PARROQUIA SANTÍSIMA TRINIDAD

IGLESIA CATÓLICA SAN JUAN BAUTISTA

2-3 CALLE, 8 AVENIDA, COL. SAN JUAN, BO. CHAMELECÓN, S.O.

Grupo Sinodal San Juan Bautista

Moderador: Dennis Alexander Mejia Zavala
Secretaria: Nadia Marisela Matute Hernandez
Integrantes: María Ernestina Zavala Karen Fatshel Mejia
Ramón Alejandro Mejia Maritza Alcerro
Kevin Josué Chávez

Respuestas Núcleo 3
1. ¿Qué es lo que permite o impide hablar con valentía, franqueza y responsabilidad en
nuestra Iglesia local y en la sociedad?
Nos impide hablar dentro de la Iglesia y en la sociedad la predisposición que se tiene en
relación a quienes nos escuchan, pensando que nuestro mensaje no les será de
importancia; restarle importancia al mensaje que se quiere transmitir asumiendo que no
tendrá ningún efecto en nadie; las dudas (ante la falta de conocimiento) sobre los temas
que se tratan.
La falta de fe, que nos lleva a tener miedo de quedar expuestos ante el decir de la verdad.

2. ¿Cuándo y cómo conseguimos decir lo que es importante para nosotros?

Cuando tenemos una fe firme, al entender que así como las palabras no funcionan sin fe,
la fe sin palabras, tampoco funciona. Ambas son necesarias para activar la ley de la fe.
Siendo perseverantes en la fe, analizando la situación actual que se vive en nuestras
comunidades, para lograr hablar con convicción.

3. ¿Cómo funciona la relación con los medios de comunicación locales (no solo los
católicos)?
Los medios de comunicación locales son quienes se encargan de transmitir los hechos
noticiosos, pero que sucede si ellos no verifican la información y esta es falsa, generan
polémica, la gente se aleja de la iglesia por una mala información. El papel que juegan es
fundamental en las comunidades ya que las personas confían en ellos.

4. ¿Quién habla en nombre de la comunidad cristiana y como se le elige?

Desde el punto de vista jerárquico, deben ser las autoridades (coordinadores) de los
diferentes grupos, encabezados a nivel local por los coordinadores de Consejo Local y los
Delegados de la Palabra, los cuales deben ser elegidos según la voluntad del Espíritu
Santo y guiados por su fe, comprometidos con la Palabra, y confirmados por la aceptación
de la comunidad.