enorme, compleja, y casi indescriptible red de cambios. Los factores disponibles se destinan a las empresas en busca de la mejor distribución posible. Las empresas orientan su producción a los consumidores, los cuales tratan de satisfacer de la mejor forma posible sus necesidades. En el centro orgánico de ese proceso de localizan los mercados de factores y de productos finales, a través de los cuales se controla esa actividad. Desde el punto de vista de las actividades generadoras de bienes y servicios de la retribución a los propietarios de los factores de la producción que a través de ello logran su capacidad adquisitiva, la actividad económica puede describirse a través de dos flujos: FLUJO REAL: Constituido por bienes y servicios. FLUJO MONETARIO: Por el cual, se analizan los ingresos distribuidos por sistema en su operatoria. Estos flujos se generan a su vez desde dos polos: 1. Polo de la familia o del consumo. 2. Polo de las empresas o de la producción. Estos dos polos han de desempeñar sus principales funciones económicas (consumir-producir). Se interrelacionan directamente dando origen a la producción de bienes y servicios. Los factores de la producción pertenecen a las familias y estas suministran trabajos, capacidad empresarial, recursos naturales, etc., a las empresas. Tales suministros fluyen hacia el polo de la producción, donde para la obtención de bienes y servicios finales, los que vuelven para que las familias puedan adquirirlos y mediante el consumo de sus necesidades. Simultáneamente se genera el flujo monetario donde las empresas retribuyen, por la sesión o contratación de factores, a las familias mediante salarios, renta, intereses, beneficios. Estos ingresos constituirán la capacidad de compra, o consumo de las familias que se concretara en el mercado de bienes.