reunión. Después de rechazar la

propuesta de compartir el Imperio Británico tras la derrota de Inglaterra, el Comisario soviético de Asuntos Exteriores

hizo una embarazosa pregunta sobre la hostilidad de Finlandia hacia la Unión Soviética. Hitler se enfureció por la firme

postura de Molotov. La cuenta atrás de la invasión nazi había comenzado.

Izda.: ataque nazi sobre una aldea soviética. Dcha.: la infantería soviética avanza hacia las tropas nazis, en algún lugar

de Europa del este.


Tres millones de efectivos alemanes, con miles de tanques apoyados por el más moderno armamento, atacaron a lo

largo de una frontera enorme, en lo que fue la mayor batalla terrestre de la historia. En pocas semanas los alemanes

habían penetrado profundamente en territorio soviético y se dirigían hacia Moscú. El Ejército Rojo luchó heroicamente,

sufriendo pérdidas enormes. El 3 de julio, en una alocución radiofónica al pueblo soviético, Stalin presentó un breve

análisis de las razones del éxito inicial de los nazis, pero despejó cualquier duda respecto a la derrota de los alemanes

por el Ejército Rojo, y dio instrucciones específicas a la población sobre las medidas a tomar para crear una guerra

popular en todos los frentes contra los invasores:

"Las granjas colectivas deben evacuar todo el ganado, y devolver el grano al depósito de las autoridades estatales para

su transporte a la retaguardia. Todo lo que sea de valor y no pueda ser retirado, incluyendo los metales no

ferruginosos, el grano y el combustible, debe destruirse sin falta.

“En las áreas ocupadas por el enemigo, deben formarse unidades guerrilleras, montadas y a pie, deben organizarse

grupos de resistencia para combatir a las tropas enemigas, instigar la guerra de guerrillas por todas partes, volar los

puentes y los caminos, dañar las líneas de teléfono y de telégrafo, incendiar los bosques, tiendas, transportes. En las

regiones ocupadas las condiciones deben hacerse insoportables para el enemigo y todos sus cómplices. Deben ser

perseguidos y aniquilados a cada paso, y todas sus acciones frustradas.

“Esta guerra con la Alemania fascista no puede considerarse una guerra ordinaria. No sólo es una guerra entre dos

ejércitos, es también una gran guerra de todo el pueblo soviético contra las fuerzas fascistas alemanas.
“El objetivo de esta guerra nacional en defensa de nuestro país contra los opresores fascistas es no sólo la eliminación

del peligro que se cierne sobre nuestro país, sino también ayudar a todos los pueblos europeos que sufren bajo el yugo

del fascismo alemán".

Los alemanes llegaron a 15 kilómetros de Moscú antes de que la marea retrocediera y los ejércitos nazis fueran

barridos en batallas tan trascendentales como Stalingrado y Kursk. En todas partes Stalin tenía el pleno control,

recabando informes regulares de los oficiales del Ejército Rojo. Como todos los comandantes supremos que han tenido

éxito, escuchaba todos los informes y ponía su confianza extrema en la lealtad y determinación de los oficiales para

derrotar al enemigo. No se tomaba el fracaso a la ligera, y retiraba o degradaba puntualmente a los oficiales que no

lograban asumir sus responsabilidades o no podían dar una explicación satisfactoria de sus fracasos. El mando de Stalin

fue la dinamo que aseguró que el Ejército Rojo aprovechara cada oportunidad de retomar la ofensiva contra Alemania,

y que motivó al Ejército y al pueblo para soportar un sacrificio tan grande con el fin de salvar a la Unión Soviética de la

bota militar fascista. Después de la muerte de Stalin, Jruschev, cuya contribución a la guerra anti-fascista no fue

excepcional, intentó negar el papel de Stalin como comandante supremo. Sin embargo, Zhukov, que dirigió las batallas

que expulsaron a los nazis de Moscú y anteriormente lideró las fuerzas soviéticas en la defensa de Leningrado, no tenía

ninguna duda de que la férrea determinación de Stalin fue la que condujo al ejército y al pueblo entero a la victoria.

Stalin dio la bienvenida sin reservas a cada paso emprendido por Gran Bretaña y América para aumentar sus

aportaciones a la guerra contra la Alemania de Hitler. En contestación al corresponsal del Moscow Associated Press

Henry C. Cassidy, el 13 de noviembre de 1942, Stalin dijo que la campaña aliada en Africa “...representa un hecho

excepcional de enorme importancia, que demuestra el creciente poder de las fuerzas armadas de los aliados y la

perspectiva de la desintegración de la coalición ítalo-alemana en un futuro próximo". Stalin siguió diciendo que era

demasiado pronto para juzgar cuán eficaz sería esta campaña para aliviar la presión sobre la Unión Soviética. Sin

embargo, en respuesta a una pregunta bastante peculiar dadas las circunstancias –"¿Qué posibilidad hay de que la

potencia ofensiva soviética en el este se una a la de los aliados en el oeste para apresurar la victoria final?"-- Stalin

contestó de manera un tanto seca, "no cabe la menor duda de que el Ejército Rojo realizará su tarea con honor, como

ha estado haciendo en todas partes durante la guerra". Esto era en noviembre de 1942, cuando la Unión Soviética

todavía estaba profundamente inmersa en una lucha a vida o muerte para liberar su territorio de los invasores nazis,

tras un período en el que los corresponsales occidentales predecían con seguridad la victoria alemana y el derrumbe del

Ejército Rojo.

La población mundial celebraba como propia cada victoria soviética. Pero los gobernantes de Gran Bretaña y América,

obligados a aliarse con la Unión Soviética, se alarmaron por el éxito militar de ésta. Stalin pedía repetidamente la

apertura del segundo frente en Europa. Pero el oeste demostró no ser demasiado eficaz para obligar a las tropas

alemanas a retirarse del frente oriental. Los líderes occidentales, indudablemente, estaban ya preocupados por el

problema de tratar con una Unión Soviética cuyo prestigio había aumentado enormemente en todo el mundo, y cuya

capacidad militar derrotaba a los nazis prácticamente sin ayuda de nadie. El Segundo Frente comenzó realmente con

los desembarcos del día "D". América, sin embargo, prestaba una atención considerable a asegurar que su poder y no
el poder soviético detentara la supremacía después de la guerra. Temerosa de que la Unión Soviética lograra ampliar su

influencia en el lejano oriente así como en Europa, América provocó la capitulación rápida del Japón dejando caer la

bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki.

Stalin procuró mantener unas relaciones amistosas con los aliados sobre la base del respeto mutuo, pero la amenaza

que la bomba atómica planteaba a la Unión Soviética era evidente para Stalin y para la opinión progresista mundial.

La Unión Soviética perdió a 20 millones de sus mejores luchadores en la guerra contra la Alemania nazi. Como en todas

las guerras esta cifra afectó principalmente a la juventud soviética, el futuro de cualquier sociedad. Tal fue la

contribución del pueblo soviético a la detención de la más brutal y bárbara de las potencias imperialistas. Tal fue la

contribución del pueblo soviético a la extensión del campo del socialismo y a la posibilidad de que los pueblos

esclavizados por los imperios coloniales de Gran Bretaña, Francia y América pudieran lograr su independencia nacional.

Y esto se alcanzó bajo el liderazgo incontestado por parte de Stalin del movimiento comunista internacional. A pesar de

la devastación de la invasión nazi, la Unión Soviética pudo reconstruir su economía y alcanzar a América en el

desarrollo de la investigación espacial, tecnológica y científica. Ninguna economía, y menos aún una economía

socialista, debería afrontar la amenaza que a continuación se abatió sobre Stalin y el campo socialista: la amenaza de

las armas nucleares cayendo sobre las ciudades soviéticas construidas con el sudor de la clase obrera. El monopolio

nuclear de América tuvo que romperse, y fue roto de hecho por la Unión Soviética de Stalin.

Stalin junto con Churchill y un general americano


Las potencias imperialistas temían a Stalin y a la Unión Soviética porque eran la viva demostración de que el socialismo

estaba en alza mientras el imperialismo agonizaba. El período de la posguerra fue un tiempo de grandes esperanzas y

esfuerzos, que hasta los imperialistas hubieron de tener en cuenta haciendo concesiones a la clase trabajadora. Pero la

retórica anticomunista y la propaganda occidental se hicieron cada vez más maliciosas y omnipresentes. Mientras Stalin

siguió vivo, sin embargo, la propaganda occidental no pudo eliminar el enorme aprecio y simpatía que existía en todo el

mundo hacia Stalin y hacia la Unión Soviética. Cuando Stalin murió en 1953, las revistas y periódicos comunistas,

socialistas y progresistas sacaron ediciones completas lamentando la muerte de Stalin y celebrando su vida. Por lo

tanto, los imperialistas saludaron con gran júbilo el discurso secreto de Jruschev que atacaba a Stalin en el XX

Congreso del PCUS en 1956. Jruschev, que era un payaso en el escenario internacional y que condujo al descrédito al

socialismo y a la Unión Soviética, logró lo que los imperialistas nunca pudieron conseguir. Atacando a Stalin, Jruschev

no sólo estaba rechazando el supuesto culto a la personalidad. Atacaba los fundamentos ideológicos de la Unión

Soviética: el marxismo-leninismo. Señaló al mundo el comienzo de la restauración capitalista en la URSS. Jruschev

cayó en 1963, pero el gobierno revisionista que él representaba permaneció en el poder. El socialismo se convirtió en

un capitalismo estatal y los órganos del poder soviético se fueron lentamente minando y corrompiendo. Es un

testimonio del poder y la resistencia del socialismo construido por Lenin y Stalin el que este proceso les costara casi

cuatro décadas tras la muerte de Stalin a los líderes revisionistas Jruschev, Brezhnev y Gorbachov; un proceso que

gradualmente desmanteló y finalmente dio lugar al derrumbamiento del estado soviético y devolvió un poder

desenfrenado a la burguesía. Podemos ver que la burguesía gobierna de nuevo sobre la miseria, la pobreza, el hambre,

el gangsterismo y la dependencia.

Pero la visión de la degeneración burguesa en lugar del socialismo, y del poder de la clase obrera sobre su propio

destino, no se han perdido entre los pueblos y gentes del mundo. El nombre y el prestigio de Stalin están siendo

restaurados a su auténtico lugar en la historia de la lucha de los trabajadores y de los pueblos oprimidos en pro de la

consecución del socialismo y de la emancipación humana.

[1] Título original: “The Truth about Stalin”.

Traducción: EDML (www.leninismo.org)

<http://www.oneparty.co.uk/index.html...//www.oneparty. co.uk/html/tmop01.html>[/b]

AsturcOn
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Re: La verdad Sobre Stalin y la URSS


por Quimera el Lun 21 Dic 2009, 10:25

El enfrentamiento ideológico entre la línea “stalinista” y la “trostkista”, santificando a Stalin y

demonizando a Trostki en este caso, se puede ver claramente estas líneas; uno supondría que después

de más de siete décadas no tendría sentido seguirla, pero al parecer todavía persiste: esto se puede

justificar en la búsqueda de identidad que sufre la “izquierda” más ortodoxa, desde el colapso del

régimen de la URSS; sólo queda como representante la isla de Cuba, y da la impresión que el

experimento socialista tiene el tiempo contado también allí.

Pasaré a contestar algunas de las afirmaciones que considero falsas (a la totalidad las

refutaré a su tiempo, pues es extenso):

AsturcOn escribió: ...las mentiras que tienen sus fuentes en el grupo de expertos anticomunistas de la

Universidad de Harvard y en la propaganda nazi. Las fuentes que actúan en base a la estrategia consistente en

"arroja bastante fango e invéntate genocidios, porque siempre quedará algo". ...

Con respecto a los crímenes masivos cometidos por el régimen stalinista es algo más que probado; no

son invenciones, algo que vamos a ver detalladamente más adelante. Por otra parte poner en duda la

reputación de un instituto de prestigio como Harvard, equiparándolo a la propaganda del régimen nazi,

no habla precisamente bien de la persona que escribió originalmene este artículo.

AsturcOn escribió: Las ideas de la clase dirigente son las ideas predominantes. La clase dirigente de cualquier

época busca dar molde al mundo en apoyo de sus intereses y de su visión de la realidad. Vivimos en la época

del imperialismo y de la revolución social. Pero la revolución social aún no ha tenido éxito en el foco de poder

de la burguesía, que reside principalmente en Europa, América, Japón, y que ahora ha sido restaurado en

Rusia. Por tanto, no es sorprendente que la postura predominante sobre Stalin y aun sobre Lenin, ahora que la

Unión Soviética se ha derrumbado, sea el odio más amargo de la burguesía imperialista y de su ejército bien

pagado y aleccionado de escritorzuelos.


Sin dejar de tomar en cuenta el persistente intento de desacreditar a las opiniones que son opuestas a

las suyas, me parece que hablar de clases sociales como si estuviéramos en la década de ’20 , es una

muestra de “petrificamiento” ideológico : Se ha vivido un cambio cultural – social - económico en estas

últimas dos décadas que marca una nueva etapa, y lo mismo se puede decir de algunos de lso cambios

mundiales que han ocurrdo desde la finalización de la SGM.

AsturcOn escribió: La Revolución de Octubre fue desde su inicio un faro de esperanza y liberación para los

trabajadores y los pueblos oprimidos del mundo. Por primera vez en la historia escrita, las masas tomaron las

riendas del poder estatal y a través del poder de los Soviets se convirtieron en los amos de su propio destino.

Lenin fue el arquitecto del Partido, capaz de alcanzar el objetivo de conducir a las masas a esta gran victoria, y

fue también Lenin quien dirigió el Partido y el Estado soviético en su nacimiento, cuando luchaba por su misma

existencia. Pero Lenin, que en 1918 quedó seriamente debilitado por un intento de asesinato, sufrió una serie

de graves derrames cerebrales que finalmente acabaron con su vida en 1924. Fue entonces responsabilidad de

Stalin dirigir el Partido Comunista de la Unión Soviética durante los años sumamente difíciles de construcción

del socialismo, destruyendo el poder de la Alemania nazi y transformando una sexta parte de la superficie del

mundo en una superpotencia mundial capaz de desafiar al imperialismo estadounidense.

En realidad durante la Revolución de Octubre no cayó el gobierno autócrata y monárquico del Zar, sino

el intento de un gobierno democrático que fue el gobierno provisional formado por liberales y socialistas

moderados, que buscaron crear un Estado moderno, al estilo de los que había en países democráticos.

Hay que recordar, que al contrario de lo que afirma la propaganda pro – comunista, la caída del Zar fue

producto de factores diversos y de actores de una amplia gama ideológica. La ascensión de los

bolcheviques se debió al error garrafal del gobierno provisional de proseguir la guerra contra Alemania.

Con respecto a la simplista afirmación de que la URSS fue la encargar de aniquilar al régimen nazi la

rebatiré con detalle más adelante.

AsturcOn escribió: . El movimiento obrero en Europa y América se hizo enormemente más poderoso gracias al

prestigio creciente de la Unión Soviética y del Movimiento Comunista Internacional. La formación de partidos

comunistas en las naciones oprimidas del Lejano y Medio Oriente, África y Sudamérica, hizo que la lucha por la

independencia nacional de las colonias se hiciera más poderosa y capaz de lograr la victoria frente a la

dominación imperialista. Las concesiones hechas por la clase capitalista a la clase obrera (la asistencia médica

gratuita, el seguro social, la legislación laboral) desde luego fueron vendidas como ventajas del capitalismo.

Pero en realidad fueron el resultado de la poderosa lucha internacional de los trabajadores y de la fuerza del

campo socialista tras la derrota de la Alemania nazi, la formación de las democracias populares en Europa

Oriental y la liberación de China en 1949. La contribución de Stalin se halla indeleblemente escrita en este

período de la historia de la lucha de los pueblos oprimidos y de los trabajadores. Por eso Stalin se ha

convertido en el blanco de tanto veneno por parte de las clases reaccionarias.


Salvo por el hecho de que el espectro del comunismo sirvió para contener al capitalismo, para que éste

no llegara a su forma más cruel, la extensión del comunismo sólo sirvió para cambiar de color a

determinados regímenes autoritarios o, en el peor de los casos, para derribar / anexionar gobiernos

democráticos legítimamente establecidos, siendo reemplazados por gobiernos títeres comunistas. Como

ejemplos tomemos las repúblicas bálticas, como podemos leer aquí:

http://www.1y2gm.com/las-fuerzas-aereas-del-eje-f56/faf-fuerza-aerea-finlandesa-t2305.htm

“El 9 de abril de 1940, menos de un mes después de que terminara la “Winter War” Alemania

comenzaba las operaciones contra Dinamarca y Noruega, y un mes más tarde, hacia lo

mismo hacia occidente, haciendo capitular a Francia el 22 de Junio. Durante el verano de

1940 Inglaterra se veía bajo el ataque aéreo de los alemanes, mientras la URSS continuaba

su agresión contra sus vecinos más pequeños al arrebatar Bessarabia a Rumania y

completaba la ocupación de los estados bálticos , anexando mediante la fuerza o amenaza a

Estonia, Letonia, y Lituania a la “familia” de naciones soviéticas. Esto cambió la posición

estratégica de Finlandia: Francia y Gran Bretaña habían sido dos de las principales países

occidentales que habían mostrado simpatía por Finlandia, y que incluso habían apoyado con

material bélico. La nueva situación impedía contar su apoyo, y además tanto Alemania como

la URSS habían hecho crecer su zona de influencia, cercana a Finlandia, mediante la anexión

o invasión. Para completar el escenario ominoso la Unión Soviética ejercía una presión

considerable, al tomar acciones que indicaban que no habían renunciado a la conquista de

Finlandia. Entre otras acciones los soviéticos pidieron la desmilitarización de las islas Aland

(no mencionadas en el Tratado de Paz en Moscú ), el control de las minas de níquel en

Petsamo, y la expulsión de Vainö Tanner del gobierno finlandés . Lo más ominoso de todo era

el pedido soviético de que un número no determinado de tropas pudieran ingresar al

territorio finés, camino a la base soviético de Hanko. Este pedido se hacía mientras la URSS

estaba anexionando los estados bálticos (Junio – Julio 1940 ), lo que alimentó las sospechas

finesas sobre las reales intenciones soviéticas.

Y las sospechas finesas no estaban desencaminadas: En Noviembre de 1940, en Berlín, el

canciller soviético Viacheslav Molotov plantea que se debe “resolver el problema finés” y

responde a la pregunta de qué era lo que se buscaba hacer con Finlandia: lo mismo que con

Bessarabia, o sea anexión.

Sin embargo algo era diferente en las relaciones alemanas – soviéticas: los sucesivos y

brillantes triunfos obtenidos por las fuerzas armadas finlandesas, durante la Winter War,
habían encandilado a Hitler, que consideró que si unas fuerzas diminutas como las finesas

podían frenar y causar tal nivel de bajas a los soviéticos, las fuerzas armadas alemanas

podrían realizar la invasión de la URSS sin mayores contratiempos (aquí Hitler cometió un

error mayúsculo, pues la guerra peleada por Finlandia fue defensiva, explotando de manera

magistral su geografía y las condiciones climáticas; condiciones que Hitler tendría en

contra). Dentro de ese nuevo contexto, Finlandia le era útil a Alemania.”

Como ser puede ver la URSS tuvo el papel de agresora antes del estallido de la SGM, y principalmente

en la guerra denominada “Guerra de Invierno”, contra Finlandia, que era una república social –

demócrata; lo mismo se puede decir de los casos de Bessarabia, Estonia, Letonia, y Lituania.

CONTINUA . . .

Cordiales Saludos

Quimera

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Re: La verdad Sobre Stalin y la URSS


por Quimera el Lun 21 Dic 2009, 14:46

A la lista de naciones sojuzgadas podemos añadir aquellas que fueron “liberadas” (y lo pongo

entre comillas para hacer notar la incongruencia del término), como Polonia, Hungría,

Checoslovaquia, etc (en estos tres estallaron rebeliones populares contra los regímenes

impuestos que debieron ser acalladas mediante la represión militar). Además hay que hacer

una consideración: en el mundo bipolar de la “Guerra Fría”, algunos movimientos

independentistas se inclinaron por el marxismo por una simple cuentión logística: la URSS

estaba deseosa de apoyar cuanta causa pudiera pertubar a las naciones “colonialistas”, y daba

entrenamiento y equipamiento de forma generosa; en el caso de no mostrar adhesión al

marxismo se perdía esa fuente de recursos, la cual no tenía contrapartida por el lado occidental.

Por otra parte hubos movimientos que nacieron como legítimamente patriotas e

independentistas pero fueron “infiltrados” por grupos marxistas, que se adueñaron de los

logros: el ejemplo más claro de esto es el de Cuba, donde el ejército de Castro estaba integrado

por gente que NO era comunista, pero que al cumplir el objetivo de destituir a Batista fueron

expulsados o incluso muertos, y reemplazados por gente con ideología comunista; Camilo

Cienfuegos, líder indiscutido de la revolución cubana, se oponía a esta reestructuración y pagó

con su vida. Otro ejemplo de infiltración es el del IRA irlandés.

Stalin y el genocidio:

Este tema ha sido ampliamente tratado:

http://www.1y2gm.com/zona-de-debates-f13/que-piensan-sobre-el-nazismo-o-el-comunismo-

t188.htm
Para más información sobre el espanto del Homolodor (genocidio ucraniano a manos de Stalin):

http://es.wikipedia.org/wiki/Holodomor

Es importante hacer notar que en esta fuente se pone en evidencia que tal genocidio existió (10

milones de ucranianos perecieron), y sólo se discute si se aplica correctamente el término, o si

Stalin planificó la muerte masiva deliberada o si, simplemente ante la muerte por hambre de

millones de ucranianos, prefirió dejar que ocurriera ya que era ventajoso para sus planes

(Ucrania había sido una región “problemática”) . . . Por acción u omisión, Stalin es genocida.

Las Purgas
AsturcOn escribió:... En 1941, tras la invasión nazi de la URSS, Joseph E. Davies, ex-Embajador

americano en la Unión Soviética, escribió:

"Todos estos juicios, purgas y liquidaciones, que parecieron tan violentos en aquel tiempo y

sobresaltaron al mundo, ahora se revelan con bastante claridad como parte de un esfuerzo vigoroso y

decidido del gobierno de Stalin para protegerse... En 1941 no había ya ningún quintacolumnista en

Rusia" ( The Big Conspitacy [La Gran Conspiración], pag. 326).

Las purgas fueron una demostración terrible de cómo funcionaba el régimen soviético en

general, y el stalinista en particular, fagositándose a sus propios miembros, ante el temor de la

traición; algo que no nos debe extrañar, después de todo, considerando el modo en que creó el

régimen (Revoluciones de febrero y de octubre) y sus orígenes (las sociedades secretas). Fue

un arma de doble filo, pues si bien es cierto que anuló la acción de una posible red de espionaje

extranjera, también masacró a una miríada de hombres capaces, con una irremplazable

experiencia en diversos campos técnicos; también se eliminó a militares capaces, algunos

sobresalientes como Tukhachevsky, que bien hubieran podido hacer la diferencia en la 1ra

etapa de la invasión alemana . . . En cambio Stalin prefirió personajes más “dóciles”, aunque

más incompetentes, y los que quedaron se cuidaron muy bien de mostrar iniciativa . . . Los

soldados soviéticos pagarían con su sangre este error.

En el texto posteado aparece algo interesante:

AsturcOn escribió:...Los historiadores burgueses pueden mofarse de estos juicios y calificarlos de

farsas, pero los periodistas y los comentaristas de la época quedaron impresionados por el hecho de

que las admisiones de los acusados eran genuinas. Reflejaban una realidad: que en la sociedad
socialista el Partido, para continuar al lado de las masas, debe purgarse de elementos putrefactos,

desmoralizados y burgueses...

Veamos ahora lo que algunos consideran como una prueba “sólida”:

AsturcOn escribió: . . .Incluso confesó a su secretario y cómplice, Pavel Bulanov, que consideraba al

Mein Kampf "un libro que merece la pena" y que le impresionaba el hecho de que Hitler hubiera

llegado a la cima empezando como un simple "sargento mayor". Yagoda había comenzado su carrera

como sargento mayor en el ejército ruso.

O sea que un simple comentario sobre un libro, o sobre la carrera de alguien, algo

completamente lógico sobre todo si ya se consideraba que necesariamente había que ver a

Hitler como un potencial rival en el escenario europeo, eran muestras de “traición” e

“intenciones golpistas” . . . (esto me lleva a algo que leí sobre Cuba comunista: a una serie de

personas se las acusó de integrar una red de conspiradores basándose en que usaban

crucifijos . . . con una muesca, un defecto de fabricación ). . . semejante desatino se suele ver

en los estados totalitarios, temerosos de la represalia de la gente. Casos como el expuesto no

eran la excepción, y ésta es la razón de que los “juicios” no fueran tomados como tales, sino

como lo que realmente eran: caza de brujas.

Además para ver la forma en que en la URSS se obtenían “genuinas” confesiones se puede ver

esto como muestra:

http://www.1y2gm.com/heroes-mitos-y-leyendas-f69/erich-hartmann-el-mejor-de-los-aces-

t2296.htm?sid=cc85c305ac49e7b3fea9575a08ee1079

“Ya que era famoso, o infame, dependiendo de su perpectiva y los soviéticos estaban

realmente interesados en hacer un ejemplo de mí. Yo nunca fui severamente

golpeado o torturado, pero sí pasé hambre y fui amenazado por varios años. Los

interrogatorios eran lo peor. Yo sé que entrevistó a varios alemanes que

experimentaron lo mismo. Las historias son muy parecidas, así que no voy a entrar en

detalles. Lo primero que nos hacían era un exámen médico para determinar que tan

preparados estábamos para el trabajo duro. Luego nos pusieron en un tren que fue

desviado desde Viena hasta los Cárpatos, en Rumania. Allí fuimos ubicados en otra

prisión alambrada con guardias rumanos comunistas. Esto duró una semana y

abordamos otro tren. No había espacio en esos pequeños vagones, así que no
podíamos estar todos sentados, por lo que nos sentábamos por turnos. Finalmente

nosotros arribamos cerca de Kirov y desembarcamos cerca de un pantano. Ese fue

nuestro hogar por un tiempo. De los 1500 POWs (prisioneros de guerra) que dejaron

en ese lugar cerca de 200 sobrevivieron al primer invierno. Esto es lo que sé de

algunos de los que sobrevivieron. Ellos no eran alimentados, sólo trabajaban hasta

morir. Yo fui enviado a Gryazovets donde Assi Hahn se encontraba. El era prisionero

de guerra desde 1943”

“Yo estuve en varios campos, Shakhty, Novocherkassk, donde me pusieron en

confinamiento solitario, y Diaterka. Yo estuve en una huelga de hambre para

protestar las condiciones de trabajo en esclavitud y el hecho era de que los soviéticos

simplemente hacían trabajar a los hombres hasta la muerte por rencor. Irónicamente

fui ubicado en un campo en Kuteynikovo donde mi escuadrón había sentado base en

1943”

“En Shakhty, los otros y yo nos rehusamos a trabajar, invocando la Convención de

Ginebra. Me ubicaron en “solitario”. Este era un campo para minería y muchos

hombres ya estaban cansados de esto. Y creo que mi estado comenzó el problema. En

unos pocos días los POWs asaltaron los guardias, arrinconaron al comandante del

campo y me libertaron. Fue muy excitante. Luego me enviaron a otros campos, y en

Diaterka había unos 4000 hombres allí. En Diaterka, había una valla alta, y la “zona

de muerte” era patrullada por guardias y perros, luego había otra valla con torres de

observación con más guardias y ametralladoras. Nosotros estábamos en largas

hileras de barracas que no tenían aislamiento contra el frío, y el invierno era todo lo

frío que te puedo decir. Cada barraca tenía entre 200 y 400 prisioneros dependiendo

del tamaño, y allí había camastros de madera de 3 o 4 niveles. El campo estaba

dividido en seccionesde máxima y mínima seguridad, y nosotros estábamos en la

sección de mayor seguridad. La seccion de máxima seguridad alojaba miembros de

élite del tercer Reich y prisioneros políticos soviéticos especiales, que era otra sección

dentro de la nuestra que incluso tenía su propia alambrada. Aquí se encontraban el

adjunto de las SS de Hitler Otto Gunsche y el Conde von der Schulenburg, entre otros.

Yo estuve ahí hasta 1954, cuando fui enviado a Novocherkassk. Este fue mi último

campo”

Durante su cautiverio “Ellos me ofrecieron la oportunidad de volver a casa si

trabajaba como agente para ellos, que era algo fuera de consideración. A ninguno les

gustó. Me fueron asignadas tareas de cocina para inducirme a convertirme en

comunista. Yo creo que ellos creían que si tenían un oficial muy condecorado y de alto

rango para convertir estos trabajos podrían hacérselos mucho más fácil. Ellos
convirtieron a Graf, que fue una vergüenza, pero él no abrazó al comunismo. El lo

miró como pragmático que era entre la manera del Oeste, o la manera soviética, y el

ya estaba ahí. Ellos lo liberaron en 1950, pero yo no fui tan afortunado. Aquel de

nosotros que se resistía recibía mayor castigo. Ellos buscaban de mí que les informara

e incluso me dieron una lista de nombres de oficiales de los que buscaban

información. Prometían que me pondrían en libertad antes si se los daba. Me negué.

Me encerraron en solitario unas cuantas veces, por bastante tiempo. Yo pensaba en

mi “Ushi”. Ella me hacía continuar, y el pensamiento de mi familia esperando por mí.

Ellos me amenazaban con matar a mi señora y mi hijo, o forzarlos a venir a Rusia, y

ellos hablaban de que les harían cosas terribles. Todo esto para quebrarme. Ellos sólo

me permitían 25 palabras en una postal para enviarla y a veces mucho menos y esto

no pasaba con frecuencia. Las cartas yo las sacaba a escondidas con POWs que

retornaban, proveyendo la información que ellos necesitaban. Yo recibí cerca de

quince cartas de “Ushi” en los diez y medio años, pero ella me escribió más de 400.

Tener una carta era el mayor levantador de la moral que usted se pueda imaginar. Los

paquetes de la Cruz Roja rara vez llegaban. Aquellos que llegaban con frecuencia

estaban saqueados y eran demorados tanto tiempo que la comida que tenían estaba

arruinada. Los pocos que llegaron “bien” fueron muy útiles, especialmente cuando

llegué a comerciar con los civiles locales. Yo hice muchos amistades con los

campesinos locales, y no había rencor de ellos hacia nosotros, o de nosotros a ellos.”

“Con disciplina nos mantuvimos. Nosotros nunca perdimos nuestra relación militar y

nuestro rígido sistema y el mutuo respeto por nuestro propia autoridad nos mantuvo.

Nosotros teníamos una estructura de rangos y una sangre fría como para formar

nuestros líderes de comité. Incluso aunque nosotros no teníamos más rango todos

comprendíamos nuestra posición y todos trabajábamos dentro del sistema. Esa era

nuestra fortaleza, también como para muchos de nosotros teníamos nuestra fe en

Dios. Yo reflexionaba en mi fe y en “Ushi”, y esto me hacía seguir. Algunos hombres

les costó comprender cuando vinieron noticias que sus esposas se habían divorciado

de ellos, o que un pariente, tal como un padre se había muerto. Mi hijo Peter murió

mientras era POW, pero yo sólo supe de esto mucho más tarde, un año o más, como

con mi padre. Yo supe más cuando fui repatriado en 1955 junto con Hans Baur,

Ferdinand Schoerner, Hajo Herrmann, Herman Graf, Johannes Wiese, y otros más.

Assi Hahn fue liberado antes que el resto de nosotros, como lo fue Walter Wolfram

que había sido mal herido antes de nuestra captura. Wolfram contrabandeó una carta

privada para “Ushi” de mí, que le permitió saber que todavía estaba vivo”

“Volviendo a lo ocurrido en Checoslovaquia, Graf y yo acordanos nunca entregar

nuestros “Diamantes” a los soviéticos. Mi original quedó con “Ushi”, y una copia fue
tomada por los americanos, y otra copia la tengo yo también. Las arrojé, aunque eran

sin valor, lo preferí a entregarlas. Graf entregó las suyas, y estaban arriba de la mesa

del oficial de la NKVD cuando fui llamado. El buscaba la mía también. No las obtuvo.

También buscaba información detallada sobre el Me – 262, que ellos tenían varias

máquinas capturadas que necesitaban evaluar. No lo ayudé.”

Vale considerar que a Erich Hartmann los soviéticos lo consideraban demasiado valioso, tanto

como objeto de propaganda, como potencial espía, y por su experiencia de piloto de caza, y se

abstuvieron de tomar peores medidas, en su intento por “convertirlo” . . . La mayoría de los que

estuvieron en manos de los soviéticos como prisioneros no tuvieron tanta suerte.

CONTINUA . . .

Cordiales Saludos

Quimera

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Re: La verdad Sobre Stalin y la URSS


por AsturcOn el Lun 21 Dic 2009, 15:04

Con respecto a los crímenes masivos cometidos por el régimen stalinista es algo más

que probado; no son invenciones, algo que vamos a ver detalladamente más adelante.

Por otra parte poner en duda la reputación de un instituto de prestigio como Harvard,

equiparándolo a la propaganda del régimen nazi, no habla precisamente bien de la

persona que escribió originalmene este artículo.

Cuando dices crímenes masivos, debo suponer que estas refiriéndote a un genocidio

premeditado con todas las malas intenciones, de un tirano sanguinario tal cual nos lo ha

contado el capitalismo, que sin escrúpulos humanos y profesionales, siguió los planes

heredados del fascismo.

Poner en duda la reputación y esencia de las enseñanzas capitalistas en Harvard es lo

mas humano y obligado hacer, y equiparar sus tramas con las falsedades históricas

fascistas es lo justo y necesario.

Sobre el articulo citado, mas adelante podrás ir contrastándolo con muchos otros

artículos, reflexiones, biografías, entrevistas y documentos muy variados que coinciden

plenamente desenmascarando todas y cada una de las tramas que tanto el fascismo
como el capitalismo simplemente se han inventado.

Sin dejar de tomar en cuenta el persistente intento de desacreditar a las opiniones que

son opuestas a las suyas, me parece que hablar de clases sociales como si

estuviéramos en la década de ’20 , es una muestra de “petrificamiento” ideológico : Se

ha vivido un cambio cultural – social - económico en estas últimas dos décadas que

marca una nueva etapa, y lo mismo se puede decir de algunos de lso cambios

mundiales que han ocurrdo desde la finalización de la SGM.

¿Es que acaso no existe una lucha de clases entre neo-liberales, neo-fascistas, neo-

comunistas?

¿Acaso no han heredado todos estos la lucha de clases de las generaciones pasadas?

¿Crees que la lucha de clases murió con la segunda guerra mundial?

Dices que se ha vivido un cambio cultural y estoy de acuerdo en ello, sin olvidarme un

segundo que ese cambio cultural, es ya un icono de valores falsos o valores perdidos,

pero la lucha de clases sigue presente incluso creciendo día a día en el mundo.

Los cambios a los que tu intentas referirte son el desmantelamiento de la Unión

Soviética que ha permitido la libre acción del imperialismo en un mundo en el que mas

de 9.000.000 de niños mueren al año gracias a las políticas neoliberales, en un mundo

capitalista en el que mas de 1.000.000.000 de personas no encuentran medios para

comer.

Quizás ahora, con esta ultima crisis económica cíclica, muy típica del capitalismo,

empecemos a ser un poco mas conscientes del enorme engaño al que hemos sido

sometidos en estas podridas sociedades capitalistas. Mas ahora que la crisis económica

solo ha comenzado.

En realidad durante la Revolución de Octubre no cayó el gobierno autócrata y

monárquico del Zar, sino el intento de un gobierno democrático que fue el gobierno

provisional formado por liberales y socialistas moderados, que buscaron crear un Estado

moderno, al estilo de los que había en países democráticos. Hay que recordar, que al

contrario de lo que afirma la propaganda pro – comunista, la caída del Zar fue producto

de factores diversos y de actores de una amplia gama ideológica. La ascensión de los

bolcheviques se debió al error garrafal del gobierno provisional de proseguir la guerra

contra Alemania.
Exacto mas o menos fue así como comenzó todo. Pero no te olvides que la revolución

de octubre ya fue gestada muchos años atrás. Acuérdate del “domingo sangriento” y de

la represión zarista en las primeras intentonas revolucionarias. recuerda que los lideres

principales de la revolución estaban durante todos esos años luchando por derrocar a

los zares y al sistema burgués y feudal. Stalin sin ir muy lejos fue un claro testigo de las

cárceles y los Gulags siberianos de los zares.

Pero no te confundas con los liberales y social demócratas, cuyo único objetivo era el de

crear una sociedad capitalista sin zares, que pudiera competir con las sociedades

capitalistas mas desarrolladas. Ese era el objetivo de Liberales y social-demócratas,

seguir los pasos de las sociedades contaminadas por el capitalismo para codearse con

las elites burguesas extranjeras.

Con respecto a la simplista afirmación de que la URSS fue la encargar de aniquilar al

régimen nazi la rebatiré con detalle más adelante.

No tengo la menor duda de que si no es por el papel determinante y totalmente

decisivo de la Unión Soviética en la victoria final contra Alemania, hoy hablaríamos

todos alemán o simplemente no existiríamos.

¿Podíamos esperar algo de Francia, Polonia, Inglaterra o de la tardía entrada en la PGM

y la SGM de los ejércitos de EE.UU?. De hecho los EE.UU solo entraron en “acción”

cuando ya estaba ganada y mas que ganada por los soviéticos.

Salvo por el hecho de que el espectro del comunismo sirvió para contener al

capitalismo, para que éste no llegara a su forma más cruel, la extensión del comunismo

sólo sirvió para cambiar de color a determinados regímenes autoritarios o, en el peor de

los casos, para derribar / anexionar gobiernos democráticos legítimamente establecidos,

siendo reemplazados por gobiernos títeres comunistas. Como ejemplos tomemos las

repúblicas bálticas, como podemos leer aquí:

El comunismo no solo sirvió para frenar en aquellos tiempos la impune expansión

capitalista, también sirvió para que las sociedades capitalistas se vieran obligadas a

otorgar tarde y mal, algunos de los derechos sociales que hasta incluso las Naciones

Unidas, copiaron con enorme envidia y frustración de la constitución del 36 impulsada y

enormemente defendida por Stalin. Una constitución ejemplar y única que ofrecía por

derecho y justicia histórica un enorme paquete de medidas sociales que no voy a citar

ahora, pero que con gusto traeré a este hilo.


Como ser puede ver la URSS tuvo el papel de agresora antes del estallido de la SGM, y

principalmente en la guerra denominada “Guerra de Invierno”, contra Finlandia, que era

una república social – demócrata; lo mismo se puede decir de los casos de Bessarabia,

Estonia, Letonia, y Lituania.

Esta es una suposición capitalista muy oportunista.

¿Ahora resulta que la agresora fue la Unión Soviética?

Esas anexiones fueron totalmente justificadas por la invasión militar conjunta de mas

de 16 potencias extranjeras apoyando al ejercito blanco. Agresiones contra la

revolución bolchevique por países como EE.UU, Inglaterra, Polonia, Estonia, Letonia,

Lituania intentando destruir a ejércitos de trabajadores y campesinos para terminar con

la revolución y eliminar la pesadilla del capitalismo, con la destrucción del marxismo en

el mundo. Ese fue el motivo de la justa y meditada venganza soviética. Yo no veo

ninguna agresión es mas, aquí te dejo uno de los tantos mitos creados por el

capitalismo en relación al famoso culto a la personalidad de Stalin en el que el propio

Stalin te contará un poco de esta historia.

AsturcOn
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Re: La verdad Sobre Stalin y la URSS


por yp94ch el Lun 21 Dic
2009, 15:23
Estimados, desde ya los felicito por el excelente debate que están

llevando a cabo.

Con respeto, las personas aun de opiniones muy contrarias pueden conversar.

Pero permítanme una sugerencia para la buena “salud” de este debate. No hay

una verdad absoluta, y para lo que a UNO es correcto y verídico, quizás para el

OTRO no… y no necesariamente alguno de los dos este equivocado, pero

tampoco en lo correcto.

Quizás suene mucho a Confucio!!! Pero bueno la vida no es blanco y/o

negro, sepan apreciar los matices y quizás alguien con un poco de fogueó en su

vida les recomienda alejarse quizás un poco de los extremos y quizás llegar a

un centro, o por lo menos lo mas próximos uno del otro para acortar

distancias!!!

Saludos.

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Re: La verdad Sobre Stalin y la URSS


por AsturcOn el Lun 21
Dic 2009, 15:24

STALIN Y EL CULTO A LA PERSONALIDAD: ¿QUÉ HAY DE CIERTO?

William B. Bland

(De la Liga Comunista del Reino Unido). Discurso leído a la Stalin

Society en mayo de 1991.

Conseguir que la gente deje de odiarte es bastante difícil; puedes

intentar ser amable con ellos; eso podría funcionar. Pero ¿qué ocurre

cuando la gente te aprecia --e incluso te ama? ¿Es posible hacer que

dejen de albergar ese sentimiento? Seguramente es posible, pero ¿con

qué finalidad haría alguien una cosa así?


El 14 de febrero de 1956, el político revisionista soviético Nikita

Jruschev [2] , entonces Primer Secretario del Comité Central del Partido

Comunista de la Unión Soviética, de manera pública pero oblicua atacó

a Stalin en el XX Congreso del Partido: "Es de importancia suprema

restablecer y reforzar por todos los medios posibles el principio leninista

del liderazgo colectivo. El Comité Central... condena enérgicamente el

culto individual como ajeno al espíritu del marxismo-leninismo". (N.S.

Jruschev:, Report to the Central Committee, 20th Congress [Informe al

Comité Central; XX Congreso del PCUS] febrero de 1956; Londres;

1956; p. 80-81). En su 'discurso secreto' al mismo Congreso el 25 de

febrero (que se filtró al Ministerio de Asuntos Exteriores de los EEUU,

pero no fue publicado en la Unión Soviética) Jruschev atacaba a Stalin

de forma más directa, afirmando que "el culto individual adquirió un

tamaño monstruoso principalmente porque el mismo Stalin, utilizando

todos los métodos concebibles, apoyó la glorificación de su propia

persona" (Instituto Ruso, Columbia University (Ed.): The Anti-Stalin

Campaign and International Communism [La Campaña Anti-Stalin y el

Comunismo Internacional]; Nueva York; 1956; p. 69).

Muchos anti-comunistas y anti-estalinistas han escrito extensamente

sobre el "culto a la personalidad", propagando siempre los mismos

rumores y opiniones sin fundamento como si fueran hechos probados.

De hecho, numerosos testigos dan fe de la sencillez y modestia de

Stalin. Así pues, veamos lo que dicen diversos testigos oculares de

todas las ideologías políticas, testigos que no tenían NINGUNA RAZÓN

para mentir.
Comencemos por las declaraciones de testigos oculares neutros y\u

hostiles sobre la persona de Stalin.

El diplomático americano Joseph Davies [3] hizo hincapié en las

maneras sencillas y amables de Stalin: "Me asusté un poco cuando vi la

puerta... abierta y el Sr. Stalin entró en el despacho solo.... Su

comportamiento es amable, sus maneras despreocupadamente

sencillas... Me saludó cordialmente con una sonrisa y con gran sencillez,

pero también con auténtica dignidad.... Sus ojos castaños son de

mirada sumamente amable y apacible. A un niño le gustaría sentarse en

su regazo y un perro se acercaría furtivamente hasta él". (J. E. Davies:

Mission to Moscow [Misión en Moscú]; Londres; 1940; p. 222, 230).

Isaac Don Levine [4] escribe en su biografía hostil de Stalin: "Stalin no

busca honores. Aborrece la pompa. Es contrario a todo tipo de

demostraciones públicas. Podría llevar en el pecho todas las insignias

nominales de un gran estado. Sin embargo, prefiere mantenerse en un

segundo plano" (J. D. Levine: Stalin: A Biography [Stalin: una

Biografía]; Londres; 1931; p. 248-49).

Otro crítico hostil, Louis Fischer [5], señala 'la capacidad de escuchar'

de Stalin: "Stalin... es una fuente de inspiración para el Partido por su

firme voluntad y su calma. Los individuos en contacto con él admiran su

capacidad de escuchar y su habilidad para mejorar las sugerencias y

propuestas de subordinados sumamente inteligentes" (L. Fischer:

Artículo publicado en The Nation, Volumen 137 (9 de agosto de 1933);

p. 154).
Eugene Lyons [6], en su biografía titulada Stalin: Czar of All the Russias

[Stalin: Zar de Todas las Rusias], describe el sencillo modo de vida de

Stalin: "Stalin vivía en un apartamento modesto de tres habitaciones....

En su vida diaria sus gustos fueron siempre sencillos, casi hasta el

extremo de la crudeza.... Incluso los que le odiaban con un odio

desesperado y le atribuían sádicas crueldades nunca le acusaron de

excesos en su vida privada... Los que miden el 'éxito' por los millones

de dólares, los yates y las amantes encuentran difícil de entender cómo

el poderoso puede encontrar placer en la austeridad… No había nada ni

remotamente parecido a la actitud de un ogro en su aspecto o en su

conducta, nada teatral en sus maneras. Un hombre agradable, serio y

maduro --evidentemente dispuesto a ser amistoso con el primer

extranjero que había admitido a su presencia en años. 'Es una persona

agradable desde cualquier punto de vista', recuerdo que pensaba

mientras estábamos allí sentados, y ese pensamiento me causaba

asombro" (E. Lyons: Stalin: Czar of All the Russias [Stalin: Zar de Todas

las Rusias]; Filadelfia; 1940; p. 196, 200).

Lyons le preguntó a Stalin: "¿Es usted un dictador?"; Stalin sonrió,

dando a entender así que la pregunta era absurda. "No", dijo con

lentitud, “no soy ningún dictador. Los que usan esa palabra no

entienden el sistema soviético de gobierno ni los métodos del Partido

Comunista. Ningún hombre o grupo de hombres puede dictar nada. Las

decisiones son tomadas por el Partido y aceptadas por sus órganos, el

Comité Central y el Politburó" (E. Lyons: ibíd.; p. 203). (Comentario

Editorial: recordemos que Lyons fue uno de los reporteros occidentales

que colaboraron con los nazis en la elaboración de la mentira del

"hambre de la colectivización").

El revisionista finlandés Arvo Tuominen (1894-1981), fuertemente hostil

a Stalin, comenta en su libro The Bells of the Kremlin [Las Campanas

del Kremlin] el deseo de Stalin de pasar inadvertido: "En sus discursos y

escritos Stalin siempre se retiraba a un segundo plano, hablando sólo

del comunismo, del poder soviético y del Partido, y acentuando que él

era simplemente un representante de la idea y de la organización, nada

más... Nunca advertí la más mínima señal de vanagloria en Stalin" (A.

Tuominen: The Bells of the Kremlin [Las Campanas del Kremlin];

Hanovre (New Hampshire, EE. UU); 1983; p. 155, 163).


En este punto el mismo autor expresa su sorpresa por el contraste entre

el verdadero Stalin y la imagen de propaganda que se había extendido

sobre él: "Durante mis muchos años en Moscú nunca dejó de

maravillarme el contraste entre el hombre y las semblanzas colosales

que se habían hecho de él. Aquel caucasiano de altura media,

ligeramente picado de viruela y con un gran mostacho, se hallaba todo

lo lejos que uno pudiera imaginar del estereotipo de un dictador. Pero,

al mismo tiempo, la propaganda proclamaba sus capacidades

sobrehumanas" (A. Tuominen: ibíd., p. 155).

El mariscal soviético Georgy Zhukov [7] habla de la 'carencia de

afectación' de Stalin: "sin afectación y sin manierismos, él (Stalin) se

ganaba el corazón de todos los que le trataban" (C. K. Zhukov: The

Memoirs of Marshal Zhukov [Memorias del Mariscal Zhukov]; Londres;

1971; p. 283).

La hija de Stalin, Svetlana Alliluyeva [1926-] es lo bastante crédula

como para aceptar casi cualquier difamación contra su padre, pero

incluso ella rechaza la acusación de que el propio Stalin tramase el

'culto' a su personalidad. Svetlana describe un viaje en tren con Stalin

de Crimea a Moscú en 1948: "Al pararnos en una estación dimos un

paseo por el andén. Mi padre llegó hasta la locomotora, saludando a los

trabajadores del ferrocarril con los que se encontraba. No pudimos ver a

un solo pasajero. Era un tren especial y no se permitió que nadie

subiera al andén.... ¿Quien había ideado tal cosa? ¿Quien había ideado

todas estas estratagemas? Desde luego, mi padre no. Era el sistema en

que él mismo estaba preso y en el que sufrió la soledad, el vacío y la

falta de compañerismo humano... Hoy en día, cuando leo u oigo en

algún sitio que mi padre se consideraba a sí mismo prácticamente como

un dios, me asombra que personas que le conocían bien puedan decir

tal cosa.... Él jamás pensó en sí mismo como en un dios". (S. Alliluyeva:

Letters to a Friend [Cartas a un Amigo]; Londres; 1968; p. 202-03,

213).

Stalin y su hija Svetlana en 1936


Svetlana describe el dolor de los criados (que eran trabajadores con un

salario) de la dacha cuando Stalin murió: "Estos hombres y mujeres que

eran criados de mi padre le amaban. Él no era difícil de complacer. Al

contrario, era cortés, modesto y directo con los que dependían de él...

Hombres, mujeres, todos sin excepción le lloraron... Nadie estaba

haciendo teatro. Todos se conocían desde hacía muchos años... Nadie

en esa habitación le consideraba un dios o un superhombre, un genio o

un demonio. Ellos le amaban y le respetaban por las cualidades

humanas más ordinarias, aquellas cualidades de las que los criados son

los mejores jueces de todos" (S. Alliluyeva: ibíd; p. 20, 22).

Además, los hechos demuestran que en numerosas ocasiones el mismo

Stalin denunció y ridiculizó el 'culto individual' por ser totalmente

contrario al marxismo-leninismo. Por ejemplo:

Junio de 1926: "Debo decir sinceramente, camaradas, que no me

merezco ni la mitad de las cosas lisonjeras que se han dicho aquí sobre

mí. Soy, al parecer, un héroe de la Revolución de Octubre, el líder del

Partido Comunista Soviético, el líder del Comunismo Internacional, un

caballero-guerrero legendario y todo lo demás. Esto es absurdo,

camaradas, y la exageración completamente innecesaria. Éste es el tipo

de cosas que por lo general se dicen en el funeral de un revolucionario

difunto. Pero no tengo ninguna intención de morirme todavía. En

realidad yo era, y continúo siendo, uno de los aprendices de los obreros

especializados de los talleres del ferrocarril de Tiflis". (J. V. Stalin:

Obras, Volumen 8; Moscú; 1954; p. 182).

Octubre de 1927: "¿Y quién es Stalin? Stalin es sólo una figura menor"

(J. V. Stalin: Obras. Volumen 10; Moscú; Moscú; 1954; p. 177).

Diciembre de 1929: "Vuestras felicitaciones y saludos únicamente los

merece el gran Partido de la clase obrera que me dio a luz y que me

forjó a su propia imagen y semejanza. Y solamente porque los merece

nuestro glorioso Partido Leninista, me atrevo a daros mi agradecimiento

como bolchevique" (J. V. Stalin: Obras, Volumen 12; Moscú; 1955; p.

146).

Abril de 1930: "Hay quienes piensan que el artículo 'El Vértigo del Éxito'

fue resultado de la iniciativa personal de Stalin. Esto, desde luego, es


absurdo. No es de recibo que la iniciativa personal en un asunto como

éste sea tomada por una persona sola, quienquiera que sea, pues

tenemos un Comité Central" (J. V. Stalin: Obras, ibíd.; p. 218).

Agosto de 1930: "Me habláis de vuestra 'devoción' hacia mí... Os

aconsejaría que desechárais el 'principio' de la devoción a las personas.

Ése no es el camino bolchevique. Sed únicamente devotos de la clase

obrera, de su Partido, de su estado. Ésta es una cosa buena y útil. Pero

no la confundáis con la devoción a las personas, esa fruslería vana e

inútil propia de intelectuales de escasa voluntad". (J. V. Stalin: Obras,

Volumen 13; Moscú; 1955; p. 20).

Diciembre de 1931: "En cuanto a mí, soy solamente un discípulo de

Lenin, y el objetivo de mi vida es llegar a ser un discípulo digno de él...

El marxismo no niega por completo el papel desempeñado por

individuos excepcionales o que la historia esté hecha por las personas.

Pero... las grandes personas sólo pueden hacer cosas valiosas en la

medida en que son capaces de entender correctamente las condiciones

reales, de entender cómo cambiarlas. Si no logran entender estas

condiciones y pretenden cambiarlas según los impulsos de su

imaginación, se encontrarán en la situación de Don Quijote. Las

personas individuales no pueden decidir. Las decisiones de los

individuos son siempre, o casi siempre, decisiones unilaterales.... En

cada grupo colectivo, hay personas con cuya opinión debe contarse... A

partir de la experiencia de tres revoluciones, sabemos que de cada 100

decisiones tomadas por personas individuales sin ser puestas a prueba y

corregidas colectivamente, aproximadamente 90 son unilaterales.

Nunca, bajo ninguna circunstancia, nuestros trabajadores podrán tolerar

que el poder se concentre en las manos de una sola persona. Con

nosotros, los personajes de mayor autoridad se reducen a la

inexistencia, se convierten en meras cifras, en cuanto las masas de los

trabajadores pierden la confianza en ellos". (J.V. Stalin: ibíd.; p. 107-

08, 109, 113).

Febrero de 1933: "He recibido su carta concediéndome su segunda

Orden como recompensa por mi trabajo. Le agradezco mucho sus

cálidas palabras y su regalo de camaradería. Sé de lo que usted se está

privando para hacerme este favor y aprecio sus sentimientos. Sin

embargo, no puedo aceptar su segunda Orden. No puedo y no debo


aceptarla, no sólo porque únicamente puede pertenecerle a usted, pues

usted solo se la ha ganado, sino también porque yo he sido ya

ampliamente recompensado por el aprecio y el respeto de mis

camaradas y, por consiguiente, no tengo ningún derecho a robarle a

usted. Las Órdenes fueron instituidas no para los que ya son conocidos,

sino principalmente para las personas heroicas que son poco conocidas

y que merecen darse a conocer a todos. Además, debo decirle que ya

tengo dos Órdenes. Esto es más de lo que uno puede necesitar, se lo

aseguro" (J. V. Stalin: ibíd.; p. 241).

Mayo de 1933: Robins a Stalin: “Considero un gran honor tener la

oportunidad de hacerle una visita”. Stalin a Robins: “No hay nada de

particular en eso. Usted exagera”. Robins a Stalin: “Lo que me parece

más interesante es que en todas partes de Rusia he encontrado los

nombres Lenin-Stalin, Lenin-Stalin, Lenin-Stalin, siempre juntos”. Stalin

a Robins: “Eso también es una exageración. ¿Cómo se me puede

comparar con Lenin?” (J. V. Stalin: ibíd.; p. 267)

Febrero de 1938: "Estoy absolutamente en contra de la publicación de

las Historias de la Niñez de Stalin. El libro abunda en una masa de

inexactitudes de hecho, de alteraciones, de exageraciones y de

alabanzas inmerecidas. Pero... lo importante reside en el hecho de que

el libro muestra una tendencia a grabar en las mentes de los niños

soviéticos (y de la gente en general) el culto a la personalidad de los

líderes, de los héroes infalibles. Esto es peligroso y perjudicial. La teoría

de los héroes y la 'multitud' no es bolchevique, sino una teoría social-

revolucionaria (esto es, anarquista). Sugiero que se queme ese libro" (J.

V. Stalin: ibíd.; p. 327).


Y de fuentes amistosas:

El escritor francés Henri Barbusse (1873-1935) describe la sencillez del

modo de vida de Stalin: "Cuando se sube a la primera planta, se ven

cortinas blancas en tres de las ventanas. Estas tres ventanas son el

hogar de Stalin. En el diminuto pasillo una larga capa militar cuelga de

una clavija debajo de un gorro. Además de este pasillo hay tres

dormitorios y un comedor. Los dormitorios están sencillamente

amueblados, como los de un hotel respetable de segunda clase. El hijo

mayor, Jasheka, duerme de noche en el comedor, sobre un diván que

se convierte en cama; los más pequeños duermen en un hueco


diminuto, una especie de nicho abierto.... Stalin gana quinientos rublos

al mes, que constituyen el magro sueldo máximo de los funcionarios del

Partido Comunista (entre 20 y 25 libras esterlinas)... Este hombre

franco y brillante es... un hombre sencillo.... No emplea a treinta y dos

secretarios, como el Sr. Lloyd Jorge; tiene sólo uno....

Sistemáticamente, Stalin otorga el mérito de todo el progreso realizado

a Lenin, cuando una parte importante del mérito le corresponde a él"

(H. Barbusse: Stalin: A New World seen through One Man [Stalin: un

Mundo Nuevo visto a través de Un Hombre]; Londres; 1935; p. vii, viii,

291, 294).

Ciertamente, Stalin tenía una dacha o casa de campo, pero aquí su vida

era igualmente sencilla, como relata su hija Svetlana: "Era igual en la

dacha de Kuntsevo... Mi padre estaba instalado en la planta baja. Vivía

en una habitación y lo hacía todo en ella. Dormía en el sofá, dispuesto

como cama improvisada por la noche". (S. Alliluyeva: Letters to a

Friend [Cartas a un Amigo]; Londres; 1967; p. 28).

El líder albanés Enver Hoxha [8] describe a Stalin como 'modesto y

considerado': "Stalin no era ningún tirano, ningún déspota. Era un

hombre de principios; era justo, modesto y muy amable y considerado

con la gente, los cuadros y sus colegas" (E. Hoxha: Con Stalin:

Memorias; Tirana; 1979; p. 14-15).

Los fabianos británicos Sidney y Beatrice Webb [9] rechazan

enérgicamente la acusación de que Stalin ejerciera el poder de forma

dictatorial: "A veces se afirma que... el estado entero es gobernado por

la voluntad de una sola persona, Josef Stalin. Primeramente debemos

señalar que, a diferencia de Mussolini, Hitler y otros dictadores

modernos, Stalin no está investido legalmente de ninguna autoridad

sobre sus conciudadanos. No tiene ni siquiera el extenso poder que la

Constitución Americana otorga durante cuatro años a cada sucesivo

presidente.... Stalin no es y nunca ha sido el Presidente de la

URSS....No es ni siquiera un Comisario del Pueblo, o un miembro del

Gabinete.... Él es el Secretario General del Partido... No pensamos que

el Partido esté gobernado por la voluntad de una sola persona, o que

Stalin sea la clase de persona capaz de reclamar o desear tal posición.

Él ha negado de manera muy explícita cualquier dictadura personal, en

términos que coinciden exactamente con nuestra propia impresión de


los hechos. El Partido Comunista de la URSS ha adoptado para su propia

organización el modelo que hemos descrito.... En este modelo, la

dictadura individual no tiene lugar alguno. Desconfían de las decisiones

personales y se protegen escrupulosamente contra ellas. Con el fin de

evitar los errores debidos al prejuicio, la ira, la envidia, la vanidad y

otros males... es deseable que la decisión individual se vea siempre

compensada por la necesidad de lograr el asentimiento de los colegas e

iguales, que éstos discutan con sinceridad el asunto y se hagan

conjuntamente responsables de la decisión… Stalin ha señalado con

frecuencia que él realmente no toma las decisiones del Comité Central

del Partido Comunista... La sencilla verdad es que, inspeccionando la

administración de la URSS durante la década pasada bajo la presunta

dictadura de Stalin, las decisiones principales no han mostrado ni la

prontitud, ni el grado de azar, ni aun la obstinación intrépida que a

menudo se reclaman como ventajas de una dictadura. Al contrario, la

acción del Partido con frecuencia se llevaba a cabo tras una deliberación

muy prolongada, y como resultado de discusiones a veces tan

acaloradas y ásperas que llevaban en su formulación las señales de la

vacilación y la carencia de seguridad... Esta política revela... el estigma

del control por parte del Comité". (S. y B. Webb: Soviet Communism: A

New Civilisation [El Comunismo Soviético: Una Nueva Civilización];

Londres; 19; p. 4231, 432, 433, 435).

Tal vez Barbusse, Hoxha y los Webbs puedan considerarse testigos

parciales. Pero incluso los observadores que son sumamente críticos con

Stalin están de acuerdo con el testimonio de los anteriores testigos.

Así pues, el ‘culto individual’ o ‘culto a la personalidad’ erigido en torno

a Stalin era opuesto al marxismo-leninismo, y su práctica contraria a los

deseos expresados por Stalin.

Ello suscita una pregunta importante.

Hemos visto que, aunque Stalin expresó una fuerte oposición al 'Culto a

la Personalidad', la leyenda de un 'culto a la personalidad' continuó. De

aquí se sigue irrefutablemente que: 1) Stalin era incapaz de pararlo, o

2) no quiso pararlo y era, por tanto, un hipócrita mezquino y mentiroso,

y de ningún modo un "marxista-leninista", o 3) no era completamente

consciente de ello, o 4) la leyenda fue fabricada después de los hechos


y\o a sus espaldas; ¿cuándo fue la primera vez que alguien oyó hablar

de ella? ¿Era Stalin como Elvis Presley? Elvis era un "HIT". Todos sabían

que Elvis era un hit EN SU ÉPOCA, y no después de los hechos.

Los Iniciadores del 'Culto'

El 'culto a la personalidad' en torno a Stalin no fue promovido por

Stalin, sino que fue contrario a sus deseos. Entonces, ¿por quién fue

promovido?

Los hechos demuestran que los exponentes más fervientes del 'culto a

la personalidad ' de Stalin eran revisionistas como Karl Radek, [10]

Nikita Jruschev y Anastas Mikoyan [11].

Roy Medvedev [12] señala que "la edición del Pravda de enero de 1934

contenía un artículo de dos páginas escrito por Radek, con una

avalancha de orgiásticos elogios hacia Stalin. Radek, antiguo trotskista

que había encabezado la oposición a Stalin durante muchos años (!),

ahora le llamaba 'el mejor discípulo de Lenin, el modelo del Partido

Leninista, la carne de su carne, la sangre de su sangre'.... 'Es tan

previsor como Lenin', etcétera, etcétera. Éste parece haber sido el

primer artículo de prensa expresamente dedicado a la adulación de

Stalin, y rápidamente fue reeditado como folleto con una tirada de

225.000 copias, una cifra enorme para la época" (R. A. Medvedev: Let

History Judge: The Origins and Consequences of Stalinism [Que la

Historia Juzgue: Orígenes y Consecuencias del Estalinismo]; Londres;

1972; p. 148).

Fue Jruschev quien introdujo el término 'Vozhd' ('Líder', correspondiente

a la palabra alemana 'Führer'). En la Conferencia del Partido de Moscú

en enero de 1932, Jruschev terminó su discurso diciendo: "Los

bolcheviques de Moscú, reunidos alrededor del Comité Central Leninista

como nunca antes en su historia, y alrededor del 'Vozhd ' de nuestro

Partido, el Camarada Stalin, marchan con alegría y seguridad hacia

nuevas victorias en la batalla por el socialismo, por la revolución

proletaria mundial". ('Rabochaya Moscova ', 26 de enero de 1932,

citado en: L. Pistrak: The Grand Tactician: Jruschev's Rise to Power [El

Gran Estratega: la Subida de Jruschev al Poder]; Londres; 1961; p.


159).

En la XVII Conferencia del Partido en enero de 1934, fue Jruschev, y

sólo Jruschev, quien llamó a Stalin 'vohzd' y 'genio' (XVII Vsesoiuznoi

Kommunisticheskoi Partii s'ezd (B.); p, 145, citado en: L.Pistrak: ibíd.;

p. 160).

En agosto de 1936, durante el juicio por traición a Lev Kamenev [13] y

Grigory Zinoviev, [14] Jruschev, en su cargo de Secretario del Partido

en Moscú, dijo: "¡Pigmeos miserables! ¡Ellos han levantado sus manos

contra el más grande de todos los hombres… nuestro sabio 'vozhd', el

Camarada Stalin!.. Usted, Camarada Stalin, ha alzado la gran bandera

del marxismo-leninismo sobre el mundo entero y la ha llevado a lo más

alto. Le aseguramos, Camarada Stalin, que la organización bolchevique

de Moscú --fiel partidaria del Comité Central Estalinista-- incrementará

la vigilancia estalinista todavía más, extirpará los restos trotskistas-

zinovievistas, y cerrará las filas de los Bolcheviques del Partido e

independientes en torno al Comité Central Estalinista y al gran Stalin"

(Pravda, 23 de agosto de 1936, citado en: L. Pistrak: ibíd; p. 162).

En el VIII Congreso de los Soviets de toda la Unión en noviembre de

1936, fue otra vez Jruschev quien propuso que la nueva Constitución

Soviética, que se presentaba al Congreso para su aprobación, se

llamase 'Constitución Estalinista', porque "fue escrita de principio a fin

por el Camarada Stalin" (En realidad, no fue escrita por el mismo Stalin)

(Pravda, 30 de noviembre de 1936, citado en: L. Pistrak: ibíd.; p. 161).

Hay que señalar que Vyacheslav Molotov, [15] entonces Primer Ministro,

y Andrey Zhdanov, [16] Secretario del Partido en Leningrado, no

mencionaron ningún papel especial de Stalin en la redacción de la

Constitución.

En el mismo discurso Jruschev acuñó el término 'estalinismo': "Nuestra

Constitución es el Marxismo-Leninismo-Estalinismo que ha conquistado

una sexta parte del globo" (Ibíd).

El discurso de Jruschev en Moscú ante una audiencia de 200.000

personas, en el momento del juicio por traición a Grigori Pyatakov [17]

y Karl Radek en enero de 1937, iba en una línea similar: "Al levantar
sus manos contra el Camarada Stalin, las han levantado contra todo lo

mejor que la humanidad posee. Pues Stalin es la esperanza; es la

expectativa; es el faro que dirige a toda la humanidad progresista.

¡Stalin es nuestra bandera! ¡Stalin es nuestra voluntad! ¡Stalin es

nuestra victoria!" (Pravda, 31 de enero de 1937), citado en: L. Pistrak:

ibíd; p., 162).

Stalin fue descrito por Jruschev en marzo de 1939 como: "Nuestro gran

genio, nuestro amado Stalin" (Visti VTsVK, 3 de marzo de 1939, citado

en: L. Pistrak: ibíd; p. 164).

Y en el XVIII Congreso del Partido en marzo de 1939 como: "El mayor

genio de la humanidad, maestro y 'vozhd', que nos conduce hacia el

Comunismo, nuestro muy amado Stalin" (XVIJI s'ezd Vsesoiueznoi

Kommunisticheskoi Partii (B), p. 174, citado en: L. Pistrak: ibíd; p.

164).

Y en mayo de 1945 como: "Gran Mariscal de la Victoria", (Pravda

Ukrainy, 13 de mayo de 1945, citado en: L. Pistrak: ibíd.; p. 164).

Con motivo de la celebración del quincuagésimo cumpleaños de Stalin

en diciembre de 1929, Anastas Mikoyan acompañó sus felicitaciones con

la siguiente petición: "Que nosotros, aceptando la demanda legítima de

las masas, comencemos finalmente a trabajar sobre su biografía y la

hagamos disponible para el Partido y para toda la gente trabajadora de

nuestro país" (Izvestia, 21 de diciembre de 1929, citado en: L. Pistrak:

ibíd; p. 164).

Diez años más tarde, con motivo del sexagésimo cumpleaños de Stalin

en diciembre de 1939, Mikoyan todavía defendía la publicación de la

"biografía científica de Stalin" (Pravda, 21 de diciembre de 1939, citado

en: L. Pistrak: ibíd.; p. 158).

La biografía fue finalmente publicada en 1947, compilada por "G. F.

Alexandrov, M. R. Galaktionov, V. S. Kruzhkov, M. B. Mitin, V. D.

Mochalov y P. N. Pospelov". (Joseph Stalin: una Biografía Corta; Moscú;

1947).

Sin embargo, en su 'discurso secreto' al XX Congreso del PCUS de 1956,


basándose en el 'culto a la personalidad' que él y sus colegas habían

promovido en torno a Stalin, Jruschev atribuyó la paternidad literaria

del libro al mismo Stalin: “Uno de los ejemplos más característicos de la

auto-glorificación de Stalin y de su carencia de la modestia más

elemental es la edición de su Biografía Corta... Este libro es un ejemplo

de la adulación más disoluta” (Instituto Ruso, Universidad de Columbia

(ed.): op. cit.; p. 69).

Esto nos demuestra que los ADULADORES se oponen así a los deseos de

sus ídolos que nunca quisieron ser idolatrados en absoluto, y cuando los

ídolos los rechazan, o cuando ellos mismos terminan yéndose, CULPAN

a los ídolos de obligarles a adularlos durante todo ese tiempo.

Los Motivos para la creación del 'Culto Individual'

Desde luego, muchos ciudadanos soviéticos admiraban a Stalin y

expresaban esta admiración. Pero, con toda claridad, el 'culto a la

personalidad' en torno a Stalin fue promovido principalmente por los

revisionistas ocultos, en contra de los deseos expresos de Stalin. ¿Por

qué? Motivos posibles:

En primer lugar, disfrazar el hecho de que los revisionistas ocultos

empezaban a controlar el Partido y la Internacional Comunista, y

presentar la ficción de que estos órganos estaban dominados

personalmente por Stalin; de este modo, las culpas por las rupturas de

la legalidad socialista y por las desviaciones de los principios marxistas-

leninistas serían más tarde atribuidas a Stalin;

En segundo lugar, proporcionar un pretexto para atacar a Stalin más

adelante (bajo el disfraz de la realización de un programa de

'democratización', que sería de hecho un programa de

desmantelamiento del socialismo, sustituyéndolo por el capitalismo

estatal).

Estatua de Stalin en el Canal del Volga-Don

El mismo Stalin no era inconsciente de que los revisionistas ocultos

constituían la fuerza principal que se hallaba detrás del 'culto a la


personalidad'. El revisionista finlandés Tuominen, en 1935, describe

cómo, cuando en una ocasión Stalin fue informado de que se habían

colocado unos bustos suyos en lugares prominentes de la galería

principal de arte de Moscú, el Tretyakov, Stalin exclamó: "¡Esto es

sabotaje directo!" (A. Touminen: op. cit.; p. 164).

El escritor alemán Lion Feuchtwanger [1884-1958] confirmó en 1936

que Stalin sospechaba que el 'culto a la personalidad' era directamente

promovido por 'saboteadores' con el objetivo de desacreditarle:

"Evidentemente es muy molesto para Stalin ser adorado como algunos

le adoran, y de vez en cuando se mofa de ello. De todos los hombres

con poder que conozco, Stalin es quien alberga menos pretensiones. Le

hablé francamente sobre el culto vulgar y excesivo hacia su persona, y

él contestó con igual franqueza. Piensa que es posible que los

'saboteadores' puedan estar detrás de dicho culto, en una tentativa de

desacreditarlo" (L. Feuchtwanger: Moscow 1937 [Moscú 1937];

Londres; 1937; p. 93, 94-94).

Para concluir, el ataque hecho por los revisionistas al 'culto a la

personalidad' en la Unión Soviética fue un ataque no sólo contra la

persona de Stalin, como marxista-leninista destacado y principal

defensor del socialismo, sino que fue la primera etapa de una ofensiva

contra el marxismo-leninismo y el sistema socialista en la Unión

Soviética.

Quizás el mejor comentario sobre este asunto sea el brindis sarcástico

que, como registra el revisionista finlandés Tuominen, fue propuesto por

Stalin en la fiesta de Año Nuevo de 1935: ¡"Camaradas! Quiero

proponer un brindis por nuestro patriarca, vida y sol, libertador de las

naciones, arquitecto del socialismo (recitó de carrerilla todos los

calificativos que se le aplicaban en aquel momento), Josef

Vissarionovich Stalin, y espero que éste sea el primer y último discurso

pronunciado en honor de ese genio en esta velada" (A. Tuominen: op.

cit.; p. 162).

AsturcOn
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Re: La verdad Sobre Stalin y la URSS


por AsturcOn el
Lun 21 Dic 2009,
15:33

Encantado de conocerles. Estoy seguro de que sin faltarnos al

respeto, podemos debatir este y otros asuntos con pasión y

fuerza por ambas partes. Comprendo que la razón esta sujeta a

la lógica y el sentido común, y el resultado matemático de todo

este conjunto no esta enraizado en ningún extremo. Todo es

debatible y discutible.

AsturcOn
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Re: La verdad Sobre Stalin y la


URSS
por Qui
mera el
Lun 21
Dic
2009,
16:02

AsturcOn escribió:Encantado de conocerles. Estoy seguro

de que sin faltarnos al respeto, podemos debatir este y

otros asuntos con pasión y fuerza por ambas partes.

Comprendo que la razón esta sujeta a la lógica y el sentido

común, y el resultado matemático de todo este conjunto no

esta enraizado en ningún extremo. Todo es debatible y

discutible.

Me gusta leer palabras así; acá encontrará un

terreno apto para una sana y constructiva

discusión . . . Siéntase bienvenido

Cordiales Saludos

Quimera

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Quimera
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Re: La verdad Sobre Stalin y


la URSS

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A la lista de naciones sojuzgadas podemos

añadir aquellas que fueron “liberadas” (y lo

pongo entre comillas para hacer notar la

incongruencia del término), como Polonia,

Hungría, Checoslovaquia, etc (en estos tres

estallaron rebeliones populares contra los

regímenes impuestos que debieron ser acalladas

mediante la represión militar). Además hay que

hacer una consideración: en el mundo bipolar de

la “Guerra Fría”, algunos movimientos

independentistas se inclinaron por el marxismo

por una simple cuentión logística: la URSS

estaba deseosa de apoyar cuanta causa pudiera

pertubar a las naciones “colonialistas”, y daba

entrenamiento y equipamiento de forma

generosa; en el caso de no mostrar adhesión al

marxismo se perdía esa fuente de recursos, la

cual no tenía contrapartida por el lado

occidental. Por otra parte hubos movimientos

que nacieron como legítimamente patriotas e

independentistas pero fueron “infiltrados” por

grupos marxistas, que se adueñaron de los

logros: el ejemplo más claro de esto es el de

Cuba, donde el ejército de Castro estaba

integrado por gente que NO era comunista, pero


que al cumplir el objetivo de destituir a Batista

fueron expulsados o incluso muertos, y

reemplazados por gente con ideología

comunista; Camilo Cienfuegos, líder indiscutido

de la revolución cubana, se oponía a esta

reestructuración y pagó con su vida. Otro

ejemplo de infiltración es el del IRA irlandés.

Como puedes ver he señalado en color azul

oscuro la respuesta con la que menos estoy de

acuerdo. La cita en azul claro según mi opinión

es mucho mas acertada.

En una revolución incluso como la cubana, al

igual que en todas y cada una de las sociedades

capitalistas existen todo tipo de movimientos

políticos, que incluyen purgas muy usuales ya

desde tiempos del imperio romano. Todos estos

movimientos enmarcados en luchas de clases.

También estoy de acuerdo en la opinión de que

Fidel Castro en sus orígenes políticos, no tenia

una mentalidad totalmente marxista y

revolucionaria, pero si tenia todas las

intenciones de producir un cambio social y

político para Cuba. El terrorismo imperialista fue

el que marcó la agenda política de Castro

orientándolo al marxismo.

Tampoco podemos ignorar que tanto Fidel Como

el Che leyeron a Marx, Lenin, Stalin y muchas

otras obras marxistas durante los años en los

que lucharon con sus fusiles contra la dictadura

de Fulgencio Batista. Por lo tanto no seria difícil

pensar que el comienzo de la revolución cubana

empezaría con ejemplos totalmente claros como

las nacionalizaciones de las empresas

capitalistas existentes en Cuba.

Es importante hacer notar que en esta fuente se


pone en evidencia que tal genocidio existió (10

milones de ucranianos perecieron), y sólo se

discute si se aplica correctamente el término, o

si Stalin planificó la muerte masiva deliberada o

si, simplemente ante la muerte por hambre de

millones de ucranianos, prefirió dejar que

ocurriera ya que era ventajoso para sus planes

(Ucrania había sido una región “problemática”) .

. . Por acción u omisión, Stalin es genocida.

Empieza fuerte el tema y con el mito de los 10,

50, y 100 millones incluido el Holodomor.

Este sera sin duda el punto de lucha en el que

nos moveremos con mas intensidad, entre otras

cosas porque es aquí donde un extremo le

contexta a otro.

Las purgas fueron una demostración terrible de

cómo funcionaba el régimen soviético en

general, y el stalinista en particular,

fagositándose a sus propios miembros, ante el

temor de la traición; algo que no nos debe

extrañar, después de todo, considerando el

modo en que creó el régimen (Revoluciones de

febrero y de octubre) y sus orígenes (las

sociedades secretas). Fue un arma de doble filo,

pues si bien es cierto que anuló la acción de una

posible red de espionaje extranjera, también

masacró a una miríada de hombres capaces, con

una irremplazable experiencia en diversos

campos técnicos; también se eliminó a militares

capaces, algunos sobresalientes como

Tukhachevsky, que bien hubieran podido hacer

la diferencia en la 1ra etapa de la invasión

alemana . . . En cambio Stalin prefirió

personajes más “dóciles”, aunque más

incompetentes, y los que quedaron se cuidaron

muy bien de mostrar iniciativa . . . Los soldados

soviéticos pagarían con su sangre este error.


El termino masacre no creo que este muy

ajustado con la realidad y el contexto histórico

de la URSS, a no ser durante la invasión Nazi en

la que si hubo masacres dignas de un

holocausto y la cacareada solución final.

Aunque estoy contigo en que el sacrificio del

destierro, la eliminación política de muchos

miembros importantes con cualidades

necesarias, era una perdida importante para el

desarrollo del comunismo. Pero no podemos

hacer justicia sin decir que las que son

consideradas victimas de aquellas purgas, eran

antiguos oficiales del zar, Kulaks, saboteadores

y muchos antiguos mencheviques que fueron

descubiertos con las manos en la masa.

Seguramente también había alguna pobre

victima que nada tenia que ver con estas tramas

y que como en todas las represiones, siempre

pagan justos por pecadores.

O sea que un simple comentario sobre un libro,

o sobre la carrera de alguien, algo

completamente lógico sobre todo si ya se

consideraba que necesariamente había que ver

a Hitler como un potencial rival en el escenario

europeo, eran muestras de “traición” e

“intenciones golpistas” . . . (esto me lleva a algo

que leí sobre Cuba comunista: a una serie de

personas se las acusó de integrar una red de

conspiradores basándose en que usaban

crucifijos . . . con una muesca, un defecto de

fabricación ). . . semejante desatino se suele ver

en los estados totalitarios, temerosos de la

represalia de la gente. Casos como el expuesto

no eran la excepción, y ésta es la razón de que

los “juicios” no fueran tomados como tales, sino

como lo que realmente eran: caza de brujas.


Las represalias, la opresión y las represiones no

son un invento del comunismo, son

precisamente esas políticas por las que nacen y

nacieron la mayoría de las revoluciones.

PD:

Amigo quimera, auque claramente no estamos

de acuerdo en nuestros puntos de vista, no

puedo negar que es usted un buen caballero al

que deseo unas felices fiestas capitalistas.

En serio:

Felices fiestas amigo.

AsturcOn
Usuario

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Fecha de inscripción: 17/12/2009







Re: La verdad Sobre


Stalin y la URSS

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Me sumo a la bienvenida, AsturcOn, y te

felicito por tu sana forma de debatir,

aunque mi enfoque esté más próximo al

del amigo Facu.

A ver si durante estas navidades saco

tiempo para este intercambio 'dialéctico'

Saludos y felices fiestas


_________________

"¿E irás a Flandes, mi querida Mally?

¿Para ver a los grandes generales, mi

preciosa Mally?

Lo que verás serán las balas volar,

y a las mujeres oirás llorar,

y a los soldados morir verás,

mi querida Mally".

Canción de los soldados del duque de

Marlborough, principios del siglo XVIII

http://www.elcafedelhistoriador.blogspo

t.com/

Dr.Groucho
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Campaña de 1905
Port Arthur cayó finalmente el 2 de enero de 1905, después de una serie de asaltos brutales
y gran cantidad de bajas en ambos bandos. Con las espaldas cubiertas, el ejército japonés
presionó hacia el norte de Manchuria. Tras la batalla de Mukden (21 de febrero–10 de
marzo de 1905), expulsan a los rusos de Shenyang.
Mientras tanto, Rusia había enviado la flota del Báltico al mando del almirante
Rozhdestvenski hacia Asia, bordeando el Cabo de Buena Esperanza. El 21 de octubre de
1904, mientras navegaba en aguas británicas (un aliado del Japón pero neutral en esta
guerra), provocó el incidente de Dogger Bank al disparar sobre botes pesqueros a los que
los rusos confundieron con lanchas torpederas. El viaje se demoró tanto que el almirante
Togo hizo planes para interceptar a la flota del Báltico antes de que pudiera recalar en
Vladivostok. Las escuadras se encontraron en la batalla de Tsushima, en el estrecho del
mismo nombre entre Corea y Japón, el 27 de mayo de 1905. Durante la batalla, que duró
hasta el 29 de mayo, la flota japonesa, numéricamente inferior pero más moderna y con
mayor velocidad y alcance de fuego, bombardeó a la flota rusa sin piedad, destruyendo sus
ocho acorazados. La flota japonesa contaba entre otros con dos cruceros acorazados de
Clase Giuseppe Garibaldi comprados a Argentina: el Mariano Moreno (renombrado
Nisshin) y el Bernardino Rivadavia (renombrado Kasuga), así como un crucero comprado
a Chile: el Esmeralda (rebautizado Izumi).
Conclusión y consecuencias de la guerra
El mando ruso en Extremo Oriente, formado por el almirante Yevgeni Alekséyev y el
general Alekséi Kuropatkin, era incompetente y sus tropas, insuficientes. Los refuerzos
llegaban desde la Rusia europea en el ferrocarril Transiberiano de vía única, muy lento e
interrumpido a la altura del lago Baikal. Éstas y otras razones, como el ataque por sorpresa
del Japón, implicaron que la guerra resultara en una sorprendente victoria japonesa, lo que
le convirtió en una potencia mundial a tener en cuenta.
Rusia se ve obligada a negociar. El resultado: la humillación de una nación occidental. Se
concluye un armisticio entre los dos gobiernos: aunque los rusos se encuentran muy
debilitados por la Revolución de 1905, las finanzas japonesas están totalmente agotadas y el
Imperio nipón ya no dispone de los medios para destruir completamente al grueso de las
tropas rusas de Extremo Oriente. Se organiza una conferencia de paz en Portsmouth
(EE.UU.) el 5 de septiembre de 1905, gracias a la mediación del presidente estadounidense
Theodore Roosevelt. Las cláusulas contienen las siguientes estipulaciones: Rusia debe
reconocer la preeminencia de los intereses del Japón en Corea; cede al vencedor su
arrendamiento de la península de Liaodong, su base de Port Arthur, el ferrocarril
meridional de Manchuria y la mitad sur de la isla de Sajalín. Ambos países, de común
acuerdo, se comprometen a restituir Manchuria a China. A pesar de la insistencia del
Japón, no se prevé ninguna indemnización.
El descontento popular en Rusia, seguido de la derrota, llevó a la Revolución de 1905. La
guerra terminó gracias a la mediación de los EE.UU. El descontento japonés ante la
ausencia de adquisiciones territoriales condujo a una erosión de los buenos sentimientos
hacia Estados Unidos, constituyendo la semilla para el futuro conflicto con el país
americano.
La derrota de Rusia fue recibida con conmoción en Occidente, especialmente a través de
Asia. Que un país no occidental pudiera derrotar en un conflicto bélico a un poder
establecido resultó particularmente inspirador para varios movimientos independentistas
anticoloniales alrededor del mundo. Esta guerra ha sido llamada el «fin del mito del
hombre blanco». Frente al racismo de la época, supuestamente por primera vez, una nación
blanca era vencida por otra raza.
Después de esta guerra, el Imperio nipón adquirió gracias a su Armada Imperial un
prestigio nacional e internacional en lo naval y militar que durará hasta la Segunda Guerra
Mundial.
Durante la contienda, el ejército japonés trató bien a los civiles y prisioneros de guerra,
careciendo de la brutalidad y atrocidades que fueran muy difundidas durante la Segunda
Guerra Mundial. Los historiadores japoneses piensan que esta guerra fue un punto decisivo
para el Japón y una clave para entender por qué fallaron militar y políticamente.
• B. Domingo Sangriento (1905)

Los miembros de la Guardia disparando a los manifestantes.


El Domingo Sangriento, se refiere a una matanza realizada por la Guardia Imperial rusa
contra manifestantes pacíficos. Sucedió en San Petersburgo el 22 de enero de 1905 (9 de
enero según el calendario juliano entonces vigente en Rusia), día en el que 200.000
trabajadores se reunieron en las puertas del Palacio de Invierno, residencia del zarNicolás
II.
Los obreros, organizados por el padre Gapón, procuraban demandar directamente al zar un
salario más alto y mejores condiciones laborales, tras el fracaso de numerosas huelgas
creadas a finales del año 1904. Los manifestantes llevaban ese día iconos religiosos, además
de retratos del zar, para demostrar que sus intenciones eran pacíficas.
El zar Nicolás II no se encontraba en el Palacio en esos momentos, pero su tío, el gran
duque Vladimir, ordenó abrir fuego contra la multitud; murieron más de mil manifestantes
y cinco mil quedaron heridos, la mayoría mujeres y niños. La noticia de la matanza no tardó
en expandirse por todo el país, y esto causó que muchos campesinos se sublevaran en zonas
rurales, que hubiera numerosas huelgas en diferentes ciudades y motines en las Fuerzas
Armadas que se extendieron durante un año.
En 1906 Nicolás II trató de apaciguar a los manifestantes, para lo cual creó el parlamento
ruso, la Duma, pero la opinión del pueblo ya se había vuelto muy radical debido a los
asesinatos y la violencia anterior. Los socialistas boicotearon la Duma y, finalmente, ésta
suspendió su actividad en 1917, por la depresión económica que se originó en la Primera
Guerra Mundial, y por el éxito de la Revolución Bolchevique.
• C. Motín en El Potemkin (acorazado)

El acorazado Potemkin

Origen del motín


En 1905, el Comité Central de la Organización Socialdemócrata de la Flota del Mar Negro
inició los preparativos para varias rebeliones simultáneas en todos los buques de la flota, en
algún momento del otoño de 1905. Sin embargo, en el momento en que se planificaba el
alzamiento, el Potemkin estaba en mar abierto, en unos ejercicios de tiro en la isla de
Tendra, y la rebelión estalló por cuenta propia y de forma prematura el 14 de junio.
La chispa que hizo estallar el motín fue iniciada por el segundo de abordo, Ippolit
Giliarovsky, quien amenazó con tomar represalias contra varios miembros de la tripulación
que se negaban a comer carne en la que se habían descubierto gusanos tras ser embarcada
desde la torpedera N267, que actuaba como buque de enlace y correo. Al parecer
Giliarovsky reunió a dichos marineros frente al alcázar, en una zona en cuyo suelo se había
extendido una lona impermeable, y donde esperaban infantes de marina armados. Los
marineros asumieron que iba a celebrarse una ejecución en grupo, y se abalanzaron sobre
los infantes (que al fin y al cabo también eran clase de tropa) rogando que no les
disparasen. Los hechos exactos que provocaron el motín siguen siendo desconocidos, y han
sido totalmente sustituidos por la versión presentada por la famosa película muda de Sergéi
Eisenstein El acorazado Potemkin. Lo cierto es que la disciplina en la marina del Zar era
muy dura, y la moral baja tras las derrotas en la guerra Ruso-Japonesa.
La oficialidad del barco trató de reprimir el motín, y en el tiroteo subsiguiente murieron
siete de los dieciocho oficiales del Potemkin, incluyendo al capitán Evgeny Gólikov, el
segundo oficial Ippolit Giliarovsky, y el oficial médico, que había certificado la carne como
apta para el consumo. Los oficiales supervivientes fueron arrestados, así como los del
torpedero N267. El marinero Grigory Vakulenchuk resultó herido mortalmente durante el
motín. Los marineros procedieron entonces a organizarse en una Comisión, liderada por
Afanasi Matushenko.

Llegada a Odesa
La noche del mismo día, el acorazado llegó al puerto de Odesa ondeando una bandera roja.
En la ciudad se había declarado una huelga general, y la llegada del buque rebelde
contribuyó a aumentar la inestabilidad. Sin embargo, los representantes de la comisión de
contacto de los partidos socialdemócratas en Odesa fueron incapaces de convencer a los
marineros sublevados de que desembarcasen grupos armados para ayudar a los obreros a
conseguir más armas y actuar de forma conjunta. Había división y confusión entre
marineros y huelguistas.
El 16 de junio, el funeral de Vakulenchuk se convirtió en una manifestación política en toda
regla. Los manifestantes se acumularon en la escalinata que lleva desde la zona del puerto
al centro de la ciudad, donde sufrieron disparos por parte de unidades de caballería
desmontada, una escena que luego sería el punto álgido de la película de Eisenstein. Existe
controversia acerca de la existencia o no de ese tiroteo en las escalinatas, pero tanto el
corresponsal del London Times como el cónsul británico residente informaron de
enfrentamientos entre manifestantes y soldados por toda la ciudad, con grandes pérdidas
de vidas humanas.
La noche siguiente, el Potemkin disparó dos proyectiles de su armamento principal a la
parte de la ciudad donde se encontraba el cuartel general de las autoridades militares
zaristas. Los daños fueron limitados, y un civil resultó muerto. El ejército imperial envió
refuerzos a la ciudad con órdenes de suprimir el desorden civil. El gobierno además emitió
una orden con el fin de, o bien obligar a la tripulación del Potemkin a rendirse, o bien
hundir la nave. Dos escuadrones de la Flota del Mar Negro fueron enviados con ese fin. Se
reunieron en la isla de Tendra el 17 de junio. El Potemkin, acompañado del N267, se dirigió
hacia ellos, y - negándose a rendirse - navegó a través del escuadrón. Esta "batalla
silenciosa" acabó con un enorme éxito para el Potemkin; los marineros del escuadrón
combinado se negaron a abrir fuego contra sus ex-camaradas, y uno de los acorazados - el
Georgiy Pobedonósets - se unió al Potemkin. El resto del escuadrón combinado se dirigió a
Sebastopol, mientras los tres buques rebeldes ponían rumbo de vuelta a Odesa.
El Comité Central del Partido Laborista Socialdemócrata Ruso intentó apoyar la revuelta
del Potemkin. Sin embargo, Mikhaíl Vasílyev-Yuzhin, que había sido enviado a Odesa por
Lenin para liderar la revuelta, se encontró a su llegada con que el barco había abandonado
el puerto.

Viaje a Rumanía
Durante la noche del 18 de junio, el acorazado y la torpedera N267 zarparon con rumbo a
Constanza, en Rumanía, a buscar combustible y suministros (para entonces el Georgiy
Pobedonósets se había rendido a las autoridades). El 20 de junio, la Comisión del buque
había emitido apelaciones "a todo el mundo civilizado" y "a todos los poderes europeos"
proclamando la firme decisión de la tripulación de luchar contra el régimen zarista. Las
autoridades rumanas denegaron el permiso para reavituallarse. Lo mismo ocurrió en el
puerto ruso de Teodosia el 22 de junio, donde los soldados del ejército imperial abrieron
fuego sobre una partida de desembarco del acorazado. El 25 de junio el Potemkin volvió a
Constanza y la tripulación entregó la nave a las autoridades rumanas.

Conclusión
Tras recibir la nave, las autoridades rumanas la devolvieron al gobierno ruso. En octubre de
1905 fue renombrada como Panteleimon. En abril de 1917 la nave fue renombrada de nuevo
como Potemkin-Tavrícheski. Sin embargo, en mayo del mismo año se cambió de nuevo el
nombre a Borets za svobodu ("luchador por la libertad"). En 1918 la nave fue capturada por
los alemanes, y recapturada luego por los rusos blancos. En abril de 1919, los
intervencionistas destruyeron el acorazado mediante una explosión provocada mientras se
encontraba en el puerto de Sebastopol, para evitar que cayera en manos de los
bolcheviques. Tras la Guerra Civil Rusa, los restos del Potemkin fueron reflotados y
desmantelados definitivamente, a causa de los daños irreparables sufridos.
La mayoría de los amotinados decidió permanecer en Rumanía en 1905, por lo menos hasta
la revolución de febrero de 1917. De los que volvieron a Rusia inmediatamente después del
motín, 7 fueron ejecutados como cabecillas del mismo, mientras otros 56 fueron
sentenciados a diversas penas de prisión. Algunos suboficiales del Potemkin lograron
argumentar que se habían visto obligados a amotinarse temiendo por sus vidas, mientras
que la tripulación del Viekha, un barco de apoyo implicado también en el motín, fueron
puestos en libertad sin cargos tras determinarse que lograron convencer a los sublevados de
que liberasen a sus propios oficiales.
Unos seis centenares de tripulantes del Potemkin permanecieron en Rumanía en 1905,
mezclándose con la población local. Entre ellos se encontraba su líder, Afanasy
Matushenko. Junto con cuatro compañeros volvió a Rusia con la promesa de una amnistía
en 1907, pero fue arrestado y colgado. Otro de los cabecillas, Joseph Dymtchenko, huyó de
Rumanía en 1908 junto con otros 31 marineros, y se establecieron todos en Argentina. Al
menos un marinero, Iván Beshov, logró llegar a Irlanda vía Turquía y Londres (donde
según se afirma conoció a Lenin). Murió el 25 de octubre de 1987, a los 102 años de edad,
probablemente fue el último sobreviviente de la tripulación.
Lenin escribió que la rebelión del Potemkin fue muy importante por ser el primer intento
de crear el núcleo de un ejército revolucionario, especialmente debido a que una parte
apreciable de las fuerzas zaristas que se le opusieron habían acabado sumándose a la
rebelión. Lenin llamó al Potemkin un "territorio invicto de la revolución". El recuerdo del
levantamiento tuvo una significativa influencia en el proceso revolucionario del ejército y la
flota rusos en 1917.

• Revolución
Manifestantes dirigiéndose hacia el Palacio de Invierno.
El 22 de enero de 1905 (9 de enero C.J.), día conocido como «Domingo Sangriento», hubo
una marcha pacífica de protesta en San Petersburgo. El objetivo de la marcha era entregar
al zar una petición de mejoras laborales, y la formaban familias trabajadoras enteras. Iba
encabezada por un sacerdote, y no respondía a ninguna consigna política: era
fundamentalmente obrera y campesina. Fue salvajemente aplastada por soldados de
infantería y tropas cosacas, apostados enfrente del Palacio de Invierno, cobrándose un
número de víctimas que aún hoy se discute; los periódicos del momento hablaron de miles.
El zar, mientras tanto, no se encontraba en la ciudad; la había abandonado temiendo por su
seguridad. La sangrienta represión provocó una oleada de protestas en toda Rusia: el
divorcio entre el zar y la masa de campesinos y obreros abocaba a Rusia a lo peor.
Este suceso hizo posible que muchos elementos de la sociedad rusa emprendieran una
protesta activa. Cada grupo tenía sus propios objetivos, e incluso dentro de clases similares
no existía un liderazgo predominante. Los principales colectivos movilizados fueron los
campesinos (razones económicas), los obreros (razones económicas y antiindustrialismo),
los intelectuales y liberales (en lo concerniente a los derechos civiles), las fuerzas armadas
(razones económicas) y grupos étnicos minoritarios (libertad cultural y política).
La situación económica de los campesinos era insostenible, sin embargo carecían de una
dirección unificada, y sostenían un abanico de objetivos tan numeroso como las facciones
existentes. Los levantamientos se multiplicaron durante todo el año, alcanzando máximos a
principios de verano y en otoño, y culminando en noviembre. Los arrendatarios
reivindicaban menores tasas, los asalariados mayores sueldos, y los propietarios mayores
terrenos. Las actividades incluían la ocupación de tierras, acompañada a veces de violencia
e incendios, saqueo de latifundios y la caza y tala ilegales en los bosques. La magnitud del
odio desencadenado tenía relación con la condición de los campesinos; así, en Livonia y
Curlandia los campesinos sin tierra atacaron e incendiaron en abundancia, mientras que en
Grodno, Kovno y Minsk, donde la situación era menos desesperada, hubo menos daños.
Tras los sucesos de 1905, las insurrecciones campesinas se repitieron en 1906 y durarían
hasta 1908. Las concesiones por parte del gobierno fueron vistas como un apoyo tácito de la
redistribución de la tierra, por lo que se produjeron nuevos ataques para forzar a los
terratenientes y propietarios «no campesinos» a que huyeran. Creyendo que una reforma
agraria era inminente, los campesinos quisieron aplicarla anticipadamente. Fueron
firmemente reprimidos.
Cartel soviético de propaganda representando la revolución de 1905. La leyenda reza
« ¡Gloria a los Héroes del Pueblo del Potemkin!».
El medio de resistencia de los obreros era la huelga. Se produjeron huelgas masivas en San
Petersburgo inmediatamente después del Domingo Sangriento. Más de 400.000
trabajadores se habían unido a finales de enero. Esta actividad se propagó rápidamente a
otros centros industriales en Polonia, Finlandia y la costa báltica. El 13 de enero (C.J.), en
Riga, murieron 70 manifestantes y, unos cuantos días después, en las calles de Varsovia,
100 huelguistas fueron disparados. En febrero hubo huelgas en el Cáucaso y en abril en los
Urales y más allá de la cordillera. En marzo, todas las universidades fueron obligadas a
cerrar hasta fin de año, haciendo que se unieran estudiantes radicales a los trabajadores en
huelga. En octubre, el efímero Soviet de San Petersburgo, un grupo menchevique liderado
por entonces por Trotsky, organizó la huelga de 200 fábricas, la «Gran Huelga de Octubre».
De la capital se propagaría rápidamente a Moscú, y para el 13 de octubre (C.J.) no habría
ningún ferrocarril en activo en toda Rusia.
Con la sangrienta y fracasada Guerra Ruso-Japonesa hubo cierta inquietud entre las
unidades reserva del ejército desde 1904. En febrero de 1905, el ejército ruso fue derrotado
en Mukden, perdiendo alrededor de 90.000 hombres. En mayo se perdió Port Arthur y la
flota del Báltico fue vapuleada en la batalla de Tsushima. Witte emprendió rápidamente las
negociaciones de paz, firmando el 5 de septiembre el Tratado de Portsmouth. En 1905 hubo
diversos motines entre la marinería en Sebastopol, Vladivostok y Kronstadt, alcanzando en
junio su mayor fuerza con la insurrección del acorazado Potemkin, algunas fuentes hablan
de más de 2.000 víctimas entre los marineros durante su represión. Los motines eran
desorganizados y acabaron siendo brutalmente aplacados.
Los grupos nacionalistas estaban furiosos a causa de la rusificación llevada a cabo desde el
reinado de Alejandro II. Los polacos, fineses y las provincias bálticas reivindicaban la
autonomía, así como libertad para usar sus lenguas nacionales y promover su propia
cultura. Los colectivos musulmanes también fueron especialmente activos —el Primer
Congreso de la Unión Musulmana se celebraría en agosto de 1905. Algunos grupos
aprovecharon la oportunidad para marcar diferencias entre sí antes que con Rusia. Algunos
nacionalistas, a su vez, llevaron a cabo acciones antisemitas (pogromos), posiblemente con
ayuda del Estado.

Desenlace
El gobierno respondió rápidamente. El zar había tenido la esperanza de evitar cualquier
cambio importante; como medio de evitar mayor animadversión del pueblo hacia la corona
destituyó a su ministro del Interior Sviatopolk-Mirski, responsabilizándole de la masacre
del Domingo Sangriento. Tras el asesinato de su pariente, el Gran Duque
SergéiAleksándrovich el 4 de febrero (C.J.), acordó la realización de diversas concesiones.
El 18 de febrero (C.J.) firmaría tres declaraciones, en la más importante de las cuales
anunciaría la creación de una asamblea consultiva, la Duma Estatal. El 6 de agosto (C.J.) se
promulgó una ley electoral, la Constitución de Bulygin. Cuando se dieron a conocer los
escasos poderes de la Duma y las limitaciones al censo electoral, la impaciencia se
incrementaría, dando lugar a una huelga general en octubre.

intura de la manifestación del 17 de octubre de 1905.


El 14 de octubre (C.J.) se entregó al zar el Manifiesto de Octubre, escrito por Witte y
AlekséiObolenski. En él se indicaban la mayoría de las demandas del congreso Zemstvo de
septiembre, como la concesión de derechos civiles, la legalización de los partidos políticos,
el sufragio universal y el establecimiento de la Duma como órgano legislativo central. El zar
esperó y discutió durante tres días, pero finalmente firmó el manifiesto el día 17 con el fin
de evitar un baño de sangre, además de ser consciente de la escasez de efectivos militares
disponibles. Finalmente acabó arrepintiéndose de la rúbrica, justificando que lo hizo bajo
coacción.
Cuando se proclamó el manifiesto hubo manifestaciones espontáneas de apoyo en todas las
grandes ciudades. Las huelgas de San Petersburgo y otros lugares fueron oficialmente
desconvocadas o fracasaron poco tiempo después. También se propuso una amnistía para
presos políticos. Las concesiones estuvieron acompañadas por un redoblado esfuerzo
represor contra los disturbios. Hubo también una reacción por parte de los elementos más
conservadores de la sociedad, especialmente en forma de ataques antisemitas esporádicos:
cerca de quinientos judíos fueron asesinados en un solo día en Odesa. El propio zar
afirmaría que el 90% de los revolucionarios eran judíos.
Los disturbios acabaron en diciembre con un repunte final en Moscú. Entre el 5 y el 7 de
diciembre (C.J.), un comité bolchevique forzó una huelga general mediante amenazas sobre
aquellos que no la respetasen. El gobierno envió tropas el día 7, dando comienzo a una
cruenta batalla calle por calle. Una semana después, se desplegó el Regimiento
Semenovskii, que empleó la artillería para dispersar las manifestaciones y bombardear los
distritos obreros. El 18 de diciembre (C.J.) los bolcheviques se rendirían, dejando tras de sí
un saldo de mil muertos y zonas enteras de la ciudad en ruinas. De las posteriores
represalias se desconoce el número de heridos o muertos.
Entre los partidos políticos creados, o legalizados, estuvo el Partido Democrático
Constitucional (los kadets), de corte intelectual-liberal, el Grupo Laborista de los
campesinos, el menos liberal Unión del 17 de Octubre (los octubristas), y la reaccionaria
Unión de Terratenientes.
Las leyes electorales fueron promulgadas en diciembre de 1905: la población mayor de 25
años elegiría cuatro colegios electorales. Las primeras elecciones a la Duma se celebraron
en marzo de 1906 y fueron boicoteadas por los socialistas, los SRs y los bolcheviques. En la
primera Duma se eligieron 170 kadets, 90 trudoviks, 100 representantes campesinos
apolíticos, 63 nacionalistas de distintos grupos, y 16 octubristas.
En abril de 1906, el gobierno promulgó la Constitución, asentando los límites de este nuevo
orden político. Confirmó al zar como líder absoluto, con control total del ejecutivo, política
exterior, Iglesia y fuerzas armadas. La Duma fue reformada, transformándose en una
cámara de menor rango que el Consejo de Estado, cuyos miembros eran elegidos
directamente por el monarca. Las leyes habían de ser aprobadas por la Duma, el Consejo y
el zar como trámite previo a su puesta en vigor; en «condiciones excepcionales», el
gobierno podría sortear la Duma en el proceso.
También en abril, tras haber negociado un préstamo de 900 millones de rublos con el fin de
reparar las finanzas rusas, SergéiWitte dimitió. Aparentemente, el zar había «perdido la
confianza» en él. Conocido posteriormente como el «político más destacado de la última
Rusia Imperial», Witte fue reemplazado por IvanGoremkyin, un lacayo del zar.
Tras haber demandado una liberalización más profunda, y servido como plataforma para
«agitadores», la Primera Duma fue disuelta por el zar en julio de 1906. A pesar de las
esperanzas de Kadets y los temores del gobierno, no hubo una reacción popular
generalizada. Sin embargo, el intento de asesinato de PiotrStolypin desató una cacería de
terroristas que tras los siguientes ocho meses se saldaría con mil ahorcados —la soga de la
horca acabaría llamándose popularmente «la corbata de Stolypin».
En esencia el país permaneció inalterado, el poder político continuó perteneciendo al zar en
exclusiva, con la riqueza y la tierra en manos de la nobleza. La creación de la Duma y la
represión, sin embargo, desestabilizó los grupos revolucionarios. Sus líderes fueron
encarcelados o huyeron al exilio, mientras que las organizaciones se debatían en disputas
internas: ¿debían presentarse a la Duma o continuar al margen? Las subsiguientes
escisiones mantuvieron a los radicales desorganizados hasta el nuevo impulso de la Primera
Guerra Mundial.

REVOLUCIÓN RUSA DE 1917


La Revolución rusa de 1917 fue un movimiento político en Rusia que culminó en 1917 con la
expulsión del gobierno provisional que había reemplazado el sistema zarista, lo que llevó
finalmente al establecimiento de la Unión Soviética, que duró hasta su caída en 1991.
En la Revolución pueden distinguirse dos fases:
La primera fue la llamada Revolución de febrero de 1917, que desplazó la autocracia del zar
Nicolás II de Rusia, el último de la historia, y tenía la intención de instalar en su lugar una
república liberal.
La segunda fase fue la Revolución de octubre, en la que los soviets, inspirados y dirigidos
cada vez más por el Partido Bolchevique, bajo el destacado papel estratégico de Vladímir
Ilich Uliánov, conocido como Lenin, y la importante acción organizadora de León Trotsky,
encabezando el Comité Militar Revolucionario, tomaron el poder mediante una
insurrección popular armada, arrebatándolo al gobierno provisional dirigido por Aleksandr
Kérensky, y disolviendo el aparato gubernamental del anterior Estado constitucional
burgués, junto con sus instituciones: la gendarmería, las Fuerzas Armadas de Rusia, la
propiedad privada sobre los principales medios de producción y servicios y más tarde la
Asamblea Constituyente. Éstos fueron sustituidos a su vez por el Estado obrero, bajo el
control o dictadura del proletariado y la democracia soviética, el control obrero de la
producción, la redistribución de la tierra a los campesinos, tras la expropiación a los
terratenientes y capitalistas, la Guardia Roja y el Ejército Rojo, organizado éste y dirigido
por Trotsky. Además, se negoció la Paz de Brest-Litovsk y concedió el derecho de
autodeterminación a las nacionalidades sometidas al imperio ruso. Esta segunda revolución
se extendió por numerosísimos entornos, afectando tanto a las ciudades como al entorno
rural. Al mismo tiempo que ocurrían muy importantes sucesos históricos en Petrogrado y
Moscú, paralelamente empezó a desarrollarse un movimiento consolidado y extendido en el
campo, especialmente en las zonas más fértiles del antiguo Imperio como el sureste de
Ucrania, a medida que los agricultores fueron tomando y redistribuyendo la tierra, y
organizándose en asambleas populares y grupos armados.

4.1 Causas de la Revolución rusa


La Revolución rusa fue uno de los más importantes hechos ocurridos en la época
contemporánea. Su impacto fue palpable tanto en América como Europa. Aunque la
Revolución no hizo expandir el comunismo como un efecto inmediato, le dio a otros países
convulsos del tercer mundo un ejemplo a seguir. Décadas después, el modelo
filosófico/gubernamental tomaría renovada notoriedad a medida que Rusia, convertida en
un estado socialista y en una superpotencia económica y militar, se enfrentara a los Estados
Unidos en la Guerra Fría.
En cualquier caso, las dos revoluciones de 1917 se dividieron en dos grandes partes: la caída
del régimen zarista (Revolución de Febrero) y la creación del primer estado socialista del
mundo (Revolución de Octubre). Las causas de estas dos revoluciones abarcan las
situaciones políticas, sociales y económicas de Rusia en la época. Políticamente, el pueblo
ruso odiaba la dictadura del zar Nicolás II. Las bajas que los rusos sufrieron durante la I
Guerra Mundial debilitaron aún más la imagen de Nicolás. Socialmente, el régimen
despótico del zar había estado oprimiendo al campesinado durante siglos. Esto provocó
tensiones dentro de la clase baja rural que desembocó en altercados. Económicamente, la
inflación y el hambre por toda Rusia contribuyeron asimismo a la revolución.
Definitivamente, una combinación de estos tres factores, combinados con el liderazgo de
Vladimir Lenin y León Trotsky, condujeron irremisiblemente a la Revolución rusa.
• Causas económicas

Las causas económicas de la Revolución rusa se atribuyen en gran medida a la mala gestión
del zar, sumada a la I Guerra Mundial y el sistema monopólico de la tierra y riquezas a
cargo de un grupo minoritario. Más de quince millones de hombres se unieron al ejército,
que dejó un número insuficiente de trabajadores en las fábricas y las granjas. El resultado
fue una escasez generalizada de alimentos y materias primas. Los obreros tuvieron que
soportar terribles condiciones de trabajo, incluyendo jornadas de doce a catorce horas y
bajos salarios. Se desencadenaron cuantiosas revueltas y huelgas reivindicando mejores
condiciones y mayores salarios. Aunque algunas fábricas accedieron a las peticiones para
elevar los salarios, la inflación de guerra anuló su efecto. Hubo una protesta ante la que
Nicolás respondió con violencia; en respuesta, los trabajadores de la industria fueron a la
huelga y paralizaron de hecho el ferrocarril y el resto de redes de transporte. Las pocas
mercancías que estaban disponibles no podían llevarse a su lugar de destino. Los precios se
dispararon a medida que los bienes esenciales eran cada vez más escasos. En 1917, el
hambre amenazaba a muchas de las grandes ciudades. El fracaso de Nicolás en resolver los
problemas económicos de su país y la promesa del comunismo por aplacarlos compuso el
núcleo de esta revolución.
• Causas sociales

Las causas sociales de la Revolución tienen su origen en siglos de opresión del régimen
zarista sobre las clases bajas, además de los desmanes de Nicolás en la I Guerra Mundial.
Aproximadamente un 85% del pueblo ruso formaba parte del campesinado, oprimido por
las clases superiores y el propio régimen. El vasallaje, asociado comúnmente con la Edad
Media, describe con precisión la situación social de la Rusia de Nicolás: Una pequeña clase
de nobles terratenientes controlaban una vasta cantidad de siervos. En 1861, el zar
Alejandro II de Rusia emancipó a estos campesinos no por razones morales sino porque
impedía el avance social de Rusia. Sin embargo, esta nueva libertad fue de carácter
limitado, dado que no tenían ninguna tierra que cultivar. Como resultado, el gobierno
elaboró nuevas leyes que les otorgaban pequeñas parcelas que trabajar. Sin embargo, la
cantidad de tierra que se les cedió fue insuficiente, con lo que se desencadenaron enormes
sublevaciones. La I Guerra Mundial sólo aumentó el caos. La ingente demanda de
producción industrial de artículos de guerra y obreros causó muchas más insurrecciones y
huelgas. Además, como se necesitaban a muchos trabajadores en las fábricas, los
campesinos emigraron a las ciudades, que pronto se vieron superpobladas, viviendo bajo
condiciones que rápidamente empeoraron. Para colmo, mientras que la cantidad de
alimentos requerida por el ejército era cada vez mayor, el abastecimiento tras el frente se
empobrecía más y más. En 1917, el hambre amenazaba a la mayoría de las grandes
ciudades. La suma de todos los factores anteriores contribuyó a un creciente descontento
entre los ciudadanos rusos, que posteriormente desembocaría en la Revolución.
• Causas políticas

La faceta política de la Revolución rusa es, esencialmente, el resultante de la combinación


de los problemas sociales y económicos mencionados arriba. Desde al menos 1904, los
trabajadores de clase baja de Rusia sufrieron una calamitosa situación económica.
Muchos de ellos trabajaban once horas al día. Las condiciones de salud y seguridad en el
trabajo eran sombrías, y los salarios bajaban. Se produjeron numerosas huelgas y protestas
con el paso del tiempo. Casi todas fueron ignoradas por Nicolás o reprimidas, en ocasiones
de una manera violenta y mortífera (véase Domingo Sangriento). El intento fracasado de
conquista de Manchuria fue también muy impopular entre el pueblo. Parte de la clase
intelectual (educada en muchos casos en Occidente) también rechazaba la autocracia
zarista. En 1915, la situación se tornó crítica cuando Nicolás decidió tomar el control directo
del ejército, supervisando personalmente el frente de guerra y dejando a su incapaz esposa
Alejandra al cargo del gobierno.
Sobre octubre de 1916, Rusia había perdido entre 1,6 y 1,8 millones de soldados, a los que
había que añadir dos millones de prisioneros de guerra y un millón de desaparecidos. Poco
ayudaron estas cifras a la moral del ejército. Empezó a haber motines, y en 1916 empezaron
a circular rumores de confraternización con el enemigo. Los soldados estaban hambrientos
y faltos de calzado, munición e incluso de armas. Se culpó a Nicolás de estas calamidades, y
el pequeño apoyo que todavía le quedaba empezó a tambalearse. A medida que este
descontento general y odio hacia Nicolás II crecían, la Duma (cámara baja del parlamento
ruso representada por terratenientes, ciudadanos, trabajadores de la industria y
campesinos) emitió una advertencia al zar en noviembre de 1916 declarando que se
avecinaba el desastre sobre la nación si no se ponían en marcha reformas constitucionales.
Como era de esperar, Nicolás hizo caso omiso. El resultado no se demoró, y varios meses
después el régimen colapsó durante la Revolución de febrero de 1917. Un año después, el
zar y su familia fueron ejecutados.
4.2 Etapas de la Revolución
Primera revolución rusa o Mencheviques Moderados (Revolución de Febrero)
Ante las derrotas del ejército ruso en Tanemberg y en los Lagos Mesurianos y la hambruna
general, el ambiente se propició para la insurrección del pueblo contra la monarquía, así
precipitaron la revolución: La hambruna general, sobre todo en la capital Petrogrado (hoy
Leningrado), las frecuentes y aplastantes derrotas ante Alemania así como las sangrientas
represiones ordenadas por el gobierno. Fue en este clima en que estalló la revolución en la
capital y luego se propagó por todo el país.
Las masa trabajadoras pedían "pan y paz", a los obreros amotinados, dirigidos por los
Mencheviques, sumáronse luego los soldados que habían abandonado sus regimientos y,
finalmente, subleváronse también los marineros del Mar Negro. Ante la insurrección
general y la presión del pueblo, el Zar Nicolás II, se vio obligado a abdicar el poder (15 de
Marzo de 1917) en su nombre y el de su hijo. Entre los obreros, campesinos y soldados se
organizó, seguidamente, un consejo representativo de la clase trabajadora denominado
"Soviet", el que colaboró en la elección del primer gobierno revolucionario provisional
resultando, de esta manera, establecida la REPUBLICA, siendo elegido primer Presidente
de ella, Alejandro Kerenski, un socialista moderado.
El gobierno de Kerenski duró pocos meses, pues se hizo impopular a causa de haber
intentado proseguir la guerra contra los alemanes y debido, así mismo, a que no había
realizado ninguna reforma económica favorable para el pueblo.

Segunda revolución rusa o Revolución Bolchevique


(Revolución de octubre)
La Revolución de Octubre fue liderada por figuras tales como León Trotsky o Vladimir
Lenin, y basada en las ideas de Karl Marx. Marcó el inicio de la expansión del comunismo
en el siglo XX. Ésta fue mucho menos espontánea que la revolución de Febrero y fue
resultado de planes deliberados y actividades coordinadas desde principio a fin. La
asistencia logística y financiera de la inteligencia alemana vía su agente clave, Alexander
Parvus, fue una pieza fundamental.
El 7 de noviembre de 1917, los líderes bolcheviques Vladimir Lenin y León Trotsky (jefe del
ejército Rojo) lideraron a los revolucionarios de izquierda en una revuelta contra el ineficaz
Gobierno Provisional (Rusia aún estaba usando el calendario juliano, de modo que las
fuentes del momento citan la fecha como 25 de octubre). La Revolución de Octubre culminó
la fase revolucionaria instigada en febrero, reemplazando el gobierno provisional,
encabezado por Kerensky, por el poder organizado y deliberativo de los soviets obreros,
soldados y campesinos, verdaderos organismos de participación política y asamblearia por
parte de las clases trabajadoras de la población. Sin embargo, aunque muchos bolcheviques
(tales como León Trotsky y el propio Lenin) apoyaban una democracia soviética, el modelo
de «reformas desde arriba» y del socialismo en un solo país ganó el definitivo poder en
detrimento de la teoría de la revolución permanente de Trotsky cuando Lenin murió y
Stalin asumió el control de la URSS y del Partido Comunista de la Unión Soviética. Trotsky
y sus simpatizantes, además de otros comunistas democráticos y anarquistas, fueron
perseguidos y finalmente encarcelados o asesinados.
Después de octubre de 1917, muchos miembros del Partido Socialista Revolucionario y
Anarquistas se opusieron a los Bolcheviques a través de los soviets. Cuando esto falló,
provocaron varias revueltas en una serie de sucesos llamados la «Tercera revolución». El
más notable ejemplo fue la Rebelión de Tambov, entre 1919 y 1921, y la Rebelión de
Kronstadt en marzo de 1921. Estos movimientos, que exigían una extensa variedad de
demandas y carecían de una efectiva coordinación, fueron finalmente aplastados durante la
Guerra civil.
"Los socialistas progresaron en toda Europa antes de 1914. En todas pates esperaban "La
gran noche", revolución prevista por Karl Marx. Estaban persuadidos de que se
produciría en Inglaterra, Francia y Alemania. Allí donde la clase obrera era potente. En
Agosto de 1914 el movimiento socialista se hizo añicos y los socialistas se resignaron a la
guerra. A partir de entonces la revolución pareció imposible. Refugiado en Suiza, Lenin,
fiel al pacifismo, estaba convencido de que la guerra precipitaría la revolución." La
guerra – escribe- es el mejor regalo del imperialismo a la revolución". El imperialismo, o
capitalismo hegemónico, había agravado la competencia y provocado el conflicto. Ahora
bien, entre los estados en guerra había un coloso que tenía los pies de barro: el Imperio
ruso, minado por la agitación social y las reivindicaciones de sus minorías nacionales.
Lenin se convenció en 1916 de que en Rusia se acercaba la revolución. Ésta estalló en
febrero de 1917 en Petrogrado, donde un levantamiento popular depuso al zar. Ausente,
Lenin, los bolcheviques creyeron terminada la revolución.
El 10 de abril de 1917 volvió Lenin del exilio en Suiza después de atravesar Alemania. En
un discurso vibrante llamado de las "tesis de abril", afirmó que la revolución de febrero
sólo era una etapa hacia la revolución socialista. Lenin lanzó entonces su triple consigna:
"Todo el poder para los soviets, la tierra para los campesinos, paz inmediata".
Gracias a este eslogan los bolcheviques hicieron una fulgurante ascensión entre abril y
octubre. Les faltaba tomar el poder. En noviembre de 1917, mientras el partido vacilaba,
Lenin decidió la inmediata toma del poder y programó con Trotski el golpe de Estado
revolucionario." (El fin de una Era: Pg. 65)

Petrogrado, 4 Julio 1917. Manifestación Callejera en Nevsky Prospekt justo después de


que tropas del Gobierno Provisional abriera fuego con ametralladoras.
7 de noviembre de 1917, Lenin toma el control de palacio Invierno.
"Incapaz de hacer reformas, el gobierno provisional se distanció de la población. Lo
dirigía Alexander Kerenski (1881-1970) desde julio. Amenazado por la derecha por n
golpe de Estado militar, Kerenski no pudo oponerse a la agitación de los bolcheviques,
cada vez más populares. Al llamamiento de Lenin, la insurrección comenzó el 24 de
octubre (6 de noviembre en nuestro calendario gregoriano). Apoyados por el crucero
"Aurora" los soldados e hicieron con el control de Petrogrado y se apoderaron del Palacio
de Invierno. Lenin formó un gobierno bolchevique y anunció las primeras medidas: Una
paz inmediata y la tierra para los campesinos".
(El fin de una Era: Pg.66)

Primer congreso de Soviets de todo Rusia. Diputados por los Trabajadores y por los
Soldados, fotografiada en la cámara de la Duma en el Palacio Tauride (Petrogrado, Junio
1917). Los Bolcheviques destacados en la foto del congreso, como lo demuestra su posición
en la primera fila, eran Grigory Zinoviev y Lev Kamenev. Lenin no estaba presente en
aquella ocasión-- La figura del hombre con poco cabello delante de Alexandra Kollontai
probablemente sea G. B. Chicherin, quien sería el Ministro de Relaciones Exteriores desde
1918 a 1930. Según parece, Trotsky también estaba ausente (haya sido por elección o por
planeamiento no está claro). Al parecer, Stalin estaba cerca, pero no se lo reconoce en
esta foto.
Manifestación Callejera, Petrogrado, 18 Junio 1917. La Pancarta en el fondo dice "Abajo
los 10 Ministros Capitalistas/ Todo el poder al Soviet de los Trabajadores, de los
Soldados, de los Campesinos y de los Diputados/ Y a los Ministros Socialistas/ Exigimos
que Nicolás II Sea Transferido a la Fortaleza Peter-Paul."

Alexander Kerensky (centro, blanco), miembro fundador del Gobierno Provisional, del
cual estuvo a cargo del mismo durante Septiembre-Octubre 1917, llega a Moscú alrededor
de 12 Agosto de 1917.
Foto muy promocionada que afirmaba mostrar el asalto al Palacio de Invierno, Octubre
de 1917. Pero en realidad, es una recreación montada como espectáculo cívico en el tercer
aniversario de la acción. La pelea que tuvo lugar en el Palacio, ocurrió de noche y no hubo
cámaras.
Revolución obrera en Rusia: Barricadas en Petrogrado.

Derribando estatua del zar.

La Guardia Roja frente al palacio de Invierno.


4.3 Las Reformas Radicales
El nuevo gobierno encabezado por Lenin emprendió una serie de reformas radicales,
basado en su programa político y apoyado por León Trotski (seudónimo de Leiba
Bronstein).
Sus objetivos no se limitaban a derribar al gobierno provisional, si no que intentaba crear
una nueva sociedad sobre la base del Socialismo. Confiscó las tierras de los aristócratas y de
la iglesia, abolió la propiedad privada de tierras, minas, fábricas; implantó el control estatal
sobre la banca y el comercio exterior y firmó el tratado de Brest – Litovsk, con Alemania,
que establecía la paz , a cambio de que Rusia se comprometiera a pagar una fuerte
indemnización de guerra, a la vez que renunciaba a Polonia y los Estados Bálticos (Estonia
– Lituania) y organizó el estado soviético.
Después de la victoria de la revolución socialista de octubre, se instauró, en la Unión
Soviética, la dictadura del proletariado, bajo la dirección de los soviets, ideado por Lenin, a
base del estudio de la experiencia de las dos primeras revoluciones rusas: la de 1905 y la de
1917. La dictadura del proletariado consistía en la participación directa y activa de las
grandes masa trabajadoras, de obreos y campesinos, en la administración de la produccion
de los organismos estatales y la dirección de todas las esferas de la vida social dl país. En
otros términos era la dictadura de la mayoría trabajadora sobre la minoría exlotadora:
terratenientes, especuladores, banqueros.

LA GUERRA CIVIL
La Guerra civil rusa, que estalló en 1918 tras un breve periodo después de la Revolución de
octubre, trajo muerte y sufrimiento a millones de personas de ambos bandos sin importar
su postura política. Los contendientes eran denominados, por un lado, los «rojos»,
comunistas y revolucionarios(el ejercito rojo fue organizado por Trotsky), y por el otro, los
«blancos», fuerzas contrarrevolucionarias organizadas por altos mandos del antiguo
Ejército Ruso, tales como los generales Kornilov y Alexeiev, en torno a los llamados
Ejércitos de Voluntarios, que agruparon principalmente a monárquicos zaristas,
reaccionarios y conservadores, protofascistas, liberales y capitalistas, nacionalistas, y
socialistas moderados o reformistas, tales como los social-revolucionarios de derecha y los
mencheviques, que se oponían a la revolución bolchevique. Además de aquellas viejas capas
de la población que veían perder sus privilegios o posición social, o se veían beneficiados
por el anterior sistema, los blancos recibían el apoyo de potencias extranjeras tales como el
Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Japón, Polonia y Turquía,ya que concluida
la guerra, estos países veian al gobierno socialista como un peligro internacional por lo que
intervinieron activamente en la contienda mediante el envío de material, recursos, aparato
logístico o numerosos contingentes de tropas.

EL ESTADO SOVIÉTICO: SU ORGANIZACIÓN Y


CARACTERÍSTICAS
Para defender la revolución rusa, Rusia se vio obligada a hacer concesiones territoriales
antes de que acabase la guerra mundial. Reconoció asi la independencia de sus antiguos
territorios de Finlandia y Ucrania y, entregó
a Alemania, Polonia, Lituania, Leonia y Curlandia. Estos y otros problemas inspiraron en
1919 la constitución de la Tercera Internacional, destinada a preconizar la toma del poder
en todo el mundo, a través de golpes de Estado para acabar con la sociedad capitalista.
En tales circunstancias es que en 1922, Lenin proclama la existencia de un nuevo Estado.
Este nuevo estado era de tipo federal, y se denominó "Unión de las Repúblicas Socialistas
Soviéticas" (U.R.SS). En el aspecto ejecutivo estuvo integrado por el Consejo de los
Comisarios del Pueblo. Su jefe era el Primer Ministro de los soviets. En el aspecto
legislativo, campesinos y obreros eligieron a sus representantes ante el Consejo General de
los soviets, cuya función esencial fue defender la revolución.
Este tipo de Estado se caracteriza por haber liquidado la monarquía zarista por los soviets o
consejos de fábrica, de municipios o distritos en manos del Partido Comunista. Transformó,
igualmente la economía capitalista en socialista, eliminando la propiedad privada por la
propiedad estatal y colectiva. Asimismo, mejoró la situación de la clase obrera
concediéndole una serie de derechos como vacaciones, descansos, pensiones, seguros, etc.
Por ultimo, popularizó la educación, orientando la formación de técnicos, y científicos que
contribuyeron después a la grandeza de Rusia y su transformación en potencia mundial.
• A. La nueva Política Económica (1921-1927)
Durante los primeros años de la revolución la situación económica del país fue de verdadera
preocupación. En síntesis, el cuadro era lo siguiente:
• El nivel de vida había bajado, tanto en el campo como en la ciudad.
• En el campo los agricultores producían menos por la requisa de víveres, y por la
cual se oponían al régimen.
• En la ciudad, el abastecimiento quedaba desorganizado por causa de la menor
producción y de la guerra.
• Los problemas en la industria no eran menores, pues, la producción alcanzaba
solamente el 13 por ciento, porque las maquinas estaban desgastadas y eran anticuadas.
El gobierno comprendió que estaba frente a un reto y pensó que era conveniente tomar una
serie de medidas si se aspiraba al avance y triunfo del socialismo. En tales circunstancias,
Lenin expone en 1921 ante el Décimo Congreso del Partido Comunista, la necesidad de
reconstruir la economía nacional mediante una Nueva Política Económica (N.E.P).
Esta nueva política consistía, en materia agrícola, en suspender las requisas de cereales en
el campo y venta libre de los excedentes, suprimir el trabajo obligatorio y favorecer las
explotaciones agrícolas en las cooperativas. En cuanto a la industria y el comercio, las
empresas de menos de 20 trabajadores de devuelven a los antiguos dueños: los demás
siguen en manos del estado, se prepara un plan de electrificación del país y el comercio
interior se deja a iniciativa privada.
Estas medidas, si bien es cierto, es un paso atrás; sin embargo eran necesarias para avanzar
más aceleradamente en la construcción del socialismo.
El resultado es un éxito relativo. La agricultura se recupera con mayor velocidad que la
industria. Sin embargo, surgen las diferencias entre campesinos ricos (kulaks) y pobres. Los
más afortunados campesinos empiezan a practicar los "vicios capitalistas" como los juegos,
salas de fiestas, etc. Y e fantasma del capitalismo se cierne otra vez a la sociedad.
• B. Los planes Quinquenales de José Stalin
Lenin murió el 21 de enero de 1924, cuando la industria empezaba a renacer. Le sucedió
José Stalin, como Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo. Por entonces no tenía el
mismo prestigio que Trotsky, Zinoviev y Kamenev, pero su cargo le permitía controlar la
situación y eliminar a sus opositores.
Y en efecto, gradualmente mina el prestigio de Trosky, le priva de sus cargos y le elimina
como sucesor natural de Lenin en la Jefatura del Estado. Finalmente es desterrado a la
Siberia, de donde escapa y huyó a México, lugar en el que fue asesinado en 1940. Trotsky
aspiraba a una revolución permanente y mundial, en tanto que Stalin pretendía construir el
socialismo en un solo país. Sinoviev, de tendencia trotskista y Kamenev, de tendencia
conservadora, fueron también purgados y, por último, ejecutados.
Eliminando los opositores, el régimen abandona la Nueva Política Económica de Lenin y, a
partir de 1928, se planifica una economía más rígida a través de los planes quinquenales
que enarbola tres objetivos fundamentales: Industrialización rápida, modernización de la
agricultura y desarrollo de la revolución cultural. De este modo se desalojaría intensamente
a los elementos capitalistas de todas las esferas de la economía nacional y se sentaría las
bases de una economía socialista en el país. Se transformaría así la Unión Soviética de país
agrario en industrial.
El plan quinquenal o programa de desarrollo para cinco años, fue el primer experimento de
este género en la historia de la humanidad. Se llevaron a efecto 2 planes quinquenales entre
1929 a 1939. El tercer plan se interrumpió porque Rusia entró en la Segunda Guerra
Mundial.
Los logros de los dos planes quinquenales fueron impresionantes: se construyeron un
sinnúmero de fábricas; se abren minas y muchos pozos petrolíferos; se inicia la explotación
de algunas regiones desérticas donde surgen nuevos centros industriales. Tras algunas
vacilaciones se permite a los campesinos de Koljoz (hacienda agrícola colectivizada),
mantener la propiedad de su casa y media hectárea de huerta, con algunas cabezas de
ganado, eliminándose a los kulaks (campesinos ricos). En el sovjz (granjas estatales) la
propiedad privada quedó abolida.
En materia cultura se implantó la enseñanza primaria general, liquidando el analfabetismo
entre personas de hasta 40 años de edad y se extendió considerablemente la red de
instituciones culturales y educativas.

CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN RUSA


Las principales consecuencias que se derivaron de la revolución rusa, fueron:
• Liquidó la monarquía zarista, entregando la dirección al gobierno del proletariado.
• Se produjo un cambio cuantitativo en la producción industrial soviética, sólo
aventajada por Estados Unidos, Alemania E Inglaterra.
• Se produjo un cambio cualitativo, por cuanto la economía adquirió un carácter
socialista.
• Las clases explotadoras fueron suprimidas y la clase obrera se convirtió en la
vanguardia principal de la edificación del socialismo. El estado asumió la propiedad
absoluta de los medios de producción.
• El campesinado soviético compuesto por braceros, campesinos pobres o ricos
(kulaks) fue reemplazado por el campesinado koljosiano y los trabajadores de los
sovjoses.
• La intelectualidad, compuesta por burgueses terratenientes, varió radicalmente,
para integrarse en el 80 por ciento por intelectuales del pueblo.
• Muchos pueblos del mundo adoptaron en adelante, el gobierno socialista y los
trabajadores empezaron a luchar para mejorar su situación social.
• Para combatir la influencia socialista soviética, el capitalismo europeo creó el
fascismo y el nazismo.

BREVE CRONOLOGÍA DE LA REVOLUCIÓN RUSA


Las fechas están de acuerdo al calendario juliano, usado en Rusia hasta 1918. Éste
contaba doce días de retraso respecto al gregoriano durante el siglo XIX y trece días
durante el siglo XX.
• 1855 — Inicio del reinado de Zar Alejandro II.
• 1861 — Emancipación de los siervos.
• 1866–74 — El Terror Blanco.
• 1881 — Alejandro II es asesinado. Sucedido por Zar Alejandro III.
• 1883 — Formación del primer grupo marxista ruso.
• 1894 — Comienzo del reinado de Nicolás II.
• 1898 — Primer Congreso del Partido Laborista Social Demócrata de Rusia (PLSDR).
• 1900 — Fundación del Partido Socialista Revolucionario (SR).
• 1903 — Segundo congreso del PLSDR. Inicio del cisma entre bolcheviques y
mencheviques.
• 1904–5 — Guerra Ruso-japonesa. Rusia sale derrotada.
• 1905 — Revolución rusa de 1905.
Enero — Domingo Sangriento en Petrogrado.
Junio — Alzamiento del acorazado Potemkin en Odesa, en el Mar Negro.
Octubre — Huelga general. Se forma el soviet de Petrogrado.
— Acuerdo Imperial convocar elecciones a la Duma Estatal. Manifiesto de Octubre.
• 1906 — Primera Duma Estatal. Primer Ministro Piotr Stolypin. Comienza la
reforma agraria.
• 1907 — Segunda Duma Estatal, febrero–junio.
• 1907 — Tercera Duma Estatal, hasta 1912.
• 1911 — Stolypin, asesinado.
• 1912 — Cuarta Duma Estatal, hasta 1917. Separación final de bolcheviques y
mencheviques.
• 1914 — Alemania declara la Guerra a Rusia.
• 1915 — Graves derrotas. Nicolás II se nombra a sí mismo comandante en jefe del
ejército. Se funda el Bloque Progresista.
• 1916 — Escasez de comida y combustibles agravada por los elevados precios.
• 1917 — Huelgas y disturbios.
Cronología expandida de la Revolución de 1917
• Enero
Huelgas y disturbios en Petrogrado.
• Febrero
Revolución de febrero:
26 — 50 muertos en la Plaza Znamenskaya.
27 — Las tropas se niegan a disparar sobre los manifestantes; deserciones. Saqueo y ataques
por parte de la muchedumbre furiosa contra juzgados, comisarías de policía y prisiones.
Los edificios de la Okhranka (policía secreta zarista) son incendiados. Las guarniciones del
ejército se unen a los revolucionarios.
Se crea el Soviet de Petrogrado.
• Marzo
01 — Decreto 1 del soviet de Petrogrado.
02 — Nicolás II abdica. Se forma un gobierno provisional bajo el mando del Príncipe Lvov
como primer ministro.
• Abril
3 — Regreso de Lenin a Rusia. Publica sus Tesis de Abril.
20 — Miliukov publica sus notas. Cae el gobierno provisional.
• Mayo
5 — Nuevo gobierno provisional. Kérensky hecho ministro de guerra y marina.
• Junio
3 — Primer congreso de Soviets de todas las Rusias en Petrogrado. Terminado el 24.
16 — Kérensky ordena una ofensiva contra las fuerzas austro-húngaras. Inicio exitoso.
• Julio
2 — Fin de la ofensiva rusa. Trotsky se une a los bolcheviques.
4 — Manifestaciones antigubernamentales en Petrogrado.
6 — Alemania y el Imperio austrohúngaro contraatacan. Los rusos se retiran aterrorizados;
saqueo del pueblo de Tarnopol. Emisión de la orden de arresto de los líderes Bolcheviques.
7 — Lvov renuncia. Kérensky es el nuevo primer ministro.
22 — Trotsky y Lunacharskii, arrestados.
• Agosto
26 — Termina la segunda coalición de gobierno.
27 — Golpe fallido del General Lavr Kornílov. Kornilov es arrestado y hecho prisionero.
• Septiembre
1 — Proclamada la República en Rusia.
4 — Trotsky y otros prisioneros políticos son liberados. Trotsky se convierte en la cabeza del
Soviet de Petrogrado de los Representantes de los Trabajadores y los Soldados.
25 — Formado el tercer gobierno de coalición.
• Octubre
10 — El comité central bolchevique aprueba el alzamiento armado.
11 — Congreso de Soviets en la región del Norte, hasta el 13.
20 — Primer encuentro del Comité Militar Revolucionario (Comité Revolucionario
Soviético) del Soviet de Petrogrado.
25 — Comienza la Revolución de Octubre mientras el CMR envía a trabajadores y soldados
armados a tomar edificios clave en Petrogrado. El Palacio de Invierno es atacado a las 9:40
pm y capturado a las 2 am. Kérensky escapa de Petrogrado. Apertura del segundo congreso
ruso de soviets.
26 — Segundo Congreso de Soviets: mencheviques y miembros de moderados del SR
abandonan el congreso como forma de protesta contra los sucesos de los días anteriores.
Decreto de Paz y Decreto de Tierras. Creado el gobierno soviético, el Consejo de los
Comisarios del Pueblo (los bolcheviques predominaron, con Lenin como presidente).

PRINCIPALES PERSONAJES
Vladímir Ilich Uliánov
"Lenin"

Lenin en 1920

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