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SOBRE LA DIVERSIDAD DE LA ESTRUCTURA DEL LENGUAJE HUMANO Y SU INFLUENCIA SOBRE EL DESARROLLO ESPIRITUAL DE LA HUMANIDAD Wilhelm von Humboldt Traduccion y prologo de Ana Agud AUTORES, TEXTOS Y TEMAS Wilhelm von Humboldt LINGUISTICA Coleceién dirigida por Carlos Subirats SOBRE LA DIVERSIDAD DE LA ESTRUCTURA DEL LENGUAJE HUMANO Y SU INFLUENCIA SOBRE EL DESARROLLO ESPIRITUAL DE LA HUMANIDAD Traduccién y prologo de Ana Agud RES A aeunes Sobre ly diversidad de la estructura del lenguaje humano y su influencia sobre el desarrollo espiritual de la humanidad / Wilhelm yon Humboldt ; traduccion y prologo de Ana Agud. — Barcelona : Anthropos ; Madrid: Ministerio de Educacion y Ciencia, 1990. — 435 p. ; 20 em. — (Autores, Textos y Temas / Lingitistica ; 1) Dher die Verschiedenheit des menschlichen Sprachbayes und ihren Einfluss aul die geistige Encwickelung ides Menschengeschlech(s, - Bibliogralia p. 429-432 ISBN 847658-203% 1 Agud, Atti, ed. TI. Trtulo IIL. Coleccion 1. Lenguaje y lenguas 8001 ‘Titulo original alemén: Uber die Verschiedenheit des menschli~ ‘chen Sprachbaues und ihren Einfluss auf die geistige Entwicke- Jung des Menschenyeschlechts Primera ediciém: abril 1990 © de la presente edicion: Centro de Publicaciones del MEC, Ciucad Universitaria, sin., Madrid, y Editorial Anthropos, Via Augusta, 64-66, Barcelona Coeditan: Centro de Publicaciones del MEC ¥y Editorial Anthropos ‘Tirada: 2500 ejemplares ISBN: 84-7658-203-X NIPO: 17¢-89-032-4 ‘Deposita legal: B. 7.969-1990 Fotocomposicién: Fotocomp’4. Barcelona Impresién: Novagrafik. Puigeerda, 127. Barcelona ‘Impreso en Espaiia - Princed in Spain “Todos ls davectos reservados. Esta publicaciin no puede sor reproduc «ds, ni ex tad nf en part registra eno tranarmtida por, un sistema Ge reeaperasidn de Informacion, en alnguna forma mi por ninetn medi, ‘Sea mice, fotoguitice, elecironien, magnetic, eletrodprico, por fo ‘copia, 0 cailgulet ate, ain el permino previo poresstito de a eitoral PRESENTACION La Iniroduecién a ta obra sobre la lengua kawi es el escrito ‘mas importante de teoria del lenguaje de Humbokit, y uno de los més trascendentales de toda la historia del pensamiento oc- cidental sobre este tema, En él se recogen y sistematizan una serie de ideas nucleares sobre la esencia del lenguaje, y de In capacidad de lenguaje ‘humana en general, que ponen en primer plano de la atencién el concepto de su «diversidad», como correlato del principio de individuacién que gobierna toda actividad especificamente hu- mans, Enfocado el lenguaje como elemento y factor de ta indivi- dualidad, Humboldt desarrolla con toda consecuencia los rasgos esenciales del mismo: su cardcter, no de producto acabado del que se hace uso, de ergon, sino de energeia, de fuerza e impul- 50. Bl objetivo de este impulso es ta incesante cresvidn de for- ma, esto es, el trabajo de hacer inteligibles y comunicables el pensamiento y la sensacién, El sujeto de esta actividad siempre creativa es el espiritu, en su doble aspesto de personalidad indi- vidual y de esenicia comin y suprema de la especie en su conjun- 10; pero tampoco en este segundo aspecto deja de ser el espiritu pura individualidad, histérica y cambiante. El Ienguaje aparece aqui también en su otra duplicidad esencial: como rendimicnto ocasional, creador de sentido y de forma comunicable aqui y ahora, y como cristalizacién de ese rendimiento en calidad de esquema formal para rendimientos ulteriores; como procuccidn irrepetible y genuina de eada inc viduo en cada instante, y como fuerza externa que ahora al individu y Io obliga a determinar su pensamiento en unos determinados cauces, Todo el esfuerzo intelectual de Humboldt esté encaminado a mediar entre estos dos aspectos, cuyo cariie- ter opuesto y aun contradietorio éf no quiere ver relativizado, sino comprendido en su plena legitimidad. La via humboldtiana de acceso a este mundo de conceptos es el estudio empirico de lenguas de la mas variada estructura, estudio basado en la competencia personal. Pero el enfoque hhumboldtiano no se entenderia adecuadamente sino se perc se ol momento de experiencia exética, en el sentido mas amplio, ‘que él introduce en su actividad como lingiista teérico. Es la confluencia de estas perspectivas:lingtstica empirica,filosofia del lenguaje y estética, 10 que hace posible le extraordinaria coriginalidad y productividad de su obr: Sobre esta edici¢n La presente obra es la tradueci6n al castellano de la prime= ra parte del Kawi-Werk (Obra sobre el kawi), sexin la edicién original de la Academia de Berkin, de 1836. En nuestra edici6n ineluimos, en Jos mérgenes del texto, la ‘numeracion de las paginas correspondiente a la mencionada edicién alemana. Por otra parte, el lector hallard, a pie de pagina, tres tipos distintos de notas: las que llevan numeracién son del propio von Humboldt; las que-llevan letra son aclaraciones del editor on Ia edicién original; finalmente, las que Hevan asterisco son notas del traductor. ANN A PROLOGO 1 ‘Por ¢l mismo acto por el que el hombre hila desde su interior La len ‘gua se hace € mismo hebra de agué- Ia, y cada Tengu traza en toro al pueblo al que perteneee un circu fo del que ao se puede salir si no 8 entrando al mismo tiempo en el levi de atta» (p. 434 AA). Con esta frase humboldriana puede -decirse que la historia de la reflexion sobre cl lenguaje entra cn una fase nueva y istinta; una fase-en la gue ya no sera posible contraponer ¢ lenguaje a lo distinto de € —el sujeto, los contenides— sin que esta oposicin —la vieja oposicién de conciencia y objeto— vaya acompafiada de la conciencia simultane de 1a impos*bill- dad de trascender el lenguaje. El giro copernicano que Kant imprimiera a la filosofia cuando reconocié la imposibilidad de que la subjetividad se trascienda a si misma entra asi en el dominio de la conciencia lingistica, si bien es pretise recono- eer que con éxito muy inferior al de la proeza intelectual del {Mldsofo de KOnigsberg. Pues asi como éste pudo asistir perso- nalmente a una masiva recepcién de sus ideas en el mundo acadiémico, ¢ intelectual en general, Ia obra humboldtiana sobre teoria del lenguaje, publicada en su mayor parte péstumamen- fe, tardé muchos decenios en abrirse paso entre tos lingiistas, parte de los cuales. asistia con fascinacién comprensible a los metedricos progresos de la lingiifstica hist6rico-comparativa, que parecian. arrumbar defintivamente todo acceso especulativo a Ja esencia del lenguaje, en tanto que otra parte, los lingiistas te6rieos, se mantenia. en un estéril postkantismo despojado de toda perspectiva critica y reducido a combinaciones de tablas, ccategoriales y «capacidadess de este y lo otro. La «revoluci6n humboldtiana» qued6 como un potencial 9 latente, mientras en la historia de ta lingiistica se desarrollaban revoluciones més patentes: la del historicismo de los neogram- ticos primero, y la posterior, arrolladora, del estructuralismo en nuestro siglo, ¥ no fue ajena a este largo silenciamiento histS- rico del quiz mas poderoso pensamicnto linguistico de Ia histo- ria occidental la propia oscuridad del estilo de Humboldt, sus razouamientos alambicados, sus —por qué no detirlo— difusas divagaciones en torno a sensaciones despertadas por los fendme- nos linguisticos pero apenas aprehensibles en categorias ldgicas. {ncluso un autor que puso un empefo tan notable en acceder a las ideas de Humboldt y hacerlas productivas en su momento como es Heymann Steinthal, no oeulta con frecuencia su hastio ante lo que le parccen imprecisiones, inconsecuencias, razona- ‘micntos no proseguidos hasta su final légico, ‘Steinthal al menos hizo un serio intento de salir al encuen- tro del pensamiento humboldtiano en cl terreno en el que éste tiene realmente su lugar: la filosofia det lenguaje, Pues si bien Humboldt dedicé la mayor parte de sti tiempo al estudio © investigacin empiricos de las mas diversas lenguas, su interés ‘por los hechos era inequivocamente tedrico; ni siquiera I resaba disear un método de investigacién o descripcién, una lingiistica general aplicable a las lingiisticas empiricas, sino ue lo que buscaba era la relacién profunda entre fa esencia del enguaje y la de la humanidad. Una y otra vez hace referencia aun adominio de 10 ideal» que no deja de recordar el uso ‘vulgar det término «idealismon, pero cuyo sentido es trazar una frontera intuitiva neta entre le singular y una generalidad que no se quiere igual a la suma de sus elementos sino modelo para éstos, dotado de cousistencia y leyes propias. Claro esté que un empenio de esta indole carece de todo sentido para quienes no compartan el interés de conocimienta que fe subyace, Y ni los tiempos del historicismo ni los poste- riores, tan prolongados, del estructuralismo y sus miltiples de- rivados y epigonos podian hallar en sti propio conitexto el me- nor estimulo para orientar la sensibilidad lingtifstica en esa di- reeci6n, El resultado fue la mais completa emancipacién deta ling tica respecto de Ia filosofia, A partir de comienzos de siglo s6lo algunos pocos autores intentan todavia coneetar la lingtistica general con la filosofia del lenguaje, pero estos intentos —Bih- ler, Vogler, Weisgerber, Marty, etc.— se quedan en accesos relativamente superficiales a lt tradicidn filos6fica, y su trascen- ddencia en la lingtistica empirica es minima. Tal ver aportaban 10 ua cautidad suiciente de conciencia filoséfica como para inco- modar a la inocencia de la zonciencia estructuralista, pero no la suficiente como para aportsr una ertica epistemol6gica realmen- te fecunda a la nueva lingtisti El pensamiento de Humboldt quedé pues en hibernacién, Salo un lingdista del siglo xx, Eugenio Coseriu, tal vez el mejor ‘conocedor de la filosofia occidental entre los linedistas actuales, logré releer a Humboldt haciendo plenamente productivos sus postulados, en el marco de un estructuralismo que se aparta de los dems por la claridad de la conciencia de sus propios timi- tes, Pero la semilla de Coseriu cayé en buena parte en un terreno no contemplado por la parabola del sembrador: surcos cen los que al mismo tiempo se estaba sembcando una simicnte tan invasiva que, para cuando se logré discernir en su cosecha cl grano de la paja, su hipertréfica floraci6n habia ahogado en germen cualquier cultivo altemativo. La gramdtica generativa pprendié y se reprodujo con empuje tan violento que todas las demas lingtisticas quedaron por un tiempo desterradas a una penosa marginalidad, de la cual van resurgiendo y rehaciéndose poco a poco, mientras ella a si vez acusa en su interior la accion niveladora del ecosistema y va también poco a poco transforméndose en un haz de direcciones cada vez menos di- vversas de las de su entorno. La gramética generatva reclamé pronto la memoria de Humboldt como precursor suyo, en unia de las mis curiosas mistficaciones de Ia historia del pensamiento contemporineo. Giertamente Chomsky asombré al mundo ¢on la publicacién de su improbable Lingiistica cartesiana, y dej6 estupefactos a quie- nes, como Coserit, estaban en condiciones de enjuiciar cor tamenie la magnitud del desenfoque de la cuestiGn. Los lings {as espafioles, al faltar una traduceién @ nuestro idioma de la diffeil y oscura prosa humboldtiana, tian tenido dificultades para acceder por si mismos a un juicio propio en esta materia La traduccién que ahora efrecemos tal vez contribuya a disipar algo In confusién despertada por la versién chomskiana de la historia de la lingiistica. u Wilhelm von Humboldt nacié et 22 de junio de 1767 en Potsdam. Era hijo del Kammerherr de la princesa Elisabeth de Braunschweig, Alexander Georg von Humboldt, y de Maria u Elisabet von Humboldt, de soltera Colomb, que procetlia de una familia de hugonotes provenzales refugiados en Alemania; su padre regentaba una fabrica de cristal en Neustadt. Los padres de Htrmboldt formaban pues una familia vin« Jada a la corte aunque sin titulo nobiliario, de sélida posicién ‘econdmica basada sobre todo en la posesiéu ce extensas tierras. El padre murié muy pronto, en 1779, pero no dejé de marcar el camino de la educacién de sus dos hijos en el sentido de un hhumanismo abierto y progresista, que revela su propia condi de personalidad independiente, La familia residia en un peque- Ho palacio de caza junto al lago Tegel, en las cercanias de Berlin, La residencia, mas tarde ampliada y temodelada por ef famoso arquitecto de la corte prusiana Schinkel, es de disefio estrictamente-neoclisico; al repartirse la herencia de los Hum- boldt pass « manos de Wilhelm, que mejoré el parque, plantan- do algunos hermosos arboles que ain siguen en pie, y acotando en el extremo de la pradera un pequeiio cementerio familiar en cel que reposan sus restos y los de la mayor parte de la familia. En este hogar vieron la luz la mayor parte de los escritos dei polifacético hermano mayor Wilhelm. El segundo, Alexander, inclinado desde muy pronto a los estudios naturales ¥ experimen: tales, recorrié el mundo en sus estuclios geograticos y etnoldgi 0s, y tivo su hogar en la ciudad de Berlin, Los hermanos Humboldt recibieron una esmerada instruc- cién en su propio hogar, a cargo de diversos profesores, entre los cuales uno, Kunth, administrador también del patrimonio familiar, tavo una decisiva influencia sobre los hermanos, pues supo suplir inteligentemente sus propias limitaciones trayendo a fa casa a colegas renombrados que los tormaron en las mis diversas disciplinas y al ms alto nivel. Una profunda familiari- dad con los elasicos griegos y latinos fue pacte esencial de su educaciéa humanista, en la que tampoco faltaron amplios estu- digs de ciencias naturales. En la adolescencia fueron incluso profesores universitarios los que visitaron el palacio de Tegel para ofrecer a los Humboldt una docencia preuniversitaria dé altura excepeional. En cambio, la experiencia propiamente universitaria de Wil- helm, el que seria fundador de la Universidad de Berlin por ‘encargo real ¢ inventor del sistema académico centroeuropeo que alin recibe el nombre de «universidad humboldtianan, Fue de lo mis exigua: un semestre en In pequefia universidad de Francfort del Oder, mis bien decepcionante, y tres en Gotinga, Parece haber sentado alld fama de estudioso de libros, muy 12 aplicado, poco dado al trato con companeros y si en cambio, y mucho} al de las mujeres, inclinacin ésta que mantuvo toda su vida. Desde muy pronto empez6 a viajar por el Reich com of ble propésito de hacerse con una amplia experiencia personal dl pais y sus gentes y de conocer y darse a conocer en persona ‘los grandes hombres de la Alemania de entences. Son tempra- ‘nas sus relaciones con cientificos, humanisias y iteratos tan destacados como Jacobi, Schiller, Wolf, Koerner, Goethe, Schutz, Mine. de Stal. ‘En 1789 realiza con un antiguo profesor suyo un viaje a la Francia revolucionaria y vista alli desde las recientes ruinas de la Bastlla hasta los orfanatos, hospitales, alos ¢ instituciones sociales de todo tipo, Humboldt parece haber entendid a lo largo de toda su vida que el verdadero conocimiento es el que se funda en la experiencia viva de las personas y de su entorno, Sus obras son el mas elocuente testimonio de esta aetitud. En esta primera fase su interés preferente se orienta hacia Ia estéti- ca, a To que no es ajena su relacién personal con Schiller y su abundante correspondencia con él. Una de las pocas obras su- yas de cierta extensidn que se imprimieron en vida es un volu- ‘minoso estudio del Hermann und Dorothea de Goethe, que constituye un verdadero tratado de estética. Humboldt intents tambign la creacidn literaria, aunque con escasa fortuna (lo que apenas afectd a su entusiasmo y tesdn: en los dltimos aos de su vida campuso todas las noches un soneio, obligando a su escribano a permanecer en pie hasta que, tertinados los demas. quchaceres, daba cumplimiento a este Glkimo propésito).. ‘Ya en 1790 entr6 al servicio del Estado en cl Ministerio de Justicia, aunque abandoné pronto ese puesta. En 1791 cas6 con Caroline von Dacheréden, com la cual tuvo ocho hijos. A partir de entonces Humboldt y su familia cambian frecuentemente de residencia, al hilo tanto de los intereses cientificos de Humboldt como de su actividad piblica. En Paris realiza experimentos cientificos con Gay-Lussac; se hace nombrar primero residente y luego embajador en Roma, ciudad en la que pasa largos pperfodos, fascinada tanto por el legado grecorromano vivo atin en la peninsula Italiea como por la formidable riqueza de mate- iles sobre lenguas exéticas almacenada en sus bibliotecas pi- bilicas y privadas. (En la Alemania del clasisismo Italia consti: tuia una especie de santuario de obligada peregrinacién, como sauestran desde Goethe hasta el nostdlgico fildlogo Aschenbach de Thomas Mann.) Un viaje a Espaia fo pone en contacto con 13 el pais y la lengua vascos, lo que constituye para Humboldt una experiencia imolvidable y decisiva. Reetird mas tarde su/visita a ese rincén para profundizar en su conocimiento de la fengua y de las gentes, volcando en su diario de viaje numerosas rellexio- nes de todo tipo sobre sus impresiones. Durante esta etapa de viajero y estudioso por Europa Humboldt produce numerasos scritos eentrados en el tema de fa antigtiedad ctisica, y en los ‘cuales se ocupa tanto de literatura y lengua como de politica y sociedad. En 1809 Humboldt es nombrade miembro de honor de la ‘Academia de Ins Ciencias de Prusia, y pocos dias después entra a formar parte del Consejo Privado del Estado, en calidad de director de la seccién de cultura y enseftanza del Ministerio del Interior. E1 rey le enearga ta funsacién de unos estudios supe- ores en Berlin, y cl 16 de agosto se firma el acta de creacién de la Universidad Friedrich Wilhelm, Humboldt, que en nume- ‘0808 y profundos escritos sobre cl cometido de la ciencia y de los cientificos habia desarrolado una concepeidn de la Escuela Superior basada en la unidad de investigacién y docencia, losra contratar para la nueva Universidad a algunas de las personali- dades mds relevantes de! momento: Fihte, Schleiermacher, Von Savigny, Bockh; mas tarde serian Hegel, Bopp... En 1810 es nombrado embajador plenipotenciario en’ Viena, donde partici ‘pa ent las sesiones del Congreso de Viena en 1813 en representa cién de Prusia; lo hace también en el Congreso de Chatillon cen el segundo de Paris. Realiza jgualmente algunas estancias en Francfort del Meno como delegado de la corte prusiana, y en 1817 preside la comisin de Finanzas de Prusia y forma parte de la comisién Constitucional. De esta época son escritos suyos sobre la politica alemana, Ia constitudién y el sistema educativo, ¥ académico. Sus diferencias cada vez més acusadas con el primer ministro Hardenberg, en virtud de las ctales se constitu- ye en el lider de la oposicién a éste en el Gabinete, le hacen primero retirarse @ Londres como embajador, y luego, en 1819, apartarse del todo de Ia actividad politica, desencantado y amar- gado. Se refuigia entonces definitivamente-en Tegel, ya reformado y ampliado, ¢ inicia la época mds fecunda de su produccién cientifica. Se sumerge en intensos estudios de las lenguas det Iejano Oriente. En 1829 la Corona pone en sus manos la crea- in del Museo del Estado, obra a la que Humboldt dedicara ‘una intensa y entusiasta actividad que se refleja en toda una serie de escritos sobre las artes plasticas. Se pronuncia inequivo- 14 \ \ ‘camehe en favor de un art al servicio de la educacign y el goce extétic de todos fos miembros de la naciéa, para lo cual pro muceve ls copias de originales de otro modo inaccesibles y su ubicacioa en lugares donde puedan ser contempladas por tos ‘uidadands. Algunas enormes reproducciones en yeso de impor- tantes eseuljuras griegas y romanas se encuentran todavia ahora em el que fie su despacho, en la planta baje de Tegel. En 1829 ve deja persuadir para regresar al Consejo de Esta- do, y mantiene nuevamente una cierta actividad en la cosa pi blica, pero por poco tiempo ya. En 1835 enferma de gravedad y fallece el 8 de abril, seis aftos después que su esposa. A lo largo de sus viajes Humboldt logré conocer prictica- mente taco el material lingistico disponible en las bibliotecas ‘europeas, @ hizo copiar para su propia biblioteca personal iu chas obras inéditas, Para cuando decidié coucentrar definitiva- tiente su interés en cl tema del lenguaje se hallaba en posesién de un fantéstico poliglotismo, y contaba como asesores suyos con las personalidades mas relevantes de las diversas filologias Pero su intenca actividad en otros dominios del conocimiento y de la politica, acompatiada siempre de reflexién tedrica y vivo inereambio de ideas con otros pensadores y cientificos, y que hallé su reflejo en multitud de ariiculos de prensa tanto normal como especializada, en conferencias y manuscritos de todo tipo, determind que también su acceso al lenguaje fuese el menos limitado de Tos posibles, el menos sujeto a restrcciones incons- cientes 0 conscientes. Gracias a esto Humboldt introdujo en la tematica linguistiea puntos de vista y Factores nunca antes toma- os en consideracién en relacién con ella. ‘Tal ver al aspecto mas caracteristico del planteamiento hum. boldtiano del lenguaje sea precisamente Ja amplitud y multi mensionalidad de su punto de partida. En linea exactamente inversa a la dela lingiistica formal, que ‘ma restrieeign y control de Tos supuestos rt partir de ella una complejidad que ha de permaneser siempre controlable, Humboldt intenta eliminar de su planteamiento ini- cial cualquier restriccion que pudiera representar un recorte i justificado de fas dimensiones def lenguaje: instaura asi una gran complejidad de partida que le permite nego una exposicién relativamente sencilla y no por ello menos operat 15 i / La Iniroduecidn a la obra sobre la lengua kawi es ¢1 iiltimo trabajo extensa de Humboldt. La mayor parte de/las ideas contenidas en tesa ya en in escrito anterior, fihado en 1429, en el que extaban resis los resulados de gs reflex nes sobre el lnguaje hasta entonces, Gran parted sa trabalo sobre diversas lenguts 9 ibraturas hala ide pogo por xe {0 en fragmentos que sélo en parte se han editado hasta la fecha. Se cuentan entre las obras que no leg6 a publicar en vida una treintena de gramiticas y glosarios inacabados de len- gust antericanas, Desde 1827 habia emperado a estudiar con la maxima intensidad las lenguas malayo-polin: s. Su vasta mo- nogeatia sobre la lengua Kavi no odo ser ernie pol nis pele teeolibonsdor 7.301 Suschmanh eye Ge: Ja redaccién final para imprenta de la obra sobre las notas de Humboldt, bajo la tutela de! hermano de éste, La primera par- te, ane nddicnts akost pox primer vex al corse, eo pu on 1896, al aho siguiente de fallecer lator ‘Alexander von Humbolt se responsabilz6de eta publiew- cién, y le puso un breve epilogo en el cual agradece en nombre de su hermano a las numerosas personalidades que contribuye- Ton con su ayuda y asesoramiento al buen fin de la empresa lingiiistica de Wilhelm yon Humboldt. Junto a John Crawfurd, aie puso nn dispoditntnmeroas matvaen malay ¥ ¢ Franz Bopp, que revsb pricicaments dou sus esiion refer, tes al sdnscrito, Alexander menciona a A.W, von Schlegel, G. Hermann, Silvestre de Sacy, Gesenius, Burnouf, Thiersch, Lassen, Du Ponceau, J. Pickering, Rosen, P. von Bohlen, Stenz- ler, Pott, Lepsius, Neumann, Kosegarten, G. Parthey, Champo- ition, Abel-Rémusat, Klaproth, Schulz, Béckh, el barén van der Capen, Grat Yon Mino, Roorda van Eysngn, Gericke, A. Johnston, W. Marsden, Jacquet, Freeman (misionero en Madaansean. Mayen, Meticte, Texan, A. von Charis Ex inpresionante lst mesa hasta qué punto estaba ‘uestro autor inmerso en el mundo de las lingitisticas y filelo- gias mas dispares. Y en verdad s6lo un intercambio de ideas tan vivo y con personalidades tan relevantes podia poner en manos 4 Humboldt et ipo de material que pregsaba para funder con suficiente solidez sus concepciones lingtiisticas tedricas. No obstante el estado de la ciencia lingilistica que conocié Huinbolit or or lds lvedo doen momento, ued xy por dirs dela conquists clniicn que empeearon a ence 16 lugar @ ritmo vertiginoso poco después. Por lo que se refiere al dominio de la linghistica indoeuropea, el lector hallaré en algu- nas notas.a pie de pagina los datos indispensables para juzgar apropiadamente algunas de las afirmaciones del autor. Se trata de rectificaciones de sus hipétesis —generalmente tomadas de Bopp— que'se han hecho posibles al descubrirse nuevos textos y establecerse con seguridad las principales leyes fonéticas de las diversas lenguas. En términos generale las imprecisiones o errores sobre eues- tiones empiricas que contiene este trabajo carecen de importan~ cia para la sustancia de la obra. El interés de Humbokt respec- to del tema de la diversidad lingtistica es el descubrimiento de la individualidad de tas lenguas, de su fisonomia y cardcter, de sus rasgos nucleares, aquellos que permiten comprender el prineipio biisico por el que cada lengua se ha regido para dar cumplimien- to.a su cometido de ser el «érgano formador del pensamienton. Una empresa insélita éta en el marce de la teoria occidental del lenguaje, y que habria condenado seguramente a cualquier otro a un inevitable fracaso. Solo la excepeional cultura tings tica y filoldgica de Humboldt, unida a una certera intuicién de Jo que es la esencia de todo lenguaje, le permitieron sortear obstéculos aparentemente invencibles y crear un sistema de pen- samiento lingiistico cuyas posibilidadesestén atin jos de haber sido agotadas. v ‘Toda la reflexin humboldtiana sobre el lenguaje esté atra- vvesada por la tensi6n entre dos orientaciones de signo opuesto: la comprensién de que la diversidad es ‘a consecuencia inmedia- ta de la individualidad, y por lo tanto atributo esencial ¥ nicico de todo lenguaje, y el intento, més alli de esa diversidad, de aprehender en conceptos una unidad més profunda, a través de una idea de la generalidad que no puede ser ya’ni la mera abstraccion a partir de fo concreto y singular ni una categoriza- cidn simplemente subsuntiva, Esia segunda dimensién es sin duda la més conflictiva; per- seauida sin ln radicalidad te6rica de un Hegel, por una via que B. Liebrucks ha calificado de «predialéetican, representa un pe- nso esfuerz0 del autor por dotar de carne y huesos linguisticos el poderoso sistema categorial kantiaro, Es Ia «capacidad de lenguaje» lo que Humboldt intenta elucidar, sobre el supuesto 7 J de que ha de tratarse de una facultad inherente a lasespecie ‘humana como tal; siendo ademés la capacidad que en'realidad hhace hombre al hombre, esto es, la propiamente definitoria de la especie, y considerando que lo hiumano se identifiga como tal tuo s6lo negativamente, sino en virtud de una serie de cualidades positivas que han de hallarse en todo individuo humano, parece obligado suponer que esa capacidad de lenguaje debe ser funda- ‘mentaimente la misma en todo ser humano. No se oculta la analogia entre esta exploracién de la capacidad de lenguaje y Ja’ kantiana de la «eapacidad de juicio»; también en Humboldt aparecen en relacién con esto los dos términos kantianos de «Vermogenn («capacidady) y. «Krafty («fuerza»). Humboldt se propone indagar ese componente constante de la capacidad humana de fenguaje por la via de la observacién ‘empirica de las lenguas ¥ de la reflexién critica sobre lo hallacio fen ellas. No procede por generalizacién de datos singulares, sino intentando primero establecer el conjunto de las funciones lingdisticas fundamentales que hacen del lenguaje instrumento habil para sus diversos cometidos, y comprobando luego en qué forma y grado se realizan tales funciones nucleares en las len- ‘puas estudiadas, El elemento esencial de in capacidad de lengua- Je viene a ser pues una especie de modelo ideal al que las Tenguas intentan acercarse con mejor o peor fortuna. Ese modelo se obtiene por reflexién especulativa, atenta 4 las lenguas mas no dependiente de su estudio conereto. La funcién de este witimo es medir la adecuacin de cada proce- der lingtistico al objetivo para el que estd diseflado en ori- gen, y comprobar la multiplicidad ¢ idoneidad de las soluciones idiométicas « los problemas fundamentales de todo lenguaje. He aqui una primera delimitacién respecto del universalismo y ¢l innatismo chomskianos: lo universal e innato no son para Humboldt unas ciertas categorias lingtifsticas sino las funciones nucleares del lenguaje, y eada idioma puede satisfacer éstas de un modo u otro. o incluso no satisfacer algunas en absoluto y quedar asf a medio camino respecto de sus propios objetivos. El problema es, sin embargo, que Humboldt se aceres a la dimensién especulativa de la unidad iiltima de lo humano en buena parte por la via de ta observacién de las lenguas y del sentimiento de las mismas, buscando hallar en el dominio de la experiencia concreta fa solucién a problemas que Hegel demos- {r6 que eran. esencialmente especulativos. En rigor esto estaba ‘ya comprendido en Kant, que solo atribuis generalided estricta 18 & conceptos estrictamente formales. La unidad profunda que busca Humboldt lo es en cambio de cualidades positivas, de contemidos especificos, los cuales, como contenidos linauisticos (como comenidos de wna terminologia grammatical que es tam- bién en si misma una lengua individual), estdn sujetos a esa ley de la diversificacién propia de cuanto es concebido por indivi- dualidades que, como tales, son impenetrables, Y esta deficien- te adecuacion del método es al fin responsable de buena parte de las oscuridades, vacilaciones y circuntoquios que tanto difi- cultan Ia comprensién de nuestro autor. Por el contrario, es en la apreciacién del origen, sentido, funcidn y configuracién empirica de la diversidad de las lenguas donde Humboldt logré los més decisivos rendimientos en ta historia det pensamiento lingtistico. Nadie ha advertido y expre- sado con elaridad y enere(a comparables ef momento de indi duacién que subyace a todo acto de creacién de Lenguaje. Que todo entender sea al mismo tiempo un no entender, que toda coincidencia ent contenidos haya de ser por fuerza también una divergencia, y que la comprensidn no es transmisiGn de conteni- dos sino vibracién corretativa del espiritu de los interfocutores, ‘por haber pulsado éstos cada uno en el otro le misma cuerda de su instrumento interno: todo esto disefia um concepto de lengua ie y comunicacidn incomparablemente mds rico y dindmico que el de cualquier enfoque basado en una ingenua «filosofia de le identidad, Nadie ha pereibido con agudeza semejante a la de Humboldt cl sentido de la forma y lo formal en lo lingiistico. La refle- xin humboldtiana constituye el punto de partida de un nue vo concepto de forma, en el cual est4 pensada su relatividad respecto de 10 que en cada caso se entienda como correlate suyo, asi como su condicién de momento dindmico del pensa- miento y micteo mismo de la formacién de todo coneepto, La frase «todo el afan de la lengua es formal; define sirmultanca- mente lengua y forma como momentos de la dialéetica lin- eiistica, Hay finalmente un motivo en la filosofia del lenguaje hum- boldtiana que abre la puerta a perspectivas verdaderamente atin no exploradas: su afirmaciOn de que et lenguaje s6lo tiene exis tencia real en el hablar cada ver. Frente a un pensamiento linguistico influido por ef desarrollo de la. ciencia natural, que tiende siempre a ver lo real en el sistema de los hecos, esta perspectiva sugiere para la teoria del lenguaje una relacién dife- 9 see ty rail eld y ofc, Pero slo una recepcién de Humboldt muy libre de pfejuicios cientificistas podria Megar a extraer de este punto de vista las trascendentales consecuencias que sin duda alguna aloja en su interior. j Awa Aun Wilhelm von Humboldt SOBRE LA DIVERSIDAD DE LA ESTRUCTURA DEL LENGUAJE HUMANO Y SU INFLUENCIA SOBRE EL DESARROLLO ESPIRITUAL DE LA HUMANIDAD* 4, EL ovginal es un mamusrto de eseibente (159 paginas en flio, por um. ‘cra, can corrccones de puno y letra de Funbola, depostado a ts Keniliche Rilouhek de Besin, Ex ef mano Iugar existe ana copia de fos 33 primeros parigrafos, realizada por Buschmann (S34 folios por uoa car)- Primera edicin: ‘witielm von Humboldt, Ober de Kowisprache auf der Insel Java, 1, COCCXXX, (183659. £1 stad leva lef lo s¥ncing» (Iniroduccisn). Objeto de la presente introduccién * 2 Entiendo que debo dedicar esta introduccién a consi- deraciones de indole general, cuyo desarrollo prepararé mas fécilmente ef paso a los hechos y a las investigaciones historicas. Cierto es que la divisién del linaje humano en pucblos y estirpes se encuentra en la mas estrecha relacién con Ia diversidad de sus lenguas y dialectos, pero no lo es menos que una y otra estén a su vez en conexién con un tercer fendmeno de mds elevado rango, del cual depende la produceién de fuerza espiritual humana bajo formas siempre nuevas y a menudo incrementadas. Es esta otra dimensién la que permite apreciar el valor de aquéllas, y én la que, en la medida en que la investigacion consigue penetrar en ellas y elucidar su correlacién, nos proporciona su explicacién. Bste volverse manifiesto de la * Se ha omitido el pardgrafo t porque su contenido, consistent ex «na cts rmeracin de lon pueblos y lengua malayos,sblo perinente para 1 regu pate del Kaw Werk, parte-que no anche en presente traduccion. (N. del T.) 23 B 4 fuerza espiritual humana, que va teniendo lugar en el curso de los milenios a lo ancho y largo de este mundo, diverso tanto por su grado como por su cualidad, es el objetivo supremo de todo movimiento del espiritu, la idea Ultima que la historia universal ha de sacar a ta luz po- niendo en ello todo su empefio. Pues esta clevacion o ensanchamiento de la existencia interior es lo tinico que el individuo puede tener por patrimonio indestructible, en la medida en que participe de ello, y es para la nacién lo que infaliblemente hard que nazcan y se desarrollen en ella las grandes individualidades. El estudio comparado de las lenguas explora con rigor las multiples maneras como los innumerable pueblos dan cumplimiento a la tarea que, como hombres, les ha sido encomencdada, la de formar el lenguaje,* mas ese estudio perderia todo interés superior si no prendiese en et punto en el que el lenguaje muestra su imbricacién con la conformacién de la fuerza espiritual de la nacién. Ahora bien, la correcta inteligen- cia de la esencia auténtica de una nacién y de la trama interna de un idioma, asi como del grado y modo en que el mismo satisface las exigencias del lenguaje en general, depende a su vez por entero de ta consideracién del con- junto de ka idiosincrasia espiritual. Pues el cardcter de luna nacién sélo viene a formarse en virtud de éta, tal como la ha dado fa naturaleza y como han influido en ella las circunstancias, y slo en dicho cardcter reposa cuanto la nacién tega a producir en punto a hechos, tituciones ¢ ideas, y sélo en él se aloja la fuerza y dignidad que sus individuos heredan unos de otros. De otro lado, ef fenguaje es el Srgano del ser interior, © es este ser mismo tal como poco a poco va abriendose paso al conocimiento interno y a su manifestacién. Las mas finas fibras de sus raices se hunden, pues, en la ara ambos coneptos del ermine nico wSprache: diferencia qu se ls 3 fo largo de ee texto ene wlenguajen y sleagua> ext sempre bad en ls lerpetacion que la traductora have del sentido de «Sprachen sen el contento, 0%. det) 4 fuerza espiritual de la nacién, y cuanto més apropiada- aette vevierteésta en el lenguaje, mas regular y rico a tu desenvolvimiento, Y como la trabada urdimbre idioma no es sino efecto del sentido lingbistico de fa.na- ‘in, las cuestiones que conciernen a la conformacién de fa vida intima de las lenguas, y de las cuales toma su origen lo mis abultado de sus diferencias, no hallan tes- puesta rigurosa si no se asciende hasta esta consideracién. Claro esta que no es abi donde se hallara la materia para un estudio comparado de las Fenguas, ef cual es de suyo Salo objeto de investigacidn hist6rica. Sin embargo solo Aili se obtendrd la comprension de 1a interdependencia originaria de los hechos y la vision del lenguaje como wt Sreanismo internamente trabado, lo cual redundard, por su parte en una mejor apreciacion de lo singular. El propésito que me anima al iniciar este escrito e poner de manifiesto Ia relacin existente entre la divers dad de las lenguas y la division de tos pueblos de un lado, y la generacién de la fuerza espiritual humana del oo "fuerza que se va desarrollando poco a poco en EF cambiante y formas siempre muevas—, en Ia medida en ‘que amibos fenémenos pueden. aportar luz el uno sobre cl otro. Consideraciones generales sobre la evolucion de la humanidad 3 La detenida observacién del estado en que actualmen- te se encuentra la cultura politica, artistica y cientifica conduce a una eadena de causas y efectos que se vieten condicionando los unos a los otros desde hace muchos siglos, Pero una precisa observacién de los mismos nos muestra al punto que en ese encadenamiento han domina- do siempre dos elementos de muy diversa condicién y con Jos cuales la investigacién no obtiene satisfaccién pareja. Pues mientras una parte de esta sucesin de causas:y 25 6 efectos parece hallar su explicacién en su secuencia mis- ‘ma, topamos a veces, como ocurre en todo intento de escribir la historia de la cultura humana, con nudos que parecen resistir a todo intento de resolucion. Y ¢s ello debido a aquella fuerza del espiritu cuya esencia nunca nos es dado penetrar por entero y cuyos efectos no pue- den calcularse de antemano. De un lado se muestra siem- pre unida a cuanto se forma con anterioridad a ella y entorno a ella, mas del otro est siempre volviéndose sobre ello y dandole forma segtin la idiosincrasia deposi- tada en ella, Partiendo de cualquiera de los grandes indi- viduos de una época se podria iniciar et proceso universal rmostrando el fundamento del que aquél surgié y como el trabajo de los siglos pre i truyendo ese sustento: ahora es, la manera como ha venido a conferirle la im- Pronta que lo caracteriza, y aun esto se puede menos exponer que sentir, pero lo que de ningun modo se puede ¢s derivarlo de alguna otra cosa. Pues tal es la manera natural como se manifiesta siempre y en todo momento la accidn del hombre. En origen todo en él es i © ter sensliidad, of desc, a idea, la resolucion, el lenguaje y la accién, Mas en cuanto lo interior entra en contacto con el mundo, comienza a tener efecto sobre él, y en viriud de la forma que le es propia ejerce una determinacién sobre acciones ajenas a él, tanto internas como externas, A medida que transcurre el tiempo toman forma medios de asegurar la permanencia de efectos al principio pasaje- Tos, ¥ es cada vez menor el trabajo de 10s siglos anterio- res que se pierde para los siguientes. Este es el dominio en el que la investigacién puede observar etapa tras etapa. Es sin embargo un dominio atravesado de continuo por el efecto de fuerzas interiores siempre nuevas e imprevisibles, y si el investigador no cuida de distinguir y sopesar correctamente este doble elemento, que es tal que facilmente Ia materia del uno puede ganar tanto en poder que corra peligro de ahogar 26 la fuerza del otro, si no lo hace asi, dificilmente podra apreciar con justeza lo més noble que la historia de todos los tiempos es capaz de poner de manifiesto. Cuanto mas hondo se desciende en el escrutinio de ta prehistoria, es natural que la masa de la materia acumu- Tada por las generaciones sucesivas se vaya diluyendo ante nuestra mirada. Pero también aqui se hallaré un fenome- ‘no distinto que de algiin modo trastada la investigacién ‘un nuevo campo. Los individuos de los que tenemos co- nocimicnto cierto, por ser conocidas las circunstancias externas de su vida, son, a medida que se profundiza en fd tiempo, cada vez mds raros ¢ inseguros; jncluso sus nombres, son dudasos, y ni siquiera hay cer- teza de que lo que sc les atribuye sea realmente obra suya, y 0 mas bien la obra de muchos, no siendo su nombre sino el punto de reunién de todo ello. Es como s Jos individuos perdieran sus perfiles y se convirtieran en tuna tropa de sombras. Asi acontece en Grecia con Home- to y con Orfeo, asi en la India con Manu, Vyasa, Valii- ki, y lo mismo con otras celebradas figuras de la antigiie- dad. ¥ ain més se pierde la individualidad determinada cuanto més se retrocede. Un lenguaje tan perfecto como el homérico ha debido rodar muy largo trecho por entre las olas del canto, siglos enteros de los que ninguna cré- nica nos ha sido legada. Y esto es aun mas claro si se atiende a Ia forma originaria de las lenguas mismas. El lenguaje estd profundamente imbricado en la evolucién espiritual de la humanidad, a la cual acompafa en cada etapa de su progresar o decaer aqui y alla, y en él se reconoce el grado de cultura alcanzado en cada instante. Hay sin embargo una época de la cual tan sélo nos es dado contemplar el lenguaje, de modo que éste se nos presenta no como acompafante de la evolucién espiritual sino ocupando su lugar. Pues el Ienguaje nace de to mas profundo de fa humanidad, y esto mismo prohibe en todo tiempo y Ingar tenerlo realmente por obra y creacién de los pueblos. Le es propia una actividad que nace de él mismo, que se ofrece a nuestros ojos con toda evidencia, pero cuya esencia no admite explicacion, de modo que, 2 7 visto desde este lado, el lenguaje no es producto de la actividad del hombre sino una emanacién espontinea del espiritu; no es obra de las naciones sino un don que les ha sido otorgado por su propio destino interior, Ellas se sirven de él sin saber como han llegado a darle forma. ¥ no obstante las lenguas, unidas en todo al desarrollo y florecimiento de los pueblos, no pueden haber hilado su destino sino desde las peculiaridades espirituales de los mismos, las cuales han impreso sobre ellas algunas restric- siones. Asi que no serd jugar con las palabras si afirma- mos que el lenguaje nace de si mismo, gobierna por si mismo su actividad y goza de una libertad divina, ero que las lenguas estén atadas a las naciones a las que pertenecen, y dependen de ellas. Pues esto les impone limites determinados.’ Cuando en un primer tiempo el habla y el canto brotaban libremente, el lenguaje se iba formando segin el grado de entusiasmo, libertad y vigor de Jas fuerzas del espiritu que cooperaban en él. Pero esto tenia que partir por igual de los individuos todos, y cada tuno tenia en esto que ser apoyado por los otros, pues el entusiasmo s6lo remonta el vuelo en virtud de la seguri dad de saberse comprendido y consentido por los demés. En este punto seabre ante nosotros la imagen, atin débil y difusa, de un tiempo en el que los individuos se nos Pierden en la masa de fos pueblos y en el que el lenguaje €s en si mismo obra de ta fuerza creadora del intelecto, 4 _ Sicunpre que se arroja sobre la historia universal una mirada de conjunto se advierte una progresién que tam- bién aqui ha quedado indicada. Mas no es en modo algu- no mi intencién erigir en este punto un sistema de obj vos, ni proponer un proceso de perfeccionamiento crecien- te hasta el infinito; todo Io contrario, me encuentro en realidad en un camino enteramente opuesto. Los pueblos 1. Chis infra $9, 10.935, 28 y los individuos proliferan y se esparcen vegetativamente, como las plantas, por la superficie de la tierra, ¥ gozan su enistencia en feliz actividad. Esta vida, que muere con la muerte de cada individuo, prosigue inalterada y sin aten- cidn alguna a la perpetuacién de sus efectos en los siglos venideros. La determinacién de fa naturaleza por la que todo ser que respira ha de apurar su senda hasta el ultimo aliento; el objetivo de una bondad beneficiosa y ordena- dora, por el que cada criatura ha de acceder al disfrute de su existencia, una y otro se cumplen, y cada nueva gene- racién recorre el mismo ciclo de existencia feliz o desdi chada, de actividad cumplida o estorbada, Sin embargo, alli donde aparece el hombre, actiia humanamente, se une en sociedad, crea instituciones, se da leyes; y si en un punto esto s6lo ha tenido lugar de forma imperfecta, nuevos individuos 0 poblaciones advenedizas implantan alld 1o que en otros lugares se logr6 con mas fortuna, Es asi como con la génesis del hombre se siembra también la semilla de la civilizacién moral, que no dejara de germi- nar ¥ desarrollarse en el curso de la evolucién de la exis- tencia humana, Nosotros observamos como esta humani- zacién avanza sin cesar, y hasta podemos afirmar que en parte es cosa de su naturaleza, y en parte del grado de evolucién al que ha Ilegado, el que su constante perfeccio- namiento apenas pueda ser estorbado en lo esencial. En los dos puntos examinados hasta aqui se pone de manifiesto un momento de planificacién que no es posi- bie ignorar, y que se da también en otros puntos, aunque no se manifieste de la misma suerte, Mas lo que no es icito es presuponerio, pues si se hrace, su Uiisqueda estor- bard y equivocard la indagacién de los hechos. ¥ el obje- to que nos ocupa aqui es tal vez el que mas se resistiria a someterse a él. La manifestacién de la fuerza espiritual de los hombres en sus varias y diversas configuraciones no esta atada ni al progreso en el tiempo ni @ la conjuncién de lo dado. Ni se deja explicar su origen ni pueden prede- cirse sus efectos, y lo mas elevado que esta especie lleza a producir no es precisamente lo iltimo que aparece, Si en 29 consecuencia queremos espiar la manera como la natura- leza creadora va produciendo sus formas, deberemos abstenernos de imponerle nuestras. ideas y tomarla tal ‘como se muestra. En todas sus criaturas la naturaleza produce un cierto mimero de formas en las que se expresa ‘cuanto ha madurado hasta la realidad en cada especie, y cuanto basta en ella al cumplimiento de su idea. No cabe preguntar por qué no hay mas formas, u otras; simple- mente son éstas las que hay: tal es la tinica respuesta sensata. Pues bien, segiin este punto de vista bien podria con- siderarse que todo lo que esta vivo en la Naturaleza tanto espiritual como corporal es efecto de una fuerza que se despliega bajo condiciones que le subyacen y que no nos son conocidas. Y si no queremos renunciar por entero a conocer las relaciones que median entre los fendmenos de la especie humana, serd necesario remontarnos hasta al- guna causa auténoma y originaria, que no esté a su vez sujeta a condiciones ni muestre ser efimera. Prosiguiendo por esta via se llega con toda naturalidad a un principio vital interno, que alcanza su plenitud desarrolkindose en 19 libertad, y cuyos despliegues singulares no earecen de co- nexidn entre sf porque sus manifestaciones externas apa- rezcan aisladas. Esta idea es por completo diferente de la de los obje- tivos, ya que no persigue ningiin fin oculto sino que parte de una causa reconocida como inabordable. Y creo que es la Gnica aplicable a la variada configuracién de la fuerza del espfritu humano; pues, si se me permite hacer esta distincién, no hay duda de que las fuerzas de la naturaleza y 1a reproduccién mecanica de Ia actividad humana bastan para satisfacer las necesidades usuales de la humanidad, en tanto que la aparicién de una mayor individualidad, tanto en personas singulares como en la masa de los pueblos, aparicién que ninguna forma de deduccién puede explicar en realidad, irrumpe cada vez de modo repentino, imprevisible, en mitad de aquella sen- da mds visiblemente condicionada por causas y efectos. Y claro est que esta misma perspectiva es de inmedia- ta aplicacién a las formas en que mas principalmente se 30 cexpresa la capacidad de la fuerza del espiritu humano, al lenguaje, tema en el que ahora me propongo detenerme, Pues su diversidad puede entenderse como el esfuerzo que Tealiza 1a fuerza del hablar, sita de un modo general en los hombres, y por el cual ésta, favorecida o reprimida por la fuerza espiritual inherente a cada pueblo, logra abrirse camino con mejor o peor fortuna. Pues si se contemplan las lenguas desde el punto de mira genético como un trabajo del espiritu orientado ha- cia un cierto objetivo, no podra por menos de imponérse- nos la evidencia de que tal objetivo puede ser alcanzado ‘en grado mayor 0 menor, e incluso se pondrdn de mani- fiesto los puntos esenciales en los que consiste esta des- ieualdad en el grado de cumplimiento del objetivo, Un éxito mayor puede deberse, por ejemplo, al vigor y pleni- ud de la fuerza espiritual que acta sobre el lenguaje, pero puede también depender de que dicha fuerza sea especialmente apropiada a la formacién de lengua) ‘por la especial claridad y conspicuidad de sus Fepresentacio- nes, por la profundidad con que penetra en la esencia de ‘un concepto hasta desgajar de él su rasgo mas caracteris- ‘ico, por la laboriosidad y fuerza creadora de ta fantasia, por la complacencia correctamente sentida en la armonia y en el ritmo de los sonidos, a lo que tampoco son ajenas la facilidad y destreza en é! uso de los érganos fonadores y la agudeza y finura del sentido auditivo. Y no debe tampoco ignorarse la naturaleza del material transmitido, asi como la del medio histérico en el que se encuentra una nacién cuando se inicia en ella una época de transfor- macién significativa de su lenguaje, entre una prehistoria que no deja de ejercer su influencia y el germen del de- sarrollo ulterior que late ya en su seno. Hay también cosas en las lenguas que deberian juzgarse tan s6lo por el esfuerzo puesto en su consecucién, mas que por el éxito alcanzado en ese esiuerzo. Pues las Ienguas no siempre logran llevar a su completa realizacién ciertas tendencias que, sin embargo, se aprecian en ellas con toda claridad. Tal es el caso, por ejemplo, de todo el problema de la 31 flexién y de la aglutinacién, sobre el cual han dominado ¥ siguen dominado tantos malentendidos. El que ciertas naciones, favorecidas con dones mas felices y viviendo bajo circunstancias mas favorables, po- sean lenguajes de excelencia superior a los de otras, esté en la naturaleza misma de la cosa. Pero también aqui nos vemos conducidos a esa causa mas profunda que antes indicébamos. La produccién del lenguaje constituye una necesidad interna de la humanidad; no es algo necesitado sélo externamente para el sostenimiento del trato en las comunidades, sino que forma parte de la naturaleza mis- ma de los hombres, y ¢s indispensable para el desarrollo de sus capacidades espirituales y para acceder a una con- cepcidn del mundo a la que el hombre slo puede llegar en la medida en que va llevando su pensamiento hacia una mayor claridad y determinacién, lo que es fruto det pensar en comunidad con los demds. Pues bien, si, como no se puede por menos, se considera cada lengua como un intento, y, si se las toma todas en su conjunto, como una aportacién a la satisfaccién de tal necesidad, habré que admitir que-la fuerza creadora de lenguaje que posee la humanidad no reposa hasta haber producido, bien en un caso particular, bien en conjunto, aguello que mejor y a responde a las exigencias que se de- ifiere sobre todo por ‘gtado al que ha llegado en cada caso. ¥ si esto es asi, esta correlacidn entre fendmenos sin vinculos externos de union entre si tendra que deberse a una causa general ¢ interna, la cual no puede ser otra que el despliegue de la fuerza creadora. El lenguaje es una de las facetas a partir de las cuales la fuerza universal del espiritu humano entra en una actividad de creacién incesante. O dicho de otra ma- nera, en él se aprecian la tendencia yiel esfuerzo por dar existencia en la realidad a la idea de la perfeccién del Ienguaje. Perseguir este esfuerzo y ponerlo de manifiesto 2 es el cometido del investigador linglistico, en su expresion uiltima pero también mas simple.’ Es verdad que el estudio del lenguaje no tiene necesi- dad de poner su fundamento en este modo de ver las cosas, que tal vez parezca hipotético en exceso, Pero si puede y debe servirse de él como estimulo y acicate en st ‘empefo por descubrir si en las lenguas se da este paula- tino y gradual acercamiento a la perfeccién de su forma- cién, Pues bien, podria ser que existan lenguas, unas de estructura mas sencilla y otras més compleja, las cuales, cotejadas entre si, traicionen en tos principios que gobier- ‘an su formacién un acercamiento progresivo al objetivo de la estructura lingilistica mas lograda, El organismo de tales lenguas deberfa, segiin esto, mostrar en forma mas patente que ef de cualesquiera otras la indole de su ten- dencia a la perfeccién, la cual se reconoceria en toda su congruencia y sencilléz inctuso en las formas mas comple- jas. El grado de perfeccién alcanzado por esa via se ad- vertitia en tales lenguas sobre todo y en primer lugar en la nitidez y en la perfecta articulacién de sus sonidos, asi como en la formacién de las silabas que éstos condicionan y en la transparente descomposicién de éstas en sus ele- ‘mentos, asi como en Ia estructura de tas palabras mas simples; se mostraria luego en ¢l tratamiento de las pala- bras como conjuntos sonoros, en el modo de darles una verdadera unidad interna que se corresponda con la uni dad del concepto; y finalmente en la apropiada diferenci cin de lo que en una lengua tiene existencia por si mi io y aquello otro que tan sélo se muestra en lo anterior como su forma, lo que hace preciso algiin procedimiento para distinguir entre aquellos elementos que meramente 1. Cie, mi eau sAufgabe des Geshichishuebersy (a are det historia io) en la hondlungen der hstorsek-phlosophischon Classe der Berliner Aka dome, 192.1801, p. 32# 2. Cle. vol. 4, 6 de fa edision completa de las obras de Humbokt,realzads tla Nonipiche Prewsische Akademie der Winsnachafien bajo Ja direc de ‘Mert Leitmann, (as restates remisones a eos voimetes de ex eden se ‘arin en forma abreviada,indiando so tomo ¥ pia.) 3B 2 2 aparecen concatenados en la lengua y aquellos otros que se han fundido simbélicamente en ella. Tampoco en este punto me detendré mas tiempo, por las razones antedichas, Tan sélo espero que al considerar los puntos de vista expuestos hasta aqui se reconozca también la perspectiva por la que habré de guiarme en lo que sigue al intentar determinar la posicién que ocupa la lengua kawi en el conjunto del tronco malayo. Es mi deseo poner aqui por separado, de un lado, las transfor- maciones que han tenido lugar en cada lengua y que se han ido sucediendo unas a otras segiin sus destinos respec- tivos y, del otro, la forma que es para nosotros la prime- ra originaria, El circulo de estas formas originarias pare- ce estar cerrado, y se dirfa que, por la situacién y grado de desarrollo en que ahora encontramos las fuerzas huma- nas, no podria tampoco retornar. Pues por muy interior que sea el lenguaje, y lo es sin duda alguna, posee sin ‘embargo también al mismo tiempo una existencia indepen- diente, externa y que hace violencia al hombre mismo. El nacimiento de tales formas originarias presupondria en consecuencia un grado de escisién entre los pueblos que ahora, en ventajosa conexién con el superior estimulo aleanzado por la fuerza del espiritu, ya no es pensable; mas aun, parece més probable que la irrupcién de lenguas ‘nuevas en general haya estado vinculada a una determina- da fase tanto de la especie humana como del hombre individual." >. Aqul es suprimid um pirrafofralado wPZanteamiento dle tes cuetones reliminaresy, namerado como pa. S: «hte he vsto obliga a ocuperae nat det Sesuratio espntual de la human en sis comienzos y ens aca cote: ‘idm, con el inde poder mostrar en ws aupectos generale el slrculo de ews por referencia al cusl creo deber jugar tanto las leguas como la repatiiin de ba Iumanidod en pueblos, Mas lo que aqui pretendo desartollar as pormenorizads mente'no require en modo algun un rodeo tan vaso, Mis bien, ¥tnicemiente en ‘ntud de la propieexploracién deta estraztar de as lengias, ica va isa ‘ablena para nosotros hasta ahora, mi proposto babré de leroy a estrecho ‘circulo deniro del cual ls leas se muestran comp la parte mis ewncial de fa ‘apa de obrar tos pucblos con el esprit, exo 45, al peiodo inca, mae ‘eelumente al period previo a toda liertura. Puts slo en In Forma ms orig havia que nos sea dado descubrir en una lengua se halls si conexion vom it fuera esirital dels nacion de un modo realmente visible. Mas anes de entrar 34

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