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¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Tres miradas sobre el suicidio


¿Por qué y cómo se llega
a la desesperanza?

Tres miradas sobre el suicidio

Jana Petrzelová
Mayra Chávez
Alma Valdés
Dolores Elizondo
Julieta Carabaza
Irene Ewald
Primera edición: 2007

© Jana Petrzelová
© Universidad Autónoma de Coahuila
© Plaza y Valdés, S. A. de C. V.

Derechos exclusivos de edición reservados


para Plaza y Valdés, S. A. de C. V. Prohibida
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ISBN uAdec: 968-6628-55-X


ISBN: 970-722-590-4

Impreso en México / Printed in México


índice
Presentación 9

Un estudio psicológico sobre los suicidas 25


Introducción 25
El desarrollo del ser humano y sus dificultades... 33
Adolescentes 41
Caso Georgina 42
Adultos jóvenes 45
Caso Daniel 46
Adultos 49
Caso Carlos 49
Prevención 74
Reflexión 77
Bibliografía 79
El suicidio en Saltillo: examen de factores sociales 81
Saltillo y la región sureste de Coahuila
al despuntar el siglo xxi 83
Propuestas teóricas sobre el suicidio 88
Factores sociales vinculados al suicidio en Saltillo 96
Contexto familiar y social 96
Migración, contexto urbano y vivienda 100
Economía y trabajo 102
Educación 105
7
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Salud 106
Consideraciones finales 108
Bibliografía 110
Sitios de internet consultados 112

El suicidio: un enfoque desde la comunicación 113


El nivel de la comunicación interpersonal 120
Grupo de adolescentes 124
Grupo de jóvenes 125
Grupo de adultos 127
El nivel de la comunicación masiva 129
El contenido de la información en la prensa local... 130
La opinión de la población sobre la información
del suicidio 142
Una aproximación al consumo de los mensajes
de los medios de comunicación 150
Grupo de adolescentes 151
Grupo de los jóvenes 153
Grupo de adultos 154
Reflexiones finales 155
Bibliografía 158

¿Qué hacer para propiciar una vida plena? 161


Recapitulación y propuestas
de prevención de las seis autoras 161
Ámbito social 162
Ámbito familiar 166
Ámbito individual 166
Ámbito de la comunicación 166

Anexos 171

Acerca de las autoras 177

8
Presentación
Carlos Manuel Valdés

E
l suicidio es un fenómeno que plantea un difícil reto a
la comprensión porque, por necesidad, el testigo prin-
cipal desaparece y casi nunca deja explicaciones co-
herentes o que aclaren medianamente las razones del acto por
el que suprimió su existencia. Quienes intentan suicidarse y
no lo logran podrían ser claves para aclarar aspectos relativos
a las circunstancias que antecedieron su acto fallido y el pro-
ceso de toma de decisión para matarse. Algunos estudios rea-
lizados sobre el hecho indican que, en su mayoría, ellos em-
prenden esa acción como previsiblemente frustrada y la
llevan a cabo sea como forma de expiación, sea para llamar
la atención de sus seres más próximos o, incluso, para casti-
garlos. El intento de suicidio pertenece, por tanto, a una in-
vestigación de otro orden, aunque complementaria de la aquí
presentada. 1

1
Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Infor-
mática nos muestran que los suicidas fallidos son, en su mayoría, mujeres.

9
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Basta con que reflexionemos un poco para que nos demos


cuenta de que el tema del suicidio puede enfocarse desde una
variedad de perspectivas que hacen que, si lo analizamos se-
riamente, comprobemos que las dos instituciones que han
censurado ese acto con más fuerza -el Estado y la Iglesia-
también lo han promovido. Por esto su estudio desde la filo-
sofía, las ciencias sociales o la historia, complica más el
asunto. Expondré algunas reflexiones que parten de estas dis-
ciplinas.
La pregunta que suscita en nuestros días pareceres encon-
trados es: ¿hasta dónde las personas pueden arrogarse el
derecho a ser dueños de sí de tal manera que adelanten el tér-
mino de su propia vida? Tal cuestionamiento ingresó masi-
vamente en las preocupaciones y conversaciones del público
a partir de las polémicas acerca de la eutanasia. ¿Es posible
que algunos casos de suicidio pudiesen ser considerados co-
mo eutanasia? Difícil saberlo más que excepcionalmente. Es
claro que tanto el suicidio como la eutanasia complican su
análisis porque forman parte de una problemática que com-
parte implicaciones de orden religioso, ético, social, legal,
psicológico... y por esto mismo difícilmente se obtendrán
respuestas que provoquen un asentimiento general, pues al-
gunas dependen de los enfoques disciplinarios o morales de
quienes están opinando. Los intereses materiales y los siste-
mas de referencia de los intérpretes marcarán la orientación
de sus opiniones, incluso las de aquéllos a quienes se conce-
de el estatuto de científicos o eruditos.
La cuestión acerca de si las personas tienen derecho a ter-
minar con la propia vida está lejos de ser actual. 2 El filósofo

2
Roland Jaccard y Michel Thévoz, Manifesté pour une mort douce,
París, Grasset, 1992: "Griegos y romanos reconocían a los hombres libres

10
PRESENTACIÓN

estoico Séneca, contemporáneo de Cristo, defendía el dere-


cho a decidir el momento de morir; por eso, cuando estuvo
seguro de que el tirano de Roma lo mataría se le adelantó,
suicidándose. Dieciocho siglos después, David Hume aboga-
ba por la libertad individual para suprimir la propia existen-
cia, añadiendo que tal acto no agraviaba a la divinidad. 3
Un ejemplo interesante sobre la condena legal del suici-
dio y lo que éste significaba para las conciencias es el de la
Francia medieval: cuando alguien se daba la muerte, las au-
toridades públicas infligían castigos a su cadáver, ya que ha-
bía sido el portador de un alma que continuaba existiendo.
En algunas provincias galas se colgaba el cuerpo en la plaza
pública como medida de condena y advertencia para futuros
suicidas: estos restos quedaban infamados y, por tanto, los fa-
miliares del suicida también. 4 En España y en la Nueva Es-
paña se sancionaba al cuerpo porque había sido la sede del
alma que ahora estaba en el infierno y, por ello, se prohibia-
bía su inhumación en el cementerio eclesiástico: un campo

el derecho a disponer de su propia vida. Pero condenaban el suicidio de las


mujeres, los niños y los esclavos porque lo consideraban como sedición o
perjuicio a la propiedad del amo", pp. 31-32, traducción mía.
3
Paul Veyne, Séneca y el estoicismo, México, Fondo de Cultura Eco-
nómica, 1996, "Epílogo"; David Hume, Del suicidio. De la inmortalidad
del alma, ed. bilingüe, trad., intr. y notas de Rafael Muñoz Saldaña, Méxi-
co, Océano, 2002, véanse las pp. 182 y 183.
4
"En el antiguo derecho francés, el crimen de homicidio de sí mismo
era castigado con penas destinadas a asegurar la deshonra del difunto y,
junto a él, la de la familia. Se instruía un proceso al cadáver o a su memo-
ria... ": E. Yamarellos y G Kellens, Le crime et la criminologie, 2 tomos,
Verviers, Marabout Université, 1970, término "Suicide", t. 2, p. 193; tra-
ducción mía.

11
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

santo, por definición, no podía aceptar entre sus inquilinos a


quienes la Iglesia contaba entre los reprobos. 5
Es necesario señalar que, a pesar de la condena civil y re-
ligiosa del suicidio, muchos actos suicidas han sido tenidos
como heroicos, lo que nos lleva a recordar que tales acciones
tienen o pueden tener significados diversos y hasta contra-
dictorios si se les analiza desde ángulos o valores específi-
cos. Gobiernos e instituciones mexicanas proponen al pueblo
la veneración de personajes que de forma temeraria buscaron
la muerte. Los Niños Héroes son una muestra -lo mismo que
el famoso Pipila- de personajes que entregaron su vida por la
causa patriótica. 6 Los presagiados asesinatos de Madero y
Carranza, y su negligencia frente a los enemigos, así como la
candorosa marcha de Bernardo Reyes hacia los rifles que lo
apuntaban, pueden calificarse como provocaciones suicidas.
Las tropas de Villa inducían el pánico de sus adversarios por
su temeraria manía de autoinmolarse.
Por su lado, la Iglesia, que condena el suicidio, ha eleva-
do a los altares a una gran cantidad de personas que buscaron
con tenacidad la muerte con el objeto de ser considerados
mártires y obtener la veneración de sus correligionarios. Mues-
tras de ese apremio de la muerte las tenemos por millares
desde el siglo i. El martirio de los apóstoles Santiago y Pedro
sirvió como ejemplo a seguir, y su práctica fue promovida
5
Véase Hamlet, donde el cadáver de la suicida Ofelia se entierra en sa-
grado aun cuando la Iglesia lo prohibía, para no perjudicar la imagen del
inicuo rey. En su conversación los sepultureros comentan que es un acto
insensato.
6
Tanto los Niños Héroes como el Pipila son parte de nuestro imagina-
rio. Su creación obedeció a la necesidad de cohesión y de explicación de
episodios inasimilables. El martirio de tales personajes (que no suicidio,
según los difusores de los hechos) tenía la intención de encender en los
mexicanos el amor por la Patria.

12
PRESENTACIÓN

con exaltación; de ahí que centenares de cristianos de ambos


sexos desafiaran al poder entregándose al tormento y la
muerte con cierto júbilo. Hay que señalar que en el protes-
tantismo también se reprodujo tal empeño, sobre todo en
Francia y Holanda.
La búsqueda de la muerte como forma de asegurar la sa-
lud eterna continuó hasta tiempos más cercanos a nosotros.
Misioneros jesuitas de la Tarahumara escribieron cartas en
los siglos xvn y xvín en las que expresaban una y muchas
veces a sus superiores que lo que más deseaban era que los
indígenas a los que evangelizaban les quitasen la vida para
lograr con ello la palma del martirio. Tal incoherencia es ape-
nas comprensible para nosotros, pues difícilmente podemos
imaginar que los pastores que pregonaban que amaban tanto
a los indígenas hasta el punto de haberse entregado a su con-
versión, deseasen ser asesinados por sus ovejas. 1
Es necesario confesar que tanto el Estado como las co-
munidades de creyentes propician formas cercanas al suici-
dio que, si bien lo vemos, serían imposibles de explicar des-
de la individualidad de cada uno de sus actores. Junto a
personas ilusionadas por ideales patrióticos o religiosos pue-
den haberse filtrado no pocos desequilibrados mentales o in-
dividuos fanatizados. 8
En nuestros días, en diversos países se ha optado por su-
primir cualquier pena al suicida (a su cuerpo, por supuesto), o
al suicida frustrado, en su caso; pero se han conservado leyes

7
Baste el ejemplo del jesuíta checo que documenta, en el siglo xvín,
tales deseos de algunos de sus compañeros: Joseph Neumann, Historia de
las sublevaciones indias en la Tarahumara, Praga, Universita Karlova,
(Iberoamericana Pragensia, Suplementum 6), 1994.
8
Piénsese en los suicidas adiestrados en las escuelas de Al Qaeda y
Hamas.

13
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

que castigan a quien lo asista. Al parecer, los legisladores


pretenden respetar la voluntad individual pero tratan de im-
pedir cualquier tipo de presión venida de otra persona. En los
últimos años, una parte de la jerarquía católica también ha
dejado de lado su condena, antes tan radical, intentando com-
prender un hecho que contiene elementos que escapan a las
certezas. Nadie, en efecto, estuvo dentro de la vida o el pen-
samiento del suicida como para estar seguro de comprender
sus razones (su dolor, su soledad, su existencia desdichada,
su desesperación... ), menos aún para arrogarse el título de
censor. Además, la Iglesia siempre ha defendido la posibili-
dad del arrepentimiento de los pecados en los últimos ins-
tantes de la vida.
Darse uno mismo la muerte es, entonces, un acto con di-
versas significaciones y difícilmente explicable tanto desde
el punto de vista psíquico como desde la sociología. Suici-
darse es una palabra que se forma con las dos palabras lati-
nas sui y occidere, cuya traducción al español resulta redun-
dante: matarse a sí mismo. Por otra parte, promover que otro
te quite la vida es, sin duda, un acto que tiene un parentesco
cercano con el suicidio. Pero suicidio y eutanasia (o autana-
sia) son términos que no se parecen en nada, difícilmente
comparables. La eutanasia nada más se da en un contexto
concreto de enfermedad terminal, incapacidad para valerse
por sí mismo o vejez acompañada de discapacidades. 9

9
Mauro Rodríguez Estrada, ^Eutanasia o autanasial Por una muerte
digna, México, Manual Moderno, 1996, propone el vocablo autanasia,
aunque no justifica la creación del mismo, ni tampoco lo explica. Es claro
que defiende el derecho de algunos enfermos a decidir el adelanto de una
muerte que sea digna cuando la vida ya es únicamente dolor para si y sus
seres queridos.

14
PRESENTACIÓN

Otras versiones sobre la decisión de acabar con la propia


vida nos vienen de algunos escritores. En primer lugar en-
contramos la posición de Albert Camus, quien propone que
se recapacite, a partir de lo absurdo de la existencia, en que
"no hay sino un problema filosófico realmente serio: el sui-
cidio. Juzgar que la vida vale la pena de ser vivida equivale
a responder a la cuestión fundamental de la filosofía". 10 Jean
Paul Sartre, por su parte, cree que suicidarse es una falta de
compromiso consigo mismo y la sociedad, pues el suicidio
cancela todas las posibilidades. Y, de una manera parecida, el
filósofo Vladimir Jankélévich rechaza el suicidio (y también
la eutanasia) porque priva al sujeto de la lucha. Cuando los
nazis invaden Francia, algunas personas de inestimable valía
se matan como forma de resistencia, en cambio otros mueren
peleando por lo que consideran justo; pero hay quienes so-
breviven para disfrutar la derrota de Hitler: los suicidas es-
cogieron la peor alternativa. 11
Las cifras de suicidios aumentan en casi todos los países
del mundo. México, y específicamente Coahuila, no son la
excepción. Sin embargo, la incidencia del fenómeno creció
mucho en el sureste del estado y especialmente en la ciudad
de Saltillo. Se creyó necesario intentar una explicación del
fenómeno saltillense, y por esto las seis autoras de este libro
10
Albert Camus, El mito de Sisifo, Madrid, Alianza Editorial, 2001,
p. 13. Camus considera que no vale la pena morir por una verdad o causa
equis, en cambio sostiene que puede cancelarse la propia vida si no se le
encuentra sentido a la existencia.
11
Vladimir Jankélévich, Penser la mortl, París, Liana Levi, 1994, sos-
tiene: "Teóricamente yo digo sí a la eutanasia. Pero decir en todos los ca-
sos sí a la eutanasia es, al contrario, desconocer el tiempo, el poder del
tiempo, la apertura del futuro, el sentido de ios posibles: la evolución de
las técnicas, la evolución del mal, la evolución de los sentimientos del en-
fermo frente a su mal", p. 92, traducción mía.

15
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

se involucraron en la comprensión del suicidio y los suicidas.


Los problemas locales conducían hacia interpretaciones que
se consideraban lógicas: la pobreza, el desempleo, la migra-
ción campo-ciudad, la depresión, la influencia de la prensa
amarillista, etcétera. Pero ningún factor explica por sí solo
por qué no se suicidan todos los pobres o los desocupados o
los deprimidos o los que leen los diarios morbosos...
Los ensayos que aparecen en este libro surgieron, por lo
tanto, de la creciente incidencia del suicidio en Saltillo y de
la búsqueda de explicaciones. Y, sabiendo que es un acto in-
dividual en el que cada persona enfrentó su propio proceso
de decisión, revelan la existencia de elementos que pueden
aclarar nuestra comprensión del mismo. Las ensayistas tu-
vieron en cuenta que hace más de un siglo Emilio Durkheim
había incursionado en las estadísticas y encontrado que el ac-
to suicida ocurría en un mundo polifacético pero que, en su
diversidad, brindaba datos que se repetían (constantes), gra-
cias a los cuales podían intentarse interpretaciones. Advertía
que los datos cuantitativos debían ser tratados con sumo cui-
dado, porque los lectores podían hacerles decir cosas que en
realidad no decían. Las constantes son, simplemente, llamadas
de atención para que podamos entender lo que (aparentemen-
te) sucedió. 12
Una mirada hacia el mundo del suicida y hacia el fenó-
meno del suicidio no puede darse sin que surjan casi de in-
mediato posiciones diferentes y aun antagónicas. El análisis

12
Emilio Durkheim, El suicidio, México, Coyoacán, 2001. El lector
dirá, con tino, que lo que (realmente) sucedió fue la muerte de los suicidas.
Esto es evidente, pero cada uno de los suicidios fue efectuado por una per-
sona en todo distinta a las demás (edad, clase social, educación, religión...,
y en diferente lugar, estación del año... ). Las constantes no nos dicen todo y,
sin embargo, unifican el fenómeno y, en más de un sentido, lo explican.

16
PRESENTACIÓN

de los casos, la revisión de sus parecidos y diferencias, la


reconstrucción del medio en el que tuvo lugar cada suicidio,
deben someterse a una visión pluridisciplinaria que nos lle-
ve, antes que nada, a la comprensión de un acto que se pre-
senta a nuestros ojos como profundamente humano.
La investigación que estoy presentando ha buscado intro-
ducirse en ese fenómeno social para, en un primer momento,
entenderlo, y en segundo lugar, enfrentarlo buscándole res-
puestas. Sabemos -o podemos imaginarlo- que antes de sui-
cidarse algunas personas han enfrentado, por lo regular, un
proceso de extremo dolor y desesperación para llegar a tomar
la decisión de no continuar viviendo. Por ello, es importante
que podamos asomarnos a tal fenómeno desde distintas pers-
pectivas científicas para, desde cada una, tratar de establecer
causalidades, consecuencias, persistencias e impugnaciones.
La tentación de establecer un diagnóstico definitivo es
muy grande puesto que creemos que una investigación debe
entregar resultados categóricos. De no hacerlo así, se juzgaría
que no ha sido realizada con seriedad dado que no ha produci-
do certezas. Es evidente que en los tres ensayos que aquí pre-
sento el lector las encontrará, pero no las hay en el sentido de
absolutos. Quienes busquen verdades definitivas es mejor que
recurran a las matemáticas o a la teología ¡y aun ahí habría
que verlo!... Este libro nos presenta tres miradas diferentes
sobre los suicidas saltillenses y muestra la utilidad de recu-
rrir a visiones múltiples y complementarias sobre un tema.
Para los resultados que aquí se presentan es elemental
saber que cada una de esas miradas fue hecha desde la frial-
dad de la metodología y de las teorías esgrimidas por las in-
vestigadoras de la escuela y facultades que la llevaron a
cabo: Psicología, Trabajo Social y Ciencias de la Comunica-
ción. Cabe mencionar que tales enfoques no tuvieron lugar

17
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

separadamente, sino que fueron compartidos en reuniones


constantes entre sus autoras, confrontándolos con los datos
que se iban descubriendo en el proceso de la búsqueda, del
análisis, de la discusión. Esto significa que, a pesar de las
disciplinas, rígidas a menudo, las autoras tenían objetivos co-
munes, como el de conocer la realidad social a fondo y con
mayores (o quizá más seguras) posibilidades de introducirse
en ella para diagnosticarla y, tal vez, incidir en su compren-
sión; en su transformación incluso.
Siendo el suicidio un acto que resulta casi siempre de una
decisión individual, los tres enfoques que se posaron sobre el
conjunto de los suicidas nos dan por resultado esta revisión
que abarca el fenómeno en varias de sus facetas y a múltiples
actores del drama.
Creo importante aclarar que no se ha presentado entre
nosotros (todavía, aunque se dio en el pasado) el fenómeno
de suicidios colectivos, que en países como Estados Unidos
o Japón registran sucesos verdaderamente insólitos que nos
conducen a otra racionalidad. Entre el sentido de la muerte
de 83 miembros de la secta cristiana de David Koresh en Wa-
co, Texas, en 1994, rodeados por la policía federal norteame-
ricana, y el suicidio de los yaquis sitiados en el Bacatete por
los soldados del gobierno mexicano en 1901, hay un abismo:
en nada se parecen. 13 A su vez, ni uno ni otro tiene algún pa-

13
Rememoro el suicidio de 83 personas en Waco (hay quien afirma
que fueron asesinados por los federales); también el suicidio de casi 900
cristianos californianos en Guyana, así como el de los niños de San Marcos,
California, que se mataron porque su cuerpo era un lastre para viajar a las es-
trellas. El episodio de los yaquis lanzándose al despeñadero (madres abraza-
das de sus niños, parejas tomadas de la mano... ) es relatado por el testigo
Manuel Balbás, médico militar del ejército mexicano, en su libro Recuerdos

18
PRESENTACIÓN

rentesco con el caso de los tamemes tlaxcaltecas que se col-


garon con sus propios calzones para librarse del salvajismo
de Hernán Cortés. Considérese, asimismo, el significado de
los suicidios de esclavos negros que se mataban en Veracruz
creyendo que resucitarían en África. Cada caso en sí tiene
sus propias posibilidades de ser explicado, y en todos ellos es
necesario recurrir a los métodos de la historia y a una labor
hermenéutica. Aún así, los suicidios colectivos de antes y
ahora intentan escapar a toda definición tajante. Tales suici-
dios ingresan en un orden de cosas diferente al acto indivi-
dual y tienen mucho qué ver con la cultura y la coyuntura.
Me parece oportuno mencionar otro tipo de autoinmola-
ción: el suicidio de parejas. El amor, el rechazo de la socie-
dad o la desesperanza pueden ser hilos conductores para lle-
var a término un largo diálogo en el que se toma el acuerdo
de morir juntos. Paul Lafargue, yerno de Carlos Marx, se sui-
cida con su pareja; lo mismo hacen el gran escritor judío Ste-
phan Zweig y su esposa.
Habrá que repetir que también en el caso de los suicidios
personales del pasado las explicaciones que se creen obvias
resultan engañosas. Sabemos, por ejemplo, que muchos es-
clavos negros que se suicidaban tanto en los Estados Unidos
de América como en el Brasil no eran los que tenían un amo
cruel, sino los que recibían un mejor trato. ¿Alguien se atre-
vería a decir que de lo humano todo nos es comprensible?14

del Yoqui. Principales episodios durante la campaña de 1899 a 1901, Her-


mosillo, Gobierno del Estado de Sonora, 1985 (primera edición, 1927).
14
Un ensayo psiquiátrico sobre las enfermedades mentales de los ne-
gros de América del Sur explica algunos actos que parecen contradictorios:
Roger Bastide, Le réve, la transe et la folie, París, Éditions du Seuil, 2003,
véanse en especial las pp. 193 a 207.

19
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Cada individuo es el producto de la sociedad en la que se


desarrolla, y por eso quienes se privan de la vida muestran su
acto como señal inequívoca de rechazo a esa colectividad, en
la que ya les parece intolerable continuar viviendo y de la
que ya no desean formar parte. De ahí que su acto individual
deja de serlo para transformarse en la consecuencia de un
malestar surgido al interior de la comunidad. Una conse-
cuencia aleatoria de su acto es la de mostrarnos a los demás
que la sociedad de la que formamos parte tiene elementos que
la hacen insoportable para algunos.
Privarse de la vida es prescindir de la existencia, es re-
nunciar a continuar adelante, es rechazar cualquier otra posi-
bilidad. Quienes lo realizaron estaban siendo conscientes de
que elegían dejar de ser porque el no-ser les parecía una al-
ternativa preferible a la de ser-sufrientes. Cancelar la vida es
cerrar la última posibilidad, es definirse por la inexistencia.
Esta acción tan radical nos revela de qué tamaño fueron las
dudas (o las certidumbres) que tuvo el suicida antes de reali-
zar el acto final. Una pregunta para la que no tenemos res-
puesta consistente es la de si quien fue sujeto de su último ac-
to lo fue como conciencia que se plantea razonablemente los
motivos para determinarse a desertar de sí mismo. No hay
respuesta a esta cuestión porque, aunque interroguemos a los
suicidas frustrados, nunca sabremos cuál era exactamente el
estado de ánimo del sujeto en el momento mismo de adelan-
tar su muerte.
Es necesario tomar en cuenta las estadísticas, escuchar a
los medios de comunicación, prestar la voz a quienes se sa-
crificaron. Hay que saber que la sociedad tiene necesidad de
respuestas y que su angustia crece ante las formas, a menudo

20
PRESENTACIÓN

siniestras, en que son relatados los hechos por los medios de


comunicación. También se debe tener en mente a las perso-
nas cercanas al suicida, quienes frecuentemente sufren du-
rante años o la vida entera por la decisión que tomó su ser
querido. El vacío y la ausencia del deudo les resultan dolo-
rosos y son elementos que implican un duelo que es revivido
a lapsos, que se prolongan o se renuevan hasta por la simple
contemplación de un objeto, la letra de una canción o las
amistades del muerto. La intolerancia en algunos barrios sal-
tillenses llegó a tales niveles que las familias de algunos sui-
cidas debieron cambiar de domicilio porque sus vecinos los
culpabilizaban de la muerte de su deudo, y día tras día les
restregaban en el rostro su yerro. De nuevo: el suicidio es un
fenómeno de múltiples aristas.
Ante un estudio como el presente, uno reflexiona sobre la
vida de quienes ya murieron y sobre las razones que pudie-
ron tener para consumar su acto inapelable. Las investigado-
ras de estos ensayos creen que es muy importante entender al
suicida para buscar los elementos que ahora mismo pudiesen
estar presentándose en las mentes de personas que también
deseen terminar con su vida. De ahí que hayan incluido en el
título de este libro la palabra desesperanza. Ésta significa al-
go que se sitúa más allá de la desesperación, del estrés, de la
soledad y el aburrimiento. Desesperanzar es no desear espe-
rar más nada ni a nadie.
Sabemos que algunas personas que quisieron suicidarse,
y que incluso lo intentaron, fueron luego importantes para
hacer del mundo un lugar mejor para vivir. Sirvan los ejem-
plos de Ludwig van Beethoven y Bertrand Russell, aspirantes
a suicidas, según testimonio de ellos mismos. Hay que ale-
grarnos de que no hayan llegado a consumar ese acto cuando

21
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

lo rumiaron, porque sin la producción artística de ambos el


mundo sería todavía más brumoso. 15
Esta investigación podría tener como corolario la exhor-
tación a los gobernantes para que propicien políticas concre-
tas que mejoren las condiciones materiales de los coahuilen-
ses, y oportunidades efectivas de acceso a espacios
específicos de cultura y recreación, oferta de trabajo, mejora
en los servicios. Incumbiría a ellos y al sistema escolar la
búsqueda de ambientes que condujeran a quienes sufren al
descubrimiento de sentidos en su existencia como indivi-
duos. Las diferentes opciones religiosas, los organismos
civiles y las universidades deben implementar políticas de
apoyo a quienes pueden ser candidatos al suicidio, quienes
evidentemente, siempre permanecerán en el anonimato. Los
periodistas, para quienes el suicida es objeto de reportaje,
anuncio promocional para vender su noticiero del día y cró-
nica que manipula arquetipos, podrían reflexionar sobre su
doble compromiso de informar y comprender. Todos tendría-
mos que involucrarnos en repensar, a manera de esbozo, ex-
plicaciones prudentes acerca de por qué como sociedad so-
mos testigos de una herida que periódicamente nos infligen

15
Josep Pascual, "1802: el año del testamento de Ludwig van Beetho-
ven y el testamento de Heiligenstadt", Amadeus, 103 (2002): 40-43. Dice
Beethoven en su Testamento: "Estaba a punto de poner fin a mi vida. Lo
único que me retuvo fue mi arte. Verdaderamente, no me parecía posible
dejar este mundo antes de haber producido todas las obras que me sentía
urgido a componer, y así me he arrastrado por esta miserable existencia... "
(recuadro, p. 42). Bertrand Russell había decidido suicidarse y, casual-
mente y sin ser conciente, su hermano lo desvió del acto. Nunca reconsi-
deró la opción. La experiencia quizá le llevó a escribir La conquista de la
felicidad, Madrid, Espasa-Calpe, 1969. Véase ahí: "Las causas de la des-
gracia", pp. 11 -86.

22
PRESENTACIÓN

quienes están a disgusto entre nosotros. Sería bueno que en-


tre todos buscásemos repuestas a las inquietudes de las per-
sonas que sufren por su condición de desempleados, droga-
dictos, pobres, desarraigados, irritados..., puesto que un buen
número de quienes se privaron de la vida pertenecían a una o
varias de esas categorías.

23
Un estudio psicológico sobre los suicidas
Jana Petrzelová
Mayra Chávez

"El hecho de que la vida no tenga


ningún sentido es una razón para
vivir, la única en realidad. "
E. M. CIORAN

Introducción

E
l interés fundamental del psicólogo es ayudar a las
personas a lograr una adaptación al mundo en que vi-
ven, al tiempo que intentan encontrarse a sí mismas y
obtienen suficientes satisfacciones en su quehacer personal,
familiar, profesional y social. La existencia humana, sabe-
mos, está llena de dificultades y sinsabores, pero también de
oportunidades y gratificaciones que pueden conducir a una
vida plena y feliz.
Es preocupante el hecho de que algunas personas no
encuentren el camino para distinguir, valorar y actuar en
función de una vida plena. Actualmente muchos sufren de

25
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

desesperanza y encuentran, como única salida a su malestar,


el suicidio, el cual se ha incrementado de manera alarmante
entre la población mundial, nacional y, por lo que a nosotras
atañe especialmente, coahuilense.
Debido a lo anterior, nos abocamos a realizar un estudio
sobre las causas del suicidio en la población del sureste del
estado de Coahuila, con el objetivo de detectar denominado-
res comunes que reflejaran un perfil de los suicidas. A través
de historias de vida se reconstruyó parte de su sentir, pensar
y actuar en el ámbito individual, familiar y social.
Es nuestra intención dar a conocer los hallazgos y plante-
arlos a la luz de la conceptualización psicológica que intenta
dar explicación a los fenómenos humanos. Para lo anterior,
desarrollaremos este capítulo en función del marco teórico
que da sustento y validez a los análisis de los datos obtenidos
en la investigación que se llevó a cabo en el sureste del esta-
do de Coahuila, con una muestra de historias de vida de sui-
cidas de la región.
Se considera la vida como una lucha difícil desde el naci-
miento, que exige aprender muchas cosas y superar muchos
obstáculos. Durante la lucha, el individuo frecuentemente su-
fre de inseguridad, entre la incapacidad de adaptarse o en-
frentarse a las situaciones difíciles que se presentan a lo lar-
go de la vida. Cada persona debe, finalmente, moldear su
existencia dentro de un ambiente que, con frecuencia, exige
mucho y debe ser enfrentado a él con habilidades limitadas.
Para llevar a cabo nuestra tarea, nos permitimos ofrecer al
lector un recorrido a lo largo de la vida humana que nos ayu-
de a entender por qué y cómo se desarrolla un individuo pa-
ra convertirse en una personalidad íntegra, madura y segura
de sí misma. Si en este camino de formación aparecen con-
flictos graves, no resueltos, la personalidad queda inmadura,

26
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

insegura y con pocas herramientas para afrontar un mundo


que cada día se vuelve más difícil, llevando al individuo a
una toma de decisiones incorrecta. Nos parece importante
partir de la idea de enmarcar este desarrollo en un ser psico-
biológico que vive en un contexto cultural determinado por
factores múltiples tales como los económicos, políticos, reli-
giosos y otros.
Durante los últimos 50 años, las condiciones de vida y
de salud han mejorado muchísimo en los países en vías de
desarrollo. La esperanza de vida se ha elevado desde alrede-
dor de 40 años hasta los 75. La viruela, que antes causaba mi-
llones de muertes, se ha erradicado de la faz de la tierra. La
mortalidad infantil ha bajado de un 28 a un 10% entre los na-
cidos vivos. Los servicios públicos básicos han llegado a más
población: por ejemplo, el porcentaje de familias rurales que
disponen de agua corriente ha aumentado de menos del 10 a
casi el 60.
Por desgracia, tan notable progreso del bienestar físico ha
ido acompañado de un deterioro de la salud mental. En mu-
chas zonas está hoy en auge la aparición de trastornos men-
tales.
Este aumento de las enfermedades mentales se debe prin-
cipalmente a factores demográficos y sociales. Con la mejo-
ra de la salud física, son cada vez más las personas que viven
hasta edades en las que hay mayor riesgo de padecer ciertos
trastornos psíquicos, sobre todo la depresión. Por otro lado,
el aumento de la población, resultado de ese intervalo mayor
de vida, significa también el crecimiento del número absolu-
to de personas afectadas por trastornos mentales de todo ti-
po. La rápida urbanización, la modernización caótica y la re-
estructuración económica han dejado desarmados a muchos
de los países en vías de desarrollo. Crecientes tasas de vio-

27
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

lencia y suicidios, de abuso de alcohol y drogas, están yendo


a la par con la quiebra de las prácticas culturales, de los usos
sociales y de los valores que tradicionalmente representaban
el trabajo y la familia.
Según se ha observado en estudios de varias índoles, el
capítulo de las enfermedades mentales constituye el de ma-
yor crecimiento en la carga presupuestaria de asistencia mé-
dica en las sociedades desarrolladas. Los trastornos depresi-
vos y de ansiedad son las principales causas de incapacidad
en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Sa-
lud (OMS). Este organismo estima que tales enfermedades son
las responsables de una cuarta parte de las visitas a los cen-
tros médicos. Los intentos de suicidio, la depresión, estrés y
ansiedad originan también pesadas cargas sanitarias, siguién-
doles en esto las drogodependencias y las tensiones postrau-
máticas.
El estudio de la OMS descubre también que, por término
medio, los médicos de asistencia primaria se equivocan más
de la mitad de las veces a la hora de diagnosticar los trastor-
nos psíquicos. Y lo que es peor, aun en el caso de que el mé-
dico acierte en el diagnóstico de la enfermedad mental, suele
fallar en la prescripción del tratamiento idóneo.
¿De qué modo están respondiendo los profesionistas de la
salud mental ante ese fenómeno tan preocupante? Su res-
puesta parece apegada a teorías y prácticas obsoletas, que no
sirven para remediar las exigencias de los países pobres y del
mundo no industrializado. Desafortunadamente, hoy se tien-
de a descartar la unicidad de los síntomas que se descubren
en una cultura particular y a buscar, por el contrario, mani-
festaciones de enfermedad mental que sean independientes
de la cultura y que están, así se supone, más estrechamente
vinculadas a las bases biológicas de la enfermedad. El pro-

28
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

greso en la mejora de la salud mental en los países en vías de


desarrollo ha de vencer la resistencia de cuatro mitos muy
arraigados. Los tres primeros afectan a los profesionistas de
la salud mental. Mito primero: las formas de enfermedad
mental se dan por doquier con similares grados de frecuen-
cia. Mito segundo: de la estructura subyacente a la enferme-
dad es responsable la biología, mientras que los modos con-
cretos de experimentar una persona ese mal están
configurados por las creencias culturales. Mito tercero: di-
versos trastornos poco comunes, específicos de algunas cul-
turas y cuyas bases son inciertas, sólo se dan en lugares exó-
ticos. Sustentado por muchos expertos internacionales de la
salud, que para empezar se desentienden de los problemas de
la salud psíquica, se afirma el cuarto de los mitos: apenas
puede hacerse nada para curar las enfermedades mentales.
En su empeño por incluir las ciencias de la salud entre las
ciencias exactas, los especialistas han limitado su enfoque a
los mecanismos biológicos de los trastornos mentales, me-
nospreciando la importancia de variables como la cultura y la
situación socioeconómica. Pero el estudio de la variación es
fundamental para la ciencia. La diversidad de los síntomas,
del desarrollo y de la frecuencia de la enfermedad mental
brinda una oportunidad magnífica para sopesar la influencia
de la cultura y el entorno en la formación, la distribución y la
manifestación de los trastornos. Hasta ahora se ha venido
desaprovechando tal oportunidad. A la vista de las penalida-
des que globalmente impone la enfermedad mental, seme-
jante desinterés se convierte en una tragedia cuyas propor-
ciones aumentan sin cesar.
Y ni qué decir de que el conocimiento de la relación en-
tre cultura y enfermedad mental no bastará por sí solo para
mejorar la situación. En un mundo en vías de desarrollo, la

29
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

política sanitaria suele tropezar con obstáculos de toda índo-


le, entre otros, la imposibilidad de generalizar programas lo-
cales, modestos, pero que cubran las necesidades de más
gente. Añádase que los países en vías de desarrollo, con po-
breza extrema y limitados recursos, se ven forzados a tratar
de controlar el paludismo y la diarrea antes de pensar en in-
vertir en una "lujosa" política de atención a la salud mental.
Aunque esto es comprensible, no es aceptable. Sólo por lo
que concierne a la depresión, el costo que supone no descu-
brirla y tratar a los pacientes en centros de asistencia prima-
ria es enorme: la depresión origina más incapacidades que la
artritis, la diabetes, la hipertensión y los dolores de espalda.
Las ciencias de la salud deben abordar sin dilación el mito
que quizá sea el más perjudicial de todos, el de que una base
de conocimientos compilada casi exclusivamente a partir de
casos norteamericanos y europeos puede aplicarse con efica-
cia al 80% de la población mundial que vive en Asia, en Áfri-
ca y en América Latina, así como a las comunidades que
emigraron a Norteamérica y Europa. La necesidad de esta-
blecer la variación cultural como un pilar de los estudios
acerca de la salud mental nos la impone la experiencia de que
el trastorno psíquico, la enfermedad y su tratamiento -aun-
que su origen sea fisiológico- se experimentan en contextos
culturales y sociales distintos, que hacen diferentes sus sín-
tomas y evolución.
Como psicólogos sabemos que el estrés y la ansiedad son
la fuente de varios trastornos psicológicos y por ende tam-
bién somáticos. Vivimos en el siglo del estrés. El estrés es
como una enfermedad invisible pero causante de malestares
psíquicos y físicos. En el momento que la persona no puede
resolver o combatir el estrés está en peligro de enfermarse

30
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

más gravemente. Todo lo anterior tiene qué ver con el desarro-


llo de la personalidad que explicaremos más adelante.
La sociedad con avances tecnológicos tan rápidos ha he-
cho la vida mejor en algunos aspectos, pero los subproductos
del desempleo, la inflación, inquietud, alienación, inseguri-
dad y una infinidad de otros problemas creados por los seres
humanos, constituyen un reto al valor verdadero de estas
creaciones para la humanidad. No nacemos con una orienta-
ción de "tener", sino que adquirimos esta forma distorsionada
de adaptación y enfrentamiento como resultado de fuerzas
socioeconómicas.
Hablar sobre el suicidio nos lleva a la necesidad de pro-
fundizar los aspectos culturales. La creciente crisis del mun-
do en vías de desarrollo indica la necesidad de comprender
mejor los nexos entre la cultura y los trastornos mentales.
Dependemos de una herencia cultural conformada por
nuestras tradiciones, costumbres y valores, los cuales están
cambiando rápidamente, por lo tanto, muchos de nosotros es-
tamos en un estado de confusión. Dependemos de nuestras
habilidades para razonar correctamente, para desarrollar ha-
bilidades y amar en forma productiva como el mejor medio
para enfrentar los problemas relacionados con los seres hu-
manos. Si no satisfacemos nuestras necesidades específi-
camente sociales en forma adecuada, sufrimos fuertes impe-
dimentos psicológicos y físicos.
Desde la perspectiva psicológica, consideramos necesario
partir de la teoría fenomenológica que engloba a los teóricos
humanistas, los cuales han formado parte de un esfuerzo sig-
nificativo por llegar a un acuerdo en la explicación de la ex-
periencia humana tal como ésta sucede. Este enfoque intenta
considerar la vida tal como la experimenta una persona, sin
negar lo que es más humano, sin dividirla en partes sin rela-

31
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

ción y sin reducirla a principios fisiológicos. Para mejor


comprensión del lector, podemos decir que el término feno-
menología significa literalmente "las experiencias subjetivas
del individuo".
Si llevamos la explicación al extremo, podemos decir que
lo subjetivo y lo personal sugieren que la realidad "objetiva"
carece de importancia; lo que importa es el significado o sen-
tido que cada quién le da. Lo que quiere decir es que la pro-
pia experiencia subjetiva de cada individuo determina su for-
mación según como experimenta su propia vivencia. El
método filosófico de la fenomenología ha sido empleado por
Husserl, basándose en que la subjetividad trascendental es
experiencia inmediata.
La fenomenología considera que un ser humano se auto-
determina; con otras palabras, el individuo decide por sí mis-
mo qué debe hacer. Esta autodeterminación tiene un requisi-
to muy importante y éste es la voluntad. El hombre construye
a base de su propia vivencia, si ésta es negativa el hombre
puede abandonar la idea de su propia capacidad, someterse a
la creencia de que no la tiene o se queja de su pasado, que no
ha sido positivo, y así pierde la oportunidad de crecer. 16
Los teóricos fenomenólogos piensan que, para entender a
una persona, primero hay que comprender cómo ésta inter-
preta sus experiencias vividas. Las teorías fenomenológicas
son holistas: 11 ven y explican actos específicos en términos
de la personalidad completa de un individuo, es decir, de la

16
E. Husserl, Diccionario de psicología, México, Fondo de Cultura
Económica, 1983.
17
Holismo del griego hólos = todo, doctrina según la cual el todo, co-
mo tal, posee propiedades que faltan a sus elementos.

32
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

gama completa de procesos mentales e interpretaciones de


una persona. El punto de vista holista implica que hay con-
gruencia en la personalidad, las partes se ajustan en un todo
organizado.
La principal idea de esta teoría es que cada ser humano
posee el potencial para crecer y desarrollarse. Se considera
que nadie es malo, incapaz e indigno. La psicología huma-
nista trata de ayudar a las personas a darse cuenta de su po-
tencial y desarrollarlo para poder crecer como tales.
Para puntualizar los conceptos que se manejan en el hu-
manismo se abordan los planteamientos de los siguientes au-
tores: Cari Rogers, Abraham Maslow, Erich Fromm, Alfred
Adler, Erik Erikson, Víctor Frankl e Irving D. Yalom.

El desarrollo del ser humano y sus dificultades

La experiencia del ser humano es misteriosa, excitante y


desafiante. Cada uno vive un patrón de acontecimientos, sen-
timientos, pensamientos y decisiones que difieren de los ex-
perimentados por cualquier otro ser humano que haya vivido
o pueda vivir en el futuro. Cada uno está en cambio continuo,
evolucionando de una versión más simple de sí mismo a una
más compleja. En ocasiones es desconcertante, porque uno
no siempre entiende la razón por la que siente de determina-
da manera. Pero el hecho es que la vida que cada uno vive le
pertenece (un conjunto de sensaciones que pertenecen al in-
dividuo y a nadie más), lo que hace que la experiencia sea
también emocionante y atractiva. ¿Cómo llega a conocer uno
la persona en que ha de convertirse? ¿Cuáles son las cualida-
des que hacen tan diferente y especial a esta experiencia del
ser humano? Estas son algunas de las preguntas planteadas

33
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

por los teóricos cuyas ideas forman la perspectiva fenome-


nológica de la personalidad. El siguiente análisis intenta dar
a conocer las necesidades del hombre para poder prevenir el
suicidio.
En este apartado trataremos de explicar cómo una per-
sona llega a convertirse en una personalidad, con sus rasgos
más o menos estables que reflejan su forma de ser perma-
nente.
Cari Rogers18 consideraba que la personalidad se rige por
una tendencia a la realización innata. Esta tendencia influye
en las funciones biológicas y en las psicológicas, lo que quie-
re decir que los seres humanos son entidades psicobiológicas
y, por ende, lo biológico influye en lo psicológico y vicever-
sa. Las primeras sostienen al individuo, pues satisfacen ne-
cesidades básicas y también la maduración y regeneración fí-
sica. En lo psicológico, la tendencia a la realización guía a las
personas a una mayor autonomía y autosuficiencia, amplía
sus experiencias y fomenta el crecimiento personal. Así pues,
esta tendencia nos lleva a una conducta positiva, constructi-
va y adaptativa, más que al comportamiento destructivo o
desadaptativo.
La trayectoria larga para convertirse en una personalidad
íntegra empieza en la infancia. Si el desarrollo de la perso-
nalidad es satisfactorio, la persona adulta tiene las suficien-
tes herramientas para resolver los conflictos y obstáculos que
surgen en la vida cotidiana, tanto en la vida personal como en
la profesional. Si en la vida de un individuo sucedieron obs-
táculos en el desarrollo o conflictos graves, le resultará más

18
Nicholas Dicaprio, Teorías de la personalidad, México, McGraw-
Hill, 1989, pp. 217-239 y 400-402.

34
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

difícil resolver los inconvenientes y combatir el estrés de ma-


nera exitosa. Así, se pueden acumular problemas y conflictos
que en un momento dado llevan a la persona a la frustra-
ción, el estrés, la ansiedad o el resquebrajamiento de la per-
sonalidad.
Antes de explicar las etapas o líneas del desarrollo, es im-
portante señalar algunos criterios para la salud mental. Ésta
se considera como la capacidad de vivir de acuerdo con los
objetivos positivos como es la autorrealización o la creativi-
dad; es tener un equilibrio de fuerzas psíquicas, madurez, au-
tonomía, competencia y resistencia al estrés. Existen muchas
definiciones que podríamos desarrollar, pero una más senci-
lla que abarca lo anterior es la capacidad del ser humano pa-
ra adaptarse adecuadamente a su mundo, manejar satisfacto-
riamente su vida para eliminar los obstáculos que se pueden
presentar y, sobre todo, para ser feliz. En la vida cotidiana se
espera que las personas cumplan varios papeles: estudiantes,
maestros, trabajadores, hijos, padres, amantes o cónyuge.
Los problemas emocionales a veces interfieren en el desem-
peño de estos papeles, y la ineficiencia del papel resultante
puede ser usada como un indicador de trastorno mental. Lo
primero que experimenta una persona con problemas es el
estrés.
Las etapas del desarrollo nos dan oportunidades para for-
talecer nuestra personalidad, y esto significa una oportunidad
de adaptación satisfactoria en nuestro ambiente. Estas opor-
tunidades deben ser nutridas para que al fin nuestra persona-
lidad esté integrada y se vuelva más compleja. Las etapas del
desarrollo son sucesivas y tienen un periodo crítico de dis-
posición durante el cual es probable que se complique la
adaptación por un desajuste o un conflicto.

35
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Por otro lado, es conveniente mencionar que algunos teó-


ricos, como Bandura19, Rotter20 y Ellis21, postulan la existen-
cia de comportamientos humanos que surgen por observa-
ción y por imitación de modelos. Así, el aprendizaje social
considera que los padres modelan el desarrollo del niño.
Con base en esta teoría, puede decirse que las pautas de
crianza parentales tienen relación con las características de la
personalidad que desarrollan los individuos. Por ejemplo, la
familia autoritaria (que establece normas con muy poca par-
ticipación del niño, prohibiéndole que las cuestione) provoca
conductas como retraimiento, poca interacción social, baja
autoestima, carencia de espontaneidad y poco control inter-
no. La familia indulgente/permisiva (padres tolerantes, poco
uso de castigos, permiten que el hijo regule su propia vida)
da como resultado impulsividad, agresividad, carencia de in-
dependencia e incapacidad de asumir responsabilidades. Con
padres con una buena autoridad se manifiestan comporta-
mientos maduros, las normas se cumplen y reconocen los de-
rechos de los individuos. El desarrollo de la personalidad
tiende a ser independiente, responsable socialmente, capaz
de controlar su agresividad y alta autoestima.
Nuestra investigación sobre el suicido nos permitió re-
construir las historias de vida de algunos suicidas. Esto fue
posible gracias a la ayuda de los familiares, amigos y tam-
bién al estudio del medio ambiente de las personas. Las raí-
ces del acto suicida llegan hasta la infancia, tienen qué ver
con la formación de la personalidad, con la falta de satisfacción

19
A. Bandura, Aggression: A Social Learning Anafysis, N. Jersey,
Prentice Hall, 1973.
20
J. Rotter, Aprendizaje social y psicología clínica, N. Jersey, Prenti-
ce Hall, 1954.
21
A. Ellis y R. Harper, Una nueva guia para vivir racionalmente, M é -
xico, Trillas, 1975.

36
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

en algunas etapas de sus vidas. Por lo mismo sentimos la


obligación de profundizar los conceptos relativos al desarro-
llo del hombre como ser humano. El suicidio es una decisión
basada en la acumulación de largas frustraciones y en la fal-
ta de satisfacción de necesidades vitales en la vida de un in-
dividuo. Los distintos factores que influyen en la valoración
del riesgo de suicidio son principalmente el funcionamiento
del individuo, los antecedentes de intentos de suicidio, el
trastorno mental, las circunstancias sociales y económicas
adversas actuales y un estado cognitivo y afectivo alterado.
A continuación presentamos de manera general el resulta-
do del estudio realizado para poder comparar la teoría con los
datos reales:
En cuanto al aprovechamiento académico, que da cuenta
de la capacidad intelectual y de la oportunidad de acceso al
sistema educativo, se encontró que 50% de los sujetos tuvie-
ron mal desempeño, 22. 22% regular y 11. 11% relativamente
bueno. Aunado a esto, la capacidad intelectual y/o académi-
ca tiene que ver directamente con la habilidad de resolver los
problemas que se presentan en la vida. Se detectó que
55. 55% de los sujetos tenían capacidad práctica de resolu-
ción de problemas, 44. 44% fueron personas ineficaces para
resolver problemas y ninguno de los casos estudiados tenía
capacidad abstracta de pensamiento. La abstracción implica-
ría una capacidad de prever, de formular varias hipótesis pa-
ra encontrar diferentes alternativas de solución de problemas
y evaluar los pros y contras de una situación.
Analizando la cuestión de la salud se encontró que 50%
de los casos estudiados reportan enfermedad, la mayoría de
ellos había seguido un tratamiento, pero en un 44. 44% se tra-
tó de trastornos debidos a adicción al alcohol o a drogas; el
5. 56% restante corresponde a enfermedades psicosomáticas
(la etiología de dichos trastornos es de origen psicológico),
tales como hipertensión, gastritis, migraña e insomnio.

37
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

El 61. 11% de los sujetos eran dependientes económica-


mente, sólo tres eran estudiantes, adolescentes hijos de fami-
lia en quienes era lógica esta dependencia. De los dependien-
tes, el resto (nueve sujetos) no estudiaba ni trabajaba.
En relación a las variables psicológicas, en primer lugar
encontramos que los sujetos estudiados presentan una perso-
nalidad depresiva (83. 33%). Lo cual significa que, además
de estar en un estado de depresión al momento del suicidio,
estas personas manifestaban a lo largo de su vida tristeza pro-
longada y profunda como respuesta a las condiciones desfa-
vorables desde la infancia. Lo anterior también explica la
presencia de los rasgos que aparecen en la tabla 1.

Tabla 1
Rasgos de personalidad encontrados con mayor frecuencia
en la población suicida del sureste del estado de Coahuila

No. Indicador Porcentaje

1. Baja autoestima 94. 44%


2. Estrés 88. 88%
3. Sin proyecto de vida 88. 88%
4. Inmadurez 77. 77%
5. Miedos 77. 77%
6. Inseguridad 77. 77%
7. Ser influenciable 66. 66%
8. Introversión 66. 66%
9. Intolerancia 61. 11%
10. Inconformidad 61. 11%
11. Impulsividad 55. 55%

El perfil resultante señala que las características de las per-


sonas que han muerto por suicidio en el sureste de Coahuila
les impedían llevar una vida satisfactoria, lo que también im-
plicaba una dificultad para construir un proyecto de vida. Las

38
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

condiciones de vida observadas en la mayoría de los casos,


así como la presencia de situaciones de conflicto interperso-
nal, de rechazo social y de desamor también explican esta si-
tuación.
Es conveniente mostrar el desglose por edades respecto a
los resultados, ya que existen diferencias marcadas entre los
rasgos de la personalidad y conflictos encontrados en cada
uno de los grupos de edad.

Tabla 2
Concentrado de indicadores que reflejan
factores de la personalidad de los suicidas estudiados
Adolescentes entre 14 y 20 años
Indicadores 1G 2P 31 4B 5F 6G Totales

Problemas
intrafamiliares x x x x 4
Aprovechamiento
académico: x 1
- Regular
-Malo x x x x 4
Resolución
de problemas:
- Práctico x x x x 4
- Ineficaz x x 2
Enfermedad
Adicción a
drogas/alcohol x x x 3

Tratamiento médico

Continúa...

39
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Continuación

Indicadores 1G 2P 31 4B 5F 6G Totales
Dependiente
económico X X X X X X 6
Relaciones laborales
conflictivas
Inconformidad X X 2
Personalidad
depresiva X X X X 4
Depresión X X 2
Impulsividad X X X X 4
Inseguridad X X X 3
Intolerancia X X X X 4
Autoestima baja X X X X X X 6
Influenciable X X X X 4
Agresión X X 2
Miedos X X X X 4
Estrés X X X X X X 6
Sin proyecto de vida X X X X X 5
Inmadurez X X X X 4
Introversión X X X X 4
Extraversión X X 2

40
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

Adolescentes
En el grupo de adolescentes estudiados (14 a 20 años) en-
contramos la insatisfacción de las necesidades básicas fun-
damentales para un desarrollo óptimo como individuos, re-
flejadas en conflictos familiares. Entre las más significativas
aparece la privación o falta de satisfacción de necesidades
afectivas por parte de alguno de los progenitores; la falta
de afecto y de amor impide el desarrollo de la seguridad ele-
mental, necesaria en las primeras etapas de la vida para fun-
damentar la autoestima y la seguridad en sí mismo (Erikson,
Maslow, Fromm). Por otro lado, también encontramos entre
sus problemas la pérdida de un ser querido, por muerte o
abandono, lo cual le generó graves dificultades sobre todo a
una edad temprana.
Otro factor que es necesario mencionar tiene que ver con
el bajo nivel socioeconómico y, por lo tanto, incide en la sa-
tisfacción mínima de alimento, vestido y medios de higiene.
Tiene esto que ver tanto con lo antes mencionado como con
el aprovechamiento escolar que, en este caso, encontramos
muy bajo. Se ve afectado así el desarrollo de la estructura
emocional y cognitiva, lo que se refleja en la ineficacia para
la resolución de problemas cotidianos en la vida, baja esco-
laridad y poca visión evaluativa de la realidad.
El no cubrir las necesidades fisiológicas o las afectivas y
de seguridad se relaciona con un conflicto hacia el sentido de
pertenencia al grupo familiar.
Los factores antes mencionados tienen que ver con la in-
conformidad de los miembros del grupo, lo que se mani-
fiesta en conflictos entre ellos y en la desintegración de la
familia.

41
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

En este caso, los problemas de sus relaciones afectivas,


los escasos recursos para cubrir sus necesidades primarias y
el poco discernimiento (reflejado en el bajo aprovechamien-
to escolar) se conjugan para propiciar los conflictos que lle-
van al adolescente a una situación de alto riesgo ante la posi-
bilidad del suicidio.
La incapacidad del individuo para manejar su propia vida
lo lleva a la desesperación y a la búsqueda de falsos refugios,
los cuales terminan en adicción al alcohol y a las drogas, cu-
yo uso empeora más su condición y se convierte en un círculo
cerrado del cual es difícil salir sin apoyo. Se termina aban-
donando el estudio y siendo rechazado por los grupos socia-
les, incluyendo su familia. Con esto se impide el logro de una
realización personal (Maslow). Aparecen tales factores en es-
te grupo de edad como un obstáculo para el desarrollo inte-
gral de la personalidad. Los obstáculos en el desarrollo son
causantes de formación patológica del carácter. En el grupo
de adolescentes encontramos algunos denominadores comu-
nes que señalan los rasgos patológicos como impulsividad,
inseguridad, intolerancia, agresión, miedos y estrés, lo que lle-
va a los jóvenes al desarrollo de una personalidad depresiva.
La falta de apoyo por parte de la familia y la insuficiencia
educativa impiden que los jóvenes puedan planear su vida.
La mayoría de los adolescentes que fueron estudiados
eran introvertidos.

Caso Georgina
Georgina, una joven de 15 años, vivía con sus padres y dos
hermanos. Una familia de clase media. A los pocos días de
nacida fue cedido su cuidado a unos parientes, eso duró apro-
ximadamente cinco años, durante los cuales siempre supo

42
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

quienes eran sus padres, ya que la visitaban. Esta situación


provocó una gran confusión en la niña, porque no entendía el
motivo de la separación. Después de cinco años regresó con
su familia de origen porque los parientes no la amaban como
se creía. Materialmente no le faltaba nada, sin embargo en lo
emocional le faltaba el amor y empezó a ser maltratada. Du-
rante todo este tiempo la niña solicitó, en varias ocasiones,
regresar con sus padres. Como adolescente era una joven con
gran necesidad de afecto y aceptación -especialmente con la
madre-, era obediente, no provocaba problemas, estudiaba
bien. La madre se mostraba fría y distante pese a que Geor-
gina le escribía cartas donde expresaba su amor hacia ella y
buscaba frecuentemente momentos para un acercamiento;
con su padre tenía una relación afectiva muy estrecha. Vivía
sus primeros noviazgos, con los cuales la madre no estaba de
acuerdo. Le gustaba escuchar música y dibujar. Aparente-
mente, según los padres, no existía ningún problema grave.
Algunas veces preguntaba por qué la dejaron con sus parien-
tes cuando era pequeña. Decidió suicidarse cuando estaba so-
la en la casa.
Tabla 3
Concentrado de indicadores que reflejan
factores de la personalidad de los suicidas estudiados
Adultos jóvenes entre 21 y 30 años
Indicadores 7Q 8H 9S 10 Q 11M Totales

Problemas
intrafamiliares x x x 3
Aprovechamiento
académico: x x 2
- Regular
-Malo x x 2
Continúa...

43
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Continuación

Indicadores 7Q 8H 9S 10 Q U M Totales

Resolución
de problemas: X
- Práctico
- Ineficaz X X X X 4
Enfermedad X X X X 4
Adicción a
drogas/alcohol X X 2
Tratamiento médico X X X X 4
Dependiente
económico X X X X 4
Relaciones laborales
confiictivas X X X 3
Inconformidad X X X X X 5
Personalidad
depresiva X X X X X 5
Depresión
Impulsividad X X X 3
Inseguridad X X X X X 5
Intolerancia X X X X 4
Autoestima baja X X X X X 6
Influenciable X X X X 4
Agresión X 1
Miedos X X X X X 5
Estrés X X X X 4
Sin proyecto de vida X X X X X 5
Inmadurez X X X X X 5
Introversión X X X X 1
Extraversión X 1

44
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

Adultos jóvenes
En el grupo de jóvenes adultos (21 a 30 años) aparece la pro-
blemática familiar, tanto entre las parejas como entre los
progenitores. El nivel educativo es bajo en la mayoría de
ellos, lo que les impide ser eficaces para un funcionamiento
adecuado en la vida. Descubrimos también dependencia eco-
nómica, lo que implica una gran inmadurez de la personali-
dad. Según Maslow, una necesidad fundamental humana es
la estima y la autorrealización; en este caso, por el hecho de
ser dependientes y al no tener estudios ni opciones, empiezan
a ser rechazados y a ser improductivos, lo cual los lleva a la
desesperación. Por otro lado, según Erikson, la dependencia
implica un inadecuado desarrollo desde las primeras etapas
de vida (la mayoría de los estudiados tenía problemas intra-
familiares), lo que provoca sentimientos de inseguridad, así
como incapacidad y subestimación de las capacidades pro-
pias. Lo anterior les impide construir un proyecto de vida y
provoca su frustración existencial y, por lo tanto, la pérdida
de motivación y sentido de un futuro. Los denominadores
comunes encontrados en este grupo estudiado fueron incon-
formidad, personalidad depresiva, inseguridad, intolerancia,
baja autoestima, miedos, estrés, inmadurez e impulsividad.
La mayoría de los adultos jóvenes eran introvertidos.
En el nivel individual, es necesario tomar en cuenta los
conflictos, problemas emocionales, interpersonales y socia-
les que han sido detectados como un desencadenante para
quitarse la vida.
Los factores que contribuyen al suicidio de adolescentes
son variados y entre ellos se cuentan la depresión, aislamien-
to emocional, pérdida de autoestima, estrés emocional exce-
sivo, problemas mentales, fantasías románticas, gusto por el

45
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

peligro, abuso de drogas y alcohol. También la disponibili-


dad de armas de fuego y otros elementos de autodestrucción.
En la mayoría de los casos, el suicidio es el resultado de la
combinación de diversos factores, en lugar de uno solo ais-
lado. La falta de un perfil personal consistente dificulta la
identificación de los adolescentes que presentan riesgos de
suicidio.
La atención médica de los adolescentes se logra mejor
cuando los médicos proporcionan servicios completos, inclu-
yendo una evaluación y tratamientos médicos y psicosocia-
les. La atención completa y continua da al médico la oportu-
nidad de obtener la información necesaria para detectar a los
adolescentes que presentan riesgos de suicidio u otras con-
ductas autodestructivas. Este modelo de servicio también
ayuda a crear una relación médico-paciente con apoyo social,
que puede moderar las influencias adversas que los adoles-
centes encuentran en su entorno.

Caso Daniel
Daniel, un joven de 18 años, vivía con su madre y fue el me-
nor de cinco hermanos. El padre abandonó a la familia cuan-
do Daniel tenía cinco años. El padre era violento y golpeaba
a la madre y maltrataba a sus hijos. El nivel socioeconómico
de la familia era muy bajo, sin ingresos fijos. Daniel terminó
solamente la primaria. A los 15 años se convirtió en padre, la
relación con su pareja no funcionaba, tomaban y se drogaban
en exceso. Trabajaba ocasionalmente. La relación con su pa-
reja terminó y Daniel regresó a vivir con su madre. Los her-
manos lo rechazaban debido a su alcoholismo y adicción a
las drogas. Soñaba con ganar mucho dinero para ayudar a su

46
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

madre. Estos deseos fueron más fantasías que realidades.


Daniel no podía ver a su hijo, al que extrañaba, por ser re-
chazado por su pareja y su familia, diciéndole que el hijo no
era suyo. Empezó a aislarse, dejó de comunicarse con los de-
más, manifestaba síntomas de depresión, empezó a ingerir
más alcohol, se quedaba tirado en el suelo. En estos momen-
tos tan desfavorables en su vida, decidió terminar con ella.

Tabla 4
Concentrado de indicadores que reflejan
factores de la personalidad de los suicidas estudiados

Adultos de 31 años en adelante

Indicadores 12 B 13 G 14K 15M 16N 17N 18 K Totales

Problemas
intrafamiliares x X X x 4
Aprovechamiento
académico: x 1
- Regular
-Malo X X X X 3
Resolución
de problemas: X X X X x 5
- Práctico
- Ineficaz X X 2
Enfermedad X X X X x 5
Adicción a
drogas/alcohol X X x 3
Tratamiento médico x X X X x 5
Dependiente
económico X 1
Continúa...

47
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Continuación

Indicadores 12 B 13 G 14 K 15 M 16N 17N 18 K Totales

Relaciones laborales
conflictivas x 1
Inconformidad X X X X 4

Personalidad
depresiva X X X X X X 6
Depresión X 1
Impulsividad X X X 3
Inseguridad X X X X X X 6
Intolerancia X X X 3
Autoestima baja X X X X X X 6
Influenciable X X X X 4
Agresión X X X 3
Miedos X X X X X 5
Estrés X X X X X X 6
Sin proyecto
de vida X X X X X X 6
Inmadurez X X X X X 5
Introversión X X X X 4
Extraversión X X X 3

48
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

Adultos

El grupo de adultos estudiado presenta también problemas


intrafamiliares en su mayoría; asimismo, escolaridad y apro-
vechamiento académico muy bajo. A pesar de esto, aparecen
los sujetos con capacidad práctica en la solución de proble-
mas cotidianos. Sin embargo, la mayoría presenta enferme-
dades psicosomáticas, algunos tenían adicciones y, como
antecedente de esto, un alto porcentaje de estrés. Otros de-
nominadores comunes encontrados en este grupo son perso-
nalidad depresiva, inseguridad, autoestima baja, miedos, in-
madurez y falta de un proyecto de vida. Un dato importante es
que la mayoría presenta inconformidad y es influenciable,
elementos que en una personalidad adulta son motivo de con-
flicto. Entre los adultos encontramos tanto a personas intro-
vertidas como extrovertidas.
Casi todos los adultos estudiados eran independientes
económicamente, sin embargo presentaron estrés, inseguri-
dad y baja autoestima, lo cual indica que su actividad les pro-
ducía satisfacción precaria, tanto económica como anímica-
mente.
Además, casi todos presentaban ausencia de un proyecto
de vida, lo que refleja desesperanza y poca o nula confianza
en sus propias capacidades o habilidades.

Caso Carlos

Carlos, un hombre de 40 años de edad, provenía de una fa-


milia numerosa, estaba casado, con dos hijos. Era una perso-
na de carácter irritable, explosivo y agresivo, ejercía violen-
cia física contra su mujer, sus hijos y, en ocasiones, incluso

49
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

contra sí mismo. Su comportamiento manifestaba alto nivel


de ansiedad con síntomas obsesivos, tales como controlar
permanentemente los sucesos familiares, organizar sus co-
sas, repetir y determinar los quehaceres, tanto en la casa
como en su trabajo. Era inflexible. Aspecto personal impeca-
ble. En lo emocional era una persona que no expresaba sus
sentimientos, no platicaba sus problemas ni manifestaba
afecto a las personas más cercanas en su vida. La relación
con su madre fue descrita como distante y fría. Los proble-
mas de violencia intrafamiliar terminaron con el divorcio.
Con los compañeros de trabajo, la relación fue descrita como
amistosa con reuniones donde tomaba en exceso. Carlos se
empezó a deprimir, su salud se resquebrajaba: le detectaron
diabetes, la cual se complicó con el abuso de alcohol. Se dis-
tanció de todos, vivía solo y se profundizó la mala relación
con su propia madre, culpándola de la separación con su es-
posa. Tenía mucho resentimiento con su familia de origen, ya
que lo querían corregir. Se volvió apático, a veces mantenía
relaciones cortas con mujeres, sin poder entablar una rela-
ción estable. Su depresión empeoró, se mostraba cada vez
más aislado, triste, lloraba, tomaba alcohol en exceso cuando
decidió quitarse la vida.
A continuación nos dedicaremos a plantear los aspectos
teóricos en relación al desarrollo humano. La fuente de la
motivación humana y del desarrollo de la personalidad
reside en necesidades que son comunes a todas las personas.
Explicaremos que es necesario cubrir cinco niveles de nece-
sidades fundamentalmente humanas para lograr un funcio-
namiento óptimo, tanto desde el punto de vista individual,
como familiar y social: fisiológicas, de seguridad, de perte-
nencia y amor, de relaciones y de autorrealización.

50
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

Las necesidades fisiológicas tienen que ver directamente


con la supervivencia humana. Entre ellas se pueden mencio-
nar los alimentos, el descanso, el vestido y la eliminación de
desechos en lugar y forma adecuados.
Si estas necesidades no se satisfacen adecuadamente apa-
rece la tensión, la fatiga, enfermedades, hambre y sed, la
frustración sexual y carencias materiales en el hogar. Las ne-
cesidades fisiológicas son las más importantes porque tienen
que ver con la supervivencia del individuo. Si el individuo no
tiene satisfacción por períodos largos de estas necesidades
puede aparecer la desmotivación para la satisfacción de
otras. Si una persona tiene hambre y vive en una pobreza ex-
trema es imposible que se interese en su autorrealización.
Podemos decirlo más explícitamente, a nadie le interesa-
rá cultivar su personalidad si no tiene un mínimo de recursos
para sobrevivir. Así, pueden ir desapareciendo los niveles
más altos de deseos para la superación y el crecimiento ópti-
mo de la persona.
Respecto al medio ambiente en el que vivían los suicidas
estudiados, se encontró que la mayoría carecían de una vi-
vienda adecuada. En general, ésta se caracterizaba por poco
espacio para varios miembros, un ambiente austero (falta de
muebles, pisos, puertas o aparatos electrodomésticos). Por
esta falta de un espacio vital propio y privado, se propicia
una tendencia -especialmente entre los jóvenes- que lleva a
las personas a vivir más afuera de sus casas que a convivir
con su misma familia. Otra situación encontrada es el des-
empleo o un empleo eventual, lo que provoca inseguridad y
no permite asegurar las necesidades básicas de las personas.
Una necesidad básica que se debe cubrir es la de seguridad,
la cual es preciso proporcionar a la persona desde el primer
año de vida. La seguridad consiste en la obtención del bien-

51
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

estar físico y psicológico, es decir, un refugio y confianza su-


ficiente en los otros. Si un ser humano carece de ésta, apare-
ce la inseguridad, la añoranza, el sentido de pérdida, el temor
y los trastornos por ansiedad.
La seguridad que necesita un ser humano para su des-
arrollo debe ser comprendida como el elemento que genera
un mundo organizado, estructurado y predecible. Si desde la
infancia los niños viven en un ambiente inseguro, crecen co-
mo personas ansiosas e inestables. Evitan las experiencias
extrañas o diferentes, tienen miedo a arriesgarse, gastan mu-
cha energía para protegerse y se hacen dependientes. En su
vida adulta tienden a sufrir neurosis de ansiedad o trastornos
obsesivos que los acompañan permanentemente. Por lo ge-
neral, estas personas tienen miedo al cambio y a arriesgarse
para lograr nuevas metas.
En el principio de la vida (primer año) el hombre se en-
cuentra en un conflicto de confianza o desconfianza ya que
depende de los otros para que satisfagan sus necesidades más
elementales; en este tiempo el ser humano debe aprender a
confiar en el mundo. La relación con las personas significa-
tivas determina si se va o no a establecer esta confianza. El
sentimiento de confianza resulta en extremo importante en el
desarrollo de la personalidad, porque proporciona la base pa-
ra creer lo que se puede predecir del mundo, incluyéndose
uno mismo y especialmente las relaciones con los demás.
Se cree que las interacciones en las que los cuidadores son
atentos, afectuosos y responden al niño, fortalecen la con-
fianza. El sentimiento de desconfianza es generado por un
trato inconsciente, por inaccesibilidad emocional y por el re-
chazo.
Un equilibrio apropiado entre la confianza y la descon-
fianza conduce al desarrollo de la esperanza, una virtud bási-

52
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

ca sin la cual la vida en sociedad es difícil de sobrellevar.


Más claramente, es una virtud de las personas que consiste
en la creencia duradera de que los deseos son alcanzables.
Si estas necesidades están cubiertas, el niño desarrolla un
sentimiento de seguridad y confianza que se refleja en el he-
cho de que se alimenta con facilidad, duerme tranquilamen-
te y su eliminación de desechos es regular. Las personas que
se encargan de su cuidado pueden dejarlo solo por breves
lapsos sin ocasionarle excesiva aflicción porque ha aprendi-
do a confiar en que regresarán. Y la desconfianza se refleja
en un sueño irregular, remilgos en la alimentación, constipa-
ción y mayor aflicción cuando se queda solo.
Entre los dos y los tres años de vida se desarrolla un con-
flicto entre la autonomía y la vergüenza, es decir, aprende-
mos el control sobre nuestro cuerpo. El descubrimiento de
que podemos dominar las funciones corporales nos permite
lograr la autonomía en forma de discernimiento social, opor-
tunidad de explorar de manera independiente el mundo e
interactuar con nuestro ambiente. Si no logramos la autono-
mía surgen dudas que nos llevan a sentimientos de inadecua-
ción o vergüenza. La vergüenza se refleja en dudas acerca de
sí mismo por burlas, fracasos y críticas de los demás.
La presencia de inmadurez, miedos e inseguridad en-
contrados en los sujetos investigados confirma, según las
etapas del desarrollo, que los individuos tenían conflictos
graves desde esta etapa de la vida, en la cual debieron haber
desarrollado una seguridad básica en sí mismos y en el me-
dio ambiente, y no lo hicieron. El 77. 77% de estos rasgos de
personalidad nos permite entender la importancia de estas
primeras experiencias de vida y la necesidad apremiante de
tratar de lograr que los seres humanos no lleguemos a eda-
des posteriores sintiéndonos incompetentes.

53
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Además de las necesidades ya señaladas, es primordial en


la vida de un ser humano sentir que pertenece a su familia,
en principio, y a otros grupos después, y sentirse amado. Es
decir, un sentimiento de afiliación y afecto que debe refle-
jarse en compañía, arraigo y aceptación total en una rela-
ción amorosa. Cada ser humano busca la pertenencia, así
como la necesidad de relaciones íntimas y afectuosas con
otras personas.
Si una persona carece en su desarrollo de pertenencia y
amor, su formación se verá marcada por timidez, sentimien-
to de no ser deseado, sentimiento de inutilidad, vacío, sole-
dad, aislamiento o no sentirse completo. El día de hoy es ca-
da vez más difícil satisfacer estas necesidades. El mundo que
vivimos está más deshumanizado, a la gente ya no le intere-
sa qué pasa con su vecino, menos frecuente es encontrar que
alguien esté dispuesto a ayudar a alguien desconocido. Vivi-
mos en una sociedad con un gran desarrollo tecnológico que
está acompañado por grandes movimientos de migración
que conllevan desarraigo y movilidad permanente que a su
vez provoca enajenación.
En este punto estamos hablando sobre la importancia de
las relaciones interpersonales. El sentimiento de soledad y
de aislamiento es común a todos los seres humanos; pero hay
que decir que no toda clase de relaciones fomentan la felici-
dad. La sumisión y el dominio son formas de relación, pero
son dañinas para nosotros. El amor en forma productiva es el
único medio para superar los sentimientos de soledad y ais-
lamiento comunes a la mayor parte de la gente. Hay varias
maneras de amar en forma productiva: el amor maternal, el
amor paternal, el amor erótico, el amor fraternal y el amor a
sí mismo.

54
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

Igual se debe considerar el aspecto de la pertenencia


desde el punto de vista del arraigo. El deseo de tener raíces
puede interpretarse como una necesidad de lazos significa-
tivos con nuestro medio inmediato y con el pasado. Debería-
mos ser parte de nuestra comunidad, de nuestro trabajo, de
nuestra escuela. Las personas necesitan tradiciones, cos-
tumbres y rituales que representen cosas o creencias más
amplias que el individuo mismo, y que le ayudan a sentir
que forma parte de una comunidad. En un mundo que cam-
bia rápidamente, la necesidad de tener raíces se hace sentir
en forma intensa.
El 61. 11% de las familias en el seno de las cuales ocurrió
un suicidio presentaban problemas intrafamiliares. Detectada
como la primer causante del suicidio, fue la familia disfun-
cional. Por "disfuncional" entendemos familias monoparen-
tales, o en las que se han dado separaciones, divorcios, pro-
blemas interpersonales entre los padres y, por ende, entre sus
miembros; familias que tienen problemas económicos, des-
empleo y bajo nivel sociocultural. Cabe mencionar que en
muchos casos los padres maltrataban a sus hijos, física y
emocionalmente. Es evidente que en estas familias el des-
arrollo de los niños y adolescentes no ha sido adecuado, y
por lo mismo estos niños presentan discontinuidades en su
desarrollo. La formación de los individuos en estas familias
refleja otra de las causas detectadas en el estudio realizado,
conectadas directamente con el desarrollo de los individuos:
la presencia de una personalidad vulnerable. Reflejo de esto
son los rasgos manifestados: se trata de seres influenciables
(66. 66%), intolerantes (61. 11%), inconformes (61. 11%) e
impulsivos (55. 55%).
Es importante señalar asimismo que se detectaron proble-
mas relativos a la comunicación interpersonal. La comunica-

55
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

ción entre los miembros de estas familias es insuficiente,


cuando existe. La gente no dice lo que siente, lo que necesita,
lo que desea ni lo que le incomoda. Los individuos no se es-
cuchan ni descifran los mensajes que se les envían. Desde el
punto de vista psicológico, la comunicación es fundamental
para la convivencia con los demás.
Los resultados del estudio señalan, así, que las personas
que decidieron quitarse la vida no completaron el proce-
so que a continuación se describe.
Aproximadamente entre los tres y los cinco años de vida,
las personas necesitan desarrollar cierta capacidad de inicia-
tiva, la cual puede devenir inadecuadamente en un senti-
miento de culpa por incapacidad. En este periodo el ser hu-
mano está activo en su medio ambiente, domina habilidades
y tareas nuevas. Crece el interés sobre su medio ambiente,
los niños exploran (y en cierto modo son intrusos) en el es-
pacio de otras personas. Si esta iniciativa del niño es refor-
zada, el niño aprende a ir detrás de su objetivo. Cuando las
interacciones de los niños son efectivas, se fortalecen sus
sentimientos de autonomía y competencia, es decir, se sien-
ten capaces de lograr éxitos en las tareas que emprenden, así
como de alcanzar metas impuestas por los demás y por ellos
mismos. El resultado del manejo exitoso de este conflicto da
lugar a la voluntad, un rasgo de la personalidad que consiste
en ejercer la libre determinación.
Por el contrario, la desaprobación o el castigo llevan al
desarrollo de sentimientos de culpa y muchas veces a la re-
signación, con la creencia de que es muy malo ser curioso
acerca del mundo. Esta etapa del desarrollo nos permite tener
una visión del futuro que da dirección y enfoque a nuestros
esfuerzos mutuos. Podemos desarrollar o no un sentido de la
realidad que es definido por lo que es alcanzable. Pero si los

56
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

esfuerzos del niño se enfrentan al fracaso, al ridículo o a las


críticas, o si sus padres los controlan demasiado y les impi-
den actuar por sus medios, el resultado será el sentimiento de
vergüenza y duda de sí mismos. Parece que el sentimiento
de confianza básica proporciona los cimientos para una cua-
lidad posterior: en este caso, los sentimientos de iniciativa y
determinación.
Más adelante, los primeros años de la edad adulta (18 a
24 años) están marcados por la dualidad emocional de inti-
midad contra aislamiento. La intimidad se refiere a la capa-
cidad para desarrollar una relación cercana y significativa
con otra persona. Es la etapa de amar y trabajar con éxito. El
aislamiento implica retraimiento y una incapacidad para des-
arrollar relaciones que impliquen un compromiso profundo.
Es decir, el individuo sólo puede establecer relaciones inter-
personales superficiales, las cuales no son de calidad ni recí-
procas.
De acuerdo con Víktor Frankl y con Irving Yalom consi-
deramos que el aislamiento interpersonal, que generalmente
se experimenta como soledad, se refiere al aislamiento res-
pecto de otros individuos. 22 El aislamiento interpersonal
constituye un proceso a través del cual la persona se separa de
algunas partes de sí misma. A menudo los individuos se en-
cuentran aislados de los demás e incluso de alguna parte de sí
mismos; pero, por debajo de estas separaciones, subyace un
aislamiento básico que pertenece a la existencia, un aisla-
miento que persiste aunque se establezcan relaciones muy
gratificantes con otros individuos y a pesar del conocimien-
to de sí mismo y de la integración que uno haya alcanzado.

22
1. Yalom, Psicoterapia existencial, Buenos Aires, Emecé, 1998.

57
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

El aislamiento existencial es un golfo intransitable que sepa-


ra a uno de todos los demás seres. Por otro lado, tanto Mas-
low, 23 como Fromm y Maccovy24 plantean que la necesidad
de pertenencia del ser humano, relacionada con la filiación y
el afecto, apremia su satisfacción.
Muchas personas experimentan un profundo sentimien-
to de soledad al faltarles una red social de amistades y fa-
milia. Echan de menos relaciones de afecto y un lugar se-
guro en el grupo primario, como la familia nuclear. Cuando
predominan las necesidades de pertenencia y amor, la gen-
te es profundamente consciente y se molesta por los senti-
mientos de rechazo y de aislamiento social. Estos autores
piensan que las necesidades de pertenencia insatisfechas
son la causa de mayor conflicto en las sociedades occiden-
tales, quizá por la movilidad creciente y por la desintegra-
ción del núcleo familiar.
A este respecto, se encontró que el 66. 66% de las perso-
nas que se suicidaron son introvertidas, es decir, tienden a es-
tar casi siempre solos, se comportan como si fueran tímidos
y prefieren las actividades solitarias a las que tienen que ver
con una interacción social. Cuando enfrentan situaciones es-
tresantes, suelen refugiarse en sí mismos. Si durante el pro-
ceso de socialización infantil fueron expuestos a castigos y
críticas frecuentes, aprenden a responder con ansiedad a mu-
chos estímulos. Si el individuo tiene, además, un sistema
emocional muy responsivo (es decir, inestabilidad emocio-
nal) las respuestas de ansiedad pueden condicionarse más
amplia e intensamente. El resultado puede ser el desarrollo

23
A. Maslow, Motivación y personalidad, Buenos Aires, Paidós, 1970.
24
E. Fromm y M. Maccovy, Social Character in a Mexican Vülage, N.
Jersey, Prentice Hall, 1970.

58
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

de síntomas clínicos como las fobias, los ataques de ansie-


dad, la depresión y los trastornos obsesivo-compulsivos. 25
Estima y autoestima son otras necesidades importantes
que se deben cubrir durante el desarrollo del individuo. Res-
pecto de la primera, se necesita contar con la estima de otros
en reconocimiento, atención, prestigio y reputación. En
cuanto a la autoestima, hablamos del deseo personal de com-
petencia, confianza, respeto a sí mismo e independencia. Au-
toestima es cómo se percibe uno mismo, parece depender de
la percepción de la propia competencia en muchas activida-
des diferentes. La autoestima se aprende, fluctúa y la pode-
mos mejorar. Es a partir de los 5 a los 6 años de vida cuando
empezamos a formarnos un concepto de cómo nos ven nues-
tros padres, maestros, compañeros y de cómo evalúan las ex-
periencias que vamos adquiriendo.
El nivel de autoestima es el responsable de muchos éxitos
o fracasos escolares.
El hombre tiene una fuerte necesidad de ser aceptado, ob-
tener el amor, la amistad y el afecto de los demás y especial-
mente de las personas que le importan o, como las llamamos
en psicología, personas significativas. Este tipo de necesidades
tiene que ver con nuestra autoestima, la cual está directa-
mente conectada con el éxito en la vida. La desvalorización,
la humillación y rechazo de las personas significativas en
nuestra vida nos lleva a un muy pobre autoconcepto de noso-
tros mismos y, por ende, hacia una autoestima baja que im-
pide una autorrealización positiva y exitosa.
Una elevada autoestima, vinculada a un concepto positi-
vo de sí mismo, potenciará la capacidad de la persona para
25
H. Eysenck, citado en Ch. Carver, Teorías de la personalidad, Mé-
xico, Prentice Hall, 1997.

59
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

desarrollar sus habilidades y aumentará el nivel de seguridad


personal, mientras que un bajo nivel de autoestima enfocará
a la persona hacia la derrota y el fracaso. La autoestima es
importante porque nuestra manera de percibirnos y valorar-
nos moldea nuestras vidas.
Maslow26 define las necesidades de estimación como el
respeto de los demás y la de autorrespeto. La autoestima im-
plica competencia, seguridad, dominio, logro, independencia
y libertad. El respeto de los demás incluye reconocimiento,
aceptación, estatus y aprecio.
Los años escolares (6 a 11 años de edad) constituyen la
etapa de estar ocupado, hacer algo bien. Es la etapa de vida
para aprender, adquirir las habilidades que serán necesarias
para el futuro y que permiten alcanzar el sentido de dominio.
Si no sucede así y el niño tiene residuos de las etapas ante-
riores como desconfianza, duda o culpa, puede tener dificul-
tades para desempeñarse en un nivel óptimo. El riesgo du-
rante este periodo es que se desarrollen sentimientos de
inadecuación e inferioridad. El niño empieza a hacer las
comparaciones entre sí mismo y los demás, y a percibirse
con una actitud que puede ser menos o más favorable. Lo ne-
gativo que influye en el desarrollo de la personalidad es la
aparición de complejos que marcan las etapas siguientes. En-
tre los 12 y los 20 años el hombre busca un sentido de iden-
tidad. Todos tenemos la necesidad de identificar nuestro
puesto en el mundo y tener papeles apropiados con los cua-
les nos percibimos a nosotros mismos y somos percibidos
por otros. Desde los 12 y aproximadamente hasta los 16 años
de vida podemos lograr la identidad y, en lo negativo, la con-

26
A. Maslow, op. cit.

60
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

fusión de roles. El proceso de formar una identidad requiere


que el individuo compare cómo se percibe a sí mismo en fun-
ción de lo que para él es significativo, así como del parecer
de los demás, en relación a las expectativas de ellos, es decir,
lo que se espera que él sea. La identidad da por resultado un
sentido de individualidad coherente que nos permite resolver
nuestros conflictos en forma adaptativa, fusionando los dos
elementos anteriores. El resultado de la fusión es un senti-
miento de continuidad personal o congruencia interna; la vir-
tud asociada con la formación exitosa de la identidad es la
fidelidad, que significa veracidad. Es la capacidad para vivir
como se es, a pesar de las contradicciones que inevitable-
mente ocurren entre los valores. Los adolescentes tratan de
responderse la pregunta fundamental del ser humano de ma-
nera satisfactoria: ¿Quién soy yo y cual es mi lugar en este
mundo? El concepto de identidad refleja que el individuo tie-
ne una noción integrada de sí mismo. Así, la identidad se de-
riva de una fusión de las concepciones privadas y sociales
de sí mismo. Si fallan en esto sufrirán confusión de roles o
papeles adecuados a su edad, sexo e intereses. La expresión
"confusión de roles" refleja, en parte, el hecho de que cada
persona tiene múltiples facetas que en ocasiones parecen in-
compatibles. Entre mayor sea la incompatibilidad, más difí-
cil resultará unir las facetas y mayor la confusión. Peor aún,
el individuo puede estar en una posición en la que los roles
son inciertos, en la que ningún rol se considera parte de su
identidad.
La confusión de roles también puede llevar al sujeto a
identificarse en exceso con los héroes o grupos populares, o
incluso con los antihéroes como una forma de llenar el vacío.
Así, el adolescente está en peligro de confusión e incapa-
cidad de concebirse como un miembro productivo de la

61
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

sociedad. También puede surgir una incapacidad general pa-


ra encontrar un lugar significativo en su cultura. El adoles-
cente que no puede encontrar un papel significativo corre el
riesgo de una crisis de identidad, una falla transitoria en
el establecimiento de una identidad estable. Algunos jóvenes
pueden retirarse de la corriente principal de la sociedad por
un periodo breve o pueden adoptar una identidad negativa,
que es opuesta a los valores dominantes de su educación.
Donde el apoyo no ha sido recibido y el ambiente no es
favorable para el desarrollo de los recursos internos, una
identidad negativa puede proporcionar al adolescente la úni-
ca forma de demostrar dominio y libertad de elección en la
cultura. La identidad negativa se puede manifestar como pa-
tología social, crimen o expresiones de prejuicio. La ausencia
notable de un sentido de promesa en cualquier sociedad, de-
bido a condiciones económicas, tendencias populares, desem-
pleo elevado u otros problemas que frustran las aspiraciones
ocupacionales de los jóvenes, significa que aquellos adoles-
centes tendrán una época difícil en el establecimiento de una
identidad personal clara y positiva.
Los años intermedios (de 25 a 64 años de edad) se carac-
terizan por el conflicto de ser productivos contra el estanca-
miento. La crisis de la vida adulta se centra en la capacidad
de generar o nutrir. Generar implica el deseo de crear cosas
en el mundo que habrán de sobrevivir. Una manifestación de
este deseo es tener hijos. Al crear una nueva vida ligada a la
suya, el individuo asegura simbólicamente su prolongación
en el futuro. Además de la paternidad, es la capacidad de ser
productivo y creativo en muchas áreas de la vida, en particu-
lar aquellas que muestran una preocupación por el bienestar
de las generaciones siguientes. Incluye la creación de ideas
o de objetos físicos, la enseñanza a jóvenes, que no son los

62
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

propios hijos o cualquier actividad que tenga un impacto po-


sitivo sobre el futuro.
Lo anterior se refleja en un cambio de interés del sujeto
por una relación cercana (intimidad) a una preocupación so-
cial más general. Así, el adulto participa en todas las activi-
dades de la cultura en su sociedad.
No necesariamente un adulto debe tener hijos para cum-
plir con esta etapa de su vida, el hombre puede ayudar a otras
personas, intentar la creación de un mejor mundo para todos.
Una persona es generativa cuando hace alguna contribución
apropiada para su potencial particular, sean niños, productos,
ideas u obras de arte. El cuidado es la fuerza de la personali-
dad en esta edad y el cuidado implica hacer algo por el otro.
El fracaso en esta etapa significa un sentimiento de estan-
camiento, aburrimiento y empobrecimiento interpersonal. El
estancamiento es la incapacidad o la falta de voluntad para
dar algo de uno mismo al futuro. Las personas estancadas se
preocupan por sus propias necesidades, y esa excesiva preo-
cupación por sí mismas, o autoindulgencia, les impide com-
prometerse más con el mundo que les rodea. Y si el balance
de productividad es positivo, la cualidad del individuo que
surge es el interés, una preocupación más amplia por lo
que se ha generado en la vida, los hijos, el trabajo, o algo que
haya surgido por la relación con otra persona.
Es necesario hablar sobre los orígenes de la autoestima.
En las distintas investigaciones se obtuvieron datos sobre las
percepciones que tienen los niños acerca de sus padres, valo-
raciones de los miembros del personal que entrevistaron a las
madres y respuestas de las madres a cuestionarios relaciona-
dos con la práctica y actitudes en la crianza de sus hijos. Los
resultados señalaron que los indicadores externos de presti-
gio, como la salud, el nivel educativo y el título profesional,

63
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

no tienen un efecto significativo preponderante sobre la au-


toestima, como se supone con frecuencia.
En cambio, las condiciones en el hogar y el ambiente in-
terpersonal inmediato tienen un efecto primordial sobre los
juicios de autovaloración. Aparentemente, el proceso de
apreciación reflejada en los niños influye para la valoración
de sí mismos, en el cual toman las opiniones que sobre ellos
expresan los demás que les son importantes, y luego utilizan
esas opiniones para su propia autovaloración.
Los padres de hijos con autoestima baja reglamentan po-
co, definen los límites de manera deficiente y son autocrá-
ticos, dictadores, rechazantes e intransigentes en sus métodos
de control.
Coopersmith resumió sus hallazgos de la siguiente mane-
ra: "La afirmación más general acerca de los orígenes de la
autoestima puede darse en término de tres condiciones: acep-
tación total o casi total de los padres hacia los hijos, límites
claramente definidos y reforzados, y libertad para las accio-
nes individuales que existen dentro de límites definidos". 27
Los padres de los hijos con autoestima baja los guiaban po-
co y eran severos e irrespetuosos en su trato. Estos padres no
establecían ni reforzaban pauta para sus hijos, eran capaces
de utilizar el castigo más que la gratificación y tendían a
acentuar las obligaciones y la pérdida del amor.
Cuando las necesidades de autoestima no están satisfe-
chas, el individuo se siente desdichado, débil e inferior. En
otras palabras, presenta un sentimiento de incompetencia y
generalmente se comporta con negativismo.
Ligada a la autoestima y a la apreciación de los demás, es
necesario considerar la necesidad de trascendencia, la cual se
27
Coopersmith 1967, citado en L. A. Pervin y O. P. John, Personali-
dad, teoría e investigación, México, Manual Moderno, 1999, p. 236.

64
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

refiere a la necesidad de obtener control sobre nuestra propia


vida, tener elecciones y determinar nuestro propio destino.
Relacionarse con el mundo en forma pasiva es contrario a la
naturaleza humana. Aun cuando haya grandes diferencias en-
tre la gente, todos tienen la capacidad de adquirir conoci-
mientos y habilidades.

Cuando no se usan estas capacidades, o se usan en forma inco-


rrecta, el desarrollo y funcionamiento de la personalidad se obs-
taculizan. Debido a que las personas no se guían por sus instin-
tos, deben resolver sus problemas por medio de sus propios
recursos, incluyendo la cultura en la que viven. Cada persona
en lo particular debe crear su propio mundo.

En nuestra investigación se encontró de manera alarman-


te un 94. 44% de suicidas con baja autoestima, resultando ser
el más alto nivel de los rasgos detectados. Considerando que
la autoestima está conectada directamente con la capacidad
de enfrentarse al mundo de una manera eficaz, este dato nos
confirma el poco éxito que tuvieron los sujetos investiga-
dos para afrontar los obstáculos en sus vidas y refleja la in-
adecuación del desarrollo de su personalidad, así como su
vulnerabilidad. En otras palabras, es la expresión de su fra-
caso personal, escolar, interpersonal, laboral, en fin: ante la
vida.
La parte culminante del desarrollo de la personalidad es la
autorrealización. Significa el deseo de convertirse cada vez
más en lo que se espera ser, prosecución de intereses, pro-
ductividad. Tener metas en la vida y cumplirlas. Tener un
proyecto de vida que le da sentido a la misma.
En general, la autorrealización se refiere al deseo de sa-
tisfacer el potencial más alto de sí mismo. Las personas au-

65
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

torrealizadas tienen una percepción eficiente de la realidad,


así como una buena aceptación de sí mismas y de los demás.
Los individuos realizados se dan cuenta de que no son per-
fectos, pero se aceptan tal como son, con todas sus imperfec-
ciones. Y lo mismo se aplica a sus realizaciones ante la gente
que los rodea. Aceptan las debilidades de los demás como
parte de ellos mismos. Las personas autorrealizadas son au-
ténticas, creativas, tienen un punto de vista amplio en rela-
ción con ellas mismas y con los temas universales, forman
vínculos profundos, porque las relaciones les interesan, pero
estos lazos se limitan a muy pocas personas. 28
Las necesidades humanas postuladas por Maslow deben,
según el mismo autor, satisfacerse de manera jerárquica, es
decir, si no están cubiertas las primeras, por obstáculos en el
desarrollo, es difícil que la persona alcance la autorrealiza-
ción óptima.
Lo anterior sucede porque aparecen deficiencias caracte-
rísticas de cada nivel.
La autorrealización es posible sólo si las necesidades an-
teriores han sido satisfechas en forma suficiente de modo que
no reduzcan o absorban las energías básicas de una persona.
Si la persona no aprovecha o no puede aprovechar a ple-
nitud sus talentos y capacidades estará descontenta e intran-
quila y tenderá a un exceso de frustraciones y ansiedad. La
vida se reduciría a la alienación, ausencia de significado de
la vida, aburrimiento, vida rutinaria y actividades limitadas.
Si el individuo hace una revisión de su pasado, con el senti-
miento de que su vida está teniendo orden y significado, la
aceptación de sus decisiones y de las cosas realizadas, el re-

28
Charles S. Carver y Michael F. Scheier, Teorías de la personalidad,
México, Prentice Hall, 1997, pp. 415-416.

66
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

sultado es un sentimiento de integridad, de una satisfacción


que supone que las cosas sucedieron como se deseaba y que
no se cambiaría mucho de ellas, aunque fuera posible.
El polo opuesto es el sentimiento de que la vida fue o es-
tá siendo desperdiciada, un deseo de haber hecho las cosas de
manera diferente a sabiendas de que es demasiado tarde. En
lugar de aceptar la historia que constituye su vida como un
presente valioso, el individuo siente amargura por la forma
en que resultaron las cosas.
La persona íntegra reflexiona sobre la propia vida con sa-
tisfacción aunque no todos sus propósitos se hayan cumpli-
do. La desesperación implica el arrepentimiento por oportu-
nidades perdidas e insatisfechas en un momento en que es
demasiado tarde para comenzar de nuevo. La integridad sig-
nifica la sabiduría adquirida para poder cerrar el ciclo de vi-
da apropiadamente. Salir de esta revisión con un sentido de
integridad produce la cualidad de la sabiduría, un interés des-
apegado pero activo por la vida.
Si se ve impedida la autorrealización, el conflicto es ame-
nazador porque, si no se resuelve de manera adecuada, la
personalidad del individuo puede fragmentarse y desorga-
nizarse. Se experimenta la amenaza como una vaga inco-
modidad o tensión, en otras palabras, como ansiedad, y
ésta sirve de advertencia de que el autoconcepto unificado
está en peligro.
La ansiedad, a su vez, conduce a procesos defensivos que
reducen la incongruencia en la personalidad. En su teoría,
Rogers29 habla sobre la incongruencia como una brecha
grande entre el yo real y el yo ideal o de que se experimente

2» Ibidem, pp. 403-410.

67
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

algo que no concuerda con la autoimagen. El yo ideal es una


imagen del tipo de persona que uno desearía ser, y el yo real
es lo que el individuo cree ser como una persona ahora. En la
autorrealización debería el individuo acercarse a la imagen
del yo ideal que le gustaría ser.
Si existe incongruencia y la persona no alcanza a acer-
carse a sus deseos hablamos sobre la desorganización que
produce ansiedad e incapacidad de alcanzar la autorrealiza-
ción, así como la distorsión de la propia imagen o autocon-
cepto.
En los resultados del estudio, 88. 88% de los individuos
estudiados carecían de un proyecto de vida. Dato que resulta
preocupante, ya que cada persona tiene la necesidad de dar
sentido a su vida y comprender su mundo. Fromm mantiene
que aun una imagen incorrecta del mundo es mejor que no
tener ninguna. Estar en un estado de caos y confusión es muy
frustrante para la mayoría de las personas.
Si podemos analizar la personalidad desde el punto de
vista existencial, redondearemos esta idea. El término exis-
tencialismo se relaciona con la palabra existencia y se iden-
tifica con la corriente filosófica que resalta la idea de que la
existencia es todo lo que cualquiera es. Cada ser humano es-
tá solo en un universo insondable. Este punto de vista filosó-
fico también subraya la idea de que cada uno de nosotros de-
be aceptar la responsabilidad por las decisiones que toma en
la vida, en otras palabras, lo que uno puede hacer por la vida
y no lo que la vida puede hacer por nosotros. 30
Al resaltar la importancia de la experiencia que cada in-
dividuo tiene de la realidad, esta corriente coincide con la

30
Víctor Frankl, Psicoanálisis y existencialismo, México, Fondo de
Cultura Económica, 1990, pp. 418-419.

68
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

orientación fenomenológica. Un concepto que ha llegado a


verse como central para el punto de vista existencialista es el
de dasein, palabra alemana que generalmente se traduce co-
mo "estar en el mundo". Esta frase, a su vez, se usa para im-
plicar la totalidad de la experiencia que el individuo tiene de
sí mismo como entidad autónoma, separada y en evolución.
El tema principal del existencialismo es la vida, pero ésta
termina con la muerte. Esta realidad provoca la ansiedad, te-
mor, o una aflicción más profunda que la ansiedad cuyo ori-
gen es la incongruencia. Para el hombre, la elección es reti-
rarse a la nada o tener el coraje de ser. Se explica, entonces,
que la conducta autodestructiva tiene que ver con este sentir.
Por lo tanto, en este escrito es necesario hablar sobre el
sentido de vida. Es comprobado por muchos autores que la
persona que no tiene sentido de vida o, con otras palabras, no
tiene nada o nadie por quien valga la pena vivir, se encuen-
tra en un vacío existencial que no sólo la puede llevar a una
depresión o a una neurosis de ansiedad, sino a una situación
de desesperanza e incluso hasta la muerte.
La primera fuerza o necesidad que el hombre experimen-
ta ya desde su adolescencia, es la de encontrar un sentido a
su propia vida. La voluntad de placer, de gozar de la vida, no
es la fuerza fundamental del hombre, no es la que puede ex-
plicar toda la historia de la humanidad y de cada hombre en
particular. Tampoco la voluntad de afirmarse o de ser alguien
en la sociedad es la última y más importante tendencia del
hombre. Lo que en realidad el hombre más necesita es en-
contrar un sentido a su existencia, ubicarse en el mundo del
por qué y saber si todo tiene un sentido, o en cambio es sólo
una promesa que nunca realizará.
El hombre es capaz de vivir e incluso morir por sus idea-
les y principios, pero no puede inventar él mismo estos

69
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

ideales. En uno de sus postulados, Frankl señala que la exis-


tencia del hombre está basada en la conciencia de su respon-
sabilidad, viendo en ella el fundamento esencial de la exis-
tencia humana.

La responsabilidad significa siempre responsabilidad ante un


deber. Los deberes de un hombre sólo pueden ser interpretados
partiendo de un "sentido", del sentido concreto de una vida hu-
mana. El problema del sentido de la vida puede interpretarse de
diferentes modos. 31

Así, podemos hablar sobre el sentido del amor, sentido


del trabajo, sentido del sufrimiento o sentido de los valores
culturales o universales.
Con un recorrido por distintas teorías que hablan sobre las
influencias externas en el desarrollo de la personalidad, nos
damos cuenta que para crecer y convertirse en adulto el indi-
viduo debe atravesar por muchos obstáculos que tienen que
ver con su alrededor y que muchas veces no han podido sa-
tisfacer las necesidades, algunas veces vitales, para su inte-
gridad óptima.
Así, podemos constatar que el problema del suicidio es
multifactorial, pero eminentemente tiene que ver con el des-
arrollo de la personalidad de cada uno. Si una persona estu-
vo expuesta en su desarrollo a muchos conflictos, insatisfac-
ciones y sufrimientos, es evidente que como adulto carecerá
de las herramientas necesarias para defenderse en un mundo
tan enajenado como el que nos tocó vivir.
Tampoco queremos ser pesimistas: el individuo, en su
camino por la vida, tiene muchas oportunidades de superar

31
Ibidem, p. 59.

70
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

algunos desajustes anteriores. El hombre no ha perdido el


potencial que posee. Lo que es necesario es ayudarlo a enca-
minar las fuerzas que tiene hacia un camino adecuado y fruc-
tífero. El hombre tiene la capacidad y tendencia natural al
cambio.
En el caso de los suicidas o la gente que intentó suicidarse,
es evidente que ellos necesitan el apoyo de todos nosotros.
Necesitan descubrir su propio sentido de vida y sobre to-
do darle el valor justo a la vida. La conducta autodestructiva
puede ser controlada a través de psicoterapia, la cual es un
programa de intervención sistemática cuyo propósito es mo-
dificar el estado conductual, afectivo (emocional) o cognos-
citivo de una persona. Un individuo que puede externar su
enojo, sus frustraciones y ansiedades, reduce la posibilidad
de hacerse daño.
Así como se explican muchas formas de las conductas
destructivas o anormales se han propuesto formas para con-
trolarlas. Si podemos identificar de manera correcta la fuen-
te de las dificultades de una persona, podemos ser capaces de
predecir los tipos de problema que enfrentará ésta durante la
psicoterapia y los síntomas que exhibirá.
A partir de diversos estudios, se identifican un sinnúmero
de rasgos, elementos o características que se consideran co-
mo causales del suicidio, pero la lista llega a ser tan amplia
que resulta difícil mostrar o al menos obtener una categori-
zación definitiva.

Otro dato importante que aparece en los resultados del estudio


antedicho ha sido el bajo nivel educativo, el cual se relaciona
con pocas oportunidades de empleo. Esta situación lleva a las
personas hacia la frustración, el estrés, la desesperación, la an-

71
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

siedad y, en muchas ocasiones, a la depresión -que está direc-


tamente conectada con el suicido. 32

Las deficiencias y las condiciones de vida pueden provo-


car neurosis. Adler considera que la neurosis es una orienta-
ción cobarde de la vida. El neurótico es un cobarde, uno que
evita enfrentarse a las exigencias de la vida, evita el trabajo
y toda forma de frustración a cualquier costo. Al mismo
tiempo está convencido de que sus sufrimientos y penas son
mayores que los de nadie más; por lo tanto, un neurótico fá-
cilmente se encasilla aparte, como alguien especial y ex-
traordinario. Tiene mayores dificultades con las tareas más
importantes de la vida, porque la orientación cobarde le im-
pide afrontar los problemas. Siempre busca exenciones, una
salida fácil, y a la vez anhela mucho éxito y respeto.

De este modo, el hombre se encuentra psicológicamente en la


imposibilidad de ofrecer, ni siquiera de pretextar, argumentos a
favor de la afirmación del sentido de la vida o en pro de la ne-
cesidad o el deseo de seguir viviendo; es decir, argumentos en
contra de la idea del suicidio que domina su mente: si estos ar-
gumentos existieran realmente, si estuvieran presentes en su es-
píritu, el hombre dejaría de hallarse dominado por propósitos
de suicidio, razón por la cual nada tendría que aparentar. "

La frustración existencial y la neurosis existencial impli-


can la frustración y la falta de satisfacción de la búsqueda de
sentido. Dicha neurosis no atañe al instinto o pulsiones bio-

32
Jana Petrzelová, et al. Segundo informe de investigación (cualitati-
vo): el suicidio en la región sureste del estado de Coahuila, Gobierno del
Estado de Coahuila, 2004, p. 62.
x Ibidem, p. 21.

72
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

lógicas, sino más bien está espiritualmente enraizada en el es-


cape de la libertad y la responsabilidad de la persona. En
estos casos, la persona culpa al destino. Los hombres que han
perdido el sentido de vida se encuentran en un estado de des-
esperación y con un sentimiento de vacío existencial.
A los existencialistas les preocupa el problema del vacío
y la soledad de la vida. Les preocupa que la gente pierda la
fe en los valores, como es el caso de muchos que ya no en-
cuentran un sentido que les dé valor y dignidad, en parte por-
que no han logrado influir en fuerzas que no responden a sus
esperanzas, como el gobierno y las grandes corporaciones
económicas.
Los existencialistas señalan que cuando la gente deja de
comprometerse con un conjunto de valores experimenta una
sensación de vacío y de falta de significado. La falta de com-
promiso puede verse como una enajenación que refleja la fal-
ta de autorrealización, la incongruencia entre el individuo y
la experiencia.
Los existencialistas resaltan la importancia del compro-
miso para el bienestar personal y psicológico, pero algunos
estudios recientes han planteado la posibilidad de que la en-
ajenación puede influir también en la salud física. Cuando el
individuo siente un vacío en su vida, busca en otros las res-
puestas que necesita, pero no logra encontrarlas porque en
realidad el problema está en el interior. Esto ilustra una vez
más la afirmación existencialista de que cada quien debe ha-
cerse responsable de sus actos y que cualquier cambio sólo
puede provenir de nuestro interior y nuestras propias accio-
nes.
El suicidio es una causa de muerte que ha aumentado en
las dos últimas décadas, especialmente en la población mas-
culina.

73
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Algunos grupos de edad que no se veían afectados duran-


te el inicio del periodo, como los jóvenes de menos de 15
años, ya presentan casos de mortalidad por suicidio. Sin em-
bargo, las tasas siguen siendo elevadas entre la población de
15 a 43 años y los mayores de 60 años.
Respecto al incremento observado, no se tiene explica-
ción para los dos cambios tan drásticos en la tasa de suici-
dios, ya que en épocas anteriores se registraba, como grupo
principal, el de mayores de edad (vea gráfica 1).
Cabe mencionar que el estado actual de la información
estadística sobre el suicidio en el país amerita también un
comentario. Actualmente, se dispone de dos fuentes de in-
formación, (ambas dependientes del INEGI), que no sólo no
concuerdan, sino que presentan tendencias diversas sobre el
mismo fenómeno, lo que es motivo de preocupación.
No fue posible encontrar respuestas para la divergencia
en los informes de las instituciones y responsables del área en
cuestión. Por lo mismo, es necesaria una unificación de da-
tos reales, ya que tradicionalmente los investigadores intere-
sados en este tema utilizan como fuente los Anuarios Esta-
dísticos para describir las tendencias de suicido general en el
país.

Prevención

Es necesario preparnos para enfrentar el problema del suici-


dio, incluyendo su incremento entre la población joven. En el
contexto de la salud pública nacional es necesario, además,
elaborar programas preventivos y de tratamientos acordes
con las necesidades actuales.

74
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

En casi todos los casos de suicidio hay pistas de que el ac-


to está próximo a ocurrir. El suicido es irreversible, por su-
puesto, así que prevenirlo depende mucho de la detección
temprana y de la intervención exitosa. Los profesionales de
la salud mental implicados en la prevención del suicidio ope-
ran bajo la suposición de que las víctimas potenciales se en-
cuentran ambivalentes respecto al acto. Es decir, el deseo de
morir es fuerte, pero también lo es el deseo de vivir. Los res-
catadores potenciales son entrenados para ejercer sus esfuer-
zos para conservar la vida.
La prevención del suicidio depende mucho de la capaci-
dad para reconocer sus señales, tanto demográficas como es-
pecíficas. Ya se ha discutido una cantidad de factores demo-
gráficos, tales como el hecho de que los hombres, a nivel
nacional, tienen una probabilidad tres veces mayor de quitar-
se la vida que las mujeres; en Coahuila, esta probabilidad es
de ocho a una, y en la región sureste del estado, de diez a una.
El aumento en la edad incrementa la probabilidad del suici-
dio. Aunque la idea popular es que los gestos suicidas fre-
cuentes se asocian con llamados de atención, la mayor parte
de los suicidas tienen una historia de tentativas; ignorarlas es
peligroso. Las características generales ayudan a menudo a
detectar suicidas en potencia, pero los casos individuales va-
rían de las normas estadísticas.
El suicidio es un acto trágico e intrigante. En el pasado,
representó un acto sobreentendido y ocultado; en años re-
cientes, los profesionales de la salud mental han comenzado
a reconocer que el estudio del suicidio es altamente impor-
tante. Se sabe mucho acerca de los hechos del suicidio, pero
se ha comprendido poco al respecto. Aunque los estudios in-
dican que la depresión, la desesperanza y el consumo de al-
cohol están correlacionados altamente con éste, la relación

75
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

compleja entre estas variables y el suicidio no es sólo de cau-


sa y efecto.
En años recientes, los suicidios de niños y adolescentes
han aumentado a un ritmo alarmante. Una falta de investiga-
ción ha limitado la comprensión de por qué los niños se cau-
san la muerte. Sin embargo, los estudios disponibles han in-
dicado que aquellos que intentan suicidarse provienen de
familias caracterizadas principalmente por abuso de fárma-
cos y alcohol, suicidio, desempleo paterno y la ausencia de
uno de los padres; datos que se corroboran con los resultados
del estudio aquí presentado.
Quizá la mejor manera de prevenir el suicidio es recono-
cer sus señales. Es más probable que las personas cometan
suicidio si son mayores, hombres, tienen una historia de in-
tentos, describen con detalle cómo ejecutarían el acto, y dan
pistas verbales de que están planeando la autodestrucción.
Los conceptos y técnicas de la intervención en crisis han si-
do usados con éxito para tratar a los individuos que están
considerando el suicidio. La terapia intensiva a corto plazo se
usa para estabilizar la crisis inmediata.
El suicidio afecta no sólo a la persona que comete el ac-
to, sino también a las personas que ésta deja atrás. Con fre-
cuencia los seres queridos de la víctima responden con nega-
ción y conmoción, seguidas de pena y cólera; esta última
puede estar dirigida hacia ellos mismos, pero por lo general
es hacia la persona que cometió el acto. La pena se resuelve
siempre y cuando sean capaces de "dejar ir" al fallecido. Los
profesionales de la salud mental que atienden a los indivi-
duos que cometen suicidio también experimentan malestar
psicológico. El acto del suicidio plantea preocupaciones mo-
rales, éticas y legales. ¿Las personas tienen el derecho a qui-
tarse la propia vida? Esta pregunta es difícil de responder en

76
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

el caso de los ancianos o de personas que tienen enfermeda-


des terminales y que desean acabar con su sufrimiento. No
obstante, tanto los terapeutas como los médicos han sido en-
trenados para conservar la vida, y tienen la obligación legal
de hacerlo.
Quisiéramos concluir este capítulo ofreciendo al lector al-
gunos elementos prácticos para detectar señales de compor-
tamiento suicida, a fin de poder actuar.

Reflexión
El suicidio es la destrucción deliberada de la propia vida. El
suicidio se ha producido en todo tipo de sociedades, y su sig-
nificado siempre ha implicado una interrogante familiar, so-
cial y cultural. Es indudable que la raíz del suicidio la cons-
tituyen motivos conflictivos interpersonales; pero también
-y de modo fundamental- el contexto histórico-social da sig-
nificado al acto autodestructivo.
El suicidio no sólo es un acto trágico, también es descon-
certante y confuso. Aunque se han proporcionado razones del
porqué se cree que algunos individuos se causan la muerte,
nunca podrá tenerse una seguridad completa. La creciente
comprensión del suicidio sugiere que una explicación unita-
ria es simplista. El suicidio tiene muchas causas. Sin impor-
tar la postura moral que se tome a este respecto, la decisión
de cometer este acto es a menudo ambivalente, ensombreci-
da por un gran número de agentes estresantes, personales y
sociales.
El problema en el estudio del suicidio es, en primer lugar,
que ya no se puede preguntar a las personas que murieron
acerca de sus motivos, estructura mental y estado emocional

77
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

que expliquen sus razones para dejar de vivir. Sólo se tienen


informaciones indirectas, tales como los expedientes clínicos
y reportes de otros individuos para ayudar a comprender la
razón.
A pesar de estas dificultades, la reconstrucción de histo-
rias de vida de los suicidas continúa siendo usada no sólo
porque representa uno de los pocos caminos que quedan
abiertos, sino también por tener propósitos más amplios. Si
los psicólogos pueden aislar los eventos y circunstancias que
conducen al suicidio e identificar las características de las
víctimas potenciales, pueden ser capaces de impedir el suce-
so en otros individuos.
El suicidio entre los jóvenes es una tragedia no mencio-
nada en nuestra sociedad; tradicionalmente se evita la idea de
que nuestros jóvenes encuentran la vida tan dolorosa que en
forma consciente y deliberada se causen la muerte. Es posi-
ble explicar que la relación entre los estudiantes fracasados,
y el suicidio tenga que ver con que se siente una vergüenza
abrumadora y deshonra de su vida, lo que conlleva a una sen-
sación de haberles fallado a los demás y a sí mismos. No hay
que olvidar que es muy posible que el común denominador
entre los estudiantes suicidas puede ser simplemente la per-
turbación emocional, es decir, alguna desviación dentro de la
personalidad del individuo que causa o predispone a romper
con la realidad.
La relación del suicidio con el hombre adulto nos lleva a
una pregunta crucial: ¿Por qué un hombre llega a tal deses-
peración? Entre la gente adulta el suicidio se puede conectar
con la pérdida de la misión de su propia vida. ¿En qué mo-
mento aparece el vacío y la pérdida de un sentido del vivir?
Si la vida pierde su significado es porque algo ha fallado. Las
frustraciones existenciales, conflictos interpersonales, estrés,

78
UN ESTUDIO PSICOLÓGICO SOBRE LOS SUICIDAS

aunados a las dificultades para alcanzar las metas que el


individuo se propuso, y que son percibidas como una acusa-
ción que lo hace sentir culpable, son causales de la desespe-
ración. A veces la desesperación lleva a las personas a buscar
falsos refugios como, por ejemplo, el alcohol, el uso de dro-
gas y, en casos extremos, el suicidio.
Es necesario aceptar que son causas del suicidio los mo-
tivos intrapsíquicos, interpersonales y socioculturales, es de-
cir, todos estos factores actúan en conjunto. La monocausali-
dad para explicar el suicidio no nos da seguridad para aclarar
este fenómeno. Es por esto que no hemos encontrado una so-
la causa y hemos confirmado la necesidad de una búsqueda
pluridisciplinaria, que nos lleve a consideraciones más abar-
cadoras.

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80
El suicidio en Saltillo:
examen de factores sociales
Alma Victoria Valdés
Ma. Dolores Elizondo

Allí donde la desinserción


individualista ha tomado gran
amplitud, el suicidio experimenta
un aumento considerable...
GlLLES LlPOVETSKY1

E
n este trabajo se exponen algunos factores sociales
que inciden en el fenómeno del suicidio. Dichas ob-
servaciones fueron formuladas a partir de la investi-
gación El suicidio en la región sureste del estado de Coahui-
la, realizada durante el 2003 por un equipo interdisciplinario
que reunió, en torno a un propósito común, a investigadores
de las escuelas de Ciencias de la Educación, Psicología y
Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Coahuila.

1 La era del vacio. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo,


p. 212.

81
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

El espacio es oportuno para agradecer la colaboración de


los familiares y amigos de aquellos que decidieron privarse
de la vida en años recientes; sin su apoyo este estudio no hu-
biera sido posible.
La investigación sobre el suicidio se realizó a instancias
del gobierno del estado de Coahuila, a través del Sistema pa-
ra el Desarrollo Integral de la Familia, con la finalidad de
responder a la inquietud suscitada por el reciente aumento de
los suicidios en esta entidad federativa. El Instituto Nacional
de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), mostró, por
ejemplo, que del año 2000 al 2001 el número de suicidios
ocurridos se había incrementado de 65 a 97, lo cual repre-
sentaba una variación porcentual de 49. 2. 2
La indagación a lo largo de casi un año posibilitó una
aproximación cuantitativa y cualitativa al fenómeno del sui-
cidio en Saltillo, así como la formulación de propuestas para
el establecimiento de medidas preventivas y de atención a di-
cho problema.
En el caso específico de la Escuela de Trabajo Social, la
búsqueda se organizó en torno a una pregunta central: ¿Qué
factores de orden social influyen en una persona para quitar-
se la vida? De manera más específica, se buscó la identifica-
ción de los elementos del contexto, así como aquellos de or-
den familiar, económico, laboral, educativo y de salud que
podrían influir en el acto suicida.
La observación de estos aspectos reviste importancia pues
el acto suicida no puede verse sólo como una decisión de ca-
rácter personal, sino como un evento condicionado por las
relaciones que se establecen con el medio familiar y social, y

2
INEGI, Estadísticas de intentos de suicidio y suicidios. Cuaderno
núm. 8.

82
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

por infinidad de variables que ejercen presión sobre las per-


sonas que atenían contra su vida. 3 Por otra parte, el fenóme-
no del suicidio ha rebasado la categoría de acto y problema
individual para convertirse en "problema social". Este carác-
ter exige un estudio de los elementos que pueden incidir en
su incremento progresivo.

Saltillo y la región sureste de Coahuila al


despuntar el siglo xxi

En este apartado se presentan algunas características de la re-


gión sureste del estado de Coahuila. De manera particular, se
abordan las de Saltillo, sede de esa región. No se pretende un
estudio exhaustivo, se trata más bien de exponer algunas
cuestiones elementales sobre el entorno y sobre sus transfor-
maciones en las últimas décadas, con la finalidad de situar el
fenómeno del suicidio y de facilitar la correlación del mismo
con elementos sociales presentes en el contexto.
En las últimas décadas, el estado de Coahuila ha experi-
mentado importantes transformaciones demográficas, econó-
micas, sociales y culturales. Los procesos económicos y de
urbanización experimentados en Coahuila desde hace aproxi-
madamente 20 años, han originado importantes movimientos
migratorios y la concentración de la actividad económica y
de la población en ciudades como Torreón y Saltillo, en don-
de vive casi el 90% de los habitantes del estado. 4

3
Armand Cuviller citado en Emilio Durkheim, El suicidio, p. 196.
4
Plan Estatal de Desarrollo 2000-2005, op. cit. Coahuila ocupa el ter-
cer lugar de la república en lo que se refiere a la concentración de la po-
blación en áreas urbanas con un porcentaje del 88. 9. Véase, INEGI, XII Cen-
so general de población y....

83
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

La estructura económica, ocupacional y productiva de


Coahuila también ha experimentado cambios notables en las
últimas décadas. Así, mientras que el sector agropecuario ha
experimentado una notoria disminución, el secundario au-
mentó su importancia debido, en parte, a la expansión indus-
trial experimentada en las últimas décadas. 5
Los procesos de industrialización que se han ido impo-
niendo en algunos de los principales centros urbanos, no
solamente han trasformado la economía, sino también las
formas de vida y la cultura. Las formas mecanizadas y auto-
máticas de producción industrial han afectado profundamen-
te las percepciones y vivencias del tiempo, los estilos de
vida cotidiana y familiar y de coexistencia social. 6 Probable-
mente, quienes han experimentado con mayor fuerza estos
cambios han sido los que emigraron de las poblaciones rura-
les a los centros urbanos (como Saltillo) en busca de trabajo
y de mejores condiciones de vida.
Estos inmigrantes se han incorporado a formas culturales
que, hasta hace poco, les resultaban ajenas, aunque también
han impreso sus huellas en el paisaje citadino, rompiendo la
uniformidad impersonal de los conjuntos habitacionales po-
pulares e imponiendo adecuaciones originales a la arquitec-
tura, además de macetas, pájaros y hasta parcelas de cultivo
en miniatura. En contrapartida, la inclusión de estos trabaja-
dores a las formas de producción industrial ha significado pa-
ra ellos el cambio de los ciclos de trabajo ordenados por el
reloj de la naturaleza al tiempo cronometrado de la produc-
ción fabril, así como la integración a la línea de producción

5
Plan Estatal de Desarrollo 2000-2005... pp. 16-18.
6
Laura Gutiérrez et al., Signos para la memoria. Coahuila: devenir in-
dustrial, p. 172.

84
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

industrial, masiva e impersonal y rutinaria, que no deja lugar


a distracciones.
Las transiciones experimentadas en Coahuila durante las
últimas décadas han afectado asimismo la dinámica de los
espacios cotidianos y las prácticas diarias, como la reunión
familiar, las pláticas de sobremesa y la coexistencia con los
vecinos. Indudablemente, los procesos de industrialización
han impuesto ritmos de vida acelerados que limitan el con-
tacto con los semejantes, llevando al aislamiento y al debili-
tamiento de los lazos sociales y comunitarios.
El tejido social de las principales ciudades del estado se
ha tornado más complejo. La concentración poblacional ha
generado la expulsión de las viviendas del centro de la ciu-
dad. 7 Esa área hoy se ha vuelto eminentemente comercial,
mientras que los predios semirurales, que hasta hace poco
bordeaban la ciudad como espacios agrícolas y pecuarios que
se negaban a desaparecer, se transformaron de la noche a la
mañana en conjuntos habitacionales atiborrados de viviendas
homogéneas y minúsculas que, aunque apenas dejan espacio
para la gente y sus enseres domésticos, son objeto de trans-
formaciones que sirven para romper la uniformidad arquitec-
tónica y para responder a necesidades y prácticas diferencia-
das, a los principios dictados por el arte de habitar de los
ocupantes.
Ciertos efectos problemáticos, colaterales al proceso de
industrialización, también se han hecho presentes en las prin-
cipales ciudades del estado: el incremento en la demanda de
vivienda, el crecimiento desordenado de la mancha urbana y
el establecimiento de asentamientos irregulares con el conse-
cuente déficit de servicios públicos, áreas verdes y recreati-

p. 183.

85
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

vas, insuficiencia de transporte, entre otros. También es evi-


dente el aumento de complicaciones sociales vinculadas a la
violencia urbana e intrafamiliar, la falta de oportunidades la-
borales y el desajuste respecto a los nuevos patrones de vida
social.
En el 2003, la recesión económica mostró la inestabilidad
de algunas actividades industriales afectando a un gran nú-
mero de empresas de Coahuila. Entre ellas, las armadoras y
plantas textiles, que disminuyeron sus exportaciones debido
a la cancelación de pedidos. Paralelamente, los datos esta-
dísticos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e In-
formática (INEGI) mostraron una creciente tendencia hacia el
desempleo. Fenómeno que, durante el mes de septiembre del
2003, registró en las ciudades de Monclova y Saltillo un por-
centaje de desempleo abierto superior a la media nacional. 8
Otro problema que también se ha acrecentado en los últi-
mos años es el de la violencia social, particularmente entre
los jóvenes. Algunos organismos no gubernamentales calcu-
lan que, sólo en Saltillo, más de 45 mil jóvenes pertenecen a
alguna pandilla. 9 Muchos de estos adolescentes y jóvenes
convocan a la muerte diariamente pues participan en actos
violentos y consumen drogas. El origen del pandillerismo se

8
"Encabeza Saltillo desempleo nacional", en Palabra, sábado 20 de
septiembre de 2003, p. 1.
9
"Calles divididas: Un Peligro latente", en Semanario de Vanguardia,
31 de octubre de 2004, pp. 8-11. Los índices proporcionados por el Banco
Interamericano de Desarrollo corroboran el aumento de la violencia entre
los jóvenes, no sólo en México, sino en toda América Latina. El año de
1995, por ejemplo, el 19 % de los homicidios cometidos en América Lati-
na fueron de jóvenes de entre 10 y 19 años. De igual forma, se calcula que
en ese continente una gran parte de los delitos violentos son cometidos por
jóvenes de 12 a 25 años.

86
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

asocia, según observaciones de ciertos organismos de la so-


ciedad civil, al crecimiento de la ciudad y a la afluencia de
inmigrantes a Saltillo a partir de la década de los ochenta. Pe-
ro igualmente responde a la necesidad de los jóvenes de ser
reconocidos y de lograr una posición dentro de un grupo de
referencia.
Un panorama más optimista se muestra en lo que se re-
fiere a la tasa de escolaridad, ya que en Saltillo prácticamen-
te se ha logrado cubrir la demanda de educación básica. 10 De
acuerdo a los datos proporcionados por el INEGI, la entidad
ocupa el tercer lugar de la República en lo que se refiere a ni-
vel de escolaridad, es decir, el estado sólo aparece por deba-
jo del Distrito Federal y de Nuevo León. No obstante este
avance, se ha podido observar que el proceso educativo, tal y
como se lleva a cabo en la actualidad, no ha podido detectar
y/o prevenir ciertas conductas que se asocian, sobre todo en-
tre los jóvenes y adolescentes, a los actos suicidas.
A pesar de estos problemas recientes, el Informe Sobre
Desarrollo Humano México 2002 indica que, excluyendo al
Distrito Federal, la región noreste -en la cual está compren-
dido el estado de Coahuila- presenta los índices más altos en
materia de desarrollo humano y en lo que se refiere al pro-
ducto interno bruto. 11 Estos datos sugieren que, además de
los problemas de orden material y económico, el incremento
en los índices de suicidio podría vincularse con otros aspec-
tos propios de las sociedades modernas, como el vertiginoso
ritmo de vida, el individualismo exacerbado y el retorno de

10
INEGI, XII Censo General de Población y...
11
Vid. Gonzalo Hernández Licona et al., "Desarrollo Social en Méxi-
co. Situación actual y retos", en suplemento de Este país, tendencias y opi-
niones, núm. 149, p. 3.

87
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

ciertas formas de violencia primitiva, 12 cuestiones todas que


obstaculizan el pleno desarrollo humano y la calidad de vida
de las personas.

Propuestas teóricas sobre el suicidio

El acto suicida tiene connotaciones diversas y puede ser


abordado desde los puntos de vista filosófico, ético-religioso,
como un fenómeno social, como un desajuste de carácter in-
dividual o emocional, o bien, como un problema médico o de
libertad individual, en el caso de la eutanasia. Las variacio-
nes pueden obedecer, entre otros factores, a la disciplina des-
de la cual se realiza la investigación, al enfoque teórico em-
pleado en la misma y a las características del contexto en el
que ésta tiene lugar. Estas variaciones también determinan
las preguntas que se formulan, los datos que se privilegian y
los que se omiten en cada caso.
A pesar del carácter especializado de diversos trabajos, la
mayoría de los investigadores acepta que el fenómeno del
suicidio no admite explicaciones unilaterales, ya que se vin-
cula con una multiplicidad de factores. Esta complejidad se
evidencia incluso en investigaciones tempranas, como la ya
clásica de Emilio Durkheim quien, desde finales del siglo
xix, observó una correlación entre el incremento de los sui-
cidios y ciertas características propias de las sociedades
industriales europeas de esa época, tales como: las crisis
económicas y las derivadas de la prosperidad; los desajustes

12
Gilíes Lipovetsky, La era del vacío..., p. 68.
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

propiciados por el avance del mundo comercial e industrial;


la pérdida de certidumbres religiosas, de metas trascendenta-
les y de lazos comunitarios, el consumismo y el materialis-
mo inherentes al proceso económico, entre otras. 13
Estos elementos se siguen vinculando al suicidio; sin em-
bargo, las investigaciones actuales han incorporado el punto
de vista de disciplinas que aún no se desarrollaban plena-
mente en el siglo xix, como es el caso de la psicología y las
ciencias de la comunicación.
Por otro lado, los grupos sociales han asignado al acto
suicida sentidos diversos a través del tiempo. En algunas so-
ciedades tradicionales, el acto de privarse de la vida podía
verse como algo obligado para el mantenimiento del grupo.
Estas formas de suicidio "altruista" -llamado de esta forma
porque respondía a los imperativos de la colectividad- fue-
ron frecuentes entre los pueblos primitivos que educaban a
sus miembros para renunciar a sí mismos. Por el contrario,
las formas de suicidio "egoísta", propias de los sectores in-
dustriales de finales del siglo xix, y quizá también de nuestra
época, empezaron a presentarse como producto de un exceso
de individuación y del proceso de disgregación social: "La
sociedad disgregada en ciertos puntos o en su conjunto deja
al individuo escaparse". 14 Una variación de este tipo de sui-
cidios "egoístas" serían los llamados suicidios "anémicos"
(anomia - sentirse perdido o confundido), que son resultado
de fuertes trastornos, como la pérdida súbita de un trabajo de
gran prestigio, es decir, aquellos que se generan por una falta

13
Emilio Durkheim, op. cit.
"Ibid., p. 3O2.

89
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

de reglas sociales y una desorientación porque la socie-


dad no llega a influir suficientemente sobre sus miembros.
Con el avance de las sociedades industrializadas y "mo-
dernas" se acentuó el proceso de secularización, y el suicidio
empezó a perder la connotación pecaminosa que le había im-
puesto la religión. No obstante, el acto suicida conservó una
significación moralista en la medida en que las modernas so-
ciedades occidentales del siglo xix asumieron que la preser-
vación de la vida constituía un deber individual. 15
Hoy en día, algunos autores observan que los deberes
hacia uno mismo proclamados por la moral individual de las
sociedades occidentales del siglo xix han sido desplazados.
Actos como el suicidio, que antes provocaban el rechazo,
empiezan a ser vistos de manera comprensiva e indulgen-
te. En la actualidad, el suicidio es visto como un signo de
desesperación o depresión; como una consecuencia de la in-
comunicación y la falta de afecto, o bien como un gesto de
autoliberación. "El referente psicológico ha eclipsado los
mandatos imperativos de la moral individual, el deber de
conservarnos con vida se ha vaciado de su sustancia, lo he-
mos remplazado por el derecho a no sufrir sin que por eso se
haya desculpabilizado totalmente el acto suicida". 16
Actualmente, los temas del suicidio y la eutanasia se han
puesto en la mesa de la discusión y, aunque numerosos gru-
pos sociales no ven el suicidio como una falta grave, tampo-
co lo aceptan plenamente como un derecho y prerrogativa in-
dividual. En ese sentido, el acto de privarse de la vida se
ubica en un territorio ambiguo: no es legítimo ni ilegítimo.

15
Gilíes Lipovetsky, La era del vacío..., p. 85.
16
Gilíes Lipovetsky, El crepúsculo del deber. La ética indolora de los
nuevos tiempos democráticos, p. 86.

90
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

Los que no impiden que las personas se quiten la vida son


vistos como culpables de no asistir a una persona que estaba
en peligro; de igual forma, el tema de la eutanasia sigue sien-
do controversial y, en algunos lugares, aquéllos que sugieren
medios para que otras personas se quiten la vida se hacen acree-
dores a sanciones penales.
La sociedad considera la fragilidad psicológica, exime al
suicida de toda culpa y deposita la responsabilidad de ese
evento en las personas más cercanas a la víctima, es decir, en
aquellos que no pudieron o no supieron impedir el acto de
autodestrucción. De ese modo, la cultura fundada en los de-
beres hacia uno mismo ha sido desplazada por las explica-
ciones psicológicas y por las exigencias de apoyo efectivo a
las personas que nos rodean. 17
Desde el punto de vista social, también se observa una re-
lación entre el suicidio y la emergencia de las formas de vi-
da propias de las modernas sociedades industriales, caracte-
rizadas entre otras cosas por el individualismo exacerbado, la
desinserción y la pérdida de nexos comunitarios e interper-
sonales. Características, todas ellas, de las grandes concen-
traciones urbanas.
Otros factores asociados al suicidio serían el estado de in-
satisfacción y la ansiedad permanente que se genera a conse-
cuencia de la relativización de los sistemas de valores, las
crisis de sentido, la violencia exacerbada y la imposibilidad
de acceder a los modelos de consumo impuestos por la mo-
da como sinónimo de cierto estatus social. 18

17 ídem.
18
Gilíes Lipovetsky, La era del vacío... y Peter L. Berger y Thomas
Luckman, Modernidad, pluralismo y crisis de sentido. La orientación del
hombre moderno.

91
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

En términos generales, los datos estadísticos acerca del


suicidio parecen coincidir con estas observaciones, ya que
los mayores índices se concentran, precisamente, en aquellos
grupos urbanizados e industrializados que enfocan su interés
en los procesos económicos, proclamando entre sus valores
el consumo y el individualismo exacerbado.
Al analizar las características de las sociedades modernas,
ciertos autores observan que la tendencia hacia el individua-
lismo ha debilitado la capacidad de jugar con la vida social,
propiciando el rechazo de las relaciones con desconocidos y
el confortable repliegue en la intimidad. Esto ha generado
una disminución del sentimiento de pertenencia a un grupo
social determinado y una acentuación de las formas de ex-
clusión social. El propio acto de compartir con personas afi-
nes ha ido generando exclusión pues, los grupos más o me-
nos integrados, han terminado rechazando a los extraños, de
manera que las relaciones humanas se han vuelto "destruc-
toras", i'
Por otro lado, las formas de vida de las modernas ciuda-
des del siglo xix llevaron a un aumento del autocontrol per-
sonal, es decir, a una civilidad teatralizada que se tradujo en
una falta de espontaneidad y en una comunicación poco au-
téntica, en la pérdida del sentido colectivo y en un creciente
malestar. De este modo, las grandes ciudades se convirtieron
en teatros que no reflejaban los sentimientos auténticos ni la
intimidad. 20
En las grandes concentraciones urbanas se fueron impo-
niendo los grupos con bajo nivel de interacción y con escaso
conocimiento entre unos y otros. La acción colectiva se volvió

19
Gilíes Lipovetsky, La era del vacío... pp. 64- 65.
20
Richard Sennett, op. cit., pp. 85-111.

92
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

cada vez más difícil y la identidad entre los miembros de un


grupo o asociación se fue traduciendo en hostilidad y exclu-
sión hacia los extraños y en competencia por ver quien era el
sujeto que "'realmente' encarnaba la personalidad colectiva".
De ese modo, las formas de vida cosmopolita terminaron
propiciando el desencuentro, la incomunicación y el aisla-
miento social. 21
Algunos teóricos de la escuela culturalista francesa tam-
bién han formulado críticas a los estilos de vida de las gran-
des ciudades. 22 Estos autores consideran que los principios
que rigen las sociedades modernas sustituyen las relaciones
directas, propias de las comunidades tradicionales, por vín-
culos secundarios, desplazan las relaciones de parentesco por
relaciones contractuales y las formas de cohesión social, que
se derivan del principio de autoridad y de la tradición, por las
que provienen del contrato y la coerción. En general, las so-
ciedades modernas desplazan las formas de vida comunita-
rias sustituyéndolas por otras que tienen como principio or-
denador la búsqueda de racionalización de lo social y la
instauración de valores propios de la sociedad industrial. 23
Las condiciones de vida de esas grandes concentraciones
urbanas propician ansiedad, estrés y altas tasas de suicidios.
Por lo anterior, algunos especialistas invitan a la reestructu-
ración de esas ciudades y al establecimiento de programas de
desarrollo sustentable, que posibiliten una ocupación organi-
zada y racional del espacio. 24 De igual forma, ciertas aporta-
ciones provenientes de la sociología y de la psiquiatría han

21
Parafraseado de Richard Sermett op. cit, p. 297.
22
José Luis Lezama, Teoría social. Espacio y ciudad.
xibid., p. 137.
24
Mario Souza y Machorro, "Ambiente y salud mental", en Revista
Mexicana de Neurvcirugía 2002; 3 (3), pp. 161-163.

93
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

asociado el acto suicida a conceptos como los de "vacío so-


cial" y "ausencia de sentido", que pueden ayudar a entender
la etiología del fenómeno y también a diseñar técnicas pre-
ventivas o terapéuticas. 25
Otro efecto del desarrollo industrial y comercial, iniciado
durante el siglo xix, fue el acrecentamiento del materialismo
económico. La mercantilización acelerada "desató y santi-
ficó los deseos de consumo", provocando un deseo exacerba-
do de cosas materiales: "[... ]se tiene sed de cosas nuevas, de
goces ignorados, de sensaciones sin nombre pero que pierden
todo su atractivo cuando son conocidas. Entonces, al menor
revés que sobrevenga, faltan las fuerzas para soportarlo". 26
Un estado de desequilibrio similar ocurre cuando la pros-
peridad crece porque -según observó Durkheim- "[... ]la
abundancia vuelve más exigentes a los que de manera im-
prevista se ven beneficiados por ella. Así, las exigencias cre-
cientes derivadas de la nueva situación resultan en cierta me-
dida imposibles de satisfacer y, de ese modo, se da inicio a
una carrera sin fin". 27
En las grandes ciudades del siglo xix, la incorporación de
las novedades se vio favorecida por la irrupción del ferroca-
rril y por el aumento en la circulación de otros medios masi-
vos, como el periódico, que actuarían como detonantes del
consumo, favoreciendo la divulgación y el intercambio de
mercancías y personas. Estos cambios desencadenaron el
consumo desenfrenado de ciertos artículos, que se convirtie-
ron en sinónimo de estatus social, pero también propiciaron

25
Gilíes Lipovetsky, La era del vacío...; Víctor E. Frankl, El hombre
en busca de sentido.
26
Emilio Durkheim, op. cit. pp. 336-337.
"Ibid. p. 351.

94
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

la insatisfacción permanente y la frustración de aquellos que


estaban, y aún, están imposibilitados para acceder a los cá-
nones impuestos por la moda.
La insatisfacción se produce de igual forma porque un as-
pecto inherente a los modelos de consumo de la sociedad ac-
tual es su carácter efímero. 28 La tendencia hacia la adopción
de modas, incorporada por el individuo como parte de su vi-
da cotidiana se caracteriza por su obsolescencia acelerada. El
consumo funciona provocando la seducción hacia objetos y
patrones que resultan novedosos, pues son elaborados por or-
ganizaciones expertas en la mercadotecnia. Paradójicamente,
y a pesar de que el consumo masivo de esos artículos tiende
a uniformar los comportamientos y marca las tendencias de
la moda, los modelos se multiplican, ya que la oferta destru-
ye fórmulas y mandatos, instaurando una carrera intermina-
ble de deseos insatisfechos y frustraciones. 29
La tendencia actual a obedecer los dictados impuestos por
el mercado choca en México con las condiciones derivadas
de las crisis económicas, que han contribuido a elevar las ta-
sas de desempleo afectando no sólo a los sectores margina-
dos, sino también a un amplio segmento de la clase media,
que antiguamente disfrutaba de mayores prerrogativas. Los
estudios realizados por el INECÜ y otras instituciones, como
la Secretaría de Salud, también evidencian que en México la
mayor parte de los suicidios tienen lugar en las áreas urba-
nas, sobre todo entre los grupos que han experimentado pro-
blemas económicos y una pérdida de status social más o
menos reciente, o bien, entre aquéllos que enfrentan dificul-

28
Gilíes Lipovetsky, La era del vacío..., pp. 105-113.
» Ibid., p. 108.

95
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

tades familiares y laborales y en sus relaciones sociales y


afectivas. 30
De ese modo, las crisis económicas golpearon y siguen
golpeando no sólo a los pobres, sino a aquellos que, habien-
do tenido una posición acomodada, no logran acostumbrarse
a restringir sus formas de consumo y a ajustar sus necesida-
des a su nueva posición. Ocasionalmente, estas crisis han re-
sultado intolerables para quienes las padecen, y también han
orillado al suicidio.

Factores sociales vinculados al suicidio en


Saltillo

La investigación realizada con los familiares de aquellos que


se privaron de la vida en el municipio de Saltillo durante los
cinco años previos al 2003 tuvo la finalidad de conocer, en-
tre otros aspectos, las características familiares, los patrones
demográficos, la situación económica, educativa y laboral,
así como las condiciones de salud que podrían haber influi-
do en el acto suicida.

Contexto familiar y social

Como núcleo social primario, la familia satisface las nece-


sidades afectivas, -de amor y comprensión-; económicas
-de alimentación, vivienda, vestido, transporte-; y sociales

30
INEGI, Cuaderno de estadísticas de intentos de suicidio y suicidios,
número 8 y www. saludalia. com/Saludalia/websaludalia/urgencias/doc/sui-
cidio

96
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

-de educación y salud- de sus miembros. La familia consti-


tuye un espacio en el que tiene lugar la formación de valores,
actitudes y comportamientos ante la vida, tales como la tole-
rancia, el respeto a sí mismo y a los demás, la asertividad, la
capacidad para admitir los errores y tolerar las frustraciones,
entre otros.
La historia de la familia es determinante para la forma-
ción de individuos sanos y con una actitud asertiva, que se
refleja en la capacidad para aceptar los éxitos y fracasos y pa-
ra vivir una vida responsable. Numerosas investigaciones
han mostrado que el ambiente familiar influye sobre los ni-
ños y los jóvenes. Es durante estas etapas de la vida que se
consolidan las capacidades para hacer frente a los problemas.
En esos ciclos también tiene lugar la adaptación al mundo de
los adultos y la incorporación de pautas de conducta y de
valores propios, entre otros procesos.
Los resultados de la investigación sugieren que los am-
bientes familiares deteriorados influyeron sobre las personas
con tendencias suicidas. Un 83% de los casos estudiados es-
taban inscritos en grupos familiares disfuncionales y con gra-
ves problemas. Las relaciones entre los integrantes de esos
grupos familiares estaban fragmentadas, presentando un ba-
jo nivel de convivencia y de vinculación afectiva. Estas difi-
cultades fueron ocasionadas, entre otras causas, por:

• Ausencia de alguno de los cónyuges por abandono, ra-


zones de carácter laboral, divorcio, o madres solteras.
• Desorganización familiar por muerte de alguno de los
padres.
• Violencia intrafamiliar.
• Distanciamiento entre la pareja y entre los padres y los
hijos.

97
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

• Eventos traumáticos, como la muerte o la enfermedad


de alguno de los miembros del grupo familiar.
• Problemas familiares debidos, entre otras causas, al al-
coholismo o a la drogadicción, por parte del propio sui-
cida o de alguno de los padres.

Cabe destacar que el problema de las adicciones también


se vinculó con las manifestaciones de violencia intrafamiliar.
El vínculo entre la violencia intrafamiliar y las adicciones a
drogas ilícitas y al alcohol ha sido observado en diversas in-
vestigaciones. Esta correlación es explicable pues cuando
una persona consume drogas o se emborracha tiende a perder
el control de sus impulsos agresivos y sexuales. Quizá por
esta razón se ha visto que una gran parte de los casos de abu-
so sexual y maltrato se generan entre personas alcohólicas o
adictas. 31
Los efectos de la violencia intrafamiliar son múltiples, in-
dependientemente del nivel y tipo de violencia de que se tra-
te. La violencia afecta la salud física y mental de los inte-
grantes del núcleo familiar, predisponiéndolos a reproducir
los comportamientos violentos en la escuela, el trabajo, o en
las relaciones grupales e interpersonales. Cuando la violen-
cia intrafamiliar hace acto de presencia se pierde la comuni-
cación, y las relaciones amorosas y de confianza se trans-
forman en sentimientos de frustración, soledad y miedo. 32
Las condiciones de tensión y violencia, presentes en mu-
chas de las familias entrevistadas, también se hicieron mani-

31
Paola Silva R, "La violencia intrafamiliar", en http: //www. psicolo-
gía-online. com, diciembre de 2003.
32
J. Ál varez y G Hartog, Manual de prevención de la violencia intra-
familiar, México, DIF Tamaulipas, 2002.

98
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

fiestas en el contexto social. Allí, el índice de delincuencia y


violencia social se ha acrecentado en los últimos años, pro-
piciando un estado de temor constante entre los ciudada-
nos. 33
Ciertamente, el diagnóstico sobre seguridad pública, for-
mulado al inicio de la presente administración gubernamen-
tal reconoció la insuficiencia de las acciones destinadas a la
prevención y combate de la delincuencia en Coahuila, y des-
tacó la existencia de sistemas inoperantes de trabajo, la falta
de equipo en los diversos cuerpos policiales, la escasa coor-
dinación entre las diferentes corporaciones policiales y su in-
suficiente capacitación, entre otras cosas. 34
El incremento de la delincuencia y el miedo colectivo a
ser víctimas de algún delito o acto criminal ha creado un cli-
ma de inseguridad general, afectando las formas de vida co-
tidiana. Es cada vez más frecuente encontrar que los ciuda-
danos deciden tomar sus propias precauciones para el
cuidado de sus bienes y personas. No hay que olvidar que la
seguridad es una condición indispensable para un desarrollo
humano pleno y quizá también para disminuir el índice de
suicidios.
Como se pudo apreciar a través de este apartado, los fac-
tores que influyen en la disfunción familiar y social fueron
complejos y diversos. La problemática familiar y social qui-
zá propició el debilitamiento de los valores de convivencia,

33
De acuerdo con las estadísticas recopiladas por el Consejo Ciudada-
no para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A. C., el año 2002 había
4% más delitos que en 2000 y, respecto a la incidencia criminal, ésta su-
peró en un 28% a la que había en 1990. José Luís Sánchez Garza, "Análi-
sis de Seguridad Pública", en www. coparmex. net/analisis_de_seguri-
dad_publica, abril de 2005.
3" Plan Estatal de Desarrollo 2000-2005, p. 138.

99
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

así como la desunión de los miembros que conformaban el


grupo familiar y otros grupos sociales. A pesar de ello, es evi-
dente que los factores adversos influyeron de manera espe-
cial en aquellos sujetos que, por sus características persona-
les, presentaban un estado de mayor vulnerabilidad y
limitaciones estructurales para enfrentar las dificultades de
manera adecuada.

Migración, contexto urbano y vivienda

En este eje se analizan los aspectos correspondientes al lugar


de origen de los suicidas, los movimientos migratorios, las
condiciones de la vivienda y del espacio urbano en que vi-
vían. Todos estos datos contribuyeron a la construcción de su
historia individual y social y revisten importancia pues, co-
mo es sabido, el sistema de relaciones que se establecen va
más allá del grupo familiar. Este sistema incluye también los
vínculos interpersonales generados con amigos, compañeros
de trabajo o de estudio, vecinos y miembros de otros grupos
comunitarios que se forman alrededor de prácticas sociales
religiosas, deportivas, culturales, etcétera.
Las formas positivas de interrelación social propician el
establecimiento de vínculos y de procesos de comunicación
que posibilitan la configuración de identidades y sentidos de
pertenencia social. Estos aspectos son esenciales para la so-
brevivencia colectiva y para el desarrollo integral de los se-
res humanos. Al respecto de esta cuestión, los resultados pre-
sentados por la Escuela de Ciencias de la Comunicación
indican que los suicidas tenían prácticas de interacción social
muy limitadas. Es decir, se trataba de personas con formas de
comunicación interpersonal y social escasa y sin referentes

100
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

de participación en grupos sociales y comunitarios. Estos da-


tos sugieren que el avance del individualismo y la falta de
proyectos que aglutinen e inserten a los individuos en comu-
nidades sociales de sentido y de vida, seguramente influyen
en la elevación del número de suicidios.
Respecto a la inmigración que, por implicar un cambio en
los patrones culturales y formas de vida, también puede in-
fluir en los procesos de interrelación social, se observó que
el 69 % de los casos seleccionados para la investigación eran
originarios de Saltillo. Por otro lado, los familiares de la mi-
noria de suicidas provenientes del medio rural o de otros es-
tados de la República señalaron que, aparentemente, ellos no
habían experimentado, como se sugirió al inicio de la inves-
tigación, desajustes derivados de su traslado a esta ciudad.
Por lo anterior se podría decir que, en este caso, los factores
de inadaptación al medio, por motivo de la inmigración, no
influyeron de manera significativa en la decisión de quitarse
la vida.
No obstante lo anterior, se debe destacar el carácter emi-
nentemente urbano del fenómeno y la concentración de los
suicidios en las principales ciudades del estado de Coahuila,
particularmente en Saltillo. La incidencia podría estar vincu-
lada con las formas de vida de las ciudades modernas en las
que se presenta un bajo nivel de interacción personal, el des-
encuentro, la incomunicación y el aislamiento social; 35 fac-
tores todos ellos que propician el estrés, la ansiedad y algu-
nas conductas autodestructivas.
Por otro lado, los resultados respecto a la vivienda indi-
can que un 88 % de las personas que decidieron quitarse la

35
Richard Sennett, op. cit. p. 189.

101
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

vida en el periodo estudiado habitaban en casas propias, sien-


do sólo unos pocos los que pagaban renta.
Vale la pena destacar un detalle que, aunque no estaba
considerado en el instrumento de investigación, se presentó
después de acaecido el suceso entre los familiares de los
suicidas que decidieron quitarse la vida en sus hogares: la
tendencia generalizada a abandonar esa vivienda. La procli-
vidad a alejarse del lugar donde ocurrió el suicidio muy pro-
bablemente está vinculada con el carácter traumático del
evento sobre los familiares que sobreviven al suicida. Expre-
sa también su deseo de huir del escenario donde tuvo lugar la
muerte, quizá para facilitar el duelo.
Las viviendas de los casos seleccionados se ubicaron en
contextos variados. El 59 % estaban situadas en sectores
populares o medios; hubo también un 22 % de viviendas
ubicadas en zonas residenciales de clase alta, y un 11 % en
colonias de condición social precaria. Lo anterior indica que,
aunque algunas estadísticas oficiales sugieren que el fenó-
meno del suicidio se concentra en la clase marginada, éste no
afecta en exclusiva a un solo grupo, sino a diversos sectores
de la población.

Economía y trabajo
El aspecto económico-laboral se vincula con el conjunto de
actividades que un sujeto o conjunto de sujetos realizan para
producir y obtener satisfactores que contribuyen a la obten-
ción de una mejor calidad de vida. También se vincula con la
economía local, es decir, con la producción-circulación-con-
sumo de bienes y productos.

102
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

El empleo constituye uno de los medios más importantes


para la consecución de los recursos económicos. A su vez,
esos recursos posibilitan el acceso a los bienes y servicios
que se requieren para la satisfacción de las necesidades indi-
viduales y familiares. Este eje reviste importancia, pues ha
sido considerado por algunos estudiosos del tema como uno
de los factores que influye, de manera determinante, en el in-
cremento de los suicidios. 36
Los resultados encontrados respecto a la situación econó-
mica muestran que los suicidas no se hallan instalados en un
solo sector socioeconómico. Un 49% de los casos tenían una
posición económica desahogada o media, mientras que un
51% una posición económica precaria. Un aspecto que es
conveniente destacar, tanto en el renglón de la economía co-
mo en el del empleo, es el hecho de que los problemas vin-
culados con estos factores se agudizaron en ciertos casos a
causa de las enfermedades, del alcoholismo o de la adicción
a las drogas.
Por lo que se refiere al empleo, se encontró que -si se su-
primen los casos de los jóvenes que estaban dedicados al es-
tudio- el resto se divide entre el 27% que tenían trabajos
eventuales o intermitentes, y el 22% que accedieron a un tra-
bajo estable y regular. Esta distribución resulta significativa,
pues la eventualidad del empleo limita las posibilidades de
acceso al consumo y a ciertas formas de vida, generando
frustración y situaciones que, ocasionalmente, han llevado a
quienes las padecen a atentar contra su vida.
Los resultados respecto al empleo están determinados por
el hecho de que, como se ha señalado antes, el 2003 fue un

36
"Induce el desempleo al suicidio ¿el paso que separa a la muerte?"
en Especial de Vanguardia, Saltillo, 2 de febrero de 2004.

103
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

un año difícil para la actividad económica del país y de Coa-


huila: la industria sufrió una desaceleración que impactó ne-
gativamente la inversión y el aparato productivo, propician-
do una recesión que afectó a una gran parte de las empresas
del estado.
El acrecentamiento de actos suicidas -que durante el
2003 ascendieron a 110 en el estado, con una concentración
de 60 (más de la mitad de ellos) en Saltillo- se ha atribuido
en varias ocasiones a problemas económicos y de hecho
coincide con la acentuación de la crisis económica y con el
aumento del desempleo. No obstante la innegable correspon-
dencia entre crisis económica e incremento de suicidios, el
factor económico no parece ser el responsable directo del fe-
nómeno, pues en México existen estados mucho más pobres,
como Chiapas, que presentan un índice bajo de actos suici-
das. En contraste, grandes potencias económicas, como los
Estados Unidos y otros países europeos, ostentan algunas de
las cifras más altas en lo que se refiere a ese fenómeno.
La explicación o identificación de factores que propician
el suicidio no debe darse de manera simplista. Este fenómeno
no puede tener su origen solamente en la pérdida del empleo,
o en la recepción de un regaño, o en la suspensión de una
fiesta, etc. Más bien el suicidio parece ser el producto de
una interrelación compleja de factores sociales y de una his-
toria de vida particular en la que el individuo busca, incesan-
temente, fuera de sí mismo, la solución a la falta de sentido
que tiene su vida, y respuestas a sus necesidades vitales de
amor, afecto, pertenencia o de satisfacción de necesidades
económicas. Así, el suicidio se puede conectar con la pérdi-
da de la misión de su propia vida, las frustraciones, los con-
flictos interpersonales, el estrés, aunado a las dificultades por
no poder alcanzar las metas que se proponen y los senti-

104
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

mientos de culpa y desesperación, que llevan a las personas


a buscar la muerte en forma consciente y deliberada.

Educación

El eje educativo permitió identificar los grados de educación


formal alcanzados por los sujetos seleccionados. El proceso
educativo reviste importancia, pues a través suyo es posible
que un sujeto desarrolle aspectos físicos, intelectuales y mo-
rales de manera formal y/o informal. El proceso educativo
posibilita por ejemplo el desenvolvimiento de capacidades y
habilidades, el fortalecimiento de la autonomía, la autoesti-
ma y la capacidad de decisión, así como el afán de logro y
superación personal. Por otro lado, el parámetro educativo se
encuentra interrelacionado con otros aspectos, que pueden
frenar o favorecer la participación de los sujetos en la socie-
dad, tales como el trabajo.
En relación con el aspecto educativo, se encontraron situa-
ciones variadas. Mientras que un 39% de los casos contaba
con nivel de educación primaria, un 28% cursaba estudios se-
cundarios y un 33% tenía estudios de preparatoria, técnicos e
incluso profesionales incompletos. Los estudios también fue-
ron realizados en instituciones tanto públicas como privadas.
Cabe destacar que algunos de los suicidas abandonaron
sus estudios, temporal o definitivamente, cuando afronta-
ron ciertos eventos traumáticos, como la muerte de alguno de
los padres, a causa de su rechazo a las autoridades y al medio
escolar, por enfermedad, o bien por su adicción a las drogas.
Los índices de escolaridad detectados a través de la in-
vestigación no dejan ver una correlación clara entre el grado
de escolaridad y el suicidio. Sin embargo, resulta evidente

105
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

que la cobertura educativa no ha significado una elevación de


la calidad de vida, ni la adquisición de fortalezas para en-
frentar los problemas que pueden llevar a una persona a qui-
tarse la vida.

Salud
En este eje se agruparon los indicadores que permitieron co-
nocer el grado de salud del individuo suicida. Algunos ele-
mentos enfocados aportaron información relacionada con ci-
clos de vida, padecimientos crónicos y adicciones a diversos
tipos de drogas, así como la posible relación entre estos fac-
tores y el suicidio.
Respecto a la salud, cabe mencionar que el 50% de los ca-
sos estudiados presentaban al morir padecimientos físicos
como diabetes, hipertensión, epilepsia, migrañas y padeci-
mientos gastrointestinales. También llama la atención que el
50% de los suicidas hubiesen sido sometidos a tratamiento
médico previo, y que un 44% fuesen adictos al alcohol o a al-
guna sustancia tóxica. Uno de los casos estudiados vivía con
su esposa y uno de sus hijos casados, la relación familiar es-
taba afectada a causa del alcoholismo. La adicción, ocasio-
naba fricciones constantes, tanto con su familia de origen,
como con sus hijos y su esposa. Durante la entrevista, una de
sus hijas habló del problema de alcoholismo de su padre
afirmando que, debido a éste, ellos (su madre y sus herma-
nos) le "habían dado la espalda a su padre, lo habían dejado
solo".
Ciertamente, cuando existe una persona adicta en la fami-
lia la dinámica familiar se ve alterada y la familia también se
enferma. El problema de la adicción es difícil de aceptar y de

106
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

sobrellevar, tanto por parte del adicto como de los que le ro-
dean.
La problemática de las adicciones ha sido reconocida a
nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), existen 185 millones de usuarios de drogas en el mun-
do, que representan el 4. 3% de la población mayor de 15
años. 37 Por lo que se refiere a la República Mexicana, exis-
ten 3. 5 millones de personas, de entre los 12 y los 65 años de
edad, que han usado drogas. Estos datos no incluyen el taba-
co y el alcohol. El índice de consumo de drogas por regiones
arroja cifras alarmantes en lo que se refiere a la región norte,
ya que en ésta se concentra el 7. 5% del consumo nacional. 38
El problema se torna aún más grave si consideramos que
la mayor proporción del consumo corresponde a los jóvenes
de 18 a 34 años. Para los adolescentes, la edad promedio de
inicio en el consumo de drogas fue de 14 años. Frecuente-
mente, los jóvenes se ven atrapados por el mundo de las dro-
gas porque la juventud y la adolescencia son periodos llenos
de dificultades y pruebas. A esa edad, la mayor parte de los
adolescentes están buscando su identidad, aún no tienen con-
solidados los valores y están ávidos de experiencias y de la
aprobación del grupo.
Para algunos investigadores de la materia, la depresión y
las adicciones serán los dos retos más grandes a vencer en los
próximos decenios. Estos problemas, unidos

al incremento de las personas sin hogar, a la ansiedad, a los sín-


dromes de estrés postraumático y las altas tasas prevalentes de
suicidio, junto con la violencia social e intrafamiliar y el uso

37
SSA, INEGI, CONADIC, Encuesta Nacional de Adicciones 2000.

107
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

de la fuerza, son perniciosos factores destructivos, cuya presen-


cia es un llamado que apela a la cordura y la reestructuración de
planes, programas y metas de desarrollo sustentable, organiza-
do y racional que obre en la forma plurifactorial que el proble-
ma amerita. 39

Consideraciones finales
Como se ha podido ver a través de este trabajo, el fenómeno
del suicidio está determinado por factores individuales -liga-
dos a la personalidad salud y estado emocional de cada suje-
to-, y sociales -suscitados por las relaciones con la familia y
la colectividad, las actividades económicas y educativas-.
Estos factores actúan de manera interrelacionada y sólo pue-
den explicarse a través de un enfoque integral y multidisci-
plinario.
Por lo que se refiere a los factores sociales, hemos visto
que en el fenómeno del suicidio influyen variables diversas
entre las que se cuentan las formas de vida de las sociedades
industrializadas y urbanas, caracterizadas por la pérdida de
los lazos comunitarios y por el acrecentamiento del indivi-
dualismo, la incomunicación y el consumismo.
En la mayor parte de los casos estudiados se encontraron
evidencias de familias disfuncionales y con problemáticas
vinculadas, entre otras cuestiones, al abandono, la separación
o el divorcio de los padres, eventos traumáticos y enferme-
dades físicas, alcoholismo y adicción a las drogas. No obs-
tante, estos problemas influyeron sobre todo y de manera

39
Dr. Mario Souza y Machorro, "Ambiente y salud mental", en Revis-
ta Mexicana de Neumcirugía, 3, 2002, pp. 161-163.

108
EL SUICIDIO EN SALTILLO: EXAMEN DE FACTORES SOCIALES

especial en aquellos sujetos que, por su condición emocional,


presentaban una mayor vulnerabilidad o estaban incapacita-
dos para enfrentar la problemática familiar que les afectaba.
La incidencia de suicidios aparece vinculada asimismo
con el creciente proceso de urbanización que se experimenta
en el estado desde hace algunas décadas.
En cuanto al aspecto económico-laboral, los resultados
muestran que, si se suprimen los jóvenes que estaban dedi-
cados al estudio, predominaron los suicidas que tenían em-
pleos eventuales o intermitentes. Un aspecto que es conve-
niente destacar, tanto en el renglón de la economía como en
el del empleo, es que los problemas vinculados con estos fac-
tores económico-laborales se agudizaron, en ciertos casos, a
causa de las enfermedades y del alcoholismo, o de la adic-
ción a las drogas.
En relación con el aspecto educativo se encontró diversidad.
Por ello se puede concluir que el nivel educativo no influye
significativamente en la decisión de los suicidas de quitarse la
vida. No obstante, las instituciones educativas podrían partici-
par en el diseño e implementación de estrategias que permitan
contrarrestar la incidencia de suicidios en la localidad.
Respecto al eje salud, se encontró que la mitad de los ca-
sos estudiados tenían algún padecimiento físico. También
llama la atención el hecho de que un gran número de suici-
das fuesen adictos al alcohol o a alguna sustancia tóxica. Una
gran parte de los casos estudiados estuvieron sometidos, en
los meses previos a su muerte, a tratamiento médico. Esto
muestra un alto grado de correlación entre la presencia de en-
fermedades físicas y las tendencias suicidas.
La mayoría de los casos de suicidio investigados han pa-
sado por una vida de frustraciones y desventajas psicológi-
cas. El acto de privación de la vida no se dio -como pudiera

109
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

pensarse de manera simplista- por un solo hecho concreto,


ocurrido previamente al suceso, sino que fue el detonante de
un sinnúmero de carencias o vacíos de tipo emocional o afec-
tivo.
Los resultados de la investigación muestran que el suici-
dio se asocia con individuos vulnerables, en quienes se
conjugan una gran variedad de características que se identi-
ficaron principalmente con la pertenencia a familias desinte-
gradas y con problemas; el padecimiento de enfermedades fí-
sicas o psíquicas, y la adicción al alcohol y/o a las drogas.

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112
El suicidio:
un enfoque desde la comunicación
Julieta I. Carabaza
Irene Ewald

C
omo fenómeno complejo y multidimensional, el sui-
cidio hace confluir una serie de elementos que no
operan solamente en un ámbito individual, sino que
pueden tener también una génesis social.
Para analizar este fenómeno desde un enfoque comunica-
cional, consideramos necesario ubicarlo a partir de una red
de relaciones que se establecen entre el suicida y los factores
culturales que lo rodean, esto es, desde la interrelación con
otros elementos como los sociales, económicos, en suma cul-
turales, que pueden ayudar en la comprensión del contexto
cotidiano que pudieran influir en una persona al privarse de
la vida.
Expuesto lo anterior, y para aproximarnos al análisis y ex-
plicación del fenómeno del suicidio desde la comunicación,
elegimos el método sociocultural, cuyas premisas permiten
explicar las relaciones entre la acción humana, por una parte,

113
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

y las situaciones culturales, institucionales e históricas en las


que se produce esta acción, por otra. 1
Algunos autores reconocen la importancia de estudiar es-
ta confluencia existente entre lo individual y lo social. Así
Raúl Fuentes escribe:

La densidad significativa de la vida cotidiana y los procesos por


los cuales los sujetos "construyen socialmente la realidad" y le
dan sentido tanto a lo que hacen como a lo que perciben, ha si-
do largamente reconocida y elaborada por las diversas tradicio-
nes antropológicas y sociológicas interpretativas que confluyen
con estudios de la comunicación, en el análisis de las prácticas
sociales y sus relaciones con los sistemas culturales o de signi-
ficación. 2

De acuerdo con lo anterior, la comunicación es producto


de la práctica sociocultural como proceso múltiple y com-
plejo de formas simbólicas y materiales de la cultura, y ope-
ra como elemento base en la vida cotidiana, convirtiéndose
en una de las dimensiones para explicar la problemática cul-
tural por la que atraviesa el suicidio.
En este documento tratamos de describir e interpretar úni-
camente dos de las distintas formas de comunicación que se
han definido para su estudio: interpersonal y masiva, abor-
dando en esta última, específicamente, algunos rasgos pre-
sentes en los mensajes periodísticos referidos al suicidio.

1
James V. Werstch, Pablo del Río y Amelia Álvarez, La mente socio-
cultural. Aproximaciones teóricas y aplicadas, p. 16.
2
Raúl Fuentes, "Perspectivas socioculturales postdisciplinarias en la
investigación de la comunicación", en Lo viejo y lo nuevo, investigar la
comunicación en el siglo xxi, p. 25.

114
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

En tal contexto, habría que tener presente que los indivi-


duos elaboran redes de comunicación que se entretejen con
prácticas culturales complejas en las que las relaciones so-
ciales están mediadas por distintas dimensiones: comunicati-
vas, institucionales, económicas, políticas y otras que tienen
que ver con aquello que se ha interiorizado a lo largo de to-
da la vida.
Para fines de este trabajo, entendemos a la comunicación
interpersonal3 como una situación en la cual un individuo
transmite, en un contexto cara a cara, estímulos para modifi-
car la conducta de otros individuos pero que, además, invo-
lucra el conjunto de redes comunicativas que se establecen
entre los miembros de diversos grupos primarios; éstos a su
vez determinan, en gran medida, el mantenimiento de las ac-
titudes de cada uno de los miembros de los citados grupos
primarios.
Por otra parte, nos referimos a "comunicación masiva"
como aquella que se da a través de los medios de comunica-
ción, los que ocupan un espacio cada vez más importante en
la cotidianidad y, por ende, en la sociedad en general. Los
medios aportan elementos significativos para el conocimien-
to de nuestro contexto sociocultural y, en el marco de la co-
municación moderna, se les ha adjudicado responsabilidades
básicas: informar, difundir las ideas y formas de pensamien-
to, crear criterios de opinión y orientar al auditorio; caracte-
rísticas que les han permitido asumir un reconocido papel
protagónico frente a problemáticas sociales que en otros
tiempos no eran visibles, como es el caso del suicidio.

3
Hovland, citado por Miquel Rodrigo Alsina, Teoría de la comunica-
ción: ámbitos, métodos y perspectivas, p. 52.

115
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

No podemos dejar de reconocer las diferentes influencias


que los medios de comunicación ejercen sobre sus auditorios
(considerando, por supuesto, la complejidad de los procesos
de recepción), inculcando valores y modelos de comporta-
miento distintos a los que tradicionalmente una sociedad ha
definido como propios a partir de instituciones socializado-
ras (familia, iglesias, escuela, barrio). También es importan-
te tener presente el impacto que los medios causan en la for-
ma de ver el mundo, en la manera de construir significados y
formas particulares de vida, contribuyendo al edificio de re-
presentaciones sociales. 4
Al respecto, a principios del siglo xxi aún es posible iden-
tificar (por lo menos en el campo de la comunicación) dos
posiciones distintas: a) la que se basa en el análisis de los
medios de comunicación como "transmisores de mensajes" y
b) la que interpreta la comunicación como "interacción so-
cial". 5 Posiciones que se resumen de la siguiente manera:

a. Medios como transmisores de mensajes. Desde esta


postura, los mensajes emitidos a través de los medios
influyen determinante y automáticamente en el com-

4
El concepto de representación social proviene de la sociología del
conocimiento. Teoría social que ha contribuido a esclarecer algunos meca-
nismos básicos por medio de los cuales se construye nuestra visión tanto
de la realidad como del modo en que las dimensiones ideológicas de la vi-
da colectiva afectan las interpretaciones de la misma, influyendo en los jui-
cios sobre las personas y los objetos. La noción de representación social
tiene que ver con la manera en que aprehendemos los acontecimientos de
la vida diaria, las características de nuestro medio ambiente, las informa-
ciones que en él circulan y las personas de nuestro entorno, próximo o le-
jano.
5
Ibidem, p. 17.

116
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

portamiento de los receptores. Si una persona se expo-


ne a mensajes violentos, su comportamiento será, por
ende, violento. Así, por ejemplo, los mensajes emiti-
dos sobre el suicidio en los medios provocarán una
mayor incidencia en la decisión de quitarse la vida. Lo
anterior lo confirman antecedentes de investigación
realizados en Inglaterra acerca de la influencia de los
medios de comunicación en el suicidio. 6 Estos estu-
dios han concluido que el comportamiento suicida au-
menta cuando el método de suicidio es especificado y
se presenta en detalle y, aún más, si se muestran imá-
genes del occiso.
b. La interpretación de la comunicación entendida más
como interacción social. Desde la dimensión sociocul-
tural, los medios de comunicación son considerados
elementos importantes en la construcción de la reali-
dad social (junto con la familia, la escuela y las igle-
sias), al decirnos no tanto cómo pensar pero sí en qué
pensar cotidianamente. Desde esta perspectiva se re-
conoce que la recepción de mensajes es un proceso
"mediado, negociado" que acompaña a la exposición
al medio. Se considera que la apropiación de los men-
sajes no sería resultado automático de su exposición a
los medios, sino, más bien, resultante de negociacio-
nes o mediaciones entre el individuo y los mensajes
recibidos. 7 Esto último se ha identificado con lo que se
conoce, en el campo de la comunicación, como "pro-
cesos de recepción".

6
"La influencia de los medios en el suicidio disponible", en www. pla-
netamedico. com
7
Guillermo Orozco, Recepción televisiva. Tres aproximaciones y una
razón para su estudio, p. 23.

117
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

En México, la relación medios-suicidio ha sido una temá-


tica poco explorada desde la comunicación. Sin embargo,
existen trabajos que se relacionan con uno o varios de los
factores que pueden estar promoviendo ciertas actitudes ha-
cia el suicidio entre algunos sectores de la población como lo
son el binomio medios-violencia o el contenido amarillista
en los medios. Como ejemplo encontramos el trabajo de Lau-
ra Orellana, 8 que analiza el contenido de la prensa amarillis-
ta del periódico La Opinión de la Tarde, impreso en la ciudad
de Torreón, Coahuila. La autora afirma, después de un análi-
sis concienzudo de los textos noticiosos sobre la violencia,
que la discusión sobre la ética y los medios debe ser puesta
en un primer término y que la legislación sobre la prensa no
tiene ninguna incidencia en quienes se dedican al negocio de
la información. La ensayista señala, asimismo, que en el ima-
ginario social (apropiación de formas simbólicas que confor-
man una concepción del mundo) de la nota roja pareciera ser
que la violencia es hermana gemela de la pobreza. Por su par-
te, Ana Bojórquez, 9 al estudiar lo que aportan los mensajes y
lo que ocurre en las conciencias de las personas para que
acepten como suyas interpretaciones del mundo que son con-
trarias a la objetividad y a sus intereses, expone que los men-
sajes transmitidos por lo medios deben ser estudiados desde
el contexto social que les da vida, tomando en cuenta la inter-
acción con el receptor. Aquí es donde radica el problema, ya
que son pocos los receptores que se dan a la tarea de situar los
mensajes dentro del contexto cultural en que éstos se crearon.
8
Laura Orellana Trinidad, Necrofilia visual: análisis de contenido y de
receptores de La Opinión de la Tarde, p. 127.
9
Ana Leticia Bojórquez, "Medios de comunicación y receptores: apro-
ximaciones a una relación tormentosa", disponible en www. arquidioce-
sisgdl. org. mx

118
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

De acuerdo con datos adquiridos en el proceso de nuestra


investigación, sabemos que algunos organismos han indaga-
do en torno al impacto de los mensajes que nos ocupan. Así,
la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio re-
vela que un mayor tratamiento de las notas sobre suicidio en
los medios provoca que éste aumente, sobre todo cuando se
incrementa la cantidad de historias en relación con éstos,
cuando se informa sobre una muerte en particular de manera
extensiva o por informaciones sucesivas o, también, cuando
la historia de muerte de un sujeto figura en información de
primera plana utilizando titulares dramáticos. 10
Estos aportes nos permiten considerar que los agentes de
la información, en este caso los periodistas, deberían analizar
las "aristas" del tema, abordarlo desde una perspectiva analí-
tica, concientizadora, que tienda a la comprensión integral
del acto de quitarse la vida. Quizá esto propicie que la nota
se asuma más como un aviso, como una "advertencia". Las
notas alusivas al suicidio, entonces, no deberían especificar
el método seleccionado por el individuo; tampoco deberían
tratarse como un acto "heroico", ni mucho menos romántico.
Sin embargo, aún permanece la interrogante: ¿Los medios
de comunicación, dados los contenidos que transmiten, in-
fluyen en los receptores para quitarse la vida? Es este un
asunto que debe tratarse con profundidad. Sabemos que se
han realizado análisis de contenido y estudios de efectos en
los que se sobrevalúa, se mitifica la capacidad de los medios
para modificar conductas; la cuestión es que las principales
conclusiones de esos estudios apuntan a que es necesario

10
Fundación Americana para la Prevención del Suicidio, "Informando
un suicidio: recomendaciones para los medios de comunicación", disponi-
ble en www. comitederadio. com. pe

119
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

descubrir las relaciones causales subyacentes ya que, como


se sabe, cada individuo reacciona de distinta manera. Ante un
mensaje violento, entonces, la actitud difiere entre unos y
otros, y tal pareciera que los medios influyen más en perso-
nas inmiscuidas en contextos de comportamientos violentos,
tanto sociales como personales.
Ante lo expuesto, consideramos que la adopción de la
perspectiva comunicacional, bajo los determinantes explica-
dos, permitirá una mejor comprensión de la problemática del
suicidio, esto en la medida en que se describan los patrones
de comunicación -tanto interpersonales como mediáticos-
que han estado presentes en los hogares donde ha ocurrido un
suicidio. Es decir, se trata de dimensionar, por un lado, si el
contacto comunicacional -o su ausencia- entre el suicida y
las personas que lo rodeaban, y los patrones de exposición a
los medios de comunicación, por otro, juegan o no un papel
importante en la decisión de privarse de la vida.

El nivel de la comunicación interpersonal


Dada la complejidad del asunto que nos ocupó durante el
proceso de esta investigación, fue importante identificar los
patrones o modelos de la comunicación interpersonal preva-
lecientes en los hogares donde había ocurrido un suicidio.
Esto, con la finalidad de obtener un panorama del contexto
de la comunicación familiar y estar así en condiciones de es-
timar la premisa de si una deficiente comunicación interper-
sonal es un factor presente en el acto suicida de quienes ha-
bitan el espacio geográfico estudiado: la región sureste del
estado de Coahuila.

120
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

Para caracterizar el nivel de la comunicación interperso-


nal, partimos del modelo propuesto por Carmen Hidalgo y
Nureya Abarca, 11 quienes consideran a éste como el proceso
de intercambio de información que ocurre cuando interac-
túan, al menos, dos personas. Para las autoras, una caracte-
rística fundamental de este nivel de comunicación es su
interdependencia dentro de un sistema (pareja, familia, gru-
po, curso, etcétera), en el que el comportamiento de cada
miembro está relacionado con el de los demás y depende,
además, de ellos. Así, entendemos la comunicación interper-
sonal -o comunicación cara a cara- como un proceso de
relación intencional de una persona con otras, que incluye,
además, la forma en la que se estructura la interacción social.
Todo individuo, desde su nacimiento, está en relación
constante con los miembros de su familia, los que le trans-
miten tanto información como maneras de regular la misma.
Nadie nos enseña, por ejemplo, cómo se combinan la palabra
y el gesto, pero las enseñanzas implícitas son más importan-
tes que las explícitas. De esta manera saber qué puede decir-
se, cuándo, a quién y en qué momento es una habilidad social
que se aprende con los años, pero que no se enseña. La ge-
neración de patrones interaccionales, en combinación con los
patrones psicológicos y personales, determina la actuación
de cada uno de nosotros dentro de la red de relaciones socia-
les en la cual nos movemos.
La mejora de una adecuada comunicación interpersonal
es básica para las relaciones sociales, ya que facilita la dife-
renciación y la maduración de los individuos. A través de es-
te tipo de comunicación, el hombre adquiere información

11
Carmen Gloria Hidalgo C. y Nureya Abarca M., Comunicación in-
terpersonal, Programa de entrenamiento en habilidades sociales, p. 60.

121
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

sobre sí mismo y sobre el mundo que le rodea, permitiéndo-


le desarrollar su autoestima y el sentido de su propia vida, ya
que un comportamiento comunicativo adecuado incrementa
el progreso personal del individuo.
De acuerdo con Hidalgo y Abarca todo comportamiento
es comunicativo y ejerce efectos conductuales tanto en el in-
dividuo como en aquellos con quien se comparte el proce-
so. 12 Esto es, cualquier situación de interacción produce un
efecto en las personas, las que no pueden dejar de responder
-e impulsar- la conducta comunicativa del otro. La cantidad
de información que se intercambia en toda situación es am-
plia, ya que en una conversación habitual no sólo está pre-
sente lo que se dice con palabras, sino también intervienen el
tono de voz, la expresión facial, la postura corporal y el con-
texto, permitiendo adentrarnos en la personalidad del otro y
comprender así la representación que de sí mismos hacen.
Esto, por supuesto, en conjunto con otros factores psicoso-
ciales.
En la comunicación interpersonal, por lo tanto, es fácil
que se presenten diferencias que limiten o impidan la com-
prensión mutua. Algunas de ellas dependen de: 13

• Las generalizaciones al momento de referirnos a perso-


nas.
• El enjuiciamiento de los mensajes que se reciben.
• El no escuchar apropiadamente.
• Discutir sobre la versión de algo que sucedió hace
tiempo.

l2
Ibidem, p. 61.
13
"Las razones de una mala comunicación familiar", disponible en
www. guiainfanti 1. com

122
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

• Etiquetar a las personas o acciones.


• El lugar y momento que se elige para hablar.
• Exponer preguntas llenas de reproches.
• El abuso de "tu deberías" o "yo debería hacer".
• El prestar más atención a lo que se quiere decir que a
escuchar al otro.

Así, encontramos que la caracterización de la comunica-


ción interpersonal -el diálogo entre dos personas o más- es
un factor fundamental en la comprensión del comportamien-
to comunicativo de algunos de los individuos que decidieron
privarse de la vida. Sin embargo es necesario considerar, al
estudiar esta problemática, que la comunicación -como pro-
ceso amplio y complejo que es- no puede evaluarse a partir
de reconocimientos simplistas. Lo más importante sería di-
mensionar el verdadero contacto: entre el suicida y las per-
sonas que lo rodearon y el grado de disposición existente pa-
ra dar o recibir información, para expresar, entender
-eventualmente comprender- las necesidades del otro. No
olvidemos que el ser humano se caracteriza por el impulso
esencial de comunicarse para lograr satisfacer necesidades
de cualquier índole.
Los patrones de comunicación interpersonal practicados
en los hogares en los que ocurrió un suicidio permiten esti-
mar realidades, o por lo menos contextos generales del sui-
cida. 14
Durante el desarrollo de la investigación, y a partir de la
interpretación y análisis de los casos, encontramos constan-
tes que propiciaron una falta de entendimiento, comprensión

14
Los resultados reportados son producto de entrevistas a profundidad
realizadas con familiares de suicidas durante los meses de enero y febrero
de 2004 en Saltillo.

123
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

y aceptación, no sólo de sí mismos, sino también del otro. En


la mayoría de los casos, los patrones generales detectados
impidieron el desarrollo de la autoestima y el sentido de la
propia vida de los sujetos estudiados. Así, las evidencias ob-
tenidas permiten afirmar que tanto en los adolescentes como
en los jóvenes y adultos existió una débil puesta en práctica
de ciertas habilidades referidas a la aplicación de la comuni-
cación interpersonal. El siguiente apartado describe las ca-
racterísticas observadas de acuerdo a los distintos grupos se-
leccionados.

Grupo de adolescentes

El adolescente, por la etapa de vida en que se ubica, presen-


ta como característica principal la búsqueda de identidad, ya
que aún no tiene consolidados los valores, está ávido de ex-
periencias y necesita de la aprobación de su grupo o de los
padres. En relación con la comunicación interpersonal, en es-
te grupo aparecen patrones predominantes tales como el he-
cho de que durante su vida se cerraron al diálogo, o bien que
en ocasiones éste se caracterizaba por ser superficial. Así, un
adolescente introvertido y poco comunicativo con su familia
era sociable y platicador con los demás. Además, carecía de
herramientas para buscar y encontrar alternativas de solución
a los problemas que le eran propios. De acuerdo con los da-
tos proporcionados por los informantes, los adolescentes sui-
cidas se comunicaban principalmente con los amigos, quizá
debido a la gran cantidad de tiempo que pasaban con los
compañeros de la misma edad; pero la mayoría de ellos se-
guían conservando relaciones estrechas con los padres, man-

124
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

teniendo generalmente una comunicación más amplia con la


mamá o con un hermano o hermana mayor.
La comunicación interpersonal facilita expresar algo de sí
mismo a través de signos verbales o no verbales con la in-
tención de influir de algún modo en la conducta del otro. Sin
embargo, los datos obtenidos durante el proceso de la inves-
tigación muestran, con frecuencia, un vacío en la relación in-
terpersonal, una falta de interacción mutua e influencia en la
que tanto el emisor como el receptor participaran simultáne-
amente. Los ejemplos compartidos por los informantes du-
rante las entrevistas acerca de la incipiente comunicación de
los suicidas, permitieron identificar determinadas conductas
comunicativas dentro del grupo de adolescentes, por ejem-
plo: encerrarse en sí mismos evitando el contacto interperso-
nal y privando al otro de su persona, rechazar la comunica-
ción recurriendo a manifestaciones emocionales como el
llanto, enojo, tristeza y negación.

Grupo de jóvenes
La juventud es un periodo lleno de dificultades. 15 En esta
edad casi todas las personas se prueban a sí mismas en dife-
rentes actividades: carrera, elección de pareja, amigos, mun-
do laboral y, en algunos casos, el matrimonio. Éstos, para al-
gunos, pueden ser parte de los factores que se vinculan con
el suicidio, ya que el joven tiene que asumir una serie de res-
ponsabilidades que van desde lo individual hasta lo social.
Referido a la comunicación interpersonal como característica

15
Etapa establecida para el estudio entre los 20 y 30 años de edad.

125
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

principal entre los jóvenes, se encontró que predomina una


falta de interrelación homogénea y equitativa con todos los
miembros de la familia. Así, en los casos investigados sobre-
salió un interés por comunicarse con uno o dos de los inte-
grantes. Entre el grupo de jóvenes investigados se encontró
preferencia por establecer lazos comunicativos principal-
mente con la madre, y después con el padre, o en su caso, con
el varón que asumió la representación de la figura paterna.
Puede inferirse, entonces, que la inadecuada comunica-
ción interpersonal sostenida por los suicidas jóvenes, misma
que fuera evidenciada por los informantes, se constituyó en
un elemento importante que impidió la maduración de la per-
sonalidad de los mismos y el desarrollo de su autoestima, que
los llevó a privarse de la vida.
En síntesis, la comunicación interpersonal en el grupo de
jóvenes seleccionados para el estudio se caracterizó por los
siguientes elementos: comunicación frecuente y preferencial
con solamente uno de los miembros de la familia; no expre-
sar preocupaciones, mostrándose callados y reservados; esta-
blecer límites muy claros y tajantes, cerrando cualquier con-
tacto comunicativo ya sea mediante gestos, ademanes,
máscaras o simulaciones; escaso grado de disposición para
dar o recibir información sobre asuntos personales; mayor
interés por referirse al otro o a los otros que a sí mismo, así
como rodearse de "malas compañías"; negación a través de
recursos como la risa, el llanto u otros desvirtuadores del diá-
logo interpersonal; falta de entendimiento de las necesidades
propias o del otro; falta de observación de los miembros de
la familia en relación con los gestos, actitudes o comporta-
mientos comunicativos y sus efectos conductuales.

126
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

Grupo de adultos
En el caso de los adultos, la comunicación interpersonal se
dio, principalmente, con la madre o la hermana mayor, al pa-
recer porque "les infundían mayor confianza". Aunque tam-
bién se observó la ausencia de diálogo con cualquier miem-
bro de la familia. Sin embargo, en otros casos, los suicidas
adultos se distinguieron "por su facilidad de palabra y por la
calidad de la comunicación establecida con cualquier perso-
na". Además, respecto a los patrones comunicativos con sus
grupos de referencia -constituidos principalmente por los
compañeros o amigos del trabajo- pudo establecerse que no
convivían por razones como la "falta de tiempo".
En resumen, los tres tipos de grupos seleccionados para
este trabajo (adolescentes, jóvenes y adultos) evidenciaron
una comunicación interpersonal incipiente, débil, escasa-
mente desarrollada y de baja calidad. Lo hasta aquí observa-
do permite reflexionar si la evasión de este tipo de comuni-
cación es uno de los factores presentes en el acto de privarse
de la vida, ya que se carecía de un verdadero contacto comu-
nicacional entre el suicida y quienes lo rodeaban. También
posibilita inferir que el escaso grado de disposición prevale-
ciente para dar -o recibir- mensajes limitó la comprensión de
las necesidades del otro, dándose poca satisfacción de las ne-
cesidades de afecto, de reconocimiento, de autodescubri-
miento; en fin, de la posibilidad de afirmar su personalidad.
Además, habría que destacar que en los tres grupos se en-
contró una comunicación negociada con sólo un miembro de
la familia. En la mayoría de los casos con la madre o alguna
otra figura femenina.
Por otra parte, y ligados a la comunicación interpersonal,
se encuentran los patrones de interacción social de los indi-

127
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

viduos de un grupo en particular, a partir de los cuales se


configura la vida cotidiana de los mismos. Las prácticas so-
ciales están constituidas por una serie de interacciones sim-
bólicas, de vínculos afectivos, cognitivos, de contactos reales
y virtuales, de configuración de comunidades de sentido que
ayudan a la construcción subjetiva de los individuos, y que
-en síntesis- transmiten aspectos culturales esenciales para
el ser humano. Son claves centrales de la experiencia indivi-
dual de identidad influyendo en su bienestar, debido a que
cumplen importantes funciones: de compañía social, apoyo
emocional, guía cognitiva, regulación social y ayuda mate-
rial y de servicios.
Así, en cuanto a prácticas de interacción social desarrolla-
das fuera del hogar por los adolescentes suicidas, es posible
establecer que éstos empleaban su tiempo libre en activida-
des que no requerían de interacción con otros: dibujar, escri-
bir, armar rompecabezas y acompañarse de la mascota. En
los casos estudiados, sólo a un número reducido le gustaban
las fiestas o salir con los amigos; no obstante, cabe resaltar
que en su mayoría no pertenecían a ningún grupo religioso,
deportivo o social, ni tampoco realizaban frecuentemente ac-
tividades recreativas fuera del hogar. El grupo de los jóvenes
que decidieron quitarse la vida prefería, principalmente, salir
con amigos a fiestas, pero en ningún momento estos indivi-
duos manifestaron tener una interacción social mayor al ám-
bito de la familia y los amigos.
Por último, en el grupo de los adultos, al igual que en los
otros grupos de edades, la interacción social fue nula, ya que
de igual forma no pertenecían a grupos sociales, culturales o
religiosos, y solamente en tres de los casos estudiados se reu-
nían con otros amigos o conocidos a tomar bebidas alcohóli-
cas o a "platicar".

128
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

Si la red social de una persona se entiende como su "ni-


cho interpersonal", como el sistema de relaciones significati-
vas que va más allá de su familia nuclear o extensa, que in-
cluye el conjunto de vínculos interpersonales: familia,
amigos, relaciones de trabajo o de estudio, de vecindario, de
inserción comunitaria y de prácticas sociales (religiosas, de-
portivas, culturales, etcétera), resulta significativo el que és-
tas últimas, en los casos estudiados, se hayan presentado de
manera limitada.

El nivel de la comunicación masiva


Los medios de comunicación masiva han asumido, en los úl-
timos años, un papel relevante en el suicidio. Los artículos,
reportajes, y notas informativas, puestos en circulación a tra-
vés de los medios de comunicación hacen, como dice Martha
Hijar, 16 que el suicidio sea considerado "un problema impor-
tante de salud pública", al que todos los integrantes de la so-
ciedad estamos vinculados, directa o indirectamente. No obs-
tante, cabe destacar que el suicidio sólo es la punta del ice-
berg y que es consecuencia de un conjunto de elementos in-
dividuales, sociales y familiares.
Hoy más que nunca el suicido se proyecta a través de los
medios de comunicación, lo que si por una parte tiene su la-
do positivo, al hacer visible una problemática social latente,
también tiene su contraparte negativa. Si bien es cierto que
no debemos de atribuirle toda la responsabilidad a los medios
de comunicación, también lo es que éstos presentan altos

16 Martha Híjar, Violencia y medios de comunicación, disponible en

www. insp. mx/ salvia/ 977/sal9774. html

129
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

índices de información sobre el suicidio "enseñándolo como


algo normal". 17 Ante esta realidad, si alguna responsabilidad
recae sobre los medios es la de hacer apología de los aconte-
cimientos suicidas, proponiendo con ello modelos; si por un
lado no puede condenárseles por transmitir información
acerca de acontecimientos suicidas, es necesario identificar
con precisión qué efectos tienen esos mensajes en la audien-
cia. No se trata de estar en favor o en contra de la información
sobre el suicidio en los medios, sino de reflexionar sobre su
puesta en escena, sobre su posible influencia y la función que
cumplen desde el punto de vista de la reproducción social. 18
En seguida nos referiremos a las discusiones que se gene-
raron a partir de los datos obtenidos en tres ejercicios de in-
vestigación, los cuales se relacionan con los datos sobre el
suicidio que medios de comunicación como la prensa ofre-
cen a los distintos grupos sociales en la localidad de Saltillo,
Coahuila.

El contenido de la información
en la prensa local

Partimos de la premisa de que las representaciones sociales


son construidas con base en las experiencias, la información
recibida, los conocimientos y modelos de pensamiento trans-
mitidos; además de que en las sociedades actuales los medios
masivos de comunicación son determinantes en la construc-

17
El Diario de Coahuila, 22 de febrero de 2003: 2 A, Saltillo, Coa-
huila.
18
Dossier, La violencia en los medios de comunicación, disponible en
www. auc. es/docum/violenc. doc

130
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

ción de la realidad social, al crear y difundir información,


opinión e ideas sobre los acontecimientos.
Para encontrar explicaciones al problema del suicidio
desde el punto de vista de la comunicación masiva, recurri-
mos a los relatos mostrados por la prensa local, analizando lo
que cada medio publicó, casi sistemáticamente, sobre los sui-
cidios ocurridos en la localidad.
Los resultados mostraron que los periódicos19 que privile-
giaron la información sobre el suicidio fueron El Diario de
Coahuila y Vanguardia, con un número igual de notas, y en
segundo lugar, con una cantidad menor, el periódico Pala-
bra, característica relevante sobre todo considerando que es-
tudios recientes revelan que, por ejemplo, el periódico Van-
guardia figura como uno de los medios escritos que tiene
mayor penetración en la población saltillense. 20
Es importante destacar que, si bien es cierto que el perió-
dico Palabra publicó un menor número de notas referidas al
suicidio, el trabajo de campo reveló que durante la primera
mitad del 2003 el medio casi triplicó el número de las mis-
mas. Pasó de 17 notas publicadas durante el 2002 a 41 en el
2003. Esto lleva a la reflexión de que Palabra, al igual que
los otros dos periódicos de la localidad, le confirió al tema
del suicidio, durante este último año principalmente, un es-
pacio importante de su agenda noticiosa.

19
Del total de unidades de análisis estudiadas (crónicas, reportajes y
notas informativas) durante 16 meses, 88 correspondieron a las publicadas
durante el año 2002 y 132 a las registradas durante el primer semestre del
2003.
20
Irene Ewald, El Consumo cultural: aproximación teórica y aplica-
da, 2004.

131
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Cuadro 1
Distribución de unidades de análisis estudiadas

Periódico 2002 2003 Total

Vanguardia 37 44 81
El Diario 34 47 81
Palabra 17 41 58

Total 88 132 220

Fuente: Análisis de contenido 2002-200:!. Rea-


lizado durante el 2003.

Un balance de los espacios que los periódicos destinaron


a informar sobre actos suicidas consumados y los reportados
por las instituciones oficiales permite establecer que la prensa
local emitió, en el 2002, información de 47 actos o intentos sui-
cidas, mientras que las autoridades en sus estadísticas reporta-
ron únicamente 33 suicidios. De igual forma, durante el primer
semestre del 2003, los periódicos publicaron, hasta el 30 de ju-
lio, 66 casos de suicidio e intentos de suicidio, mientras que las
autoridades reportaron 34 casos (PGJE, 2003).

Cuadro 2
Comparativo de actos publicados
y actos reportados por instituciones oficiales

Años Publicados* Reportados**

2002 47 34
2003 66 34
Total 113 68
Fuente: Análisis de contenido 2002 - 2003
* Conteo realizado en base a las notas publicadas
**Suicidios reportados por la PGJ en el Estado 2002 y 2003.

132
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

Es interesante la comparación entre el número de unida-


des referidas al suicidio durante los meses estudiados y el nú-
mero de actos o intentos suicidas ocurridos en la localidad.
Evidentemente, en la prensa local figuraron un mayor núme-
ro de unidades de análisis en relación a los actos sucedidos
en la localidad, lo que puede a veces explicarse debido a que
un mismo acontecimiento es puesto en la agenda pública a
través de los tres periódicos que circulan en el municipio,
además de incluirse en los periódicos de nota roja El Guar-
dián y Clave i. 21
Esta multiplicación de notas da la sensación de que esta-
mos ante una mayor cantidad de suicidios que en otros mo-
mentos históricos vividos por la comunidad saltillense y, por
lo tanto, esta proliferación de información no mostró corres-
pondencia con lo que realmente sucedía en la localidad. Con
esta reflexión, no estamos sugiriendo que el problema no sea
de gravedad, sino solamente que habría que calibrar y ponde-
rar la cantidad de repeticiones de los acontecimientos suici-
das que parecen ser, contra los que realmente son.
El tema del suicidio en la prensa local es parte de la agen-
da de los periódicos, principalmente a través de la nota in-
formativa y el reportaje; la crónica y la columna constituyen
los géneros periodísticos menos utilizados para hablar sobre
el tema. La diferencia significativa encontrada entre los tipos
de géneros empleados por la prensa local durante el tiempo de
estudio pone de manifiesto que, aunque los periódicos han
declarado su preocupación sobre el incremento en los casos

21
En estos periódicos, por lo regular, este tipo de información (los sui-
cidios), pasan a ser parte importante de la primera plana, en donde sus ti-
tulares presentan elementos mucho más amarillistas que los de los perió-
dicos matutinos.

133
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

de suicidio o intentos de suicidio en la región sureste del es-


tado de Coahuila, este tipo de información sólo es considera-
da por ellos mismos como un acontecimiento que puede
transformarse en noticioso, sobre todo a través de caracterís-
ticas específicas en su redacción, pero sin realmente explotar
el potencial que, como medios masivos constructores de la
opinión pública, tienen ante la sociedad.
Otro elemento importante para comprender la caracterís-
tica de la agenda informativa sobre el suicidio en un periódi-
co es la ubicación de la información al interior del mismo.
Así, en los diarios estudiados, se encontró que la gran mayo-
ría de la información sobre actos suicidas es ubicada en la
agenda de la sección de locales, una de las de mayor interés
en la población, principalmente en las páginas correspon-
dientes a Seguridad o Policíaca, entre otras. No obstante lo
anterior, hubo otras unidades de análisis, mínimas por cierto,
que fueron localizadas en las secciones: Nacional, Especial o
Estado y, principalmente, en forma de reportajes, columna
o crónica.

Cuadro 3
Ubicación en los periódicos
de la información sobre el suicidio

Secciones 2002* 2003**

Locales, Seguridad,
Policíaca 85 126
Nacional 3 3
Especial 1
Estado 2

Total 88 132
Fuente: Análisis de contenido 2002 - 2003.

134
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

Respecto a la tendencia que presentan las distintas uni-


dades de análisis estudiadas, se encontró que la mayoría pue-
den calificase como información con tendencia negativa. 22
Lo anterior se fundamenta a partir de un análisis detallado
del contenido de las notas, en donde se encontró que casi la
totalidad de la información de la prensa describe los porme-
nores del acto suicida. Sin embargo, en una proporción míni-
ma, también se localizó información de tendencia positiva, 23
pero en ningún momento se encontraron, al menos de mane-
ra explícita, trabajos de periodismo de investigación que im-
plicaran recomendaciones por parte del periódico y que
ayudaran al lector a sumarse a un trabajo conjunto de pre-
vención del problema o construirse una opinión más amplia
sobre éste.

Cuadro 4
Tendencia de las unidades estudiadas

Unidad de
2002 2003
análisis
Negativa 81 112
Neutra 4 1
Positiva 3 19

Total 88 132

22
Categoría que se estableció partiendo de la premisa de que los me-
dios de comunicación pueden contribuir a la multiplicación de suicidios
en una localidad al proporcionar información detallada sobre los mismos.
23
Unidades de análisis que reflexionaban sobre el asunto del suicidio
en la localidad, o bien presentaban algunas acciones que distintas institu-
ciones, principalmente gubernamentales, se encontraban diseñando para
aminorar el alto índice de actos suicidas en la región.

135
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Un panorama como el anterior nos lleva a afirmar que la


prensa local privilegia la información clasificada como nota
roja, que caracteriza al periodismo amarillista, que suele con-
vertir un acontecimiento en una narración agresiva, especta-
cular, en la que se juega con las reacciones del lector y se ol-
vida cualquier parámetro ético que controle el texto y que es,
por lo tanto, el más utilizado para comunicar a los lectores
los distintos acontecimientos suicidas presentados en la loca-
lidad. 24 En este sentido, la prensa de Saltillo, Coahuila, al
igual que en otras ciudades, tanto del país como del extran-
jero, se ha ido deslizando por esta vertiente. Lo anterior se da
de manera formal a partir no sólo de la inclusión de notas
amarillistas en la prensa diaria matutina, sino de la puesta en
circulación de periódicos como El Extra, Diario del medio-
día (1977-2002) denominado actualmente El Guardián (del
2002 a la fecha), propiedad de la empresa editora del matuti-
no Vanguardia, y Clave 3, del periódico El Diario de Coa-
huila. Estos medios impresos siguen aquellas formas de pre-
sentar la información que no se ajusta a una línea seria,
contrastada y veraz de los hechos, sino que abusa del desco-
nocimiento de un tema por parte del lector, subestimando su
capacidad o su inteligencia.
Las características de este tipo de prensa, manifestadas a
través de la nota roja, son la interpelación de los individuos
y el tratamiento de la información y su escritura a modo de
relato, marcando una diferencia en cuanto al tono de "objeti-
vidad" que guardan las noticias de otra naturaleza. La nota
roja se constituye así en una pequeña historia centrada en un
24
Periodismo "amarillo" o "amarillista" es un término que designa re-
ferentes simbólicos sociales y culturales que se consideran violentos me-
diante una serie de mitos y creencias que forman parte de la cosmovisión
de la sociedad: Orellana, op. cit.

136
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

individuo o en un pequeño grupo en la que se describe con


detalle lo que ocurrió; se ubica en un accidente de la vida co-
tidiana que trastoca esa cotidianidad: un suicidio, un homici-
dio, un accidente. La nota roja se presenta como relato y
ofrece a su público múltiples elementos que favorecen su
preferencia.
Lo anterior se refleja en el tipo de información vertida
principalmente en los titulares, que en aras de vender la no-
ticia hacen de la vehemencia su compañera, utilizan sola-
mente una versión, destacan el morbo y el dolor ajeno, ma-
nipulan estas expresiones ya sea rebasando la simple versión
de los participantes o del informe policíaco con la intención de
hacer de la nota una verdad o, simplemente, para atraer al
lector. Lo anterior se puede apreciar en los titulares que no
sólo forman parte de la prensa vespertina (ésta última nació
con tal fin), sino que también se dan de manera reiterada en
la prensa que se precia de seria, como son los periódicos ma-
tutinos y en cuyos titulares se puede leer: "Prefiere quincea-
ñera morir a no tener fiesta" (Palabra: 2002), "Muere frente
a sus familiares" (Palabra: 2002), "Drogas y alcohol lo ori-
llan a matarse" (Vanguardia: 2002), o "Escapa por la puerta
falsa en el baño de su domicilio" (El Diario: 2002), entre mu-
chos ejemplos más que pudieron apreciarse mediante el aná-
lisis de contenido realizado en la prensa local.
Así, por ejemplo, en las unidades estudiadas figuraron los
nombres, las edades, los métodos utilizados para consumar el
suicidio, la inferencia sobre las posibles causas que los ori-
llaron a tomar tal decisión por más íntimas que éstas pudie-
ran ser y el lugar donde se realizó el acto suicida. En sínte-
sis, se encontró una narración detallada del acontecimiento,
esto es, cada nota construye una historia, con sus personajes
y trama y, en algunos casos, a manera de telenovela, en días

137
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

subsecuentes, se puede encontrar un seguimiento a dicho


acontecimiento, retomando y recordando cada uno de los de-
talles narrados en notas anteriores.
Una categoría importante para este estudio podrían apor-
tarla los indicadores sociales, familiares o individuales que
llevaron a las personas a tomar la decisión de quitarse la vi-
da, que, aunque también son elementos que ayudan a volver
espectacular un acontecimiento suicida, es de suma impor-
tancia tenerlos presentes para análisis posteriores más pro-
fundos.
Tal como figuró en la prensa local, un tercio de las notas
estudiadas refirieron, en primer lugar, que las causas que ha-
bían llevado a las personas a quitarse la vida se clasifican co-
mo desconocidas, esto confirma la premisa de que las cau-
sales del suicidio son multifactoriales, por lo que es difícil
predecir la consumación de un acto de esta naturaleza. En
segundo lugar, la causa que documenta la prensa es la depre-
sión, que puede manifestarse por una gran cantidad de situa-
ciones, como por ejemplo: no habérsele cumplido un gusto,
por el deceso de familiares en primer grado, por problemas
académicos, diagnósticos de enfermedades crónicas o termi-
nales y por cuestiones sentimentales. En tercer lugar, en la
prensa se consignó que los problemas familiares en sus dife-
rentes dimensiones eran, para muchos suicidas, los que in-
fluyeron en la toma de la decisión. Finalmente, en una pro-
porción menor se encontraron las dificultades con el cónyuge
y, con frecuencias menores, existieron causales como el
abandono, las adicciones, crisis nerviosas, el desempleo y la
soledad, entre otras, tal como figura en el siguiente cuadro.

138
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

Cuadro 5
Causas declaradas

Causas Frecuencia Porcentaje

Desconocidas 65 33
Depresión 34 17
Problemas familiares 32 16
Problemas con la pareja 19 10
Problemas en general 14 7
Por estar preso 6 3
Problemas psicológicos 5 3
Adicciones 5 3
Desempleo 4 2
Enfermedad 4 2
Asesinato de cónyuge 2 1
Nexos delictivos 2 1
Soledad 2 1
Crisis nerviosa 2 1
Abandono 1 0. 5
Burlas de compañeros 1 0. 5
Desintegración
intrafamiliar 1 0. 5

Total 199 100

Fuente: Análisis de contenido 2002-2003

Es importante destacar las palabras clave de cada uno de


los titulares ofrecidos por la prensa, que acompañaron a cada
una de las unidades de análisis; detalle que, además, puede
proporcionar elementos para comprender que si bien la in-
formación de la prensa no es determinante para que el suici-
da potencial tome la decisión, si es un elemento que se en-

139
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

cuentra en el ambiente y que le está diciendo a los lectores,


de una u otra forma, en qué pensar, y que a partir de su repe-
tición, podría llegar a crear cierta indiferencia de los inte-
grantes de la sociedad ante el problema, al verlo o sentirlo
como algo normal y cotidiano.

Cuadro 6
Palabras clave de los titulares

Palabras clave 2002 2003 Total

Muerte 28 36 64
Suicidio 40 62 102
Método 34 33 67
Lugar 17 16 33
Numeralia 5 11 16
Sujeto 31 50 81
Causas 8 13 21

Fuente: Análisis de contenido 2002 - 2003

El resultado general autoriza sostener en este ensayo que


los periódicos explotan principalmente dos elementos en la
construcción de los titulares de la noticia -la palabra suicidio
y la referencia al sujeto- los que permiten, de acuerdo a los
objetivos del periódico, atraer la atención de los lectores con
base en el morbo y el amarillismo. También se encontró que,
durante el primer semestre del 2003, los periódicos iniciaron
el conteo sistemático de los suicidios en la localidad quedan-
do de manifiesto el empleo significativo de la palabra muer-
te, así como la alusión al método empleado.
Puede inferirse, por un lado, que en la construcción de la
noticia los medios de comunicación toman al suicidio como

140
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

un elemento que les permite atraer a una mayor cantidad de


lectores. Esto por la manera en que se describen los motivos
y factores que influyen para que una persona se prive de la
vida. Por otro lado, que los medios manifiestan una preocu-
pación incipiente ante un problema social que cada día ad-
quiere una dimensión mayor. Dicha preocupación queda ma-
nifestada a través de los escasos reportajes que presentan, y
en los que tratan de ofrecer al lector una panorámica más am-
plia y reflexiva sobre el problema del suicidio a través de de-
claraciones de diferentes actores de la sociedad, principal-
mente de las organizaciones religiosas, tanto católicas como
protestantes, y de las instituciones gubernamentales.
Sin embargo, en ningún momento los medios han inicia-
do o promovido una campaña que proporcione a sus lectores
información que les permita participar comunitariamente en
la prevención y/o disminución del problema del suicidio en la
ciudad de Saltillo.
Por último, un elemento indispensable para la nota roja es
el uso de la fotografía. Sobre este aspecto, se puede decir que
solamente el periódico Palabra no acompaña sus notas sobre
suicidio con fotografías que permitan apreciar directamente
la imagen del suicida. Lo anterior debido a que dicha empre-
sa, aunque no lo tiene por escrito en su Código de Ética o en
sus políticas de redacción, tiene un acuerdo implícito en su
práctica periodística de no publicar fotografías que muestren
el acto suicida. En contrapartida, los periódicos Vanguardia
y El Diario ofrecen a sus lectores todo tipo de fotografías en
donde no sólo se muestra al protagonista del acto suicida, si-
no, en algunas ocasiones, fotografías en las que se observa a
detalle el dolor de los parientes o deudos.
Sobre este punto, y a través de las entrevistas a los fami-
liares de los suicidas, se encontró que la mayoría manifesta-

141
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

ron desaprobación, desconcierto y enojo por el tratamiento,


ya sea textual o gráfico, de la información. En este sentido,
se comentó en algunas entrevistas realizadas con personas
cercanas a los suicidas que el titular o titulares de la prensa
no reflejaban la verdadera razón o causa por la que pudo
haberse suicidado determinada persona, agregando además,
que con frecuencia "hieren y hacen más daño a la familia, es-
pectacularizando con su vida privada". En uno de los casos,
familiares del suicida comentaron que nunca los entrevista-
ron y sin embargo se publicó una historia con los datos que
la madre aportó durante la declaración ante el Ministerio Pú-
blico.

La opinión de la población sobre la


información del suicidio
El suicidio es un fenómeno social, un suceso estigmatizante
que afecta a los sobrevivientes, a la comunidad y a la socie-
dad en general. Ante el interés de establecer el papel desem-
peñado por los medios de comunicación en el conocimiento
de la población sobre este problema social, se realizó un son-
deo de opinión en Saltillo, Coahuila, una de las ciudades de
la República Mexicana en la que el suicidio alcanzó un alto
índice en el periodo del estudio que referimos. 25 Este sondeo

25
Sondeo de opinión aplicado los días 13 y 14 de septiembre de 2003
a 150 personas a la salida de diversos centros comerciales ubicados en zo-
nas consideradas como representativas de los tres principales estratos
socioeconómicos: alto, medio, y bajo. Con base en la clasificación de las
personas en los tres niveles socioeconómicos, se aplicaron igual número
de cuestionarios para los distintos niveles.

142
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

tuvo como objetivo obtener información acerca de la opinión


de algunas personas, seleccionadas al azar, sobre si los me-
dios masivos de comunicación influyen o no en la comisión
del suicidio, es decir, su posible efecto en el impulso que lle-
va a las personas a privarse de la vida.
La mayoría de los entrevistados evocó acerca del suicidio
aspectos que tienen que ver, en primer lugar, con algo malo,
grave, triste, doloroso. En segundo lugar, se le representó
como una salida fácil o falsa. En seguida se significó como
cobardía o debilidad, ya sea por miedo o desesperación. Al-
gunos de los entrevistados afirmaron que es una forma de
arreglar un problema, de escapar, de renunciar, de resolver
las contrariedades cotidianas. También hubo quienes lo con-
sideraron un problema social que se ha ido incrementando,
afectando a la sociedad; otra opinión expresada fue que el
suicidio es el acto de matarse por la propia mano sin ningu-
na razón en virtud de no saber qué hacer.

Cuadro 7
Significado del suicidio
Frecuencia Porcentaje
Algo horrible, grave, malo,
triste, sin sentido, un desahogo 37 25
Atentar contra la vida,
morirse, privarse de ella 28 18. 91
Cobardía, debilidad 16 10. 81
Evadir la vida 3 2. 02
Falta de apoyo, de esperanza,
de responsabilidad 7 4. 72

Continúa...

143
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Continuación
Frecuencia Porcentaje

Una forma de solucionar


los problemas 20 13. 51
Huir de la realidad. 2 1. 35
Pecado 1 0. 67
Problema social fuerte 9 6. 08
Salida, escape,
camino falso o fácil 25 16. 89

Total 148 100

Fuente: Sondeo de opinión 2003

La televisión resultó ser principalmente el medio por el


que los participantes en el sondeo han obtenido datos en tor-
no al suicidio. Ciertamente, la televisión es un medio con el
que la comunidad tiene un mayor contacto, resultando ser
el medio generador de esta clase de notas. Después le sigue
Cuadro 8
Medio que proporciona
más información sobre suicidios

Frecuencia Porcentaje
Radio 17 11. 41
Televisión 65 43. 62
Prensa 61 40. 94
Otro medio 6 4. 62

Total 149 100

Fuente: Sondeo de opinión 2003


EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

Cuadro 9
Medio por el cual se enteran
sobre los acontecimientos suicidas

Frecuencia Porcentaje

Radio 12 9. 45
Televisión 47 37. 01
Prensa 65 51. 18
Otro medio 3 2. 36

Total 127 100

Fuente: Sondeo de opinión 2003

la prensa, la radio y "algún otro medio". Sin embargo, es in-


teresante destacar que fue la prensa, quizás por la utilización
de recursos gráficos o imágenes, el medio por el cual la mi-
tad de los encuestados se enteró de las distintas modalidades
de suicidio empleadas en la región.
De acuerdo a los resultados, la última vez que los entre-
vistados tuvieron conocimiento de un suicidio en los medios
masivos de comunicación fue, principalmente, en "la última
semana", en seguida dijeron "no recordar"; posteriormente
afirmaron que hace 15 días, y en menor medida " el mismo
día que se llevó a cabo", " hace un mes" o "más de un mes".
Como dato adicional, recurrimos a un estudio que infor-
ma acerca de los hábitos de exposición a los medios de
comunicación, en el cual se afirma que la televisión es el me-
dio que los saltillenses participantes en una encuesta prefie-
ren ver. Un 87% afirmó que veía los programas que se pre-
sentan por este medio; aspecto que supera la exposición a la

145
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Cuadro 10
Cuándo se enteraron
de un suicidio por última vez en los medios

Frecuencia Porcentaje

La última semana 39 22. 27


Hace 15 días 27 18. 88
Hace un mes 16 11. 19
Más de un mes 13 9. 09
Mismo día/día anterior 30 20. 98
No recuerda 18 12. 59

Total 143 100

Fuente: Sondeo de opinión 2003

radio, que ocupó un porcentaje de 81%; el medio impreso


obtuvo un porcentaje de 77% de preferencia entre los parti-
cipantes en esta encuesta. 26
De acuerdo con el sondeo de opinión realizado para este
estudio y respecto a la pertinencia o no de que los medios
masivos de comunicación informen a la sociedad sobre los
suicidios, un alto porcentaje respondió que sí deseaban obte-
ner información de este hecho, principalmente para estar
alerta y detectar a los posibles suicidas; para saber lo que
acontece en la sociedad y cuidar a la familia procurando en-
tablar comunicación y descubrir cambios de conducta y/o ac-
titudes entre los miembros de la misma; para crear conciencia

26
Irene Ewald, El consumo cultural, aproximación teórica y aplicada,
pp. 11-12.

146
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

y ayudar de alguna forma a los que se encuentran en una si-


tuación similar, o para realizar reflexiones y percatarse de la
gravedad del hecho. Si bien una porción de los encuestados
se mostró en favor de lo anterior, otros se mostraron en con-
tra, argumentando razones como: que los medios ofrecen
ideas e incitan a la población a cometer dicho acto; el mane-
jo de la información es inadecuado y atenta contra la vida;
por la falta de madurez de las personas para procesar lo que
reciben de los medios masivos de comunicación, etcétera.

Cuadro 11
Razones por las que los medios
deben o no informar sobre el suicidio

Frecuencia Porcentaje

Son amarillistas 6 4. 8
Las estadísticas
hacen conciencias 1 0. 8
Falta madurez y respeto 1 1. 6
Fomentan,
promueven el suicidio 23 18. 4
La forma en que se presenta
la información no es adecuada 7 7. 2
Dan importancia a la persona 2 1. 6
Información, comunicación,
prevención, concientización. 77 61. 6
Lucran con la información 1 0. 8
Me da igual / me es indiferente 4 3. 2

Total 125 100

Fuente: Sondeo de opinión 2003

147
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Lo anterior pone de manifiesto la enorme responsabilidad de


los medios de comunicación, ya que no se trata simplemente
de escribir, hablar o discutir sobre un hecho de salud pública
y social, sino que se debe ver más allá, visualizar el impacto
y el posible uso de esta información por la audiencia.
Por otra parte, más de la mitad de las personas partici-
pantes en el sondeo consideró que la información en torno al
suicidio transmitida por los medios no influye en los suicidas
potenciales para llevar a cabo dicho acto, ya que están con-
cientes de que cada quien tiene un criterio propio y decide lo
que hace. Consideran que si alguien ya lo tiene en mente, el
que se informe del suicidio en los medios no influye en na-
da, ya que argumentan que "la información acerca de los sui-
cidios en los medios es para evitarlos, no para fomentarlos".
De forma similar, la mayoría afirmó que los medios
pueden ayudar, de algún modo, a prevenir los suicidios en la
población; una proporción menor a la cuarta parte de los en-
trevistados declaró que no existe manera en que los medios
masivos de comunicación puedan contribuir a evitarlo.

Cuadro 12
Prevención del suicidio
a través de los medios

Frecuencia Porcentaje

Sí 111 77. 08
No 33 22. 92

Total 144 100

Fuente: Sondeo de opinión 2003

148
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

Respecto a algunas de las propuestas y/o sugerencias


aportadas se encontraron: afinar la información no modifi-
cándola; crear campañas de publicidad en pro de la vida y
también para poder identificar a los suicidas potenciales; ela-
borar programas educativos preventivos en las escuelas en
los que participen profesores, estudiantes y padres de fami-
lia; evitar el amarillismo en el manejo de esta clase de noti-
cias; motivar a las personas empleando comerciales, spots,
slogans, etcétera.

149
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Una aproximación al consumo de los mensajes


de los medios de comunicación
En primer lugar hay que reconocer que todavía es poco lo
que se ha indagado respecto a la exposición y uso de medios
de comunicación en los diferentes grupos sociales y los actos
suicidas. Por ello, a través de los familiares nos aproximamos
a la descripción de ciertos patrones de contacto con los me-
dios por las personas que decidieron quitarse la vida. Esto
para encontrar explicaciones -aunque sean provisionales-
sobre si lo que ven en los medios influye en los suicidas o si
existió otra causa producto de la interacción social.
Lo anterior, partiendo de la idea de que los medios de co-
municación reúnen y distribuyen la información generada en
la sociedad, y que su influencia es importante para la socia-
lización del individuo, sobre todo de los más jóvenes, y de
aquellos que adoptan los valores y comportamientos que ven
en los medios. La relevancia dé los medios radica en que a
través de ellos no sólo se obtienen conocimientos del entor-
no, sino también se propicia la identificación con los mode-
los presentados.
Es casi imposible dejar de reconocer la creciente presencia
de los medios masivos de comunicación en la vida cotidia-
na. Todos estamos expuestos a ellos y en teoría se reconoce
que la prensa, mediante sus productos comunicativos, pone a
disposición del público una visión del mundo contribuyendo
a la construcción de la realidad social; el papel social de la
televisión es muy importante, pues ha venido transformado
la vida cotidiana de la familia e interviniendo, también, en la
construcción social de la realidad; la radio es un recurso de
información que proporciona contenidos culturales a la so-
ciedad, un medio moderno que recrea la realidad y el imagi-

150
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

nario social a través de la palabra hablada. Se constituye, de


igual forma, en parte de la vida diaria, en la construcción
de sentido social. 27
Si se parte de que los individuos son producto de su "con-
dicionamiento cultural", entonces las prácticas culturales y
las redes constituyen una serie de interacciones simbólicas,
de vínculos afectivos, cognitivos, de contactos reales y vir-
tuales, de configuración de comunidades de sentido que
forman parte de la construcción subjetiva de los distintos ac-
tores sociales. En otras palabras, la multiplicidad de dichas
prácticas imbricadas con ciertas ofertas culturales y redes de
comunicación de los individuos son las que propician una
ecología de estilos de vida y experiencias sociales.
Reconocemos que es muy aventurado afirmar que, por sí
misma, la comunicación determina el acto suicida, ya que,
como sabemos, existen otras dimensiones como las institucio-
nales, culturales, económicas y otras que han sido interiori-
zadas, también, a lo largo del desarrollo de un individuo. En
relación con los medios de comunicación, a la preocupación
de su vinculación como un factor determinante en el suicidio,
a partir de los datos recolectados mediante entrevistas a pro-
fundidad se observaron algunas peculiaridades en los dife-
rentes grupos.

Grupo de adolescentes
Dentro de los patrones de exposición a los medios, para los
integrantes del grupo de los suicidas adolescentes la televi-

27
Irene Ewald, El consumo cultural, aproximación teórica y aplicada,
pp. 84-97.

151
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

sión es uno de los pasatiempos, pero no llega a ser la activi-


dad principal en su tiempo de ocio. Esto se explica, ya que
algunos de ellos seguían estudiando y otros dedicaban su
tiempo libre a otras actividades. No obstante lo anterior, los
informantes aseguraron que los suicidas se exponían de ma-
nera frecuente a la televisión, mostrando respecto a la pro-
gramación de la televisión gustos muy variados, entre los
que destacaban los programas de entretenimiento: caricatu-
ras, cómicos, los reality shows, las telenovelas juveniles, así
como los canales de música.
Respecto a la radio, solamente uno de los informantes
manifestó que al suicida no le gustaba escuchar la radio, el
resto de los suicidas sí escuchaban la radio; aspecto que fue
puesto de manifiesto por los entrevistados, quienes expresa-
ron que a su familiar le gustaba en general oír música. Sólo
en dos de los casos -según se informó- se inclinaban por el
rock pesado y, otro más, por la música pop. La lectura de la
prensa fue una actividad no realizada por los adolescentes
para informarse sobre su entorno. En el total de los casos, los
informantes comentaron que a los suicidas no les gustaba
leer el periódico. Sin embargo, dentro del grupo de adoles-
centes se pudo encontrar que existían preferencias por leer
otro tipo de medios impresos, como las revistas de entreteni-
miento juveniles; sobre temas de lo desconocido, sobre la vi-
da en el más allá, sobre culturas lejanas al contexto mexica-
no, o acerca de culturas antiguas de México.
La computadora, artefacto que en nuestros días amplía la
posibilidad de contacto con otros miembros de la sociedad,
es un medio que no se encontraba presente en la vida coti-
diana de los suicidas que integran el grupo estudiado, ya que
solamente dos de los casos usaban el internet de manera fre-

152
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

cuente, característica directamente relacionada con el nivel


socioeconómico del individuo y su grado de escolaridad.

Grupo de los jóvenes

La televisión, fuente de información y entretenimiento en la


sociedad actual, muestra una presencia importante entre las
familias entrevistadas, y en el total de los casos estudiados
sólo se tenía acceso a la televisión de emisión abierta. Esta
característica determinó que la exposición de los suicidas se
diera solamente respecto a la programación de los canales li-
bres nacionales y/o regionales. En la mayoría, los informan-
tes comentaron que la exposición a los medios era por tiem-
pos cortos, ya que a algunos de los suicidas el estar frente al
televisor durante periodos largos los desesperaba, y en algu-
nos otros, la baja exposición a los medios obedecía al poco
tiempo disponible para esta actividad. En los jóvenes se en-
contró afición a las telenovelas y a programas deportivos
(fútbol soccer), aunque también algunos entrevistados afir-
maron que el suicida se divertía con otros géneros de tipo có-
mico y películas, todos en español. Durante su infancia, de
acuerdo a los informantes, la mayoría mostró interés por las
caricaturas, principalmente las transmitidas a través de la
programación nacional: Tom y Jerry, He Man, y el programa
Chapulín Colorado.
La radio, a pesar de ser un medio de información y entre-
tenimiento que tiene una gran aceptación social, no captó la
preferencia en los casos estudiados, aunque todos los entre-
vistados comentaron que los suicidas tenían un gran gusto
por la música, actividad que disfrutaban durante horas de
ocio. Cabe hacer la observación que lo hacían solos en su

153
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

domicilio, o bien realizando alguna actividad doméstica. Es-


to, ante los ojos de sus familias y vecinos los estereotipaba
como personas "muy alegres", ya que escuchaban principal-
mente géneros del tipo "grupero", "colombiano" y "ranche-
ro", usualmente en español.
De igual forma, el contacto con la prensa era esporádico
en los suicidas. Sólo en dos casos se especificó la sección
que leían con regularidad, siendo una de ellas la deportiva.
En otro caso se prefería la nota roja, llamando la atención la
información sobre los suicidios que se publicaban para, con
sus propias palabras, "ver al güey que se ahorcó", situación
que se acentuó a partir del suicidio de un amigo, un año an-
tes de su propio acto suicida. En algunos de los casos, el pe-
riódico solamente se compraba los fines de semana, en otros
se conseguía a través de parientes o amistades. Los periódi-
cos leídos por los suicidas de este grupo son: Vanguardia, El
Extra y Clave 3.
Otro tipo de medios informativos impresos, cuyo uso fue
detectado, fueron los libros y revistas. Sólo un suicida leyó,
por corto tiempo y por imposición de su madre, La Biblia.
Otro más mostró preferencia por revistas cómicas. La com-
putadora, producto de la sociedad informatizada en que vivi-
mos, no es un medio de alta presencia en los casos de los jó-
venes estudiados. Sólo en uno de ellos se comentó que el
suicida manejaba la computadora y que, además, navegaba
por el internet, red electrónica frecuentada por quienes gra-
ban música.

Grupo de adultos
En el caso de los suicidas adultos en estudio, los medios de
comunicación no tuvieron una presencia significativa en la

154
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

historia de sus vidas. Pocas veces los entrevistados expresa-


ron que los suicidas hubieran manifestado interés por la te-
levisión, por películas o telenovelas. Lo anterior debido
quizá a que eran personas con responsabilidades laborales.
Sólo en un caso figuró determinantemente el periódico, refi-
riéndose que le llamaban la atención las notas sobre suicidio
aparecidas en este medio, caso en el que se puede notar la in-
fluencia de la prensa mediante la referencia del suicida: "Mi-
ra éste, se debe sentir como yo, por eso se mató".

Reflexiones finales
De acuerdo a las evidencias obtenidas a través del trabajo de
campo y su contrastación con el sustento teórico, es difícil
establecer conclusiones categóricas, ya que, como se sabe, el
suicidio es un problema social multidimensional que debe
seguirse estudiando desde muy distintos enfoques. Sin em-
bargo, el trabajo realizado y el análisis de los datos nos per-
miten delinear algunas reflexiones finales, las que bien pu-
dieran ser punto de partida de otros estudios.
En los casos abordados entre los suicidas de la ciudad de
Saltillo, los resultados muestran un débil patrón de comuni-
cación interpersonal, tanto cuantitativa como cualitativamen-
te. Aunque en algunos de los casos los suicidas fueron consi-
derados como buenos conversadores, que trataban de ayudar
a otros a solucionar sus problemas o buscaban la comunica-
ción con algún miembro de su familia, ésta no se daba de
manera abierta, profunda y clara, de tal forma que le permi-
tiera al otro y a él mismo comprender sus angustias, miedos
y deseos para encontrar respuestas a las interrogantes de la
vida; quizá por miedo o por no querer enfrentarse a la críti-

155
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

ca, al regaño o al rechazo de sus acciones por parte del gru-


po social primario al que pertenecía, lo que nos trae como
consecuencia el vacío interpersonal que tiene lugar cuando
las intenciones de un individuo no han sido percibidas ade-
cuadamente por otro, o bien porque no han sido adecuada-
mente codificadas.
La habilidad para establecer una comunicación auténtica
es una característica que en las sociedades modernas se está
perdiendo. Esto tal vez se deba al modelo de comunicación
que prevalece, en el que el incremento del equipamiento tec-
nológico, la dinámica familiar, la alta dedicación al trabajo y
otras ocupaciones, que impiden una adecuada interacción fa-
miliar, dándose un deterioro progresivo de la esfera privada
(incomunicación, conflictos conyugales e intergeneraciona-
les). Así, en lugar de promoverse la concordia en el grupo
primario a través del consenso, se opta por el camino más fá-
cil: cerrarse al diálogo, a un diálogo de calidad.
Como producto del estudio puede afirmarse que la falta
de comunicación efectiva y auténtica, del diálogo constante
entre los miembros del grupo familiar incide, en combina-
ción con otros factores, en la presencia de sensaciones de ais-
lamiento, rechazo y tristeza, entre otras que suelen, general-
mente, presentarse como signos constantes en un tiempo
promedio de tres o cuatro meses previos al acto suicida.
Esto lo prueba la distancia -advertida como insalvable-
entre la visión de la vida -o de la muerte- que manifestaba el
suicida y la de otros miembros de su familia, como por ejem-
plo la propia madre. En este sentido, nadie salvo contadas ex-
cepciones sabe "por qué lo hizo", qué causas o motivos tuvo
para llegar a esa determinación.
La falta de comunicación y observación del lenguaje no
verbal, de las conductas y comportamientos de los miembros

156
EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

de la familia entre sí conlleva un profundo desconocimiento


-y por ende falta de atención- de la personalidad individual
de aquellos con quienes se convive cotidianamente.
La prensa local, por su parte, al incluir en su agenda acon-
tecimientos suicidas ocurridos en la comunidad, los repre-
senta de manera sensacionalista y personalizada, sobre todo
recurriendo a imágenes y encabezados dramáticos. En este
medio, el género nota informativa es el más utilizado para
abordar el problema del suicidio en la región sureste del es-
tado de Coahuila. La prensa local escrita da un mayor énfa-
sis o realce al acto suicida, exagerando la forma de llevarlo a
cabo y al referirse a las supuestas causas que lo originaron.
No obstante, se minimiza información de carácter preventivo
o reflexivo sobre el problema, misma que pueda incidir en la
formación de una conciencia participativa de sus lectores. Si
bien en algunos momentos existen intentos aislados por con-
tribuir, desde su ámbito de acción, en la disminución de la
problemática.
Los resultados del análisis de contenidos conducen la dis-
cusión sobre la prensa y el suicidio, en primer lugar, hacia el
terreno de la ética, del análisis de su responsabilidad social,
ya que pareciera ser, por un lado, que la prensa en la región
se aleja cada día más de la comprensión y el respeto por la
privacidad de los individuos que conforman la sociedad y,
por otro, que no les importa el dolor que en los familiares de
las víctimas queda después de haber atravesado por un acon-
tecimiento suicida. Esto es, algunos indicadores de este aná-
lisis parecen establecer que la prensa, al transitar por una
deshumanización ante el dolor ajeno, como consecuencia,
colabora en la deshumanización de la misma sociedad.
Respecto al sondeo de opinión realizado entre la pobla-
ción abierta de Saltillo, es posible apuntar consideraciones

157
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

que dibujan, en sus rasgos más generales, el imaginario so-


cial en el marco del suicidio. Un primer rasgo tiene que ver
con que la televisión es el medio de comunicación que tiene
una presencia mayor en la población entrevistada, y que es a
través de la programación emitida por este medio mediante
la cual se construye un imaginario social entre los habitantes
de Saltillo acerca de la problemática del suicidio.
Un hallazgo interesante es que las personas entrevistadas
consideraron que los medios sí deben informar sobre el sui-
cidio, pero no mostrar detalladamente la forma en que ocu-
rrió el acto suicida, ya que esto, afirmaron, queda en la me-
moria colectiva y se recuerdan con facilidad las prácticas
utilizadas para quitarse la vida. La mayoría de la población
encuestada comentó recordar que fue en la última semana
cuando escuchó que la prensa informó sobre un suicidio, as-
pecto que pone de manifiesto la importancia que el medio pe-
riodístico le otorga a este tipo de acontecimientos.
Entre las aportaciones o acciones que sugieren los entre-
vistados para disminuir o erradicar el suicidio o el intento de
suicidio, se encuentran evitar el sensacionalismo o amarillis-
mo en la prensa, así como diseñar campañas sociales en pro
de la vida.

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EL SUICIDIO: UN ENFOQUE DESDE LA COMUNICACIÓN

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160
¿Qué hacer
para propiciar una vida plena?

Recapitulación y propuestas
de prevención de las seis autoras

A
nte el enorme desafío que significa el problema del
suicidio en la sociedad, y a partir de los datos reca-
bados en el estudio, se diseñó un modelo que pone
de manifiesto los componentes necesarios que deben ser to-
mados en cuenta para trabajar paralelamente en dos niveles:
1) diseñar proyectos y programas de atención a esta proble-
mática y 2) seguir estudiando el fenómeno, lo que permitirá
contar con mayor información que en el largo plazo ayude a
entender el suicidio.
Además los componentes del modelo servirán para visua-
lizar el diseño de políticas públicas, traducidas en programas
de intervención social que coadyuven a disminuir el núme-
ro de actos suicidas en los individuos de una sociedad. Así,
el modelo se compone de cuatro ámbitos interrelacionados
entre sí: el de las relaciones familiares, el de la sociedad, el
de la personalidad y el de la comunicación.

161
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Modelo de atención y prevención de suicidio


1. Familia
• Familias disfuncionales

2. Sociedad 3. Personalidad
• Problema urbano vulnerable
• Empleo eventual/ • Autoestima baja
desempleo • Sin proyecto de vida
• Adicciones • Estrés
• Vivienda precaria • Miedos, inmadurez
• Problemas de salud e inseguridad
• Bajo nivel educativo • Intolerancia

4. Comunicación
• Comunicación interpersonal
deficiente
• Baja exposición a los medios
de comunicación
• Baja interrelación social

Teniendo en cuenta que consideramos al suicidio como


un fenómeno que no puede ser estudiado como una proble-
mática individual, sino multifactorial que atañe a la sociedad
y en función del modelo anterior, queremos proponer algunas
recomendaciones que pueden ser implementadas en cada uno
de sus elementos.

Ámbito social
• Unificar la información precisa y completa sobre los
intentos de suicidio y los suicidios en las instituciones

162
¿ Q U É HACER PARA PROPICIAR UNA VIDA PLENA?

de salud y dependencias del gobierno encargadas de


recolectar este tipo de datos (Secretaría de Salud, Mi-
nisterio Público y Procuraduría General de la Repúbli-
ca). Esto con el fin de que la información obtenida sea
congruente y suficiente para el manejo del problema,
tanto a nivel epidemiológico como de investigación.
Debemos movernos todos dentro de parámetros equi-
valentes.
• Promover la realización de investigaciones subsecuen-
tes para conocer y comprender de manera más amplia
el problema, así como para ir detectando los cambios
demográficos del fenómeno para su mejor manejo y
posible disminución. Propuestas concretas serían reali-
zar una investigación acerca de los niveles de desinte-
gración familiar y problemas intrafamiliares y llevar a
cabo estudios sobre el proyecto de vida que existe en-
tre los adolescentes.
• Se debería tomar en cuenta a otras instituciones que
también puedan participar para atender este problema,
de manera directa e indirecta, pero siempre intentando
que las acciones que se proponen vayan encaminadas a
la prevención de los suicidios.
• Se puede sugerir a las instituciones educativas lo si-
guiente:

- Reforzar la calidad educativa y la permanencia en el


sistema de educación básica (preescolar, primaria y
secundaria).
- Diseñar un programa para que los niveles de educa-
ción básica proporcionen a los alumnos herramien-
tas para resolver problemas de su propia vida, y del
contexto en el que les tocó vivir (educación de valo-

163
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

res éticos y nuevos ejes educativos para construir


proyecto de vida).
- Desarrollar actividades que fomenten el sentimiento
de identidad y pertenencia a la escuela y la comu-
nidad.
- Capacitar a los maestros para detectar signos de
alarma relativos a niños cercanos a una idea de sui-
cidio.
- Intensificar el trabajo de Escuela para Padres en to-
das las instituciones educativas. Los sistemas de
educación deberán trabajar en cooperación con los
padres, las organizaciones comunitarias y los orga-
nismos que se ocupan de prevenir el riesgo de suici-
do, sobre todo entre los niños y jóvenes. Especial-
mente, se debe buscar mejorar la comunicación
entre padres e hijos, y aprender las funciones y obli-
gaciones de los padres en relación con el desarrollo
y el cuidado de sus hijos.
- Adoptar políticas y estrategias de prevención para
evitar el uso indebido del alcohol, las drogas y otras
sustancias adictivas entre los niños y jóvenes.
- Dar formación a los maestros para dotarlos de ele-
mentos adecuados, a fin de que coadyuven en la pre-
vención y resolución de estos problemas.
- Para detectar y atender a los estudiantes que presen-
ten signos de alteración emocional es necesario que
cada escuela cuente con un psicólogo de planta, que
se dedique al asesoramiento y canalización de niños
con problemas (médicos, de aprendizaje, psicológi-
cos). Además, debe proporcionar apoyo emocional a
los niños y jóvenes que presenten tendencias suici-
das. Así como organizar, con la institución y la co-

164
¿ Q U É HACER PARA PROPICIAR UNA VIDA PLENA?

munidad, actividades extracurriculares, lo mismo


que servicios de ayuda para que los jóvenes puedan
enfrentar las dificultades que experimentan al pasar
a la edad adulta.

En el ámbito de la salud es necesario incrementar y


adecuar los centros preventivos para fomento de la sa-
lud comunitaria y del tratamiento de problemas psico-
lógicos y de adicciones. Para la atención individual de-
berían contar con especialistas en atención a casos en
crisis. Ya sea que la atención se ofrezca de manera pre-
sencial o a través de números telefónicos, debería se-
guirse un plan de acción que contemple los siguientes
elementos:

- Mantener el contacto y establecer una relación con


el individuo, mostrando interés, preocupación y se-
guridad en sí mismo.
- Obtener la información necesaria; datos demográfi-
cos, el nombre y domicilio de la persona para que,
en caso de urgencia, sea fácilmente localizable.
- Evaluar el potencial suicida; determinar con rapidez
la gravedad de la intención autodestructiva del indi-
viduo.
- Evaluar los elementos de fortaleza y los recursos
personales del suicida y movilizar sobre los senti-
mientos de desamparo (familia, amigos, colaborado-
res, médicos, sacerdotes, terapeutas, abogados, etcé-
tera. )
- Recomendar e iniciar un plan de acción; ser directi-
vo y actuar de inmediato.

165
¿ P O R QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Ámbito familiar

• Para este efecto, se propone extender los trabajos de los


centros de atención a las familias como el CAIF y el Sí
Mujer, a través de metodologías de intervención direc-
ta en las comunidades de alto riesgo.
• Promover un programa interinstitucional de atención y
seguimiento psicológico a las familias sobrevivientes a
un acto suicida.

Ámbito individual

• Desde el punto de vista individual es conveniente to-


mar en cuenta a los jóvenes con antecedentes de inten-
to de suicidio para que participen en la formulación y
ejecución de los programas destinados a la prevención
de este problema.

Ámbito de la comunicación

• Otras instancias de amplia cobertura (incluidos los me-


dios de comunicación masiva) pueden adoptar o refor-
zar medidas de apoyo comunitario para los niños, jó-
venes y adultos expuestos a riesgos sociales (seguridad
pública, alcohol, tabaquismo y uso de drogas ilícitas,
pandillerismo, delincuencia, violencia intrafamiliar,
etc. ). En especial desarrollar programas de educación
sobre salud mental (manejo de estrés, ansiedad, mie-
dos, impulsividad, intolerancia, agresión). Asimismo,

166
¿ Q U É HACER PARA PROPICIAR UNA VIDA PLENA?

crear mayores oportunidades de desarrollo personal:


técnico, profesional, deportivo y artístico.
• Difundir entre la comunidad la información acerca de
la conducta suicida para la identificación de la pobla-
ción en riesgo.
• Que los medios masivos, a partir de su poder para in-
fluir en el pensamiento de la población, conlleven una
gran responsabilidad social y se sumen a las acciones
del gobierno y otras entidades civiles y educativas, en
un esfuerzo común para contar con una población in-
formada y educada sobre el problema del suicidio, con
el fin de contar con aliados sociales en la prevención
del mismo y contar con audiencias mejor preparadas
para crear conciencia.
• Invitar a los medios de comunicación a sumarse a las
recomendaciones que hace la Fundación Americana
para la Prevención del Suicidio en materia de manejo
de la información, y que consiste en que los medios de
comunicación pueden desempeñar un rol poderoso
educando al público en relación a la prevención del sui-
cidio. Las historias acerca de los suicidios pueden
informar a los lectores y espectadores acerca de las
causas probables del suicidio, sus signos de alerta, ten-
dencias en las tasas de incremento o disminución, y los
últimos avances en relación a los tratamientos. Tam-
bién pueden destacar las oportunidades de prevención.
• Las historias que transmiten los medios de comunica-
ción acerca de muertes individuales debidas al suicidio
pueden ser muy valiosas como noticias y necesitan te-
ner cobertura, pero también se debe tener cuidado en el
manejo de la información, pues tienen el potencial de
hacer daño. Se ha visto que la implementación de re-

167
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

comendaciones en la cobertura de los medios sobre


el suicidio contribuye a la disminución de las tasas del
mismo, siempre y cuando se cuiden los siguientes as-
pectos:

- Ciertas formas de describir al suicidio en las noticias


contribuyen a lo que los científicos de la conducta
denominan "contagio de suicidio" o "suicidios co-
pia".
- La investigación sugiere que el romantizar el suici-
dio de manera inadvertida o el idealizar a quienes to-
man su propia vida en sus manos, al retratar el sui-
cidio como un acto heroico o romántico, puede
incentivar a otros a identificarse con la víctima.
- La exposición al método del suicidio a través de los
informes de los medios de comunicación puede in-
centivar a individuos vulnerables a imitar esta con-
ducta.
- Los especialistas clínicos creen que este peligro es
aún mayor si es que hay una descripción detallada
del método. La investigación señala que tales des-
cripciones o representaciones de la localización del
sitio del suicidio incentivan la imitación.
- El hecho de presentar al suicidio como el acto inex-
plicable de una persona que, por otro lado, es salu-
dable y con un alto nivel de logros personales, pue-
de incentivar la identificación con la víctima.

Para concluir, se plantean algunas líneas de acción para


ayudar a una persona potencialmente suicida:

168
¿ Q U É HACER PARA PROPICIAR UNA VIDA PLENA?

Tarjeta de ayuda

Permanezca calmado y escuche con atención.

Tome en seño las amenazas del suicida.

Deje que el suicida potencial hable acerca de sus sentimientos.

Acéptelo; no lo juzgue.

Pregúntele si ha tenido pensamientos de suicidio.

Pregúntele con cuánta intensidad y frecuencia ha pensado en ello.

Pregúntele si tiene algún plan para llevar a cabo el suicidio.

Averigüe si esta persona cuenta con los medios para llevar a cabo
su plan.

No le jure guardar el secreto; más bien comuníqueselo a alguien.

Asegure a esa persona que no está bien y que es necesario que


reciba ayuda.

Acompañe a esa persona a buscar ayuda en:


• La sala de urgencia de un hospital.
• Algún servicio de salud mental.
• La policía.
• Algún amigo(a), algún familiar.
• Algún maestro, consejero, sacerdote o pastor.
• El médico de la familia.
• El teléfono de la línea de emergencia de apoyo a personas
con problemas.

* Esta tarjeta podría ser complementada con los números telefónicos co-
rrespondientes a cada entidad.

169
Anexos

E
n las siguientes gráficas se pueden observar algunos
datos significativos acerca de la prevalencia del suici-
dio en Coahuila.

Granea 1
Suicidios de 1999, 2000, 2001 y 2003, por rangos de edad en
México

Fuente: INRGI, Estadísticas de intentos de suicidio y suicidios, ediciones 2000, 2001,


2002 y 2004, Cuadernos núms. 6, 7, 8 y 10.

171
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Gráfica 2
Suicidios en Coahuila de 1999 a 2003

Fuente: INFGI, Estadísticas de intentos de suicidio y suicidios, ediciones 2000, 2001,


2002 y 2004, Cuadernos núms. 6, 7, 8 y 10.

Gráfica 3

Fuente: INEGI, Estadísticas de intentos de suicidio y suicidios, ediciones 2000, 2001,


2002 y 2004, Cuadernos núms. 6, 7, 8 y 10.

172
ANEXOS

Gráfica 4
Suicidios en México según estado civil

Gráfica 5
Suicidios en Coahuila según estado civil

173
¿POR QUÉ Y C Ó M O SE I LEGA A LA DESESPERANZA?

Gráfica 6

Intento de suicidio y suicidio en México por condición económica

Gráfica 7
Intentos de suicidio y suicidios en Coahulla según condición económica

174
ANEXOS

Gráfica 8

Suicidios en Coahulla según escolaridad

Gráfica 9
Suicidios en Coahuila por sexo y posesión de hijos

175
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Gráfica 10
Intento de suicidio y suicidio en México por condición económica

Fuente: INFGI. Estadísticas de intentos de suicidio y suicidios, ediciones 2000, 2001,


2002 y 2004, Cuadernos núms. 6, 7, 8 y 10.

176
Acerca de las autoras

Jana Petrzelová
Doctora en Psicología Clínica por la Universidad de Palacky,
de la República Checa. Profesor investigador de la Escuela de
Psicología de la Universidad Autónoma de Coahuila, investiga-
ción de Trastornos emocionales en niños víctimas de abuso
sexual. Estudio de factibilidad: Posibilidad de creación de la
maestría en Psicología Clínica en la Escuela de Psicología. El
suicidio en la región sureste del estado de Coahuila y el Estrés
en catedráticos de la UAdec. Coautora del libro sobre el Suici-
dio, artículos sobre el Abuso sexual, suicidio, familia, retraso
mental, adicciones, el autismo.

Mayra Aracefy Chávez Martínez


Maestría en Psicología Clínica por la Facultad de Psicología
de la UNAM. Actualmente profesor-investigador de la Escuela
de Psicología de la UAdec. Investigaciones sobre adicción, sexua-
lidad y desarrollo psicosexual, con fínanciamiento de OEA, FNUAP
y CONACYT. Estudios de factibilidad (maestría en Psicología Clí-
nica en la UAdec) y sobre suicidio. Última publicación: El suici-
dio en el sureste del estado de Coahuila.

177
¿POR QUÉ Y CÓMO SE LLEGA A LA DESESPERANZA?

Alma Victoria Valdés Dávila


Doctorado en Historia por la Universidad Iberoamericana. Es
miembro del Sistema Nacional de Investigadores (nivel 1), pro-
fesor-investigador de la Escuela de Trabajo Social de la UAdec
y colaboradora del Centro de Estudios Sociales y Humanísticos,
A. C. Autora del libro Testamentos muerte y exequias. Saltillo
y San Esteban al despuntar el siglo xix. Trabajo sobre los ce-
menterios de Saltillo en el libro Catedral de Saltillo... por los
siglos de los siglos.

Julieta Idalia Carabaza González


Doctora en Comunicación Social por la Universidad de La
Habana. Maestría en Comunicación por la Universidad Ibe-
roamericana-Laguna. Profesor-investigador en la Escuela de
Ciencias de la Comunicación. Es coautora del libro Historia de
los medios de comunicación en Coahuila (1992) y actualmente
participa en los proyectos "Consumo de medios electrónicos e
identidad cultural" desarrollado por el Cuerpo Académico de la
Escuela de Ciencias de la Comunicación y en "La televisión
nacional y su impacto en la cultura ambiental de la audiencias",
del Tecnológico de Monterrey-Monterrey y financiado
p o r SEMARNAT-CONACYT.

María Dolores Elizondo Jaime


Licenciada en Trabajo Social por la UAdec, diplomado en Polí-
ticas Públicas y Gobierno Local por el Colegio Nacional de
Ciencias Políticas y Administración Pública. Estudios de maestría
en Ciencias de la Educación por la Facultad de Ciencias de la
Educación y Humanidades de la UAdec. Con experiencia de
trabajo para el sistema DIF en el estado de Tabasco, para el INEA
en estado Jalisco. Actualmente profesor de tiempo completo
en la Facultad de Trabajo Social de la UAdec dedicada a la
docencia, la investigación, la tutoría y la gestión.
178
ACERCA DE LAS AUTORAS

Irene Ewald Montano


Profesor-investigador en la Escuela de Ciencias de la Comuni-
cación de la UAdec. Doctora en Ciencias de la Comunicación
por la Universidad de La Habana, Cuba. Autora del libro El
consumo cultural: Aproximación teórica y aplicada (UAdec,
2004) y coautora de La Historia de los medios de comunica-
ción en Coahuila y de La historia de los medios de comuni-
cación en Saltillo. Artículos relacionados con la comunica-
ción y la cultura. Recientemente ha sido ponente en diversos
eventos académicos, como el Encuentro Internacional de In-
vestigadores y Estudiosos de la Comunicación en Cuba; en el
Cuarto Foro de Investigación UDEM, en Monterrey, en el VI
Encuentro Regional del CONEICC "Comunicación para el Desa-
rrollo", en la Universidad de Tamaulipas y en el Encuentro de
estudiosos de la Comunicación, organizado por la Asociación
Mexicana de Investigadores de la Comunicación AMIC.

179
¿Por qué y cómo se llega a la desesperanza?
Tres miradas sobre el suicidio
se terminó de imprimir en enero de 2007.
Tiraje: mil ejemplares.

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