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LA SOCIEDAD ES COMO UN BOTÓN… SOLO SIRVE PARA PRESIONAR.

Por Adriana Magariños

En un experimento de por ahí, se tomaron a diez ratones, los pusieron juntos y


se les dieron todas las comodidades que cualquier roedor podría pedir, comida
a placer, agua, lugares calientes donde dormir y todo el espacio del que podían
disponer. Los ratones y ratonas vivían felices de la vida, sin preocupaciones,
todos eran amorosos unos con otros, nadie peleaba, todos dormían bien y
comían bien, si exactamente, tenían una perfecta y simple vida de ratones. Sin
embargo los ratones no son completamente ajenos a la realidad humana, y
poco a poco ratonas y ratones se juntaron para hacer ratoncitos, y así poco a
poco su pequeña consorcio se fue haciendo día a día grande y más grande.
Nacían más ratones, y esto era sinónimo de complicaciones, ya no había tanto
espacio como antes, los papás ratones peleaban por la escasa comida y agua
para alimentar a sus ratoncitos, eran agresivos hasta con sus propios hijos,
habían peleas, mordidas de colas y orejas, un caos. Llegaron a tal punto de
aborrecimiento, y tal vez de hambre, sed, y frío que no viendo con claridad, su
única respuesta fue defender lo poco que les quedaba… y así comenzaron a
comerse unos a otros.

Esto, creo yo, es un excelente ejemplo de cómo actúa la sociedad sobre no


solo los ratones, sino que también sobre nosotros, roedores de dos patas, los
ratones y los humanos comparten el 99% de los genes, ¿sabían?, lo único que
le faltaría al ser humano es tener cola, es por esto que el ratón es el animal por
excelencia de todos los laboratorios, el organismo vivo con el que se prueban y
comprueban infinidad de enfermedades humanas y medicamentos paliativos,
en fin.

Es de ver que las sociedades de todo el mundo son diferentes, por que tienen
una cultura diferente, las personas han sido criadas de otra manera, y por que
no, tienen creencias que nada tiene que ver la una con la otra, sin embargo, no
hay realidad ajena en ninguna sociedad sobre cuestiones de drogas, alcohol,
pandillas, presión social, bullying, problemas familiares, y mucho peor cuando
se esta hablando de jóvenes en general.
El hecho de que todas estas cuestiones sean sinónimo de juventud, está mal, y
tendríamos que preguntarnos todos por que es que se piensa así, estés en
Japón o quien sabe en algún lugar de Tombuctú.
La real academia española dice que la sociedad es una “Agrupación natural o
pactada de personas, que constituyen unidad distinta de cada uno de sus
individuos, con el fin de cumplir, mediante la mutua cooperación, todos o
alguno de los fines de la vida”, entonces podemos decir que, las sociedades
están compuestas por grupos, pequeños grupos de personas que tienen algo
en común y así si identifican entre si, para alcanzar un bien común.
Las sociedad, según creo yo, ha existido desde siempre y básicamente son los
pasos que nuestros antepasados, tatara tatara abuelos, bis abuelos, abuelos y
padres hayan sido criados por alguna decisión que se haya tomado de alguna
u otra manera, quiero decir que la vida da tantas vueltas que quien sabe donde
podríamos acabar, y quien sabe como o porque pequeña cosa de la vida
estamos aquí y ahora, vivitos y coleando. Esto mismo es lo que hace que cada
persona sea única y “especial”, nadie es igual al otro, cada uno tiene
experiencias que nos van marcando y que hacen que ese conjunto de marcas
sea un todo como ser humano, y que según todo esto vaya tomando un camino
u otro cuando se le plantean a uno varios rumbos. Es el hecho de cómo
nuestros padres, o quien sabe abuelos, a lo mejor, tíos, hermanos mayores, o
algunos simplemente solos, se crían, según una variedad de opciones que van
bailando alrededor de cada uno de nosotros se va construyendo lo que uno
llama vida.
Creo que esto se puede ver claramente en ‘Historia Americana X’, como según
una serie de circunstancias una familia relativamente normal, y por que no,
feliz, luego de algunos años prácticamente no es nada, está rota, como por una
serie de sucesos, las personas cambian, comienzan a pensar de otra manera,
sienten diferente, creen en otro tipo de cosas, y simplemente ya no creen. En
este tipo de cosas, siempre hay alguien que defrauda a otro alguien, puede ser
el padre, en el caso de la película, que incentiva el odio hacia los negros,
termina muerto por un negro y por esto del hijo nace un odio gigante hacia los
mismos, forma un grupo clasista que apoya los principio de raza aria de Hitler,
termina matando a un negro, va a la cárcel, cambia dentro de ella por que
gente de color es más bien la que lo ayuda dentro, al salir es otro hombre, pero
su hermano menor también a desarrollado el odio a los negros por el hecho de
que no tuvo ni padre ni hermano que estuviera junto a el, termina el muchacho
muerto por manos de un negro. Es un círculo vicioso a leguas, el uno le hace
daño al otro, el otro responde y daña a alguien que quiere el otro, y el otro
responde de la misma manera, otra y otra vez. A veces la ignorancia se hace
presente, como la cuestión de la raza aria y ese tipo de tonteras que son del
siglo pasado, y estoy segura que todavía se sigue viendo y no solamente en
EE.UU. obviamente, sino que en nuestras mismas narices, puede ser que en
nuestras familias, o en familias de amigos cercanos, ahí esta nuevamente…
dando vueltas el circulo.

Hoy en día la gente es tan afanosamente superficial, que se guían por quien
tiene más, como se visten o por quien tiene el auto más pintado de los de la
universidad, colegio, o trabajo. La escena en Elephant, en donde las chicas se
meten al baño para vomitar, con toda la naturalidad del mundo, es un
escalofriante retrato de nuestra pequeña sociedad. Todo está cambiando, por
seguir ejemplos comerciales banales, la gente se vuelve marioneta indiscutible
de compra y venta, vacía, hueca, rota.
Escucho a gente organizando su vida, moldeándola de alguna manera, según
sus intereses –Aquel tiene plata- Este otro se va a estudiar al Argentina- Esa
tiene un cuerpazo- Su familia es de gente bien- … y hacen malabar y medio
para conseguir lo que quieren, y ser, vanidosamente “felices”. Alcanzar un
sueño no tiene que ver con que uses como catapulta a otras personas, hasta
pisarlas el final, con tal de tener “eso” (dinero) que tu quieres, por mucho que al
otro le esté sobrando. Todo esto lleva a la gente a mirar a todo con un precio,
como su tuviéramos etiquetas en la frente que dicen cuanto cuestas, cuanto
vales, y algunos seguramente deben interpretar: Baratito.
Las personas que no tienen y que seguramente piensan que no valen, son las
más afectadas, no creen que haya necesidad de luchar por nada, por que no
son nada, por que son poco valorados, por que en el curso del colegio no lo
bajan de Nerd, chupa medias, marica, o raro declarado. Crea susceptibilidad
hace que culpen a todos por sus desgracias, hace que deseen tan
grandemente ser parte de un grupo, que terminan uniéndose al peor montón
que podían, donde también son ultrajados, obligados a hacer cosas que no
quieren, golpeados, marginados… todo por sentirse parte de aunque sea algo,
de estar protegidos.

Me parece interesante la idea del círculo vicioso, en cuestiones como las


pandillas, que nada tiene que ver con la adicción, o por lo menos no
físicamente, por que a lo mejor psicológica mente te ves tan atado a este grupo
de gente que no hallas la forma de salir de él. Si, el mundo de las pandillas es
totalmente ajeno a personas que están fuera de ellas, quiero decir, los
verdaderos protagonistas son ellos, y nadie se entera de la realidad del grupo
hasta que ya es demasiado tarde, siempre tiene que ocurrir una tragedia para
que alguien se de cuenta de algo están andando mal. Creo que al principio las
pandillas nacen para hacer algún bien, como se muestra claramente en
‘Pandillas en el Alto’ son personas que se juntan por que necesitan algo, un
orden, un lugar a donde pertenecer, una familia, algo con que identificarse,
alguien que los cuide, que se sientan protegidos dentro. Generalmente tienen
problemas, son abusados por los padres física o psicológicamente, o son
victimas del bulling, atropellados y maltratados por compañeros de colegio o
barrio. Una realidad no tan ajena a la mía, y eso viniendo de un colegio
particular, es creo yo, donde más se ven estas maras de personas que se
juntan para tener más poder, ganar territorio, chupar, waikear a alguien que no
te cae, o al huevón que te ha bajado a tu mina. Aunque no les gustaba que los
llamaran “pandilla” tenían todas las características de ser una como Dios
manda, los “CHS” o “Cachondos” eran nomás bien conocidos en la zona sur, y
tenían sus líos con otra pandilla del centro “Los cartel central”, uno de sus
líderes de los CHS era un buen amigo mío, lo conozco hace 10 años, hijo de un
personaje político, siempre con pedos de mala conducta en otros colegios,
contestón, y bien pintadito, de una familia con harta plata, fue a caer a mi
colegio por azares de la vida. Lo he debido ver pelear unas 5 veces en los 10
años que nos conocemos, pero más que seguro que no es nada a el total de
piñas que en toda su vida ha debido tener, lo chistoso es que las peleas
comenzaban por partidos de futbol, chicas, por defender a algún amigo que
había sido casqueado por otro, y algunas situaciones bien bizarras, como el
hecho de que un tipo haya tomado por error, el meado de otro que estaba en
una botella de Sallvietty, que evidentemente realmente parecía Salvietty y que
mágicamente había aparecido en su banco… si… totalmente bizarro. ¡Zaz! De
la nada a la hora de la salida ya había un quilombo de gente esperando en la
acera del frente, en conjunto con hermanos mayores y menores de los
implicados y miembros de pandillas de uno u otro bando. Recuerdo ver llamar
entre el recreo y las ultimas clases a este amigo mío, primero a su hermano,
que era miembro de los CHS, y luego a otros aliados del mismo. Alguien
siempre corría la voz de la calle en algún lugar recóndito de Calacoto para que
la gente se vaya dispersando, vaya bajando, para que ahí sea la pelea.
Varias veces también e oído decir al comienzo de alguna piña “Uno a Uno”, sin
embargo la mayoría de las veces, terminaba en “Campal” declaradísima. Era
tal la magnitud de la gente y los ya bien sabidos aconteceres que se darían en
algunas horas, que el director llamaba casi se podía decir diariamente al 110,
ya era costumbre verlo aparcado en la esquina, por si acaso, seguramente.
Generalmente en chupas de curso era que le oía hablar de sus grandes
hazañas, de cuanta gente había golpeado y el territorio que iban ganando en la
zona sur, los bautizos a gente nueva y las tremendas cruzadas que tenían
cuando juntaban alcohol con otro tipo de cosas. Al colegio varias veces llegó
medio ebrio, prácticamente a dormir al banco, sin embargo me parecía que
luchaba por lo que quería y aunque no era de los más brillantes en clase,
defendía con garra su ideología política (que seguramente era la misma que la
de su padre), y como tenía facilidad de habla, te podía convencer de que era
de noche, mientras el sol se reflejaba en tu cara.

En todas o por lo menos, en la mayoría de las películas vistas, la salida de una


pandilla, “gangs” es prácticamente imposible, a no ser que esta por alguna
razón se disuelva, como es el caso de la lectura sobre pandillas. Personas que
por alguna u otra razón ya no creen en los ideales propuestos por la “crew”,
tienen la soga en el cuello, por que uno nunca desprecia a sus “hermanos”.
Ahora más que nunca se ve que las pandillas, son un medio para delinquir,
asaltan, roban, agreden, a personas que nada tiene que ver con ellos. En una
ocasión, volvía a mi casa a eso de las 8 de la noche, como más que zona es
pueblo tranquilamente saque mi llave sin darme cuenta que por atrás se me
acercaba un tipo encapuchado y con una mariposa en la mano, muerta del
miedo me dí la vuelta lentamente y vi que otros dos tipos estaban apostados en
ambas esquinas de la cuadra, y ni un corajudo perro había en toda ella. –T'ant'
celular mierda, apurate- Yo en estado de shock digería la palabra lentamente,
parecía que el momento duraba horas, pero algo en esa voz… había algo… -
¿Goncito?- Las palabras salían solas de mi boca sin siquiera pensarlo, y ni bien
salieron algo en la postura del tipo cambió, retrocedió un poco, se sentía su
respiración. –¿¡Adri!???--, en ese momento le ví la cara, tímidamente hizo una
mueca de disculpas. Era el Gonzalo, amigo de un amigo, conocido de chupas,
paraba con los changos de mi curso, aparecía en las jodas o campamentos
siempre con su botella de combo. Varias veces habíamos compartido relateos
dopados en alguna amanecida, o unas chelas en el carrusel que era el lugar de
chupa antes de ir al colegio lo días jueves, nos juntábamos a las 7.00 AM, para
luego ir caminando medios chispas al colegio, la entrada a era a las 8.15.AM.
La estupefacción me hizo reír a carcajadas, mientras ninguno de los dos sabía
muy bien que decir, - Me estas queriendo chorear Goncho – dije entre
gimoteos, casi hipando de la risa, después de casi haberme muerto del miedo,
era un estado raro el mío, entre pánico, euforia, y desubicación total. Los
changos de las esquinas se estaban impacientando, se notaba por que
miraban reiteradamente hacia nosotros. –No Adri, como pues…- No había
mucho que podía decir el para desmentirse, el escenario era bastante claro.
Nos despedimos cínicamente, sin hacer ningún comentario, era irrebatible que
él se sentía ya bastante incomodo, y yo no quería darle ninguna razón como
para que quiera volverme a robar mi celular. Cerré mi puerta en un estado de
inconciencia total, todavía no muy segura de lo que acababa de pasar, en unos
tres meses no lo vi al Goncho, en la inauguración del año deportivo de mi
colegio apareció, pero nos ignoramos mutuamente. Tampoco es que creo que
tuviéramos algo que decirnos.

En fin, como había dicho, estas tribus urbanas que se forman a partir de un
problema, cuando necesitan salir hacia algún lugar para descargarse,
desahogarse, desquitarse. Desquitarse si, como una mala salida para la
ofuscación, y me parece que es exactamente lo que pasa con lo sucedido en la
matanza de Colombine, terminan los chicos de 17 años apenas, en un
asesinato masivo de 17 personas. Muchachos que eran maltratados por su
propia sociedad, nadie les tiraba pelota y cuando lo hacían era simplemente
para hacerse la burla de ellos. Leí sobre el Síndrome de amok, es un síndrome
cultural, que se da cuando la persona, (que increíble que el factor inicial del
problema sea la sociedad) tras un periodo de de preocupación, pesadumbre y
depresión moderada, el individuo tiene una súbita y espontánea explosión de
“rabia salvaje”, que hace corra locamente, armada, y ataque, hiera o mate
indiscriminadamente a las personas y animales que aparezcan a su paso,
generalmente termina en suicidio.
Es increíble lo que el odio y el resentimiento cultivan, las monstruosidades que
las personas pueden llegar a hacer cuando son de alguna manera arruinados
por su misma sociedad, sin ningún por que. Sin embargo de alguna manera
también los entiendo, no es que ellos hayan elegido ser así, ¿no?

El odio, el resentimiento, incluso los vicios son resultado de años y años de un


ir y venir de ideas, costumbres, pensamientos, experiencias vividas, familia,
amigos y entorno en general. Muchas veces escuche decir a amigos y
parientes - ¿Por qué tendría que dejar de fumar, si mi papá lleva fumando 40
años de su vida? Tengo le lejana idea de que todo se resume a esto, ejemplo,
un prototipo a seguir, si el lo hace… ¿por que entonces yo no?
El ego de las personas crece cuando se ven inmersos en alguna situación
temeraria, se sienten mejor con ellos mismos, se ven más machos, o más
pendejos, saben que de alguna manera así su estatus social crecerá. Y creo
que todos lo hemos sentido cuando hemos puesto nuestro primer cigarrillo en
la boca (y casi nos morimos de asfixia), uno se siente grande, dueño de si
mismo, realizado. Increíblemente me parece que la mayoría de las personas
que consumen drogas, que lo tienen todo, buena familia, plata, amigos,
educación, piensan exactamente en lo mismo la primera vez que consumen, se
sienten amos y señores de si mismos, han descubierto que inesperadamente
que son dueños de su vida y que pueden hacer lo que quieran con ella.
Diferente situación a la que pasan las personas en situación de calle, jóvenes
huérfanos, personas abusadas física y psicológicamente, que hallan a la droga
como un camino para consolarse, aligerarse, tal vez incluso esperanzarse de
todos los miles de complicaciones que tienen dentro.
Me parece increíble como las drogas van destruyendo poco a poco a las
personas, las consumen, dejan de ser ellas mismas, se transforman en tal vez
su peor pesadilla, se lastiman a si mismos y lastiman a las personas que los
quieres y que se preocupan por ellos, sin darse cuenta, se van quedando poco
a poco en una habitación vacía, donde solo está su vicio y ellos mismos. Se
olvidan de las cosas importantes, la familia, el amor, la amistad, luchar por los
sueños… a penas vagamente recuerdan quienes eran ellos antes de
comenzar con las subidas y bajadas de la droga. Pierden los valores
morales… terminan olvidándose de todo, absolutamente de todo lo que han
aprendido en la vida, traicionan, abusan, hasta matan… Supongo que este
también es un circulo vicioso, que es difícil de sobrepasar, de olvidar, de dejar
ir, pero si la misma persona no tiene la minima voluntad de luchar por su propia
vida… de ponerle un stop a todo esto… entonces… ¿quien?

Todos estos problemas de los que muchas veces son parte ya predicha de la
juventud, están mal encaminados, la sociedad, y en si, las personas juzgan sin
saber, y no se dan un ratito de su tiempo para preguntarse por que es que este
fenómeno se esta dando y por que es cada día más común, por que la gente
está sufriendo, por que se queja, por que cada día hay más vandalismo, por
que hay más asesinatos, más divorcios, más gente dentro de pandillas que
gente que estudie y que tenga sueños… No será que la culpa en realidad la
tenemos nosotros, es decir, hablando de nosotros como una sociedad, una
sociedad que debería preocuparse por en bienestar de sus individuos, sin tener
que ver aquí la clase, el color de piel, el estatus, la plata, nada… solo el hecho
de que vivimos en un mismo lugar, en una porción de tierra que no es tuya ni
mía, sino que es nuestra…

Es verdad que la realidad de Bolivia esta dando los primeros pasos hacia los
programas de ayuda y de información para personas pertenecientes a
pandillas, empezando con la concientización hacia una sociedad mejor,
explicando que todas las personas son agentes de cambio, y que si realmente
se quiere se puede mejorar.
Una sociedad libre de violencia es un sueño utópico del cual creo yo, todos los
países de penden sin embargo no alcanzan. La solución está en dar escucha a
todas las personas, trabajo, comida, ambientes, salud, educación, facilidades a
personas con enfermedades como la adicción, programas de reinserción a la
sociedad para individuos en la cárcel, ayuda psicológica para personas que
han sido agredidas, violadas, personas que han sufrido el asesinato de
allegados, y tantas otras cosas más en las que se puede brindar ayuda. Cosas
por las que el gobierno debería velar, por el bien de sus ciudadanos y por ende
por el bien del mismo país, para no terminar como decía en el principio del
ensayo, como los desdichados ratones.

El no juzgar está en nuestras manos, miles son las circunstancias por las que
las personas pasan segundo moldeando al individuo como el agua a la roca,
pero la cuestión está en saber dar aliento, lanzar una sonrisa, brindar una
mano amiga, a esta gente, que por azares de la vida está donde está y que
realmente lo único que necesita es entendimiento, un hombro donde llorar y
apoyo.

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