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SEMANA 7

LITERATURA PREHISPÁNICA

Antecedentes
La literatura prehispánica del Perú está referida a las manifestaciones
esencialmente orales que se desarrollaron en nuestro territorio antes
de la llegada de los españoles; por tanto, comprende la de la cultura
preincaica como las manifestaciones del imperio Tahuantinsuyo.
La Literatura preincaica es valiosa en interpretaciones del mundo; se
manifestarán, por ejemplo, los mitos de Kon o la leyenda de Naylamp,
que explica el origen de la Cultura Chimú.
La literatura incaica florece entre 1440 y 1532.
Uriel Garcia, citado por AY Miranda considera que la literatura
hispanoamericana está relacionada con el paisaje geográfico y social
que abarca históricamente cuatro regiones distintas: El Anti es el alma
elemental, primaria, la fuerza de la selva; el Cunti es la tradición, la
Sierra; el Colla es la región de las llanuras donde el hombre es un
conquistador; el Chincha, la región de la costa, propia del alma de
inmigrante, que es inestable como el mar. Pero literariamente se
puede hablar de dos regiones opuestas: la costa y la sierra.

2. Características
Dentro de estas consideraciones, la literatura prehispánica tiene los
siguientes rasgos:
Agrarista: ligada a la actividad agrícola e inspirada en ella.
Anónima: Puesto que era de composición colectiva.
Oral: La carencia de escritura fonética llevó a su transmisión de
generación en generación. Algunos estudiosos consideran, sin
embargo, que “la literatura tuvo fuera de los quipus otros elementos
que sirvieron de escritura, pues se ha encontrado en distintas
regiones del país una serie de pictografías y petrografías que van
indicando la existencia de una escritura más avanzada
que la de los quipus; así, por ejemplo, cerca del Cuzco, en el
camino a Abancay, existe la famosa piedra que se llama de
Saiviti; el doctor Riva Agüero descubrió las inscripciones de
Huaitari, llenas de dibujos, con llamas, pájaros, serpientes…
Cosmogónica y panteísta: Busca la explicación del mundo
mediante el valor sagrado que le confiere a los elementos que
rodean al hombre.
Clasista: Muestra las diferentes clases sociales en su composición
y expresión temática.

3. Manifestaciones
MANIFESTACIONES DE LA LITERATURA INCAICA
Se reconocen dos vertientes:

3.1. Literatura oficial (o de la Corte Imperial)


a) Autores: los amautas.
b) Dentro de sus características esenciales está su carácter
laudatorio, puesto que estaba dirigida a mantener el orden y
poder de la corte imperial.
c) Géneros cultivados

Épico: Trató de perennizar el recuerdo de los dioses que


crearon las cosas, de los grandes cataclismos que sufrió el
mundo, o la memoria de los héroes que fundaron pueblos.
Todos estos hechos se fundieron en la fantasía de los amautas
y se impregnaron de superstición, conservándose en la tradición
oral.
Sus principales manifestaciones son:
- El mito
- La leyenda
- El cuento

Dramático
La comedia se llamaba Anai-sauca. La farsa recibía el nombre de
Llama-llama y de Hayachucas. La tragedia se llamaba Hanamsi.
Cieza de León nos habla de las fiestas, en las cuales los
hombres cantaban en voz alta villancicos y romances, y nos
entera también de las representaciones teatrales, de las que
textualmente dice: "En mitad de la plaza pública tenían puesto, a
lo que dicen, un teatro grande con sus gradas muy adornadas, con
patios de plumas llenos de charquería de oro y mantas
grandes, riquísimas de su tan fina lana, sembrados de argentería
de oro y pedrería. En lo alto de este trono ponían la figura de su
Ticsi Viracocha, grande y rica... bajo de este trono se tenía la figura
del sol..."

Comedias
Cuando se realizaban los grandes bailes o “taquis”, para solemnizar
las festividades mayores, se solía presentar pasos de comedia.
Entre estos podemos citar el Llamallama, el Ayacucho, el Janansi.

Drama
Especie teatral que se presentaba en días señalados, delante del
soberano y su corte. Temas: hechos militares, hazañas de incas
pasados y otros varones heroicos, pasiones de incas y guerreros
notables. La única obra conocida es el “Ollantay”.

Didáctico
Este género tuvo carácter instructivo –o de enseñanza- y se manifestó
a través de apólogos, cuentos, fábulas y máximas morales. El
objetivo fue servirse de las mencionadas especies para enseñar los
preceptos básicos de la moral, explicar la geografía y el proceso social
de manera práctica y sencilla, de modo que fuera entendida por la
masa del pueblo.

3.2. Literatura Popular


a) Autores: las haravicus, es decir, poetas del pueblo.

b) Características: Oral, colectiva, agrarista; esencialmente lírica.


* De inspiración espontánea con fina sátira e intención
picaresca.
* Erótica y de proclividad a la melancolía.
* Une música, poesía y danza.
* Constante referencia a plantas, animales y seres
TOTÉMICOS. La mujer es comparada con la flor, la paloma
(urpi), la tórtola (cuculí), la estrella (coyllur); el hombre,
según sus dotes, con el zorro (atoj), el zorrillo (añás), el
puma (puma), la pulga (piki), etc.
* Sencillez y brevedad en la composición; emotiva y directa.
c) Temas: Agrícolas, amorosos (tierra, hogar, familia, mujer),
animales domésticos; ironía, sarcasmo - festivos, dolor ante la
muerte.

d) Manifestaciones líricas
Toda canción o verso recibía el nombre de HARAWI, que
proviene de la palabra ARAWY (versificar). Significaría
entonces poema o creación poética.

Aymoray: Es la poesía que canta a la naturaleza. Se


entonaba durante las faenas agrícolas:
Ejemplo:
Aguacero, aguacerito
Granizada, granizadita
mira, no me mojes,
no me granices ,
tengo manta corta.
Tengo poncho chico.

Urpi: Composición que alude a la paloma, con protesta de amor


dolido desencanto, con dulce añoranza o con penetrante
nostalgia.
A las montañas iré
sin acordarme de ti,
y en el mundo no hallarás
ni la memoria de mí.

Huakataqui. Danza a los animales domésticos.


Haylli. Es la canción de la alegría y el triunfo, cantada por los
lugareños. Se clasifica en religioso, militar y eglógico.
Ayataqui. Canto y danza por la muerte del inca.
Wayñu. Poesía amatoria de tristeza suave y disimulada.
Morenito soy
Me digas que sí
me digas que no;
pero para ti
mi color perdí.

Wawalli. Festivo, coral, ingenioso, con estribillo exclamatorio


(amores nocturnos, voces de alerta, ahuyentar animales
dañinos)
Wanka. Auténtica elegía, por constituir la más sencilla
expresión de dolor ante los muertos. Ejemplo:
Lágrimas de sangre arrancadas
de la ventura ida,
en vuestro espejo retratada
su cadáver.

4. La creación de Viracocha
Viracocha comenzó su obra creadora en las orillas del lago Titicaca, en
Tiahuanaco, tallando en piedra las figuras de los dos primeros seres
humanos, del primer hombre y la primera mujer, es decir, los cimientos
de su trabajo. Al darle nombres a las estatuas, éstas cobraban vida,
pero en la oscuridad, porque todavía el dios no había dado luz a la
tierra.
El mundo de aquí todavía estaba en tinieblas; Viracocha postergaba la
creación de un mundo completo, al nacimiento de los seres humanos
que iban a disfrutarlo. Pero una vez que estuvo satisfecho con los
humanos que había creado, prosiguió su proyecto, poniendo en su
lugar al Sol, a la Luna, y a las estrellas, hasta cubrir toda la bóveda
celestial. Después, dejó atrás Tiahuanaco y se dirigió al norte y, desde
allí, llamó a su lado a las criaturas que acababa de engendrar. Antes de
partir, delegó las tareas secundarias de la creación en sus dos
ayudantes, Toca pu Viracocha e Imaymana Viracocha quienes
inmediatamente se dirigieron hacia el este y el oeste de los Andes, para
dar vida y nombre a todas las plantas y los animales que iban haciendo
aparecer sobre la tierra, en una hermosa misión auxiliar de la realizada
antes porViracocha. Cuando terminaban la misión encomendada por el
Dios Creador del Universo de los incas, llegaron a la orilla del mar, y se
perdieron en sus aguas.
Pero cuando Viracocha llamó a los recién nacidos, nadie acudió.
Entonces se encontró solo y triste por la desobediencia de sus hijos y
para que entendieran quién mandaba sobre el mundo, envió una
devastadora lluvia de fuego como castigo y purificación, para hacerles
recordar su poder y para encaminar a los soberbios humanos. La lluvia
de fuego que salió de las entrañas de la tierra, a través de los volcanes
de Cacha, aterrorizó a los humanos. Al ver que su conducta había
causado la destrucción de su maravilloso mundo, poniendo en peligro
su propia existencia, y arrepentidos de sus faltas, imploraron
humildemente perdón ante su buen Dios Viracocha. Éste se sintió
satisfecho al comprobar que había logrado escarmentar a sus criaturas,
haciéndoles tomar conciencia de que todo aquello que habían recibido
gratuitamente podían perderlo por la sola voluntad del Dios Creador.
Con los humanos agrupados a su alrededor, Viracocha se dirigió a un
lugar llamado Cosco (la posterior Cuzco), donde estableció su primer
reinado, dando a uno de los arrepentidos hombres el mando de la
primera ciudad y del primer imperio que existió sobre el planeta. Este
primer jefe, el primer Inca designado directamente por la divinidad fue el
legendario Allca Huisa, el generador de la larga y poderosa estirpe de
los incas.

5. El Ollantay
5.1 Resumen
Ollantay, enamorado de Cusi Coyllur, planea desde las escenas
iniciales solicitar el permiso del Inca para unirse a la princesa.
Piqui Chaqui, el solícito y alegre sirviente le advierte sin embargo,
de su osadía. Igualmente, el sacerdote Huillca Umu trata de
persuadirlo:
“¿No estás deseando seducir a Cusi Coyllur? Mira, no
hagas eso; que no cometa ese crimen tu corazón, aunque
ella mucho te amé. No te conviene corresponder a tantos
beneficios con ingratitud, cayendo en el barro. El inca
nunca permitirá eso, pues quiere demasiado a Cusi y si le
hablas, al instante estallará su enojo”
El inca Pachacútec desprecia a su guerrero, por lo cual este se
rebelará –y con él los antis- manteniendo una guerra sangrienta
durante diez años. La princesa ha sido recluida en la casa de las
vírgenes, lugar en donde alumbrará y criará una hermosa niña.
Uno de los refugios del rebelde es la fortaleza de Tambo
(Ollantaytambo). Orco Huaranca comanda su ejército y Ollantay es
aclamado inca por sus seguidores. Rumi Ñahui, en vista de que no
ha podido doblegarlo, inventa una farsa. Muerto el inca
Pachacútec, le sucede su hijo, Túpac Yupanqui. Rumi Ñahui pide
la oportunidad y la confianza para capturar a Ollantay. Fingiéndose
herido y maltratado por el nuevo inca, es amparado por el valeroso
Ollantay quien se aprestaba a celebrar el Sacrificio del Gran Sol,
fiesta que duraría tres días. Rumi Ñahui aprovecha para introducir
su ejército y captura a Ollantay.
Llevado frente al nuevo inca, ocurrirá un desenlace sorprendente:
Ollantay será perdonado y, ante la inusitada presencia de Ima
Súmac se descubrirá también la existencia de Cusi –a cuya
hermana el inca creía muerta-; es en esa circunstancia que Ollantay
reconoce a Cusi y el Inca consentirá la unión de los tres.
5.2 Fragmento
Sétima Escena
(Pacahacútec y Ollantay solos)

Ollantay (respetuoso pero digno): ¡Oh poderoso inca! Sabes bien que
desde mis primeros años he procurado tu felicidad en la guerra. Mi
brazo te ha servido para sojuzgar miles de pueblos que puesto sometidos
a tu merced. He derramado por ti mi sudor, he aterrorizado pueblos
cayendo inmisericorde sobre ellos. ¿NO soy acaso conocido como aquel
que derrama torrentes de sangre?
He puesto a tus pies a miles de yuncas para que sean tus siervos en tu
palacio. He aniquilado el poder de los Chancas. He dominado también
Huanta Huillca postrándolo a tus plantas. Siempre he sido el primero en
el combate y he aumentado tus dominios ya sea por la persuasión o por
el terror.
Pachacútec: ¿No te he premiado, Ollantay, por todo ello?
Ollantay: Sí padre mío. Tú me has otorgado esta macana de oro y este
yelmo elevándome de la condición de plebeyo. Tú me has puesto al
mando de cincuenta mil Antis, encomendándome esa nación a mí. Me
inclino a tus pies, señor, como siervo tuyo que soy, para pedirte, en
mérito de todo lo que te he ofrecido, que me asciendas más…
Pachacútec: Di qué es lo que quieres.
Ollantay: Señor, concédeme a Cusy Coyllur…
Pachacútec (Sereno y enérgico): ¡Ollantay! Tan sólo eres un hombre.
Ollantay: Señor…
Pachacútec: Recuerda quien has sido. Miras demasiado alto.
Ollantay: Con Cusy Coyllur como mi luz te adoraré hasta la muerte.
Pachacútec: Pero, ¡estás en tu juicio?
Ollantay: ¡Quítame de una vez la vida, si me la niegas, que es como
arrancarme los ojos de la cara!
Pachacútec: ¡No eres tú el que puedes elegir entre la vida y la muerte!
¡Sal de mi presencia! ¡Sal!

Acto III
Escena VII
Sale IMA-SÚMAC.

Ima-Súmac.- ¿Cuál de vosotros es el Inca, para arrojarme a sus pies?


Huillca-Uma.- Él es nuestro Inca, bella niña; ¿por qué lloras?
ima-súmac.- ¡Inca mío! tú eres mi padre, perdona a tu hija. Favoréceme,
pues eres hijo del Sol. Mi madre habrá muerto ya, presa
en una cárcel de granito. Un feroz enemigo la confinó allí, para que
muriera lentamente. Estará ya bañada en su sangre.
Túpac-Yupanqui.- ¿Quién es aquel tirano? ¡Ollanta! ¡Ollanta!
¡Levántate pronto! ¡Ve eso!
Ollanta.- Vamos, niña, llévame presto. ¿Quién ha muerto a tu madre?
Ima-Súmac.- Tú no vayas; el Inca que la vea, pues él la conoce,
mientras que tú, no. Inca, levántate pronto; no sea que encuentre a mi
madre muerta; ya me parece ver su cadáver. Sí, obedéceme.
Huillca-Uma.- ¡Poderoso Inca! Pues hasta ti llegan sus tormentos,
¿quién osará impedir que seas su libertador?
Ollanta.- ¿Dónde está tu madre cautiva?
Ima-Súmac.- En un rincón de aquella casa.
Túpac-Yupanqui.- ¡Vamos! ¡Vamos! Todos juntos; ya que hallándonos
en me-dio de los placeres, esta niña ha venido a rasgar mi corazón.
Ima-Súmac.- (Señala la puerta.) ¡Padre mío! Aquí está mi madre.
¡Aquí! ¡Quién sabe si ya se encuentra muerta!
Ollanta.- Me parece que te engañas: ésta es la casa de las princesas.
Ima-Súmac.- Mi paloma padece en esta casa diez años.
Ollanta.- ¡Abrid aquella puerta! ¡El Inca viene!

5.3. Alusiones históricas en Ollantay

Ollantay, Antonio Valdez y la rebelión de Thupa Amaru


De César Itier
Instituto Nacional de Lenguas y Civilizaciones Orientales (París)

Ollantay contiene numerosas alusiones a los acontecimientos del periodo


1780-1782. Solo presentaré aquí algunas de ellas.

a) La rebelión de Chayanta

En una de las primeras escenas de la obra, el inca Pachacuti habla con


sus dos generales, Ollantay y Rumiñahui. Les refiere que la población de
Chayanta ha tomado las armas con el objeto de atacar el Cuzco. ¿Por qué
Valdez se detuvo en evocar un conflicto que no desempeñará ningún papel
en los acontecimientos posteriores de la obra? ¿Por qué ubicó esa
rebelión en Chayanta, ciudad situada a 900 kms. al sur del Cuzco, y que,
por lo tanto, representaba, desde un punto de vista geográfico, una
amenaza particularmente lejana, por no decir inverosímil? Valdez no
extrajo este detalle de los Comentarios reales de Garcilaso ni de otra
crónica, dado que, hasta donde tengo conocimiento, las fuentes históricas
no mencionan ninguna rebelión de Chayanta contra un rey inca.
Esta alusión remite en realidad a un hecho de actualidad. En efecto, en la
época en que se escribió Ollantay, un acontecimiento notorio estaba
asociado al nombre de esa pequeña ciudad del Alto Perú: un importante
levantamiento estalló en ella el 5 de septiembre de 1780, dirigido por el
cacique Tomás Catari, dos meses antes de la sublevación de Thupa
Amaru en Tungasuca. Ese levantamiento fue el primer foco de la gran
rebelión que tenía que propagarse por los tres virreinatos de la Nueva
Granada, del Perú y del Río de la Plata, y de la cual la sublevación de
Thupa Amaru no fue más que la vertiente cuzqueña. Los mismos
contemporáneos de Valdez consideraban que los acontecimientos de
Chayanta habían constituido el antecedente que había motivado o
precipitado los de Tungasuca. Así lo expresó el obispo Moscoso en una
carta que dirigió, en 1782, a su colega de La Paz.56 El autor de Ollantay
parece, pues, utilizar esa alusión para establecer claramente, desde el
principio de la obra, una identidad entre el personaje de Ollantay y Thupa
Amaru. Por eso es que los chayanteños, en ese momento, son calificados
por el inca de phiña amaru (serpientes feroces). Justamente, era común,
en los medios realistas, jugar con el nombre Thupa Amaru (Serpiente
Resplandeciente) y calificar al rebelde de «sierpe».

b) Partidarios y adversarios del tratado

La escena culminante de Ollantay es aquella en que casi todos los


protagonistas se encuentran reunidos, en la tercera jornada, para
presenciar el inesperado perdón otorgado a los rebeldes por Túpac
Yupanqui. Es la escena más inverosímil de la obra, como lo han advertido
numerosos críticos desde José Palacios. Pero cobra sentido si vemos en
ella una representación condensada de los acontecimientos de los días 26
y 27 de enero de 1782 en Sicuani, es decir, de la ceremonia de rendición
de Diego Cristóbal Thupa Amaru. En la comedia, cuando los rebeldes son
llevados encadenados ante Túpac Yupanqui, este, antes de pronunciarse
sobre la suerte de los cautivos, pregunta al sumo sacerdote y al general
Rumiñahui su opinión acerca de lo que se debe de hacer con elllos. El
pontífice se niega a proponer un castigo:
Ñuqaman ancha khuyaqtan A mí el Sol me ha dado
Inti sunquta quwarqan. un corazón muy compasivo.

Frente al sacerdote compasivo, se yergue el militar cruel: Rumiñahui (Ojo


de Piedra) pide para los cautivos una serie de suplicios que disuadan a
cualquiera de atentar contra la autoridad del inca…

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