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AUTOBIOGRÁFICO
Hacia una Inserción de las Actas Judiciales Como Parte del Corpus Autobiográfico
afirmaciones sobre el rol del artista en respuesta a ciertas críticas recibidas posteriores a
dirección sobre el tipo de lectura que se debe hacer sobre tal obra. Una especialmente
versa, en tiempos en que los autores se han convertido en más que figuras públicas,
sobre la no presencia del escritor en su obra: “Mostrar el arte, ocultando al artista: tal
el orden victoriano el espacio de separación entre vida y obra se volvía bastante acuoso
de la juventud en clave autobiográfica mientras que para el escritor era más fácil acuñar
la frase muere joven y deja obra. Obra que debía hablar por si misma en las esferas
artísticas. Obra que quizá jamás provocaría la autodefensa literaria de Wilde en una
posible autobiografía, pero que, dadas las circunstancias, tuvo que ser defendida en una
corte y posteriormente, un siglo y un año después para ser más exactos, tal defensa ser
1
Oscar Wilde, El retrato de Dorian Gray, Editorial Norma, Bogotá, 2001, p. 9.
publicada en Los procesos contra Oscar Wilde2, para que los interesados en el autor
lean como una autobiografía aquello que debió morir al ser escuchado.
Los procesos contra Oscar Wilde quizás es más que una autobiografía común y
consigo mismo, encontramos que -según Paul de Man, citado por Nora Catelli- el sujeto
enunciado allí es revelado “tan sólo como retórica, como una figura, una emergencia de
la postulación de la identidad entre dos sujetos: un autor que es una firma y que se
declara a la vez (en tanto que narrador y segundo sujeto) objeto de su propia
tenue sospecha sobre la veracidad de todo lo dicho. Mientras que las actas del proceso
contra Oscar Wilde, al no ser concebidos dentro del espectro de lo literario, llevan sobre
pretende hacer cumplir la ley. Con lo cual, al pasar al plano de lo literario, tales actas
serán apreciadas por quienes leen las palabras enunciadas por el propio Wilde como
Pero ubiquemos dicho texto. Los procesos contra Oscar Wilde presentan la
transcripción de los tres juicios que enfrenta el escritor cuando primero demandó al
posteriormente giraría radicalmente dando lugar a dos juicios más en su contra, acusado
llevarían a la cárcel. El libro tiene una introducción general que narra el arco del
2
Ulises Petit de Murat trad., Los proceso contra Oscar Wilde, Editorial Valdemar, Madrid, 1996.
3
Nora Catelli, En la era de la intimidad. Seguido de: El espacio autobiográfico, Beatriz Viterbo editora,
Rosario, 2007, P. 225-226.
otros) y notas de los autores en cada proceso en los que, basados en la biografía de
hechos que se le acusan en los que se señalan distintos momentos de la vida de Wilde.
Wilde el que más espacio ocupa, aunque también se encuentran las declaraciones de sus
defendiéndolo. Así, tenemos que todo el libro gira alrededor de una misma materia, un
“yo” claramente identificable con el nombre de Oscar Fingel O´Flahertie Wills Wilde:
Lo primero para pensar que dicha obra sea leída como material autobiográfico es que su
“sistema cada vez más complejo y más independiente de las influencias externas […]
por la legitimidad cultural”.4 Este sistema con una lógica específica está dotado de una
consagración intelectual y artística tales como las academias y los salones […] y
también las instancias de consagración y difusión cultural, tales como las casas editoras,
los teatros, las asociaciones culturales y científicas, a medida, asimismo, que el público
Confesiones, las cuales serían el modelo del género en la modernidad. De esto se podría
inferir que entre la autonomía del campo intelectual, totalmente fortalecido por la
4
Pierre Bourdieu, “Campo intelectual y proyecto creador” (1966), en “Campo de poder, campo
intelectual”, editorial Montressor, Buenos Aíres, 2002, P. 11.
5
Ibid. P. 11
ascensión de la burguesía después del derrocamiento de las monarquías europeas, y la
diversidad de públicos que acogen a los autores que escriben sus autobiografías hay una
estrecha relación. Sin embargo, apuntamos a señalar que el campo intelectual, así como
campo y eso explicaría una de las razones cruciales por las cuales diversos editores6
Con un público interesado en leer uno de los momentos más cruciales de la vida de su,
Plantean Del Prado, Bravo y Picazo en Autobiografía y modernidad literaria que “es
que por un lado lo han encumbrado [al autor] y por otro destruido”.8 Afirman que hay
un doble motor óntico y epistemológico en el autor con el que “han ido surgiendo cuatro
historicista (autor como cadena genética en que es efecto de elementos anteriores a él);
6
Bibliografía sobre Oscar Wilde en http://www.nndb.com/people/459/000022393/bibliography/,
consultado en marzo de 2011.
7
En http://law2.umkc.edu/faculty/projects/ftrials/ftrials.htm se encuentran distintos juicios reconocidos
por sus hechos o por los personajes públicos a los que implica, incluido el de Wilde. También está el de
Sócrates, pero no hay nada de otro reconocido juicio que implicó vida y obra del autor, el que se llevó a
cabo a Flaubert tras la publicación de Madame Bovary.
8
Javier del Prado Biezma et al., Autobiografía y modernidad literaria, ediciones de la Universidad de
Castilla-La Mancha, Cuenca, 1994, P. 192.
9
Ibid.
b)una epistemología materialista (el autor “trabajó un texto” y éste es independiente a él
cosmogonía de un determinado momento histórico (lo que para este caso sería desde la
toma de nota del primer día del proceso contra Queensberry, el 3 de abril de 1985, hasta
como propone H. R. Jausse y entendido como “un sistema de relación objetivable de las
expectativas que nace para cada obra de la comprensión previa del género, la forma y la
10
Ibid. Pp. 192-193.
11
Ibid. p. 193.
12
Hans Robert Jausse, La historia de la literatura como provocación de la ciencia literaria (1967), en La
historia de la literatura como provocación, Editorial Península, Barcelona, 2000, P. 163.
dandy intelectual que –de la misma manera que en sus obras- desafía a su sociedad y
careos judiciales. ¿De qué otra manera un texto muerto y archivado, copiado in situ, en
apariencia no estético, revive y produce efecto? Pues entendiendo que al publicarse Los
procesos contra Oscar Wilde se convierten y viven como una obra que exige “una
coralidad y para satisfacción de los estructuralista14; autor que, sea dicho, no hace falta
Y sin embargo, no es difícil sentir que dada la composición oral del juicio estamos ante
un texto sobre Wilde relatado por Wilde. Así, la búsqueda que hace el lector en Los
procesos contra Oscar Wilde está marcada por lo que Del Prado, Bravo y Picazo y Nora
Philippe Lejeune. Con ellos podemos decir que dichas actas traen una fuerte presencia
presencia del autor Oscar Wilde. En el nivel textual del campo temático, comprendido
respecto a algún concepto a alguna realidad básica”,16 que es constante en todos los
textos del autor y que se puede considerar matriz o clave de su universo imaginario,
13
K. Kosik citado por Jausse. Ibid., p. 153.
14
Sobre la autoría de Los procesos contra Oscar Wilde nos referiremos más adelante.
15
Del Prado Op. Cit., p. 208.
16
Ibid., p. 208. Los autores precisan que el concepto de tema lo emplean en el sentido y contexto de la
obra de Bachelard.
encontramos que en Los procesos contra Oscar Wilde el autor está obligado a
reflexionar sobre los temas de su obra, especialmente el de la relación del artista con su
sociedad:
El señor Carson [abogado de la fiscalía]: ¿Digo bien al decir que usted no cree en las
consecuencias que puedan crear la moralidad o inmoralidad [en el público]?
Wilde: Naturalmente, no creo.
En lo que concierne a sus obras, ¿asume usted la pose de no estar preocupado por la
moralidad o inmoralidad?
No sé si usted está usando la palabra “pose” en un sentido particular.
Esta es, en todo caso, una de sus palabras favoritas, ¿no es así?
No asumo ninguna pose en este asunto. Al escribir una obra de arte o un libro estoy
pensando exclusivamente en la literatura, esto es, en el arte. No estoy haciendo ni el
bien ni el mal, estoy tratando de hacer algo que tenga alguna calidad de lo bello.
Escúcheme bien, señor. Esta es una de las Frases y filosofías para el uso de los
jóvenes que usted ha aportado al público: “El mal es un mito inventado por la gente
buena para dar razón de la curiosa atracción que pueden ejercer ciertas personas”.
¿Cree que esto es verdadero?
Rara vez pienso que algo de lo que escribo sea verdadero.
¿Dijo usted “rara vez”?
Sí, dije “rara vez”. Pude haber dicho “nunca”. Las cosas que escribo “nunca” son
verdaderas en el sentido habitual del término “verdadero”.17
En el nivel textual del campo intertextual, el cual “remite, desde la materia anecdótica
diversos momentos en los que Wilde evidencia su formación y parte del origen de sus
lecturas:
En el nivel textual del campo enunciativo, entendido como “una «sequedad» sintáctica
[…] la prosodia cortante y precisa”,20 lo entenderemos como lo plantea Bajtín:
Esto nos permite señalar nuevamente que dentro del marco jurídico, las actas recogen lo
dicho literalmente en el juicio y operan como certificado oficial de los puntos que se
discuten, bajo la presunción de que quienes participan del juicio juran decir la verdad.
En esto, es más que tácito recordar que, como aclara Bajtín, los enunciados tienen autor
y que el carácter dialógico del juicio sitúa a Wilde enunciando en primera persona tal y
como aparece textualmente recogido en el libro. Asumamos entonces que Los procesos
contra Oscar Wilde en estos puntos cumplen las condiciones del espacio autobiográfico
y que los lectores que buscan en este libro una autobiografía la encuentran gracias a las
presencias del yo-autor de Wilde esparcida en los diversos niveles del texto. También
hemos señalado aquí el papel que juegan los editores para hacer participar al libro
dentro del campo intelectual planteado por Bourdieu. Así, en la tríada de significación
aceptamos su participación en el campo estructural del libro. Para este caso, los editores
de Valdemar organizan dialécticamente el material de las actas, sin olvidar que lo hacen
«Relato retrospectivo en prosa que una persona real hace de su propia existencia,
cuando pone el acento en su vida individual, concretamente en la historia de su
personalidad» […] afirma que para que haya autobiografía, es preciso que exista
identidad entre el autor, el narrador y el personaje principal, para terminar expresando, a
modo de corolario, que: «El pacto autobiográfico es la afirmación en el texto de esa
identidad que remite en última instancia al nombre del autor en la cubierta del libro»
[…] De donde se deduce, al mismo tiempo la extraordinaria importancia que le concede
21
Mijail Bajtín M, El problema de los géneros discursivos, en Estética de la creación verbal, editorial S
XXI, México, 1990, p. 280-281.
Lejeune a la figura del lector, como pieza clave en este proceso de escritura.22
Nos recuerdan Del Prado, Bravo y Picazo que Lejeune en 1975 amplía y matiza sus
opiniones iniciales, pues “las reglas del contrato, tributarias como tantas cosas de la
Historia, no son siempre explícitas ni fijas”,23 lo que abre una rendija dentro del marco
teórico de Lejeune para lo que entre lo que ya hemos expuesto. Además, Del Prado,
Bravo y Picazo proponen también a los editores como actores de este proceso:
Si bien nos los presentan como actores que pueden sacar a cualquier texto del espacio
editorial Valdemar y Los procesos contra Oscar Wilde, quienes con este libro, como
aclaran:
Oscar Wilde amaba hasta el delirio al Oscar Wilde joven, brillante, ávido de todo lo que
alimenta al mundo. Cuando comenzó a dejar de serlo, tuvo que matarlo. Se valió de los
otros, de los que, para su eterna vergüenza, le situaron en lo más espeso del desprecio y
el insulto. De cómo sucedió esto, hablan, horrible, minuciosamente, las páginas que
siguen.24
Y sin ser un libro que Oscar Wilde se propuso escribir, queda plasmado como una
propuesta autobiográfica, pues al estar Wilde obligado a declarar sobre su actuar, pensar
y sentir emerge como un yo verdadero, tal y como plantea Leonor Arfuch: “aquel que
22
Del Prado, Op. Cit., Pp. 212-213.
23
Ibid., p. 214
24
Ulises Petit de Murat, en el prologo de Los procesos contra Oscar Wilde, p. 13.
el abismo de una singularidad que la sociedad vendría a avasallar, si no justamente en