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Tema 1.

Introducción

1.1 Los condicionantes naturales

El medio físico ha condicionado las posibilidades económicas de los diversos y regiones. Claro está que el grado de
desarrollo económico alcanzado por cada uno de ellos no ha dependido exclusivamente o principalmente de las
condiciones naturales. La lista de naciones que, siendo ricas en recursos naturales, no forman parte del grupo de
economías más avanzadas es muy larga. Es igualmente fácil invocar casos de éxito económico de países muy pobres en
recursos naturales (por ejemplo Japón). Consideraremos a continuación cinco aspectos fundamentales a tener en cuenta.
Los condicionantes físicos tienen que ver con la situación de atraso económico de España en relación a Europa
Occidental, pero los condicionantes condicionan, no determinan.

• La situación geográfica de la península


La localización de la Península dentro del continente europeo es singular. Dos fuerzas contrapuestas:
I. La propensión al aislamiento: posición muy excéntrica de la Península dentro del continente europeo. Está en
un extremo, alejada del corazón de Europa y la franja del territorio que hace unión está atravesada por los
Pirineos, una cordillera que supone una formidable barrera natural. Esta distancia ha dificultado las relaciones
económicas y comerciales con Europa.
II. Estímulo a la relación con el exterior: es el puente natural de dos continentes (Europa y África) y también
entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico. Una situación estratégica para que sus pobladores mantengas
relaciones con otros pueblos por vía marítima. Dispone de casi 4.000 kilómetros de costa, sin contar los
territorios insulares. Además el litoral sudoccidental español se inscribe en uno de los circuitos de navegación
natural del océano Atlántico, marcado por la dirección de las corrientes marinas y los vientos dominantes. Se
comprende que Portugal y España ejerciesen un liderazgo arrasador en el descubrimiento y conquista de África
Occidental y de América.

• El relieve y las comunicaciones


Domina una gran plataforma central, la Meseta. La Meseta está aislada de las dos grandes depresiones litorales –La del
Ebro y la del Guadalquivir- por dos notables cordilleras –Sistema Ibérico y Sierra Morena- . Entre la Meseta y el litoral
cantábrico se interpone la Sierra Cantábrica. A su vez la meseta está dividida en dos partes por el Sistema Central.
El territorio español se caracteriza por un relieve muy abrupto y accidentado, esto dificulta enormemente las
comunicaciones de la España interior con la exterior, así como de unas regiones geográficas con las otras.
Las vías de transporte y comunicación han debido acomodarse al tortuoso relieve, debiendo cruzar sistemas montañosos
el movimiento de personas y bienes se realiza con lentitud y costes muy elevados. De ahí que no haya existido un
mercado interior integrado hasta mucho más tarde que en la mayoría de países europeos.

• El clima y la hidrografía
Pluviosidad: En España llueve más en los períodos más cálidos, impidiendo una mayor rotación en los campos,
situación que podía ser solucionada por el regadío, pero el relieve montañoso no lo ha permitido.
Temperaturas: Cuando llueve menos la temperatura es más alta. En el interior hay un clima muy extremo.
Grado de insolación: Determinado por la latitud.
• El suelo y los aprovechamientos agrícolas
Esencialmente árido. Esto permite cierta especialización. Necesidad de vías de comunicación para el intercambio:
litoral > especialización agraria.
En algunas zonas como el valle del Guadalquivir podría existir el regadío, pero la estructura de la tierra no lo hacía
interesante para sus propietarios (latifundistas).

• La riqueza y la pobreza del subsuelo


España no posee petróleo, pero si recursos minerales como hierro, plomo, cobre y mercurio, necesarios para la
revolución industrial. Pero está falta de recursos como el carbón.
Tema 2. El siglo XIX

2.1 El crecimiento demográfico y urbano

La población casi se ha cuadruplicado entre 1800 y 2000, el aumento demográfico ha ido acelerándose
progresivamente. Los problemas demográficos de las dos primeras décadas del siglo XIX están bien identificados:
- Período bastante catastrófico, combinación de guerras exteriores e interiores, grave crisis agrícola y epidemias.
Esta etapa nefasta fue seguida por otra de signo opuesto (el número de habitantes se acrecentó casi un 40%) gracias a:
- La reforma agraria liberal y la difusión de nuevos cultivos. El desarrollo de una economía capitalista consiguió
una evolución en la cantidad de alimentos producidos que pudo dar sustento a una población sensiblemente mayor.
Pero a mediados del siglo XIX se había agotado la capacidad de seguir ampliando la producción de alimentos al ritmo
de las décadas anteriores, consecuencia → la expansión demográfica retornó a las tasas del siglo XVII
No será hasta el siglo siguiente cuando España entrará en un crecimiento demográfico intenso y sostenido. Aunque
nunca conoceremos en España una explosión demográfica como la que vivieron otros países europeos.
¿Cuál es la causa de la moderación y gradualidad del crecimiento de nuestra población? → El retraso de la transición
demográfica. (2 factores)
1. Hasta finales del siglo XIX la tasa de mortalidad se mantuvo a niveles muy altos.
2. En cambio, la tasa de natalidad no sobresalía de manera especial.
Consecuencia→ España se situaba a la cola de los países europeos en crecimientos vegetativo. (en torno al 0.5%,
mientras en la mayoría de países europeos rondaba el 1%)
La verdadera variable explicativa del mediocre crecimiento demográfico español anterior a 1900 es la mortalidad. ¿Por
qué fue elevada hasta tan tarde?
• Por la influencia de los factores principales que inciden en una situación de subdesarrollo económico:
I. Dieta alimenticia insuficiente y deficiente (el atraso de la agricultura provocó carestías extremas de los
alimentos básicos)
II. Insalubridad de las viviendas
III. Grandes carencias en la higiene privada y pública.
• Estos factores contribuyen a la transmisión de enfermedades infecciosas (gente mal alimentada, poca higiene
en las calles).
• Además: las administraciones públicas no invirtieron lo suficiente en redes de agua corriente y alcantarillado;
en servicios sanitarios; vacunación preventiva de las principales enfermedades causantes de la mortalidad
infantil, como al viruela.
La esperanza de vida al nacer nos muestra como España se mantuvo casi al margen de los progresos realizados por
otras naciones en la lucha contra la muerte. Ésta era en los españoles en 1960-1887 de unos 29 años, mientras la
esperanza de vida de la mayoría de países europeos había alcanzado o superad los cuarenta años.

2.1.1 La transición demográfica

• Las poblaciones de régimen antiguo se caracterizan por soportar altas tasas de mortalidad y natalidad y, como
resultado, un crecimiento vegetativo sumamente débil.
• En las poblaciones modernas las tasas vitales son extremadamente bajas, por eso el crecimiento natural de la
población es igualmente reducido e incluso inexistente.
• Todas las sociedades acaban pasando del primer estado al segundo, según nos muestra la experiencia histórica.
• En el proceso de tránsito “transición demográfica” la tasa de mortalidad se reduce drásticamente (1- caída y
desaparición de la mortalidad catastrófica 2- paulatina disminución de la mortalidad ordinaria, especialmente
la infantil.). La tasa de natalidad se ajusta con retraso al declive de la mortalidad (control masivo voluntario de
la fecundidad)
• El desfase temporal que se registra entre la caída secular de ambas tasas es lo que provoca el crecimiento muy
fuerte de la población.

La transición demográfica en España se inicia en el último decenio del siglo XIX cuando dio comienzo una tendencia
de descenso continuado de la tasa de mortalidad. El inicio secular del descenso de la tasa de natalidad acaeció casi
simultáneamente, aunque no de forma tan intensiva.
La reducción de la fecundidad aparece vinculada al importante avance en el proceso de urbanización de la población y a
la desagrarización vivida por la sociedad española en el período de entreguerras.

2.2 Las transformaciones agrarias

2.2.1 La Reforma agraria liberal

La acción legislativa liberal tenía como objetivo central liquidar la “propiedad imperfecta”, ya que de acuerdo con los
principios del liberalismo económico, solamente un régimen de propiedad individual de los factores de producción en el
que sus titulares tengan libertad ilimitada de uso y disposición de tales factores garantiza una adecuada asignación de
los recursos, y, por tanto, un aumento sostenido de la producción y el bienestar económico. Debían transformas
profundamente las raíces jurídicas de la propiedad agrarias del Antiguo Régimen, al ser ésta generalmente una
propiedad compartida, no individual y en muchos casos vinculada o amortizada.
Para que pudiera producirse un cambio había que llevar acabo múltiples acciones audaces y ambiciosas que a
continuación analizamos.

• La desamortización
La desamortización consistió en la apropiación por parte del Estado de las tierras pertenecientes a la Iglesia y los
municipios. Tras haber sido nacionalizadas (declaradas bienes nacionales) y una vez tasadas, se procedió a su venta en
púbica subasta al mejor postor. Por lo tanto no se produjo una confiscación sino una expropiación (salvo en la
desamortización de Mendizábal). El estado indemnizó a los antiguos propietarios, aunque por una cantidad que éstos
consideraron insuficiente.
¿Cómo se efectuó, en concreto la desamortización? Al hablar de desamortización debemos emplear el plural. Fueros
promulgadas varias leyes desamortizadoras, cuatro de ellas de gran importancia:

1. La decretada en 1798 por Godoy (aún vigente el absolutismo): Se restringió a una fracción reducida del patrimonio
de las instituciones religiosas.
2. La legislación aprobada en 1936 por el gobierno presidido por Mendizábal: Tuvo un alcance general sobre las
tierras e inmuebles del clero regular.
3. La ley desamortizadora de 1941 bajo la regencia de Espartero: Tuvo un alcance general sobre las tierras e
inmuebles del clero secular.
4. La desamortización general promulgada en 1855 vinculada a Pascual Madoz (ministro de hacienda que presentó el
proyecto).: De carácter casi absolutamente general al declarar nacionalizados y en venta todos los bienes, con excepción
de que no perteneciesen a personas físicas o sociedades mercantiles. La ley Madoz significó esencialmente la
privatización del patrimonio de las instituciones civiles.

La desamortización fue muy duradera (1798-1917) por la resistencia de absolutistas y liberales más conservadores y el
proceso desamortizador no tuvo un desarrollo regular ni gradual. Se concentró en dos etapas 1936-1844 y 1855-1867,
en medio de ambas se sitúa la década moderada en la cual el proceso avanzó lentamente por la oposición del partido
moderado en el poder.
Pero, ¿qué motivos empujaron a los gobernantes liberales a desamortizar?:
1. Creencia en el axioma “propiedad colectiva equivale a ineficiente utilización de los recursos”. Privatizando los
bienes, irían a parar a manos de quienes sabrían explotarlos de forma eficaz y racional ya que habían invertido
su capital (influencia de la obra de Adam Smith)
2. Desamortización entendida como medida fiscal, un medio para obtener recursos extra.
3. Finalidad política: atraer al bando de la revolución a la masa de beneficiarios. Se buscaba ampliar los apoyos
sociales del régimen y debilitar la base económica de la Iglesia.

¿Se cumplieron los tres objetivos? → Sí, aunque con matices.


1. La liquidación de la propiedad colectiva no fue completa y se mantuvieron como bienes municipales una parte
de los de aprovechamiento comunitario, pero se desamortizaron incluso bienes que la legislación no incluía
como privatizables. (resultado positivo)
2. Dos teorías:
I. Las principales leyes desamortizadoras de la primera mitad del siglo XIX permitían que los bienes
nacionales fuesen pagados con títulos de la Deuda por su valor nominal. Dado que el valor de mercado de
tales títulos estaba muy por debajo de la par, el estado obtuvo muchos menos fondos con las ventas de lo
que podría haber sacado si hubiese exigido el pago en metálico. (resultado negativo)
II. Con los fondos llegados se pudieron financiar algunas guerras, los gobernantes consiguieron amortizar una
cantidad considerable de la Deuda acumulada. De modo que la desamortización contribuyó a sanear la
Hacienda y a restablecer su crédito. Además, el pago en activos depreciados vino a representar una
compensación a la estafa infringida durante largo tiempo por parte de un Estado que incumplió
repetidamente los compromisos con sus acreedores. A medida que la cotización de la Deuda aumentó, la
Hacienda pudo refinanciar la Deuda y pagar a sus tenedores. (resultado positivo)
3. Se extendió la base social del régimen, fue decisivo para ganar las guerras civiles (a los carlistas) y afianzar el
sistema político (resultado positivo)

Los efectos de la desamortización sobre la economía real:


 La desamortización no modificó sustancialmente la distribución de la propiedad. El patrimonio inmueble de las
familias estaba en correspondencia con su riqueza.
 La desamortización intensificó la polarización social existente en el mundo rural, empujando a las familias
campesinas más pobres hacia la asalarización o la simple miserabilización.
 Gracias a la desamortización se amplió muy considerablemente la superficie de cultivo y se contribuyó de
forma importante al aumento de la producción agrícola PERO no estimuló el progreso técnico (este estímulo
depende de muchos factores)

• La abolición del régimen señorial


Este cambio jurídico-institucional implantó unos derechos de propiedad capitalista en el mundo agrario. El régimen
señorial consistía en que los señores ejercían funciones gubernativas y jurisdiccionales sobre quienes habitaban en sus
dominios señoriales. Los señores reconocían a los campesinos establecidos en sus dominios el derecho a cultivar las
tierras a cambio del pago de un censo.
Los liberales querían hallar una fórmula de abolición de la propiedad feudal que posibilitase la transmutación de la
aristocracia terrateniente en una clase de propietarios indistinguibles de los de origen burgués.
La abolición del régimen señorial dio como fruto una redistribución a gran escala de los derechos de propiedad de la
tierra entre los principales agentes sociales afectados. Pero, a cambio, pudieron conservar y ensanchar los derechos de
propiedad sobre la tierra y el campesinado fue expoliado sin recibir a penas nada a cambio, excepto algunas
excepciones en la Comunidad Valenciana y Cataluña. Es decir, la abolición del régimen señorial se llevó a cabo de la
forma más beneficiosa para los intereses de los señores.

• La desvinculación: Suspensión de Mayprazgos


En la España del Antiguo Régimen la vinculación del patrimonio de las casas nobiliarias, mediante la figura
institucional del mayorazgo garantizaba la perpetuación del mismo. En 1841 se promulgó una ley que puso fin a esta
institución feudal. Esto comportó un cambio en la naturaleza de los derechos de propiedad, pero no una transferencia en
la posesión de dichos bienes. Tal transformación jurídica no perjudicó a la nobleza.

• La suspensión del Diezmo


El diezmo fue abolido legalmente en 1837. Aparentemente eso representó un éxito para los agricultores –que
conseguían retener una parte mayor de la producción- y significó un grave quebranto económico para la Iglesia. Pero la
realidad fue distinta, al promulgarse en 1841 una ley que suprimía definitivamente el diezmo a la par que instauraba la
partida presupuestaria llamada de culto y clero, destinada al sostenimiento económico de la Iglesia, lo cual hizo
necesario aumentar la presión fiscal.
Consecuencias:
 El campesinado no sacó ningún beneficio claro de la supresión legal del diezmo. Ahora en vez de pagar en
especia pagaba en dinero (impuestos).
 Los cultivadores se vieron forzados a comercializar en mayor grado su producción → Factor positivo para la
modernización de la agricultura.
 Por lo tanto, la abolición del diezmo coadyuvó con las otras medidas de la reforma agraria a elevar en nivel de
comercialización de la producción agraria.

• Abolición de la Mesta (1836)


Una de las acciones legales más importantes fue la eliminación de la Mesta y sus privilegios. Esta institución medieval,
defensora de los intereses de los propietarios de las cabañas de ganado trashumante, había condicionado durante siglos
el aprovechamiento de enormes extensiones de tierra. Los propietarios de las tierras de pasto de los ganados arrendadas
ancestralmente por la Mesta habían perdido su capacidad de control de las mismas. Volvieron a recuperarla finalmente
en 1836, cuando la ley convirtió el antaño todopoderoso Honrado Concejo de la Mesta en Asociación General de
Ganaderos del Reino, privándole de capacidad de mantener en arriendo tierras en contra de la voluntad de sus
propietarios.

2.3 El desarrollo industrial

El sector téxtil: A partir del segundo tercio del siglo XIX empieza a dar sus pasos la industria moderna. Industria muy
concentrada. En 1860 el 80% del algodón está destinado a Catalunya, que llegaría hasta el 95%.
Claves del éxito catalán:
- Las mismas que Gran Bretaña. Las ventajas de ser el primero.
- Entre 1830-1860 Catalunya destruyó el resto de centros textiles del Estado.
- Se produjo una concentración de capitales, mano de obra, iniciativa empresarial, junto a ello un medio agrario
relativamente próspero.
- Junto a esto la protección fue fundamental.

1814-1833: Recuperación de la industria textil del gran shock que produjo las pérdidas coloniales. Período de
recuperación.
1834-1860: Gran período de expansión, caracterizado por la importación de maquinaria.
Primera fábrica, La Bonaplata (1833) de Barcelona. A finales del período la hilatura está totalmente mecanizada y la
tesitura en parte. Aumento de la producción debido a:
○ Desplazamiento de las otras zonas industriales textiles a Catalunya. Lino y cáñamo en los años 30 era aún un
producto importado. Este desplazamiento se debió a una reducción de costes.
○ Primeras materias más baratas.
○ Reducción precio mano de obra por la mecanización.
○ Contrabando importación del algodón.
1861-1869: Expansión frenada a finales de siglo. Caída de importaciones por la Guerra Civil americana.
1870-1889: Una vez pasado esto, la industria sigue creciendo pero con unas tasas más moderadas. ¿A qué se debe?:
○ Déficit energético: Carbón malo y caro.
○ Respuesta empresarios catalanes: al principio la industria estaba en la zona litoral. La respuesta será
trasladarse a los cursos de los ríos (Ter y Llobregat) en las nuevas colonias textiles, utilizando mano de obra rural,
menos organizada sindicalmente. Se conseguía así menor conflictividad social.
○ También se debía importar carbón
○ Debilidad demanda interna mercado español. Capacidad de compra muy limitada.
○ Cuello de botella para el aumento de la producción textil.
○ Respuesta: crear empresas pequeñas y poco especializadas, junto a la demanda de una política proteccionista

2.3.1 La construcción del ferrocarril

Hacia 1840 España tenía una oferta de medios de transporte terrestre extremadamente deficiente. Confluían unas
condiciones físicas adversas, el atraso económico y el mal estado de las finanzas públicas. El relieve y el clima
condenan al país a no tener vías de navegación interior. Por otra parte, la red de caminos y carreteras españolas
presentaba gravísimas carencias. → Sistema de transportes ineficiente, era muy costoso transportar personas y
mercancías.
Los primero proyectos de líneas ferroviarias en España fueron en la década de 1830, pero la primera iniciativa que llegó
a buen puerto fue la línea de Barcelona-Mataró, inaugurada en 1848. Antes de su materialización, el gobierno quiso
dar entrada a la era del ferrocarril estableciendo (1844) un ordenamiento legal regulador que pretendía impulsar la
construcción del ferrocarril.
Características de este modelo:
- La inversión y gestión correspondía al sector privado, mientras que el Estado se reservaría la regulación de la
actividad ferroviaria. Dado que el Estado no estaba en disposición de financiar una infraestructura tan costosa,
se cedía al sector privado su construcción y exportación.
- La compañía concesionaria de una línea férrea tendría derecho a su explotación durante un largo período (99
años) a cambio de asumir el coste de su construcción.
Resultado de la legislación:
- La legislación ferroviaria de 1844 no dio los frutos esperados.
- A los diez años de su promulgación sólo se habían construido 400 kilómetros de vía, ante los 5.000 de Francia,
los 7.000 de Alemania o los 11.000 de GB.
- ¿Qué es lo que falló?
• Fallaron los recursos financieros. Una economía relativamente pobre como la española tenía un nivel de
ahorro interno demasiado bajo para poder financiar por sí misma una red ferroviaria nacional.
• El capital extranjero resultaba imprescindible, pero éste no acudió porque los incentivos ofrecidos por la
legislación a las compañías concesionarias (cesión gratuita de terrenos públicos, derecho a la expropiación
forzosa, exención fiscal absoluta, exención arancelaria) no compensaban la debilidad de la demanda
potencial de transporte ferroviario. (¿Quién lo usaría?)
El panorama cambió al ocupar el poder los liberales que aprobaron La Ley general de ferrocarriles de 1855:
- Establecía el trazado de la red básica.
- Dejaba sentado el principio según el cual las compañías concesionarias podrían obtener apoyo financiero del
Estado. Recibirían dos clases de subvenciones: una cantidad proporcional al presupuesto de la obra y otra que
aseguraría un rendimiento al capital de las acciones desembolsado mientras no comenzase la explotación
comercial.
- Además durante 10 años 1855-1865 las concesionarias podrían importar libres de impuestos todo el material
necesario para la construcción del ferrocarril. ( se fijó un plazo para que se acelerara el proceso)
- Consecuencias:
• La ley ferroviaria de 1855 abrió la puerta a la construcción a gran escala.
• El tendido de la red alcanzó una longitud próxima a los 5.000 kilómetros en 1865, España consiguió
casi todas las regiones y principales ciudades.
• Queda de manifiesto que la gesta no habría sido posible sin la afluencia masiva de capital extranjero.
(Sobre todo procedió de Francia).

2.3.2 Letargo y esplendor de la minería y déficit energético

El medio siglo comprendido entre 1840 y 1890 es el período en el cual España participa en la carrera por la
industrialización no ya reformando las instituciones y la legislación, sino abriendo su economía a los productos y
capitales foráneos e incorporando las innovaciones tecnológicas desarrolladas por los países más avanzados.
En el segundo tercio del siglo arrancó la revolución industrial, pero el crecimiento industrial perdió fuerza antes de
haber transformado profundamente la economía.
El proceso de industrialización que estaba experimentando las grandes economías europeas, en especial Gran Bretaña y
Francia, generó una demanda exterior de materias primas y de alimentos. Entre el 50 y el 60 por cien de las
exportaciones españolas se dirigían a estos dos países.
Los principales productos de exportación variaron a lo largo del período: destaca el afianzamiento del vino como
principal producto (tanto el común como el Jerez). También aumentó la exportación de metales y minerales: al principio
sobre todo el plomo.
Pero, ¿por qué se produjo un tardío despliegue de la minería? Dos factores principales:
• Uno es de carácter legislativo. La ley que reguló el sector hasta 1868 fomentó el minifundismo empresarial al
imponer dimensiones reducidas a las demarcaciones. La ley era además fuertemente estalista, se fundaba en el
tradicional principio precapitalista de que el subsuelo pertenecía a la corona (podía retirar la concesión
otorgada a agentes privados para su explotación). Además una excesiva presión fiscal contribuía a
desincentivar el desarrollo minero. → La actividad extractiva se llevaba a cabo de manera poco eficiente ya
que los subarrendatarios no estaban en condiciones de hacer las inversiones necesarias.
• Por el lado de la oferta: faltaba capital y tecnología y por el lado de la demanda: se carecía de un mercado
potente y dinámico.
Por lo tanto, las exportaciones de otros minerales no empezaron a ser relevantes hasta que la ley minera de 1868
convirtió las concesiones mineras, hasta entonces temporales, en cesiones a noventa años. La década de 1870 registró
así un auge minero en el que cobraron protagonismo, además del plomo, el cobre y el hierro. (Minerales de la I
industrialización, de los que España tenía una dotación favorable)
– Cobre. La expansión exportadora hay que relacionarla con la entrada de dos empresas de capital británico
en la explotación de los riquísimos yacimientos de la provincia de Huelva: Tharsis (1866) y Río Tinto
(1873). El cobre era utilizado para los cables eléctricos y además se obtenía también ácido sulfúrico,
esencial para la industria química.
– Hierro no fosfórico. Las principales minas se sitúan entre Bilbao y Santander, se utilizaba para la
construcción de maquinaria, material ferroviario, etc.
– Mercurio. Gran relevancia de los yacimientos a Almadén en Ciudad Real.
– Plomo. Minas en Linares (Jaén y Murcia), se utilizaba para la construcción de las cañerías que
transportaban el agua.
– Carbón. Minas en Asturias y el norte de León, pero era carbón de baja calidad y poco competitivo en el
mercado exterior, por eso no solamente no se exportó, sino que se importó.

Pero. ¿Por qué motivos se produjo una inflexión tan brusca? ¿Qué provocó un crecimiento tan espectacular y sostenido
de la producción? Se modificó el marco legislativo. La nueva ley minera de 1868 supuso la liberalización y
privatización de la minería, “desamortización del subsuelo”. Al ponerse a la venta las concesiones mineras surgieron
capitalistas dispuestos a invertir en el sector.
1. El estímulo fue externo, y de fuera también sería los protagonistas y principales beneficiarios.
2. Crecimiento totalmente inducido desde el exterior.
3. Los extranjeros aportaron la tecnología, el capital financiero y humano (dirección empresarial y técnica).
4. Las mayores compañías mineras afincadas en España –Rio Tinto y Tharsis- figuraban entre las empresas más
importantes de Gran Bretaña, economía más grande el mundo en aquel momento.
5. La iniciativa empresarial extranjera movilizó en masa los minerales del subsuelo, pero no para abastecer el
mercado interior, muy débil, sino que los minerales fueron exportados poco menos que en su totalidad (entre el 87
y el 96 por cien de los minerales extraídos se exportaron).
6. Sólo en un caso el desarrollo minero tuvo consecuencias sobre el crecimiento de la economía española nivel
regional de tal forma que impulsara su industrialización. Este caso es el de la minería de hierro de Vizcaya, donde
los capitales autóctonos fueron capaces de participar activamente en el negocio, asociándose a las inversiones
extranjeras y formando compañías propias.

Podemos hacer dos balances del desarrollo minero en España:


 Como aspecto positivo podemos decir que, la alternativa a facilitar el acceso de los inversores extranjeros a los
recursos y permitir la exportación masiva de éstos habría sido dejarlos ociosos, al menos a corto y medio
plazo. Por lo tanto, el coste de oportunidad fue bajo.
 Como aspecto negativo, la expansión minera benefició de manera desproporcionada a los países inversores,
que, a su vez eran los compradores de los minerales extraídos. Éstos se exportaban sin ninguna transformación,
por lo que el valor añadido se generaba en las economías importadoras.

Hasta aquí la minería no energética. Ahora hablaremos del carbón: Las cuencas más importantes están situadas en
Asturias. No obstante el carbón español es escaso y de baja calidad. El carbón español es deficiente por numerosos
motivos: es de difícil extracción, la hulla contiene muchas impurezas y además la política protectora del carbón
autóctono, condenó a la industria española a soportar un importante sobrecoste energético.

2.4 Comercio interior y exterior

2.4.1 Liberalización comercial e internacionalización

En el medio siglo comprendido entre 1835-1839 y 1885-1889 las importaciones y las exportaciones crecieron
respectivamente a una tasa media anual del 3.3 y del 3.7 por 100 en valores corrientes.
El comercio exterior español registró un crecimiento vigoroso desde mediados de la década de 1850. Importaciones y
exportaciones aumentaron a fuerte ritmo hasta 1869.
Las importaciones por el arranque de la industria moderna y la construcción del ferrocarril. El creciente consumo de
insumos industriales (algodón en rama, carbón), bienes de equipo (maquinaria, maderas) y material ferroviario y la
adquisición de mayores cantidades de ciertos alimentos (azúcar, bacalao, trigo). Esto provocó un importante déficit
comercial que fue financiado con la inversión extranjera, casi en su totalidad concentrada en el sector ferroviario.
La expansión de las exportaciones se redobló en las décadas de 1870 y 1880, gracias a lo cual la balanza comercial puso
saldarse entonces con superávit.
El auge se explica en parte porque la demanda mundial tendió a expandirse fuertemente con la liberalización comercial
y por la conjunción de acontecimientos extraordinarios como fueron la explotación masiva de los recursos mineros y las
ventas fabulosas de vino ocasionadas por la filoxera (una plaga que destruyó las vides de Francia, el mayor productor y
consumidor mundial de vino, arrasando unos años más tardes los viñedos españoles).
Cabe concluir que la economía española sacó gran provecho especializándose en la exportación de productos en los que
tenía ventajas comparativas. Los cambios que tuvieron lugar en la composición de las exportaciones nos revelan un
sistema productivo flexible, con capacidad de respuesta a las situaciones cambiantes del mercado internacional. Por
ejemplo, si nos fijamos en los principales productos exportados en 1827 (aceite de oliva, vino, lana, plomo, aguardiente,
pasas, etc.) y de 1885/1889 (vino, mineral de hierro, plomo, mineral de cobre, aceite de oliva) nos damos cuenta de que
ha habido una gran renovación, por ejemplo en 1885/1889 aparecen bienes manufacturados como los tejidos de algodón
y el calzado que no aparecen en 1827, aunque seguía siendo una economía inminentemente exportadora de productos
primarios.
España no basó sus ventas al exterior en uno o en unos pocos producto, solamente en las décadas de 1870 y 1880 el
extraordinario boom exportador de vino originado por la devastación de las vides francesas, atacas por la plaga
filoxérica, condujo al sector exportador a depender en exceso de un producto
En lo que respecta a las importaciones, los principales productos comprados al exterior en 1827 eran tejidos (tejidos de
lino, tejidos de algodón, tejidos de lana, cuero, pieles, etc.) y en 1885/1889 eran materias primas y combustibles
(algodón en rama, madera, carbón), bienes intermedios (cueros, productos químicos) y bienes de equipo (maquinaria).
Vemos como se ha avanzado a uan diversificación de las importaciones, lo que es indicio de modernización económica.

2.4.2 La gran depresión agraria finisecular

Crisis triguera:
A partir de finales de la década de 1870 la agricultura europea entra en una etapa de larga crisis: la gran depresión. Esta
depresión se originó por la extraordinaria expansión del área sembrada en los países “nuevos” de colonización europea
reciente (principalmente Estados Unidos, Canadá y Australia). Pero también en países como Rusia, Argentina o Brasil.
En estas tierras los costes de producción de los cereales y del ganado eran muy inferiores. La explotación agrícola y
ganadera de estos territoritos pues posible por los avances en la tecnología de los transportes (tuvieron que invertir
primero en el desarrollo ferroviario y se desarrolló la navegación a vapor)
Cuando a partir de 1878/1879 las regiones del litoral peninsular comienzan a consumir masivamente cereales
extranjeros, por haber bajado sus precios claramente por debajo de los precios de los granos de la España interior
colocados, el campo español se ve abocado a una crisis gravísima. La consecuencia fue: más de un millón de hectáreas
dedicadas al cultivo abandonadas y centenares de miles de fincas embargadas.
Pero hay que decir que la crisis triguera estuvo atemperada, durante la década de 1880, por la simultánea expansión
vinícola.

Crisis vinícola:
Desde la década precedente (1870) los viñedos franceses sufrían la agresión de la plaga de la filoxera. El único remedio
era arrancas las vides y replantarlas con vides americanas. Francia, la principal exportadora mundial de vinos tuvo que
recurrir a importar caldos de otros países para no perder sus mercados. Francia, preocupada, impulsará un amplio
tratado de comercio con España.
La apertura completa del mercado francés provocó un verdadero boom vitivinícola (en Cataluña conocido como la
febre de l’or). Las exportaciones de caldos se multiplicaron muchísimo y animaron la extensión de la viña hasta sus
máximos históricos absolutos.
Pero cuando Francia se recuperó ya no le interesaba importar y puso aranceles, esto perjudicó mucho a los que habían
invertido en viñedos (además la filoxera llegó también a España). Y aparece ahora la producción, por ejemplo, de cavas
para intentar recuperar cuota de mercado.

Crisis de la olivera:
En 1820 era el principal producto de exportación, pero su exportación cayó en picado. No es por una plaga ni un
aumento de la producción internacional, sino por una casi desaparición de la demanda internacional.
El aceite no se vendía para consumo humano (no se podía consumir, estaba muy poco refinado), sino para servir de
iluminación (antes de que llegara la electricidad) y para uso industrial (engrasar las máquinas).
Pero cuando aparece la luz eléctrica su demanda cae muchísimo y por distintas razones los tres productos que
constituían casi el 100% de las exportaciones españolas se derrumban.

Consecuencias de la crisis agraria:


(1) La emigración transoceánica fue el fenómeno más sobresaliente de la gran depresión agraria. Los
campesinos europeos abandonaron los campos europeos para ir a cultivar los campos de ultramar (normalmente
América), donde el trabajo era necesario y recibía una retribución mayor, además de haber una gran disponibilidad de
tierra.
(2) La experiencia española es de emigración masiva. Entre 1885 y 1913 emigraron más de 2,5 de españoles,
principalmente a Argentina, también a Chile y Uruguay.

¿Cómo se intenta mejorar la situación? A través del proteccionismo.

2.4.3 El proteccionismo agrario y proteccionismo industrial

Había diversos grupos que presionaban para que se implantaran medidas proteccionistas:
• Los trigueros castellanos
• Industriales textiles catalanes
• Los siderúrgicos vascos

A estos tres grupos se acabó añadiendo la actitud del gobierno tras la negativa de Francia de la renovación del tratado
sobre las vides. Lo que acabará distinguiendo a España es la intensidad de estas políticas. En 1894 no hay ningún otro
país europeo que tenga unos niveles de protección de los cereales tan altos como España, excepto Portugal.

Las consecuencias fueron:


Negativas …
I. En consecuencia, los cereales también eran más caros en España que en ningún otro lugar de Europa. Loa
agricultores recibían una remuneración superior a la fijada por el mercado internacional.
II. La adopción de una política protectora también tuvo como efecto el mantenimiento de una agricultura
tremendamente ineficiente y atrasada. Amparada por el arancel la agricultura española aplazó las necesarias
transformaciones estructurales.
III. El viraje proteccionista de 1891 de reforzará a finales de la década, con la protección automática que
proporciona la depreciación de la peseta. La peseta no se recuperará y mantendrá su depreciación hasta 1896 y
no recobrará el valor de 1892 hasta 1906. La baja cotización de la peseta será un mecanismo protector
importante para los ingresos de agricultores, industriales y asalariados. A medida que la peseta se recupera
estos sectores se quejan y presionan para una reversión del arancel. Llegará en 1906.
IV. El arancel de 1906 tendrá un fuerte contenido industrial. Muchos más sectores de la industria solicitarán y
obtendrán su incremento de protección (“proteccionismo integral”), pero la protección indiscriminada provoca
que la protección a un sector concreto se vea neutralizada por la protección a las industrias que le suministran
los bienes que utiliza como insumos.

Positivas …
I. Estimuló el surgimiento de nuevas actividades industriales, como la producción de cemento artificial, de
material ferroviario o de diversos subsectores de la industria química. Aunque no se puede relacionar
únicamente con el arancel (tuvieron que ver la repatriación de capitales, la neutralidad de España en la I GM,
etc.)

2.5 Hacienda, Moneda y Banca

2.5.1 Moneda (Política monetaria)

Nos referimos a los tipos de cambio e interés (estables y moderados estos últimos). Sobre todo nos centraremos en los
tipos de cambio porque España empieza a involucrarse en el mercado internacional.
Las medidas que se toman en éste período:
- Se unifica monetariamente en el 1968, se implanta la peseta por Figuerola.
- Se tratan de disminuir los costes de transacción.
- Se suprimen las fronteras interiores.
- Se adopta el sistema de décimas, de pesos y medidas.

Las economías evolucionan hacía el patrón oro. España opta por estar fuera y elige un sistema fiduciario. Patrón oro: el
dinero en circulación depende de las reservas de oro que tiene el país
• Ventajas:
◦ Convertible en todos las monedas del sistema, la emisión de moneda esta relacionada con la reserva, no
aumenta la inflación.
◦ La moneda tendrá mercado en el exterior, también es bueno a nivel de precios y para el comercio exterior.
• Desventajas:
◦ Impide la política monetaria
◦ Impide devaluaciones
◦ Hace inelástica la oferta monetaria. No depende del gobierno

España opta por es sistema fiduciario, la mejor opción que podía escoger. España tenía un déficit en la balanza de pagos
por dos razones (mas flujos de salida que de entrada):
1. Parte de la deuda pública que es estado havia emitido estaba en manos extranjeras (sobretodo francesas).
Cuando es muy grande la deuda en el extranjero el estado tiene que emitir constantes flujos de salida de
intereses.
2. Fuertes inversiones en minería y hierro gracias a capital extranjero. Desamortización del subsuelo, en España
no havia ahorradores interesados en la compra, va a manos extranjeras. En primera instancia es una entrada de
capital pero a largo plazo es un flujo de salida constante..
Por temor a que la salida de oro fuera inmensa España opta por el sistema fiduciario. Patrón fiduciario: la cantidad de
moneda y valor no depende de las reservas si no de lo que hace el gobierno.

Desventajas (contrarias al Patrón oro)

- España queda parcialmente aislada, la peseta no es convertible en todas las monedas.


- Hay más riesgo de perder el crédito exterior. Detrás de la peseta no hay una reserva que de seguridad a la
moneda y eso retrae a los compradores.
- Más riesgo de inflación.

Balance Política Monetaria: Es una política estable y moderada, se opta por la mejor opción sino hubiera habido un
déficit. No hay apenas inflación. Hay déficit en 1898-99 por la guerra. A partir de 1900 se entra en un periodo estable
con Fernández Villaverde. Su gobierno tiene dos objetivos.
1. Primero evitar déficit, evitar la inflación (que la oferta no supere la demanda).
2. Después, evitar déficit exterior.

2.5.2 Hacienda (Política presupuestaria)

Elaboración de un presupuesto anual que es una previsión de ingresos y gastos para el año siguiente. El objetivo de
todos los gobiernos es que haya equidad presupostaria: que no haya más gastos que ingresos.
¿Cuál es la previsión presupuestaria? Villaverde busca el equilibrio y no aumentar el déficit de los años anteriores.

• Ingresos:
Han caído (1882-1898) ¿Por qué? Por la crisis agraria, disminuyen las rentas agrarias, y eso también hace disminuir los
ingresos. La presión fiscal es igual al tanto por ciento del PIB que el estado recauda a través de los impuestos.
1890 – 1900: Hay ingresos escasos o estancados, el gasto es creciente y todo ello provoca un déficit. Causa:
- Una baja presión fiscal (8’8%). ¿Por qué? El sistema de la Restauración esta viciado des del caciquismo.
Aunque más adelante subirá la presión, lo hará poco.
- Crisis agraria: Erosiona las rentas de los campesinos. En España afectara muchos más la crisis. El sistema de
recaudación del estado era mediante impuestos indirectos (gravan consumo), y al surgir esta crisis y disminuir
considerablemente las rentas, lógicamente el poder de compra y consumo disminuyen notablemente, por tanto
los ingresos o recaudación del estado son bajos. De ahí que la recaudación este estancada.

• Gastos:
Los gastos se disparan, uno de los factores es la Guerra de Cuba que estuvo latente mucho antes de estallar lo que fue el
conflicto en si con movimientos independentistas. Para controlarlos se envió a la flota española, hecho muy costoso
para un estado con un enorme déficit presupuestario. Principales gastos:
- Ejercito: los gastos militares son muy grandes ya que el ejercito tiene mucho protagonismo.
- Financiación de la deuda: como es estado esta endeudado no tiene dinero para financiar diferentes actividades,
para ello constantemente esta pidiendo dinero y los intereses van en aumento.
Habrá grandes desequilibrios presupuestarios hasta 1900. Las grandes demandas de la población eran: Una mejor
vivienda, pensiones, educación... en definitiva un mejor bienestar social. El déficit presupuestario no ayuda a mejorar la
situación porque el dinero prestado se canaliza a la deuda, agravada con la Guerra de Cuba.

Después de 1900: En algún momento hay cierto superávit pero es debido a unos números ficticios; en lugar de incluir
los gastos militares en el presupuesto se excluían de él, esto provocaba unos beneficios ficticios. Se provoca un cambio
de gobierno y un cambio de ministro de hacienda, entra Fernández Villaverde. Su objetivo era sanear el déficit que
consistía en realizar un plan de estabilización presupuestaria. El cambio se produce por una crisis social derivada de a
Guerra de Cuba donde se denunciaba al gobierno con aparente democracia (caciquismo), se quejan también del ejercito
de su poco preparación e incompetencia, de las corrupciones de militares y gobernantes... La opinión pública se volvió
muy critica. El nuevo gobierno es de choque, quiere acabar con el déficit. Villaverde consigue acabar con el déficit. Su
política se basaba en:
- Un mensaje de disciplina presupuestaria a la opinión pública: el gobierno se comprometió a que los gastos no
superasen los ingresos. ¿Cómo acabar con el déficit? No fue fácil. Hay que disminuir el gasto y aumentar el ingreso. Se
implanta un nuevo impuesto, pero esta vez directo sobre la renta: la contribución sobre la riqueza inmobiliaria. ¿Por qué
sobre ella? El estado quiere equidad y lo hace porque es el gran negocio de la época, las ciudades se amplían y se crean
nuevos negocios con los que se obtienen gran riqueza y no gravan. También aumenta el impuesto sobre capitales y
sociedades. La idea es aumentar los impuestos directos y la recaudación de los indirectos.

Al haber pasado la crisis agraria y producirse un traspaso de capital por el fin de la Guerra de Cuba mejoran algunas
rentas. El objetivo del gasto es reducirlo, rebajarlo. Es el 10% del PIB. Villaverde quería que dentro del gasto, sin
aumentarlo, eliminar partidas del ejercito y la deuda, y por el contrario hacer crecer las partidas en infraestructuras,
escuela pública, servicios sociales...
- Primero: la opinión pública esta en contra del ejercito, esto es bueno para el gobierno porque al disminuir los
gastos el ejercito con tanto rechazo no protesta, por eso el gobierno lo ve como un buen momento para disminuir su
gasto.
- Segundo: al perder las colonias se puede desarmar la flota y la armada, no se desmantela por completo pero si
se disminuye el número de capitanes, barcos... Pierden el sentido de su existencia.

¿Qué pasa con la deuda?


- España no tiene la intención de declararse insolvente, en bancarrota, porque de ser así y de en el futuro
necesitar prestamos nadie estaría dispuesto a prestarle.
- Le interesa pagar la deuda, renegocia con los tenedores extranjeros (quienes poseían la deuda pública) para
traer la deuda a España. Los países extranjeros saben que no van a poder cobrar el 100% por eso aceptan las
renegociaciones y acceden a cobrar solo una parte.

Esto provoca que con el tiempo la Hacienda Pública deje de endeudarse. Se garantiza que las nuevas generaciones no
tengan déficit. Se produce un saneamiento por primera vez. Se ponen las bases para un crecimiento económico, el gasto
público podrá dedicarse a hechos de bienestar social.
2.5.3 Banca (creación y crisis de la banca moderna)

Fases:
- 1782. Se fundó un banco vinculado al gobierno. Se le bautizó como Banco Nacional de San Carlos y si
principal misión era la regulación del mercado de los vales con vistas a estabilizar su cotización.
- 1782-1850. Al inicio existía una única sociedad bancaria por acciones, el Banco Español de San Fernando. Se
constituyó en 1929 como heredero y continuador del Banco de San Carlos. Al igual que se predecesor, el Banco de San
Fernando actuó como el banco del Estado, excepto durante un breve paréntesis donde se lanzó a una activa política
crediticia orientada al sector privado y mantuvo una fuerte competencia con el banco de Isabel II. Al desatarse la crisis
de 1847-1848 estuvieron a punto de suspender pagos. Lo evitó el gobierno forzando su fusión. De ella nació en 1848 el
Nuevo Banco Español de San Fernando (que en 1856 pasó a denominarse Banco de España). Había dos bancos más con
privilegio de emisión de billetes, el Banco de Barcelona y el Banco Español de Cádiz. (Se fundaron hacia 1843)
- 1850-1874. La promulgación de la Ley de Bases del Ferrocarril suscitó de inmediato el interés de la banca de
inversión francesa por instalarse en España. Según La ley de Sociedades de Crédito configurarían el sistema bancario
tres tipos de entidades: los bancos de emisión, las sociedades de crédito y las instituciones de otra índole (cajas de giro y
descuento y Caja de Depósito). Las leyes de bancos de emisión y sociedades de crédito de 1856, representaron el
Bing Bang del sistema bancario español, se crearon 18 bancos y se establecieron 35 sociedades de crédito, pero en 1866
estalló la crisis: la estructura bancaria levantada en un decenio se colapsó. La causa principal del desastre residió en la
extrema concentración del riesgo crediticio: las sociedades de crédito, y en menor medida los Bancos, volcaron sus
préstamos e inversiones en los ferrocarriles (las compañías de transporte ferroviario fracasaron). El resto de la cartera de
valores propios estaba formado por Deuda Pública (que acabó cotizando muy bajo).
- 1874-1900. En 1874 se inauguró una nueva era en la historia bancaria española con el decreto que concedió
al Banco de España el privilegio de emisión. El Banco de España financiaba al Tesoro público mediante descuentos y
anticipos, que formarían una deuda flotante, transformada periódicamente en títulos de deuda consolidada, los cuales
irían engrosando su cartera. Como contrapartida a estos activo, el Banco pondría en circulación billetes, es lo que se
conoce como la “monetización directa de la Deuda”. El monopolio fortaleció enormemente al Banco de España.
Tema 3. El primer tercio del siglo XX

3.1 De la crisis colonial a la I Guerra Mundial

3.1.1 La crisis colonial

A medida que el empuje de la demanda interior española va disminuyendo, y esto se nota después de 1882 (después del
estallido de la burbuja bursátil que coincide con la crisis agrícola y pecuaria), se buscan mercados alternativos. Las
colonias antillanas sufrirán duramente las consecuencias de este desasosiego español. La Ley de Relaciones
Comerciales con las Antillas de 1882, fija una fuerte asimetría entre la Península y las colonias insulares.
• El mercado colonial es un mercado libre y protegido para los productos peninsulares, PERO:
• Los productos coloniales deben pagar aranceles para acceder al mercado peninsular.
La iniquidad del trato acabará provocando la revuelta independentista en Cuba. Cuba no podía comprar barato en
Estados Unidos (el arancel español encarecía las importaciones cubanas), pero tampoco podía vender masivamente en
España (debía pagar de nuevo el arancel español). Las tensiones entre metrópoli y colonia no censaron de aumentar y
cuando Estados Unidos se implicó en el conflicto, España acabó perdiendo sus colonias. La guerra supuso un coste
elevado que hubo de ser financiado con recursos del propio país, una relativa inflación, una depreciación de la moneda
y un aumento de la deuda pública debido a los empréstitos que hubieron de realizarse para financiar las guerras.
Consecuencias del la pérdida de las colonias: El conocido “desastre del 98” no fue tal desde el punto de vista
económico.
Aspectos positivos:
- La pérdida de las colonias supuso una poderosa ayuda para el desarrollo de la economía española, ya que
provocó una entrada masiva de capitales procedentes de las Antillas y de otros países americanos, de los cuales los
españoles retiraron las cuantiosísimas inversiones que habían realizado a lo largo de varios decenios y, por otra parte,
por la medida del ministro de Hacienda, Villaverde, que canceló en 1899 el pago de los intereses de la Deuda en el
extranjero a ciudadanos españoles. El gran ciclo inversor de 1898-1903, conocido como el auge finisecular está
originado por la avalancha de capitales procedentes del exterior. Es precisamente en esta coyuntura cuando se forma la
gran empresa en España (ya existía la gran empresa ferroviaria y minera) en tren ámbitos fundamentales y
estrechamente vinculados: el industrial (Altos Hornos de Vizcaya, La Sociedad Metalúrgica Duro-Felguera), el eléctrico
(Hidroeléctrica Ibérica, Sociedad Hidráulica Santillana, etc.) y el financiero (Banco de Vizcaya, Banco Hispano
Americano, etc.)
- Se redujo el coste del ejército, al no tener coloniales en ultramar que defender se pudo prescindir de una
marina numerosa y de una gran flota.
Aspectos negativos:
- Caen las exportaciones. Se habían perdido importantes mercados donde se tenían aseguradas exportaciones.
- Aumento del déficit comercial al disminuir las exportaciones, esto tiene como consecuencia el cierre de
algunas empresas.
- Devaluación de la peseta (aprovechando que España no se encontraba dentro del patrón oro) que ya estaba
muy devaluada ya que, de las distintas fórmulas utilizadas para la financiación de la guerra, el recurso a la emisión de
billetes fue la primeramente aplicada, porque era la más fácilmente utilizable a corto plazo. Con la imprescindible
colaboración del Banco de España, el gobierno pudo disponer de medios de pago en cantidades crecientes a costa de la
desvalorización de los mismos La devaluación de la peseta fue un mecanismo para hacer más competitivas las
exportaciones.
- Gran proteccionismo (hasta los años 20). La emergencia de nuevos empresarios y capitalistas comprometidos
a largo plazo con la economía española dará alas a una visión más nacionalista de las políticas que hay que aplicar. Es
decir, el nacionalismo económico se refuerza gracias a la existencia, por primera vez, de una clase de grandes
capitalistas españoles. Se nota por ejemplo en la unanimidad en torno a la intensificación del proteccionismo del arancel
de 1906 o en torno a las medidas de protección extra arancelaria que se despliegan en esos años primiseculares.

Entre 1898 y 1914 la economía española no está estancada aunque crece más lentamente que el resto de Europa por
diversas casusas:
• Causas políticas: País debilitado económicamente, sin una potencia militar y que está fuera de la carrera
colonial
• Causas económicas: Queda fuera del patrón oro por lo que la divisa española no es convertible en divisas del
patrón oro y esto aunque no impide el comercio ni la inversión exterior, lo hace más difícil.

Pero a pesar del aislamiento (proteccionismo) y el crecimiento bajo hay un superávit en la balanza de pagos y un
superávit presupuestario.
En resum,
- Superávit moderado en la BALANZA COMERCIAL
- Superávit en la BALANZA DE CAPITAL
- Superávit extraordinario en la BALANZA DE SERVICIOS
Como consecuencia tendremos: Superávit en la Balanza de Pagos

Balanza Comercial:
Hay superávit por dos razones.
1. Mejoran las exportaciones por el aumento de la demanda internacional que crece sobre todo en productos que España
es capaz de producir, productos sobre todo agroalimentarios (vino, cítricos)
• Aumenta mucho la demanda de minerales porque las potencias se están rearmando y los productos mineros
son los principales exportados. Las potencias consumen todo lo que producen y además necesitan importar
más, en cambio España no tiene un mercado interno fuerte de estos productos y exporta casi todo lo que
produce. Además se abren empresas siderúrgicas.
• La peseta está muy depreciada lo que hace competitivas las exportaciones españolas.
• No se introducen innovaciones técnicas pero al quedarse fuera del patrón oro el Estado devalúa la peseta
2. Se reducen las importaciones por la política proteccionista. Tres momentos decisivos:
• Ley de relaciones con las Antillas 1882
• Arancel de Cánovas 1891 (gran viraje proteccionista).
• Arancel de 1906, que fue mal acogido porque esto suponía conservar sectores ineficintes
• ¿Por qué no fue modesto el superávit comercial? Porque sólo se exportaban productos de bajo nivel añadido,
en cambio tenía que seguir importando productos de alto nivel añadido como maquinaria, manufacturas de
hierro y acero, productos químicos, etc.) El alto nivel proteccionista tenía un efecto negativo adicional y es que
España estaba solo en esta tendencia ultra proteccionista. Su nivel de apertura era de un 20%, cuando en del
GB era de un 60%. Grado de apertura = mide el peso del sector comercial exterior en una economía: X+M/RN.

Balanza de capitales:
Entradas de capitales:
• Desde 1989 (pérdida de Cuba) hay muchos capitales repatriados, un flujo importante de ingresos.
• También hay flujos de inversión extranjera importantes: Características de las inversiones extranjeras, hay tres
fases:
a) Hasta 1850: se destina fundamentalmente a la deuda pública, fundamentalmente Francia
b) 1850 – 1890: se diversifica la demanda pública, minería y ferrocarril, las inversiones se hacen también
por parte de Gran Bretaña y Bélgica además de Francia.
c) 1890 – 1914: No hay ya compra de deuda pública (están en descrédito, no interesan). Disminuyen en
la minería y ferrocarril ya que las grandes minas están compradas. Por el contrario, aumenta la
diversificación en banca y fundación de nuevas industrias que abastecen a las ciudades: eléctrica,
agua, teléfono, química, obras públicas. Se diversifica el origen de la inversión: 50% Francia, y 50%
Bélgica, Alemania, Gran Bretaña
Salidas de capitales: Se reducen básicamente a las salidas de dividendos obtenidas por empresarios extranjeros en
España.

Balanza de Servicios:
Hay dos maneras fundamentales de que se produzcan entradas y salidas de divisas a causa de los servicios: remesas de
inmigrantes y turismo.
• El turismo en el siglo XIX no existía como tal.
• Sí que entran divisas de españoles que había emigrado a América tras la crisis agraria. En cambio no salían a
penas ya que era una economía pobre que no atraía migración.

Superávit presupuestario:
Por primera vez en la historia los ingresos son superiores a los gastos. ¿Por qué? Se produce la intervención del ministro
de Hacienda Fernández Villaverde-
La reforma hacendística de Raimundo F-V, ligada a medidas de política monetaria y presupuestaria, pretendía afrontar
los problemas de una hacienda anticuada en la estructura de sus ingresos y en práctica bancarrota. Los dos ejes son, por
tanto, modernización y saneamiento.
• Por el lado del ingreso, la principal medida fue introducir un impuesto sobre rendimientos del capital
mobiliario (rentas, salarios y beneficios), lo que completaba los impuestos sobre viene raíces (contribución) y
consumos de la reforma de 1845.
• Por el lado del gasto: se produjo una reconversión de la deuda, (reduciendo intereses) lo que moderó el peso de
ésta en el gasto público.
• Además se redujo muy notablemente el gasto militar, al haber perdido las coloniales que le quedaban pudo
reducir notablemente el tamaño de su flota de marineros, capitanes, etc.

A ello se sumó una política presupuestaria de equilibrio, estabilidad y control del gasto.
Las consecuencias a corto plazo: un aumento de ingresos que unido a la moderación del gasto, obtuvo por primera vez
casi una década de superávit presupuestarios. También consiguió reducir la carga de la deuda, ya que el superávit
presupuestario se aplicó a la amortización de deuda (aunque siguió siendo elevadísimo).

3.1.2 Antecedentes de la I Guerra Mundial

Hay que buscarlos en la guerra franco-prusiana de 1870-1871 que acaba con la victoria del segundo Reich dirigido por
dirigido por Bismarck. Alemania se constituye como la gran potencia industrial y económica y pasó a interesare por el
repartimiento colonial de África liderando la Conferencia de Berlín donde se decidió el reparto colonial de este
continente. Además coincide con la segunda revolución industrial donde la industria pesada fue la gran protagonista y
en 1900 Alemania ya producía tres veces más hierro, cuatro veces más acero y siete más carbón que Francia. Esto
conlleva a que Alemania pretenda anexionarse territorios que Francia consideraba suyos (Alsacia y Lorena).
España no participará en la II GM; era un país debilitado económicamente y que no estaba en esos momentos
capacitada para participar en una guerra de tales magnitudes y luchar por convertirse de nuevo en un país colonial.
Esta situación de neutralidad beneficiará mucho a España, ya que venderá a los dos bandos. Ya hemos visto el superávit
en la balanza de pagos antes de la guerra, durante el rearme de las potencias que participarían en el conflicto. Ahora
veremos qué pasará durante la guerra y después de ella.

3.2 El impacto de la I Guerra mundial sobre una economía neutral (1913 - 1917)

Aumentan las exportaciones, sobretodo de textil y de confección. Hay un gran despliegue del ejército y es necesario
hacer uniformes para el ejército. Aunque también hay productos que ven como disminuye su demanda, considerados
productos de lujo como el vino. Analicemos la situación por sectores:
• Agricultura
En general vivió un ciclo expansivo. La producción crece un 27%, pero se distribuye desigualmente en los diferentes
sectores. Se verá beneficiada la producción del cereal. Los sectores más avanzados, la horticultura, se verá afectada. Los
beneficiados serán los vinculados a la oligarquía tradicional.
• Sector energético
Las exportaciones mineras caerán al orden del 60% por la caída de la demanda exterior y el incremento de los fletes. La
única excepción será el hierro vizcaíno que sí crecerá. Gran Bretaña tenía una industria siderúrgica más atrasada y en un
contexto de guerra se amortizan las técnicas antiguas y esto generó cierta demanda del mineral vizcaíno. El carbón gozó
de unas posibilidades de desarrollo gracias a la protección automática que Gran Bretaña dedicaba su carbón a la guerra.
Las minas españolas contarán con la posibilidad de conquistar nuevos mercados.Hubo un incremento considerable del
precio. Se multiplicará varias veces: generó dificultades a una serie de sectores pero también desarrolló el impulso de la
búsqueda de nuevas fuentes energéticas: electricidad, que ganará mercados a pasos gigantes.
• Enorme expansión de la producción industrial.
Incremento de los precios y relativamente poco en un incremento de la producción. Algunos sectores sí aprovecharon
para invertir, los más nuevos: fertilizantes, primeros electrodomésticos, motores eléctricos...
• Sector servicios
Más favorecido que la industrial.
• Sector financiero
Cierta ebullición, época de oro.

Resultados: Hubo un superávit comercial del orden de 5.000 millones de pesetas. En general la guerra supuso un
impulso notable para la industrialización del país. Aunque no se verá aumentada su eficiencia. En cierta manera el
crecimiento será artificial. La productividad del trabajo caerá en el orden del 30% entre 1910-1920.
Cuando acabe la guerra, muchas de las empresas empezaran a sentir el peso de la competencia internacional y
desaparecerán.
Fuerte crecimiento de los precios = inflación del 20%, tiene causas múltiples. No afecta a todos los productos de igual
forma, a los que más afecta es a los bienes de consumo (alimento, textil y calzado) = provoca una fuerte crisis en 1917.

Causas:
(a) Caída importante de las importaciones del exterior. Los países donde se compra destinan todos sus recursos a
la guerra. Hay un desabastecimiento del mercado. Las que llegan lo hacen a un precio muy alto.
(b) Fuerte crecimiento de las exportaciones, la parte que se debe quedar dentro va hacia mercados exteriores.

Por a) y b) el mercado español se encuentra desfavorecido, pero esta coyuntura tiene efectos positivos hacía la balanza
comercial, crea un saldo positivo. Sectores con grandes beneficios: textil, conservas, siderurgia...
Esto no beneficia a todo el mundo hay consecuencias muy negativas para los habitantes de España. Hay una bajada de
la oferta que provoca un aumento de precios. Aumento demanda = aumento de precios = falta de productos.
Respuesta de España: mantiene una oferta rígida, crece muy poco. La oferta no crece a igual ritmo que la demanda. Las
personas que viven de sus jornales ven que tiene que pagar un 20% más por los mismos productos.
Ejemplo: la sardina, alimento básico de la alimentación que casi sustituye al pan, aumentó su precio casi el doble, pasan
de 0’2 céntimos a 1 peseta porque pescarlas era mucho más costoso y además las latas son de aluminio y el aluminio era
un material utilizado como material de guerra. La flota mercantil es confiscada para centrarse en el transporte de tropas
y avituallamiento. Hay pocos barcos que se dediquen a la pesca y eso provoca un encarecimiento de los productos.
Todo esto provoca un malestar. Se aumentan los turnos de trabajo. No hay paro se vive en una situación de pleno
empleo, esto supone un uso más intensivo de las fábricas pero no es proporcional a la demanda. Aunque las jornadas
sean más altas los salarios no crecen y tienen que soportar un encarecimiento del 20% de los productos. Santiago Alba
(conservador) en 1915 intenta crear un impuesto nuevo “impuesto sobre beneficios extraordinarios de guerra”. Ya que el
estado ve nuevos focos de riqueza y hace pagar más impuestos a estos focos. Los trabajadores ven esta medida con
buenos ojos pero fracasa, el sector industrial crea una gran campaña en contra de este impuesto, muchos sectores se
oponen.
(c) Aumenta el déficit público: porque fracasa el impuesto de 1915. el estado se ve obligado a aumentar la
demanda pública. No aumenta el ingreso pero si los gastos ¿Cómo se financia la deuda pública?
(d) Política crediticia expansiva: Hay aumento de la deuda
¿Qué hace Hacienda? Una pignoración (cambio) automática de la deuda. La banca privada presta al Estado y este
promete que cuando necesiten líquido el Banco Español les cambiará los títulos de deuda.
¿Problemas? (la banca privada acepta este trato) Si necesita líquido la banca privada va al Banco Español ¿de dónde
saca el líquido? El banco español tiene el monopolio de la emisión de moneda (España no entró en el patrón oro, sino
que adoptó un sistema fiduciario, por eso puede aumentar la emisión de moneda). Se aumenta la oferta de moneda para
pagar a la banca privada.
¿Problema del sistema? Hay un desajuste en la moneda = inflación = devaluación. Este mecanismo refuerza la inflación
ya existente en España. Provoca una crisis de post-guerra 1917 = las organizaciones de trabajadores se movilizan,
organizan huelgas, agitación obrera. Piensan que la situación cambiará. Los obreros españoles ya estaban molestos
desde mucho antes.
Los salarios reales disminuyen progresivamente: salario real = Salario nominal / IPC
El salario nominal es estable pero el IPC aumenta. Caída en la dieta de los trabajadores. Los sindicatos son fuertes
ejercen mucha presión. Los trabajadores pierden las mejoras que habían conseguido. Aumenta la mortalidad las
epidemias...
Las epidemias suponen que la gente que vive de sus rentas paga un 20% que son los beneficios que el sector industrial
gana como beneficio de la guerra. Hay una transferencia de rentas de los consumidores a los productores. Perdida de
contratos con el extranjero (cuando EUA entra en la guerra), EUA tiene gran potencial militar que hace acabar la guerra.
EUA entra en la guerra porque así obtiene una posición privilegiada en los mercados europeos, proporciona alimentos,
armamento... esto hace disminuir las exportaciones españolas y el cierre de muchas empresas = aumento de paro =
descontento social. En Barcelona se provocará la huelga de la Canadiense (1919).

Por lo tanto, el resultado fue:


- Superávit comercial del orden de 5.000 millones de pesetas.
- En general la guerra supuso un impulso notable para la industrialización del país.
- No se verá aumentada su eficiencia. En cierta manera el crecimiento será artificial.
- La productividad del trabajo caerá en el orden del 30% entre 1910-1920.
- Cuando acabe la guerra, muchas de las empresas empezaran a sentir el peso de la competencia internacional y
desaparecerán.
- Para España la Primera Guerra Mundial fue positiva en el ámbito económico pero comportó un aumento
importante de la conflictividad social

3.3 Cambio estructural y crecimiento de los años 20

3.3.1 Cambio estructural

Acabada la guerra los países implicados empiezan a recuperar su estructura industrial y:


(1) Cae la demanda exterior. Las exportaciones caen en el orden de 35% entre 1919-1921.
(2) Se deprecian las monedas extranjeras en relación la peseta.
(3) Aumentan las importaciones en el orden del 35%. Déficit exterior importante.
(4) Llega la crisis → cierre masivo de empresas ineficientes marginales. Desaparecen unas 6.000 empresas.
(5) Aumento del paro.
(6) Crisis bancaria.
(7) Deflación. Al reaparecer la competencia internacional los precios inflados tienen un elemento de presión y
caen los precios.
(8) Recesión industrial.
(9) España en 1921 se encuentra al mismo nivel de 1916.
(10) La crisis no fue en España tan aguda como en los países beligerantes. Crisis distribuida sectorialmente de
forma diferente:
• Sectores más viejos se ven afectados: textil, metalurgia.
• No afectó tanto a sectores nuevos y que aprovechan elementos como la depreciación de la moneda para
ganar mercados.
• Al acabar la guerra empieza un ciclo inversor importante, que durará 10 años.
(11) Prevaleció la crisis que afectaba a sectores más viejos. Aumento conflictividad social.
(12) La respuesta de los empresarios irá en dos direcciones:
• Respuesta anti-sindical: Somatén, Pistolerismo, sindicatos amarillos. Acentuaran los sectores más
radicales del sindicalismo. Golpe de Primo de Rivera.
• Reclamará mayores niveles de protección, de manera que se inaugurará una nueva etapa.

Respuestas:
• Aranceles:
1. Barreras arancelarias, junto otros elementos: recargos especiales. Estas medidas dispersas, tomaran forma
en el Arancel Cambó de 1922.
2. Endurecimiento política arancelaria, pero matizada. Ahora era un poco más selectivo en los sectores a
proteger, la maquinaria. En realidad vio reducida su protección.
3. El arancel supuso un retroceso de más de 50 años en la política arancelaria agraria: prohibición de
exportar trigo mientras no se alcanzara un determinado precio. Favorecía a los sectores oligárquicos del
campo español.
4. Intervencionismo del Estado, a partir de la Primera Guerra Mundial. La guerra supone el fin a la época
liberal.
• Ordenación bancaria:
1. Facilita la pignoración de la deuda pública.
2. Ley de ordenación bancaria de 1921: implicó en el ámbito público que el Banco de España tuviera que
ejercer como un banco central prestamista en última instancia.
3. Función reguladora de la política monetaria. El sector privado se agrupó dentro del Consejo Superior
Bancario: política corporativista.

3.3.2 Crecimiento de los años 20

Son años de gran crecimiento. El PIB crece al 4%, y el PIB per cápita algo más del 3%. Es un momento de fuerte
expansión industrial. Distribución del crecimiento está desequilibrada sectorialmente:
● Agricultura: creció a un ritmo lento, especialmente lustrada por la producción de las grandes propiedades. No
así la agricultura más especializada cuentan con una elevada elasticidad de renta. Esos productos especializados hayan
un mercado dentro y fuera del país. A pesar de las políticas prohibicionistas, la agricultura cerealista no consignó y
necesitó exportar gran cantidad.
● Período de crecimiento industrial, pero muy focalizado a la industria de bienes de inversión (maquinaria,
electrodomésticos...) proceso de modernización. El índice de Hoffman sitúa a España en 1920 en el 5 y en 1930 en el
2,5. España entró en la segunda etapa de la industrialización.Las fuerzas impulsoras:
1. Emergencia de la demanda de bienes de inversión reprimida durante la guerra. Las empresas
empiezan a invertir.
2. Boom de la construcción. A resultas del gran proceso de urbanización se generó una demanda
creciente de construcción de viviendas. Efecto de arrastre hacía atrás.
3. Expansión de la industria eléctrica que ve aumentada su demanda.
4. Importante crecimiento de economía de escala y aglomeración. Producir más barato con
industrias más grandes.
5. Aglomeración: concentración geográfica de empresas relacionadas. La eficiencia del sistema
aumenta.
Este ciclo fue agotándose hacía final de la década y se sumaron a los efectos de la Gran Depresión. El gobierno
intentará manejar la situación, esto acabará con el régimen y el legado de la dictadura a la II República será de
inestabilidad económica. En los años 20 crece la inversión en bienes de inversión. Las grandes inversiones ya se habían
hecho y la demanda empieza a decrecer, elemento común en toda Europa. Gran Depresión iniciada en 1928. Junto a
esto se suman otros factores que acabaran por complicar la situación y que están vinculados a la política económica, que
será el descrédito de este tipo de políticas que provocará el fin de la dictadura.
- Política económica Dictadura (ministro Calvo Sotelo): En 1926 se emprenden unas reformas con diferentes objetivos
que acaban con resultados contradictorios.
• Política fiscal de gastos expansivos (obras públicas): Recurso al Banco de España. Se aumenta la presión
tributaria. Y se emite deuda pública. El recurso al crédito fue descartado. Intentó elevar la presión tributaria,
pero fracasó. La presión tributaria se elevó, pero no fue suficiente. El gasto se financió recurriendo a la deuda
pública. Durante unos años la deuda pública se ocultó. El riesgo era aumentar la masa monetaria. Durante unos
años esto funcionó, porque los bancos no pignoraron sus deudas. Sin embargo el público se empezó a dar
cuenta que la financiación del estado se realizaba de manera poco ortodoxa. En 1929 el estado manifiesta que
está en una situación crítica cancelando el programa de obras públicas de 1926.
• Política fiscal, ingresos.
• Política cambiaria: La peseta estaba en dificultadas por un déficit estructural en la balanza comercial. En 1926
la exportación española subió mucho y el tipo de cambio se apreció. Calvo Sotelo anunció su intención de
entrar en el patrón oro. Contexto de gran inestabilidad financiera. El capital especulativo empieza a entrar en
España y la peseta se aprecia aún más. Tipo de cambio desproporcionado para la peseta: peseta demasiado
cara. Se creó una comisión para el patrón-oro. La mejor solución era no tomar una decisión ya. Esto empezó a
plantear dudas al capital internacional. La peseta se depreció un 10% en 1929 y un 20% en 1930. Calvo Sotelo
fue cesado. El malestar de la clase dirigente era creciente. Progresiva pérdida de apoyos en otros cambios. La
dimisión de Primo de Rivera dará lugar a la “Dictablanda”. Camino descendiente hacia el nuevo ciclo de los
años 30, depresivo.

3.4 La crisis de los años 30 y la II República (1931 – 1936)

La República llega en un momento internacional complicado. El comercio exterior sufre una caída importante de
exportaciones. Agotamiento del ciclo expansivo. La inversión se contrae todavía más. En 1933 la producción industrial
es un 17% inferior a la de 1930, por la fuerte contracción de exportaciones, inversión y producción industrial. La crisis
de los años 30 no afectó España de una forma aguda. La industria ocupaba un papel pequeño respecto Europa. Hay un
6% de contracción del PIB en 1933.
Si cogemos el período como un todo el PIB creció en un 0,6%. La crisis fue relativamente pequeña. 1933, movimiento
de recuperación. Los años 30 son años de estancamiento.

Canales de transmisión: Relativa inmunidad que la economía española tenía respeto los canales de transmisión de la
crisis internacional:
1. Monetario. Articulación de un sistema de crédito internacional que permitió el restablecimiento de la economía
internacional. Economías conectas por el mecanismo del crédito internacional. Este mecanismo se empieza a
romper. La Banca se rompe y la crisis se transmite a través del sistema internacional monetario del patrón oro.
Estados Unidos eleva el tipo de interés para impedir la fuga de capitales, pero como el sistema monetario
implicaba equivalencia, todos los demás países se vieron obligados a subir los tipos de interés. Esto no afectó a
España porque no estaba dentro de esta red.
2. Comercial. Ante la recesión Estados Unidos aprueba un arancel fuertemente prohibicionista que agravará su
crisis. La base monetaria internacional se contrae. Afectó menos a España, porque España estaba más cerrada
al mercado internacional que el resto de países capitalistas.

Elementos endógenos:
1. Fuga de capitales. A raíz de la proclamación de la República se produce una fuga importante de capitales
españoles. Grandes propietarios y capital financiero no acogieron muy bien la noticia.
2. Políticas contractivas
3. Caída inversiones.
4. Incrementos salariales (elemento positivo).
¿Por qué duró tanto la crisis? Había elementos de carácter político. Dificultad de recuperación:
1. Expectativas de los industriales. Clima de duda y incertidumbre del empresariado.
2. Política pública (resultados contradictorios)
(a) Recesivos: Política cambiaria (la república para legitimarse adopta una política de salvaguarda de la
peseta, poniéndola cara) y Política monetaria ortodoxa (elevó el tipo de interés para mantener el tipo de
cambio. Afectó también a la inversión del país). La inversión tiene relación negativa con el tipo de interés.
El capital internacional no vino. La balanza de pago continuó con un déficit importante. La peseta siguió
depreciándose.
(b) Política monetaria contradictoria: no consiguió estabilizar los tipos de cambio. Depresión de las
inversiones.
i. Control de cambios. Limitaba los movimientos internacionales de capital. Tipo de cambio a un nivel
demasiado alto, desencintaba las inversiones.
ii. Expansivas-políticas públicas. Presupuesto inversiones públicos creció. Pudo compensar la caída de la
inversión privada.
iii. Políticas laborales. Ampliación de derechos laborales. El incremento de salarios permitió una
supervivencia fácil a las políticas de bienes de consumo.
iv. Reforma agraria.
La política económica de la II República se caracterizó por la diferencia de efectos en la economía. Años de
estancamiento económico. Años de conflictividad social creciente.

La Reforma Agraria: Debía poner remedio a uno de los grandes males del país: el latifundismo. La reforma agraria era
el símbolo de la República. Despertó grandes esperanzas pero no cuajó por la indecisión de aquella parte de la
burguesía urbana que se había dividido en dos frentes:
1. Apoyar las fuerzas del progreso social.
2. El miedo de despertar una serie de fuerzas que las hubieron barrido.
Durante los primeros meses de la República se discutió el proyecto de Reforma Agraria pero el debate se encalló.
Solamente después de la Sanjurjada se aprobó la Ley de Reforma Agraria (septiembre 1932), pero la ley adolecía de los
problemas de indecisión y los medios de avanzar demasiado.

¿En qué consistía? Declaraba expropiables una serie de tierras, con pago de indemnización, excepto algunos que podían
ser incautadas (aquellas tierras sobre las cuales la nobleza tenía la jurisdicción señorial).
La ley tenía una serie de problemas:
• El Instituto para la Reforma Agraria no contaba con una financiación autónoma y suficiente, que recaía en el
presupuesto público anual. Las dotaciones presupuestarias fueron bastante males.
• No identificaba totalmente los principales problemas. Al concentrase en las propiedades municipales, no
contemplaba aquellas tierras que ocupaban diversos municipios. Afectara a medianos propietarios.
Los sectores más populares del campesinado empezaron a desconfiar de la República. La República se hizo enemigos a
aquellos por los cuales se había puesto en pie. Hasta febrero de 1936 se habían expropiado 174.000 hectáreas. Entre
febrero y julio de 1936 el Estado expropió 712.000 hectáreas y durante la guerra civil el total de tierras expropiadas
llegó a las 4.700.000 hectáreas.

Impacto Depresión 29:


– Balanza Comercial = ↓ expo (agrarias) = ↑ paro= ↓ L
– Balanza Capital = ↓ Inversión exterior.
– Balanza Servicios = ↓ Remesas

Los gobiernos republicanos fueron los que tuvieron que afrontar la crisis, fue un momento internacional complicado.
• Bienio Progresista (1931 – nov 1933)
• CEDA (nov 1933 – feb 1936)
• Frente Popular (feb 1936 – junio 1936)

Dos peculiaridades de la crisis en España:


I. España pudo sufrir algo menos la crisis que los demás países europeos por ser algo más atrasada
económicamente –más dependiente de un sector agrario orientado al mercado interior- y menos abierta al
comercio internacional (recordemos el Arancel Cambó en 1922 justo antes de la Dictadura de Primo de Rivera
y que en 1935 el grado de apertura era sólo del 9%).
Además si tenemos en cuenta las dos vías de transmisión, queda claro por qué a España la crisis le afectó
menos:
Canal financiero: La gran depresión comenzó con el hundimiento de la Bolsa de Nueva York, el derrumbe de
la Bolsa obligó a los bancos norteamericanos, que habían prestado mucho dinero para invertir en acciones, a
recuperar sus créditos. Cuando los bancos estadounidenses reclamaron los préstamos que habían concedido, el
entramado financiero centroeuropeo se derrumbó. España no estuvo en absoluto afectada por este mecanismo
de difusión ya que había salido de la I Guerra Mundial sin deudas y una sólida posición y su sistema bancario
no estaba relacionado con el entramado de la reconstrucción financiera de la Europa Central. Tampoco el
patrón oro, que resultó ser un eficaz propagador de la crisis por introducir políticas contractivas, afectó
directamente a España ya que no formaba parte de él.
Canal del comercio exterior. Ante la recesión, Estados Unidos aprueba un arancel fuertemente prohibicionista
que agravará su crisis. La base monetaria internacional se contrae. Afectó menos a España, porque España
estaba más cerrada al mercado internacional que el resto de países capitalistas, aunque finalmente por este
mecanismo la crisis sí que afectó duramente la economía española, sobre todo a sus sectores más exportadores.

II. Pero, en cambio, en España se producían causas específicas que generaban una crisis económica. Durante toda
la corta vida de la República se vivió en un clima de permanente y creciente conflictividad, que fácilmente se
transformó en un enfrentamiento entre diversos sectores de la sociedad (obreros contra fabricantes,
nacionalistas contra centralistas, defensores de la tradición católica contra partidarios del laicismo, etc.). Este
ambiente suscitó una absoluta falta de confianza entre los empresarios e inversores que, por otra parte, no
tuvieron una actitud neutral o pasiva, sino que mostraron una hostilidad abierta hacia las políticas iniciadas por
los partidos de izquierdas.

Analicemos la situación por partes:


- Subalanza Comercial.
La crisis económica de 1929 se manifestó en España, fundamentalmente, a través del hundimiento de las exportaciones
y de la inversión (sector exterior). Ambas macromagnitudes se contrajeron aproximadamente a la mitad en tres o cuatro
años. Las exportaciones agroalimentarias bajaron mucho porque se trataba sobre todo de “bienes de lujo” (jerez, vino,
cítricos) prescindibles en estos momentos. Y, aunque en un primer momento la crisis no afectó a la industria porque no
se exportaban, finalmente llegó por el descenso de consumo y el paro.
El déficit de la balanza comercial existe durante todos los años 20, pero se multiplica por 4 en estos momentos y
España se abasteció de productos químicos, maquinaria, derivados del petróleo, etc. En cambio sus exportaciones, que
además eran de bajo valor añadido, descendieron debido a que cae la renta per cápita de los consumidores y a la política
proteccionista.

- Subalanza de capitales.
● Gran caída de la inversión exterior privada, que durante los años 20 había crecido bastante en España, y gran
gasto público.
● Además la fuga de capitales fue muy importante, alrededor del 13% de los depósitos bancarios desaparecieron.
Dos motivos:
◦ Estrategia política de grandes financieros para debilitar al Gobierno: los grandes ahorradores (como por
ejemplo Juan March) vendían masivamente sus acciones para crear pánico y confusión, así los demás
accionistas pensaban que a lo mejor disponían de información privilegiada o retiraban sus depósitos
bancarios.
◦ Pequeños ahorradores con miedo: los pequeños ahorradores tenían miedo de la posible nacionalización de
la banca por parte de los gobiernos republicanos y se llevaban su dinero a bancos extranjeros,
principalmente de Suiza e Inglaterra.

- Subalanza de servicios.
Caen las entradas de remesas de emigrantes españoles en el resto del mundo, ya que los países donde estos emigrantes
trabajaban también están en crisis y muchos están en paro (durante la crisis agraria en España no se notó tanto el paro
porque en América había mucha oferta de empleo y se produjo una gran emigración hacia este continente, pero ahora
esos países también están en crisis).
El paro provocaba un descenso del consumo paro =↓C, ya que en aquellos momentos no había subsidio al desempleo.
Veamos a continuación las políticas económicas durante la II República.
1. Anti-cíclicas. (a corto plazo, intentan solucionar problemas creados por la crisis)
No ayudaron a disminuir el impacto de la crisis e incluso lo agravaron
- Política cambiaria No ayudaron a disminuir
- Política monetaria el impacto de la crisis e incluso
- Política laboral lo agravaron.
- Política presupuestaria → Fue acertada y redujo el impacto de la crisis.
2. Estructurales.
- Reforma agraria (1932)
- Ley de Bases de la RA
- Ley de Intensificación de cultivos
- OPER

1. Anti-cíclicas:
Política cambiaria y monetaria: El respeto escrupuloso a las reglas del patrón oro se reveló como claramente
contraproducente para luchar y superar la crisis.

• Con el advenimiento de la República, la depreciación de la peseta (que venía produciéndose de forma


continuada desde 1928) se intensificó. Devaluación de la peseta en diciembre de 1931, fue una decisión muy
polémica aunque consigue aumentar las exportaciones, perjudica a importadores y consumidores, consigue
reducir muy poco el déficit comercial.
• El endurecimiento de la política monetaria practicado en 1931 y 1932 se concretó en un alza del tipo de
interés.
o Se buscó atraer capital de fuera para equilibrar la balanza de pagos, estabilizando el cambio. Pero como el
sistema financiero estaba debilitado no acudió capital exterior, la cartera de Hacienda estaba en manos de
un socialista (Indalecio Prieto) →Las cuentas exteriores no se equilibraron, además se deprimió aún más
la inversión al encarecerse el coste del capital, el fracaso hizo que se dejasen de endurecer las condiciones
crediticias
o Se mantuvo entonces como objetivo primordial la defensa del valor exterior de la peseta. En 1933 quedó
estabilizada de facto al vincularse al llamado "bloque del oro". España formó parte del último reducto de
países fieles al patrón oro, sin haber adoptado ni entonces, ni nunca, este régimen monetario.
o Importantes costes económicos (las rebajas en los tipos de interés se descartaron, perdiendo la posibilidad
de reactivar la inversión y la excesiva cotización de la peseta- mediante el control del Centro Oficial de
Contratación de Moneda- impidió la recuperación de las exportaciones.

Política laboral: Desplegada durante el bienio 1931-1933 por el gobierno de fuerzas de izquierdas.
- Fijación de salario mínimo, regulación de la jornada máxima legal, creación de jurados mixtos con funciones
de supervisión de la legislación laboral y de arbitraje entre los trabajadores y los patronos.
El objetivo era crear un marco regulador de las relaciones laborales que fortaleciera el poder negociador de los
sindicatos. Además en el campo se añadieron otras medidas:
- Ley de términos municipales (obligación de contratar a jornaleros del mismo municipio antes que a los de
fuera), creación de bolsas de trabajo, obligación de un orden en la contratación (“turno forzoso”) e incluso la
prohibición de usar maquinas agrícolas si había braceros en paro.
Consecuencias: Las iniciativas del ministro de trabajo (Largo Caballero) líder de la facción más izquierdista del PSOE
acentuaron el clima de desconfianza y agudizaron la crisis con una política que provocaba un aumento de los costes
laborales en un momento de de caída de las ventas y los beneficios.

Política presupuestaria: Durante el período de 1930-1933 el gasto público total se incrementó a una tasa del 7% anual,
en unos años en que la renta nacional tendía a disminuir. Como que la presión fiscal prácticamente no aumentó (para no
desincentivar todavía más el consumo) se produjo un cuantioso déficit presupuestario, que fue compensado con grandes
emisiones de deuda.
 Obras públicas – ferrocarril, carreteras, puertos –
 Subir el salario de los trabajadores públicos (cíclica – aumentar el consumo – y estructural – mejorar el nivel
de vida -.
La actuación presupuestaria de los gobiernos republicanos anduvo en la dirección correcta, pero el peso del sector
público era bastante reducido en la economía para poder dar grandes frutos.
En resumen: las políticas económicas llevadas a cabo por los gobiernos republicanos no consiguieron liberar al
país de vivir permanentemente –desde abril de 1931 hasta julio de 1936- en un ambiente opresivo de crisis
económica. Esto no fue por la mayor o menor habilidad de los dirigentes políticos, sino por las expectativas y
reacciones que suscitaron entre empresarios y propietarios, y asalariados los proyectos de reforma de un
gobierno dirigidos a proporcionar una distribución más equivalente de la renta y la riqueza.

2. Estructurales.
Los gobiernos formados por representantes del liberalismo progresista y del socialismo intentaron llevar a cabo políticas
de reforma para modernizar la sociedad española, en el ámbito económico, religioso, educativo, del ejército, etc. Los
sectores sociales partidarios y contrarios a las políticas de modernización se polarizaron de forma extrema en torno a
una reforma económica-social: la reforma agraria. Las reacciones que ésta suscitó desencadenaron una abierta lucha de
cases que al combinarse con otros factores políticos y sociales condujo al país a la guerra civil y al naufragio de la
democracia.
Ley de Bases (1932). Recordar que: el 97% de los propietarios poseía el 42% de la riqueza agraria. La reforma agraria
tenía que consistir en la expropiación de tierras de los latifundios y su posterior reparto, en pequeños lotes, a los
agricultores sin tierra, que eran los mismos jornaleros que cultivaban las grandes propiedades.
Aunque reforma casi no hubo, para ser más exactos, se puso en marcha con la victoria del Frente Popular ya que los
datos muestran que cuando realmente hubo reforma fue durante la guerra, en el territorio controlado por la República.
 Hasta febrero de 1936 (triunfo del Frente Popular en las elecciones legislativas) sólo se habían expropiado
164.000 hectáreas
 En los cinco meses que van desde aquella fecha hasta el estallido de la guerra civil, se expropiaron 712.000.
 En el período bélico la cifra se elevó a 4.747.000 hectáreas.
¿En qué consistía la reforma agraria?
• Establecía que las tierras serían expropiadas mediante indemnización, pero, ¿qué tierras? Las que cumplían
alguna de estas características:
o Las que dentro de cada municipio excedían unas determinadas dimensiones, que variaban según el tipo de
cultivo (de 100 a 750 ha)
o Antiguos señoríos jurisdiccionales.
o Las tierras de los grandes de España.
o Las explotaciones sistemáticamente arrendadas.
o Las situadas a corta distancia de los pueblos.
o Las manifiestamente mejorables.
• Se creó el IRA (Instituto de Reforma Agraria) para dirigir la reforma.
Limitaciones de la Ley:
• No preveía ningún sistema de financiación de la reforma.
• Se partía de la estructura de la propiedad a escala municipal, por lo tanto la gran propiedad no concentrada
territorialmente escapaba de la reforma
• Sólo computaba las tierras de cultivo, ni los pastos, ni los eriales ni los bosques.
• La ley ignoraba cualquier contrato distinto al arrendamiento, por lo que las fincas cedidas en régimen de
aparcería no eran expropiables.
• Tenía una deficiencia en la definición de las tierras expropiables que rodeaban los pueblos (los llamados
ruedos), con lo que quedaron afectadas una gran cantidad de pequeñas parcelas en tierras de latifundios, esto
provocó que se pusieran en contra de la reforma agraria una masa considerable de agricultores.
• Además los grandes propietarios contrarios a la reforma dejaron de cultivar sus tierras a modo de protesta,
provocando el aumento del paro de los jornaleros y un mayor descontento.
Además de la Ley de Bases se promulgaron otras complementarias a ésta como la Ley de Obras de Puesta en Riego en
1932 para que el Estado se hiciera cargo de la construcción de presas, canales y acequias o la Ley de Intensificación de
Cultivos.
Capas amplísimas de la población rural tenían depositadas aspiraciones muy profundas en la modificación de la
estructura de la propiedad de la tierra. Los jornaleros tenían puestas unas grandes esperanzas en los partidos
republicanos de izquierdas, pero la reforma fracasó (como ya hemos visto). ¿Por qué fracasó?
→ Contradicción de la misma ley, intentar que la tierra cumpla una función social pero desde la “legalidad
burguesa”. La constitución respetaba la propiedad privada pero matizaba que ésta tenía que tener una función
social (las tierras tenían que producir y dar empleo)
→ Los grandes propietarios y partidos conservadores (extrema derecha, monárquicos, religiosos, etc.) se unen
creando la CEDA, que ganaría las elecciones en noviembre de 1933 (con el absentismo de la masa anárquica)
y paralizaría la reforma.
→ Como no se dotó al Instituto de Reforma Agraria (IRA) de los recursos financieros para llevar a cabo
efectivamente las expropiaciones, el régimen republicano se creó muchos enemigos sin conseguir ganarse el
apoyo de los que tenían que ser los beneficiarios de la reforma.
→ El descontento y la inquietud de los pequeños y medios propietarios creada por la posibilidad de ser
expropiados y la frustración se ser las víctimas de una política agraria centrada en el problema del latifundio y
despreocupada por la pobreza generada por el minifundio.

Ahora haremos una mención a lo que pasó con la industria:


Algunos sectores se vieron específicamente afectados, por ejemplo el del acero. Porque la política de obras públicas del
gobierno fue fundamentalmente continuar la electrificación del ferrocarril, no se reactiva la demanda de acero.
El gobierno hará una política protectora del carbón (gran importancia del SOMA –Sindicato Obrero Minero de
Asturias-). Este gobierno fue el primero en favorecer a las rentas del trabajo frente a las rentas del capital. Aumentaron
los costes laborales, los salariales y los no salariales (proporcionar ropa de trabajo, seguros, etc.), esto provocó un
descenso en los beneficios de los propietarios. El gobierno quería incentivar así el consumo privado, ya que uno de sus
objetivos era aumentar la demanda agregada (C+I+GP).
Tema 4. Guerra Civil y Primer Franquismo (1936 – 1951)

4.1 La economía española durante la Guerra Civil (1936 – 1939)

La sublevación militar iniciada en el norte de África el 17 de julio de 1936 desembocó en una guerra civil. Hay razones
políticas – la disputa entre el republicanismo y el militarismo, el conflicto entre el poder de la Iglesia y el del Estado, el
reflejo en España del ascenso de los fascismos en Europa- y sociales –la violencia de los conflictos sociales, los sectores
sociales que apoyaban el Frente Popular sentían que ya había llegado la hora de una política que modificase
radicalmente la distribución de la propiedad agraria y de la renta, en cambio, algunas capas sociales sentían una
hostilidad total hacia las políticas de la coalición de izquierdas. El antagonismo político y social se agudizó hasta tal
punto que la convivencia se hizo imposible- que explican por qué se enzarzaron los españoles en tal guerra.
No hay causas estrictamente económicas, pero uno de los reflejos del deterioro extremo del clima social fue el sensible
empeoramiento de la coyuntura económica, en el transcurso de la primera mitad de 1936 la economía española entró en
franca recesión
Una vez desencadenada la guerra el antagonismo social se manifestaría sin freno. En la zona republicana el espíritu de
venganza contra los dueños provocó el asesinato o la huida de las clases altas; en la “zona nacional” las acciones de
represión practicadas por los ejércitos franquistas fueron muy brutales.
No podemos analizar la evolución de la economía española como tal ya que dejó de existir como una realidad unitaria al
quedar dividido el territorio nacional en dos partes. La división de éste provocó enormes trastornos en el
funcionamiento de la actividad económica, la consecuencia inmediata fue la ruptura de la unidad del mercado.
La España republicana y la España franquista constituyeron dos modelos económicos completamente diferentes. Por
consiguiente los examinaremos por separado.
Veremos primero cómo los insurrectos consiguieron desarrollar una economía de guerra eficaz y la República no fue
capaz de hacer lo mismo.

La España franquista tenía una serie de ventajas sobre la España republicana.


1. La organización militar estaba predominantemente de su lado, el ejército fiel a la República no tenía mando y
cayó en una situación de desorganización.
2. Las tropas de Franco controlaron, desde el primer momento, las principales regiones agrícolas. Disponer de
las tierras que producían la mayoría de las subsistencias, como los cereales, significaba garantizar la
alimentación de la población civil y las tropas.
3. Contaba con el apoyo de la mayoría de los empresarios y directivos del país. La incorporación del
empresariado contribuyó significativamente al fortalecimiento y expansión de la economía de guerra del bando
nacional.
• Florecimiento de la industria en lugares donde hasta entonces no había arraigado y florecimiento de ésta
en las áreas de las cuales se fueron apoderando las tropas franquistas.
• Los propietarios y directivos tuvieron una participación relevante en la financiación de la guerra, a través
de donaciones, créditos y contratos exteriores.
4. Contó con el apoyo muy activo de las potencias fascistas.
• Portugal, bajo el régimen dictatorial de Salazar, proporcionó su territorio. Lo que supuso una base logística
vital para lanzar, en verano de 1936, las campañas de conquista de Extremadura y Andalucía.
• La Alemania nazi y la Italia mussoliniana prestaron una ayuda militar y material inestimable a los
sublevados. Los países del Eje no sólo estuvieron dispuestos a comprar una gran variedad de productos
exportables, esencialmente materias primas, y a conceder créditos para la adquisición de armamento, sino
que enviaron grandes contingentes de soldados y aviones (especialmente aviación alemana) .La ayuda de
las potencias del eje no fue desinteresada ya que una vez acabada la guerra el retorno de las deudas
representó una carga pesada para las finanzas públicas y la economía españolas, y la reclamación de que
España se alienara con el bando del Eje tuvo costes muy altos.

A las ventajas anteriores se añadió una política económica acertada, en el sentido de que obtuvo el máximo partido de
los recursos disponibles de cara a cubrir los objetivos fundamentales de la economía de guerra.
• El Estado franquista se configuró como un poder absolutamente intervencionista.
• La dirección de la actividad económica se llevó a cabo con mano de hierro.
• Se implantó un control centralizado de toda la producción, distribución y comercio exterior, que combinado
con una represión de toda actitud de no colaboración, permitió aumentar los niveles productivos de los bienes
estratégicos
Como resultado, las autoridades franquistas pudieron usar con mucha prudencia la política monetaria, renunciando a
financiar el coste de la guerra mediante la inflación. El efectivo en circulación y los precios aumentaros relativamente
muy poco. A punto de terminar la guerra la peseta sólo había acumulado una depreciación del 27.7 por 100.

La economía de la España republicana evolucionó de forma diametralmente opuesta. La República tenía una clara
superioridad económica:
• Reunía la población residente en la práctica totalidad de las grandes ciudades.
• Disponía de casi toda la industria y agricultura de exportación.
• Tenía en su poder las inmensas reservas de oro del Banco de España.
• Contaba con una gran parte de ahorro nacional.
Pero, más importante que disponer de recursos o factores productivos es ser capaz de movilizarlos eficazmente, y la
República falló en esa tarea. No supo realizarla porque las fuerzas políticas y sociales que apoyaban a la República no
tenían como único objetivo ganar la guerra, sino también construir una economía no capitalista.
Ahora bien, existían concepciones distintas y opuestas sobre qué tipo de sistema económico debí instaurarse:
I. Los liberales progresistas no deseaban cambiar el sistema económico.
II. La postura anarcosindicalista o libertaria que era partidaria de la abolición del Estado y defensora de la
realización inmediata de la revolución.
III. La versión socialista-marxista que propugnaba la nacionalización de la industria y las finanzas, así como el
fortalecimiento del Estado en la tarea de planificación y dirección de la economía.
La realidad era más compleja, ya que en el seno de estas corrientes, sobre todo en la marxista, existían partidos y
sindicatos que defendían posiciones ideológicas y estrategias políticas diferentes y enfrentadas. Los conflictos
suscitados por todas estas diferencias más los problemas planteados por la experimentación de un nuevo tipo de sistema
económico tuvieron efectos paralizadores sobre la capacidad de acción de las fuerzas republicanas, que llevó a la
derrota miliar.
Los anteriores condicionamientos tuvieron una influencia determinante en el modelo económico de la zona republicana,
pero hay más factores que impidieron que se aprovechase el potencial económico del bando republicano:
- Pérdida o anulación del empresariado. La gestión y administración de muchas empresas y de muchas
explotaciones agrarias se deterioró gravemente al recaer sobre trabajadores inexpertos. A parte hubo problemas
en las relaciones con clientes y proveedores.
- Dificultades de abastecimiento de materias primas, armamento y alimentos para una población que era
mayoritariamente urbana ya que los aviones y los buques de guerra que combatían en el bando franquista
dificultaron crecientemente las comunicaciones.
- La partición geográfica del territorio republicano en dos zonas no conectadas y distantes implicó una
debilidad desde la perspectiva de la estrategia militar y frustró la posibilidad de que la industria pesada
asturiana y vasca pudieran suministrar el armamento que necesitaba la otra zona republicana.
- Un condicionante exterior de gran importancia fue que mientras que las potencias del Eje sí dieron su apoyo al
lado franquista; franceses, británicos y norteamericanos mantuvieron una falsa actitud de neutralidad, negando
el suministro de material bélico y la concesión de créditos al gobierno republicano ya que temían la
instauración de un régimen comunista en caso de victoria. A iniciativa de Gran Bretaña y Francia se constituyó
un Comité de No Intervención, según el cual los países adheridos al mismo se comprometían a no exportar
armas a España. Sin embargo, como que Portugal, Italia y Alemania no respetaron el pacto, la estrategia de los
países democráticos suponía una dura discriminación contra el bando republicano, el cual tuvo que recurrir a la
Unión Soviética en unas condiciones desfavorables y pagando siempre al contado y cuando en 1938 se
agotaron las reservas de oro del Banco de España, la República no pudo seguir comprando armamento. El
compromiso de neutralidad era compatible con una actitud partidista en el aprovisionamiento de bienes
estratégicos diferentes del material bélico. Así, la posición de neutralidad del gobierno de Estados Unidos no
fue obstáculo para que grandes empresas de este país apoyaran a los sublevados suministrándoles a crédito
cantidades ilimitadas de petróleo (TEXACO) y camiones (General Motors, Ford).

Como las aportaciones externas de armamento y otros bienes favorecían al bando franquista, los republicanos sólo
hubieran podido vencer si hubiesen conseguido organizar una economía de guerra altamente eficiente, en este sentido
cabe recordar la importancia de los factores mencionados al principio:
I. Los enfrentamientos entre las fuerzas políticas que mantenían proyectos socioeconómicos diferentes.
II. Las consecuencias que se derivaron de la revolución social y económica de los campos y las ciudades de la
zona republicana.

En resumen, el gobierno republicano nunca tuvo la capacidad de desarrollar una política económica eficaz porque
varios gobiernos autonómicos y regionales le disputaron las competencias en materia económica y además la
legitimidad del gobierno fue cuestionada por los partidos y sindicatos más radicales que tomaron el control de las
fábricas, las minas, las fincas, los ayuntamientos.
El gobierno central no pudo evitar que gobiernos autonómicos como el catalán o el vasco pusieran en circulación
moneda fiduciaria y ésta creció descontrolada y caóticamente. Sólo en los primeros catorce meses de guerra el efectivo
circulante en la España republicana casi triplicó (frente a un aumento el 30% en la zona nacional). Al final de 1936 la
peseta republicana se había depreciado en un 19.3%, un año después la depreciación ascendía al 75.1%. A finales de
1938 había perdido casi todo su valor (-97.6%) Los precios se dispararon sin freno (hiperinflación).
El hundimiento del sistema económico de la zona republicana tiene mucho que ver con la revolución social y
económica. Los trabajadores tomaron el mando de las fábricas y las tierras. Empresas y explotaciones agrícolas se
colectivizaron mediante la violencia y la coerción. Aunque la colectivización tuvo una intensidad muy desigual, por
ejemplo, en Cataluña y Asturias toda la industria excepto la pequeña empresa, fue colectivizada; pero en algunas
regiones la industria no sufrió a penas alteración en la forma de la propiedad. Por lo que hace a la agricultura, lo
colectivización afectó desde un máximo del 75% de superficie cultivada en Aragón a un mínimo del 10% en Cataluña,
donde la revolución consistió en convertir en pequeños propietarios a los campesinos que no lo eran.
Las deficientes capacidades gerenciales de los comités obreros comportaron que las empresas produjesen por debajo de
su potencial. Además la resistencia a poner las empresas colectivizadas bajo la intervención del gobierno autónomo
impidió que el sistema funcionase con normalidad. En la España republicana la producción industrial no dejó de
disminuir, sufrió una caída de la producción de un tercio en el segundo semestre de 1936 y en el último trimestre de
1937 dio signos evidentes de desfallecimiento. A los pocos meses de que comenzara el año 1938 flexionó bruscamente
a la baja. No puede extrañar en este contexto que los defensores del régimen republicano perdieran la guerra.

Balance de la guerra:
- 500.000 muertes (soldados, retaguardia…)
- 200.000 muertes ya acabada la guerra, a finales de los ’40 por cuestiones relacionadas con ella –en cárceles,
por hambre, epidemias, fusilamiento- .
- 1.000.000 exiliados. Después de 1939 algunos españoles huyeron por la frontera francesa, aunque fueron
metidos en campos de concentración para luego, una vez estallada la 2ª GM pasar a luchar en la resistencia francesa.

También hubo gente que huyó en barco a América: Argentina, Chile, Méjico, Uruguay etc. Méjico (Lázaro Cárdenas)
fue el único país que nunca reconoció al gobierno franquista.

4.2 La organización del nuevo Estado

- 1939-1959 → Autarquía
- 1959 → Plan de Estabilización
- 1960-1975 →Desarrollismo

4.2.1 La ruptura institucional del nuevo régimen y el contrarreformismo social

Uno de los principales objetivos de la insurrección de julio de 1936 fue interrumpir e invertir las tendencias en la
distribución de la renta y la riqueza nacionales dominantes durante la República. Su victoria fue la de los terratenientes
y los empresarios. Las tierras repartidas durante el Frente Popular y la guerra civil fueron devueltas a sus propietarios
anteriores. Las empresas colectivizadas, también. Los trabajadores que habían participado en los repartos y
colectivizaciones fueron duramente represaliados.
Los salarios urbanos y rurales de redujeron drásticamente en términos reales. Hasta el final de la década (1950) el
salario real osciló en torno a la mitad del nivel de 1936.
Este derrumbe fue el resultado de:
• Salarios férreamente controlados. Modelo autoritario de relaciones laborales que prohibían los sindicatos libres
y las huelgas, los salarios se fijaban administrativamente, por decreto del Ministro de Trabajo. Política laboral
inspirada en las legislaciones fascistas italiana y alemana. Ninguna idea económica del franquismo fue
original, estaban inspiradas en las del fascismo español de los años 20 (Primo de Rivera) o en el fascismo
italiano o alemán.
• Inflación incontrolada.
La caída de los ingresos reales provocó:
• Empeoramiento dramático de las condiciones de vida de los asalariados.
• Comprensión espectacular del consumo agregado.
• Se alteró la estructura de la demanda.
o Disminuyó la demanda de productos manufacturados, ya que los trabajadores tuvieron que dedicar
prácticamente todos sus ingresos a la compra de alimentos, a la vivienda y otros gastos esenciales.
o Se acrecentó la demanda de bienes y servicios de lujo destinados a los beneficiarios del nuevo orden-
Esto provocó la reducción de la productividad, ya que los bienes más demandados eran de baja productividad y se
volvió a técnicas más intensivas de trabajo porque los empresarios sustituyeron capital por trabajo al abaratarse éste
tanto.
• Reorganización de la economía española. Muchos trabajadores no podían subsistir en el mundo urbano, por lo
que volvieron al campo y la población activa agraria aumentó (aunque no consiguió producir más por la falta
de capital: maquinaria) y la industrial se contrajo.
• Retroceso hacia soluciones técnicas y productivas más arcaicas. Los niveles de productividad de la tierra y del
trabajo retrocedieron décadas.
• Ascenso de los beneficios empresariales. El Nuevo Estado despertó expectativas de grandes negocios con el
restablecimiento de la propiedad y con un régimen pro empresarial y con poder absoluto y se presenciaron
años de gran movimiento empresarial aunque no logró afirmarse en términos de inversión en nuevo capital.
En estos primeros años del franquismo también veremos que la intensificación del uso del factor trabajo va acompañada
del auge de las tecnologías asociadas a la primera revolución industrial. La falta de petróleo y electricidad se compensó
con un uso intensivo del carbón nacional. Buena época para la minería hullera asturiana y para los minerales energéticos
pobres, como el lignito (ENDESA se creó para el aprovechamiento de las cuencas de lignito españolas).
La escasez de automóviles, camiones y autocares revitalizó el transporte ferroviario. La recién nacionalizada Renfe
recupera actividad, aunque el servicio ferroviario fue desastroso y de pésima calidad.
El Nuevo Estado tuvo problemas con el control de la inflación. Los dos primeros años de normalidad fueron netamente
inflacionarios, con tasas de crecimiento de los precios del 19% y el 30%, en 1940 y 1941 respectivamente. De 1941 a
1945 hubo un interludio de baja inflación y el déficit público creció vertiginosamente hasta alcanzar el 8% del PIB. Este
déficit provenía de unos gastos militares que no se redujeron hasta que comenzó la guerra fría, una vez acabada la
segunda guerra mundial re relajó el control de la oferta monetaria mediante la pignoración de Deuda y la inflación
creció, un 31% en 1946 y un 18% en 1947.
Hubo operaciones de compensación a los grupos financieros o empresarios que apoyaron la sublevación y el bando
nacional, por ejemplo el apoyo gubernamental a Juan March para hacerse, a precio de saldo, con la Barcelona Traction
o la nacionalización de Renfe, adquiriendo el Estado las acciones, que no valían nada, por el valor histórico de las
inversiones.

4.3 Aislamiento internacional y autarquía

4.3.1 El impacto macroeconómico del Primer Franquismo

Durante toda la primera década de posguerra se vivió una situación de profunda depresión y miseria. El PIB de la
Europa Occidental era en 1950 el 30% superior al de 1935 y la producción industrial casi el 50%, mientras que en
España todavía en 1950 estas dos macromagnitudes no habían alcanzado los niveles de 1935.
Por lo tanto, la trayectoria macroeconómica española contrasta abiertamente con la seguida por las economías vecinas,
el primer franquismo fue un desastre económico.
• El retroceso y el estancamiento de este período significaron una ruptura con el proceso de crecimiento,
pausado pero incesante, que venía conociendo España desde 1840.
• Descalabro de los niveles de bienestar de la población.
• Ampliación de la distancia, en términos de niveles de desarrollo económico, que separaba la economía
española de las otras economías de la Europa Occidental, España tenía un nivel de PIB per cápita inferior a la
mitad de los países de la UE.
Pero. ¿Por qué se produjo un fracaso de tales proporciones?
 La represión posbélica multiplicó por tres el número de muertos por la guerra y el Nuevo Estado desaprovechó
oportunidades de recuperación económica al imponer duros castigos a todos los opositores al régimen,
apartándolos de la participación en la actividad productiva (ejecutados, exiliados, depurados).
 Para una economía tan dependiente del exterior para el aprovisionamiento de productos energéticos, materias
primas y bienes de equipo como era la española se necesitaba una política que garantizase el suministro de
estos inputs, pero la política económica adoptada durante el primer franquismo agudizó todavía más los
estrangulamientos que sufría la economía española.
Los consumos públicos se concentraron en las prioridades del régimen: defensa y orden público. Todo el resto era
secundario. Por el lado del ingreso, los equilibrios políticos del nuevo régimen excluían cualquier incremento de la
fiscalidad sobre las clases pudientes. La reforma de la fiscalidad consistió en reimplantar la contribución de usos y
consumos y en elevar las tarifas de todos los impuestos. La atención a los desequilibrios presupuestarios derivados del
exceso de gasto en defensa se realizó mediante recurso al Bando de España y con la emisión de Deuda pública
pignorada.

4.4 La intervención de los mercados: racionamiento y mercado negro

Autarquía e intervencionalismo son las dos orientaciones básicas de la política económica del primer franquismo. La
acción interventora originó una escasez de bienes esenciales que se sumó a la provocada por el recorte de las
importaciones. Productores y consumidores sufrieron una gran penuria de bienes indispensables que se tradujo en
pérdidas de renta por:
 Los sobreprecios pagados por los escasos productos.
 Los ingresos no recibidos por todo lo que se dejaba de producir.

El intervencionalismo se basaba en:


 La formación de los precios
 La asignación de los recursos
- Intervención en la distribución de materias primeras y bienes de equipo mediante los cupos y las licencias
de importación.
- Reglamentación de la inversión privada
- Formación de un sector público empresarial.
Y comportó la creación de una pesadísima maquinaria burocrática, la aplicación de medidas que despreciaban los
principios más elementales de la teoría económica tuvo consecuencias nefastas.

Agricultura:
• Los agricultores tenían que vender obligatoriamente la producción de algunos tipos de cultivo al organismo
interventor a un precio tasado por este mismo organismo (por ejemplo el Servicio Nacional del Trigo en el
caso del trigo).
• Esta agencia reguladora tenía el poder de determinar la producción ya que establecía las superficies a cultivar.
• La fijación de administrativa de los precios distorsionaba el funcionamiento del mercado ya que se fijaban
precios bajos sin tener en cuenta los costes para beneficiar supuestamente al consumidor (objetivo populista)
• Esta política tuvo efectos opuestos a los esperados:
o El efecto inmediato de fijar un precio por debajo del de equilibrio es una reducción de la producción.
o Además se eliminan los incentivos a aumentar la capacidad productiva.

¿Qué consecuencias tuvo el control sobre los precios?:


• La oferta del bien intervenido tendía a reducirse en el mercado oficial y, si era posible, los oferentes desviaban
la producción hacia un mercado paralelo al oficial (un mercado negro donde las operaciones se realizan a
precios muy superiores a los de tasa y a los de equilibrio).
• Es decir, apareció un mercado ilegal paralelo al oficial donde los productos con precio intervenido se vendían a
precios muy superiores.
• La brecha entre los precios oficiales y los vigentes en el mercado negro era muy grande. En el año 1943 el
espectro de las diferencias entre ambos se movía entre el 80% del café y el 700% del pan, se estima que más de
la mitad de la producción de pan se colocaba en el mercado negro.
• La producción global comercializada (ventas mercado oficial + ventas mercado no intervenido) < producción
que habría resultado de un mercado no intervenido.
→ Escasez de oferta → intervención del consumo por parte de las autoridades para racionarlo. →Cartillas de
racionamiento

El Estado tenía que intervenir para garantizar que todos los demandantes recibiesen una cantidad mínima. El
racionamiento de los alimentos (las famosas cartillas de racionamiento) estuvo en vigor hasta 1951 (12 años). Los
bienes sometidos a racionamiento eran muy variados ya que la carestía era omnipresente a causa de los precios
sometidos a tasa y de la imposibilidad de importar sin una licencia específica. La Administración racionaba severamente
las importaciones porque sufría una escasez de divisas, que era consecuencia de una política cambiaria muy desacertada
ya que se fijó un precio para la peseta muy distante del que marcaría el mercado.
La pervivencia íntegra, durante todo el primer franquismo, de los mecanismos de racionamiento expresa el fracaso
absoluto de la política interventora del régimen:
• Los consumidores sufrieron pérdidas económicas con esta política que supuestamente debía beneficiarles ya
que tenían que acudir al mercado negro para proveerse de los bienes esenciales pagando por ellos precios
astronómicos.
• Los pequeños productores (agricultores) también salían perdiendo porque recibían una baja remuneración por
el fruto de su trabajo y por el capital inmovilizado.
• Hubo grandes productores agrícolas e intermediarios que podían eludir las cuotas de entrega obligatoria que
ganaros mucho dinero con el mercado negro. He aquí un importante mecanismo de redistribución regresiva de
la renta que operó durante el primer franquismo →Una generación de nuevos ricos se forjó en esos años
dorados de los mercados clandestinos.

Industria:
• El gran objetivo era convertir a España en una potencia industrial.
• La insuficiente oferta energética representó un obstáculo insalvable para la recuperación industrial. La carestía
fue doble: de petróleo y de electricidad.
• ¿por qué se produjo la carestía de energía?

Petróleo:
o Las represalias de los aliados que interrumpían la venta de petróleo a España si detectaban envíos de materias
primas de interés estratégico a Alemania.
o Acabada la contienda, la falta de hidrocarburos se explica por la falta de reservas exteriores.

Energía eléctrica:
• La escasez fue más duradera.
• Los problemas de suministro reflejan las consecuencias negativas de la política de control de precios.
• Las autoridades congelaron las tarifas eléctricas a la altura de 1936 con el objetivo de retrotraer las variables
nominales al punto donde estaban antes del inicio de la guerra civil, aplicando el procedimiento absurdo de
abolir administrativamente la inflación acumulada mientras se dejaba intacta la masa monetaria.
• La consecuencia fue una drástica disminución de los precios reales de la electricidad – del orden del 70% entre
1939 y 1951- → Los productores no tenían incentivos para invertir en la ampliación de la oferta y ya que ésta
no se podía desviar a un mercado negro (imposibilidad técnica) → se paralizó la construcción de nuevas
centrales y la capacidad productiva no creció suficientemente para atender a la demanda que aumentó a lo
largo de la década al 6.7% anual
La demanda crecía porque el precio relativo de la electricidad se reducía con gran celeridad (rapidez), además el Estado
promovía un tipo de industria altamente intensiva en consumo de energía. De nuevo, el Estado agravó todavía más el
problema.
• A partir de 1944 y durante toda una década se registraron restricciones eléctricas generalizadas →Continuas
paralizaciones de la actividad industrial →sensible disminución de la producción y la productividad.
• En los momentos de máximo déficit energético 1/3 de la demanda global quedó sin cubrir.
• La industria fue la actividad más perjudicada.
Veamos qué pasa con las otras dos vías de intervención que todavía no han aparecido: reglamentación de la inversión
privada y formación de un sector público empresarial.
El objetivo de ambas era la autarquía.
1. Reglamentación de la inversión privadas:
• Potenciar aquellos sectores e industrias consideradas de interés estratégico para la economía y la defensa
nacionales.
• La inversión privada en actividades directamente productivas (crear una empresa, abrir una nueva planta,
etc.) quedó sometida al régimen de autorización administrativa previa.
• En el proceso de toma de decisiones, arbitrario y opaco, resultaron determinantes los contactos políticos
de los empresarios más que la adecuación de sus planes a los objetivos de autosuficiencia económica.
• Deficiente asignación de los recursos disponibles, se desaprovechaba el capital humano y físico y se
potenciaba el desarrollo de actividades antieconómicas en lugares inadecuados.

2. Formación de un sector público empresarial:


• El diagnóstico de las autoridades era que los empresarios privados habían fracasado en la tarea de
industrializar el país, por consiguiente, el Estado tendría que asumir el papel de motor del desarrollo.
• Se creó en 1941 el Instituto Nacional de Industria (INI). Se trataba de un holding de empresas públicas
que tendrían que nacer a iniciativa de la propia institución.
• El Estado a través del INI, aunque también a través de la nacionalización de empresas no del INI como
Telefónica o Renfe, asumió la función de empresario.
• INI:
◦ Recibía un trato preferencial en el abastecimiento de los recursos productivos más escasos (prod.
Ener., mat. Prim., maquinaria de importación, etc.,).
◦ Podía relegar a las empresas privadas o abortar proyectos empresariales privados en las actividades
productivas en que entraba.
◦ En la primera etapa se pretendió cubrir dos objetivos básicamente autárquicos:
I. Fabricar material militar
a) Creación de la Empresa Nacional Bazán, Empresa Nacional Torres Quevedo, etc.
b) Participación accionarial de control de empresas de interés militar como Construcciones
Aeronáuticas (CASA)
II. Disminuir la dependencia exterior de productos energéticos.
a) Hasta 1950 el INI dedicó la mayor parte de sus recursos a la explotación de recursos
naturales que podían incrementar la producción de energía y aliviar la dependencia exterior.
(se crean empresas como ENDESA o ENHER)
b) El proyecto empresarial más querido del INI fue la Empresa Nacional Calvo Sotelo
(Encaso). Su finalidad era producir carburantes por síntesis a partir de yacimientos minerales
autóctonos. Fue un fracaso total, Encaso nunca obtuvo ni un solo barril de petróleo pero en
cambio el INI le dedicó una cantidad ingente de capital.

Durante el primer franquismo el sector público promovió un tipo de actividades industriales de muy baja o nula
rentabilidad social. Contribuyeron muy poco o nada a la recuperación económica, incluso podríamos decir que la
obstaculizó ya que los recursos disponibles se malgastaron promoviendo actividades y empresas que no solucionaban
los problemas de la economía española.
Otra política industrial que se siguió la veremos más adelanta (ISI- Industrialización sustitutiva de importaciones)

4.4.1 Políticas autárquicas

(Las políticas que se siguieron durante la autarquía las podemos ver en el punto anterior, aquí veremos los aspectos y
características generales de la Autarquía)
• La evolución del comercio exterior durante la década de 1940 debe de calificarse como catastrófica.
• En 1941 el comercio exterior, en volumen, había quedado reducido a menos del 30% del comercio de 1929, y a
algo más de un tercio del de 1935, tengamos en cuenta que la cantidad de productos exportados e importados
el año anterior al del inicio de la guerra civil ya eran anormalmente bajas debido al impacto de la Gran
Depresión.
◦ Su comparamos la década de los 40 con 1929, vemos que durante la primer mitad las importaciones se
situaron en 1/3 y durante la segunda mitad en el 45% del volumen de aquel año.
◦ La evolución de las exportaciones fue aún algo peor.
• El grado de apertura de la economía española (X+ I /PIB) cayó hasta el 3%, el porcentaje medio es del 4.5%
entre 1939 y 1948.
• La brutal contracción del comercio exterior español contrasta marcadamente con la evolución seguida por los
otros países europeos.
◦ Durante la década de 1940 España seguía manteniendo un volumen de importaciones y exportaciones que
estaba muy por debajo del nivel de preguerra (cerca de un 50% por debajo), la Europa Occidental mostró
una notable capacidad de recuperación de sus transacciones exteriores. Los niveles de 1935 fueron
alcanzados y superados en 1946, y a la atura de 1950 casi fueron doblados.
• Importar menos que antes de la contienda significaba carestía de bienes imprescindibles para la reactivación
económica (maquinaria, materias primas industriales, productos energéticos, etc.). Para empeorar más la
situación:
◦ las cantidades de estos inputs que se podían importar se vieron recortadas por la necesidad de importar una
mayor cantidad de alimentos debido a que la agricultura no era capaz de abastecer la demanda interna
(incluso a los más bajos niveles de consumo).
◦ Los inputs industriales y agrícolas tuvieron que disminuir por la prioridad concedida por el Régimen a la
compra de armas durante los primeros años del franquismo.
• El principal problema para comprar productos en el extranjero era la financiación de las compras ya que el país
se había gastado todas sus reservas en la guerra civil y presentaba un déficit exterior de unos 1500 millones de
dólares. La balanza de servicios y la de transferencias no aportaban un volumen significativo de divisas, de
modo que las posibilidades de importar dependían de la financiación exterior y de la capacidad exportadora.
• España prácticamente no recibió capitales del exterior durante toda la década. El régimen, coherente con los
principios autárquicos, promulgó una legislación que casi vetó la inversión extranjera hasta 1959. Además,
durante la segunda guerra mundial, España fue un exportador neto de capital a consecuencia de la devolución
de la deuda exterior que habían contraído las autoridades del Nuevo Estado con Alemania e Italia para el
suministro de material bélico.
• A partir de 1945 pasó a un primer plano el aislamiento internacional. En 1946 la ONU emitió una condena
moral del régimen franquista.
◦ España marginalizada de los nuevos esquemas (como el Plan Marshall) y organismos de cooperación
internacional (OECE; FMI; BM; GATT), se vio privada de los créditos y ayudas exteriores que
permitieron a muchos países europeos recuperarse después de la IIGM.
◦ Durante los años de la condena de la Naciones Unidas, de 1946 a 1950, sólo mantuvieron sus embajadores
en España la Santa Sede, Portugal, Suiza y Argentina.
◦ Francia cerró sus fronteras a España.
◦ Las relaciones comerciales con Argentina permitieron que España pudiera importar trigo y carne. El
momento álgido llegó con los acuerdos Franco-Perón de 1948, las exportaciones argentinas ayudaron a
cubrir dos escaseces alimentarias muy delicadas. Argentina puso punto y final a sus facilidades de
financiación en 1949.
• Con la excepción de la ayuda de Argentina, en España la recuperación de las exportaciones recayó
íntegramente sobre la mejora de la capacidad exportadora. Y como las ventas al exterior no se recuperaron,
estuvo condenada a importar menos de que necesitaba, España importó tanto como le permitieron las
exportaciones, pero éstas fueron bajas también, ¿por qué?
◦ La pauta de especialización en productos agrarios. En la década de 1940 éstos continuaban más de la
mitad del valor total de las exportaciones. Los mercados de este tipo de productos se reactivaron mucho
más lentamente que los de bienes industriales y, además, la falta de fertilizantes y de maquinaria agrícola
disminuyeron la oferta de productos exportables → círculo vicioso: la insuficiencia de las importaciones
hipotecaba la capacidad de exportar → no podían importarse los bienes de capital indispensables para
aumentar la producción.
◦ Política comercial. Por un lado se pretendía conseguir un estricto equilibrio bilateral con la idea de
ahorrar al máximo las divisas y, por el otro, se privilegiaba las relaciones comerciales con Alemania
(¡hasta 1945!), esta reorientación forzada de la relaciones comerciales hacia Alemania dificultaron los
intercambios.
◦ Política de cambios. Las autoridades españolas optaron por un tipo de cambio que sobrevaloraba
exageradamente y, crecientemente, la peseta (idea de que el prestigio de un país va asociado a la
cotización del signo monetario). Hasta diciembre de 1948 se mantuvo invariable el cambio oficial
establecido en 1939 a pesar de que los precios habían aumentado cerca del 250% en este período. A
continuación, las autoridades crearon un complicadísimo sistema de tipos de cambios múltiples, en el
cual la peseta tenía un valor diferente dependiendo de qué tipo de artículo se tratar de importar o exportar.
El resultado fue que los productos y servicios españoles quedaron completamente fuera del mercado ya
que el cambio excesivo de la peseta penalizaba duramente los productos es pañoles en el mercado
internacional.
• Las necesidades de la reconstrucción europea fueron tirando de las exportaciones españolas pese a la alta
cotización de la peseta. La economía española logró acrecentar sus ventas al exterior, aumentar su grado de
apertura, aumentar sus importaciones (hasta 1949). De 1948 a 1951 la parte más negra de la economía del
primer franquismo y de la autarquía se fue acabando aunque muy indirectamente. Recordemos, por ejemplo, la
negativa de EEUU a España de participar en el Plan Marshall.
Tema 5. La industrialización sustitutiva de importaciones (1951 – 1959)

5.1 La guerra fría, la ayuda norteamericana y la reducción del intervencionalismo

La guerra fría:
El aislamiento que sufría España desde 1945 debido al alineamiento a media –actitud no neutral y, a la vez, no
beligerante- del régimen franquista con las potencia del Eje durante la segunda guerra mundial, comenzó a romperse en
1950. El calentamiento de la guerra fría (sobre todo a partir de la guerra de Corea) ayudó a la rehabilitación del régimen
franquista en la comunidad internacional. Para los países occidentales, en especial EEUU, España pasó de ser
considerada como un antiguo aliado fascista a ser vista como un miembro del bloque anticomunista.

La ayuda norteamericana y la coyuntura internacional:


En noviembre de 1950 la ONU revocó la medida, aprobada en 1946, de aislamiento diplomático de España (los
embajadores volvieron y la frontera francesa cerrada desde esa fecha se abrió de nuevo). El gobierno norteamericano
inició las negociaciones para firmar con el Estado español un convenio militar, en virtud del cual se crearían las bases
de utilización conjunta ofreciendo en contrapartida un convenio de ayuda económica. Este acuerdo se produjo porque
en plena guerra fría, EEUU y la Unión Soviética debían ser capaces de movilizar sus fuerzas militares (especialmente
las aéreas) de forma rápida y en cualquier lugar del mundo. La Península Ibérica adquirió un poder geoestratégico. A
través del plan, Franco concede tres bases militares a EEUU, dos aéreas en Zaragoza y Getafe y una base naval al lado
de Cádiz (donde también había submarinos nucleares). España a cambio obtuvo un crédito a bajo interés de 1.500
millones de dólares (una cantidad no muy elevada) y además EUA impone donde tiene que invertir ese dinero: 30% en
comprar armamentos a EUA (obsoleto); 70% en comprar materias primas y alimentos a EUA, algunos de los cuales no
interesaban en absoluto a España (como el aceite de soja).
El Tratado de 1953 no solucionó los graves problemas económicos de España en ese momento, aunque es cierto que
como se partía de niveles de entrada de divisas y grado de apertura tan bajos, recibir 1.500 millones en créditos
evidentemente supuso un gran respiro para el déficit comercial y para las necesidades de financiación y aumentó las
importaciones. Analicemos también estos aspectos:
• Gracias a este acuerdo (firmado el mes de septiembre de 1953, aunque EEUU ya adelantaron fondos desde
1951) España recibió una ayuda económica que le permitió resolver la falta de divisas con la que financiar la
compra al exterior de materias primas y bienes de capital.
• La ayuda a España a diferencia de la concedida a otros países europeos (Plan Marshall) no comportó la
participación del país en redes de liberalización del comercio y de compensación de los pagos exteriores ni en
las de cooperación económica.
• No obstante, los donativos y préstamos norteamericanos tuvieron también consecuencias positivas:
◦ En 1953 permitieron aumentar un 12% las importaciones.
◦ En 1956 ya cubrían el 40% del valor total de las mercancías importadas.
◦ Entre 1953 y 1956 esas transferencias de capital permitieron la compra al extranjero de cantidades
sustancialmente más elevadas de materias primas, bienes de equipo y alimentos -por ese orden-.
◦ Transcendental fue comenzar a equipar la industria con maquinaria nueva, se mejoró la productividad
aparente del trabajo industrial, aunque las ganancias habrían sido más abundantes si la renovación hubiese
sido más amplia.
◦ La importación de fertilizantes impulsó la reactivación de la agricultura, que, a su vez, posibilitó una
sustancial reducción de las importaciones de alimentos (entre 1949 y 1952 se redujeron de 60 a 3 millones
de dólares), las divisas liberalizadas permitieron, a su vez, ayudar a la industria ya que aumentó la
capacidad importadora de materias primas industriales.
El boom económico ocasionado por la guerra de Corea (1950-1953) y el intenso crecimiento de algunas grandes
economías europeas –particularmente Alemania- a principios de la década de 1950 impulsaron las exportaciones
españolas, éstas aumentaron un 40% entre 1950 y 1953. Esto permitió disponer de más divisas para financiar las
importaciones de los bienes necesarios.
Entre 1949 y 1952 el volumen de importaciones de materias primas que se había mantenido estancado, durante la
segunda mitad de los años cuarenta en unos niveles inferiores en un 60% a los de la preguerra, creció en un 70% t el
volumen de maquinaria adquirida al extranjero se incrementó en un 260%.

Reducción del intervencionalismo:


En 1951 se rectificó la estrategia económica seguida hasta entonces y que tan malos resultados había dado con el
objetivo de instrumentar una política que sintonizara con el acercamiento a Estados Unidos y a la comunidad de
naciones occidentales, es decir una política no tan autárquica ni tan intervencionalista.
Además las miserables condiciones de vida de los ciudadanos del país resultaban cada vez más dolorosas.
No se verá un gran giro ya que la retórica autárquica e intervencionalista se mantendrá casi intacta hasta 1959. La
liberalización tendrá un carácter extremadamente limitado dado que los pilares del totalitarismo económico se
mantendrán: la inversión privada continuará sometida a autorización administrativa, el mercado de divisas severamente
controlado, la inversión extranjera restringida de manera estricta. Pero, es necesario diferenciar la segunda década de
posguerra de la primera porque:
Las medidas intervencionalistas más extremadas sobre los mercados de productos se relajaron y corrigieron:
• Se suprimió la asignación centralizada de los bienes escasos, es decir las cartillas de racionamiento de
alimentos y cuerpos de materias primas y productos energéticos.
• Se redujo el número de alimentos sometidos a control de precios y los que subsistieron se aproximaron al
precio de equilibrio.
• Por lo que se refiere a la agricultura, la mayor parte de los productos agrícolas pasó a tener un precio libre (la
excepción más importante fue la de los cereales cuyo precio continuó tasado aunque más próximo al precio de
mercado) y se desreguló la producción de todos los cultivos poniéndose punto y final al sistema de imposición
de cuotas de cosecha de entrega obligatoria.
◦ Otras medidas, menos eficaces, fueron: esquemas de financiación para la adquisición de inputs
(fertilizantes, carburantes, simientes) y de maquinaria; impulso de la concentración parcelaria para
racionalizar las exportaciones (aumentar su tamaño y reducir su dispersión) y prosecución de la política de
colonización (extensión del regadío).
◦ La abolición en 1952 de las cartillas de racionamiento produjeron un incremento súbito de la producción,
la estabilización de los precios tras una subida inicial y la desaparición de las escaseces.
• Refiriéndonos a la industria, hubo una adecuada política industrial y una mayor disponibilidad de divisas para
importar petróleo.
◦ Ente 1949 y 1952 la generación de electricidad aumentó un 94%. Ese salto productivo se explica
básicamente por las inversiones realizadas en el sector a finales de los años cuarenta por el INI.
◦ Entraron en funcionamiento grandes centrales térmicas, como Endesa, Enher o Encaso (reconvertida en
una refinería de petróleo común) y se interconectaron las diversas redes regionales para compensar los
déficits de unas zonas con los excedentes de las otras. Una vez realizada la interconexión, en 1952, se
produjo la unificación de las tarifas y la creación de un organismo (OFILE) para gestionar los
intercambios de energía entre las compañías.
◦ La subida de los precios de la electricidad estimuló a las empresas eléctricas privadas a invertir en nuevas
centrales y en poco tiempo desaparecieron las restricciones lo que permitió a la industria ahorrarse las
costosas interrupciones de los procesos productivos por cortes de suministro.
• El manejo del mecanismo de tipos de cambio múltiples facilitó a las autoridades devaluar de manera
subrepticia (a escondidas) la peseta. Dichas devaluaciones perdieron luego importancia hasta 1957. Esta
drástica rebaja de la cotización de la peseta potenció de manera decisiva las exportaciones y jugó un papel
fundamental en el saneamiento del sector exterior ocurrido en los primeros años cincuenta.

5.2 La industrialización sustitutiva de importaciones

Desde el final de la guerra hasta 1950 España siguió una estrategia autárquica, como ya hemos visto. Esta estrategia fue
la desea por la autoridades y además estuvo forzada por el boicot internacional sufrido.
El resultado de la autarquía fue el bloqueo de la reconstrucción y el estancamiento de la economía. El sueño autárquico
de construir una base industrial amplia y potente con los recursos nacionales se mostró irrealizable porque para poder
forjarla necesariamente había que importar grandes cantidades de ciertos inputs indispensables.
La relajación del esquema autárquico practicada a partir de 1951 abrió la puerta a que se pudiera desarrollar
efectivamente una estrategia de industrialización sustitutiva de importaciones (ISI). (Fue un conjunto de medidas,
una política, una estrategia no una medida única)

Componentes esenciales de la ISI:


• Barreras insalvables a la entrada de productos extranjeros conjugadas con una cierta flexibilidad en la
importación de bienes de capital.
• Férreo control de cambios.
• Intervención directa y muy activa del Estado en la producción de bienes básicos
Objetivo principal de la ISI:
• Construir una potente industria propia, de la que se suponía que se derivaría de manera automática el
desarrollo económico.
En qué consistía:
• En sustituir las importaciones, es decir, fomentar industrias orientadas a servir el mercado nacional.
Cuáles fueron los resultados:
• Si en la primera década de posguerra el proceso de sustitución de importaciones fracasó fue debido a que los
gobernantes aplicaron inflexiblemente los esquemas más autárquicos. Cuando, en torno a 1950, fueron
abandonando la idea de restringir al máximo las importaciones y autorizaron más a menudo las compras de
equipo y materias primas al extranjero, el modelo de crecimiento industrial “nacionalista” se puso desarrollar.
• En los cincuenta la sustitución de importaciones contribuyó a elevar la producción industrial en un 60%, en el
caso de los bienes de consumo (sobre todo producidos por empresas privadas), y en un 24% en el de los
bienes intermedios (empresas públicas), la demanda nacional cubierta por los productores nacionales se elevó
hasta el 94.4% y el 82.4% respectivamente: la industria española se apoderó de prácticamente toda la demanda
interna de bienes de consumo y de una inmensa parte de la de productos intermedios.
• En el ámbito de la oferta de bienes de inversión la presencia de los productores locales no fue avasalladora: la
limitada capacidad de producir maquinaria de requerimientos tecnológicos obligaba a continuar dependiendo
de los países más desarrollados. Con todo, los bienes de producción (empresas públicas) fabricados por las
empresas del país pasaron de cubrir el 47% de las demanda en 1951 a cubrir el 70% en 1958.
• Sin embargo el éxito del modelo de ISI fue efímero ya que no sentó las bases para un crecimiento económico a
largo plazo debido a que se enfrentaba a dos desequilibrios macroeconómicos fundamentales, unos interno: la
inflación, y otro externo: el déficit de la balanza comercial. Pasaremos a analizar ambos problemas:
◦ La inflación. El índice de precios al consumo (IPC) creció a una tasa media del 10%, en los 40 lo hizo al
13%, pero además en esta década hubo fuertes tensiones inflacionistas.
▪ El alza del inicio (1950-1951) se debió a la eliminación de buena parte de los controles de precios, lo
que tuvo este efecto inmediato antes de que una ampliación de la oferta productiva estabilizase los
precios.
▪ De 1956 en adelante los precios volvieron a aumentar, la causa fue del incremento de la cantidad de
dinero. La oferta monetaria aumentó hasta 1959 a tasas muy superiores, 2.5 veces como media, a la de
la producción.

La raíz del problema era doble:


I. El déficit del sector público. Originado por un aumento de los gastos sobre todo a causa de las inversiones del
INI. En lugar de aumentar los impuestos, se emitió Deuda Pública pignorable automáticamente.
II. La demanda de crédito de las empresas privadas. Motivada por la inflación de costes provocada por las
subidas salariales y también motivada por la necesidad de obtener rápida financiación para una ampliación de
la capacidad productiva ante un aumento de la demanda interna.
• En la segunda mitad de los años 50, la fuerte apreciación real de la peseta contribuyó al empeoramiento
del desequilibrio exterior.
◦ Déficit de la balanza comercial.
1. Durante el período 1950-1959 las importaciones crecen regularmente, mientras que las
exportaciones se mantienen absolutamente estancadas (entre 1948-1951 las X sí crecieron
mucho)
2. El valor de las compras es crecientemente superior al de las ventas, de modo que el déficit
comercial se acreciente sin cesar (mientras que en los años 40 tendió a ser nulo).
3. Los esfuerzos realizados en la política de sustitución de importaciones no sirvieron para
disminuir la propensión a importar: englobando toda la década, las importaciones representaron
el 11.7% del PIB mientras que las exportaciones sólo el 6.5%. Es decir, se produjo una
propensión importadora constante y una propensión exportadora en declive que provocó un
déficit en la balanza comercial que acabaría resultando insostenible.
4. (1) Los nuevos sectores manufactureros nacionales requirieron proveerse de maquinaria y
materias primas de importación. (2) Pero esta industria no era competitiva en los mercados
internacionales (entre 1954 7 1958 España sólo exportó el 3% de la producción nacional).
Además los sectores exportadores tradicionales –la agricultura y la minería- veían limitada su
capacidad exportadora por la política industrialista gubernamental (aprovisionamiento
insuficiente y política de precios discriminatoria). 1)+2)= Déficit comercial.
5. Durante un tiempo el superávit en la balanza de transferencias (ayuda norteamericana) compensó
el déficit de la balanza de mercancías. Pero, finalmente, las cuentas exteriores españolas se
deterioraron hasta agotar las reservas.

5.3 Aumento de la renta y cambio estructural

Mientras que los años 40 habían sido de claro estancamiento (el PIB per cápita sólo creció a un ritmo del 0.2% anual),
los 50 serían de fuerte expansión (el PIB per cápita hasta 1958 creció al 4.8% anual). Además la industria progresó
como nunca antes lo había hecho, el producto industrial creció a una tasa anual del 7.8% entre 1950 y 1958.
No obstante, la economía española realmente no consiguió avanzar a más velocidad que el conjunto de las economías
que hoy forman la UE. La inmensa brecha que se había abierto entre la Europa Occidental y España en los años de la
guerra civil no se salvó en absoluto durante la década de los 50.
Es cierto que la economía española creció intensamente y la población gozó de una mejora sustancial en sus niveles de
bienestar económico. Ahora bien, los ciudadanos europeos occidentales vieron igualmente aumentados sus ingresos.
Más aún, cuando se contempla la evolución de la economía española en una perspectiva temporal amplia, el intenso
ritmo de crecimiento de los años 50 debe relativizarse. No fue más que recuperación, y ni siquiera completa.
Teniendo todo esto en cuenta, pasaremos a profundizar en las características de la aceleración económica:
• En la expansión económica de estos años jugó un papel muy importante la inversión. Entre 1959 y 1958 la
formación bruta de capital fijo creció a una tasa anual del 9.8%. La propensión inversora, que se había
mantenido extremadamente baja hasta 1949 se incrementó tan notoria y constantemente por la combinación de
un cambio radical en las expectativas empresariales y una mejora más gradual pero sustantiva en las
posibilidades de renovar y ampliar el aparato productivo. (confianza en la supervivencia del régimen, mayores
facilidades para importar inputs
• El otro componente de la demanda que alimentó la expansión fue el consumo privado, que creció al 4.9%
entre 1959 y 1958, mientras que en la primera década del franquismo creció sólo a un 1.2%. Pero, ¿a qué se
debe este aumento del consumo privado de bienes manufacturados?
◦ La subida de los salarios. A partir de 1953 la tendencia de la primera década del franquismo se invierte y
los efectos que tendrá serán justamente los contrarios a los que tuvo. En 1956 las subidas de las
retribuciones fueron espectaculares: las nóminas doblaron.
◦ La inflación. Generada, entre otros factores, por los mismos incrementos salariales erosionó una gran parte
de los que se ganó. Con todo, la capacidad de compra de los asalariados y empleados creció.
• La subida de los salarios dio un impulso considerable a la demanda de bienes finales, sobre todo productos
manufacturados, lo cual, y gracias a la protección comercial, fue atendida por las empresas del país. La
prosperidad de la industria de bienes de consumo arrastró, a su vez, la de la industria de bienes de equipo y
ambas activaron el ascenso de los sectores productores de bienes intermedios.
• La industria fue el motor del intenso crecimiento económico. Mientras que la producción agraria a penas
aumentó entre 1950-1958, y el sector servicios lo hizo a una tasa media del 6.3%, la producción industrial
aumentó al 7.8%.

El resultado fue una transformación profunda, estructural de la economía nacional. Esto lo notamos al analizar la
alteración de la aportación de cada sector al producto total.
- El valor añadido aportado por la industria aumentó 10 puntos porcentuales respecto al valor añadido del
conjunto de sectores productivos (en 1949 su peso era del 21% y en 1958 se elevaba al 31%).
- La trayectoria del sector primario fue inversa. En 1949 aportaba el 31% del PIB y en 1958 no llegaba al 24%.
- Además, por primera vez en la historia de la economía española la industria superó a la agricultura, esto
suponía un salto adelante en la industrialización y crecimiento económico.
En los años cuarenta la industria había avanzado con lentitud por la confluencia de un crecimiento débil de sectores
estratégicos en la producción de bienes intermedios y de bienes de producción con el práctico estancamiento de la
industria de bienes de consumo; pero, el crecimiento industrial de los años 50 fue muy firme. Todos los sectores
aceleraron su ritmo de crecimiento y el resultado global fue espectacular: la industria en su conjunto mantuvo una tasa
de incremento anual de la producción que casi cuadruplicó la del primer decenio.

5.4 La liquidación de la autarquía: el Plan de Estabilización de 1959

El mes de julio de 1959, el gobierno aprobó las principales medidas de un programa de estabilización y liberalización
que habría de tener la mayor importancia para el futuro de la economía española. Había llegado el momento de dar una
nueva dirección a la política económica, a fin de alienar la economía española con los países del mundo occidental y de
liberarla de intervenciones heredadas del pasado.
Causa: El viraje completo en la ideología económica del régimen vino forzado por las circunstancias referentes a los
pagos exteriores. Hacia finales del primer semestre de 1959 España había agotado sus reservas de divisas hasta el punto
que el IEME (Instituto Español de Moneda Extranjera) tenía en junio de 1959 una posición neta negativa , después de
haber sufrido un declive continuado desde1955.
Para evitar reconocer el agotamiento de los medios de pago el IEME retasó la cesión de divisas a los importadores, pero
la situación no era sostenible. Sólo había dos alternativas:
I. Recortar drásticamente el volumen de las importaciones ajustándolo a los bajos ingresos aportados por las
exportaciones, con el objetivo de preservar los principios autárquicos.
II. Restablecer el equilibrio exterior y el impulso al crecimiento económico mediante la liberalización del
comercio exterior, la atracción de capital extranjero y la plena integración en los organismos de cooperación
económica internacional.
Puesto que volver a la situación de posguerra hubiese sido muy arriesgado para el régimen, no les quedó más remedio
que reinsertar a España en el orden económico internacional capitalista
Desde al menos dos años antes, sectores influyentes del gobierno y de la Administración comulgaban con la idea de que
había que cambiar drásticamente la orientación de la política económica. Las acciones que desplegaron y las medias que
tomaron para romper el aislamiento económico y corregir los principales desequilibrios internos ye externos prepararon
el terreno para la aplicación del Plan de Estabilización. A ese período se le conoce como el bienio preestabilizador.
En febrero de 1957 Franco formó un nuevo gobierno (Ullastres sería el Ministro de Comercio y Navarro Rubio el de
Hacienda) que tuvo que enfrentarse inmediatamente a un serio deterioro de la situación económica caracterizada por:
 La aceleración de la inflación.
 El crecimiento del déficit público.
 El desbordamiento del déficit exterior.

Los nuevos responsables de la política económica actuaron en dos direcciones:


1. La adopción de varias medidas destinadas a cortar los desequilibrios internos y externos más amenazadores.
(a) Se instrumentó una política monetaria restrictiva.
i. Subida moderada de los tipos de interés y congelación del volumen del redescuento bancario.
ii. Supresión de la facultad de emisión autónoma de deuda pública por parte de las entidades oficiales de
crédito.
(b) Se emprendió una reforma fiscal con la finalidad de aumentar los ingresos tributarios y eliminar de este
modo el déficit público, uno de los principales causantes de las tensiones inflacionistas.
(c) Se estableció un nuevo tipo de cambio de la peseta -42 pesetas por dólar- que suponía una devaluación no
declarada –del orden del 18,3 %- Esta depreciación del signo monetario tenía como objetivo restablecer el
equilibrio exterior y, mediante la sustitución del sistema de tipos de cambios múltiples, se pretendía que
desapareciesen las distorsiones en la asignación de recursos que había ocasionado la estructura de precios
relativos.
(d) Las medidas no fueron suficientemente eficaces y la política de ajuste de 1957 u 1958 fracasó porque no
era suficientemente energética:
i. Es cierto que a reforma tributaria dio como resultado un incremento de los ingresos fiscales que
permitió cortar el déficit presupuestario y reducir el endeudamiento.
ii. Pero la inflación no cedió, sino que se aceleró.
iii. Y el déficit comercial continuó siendo muy abultado.
iv. El cambio único de desvirtuó inmediatamente por la aplicación de un sinfín de primas y de recargos.
2. Acercamiento a los organismos económicos internacionales.
(a) En 1957 los contactos de aproximación a la OECE y al FMI ya estuvieron guiados por una voluntad
decidida, por ambas partes, de culminar con la incorporación de España.
(b) En enero de 1958 los representantes del gobierno español presentaron la solicitud de ingreso, que en el
caso del FMI y del BM se hizo efectiva el mismo año. La OECE concedió a España el estatuto de país
asociado, reservando el acceso a la condición de país miembro al mismo tiempo que el gobierno español
aprobase el Plan de Estabilización.
(c) Estos organismos estuvieron dispuestos a prestar asistencia técnica y financiera a España a fin que pudiese
llevar a cabo el desmantelamiento del dispositivo autárquico y la apertura al exterior.
(d) El objetivo perseguido se consiguió plenamente

Por lo tanto, durante 1959-1961 los objetico a corto plazo fueron el saneamiento de los desequilibrios estructurales (los
3 problemas – déficit exterior, inflación, déficit público) (Medias Pre estabilizadoras). Y los objetivos a largo plazo
(1961-1974) fueron el crecimiento del PIB y la convergencia plena con la renta per cápita europea. (Plan de
Estabilización).

El plan de Estabilización:
El esquema acordado fue el fruto del trabajo conjunto de un pequeño grupo de expertos españoles y de los equipos de
economistas que integraron las tres misiones del FMI. Una vez lo aprobó el gobierno español, el FMI y la OECE, con la
participación del gobierno y la banca privada norteamericanos, pusieron a disposición de España una ayuda financiera
superior a 500 millones de dólares, aunque sólo fueron necesarios 74 de ellos.
Analizaremos a continuación el contenido del Plan de Estabilización:
En el plan de Estabilización había medidas a corto y a largo plazo:
I. A corto plazo el objetivo central del Plan de Estabilización era corregir el déficit de la balanza exterior:
medidas monetarias, fiscales y cambiarias.
• Recuperación del control por parte de las autoridades, de la política monetaria, y su endurecimiento. Lo
primero se consiguió suprimiendo definitivamente las emisiones de Deuda pública pignorable
automáticamente. Por otra parte, las autoridades monetarias subieron los tipos de interés.
• Se restringió el crédito al sector privado por el procedimiento de decretar un límite al incremento del
crédito bancario, muy inferior al de los años anteriores.
• El procedimiento anterior se hizo extensivo al gasto público.
• La consolidación fiscal se tenía que conseguir por la vía de aumentar los ingresos públicos y la presión
fiscal (lo que disminuía la capacidad de compra de familias y empresas). Para ello, se elevaron los precios
de bienes que se tenían fijados administrativamente, como las tarifas telefónicas, el tabaco o lo
hidrocarburos y de algunos servicios públicos. (Es decir se liberalizaron los precios y esto creó
inflación)
• La imposición de un depósito previo obligatorio y no remunerado del 25% del valor de las importaciones.
• El establecimiento de un nuevo tipo de cambio, único para todo tipo de transacciones. Se fijó en 60
pesetas por dólar (se mantendría inalterado hasta al devaluación de noviembre de 1967), representaba una
devaluación muy sustancial, del 43%. El decreto que establecía la nueva paridad comportaba la entrada
de España en el sistema monetario del Bretton Woods.
II. A largo plazo se pretendía crear las condiciones adecuadas para que no reapareciera la crisis de pagos:
reformas estructurales muy profundas y variadas, que pasaban esencialmente por la desregularización y la
liberalización interna y externas de la economía.
• Las medidas destinadas a abrir la economía al exterior, introducir competencia, y sustituir la intervención
por el mercado, serán examinadas más adelante ya que fueron aplicadas gradualmente y marcarían el
camino seguido por la economía española durante el período posterior a 1959.

Resultados del Plan de Estabilización:


Los resultados del Plan de Estabilización fueron espectaculares:
I. Los efectos depresivos sobre el consumo y la inversión se hicieron sentir inmediatamente y con fuerza pero no
fueron duraderos
a. En el segundo semestre de 1959 el PIB cayó el 2,5%.
b. La contracción de la actividad económica tuvo costes sociales significativos: la emigración al exterior
aumentó y la renta disponible de las familias experimentó una fuerte caída entre 1959 y 1960, debido a
que las empresas redujeron drásticamente las retribuciones complementarias.
c. Hubo inflación.
d. Cayó el consumo, el gasto público y la inversión (contracción de la Demanda Agregada)
e. Sin embargo, la recesión duró poco tiempo: transcurrido un año desde la aprobación del plan, los signos de
recuperación se multiplicaban.
f. A partir del último trimestre de 1960, el saneamiento conseguido, con las medidas estabilizadoras y de
liberalización, propulsó la economía del país a un crecimiento extraordinario.
II. En cuanto a las cuentas exteriores, el éxito fue todavía más rotundo.
a. Las reservas comenzaron a aumentar desde el primer momento gracias a la repatriación de capitales; a la
expansión de exportaciones de bienes y servicios (turismo); la contracción de las importaciones y; al cabo
de poco tiempo, las inversiones de capital extranjero
b. Pasados cuatro o cinco meses el peligro d insolvencia financiera se había evaporado.
Tema 6. Los años del desarrollismo (1960 – 1973)

6.1 La reintegración de la economía internacional y la consolidación de las medidas liberalizadoras

El éxito y la importancia del Plan de Estabilización radica en el hecho de que sentó las bases de un nuevo modelo de
crecimiento económico. La esencia del mismo fue la integración de la economía española en la economía internacional.
La reincorporación se basó en una estrategia de doble apertura hacia el exterior: apertura comercial y apertura
financiera:
I. La apertura comercial.
• En 1959 las autoridades españolas asumieron que debían proceder a una liberalización del comercio
exterior. La Administración no renunciaría a intervenir para racionar las importaciones, pero ahora, en vez
de ejercer el control directo sobre los productos importados, procuraría regular su volumen global
gravándolo con aranceles y otros impuestos. Es decir, sustituiría un rígido y severo esquema de
restricción de las importaciones vía cantidad por otro que operaría vía precios.
• La instrumentación de esta política llevó a tomar dos tipos de medidas:
◦ El establecimiento de diversos regímenes de comercio para la importación con el objetivo de suprimir,
de manera progresiva, el comercio intervenido por el Estado. El comercio liberalizado ascendió al
33% del total, dando entrada a la mayor parte de las materias primas, bienes de equipo y piezas de
recambio. Y en 1965 el porcentaje ya superaba el 65% y a partir de 1967 se situó definitivamente por
encima de ¾ partes.
◦ El movimiento anterior se contrarrestó en cierta medida con el establecimiento de un nuevo arancel en
1960 que configuró un marco ciertamente muy protector y consentía que la industria española pudiese
producir en el mercado interior a precios muy superiores a los precios internacionales aunque, por el
Acuerdo Comercial Preferencial firmado por España y la CEE en 1970, tuvo lugar una gradual pero
significativa liberalización comercial.
II. La apertura financiera.
• De 1936 a 1959 las inversiones extranjeras habían sido muy escasas, a causa de la política sumamente
restrictiva seguida por el régimen franquista: Los extranjeros no podían repatriar los capitales que habían
invertido y se concedían pocas autorizaciones de nuevas inversiones de capital extranjero que además no
podían superar una determinada cueto de participación.
• A partir del Plan de Estabilización, se desarrolló una legislación muy liberal sobre las inversiones de
capital extranjero:
◦ Se declaró la libertad absoluta de inversiones, sin ningún tipo de restricción, hasta el 50% del capital
social de la empresa y hasta el 100% previa autorización del gobierno (aunque posteriormente se
eliminó la necesidad de esta autorización en algunos casos)
◦ Además de las inversiones directas, se permitieron las inversiones de cartera y las inmobiliarias.
◦ No se ponía ninguna traba a la repatriación de capitales invertidos y de las rentas generadas
(dividendos, intereses, plusvalías).
◦ Se daba garantías jurídicas sobre la propiedad y el derecho de transferibilidad de los beneficios y los
capitales al exterior.
• De este entorno liberal quedaron excluidos sectores que las autoridades consideraron demasiado sensibles
a los intereses nacionales: la industria de la defensa, la del refinado del petróleo, los medios de
comunicación y editoriales, el transporte aéreo, la banca y el sector eléctrico.

Resultados de la apertura al exterior:


• A partir de 1960 la economía española progresó más rápidamente que en ningún otro momento (“el milagro
económico español”).
• Gracias a la apertura comercial pudieron importarse cantidades crecientes de productos energéticos, materias
primas, bienes intermedios y se equipo a precios competitivos.
• Las importaciones aumentaron al 12.9 (en valores constantes) y las exportaciones una tasa del 11.5% anual
(también a precios constantes). Esto deterioró un desequilibrio: el déficit comercial.
• Los productos que España consiguió vender al exterior a penas financiaron la mitad de los que adquiría al resto
del mundo.
• Pero la misma apertura al exterior proporcionó las fuentes suministradoras de los ingresos que desempeñaron
la función de partidas equilibradoras de la balanza de pagos.
• De modo que la contribución compensadora de algunos componentes de la balanza de pagos resultó
particularmente importante para sostener la continua elevación de las importaciones, evitando que surgiese un
déficit en la balanza básica.
• Hay tres fuentes proveedoras de grandes volúmenes de divisas:
◦ Las remesas de emigrantes
▪ Están integradas en la balanza de transferencias, constituyendo una parte absolutamente mayoritaria
de la misma durante este período.
▪ Representaron la contrapartida a la impresionante ola emigratoria al exterior que tuvo lugar desde los
años 1950 hasta 1973 (aproximadamente 1.5 millones de españoles emigraron)
▪ Gracias a esta emigración la economía española se ahorró el problema del paro y recibió un
considerable volumen de ingresos del exterior merced a los ahorros que enviaban los emigrantes.
◦ El turismo.
▪ Tuvo una importancia muy superior, tanto en el equilibrio de la balanza exterior como en las
transformaciones que desencadenó en el sistema productivo e incluso en la sociedad española.
▪ Los niveles de bienestar económico alcanzados, hicieron posible que la población de los países
europeos desarrollados pudiese viajar de vacaciones al extranjero. El turismo se convirtió en un bien
de consumo corriente para las clases medias.
▪ España tenía unas condiciones particularmente favorables para desarrollar el tipo de oferta turística de
sol y playa (metros de costa, clima, situación geográfica, etc.) y, además, contaba con algunas
ventajas competitivas como unos salarios muy bajos que permitían ofrecer servicios a precios
asequibles para los visitantes extranjeros.
▪ La oferta de servicios turísticos requirió un enorme volumen de inversión en construcción y obra
civil.
▪ En la segunda mitad de los años 1950 tan sólo unos tres millones de extranjeros visitaron nuestro país.
A partir de 1960 se multiplicó por diez la cifra anterior.
◦ Las inversiones de capitales extranjeros.
▪ Entre 1959 y 1973 España recibió capitales exteriores por una cuantía superior al 6.100 millones de
dólares (anteriormente ya hemos analizado todos los factores que atrajeron ese capital).
▪ Las inversiones directas tuvieron más peso que las de cartera y en inmuebles.
▪ Centrándonos en las inversiones directas, Estados Unidos ocupó el primer lugar como inversor, con el
35% del total. Suiza y Alemania ocuparon la segunda y la tercera posición. Y, por detrás, encontramos
a Reino Unido, Francia y los Países Bajos.
▪ El destino de la inversión fue, sobre todo, la industria manufacturera y, dentro de la misma, el
protagonismo corresponde a dos sectores: la química y la mecánica (maquinaria y material de
transporte, fundamentalmente).
▪ En términos globales, más del 20% de la inversión bruta industrial procedió del exterior.

6.2 La modernización de la agricultura

La agricultura también ha desempeñado un papel importante, incluso en los casos, como el de España en esta época, en
que el sector industrial ha sido el verdadero sector del proceso de crecimiento.
La agricultura experimentó una transformación estructural muy profunda en un tiempo increíblemente corto. La
producción agraria aumentó entre1960 y 1973 a una tasa anual media de tan sólo el 2.4%. Entonces, ¿Cómo pudo
ayudar la agricultura a la aceleración de la industrialización?
Dado un estado de dualismo económico (tradicional –agricultura- y moderno –industria-) y dadas unas condiciones que
hagan posible la expansión del sector moderno, tendrá lugar el crecimiento económico a través de un éxodo masivo de
mano de obra rural que se dirigirá hacia ese sector. El proceso de crecimiento, de carácter auto sostenido, acaba
agotándose por sí mismo al desaparecer las grandes bolsas de paro encubierto del sector tradicional. El crecimiento será
tanto más intenso cuanto más grande sea la escala del éxodo, ya que las ganancias de productividad dependen de la
magnitud de este alcance. Esto nos ayuda a entender el “milagro económico” español.
El sistema productivo de la agricultura tenía como principal pilar la existencia de una mano de obra muy abundante, la
consecuencia económica de tal abundancia: salarios muy bajos. Además, la agricultura tradicional se basaba en la
utilización de una tecnología atrasada y se caracterizaba por una producción dirigida a atender una demanda de
alimentos poco diversificada, en consonancia con el bajo nivel de renta per cápita que tuvo España hasta bien entrada la
segunda mitad del siglo XX. Pero, al producirse la urbanización de la población e incrementarse fuertemente los
niveles de bienestar económico, cambiaron sensiblemente las pautas de consumo y ganaron importancia los alimentos
más elaborados, como, por ejemplo, los derivados lácteos, y la perdieron los alimentos más básicos en la dieta popular
tradicional, como el pan. Estas variaciones en la demanda de alimentos tuvieron que comportar una reconversión de las
explotaciones agrarias.
El factor desencadenante fue la disminución de la mano de obra. Los agricultores y propietarios de tierras de cultivo
reaccionaron de manera más lenta ante las nuevas orientaciones de la demanda, probablemente por culpa de la política
de precios de las autoridades. Como resultado de la inadecuación de la oferta a las nuevas inclinaciones de la demanda,
la balanza comercial de productos agrarios pasó del estado de superávit que tradicionalmente tendía a otro de déficit
continuado.
La emigración de mano de obra de la agricultura hacia la industria fue suficientemente masiva e intensa para provocar
un alza muy fuerte en los salarios agrícolas. E poco más de diez años, entre 1964 y 1976, se multiplicaron por un factor
5.5. Un encarecimiento de este orden en el coste del trabajo fue suficiente para activar modificaciones de gran alcance
en la función de producción de la agricultura, de modo que el trabajo fue sustituido masivamente por toda clase de
factores productivos.
Es decir, la industria crecía y mano de obra agrícola abandonaba su trabajo en el sector tradicional para irse a trabajar al
sector moderno donde el salario era más alto. Esto provocó que una mayor parte de la población contara con más
recursos económicos y la mejora del nivel adquisitivo provocó un cambio en las pautas de consumo. Además el salario
agrícola subió mucho para evitar el éxodo total, este encarecimiento de la mano de obra incentivó a los propietarios de
tierras a hacer mejoras para sustituir mano de obra por maquinaria y así abaratar costes.
¿Qué clase de cambios modernizaron el sector?
El campo español se pobló de maquinaria diversa que hizo el trabajo que hasta entonces realizaban los hombres y los
animales. Las explotaciones agrícolas tuvieron que efectuar un enorme esfuerzo de capitalización para dotarse de una
tecnología que les resultaba cara en relación a sus ingresos corrientes y para consumir un volumen mucho más grande
que antes de insumos no producidos por las propias explotaciones ni incluso por el sector agrario, como, por ejemplo,
abonos y piensos.
El mayor consumo de bienes intermedios conllevó un creciente y notable endeudamiento de las empresas agrícolas. La
agricultura ahora se convertiría en demandante de capital en grandes magnitudes. Una parte de las explotaciones
agrícolas no pudieron soportar tal endeudamiento, de modo que se vieron forzadas al cierre. Esto representó la cruz del
proceso de modernización del sector.
La cara fue una espectacular mejora en la productividad, lograda mediante la intensa capitalización, la agricultura pasó
a ser una actividad altamente capitalizada. Aumentó el consumo de fertilizantes, las unidades de tractores, cosechadoras,
motocultores, etc
Balance: La productividad de la agricultura creció a una tasa anual del 5.8% entre 1960 y 1974. Es cierto, asimismo,
que el proceso de modernización del sector estaba lejos de haberse completado al término del período. De hecho, la
crisis energética de 1973 no supuso una inflexión en el proceso de cambio estructural en que estaba inmersa la
agricultura. Las fuerzas modernizadoras –reducción de la oferta y la demanda de trabajo, dotación creciente de bienes
intermedios y de capital, etc.- continuaron desarrollándose. Entre 1974 y 1988 se mantuvo la trayectoria anterior: la
productividad ascendió al 6.1%. Esto expresa las profundas transformaciones acaecidas con fuerza desde 1960 y que se
tradujeron en una elevación acusada y sostenida de la productividad –mucho menos de la producción- a través de una
concentración muy intensiva del número de trabajadores combinada con un uso creciente de bienes intermedios y de
producción. Un cambio estructural de esta naturaleza que no evitó la pérdida de peso relativo del sector en la actividad
económica global.

6.3 La industrialización acelerada

Desde los mese finales de 1960 –una vez superada la recesión causada por el Plan de Estabilización- hasta 1974 la
economía española vivió un crecimiento explosivo, de una magnitud mayor que en cualquier otro momento histórico. El
crecimiento siempre estuvo por encima del 4% -en momento de máxima aceleración superaba el 10%- . Durante el
período se triplicó el producto total y se dobló largamente la renta por habitante- Una edad dorada, que en el caso
español, consistió en un proceso de industrialización acelerada.
La industria fue el motor de la progresión económica, creció a mayor velocidad que le resto de sectores (al 10.2% anual
entre 1960 y 1973) y, sobre todo, fue la protagonista de los cambios estructurales acaecidos en la economía española,
veremos a continuación las características de este período:
• España accedió al puesto de décima potencia económica del mundo y completó por fin de manera rápida la
industrialización iniciada más de un siglo atrás.
• Fuerte incremento del peso relativo de la industria en el empleo y la producción totales simultáneamente a la
pérdida de importancia relativa de la agricultura.
• Entre 1960 y 1974 la mano de obra industrial se amplió en un millón pasando de de 2.6 a 3.6 millones. El
avance, expresado en valores porcentuales, fue menos espectacular ya que la fuerza de trabajo total también
aumentó, de 11 a 13.4 millones.
• El peso relativo del sector primario en el mercado de trabajo disminuyó prácticamente a la mitad durante este
período, mientras que el de la industria aumentó moderadamente. Pero el papel crucial que jugó la industria en
el crecimiento y modernización económica no fue tanto por crear puestos de trabajo, sino por la capacidad de
elevar sustancialmente la productividad de los recursos empleados. En 1960 no superaba el valor añadido
generado por la agricultura, mientras que en 1974 casi lo triplicaba.
• Este cambio estructural pudo suceder porque se produjeron grandes modificaciones en la demanda, que a su
vez estimularon transformaciones en la oferta productiva, al tiempo que fueron impulsadas por ella. Pero,
debemos distinguir entre la demanda final, la exterior y la generada en el seno del propio sector
(intraindustrial)
o Demanda final: es la que hacen los consumidores finales y experimentó enormes variaciones, no sólo
varió la composición de la misma sino que también se expandió notablemente, al 6.6% anual.
- Al tener los bienes distinta elasticidad renta, a medida que se eleve el nivel de renta familiar o por
habitante lo incrementos tenderán a destinarse a la adquisición de bienes superiores. Los bienes
inferiores, cuyo consumo aumentará menos que proporcionalmente al incremento de la renta,
perderán importancia relativa; por el contrario, la ganarán los bienes que los consumidores prefieren
consumir una vez cubiertas sus necesidades materiales básicas.
- El primer grupo de productos abarca los alimentos, bebidas, tabaco y, en menor grado, vestido y
calzado. En 958 absorbían el 60% del gasto de las familias y en 15 años su participación se redujo
hasta el 47.2%.
- Al grupo de energía y agua también se dedicó una parte menos de la renta, pero no por el hecho de
que se consumiese mejor, ya que el consumo eléctrico aumentó, sino porque la sustitución del carbón
por la electricidad y el petróleo consiguió abaratar relativamente la factura de la energía.
- Entre los bienes de elevada elasticidad renta destacaron los servicios relacionados con la sanidad y el
ocio cuya participación en el gasto dobló (de 7% en 1958 a 14% en 1973/74).
- También doblo (del 5% a poco más del 10%) los gastos relaciones con el disfrute de las viviendas
(alquileres, reparaciones, conservaciones),a medida que una proporción mayor de éstas se localizaba
en zonas urbanas.
- Aumentó también del 5% al 8% el gasto en bienes y servicios relacionados con el menaje y limpieza
del hogar, como el mobiliario aparatos electrodomésticos o servicio doméstico.
- Sobresale, por encima de todo, el incremento en términos relativos del gasto en transporta y
comunicaciones (pasó del 1% en 1958 a casi el 10% en 1973/74).
- Pero, ¿por qué una mayor demanda de esta clase de bienes impulsó el crecimiento industrial?
 En la fabricación de bienes de consumos duraderos, como los automóviles o los electrodomésticos, hay
rendimientos crecientes a escala. A partir de un cierto volumen mínimo de producción, pueden ofrecer los
artículos a un precio decreciente. El abaratamiento tiene un efecto estimulante sobre la demanda,
amplificándose el mercado de tal modo que se produce un proceso acumulativo de aumento de aquélla, y, por
tanto, de expansión acelerada de los sectores industriales que participen en la fabricación de este tipo de
bienes.
o Demanda exterior: el comercio internacional pudo constituir una segunda palanca de la industrialización y
el crecimiento económico.
- Durante el período se expandió a un ritmo muy fuerte ofreciendo oportunidades de ampliación de los
mercados exteriores. Las exportaciones industriales españolas se expandieron más que las
exportaciones industriales mundiales. De forma que las ramas productivas ganaron cuota en el
mercado internacional.
- Al comienzo de la década de 1960 casi la mitad de las exportaciones eran productos agrarios,
sumando otros productos primarios –materias primas y productos energéticos- representaban casi el
70% del total de las exportaciones. Pero en 1972-1974, el peso relativo de los productos agrarios era
del 27% y el de los productos primarios en su conjunto del 35%. Estamos ante un cambio estructural
histórico.
- Es indicativo de un proceso de modernización y desarrollo y, por tanto, tiene un carácter irreversible.
Como en el ámbito de la producción o el empleo, comportó el ascenso del sector industrial en
detrimento de la pérdida de peso del sector agrario.
- España pasó de ser un país exportador de productos primarios, a ser exportador de bienes
manufacturados de consumo e intermedios y también de bienes de capital.
- Ahora bien, si confrontamos estas cifras con una medición del porcentaje representado por las
exportaciones sobre el volumen de producción vemos que en 1950 las exportaciones representaban
una fracción marginal de la producción (4%), pero en 1970 únicamente el 7% de la producción se
destinaba a mercados exteriores.
- Actividades como la textil, la siderurgia, buena parte de la química y la industria alimentaria, la de la
papelera, o la de la madera y el corcho no exportaron más del 5% de su producción.
- Algunas ramas productivas que ya tenían propensión exportadora como la del refino y derivados del
petróleo, las editoriales, la elaboración de conservas y bebidas, no aumentaron sustancialmente sus
exportaciones en la década de los 60, aunque el cuero y el calzado y la construcción naval sí lo
hicieron.
- En cuanto a las actividades que hasta la fecha no habían penetrado en los mercados internacionales,
destacan la industria del caucho y la de fabricación de maquinaria no eléctrica.
- En resumidas cuentas, sería exagerado afirmar que la industria española rompió radicalmente con el
pasado, abocándose en los mercados exteriores. Pero sí es cierto que para algunos sectores
(fabricación de caucho, de calzado y de equipo de transporte, especialmente construcción naval) las
exportaciones representaron una fuente importante de expansión.
- Cinco fueron los factores impulsores de la demanda exterior:

1. El nuevo tipo de cambio de la peseta.


2. El contexto de crecimiento acelerado que atravesaron todas las economías, en particular las
europeas.
3. La honda de renovación tecnológica experimentada por la industria nacional íntimamente
ligada las inversiones extranjeras.
4. La política de fomento de las exportaciones aplicada a partir de 1959.
- Los gobernantes construyeron un complejo mecanismo formado por instrumentos de
diversos tipos que daban estímulos a las empresas exportadoras.
- Destacan la devolución a los exportadores de los impuestos indirectos que gravaban la
producción y la provisión de créditos y seguros de crédito a la exportación.
5. El Acuerdo Preferencial con la CEE firmado en 1970.
o Demanda intraidustria: la industria fue capaz de crear su propio mercado, logrando además una constante
expansión del mismo.
- Este tipo de demanda también explica las transformaciones acaecidas en la oferta productiva.

- La demanda intraidustrial aumentó gracias a que, al incorporar tecnología moderna y alcanzada una
adecuada especialización productiva, algunas ramas pudieron explotar grandes economías de escala
en la producción. Las ganancias de productividad que consiguieron con ello fueron irradiadas a los
sectores industriales que consumían sus productos.
- Las actividades que más sobresalieron, con tasas de crecimiento anual del 13% o superiores, fueron
las siguientes: la química, los transformados metálicos y de construcción mecánica, la producción de
minerales no metálicos y la fabricación de caucho y plástico. Este conjunto de actividades concentró
el cambio técnico, mediante la importación de tecnología y la fabricación de bienes con patente
extranjera, a menudo acompañadas de la entrada de capital foráneo.
- La mejora de eficiencia productiva aportó un beneficio a numerosas industrias en forma de precios
decrecientes de los productos químicos que utilizaban como insumos, lo cual potenció a su vez el
crecimiento de la química al ensanchar su mercado. Los productores de bienes de equipo
subministraron maquinaria moderna y crecientemente barata al resto de sectores industriales, además
una demanda en fuerte alza espoleó la producción de medios de producción. La producción de
vehículos creció vertiginosamente arrastrando muchas actividades como la de transformados
metálicos, caucho, plástico o vidrio.

Por lo tanto, las actividades que más crecieron, a un 13% anual o superior, fueron la química, los transformadores
metálicos y de construcción mecánica, la producción de minerales no metálicos y la fabricación de caucho y plástico.
La mayoría de las otras actividades industriales se expandieron a un ritmo inferior. Ése fue el caso, por ejemplo, de la
minería – por el paulatino agotamiento de los recursos naturales- o industrias como la de alimentos, la textil o la de
madera, corcho y muebles, todas ellas por debajo de una tasa de crecimiento del 10% anual.
También podemos analizar el cambio estructural analizando la modificación de las especializaciones de la
industrialización durante el período 1960-1973. La alimentaria que figuraba en el primer puesto en 1960, cae al
tercero en 1973, la industria textil también pierde mucho peso y, de forma menos espectacular, también retrocedió la
minería. Por el contrario, los transformadores metálicos (incluyendo la construcción de maquinaria) se convirtieron
en la primera industria nacional. No obstante, el mayor salto lo dio la fabricación de material de transporte, pasó de
aportar el 6.6% a la producción industrial a aportar casi el 11%. Sobresalen también la industria del vestido y el
calzado, pasó de casi el 6% a casi el 9%, y la del caucho y el cuero.
Las ramas productivas que más contribuyeron al crecimiento de la industria y la economía transfiriendo parte de sus
ganancias de productividad al resto por medio de la venta de sus productos a precios decrecientes fueron las industrias
metalúrgicas y mecánicas y la industria química y afines (plástico y refinamiento de petróleo). La transformación
de minerales no metálicos también potenció, más modestamente el crecimiento industrial.
6.4 El sector servicios: La especialización turística

El turismo simboliza una verdadera revolución en el consumo que había en Europa Occidental a partir de los años de
1950: el acceso de sectores sociales muy amplios al consumo de bienes que anteriormente eran de lujo. Los niveles de
bienestar económico alcanzados durante la edad de oro hicieron posible que la población de los países europeos
desarrollados pudiese viajar de vacaciones al extranjero. El turismo se convirtió en un bien de consumo corriente con
una demanda relativamente rígida a la baja para las clases medias.
España tenía unas condiciones particularmente favorables para poder atender esta demanda:
• Gozaba de algunas ventajas absolutas que habrían de concederle la capacidad de ser una potencia turística de
primer orden.
• Tiene proximidad geográfica a los principales países consumidores de turismo.
• Condiciones naturales (calidad del paisaje, grado de insolación, longitud de costa y existencia de más playas
que en ninguna otra nación europea) excepcionalmente favorables para desarrollar el tipo de oferta turística de
sol y playa, más apetecida por los ciudadanos de los países vecinos.
• Además tenía ventajas competitivas que harían a España imbatible como oferente de turismo de masas: unos
salarios muy bajos, que permitían ofrecer servicios a precios sumamente asequibles para los visitantes
extranjeros, y una respuesta muy ágil por parte de los empresarios y de la Administración, materializada en la
ampliación de plazas hoteleras junto con otros alojamiento más.
En la segunda mitad de los años 1950 tan sólo unos tres millones de extranjeros visitaron cada año España. A partir de
1960, se produjo un ascenso intenso y constante, que llevó a multiplicar por diez las cifras anteriores.
La oferta de servicios no se limita solamente al sector de la hostelería (instalaciones hoteleras y de restauración) y de
transportes, ya que el turismo hace un consumo variado de bienes y servicios. Más aún, la oferta de servicios turísticos
requirió un enorme volumen de inversión en construcción y obra civil.
Aunque el modelo de crecimiento económico era extensivo (no en calidad) y tenía costes para el medio ambiente
(contaminación del aire y el agua, vertederos ilegales, etc.), corrupción política (recalificación masiva de terrenos),
costes paisajísticos (destrucción de playas). Además el empleo que generaba era estacional y muchas de las compañías
que gestionaban el turismo (tour operators) eran extranjeras y se quedaban con parte de los beneficios y, a veces,
imponían precios muy bajos a los hoteleros españoles.

6.5 Migraciones y mercados de trabajo

La emigración fue considerable y, además, España no era un país receptor de inmigración. Hay tres tipos de
movimientos migratorios:
I. Movimientos interregionales. Dentro de la misma región, la más corta en distancia. Se trataba de gente que
abandonaba el campo para irse a la ciudad, de gente que abandonaba el interior y se iba a las zonas costeras y
de gente que abandonaba las zonas montañosas hacia territorio llano.
II. Movimiento interregionales. Es el que se produce entre regiones. Pierden población las regiones del interior y
ganan las de la costa. Se produce el fenómeno de la infravivienda a causa del urbanismo. Las ciudades que más
crecieron fueron Valencia, Vizcaya, Barcelona, Madrid y Zaragoza, exceptuando las dos últimas, todas
próximas a la costa. Además se produce el despoblamiento de pueblos de interior por ejemplo de zonas de
Guadalajara y Segovia.
A partir de 1960 el éxodo rural adquirió proporciones gigantescas. Únicamente en un decenio emigraron dos
millones de trabajadores agrícolas. Un porcentaje muy significativo de los españoles cambiaron de municipio
de residencia. Las corrientes migratorias comprendieron todo el territorio. Comportaron, entre otras muchas
cosas, una urbanización extremadamente rápida de la población, que impulsó fuertemente la industria de la
construcción y el sector servicios. Pero no toda la mano de obra que abandonó el campo fue absorbida por los
sectores no agrarios. La mitad, aproximadamente, de las doscientas mil personas que cada año dejaron sus
tierras de origen emigraron al extranjero, mayoritariamente a los países vecinos.
La emigración provenía sobre todo de zonas con renta más bajas, como Andalucía, Galicia y Extremadura.
III. Movimiento exterior. Se trataba de migración legal y pactada entre los propios Estados, los españoles salían
con contratos laborales. Los destinos eran países normalmente de Europa: Alemania, Francia, Suiza y, en
menor medida, GB, Holanda y Bélgica. Entre 1959 y 1973 emigraron al continente europeo un millón de
personas; el 70% de los que salieron fuera de España en esos quince años. Otros destinos, menos
significativos, fura de Europa fueron Argentina y EEUU.
En cuanto a los factores de expulsión:
- Recesión 1959/1961 → Paro

- Bajos salarios.
- Situación política.
En cuanto a los factores de atracción:
- Demanda de empleo en otros países.
- Mejores salarios.
- Posibilidad de acceso a una mejor formación y educación.
- Medidas de protección social (Estado del Bienestar)
- Derechos políticos y sociales.
A nivel agregado, la emigración exterior tuvo un impacto positivo en la economía española.
• No hubo paro, oficialmente pleno empleo.
• Además la primera generación de emigrantes se caracteriza por maximizar el ahorro, consume poco y trabaja
mucho. Además su intención es volver al país de origen para montar un negocio y comprar una vivienda, o
para la jubilación. Fueron muy importante las remesas de los emigrantes.
• Es decir, la emigración ayudó a resolver el problema del paro y de la balanza de pagos.

6.6 La mejora del nivel de vida

Estas transformaciones económicas produjeron cambios en la estructura de la población. Se produjo un considerable


incremento demográfico (34 millones en 1970). Entre 1960 y 1973 la España agraria, rural y tradicional dejaba paso a
una España industrial, urbana y moderna, similar a la de los países de Europa occidental. Cayó el porcentaje de
personas ocupadas en la agricultura y aumentó el número de obreros de la industria y de empleados del sector servicios.
También cambió la estructura social, con predominio de las clases medias urbanas. El aumento de los salarios- aún
siendo bajos respecto a los europeos- y de la renta per cápita elevó el nivel de vida de los españoles, que iniciaron la
sociedad de consumo. Mejoró la alimentación, aumentó la construcción de viviendas- aunque no se acabó con el
chabolismo y las ciudades crecieron con barrios periféricos sin infraestructuras adecuadas-, los hogares se dotaron de
frigoríficos, televisores, teléfonos. Las vacaciones y el automóvil, el famoso Seat 600, estuvieron al alcance de más
personas. La Ley de Bases de la Seguridad Social (1963) hizo que el Estado garantizara asistencia médica, pensiones
de jubilación, y otras prestaciones a los afiliados, si bien insuficientes. La Ley General de Educación (1970) ampliaba
la escolarización obligatoria hasta los 14 años, lo que disminuyó el analfabetismo.
Se produjeron también cambios profundos en la mentalidad. Los jóvenes españoles, en contacto con los turistas
extranjeros, la vida urbana y la televisión (pese a la censura y manipulación continuas), tenían una concepción del
mundo más abierta y tolerante que la tradicional de la España oficial; buscaban su inspiración cultural en Europa - en
modo de vestir, música, pensamiento. España se secularizó. Las nuevas generaciones querían libertad no sólo
económica sino también política.

6.7 El intervencionalismo de nuevo cuño

Hablaremos ahora de los factores que distorsionaron el crecimiento y detrajeron capacidad de reacción a la economía
española. Las distorsiones estuvieron originadas básicamente, por dos elementos: el frenazo en la política de
liberalización interior y exterior, y, en segundo lugar, la introducción de un nuevo tipo de intervencionalismo que se
desplegó a través de los llamados Planes de Desarrollo. Hubo tres tipos de fuerzas perturbadoras del crecimiento y el
funcionamiento eficiente de la economía realmente porque a las dos anteriores se unió otra, entonces tenemos: las
restricciones a la competencia exterior e interior, la política de planificación de la Administración y la mediatización por
parte de la misma de la acción crediticia de las entidades financieras.
• Las presiones a favor de la protección por parte de los sectores industriales y agrícolas menos competitivos se
hicieron muy fuertes, de forma que a partir de 1965 el poder político se plegó a sus demandas y exigencias
• Desde 1964 hasta la muerte del dictador, la política económica giró alrededor de los planes del desarrollo.
Tenían una duración cuatrienal, por lo que se ejecutaron tres (1964-1967; 1968-1971; 1972-1975). Una de sus
políticas era la de reequilibrio económico territorial. Consistió en la creación de los denominados polos de
desarrollo, una serie de distritos industriales creados ex novo por la Administración. Con ellos pretendía llevar
a cabo una política de reequilibrio territorial por medio del fomento de la industrialización en las regiones más
atrasadas. Pero, para las empresas pasaban más las externalidades existentes en las áreas industriales
consolidadas que los incentivos fiscales y financieros que el Estado ofrecía a cambio de situarse en los polos
del desarrollo. Por lo tanto, la política fue un fracaso, además de costosa. Se derrocharon recursos que podían
haber tenido un uso alternativo de mucha mayor rentabilidad social.
Otra política dentro de los planes del desarrollo era el sistema de ayudas que movilizó el Estado en las
denominadas acciones concentradas. Una acción concentrada era un contrato entre el gobierno y las empresas
(o algunas de ella) de un determinado sector, en virtud del cual las empresas se comprometían a alcanzar unos
niveles de inversión y producción y, a cambio, el Estado facilitaba muchas ayudas: beneficios fiscales,
subvenciones y, sobre todo, financiación privilegiada. Las acciones concentradas se ampliaron a unos pocos
sectores: siderurgia, construcción naval, minería de la hulla. Caracterizados por una estructura oligopolista y
una presencia destacada de la empresa pública. Estas políticas en vez de mejorar la eficiencia económica y
elevar la productividad de las empresas y sectores beneficiarios sirvieron para fomentar su engrandecimiento
desmesurado.
• El sistema financiero de la época estuvo ampliamente mediatizado por los gobernantes. Los bancos privados y
las cajas de ahorro tenían que una parte de los recursos que manejaban a las inversiones dictadas por las
autoridades. Las entidades financieras debían aplicar una proporción elevada de sus activos a cubrir un doble
coeficiente: el llamado coeficiente de caja y el de inversión obligatoria. El primero implicaba la
inmovilización de un determinado porcentaje de sus pasivos computables en fonos públicos (vino a sustituir a
la Deuda pignorable automáticamente). El coeficiente de inversión obligatoria consistía en que las entidades
financieras debían dar ciertos préstamos y créditos a aquellas empresas que el gobierno designase como
beneficiarias de tratamiento preferencial. Esta política tuvo el efecto perverso de encarecer el capital para
todas las empresas que no contaron con los favores públicos. Además se asignaron ingentes cantidades de
recursos a actividades de baja productividad marginal. Estas políticas provocaron graves consecuencias al
estallar la crisis de 1973.

Además el fuerte crecimiento económico tampoco estuvo acompañado por un aumento de los ingresos y del gasto
público. No se hizo ninguna reforma fiscal que implicara obligar a tributar en función de la renta, por lo que no se
obtuvieron suficientes recursos para proveer los bienes públicos indispensables para realimentar el círculo virtuoso del
crecimiento. Sólo al final del franquismo, los gobiernos tecnocráticos plantearon la ampliación de algunos gastos, como
en educación en carreteras y autovías o en sanidad (se inicia la Seguridad Social a finales de los años 70).
Aunque, hay que tener en cuenta que hasta los años 50, el gasto público se concentraba en la administración, el ejército
y la vivienda. A partir de los 60, las principales partidas de gasto público fueron la sanidad y la enseñanza. Para
financiar esto se aumentó la presión fiscal, pero sobre todo a través de impuestos indirectos y como hubo un mayor
consumo, se recaudó más. La presión fiscal era del 16%, aunque en otros países europeos se llegaba al 40%. A parte de
estos dos servicios, lo que más creció fue el turismo, creció un 15% cada año hasta convertirse en el tercer destino
mundial
Tema 7. Crisis económica y transición política (1973 – 1985)

7.1 Repercusiones del doble Shock energético

En 1974 la actividad económica que venía expandiéndose a unas tasas extremadamente elevadas vio frenado
bruscamente su crecimiento. En el conjunto del decenio 1975-1985 se incrementó a una tasa anual del 2. Y el PIB per
cápita al 1.2%.
La desaceleración del PIB ocurrió en dos etapas. En la primera, de 1975 a 1978, las tasas de los años precedentes (en
torno al 8%) quedaron reducidas a la mitad. En un segundo momento, de 1979 a 1985, volvieron a caer, no logrando
superar en ningún año el 2%. Se trató de dos escalones: 1975 y 1979, cada uno de ellos asociado a un shock petrolífero.
La multiplicación de los precios del petróleo conllevó un cambio de los precios relativos que afectó a todos los bienes,
servicios y factores.
Algunos factores nos muestran la gravedad de la crisis:
• La inflación. Venía creciendo desde comienzos de la década, pero se disparó en 1974 hasta situarse en 1977 en
el máximo histórico absoluto (el 24% a final de año, pero a mediados de año llegó hasta el 40%). Respecto a la
evolución de los precios, destacar dos cosas: la inflación media de este período fue del 16%, superior a la de
cualquier otro período histórico; hubo un diferencial enrome con respecto a los países de la OCDE, pese a que
éstos también sufrieron grandes tensiones inflacionistas.
• La población ocupada pasó de 13.2 millones en 1974 a 10.6 millones en 1985. En 1974 l tasa de paro estaba
por debajo del 3% y al final del período más del 20% de la fuerza de trabajo se encontraba en situación de
desempleo forzoso.
• La inversión disminuyó muy intensamente a un ritmo anual de reducción del 2.2 % (descapitalización).
• La capacidad de ahorro de las empresas y las familias declinó de forma aún más espectacular (la tasa de ahorro
retrocedió en 7 puntos porcentuales).
• La balanza por cuenta corriente registró déficits cuantiosos en la mayoría de estos años.
• El gasto público se acrecentó de manera desmedida, prácticamente dobló en relación al PIB. Esto provocó un
crecimiento incesante del déficit presupuestario. En un tiempo breve las administraciones públicas pasaron de
tener capacidad de ahorro a incurrir en un déficit equivalente al 5% del PIB.
La crisis que asoló nuestra economía estuvo causada por la crisis económica internacional cuyo desencadenante fue el
shock petrolífero, aunque durante los años 60 las economías de la OCDE fueron desestabilizadas por otros factores.
• La recesión iniciada en 1974 y que se prolongó hasta 1983 fue el resultado de un conjunto de fuerzas: desde el
hundimiento del sistema Bretton Woods.
• La competencia planteada por la emergencia de los llamados nuevos países industrializados.
• Las crecientes rigideces e ineficiencias que a las economías europeas creaba un sector público engordado en
demasía.
• Las presiones inflacionistas provocadas por las movilizaciones obreras y las alzas salariales.
• Aunque, no hay que olvidar, que la subida tan elevada de los precios de un bien tan esencial como el petróleo
representó un shock de oferta de extraordinaria potencia. Entre el otoño de 1973 y la primavera de 1974 los
precios del crudo se cuadruplicaron y, de nuevo, en 1979-1980 casi se triplicaron.
Nuestra economía sufrió con más intensidad la crisis si nos comparamos con otros países del entorno, no sólo en los
desequilibrios nominales (precios o tipo de interés), también en las variables reales, por ejemplo la tasa de paro. El PIB
per cápita español en relación al comunitario también divergió, los españoles retrocedieron en 1985 al nivel de 1973
(perdieron 6 puntos porcentuales, uno por año).
Pero, ¿por qué sufrió España ese alejamiento?
• Era una economía muy dependiente del exterior en lo referente a los mecanismos de equilibrio de la balanza de
pagos.
• Se había especializado en la producción de bienes que requerían un elevado consumo energético, en particular
una dependencia muy acusada del petróleo.
• Había vivido durante muchos años bajo un régimen dictatorial, con lo cual se adentró en un proceso de
transición política para establecer un sistema democrático, esto afecta de dos maneras:
o Ciertos condicionamientos institucionales y debilidades estructurales heredados del sistema dictatorial que
ahora se clausuraba.
o Dificultades inherentes en todo proceso de transición política.
Este último factor, el de la coincidencia de la crisis económica con la transición política lo analizaremos más
detenidamente dada su relevancia. Podemos destacar dos peculiaridades de la economía que el franquismo dejó como
herencia y que ayudaron a agravar la crisis:
• Los mercados de bienes y de factores estaban extensamente regulados. Esta regulación distorsionaba los
precios y encarecía los bienes y recursos productivos, además investía al sistema económico de una gran
rigidez, en un momento en que la marcha de la economía internacional exigía la máxima flexibilidad
adaptativa ara transferir recursos de los sectores que el encarecimiento del petróleo había convertido en
obsoletos hacia otros con potencial de crecimiento.
• Los períodos críticos, los que siguieron a las alzas brutales de los precios del petróleo, son períodos en que en
España la política económica estuvo fuertemente condicionada a los factores políticos:
o en el primer episodio se trató del declive irreversible de la dictadura y el arduo proceso de transmutación
de este régimen en una democracia.
o En el segundo caso, fue la descomposición del partido en el gobierno y los ataques de diversas fuerzas a
un sistema político democrático escasamente consolidado.
Esto nos ayuda a entender por qué las autoridades económicas reaccionaron de manera muy lenta e insuficiente..
El comportamiento de España en lo referente al consumo de petróleo fue completamente anómalo, ya que el consumo
aumentó. Entre 1973 y 1980 la industria autóctona no emprendió ninguna reconversión seria para ahorrar energía, ya
que las autoridades tan solo repercutieron en pequeña medida el encarecimiento del crudo en el precio final, rebajando
el impuesto especial sobre los hidrocarburos pata compensar la elevación de precios. Estas políticas tuvieron como
consecuencia, además de la no reconversión:
• Los ingresos recaudados por el gobierno por los impuestos sobre el crudo se redujeron prácticamente a cero, se
deterioraron las cuentas públicas.
• Estimuló la instalación en España de industrias altamente consumidoras de energía provenientes de otros
países que sí adoptaron una política incentivadora de ahorro energético.
Cuando se intentó rectificar esta errónea política, a partir de 1978, España estuvo forzada a hacer un ajuste mucho más
duro, ya que entonces tuvo lugar también el segundo shock petrolífero.
Como resumen, entre 1974 y 1977:
- Las autoridades fueron incapaces de repartir los costes de la crisis imponiendo sacrificios a los diversos
segmentos sociales y económicos (los gobernantes fueron incapaces de imponer medidas socialmente duras y no
tuvieron la fuerza política necesaria para poder distribuir entre los diversos sectores económicos y grupos sociales los
recortes en la renta causados por la crisis).
- El consumo, público y privado, cebado por la política de dinero barato, apenas cedía (los gobernantes optaron
por acomodar los excesos de demanda con una política monetaria laxa, de tipos bajos y financiación abundante)
- Las exportaciones y los ingresos por turismo se contraían.
- Combinación de inflación acelerada y déficit creciente en la balanza exterior.
- Por estos motivos, en 1976 se devaluó la peseta, fue una devaluación del 11% con respecto al dólar pero, sin
ajuste interno, los precios siguieron aumentando y la inflación laminó el efecto corrector de la devaluación en menos de
un año.
- En los meses centrales de 1977 se situaba la inflación en el 40% interanual.

7.2 Las políticas constra la crisis: los Pactos de la Moncloa (1977)

En 1977 las circunstancias requerían una nueva política económica, a fin de cortar los desequilibrios más
desestabilizadores. El programa económico del primer gabinete de la democracia se concentró en los denominados
Pactos de la Moncloa. Se trató de un pacto social acordado en octubre de 1977 entre todos los partidos políticos con
representación parlamentaria. El acuerdo consistió en un pacto social que tuvo por finalidad repartir equitativamente los
sacrificios que la situación económica exigía.
1. La política antiinflacionista, se basó en:
1. Un control más riguroso de la cantidad de dinero (fin a la época del dinero barato)
2. Los aumentos salariales dejarían de ser función de la inflación pasada para ser función de la inflación
prevista por el gobierno. Por lo tanto, se intentó contener intentó contener el aumento de los salarios reales
(esto se intentaría compensar con mayores prestaciones sociales).
2. Fuerte devaluación para corregir el desequilibrio exterior. La devaluación fue del 20% con respecto al dólar.
Seguida durante un tiempo de la flotación del tipo de cambio.

Pero, los Pactos de la Moncloa fueron algo más que una política de ajuste destinada a frenar y resolver desequilibrios
macroeconómicos. Tuvieron además el carácter de una política de reforma. El eje fundamental de la cual fue la reforma
fiscal:
1. El sistema fiscal existente a mediados de los años 70 era anacrónico e inadecuado para las necesidades
requeridas por la economía y la sociedad española del momento.
• Cerca de la mitad de los ingresos de la administración pública procedían de las cotizaciones a la Seguridad
Social.
• En torno al 30% provenían de los impuestos indirectos.
• Los impuestos directos aportaban tan sólo el 18.5% y eran muy rígidos e inequitativos.
• Este sistema impositivo no consentía los fuertes aumentos del gasto público que la ciudadanía reclamaba a
la naciente democracia.
2. El nuevo cuadro tributario debería basarse en tres pilares:
• El impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF).
➢ Aplica unos tipos tanto más elevados cuanto mayor sea la base imponible, es decir, es de naturaleza
progresiva y ha sido un potente instrumento de redistribución de la renta. Se alteró sustancialmente el
reparto de la carga tributaria
• El impuesto sobre la renta de las sociedades.
• El impuesto sobre el valor añadido.
➢ No fue implantado hasta 1986, al ingresar España en la CEE.
• La reforma fiscal allegó más recursos a las arcas públicas y dio como resultado un aumento de la presión
fiscal. En 1985 los impuesto sobre la renta y el patrimonio aportaban al Estado unos recursos equivalentes
al 8.5% del PIB, la cifra doblaba la de diez años antes.

A parte de la modernización del sistema financiero, los Pactos de la Moncloa acordaron otras políticas estructurales en
ámbitos como el energético o el del sector empresarial público, aunque sin grandes resultados excepto en la
liberalización del sistema financiero:
• La banca extranjera pudo instalarse en el país, aunque con algunas limitaciones.
• Los bancos nacionales y las cajas de ahorros dejaron de estar sometidos a restricciones en cuanto a su negocio
(fin de la distinción entre banca industrial y banca comercial).
• Tuvieron libertad para expandirse territorialmente.
• Pudieron fijar libremente los tipos de interés.

Como política de ajuste, los Pactos de la Moncloa dieron un resultado aceptable:


• Se dio paso a un proceso, aunque muy gradual, de desinflación.
• Se dieron superávits en los dos años siguientes en la balanza por cuenta corriente.
• Los efectos macroeconómicos a corto plazo fueron importantes en el terreno de las finanzas públicas.
• El segundo shock petrolífero anuló los progresos realizados a lo largo de dos años y, otra vez, la política
económica quedó relegada por los problemas y dificultades de la transición política
• En 1982 el PSOE tuvo que volver a aplicar las mismas recetas aplicadas en 1977: devaluación y política
antiinflacionista basada en la moderación salarial y el reforzamiento de la política monetaria restrictiva.

7.3 La emergencia del Estado del Bienestar

Uno de los rasgos básicos de la economía española de este período es el extraordinario crecimiento de las finanzas
públicas.
Con la democracia hubo que dar satisfacción a muchas demandas sociales no cubiertas anteriormente. La demanda de
prestaciones sociales por parte de la ciudadanía cobró fuerza de 1975 en adelante, al esperar del nuevo Estado de
democrático medidas para aliviar la crisis y bienes preferentes y equipamientos colectivos que el Estado franquista
había regateado. Es decir, los primeros gobiernos democráticos tuvieron que construir un Estado de Bienestar
deprisa y en la peor coyuntura, cuando en el resto de Europa Occidental comenzaban a tomar conciencia de las
dificultades de sostenibilidad y se planteaban su reforma.
Aumentó el gasto público total de las administraciones públicas (Estado central, Seguridad Social, y administraciones
locales) en relación al PIB. En 1973 era del 22.7% y en 1985 se situaba en el 42.5%. Pero este impresionante ascenso
del gasto público no pudo ser totalmente financiado con los impuestos, ya que se habría agravado la recesión económica
al deprimir el consumo privado y hundir todavía más la inversión, por lo tanto, y aunque la presión fiscal aumentase
(pasó del 23.8% al 35.5%), la posición financiera de las administraciones públicas se deterioró severamente: de un
estado de superávit en 1973, se vino a pasar en 1985 a un déficit equivalente al 7% del PIB.
El gasto se concentró esencialmente en:
• Los gastos sociales.
◦ Dentro del grupo de bienes preferentes el mayor aumento correspondió a educación, tanto por la
ampliación de la tasa de cobertura como por la mejora de las prestaciones y las capacidades en la
educación no obligatoria.
◦ El gasto en sanidad no creció tanto porque los déficits en este campo eran menos lacerantes ya que desde
mediados de los años 70 el Estado franquista dio prioridad al desarrollo de una red básica hospitalaria y de
atención médica primaria.
◦ Dentro del gasto en mantenimiento o sustitución de rentas el protagonismo correspondió al pago de
pensiones y al subsidio de desempleo.
• Las transferencias de capital a las empresas, públicas y privadas.
◦ Se refiere a transferencias de capital a las empresas con problemas financieros o sometidas a planes de
reconversión.
• Las cargas financieras.
◦ Consumieron un volumen de fondos superior al destinado a bienes públicos como la defensa.

Resultado:
1. España hizo un enorme esfuerzo por converger hacia el modelo comunitario de Estado del Bienestar. Aunque,
a la altura de 1985, los grandes capítulos de los gastos sociales (educación, vivienda, sanidad y Seguridad
Social) así como la inversión pública en infraestructuras básicas se situaba a unos niveles todavía
significativamente inferiores que los de los países de la CEE.
2. El desarrollo del Estado de Bienestar sirvió para disminuir las desigualdades en la distribución de la renta. Se
redujeron gracias al nuevo esquema fiscal de imposición directa y por las prestaciones sociales gratuitas como
la educación y la sanidad y también por las pensiones y los subsidios al desempleo.

7.4 Crisis industrial y bancaria

Crisis industrial:
La explosión de los precios del petróleo afectó más agudamente a la industria que a cualquier otra actividad económica,
exceptuando el transporte. Se sumaron además unos factores adicionales:
• España concentraba su industria en las ramas más intensivas en consumo de energía y mano de obra y de
menor contenido en tecnología y capital humano. Ya que en la década de 1960 con la apertura comercial y
financiera se potenció las industrias productoras de bienes en cuya fabricación se utilizaba una tecnología poco
sofisticada y que hacían un gran uso de mano de obra.
• La aparición de nuevos competidores (nuevos países industrializados) con grandes ventajas comparativas puso
en situación comprometida a las industrias de los países desarrollados.
• En 1973 estos sectores se enfrentaron a caídas persistentes de la demanda.
• Es decir, tenemos más oferentes más competitivos y menos demanda, no es de extrañar que la industria
española sufriese una crisis muy aguda.
De 1978 a 1984 la producción industrial permaneció absolutamente estancada y el sector industrial evolucionó peor que
los restantes sectores económicos. Dentro del mismo, la trayectoria de la industria manufacturera tendió a ser, a su vez,
más desfavorable. Y la inversión en la industria descendió a un 2.3% anual durante una década entera (1974 a 1984),
incluso se habla de un proceso de desinversión industrial.
La industria entró verdaderamente en recesión en 1978, ¿por qué no lo hizo antes, en 1974? Porque, como ya hemos
visto antes, el impacto del alza de los precios energéticos fue amortiguado hasta 1977 por la política de precios de las
autoridades. Poco tiempo después, con la segunda crisis petrolífera, la escalada de precios fue trasladada a los
consumidores del mismo y de sus derivados. Además de la subida de los precios del petróleo, otros dos factores
encarecieron la producción:
1. El encarecimiento de la mano de obra.
• Los salarios experimentaron fuertes subidas desde que comenzó a resquebrajarse el modelo autoritario de
relaciones laborales del franquismo.
• Los costes laborales crecieron a mayor velocidad que los salarios a causa del ascenso de las cotizaciones a
la Seguridad Social.
• Al comienzo de la transición, se produjo una oleada reivindicativa que desencadenó una auténtica
explosión salarial. Los trabajadores, espoleados por los sindicatos se movilizaron reclamando fuertes
alzas salariales.
• Los aumentos de los costes laborales superaron el 20%.
• Esto sucedía en un momento en que los márgenes salarias se redecían por la retracción de la demanda y la
inflación de costes.
• Incrementos tan desorbitados tuvieron efectos devastadores sobre la competitividad y el equilibrio
financiero de las empresas.
2. El encarecimiento del capital
• Si entre 1975 y 1977 las empresas industriales pudieron absorber el impacto del aumento de los costes de
producción fue gracias al endeudamiento. Los tipos de interés reales eran negativos como consecuencia
del encubrimiento de la inflación y de que los tipos de interés nominales de préstamos y créditos se
incrementaron con relativa lentitud al ser precios administrados.
• Pero, a partir de 1977, liberalizado el sector los tipos de interés se desbordaron y las empresas se
enfrentaron a abultadas cargas financieras, algunas no pudieron soportar el sobrecoste financiero y
cerraron.

La conjunción del alza de los costes financieros con la segunda explosión de los precios del petróleo y la escalada de los
salarios empujó la industria a un ajuste drástico a la baja de capacidad productiva y de puestos de trabajo.

Crisis bancaria:
La crisis bancaria no fue tan grave como la industrial, en la que tuvo su origen. Las empresas industriales, justo con las
del sector servicios, constituyen los clientes más importantes para la banca. De modo que cuando la caída de los
márgenes de explotación y el aumento de los costes financieros arruinó la solvencia de las empresas, los activos
financieros se deterioraron irremisiblemente.
Además, la liberalización intensificó la competencia por la captación de pasivo y bancos y cajas se lanzaron a una
carrera para abrir oficinas con el fin de ganar cuota de mercado, en un momento en que se producía una pérdida de
calidad de los activos. Por otra parte, la escasa capacidad de vigilancia y supervisión del sistema financiero por parte de
las autoridades monetarias dejó el camino expedito (libre) para que se desarrollase la crisis.
7.5 Los procesos de reconversión industrial

La crisis industrial tuvo tal intensidad que los gobernantes se vieron forzados a diseñar una política específica destinada
a la ayuda y reestructuración del sector. Esta política suele denominarse de reconversión industrial. Aunque ésta no se
inició hasta 1981 (de forma tardía respecto a otros países), aunque hubo que esperar hasta la aprobación por el PSOE de
la segunda ley de reconversión (1984) para que se emprendiese de manera decidida. Antes de 1981 el gobierno se
decantó por la llamada política de socialización de pérdidas, que consistía en la nacionalización de empresas en
situación más delicada.

Reconversión industrial:
• El objetivo era que los sectores sometidos a la reconversión pudiesen hacer frente a las nuevas condiciones de
la competencia internacional.
• Pero antes era necesario sanear financieramente las empresas mediante transferencias de fondos públicos y
ajustes energéticos. Además, irían invirtiéndose abundantes recursos públicos en renovación tecnológica
para dotar a las empresas en crisis del equipo necesario para aumentar la productividad.
• En la segunda ley de reconversión, se añadió la industrialización. Encaminada a potenciar actividades
dinámicas en las zonas donde se concentraban las empresas de los sectores industriales más maduros.
• La reconversión se aplicó tan sólo a unos sectores específicos: la siderurgia, la construcción naval la rama de
los fertilizantes, la de los electrodomésticos de línea blanca y la fabricación de grandes bienes de equipo.
Todos ellos sufrieron caídas muy fuertes de la demanda y encajaron pérdidas muy voluminosas, a la vez que se
caracterizaban por contar con una presencia destacada de la empresa pública.
• La política de reconversión se concentró sobre todo en las plantas siderúrgicas y los astilleros. Los sectores
sometidos a planes de reconversión representaron menos del 10% del empleo industrial.
• ¿Cuál fue el resultado de esta política?
o No dio ningún resultado a lo que respecta al objetivo de industrialización. Las comarcas en que la
siderurgia, la minería o los astilleros tenía un papel preponderante no escaparon a un declive imparable.
o Como estrategia de replegamiento y liquidacionista la reconversión dio un resultado aceptable. Se
cubrieron los objetivos de reducción de puestos de trabajo y de cierre de plantas.
o En el terreno del saneamiento financiero, no se consiguió más que aminorar las pérdidas, y tan sólo de
forma transitoria.
o La principal virtud es que permitió proceder a un desmantelamiento ordenado de sectores sin futuro,
movilizando los sectores necesarios para sofocar la enorme conflictividad social que provocaría la
clausura de gigantescas plantas.
o Fue una política claramente discriminatoria. Los trabajadores despedidos o pre-jubilados de determinadas
industrias y zonas recibieron un trato claramente privilegiado con respecto al resto.
o Esta política tuvo un coste efectivo muy elevado en términos de gasto público.

Saneamiento bancario:
• Se crearon dos instituciones: el Fondo de Garantía de Depósitos y la Corporación Bancaria (esta última
formada paritariamente en la aportación de recursos por el Banco de España y la banca privada)
• La función era ayudar, comprar y liquidar bancos en dificultades. Además tenían como misión otorgar
garantías absolutas a los depositantes, lo cual tuvo mucha importancia para mantener la confianza del público.

Políticas estructurales:
Las políticas de reconversión industrial y de saneamiento del sector bancario tuvieron un carácter marcadamente
defensivo. Los primeros gobiernos democráticos (tanto la UCD como el primer gabinete del PSOE) procuraron
impulsar políticas de reforma estructural destinadas a mejorar el funcionamiento de los mercados.
Al tratar los Pactos de la Moncloa, hemos visto la reforma fiscal y la liberalización del sistema financiero (medias
anticíclicas). Ahora, para tener una visión completa de la reforma efectuada durante la transición, examinaremos tres
cuestiones más (medidas estructurales):
• La reforma del marco de relaciones laborales.
o Antes de la instauración del régimen constitucional, al expirar la dictadura, se promulgó una Ley de
Relaciones Laborales (1976) que legalizó el derecho de huelga y preservó el carácter rígidamente
intervencionalista de la legislación laboral franquista.
o En los primeros meses de 1977 se reconoce la libertad de asociación sindical y se disuelve la organización
Sindical.
o Una vez celebradas las elecciones democráticas, se aprobaron una serie de pactos sociales. EL objetivo era
la desaceleración del crecimiento de los salarios y los precios, teniendo en cuenta la inflación esperada y
no la pasada.
o Entre 1980 y 1985 se firmaron cuatro pactos distintos:
 El Acuerdo Marco Interconfederal (AMI). Firmado en 1980 únicamente por la CEOE y UGT. Se
sentaba el principio de autonomía de las organizaciones sindicales y patronales en la negociación de
las relaciones laborales.
 Acuerdo Nacional sobre el Empleo (ANE). Firmado en 1981. Primer acuerdo social a tres bandas
(gobierno, patronal y sindicatos). EL objetivo fue la contención del crecimiento de los costes
laborales (igual que en el AMI). Además el gobierno asumió ciertos compromisos de gasto social.
 Acuerdo internacional (AI). 1983. Al margen del gobierno y con la participación de los sindicatos
mayoritarios.
 Acuerdo Económico y Social (AES). Firmado en 1985 por la patronal y UGT.
o El resultado de este modelo de concertación social fue:
 Se forjó un marco de reconocimiento y negociación entre los principales agentes sociales.
 A quienes más benefició fue a las fuerzas sindicales que consiguieron un gran poder de representación
y de presión.
 No consiguió en absoluto reducir las rigideces del marco regulador de los contratos de trabajo.
o En 1980 se aprobó el Estatuto de los Trabajadores, se ampliaban las posibilidades de despido al margen de
los expedientes de regulación de empleo. Introducía facilidades en el despido en términos de ahorro de
tiempo y de coste.
o En 1980 también se aprobó La Ley Básica del Empleo que establecía varias modalidades de contratos
temporales.
o Fue necesario una reforma para configurar un marco legal que estimulase verdaderamente la creación
masiva de puestos de trabajo en cuanto las empresas hubiesen saneado su situación y la economía se
recuperara. Dicha reforma se implantó en agosto de 1984.
• La liberalización comercial.
o Los gobernantes no tomaron medidas relumbrantes pero, sin embargo, la economía española dio un
importante paso adelante en lo que se refiere al grado de apertura exterior. El comercio exterior pasó de
representar el 23.2% del PIB en 1973 al 35.4% en 1985.
o Se debió sobre todo a compromisos internacionales.
o En 1979 firmó un acuerdo con la EFTA por el cual hacía extensivos a los países de esta área comercial las
tarifas arancelarias aplicadas a los de la CEE en virtud del Acuerdo Preferencial.
o Al año siguiente se aceptaban las reducciones de tarifas aprobadas en la Ronda de Tokio del GATT.
o La segunda crisis del petróleo y los problemas surgidos en las negociaciones de adhesión frenaron el
esfuerzo liberalizador a partir de 1980.
• La apertura financiera al exterior.
o Se instaló la banca extranjera en España, aunque no arrebató mucha cuota de mercado ya que todavía tenía
ciertas limitaciones.
o Se liberalizaron los movimientos de capital y los pagos exteriores. El cambio legislativo llegó en 1979 al
modificarse el régimen jurídico del control de cambios.
o En el nuevo marco legal, los españoles podían realizar libremente inversiones directas en el extranjero.

7.6 El paro masivo

A partir de 1977 hubo paro masivo. En el sector industrial se destruyeron un millón de puestos de trabajo, pasándose de
3.6 a 2.6 millones, esto supone la pérdida de más de uno de cada 4 puestos de trabajo. La ascensión de la tasa de paro
superó la sufrida por las otras economías de la OCDE. La magnitud del desempleo constituye la prueba más clara de un
verdadero proceso de desindustrialización.
Al desempleo generado por la depresión industrial se sumaron otras fuentes de tensión en el mercado de trabajo:
I. La coincidencia de la crisis industrial con la llegada al mercado de trabajo de las generaciones más abundantes
de la historia de España (el baby boom español situando entre 1957 y 1978).
II. La súbita interrupción de la emigración exterior y su inversión de signo. Con el final de la edad dorada, las
economías europeas dejaron de necesitar mano de obra procedente de la Europa mediterránea. Además,
muchos emigrantes españoles prefirieron volver a España a invertir sus ahorros, las indemnizaciones que
habían obtenido al perder sus puestos de trabajo o a gastar sus pensiones de jubilación. Entre 1974 y 1979
hubo 300 mil personas que volvieron a España.
III. Hay que añadir el desempleo originado por la culminación del proceso de modernización de la agricultura. Las
mejoras de la productividad permitieron aumentar la producción con un número de ocupados cada vez menor.
Durante los años de crisis económica perdió más empleo la agricultura que la industria y al construcción
juntas, lo que podría explicar por qué en España el paro fue mayor que en otros países de la OCDE.
La sociedad española reaccionó con varias estrategitas:
• Ampliando rápidamente la duración de los estudios y retrasando la incorporación al mercado de trabajo con la
esperanza de obtener mejores cualificaciones para competir en él.
• Mediante la retracción de parte de la población activa del mercado de trabajo. Mujeres, jóvenes y adultos
cercanos a la edad de jubilación dejaban de buscar trabajo si creían que era imposible encontrarlo.
7.7 España, hacia la integración europea

(En 1957 con la firma del Tratado de Roma se creó la Comunidad Económica Europea (CEE))
El ingreso de España en la Comunidad Económica Europea, rebautizada como Unión Europea por el tratado de
Maastricht, el 1 de enero de 1986 ha sido unos de los acontecimientos más importantes de la historia contemporánea
española. Culminaba así de forma súbita y espectacular un proceso de gradual internacionalización iniciado por España
en 1959 con el Plan de Estabilización.
España ha estado intentando entrar en la CEE casi desde que ésta se constituyó. En 1962 el ministro de Asuntos
Exteriores solicitó formalmente la apertura de negociaciones con el fin de lograr la adhesión. En 1965 se abrieron unas
conversaciones exploratorias, pero quedaba claro que mientras España no fuese una democracia homologable con la de
los países comunitarios, la integración estaba descartada.
Finalmente, en junio de 1970 se firmó el Acuerdo Preferencial, se trataba de un convenio comercial que habría de
resultar muy ventajoso para las exportaciones de nuestros artículos industriales. Las exportaciones españolas a la CEE
se multiplicaron por un factor 4.5 mientras que las importaciones se mantuvieron estables.
En julio de 1977, una de las primeras medidas que tomó el gobierno consistió en elevar a Bruselas una solicitud formal
para abrir negociaciones que condujeran a la plena adhesión de España a la CEE. La integración de España era vista
como un desafío importante para los otros países miembros ya que suponía replantearse la política agrícola y pesquera
(PAC). Por otra parte, la debilidad del partido en el gobierno entre 1979 y 1982 no ayudó en las negociaciones.
Finalmente, en 1983 se produjo un desbloqueo, gracias a la firme recuperación de la política europea (que no la
española) y a la clara voluntad política. Había motivaciones económicas, pero sobre todo razones políticas, lo que
buscaba el gobierno de Felipe González era hacer irreversible el proceso democrático.
El proceso negociador arrancó con fuerza después del Consejo Europeo de Stuttgart de junio de 1983 y el 12 de junio
de 1985 tuvo lugar la firma solemne del tratado de adhesión, en virtud del cual España y Portugal pasarían a ser
miembros a todos los efectos de las Comunidades Europeas. En dicha fecha se abrió un período transitorio de desarme
arancelario, desplegándose un desarme gradual por ambas partes. España debía eliminar los impuestos para-
arancelarios que gravaban las importaciones y suprimir los mecanismos de desviación fiscal de las exportaciones. Y
debería aproximar sus aranceles al arancel comunitario con respecto a países terceros.
En 1986, en la cumbre de Luxemburgo, se aprobó el Acta Única Europea, en virtud del cual habría de crearse de manera
efectiva el mercado interior europeo (espacio económico en el que circularían libremente no tan sólo mercaderías, sino
también los servicios las personas y los capitales) y se fijó un objetivo mucho más ambicioso: la denominada Unión
Económica y Monetaria. Este plan quedó dibujado en el informe Delors y aceptado por el Consejo Europeo celebrado
en Madrid en junio de 1989 y ese año, el gobierno integró la peseta en el mecanismo de tipos de cambio del Sistema
Monetario Europeo (que tenía un sistema de cambios casi fijos)
En el tratado de la Unión Europea aprobado en 1992 en Maastricht se ratificaron y concretaron estas directrices.
Tema 8. La integración en la Unión Europea (1986 – 1996)

8.1 La construcción europea

La evolución de la economía española describe un ciclo completo entre 1986 y 1993, que podemos calificar como el
ciclo de integración. Los dos rasgos más remarcables de la trayectoria de la economía española desde el ingreso a la
CEE son la sincronía prácticamente absoluta entre el ciclo español y el comunitario y el perfil más pronunciado del
ciclo económico español.
Efectivamente, durante la segunda mitad de la década de 1980 nuestro país gozó de la expansión más fuerte entre los
países de la OCDE, ahora bien, cuando a comiendo de la década de 1990 las economías industrializadas cayeron en
recesión, España la sufrió con mayor intensidad.
La fase ascendente del ciclo, comprendida entre 1986 y 1990, se caracteriza por una expansión muy vigorosa. El PIB
creció a una tasa media del 4.4% y la inversión al 11.6%. En cuanto al empleo, en un quinquenio aumentó más de lo
que lo hizo entre 1960 y 1974.
La inversión fue el principal motor de la expansión económica. El consumo, sobre todo el público, también se
incrementó muy deprisa (más que el PIB) a causa de los gastos relacionados con el Estado del Bienestar, el consumo
privado también aumentó por el fuerte aumento del empleo y de los salarios. La confluencia de todo esto, dios como
resultado un ritmo de crecimiento de la demanda interna del orden del 8% anual. Aunque estos niveles eran difícilmente
sostenibles ya que iban acompañados de un déficit en la balanza comercial y por cuenta corriente.
Por otra parte, la prosperidad económica alivia dos desequilibrios macroeconómicos estructurales, el paro y el déficit
público. La tasa de paro pasa del 21% en 1985 al 16% en 1990, aunque continuaba siendo elevada.
La inflación no pudo bajarse ya que se implantó el IVA, aunque la bajada de los precios del petróleo compensó una
subida que podría haber sido espectacular.
El año 1990 representó el punto de inflexión entre la fase expansiva y la contractiva. El panorama internacional hizo
varias las economías industrializadas hacia la recesión por las incertidumbres surgidas por el derrumbe de los regímenes
comunistas, la reunificación alemana y la preparación de la guerra del Golfo.
La combinación de gasto público al alza (por los mecanismos contracíclicos propios del Estado de Bienestar y por los
gastos por las Olimpiadas de Barcelona) y actividad productiva a la baja provocó un rápido agravamiento del déficit
público.
El ajuste llegó de la mano de una cadena de devaluaciones de la peseta. Gracias a ellas, se consiguió una mejora
espectacular de las cuentas exteriores desde 1993. No la hubo en cambio en el terreno de la inflación, muy inflexible a
la caída de la producción y al aumento del paro.
La tasa de desempleo alcanzó en tres años el nivel récord del 24%, España tenía un grave problema estructural en este
aspecto.

8.2 Efectos económicos de la integración en la UE

Los efectos reales de la integración:


Hubo dos impactos fundamentales:
• El primero tuvo lugar en el comercio exterior.
o España tenía unos niveles de protección muy elevados todavía en 1985, de modo que la integración a la
Comunidad habría de comportar una liberalización comercial radical (se estableció un período de siete
años para el desarme arancelario).
o Importante efecto de creación de comercio. La parte de la demanda interna cubiertas por las
importaciones de la zona comunitaria aumentó considerablemente, sustituyendo la producción nacional
que no era tan eficiente o competitiva. Las importaciones extracomunitarias, por el contrario, se
mantuvieron más o menos estables. Por tanto, no se soportó el coste derivado del efecto desviación de
comercio.
o En las importaciones industriales, los productos procedentes de la zona pasaron de representar el 36.8% en
1985 a casi el 60% en 1990.
o En las exportaciones, si en vísperas a la adhesión la CEE absorbía la mitad de nuestras ventas al exterior,
en 1990 el porcentaje era del 70%.
o La liberalización comercial tuvo como consecuencia una muy desigual expansión de las importaciones y
las exportaciones. De 1986 a 1990 las importaciones de incrementaron anualmente a una tasa formidable
y, en cambio, las exportaciones crecieron relativamente muy poco.
- Esto se debe que los sectores exportadores españoles no habían de verse beneficiados de modo
significativo porque antes de la integración ya tenían fácil acceso al mercado comunitario gracias al
Acuerdo Preferencial.
- Además, al sector agrario español se le impuso un periodo transitorio más largo de rebaja de los
aranceles y de disfrute de las subvenciones de la PAC, por lo que durante unos años los agricultores
españoles no pudieron colocar cantidades crecientes de productos en el mercado comunitario.
- La apreciación de la peseta y la mayor inflación restaron competitividad a los productos españoles.
- Las compras al exterior se incrementaron tan fuertemente debido a la liberalización comercial y al
gran dinamismo de la demanda interna.
o Como resultado tenemos un déficit exterior aparatoso. El saldo desfavorable de la balanza comercial en
1985 suponía el 2.5% del PIB, mientras que de 1989 a 1991 el porcentaje si situó por encima del 6%. Esta
subida no se compensó con los superávits de las balanzas de servicios y transferencias por lo que apareció
un déficit en la balanza por cuenta corriente.
o España tuvo que acudir al ahorro exterior.
• El segundo fue la inversión.
o Necesaria por el déficit cuantioso de la balanza por cuenta corriente.
o En los cinco primeros años de la integración, se produjo un boom inversor en España.
o Los inversores, fundamentalmente empresas europeas, deseaban estar presentes en el mercado peninsular
al prever que éste tendría un fuerte dinamismo como consecuencia de la integración. Se produjo entonces
una adquisición a gran escala de empresas nacionales, que fue seguida de inversión de bienes de equipo,
destinada a dotarlas de nueva tecnología.
o La inversión de bienes de equipo aumentó cada año a tasas de orden del 15%.
o Los capitales extranjeros jugaron un papel muy activo en esta euforia inversora, el 17% del total de la
inversión procedió del exterior, la mitad de la inversión exterior procedía de los países comunitarios.
o Si nos centramos solo en el sector industrial, la contribución de la inversión directa foránea fue casi de la
mitad de los capitales empleados. En el caso de industrias de demanda fuertes, la participación del ahorro
exterior ascendió al 97% y en las ramas de demanda moderada al 57%.
o Es decir, el capital extranjero se volcó hacia los sectores que tenían un mayor potencial de crecimiento,
que eran los más avanzados tecnológicamente y aquéllos que podían explotar más economías de escala.
o La inversión extranjera contribuyó a la mejora de la eficiencia de la industria española. Estas nuevas
capacidades se mostraron a partir de 1994 superado el efecto adverso de la sobrevaloración de la peseta y
superada la recesión internacional.
o Las exportaciones se reactivaron a una tasa media anual del 11.3% para el período 1994-1998.

Los efectos nominales de la integración:


La integración comenzó a dejar huella sobre la economía española por la vía monetaria y financiera después del
lanzamiento del plan Delors de unión monetaria y de la incorporación plena de la peseta al Sistema Monetario Europeo.
Ambas cosas ocurrieron en junio de 1989.
Ciertos desequilibrios básicos que hasta entonces habían impedido que nuestro país alcanzase la debida estabilidad
macroeconómica harían difícil su pertenencia al sistema monetario y pondrían en riesgo el cumplimiento de los criterios
establecidos en el tratado de Maastricht para poder formar parte de la moneda única.
Existían dos fuentes principales de problemas internos que se transmitieron de la economía financiera a la economía
real:
• El déficit público.
o Presionaba al alza los tipos de interés. Soportar unos tipos de interés tan elevados suponía infringir un
duro castigo a los emprendedores al encarecer el coste del capital y reducir la rentabilidad marginal de la
intraversión (aunque ésta no se hundió por el desembarco masivo de los inversores extranjeros y por la
euforia consumidora de las familias).
o Obligaba a aumentar el gasto público. Esto generó un déficit en la balanza por cuenta corriente, que hizo
necesario recurrir al ahorro externo para cubrirlo. Esto significa que el crecimiento depende de que sigan
acudiendo capitales foráneos y, además, su efecto expansivo se traspasa al exterior por la vía de un exceso
de importaciones sobre las exportaciones, mientras que los efectos de unos tipos de interés elevados y una
alta inflación recaen sobre la propia economía.
o Además, de 1989 a1991 entraron muchos capitales financieros, a corto plazo, atraídos por la elevada
rentabilidad de los títulos públicos españoles. Esta avalancha de capital especulativo tuvo el efecto
perverso de provocar una apreciación de la peseta lo cual tendió a agravar el desequilibrio comercial al
hacer perder competitividad a los artículos españoles.
o Consecuencia:

→ La crisis financiero europea de 1992-1993 hizo insostenible la situación. Los inversores cayeron en la
cuenta de que los países europeos en lugar de converger, divergían y de que las paridades vigentes en
el Sistema Monetario Europeo no eran creíbles. Entonces de deshicieron de activos financieros de las
monedas sobrevaluadas, como la peseta.
→ La retracción de los inversores extranjeros forzó una sucesión de devaluaciones de la peseta. Hubo
tres entre septiembre de 1992 y marzo de 1993, más una cuarta en 1995. Para evitar el colapso
completo del Sistema Monetario Europeo y la ruina del proceso de unificación monetaria, se decidió
en 1993 ampliar enormemente las bandas de fluctuación de los cambios.
→ La caída de la cotización de la peseta acabaría haciendo posible restablecer el equilibrio externo al
potenciar las exportaciones e inhibir las importaciones.
• La inflación.
o Provocó una pérdida acelerada de competitividad de las empresas españolas ya que nuestra economía
sufría una inflación más elevada que los otros países de la Unión Europea.
o Pero, ¿qué causas provocaban esta inflación?

- El déficit público.

- Las alzas salariales


- El escaso nivel de competencia y las bajas ganancias de productividad de un buen número de
actividades del sector servicios.

8.3 Las reformas estructurales

Las reformas del mercado de trabajo, del sistema de cobertura de desempleo, el inicio de la política de privatizaciones o
modificaciones institucionales como llevar a la primera línea de la política económica la Política de Defensa de la
Competencia, o dar autonomía al Banco de España, son sólo algunas pinceladas del vasto mural de reformas que se
introdujeron en el período, algunas con gran coste social y político, como el derivado de las reformas del sistema de
desempleo, pero que han rendido enormes beneficios al país.

Políticas de defensa de la competencia:

Con la entra en la CEE y la asunción por parte de la misma de una política de competencia común, los gobernantes
españoles se dedicaron a sentar las bases de la política de defensa de la competencia. El nuevo marco legislativo
prohíbe las prácticas restrictivas de la competencia, como por ejemplo las colusiones y el abuso de posición dominante.
Una institución de nueva planta, el Tribunal de Defensa de la Competencia, se encarga de velar por que haya la máxima
competencia posible en los mercados.

Políticas de liberalización:

Sistema financiero. Absoluta liberalización de los movimientos de capital a partir de 1992. Además la eliminación
absoluta del control de cambios vino dictada por el Acta Única Europea y por en plan de Unión Económica y Monetaria
de 1989. Al disminuir hasta desaparecer el control de cambios, la actividad financiera creció inmensamente. También se
ha producido la desregularización del sistema bancario, es decir se ha eliminado cualquier intervención administrativa
sobre las cantidades gestionadas por éste.
Mercado de valores. La Ley de Mercados de Valores de 1988 reguló, reformó y modernizó la estructura organizativa y
el funcionamiento de los mercados preexistentes y futuros. La Ley sustituyó además el sistema tradicional de agentes de
cambio y bolsa por las sociedades y agencias de valores y apareció un regulador: la Comisión nacional del Mercado de
Valores.
Mercado laboral. En 1984 se aprueba la reforma del Estatuto de los Trabajadores con el objetivo de flexibilizar la
entrada y la salida del mercado de trabajo introduciendo nuevas figuras contractuales de duración fijadas: contratos
temporales, contrato en prácticas y los contratos para formación.
La reforma posibilitó una tasa de incremento de la población empleada muy intensa durante la etapa expansiva, pero
permitió una destrucción de puestos de trabajo muy rápida y masiva en la fase contractiva. En 1994 se aprobó una
nueva reforma laboral que establecía un nuevo tipo de contrato para los jóvenes (contrato de aprendizaje), potenciaba la
negociación colectiva, establecía la libertad de creación de empresas de trabajo temporal, suprimía los obstáculos a la
movilidad funcional, etc.
En 1977, se intentó rebajar la tasa de temporalidad que caracterizaba el mercado de trabajo español con la creación de
un nuevo tipo de contrato de duración indefinida y unas condiciones de rescisión mucho más favorables para los
empresarios.

Privatización del sector público empresarial.

Decenas de empresas fueron vendidas de forma directa, generalmente a multinacionales de sus respectivos sectores, tras
haberlas saneado financieramente. Entre los casos más emblemáticos hallamos el de Seat, adjudicada a Volkswagen, y
el de Enasa, adjudicada a Fiat. La privatización de las empresas públicas más grandes y estratégicas, como Telefónica,
Repsol o Endesa, se hizo por la vía de las ofertas públicas de venta de acciones (OPV).
Al acceder al poder en 1996, el Partido Popular imprimió un nuevo impulso al proceso privatizador.

8.4 La inversión, el motor del crecimiento

Ver punto 8.2

El capital extranjero se volcó hacia los sectores que tenían un mayor potencial de crecimiento, que eran los más
avanzados tecnológicamente y aquellos que podían explotar economías de escala. Con ello, la inversión exterior
contribuyó a la mejora de la eficiencia de la industria española. Si en los años 1960 el capital exterior ayudó a que la
industria nacional pudiese crecer rápidamente sobre la base de especializarse en la producción de manufacturados con
bajos requerimientos tecnológicos e intensivos en manos e obra, ahora, a finales de los años 1980, el capital exterior
vuelve a jugar un papel crucial al dotal a la industria española de nuevas capacidades, que implicarán nuevas
especializaciones.
Estas nuevas capacidades no se mostrarán hasta 1994 superado el efecto de la sobrevaloración de la peseta y la recesión
internacional. Las exportaciones se reactivaron, la tasa anual aumentó al 11.3% anual entre 1994-1998. España se fue
orientando hacia la exportación de productos de los sectores industriales avanzados e intermedios, rompiendo con la
pauta de especialización anterior a 1986. Las ramas de los sectores tradicionales han dejado de aportar la parte
mayoritaria del valor de las ventas exteriores y han perdido peso relativo con bastante claridad a lo largo del último
decenio del siglo XX.

8.5 La hegemonía del sector terciario

En los últimos años España ha experimentado un proceso de “terciarización” de su economía, apreciándose en hechos
como la aportación del sector al PIB (más del 60%) y la población activa ocupada en sus actividades (61,8%). Las
causas de este crecimiento espectacular, sobre todo a partir de la década de los sesenta, son:
• El aumento del nivel de vida (renta) posibilita un mayor consumo de servicios.
• La superación de la fase de industrialización, lo cual generó un trasvase de mano de obra y riqueza al sector
servicios, sobre todo a partir de la crisis industrial de los años setenta.
• La creciente incorporación de la mujer al mercado laboral, sobre todo en este sector.
• El aumento de los servicios públicos por la creación de las administraciones autónomas y el desarrollo del
estado del bienestar.

Todas las comunidades autónomas muestran una clara hegemonía del sector terciario, tanto en aportación al PIB como
en empleo, pero existen desequilibrios territoriales en dos aspectos: el grado y la calidad de terciarización.

a) El grado de terciarización es mayor en las comunidades especializadas en turismo (Canarias, Baleares y


Andalucía) y en los centros rectores del país (Madrid, Cataluña y País Vasco), y es menor en aquellas
comunidades que no comparten ninguno de estos dos aspectos (Galicia, La Rioja, Asturias, ambas Castillas y
Extremadura).
b) Las distintas ramas que componen el sector terciario tienen un peso desigual:
• Los servicios destinados a las empresas o a la producción dominan en un reducido número de provincias
(Madrid, Barcelona, País Vasco y Zaragoza), siendo escasamente representativas en el resto del país.
• Los servicios relacionados con el consumo están más implantados en la Comunidad Valenciana, sureste
andaluz y las islas (comercio, hostelería e inmuebles).
• Los servicios escasamente cualificados (personales, administrativos y los de carácter asistencial)
predominan en el resto del territorio.

Las principales actividades son:


• Servicios sociales: sanidad y educación.
• Servicios financieros.
• Servicios de información y comunicación.

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