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En filosofía[editar]

Artículo principal: Libre albedrío

Statua Marco Aurelio Musei Capitolini Fronte

Los filósofos de los primeros tiempos han considerado la cuestión de la libertad. El emperador
romano Marco Aurelio (121–180 d. C.) escribió:
"una política en la que existe la misma ley para todos, una política administrada con respecto
a la igualdad de derechos y la libertad de expresión, y la idea de un gobierno real que respete
sobre todo la libertad de los gobernados.
Un hombre libre es aquel que en aquellas cosas que por su fuerza e ingenio es capaz de
hacer, no se le impide hacer lo que tiene la voluntad de hacer."

John Locke

Leviatán, parte 2, cap. XXI John Locke (1632–1704) rechazó esa definición de libertad.
Aunque no menciona específicamente a Hobbes, ataca a Sir Robert Filmer que tenía la misma
definición. De acuerdo con Locke:
En el estado de naturaleza, la libertad consiste en estar libre de cualquier poder superior en la
Tierra. Las personas no están bajo la voluntad o autoridad legislativa de otros, sino que solo
tienen la ley de la naturaleza para su gobierno.
En la sociedad política, la libertad consiste en no estar bajo ningún otro poder legislativo,
excepto el establecido por consentimiento en la comunidad. Las personas están libres del
dominio de cualquier voluntad o restricción legal aparte de la promulgada por su propio poder
legislativo constituido de acuerdo con la confianza depositada en él.
Por lo tanto, la libertad no es como la define Sir Robert Filmer: "Una libertad para que todos
hagan lo que quieran, vivan como les plazca, y no estar atados por ninguna ley". La libertad
está limitada por las leyes tanto en el estado de la naturaleza como en la sociedad política. La
libertad de la naturaleza no debe estar bajo ninguna otra restricción que la ley de la
naturaleza. La libertad de las personas bajo el gobierno no debe estar sujeta a restricciones,
aparte de las reglas vigentes para vivir que son comunes a todos en la sociedad y creadas por
el poder legislativo establecido en ella. Las personas tienen el derecho o la libertad de seguir
su propia voluntad en todo lo que la ley no haya prohibido y no estar sujeta a las voluntades
inconstantes, inciertas, desconocidas y arbitrarias de los demás .

John Stuart Mill

John Stuart Mill (1806-1873), en su trabajo, Sobre la libertad, fue el primero en reconocer la
diferencia entre la libertad como la libertad de actuar y la libertad como la ausencia de
coerción.
En su libro Dos conceptos de libertad, Isaiah Berlin enmarca formalmente las diferencias entre
dos perspectivas como la distinción entre dos conceptos opuestos de libertad: libertad positiva
y libertad negativa. El último designa una condición negativa en la cual un individuo está
protegido de la tiranía y el ejercicio arbitrario de la autoridad, mientras que el primero se refiere
a la libertad que proviene del dominio propio, la libertad de las compulsiones internas como la
debilidad y el miedo.
La libertad ha sido a menudo utilizada para aludir a la revolución o rebelión. Por ejemplo,
la Biblia registra la historia de Moisés conduciendo a su pueblo fuera de Egipto y de su
opresión (la esclavitud).

Autonomía superior[editar]
En el marco de control interno, la libertad es también conocida como la libre determinación, la
individualidad, o la autonomía pero sujetas a una autoridad superior.[cita requerida]
La libertad para una persona también puede significar autonomía interna, o de maestría sobre
la condición interna. Esto tiene varios significados posibles:

 La capacidad de actuar de conformidad con el propio ser verdadero o valores.


 La capacidad de actuar de conformidad con los valores universales (como la verdad y el
bien).
 La capacidad de actuar con independencia de los dictados de la razón y la instancia de
deseos, es decir, arbitrariamente (autónoma).
 La capacidad de actuar de conformidad con los dictados de la razón.
En una obra de Hans Sachs, el filósofo griego Diógenes se refiere a Alejandro Magno,
diciéndole: «Vos sois el siervo de mis siervos». El filósofo ha conquistado al miedo, la lujuria, y
la ira; Alejandro todavía sirve a estos maestros. A pesar de haber conquistado el mundo
exterior, todavía no ha dominado el mundo interior. Este tipo de dominio no depende de nada
ni nadie más que nosotros mismos.
En el siglo XX notables personalidades han sido el ejemplo de esta forma de incluir la libertad,
como Nelson Mandela, el rabino Leo Baeck, y Mahatma Gandhi.
El filósofo francés Jean-Jacques Rousseau afirmó que la condición de la libertad es inherente
a la humanidad, una inevitable faceta de la posesión del alma, con la implicación de que todas
las interacciones sociales con posterioridad al nacimiento implica una pérdida de libertad,
voluntaria o involuntariamente.2 Él hizo la famosa frase «El hombre nace libre, pero en todas
partes está encadenado».2
Intenta rebatirle Ricardo Yepes Stork, quien afirma:
Yo no soy libre de tener una determinada constitución biopsicológica, ni de nacer en un determinado
momento histórico o en cierta región, pero sí soy libre de asumirla o no en mi proyecto biográfico.
Imaginarse una libertad pura, carente de estas condiciones, sin limitación, es una utopía; una libertad
así sencillamente no existe, pues todos estamos determinados inicialmente en nuestras decisiones por
la situación que vivimos y por el tiempo en que hemos nacido.[cita requerida]

Por lo que la esfera de la libertad no se da de una vez y para siempre, sino que ha de ser
conquistada todos los días, a través de cada una de las acciones realizadas.3
Rudolf Steiner desarrolló una filosofía de la Libertad basada en el desarrollo las intuiciones
éticas en circunstancias sensibles.

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