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Alicia adaptación

Alicia en el país de las maravillas es sin duda uno de


los libros más magnéticos en la historia de la
literatura, una fábula deliciosa que ha cautivado a
generaciones enteras de lectores, entre los cuales se
encuentran varios notables que han tomado el libro
como punto de partida para creaciones propias, una
suerte de continuación de la historia por otros
territorios y con otros medios. En este sentido, podría
decirse que Alicia… es una suerte de caja de Pandora
que siempre nos tiene reservada una sorpresa.

Tal es el caso de la historia en torno a la adaptación


que Aldous Huxley hizo del libro de Lewis Carroll para
Walt Disney. El gran artífice de la industria de dibujos
animados en Estados Unidos era una de esas personas
fascinadas por Alicia…, tanto que, apenas tuvo
oportunidad, compró los derechos necesarios para
filmar su película. En 1903, 1910 y 1915 Disney hizo
tres intentos por consumar su proyecto, todos ellos
malogrados. El empresario esperó entonces hasta
1945, cuando buscó al autor de Un mundo feliz para
realizar la adaptación. En cierta forma, Huxley parecía
un candidato perfecto para ejecutar esa transición
entre el libro y la película, pues ya en esa época una
parte importante de su curiosidad estaba puesta en
los límites de la realidad, en su exploración y la
posibilidad de trascenderlos ―y desde cierta
perspectiva, ¿no es ese uno de los grandes temas de
Alicia en el país de las maravillas?

La vía que Huxley eligió para acercarse a este clásico


de la literatura inglesa fue una curiosa combinación
de realidad y fantasía, actores reales y animación, un
tejido intrincado entre la anécdota del libro y la
relación entre Carroll y Alice Liddell (la niña en quien
está inspirada la narración), de acuerdo con la
sinopsis que sobrevive, porque el guion original se
perdió en el lamentable incendio de 1961 que
también destruyó más de 4 mil libros anotados por el
escritor, además de otros borradores, archivos y
papeles varios.

Alice and the Mysterious Mr. Carroll era el título


tentativo de esta película que comenzaba por una
petición de la reina de Inglaterra para conocer al
autor de Alicia..., que, como sabemos, Charles
Dodgson dio a publicar con el pseudónimo de Lewis
Carroll. El vicecanciller de la Universidad de Oxford
recibe entonces el encargo de indagar la verdadera
identidad del escritor, tarea que, en la narrativa del
filme, lleva a trazar los puntos de contacto entre la
fábula y la realidad, entre los personajes de ficción y
los elementos de la realidad que sirvieron de modelo
a Dodgson. En esta adaptación Alicia es una niña que,
entre otras cosas, necesita escapar del encierro que
ha recibido como castigo por parte de una institutriz.
Esa necesidad de fuga es en parte el pretexto que
Huxley utilizó para realizar las transiciones entre
dibujos animados y actuación.

Como se ve, el proyecto era un tanto intrincado, lo


cual posiblemente influyó en la decisión de Disney de,
este también, abortarlo. Tuvieron que transcurrir
otros 6 años para que el mogul cumpliera su sueño de
ver el libro en forma de largometraje.

Cabe especular, sin embargo, qué hubiera sido de esa


adaptación si en vez del momento en que fue
realizada, Huxley hubiera estado en su época de
experimentación con psicodélicos. ¿Qué camino
narrativo hubiera elegido?

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