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Casi todos los procesos que se pretenden controlar son de naturaleza multivariable o también
llamados sistemas de múltiples entradas y múltiples salidas, MIMO (multiple input, multiple output),
los cuales actúan sobre dos o más variables de entrada del proceso, y se diseñan teniendo en cuenta
la naturaleza multivariable del proceso que se va a controlar.
En el diseño de los sistemas de control multivariable se aplica un estilo arquitectónico, el cual define
al sistema en términos de patrones estructurales, de control, de comunicación, etc. Un estilo
arquitectónico define (a alto nivel) la arquitectura de un sistema, es decir, la estructura conceptual
y la organización lógica del mismo.
La evolución de los sistemas de control ha ido generando modelos de arquitecturas donde los
componentes son específicos a las tareas a realizar y poco a poco esos componentes suelen ser
elementos independientes unos de otros, con lo que se logra así aislar la tecnología: objetos o
componentes.
Se cuenta con distintas alternativas o arquitecturas para el diseño de sistemas de control bajo un
estilo arquitectónico. Entre algunas arquitecturas de sistemas de control se encuentran:
La naturaleza distribuida del sistema contribuye a incrementar la fiabilidad, así algunas fallas locales
pueden ser manejadas de forma segura por otros controladores. La asignación de un controlador a
cada subproceso facilita el mantenimiento del sistema. Sin embargo, el concepto de lazos separados
de control se aplica de forma efectiva solo cuando esta separación se puede hacer también
físicamente, lo cual se considera una desventaja al ser imposible hacer una optimización integrada
del sistema.
(a) (b)
Figura 2. Arquitectura de sistemas clásicos de control en: (a) sistema continuo, (b) sistema
discretos
Se basa en una arquitectura que utiliza redes locales industriales de alta velocidad para el control
de la planta. En este caso, cada uno de los controladores del proceso es conectado a un bus (ver
figura 4) que permite la conexión con el resto de los componentes del sistema.
Se basa en una arquitectura que divide las tareas de control en niveles de acuerdo con su jerarquía
dentro del proceso (supervisión, control, etc.), tal como muestra la figura 5.
Esta arquitectura combina sistemas centralizados y distribuidos, los cual se considera una ventaja,
así como también su independencia y optimización derivada de la globalidad. Sin embargo, tiene la
desventaja de mostrar una rígida relación HW/estructuras lógicas y la dificultad en la comunicación
entre niveles inferiores.