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Podemos inferir que los cosméticos son usados en muchas mujeres desde muy temprana

edad, ya sea para resaltar los rasgos de su rostro y ocultar ciertas imperfecciones; sin
embargo, el estar expuestos constantemente a estos productos cosméticos generan una
bioacumulación de diversos metales, que a su vez vendrían a ser tóxicos en el
organismo; entre ellos encontramos al plomo, un metal tóxico presente en cada
cosmético ya sea en mayor o menor proporción. De los estudios realizados se aprecia
que los cosméticos con mayor incidencia de plomo son los labiales y las sombras de
ojos, puesto que muchos de ellos no presentan registro sanitario, fecha de caducidad, o
un proceso exhaustivo en su elaboración y son distribuidos en proporciones cada vez
más mayores sin tener en cuenta la calidad de la materia prima y la maquinaria utilizada
en la producción de estos cosméticos. Al ingresar este metal a nuestro organismo genera
numerosas afecciones en diferentes sistemas de nuestro cuerpo: el sistema nervioso,
hematológico, gastrointestinal, cardiovascular y renal. Por lo tal debiera ser un factor
fundamental la constante monitorización de los aditivos a usar en cada proceso
cosmético garantizando que cada industria cumpla a cabalidad los parámetros
permitidos para evitar una intoxicación y por consiguiente problemas de salud.
Contemplando el grado tóxico de este metal entidades como la FDA ha establecido
como nivel máximo 10ppm permitidos en la fabricación de cosméticos, así mismo la
OMS refiere como intoxicación a un valor mayor a 15 µg/dL a diferencia del CDC
donde nos dice que una intoxicación es mayor o igual a 10 µg/dL. Para determinar el
porcentaje de plomo existente en los labiales se utiliza una técnica extremadamente
sensible que es la Espectroscopía de absorción atómica con llama, estas líneas de
absorción atómica son considerablemente estrechas y lo más importante es que las
energías de transición electrónicas son únicas para cada elemento y están en el orden de
los ppm, en las investigaciones realizadas se determinó que todos los labiales
procesados contienen una cantidad de plomo mayor a la establecida. Podemos concluir
que estamos expuestos de una u otra manera a este metal tóxico, y muchas veces con
diferentes hábitos. Este metal no tiene un rol biológico por consiguiente no debiera estar
presente en nuestro cuerpo.

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