Desde un punto de vista técnico se entiende por comunicación el hecho que un determinado
mensaje originado en el punto A llegue a otro punto determinado B, distante del anterior en el
espacio o en el tiempo. La comunicación implica la transmisión de una determinada información.
La comunicación, además, puede llevarse a cabo de diferentes maneras: verbal, utilizando un
lenguaje o idioma, o no verbal, valiéndose de gestos, lenguaje corporal o signos no lingüísticos.
Por eso, el término comunicación también se utiliza en el sentido de conexión entre dos puntos.
Por ejemplo, el medio de transporte que realiza la comunicación entre dos ciudades o los medios
técnicos de comunicación (las telecomunicaciones).
Somos primordialmente seres “sociales”, en el sentido de que pasamos la mayor parte de nuestras
vidas con otras personas. Por consiguiente, es importante aprender a entenderse con los otros y a
funcionar adecuadamente en situaciones sociales. Ciertas habilidades de comunicación nos
ayudan a mejorar las relaciones interpersonales.
La comunicación es el acto por el cual un individuo establece con otro un contacto que le permite
transmitir una información. En la comunicación intervienen diversos elementos que pueden
facilitar o dificultar el proceso.
Llamamos comunicación al proceso mediante el cual un ser vivo transmite un mensaje a otro. El
lenguaje es la facultad de comunicarnos mediante complejos sistemas de signos. Sin embargo,
esta capacidad no se manifiesta en un solo sistema, sino en gran variedad de lenguas.
(https://www.hiru.eus/es/lengua/la-comunicacion-y-el-codigo-linguistico La Comunicación Y El
Código Lingüístico)
La comunicación es el intercambio de información que se produce entre dos o más individuos con
el objetivo de aportar información y recibirla. En este proceso intervienen un emisor y un
receptor, además del mensaje que se pone de manifiesto.
(https://economipedia.com/definiciones/comunicacion.html Comunicación)
La comunicación en general toma lugar entre tres categorías de sujetos principales: los seres
humanos (lenguaje), los organismos vivos (biosemiótica) y los dispositivos de comunicación
habilitados (cibernética).
Todos los seres creados transmiten información. La materia inerte informa; por ejemplo, a través
de un descubrimiento arqueológico o manuscrito conocemos muchas circunstancias del pasado
histórico y con sus aportaciones hemos ido construyendo parte importante de nuestra historia.
Ahora bien, solo en los seres vivos esta información es bidireccional, es auténticamente
comunicación. Por ejemplo, un perro, con sus ladridos, se comunica con sus iguales, e incluso con
el ser humano, y este sabe, según sea el ladrido lo que su perro le está pidiendo. También hay
unos monos africanos que emiten tres tipos distintos de sonidos de alarma, según el peligro
provenga de un águila, de un felino o de una serpiente, permitiendo a los demás elegir los
mecanismos más útiles para su defensa. Conocido es el baile o vuelo en círculo de las abejas para
indicar a las demás que han encontrado una fuente de aprovisionamiento.
Duarte (2003, pp. 46-48), desarrolla el concepto y la caracterización de la comunicación con base
en Merleau-Ponty, el cual denomina el “acto de comunicar como el encuentro de fronteras
perceptivas”, siendo que “al otro y su conciencia sólo se puede acceder porque también el hombre
es un ser cultural”. La interacción entre el ser humano culturalmente situado y los objetos
culturales propicia el desarrollo de motivos y percepciones de uno con otro, que compartan y
creen entendimientos comunes, en los cuales el lenguaje promueve el diálogo entre las
conciencias. En este punto es fundamental mencionar lo que Merleau-Ponty define sobre la
comunicación, citado por Duarte:
En este abordaje, Duarte (2003) explica que algo del yo pasa a ser compuesto por el otro, y así
forma un tercer plano cognitivo, como una de las características de la comunicación. (Duarte, E.
(2003), “Por uma epistemologia da comunicação”, in Lopes, M. I. V. (org.), Epistemologia da
comunicaçâo, Sâo Paulo, Loyola, pp. 41-54.)
Somos primordialmente seres “sociales”, en el sentido de que pasamos la mayor parte de nuestras
vidas con otras personas. La comunicación es el acto por el cual un individuo establece con otro un
contacto que le permite transmitir una información. En la comunicación intervienen diversos
elementos que pueden facilitar o dificultar el proceso.
• La comunicación eficaz entre dos personas se produce cuando el receptor interpreta el mensaje
en el sentido que pretende el emisor.
Mantiene una relación con la comunicación verbal, pues suelen emplearse juntas.
En muchas ocasiones actúa como reguladora del proceso de comunicación, contribuyendo
a ampliar o reducir el significado del mensaje.
Los sistemas de comunicación no verbal varían según las culturas.
Generalmente, cumple mayor número de funciones que el verbal, pues lo acompaña,
completa, modifica o sustituye en ocasiones.
Comunicación no verbal.
La Semiología también denominada semiótica, es la disciplina que estudia los signos. Esta
disciplina fue propuesta por Saussure, quien la definió como la ciencia que debe estudiar el
funcionamiento de los signos en la vida social. Un poco después el
norteamericano Pierce comenzó a hablar de semiótica, que definió como la ciencia de los signos y
de las propiedades de los sistemas que estos forman.
Un signo es algo que se percibe por los sentidos y evoca una cosa diferente de sí misma, o sea, es
cualquier cosa que se percibe sensorialmente y que posee un significado para quien lo percibe. La
semiología tradicionalmente distingue tres tipos de signos:
Iconos: es aquel que muestra un parecido con la realidad que evoca, con lo que representa.
Indicios: aquel que tiene una relación causa-efecto con aquello que representa, de modo que el
signo sirve para reconocer algo a partir de él.
Símbolos: son signos que no cumplen ninguna de las cualidades anteriores, sino que
simplemente presentan una relación convencional o arbitraria con aquello que representan.
Los símbolos mas dados son los signos lingüísticos, los cuales se agrupan formando sistemas que
son un conjunto de signos. Así pues el signo es la unión del contenido con la expresión.
Los códigos o sistemas de comunicación son los conjuntos que forman signos y las reglas para
combinar esos signos y que se destinan a la transmisión de información entre un emisor y un
receptor mediante la producción de mensajes. Haremos una primera clasificación general de los
códigos de comunicación:
Humanos: son los que usamos los seres humanos para comunicarnos; dichos códigos pueden
ser de dos tipos:
No humanos: son los códigos que emplean los animales para comunicarse entre sí.
Naturales, código humano y códigos animales. Pertenecen a la naturaleza del ser que lo usa.
Los códigos de comunicación se dan en todos los seres animados, y los rasgos que comparten
todos esos sistemas de comunicación naturales son:
Carácter congénito; nacen con el organismo que los emplea, van en sus propios genes.
Códigos Articulados: son aquellos cuyos signos pueden descomponerse en otros signos
menores.
Códigos con Stand By: es aquel que permite dejar en suspenso una secuencia de signos
para introducir otra secuencia, después de la cual se recupera la primera.
Códigos icónicos: aquellos sistemas cuyos signos tienen un parecido con aquello que
representan.
Códigos simbólicos: en estos no hay motivación real, ningún parecido o similitud entre el
signo y lo que este representa, sino que su relación se establece de forma convencional y
arbitraria.
según su contenido:
Códigos analógicos: aquel que permite expresar los puntos intermedios entre dos
contenidos.
Códigos digitales: no tienen la posibilidad de marcar los puntos intermedios entre dos
contenidos.
Códigos secundarios: son los que crea el hombre para sustituir el código primario.
Lo primero que hemos de decir es que “acto comunicativo” es cualquier proceso por el cual se
emplea un código para transmitir una determinada información.
Competencias lingüísticas
El ser humano es social y requiere del desarrollo de competencias para interactuar con otros
utilizando un lenguaje común. Se entiende que las competencias lingüísticas son las habilidades
adquiridas y desarrolladas que garantizan el uso eficiente de las reglas gramaticales de una lengua.
Por lo general las personas adquieren conocimientos básicos sobre su idioma materno en el
entorno familiar, pero corresponde a la escuela formarlas para garantizar el uso apropiado del
idioma.
Dicha competencia nos permite compartir con otros: ideas, pensamientos, sentimientos y
emociones, trascendiendo la simple fórmula “emisor-mensaje-receptor”.
La comunicación lingüística es una de las primeras competencias que debe contener todo
currículo de la enseñanza primaria. Con ello es posible obtener una mejor comprensión de la
realidad, mejorar la comunicación oral y escrita, así como tener una mejor organización del
pensamiento y, por tanto, una mejor comunicación.
En el ámbito de la enseñanza las competencias lingüísticas son la base para el desarrollo cognitivo
porque permiten ampliar el potencial de las personas para el aprendizaje. Desde este
planteamiento, el lenguaje se convierte en el medio a través del cual el alumno piensa y aprende,
por tanto desde el nivel preescolar los docentes deben implementar estrategias que incentiven en
los niños:
La expresión de lo que piensan o entienden, compartiéndolo con otros por medio del
lenguaje.
Si bien se sabe que las competencias del lenguaje son un conjunto de conocimientos que permiten
producir y comprender oraciones gramaticalmente correctas, esto nos indica que es un campo
relacionado con el lenguaje.
Para el autor Chomsky (1965), las competencias hacen posible que todo ser humano
pueda hablar de forma innata incluso crear mensajes que nunca había escuchado, por lo que se
deduce que las competencias lingüísticas ayudan a, por ejemplo, aprender una segunda lengua o,
a escribir.
Es importante que los estudiantes conozcan cuáles son las competencias lingüísticas más
importantes a fin de que puedan desarrollar competencias comunicativas, lo cual también les
ayudaría a tener una mejor competencia lectora.
Las tres grandes competencias que se perfilan desde la comunicación son:
La argumentativa
La interpretativa
En cuanto a la interpretación, esta es importante sobre todo al momento de escuchar, ya que que
es un sistema de reglas que permite inferir expresiones posibles y está relacionada con la lectura,
la semiótica y la hermenéutica.
La propositiva
Respecto a la proposición, esto permite que se formule un nuevo sentido en las acciones de
refutación y confrontación o en las alternativas de solución ante un texto, discurso o la crítica.
La escucha
La conversación
Las competencias siempre serán las que permitan la interacción verbal de los individuos, sin
importar el contexto así como también están vinculadas con la lectura y la escritura. Así como
conocer una nueva lengua también requiere de las competencias porque permite explorar las
estrategias expresivas y ganar mayor interacción social, las competencias en el ámbito linguistico
permiten y fomentan este desarrollo en cualquier lengua.
ÁMBITOS DE LA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA
La lectura
La competencia lectora está relacionada con el fomento de la lectura en el aula, pues por medio
de ella los sujetos comprenden y se relacionan en la sociedad. Muchas de las cosas que
conocemos lo hacemos a través de los libros.
El habla y escucha
En cuanto a la competencia para hablar y escuchar, esta es imprescindible en la sociedad en la
cual vivimos, ya que podemos relacionarnos y transmitir mensajes a través de la lengua. Es por ello
que los alumnos deben aprender a escuchar y comunicarse de manera óptima ante cualquier
persona.
Composición textual
Sobre la competencia en la composición de textos, esta se refiere a la habilidad para crear textos
escritos de diferente carácter, siendo igualmente relevante que los estudiantes desarrollen una
capacidad de producir textos fluidos, entendibles y donde las ideas sean expresadas de una
manera óptima.
Además de lo señalado, también existe una competencia que es plurilingüe y pluricultural, debido
a la diversidad lingüística que impera hoy día, pues en un aula pueden coexistir varias culturas, lo
cual no debería representar un obstáculo para el aprendizaje.
En lingüística, se conoce como variedad lingüística o modalidad lingüística a cada una de las
distintas formas que adquiere una lengua natural o idioma, dependiendo del contexto
geográfico, social y etario en que sus hablantes la utilizan. Es decir, hablamos de las variaciones
significativas que sufre una lengua dependiendo de las condiciones objetivas de cada hablante.
El término variedad se utiliza para referirse a cualquiera de estos casos, entendiendo que son usos
que difieren de la norma ideal, la cual existe sólo como una abstracción o un patrón genérico, pues
ninguna persona habla en “neutro”, sino que se expresa a través de la variante que le corresponde
de acuerdo a las relaciones geográficas, sociales y culturales que determinan su lugar de
enunciación, o sea, desde “dónde” habla.
Así, desde un punto de vista concreto, toda lengua o idioma se materializa a través de un conjunto
más o menos grande y más o menos dispar de variedades lingüísticas que le son propias.
- Fuente: https://concepto.de/variedades-linguisticas/
Así como una misma especie diverge con el paso de los siglos si se encuentra separada
geográficamente, hasta dar origen a dos especies totalmente distintas, algo similar ocurre con la
lengua. Comúnmente se llama dialectos a estas variaciones significativas de una misma lengua
que tienen lugar en regiones geográficas determinadas, y que no consisten (aún) en lenguas
diferenciadas, sino en modos diferentes de hablar una misma lengua.
Sin embargo, si tomamos en cuenta que todo hablante de una lengua necesariamente pertenece a
una geografía, y por ende habla un dialecto, podemos concluir que en realidad la suma de los
dialectos son la única manifestación concreta, material, posible de una lengua. Esto es, nadie habla
la lengua “universal”, desvinculada de rasgos dialectales en su pronunciación o su léxico.
Así, existen dialectos más cercanos (que presentan menor diferenciación) y que por lo tanto son
fácilmente comprensibles entre sí, mientras que hay otros que ya se han alejado tanto el uno del
otro que es imposible que sus respectivos hablantes se entiendan del todo, teniendo a menudo
que acudir a “préstamos” más “universales” para llegar a un terreno común.
Esto es lo que ocurre, por ejemplo, entre la inmensidad de variantes del español, que difieren
sustancialmente entre lo hablado en México, Colombia, Argentina, Puerto Rico y España, por citar
sólo algunos casos extremos.
Aunque los cambios son sustanciales y reconocibles, un grupo de hablantes formado por personas
de cada uno de estos países podría entenderse sin demasiada dificultad, aunque con ocasionales
tropiezos. En cambio, la distancia que media entre los dialectos del italiano es tan grande, que en
muchos casos constituyen prácticamente lenguas separadas.
Si la lengua varía de una geografía a otra, también es cierto que lo hace en una misma ubicación,
pero dependiendo de los sectores sociales a los que se refiera, dado que no todo el que vive en
una misma región, por ejemplo, habla de manera idéntica.
En esto último influyen factores como la clase social y el nivel educativo, la procedencia étnica, la
profesión o la pertenencia a determinados circuitos sociales específicos. Así, a cada una de dichas
variantes se las puede considerar un sociolecto, o sea, una forma específica de hablar de un
circuito social o un grupo estipulado.
Estos sociolectos suelen diferenciarse bastante entre sí, aunque siempre se hallan inscritos de
alguna forma en la variante regional del idioma, es decir, son compartimientos dentro de la
variante geográfica, que se refieren a un área muy específica y local de la sociedad. Por ejemplo,
una tribu urbana puede manejar su sociolecto, o lo puede hacer también la clase popular, o
incluso la comunidad carcelaria (eso que se llama “la jerga delincuencial”).
Desde cierto punto de vista, las variedades cronológicas de una lengua son en realidad un tipo de
sociolecto, es decir, una especialización de la categoría anterior, dado que las personas de un
rango de edad tienden a hablar parecido, pero sólo si pertenecen a la misma comunidad
geográfica y al mismo circuito social.
Esto es lo que ocurre cuando se habla de “la manera en que hablan los jóvenes”, por ejemplo, o
cuando se identifica un determinado modo de habla con una generación específica. Cada uno de
ellos se considera un cronolecto posible.
Esta clasificación más específica tiende, sin embargo, a presentar ciertos rasgos homogéneos a
partir de la masificación del Internet y las redes sociales, que al superar enormes distancias
geográficas a través de comunidades virtuales y telemáticas, permite la construcción de un
cronolecto más uniforme entre los jóvenes usuarios de cierto tipo de aplicaciones o ciertos
circuitos de la llamada cultura 2.0. Los memes son un buen ejemplo de ello.
Existen otras formas más específicas de variantes lingüísticas, generalmente útiles para el estudio
profesional de la lengua o de las sociedades, por parte de lingüistas, antropólogos o sociólogos.
Algunas de ellas pueden ser:
Variedades diacrónicas, aquellas que se relacionan con el cambio lingüístico a través del
tiempo, o sea, que permiten el estudio de cómo el idioma ha ido mutando con el paso del
tiempo, conforme el uso se va imponiendo a la norma. Es lo que se hace al estudiar el
español medieval y cotejarlo con el moderno, por ejemplo.
Variedades minoritarias o ecolectos, aquellas que son practicadas por un grupo muy
reducido dentro de una comunidad lingüística, como puede ser una familia o un grupo de
amigos, o de compañeros de trabajo.
Para empezar debo tener claro el concepto de qué es lingüística, para poder encausar mi enfoque
analítico. Es por eso que entiendo ésta como la ciencia del lenguaje encargada del estudio de la
lengua como medio de comunicación y como sistema de signos, con el fin de conocer su
naturaleza y estructura.
Entendido el concepto en esos términos, puedo entrar a tratar de hallar la relación entre la
lingüística y la semiología: la primera con el signo lingüístico y la segunda con el signo en general.
Teniendo en cuenta la teoría lingüística de Saussure, se percibe que éste consideraba a ésta como
una parte de la semiología. La lingüística se sitúa dentro de una ciencia más general (la semiología)
que, según el autor, estaría centrada en el "estudio de la vida de los signos en el seno de la vida
social". Para éste, la lingüística no sería más que una parcela, sin duda, privilegiada, de otra ciencia
más amplia que trataría de los signos: la semiología. "La tarea del lingüista es definir lo que hace
de la lengua un sistema especial en el conjunto de los hechos semiológicos" (2).
* La semiología es una ciencia cuyo objeto es el estudio general de todos los sistemas de signos;
como tal, engloba a la lingüística, según la propuesta de Saussure. Roland Barthes, por su parte, la
considera como la parte de la lingüística que tiene por objeto el estudio de las grandes unidades
significantes del discurso.
*La semiótica, tal como lo propuso Pierce, es la ciencia encargada de del estudio de los signos,
similar a la semiología propuesta por Saussure.
*La semiología estudia el signo, y éste es un concepto de la lingüística, que también es una ciencia
relacionada con el análisis de la actividad humana.
*La lingüística, cuya tarea fundamental consiste en esclarecimiento de la relación entre significado
general de un signo verbal y su contexto, se relaciona con la semiología porque el problema
lingüístico es fundamentalmente semiológico, y todo sistema semiológico se coimplica con el
lenguaje.
*Las reglas encontradas por la semiología servirán se podrán aplicar a la lingüística, según el
proyecto de Saussure.
Se encontrarían más relaciones en que la semiología estudia todos los posibles sentidos
transmitidos a través del lenguaje, a nivel de las estructuras profunda y superficial.
También porque la semiología ayuda a estudiar los signos a nivel lingüístico; teniendo
implicaciones evidentes con la gramática, especialmente con la sintaxis, la semántica, la fonética,
la morfosintaxis,. etc.
Las investigaciones en el campo de la semiología han mostrado que esta ciencia, altamente
formalizada, se distinguen tres ramas, a saber: la pragmática (todo estudio que considera a los
sujetos como hablantes); la sintaxis (relaciones formales entre los signos, con dependencia de las
personas que hablan y las relaciones con las cosas significadas); y la semántica (estudia las
relaciones entre el signo y la cosa significada, sin referencia ninguna a los hablantes).
Con respecto a la semántica "es necesario aclarar que no siempre el término Semántica tiene en el
mundo científico contemporáneo el mismo significado. En las nuevas investigaciones lógicas
aparece una nueva ciencia, la Semiótica, que es la teoría de los signos..." (4). La semántica es
componente importante en la lingüística, y por tanto de la semiología.
Su relación es evidente en el análisis literario porque nos ayuda a encontrar el sentido profundo
de las lecturas. Igualmente, se patentiza como complemento o auxiliar para entender el uso del
lenguaje; y al profesor le sirve en la enseñanza de la escritura y la comprensión e interpretación de
textos.
En conclusión se puede señalar que los diversos autores consultados sobre el particular, coinciden
en afirmar que la lingüística es una rama de la semiología, especialmente Saussure; y al depender
la primera de la segunda, indiscutiblemente debe existir una relación.
REFERENCIAS
1. BIBLIOTECA SALVAT DE GRANDES TEMAS. Revolución en la lingüística. Salvat editores,
Barcelona, 1973, página 58.
2. SAUSSURE, Ferdinad de. Curso de linguística general. Planeta-Agostini, Barcelona, 1985, pág. 30.
3. Ibídem.
BIBLIOGRAFIA
BELTRAN, M. H. Elementos formales de la investigación. USTA, Santafé de Bogotá, 4a. ed., 1985.
CARDENAS P., Alberto, y BELTRAN M., Héctor. Introducción a la semiología. USTA, Santafé de
Bogotá, 1996.
Los signos naturales comunican ideas en forma espontánea. La risa y las nubes oscuras son signos
naturales. Los signos naturales también se llaman indicios: el humo es indicio de fuego, la fiebre es
indicio de infección, las arrugas del rostro son indicios de envejecimiento.
Los signos artificiales son creados con la intención de comunicar algo. Son signos artificiales el
alfabeto, el sistema braille o las señales de tránsito como el paso de peatones.
Fíjese, el paso de peatones es un signo artificial, pues esas líneas paralelas dibujadas en las calles
de las ciudades fueron inventadas con la intención de indicarnos que las personas que vamos
caminando debemos cruzar la calle por ahí. Otro signo artificial es el signo lingüístico, del que nos
ocuparemos en el siguiente apartado.
SIGNOS NATURALES.
Sonaquellos que existen en la naturaleza independientemente del ser humano. Los signos
naturales no son creados por el hombre, pero sí son interpretados por éste. Se clasifican en:
Indicios, Síntomas y Huellas.
Indicios.
Son informaciones aparentes sobre algún fenómeno natural; ejemplo: humo = fuego, nubes grises
= lluvia.
Síntomas.
Son fenómenos que manifiestan un trastorno funcional o unalesión; ejemplo: fiebre = infección.
Huellas.
Son vestigios de un fenómeno material o concreto; ejemplo: Marcas de pies sobre la arena.
SIGNOS ARTIFICIALES.
Son producidos conscientemente por el hombre con el propósito de comunicarse con otros.
Transmiten una información. Los signos artificiales se dividen a su vez en lingüísticos y no
lingüísticos, incluyendo entre los primeros los sistemasverbales (los que sustituyen a partir de
ellos: escritura, mor se, braille, etc.) de carácter natural o tradicional, (las lenguas o idiomas).Los
signos artificiales no lingüísticos son creados por el ser humano. Se clasifican en: Señales, Íconos,
Símbolo.
La primera gran división corresponde a los signos naturales que se diferencian de los signos
artificiales. El rasgo diferencial entre ellos es la no participación directa del hombre en la creación
de estos signos (naturales) y la participación directa en la creación de dichos signos (artificiales).
En ambos casos el hombre lo interpreta, pero no siempre los crea, ya sea como actividad
consciente o inconsciente. Los signos naturales reciben también la denominación de indicaciones
o índices. Así el humo como indicio de que hay fuego, las nubes como indicio de lluvia, las arrugas
de la cara como síntomas de envejecimiento, etc.
Los signos artificiales se dividen a su vez en lingüísticos y no lingüísticos, incluyendo entre los
primeros los sistemas verbales (los sustitutivos a partir de ellos: escritura, morse, braille, etc.) de
carácter «natural» o tradicional, es decir, las lenguas o idiomas.
Los no lingüísticos o signos propiamente dichos, que se oponen a los verbales (base de todo el
proceso de la comunicación humana), se dividen en, señales, símbolos e iconos. Los primeros
influyen —dice Schaff— de una manera o de otra sobre la voluntad de los individuos mientras que
los otros sólo actúan de forma mediata.
Con esta clasificación no está muy de acuerdo Reznikov, quien cree que todos los signos son
fenómenos materiales que actúan directamente sobre los órganos de los sentidos. El disparo de
un cohete como señal de ataque o la luz roja de un semáforo para impedir el paso de personas o
vehículos, son señales.
Los símbolos se diferencian, a su vez, de los signos icónicos por tres características:
Los códigos no lingüísticos se dividen en código no lingüístico visual, código no lingüístico gestual
y código lingüístico auditivo. Código No lingüístico Visual. Se transmite a través de la vista. Para
captar el mensaje, el receptor debe ver la señal que el emisor le envía.
- Código: Sistema de señales o signos que se usan para transmitir un mensaje, por ejemplo, el
inglés, el castellano, el código Morse, el sistema braille, las señales camineras, entre otros. -
Mensaje: Es lo que se quiere transmitir. Se refiere al contenido de lo que el emisor comunica al
receptor.
Uno de los primeros modelos en hablar sobre las funciones del lenguaje lo tenemos en el
caso del de Karl Bühler, modelo de 1918. Este lingüista postuló que solamente existían tres
funciones:
Estas tres funciones se pueden dar mediante signos no lingüísticos y, como decíamos,
solamente la función referencial es específicamente humana, puesto que solo las personas
podemos describir de forma objetiva una situación real o hipotética. Las otras dos también
se dan en la comunicación animal, puesto que otras especies pueden emitir sentimientos
(mostrar miedo, tristeza, hostilidad...) y órdenes y mandatos (alejar a un intruso en su
territorio por medio de ladridos, insinuarse sexualmente para emparejarse...)
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/funcioneslenguaje.htm
Amador, José Carlos Castillo (30 de noviembre de 2018). «Guía UNAM - Funciones de la
lengua». Guía UNAM. Consultado el 27 de marzo de 2020.
Jakobson, R. (1963). Essais de linguistique genérale. París: Minuit, 1963.
UNIDAD III. El párrafo
El párrafo es una estructura o unidad organizativa del texto escrito. Su función es distribuir el
contenido o información global de un mensaje en segmentos más pequeños.
El párrafo es visualmente reconocible. Se presenta como una serie de líneas delimitada por la
mayúscula inicial y el punto y aparte.
La organización del texto en párrafos es de suma importancia para la escritura y para la lectura:
por una parte, facilita a quien escribe la organización y fluidez de sus ideas; por otra, contribuye a
la comprensión, seguimiento y memorización por parte del lector.
Dicho de otro modo, el párrafo tiene importancia tanto para la producción como para la recepción
de un texto.
Un párrafo, también llamado parágrafo (del griego παράγραφος [parágraphos], y este de παρα,
«próximo, semejante», y γραφος, «escritura»), es una unidad comunicativa formada por un
conjunto de oraciones secuenciales que trata un mismo tema. Está compuesto por un conjunto
de oraciones que tienen cierta unidad temática o que, sin tenerla, se enuncian juntas. Es un
componente del texto que en su aspecto externo comienza con una mayúscula y termina en un
punto y aparte. Comprende varias oraciones relacionadas sobre el mismo subtema; una de ellas
expresa la idea principal.
“parrafo” en Wikipedia
La estructura superficial es de carácter gramatical y está constituida por una oración temática
(llamada también oración directriz) y unas oraciones subtemáticas.
Estructura del párrafo: coherencia y cohesión
Como ya se dijo, el párrafo es una unidad de sentido. Esto ocurre cuando las oraciones que lo
componen se concatenan y jerarquizan de manera lógica en torno a un mismo tópico. Conforman
así un bloque o paquete de contenido.
La organización del contenido de cada párrafo constituye su coherencia interna o local. Y esta
descansa en la cohesión, que es la adecuada articulación gramatical de las palabras y de las
oraciones.
Por otra parte, los párrafos tienen una función conjunta: desarrollar el contenido de la unidad
mayor en la que participan, el texto. Esto se produce por la secuencia lógica de las ideas
contenidas en cada párrafo.
El entramado de contenido que crea el conjunto de los párrafos constituye la unidad de sentido
del texto, llamada coherencia externa o global.
Párrafo de introducción
Párrafos de desarrollo
Párrafos de conclusión
Focalización de ideas
Introducción
La primera aproximación
Se escribe al final del proceso.
Va despues de haber terminado el cuerpo del discurso.
Marcados de texto
Presentación de texto.