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jNO ESTOY ENFERMO, NO NECESITO AYUDA! Como ayudar a un enfermo mental a aceptar el tratamiento Edicién del X aniversario Dr. Xavier Amador LEAP INSTITUTE www.LEAPInstitute,org del copyright Vida Press, LLC www, VidaPress.com Parte I La negacion de la enfermedad «El conocimiento es felicidad, porque tener un conocimiento —amplio, profundo— es distinguir lo verdadero de lo falso, y las cosas nobles de las bajas» Helen Keller «Mientras que una parte de lo que percibimos del objeto que tenemos delante nos llega a través de los sentidos, otra parte (quizd la mayor parte) viene siempre de nuestra propia mente. El hecho de que el cerebro es la parte de nuestro cuerpo vinculada a cualquier actividad mental esta hoy en dia tan universalmente reconocido que es innecesario que lo demuestre. Me limitaré a declararlo y comunicarlo» William James Principios de psicologia 1890, volumen 1, Prélogo 20 1 Un problema corriente «{No estoy enfermo, no necesito ayuda!» — Palabras de Henry Amador al autor — «Mi hermano esté muy enfermo. Se negaba a tomar la medicacién. Tratamos de convencerle», dijo April Callahan, hermana de Russell Weston, acusado de haber disparado a dos guardias del Capitolio de Estados Unidos. «Es incapaz de hacerlo», afiadié su madre, Arbah Weston. «Qué vamos a hacer con un hombre de 41 afios? No podemos meterlo dentro del coche.» — Declaraciones del 26 de julio de 1998 — «Habia esta persona enferma que irrumpié en la casa de David Letterman. Era su enfermedad. Ella mostraba una total aversién al tratamiento y no admitia que tenia un problema.» — Palabras de Anna-Lisa Johanson al autor — «Mi madre queria que nos instaldramos en su propiedad y le convenciera de que admitiera ayuda. Pero, segiin él, el problema era nuestro, no suyo.> — Palabras de David Kaczynski, hermano del confeso «Unabomber» Ted Kaczynski, al autor — «Tras el ultimo episodio maniaco de Jeff, crei que por fin se habia dado cuenta de que necesitaba su medicacién. Pero la semana pasada dejéotra vez de tomar el litio. él dice que ahora esté mejor y ya no lo necesita.» — Palabras de Julia al autor — Casi todo el mundo es consciente del problema, aunque s6lo sea por los titulares de los periédicos: muchos enfermos mentales se niegan a al reconocer su enfermedad y, por tanto, rechazan el tratamiento. Los que somos parientes de personas asi nos resistimos a vernos a nosotros mismos y Ver a nuestros seres queridos reflejados en estas cabeceras. Las palabras de Julia nunca fueron tema para las noticias, pero revelan un problema al que se enfrentan varios millones de familias en Estados Unidos cuyos nombres jamds saldrén en los medios de comunicacién. De hecho, ésta es una situacién mucho mas corriente que las de la violencia y/o el suicidio, que son las situaciones que acaban apareciendo en la prensa. Pero, al igual que en los ejemplos famosos antes citados, el familiar de Julia cree que no estd enfermo y no quiere tomar la medicacién. Su negacién y su rechazo quiza no sean tristemente célebres, pero casi seguro que le llevaran a un empeoramiento de la enfermedad, a perder oportunidades y a que su relacion con sus seres queridos se deteriore. Mucha gente con trastorno bipolar y esquizofrenia cree que su enfermedad va y viene. Durante un breve periodo, Jeff fue consciente de que padecia una enfermedad y tomé la medicacién que le habian prescrito. Pero cuando las cosas mejoraron, decidié que ya no necesitaba seguir tomando litio. Para Jeff, el litio era un medicamento para tratar una enfermedad mental igual que los antibiéticos lo son para tratar una infeccién. Cuando te acabas el envase, estas curado. En realidad, la mejor comparacién es que el litio es a la depresién maniaca lo que la insulina a la diabetes, un producto quimico que es necesario tomar cada dia para evitar recaidas 0, incluso, la muerte. Porque tanto el trastorno bipolar como la esquizofrenia son muy mortales (cerca del 10-15% de los afectados muere de esta enfermedad por suicidio), de modo que la analogia resulta muy apropiada. Aunque Jeff tomaba su medicacién sdlo de forma esporddica, su situaci6n era muy ventajosa, ya que muchas personas con una enfermedad mental grave nunca han reconocido que estaban enfermos y no se han tomado la medicacién ni una sola vez. [Note:] Muchas enfermedades mentales pueden ser muy graves (por ejemplo, la depresién, la ansiedad y los trastornos de personalidad, entre otras), Sin embargo, para simplificar, diré «enfermedad mental grave» para referirme especialmente a las enfermedades psicéticas, entre ellas la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo y el trastorno bipolar. David Kaczynski, hermano de Theodore Kaczynski, el «Unabomber » («Bombardeador»), me dijo que, a pesar de que su hermano mantuvo aterrorizada a la nacién durante dos décadas, la familia Kaczynski habia recibido innumerables cartas de apoyo, comprensién y condolencia de gente que tenia alguna relacién con un enfermo mental. Al igual que David y su madre, esas personas habian experimentado la desesperanza y el dolor 22 que conlleva cuidar a alguien que no percibe su enfermedad mental. De hecho, yo fui uno de los que les escribieron. Al igual que ellos, vi reflejada mi situaci6n en la de Ja familia Kaczynski. Pero yo fui mas afortunado, porque mi hermano Henry, como la inmensa mayoria de quienes padecen estas enfermedades, nunca fue violento, Mucho mis corrientes que las tragedias que salen en los titulares son las que ponen a prueba los lazos familiares y los principios morales de los terapeutas a los que se ha confiado la atencidn de nuestros seres queridos. Cuando de nuevo encontramos el envase de la medicacién en la basura 0 escondido bajo el colchén, cuando nos dice que nos ocupemos de nuestros asuntos, que los tinicos que tenemos un problema somos nosotros, cuando vuelve a saltarse la visita al médico, todos tenemos ganas de tirar la toalla. A veces, aunque nosotros no huyamos, nuestros seres queridos si lo hacen. Desaparecen durante horas, dias, semanas e incluso afios. Mi hermano Henry tenia por costumbre desaparecer durante dias y andar por el mundo haciendo autostop. Algunos se convierten en noticia anénima cuando pasan a engrosar las filas de los indigentes o los encarcelados. éste era mi mayor temor. [Note:] Este libro va dirigido tanto a lectores profesionales como a los legos que intentan ayudar a personas con enfermedad mental grave. Existen muchas formas de referirse a la persona a quien deseamos ayudar: paciente, consumidor, miembro de la familia, ser querido, etc. Para evitar un lenguaje complicado, a partir de aqui me referiré a «ser querido», «familiar» 0 «pariente». Los lectores que sean profesionales sanitarios pueden sustituirlo por «pacienter, «cliente» o «consumidor», segiin prefieran, para referirse a ellos. En los Estados Unidos hay unos seis millones de individuos con enfermedad mental grave, y los resultados de estudios recientes indican de forma inequivoca que aproximadamente el 50% de la gente que padece estas enfermedades no se da cuenta de su propia enfermedad y se niega a tomar la medicacién que le han prescrito. Esto significa que hay tres millones de norteamericanos con enfermedad mental grave que no son conscientes de ello. La mayoria de estudios indican que aproximadamente la mitad de la gente con enfermedad mental grave no toma su medicacion. El motivo mds comin es Ia escasa conciencia de la enfermedad. Seguramente usted ya tenia una cierta idea de lo extendidas que 23 estaban estas enfermedades, gpero se ha parado a pensar alguna vez cuantos familiares representa eso? Afiada solo un hermano o un hijo, y la cifra crece enormemente. Esto si que es un gran titular: mas de diez millones de norteamericanos tienen un pariente enfermo mental que no lo percibe y que rechaza el tratamiento. En los tiltimos veinte afios se ha registrado un extraordinario aumento de la investigacién sobre el problema de la escasa conciencia de la enfermedad. Uno de los primeros estudios de este periodo fue el que llevamos a cabo mis colaboradores y yo. Estudiamos a mas de 400 pacientes con trastornos psicoticos de todo Estados Unidos. Este estudio apractico» formaba parte de nuestra colaboracién en la revisién del Diagnostic and Statistical Manual for Mental Disorders (DSM) (Manual Diagnéstico y Estadistico de las Enfermedades Mentales), que dirigia la American Psychiatric Association. Determinamos muchos sintomas, entre ellos la conciencia de varios aspectos de la enfermedad y el tratamiento. Lo que pretendiamos averiguar era cudnta gente con enfermedad mental no es consciente de ella. Los resultados demostraron que el 60% de los pacientes con esquizofrenia, cerca del 25% de los que tienen un trastorno esquizoafectivo y casi el 50% de los individuos maniacodepresivos no eran conscientes de que estaban enfermos. Este importante hallazgo se ha repetido mds de cien veces en la bibliografia de investigacion, y estd tan ampliamente aceptado que, ya en 2000, el manual estandar de diagnéstico que utilizaban los profesionales de salud mental en los Estados Unidos mencionaba que «La mayoria de individuos con esquizofrenia tiene poca conciencia de que padece una enfermedad psicética...» (Diagnostic and Satistical Manual for Mental Disorders, IV-TR. American Psychiatric Association, 2000, p. 304). Es decir, cuando se seleccioné a los pacientes para nuestro estudio, se les pregunt6 si presentaban algtin problema mental, psiquidtrico o emocional, y cerca de la mitad contestaron «no». Por lo general, ese «no» era enfatico y a veces iba acompafiado de extraiias explicaciones, como por qué estaban ingresados en la unidad de psiquiatria. Las explicaciones iban desde «porque mis padres me trajeron aqui» a ideas tan extrafias como «estoy aqui para un examen general». La mayoria de pacientes con trastornos de ansiedad y depresién buscan activamente el tratamiento porque se sienten mal y desean recibir ayuda; en cambio, esos pacientes no eran conscientes de padecer una enfermedad mental grave. A diferencia de los que sufrian ansiedad y depresién, nunca se quejaban de los sintomas porque no los tenian. En realidad, su principal queja era que se sentian victimas de la familia y los amigos, y jde que los médicos les presionaban 24 para que siguieran el tratamiento de una enfermedad que no tenfan! Nos sorprendimos al saber que los problemas relacionados con la conciencia de la enfermedad no se detenian al negar el diagnéstico. La falta de conciencia de la enfermedad que estdbamos comprobando era grave y omnipresente Pacientes con esquizofrenia que no percibian los signos y sintomas de Ia enfermedad (%) 10) al Alucinaciones Ideas -Pensamienca Afectividad Anhedonia Asoeiabilidad delirintes. deso‘ganizide aplanada Fuente: Amador, Andreasen, Yale y Gorman, Archives of General Psychiatry, 1994 Ademas, un porcentaje significativo de los pacientes que estudiamos tampoco percibian los diversos signos de la enfermedad que padecian, a pesar de que quienes estaban en contacto con ellos podrian facilmente reconocer los sintomas (por ejemplo, pensamiento desorganizado, mania, alucinaciones, etc.). El patrén de la omnipresente negaci6n de los sintomas que se muestra en la figura se encontré también en los demas pacientes con trastorno psicético que estudiamos (excepto en los que padecian depresién psicdtica). Era la primera vez que alguien habia observado este parmetro, y todos nos sorprendimos al saber que los problemas relacionados con la conciencia de la enfermedad no se detenian al negar el diagnéstico. La falta de conciencia de la enfermedad que estabamos comprobando era grave y omnipresente (es decir, los pacientes no se daban cuenta de su diagndstico y eran incapaces de ver las sefiales y los sintomas mas evidentes de su enfermedad). Para ilustrar lo importante que puede ser esta falta de conciencia, observemos a Matt, que es un antiguo paciente mio. Sin embargo, al leer la 25 historia de Matt, deseo que tengan también en cuenta que, como verdn en los capitulos siguientes, pude ayudarle a conocer algunos puntos clave de la enfermedad, lo que finalmente hizo que aceptase 1a medicaci6n y llegara a participar activamente en el tratamiento que se le ofrecia. Al poder conseguir esto, no sorprende que se acabaran los continuos conflictos con su familia que ocasionaba su rechazo a seguir el tratamiento. Matt Cuando le conoci, Matt tenia 26 ajios, era soltero y vivia con sus padres. Le habian diagnosticado esquizofrenia seis afos antes, cuando empez6 a tener ideas delirantes exageradas y paranoides (crefa que era un mensajero especial de Dios y que conocia personalmente al presidente de Estados Unidos, y estaba preocupado porque la CIA intentaba matarlo). Sus ideas eran desorganizadas y mostraba comportamientos extrafios (llevaba auriculares rotos envueltos en papel de plata). Oia voces. Aunque Matt no estaba preocupado por sus signos obvios de enfermedad mental, su familia, sus amigos e incluso sus vecinos, que tenian que aguantar sus discursos a voz en grito, si lo estaban. Desde que se puso enfermo, habia estado hospitalizado en cuatro ocasiones. En la época en que le entrevisté, Matt se habia inscrito voluntariamente en la Unidad de Investigacién de la Esquizofrenia de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York, de la que yo era el director cientifico. Llegé hasta nosotros a través de un hospital de la ciudad al que le habian Ilevado contra su voluntad cuando su madre Ilam6 al 911. (N. del T.: El 911 corresponde al mimero de urgencias médicas en Estados Unidos.) Aunque es dificil precisar el tiempo exacto, Matt habia dejado de tomar la medicacién al menos seis semanas antes de la llamada de su madre al 911. Esa noche, la paranoia que habia estado incubando durante dias se desat6. Matt gritaba a su madre, acusdndola de interferir en su misién divina, ya que, segtin creia, él era el mensajero especial de Dios para el presidente. Su lenguaje era desorganizado. Oia voces. Durante varios dias habia estado escribiendo frenéticamente al presidente y tratando de telefonear a la Casa Blanca. Sin embargo, lo que mas atemorizaba a su madre era cuando le decia que oja la voz de Dios ordendndole que la encerrara en un cuartito. En la época en que lleg6 a Columbia, Matt habia recibido medicaci6n durante un mes. Cuando le entrevisté, todos los sintomas, excepto las ideas delirantes, mostraban una mejora significativa. A pesar de que seguia 26 creyendo que era el mensajero de Dios y que la CIA queria matarle, no sentia estas ideas con tanta ansiedad y estaba menos preocupado por su seguridad. De hecho, aunque era obvio que no tenia conciencia de su enfermedad, iban a darle el alta y a enviarlo a casa de sus padres para que siguiera un programa de tratamiento ambulatorio. Al iniciar la entrevista, pedi a Matt que me explicara cémo habia Negado al hospital. —Creo que fue...No sé exactamente la palabra. Por ahora no me lo han dicho. Creo que me Ilevaron alli para un examen general. Querfan saber si habia bebido, si fumaba. Le dije a la policia que no se trataba de que bebiese ni de que fumase. Era sdlo que habia tenido una pequeiia discusi6n con mi madre y que a ella le hacian mas caso. Por tanto, me llevaron a la clinica para que el médico determinara como estaba. Aunque los pensamientos de Matt eran un poco desorganizados y revelaban cierta idiosincrasia, capté lo esencial de lo que intentaba decirme y le pregunté: —O sea, que cuando estaba discutiendo con su madre, alguien llamé a la policia El asintio —{Fue su madre? —Creo que si. —Por qué telefone6 su madre a la policia? —No lo sé. Queria que fuese al hospital. —{Por qué queria su madre que fuese al hospital? —Me dijo que en realidad no queria que yo fuese al hospital por una discusidn como aquélla, porque estabamos en desacuerdo sobre mi uso del teléfono. —No entiendo muy bien lo que me acaba de decir —admiti— Por qué queria ella que fuese usted al hospital? —Estdbamos discutiendo y creo que pensé que estaba enfermo y necesitaba que me examinaran, —

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