Está en la página 1de 6

TEMA 3

1.3 El hombre en busca de Dios


CONTEXTO SOCIAL
1.3.1. ¿Del porque? Respuesta de filosofía y la ciencia
Hay varias preguntas que se hace el ser humano sin encontrar respuesta, por ejemplo ¿Cuánto
viviré? ¿Existe la reencarnación? ¿Podrá el hombre alguna vez leer el pensamiento del otro?
La ciencia es un mecanismo para acumular conocimiento que, aunque no alcance nunca la
certeza absoluta que nos prometen las religiones, se acerca progresivamente a una mayor
comprensión del mundo y de nosotros mismos.
Pero además se puede afirmar que la ciencia es conjunto de conocimientos generales
comunicables, unidos por un método lógico, que forman un sistema de reflexión. Para una
comprensión de lo que es la ciencia es necesario valorar los diversos momentos históricos que
manifiestan el progreso continuo de la capacidad creativa del hombre.
- El período antiguo se habla de ciencia como epistéme, es decir, como conocimiento
cierto y siempre válido.
- El período moderno, con los descubrimientos de Galileo, Descartes, Newton, Bacon,
Comte..., transforma completamente este concepto, identificando la ciencia con el
conocimiento demostrativo. La ciencia se convierte de forma privilegiada en la
observación de los fenómenos y en la reflexión capaz de explicar sus causas,
encontrando su principio de unificación en las leyes naturales invariables.
Por lo tanto mediante la ciencia el hombre desarrolla su actividad de conocer la realidad, afina el
entendimiento en la búsqueda de la verdad y contribuye al progreso de la historia para hacérse
cada vez más inteligible a sí mismo, a la naturaleza y a su historia.
Explicación filosófica
Pero ¿hay un final en esta escalada de conocimiento? ¿La ciencia tiene verdad el paso a
algunas regiones de la ignorancia? ¿La ciencia está legitimada para preguntar todo?

Los descubrimientos científicos acerca del hombre y la naturaleza, perfectamente aceptables y


en sí mismos inocuos, están siendo reclutados para una batalla contra las enseñanzas morales y
religiosas tradicionales, e inclusive contra la forma de entendernos a nosotros mismos como
criaturas dotadas de libertad y dignidad.

Ha surgido una fe cuasi religiosa a la que se llama “cientificismo sin alma” que cree que
nuestra nueva biología puede desvelar por completo el misterio de la vida humana, ofreciendo
explicaciones puramente científicas del pensamiento, el amor y la creatividad humanos, de la
conciencia moral e incluso de nuestra fe en Dios.

La amenaza a la condición humana proviene hoy no de la creencia en la transmigración de las


almas en la vida futura, sino de la negación del alma en esta vida; no de que se crea que tras la
muerte los hombres pueden convertirse en búfalos, sino de que se niega toda diferencia real
entre unos y otros.

De todos los animales que habitan en este planeta, somos los únicos que nos preguntamos
no solo “¿qué puedo saber?”, sino además “¿qué debo hacer?” y “¿qué puedo esperar?”.

La ciencia, pese a los grandes servicios que ha prestado a nuestro bienestar y nuestra
seguridad, no puede ayudarnos a satisfacer esos grandes anhelos del alma humana.

Los conceptos nos aportan comprensión a la forma de entender y comprender los fenómenos
sociales, pero para comprender las relaciones sociales complejas hacen falta unidades asertivas
que las articulen, es decir, teorías. Las teorías describen fenómenos a través de una serie de
reglas, de correspondencias que establecen las relaciones entre los mismos. En un nivel
superior están los paradigmas o conjunto de teorías, axiomas, normas, prejuicios, metodologías
y prácticas que conforman una cultura científica.
1.3.2. Thomas Kuhn- El paradigma
Un paradigma es —desde fines de la década de 1960— un modelo o patrón en cualquier
disciplina científica u otro contexto epistemológico. El concepto fue originalmente específico de la
gramática; en 1900 el diccionario Merriam-Webster definía su uso solamente en tal contexto, o
en retórica para referirse a una parábola o a una fábula.
En lingüística, Ferdinand de Saussure ha usado paradigma para referirse a una clase de
elementos con similitudes. El término tiene también una concepción en el campo de la psicología
refiriéndose a acepciones de ideas, pensamientos, creencias incorporadas generalmente durante
nuestra primera etapa de vida que se aceptan como verdaderas o falsas sin ponerla a prueba de
un nuevo análisis.
Paradigma viene del griego Paradeima, y significa modelo, tipo, ejemplo.
Paradigma, como concepto de modelo, se debe a Thomas Kuhn, que la utiliza como parte de su
tesis en el libro "The structure of Scientific Revolutions". La tesis de Kuhn es que la ciencia
clásica ha estado orientada de manera errónea, a pensar que los conocimientos son
acumulativos, y que de esa manera poco a poco nos llevará al entendimiento completo del
universo.
Kuhn argumenta que no hay avances sino cambios". El cambio científico ocurre cuando alguien
se "ilumina", llevando a la ciencia a un modo radicalmente diferente de ver el mundo. De ello
emerge ese paso adelante. Un ejemplo clásico es la teoría de Copérnico, del sistema solar, que
pone a la tierra como simple satélite, derrumbando la creencia que el hombre es el centro de
universo.
EJEMPLOS PARA ENTENDER PARADIGMA
Paradigma en lingüística
Por ejemplo, en la oración “Patricia viajará en carro”, la palabra carro evoca un conjunto de
asociaciones semánticas referidas a medios de transporte, como vehículo, automóvil, coche,
autobús, tren, avión, barco, que muy bien podrían reemplazar la palabra carro.
Paradigmas educativos
Un paradigma educativo es un modelo utilizado en la educación. El paradigma utilizado por un
maestro tiene un gran impacto en la forma en que el estudiante se va a enfrentar al conocimiento
y reaccionar ante este, aprendiéndolo o rechazándolo dependiendo de la forma en que es
abordado.
Un ejemplo de esto lo constituye en modo de aprender de las nuevas generaciones, que se
diferencia del de las generaciones anteriores. Por eso, un paradigma educativo conservador no
tendrá mucho efecto a nivel social.
En cambio, los paradigmas innovadores pueden dar lugar a un aprendizaje dinámico, que
estimule al estudiante, produciendo un cambio real en este.
CONTEXTO TEOLÓGICO
El hombre moderno sufre algunos desequilibrios porque para algunos ya no hay ni día ni noche.
Durante el día mucha gente está encerrada en oscuras oficinas y por la noche recibe un baño de
luz artificial. Las personas se acuestan a las cuatro de la mañana y se levantan a las once: la
noche es día y el día es noche, de manera que no se respeta el ritmo biológico.
En la actualidad, las personas han descubierto en su cuerpo y en su conciencia que todo
transcurre a una velocidad mayor y ello les provoca mucha tensión. Para ser capaces de
soportar esa tensión creciente del mundo, sin que acabe con nosotros, es urgente que
redescubramos la paz interior. Hoy más que nunca necesitamos calma, lucidez, meditación,
contemplación y silencio.
“De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si el mismo se pierde o se arruina” Lc. 9,25.
1.3.3. Historia de la Salvación
Dios se hizo y se hace presente en la historia del tiempo. Analicemos la historia de algunas
de las ocasiones en que el Dios creador se ha revelado a la humanidad.
Dios estuvo con Adán y Eva y habló con ellos. Durante su corta e íntima convivencia,
- Él les dio instrucciones concretas (Gen. 2:15-17; 3:2-3).
- Después, Dios conversó con Caín acerca de la ira irracional y egoísta de éste (Gén. 4:5-
7).Caín rechazó el consejo de Dios y mató a su hermano Abel.
- Dios también habló con Noé (Gen 6:13).
- “Y hablaba el Eterno a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero”
(Éxodo 33:11).

Dios deseaba cultivar este tipo de relación con los israelitas.


En Jesús ha tenido lugar la manifestación plena e irrepetible de Dios a los hombres.
- Por su medio Dios se ha hecho presente entre nosotros de un modo nuevo y único.
- Él es la revelación única y excepcional de Dios, ya que en las expresiones de su
actuar humano se vuelve visible el Dios invisible.
- En sus palabras y gestos tomamos conciencia de lo que Dios es para el hombre: amor y
perdón, denuncia y exigencia, donación y presencia, elección y envío, compromiso y
fuerza.
La atrevida petición de Felipe: “Señor, muéstranos al Padre, que eso nos basta” (Jn 14,8),
expresa la más profunda aspiración de la humanidad en busca de Dios. Y la respuesta de Jesús
asegura que esta aspiración ya puede ser colmada: “Quien me ve a mí, está viendo al Padre” (Jn
14,9).

Con el derramamiento del Espíritu Santo en Jerusalén en Pentecostés, Dios se reveló a los
hombres en su Trinidad como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Además de las revelaciones de
tiempos antiguos atestiguadas en la Sagrada Escritura, existen también en nuestro tiempo
reconocimientos provenientes del Espíritu Santo que son transmitidos a la Iglesia de Cristo por el
ministerio de Apóstol.

1.- ¿Qué revela Dios al hombre?

Dios, en su bondad y sabiduría, se revela al hombre. Por medio de acontecimientos y palabras,


se revela a sí mismo y el designio de benevolencia que él mismo ha preestablecido desde la
eternidad en Cristo en favor de los hombres. Este designio consiste en hacer partícipes de la
vida divina a todos los hombres, mediante la gracia del Espíritu Santo, para hacer de ellos hijos
adoptivos en su Hijo Unigénito.

2. ¿Cuáles son las primeras etapas de la Revelación de Dios?

Desde el principio, Dios se manifiesta a Adán y Eva, nuestros primeros padres, y les invita a una
íntima comunión con Él. Después de la caída, Dios no interrumpe su revelación, y les promete la
salvación para toda su descendencia. Después del diluvio, establece con Noé una alianza que
abraza a todos los seres vivientes.

3. ¿Cuáles son las sucesivas etapas de la Revelación de Dios?

Dios escogió a Abram llamándolo a abandonar su tierra para hacer de él «el padre de una
multitud de naciones» (Gn 17, 5), y prometiéndole bendecir en él a «todas las naciones de la
tierra» (Gn 12,3). Los descendientes de Abraham serán los depositarios de las promesas divinas
hechas a los patriarcas. Dios forma a Israel como su pueblo elegido, salvándolo de la esclavitud
de Egipto, establece con él la Alianza del Sinaí, y le da su Ley por medio de Moisés. Los
Profetas anuncian una radical redención del pueblo y una salvación que abrazará a todas las
naciones en una Alianza nueva y eterna. Del pueblo de Israel, de la estirpe del rey David, nacerá
el Mesías: Jesús. (Isaías).

4. ¿Cuál es la plena y definitiva etapa de la Revelación de Dios?

La plena y definitiva etapa de la Revelación de Dios es la que Él mismo llevó a cabo en su Verbo
encarnado, Jesucristo, mediador y plenitud de la Revelación. En cuanto Hijo Unigénito de Dios
hecho hombre, Él es la Palabra perfecta y definitiva del Padre. Con la venida del Hijo y el don del
Espíritu, la Revelación ya se ha cumplido plenamente, aunque la fe de la Iglesia deberá
comprender gradualmente todo su alcance a lo largo de los siglos.
1.3.4. Dios nos habla por medio de las Sagradas Escrituras

La palabra Biblia se deriva del vocablo griego biblia, plural de biblion (librito), diminutivo de
biblos (libro).Así pues, Biblia significa libritos, libros pequeños.

La Biblia es una verdadera biblioteca; comprende 73 libros, enumerados ya en los catálogos más
antiguos. Ya el concilio de Hipona del año 393 tiene el siguiente texto: Las Escrituras canónicas,
son: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Jueces, Rut cuatro Libros de los Reyes,
dos libros de los Paralipómenos, Job, el Salterio davídico, cinco libros de Salomón, doce libros
de los Profetas, Isaías, Jeremía. Daniel, Ezequiel, Tobías, Judit, Ester, dos libros de Esdras, dos
libros de los Macabeos. Del Nuevo Testamento: cuatro libros de los Evangelios, un libro de los
Hechos de los Apóstoles, trece cartas del apóstol Pablo, una de él mismo a los Hebreos, dos de
Pedro, tres de Juan, una de Santiago, una de Judas, el Apocalipsis de Juan. Consúltese a la
Iglesia del otro lado de los mares para la confirmación de este canon».

De los 73 libros, 46 pertenecen al Antiguo Testamento, y 27 al Nuevo Testamento. Los primeros


encierran la Antigua Alianza y fueron escritos antes de la Venida de Jesucristo; los segundos, la
Nueva, y fueron compuestos en el siglo 1 de Jesucristo. Unos y otros lo fueron en una de las tres
lenguas, que, por lo mismo, se denominan lenguas bíblicas: arameo, hebreo, griego.

La Biblia por tanto es Palabra de Dios, una persona no puede entender la verdad espiritual a
menos que el Espíritu de Dios se la revele. "El Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede
aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y
estará en ustedes." (Juan 14:17).
No podemos comprender los propósitos y caminos de Dios a menos que el Espíritu de Dios nos
lo enseñe. Cuando Dios nos guíe a un entendimiento de su Palabra debemos realizar los ajustes
en nuestras vidas, obedeciendo para llegar a ser lo que Él espera.
¿De qué manera? Dios nos habla a través de los hombres. Dice el autor de la Carta a los
Hebreos: "De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros
Padres por medio de los Profetas; pero en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio de
su Hijo, a quien constituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos" (1, 1-2).

También expresando su mensaje en el lenguaje propio de los hombres para que puedan
entenderlo. Es decir, Dios, al hablar a la humanidad, no emplea un lenguaje rebuscado. Su
mensaje no surtiría ningún efecto. Emplea un lenguaje simple, de manera que hasta los menos
cultos puedan captarlo. Por eso se sirve de las maneras de hablar, modismos y géneros literarios
que los escritores y las gentes usaban en el tiempo en que Dios les comunicó su Palabra.

1.3.5. Dios nos sigue hablando hoy

Dios nos sigue hablando. ¿Dónde está Dios cuando la gente sufre?, se preguntan algunos.
¿Dios calla? ¿Qué es el silencio de Dios? ¿Sigue hablando Dios en el siglo XXI? Muchos se
hacen estas preguntas, pero el silencio de Dios es interior a toda experiencia humana. Si Dios es
un Dios vivo, habla hoy a cada uno, y seguirá hablando. Nadie puede decir que ya Dios nos ha
dicho todo lo que tenía que decirnos. Nuestra relación con Dios es una relación nueva. Por eso
la religión cristiana es viva.

La palabra de Dios trasciende la historia, porque el tiempo de Él no es el tiempo del hombre,


supera las barreras del pasado, presente y futuro, porque es principio y fin, alfa y omega, es
eterno. También podemos afirmar que la revelación no cae del cielo para comunicar a los seres
humanos, desde fuera y desde arriba; misterios transcendentales. Dios habla al ser humano
desde el interior del mundo y desde los humanos y partiendo de sus experiencias.

En Apocalipsis 21:6 Dios se identifica a sí mismo como el “Alfa y la Omega.” El Alfa es la primera
letra del alfabeto griego, y Omega es la última letra del alfabeto. En otras palabras, Dios es “el
comienzo y el final.” Pero Dios no está haciendo referencia aquí a alfabetos. El habla de la
realidad. Dios es absolutamente el comienzo y absolutamente el final. Todo lo que existe en
última estancia se origina en Él. Y todo de alguna manera terminará con Él.

También podría gustarte