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Grupo de Estudio Bíblico

Parroquia Santa Rita de Casia


Evangelios Sinópticos II

Naturaleza de los evangelios sinópticos


Los evangelios son narraciones teológicas: Los evangelios no son narraciones de
mera ficción, ni tampoco minutas históricas del pasado. Son narraciones
teológicas, porque descubren en la vida de Jesús la actuación de Dios y el
cumplimiento del A.T. Jamás un mero cronista podría decir esto.
Los evangelios narran la actuación histórica de Dios en la vida de Jesús de
Nazaret; y parten de la fe en Cristo resucitado. Los evangelios son narraciones de
Jesús con una trama que desemboca en la cruz; pero, al mismo tiempo, son
confesiones sobre la presencia actual del Señor resucitado, que está presente en la
comunidad y le dirige su Palabra. En los evangelios habla el Señor resucitado hoy
a la comunidad, pero a través de la vida y de las palabras del Jesús del pasado, que
acabó en la cruz (y no a través de las revelaciones nuevas o esotéricas).
En el curso de su transmisión, hay un afán constante por actualizar las tradiciones de modo que sean relevantes
en el presente. En función de este interés, los evangelistas seleccionan sus materiales, los modifican, hacen
añadiduras, los reelaboras. Quieren hacer un relato interpelante e introducir al lector en lo narrado. En los
evangelios se constatan tres preocupaciones:
1. Evocación de la historia pasada (Jesús de Nazaret, el crucificado).
2. Actualización de la tradición recibida (Jesús es el Señor glorioso).
3. La relación con la Escritura (Jesús es el Mesías esperado y prometido por Dios en el A.T.).
Los evangelios no son crónicas históricas, pero sí están basados en la historia: Está claro que los evangelios
NO son informes históricos ni crónicas del pasado. Tampoco son biografías en el sentido moderno: no
describen el carácter del personaje, ni su evolución, ni todos los detalles de su vida a partir de sus antecedentes
familiares y de su infancia.
Pero los evangelios están basados en datos reales y pretenden transmitir con fidelidad palabras, hechos y
acontecimientos de la vida de Jesús. La misma lectura de los evangelios pone de manifiesto que la reelaboración
y actualización de los evangelistas tenía un límite bien preciso: no disolver la referencia a una historia pasada.
Los relatos evangélicos, generalmente, no son anacrónicos, sino que reflejan circunstancias y datos que
responden a la situación real anterior al año 70: el sistema cultual del Templo, la situación de Galilea, la
diferencia entre judíos y galileos, la enemistad de los samaritanos, la existencia del sanedrín como poder judío
autónomo (desapareció en el año 70 d.C), los elementos negativos de los discípulos (imposibles de ser
inventados), el nombre de personajes conocidos (Caifás, Pilatos, Herodes y sus hijos…)
Finalidad de los evangelios:
 Despertar y fortalecer la fe de las comunidades cristianas: El evangelio de Juan lo dice expresamente
(Cf. Jn 20,31). Los evangelios están escritos por creyentes y pretenden fortalecer la fe de los creyentes.
Es una literatura confesional, que se dirige al interior de la comunidad y no a la gente de fuera. Lo
corrobora Lc en su prólogo. Los evangelios pretenden promover el proceso continuo de conversión de
cada cristiano y de las comunidades.

«Este material es para uso exclusivo del Grupo Bíblico»


 Hacer de la vida de Jesús el paradigma para comprender sus palabras: Los evangelios hacen de la vida
de Jesús el contexto en el que hay que situar y entender sus palabras. Para los evangelios canónicos, la
vida de Jesús es el principio hermenéutico de sus palabras, porque la aceptación de sus palabras es
inseparable del seguimiento de su vida. La fe cristiana no es un mero contenido doctrinal, porque esta
doctrina está indisolublemente unida a la persona de quien la proclama. Más en concreto: la adhesión al
Resucitado no se puede separar del seguimiento del Crucificado.

 Visión equilibrada y sintética, literaria y teológicamente, tanto de la persona y obra de Jesús, como de la
vinculación de los discípulos con él: Los relatos evangélicos se caracterizan por incorporar tradiciones
diversas, integrándolas en una visión unitaria y equilibrada, que evita las unilateralidades e, incluso, los
errores a que estaba expuesta cada tradición totalmente aislada.
Desarrollo del término “Evangelio”
Antiguo Testamento Jesús Predicación paulina Tradición escrita

Este término viene del Jesús aparece como el En tiempos de Pablo el Marcos amplía el
A.T., especialmente en el “mensajero” de la término evangelio es ya un término evangelio, sin
segundo Isaías, en donde buena nueva mesiánica. término técnico (aparece desligarse de la teología
la figura del “mensajero de En él se cumple la 70 veces en las cartas), paulina. Aunque Mc no
buena nueva” adquiere un profecía de Isaías (Mt dado que se le emplea sin titula su obra como
relieve especial (Is 52,7). 11,5), el tiempo de la que se sienta ninguna “evangelio”, sí vemos
En Is 61,1-11, el “ungido salvación se convierte necesidad de explicación: que su obra se concibió
de YHWH” es enviado en realidad. 1 Tes 1,5; 2,4; Gal 2,5-14; en una relación íntima
para anunciar el nuevo Jesús aparece no 1 Cor 4,15; 9,14; 2 Cor con el acontecimiento
reino de Dios. solamente como el 8,18; Rom 10,16; 11,28. (Cristo) que ello
mensajero, sino El contenido del evangelio justifica que
también como aquel del es toda la acción salvífica posteriormente se le
que habla el mensaje. de Dios, desplegada y hubiese titulado
manifestada en Cristo; en “Evangelio”.
este sentido no puede
haber sino un evangelio.

Ἀρχὴ τοῦ εὐαγγελίου Ἰησοῦ Χριστοῦ Υἱοῦ Θεοῦ.


Inicio del evangelio de Jesús Cristo, Hijo de Dios (Mc 1,1)

“Estas palabras, como cabecera del libro de Marcos, no constituyen un título, ni una definición de su obra…
Marcos piensa en una historia: la historia de la manifestación de Cristo que se revela a sí mismo revelando
todo lo que por medio de él realiza Dios en el mundo… Por otra parte, ese comienzo es una novedad absoluta
que evoca el «comienzo» del Génesis; esta vez se trata de la creación nueva, del tiempo nuevo de la salvación
en Jesucristo, y de un estatuto nuevo del hombre y de la humanidad. Para Marcos el evangelio es todavía un
acontecimiento que un mensaje; es la gozosa proclamación del acontecimiento de la salvación”

Latourelle, R. (1997). A Jesús el Cristo por los evangelios. Verdad e imagen. P.p. 103-104

Bibliografía
Aguirre, R. – Rodríguez, A. (1992). Evangelios sinópticos y Hechos de los apóstoles. Verbo Divino. P.p. 41-55

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Evangelios Sinópticos II
Latourelle, R. (1997). A Jesús el Cristo por los evangelios. Verdad e imagen. P.p. 101-113

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