grandes multitudes. 2 Entonces llegó un leproso, que
se inclinó ante él* y le dijo: “Señor, yo sé que si tú quieres me puedes limpiar”.*+ 3 Así que Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: “Yo quiero. Queda limpio”.+ Y enseguida el hombre quedó limpio de la lepra.+ al examinar este,pasaje de las acciones del señor Jesucristo,se aprecian ,dos cosas muy puntuales : La Ley Mosaica requería que los leprosos fueran puestos en cuarentena para proteger a otros de la contaminación, Tales reglas llevaron a un trato despiadado de los leprosos. Por el contrario, Jesús estaba tan profundamente conmovido por la difícil situación del leproso que hizo lo que otros judíos considerarían impensable: tocó al hombre, y segundo, al decir quiero: Jesús no solo reconoció la petición, sino que expresó un fuerte deseo de responder a ella, mostrando que estaba motivado por algo más que un sentido del deber.Ambas nos impulsan a imitarlo y seguirle con, sumo cuidado