Está en la página 1de 1

Organización administrativa[editar]

Por un acuerdo de Augusto con el Senado, tomado en 27 a. C., la Tarraconense fue


una provincia imperial, al igual que la Lusitania, mientras que la Bética quedó como provincia
senatorial; la Tarraconensis tenía rango consular, mientras que las otras dos provincias eran
de rango pretorio.56
Al frente de la Tarraconensis se encontraba el gobernador de la provincia –legatus Augusti pro
praetore provinciae Hispaniae Citerioris Tarraconensis–, quien, dado el carácter consular de la
misma, era un senador de rango consular, cuya sede se encontraba en la capital provincial, la
colonia de Tarraco. En época de Augusto y Tiberio, según también indica Estrabón,7 tenía
como subordinados a tres legados al frente de tres legiones, que fueron reduciéndose a dos
bajo Calígula y a uno a partir de Nerón.
Las grandes dimensiones de la provincia determinaron que, en algún momento
entre Tiberio y Claudio, el gobernador recibiese como auxiliares en la administración de
justicia a siete legados, llamados legati iuridici (sing. legatus iuridicus), que fueron puestos al
frente de sendos conventus iuridici. Estos legati eran nombrados directamente por el
emperador. Los siete conventos jurídicos de la provin

También podría gustarte