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ESCUELA DE PSICOLOGIA

CARRERA
PSICOLOGIA CLINICA

ASIGNATURA
DINAMICA Y PROCESO DE GRUPO II

TEMA
PRACTICA III

FACILITADOR
PROF. ANA ISABEL CEPEDA

PARTICIPANTE

DARIEN SORIANO MAT. 2019-00422

19 DE FEBRERO 2022

SANTO DOMINGO, DN
PRACTICA III

Practica 1:

Las fuerzas y traer ejemplos de fuerza de:

Atracción: Fuerza de atracción es la que ocurre en los grupos en la que la dirección es dictada por
el hecho de que sus integrantes están interesados en el tema en cuestión. Un ejemplo seria un
grupo de lectura formado por personas apasionadas a la literatura.

Poder: Ocurre cuando las decisiones son tomadas desde una postura de poder y el grupo.
Ejemplo: un batallón militar esta subyugado a varias figuras de autoridad.

Liderazgo: es cuando la dirección del grupo parte de una figura con fuerte liderazgo que guía las
decisiones. Ejemplo: una figura carismática en un partido político.

Seducción: Es cuando la acción ocurre en base a que el grupo sea seducido, generalmente por una
figura carismática. Es común en las sectas religiosas.

Sometimiento: Es cuando la acción grupal esta subyugada a la voluntad de una o unas pocas
personas dentro del grupo estén o no de acuerdo el resto del integrante. Ejemplo: en los
gobiernos dictatoriales.

Practica 2:

¿Como la creación del yo define al ser social?

El ser social se entiende como los modos de mi personalidad y comportamiento en un contexto


grupal. Entiendo que somos un animal social que, como especie, requiere de la interacción social
para prosperar, por lo que entiendo que entre el ser social y la creación del yo hay una interacción
reciproca.
Mucho de lo que conforma nuestra historia particular de aprendizaje influirá en nuestras formas
particulares de acción social. Un ejemplo sería el cómo nuestros modos de relacionarnos o
apegarnos a otros, condicionados desde las etapas más básicas del desarrollo, influirán en el como
nos relacionamos en el futuro.

¿cuáles fueron los aportes de Jacques Lacan sobre la psicología del yo, la capacidad de
adaptabilidad y los grupos humano?

Psicología del yo: el Yo se constituye por una identificación alienante, basada en que
inicialmente el cuerpo y el sistema nervioso son incompletos. Él decía que el Yo, que era la
personalidad del ser humano, ocupaba el lugar del desconocimiento. Lo planteaba así
porque decía que las personas cuando nos comunicamos las unas con las otras no
sabemos lo que decimos ni tenemos claro cuáles son las intenciones que nos mueve a
hablar como hablamos o a comportarnos como nos comportamos. Afirmaba que el Yo se
construye a partir de una imagen externa, nuestra personalidad surge a partir del otro.

La teoría del espejo: Lacan llamó «el bebé con el cuerpo fragmentado» porque los
fragmentos del cuerpo funcionan cada cual por su lado. Esta etapa produce en el
psiquismo del bebé una sensación de caos y de miedo. El bebé sufre esto cuando toma
conciencia de que su cuerpo no le obedece y esta situación de caos empieza a disolverse
cuando el bebé descubre su imagen reflejada en el espejo, a esto se refiere como la
aparición de la imagen del bebé en el espejo donde él sonríe al espejo y el espejo le
sonríe. A Lacan no le fue ajena la situación de júbilo que aparece en el niño al verse
reflejado en el espejo, pero este júbilo no era simplemente porque se ve en el espejo sino
porque los movimientos que él realiza, el espejo los imita, de tal manera que siente que
hay una comunicación. Este primer momento va seguido de otro momento, también
dentro de esta etapa, en que el bebé siente igual de júbilo cuando ubica a otros bebitos de
la misma edad. A esto Lacan lo llamará «el reencuentro con el idéntico» y desde ahí va a
desarrollar otros puntos de vista muy interesantes. Finalmente, hay un tercer momento
más importante que engloba esta teoría del espejo que, creo yo, es el momento más
importante que el espejo en sí y que el encuentro con el semejante, es cuando
encuentra la mirada de la madre. Para él, el primer espejo está en los ojos de la mamá
que lo mira; si él sonríe que la mamá le sonría, si él llora que la mamá se ponga triste, si él
grita que la mamá reaccione, si él se duerme que la mamá se duerma. Esta comunicación
pre-verbal para él es fundamental y es motivo de júbilo.

¿Cuál es la relación entre la otredad y alteridad y los grupos humanos?

Tanto la otredad, definida como el proceso de separación de uno mismo para crear conciencia
sobre nuestra propia individualidad, como la alteridad, refiriéndonos con esto a la identificación
con otro distinto a uno mismo, son fundamentales para generar la empatía requerida en todo
grupo humano. Con estas aprendemos a quitar el foco de nuestra experiencia y considerar la del
otro.

Que significa:
El inconsciente es el discurso del otro (Lacan):

Lacan insistió en el hecho de los símbolos socio-cultural y lingüístico se imponen


con sus estructuras como ordenes ya constituidas, antes de la introducción del
sujeto. Al respecto, resume que en este proceso solo somos capaces de pensar y
expresar nuestras ideas y emociones a través del lenguaje, y el único lenguaje del
que disponemos, según Lacan, es el del «otro».

Indicó que las sensaciones e imágenes que se traducen en los pensamientos de


nuestro inconsciente, se construye a partir del lenguaje del «otro»; como escribió
Lacan, «el inconsciente es el discurso del “otro”». Esta idea ha tenido una enorme
influencia en la práctica del psicoanálisis y ha permitido llegar a una interpretación
más objetiva y abierta del inconsciente.

En el psicoanálisis llamado algo impropiamente lacaniano repetimos con


frecuencia una serie de formulaciones, haciendo de Lacan nuestro Otro, sin saber
hasta qué punto la buena lectura no implicaría, como hizo él, renovar también su
discurso. Lacan añadió un horizonte al territorio acotado del maestro y encontró
una fórmula para expresarlo, ‘servirse del Padre para prescindir de él’. Porque si el
Otro de Freud, como referente simbólico universal, fue el Padre, Lacan buscó
desplazar ese límite, hacer del Padre un modo entre otros, una solución entre
otras. Se trataba de poder ir más allá del relato del sentido, más allá de la tierra
cartografiada, para acercarnos a lo real. Mientras hacemos ese trayecto tal vez se
nos perdone que repitamos su discurso, lo que no quiere decir que Lacan sea
nuestro inconsciente, nuestro aforismo se refiere a otra cosa.

Repetimos, por ejemplo, que no hay teoría que merezca tal nombre si no nace de
una necesidad clínica, y en verdad todo el esfuerzo de Lacan por imprimir un rigor
en su enseñanza se justifica y sostiene en dicha práctica. Por eso un solo caso es
suficiente para hacer teoría o invalidarla. El punto de partida de la clínica es
siempre el mismo, leer lo que se repite, hacer la lectura del síntoma. La
transferencia con el paciente se establece a partir de esta presunción de escucha.
El paciente cree en el analista lector. Decía Lacan que en el discurso analítico no
se trataba de otra cosa que de lo que se leía, pero desde un lugar otro, desde la
atopía que implica el borramiento de su yo. Desde esa sequedad se escucha el
discurso húmedo del paciente. Sus goces y sus sombras. Una posición de
escucha que barre lo que engaña para que pueda surgir la escritura del síntoma,
su puesta en forma. El analista aprenderá a leer la lengua del paciente,
su lalengua. Leerá el funcionamiento del síntoma como el guion inconsciente que
sin saberlo repite. Leerá ese texto que es la interpretación del sujeto al enigma de
su existencia, y podrá quedarse ahí, en su sentido, o encaminarse tras las marcas
originarias, las letras sin sentido. Si aguanta este trayecto, para el que ningún
mapa sirve de guía, podrá observar cómo el sujeto las recogió del discurso del
Otro en una coyuntura muy especial, buscando anudar su deseo de
reconocimiento en el deseo del Otro. En realidad, un encuentro con el síntoma del
otro (madre, padre), del que se desprendieron las letras con las que fabricará su
propio síntoma. Por ello, nuestra lectura no puede limitarse al guion descifrable,
tendrá que ir hacia la letra indescifrable. Y paralelamente, para que la teoría
traicione lo menos posible ese material, le pediremos un esfuerzo de escritura. Un
discurso que no se limite a lo imaginario y a lo simbólico, que no quede fascinado
por sus explicaciones. Sólo así podrá llegar a la letra y se escribirá, también él, en
letras (matemas).

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