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En este sentido, podemos añadir que, si bien el régimen se refiere especialmente a los valores
y las estructuras e instituciones del poder, el sistema político 120 incorpora además los actores
y procesos que operan en la arena política e interactúan entre sí.
Dimensiones políticas
Vallès por su parte hace corresponder dicha división con tres dimensiones de la política:
proceso, estructura y resultado. Cada dimensión se corresponde con un aspecto que en inglés
es distinguible por el uso de un término distinto, pero que en castellano no tiene un correlato
tan exacto. Así diferencia:
- Política como proceso (Politics) “Cuando examinamos la política como proceso observamos
ante todo una secuencia de conductas individuales y colectivas que se encadenan
dinámicamente (Vallès, 2013: 45).” En este apartado el foco de atención se centra en los
inputs, es decir, en la canalización de las demandas y los apoyos.
–Política como estructura (Polity): “Cuando observamos la política como estructura fijamos
nuestra atención en el modo estable en que una comunidad determinada organiza sus
actuaciones políticas (Vallès, 2013: 45).” En este apartado el foco de atención está en el
proceso de conversión (incluso podría decirse que en los aspectos relacionados con el
régimen). –
Política como resultado (Policy): “Cuando contemplamos la política como resultado, el punto
de atención principal lo constituyen las respuestas que la combinación de proceso y estructura
da a cada conflicto (Vallès, 2013: 46).” En este apartado el foco de atención se pone sobre los
outputs, es decir, los resultados.
3.2. Clasificaciones de regímenes y sistemas políticos
Abordando primero la cuestión de los regímenes, Vargas distingue los siguientes tipos de
clasificaciones en función del aspecto en el que se centren los autores. Observa: 125
- Según la legitimación del poder que prima. Conforme a este parámetro, los regímenes
pueden ser considerados como democráticos o autocráticos. Algunos autores centran la
división entre un mundo dicotómico, mientras que otros señalan que pueden existir formas
intermedias.
- Según la distribución funcional del poder. En esta tipología, que en ocasiones también se
denomina como forma de gobierno, se atiende a las relaciones entre los diversos poderes del
Estado. En general se atiende fundamentalmente a la distribución de los poderes entre
Legislativo y Ejecutivo en la orientación global de la política, así como de qué manera se
nombran.
- Según la distribución territorial del poder. Esta tipología, que en ocasiones también se
denomina formas de Estado, atiende al grado de centralización y descentralización del poder.
Éstas pueden variar desde el centralismo hasta el federalismo, que son las dos formas
extremas, entre las cuales pueden presentarse formas intermedias.
Vargas (1998: 174), por su parte, presenta otra clasificación de los sistemas políticos. Los
criterios para esta clasificación están ligados al debate de la modernización de los sistemas y su
articulación en formas más complejas. El primero de los criterios que sigue es la diferenciación
estructural y el segundo de ellos la secularización cultural. A partir de esto se distinguen tres
tipos distintos de sistemas:
- Sistema político primitivo. Es un sistema político en el que tiende a haber una mezcla fuerte
entre poder político y religioso, es decir, el proceso de secularización no es muy claro y la
especialización baja. Los rasgos característicos de estos sistemas son una separación de
poderes entre las instituciones que no es clara o inexistente, bien formal, pero no real, con
mezclas entre las atribuciones y funciones. En términos culturales dicen que tiende a
predominar una cultura de tipo parroquial, llámese etnia, clan, pueblo, es decir, el espacio
social más inmediato y el sistema político es visto como exterior.
- Sistema político tradicional. Es un sistema político en el que hay ya una mayor estructuración
política de la sociedad aunque se mantienen lazos entre poder político y religioso, es decir, el
proceso de secularización no es completo. Los sistemas políticos tradicionales se caracterizan
por la presencia clara de una diferenciación estructural, con una separación de poderes,
aunque a veces puede ser meramente formal. Desde el punto de vista cultural se caracteriza
por la presencia de una cultura de la sujeción y de la dependencia señorial, con una actitud
pasiva de los sujetos al poder. El proceso de laicización avanza pero ambas esferas no tienen
una clara separación.
- Sistema político moderno. Es un sistema político en el que hay una infraestructura política
diferenciada con una separación entre la esfera política y religiosa. Se caracteriza por la
presencia de una clara diferencia estructural y la presencia de una infraestructura política,
entendiendo como tal la presencia de múltiples partidos, de grupos de interés o de medios de
comunicación. Desde el punto de vista cultural existe una cultura de la participación, es decir,
del tránsito de sujetos a participantes. Se va a presentar un proceso de laicización completo.
Bounza-Brey (1999: 72-77) también nos ofrece otro tipo de clasificación de los sistemas
políticos. En su caso, el criterio para realizar la clasificación se basa en los valores o principios
de legitimación del sistema. Dichos valores pueden ser de carácter sacro o secular, y se dividen
en últimos o finales, e inmediatos o instrumentales. En función de estos valores, desde un
punto de vista empírico-inductivo este autor clasifica los sistemas políticos de la siguiente
manera:
- Democráticos: el sistema político democrático se caracteriza por una autoridad participativa y
la existencia de un único valor de carácter secular, que es la realización de la voluntad popular.
Así, en el sistema político democrático el denominador común es el mantenimiento de unas
reglas constitucionales que garantizan la accesibilidad al poder político y la posibilidad de la
alternancia.
- Autocráticos: los sistemas políticos que no son democráticos pueden dividirse a su vez en
varios tipos:
Totalitario: se caracteriza por la existencia de unos valores últimos de carácter sagrado que
constituyen una religión política. Este autor distingue tres tipos de sistemas totalitarios.
Comunista. Nacionalista. Fundamentalista. O
Autoritario: se caracteriza por el control del poder pero sin pretender todas las esferas de la
vida social, careciendo así de una religión política. Detecta estos dos tipos: Conservador.
Populista.
Monarquías tradicionales: se trata de una categoría residual que está en desaparición
paulatina.