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CUENTO DE DEPILLARSE LOS DIENTES

Juan era un niño al que le gustaba mucho cantar mientras


se lavaba los dientes antes de irse a dormir, pero claro, se le
escapaban de vez en cuando algunas gotas de saliva
mezcladas con pasta de dientes, que iban a parar al espejo
del baño. Así pues, Juan tenía el espejo lleno de
salpicaduras que luego tenía que limpiar su madre… hasta
que un día la madre de Juan le dijo: “Ya está bien, no vuelvo
a limpiar el espejo, a partir de ahora no se canta mientras te
cepillas los dientes“. Juan se enfadó mucho de primeras,
porque le encantaba cantar antes de irse a dormir, pero se
quedó pensando un poco y vio que podía seguir cantando
antes y después de cepillarse los dientes. Así que Juan
limpió el cristal del baño esa misma noche, y a partir de
aquel día, cantaba antes y después de cepillarse los dientes.
Su madre se puso muy contenta de ver que no tenía que
limpiar el espejo todos los días, y Juan aprendió a no hacer
trabajar tanto a su madre. Menos
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