1. Restauración monarquía Borbónica y sistema canovista
Tras el fin de la República, Isabel II abdica en su hijo Alfonso XII, y esta firma el Manifiesto de Sandhurst, comprometiéndose a respetar la constitución. El monarca llega al poder gracias al golpe de estado de Martínez Campos, en Sagunto. Tras el alzamiento, Cánovas del Castillo establece un ministerio-regencia, gobernando como un dictador. Se deroga la Constitución de 1869 y se convocan unas cortes por sufragio universal, que, tras ser amañadas, le dan la victoria al partido Liberal-conservador de Cánovas.
1.2.-Constitución de 1876
Establece la soberanía rey-cortes, se regulan muchos derechos
mediante leyes ordinarias, que a menudo no se llevaban a cabo. Las Cortes eran bicamerales y se sucedió el sufragio censitario en el 78 y el universal a partir del 90, que se mantiene hasta nuestros días. El rey podía disolver el Congreso y el Senado, este era considerado esencia misma de España y su figura no estaba sujeta a la ley ni era objeto de discusión. La figura del rey era inviolable, podía legislar y era responsable del poder ejecutivo.
1.3.-Fin de los conflictos Bélicos
La guerra carlista acaba, debido a la restauración borbónica y al
esfuerzo de Martínez Campos al frente del ejército español. Como consecuencia, se acaba finalmente con los fueros. Para País Vasco y Navarra, se crean los conciertos económicos, que les suponen cierto grado de autonomía fiscal. La guerra de los diez años en Cuba acaba con la Paz de Zanjón, que promete la abolición de la esclavitud en cuba y la participación cubana en el gobierno español mediante las cortes entre otras reformas. No obstante, en 1879, se da la Guerra Chiquita y en 1895, comienza la insurrección que acabará con la independencia cubana. 1.4.-El sistema canovista o turnismo pacífico
Cánovas del Castillo, consciente de los problemas que le acarreó a
Isabel II apoyar a los moderados, crea un sistema de alternancia de gobierno entre el Partido Liberal Conservador, defensor del orden, el catolicismo y la clase alta, dirigido por Cánovas y el Liberal Fusionista, formado por antiguos progresistas y ex republicanos más moderados. Con ideales más progresistas y laicos. Ambos partidos defendían la monarquía, el estado unitario, la constitución y la defensa del capitalismo. Ambos se alternaron en el poder mediante elecciones amañadas. En ellas, el rey encargaba la formación de gobierno al líder del partido de turno, que convocaba unas elecciones, organizadas desde el Ministerio de Gobernación. Mediante el encasillado, llegaba al gobierno local y de ahí a alcaldes y caciques, los cuales, mediante el falseamiento del censo, la compra de votos, el poder de los caciques o incluso el pucherazo, aseguraban que los votantes eligiesen al partido de turno.
1.5.-El gobierno del turno
De las 10 elecciones amañadas que hubo entre 1876 y 1898¸seis
fueron ganadas por conservadores y cuatro por liberales. Entre 1885 y 1891, se dio el gobierno largo. En 1885, muere Alfonso XII y Cánovas, deja el gobierno en manos de Sagasta, que llevará a cabo una serie de reformas (Pacto del Pardo). Tras la muerte del monarca, la corona queda en una regencia de María Cristina de Habsburgo hasta 1902. El gobierno largo, establece el sufragio universal en 1882, pero no es llevado a cabo hasta 1890. 2.-La oposición
Los Carlistas, defienden la tradición, los fueros y el
ultracatolicismo. Su rama militar queda exiliada a Francia y se crea el Partido Tradicionalista, de Ramón Nocedal
Los republicanos, el grupo republicano se divide en el Partido
Posibilista de Castelar, el Partido Republicano Progresista, de Zorrilla, el grupo de Salmerón y los Federales de Pi y Margall. En 1886, el grupo republicano obtiene amplia representación parlamentaria y crean la Unión Republicana, un partido laico de izquierdas que defiende la descentralización y a los obreros. En este grupo comienza a nacer el movimiento socialista y anarquista
Regionalistas y nacionalistas aparecen como respuesta a la
centralización del nuevo gobierno, que amenaza la pervivencia de las diferentes culturas y lenguas insulares. Destacan el Catalanismo, un movimiento burgués de derechas liderado por Prat de la Riba y Francesc Cambó. El nacionalismo vasco, en respuesta a la abolición de los fueros y la masiva inmigración en busca de trabajo en la industria vasca, nacen los euskeros y el PNV, fundado por Sabino Arana, defensores de la raza vasca, los fueros y el catolicismo. El galleguismo, que defendía la lengua y cultura gallegas. El andalucismo, más acentuado en el siglo XX, promovido por Blas Infante, defiende la cultura andaluza y pide una modernización y alfabetización de la región.