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SIN BILLETE DE VUELTA

Pablo Olóndriz

www.olondriz.com
© Pablo Olóndriz Lázaro, 2013

Tercera edición: Septiembre de 2015

ISBN: 978-84-616-6269-2

Diseño de cubierta: Javier Olóndriz

Impreso en España por: Rotaclick S.L.

La información contenida en esta publicación es sólo para fines informativos.

Si doy algún consejo legal o financiero es mi opinión basada en mi propia


experiencia. Siempre debes buscar el consejo de un profesional antes de
actuar respecto algo que haya publicado o recomendado. Este libro puede
incluir información, productos o servicios de terceros y no asumo
responsabilidad alguna por ellos. La publicación de dicho material de terceros
no es más que una recomendación y una expresión de mi propia opinión de
este material. Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida,
transmitida o vendida en su totalidad o en parte en cualquier forma, sin el
previo consentimiento por escrito del autor. Todas las marcas comerciales y
marcas registradas que aparecen en este manual son propiedad de sus
respectivos dueños. Al leer esta publicación, estás de acuerdo en que yo no
soy responsable del éxito o el fracaso de tus decisiones en relación con la
información presentada aquí.

Para preguntas o aclaraciones por favor envía un mail a


pablo.olondriz@gmail.com
A mi familia.

También a todas aquellas personas que apoyaron la


creación de este libro a través de la campaña en
Indiegogo: Javi, Borja, Juan, Ana, Sergi, Eishreth,
Carlota, Ana Carolina, Íñigo, Jose, Saúl, Cáliz, Yolanda,
Rafel, Enrique, Guille, Judith, David y Cristian.
ÍNDICE

NOTA DE LA 3ª EDICIÓN ............................................ 5


PRÓLOGO.......................................................................... 6
ESPAÑA............................................................................ 10
MALASIA .......................................................................... 20
TAILANDIA ...................................................................... 91
OMÁN ............................................................................. 153
VUELTA A CASA ......................................................... 213
NOTA DE LA 3ª EDICIÓN

Han pasado ya más de 3 años desde que realicé el


viaje en el que estás a punto de verte inmerso a través de
estas páginas. Mi idea en un principio era simplemente
compartir lo que me ocurría en un blog personal de Internet
y es por eso que encontrarás cambios de estilo en la
narración que puede que te sorprendan.

En vez de corregirlos, quise dejarlos tal y como estaban para


poder recordar siempre lo que viví sin adornarlo con
florituras.

Te invito a que no te acerques a este libro con la esperanza


de leer una auténtica novela, sino que lo leas con la
curiosidad de quien escucha a un amigo suyo explicar una
bonita historia.

Como todo viaje, éste también tuvo un principio y un final.


Lo que pasó más tarde, al volver a casa, lo he ido explicando
en www.olondriz.com y siempre he tenido en mente escribir
muchos más libros.

Lo que hago ahora es recoger experiencias y madurez para


poder darte lo mejor en un futuro.

Hay personas a las que este libro ha cambiado la vida.


Espero que seas tú una de ellas, porque nada me llena más
que poder inspirar a otras personas a través de la palabra y
la escritura.

¡Muchas gracias!

05 de Septiembre de 2015
PRÓLOGO

Podría decir que este libro es para aquellos que


deseen emprender una aventura, que anhelen sentir
emociones fuertes al leerlo y disfrutarlo como si ellos
mismos fuesen el protagonista.

Podría decir que es el libro ideal para viajeros, para los que
sienten que la vida es algo más que el paso sin cesar de los
días y para aquellos que creen que lo mejor siempre está por
llegar.

Podría decir que este libro narra la historia de un viaje, no


solo a lugares fascinantes y a otros tipos de vida diferentes a
la que tenemos concebida, sino un viaje interior, hacia la
conciencia y el conocimiento, a través de las experiencias y
pensamientos más profundos de su autor.

Podría también contaros que el libro es un diario detallado


de cómo exprimir la vida, de cómo disfrutarla con poco y de
saber apreciar todo lo que nos rodea.

O podría simplemente decir que este libro trata de salir de la


asfixiante rutina, de atreverte a cumplir tus sueños sin
miedo a lo que pueda pasar, haciendo lo que quieres con el
único objetivo de ser más y más feliz.

Podría decir todo eso y no me equivocaría. Pero si tuviese


que describir este libro de la forma más sencilla, diría que es
un libro sobre la vida en toda su plenitud.

Que lo disfrutes,
ÁLEX FERREIRO
ESPAÑA

10
24 de septiembre de 2012

1 | Billete de ida

Billete de ida... pero no de vuelta.

Es el que he cogido para volar el próximo día 15 de


Octubre con destino Kuala Lumpur, Malasia.

No me voy de vacaciones, ni por tema de trabajo... me


voy a vivir. Todo en mi día a día se ha recolocado para
que dé este paso: he terminado las últimas
asignaturas de la universidad que me quedaban, he
acabado el genial curso de Dale Carnegie y también he
finalizado mi trabajo en La escuela de Inversión y
Traders International, en el que he estado justo un año
y en el que he aprendido mucho más de lo que había
podido imaginar en un principio. Tengo pendiente
escribir todo lo que he visto allí en un próximo post.
Más de uno alucinaría... han sido diez años
concentrados en uno.

Hace ya tiempo que decidí que la vida para mí no sería


soñar mientras el tiempo pasaba, sino que haría
realidad todos esos anhelos que tenía. Este es uno de
ellos.

Inspirado por el libro Vagabonding y por el blog


TheCrazyTravel, me marcho sin ningún plan
preestablecido, más que disfrutar de mi vida y

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aprender, a la vez que visito lugares, conozco personas
y trabajo en los lugares que encuentre apropiados
para mi crecimiento personal.

Lo considero un viaje interior más que exterior. Tengo


ganas de visitar todos los países de la zona o inclusive
de todas partes del mundo, sin embargo, no tengo
especial interés por ver nada en concreto. Mi interés se
centra sobre todo en conocer personas y en conocer
como soy yo en situaciones límite, qué recursos
interiores poseo y de qué manera sé -o no sé-
buscarme la vida cuando no tengo a ningún familiar o
conocido que me eche un cable.

He tenido que escuchar opiniones de todo tipo acerca


de mi viaje cuando lo he comentado con ciertas
personas. Lo curioso es que los "es muy arriesgado",
"estás loco", "no te llegará el dinero" y demás
advertencias limitantes vienen de personas que nunca
se han movido de su casa, mientras que los que sí han
estado en el sudeste asiático me comentan que es un
lugar espectacular y que no se lo pensarían dos veces
si pudieran hacer un viaje así ahora.

¿Por qué Malasia? Tenía claro que quería ir a un país


lejano, diferente de todas las culturas occidentales que
conozco, en el que el nivel de vida fuera más bajo que
en España por varias razones... una de ellas es que en
estos países las personas suelen tener mucha más
conciencia y son más hospitalarias que aquí, otra es la
espectacular riqueza natural y también añado el tema
del idioma: el inglés. Me apetece mucho estar
hablando inglés todo el día para mejorarlo un poco
más.

12
No hay miedos, solo emoción por ver lo que depara el
destino. ¡Por supuesto escribiré todo lo interesante
que me pase aquí!

Esta es una época de cambios, tengo la sensación de


que están ocurriendo multitud de acontecimientos en
muy poco tiempo, parece que todo se está poniendo en
su sitio y todo se esté acelerando espectacularmente...
y curiosamente a muchas personas de todas las
edades les está pasando lo mismo; no es una
sensación exclusiva mía.

Me encanta haber nacido en esta época de


posibilidades.

Antes de morir... ¡Vive!

13
4 de octubre de 2012

2 | ¿Y si...?

No puedes dejar de vivir algo que has querido


hacer toda la vida -como en mi caso un viaje sin billete
de vuelta- por miedos.

Por miedo a quedarte sin dinero -y por tanto sin comer


o sin un lugar en el que dormir-. Por miedo a estar
solo. Por miedo a que “te pase algo”, miedo a lo
desconocido. Miedo a no saber qué hacer cuando
acabe el viaje en el plano profesional... Miedo a miles
de cosas que en definitiva, se traducen siempre en
miedo al futuro. A no tener el futuro asegurado.

Tienes tu vida montada aquí y al fin y al cabo es una


buena vida. Sin sobresaltos demasiado grandes.
Haciendo prácticamente lo que quieres, que a la vez es
lo de siempre. En el plano general ya sabes más o
menos lo que va a pasar, solo cambiarán los detalles.

Das por sentado que no te va a faltar de nada, que lo


básico siempre lo tendrás cubierto. Esa falsa
sensación de seguridad que siempre has tenido.

Pero quizá sí que te falta algo, te falta lo más


importante: hacer lo que de verdad siempre has
querido en la vida.

Es posible hacerlo.

14
¿Qué es tener el futuro asegurado? Casi todo lo que
llevamos a cabo desde que somos pequeños está hecho
para asegurarnos un futuro. Sin embargo, tú podrías
morir mañana. Si, ¡mañana! Piénsalo, entonces…
¿Qué pasaría con todos tus planes presentes y
futuros?

Lo curioso es que cuando empiezas a vivir la vida tal y


como tú mismo quieres* y no como te dictan otras
personas o tus propios miedos, todo -llámalo universo-
se alinea para ayudarte. Nunca fracasas. Es imposible.
Le pones tanta pasión a lo que haces, a tu día a día,
que ese empuje hace que todo salga bien.
Simplemente no puede ser de otra manera.

El único requisito es quitarse los miedos. Todos. Una


tarea más o menos dura y más o menos larga.

Te aseguro que vale la pena.

*Como quieres de verdad, no como tú mismo o los


demás te han hecho creer que quieres a lo largo de los
años. Es importante profundizar en este aspecto.

15
13 de octubre de 2012

3 | Cómo preparar un viaje de mochilero


por el mundo

En dos días estaré volando hacia Malasia.

La cosa va al revés de lo que parece. Uno primero


compra el vuelo por internet (Barcelona-Kuala
Lumpur, 508€, compañía Qatar Airways, 16 h de
vuelo con 1 escala) y después, con el “ya no puedo
volverme atrás” uno empieza a informarse sobre todas
sus dudas:

¿Cómo sé lo que tengo que llevarme cuando voy a


pasar meses y meses fuera de casa? ¿Cómo va esto de
los visados? ¿Qué voy a hacer cuando esté allí?...

No tenía ni idea, así que empecé a mirar blogs de otros


viajeros. El resultado es que todo es mucho más
sencillo de lo que parece, aunque el mes de
preparación no te lo quita nadie:

- Ir al consulado de Malasia en Barcelona. El visado es


gratuito para españoles por tres meses, pero el
problema era que quieren una confirmación en forma
de billete de vuelta para estar seguros de que te vas a
marchar del país. Como no pensaba volver a casa
después de estos tres meses, sino seguir viajando,
pregunté si era posible coger un billete de tren en vez
de uno de avión. Tras hacer una llamada a Madrid me

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confirmaron que sí, así que unas horas después ya
tenía reservado un tren de KTMB dirección Tailandia
para Diciembre por 25 Ringitt (= 6€) que usaré si me
va bien y sino no.

- Ir a la delegación de tráfico para que me den la


licencia internacional de conducir. Pago de 10€,
fotocopia carnet de conducir y una foto tamaño carnet
y lo tenía listo en menos de quince minutos.

- Hacer escaneo y fotocopia de todos los documentos


importantes: pasaporte, tarjetas, licencia conducir,
seguro médico, Currículum Vitae…

- Liberar Smartphone por internet para que pueda


ponerle cualquier tarjeta SIM del país en el que esté.
En doctorsim.com por 6€.

- Ir a ponerse las vacunas pertinentes. Descubrí


Barnaclínic en mi ciudad, especializado en viajeros.
Por 35€ te dan unos cuantos avisos y
recomendaciones personalizados para tu viaje y te
ponen las vacunas necesarias. He tenido que ir un
total de tres veces este último mes para vacunarme.

- Abrir una cuenta bancaria en Nova Galicia Banco


(ahora EVO Banco). Me lo recomendaron varias
personas que habían viajado a estos países, ya que no
te cobran comisión por sacar dinero en cajeros
extranjeros. Eso sí, al contratarlo te “obligan” a tener
un seguro de vida que te cuesta 66€. Lo pagué, ya que
prefiero tener dos tarjetas físicas en vez de una sola de
La Caixa. También tengo cuenta de Paypal y otra en
ING, las cuales opero a través de Internet.

- Registrarse en dos webs imprescindibles para


viajeros (que no turistas): Couchsurfing y Workaway.

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La primera es mundialmente conocida, te sirve para
contactar con personas de cada región que te puedan
alojar de forma gratuita en su casa por unos días o
con las que puedas ir a tomar un café y que te
enseñen su ciudad. Los primeros días en Kuala
Lumpur los pasaré en casa de un amable malayo de
mi edad que me ofreció quedarme en su casa. La
segunda web, Workaway.info, es más para tema
trabajo y a diferencia de Couchsurfing es de pago. El
registro es de 22€ por dos años. Allí encuentras
personas que necesitan gente para trabajar con ellos
una temporada, que va desde unas pocas semanas
hasta unos meses dependiendo de cada uno, y a
cambio de esas 4-5 horas diarias te dan alojamiento y
3 comidas al día.

- Cerrar asuntos abiertos, como en mi caso el trabajo,


que he dejado definitivamente y por supuesto
despedirse de la gente querida. Me encanta porque ves
a todas las personas que te importan en dos-tres
semanas y por tanto lo pasas genial. Yo al menos lo he
pasado muy bien.

- Y por último, ir a Decathlon y comprar la mochila


(Forclaz 60L por 55€) en la que llevo: Ordenador
portátil con funda + cargador + USB 16 Gb +
Smartphone + cargador + conector ordenador +
auriculares + pasaporte + carpeta portadocumentos +
fotos carnet para visados + agenda + un par de gafas +
lentillas + liquido limpiador + saco de dormir ligero +
conector universal de corriente + ladrón + bolsa ropa
sucia + linterna + cuerda 3metros para tender ropa +
candado + neceser con todo + bolsas de plástico +
medicamentos varios por si acaso + 2 libros + dos
pantalones cortos + pantalón de deporte + bañador +
chubasquero + dos pares de bambas + chanclas +

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toalla microfibra + 5 camisetas + 2 camisas de cuadros
+ 7 calcetines y calzoncillos + un jersey.

Luego cuando lleve un tiempo allí contaré si todo esto


que llevo hace falta o si sobran cosas.

Creo que lo más importante de todo lo que te puedes


llevar es una mente abierta. Abierta a aprender de
todo. Sin ningún miedo. Sabes que todo lo que te va a
pasar allí, sea bueno o malo, es aprendizaje si lo
analizas bien. Y este conocimiento/aprendizaje
significa saber vivir mejor tu vida, ya que te conoces
mejor a ti mismo y, por tanto, se suele traducir en
felicidad.

19
MALASIA

20
18 de octubre de 2012

4 | Tres días en Kuala Lumpur

Barcelona-Doha, 6 horas y pico. Doha-Kuala


Lumpur, casi 8 horas más de vuelo. Ver tres películas,
conocer dos chicas españolas, un señor Malayo y un
viajero Belga, dormirme y despertarme seis veces, leer
un libro, comer cuatro veces y beber tres cervezas.

Había llegado al lugar que había estado imaginando en


mi mente durante casi dos meses.

Después de recoger mi mochila en el aeropuerto,


directo al bus que me llevaba a la estación central de
Kuala Lumpur. Allí había quedado con Nigel Lee, el
chico malayo que conocí a través de Couchsurfing y
que me iba a alojar en su casa los primeros días.

Y vaya días... parece que la suerte siempre está de mi


lado. Gracias a que Nigel tenía coche, hemos visitado
las "Batu Caves", Chinatown, un templo indio, otro
templo chino, las famosas torres Petronas (llamadas
aquí KL Twin Towers) e incluso ayer fuimos con su
familia a un festival chino muy curioso. He podido
vivir en su casa como un rey, sin preocuparme por
nada y aprendiendo muchísimo sobre la vida de aquí.

Varios aspectos impresionan en Malasia al llegar:

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- El calor continuo que hace, lo que provoca que el
agua se evapore enseguida y que por ello cada día
caiga durante unas horas una lluvia espectacular.
También provoca que en todas partes haya
ventiladores o aire acondicionado puesto a tope y que
me tenga que duchar como mínimo dos veces al día
para aguantarlo.

- La gran diversidad cultural, conviven Malayos con


Indios, Chinos y personas de todos los países asiáticos
diría yo. Muchos tienen su propio barrio, como Little
India o Chinatown y son divertidísimos de visitar. La
comida merece un capítulo aparte, pero lo añado aquí,
ya que la enorme variedad de platos que hay se debe a
esta convivencia de culturas. No puedes recorrerte
una calle entera sin encontrar varias paradas en las
que comprar algo para picar.

- Los precios si vas a los sitios adecuados. Comer me


ha costado hace un rato 2€ (7.8 MYR), el ticket de
metro 0.40 cent (1.6 MYR), la habitación para pasar la
noche casi 9€ (35 MYR)... aunque por otra parte es
una ciudad en el que el desarrollo es continuo e
imparable, en todas partes se ven obras y enormes
edificios en construcción. Seguro que año tras año los
precios van aumentando a la par que su economía
evoluciona.

Ahora mismo está diluviando fuera y escribo desde un


hostel, donde tengo una habitación de 2x2 metros con
una cama y un ventilador, sin ventanas y con unos
bichitos negros muy curiosos como compañeros de
habitación. Estaré por aquí unos días sin hacer nada
más que vivir, pasear, observar, comer, escribir y
pensar qué haré a partir de ahora. De momento hay

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una opción a punto de hacerse realidad a partir del
próximo domingo, iré actualizando...

Nigel me había ofrecido quedarme en su casa hasta


que encontrara un lugar en el que trabajar o hasta
que quisiera irme de viaje a visitar el país, pero
amablemente le he dicho que tengo que estar solo para
ir aprendiendo a vivir por mi cuenta: ir a comer por
ahí, comprar lo que necesite, reservar una habitación,
lavar la ropa, conocer gente... ¡seguro que volveré a
verle! Si todos los malayos son como él y su familia,
este país es espectacular.

23
¡La de arriba es la habitación
más pequeña en la que he
dormido nunca!

24
20 de octubre de 2012

5 | Sensaciones al otro lado del planeta

Cuando la mayoría de las personas piensan


alguna vez en dejar de lado sus comodidades e irse a
un país lejano a buscarse la vida -por la razón que
sea- suelen aparecer en escena los miedos.

Los míos también estaban allí, no soy ninguna


excepción.

Gracias a que últimamente había realizado un trabajo


interior muy grande reflexionando acerca de la vida
estos miedos, sin embargo, eran solo un mero residuo
de lo que podían haber sido hace un par de años.

Llegué al aeropuerto, cogí el bus que llevaba hasta la


estación central de KL y fue entonces tuve un rato de
calma para empezar a pensar: “Esto no es tan diferente
ni tan extraño como lo pintan… esta autopista está
llena de coches, ¡casi parece el camino de Barcelona a
Sitges! Estoy aquí como podía estar en cualquier bus de
mi ciudad, tan tranquilo…”

Al pasar las horas y los días vi que quizá externamente


es todo muy peculiar, lo cual lo hace aún más
divertido, sin embargo en el fondo todo es lo mismo:
personas viviendo.

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Y luego, cuando me vi al fin solo en Kuala Lumpur,
una ciudad en la otra punta del planeta, sin nadie a
mi lado al que acudir, no morí de repente, ni me
atracaron dejándome en bolas sin un lugar a donde ir,
ni estaba rodeado de malas personas, ni cogí una
enfermedad incurable, ni me perdí definitivamente
para siempre… vale, ahora exagero, pero es lo que
muchos temen. Todo se arregla solo y todo tiene
solución: aprendo a buscarme la vida.

Al trasladarme al hostel, meterme en mi habitación y


desempaquetar la mochila escribí esto en el
cuadernillo que tengo:

“Que alguien me explique por favor qué estoy haciendo


aquí. Estoy cansado, hace mucho calor, esta habitación
es claustrofóbica y no tiene ventanas… estoy solo. ¿Por
qué tengo que empezar otra vez de cero?”

Es lo que sentía en ese momento y por eso lo escribí.


La sensación me duró exactamente 10 minutos. No la
he vuelto a sentir más.

Todo lo que ha seguido desde entonces ha sido esa


sensación de estar vivo y estar viviendo un sueño, de
sorpresa y curiosidad acerca de todo lo que me rodea.
Es genial.

Cuando hace unos meses me di cuenta realmente de


que solo tengo una sola vida supe que esa vida tiene
que ser aprovechada al máximo. Eso hace que ahora
en este viaje y en mi vida mis elecciones únicamente
se rijan por estas dos premisas:

1. Si una elección está basada en el miedo, aunque


sea un miedo ínfimo, la retiro y escojo otra que no
esté influenciada.

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2. Cuando dejo de aprender y divertirme, es señal de
que algo no va bien y que la vida me dice que vaya por
otro lado: entonces hay que hacer un cambio. Cueste
lo que cueste.

En este blog me gustaría ir contando no solo las cosas


que me pasan, que en el fondo son externas a mí (para
eso en Internet puedes encontrar miles de blogs de
viajeros), sino también mis pensamientos y
sensaciones interiores, que al fin y al cabo son los que
crean mi realidad y hacen que sienta lo que me ocurre
de una forma u otra.

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Brickfields… el barrio en el que estuve las
primeras dos semanas en Kuala Lumpur

28
25 de octubre de 2012

6 | Viviendo con una familia musulmana

El 60% de los malayos son musulmanes. Si...


este dato tampoco lo sabía yo hasta hace poco.

El caso es que después de pasarme una semana en la


gran ciudad, en la que tuve oportunidad de aprender a
desenvolverme solo, visitar todos los lugares
importantes de KL, conocer Malayos y extranjeros
simpáticos, ir al cine que hay en la base de las torres
Petronas y descubrir que el mero hecho de pasear y
probar nuevos lugares para cenar en mi barrio -
Brickfields- era genial… decidí que era hora de
continuar mi camino y de paso probar qué tal
funciona Workaway.info

Workaway es una web en la que te registras pagando


una suscripción de 22€ por dos años y puedes
encontrar en cada país personas que necesitan a
alguien para trabajar con ellos, a cambio de
alojamiento y comida.

Me registré porque para un viajero al que no le sobra


el dinero es lo ideal: vives el país desde dentro, no
como un turista. Haces lo que los locales hacen y te
adaptas a sus costumbres, además de aprender miles
de cosas nuevas de todo tipo. Y lo que más aprecio es
que no es algo que te ata, como lo haría un trabajo
más serio.

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Vi que en Malasia había varias opciones, la más
cercana en ese momento y la que más me atraía, tanto
por descripción como por fotos, era la de una familia
musulmana que vivía a las afueras. Lo del porcentaje
de musulmanes del principio del post venía a cuento
por esto.

Así que me puse en contacto con la madre, Susi, nos


intercambiamos algunos mails y al cabo de dos días ya
empaqueté mi casa portátil -también llamada mochila-
y cogí el tren.

Solo llegar creí que me iba a volver loco en este lugar.


Me enseñaron un cuarto lleno de telarañas y ¡ale!, a
limpiar. Aquí será donde duermas.

Lo de dejar los zapatos en la entrada e ir descalzo al


menos ya lo tenía aprendido de otros lugares (ya te
imaginarás de qué color suelo tener las plantas de los
pies). Además no sabía que pasaba, pues no paraba de
entrar gente extraña a la casa, mucha gente. Y para
poner la guinda, no había manera de conectar el
ordenador y el móvil a Internet.

Lo de internet merece un capítulo aparte.


Desesperación. En ese momento me di cuenta de mi
enorme dependencia a la red, a estar conectado con
los míos y a compartir todo lo que vivo en este blog.
Me doy cuenta de que me es complicadísimo vivir aquí
sin ello. Por suerte, acabé solucionando el problema y
el sol volvió a brillar.

Ahora mismo llevo ya tres días viviendo aquí y la


situación no podría ser mejor. He visto que tengo una
capacidad de adaptación de cuestión de horas.
Adaptación incluso a algo como viene siendo comer
con las manos, que no es una costumbre que

30
precisamente me vaya a llevar a casa. Estoy aquí como
uno más de la familia, incluso esta mañana me han
invitado a ver un festival en el colegio de Mia, la hija
de 8 años. Happy Children‟s Day. Es un colegio chino
y jamás he visto nada igual: 500 niños bailando y
cantando „Gagnam Style‟ a la vez. Creía que soñaba.

El trabajo que realizo aquí es más que nada outdoors,


en el jardín y la pequeña granja. También, ya que
estamos, les ayudo con el tema blogs e internet. Lo de
los árboles y las plantas es peor que cuando iba al
gimnasio en Barcelona, acabo muerto, además de
picado por montones de hormigas y mosquitos. Ahora
en serio, la verdad es que le acabas cogiendo el gusto,
pero ya me he dado cuenta de que no voy para
agricultor ni nada de eso.

Por el momento esta experiencia me está encantando.

31
Luego todos estos niños estarían cantando
“Gagnam Style” a la vez y yo flipando

Intentando parecer comida


exótica… eran simples „noodles‟

Mi habitación en casa de Susi


y las vistas al jardín

32
Ésta es Susi, preparando la comida

33
30 de octubre de 2012

7 | Qué espero de este viaje

Cuando te vas de viaje en plan mochilero todas


las personas que vas conociendo por el camino te
preguntan qué planes tienes. Mi primera respuesta es
que no tengo ninguno. Luego, si seguimos hablando
del tema y profundizando ya les explico que acabé la
carrera, trabajé un año y medio y ahora he venido a la
otra parte del mundo a vivir, conocer personas y
conocerme mejor a mí mismo.

Después en los ratos libres lo he reflexionado aún más


y, como me gusta poner todo por escrito para poder
leerlo más adelante, lo puedo compartir con
quienquiera que esté leyendo ahora mismo:

"Para recorrer este precioso planeta en el que he nacido,


que se nos ha dado a la humanidad y del que
formamos parte y ver así tanto sus maravillas
naturales como las maravillas creadas por el hombre.

Para conocer personas iguales que yo, en mi mismo


nivel de pensamiento y con los mismos ideales, de los
que aprender y a los que enseñar, verdaderos amigos
con los que compartir este viaje y esta pasión por la
vida y que acaben siendo especiales para mí.

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Para conocer personas distintas y así darme cuenta de
las diferencias y las igualdades culturales, de
pensamiento y de percepción que hay alrededor del
globo entre los seres humanos que lo habitamos.

Para poder compartir esta experiencia por Internet con


todas las personas que quieran leerlo; que sepan que
uno puede hacer lo que de verdad quiere en la vida y
ser feliz solo con proponérselo y pasar a la acción,
además de entretenerse leyéndolo.

Para luego quizás escribir un libro.

Para poder explicar la experiencia directamente a las


personas que quiero al volver a mi país de origen.

Para aumentar mi conciencia, comprensión sobre la


vida y conocimiento sobre mí mismo, así como mi amor
hacia los demás y hacia el Universo/Dios.

Para vivir una vida que valga la pena."

En otro orden, aquí no hay manera de aburrirse, si no


pasa una cosa pasa otra. Estos últimos días he tenido
la oportunidad de vivir desde dentro la "Fiesta del
cordero" musulmana. Dura cuatro días y, para
haceros una idea, es parecido a las navidades de aquí.
Se me hizo raro colgar las lucecitas típicas tan pronto.
Lo más impactante fue presenciar en directo cómo
sacrificaban a tres vacas delante de mí cortándoles el
cuello y ver como agonizaban y morían. Una pena,
pero así es, comemos animales cada día... después
hicieron una sopa con ellas y la verdad que nunca he
probado una carne igual de buena.

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Al día siguiente pudimos adentrarnos un poco en la
selva y visitar un poblado indígena. No, no van con
taparrabos y viven en casas de bambú. Antes quizá
era así, no estoy seguro, lo que sí sé es que ahora el
gobierno y las corporaciones lo han invadido todo. Se
ve por todas partes maquinaria pesada -trabajando
incluso en Domingo- y camiones talando árboles,
modificando el terreno y cargándose todo lo que hay a
su paso para construir naves industriales. Igualito que
en los documentales. Y esto sí que es una verdadera
pena. Hasta que no haya un cambio de conciencia
global creo que no se va a detener esta inconsciente
destrucción del planeta en el que vivimos.

Ayer me despedí de Susi, Aisyah, Mia y Ammar, la


familia con la que he compartido esta semana.
Cuando llegué a su casa no podía imaginar una
experiencia tan enriquecedora, he
hecho/visto/aprendido tantas cosas que mi noción del
tiempo está completamente distorsionada. Solo puedo
darles las gracias por todo.

Volví a Kuala Lumpur, último día en la ciudad. Me


dediqué a dar vueltas por nuevos lugares y hacer una
de las cosas que más respeto me dan, que es conocer
gente por la calle. Tal cual. Cuando uno está solo está
casi obligado a ello y al no ser algo que haga
normalmente en Barcelona (cuando era más joven
solía y no me fue nada mal conociendo chicas, jajaja)
uno tiene cierto cosquilleo antes de decir algo a
alguien desconocido: ¿Se pensará que soy un pesado?
¿Qué le digo? ¿Y si no tiene ganas de hablar?

Luego todo siempre sale bien y después de la


impresión inicial te pones a charlar, contaros vuestras
vidas e incluso haceros fotos juntos. Es genial, cuanto

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más lo pones en práctica menos miedo te da la
siguiente vez.

Hoy he estado todo el día dentro de autobuses. Desde


Kuala Lumpur hasta Penang y de allí al centro de
Georgetown, donde me ha recogido Rick, una persona
genial que he conocido también a través de
Couchsurfing. Hemos ido a cenar y ahora estoy
escribiendo este post desde una habitación de su
bonita casa. Veremos que hacer estos días, de
momento mañana por la mañana iré al consulado de
Tailandia para que me den más días de visado en el
pasaporte, que si no sólo tengo quince y con eso no me
da ni para empezar este gran país vecino.

37
4 de noviembre de 2012

8 | Lo que no se ve

Estas últimas entradas referidas a mi viaje no


estarían completas si sólo enseñara la "cara amable"
de mi vida. Porque mi vida, como la tuya, no es una
película. También me pasan cosas que preferiría que
no pasaran y aprendo de ellas. Así que en este post
creo que toca mostrarlas.

Estaba dudando si escribirlo o no, ya que mi familia


también lee el blog. Sobre todo por mi madre. Pero sé
que ella sabe que me siempre me cuido y estoy
perfectamente, así que me arriesgo.

Primero de todo, hace unos días me levanté con los


dos brazos llenos de picadas. Pensé que habrían sido
los mosquitos, que es lo típico de aquí, así que no le di
mucha más importancia y me instalé una mosquitera.

Al despertarme al día siguiente lo tenía mucho peor...


cientos y cientos de picadas que escocían. Por suerte
cuando me fui me "obligaron" a llevarme unos cuantos
medicamentos en la mochila y también tengo una
doctora-online: Cáliz, una amiga que sabe del tema y a
la que puedo acudir si me pasa algo así. La verdad es
que no sé qué habría hecho sin ella, pues al final
descubrió que no eran mosquitos, sino chinches que
había en las sábanas. Y no, yo tampoco sabía qué eran

38
los chiches. Ahora por suerte o desgracia soy un
experto en esos bichitos.

Lo peor es que se habían metido por todas partes, en


el equipaje, en la ropa... tuve que lavarlo todo de golpe
y también he estado varios días curándome los brazos,
hasta hoy, que están perfectos y solo quedan unas
leves cicatrices que irán desapareciendo. Me he dado
cuenta de que cuesta muchísimo disfrutar de la vida
sin salud, seas quien seas, estés donde estés y tengas
lo que tengas.

Lo siguiente es el estado de ánimo. No me levanto


todos los días feliz y contento, ya me gustaría a mí.
Hay días que da cierto miedo afrontarlos, porque no sé
dónde voy a dormir, ni si encontraré el sitio al que voy,
ni dónde comeré ni nada de nada. Entonces toca
confiar en la vida y, al final, siempre es como tirarse
por un precipicio sin ver el fondo e ir a parar a un
gran colchón de plumas que amortigua la caída,
porque todo sale bien. Incluso mejor de lo esperado.
Ojalá llegue el día en que pueda afrontar esta
incertidumbre sin el más mínimo miedo, eso quiero
aprender.

También entra aquí el tema lavabos. No es ninguna


broma, la mayoría de occidentales cuando viajan a un
país menos desarrollado tienen problemas
estomacales. Y siempre piensas que a ver si te va a
coger algo en medio del camino y no tendrás un lugar
a donde ir. Por suerte a mí me han respetado en este
aspecto y toda la comida me sienta bien, incluso mejor
que en Barcelona. Supongo que será porque todo aquí
es más natural, además de que me cuido y que mi
hígado no tiene las toxinas típicas del alcohol de los
fines de semana.

39
Otras personas me han preguntado que si me siento
solo. En contadas ocasiones y durante muy poco rato.
Más bien al principio del viaje, cuando TODO era
realmente nuevo para mí. La verdad es que estoy
teniendo mucha suerte en este aspecto, pues estoy
encontrando personas espectaculares en mi camino y
por supuesto tengo conexión a Internet en casi
cualquier parte para poder enviar un mail o
conectarme a Facebook o Skype y en segundos estar
hablando con alguien de España.

Lo último es el tema dinero. Mi idea es viajar durante


bastante tiempo, lo suficiente para ver al menos todo
el sudeste asiático. Tengo dinero para varios meses
que he ido ahorrando, pero al no tener fecha de vuelta
cuesta ver como la cuenta bancaria va disminuyendo
cada semana. Por supuesto ya he pensado varias
soluciones, como trabajar aquí de local aprovechando
que tengo bastantes meses de visado, seguir
trabajando por Internet como he hecho este último
año de autónomo en el marketing online o incluso
viajar después a otro lugar más "rico" y trabajar allí.
Hay miles de opciones disponibles.

Y al final de todo el post tengo que poner un gran


PERO. Ya que a pesar de esto que he comentado, sigo
pensando que éste es el mejor paso que podía haber
dado en este momento en mi vida. Todo está saliendo
mucho mejor de lo que esperaba -y mira que yo lo
esperaba bueno- y el aprendizaje está siendo brutal.

40
Si eres un poco aprensivo,
pasa esta página rápido,
las fotos dan un poco de
asquito… ¿Qué? ¿Qué
podría haber avisado
antes? Sí… jajaja

41
8 de noviembre de 2012

9 | Cuatro días en Georgetown

Segunda vez que utilizaba Couchsurfing.


Segunda vez que conocía a una persona espectacular.

Estuve en casa de Rick en la ciudad de Georgetown


durante 4 días, que se pueden resumir en curarme los
brazos de las picadas, probar cada día comida nueva,
ir al gimnasio, visitar el centro histórico, ir al
consulado de Tailandia, trabajar en casa escribiendo,
visitar varios templos Budistas, cortarme el pelo,
comprarme un móvil nuevo e ir al cine.

Realmente necesitaba unos días de esta vida más


“normal” y parecida a la de casa.

Era la primera vez que tenía que ir a un consulado


durante mi viaje. El problema es que para alguien de
España, si entras por tierra, en Tailandia solo te dejan
estar quince días. Con tan pocos días no podía hacer
nada, pues tengo planes interesantes para cuando
llegue allí, que iré explicando en el blog. Así que
fuimos y después de rellenar una hoja con los datos
personales, dos fotos tamaño carnet, una fotocopia del
pasaporte y 110 RM (27€) me dieron un nuevo visado
para sesenta días, dos meses.

Mucho mejor. Todo bastante rápido y los funcionarios


muy amables, haciendo incluso bromas. Que uno

42
cuando va a un consulado a pedir algo nunca sabe si
quizá le ven cara de terrorista y le vetan la entrada de
por vida, así que se agradece.

Aproveché también que aquí todo es mucho más


barato para comprarme un móvil nuevo. Casi me daba
igual el modelo, lo único que quería es que tuviese una
buena cámara para poder compartir mejor este viaje.
Me costó 650 RM (162€) y la calidad de las fotos es
mucho mejor.

Rick me ayudó en todo, llevándome a los sitios en


coche, enseñándome lugares especiales que visitar y
buenos sitios para comer y ahorrándome muchísimo
tiempo. Me parece espectacular el que pueda
encontrar personas de este tipo, que te ofrecen
alojamiento en su casa y te ayudan en cualquier cosa
que necesites sin esperar absolutamente nada a
cambio. Y ya he encontrado varias en mi camino… No
hay palabras para agradecer algo así. Lo único que
pude hacer es decirle que si algún día vuelve a
Barcelona ya sabe que tiene un sitio en el que
quedarse.

Por último, hace dos días compré un billete de ferry


para moverme de isla, concretamente a una llamada
Langkawi, aún más al norte. Nunca había visto nada
igual, pero eso queda para el próximo post…

43
Ofrendas para los monjes y más
comida extraña de todo tipo

Me encantaba este tipo de


“Street art” en las calles de
Georgetown

44
45
12 de noviembre de 2012

10 | Langkawi Island

Empecé a alucinar cuando el ferry estaba aún


a un cuarto de hora de atracar. Langkawi la forman 99
islas y muchas de ellas, pequeñitas, iban entonces
pasando lentamente ante mis ojos.

No tenía ni idea de cómo iba a ser aquello, ya que ni


siquiera me molesto en mirar las fotos de los lugares a
los que me dirijo, prefiero que sea una sorpresa. Lo
que sí había mirado a través de hostelworld.com es si
había allí algún lugar interesante en el que alojarme y
poder conocer gente. Lo había. Tenía las mejores
opiniones que he visto en esa web: Zackry‟s
Guesthouse, a veinte kilómetros de la ciudad principal.

En tan solo veinticuatro horas comprendí el por qué.


Estaba en una common room rodeado de personas con
las que hablaba como si nos conociéramos de toda la
vida y compartía habitación con un chico alemán que
había conocido nada más llegar. De esta manera pago
20 RM (5€) diarios por alojamiento, baño compartido,
Wi-Fi, cocina… en un lugar apartado de la ciudad y a
cinco minutos caminando de la playa.

En estos momentos ya he reservado y pagado la


habitación para quedarme un mes aquí. Es el lugar
ideal para conocer gente, disfrutar y también empezar
a trabajar a través de Internet.

46
Los primeros días alquilé una moto -también por 5€
diarios- y recorrí la mitad de la isla. He dejado la otra
mitad para más adelante. Conducir aquí es una
pasada, hay poco tráfico, las normas no están muy
claras y es difícil no animarse a echar una carrera con
los compañeros… digooo, conducimos siempre
prudentemente ;-)

El paisaje a los dos lados es genial. Nunca había visto


algo como esto, la naturaleza aquí es impresionante.
Hay animales salvajes por todas partes, cambios de
tiempo repentinos... en la playa por ejemplo es normal
ver como llueve en el horizonte en un lado mientras en
el otro hace sol. Una maravilla.

¿Cómo es vivir en una isla? Los primeros días todo es


nuevo y espectacular. Cuesta mantenerse centrado y
creerse dónde está uno. Ahora que llevo una semana
ya empiezo a hacerme a la idea. Como todo en la vida,
uno acaba acostumbrándose. Eso no significa dejar de
disfrutar… sino dejar de ver como si fuera de otro
mundo todo lo que te rodea.

Una de las cosas que más me gusta hacer aquí es ir a


la playa a correr. De momento, todas las veces que he
ido se ha puesto a llover. Después para y sale el sol. El
clima aquí es muy curioso, es raro el día que no cae
una tormenta durante unas horas. Varias veces he
salido sin paraguas y luego he vuelto mojado
literalmente hasta los calzoncillos. No aprendo.

Casi siempre está despejado por la mañana y después


por la tarde el cielo se cubre con enormes nubes de
todas las formas imaginables. Nunca hace frío,
siempre la misma temperatura, entre 24 y 32 grados

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centígrados. A mí personalmente me encanta este
continuo verano con lluvias.

El tiempo de reloj deja de ser importante, no hay


horarios. Uno come y se va a dormir cuando su cuerpo
se lo pide, no cuando lo establece otra persona o la
sociedad. Podría parecer que de esta manera todo es
un desmadre, sin embargo es todo lo contrario. Me
levanto incluso más pronto que en Barcelona y
durante el día hago más cosas.

En Langkawi, como en el resto de Malasia, casi nadie


cocina en casa. Las calles están repletas de pequeños
restaurantes y puestos de comida y tomar algo allí sale
siempre más barato tanto en tiempo como en dinero
que ir al súper y cocinar. Así que voy aquí al lado
caminando y por 6-8 RM (unos 2€) como variado y
sano, lo que me apetezca en ese momento. Para lo
demás, tipo fruta y desayuno voy a cualquiera de los
pequeños supermercados que hay en la zona. Estoy
aprendiendo a vivir sencillo, sin grandes necesidades y
lo estoy disfrutando mucho.

Lo mejor de todo es poder conocer cada día personas


nuevas que vienen a alojarse a esta Guesthouse.
Quedan amigos y amigas para toda la vida. Cada uno
tiene su interesante historia y se aprende muchísimo
acerca de otros países y otras maneras de vivir y
trabajar. La mente se abre al escuchar estas
experiencias diferentes y muchas ideas frescas vienen
a la cabeza.

Y si, también salimos de vez en cuando de fiesta por


aquí cerca. Al ser la única isla Tax-Free de Malasia, el
alcohol y el tabaco son mucho más baratos. Para

48
fumadores: un paquete de cigarros te puede costar
menos de 50 céntimos de euro.

No todo es hacer lo que a uno le da la real gana.


Después de varios meses de reflexión acerca de mi
vida, me apetecía mucho volver a trabajar aunque no
lo necesite por el momento. He estado esta semana
pasada preparando mi propuesta de marketing online
para pequeñas empresas y a partir de hoy toca
contactar con ellas para empezar a recibir clientes. He
notado, aunque esto ya lo sabía de mi anterior trabajo,
que uno rinde mucho más cuando tiene su propio
horario. La motivación siempre está por las nubes
porque trabajo cuando quiero, no cuando otra persona
quiere. Nadie mejor que uno mismo para conocer las
propias necesidades y momentos en los que uno está
más creativo y despierto. El paradigma del trabajo
cambia y la verdad es que este tema da para un libro
entero, así que lo dejo aquí.

49
50
En esta habitación pasé dos
meses enteros, la guesthouse
me encantó

La playa que teníamos


a 5 minutos, siempre
quise ir nadando hasta
la isla de enfrente y
al final nunca lo hice,
pobre de mí

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17 de noviembre de 2012

11 | Dinero gastado el primer mes

En estos momentos llevo justo un mes


viajando. He ido apuntando hasta el más mínimo
gasto que he tenido, únicamente para tenerlo un poco
controlado y porque me produce curiosidad este tema.
Así de friki. Primero desgloso por semanas el dinero
gastado y luego el total del mes:

1ª SEMANA – Gastados en total 282 RM (70€) de los


cuales:

-22€ comida / 26€ alojamiento / 7€ transporte / 15€


otros

Nota: Pasé una noche en el avión y dos en casa de


Nigel Lee. Gasté poco en transporte porque me llevó a
todas partes en coche.

2ª SEMANA – Gastados en total 3 RM (0,75€) por


enviar 6 postales.

Nota: Se debe a que estuve viviendo toda la semana en


casa de Susi, con la familia musulmana. Casi me
arruino, creo que es la semana que menos dinero he
gastado en mi vida.

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3ª SEMANA – Gastados en total 1.358 RM (339€) de
los cuales:

-39€ comida / 31€ alojamiento / 39€ transporte / 27€


visado Thailand / 162€ móvil nuevo / 40€ otros

Nota: Estuve durmiendo y desayunando cuatro días


en casa de Rick. Viajé bastante (KL-Pinang-Langkawi)
y añado también el gasto extra que supuso el
comprarme un móvil nuevo.

4ª SEMANA - Gastados en total 773 RM (193€) de los


cuales:

-29€ comida / 139€ alojamiento / 12€ transporte /


14€ otros

Nota: El gasto de alojamiento es más alto porque


engloba todo el pago del primer mes en la guesthouse
que estoy ahora, hasta el 7 de diciembre.

TOTAL DINERO GASTADO 1er MES:

90€ comida / 196€ alojamiento / 58€ transporte /


162€ móvil / 97€ otros = 603€

Este ha sido mi gasto… a este paso tengo dinero


ahorrado para bastantes meses. Por supuesto si viajas
gastas más que si te quedas en un lugar, si haces
cosas de “turista” gastas más que si vives como un

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local y si vas únicamente por tu cuenta gastas más
que si aprovechas las oportunidades que te da
internet. -tipo Couchsurfing o Workaway-. Como
puedes ver, todo depende de tu nivel de vida y de lo
que quieras hacer.

El dinero suele ser uno de los miedos principales del


ser humano y un tema muy delicado. Más aún en
España en estos tiempos. Dinero significa agua,
comida y un lugar seguro en el que dormir, por tanto
hoy en día y hasta que no cambien las cosas significa
vida.

Nadie quiere morir y por tanto nadie quiere quedarse


sin dinero. El problema viene cuando
inconscientemente transformamos este pensamiento
en una limitación y en un miedo. Uno de los más
grandes. Tan grande llega a ser que condiciona
nuestra existencia aquí en la tierra.

¿Cuántas personas tienen claro lo que harían con su


vida y no lo hacen por miedo a quedarse sin dinero?
Dicho de otra manera: Si tuvieras todo el dinero que
quisieras, ¿a qué dedicarías tu vida?

Te aseguro que no lo dedicarías a estar en una isla


tropical sin hacer nada más que ir cada día a la playa
y salir de fiesta. Eso está muy bien durante unos días,
no durante años, así que busca otra respuesta un
poco más profunda.

Yo he sido una de esas personas llena de miedos


respecto al dinero durante años. Hasta que
reprogramando mi mente y quitándolos poco a poco,
pude dar ese paso adelante. Y aún estoy trabajando en
ello, este viaje es la escuela perfecta para eso.

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Alguna vez me han preguntado que qué haré cuando
se me acabe el dinero. Esa pregunta viene de las
limitaciones de las que hablaba y que solemos tener
en nuestra mente. ¿Por qué se tiene que acabar? ¿Por
qué tengo que pensar que lo único que se puede hacer
aquí es gastar y no GANAR dinero?

El mundo está lleno de oportunidades por todas


partes.

Si no es trabajando por internet como hago ahora,


será trabajando de agricultor en Nueva Zelanda, de
camarero en Australia, de guía turístico en Langkawi,
de exportador de vinos Españoles, de grumete en un
petrolero en alta mar, de profesor de castellano en
Korea, de mecánico en Bangkok, de vendedor en una
tienda de surf en Bali, de recepcionista en un hotel, de
conductor de camiones en Vietnam… o en una gran
multinacional en Singapur, por poner algunos
ejemplos. Abierto a cualquier experiencia y siempre
con dos metas en el corazón: seguir viajando y
escribiendo.

Hasta que la vida me diga que sería bueno volver a


casa o asentarme en alguna parte.

55
24 de noviembre de 2012

12 | Backpacking books (I)

Antes de empezar este viaje solía escribir sobre


los libros interesantes que leía. No por viajar he dejado
de hacerlo ni mucho menos, así que comparto los tres
libros viajeros que me acompañan en estos momentos:

En el camino

Famoso y fascinante libro el de Jack Kerouac,


contando las aventuras que tuvo él mismo cuando
pasó parte de su vida haciendo autoestop por todo
Estados Unidos, en la década de los 40, junto con su
loco amigo Neal Cassady.

Viviendo sin dinero, al límite, disfrutando como nunca


de estar vivos, de la locura y del aquí y ahora. De los
primeros libros subversivos. Es genial, el retrato de
toda una generación.

The Best Buddhist Writting 2012

Estaba en la biblioteca de la guesthouse. Casi todos


los hostels tienen una estantería con libros y puedes
coger el que quieras y llevártelo a cambio de dejar otro.
Eché un vistazo y el título de este me llamó la

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atención, así que lo cogí. Pensé que sería interesante
saber más sobre esta antigua filosofía de vida ahora
que estaba tan cerca de tantos templos Budistas.

Las enseñanzas budistas me atraen, ya que su


manera de buscar “la verdad” se acerca bastante a la
mía: mediante la meditación y el aumento de
conciencia. El libro no decepciona, sus historias cortas
se leen rápido y todas te hacen reflexionar; es por eso
que no puedo leer más de un capítulo a la vez.

"Within the scale of the life of the cosmos, a human life


is no more than a tiny blip. Each one of us is a visitor to
this planet, a guest, who has only a finite time to stay.
What greater folly could there be than to spend this
short time lonely, unhappy, and in conflict with our
fellow visitors? Far better, surely, to use our short time
in pursuing meaningful life, enriched by a sense of
connection with and service toward others"

Mis conversaciones con Rebeca

Javi Ferrando, su autor, es un gran amigo. Rebeca, la


del título, es una de las personas con las que más he
aprendido. Se ve que Javi también aprendió de ella,
llegando hasta el “despertar” y es por eso que quiso
recopilar todas estas enseñanzas sobre la vida en este
primer libro.

En mi caso, el momento en el que “desperté” de forma


consciente en mi vida fue igual que experimentar un
segundo nacimiento, la sensación fue -y sigue siendo-
indescriptible: todo cambió. Tuve la suerte de tener a
un gran amigo con el que compartir ese momento,
igual que Javi tuvo a Rebeca. Ahora cuando leo su

57
libro me recuerda a mis inicios hace unos meses y con
él sigo interiorizando esas enseñanzas.

El libro está editado por la editorial UNR, con la que


colaboro, y a Javi lo puedes encontrar a través de su
blog personal.

58
29 de noviembre de 2012

13 | Personas que vienen y van

-¿Lo mejor de viajar de mochilero?

Conocer a tantas personas.

Somos seres sociales y, en mi caso, me encanta el


tener la oportunidad de conocer gente. Más ahora que
estoy asentado en una guesthouse de 25 habitaciones
que casi siempre está llena, lo cual significa que a
diario veo caras nuevas.

Estados Unidos, Alemania, Suecia, Reino Unido,


Malasia, Francia, Italia, Argentina, Irlanda, Suiza,
México, Noruega, Australia e incluso Palestina son los
países de procedencia las personas que he conocido
estas últimas semanas que ahora mismo me vienen a
la cabeza. Aunque eso es lo de menos, aquí no
importan países, religiones ni color, importa cómo eres
con los demás. Algunos se han convertido en más
especiales para mí que otros, normalmente
dependiendo del tiempo que están en la isla. Aunque
hay excepciones: también he pasado poco tiempo con
personas que han calado hondo. Es increíble lo que
puede cambiar todo en 24 horas.

Por supuesto no conozco a todos los que vienen por


aquí… Es curioso ver cómo algunas de estas personas
pasan gran parte de su tiempo en la common room –

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sala común, donde nos solemos reunir, ya sea para
hablar, leer, trabajar, ver la tele, comer- mientras que
otros ni siquiera la llegan a pisar una sola vez durante
su estancia. Quizá tienen alergia, no lo he preguntado.
Depende de lo que quiera cada uno.

Intento invertir el mayor tiempo posible en esta sala


cuando no estoy durmiendo, en la playa o visitando la
isla. Es una habitación grande, con seis mesas,
cocina, televisión, lavabo y un bar. Lo mejor de todo es
que está abierta por una de sus paredes hacia un
estanque con patos y de esta manera puedes ver
naturaleza además del tiempo que hace fuera. Un
lugar ideal.

-¿Lo peor de viajar de mochilero?

Que esta gente especial no se queda físicamente.


Todos pasan.

Siempre cuesta despedirme de alguien cuando sé que


probablemente no lo/la volveré a ver en la vida. Me
quedo con una sensación de vacío que dura unas
horas, mezclada con otra sensación de “como mola
vivir” por haber tenido la oportunidad de conocer a
alguien que me ha marcado.

En mi opinión, lidiar con la soledad, el saber estar a


gusto uno consigo mismo, sin "necesitar" a nadie ni
nada para sentirse completo es algo verdaderamente
importante. Esa es una de las múltiples razones por
las que hago esto, pues se aprende a marchas
forzadas cuando uno viaja solo.

60
Al final son tantas las personas que pasan en tan poco
tiempo que aprendo a aceptar de manera más rápida
ese cambio constante que tiene nuestra existencia
aquí en la tierra. Somos más de 6 mil millones de
personas, las probabilidades de que dos de ellas en
concreto se conozcan viajando son ínfimas, así que
simplemente cuando alguien se marcha o tú mismo te
marchas ¿qué mejor que las gracias a la vida por
haber tenido la oportunidad de vivir esa experiencia?

Y luego por supuesto no me olvido de que existen las


redes sociales, raro es que alguien no tenga cuenta de
Facebook, o al menos, una dirección de mail hoy en
día. Por supuesto no es lo mismo que ver a alguien en
persona, pero en algo ayuda.

Divertido esto de tener amigos desperdigados por todo


el globo.

61
Aquí a la izquierda también
estoy yo en pequeñito…

En la „common room‟ con


amigos de Malasia, Suecia,
Alemania y Palestina, jugando
a póker. Esa noche perdí
todo mi dinero.

(es broma)

62
6 de diciembre de 2012

14 | Un día aleatorio en la isla

12.34h – Me despierto de forma natural, a la


hora que pide el cuerpo, como cada día aquí. Boris, mi
compañero de habitación, sigue durmiendo. El
despertador no existe en Langkawi. Lo primero que
hago siempre es encender el ordenador para revisar
los correos, inbox y redes sociales y responder a todo.
Hoy aprovecho también y cuelgo una entrada para el
blog que escribí ayer y ya dejé preparada. Me ducho y
me cambio con ropa que me queda limpia. Veo que
tendré que pasar por la lavandería mañana.

13.21h – Nada más entrar en la common room me


preparo un té, que aquí me he acostumbrado a beber
cada día y saludo a todo el mundo. Voy a comprar el
desayuno-comida aquí al lado: a dos minutos
caminando tenemos un lugar llamado 'Khatijah', en el
que hay buffet libre. Hoy cojo arroz con pollo y
verduras –para llevar-, por 6,5 RM (1,6€). Como en la
guesthouse mientras Sam nos enseña cómo realizar
un par de trucos de cartas.

15.38h – Hoy no tengo muy claro qué hacer, no hay


plan y ahora mismo no me apetece ponerme a
trabajar. Es un día de esos en los que quiero tener
tiempo para reflexionar porque si no me vuelvo loco.
No estoy disfrutando del momento, del aquí y ahora
plenamente, así que para cambiar la situación voy a

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visitar a Iskandar aquí al lado y le pido una moto.
Conduciendo disfruto, estoy solo y puedo reflexionar
mejor. Me dice que por supuesto, que coja la que
quiera, que ya nos conocemos... Cojo una roja de
110cc con marchas. Aquí éstas funcionan de manera
diferente y además se conduce por la izquierda, pero
uno se acostumbra enseguida. De camino a la
gasolinera estoy a punto de tener un accidente por
culpa mía y de otro conductor que no señaliza su giro,
¡empezamos bien!

Pongo 4RM (1€) de gasolina -unos 2L- para acabar de


llenar el pequeño depósito y decido que hoy me
apetece dar la vuelta completa a la isla. Cuando ya
llevo 15 minutos conduciendo empieza a llover fuerte,
así que paro a un lado de la carretera para ponerme el
chubasquero. Sigo y llega un momento que tengo que
parar otra vez porque la lluvia es demasiado fuerte y
encima hay un camión delante de mí del que saltan
piedrecillas que me dan en la cara. Me doy cuenta de
que he parado al lado de una playa y desde ella se ve
el arcoíris más grande que he visto en mi vida. Es
increíble cómo cambia el tiempo tan rápido aquí.

Después de sacar unas cuantas fotos sigo disfrutando


de la moto y de estos paisajes increíbles. Por suerte ya
no llueve más en todo el trayecto. Cuando me quedan
unos 20km para llegar entro en la única autopista que
hay aquí y acelero la moto hasta 120km/h, que es a lo
máximo que llega este trasto. De repente un local se
coloca a mi izquierda y por lo que veo se dispone a
echar una carrerita: 10 minutos de locura por las
curvas, sin bajar en ningún momento la velocidad,
pasando entre los coches y demás motos, hasta que
finalmente se salta un semáforo en rojo y decido que

64
no estoy tan loco como él. Pocas veces en la vida he
disfrutado tanto conduciendo.

18.04h - Devuelvo la moto a Iskandar y le pago 6RM


(1,5€), que es lo que llevo en el bolsillo en ese
momento. Aún hace sol y ahora mucho calor, así que
me cambio enseguida y aprovecho para ir a la playa a
correr. Está llena de cangrejos, que se esconden en
sus agujeros en la arena cuando me acerco. Hago el
mismo recorrido de cada día corriendo: ir hasta el final
de Pantai Tengah y volver, unos 20 minutos. Cuando
acabo y después de bañarme un rato, me siento a
meditar, simplemente sintiendo las sensaciones y
contemplando ese maravilloso paisaje del que cada día
descubro cosas nuevas. Hoy es una nube psicodélica,
la más extraña y bonita que he visto nunca con
diferencia, con diferentes colores fosforitos. Increíble.
No creí que existiera algo así en el cielo, me recuerda
ligeramente a las fotos de la aurora boreal... Pienso en
la suerte que tengo de estar en este lugar, haciendo
con mi vida siempre lo que quiero y aprendiendo
tantas cosas, encontrando respuestas a preguntas
existenciales que nunca podía llegar a imaginar que
pudieran ser respondidas.

Enseguida llegan a la playa Safiz, Fazleen y compañía


y me devuelven al planeta tierra. Son unos amigos
malayos que conocí hace unas semanas que practican
skimboarding, una especie de surf con tablas más
pequeñas que se deslizan en agua poco profunda.
Buenísimas personas, siempre me dejan una tabla y
me tratan como si fuera uno más. Hoy me caigo pocas
veces, por fin estoy empezando a cogerle el truquillo a
esto.

65
Practico con ellos hasta que se hace de noche. Es
genial cuando llega el punto en que se oscurece y veo
las solamente siluetas de las personas con las tablas,
parece una película. Cuando ya no se pueden ver las
olas, último chapuzón para quitarse la tierra de
encima, me invitan a una barbacoa que harán al día
siguiente y uno de ellos, Azrin, insiste en llevarme en
moto hasta la guesthouse, aunque solamente está a 5
minutos caminando.

20.12h – Después de ducharme, ceno lo que había


comprado por la mañana. Veo que se han ido a pescar
todos menos Boris, que está trabajando con su
ordenador, así que me dispongo a hacer lo mismo
aprovechando la calma que reina aquí. Escribo el
esquema del libro que quiero publicar dentro de un
tiempo y respondo mails mientras pienso acerca de
ideas de negocio posibles aquí en la isla. En esas
estamos, leyendo, cuando aparece Zackry, el dueño de
la guesthouse. Entre otras cosas me dice que “before
people traveled with guns, now with laptops” y que
“one whisky a day takes the doctor away”. Esto último
viene porque él bebe media botella de whisky mezclado
con agua cada día desde hace 40 años. Y sigue en
plena forma. Me parto de risa con este tipo.

00.58h – Llegan todos de pescar y paro entonces de


buscar clientes a través de internet. Empezamos a
beber cervezas y a jugar a póker. La partida va bien,
aumentando los 5RM del principio hasta 20RM
finalmente, pero llega un momento lo pierdo todo en
un farol llevado hasta el límite. Hoy por desgracia las
cervezas no se pagan solas.

02.50h – Salimos hacia Sunba, la única “discoteca”


que hay por aquí cerca, por llamarlo de alguna

66
manera. Ponen buena música a partir de esta hora.
En un momento dado me encuentro a Lee, el camarero
del restaurante que hay al lado de la guesthouse y que
siempre saludo. Se me hace raro verle fuera del
entorno habitual y la verdad es que es un tío muy
amable y gracioso, quizá porque va un poco tocado.

04.02h –La música deja de sonar, aquí por ley tienen


que cerrar a las 4 de la mañana o si no les cae una
gorda. Echo una última partida de billar antes de irse
para casa a dormir, los locales aquí son unos viciados,
solía jugar mucho al lado de mi casa en Barcelona;
hoy he ganado una partida y he perdido otra.

04.29h – Me meto en la cama pensando en cómo


cambian las cosas en tan poco tiempo. He aprendido
estos últimos meses a cambiar mis estados de ánimo
en el momento en que me da la gana y eso es
impagable, ya que entonces cambia también la
realidad que experimento.

67
Los de abajo son amigos
malayos con los que hacía
skimboarding, muy buena
gente todos

68
12 de diciembre de 2012

15 | Creación de realidad en el viaje

Es curioso. Hace unos pocos años todo lo que


quiero en mi vida se materializa al cabo de un tiempo
no muy largo. De hecho, ahora que lo reflexiono, cada
vez tarda menos en materializarse.

De pequeños aprendemos -siempre hablo desde mi


experiencia- en el colegio, en casa y dentro de la
sociedad que la vida son hechos que pasan sin
motivos aparentes y tú tienes que tratar de adaptarte
a ellos y vivir lo mejor posible. Te acabas adaptando
mejor o peor a ese decorado exterior predeterminado,
como si pusieran tu personaje dentro de un videojuego
y tu meta fuese llegar hasta el final de la pantalla en el
mejor estado posible y habiendo vivido de forma que
puedas decir que vale la pena volver a repetir esa
aventura.

Esto es así hasta cierto punto. Lo que no nos enseñan


es que en ese videojuego nuestro personaje tiene
poderes que desconocemos y que son realmente
impresionantes. Empieza la partida en un lugar y
condiciones determinados, sí… sin embargo tiene la
oportunidad de evolucionar de tal manera que
modifica ese entorno, las personas que conoce e
incluso las cosas que le pasan -tanto internas como
externas- mediante la elevación de su conciencia.

69
Supongo que en este momento te preguntarás lector si
me he vuelto loco a causa del sol en Langkawi.

Nos dicen que nos pongamos objetivos en la vida.


Objetivos grandes y objetivos pequeños. Que luchemos
duro, que dediquemos nuestros mejores esfuerzos en
llegar a ellos. ¿Has probado lo contrario? No me refiero
a no tener objetivos, sino a tener tu misión en la vida
MUY clara y luego dejarte llevar, sin luchar, sin poner
energías en aquello que no te gusta, simplemente
fluyendo sin ningún miedo… las mejores cosas,
situaciones y personas que me ha traído la vida nunca
son las que he buscado, sino las que simplemente he
esperado que viniesen, creyendo que llegarían en su
momento adecuado.

Comento esto porque al poco de iniciar el viaje escribí


en un documento de Word una lista de cosas que
quería encontrar y experimentar. Me sorprendió
cuando al cabo de cuatro o cinco semanas lo releí un
día por casualidad y vi que el 90% ya se había
cumplido. Tendré que escribir otro más complicado
por lo que veo, poniendo que quiero también un
Ferrari y viajar al espacio.

Una de las frases del documento es ésta: “Trabajo


durante el viaje allá donde voy y creo necesario para
conocer desde dentro el país en el que estoy. Trabajos
en los que me desarrollo, aprendo cosas nuevas para
mí y en los que pueda ayudar a personas.”

Hace seis días que he empezado a trabajar en la isla.


Lo mejor de todo es que no fui yo el que buscó el
trabajo, sino que, otra vez, me lo trajo la vida.

El local donde trabajo está a medio minuto caminando


desde la guesthouse. Goisland se llama. Es como una

70
tourist office en la que además de ofrecer hoteles,
billetes de avión y ferry, paquetes de turísticos a los
que ir en barco y este tipo de cosas también se
alquilan motos y coches, ya que aquí en la isla malaya
no existe el transporte público.

Estoy todo el día conduciendo los coches y las motos


de aquí para allá, llevándolos al mecánico, a limpiar…
atiendo a los clientes que vienen y tengo también mi
portátil aquí conectado para los ratos muertos. No hay
horario fijo, voy y vengo cuando quiero y eso me
permite seguir yendo a la playa por las tardes a
practicar skimboard y ver la puesta de sol y no
preocuparme demasiado por el despertador por las
mañanas.

No es el trabajo en el que más he cobrado en mi vida


por supuesto, aquí en Malaysia los salarios son
diferentes, pero si uno en los que más me divierto y
eso es lo que me importa ahora mismo. Iskandar es el
nombre de mi jefe y soy el primer trabajador que tiene.
Su negocio no ha parado de crecer desde que empezó
nueve meses atrás: de 2 motos en un principio ha
pasado a tener 30 y de ningún coche a 4. Y eso es
porque sabe cómo funciona el cotarro, se le nota
enseguida, todo un businessman. He tenido la
oportunidad de hablar mucho con él y no paro de
aprender, le encanta hablar de cómo tratar a los
clientes y de las cosas extrañas que le pasan cada día.

En principio y si no pasa nada raro estaré el mes que


me queda en la isla trabajando y aprendiendo aquí.
Navidades y año nuevo en Langkawi. Luego viene un
2013 que tiene muy buena pinta…

71
Aquí en Goisland trabajé
durante un mes con Iskandar,
mi jefe malayo

72
17 de diciembre de 2012

16 | Dinero invertido y ganado el 2º mes

Segundo mes del viaje. Cambio el título de la


entrada a dinero invertido y ganado, en vez de
gastado, como me recomendaron. Mucho mejor así, se
ajusta más a la realidad, pues este viaje está siendo
una inversión increíble en conocimiento del mundo
que me rodea, de mí mismo y de otras personas y
culturas.

Mejor no asustarse al ver las cifras. Igual que en el


post anterior, desgloso por semanas el dinero gastado
y luego el total del mes:

1ª SEMANA – Gastados en total 164 RM (41€) de los


cuales:

-24€ comida / 12€ alquiler moto / 5€ otros

Nota: Semana de visita a diferentes lugares recónditos


de la isla en moto y teniendo tiempo para reflexionar.

2ª SEMANA – Gastados en total 142 RM (36€) de los


cuales:

-24€ comida / 12€ otros

73
Nota: Semana muy tranquila, de ir a la playa, hacer
skimboarding, ver puestas de sol y conocer muchas
personas interesantes en la guesthouse.

3ª SEMANA – Gastados en total 187 RM (47€) de los


cuales:

-29€ comida / 8€ cervezas / 6€ tour en barco / 4€


otros

Nota: Visitando islas de alrededor, yendo a pescar,


alquilando motos, escribiendo, leyendo...

4ª SEMANA - Ganados 145 RM (36€) y Gastados 861


RM (214€) de los cuales:

-21€ comida / 174€ alojamiento/ 14€ viajes en barco,


cine / 5€ otros

Nota: El gasto en alojamiento de todo el mes completo


se engloba en esta semana, ya que pago de forma
mensual, no día a día. Más sencillo para mí.

TOTAL DINERO GASTADO 2º MES:

98€ comida / 174€ alojamiento / 40€ ocio / 26€ otros


= 338€

TOTAL DINERO GANADO 2º MES:

36€ al empezar mi nuevo trabajo esta última semana.

74
Casi la mitad que el primer mes, al no moverme de la
isla. Aquí parece normal gastar esa cantidad, cuando
uno pasa de utilizar Euros a Ringitt un chip cambia
en la mente y las cuentas van de otra forma. Sin
embargo, sé que mirándolo con ojos Europeos es MUY
barato vivir aquí.

Tuve la suerte -utilizo esta palabra aunque ya he


dejado de creer en ella- de trabajar durante un tiempo
en La escuela de Inversión, una comunidad virtual en
la que proveíamos educación financiera. Allí aprendí
cosas tan básicas e importantes como el ahorro
mensual, el no pedir préstamos al banco, el no utilizar
tarjetas de crédito sino de débito, el que alquilar
muchas veces es mejor que comprar y que la mejor
inversión que puedes hacer no es en acciones,
empresas ni oro, sino en ti mismo.

El dinero, como casi todo en la vida, es emoción. Con


emoción no quiero decir que sea emocionante igual
que subir a una montaña rusa, sino que nos viene y se
va dependiendo de nuestros programas mentales que
tenemos instalados en la cabeza. El dinero que tienes
no es tuyo, es un préstamo que te da la vida en este
momento.

Creo mi propia realidad con cada uno de los


pensamientos que tengo, ¿cómo afecta eso al dinero y
la abundancia? Todo depende de cómo he sido
educado y de cómo he actuado hasta ahora: ¿Qué
aprendí de pequeño respecto al dinero? ¿Cómo se
manejaba éste en casa? ¿Agradezco a la vida el dinero
que me viene, por pequeña que sea la cantidad? ¿Me
tomo mal cuando tengo que pagar algo, aunque sea
una multa? ¿Cómo reacciono cuando veo a alguien
que tiene mucho dinero o a una persona pobre?

75
¿Siempre he creído que el dinero es algo complicado
de conseguir? ¿Creo que no puedo permitirme algo
que necesito o que he querido durante un tiempo?
¿Soy generoso?

Todas las respuestas a estas preguntas son señales


que envío a la vida y dependiendo de ellas atraigo más
o menos dinero y más o menos abundancia. Puede
parecer tontería, tipo "ley de la atracción" o el libro "el
secreto"... sin embargo no he leído ni uno ni el otro.
Hablo desde mi experiencia.

Estos últimos días cuando he tenido tiempo libre lo he


dedicado a este tema: a ser consciente para localizar
pensamientos y programas mentales negativos,
escribirlos, borrarlos de mi cabeza y por último
insertar nuevos y mejores. Los resultados no tardaron
ni 24 horas en aparecer.

76
77
Varias fotos de la „common room‟
de Zackry‟s Guesthouse, casi cada
día montaban fiestas y reuniones

Nunca había
pescado en mi
vida… no tiene
nada de especial,
pero solo por las
vistas y el lugar
valía la pena

78
23 de diciembre de 2012

17 | Cambio continuo

En Langkawi por suerte no se acabó el mundo


hace dos días. Me apasiona vivir, así que hubiera sido
todo un disgusto. Iba a poner una p***da, pero luego
me he acordado que aquí no puedo escribir esas
cosas. No estoy seguro de si en el resto del mundo se
terminó la cosa o qué, pues no veo las noticias.

Lo que sí está habiendo a escala global -y no empezó el


día 21- es un cambio de conciencia y en mi opinión a
eso se referían los antiguos con todos esos calendarios
extraños y profecías varias. El tiempo se acelera a
causa de la evolución tecnológica y científica que lleva
a cabo el ser humano desde el inicio de sus tiempos:
ahora podemos vivir y aprender en un día lo que antes
se tardaba un mes y en un mes lo que anteriormente
se aprendía o se vivía en un año. Todo se acorta
espectacularmente en cuanto a tiempo invertido, no
sólo en términos concretos, como puede ser en
nuestra comunicación, viajes, relaciones o
aprendizaje, sino en términos generales. También la
propia evolución e historia de la humanidad se
acelera. Al menos, a mí me gusta creer todo esto.

Individualmente es momento de cambios, de dejar de


vivir en la inopia para pasar a caminar hacia tus
sueños, pues ellos te llevan a tu verdadera misión en

79
la vida. Volver a tus orígenes, a la vida real y no a la
que te han montado unos cuantos inconscientes.

Será por la crisis global que nos ha hecho


replantearnos tantos valores, será porque no queda
mucho para que acabemos por destruir este planeta o
será por lo que sea, pero cada vez encuentro más
personas que están ahora despertando, dándose
cuenta de lo que de verdad importa. A mí esto es lo
que me importa:

Amar. A mí mismo, pues es mi vida la que estoy


viviendo en este momento. Querer y respetar a todas
las demás personas del planeta ya que todos somos
uno, no hay diferencia entre nosotros. Sentir un
profundo respeto por todos los seres vivos que
comparten este maravilloso lugar con nosotros en el
universo. Amar a la vida misma y a quienquiera que
nos haya puesto aquí. La buena noticia es que todo
ese amor lo tenemos en nuestro interior, no hace falta
buscarlo fuera.

Aprender. Sobre y de mí mismo, sobre el ego,


conciencia, posibilidades y mi misión personal aquí,
sobre lo que significa la vida, sobre el universo y su
creador. Aprender sobre los demás. Todo ese
aprendizaje lo tenemos en nuestro interior, no hace
falta buscarlo fuera. Qué gran error éste de buscar
siempre las enseñanzas y respuestas a preguntas
existenciales en lugares ajenos a nosotros.

Disfrutar. De cada segundo de mi existencia, pues


estoy vivo y ese es el mayor regalo posible en este
instante, disfrutar de la vida y la belleza que me rodea,
de todas las posibilidades que tengo en frente,
disfrutar de los demás y hacerles disfrutar. Toda esa

80
capacidad de disfrute la tenemos en nuestro interior
también.

Todo lo demás es secundario y si algo entra en


conflicto con estas premisas, probablemente es un
camino que no lleve a ninguna parte más que al
sufrimiento y a la inconsciencia.

En un viaje como éste, sin fecha de vuelta, todo


cambia constantemente. Un cambio mucho más
rápido de lo que estaba acostumbrado en mi vida en
Barcelona. La percepción del tiempo se vuelve
realmente extraña. Las personas, los lugares, tú
mismo... aceptar ese cambio y dar gracias a la vida es
lo mejor que puedo hacer.

Este cambio también provoca que la rutina no se


adueñe de mis pensamientos ni que mis opiniones se
vean afectadas por la visión de otras personas. Como
consecuencia, me ayuda apreciar con más claridad lo
que significa vivir, a sentar unas bases de lo que
significa para mí el estar vivo y lo que quiero hacer con
ello. Unas bases a las que poder acudir cada día y, a
su vez, unas bases a las que incluso pudiese acudir si
se derrumbara todo a mi alrededor: ¿Qué te queda
como ser humano cuando tu trabajo termina, cuando
pierdes todas tus posesiones y no tienes dinero,
cuando mueren tus seres queridos, cuando te
diagnostican una enfermedad incurable?

Muchas veces este tipo de calamidades ocurren en


nuestra vida precisamente para que en ese momento
sentemos esas bases, si no lo hemos hecho antes.
Ahora piensa bien antes de cerrar esta ventana del
navegador si quieres seguir obviando este hecho o te
vas a parar un rato a reflexionar acerca de ello.

81
Supongo que a todo esto es a lo que se refieren los
viajeros cuando dicen que viajan para encontrarle un
sentido a su vida...

¡Feliz navidad desde Malasia!

82
29 de diciembre de 2012

18 | Camina...

Camina descalzo. Nota el tibio asfalto en las


plantas de los pies y siente su cuerpo conectado con
su esencia. Hace ya más de una semana que dejó las
chanclas en el armario y no las ha vuelto a tocar. La
sensación es agradable, piensa. Ojalá no tuviese que
volver a llevar zapatos nunca más.

El camino hasta la playa es corto y él lo ha recorrido


un sinfín de veces estos meses. Sin embargo, consigue
verlo con ojos de sorpresa cada día. Como si fuera la
primera vez. De nuevo.

Frondosos árboles a ambos lados cubren el cielo. Unos


pasos más allá se transforman en palmeras gigantes,
rodeadas de cocos que florecen. Se fija en una
pequeña ardilla que recorre el cableado eléctrico en las
alturas. El viejo puente de madera siempre está en el
mismo lugar para ayudarle a atravesar la ciénaga. Y al
final… al final la verja de color verde que separa el
mundo real del mundo onírico.

Atreverse a cruzarla es pasar al mundo de los sueños.


Desde esa posición una gran isla se deja entrever en el
horizonte. Sólo llega a apreciar la belleza e inmensidad
de ese paisaje en el momento en el que el sendero
termina, para transformarse simplemente en arena sin
fin. Cangrejos transparentes caminan frenéticamente

83
por ella, fabricando sus hogares. En ese momento la
brisa cálida le golpea, recordándole que lo que sus ojos
ven es real. No es una fotografía. No es una película.
Ha pasado a ser rutina del día a día.

Deja la camiseta en el suelo de cualquier manera y


empieza a correr. Es una adicción que ya no puede
dejar desde el momento en que cruzó aquella meta con
lágrimas en los ojos, en la que habían a su alrededor
miles de personas animando. Parece que fue hace
tanto tiempo… ahora se centra en intentar tomar
fotografías mentales del recorrido, pues sabe que en
poco tiempo esa maravilla no estará disponible a tan
pocos pasos de distancia en su vida.

A esta hora de la tarde el calor no es tan intenso, el sol


se pone dejando a su paso colores cálidos y la
temperatura ambiental es perfecta. El contraste del
agua, ligeramente más fría, es ideal para relajar los
músculos después del ejercicio. Tras unos minutos de
meditación en los que el tiempo se suspende,
observando sin juicio las nubes, el cielo, las
montañas, las islas y personas que le rodean, algo en
su mente le apremia para volver. Cree que por hoy ha
sido suficiente.

Ha vuelto a conectarse con la naturaleza y ése era su


objetivo.

La vida sin embargo no piensa de la misma manera.


Caminando por la arena encuentra con sorpresa
varios pequeños peces agonizando. Devolverlos al mar
y contemplarlos es una tarea que le mantiene ocupado
hasta que, para su sorpresa, la oscuridad se ha hecho
dueña del paisaje. El cielo está despejado, algo insólito
en estas latitudes. La luna llena se deja ver,

84
iluminando el camino de vuelta. Puede apreciar
incluso los grises contrastes de la misma, con una
claridad inusual que no había experimentado antes.

Su luz no es la única que sus sentidos captan. Unos


metros más allá, alguien ha encendido una gran
hoguera. Alcanza a ver fugazmente la silueta de un
hombre que se marcha conduciendo una moto, como
si tuviera prisa y no quisiera pararse a contemplar su
creación. Un tocón de árbol centenario le sirve como
asiento durante lo que a él le parece un largo espacio
de tiempo, dedicado para apreciar cómo las llamas
rojizas e incansables devoran los restos de madera
seca y el humo realiza piruetas, para acabar formando
extraordinarias figuras que se desvanecen en la noche.

Las brasas finales le indican que ahora sí que es


momento de emprender el camino de vuelta,
respirando…

85
Con Serim, uno de
los tipos más locos
que he conocido,
tenía unos 50 años
y vagaba por el
mundo casi sin
dinero y huyendo de
la justicia. Estuvo
trabajando conmigo
hasta que le
despidieron por venir
drogado al curro

86
4 de enero de 2013

19 | Bye Malaysia!

En tres días estaré viajando en ferry hacia


Tailandia. Después de casi tres meses en Malasia, dos
de los cuales viviendo en Langkawi, llega la hora de
pasar al país vecino.

Podría irme un par de días a Satun, en la costa, volver


aquí y ya tendría tres meses más de visado, cosa que
hacen muchas personas. La vida en esta isla es muy
tranquila, sin preocupaciones de ningún tipo y me da
pena irme y dejar todo esto atrás. Sin embargo hay
que continuar, porque esta sensación la sentiré
siempre en todos los lugares a los que vaya y en los
que me sienta a gusto. Forma parte de este tipo de
vida.

Quizás mi visión está sesgada por haber pasado la


mayor parte del tiempo en un lugar más "turístico", no
lo sé. Mi experiencia es ésta:

-Personas. Gente tranquila, muy amable, la mayoría


de ellos siempre con una sonrisa y dispuestos a
ayudarte en lo que sea sin pedir nada a cambio.
Muchos de los que me he encontrado hablan buen
inglés, al haberlo estudiado o haber vivido una
temporada en otro país. Al haber esta mezcla de
culturas, puedes encontrar tanto malayos como

87
chinos o indios a partes casi iguales y, a raíz de ello,
suelen tener una mente más abierta.

-Religión. La mayoritaria es el Islam, puedes encontrar


mezquitas en todas las ciudades y pueblos. A mí
personalmente me encanta oír el sonido de los
cánticos que surge de su interior a ciertas horas del
día. Las mujeres suelen llevar el hiyab característico.
También hay muchos templos budistas e hinduistas
de todo tipo, así como algunas iglesias.

-Naturaleza y tiempo. Malasia tiene parajes


espectaculares debido al clima tropical. La
temperatura oscila entre 23º y 33º todos los días del
año, parece un verano continuo. Cuando llegué solía
llover cada día; de repente en 5 minutos el cielo se
nublaba y caía una tormenta de cuidado. Ahora en
diciembre y enero es distinto, pueden pasar varios
días sin caer una sola gota. También he visto animales
que no sabía ni que existían, como cangrejos
violinistas -con una pinza enorme y otra pequeña- o
peces que se arrastran rápidamente sobre el barro con
sus aletas.

-Economía. No hay comparación con Europa, pues los


salarios y los precios son mucho más bajos. Sin
embargo, para alguien que vive aquí el ganar
suficiente dinero para poder dormir y comer es muy
fácil, es un país en desarrollo, lo cual significa
crecimiento y oportunidades. Quien no trabaja es
porque no quiere. Personalmente, encontré mi trabajo
tras un solo día de búsqueda y me da de sobras para
pagar el techo y la comida.

-Curiosidades. Estuve una semana entera comiendo


con las manos, cuando viví con la familia musulmana

88
y también varias caminando descalzo aquí en la isla,
por recomendación de un amigo. Son experiencias
nuevas que me ha gustado vivirlas. La primera de ellas
no tengo ningunas ganas de repetirla sin embargo.
Otra costumbre que me ha gustado es la de comer en
puestos callejeros en vez de cocinar en casa, te ahorra
una barbaridad de tiempo y dolores de cabeza, además
de ser baratísimo.

Llegué a Kuala Lumpur el 16 de Octubre sin la más


mínima idea de lo que me encontraría. Ahora puedo
mirar atrás y decir que me conocido un país
espectacular.

Un país en el cual he pasado dos meses viviendo en


una isla paradisíaca, cosa que no me habría
imaginado nunca. En el que he aprendido a viajar
solo. En el que he tenido el trabajo más divertido de
mi vida, conduciendo motos y coches todo el día. En el
que he realizado también un trabajo interior enorme,
aprendido a meditar y conectarme con la naturaleza.
También aquí he tenido aquí la oportunidad de
convivir con otras culturas y religiones distintas a las
que estaba acostumbrado y, sobre todo, es un país en
el que he conocido personas increíbles que se
quedarán siempre en mis recuerdos y en mi corazón,
en especial una de ellas.

¿Difícil de superar? No lo creo, pues los planes para


estos dos meses próximos no podían ser mejores... la
semana que viene explicaré la primera idea que tengo.

89
Nunca había vivido una
fiesta de fin de año
como la que se montó
en la playa de
Langkawi, con gente de
todas partes del
mundo, fuegos
artificiales, hogueras y
lámparas de papel
voladoras

La puesta de sol es una de


las razones por las que
tantas personas vienen a la
isla Malaya, cada día es
espectacular

¿Te lo has creído, eh? En


realidad hacía la foto a las
chicas

90
TAILANDIA

91
11 de enero de 2013

20 | Hat Yai - Bangkok - Chiang Mai

Sonó el despertador a las 6.20h de la mañana.


Su cuerpo respondía de mala gana cuando tenía que
levantarse tan pronto, pero este día en especial no se
encontraba bien. Nada bien. Justo después de la
ducha tuvo que hacer una visita rápida al lavabo.
Tenía ganas de vomitar.

Solo hoy, solo ahora... Solo en este momento se daba


cuenta de verdad de lo que estaba haciendo con su
vida. Había pasado dos meses viviendo
tranquilamente, sin más preocupaciones que realizar
bien un trabajo que le encantaba, conocer gente y
disfrutar de la vida en playas paradisíacas de la otra
parte del mundo. Era un sueño. Era real.

Esta mañana todo eso había terminado. Tenía que


continuar su camino, el camino de su vida. ¿Por qué?
¿Por qué, si podía quedarse tranquilamente, sin
preocupaciones, en esta isla durante meses o años?
Justo el día anterior habían insistido en ofrecerle un
visado de trabajo y un buen sueldo para quedarse… O
también podía volver a casa, buscar un trabajo normal
y vivir como siempre había vivido. Feliz, rodeado de
sus seres queridos y sin todos estos grandes
sobresaltos, sin esos miedos que ahora le
atormentaban sobre la gran incógnita

92
La gran incógnita, también llamada futuro.

Ese pensamiento le provocaba náuseas, miedo. Pero…


¿por qué solo ahora? ¿Por qué solo en este momento
puede ver las cosas diferentes? Se pregunta cuál de
esas visiones sobre su vida es la correcta, ¿La que le
pide seguridad, la que le pide locuras?

Sin embargo, sabe en su interior que tiene que


continuar, siempre adelante. Es su misión. Una
misión sin un objetivo claro, en busca de intangibles.
En busca de vida, de personas, de conocimiento, de
belleza, de experiencias… en busca de sí mismo.

Esta sensación tan horrible en el estómago le duró


posteriormente todo el trayecto en ferry, desde la isla
malaya hasta la costa tailandesa. Sólo en el momento
en el que, habiendo pasado el control de aduanas,
estaba subido a un taxi en dirección a la ciudad de
Hat-Yai, solo entonces, volvió a su estado normal. Su
estado normal de felicidad. Su alma era libre otra vez.

Volvía a volar.

Después de eso pasó dos días durmiendo en trenes.


Desde pequeño que no hacía algo así, ¡fue divertido!
Mejor hubiera sido si en la litera de arriba no se
notara tanto el aire acondicionado. Que manía tienen
en el sudeste asiático con ponerlo tan fuerte. La manta
que le proporcionaron evitó que los revisores le
tuvieran que descongelar por la mañana. El primer
tren hasta Bangkok, el segundo hasta Chiang Mai,
una bonita ciudad del norte. A la capital tiene pensado
volver más adelante, dentro de un mes, con grandes
planes.

93
Ahora en la pequeña ciudad, ya instalado, disfruta de
este nuevo país que pisan sus pies. De estas calles
locas, de la gente que conoce, de la arquitectura tan
curiosa, de los paisajes que le dejan sin aliento, del
tráfico cuando va en moto, de la comida en los miles
de pequeños puestos callejeros que sacan humo.
Incluso disfruta de la tipografía -para él indescifrable-
que cubre cada cartel en idioma tailandés.

Disfruta porque dentro de dos días entrará en un


centro de meditación cercano. Se podría decir, para
que nos entendamos, que es una especie de templo
budista. Y no saldrá hasta dentro de un mes. 26 días
para ser exactos.

Cuando pasó por Georgetown, un gran amigo, Rick, le


habló por vez primera de este programa. Se ve que uno
podía presentarse allí y vivir con los monjes. La idea
era estar varios días meditando. Luego leyó el folleto y
vio que la cosa iba en serio: no estaba permitido tener
teléfono ni ordenador, es decir, ¡ningún tipo de
contacto con el exterior! Oh, espera, que sigue leyendo
y también pone que no se puede leer, ni escuchar
música, ni hablar con otras personas que no sean los
monjes… la cosa no va en broma. Es una locura de las
gordas.

Y ya que estamos, que sea más difícil todavía. El


programa de veintiséis días en vez del de diez, que es
el recomendado para empezar. Para poner la guinda,
justo ayer mismo el recepcionista de la guesthouse le
comentó que muchas personas iban y volvían al cabo
de un día. No lo soportaban.

94
¿Por qué alguien querría hacer algo así? Un mes
entero sin saber nada de nadie y sin distracciones de
ningún tipo. Solo él y su mente. Nadie más, nada más.

Él quiere hacerlo. Confía en sus posibilidades.

No por la religión budista, ni mucho menos. Sino


porque sabe que en la vida, lo más importante que
puede hacer una persona es conocerse a sí mismo. Y
para conocerse a sí mismo, nada mejor que pasar
tiempo a solas con él, en silencio, con sus
pensamientos. Así es como se aumenta la conciencia.

Lo ha experimentado en mayor o menor medida este


último año y fue entonces cuando algo cambió en su
ser. Empezó a comprenderlo todo, a darse cuenta en el
sentido literal de la palabra. Empezó a descubrir cosas
de las que nadie le había hablado nunca y que eran
espectaculares. Empezó a quitarse miedos y dudas.
Empezó a saber cómo vivir. Volvió a nacer.

Y es por eso que ahora quiere dar otro paso, ir aún


más allá. Otro cambio de conciencia. Descubrimiento
de sí mismo y de la vida y el mundo que le rodea.

95
96
Una de las estatuas budistas
más molonas que me
encontré… y mira que hay
para aburrirse

Conocerse por la mañana y por


la noche estar saliendo de
fiesta como si fueran amigos de
toda la vida… una de las
mejores cosas que tiene viajar
en plan mochilero

97
23 de enero de 2013

21 | 10 días de meditación (I)

Meses.

Me han parecido meses y han sido solo diez días. No


los veintiséis que quería hacer en un principio, ya que
muchas personas querían hacer el curso y no podía
quedarme más. Han sido suficientes para empezar,
pues he encontrado lo que venía buscando.

Días duros y días muy felices. Algunos de los más


felices de mi vida.

En este primer post haré una introducción a la vida en


el centro de meditación y en el siguiente compartiré
los pensamientos y mi día a día.

Wat Ram Poeng es el nombre del lugar. Está situado a


las afueras de Chiang Mai, al norte de Tailandia. Allí
conviven con armonía monjes budistas con
estudiantes locales y extranjeros que vienen a pasar
unos días de meditación.

Me pareció un lugar mágico, en el que se respira paz,


con varios edificios, jardines y dos grandes templos,
todos ellos rodeado de una naturaleza impresionante.
Una de las ocupaciones habituales a lo largo del día
para la gente que vive allí es barrer varias veces las
hojas secas del suelo, de tantas que caen. Fue una de
mis ocupaciones también, una de las más divertidas.

98
La idea para los extranjeros que llegan al lugar, es
aprender meditación, en una versión llamada
Vipassana. Es una palabra que significa "ver las cosas
tal y como son en realidad". Ahora puedo dar fe de
ello. Y también me doy cuenta de lo poco que sabía
acerca de la meditación y su significado.

"May you be happy, free from suffering, disease, grief,


trouble, difficulty, danger, and may you be protected for
all misfortune"

Esas eran las primeras palabras del folleto


informativo.

No es un curso propiamente dicho. Uno no tiene que


pagar absolutamente nada por la estancia y la comida.
Haces una donación cuando te marchas si te ha
servido y sino no. Eso demuestra lo implicados y
convencidos que están los monjes que dirigen este
gran lugar acerca de poder ayudar a otras personas a
mejorar sus vidas. Todo el centro se mantiene
mediante donaciones.

Algunas de las reglas al comprometerte para estar


varios días eran éstas:

1. No hay contacto con el exterior, por tanto nada de


móviles, internet, etc.

2. Ningún tipo de distracción. Teníamos que dejar


todos los aparatos electrónicos, libros y demás en otra
habitación aparte, cerrada. Me las ingenié para
quedarme con el diario y escribir un poco cada día.

3. Vestir siempre todo de blanco, incluso para dormir.

4. No fumar ni beber alcohol.

99
5. No socializar, hablar lo menos posible con otras
personas. Sólo para lo imprescindible.

6. Seguir el horario del centro, que escribo a


continuación.

4.00 AM - Suena la campana general. Hora de


despertarse y empezar directamente con la
meditación, cada uno por su cuenta. Había dos tipos:
walking meditation y sitting meditation. Dedicando el
tiempo asignado a cada una y alternándolas siempre.
El tiempo se medía con un cronómetro que te
proporcionan el primer día. Empiezas con 15 minutos
y vas aumentando cada día dependiendo de lo que te
digan.

6.30 AM - Suena por segunda vez la campana. Hora


del desayuno, que solía ser un bol de noodles o arroz y
un plátano, todos en el comedor exterior y en silencio.
Hasta que no estaban todas las personas sentadas y
se rezaban las plegarias oportunas no se podía
empezar, por tanto, había días que te pasabas incluso
15 minutos mirando el plato sin poder tocarlo.
Contemplation of food le llaman. Luego con el hambre
la comida sabía mejor que nunca, eso sí.

7.30 AM - Hora de barrer el suelo de hojas secas y


regar las plantas. Creo que era lo más entretenido que
hacía en todo el día, así que le dedicaba su tiempo.
Luego ordenar la habitación, ducharse y demás para a
las...

8.30 AM - Continuar meditando en la zona que


quieras. En mi caso siempre estaba en un jardín
especial, con un árbol enorme y varias estatuas de
Buddha.

100
10.30 AM - Suena la campana por tercera vez. Hora de
comer. Igual que en la cena, no se empieza hasta que
acaban los rezos. El menú solía ser arroz con vegetales
y quizá algo de carne, en la cantidad que quisieras,
eso sí. Con el hambre la comida cambia de sabor, la
verdad es que estaba todo buenísimo, aunque la
mayoría de las veces no sabía lo que era.

4.00 PM - Hora aproximada del reporting, es decir,


presentarse individualmente ante el abad del
monasterio y explicar cuántas horas de meditación
has hecho durante el día, cómo te has sentido, hacer
preguntas... en este momento te corregía si
necesitabas cambiar algo y te ponía un objetivo de
horas para el día siguiente.

5.00 PM - Se sirve un caldo caliente para quien quiera.


Nunca supe lo que era y cambiaba cada día. Una vez
creí distinguir leche de coco, no estoy seguro...
buenísimo.

10.00 PM - Después de meditar toda la tarde, hora en


la que se suponía que tenías que ir a dormir, como
muy pronto. Nunca hice caso de esta regla y me solía
ir a la cama a las 8.30 PM.

Como ves, no hay cena. Sorprendentemente, solo tuve


hambre un día. Los demás solía coger varios plátanos
en el desayuno y los guardaba, o compraba cualquier
cosa en la pequeña tienda de comestibles que había.

101
Prácticamente pasé los 10 días
enteros en este jardín, solo me
faltaba poner el colchón y la
almohada allí para que fuera mi
nueva casa

102
25 de enero de 2013

22 | 10 días de meditación (II)

Después de la introducción a la vida en el


centro de meditación, aquí va tal cual mi diario de
estos diez días.

Soy consciente de que comparto pensamientos muy


personales. Nadie debe tomarlo como una referencia
acerca de lo que le "pasa" a una persona que hace
meditación, pues cada uno tiene una experiencia
diferente, dependiendo de cómo sea su vida, su mente
y de cómo se tome esos días.

Todo sea por compartir algo que a mí me ha tocado el


alma y, si luego alguien se anima a realizar algo
similar a causa de la lectura de este post, mejor que
mejor.

------

DÍA 1 - He llegado al centro a las 10.30h, después de


haber cogido un taxi de estos tan curiosos. Phra
Chaibodin, el monje encargado de los foreign
meditators, me ha proporcionado una almohada,
mantas y pantalones blancos después de un buen rato
rellenando la ficha de entrada y esperando. Mi
habitación, la número 9, austera y amplia.

Hoy somos 6 personas nuevas. Nos pasamos el día


aprendiendo cómo va la cosa en el centro: dónde se

103
come, el horario, cómo es la técnica de meditación...
nos pasamos un buen rato practicando y acudimos a
la breve ceremonia de apertura con el abad. He tenido
que dejar el móvil, los libros y el portátil, hasta que me
vaya. ¡No sé ni la hora! Y creo que moriré de hambre y
sueño aquí, jajaja. No, en serio, al acabar estoy
reventado y me voy directo a la cama.

DÍA 2 - Me levanto y pienso "Joder, ¿aquí a las 4 de la


mañana ya se hace de día o qué? Qué país tan raro".
Luego oigo la bendición del desayuno y caigo... ¡Son
las 6.30! Me he sobado y llego tarde... empezamos
bien. Por suerte nadie se ha enterado y he podido
dormir 8 horas.

Me paso toda la mañana meditando en el jardín en


periodos de 15 minutos, alternando walking y sittng y
después de comer, ¡ala! a meditar a saco otra vez. Me
duele la espalda un huevo de estar sentado en esta
postura tan rara. El tiempo me pasa lentísimo y no
paro de pensar en el pasado, el futuro o cosas sin
sentido en vez de dejar la mente en blanco.
Directamente es que ya ni lo intento, me da mucho
palo, prefiero dar rienda suelta a los pensamientos. No
sé cómo haré para soportar esto tantos días... He
tenido que esperar lo que me parecía una eternidad
para hacer el primer reporting, pero no ha estado mal.
Luego he continuado meditando debajo del gran árbol,
intentando no pensar para no sufrir.

DÍA 3 - Hoy sí que oigo la campana de las 4.00, he


tenido muchísimos sueños y todos rarísimos. Por la
mañana un poco de limpieza después del desayuno y
meditación hasta la hora de comer. ¡Me aburro!
Después, como no, más meditación, hasta que se me
ha ocurrido que podría ir a la habitación a hacer un

104
poco de ejercicio. En el reporting, Phra Ajhan Suphan,
el abad, me ha comentado como podía mejorar, porque
estoy dejando que mis pensamientos lleven el control.
Así que luego me he puesto en serio y sorpresa... me
he disciplinado para estar presente todo el rato
posible, dándome cuenta de cuándo un pensamiento
me viene a la mente, que es casi todo el tiempo... He
sentido paz, acepto que estoy aquí ahora y que es el
mejor sitio donde podría estar aprendiendo de mí
mismo. ¡Echo de menos a todos!

DÍA 4 - Después de desayunar he estado barriendo y


regando el jardín y me he sentido genial. En la
meditación he podido conectar bastante con el
presente a costa de un gran esfuerzo y me ha gustado
la sensación. Tengo que olvidarme de todo lo de
"afuera", mi vida exterior, y centrarme en el ahora, en
dónde estoy y qué estoy haciendo justo en este
instante.

Tarde: Joder, ¡no puedo más! Estas últimas horas las


he pasado fatal, las peores desde que estoy aquí.
Tengo mucha hambre y echo de menos a todos y a
todo. Y no puedo más ya con esta mierda de estar ahí
todo el rato sin hacer nada. Sí que es verdad que estoy
aprendiendo, pero a costa de mucho sufrimiento.
Ojalá pasen más rápido los días que quedan... Cómo
echo de menos mi vida normal, me está siendo casi
imposible mantenerme presente.

DÍA 5 - I caught 4 bananas in the breakfast, hahah,


and after, someone has given me an apple, so today I
can eat more. In the morning i felt like... Wow! Ahora
me doy cuenta de que estoy escribiendo en inglés,
estoy enfermo ya... Por la mañana me he sentido
genial, muy presente y feliz de estar aquí. Me siento

105
bien de cuerpo y mente y estoy entrenando ambos. Las
meditaciones han ido un poco mejor… Barrer y hacer
ejercicio son dos de los mejores momentos del día,
junto con el desayuno y la comida, jajaja.

Me duele la espalda a saco, no tengo ni idea de cómo


sentarme bien, porque también se me duermen las
piernas. El reporting con el abad casi no me ayuda en
nada, pero bueno... esperaremos hasta el último día
para hacer un juicio sobre ello. Estas últimas horas
han sido geniales, he estado concentradísimo, sobre
todo en la meditación sitting, respirando
profundamente y sintiéndome genial. Me voy a dormir
tranquilo.

DÍA 6 - Muy, muy contento ya desde primera hora.


Los noodles entraban solos y hoy también he cogido
varios plátanos de más para pasar el día. He
empezado la meditación apoyando la espalda en una
columna, luego Phra me ha catado y me ha dicho que
"we are learning suffering" y que "nobody dies because
of meditation". Me parto de risa con este hombre, pero
ala, a doler la espalda otra vez. De momento está
siendo un buen día, aunque esto nunca se sabe. Me
está costando mantenerme presente todo el rato,
muchos pensamientos absurdos me vienen a la mente.
Qué chungo es esto a veces.

Ya es de noche, he pasado algunas horas buenas por


la tarde y otras no tan buenas, con muchas
distracciones, dolor, pensamientos... me está costando
mantenerme presente, a veces pienso que doy un paso
adelante para dar dos atrás. Sin embargo estoy feliz de
hacer esto con mi vida, porque yo lo he elegido.
Además, poco a poco estoy aprendiendo a estar

106
presente no sólo en la meditación sino en las demás
horas del día, que, al fin y al cabo, es lo que importa.

DÍA 7 - Acabo de hacer ejercicio en la habitación,


supongo que serán las dos y pico. Hoy está siendo
alucinante, después de desayunar me he podido
concentrar enseguida en la meditación y los
resultados son espectaculares: he notado
progresivamente un cambio en las cosas cotidianas
que me rodean, en la forma de "ver" y en darme cuenta
también de muchos pensamientos inútiles y absurdos
que pueblan mi mente siempre, no solo en las horas
de meditación. Estoy mucho más presente y por tanto
vivo, tengo más y mejor conciencia de dónde estoy, de
mi mente y de lo que me rodea.

Tarde: En el reporting no he podido más... lo de hoy ha


sido alucinante. Las sensaciones han ido a más
durante el día y delante del abad, cuando me ha
preguntado que qué tal se me han saltado las lágrimas
mientras trataba de explicarle lo sucedido. -Happy? –
Very very happy... es lo único que he acertado a decir.
–All that has a beginning has an end, continue
practicing. El día de hoy se me quedará grabado toda
la vida. Muy feliz.

DÍA 8 - Hoy está siendo un día increíble. Me he


levantado directamente teniendo consciencia de todo
lo que hacía y estando presente. Esto es alucinante y
me está cambiando la perspectiva del día a día. Hoy al
ser 'Buddha Day' es un día especial y se han celebrado
diversos actos. Por la tarde meditación, algunas horas
bien y otras no tanto, pero contento en general. Ahora
me doy cuenta de todo lo que me queda por avanzar...
tengo atisbos de 'presencia' durante el día y eso me
alegra. Sin pensamientos absurdos, simplemente

107
siendo. Por la noche, éramos cientos de personas,
monjes y estudiantes, con velas, flores e incienso
dando vueltas en silencio a la pagoda y luego
realizando una meditación conjunta. La sensación ha
sido impresionante.

DÍA 9 - Hoy día especial por ser muy tranquilo, lo más


destacado es que es seguro que me quedaré solo 10
días, porque hay overbooking de personas que quieren
hacer meditación este mes de enero. Una pena, pero la
verdad es que ya he encontrado lo que venía buscando
aquí y por ello no puedo estar más contento. Seguro
que volveré alguna vez en el futuro, se vive genial en
este centro, con una paz que no se encuentra en
ninguna otra parte, además de la belleza del lugar.
Hoy la meditación en general ha sido muy buena,
algunas horas entre las mejores de todas y sintiendo
mucha alegría por vivir. Me encanta poder sentir la
vida en esta magnitud.

DÍA 10 - Último día completo en Wat Ram Poeng. Está


siendo difícil concentrarse en la meditación y estar
presente, pues no paro de pensar en 'mañana' cuando
salga. La verdad es que estos días aquí me han
cambiado la visión de la vida, entró un Pablo y ahora
sale otro renovado y con más recursos para afrontar
los siguientes meses de viaje. Joder, como mola vivir.

En el último reporting y la closing ceremony he


aprovechado para dar las gracias al abad de corazón
por esta oportunidad que me han dado aquí. Muy
grande este lugar y las personas que lo forman, no lo
olvidaré nunca.

------

108
Ahora que han pasado varios días puedo hacer, desde
mi punto de vista, una mejor valoración de lo que ha
supuesto esta experiencia para mí y de lo que es la
meditación. Meditar me despeja la mente de todos los
pensamientos innecesarios acerca del pasado, del
futuro, de deseos, miedos o simplemente de cosas
absurdas que de repente vienen a la cabeza para, de
esta manera, poder sentir el momento presente con
toda claridad.

El momento presente es lo único que tengo. Lo demás


no existe, es simplemente una creación de mi mente
pensante, que me hace sufrir, estar contento, perder el
tiempo o cualquier otra cosa con tal de no sentir la
intensidad de lo que se está experimentando en ese
preciso instante. La belleza del mundo que nos rodea,
la increíble suerte de estar vivo.

Recomiendo vivamente a todos los que estén


interesados en mejorar su calidad de vida probar algo
así, al menos una vez. Luego, por supuesto, uno tiene
que continuar practicando regularmente y aplicando
esas enseñanzas para no olvidar lo aprendido.

"One may conquer a thousand men in thousand battles.


But the person who conquer just one person, which is
oneself, is the greatest conquer"

Buddha

109
Algunas fotos mías haciendo ver que
medito y escucho atentamente

El „Buddha Day‟ molaba


más que los otros días,
porque se hacían ofrendas
extrañas, venía la gente
del pueblo y todo el
mundo estaba en plan
festivo

110
3 de febrero de 2013

23 | Dinero invertido el 3er mes de viaje

Tercer mes del viaje. Último mes en Malasia,


apurando hasta el último momento el visado de
turista. He pasado estas cuatro semanas viviendo una
vida muy "normal", trabajando en lo que me gustaba,
aprovechando las playas de Langkawi y viviendo una
navidad calurosa, diferente a la que estaba
acostumbrado. Alguien comentó que podríamos
decorar una "palmera de navidad" en vez del típico
abeto...

A continuación, el dinero ganado y gastado. Hay que


tener en cuenta de que el gasto de alojamiento en la
guesthouse ya estaba pagado de antemano para todo
el mes:

1ª SEMANA – Ganados 177 RM (44€) y Gastados 108


RM (27€) de los cuales:

-18€ comida / 9€ otros

Nota: Semana de trabajar llevando motos de un lado


para otro y de ir a la playa por las tardes.

111
2ª SEMANA – Ganados 275RM (70€) y Gastados 134
RM (35€) de los cuales:

-33€ comida / 2€ postales

Nota: Semana haciendo de taxista por toda la isla a


diferentes turistas.

3ª SEMANA – Ganados 125RM (30€) y Gastados 276


RM (72€) de los cuales:

-15€ comida / 40€ navidad / 7€ otros

Nota: Semana de navidad, muy tranquila, trabajando


y disfrutando de la gente.

4ª SEMANA - Ganados 250 RM (62€) y Gastados 125


RM (32€) de los cuales:

-22€ comida / 4€ cortar el pelo / 2.5€ laundry / 3.5€


otros

Nota: Increíble fiesta de año nuevo en la playa,


realmente alucinante. Últimos días en Malasia.

TOTAL DINERO GASTADO 3er MES: 88€ comida /


40€ navidad / 28€ otros = 156€

TOTAL DINERO GANADO 3er MES: 206€

112
Una cantidad irrisoria si lo comparamos con un
salario Europeo. También es cierto que sólo cobraba
comisiones, porque lo decidí de esta manera, para así
poder estar sólo las horas que quisiera en el trabajo.
Luego al terminar, los últimos días, me ofrecieron
quedarme con un salario mucho mejor y con visado de
trabajo, así que si me quedo sin dinero ya tengo sitio
para volver y recuperarme económicamente.

Aprovecho para comentar que ahora estoy en una


granja orgánica al norte de Tailandia, llamada
Tacomepai. Allí se enseña permacultura, el diseño de
hábitat sostenible.

113
8 de febrero de 2013

24 | Siguiendo señales

Aquellos diez días de meditación habían sido


una experiencia alucinante, justo lo que necesitaba en
este momento de su vida. Nuevas perspectivas se
abrían delante de sus mismas narices. Estaba atando
muchos cabos.

Sin embargo, ahora no tiene ni idea de qué hacer a


continuación. Se siente perdido.

El problema es que le da completamente igual visitar


lugares famosos o bonitos… no ha venido a eso.
Nunca ha tenido las ganas ni la necesidad de abrir
una guía turística. Eso es para turistas, como su
nombre indica, no para viajeros. Lo único que busca
son experiencias que le hagan aprender y sentirse vivo
y sabe que éstas no están escritas en los libros.
Siempre aparecen solas.

Lleva ya tres días buscando algo, un trabajo, un lugar


a dónde ir a ayudar, lo que sea. Nada, parece que no
hay nada. Como si todas las puertas a las que
estuviese llamando estuvieran cerradas. Nadie
responde.

A todo ello se junta que son los primeros días del viaje
en que, por una razón u otra, no ha conocido a nadie

114
interesante con quien compartir unas horas de charla
o diversión y eso empieza a pasar factura.

Camina sin rumbo en la noche, sorteando multitud de


turistas borrachos, los últimos que quedan ya a estas
horas. Está solo en la otra parte del mundo. Su
mirada perdida, producto del cansancio, no se detiene
a observar nada, ya que en ese momento nada le
interesa. Mantiene su rumbo hacia ninguna parte, con
un andar pesado y lento, que expresa su estado de
ánimo. Tratando de no pensar. Tratando de no sentir.
Tratando de evitar que la vida le encuentre y le golpee.

Pero no hay manera. No lo consigue. Siente la vida en


toda su magnitud: amor, miedo, ilusión, soledad,
ignorancia, dudas, apatía… Una apatía que no había
experimentado nunca antes. Todo ello, todo a la vez,
se cierne sobre él mientras la luna llena ilumina su
camino. Esta noche parece que nada tiene ningún
sentido. ¿Por qué lo sigue buscando?

En ese momento algo se activa en su interior y, sin


motivo alguno, empieza a recordar el mismo día que
salió del templo. Mientras estaba disfrutando un
sabroso Pad-Thai como cena, un desconocido se sentó
en su misma mesa, ya que no quedaba ninguna libre.

Michel es francés y lleva más de un año viajando. No


tardaron en congeniar y compartir pensamientos
acerca de lo que significa viajar, sobre la educación
recibida, dedicada a servir los intereses de otras
personas y sobre el trabajo de locos en nuestra
sociedad de origen. Interesting stuff. Antes de
despedirse, le escribió en el móvil una palabra. Le dijo
que era un lugar interesante al que ir y que además no
queda muy lejos de Chiang Mai.

115
Ahora, después de este flash al recordar aquella
conversación, saca el móvil y rebusca entre los
archivos. Ahí está la palabra, escrita sobre un fondo
amarillo: TACOMEPAI. Una rápida búsqueda en
Google le devuelve una web interesante sobre una
granja orgánica a la que puede ir a trabajar, en la que
hay colgadas unas fotos espectaculares.

Se pregunta por qué ha sido tan idiota de no seguir la


primera señal, la más clara, como siempre ha hecho.
Porqué ha tenido que perder tres días buscando algo
que ya tenía en su mismo bolsillo y que la vida le
había dado inmediatamente.

Con sorpresa, se da cuenta también de que en tres


meses de viaje en „solitario‟ no ha estado solo más de
24 horas. Alucinante. Así que ahora está aprendiendo
por fin… a estar y sentirse solo. Es un aprendizaje
entre muchos otros.

Sabe que nada ocurre porque sí. Todo se aclara en


cuestión de minutos. Comprende el porqué, justo
cuando los primeros rayos de sol atraviesan las calles.

Al día siguiente recoge rápidamente sus cosas, tira


unas postales al buzón, devuelve la moto alquilada, se
despide de Stéfan, el propietario de la bonita
guesthouse y sube a una furgoneta en dirección Pai.
Pai es un pueblecito tailandés del norte situado muy
cerca de la frontera con Myanmar, la antigua
Birmania. El viaje de cuatro horas se ameniza porque
son varios viajeros de la misma edad los que se dirigen
allí.

6 kilómetros antes de llegar, el vehículo se detiene en


el arcén. “¡Tacomepai!” grita el conductor
inmediatamente.

116
Soy el único que baja. Enseguida las luces rojas
desaparecen cuando la furgoneta toma una curva. Ya
ha oscurecido. La carretera está mal iluminada por
dos farolas intermitentes que recuerdan a una de esas
películas de terror americanas. No hay nadie.

Recojo mi mochila y camino hacia la dirección que me


acaban de indicar. Recto, a la izquierda y recto otra
vez. Ahora tengo que iluminar el suelo con la precaria
luz proveniente del móvil si quiero ver algo. Paso una
barrera de bambú, que precede a un sendero de tierra.

El camino lleva directo hacia la luz de una hoguera,


alrededor de la cual se distinguen las siluetas de
varias personas. Sin tiempo para reaccionar, me doy
cuenta de que una voz se está dirigiendo hacia mí:

-Hi! You‟re coming to live with us?

….

117
Fotos varias de las cabañas y paisajes
de Tacomepai

La de aquí abajo es la vista


desde mi cabaña de bambú a
los campos de arroz

118
13 de febrero de 2013

25 | Tacomepai

....

-Hi! You‟re coming to live with us?

-Ehmm… Yeah! Yeah, this will be very nice.

-Okay, we have still blankets I think… Jannina is going


to show you your room.

Así fue como pasé a formar parte del día a día en


Tacomepai. En ese momento no sabía ni lo que
significaba la palabra “permacultura”, una de las
claves del desarrollo de este lugar. Ahora, llevo aquí
casi tres semanas, aunque me podría quedar meses.

Tacomepai es una granja orgánica, autosostenible. En


palabras más normales, es una gran extensión de
bosque, cultivos y campos de arroz en la que hay
aproximadamente quince cabañas de bambú y madera
desperdigadas. Allí conviven entre diez y treinta
personas, dependiendo del momento, casi siempre
viajeros que quieren pasar unos días en contacto con
este ambiente tan especial.

Su funcionamiento no es el de otras granjas, en las


que trabajas unas horas al día a cambio de
alojamiento y comida. Aquí cada uno trabaja cuando
le apetece y hace lo que quiere y cuando quiere,

119
pagando 150 bath al día por dormir y por la comida -
en total unos 3,5€- . Y si te quedas más de un mes,
pasa a ser todo gratis. Easy living.

Cuando llegas, puedes quedarte en cualquier cabaña o


ir cambiando, siempre y cuando esté desocupada en
ese momento. Todas ellas han sido construidas con
madera y bambú por las personas que han pasado por
aquí y hay algunas espectaculares, como la que he
estado viviendo, con vistas a los campos de arroz y
situada en la orilla de un lago en el que me baño todos
los días. Ninguna de ellas tiene pestillo en la puerta o
similar, me parece que aquí no ha habido un robo en
siglos.

La comida la hace quien le apetece -por suerte siempre


hay alguien a quien le encanta cocinar- y se suele
hacer menú vegetariano para todos. Nunca había
pensado que la combinación arroz/ verduras/ noodles
podría dar para tanto. Si no te gusta o quieres variar,
a cinco minutos caminando puedes encontrar
pequeños restaurantes típicos de aquí.

Si durante el día te apetece ayudar, siempre hay algo


interesante que hacer. Desde montar sistemas de riego
pasando por construir casas, cortar madera, fabricar
utensilios con bambú o plantar un huerto, por poner
algunos ejemplos. Sandot, el propietario tailandés del
lugar que está siempre yendo de un lado a otro, te
enseñará cómo hacer las cosas, con una paciencia
infinita y una sonrisa en el rostro. No importa si lo que
haces es una chapuza al principio, mientras vayas
aprendiendo.

Sandot es uno de los tipos más locos y felices que he


conocido. Lleva desarrollando Tacomepai durante 20

120
años y ahora está empezando otra granja orgánica a
3km del lugar, llamada New Land, donde si a uno le
apetece también puede ir a trabajar para ver cómo se
empieza una granja de estas características desde
cero.

Lo mejor de Tacomepai, como siempre, son las


personas. Después de lo que he explicado se podría
pensar que esto es un paradero de hippies, sin
embargo los que recalan aquí suelen ser jóvenes
viajeros con estudios o trabajo, que quieren pasar
unos días de tranquilidad o incluso que vienen
expresamente para aprender permacultura. Gente
comprometida con el medio ambiente, con un nivel de
conciencia que no he encontrado en otros sitios.

To me, Tacomepai is quite similar to paradise.

121
Foto con Sandot y todas
las personas que
estábamos alojados en
Tacomepai durante esa
semana, gente majísima de
todas partes del mundo

122
19 febrero 2013

26 | Un día en Tacomepai

7.50h - Me levanto sin despertador, los


primeros rayos de sol se funden con el reflejo del agua
y entran por la puerta que da al lago. Debido al frío, la
niebla nocturna aún cubre los campos de arroz. El
disco solar, completamente rojo empieza a elevarse por
encima de las montañas. Me siento en la mini-terraza
que tiene mi cabaña y empiezo el día con 20 minutos
de meditación, para no perder el hábito que cogí en el
templo, respirando profundamente ese aire fresco que
no estará disponible más tarde, cuando haga calor.

8.42h - Voy a la casa de los campos de arroz, ya que


allí hay una ducha. Sale vapor de mi cuerpo cuando el
agua entra en contacto; está congelada. Ideal para
acabar de despertarse. Las vistas desde el baño son ya
espectaculares. Recorro durante cinco minutos el
bosque para llegar a la cocina y saludar a todo el
mundo mientras desayunamos arroz, frutos secos y
plátano, como cada día.

10.05h - Camino hasta la Yoga-house. Sandot quiere


hacer una extensión en el tejado, así que toca pulir
madera, hacer agujeros en el suelo para poder
emplazar los postes y empezar a colocar algunas vigas.
Voy aprendiendo nuevas técnicas interesantes para
trabajar la madera.

123
12.47h - El sol empieza a apretar, así que paramos.
Enseguida voy a mi cabaña, me pongo el bañador y
salto desde el trampolín hasta el lago, no sin antes
echar un vistazo al tono marrón de los campos de
arroz segados. El agua está genial, nada mejor a estas
horas. Aprovecho también para tomar el sol, es
impresionante como cambian las temperaturas
durante el día y la noche aquí en el norte de Tailandia.

13.35h - Alguien ya ha preparado la comida: „sticky


rice‟ con verduras a la plancha y una ensalada. Genial.
Luego me tumbo en la terraza de mi habitación a leer
un rato y sin pretenderlo me quedo dormido durante
media hora. Suerte que no me muevo, que si no me
caigo al agua y seguro que del susto no salgo.

15.19h - Cojo la moto con Andy y nos dirigimos al


pueblo, Pai. Él quiere ir a darse un „thai massage‟, que
aquí son baratísimos. Yo quería ir a ver el mercadillo
que hay por el centro porque en uno de los viajes perdí
mis bambas –ya había perdido las otras antes- y tengo
que comprar unas… al final cae un pantalón y un
gorro. Nada que ver, así que seguiremos con las
chanclas de momento.

17.08h - Vuelvo a Tacomepai, ya que cada día a las


cinco de la tarde quien quiera puede hacer clase de
yoga y luego meditación. Nunca había hecho yoga
antes, no está nada mal para estirar los músculos y
relajarse un rato. La segunda meditación del día mejor
que la primera, más concentración respecto al
presente y menos pensamientos absurdos vienen a la
mente. No sé si está siendo más espectacular el viaje
interior que el exterior...

124
18.40h - Llevo mi portátil a la class-room, una cabaña
en la que hay conexión a internet, para responder
mails y echar un vistazo a Facebook.

19.45h - Voy a la cocina, nadie se decide hoy así que


me nombran chef esta noche. ¡El que no tiene ni idea
de cocinar! Me hace gracia, así que acepto. Somos
cuatro o cinco personas cortando, preparando el fuego
de leña, vigilando que nada se queme… decidimos
hacer hoy una sopa de noodles con curry y todo tipo
de verduras. Casi nos lleva dos horas hacer la cena
para 25.

21.30h - Nos sentamos todos conversando y tocando


música alrededor de la hoguera. Estoy aprendiendo
estos días a tocar el digeridoo, la verdad es que me
encanta, aunque aún no me sale la respiración
circular, que permite no parar de tocar para coger
aire. Es la clave de este instrumento tan curioso.

23.50h - Empieza a hacer un frío que no veas. Me


meto en el saco, con dos mantas encima después de
haber estado observando durante un buen rato las
miles de estrellas y los rayos que se ven en el
horizonte nocturno, en dos lugares completamente
diferentes, encima de las montañas. Esto es
espectacular, pocas veces en mi vida he visto algo tan
bonito.

125
126
25 febrero 2013

27 | Dinero invertido el 4º mes de viaje

Cuarto mes de viaje. Al cambiar de país,


pasamos de Ringitt Malayos (RM) a Bath Tailandeses
(THB). La conversión es aproximadamente 1€ = 4 RM
= 40 THB.

1ª SEMANA – Gastados 5.543 THB (139€) de los


cuales:

-29€ comida / 15€ alojamiento / 66€ transporte / 17€


otros / 12€ templo

Nota: Semana de viaje, cruzando toda Tailandia en


tren y visitando la ciudad de Chiang Mai durante unos
días, antes de entrar en el templo a aprender
meditación.

2ª SEMANA – Gastados 90 THB (2€) de los cuales:

-2€ lavar la ropa en WRP

Nota: Semana completa en el centro budista,


WatRamPoeng.

127
3ª SEMANA – Gastados 3.060 THB (75€) de los cuales:

-15€ comida / 20€ alojamiento / 15€ transporte /


26€ otros

Nota: Semana de búsqueda para saber qué hacer a


continuación. Empiezo el lunes en un templo y acabo
el domingo en una granja orgánica.

4ª SEMANA - Gastados 2.615 THB (65€) de los


cuales:

-15€ comida / 30€ transporte/ 11€ ropa / 9€ otros

Nota: Primera semana en Tacomepai. El gasto en


transporte es más alto porque pago el alquiler de una
moto para 10 días.

TOTAL DINERO GASTADO 4º MES:

59€ comida / 35€ alojamiento / 111€ transporte /


14€ templo / 63€ otros = 282€

Yo mismo me sorprendo cuando veo estas cifras ahora


mismo, cuando hago cálculos y escribo la entrada a la
vez. Es impresionante lo poco que se puede llegar a
gastar y encima sin dejar de permitirse nada. Si
alguien no tiene este problema que tengo yo con las
motos puede gastar incluso menos.

El gasto en “otros”, para quien tenga curiosidad,


puede ser guardar la mochila en la estación de tren,

128
conectarse una hora a internet, adquirir una tarjeta
SIM para el móvil, comprar unas gafas de sol, comprar
y enviar postales, un libro, o incluso papel de váter.

¿Quién da menos?

129
2 de marzo de 2013

28 | Un encuentro con Buda

Jannina se había marchado ese mismo día de


Tacomepai. Su cabaña quedaba al final del puente de
bambú. Aquel puente que él tenía que recorrer cada
mañana sí o sí para llegar a la cocina. Nada más ver la
puerta abierta de esa cabaña, algo en su interior le
impulsó vehemente a echar un vistazo adentro. Por
simple curiosidad.

El colchón, la mosquitera… y… ¿un libro?... Sin


pensárselo dos veces estiró su mano derecha para
alcanzar aquel ligero conjunto de páginas y el título
quedó a la vista: "Are you dreaming? Buddha speaks to
the West"

Perfecto, pensó. Justo hoy había acabado por segunda


vez "Hacia rutas salvajes". El título que acababan de
leer sus ojos además era sugerente y vendría genial
después de la experiencia meditativa en el centro
budista.

Pasó los siguientes días leyendo solamente un par de


páginas cada vez que tenía la oportunidad de abrir el
libro. No podía ir más rápido. Cada una de las frases
tenía una profundidad especial que hacía que tuviese
que parar si quería interiorizarlo. Parar a reflexionar.
Parar a sentir. Parar a disfrutar de esas sensaciones
que le recorrían...

130
Al tercer día, mientras estaba disfrutando del sol
matinal que secaba las gotas de su cuerpo después de
haberse dado un baño en el lago, otra fuerza extraña
le impulsó, sin ningún sentido, a abrir el mismo libro
por su última página.

Éstas fueron las frases exactas que aparecieron ante


sus ojos en ese momento:

Dr. I.D. Garuda lives in the town of Pai, in the


mountains of northern Thailand. He is available to
breathe and connect deeply with anyone having an
instinct feeling to spend time with him. His e-mail
address is…

¡Oh! Otra señal… Una más que se suma a las ya


cientos de señales que marcan la pauta de su vida.
Esta sin embargo, ¡madre mía!, era clarísima…

No tardó mucho en abrir el portátil y enviar un mail al


autor del libro, preguntándole si tendría inconveniente
en recibirle al día siguiente.

Contestación rápida. Ningún inconveniente, por


supuesto. Además le indicaba la dirección de su casa,
unos metros más allá del pequeño hospital del pueblo.
Genial.

Era temprano. Aparcó la moto e Isaac ya le estaba


saludando desde la ventana. „Keep a chair and lets go
to the garden, we can sit in the shade of the trees‟ le
dijo el anciano, después de los respectivos saludos.

„Why are you here?‟ fue su primera pregunta. Swanney


no tardó en soltarse de la lengua, explicándole con
todo tipo de detalles no solamente las sincronías que
le habían llevado a leer su libro, sino su viaje entero, el

131
descubrimiento de los estados de conciencia en su
vida un año atrás, su experiencia reciente en el templo
budista e incluso se atrevió a preguntarle si tenía
algún consejo para él.

Llevaba un buen rato hablando cuando se dio cuenta


que debía parar y escuchar.

Isaac sin embargo no dijo nada. Simplemente le


miraba fijamente a los ojos, con una sonrisa
bobalicona marcada en su rostro.

Esperó... y no ocurrió nada.

Swanney se sentía nervioso ahora, su mirada iba de


un lado a otro y sus manos se movían constantemente
cambiando de posición. Trató de continuar hablando,
sus cuerdas vocales emitieron una frase absurda y
esperó otra vez una respuesta.

Una respuesta que por supuesto no llegó.

Isaac le miraba fijamente. Con esa sonrisa…

Empezó a pensar que todo esto era muy extraño, era


una situación realmente increíble. Estaba sentado
delante de un completo desconocido, un desconocido
al que había abierto sus sentimientos, un desconocido
que no le hablaba, que se limitaba a traspasarle con la
mirada y sonreír. Y... parecía como si esa mirada
pudiese verlo todo en su interior.

Cientos de pensamientos de toda índole cruzaron su


mente en unos pocos segundos. „¿Y si me voy de aquí
ahora mismo?‟ „¡Este tío está fatal!‟ „Mierda, ¿qué hago
ahora?‟ „¿Esto está ocurriendo de verdad o es un
sueño?‟

132
Decidió aguantarle la mirada y respirar, estar
presente. No podía hacer nada más. Podía elegir entre
eso o marcharse directamente y, por supuesto, esta
segunda opción no era la adecuada.

Inspiración... Expiración...

Silencio.

Solo entonces empezó a sentir... ¡Isaac se comunicaba


con él sin palabras! Vaya sensación tan increíble...
ahora sí que lo veía todo, podía entender lo que quería
transmitirle. ¡Por fin! Que hevy es esto...

Pasaron dos minutos…

Cinco minutos…

¿Diez minutos?…

-¡¡¡UAAAAAHHHHHH!!!

Isaac acababa de pegar un grito que se habría oído en


el barrio vecino, abriendo los brazos a la vez.

A los pocos segundos Swanney estaba casi en el suelo


de la risa y del susto. „¡Joder, que tipo tan loco!‟

Enseguida le dio las gracias en voz alta por esa


enseñanza tan directa y después de calmarse
continuaron charlando:

- „You know, my house is a safe place. A place who we


can feel and be free to express all these feelings. A
place who, if someone cries is a blessing… because this
means that you are healing yourself.‟

133
Por supuesto él no se iba a poner a llorar aquí en
medio, pensó. Madre mía, solo faltaría eso...

-„You‟re in the right path my friend, but when you look


at me you have no idea what are you looking for, I can
see this‟

-„Maybe… what I can do to improve?‟

-„Feel the love to others, not only the people you know,
to all the people. We are all brothers, all the same.
Express this love, not only with words but with actions.
Continue being awareness of your breathing during the
day, this is important. And express always what you
feel, even if it‟s anger, anxiety, fears... in a safe place,
of course‟

Isaac acababa de analizar de arriba a abajo su vida


interior en pocos minutos y le había dicho cómo
continuar por el camino. Casi no podía creerlo.

Miles de preguntas recorrían su mente, pero decidió


escoger una. ¿Cómo había llegado a ese estado de
conciencia?

-„You never know when this state of enlightenment is


going to reach you… but you can be ready for it. And
this is not something that only few people can feel,
something for the chosen, something difficult… all
human beings can do this! And when it comes to you,
it‟s… WOW!!!… something that no one can explain with
words… no more fears, no more doubts... and being
present all day long… true happiness‟

-'Forever?'

-'Forever.'

134
-'Wow…'

En ese momento la función terminó. Todos los actores


salieron de la escena a la vez que los focos se
apagaban. Una tenue luz iluminaba el centro del
escenario, donde él estaba ubicado. El público se
había marchado ya hace rato. No quedaba nadie.
Ningún ruido.

Algo había pasado...

Se dio cuenta de que tenía lágrimas en los ojos. Isaac


le abrazó como si fueran amigos de toda la vida y se
dejó llevar… riendo a carcajada limpia a la vez que
lloraba de felicidad.

-„You know… I‟m not buddhist, but I‟m Buddha‟

...

135
El libro que me encontré,
una frase que me gustó y un
cartel de Tacomepai…

Foto con I.D.Garuda, el


maestro tailandés. Cuando
volví a Barcelona, él también
vino aquí y volví a verle…
cosas curiosas que pasan

136
5 de marzo de 2013

29 | Desviando la ruta

Cuando empecé este viaje no tenía ni la menor


idea de la ruta que seguiría. Me daba completamente
igual ir a un sitio o a otro, con tal de viajar y aprender.
La idea era pasar de un país al país vecino y así ir
haciendo... abierto a cualquier cambio que me trajese
la vida.

Funcionó la primera vez, ya que después de pasar tres


meses en Malasia crucé la frontera hacia Tailandia,
donde he disfrutado viviendo experiencias
impresionantes durante dos meses más.

El siguiente paso teórico entonces sería Camboya y


luego Vietnam, sin embargo, muchas otras variables
han entrado en juego. Una variable es el dinero. Otra
el haber encontrado lo que buscaba en el plano
consciente. Otra es ella, se llama Eishreth.

Podría volver a Langkawi, donde tengo un trabajo fijo


esperándome. Podría viajar a la India, donde con el
dinero que tengo podría vivir por lo menos cinco meses
más. Podría viajar a Omán, donde vive ella y buscar
un trabajo allí mientras conozco una cultura
completamente diferente. Podría volver a España y
retomar mi vida 'normal'.

El destino ha tirado los dados... y ha salido un 3.

137
El jueves 7 de marzo estaré aterrizando por la noche
en el aeropuerto de Muscat, la capital del sultanato de
Omán.

Tengo unas vagas pinceladas en mi cabeza de cómo es


el país, de dónde voy a estar y qué voy a hacer. Como
si fuera un cuadro borroso que tengo que ir enfocando
y acabando de pintar, poco a poco. Me gustaría
trabajar y aprender. Cualquier cosa con tal de que sea
diferente a lo que he hecho anteriormente. En otras
palabras, no tengo ni idea de nada.

Sin embargo sí sé una cosa:

I trust life.

Qué me vas a contar, yo tampoco tenía ni idea de dónde


estaba este país:

138
11 de marzo de 2013

30 | El kilómetro más largo de mi vida

Llegaron al aeropuerto con varias horas de


antelación, pues el tráfico en Bangkok es caótico a
ciertas horas y no querían correr riesgos.

El mostrador de „Air India‟, donde recoger el billete y


dejar la maleta, estaba operativo desde tres horas
antes del despegue, programado para las 20.30h.
Tiempo de sobras para luego pasar los controles de
pasaporte y dar unas vueltas por las tiendas duty free
tranquilamente.

Más de media hora de cola. Entonces empecé a pensar


que no estaría mal poder coger en cada vuelo un
billete business class solo para saltarme este trámite.
Qué coñazo esto de esperar.

-“Hi, good afternoon. Put your bag here please.”

13.4 kilos pesaba la mochila. Nunca me había parado


a pensar en cuánto peso cargaba mi espalda durante
este viaje, qué curioso.

La señorita, vestida completamente de color lila y con


un gracioso gorrito a juego, típico atuendo de las
aerolíneas, se estaba tomando su tiempo para realizar
los trámites.

139
-“I need a confirmation of your return ticket from
Oman.” dijo mujer-violeta, al fin, después de estar
tecleando casi cinco minutos.

-“Sorry, what?” dije sorprendido. Y enseguida


recordé… no podía ser verdad que estuviéramos
repitiendo la misma historia de Malasia.

-“To give you the ticket to being able to fly to Oman, I


need to see your return ticket. To get your VISA there,
you need to prove that you are going to leave the
country after your stay.”

-“But I still don‟t have this ticket. Of course I‟m going to


buy it, later.”

-“I‟m sorry, I need this or I cannot continue in the


computer to print your ticket.”

-“Oh my God. And what should I do? I cannot buy this


now.”

-“Yeah. You can go to the counter of „Oman Air‟ and buy


it there, and then you come here before we close the
counter at 19.50h” dijo ella con la seguridad de estar
dando unas instrucciones claras y precisas.

Estaba empezando a perder la paciencia. -“Oh wow,


what a shit... But in the embassy they told me that I
can do the VISA when I reach the country and, of
course, I can buy the ticket when I stay in Muscat
during this month.”

-“I‟m sorry I need it now.” dijo mujer-violeta, cerrando


la conversación y mirando a las personas que venían
detrás de mío en la cola, dejando claro que tenía que
apartarme de en medio.

140
Fuimos directos a hablar con alguien de „Oman Air‟
que razonara un poco, sin conseguir nada más que
vagas palabras. El tiempo corría en nuestra contra. No
podía perder este vuelo, por ella, por el dinero y
porque al día siguiente se me acababa el visado
Tailandés.

Decidimos ir a probar, a ver cuánto costaban los


vuelos desde Muscat, la capital Omaní, hacia algún
país vecino. Para comprar un vuelo que
posteriormente, por supuesto, no iba a utilizar, igual
que había hecho al principio del viaje, comprando un
baratísimo billete de tren que probara mi salida de
Malasia y tirándolo luego a la basura.

Esa era la forma de „saltarse el sistema‟ y esta vez se


me había olvidado completamente, amparado en la
confianza de que en la embajada me dijeron que si era
español me podían dar el visado on arrival (a mi
llegada) sin ningún contratiempo. Ahora tenía que
pagar ese olvido y el absurdo funcionamiento de las
aerolíneas para lavarse las manos ante cualquier
eventualidad.

El joven tailandés que vendía los billetes de avión


tenía pinta de muñeco. Iba bien vestido, con una
camisa azul clarito con rayas verticales de color
blanco, con el botón del cuello abrochado y el pelo
negro engominado hacia un lado. Parecía irreal, un
niño bueno que nunca ha roto un plato.

-“Hi, how are you?” Le explicamos detalladamente la


situación con las prisas y el nerviosismo que insertan
en tu cuerpo este tipo de situaciones. Dijo que no
podía hacer nada más al respecto; nada más que

141
vendernos ese vuelo, por supuesto. “We need a ticket
to fly from Muscat to Dubai the next month, then”

-“Okay. Te cost is this and it‟s no refundable” dijo


después de teclear unos instantes e imprimir un
papel, en el que se leía la cifra de 7.156 Bath, unos
190€ al cambio.

-“This one is the cheaper??” dije sorprendido.

-“Yes, sir” dijo con la voz propia de alguien que


empieza a cansarse.

No quedaba otra que comprarlo o quedarse en tierra,


pensé. Y no tenía ningunas ganas de quedarme un
solo día más en esta ciudad. Así que extendimos la
tarjeta de crédito, resignados. Hombre-muñeco nos la
devolvió diciendo que no funcionaba, a la vez que
atendía inmediatamente a otro cliente.

Y el tiempo pasaba. Corría. Volaba.

Pusimos delante de las narices de hombre-muñeco


otra tarjeta de crédito. Ni la miraba. Después de diez
minutos, cuando le llamé la atención al respecto, dijo
que tenía que acabar unos papeles, y que si no
podíamos esperar no podía hacer nada, levantando a
la vez las manos ligeramente, en señal de impotencia.

Finalmente, después de diez largos minutos en los que


me acordé interiormente de toda su familia, cogió la
tarjeta. Esta sí que funcionaba.

“Oh… but I cannot buy the ticket if you don‟t buy


another ticket from Dubai back to home. I‟m sorry.”

-“What?!?!?” dijimos al unísono.

142
-“If you buy a ticket to Dubai, we need to prove because
of the VISA that you are leaving the country, so we
need another ticket. You can buy a ticket to go home.”

No podía estar pasando algo así. Esto era irreal. Que


tuviera que comprar el billete de avión de vuelta para
tener una prueba de que iba a salir de un país en el
que iba a aterrizar al día siguiente, pase. Que tuviera
que comprar dos billetes, para demostrar que iba a
salir del país al que iba a aterrizar cuando saliese del
país en el que iba a aterrizar al día siguiente, no. Lo
siento, eso ya no me cabía en la cabeza de ninguna
manera.

Intentamos razonar con hombre-muñeco, pero no


había fisuras en su parecer. Con cada frase que
decíamos, el respondía explicando pausadamente lo
mismo una y otra vez, como si estuviera explicando
algo a unos escolares que no se enteran de nada.

Impotencia.

Lo único que quería hacer era alejarme dos pasos y


tirar el móvil que tenía en la mano con todas mis
fuerzas en toda la cara de hombre-muñeco. Entonces
me habría quedado en paz. Seguramente también me
habría quedado en Bangkok.

Y el tiempo pasaba. Corría. Volaba.

Inspirar conscientemente, expirar conscientemente.


Todo lo que había aprendido en el viaje parecía que no
servía de nada para controlar mi interior en esos
momentos... y me supo mal. Toda una lección de
humildad.

143
Quedaban diez minutos para que cerrasen el
mostrador. La táctica pasó a ser otra. Decir que ni
hablar, que no íbamos a comprar otro billete.

Nos sorprendió aceptándolo -bajo nuestra


responsabilidad dijo- y comprando por fin un solo
billete, ¡que no era poco! Muscat – Dubai, para el 6 de
abril. 190 euros.

Treinta minutos para que despegue el avión…

Le di las gracias con una sonrisa hipócrita en la cara y


volvimos inmediatamente donde estaba mujer-violeta,
antes de que cerraran el mostrador.

Después de hacernos esperar otra vez y de llamar a


otra mujer de superior rango, „la encargada‟, ellas nos
dijeron lo mismo que hombre-muñeco. No podía
darme el pasaje si no compraba el billete para salir de
Dubai.

Parecía que estaban todos confabulados.

Tratamos de hacerles razonar, diciendo que ya


compraría el billete cuando estuviera en Muscat, por
internet, que eran mucho más baratos.

No había manera.

Las últimas personas dejaban sus maletas en la cinta


y cogían sus respectivos billetes. Pronto fui el único
que quedaba y las simpáticas señoritas ni me
miraban, hablando constantemente por los walkie-
talkies.

Veinte minutos para que despegue el avión…

144
Llegados a este punto ya dejé de luchar y me limité a
esperar. Si ese era el plan que la vida tenía para mí,
que así fuera. No pensaba rendirme y comprar otro
billete ni de broma y, si ahora me quedaba en tierra,
mi idea era quedarme delante del mostrador hasta que
me dieran otro billete a Omán. Por lo que supe
después, mejor hubiera sido si hubiera seguido esta
actitud pasiva desde el principio.

Quince minutos para que despegue el avión…

Ella tuvo que irse. Su vuelo salía a la misma hora que


el mío. Tuve que insistirle para que se fuera, aunque
no quería dejarme con esa incertidumbre. No tenía ni
idea de cuándo volveríamos a vernos… Todos estos
contratiempos eran impensables el momento en el que
habíamos bajado del taxi, riendo, para entrar
seguidamente al gran aeropuerto. Pero así es la vida.

Diez minutos para que despegue el avión…

Ahora sí que la mujer-violeta y su superiora


empezaron a moverse. Y a toda prisa. Marcaron mi
equipaje, me dieron un papel dorado en el que ponía
algo así como „Passport control. Special.‟ y me dijeron
que fuera lo más rápido que pudiera. Yo estaba
alucinando. ¿Para qué me habían hecho esperar tanto
tiempo entonces?

Llegué corriendo a la cola „especial‟ de los pasaportes


en el momento justo en el que abrían una nueva. Con
las prisas, me coloqué delante de un señor que llevaba
ya tiempo esperando. Enseguida me di cuenta de lo
que estaba haciendo y le dejé pasar, pidiendo perdón.

Cinco minutos para que despegue el avión…

145
-“Are you in a hurry? You seem worried.” Dijo él.

Le expliqué rápidamente la situación -“Yeah, I‟m sorry.


My flight leaves at eight thirty, in five minutes. This
people made me wait for more than two hours!”

-“Oh, in that case don‟t worry, you can pass before me


in the queue of course.”

-“Thank you very very much!”

Uno de los trabajadores del aeropuerto había


escuchado la conversación y tampoco dudó en
intentar ayudarme:

-“What gate you have to go?”

-“Ehmmm… G5”

-“Oh sorry! This is the last one. You have to go to the


right now, and then is about one kilometer.” dijo con
cara de desilusión.

-“I‟m going to run…”

-“You‟ll make it!” dijo el inglés desde detrás, dándome


ánimos.

En cuanto me entregaron el pasaporte con el sello de


salida de Tailandia, me quité las sandalias, las cogí
con la mano, y empecé a correr descalzo por el
aeropuerto sin importarme lo que pensaran los demás.

Corría tipo sprint, lo más rápido que podía,


esquivando cientos de personas que se daban la vuelta
alucinados a la vez que sus bocas se abrían diciendo
"Wow…." Si alguien se ponía en medio, íbamos a volar
los dos. Hacia la derecha, recto, bajando unas

146
escaleras, recto otra vez. Ahora parecía un videojuego.
Nunca un kilómetro me pareció tan largo, lo podría
comparar con los últimos de la maratón. Pasaba
corriendo por las cintas transportadoras típicas de los
aeropuertos y en cuanto llegaba al final, sonaba un
pitido, se encendía una luz roja y la cinta se paraba.
"Sorry! Sorryyy!"

Llegué a la puerta de embarque desfondado.

A las 20.35 estaba sentado en el avión, a la vez que la


voz de alguien de la tripulación pedía perdón por el
retraso a los pasajeros. Asiento 21-A, al lado de la
salida de emergencia.

-----------

Lo mejor de todo es que, cuando llegué al aeropuerto


de Muscat al día siguiente y me tocó enseñar el
pasaporte, los amables funcionarios vestidos de blanco
solamente se preocuparon en preguntarme qué
pensaba acerca del Barça – Milan de esta semana.
Que si Messi iba a marcar dos goles, me dijeron. Por
supuesto no necesitaban ese billete de vuelta para
darme el visado. Ni siquiera me lo pidieron.

Esto me hace reflexionar... ¿Por qué me hicieron


esperar en Bangkok hasta el último segundo si podían
darme el billete? ¿Por qué me preguntaron en „Air
India‟ que en qué mostrador había comprado el billete
a Dubai? ¿Se lavan las manos en caso que a alguien le
denieguen la entrada a un país, ya que entonces ellas
son las responsables? ¿Están las aerolíneas
confabuladas entre sí en los aeropuertos para ganar
más dinero? ¿Qué hubiera pasado si desde el principio
me hubiera negado a comprar ningún billete? ¿Me
habrían dejado pasar igual, en el último segundo?

147
Cosas que pasan viajando.

PD. Por supuesto una semana después, ya en Muscat,


me pasé por las oficinas de 'Oman Air' para que me
devolvieran el dinero del billete. Se quedaron 20 euros
por la cara, pero todo lo demás volvió a mi bolsillo.

148
16 de marzo de 2013

31 | Bye Thailand!

En Tailandia puedes encontrar…

Las fiestas más alucinantes. Full moon party, por


poner un ejemplo, es famosa alrededor del mundo. La
mejor música electrónica en las playas de las islas
más espectaculares.

El careto del rey en cada esquina, a tamaño gigante; o


en cada recinto cerrado -restaurante o casa- a tamaño
cuadro.

Templos budistas en los que aprender a meditar. La


paz más absoluta puede encontrarse en ellos. También
puedes encontrarte con ti mismo, lo cual no siempre
es muy agradable.

Los lugares más baratos, en los que vivir es


prácticamente gratis comparado con Europa. Léase
templos, granjas orgánicas, poblados en las
montañas… todos ellos experiencias que no se
borrarán nunca de tu cabeza si estás abierto a ellas.

Mochileros/as que se te acercan por la mañana y te


dicen en inglés sin conocerte de nada: “Hola, ¿Qué
hacemos hoy?” y te dejan con la cara a cuadros.

Animales que no sabías ni que existían.

149
Los lugares más grises, horribles, sucios y apestosos
que puede haber dentro de una ciudad.

Personas espectaculares, que te ayudarán cuando


estés perdido, te acogerán aun siendo humildes y te
enseñarán cosas nuevas sin esperar nada a cambio...
y a los que siempre estarás agradecido.

Todas las drogas que quieras... o no quieras.

Noodles, rice, noodles, rice, noodles, rice, noodles,


rice, noodles, rice, noodles, rice…

Personas que verán en ti un billete potencial. Harán


cualquier cosa para sacarte dinero, como por ejemplo
algunos taxistas. No subas nunca a un taxi sin haber
acordado antes que ponga en marcha el taxímetro.

Algunos de los paisajes más espectaculares que


puedas ver en tu vida. Campos interminables de arroz,
tormentas eléctricas a lo lejos en las montañas, playas
paradisíacas o puestas de sol que no habrás visto
nunca antes.

Turistas mayores que vienen solamente en busca de


alcohol, fiesta y chicas.

A ti mismo conduciendo una moto a toda velocidad y


esquivando el caótico tráfico de la ciudad como si
fuera un videojuego.

Estatuas de Buda de todos los tamaños, formas y


colores.

Sincronías –una cosa te lleva a la otra- por las cuales


creerás estar formando parte de una película, en la
que el guion ya estaba escrito y solo tenías que
seguirlo.

150
Una loca carrera de Tuk-Tuks por la noche en la
ciudad, sin importar que vayan contigo dentro de
pasajero.

Viajeros de los de verdad, de los que llevan años


dando vueltas por el mundo y se pueden pasar horas
contándote sus aventuras.

El clima más espectacular que hayas experimentado,


en el norte durante la época seca. Calorcito durante el
día, parecido a verano y fresco por la noche, igual que
en invierno. Perfecto para vivir.

Gente que te ofrece unos ricos escorpiones fritos como


aperitivo.

Un elefante con personas encima a la vuelta de la


esquina mientras estás conduciendo tranquilamente la
moto por un caminito.

….

Tailandia significa contrastes. Allí todos los extremos


se encuentran cara a cara. Eso es lo que hace tan
divertido visitar este país.

151
152
OMÁN

153
19 de marzo de 2013

32 | El mismo segundo

El viaje en avión desde Bangkok hasta Bombay


-India- no había sido uno de los mejores de su vida.
Miró el reloj. La 1.18h de la noche. Enseguida se
acordó de que debía añadir dos horas más.

Un amable señor con bigote le acababa de comunicar


que no podía recoger su maleta, pues estaría en
tránsito hasta el día siguiente por la noche, a su
llegada a Omán. Lo que no le había dicho es que él
mismo, su persona, también estaba en tránsito... y por
ello no podía abandonar el aeropuerto hasta coger el
siguiente vuelo. Pero igualmente se enteraría dentro de
unos minutos, cuando toda esta gente que hacía cola
terminase de pasar el control policial. Iban tan
despacio… que poca organización.

Lo primero que pensó al enterarse de ello es dónde


demonios iba a dormir. Nunca había dormido en un
aeropuerto. Después de veinte minutos dando vueltas
y reconociendo el terreno -tiendas y más tiendas-
encontró el lugar perfecto. Unos asientos azules, más
grandes e inclinados de lo normal en una de las zonas
menos transitadas. Incluso parecía que habían
colocado la iluminación expresamente para tal
menester. No así la música ambiental, que aún y estar
bien entrada la noche, seguía sonando por los
pequeños altavoces en el techo.

154
21 horas de espera por delante, en la terminal
“International Departures” del aeropuerto de Bombay.

Sin equipaje, aunque por lo menos con un buen jersey


que había cogido a última hora. El único que tenía.
Sin nadie que le cambiase Bath tailandeses por
Rupias, aunque por lo menos con tres vales canjeables
por comida que le acababan de proporcionar. Sin
internet, aunque por lo menos con un par de libros:
„Junky‟, de William S. Burroughs y „The Castle‟ de
Franz Kafka. Sin un lugar para ducharse, aunque por
lo menos unos baños en los que lavarse la cara y
asearse. Sin saldo para llamar internacionalmente en
ninguna de las cuatro tarjetas SIM que poseía, aunque
por lo menos con el suficiente en la de Vodafone para
enviar un par de mensajes.

Y lo único remarcable que ocurrió durante este


tiempo… todas estas horas de espera… es que no pasó
nada.

Desde su asiento reclinado, el cual se había convertido


ya en su hogar temporal, su campamento base, tenía
una vista perfecta de los „puntos calientes‟ de la
terminal. Podía apreciar el continuo movimiento de
cientos y cientos de personas. A todas horas, sin
descanso. El momento perfecto para colocar una
cámara fija grabando y luego pasar el vídeo a cámara
rápida. Sentados, conversando, durmiendo,
comprando, caminando, corriendo, comiendo, riendo,
leyendo. Todos diferentes… y a su vez todos iguales.

Las 21 horas se concentraron en un solo segundo.


Siempre es un segundo. El mismo segundo.

Cruzó la puerta de salida del aeropuerto de Muscat,


capital de Omán, a medianoche del día siguiente, con

155
la mochila en la espalda y bastante cansado, aunque
siempre feliz. No le habían pedido nada más que 20
Rials para darle el visado de un mes. Ni billete de
salida del país ni mierdas… los de Bangkok le habían
tomado el pelo en toda regla.

“Aquí estamos… si he llegado hasta aquí es por algo.


La vida quiere que esté aquí en este instante.” pensó.

Ella le vino a buscar en coche, todo un detalle por su


parte, y le acompañó hasta el piso en el que dormiría
provisionalmente esta noche, a las afueras de la
ciudad. Era simplemente genial, su habitación daba a
una terraza desde la que se entreveían las siluetas de
las montañas circundantes, como gigantes dormidos
en la noche, rodeadas de miles de pequeños puntos de
luz blancos y brillantes, también llamados estrellas.
Un recibimiento espectacular por parte de la
naturaleza, que trataba de darle la bienvenida y
decirle que no se preocupase, que todo iba a salir
rodado.

Adaptarse al nuevo entorno, conocer personas, buscar


una nueva fuente de ingresos para volver a tener unos
ahorros, dejar de moverse de un lado para otro
durante unos meses y disfrutar de estar viviendo y
aprendiendo tantas cosas nuevas.

Esa son las ideas que tiene ahora mismo en su


cabeza… y veremos si el curso de la vida coincide con
ellas.

156
Primeras fotos de Omán, un país
curioso y caluroso…

157
25 de marzo de 2013

33 | Dos semanas en Muscat

Después de todas las peripecias para llegar a


Omán, por fin estoy aquí. Desde hace un par de
semanas comparto piso con dos buenas personas,
Vinod –indio- y Juma –omaní- en el centro de la
ciudad, un barrio residencial llamado Al Qurum, en la
capital, Muscat.

Aquí el centro de la ciudad no es como en Barcelona…


los edificios no son altos ya que casi todo son casas
familiares. Uno no se siente „encerrado‟ cuando
camina por la calle, sino que los espacios son muy
muy amplios. Se debe a que en total son unos 3
millones de personas viviendo en todo el país, lo
mismo que en una ciudad como Madrid.

Desde que llegué no he visto ninguna nube


propiamente dicha, de esas que llevan agua. El cielo es
completamente azul y el sol pega que da gusto, con
una temperatura media ahora en el mes de marzo de
25ºC. Dicen los que saben que se incrementa hasta
más de 45 en verano. Tengo curiosidad por
experimentarlo.

Esto hace que los paisajes sean áridos aquí en la costa


y desérticos en el interior, con muy pocas plantas y
árboles en comparación con el paisaje al que estaba

158
acostumbrado en Tailandia o Malasia. Tengo ganas ya
de darme un paseo por las dunas con 4x4.

En Omán no existe el transporte público, lo más que


puedo encontrar son taxis. Todo el mundo posee un
coche, porque si no, no hay manera de moverse. No
solo se da la circunstancia de que todo está muy lejos
-una cosa de la otra, se entiende- sino que las
carreteras ni siquiera han sido diseñadas para
peatones, quizá porque en verano se hace imposible
moverse sin aire acondicionado. Raro es encontrarse
un semáforo con un paso de cebra incorporado.

Si a eso le sumamos que Omán es uno de los países


en los que corre el petróleo, lo que hace que la
gasolina sea barata, y que a los omanís les gusta
fardar, nos da como resultado que no puedes salir a la
calle y no encontrarte con un cochazo a la vuelta de la
esquina, léase Lamborghini, Ford Mustang, Jaguar,
Porsche o similar. Bellezas automovilísticas las que
hay por aquí.

Por si te lo preguntabas, llenar el depósito cuesta unos


10€ al cambio…

Los salarios y precios no difieren mucho de España,


aunque al haber menos regulación puedes encontrar
todo un rango de precios diferentes para el mismo
servicio. Por ejemplo, hay un restaurante cerca de
casa en el que puedo comer muy bien por 1.4 Rials,
unos 3€… y enfrente hay otro un poco mejor
adornado, en el que puedes comer igual de bien por
15€.

Hay muchísimos expatriados trabajando, sobretodo


indios. Ellos dicen en broma –aunque es verdad- que
controlan el país. Por ello algunas empresas tienen lo

159
que aquí llaman Omanisation, que es preferencia por
nacionales omanís a la hora de contratar personas
cuando hay algún puesto vacante. „Hey, somos
empresa de aquí y tenemos un 93% de omanisation.
Supera eso, chaval.‟ Algo así.

Los Omanís llevan lo que se llama dishdasha que es el


vestido oficial. Casi todos los hombres van con una
túnica blanca y gorro en la cabeza, mientras que las
mujeres llevan una túnica de color negro y hiyab, un
pañuelo en la cabeza, para tapar el pelo.

La última curiosidad es que aquí los fines de semana


son jueves y viernes, en vez de sábado y domingo.
Cuando me lo dijeron pensé que era una broma, pero
se ve que es real.

160
En esta foto de aquí arriba
parezco un modelo, por eso la
pongo en todas partes, no
entiendo como salió así

161
¿Pasará hambre este chico, que
siempre hace fotos a la comida?

La mezquita más grande de


Muscat, en su día fue la más
grande del mundo hasta que
Dubai quiso entrar en la
competición

162
31 de marzo de 2013

34 | Valió la pena (I)

Ya llevo casi medio año “on the road”. Durante


todo este tiempo en el que he estado viajando en Asia
y Oriente Medio no he tenido que preocuparme acerca
de mi futuro profesional, únicamente de vivir el
presente. Amar, aprender y disfrutar…

Espera. Viajemos ahora unos instantes hacia el


pasado.

Año 2007, después de terminar el temido y disfrutado


bachillerato, tengo que empezar a estudiar una carrera
universitaria en mi ciudad natal, Barcelona.

Así lo hacían también todos mis compañeros de curso


por aquel entonces. Recién cumplidos los dieciocho o
diecinueve, con la vida por delante, la motivación por
las nubes y todas las puertas abiertas. Todos ansiosos
por la idea de empezar una etapa tan importante.
Recuerdo que era entretenido preguntar a cada uno de
ellos qué iban a estudiar y porqué. Las respuestas
eran de lo más variopintas.

Era el camino marcado por la sociedad y no seguirlo


significaba un futuro negro, lleno de penurias e
incertidumbres. O al menos así te lo pintaban, si eras
de los que tenía la curiosidad de preguntarlo. Nadie en
su sano juicio quería pasar por un futuro de este

163
color, así que la universidad era el siguiente paso
lógico.

Ya que tenía que seguir estudiando algo por


obligación, sopesé los pros y contras de las elecciones
que tenía por delante… no demasiadas y no muy
divertidas… ¿Por qué no había una carrera de
manager de equipo de Fórmula 1, de escalador de
montañas o de creación de videojuegos? Eso hubiese
hecho más sencilla la elección.

Así que acabé escogiendo Administración de Empresas


-Business en inglés-, conocida comúnmente en
España como ADE.

Mucha gente estudiaba ADE. Yo tenía tres razones de


peso para ello.

Me apasionaba el tema de empezar una empresa


desde cero, como habían hecho algunos de mis ídolos
de aquella época, Steve Jobs o Bill Gates. Sus
historias eran increíbles, empezando con algún amigo
montando ordenadores en un garaje y convirtiéndose
finalmente en algunas de las compañías más grandes
e influyentes del mundo. Quería llegar a ser uno de
ellos.

También me atraía mucho el tema de la bolsa y el


trading. Significaba aprender todo un nuevo mundo de
cifras y gráficos, del que pocos eran expertos y en el
que lo más importante era el dinero. Mover dinero,
invertir dinero, ganar dinero, perder dinero. Había
personas, rodeadas por un aura mística, que habían
hecho fortunas con ello. Quería llegar a ser una de
ellas.

164
La tercera razón era porque, más que nada, me
parecía la menos aburrida de las alternativas que
tenía delante.

Ahora nos remontamos cuatro años hacia el futuro.


Yo, junto con todos mis compañeros de clase, vestidos
con túnicas negras en el aula magna de la
universidad. Tenemos el ansiado diploma en nuestras
manos. Estamos de pie y lanzando a la vez nuestros
birretes hacia el cielo, en señal de victoria, mientras
suena el himno universitario y todos, familiares,
amigos y profesores, aplauden a nuestro alrededor,
felices.

Vale, quizá no fue exactamente así.

Durante esos cuatro años, había cursado una sola


asignatura sobre emprendeduría, llamada „Creación de
empresas‟. O lo que es lo mismo, 50 horas de clase de
las 3.000 horas totales de la carrera. Un 1,6% del
tiempo. Teórica, no práctica. Me queda el consuelo de
que algo bueno salió de allí, este mismo blog en el que
escribo.

Durante esos cuatro años no me habían enseñado


absolutamente nada sobre la bolsa que no supiera ya
antes.

Y lo más importante, durante esos cuatro años me


aburrí como una ostra durante la gran mayoría de las
clases y horas de estudio. Aburrimiento con
mayúsculas.

No es que me hubiese dado cuenta de ello el día de la


graduación, al final... Lo peor es que me di cuenta del
panorama nada más entrar. Eso hizo que muchas
veces durante esos cuatro años me plantease dejarlo,

165
algunas de ellas muy seriamente. Mi corazón no
estaba alineado con mi cabeza. Mis sentimientos y
pensamientos no estaban alineados con mis acciones.

Sin embargo nunca di ese paso de dejarlo y tirarme al


vacío. El miedo me paralizaba. Siempre era el miedo.

No tenía ahorros para montar una empresa, ni medios


para encontrar un trabajo decente sin una carrera en
el bolsillo. No sabía qué hacer ni a quién acudir. Lo
único que me quedaba era quejarme de mi situación,
dar gracias a la vida por tener una familia, comida y
techo para dormir y tratar de no pensar demasiado en
ello, al mismo tiempo que disfrutaba de las tardes y
fines de semana con los amigos.

Tengo el presentimiento de que es la misma sensación


que siguen sintiendo muchos de los estudiantes,
universitarios o no, hoy en día.

Sin embargo, aunque crítico con el modelo utilizado


para „educar‟ -por llamarlo de alguna manera- en
nuestra sociedad, este no es un post de queja. No
puedo quejarme de nada en mi vida.

Ahora viene la otra cara de la moneda.

...

166
2 de abril de 2013

35 | Valió la pena (II)

...

Durante estos cuatro años de universidad -que


técnicamente fueron cinco- conocí a personas
espectaculares que me influenciaron y que hicieron
que mi vida sea como es hoy. Küppers, Aguado…
algún otro profesor/a que me lee… y por supuesto
muchísimos compañeros.

Esos años de universidad me dieron tiempo para


disfrutar de la vida, de la familia y de mis amigos.
Tiempo para mejorar personalmente, para aprender,
experimentar y descubrir por mi cuenta, para ir en
moto, leer mucho, salir de fiesta o lo que fuese.
Recuerdos imborrables de experiencias geniales.

Esos años de universidad permitieron las sincronías


necesarias para encontrarme de repente en el mejor
trabajo posible, desde casa por internet, ganando
mucho dinero y en una compañía dedicada al trading,
una de esas pasiones iniciales. Allí descubrí que el
trading no es lo que muchos sueñan y decidí que
descartaba ese camino, a la vez que un mundo nuevo
se abría ante mí…

Descubrí entonces los estados de conciencia, mis


verdaderas pasiones y mi propósito en la vida. Volví a

167
conocer personas geniales: Morales, Cortázar, Haro...
que volvieron a influirme de manera muy profunda. Y
pude ahorrar el dinero, a la vez que terminaba la
carrera, para realizar este viaje sin destino, que es lo
que siempre había querido.

Hice realidad mis sueños dejando que la vida me


llevase de la mano, sin tratar de controlar nada, sin
poner más esfuerzo que el de ser el mejor yo posible.
Siempre con la espina clavada de estar dedicando mis
mejores horas y años a estudiar algo que me parecía
absurdo... pero a su vez fluyendo y asombrándome de
cómo todo se resolvía solo.

Creo que cuando estás abierto a la vida, cuando


aceptas lo que te viene, todos los caminos llevan hacia
el mismo lugar. Más rápido o más despacio… si no es
uno, será otro. La vida no para de ponerte
oportunidades delante de las narices, intentando
ayudarte.

Si estás haciendo algo que no te gusta y a lo que no


ves ninguna salida, si tú mismo o las circunstancias te
están impidiendo cambiar de rumbo, si te sientes
perdido… alégrate, pues es una oportunidad genial
para acceder a tu interior, a tus sentimientos. No
trates de esquivarlos con distracciones, siéntelos con
toda su fuerza.

Sé paciente. Estás donde tienes que estar ahora. Vive


estando presente, no con tu cabeza en el futuro. Todo
llegará dependiendo de tu actitud ante la vida. Todo
está solamente en tu cabeza, como me dijo un maestro
en Tailandia.

Ahora que llevo casi seis meses de viaje, se me


presenta otra vez la cuestión profesional delante de las

168
narices. Y, igual que antes, no tengo ni la menor idea
de qué hacer. A veces se me aparecen mis miedos y
dudas más profundos. Qué pasará con el visado de
Omán cuando se acaben los dos meses, que pasará si
no encuentro trabajo aquí, que pasará si se me acaba
el dinero y tengo que volver, qué pasará si nunca
encuentro mi propósito profesional, qué pasará, que
pasará...

Todo futuro, todo únicamente en la cabeza. Lo veo


clarísimo cuando medito por las mañanas y confío en
que todo se resolverá… igual que siempre ha sido.

Para mí este viaje es como un experimento. Un


experimento de vida.

Y creo sinceramente que los altibajos de la vida


consciente se pueden resumir, al final, en esta frase:
„Valió la pena‟.

169
7 de abril de 2013

36 | Let it be

In our life when we face something that is hard


for us to handle, difficult to understand or not what we
like, the immediate effect on the mind is to either run,
hide or sleep. Whatever the reaction we have, is
definitely not a positive one even if it is not negative.

What you do differently when you face something is


you try to learn from it. You try to be patient. And you
realize that this incident that is happening has a very
profound unexplainable meaning beneath it. In the end,
only good can come out of it.

In this process, when a mind is trying to comprehend


the situation, a 'lot' of feelings are involved. One being
fear, then there is the test of faith, there is confusion
and there is learning…

When we say, 'I have to be patient', what does that


mean?

When we say, 'There is nothing to be done, but just to


wait' what does that mean?

Life will bring what we need to get... This is the essence


of living that I have understood.

The universe and its forces do not leave out a single


human being because this is the beauty of

170
synchronicity. So eventually like every action has a
reaction, every event that unfolds in our life has a
strong sense of existence.

What we do as humans is resist it, and that what


makes things difficult but when we accept (or at least
try to accept) we put our life in the hands of a faith that
we cannot see or touch, and that alone makes
everything much more simpler. Much more pleasing to
our souls. Much more acceptable to live and thus
survive having learnt better and stronger.

And some old smart dude once said, it‟s after the
hardships & suffering of life comes ease.

Let it be… and see where life takes you.

Eishreth

171
11 de abril de 2013

37 | Comprendiendo

Pasé dos semanas, quince días, acercándome a


las oficinas de decenas de empresas de Muscat para
entregar personalmente mi currículum vitae.
Habíamos incluso comprado camisa, pantalones y
zapatos nuevos para la ocasión. Era gracioso, pues
con ellos tenía pinta de todo menos de mochilero.

No menos fueron los currículums enviados a través de


e-mail o rellenando solicitudes en línea. Horas y horas
escribiendo, explicando por qué tenía tantas ganas de
trabajar vendiendo coches de la marca Jaguar,
haciendo de guía turístico o ayudando a elegir las
mejores inversiones a sus clientes.

No me importaba un comino -o una mierda por ser


claros- el tipo de trabajo, lo que me importaba era
hacerlo bien. Sabía que tocase lo que me tocase, ese
era mi camino, desde el cual podía seguir creciendo
profesionalmente y personalmente.

Al cabo de esos quince días de búsqueda no había


recibido ni una sola llamada en el móvil y solamente
tenía un par de mails en la bandeja de entrada
diciéndome que muchas gracias, pero que no cumplía
con los requisitos. Que lo intentase más adelante...
Claro que sí.

172
Nunca en toda mi vida había tardado más de tres días
en conseguir un trabajo.

No sabía qué hacer. ¿El no ser nacional y no saber


árabe además de inglés me cerraban todas las
puertas? ¿Todo esto era por la maldita omanisation?
¿Debía intentar buscar trabajo repartiendo pizzas en
vez de apuntar un poco más alto? Sin menospreciar a
los repartidores de pizzas, pero ya estuve vendiendo
ropa en una tienda de la marca Zara hace unos años y
creo que he pasado esa fase.

Los últimos días ya no entendía nada de lo que quería


de mí la vida... No veía el camino. Puede parecer que
quince días buscando trabajo no es nada. Lo sé, la
impaciencia me corroe. En España hay personas que
llevan años en esta situación, sin embargo, quizá por
estar en otro país y haciendo este viaje, a mí me
parecían meses.

Llegó un punto límite, en el que estaba llegando a mi


vacío, pues no tenía nada que hacer ni un camino que
seguir. Sé que el simple hecho de estar vivo me tendría
que hacer saltar de alegría, que la felicidad poco tiene
que ver con el exterior y las circunstancias, sin
embargo no me sentía nada pero que nada bien en
ciertos momentos.

Es entonces cuando empecé a darme cuenta un día,


mientras hacía la media hora de meditación por la
mañana… no había encontrado ningún trabajo…
porque NO tenía que encontrar ninguno.

Tenía que creármelo yo mismo.

¿Cómo había sido tan tonto de no darme cuenta?

173
Había llegado el momento de ser emprendedor. De
cumplir el segundo gran sueño de mi vida –el primero
era este viaje-. No de volverlo a intentar… sino de
hacerlo realidad de una vez por todas. Emprendedor
por internet, por supuesto. Mi amigo Ángel, al que
conocí personalmente en Bangkok, lo había hecho este
año.

Ángel había creado un negocio online sobre ebooks


para poder dejar su trabajo en Microsoft e irse a dar
vueltas por el mundo y además lo explica con pelos y
señales en su blog personal.

Yo ya lo había intentado en el pasado un par de veces,


bastante a la ligera. Monté una web para ayudar a
personas que querían sacarse el carnet de moto y
luego un negocio de consultoría de marketing online.
Cero euros de beneficio la primera vez, trescientos la
segunda. Utilizando un tópico: a la tercera va la
vencida.

La diferencia respecto a los intentos anteriores es que


ahora tengo la confianza y los recursos necesarios. El
más importante de ellos el tiempo para dedicarle. Un
año a pleno rendimiento, dos si hacen falta. Y por
supuesto la motivación. No la motivación superficial y
pasajera, la motivación del "vamos a ver si sale"... sino
la motivación nacida del corazón, la motivación del
compromiso.

Ya no quiero montar el siguiente Facebook o Amazon,


como pensaba antes, sino un simple negocio que me
permita ganar dinero a la vez que administro mi
tiempo como me da la gana, sin depender de nadie.

Un negocio que me permita crecer personalmente y


ayudar a otras personas a hacer lo mismo.

174
Habrá quien piense que es casi imposible montar algo
así y menos con la empresa registrada en España, que
estoy soñando, que pocos lo consiguen y que es muy
arriesgado, etcétera, etcétera. Seguramente son las
mismas personas que repetían esas palabras respecto
a este viaje. Lo arriesgado es saber cuáles son mis
sueños y quedarme de brazos cruzados, pues me
arriesgo a morir un día sin haber vivido.

Empieza una nueva etapa…. y a quien le importe un


pito todo esto, que sepa que por supuesto seguiré
escribiendo y compartiendo fotos sobre mis viajes ;-)

175
17 de abril de 2013

38 | Quad bikes

Estaba expectante. No nervioso, porque en casa


tengo una moto de 500cc y ya estoy acostumbrado a
máquinas de este tipo, pero sí expectante. Seguro que
conducir un quad por primera vez en dunas de la
altura de un edificio de varios pisos no iba a ser lo
mismo que rodar con la Suzuki por las carreteras de
mi país.

-“Which one you prefer? Banshee three fifty or Raptor


four fifty cc?” Me preguntó.

-“Well, if it‟s the first time i think better 350cc, no?” Dije
mirando con desconfianza a aquellos monstruos a los
que mi amigo Khalid acababa de llamar Raptor.

-“Oka, let‟s go.”

Me dijo que las marchas funcionaban igual que en la


moto: abajo 1ª y las demás para arriba. Lo mejor era ir
en 2ª, dar gas a tope y empezar a subir la duna y, a
mitad de la misma, si veías que faltaba potencia,
poner 3ª. La teoría parecía sencilla.

Hacía calor, mucho calor.

Arranqué el motor dándole una “patada”. Sonaba de


maravilla, el sonido típico de un motor de dos tiempos

176
de esa cilindrada y con dos escapes, qué pasada…
pero… mierda, -pensé- “¿cómo se acelera con esto?”

-“Khalid! Where‟s the throttle?” Dije gritando a través


del casco, a riesgo de parecer un inepto.

Me explicó que se aceleraba a través de una


palanquita, con el dedo gordo de la mano derecha.
Nunca me lo había imaginado, pero tenía todo el
sentido, pues con los botes que das en un quad tener
el acelerador en el puño puede resultar en una
aceleración “sin querer” y luego a saber dónde acabas
y en qué estado.

Teníamos una hora por delante.

Pasé los primeros minutos en un lugar llano para ver


qué tal respondía y aprender a dar las curvas con ese
trasto. Al ser tierra y arena, se notaba que el quad
estaba en su salsa. Lo más complicado era cogerle el
truco a este acelerador tan raro. Y mejor no comentar
sobre mi calzado, unas simples chanclas que servían
para todo menos para cambiar de marchas. Vago de
mí, que perdí las bambas en Tailandia y no me había
preocupado de comprar otras.

Khalid sin embargo tenía mucha experiencia


conduciendo estos trastos, ayudado por el hecho de
que su casa está justo al lado de este lugar, y ya
estaba pasándoselo de lujo subiendo y bajando las
pendientes de unas dunas que a mí me acojonaban
por su altura.

Cuando ya estaba más o menos cómodo conduciendo,


me dije a mí mismo que tenía que subir ahí arriba sí o
sí. Tenía que ser increíble estar en esa posición
preferente desde la cual divisar todo el lugar. Lo

177
intenté la primera vez, acelerando en 2ª y encarando
la pronunciada subida, pero aquello no era ninguna
broma… el quad fue perdiendo velocidad
progresivamente -“no, no, ¡no!”- hasta quedarme
parado justo en medio. Ahora tocaba bajar hacia atrás
apretando con fuerza los frenos y a paso de tortuga si
no quería volcar la máquina. O le daba más gas al
principio y me agarraba como podía al manillar
intentando controlarlo o no habría manera.

Ahora comprendía mejor a los participantes del Dakar.


El Dakar, la mítica carrera africana -celebrada en sus
últimas ediciones en Sudamérica- que me había
robado el sueño desde que tengo uso de razón, pero
más si cabe cuando mi tío Natxo nos llevó a mis
hermanos y a mí a ver la salida de la 27ª edición en la
Plaza Catalunya de Barcelona. Todo el mundo
quedaba boquiabierto con el desfile de coches, motos y
sobretodo los impresionantes camiones de seis ruedas
que, con sus más de 800 cv de potencia podían subir y
bajar las dunas más grandes del desierto sin
despeinarse. Pocas personas sin embargo se fijaban en
los quads, en esa edición solo había seis de ellos. Y es
que hasta que no subes en uno es difícil comprender
esas sensaciones que transmiten.

Después de quedar varias veces completamente


atascado, en las que tuve que bajar del quad y
empujarlo con todas mis fuerzas o incluso excavar en
la arena ardiente con mis propias manos, con la
inestimable ayuda de Khalid de repente me encontré
conduciendo en lo más alto de aquellas montañas
gigantes de arena. Poco tenían que ver con las dunas
por las que había pasado en Marruecos montado
encima de un dromedario. Estas por lo menos eran
cinco veces más grandes.

178
Ahora no sólo el quad estaba en su salsa, sino yo
también, pasándomelo pipa y probando mis límites y
los del Yamaha Banshee, yendo relativamente rápido.
Es entonces, en un momento en el que solo veía el
cielo azul, la arena rojiza y el quad rojo de Khalid
subiendo la duna contigua, cuando me di cuenta:

-“Joder… ¡estoy aquí!”

Estaba allí. Como quien despierta de sopetón de un


sueño y se da cuenta de que está en su cama tan
tranquilo en vez de sobrevolando el Everest con el
simple impulso de sus brazos. Y es que estos últimos
días había estado tan absorto en la rutina, en las
cosas urgentes que hacer, en la búsqueda de trabajo,
en lo que llamamos el “día a día”… que había perdido
la visión general del asunto.

Ya me ha pasado varias veces durante este viaje, sobre


todo cuando estoy largos periodos de tiempo en algún
lugar. Encontrar normal el estar bañándome en las
aguas cristalinas de una isla Malaya, el estar haciendo
meditación en un templo budista Tailandés o, como en
el caso que nos ocupa, estar conduciendo un quad por
las dunas de Omán. No es una sensación que pueda
calificar como “buena”, ya que se pierde esa frescura
de pensamiento, ese hormigueo de saber que estás en
un lugar especial y en un momento especial.

Lo mejor es darse cuenta a tiempo y remediarlo,


pasando a disfrutar entonces plenamente del presente.
Y así lo hice entonces, disfrutando como un niño con
las subidas y bajadas.

Eso sí, mi dedo gordo de la mano derecha acabó con


unas agujetas que me duraron tres días.

179
Haciendo ver
que soy un
especialista,
cuando no sabía
ni dónde estaba
el acelerador…
pobre chico

180
21 de abril de 2013

39 | Sincronías

Sincronías (definición): Cuando dos o más


eventos que aparentemente no están relacionados o
es poco probable que ocurran por casualidad juntos,
son experimentados a la vez de manera relevante.

Estaba decidido a empezar su propio negocio por


Internet Se había dado cuenta claramente y ahora ya
no había vuelta de hoja. Se sentía contento por haber
encontrado algo que le apasionaba, aunque no sabía
exactamente qué es lo que haría para llegar a ello.

Al día siguiente, mientras estaba intercambiando unos


e-mails con su amigo Ángel se les ocurrió una idea.
¿Por qué no le dejaba ocuparse de la web de los ebook
y así mantenerla actualizada? De esta manera los dos
ganaban: uno podía aprender acerca de lo que le
interesaba, empresas online, y el otro podía disfrutar
tranquilo de su viaje por el sudeste asiático, sin tener
que preocuparse por el día a día de sus negocios.
Acordaron las condiciones enseguida. ¡Ahora ya tenía
trabajo para ir aprendiendo!

El lunes I.D. Garuda, el maestro tailandés, le


respondía un e-mail diciéndole que estaría bien si
pudiese traducir y vender algunos sus libros por
Internet de esta manera sus enseñanzas podrían
llegar a mucha más gente.

181
Una idea interesante, podría estar bien…

El martes por la mañana recibía en la bandeja de


entrada de Gmail un correo con el asunto
„Contratación de servicios‟. Era el socio de una
pequeña empresa madrileña llamada Publipapel, que
se ponía en contacto con él porque alguien se lo había
recomendado y le preguntaba si podían contratarle
para unos pequeños temas de marketing y redes
sociales, a realizar las próximas semanas.

Por supuesto…

El miércoles otra empresa madrileña dedicada al


marketing online con la que había trabajado
anteriormente le contactaba, también vía e-mail para
ofrecerle un trabajo a tiempo parcial por Internet.

Y el sábado un antiguo compañero de trabajo le


comentaba chateando por Facebook que seguramente
le necesitaría para el mes que viene. Su empresa,
Runlevel, también se dedicaba al marketing online y
tenía buenos proyectos para el futuro.

En tan solo una semana, cinco ofertas, todas


relacionadas con negocios online. Y eso sin contar
otras personas que le habían ofrecido su ayuda
desinteresada.

¿Cómo podía ser?

Comprendía que algunas de esas acciones las había


llevado a cabo él mismo, aunque también muchas
otras habían salido de la nada, como por arte de
magia. Sabía que hay personas que lo llamarían

182
casualidad o suerte y no le darían más vueltas. Otras,
sin embargo, se darían cuenta de que estas aparentes
"casualidades" tienen un significado mucho más
profundo en nuestras vidas. Y otras personas... otras
personas saben incluso cómo crearlas.

Sincronías: Para mí, una manera de que la vida te diga


“por ahí es el camino”.

183
25 de abril de 2013

40 | Backpacking books (II)

Desde el post que escribí en Malasia que no


volvía a comentar acerca de los „libros del viajero‟,
aquellos que voy leyendo durante el camino, cuando
se puede en formato físico y cuando no es posible, en
PDF.

Estos tres son los que tengo ahora mismo conmigo:

Los Vagabundos del Dharma

Me lo recomendó un gran amigo hace poco,


comentándome a su vez que había pasajes que le
recordaban a mí. Como había leído a principios del
viaje 'On the road', del mismo autor (Jack Kerouac) y
me había gustado, estaba seguro de que éste también
sería entretenido.

Y no iba desencaminado... he leído la mitad del libro


estos últimos días y me está encantando, además de
sorprendiendo. Me sorprende cómo puedo llegar a
identificarme tanto con los pensamientos y acciones
de Ray Smith, el protagonista de una novela escrita
hace 50 años. Ray viaja con su mochila a cuestas por
Estados Unidos, haciéndonos partícipes de su viaje
interior y exterior, con miles de anécdotas además de

184
reflexiones profundas. Después de esto, yo ya soy un
nuevo fan de Kerouac.

El Silencio Habla

Otro de los grandes libros del famoso autor de "El


poder del Ahora", Eckart Tolle. Es de esos que me
cuesta leer más de una página cada vez que lo abro,
pues sus frases resuenan en mi interior y me obligan a
pararme y reflexionar. Imprescindible para conocerse
mejor a uno mismo, a los demás y al mundo que nos
rodea.

"The ego needs to be in conflict with something or


someone. That explains why you are looking for peace
and joy and love but cannot tolerate them for very long.
You say you want happiness but are addicted to your
unhappiness."

Yonqui

Un libro que me salvó la vida cuando estuve atrapado


sin poder salir del aeropuerto de Bombay, en la India y
creía que iba a morir de aburrimiento. Por suerte lo
acababa de comprar en Chiang Mai y lo llevaba en la
mochila de mano, así que me pasé el día entero
devorándolo y disfrutando como hacía mucho que no
disfrutaba con un libro.

Autobiográfico al igual que el libro de Kerouac, en


„Yonqui‟ William S. Burroughs nos explica con pelos y
señales cómo fue la época de su vida en la que estuvo

185
enganchado a la heroína y a todo tipo de sustancias.
Espectacular.

Por cierto, ahora que he descubierto recientemente


cómo son los libros electrónicos, no tengo ninguna
duda que el próximo viaje lo haré desde el principio
con el Kindle Paperwhite a cuestas, ahorrando espacio
en la mochila.

Además de ello... muchas personas me han comentado


que estaría muy bien si yo mismo escribiese un libro
acerca de este viaje y acerca de otros aspectos de la
vida. Por supuesto lo tengo pensado para cuando
vuelva a España, pero mientras tanto ya he empezado
a escribir uno más corto, que será más que nada una
guía sobre cómo "Vivir bien con 300€ al mes" tocando
muchos de los temas que he aprendido viajando.

186
1 de mayo de 2013

41 | Dubai, el derroche de Oriente Medio

El tema de los visados en cada país es


diferente. Diferente y absurdo.

¿Por qué una persona nacida en Norteamérica o


Europa tiene más derechos y facilidades que una
persona nacida en África? ¿Es que nacer en un país
diferente te hace mejor o peor persona? ¿No hemos
nacido todos en el planeta tierra? ¿Entonces quién
decide por ti si es bueno que estés en un lugar u otro
de este planeta o cuánto tiempo puedes quedarte?
Todo forma parte del control gubernamental al que
estamos sometidos en este último siglo. Creo en la
supresión de todas las fronteras en un futuro no muy
lejano, a medida que las personas se vayan haciendo
más conscientes de la absurdidad de sus propios
actos.

El caso es que, siendo ciudadano nacido en esta parte


del globo terráqueo que muchos se pusieron de
acuerdo para ponerle el nombre de España, tengo un
visado en el país de Omán que me permite estar sólo
un mes, prorrogable a dos si hago una visita al
funcionario vestido de blanco del aeropuerto de
Muscat al finalizar los primeros 30 días. Eso sí,
pagando cada mes 20 rial, unos 40€ al cambio.

187
Y cuando se acaban estos dos meses... me dan varias
opciones: irme del país o irme del país. Yo elijo irme
del país. Así que podemos coger el coche, cruzar la
frontera y volver al día siguiente, decirle hola al
funcionario con cara de pocos amigos y volver a
entregarle un precioso y azul billete de 20 para que me
ponga un sello en mi pasaporte que diga que puedo
estar otros treinta días en su bonito país.

Todo tiene su lado bueno. Una de las ventajas de tener


que renovar el visado es que, de paso, podía ir a visitar
la famosa ciudad de Dubai, en los Emiratos Árabes
Unidos, país vecino.

Por aquí llaman a la ciudad de Dubai, "The New York


of the Middle East", es decir, la Nueva York de Oriente
Medio. Yo he preferido cambiarle el nombre. La
autopista que lleva a la ciudad está rodeada de dunas.
Estoy convencido de que si no pasaran coches, el
asfalto quedaría cubierto en pocos días con una capa
de arena fina de color anaranjado y nadie sabría que
allí hubo una vez una carretera.

A medida que vamos acercándonos empiezo a


visualizar la silueta de varios rascacielos en el
horizonte, que contrastan con el desértico paisaje de
su alrededor. Es alucinante. Uno de ellos destaca
sobre los demás por su forma y su altura, cerca de
tres veces más alto que cualquier otra construcción de
la ciudad. Como todos los edificios famosos, es un
edificio con nombre, Burj-Khalifa.

Tendría el honor de conocer a Burj más tarde, cuando


me dijo orgulloso que es el edificio más alto del
mundo, con 160 plantas y 828 metros. La verdad es
que es impresionante, tanto que no había manera de

188
hacerle una foto de cuerpo entero que quedase
decente, aunque por otra parte tengo que reconocer
que me gustaron mucho más las torres Petronas de
Kuala Lumpur.

Poco a poco nos vamos acercando y puedo distinguir


decenas y decenas de rascacielos. Lo más curioso es
que todos son diferentes y tienen los colores y las
formas más estrambóticas posibles. Hay uno
triangular, otro que gira sobre sí mismo, otro con un
agujero en medio, otros que son gemelos, otro que
parece que tenga tumores de color dorado... Y tampoco
están todos juntos, como en Nueva York, sino mucho
más dispersos en el terreno.

Ya perdiéndonos por las calles y empapándonos de la


ciudad, lo más destacable aparte de la arquitectura es
la gran diversidad de personas y culturas, los geniales
restaurantes, los coches que conducen los
businessman y los impresionantes centros
comerciales, de los que hablaré en una próxima
entrada.

Llevando la contraria a mi manera de viajar slow-


travelling, que es viviendo varios meses en cada país
que visito, estuvimos unos pocos días en la ciudad.
Los suficientes para saber que no es un lugar en el
que me gustaría vivir a la vez que un lugar
imprescindible para visitar alguna vez en la vida.

Recuerdo estar por la noche sentado en una roca


gigante que, junto a otras siete millones de toneladas
de roca, sirve de rompeolas para proteger las
residencias y hoteles de la llamada Palm Jumeirah.
Ésta forma parte de las Palm Islands, que son
extensiones de tierra ganada al mar con forma de

189
palmera, construidas cuando aún nadie sabía lo que
era la crisis.

Había saltado entre varias rocas para conseguir llegar


allí y en ese momento estaba solo. Solo enfrente del
inmenso y negro mar, sintiendo en la cara pequeñas
gotas de agua provenientes de las olas que morían
rugiendo con fuerza a escasos metros, como si
quisieran destruir todo aquello que la mano del
hombre había creado, reclamando la extensión de
océano que les pertenecía por derecho y de manera
natural. Era una visión impresionante.

En ese momento me acordé de cuando, varios meses


atrás, estaba observando con curiosidad una
escultura de un edificio de Dubai en mi ciudad,
Barcelona. En ese momento pensé: "Me gustaría ver
esto en persona". Ahora estaba allí, sin saber ni
siquiera cómo, sin haberlo tenido nunca en mis
planes.

Es lo bonito de un viaje sin destino.

190
Este de la derecha es Burj,
todos los demás son simples
rascacielos desamparados y
sin nombre

191
192
6 de mayo de 2013

42 | Los centros comerciales de Dubai

Como comenté en la entrada anterior, uno de


los atractivos turísticos de la ciudad de Dubai son sus
centros comerciales, en los que puedes encontrar
absolutamente de todo. Acuarios, cascadas, campos
de hockey sobre hielo, tiendas de todo tipo y
condición... ¡e incluso pistas de esquí!

Es por cosas como ésta, además de los cientos de


rascacielos, por las cuales bauticé a la ciudad
anteriormente como 'El derroche de Oriente Medio'.
Estos centros comerciales son una maravilla si quieres
encontrar tiendas con cosas que ni siquiera sabías que
existían y que te parecen alucinantes, escaparates que
te dejan con la boca abierta o los mejores
restaurantes, en uno de los cuales comí la mejor pizza
que haya probado nunca.

Hay algunas de esas tiendas que son auténticas obras


de arte en sí mismas y es una pena que, con las
prisas, no me parase a hacer más fotos. Allí se cumple
a la perfección la famosa frase de Steve Jobs, "La
gente no sabe lo que quiere hasta que se lo muestras."
Y es que puedes acabar comprando cualquier cosa.

Hace dos meses estaba paseándome descalzo, en


bañador y con las manos llenas de tierra entre los
árboles de Tacomepai, trabajando con madera para

193
construir cabañas sostenibles y ahora me paseo con
camisa y zapatos por uno de los centros comerciales
más lujosos del mundo. Es curioso cómo puede
cambiar tanto el panorama de una experiencia a otra
en un viaje así. La adaptación, la versatilidad de tu
visión, puede hacer que te sientas cómodo en
cualquier parte. Te puedes decantar por unas u otras
experiencias sí alguna vez te preguntan qué prefieres,
pero eso no quita que te des permiso para disfrutarlas
todas.

Un derroche, sí. Un derroche entretenido donde pasé


bastantes horas divirtiéndome y asombrándome.

194
195
12 de mayo de 2013

43 | Quiero aprender

Después de mi paso por la universidad tenía


una misión importante: desaprender todo lo que había
aprendido allí para descubrir qué es lo que de verdad
me apasionaba profesionalmente en mi vida.

Para ello, entre otras cosas, tuve que empezar este


viaje y pasar varios meses disfrutando sin hacer
absolutamente nada y, por fin un día, darme cuenta
de que quería empezar un negocio por Internet. Una
cosa que por otra parte había tenido siempre delante
de las narices, pues es algo que me ha fascinado desde
pequeño.

El inconveniente -o ventaja- es que a mis 24 años


tengo que empezar prácticamente desde cero.

Sí, es verdad que tengo un blog y también he


trabajado bastante tiempo de forma online y gracias a
ello he aprendido algunas cosas interesantes, pero eso
es una minucia comparado con lo que tengo por
delante. Así que me puse inmediatamente manos a la
obra. La idea era descubrir qué me faltaba por
aprender y así tenerlo todo mucho más claro y
estructurado para poder empezar.

196
Nótese que no tengo aún ningún proyecto en mente,
ninguna una idea de negocio ni nada que se le
parezca. Simplemente tengo claro qué es lo que quiero:

Quiero la libertad y motivación que supone el que mis


ingresos provengan de proyectos que yo mismo elija y
por los que me sienta apasionado.

Quiero la libertad de gestionar mi propio tiempo como


a mí me dé la gana, pues nadie conoce mejor que yo
los horarios en los que estoy más concentrado durante
el día. Además eso permite compaginar lo personal con
lo profesional y, por ende, ser más feliz, lo cual
repercute en la tarea realizada. Contrariamente a lo
que muchos creen, de esta manera se trabajan incluso
más horas que con un trabajo regular. Y todas ellas de
mejor calidad.

Quiero aprender y disfrutar cada día. Es quizá el


punto más importante y las dos van de la mano, pues
disfruto como un niño cuando aprendo y Internet me
permite aprender sobre casi cualquier tema. Eso sí,
igual que en el otro punto, aprender por mi cuenta lo
que yo quiero y decido. Nadie conoce mejor que yo lo
que tengo o no tengo que aprender y no necesito
ninguna validación externa para ello.

Así que, sabiendo qué es lo que quiero, ya estoy


focalizado y puedo avanzar. Empiezo aprendiendo y
poco a poco seguro que ya saldrán los proyectos.
Ahora bien, ¿Qué es lo que necesito ir aprendiendo y
por qué?

Aprender a programar. Me permite no depender de


terceros a la hora de empezar un proyecto tecnológico,
además de crear gestionar por completo mis propias
páginas web. Más importante aún: “Todos deberíamos

197
aprender a programar porque eso nos enseña a
pensar”, por Steve Jobs. Con eso queda todo dicho,
pues no sólo nos ayudará a entender cómo funcionan
las cosas, sino que nos ayudará a ver el mundo de una
forma diferente, de una forma más completa.

Aprender los lenguajes Python, HTML, CSS y


Javascript, por este orden. Sí, tranquilo, a mí también
me sonaban a Chino hasta hace poco.

Aprender Wordpress. Por si esta palabra también te


suena a idioma extranjero de zona asiática, es bueno
saber que la mayoría de blogs están montados sobre
las plataformas Blogger o Wordpress. El mío ahora
está alojado en el primero, que es el más sencillo
además de gratuito. El segundo, sin embargo ofrece
muchísimas más posibilidades en todos los ámbitos y
me encantaría aprenderlo a fondo. No hablo ya de lo
esencial de tener un blog, con él puedes aprender a
escribir correctamente, poner tus ideas en orden, crear
nuevas relaciones y desarrollar tu marca personal
entre otras cosas.

Aprender sobre ingresos pasivos en Internet. Ya que


estamos hablando de obtener nuestros ingresos a
través de este medio, es bueno saber que también
pueden ser "pasivos", es decir, que nos den beneficios
a lo largo del tiempo sin tener que dedicarles más
horas de las que son necesarias en un principio para
tenerlo listo. "You should put something to sell in
Internet yesterday" dice Patt Flynn, y no creo que ande
muy equivocado.

Aprender sobre SEO y marketing online. SEO viene a


ser la optimización de motores de búsqueda, es decir,
conseguir que tu página web aparezca en los primeros

198
puestos de Google y conseguir de esta manera que
más personas la visiten, más tráfico. Dentro de este
punto entrarían también por ejemplo las redes
sociales, el email marketing, la viralidad, las analíticas
web...

Aprender inglés en un nivel alto. Esto no va por mí,


pero lo añado por si se le pasaba por alto a quien esté
leyendo. Totalmente imprescindible para poder
acceder a todo el conocimiento que hay en Internet en
ese idioma, que es muchísimo más que en castellano y
casi siempre de mayor calidad.

Puede parecer a primera vista que son puntos


técnicos, perfectos para alguien que quiera dedicarse
al mundo online y que no van contigo. Pero si hay algo
me ha sorprendido al hacer esta búsqueda es
descubrir que son universalmente válidos, pues en
pocos años absolutamente todos los trabajos tendrán
un componente virtual y la persona que no se adapte
puede verse de repente un día en la calle, sin saber
por qué no consigue de ninguna manera un trabajo
igual que el que tenía antes. Un panorama que
tristemente cada vez es más común en nuestro país.

Todo está cambiando muy rápido. Y cada vez más. Te


dediques a lo que te dediques tarde o temprano tu
trabajo también va a cambiar. La buena noticia es que
todo lo relacionado con el mundo online se puede
aprender de forma online y, si estás leyendo estas
líneas, significa que tienes un ordenador con conexión
a Internet. Otra buena noticia es que aprender hoy en
día no es aburrido como cuando ibas a la escuela,
ahora es mucho más divertido.

Perfecto entonces, ¿cómo puedo aprender?

199
Programación. Codecademy es la plataforma que mejor
pinta tiene, además está en tu idioma. También
existen LearnStreet, CodeSchool o Code.org.

Wordpress. Primero aprende la diferencia entre


Wodpress.org y .com, luego escoge una de las dos,
abre tu propio blog de forma gratuita y empieza a
familiarizarte y toquetear todo.

Ingresos pasivos. Existen cientos y cientos de páginas


webs sobre esta temática, la estrella y única que
recomiendo sin duda es „Smart Passive Income‟ de
PattFlynn. Completísima.

SEO/marketing online. Una buena manera de


empezar es leyendo la guía para principiantes de
Google y luego buscar libros en formato PDF o leer en
internet sobre la materia, para acabar aplicando en tu
blog/web todo lo que vayas aprendiendo.

Inglés. Nunca me cansaré de decir que lo más


importante es practicarlo. Estar apuntado a una
academia no sirve de nada, sal de allí inmediatamente
y empieza a hablarlo, registrándote en Busuu por
ejemplo. Lee libros en inglés aunque no te apetezca y
mira las películas o series en ese idioma, con
subtítulos también en inglés, aunque no te enteres de
nada. Poco a poco irá saliendo.

Ahora, la mayoría de personas que lean esto estarán


demasiado ocupadas con todo lo que tienen en sus
vidas como para intentar aprender siquiera uno de los
puntos, pero si aún estás en la universidad o acabas
de salir piénsatelo bien, pues la cosa cambia. Si tienes
hijos ya ni te digo, ellos van a vivir de lleno en la era
de Internet, así que ponles a aprender el primer y
último puntos, que son los más importantes. Hagan lo

200
que hagan en un futuro, los van a necesitar y si no
tienen ni idea van a estar en clara desventaja.

Ten en cuenta que he dicho aprender, no estudiar.


Aprender de forma divertida, como si fuera un juego.
Porque un juego es lo que acaba siendo la vida.

Esta foto no tiene nada que ver pero molaba y parece


hipster, que es lo que está de moda, así que la he puesto

201
19 de mayo de 2013

44 | La mujer árabe

Si... porque cuando dices que estás en Oriente


Medio la gente normalmente se imagina un lugar tipo
Afganistán, paisajes desérticos donde continuamente
hace calor, donde solo se habla árabe, todo el mundo
lleva turbante y las mujeres van tapadas de manera
que no se les ve nada más que el color de sus ojos.

Nada más lejos de la realidad. En Oriente Medio hay


muchos países y cada país es diferente. Sólo he tenido
la oportunidad de pisar Omán y los Emiratos Árabes
Unidos, pero eso ya me ha dado una idea de cómo se
vive por aquí.

¿Y cómo se vive? Pues en términos generales casi igual


que en Barcelona. Las personas van al trabajo y los
niños al colegio. Después del trabajo van a sus casas,
a tomar algo o a dar un paseo y los fines de semana
todo el mundo sale a disfrutar de su tiempo libre, al
cine, a la playa o lo que sea.

El nivel de vida es casi el mismo que en España.


Recuerdo que cuando estuve buscando trabajo los
primeros días nada más llegar, nos plantamos en la
universidad de Muscat. Eran los 'career day', es decir,
una semana en la que muchas empresas ponen sus
stands dentro de la universidad para reclutar frescos e
incautos recién licenciados. Mientras caminaba entre

202
la multitud de estudiantes tuve un flashback, había
vivido algo igual, exactamente igual, dos años atrás en
mi propia universidad. Las únicas diferencias era que
la mayoría de compañías aquí se dedicaban al sector
del petróleo y que los alumnos iban vestidos con la
disdasha, el vestido blanco oficial de Omán, mientras
que las alumnas iban vestidas de negro con un hiyab
que les tapaba el pelo.

Y hablando de hiyabs, no todas las mujeres lo llevan,


cada una viste como quiere. Nadie les obliga a vestir
de una determinada manera, ni la religión ni la familia
ni el gobierno. Hay mujeres que van tapadas hasta los
ojos tanto como otras enseñando medio cuerpo.

Para los jóvenes, el alcohol y las discotecas no es algo


que falte los fines de semana. La diferencia radica en
que es mucho más complicado que en España el
conseguir ese líquido, pues no lo venden en cualquier
parte. Para ello tienes que ir a un lugar especial, una
pequeña tienda sin escaparate, que a primera vista
parece una puerta normal y corriente, medio
escondida y ubicada estratégicamente en un lugar
poco frecuentado. En fin, que parece que vayas a
hacer contrabando más que otra cosa. Ah, y no dejan
entrar en las discotecas a chicas que lleven el pelo
tapado.

Algo bonito que tiene Omán es la mezcla de culturas,


igual que en Malasia o Tailandia, algo que en España
no tenemos más que en Marbella o en las Islas
Baleares, llenas de alemanes. Aquí hay miles y miles
de expatriados -así llaman a los inmigrantes- de India,
Bangladesh, Paquistán... que incluso tienen sus
propios barrios.

203
Por supuesto no voy a echar siempre flores encima de
todos los lugares en los que he estado. Si puedo
comentar algo que no me gusta de aquí, es que las
muestras públicas de afecto no están bien vistas. No
verás nunca en la calle a una pareja abrazados o
dándose un beso. Cada uno tiene su propia opinión al
respecto y puedo oír miles de argumentos bien
fundamentados a favor o en contra, pero para mí todo
lo que corte la espontaneidad y libertad de las
personas no es algo bueno precisamente.

En conclusión, lo de siempre y en todas partes:


personas viviendo.

204
Fotos de la mezquita, el
zoco (lugar de compras) y la
playa de al lado de casa

Las puestas de sol


de Omán no eran
las de Langkawi,
pero tampoco
estaban nada mal

205
25 de mayo de 2013

45 | ¡Con billete de vuelta!

El jueves pasado me levanté pronto por la


mañana, eran las 6.50h. Ha pasado casi un mes desde
que volví de Dubai, así que tocaba ir a renovar el
visado otra vez. Lo mejor al ir a hacer 'gestiones
oficiales' estés en el país que estés es ir lo más pronto
posible, porque no sé cómo se lo montan los
funcionarios siempre para hacerte perder toda la
mañana.

Y no me faltaba razón... primero fuimos al aeropuerto


de Muscat, donde me renovaron el visado el primer
mes. Al ser pronto no había nadie en la cola, lo cual
marcó una sonrisa en mi cara hasta que el funcionario
me dijo que él sólo podía renovar el visado si he
entrado al país por aire y no por tierra, como había
hecho al volver de los Emiratos Árabes. Para ello
tendría que ir a otro edificio oficial, que no estaba
precisamente cerca.

Llegamos a este otro edificio y en éste nada más entrar


tuve que coger número y todo, porque estaba lleno de
personas vestidas de blanco haciendo gestiones. Es
muy curioso ver como todos los Omanís van siempre
con el vestido oficial, llevándolo con orgullo. Es como
si en Cataluña todo el mundo llevase la barretina o en
Andalucía los habitantes fueran vestidos como en la
feria de Abril todo el año. Muy gracioso. Después de

206
esperar un buen rato con el papelito A049 en la mano
llegó mi turno. El amable funcionario me entregó un
papel para rellenar. Tenía que firmarlo y escribir que
quería renovar el visado para visitar mejor el país y
mentiras por el estilo. Luego cogió mi pasaporte para
comprobarlo todo en el ordenador y... sorpresa... el
visado anterior no aparecía en su base de datos.

Así que vete a ver al jefazo, vestido de uniforme oficial


y que te lo arregle. El jefazo parece buen tipo, nos lleva
a su oficina privada del piso de arriba, mientras me
hace algunas preguntas y comprueba mi pasaporte.
Me pide el recibo del pago del visado anterior y le
explico que no tengo ni idea de dónde lo he metido,
que quizá está en casa pero que creo que lo he tirado a
la basura. Supongo que lo querría para echarle la
bronca al otro oficial que lo expidió en la frontera,
pues éste otro no había puesto los datos de forma
correcta en el ordenador ni había escrito el número de
visado en mi pasaporte. Para ponerle la guinda, su
letra era tan mala que nadie sabía que número de
fecha de expiración había puesto, parecía un 23 pero
en realidad era un 25.

Total, que el jefazo me arregla las cosas bastante


rápido, pagamos 20 Rial para extender el visado un
mes más y ya me puedo ir contento a casa. Y por el
camino de paso paramos en la oficina de Emirates, la
famosa aerolínea, para comprar mi billete de vuelta a
España por 195 Rial (390€). Si no lo comprase, tendría
que volver a cruzar la frontera otra vez dentro de un
mes y todo el rollo, que no me apetece demasiado
repetir.

Domingo 23 de Junio de 2013. Esa es la fecha que


vuelvo a Barcelona... en principio sólo para pasar el

207
verano y luego en Septiembre volver a irme. La verdad
es que después de tantos meses -que me han parecido
años- me hace muchísima ilusión volver, más que
nada para ver a la familia y amigos, que es lo que
importa. Las sensaciones sobre lo que he hecho son
impresionantes, pero aún no quiero hacer una
valoración general, no al menos hasta que vuelva.

¡Ahora me quedan 30 días para seguir disfrutando por


aquí!

208
Foto de Pablo intentando
ponerse un turbante sin
demasiado éxito…

Costaba tanto que me


pusiesen estas estampillas en
el pasaporte que las pongo
aquí en plan trofeo:

209
1 de junio de 2013

46 | Lo mejor que puedes hacer es... nada.

Hace un par de entradas escribía acerca de lo


que quería aprender ahora en esta etapa de mi vida.
También, de paso, daba algunos consejos para todo
aquél que quiera adaptarse a lo que viene en el plano
profesional, a ese cambio radical en la forma de
estudiar, trabajar y hacer negocios. Algo que no va a
pasar dentro de unos años, sino que ya está
ocurriendo ahora mismo.

Ya era un post suficientemente largo como para añadir


más cosas. Pero me dejé en el tintero una muy
importante...

Y es que yo te puedo decir cosas que sería bueno que


hicieras. Ángel te puede decir cosas que sería bueno
que hicieras. David te puede decir cosas que sería
bueno que hicieras. Tu familia, tus amigos y todo tu
entorno te pueden decir cosas que sería bueno que
hicieras. Todo el mundo te va a decir siempre cosas
que sería bueno que hicieras.

Todos somos gurús en lo nuestro y cada persona que


da un consejo sin que nadie se lo haya pedido es
porque cree que él tiene razón -me incluyo- y que sería
bueno que los demás hicieran lo mismo si quieren
llegar a alguna parte. Así somos.

210
Hoy en día gracias a Internet hay más personas que
nunca regalando consejos a través de blogs
personales, como quien regala autógrafos, y tú cuando
los lees piensas: "Joder, tiene razón, tendría que hacer
esto que dice Fulanito, a ver si me pongo las pilas".

El problema no es ese... porque quizás el consejo que


has leído o te han dado es muy válido. El problema es
cuando te sientes mal si no lo haces. Algo que nos
suele pasar muy a menudo.

El otro día no sé cómo me llegó un vídeo.

El título del mismo no podía ser más sugerente... el


camino del éxito. ÉXITO, en mayúsculas. Oye, el vídeo
está genial, motivador a más no poder. Parece que si
después de verlo no te pones a trabajar 15 horas al día
es que no te has enterado de nada.

¿Y qué nos decía el chico que hablaba? Que el éxito


está siempre en el más: hacer más cosas, trabajar más
que otros, ponerte más objetivos, moverte más.
Supongo que para él pasarse un día tumbado a la
bartola es algo así como su peor pesadilla.

Entonces volviendo a nuestro caso, sintiendo toda esta


presión que nos transmite la sociedad (y que más que
nada nos ponemos nosotros mismos) acerca de "cosas
que hacer", nos sentimos realmente mal si no las
hacemos.

Pero... cada uno tiene su momento, su misión en la


vida y su camino. Antes de seguir los consejos de
nadie, sigue los tuyos propios. Si, lo que tu interior te
dice que hagas. Siempre estamos buscando fuera.
Mira adentro, porque tú sabes mejor que nadie lo que
te conviene. Y puede que lo que te convenga no tenga

211
nada que ver con lo que todo el mundo te dice que te
conviene, es más, seguramente no tiene nada que ver.

¿Cómo sé lo que me conviene? Es aquello con lo que te


sientes más lleno, lo que te supone una mayor
diversión, lo que de verdad quieres hacer. Y quizá
ahora mismo no te apetece hacer nada específico,
porque no has encontrado aun lo que te apasiona.

Siempre recuerdo que cuando era pequeño, en vez de


hacer los deberes para el colegio o irme a dormir
cuando debía, me pasaba horas y horas leyendo
novelas o intentando descubrir cómo funcionaban los
entresijos del ordenador. ¿Debería haber hecho "lo que
tocaba"? Decídelo tú: Ahora estoy a punto de acabar
un libro y tengo un trabajo por Internet que me
encanta.

También recuerdo, más recientemente, el dejar de


trabajar pronto cada día con cosas aún pendientes
para irme al parque de al lado de casa a tomar unas
cervezas y charlar de la vida con mi amigo Sicky.
¿Debería haber hecho "lo que tocaba"? Esas
conversaciones me dieron un aumento de conciencia -
o llámalo visión de la vida si quieres- de la cual estaré
agradecido siempre.

¿Cuándo fue el último día que no hiciste nada y no te


sentiste mal? Quizá habrá que remontarse a cuando
eras un niño y no tenías todas esas cosas en la
cabeza... Así que por favor, deja de seguir los consejos
de nadie, ¡incluso éste!, y sigue los tuyos propios.

212
VUELTA A CASA

213
16 de junio de 2013

47 | Conclusiones de una vuelta por el


mundo (I)

Siempre había dicho a todo el que me


escuchase que haría algo así, un viaje en plan
mochilero al otro lado del planeta. Sin embargo,
parecía más un sueño que otra cosa, pues todo el
mundo quiere viajar y luego casi nadie lo hace, a no
ser que sea durante las vacaciones.

Siempre tenía excusas nuevas, que si tengo que


acabar la carrera, que ahora me acabo de comprar la
moto, que estoy preparando una maratón, que si tengo
un trabajo genial y no puedo dejarlo... así hasta que
un día llegó el vacío.

Realmente no fui yo quien lo eligió, sino que todas las


circunstancias se dieron para que me encontrase de
repente en el mismo mes (agosto de 2012) con la
carrera finalizada, la moto amortizada y sin trabajo.
Ese era el temido vacío: nada que hacer.

Así que lo tomé como una señal. La señal de que había


llegado el momento esperado para dar el paso y el
mismo 15 de octubre ya estaba volando hacia Kuala
Lumpur, después de haber elegido Malasia por ser un
lugar exótico y barato en el que se hablaba inglés.
Realmente no tenía ni idea de dónde iba, solo sabía
que iba a cumplir uno de mis sueños.

214
Llegué dos días después a la capital malaya y allí me
recogió Nigel, un chico amabilísimo de mi edad al que
había contactado por Couchsurfing. Pasé tres días en
su casa, durante los cuales me enseñó toda la ciudad
y sus alrededores. Me ofreció quedarme más tiempo,
sin embargo yo tenía prisas por vivir acontecimientos
nuevos y excitantes, así que me trasladé a un hostel
cerca de la estación central. Un hostel en el cual tenía
la habitación más pequeña en la que haya dormido
nunca, con bichitos incluidos. Allí pasé varios días
medio enfermo -creo que por el jet-lag- y sin embargo
recuerdo esa semana como una de las mejores de mi
vida, disfrutando cada segundo de la misma y
sorprendiéndome a cada instante de todo lo que veía y
todo lo que pasaba.

Cuando me recuperé y ya me había recorrido toda la


ciudad, no sabía que más hacer, así que contacté
mediante Workaway con Susi. Susi era una mujer que
ofrecía alojamiento en su granja, ubicada a las afueras
de la capital, a cambio de trabajar allí unas horas al
día. Cuando llegué la primera impresión fue que iba a
morir de aburrimiento y soledad, sin embargo pasé
otra de las mejores semanas de mi vida, jugando con
los críos de la casa y aprendiendo mil cosas nuevas
más que trabajando. El paisaje y el clima ayudaban,
las tormentas tropicales de allí son impresionantes. Y
en 7 días ya era uno más de la familia.

Sin embargo otra vez me llegó la urgencia de moverme,


¡soy impaciente para todo! así que pronto me volví a
trasladar a mi querido hostel de Kuala Lumpur y
contacté por Couchsurfing con Rick, un amable
malayo que vivía en Georgetown, una ciudad del norte.

215
¿Por qué fui hacia el norte y no hacia el sur si no tenía
ningún plan? Porque un día un amigo con el que
estaba hablando por Whatsapp me envió una foto de
la posición en la que estaba yo, según su Iphone. Y
esa posición, en vez de marcar Kuala Lumpur,
marcaba Georgetown. Así que lo tomé como otra señal
y hacia allí me dirigí.

Rick resultó ser un tipo espectacular. Me llevó a ver


toda la ciudad, me ayudó a curarme los brazos de
cientos de picadas de chinches, fuimos al gimnasio un
par de días (ya lo echaba de menos) y me acompañó al
consulado tailandés para obtener un visado de 2
meses en vez de la escueta quincena que tenía antes.
Me habló también de algo que hasta entonces yo
desconocía: me dijo que en Tailandia podía ir a varios
monasterios budistas a aprender meditación, algo que
me interesaba bastante.

Después de haber abusado de su generosa


hospitalidad durante tres o cuatro días, decidí que
cogería un ferry y me dirigiría a la isla de Langkawi, a
tres horas de distancia. Estar en el sudeste asiático y
no ir a una de estas islas es como ir a un parque de
atracciones y no subir a nada.

Recuerdo nítidamente ese viaje en ferry... De repente,


cientos de pequeñas islas empezaban a distinguirse en
el horizonte, islas sin playa, como si los árboles
surgieran directamente del mar, igualitas que en las
películas. Yo alucinaba. Entonces supe que había
llegado a un lugar especial.

Enseguida llegué a la guesthouse que había buscado


por Internet, mediante hostelworld.com. El
recibimiento de los chicos y chicas que allí había fue

216
tal, que al día siguiente pagué para quedarme un mes
entero. Era el paraíso. Cuando finalizó ese mes no
había tenido suficiente, así que pagué para quedarme
otro mes más.

Dos meses en la isla absolutamente espectaculares. El


primero lo pasé disfrutando como nunca, yendo a la
playa, conociendo personas de todas partes del
planeta, saliendo de fiesta, haciendo excursiones en
barco y en moto... sintiendo la vida en toda su
plenitud a cada segundo y el agradecimiento al
universo por poder realizar algo así. También conocí
un día por casualidad a una chica llamada Eishreth,
que luego tendría un papel esencial en el viaje.

Luego llegó un día en que me cansé de tanta playa y


tanta fiesta (sí, hasta de eso se cansa uno) y me puse
a buscar un trabajo, algo que hacer y con lo que
continuar aprendiendo. Resultó ser que Iskandar, el
tipo que siempre me alquilaba las motos, necesitaba a
alguien que le ayudase porque su negocio estaba
creciendo rápidamente, así que dos días después
empecé a trabajar con él.

¡Y qué trabajo! Solía tener un horario de 8 de la


mañana a 6 de la tarde, momento en que me iba a la
playa a hacer skimboarding con mis amigos malayos.
La diferencia con cualquier trabajo normal es que iba
descalzo y con bañador, llevaba las motos al mecánico,
vendía paquetes turísticos a todo el que entraba en la
oficina y conducía todo tipo de coches diferentes. Para
todo amante del motor era un trabajo ideal. De la
noche a la mañana me convertí en una eminencia
para nuevos turistas, pues conocía mejor que nadie
los rincones de la isla más increíbles y las formas para

217
acceder a ellos. Se puede decir que ya era guía
turístico de Langkawi.

Iskandar y yo nos hicimos buenos amigos, tanto que


me ofreció darme el trabajo fijo, aumentarme el sueldo
y arreglar el visado para que me quedase un año allí
colaborando con él. Fue duro decidir continuar mi
viaje, pero en mi interior sabía que mi destino no
estaba en esa isla y por tanto tenía que seguir
adelante. La mayor fiesta de año nuevo en la que haya
estado jamás, en la playa de Langkawi, marcó lo que
sería el final de mi estancia en el paraíso.

...

218
19 de junio de 2013

48 | Conclusiones de una vuelta por el


mundo (II)

...

Ese es otro de los días que se me quedará


grabado en la mente para toda la vida. Me encontraba
realmente mal en el momento en que cogí mi mochila
a las 6 de la mañana, me despedí de Boris, mi
compañero de habitación durante todo ese tiempo y
subí al coche de Iskandar en dirección a Kuah, para
coger el ferry que me llevaría a la costa tailandesa.

El malestar se me pasó rápido, en vistas de que estaba


en otro país completamente nuevo, excitante y
diferente. Me sentía libre. Estuve dos días cruzando
Tailandia en tren de sur a norte hasta llegar a la
ciudad de Chiang Mai, el lugar donde varios días
después empezaría mi experiencia budista.

Aproveché para conocer personas nuevas en la


guesthouse en la que estaba, alquilar motos para
hacer excursiones y salir de fiesta otra vez, en vistas a
que iba a pasar varios días encerrado sin poder hacer
nada de nada. La semana se me pasó volando. Me
encantaba la ciudad y me encantaba Tailandia.

El día indicado por el monje llamado Phra Chaibodin,


con el que había hablado por teléfono, cogí todas mis

219
cosas y me trasladé al centro de meditación de las
afueras, llamado Wat Ram Poeng. Era un lugar
impresionante lleno de monjes vestidos de naranja,
que se paseaban entre los múltiples templos y
jardines. Cuando llegué, mi idea era estar un mes
entero, sin embargo Phra me dijo que mejor estuviese
solo diez días si era la primera vez. Y suerte de esa
recomendación... porque cada día tenía la apariencia
temporal de un mes. No miento si digo que fueron los
diez días más largos e intensos de toda mi vida.
Oscuridad total y luz radiante a partes iguales. Podría
extenderme escribiendo sobre ello páginas y páginas,
sin embargo solo diré que aprendí de verdad lo que
significa estar presente.

Cuando salí vi la ciudad de Chiang Mai con otros ojos.


Aún quedaba un mes para que Eishreth, la chica que
había conocido en Langkawi, viniese a viajar unas
semanas conmigo por el país, así que no sabía que
hacer a continuación. Fueron días en los que sentí
una apatía enorme, vagando por la ciudad sin hacer
nada en especial ni conocer a nadie, hasta que por fin
hice caso a otra de las señales y me trasladé a
Tacomepai.

Tacomepai era una granja orgánica montada por un


loco y genial tailandés llamado Sandot, donde se
enseñaba permacultura. Jamás había imaginado que
podía existir un lugar igual: tú llegabas, te instalabas
en cualquier cabaña de bambú que estuviese libre y te
podías quedar todo el tiempo que quisieras pagando 5
euros diarios por la comida y el alojamiento. Podías
hacer lo que te diera la gana y estaba lleno de chicos y
chicas de mi edad. Alguno llevaba varios meses allí
viviendo. Sin duda, después de Langkawi y el templo

220
budista, Tacomepai era el tercer paraíso que conocía
durante mi viaje.

Estuve cerca de un mes viviendo allí. Dormía en una


cabaña de bambú situada encima de un lago en el que
me bañaba cada mañana, luego trabajaba un rato
durante el día construyendo otras cabañas o
aprendiendo técnicas de permacultura y por las tardes
con todos los amigos salíamos con las motos a
descubrir el pueblo de Pai y sus alrededores. Uno de
esos días conocí a uno de los tipos más curiosos con
los que me he topado en la vida, Isaac Garuda. En solo
una hora aprendí cosas que sirven para toda una vida.

Al terminar ese espectacular mes en la granja volví a


coger el tren en dirección Bangkok, para recoger a
Eishreth, que ya llegaba. Al mismo tiempo también
tuve el placer de conocer a Ángel Alegre, un español
que empezaba entonces su vuelta al mundo. Bangkok
- Kanchanaburi – Chiang Mai - Pai fue el recorrido que
hicimos durante esos veinte días, pasando momentos
realmente increíbles en cada una de esas ciudades.
Tailandia es sin duda un país especial.

Al no tener planes fijos, me adapté otra vez a las


señales que me mandaba la vida. Y esa señal marcaba
a continuación trasladarme a Omán, un país que ni
siquiera sabía ubicar en el mapa y que nunca había
tenido la menor intención de visitar.

Así que, después de unos cuantos problemillas en el


aeropuerto de Bangkok, estaba otra vez montado en
un avión en dirección al desértico Oriente Medio.

...

221
22 de junio de 2013

49 | Conclusiones de una vuelta por el


mundo (III)

...

Llegué a Omán y enseguida, después de


haberme instalado en una habitación de un piso
compartido, me puse a buscar un trabajo. Necesitaba
tener ingresos otra vez de manera urgente, pues no
tenía ningunas ganas de tener que verme obligado a
vender mi moto, aparcada en Barcelona y mi cuenta
bancaria disminuía peligrosamente.

Estuve quince días buscando, entregando cientos de


currículums personalmente y rellenando multitud de
solicitudes en línea. Y a pesar de ello no me llamaron
ni una sola vez...

La situación empezaba a angustiarme, realmente no


sabía qué hacer. No buscaba ni siquiera trabajar en
una industria o puesto en concreto, ya que nada me
atraía, así que hubiera cogido cualquier cosa que
saliese al paso. Pero a diferencia de otras veces, no
detecté ninguna señal clara para saber de qué manera
actuar.

Y justo el día que estaba más desesperado, comprendí.


Comprendí que ningún trabajo de oficina era mi
camino, sino desarrollar yo mismo mi propio trabajo y

222
mis propias habilidades. Esa era la única manera de
seguir creciendo personal y profesionalmente a mi
ritmo. Y ese día supe que tenía que seguir trabajando
de manera online, que mi futuro profesional estaba,
como siempre había estado, en Internet.

A partir de allí volvieron las señales y en una o dos


semanas ya tenía varios proyectos de los que
ocuparme... además de una 'hoja de ruta' que me
había diseñado yo mismo con el fin aprender todo lo
necesario para esta nueva etapa. Empecé a
apasionarme de verdad por lo que hacía.

Durante esos meses, aparte de trabajar, también tuve


la oportunidad -gracias a Eishreth- de conocer la
cultura y rincones especiales de Omán, de divertirme
yendo a barbacoas y conduciendo quads, así como
también de hacer un viaje express con algunos amigos
a la ciudad de Dubai en el país vecino aprovechando
que tocaba renovar mi visado; un lugar sorprendente
por sus cientos de rascacielos y suntuosas
construcciones.

Desde entonces he continuado aquí tranquilamente


trabajando y yendo a la playa. Gané el dinero
necesario para comprar el billete de vuelta a mi país,
(ni para eso me llegaba con los ahorros) aproveché
para escribir y poner a la venta un libro explicando
parte de mi experiencia... y mañana mismo ya estaré
en Barcelona otra vez.

No ha sido fácil volver a recordar todo el viaje. Sin


duda esta ha sido una de las mejores cosas que he
hecho en mi vida. Las emociones durante el mismo
son tan intensas que al traerlas al presente de esta
manera vuelven con toda su plenitud. Pronto escribiré

223
cómo se siente uno al volver a casa, ¡seguro que la
visión y sensaciones también son interesantes!

Y a veces me pregunto... ¿Qué será lo siguiente?

224
29 Agosto 2013

50 | Dos meses después

Como habrás notado a medida que leías, este


libro es la recopilación de los post en mi blog personal
durante el viaje. No he cambiado nada, están tal cual
los escribí en su día en Internet.

La verdad que es duro echar la vista atrás cuando ya


todo ha pasado. Parece que fue hace mucho tiempo y
solo han transcurrido unos pocos meses desde que
aterricé en el aeropuerto.

Si me preguntas, me encantaría poder volver atrás y


revivir todo el viaje, desde el primer día hasta el
último. Nunca imaginé que viviría todas estas
experiencias, además de una historia de amor
increíble.

Podría haberme quedado en Langkawi trabajando un


año entero.

Podría haber cambiado la ruta y continuar hacia


Camboya y Vietnam, o hacia la India.

Podría haberme quedado a vivir en Omán.

Sin embargo elegí lo que creí correcto en cada


momento y aquí estoy… en casa, el mejor sitio en el
que podría estar. Vaciándome de creencias, dudas y

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miedos para seguir haciendo cosas aún más grandes
en un futuro.

¿Alguna vez has querido hacer un viaje así?

Hazlo. Da igual tu situación. No te lo pienses más.


Lánzate. Pasarán miles de cosas y un día volverás y
todo seguirá igual en tu ciudad, pero tú habrás
cambiado. Habrás saboreado la vida, estarás en paz…
y tendrás la certeza de que todo es posible.

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