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Acosar, intimidar, forzar a otro compañero (estudiante) a hacer algo que no quiere es
una experiencia común para muchos niños y adolescentes, aunque ese tipo de actitudes
violentas entre pares han existido siempre, nunca se le ha dado la importancia que en
realidad tienen. Debemos tener en cuenta que lo más importante no es la acción en si misma
sino las consecuencias, los efectos que producen en las víctimas. Nadie puede ni debe
subestimar el miedo que un niño o adolescente puede llegar a sentir cuando es objeto de
cualquier tipo de maltrato o intimidación.
Las aulas, los centros escolares son el reflejo de la sociedad en la que vivimos, la
violencia se traslada a ellos, lo efímero, la inmediatez, el rápido devenir de los
acontecimientos.
I. ANTECEDENTES
El término fue creado en 1993 por el Psicólogo escandinavo Dan Olweus de la
Universidad de Bergen, Noruega, a partir de estudios realizados en los años 70 a raíz
del suicidio de dos alumnos suyos, por no poder soportar la presión y la victimización
a la que estaban siendo sometidos por varios de sus compañeros.
El Bullying ha tenido una creciente notoriedad pública en los últimos tiempos, sobre
todo debido a su exposición mediática, lo que ha incidido fuertemente en la
percepción pública del incremento tanto en su frecuencia como también en el nivel de
violencia asociado a él.
En los Estados Unidos de Norteamérica, desde finales de los años 90 una elevada
frecuencia de incidentes de violencia escolar ha dirigido la atención hacia este
problema. Algunos estudios sobre las muertes que ocurren en la escuela causadas
por conductas violentas entre 1994 y 1999 mostraron que los perpetradores de
homicidios fueron individuos que habían sufrido violencia en el contexto de violencia
escolar.
En 1998, una investigación sobre el tema en estudiantes de 6º a 10º grado, estimó
que cerca del 30% de ellos fue víctima del o de los participantes del fenómeno
“Bullying”, sea como perpetradores, como víctimas o como víctimas – perpetradores.
Adicionalmente, las conexiones con otras formas de violencia juvenil, el “Bullying” se
ha relacionado con abuso de drogas, con disturbios emocionales y con síntomas de
enfermedad física lo que genera consecuencias graves que han hecho que, la
prevención de este fenómeno en el ambiente escolar sea una prioridad de salud
pública. El impacto social en la salud y economía es tal, que la Organización Mundial
de la Salud lo considera un problema universal. La Academia Americana de Pediatría
a su vez, considera que es un problema urgente que requiere la formación de
profesionales capaces de enfrentarlo y prevenirlo.
La prevalencia del “Bullying” en ese país es alta. En 1993, 56% de los estudiantes de
8º a 12º grado sufrieron alguna forma de violencia en sus escuelas.
En México, la Clínica de Atención Integral al Niño Maltratado (CAINM) del INP de la
SS ha estudiado durante más de veinte años el fenómeno y ha señalado que existen
diferentes formas de maltrato hacia los menores de edad.
Consideran tres grupos de variantes de violencia en razón de su frecuencia, del
conocimiento y consideración del personal de salud:
a) Formas Conocidas: Maltrato físico, negligencia, maltrato psicológico, abuso
sexual y niños en situación de calle.
b) Formas Poco Conocidas: Destacan el síndrome de niño sacudido, el abuso
fetal, el síndrome de Münchausen y el ritualismo.
c) Formas poco Definidas: Expresiones infrecuentes y de conceptos poco precisos,
que son formas de violencia sin atención y de agresión a los derechos de los
niños: los niños en situación de guerra y el maltrato étnico.
Esta manifestación de acoso y violencia entre “Iguales” en el ambiente escolar, ha
sido denominada por los nor-europeos como el “Bullying” y por los orientales como
“Ijime”; se refiere a la violencia entre menores de edad con repercusiones
biopsicosociales que merecen su análisis y descripción.
En 1997 la subsecretaria de asuntos generacionales, dependiente del ministerio del
desarrollo humano con auspicio de UNICEF, realizo un estudio sobre la problemática
de la violencia hacia la niñez y adolescencia. La encuesta se aplicó en las ciudades
de La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz entre niños de 10 y 12 años, y
adolescentes de 13 y 18 años, para conocer la magnitud y características del maltrato
en la familia y los centros educativos.
En el ámbito educativo, la encuesta de la subsecretaría de asuntos generacionales
(1997), mostró que 9 de cada 10 niños, niñas y adolescentes que asisten a la escuela
y colegio por lo menos alguna vez sufrieron algún tipo de maltrato psicológico
(reprimendas, insultos, ridiculizaciones).
En cuanto al maltrato físico, 5 de cada 10 niños (as) o adolescentes son víctimas de
maltrato físico (golpes en la mano, jaloneos, etc.).
La defensoría de la niñez internacional (DNI) realizó una investigación el año 1998,
sobre la agresión de las escuelas y colegios de Bolivia. La investigación concluye que:
“los reglamentos sufrientes que llevan a pensar que la agresión escolar es uno de los
factores que inciden en la deserción escolar”.
Datos del defensor del pueblo, publicados en 2002, revelan que la familia es el
espacio donde se produce la mayoría de hechos de violencia, mientras que en el
ámbito escolar es el segundo espacio para el ejercicio de violencia contra la niñez y
adolescencia.
II. JUSTIFICACIÓN
El Bullying o acoso escolar es un problema que se ha ido acrecentando a medida que
pasan los años según señalan las investigaciones en diferentes textos. Este tipo de
abuso que se presenta en ambientes escolares ha pasado de ser un juego entre
compañeros de colegio, a ser una situación de verdadero daño, tanto físico como
psicológico para quien participa del mismo, ya sea como víctima, espectador o
agresor.
La victima de Bullying al sentirse sin apoyo y afectado emocionalmente en muchos
casos puede llegar al aislamiento, depresión profunda, conductas agresivas con otros
o incluso hasta el suicidio, lo cual representa una tragedia para el círculo familiar; y
también para la sociedad.
Cada vez son más comunes los casos de Bullying en los centros educativos de la
ciudad de Cochabamba; en este sentido, a través dela Directora de la Unidad
Educativa Cristo Redentor, se detectaron episodios de acoso escolar en quinto de
primaria, es por ello que surge la demanda manifiesta hacia la Universidad Privada
Abierta Latinoamericana UPAL, la cual realizó un trabajo de intervención dirigido a
sensibilizar y concienciar sobre las consecuencias e importancia de denunciar la
presencia de Bullying en esta unidad escolar.
Conociendo que la Universidad Privada Abierta Latinoamericana (UPAL) ofrece apoyo
a diferentes centros educativos e instituciones, respondió a la demanda realizada por
la Unidad Educativa Cristo Redentor.
IV. OBJETIVOS
4.1. Objetivo General
Determinar el nivel de información que tienen los estudiantes acerca del bullying.
Brindar información adecuada sobre el Bullying.
Reconocer la problemática del Bullying o acoso escolar.
Fortalecer la capacidad de tomar decisiones de los estudiantes frente a la
denuncia de Bullying.
Estimular el trabajo colaborativo de estudiantes y educadoras sobre los efectos
del Bullying como problema social.
V. MARCO TEÓRICO
V.1. Definiciones
La definición que más se aproxima es intimidación, maltrato, acoso y abuso. Se define
el Bullying como el poder que unos alumnos ejercen sobre otros en
determinadas etapas educativas y que produce victimización psicológica.
Para Cerezo (2002): el Bullying es una forma de maltrato, generalmente intencionado
y perjudicial, de un estudiante hacia otro compañero, generalmente más débil, al que
convierte en su víctima habitual. Suele ser persistente y puede durar semanas, meses
o años.
Particularmente en chicos que viven su adolescencia (secundaria), este tipo de
violencia se ha estudiado en forma más intencionada y se ha logrado establecer
algunos de los elementos que le caracterizan:
- Conducta sistemática y recurrente. En este concepto debe entenderse el ejercicio
de una acción constante, recurrente y en ocasiones concertada, de parte de uno o
varios individuos en contra de otro u otros.
- Abuso de poder. En esencia define el desequilibrio en el uso del poder,
generalmente en razón de una aceptación de la víctima, quien se sujeta a la
agresión del “buller”. Michael Foucault señala que “por todas partes en donde
existe poder, el poder se ejerce. Nadie hablando con propiedad, es el titular de él; y
sin embargo se ejerce siempre en una determinada dirección, con los unos de una
parte y los otros de otra” (Foucault 1980).
- La mayor parte de los casos de acoso escolar son indiscriminados, no están
provocados por ni son el resultado de diferencias visibles entre los estudiantes. Las
víctimas de acoso no son diferentes, el grupo decide la diferencia.
- Las víctimas de acoso pueden sentirse solas, enfadadas, deprimidas,
desautorizadas, odiadas, heridas, tristes, atemorizadas, infrahumanas, maltratadas,
inútiles o vengativas.
Sullivan (2005) indica que las víctimas de intimidación tienden a tener unos bajos
niveles de autoestima, pueden sentirse deprimidas, inseguras, ansiosas,
hipersensibles, cautelosas y reservadas. Normalmente estos estudiantes se muestran
encerrados en sí mismos, preocupados y temerosos ante situaciones nuevas o
muestran una introversión extrema. Son menos felices en la escuela, más solitarios y
tienen menos buenos amigos. En consecuencia, tienen más posibilidades de
abandonar los estudios.
El acoso escolar, tiene los siguientes elementos:
Una persona que acosa tiene más poder que la victimizada.
La intimidación suele ser organizada, sistemática y oculta.
La intimidación puede ser oportunista, pero una vez que empieza, normalmente
suele continuar.
Se produce a lo largo de un periodo, aunque los que intimidan de manera regular
también pueden protagonizar incidentes aislados.
Una víctima de acoso escolar puede sufrir daños físicos, económicos o
psicológicos.
Todos los actos de intimidación tienen una dimensión ya sea emocional o
psicológica.
No es bullying cuando un alumno:
Se mete con otro de forma amistosa o como en juego.
Discute o pelea con otro que tiene la misma fuerza.
V.2. Mitos sobre el Bullying
Los mitos son ideas preconcebidas y creencias que alimentan la confusión y
favorecen y acrecientan el fenómeno “Bullying”.
1. “Han sucedido desde siempre y no pueden cambiarse”. Dichas creencias
inciden en “que no se intervenga” en la búsqueda de una solución.
2. Esas agresiones “son cosas de los adolescentes”,como sinónimo de poco
importante. Las edades claves son de diez a quince años. Hay un primer tramo de
diez a doce años, en el que se comienza a fraguar las relaciones interpersonales
de manera importante. Aquí se da una franja con bastante frecuencia de casos.
De doce a quince años, la casuística es menor, pero pueden ser más graves.
3. El Síndrome de Estocolmo del Menor. La sintonía “bullying” se da cuando los
iguales (o el adulto testigo), asumen en su interior esa inmoralidad, miran para
otro lado y la víctima queda sola, a su suerte.
4. “La violencia en centros educativos es una respuesta a una provocación”.
Como argumentan los agresores o los testigos (“Habrá hecho algo”, “que se
defienda”; “así se hace fuerte”). Dicha idea es especialmente peligrosa porque
hace al agredido “doblemente víctima”, ya que, se le considera culpable del
suceso.
5. El agresor no mide las consecuencias de sus actos, no tiene capacidad
responsable. “El adolescente acosador tiene una mentalidad maquiavélica y
necesita ayuda psicológica”. El agresor no es un iluso y sabe mentir
perfectamente, desorientando a los adultos y acusando, atribuye la provocación a
las víctimas. Siempre trata de justificar sus actuaciones: “Es que se lo buscaba”,
“es que es tonto”.
6. No notamos nada. Parecen felices”. Generalmente los padres no se enteran y
si lo hacen es de forma accidental, pues, alguien próximo al adolescente (un
compañero suyo o un hermano) es el que da la voz de alarma. El motivo
fundamental por el que el niño no explica en su casa lo que le están haciendo en
el colegio se debe a que nadie le ha dicho que es bueno y necesario decirlo. Los
chicos se excusan, aduciendo razones como no querer ser un delator, no
aparecer como débil, no preocupar a los padres, o bien creer que nadie puede
hacer nada que el “”bully” (acosador, matón) es más fuerte que los propios
padres.
7. Los profesores “no se enteran” de que están ocurriendo estos incidentes. Los
docentes lo saben o lo intuyen, “muchos” minimizan el problema, o carecen de
técnicas de resolución de conflictos.
8. Los afectados son chicos/as problemáticos/as. Habitualmente están en el grupo
de los buenos estudiantes, acostumbran a ser psicológicamente menos fuertes y
asertivos, en el sentido de enfrentarse a las agresiones y no afrontarlas.
9. El síndrome del Chivato (delator) o de la pelota esquirol. Los compañeros
miran para otro lado cuando se producen las agresiones físicas o psicológicas. El
85 % de los alumnos se enteran de las agresiones. Realmente, es un fenómeno
que se ubica en el microsistema de los iguales/pares, en donde los niños se
comunican, sin compartirlo con los mayores. No se quiere aparecer como un
delator, ni aparecer como débil.
10. “No es para tanto…”. El suicidio y el asesinato son los efectos más graves del
acoso escolar. No se dan con mucha frecuencia, pero se producen. El acoso
reiterado y persistente, puede llevar a las víctimas al suicidio.
11. Escarmiento punitivo al provocador. “Veras como no le quedan ganas”. ¿Hay
que buscar culpables? Ciertamente, una cosa es impunidad y otra
irresponsabilidad. Se tienen que depurar responsabilidades, ya que, el fenómeno
se puede repetir más de la cuenta.
12. Frente al chico “bully” es recomendable una terapia intensiva, un psicólogo fuera
de la escuela, así como un control positivo de sus acciones y se le ha de valorar
cada vez que actué bien.
13. “Ya se pasará. Todos hemos pasado por esto”. La violencia deja huella en
todo el mundo, no solo en la víctima, también en los agresores. En estos últimos,
las huellas son muy importantes a corto, medio y largo plazo. Tampoco quedan
libres los testigos, dado que, su conciencia les pide cuenta, y comienzan a pensar
que quizás se podría haber hecho algo, y esto resulta muy duro para algunos
testigos.
V.3. Formas de Acoso Escolar
Las formas de acoso escolar, según Sullivan (2005), pueden ser físicas o no físicas, y
pueden incluir daños materiales.
Acoso Físico es la forma más obvia de acoso escolar, y tiene lugar cuando una
persona sufre daños físicos al ser golpeada, pateada, empujada, arañada,
escupida, por tirarle el pelo, o a causa de cualquier otro ataque físico.
Acoso No Físico (conocido como agresión social) puede ser verbal y no verbal.
Acoso Verbal: Incluye llamadas telefónicas ofensivas, la exigencia de dinero o
bienes mediante amenazas, la intimidación general o las amenazas de violencia,
la asignación de apodos ofensivos, los comentarios o burlas, pueden ser
referidas a su raza, sus capacidades diferentes o sexo, el lenguaje sexualmente
ofensivo, las burlas mal intencionadas, los comentarios crueles, y la difusión de
rumores falsos y malignos.
Acoso No Verbal: Puede ser directo e indirecto. El directo normalmente
acompaña a la intimidación verbal o física. El indirecto incluye la manipulación y
suele ser subrepticio.
Acoso No Verbal Directo: Incluye los gestos groseros y las caras de
desprecio, normalmente no se contempla como un acoso, ya que se ve como
algo relativamente inofensivo. En realidad, puede utilizarse para mantener
control sobre alguien y para intimidarle y recordarle que en cualquier momento
puede ser elegido.
Acoso No Verbal Indirecto: Incluye de manera premeditada y normalmente
sistemática: ignorar, excluir, aislar; enviar, normalmente de manera anónima,
notas ofensivas, y hacer que los demás estudiantes sientan aversión hacia
alguien.
Daños Materiales Incluyen desgarrar prendas de vestir, romper los libros,
destrozar la mochila y tomar posesiones de las víctimas (robar).
Aparecen otros aspectos claves:
a) Ataques o intimidaciones físicas, verbales o psicológicas, destinadas a causar
miedo, dolor o daño a la víctima.
b) Abuso de poder, del más fuerte al más débil.
c) Ausencia de provocación por parte de la víctima.
d) Repetidos incidentes entre los mismos niños, adolescentes o jóvenes, durante un
tiempo largo y sostenido.
e) Maltrato físico, como las diversas formas de agresión o los ataques a la
propiedad. Cerezo (2002).
f) Abusos sexuales, intimidaciones y vejaciones. Cerezo (2002).
g) Maltrato verbal, como poner apodos, insultar, contestar con malos modos, hacer
comentarios racistas.
h) Maltrato social, especialmente manifiesto en la propagación de rumores
descalificadores y humillantes, que pretenden la exclusión y aislamiento del grupo.
i) Maltrato indirecto, cuando inducen a agredir a otro.
V.4. Requisitos
Los requisitos que la violencia escolar debe cumplir para ser catalogada como acoso
escolar son:
1.- Ocurre entre pares (compañeros/as).
2.-Se da en un marco de desequilibrio de poder.
3.-Los episodios de agresión son reiterados.
4.- La violencia es intimidatoria.
También es importante apuntar las siguientes terminologías para entender en su justa
dimensión qué es el acoso escolar y qué no es.
Conflicto: Algo inherente a toda relación humana que surge cuando aparecen
intereses contrapuestos y forma parte del proceso de socialización. El conflicto
puede transformarse en crisis, cuando lo que se encuentra en juego en la lucha
de intereses contrapuestos son espacios de poder, espacios de jerarquía.
Violencia: Fuerza bruta que una persona impone a otra y obstaculiza la
autorrealización humana. La misma puede ser a la vez violencia simbólica,
cuando pretende establecerse como relación de poder cotidiana. La violencia
puede ser directa o no, física o simbólica, exterior o interior, brutal o sutilmente
discursiva, escondida en el lenguaje y la comunicación, coercitiva o regulativa,
etc.
Agresividad: Tentativa de adaptación al medio, estrategia de resolución de
problemas interpersonales. Umbral relativo de tolerancia social.
V.5. Efectos del Acoso Escolar
Las víctimas, especialmente las chicas, se ven afectadas por el hecho de ser evitadas
socialmente o de ser evaluadas negativamente por parte de sus iguales.
Sullivan (2005) vincula la intimidación con síntomas psicosomáticos, depresión y
asistencia psiquiátrica. Indica que, a causa del acoso escolar, incluso muchos
estudiantes se suicidan.
En un seminario sobre el enfoque de Ninguna Culpa, Barbara Maines descubrió dos
escenarios y pidió a los participantes (profesores y educadores) que indicaran cuál de
ellos tendría un efecto más dañino sobre la víctima: en el primero, una chica sufría
las bromas de sus iguales y era apartada del grupo; en el segundo; se obligaba a
una chica a arrodillarse y a beber de una lata de refresco en la que uno de sus iguales
había escupido. Todos los asistentes al seminario pensaron que el incidente del
refresco era claramente lo peor; pero, en realidad, el efecto sobre la primera de estas
estudiantes era mucho más devastador y dañino. No tenía amigos ni apoyo y se
encontraba fuera del grupo, mientras que la segunda chica tenía apoyo; pero en este
caso concreto, fue elegida para la broma.
VI. CONCLUSIONES
VII. RECOMENDACIONES
El Bullying escolar es un tema muy común hoy en día por ello es necesario saber de
qué se trata para prevenirlo ya que puede causar estragos en los niños y jóvenes que
lo padecen.