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Análisis comparativo de la legislación internacional de prensa.

Analizar las siguientes leyes internacionales.

Ley de prensa de los Estados Unidos.

La Primera Enmienda (Enmienda I) a la Constitución de los Estados


Unidos prohíbe la creación de cualquier ley con respecto al establecimiento
oficial de una religión, que impida la práctica libre de la misma, que reduzca
la libertad de expresión, que vulnere la libertad de prensa, que interfiera con
el derecho de reunión pacífica o que prohíba el solicitar una compensación
por agravios gubernamentales. Fue adoptada el 15 de diciembre de 1791,
como la primera de las diez enmiendas de la Carta de Derechos.

En los Estados Unidos, si bien, prácticamente nada está prohibido en lo que


se refiere a la libertad de expresión, algunas cuestiones tácticas han sido
prohibidas, tal es el caso de protestar para desestabilizar a un gobierno o al
país, libros con las memorias de reclusos o la llamada obscenidad. Otro
caso ha sido el de la pornografía. La pornografía fuerte en los Estados
Unidos a nivel nacional está penada por la ley desde tiempos remotos,
durante la implementación de la llamada «moral victoriana» poco antes del
siglo XX, y la legislación se ha mantenido sin cambios en lo absoluto desde
entonces

El Congreso de EE. UU. estudia desde 2013 dos proyectos de “ley escudo”
para la prensa que se refieren a las “personas cubiertas” por esa protección
para referirse a los trabajadores de medios tradicionales. La figura del
periodista es la de quien “ejerce el periodismo como medio de vida”. En el
caso de la ley que estudia el Senado, quedaría protegido quien
“habitualmente recopila, prepara, recolecta, fotografía, archiva, escribe,
edita, informa o publica información acerca de eventos locales, nacionales e
internacionales y otros asuntos de interés general”

Ley de prensa de España.

Las libertades de prensa, expresión e información gozan de amplias


protecciones en la Constitución Española, aprobada por referéndum
nacional el 6 de diciembre de 1978.

El Artículo 20 de la Carta Magna reconoce y protege, entre otros, los


siguientes derechos: “Expresar y difundir libremente los pensamientos,
ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de
reproducción”; y “comunicar o recibir libremente información veraz por
cualquier medio de difusión”. Asimismo, el Artículo 20 garantiza que “el
ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de
censura”.

Especialmente esta disposición constituye un giro de 180 grados con


respecto al Fuero franquista de 1945, el cual restringía este fundamental
derecho humano de mil maneras. La Constitución rompió con 40 años de
régimen autocrático y abrió las puertas a los medios a expresarse
libremente y al pueblo español a ser informado debidamente sobre temas
cruciales para formar parte integrante de una recién estrenada democracia.

De hecho, principalmente la prensa escrita de Madrid y Barcelona, excepto


contadas excepciones, jugó un papel fundamental, primero en el
advenimiento del orden democrático, y segundo y más importante, en la
preservación de ese orden. Esta dedicación e incluso terquedad por
asegurarse del avance de la España democrática costó hasta sangre a
publicaciones como El País, El Papus, Doblón y el Diario de Navarra, las
cuales sufrieron diversos ataques durante los debates parlamentarios
constituyentes entre agosto de 1977 y octubre de 1978. El 23 de febrero de
1981, durante el intento de golpe de estado que paralizó al país e hizo
temer por la enclenque democracia española, la gran mayoría de los medios
de comunicación —en especial los periodistas que presenciaron el asalto y
secuestro del Parlamento Español y que lo transmitieron en vivo al mundo
entero— actuaron con templanza y valentía para oponerse a la asonada
golpista. Concretamente, El País adelantó su edición del 24 de febrero bajo
el titular “Golpe de Estado. El País con la Constitución” , declarando “¡Viva
la Constitución!”, incluso horas antes de que el Rey Juan Carlos I emitiera
su mensaje de repulsa a los golpistas y apoyo al orden democrático.

Actualmente, la prensa en España se encuentra en una situación sin


precedentes. Los efectos directos de la recesión en las empresas
periodísticas se han combinado con las consecuencias del cambio de
paradigma propiciado por la revolución digital. Así, la prensa ha quedado
expuesta a una triple crisis: de recursos, de modelo e intelectual. En su
esfuerzo por sobrevivir, los diarios vienen sacrificando la calidad de los
contenidos, dejándose contaminar por los esquemas del ‘infotainment’
televisivo, potenciando secciones ligeras en un intento desesperado de
atraer lectores y descuidando su responsabilidad de vigilancia del poder.
Mientras, amparados por la situación de emergencia económica, los
poderes públicos aprovechan para actuar con mayor opacidad, escatimar
explicaciones y comportarse con creciente arrogancia ante una prensa
debilitada. Las ruedas de prensa virtuales del presidente del Gobierno [los
periodistas se reúnen en una sala para escuchar las explicaciones de Rajoy
a través de una pantalla] son sólo el indicio más llamativo de una política de
comunicación ante la cual los medios de referencia, absorbidos por la
perentoria tarea de la supervivencia, asisten inermes”

Hay una relación directa entre la calidad de la democracia española y la


situación de la libertad de prensa en nuestro país. Durante demasiado
tiempo los medios de referencia, salvo contadas excepciones, han aceptado
funcionar como correa de transmisión de poder, contribuyendo gravemente
a la consolidación de situaciones y procesos políticos muy negativos para la
salud del sistema. Esto es expresión y a la vez consecuencia de una cultura
cívica deficiente, que acepta y consume, casi reclama, una prensa
comprometida antes con los colores que con su compromiso de vigilancia
del poder

Ley de prensa de México.

En México, como en muchos países, el debate sobre la libertad de


expresión es inconmensurable, es decir, nadie sabe a ciencia cierta dónde
inicia ni donde concluye. Factores políticos, como las elecciones, los
poderes constituidos, grupos formales e informales y en especial los medios
de información, llevan al celebrado 7 de junio – Día de la Libertad de
Expresión, como si se tratara del Día de Navidad o de la Madre.

Todos expresan buenos deseos y hasta organizan elegantes reuniones para


festejar a los "abnegados periodistas". Eso por un lado... pero en el otro
extremo de la realidad, ninguna empresa de seguros vende un seguro de
vida a los profesionales de los medios de información. Más allá de las
películas de intrigas mediáticas, los organismos de derechos humanos
señalan que la profesión de periodista es una de las 3 más peligrosas en
México, al lado de los bomberos y los boxeadores profesionales.

Decenas de servidores "de lápiz y papel", sean empresarios de medios de


información o simples reporteros de fuente, han perdido su vida en defensa
de su profesión y la del Ministerio Público, monopolizador de la procuración
de justicia por disposición constitucional poco o nada hace para evitarlo.
"Aunque resulta inobjetable que en los últimos cinco años se ha advertido
un ensanchamiento del ejercicio crítico de las libertades de expresión e
información en México, lo cierto es que –paradójica o consecuentemente–
los golpes, las restricciones y hasta las presiones e intimidaciones abiertas
o embozadas continúan acechando de manera recurrente al gremio
periodístico.

(2) No obstante, la necesidad del análisis del derecho y la libre expresión


de ideas es imperiosa, principalmente por los actores de los medios de
información, quienes diariamente enfrentan este concepto, obligando a una
continua reflexión.

Analizando el desarrollo de los gobiernos, vemos una tendencia a que el


derecho de expresión se ubicó como una garantía individual, sin
reglamentación positiva, como es el caso México, carente de sujeción a las
condiciones indispensables para, como ya se mencionó, que se pueda
hablar de "garantizar su permanencia" y vertebrarlo
México carece de elementos expresos que nos permitan reglamentar la
libertad de expresión de manera constitucional.

Derecho a recibir información. - Este derecho es tutelado por 82


constituciones en el mundo, algo así como el 43%. México carece de
regulación constitucional en esta materia.

Derecho a difundir información. - Este derecho es regulado por 74 países en


sus ordenamientos fundamentales. México no está en el grupo

El derecho de réplica, Son 22 países los que adoptan en sus cartas


fundamentales tal disposición. México lo dispone en su ley secundaria

Si un informador puede obtener su materia prima en el ejercicio de la


función informativa, los organismos públicos, incluidas las funciones
legislativas, ejecutiva y judicial, deberían obtener esa misma información,
mucho más cuando el informador les ha proporcionado una pista; pero sin
presionar sobre éste para que le facilite el trabajo a cambio de traicionar la
confianza depositada en él. Son 13 los países que consagran este derecho
en sus constituciones. México se mantiene al margen.

Ley de prensa de Venezuela.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en el Artículo 57,


establece que toda persona tiene derecho a expresar libremente sus
pensamientos, ideas u opiniones de viva voz, por escrito o por cualquier otra
forma de expresión y utilizar cualquier medio de comunicación y difusión, sin
que se establezca censura. Quien ejerza este derecho, debe asumir la
responsabilidad por lo expresado.
Por otra parte, no se permite el anonimato, ni la propaganda de guerra, ni
los mensajes discriminatorios, ni los que promuevan la intolerancia religiosa.
El Artículo 58 continúa y expresa que la comunicación es libre y plural. Toda
persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin
censura, de acuerdo con los principios de la Constitución, así como a la
réplica y rectificación cuando se vea afectada por informaciones inexactas.
Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a recibir información
adecuada para su desarrollo integral.

También existe la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y


Medios Electrónicos, en el artículo 3, tiene como objetivo garantizar el
respeto a la libertad de expresión e información, sin censura dentro de los
límites propios de un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia,
con las responsabilidades que acarrea el ejercicio de dicha libertad. En el
artículo 12, titulado de la Organización y Participación Ciudadana, indica
que los usuarios a su vez pueden promover y defender los derechos e
intereses comunicacionales, de forma individual, colectiva o difusa ante las
instancias administrativas correspondientes. Sin embargo, está prohibido la
difusión a través de los medios de comunicación de mensajes que
promuevan el odio, intolerancia, zozobra, que realicen apología al delito,
propaganda de guerra, alteren el orden público, desconozcan las
autoridades legítimamente establecidas y promuevan el incumplimiento del
ordenamiento jurídico vigente.

Ley del Ejercicio del Periodismo y Código de Ética En cuanto a la


comunicación.
la Ley del Ejercicio del Periodismo, en el Capítulo I, artículo 5, indica que
persigue los fines de salvaguardar la libertad de expresión, el derecho de
información y el derecho a la información, de contribuir al fortalecimiento,
ampliación y profundización de la democracia en Venezuela y de cooperar
en el diseño de la política comunicacional del Estado venezolano. Además,
el Artículo 9 asevera que toda tervigersación o ausencia de veracidad en la
información debe ser rectificada oportuna y eficientemente.
El periodista estará obligado a rectificar y la empresa deberá dar cabida a
tal rectificación. No obstante, en el Capítulo III, artículo 34, sobre los
Deberes y Derechos de los Miembros del Colegio Nacional de Periodistas,
se consideran violaciones de la ética profesional del periodista quienes:
Incurrir voluntariamente en error o falsedad de hechos en sus
informaciones. Adulterar intencionalmente opiniones y declaraciones de
terceros. Negarse a rectificar debidamente los errores de hecho en que
haya podido incurrir al informar sobre personas, sucesos y declaraciones.
Adulterar o tergiversar intencionalmente las informaciones con el objetivo de
causar daño o perjuicio moral a terceros. Estimular o amparar el ejercicio
ilegal del periodismo. Eso nos permite continuar al Código de Ética del
Periodista Venezolano, en la sección de exposición de motivos, realza que
el periodista no debe utilizar el principio de la libertad de expresión para”
justificar intereses mercantiles, ideológicos o sensacionalistas para
convalidar tergiversaciones del mensaje informativo”. Destaca que los
profesionales, deben ser conscientes de su obligación de informar oportuna
y verazmente y de buscar siempre la verdad.
En el Capítulo I, artículo 5, establece la obligación del periodista a respetar y
defender la verdad, la libertad de expresión y el desarrollo autónomo e
independiente del país. Los profesionales de la comunicación sólo podrán
informar de la vida privada, sobre algún hecho que sea importante para los
intereses comunes, y debe darle el tratamiento ajustado a la dignidad, la
discreción y la veracidad que se merece la vida privada de cualquier
ciudadano venezolano. Conscientes de esta responsabilidad, el artículo
8 condena el uso de técnicas amarillistas como deformaciones del
periodismo que afectan el derecho del pueblo a ser correctamente
informado. Así como deformar, falsear, alterar, tergiversar o elaborar
material que resulte denigrante para la comunidad. El periodista, tiene como
deber defender la Soberanía Nacional, como consecuencia, debe contribuir
a oponerse a toda campaña que contraríe el interés nacional, como la paz y
la amistad entre los pueblos. Así lo establece el artículo 42. Para finalizar,
el artículo 48 ordena que el periodista denuncie a cualquier persona o ente
que atente contra los principios de la libertad de expresión y derecho a la
información que todo ciudadano posee.

Sin embargo, a pesar de estas regulaciones constitucionales, Los


periodistas venezolanos son los peores pagados del continente americano”,
apunta. Cita salarios de entre dos a 10 dólares mensuales.

Según periodistas “Es absurdo porque básicamente no tienes capacidad de


hacer buen periodismo. No tienes capacidad ni siquiera de movilizarte. No
sabes ni siquiera si vas a comer mañana. Eso ya pone en riesgo la
profesión”, mencionan.

En el caso de la censura, explica que no es tan sencillo como el concepto


que la mayoría podría tener.

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