había una vez un niño llamado Nicolás, Nicolás tenia
algunos problemas como los de su familia su mama no se
preocupaba por él y su papa siempre estaba fuera pero aun así Nicolás era muy alegre algo que le encantaba era salir al parque comer un helado de vainilla y contemplar el atardecer. Era otro día su mama solo dormía su papa estaba fuera iba a la escuela los niños se reían del esta vez la maestra mando a hacer equipos Nicolás estaba feliz por poder estar con sus amigos jugar con ellos aunque nadie quería estar con él se burlaron, cada vez iba empeorando hasta que un día su papa desapareció se fue y nunca volvió con el tiempo Nicolás creció y entro en depresión una vez unos amigos que había conocido en la calle lo invitaron a unas cosas Nicolás no tenía ni idea hasta que llego a un callejón alejado de la gente sus amigos los esperaban tenían algo en la mano era una cosa sorprendente tenían licor y algunos cigarrillos Nicolás nunca los había probado así que tenía miedo esa ves fue un poco raro pero con el tiempo se volvió rutina cada vez iba al callejón le encantaba le ayudaba a relajarse y salir
de la dura realidad una vez la policía los
descubrió pero el logro escapar anduvo caminando en la calle no quería volver a su casa no quería ver a su mama con una copa de vino en la mano que nunca soltaba estuvo toda la noche fuera no regreso a casa aunque no era su hogar no lo consideraba un hogar, hogar se preguntó un hogar era para las familias felices y él no tenía una se sentó a descansar en un banco tomo el cigarrillo que había tenido todo el tiempo en la mano cuando lo vio, comenzó a pensar como había llegado allí, que algo como tomar se hubiera vuelto normal para él pensó que no quería una vida así él quería una familia una mama que se preocupara por el un papa que le enseñaba a ser como el al final tomo una decisión de nunca más volver a tocar un cigarrillo porque se sentía tan bien y solo le hacía daño decidió hacer su propia familia tener una esposa y decirle cada mañana lo especial que era tener unos hijos y nunca dejarlos.