Una alimentación que incorpore calcio y las vitaminas. Algunas buenas
fuentes de calcio son los productos lácteos, las almendras, el brócoli, la col rizada, el salmón enlatado con huesos, las sardinas y los productos de soja, como el tofu.
Entre las buenas fuentes de vitamina D se encuentran los pescados grasos,
como el salmón, la trucha, los peces blancos y el atún. También los hongos, los huevos y los alimentos fortificados, como la leche y los cereales, son buenas fuentes de vitamina D. La luz solar también contribuye a la producción de vitamina D en el cuerpo.
Es recomendable realizar actividad física. Los huesos son tejidos vivos
que responden al ejercicio lo que favorece su fortalecimiento y redunda es una mayor resistencia. El ejercicio físico nos permite mantener la fuerza muscular, la coordinación y el equilibrio, lo que a su vez ayuda a prevenir las caídas y fracturas.
Evita el abuso de sustancias. Como fumar, beber bebidas alcohólicas
O tomar refrescos azucarados es la causa de una influencia negativa sobre nuestros huesos. Por eso, es fundamental tener presente que las bebidas alcohólicas así como los refrescos azucarados, deben consumirse con moderación para no perjudicar la salud ósea.