Contiene:
diia
DÍA DEL PAPEL BLANCO y
PISTOLA C O N T R A EL
CÁNCER, por Ramón Gó-
del
mez de la Serna.
EL CINE Y SU PUBLICO, por
papel
José María Garcia Escudero.
GIRONELLA, MILLONARIO
POR UN GUIÓN, entrevista,
por Manuel Ortiz.
uanco
por
UNA NOVELA DEL SANTO
DE ASÍS, por Jorge Usca-
tescu. RAMÓN
LA MUERTE DE MUSSET y
AQUEL ESCÁNDALO DE
BAUDELAIRE, por Antonio Gómez de
Gómez Alfaro.
LO NATURAL EN JEAN CAY-
ROL y EL ANTIHEROE EN
la Serna
FRANCOIS NOURISSIER,
por Jean Claude Ibert. Así como a veces sale un día
esqueleto, sale también un día
de papel blanco.
UNA VERSIÓN ROMÁNTICA No necesita ser un día nivo-
DEL "TENORIO", por J. so, sino escuetamente no escri-
Castellano. to, sin una nota, sin una ape-
tencia, sin nada; en blanco.
LA INTERBAU 1957, por R. Gi- La ciudad se ha quedado pá-
nestal. lida, indiferente, sin fisono-
mía, como si la hubiesen lava-
S A N PEDRO, PESCADOR, do con un reactivo.
Se piensa que quizá sirva co-
cuento, por Antonio Prieto. mo papel de cartas para escri-
bir una carta sincera y aclara-
CRITICA DE LIBROS, TEA- toria pero no corre la tinta en
TRO, CINE, M Ú S I C A , su blancura, no se puede escri-
bir nada. un día de papel sin maculatu- hace la composición escolar
ARTE. Unos días dicen que sí y ra, como esas planas de un que tenía obligación de hacer.
otros que no, pero el día de pa- diario en que no ha marcado Sorprende siempre ese día
INFORMACIÓN DE BAR pel blanco no dice ni sí ni no, nada la máquina. de papel blanco como sorpren-
C E L O N A , ALICANTE Y es como esa hoja que tienen Hay que tener delicadeza y de el otoño con su caída de la
incólume los libros y que no es cuidado con el día de papel hoja a los que creían que no
CACERES. ni siquiera aquella en que se blanco, pues puede agujerear- iba a volver más el otoño.
escribe la dedicatoria. se y por ahí irse lo que teñe Debemos aprovechar ese día
CRÓNICAS DE ROMA Y Así como en la ciudad salen de vital aun en su iiiestarr-pa- para ir a esa calle a ln que que-
BRUSELAS. días de muchos sitios, un día ción. ríamos volver hace tiempo y
de Sevilla, otro de Florencia, Hay que dejarlo pasar con asi grabaremos algo en el día
y hasta un día bretón, ese día esa apatía con que el niño no do papel blanco.
de papel blanco no es de nin-
guna parte.
1O6 (TERCERA ÉPOCA) No es un día de piedra blan-
ca, ni un día enyesado, no, es En la mañana del domingo hay luz de Vaticano
3O - NOVIEMBRE - 19S7
Los que fechan cualquier cosa con números romanos - MCMXXXV - son unos MMMEMOS
CINCO PESETAS
gar a una plena madurez novelís- jovencitos lodos para creer que al- terminada aventura de una colec-
tica dejarse influir por las corrien- guno de nosotros durará tanto. tividad.
tes extranjeras? Vamos a hablar entonces de los
jóvenes. De los demasiado joven- Ultima pregunta. La conversa-
—Considero necesario conocer lo ción sigue ahora un cauce perso-
más posible de todos los países. citos, como dice Gironella.
—¿Qué posibilidades ve al autor nal.
Repito una y mil veces que si los
escritores españoles no viajan se- joven en la novela? -¿Qué hay de su contrato para
guiremos hablando de "Los pesca- —La historia demuestra que la ía filmación de los "Cipreses"?
dores vascos", de los "nítidos cielos inmensa mayoría de obras con ma-
durez se han escrito alrededor de —Rescaté el contrato ya firma-
B
de Castilla", y de las "tierras de do con Rafael Gil, y lo he vendido
pan llevar". los cincuenta años. A los veinte... a la nueva productora PROCUSA,
—¿Se considera el mejor nove- —¿Qué edad tiene usted? —In- en unas condiciones magníficas,
lista de la post guerra? terrumpimos. que me permitirán dedicarme a es-
cribir sin preocupaciones económi-
wH
—¡Qué barbaridad! —El interro- —Treinta y nueve años. cas durante algunos años.
gado se torna inquisidor. —... a los veinte no se puede es-
—¿Se puede insultar al periodis- cribir más que "Bon jour Tristes- —¿Cuánto dinero ha recibido?
ta que hace estas preguntas? se". Y, por el tono en que lo dice,
está claro que no se puede decir Gironella siente mucho no poder-
—No es correcto, le decimos. nada peor de los veinte años. me decir la cifra exacta. Lo ha
Y no nos insulta. Nos dice: prometido al firmar el contrato.
Ahora hablamos de premios de Pero tal vez nosotros podamos ave-
—Una de las cosas que se apren- literatura De esos premios que dan riguarlo por otro camino. Se dice
den viajando es a no contraponer tanto que hablar. , que un millón de pesetas; algunos,
continuamente a las personas, a no —Tienen un gran defecto. Y es que tres millones de pesetas.
hablar de mejor o de peor. Yo hago no poderlos declarar desiertos. La entrevista ha terminado. He-
lo que puedo y el tiempo dirá. —¿Cree que son necesarios para mos pasado un par de horas con
Indudablemente se aprenden mu- el autor joven, como medio de ver José María Gironella. Con un Gi-
chas cosas viajando. publicada su novela? ronella cordial, simpático, y que
supo renunciar a su deseo de in-
—¿Cómo ve actualmente la no- —Es indudable que facilitan el sultarnos. Con un Gironella que
vela española,? acceso al editor. Pero esta dificul- nos dijo cosas muy interesantes.
tad de acceso al editor, a menudo, Pero ustedes juzgarán.
—Completamente desconectada no es lo peor que le podría pasar
de los problemas que realmente al autor joven. Manuel ORTIZ SÁNCHEZ.
illililSIi
© Biblioteca del Ateneo de Madrid
LA CLOACA DE LA HISTORIA
En torno a un libro —más si abor- dad misma, la existencia misma del
da temas como el presente— la ac- Infierno, es de por sí lo suficiente-
titud del crítico ha de ser siempre res- mente locuaz y no necesita de esta
petuosa, receptora, a la par que veraz especie de rodrigones emotivos o sen-
y constructiva. Muñoz Alonso, entre timentaloides, si se la sabe seguir con
una Introducción y un Epílogo, ha la tersura de la lógica, si se sabe si-
desarrollado en nueve capítulos toda tuarla en sus justas coordenadas. Vi-
una Diabología, un tratado sobre el vir como si el Infierno no existiera,
Diablo. Tema de actualidad —valga puede apartar de la mente y del cora-
la expresión— eternamente actual y zón la verdad de su realidad; mas nun-
eternamente subyugadora. A fin de ca conseguirán hacer morir esta rea-
cuentas, la eternidad tiene el privile- lidad. Pensar, vivir, según los módu-
gio de ser siempre de actualidad sub- los de un "mundo" —en el más ge-
yugante. El tema sobre el Infierno, el nuino sentido que le diera San Juan—
Demonio —casi en un ayer no lejano en el que. "no hay infierno porque
a nosotros— se remozó mojándose en tampoco hay Dios", no le quitan un
la pluma de Papini. gramo de entidad. Querer que el In-
fierno acabe, por fin, algún día, es algo
Me propongo hacer un análisis de producto de mixtificaciones: "es pre-
la obra de Muñoz Alonso. Un aná- tender arteramente andar por el mun-
lisis que yo llamaría de acompaña- do sin que el mundo pierda ninguno
miento: quiero acompañar al autor en de sus derechos en la eternidad. La
su monografía, en la creencia de que pretensión ha alcanzado vuelos locos,
así puedo acompañar también a los amparándose en una loa a la bondad
lectores futuros de ella. Un análisis infinita de Dios. Como si no sonara a
que sumará además el valor de unas blasfemia indignante el querer otor-
sugerencias que cobraron forma en mí gar a Dios una bondad más generosa
a medida que las páginas se sucedían. que la que Dios mismo dispensa".
Muñoz Alonso es un filósofo y un Valiente y agudamente, desde las pri-
teólogo. Es un técnico, sí; pero a la meras líneas, se ha eliminado toda la
par es un hombres que vive de lleno sensiblería que encierra la decantada
en la encrucijada palpitante del hoy. tesis de una mitigación de las penas
Por eso es algo más que un técnico: del Infierno. Mitigar sería tanto como
es un artesano que cuida con esmero desconocer la esencia misma del "plan"
y rigurosidad, con cariño y vitalidad de un Dios Creador y Previsor; la
los temas. Desde la misma Introduc- "malicia" de una prevaricación clau-
ción nos dice que su libro no son sa y autocentrada; la "tragedia" que
"más. que reflexiones sencillas, orde- llegaría a convertirse en "comedia"'
nadas y serias sobre el Infierno". Re- de buenas soluciones donde todos par-
flexión de una verdad objetivamente ten contentos; la negación misma de
dogmática; sencillez de una pluralidad una labor libremente aceptada cuando
reducida y reluciente en la unidad de Lucifer inauguró libremente el In-
un pensar; seriedad —el tema lo pi- fierno.
de— defendida desde el ángulo autén-
tico de la Historia, el pecado, los án- Pero "¿por qué?" ¿Por qué ha de
geles, los hombres y de Dios. "ser así" el Infierno? Dios no lo creó.
Lo inanimado es impotente de rebe-
L
prestigio. Destacan, entre sus no- bre. Desde el ángulo de Dios, el In-
velas, "Cristo recrucificado", "La "verdad" que aunque horripile o dis-
A atracción que un escritor ú l t i m a tentación", "Libertad o guste, "es", está ahí. Algo que al fierno es una tolerancia, una fidelidad
de la talla del cretense Ni- muerte", "Alexis Zorba" y esta sin- "desentenderse" de él, se corre el a su propia obra: creación de entes
kos Kazantzaki, siente por gular biografía de San Francisco riesgo de caer de bruces en él. Algo libres. El Infierno —desde Dios— es
San Francisco, radica por lo tanto que aquí comentamos. En el pano- exponente de "una voluntad cerrada algo "ante cuya entrada Dios derra-
en una vieja tradición de la Igle- rama de la novela contemporánea, en su propia obstinación": "el pode- mó un llanto de sangre". Desde el
sia ortodoxa. Además ella llega en Kazantzaki nos ofrece un ejemplar río inmenso de Dios —dirá Muñoz ángulo de Satán, el Infierno es el re-
cierto modo a dar cima a la ple- singular. Contemporáneo de un Alonso— no se ejerce aniquilando la sultado de una "obra"; una fuerza
nitud del talento de un gran escri- Joyce, Aldous Huxley, Lawrence, sustancia de los cuerpos con alma, o que, en un instante, fue capaz de con-
tor. A Nikos Kazantzaki, que no Steínbeck o Faulkner, escritores de de los espíritus sin cuerpo, sino redu- vertirlo —pervertirlo, sería más exac-
sólo es el mejor escritor griego de extraordinario talento que quieren ciéndolos a su "voluntad cerrada" de to— de la luz a la tiniebla interior:
hoy, sino uno de los más auténti- superar la crisis de la novela mo- sí mismos, cuando cierran ellos con Desde el hombre: algo que se "gana'
cos de la actual literatura europea, dificando los criterios técnicos,
novelista de amplios vuelos, de "obstinación prevaricadora" c o n t r a a pulso en un mimetismo de lo diabó-
enorme cultura y de una intensi- forzando los temas, rompiendo los Dios". Todo ello sencillamente: sin lico en la economía del tiempo; con
dad vital que une muchas veces un muros de contención de una litera- visiones dantescas de círculos sin sa- unos atenuantes —respecto a la luci-
sentimiento de fe profunda a otro tura tradicional de enorme peso, lidas, sin juegos ni explosiones terro- dez, por ejemplo, intelectual del án-
de no menos profunda rebeldía, se Kazantzaki sigue siendo un gran ristas, sin visiones melodramáticas de gel— y con unos agravantes: la gra-
le puede presentar con estas pa- escritor sin que nada espectacular mazmorras y reductos sin luz. La ver- vitación plena de una Redención y el
labras que un día le dedicara Mar- tenga lugar en su obra. Porque su
cel Brion: "Se ha dicho de sus no- obra nos lo revela como un escri-
velas que en ellas resucitaba el es- tor clásico, de una fuerte y vigoro-
píritu de Hornero. Thomas Mann, sa sencillez, grandilocuente 3 veces, mana y un mundo poético de acen- de hoy, especialmente la de Ber-
admirador suyo, no d u d a b a en quemado por una llama interior tos realmente nuevos y auténticos, nanos. Pero lo que define y ofrece
compararlas con las obras maes- que hace de él un gran rebelde. elementos destinados a superar la un carácter del todo personal al
tras de la epopeya antigua." Pero lo que hace de su obra algo escritor cretense, es su poesía (hay
capaz de situarlo en un plano de "crisis" de la novela y todo estan-
camiento literario. quien ha visto en él a un nuevo
Nikos Kazantzaki es un cretense valores literarios de excepción es No han faltado las comparacio- juglar, "poeta ambulante en las pla-
universal, como aquel Domenico la vibración humana y la gran poe- zas"), la atmósfera mística de su
Theotocopolis que llevó consigo a sía que contiene. Una vibración hu- nes entre la obra de Kazantzaki y
la de algunos escritores católicos obra, su sencillez rústica y su vi-
Occidente muchos de los valores gor elemental. En un ambiente de
indiscutibles que, todo cristiano poesía se nos perfila la figura de
oriental conserva, depurados de San Francisco en su Umbría natal.
convencionalismos y de cargas his- Francisco hereda, c o m o espíritu
tóricas, del cristianismo primitivo. cultivado, uno de los momentos ca-
Después de estudiar en Atenas y Nikos Kazantzaki ha muerto recientemente. Autor de "Cristo pitales de la lírica europea: todo
París, dedica la primera parte de el patrimonio de lirismo y belleza
su actividad literaria a obras de estética y humana de la poesía pro-
carácter poético y filosófico. Es de nuevo crucificado", excelente novela que ha sido llevada a venzal. Por dos conductos le llega
autor de interesantes estudios so- al hijo de Messer Bernardone esta
bre Nietzsche y Bergson, de algu- la pantalla bajo el título "El que debe morir", Kazantzaki herencia poética. Por vivir en un
nas tragedias y de una nueva "Odi- ambiente de preeminencia cultural
sea", obra de 33.000 versos, que co- con un estilo personal, clásico y deslumbrador de fantasía, de la gran poesía provenzal y por
mienza donde termina la "Odisea"
de Hornero. Viajero incansable Ka- recibirla a través de su madre, pro-
zantzaki ha visto y ha estudiado aborda la verdadera novela católica, de tema grandioso, que venzal a su vez, y alma de gran
con profundo interés España, Ita- sensibilidad y cultura.
lia, Inglaterra, Rusia, Egipto, Chi- en España ha sido reflejado con demasiada prisa y demasiada ,Lo que perseguía Fray León era
na, Japón, etc., y sus libros de via- la búsqueda de Dios. Desde el día
jes están entre los más revelantes irrealidad por J. L. Martín Descalzo en "La Frontera de Dios" de su encuentro con Francisco, el
en la literatura de este género. Su hijo del rico mercader Messer Ber-
obra de novelista es, indudable- nardone también quiere buscar a
mente, la que ha consagrado1 su Dios. La decisión es fulminante y
en la gran batalla que se inicia,
Francisco tiene el mando desde el tipo de la Santidad poética, pura y rrible y solitario en la montaña del
primer momento. Los primeros he- armoniosa como el cielo azul de Alverno, nos indican que una ma-
no maestra de escritor y de hom- El jazz visfo
chos tienen lugar en Assisi peque- su inmortal tierra.
ño burgo umbro, rodeado de coli- bre de fe ha emprendido la tarea por los estudiantes españoles
nas y viñedos. Pero cada hecho ad- La gran empresa de Francisco, de ofrecer a las generaciones de El Departamento de Activi-
quiere el aspecto de una gesta sin- tantas veces celebrada por escrito- hoy, en toda su intensidad, la per- dades Culturales del D. U., en
gular y la serie ininterrumpida de res, poetas y pintores, desde Dante sonalidad del Santo de Asís, tan colaboración con el S. E. U.
gestos humildes y poéticos, de co- y Giotto hasta nuestros días, la querido y admirado incluso por es- de Medicina, de Madrid, ha or-
munión con la pobreza y los seres acompaña el escritor por medio de píritus lejanos a los modos de vida ganizado la I Conversación de
de Dios, de amor infinito por los un estilo de notable riqueza litera- cristianos. Jazz.
hombres y la naturaleza, de her- ria, de un fervor poético y de una Bella, emocionante, limpia y fres-
admiración incontenible hacia el Los temas de estas conversa-
mandad absoluta, irrumpen en el protagonista de este singular dra- ca, a la vez que llena de vigor, fer- ciones son los siguientes:
reducido escenario con resonancia ma que reúne lo divino y lo hu- vorosa y humana, de una gran be- 1." Historia del jazz. Sus orí-
de gestas universales. El camino de mano en la más bella epopeya re- lleza literaria, esta novela de Nikos genes.
la perfección y la santidad, la bús- ligiosa que el mundo conoció des- Kazantzaki nos trae a un San Fran- 2.a Historia del jazz. Segun-
queda de Dios, no pierden un solo pués de la encarnación histórica cisco cuya imagen permanecía has- da época.
instante el sabor ppético en la no- del Salvador. ta ahora lejana, acaso conservada 3.° Historia del jazz. Terce-
vela de Kazantzakl, ¡Pero qué te- en una forma tan adecuada a sus na época.
rrible lucha, qué intenso combate, Al mismo tiempo, el vigor con perfiles solo en los frescos, casi 4.° Las modernas tendencias
cuan dura flagelación de la "her- que el escritor sigue los momentos contemporáneos, de Giotto. El eter- del jazz.
mana carne", a la cual Francisco, culminantes en la aventura del no mensaje del Santo de Asís, su 5." Influencia del jazz en la
a diferencia de tantos anacoretas, Santo es sencillamente magnífico. figura eternamente familiar a to- música sinfónica contem-
quiere, como quiere a todas las El encuentro de Francisco con el dos, vuelven una vez más entre nos- poránea.
criaturas de Dios y quiere purifi- leproso, que es Cristo en persona, otros, en unas páginas llenas de 6° Concierto de jazz, a car-
carla en la alegría última del espí- su viaje a Roma y a la Tierra San- amor, de dulce nostalgia de Dios, go de prestigiosos músi-
ritu! Se le ha reprochado en cierto ia, su comunión fraternal con los de heroica nobleza. Un San Fran- cos españoles.
modo a Kazantzaki, no sabemos si paisajes queridos y los animales, cisco Poeta, un humilde soldado de Las sesiones se celebrarán a
con razón, el haber acentuado has- su infinito amor por los hombres, la Pobreza, pero un luchador en las siete de la tarde en la Fa-
ta el límite extremo el terrible ca- sus momentos de exaltación poéti- cuyo espíritu arde la llama eterna cultad de Medicina, desde el día
rácter agonal' de la santidad de ca al hablar a los pájaros y a las de una voluntad propia de titanes. 25 de noviembre al 12 de di-
Francisco, transmitida hasta nos- fieras, pero sobre todo la culmina- ciembre.
otros por la tradición como proto- ción de su epopeya en el retiro te- Jorge USCATESCU.
P O R A N T O N I O G Ó M E Z A L F A Ü O
P O R J E A N C L A D E I B E R T
10
© Biblioteca del Ateneo de Madrid
mo una obra más de nuestra lite-
ratura). La escena ante la casa de CINE Como un cuc fatuo,
Doña Ana de Pantoja, de noche,
adquiere en esta "versión" esa
fluidez galana de romanticismo sa-
como una flor...
no sin efectismos melodramáticos.
La escena "del sofá" (¿no es insul-
Notre-Dame de París Agradezco a Williarn Saro-
tantemente romántico este mue- yan, el titulo de su libro de
ble?), está lograda con toda la am- Es corriente en el cine de hoy que las películas cuyo argumento procede cuentos. Un cuento, al fin y al
bientación justa y exacta: un gi- de la literatura guarden muy poca semejanza con el libro original. Por cabo, sin garambainas precep-
gantesco, espléndido sofá (digno de ello causa sorpresa la proyección de ésta, porque el guión ha seguido tivescas, muy bien puede ser esa
Madame Recamier), que "llena", casi exactamente la narración de Víctor Hugo. Desde el arranque del re- anécdota que muchos conocen y
prácticamente la escena, situado lato, con la enigmática palabra ANANKÉ grabada sobre el muro de la que cada uno narra a su mane-
ante un fondo de "floresta", que catedral, hasta el trágico desenlace, se ha guardado un desusado respeto al ra; ese mínimo suceso de cada
nos recuerda las pinturas "inge- nbro, a diferencia de versiones cinematográficas anteriores, en las que se
nuas" de Rousseau "le Douanier". nabía subordinado la exactitud literaria a la cornercialidad del "happy end". día o de cada hombre; un so-
Los versos ingenuos, candorosísi- Producida por Robert y Raymond Hakim, su argumento es sobrada- plo de amor; una corriente de
mente conocido. La pasión del perverso Frollo por la gitana Esmeralda, risa limpia. La pequeña verdad
enamorada a su vez del capitán Febo, tiene un sangriento final en el que que por estar sujeta con alfile-
juega un papel importante el deforme campanero Quasimodo. Es un mundo res, puede parecer una pequeña
de tintes sombríos sobre cuyo fondo se destaca la ingenuidad salvaje de mentira; todo eso que no repre-
la gitana y la pueril bondad del jorobado. Víctor Hugo vertió en su obra senta "absolutamente nada en
un negro fatalismo templado en parte por la grandeza arquitectónica de el mundo".
la catedral, y la faceta arqueológica era en su libro —a decir de Menéndez y
Pelayo— "su alma y su espíritu mismo". Por ello, siendo imposible tras- FERNANDEZ ALMAGRO
ladar tal reconstrucción histórica desde la letra a la imagen, NOTRE Y EL TAXISTA
DAME queda redueida a un cuento que tiene mucho de extravagante y
absurdo. Por eso no es de extrañar que el espectador que desconoce la De la mano de Melchor Fernán-
novela manifieste su regocijo en el momento culminante de la película —el dez Almagro podemos andar por
asalto de la catedral por la chusma harapienta, y la fert.: defensa de Quasi- los recovecos de la vida, de la po-
modo—•, pues entonces pasa la anécdota de lo trágico a lo ridículo al perder lítica y de la literatura del XIX,
la envoltura del estilo literario como si atravesáramos un laberin-
to mágico. Esto lo sabe todo el
Víctor Hugo centró intencionada y sectariamente toda la maldad de su mundo. También todo el mundo
novela en un personaje eclesiástico, el arcediano Claudio Frollo; por eso la sabe que el famoso crítico abre su
obra fue incluida en el "índice de libros prohibidos" en 1834. En la ver- ventana, matinal y dominguera, con
sión que comentamos Frollo es simplemente un alquimista versado en bru- rigor, pero con cordialidad. Sin
jerías que vive en la torre de la catedral. embargo, hay algo que sólo cono-
Anthony Quinn, como Quasimodo, luce una caracterización repulsiva cen sus amigos: su ingenio seco y
y una buena interpretación. A nuestro juicio, se trata de uno de los mejo- desconcertante.
res actores actuales; prueba de ello es el hecho de que generalmente se le Hsce días, atravesaba un cruce
encomienda la creación de personajes-tipo, y este año se le concedió un de calles, tan distraído, que no oyó
nuevo "Osear al mejor actor secundario" por la encarnación de Gauguin el claxon de un taxi, que por no
en "Lust for life". Por el contrario, Gina Lollobrigida no encaja en su atrepellarle se atrevía a romper la
papel, pues le sobran años y le falta ingenuidad, especialmente en sus ley del silencio. El chófer, sacando
bailes gitanos, mezcla de Danza del Fuego y rumba oriental. El director, la cabeza fuera de la ventanilla, le
Jean Delannoy ("María Antonieta"), demuestra su experiencia en las es- gritó con esa voz que sólo he oído
cenas de masas —el Carnaval, la Corte de los Milagros, el ataque de a los bajos de ópera, a los taxistas
los mendigos—, y a pesar de algunos fallos del Eastmáncolor y cierta esca- y a algunos borrachos:
sez de figurantes, ha sabido llenar la pantalla del Cinemascope con el des-
enfrenado y lúgubre París de 1482 que imaginó aquel tremendo pesimista —¡Oiga!... ¿Es usted tonto o
que fue Víctor Hugo. sordo?
El ilustre académico se volvió rá-
Mariano DEL POZO pido, y dijo:
—¡Sordo..., sordo!...
POSIBLE CANDIDATO A
mos de la declaración de Don Juan PREMIO
a Doña Inés, suenan aquí en su jus- En las Bases del Concurso de
ta dimensión de maquiavelismo: la Novela Corta, que anualmente or-
aparente inocencia que seduce y en- ganiza el Ateneo de Valladolid, hay
canta a la novicia trémula y sen- una cláusula que dice: "Cuando el
cilla. Señalaría otros momentos, lo- concursante desee que su nombre
grados, en la interpretación: por no sea publicado en los avances in-
parte de Asunción Sancho, la lec- formativos del Premio, en las in-
tura de la carta de Don Juan (co- formaciones que acompañen a la
mo verdadera novicia que lee una reunión final del Jurado y, en ge-
carta de amor y de "cosas", que neral, en cualquier medio de difu-
nunca ha oído), y Luis Prendes, sión de que el Ateneo se sirva, de-
arrodillado ante la tumba de Doña berá hacerlo constar, y, en tal ca-
Inés, asombrado ante el misterio so, indicará el seudónimo o lema
de lo sobrenatural. con que las referencias de su obra
Los decorados de Emilio Burgos, puedan ser difundidas."
muy acertados, en la escena "del Esta cláusula pregona tanto la
sofá", citada, y los de la cena en generosidad de los organizadores,
casa de Don Juan. Los de la "Hos- como las 25.000 pesetas que ofre-
tería", pecan de un exceso de "fla- cen por esos cincuenta folios nove-
menquismo". Alegres y ligeros los lados. Ahora bien: ¿será utilizada
de la casa de Doña Ana, y discre- por los concursantes? Yo creo que
tos y bien los del cementerio. no. El escritor tiene conciencia de
que no debe eludir los riesgos de
su profesión; el riesgo, que enno-
J. CASTELLANO. blece y hace atractivo cualquier
oficio, en literatura ayuda muchas
veces a perfilar vocaciones.
Ya que hablamos de este Pre-
N •O •T •I• C mio, añadiré que un amigo, resi-
dente en Valladolid y muy relacio-
nado con los organizadores, me ha
asegurado que uno de los más fir-
Continúa en los estudios de Madrid buenos temas al cine. Un nuevo in- L. Beach, alcanzó difusión mundial mes candidatos es José María Gi-
el rodaje de "Las de Caín", de los tento es ahora el rodaje de "So time debido a la condensación que publicó ronella. Doy esta noticia con cier-
Quintero. "Desire under the elms" for sergeants" ("So hap tiempo para el Reader's Digest. Los derechos para t£S reservas, pues me extraña que
("Deseo bajo los olmos") está en pro- sargentos"), de Mac Hyman, éxito la pantalla han sido adquiridos por los un autor de novelas tan largas, se
ducción, con la primera intervención editorial de 1956 en Norteamérica productores independientes Hecht- presente a un Premio de novelas
estelar de Rebeca Welles, hija de Or- adaptado inmediatamente al teatro. Se Hill-Lancaster. Dirigirá Robert Wiese tan "cortas".
son y Rita Hayworth. Al mismo tiem- trata de una parodia de la vida mili- e interpretarán Clark Gable y —natu-
po Jayne Mansfield interpreta una se- tar yanqui, y será protagonizada por ralmente—' Burt Lancaster. PANCHO COSSIO, NUE-
gunda versión, musical esta vez, de Andy Griffith. * ** VO JURADO EN "SÉ-
"Anna Christie", el primer éxito uni- Bernard Shaw escribió "Pigmalión", La catástrofe del "Titanic" ha ins- SAMO"
versal de Greta Garbo. y el cine hizo una primera versión in- pirado una nueva cinta sobre el tema. Tomás Cruz ha reforzado el Ju-
Richard Rodgers y Osear Ham- olvidable, con Leslie Howard y Wen- La causa ha sido el inesperado éxito rado de Pintura de los Premios
merstein II, el compositor ligero y el dy Hiller. Hace dos años se estrenó del libro "A night to remember" "Sésamo", incluyendo en él a Pan-
libretista más populares en Estados en Broadway "My fair lady" ("Mi ("Unía noche memorable"), de Walter cho Cossío. Sé que cuando le pi-
Unidos,, van a ver vertida al celuloide bella dama"), opereta basada en "Pig- Lord, que relata hora por hora el des- dieron su conformidad, Pancho ac-
su más famosa opereta, "South Pa- malión", con Rex Harrison en el pa- arrollo del drama que conmovió al cedió con prontitud y satisfacción,
cific" ("Pacífico Sur"). Una adapta- pel principal. Ahora este mismo actor mundo. en él poco frecuentes.
ción teatral de la misma se estrenó y Jacqueline Codet han comenzado la * ¡ii *
—¡Muy bien, muy bien! Esos
hace dos temporadas en Madrid con película "My fair lady". "Sic tran- Joaquín Calvo Sotelo, Mihura y Premios me gustan.
el título de "Al Sur del Pacífico". El sit..." Rafael Gil han escrito el argumento Una prueba más de que Cossío
protagonista en Hollywood será Ros- * ** de "Viva lo imposible", película diri- sigue siendo el más joven de los
sano Brazzi. "Run silent, run deep" ("Va hondo gida por Gil que está en rodaje en los pintores españoles.
* ** y sigiloso"), novela de la guerra sub- estudios CEA de Madrid. JOÑAS
La literatura humorística ha dado marina del capitán de fragata Edward B IG
11
© Biblioteca del Ateneo de Madrid
•P
12
C I O N
de andarse con tiento a la hora de establecer, rigurosamente, estrictos
límites geográficos. El Románico, el Gótico, el Renacimiento, el Barroco,
todos los estados artísticos europeos hasta el post-romanticismo contem-
poráneo, fueron realizados internacionales. Y, ya se sabe, jamás ahogaron
el desarrollo de lo puramente individual, racial o nacional.
Presumo de celtíbero. Pero me molestan tanto los papanatas que hacen
tina visitilla a París y luego pasan por modernos, copiando de láminas que
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me molestan tanto, digo, como esa majeza que jura en vano que nosotros
somos los más listos y guapos, porque sí. Hemos de explicarnos. No basta
el "porque sí", y más si nos acogemos al universal y generoso espacio de
las creaciones velazqueñas.
La verdad es que Velázquez, harto sosegado siempre, estará deseando
se le deje en paz. Obras y razones son amores y no títulos, motes o enco-
miendas. No malversemos nuestro patrimonio. Aunque herederos de él,
sólo nos cabe la obligación de enriquecerlo con la claridad del juicio y la
total entrega a la salvación de la humana realidad.
JOSÉ LUIS GALICIA (Ateneo de Madrid).—(De clasificaciones anda-
mos hoy.) Barnett D. Conlan, crítico de "Art News", de Londres, y de
"Pictures", de Nueva York, afirma que José Luis Galicia está considerado
internacionalmente como de vanguardia. De ser esto cierto, no habrá más
remedio que ponerse triste.
(De paso, nos pondremos pesados y perogrullescos, de puro lógicos.)
Vanguardia es lo que va delante de algo que va detrás. Detrás de la juventud
—nació en 1930— de Galicia hay muchas cosas que, con tod? justicia, se
llamaron vanguardistas. Delante de las litografías de este joven y madrileño
artista siguen estando tales vanguardias —las de Picasso, Matisse, Juan
Gris...—. Luego José Luis Galicia no hace honor a su edad y Mr. Barnett
D. Conlan no debía haber suscrito la antedicha afirmación.
Evidente, produce cierta pena el suceso. José Luis Galicia posee des-
treza manual, conocimiento suficiente del oficio de litógrafo. Anhela el orden
y la belleza de las coloraciones planes y sencillas. Desea la modernidad y,
sin embargo, cae en el academismo. (Muchos son los modos de lo acadé-
mico. Ninguno tuvo organización más vasta y completa que la que ahora
se arma sobre cuantas tendencias fueron bravas avanzadas no hace mucho.)
Entre paréntesis, José Luis Galicia es muy joven, lo repito. El arte es
largo y la vida breve. José Luis Galicia sabrá aprovechar ambos. Ya lo prue-
ba apenas < omenzado a vivir.
Joaquín DE LA PUENTE
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, (Viene de la página 16.) —¿Como tú? ,• —Aquella idea tuya de irnos a pescar me
—Algo así. , ha estado bailando en la cabeza todos estos
•—No; nada más. ¿Es que no te parece bien? Volví a mirar los ojos de San Pedro, y los días. ,
r-lNoI vi más cargados de mar que nunca, con un —Era buena, ¿verdad? ,
—¿Por qué, San Pe... mar algo triste e intencionado. —Sí; muy buena. ¿Tú crees que Dios...?
,—¡Vete! ¡Vete de aquí antes de que olvide Pasaron más días, y yo iba todas las ma- —¡Yo creo que sí! ,
mi paciencia con los pecadores! ¡Vete, loco! ñanas a ver a San Pedro. Pero últimamente —¿No se enfadará Dios con nosotros?
Y tuve que irme porque aquella vez, sólo estaba un poco raro, como si pensara una cosa •—No; seguro que no. ¿Le hablamos?
aquella vez, la sonrisa de San Pedro tardaba importante que no se atrevía a decirme. Em- Dudó un poco, y luego dijo:
un poco en aparecer. pecé a notarlo porque ya no me decía que —Vamos. Pero como me regañe por culpa
Al principio yo no comprendía que San Pe- me marchase o que estaba loco. Su voz era tuya, no volveré a dejarte hablar. Esto..., esto
dro se hubiera puesto tan serio. Porque la ver- como un pez que llevara mucho rato fuera del
agua. Me saludaba: , quizá no sea serio y Dios piense que...
dad es que yo no pretendía ni dinero ni fama.
De verdad. Era que sentía ganas de escribir; —Buenos días, Antonio Prieto. —¡Vamos! ,
sólo eso; la misma necesidad que tuve en la Y luego se callaba; no era como antes. íbamos caminando muy contentos y con un
tierra. Luego empecé a comprenderlo. Una mañana me acerqué a su lado. Después poco de miedo, y era hermoso ver a San Pe-
Unos días más tarde volví junto a San Pe- de saludarme, dijo: dro, tan grande, con su enorme barba, ir con
dro. Le dije: , —Ayer no entró nadie, y podía haberme li- la alegría más infantil del mundo. Llegamos
—Bueno, San Pedro: ya no quiero escribir brado de venir. ante Dios, y Dios nos esperaba con una son-
novelas. Después se calló. Tampoco aquella mañana risa. ,
San Pedro se volvió, y otra vez vi su son- entraba nadie; no aparecía ninguno subiendo —Señor... ,
risa. Pero había algo misterioso en sus ojos, por el camino. Estábamos en silencio, y yo me —¿Qué hay, Pedro? i
algo que tenía un color intenso a mar. Dijo: hallaba preocupado por San Pedro. Entonces —Es...; tal vez sea una locura, pero yo...;
—A veces pienso que no estás tan loco. dije: , Tú ya sabes...
Yo no entendí mucho sus palabras, y seguí —¿Te ocurre algo? Dios empezó a reírse; se reía muy contento
la mirada de sus ojos. Estábamos mirando a •—No, no. de vernos allí. Y dijo: ,
un grupo de doce nombres que acababan de Y lo dijo con una voz extraña, que no pa- —Pero Pedro: ¿no se te habrá olvidado pes-
entrar y que aún tenían forma de hombres. recía suya. car? Hace ya mucho tiempo que dejaste de
Llevaban las ropas mojadas, rotas, y sus ros- ;—lAnda; cuéntame qué te pasa, San Pedro. hacerlo. ¿Sabrás pescar todavía?
tros, sin afeitar, parecían muy cansados. Soy tu amigo, ¿no?
—¿Quiénes son, San Pedro? , San Pedro me miró fijamente, y sus ojos —1 Claro que sabré, Señor! ¡ Claro que sabré!
—Acaban de ahogarse. empezaron a ser como antes, a tener el brillo Y fuimos a pescar a un pueblecito llamado
—¿Todos? , de las escamas, y yo me alegré y animé con Balerma. ,
—Sí; los doce. Iban en una barca llamada mi alegría sus ojos de pescador. Y aquel día San Pedro dejó sus llaves so-
"Virgen del Carmen" y el mar los envolvió. —¿Sabes, Antonio Prieto? bre una nube, y ni un solo hombre bueno mu-
Eran unos buenos pescadores. —¿Qué, San Pedro? rió en la tierra. ;
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