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Mary Shirley Sulbaran Reyes

RECURSOS NATURALES
A través del tiempo, todos los organismos han obtenido del medio ambiente todos los
elementos que necesitan para vivir: desde el aire y el agua, hasta el refugio y el alimento que
les permite crecer, desarrollarse y obtener energía. De este modo, es posible afirmar que el
medio ambiente cumple funciones claves para la vida de las personas y el ecosistema, tales
como, proporcionar recursos, asimilar emisiones sólidas, líquidas y gaseosas y, otorgar una
amplia variedad de servicios ambientales.
Por tal motivo, al proporcionar los recursos, el medio ambiente permite el desarrollo
de los procesos productivos que se basan en su uso, así también la alimentación humana a
través del consumo directo de agua y productos vegetales o animales. Es decir, los seres
humanos utilizan una gran cantidad de recursos naturales del medio para cubrir sus
necesidades como vestimenta, alimento y objetos de uso cotidiano, entre otros ejemplos. Por
eso, el ser humano debe conocer y cuidar sus interacciones con el medio ambiente para
gestionar de manera sostenible los recursos naturales que permiten su crecimiento económico
y su desarrollo. Cabe destacar, que los componentes y elementos del medio ambiente también
prestan otros servicios o cumplen funciones tales como disponer de lugares para la recreación
y el esparcimiento, o los espacios requeridos para la construcción o desarrollo de alguna
actividad productiva o industrial, etc.
Ahora bien, es pertinente mencionar que los recursos naturales son aquellos
elementos de la naturaleza que proveen bienes materiales y servicios valiosos para las
sociedades humanas que contribuyen a su bienestar y desarrollo de manera directa (materias
primas, minerales, alimentos) o indirecta (servicios ecológicos indispensables para la
continuidad de la vida en el planeta), y entre ellos podemos distinguir el agua, el suelo, el
aire y la biodiversidad.
Además, los recursos naturales pueden dividirse en renovables y no renovables. En
primer lugar, los recursos renovables son aquellos que tienen la capacidad de regenerarse en
la medida que se extraigan a una tasa menor a la de su recuperación natural, es decir, es el
recurso natural que es capaz de reproducirse o renovarse, sin embargo, puede agotarse
dependiendo de cómo se gestione. Ahora, para estos recursos además de identificar el
volumen conveniente de extracciones que maximice el bienestar social, se debe identificar
las tasas de extracción que no comprometan la continuidad y capacidad de generar el recurso,
vale la pena mencionar, que a estas tasas se les conoce como explotación sostenible o
sustentable, en las cuales, para poder determinar el ritmo de explotación, se debe disponer de
información sobre el ritmo de crecimiento del recurso a nivel técnico.
Por otro lado, los recursos no renovables tienen una capacidad de extracción y
aprovechamiento finito, en espacio y tiempo, es decir, son los recursos naturales que no se
renuevan o desde la perspectiva humana lo hacen de manera muy lenta y costosa. Además,
es muy difícil conocer exactamente la cantidad global de estos recursos ya que muchas veces
no se conocen todos los yacimientos donde se encuentran.
Luego, sabemos que, a lo largo del tiempo, la especie humana ha hecho uso de los
recursos que la rodean con el fin de saciar sus necesidades como cualquier otro ser vivo. Pero
mientras ha pasado el tiempo, sus actividades para lograr estas satisfacciones vitales han
tenido un impacto cada vez mayor en los ecosistemas de nuestro planeta.
Ahora bien, si se maneja la hipótesis de que el hombre siguiera existiendo, entonces
sería posible afirmar que se desarrollaría una sobreexplotación de los recursos naturales,
debido a que el consumo incontrolado de los recursos naturales trae consigo importantes
efectos, dentro de los cuales se pueden mencionar: la desaparición de los hábitats necesarios
para la flora y la fauna y, por tanto, la extinción de especies, recordemos que, existen unos 30
millones de especies animales y vegetales distintas en el mundo y, de todas ellas, la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza señala que, en la actualidad, más de
31.000 especies se encuentran en peligro de extinción. Además, el 33 % de los suelos del
planeta está de moderada a altamente degradado, según la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y si la erosión de suelo fértil continúa al mismo
ritmo que hasta ahora, inevitablemente se dispararán los precios de los productos agrícolas,
y por último, es posible mencionar que si no cuidamos los bosques habrá menos sumideros
de CO2 y, por tanto, más contaminación del aire, y según la Organización Mundial de la
Salud, nueve de cada diez personas en todo el mundo respiran aire con altos niveles de
contaminantes y siete millones de personas mueren cada año por la contaminación del aire.
Por otro lado, si el hombre dejara de existir, sería posible imaginar que los recursos
naturales perdurarían, y además sería posible la reducción de la contaminación del aire, el
agua y las sustancias químicas, lo cual, evitaría la extinción de especies en flora y fauna, así
como la reducción de la contaminación atmosférica podría reducir a la mitad las muertes por
neumonía y disminuir considerablemente la cifra anual de un millón de muertes de especies
causadas por la contaminación del aire en interiores, así como también la sustitución de
estufas de carbón.
Finalmente, y a modo de conclusión, se destaca que la utilización de los recursos debe
ser de manera sustentable, es decir, generando un equilibro entre el consumo y los recursos
naturales, teniendo en cuenta, que los recursos naturales son aprovechados por el ser humano
para satisfacer sus necesidades de subsistencia, tales como alimentación, salud, económicas
y de ocio; éstos se han convertido en una fuente de vida y desarrollo para la comunidad que
habita en este lugar.

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