icopodio, el crinum y la cafia comin.
Cuando el viento sopla sobre las hojas de arurruz, una puede
ver lo extremadamente blancas y bonitas que son en su revise
43. Temas poéticos
Ta capital. Arcurruz, Erizo de mar. Potsos. Granizo, Brotes de
bi. Las violetas de hojas redondas. Musgo, Avena, Los botes
ato mandarin, Las caftas chigaya desparramadas, Pastox
verde. El peral. El guinjo, El malvavisco,
44. Cosas que no pueden compararse
Verano einvierno, Noche y dla, Linvia y rayos de sol. juventud
con vejez Larisa de wna persona con sueélera. Negroy blanco, Amor
» odio. La pequefa planta de anil con el gran filodendzo. Lavin
lloviena. /
Cuando una ha dejado de amar a alguien, siente que el oto se
ha wansformado en una persona distinta, aun cuando ne haya cam-
biado, En un jardin muy verde hay cuervos dormidos, Mis tate
hacia la medianoche los cuervs de uno de los drboles de pronto
despieran con gran agicisnyempiezan a bai sisal. Sa nyu
ma seextiende los otros éboles,y de inmediato todas lesaves corn
creme at aznando ‘alarmadas, (Cun diferentes de Jos mismos
45. Encontrarse con el amante
Para encontrarse con el amante el verano es la estacién apropia-
verdad, las noches son muy cortas y la claridad avanza antes
tas, pemaneciendo acastados se puede ver
‘matinal
lero se retite, y mientras se murmuran cosas, de repente se es-
tun ruido sordo, Por un instante escin seguros de que han si
uubiertos, pero s sélo el graznido de un cuervo que pasa volan-
0 pore
En invictno, cuando hace mucho fifo y una esté sepultada bajo
ropa de cama escuchando las amorosas palabras de su ainante, ¢s
dclicia ofr el sonoro gong del templo, que parece salir del fon-
le un pozo. Los primeros cantos de las aves, que todavia ocul-
sus cabezas bajo las alas, suenan extrafios y en sordina. Luego
s pajaros, uno tras otro, cantan respondiéndose,
cer oyendo el sonido que se vuelve cada vez més
46, La visita del amante
La visita del amante es lo més delicioso que hay en el mundo.
exo siel hombre es slo un conocido, o si ha venido por una char-
ln ocasional, puede ser un fastidio. El entra ala habitacién dela dama,
jonde varias otras mujeres estén resguacdadas tras las cortinas con-
versando, sin dar sefales de que su visita seré breve. Los criados que
fuera mostrando impaciencia, convenci-levantarse. El hombre gentilmente
igue molesca. “Como quieras -le dice,
jos. Como quieras.” Resentido, se meteen sus ropas de cama
Yascalma dspuestoadescansat, Es una noche fifa, como la mujer
dlo viste ropas sin forro, pronto comienza a
‘men en Ia casa, y por otra parte serfa impropio que cl
anduyiera sola poralli. A medida que la noche avanza, ella se acues.
‘cama lamentando, irrtada, que la pelea no tavie-
indo le hubiera sido més fécil retirarse.
idos en la parte trasera dela casay aftera,
tucve stavemente en la cama acercandose a su aman.
ironedndole de sus ropas de cama, y él la molesta todavia h
ciendose el dormido. “Por qué no seguistearisca por un rato més?
le pregunta finalmence.
enta retenerla, pero ella
iendo que ella ha ido
Jevantada
63. Cosas embarazosas
Micatras estoy con una visita, escu
desenfadadamente
bre alguien sin sospechar que podia ofrnos. Es
embarazoso aun si era sobre un criado o alguna otra petsona com,
Oir como se divierten los criados. Algo tan molesto como eset
charlos en un cuartopréximo, cuando una et de viaje ye aloja on
tuna habitacién estrecha o en una casa,
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Los padres que, convencidos de que su feo nifo es adorable, lo
miman y repiten las cosas que dice, imitando su vor.
Un ignorance que en presencia de algunas personas instruidas
«la aes de sabihondo y conversa sobre hombres de otros tiempos
Un hombre recita sus poemas (no particularmente buenos) y
nos cuenta sobre los elogios que éstos han recibido ~muy emba-
Despierta de noche, le digo algo a mi acompafiance, que simple-
mente sigue durmiendo.
En presencia de un miisico talentoso, alguien toca el koto p
mero placer y sin afinarlo,
Unyerno que ha dejado de
se encuentra con su suegro en un lugar p
64, Cosas sorprendentes y perturbadoras
‘soy limpiando un peine que uiizo como decoracién, y algo
cngancha en uno de sus dientes y el peine se quicbra.
n cartaje vuelea. Una ha imaginado que algo tan sélido, un
an voluminoso, permanecerfa por siempre sobre sus ruedas,
esto parece tin sufi, sorprendente y sin sentido,
ito o un adulto dicen abruptamente algo que esti destina-
‘omodar a los presences
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